Reflexiones de un Patriota by Iñigo Saldise Alda

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NABARRAReflexiones de un Patriota

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Iigo Saldise Alda, nacido en Iruea, capital del Estado de Nabarra el 18 de abril del ao 1972. Electricista de profesin, es investigador y estudioso de la historia poltica del Estado de los nabarros de manera autodidacta, ya que desde muy temprana edad comprob y comprendi, que tristemente la enseanza en territorio nabarro, estaba y esta a da de hoy, controlada por los diferentes agentes colonizadores espaoles y franceses. Actualmente es el Secretario General de la Comisin Soberanista de Nabarra, la cual se ha unido a la Demanda contra el reino de Espaa y la repblica de Francia, interpuesta por la Casa Real de Nabarra ante el Comit Especial de Descolonizacin de los 24, existente en las Naciones Unidas, aparcando momentneamente, como buen patriota, su ideologa republicana en post de la recuperacin de la Plena Soberana del Estado de Nabarra. Este es su primer libro, aunque ha escrito ms de 200 artculos histricos de Nabarra y de opinin poltica, ms o menos buenos, publicados en su totalidad en el blog Soberana de Navarra. La mayora han sido publicados tambin en diferentes pginas de Internet. Igualmente, algunos de ellos han sido publicados en la prensa escrita del Pas, como en la revista Haria, revista Irujo Etxea y en varios peridicos como el Berria, Diario de Noticias, Deia, Gara, Noticias de Gipuzkoa, Noticias de Araba,

El trmino poltico de Nabarra, deriva de la voz vasca Nabar, cuyo significado es "planicie entre las montaas". La terminacin "-oa", de significado comarca nos indica que los trminos Nabarroa, Naparroa eta Nafarroa, significan "comarca plana entre montaas". En el ao 1050 aparece por primera vez escrito este trmino poltico de Nabarra con la letra "b". Por ello, la palabra Nabarra puede ser una de las primeras palabras escritas en romance nabarro, contando con una clara y total influencia del idioma ms antiguo del Continente Europeo, gure euskaraz y cuyo significado final sera la planicie entre las montaas.

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A Joaqun, Josu y Eduardo Jujano, incuestionables nabarros. Agur eta Ohore

Este libro est dedicado a toda mi familia, especialmente a Jotxe, la Txarito, Amaia, Mikel, Aline y Kontxa la Roja, por aguantarme, ayudarme, quererme y animarme en todos los momentos duros que he pasado en los ltimos aos. A la empresa Nabarralde S.L., por ser los primeros en confiar en m y publicar mis escritos iniciales. A Begoa, Joxemari, Iigo, Potxo, Aitzol, Fernando, Ral y dems componentes que forman Nabarrako Burujabetza Komisioa, por insistir tenazmente para que realizara este experimento, al cual nos hemos atrevido a llamar libro. A la Casa Real de Nabarra; no solo por la documentacin facilitada, sino por su gran y constante trabajo encaminado a la liberacin del Estado de Nabarra; especialmente cordial para dos de sus miembros, mis amigos Blas el Mecnico y Valentn el Diplomtico. No poda olvidarme de Orreaga Iritzi Politikorako Taldea, por su respeto y confianza continua, dndomela la oportunidad de realizar mi primera charla en Gazteiz, junto a los experimentados compatriotas Kepa Anabitarte y Joseba Arriznabarreta, a los que me une una gran amistad. Tampoco poda pasar por alto a todos aquellos y aquellas compatriotas que quieren mantener su anonimato, con los cuales he trabajado en innumerables ocasiones y actividades, desde grupos tan dispares como Estado Propio Nabarro hasta Nabarrako Herritarren Ekhimena, pasando por SUBO-Baskonia, Nafarroako Bizkaitarrak, Eguzki Irratia, Goierri eta Tolosaldeko Nafarrak, diferentes sociedades culturales como Mara de Azpilkueta Kultur Elkartea o Motako Gaztelu, etc., etc. A mis amigos de Broken Elkartea, al colega Eneko del Castillo por sus aportaciones, a mis camaradas de Lerin y a una larga lista de personas que eternizaran estas lneas, que han ido moldeando mi carcter, engrandeciendo mi humanismo e incentivando continuadamente mis aspiraciones libertarias. A todos los patriotas nabarros, hombres y mujeres, que siguen manteniendo el espritu libre y la mente descolonizada, pues solo as se podr recuperar la tan ansiada libertad de nuestra amada Patria Nabarra.

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Iigo Saldise Alda, 2010 Nabartzale bilduma, n 1 L.G. NA-00-0001-2010 Diseo y maquetacin: Iigo Saldise Alda Mapas realizados y facilitados por: Eneko del Castillo Cejuela e-mail: [email protected] http://www.soberaniadenavarra.blogspot.com Impreso por: Lulu Enterprises, Inc http://www.lulu.com

Conceived and Written in the State of Navarre; Printed in the U.S.A.6

ndicePrlogo de Jos Rafael Recio Luque..............................................................................9 Introduccin.......11 Definiciones....13 I. ACTUALIDAD Visin crtica y analtica de la situacin poltica actual......17 El Sndrome del colonizado.......19 II. DESCOLONOZACIN MENTAL La importancia de la Historia.......26 Estado y territorio..........27 Diferencias entre independentismo y soberanismo.....34 III. DERECHOS HISTRICOS Nabarra y los Derechos Histricos...37 IV. FUEROS NABARROS Antes leyes que reyes.....39 En los albores de la humanidad........40 Influencia parcial de Roma.......41 Resistencia ante los pueblos germnicos......42 Los Fueros son las leyes del Estado de Nabarra......42 Poltica de los invasores ante el Fuero Nabarro..44 Union aeque principaliter......48 V. SENSATEZ POLTICA Y UNIDAD OBLIGADA Interiorizacin del ser poltico..52 Ejercer como parte del ser poltico...57 VI. CONCLUSIN Hacia la libertad..63 Reflexin final del autor.....67 ANEXOS I. II. III. IV. APUNTE HISTRICO Y VARIAS BIOGRAFAS...73 BIBLIOGRAFA ..........101 MAPAS HISTRICO-POLTICO.105 BREVES APUNTES DE LA DEMANDA NABARRA EN LA ONU..109

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PrlogoCuando el autor de la obra que tienes en tus manos, me ofreci realizar el prlogo de este libro, sent brotar en ese preciso instante, toda la emocin y pasin, que he podido ir acumulando durante estos dos aos y medio, del descubrimiento por mi parte, de la patria que si tuvieron los vascos. En mis primeros das de bsqueda intensa a travs de la red, de artculos y noticias que tuvieran que ver con Nabarra, me tope por primera vez con el autor. A partir de ah, diariamente he ido consultando los escritos que Iigo Saldise ha colocado en su blog y siempre tras terminar la posterior lectura, el sentimiento de rabia y satisfaccin se juntaban irremediablemente. Rabia por ver como los mejores aos de mi vida, en los que mi mente se estaba desarrollando, fui bombardeado, en esas casposas clases de historia espaola, por encimas de intoxicacin en forma de mentiras. Mi gran capacidad de imaginacin, me hacia retener sin mayores problemas, aquellas apestosas gestas del Cid Campeador, o el milagro que supuso para Espaa aquel matrimonio sagrado con el nombre de Catlico o el descubrimiento divino que supuso aquel nuevo continente. La bona ventura de haber podido tener nuestro Caudillo liberador, fue el remate ante la denunciante manipulacin que sufrimos los nios de los aos 60. La satisfaccin viene porque se reafirma, que despus de aquel adiestramiento histrico y patritico, la incredulidad ante toda versin oficial que ha dirigido inconscientemente mi vida, ha sido el mejor camino elegido y ciertamente el verdadero. El trabajo que vas a tener la oportunidad de leer, es la investigacin de muchos, muchos aos resumida en unas pocas pginas. Son muchas horas de incesante actividad, de comparacin con la versin oficial. Impulsos diarios incontrolados, que han llevado al autor a buscar el silencio de la madrugada, para romper las murallas que rodean Iruea. Cuando nadie le ve, va horadando piedra a piedra con sus artculos la muralla de la historia espaola, y quitando la tierra que fue arrojada contra nuestra historia para ocultarla y que nadie supiera. Como la ciudad de Popeya, Nabarra est resurgiendo de esas cenizas de volcn imperialista espaol, que llevan 8 siglos tapando nuestra patria. Poco a poco las columnas de nuestro pasado vuelven a erigirse en el presente, con la fortaleza que tuvieron durante milenios. De entre esas ruinas a las que han intentado convertir a este pueblo, salen los escritos de otro Eneko ms para la historia, que trasmiten las sensaciones de irreductibilidad que este pueblo lleva innato en su personalidad. Date una oportunidad, a la posibilidad de comparar, con lo que hasta ahora te han contado. No cierres tu mente a esteriotipos marcados con fuego, a fronteras que se disearon con el filo de una espada, a leyes que aparentado respeto pero se escribieron para dominar. Encontraras en este libro la voz de la Nabarra que nunca muri, de un estado que sorprendi al mundo y que todava no ha dicho la ltima palabra, como pretenden los conquistadores.

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Este libro es una oportunidad para la cultura de la humanidad, para que la Historia se reivindique como justa y se aparte definitivamente de las versiones que siempre impone los poderosos. Nabarra no morir nunca, mientras haya un nabarro enarbolando la bandera de la dignidad y este prologo que ests leyendo y el libro que a continuacin te presentamos, es fiel reflejo de que no han podido acabar, con nuestro orgullo. Conquistados pero nunca dominados. Jos Rafael Recio Luque

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IntroduccinRealmente este experimento se puede considerar ms un cuaderno de ideas o folleto de pensamientos, antes incluso que un libro en s. De todos modos, siempre ha sido algo que he tenido en mente y gracias al empuje de mis familiares y amigos, me he lanzado a esta nueva aventura intelectual, buceando por el mundo de la historia, la sociedad y la poltica de este Pas principalmente. Todo ello a pesar de no ser licenciado por ninguna Universidad en esas interesantes materias, porque soy consciente de la situacin actual, evitando as y en gran medida, el estar contaminado intelectualmente por esos organismos de aprendizaje que estn sometidos a una jerarqua docente ciertamente impositora, que en muchos de los casos narcotiza al alumnado por estar compuesta y sujetada por agentes colonizadores y/o colonizados. El propsito de esta nueva aventura patritica, es dar a conocer algunos aspectos cotidianos de la sociedad nabarra, intentando mostrar sus virtudes y carencias, analizando framente el actual y perdurable bloqueo existente, buscando realizar unas reflexiones de carcter poltico desde el exclusivo punto de vista del Paradigma Nabarro. Eso s, siempre desde una mirada subjetiva y personal, sin nimo de pretender con ello, ni siquiera por un instante, ser un referente obligado para el amplio Movimiento Soberanista y Libertario de Nabarra que existente en la actualidad, ya que nadie ha sido, es, ni ser, el Mesas libertador que lleve mgicamente de nuevo a nuestro Pueblo a la soberana, ya que objetivamente eso solo ser posible a travs de la necesaria y primaria unidad del mismo. Este trabajo est realizado bajo el derecho otorgado por mi exclusiva condicin poltica de nabarro y por tanto, con la obligacin patritica que acarrea, llena de seriedad y asumiendo la necesaria exigencia de participar activamente en la lucha, teniendo como objetivo final la libertad. Por supuesto de forma consciente, con los pies en el suelo, reconociendo mis numerosas limitaciones personales, pero a su vez, aprovechando m entusiasmo patritico, tenaz, noble e inagotable. Esta obra que aqu presento ciertamente no tendra razn de ser si ya furamos soberanos e independientes, pero debido a las actuales circunstancias polticas, ciertamente anormales e impositoras en las cuales nos toca vivir tras largos siglos de brutal colonizacin. Colonizacin que ha llevado al Pueblo ms antiguo de Europa a estar sometido y subordinado a la maquinaria imperial espaola y francesa, creo que es realmente un deber y una obligacin para cualquiera de nosotros, los nabarros, el trabajar aportando modestamente su granito de arena por la liberacin del Pas. En este encargo responsable se citan a numerosos compatriotas y amigos, pero debido mi amateurismo en esta materia, es posible que me deje a alguno de ellos. De todas formas, ellos comprobaran al leer este experimento, que si por casualidad el resultado del mismo es positivo para nuestro objetivo patritico y soberanista, sus palabras son las que han hecho el trabajo principal y as pues, hay que decir sinceramente es ms mrito de ellos que mo. Muchas gracias.

