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Este informe se presenta tal como se recibió por el CIID de parte del o de los becarios del proyecto. No ha sido sometido a revisión por pares ni a otros procesos de evaluación. Esta obra se usa con el permiso de Agenda: PERÚ. © 1999, Agenda: PERÚ. LA REFORMA DEL ESTADO EN EL PERÚ Pautas para reestructurar el Poder Ejecutivo Gustavo Guerra- García (Este documento ha sido preparado tomando en cuenta una serie de ensayos preparados para AGENDA: Perú y Grade por Claudio Herzka, Jaime Johnson, Antonio Gonzáles Norris, Elena Conterno, Verónica Zavala, Guillermo Felices y Eliana Chrem)

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integrado

Este informe se presenta tal como se recibi por el CIID de parte del o de los becarios del proyecto. No ha sido sometido a revisin por pares ni a otros procesos de evaluacin.

LA REFORMA DEL ESTADO EN EL PERi

Esta obra se usa con el permiso de Agenda: PER.

1999, Agenda: PER.

LA REFORMA DEL ESTADO EN EL PERPautas para reestructurar el Poder Ejecutivo

Gustavo Guerra-Garca

(Este documento ha sido preparado tomando en cuenta una serie de ensayos preparados para AGENDA: Per y Grade por Claudio Herzka, Jaime Johnson, Antonio Gonzles Norris, Elena Conterno, Vernica Zavala, Guillermo Felices y Eliana Chrem)

Lima, octubre de 1999

iiGUSTAVO GUERRA-GARCA

AGENDA: PerApartado postal 18-1194MirafloresLima, Per.Correo electrnico: [email protected]

Este texto se encuentra disponible en Internet en la direccin:www.agendaperu.org.pe

1ra. edicin: 1999Tiraje l 000 ejemplaresImpreso en el Per

Edicin grfica: Carlos Valenzuela

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CONTENIDO

PREFACIOvii

CAPTULO IIntroduccin: La importancia de la reforma del Estado1

CAPTULO IIEl contexto de la reforma del Estado en el Per7

El proceso de globalizacion y el nuevo contexto internacional7Interdependencia econmica8Preeminencia de los sistemas democrticos10Crisis de gobernabilidad11La crisis de gobernabilidad democrtica en el Per13De la estabilizacin a las reformas estructurales16Crisis del Estado y ajuste estructural en el Per17

CAPTULO IIIUn marco conceptual para caracterizar23al Estado peruano

Instituciones y organizaciones24Qu es el Estado?27Los sectores fundamentales: pblico, privado y social29El mercado y las organizaciones econmicas30La intervencin del Estado38

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La importancia del sector social47Los aspectos gerenciales de los sectores pblico, privado y social 49La gerencia de las organizaciones econmicas50La gerencia de las instituciones pblicas51La gerencia en el sector social55Las funciones genricas del Estado58

CAPTULO IVLa lgica de la reforma institucional y los cambios63en la estructura del Poder Ejecutivo: 1990-1996

La situacin previa: 1964-198564Deterioro social y crisis del Estado: 1985-199065El shock institucional 1990-199669La reforma constitucional y el marco jurdico69Privatizacin73Regulacin75La reforma tributaria y la SUNAT76La reforma aduanera78Reforma del gasto pblico?79Concentracin y centralizacin81Provisin de los servicios sociales88La reforma administrativa del Poder Ejecutivo99

CAPTULO VPoder Ejecutivo: limitaciones actuales y riesgos111de ms de lo mismo

Limitaciones actuales de la gestin del Poder Ejecutivo112Ausencia de objetivos113Direccin y decisin116Carrera pblica120Problemas de capacidad tcnico-operativa121Coordinacin intesectorial122Problemas de control123

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Problemas estadsticos125Problemas organizacionales126Finanzas y presupuesto126Los riesgos de ms de lo mismo128

CAPTULO VIUn enfoque para la reforma del Poder Ejecutivo en el Per135

Estrategia de desarrollo y reforma del Poder Ejecutivo137Una agenda para la reforma del Poder Ejecutivo139Conduccin del proceso de reforma140La nueva estructura orgnica del Poder Ejecutivo142Niveles de responsabilidad en la gestin pblica147Autonoma de gestin y eficiencia150Recursos humanos para la gestin pblica151Asignacin de recursos y poltica de gasto pblico157Indicadores de gestin157Una adecuada distribucin de roles entre los sectores pblico, 164 privado y social

CAPTULO VIIComentarios finales189

ANEXO I203ANEXO II207ANEXO III211ANEXO IV215ANEXO V223ANEXO VI231

BIBLIOGRAFA243

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PREFACIO

El papel que le corresponde jugar al Estado en el logro del bienestar y la prosperidad ha sido uno de los temas centrales de debate durante el siglo 20. La gran variedad de maneras de organizar el funcionamiento de las economas y las sociedades en diversas partes del mundo hace que este siglo pueda ser visto, desde la perspectiva del papel del Estado, como escenario de un amplio y vasto conjunto de experimentos institucionales para promover el progreso humano. Simplificando con- siderablemente, a lo largo de todo este perodo es posible apreciar dos modelos de organizacin econmica y poltica que constituyen polos opuestos: las economas de mercado y la democracia liberal por un lado, y la economa centralmente planificada y el sistema poltico de partido nico por el otro. Cada uno de estos modelos busc promover el bienestar material de los pueblos en que se aplicaron, y se ofreci como la va ms rpida y efectiva para lograr el progreso econmico y social.

A lo largo del corto siglo 20, como llam el historiador Eric Hobsbawm al perodo que se inici al terminar la Primera Guerra Mundial y termin con la cada del Muro de Berln, el resultado de la pugna entre estos dos modelos marc la historia de los esfuerzos por lograr la prosperidad y el bienestar. Entre los hitos ms importantes de este perodo tenemos la crisis de la Bolsa de Nueva York en 1929 y la Gran Depresin de los aos treinta, que pusieron de manifiesto la debilidad de las estructuras

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sociales e institucionales para preservar la estabilidad econmica y man- tener la cohesin social en los pases occidentales. La necesidad de lograr un mejor balance entre el libre juego de las fuerzas del mercado y la accin del Estado para superar estas debilidades dio lugar a la crea- cin de una serie de instituciones pblicas, a la adopcin de medidas para regular el comportamiento de los mercados (sobre todo en el m- bito financiero), y a programas para redistribuir los beneficios del creci- miento econmico.

En los Estados Unidos surgieron empresas pblicas federales, estatales y municipales para la provisin de servicios a la comunidad, se estable- cieron programas pblicos para generar empleo y reducir la pobreza, y se crearon entidades reguladoras para combatir los monopolios y pro- mover la competencia. Algo similar sucedi en muchos pases de Eu- ropa Occidental, aunque la combinacin de economas de mercado con autoritarismo poltico desemboc en el Fascismo en Espaa e Italia, y en el Nazismo en Alemania. Por otra parte, luego de la revolucin de1917 la Unin Sovitica nacionaliz los medios de produccin, aboli la propiedad privada e instaur un rgimen poltico de dictadura del prole- tariado con lo que se transform al Estado en el principal protagonista de los procesos econmicos y sociales. Los avances econmicos que marcaron los primeros decenios de la Unin de Repblicas Socialistas Soviticas generaron entusiasmo entre muchos seguidores de este mo- delo en otros pases, y permitieron presentarlo por varios decenios como una alternativa a los pases del mundo en desarrollo.

La enorme movilizacin de capacidad productiva, personas y energas que implic la Segunda Guerra Mundial demostr que los estados era capaz organizar y conducir operaciones militares sumamente complejas empleando una amplia gama de mtodos de gestin modernos. El triun- fo de los Aliados sobre las potencias del Eje, resultado de esta moviliza- cin sin precedentes, gener un sentimiento de optimismo y generosi- dad que fue ampliamente compartido por todos los sectores de la socie- dad. Este sentimiento, unido a las experiencias positivas con el papel el Estado y al sentido de solidaridad que surgi del sacrificio de muchos

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jvenes de los ms diversos estratos sociales, sent las bases para un gran acuerdo entre el capital y el trabajo.

Este gran acuerdo entre el capital y el trabajo que se forj en Europa y Norteamrica a partir de la Segunda Guerra Mundial dio origen al Esta- do benefactor (welfare state) y a la seguridad social, redujo los impac- tos negativos de la liberalizacin de los mercados, permiti superar an- tagonismos que llevaron a conflictos sociales e inestabilidad poltica en la primera mitad del siglo 20, e hizo posible un crecimiento econmico mundial y avances sociales sin precedente. Un aspecto clave de este acuerdo fue la recaudacin de impuestos a la rentas del capital para financiar los servicios sociales asociados al Estado benefactor, tales como educacin gratuita, salud pblica, seguros de desempleo, subsi- dios para vivienda y transferencias de ingresos para los ms pobres. Esto permiti un aumento generalizado del consumo, mejoras en los niveles de vida y un mayor bienestar para todos. En algunos pases en desarrollo se pusieron en prctica polticas sociales similares a las euro- peas y norteamericanas, aunque los limitados recursos fiscales no per- mitieron extender estos beneficios a la mayora de la poblacin.

Sin embargo, este gran acuerdo entre el capital y el trabajo as como el Estado Benefactor que fue su principal expresin institucional empe- zaron a resquebrajarse durante los ltimos dos decenios. La expansin de las actividades del Estado, la ineficiencia de las agencias prestadoras de servicios sociales y el envejecimiento relativo de la poblacin lleva- ron a un aumento progresivo de la carga tributaria que agobi a los contribuyentes. Esto gener una reaccin en contra de lo que se perci- bi como gigantismo estatal en muchos pases industrializados, que lleg a su clmax durante el decenio de 1980 en los Estados Unidos y el Reino Unido. En forma adicional, la globalizacin financiera contribuy a socavar las bases del acuerdo social entre el capital y el trabajo. La gran movilidad que ha caracterizado al capital financiero durante los ltimos veinte aos ha limitado severamente las posibilidades que tienen los estados de gravar las rentas asociadas al capital, lo que ha dejado a los gobiernos con la poco atractiva opcin de aumentar los impuestos a

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las rentas del trabajo para mantener los beneficios y los programas redistributivos asociados con Estado benefactor.

