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1 RECURSOS PARA FOMENTAR EL ESPÍRITU "DAMIAN" Y LA MISIÓN AL ESTILO "DAMIAN" Congregación de los Sagrados Corazones, Ecuador, Quito, 2007 Nueva edición, enteramente corregida, renovada y ampliada, 03-2009 P. Emmanuel de Bézenac, sscc

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RECURSOS

PARA FOMENTAR EL ESPÍRITU "DAMIAN" Y LA MISIÓN AL ESTILO "DAMIAN"

Congregación de los Sagrados Corazones, Ecuador, Quito, 2007 Nueva edición, enteramente corregida, renovada y ampliada, 03-2009

P. Emmanuel de Bézenac, sscc

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Indice Introducción 4

PRESENTACIÓN DE DAMIAN 5

TÉCNICAS GRUPALES 13

REPRESENTACIONES 43

CELEBRACIONES 52

Índice completo

Introducción 4

PRESENTACIÓN DE DAMIAN 5

1. Trascendencia de Damián 6

2. Fechas 6

3. Vida de Damián de Veuster 9 • Reseña a 9 • Reseña b 11

TÉCNICAS GRUPALES 13

Utilización de textos sobre Damián 14

Mirando una ilustración 16 1. Dinámica con afiches, pósters, dibujos o estampas de damián 16 2. Mirando una foto de damián en su lecho de muerte: su último mensaje 16 3. Observando el lema de la preparación a la canonización: “los amó hasta el extremo” 17

Reconstituciones 19 1. Reconstitución de una carta 19 2. Imaginar la oración de Damián 21

Debate 22 1. Entre dos personajes 22 2. Debate interior 24

Escenas, carteleras 28 1. El buen samaritano 28 2. Las 10 convicciones de Damián 29 3. Lemas “damianos” 30 4. Damián, el belga más grande de todos los tiempos 31 5. Mayor fecundidad del ministerio de Damián leproso 33

Testimonio (milagro aprobado para la canonización) 35

Planificación de una actividad 37 1. Asimilación de los principios que rigen una acción al estilo damián 37 2. Búsqueda de soluciones a los males del mundo 38 3. Los “diez mandamientos” de san damián 40

Listados paralelos en la pizarra 41 Coincidencias entre Jesús y Damián 41

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REPRESENTACIONES 43

1. Opción Molokai (teatro) 44 • Escena 44 • Actividades grupales 46

2. Pasajes de las cartas de Damián 47

3. Drama en 5 actos: “Estoy leproso, bendito sea Dios” 51

CELEBRACIONES 52

Novenas 53

• Novena “Damián, hombre de Dios” 53

• Novena “tradicional” actualizada 65 Cantos 71

• Estribillos 71 • Canciones de la Cantata (Chile) “Nosotros los leprosos” (Esteban Gomucio y Alex Vigueras,

sscc) 72 • Refranes para musicalizar 73

Oraciones “san Damián” 74 • a Dios 74 • a Damián 75 • oraciones sacadas de la obra de teatro “Estoy leproso, bendito sea Dios” 77

Misa Damián de Veuster 80

Vía crucis con Damián de Veuster 84

ANEXOS

Acción pastoral al estilo Damián 93 Último acto de la obra de teatro “Estoy leproso, bendito sea Dios”, Mayor fecundidad del ministerio de Damián leproso 95 Hay que atacar a la vez las causas y los efectos 98

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Introducción Hay cuatro evangelios: Damián, como otros muchos santos, es un quinto, pues expresó en carne propia la Buena Nueva de Jesús. Lo hizo al estilo "Sagrados Corazones", espiritualidad creada por los fundadores de su congregación (Pierre Coudrin, Henriette Aymer de la Chevalerie), aunque con acentos y matices propios. Damián merece que se cree, si no existe ya, el calificativo "damiano" que evoca un modo original de vivir la fe y cumplir la misión. Lo mismo como se habla de una espiritualidad "franciscana" (san Francisco de Asís) o (para tomar otro ejemplo entre muchos) "teresiana" refiriéndose no solo a Teresa de Ávila, la reformadora del Carmelo, sino a santa Teresa del Niño Jesús (Lisieux) que, sin ser fundadora de una orden, inspiró una nueva espiritualidad. Para fomentar el crecimiento espiritual y la formación pastoral de los laicos, hay varios caminos: la catequesis, una formación teológica y propiamente pastoral, el grupo bíblico, el grupo de oración, etc. Sin embargo el ejemplo de un testigo auténtico de Cristo ofrece a menudo un camino más atractivo, más cómodo y más rápido… Vale por lo tanto difundir el espíritu "Damián" o damiano en todas nuestras obras, y prioritariamente en las tantas que llevan su nombre.

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PRESENTACIÓN DE DAMIAN

1. Trascendencia de Damián 6

2. Fechas 6

3. Vida de Damián de Veuster 9 • Reseña a 9 • Reseña b 11

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TRASCENDENCIA DE DAMIAN

Damián es un santo atípico, que se sale de los esquemas.

En nuestro mundo secularizado, donde se margina a Dios y a su Iglesia, él sin embargo sobresale: logra convencer a los no creyentes, trasciende más allá de su ámbito religioso y católico… Es uno de los dos héroes civiles del estado norteamericano de Hawai y ha sido declarado en el 2005 “el belga más grande de todos los tiempos”.

Damián es admirado más allá de cualquiera frontera, sea de tipo geográfico, cultural, religioso y político... Hasta Gandhi le elogiaba con las siguientes palabras: “El mundo político y periodístico conoce muy pocos héroes comparables al Padre Damián de Molokai.” (Concurso “El belga más grande de todos los tiempos”, noviembre 2005)

¿Qué hay pues en él y su vida que atrae tanto?

1. Atrae, en primer lugar, porque parece que, en él y su vida, no hay nada extraordinario ni sobrenatural, nada propiamente cristiano, nada propiamente divino. PARECE IGUAL A LOS DEMÁS E IMITABLE. En efecto, providencial y sabiamente, Dios no le concedió el don extraordinario de sanación, esa capacidad especial que consiste en curar de modo radical e inmediato con una simple oración o imposición de manos. No anunció la salud ni la prosperidad, no proclamó la curación ni la riqueza: no limpió a nadie de su lepra. Hizo algo a primera vista menos llamativo, menos impresionante, más común y ordinario. Contagió esperanza, colmó de paz y amor - y hasta de gozo - los corazones de los leprosos aun cuando el resto de sus cuerpos estuviera en proceso de descomposición. Operó una verdadera revolución: la humanización de la leprosería, la conversión del infierno de Molokai en antesala del cielo. Esta acción, aparentemente ordinaria pero verdaderamente prodigiosa, impresiona más al mundo de hoy…

2. Damián atrae a todos, en segundo lugar, porque, a primera vista, no pone en evidencia una virtud propiamente espiritual y religiosa. Pues hoy la fe no seduce, ni siquiera la esperanza. Damián más bien LLEVA A SU MÁS ALTO GRADO LA VIRTUD MÁS COMÚN Y MÁS EXALTADA EN NUESTRO MUNDO: EL AMOR. Su entrega fue tan excesivamente humana, abierta e incondicional, que rebasa lo propiamente institucional (lo católico) y convence a todos. Los no católicos, los no cristianos ya no se fijan en su carácter religioso y sacerdotal sino en la radicalidad de su amor universal. A los ojos de la opinión pública, desaparecen sus rasgos propiamente católicos y eclesiásticos (el sacerdote con su sotana negra), solo queda su humanidad al estado puro.

Pocos santos suscitan la admiración fuera del ámbito religioso. Hay San Francisco de Asís, la Madre Teresa…. Y Damián… Pero lo que el mundo ignora es que, para vivir el amor con tal intensidad y constancia, se requiere mucha fe y mucha esperanza en Dios. Que esta entrega, realizada con tal naturalidad y sencillez, no por deber, no por obligación sino por amor, SOLO PUEDE TENER SU ORIGEN EN LA CARIDAD DIVINA; el mundo ignora que este amor sobrehumano, imposible, no nace de una pura generosidad humana heroica sino del mismo corazón de Dios. 3. Hay el fondo, hay la forma; lo sólido, lo auténtico, por otra parte lo aparente. Damián prioriza lo primero. En general, en la sociedad, cuando desempeñamos un rol institucional, predomina la forma. Salvamos las apariencias pero descuidamos lo fundamental, los fundamentos. CUIDAMOS LOS SIGNOS VISIBLES: el uniforme, el lenguaje, el reglamento y el formalismo, los modos y las modas, PERO DESCUIDAMOS LO ESENCIAL. Como cristianos y católicos a menudo cuidamos nuestro ritual, o sea las formas exteriores, y postergamos el corazón y el eje de nuestra fe.

Damián por su parte, sin pensarlo, sin reflexionarlo, VA AL FONDO, A LO ESENCIAL, O SEA A LA SÍNTESIS DE TODA LA VIDA EN CRISTO: EL AMOR. Un amor activo, concreto, real, practicado día a día, sin descanso, sin límites y sin aparentar; ni siquiera él mismo se da cuenta de la radicalidad de su entrega, su mano izquierda ignora lo que hace su derecha. Un amor tan realista, tan natural, tan poco pretencioso, tan desinteresado, que hace olvidar a la gente del mundo, a menudo anticlerical, la condición sacerdotal o sea institucional de Damián… Por temperamento, por su franqueza, por su educación en el campo, más aún por el medio en que se desenvolvió, en la misión, peor aún en Molokai, no podía dar mucha importancia a las formas y formalidades; pero era demasiado consciente de sus limitaciones para despreciarlas.

Sin despreciar las formas, enfoquemos lo esencial, apuntemos a lo verdadero, demos la prioridad al amor vivido por encima de los ritos y apariencias. Solo así el mundo creerá…

Si os amáis los unos a los otros, el mundo conocerá que sois mis discípulos (Juan 13, 35).

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FECHAS 3 de enero de 1840: Damián de Veuster nace en Tremeloo (Bélgica).

A vosotros, queridos padres, debo no solo mi felicidad, sino también la educación que recibo y que siempre me será provechosa. No sé como podré expresaros mi agradecimiento por todos los beneficios con que desde mi más tierna infancia me habéis llenado.

1 de febrero de 1859, a los 19 años: Ingreso al noviciado de los Sagrados Corazones en Lovaina.

No puedo menos de escribiros, queridos padres, en este hermoso día de Navidad que me ha traído la certeza de que Dios quiere que abandone el mundo para abrazar la vida religiosa. Os pido vuestro consentimiento, pues sin él nunca me atrevería a iniciar semejante empresa.

7 de octubre de 1860, a los 20 años: Profesión religiosa en Paris.

Yo, Damián..., hago votos de pobreza, castidad y obediencia como hermano de la Congregación de Jesús y de María, a cuyo servicio quiero vivir y morir…

29 de octubre de 1863, a los 23 años: Parte a las misiones desde Bremen (Alemania).

El día de nuestra separación, queridos padres, cuando nos dimos el último adiós en esta tierra, fue muy doloroso para mí. Nunca olvidaré lo que sentí en mi corazón cuando por última vez os apreté entre mis brazos. El sacrificio fue grande para vosotros y para mí. Pero como lo hicimos únicamente para la mayor gloria de Oíos y la salvación de las almas..., sintámonos dichosos.

19 de marzo de 1864, a los 24 años: Llegada a Honolulu (Archipiélago de Hawai).

Me parece imposible expresaros el inmenso gozo del misionero después de una travesía de casi cinco meses, al contemplar su nueva patria, que tendrá que regar con sus sudores para ganar sus almas para Dios.

21 de Mayo de1864: Ordenación sacerdotal en Honolulu.

No, no soy yo quien te ha elegido, sino que eres tú quien me ha escogido. 1864-1865: Misionero en el distrito de Puna (Hawai).

Hay que acostumbrarse a viajar por tierra y por mar, a caballo y a pie...; hay que dirigir a los demás; y lo más difícil es conservar, en medio de mil miserias y dificultades, el espíritu de recogimiento y oración.

1865-1873, entre los 25 y los 33 años: Misionero en el distrito de Koala (Hawai) Seis semanas de viaje no son nada para mí, pues donde quiera que llego, me siento como en casa. No temo a los ladrones: de ordinario no llevo dinero. Me alojo en la primera casa que hallo. Encuentro todo lo que necesito y nadie quiere recibir nada a cambio.

4 mayo 1873, a los 33 años: Se ofrece para ir a la leprosería de Molokai Monseñor: Recuerdo el día de mi profesión religiosa en la que se me cubrió con el paño mortuorio, aprendiendo que la muerte voluntaria es principio de nueva vida. Heme aquí dispuesto a enterrarme vivo con estos desgraciados a varios de los cuales conozco personalmente.

10 de Mayo de 1873: Llegada a Molokai.

Aunque me ofrecierais 100.000 dólares por hacer lo que hago, no permanecería aquí ni cinco minutos. Sólo Dios y la salvación de las almas me retienen. Si aceptara el más mínimo salario por mi trabajo, mi madre nunca me reconocería como hijo.

A fines de 1884, a los 44 años: Damián declarado leproso (aunque la enfermedad hubiera empezado antes, en 1880).

No, yo no quisiera la curación si el precio fuera mi salida de la isla y el abandono de mis trabajos.

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15 de abril de 1889, a los 49 años: Muere en Molokai Sé que mi final no está lejos. Que se cumpla la voluntad del Señor. ¡Qué dulce es morir hijo de los Sagrados Corazones!

1936, 47 años después de su muerte: Se trajeron solemnemente sus restos mortales de vuelta a su tierra natal 4 de junio de 1995, 106 años luego de su muerte: Beatificación en Bruselas, Bélgica

Nos, por nuestra autoridad apostólica, inscribimos en el Libro de los Beatos al venerable servidor de Dios Damián de Veuster. Juan Pablo II

22 de julio de 1995: Devolución de una mano a Molokai

Poco después de su beatificación, se tomó conciencia de su pertenencia al Pacifico y al continente americano; que es un santo también para América: se devolvió su mano derecha a la tierra (Kalawao, Molokai) de la que es el héroe.

11 de octubre 2009: 120 años des pués de su muerte, canonización. El Papa lo proclama oficialmente “santo”, en Roma

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VIDA DE DAMIAN DE VEUSTER

Reseña a A los 23 años, Damián dejó Bélgica, su patria, para ir de misionero a las islas Hawai (Pacífico Norte). Diez años después, se internó voluntariamente en la isla de Molokai, donde el gobierno segregaba a los leprosos. Organizó para ellos la vida social, les devolvió el sentimiento de su dignidad y los contagió con su fe y esperanza. El 15 de abril de 1889 moría consumido por la lepra. 1. Infancia y vocación religiosa José de Veuster, el futuro Padre Damián, nació en 1840 en Bélgica, en una familia profundamente cristiana. Desde pequeño demostró un gran amor a Dios y a los pobres. A los 13 años tuvo que dejar la escuela para ayudar en los trabajos de la finca. Más tarde, cuando tenía 18 años, su padre lo destinó al comercio de granos y lo mandó, fuera de casa, a estudiar el francés. Allí descubre su vocación. Escribe a sus padres:

- Quiero ser sacerdote. Sin más tardar los convence de dejarle ingresar a la Congregación de los Sagrados Corazones. Esta Comunidad, nacida durante la Revolución Francesa, tenía la finalidad de llevar el amor del Corazón de Cristo al mundo y así renovarlo. 2. Vocación misionera Cuatro años más tarde, en 1863, su hermano mayor, religioso de la misma Comunidad y recién ordenado sacerdote, es designado para ir de misionero a las islas Hawai. Pero, habiendo caído enfermo de gravedad, no puede partir. Con la entereza que le caracteriza, Damián escribe al Superior General de su Congregación:

- Quiero ir en lugar de mi hermano. Aunque no ha terminado sus estudios, su ofrecimiento es aceptado. 3. La isla maldita Ordenado sacerdote en Honolulu, a los 24 años, el joven misionero toma inmediatamente posesión de un extenso y difícil territorio misionero en el distrito de Puna al oeste de la gran isla Hawai. Poco después, el gobierno de Honolulu, para detener la epidemia de la lepra, decide recluir a los enfermos, a la fuerza, en una cárcel natural de un promontorio pedregoso y azotado por los vientos, en la isla de Molokai. En 1873, el obispo confía a sus sacerdotes su angustia respecto del infierno en que viven los recluidos. Damián exclama:

- Heme aquí. Estoy dispuesto a sepultarme vivo con esos pobres infortunados. Tiene 33 años, la edad en que Cristo murió en la cruz. La semana siguiente, sin más bienes que la ropa que lleva puesta, desembarca en la isla, de la que solo la muerte le iba a librar 16 años más tarde.

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4. El cielo baja a Molokai De inmediato pone manos a la obra, armado del poder de la cruz. Sin más recursos que el amor de Dios, un amor apasionado por la vida, por la salud y la dignidad, venciendo el asco que le causa el horrible hedor de las carnes en putrefacción, hace prioritariamente de sacerdote; hombre vigoroso y de inagotable energía física, hace también de enfermero y médico, de arquitecto e ingeniero; y, con más agrado aún, de peón. Consigue el agua potable, levanta bonitas casas pintadas de blanco, promueve el cultivo de la tierra y organiza la vida social. Monta el orfanato para evitar que los niños fueran explotados. Funda el cementerio pues, antes, los cadáveres de los leprosos yacían donde la muerte los encontraba; y convierte los funerales diarios en fiesta. Se identifica con sus pobres enfermos para devolverles el sentimiento de su dignidad:

- Nosotros, los leprosos... - les dice, aunque todavía no lo fuera. En sus prédicas, les habla de su grandeza de hijos de Dios, les comunica la esperanza de una vida mejor:

- Nosotros, los leprosos, somos los amigos de Dios; un día gozaremos de un cuerpo nuevo... Poco a poco, bajo su impulso de pastor, el pueblo de los leprosos va organizándose, progresa a nivel material y moral y descubre la dimensión religiosa y espiritual. EI secreto de esta entrega y energía inagotables era Jesús al que encontraba en la Eucaristía.

- Sin la presencia permanente de nuestro divino Maestro en el altar de nuestras pobres capillas - escribía - no hubiera podido quedarme aquí ni un día.

Poco a poco, gracias a su acción, la cruz de Cristo produce el más grande de los milagros: el infierno de Molokai se convierte en paraíso, en antesala del cielo. 5. Leproso con los leprosos Once años después de su llegada a Molokai se produjo el acontecimiento que va a trastornar su vida: aparecieron en sus piernas los primeros síntomas de la lepra. A fines de 1884, el examen médico confirmó la presencia del terrible mal. El año siguiente, el rostro es atacado; le quedan cuatro años de vida. Dios quiso que Damián, el buen pastor, se solidarizara del todo con sus ovejas, participando de su misma enfermedad. Igual como Jesús se hizo uno de nosotros, encarnándose en una humanidad pecadora, Damián se volvió un leproso más. Cosa extraordinaria, se siente más feliz que nunca:

- Mis párpados empiezan a caer; pronto mi cara quedará desfigurada. Me quedo tranquilo y resignado y hasta me siento más feliz en medio de mi gente.

6. Muerte y repercusiones En sus últimas semanas de vida, ya no puede salir a visitar a sus enfermos; pero ahora son ellos que vienen, llenos de desesperación, a asaltar su casa para verle una última vez. El 15 de abril de 1889, lunes de la semana santa, muere a los 49 años, en medio de los llantos de los que lo consideraban como su padre. La noticia se difundió por el mundo entero... Y desde aquel entonces, su ejemplo sigue siendo un incentivo en la lucha contra todas las «lepras», y no cesa de suscitar, entre jóvenes y menos jóvenes, el anhelo de servir con total entrega a los más necesitados.

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Reseña b (hoja sscc belga)

1. Con los marginados El 15 de abril de 1889, moría el Padre Damián, leproso entre los leprosos abandonados en la isla de Molokai (Hawai), donde él mismo se había encerrado voluntariamente durante 16 años. Desde hacía cuatro años se sabía afectado por este mal incurable. Había en dicha isla alrededor de 800 leprosos, deportados por el gobierno hawaiano a esta especie de prisión natural. Se les proporcionaba comida, vestido y alojamiento; pero esta ayuda dejaba mucho que desear. Lo más terrible era la falta absoluta de esperanza pues en aquel entonces no había remedio para esa horrible y repugnante enfermedad. Despreciados y excluidos de la sociedad, vivían en medio de una gran desesperación, rota toda relación afectiva con sus seres queridos.

El corazón del Padre Damián se enternece a la vista de esta miseria. Se une a estos seres sufrientes y marginados para prestarles asistencia, estar, hablar, comer y vivir con ellos. Desde su llegada se dirige a ellos como uno más:

nosotros, los leprosos...

2. Dinamismo y creatividad Faltan por completo los equipamientos colectivos. Con ayuda de los que aún pueden trabajar, Damián construye casas, un orfelinato, una iglesia y amplía el hospital. Arregla el embarcadero y sus vías de acceso; instala la conducción de agua, que aún funciona hoy; abre un almacén en el que los enfermos pueden abastecerse gratuitamente, y construye ataúdes, allí tan necesarios. Anima a la gente a cultivar la tierra, a plantar flores, y organiza una banda de música para los momentos de descanso. Sin ser médico se preocupa por mejorar los cuidados a los enfermos y promueve nuevas técnicas terapéuticas.

Recurre a otros colaboradores, especialmente religiosas, no limitándose a su esfuerzo y entrega personales. Y solicita constantemente del gobierno medidas en favor de los leprosos.

Así, poco a poco, a través de su presencia y acción se produce un gran cambio: una cierta alegría de vivir, a pesar de todo, sustituye a la desesperación. El horizonte cerrado se despeja; al final del callejón sin salida se abre una puerta: ¡la fatalidad ha sido superada!

3. Hasta el final Según su obispo, el Padre Damián había sido enviado, tras solicitarlo, tan sólo para una estancia de pocas semanas. Pero Damián lo entiende de forma muy distinta: se trata de un camino sin retorno que está dispuesto a recorrer hasta el final, sin escatimar nada, hasta su completo desgaste. Las circunstancias llevarían a sus superiores religiosos a aceptar su punto de vista. De ahí que él se dijera con frecuencia:

¡Vamos, muchacho, ya estás aquí para siempre!

No hay nada de morboso o masoquista en esta voluntad de sacrificarse. El Padre Damián no se complace ni en el pesimismo ni en el sufrimiento. Al contrario, ama la vida y se agarra a ella con todas sus fuerzas. Al bueno de «Jef» (diminutivo de José, su nombre de pila), célebre por su jovialidad desde sus años de estudiante, nada le encanta más que una buena taza de café y una pipa bien repleta.

Por eso, a pesar de sus modales un tanto bruscos, resulta atractivo, caldea los corazones, tiene un ascendiente muy especial. La llegada del Padre Damián, pletórico de salud y de franca sencillez, cambia el ambiente de la leprosería. 4. Testigo de un Dios cercano El Padre Damián siempre añade a su firma: “Sacerdote misionero”.

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Así es como él se define. Este es el título que desea entre los leprosos. En tiempo normal pasa la mayor parte de su jornada visitándolos, cualquiera que fuera su religión (los católicos no sobrepasan la mitad del total de la población). En cada casa, condenándose a respirar aire viciado, deja la palabra apropiada: aquí dulzura y consuelo, allí un poco de reproche para despertar la conciencia; si es necesario, echa mano de la reprimenda. Les da medicinas y cura sus llagas como quien cuida flores. Cuando ve acercarse el fin de alguna de sus ovejas le administra los últimos sacramentos. Y dice:

Es verdad que verlos resulta repulsivo; pero son almas rescatadas al precio de la sangre del Salvador. También él, en su misericordia, consoló a los leprosos. Si yo no los puedo curar, poseo, en cambio, los medios para consolarlos. Confío en que muchos, purificados de la lepra del alma por los sacramentos, serán un día dignos del cielo.

En este trabajo de preparar a bien morir, el Padre Damián encuentra gran consuelo. Los entierros son verdaderas fiestas, llenas de una asombrosa alegría. Su secuestro voluntario entre estos marginados de la sociedad es un signo del amor de Dios hacia ellos. Aunque hubiera permanecido mudo, el Padre Damián, por su presencia entre los leprosos, por lo que era y por lo que hacía, se convierte en el testigo de un Dios que se acerca al sufrimiento humano y rompe la soledad.

5. El secreto de una vida Es muy fácil rellenar el «currículum vitae» de San Damián: nace en 1840, en Tremelo, cerca de Lovaina, en una familia campesina acomodada; ingresa a la Congregación de los Sagrados Corazones en 1859; parte para Hawai donde es ordenado sacerdote (1864); realiza apostolado en la isla de Hawai; llega a Molokai en 1873, y allí muere, a los 49 años, el 15 de abril de 1889. Pero, ¿nos es posible penetrar en lo profundo de su ser para ver qué le animaba y qué fuego ardía en él?

El Padre Damián, lejos de ser un alma complicada y atormentada, tenía un corazón de niño. Aunque algunos días le asaltasen oscuros pensamientos, vivía feliz confiando en Dios:

Persuadido como estoy que Dios no me pide lo imposible, me enfrento con prontitud a todo sin turbarme. En medio de los leprosos, y sobre todo, cuando sabe que está afectado por la terrible enfermedad, se siente unido a Jesús, camino de la cruz. Deja en manos de Dios el que su vida se prolongue o no, considerándose el misionero más feliz del mundo. Esta actitud la alimenta, sobre todo, mediante la adoración:

Al pie del altar - escribía en 1881 a su hermano, religioso en la misma Congregación - es donde encontramos la fuerza necesaria en nuestra soledad. Es ahí donde yo me encuentro todos los días contigo y con todos los hermanos de nuestra querida Congregación. Sin el Santísimo Sacramento sería insostenible una situación como la mía. Pero, teniendo al Señor a mi lado, estoy siempre alegre y contento.

6. Tras las huellas del Padre Damián Tampoco faltan en nuestros días hombres y mujeres que, como Madre Teresa y otros tantos, se unen a los que más sufren y a los que están más marginados en nuestro mundo. Otros continúan la lucha contra la lepra. Así la Fundación Damián, en Bélgica, y la Fundación Follereau, en Francia. Los miembros de la Congregación de los Sagrados Corazones intentan seguir las huellas de su hermano de Molokai y, como él, quieren ser testigos de un Dios cercano a los pobres y marginados. ¿Cuántos no se encuentran hoy en situaciones insostenibles familiares, personales u otras? ¿Cuántos no viven en una sensación de completa impotencia como la del Padre Damián ante la lepra? A ejemplo suyo ¿tendremos el atrevimiento de creer que la fe mueve montañas y que el amor hace milagros?

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TÉCNICAS GRUPALES

Utilización de textos sobre Damián 14

Mirando una ilustración 16 1. Dinámica con afiches, pósters, dibujos o estampas de damián 16 2. Mirando una foto de damián en su lecho de muerte: su último mensaje 16 3. Observando el lema de la preparación a la canonización: “los amó hasta el extremo” 17

Reconstituciones 19 1. Reconstitución de una carta 19 2. Imaginar la oración de Damián 21

Debate 22 1. Entre dos personajes 22 2. Debate interior 24

Escenas, carteleras 28 1. El buen samaritano 28 2. Las 10 convicciones de Damián 29 3. Lemas “damianos” 30 4. Damián, el belga más grande de todos los tiempos 31 5. Mayor fecundidad del ministerio de Damián leproso 33

Testimonio (milagro aprobado para la canonización) 35

Planificación de una actividad 37 1. Asimilación de los principios que rigen una acción al estilo damián 37 2. Búsqueda de soluciones a los males del mundo 38 3. Los “diez mandamientos” de san damián 40

Listados paralelos en la pizarra 41 Coincidencias entre Jesús y Damián 41

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UTILIZACIÓN DE TEXTOS SOBRE DAMIAN (Artículo, capítulo o párrafo de un libro, meditación de una novena, acto o escena de una obra de teatro, montaje audiovisual, o pasaje de un video o película…) • Con anticipación, elegir un texto sobre Damián (artículo, capítulo o párrafo de un libro,

meditación de una novena, acto o escena de una obra de teatro, montaje audiovisual, o pasaje de un video o película…)

Todos juntos: Presentación

• Presentar lo que se ha elegido

En grupos pequeños

1. Entregar a cada participante copia del texto seleccionado, previamente dividido en párrafos, si es un texto (o se proyecta si se trata de una audiovisual). Se invita a cada uno a leerlo para sí.

2. Luego se lee, en voz alta, el primer párrafo (o se visualiza) 3. Diálogo

Si se trata de una reflexión: Si se trata de un relato o sea si se lee algún episodio de la vida de Damián:

Se lo dialoga libremente. Se concluye con estas preguntas:

a. ¿Qué iluminación aporta esta reflexión a nuestra vida, a nuestra realidad?

b. ¿A qué nos compromete esta reflexión, cómo la podemos aplicar a nuestra vida, a nuestro grupo, a nuestro medio?

a. ¿Hemos oído de otros, o vivido personalmente, experiencias parecidas? ¿Hay situaciones de nuestro medio, de nuestra vida, que se parecen a lo que cuenta el acto o la escena?

b. ¿Qué personaje, palabra o frase, nos llama más la atención? ¿Por qué?

c. ¿Qué enseñanza nos ofrece esta escena, qué mensaje nos deja?

d. ¿A qué cambios nos compromete esta escena en nuestra vida personal, en nuestra familia, en nuestro medio?

Y así sucesivamente con los siguientes párrafos. 4. Luego, si parece oportuno, se puede adaptar una de las dinámicas explicadas en los

capítulos que siguen. Por ej.

- Mirando una ilustración, p. 16 Ofrecer a cada grupo una ilustración (relacionada con el texto), con la pregunta: ¿A la luz del texto estudiado y de la ilustración, qué nos dice Damián?

- Reconstituciones, p. 19 Intentar reconstituir o completar un mensaje de Damián al que aluda el texto estudiado.

- Debate, p. 22 El texto probablemente evoca tesis contradictorias; organizar un debate.

- Escenas, carteleras, p. 28 Representar un episodio de la vida de Damián al que aluda el texto estudiado, o representar situaciones relacionadas de la vida actual.

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- Planificación de una actividad, p. 37 A la luz del texto estudiado, planificar una nueva actividad, tomando en cuenta las dinámicas de “Planificación de una actividad”.

- Listados en la pizarra, p. 41 Establecer un listado de características o valores que el texto estudiado pone en evidencia, conversarlos y luego evaluarse.

… O cualquier otra…

En plenario

1. Poner en común lo dialogado en cada grupo 2. Interiozación del mensaje • En la capilla, si fuera posible • Se lee el texto estudiado (o una selección del mismo); o se presentan los trabajos hechos en

grupos pequeños • Silencio de meditación • Oración (se pueden usar las oraciones de este folleto, p. 74)

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MIRANDO UNA ILUSTRACIÓN

1. Dinámica con afiches, pósters, dibujos o estampas de Damián

Canto Lectura • Leer una reseña (o parte de ella) de la vida de Damián (ver pp. 9 y 11) Frente a la representación • En parejas (mirando la imagen…): Describir lo que se ve… ¿Qué nos dice Damián? Si

pudiera hablar, ¿qué nos dijera? • Se juntan dos o tres parejas. Ponen en común sus respuestas. Un secretario pone el

resultado por escrito. • Mientras el grupo realiza otra actividad, los secretarios establecen el mensaje final de

Damián. En la capilla • Todos se juntan nuevamente alrededor del afiche (o estampa…) en actitud de oración. • Se lee muy lentamente los mensajes dejando pausas entre cada uno o cada idea, mientras

todos meditan en silencio. • Oración libre.