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DefinicionesDentro de este trabajo vamos a encontrar de forma repetida una serie de conceptos. Estos son los de territorio, Estado, territorialidad, soberana, independencia, libertad,, entre otros muchos. Estos trminos, en algunos casos, suelen tener varias definiciones, pero en esta obra la utilizacin de los mismos ser bajo los siguientes axiomas.

TerritorioSe denomina territorio, trmino que viene de la palabra latina territorium derivada de terra, que significa tierra, a un rea definida en la que se incluyen las tierras y las aguas, que a menudo se considerada posesin de una persona, organizacin, institucin, Estado o pas subdividido. En geopoltica el trmino territorio es sinnimo del trmino Estado.

EstadoEl Estado es el concepto poltico con el cual nos referimos a una forma de estructuracin social soberana y restringida, formada por un conjunto de instituciones involuntarias. Por tanto, el Estado tiene el poder(1) de regular la vida nacional en un territorio determinado. Solo se considera Estado a los reinos, principados, grandes ducados, ducados y repblicas.

Territorialidad

La territorialidad es la perfeccin que tienen los sujetos de su entorno. Tambin se puede definir a la territorialidad como trmino tcnico que se usa para describir la posesin, utilizacin y defensa de un territorio por parte de los organismos vivos. Por tanto, la territorialidad es la conjuncin del ordenamiento y la distribucin de los espacios fsicos en que reside la raza humana.

Soberana

El trmino soberana(2) se conceptualiza como el derecho de una institucin poltica de ejercer su poder. Tradicionalmente se ha considerado que tres son los elementos de la soberana: territorio, pueblo y poder. En el Derecho Internacional, la soberana es un concepto clave, referido al Derecho de un Estado para ejercer sus poderes. Carr de Malberg, en su obra "Teora General del Estado" dentro del apartado, en independencia en el exterior y superioridad en el interior del Estado, nos indica los siguiente: soberana interna y soberana externa no son sino los dos lados de una sola y misma soberana.1. Pueblo y Poder, Joseba Ariznabarreta Arrieta, 2005. La dificultad proviene de identificar el Estado con el ordenamiento jurdico, con un conjunto de funciones abstractas, de considerarlo mero lugar, sociolgicamente vaco, del poder. 2. Soberana o subordinacin, Toms Urzainqui Mina, 2005. La soberana es un concepto clave en la sociedad poltica. Las premisas de que la soberana por naturaleza no puede ser compartida y que sin soberana no hay democracia, nos pone en la pista de su verdadero significado. El principio de libertad de decisin, que se atribuye a la colectividad social de rango estatal, es hoy da el rasgo fundamental y ms caracterstico de la soberana.

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Independencia

La independencia es la situacin en la cual un Pas o Nacin no est sometido o subordinado a la autoridad impositora de otro.

Colonialismo

El colonialismo es la dominacin de un Pas por otro(s) ms poderoso(s), mediante la violencia ejercida a travs de una invasin militar.

ColonizacinColonizacin es la accin de dominar un Pas o territorio con pobladores de otro Pas o territorio, pasando ste ltimo a ser llamado metrpoli. El Pas o territorio ocupado pasa a ser denominado colonia. El proceso de colonizacin puede ser de carcter econmico, poltico, cultural, y normalmente es perpetrado de forma violenta.

Pas

La palabra Pas viene del trmino francs pays. Puede referirse a un Estado, una Nacin o a una regin. Es el principal sinnimo de Estado nacional: un rea geogrfica y una entidad polticamente independiente con su propio gobierno, administracin, leyes, bien con constitucin o sin ella, leyes tributarias y un grupo humano.

Nacin

La nacin poltica no es solo la escena jurdico-poltica, sino efectivamente tambin es el sujeto poltico en el que reside el poder constituyente de un Estado. En sentido extenso, nacin se emplea con variados significados: Estado, Pas, territorio o habitantes de ellos, Pueblo y otros.

PuebloEl trmino Pueblo se utiliza para el conjunto de personas de una Nacin, aunque tambin puede entenderse como el de parte de un Pas, llegando a asimilar el mismo concepto de Pas. En filosofa poltica el Pueblo es uno y todos a la vez(3).

Descolonizacin

La descolonizacin es el proceso mediante el cual una colonia consigue su independencia de un poder colonial o recupera su soberana secuestrada por e-l(os) imperio(s) colonial(es), por lo tanto se trata de un proceso opuesto o inverso al del colonialismo. Uno de los hitos de las Naciones Unidas fue su resolucin 1514 (XV) adoptada por la Asamblea General el 14 de diciembre de 1960: La Declaracin de Garantas de Independencia para las Colonias y los Pueblos.3. Pueblo y Poder, Joseba Ariznabarreta Arrieta, 2005.

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DemocraciaLa democracia es una forma de organizacin de grupos de personas, cuya caracterstica predominante es que la titularidad del poder reside en el conjunto de sus miembros, haciendo que la toma de decisiones responda a la voluntad colectiva de los agentes del grupo. En sentido estricto la democracia es una forma de gobierno, de organizacin del Estado, en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el Pueblo mediante mecanismos de participacin directa o indirecta que confieren legitimidad a los representantes. En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos contractuales.

Nabarrismo integral, real, autntico o correctoEl Nabarrismo real, autntico o correcto(4), esta basado en una defensa a ultranza de la soberana y libertad del Estado de Nabarra. Unido a su vez a una defensa de las diferentes culturas y lenguas de los pueblos que forman la Nacin Nabarra, incentivando la cultura y lengua primognita, que no es otra ms que la vascona y sin rechazar nunca los avances positivos que pueda traer la modernidad. Este Nabarrismo surgi en el Reino soberano de Nabarra al norte del Pirineo, donde el humanismo renacentista floreci a semejanza del existente en la ciudad de Florencia, sita en el gran ducado de Toscana. Al Nabarrismo autntico, tambin se le considera una adecuacin religiosa del calvinismo, semejante incluso a la realizada por el reino de Inglaterra y que ha llegado a la actualidad como Anglicanismo.

HumanismoEn un sentido amplio del trmino, el Humanismo es tanto un sentimiento individual como colectivo existentes en una civilizacin, en la que se enfatiza de forma destacada la admiracin, la exaltacin y el elogio a la figura humana y al hombre, entendindose ste no como figura exclusivamente masculina, sino rotundamente como de todo el gnero humano, en que prosperan la cultura, el deporte, el arte, y todo obligacin humana se vuelve positivamente trascendente. Su principal objetivo es encumbrar la dignidad del ser humano. A lo largo de la Historia ha tenido lugar en muy pocas ocasiones, concretamente durante el siglo de oro en Grecia, retomndose posteriormente ste pensamiento en el Renacimiento europeo, despus en el idealismo alemn y consecutivamente en un sinfn de partes aisladas de la Historia. Hoy tristemente tenemos que decir amargamente, que atraviesa una larga y profunda crisis.

Libertad

La libertad dentro de un Estado es aquella potestad que permite a otras facultades actuar, estando regida por la justicia propia. Por otro lado, la libertad en poltica, es el derecho de ejercer en franca determinacin, como expresin mxima de la voluntad del individuo, estando ello conexo a que tipo de organizacin social desea tener, desarrollar o incluso a cul pertenecer.4. Navarra es una colonia espaola y francesa, Jon Oria Oses, 1994

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Actualidad1. Visin crtica y analtica de la situacin poltica actualEn la actualidad Nabarra es un Estado ocupado, sometido y colonizado, fraccionado en mltiples divisiones, todas ellas impuestas desde las metrpolis espaola y francesa. Debido a ello el actual marco poltico, o mejor dicho seudo poltico, existente en Nabarra es muy diferente de lo que debera haber sido. Todas las invasiones sufridas a lo largo de los siglos, han conllevado un posterior incremento de poblacin ocupante procedente de los estados invasores, llevando a una casi total colonizacin de los nabarros. De todas maneras, no podemos olvidar ni menospreciar, que alguna de esta poblacin se ha ido integrado en la cultura de la Nacin Nabarra, pero normalmente la inmensa mayora de los descendientes de los primeros colonos espaoles y franceses, son actualmente agentes colonizadores que crnicamente buscan imponer sus polticas, costumbres e idiomas, trabajando de forma consciente y continua en la eliminacin de la lengua primognita o natural(5) del Estado de Nabarra, verdadera alma del Pueblo ms antiguo de Europa. As, a comienzos del siglo XXI, el panorama poltico existente en este Pas, es ciertamente catico o totalmente desalentador. Todos los agentes polticos existentes, que participan o quieren participar en las instituciones impuestas en Nabarra por las metrpolis imperialistas espaola y francesa, han perdido la nica referencia Estatal propia que hemos posedo los vascones libres o nabarros a lo largo de nuestra historia. Triste? s, pero palpable e indubitablemente esto es debido a la incesante y clara colonizacin ejercida desde las metrpolis imperialistas, espaola y francesa. Dichos agentes o partidos polticos si lo preferimos, que andan como locos por entrar en las instituciones impuestas en este Pas, se aferran a unas normas y constituciones impuestas, desde la cuales incluso creen posible poder alcanzar la independencia. Esto les ha llevado a asimilar unas fronteras irreales, falsas e imaginarias, que son materialmente imposiciones realizadas por los estados dominadores que nos someten a los nabarros. Las ansias de adquirir cotas de poder, eso si, un poder supeditado al mandato de las metrpolis, les ha llevado incluso an enfrentamiento constante, encarnizado y bestial, en defensa de sus pequeos cortijos, solo unindose especialmente contra los autnticos patriotas nabarros, haciendo as de forma muy efectiva, el trabajo sucio a la aplastante maquinaria esclavista proveniente de Madrid y Paris. Las metrpolis espaola y francesa, se ocultan tras un denominado y supuesto estado de derecho, ciertamente impuesto a travs del aparente juego democrtico y sustentado mediante la implantacin de unas urnas, bien espaolas y/o bien francesas, que tratan exclusivamente la legitimacin de sus antidemocrticas constituciones, colocadas de forma draconiana en Nabarra, tras numerosas invasiones, conquistas con genocidio y colonizacin.5. Lingua navarrorum, euskara, vascuence o vasco. Este es el idioma primognito de Nabarra y de los nabarros, aunque posteriormente aparecieron el romance nabarro, el gascn con su derivacin natural que es el bearns., etc. Asimismo, a lo largo de la historia del Reino de Nabarra, se hablaron numerosos idiomas ms, como el hebreo, rabe, castellano, francs,

