Rappaport 2005

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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=81102902 Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Sistema de Información Científica Joanne Rappaport, Abelardo Ramos Pacho Una historia colaborativa: retos para el diálogo indígena- académico Historia Crítica, núm. 29, enero-junio, 2005, pp. 39-62, Universidad de Los Andes Colombia ¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista Historia Crítica, ISSN (Versión impresa): 0121-1617 [email protected] Universidad de Los Andes Colombia www.redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y PortugalSistema de Informacin Cientfica

    Joanne Rappaport, Abelardo Ramos PachoUna historia colaborativa: retos para el dilogo indgena- acadmico

    Historia Crtica, nm. 29, enero-junio, 2005, pp. 39-62,Universidad de Los Andes

    Colombia

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    Hace ms de tres dcadas, Delmos Jones plante que la antropologa nativa sloalcanzara viabilidad despus de desarrollar un conjunto de teoras basado enpreceptos y suposiciones no occidentales, en el mismo sentido que la antropologamoderna se fundamenta en, y apoya a, las creencias y valores occidentales1 .Indudablemente, Jones se refera a los acadmicos que son miembros de minorastnicas estadounidenses. Armados con lo que el socilogo afro-norteamericanoW.E.B. Du Bois llam la doble conciencia una perspectiva privilegiada de larealidad dada por su posicionamiento sobre la frontera entre la sociedad dominantey los grupos subordinados-, tales investigadores gozaban del potencial paradesarrollar lo que este autor denomin mirada alternativa (second-sight); es decir,una mirada que les permita analizar su posicin en la sociedad norteamericanadesde su lugar como minora2 .

    Una historia colaborativa:retos para el dilogoindgena-acadmico

    Joanne Rappaport

    Artculo recibido en septiembre de 2004; aprobado en febrero de 2005. Los autores agradecen a LukasGarcs y Mariela Rodrguez, de la Universidad de Georgetown, por su colaboracin en la correccindel espaol.

    Profesora, Georgetown University, Washington. Lingista, Consejo Regional Indgena del Cauca.1 JONES, Delmos J., Towards a Native Anthropology, en Human Organization, Washington, Vol. 29,

    No. 4, 1970, p. 251.2 DU BOIS, W.E.B., The Souls of Black Folk, New York, Bantam, 1989, pp. 2-3.

    Abelardo Ramos Pacho

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    Ms all de la resonancia especfica y contextual que las nociones duboisianas tienenentre los estudiosos afro-norteamericanos, la doble conciencia constituye unametfora frtil para la interpretacin de las actividades intelectuales dentro delcampo tnico latinoamericano, en el cual se ha buscado desarrollar lo que podraser llamado una mirada alternativa indgena3 . Es decir, un intento de desarrollardispositivos conceptuales (teorizaciones) originados en las culturas nativas, quefaciliten nuevas interpretaciones consonantes con las epistemologas y prioridadespolticas de las organizaciones. La creacin de tales dispositivos es uno de losobjetivos fundamentales de los intelectuales adscritos a las organizaciones tnicas.Estas herramientas no slo son tiles para analizar e interpretar la experiencia,sino que permiten que tales organizaciones acten polticamente para transformarla realidad social en la que viven.

    En el presente artculo nos proponemos indagar la naturaleza de la teorizacinindgena, preguntndonos sobre las condiciones intelectuales de su surgimiento y elcarcter de su epistemologa; proceso que no puede ser entendido como una simpleapropiacin de valores primordiales en el mundo moderno. La teorizacin indgenaemerge dentro de un complejo campo multitnico -respecto de su construccinepistemolgica, como de su prctica poltica- y est vinculada a la apropiacincrtica de sistemas externos de conocimiento, enmarcados por un pensamiento propio.Estas estrategias se desarrollan en contextos polticos en los que el movimiento

    3 La nocin duboisiana surge de la conjuncin de un momento histrico particular de las relacionesinterraciales en los Estados Unidos y de su trayectoria intelectual individual, enriquecida por losestudios filosficos en Alemania. Adems de haberse originado en la atmsfera norteamericanaracista y polarizada de principios del siglo XX, y presentarse, en apariencia, como un discurso deorgullo racial, la doble conciencia presupone una experiencia compleja y heterognea que no puede serreducida a una simple esencia, vase CHANDLER, Nahum Dimitri, The Economy ofDesedimentation: W.E.B: DuBois and the Discourses of the Negro, en Callaloo, Vol. 19, No.1,Charlottesville, 1996, pp. 78-93. Por esta razn, la metfora no puede ser aplicada en otros contextosgeogrficos e histricos en forma acrtica. Joanne Rappaport introdujo el concepto en un tallerconformado por unos cuarenta maestros bilinges del Consejo Regional Indgena del Cauca quereconfiguraron, desde sus prioridades, la definicin de la doble conciencia como una valorizacin delo propio como diferencia. Una de las participantes ofreci la siguiente relectura del concepto: [El]dolor de ser indio por todas las implicaciones de rechazo al que estamos sometidos y, a la vez, elorgullo de ser diferentes con una identidad clara y definida: CHOCUE GUASAQUILLO, Ana Alicia,Nuestra doble conciencia, en Revista Cayuce , Popayn, No. 4, 2000, pp.14-15. Para un anlisis deesta experiencia, vase RAPPAPORT, Joanne, Los nasa de frontera y la poltica de la identidad en elCauca Indgena, en RAPPAPORT, Joanne (editora), Retornando la mirada: una investigacin colaborativaintertnica sobre el Cauca a la entrada del milenio, Popayn, Editorial Universidad del Cauca, 2005, pp. 31-56.