La cada del Muro de Berln, el colapso econmico y poltico de la Unin Sovitica, y el fracaso de las economas centralmente planifica- das eliminaron uno de los dos grandes caminos que se ofrecan como alternativa a los pases pobres. Al mismo tiempo, la desaparicin del modelo sovitico de desarrollo permiti apreciar ms claramente las diferencias que existen en el funcionamiento de las diversas economas de mercado. Por ejemplo, la versin americana del capitalismo pone nfasis en la competencia individual, el rendimiento financiero a corto plazo en las empresas y limita la gama de servicios sociales brindados por el Estado. En contraste, las versiones alemana y japonesa ponen nfasis en el consenso y en la accin colectiva, en el desempeo empre- sarial a largo plazo, y contemplan una gama ms amplia de intervencio- nes estatales en el suministro de bienes pblicos.

Una de las tareas centrales para responder creativamente a los desafos del desarrollo en los inicios del siglo 21 consiste en definir adecuada- mente el papel que debe jugar el Estado, particularmente en el contexto del nuevo orden global fracturado que est afianzndose en la actuali- dad. Durante los ltimos decenios los Estados han venido perdiendo la capacidad de controlar cualesquiera de los fenmenos polticos, eco- nmicos, sociales, ambientales, culturales o tecnolgicos que se pre- sentan ahora en el mundo. La preeminencia de los Estados est siendo erosionada en muchos aspectos de la poltica exterior, tal como lo de- muestran la renovada importancia de las organizaciones regionales e internacionales en asuntos tales la prevencin y solucin de conflictos. Algo similar sucede con la soberana estatal en la poltica econmica debido, entre otras razones, a la capacidad de las instituciones financie- ras internacionales de establecer condiciones para el acceso a los recur- sos bajo su control, a la proliferacin de acuerdos comerciales en todas las regiones del mundo, y al creciente poder econmico de las corpora- ciones transnacionales y los inversionistas privados. Adems, la in- fluencia que han adquirido las organizaciones internacionales, inclusive

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las no gubernamentales, en campos tales como los derechos humanos y la proteccin del medio ambiente condiciona el ejercicio irrestricto de la soberana nacional.

Al mismo tiempo, la necesidad de mejorar la eficiencia de la gestin gubernamental, el deseo de extender y profundizar las prcticas demo- crticas, la voluntad de reafirmar identidades culturales, y la prolifera- cin de conflictos tnicos y religiosos, empujan a los Estados hacia la cesin de autonoma y la transferencia de competencias a una amplia gama de entidades subnacionales de gobierno (distritos, provincias, au- tonomas, estados, autoridades metropolitanas, consejos territoriales). Se est generalizando la delegacin de responsabilidades para la admi- nistracin de la educacin y la salud pblicas, para el mantenimiento de la infraestructura fsica, y para muchos otros programas gubernamen- tales. Adems, la descentralizacin fiscal y la recaudacin de impues- tos locales han permitido a estas circunscripciones contar con recursos financieros propios para reforzar su autonoma. En casos extremos de conflictos violentos, esto ha llevado a la escisin de varios Estados, sobre todo en Europa Oriental, Asia Central y en frica al Sur del Sahara.

El Estado nacin una de las ms importantes innovaciones institucionales de los ltimos tres siglos est siendo sometido desde hace varios dece- nios a enormes tensiones que se originan tanto dentro como fuera de su territorio. Al sobrepasar la capacidad de procesamiento y respuesta de las agencias gubernamentales a travs de las cuales actan los estados, estas nuevas demandas han generado incertidumbre, inestabilidad, tur- bulencia y una crisis global de gobernabilidad. Para enfrentar esta crisis y crear un entorno internacional ms estable y favorable a los esfuerzos de desarrollo ser necesario complementar la accin de los estados, involucrando al sector privado y a las organizaciones de la sociedad en muchas tareas que antes eran consideradas como mbito exclusivo para la accin estatal.

No obstante, el Estado est an muy lejos de desaparecer o de volverse obsoleto. Pese a las presiones que enfrenta desde arriba y desde abajo,

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y a la diversidad de agentes que intervienen para configurar el orden global fracturado, durante los prximos decenios los Estados continua- rn siendo los actores principales en el escenario internacional. Han mostrado una gran capacidad para adaptarse a las cambiantes circuns- tancias, particularmente considerando el papel ms activo que juegan el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil en los procesos de desarrollo al iniciarse el siglo 21. Adems, no se avizoran entidades capaces de reemplazar al Estado en sus funciones de garantizar la segu- ridad interna y externa, regular los mercados, promover la igualdad de oportunidades, proteger el medio ambiente y proveer infraestructura fsica, entre otras funciones orientadas hacia lograr el bien comn.

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La toma de conciencia acerca del papel central que seguir jugando el Estado durante los primeros decenios del siglo 21 ha sido resultado de un amplio debate que tuvo lugar durante los ltimos 25 aos. La pre- eminencia que asignaron al Estado las teoras y estrategias de desarrollo desde fines de los aos cuarenta empez a ser cuestionada en crculos acadmicos y polticos a partir de mediados de los setenta, y cristaliz a fines de los ochenta en lo que se denomin el Consenso de Washing- ton sobre polticas econmicas. Este consenso articul el sentido co- mn prevaleciente en la comunidad acadmica y las instituciones finan- cieras internacionales, y su principal contribucin fue el reconocer la importancia de los mercados y las limitaciones de la intervencin esta- tal. Sin embargo, muchos funcionarios de organismos internacionalesy an ms importante, funcionarios gubernamentales responsables de las polticas econmicas en Amrica Latina interpretaron el Consenso de Washington en forma sesgada e inflexible. Esto los llev a justificar e imponer medidas extremas de liberalizacin comercial, desregulacin financiera, privatizaciones apresuradas y recortes del gasto pblico sin establecer prioridades, sin tomar en cuenta costos de oportunidad, sin considerar sus efectos secundarios y sin discusin pblica.

Diez aos ms tarde una revisin de este consenso por quienes lo for- mularon llev a moderar varias de sus recomendaciones de poltica eco-

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nmica, y tambin a incorporar las reformas de segunda generacin para mejorar el desempeo del Poder Judicial, las agencias reguladoras, el sistema educativo y el funcionamiento de todo tipo de instituciones. Por su parte, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Fondo Monetario Internacional han adoptado en los ltimos aos interpretaciones ms balanceadas de las polticas del Consenso de Was- hington, complementndolas con medidas para reformar las institucio- nes pblicas, eliminar la corrupcin, promover el respeto a los derechos humanos, y reforzar la participacin ciudadana y la gobernabilidad de- mocrtica.

Estos cambios y vaivenes sugieren que no es fcil ubicar la accin de las fuerzas de mercado en su dimensin correcta. Para lograr esto es preciso reconocer que el mercado es una construccin social, una crea- cin humana, y no una ley de la naturaleza. Como toda construccin social, requiere de intervenciones activas para funcionar en forma ade- cuada y eficiente. Adems, el mercado no abarca concepciones ticas ni morales, ni tiene porque hacerlo: es un instrumento ciego, cuya des- carnada operacin permite asignar los recursos eficientemente, tanto en el consumo como en la produccin de bienes y servicios, en funcin de la satisfaccin y de la rentabilidad anticipadas.

Sin embargo, para que el mercado funcione en forma ptima es preciso cumplir con un conjunto de condiciones muy estrictas informacin total para productores y consumidores, competencia perfecta sin posi- bilidad de que las empresas puedan manipular los precios, ausencia de externalidades e inexistencia de bienes pblicos, entre otros que es prcticamente imposible lograr en la vida real. Por lo tanto, para que el mercado cumpla con sus funciones en la economa realmente existente, es necesario crear otras instituciones sociales que permitan aproximar- nos a las condiciones ideales de su funcionamiento.

A su vez, esto requiere de la intervencin estatal y de la participacin de la sociedad civil, lo que conduce a la aparente paradoja sealada clara-

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mente por el historiador Karl Polanyi hace ms de medio siglo en su extraordinario libro La gran transformacin de que la regulacin esta- tal, la provisin de bienes pblicos, la participacin de los consumido- res, y las relaciones de confianza entre actores econmicos y sociales son condiciones necesarias para el buen funcionamiento de los merca- dos. Ni el estado ni las organizaciones de la sociedad civil deben ser simplemente espectadores pasivos de la operacin del mercado; por el contrario, debe participar activamente en crear las condiciones para su buen funcionamiento.

A partir de estas consideraciones, es posible identificar uno de los prin- cipales desafos que enfrentamos los latinoamericanos para avanzar hacia la prosperidad y el bienestar al iniciarse el siglo 21. Debemos evitar convertirnos, una vez ms, en prisioneros de una de las cuatro utopas que, llevadas a sus extremos, han causado mucho dao en nuestra re- gin. Se trata de la utopa estatista, en la cual el Estado puede y debe hacerlo todo; la utopa de mercado, en la cual basta slo con dejar que funcionen la fuerzas de mercado para resolver todos nuestros proble- mas; la utopa basista, en la cual la accin de las bases organizadas es lo nico que puede llevarnos hacia el desarrollo; y la utopa caudillista, que postula que slo un liderazgo autoritario con mano dura y fuerte, a menudo encarnado en la fuerza armada, es capaz de conducirnos hacia la prosperidad y el bienestar para todos.

Si bien ninguna de estas utopas ha dominado completamente el escena- rio poltico a lo largo del tiempo, en determinados momentos alguna de ellas ha llevado la voz cantante en diversos pases de Amrica Latina. Por ejemplo, en el Per hemos experimentado el predominio de las uto- pas estatista y caudillista con el gobierno militar presidido por Juan Velasco Alvarado a fines de los sesenta y principios de los setenta, la pugna entre la visin estatista y la utopa basista durante el gobierno de Alan Garca en la segunda mitad de los ochenta, y el predominio de la utopa de mercado, matizada con una importante participacin de la fuerza argmada, en el ltimo decenio durante los dos gobiernos de Al- berto Fujimori.

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Para avanzar en el diseo y puesta en prctica de estrategias de desarro- llo en los primeros decenios del siglo 21 es necesario evitar los extre- mos que representan estas cuatro utopas. Pero como al fin y al cabo todo proyecto de renovacin social requiere de un cierto componente utpico, deberamos buscar la utopa del justo medio, que se caracteri- za por un equilibrio entre la accin del Estado, de las fuerzas de merca- do y de las organizaciones de la sociedad civil, as como por una subor- dinacin sin sumisin de las Fuerzas Armadas al poder civil. Slo un balance adecuado entre todos estos protagonistas de nuestro desarrollo har que entremos con buen pie al siglo 21.