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Los nabarros ya estamos acostumbrados a escuchar esta referencia, estado de derecho. Esta es emanada, especialmente, desde las instituciones del reino de Espaa y tambin por cualquier partido poltico colonizador espaol, independientemente de su procedencia ideolgica originaria. Intentan con ello, adems de pretender justificar las diferentes invasiones, ocupaciones militares y sus posteriores imposiciones polticas sufridas por nuestro Estado, negar el Derecho Universal del Pueblo Nabarro a ser libre y soberano. Un derecho que aparece reflejado en el 2 punto de la resolucin 1.514 de las Naciones Unidas, realizada el 14 de diciembre de 1960: Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinacin; en virtud de este derecho, determinan libremente su condicin poltica y persiguen libremente su desarrollo econmico, social y cultural. A pesar de la existencia plausible de esta resolucin de las Naciones Unidas(6), tanto el estado espaol como el estado francs niegan reiteradamente al Pueblo Nabarro esta posibilidad, por lo que rpidamente deducimos nosotros los patriotas nabarros, la inutilidad fehaciente de cualquier agente o partido poltico que participe en el juego electoral originado en las metrpolis colonialistas, pues despus de acatar sus reglas de juego donde es inalcanzable la libertad para el Pueblo Nabarro, por mucho que enarbolen y sin ningn tipo de rubor la bandera de la soberana o independencia, esta es claramente inalcanzable Por otro lado, los denominados partidos constitucionalistas espaoles y franceses, incentivan la divisin y desunin de los agentes anteriormente mencionados. A la par, se convive con una ilegalizacin realizada sobre un(os) partido(s) poltico(s), siempre bajo el amparo de ese estado de derecho. Una ilegalizacin realizada por los tribunales espaoles, posteriormente ratificada por el tribunal de Estrasburgo, que ha significado el control absoluto de las instituciones impuestas a los nabarros por agentes colonizadores. As con esta estrategia planificada y desarrollada desde la metrpoli espaola, hemos podido comprobar el nico inters que mueve a los partidos espaoles, que siempre se unen cuando lo requiere su patria y de forma exclusiva contra los oriundos del Pas, ya estn estos ms o menos colonizados. La ilegalizacin fue pblicamente protestada, todo hay que decirlo, por los otros agentes seudo polticos que existen en este Pas. Tal vez por estar indignados realmente ante la falta de democracia en el estado espaol o quizs fue de cara a la galera ya no esconden sus intentos de pescar votos entre el electorado natural del partido ilegal. En ambos casos se evidencia seriamente la poca intencin independentista o soberanista de todos estos seudo agentes, que dicen defender, sin sonrojarse, los intereses de la Nacin Nabarra. Mientras unos intentan volver a ser legales, para alcanzar as unos puestos que les produzcan una remuneracin econmica, ciertamente necesaria para su propia subsistencia, los otros acatan la ilegalizacin ejecutada desde los tribunales espaoles intentando sacar tajada o beneficio electoral, de esa situacin antidemocrtica en cualquier otro estado del mundo con un poco de decencia democrtica, mediante araar los votos necesarios que les conduzcan de nuevo al poder perdido. Eso si, todos ellos movidos tambin por unos claros y simples intereses econmicos partidistas.6. Este derecho tambin est reconocido en el artculo 1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, hecho en New York, el 16 de diciembre de 1966, ratificado por el reino de Espaa el 13 de abril de 1997 y revalidado por la repblica de Francia el 4 de noviembre de 1980, que perpeta que todos los pueblos, por lo que entendemos los soberanistas nabarros que tambin est incluido el Pueblo Nabarro, tienen el derecho de libre determinacin, y de establecer libremente su condicin poltica y proveer el desarrollo econmico, social y cultural.

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No cabe la menor duda, que la visin en materia territorial de estos seudo polticos del sur del Pirineo, se encuentra supeditada o subordinada a las divisiones impuestas por los imperios colonizadores, trabajando intensivamente para lograr ocupar el mayor nmero de puestos dentro de esas instituciones colocadas en este Pas por los colonizadores, e incluso conseguir acceder al mayor nmero de asientos en las Cortes del reino de Espaa. Acabada una elecciones, sus mayores esfuerzos estn encaminados para lograr mejorar los resultados en las siguientes urnas, sin importarles incluso realizar las negociaciones o mejor dicho ventas necesarias a las metrpolis en contra de los intereses del Pueblo Nabarro. Pero claro, mientras nos intentan vender a la sociedad nabarra unos supuestos autogobiernos, verdaderamente manejables ya que indiscutiblemente estn supeditados a los designios finales del imperio espaol. Al norte del Pirineo la situacin no es que mejore, ya que la aceptacin de una territorialidad errnea es una carga lo suficientemente pesada como para lograr una unin efectiva entre la totalidad de la Nacin Nabarra, la cual esta dividida en diferentes y estratgicos departamentos para el beneficio exclusivo de la repblica de Francia.

2. El sndrome del colonizadoEs bien sabido que los pueblos que han sido conquistados y colonizados, se caracterizan psicolgicamente por una serie de rasgos personales y pautas de comportamiento, que pueden ser agrupadas dentro de la etiqueta, Sndrome del Colonizado. Jos Toms Bethencourt Bentez

Nabarra frente al sndrome del colonizadoA pesar de tener bien presente la nefasta actualidad en la cual vivimos los nabarros, creo firmemente que sin embargo se est madurando, incluso podramos afirmar que de una forma acelerada, las condiciones objetivas con las cuales lograr la tan ansiada recuperacin de la soberana plena de nuestro Estado, Nabarra. Corresponde a nosotros, los nabarros con una conciencia avanzada, firme e indeclinable, crear y desarrollar las condiciones subjetivas para que este importantsimo hecho histrico para nuestra amada Patria Nabarra llegue y se d por fin, al coincidir de manera armoniosa las imprescindibles condiciones objetivas y sujetivas para este proceso vital, nico y real camino verdadero, con el cual alcanzar o recuperar nuestra anhelada libertad. Una vez reconocido por nosotros, los nabarros, el problema que tenemos dentro de estos parmetros, es preciso y necesario continuar con el trabajo urgente e imprescindible, encaminado a estimular la concienciacin necesaria para que nuestro Pueblo asimile de una vez por todas su realidad histrico-poltica, la cual est sumergida en una estructural crisis que fatalmente nos golpea y cuya nica solucin est en la rotura de las cadenas coloniales impuestas, culpables de esa realidad despus muchos y largos aos de opresin. Un acto de esta naturaleza presenta extensas y complejas dificultades, que exigen una adecuada estrategia del Movimiento Soberanista Nabarro, buscando adaptarse a la realidad histrico-poltica y cultural desarrollada a lo largo de esos siglos, con presencia ms que significativa de actores colonizadores, verdaderos y directos agentes de los imperios invasores, en cuyo dilatado perodo nos han impuesto y apuntalado unos 19

modelos culturales y socio-polticos, no solo corruptores de nuestra realidad nabarra, sino paralizadores y alienantes, que han venido falseando y deformando la cultura socio-poltica de Nabarra, e implcitamente la personalidad del nabarro, cuya bestial influencia llega a trminos que sobrepasa evidentemente lo imposible, para llegar incluso a lo pasmoso. Al observar la sociedad nabarra actual, en todas sus capas, comprobamos que son numerosas las muestras de victimismo, adems de ser patentes y sangrantes la falta de autoestima y amor por lo propio en muchos nabarros, llegando incluso a extremos insoportables de prdida de la dignidad, que se suman a una divisin visible, que facilita en gran medida las labores colonialistas de los imperios espaol y francs, que incluso les son vlidas para negar u ocultar la existencia del Estado soberano de Nabarra a lo largo de la historia mundial. Espaoles y franceses trabajan incansablemente dentro de las divisiones territoriales a las que nos han impuesto a los nabarros, desde los tiempos de las sucesivas invasiones y ocupaciones del espacio natural de nuestro Estado. En cada comarca actan segn sus necesidades imperialistas, impulsando la negacin de la nabarridad en unas zonas, calumniando o incluso negando cualquier expresin de la cultura y la poltica propia nabarra en otras regiones, y reprimiendo continuadamente y sin miramientos en todas ellas, cualquier atisbo soberanista realizado por los nabarros. La cultura socio-poltica siempre ha constituido un elemento indispensable en la idiosincrasia y en la identidad de cada individuo, por consecuencia del conjunto social al cual pertenece. El hombre, por tanto, acta de acuerdo a lo que piensa y cree, en consecuencia, la cultura recibida determina en gran medida las pautas de conducta del hombre, de ah que sea siempre controlada desde los estados imperialistas, buscando el sometimiento de aquellos pueblos a los que ha invadido y ocupado, intentando as alcanzar la conquista definitiva, mediante el genocidio y la eliminacin de cualquier rasgo propio de esos pueblos. Hay pruebas ms que suficientes a lo largo de estos largos siglos, que nos demuestras como los colonialistas espaoles y franceses tuvieron claro desde muy temprano, que para dominar al Pueblo Nabarro haba que destruir la cultura socio-poltica autctona e imponer las suyas, realmente extraas para los autctonos del Pas, no dudando para ello el tener que falsificar, robar, destruir, excomulgar, ocultar, mentir, asesinar, esclavizar, etc. Esta colonizacin, sustentada en la imposicin militar, religiosa, poltica, lingstica y cultural, que sufrimos an hoy da los nabarros, sumada a una aculturacin en la materia Estatal propia, es tan fuerte en la Nabarra Plena o Baskonia, que ha creado un individuo diferente, ya que la colonizacin lastra por tiempo indefinido al Pueblo o Nacin que la sufre, secuestrando el peso especfico de su propia o viable identidad, llegando a mentalizar negativamente a sus individuos, en los que se desarrolla un Complejo del Colonizado, volvindose recelosos de s mismos, infravalorndose, ocultando sus pensamientos, su identidad, su cultura y llegando incluso a sentir desprecio por lo propio. Esos pensamientos se van haciendo ms fuerte con el paso del tiempo y la permanencia incesante de la colonizacin. Se establece incluso una divisin capital, con una cara exterior, donde se adopta totalmente la cultura socio-poltica impuesta, llegando incluso a ensalzarlas, supervalorndola hasta el extremo de llegar a no discutirla nunca. Y otra

