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UNMSM 201 «En los reinos del Perú, donde proveyó Dios de haber muchos ganados, allí los do- mesticaron con grande indus- tria, y tuvieron grandes y nu- merosas greyes o manadas de ovejas y carneros de diez mill cabezas y quince mill y más millares» Fray Bartolomé de las Casas 1 H a concluido una década de oprobio para el país. Un régi- men gubernamental que emer- gió supuestamente para ordenar nues- tra economía y llevar bienestar a nues- tros pueblos, ha terminado envuelto en el mayor de los escándalos de corrup- ción del siglo XX, que ha precipitado incluso la fuga al exterior del líder del movimiento que en 1990, en un contex- to de crisis total, cautivó al electorado con tres palabras mágicas: honradez, tecnología y trabajo; expresiones que finalmente se diluyeron en la aplicación CULTURA PERUANA RECUPEREMOS LA AUTOESTIMA DE NUESTRAS FORTALEZAS ALBERTO MOSQUERA MOQUILLAZA* RESUMEN A partir de la idea del aprovechamiento racional de nuestros recursos se enfatiza en la importancia de la ganadería autóctona. * Antropólogo, con estudios de Maestría en Historia de la Filosofía. Profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNMSM, miembro del Instituto de Investigaciones Económicas. E-mail: [email protected]

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«En los reinos del Perú,donde proveyó Dios de habermuchos ganados, allí los do-mesticaron con grande indus-tria, y tuvieron grandes y nu-merosas greyes o manadas deovejas y carneros de diez millcabezas y quince mill y másmillares»

Fray Bartolomé de las Casas1

Ha concluido una década deoprobio para el país. Un régi-men gubernamental que emer-

gió supuestamente para ordenar nues-tra economía y llevar bienestar a nues-tros pueblos, ha terminado envuelto enel mayor de los escándalos de corrup-ción del siglo XX, que ha precipitadoincluso la fuga al exterior del líder delmovimiento que en 1990, en un contex-to de crisis total, cautivó al electoradocon tres palabras mágicas: honradez,tecnología y trabajo; expresiones quefinalmente se diluyeron en la aplicación

CULTURA PERUANA

RECUPEREMOS LA AUTOESTIMADE NUESTRAS FORTALEZAS

ALBERTO MOSQUERA MOQUILLAZA*

RESUMENA partir de la idea del aprovechamiento racional de nuestros recursos

se enfatiza en la importancia de la ganadería autóctona.

* Antropólogo, con estudios de Maestría en Historia de la Filosofía. Profesor dela Facultad de Ciencias Económicas de la UNMSM, miembro del Instituto deInvestigaciones Económicas.E-mail: [email protected]

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de un modelo neoliberal a ultranza queha dejado a nuestra población en peo-res condiciones de existencia que hacediez años.

Según las últimas cifras de laempresa consultora Cuánto, el 54,1% dela población peruana vive en condicio-nes de pobreza, mientras que la pobre-za extrema envuelve al 14,85% del to-tal de peruanos. Situación explicable sies que se considera que el desempleoabierto alcanzó en 1999 el 7,7% de laPEA y el 43,4% estaba en condicionesde subempleo, déficit de empleo que deacuerdo a las proyecciones alcanzarálas 2 500 000 en el año 2007.

¿Cómo viven entonces los perua-nos? De acuerdo a la información quese maneja, el 38% de los hogares pe-ruanos consumen alimentos donados porel gobierno y, en algunos departamen-tos de la sierra, el 60% de sus poblacio-nes hacen lo mismo, habiéndose redu-cido drásticamente el consumo de ser-vicios médicos, prendas de vestir, cal-zado y hasta transporte público.2

Ahora bien, si la defenestracióndel Presidente Fujimori, como el enjui-ciamiento de su asesor VladimiroMontesinos y el proceso de desmontajede su maquinaria delictiva, han servidopara oxigenar la vida política del país ycrear un clima de confianza entre losagentes económicos, no se vislumbranaún medidas que en el campo de la eco-nomía nos permitan avanzar hacia la

estabilidad económica deseada por losperuanos; estabilidad que no pasa sólopor buscar el equilibrio de las cuentasfiscales y la balanza de pagos, tal y comose ha entendido el manejo económicodel país en los últimos años, sino poralcanzar metas que oxigenen también,en el corto plazo, las pauperizadas con-diciones de vida de millones de ciuda-danos, teniendo como norte de largo pla-zo el anhelado desarrollo integral denuestra economía y el bienestar mate-rial y espiritual de los 26 millones deperuanos.

UN NUEVO RACIOCINIO

Avanzar en esa dirección supo-ne, en primer lugar, invertir los términosdel manejo económico del país, parahacer del hombre el centro y objeto delas políticas económicas. Para elneoliberalismo, el hombre es simplemen-te una máquina generadora de riquezas,que debe ponerse en acción sólo en fun-ción de la máxima obtención de utilida-des privadas, sobre cuya base, en paí-ses como los nuestros, debe canalizarse,sin mayores apremios, el pago puntualde la deuda externa o la disciplina fis-cal. Desde esa concepción, el mercadoes el sumo pontífice de las relacioneseconómicas y sociales y los cálculosdel costo-beneficio las únicas reglasválidas para la adopción de cualquierdecisión.