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Durante los ltimos cuatro decenios el Per ha experimentado varias reformas del Estado, y en particular del Poder Ejecutivo. Bajo la in- fluencia de las ideas de la Comisin Econmica para Amrica Latina (CEPAL) de las Naciones unidas y del Centro de Altos Estudios Milita- res (CAEM ), el gobierno militar de 1962-63 inici con la creacin del Instituto Nacional de Planificacin (INP) lo que puede considerarse como la primera modernizacin del aparato estatal peruano de en el perodo de la posguerra. Bajo la direccin tcnica del Coronel Jos Bailetti, esta institucin se convirti en el principal centro de estudios y anlisis de la realidad peruana an no existan el Instituto de Estudios Peruanos, GRADE, el Centro de Investigaciones de la Universidad del Pacfico, y otros centros de estudio estaban ms dedicados a las activi- dades de promocin del desarrollo que a la investigacin y el INP fue el semillero de funcionarios pblicos y empresarios privados de desta- cada trayectoria.

Las reformas del primer gobierno del Presidente Fernando Belaunde empezaron a darle una mayor capacidad operativa a la administracin pblica. Se cre el Banco de la Nacin a partir de la antigua Caja de Depsitos y Consignaciones, se fortalecieron varios ministerios, se uni- ficaron el Seguro Social del Obrero y del Empleado, y las elecciones

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municipales reforzaron a los gobiernos locales. Tambin se trat de mejorar la eficiencia de algunas dependencias y empresas pblicas, ta- les como la Empresa Petrolera Fiscal y la Corporacin Nacional de Fer- tilizantes. Hacia el fin del gobierno del Presidente Belaunde, el Primer Ministro Manuel Ulloa intent introducir una reforma tributaria cuya ejecucin fue interrumpida por el golpe militar de 1968.

Entre 1968 y 1975, durante el gobierno del general Juan Velasco Alvarado, se transform completamente, no slo el modelo de desarrollo, sino tambin la estructura del Poder Ejecutivo. Se increment el nmero de ministerios y de entidades con rango ministerial (recordemos, entre otras entidades, al Ministerio de Alimentacin, el de Comercio, la Oficina Nacional de Integracin y el Sistema Nacional de Apoyo a la Moviliza- cin Social). Se crearon, adems, una serie de agencias gubernamenta- les autnomas adscritas a los diferentes sectores de la administracin pblica, tales como la Corporacin Financiera de Desarrollo (COFIDE), el Consejo Nacional de Investigacin, que ms tarde se transformara en Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologa, y varios institutos tecno- lgicos sectoriales. Por otra parte, las nacionalizaciones y la quiebra de algunas empresas privadas que fueron absorbidas por el Estado aumen- taron el nmero de empresas pblicas. Por ejemplo, con la quiebra del Banco Popular el Estado se hizo dueo de una serie de empresas que dependan de ste (incluyendo el cine Coln en la plaza San Martn que ya se especializaba en pelculas pornogrficas). De esta manera el Es- tado se convirti en el principal protagonista de los procesos econmi- cos y sociales.

La crisis econmica de 1976, con el primer gran paquetazo del minis- tro Luis Bara, forz un ajuste fiscal y una cierta racionalizacin del gasto pblico. En 1979, cuando Javier Silva Ruete era Ministro de Economa y Finanzas, se ejecut uno de los primeros programas de reduccin de personal del Estado, otorgando un ao de sueldo como incentivo para que los funcionarios pblicos renunciaran en forma vo- luntaria. Una evaluacin realizada aos ms tarde indic que los funcio- narios ms capaces, quienes tenan mejores posibilidades de obtener

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trabajo en la empresa privada, los organismos internacionales y en las instituciones de enseanza superior fueron los que dejaron el sector pblico. Esto redujo la planilla gubernamental, pero a cambio aument el nmero de pensionistas y disminuy significativamente la capacidad operativa de las entidades estatales.

En su segundo gobierno el Presidente Belaunde empez a adecuar la administracin pblica a las nuevas exigencias de la estrategias de desa- rrollo y el contexto internacional. En 1982-1983 se lanz un programa de modernizacin administrativa del Estado con un prstamo de US $10 millones otorgados por el Banco Mundial. Se cre un fondo para apo- yar la contratacin de funcionarios de alto nivel, se hizo un esfuerzo por mejorar el sistema de formulacin y ejecucin del Presupuesto Nacio- nal, y se disearon sistemas para la gestin pblica, tales como un pro- grama computerizado para el registro y seguimiento de las operaciones de endeudamiento del Estado. Adems, dos instituciones educativas, la Escuela Superior de Administracin de Negocios (ESAN) y la Universi- dad del Pacfico, recibieron parte de los recursos del prstamo para realizar estudios sobre la reforma del Estado y preparar materiales para entrenamiento en gestin pblica. Sin embargo, nada de esto lleg a ponerse en prctica y la mayor parte de este prstamo se destin a la contratacin de consultores externos cuyo conocimiento del pas era bastante limitado. Como consecuencia, el impacto de este programa de modernizacin administrativa fue muy escaso.

Pese a algunos intentos, bastante tmidos, de introducir orden en el aparato estatal durante los dos primeros aos del gobierno Presidente Alan Garca por ejemplo, a travs del refuerzo de CONADE, el holding de empresas pblicas se mantuvo el aparato estatal prcticamente in- tacto, se aadieron numerosos funcionarios pblicos a las planillas del Estado, se intent nacionalizar la banca privada y se crearon los gobier- nos regionales, algunos de los cuales se poblaron de una frondosa buro- cracia. Hacia 1989-1990 el aparato del Estado colaps por su propio peso: en 1990 las 177 empresas pblicas existentes perdieron ms de US $530 millones. Adems, la hiperinflacin y la crisis econmica re-

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dujeron la recaudacin fiscal a menos del 5% del PBI en 1989, una de las proporciones ms bajas del mundo. Esto llev a lo que Richard Webb ha llamado una privatizacin de facto del aparato estatal, que perdi su capacidad de cumplir con sus funciones ms elementales, incluyendo la de garantizar la seguridad pblica.

Luego de las medidas de emergencia adoptadas por el Presidente Alber- to Fujimori en 1990, el ao siguiente se inici un programa de reduccin de personal en el aparato del Estado, principalmente mediante incenti- vos para estimular renuncias voluntarias. Entre 1990 y 1993 el nmero de empleados pblicos se redujo en un 14% (el 69% de reduccin en el gobierno central fue compensada con un aumento de 142% en los go- biernos regionales, que en 1993 representaron el 44% de los 650,000 empleados pblicos). El costo de esta reduccin fue estimado por el Banco Mundial en cerca de US $520 millones, de los cuales US $110 millones de dlares se pagaron en incentivos a los que dejaron de labo- rar para el Estado y el resto corresponde a los pagos adicionales por concepto de pensiones.

La privatizacin de empresas pblicas y el cierre de numerosas entida- des estatales fueron contrarrestados por la creacin de nuevos ministe- rios (Presidencia y Promocin de la Mujer y Desarrollo Humano), de varias entidades reguladoras, de numerosos programas especiales, y por la multiplicacin de los Gobiernos Regionales Transitorios. Los cambios introducidos en los organismos con la avalancha de decretos legislativos luego del autogolpe del Ingeniero Alberto Fujimori el 5 de abril de 1992, as como las numerosas modificaciones a las leyes y decretos legislativos que introdujeron tanto el Congreso como el Ejecu- tivo en los aos siguientes, fomentaron la confusin, la superposicin de funciones y los conflictos de competencia entre ministerios y otras entidades pblicas. Todo esto ha llevado a un Poder Ejecutivo excesi- vamente centralizado y concentrado, que se caracteriza por su ineficiencia y debilidad institucional, a lo que se debe aadir un estilo de gobierno autoritario que deja poco espacio para la iniciativa de ministros y otros los altos funcionarios.

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La devolucin de un proyecto de Ley Orgnica del Poder Ejecutivo presentado al Congreso por el Primer Ministro Alberto Pandolfi en 1996 marc otro intento fallido de reformar el Poder Ejecutivo. Como parte de este intento, la Presidencia del Consejo de Ministros cre varios equi- pos de trabajo para apoyar a los ministerios en la preparacin de planes estratgicos. Algunos de estos equipos, compuestos principalmente por jvenes tecncratas con excelente formacin acadmica pero con muy poca experiencia, siguieron trabajando para los ministerios una vez que se abandon el intento de reforma y lograron introducir algunas mejoras administrativas. En forma adicional, el Per sufri el bochorno de cancelar un prstamo del Banco Interamericano de Desarrollo por US $55 millones para la reforma de la administracin pblica, luego de que este fuera aprobado formalmente por el directorio de dicha institu- cin. La razn ostensible para esta cancelacin fue la percepcin de que la reforma del Poder Ejecutivo dejara a un buen nmero de funcio- narios pblicos sin trabajo. Algo similar sucedi dos aos ms tarde con la cancelacin de un prstamo ya aprobado por el directorio del Banco Mundial por US $25 millones para la reforma del Poder Judicial, pero en este caso el gobierno no acept las condiciones de este organis- mo internacional que exiga una mayor independencia y autonoma para el sistema de administracin de justicia.

Hacia fines del decenio de 1990 se volvi a tocar el tema de reforma del Poder Ejecutivo, esta vez en el contexto de una crisis de crecimiento econmico, una disminucin significativa en la recaudacin fiscal, y llamados del empresariado para reducir el gasto pblico. Luego de to- dos los intentos de reforma en que se embarc fallidamente el gobierno durante el decenio de los noventa, la respuesta del Presidente de la Re- pblica fue pedir a la CONFIEP, el principal gremio empresarial del Per, que presente sugerencias sobre como reformar el Poder Ejecuti- vo. La reaccin del presidente de uno de los gremios afiliados a esa institucin fue inmediata: exigir al gobierno que cumpla con sus funcio- nes, su responsabilidad y las promesas que hizo durante el decenio de los noventa, y no esperar que el sector privado sea el que plantee como reformar al Estado.