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cara interna, donde sobreviven enterrados elementos de la vieja cultura, como las tradiciones e incluso las leyes propias. Lentamente, con el paso del tiempo, se realiza una simbiosis de ambas. Esta mezcla cultural que llega a originar una cultura especial, es la de un Pueblo colonizado, cuyo punto de arranque es la conducta histrica del Pueblo sometido o conquistado, frente a la postura cerrada e invariable del colonizador. As, el Complejo o Sndrome del Colonizado es visible a travs de un conjunto de caractersticas extremas, como la de colocar a la metrpoli o estado invasor, no en un lugar importante, sino incluso casi divino. Es tan enorme y aplastante la subvaloracin de su personalidad propia, que se carcajea, se burla, se mofa y se menosprecia a s mismo, a su Pueblo e incluso a su Estado propio o verdadero, debido en gran medida a una prolongada sumisin, sometimiento, impotencia y represin. La prctica del indigno servilismo es otra manifestacin de ese brutal sndrome, tambin como consecuencia de lo antes expuesto, al ser portador de colosales cuotas de miedo. En trminos generales, la cultura social actual del nabarro se caracteriza por: una apariencia noble, tranquila, trabajadora, sosegada, solidaria, dispuesto a ayudar a sus semejantes, con una elevada capacidad de adaptacin a las circunstancias y al medio, pero a la vez siendo generalmente muy desconfiado, aprecindose en l grandes dosis de miedo, teniendo una ideologa mayoritaria conservadora, careciendo en trminos generales de un exaltado sentido ambicioso, mostrndose en muchos casos aptico y desinteresado ante los fenmenos socio-culturales que lo envuelven, pero esto ltimo es slo en apariencia, pues realmente es un gran observador, flexible y condescendiente fuera de su entorno ms ntimo, estando siempre dispuesto a dar una salida socarrona o jocosa a las dificultades, pero teniendo una menor capacidad de protesta, recordando y observando antes los deberes y obligaciones impuestas, mientras simula olvidar sus Derechos a reclamar. Los nabarros a da de hoy, tienen un deseo permanente de pasar desapercibidos, rechazando al figurn inmodesto o prepotente, no abundando mucho los nabarros presuntuosos, pedantes o petulantes. Existe en el hombre nabarro una fuerte predisposicin a exagerar el valor de lo forneo y ensoberbecerse a as mismo y a su conjunto social, muchas veces determinando con esa tendencia un desprecio a s mismo y a su conjunto social. El nabarro es muy susceptible al halago, poseyendo una alta dosis de romanticismo poltico, marcado por la melancola, pero tambin por el pesimismo que muchas veces llega a somatizar. En sus conversaciones y reglas de conducta se observa una casi perpetua melancola, habiendo un nmero significativo de nabarros que tenemos un fuerte rechazo a la poltica impuesta que nos rodea; estas, entre otras caractersticas ms, identifican a nuestro modelo socio-cultural y tambin poltico, como nefasta herencia de ese proceso poltico-histrico sufrido y caracterizado por constantes escarnios, medios opresores, con una recorrido incuestionablemente impuesto por la fuerza y violencia de las armas invasoras, sumado a un desconocimiento del Derecho que poseemos los nabarros a elegir nuestro propio destino. Hemos sufrido la destruccin de nuestros ms elementales Derechos, sufrimos un continuo trato ofensivo, despreciativo y racista en este largo tiempo de ocupacin extranjera. Se nos ha negado desde entonces participar en la toma de decisiones que nos afectan como Pueblo, recibiendo nicamente una imposicin que busca nuestra ciega

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obediencia y sumisin, teniendo adems que soportar la obligacin de rendir pleitesas y sufriendo la perpetuidad en el tiempo de ciertas normas socio-culturales y polticoculturales ajenas ciertamente a este Pas, junto a la exigencia del cumplimiento de normas jurdicas extranjeras impuestas, siendo el vasallaje, la ciega obediencia y el sometimiento, norma social imperante en el tiempo, junto a la impotencia, la enseanza racista y discriminatoria, el abuso y el ultraje institucionalizado, adems de la explotacin sin medida, el analfabetismo poltico-histrico crnico, etc., etc. Cmo negar que este conjunto de caractersticas sealadas, sea el producto de ese largo proceso histrico-poltico, palpablemente impositivo por los estados de Espaa y Francia, que ha ido dejando la huella de su ndice acusador en esas culturas que como fiscal denunciante nabarro, hoy elevamos nuestra voz ante los Tribunales de la Historia y de la Jurisprudencia Internacional. Slo hemos hecho un muy ligero dibujo de los hechos que han terminado imponiendo un determinado modelo socio-cultural a nuestro noble y sufrido Pueblo, exclusivamente por la imposicin poltico-militar y religiosa extranjera. En consecuencia a ello, al nabarro no se le puede considerar culpable de gran parte de sus patrones de conducta, sino objetivamente podemos decir que es vctima muchas veces, incluso de sus propios actos. Todo esto ha sido expuesto para tratar de sealar al patriota nabarro, al encargado de convencer a la mayora de nuestro Pueblo, que la lucha que tenemos no es sencilla, ni fcil. Tenemos que desafiar esta inmensa labor con conocimiento de causa, teniendo presente siempre que la conducta que asuman nuestros interlocutores no es culpa de ellos, por tanto, debemos trazar las estrategias apropiadas o correctas, haciendo gala de una infinita entereza y tolerancia, afrontando el reto con la firme conviccin del triunfo final, con una integridad firme y renovado entusiasmo. Estos y otros aspectos son de incuestionable valor en la lucha que iniciaron nuestros antepasados. No admite disputa o discusin que el reto de la lucha por la recuperacin de la soberana plena para el Estado de Nabarra, es larga y dura, pues concretamente esto plantea cambiar el actual modelo socio-cultural y poltico impuesto por el colonialismo espaol y francs, buscando as alcanzar o mejor dicho recuperar, una nueva cultura socio-poltica propia desde la realidad independiente y soberana que una Patria Libre exige. Los patriotas nabarros tenemos que tener muy claro, que los encontrados intereses que en este proceso chocan, tienen capacidad para distorsionar, cambiar y hasta poner en peligro los logros que se alcancen con ese trascendental salto histrico-poltico, sabiendo que el principal y nico semblante que nos pueden garantizar los logros sociales, polticos, econmicos, lingsticos y culturales, que tal hecho genera, es tener un Pueblo unido, consciente y dispuesto a defender cualquier opcin que nos lleve a recuperar la soberana mediante el convencimiento y el conocimiento necesario de la razn poltico-histrica que nos ampara.

Individuos o agentes colonizadosA los individuos realmente colonizados se les distinguen fcilmente gracias a una cierta predisposicin que gozan, la cual podemos comprobar simplemente a travs de su actitud corporal. Estos tipos parecen que van a lanzarse a hacer una reverencia en cualquier momento, cuando hablan con una persona a la que consideran mejor colocada 22

dentro de la jerarqua social establecida por el imperio o metrpoli. Si nos fijamos bien, estos personajes se inclinan incluso de forma inconscientemente y a la vez lanzan, algunas veces, una sonrisa que podamos clasificar entre afable y bobalicona. Si el interlocutor que tienen enfrente es un agente poltico de la gran metrpoli, sin afectar efectivamente mucho su jerarqua dentro del escalafn de mando del imperio, nuestros hroes no dudan en hacer un sealado y supremo esfuerzo de sumisin, subordinacin, acatamiento y pleitesa, desvivindose de forma total para agradar al agente poltico forneo. Incluso, en algunos casos llegan a imitar su acento, en la firme conviccin y certeza de que el suyo es plebeyo, humilde e incluso incorrecto. De hecho, tras llamativas declaraciones de amor a su tierra, lengua y costumbres, los colonizados realmente desprecian de forma profunda a su propio Pueblo, incluidas sus costumbres y lengua, siendo nicamente soportables si estas estn en tono de fiesta, verbena, jarana o marcha. Indudablemente los colonizados en el fondo de su ser consideran a los suyos, a su Pueblo, gente ruin, salvaje, despreciable y de la que le conviene concluyentemente desmarcarse, no sea que lo vayan a confundir desde el imperio con ser uno de ellos. Cualquier mnima atencin que reciba de los metropolitanos es exhibida como un gran logro. Para los colonizados, lo que viene de la metrpoli siempre es digno de apologa y de imitacin, mientras que cualquier movimiento que se hace en su tierra es sospechoso y ms si este es propiamente soberanista, porque para ellos, de los suyos nunca puede salir nadie, ni nada bueno. Por eso destacan a bombo y platillo la llegada de cualquier dirigente y famoso metropolitano, mientras ningunean sistemticamente a cualquiera de sus paisanos sospechosos de tener un mensaje poltico propio y correcto o simplemente ser una persona con talento. A esa endofobia o aversin a lo de dentro o propio, le llaman sin ningn tipo de vergenza, ser cosmopolita y moderno. Pero lo que ms odian los colonizados realmente, es que alguien de su Pueblo ose criticar la actual superioridad manifiesta del colonizador, pues hay que ocultar que sta conseguida con la imposicin militar, poltica, social, cultural y eclesistica. Eso efectivamente no lo pueden aguantar, pues entonces alguien est incomodando a su dueo. Los que critican ponen en serio peligro el statu quo impositivo de la metrpoli y por ello, el pnfilo conformismo en que los colonizados confan en prosperar a costa de la libertad del Pueblo al que objetivamente pertenecen. Cualquier oposicin es considerada una crtica destructiva, una accin verdaderamente agresiva y corrosiva, frente a la cual los colonizados pueden y deben hacer mritos suficientes, desplegando una vez ms, su lealtad servil, indigna y rastrera, ponindose a la cabeza del linchamiento de los querellantes propios del Pas, llegando sin dudar a levantar y enarbolar la bandera patria del colonizador, su amo y dueo, para aplastar a continuacin a los suyos, a su Pueblo. Ah, pero cuando los colonizados alcanzan algn tipo de poder, agrrense los machos y las hembras. El caciquismo y despotismo cipayo que comienzan a emanar, es para echarse apresuradamente a temblar. Pobre de aqul o aquella que ose solo toserles, porque entonces sabrn cuanto han aprendido de los conquistadores. Por todo ello, debemos comprender de forma precisa, que para acabar con el colonialismo que sufre actualmente el Estado de Nabarra a manos espaolas y francesas, primero tenemos que dejar de pensar y vivir como colonizados. Tenemos la necesidad imperiosa de

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descolonizar primero nuestras mentes, para poder as luchar por nuestra libertad y a su vez, para la libertad de la totalidad de nuestro Pueblo y Pas.