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Con esa lógica, se espolea el indi-vidualismo extremo y un com-portamiento meramente competi-tivo y utilitarista, en cuyo procesoel fin justifica los medios; no de-biendo por tanto llamar la atenciónlos millones de desocupados yhambrientos que existen en el país,porque al final de cuentas ese se-ría el costo social insoslayable paraalcanzar, supuestamente, el desa-rrollo del país.

En segundo lugar, es horade poner fin a una concepción, quede espaldas a nuestra realidad eco-nómica y social ha puesto en prác-tica un modelo que, si bien pudoser útil para otros escenarios so-ciales, no necesariamente tieneque ajustarse a la formación so-cial peruana que ha tenido y tienesus propias constantes de desarro-llo, ajenas por supuesto a otrospaíses.3 En ese sentido, hay querecuperar la autoestima en nues-tras propias fuerzas: recursos na-turales, diversidades ecológicas,sabiduría y tecnologías propias, demo-cracia ancestral, etcétera, que sirvande base a un proyecto de país moder-no, vinculado al mercado y a la econo-mía mundo, al desarrollo de la ciencia ytecnología occidental, pero cuyo centrode atención sea la cualificación del hom-bre, de sus facultades materiales y es-pirituales, de sus diversidades cultura-les, para poder hablar con exactitud decapital humano peruano.

Nuestro país cuenta con reser-vas como para encarar audazmente unanueva manera de construir un futuro di-ferente. Pero para asumirlas como pro-pias tenemos que superar aquellos com-plejos que nos llevan a subestimar lo pro-pio para sobrestimar lo ajeno, como pro-ducto de un raciocinio colonial que to-davía sobrevive y que se entrelaza conla falta de identificación con nuestro país,

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con su historia, su cultura, sus gentes.4

Se soslaya así una hermosa comopromisoria realidad: a lo largo de nues-tra historia, hasta el presente, nuestrospueblos, en su lucha permanente por saliradelante, han construido una culturamaterial, productiva, que como ya vie-ne ocurriendo en algunos casos bienpuede entrelazarse, sin perder su espí-ritu creativo, con lo mejor de la cienciay tecnología occidental en la búsquedade salidas para nuestras crónicas crisiseconómicas.

Si nos despojáramos de esasanteojeras exóticas volveríamos a des-cubrir un Perú de múltiples posibilida-des, en Costa, Sierra y Selva y en sus84 zonas de vida, 62 de las cuales co-rresponden a la sierra y 69 a la sierramás la ceja de selva. Sólo la sierra, porsu gran heterogeneidad climática, reúneentonces un 60% de esas zonas de vida,lo que revela su gran potencialidad.5

Una de las fortalezas serranasradica en el pastoreo del ganado que losespañoles llamaron «ganado de la tie-rra» para diferenciarlo de las especiesanimales que ellos introdujeron a estaparte del mundo, y que ha resistido elpaso de los tiempos, de las agresionesculturales, de los modelos económicosimportados y del divorcio entre el hom-bre y la naturaleza provocado por lapobreza que azota nuestras áreas rura-les. A pesar de esas adversidades, a laque habría que sumar la presencia mis-ma del ganado vacuno, equino, ovino y

porcino, como competidores importadosde la ganadería andina, las cifras sonbastante elocuentes como para prestaratención a un renglón productivo que enel marco de otro modelo de desarrollo,integral y descentralista bien podría seruno de los pilares fundamentales en lageneración de empleo o en la soluciónde los problemas de la alimentación.

Según el Ministerio de Agricul-tura, para 1999, en el Perú existían1 120 825 llamas, 3 026 087 alpacas y141 319 vicuñas distribuidos principal-mente en departamentos como Puno,Cusco, Huancavelica, Ayacucho yArequipa; sin contar el guanaco que, conlas especies mencionadas, conforma elgrupo de los camélidos sudamericanos(llama y alpaca domesticados, vicuña yguanaco en estado silvestre), cuyos orí-genes se hallan en las praderas norte-americanas, desde donde hace milesde miles de años y por razones climá-ticas, salieron dos flujos migratorios: unohacia el Asia, cuyos descendientes sonlos camellos y dromedarios, el otro ha-cia América del Sur, del que derivaronlos camélidos materia de nuestra aten-ción.

RECURSO MILENARIO

Llamas y alpacas fueron domes-ticadas en nuestras tierras, en un pro-ceso complejo cuyos inicios hay queubicarlos en los tiempos de los cazado-res que poblaban nuestras punas. Cuan-

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do aparecen las grandes civilizacionesandinas, casi 1800 años antes de Cristo,el pastoreo de llamas y alpacas llevabavarios siglos de existencia. El hombreandino ya estaba en condiciones de di-rigir la reproducción, seleccionar a losanimales por el color o por su disposi-ción para la carga, como colofón de unainteracción entre hombres y animalesque se había iniciado miles de añosatrás6; que demostraba fehacien-temente la sapiencia y capacidades delas gentes de estas latitudes, que, asícomo habían revolucionado sus econo-mías con el descubrimiento de la agri-cultura, del mismo modo entregaban almundo conocimientos y destrezaspastoriles, lamentablemente todavía nolo suficientemente comprendidas ni ra-cionalmente aprovechadas.