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La situacin del Poder Ejecutivo al iniciarse el siglo 21 en el Per adole- ce de una serie de defectos. Existen algunas islas de modernidad y eficiencia perdidas en un mar de mediocridad, se han acumulado una serie de distorsiones y vicios administrativos, y se necesita urgente- mente una racionalizacin y reestructuracin de la administracin pbli- ca. Adems, no se han modificado significativamente los procedimien- tos para formular el Presupuesto de la Repblica que parecen disea- dos para ofuscar y confundir a la ciudadana, ni se han actualizado los mecanismos para controlar y evaluar su ejecucin. Todo esto hace que el Poder Ejecutivo no est a la altura de los desafos que enfrentar durante los primeros decenios del siglo 21.

El presente trabajo es el resultado de un esfuerzo de varios aos que empez a fines de 1993, poco despus de iniciado el programa de traba- jo de AGENDA: Per. Antonio Gonzles Norris y Jaime Johnson prepa- raron informes sobre los problemas centrales en la administracin p- blica peruana, y Claudio Herzka prepar un informe sobre los progra- mas de reforma del sector pblico en Amrica Latina como parte de una serie de trabajos que se realizaron en GRADE paralelamente a los es- fuerzos de AGENDA: Per. Posteriormente se cont con la participa- cin de Elena Conterno y Vernica Zavala, quienes prepararon un docu- mento de trabajo durante 1994-1995 con la ayuda de Guillermo Felices y de Eliana Chrem. Este documento de trabajo fue uno de los principa- les insumos con que cont Gustavo Guerra Garca para preparar el presente informe a partir de fines de 1996 y durante 1997. Francisco Sagasti, tuvo a su cargo la direccin de los trabajos realizados por los diversos consultores y miembros del equipo de AGENDA: Per, y tam- bin se encarg de supervisar la actualizacin del presente informe para su publicacin.

En varias ocasiones a lo largo de todo este proceso se nos dijo que era urgente que publiquemos los resultados de nuestros trabajos, ya que de otra forma sera demasiado tarde porque que la reforma administrativa del Poder Ejecutivo era inminente. Si bien presentamos resultados par- ciales en dos eventos, uno convocado por la Escuela Superior de Admi-

LA REFORMA DEL ESTADO EN EL PER xxi

nistracin de Negocios (ESAN) y otro por el Centro de Estudios de Participacin (CEDEP) en 1996 y 1997, hemos preferido demorar la publicacin del presente texto hasta estar seguros de que su contenido corresponde al esfuerzo de las numerosas personas que han participado en l, y en especial al de Gustavo Guerra Garca quien tuvo que prepa- rar tres versiones del presente informe en el ao en que fue consultor de AGENDA: Per. Las demoras y vacilaciones gubernamentales en la reforma del Estado durante todo el decenio de los noventa aseguran que este informe mantiene aun su plena vigencia, pese al tiempo que nos tom alistar su publicacin.

Luego de una breve introduccin en la cual se destaca la importancia de la reforma del Estado, el trabajo plantea el contexto en el cual tiene lugar esta reforma. A esto sigue una apretada pero muy rica revisin de la literatura y un marco conceptual para caracterizar al Estado peruano y orientar la reforma del Poder Ejecutivo. Entre otros temas, este captu- lo describe las principales fallas del mercado y las fallas del Estado, y especifica cuales deben ser las funciones del Estado en la actualidad. Una evaluacin de la lgica de las reformas institucionales y cambios en la estructura del Poder Ejecutivo entre 1990 y 1996 es el tema del cap- tulo que sigue a continuacin, el cual describe las principales medidas tomadas por el gobierno en este perodo. Luego se seala muy clara- mente en otro captulo las limitaciones actuales del Poder Ejecutivo y los riesgos de seguir con ms de lo mismo.

El siguiente captulo plantea las principales propuestas para reformar al Poder Ejecutivo, tocando aspectos tales como su estructura organizativa, las funciones de cada nivel y dependencia administrativa, la forma en que puede mejorarse la coordinacin y la eficiencia del Poder Ejecutivo, la distribucin de papeles entre el sector pblico, el sector privado y el sector de la sociedad civil, el enfoque para la regulacin de las empresas privadas y especialmente de los servicios pblicos privatizados, y la desconcentracin y descentralizacin de la administracin pblica. Un ltimo captulo de comentarios finales resume los principales temas tra- tados, y un conjunto de anexos proporciona mayores detalles sobre algunas de las propuestas que contiene el informe.

xxii

GUSTAVO GUERRA-GARCA

Esperamos que el presente texto contribuya a fomentar un dilogo y un debate en profundidad sobre la reforma del Estado en general y la del Poder Ejecutivo en particular, as como a forjar un consenso sobre las direcciones que tiene que tomar la evolucin de la administracin pbli- ca peruana para adecuarse a las exigencias y demandas del siglo 21.

Francisco SagastiMax HernndezDirectores de AGENDA: Per

Lima, octubre de 1999

LA REFORMA DEL ESTADO EN EL PERxxiii

A Rosa Ana

CAPTULO ILA REFORMA DEL ESTADO EN EL PER11

Introduccin:La importancia de la reforma del Estado

La reforma del Estado es un tema de fondo tanto en los pases industrializados como en las naciones en desarrollo. En las economas modernas, los Estados estn orientados a enfrentar la heterogeneidad social, contener el deterioro del ambiente, evitar colapsos en los procesos de acumulacin de capital, fortalecer la capacidad de regulacin (monetaria, financiera, competencia, monopolios naturales, defensa del consumidor, etc.) y promover la competitividad de sus economas tanto en los escenarios internacionales como en los procesos de integracin.

Entre los grupos dirigentes y las organizaciones representativas de los pases de altos ingresos existe una apreciacin comn sobre la importancia primordial de la accin del Estado y su repercusin en la vida econmica, el proceso poltico y la cohesin social. En esos pases, el papel del Estado es crucial en la definicin de las polticas que se consideran prioritarias, como la promocin de la agricultura, la industria y la innovacin cientfico-tecnolgica.

En lneas generales, tanto en los pases del mundo industrializado como en las naciones en desarrollo, las acciones y omisiones del Estado responden a los intereses que representa el gobierno en ejercicio. Sin embargo, la gran diferencia entre ambos grupos de pases reside en la capacidad estatal para formular y ejecutar polticas. En las naciones industrializadas, las intervenciones en la economa a travs de reservas del mercado interno, subvenciones, crditos blandos, asignaciones de presupuestos y actividades empresariales directas se ejecutan, por lo

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general, sobre la base de dos elementos fundamentales: 1) una estrategia de desarrollo consensual y nacional, y 2) un Estado eficiente.

En contraste, en Amrica Latina, particularmente en el Per, existe una gran debilidad del aparato pblico y ello ocurre a pesar de que, por sus caractersticas (mayores diferencias sociales, mercados internos pequeos, sectores empresariales poco competitivos, etc.), es posible concluir que la regin requiere una participacin estatal tan importante o incluso mayor que la del mundo industrializado para enfrentar los principales problemas y desafos del desarrollo. Por esta razn, la modernizacin del Estado no es slo un tema prioritario, sino tambin urgente. Es importante sealar que en muchos pases de bajos ingresos existe una desproporcin entre las innumerables funciones desempeadas por el gobiernos y sus precarias capacidades, lo que dificulta an ms las posibilidades de alcanzar el desarrollo sostenido. Por ello, el Banco Mundial, sostiene que la historia demuestra que se debe adoptar una doble estrategia: primero acomodar el papel del Estado a su capacidad para, posteriormente, elevar dicha capacidad revitalizando las instituciones pblicas2 .

Los nuevos modelos tericos relacionados con la economa institucional y con los estudios sobre gobernabilidad indican que sin un Estado participativo y con una gran capacidad para racionalizar la formulacin y ejecucin de polticas, es poco probable que se consolide una estrategia de crecimiento de largo plazo que logre una articulacin eficiente de los sectores pblico, privado y social.

Adems, la experiencia internacional ensea que cuando se trata de reformar organizaciones pblicas, los avances parciales, pero slidos, capaces de obtener un amplio apoyo que haga difcil su reversin, son preferibles a los grandes saltos hacia adelante que rara vez llegan a consolidarse y a sobrevivir a quienes los impulsan.

2 Banco Mundial. El Estado en un mundo en transformacin: Informe sobre el desarrollo mundial 1997. Banco Mundial, Washington DC, 1997.

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Este libro propone un conjunto amplio y articulado de conceptos operativos tiles para caracterizar al aparato del Estado peruano, identificar sus principales problemas y proponer pautas para la reestructuracin del Poder Ejecutivo. La tarea no es fcil y entre las razones que explican las dificultades para abordar la problemtica de la reforma del Estado en este pas destacan las siguientes:

Todo proceso de reforma estatal requiere de un enfoque inter- disciplinario que integre, por lo menos, a la economa, la ciencia poltica, la administracin, el derecho, las relaciones internacionales y el resto de disciplinas asociadas al modelo de desarrollo .

A nivel internacional, se reconoce que3 :no se sabe mucho sobre las tendencias a largo plazo de la participacin econmica global del Estado ni sobre la composicin del gasto pblico. Tampoco hay muchas pruebas (ni estudios) sobre los beneficios econmicos y sociales del aumento de esa participacin. Esto es importante para determinar si debe reformarse el Estado y qu puede aprenderse de las experiencias de los pases que han tratado de hacerlo.

La mayora de enfoques sobre la reforma del Estado se han creado para sociedades industrializadas que cuentan con Estados eficientes, un desarrollo significativo de sus mercados e importantes niveles de civilidad. Es decir, las principales innovaciones tericas y prcticas relacionadas con la gestin pblica se han producido en contextos completamente diferentes al peruano.

El Per constituye un caso extremo desde diferentes puntos de vista: extrema pobreza, extrema debilidad del Estado, extrema insuficiencia en el desarrollo de los mercados y extremos desencuentros histricos entre las organizaciones significativas de la sociedad. Adems, en el

3 Schuknecht, Ludger y Tanzi, Vito. Reforma del Estado en pases industriales. En:Finanzas & Desarrollo, 33 (3), 1996. pp. 2-5

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pasado reciente los peruanos han pasado de un gobierno en extremo intervencionista (1985-1990) a uno en extremo liberal (1990-1996).