2. Mirando una foto de Damián en su lecho de muerte: su último mensaje

• Imprimir reproducciones de Damián en su lecho de muerte, como menos en tamaño A4.

Presentación de la imagen de Damián y de su muerte

El médico de la institución vino a ver a Damián el día anterior a su muerte. No se trataba ya de una visita profesional, pues su condición se habla situado más allá de toda esperanza (de hecho, su tumba estaba ya excavada), sino más bien para sacarle una fotografía… Hasta en el agotamiento de sus últimos días, costó enormes esfuerzos persuadirle de que se sometiera a un descanso más confortable… La cámara estaba sobre un trípode a los pies de su cama, envuelta en un paño negro de fotógrafo. Uno de los presentes lo colocó en situación, cabeza, hombros y brazos, pero cuando dejó de sostenerlo, se deslizó en el preciso momento en que la placa tenia que reflejarle a él solo, se necesitaron varios intentos para conseguir un efecto satisfactorio: un terrible cansancio en su rostro desfigurado, una lejanía infinita en sus ojos, las deformadas manos rendidas y abiertas sobre la colcha, despidiéndose de la vida. Su trabajo en la leprosería habla sido ayudar a los hombres a morir miles de ellos a lo largo de los años. Y ahora él se moría de la misma manera que ellos habían muerto. Su mirada se estaba apagando, su voz le había abandonado; ya el mudo llanto de sus llagas abiertas se estaba cerrando bajo el sello de una costra negruzca. Eran señales inequívocas: las había visto tantas veces en sus rondas entre los enfermos, que se habían hecho tan íntimamente familiares para él (en sus consecuencias y en su significado), como las estaciones del Vía-crucis. Deseaba morirse en Pascua, como él decía, para realizar su itinerario de crucifixión, muerte y resurrección con Cristo. Las fotografías se tomaron el Domingo de Ramos con el que comienza la Semana Santa. A las ocho de la mañana del día siguiente, el lunes 15 de abril de 1889, a menos de cuatro días del Viernes Santo, había muerto. (Damián de Molokai, p. 3, Gavan Daws, Reinado social)

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Formar grupos y entregar una reproducción a cada uno • Describir lo que se ve, la posición, las manos, el rostro y sobre todo la mirada. • Responder las preguntas siguientes:

¿Qué nos dice Damián? ¿Cuál es su último mensaje? Si pudiera hablar, ¿qué nos dijera? • A partir de la conversación, un secretario redacta el mensaje que nos deja Damián. Plenario, en la capilla si fuera posible • Se exhibe la foto. • Todos en actitud de oración. • El secretario de cada grupo, por turno, lee, haciendo pausas, el mensaje que deja Damián. • Se alterna con estribillos cantados y silencios. • Silencio. • Oración libre.

3. Observando el lema de la preparación a la canonización: “Los amó hasta el extremo”

Presentación general Reproducir la famosa foto de Damián carcomido por la lepra con el sombrero y los lentes puestos, en medio de los niños leprosos del orfanato, añadiendo la frase “Los amó hasta el extremo.” O buscar el gráfico en: http://www.ssccpicpus.com/ Presentación del lema para la preparación de la canonización de Damián. Lectura

¿Por qué este lema?:

- Es una cita del Evangelio (Jn 13,1), cuyo sujeto es Jesús que muestra el colmo de su amor cuando se dispone a entrar en su Pascua. Comienza el relato de la Última Cena. Es el momento del mandamiento nuevo, del lavatorio de pies, de la Eucaristía. Se hace así referencia a lo principal de Damián, aquello sin lo cual no se le puede entender: su fe en Jesucristo, el Señor de su vida, y la configuración de su ser con su Maestro. También Damián, a imagen del Señor, es el sujeto de esta frase.

- Los amó… Se trata de amar. La “santidad” de Damián encuentra su fuente en el amor de Cristo, en el Corazón amante del Señor. Damián bebe en ese Corazón y se hace también cauce de esa agua. Dios muestra su amor a través del amor apasionado de Damián. El amor no pasa. La santidad es amar. Dios es amor.

- Los amó… El Evangelio, al hablar del amor de Jesús, lo refiere a “los suyos que estaban en el mundo”, a los discípulos. En ellos, podemos intuir la insondable profundidad del amor de Cristo a la humanidad entera. Damián no amó en abstracto, sino que mostró su afecto de manera bien concreta, sirviendo con todas sus fuerzas a “los suyos”, a los que estaban en Molokai, a sus hermanos los leprosos, a aquéllos que eran los más abandonados y excluidos.

- Hasta el extremo. El amor lleva a Jesús a darse enteramente, a dejarse comer, a vaciarse de sí mismo, a entregar la vida, a la muerte en Cruz. Dios nos entrega en su Hijo todo, sin reservarse nada. El “extremo” del amor de Damián se puede ver a lo largo de toda su vida: bajo el paño mortuorio de la profesión, en la despedida de su familia y de su tierra, en el ofrecimiento para ir a Molokai, en la aceptación de la enfermedad, en la muerte como hijo de los Sagrados Corazones… Damián “pagó” con su propia persona el “precio” desconcertante de la caridad. La imagen de Damián leproso es un icono de amor, de servicio y de fe hasta el final, hasta el extremo, que marca su vida entera con el sello de la “santidad” que ahora la Iglesia se dispone a proclamar.

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… Damián es ante todo un misionero, un anunciador del Evangelio. Su fe es una experiencia de amor, y su compromiso de servicio le lleva a sumergirse en el sufrimiento, donde crecerá y madurará como hombre y como creyente. Damián será también para nosotros un maestro, alguien de quien aprender a ser verdaderamente humano y cristiano, un desafío dirigido a nuestras eventuales faltas de entusiasmo y de generosidad, un estímulo para nuestro deseo de servir. La entrega misionera, el despojo de uno mismo, la fe recia y valiente, el amor a los pobres sin componendas, no deberían ser elementos del “heroico pasado misionero” de … la Iglesia, sino dones que humildemente pidamos y trabajemos en el presente.

Ojalá que Damián nos interpele, Damián nos duela, Damián nos renueve, Damián nos despierte. (http://www.ssccpicpus.com/ Presentación del lema para la preparación de la canonización de Damián, Javier Álvarez-Ossorio, sscc) Repartir copia del Lema (gráfico) a cada grupo.

En grupos pequeños

1. Conversar libremente: • Describir lo que se ve. • Descifrar el significado del lema.

2. Comparémonos con Jesús y su discípulo Damián… JESÚS DAMIAN NOSOTROS

¿Cómo nos amó Jesús? ¿Cómo nos amó hasta el extremo?

¿Cómo amó Damián a los leprosos de Molokai? ¿Cómo los amó hasta el extremo? ¿Por qué los amó hasta el extremo? ¿Para qué los amó hasta el extremo?

¿Cómo amar más? Estamos dispuestos a amar y servir, sí. ¿Hasta el extremo también? ¿Es posible pasar del amor al amor extremo? ¿O está reservado a los santos?

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RECONSTITUCIONES • Se trata de dialogar respecto de algo perdido o desconocido… Aquí presentamos el caso de

una carta perdida; luego una oración desconocida de Damián. • Se reconstituye lo perdido y se lo redacta… • En plenario, se lee lentamente lo redactado…

Primera reconstitución: Reconstitución de una carta Canto Si fuera el caso, lectura de una reseña de la vida de Damián (ver pp. 9 y 11) Presentación El tema que se quiere tratar es la vocación misionera, la vocación al servicio, al anuncio del Evangelio, a través del ejemplo del joven Damián. Lecturas: Damián, 23 años, se ofrece para ir de misionero a las islas del Pacífico (I) Lectura breve de su ofrecimiento para la misión

A los 19 años, Damián ingresó, en Lovaina (Bélgica), a la Congregación de los Sagrados Corazones a la que ya pertenecía su hermano mayor. Cuatro años más tarde, en 1863, su hermano, recién ordenado sacerdote, es designado para ir de misionero a las islas Hawai. Pero, habiendo caído enfermo de gravedad, no puede partir. Con la entereza que le caracteriza, Damián escribe al Superior General de su Congregación: - Quiero ir en lugar de mi hermano. Aunque no ha terminado sus estudios, su ofrecimiento es aceptado.

(II) Lectura completa de su ofrecimiento para la misión

El hermano mayor de Damián, Pánfilo, en un exceso de caridad durante la peste que asoló a Lovaina, se contagia de la misma enfermedad. Esto le impide cumplir la orden que había recibido para ir a las misiones de Hawai, porque el día de la partida era ya inminente y no podría reponerse para esa fecha. Damián, en una inspiración súbita y una decisión precipitada, muy propias de su carácter, va a tomar la antorcha de las manos de su hermano. … Sentado a la cabecera del lecho de su hermano, le hizo la proposición: - ¿Qué te parece? si los superiores consienten en ello, ¿no podría partir yo en tu lugar? Después de un momento de duda, su hermano le sonrió y le hizo un signo de aprobación. Ante su repentina inspiración podemos pensar que su ilusión era más bella que razonable. ¿Podía permitirse que este joven, con sólo dos años de estudios teológicos, interrumpiera bruscamente su formación? La razón de este envío importante de refuerzos misioneros por los Superiores de la Congregación, respondía a la apremiante llamada de auxilio que había enviado el Vicario Apostólico de las Islas Hawai. Pero, ¿qué iba a hacer con este joven cuando lo que necesitaba inmediatamente eran sacerdotes? Parece que estos pensamientos y apreciaciones no entraban en la concepción personal de Damián. Así que inmediatamente cogió papel y pluma para escribir a París, directamente al Superior General. Calculó que consultar antes con el Superior de la casa…, tan estricto para la cuestión de los estudios, iba a poner las cosas más difíciles. Desgraciadamente, esta carta de Damián se ha perdido. Sentimos la curiosidad de haber podido saber las razones en que apoyaba su petición. El Superior General podía valorar como nadie las palabras de Damián. Le había conocido durante todo un año en la Casa General de París… Así que, autorizando una excepción, envió una respuesta afirmativa: "que el Hermano Damián se diera prisa por despedirse de su familia y viniera a París para el retiro espiritual que iban a realizar todos los que partían a misiones."

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Damián recogería esta rosa entre espinas y a su inmensa alegría no le iba a faltar una gota de amargura. De vuelta de la Universidad y estando a la mesa a mediodía, el P. Superior, un tanto serio y nervioso, arrojó la carta ante él sobre la mesa. Damián se apresuró a abrirla. De repente brilló su semblante, a la vez que oía decir al Superior: - "Usted está aún muy verde y es muy joven, Damián, para partir a las misiones antes del sacerdocio". Damián sabía lo que esas palabras tenían de verdad, pero también alguien con autoridad y sabiduría (el superior general), habla confiado en él. Se prometió no defraudar a ninguno, aunque sabía que esto suponía un serio reto para su porvenir. Ante el asombro de sus compañeros, Damián abandonó la mesa y desapareció. Sube de dos en dos las escaleras y entra en la habitación de su hermano, agitando en el aire la carta: - "Voy en tu lugar". Emocionante escena… (Reinado Social, Agosto-septiembre 1987)

Si el número lo amerita, formar grupos pequeños (sino todos juntos) 1. Diálogo • Al ofrecerse para ir a Hawai, ¿fue realmente imprudente Damián? ¿Qué predomina en él, la

prudencia o la generosidad? • Y ¿cuando se ofreció para Molokai? • ¿Qué más vale: la imprudencia con Dios o la prudencia de los hombres? Antes de contestar

la pregunta, medita la reflexión de san Pablo que sigue:

[Cristo] me envió… a predicar el Evangelio. Y no con palabras sabias, para no desvirtuar la cruz de Cristo. Pues la predicación de la cruz es una locura para los que se pierden; mas para los que se salvan -para nosotros- es fuerza de Dios. Porque dice la Escritura: Destruiré la sabiduría de los sabios, e inutilizaré la inteligencia de los inteligentes. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el docto? ¿Dónde el intelectual de este mundo? ¿Acaso no entonteció Dios la sabiduría del mundo? De hecho, como el mundo mediante su propia sabiduría no conoció a Dios en su divina sabiduría, quiso Dios salvar a los creyentes mediante la locura de la predicación. … Nosotros predicamos a un Cristo crucificado: escándalo para los judíos, locura para los paganos; mas para los llamados…, un Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Porque la locura divina es más sabia que los hombres, y la debilidad divina, más fuerte que los hombres. (I Corintios 1, 17- 25)

2. Reconstitución de la carta - Partiendo de lo único que sabemos, la afirmación de Damián “Quiero ir en lugar de mi hermano”, cada grupo se dedica a reconstituir la carta completa de Damián al Superior General. Si fuera el caso, un redactor al final pule el texto de cada carta… En plenaria, en la capilla si fuera posible • Volver a leer el texto anterior enmarcado. • Ponerse en actitud de meditación: cada grupo, por turno, va leyendo la carta preparada… • Alternar con pausas y cantos… • Oración libre

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Segunda reconstitución: Imaginar la oración de Damián Presentación En esta sesión queremos imaginar la oración de Damián, para aprender a reproducirla… Lectura

Aunque el sentimiento de saberse preso en la isla-hospital le fuera particularmente desagradable, Damián no obstante seguía con entusiasmo y celo su vida heroica. De mañana temprano, cuando entraba en la iglesia Santa Filomena, ya no sentía repulsión a avanzar en medio de la hediondez acumulada en el aire. Iba directamente a prosternarse delante de Sagrario y se entregaba a la Adoración. Se quedaba así, el alma perdida en la meditación, hasta que oyera el timbre de la campana de la que Iolani halaba la larga cuerda para anunciar la Misa. Durante el día oraba bastante, hasta en el transcurso de sus trabajos manuales y sin que sus hermanos leprosos, ocupados a su lado, se dieran cuenta. A menudo luego de la cena, cuando no estaba demasiado cansado, pues trabajaba como tres y cargaba y llevaba pesos que sólo podía llevar un atleta, le sucedía dejar la casa parroquial e ir hacia la orilla desierta. Escogía sobre todo las noches de luna llena. Caminaba entonces a pasos lentos a lo largo de las olas brillantes a la vez que recitaba en alta voz su Rosario, el que nunca dejaba; el murmullo de la marea acompañaba su oración. A veces en lugar de dirigir sus pasos hacia el mar, entraba al cementerio casi apegado a su casa, al punto de que lo consideraba un poco como su Jardín. Allí también pasaba las cuentas de su Rosario. A la vez que iba y volvía por el Jardín de los muertos, florecido ya de tantas cruces tan blancas bajo la luna, meditaba en la felicidad eterna de la que muchos de estos difuntos gozaban ya y les pedía a su vez que le ayudasen en su ruda tarea.

Reconstituir el diálogo de Damián con Jesús Damián leproso oraba ante Jesús sacramentado. Aunque la adoración no necesite palabras, tratemos de imaginar el diálogo entre Damián y su Señor. Diálogo en pareja por escrito Formar parejas. Cada pareja dispone de un papel y un esfero. El uno hace de Damián y el otro de Jesús. • El que hace de Damián escribe una o dos líneas reflejando la oración de Damián a Jesús. Y

las manifiesta a su compañero. • El otro escribe la respuesta y la señala al primero. Se sigue así hasta terminar el diálogo. Luego, asociación de varias parejas: Se juntan 2, 3 o 4 parejas hasta formar un grupo. Ponen en común sus diálogos y establecen un texto único. Plenario en la Capilla • Crear un ambiente de oración. • Se recitan, a dos voces, los diálogos escritos, con el todo apropiado. • Intercalar cantos

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DEBATE

1. Entre dos personajes

1.1 Sesión 1: Carlos Marx y Damián Entre Marx (1818-1883), filósofo fundador del comunismo o marxismo, y Damián (1840-1889), libertador de los leprosos y mártir de la caridad. Presentación 1. K. Marx dijo en 1844:

- La religión es el opio del pueblo. Para él, Dios no existe. Es un fantasma que el pobre va imaginando: el pobre en efecto busca en el cielo lo que no puede alcanzar en la tierra. La religión por lo tanto es una ilusión perniciosa, un engaño que nos aliena, o sea que nos distrae y nos aleja de la realidad y de los problemas concretos y reales. La religión es como una droga que tranquiliza y paraliza, que frena la lucha por un mundo mejor. El hombre sueña en el cielo en lugar de instalarlo aquí en la tierra… 2. Si la religión fuera el opio del pueblo, el marxismo por su parte y sin lugar a duda reduce la persona a no ser más que una simple ficha en el juego de las fuerzas colectivas. De hecho, la fe de Damián en el más allá no le impidió buscar la liberación de los leprosos, todo lo contrario.

Damián busca el progreso... emprende la construcción de casas... Más aún facilitó, a los presos de la lepra y del leprocomio, una clave para escapar de la cárcel de la sinrazón y del sin sentido: la esperanza de un porvenir inimaginable aunque cierto, no utópico. La religión de Damián no es un opio (Marx 1844) que tranquiliza sino una esperanza que motiva, una meta que levanta a los muertos en vida, para vivir a todo dar el hoy de cada día. Les invitó a regocijarse en la esperanza: o sea a no conformarse con el cruel estado de cosas sino a tener un ojo abierto sobre el futuro inminente, futuro que corría a pasos acelerados y agigantados a su encuentro.

Damián está obsesionado por el más allá… Es preciso que no evacuemos demasiado de prisa la cuestión que nos plantea el catolicismo de Damián. Al centrarnos [hoy] demasiado exclusivamente en la urgencia del presente en detrimento de una apertura al final de los tiempos, arriesgaríamos perder el aliento y descorazonarnos. Damián nos enseña que el horizonte del Reino [futuro] de Dios nos ayuda a no desviarnos de las tareas terrestres y a conservar en el corazón la alegría y la esperanza. Incluso cuando tuvo que enfrentarse impotente con una situación aparentemente insoluble, desesperada, inhumana, Damián demuestra que existe una salida, que la fe levanta montañas y que el amor hace milagros. (ECD p. 75) (Nueva evangelización a la luz de Damián, Cap. "Dar sentido al mundo que está asomando", Párrafo "Damián ofrece esperanza", E. de B.)

Leer también "Meditación, día sexto" de la Novena, p. 60

Diálogo en grupos pequeños • A qué nos compromete nuestra fe, ¿a dejar el mundo tal como está o a cambiarlo? Puesto

que esperamos una patria mejor en el cielo, ¿vale la pena preocuparse del mundo presente? • Nuestra fe en Dios, nuestra esperanza de un cielo futuro, ¿nos lleva a la pasividad frente a las

miserias de este mundo, o más bien nos motiva para transformarlo? • ¿Por qué el cristiano, a pesar de su esperanza en el cielo (o mejor a causa de ella), se debe

preocupar, más que los demás, del progreso y perfeccionamiento de este mundo?

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Plenario • Uno hace de Marx, el otro de Damián. Imaginen un diálogo ficticio entre ambos, pues fueron

contemporáneos, aunque Damián tuviera 22 años menos. • U organizar un debate entre "marxistas" y "cristianos" respecto del marxismo en general y de

la sentencia de Marx.

1.2 Sesión 2: Comparando Damián con Hansen y Fleming

1.2.1 Damián, Hansen y Fleming

El médico Hansen (1841-1912), noruego, contemporáneo de Damián (1840-1889) estableció el origen bacteriológico de la lepra: un bacilo al que más tarde se iba a dar su nombre, el bacilo de Hansen. No pudo encontrar remedios, pero sí favoreció la extensión de medidas de higiene. Solo a mediados del siglo pasado, gracias a Fleming, se descubrieron e industrializaron los antibióticos (1881-1955) que iban a eliminar o al menos controlar la enfermedad.

Damián, a pesar de sus esfuerzos, no consiguió en ninguna parte los remedios que buscaba, aunque estuviera en contacto por correo con leproserías de todo el mundo. Pero, sí, logró vencer los efectos tanto sicológicos como espirituales y sociales de la lepra: dio sentido al sinsentido, introdujo una cultura de la vida y del amor donde reinaba una cultura de muerte y de egoísmo…

Los tres fueron auténticos genios, en su campo. Pero, ¿cómo valoras el aporte de cada uno, de aquellos científicos que en menos de siete décadas vencieron el mal, y de Damián por otra parte? 1.2.2 Damián y los taumaturgos

Dios da a muchos el don de atender con amor, paciencia y eficiencia a los enfermos, pero a poquísimos el de sanar radical e inmediatamente la enfermedad.

A Damián Dios no le concedió ese don especial y extraordinario que consiste en curar con una imposición de manos o una simple oración. Le dio más bien la capacidad de transformar el corazón de los leprosos, comunicarles su consuelo divino, el don de contagiar esperanza, convertir el infierno de Molokai en antesala del cielo…

¿Cuál es el prodigio más grande: el don extraordinario de sanación o la revolución operada por Damián aunque sin curación? 1.2.3 Pregunta

¿A quién podemos imitar más fácilmente: a Hansen y Fleming, a los taumaturgos, o a Damián? ¿Por qué? 1.2.4 Diálogo en Molokai Imaginemos que Hansen haya ido a Molokai y también Fleming, el descubridor de los antibióticos, aunque este último haya vivido en el siglo posterior. Imaginemos un diálogo entre los tres.

Se presentan tres voluntarios, se reparten los roles. Se sientan en medio y empieza la conversación.

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2. Debate interior

2.1 Sesión 1: Entre quedarse o escaparse, o sea entre la conveniencia y el compromiso

Presentación Se trata de hacer el aprendizaje de elegir lo más exigente, escoger el deber o el compromiso por encima de la conveniencia y de la comodidad. Lectura (con fondo musical, quizás apoyándose en una Presentación Power Point)

Aunque tuviera desde un principio el firme propósito de quedarse para siempre en la isla, Damián a veces sintió desánimo; quizás estuvo dudando para sus adentros, ¿si quedarse, si escaparse?

Gran número de [enfermos] se aferran a Damián, que suscita en ellos la fuerza suficiente para soportar valerosamente sus sufrimientos, la confianza y la esperanza en una felicidad imperecedera cuando hayan llegado al límite de su dolor. El es el único asidero que tienen y diariamente le suplican que se quede con ellos para siempre. ¿Para siempre? Por la noche, cuando está tendido bajo su puhala y los sucesos cotidianos desfilan por su mente, Damián está pensando en esta posibilidad. Desde las primeras horas de la mañana hasta las últimas horas de la noche su amor y su resistencia se ponen a prueba. Está rodeado de cadáveres ambulantes que no sólo se hallan cubiertos de heridas en que viven los gusanos, sino también de miles de piojos y chinches que no se pueden quitar. Por todas partes putrefacción y descomposición… Casi no pasa día sin que tenga lugar algún fallecimiento. Los muertos son envueltos en una manta y sepultados cerca de la pequeña iglesia, en posición sentada, en un pozo redondo poco profundo. A los cerdos monteses no les cuesta mucho trabajo quitar la delgada capa de tierra que cubre los cadáveres y encontrar su comida. Todas las noches le lleva el viento los olores de la putrefacción. Y luego, ¡aquella horrible miseria moral!... Y esto, ¿para siempre? Damián vacila. Si se queda, ¿cómo podrá precaverse del contagio? "Sea prudente" le han recomendado sus su-periores. Bien, pero ¿hasta qué punto debe llegar la prudencia? ¿Debe suplantar a la caridad? ¿Debe impedirle solidarizarse con los leprosos, lo cual sería el único medio para ganarse su confianza y llevarles hacia Dios? El padre Damián no se hace ilusiones. Algún día, también en su propio cuerpo aparecerán manchas y pústulas que luego se abrirán; un día, su cara estará cubierta de heridas asquerosas, se le hincharán los labios, se le caerán los párpados, se le pudrirán las manos y los pies, hasta el punto de que tal vez también él suplicará morir. Si quiere seguir a Cristo, debe tener el valor de enterrarse vivo aquí. Damián se acuerda del día de sus votos perpetuos. En tal ocasión, le cubrieron con una mortaja. ¿No significaba esto que había renunciado al mundo? Bueno, estaba dispuesto a sacrificarse por el bien de los leprosos. (P. Damián, p. 66. Esteban Debroey. Desclée de Brouwer. Bilbao) Más tarde cuando ya era leproso, le ofrecieron la posibilidad de salir de la isla para ser tratado en un hospital, pero ni lo quiso pensar. …No es la enfermedad y los sufrimientos los que me descorazonan, lejos de esto. Hasta aquí, me siento feliz y contento y, si se me diera la oportunidad de salir de aquí en buena salud, diría sin dudar: Me quedo de por vida con mis leprosos. (mayo de 1886). (ECD p. 58)

Un día dijo a un visitador de la leprosería: Si el precio de mi salud fuera el irme de la isla y la renuncia a mi trabajo, no desearía sanarme. (EEA p. 54)

Debate interior entre la voz de la conveniencia y la del amor hasta el don total En grupo pequeño Se conversa a partir de estas preguntas: • ¿Qué razones tiene Damián para escapar de Molokai? • ¿Cuáles tiene para quedarse? • ¿Por qué finalmente se queda? Luego el grupo elige su o sus representantes.

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Plenario Se representa el debate interior de Damián. Se sientan en medio los representantes de cada grupo pequeño…

A la suerte o al gusto se determina el papel de cada uno de los representantes: • el uno será la voz de la prudencia, de la conveniencia, de la comodidad. • El otro será la voz del deber, del amor, del compromiso. • Otros, a su vez, pueden hacer lo mismo. Interiorización • Silencio reflexivo. • Cada uno realice su debate personal, dentro de su conciencia, y dé, al final, si fuera posible,

la victoria a la voz de la entrega generosa…

2.2 Sesión 2: Debate vocacional

En plenario

Presentación 1. Contar o hacer leer (ver p. 9 o 11) la vida de Damián. 2. Luego presentar la temática vocacional: La figura de Damián debe ser ocasión para plantearse el interrogante de la vocación. Dios me dio la vida para ponerla al servicio de una causa noble, buena y positiva. ¿A qué me llama pues, cuál es la misión que me quiere confiar? 3. Repartir copias del relato que sigue y leerlo públicamente.

EL GUSANILLO DE LA VOCACIÓN No sé por qué la vocación religiosa ha sido considerada como algo raro dentro de las demás vocaciones. Uno nace para ser médico, abogado, carpintero o camionero, pero no para ser sacerdote o religioso. La sociedad lo ve como algo diferente e, incluso, improductivo. A Damián le rondaba el gusanillo de ser religioso. Lo rumiaba en secreto. Daba vueltas y vueltas a esa idea. Damián sin embargo tenía la vida resuelta. Los planes de su padre eran claros: llevaría la granja; montaría un buen almacén de grano, se convertiría en rico labrador. Todo lo que cualquier padre quiere para sus hijos. Pero no contaba con el gusanillo. Con esa voz que se oye en lo más profundo de uno mismo; con esa mano que te lleva adonde a veces no sueñas, o adonde no quieres ir. Damián fue descubriendo poco a poco esa voz y se dejó guiar. Había visto marchar de su casa para entrar en el convento a dos hermanas suyas, Paulina y Eugenia, y a su hermano Augusto, pero a él le tocaría llevar las cosas de la familia. Para eso le enviaban a estudiar y a prepararse. Atrás quedarían las tardes brumosas patinando en el hielo; las fiestas de su pueblo; sus vacas, sus padres... tantas y tantas cosas en el recuerdo. Tenía 18 años y corría el año 1858. Salió de su casa para ir a estudiar francés y contabilidad en la escuela media de Braine-le-Comte. Para un mozo de pueblo el cambio era duro. Pero Damián era fuerte y resistió.

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Escribe:

Va bien mi trabajo y mis estudios y la amistad con mis compañeros. La casa está bien. Es confortable. Es buena la comida. Es excelente la cerveza. Y, cuando salgo de paseo, procuro preguntar a todos por el nombre de las cosas. Al mismo tiempo que estudiaba, se mantenía muy en contacto con su hermano Augusto, que había profesado en la Congregación de los Sagrados Corazones. Un día, asistiendo a unas misiones predicadas por los padres redentoristas, oyó cómo Jesús llamaba a Mateo a seguirle. Damián se movió inquieto en el banco. El gusanillo empezaba a revolverse y escribió a sus padres:

Al acabar de leerla sus padres, vieron cómo otro hijo se les iba al convento llamado por esa voz susurrante y envolvente del Espíritu. Al terminar el curso, en lugar de regresar a Tremolo, se quedó en Lovaina con Augusto, ahora llamado Pánfilo en la congregación. Damián, el mocetón flamenco; el futuro heredero del negocio de su padre; el soltero pretendido por alguna muchacha de Ninde, decide entrar en la congregación de los Sagrados Corazones. Damián no era persona de medias tintas. En 1859 va con su padre a Lovaina por negocios y ya no volverá al terruño. Tal vez se le escapen unas lágrimas nostálgicas o pase por su cabeza, en fracción de segundos, la película de su infancia en su querida Ninde, la granja y los amigos... pero su decisión es firme y no defraudará a la voz clara e insinuante de la fe. Irá al convento. La suerte está echada. El 2 de febrero de 1859, Damián de Veuster, el joven granjero de las llanadas de Ninde, vestía el hábito blanco de los religiosos de los Sagrados Corazones. Comenzaba su noviciado.

En grupos pequeños (si los participantes son numerosos) Diálogo 1. En la etapa de la juventud, ¿vale o no plantearse la problemática vocacional: qué voy a hacer de mi vida? ¿Qué es mejor: plantearse la pregunta o dejar que la vida nos imponga el camino? 2. La vocación abarca diferentes elementos: un estilo de vida y actividades por desempeñar. ¿Qué estilo de vida queremos asumir? ¿La vida matrimonial, la familia? En este caso, ¿cómo elegir al compañero o compañera de su vida? 3. En cuanto a actividades que vayamos a desempeñar, ¿cómo elegir la profesión? ¿Qué estudios seguir? 4. A nivel religioso, existe, fuera del matrimonio, otro estilo de vida: el celibato, en comunidad, para servir mejor al Señor: Es la vida religiosa o vida consagrada. Existe también a nivel religioso una profesión distinta de las demás: anunciar a tiempo completo a Dios y su salvación: ser sacerdote. En el texto que hemos leído se decía:

... No sé por qué la vocación religiosa ha sido considerada como algo raro dentro de las demás vocaciones. Uno nace para ser médico, abogado, carpintero o camionero, pero no para ser sacerdote o religioso. La sociedad lo ve como algo diferente e, incluso, improductivo.

¿Qué opinas?

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5. El padre de Damián tenía ya montado el proyecto de vida de su hijo: Damián sin embargo tenía la vida resuelta. Los planes de su padre eran claros: llevaría la granja; montaría un buen almacén de grano, se convertiría en rico labrador.

Quizás el mismo Damián ya era "pretendido por alguna muchacha de Ninde". Pero finalmente se decide por la vocación religiosa:

En 1859 va con su padre a Lovaina por negocios y ya no volverá al terruño. Tal vez se le escapen unas lágrimas nostálgicas o pase por su cabeza, en fracción de segundos, la película de su infancia en su querida Ninde, la granja y los, amigos... pero su decisión es firme y no defraudará a la voz clara e insinuante de la fe.

Damián va progresivamente tomando conciencia de su vocación y luego se decide sin mirar atrás. ¿Qué opinas de ello?

Luego en plenaria

Organizar debates El uno defiende la vocación matrimonial y una profesión en pleno mundo; otro defiende la vida religiosa y el compromiso sacerdotal... Otros hacen lo mismo… Conclusión Hacer resaltar la validez de cada vocación, sea laical, religiosa o sacerdotal, y que lo importante es que cada uno acierte en su vocación y la viva con radicalidad... Oración En silencio. Cada uno va reflexionando en su vocación...