Y aunque ahora esas especies seubiquen en las punas situadas arriba delos 3 800 metros sobre el nivel del mar,dando la impresión que ese es su hábitatpor excelencia, las evidencias arqueo-lógicas y documentales indican que esasáreas se convirtieron en sus zonas derefugio, pues hubieron tiempos, antes delos españoles, en que habitaron prácti-camente en todo el territorio andino,extendiéndose incluso hasta la ceja deselva. «Simplemente se refugiaron enlas zonas altas, porque tenían condi-ciones fisiológicas que les permitíansoportar la altitud mejor que los otrosanimales», ha escrito Duccio Bonavia,un investigador peruano empeñado enuna cruzada contra la extinción de esa

riqueza ganadera7 y en la demostraciónde que los camélidos sudamericanos seadaptan con facilidad a diversas condi-ciones geográficas y ecológicas.

De la misma idea es MaríaRostworowski, quien señala que en lacosta norte las llamas servían para eltransporte, además de ser uno de losprincipales recursos alimenticios y fuen-te de proteínas para los habitantes deesas áreas. En Chincha, sin embargo,el ganado de la tierra era empleado parael transporte, existiendo la prohibiciónde utilizarlo para atender las necesida-des alimenticias. En ese curacazgo unade las actividades fundamentales era elintercambio de productos con la sierradel Collao y el Cusco, por lo que los«carneros» y «ovejas» de la tierra cu-brían la necesidad del transporte paralos «mercaderes».8

La gran adaptabilidad de loscamélidos sudamericanos a todo tipo dealtitudes y climas - que indica su granpotencialidad - está hoy corroborada porla existencia de una significativa presen-cia de dichas especies en Estados Uni-dos de Norteamérica, Inglaterra, Aus-tralia, Francia, España, Nueva Zelanda,Israel y Canadá. Algo más: en el pri-mero de esos países, la llama, sometidaa condiciones de existencia muy espe-cializada, está demostrando que es ca-paz de entregar una fibra que bien pue-de competir con la de alpaca, la de ma-yor demanda en el mercado internacio-nal; mientras que Inglaterra ha proyec-

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tado contar en un futuro mediato con40 000 alpacas para que la industriali-zación de su lana y su comercializaciónse convierta en una actividad altamenterentable.

No obstante lo ex-presado, hay que señalarque una de las áreas ga-naderas más ricas en lostiempos prehispánicosfue el altiplano puneño, alsur del lago Titicaca. Elinforme de la visita, en1567, del funcionario es-pañol Garci Diez de SanMiguel a la provincia deChucuito, 35 años des-pués de la invasión euro-pea, es revelador de latrascendencia económicaque los hoy llamadoscamélidos sudamerica-nos habían alcanzado enregiones tradicionalmen-te consideradas comoinhóspitas.9 El solo he-cho de que los lupaqa -el grupo étnico que des-cribe el informe- no hu-biera sido incorporado enesos años al esclavizanterégimen de encomienda,al estar «en cabeza deSu Majestad» - tributan-

do por ende directamente al Rey - cons-tituía un privilegio que otras comunida-des andinas aspiraban.10

La razón de ese tratamiento di-ferenciado estaba en las decenas demiles de cabezas de «ganado de la tie-

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RIQUEZAALTIPLÁNICA

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rra» que pastaban en el altiplano, a pe-sar de la disminución ocasionada por elproceso de la conquista. Los españolesconsideraban «yndios ricos» a loslupaqa, donde los hombres del comúnpodía poseer miles de cabezas de gana-do; recursos que les permitían pagar sustributos en dinero, escapando así de losrigores del trabajo en las minas o de lasexacciones de los españoles, ya que lacarne, pieles, lana y energía de llamas yalpacas eran fácilmente convertibles endinero; que alcanzaba además para quelas iglesias de los pueblos lupaqa estu-viesen llenos de costosos ornamentos.

Durante la visita de Garci Diezde San Miguel, el licenciado Ruiz deEstrada, Corregidor de la provincia fuebastante explícito al respecto. Al serpreguntado sobre los «oficios, tratos,granjerías, haciendas, caudales, contra-taciones y aprovechamientos» de loslupaqa, el testigo fue claro al revelarque la base de su economía estaba enla «cosecha de pacos», de la que obte-nían la lana que la comercializaban yprocesaban para hacer ropa «que es elmejor de todo el Reino porque valeun peso más por pieza», sin dejar demencionar que habían «carneros quese alquilan con españoles para car-gar vino y coca».

Tal era la cantidad de ganado queposeían los aymara, que en Acora y Juli,de acuerdo al testimonio, «los indiosque lo guardan y los dueños de ellosno saben el número que tienen». El

mismo Ruiz de Estrada diría «que haoído decir de indio que no es caciquesino principal que es un don JuanAlanoca de Chucuito que tiene más decincuenta mil cabezas de ganado y quelos demás indios principales a los queha oído decir tienen más de mil cabe-zas».11

Con esas inevitables referencias,¿cómo explicarnos las trascendenciasde esa ganadería hasta el presente, apesar de los escenarios económicos,sociales y culturales adversos en los quese ha desenvuelto desde la conquista es-pañola hasta nuestros días?

