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AliltlIrI’IEC"I’IItlIA MODERNIDAD EN AMSTERDAM

holandés quese olvidó de su

.La fra-

el Mosay el Waal), donde casi la mitad del territo-rio se encuentra bajo el nivel del mar y granparte de la tierra ha sido conquistada trasuna lucha de siglos por controlar el cursode las aguas del mar del Norte con altos di-ques y profundos eanales. El agua es uncomponente fundamental del paisaje, y laarquitectura en Holanda, una constanteimprescindible para entender su pasado,su presente y su futuro.

Esa ilusión de siglos por conquistar elmar y crear nuevas oportunidades vitalespara el hombre sigue intacta. La supera-ción de las limitaciones que impone la na-turaleza es un aliciente para los arquitectosholandeses, en especial los que desde haceuna década dan forma a la mayor transfor-mación urbanística que jamás ha conocidola ciudad de Amsterdam. Los cambios sonvisibles en diferentes puntos de la ciudad,pero sobre todo al norte, en los antiguosmuelles industriales, y al este, en la bahia

de Ii. Donde antes atracaban embarcacio-nes con destino a las Indias, hoy se elevanatractivos barrios creados de la nada, encuestión de años, pero que mantienen elefecto de ciudad gracias a los servicios, lostransportes y los negocios alli implantadosdesde el primer momento. La arquitecturaen Amsterdam está más que nunca volcadaal mar y al servicio del hombre.

Así nacieron los nuevos distritos ubica-dos sobre las islas de Java, KNSM, Sporen-btlrg y Borneo, al este de la ciudad, dondeen la última década se han construido unas8.ooo viviendas flotantes, algunas por es-tudios de arquitectura españoles como JoséLuis Mateo o Enric Miralles-Benedetta Ta-gliabue. Pero la ciudad está enfrascada enun proyecto de mayor envergadura: laconstrucción de siete islas artificiales sobrela parte oriental del lago Ij (una antigua pa-labra holandesa que significa agua), quetiene sellada la salida al mar por un gran

dique de hormigón construido en 1932. Elplan se lanzó en 1996 y prevé alojar a45.000 personas en 18.ooo nuevas vivien-das. Cada año se levantan entre 1.5oo ya.ooo, casitas bajas y altos bloques de apar-tamentos, con embarcadero y jardines pro-pios y un atractivo perfil arquitectónico,como las ocho villas de lujo diseñadas porBosch Architects. Un ultramoderno y rapi-

dísimo tranvía une ya la estación Centralcon las primeras islas del nuevo barrio,donde el pasado verano se abrió al públicouna playa artificial, según el planteamientode no construir ciudades dormitorio sinocrear espacios con vida propia.

La primera zona portuaria en renovarsefue la península de KNSM, construida a fi-nales del siglo XIX para la Real Sociedad deBarcos de Vapor de Holanda, a la que debesu nombre, y que fue abandonada en losaños setenta. En los noventa se construye-ron viviendas sociales y se habilitaron zo-nas para negocios y oficinas, según el es-quema de Jo Coenen. Destacan los comple-jos residenciales Barcelona (1993, BrunoAlbert) y Piraeus (1994, Hans Kolhoff Cristian Rapp). El método de trabajo (elAyuntamiento traza un plan modelo e invi-

ta a varios estudios de arquitectura a desa-rrollarlo) se repitió en la vecina isla de Java.En ambos casos, ante la falta de espaciosverdes naturales, se exigió explotar al máxi-mo las vistas al agua. En Java, cada zonatiene una apariencia distinta por la combi-nación de colores y materiales, aunque al-gunas partes de la estrecha isla consistenen la repetición de diseños, como eromos, a

ambos lados de los cuatro eanales que laatraviesan, sorteados por pequeños puen-tes. La policromía de esta fachada maritimaes una de las imágenes emblemáticas de lanueva Amsterdam.