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ESCENAS, CARTELERAS

Sesión 1: El buen samaritano

En grupos pequeños Lectura Actitud servicial de Damián

"Makua Kamiano, Makua Kamiano", en todas partes se oía retumbar estas sílabas sonoras. Bandadas de niños corrían tras su sotana; a la vista del Padre recobraban alguna alegría, ellos que pasaban sus días llorando y gimiendo. A veces también tenía que recoger atrás de alguna casita algún infortunado cuya carne estaba podrida que sus compañeros de casa, hastiados, habían expulsado; entonces levantaba al desdichado o le ayudaba a enderezarse, le sostenía para llevarlo al hospital del que no saldría más sino para ir al cementerio. A menudo era un ciego al que la lepra habla destruido los ojos o bien un pobre hermano en Jesucristo a quien faltaba una mano o dos, a veces un pie; entonces el apóstol cargaba al hombro este harapo humano y lo llevaba al hospital. Los leprosos asistían cada día a estos actos de entrega maravillosa y de sus ojos salían lágrimas de gratitud; pero si uno de ellos hubiera dicho al atleta cristiano: — "Padre, todos nos sentimos llenos de admiración para contigo", hubiera sacado su pipa de la boca y, disconforme a la vez que sorprendido por tales palabras, le hubiera replicado con voz brusca: -"En lugar de decir tonterías, anda mejor a barrer tu cabaña". A la verdad, cumplía estos actos heroicos sin parecer darse cuenta de su mérito, como la cosa más natural. (Le P. Damien, Pierre Croydis, p. 180, Editions Spes) Diálogo

Meditar el relato anterior, ayudándose con las preguntas que siguen.

a. ¿Hemos oído de otros, o vivido personalmente, experiencias parecidas? ¿Hay situaciones de nuestro medio, de nuestra vida, que se parecen a lo que cuenta el acto o la escena?

b. ¿Qué personaje, palabra o frase, nos llama más la atención? ¿Por qué?

c. ¿Qué enseñanza nos ofrece esta escena, qué mensaje nos deja?

d. ¿A qué cambios nos compromete esta escena en nuestra vida personal, en nuestra familia, en nuestro medio?

Comparar la actitud de Damián con la del Buen Samaritano de la parábola (Lucas 10,37). (El animador leerá para sí con anticipación, en el libro "Nueva Evangelización a la luz de Damián": el párrafo "Hay que atacar a la vez…" en la Sección "Liberación", Cap. "Promoción humana I", ver Anexo 3, p. 98) Parábola del buen samaritano

Jesús [dijo a un maestro de la ley]: –Un hombre que bajaba por el camino de Jerusalén a Jericó fue asaltado por unos bandidos. Le quitaron hasta la ropa que llevaba puesta, le golpearon y se fueron dejándolo medio muerto. Casualmente pasó un sacerdote [judío] por aquel mismo camino, pero al ver al herido dio un rodeo y siguió adelante. Luego pasó por allí un levita, y que al verlo dio también un rodeo y siguió adelante. Finalmente, un hombre de Samaria que viajaba por el mismo camino, le vio y sintió compasión de él. Se le acercó, le curó las heridas con aceite y vino, y se las vendó. Luego lo montó en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente, el samaritano sacó dos denarios, se los dio al posadero y le dijo: ‘Cuida a este hombre. Si gastas más, te lo pagaré a mi regreso.’ Pues bien, ¿cuál de aquellos tres te parece que fue el prójimo del hombre asaltado por los bandidos? El maestro de la ley contestó: –El que tuvo compasión de él. Jesús le dijo: –Ve, pues, y haz tú lo mismo. (Lucas 10, 30-37

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Preparación de escenas Un grupo ensaya la escena de Damián cargando a un leproso moribundo y llevándolo al hospital. Otro prepara la representación del Buen Samaritano.

En plenaria

Presentación de las dos escenas. Luego diálogo: • ¿Qué significado tienen las escenas? • ¿Cómo podemos practicar estos ejemplos en nuestra vida o en el grupo? Sicodrama Es una terapia grupal. Consiste en improvisar escenas de la vida real, poniéndose en la piel de un personaje y experimentando en carne propia una situación determinada. Los personajes se ubicarán en el centro, en medio del grupo. 1. En este caso por ej., se representan dos maneras de atender al enfermo o cualquier otro tipo de necesidad. Supongamos que hay un enfermo en casa: - el primer actor le pasa la comida… pero con frialdad y brusquedad. - El segundo, al contrario, a más de darle la medicina, trata de hacer que se sienta bien… 2. Luego se intercambian los papeles. El que atendía fríamente se torna enfermo… otros actores sustituyen a los primeros, etc.… 3. Al final se evalúa.

¿Cómo se sintieron en su papel? ¿A veces sucede así en la vida real? ¿Tienen ejemplos? ¿Qué lección nos deja todo eso?, a la luz de la Regla de Oro que Jesús nos dejó: Traten a los demás como quisieran que ellos les traten a ustedes (Lucas 6, 31).

Sesión 2: Las 10 convicciones de Damián

Plenaria • Presentar las “10 convicciones” (ver a continuación). • Formar grupos pequeños y permitir que escojan, en el mismo lugar de la plenaria, unas 3

convicciones (pero de modo que todas sean tomadas en cuenta). En grupo pequeño • Conversar, compartir respecto de las 3 convicciones • Seleccionar una. • Ilustrarla con episodios o escritos de Damián. • Buscar un pasaje bíblico que ilumine la convicción, especialmente un hecho o una palabra de

Jesús. • Aprender la convicción de memoria. • Aplicación, compromiso: Preguntarse, muy concretamente, cómo podríamos plasmar esta

convicción en nuestra vida, personal, familiar, social, profesional… • Luego unos se dedican a elaborar una cartelera (relacionada con la convicción).

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• Los otros a preparar una escena (relacionada con la convicción). Plenario • Hacerlo, si es posible, en la Capilla para convertir la reflexión grupal en oración general. • Cada grupo presenta su cartelera, su escena. • Luego canto y oración libre…

Las 10 convicciones de Damián

1. Lucho sin cesar y sin desánimo porque creo que Dios siempre me acompaña y me da la mano. 2. Me esfuerzo, sin tregua ni descanso, por construir el Reino de Dios en la tierra, pero sueño continuamente en el mundo radicalmente nuevo que Dios nos tiene prometido: el cielo. 3. Siempre me propongo dar la prioridad a los más débiles, abandonados y marginados. 4. Quiero ser la voz de los sin voz. 5. No descubro la belleza del hombre en el exterior, sino en el interior. 6. No juzgo, ni condeno, ni excluyo a nadie, más bien me esfuerzo por comprender y acoger a todos. 7. Como Jesús, quiero servir de un modo totalmente desinteresado, porque quien pierde la vida por él y el prójimo, la salvará. 8. Para hallar la fuerza de amar a los excluidos, me uno día a día a Jesús, buscando en su Corazón la fuente ardiente del amor divino. 9. Lo que temo en la vida, no es la pobreza, ni la enfermedad ni el fracaso, sino la falta de fe, amor y esperanza. 10. Aunque el trabajo sea duro y agotador, aunque la enfermedad esté invadiendo mi cuerpo, me siento el hombre más feliz del mundo.

Sesión 3: Lemas “damianos” Presentación de los lemas damianos

Los lemas que siguen se interpretarán a la luz de la vida y del mensaje de Damián.

1. Juntos, sin excluirse ni excluir a nadie 2. No hay amor más grande que dar la vida por los demás 3. Comunión y participación 4. Unión y coordinación a todo nivel 5. Entrega y solidaridad al estilo Damián 6. De cerca, no de lejos 7. Responsabilidad y compromiso al estilo Damián 8. Con Damián, la mano a la obra 9. Con Damián, hagamos de nuestro medio un paraíso 10. A sanar la lepra del egoísmo 11. No basta lamentarse, hay que poner la mano a la obra 12. A sanar las lepras de hoy 13. Demos la mano a los leprosos de hoy 14. Fe y humildad 15. Amor y comprensión

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16. Para quien cree, nada es imposible. Formar grupos pequeños • Se atribuyen dos o tres lemas a cada participante. Cada uno los lee y los comenta… • Comentario general libre… • Quedarse finalmente con 3 lemas… • Estudiarlos más a fondo • Preparar una cartelera… En plenario, en la capilla • Cada grupo presenta su cartelera y el sentido que le da a los 3 lemas escogidos… • Seleccionar unos 3 o más lemas finales. • Compromiso y oración…

Sesión 4: Damián, el belga más grande de todos los tiempos

Animador

• El guía ofrece una explicación previa. Con ocasión de la celebración de los 175 años del Estado Belga, y de los 25 años de federalismo, las Comunidades federales: flamencos y valones, escogieron -por separadas- a su compatriota más grande de todos los tiempos. El método consistía en escoger al "candidato" preferido entre 175 personajes que fueron propuestos por “una Comisión de Sabios”. Se pudo llamar a un número especial de un teléfono, de un celular, a un e-mail, o comunicarse con un determinado canal de televisión o una emisora de radio o un diario. Votaron 25.000 flamencos por 111 personajes. Cada semana se tenía que volver a votar por uno de los 10 más votados. El procedimiento duró varios meses. En la lista de los 10, ya estaba el Padre Damián arriba; luego siguieron otros personajes de la historia de Bélgica: ya sea del ámbito artístico, deportivo, científico o político. Posteriormente, se presentó “un padrino” que tenía que defender a su candidato y presentarle en los medios. El padrino del Padre Damián era JEF VERMASSEN, el abogado con más prestigio en el país. El hizo una presentación fuera de serie en la televisión. • Se reparte a cada uno una copia de LAS 10 RAZONES PARA CONSIDERAR AL PADRE DAMIÁN EL BELGA

MÁS GRANDE DE TODOS LOS TIEMPOS (ver más abajo)

En grupos pequeños

• Cada uno lee para sí el documento (las 10 razones…) y selecciona una o dos que comentará.

• Luego cada uno lee en voz alta la razón elegida y la comenta…

• Comentarios libres

• De las 10 razones que hacen de Damián el belga más grande de todos los tiempos, el grupo elige 3 que le llaman más la atención. Y las irá comentando más detenidamente.

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• Damián ha vivido un poco más de 22 años en su país y 27 fuera. ¿No te parece raro que Bélgica haya elegido como héroe nacional a alguien que de hecho ha vivido más de la mitad de su vida fuera? ¿Qué opinas, por qué?

• Actividades Alternativa 1 y/o Alternativa 2 Se elabora una cartelera o se va creando unas escenas para ilustrar las 3 razones escogidas…

Comparar a Damián con héroes del país de uno…

En plenaria

• Presentación de las carteleras y escenas… • Presentación del cuadro comparativo…

LAS 10 RAZONES PARA CONSIDERAR A PADRE DAMIÁN EL BELGA MÁS GRANDE DE TODOS LOS TIEMPOS 1. Damián nos sigue inspirando. A los 116 años de su muerte, su entrega íntegra y gratuita aún despierta muchas emociones y empuja a muchas personas hacia una opción concreta en favor de los pobres y los excluidos... 2. Damián es 12 personas en 1. Es simplemente increíble lo que un solo hombre realizó en Molokai... En pocos meses, Damián transformó un lugar de caos total en un lugar humano... Damián fue a la vez: (1) carpintero, (2) arquitecto, (3) profesor, (4) cura, (5) enfermero, (6) cirujano, (7) policía, (8) escritor, (9) inventor, (10) organizador, (11) dirigía una funeraria, era (12) figura famosa en los medios de comunicación. 3. Damián hace el bien a toda costa. Damián se propone una meta y se organiza para lograrla... Damián optó siempre por el amor mayor, aunque fuera el camino más difícil. 4. Damián no teme los grandes sacrificios. Damián se despide para siempre de su familia y de su patria para ir a ayudar a personas necesitadas que él no conoce y que son abandonadas y rechazadas... Aunque le piden mantener distancia de los leprosos, lo niega, aún sabiendo que de este modo firma su propia muerte. 5. Damián es perseverante. Experimenta muchos fracasos, pero los vence siempre. Cuando en su país no le ordenan sacerdote por no lograr a aprender el latín y el griego, él estudia día y noche para, por lo menos, alcanzar la meta de ser misionero... En Molokai lucha contra las dificultades de la duda, las debilidades, el desaliento. Damián no es un “superman”... De la misma flaqueza saca fortaleza interior. Cuando ya se declaró la lepra en su propio cuerpo, sigue luchando por sus leprosos... 6. Damián aplica un método propio para conseguir ayuda.... Damián pone al hombre en el centro y no las reglas; y no vacila en denunciar las injusticias, lo que en aquel tiempo no era usual dentro de la Iglesia. Damián, con gran libertad, lucha desinteresadamente por sus “preferidos”. Para aquel tiempo es algo nuevo, algo muy refrescante.

DAMIAN HÉROE NACIONAL 1

HÉROE NACIONAL 2

……………. …………….

……………. …………….

……………. …………….

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7. Damián es pluralista. Su entrega parte de lo más hondo de su corazón sin límites. Aunque su propia fuente de acción está en la fe cristiana, él no presiona a nadie para “convertirse”. Damián sólo quiere ayudar al máximo, sin mirar la raza, el color, la religión, ni siquiera los pecados de la persona. Cuando le van a pedir ayuda, nunca pregunta qué fe profesan... 8. Damián está en medio de la gente. Damián no ayuda desde una torre de marfil. El come con los leprosos, cura sus heridas, organiza actividades, enseña. Y ya antes de descubrir que él se ha convertido en uno más entre los leprosos, se identifica con ellos, diciendo “Nosotros, los leprosos”... 9. Damián aporta más humanidad a la sociedad. Hizo posible que el mundo tomara conciencia de las injusticias cometidas contra los leprosos... Gracias a él, las normas y los valores en la sociedad evolucionaron, no sólo en Hawai, sino en el mundo entero. 10. Damián es un ejemplo. Damián es admirado más allá de cualquiera frontera, sea de tipo geográfico, cultural, religioso y político... Hasta Gandhi le elogiaba con las siguientes palabras: “El mundo político y periodístico conoce muy pocos héroes que son comparables al Padre Damián de Molokai.”

Cada Estado de los Estados Unidos, al momento de su constitución, tuvo derecho a seleccionar a dos héroes. Uno de los dos escogido por el Estado de Hawai fue Damián. Es que Damián trasciende más allá de su ámbito religioso y católico… Su entrega fue tan excesivamente humana, abierta e incondicional, que rebasa lo propiamente institucional (lo católico) y atrae a todos. Los no católicos, los no cristianos ya no se fijan en su carácter religioso y sacerdotal sino en la radicalidad de su amor universal. A los ojos de la opinión pública desaparecen sus rasgos propiamente católicos y eclesiásticos (el sacerdote con su sotana negra), solo queda su humanidad al estado puro. Pocos santos suscitan la admiración fuera del ámbito religioso. Hay San Francisco de Asís, la Madre Teresa…. Y Damián. Por todo lo mencionado anteriormente, y por mucho, mucho más, no es de extrañar que Damián salió premiado con la corona de laureles. El jueves, 24 de noviembre del 2005, fue proclamado: “EL BELGA MAS GRANDE DE TODOS LOS TIEMPOS”.

Sesión 5: MAYOR FECUNDIDAD DEL MINISTERIO DE DAMIAN LEPROSO

Último acto de la obra de teatro “Estoy leproso, bendito sea Dios” (ver anexo 2, p. 95)

En plenario

Presentación Vamos a estudiar el último acto de la obra de teatro “Estoy leproso, bendito sea Dios”. En los actos anteriores nos hemos enterado de lo que sigue: No hay dudas, Damián ya está leproso. Después de un momento de rebeldía, acepta dócilmente el plan de Dios. Descubre, en medio de la tremenda enfermedad, el gozo y la dicha que Jesús crucificado comunica a los que lloran y sufren con él. Ahora, en el quinto acto, vamos a descubrir cómo, a partir de este momento, Damián empieza a atraer con mayor intensidad la gracia de Dios, como si fuera un imán o una antena. Su ministerio de inmediato se vuelve más fecundo, su impacto se multiplica.

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Repartir copia del Acto 5 del drama (ver anexo 2 p. 95).

En grupos pequeños Lectura en grupo 1. Entregar copia del Acto 5 de la obra teatral “Estoy leproso, bendito sea Dios”, ver en Anexo 2,

p. 95. 2. Se reparten las voces: Presentador, Damián y demás personajes… Diálogo 1. Luego de la lectura, se organiza una conversación sobre la base de las preguntas que siguen:

¿Hemos oído de otros, o vivido personalmente, experiencias parecidas? ¿Hay situaciones de nuestro medio, de nuestra vida, que se parecen a lo que cuenta el acto o la escena? ¿Qué personaje, palabra o frase, nos llama más la atención? ¿Por qué? ¿Qué enseñanza nos ofrece esta escena, qué mensaje nos deja? ¿A qué cambios nos compromete esta escena en nuestra vida personal, en nuestra familia, en nuestro medio?

2. Preguntas complementarias (a usar en caso de no haberlas resuelto antes)

a) Comenta, uno por uno, estos consejos de Damián: El activismo no produce frutos sanos y duraderos.

Nuestra acción solo pone las bases, el milagro de la vida y del crecimiento pertenecen a Dios.

Donde hay más amor, habrá mayor cosecha.

Seré más productivo cuando deje a Dios las riendas. b) ¿Qué diferencia hay entre la lepra de Damián y la de los demás leprosos de la isla?

Nosotros no hemos elegido la lepra, somos leprosos por mandato del destino; tú, al contrario, eres leproso voluntario, por amor, víctima de un celo demasiado ardiente.

c) ¿Qué es lo que más orgullo le procura a Damián: la condecoración del Reino de Hawai o los estigmas de la lepra en su cuerpo? ¿Por qué?

Actividades

Preparar la representación de la escena…

Todos juntos, en la capilla • Representaciones de la escena… (o representar solo la mejor…) • Se premia la mejor representación, si fuera el caso… • Oración a Damián p. 79

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TESTIMONIO (milagro aprobado para la canonización)

¿Qué es “testimoniar”? Testimoniar en clave cristiana no es hablar de sí, sino de lo que Dios hace en mí. No se trata de ensalzarse a sí mismo sino de exaltar su acción misericordiosa en mi vida y en la de los demás. Es proclamar que él actúa en nuestras vidas, que interviene, es confesar que lo hace con poder y misericordia. ¿No es acaso el testimonio el medio más eficaz de evangelización?

Lectura

A partir del testimonio de Audrey Toguchi MILAGRO RECONOCIDO PARA LA CANONIZACIÓN DEL BEATO DAMIAN

En 1996, Isla Oahu, Hawai, la Señora Audrey Toguchi, de 69 años, madre de familia, limpiando el piso de casa se resbaló cayéndose al piso. Le quedó un hematoma, el médico no dio mayor importancia al hecho diciéndole que con el tiempo la tumefacción desaparecería. El año siguiente, 1997, la tumefacción no solamente no había desaparecido sino que había crecido. Otro médico que la examinó le dio un diagnóstico sin esperanza: “Usted tiene un liposarcoma en el muslo izquierdo; es un cáncer maligno que no se puede curar; la matará”. Para tener más conocimiento y seguridad sobre la enfermedad le fueron hechas varias biopsias e intervenciones quirúrgicas sacándole partes de las masas infectadas; otras veces le fue extraído líquido sueroso. Las heridas se infectaron y hubo presencia de necrosis. En una visita de control en el septiembre de 1998, las radiografías revelaron que las masas cancerosas habían también atacado los pulmones. La biopsia confirmó la metástasis y como consecuencia dieron a la enferma al máximo tres mese de vida. Además le dijeron que una cirugía solamente le procuraría más sufrimientos inútiles; la quimioterapia no le sería de ninguna ayuda. Mientras tanto, desde enero 1998, Audrey, junto a sus familiares, amigos y conocidos, había empezado una cadena de oraciones al Beato Damián. A lo largo del tiempo en el cual estuvo enferma, fue a rezar sobre la tumba del Beato Damián a Kalawao. Para ella Damián es alguien de familia: en efecto algunos de sus familiares fueron enfermos de lepra y fueron confinados a Molokai. Ella testimonia: “Yo he orado al Beato Damián. El fue el hombre central en mis oraciones: desde el 1 de mayo 1997 hasta el 19 de enero 2004 mis oraciones fueron dirigidas a Dios exclusivamente por medio del P. Damián. Estoy convencida que esta milagrosa desaparición del cáncer se debe a su intercesión”. El 2 de noviembre de 1998, los exámenes médicos demostraron que el cáncer había desminuido y en diciembre aún más. El 14 de mayo de 1999, lo rayos X revelaron una completa regresión de la metástasis sin uso de ninguna terapia: regresión quiere decir desaparición del cáncer al 100%. Audrey está sanada del terrible “Liposarcoma pleomórfico metastatizado”. El 18 de octubre 2007, los Peritos Médicos de la Congregación de los Santos han examinado los documentos médicos; han compartido sus opiniones y juntos han llegado a la conclusión que hay certeza moral que la “sanación” no es solo excepcional sino “extranatural”. Luego la Comisión de Teólogos determinó que esta curación es un verdadero milagro, obra de Dios, alcanzada por la intercesión de Damián.

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En grupos pequeños: Diálogo Entregar copia de las preguntas que siguen: 1. Audrey, la “miraculada”, vive en la isla de Oahu, Hawai. Con este milagro, aceptado para la canonización, Damián privilegia a Hawai, su patria de adopción. • ¿Por qué? ¿Por qué no dio la preferencia a su patria de nacimiento? 2. Damián, desde el cielo, manifiesta su poder de intercesión ante Dios, al curar la enfermedad. Sin embargo en vida, el milagro más patente, que operó en Molokai, consistió en devolver la paz y procurar la esperanza en medio de la tremenda enfermedad. Mediante el poder del amor, logró colmar de gozo los corazones aunque sin sanar los cuerpos. Logró humanizar la leprosería. No le tocó anunciar la salud y la prosperidad, no le tocó proclamar la curación y la riqueza. Le tocó testimoniar del gozo, del amor y de la paz que Cristo puede comunicar al corazón aunque el resto del cuerpo esté en proceso de descomposición. • ¿Cuál es el más grande de los milagros, la sanación de Audrey o la conversión del infierno de

Molokai en antesala del cielo? ¿Cuál milagro está más a nuestro alcance, el de la sanación física, o la transformación de la familia y de la sociedad en “Reino de Dios”?

3. Damián es oficialmente santo. Lo tenemos que imitar… ¿También tenemos el derecho de invocarlo pidiéndole que interceda por nosotros? ¿Has pedido a Dios por su intercesión? 4. Audrey siente a Damián como a alguien de su familia. Dios nos invita a establecer relaciones entre la tierra y el cielo, una relación confiada con los santos del cielo, es la llamada “comunión de los santos”. • ¿Tienes a amigos, entre los santos del cielo? ¿Sientes a Damián como a un amigo, a un

hermano, a un padre? 5. Para una canonización, se necesitan entre otras cosas, una doble garantía o certificación. La del pueblo cristiano de a pie, a la base, que expresa su devoción, en este caso al padre Damián; por otra parte, la garantía divina que certifica la santidad, en este caso de Damián, con un milagro patente. • ¿Qué opinas de ello? 6. ¿Qué podemos hacer para fomentar la devoción a san Damián? 7. Audrey no ocultó la experiencia de Dios en su vida, no calló la intercesión de Damián en su favor. • ¿Puedes testimoniar de algún favor obtenido a través de él? • ¿Podemos dar testimonio de favores que Dios nos ha hecho a nosotros o a miembros de la

familia, con o sin la intercesión de algún santo?

En plenario, en la capilla

• Algunos dan testimonio de favores que Dios les ha hecho (aunque no sea por intercesión de Damián)…

• Oración personal

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PLANIFICACIÓN DE UNA ACTIVIDAD

Primera sesión: Asimilación de los principios que rigen una acción al estilo Damián

Presentación

a) En cuanto a su extensión, la Acción-Damián es una actividad que no se concentra en un solo aspecto sino que queda abierta a todos los campos de la misión: pastoral, social, cultural y hasta socio-político. A nivel operativo sin embargo, un grupo determinado, en un principio al menos, debe enfocar la situación desde uno o dos de estos aspectos, pero con el tiempo puede ir ampliando su acción... b) En cuanto a su estilo, se trata de una acción que lleva el sello "Damián"; que quiere reproducir el modo de actuar del P. Damián de Veuster en Molokai. Es en resumidas cuentas el estilo evangélico, enfocado desde el centro de la persona de Jesús, desde su Corazón. c) Podemos agrupar estos diferentes aspectos en 3 tiempos en relación con la acción propiamente dicha: antes, mientras, después. Se entrega a cada uno una copia del texto “Acción pastoral al estilo Damián”. Ver al final, p. 93. (Ha sido sacado del libro “Nueva Evangelización a la luz de Damián”, Sección "Metodologías y estrategias”, Cap. “Acción pastoral al estilo Damián”. EdB).

En grupos pequeños 1. Se lee “ANTES DE LA ACCIÓN”. Son 5 puntos. Cada uno señale - no el más importante porque todos son importantes - sino el que quiera recalcar y por qué. 2. Se lee “EN LA ACCIÓN”. Son 8 puntos. Cada uno señale - no el más importante porque todos son importantes - sino el que quiera recalcar y por qué. 3. Se lee “DESPUÉS DE LA ACCIÓN”, Son 2 puntos. Cada uno señale - no el más importante porque ambos son importantes - sino el que quiera recalcar y por qué. 4. Anotar los aspectos más recalcados en el grupo…

En plenaria: Debate 1. Quedarse con los aspectos más señalados en los grupos pequeños… 2. Escoger el primero. Designar a tres personas que se sientan en medio. 3. El primero niega la importancia del aspecto considerado. Los otros dos demuestran su

importancia. 4. Y así sucesivamente con los diferentes aspectos…

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Segunda sesión: Búsqueda de soluciones a los males del mundo

Reflexión inicial

Atención el mal no existe a secas. Pues se origina en sus causas y se prolonga en sus consecuencias… 1) Se dice que hay que atacar al mal en sus causas; y a ello se dedicó Damián. No contento con aplicar juiciosamente los tratamientos en boga, Damián removía cielo y tierra para descubrir otros mejores. Escribía un sinfín de cartas hasta el extremo del mundo para conseguir los nuevos remedios de los que se le informaba. Y esto desde los primeros años de su estancia en la leprosería. (ECD p. 43) Pero a veces la causa es invencible, insuperable. Era el caso de la lepra cuya curación iba a aparecer mucho tiempo después, a mediados del siglo siguiente En este caso, si no se la puede vencer, se la puede atenuar, favoreciendo la higiene, dando cuidados puntuales. 2) Sin embargo, en el campo humano, la solución de los problemas materiales o físicos no es suficiente. La atención puntual del problema es siempre insuficiente, en este caso los cuidados higiénicos y sanitarios. Damián descubre que las consecuencias e implicaciones de la lepra son peores que el mismo mal. Para él, no se trata solo de una enfermedad corporal; antes de la aparición de remedios, era ante todo una enfermedad del espíritu, y finalmente social, porque deshumanizaba, degradaba, rebajaba y envilecía. A medida que se corrompe su cuerpo, el leproso pierde el sentimiento de su dignidad. Las normas de convivencia social, la moralidad, las instituciones se deshacen. El infierno secularizado de Molokai llevaba fácilmente a la exasperación y a la desesperanza o a la entrega a todos los vicios. En los días siguientes a su llegada, la imagen del infierno, en la que se ha metido Damián, se perfila más claramente. Aún siguen llegando nuevos grupos de leprosos y ¿qué es lo que se les grita?: “Aquí ya no hay leyes." Pronto va a entender el significado de estas palabras. La situación moral de los expulsados es aún peor que su lepra. Viven como animales, sin trabas, sin respetos, sin escrúpulos…No hay más que un medio para que se olviden de su miseria la bebida embriagadora. Ya saben encontrar las plantas "Ki" y las raíces de estas plantas, hervidas y fermentadas, les proporcionan el licor que tanto anhelan. (Padre Damián, Esteban Debroey, Desclée, Bilbao, p. 66) 3) Así que entendió que, si bien no podía vencer el mal, al menos podía combatir sus efectos perversos; consagró toda su energía e imaginación a devolverles su dignidad y sentar las bases de una sociedad organizada. En aquel tiempo la ciencia era aún incapaz de hallar una curación efectiva; el mérito de Damián consistió en haber intuido que, dadas las circunstancias, lo esencial no era la medicina del cuerpo, sino la del espíritu; una medicina capaz de dar decoro, ánimo, esperanza y energía. (Buscar en el libro “Nueva evangelización a la luz de Damián”, Cap. "Promoción humana", Párrafo "La promoción humana va más allá de problemas materiales o físicos", E. de B.) Listado de males, causas y soluciones 1) Hay que distinguir entre los males y sus causas. Los males son situaciones inmediatamente visibles y palpables que afectan directamente a la gente. Las causas a menudo se esconden: son realidades sociales, jurídicas, políticas, históricas, sociales, sicológicas, etc.… Los males son por lo tanto consecuencias de causas… 2) Resolver, solucionar, salvar y liberar supone atacar las causas. Pero también sus consecuencias, o sea los males que nos siguen afectando mientras las causas no desaparecen. (El animador estudiará antes en el libro “Nueva Evangelización a la luz de Damián”, Sección

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“Liberación”, Cap. “Promoción humana I”: el Párrafo “Hay que atacar a la vez las causas y los efectos”; ver Anexo 3, p. 98) Es así como podemos establecer un cuadro de 4 columnas. 4. Servicio asistencial 1 2 3. Cambio estructural

REMEDIOS PARA LOS MALES

MALES (consecuencias de causas escondidas)

CAUSAS (a menudo escondidas) DE LOS MALES

REMEDIOS PARA LAS CAUSAS

………………….... …………………… ……………………

…………………… …………………… ……………………

…………………… …………………… ……………………

…………………… …………………… ……………………

1. Establecer un listado de males que afectan al individuo, a la familia, etc., en nuestro medio…

Desglosarlos en la pizarra, en la columna numerada 1. 2. Determinar sus causas, desde las más inmediatas hasta las más generales. Inscribirlas a la

derecha, en paralelo con la lista de los males, en la columna numerada 2. 3. Luego buscar en primer lugar cómo remediar las causas (columna de la derecha, numerada

3). 4. Finalmente, puesto que las causas no tienen remedio inmediato sino a largo plazo, buscar

soluciones para sus consecuencias (columna de la izquierda)… Ejemplos: desempleo, bebida, drogadicción, inseguridad… 5. Escoger uno de los males, enfocarse más detenidamente en sus causas y remedios… 6. Diseñar un plan de acción…

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Sesión alternativa: Los “diez mandamientos” de san Damián

Presentación de los 10 mandamientos damianos

1. Busquen a los leprosos de hoy allí donde se encuentren; muy cerca: personas depresivas, víctimas del SIDA, drogadependientes, etc.…

2. Cuando los encuentren, quédense con ellos, no los abandonen. 3. Nunca condenen ni acusen a estas personas. 4. No se limiten a curar el cuerpo; curen también el alma; como Damián presten atención al

cuerpo y al alma. 5. No basta la fe. Hagan algo. 6. Para quien cree nada es imposible. 7. Sigan buscando soluciones aunque la situación parezca desesperada. 8. Digan que “sí” a situaciones imprevistas. 9. Siéntanse responsables “juntos”. 10. Dios sabe tejer santos de toda clase de tejidos.