Se requiere mucho conocimiento prctico y concreto de las diferentes realidades del pas. El Per es tambin difcil de analizar por su extrema diversidad4 :(...) pas pluritnico y multilinge; sociedad escindida por la pobreza y la exclusin; economa heterognea en la que conviven, se superponen e interpretan los ms variados estratos tecnolgicos; Estado nacional que slo recientemente incorpora a la mayora de la poblacin al cuerpo electoral.

Adems, a pesar de todos los argumentos esgrimidos por quienes exigen en el gobierno a gerentes-tecncratas y no a polticos, existen funciones elementales del Estado (lucha contra la pobreza, estrategia de desarrollo y otras prioridades) que no se resuelven exclusivamente sobre la base de recetas tecnocrticas o criterios de eficiencia y efectividad. Ello se debe a que todos los temas que de alguna manera afectan la competitividad de la economa, y al mismo tiempo el balance entre la eficiencia y la equidad en la sociedad, requieren de soluciones relacionadas con la construccin de consensos, proyectos nacionales y, en general, con la estructura de valores de la sociedad. Es necesario cuidarse de la ilusin tecnocrtica de que existen soluciones mgicassimples, lgicas, rpidas y eficientes para la modernizacin de la administracin pblica.

Finalmente, el tema de la reforma del Estado es tambin difcil por- que el proceso no debe evaluarse como un cambio de una vez y para siempre; sino como una tarea permanente a travs de la cual las organizaciones del Estado se adecan al cumplimiento de objeti- vos de polticas articuladas a una estrategia de desarrollo coherente. As, la ausencia de una visin compartida de desarrollo dificulta enor-

4 Guerra-Garca, Francisco. Reforma del Estado y crisis de los partidos. Cedep, Lima,1996, p. 60.

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memente la estructuracin de enfoques y planteamientos de reforma del aparato pblico.

Cabe destacar que, desde mediados de 1996, el gobierno peruano anunci que se propona realizar una conjunto de reformas para modernizar el aparato pblico. Sin embargo, an no se ha producido ningn debate amplio sobre el contenido y la direccin de estas reformas. Adems, no existe una visin comn dentro del mismo Poder Ejecutivo en cuanto al sentido de este proceso5 . En estas condiciones, tampoco se ha producido un consenso general entre el gobierno, el sector privado y los sectores importantes de la sociedad sobre la forma de emprender la difcil tarea de modernizar la gerencia del sector pblico y reestructurar al Ejecutivo.

Adicionalmente, el gobierno tampoco considera que existe necesidad de articular la visin de corto plazo del proceso de modernizacin del Estado en el marco de un enfoque de largo plazo de la estrategia de desarrollo del pas.

Durante la ltima dcada diferentes instituciones, investigadores y analistas peruanos y extranjeros han identificado ciertos elementos que requieren ser considerados en el proceso de reforma del Poder Ejecutivo. No obstante, dichas contribuciones an no han sido articuladas para constituir una visin integrada y con perspectiva estratgica para aproximarse al tema en cuestin.

El presente estudio est diseado para articular e integrar las diferentes contribuciones y aportes realizados sobre la reestructuracin del Poder Ejecutivo en el Per. La idea es que esta propuesta propicie un amplio debate y un intenso proceso de consultas sobre las pautas que deberan tenerse en cuenta para modernizar el Estado peruano en general y, en particular, al Poder Ejecutivo.

5 Gestin. Discrepancias en el Ejecutivo por modernizacin del Estado: para un sector de ministros no es posible que luego de un ao, slo se pretenda trasladar entidades y viceministerios. Ao 7, N 1851, 7 de diciembre de 1996, p. 40.

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CAPTULO II

El contexto de la reforma del Estado en el Per

Tres conjuntos de factores deben ser tomados en cuenta al examinar el contexto que enmarca los esfuerzos para reformar el Estado peruano:1) las caractersticas del contexto internacional y el proceso de globalizacin mundial; 2) la crisis de gobernabilidad democrtica que el Per ha experimentado desde principios del decenio de los 80 y 3) las exigencias de la transicin de un perodo de estabilizacin econmica a uno de reformas estructurales e institucionales.

EL PROCESO DE GLOBALIZACION Y EL NUEVO CONTEXTO INTERNACIONAL

Los esfuerzos por reformar las funciones y la estructura del Estado en los diversos pases de la regin tienen lugar en el marco de un orden global fracturado, en el cual coexisten procesos de globalizacin comercial, financiera, poltica, tecnolgica, cultural y ambiental, con profundas y crecientes divisiones entre los pases y los diferentes grupos sociales que los constituyen6 .

La multiplicidad de cambios y nuevas tendencias indican que est en marcha un proceso acelerado, segmentado y desigual de globalizacin. La expansin mundial en las actividades productivas y de servicios, la

6 Sagasti, Francisco R. National Strategic Planning in a Fractured Global Order, En:Development - Journal of SID, 1991, N 3/4, pp. 11-15.

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importancia cada vez menor de las fronteras nacionales y el intenso intercambio de informacin y conocimiento coexisten con la concen- tracin de actividades globales en ciertos pases, regiones, ciudades y barrios. Estas actividades se desarrollan paralelamente a la marginacin de muchas actividades productivas y de las personas involucradas en ellas.

Este nuevo orden es global, pero no es integrado. Es un orden que pone en contacto a la mayora de las personas entre s, pero que al mismo tiempo mantiene profundas brechas y fisuras entre diferentes grupos de pases y entre las personas de una determinada nacin. Es un orden que segrega a una gran parte de la poblacin mundial e impide que participe de los beneficios que ofrecen los avances cientficos y tecnolgicos.

En la actualidad, existe un ncleo de actividades econmicas estratgicas: mercados de capital, servicios empresariales, turismo, tecnologa y algunas lneas de produccin (automviles, computadoras y los productos electrnicos), que determinan el ritmo de evolucin de la economa globalizada. Estas actividades se encuentran estrechamente ligadas al cambio tcnico y a los desarrollos de la informtica, la biotecnologa, la bioqumica, la electrnica y la ciberntica.

Las empresas que se relacionan con esas actividades operan en tiempo real y en forma simultnea por todo el planeta. Pero, en aquellos lugares donde estas industrias no desempean un papel importante, las sociedades estn siendo marginadas y corren el riesgo de convertirse en irrelevantes para el funcionamiento de una economa cada vez ms globalizada, en la cual, como indic el cientfico social Rajni Khotari en la Conferencia del Cairo de 1987, por primera vez en la historia de la humanidad, los ricos no necesitan de los pobres.

Interdependencia econmica

Desde el punto de vista econmico, el proceso de globalizacin est produciendo un conjunto de importantes transformaciones en los patrones

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de interdependencia. Entre ellos es necesario destacar el crecimiento explosivo y la globalizacin de los mercados financieros, cambios sustanciales en la estructura y la orientacin del comercio internacional, y la profundizacin de las desigualdades entre pases ricos y pobres.

La gran diversidad y amplitud de los posibles cambios en prcticamente todos los aspectos de la economa internacional ha sido mucho mayor durante la dcada de los noventa que en cualquier momento de los cua- tro decenios precedentes. La creciente interdependencia ha creado un contexto econmico internacional que transmite y amplifica los distur- bios en cualquier mercado, magnifica su impacto y aumenta signi- ficativamente la incertidumbre. Esta situacin ha sido exacerbada por la ausencia de normas y reglamentos internacionales efectivos y por la inexistencia de instituciones capaces de regular los flujos financieros y comerciales. A todo esto habra que aadir las limitaciones de la coordi- nacin de polticas entre las principales economas del mundo.

Actualmente, los mercados financieros internacionales abarcan una vasta red de transacciones que involucran entre otras: 1) la compra y venta de acciones a nivel global; 2) el arbitraje en mltiples mercados y monedas;3) las inversiones en portafolio por medio de una asombrosa variedadde fondos internacionales y 4) los flujos masivos de capitales a travs de las fronteras7.

Las transacciones financieras han adquirido vida propia y se han separado de la produccin y distribucin de bienes y servicios. A su vez, la globalizacin de los mercados financieros ha fomentado un explosivo crecimiento de las transacciones entre los centros financieros que estn ubicados en unas pocas ciudades principalmente de los pases industrializados como Nueva York, Chicago, Londres, Tokio, Frankfurt, Pars, Bruselas, Zurich y Hong Kong.

7 Un ejemplo de este fenmeno es el reciente debate acerca de la forma de regular el mercado internacional de productos financieros derivados.

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En contraste, y a pesar del reciente crecimiento de los mercados emergentes de capital, Asia y Amrica Latina an estn muy lejos de plantear un desafo a los centros financieros ya establecidos.

Por otra parte, estn surgiendo nuevas redes de convenios comerciales entre corporaciones transnacionales que abarcan diversos aspectos como manufactura, finanzas, comercializacin, servicios y distribucin que se caracterizan por un complejo patrn de acuerdos cooperativos y competitivos que cambian continuamente. Alianzas estratgicas entre empresas en actividades de investigacin y desarrollo en las etapas pre- competitivas se producen paralelamente a una feroz competencia en los mercados de productos finales.

En esos procesos, la unidad econmica empieza a dejar de ser la empresalocal, internacional o transnacional y comienzan a generarse redes organizativas especficas, creadas para propsitos particulares en un momento determinado. Estas redes tienden a operar de forma independiente a las empresas que las establecieron y su racionalidad est orientada a la bsqueda incesante de competitividad.

Preeminencia de los sistemas democrticos

En el nuevo orden global fracturado, el pluralismo poltico, la participacin popular y los movimientos hacia la democracia estn convirtindose en un hecho de la vida poltica cotidiana en todos los puntos del planeta. En la actualidad, es casi imposible pensar en aceptar al menos sin protestas ni sanciones internacionales la imposicin de un nuevo rgimen dictatorial sobre los ciudadanos de cualquier pas.

A principios del decenio de los noventa, entre los procesos ms sig- nificativos de la evolucin hacia la democracia destacaron los siguien- tes:

En los pases de Europa Oriental se realizaban elecciones abiertas por primera vez en ms de medio siglo.

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Casi todos los pases de Amrica Latina y el Caribe tenan regmenes democrticos.