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Descolonizacin mentalSi hay algo que debemos tener bien claro y presente todos nosotros, es que el actual status del Pueblo Nabarro en sus exigidas relaciones con el reino de Espaa y la repblica de Francia, es sencillamente la de un pueblo colonizado, por consiguiente sometido y subordinado. Para que ese sangrante status cambie, el Pueblo Nabarro debe despertar del letargo inducido que padece y ejercer de inmediato su pleno derecho a la soberana y a la libertad. Estas nociones bsicas, no pueden obviarse y menos aun ocultarse. No hay que perderse en improductivos disimulos, a base de juegos de palabras bonitas y expresiones vagas, que ciertamente no plantean ninguna alternativa para modificar el actual status polticos que nos vemos obligados a sufrir los nabarros a ambos lados del Pirineo. Hay que interiorizar de una vez por todas, que lo primordial es reconocer y alegar con honradez e integridad, tanto patritica como intelectual, que el primer movimiento para recuperar nuestra libertad y soberana, pasa por tratar en su justa medida el problema de la colonizacin mental. Para ello hay que realizar, o mejor dicho seguir realizando, una necesaria y correcta informacin histrica, poltica e incluso jurdica, con las cuales ilustrar debidamente a la totalidad de la Nacin Nabarra, de las particulares nicas y especiales de nuestro Estado, siguiendo pblica y diariamente al pie de la letra, el Paradigma Nabarro(7). As, todo nuestro trabajo debe estar encauzado hacia la total e imperiosa descolonizacin mental; primera del individuo nabarro y despus de la Nacin Nabarra, ya que inmediatamente a continuacin, esto nos facilitar alcanzar de una forma ms rpida o anticipada, la descolonizacin fsico-poltica. A la fecha de escritura de este libro o mejor dicho cuaderno, no podemos ocultar que la colonizacin poltica es total. Todas las instituciones existentes en el territorio de los nabarros son extranjeras y por lo tanto impuestas a los mismos. El colonizador a base de falsedades y mentiras ha conseguido que gran parte del Pueblo Nabarro se crea, no solo que sus opciones ideolgicas estn representadas en las dichas instituciones impuestas, sino inclusive han conseguido que los nabarros crean incluso que esas instituciones son suyas, adems de obtener del pueblo colonizado que se crea con la peripecia suficiente de gobernarse as mismos, libremente, algo que es absolutamente falso, ya que ciertamente las decisiones finales se toman en las capitales de las metrpolis colonizadoras, es decir, se asignan e imponen a los nabarros desde Madrid y Paris. As pues, podemos llegar a manifestar sin ruborizarnos, hoy por hoy, que todos los partidos polticos que se estructuran dentro de los estados espaol y francs, presentndose a continuacin a las urnas impuestas por esos estados colonizadores, que irrebatiblemente legitiman con dicho acto integrante a las constituciones blindadas de esos imperios, concluyentemente intransigentes con los derechos de los nabarros, que nos arrastran de forma consciente o inconsciente, pero ciertamente sin remisin a una brutal espiral negativa para el objetivo soberanista o patritico, que incluso actualmente se atreven a predicar y dicen defender algunos de ellos, pero evidentemente son colaboradores directos y necesarios para la esclavitud poltica de sufre a da de hoy la Nacin Nabarra.7. Navarra como paradigma. Haria, n 23, Lus Mara Martnez Garate. 2007

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El correcto conocimiento de nuestra historia poltica, es decir la del Reino de Nabarra, sumado a un anlisis profundo y crtico de la actual situacin de subordinacin en la que estamos abocados en este presente perenne, nos sanar en gran medida nuestras mentes colonizadas. Repasando detenidamente el caminar histricos del Pueblo Nabarro desde la prdida de la soberana e independencia de nuestro Estado, podemos comprobar y apreciar con certeza matemtica, la continuada y total prdida del Derecho Pirenaico con el cual se organizaron nuestros antepasados en tiempos de libertad, algo solamente alcanzable de nuevo lejos de las instituciones espaolas y francesas, por lo que debemos mirar y recurrir a Tribunales y Organismos Internaciones, acogindonos necesariamente al Ordenamiento Jurdico Internacional, tanto antiguo como moderno.

1. La importancia de la HistoriaHe odo a muchas personas decir que son muy patriticas y que aman a este Pas o a sus tierras, pero realmente ni siquiera conocen la historia poltica de nuestro Estado. Para comprender el lamentable presente en el cual vivimos y proyectarnos con alguna esperanza hacia el futuro, es necesario que los nabarros comprendamos realmente el pasado de nuestro Estado. Es increble como el estudio de la historia te revela la raz de la mayora de los problemas que vivimos hoy en da en el mundo; la vida es cclica, las cosas tienden a repetirse, cambiando de forma pero reteniendo el fondo. El estudio de la historia nos permite aprender del pasado y apreciar todo lo que hay detrs de lo que an tenemos y hacemos. La importancia de la larga historia de nuestro Estado, el Reino de Nabarra, es mucho mayor de la que se creen ciertas personas, ya que no solo facilita nuestro conocimiento de nuestros antepasados, sino que ciertamente nos ayuda a comprender el porque de la triste situacin actual de sometimiento. Nuestra historia poltica estatal nos demuestra la alargada presencia del Reino de Nabarra en los diferentes foros europeos de la poca, la firma de diferentes Tratados fronterizos y el incumplimiento de los mismos por parte de los agresivos reinos vecinos, al realizar estos estados colindantes diferentes invasiones militares, todas ellas sin previas declaraciones de guerra, con la consiguiente posterior ocupacin marcial del territorio nabarro, sumada a la nefasta, al menos para nosotros los nabarros, conquista con genocidio y colonizacin. Muchos de los seudo polticos existentes en este Pas, prestan muy poca o ninguna atencin a la historia del Reino de Nabarra. Tal vez motivados la irrupcin del paradigma aranista a finales del siglo XIX o tal vez por continuar con el paradigma foral. En ambos casos basados en una errnea interpretacin del la Historia de nuestro Estado, bien por desconocimiento, vergenza o intereses personales de agentes altamente colonizados; incluso estos ltimos manipulan la realidad histrica buscando el exclusivo beneficio de su imperio, bien espaol o francs. A todos ellos les podemos aplicar la frase de un importante poltico ingls del siglo XX, Winston Churchill, pues ya lo dijo bien claro, El poltico que ignore la historia puede ir dedicndose a cualquier otra cosa, no a la Poltica. Ciertamente, a comienzos del siglo XXI, numerosos son los investigadores e historiadores oriundos del Pas, los cuales estn realizando una intensa e importantsima labor, para dar a conocer a la sociedad nabarra, la verdadera historia poltica de nuestro Estado. A pesar de todos sus esfuerzos y aunque a veces aparenten lo contrario, la totalidad de los seudo polticos que cohabitan junto al Pueblo Nabarro este Pas, hacen 26

indiscutiblemente odos sordos a estas valiosas enseanzas, lo que les privada de la sabidura necesaria que viene con un conocimiento claro de la historia, por causa y efecto, estando continuamente destinados a repetir los horribles errores del pasado en materia patritica o soberanista. A travs del anlisis de la historia se crea identidad y se hace conciencia, es decir, implica una nueva forma de pensar y reaccionar ante determinadas situaciones que se nos presentan. La identidad social define a un pueblo en su forma de ser y hacer, no solo en el presente, sino viendo su recorrido a lo lago de la historia, por ello desde las metrpolis imperialistas espaola y francesa, se intenta ocultar, desvirtuar y falsear nuestra historia, buscando imponer su historiografa con el colofn y exclusivo final de justificar, esconder, falsear o incluso vender, sus continuas invasiones, ocupaciones, conquistas con genocidio y colonizacin. Nuestra ignorancia en materia histrico-poltica, beneficia en gran medida las labores colonizadoras del reino de Espaa y la repblica de Francia, ya que nos lleva an continuo equivoco en la toma de decisiones, pues como bien dijo Helmunt Kohl, Un pueblo que no conoce su historia no puede comprender el presente ni construir el porvenir. Por ello, la enseanza de esta importante materia, est controlada por las metrpolis, alineando al Pueblo Nabarro desde las escuelas, al falsear reiteradamente la realidad histrico-poltica de nuestro Estado y su territorio.

2. Estado y territorioEl territorio no es solo concepto fsico, sino que tambin es un concepto jurdico por la poltica de Estado. Por ello, uno de los aspectos ms importantes que definen un Estado, es su extensin territorial y la consiguiente configuracin de sus fronteras con respecto a los estados vecinos. En nuestro caso, el del Estado de Nabarra, debemos decir que ha sufrido y padecido a lo largo de los siglos, numerosas invasiones militares con sus consiguientes ocupaciones, que han significado una amputacin paulatina de numerosos territorios pertenecientes al Reino de Nabarra, hasta conseguir finalmente y por manu militari, tanto espaoles como franceses, que el Estado de nabarros, haya desaparecido momentneamente, de los mapas polticos mundiales. Varios siglos despus de estas contingencias o fatalidades, continua vigente entre los soberanistas nabarros el debate poltico de la territorial real de nuestro Estado, debido en gran medida a la perpetuada maquinaria colonizadora espaola y francesa. Esto no solo es debido a la influencia impositiva de los agentes colonizadores espaol y francs, sino que tambin al pensamiento nacionalista vasco, el cual tiene un largo periodo evolutivo extendido en la historia subyugada y sometida a los designios francoespaoles, hasta llegar al planteamiento actualmente extendido, diseado finalmente por los hermanos Arana. As pues, antes de presentar a los defensores del planteamiento ms correcto y autntico en materia poltica de territorialidad para nuestro Estado, repasaremos varias visiones del mismo dependiendo del prisma, planteamiento o enfoque, de los principales y diferentes diseos existentes en esta materia tan importante, que es la territorialidad de nuestro Estado, Nabarra.

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-Territorialidad bajo el prisma impositivo del colonizador La Navarra reducida o residualLa territorialidad de la Navarra reducida o residual es aquella a la que se ha visto avocada tras la labor colonizadora e impositora realizada desde el reino de Espaa y la repblica de Francia. Mientras que al norte del Pirineo ya no existe ningn territorio, que de manera oficial lleve el nombre de Nabarra, debido solamente a la decisin unilateral realizada por la revolucionaria asamblea nacional francesa, que tacha o elimina del vocablo oficial francs el trmino de Nabarra en el ao 1789, pasando a anexionar as y de manera concluyente al Reino de Nabarra del norte del Pirineo, dentro de la imperial I repblica de Francia. Por la vertiente sur del Pirineo, tras la denominada primera guerra carlista, el tambin residual Reino de Nabarra es eliminado y, su exiguo territorio se convierte en una mera provincia ms del reino de Espaa, la cual ha llegado a nuestros das conformada bajo imposicin espaola como una Comunidad Foral, ciertamente muy distante del Reino soberano que en su da fue, carente de las leyes, costumbres y libertades que tuvo en el pasado, que servan a nuestros antepasados para regirse en total independencia.