(Cardenal Daneels, Bélgica) En grupos pequeños • Comentar cada uno de los 10 mandamientos que el Cardenal Daneels descubrió en el modo

de proceder de Damián. • Buscar cuáles son los leprosos de hoy en nuestro medio. • Imaginar un Plan de Acción para acompañar a los leprosos de hoy… En plenario • 1 o 2 representantes de cada grupo se sientan en el suelo, formando un círculo, en medio de

los demás. • Ponen en común la reflexión de cada grupo y finalmente van armando un plan de acción

común. • Luego todos intervienen…

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LISTADOS PARALELOS EN LA PIZARRA

Coincidencias entre Jesús y Damián

1. Lectura (leer a tres voces): Damián, imagen de Jesús para nuestros tiempos

Animador Hemos logrado sorprender y grabar el diálogo que sigue. No mencionaremos nombres. Ambos intentan aclarar inquietudes acerca del rol y la importancia de Damián… El que duda Sabes, algo me preocupa con la beatificación del P. Damián. A mi entender, Cristo es lo único importante. El es nuestro Salvador. ¿Por qué darle tanta importancia al P. Damián? El que confía Es que él es un camino que nos conduce a Cristo. Su vida es una escuela en la que podemos estudiar al Cristo vivo. Cuando, por ejemplo, recordamos el momento en que se interna voluntaria y definitivamente en la leprosería, entendemos mejor por qué vino Jesús a habitar en nuestras tinieblas. 0 bien, al meditar sobre su afán de ser "leproso entre los leprosos" hasta la muerte, ¿acaso no comprendemos mejor la palabra de Jesús?: "No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos", etc. Y si le llamamos "el héroe o el mártir de la caridad", no le queremos "endiosar"; pues bien sabemos que la fuente de su amor la halló en el corazón de Jesús. ¿Acaso siente Dios celos y envidia cuando buscamos en Damián un modelo? El que duda ¡Bueno, a decir verdad, no sé! El que confía Es todo lo contrario. Damián es obra de Dios, fruto de su gracia; con su vida por lo tanto hace resaltar y pone de relieve la fuerza y el poder divino que pueden convertir a un hombre común y ordinario en un gigante del amor auténtico. El que duda Ya entiendo; pero, ¿de qué nos sirve insistir tanto en él? Mejor fuera estudiar directamente el Evangelio. Vayamos pues a la fuente. El que confía Cuando un cristiano se esfuerza por imitar a Cristo, se vuelve otro Cristo y su vida otro Evangelio. Los 4 evangelios nos dan a conocer a Cristo por escrito. Los verdaderos cristianos escriben la vida de Cristo con su existencia. Ya no son 4 los evangelios, son miles y miles... ¡Tú también puedes ser un Evangelio vivo de Cristo! ¡Cuanto más Damián! Nosotros necesitamos modelos. Cristo es el modelo acabado y perfecto, pero justamente por ese motivo, necesitamos otros modelos, menos excelentes, menos elevados y más cómodos para imitar. ¿Cómo atrevernos a compararnos con Cristo? Su ejemplo parece inaccesible, inalcanzable; y cada uno se pone a pensar para sus adentros: después de todo él es Dios, Dios hecho hombre ciertamente, pero Dios, ¡cómo pretender ser como él! Además la realidad histórica en que vivió, las circunstancias particulares de su vida, son tan diferentes de las nuestras. De ahí que necesitemos modelos más pequeños, más cercanos en el tiempo y más a nuestro alcance. Cuando veamos que gente igual a nosotros, hechos de barro, de un poco de grandeza y de mucha miseria, han logrado seguir los pasos del Señor, entonces sí nos sentiremos motivados. En este caso, se trata de Damián, un joven del campo, sin extraordinarios dotes intelectuales, miembro de una familia humilde y sencilla... Si él lo pudo, ¡por qué no yo!

2. En grupos pequeños ¿En qué sentido se puede decir que la vida de Damián nos ayuda a entender mejor a Jesús? ¿Agrada a Dios la atención que le prestamos a Damián? ¿Qué significa decir que Damián es otro Evangelio de Cristo? ¿Por qué es difícil imitar a Cristo? ¿Por qué es más fácil imitar a Damián?

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3. Todos juntos

Cualidades, Actitudes, Valores 1. Damián 2. Jesús 3. Puntaje nuestro

(sobre 10) 1. 2. 3. 4. 5. … • Se van apuntando, a la izquierda de la pizarra (columna 1), cualidades, actitudes, valores

característicos de Damián. • Luego se van buscando y anotando, en medio de la pizarra, las actitudes correspondientes

que hallamos en Jesús (columna 2) y que Damián aprendió a su escuela. • En la columna 3, el grupo se examina a sí mismo y anota cuánto se merece sobre 10 de cada

cualidad de Jesús y Damián. Se suma y se divide por el número de características para obtener un promedio.

En la Capilla • Se lee lentamente las cualidades de Jesús y Damián. • Cada uno por su cuenta establece su promedio. • Silencio de meditación.

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REPRESENTACIONES

1. Opción Molokai (teatro) 44

• Escena 44 • Actividades grupales 46

2. Pasajes de las cartas de Damián 47

3. Drama en 5 actos: “Estoy leproso, bendito sea Dios” 51

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OPCIÓN MOLOKAI (TEATRO)

Presentador

Ordenado sacerdote en Honolulu, a los 24 años, Damián tomó inmediatamente posesión de un extenso y difícil territorio misionero en el distrito de Puna, al oeste de la gran isla Hawai. Mientras tanto la epidemia de la lepra seguía extendiéndose por todo el archipiélago. El gobierno de Honolulu, para detener la enfermedad entonces incurable, decidió recluir a los enfermos, a la fuerza, en una cárcel natural de un promontorio pedregoso y azotado por los vientos, en la isla de Molokai. Un día, el 4 de mayo de 1873, en la casa parroquial de la iglesia de Wailuku en la isla de Maui, el Obispo confía a algunos de sus sacerdotes, todos de la Congregación de los Sagrados Corazones, su angustia respecto del infierno en que viven los recluidos, olvidados allí y dejados sin auxilios ni ayudas. Ahí está Damián, es el que fuma la pipa.

Escena • El 4 de mayo de 1873, en la casa parroquial de la iglesia de Wailuku en la isla de Maui. Sala

de estar. El Obispo y unos dos sacerdotes de la Congregación de los Sagrados Corazones están leyendo el periódico; otros dos, entre ellos, Damián que fuma la pipa, conversan tomando café.

• Fondo de música hawaiana. Obispo (señalando el periódico) Padres, escuchen eso. Miren lo que dice aquí el periódico de Honolulu:

Si un sacerdote católico, un pastor protestante, una religiosa quisieran establecerse allí sacrificando sus vidas para llevar consuelo a aquellos pobres miserables, podríamos hablar de una alma noble, digna de brillar a perpetuidad en un trono erigido por el amor de los hombres.

(Levantando la cabeza) Acérquense por favor, tenemos que conversar este tema. (Luego de que se hayan formado en semi círculo, prosigue) Ustedes entienden que se trata de Molokai. Desde hace tiempo siento una profunda angustia por el abandono en que se encuentran nuestros enfermos de la lepra: separación de la familia, falta absoluta de higiene, cuerpos en descomposición, promiscuidad y explotación de los niños, entrega a los todos los vicios, ausencia de autoridad oficial, es el lugar donde no hay ni Dios ni ley… Sí, Molokai es un verdadero infierno y el número de los condenados no cesa de aumentar. Necesitan ayuda, amistad, consuelo, esperanza. Tantos moribundos no pueden quedar por más tiempo sin la presencia de un sacerdote que los acompañe habitualmente. (Cambiando de tono y sin mirar a nadie) Uno de ustedes tiene que sacrificarse. (Luego de un momento de silencio profundo…)

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Padre 1 Pero, Monseñor, basta que usted diga una palabra y cualquiera de nosotros estará feliz de poder consagrarse a la leprosería. Padre 2 Yo también estoy dispuesto a dedicar mi vida a favor de estos excluidos. Padre 3 Así, Monseñor, escoja no más. A usted le toca decidir. Obispo Gracias, Padres, gracias por su disponibilidad. Pero no quisiera forzar a nadie en un caso como éste, sería demasiado cruel. Tampoco me atrevería a apelar a su voto de obediencia. (Calla. Como que está pensando y se le viene una idea.) Quizás no sea necesario que uno de ustedes vaya a establecerse allí definitivamente. Podríamos imaginar un sistema de relevo, de modo que se vayan turnando cada mes. Damián No, no, Monseñor. Los leprosos se merecen un misionero a tiempo completo… (recordando, lentamente) Estoy recordando en este momento el día de mi profesión religiosa cuando me pusieron bajo el velo mortuorio. Era señal de que la muerte voluntaria es el principio de una vida nueva. (Se pone de pie y con el tono de un compromiso decisivo) Aquí estoy pronto para sepultarme vivo con esos pobres infortunados. Sepultarme… vivo… (Tono explicativo) Por lo demás conozco a varios de ellos. (Con decisión) Estoy dispuesto a quedarme para siempre con ellos. Obispo Las condiciones de este trabajo son de tal naturaleza que no me atrevo a imponerlo. (Tono decidido) Pero ya que usted libre y voluntariamente se ofrece, Padre Damián, acepto feliz su proposición. (Se levanta para abrazar efusivamente a Damián. Al regresar a su puesto se le ocurre entregarle su crucifijo episcopal. Se detiene, se regresa, se lo coloca en silencio). (Por dos veces llama un indígena a la puerta) Indígena Monseñor, Monseñor. Obispo Pero, ¿qué pasa? Indígena El barco que le iba a llevar a Honolulu tiene que pasar ahora por Molokai para descargar ganado y 50 leprosos. No le queda más que hacer el desvío por la isla maldita. Obispo Gracias. (Se retira el mensajero).

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¡Otro contratiempo! (Se queda pensativo) Pero no, ¡este cambio de recorrido es providencial!

(Dirigiéndose al P. Damián) ¿Comprende usted, P. Damián? Parece que Dios quiere precipitar el cumplimiento de su sacrificio. Mañana mismo saldremos y yo en persona lo instalaré en su nueva misión. ¡Mañana mismo, sin más tardar!

Actividades grupales

Lectura • Sin mayores preparativos, repartir los roles de la escena; de ahí se lee el relato a varias

voces… • Se lo repite pero, esta vez, representándolo de modo improvisado. Cuestionario 1. Los leprosos eran confinados en una punta aislada y rocosa de la isla de Molokai llamada

Kalawao. ¿En qué año llegó el primer cargamento de leprosos? ¿Cuántos años pasaron hasta la llegada de Damián? A tu parecer, ¿podía el gobierno de Honolulu tomar otra decisión?

2. ¿Cómo interpretar la alusión de Damián al velo mortuorio? ¿Cuántos años tiene cuando

desembarca a Molokai? ¿Qué significado le das? 3. ¿Dónde y en qué circunstancia se decidió una presencia misionera permanente en Molokai? 4. ¿Qué opinión te merece el ofrecimiento de los jóvenes sacerdotes para quedarse por turno

en medio de los leprosos? ¿En qué se distingue Damián de sus colegas? ¿Se puede verificar la misma entrega y generosidad en nuestro grupo?

5. ¿Cuál es la lepra hoy en nuestro medio o sea la situación de mayor sufrimiento y

marginalización? ¿Tu grupo está atento a las necesidades de su medio? 6. ¿Cuál es el mensaje central que nos deja la escena? Dinámica Improvisar, respecto de la lepra de nuestro medio (ver pregunta anterior #5), un sicodrama (ver p. ) semejante a la escena de Wailuku, o sea: • una conversación acerca de las lepras de nuestro medio… • Uno puede desempeñar el papel de una autoridad significativa… • Los otros manifiestan, sinceramente, hasta qué punto estarían dispuestos a entregarse… Actividad Decidirse a representar la escena: • ¿Con qué público, dónde, cuándo? • ¿Se realizará luego de la representación algún dialogo o foro u otro acto? • Planificar los ensayos.

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PASAJES DE LAS CARTAS DE DAMIAN - Un actor, con talento para la fonomímica y darle tono a lo que lea…. Vestido de Damián, con sotana, barba y pipa, redacta unas cartas en su humilde mesa de trabajo, usando pluma y tintero. - Lee en voz alta mientras va escribiendo. Si fuera el caso, seleccionar los pasajes que mejor convengan.

1. Primeras experiencias de Damián con sus leprosos: testimonios de sus cartas. 2. Algunos pensamientos de Damián sacados de sus cartas 3. Damián ora y medita: testimonios de sus cartas 4. Damián, enfermo de lepra, abre su corazón: testimonios de sus cartas.

Presentador El archipiélago de Hawai queda en medio del océano Pacífico, lejos del resto del mundo. Peormente la leprosería instalada en un promontorio rocoso en la costa norte de la isla de Molokai. De frente: el mar infinito; por detrás: una montaña alta, cortada verticalmente. Más aún la prohibición absoluta de salir de ahí. Lejos de su familia humana y de su comunidad religiosa, aislado en medio de sus hermanos enfermos, Damián siente la necesidad de comunicar. A menudo escribe cartas…

Música instrumental I

(Voz del presentador) PRIMERAS EXPERIENCIAS DE DAMIÁN CON SUS LEPROSOS: TESTIMONIOS DE SUS

CARTAS.

(Damián llega con su sotana negra y su sombrero de paja. Se acerca a su mesa para escribir…) (Voz de Damián) Los domingos, a la misa mayor, mis chicos cantan admirablemente, como músicos de primera... Dos de ellos están en el teclado del órgano ayudándose mutuamente para acompañar los cánticos; pues, a ambos les faltan unos dedos; así cuatro manos enfermas ejecutan las piezas musicales que los grandes organistas de Europa tocan con dos manos sanas. Son muy hábiles. Otro, Petero, sopla en su clarinete. A más de la misa, organizamos reuniones los domingos de noche para los inválidos. Cuatro o cinco casas en Kalawao rebosan hasta fuera. Mis animadores presiden la oración. Mientras tanto atiendo otras tres sesiones distintas en Kalaupapa. Acabamos de establecer la adoración perpetua en nuestras dos iglesias. Es harto difícil mantener un horario a causa de las dolencias de nuestros queridos adoradores. Pero, si bien no pueden acudir a la capilla para cumplir su media hora de adoración al momento previsto, ¡qué edificado quedo yo al verlos, a la misma hora, en oración en su lecho de dolor! Aquí hay ahora 900 leprosos y aunque estamos enfermos, la paz y la felicidad parecen reinar en Molokai.

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(Damián le pone tabaco en la pipa, la prende) Al principio, en el cumplimiento de mis deberes sacerdotales en sus domicilios, me veía obligado, no solo a taparme la nariz, sino a permanecer un rato afuera para respirar aire fresco... Como antídoto para contrarrestar el mal olor, me acostumbré al uso del tabaco, ya que de alguna manera, el aroma de la pipa me preserva de llevar en mis ropas el detestable hedor de nuestros leprosos. A veces, al confesar a un enfermo cuyas úlceras estaban llenas de gusanos como los cadáveres de las tumbas, tengo que agarrarme la nariz. Su aliento envenena el aire. Me ha costado mucho acostumbrarme. Un día durante la misa solemne estuve a punto de abandonar el altar para respirar aire puro, el recuerdo de nuestro Señor haciendo abrir la tumba de Lázaro me retuvo. Actualmente la delicadeza de mi olfato se ha habituado: entro en sus casas hediondas sin dificultad. Atiendo también a mis huérfanos que son todos leprosos. En algo repugna a la naturaleza el estar siempre rodeado de estos desdichados niños, pero hallo en ellos mi consolación. Heme aquí en medio de mis queridos leprosos, ellos son hediondos a la mirada, es verdad; pero tienen un alma rescatada con el precio de la sangre del adorable Nuestro Señor Jesucristo, divino Salvador. (Al terminar esta primera parte, Damián introduce la carta en un sobre y lo sella; luego se levanta y lo va echar como en un buzón)

Música instrumental

II (Voz del presentador)

ALGUNOS PENSAMIENTOS DE DAMIÁN SACADOS DE SUS CARTAS (Voz de Damián, mientras escribe) No os preocupéis por mí lo más mínimo, pues cuando se sirve a Dios, se es feliz en cualquier parte. El estar privado de la compañía de algún hermano de nuestra querida congregación es más doloroso de soportar que la misma lepra. Si hubiera aquí un sacerdote santo y abnegado en mi lugar, todo iría mucho mejor. Por lo tanto, reza sobre todo por mi propia perseverancia. Considero mi falta de caridad como causa principal de la obstinación de mis leprosos que aún no se convierten. Que todo honor, toda gloria, todo elogio que me hacen a mí, sea dirigido a Dios, cuyo servidor soy.

(Se aparta de la mesa, se echa de rodillas y se abisma en Dios) No busquemos el vil "yo". Jesucristo lo es todo: tengo que eliminarme a mí mismo. La humildad, cuando se apoya en la confianza y la obediencia, realiza milagros y nos protege contra el desaliento en épocas de contratiempo. Resignémonos en el éxito como en los fracasos. (Al terminar esta segunda parte, Damián introduce la carta en un sobre y lo sella; luego se levanta y lo va echar como en un buzón)

Música instrumental

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III (Voz del presentador)

DAMIAN ORA Y MEDITA: TESTIMONIOS DE SUS CARTAS (Voz de Damián, mientras escribe) Te aseguro, hermano mío, que el cementerio y el lecho de los moribundos son mis más preciosos libros de meditación, tanto para alimentar mi propio corazón como para preparar la catequesis. Encuentro mi consuelo en el único compañero que no me abandona, es decir, nuestro Divino Salvador en la Sagrada Eucaristía. A los pies del altar es donde me confieso a menudo y busco alivio a mi sufrimiento espiritual. Ante él y ante la estatua de su Santa Madre, pido a veces, pero como en un murmullo, la conservación de mi salud. (Damián se levanta y se acerca a una imagen de la Virgen, se echa de rodillas y se queda un momentito rezando…) Sin la presencia permanente de nuestro divino maestro en el altar de nuestras pobres capillas, nunca hubiera podido perseverar en compartir la suerte da los leprosos de Molokai. Las consecuencias estaban previstas pero ahora empiezan a manifestarse en todo mi cuerpo. Pero, ya que la santa comunión es el pan de todos los días para el sacerdote, me siento feliz, bien contento y resignado en el medio algo excepcional donde dispuso la divina Providencia colocarme. Al pie del altar, hallo la fuerza necesaria en nuestro aislamiento. Es ahí donde me encuentro cada día contigo y todos los hermanos de nuestra querida Comunidad. Sin Jesús en el santísimo Sacramento, una vida como la mía sería insoportable. Pero, con él a mi lado, sigo siempre alegre y contento. (Al terminar la tercera parte, el P. Damián introduce la carta en un sobre y lo sella; luego se levanta y lo va a echar como en un buzón.)

Música instrumental

IV (Voz del presentador)

DAMIÁN, ENFERMO DE LEPRA, ABRE SU CORAZÓN: TESTIMONIOS DE SUS CARTAS.

(Voz de Damián, mientras sigue escribiendo) Querido Pánfilo, el relato de tu enfermedad me ha conmovido mucho y como das a entender que quizás pudiera tratarse de tuberculosis, lo que Dios no quiera, no debo ocultarte más tiempo que también yo estoy afectado por una enfermedad más horrible aún que la tuberculosis… Pronto hará 12 años que estoy entre los leprosos. Como la lepra es una enfermedad contagiosa, no tengo motivos para quejarme de la protección invisible que Dios me ha dado... Estoy en realidad aún fuerte, y musculoso, tal como me viste salir en 1863, con excepción de mi pie izquierdo que desde hace tres años ha llegado a ser completamente insensible.

(Damián se echa para atrás, aparta su pierna izquierda y lo va sobando… Vuelve a escribir…)

Es un veneno traicionero, que amenaza todo el cuerpo. No hablemos demasiado de esto sino recordémonos mutuamente en nuestras oraciones... (Damián se levanta a buscar su condecoración, la enseña; vuelve a la mesa…)

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He sido condecorado con la Cruz Real de la Orden de Kalakaua, pero también con otra, un poco más pesada y menos honorable, la de la lepra, de la que nuestro divino Salvador se dignó permitir que fuera estigmatizado. Bueno, ya no hay duda para mí: soy leproso. ¡Bendito sea el buen Dios! No me tenga mayor compasión: estoy perfectamente resignado a mi suerte. La memoria de aquel paño mortuorio que me cubrió hace veinticinco años, el día de mis votos, es la que me ha llevado a desafiar el peligro de contagio de esta terrible enfermedad, cumpliendo con mi deber aquí e intentando morir cada vez más a mí mismo... Cuanto más avanza la enfermedad, más contento y feliz me siento en Kalawao. Los microbios de la lepra, finalmente, se han alojado en mi pierna izquierda y en mi oreja. Mis párpados empiezan a caer. (Damián se levanta, se acerca a un espejo de mano, y se observa la cara… Vuelve a la mesa) Pronto mi cara quedará desfigurada. Me quedo tranquilo y resignado y, hasta me siento más feliz en medio de mi gente. El buen Dios sabe lo que es mejor para mi santificación; convencido de ello, repito cada día un decidido "Hágase tu voluntad”. Me esfuerzo en llevar, sin mayores murmuraciones, las miserias de la enfermedad desde hace tiempo previstas. La Providencia se sirve de ella para despojar el corazón de todo afecto terrenal y para avivar el deseo de estar unido Al que es su única Vida. Hasta aquí me siento feliz y contento; y si se me diera la posibilidad de salir de aquí con buena salud, diría sin vacilar: - Me quedo por toda la vida con mis leprosos. (Damián se levanta y se acerca a la ventana para contemplar a su pueblo dormido… Vuelve a su puesto.) La tremenda enfermedad progresa rápida y espantosamente. Amenaza dificultarme o hasta imposibilitarme la celebración de la santa misa... Quedaré privado de la santa comunión y del santísimo sacramento. Es esta privación la que más me va a pesar y hará mi situación insoportable. No son la enfermedad ni los sufrimientos, los que me van a desalentar, nunca jamás. (con una voz como de moribundo) Pacientemente intento recorrer mi vía crucis. Anhelo hallarme pronto a la cumbre de mi Gólgota. Estoy convencido que es voluntad del Señor el que muera del mismo modo y con la misma enfermedad que mis atribulados feligreses. Sé que mis días son contados y no pienso quedarme mucho tiempo en este pobre mundo. (Damián tiene un acceso de tos…) Mi enfermedad ha penetrado hasta los pulmones; pronto todo quedará bien cuando descanse bajo la verde hierba. (Al terminar la cuarta parte, el P. Damián introduce la carta en un sobre y lo sella; luego se levanta y lo va a echar como en un buzón)

Música instrumental

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Drama en 5 actos: ESTOY LEPROSO, BENDITO SEA DIOS Solicitarlo a la dirección electrónica de este folleto “Recursos” ([email protected])… O buscar en <http://www.ssccpicpus.com/

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CELEBRACIONES

Novenas 53

• Novena “Damián, hombre de Dios” 53

• Novena “tradicional” actualizada 65

Cantos 71 • Estribillos 71 • Canciones de la Cantata (Chile) “Nosotros los leprosos” (Esteban Gomucio y Alex Vigueras,

sscc) 72 • Refranes para musicalizar 73 •

Oraciones “san Damián” 74 • a Dios 74 • a Damián 75 • oraciones sacadas de la obra de teatro “Estoy leproso, bendito sea Dios” 77

Misa Damián de Veuster 80

Vía crucis con Damián de Veuster 84

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NOVENAS

Novena “Damián, hombre de Dios” (para rezar en grupo)

1. Canto 2. Inicio 3. Vida 4. Meditación 5. Oración espontánea 6. Las 10 convicciones 7. Final

Canto - Cualquier cántico conocido - O, a lo largo de la novena, para bajar la tensión, un estribillo (ver p. 71), el que se puede repetir hasta 3 veces seguidas.

Inicio En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Alternar, tres veces, una de las Ave Damián (el guía reza la primera parte y la asamblea responde con la segunda.) • Bendito eres, Damián, que amaste a los leprosos

hasta el sacrificio de tu vida. [Benditas tus manos que los consolaron, tus labios que los alentaron, tus ojos que vieron, en sus llagas, las heridas del mismo Cristo.]

• Bienaventurado Damián, sigue invitando, al canto y a la esperanza, a todos los sufridos de la tierra.

• Damián, siervo de Dios y siervo de la humanidad, amor y entrega sin reservas por los que sufren,

• haz que, por tu intercesión, el amor del Corazón de Jesús nos impulse a servir a los más necesitados.

Vida - Hay dos modelos, escoger el modelo a (p. 9) o el b (p.11). - Leer cada día un párrafo, hay 6. Los tres últimos días, se vuelve a leer los párrafos que parezcan más significativos. - Alternar tres veces una de las Ave Damián (ver cuadro anterior). Se lo va enseñando desde el primer día. El guía reza la primera parte y la asamblea responde con la segunda.

Meditación o consideración Seguir la meditación del día que toca… (ver a continuación, p. 55) Atención, hay dos modelos: el completo y el breve. Escoger el que conviene…

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1) Leer la meditación

2) Volver a leer el primer párrafo (los párrafos van numerados del 1 al 3) si se usa el modelo completo; o toda la Meditación, si se usa la breve... - Cantar un estribillo (ver p. 71) hasta 3 veces seguidas... - Silencio. El guía dice: “Quedémonos un momento en silencio para meditar.” - Comentario y/o diálogo. En caso de diálogo, usar las preguntas que siguen:

¿Hemos oído de otros, o vivido personalmente, experiencias parecidas? ¿Hay situaciones de nuestro medio, de nuestra vida, que se parecen a lo que dice la Meditación?

¿Qué palabra o frase, nos llama más la atención? ¿Por qué?

¿Qué enseñanza nos ofrece esta Meditación, qué mensaje nos deja?

¿A qué cambios nos compromete esta Meditación en nuestra vida personal, en nuestra familia, en nuestro medio?

- Alternar tres veces una de las Ave Damián (ver p. 77) 3) En caso de usar el modelo completo, leer el siguiente párrafo, y así sucesivamente,

Oración espontánea 1) Se invita a cada uno (si fuera posible), a rezar en voz alta, manifestándole a Dios, de modo espontáneo, sus sentimientos y anhelos, a la luz de la Meditación.

2) La oración puede dirigirse directamente a Jesús, al Padre Dios, a María, o a Damián.

3) Al final de cada oración, se puede decir: Roguemos al Señor y los demás contestan: “Escucha, Señor, nuestra oración”.

Las 10 convicciones de Damián (ver p. 40) Cada día se estudia una de las “Convicciones” de Damián. Se puede seguirlas en el orden indicado o escogerlas en desorden de acuerdo a la “Meditación” del día. Se puede preparar con anticipación una cartelera con el texto. - Lectura de la “Convicción” - Comentario y/o diálogo - Cada uno la aprende de memoria. - Compromiso: ¿A qué nos comprometemos en este día de la novena?

Final Oración final (Guía): Señor, haz de mí, como Damián, un instrumento de tu amor. (Repitamos todos): Señor, haz de mí, como Damián, un instrumento de tu amor.

Donde hay odio, ponga yo amor; donde hay ofensa, ponga yo perdón; donde hay discordia, ponga yo unión; donde hay error, ponga yo verdad; donde hay duda, ponga yo la fe; donde hay desesperación, ponga yo la esperanza; donde hay tinieblas, ponga yo la luz; donde hay tristeza, ponga yo alegría.

(Guía): Señor, haz de mí, como Damián, un instrumento de tu amor. (Repitamos todos): Señor, haz de mí, como Damián, un instrumento de tu amor.

Oh divino maestro, haz que no busque tanto: ser consolado, como consolar;

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ser comprendido, como comprender; ser amado, como amar. Porque dando, se recibe; perdonando, se es perdonado; olvidándose de sí, uno se encuentra; muriendo, se resucita a la vida eterna.

(Guía): Señor, haz de mí, como Damián, un instrumento de tu amor. (Repitamos todos): Señor, haz de mí, como Damián, un instrumento de tu amor.

Despedida - Indicaciones - Canto final

TEXTOS PARA LA MEDITACIÓN de la Novena

Día Primero Damián, hombre de Dios, ¡para servir mejor a los hombres!

Novena completa La misma abreviada

1. Damián estaba consciente de sus límites. Sabía que nadie puede llegar a ser verdaderamente hombre, plenamente humano, si no es por la gracia de Dios y mediante una relación permanente y estrecha con él. Conocía el peso del instinto y había experimentado que solo Dios puede librar de la herencia del pecado.

Si Dios me retirase por un momento su gracia, me vería al instante sumergido en el mismo vicio del que quiero sacar a los otros. ¡Ah!, soy un pobre miserable, pues todos los días me doy cuenta de que el hombre “viejo” quisiera dominarme...

2. El secreto de Damián es su intimidad con Dios.

Si alguno permanece en mí y yo en él - dice Jesús - produce mucho fruto, pero sin mí ustedes no pueden hacer nada.

Como Abraham, el padre del pueblo de Israel, Damián buscaba sin cesar la amistad de Dios; como Moisés, el libertador, practicaba su intimidad; como Elías, el abogado de Dios, Damián se alimentaba de él y lo contemplaba.

Al pie del altar hallo la fuerza necesaria en nuestro aislamiento. Sin el Santísimo Sacramento, una posición como la mía no sería soportable. Pero teniendo a nuestro Señor a mi lado, he ahí que continúo siempre alegre y contento. Y con esta alegría en el corazón y la sonrisa en los labios, se trabaja con celo para el bien de los pobres infelices leprosos, y poco a poco, sin demasiado ruido, se hace el bien.

Si Damián estuvo al lado de los últimos, es porque estaba con Dios. Se hizo “hombre de Dios” para servir mejor a los hombres. Gandhi, el famoso libertador de la India, sin ser cristiano, nos invita a descifrar el enigma de Damián.

El mundo de la política y de la publicidad tendría dificultad para presentarnos a héroes de la talla del apóstol de Molokai. Valdría la pena buscar la fuente donde se alimentó tal heroísmo.

Damián no es un súper hombre. Es un ser humano común y corriente, consciente de sus límites:

Si Dios me retirase por un momento su gracia, me vería al instante sumergido en el mismo vicio del que quiero sacar a los otros.

Su heroísmo no es propio, es prestado. No hace más que acudir día a día a la fuente del amor infinito: Jesús, quien, cuando éramos enemigos suyos, con su muerte nos reconcilió con él. El secreto de Damián es su intimidad con Dios.

Si alguno permanece en mí y yo en él - dice Jesús - produce mucho fruto, pero sin mí ustedes no pueden hacer nada.

En esto consiste el secreto de Damián: en ir sacando, día a día, de este pozo espiritual que es el Corazón de Cristo, las aguas vivas de la salvación. Damián,

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3. Damián no es un súper hombre. Es un ser humano común y corriente. Su heroísmo no es propio, es prestado. No hace más que acudir día a día a la fuente del amor infinito: Jesús quien, cuando éramos enemigos suyos, con su muerte nos reconcilió con él. El secreto de Damián consiste en ir sacando, día a día, de este pozo espiritual, que es el Corazón de Cristo, las aguas vivas de la salvación. Damián, continuamente, supo aprovechar el ofrecimiento que Jesús, en otros tiempos, hacía a la mujer samaritana.

Si conocieras el don de Dios, y quién es él que te pide de beber, le pedirías tú a él y él te daría agua viva.

Hagamos igual.

continuamente, supo aprovechar el ofrecimiento que Jesús, en otros tiempos, hacía a la mujer samaritana.

Si conocieras el don de Dios, y quién es él que te pide de beber, le pedirías tú a él y él te daría agua viva.

Esto hizo Damián, hagamos igual.