Los pases del Asia Central y de la ex-Unin Sovitica trataban de convertirse en naciones modernas y las presiones hacia la liberalizacin poltica aumentaban en todo el Asia.

Desapareci el gobierno racista blanco en Sudfrica.

Se produjeron evidencias de diferentes intentos por abolir los regmenes de un solo partido en varios pases de Africa.

Sin embargo, tal y como lo demuestran las principales guerras civiles (ex-Yugoslavia y Somalia) y los autogolpes organizados por lderes elegidos democrticamente (Rusia y Per), los avances hacia la democracia, el respeto por los derechos humanos y la coexistencia pacfica no estn garantizados en modo alguno.

Crisis de gobernabilidad

En este contexto, el tema de la gobernabilidad se ha vuelto sumamente importante tanto en los pases industrializados como en las naciones en desarrollo. Ello ocurre por diferentes factores, entre los cuales destacamos los siguientes:

1. Los Estados-nacin pierden terreno como comunidades polticas, en el sentido de poder controlar cualquier fenmeno econmico, social, ambiental o tecnolgico. La preeminencia y la soberana del Estado-nacin es erosionada por una mayor presencia de las Nacio- nes Unidas en la prevencin y resolucin de conflictos; la prolifera- cin de acuerdos regionales de comercio y cooperacin econmica; el creciente poder econmico de las corporaciones transnacionales y las condiciones que establecen las instituciones financieras inter- nacionales para obtener acceso a los recursos bajo su tutela.

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2. Las presiones disgregadoras a las que est sometido el Estado tanto desde abajo movimientos regionalistas, afirmacin de identidades tnicas, desarrollo de economas locales, presiones de las organiza- ciones de base como desde arriba globalizacin financiera, coor- dinacin internacional de polticas econmicas, presiones de los or- ganismos internacionales, vigencia de los derechos humanos cons- tituyen fuertes amenazas para los mbitos tradicionales de decisin de ste. Ello ocurre en una gran variedad de temas, desde la poltica macroeconmica y la proteccin de los derechos humanos hasta la provisin de servicios de saneamiento y de educacin.

3. La existencia de nuevas amenazas a la seguridad interna que impo- nen el terrorismo, el trfico de drogas, la corrupcin y el crimen organizado.

En los pases industrializados una variedad de eventos polticos han causado una percepcin general de crisis de gobernabilidad. Los escndalos de corrupcin han minado la confianza de la ciudadana en los sistemas polticos en Japn, Italia, Francia, Espaa y Alemania. Adems, grupos de extrema derecha xenofbicos han surgido tanto en Alemania como en Francia y se han producido crisis constitucionales y conflictos en pases como Canad y el Japn.

A su vez, una prolongada reduccin del bienestar econmico en el Reino Unido, Australia, Canad, Espaa y Suecia est generando desilusin en cuanto a los sistemas polticos y las polticas econmicas orientadas hacia el mercado. Adems, la difusin del crimen organizado, el terrorismo y el trfico de drogas en Europa, Estados Unidos, Japn y especialmente en la ex-Unin Sovitica han generado un nuevo sentido de inseguridad e inestabilidad que pone en entredicho el compromiso social que exista entre los gobiernos y sus pueblos.

En los pases en desarrollo, por su parte, los problemas de gobernabilidad se han intensificado debido a la brecha entre el crecimiento de las demandas sociales y la incapacidad de los marcos institucionales que

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incluyen a las instituciones del Estado, del sector privado y de la sociedad civil para satisfacerlas.

La necesidad de movilizar apoyo poltico para llevar a cabo las reformas econmicas, la naturaleza precaria de las nuevas democracias y la necesidad de contar con mecanismos legtimos y efectivos para la intermediacin poltica tambin han provocado que los temas vinculados a la gobernabilidad cobren cada da mayor relevancia en las agendas nacionales. Por todo esto, los planes para reformar los Estados deben considerar muy cuidadosamente los mbitos reales de decisin de que disponen las autoridades en los diferentes espacios de actuacin del Estado.

LA CRISIS DE GOBERNABILIDAD DEMOCRTICA EN EL PER

El primer informe de AGENDA: Per, titulado Democracia y buen gobierno, resumi los problemas de gobernabilidad democrtica en nuestro pas en los siguientes trminos:

El Per est atravesando por un proceso de cambio social pro- fundo y acelerado, gestado desde hace varios siglos. Estos cam- bios corresponden, en cierta medida, a las transformaciones que tienen lugar en el mundo, pero el carcter multicultural, heterog- neo y complejo de la sociedad peruana los hace ms agudos y los amplifica. En la transicin hacia un nuevo siglo y un nuevo milenio vivimos en un tiempo de enormes desafos y oportunidades para forjar nuestro propio destino como nacin.

Durante los decenios de 1960 a 1980, estos procesos de cambio generaron una serie de demandas de bienes, servicios, orden y paz que desbordaron la capacidad de las instituciones del Estado, del sector productivo y de las organizaciones sociales para satisfacer- las. Estas demandas se derivan del crecimiento de la poblacin y del hecho de que los sectores marginados ya no estn dispuestos a seguir tolerando las injusticias que caracterizaron al Per por si-

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glos. El desfase entre las demandas y la capacidad para satisfa- cerlas llev al cuestionamiento generalizado de las instituciones polticas, econmicas y sociales, y gener una crisis de gober- nabilidad. Durante la dcada de 1980 coincidieron el surgimiento y propagacin de la violencia terrorista de Sendero Luminoso, el dbil manejo econmico que llev a la hiperinflacin hacia fines del decenio, y la presencia de gobiernos democrticos. Esto hizo que la crisis de gobernabilidad adquiriera la particular naturaleza de una crisis de gobernabilidad democrtica.

El avance hacia un Per que cuente con una sociedad civil organizada y activa, una economa moderna y competitiva, y un Estado representativo y eficiente se dar por la confluencia e interaccin de tres procesos: la democratizacin social, que propicia una mayor igualdad y requiere de la creacin de mayores oportunidades para todos los peruanos; la modernizacin productiva, que est extendiendo el mbito en el cual operan los mercados y busca elevar la productividad de las empresas peruanas y la legitimacin de las instituciones estatales, que apunta hacia una reforma integral del Estado para hacerlo ms representativo y eficiente. Estos procesos deben estar orientados por una visin compartida del futuro del Per, capaz de movilizar esfuerzos y voluntades.8

La urgencia de legitimar a las instituciones del Estado es una de las principales conclusiones a la que arrib AGENDA: Per, luego de un amplio proceso de consultas. El proceso de cambios acelerados y profundos que estamos viviendo exige una adecuacin de las instituciones estatales a las nuevas realidades del pas y del contexto internacional. Adems de la reforma de los poderes del Estado Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Electoral se requiere de un profundo examen del rgimen poltico vigente. Asuntos como el peso relativo de los poderes del Estado

8 Sagasti, Francisco; Patrn, Pepi; Lynch, Nicols y Hernndez, Max. Democracia y buen gobierno, Lima, Apoyo /AGENDA: Per (2 edicin), 1996, pp. 129-130.

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y las relaciones entre ellos deben ser debatidos ampliamente en todas las instancias de la vida poltica nacional y debe llegarse a un consenso sin imposiciones.

La reforma del Poder Ejecutivo merece especial atencin en este proceso de adecuacin de las instituciones del Estado. Es necesario replantear las funciones, la estructura, la organizacin y el tamao del Poder Ejecutivo, particularmente en razn del nuevo papel que las reformas econmicas asignan al Estado y de la experiencia del colapso de las entidades pblicas en el decenio de los ochenta. La nueva divisin del trabajo, que est surgiendo entre los sectores pblico, privado y social, hace que las empresas privadas y las principales organizaciones de la sociedad asuman funciones que antes eran responsabilidad del Estado. Un ejemplo claro es la provisin de servicios sociales bsicos, de infraestructura y seguridad.

Por todo ello, la reforma del Poder Ejecutivo requiere, entre otros, de:

Una revisin de la estructura de los ministerios en el gobierno central.

La creacin y el fortalecimiento de instancias de regulacin de la actividad privada, sobre todo en el caso de los servicios pblicos privatizados.

La creacin de un sistema nacional para definir prioridades de inversin pblica.

La modernizacin y el ajuste de los sistemas de control para evitar la corrupcin y el despilfarro de recursos.

El establecimiento de nuevos sistemas de planeamiento y control de presupuestos.

La definicin de nuevas formas de vinculacin entre el gobierno central, los gobiernos regionales y locales.

LA REFORMA DEL ESTADO EN EL PER25

La creacin de un sistema de servicio civil para los funcionarios pblicos.

Adems, el nfasis que debe otorgar el Poder Ejecutivo en la provisin de servicios sociales bsicos plantea nuevas exigencias de carcter ad- ministrativo, as como la necesidad de establecer vnculos operativos con las principales organizaciones de la sociedad civil y del sector pri- vado. Todo esto indica la urgencia de disear nuevas estructuras admi- nistrativas y nuevos procedimientos para la actuacin del Poder Ejecu- tivo y para su interaccin con otras entidades pblicas, privadas y no gubernamentales.

DE LA ESTABILIZACIN A LAS REFORMAS ESTRUCTURALES

Los excesos de la dcada perdida en Amrica Latina, que en pases como el Per llevaron a procesos hiperinflacionarios, hicieron necesaria la ejecucin de polticas de estabilizacin para reestablecer los equili- brios macroeconmicos alterados, en muchos casos, por la excesiva intervencin estatal. A medida que se fue recuperando la estabilidad macroeconmica, y se hizo necesario avanzar en las reformas de polti- ca econmica y social, se tom conciencia de los diferentes requeri- mientos institucionales de fases de estabilizacin y reformas es- tructurales.

Moiss Nam ha llamado la atencin acerca de las diferencias que existen entre las fases de estabilizacin y de reformas estructurales en lo referente a prioridades, estrategias, instrumentos y metas, as como en lo que concierne a los actores, los impactos, la complejidad y la naturaleza de los costos polticos9. El cuadro 1 resume sus planteamientos y permite observar claramente que los estilos de gobierno apropiados para la fase de estabilizacin son totalmente inadecuados para la fase de reformas

9 Nam, Moiss. Latin Americas Journey to the Market: From Macroeconomic Shocks to Institutional Therapy. Washington D.C., Carnegie Endowment for International Peace, 1994.