PASTOS Y COMUNIDADES

La primera parte de la respuestahay que encontrarla en las ventajas brin-dadas por las propias condiciones natu-rales en las que viven los camélidos sud-americanos. Nos estamos refiriendo alas punas andinas, áreas de pastos na-turales y permanentes, bofedales,riachuelos y lagos, donde la agriculturaes casi imposible y en las que se desa-rrollan especies gramíneas que sopor-tan las bajas temperaturas propias deese hábitat.12 El ichu, nombre genéricoque se le da a diferentes gramíneas exis-tentes entre los 3 500 y 5 000 metrossobre el nivel del mar, llegando a alcan-zar los 50 cm de altura, es uno de losprincipales alimentos de llamas, alpacas,guanacos y vicuñas.

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Cabe anotar que según la Ofici-na Nacional de Evaluación de Recur-sos Naturales y de Altura (ONERN),actualmente INRENA, (Instituto Nacio-nal de Recursos Naturales), la superfi-cie de pastos naturales en el Perú bor-dea los 15,1 millones de Has; siendo lasierra, con 14,3 millones de Has la re-gión de pastos naturales y permanentesmás importante del país, como que ellaalberga el 97% de los ovinos, 70% delos vacunos, 80% de equinos y la totali-dad de los camélidos.13 Sus potenciali-dades están pues a la vista, aunque seabueno indicar que la escasez de pasturas,el sobrepastoreo, la erosión hídrica yeólica, y las diferencias en el valor nu-tritivo de los pastos aparezcan comofactores contrarios a su adecuada utili-zación.

En 1981 precisamente laONERN después de un estudio queabarcó 1 388 200 Has ya alertaba so-bre la degradación de los pastos de laparte central del altiplano puneño a con-secuencia del pastoreo irracional (en losmismos pastizales, con pastos de diver-sa palatabilidad se alimentaban indis-criminadamente vacunos, ovinos,camélidos, etcétera, o los pastos sopor-taban una carga excesiva de ganado) yla expansión de una flora de escaso va-lor forrajero por la presencia masiva yerosiva del ganado ovino, gran consu-midor de los pastos cortos y suaves,14

dejando las especies altas e invasorasque se hacían dominantes.

La segunda parte de la respues-ta está en la vigencia, a pesar de su de-bilitamiento en las últimas décadas, delas comunidades campesinas, como uni-dades económicas, sociales y cultura-les, que en número de 4 792 y una po-blación aproximada de 3,5 millones dehabitantes, cuentan con el reconocimien-to del estado, y cuyas actividades cen-trales de subsistencia están básicamen-te en la agricultura y ganadería.15 Co-munidades que contra lo que usualmen-te se supone no han permanecido está-ticas en el tiempo en tanto que han es-tado vinculadas a los mercados locales,regionales o incluso a espacios mayo-res, aunque de una manera desigual enel marco de la singularidad de la evolu-ción del capitalismo peruano y dentrode ello de factores tales como la cer-canía a vías o medios de comunicación,centros mineros, urbes en crecimiento,demanda mayor o menor de determina-dos productos, etcétera.

IMPERIO DEL MERCADO

En ese contexto funcionan las co-munidades de pastores, en las áreasaltoandinas, con usos y costumbresancestrales para la cría de los camélidosdomesticados, o para la explotación ra-cional de las especies silvestres; unida-des económicas que ya están aprove-chando - aunque con diferente fortuna-las ventajas que en la actualidad les brin-da el mercado nacional e internacionalde fibras, carnes y derivados16 de las

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especies domesticadas, que tradicional-mente han sido aprovechadas por lospastores de altura dentro de una econo-mía de subsistencia y una cultura pro-ductiva que se trasmite de generaciónen generación17, pero que en su pro-yección al futuro constituye un verda-dero capital de insospechada trascen-dencia dada la magnitud que va adqui-riendo la demanda de las de los camé-lidos sudamericanos y sus derivados.

En la crianza de ese ganado, lospastores andinos han mantenido - veni-das siempre a menos por las angustiasde su pobreza - sus tradicionales prácti-cas de manejo de pasturas y animales,encuadrados en sus particulares calen-darios pecuarios: parición, empadre,marcación, saca, destete, esquila, selec-ción de machos y castración, dosifica-ción y baños. Tecnologías tradicionalesque en las últimas décadas se han idocombinando con el apoyo especializadoque brindan universidades, entidades

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estatales, entes privados, o ONG, todosellos interesados, algunos con más éxi-to que otros, en cualificar la producciónde camélidos sudamericanos,18 con mi-ras a contribuir al desarrollo de los pue-blos involucrados en esas actividadeseconómicas.

En su lucha por subsistir, los pas-tores intercambian sus productos pecua-rios (carne, lana, sogas, hondas) con ali-mentos agrícolas provenientes de otros

pisos ecológicos; o, en condiciones dedesventaja, ingresan a un mercado con-trolado por rescatistas e intermediariosde todo tipo, que acuden a las ferias lo-cales, e incluso llegan hasta las propiascomunidades, para la obtención, princi-palmente de la fibra de alpaca, que fi-nalmente va a ser manufacturada porlas grandes empresas industriales esta-blecidas en centros estratégicos comoArequipa. Intermediarios que para ob-tener las mayores ventajas hacen uso

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de toda una serie de artimañas: fijan elprecio arbitrariamente, utilizan balanzasmanipuladas, entregan adelantos de di-nero, abordan a los productores antesde que lleguen a las ferias, o establecenvínculos de compadrazgo con sus po-tenciales vendedores, a sabiendas de laseriedad con que en el mundo andino seestablecen estas relaciones y que el vín-culo compra-venta va a favorecer am-pliamente a los comerciantes.