Día Segundo Damián, intransigente e inflexible en la defensa de los leprosos, pero, en todo lo demás, abierto

y tolerante

Novena completa La misma abreviada 1. Por mucho que se hable de globalización, vivimos en un mundo polarizado, dividido. Ideologías y fanatismos, nacionalismos reinan en todas partes. Hasta la religión, mal entendida y mal vivida, engendra sectarismos, fundamentalismos y violencias. Desde el infierno de Molokai, Damián aprendió a dejar los absolutismos, a relativizar sus puntos de vista. Se abrió a varias culturas, nuevas para él, empezando por la indígena.

Desde los primeros días, después de mi llegada a las islas Sandwich, me puse a aprender la lengua del país con más empeño todavía del que en otro tiempo puse en el estudio del francés, latín e inglés. Hoy día, gracias a la ayuda del Espíritu, predico y confieso en lengua canaca como si fuera mi lengua maternal.

2. Desde su cementerio viviente, dejó atrás los particularismos y mezquindades de las instituciones religiosas de su época. En efecto reinaba, aun más que hoy, el espíritu de clan; se ignoraban el ecumenismo y el diálogo entre religiones. La pesada cruz de cada día, la cercanía de la muerte, la esperanza del cielo, le fueron librando de todo espíritu sectario. Intransigente e inflexible en la defensa de los leprosos, denunciaba, reclamaba, exigía, pero, en lo demás, aprendió a mostrarse abierto y tolerante. Dejó paso a la comprensión y al descubrimiento de las riquezas de los demás. Atendía con el mismo amor a los protestantes como a los católicos, proporcionando a unos y otros los mismos cuidados y las mismas ayudas. Nunca hizo depender el ejercicio de su caridad de la conversión a su fe católica. Igual por lo demás como sus generosos bienhechores de Londres o de Estado Unidos que, siendo precisamente evangélicos, fueron los primeros en darle la mano. 3. Para Damián, todo hombre es un hermano. ¡Fuera las barreras, las fronteras, los prejuicios! Como el buen samaritano de la parábola que socorre en el camino al herido que no es de su nación... El «prójimo» de Damián no es el que comparte su cultura, su color de piel, o su religión, ¡es el que lo necesita! Abierto y libre, Damián está a la disposición de todos.

En el cementerio viviente de Molokai, la pesada cruz de cada día, la cercanía de la muerte, la esperanza del cielo, fueron librando a Damián de todo espíritu sectario. Era intransigente e inflexible en la defensa de los leprosos : denunciaba, reclamaba, exigía; pero, en lo demás, aprendió a mostrarse abierto y tolerante. Dejó paso a la comprensión y al descubrimiento de las riquezas de los demás. Para él, todo hombre, sea quien sea, es un hermano. ¡Fuera las barreras, las fronteras, los prejuicios! Como el buen samaritano de la parábola que socorre en el camino al herido que no es de su nación... El «prójimo» de

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El sufrimiento y el sacrificio le enseñaron a relativizar lo secundario y a priorizar lo esencial: los valores humanos fundamentales como puede ser el amor. Igual como Jesús quien, el día del juicio, nos juzgará prioritariamente sobre nuestra capacidad en servir a los demás.

En verdad les digo: cualquier servicio que presten a un necesitado, es como si me lo hicieran a mí.

Damián no es el que comparte su cultura, su color de piel, o su religión, ¡es el que lo necesita! Abierto y libre, Damián está a la disposición de todos.

Día Tercero Damián, solo, ¡pero en el corazón de muchos!

Novena completa La misma abreviada

1. Damián se sentía solo, pues, durante años, fue el único sano en medio de una multitud de leprosos.

La mitad de nuestra gente es como cadáveres vivientes, a los que los gusanos comienzan ya a devorar, primero por el interior y después por el exterior, formando llagas repelentes, que raramente se curan. En cuanto al olor, figúrense el “ya huele mal” de la tumba de Lázaro.

Está solo, porque viene de otro mundo. Solo también, a nivel religioso, porque ni la mitad de la población es católica. Solitario, porque tiene que hacer de líder, pastor y guía. 2. Solo y abandonado hasta por los suyos. Los superiores le tachan de excesivo en la defensa de los leprosos; por otra parte, no le mandan compañeros. Solo, pues se siente a momentos abandonado hasta de Dios, cuando por ejemplo un terrible ciclón arrasó con el pueblo, o cuando descubrió que está atacado por la lepra. Pero al mismo tiempo experimenta el gozo de la compañía de Dios.

Teniendo a nuestro Señor a mi lado, he ahí que sigo siempre alegre y contento.

Experimenta también el gozo de la compañía de su nueva familia, los leprosos.

Mi mayor felicidad es servir al Señor en estos pobres hijos enfermos, rechazados por los demás hombres...

Por nada del mundo abandonaría su querido infierno de Molokai. Cuando le ofrecen regresar a su tierra para cuidar su salud, afirma decididamente:

Hasta aquí me siento feliz y contento; y si se me diera la posibilidad de salir de aquí con buena salud, diría sin vacilar: “Me quedo por toda la vida con mis leprosos”.

3. Al mismo tiempo se siente rodeado por una multitud de compañeros invisibles: los que, a lo largo y ancho del mundo, siguen paso a paso las noticias de su entrega hasta la enfermedad y la muerte.

Damián se sentía solo, pues, durante años, fue el único sano en medio de una multitud de leprosos. Está solo, porque viene de otro mundo. Solo también, a nivel religioso, porque ni la mitad de la población es católica. Solitario, porque tiene que hacer de líder, pastor y guía. Solo y abandonado hasta por los suyos: los superiores le tachan de excesivo en la defensa de los leprosos. Pero al mismo tiempo experimenta el gozo de la compañía de Dios:

Teniendo a nuestro Señor a mi lado, he ahí que sigo siempre alegre y contento.

Experimenta también el gozo de la compañía de su nueva familia, los leprosos:

Mi mayor felicidad es servir al Señor en estos pobres hijos enfermos, rechazados por los demás hombres...

Abandonado en una isla en pleno océano, se vuelve como un faro, una luz a nivel mundial. Va a ser calificado de “apóstol de los leprosos”, “héroe y mártir de la caridad”. Perdido en el Pacífico

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Abandonado en una isla en pleno océano, casi al otro lado del centro de poder del mundo, en aquel tiempo Europa, se vuelve como un faro, una luz a nivel mundial. Va a ser calificado de “apóstol de los leprosos”, “héroe y mártir de la caridad”. Perdido en el Pacífico Norte, se va a volver el conductor, el mentalizador de una multitud de jóvenes y menos jóvenes, seducidos por su entrega.

No hay nada escondido que no salga a la luz - dijo Jesús. Ni nada tan secreto que no llegue a hacerse público.

Norte, se va a volver el conductor, el mentalizador de una multitud de jóvenes y menos jóvenes, seducidos por su entrega.

No hay nada escondido que no salga a la luz - dijo Jesús. Ni nada tan secreto que no llegue a hacerse público.

Día cuarto Damián, preso, ¡pero libre!

Novena completa La misma abreviada

1. El gobierno de las Islas Hawai había escogido el lugar más adaptado para aislar definitivamente a los leprosos: una punta rocosa de la isla de Molokai, cercada por un lado con la montaña, por el otro con el mar. El único acceso era marítimo.

El gobierno – cuenta Damián - se sintió obligado a excluir de la sociedad a todos los que estaban infectados. Han sido enviados todos estos pobres infelices a un rincón de la isla de Molokai, como a un exilio perpetuo, encerrados entre montañas infranqueables por un lado y por otro lado el mar.

Damián se sentía preso, recluido entre los cerros, cortados verticalmente como paredes, y el mar. Joven y sano, fuerte todavía, soñaba con escaparse. Condenado, como muerto en vida, a compartir el destino de los leprosos, sabe que, fuera de la muerte, no hay esperanza de liberación.

Hace algunos meses, el Ministro de Gobierno me prohibió salir del exilio donde nuestros leprosos están secuestrados. Soy, pues, un "prisionero de Estado"...

2. Damián, preso del trabajo de cada día.

Nosotros, pobres misioneros, no podemos tener en esta vida descanso... Finalmente preso de las garras de la terrible enfermedad, como Cristo clavado al madero de la cruz.

La tremenda enfermedad progresa rápida y espantosamente. Amenaza dificultarme, o hasta imposibilitarme, la celebración de la santa misa.

Preso material y físicamente, hasta sicológicamente, se siente sin embargo libre interiormente.

Donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad. (2 Co 3,17) 3. Damián, libre de toda angustia y temor:

No hay temor en el amor. (I Jn 4,18) Damián, libre de la duda y del error. Esclavo y preso por Cristo, pero libre de las cadenas del pecado y de los vicios.

Si guardan siempre mis palabras, serán verdaderamente mis discípulos,

En Molokai, Damián se sentía preso, recluido entre los cerros, cortados verticalmente como paredes, y el mar. Joven y sano, fuerte todavía, soñaba con escaparse. Condenado, como muerto en vida, a compartir el destino de los leprosos, sabe que, fuera de la muerte, no hay esperanza de liberación. Damián está también preso del trabajo de cada día.

Nosotros, pobres misioneros, no podemos tener en esta vida descanso...

Finalmente se siente preso de las garras de la terrible enfermedad, como Cristo clavado al madero de la cruz.

La tremenda enfermedad progresa rápida y espantosamente. Amenaza dificultarme, o hasta imposibilitarme, la celebración de la santa misa.

Preso material y físicamente, hasta sicológicamente, se

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dice Jesús. Conocerán la verdad y la verdad los hará libres. Es así como Damián experimenta paz, consuelo y gozo:

Me encuentro muy feliz aquí; y aunque hay mucha pobreza y miseria, Dios bondadoso se digna darme también consuelos, que yo nunca me había esperado...

Hay aquí muchas cruces y miserias, sin embargo me considero muy feliz.

Aunque esta enfermedad sea contagiosa, yo gozo siempre de buena salud y soy muy feliz en medio de estas infelices criaturas de Dios.

siente sin embargo libre interiormente.

Me encuentro muy feliz aquí; y aunque hay mucha pobreza y miseria, Dios bondadoso se digna darme también consuelos, que yo nunca me había esperado...

Día quinto Damián, intercesor en lo material y en lo espiritual

Novena completa La misma abreviada

1. Luego de una dura jornada de labor, cuando la noche había caído, cuando descansaba el pueblo de los leprosos y dormían los niños del orfanato, Damián se hallaba solo con Dios. Recorría el cementerio donde reposaba la mayor parte de su gente, pues más numerosos eran los muertos que los sobrevivientes.

He tenido más de 200 muertos en un año... Oraba repasando las actividades del día... A lo lejos las olas centelleaban a la luz de la luna y de las estrellas.

Como el cementerio, la iglesia y el presbiterio no forman más que una sola parcela, durante la noche yo soy el guardián de este bonito jardín de muertos, todos hijos espirituales míos. Encuentro mis delicias rezando allí el Rosario y meditando sobre la felicidad eterna, de la que ya gozan gran número de ellos…

2. Confiaba todos, vivos y muertos, a la misericordia de Dios. Suplicaba por la salud física de los que había visitado y atendido durante el día, sobre todo por su salud eterna. Pues sabía que estamos de paso por este mundo:

No tenemos aquí ciudad permanente. (Hebreos 13,14) Sabía mejor que nadie que los leprosos no eran más que peregrinos por las playas de Molokai. Sabía que la morada de ellos no estaba ahí. Él mismo se encargaba de orientar sus proyectos, sueños y esperanzas hacia la patria eterna.

Les muestro la muerte como el fin de sus miserias si quieren convertirse. También muchos ven aproximarse su último momento con resignación e incluso algunas veces con alegría. Durante este año he tenido el consuelo de ver morir, por lo menos, unos cien, con muy buenas disposiciones...

3. Imitemos pues a Damián en su papel de intercesor. Pero también, ahora que está en la gloria de Dios, invoquémosle. Pues, si a lo largo de su ministerio intercedió por los leprosos, si solicitó continuamente que se rece por su misión, ¿cómo ahora no intercederá en nuestro favor?

Te suplico, tanto por mí como por mis pobres ovejas, reza y haz que recen

Luego de una dura jornada de labor, cuando la noche había caído, cuando descansaba el pueblo de los leprosos y dormían los niños del orfanato, Damián se hallaba solo con Dios. Recorría el cementerio donde reposaba la mayor parte de su gente, pues más numerosos eran los muertos que los sobrevivientes.

He tenido más de 200 muertos en un año...

Oraba repasando las actividades del día... A lo lejos las olas centelleaban a la luz de la luna y de las estrellas. Confiaba todos, vivos y muertos, a la misericordia de Dios. Suplicaba por la salud física de los que había visitado y atendido durante el día, sobre todo por su salud eterna. Pues sabía que estamos de paso por este mundo:

No tenemos aquí ciudad permanente.

Imitemos pues a Damián

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por nosotros, para que nuestro divino Salvador se digne encender en nuestros corazones ese fuego que vino a traer a la tierra y que tanto desea que arda...

Recen día y noche por mí, se lo suplico. Pidan pues todos los días en sus fervientes oraciones la gracia de la perseverancia para mí, que estoy rodeado por tantos peligros...

Pido oraciones particulares... para la conversión de los pobres leprosos y de toda la isla de Molokai.

Muchos, desde fuera, contribuyeron material y económicamente a los adelantos emprendidos por Damián. Pero vale resaltar el aporte de los que colaboraron con sus oraciones. Ellos también coadyuvaron a la llegada del Reino de Dios a Molokai.

en su papel de intercesor. Pero también, ahora que está en la gloria de Dios, invoquémosle. Pues, si a lo largo de su ministerio intercedió por los leprosos, si solicitó continuamente que se rece por su misión, ¿cómo ahora no intercederá en nuestro favor?

Día sexto Damián, hombre de acción y, sobre todo, de esperanza

Novena completa La misma abreviada

1. Damián, peón, arquitecto, constructor. En la finca paterna no medía el esfuerzo ni la pena. Había aprendido todos los oficios, ahora los pone en práctica junto a los leprosos válidos.

No siento vergüenza de convertirme en obrero, albañil o carpintero, cuando se trata de la gloria de Dios. La costumbre, contraída en casa, de ejercitarme en varios oficios me es aquí de gran utilidad.

La esperanza del cielo no le quita el empeño de construir un mundo mejor, pues sabe que el cielo se edifica primero en la tierra; que, si bien es un don de Dios, será el reflejo de nuestros esfuerzos aquí abajo. La esperanza futura no es para él un opio que adormece sino un estímulo para anticipar, en el presente, el mundo de mañana, para plasmar desde ya el paraíso en el infierno de Molokai.

Si la necesidad lo requiere, sé quitarme la sotana para ponerme a trabajar. Aunque tiene conciencia de la prioridad del anuncio del reino de Dios, emprende, con sus compañeros de cautividad, la acometida del agua, el alcantarillado, la construcción de casas.

Felices los misioneros que no tienen que ocuparse más que del ministerio. Aquí tenemos también que ocuparnos de lo material... ¿Cómo llegar a tantas necesidades? ¿Dónde voy a encontrar el dinero? Me abandono siempre a la divina Providencia...

2. Hasta busca la curación física de la tremenda enfermedad. Toma contactos, intercambia con especialistas, experimenta tratamientos, todo en vano pues la ciencia no estaba aún con la capacidad de resolver este reto; la causa de la enfermedad fue descubierta cuando pisó por la primera vez Molokai; y los primeros remedios más de medio siglo después de su muerte. Es la esperanza del cielo, la que le permitió vivir y luchar sin desalentarse. Solo ella nos dará la energía para seguir emprendiendo cuando el resultado no esté a la vista, cuando se pierda la cosecha, cuando la pesca esté infructuosa. El ejemplo de Damián nos invita a seguir esperando a pesar de los fracasos, porque sabemos que Dios va recogiendo nuestros esfuerzos, aunque fueran pocos y vanos, para

En Molokai, todo quedaba por hacer. A pesar de los obstáculos insalvables y de los fracasos innumerables, Damián emprende, con sus compañeros de cautividad, la acometida del agua, el alcantarillado, la construcción de casas. Hasta busca la curación física de la tremenda enfermedad… Solo la esperanza, puesta en Dios, le permitió vivir y luchar sin desalentarse. Solo ella nos dará la energía para seguir emprendiendo cuando el resultado no esté a la vista, cuando se pierda la cosecha, cuando la pesca esté infructuosa. Tres son las virtudes sobrenaturales que Dios proporciona al creyente: en Molokai la primera y la tercera - la fe y la caridad - no bastaban; la segunda, la esperanza, era

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construir con ellos la morada venidera. Como el albañil junta los ladrillos y los bloques para levantar la pared, Dios va recolectando nuestras obras buenas, hechas con amor, solidaridad y justicia, para modelar con ellas la tierra nueva y el cielo nuevo. 3. Los esfuerzos de Damián, para ofrecer a los leprosos una morada más digna en la penitenciaría de Molokai, fueron como las primicias del reino de Dios que está aún por venir. Atendamos pues lo que escribía a sus familiares:

La esperanza de encontrar muy pronto en la gloria a nuestra abuela y a nuestra hermana, y a otros tantos fieles amigos que nos han marcado el camino, me anima en mis abatimientos, me da fuerza en mis trabajos y me hace suspirar a cada instante por el momento en el que mi alma, separada del cuerpo, podrá ir a reunirse con los coros de los santos...

Tres son las virtudes sobrenaturales que Dios proporciona al creyente: en Molokai la primera y la tercera - la fe y la caridad - no bastaban; la segunda, la esperanza, era indispensable. Pues quien no espera se deprime y abandona la lucha. O se agita en vano. O bien usa los medios más indignos, como por ejemplo la violencia, para conquistar sus metas. Al contrario quien espera la ayuda de Dios aquí y ahora, quien espera confiadamente la plenitud del cumplimiento de sus sueños en el mundo venidero, no se desalienta ni se desanima sino que lucha sin tregua porque sabe que no está solo y que el triunfo está al final del camino.

indispensable. Pues quien no espera se deprime y abandona la lucha. O se agita en vano. O bien usa los medios más indignos, como por ejemplo la violencia, para conquistar sus metas. Al contrario quien espera la ayuda de Dios aquí y ahora, quien espera confiadamente la plenitud del cumplimiento de sus sueños en el mundo venidero, no se desalienta sino que lucha sin tregua porque sabe que no está solo y que el triunfo está al final del camino.

Día séptimo

Damián, el milagro del amor

Novena completa La misma abreviada 1. Cuando limpiaba las carnes en descomposición de las llagas de los leprosos, Damián soñaba quizás con que Dios le diera el don de sanación física, pero en vano... Buscó tratamientos eficaces, pero sin resultado... Damián se hizo también sepulturero. Creó el cementerio, organizó los funerales, pues antes los cadáveres de los leprosos yacían donde los hallaba la muerte. Pero no recibió de Dios el poder de resucitar los muertos.... Pero logró algo más. Si no pudo sanar los cuerpos, purificó las almas. Si no pudo evitar la muerte de los leprosos, la convirtió en una fiesta. La música del órgano acompañaba su despedida en la iglesia, y la de la banda el recorrido hasta el cementerio.

Jesús, con su divino Amor, consoló a los leprosos. Si yo no puedo curarlos como él, al menos puedo consolarlos. Por el santo ministerio, que por su bondad él me ha confiado, espero que muchos de entre ellos, purificados de la lepra del alma, vayan a presentarse delante de su tribunal en estado de entrar en la sociedad de los bienaventurados.

2. En Molokai no hubo sanaciones ni milagros... Pero se dio un portento más grande: el prodigio del amor de Dios manifestado en Damián.

Heme aquí, en medio de mis queridos leprosos. Son muy horribles a la vista, pero tienen un alma redimida con el precio de la sangre preciosa de nuestro

En Molokai no hubo sanaciones ni milagros... Pero se dio un portento más grande: el prodigio del amor de Dios manifestado en Damián.

Heme aquí, en medio de mis queridos leprosos. Son muy horribles a la vista, pero tienen un alma redimida con el precio de la sangre preciosa de nuestro divino Salvador.

Vivió enteramente para los demás, sin complicaciones, sin ostentación, sin recuperaciones, sin

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divino Salvador. Vivió enteramente para los demás, sin complicaciones, sin ostentación, sin recuperaciones, sin cálculos, sin interés. Daba y no pedía nada a cambio. Para él, servir valía más que la salud, más que la vida.

No hay amor más grande que éste: dar la vida por sus amigos. 3. Es así como, en Molokai, en este cementerio de muertos en vida, se hizo realidad la visión del profeta Ezequiel: la de un valle sembrado de huesos que, bajo el aliento del Espíritu, se levantan para formar una muchedumbre inmensa. En Molokai se cumplió la promesa de Dios al profeta:

Infundiré mi Espíritu en ustedes y volverán a vivir.

En medio de la dolorosa cruz de la lepra, surgió el reino de Dios: un reino de paz y gozo, de fraternidad, solidaridad y esperanza. En este peñón rocoso, refugio de los más miserables de los hombres, se cumplió la petición del Padre Nuestro:

Venga a nosotros tu reino. Jesús sació el hambre del pueblo con panes y peces, pero su don más grande no fue el alimento físico sino el pan de vida.

Tomen y coman. Esto es mi cuerpo. Si bien debemos buscar el progreso material, los valores del espíritu serán siempre prioritarios. Si bien Damián no pudo satisfacer todas las necesidades materiales de los leprosos, particularmente su curación física, logró ser, en su humilde rango de discípulo, pan de vida para los excluidos y ofrenda viva para los necesitados.

cálculos, sin interés. Daba y no pedía nada a cambio. Para él, servir valía más que la salud, más que la vida.

No hay amor más grande que éste: dar la vida por sus amigos.

Si bien debemos buscar el progreso material, los valores del espíritu serán siempre prioritarios. Si bien Damián no pudo satisfacer todas las necesidades materiales de los leprosos, particularmente su curación física, logró ser, en su humilde rango de discípulo, pan de vida para los excluidos y ofrenda viva para los necesitados.

Día octavo Primero Dios

Novena completa La misma abreviada

1. Damián es hombre de Dios, lo pone en el primer lugar de su vida.

Lo que pido es el valor de cumplir en todo, por doquier y siempre, su santa voluntad; en ello está toda nuestra vida.

Esta prioridad de Dios en su vida lo llevó a hacer el sacrificio de su propia familia para ir a servir a otros.

El día de nuestra separación - escribe a sus padres -, cuando nos despedimos por última vez en esta tierra, fue muy penoso para mí. Jamás olvidaré lo que ocurrió en mi corazón, cuando los apretaba entre mis brazos por última vez. El sacrificio sin duda era grande, tanto por vuestra parte como por la mía. Pero, como lo hicimos únicamente para la mayor gloria de Dios y la salvación quizás de un gran número de almas sumergidas en la impiedad, ¡sintámonos felices!

2. Esta prioridad de Dios lo llevó también, siendo aún joven y sano, a tomar la decisión de ir a servir a los leprosos de Molokai.

Damián es hombre de Dios, lo pone en el primer lugar de su vida.

Lo que pido es el valor de cumplir en todo, por doquier y siempre, su santa voluntad; en ello está toda nuestra vida.

Esta prioridad de Dios en su vida lo llevó a hacer el sacrificio de su propia familia para ir a servir a otros. Esta misma prioridad lo llevó también, siendo aún joven y sano, a tomar la decisión de ir a servir a los

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Durante la bonita fiesta de Wailuku, el señor Obispo nos manifestó su deseo de que alguno de nosotros fuese a visitar la isla de Molokai.

Entonces yo vi claramente la realización del proyecto de la Providencia. Este lugar tenía absolutamente necesidad de un sacerdote, pero esto no era cosa fácil. Toda comunicación estaba absolutamente prohibida, a no ser que uno se encerrara con ellos. Habiendo yo estado bajo el paño mortuorio el día de mis votos, creí que era un deber ofrecerme...

Es en esta ocasión cuando Damián pronunció esta frase definitiva, la misma que tuvo que actualizar día a día durante 16 años:

Aquí estoy pronto para sepultarme vivo con esos pobres infortunados. 3. Pero sigamos escuchando su relato:

El sábado siguiente, en lugar de volver a Kohala, el barco me dejó en la leprosería con unos 50 leprosos que los soldados habían recogido en la isla de Hawai. El Obispo me acompañó, pero según su intención, esto no era más que por dos o tres semanas. Una petición de no sé cuántos leprosos, pidiendo que me dejara definitivamente con ellos, le determinaron a dejarme definitivamente en Molokai.

Al renunciar, con esta decisión, a su libertad, bienestar y salud, lo mismo como a una esperanza de larga vida, Damián afirmaba su adhesión a valores superiores: que el encierro, la enfermedad y hasta la muerte por amor a Dios y al prójimo, valen más que los bienes pasajeros. Hay mayor riqueza y libertad en servir a Dios y los demás que en la posesión de los bienes de este mundo. No se trata por supuesto de negar la búsqueda del progreso material ni de la realización personal, pues la palabra de Dios nos habla de desarrollo y crecimiento:

Crezcan, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla. Y Damián lo demostró con su labor para dotar a los leprosos de condiciones dignas de vida. Se trata de afirmar que los bienes mundanos son solo medios, no son el fin ni el secreto de una vida llena. El gozo, el amor y la paz se alcanzan a través de la entrega total de sí mismo.

En cuanto a mí, desearía permanecer desconocido en la leprosería de Kalawao, donde me siento feliz y contento en medio de mis numerosos hijos enfermos.

leprosos de Molokai: Aquí estoy pronto para sepultarme vivo con esos pobres infortunados.

Al renunciar, con esta decisión, a su libertad, bienestar y salud, lo mismo como a una esperanza de larga vida, Damián afirmaba su adhesión a valores superiores: que el encierro, la enfermedad y hasta la muerte por amor a Dios y al prójimo, valen más que los bienes pasajeros. Hay mayor riqueza y libertad en servir a Dios y los demás que en la posesión de los bienes de este mundo. No se trata por supuesto de negar la búsqueda del progreso material ni de la realización personal, pues la palabra de Dios nos habla de desarrollo y crecimiento:

Crezcan, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla.

Y Damián lo demostró con su labor para dotar a los leprosos de condiciones dignas de vida. Se trata de afirmar que los bienes mundanos son solo medios, no son el fin ni el secreto de una vida llena. El gozo, el amor y la paz se alcanzan a través de la entrega total de sí mismo.

Día noveno Damián, compañero y guía, hermano y padre

Novena completa La misma abreviada

1. Damián, hermano solidario. Aunque no soy todavía leproso, me hago sin embargo leproso con los leprosos. Cuando predico, empleo la expresión: “Nosotros los leprosos”.

Damián, compañero cercano. No se conforma con apoyar de lejos, a distancia, con buenas palabras. Comparte el trabajo, el convivir diario, la

Damián es hermano solidario: Aunque no soy todavía leproso, me hago sin embargo leproso con los leprosos. Cuando predico, empleo la expresión: “Nosotros los leprosos”.

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conversación de los leprosos. Hasta su comida, cuando le invitan a sus humildes moradas. Echa la mano a la olla familiar junto a las manos, hechas llagas, de sus huéspedes. Más aún, comparte finalmente la enfermedad de los que ha escogido como su familia. Nueve años después de su llegada a la isla, contrae la lepra. Ya puede hacerse más oficialmente el portavoz de los leprosos. Asume así su lamentable destino: sufrimiento, impotencia hasta el desánimo, depresión hasta el asco de sí mismo, muerte rápida. 2. Pero Damián no fue solo compañero de camino. Acompañante sí, pero también guía y pastor. No se conforma con compartir, organiza, motiva, conduce. Frente a las autoridades que entregan las ayudas a cuenta-gotas y a regañadientes, que tratan de tapar la miseria de Molokai a los ojos del mundo, Damián se hace el abogado de sus ovejas, con el riesgo de quedar mal, de ser criticado y a veces despreciado. Denuncia sin tregua la parcimonia y la tacañería de la administración. No solo denuncia sino que suscita iniciativas y compromisos: compañeros de su Congregación se juntan a él, médicos se turnan, ayudas materiales llegan de todo el mundo, finalmente se instalan religiosas... 3. Como buen pastor, se enfrenta al lobo que se oculta en el mismo rebaño. Crea orfanatos para recoger a niños y niñas que eran explotados y violados. Así se vuelve también padre... Soltero y célibe, Damián tuvo en Molokai una familia innumerable.

Me siento muy feliz en medio de mis cristianos, a los que llamo mis hermanos.

Tuvo a una multitud de hermanos, hermanas, hijos e hijas, cumpliéndose lo que promete Jesús.

Ninguno que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o campos por amor a mí y por la buena nueva quedará sin recompensa, pues recibirá cien veces más en la presente vida en casas, hermanos, hermanas, hijos o campos y después la vida eterna.

Damián es compañero cercano: No se conforma con apoyar de lejos, a distancia, con buenas palabras. Comparte el trabajo, el convivir diario, la conversación de los leprosos. Hasta su comida, cuando le invitan a sus humildes moradas. Echa la mano a la olla familiar junto a las manos, hechas llagas, de sus huéspedes. Pero Damián no fue solo compañero de camino. Acompañante sí, pero también guía y pastor. No se conforma con compartir: organiza, motiva, conduce. Frente a las autoridades que entregan las ayudas a cuenta-gotas y a regañadientes, Damián se hace el abogado de sus ovejas, con el riesgo de quedar mal, de ser criticado y a veces despreciado. No solo denuncia sino que suscita iniciativas y compromisos: compañeros de su Congregación se juntan a él, médicos se turnan, ayudas materiales llegan de todo el mundo, finalmente se instalan religiosas... Como buen pastor, se enfrenta al lobo que se oculta en el mismo rebaño. Crea orfanatos para recoger a niños y niñas que eran explotados y violados. Sigamos a Damián. Con él, aprenderemos a seguir a Jesús, el único y verdadero buen pastor.

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NOVENA “TRADICIONAL” actualizada (Origen de la novena tradicional: Provincia de España, sscc)

Todos los días En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Concédeme, Señor, junto con el horror al pecado y el deseo ardiente de la gloria, aquella caridad ardiente y compasiva en la que Damián se distinguió. Y, además, la gracia especial que, por su intercesión, te pido en esta Novena, si es para mayor gloria tuya y provecho espiritual de mi alma.

Día primero CONSIDERACIÓN

FE PROFUNDA DEL BEATO DAMIÁN

1. La fe es una virtud sobrenatural que, junto con la esperanza y la caridad, sirve de fundamento a nuestra vida espiritual. San Damián la puso en práctica constantemente. Todo lo hacía movido por ella. Venía a ser para el heroico misionero como la estrella que le guiaba en todas sus empresas. Así lo afirma uno de los leprosos:

El Padre Damián era un hombre de fe profunda. Cuando trabajaba por nuestra salvación, tenía siempre a la vista la gran bondad y amor de Dios. La abnegación que desplegó en favor de los leprosos, sin esperar recompensa alguna en este mundo, era una prueba firmísima de su fe, y es seguro que sin la gracia de Dios no hubiera podido proseguir hasta el fin en esta labor tan dificultosa.

2. Toda la correspondencia del celoso apóstol está impregnada de las consoladoras verdades de nuestra fe. En cierta ocasión escribía:

Mi mayor felicidad la encuentro en servir a nuestro Señor en estos pobres atormentados niños, que la sociedad arroja de su seno. De mi parte, pongo cuanto puedo para llevarlos por el camino del Cielo.

SILENCIO

ORACIÓN

“Dios mío, porque eres verdad infalible...” (ver p. 74)

Día segundo

CONSIDERACIÓN ESPERANZA FIRME DEL BEATO DAMIÁN

1. El Padre Damián tenía fija la mente en el pensamiento del cielo. La esperanza de la gloria, que Dios proporciona a sus fieles servidores, le alentaba en sus penas y trabajos y le infundía valor para proseguir en la ardua empresa que había comenzado; esperanza ésta muy semejante a la que tenía el rey David, cuando exclamaba:

Acuérdate de la promesa que hiciste a tu siervo: es para mí motivo de esperanza.