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estructurales. Esto indica a todas luces que no es posible avanzar en la reforma del Estado sin profundizar y consolidar las instituciones asociadas con la gobernabilidad democrtica.

Crisis del Estado y ajuste estructural en el Per

Los desequilibrios macroeconmicos del decenio de los ochenta cuyas expresiones ms visibles fueron la crisis de la deuda, la recesin econmica y las altas tasas de inflacin motivaron el diseo y puesta en prctica de programas de estabilizacin y ajuste estructural en casi toda Amrica Latina. El Per fue una excepcin: hacia fines de la dcada perdida el gobierno continuaba experimentando con polticas estatistas y heterodoxas que desembocaron en la hiperinflacin ms larga de nuestra historia. Lo anterior agudiz la crisis de gobernabilidad democrtica, el deterioro social y devalu las instituciones, sobre todo en el sector pblico. Tambin hizo necesario un drstico programa de estabilizacin y ajuste que agudiz los problemas sociales a principios de la dcada de los noventa.

En situaciones de hiperinflacin, como la que afect al Per en 1990, la estabilizacin macroeconmica se convierte en una tarea absolutamente prioritaria. Las observaciones de Nam, sobre las caractersticas institucionales del proceso de estabilizacin, sugieren que se requiere de gran determinacin poltica y de un gobierno enrgico para estabilizar una economa en forma exitosa. (Ver cuadro 1).

Sin embargo, una vez lograda la estabilidad macroeconmica en el cor- to plazo, es necesario proceder con reformas estructurales y en parti- cular con una reforma de las instituciones del Estado adoptando una perspectiva de mediano y largo plazo. Pese a los intentos del gobierno, esto no ha sucedido durante los ltimos aos. A la luz de las contribu- ciones de varios autores que han estudiado la economa poltica de la estabilizacin y del ajuste estructural (Przeworski, Haggard, Kaufman, Nam, Nelson), es posible apreciar los condicionantes polticos e institucionales que en el caso peruano han impedido la transicin orde-

LA REFORMA DEL ESTADO EN EL PER27

nada de la fase de estabilizacin hacia la de reformas estructurales e institucionales.

Entre los factores determinantes del curso de los programas de estabi- lizacin y reformas estructurales es posible identificar:

La percepcin de la crisis econmica y poltica. A fines del decenio de los noventa, el Per lleg a una situacin de angustia generalizada por la violencia terrorista y la hiperinflacin. Ante la ciudadana, esto justific medidas drsticas y radicales, aplicadas en un contex- to de emergencia nacional. Sin embargo, superada la situacin de emergencia cambi la naturaleza de los problemas y la percepcin ciudadana sobre las prioridades nacionales. Mantener un estilo de gobierno que fue til para superar la emergencia puede ser contra- producente cuando se trata de resolver los problemas del desarrollo econmico y social en el mediano y largo plazo.

La escasa capacidad tcnica y administrativa del gobierno. La reduccin de las remuneraciones en el sector pblico y el desprestigio generalizado de las instituciones gubernamentales durante el decenio de los ochenta generaron una desercin en masa de los mejores profesionales del sector pblico, quienes se trasladaron hacia el sector privado y hacia el extranjero. Como consecuencia, se produjo una reduccin drstica de la capacidad operativa de los ministerios, las superintendencias, las empresas pblicas y las instituciones descentralizadas. Adems, los programas de incentivos para promover renuncias hicieron que los mejores profesionales dejaran el sector pblico.

El programa de estabilizacin y ajuste se limit a fortalecer unas pocas entidades pblicas, como la SUNAT y la SUNAD, que se convirtieron en islas de modernidad administrativa en un mar de organizaciones estatales burocratizadas y sin capacidad de direccin. Como resultado, en la mayora de las instituciones pblicas se cerr

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la posibilidad de disear y poner en prctica reformas y de generar planes y programas sectoriales de largo plazo. Pese al tiempo transcurrido desde el inicio del programa de estabilizacin y ajuste, la mayora de los ministerios no ha acumulado an la masa crtica de personal calificado con conocimientos y experiencia, y la informacin necesaria para formular estrategias y polticas de mediano y largo plazo.

Estilo de gobierno y liderazgo poltico. El presidente Alberto Fujimori lleg al poder sin partido poltico, sin programa de gobierno y sin bases de apoyo organizadas. Desde el inicio de su gestin privilegi su relacin con los organismos multilaterales y con las Fuerzas Ar- madas. El FMI, el Banco Mundial y el BID ofrecieron propuestas de polticas consistentes que permitieron subsanar la inexistencia de planes de gobierno y avanzar en el proceso de la reinsercin econ- mica, mientras que las Fuerzas Armadas se encargaron de la lucha antisubversiva y le dieron una base de apoyo poltico interno.

La coyuntura poltica al inicio del decenio de los noventa determin que no se debatieran ni se plantearan alternativas al programa de estabilizacin y reformas econmicas del gobierno, excepto por algunos sectores de oposicin radical. No hubo incentivo alguno para que el gobierno estableciera canales de comunicacin y dilogo con los diferentes grupos de ciudadanos. Sin embargo, superada la situacin de emergencia econmica y poltica, el estilo de gobierno se mantuvo sin modificaciones.

Las principales decisiones de gobierno continan tomndose en fun- cin de las percepciones del Presidente, quien parece estar en cam- paa poltica permanente, as como de las de un grupo muy reduci- do de asesores y funcionarios que realiza consultas slo de manera espordica y selectiva, y que adems no rinde cuentas. Como resul- tado se ha acentuado la tendencia a formular propuestas de poltica de manera poco transparente y con criterios de corto plazo.

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A estos factores, que ayudan a comprender los problemas que en- frenta el Per en la transicin hacia un manejo ms institucionalizado de las reformas de poltica econmica y social, se une la escasa influencia poltica de la oposicin. Como consecuencia, dentro del gobierno, sobre todo en el Poder Ejecutivo y en el Congreso, no existen condiciones e incentivos para el diseo y puesta en prctica de estrategias y polticas de largo plazo, entre las cuales se encuen- tra la reforma del Estado peruano.

Por el contrario, la forma en que se ejerce el poder poltico lleva a una concentracin de decisiones en pocas manos, socava los es- fuerzos para reformar las instituciones pblicas y debilita los proce- sos de planeamiento estratgico y descentralizacin. Si esto no se modifica sustancialamente no ser posible avanzar hacia una refor- ma del Estado duradera, coherente y capaz de sustentar un proceso de desarrollo econmico y social en la transicin hacia el siglo XXI.

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Cuadro N 1Del shock macroeconmico a la terapia institucional

Aspectos/etapasFase IFase II

Prioridades Reducir la inflacin Reestablecer el crecimiento Mejorar las condiciones so- ciales Mejorar la competitividad internacional. Mantener la estabilidad ma- croeconmica

Estrategiasde la reforma Modificar las reglas de juego macroeconmicas Reducir el tamao y mbito del Estado Desmantelar las instituciones del proteccionismo y del es- tatismo Creacin y rehabilitacin de instituciones Elevar la competitividad del sector privado Reformar la provisin y fi- nanciacin de servicios so- ciales Creacin de las institucio- nes econmicas del capita- lismo Nueva insercin econmi- ca internacional

Instrumentos y metas tpicas Recortes presupuestarios Liberalizacin de precios Liberalizacin del comercio internacional e inversin ex- tranjera Desregulacin del sector pri- vado Privatizaciones fciles Creacin de fondos sociales de emergencia al margen de los ministerios Reforma de la administra- cin pblica Reorganizacin del gobier- no central Modernizacin de la admi- nistracin de justicia Potenciar la capacidad re- guladora del Estado (mo- nopolios naturales, servicios pblicos, medio ambiente, sector financiero, etc.) Reconversin sectorial Privatizaciones complejas (concesiones de obras e in- fraestructura de servicios pblicos) Promover las exportaciones Reestructurar relaciones en- tre el gobierno central y los gobiernos subnacionales

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Cuadro N 1 (cont.)Del shock macroeconmico a la terapia institucional

Aspectos/etapasFase IFase II

Actores principales Presidente de la Repblica Gabinete econmico Banco Central Organismos multilaterales(FMI, BM y BID) Grupos financieros privados e inversionistas extranjeros Presidencia y Consejo de mi- nistros Congreso Burocracia Poder Judicial Sindicatos y sector social-vo- luntario Partidos polticos. Medios de comunicacin. Gobiernos subnacionales Sector privado

Impacto de las reformas Inmediata Perfil alto del sector pblico Mediano y largo plazo Perfil bajo del sector pblico

Complejidad tcnica yadministrativa de las reformas Baja y moderada Muy alta

Naturaleza de los costospolticos Costos de las correcciones de corto plazo distribuidos en- tre la mayora de la pobla- cin Eliminacin permanente de privilegios a determinados grupos y barreras a la com- petencia.

Principal desafo del gobierno Gestin macroeconmica a travs de elites aisladas Gestin participativa del cambio institucional Logro de consensos, movili- zacin de la opinin pblica y concertacin Desarrollo institucional muy dependiente de tecncratas del sector pblico

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CAPTULO III

Un marco conceptual para caracterizar al Estado peruano

Durante los ltimos cuatro decenios hemos aprendido, tanto en Amrica Latina como en otras regiones del mundo en desarrollo, que las sociedades que ms han progresado son aquellas que lograron establecer relaciones de cooperacin entre el Estado, el libre juego de las fuerzas de mercado y la participacin activa de la sociedad civil10.

Esto implica evitar convertirnos, una vez ms, en prisioneros de una de las tres utopas que, llevadas a sus extremos, han causado mucho dao en Amrica Latina11. Nos referimos a la utopa estatista, en la cual el Estado puede y debe hacerlo todo; la utopa de mercado, en la cual basta slo con dejar que funcionen la fuerzas de mercado para resolver todos nuestros problemas, y la utopa basista, en la cual la accin de las bases organizadas es lo nico que puede llevarnos hacia el desarrollo.