Rumbo al interior del lago Ii aparecenlas islas de Borneo y Sporenburg, reconoci-bles por los eseu]turales puentes rojos quelas unen con el resto de las plataformas.Las obras se llevarou a cabo entre 1996 y el2ooo, según el diseño del estudio West 8,pero no hay ni rastro de la uniformidad quecaracteriza a las nuevas promociones de vi-riendas en otras latitudes. En total, se hanconstruido 2.150 viviendas, entre casitasbajas y grandes bloques, muchas ocupadaspor parejas jóvenes con niños que corre-tean tranquilos por los numerosos espaciospúblicos. Uno de los edificios que dominan+

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Donde antesatracabanembarcacionescon destinoa las Indias,hoy se elevanATRACTIVOSBARR][OSCREADOSDE LA NADA

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÷ la imagen de la isla es The Whale, la ballena(2000, Frits van Dongen), un gran bloquecon dos centenares de apartamentos y milmetros cuadrados de oficinas de marcadaslíneas oblicaas que facilitan la entrada de laluz. La construcción parece varada en unentorno de ladrillo del que destaca por susformas y su fachada de escamas de zinc deaspecto cambiante. Las islas albergan un

hormigón en el lago e imita a un buque concontenedores apilados. Se eleva junto a dosantiguos silos para grano con fachadas dehormigón y ladrillo, con los que estableceun fuerte contraste erumático. En el Silo-dam hay corea de 160 viviendas de diferen-tes formas y colores, algunas dedicadas alalquiler social, pero también talleres, baresy un puerto deportivo.

discurre bajo nuestros pies, como en la es-tación Central, también en proceso detransformación. "Todo lo que vemos desdeaquí es totalmente artificial. No era másque agua hasta que fue edificado el siglopasado, como la isla de la estación, la zonaportuaria oriental, este mismo muelle, másallá las islas de Ijburg... Demuestra nuestralarga tradición de construir islas sobre el

Amstet

exitoso experimento que se repetirá en Ij-burg: algunas parcelas se vendieron a par-ticulares qtm, junto con su propio arquitec-to, podian realizar la casa de sus sueños.

Modernisimos edificios de nueva plantase dan la mano con otros antiguos reciénrestaurados a partir de las infraestructurasdel antiguo puerto, en respuesta a la pre-sión social para que la zona conservara suaspecto industrial original. Esta conviven-cia es evidente en la parte occidental delantiguo muelle, donde en d 2002 elestudiode arquitectos MVRDV -un grupo de van-guardia formado por discípulos de RemKoolhaas- culminó uno de los proyectos deviviendas más sorprendentes y llenos decolor de los últimos años, el Silodam, unedificio de diez pisos de más de 300 metrosde longitud, l)eseansa sobre columnas de

"En la ciudad actual no se puede cons-truir más, hay que protegerla, pero pode-mos trabajas con casas y bardos flotantes.Al mismo tiempo que hay preocupaciónpor c6mo frenar la subida del nivel del mar,hay problemas de alojamiento. Por eso in-tentamos combinar el diseño de viviendascon nuevos sistemas de gestión del agua.Hay gente que no está de acuerdo porquepiensa que restará belleza a la ciudad, peroes una manera de vivir que va a ser extre-madamente importante en el futuro y esalgo que debemos explorar a fondo", afirmaMaarten Kloos, director del Centro de Ar-quitectura de Amsterdam (Aroam), un im-portante punto cultural de la ciudad queademás organiza paseos arquitectónicos.

En Amsterdam, incluso donde uno tienela sensación de pisar tierra firme, el agua

agua", explica Kloos en la sede del Arcam,instalada desde el 2003 en un edificio dePené van Zuuk. Su ondulante y estrecha fa-chada de aluminio esconde tres pisos co-municados por un frontal de vidrio con vis-tas al mar desde el que puede admirarse,por ejemplo, el Centro Nacional de CienciayTecnología, conocido como Nemo (1997).Diseñado por el italiano Renzo Piano -pre-mio Pritzker 1998-, el verdoso edificio esun espectáculo en sí mismo. Imita la proa

i te-jado, al que se puedelera desde el muelle i

dejar discurrir laciudad que, según"irreconocible para eltres o cinco años".

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