2. Y, en verdad, en cuántas ocasiones, dada la debilidad e impotencia del hombre, al verse tan sólo y en tan horrorosa situación, hubiera podido desalentarse. Pero la esperanza del premio eterno le reanimaba y hacía que sintiera menos la carga que pesaba sobre sus hombros. Que, no en vano, escribía San Gregorio:

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La virtud de la esperanza de tal manera levanta nuestro corazón a los bienes de la eternidad, que no nos deja sentir los males de esta mortalidad.

3. Por eso, el Beato Damián, al saber la triste noticia del fallecimiento de su anciano padre, exclamó, escribiendo a los de su casa:

Con profundo dolor recibo la noticia de la muerte de nuestro querido padre. ¡Ya no se encuentra entre nosotros! Pero consolémonos, pues por mi parte abrigo la seguridad de que habrá entrado, para estos momentos, en el cielo. Allí es donde debemos reunirnos todos. Yo espero que ninguno de nosotros haya de faltar a la cita. ¿No se está mejor en el cielo que en la tierra? Emprendamos el vuelo hacia la gloria, y avancemos, animosos, por el camino que a ella conduce.

SILENCIO

ORACIÓN “Bendito eres, Damián, que amaste…” (ver p. 75)

Día tercero CONSIDERACIÓN

CARIDAD ARDIENTE DEL BEATO DAMIÁN

1. De las tres virtudes teologales, la más importante, la primera, es la caridad. Tanto la que debemos a Dios como la que debemos al prójimo. Ambos amores son necesarios. El uno es complemento del otro:

El que dice que ama a Dios y no ama a su hermano, es un mentiroso, dice San Juan. Damián, porque amaba intensamente a Dios, llegó en su amor al prójimo hasta el heroísmo:

Amo entrañablemente a mis pobres canacas —escribía— y hago cuanto puedo en su favor. 2. Hasta dio la vida por ellos. Bien lo manifestó él mismo enérgicamente y con toda decisión:

De ninguna manera he de aceptar mi curación si, para conseguirla, me veo en la necesidad de abandonar la isla —contestó este buen pastor a los médicos que le proponían volver a Bélgica para cuidar su salud.

En esto no hacía sino seguir las huellas de su divino Maestro. Así lo dice en sus notas:

La consideración de lo que a Jesucristo costaron las almas, así como el recuerdo de lo que las nuestras le cuestan, debe movernos a tener el mayor interés para que todo el mundo se salve. Debemos entregarnos a todos sin excepción, sin reserva. La medida de nuestro celo y caridad debe ser la que vemos en Jesucristo.

3. Esto era lo único que le movía a permanecer en su puesto. Así que cuando el Gobierno le ofreció el cargo de Director del Lazareto, con una gratificación de 10000 dólares, el Padre Damián dio aquella magnífica respuesta, digna de ser escrita con letras de oro para admiración del mundo:

Aunque me ofreciesen todos los tesoros de la tierra, no permanecería ni cinco minutos más en esta isla de Molokai. Lo que aquí me sujeta es sólo Dios y la salvación de las almas. Si aceptase el más mínimo salario por mi trabajo, mi madre no me reconocería por su hijo...

SILENCIO

ORACIÓN

"Beato Damián, Jesús te llamó a evangelizar…” (ver p. 76)

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Día cuarto

CONSIDERACIÓN SACRIFICIO ABNEGADO DEL BEATO DAMIÁN

1. La caridad supone sacrificios. Sin ellos, no resultan las obras de Dios. Por eso el Padre Damián, para obtener esos tan consoladores resultados, se sacrificaba y sufría desazones y molestias de toda clase. La vista, y sobre todo el hedor nauseabundo de las llagas en putrefacción de los leprosos, se le hacían a veces insoportables.

2. Lo confiesa él mismo ingenuamente:

Mucho, muchísimo me ha costado acostumbrarme a vivir en medio de esta atmósfera irrespirable. Un día, durante la misa mayor, creí que me asfixiaba, y eso hasta tal punto, que estuve por interrumpir la augusta ceremonia con el fin de respirar un tanto el aire puro del exterior. Me vencí, sin embargo, y me contuve al pensar que nuestro Señor permaneció también firme ante la tumba de Lázaro. Ya me voy acostumbrando; pero aún me cuesta algo, sobre todo cuando estoy confesando a enfermos cuyas úlceras se ven llenas de gusanos, semejantes a los que devoran los cadáveres. Pero, cuan feliz me sentiría yo si, con estos actos de mortificación, lograra alcanzar la resurrección espiritual de cuantos no han salido aún de la tumba del pecado...

3. A veces, iba aún más lejos en su abnegación y sacrificio. Pues, si por casualidad, al ir a visitar a algún enfermo en su choza, le convidaban a comer, él, por no desairarles, comía el poi en la calabaza familiar, en la que repetidamente habían introducido ya los leprosos sus dedos hinchados y llenos de pus y sangre. ¡Y eso para ganar a aquellos infelices para Jesucristo!

SILENCIO

ORACIÓN

“Oh Jesucristo, salvador nuestro…” (ver p. 74)

Día quinto Oración inicial (ver al principio)

CONSIDERACIÓN

HUMILDAD ADMIRABLE DEL BEATO DAMIÁN 1. El trabajo de nuestro perfeccionamiento espiritual debe basarse en la humildad. Muchos, que llegaron a muy alto grado de santidad, cayeron hasta lo más bajo por falta de esta virtud. Recuerden la caída de los ángeles. Esta virtud es de las predilectas de nuestro Señor:

Aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón. 2. El Padre Damián siguió perfectamente este consejo del divino Maestro. Sus escritos lo revelan:

Gran parte del día —dice en una de sus cartas— lo paso atareado y absorto en mis múltiples faenas, como Marta. Dispongo de muy poco tiempo para estar a los pies de Jesús, como María Magdalena... Recen, pues, recen por mí, porque lo necesito más que nadie. Desgraciadamente la indiferencia religiosa domina en mi parroquia. Algo ya se hace para arrancarle adeptos; si, en vez de un misionero tan flojo y detestable como yo, hubiera aquí un santo y celoso sacerdote, las cosas irían mucho mejor. Por tanto, recen ante todo, por mi propia conversión.

3. El enorme clamoreo que se levantó en todo el mundo, en su honor, ni lo deseó el humilde misionero ni mucho menos lo provocó. Así escribía a los de su casa:

Me ha sorprendido, y ha sido una contrariedad para mí, la publicación de mi última carta en la Revista Misionera Internacional. Permítanme que les diga una vez para siempre, que no me gusta eso de ninguna manera. Quiero permanecer desconocido para el mundo.

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En otra ocasión escribía:

Roguemos a Dios que nos conceda el espíritu de humildad y que deseemos verdaderamente los desprecios. Si somos menospreciados, alegrémonos con este motivo. Seamos agradecidos para con aquellos que nos causan alguna pena o nos tratan con desprecio y roguemos a Dios por ellos.

Dios nuestro Señor me libre de dejarme arrastrar por la vanidad a causa del bien que él mismo hace sirviéndose de mi pobre persona. Si se habla lo que se habla, y se dice de mí tanto en los periódicos, como en las Iglesias, deseo que toda la gloria sea para el autor y hacedor de todo bien. Por lo que a mí se refiere, no aspiro sino a permanecer desconocido en la leprosería de Kalawao donde tan dichoso y contento me encuentro entre mis numerosos enfermos.

SILENCIO

ORACIÓN

“Señor, haz de mí, como Damián…” (ver p. 74)

Día sexto

CONSIDERACIÓN AUSTERA MORTIFICACIÓN DEL BEATO DAMIÁN

1. El medio más adecuado para satisfacer a Dios por la culpa cometida, es la mortificación, la penitencia. Jesucristo nos dio el ejemplo. Su vida fue una cadena ininterrumpida de la práctica de esta virtud. Los santos siguieron generosamente sus huellas.

O padecer o morir, exclamaba la gran santa española, Teresa de Ávila. El Padre Damián no sentía de otra manera.

La mortificación —escribía— debe ser constante, progresiva y regular... Para hacer bien a las almas, debo llevar una vida dura y mortificada, una vida sobria y frugal. Se dan casos de pecadores que no se convierten, sino haciendo penitencia por ellos. Debemos merecer para los pecadores la gracia de la conversión, cumpliendo parte de la penitencia que ellos no pueden llevar a cabo.

2. Toda su vida no fue sino una puesta en práctica de esta línea de conducta.

Mi comida — escribía — consiste en un poco de arroz, carne, café y unas galletas. Por la noche ceno lo que me ha sobrado al mediodía...

Dormía sobre un duro jergón de paja, que no quiso abandonar ni aun en su última enfermedad. Así nos lo representa una fotografía auténtica.

3. Con todo, lo que más le mortificaba era verse solo en medio de aquellos cadáveres ambulantes, cuyos miembros se iban cayendo poco a poco, y el respirar continuo de aquellos miasmas que despedían las heridas, donde pululaban los gusanos. ¡Y así durante dieciséis anos! Y sin demostrar exteriormente repugnancia alguna con el fin de atraérselos de este modo y ganar sus almas para Jesucristo.

SILENCIO

ORACIÓN

“Miro tus manos, Damián…” (ver p. 76)

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Día séptimo

CONSIDERACIÓN

CONFORMIDAD CON LA VOLUNTAD DE DIOS

1. Es esa la cualidad de las almas puras, libres de toda preocupación, vacías de sí mismas y llenas de Dios.

Nada les espanta, por nada se turban. Poseen a Dios, y eso les basta. Por más adversidades que lluevan sobre ellas se quedan tan tranquilas. Así Santa Teresa de Ávila, de quien son las frases mencionadas. Así el paciente Job, el cual, al tener noticia de la pérdida de todos sus bienes y de sus hijos, no hizo sino exclamar:

El Señor me lo ha dado, el Señor me lo ha quitado. Bendito sea su nombre. 2. No de otra manera procedió el Padre Damián en medio de las pruebas a las que Dios le sometió. Por eso, al notificarle el médico que la horrible lepra le había finalmente atacado, no se inmutó y se contentó con replicar:

No crea que me impresiona la noticia; ya me lo esperaba... Y, al dar parte de ello a su Obispo, le decía:

Como no abrigo duda alguna acerca del carácter de mi enfermedad, estoy sumamente tranquilo, resignado y contentísimo. Nuestro Señor sabe lo que más conviene a mi santificación. Y así repito frecuentemente desde el fondo de mi alma: «Señor, hágase tu voluntad».

Y al Padre Provincial:

Soy aquí ya un leproso más. Dios sea bendito.

3. Por fin, a su hermano le decía:

Ya lo sabes, hace algún tiempo el Señor me ha escogido para llevar la cruz atrás de él, permitiendo que haya sido atacado de la lepra. Eternamente me mostraré agradecido y bendeciré a Dios por tan insigne favor. Esta enfermedad acortará algún tanto y hará más recto el camino que me ha de conducir al Cielo. Con esta esperanza la acepto, como una cruz particular mía, y trato de llevarla, a imitación de Simón el Cireneo, atrás del divino Maestro.

Esta misma conformidad le había hecho exclamar, años antes, aunque se veía solo y agobiado de tanto trabajo:

El gozo y la alegría íntima con que me favorecen los Sagrados Corazones, hacen que me considere como el misionero más feliz del mundo.

SILENCIO

ORACIÓN “Con palabras aprendidas de ti, Damián…” (ver p. 76)

Día octavo

CONSIDERACIÓN PUREZA ANGELICAL DEL BEATO DAMIÁN

1. Es la pureza la virtud más delicada, la más atractiva y encantadora. Es como la flor y nata de las demás. Los santos se esmeraron en cultivarla en su alma y en su cuerpo, al considerarse como templos del Espíritu Santo, y al saber que Jesús se complace en vivir entre lirios y azucenas. San Damián, también, como amigo del divino Esposo, practicó esta hermosa virtud, al

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cumplir con su voto, como lo practicaron los santos, mediante la oración y la mortificación. Así lo afirmaron los que le siguieron de cerca. 2. Júzguese, además, por estas resoluciones tomadas con ocasión de un retiro:

La pureza en los pensamientos te es necesaria. Dicha virtud es un efecto de la gracia; por tanto, debes pedirla. La pureza es indispensable para el cumplimiento de tu santo ministerio; ella hace que fructifique y se le honre.

Para alcanzar la perseverancia en la pureza, procura tener gran respeto y temor a la presencia de Dios. Evita las ocasiones peligrosas y espera en la ayuda de Dios y en la recompensa prometida a cuantos permanecen vírgenes...

SILENCIO

ORACIÓN

"Padre Damián, prodigio de entrega…” (ver p. 77)

Día noveno

CONSIDERACIÓN DEVOCIÓN DEL BEATO DAMIÁN A LA SAGRADA EUCARISTÍA

1. El trabajo de nuestra santificación supone mucho desgaste de energías espirituales. Estas se reponen en el banquete eucarístico, como lo dijo Jesús:

El que come mi carne y bebe mi sangre vive en mí y yo en él. Y viviendo con Jesús, estamos seguros del triunfo. No hay lugar para el desfallecimiento. Por eso, el mártir de la caridad, el apóstol de los leprosos, hacía frecuentes visitas a Jesús, prisionero en el Sagrario, y se alimentaba diariamente del pan de los fuertes. Es así como pudo permanecer firme en la brecha hasta entregar su alma a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, en cuyo servicio había jurado vivir y morir.

2. Bien claro lo decía él mismo:

Sin el Santísimo Sacramento, una posición como ésta en la que me encuentro, sería intolerable. Pero teniendo, como tengo, tan cerca de mí a nuestro Señor Jesucristo, siempre estoy contento, y trabajo con verdadero entusiasmo en favor del bienestar de mis queridos leprosos. Me resigno a soportar los trabajos y a hacer cuanto disponga la divina providencia. Mi consuelo lo encuentro en mi único compañero, que no me abandona nunca, quiero decir, nuestro divino Salvador, presente en la Sagrada Eucaristía. Al pie del altar es donde me confieso con frecuencia y donde encuentro alivio en mis pesares y consuelo en mis penas interiores. Siendo la sagrada comunión el pan del sacerdote, me siento feliz, contento y resignado en esta situación algo excepcional en que me veo. El Santísimo Sacramento es, para nosotros, el estímulo que nos impele a renunciar a toda clase de ambiciones mundanales. A no ser por la presencia permanente de nuestro divino Maestro en mi humilde capillita, no me hubiera sido posible perseverar en esta leprosería de Molokai.

SILENCIO

ORACIÓN

“Señor, haz de mí, como Damián…” (ver p. 74)

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CANTOS

Estribillos Se los puede usar con ocasión de rezos, charlas o convivencias relacionadas con Damián. Se los canta tres veces seguidas… 1. Es mi cuerpo, tomad y

comed; es mi sangre, tomad y bebed, porque soy la vida, yo soy el amor, oh Señor reúnenos en tu amor. 2. A dejarlo todo te invita Damián. /a dejarlo todo/ por los demás 3. Con vosotros está, y no lo conocéis, con vosotros está su nombre es el Señor. 4. /Cristo te necesita, para amar, para amar; Cristo te necesita para amar./ 5. Juntos como hermanos, miembros de una Iglesia, vamos caminando al encuentro del Señor. 6. Si yo no tengo amor yo nada soy, Señor; si yo no tengo amor yo nada soy, Señor. 7. /Jesucristo, Jesucristo, Jesucristo yo estoy aquí./ 8. Tengo que gritar, tengo que arriesgar,

¡ay de mí si no lo hago! ¿Cómo escapar de ti, cómo no hablar si tu voz me quema adentro? 9. Un mandamiento nuevo nos dio el Señor, que nos amáramos todos como él nos amó. 10. Yo tengo fe que todo cambiará,

que triunfará por siempre el amor,

yo tengo fe que siempre brillará,

la luz de la esperanza no se apagará jamás.

11. /Anunciaremos tu reino, Señor tu reino, Señor, tu reino./ 12. ¿Cómo le cantaré al Señor, como le cantaré? ¿Cómo le cantaré al Señor? ¡Hombre de barro soy! 13. Dios es amor, amor,

amor aleluya, aleluya, Dios es amor, amor, amor aleluya, aleluya, Dios es amor, amor, amor aleluya, aleluya, 14. Tu palabra me da vida,

confío en ti, Señor; tu palabra es eterna, en ella esperaré. 15. Un pueblo que camina

por el mundo gritando: ven Señor. Un pueblo que busca en esta vida la gran liberación. 16. /Estoy pensando en

Dios, estoy pensando en su amor./ 17. Por ti, mi Dios cantando voy la alegría de ser tu testigo, Señor. 18. Cristo nos da la libertad, Cristo nos da la salvación, Cristo nos da la esperanza, Cristo nos da el amor. 19. Danos un corazón

grande para amar; Danos un corazón fuerte para luchar. 20. Cristo está conmigo, junto a mí va el Señor; me acompaña siempre en mi vida, hasta el fin. 21. /El Señor es mi fuerza, mi roca y salvación./

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CANCIONES (poemas) de la CANTATA (Chile) “NOSOTROS LOS LEPROSOS” (Esteban Gomucio y Alex Vigueras, sscc)

Para cantar o recitar

1. HIJO DE CAMPESINOS Es hijo de campesinos, cristiano de nacimiento, sonrisa de fuente pura, mirada de joven bueno. Va por senderos muy viejos de su terruño flamenco. Viene sembrando inquietudes, pasa encendido de sueños: "¿Dónde me quieres, Señor? mi corazón está inquieto. Llevo una espina florida que no me cabe en mi huerto." El camino de la noche lo encontraba así despierto: "Iré camino de Cristo, quiero ser su misionero." 2. SÓLO QUEDA Pasará la fe Pasará la esperanza Sólo queda para siempre el amor El extremado amor El vigilante amor El extremado amor Para siempre. 3. LAMENTO DEL LEPROSO Mi alma canta este triste lamento empapada de lágrimas. Soy cadáver caído al lugar de los muertos. Mi alimento es de llanto y tristeza mis ojos se han nublado. El fragor de tu incendio ha arrasado mi vida. Mi compañía sólo son las tinieblas, me rodean las aguas. Me ha inundado la noche, me tortura el invierno. ¿Dónde estás. Señor? ; Dónde estás? 4. DAMIÁN Damián la Vida, Damián Justicia Damián la lepra Damián tu amor Damián ternura Damián testigo Damián consuelo Damián Jesucristo Damián la tierra Damián semilla Damián la espiga Damián el sol

Damián el fuego Damián la fuerza Damián el grito Damián la voz. Damián la Vida... 5. LAS PREGUNTAS DEL LEPROSO ¿Por qué estás aquí, Damián? ¿Por qué estás a nuestro lado? Si somos los olvidados, ¿por qué, Damián? ¿Por qué estás aquí. Damián? ¿Por qué será, no te inquietan nuestras llagas, nuestra lepra? ¿Por qué. Damián? ¿Será que Dios está en ti? ¡Será que no se ha olvidado? Su mano no ha retirado, y aún está aquí. ¿Será que en su inmenso amor quiere compartir la muerte: nuestras cruces, nuestra suerte, nuestro dolor? 6. TIERNO ABRAZO Tierno abrazo de amor Valiente abrazo de fuego Dios está /con nosotros/ 7. HAY QUE CONSTRUIR Hay que construir la vida, hay que sembrar de esperanza Hay que regarla de sueños, hay que abonarla de amor. Hay que andar estos caminos, hay que vencer el cansancio Hay que levantar los ojos, hay que mirar hacia el sol. Hay que acariciar las manos, hay que vendar las heridas Hay que abrazar el dolor, hay que romper los silencios Hay que irrumpir con el canto, hay que secar este llanto Hay que dar el corazón. Hay que calmar los dolores, hay que ser fuerza y consuelo Hay que abrazar a este pueblo, hay que abrazar el dolor. Hay que acariciar las manos, hay que vendar las heridas Hay que abrazar el dolor. 8. CANTO DEL HOMBRE SOLO La lepra me quema como ardiente fuego.

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Ya sufro el desprecio no están mis hermanos. ¡Muéstrame, Señor, en lo oscuro tu mano! ¡Ay qué solas soledades! ¡Ay qué duro este destierro, ay qué triste este silencio! ¡Ay qué solas soledades, donde el mar es fiel amigo y fiel confidente el viento! La noche me invade la luz es recuerdo. Qué amarga esta hora, qué duro el tormento. ¡Hasta cuándo, Señor, durará tu silencio! ¡Ay que solas soledades... 9. NADA NOS SEPARARÁ Nada nos separará Ni la muerte ni la vida ni el presente o lo futuro Nada nos separará, jamás, Nada nos separará. /Nada nos separará/ Ni lo alto o lo profundo Ni la angustia o sufrimiento

Nada nos separará, jamás, Nada nos separará. 10. VENGAN LEPROSOS Vengan leprosos del mundo vénganse que hay que cantar que la lepra se ha cambiado de llanto en danzar. Vengan los pobres del mundo vénganse que hay que cantar que las manos se han llenado de fiesta y de pan. Vengan cansados del mundo vénganse que hay que cantar que tu cansancio ha encontrado donde descansar. Vengan los tristes del mundo vénganse que hay que cantar que el desespero ha cambiado en firme esperar. 11. POR LOS LEPROSOS /Y cantarán y danzarán/ que el desespero ha cambiado en firme esperar. /Y cantarán y danzarán/ que tu cansancio ha encontrado donde descansar.

REFRANES PARA MUSICALIZAR 1. Señor, haz de mí, como Damián, un instrumento de tu amor. 2. Hoy escucha compasivo, Señor, los ruegos de Damián. 3. Damián fue en su tiempo clamor de los leprosos; es ahora en el cielo “voz de los sin voz”. 4. ¡Qué atracción singular emana de ti, Damián, loco de amor, colmo de amores y dolores! 5. Damián supo ser como Jesús, buen pastor que da la vida por las ovejas. 6. Fuiste, Damián, amor y entrega sin reservas para con los que no tienen ninguna belleza que pueda fascinar la mirada. 7. Damián no es grande porque sirvió a los leprosos hasta contraer la lepra, sino porque lo hizo por amor. 8. En Molokai, Damián no sanó las lepras del cuerpo pero nos enseñó algo mejor: el ejemplo de un amor que transfigura los males de este mundo. 9. Damián, celo ardiente y compasión incontenible para con los más abandonados, pide a Jesús que derrame su amor con suma abundancia en nuestros corazones. 10. Que los necesitados, enfermos y marginados, puedan hallar en nosotros consuelo y afecto, manos que los curan y corazones llenos de compasión. 11. Damián, gigante de la caridad, ruega al Señor nos contagie el mismo amor ardiente de su Corazón.

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ORACIONES “SAN DAMIAN”

A Dios DIOS MÍO, PORQUE ERES VERDAD INFALIBLE, creo firmemente, como San Damián, el apóstol de los leprosos, todo aquello que has revelado y la santa Iglesia nos propone para creer. Conforme a esta fe quiero vivir siempre. ¡Señor, aumenta mi fe!

Dios mío, como San Damián, el apóstol de los leprosos, espero de tu bondad, por tus promesas y por los méritos de Jesucristo, nuestro salvador, la vida eterna y la gracia necesaria para merecerla con las buenas obras que quiero y debo hacer. ¡Señor, que pueda gozar de ti para siempre!

Dios mío, como San Damián, el apóstol de los leprosos, te amo con todo el corazón y sobre todas las cosas, porque eres infinitamente bueno y nuestra eterna felicidad. Y por amor a ti, como Damián, el mártir de la caridad, amo a mi prójimo como a mí mismo, y perdono las ofensas recibidas. ¡Señor, haz que te ame cada vez más! OH JESUCRISTO, SALVADOR NUESTRO, que dijiste:

Cualquier servicio que presten a un necesitado es como si me lo hicieran a mí,

dígnate volver tus ojos bondadosos hacia tu siervo, San Damián. Acuérdate cómo, renunciando a todas las comodidades, se ofreció generosamente para servir a los leprosos de Molokai, sepultándose con ellos en vida. Recuerda cómo se consagró por completo a curar sus heridas, dándote a conocer y llevándoles tu consuelo, haciendo que te amaran con todo el corazón. Recuerda por fin cómo, víctima de un celo ardiente, experimentó en su propia carne el mal, en aquel entonces incurable, de la lepra.

Por el corazón de tu Madre inmaculada, te rogamos, oh buen Jesús, concedas a tu heroico apóstol todo cuanto él te pida ahora por nosotros en el cielo: - consuelo para los que lloran y fuerza para los que sufren; - curación para los enfermos y alimento para los que padecen hambre; - liberación para los perseguidos y encarcelados, la vuelta a su casa para los emigrantes, la salvación para los moribundos. - a los que aún no creen en ti, la gracia de llegar al conocimiento pleno de la verdad.

Oh Jesús, escucha compasivo los ruegos de Damián. SEÑOR, HAZ DE MÍ, COMO DAMIÁN, un instrumento de tu amor.

Donde hay odio, ponga yo amor; donde hay ofensa, ponga yo perdón; donde hay discordia, ponga yo unión; donde hay error, ponga yo verdad;

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donde hay duda, ponga yo la fe; donde hay desesperación, ponga yo la esperanza; donde hay tinieblas, ponga yo la luz; donde hay tristeza, ponga yo alegría.

Señor, haz de mí, como Damián, un instrumento de tu amor.

Oh divino maestro, haz que no busque tanto: ser consolado, como consolar; ser comprendido, como comprender; ser amado, como amar. Porque dando, se recibe; perdonando, se es perdonado; olvidándose de sí, uno se encuentra; muriendo, se resucita a la vida eterna.

Señor, haz de mí, como Damián, un instrumento de tu amor. DIOS, PADRE NUESTRO, te damos gracias por el Padre Damián, quien, para seguir incondicionalmente a tu Hijo Jesucristo, se ofreció para ir a Molokai con los leprosos marginados, identificándose con ellos hasta la muerte.

Con la entrega de su vida, les devolvió la dignidad humana y les dio un futuro. Y en él manifestaste cuánto nos amas, a todos los hombres.

Te pedimos que tu Espíritu nos mueva a seguir sus huellas y a tener una fe como la suya. Abre nuestros ojos y nuestro corazón a aquellos que no cuentan, que son marginados, para que, por medio de nosotros, te descubran. Haz que muchos sigan el camino que él nos señaló.

Te lo pedimos a ti, Dios bueno, que no cesas de amarnos, hoy y todos los días, hasta la eternidad. Amén. ORACIONES BREVES 1. Concédeme, Señor, junto con el horror al pecado y el deseo ardiente de la gloria del cielo, aquella caridad ardiente y compasiva que resplandeció en Damián. 2. Padre bueno, comunicaste a San Damián de Veuster el mismo amor que habitaba en el Corazón de Jesús, proporcionándole el don de una caridad heroica en el cuidado de los leprosos. Concédenos servir con un amor semejante a nuestros hermanos, especialmente a los enfermos y abandonados.

A Damián BENDITO ERES, DAMIÁN, que amaste a los leprosos hasta dar tu vida. Bendito, por tu fidelidad en lo grande y lo pequeño.

Bendito, porque desde tu lecho de enfermo fuiste voz que conmovió el universo. Bendito, porque desde tu lepra fuiste clamor de los leprosos del mundo.

Bendito tu camino de amor, tu infinita ternura, tu trabajo incansable. Benditas tus manos que consolaron, tus labios que alentaron, tus ojos que vieron en las llagas de los leprosos las heridas del mismo Cristo.

Bendito tú, que sigues invitando al canto y a la esperanza, a todos los sufridos del mundo, sea cual sea la enfermedad física, moral o social que sufran.

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SAN DAMIÁN, JESÚS TE LLAMÓ a evangelizar a los leprosos y te contagió del mismo amor que habitaba en su Corazón. Fuiste su siervo fiel, llevando una vida-modelo de abnegación y paciencia. Una vida hecha de amor heroico a los más despreciados de los hombres, - cuyos derechos estuviste pronto a defender, - aun a riesgo de tu vida, - hasta el momento supremo de la muerte. Con tu vida y tu obra misionera, manifestaste toda la ternura y misericordia que Jesús nos tiene. Sirviendo incansablemente a los leprosos, les devolviste el orgullo de ser hombres y nos desvelaste la belleza de nuestro ser interior, - que ninguna enfermedad, - ninguna deformidad, - ninguna debilidad pueden desfigurar totalmente.

Dirige ahora hacia nosotros una mirada compasiva y escucha nuestra súplica confiada. Que el Espíritu Santo abra nuestro corazón a la miseria del mundo, haciéndonos descubrir a Jesús en los marginados. Haz que Jesús nos conceda el amor ardiente de su amante Corazón. Que, por ti, Damián, lleguen hasta él nuestras súplicas de modo que podamos experimentar, en medio de las adversidades, la ayuda de su misericordia. MIRO TUS MANOS, DAMIÁN. Son manos gastadas, hinchadas y torpes ya. Así son al final... Pues se fueron gastando en tantas cosas hechas por ellas... Fueron trabajo y obra. Poco a poco, al impulso de tu corazón grande, fueron transformando ese lugar destrozado de Molokai en algo lindo: en esperanza. Fueron transformando tantos corazones en vivencias del Reino. Con tus manos enfermas, Damián, en la eucaristía, ofrecías Cristo al Padre, Cristo con sus manos traspasadas, clavadas. Tus manos, Damián, imitando esas manos de Cristo, estuvieron abiertas a la acogida, al perdón y al amor.

Pero, cuando meditabas el Evangelio, veías cómo Cristo, con sus manos, curaba a los enfermos y hacía tantos milagros. ¡Cuánto hubieras dado por tener ese mismo don de sanar a los leprosos!

No le envidies a Cristo ese poder, Damián, pues es todo tu ser, es toda tu vida que fue un milagro. Tu decisión y entrega a los pobres leprosos fue el gran milagro que nos dejaste. Gracias, Damián, no hallaste curación para las lepras físicas, pero nos dejaste algo mejor: el ejemplo de un amor que transfigura los males de este mundo. CON PALABRAS APRENDIDAS DE TI, DAMIÁN, voy a cantar cuanto hiciste, al menos intentarlo, porque es imposible encerrar en palabras una cantidad tan desbordante de amor. Todo lo otro - o sea lo que no es el amor, o sea las circunstancias concretas de tu vida - es secundario: - El haberte ofrecido voluntario para ir a Molokai; - la soledad a la que te condenaron bajo el pretexto de que podrías ser motivo de contagio; - la lucha cuerpo a cuerpo con tus propios sentidos rebeldes ante tanta miseria; - el dolor de sentirte impotente para llevar a los leprosos el remedio que les sirviera al menos contra la rabia que frecuentemente les ahogaba el alma; - el sentir tu propio cuerpo, antes de acero y piedra, desmoronarse igual que una montaña de arena bajo la lluvia aguda, como una casa vieja carcomida por todas las polillas del mundo...

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Todo esto, todas estas situaciones exteriores, coyunturales, no fueron sino anécdotas, que podrían igualmente no haber sido, si la voluntad del Dueño de la mies te hubiera señalado otro campo para cultivar.

En este caso, o sea fuera de Molokai, yo lo sé, Damián, hubieras trabajado con el mismo tesón, con el mismo empeño, con el mismo amor. Pues no era el lugar lo que te impulsaba a darte entero, aquí, allí, sino la voz del Amo, la persona del Dueño, al que sentías como Padre. Vivías de su amor y le correspondiste con la entrega del tuyo sin medida...