-Territorialidad desde planteamientos colonizados La Nabarra de las seis MerindadesLos soberanistas nabarros que defienden polticamente esta tesis territorial para el Estado de Nabarra, toman como base los territorios que posea el Reino de Nabarra tras la muerte de Sancho VII el Fuerte, que daba paso a la entrada de la dinasta de Champaa. Estos territorios son las cinco Merindades de Iruea, Erriberri, Zangoza, Lizarra, Tutera y la Tierra de vascos o Ultrapuertos, que actualmente asignamos a la territorialidad de Baja Nabarra. La territorialidad de las Merindades de Iruea, Erriberri, Zangoza y Tutera, no han sufrido ninguna variacin a lo largo de la historia desde los tiempos de Sancho VII el Fuerte, pero en cambio, la Merindad de Lizarra sufri una amputacin territorial en el ao 1463, con la invasin y ocupacin castellana de la Belorado, Sonsierra, actual Rioja alavesa, San Vicente y de Bernedo y sus aldeas, actual montaa alavesa, que si defienden como espacio nabarro los soberanistas que apuestan decididamente por esta poltica territorial. A pesar de que a la Baja Nabarra nunca se le otorg por parte real el ttulo de Merindad, en la actualidad la conocemos como la sexta, despus de las de Iruea, a la que estaba unida real y inicialmente, Zangoza, Erriberri, Tutera y la ya comentada Lizarra, y ni siquiera su amplitud territorial a travs de los siglos, es la que le damos en la actualidad. Llama la atencin, un trabajo realizado por la sociedad de estudios vascos, que aparece en su revista del ao 1929, el cual inclua un prlogo realizado por el redentorista nabarro Xabier Gorosterratzu(8), quien tradujo del latn al castellano, la obra de Arnaldo de Oyenart, titulada Noticia de las dos Vasconias, cuyo ttulo originario es Notitia Utriusque Vasconiae, edicin realizada en el ao 1638.8. Xabier Gorosterratzu Jaunarena, biografa en anexos

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En la primera pgina de ese importante y gran trabajo, el nacido en Urrotz, Xabier Gorosterratzu, nos realiza un pequeo, pero a la vez importantsimo apunte en materia de la territorialidad bsica de la Tierra de Ultrapuertos, al situarnos dentro de ella el lugar de nacimiento de Arnaldo de Oyenart: () naci en 1592, en Maulen, poblacin principal de la sexta Merindad del antiguo Reino de Navarra, poblada exclusivamente por vascos, que todava conservan con cario y tesn su maravilloso idioma primitivo. Solo dos aos haba que figuraba como unida a Francia y esto nicamente por la persona del rey () Los defensores de esta razn territorial, basada en las seis Merindades, a diferencia de lo que ocurre con la Merindad de Lizarra, niegan sin ningn razonamiento histricopoltico y de manera insistente, que la comarca de Xiberoa, regin donde est la ciudad de Maule o Mauleon, pertenezca a la Tierra de Ultrapuertos Esto es una contradiccin importantsima para aquellos que defienden esta poltica en materia territorial, con respecto a la Merindad de Lizarra, ya de por si carente de un mayor rigor histricopoltico, al obviar intencionadamente la territorialidad del Reino de Nabarra anterior al ao 1200, durante los reinados de Sancho VII el Fuerte y sus antecesores; e incluso, la poltica territorial de los monarcas nabarros que sufrieron la invasin espaola del ao 1512, Catalina I de Foix y Juan III de Albret, ms la posterior que mantuvieron sus descendientes una vez asentada la ocupacin militar espaola de la Alta Nabarra-las Merindades de Iruea, Zangoza, Erriberri, Tutera y Lizarra- desde el ao 1524.

La Nabarra de las siete provincias histricas vascasEn el siglo XVIII, el sacerdote azpeitiarra Manuel Larramendi y sus seguidores, fueron los primeros que defendieron un prototipo de Estado vasco basado en una unidad territorial, de la cual germinara posteriormente el planteamiento territorial de las siete provincias histricas vascas. Este planteamiento lo podemos encontrar a travs de su proyecto denominado de las Provincias Unidas del Pirineo, expuesto en el Fuero de la pro-vinci de Gipuzkoa(9). Es ya en el siglo XIX, un siglo lleno de nuevas ideas y numerosos conflictos militares, es donde aparece en primer lugar la figura del bayons Garat. Concretamente en el ao 1811 llega a pregonar la formacin de un "Estado Nacional Vasco", sometido al mandato del emperador francs Napolen Bonaparte, donde se incluiran los siete territorios histricos vascos, bueno, mejor dicho seis, ya que Garat mantiene unidas a la Baja y Alta Nabarra, existentes a ambos lados de los Pirineos. Dicho Estado vasco tendra una bandera colorada y su escudo sera el de Nabarra, pero llevando el extrao nombre de Nueva Fenicia(10).

9. Fuero de Gipuzkoa; Comentario del Padre Larramendi: Qu razn hay para que la nacin vascongada, la primitiva pobladora de Espaa esta nacin privilegiada y del ms noble origen, no sea nacin aparte, nacin de por s, nacin exenta e independiente de las dems?.Idem. El proyecto de las Provincias unidades del Pirineo es sin duda magnfico y especioso (hermoso). Repblica que se har famosa con su gobierno aristocrtico o democrtico, como mejor pareciere, tomando de las repblicas antiguas todo lo que las hizo clebres y ruidosas en el mundo, y de las modernas todo lo que es conveniente para su duracin y subsistencia. 10. Nueva Fenicia; Trmino inventado por J. Dominique Garat. La Nueva Fenicia. Proyecto de Unin vasca bajo Napolen, Muga n 23, Mara Rosa Agudo Huici, 1983.

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Este planteamiento poltico en materia territorial, va cogiendo adeptos tras la aparicin del diseo cultural conocido como Zazpiak bat. Este lema, siete en uno, sali concretamente de la pluma del dublins Antoine dAbbadia quien junto a Agustin Xaho, realizaron en el ao 1836, la gramtica publicada y dedicada a "Zazpi Uskal-Herrietako Uskalduner", donde aparece plasmada esta expresin, siete en uno. El nacido en Atharratze-Sorholze , Agustin Xaho, presenta en el ao 1838 su novela romntica, Viaje a Navarra durante la insurreccin de los vascos, donde nos ofrece una visin nacional del pas, similar en materia territorial, por no decir igual, a la realizada pocos aos antes por Garat y con las divisiones recogidas ya en el Zapiak bat de Antoine dAbbadia, pero con una misma nacionalidad poltica global para las siete provincias histricas vascas en torno al todava existente en la poca, pero ms con carcter autnomo que soberano, reino de Nabarra formado solo por las cinco Merindades del sur del Pirineo o Alta Nabarra. Posteriormente, sera Jean Jaugain, la persona que dise un escudo para un Congreso y Festival sobre la Tradicin Vasca, realizado en Donibane Lohinzune en el ao 1897, donde se englobaban los signos herldicos de las siete provincias histricas vascas, con la ancdota del escudo de Xiberoa, que al no poseer esta comarca un distintivo herldico propio hasta entonces, el escudo fue recogido del que posea el seor de Mauleon(11). Rpidamente y debido a esos tiempos donde reinaba el romanticismo, ese smbolo fue apropiado por el recientemente fundado PNV-EAJ-PNB, de finales del siglo XIX, sirvindole a los hermanos Arana, Lus y Sabino, para definir su poltica territorial, dentro de su paradigma aranista o bizkaitarra, para el Estado de los vascos, al cual llamaron Euzkadi(12), bien por obviar o quizs desconocer, la existencia a lo largo de la historia del Estado de Nabarra. Joxe Azurmendi, nacido en Zegama, en su obra Los espaoles y los euskaldunes, ya nos indica que el desarrollo-creacin-de Euzkadi como nacionalidad es anormal, al escaparse de la historia poltica, y tambin entendemos por supuesto, lo mismo en la materia territorial del Estado soberano que haban posedo los vascos con anterioridad a la invencin realizada por los hermanos Arana. Dejando de un lado, a mi parecer, el estril debate sobre el nombre del Estado vasco, en esta unidad poltica en materia territorial que nos presentaron los hermanos Arana, podemos comprobar, al repasar detenidamente nuestra historia, que realmente no ha existido nunca como tal, de manera exclusiva eso si, solo los siete provincias histricas vascas, dndose nica y realmente, con la coexistencia con otras regiones o comarcas, dentro de ese Estado poltico, reconocido por el propio Joxe Azurmendi, que hemos tenido o posedo los vascos, el cual data desde comienzos del siglo IX y se mantuvo soberano hasta el primer cuarto del siglo XVII. Actualmente identificamos a las sietes provincias histricas vascas a las regionesherrialdeak-de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa, Laburdi, Behe Nafarroa, Nafarroa Garaia y Xiberoa. Destaca a simple vista, como los defensores de esta poltica territorial o de extensin del Estado vasco con el nombre de Nabarra, aceptan la divisin entre la Alta Nabarra y la Baja Nabarra, asimilando y tal vez incluso podramos afirmar que legitimando la divisin concluyente e impuesta por espaoles y franceses en torno a los11. Nabarrako Herritarren Ekhimena; Interesante consultar el pregn realizado por NHE para la accin que llevaron a cabo en Maule, http://nabarrakoherritarrenekhimena.blogspot.com 12. Euzkadi; actualmente se escribe Euskadi. Ms informacin en el blog de Eneko del Castillo que lleva por ttulo Nabarlur. http://nabarlur.blogspot.com

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Pirineos, semejante a la que aceptan los defensores de la Nabarra de las seis Merindades, que finalmente fue concretada tras la firma del Tratado de Utrecht en el ao 1714, por los reinos de Francia y de Espaa. Esta fue realizada concretamente entre dos ramas de la casa de los Borbn, que se reparten as Baskonia, quedando la Aquitania para el reino de Francia y la Ibrica para el reino de Espaa. Pasado la medianidad del siglo XX, los herederos polticos del planteamiento bizkaitarra, comienzan a utilizar el trmino hasta entonces nicamente cultural de Euskal Herria(13), reemplazando con ello al trmino poltico de Euzkadi, de carcter ms racial e inventado a finales del siglo XIX por los hermanos Arana. Esto supone un nuevo problema, ya que como encontramos en uno de los escritos de Eneko del Castillo(14), el trmino Euskal Herria, solo puede ser traducido de dos maneras, bien como pueblo vasco o bien como el pas del euskara, demostrndose en ambos su exclusivo carcter cultural. La primera opcin-pueblo vasco-a pesar de lo que nos pueda parecer a primera instancia, es totalmente inapropiada, ya que en la actualidad, a comienzos del siglo XXI, la migracin vasca realizada desde siglo XIV, bien forzada, obligada o deseada(15), ha creado una importante dispora vasca en el Mundo, siendo especialmente importante la existente en la totalidad del continente americano, lo que nos dice que la integridad del pueblo vasco no solo se encuentra en la actualidad en las siete provincias histricas vascas. A la segunda alternativa-pas del euskara-tampoco se le puede considerar apropiada, ya que por desgracia nuestra, en los tiempos que corremos una vez iniciado el siglo XXI, y principalmente debido a la incesante e inagotable colonizacin llevaba a cabo por los imperios francs y espaol, tras la invasin y ocupacin total de nuestro Estado, el pas del euskara abarca un menor territorio(16) que el de las siete provincias histricas vascas mencionadas con anterioridad, y que realmente poseen esa particular territorialidad, por las divisiones polticas impuestas a los vascos, realizadas todas ellas por los invasores espaoles y franceses. Por otro lado, y tras comprobar la falta de base histrica e incluso por la triste realidad lingstica actual, es prcticamente imposible desde una perspectiva poltica propia, defender la utilizacin de los trminos polticos inventados de Nueva Fenicia y de Euzkadi o el cultural, ya con carcter poltico, de Euskal Herria, para un Estado con dicha territorialidad e incluso, llamar a la totalidad de estas siete comarcas, Nabarra, ya que podra llegar a inducirnos a caer en numerables contradicciones e incluso falsedades13. Euskal Herria; concepto propio en euskara que sirve para designar a los vascoparlantes que conforman una comunidad, el cual aparece de manera literaria a mediados del siglo XVI. La vieja herida. De la conquista espaola al Amejoramiento del Foral; Floren Aoiz, 2002. 14. Nabarlur; blog de Eneko del Castillo, idem (12) 15. Navegantes del interior. Emigracin del Baztan y Nafarroa Beherea desde el siglo XIV; Pello Esarte, 2009. 16. Louis Lucien Bonaparte, sobrino del emperador francs Napolen Bonaparte y nacido en Inglaterra, escribi en el ao 1847 una obra titulada Specimen lexici omnium linguarum europearum. Es un pequeo diccionario de todas las lenguas, donde se menciona al euskara y refleja su inquietud por los dialectos vascos, realizando la primera clasificacin de los dialectos basada nicamente en criterios lingsticos, aunque los cimientos ya existan desde la clasificacin realizada por el padre Larramendi, que entre los ocho dialectos y sus veinticinco subdialectos, no llegan a abarcar la totalidad territorial de las siete provincias histricas vascas. http://es.wikipedia.org/wiki/Louis_Lucien_Bonaparte