Si bien ninguna de estas utopas ha dominado completamente el escenario poltico a lo largo del tiempo, no es menos cierto que en determinados momentos alguna de ellas han llevado la voz cantante. Por ejemplo, durante el ltimo cuarto de siglo, en el Per hemos experimentado el

10 Banco Mundial. La tarea acuciante del desarrollo: Informe sobre el desarrollo mundial 1991. Washington D.C., Banco Mundial, 1991.11 Sagasti, Francisco. Hacia una reforma del Estado peruano: pautas para la rees- tructuracin del Poder Ejecutivo. Esan, 1997.

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predominio de la utopa estatista a fines de la dcada de los sesenta y principios de la de los setenta; la pugna entre la utopa de mercado, la utopa basista y la visin estatista entre 1987 y 1990, y el predominio de la utopa de mercado durante los ltimos seis aos.

Para avanzar en el diseo y puesta en prctica de estrategias de desarrollo que sean viables y sostenibles en la transicin hacia un nuevo siglo, es necesario evitar los extremos que representan estas tres utopas. Es todo lo contrario: deberamos buscar lo que podramos llamar la utopa del justo medio, caracterizada por el equilibrio entre la accin del Estado, de las fuerzas de mercado y de la enorme variedad de organizaciones sociales del pas. Slo un balance adecuado entre estos tres protagonistas de nuestro desarrollo har que el Per camine a buen paso hacia el siglo XXI.

INSTITUCIONES Y ORGANIZACIONES

El desarrollo reciente de la economa institucional incorpora una teora de las instituciones al enfoque convencional de la teora econmica neoclsica. Siguiendo a Douglas North12 , las instituciones constituyen las reglas de juego de una sociedad y los mecanismos de imposicin correspondientes. Las reglas de juego pueden ser formales o informales, las primeras estn referidas a las leyes y a todos los procedimientos regulados de solucin de controversias, mientras que las segundas se relacionan con actitudes y normas de conducta no escritas cuya evolucin est determinada por la estructura de valores de la sociedad.

Las reglas de juego formales incluyen reglas polticas y judiciales, reglas econmicas, contratos y derechos de propiedad. Por su parte, las reglas de juego informales son limitaciones que surgen para coordinar los intercambios humanos repetidos y consisten en los patrones de conducta

12 North, Douglas, Institutions, Institutional Change and Economic Performance, Cambridge, Cambridge University Press, 1990.

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sancionados socialmente y las normas y actitudes aceptadas por todos. La cultura y las preferencias subjetivas caracterizan a las limitaciones informales y determinan la forma en que los individuos procesan y utilizan la informacin.

Las instituciones (reglas de juego y sus mecanismos de imposicin) definen el conjunto de oportunidades al alcance de los individuos y de las organizaciones de una sociedad (jugadores). Desde este enfoque, las organizaciones son todas las agrupaciones que son creadas por individuos que tienen algo en comn. Entre ellas destacan las organizaciones polticas (partidos polticos), las organizaciones pblicas (entidades del gobierno central, organismos autnomos, municipios, Fuerzas Armadas, etc.), organizaciones sociales (clubes, organizaciones de base, colegios profesionales, asociaciones de consumidores, organizaciones religiosas, etc.), organizaciones educacionales (colegios, universidades, institutos, etc.), organizaciones econmicas (sociedades annimas, cooperativas), organizaciones gremiales (empresarios, trabajadores) y las organizaciones de comunicacin (prensa escrita, radio y televisin).

En resumen, las instituciones son un complejo sistema de limitaciones que determinan las elecciones de los individuos y de las organizaciones en diferentes contextos. En este punto es importante considerar que la interaccin entre las organizaciones se da en el medio de una permanen- te lucha por el poder poltico y el poder econmico entre diferentes tipos de organizaciones y dentro de cada una de ellas. En el Per, estos conflictos tienen caractersticas muy particulares debido a la extrema concentracin de riqueza, poder y conocimientos que existe en el pas.

Segn el enfoque institucional, en el largo plazo, la evolucin de las reglas informales determinan la forma en que evolucionan las institucio- nes. Ello ocurre debido a que las modificaciones de las reglas de juego formales cambian por efecto de la evolucin de la visin de los lderes de las organizaciones significativas. Por tanto, las estrategias de desa- rrollo o de reforma institucional que ignoren las creencias, los valores y

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las actitudes en una sociedad tendrn resultados que pueden ser muy diferentes a los previstos.

Las instituciones han sido creadas por la interaccin de las organizaciones para reducir la incertidumbre en el intercambio humano al establecer una estructura de relaciones que norma los intercambios. La economa institucional plantea que la existencia de instituciones, si bien no resuelve los problemas, los simplifica. Las interacciones entre las diferentes organizaciones pueden generar un marco institucional estable aunque no necesariamente eficiente. Es importante considerar que el surgimiento de instituciones se explica por la existencia de informacin incompleta y una capacidad mental limitada para procesar la informacin que determina los costos de transaccin. Segn este esquema, los costos de transaccin son todos aquellos en que debe incurrir cualquier individuo u organizacin para informarse, negociar, contratar y/o hacer cumplir las condiciones establecidas en cualquier intercambio.

Es importante sealar que el resultado de la interaccin entre las instituciones y las organizaciones es lo que determina la dinmica del cambio institucional. Segn la hiptesis principal de la economa institucional, son las caractersticas de los marcos institucionales las que definen la trayectoria del desempeo econmico en el largo plazo. De acuerdo con este esquema, ello ocurre debido a que las instituciones, en conjunto con la tecnologa, determinan los costos de transaccin y de produccin de una economa.

De esa forma, la relevancia del rol de las instituciones en una estrategia de desarrollo viable reside en el papel que stas desempean en la din- mica del cambio econmico. Por lo tanto, entender dicha dinmica re- quiere comprender el cambio institucional y las caractersticas que lo acompaan. Segn North, este razonamiento permite explicar las difi- cultades para revertir procesos de estancamiento econmico en mu- chos pases. La explicacin tiene que ver con el proceso a travs del cual la generacin de instituciones crea simultneamente las alianzas entre las organizaciones que reciben los beneficios del marco institucional

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vigente. Por ende, los marcos institucionales inapropiados son difciles de revertir porque existen organizaciones cuyos intereses luchan por su defensa y mantenimiento. Adems, por otro lado, no es posible empren- der cambios institucionales importantes sin crear o generar las organi- zaciones que los defiendan.

QU ES EL ESTADO?

Una vez que se aceptan los lineamientos generales del enfoque de la economa institucional, es posible definir el concepto de Estado como el conjunto de reglas de juego formales y sus mecanismos de imposicin.

Esta manera de abordar el tema del Estado discrepa abiertamente con aquellos enfoques que analizan el cambio institucional asumiendo al Estado como una entidad con intereses propios y separada de las organizaciones de la sociedad civil. Asimismo, al centrar el anlisis en la interaccin de las organizaciones se define al Estado como la forma de organizacin poltica de la sociedad, convirtiendo los conceptos de Estado y sociedad en dos caras de una misma moneda.

Adicionalmente, este enfoque deslinda de aquellos planteamientos que diferencian la economa de la poltica y, a su vez, separan a ambas disciplinas de la administracin. Es importante recordar que existe una importante corriente que considera que la ciencia poltica se dedica bsicamente a analizar los procesos a travs de los cuales en el sistema poltico la autoridad responde a las demandas sociales y distribuye recursos entre distintos grupos; mientras que la ciencia econmica se dedica a estudiar la forma en que se realiza la asignacin de recursos por las fuerzas de los mercados. Tambin existen economistas y analis- tas polticos que creen que una vez fijados los incentivos generales (marcos legales), los resultados ocurren. Sin embargo, la realidad ha mostrado infinidad de veces que los resultados dependen, en gran medida, de la calidad de gerencia y de la cultura de las diferentes organizaciones de la sociedad.

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Luciano Tomassini4 plantea que el carcter artificial de la separacin entre economa y poltica ha sido sealado con fuerza desde hace mucho tiempo, pero que el mensaje ha sido opacado por determinados intereses acadmicos y de ciertos grupos. Este autor considera que es sumamente pernicioso que se tienda a separar e ignorar dos conjuntos de variables que interactan en la vida real. Por un lado, los mercados, la competencia, la utilidad y los precios y, del otro, las autoridades, las jerarquas, las negociaciones y las decisiones. Debe ser claro que, segn un enfoque de este tipo, las diferencias entre gobiernos autoritarios, totalitarios o democrticos son tan importantes como las diferencias en relacin con el equilibrio gobierno-mercado entre economas de planificacin centralizadas y las denominadas economas mixtas, en las cuales el principal asignador de los recursos es el mercado.

De acuerdo con este esquema, existe una interaccin muy estrecha entre economa y poltica, pues mientras la economa opera en un marco institucional de polticas, el funcionamiento del gobierno depende de la economa y de su propia capacidad para manejarla. En este sentido, el funcionamiento de una economa depende sustancialmente del tipo y la eficacia de los grupos de presin, los cuales crean incentivos y obtienen ventajas colectivas. A su vez, estos incentivos se crean y asignan centralizadamente, por tanto es claro que la economa est supeditada a factores polticos. El enfoque institucional sugiere que no es posible concebir que la vida econmica se desarrolle sin un mnimo de limitaciones constitucionales, jurdicas y administrativas. Asimismo, la poltica no slo se ve influenciada por intereses econmicos fuertemente organizados, sino tambin por la evolucin macroeconmica, el ritmo de desarrollo, la composicin y el crecimiento sectorial y sus tendencias a mediano y largo plazo.

As, dado que la evolucin del cambio institucional (que incluye a las reglas de juego formales) es producto de interacciones entre las organi-

13 Tomassini, Luciano. Estado, gobernabilidad y desarrollo. Monografa N 9, BID, Washington D.C, 1993.

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zaciones y las instituciones de un sociedad, el Estado es un producto histrico que se adapta permanentemente a la cultura cvica de una sociedad. En este sentido, se revalorizan los planteamientos que privile- gian la explicacin de las crisis histricas ms en funcin de los fraca- sos de las elites (empresariales, polticas, religiosas, sindicales, etc.) que en relacin con el precario desempeo de los partidos polticos (visin reduccionista con gran aceptacin en el Per).

Finalmente, esta conceptualizacin del Estado plantea como desafo principal el desarrollo de capacidades entre las diferentes organizaciones de la sociedad, de manera que su interaccin permita la generacin paulatina de instituciones que promuevan tanto el crecimiento econmico como la solidaridad.

Segn este esquema, el marco in