Éste es, Damián, el amor que no me siento capaz de enmarcar en mis versos. PADRE DAMIÁN, PRODIGIO DE ENTREGA A DIOS Y AL HOMBRE, leproso voluntario en aras de amar, biografía nutrida de páginas calientes, todo tú enardecido por el viento celestial del Espíritu.

¡Qué difícil tu copia, pues nos atemorizan tus pústulas corpóreas y lo descomunal de tu servicio, en grande, al prójimo, en desdicha, en el isleño enclave de Molokai!

¡Cuántas veces sentí, tras conocerte, esa atracción singular que emanaba de ti cual aroma suavísimo! Hazaña, cual la tuya, de tanta calidad, anhelo, como el tuyo, de tan sublimes vuelos, nos devuelven los días de los más grandes santos con alma de cristal.

No, no se acabó la racha de nuestra Iglesia santa, de hombres entregadísimos en caridad total, locos de Cristo, colmos de amores y dolores. ¡Valgas tú, Damián, por prueba y símbolo! AVE DAMIAN (para repetir varias veces a dos coros)

Modelo 1 Modelo 2 • Bendito eres, Damián, que amaste a los leprosos

hasta el sacrificio de tu vida. [Benditas tus manos que los consolaron, tus labios que los alentaron, tus ojos que vieron, en sus llagas, las heridas del mismo Cristo.]

• Bienaventurado Damián, sigue invitando, al canto y a la esperanza, a todos los sufridos de la tierra.

• Damián, siervo de Dios y siervo de la humanidad, amor y entrega sin reservas por los que sufren,

• haz que, por tu intercesión, el amor del Corazón de Jesús nos impulse a servir a los más necesitados.

Oraciones sacadas de la obra de teatro “Estoy leproso, bendito sea Dios” (EdB)

DAMIÁN, LLEGASTE FUERTE Y SALUDABLE A MOLOKAI, pero sabías que estabas en peligro de muerte, como el marino en la tempestad. Y respetabas tu adversario, la lepra; hasta le tenías miedo, el miedo de terminar siendo cadáver en vida, al que los gusanos comienzan ya a devorar, primero por el interior y después por el exterior. Al mismo tiempo, creías que esta enfermedad no podría contigo. Creías que Jesús te había dado poder, como enviado suyo, para pisotear serpientes y alacranes sin sufrir ningún daño. Más aún pensabas que Dios te cuidaba, indirectamente, por amor a los pobres leprosos; o sea que Dios quería mantener tus manos sanas para que puedas consolar y tus labios

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incontaminados para que puedas suscitar esperanza donde hay desesperación. Pero, en el fondo, no te ilusionabas. Sabías que los planes de Dios, sus pensamientos no son los nuestros. Y, como soldado aguerrido, te atreviste a comer y beber en las chozas de los leprosos, a poner la mano a la olla común y a amputar manos y pies hechos llagas. Creías que no se puede servir al prójimo poniendo barreras y distancias. Creías que había que acariciar las manos, que había que vendar las heridas, que había que abrazar el dolor. Damián, pide a Dios que nos contagie con tu misma valentía en el compromiso, tu misma generosidad en la entrega, tu mismo amor en el servicio a los hermanos necesitados. TU PIE, DAMIÁN, se quemó en el agua hirviente y no sentiste nada. Era el signo inconfundible de la lepra. Tu pie había perdido toda sensibilidad, estaba como anestesiado, pero no tu alma. ¡Cómo te dolió el alma! Gritaste: ¡Soy leproso, soy leproso! Yo, ¿leproso?, ¿leproso? Y pensaste: ¿Por qué vine aquí? ¿Por qué me acerqué a los leprosos, por qué no rechacé sus llagas? ¿Por qué la enfermedad no respeta a nadie, por qué invade los cuerpos sin importarle de quiénes sean, enviados de Dios, apóstoles de Jesús, misioneros o no? Desde un principio estabas dispuesto a sacrificar tu salud y tu vida. ¿Acaso no habías dicho al ofrecerte para ir a Molokai?: Aquí estoy pronto para sepultarme vivo con esos pobres infortunados. Pero al llegar la hora, tú piensas: ¡Qué distancia entre la ilusión de la entrega y la realidad de la cruz! ; y tú gritas: Oh Dios, aparta de mí esta hora. Herido en tu carne, tu espíritu se rebeló. Gritabas: ¿No ves, Señor, que este pueblo miserable me necesita? Soy su pastor y su peón, su albañil y su carpintero, su arquitecto y constructor. Pide a Dios, Damián, que nos ayude a vencer la rebeldía, a someternos dócilmente a su voluntad y a abandonarnos confiadamente entre sus manos. AL DESCUBRIR QUE HABÍAS CAÍDO PRESA DE LA LEPRA, Damián, te desahogaste ante Dios, diste rienda suelta a tu amargura, diciendo:

¡Oh Dios, por qué me maltratas y desprecias! Me acontece precisamente lo que más me espantaba. ¡Qué amarga esta hora, qué duro el tormento! ¿Por qué no vienes a salvarme? En medio del rugir del mar y del viento, respóndeme, Señor.

Pero pronto recapacitaste y abandonaste tu actitud de rebeldía y le confesaste a Dios:

Oh Señor, creía en mis fuerzas, en mi fuerza física y mental, en mi liderazgo. Creía en mi entusiasmo y en mi optimismo. Para mí nada era imposible, creía que, con mi energía y mi fuerza de voluntad, todo lo podía alcanzar. Ahora me inclino y te adoro, solo a ti. Reconozco que soy poca cosa, que no soy más que un pobre ser de polvo y ceniza, que tú eres el único Fuerte, la única Roca.

Y sentiste entonces como Dios te liberaba del miedo, te daba fuerzas y te sostenía con su mano victoriosa. Descubriste que el Dios salvador y redentor te confiaba una misión: dar vista a los leprosos que vivían en la oscuridad; romper sus cadenas, sacarlos de la cárcel y del calabozo. Damián, pide a Dios que sepamos reconocer que no somos más que seres de polvo y ceniza; que sepamos confesar que él es el único Fuerte, la única Roca; que aprendamos a adorarle solo a él y a inclinarnos ante su santa voluntad. DAMIÁN, MIENTRAS LA LEPRA consumía tu cuerpo, el Señor te enseñó el secreto de las bienaventuranzas. Te abrió los ojos; hizo que ardiera tu corazón en tu pecho. Te hizo ver que, en toda cruz, en cualquier sufrimiento, hay una luz, un sentido, una esperanza. Transmítenos la enseñanza que recibiste y experimentaste, enséñanos a sentirnos felices con la lepra encima,

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con la cruz dolorosa de cada día. Y te escuchamos decirnos:

La lepra que te va amputando el rostro, las manos y los pies, si la aceptas como una bendición, también te va arrancando, como de raíz, egoísmos, ilusiones y vanidades. No solo carcome los órganos sino que va cavando como una herida profunda en el alma. Por ella Dios se mete, se cuela y vierte el bálsamo de su consuelo. Estoy leproso; ¡bendito sea Dios! Vengan leprosos del mundo, vénganse que hay que cantar, que la lepra se ha cambiado de llanto en danzar.

Pide a Dios, Damián, que nos enseñe el secreto de tu extraña felicidad. Que comprendamos que, desde que Jesús ha sufrido los latigazos y los clavos, los salivazos y los insultos, toda cruz puede convertirse en fuente de bendiciones. ¡Bendita seas tú, hermana Cruz! DAMIÁN, NOS ENSEÑAS que el mal es malo pero no inútil. El primer síntoma de la lepra fue para ti la señal de la muerte próxima. Y la cercanía de la muerte despertó en ti la conciencia del futuro, suscitó en ti el anhelo del mundo venidero. Te enseñó a desear lo más alto, lo más grande, el excesivo y tan exigente amor divino. Y sin el cielo, sin la esperanza de una plenitud, ¡cómo hubieras podido vencer el cansancio de cada día! Sin la esperanza de un cuerpo nuevo, a imagen del de Cristo resucitado, ¿cómo hubieras podido soportar el asco de tu cuerpo arruinado? El mal es malo pero no inútil. La enfermedad te despojó de tus mediocres apegos humanos, te libró de tus proyectos demasiado mundanos, de tus egoísmos y espejismos. Como el bisturí del cirujano, te fue quitando tu orgullo y tu superficialidad, todo lo vano y lo inútil. Te dejó vacío, sin nada. Se llevó todas tus suciedades como la cascada de agua que se precipita por el acantilado de Molokai. El mal es malo pero no inútil, suscitó en ti un amor extremo, extremado. Sin la aflicción y la pobreza de los leprosos, no hubieras podido desarrollar totalmente tu capacidad de amar; ésta hubiera quedado truncada, sin desarrollarse. Ahora bien Dios podía pasársela sin tus obras, pero necesitaba tu santidad, tu amor pleno, intenso, vigilante. Dios buscaba en ti más al amigo incondicional que al gran hacedor. Pide, Damián, a Dios que la cruz despierte en nosotros el anhelo del mundo venidero, nos despoje de nuestros mediocres apegos humanos y suscite en nosotros un amor vigilante y extremo. TÚ FUISTE LEPROSO VOLUNTARIO, por puro amor, fuiste víctima de un celo demasiado ardiente. No como los demás leprosos de Molokai que lo fueron por mandato del destino. Cuando la lepra se infiltró en tu cuerpo, como el taladro perfora el duro metal, te movió a más amor, más entrega. Entonces atrajiste con mayor intensidad, como si fueras un imán o una antena, la gracia de Dios. Tu ministerio se volvió más fecundo, su impacto se multiplicó. En efecto, igual como en el campo el agua que irriga es más productiva que el mucho esfuerzo, tu amor creciente fue más efectivo que tu mucha acción. Seguiremos tu ejemplo, queremos encontrar en la cruz el secreto de una mayor entrega. Pídele a Jesús que nos enseñe a vivir para él y los demás, sin complicaciones, sin ostentación, sin recuperaciones, sin cálculos, sin interés. A dar sin pedir nada a cambio. A servir aun a costa de la salud y de la vida. Damián, pídele a Jesús que no nos gloriemos en los honores de este mundo sino solo en su cruz, de modo que lleguemos a decir como tú:

No quiero llevar en el pecho la gran cruz de la Orden Real de Kalakaua. Mi condecoración son estas manchas negras, apenas visibles pero que irán creciendo, que asoman en mis manos y en mi pie. Esas manchas son mi orgullo, son mis estigmas, las marcas de la Pasión de Cristo en mi carne.

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MISA DAMIÁN DE VEUSTER (10 de mayo)

Monición de entrada Aunque haya sido canonizado 120 años después de su muerte, el 11 de octubre del 2009, Damián de Veuster no deja de ser uno de los santos más grandes, pues su figura trasciende el ámbito católico. A los 23 años dejó Bélgica, su patria, para ir de misionero a las islas Hawai. Diez años después, se internó voluntariamente en la isla de Molokai, donde el gobierno segregaba a los leprosos. Organizó para ellos la vida social, les devolvió el sentimiento de su dignidad y los contagió con su fe y esperanza. El 15 de abril de 1889 moría consumido por la lepra. Es así como se hizo acreedor al título de Héroe y Mártir de la Caridad. Sintámonos orgullosos de tenerlo como protector en el cielo y aprendamos a conocerlo, venerarlo e imitarlo.

Antífona de entrada Alegrémonos en el Señor por Damián, siervo de Dios y siervo de la Humanidad; su amor y entrega sin reservas por los rechazados y los que sufren le han dado un lugar entre los bienaventurados.

Rito penitencial Escoger unas peticiones de perdón, y proclamarlas alternándolas con un refrán de perdón.

Por nuestras ausencias ante quienes sufren; por nuestra insensibilidad ante el dolor ajeno; por nuestro propio egoísmo en el propio dolor.

Por nuestras cobardías, por nuestros disimulos, por nuestros silencios y ausencias fáciles. Por nuestras promesas incumplidas.

Por tu primera caída, Señor, y por nuestras incontables recaídas, que nos enseñan la sencillez y la humildad.

Por las cruces que arrojamos de nuestras espaldas; por todos aquellos a quienes obligamos a caminar con nuestras cruces.

Por los hermanos a quienes empujamos para que caigan y por los hermanos a quienes no ayudamos a sostenerse.

Por las veces que hemos negado un servicio a los que viven con nosotros.

Por nuestros desánimos, por nuestro desaliento, por nuestra ausencia de energía, por nuestra falta de esperanza.

Por todos los hombres a quienes empujamos hasta los tribunales; por nuestras condenas injustas.

Por nuestras caretas, nuestros disfraces, por nuestras apariencias e hipocresías.

Por nuestras traiciones a ti, Señor, y a los pobres.

Por nuestros conformismos irresponsables; por nuestras posturas cómodas y por nuestro despreocupado vivir.

Porque fuimos nosotros quienes te clavamos en la cruz; porque estamos dispuestos a darte muerte todos los días.

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Oración colecta Padre de misericordia, que, en San Damián, nos has dado el sublime testimonio de su caridad a los más pobres y abandonados, concédenos, por su intercesión, que también nosotros, impulsados por el amor al Corazón de tu Hijo, seamos servidores de los hermanos más necesitados y marginados.

Monición de la primera lectura Con seguro, nos estamos preguntando cuál fue el secreto de Damián, de dónde sacó ese celo ardiente, esa compasión incontenible para con los excluidos. Es que el amor de Dios, mediante el Espíritu Santo, se derramó con suma abundancia en su corazón. Es ese amor divino que le permitió dar hasta la vida por los leprosos, imitando a Jesús que dio la suya por los pecadores.

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos (5,1-8) Hermanos, ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en que estamos. Y nos gloriamos, apoyados en la esperanza de la gloria de los hijos de Dios. Más aún, hasta nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce la constancia; la constancia, virtud probada; la virtud, esperanza. Y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado. En efecto, cuando nosotros estábamos todavía sin fuerza, Cristo, en el tiempo fijado, murió por los impíos. Difícilmente se encuentra uno que quiera morir por un justo; puede ser que se esté dispuesto a morir por un hombre bueno, pero la prueba del amor que Dios nos tiene nos la ha dado en esto: Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores.

Salmo responsorial (33 [34], 1-2, 5-6, 7-8, 19-20)

R/ Gustad y ved qué bueno es el Señor 1. Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes los escuchen y se alegren. 2. Contempladlo y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias.

3. El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él.

4. Aunque el justo sufra muchos males, de todos lo libra el Señor; él cuida de todos sus huesos, y ni uno solo se quebrará.

Monición de la segunda lectura

No somos grandes tanto por las obras que hacemos. Lo somos más que todo por la motivación con la que las hacemos. Damián es grande no porque sirvió a los leprosos hasta contraer la lepra, sino porque lo hizo por amor.

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios (12,31 - 13,13) Hermanos, ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino mejor.

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Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden. Ya podría tener el don de predicción y conocer todos los secretos y todo el saber; podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada. Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve. El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia. El amor no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta. No se irrita, no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin limites. El amor no pasa nunca.

Aleluya, Aleluya Yo soy el Buen pastor, que da la vida por sus ovejas. Aleluya.

Lectura del santo Evangelio según San Juan (10, 11-18)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: - Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas; el asalariado que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz y habrá un solo rebaño, un solo pastor. Por eso me ama el Padre: porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para quitarla y tengo poder para recuperarla. Este mandato he recibido del Padre.

Plegaría universal

Celebrante: El Padre Damián convirtió el infierno de Molokai en una comunidad fraterna y gozosa a pesar de la tremenda enfermedad que no dejaba de segar más y más vidas. Por su intercesión, pidamos a Dios que transforme nuestro mundo en una gran familia unida y solidaria. 1. Por nuestros sectores, barrios y demás organizaciones, para que sigamos trabajando mano de la mano, solidariamente. Roguemos al Señor.

2. Para que, en el vecindario, haya siempre mayor comunicación, comprensión y participación; y vayan creciendo la fraternidad y la comunión. Roguemos al Señor.

3. Por nuestras familias, para que, mediante la intercesión de San Damián, vayan creciendo en el diálogo y la fidelidad, en la unión y la paz. Roguemos al Señor.

4. Por los hombres heridos y despreciados, sin ninguna belleza que pueda fascinar nuestras miradas, para que sean reconocidos en su dignidad humana. Roguemos al Señor.

5. Por los hombres que sufren, por los enfermos y los minusválidos; por los afectados por el sida quienes además se sienten juzgados; por los que se sienten abandonados de todo el mundo y por los que entran en rebeldía. Que todos ellos puedan hallar en nosotros consuelo, manos que los curan y corazones llenos de compasión. Roguemos al Señor.

6. Para que el Espíritu del Señor suscite en el mundo vocaciones de servicio a los demás en la línea del Evangelio; para que nosotros los bautizados seamos conscientes de la responsabilidad que tenemos de dar la mano a los necesitados. Roguemos al Señor.

Celebrante: Padre bueno, comunicaste a San Damián de Veuster el mismo amor que habitaba en el Corazón de Jesús, proporcionándole el don de una caridad heroica en el cuidado de los

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leprosos. Concédenos servir con un amor semejante a nuestros hermanos, especialmente a los enfermos y abandonados.

Oración sobre las ofrendas

Recibe, Señor, los dones de tu pueblo y concédenos que, al recordar las maravillas que el amor de tu Hijo realizó con nosotros, nos reafirmemos, a ejemplo de San Damián, en el amor a ti y al prójimo.

Prefacio En verdad es justo y necesario ofrecerte nuestra acción de gracias, bendecirte y alabarte sin cesar, Dios fiel, Padre de misericordia, en este día, en que celebramos a San Damián de Molokai. En seguimiento de tu Hijo bien amado, venido para servir y dar su vida por muchos, tú le has llamado a morir en servicio de los leprosos. Fortalecido por el pan de vida en la eucaristía, compartió en todo su existencia hasta morir leproso. Testimonió así la fuerza de tu amor, que se desposa con la miseria de la humanidad para abrirle a la vida en plenitud. Su ejemplo y su oración nos arrastran, en el ardor del amor, a entregar nuestra vida para que la Buena Noticia sea anunciada a tus preferidos: los pobres y los pequeños. Por eso, con los ángeles y todos los santos, proclamamos tu gloria, cantando:

Oración después de la Comunión

Te damos gracias, Dios misericordioso, por el Pan de vida que nos regalas en tu Hijo Jesucristo. Danos por él la gracia de conocerte y fuerza para anunciar tu amor, a ejemplo de tu servidor Damián, con toda nuestra vida.

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VÍA CRUCIS CON DAMIÁN DE VEUSTER Sentido del vía-crucis

Lo que no es No es para complacernos en el dolor. No es masoquismo. No es para amargarse la vida.

A nivel personal Es un aprendizaje, aprender a asumir la cruz en esta vida. Es para hacernos fuertes y con capacidad de aguante. Un aprender a vivir la bienaventuranza: Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados. Es una motivación a la conversión.

En relación con Cristo y los demás Es un medio para unirnos más a Cristo. Es un acto de solidaridad con los que sufren. Es aprender a compadecerse del dolor ajeno.

ESQUEMA • En lugar de rezar el vía crucis seguido, se lo puede rezar a razón de una estación cada día… • Alternar con cánticos o refranes (ver p. 73)

1. Oración inicial Tú, Señor Jesús, inocente, fuiste acusado; justo, fuiste juzgado; santo fuiste condenado. Tú, Hijo del Hombre, fuiste torturado, crucificado y llevado a la muerte; tú, Hijo de Dios, fuiste blasfemado, mofado y negado. Tú, la luz, conociste las tinieblas; tú, Rey, fuiste levantado sobre una cruz; tú, la vida, sufriste la muerte; y muerto, resucitaste a la vida. Al contemplarte, anímanos a la conversión, a la santidad. Enséñanos, como tú, a sufrir por amor a los demás. Muévenos a comprender el dolor ajeno, a compadecernos, a consolar, no solo de palabra, sino con actos. Danos fuerzas cuando llega la hora de la prueba, cuando nos toca clavarnos en la cruz junto a ti, para que resucitemos a la Vida nueva que eres tú.

2. Estación Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, (Todos) - Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.

Rezar la estación que toca (desde la p. 85)

Primera estación • Jesús se despide de su madre. • [Damián] Separación de lo suyos y despedida de su madre. Segunda estación Jesús ante la tumba abierta de Lázaro. • [Damián] El insoportable hedor del aliento y de las llagas abiertas de los leprosos.

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Tercera estación • Jesús abandonado y traicionado. • [Damián] Incomprensión, críticas, y soledad Cuarta estación • Dolor del Corazón de Cristo por su fracaso e impotencia. • [Damián] Su total impotencia frente a la fatalidad de la lepra Quinta estación • Aceptación del sacrificio. • [Damián] Aceptación del sacrificio. Sexta estación • Jesús clavado en la cruz. • [Damián] Ascendiendo el Gólgota.

Oración final

Dios, Padre nuestro, te damos gracias por San Damián, quien, para seguir incondicionalmente a tu Hijo Jesucristo, se ofreció para ir a Molokai con los leprosos marginados, identificándose con ellos hasta la muerte.

Con la entrega de su vida, les devolvió la dignidad humana y les dio un futuro. En él manifestaste cuánto nos amas, a todos los hombres.

Te pedimos que tu Espíritu nos mueva a seguir sus huellas y a tener una fe como la suya. Abre nuestros ojos y nuestro corazón a aquellos que no cuentan, que son marginados, para que, por medio de nosotros, te descubran. Haz que muchos sigan el camino que él nos señaló.

Te lo pedimos a ti, Dios bueno, que no cesas de amarnos, hoy y todos los días, hasta la eternidad. Amén.

PRIMERA ESTACIÓN

Vía-crucis del Señor: Jesús se despide de su Madre Lectura Estaban de pie junto a la cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, María de Cleofás y María Magdalena. Al ver a su madre y a su lado al discípulo a quien él quería, dijo Jesús: - Mujer, he aquí a tu hijo. Luego dijo al discípulo: - He aquí a tu madre. (Juan 19,25-27) Meditación Jesús se despoja de todo. El mismo que, a los doce años al quedarse en el templo, sacrificaba el amor filial por un amor más grande:

¡No saben que tengo que atender los asuntos de mi Padre!

Se despoja hasta de su madre. Hasta de su vida. Todo lo da, todo lo entrega, con tal de salvar el mundo.

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Vía-crucis de Damián, humilde discípulo del Señor: Separación de los suyos y despedida de su madre

Meditación Damián parte para las misiones, pues Dios le llama y la Iglesia le envía. Siente gozo y entusiasmo, junto con un grandísimo dolor. Esforzándose por sonreír, dejó para siempre su granja de Ninde. Sin embargo, no lo hizo sin antes tener una suprema delicadeza para con su madre desolada. Concertó con ella una despedida, para el día siguiente, a los pies de la Virgen de Monteagudo, donde él quería ir también, por última vez a saludar a nuestra Señora, a la que profesaba una tierna devoción.

- Nuestra Señora de Monteagudo - le dijo - ha escuchado nuestras suplicas y devuelto la salud a Pánfilo, vaya mañana allí en peregrinación. Yo iré también; allí nos despediremos.

A su vuelta de Tremeloo, pasó el resto de las horas a la cabecera del lecho de su hermano, y hacia las once, se encaminó entre las tinieblas hacia Monteagudo. La madre, acompañada de su nuera, había hecho otro tanto. Ante la Imagen de la Consoladora de los afligidos y Reina de los Apóstoles, la oración de la madre y del hijo se desbordó espontánea y confiada…

De repente apareció la diligencia que iba a Lovaina. El cochero paró los caballos. - Bueno - dijo la madre emocionada - digámonos adiós.

El nos apretó las manos – cuenta su cuñada - nos abrazó y montó en el carruaje haciéndonos su último signo de adiós. Los caballos partieron al trote. Dos minutos después todo había desapa-recido. Nuestros corazones estaban muy encogidos por esta súbita desaparición; poco a poco se fueron calmando al ir recitando el Rosario. No pensábamos más que en rogar a María que velara sobre el querido apóstol; estábamos muy lejos de prever lo que iba a suceder en Molokai. Oración improvisada o silencio. Letanías Por Santa María, Señora del Calvario, Virgen de la Entrega; por enseñarnos a decir sí, a pronunciar nuestro "hágase tu voluntad". Gracias, Señor. Por Verónica, por las mujeres valientes, por las madres ejemplares, por las esposas fieles. Gracias Señor. Por las mujeres de Jerusalén, por las mujeres del mundo, por las jóvenes valientes y limpias. Gracias Señor. Por la Virgen, mujer fuerte; por Juan, apóstol de los ojos limpios; por José de Arimatea y por Nicodemo, discípulo indeciso; por las mujeres decididas. Gracias Señor. Por las otras: las prostitutas y las mujeres fáciles; por nuestros abusos y pecados. Perdón, Señor. Por nuestras ausencias ante quienes sufren; por nuestra insensibilidad ante el dolor ajeno; por nuestro propio egoísmo en el propio dolor. Perdón, Señor. Por nuestras cobardías, por nuestros disimulos, por nuestros silencios y ausencias fáciles. Perdón, Señor. Por nuestras promesas incumplidas. Perdón, Señor.

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SEGUNDA ESTACIÓN

Vía-crucis del Señor: Jesús frente a la tumba abierta de Lázaro Lectura Jesús, al ver que lloraba María, la hermana de Lázaro, y que lloraban los judíos que la acompañaban, se reprimió con una sacudida y preguntó: - ¿Dónde lo han puesto? Le contestaron: - Ven a verlo, Señor. A Jesús se le saltaron las lágrimas. Reprimiéndose de nuevo se dirigió al sepulcro. Era una cueva y una losa estaba puesta en la entrada. Dijo Jesús: - Quiten la losa. Le dice Marta, la otra hermana del difunto: - Señor, ya huele mal, lleva cuatro días... Le contestó Jesús: - ¿No te he dicho que, si llegas a creer, verás la gloria de Dios? Entonces quitaron la losa. (Juan 11,33) Meditación Amar es compartir. Compartir la pena. Compartir el duelo, y hasta compartir el mal olor de un cadáver en descomposición.

Vía-crucis de Damián, humilde discípulo del Señor: El insoportable hedor del aliento y de las llagas abiertas de los leprosos Lectura

Atendamos el testimonio de Damián: Al principio, en el cumplimiento de mis deberes sacerdotales en sus domicilios, me veía obligado, no solo a taparme la nariz, sino a permanecer un rato afuera para respirar aire fresco.... Como antídoto para contrarrestar el mal olor, me acostumbré al uso del tabaco, ya que de alguna manera el aroma de la pipa me preserva de llevar en mis ropas el detestable hedor de nuestros leprosos.

A veces, al confesar a un enfermo cuyas úlceras estaban llenas de gusanos como los cadáveres de las tumbas, tenía que agarrarme la nariz.

El aliento de nuestros leprosos envenena el aire. Me ha costado mucho acostumbrarme. Un día durante la misa solemne estuve a punto de abandonar el altar para respirar aire puro; el recuerdo de nuestro Señor haciendo abrir la tumba de Lázaro me retuvo. Actualmente la delicadeza de mi olfato se ha habituado. Entro en sus casas hediondas sin dificultad…

Atiendo a mis huérfanos que son todos leprosos. En algo repugna a la naturaleza el estar siempre rodeado de estos desdichados niños, pero hallo en ellos mi consolación…

El amor de Cristo le permite hallar, en estos seres que humanamente hablando no provocan sino asco y repugnancia, la belleza y el buen olor de la imagen de Dios impresa en sus almas. Los ama y por ello su pestilencia, insoportable para cualquiera, para él se esfuma y desaparece. Oración improvisada o silencio Letanías Por la cruz que llevaste por nosotros. Gracias, Señor.

Por tu primera caída, Señor, y por nuestras incontables recaídas, que nos enseñan a ser sencillos. Gracias, Señor.

Por Simón de Cirene y por tantos hermanos que nos ofrecen su amistad y su ayuda incondicio-nal. Gracias, Señor.

Por tu sepulcro glorioso. Gracias, Señor.

Por las cruces que arrojamos de nuestras espaldas; por todos aquellos a quienes obligamos a caminar con nuestras cruces. Perdón, Señor.

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Por los hermanos a quienes empujamos para que caigan y por los hermanos a quienes no ayudamos a sostenerse. Perdón, Señor.

Por las veces que hemos negado un servicio a los que viven con nosotros. Perdón, Señor.

Por nuestros desánimos, por nuestro desaliento, por nuestra ausencia de energía, por nuestra falta de esperanza. Perdón, Señor.

TERCERA ESTACIÓN

Vía-Crucis del Señor: Jesús abandonado y traicionado Lectura Al caer la tarde se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían, dijo: - Les aseguro que uno de ustedes me va a entregar. Ellos, consternados, empezaron a replicarle uno tras otro: - ¿No seré yo, Señor? Respondió él: - Uno que ha mojado en el mismo plato que yo me va a entregar. El Hijo del Hombre se va como está escrito de él; pero, ay de ése que le va a entregar. Más le valdría a ese individuo no haber nacido. Entonces reaccionó Judas, el que lo iba a entregar, diciendo: - ¿No seré yo?, maestro. Respondió: - Tú lo has dicho. (Mateo 26,20-25) Meditación Jesús había hecho de Judas su amigo, lo había escogido, llamado a ser apóstol suyo; le había dado su confianza como a los demás del grupo de los Doce y ¡Judas fue el que le entregó! Otros muchos le abandonaron a lo largo del ministerio público. En Nazaret tuvo que soportar el rechazo de sus compatriotas, sufrió el desinterés y la indiferencia de los galileos a su mensaje. Sufrió el abandono de muchos discípulos luego de negarse a repetir la multiplicación de los panes, la huida de los apóstoles en el Monte de los Olivos, por fin la negación de Pedro...

Vía-crucis de Damián, humilde discípulo del Señor: Incomprensión, críticas, marginación y soledad Lectura Una vez, Damián se vino de Kalawao a Honolulu en el vapor, para ver a sus superiores, para confesarse y para animar a la gente de la capital en su caridad hacia la leprosería. Algunos protestantes sectarios presionaron sobre la Junta de Salud para que no se permitiera la entrada y salida de la leprosería sino a las gentes de la Junta. Por esto, en Septiembre, la Junta le hizo saber que escogiera: irse o quedarse. Si se quedaba en Kalawao debía el mismo someterse a las leyes de la segregación y no se le permitía dejar la leprosería.

"Que decidiera de una vez por todas, dijeron. Ha ingresado sano y voluntariamente a Molokai: o se hace el sano y se va de allá; o bien se hace el leproso y se queda para siempre, e impide así la difusión del contagio".

El Padre Damián bajó la cabeza: se haría leproso; antes o después, lo sería de verás.

Por esos tiempos las relaciones con su Superior, que era ahora el P. Leonor Fouesnel, se volvieron particularmente dolorosas. En parte por su propia salud, en parte por tener el consuelo de confesarse, y sobre todo para mejorar la atención a los leprosos, el P. Damián deseaba ir a Honolulu. A fines de su primer año de lepra, solicitó el permiso. Recibió un duro rechazo. Como si eso fuera poco, en febrero de 1886, el P. Fouesnel le escribe:

- "Corre todavía el rumor de que va a venir usted acá. Mi deber, querido Padre, es manifestarle de nuevo la decisión tomada por el Consejo Provincial y no por mí... Sus pretensiones, mi querido Padre, le probarían que no tiene usted ni delicadeza, ni caridad para con su prójimo y que no quiere pensar sino en sí mismo."