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histricas en materia territorial, porque a parte de existir, como ya he indicado antes, bi herrialdek, que poseen el mismo nombre que el de la totalidad del Estado de los nabarros, no existe ningn periodo de la larga historia del Reino de Nabarra, con esa territorialidad exclusiva. Realmente los defensores actuales de esta alternativa poltica en materia territorial, se centran en los planteamientos realizados en esta materia desde el siglo XVIII, desechado de ante mano o mejor dicho, aparcando tal vez y de manera momentnea, una reivindicacin territorial basada en la correcta historia poltica del pueblo vasco-Euskal Herria-anterior a los siglos XVIII, XIX y XX, donde ya aparece claramente planteada la territorialidad Estatal, y por tanto con una clara actitud soberanista en materia de poltica territorial, diferente ciertamente a la de aquellos que se basan en los denominadas siete provincias histricas vascas. Pero algunos defensores de esta opcin en materia territorial, basada ms en lengua y cultura que en poltica, y siempre intentado buscar alguna legitimidad histrica para este esbozo geofsico o nacional, nos hablan de un trabajo realizado por el nacido en Urdazubi, Pedro Agerre Azpilkueta, al cual conocemos con el sobrenombre de Axular. Cuando este clrigo catlico ya resida en la localidad de Sara, como sbdito nabarro de Enrique III de Nabarra, IV de Francia, cre una tertulia para debatir sobre los problemas religiosos existentes en aquella poca y la ventaja de utilizar la lengua vasca para la reconversin de los cristianos protestantes mediante misales adecuados. En ese contexto, en el ao 1643, dentro del oasis de paz que encontr en Sara, escribi en el dialecto labortano-nabarro su obra Guero, donde aparece el siguiente prrafo: ()"Badaquit halaber ecin heda naitequeyela euscarazco minatce molde guztietara. Ceren anhitz moldez eta differentqui minatcen baitira euscal herrian, Naffarroa garayan, Naffarroa beherean, uberoan, Lappurdin, Bizcayan, Guipuzcoan, Alabaherrian eta bertce anhitz leccutan". ()S asimismo que no puedo extenderme a todas las formas del euskara. Ya que de muchas maneras y diferentemente se habla en el pueblo vasco, en la Alta Navarra, la Baja Navarra, Zuberoa, Lapurdi, Bizkaia, Gipuzkoa, lava y en otros muchos sitios. Con esta frase, los defensores del trmino Euskal Herria y la territorialidad de las siete provincias histricas vascas, les es ms que clara la unidad recogida a travs del euskara, lo que en cambio no nos mencionan nunca es la coletilla final de Axular, que nos habla de otros muchos sitios. En alguna charla o tertulia, que he mantenido con el patriota nabarro y amigo, Aitzol Altuna, este se aventura a afirmar que dichos otros muchos sitios, son la Rioja, Alto Aragn, Bearne, que en su da fueron parte del Reino de Nabarra. Pero tal vez, la ms significativa ciertamente en materia poltica y que pudo incluso influir incluso en un planteamiento poltico territorial posterior, realizado por el sevillano Serafn Olave en el ao 1883, el cual lo encuadr dentro de la redaccin de las bases constitucionales para la Repblica de Nabarra, sea el realizado por los beaumonteses de la ciudad de Iruea en el ao 1540, ante la posibilidad de un matrimonio entre la princesa de Biana, Juana de Albret y el prncipe de Asturias, Felipe, lo que les viabilizaba alcanzar de nuevo la libertad a travs de la recuperacin de la soberana nabarra. Estos beaumonteses, que haban colaborado conscientemente con los invasores espaoles en el ao 1512, todo hay que decirlo, y que ni siquiera llevaban sufriendo la ocupacin espaola treinta aos, tiempo al parecer ms que suficiente para

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comprobar la imposicin espaola, y ante la eventualidad de ese contrato matrimonial, enviaron un memorandum al rey de Nabarra, Enrique II el Sangesino, invitndole a reclamar todo el territorio perteneciente al Reino de Nabarra y que estaba ocupado por los espaoles, donde ya nos indican con claridad, al menos, otra comarca vascona: Quanto a lo que pertenesce a V. Alteza, segn lo que sola extender este Reyno antiguamente como es pblica voz y fama que era seor de Guipzcoa, Vizcaya y Alaba y mucha parte de Rioja, hasta el holmo de Burgos; como por la sepultura que antiguamente los reyes de Navarra tenan en Njera y otras ciudades y villas que hoy en da parescen las armas de Navarra; anss como en Logroo y en otros lugares y de poco ac se han borrado.()>>

-Territorialidad desde una mente descolonizada La Nabarra plenaLos soberanistas nabarros que defienden esta tesis territorial, Nabarra osoa, se basan exclusivamente en la larga historia poltica de los vasco(ne)s y ms concretamente en la historia del Estado que crearon y les represent, de una manera independiente y soberana, ante las dems naciones de Europa y por ende, del Mundo. Este Estado fue en primer lugar el Reino de Pamplona, el cual posteriormente cambi su nombre por el de Nabarra. Uno de los primeros polticos que podemos situar dentro del denominado nacionalismo vasco, que plante esta unidad poltica y territorial para el Estado de los vascos, fue Anacleto Ortueta(17). Otra importante defensa de esta poltica territorial, la encontramos en el trabajo de Sarrailh de Ihartza(18), concretamente en una obra divulgada en el ao 1979, y que llevaba por ttulo Vasconia. En ella nos dice lo siguiente: Todo buen vizcano, guipuzcoano, riojano, etc., que se diga nacionalista debera sentirse navarro y desear la restauracin de este Estado, en forma de Repblica Vasca, tal y como promulgaba Irujo durante el exilio en Londres. Manuel Irujo fue un poltico nacionalista vasco que naci en la localidad de Lizarra, que durante el ao 1945 y desde el exilio londinense, realiz un anteproyecto de constitucin para la Repblica de Nabarra. En esa constitucin ya exista una mayor consideracin poltica a la territorialidad del Estado vasco(n), basada ntegramente en la historia poltica territorial desarrollada a lo largo de la historia desde el Reino de Nabarra, que podemos encontrar plasmada en unos mapas que Sarrailh de Ihartza incluye entre las pginas de su obra, los cuales engloban los territorios del Reino de Nabarra y del Ducado de Baskonia. El iruinsheme Toms Urzainqui y el difunto irundarra J.M Olaizola, realizaron un gran trabajo histrico para el pueblo vasco(n) al publicar La Navarra Martima. Obra imprescindible donde se nos habla de una unidad nacional vasc(on)a en la figura poltica del Estado de Nabarra, con una territorialidad basada en actos ocurridos en nuestra historia poltica, como la firma de diferentes tratados fronterizos. Ciertamente es17. Navarra y la unidad poltica vasca; Anacleto Ortueta, 1931. 18. Sarrailh de Ihartza; pseudnimo del getxotarra Federico Kutwig Sagredo.

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un planteamiento que podamos intuir ya con anterioridad en una obra antecesora, Navarra o cuando los vascos tenan reyes, de un religioso nacido en Azcarate y actualmente ya difunto Pierre Narbaitz, donde tras leer su contenido histrico-poltico se puede llegar rpidamente a una conclusin semejante. Pero si hay un trabajo actual, en el cual se destaque con mayor nfasis an si cabe, la defensa soberanista de la territorialidad Nabarra osoa, incluso simplemente al leer el ttulo del libro, es Navarra sin fronteras impuestas, cuyo autor Toms Urzainqui, divulga con brillante concrecin las fronteras polticas del Estado de Nabarra y por consiguiente, la expansin poltica del Estado de los vasco(ne)s. Es cierto, de forma objetiva hay que decirlo, esta obra est basada en un trabajo anterior realizado por Antonio Ubieto Arteta en el ao 1953, y que lleva por ttulo Las fronteras de Navarra. Otra de las obras donde podemos encontrar una defensa de esta poltica territorial, es la realizada por Iaki Sagrado. Especialmente en sus diferentes tomos de la relevante obra Castillos que defendieron el Reino. En este trabajo, el autor se basa exclusivamente en aquellos castillos que pertenecan a la Corona de Nabarra y que aparecen en los archivos de la Cmara de Coptos. Esta podemos decir, es otra va poltica correcta con la cual conocer la amplitud real que alcanz el Reino de Nabarra. Esta defensa poltica en materia de territorial, conocida como Nabarra osoa, est asentada sobre unos cimientos verdaderamente slidos. Estos principios estn contemplados en la extensa historia poltica de aquel Estado que crearon los vasco(ne)s libres e independientes, es decir los nabarros, en el ao 824, donde desarrollaron una poltica propia, en la que nunca estuvo olvidada la importante cuestin territorial, la cual en muchos casos estuvo basada en gran medida en la amplitud natural y real, del pas del euskara(19).