Sin embargo, la formación deempresas comunales alpaqueras, queoperan en las fronteras de las comuni-dades campesinas, interactuando conéstas, combinando sus conocimientostecnológicos ancestrales con el apoyotécnico occidental, tanto en lo que ata-ñe a producción, gestión y comer-cialización del producto, le ha abierto alos criadores andinos, particularmente alos más desarrollados, un abanico deposibilidades a explotar – y, por supues-to, también los ha expuesto a un con-junto de riesgos propios de todo proyectode inversión - en el mercado por ejem-plo de la fibra de alpaca o en el de sucarne y derivados, o también en el mer-cado negro de los animales en pie, dadala gran demanda que de dicha especieexiste en el ámbito internacional.19

Dicha fibra20, por sus grandescalidades, tiene actualmente una alta co-tización internacional, comparable conel nivel alcanzado por la fibra decashmere, mohair, angora o de la pro-pia vicuña.

FIBRA Y CARNE

¿Cuáles son los atractivos quebrinda la fibra de alpaca?

Según la Asociación Internacio-nal de la Alpaca, la fibra de estecamélido es fina y suave y puede ofre-cer una variedad de 17 colores natura-les, en gamas del blanco al negro y to-dos los matices del marrón; ventaja queno poseen otras fibras, incluyendo la delana de oveja, la de mayor expansión enel mundo, que en cuanto a propiedadestérmicas también se encuentran detrásde la fibra de alpaca. Por su parte, paraInca Tops, la fibra de alpaca es atracti-va porque además de su finura y suavi-dad tiene una buena elasticidad y resis-tencia y no es inflamable, a lo que debesumarse el prestigio de la que goza porsu exclusividad en el mundo de la moday las bondades de las prendas confec-cionadas con telas de alpaca, como esel caso de los abrigos, que tienen unacaída excelente y una aparienciavisualmente atractiva.

No se piense sin embargo que lafibra de alpaca sólo sirve para la con-fección de abrigos. La industria textilnos demuestra que esa fibra tiene múl-tiples aplicaciones: hilados, chompas,lanillas, mantas, chales, chalinas, sacos,tapices, alfombras y otros productos degran demanda, y que, en el caso de lasgrandes empresas, se trabajan con ex-pertos de la moda europea, con miras aun adecuado posicionamiento en el mer-

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cado internacional, donde Japón, Italia,Estados Unidos de Norteamérica yFrancia se han convertido en nuestrosprincipales compradores, habiéndosetambién ingresado a los mercados chi-nos y árabes.

En esa línea, desde una perspec-tiva de desarrollo sostenido, la FAO haconsiderado que la vicuña y el guanaco,sumados a otras cinco especies (tortu-gas, caimanes, iguanas, carpinchos ynutrias) resultan claves para el desa-rrollo rural de América Latina y el Ca-ribe. Dichas especies tienen en comúntres factores - por ello han sido selec-cionadas - una distribución poblacionalque incluye más de un país, una recu-peración significativa de la misma, ypor existir una gran demanda potencialde sus productos como para beneficiara sus productores. En el caso de la vi-cuña y el guanaco se ha tenido en cuentala alta calidad de sus fibras y el preciode ellas en el mercado internacional.

De otro lado, es también muypromisoria la comercialización de la car-ne de alpaca, empleada tradicionalmentepara el autoconsumo o para su venta enmercados restringidos. Ultimamente seestá insistiendo en las ventajas de lacarne de camélidos en comparación conla de vacuno. Su riqueza en proteínas(21, 274% en el caso de la alpaca y24, 821% en la de llama), su poca grasay el bajo contenido de colesterol, la con-vierten en la carne ideal para la preven-ción de enfermedades cardiovas-

culares.21 Así lo han entendido paísescomo Estados Unidos de Norteamérica,Nueva Zelanda e Israel donde ademásde criar llamas y alpacas por su lana,también han comenzado a hacerlo paraconsumir su carne por las bondades die-téticas citadas.

Como referencia que abona a lodicho, señalaremos que en Chivay,Arequipa, la empresa AgroindustriasCollagua ha invertido más de un millónde dólares con la finalidad de producirmensualmente 120 toneladas de carnede alpaca, estando proyectado, ademásde cubrir la demanda de carne fresca,exportar carne enlatada a Estados Uni-dos y Europa. El funcionamiento de esaempresa, que cuenta con el apoyo fi-nanciero de la Agencia Española deCooperación Internacional, ha permiti-do mejorar el entorno social de más de30 000 pobladores de siete comunida-des de la provincia de Caylloma.22

En la competencia por ganarmejores espacios en el mercado, el Perúno está solo. A países como EstadosUnidos de Norteamérica, Inglaterra oNueva Zelanda, arriba citados, debenañadirse otros, esta vez sudamericanosy vecinos del Perú, que hasta cierto pun-to comparten las mismas fortalezas na-turales, históricas y culturales, y que apesar de no contar con los niveles pro-ductivos nuestros, han avanzado sinembargo en el impulso de una utiliza-ción sustentable de los camélidos sud-americanos, apoyándose en el desarro-

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llo de la ciencia o en la adopción demedidas orientadas a la conservación y/o recuperación de sus respectivas es-pecies.