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El P. Damián escribió al Vicario Apostólicos el 6 de junio de aquel año: "El rechazo absoluto, expresado en un tono de policía, más que de superior religioso, le confieso francamente, que eso me hizo sufrir más que todas las pruebas que he tenido desde mi infancia. He respondido con un acto de absoluta sumisión en virtud de mi voto de obediencia. Seguimos queriéndonos... Siempre resignados con la voluntad de Dios en nuestros padecimientos cada vez más punzantes, estamos, Monseñor, "muertos en Cristo y con la vida escondida en Dios".

Oración improvisada o silencio. Letanías Por tu obediencia hasta la muerte; por haber aceptado la condena, gracias, Señor.

Por Santa María, Señora del Calvario, Virgen de la entrega; por enseñarnos a decir sí, a pronun-ciar nuestro "hágase tu voluntad". Gracias, Señor.

Por Simón de Cirene y por tantos hermanos que nos ofrecen su amistad y su ayuda incondicional. Gracias, Señor.

Por haberte revestido de nuestra carne, Hijo del hombre; por haber querido ser hijo de mujer. Gracias, Señor.

Por todos los hombres a quienes empujamos hasta los tribunales; por nuestras condenas injustas. Perdón, Señor.

Por nuestras ausencias ante quienes sufren; por nuestra insensibilidad ante el dolor ajeno; por nuestro egoísmo en el propio dolor. Perdón, Señor.

Por las veces que hemos negado un servicio a los que viven con nosotros. Perdón, Señor.

Por nuestros disfraces, por nuestras apariencias e hipocresías. Perdón, Señor.

CUARTA ESTACIÓN

Vía-crucis del Señor: Dolor del corazón de Cristo por su fracaso e impotencia

Lectura Al acercarse y ver la ciudad, le dijo llorando:

- "Jerusalén, Jerusalén. Tú que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían. Cuántas veces, he querido reunir a tus hijos, como la gallina a los pollitos bajo las alas, ¡pero no quisiste! ¡Si comprendieras en este día lo que lleva a la paz! Pero no, no tienes ojos para ver. Y la prueba es que va a llegar un día en que tus enemigos te rodeen de trincheras, te sitien, aprieten el cerco, te arrasen con tus hijos dentro, y no dejen piedra sobre piedra, porque no reconociste la oportunidad que Dios te daba." (Lucas 19,41; 13.34; 19,42-44)

Meditación Jesús llora sobre su pueblo porque, por su necedad y terquedad, va a su pérdida. Jesús llora porque todo su esfuerzo y amor son inútiles...

Vía-crucis de Damián, humilde discípulo del Señor: Su total impotencia frente a la fatalidad de la lepra Lectura Damián no era médico, pero hizo todo lo que estaba a su alcance para mejorar los cuidados sanitarios de los leprosos, con el riesgo de contagiarse. Durante quince años no faltó a esta cita con los enfermos; asumiendo con raro sentido de sacrificio lo que llamaba su deber.

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Día y noche iba de casa en casa, siempre listo a socorrer, curar y confortar. Cuando tenía que administrar los últimos sacramentos, muchas veces era casi imposible encontrar en aquellos deformes enfermos un trocito de piel no infectada por el mal, sobre la cual hacer la unción. Buscó todos los remedios y tratamientos posibles para detener el implacable proceso de la enfermedad. Luchó hasta conseguir un remedio milagroso, del Tonkin, muy caro, el Hoang Nam; luego de mejorías de algunos meses, la lepra volvía a atacar con más violencia, las úlceras secas se volvían a abrir, el cuerpo se cubría de nuevos tubérculos... Todo en vano.

Organizaba bandas, el coro de la iglesia pero en vano: pronto los dedos se les caían a los músicos. Formaba a cristianos, a catequistas, pero en vano: no tardaban en morir. Cuidaba, criaba y enseñaba las letras a los pequeños huérfanos y, cuando ya estaban preparados, su-cumbían a la despiadada enfermedad.

La cruz de la impotencia, de la ineficacia. Siempre fracasar, nunca ver el resultado, nunca recoger la cosecha. Sembrar y sembrar y siempre en balde…Y nunca desanimarse, nunca bajar los brazos, seguir luchando. Frenar la muerte, pero nunca detenerla, aliviar los dolores pero nunca devolver la salud, hablar de esperanza y solo de esperanza… esta fue la cruz de Damián en Molokai. Oración improvisada o silencio. Letanías Por tu primera caída, Señor, y por nuestras incontables recaídas, que nos enseñan a ser sencillos. Gracias, Señor.

Por tu segunda caída. Gracias, Señor.

Por cada vez que te levantaste, Señor, y por cuantas veces nos alzaste hasta tu pecho. Gra-cias, Señor. Por tu sepulcro glorioso. Gracias, Señor.

Por los hermanos a quienes empujamos para que caigan y por los hermanos a quienes no ayudamos a sostenerse. Perdón, Señor.

Por nuestras traiciones a ti, Señor, y a los pobres. Perdón, Señor.

Por nuestros conformismos irresponsables; por nuestras posturas cómodas y por nuestro despreocupado vivir. Perdón, Señor.

Por nuestro desánimo, por nuestro desaliento, por nuestra ausencia de energía, por nuestra falta de esperanza. Perdón, Señor.

QUINTA ESTACIÓN

Vía-crucis del Señor: La aceptación del sacrificio

Lectura Llegaron a una finca que se llama Getsemani, y Jesús dijo a sus discípulos:

- Quédense aquí mientras yo voy a orar. Adelantándose un poco, cayó a tierra, pidiendo que si era posible se alejara de él aquella hora; decía:

- Abba, Padre: todo es posible para ti, aparta de mí este trago, pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieras tú. (Marcos 14,32.35-36)

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Vía-crucis de Damián, humilde discípulo del Señor: Aceptación del sacrificio Lectura Damián, con tal de servir mejor a sus leprosos, no había dudado en rechazar toda "prudencia", en un lugar donde, según el doctor Sen (un médico que había vivido en Molokai), "la salud y la vida corrían más riesgos que en un campo de batalla."

Una tarde del mes de enero de 1885, de regreso de una excursión bastante larga en medio de los Palis, fatigado y extenuado, dijo a la leprosa que se ocupaba de su casa que le preparara un baño caliente para sus pies.

- Tenga cuidado, el agua está caliente - le advirtió la mujer. El Padre Damián con precaución tocó el agua con la punta de los pies y, no .encontrándola caliente, los sumergió completamente. No advirtió ningún dolor, pero sus pies se cubrieron de ampollas: se había quemado… Estaban insensibles, "anestesiados". Esta era la señal que no dejaba dudas: era leproso. El doctor Amingo de paso por la leprosería, lo declaró oficialmente leproso. El Padre Damián simplemente contestó: - Lo sabía desde siempre. Su serenidad de espíritu no sufrió ninguna alteración. Ahora, había algo más que lo unía a sus queridos leprosos. Si era posible, los amaba más. A su hermano Pánfilo, le escribe:

- He sido condecorado con la Cruz Real de la Orden de Kalakaua. Pero también con otra, un poco más pesada y menos honorable, la de la lepra, de la que nuestro divino Salvador se dignó permitir que fuera estigmatizado… Hermano, estoy muy enfermo, y sin embargo soy muy feliz. Acepto lo que Dios quiere.

Y al Padre Provincial, le escribe:

- Bueno, ya no hay duda para mí: soy leproso. Bendito sea el buen Dios. No me tenga la mayor compasión: estoy perfectamente resignado a mi suerte.

Oración improvisada o silencio. Letanías Señor, por tu obediencia hasta la muerte; por haber aceptado la condena. Gracias, Señor.

Por Santa María, Señora del Calvario, Virgen de la entrega; por enseñarnos a decir sí, a pronunciar nuestro "hágase tu voluntad". Gracias, Señor.

Por tu crucifixión. Gracias, Señor.

Por tu sepulcro glorioso. Gracias, Señor.

Por todos los hombres a quienes empujamos hasta los tribunales; por nuestras condenas injustas. Perdón, Señor.

Por nuestras ausencias ante quienes sufren; por nuestra insensibilidad ante el dolor ajeno; por nuestro egoísmo en el propio dolor. Perdón, Señor.

Porque fuimos nosotros quienes te clavamos en la cruz. Perdón, Señor.

Por nuestro desánimo, por nuestro desaliento, por nuestra ausencia de energía, por nuestra falta de esperanza. Perdón, Señor.

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SEXTA ESTACIÓN

Vía-crucis del Señor: Jesús clavado en la cruz Meditación Un golpe y otro golpe, y otro. Va cayendo el martillo y hundiéndose los clavos, atraviesan las manos y los pies del Salvador, que queda bien fijo, con el cuerpo extendido, de cara al cielo. No hay nada que hacer, sino sufrir. No hay cómo salirse. Hay que aguantar. Es la cruz en toda su desnudez...

Vía-crucis de Damián, humilde discípulo del Señor: Ascendiendo el Gólgota

Lectura San Damián acompañó a Jesús en el calvario. El mismo nos lo cuenta:

Los microbios de la lepra, finalmente, se han alojado en mi pierna izquierda y en mi oreja. Mis párpados empiezan a caer. Pronto mi cara quedará desfigurada. Me quedo tranquilo y resignado y hasta me siento más feliz en medio de mi gente. El buen Dios sabe lo que es mejor para mi santificación; convencido de ello, repito cada día un decidido "Hágase tu voluntad”.

Me esfuerzo en llevar, sin mayores murmuraciones, las miserias de la enfermedad, desde hace tiempo previstas. La Providencia se sirve de ella para despojar el corazón de todo afecto terrenal y para avivar el deseo de estar unido Al que es su única vida.

Hasta aquí me siento feliz y contento; y si se me diera la posibilidad de salir de aquí con buena salud, diría sin vacilar: - Me quedo por toda la vida con mis leprosos.

Pacientemente intento recorrer mi vía-crucis. Anhelo hallarme pronto a la cumbre de mi Gólgota. Estoy convencido que es voluntad del Señor el que muera del mismo modo y con la misma enfermedad que mis atribulados feligreses. Sé que mis días son contados y no pienso quedarme mucho tiempo en este pobre mundo. Mi enfermedad ha penetrado hasta los pulmones; pronto todo quedará bien cuando descanse bajo la verde hierba.

Oración improvisada o silencio. Letanías Por tu cruz que llevaste por nosotros. Gracias, Señor. Por haberte revestido de nuestra carne, Hijo del hombre; por haber querido ser hijo de mujer. Gracias, Señor. Por tu crucifixión. Gracias, Señor. Por tu muerte y tu cruz. Gracias, Señor. Por las cruces que arrojamos de nuestras espaldas; por todos aquellos a quienes obligamos a caminar con nuestras cruces. Perdón, Señor. Por nuestros disfraces, por nuestras apariencias e hipocresías. Perdón, Señor. Porque fuimos nosotros quienes te clavamos en la cruz. Perdón, Señor. Por nosotros, dispuestos a darte muerte todos los días. Perdón, Señor.

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ANEXO 1 (Ver “Planificación de una actividad, p. 37)

ACCIÓN PASTORAL AL ESTILO DAMIÁN La Acción al estilo Damián se caracteriza por su extensión y su estilo a) En cuanto a su extensión, es una actividad que no se concentra en un solo aspecto sino que queda abierta a todos los campos de la misión: pastoral, social, cultural y hasta socio-político. A nivel operativo sin embargo, un grupo determinado, en un principio al menos, debe enfocar la situación desde uno o dos de estos aspectos, pero con el tiempo puede ir ampliando su acción... b) En cuanto a su estilo, se trata de una acción que lleva el sello "Damián"; se quiere actuar a la manera del P. Damián de Veuster en Molokai. Es en resumidas cuentas el estilo evangélico, enfocado desde el centro de la persona de Jesús, desde su Corazón. He aquí las actitudes y esfuerzos, los actos y elementos que caracterizan la acción al estilo Damián; o sea su espíritu. Podemos agrupar estos diferentes aspectos en 3 tiempos en relación con la acción propiamente dicha: antes, mientras, después.

ANTES DE LA ACCIÓN

Observación (el "Ver") Los gestores de la Acción "damiana" no se echan de modo inconsiderado en la acción; antes de emprenderla, se dedican a observar la realidad. La estudian, no desde el ángulo de una ideología, sino desde los hechos, ayudándose con las ciencias sociales si es del caso. Intentan a la vez penetrar más a fondo esta realidad y sentirla más intensamente desde el Corazón de Cristo, con sus ojos (los de Cristo), adoptando su mirada de hermano, salvador y libertador.

Búsqueda de la voluntad de Dios (el "Juzgar") Como Jesús, que solo pretendía cumplir la voluntad de su Padre, le interrogan a Dios preguntándole cuál es su proyecto, cuál es su plan frente a la situación. Para ello, se refieren especialmente a los pronunciamientos de los pastores de la Iglesia, intérpretes oficiales de Cristo y de su pueblo. Y siempre tienen presente el criterio evangélico de la opción preferencial por los pequeños, como Damián.

Elección de la Acción (el "Actuar") Con los ojos abiertos a la realidad, disponibles al soplo del Espíritu y orientados por la Iglesia, eligen con decisión y sin demora su campo de acción, tomando en cuenta las causas de la situación antes que sus consecuencias.

Planificación Diseñan de acuerdo a sus posibilidades un programa integral que abarque la situación bajo todos sus ángulos; se interesan por la acción pastoral propiamente dicha, y también por lo social, lo cultural, lo socio-político... Utilizan para ello toda su creatividad e imaginación, sin descuidar el apoyo de especialistas.

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Capacitación Porque saben que el amor se mide por su eficiencia, buscan prepararse. Espiritualmente, fortalecen sus motivaciones y, concretamente, se van capacitando para desempeñar eficazmente su misión, mediante lecturas, cursos, ejercicios y prácticas.

Búsqueda de colaboradores Conocen sus limitaciones, no se creen auto-suficientes. Se dan cuenta de las dificultades, problemas y resistencias que van a encontrar; de ahí que, cada vez que sea necesario, buscan la colaboración de otros y acuden a personas de fuera.

EN LA ACCIÓN

En nombre de Dios Los realizadores de la Acción-Damián se sienten "enviados" por Jesús como los Apóstoles. Lo que les lleva a obrar y actuar es la Palabra de Dios y su voluntad. No lo hacen en nombre propio, no por iniciativa propia, ni por interés ni para sobresalir, no se predican a sí mismos. Emprenden su acción en nombre de Cristo, en representación de él. No actúan en nombre de una ideología. No predican una filosofía ni quieren hacer triunfar un sistema... Quieren servir en nombre de Cristo, quieren que él actúe a través de ellos. Por eso, para ellos la oración precede la acción y la prolonga...

Organización Hecha previamente la planificación general, también en la ejecución son organizados. Cuidan cada detalle, tratan de tenerlo todo previsto con anticipación evitando la improvisación.

Entrega Saben que no se pertenecen a sí mismos; por eso en la acción no se reservan nada para sí, se dedican a ella de cuerpo entero. No comparten solo sus talentos y su tiempo, se dan a sí mismos, con el celo característico de Damián y de los fundadores de su Congregación (Coudrin y Enriqueta Aymer), celo hallado en el mismo amor apasionado del Corazón de Jesús.

Encarnación Una característica del modo de servir en la Acción-Damián es el convivir, el "estar con". Los gestores de esta Acción no quieren servir de lejos, se identifican con su pueblo, asumen sus problemas y los hacen suyos, comparten en algo su forma de vida.

En equipo Lejos de ser individualistas, quieren realizar en equipo, como menos, las fases de preparación y evaluación y, en cuanto sea posible, las etapas de ejecución. En efecto conocen sus límites y saben que fácilmente se pueden desalentar si están a solas; saben que el grupo puede más que un individuo. No ignoran tampoco la fuerza del testimonio de vida fraterna como su atractivo para los de fuera.

En coordinación con las otras instancias de la Iglesia Conscientes de que la acción de la Iglesia, para ser efectiva, debe ser coordinada, quieren favorecer una pastoral de conjunto; quieren intercambiar con los diferentes grupos, asociaciones e instancias de la Iglesia (y también de fuera); quieren trabajar en coordinación con los demás agentes de pastoral, especialmente sus pastores.

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Alegría y confianza Obran y trabajan con alegría, con optimismo. Aman la vida. Su buen humor es contagioso, transmiten su entusiasmo, irradian salud y confianza. No se angustian por el resultado de la acción, solo se dedican a sembrar, dejando a Dios la preocupación por la cosecha...

Atención a cada persona Porque entreven en el hombre el reflejo de Dios y la presencia de Cristo, tienen conciencia del valor y de la dignidad de cada persona más allá de sus apariencias. Por muy importantes que sean sus proyectos o realizaciones, están siempre atentos a las personas. Por muy preocupados que están del desarrollo de sus programas, no dejan nunca de interesarse al mismo tiempo por cada persona.

Lucha con amor El amor de Cristo acompaña su quehacer, no cargan con rencores y resentimientos. Se deshacen de ellos en cuanto aparecen, no dejan que el odio entorpezca su marcha. Han aprendido a distinguir entre, el mal y quien lo comete. Luchan contra lo primero pero siguen persiguiendo el bien del segundo. Dejando a un lado una excesiva prudencia, denuncian con coraje el error, el engaño, la maldad y la injusticia, allí donde estén. Y a la vez, en medio de la acción, siguen perdonando y ofreciendo el amor de Dios.

DESPUÉS DE LA ACCIÓN

Evaluación Los gestadores de la Acción-Damián evitan caer en la rutina y no son conformistas. Buscan el progreso, tanto a nivel personal, como el de la obra que llevan a cabo. Anhelan ser siempre más efectivos. Para ello regularmente se examinan a sí mismos y revisan su obra. La evaluación es, para ellos, un instrumento esencial de la acción. Les permite mejorarse tanto a sí mismos como sus proyectos y adaptarlos mejor a la realidad siempre en evolución.

Ofrenda a Dios Finalmente, como culminación, presentan a Dios su trabajo, se lo entregan especialmente en la Eucaristía, para que él sea quien lo haga fructificar.

ANEXO 2 (ver “Sesión 5: MAYOR FECUNDIDAD DEL MINISTERIO DE DAMIAN LEPROSO, p. 33)

Último acto de la obra de teatro “Estoy leproso, bendito sea Dios” (En la casa parroquial con los mismo:

MAYOR FECUNDIDAD DEL MINISTERIO DE DAMIAN LEPROSO

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Personajes: - Damián, - Ahuimanu, marinero - Hamakua, leprosa que

atiende el orfanato - Kapiolani, leprosa que

atiende el orfanato - Kilauea, leprosa

- Lahaina, leprosa - Kaeo, leproso - Keanu, leproso - Maui, leproso - Nohou, leproso. Luego: Kakuaahua

AHUIMANU, llegando Llego de la playa. El buque, cuyas sirenas antes aullaban, ya llegó. Echó el ancla en la bahía, a distancia de la orilla como siempre. Nuestras embarcaciones abordaron y acaban de traer el cargamento. Materiales de construcción, animales y plantas. Víveres y ropa, en cantidad insuficiente; y nuevos compañeros leprosos, en cantidad excesiva, ¡como ochenta! Damián, padre y ahora hermano, si estás enfermo, ¿quién atenderá este suplemento de feligreses? Y ¿cómo harás para seguir con tus emprendimientos, culminar tantos proyectos? DAMIÁN Quizás sea mejor así. Estaré limitado y tendré que dejarle más espacio a Dios. Haré menos pero Dios hará más, el resultado al final será superior. El campesino pone su ardor y su sudor pero Dios dispone el sol, la lluvia y la fuerza vital. El activismo no produce frutos sanos ni duraderos. Nuestra acción solo pone las bases, el milagro de la vida y del crecimiento pertenecen a Dios. Seré más productivo cuando le deje las riendas. KAKUAAHA que había salido, llega sin aliento. Todos la miran… Una gran noticia, Padre: mala y buena. Los que estaban encarcelados por haber confeccionado licor y venderlo se han rebelado esta noche. Estuve ahí. Se apoderaron de las armas de los guardias y estaban a punto de matarlos. TODOS Sí, hasta aquí oímos los disparos. Prosigue KAKUAAHA… Les gritamos a los presos pero no hicieron caso. Finalmente una inspiración me impulsó a avisarles que habías caído víctima de esta misma enfermedad que los tortura y aloca. “− Por culpa de ustedes, les grité, por su culpa, el P. Damián ha contraído la lepra. Dios lo ha herido para reparar el mal que están haciendo, como compensación por todas sus maldades.” TODOS Y ¿qué pasó? Prosigue KAKUAAHA… Se detuvieron sorprendidos. Se quedaron como estatua. Luego, dóciles como corderos, regresaron a sus celdas para cumplir su condena. ¡Tu lepra, Damián, es fuente de bendiciones! VOCES DE NIÑOS, gritando, cantando y aplaudiendo (o niños en la entrada, bailando): ¡La lepra del Padre Damián es fuente de bendiciones! (varias veces) AHUIMANU Padre Damián, creo que estamos empezando a recapacitar. Ya antes nos dabas más o menos las mismas enseñanzas. Nos predicabas acerca de la dicha de la cruz, de Jesús que consuela, de la lepra que es un atajo para ir al cielo, del sufrimiento como medio de purificación, del abandono en las manos de Dios. Pero no lograbas convencernos del todo.

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KAEO Ahora es distinto. Ya no nos echas en cara el mensaje, para cumplir tu oficio, porque te toca hacerlo, o como quien recita una lección. Hablar bonito del dolor y de la enfermedad es fácil cuando no se la sufre. Dictar cátedra, conferencias sobre la lepra, cuando no se la tiene, consuela más al conferencista que al leproso. KEANU Ahora no hablas por hablar, pues la lepra, como el taladro perfora el duro metal, se ha infiltrado en tu cuerpo; tú eres uno de los nuestros. Nosotros no hemos elegido la lepra, somos leprosos por mandato del destino; tú, al contrario, eres leproso voluntario, por amor, víctima de un celo demasiado ardiente. Ahora sí te creemos, ahora hablas desde la abundancia del corazón, hablas de lo que sabes y vives. MAUI Te creemos porque dejaste de ser un simple maestro para volverte un testigo. Solo son creíbles los testigos que están dispuestos a dar la vida por sus convicciones. Tus palabras ya no suenan como platillos estridentes, hablas con tu vida. NOHOU Antes solo conocíamos a Jesús de oídas, ahora lo descubrimos en tu propio ser marcado por la lepra. Confesamos que solo en Jesús hay palabras de vida eterna. AHUIMANU Seguiremos tu ejemplo, encontraremos en tu Dios consuelo y esperanza. Y, mientras estemos aún fuertes, nos comprometemos como tú a dar la mano a los que son más enfermos que nosotros. A vivir enteramente para los demás, sin complicaciones, sin ostentación, sin recuperaciones, sin cálculos, sin interés. A dar sin pedir nada a cambio. A servir aun a costa de la salud y de la vida. Queremos sumar nuestros sufrimientos a los de Cristo en la cruz y ofrecerle la degeneración de nuestros cuerpos. Ahora sí, tu Dios será nuestro Dios, tu Señor será nuestro Señor, tu Maestro será nuestro Maestro. LAHAINA Damián, prodigio de entrega a Dios y al hombre, hazaña de altísima calidad, anhelo de sublimes vuelos, loco de Cristo, colmo de amores y dolores, ahora serás clamor de los leprosos, su portavoz y su estandarte, incentivo en la lucha contra todas las lepras. Se nota que está inspirada… como si tuviera una visión… Veo, como en una visión, a compañeros de tu Congregación que te acompañan, a religiosas que vienen a consolarnos, a médicos que se turnan, ayudas materiales que llegan de todo el mundo... Veo, más lejos todavía, tu glorificación… DAMIÁN Son disparates, Lahaina, la fiebre de la lepra recalienta tu pobre cerebro… Rebosante de entusiasmo, grita… ¡Aleluya, hermanos! Hoy, es un día especial, hoy es el día que hizo el Señor, día de alegría y de gozo. La semilla caída en tierra está dando fruto; la levadura de la lepra hace levantar la masa. Alegrémonos y regocijémonos. Kapiolani, sírvenos el Kawa, la bebida sagrada a base de raíz de kawa masticada. Kapiolani saca la botella de kawa… HAMAKUA Dónde está, Padre, la condecoración que te entregó la princesa Liliukalani con ocasión de su visita a la isla hace como cuatro años.

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DAMIÁN Allá en el fondo del cajón. Pero ¿para qué? HAMAKUA va al cajón, la saca… Ahora eres uno de los nuestros, es tiempo que lleves al pecho la gran cruz de la Orden Real de Kalakaua. Ella intenta ponérsela… DAMIÁN, rechazándola No, hermanos. Miren mi mano. Miren la otra. Observen las manchas negras, apenas son visibles pero irán creciendo. Es la lepra. Ahí esta mi condecoración, la que me identifica con ustedes, la de la “Orden menos honorable de la Leprosería de Molokai”. Esas manchas son mi orgullo, son mis estigmas, las marcas de la Pasión de Cristo en mi carne. No quiero gloriarme sino en la cruz propia y especial que Jesús me ha impuesto.

Kapiolani sirve el kawa… Se oye un canto cuidadosamente seleccionado; los actores acompañan cantando…

ANEXO 3 (para Técnicas grupales, “Escenas, carteleras”, Sesión 1: El buen samaritano, p. 28; y para “Planificación de una actividad”, Búsqueda de soluciones a los males del mundo, p. 38)

Hay que atacar a la vez las causas y los efectos "Nueva Evangelización a la luz de Damián", Sección "Liberación", Cap. "Promoción humana I"

Es verdad que la caridad es auténtica solo cuando es eficiente, pues

La caridad… se alegra en la verdad. (Corintios 13,6) Debe por lo tanto identificar las causas y acabar con ellas.

Que se supriman las causas de los males – dice el Concilio Vaticano - y no solo los efectos, y se ordene el auxilio de modo que quienes lo reciben se vayan liberando poco a poco de la dependencia externa (Apostolado de los laicos, 8)

Estas causas pueden ser de origen natural (por ejemplo la lepra) o social (la miseria). En este segundo caso, las causas a menudo pueden coincidir con las llamadas estructuras de pecado. En ambos casos, hay que combatirlas sin tregua y con todos los medios al alcance. Pero no siempre son identificables y muchas veces, en un momento dado, son invencibles. Muchas son permanentes:

Pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre me tendréis. (Juan 12,8) En estos casos, debemos hacernos cargo de sus efectos dañinos. De ese modo, el trabajo social asistencial no debe ser descuidado ni despreciado. Por lo demás, a menudo, la simple acción caritativa ataca las mismas raíces del mal y va tumbando, sin ruido, las estructuras de pecado. Es el caso de la parábola del Buen Samaritano. Ideologías, desprovistas de verdadero sentido humano, pretenden agarrar el mal a la raíz pero desprecian la simple caridad.

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A sus ojos, la actitud del "buen samaritano" es condenable: en lugar de desperdiciar su tiempo y energía en atender al herido, tenía que correr a la autoridad y exigir el patrullaje permanente de la vía, de modo a evitar la repetición de los mismos hechos…. Pero el samaritano, al atender al judío herido que para él era extranjero, operaba un giro revolucionario pues, más allá de una simple acción policial, atacaba problemas de fondo: el hombre no vale por su nacionalidad sino por su condición humana, la solidaridad entre los hombres no se circunscribe a las fronteras del país: es incondicional. De ese modo la caridad, practicada día a día con el hombre concreto, aunque a primera vista no solucione el problema social a la raíz, promueve constantemente un mundo nuevo, un nuevo estilo de convivencia humana, pone misteriosamente, poco a poco, las bases, los cimientos de una nueva civilización:

En el programa mesiánico de Cristo… el sufrimiento está presente en el mundo para provocar amor, para hacer nacer obras de amor al prójimo, para transformar toda la civilización humana en la civilización del amor. (Salvifici Doloris 30)

La teoría que consiste en promocionar exclusivamente la lucha contra las estructuras, origen de los males, desconoce el valor de cada ser humano tomado uno por uno: se prioriza un concepto virtual de humanidad olvidando el ser de carne y hueso. Más importante aún, si ahondamos en la reflexión, descubrimos que toda causa, si bien produce efectos, es también efecto de otra causa. Cuando terminemos de combatir la causa identificada, descubriremos a menudo que los efectos subsisten a pesar de todo, pues otra se escondía detrás de la primera. Más allá de la causa erradicada, hay otras anteriores que siguen produciendo sus efectos nocivos. Sin caer en el relativismo, y por lo tanto en la inacción, debemos reconocer que hay como una cadena ininterrumpida de causas y efectos: • El bacilo de Hansen provoca la lepra y las sulfamidas la curan. • Pero una eficaz distribución de la medicina depende a su vez de una estructurada

organización social… • A su vez, la miseria y la falta de higiene constituyen un "terreno" donde se reproduce el bacilo. • Finalmente la miseria a su vez depende de una mala o injusta organización social, económica

y política. De ese modo el descubrimiento de los remedios no basta para eliminar el flagelo de la lepra pues las otras causas señaladas (miseria, injusticia social y desorganización política) impiden de hecho que la curación llegue a todos y provocan que la enfermedad siga renaciendo y propagándose.

CÓMO USAR EL FOLLETO

RECURSOS para fomentar el espíritu "Damián" y la misión al estilo "Damián"

Congregación de los Sagrados Corazones, Ecuador, Quito, 2007 Nueva edición, enteramente corregida,renovada y ampliada,03-2009

P. Emmanuel de Bézenac, sscc <[email protected]>

1. Editarlo y entregarlo a agentes de pastoral, catequistas, misioneros, etc. Ellos podrán sacar copias sin dificultad del folleto anillado…

Para editarlo: - Imprimirlo de lado y lado (usando el archivo Word o el .PDF). Antes, si fuera el caso, introducir imágenes… Si no se tiene impresora a doble cara o dúplex, utilizar la función <Imprimir en ambas caras, manualmente> (o llevar los archivos a una copiadora que disponga de computador). - Si se lo imprime por un solo lado: en el archivo Word, ir a <Configurar página>, hacer clic en <Normal> en lugar de <Márgenes simétricos>, e imprimir. - Mandarlo a anillar.

2. - O bien, “Reenviar" por mail a agentes de pastoral estos archivos de RECURSOS.

3. - O bien imprimir solo los capítulos o pasajes que se necesiten…

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RECURSOS PARA FOMENTAR EL ESPÍRITU "DAMIAN" Y LA MISIÓN AL ESTILO "DAMIAN" Hay cuatro evangelios: Damián, como otros muchos santos, es un quinto, pues expresó en carne propia la Buena Nueva de Jesús. Lo hizo al estilo "Sagrados Corazones", espiritualidad creada por los fundadores de su congregación (Pierre Coudrin, Henriette Aymer de la Chevalerie), aunque con acentos y matices propios. Damián merece que se cree, si no existe ya, el calificativo "damiano" que evoca un modo original de vivir la fe y cumplir la misión. Lo mismo como se habla de una espiritualidad "franciscana" (san Francisco de Asís) o (para tomar otro ejemplo entre muchos) "teresiana" refiriéndose no solo a Teresa de Ávila, la reformadora del Carmelo, sino a santa Teresa del Niño Jesús (Lisieux) que, sin ser fundadora de una orden, inspiró una nueva espiritualidad. Para fomentar el crecimiento espiritual y la formación pastoral de los laicos, hay varios caminos: la catequesis, una formación teológica y propiamente pastoral, el grupo bíblico, el grupo de oración, etc. Sin embargo el ejemplo de un testigo auténtico de Cristo ofrece a menudo un camino más atractivo, más cómodo y más rápido… Vale por lo tanto difundir el espíritu "Damián" o damiano en todas nuestras obras, y prioritariamente en las tantas que llevan su nombre.

Introducción 4

PRESENTACION DE DAMIAN 5

TÉCNICAS GRUPALES 13

REPRESENTACIONES 43

CELEBRACIONES 52