3. Diferencias entre independentismo y soberanismoA primera instancia nos puede parecer, que los trminos polticos de independentismo y soberanismo, tienen un significado idntico, pero ambos encierran algunas particularidades y diferencias, las cuales pueden ser ciertamente pequeas, pero con una gran trascendencia final para el objetivo que perseguimos los patriotas nabarros, que no es otro ms que recuperar la libertad, deshacindonos o soltndonos de las cadenas que nos imponen desde el reino de Espaa y la repblica de Francia. El independentismo es considerado por muchos como una corriente poltica, derivada generalmente de los numerosos nacionalismos surgidos a lo largo de la historia poltica del hombre, donde se defiende la independencia de un territorio determinado respecto al19. El mayor ejemplo de la defensa territorial en base al idioma de sus moradores, lo encontramos en el Tratado Fronterizo realizado en el ao 1016, por el rey nabarro Sancho III de Pamplona y el conde de Castilla, de nombre tambin Sancho. Una concordia y acuerdo acerca de la divisin del reino entre Pamplona y Castilla, como ordenaron Sancho conde de Castilla y Sancho rey de Pamplona, tal como les pareci. Esto es, desde la suma cima al ro Valle Venarie, hasta el Grae donde est el mojn sito y collado Muo, y desde Biciercas y desde siguiendo hacia el ro Razon, donde nace; despus por medio del monte de Calcao, despus por la cima de la cuesta y por medio de Galaza, y all est el mojn, y hasta el ro Tera, all esta Garrahe, antigua ciudad abandonada, y hasta el ro Duero. Don Nuo lvaro de Castilla y el seor Fortn Oggoiz de Pamplona, testigos y confirmantes. Ao 1016. Cartulario de San Milln de la Cogolla, doc. 166

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estado o estados en que se encierra o enclaustra. La mayora de las tesis independentistas suelen plantearse principalmente sobre la existencia de una nacin, basada sta interpretacin de una forma obligadamente principal en la historia, cultura y lengua propia del territorio en cuestin. La afirmacin o conclusin a la que llegan en el independentismo, es que dicha nacin no alcanzar nunca su mxima plenitud cultural, social o econmica mientras contine formando parte del estado o estados, de los cuales quiere independizarse, llegando a demostrar incluso, la falta de lazos democrticos o de cualquier otro tipo, existente con el estado o estados del cual forma parte por una imposicin poltico, militar, cultural y lingstica, que impide insistentemente y de forma continuada la existencia o quizs subsistencia de la nacin propia, al estar soportando de forma perdurada un mbito impositivo tanto jurdico como poltico, ciertamente ajeno a las costumbres propias del pas. El ejemplo ms significativo de independentismo lo podemos encontrar en el ao 1776, concretamente en las trece colonias britnicas existentes en Norteamrica, que se encontraban ya por aquel entonces en una guerra abierta contra la corona inglesa. Unos pocos representantes de dichas colonias, llegan a un acuerdo conjunto y firman la Declaracin de Independencia de los Estados Unidos. En dicha declaracin, los diferentes representantes de las colonias, explican detenidamente cuales son las razones que les hacen llegar a declarar su independencia con respecto al reino de Inglaterra. A su vez podemos afirmar sin ningn tipo de dudas o titubeos, que en el soberanismo concluyentemente se engloban todas las razones que se aportan desde el independentismo. Esto nos puede llevar incluso a una errnea conclusin, con la cual podramos llegar a creer que vienen a ser lo mismo con la nica diferencia del trmino, cuando realmente el soberanismo da una vuelta ms de tuerca al reivindicar de forma precisa la restauracin de un Estado propio, ya existente en la historia del pueblo-nacin o pueblos-naciones que lo conformaron y que tena definido claramente su territorio mediante la extendida accin poltica de sus gobernantes. Uno de los ejemplos ms claros del soberanismo, lo encontramos durante la II guerra mundial, especficamente tomando por ejemplo el caso de la repblica de Francia. El estado francs es invadido y ocupado por las tropas alemanas, instaurando desde el III Reich un gobierno ttere en Vichy, que bsicamente atenda con su sumisin y subordinacin, todas las necesidades o peticiones realizadas desde la Cancillera alemana. Mientras en el exilio, concretamente en tierras inglesas, un patritico gobierno francs trabaja junto a los aliados en post de la recuperacin de la soberana para la repblica de Francia, algo que alcanzaran incluso antes del final de la brutal contienda blica, la cual asol Europa. As pues, mientras que en el independentismo hay que crear un Estado bsicamente partiendo de cero, el soberanismo tiene que recuperar un Estado ya existente en la historia poltica europea y por ende mundial, aadiendo as y de forma eficaz, un gran peso poltico a las reclamaciones ya existentes en el independentismo, que sirven a modo de cimientos en los que apoyarse en la reconstruccin del Estado y a su vez

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desmotar las numerosas y falsarias aportaciones del estado o estados que impiden con todo su fuerza y poder, tanto jurdico, como poltico y por supuesto militar, las reivindicaciones legtimas de los pueblos-naciones, como es el caso del Pueblo y de la Nacin Nabarra.

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Derechos HistricosHablar de los Derechos Histricos es muy subjetivo, ya que depende en gran medida del prisma patritico con el cual sean observados, analizados y posteriormente presentados y defendidos en poltica, pero teniendo muy presente a su vez, lo que nos indica el Ordenamiento Jurdico Internacional, tanto el viejo como el moderno, que nos indica claramente que estos Derechos Histricos recaen sobre las Coronas, dado que de ellas son emanados, por lo tanto son sus titulares bien sean estas reinados, principados, grandes ducados o ducados, al estar intrnsicamente relacionados con los Derechos Dinsticos en el viejo Ordenamiento Jurdico Internacional y respetados en el nuevo. Los Derechos Histricos no pueden ser vendidos, pero en caso de renuncia a los mismos a cambio de una compensacin por parte del titular, que es la Corona, estos Derechos Histricos quedaran anulados ante el reino, principado, gran ducado o ducado, es decir, ante el Estado. En el supuesto que el Pueblo o la Nacin, rechace a la monarqua, el heredero o heredera no pierde sus Derechos Dinsticos, simplemente su potestad de ejercer como rey o reina, pudiendo volver a reinar en el supuesto caso que el Pueblo o la Nacin se lo vuelvan a pedir.

Nabarra y los Derechos Histricos

La utilizacin de los Derechos Histricos por las diversas agrupaciones polticas navarras, reconocidas constitucionalmente por un estado ocupante, son contradictorios segn el Ordenamiento Jurdico, Este es un pequeo extracto del informe enviado a la Casa Real de Nabarra en mayo de 2005, desde la Corte Internacional de Justicia, sita en la Haya-Holanda, basada exclusivamente en lo que aparece y se desarrolla en la pgina 9 del Ordenamiento Jurdico Internacional. Desde un pensamiento ciertamente libre y descolonizado, los nabarros debemos pensar fra y seriamente, que son en realidad los Derechos Histricos de Nabarra y sobre todo si somos patriotas, en quien verdaderamente recaen en la actualidad. Esto es debido principalmente al devenir poltico-histrico de nuestro Estado, Nabarra, el cual recordemos, desapareci de los mapas polticos mundiales a causa de diferentes invasiones y ocupaciones, conquistas con genocidio y brutal colonizacin, que concluyeron all por el ao 1620, por el entonces reino de Francia. Basndonos correctamente en la Jurisprudencia Internacional, ya que nosotros los nabarros nunca debemos hacerlo en la interpretacin emanada de la Justicia presentada y ejercida por los estados coloniales espaol y francs, los Derechos Histricos tornan o residen siempre en el sistema de Gobierno existente por aquel entonces, que cierta y verdaderamente en nuestro caso, fue expulsado por los estados ocupantes. Actualmente, nos guste o no, adems nos vemos obligamos a recordar que por ello nunca discutir un patriota nabarro con otro igual, en el caso de nuestra amada Patria Nabarra, la Legitimidad Histrica de Nabarra recae y reside en su monarqua, que actualmente todava existe, pero que no ejerce desde el ao 1620 por negacin y usurpacin de los estados ocupantes. Estos usurpadores son el reino de Espaa y la repblica de Francia. Continuando con lo que nos indica dicho Ordenamiento Jurdico Internacional y siempre basados exclusivamente en nuestro propio Paradigma Nabarro, toda pretensin 37

de sustituir o suplantar la Legitimidad Histrica garante en la Casa Real de Nabarra y hacer uso de sus Derechos Histricos, es contraria cuando menos a Derecho, producindose una contradiccin grave para cualquier Movimiento Soberanista Nabarro en las Instancias, Tribunales y Organismos Internacionales que finalmente, son a los cuales debemos acudir. La indebida utilizacin de los Derechos Histricos nabarros, en cualquiera de sus formas o camuflajes, tratan de obviar y ocultar a la sociedad nabarra, que son principios legitimistas formulados originariamente por las monarquas, enfrentndose con ello de forma necia contra la Jurisprudencia Internacional establecida y adems, supone un acto de desinformacin, con oscuros intereses, hacia el Pueblo Nabarro, en el cual reside finalmente la soberana en base a nuestro ancestral Derecho Pirenaico o Baskon. Todas las pretensiones y usos indebidos por agrupaciones ajenas a la Casa Real de Nabarra o sin contar con su explcito amparo, han resultando cuando menos, confusas y altamente contraproducentes para las exigencias polticas del Pueblo ms antiguo de Europa, algo que podemos comprobar claramente y deforma sencilla, al repasar nuestra historia desde la triste perdida de la soberana del Reino de Nabarra, exclusivamente quebrantada a causa de la accin militar extranjera. Todos esto intentos fantasiosos que oculten la realidad histrico-poltica, en contextos polticos y estatales ajenos a los nabarros, han conducido a una desorientacin y desconcierto extremo y sin precedentes en la Nacin Nabarra. Hay que decir claramente, que ningn estado ocupante, bien ya sea este Francia o bien ya sea Espaa, o incluso ambos en comn, puede amparar y utilizar los Derechos Histricos de Nabarra segn nos indica y marca la Jurisprudencia Internacional. Por lo tanto, ninguno de los partidos polticos reconocidos constitucionalmente por dichos estados imperialistas y colonizadores, podrn manipular los Derechos Histricos, incluyndose en los mismos la denominacin de territorios histricos, por ser esta interpretacin errnea y fuera del Derecho emanado por el Ordenamiento Jurdico Internacional, ya que su trascripcin Jurdica correcta es la de territorio ocupado por un estado extranjero.

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Fueros nabarrosEn Nabarra cuando hablamos de Fueros, nos referimos a las leyes y costumbres civiles, polticas, administrativas y econmicas, basadas en un rgimen jurdico propio, el Derecho Pirenaico, que serva para el ejercicio del autogobierno mantenido a lo largo de los siglos, en una Nabarra soberana, libre e independiente, ya que una vez secuestrada nuestra soberana, eliminada nuestra libertad y segada nuestra independencia, los invasores espaoles y franceses modificaron a su antojo nuestro Fuero en su beneficio, siempre buscando su total eliminacin. Este Derecho de trasfondo preindoeuropeo occidental, ubicado en el sustrato natural y tradicional de la cultura vasc(on)a, se define entre otras particulares como comunalista frente al individualismo posterior, el cual ya se haya ntidamente en el posterior Derecho Romano(20).

Antes leyes que reyes

Los Fueros nabarros son la suma de leyes y costumbres, tanto civiles, como polticas, econmicas y administrativas, las cuales estaban basadas