El guanaco, por ejemplo, se dis-tribuye en Argentina, Perú, Chile, Boli-via y Paraguay. Y, particularmente enArgentina, tiene una presencia signifi-cativa en las provincias de Jujuy, Salta,Catamarca, oeste de La Rioja, San Juan,Mendoza, Neuquén, parte de La Pam-pa, sur de Buenos Aíres, Río Negro,Chabut, Santa Cruz, Tierra del Fuego eIslas Malvinas; habiéndose adaptado alos bosques húmedos de la Tierra delFuego como a los pastizales de Pata-gonia, estimándose en toda Argentina

una población de 600 000 animales, entanto que sólo en la provincia de Chubutexisten 165 000 cabezas.

Como otras especies, el guanaco,de existencia precolombina en tierrasargentinas, ha sido objeto de la perse-cución y maltrato por parte de criado-res de ovejas, vacas y cabras, habiendocorrido también el peligro de la extin-ción. Actualmente con una poblaciónrelativamente estabilizada y con normaslegales proteccionistas, orientadas amantener el equilibrio entre fauna y suaprovechamiento, el comercio de la fi-bra de guanaco, debidamente regulado,va en aumento, dentro y fuera de Ar-gentina, por la gran demanda en el mer-

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Foto: Martín Chambi

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cado de las fibras especiales. Alema-nia, Gran Bretaña, Japón, Italia y laRepública Popular China, son los prin-cipales países importadores de la fibrade guanaco.23

Mientras tanto, en Chile, desdela década de los años 70, se está pro-moviendo la utilización sustentable de lavicuña, aprovechando los recursos hu-manos aymaras; habiéndose llegado aestablecer zonas reservadas para laconservación del ecosistema de suspunas, en las que la explotación de lavicuña, incluso la que suele hacer concriterios de sustentabilidad, está termi-nantemente prohibida. En 1988, desdeestas áreas de conservación se expor-taron 100 vicuñas hacia Ecuador, inte-resado también en promover la repobla-ción de sus páramos con una especieque las habitó hasta la llegada de losespañoles. El Perú y Bolivia también hancolaborado con la aspiración ecuatoria-na, entregando igual número de anima-les para la Reserva de ProducciónFaunística Chimborazo, que tiene unaextensión de 58 000 ha.

CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Finalmente, debemos señalar quela gran demanda de camélidos sudame-ricanos en el mundo globalizado de hoyy sus proyecciones hacia el futuro, hanoriginado que desde el campo de la cien-cia y sus aplicaciones tecnológicas sesuceda un conjunto de investigaciones,

que se extienden desde las pesquisas entorno a los pastos a consumir por tanimportantes especies, en la búsqueda deque su fibra alcance estándares inter-nacionales, hasta la creación de bancosde genes para una adecuada como pro-ductiva selección de animales.

En este terreno, como suele su-ceder, los países desarrollados están enla avanzada, por el gran apoyo que sebrinda a la investigación y sobre todopor su gran capacidad financiera, comopara costear estudios en América Lati-na (especialmente en el Perú por su-puesto) destinados a asegurar la purezagenética de las alpacas que llegan asus tierras. Ello responde a que en In-glaterra, la Sociedad de Alpaca Británi-ca, que financia un banco genético deesa especie, está muy preocupada por-que dicho banco no se corrompa congenes procedentes de animales inferio-res, o de híbridos, mientras en Australiay Estados Unidos de Norteamérica lassociedades de criadores, para resguar-dar el 100% de pureza de sus camélidos,ya cerraron sus listas de raza.

Como ya lo hemos señalado enotro acápite, en el Perú hay que resal-tar la labor de investigación sobrecamélidos realizada por los veterinariossanmarquinos, que desde 1968 ensa-yaban sobre la transferencia de embrio-nes en esas especies (Sumar, Novoa,Franco), como una preocupación com-partida por toda una generación de es-pecialistas en el tema (San Martín, Pa-

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lomino, Tabacchi, Copaira, Zúñiga,Rodríguez, Bustinza, Condorena, etcé-tera).

CONCLUSIONES

Por las razones expuestas y amanera de conclusiones, estimo perti-nente formular las siguientes propues-tas:

Primero.- Es indispensable, si dedesarrollo integral y sostenido del paísse trata, avanzar en diseñar una estra-tegia de cambio que rompa con los tra-dicionales modelos económicos impor-

tados, para tener como uno de los ejesde referencia aquellos sectores produc-tivos que como el agro y la ganaderíaautóctonas y altoandinas han demos-trado a lo largo de la historia constituirverdaderas columnas productivas paralas poblaciones serranas.

Segundo.- Dicha estrategia debeincorporar políticas que conduzcan a larevitalización y conservación de lospastizales altoandinos, recogiendo losaportes culturales de las poblacionesandinas en el manejo de dichos pastos,en un proceso de intercambio con lastecnologías occidentales idóneas paralos espacios ecológicos andinos, evitan-

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do así los riesgos que conlleva el usoindiscriminado de los tratamientosforáneos. Las Universidades del país,los centros especializados estatales oprivados, las ONG y las propias empre-sas particulares interesadas en el usoracional de nuestros recursos, bien pue-den contribuir a la realización de esatarea.

Tercero.- Las comunidades depastores de camélidos sudamericanos,fuentes de conocimiento y sabiduría enel manejo de pastos y animales debenser merecedoras de una política espe-cial, que sin romper su autonomía y cul-tura propias coadyuve a un enriqueci-miento de su bagaje de conocimientosen el manejo de pasturas, crianza, sani-dad animal, esquila, clasificación de fi-bra, etcétera; sin dejar de lado el adies-tramiento en la conducción económicay gerencial de las unidades comunerasque se han formado para incorporarseal mercado nacional e internacional.

Cuarto.- El Estado debe regularel mercado de las fibras de los camé-lidos sudamericanos para evitar de unlado el saqueo de un recurso económi-co estratégico, como para impedir elempobrecimiento de las comunidadescampesinas a favor de una minoría deempresarios o comerciantes ines-crupulosos, que a toda costa y sin nin-gún criterio de sustentabilidad quierenaprovechar en el menor tiempo posiblela gran demanda de la fibra de alpaca ovicuña en los mercados internacionales.

NOTAS

1 Escrito en el capítulo 43 de la Apologética.Citado en: De Las Casas, Bartolomé, LasAntiguas Gentes del Perú, Imprenta Gil, Lima,1939, p.14.

2 Sobre las condiciones materiales de existen-cia de la población peruana puede revisarseel número 17 de la Revista de la Facultad deCiencias Económicas de la UNMSM corres-pondiente al mes de Setiembre del año 2000,que tiene como tema central el análisis denuestro capital humano. Asimismo léase elSuplemento de Economía «Datos y Cifras»del diario La República del 5-11-2000.

3 Carlos Boloña, la eminencia gris delfujimorismo en el campo de la economía, so-lía decir y escribir que para salir de los pro-blemas económicos y sociales del Perú noera necesario «descubrir la pólvora», puesbastaba con hacer lo que otros países ya ha-bían hecho para igualarnos a Suiza, Alema-nia o Estados Unidos. Pensar lo contrariosuponía partir de un «inaceptable complejode inferioridad». BOLOÑA, Carlos, Cambiode Rumbo, IELM-SIL, 1993, p. 29.

4 Con el neoliberalismo el sentimiento de iden-tidad no pasa por ese reconocimiento de mihistoria, mi cultura, mis tradiciones, etcéte-ra, sino por la posibilidad de poder compraracciones de la Telefónica o de Luz del Sur.Soy peruano porque puedo ser accionista deesas compañías. PATRON Pepi, MercadosAbiertos e identidad cultural. En: Gonzálesde Olarte, Efraín y otros, Neoliberalismo ydesarrollo humano, CEP, Lima, 1998, p. 137.

5 En 1976, la entonces Oficina Nacional deEvaluación de Recursos Naturales (ONERN),con la asesoría de Joseph Tosi y utilizando lametodología de Leslie Holdridge, elaboró elMapa Ecológico del Perú, ubicando las 84zonas de vida señaladas, de las 103 que exis-ten en todo el mundo. CABALLERO, JoséMaría, Economía Agraria de la Sierra pe-ruana, IEP, Lima, 1981, p. 32.

6 FLORES Ochoa, Jorge y Kim MacQuarrie,El Ser Humano se relaciona con los

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camélidos. En: Flores Ochoa y otros, Oro delos Andes, Madrid, 1994, p.36.

7 BONAVIA, Duccio, Los Camélidos Sudame-ricanos, Una Introducción a su estudio, IFEA-UPCH, Lima, 1996, p. 631.

8 ROSTWOROWSKI de Diez Canseco, María,Historia del Tahuantinsuyo, IEP, Lima, 1988,p. 255.

9 DIEZ de San Miguel, Garci, Visita hecha a laprovincia de Chucuito por Garci Diez de SanMiguel en el año 1567(Versión paleográficade Waldemar Espinoza Soriano), Casa de laCultura del Perú, Lima, 1964.

10 La búsqueda de nuevas alternativas de desa-rrollo, desde las diversidades económicas ysociales del país, supone el reconocimiento

no sólo de una historia oficial sino de tantashistorias como pueblos han existido en el des-envolvimiento milenario de nuestra sociedad.Los aymaras, que según algunos estudiosospodían contarse «en cientos de miles y acasoen millones», antes de la llegada de los euro-peos constituyen una de esas naciones olvi-dadas por el Perú oficial. Los lupaqa forma-ron parte de un reyno aymara cuyo centrovital estaba a orillas del lago Titicaca, com-prendiendo los pueblos de Chucuito, Acora,Ilave, Juli, Pomata, Yunguyo y Zepita; aun-que en la búsqueda del máximo aprovecha-miento de diversos microclimas su presen-cia llegaba hasta lo que hoy son las Repúbli-cas de Bolivia y Chile.

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Sobre este reyno, además del informe sobrelos lupaqa escrito por Garci Diez de San Mi-guel, pueden leerse los textos de John V.Murra, Formaciones económicas y políticasdel mundo andino, IEP, Lima, 1975, y el deFranklin Pease, Del Tawantinsuyu a la His-toria del Perú, IEP, Lima, 1978.

11 DIEZ de San Miguel, Garci, Ibid, p. 48.12 La temperatura en esta áreas varían entre

los 18 y 20 grados centígrados bajo cero enlas noches, hasta los 15 ó 20 grados duranteel día. Los vientos gélidos y las intensas ra-diaciones solares son parte de las difícilescondiciones reinantes en esos parajespuneños.

13 El Perú y sus recursos. Atlas geográfico yeconómico, Auge S.A. editores, Lima, 1994,p. 202.

14 CABALLERO, José María, Ob. cit. p. 77 yGonzáles de Olarte Efraín, Medio Ambiente yPobreza en el Perú, IEP, Lima, 1997, p.47.

15 Según Gonzáles de Olarte, el 62% de esascomunidades se ubican en Puno, Cusco,Ayacucho, Huancavelica y Apurímac, áreaconocida como «la mancha india». GONZA-LES de Olarte, Efraín, En las fronteras delmercado, IEP, Lima, 1994, p. 177.

16 Es indudable que entre la producción de lanade alpaca manejada por el grupo Michell,pionero en la industria alpaquera peruana yel más grande productor y comercializadorde fibra de alpaca en el mundo, con ventasaproximadas por 24 millones de dólares en1998, y los productores alpaqueros huanca-velicanos, hay una distancia sideral, a pesarde que en ambos casos existe una relacióncon el mercado.

17 En el marco de la cultura andina, los pasto-res de altura constituyen un sector social es-pecial por las actividades económicas que de-sarrollan en pisos ecológicos muy por en-cima de los espacios habitualmente dedica-dos a la agricultura, con cuyos habitantessuelen dar vida a relaciones de interacción,pero también de conflicto (los «chutos» de lasalturas son vistos muchas veces con despre-cio o conmiseración). Ese quehacer econó-mico no puede entenderse al margen de una

sabiduría ancestral que les ha permitido alos pastores arrancarle a la naturaleza lossecretos del tratamiento de los camélidos ycon los cuales van educando productivamen-te a sus hijos, a quienes, en edad muy tempra-na, les suelen regalar alpacas o llamas paraque vayan compenetrándose con ellas.

18 Es importante destacar aquí el papel pionerocumplido por la Facultad de Medicina Veteri-naria de la UNMSM y el Instituto de Investi-gaciones Tropicales y de Altura (IVITA) en lainvestigación científica sobre la condicionesde existencia de los camélidos sudamerica-nos y las proyecciones económicas de suaprovechamiento, brindando al mismo tiem-po un sólido apoyo técnico a sus criadorestradicionales. El autor de este artículo tuvoocasión de participar en 1970 en un proyectodirigido por el Dr. Emilio Mendizábal Losacky auspiciado por ambas entidades, que se eje-cutó en Nuñoa y Macusani (Puno), orientadoa identificar las barreras culturales que sealzaban contra el apoyo especializado quebrindaban los veterinarios sanmarquinos.

19 Recientemente, Wilfredo Herencia, del Comi-té de Artesanías de la Asociación de Exporta-dores de ADEX, en una carta pública denun-ció la existencia de un contrabando de alpacashembras, jóvenes en su mayoría, que esta-ban saliendo por la frontera sur rumbo a lospuertos chilenos de Arica e Iquique, dondeprevio período de cuarentena, eran embar-cadas con destino a Gran Bretaña. Cada unode esos animales, según señaló, era adquiri-do a S/300 nuevos soles, aprovechándose dela carencia de recursos económicos de nues-tros pastores, para ser vendidos en Inglate-rra a US$ 12 100 dólares. http://www.ciap.org./alpaca1.htm

20 Hay dos variedades de alpaca: una, lahuacaya, se distingue por tener una fibrasedosa, fina, esponjosa y de colores natura-les múltiples; la otra, de nombre suri, tieneuna fibra sedosa y lustrosa siendo el blancosu color predominante. Ambas tienen unagran demanda entre los consumidores de losproductos derivados de esa fibra.

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21 Más allá del uso de la carne de alpaca comoparte de una dieta orientada a resolver losproblemas alimenticios por los que atraviesala población peruana o de prever dificultadesde salud, es importante tener en cuenta en laproyección culinaria de dicha carne, la exis-tencia en nuestros día de la llamada cocinanovoandina que promueve el uso de nuestrospotajes autóctonos «enriqueciéndolos, crean-do formas y adaptando productos pero sinescapar de nuestra realidad», como lo sos-tiene Bernardo Roca Rey, uno de sus princi-pales auspiciadores. ROCA Rey, Bernardo,El gusto compartido, en: 500 Años después,el nuevo rostro del Perú, Ed. Gráfica S.A.Lima, 1992.

22 Al respecto es interesante consignar el papelque puede jugar la empresa privada en eldesarrollo sustentable de la crianza decamélidos. El ejemplo del Proyecto «TambosAlpaqueros», financiado por empresas mi-neras e industriales, e incluso por la Funda-ción Matushita del Japón, para brindar co-nocimientos especializados en genética, re-producción, clasificación de fibra o en la ela-boración de carne seca a los criadores dealpacas de las alturas de Castilla y Caylloma,es una excelente referencia. Diario El Co-mercio, 28 de agosto de 1999, p. b14; «Mi-nas y Petróleo», 11-6-98, p.12

23 Nuestra Fauna Silvestre, el guanaco, Publi-cación Nº 1 de la Dirección de Fauna Silves-tre de la Provincia de Chubut. http://www.guenguel.com.ar/Introduc.htm.

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