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    indgena busca forjar una democracia radicalmente pluralista, en el marco de unimaginario nacional en el que la justicia social se construye inyectando en el procesosocial una multiplicidad de reivindicaciones y prcticas polticas tnicas4 .

    Examinaremos este proceso a travs de la presentacin de nuestra experiencia deinvestigacin en el Programa de Educacin Bilinge e Intercultural (PEBI) delConsejo Regional Indgena del Cauca (CRIC), una organizacin indgena que a lolargo de los ltimos 34 aos ha llegado a ocupar una posicin significativa deinterlocucin indgena con el pblico colombiano. En el curso de nuestracolaboracin, en la que participamos maestros bilinges, activistas del CRIC y tresinvestigadores -uno de origen nasa, una colaboradora blanco-mestiza y unaantroploga norteamericana-, nos dimos cuenta que la teorizacin indgena tienesus fuentes en las prcticas culturales de las organizaciones indgenas que conforman,a su vez, un microcosmos intercultural. Antes de contar nuestra experienciaprecisaremos, a continuacin, las metodologas y los conceptos claves que informaronnuestra investigacin.

    1. Traduccin y teorizacin

    El desarrollo de dispositivos conceptuales indgenas surgi en el Cauca comoresultado de la interseccin de varios procesos. Por un lado, la apertura, a mediadosde la dcada de los ochentas, de la maestra en etnolingstica en la Universidad delos Andes, a la que ingresaron estudiantes indgenas apoyados por las organizacionestnicas, permiti que en el medio poltico indgena se comenzaran a descubrir lasposibilidades de la lengua como fuente para elaborar una teora propia5 . Por otrolado, la experiencia de traduccin de la Constitucin de 1991 al nasa yute, promoviun contexto poltico que facilit la apropiacin de las metodologas lingsticasenseadas en la maestra. Como veremos, esta coyuntura posibilit la creacin denuevas metodologas interculturales de investigacin.

    La traduccin presenta una estrategia innovadora, a travs de la cual los activistasnasa se apropian de conceptos provenientes de la sociedad dominante,reconfigurndolos en el marco de las categoras indgenas. Es decir, frecuentemente

    4 LACLAU, Ernesto y CHANTAL, Mouffe, Hegemony and Socialist Strategy: Towards a Radical DemocraticPolitics, London, Verso, 1985.

    5 Abelardo Ramos fue, entre otros, uno de los egresados indgenas de este programa.

    Joanne Rappaport y Abelardo Ramos Pacho

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    los nasahablantes reflexionan sobre los posibles significados de un trmino en sulengua, con el fin de adecuar el concepto a sus propios objetivos. Suelen utilizaresta estrategia cuando encuentran ideas -tales como desarrollo, interculturalidado cultura- cuyos significados en espaol tienen una resonancia limitada dentrodel mundo nasa, pero que pueden ser adecuados a los proyectos poltico-culturalesindgenas. Siguiendo el trabajo del cineasta chino Rey Chow, consideramos que latraduccin de las ideas al nasa yuwe mejora el trmino original, inyectndole unnuevo significado que, al mismo tiempo que lo enriquece, lo libera de ciertaslimitaciones6 .

    Esta estrategia se origin durante la traduccin de la Constitucin de 1991, cuandoel equipo -compuesto por las autoridades tradicionales del resguardo indgena deMosoco, lingistas indgenas y nacionales, profesores bilinges y una gama deprofesionales, entre los cuales se encontraban abogados, socilogos, psiclogos,filsofos y economistas- se vio obligado a enfrentar el reto de crear en lengua nasayuwe una serie de conceptos provenientes del discurso poltico universal7 . El ejerciciono consisti en una simple traduccin, ni en la creacin de meros neologismos, sinoque permiti repensar los conceptos desde la cosmovisin nasa. El resultado deesta experiencia no slo dio lugar a la creacin de un glosario compuesto por trminosnuevos, sino que, a travs de la traduccin, se abri la posibilidad de reconceptualizarlas nociones de justicia y patria desde el punto de vista indgena y de acuerdo a susnecesidades organizativas. Para ser ms precisos, no tradujeron la Constitucin ensentido estricto, sino que reimaginaron sus preceptos fundamentales desde la posicindel sujeto nasa, construyendo as una crtica nasa al estado colombiano8 .

    Adems de formar parte de un dispositivo terico-metodolgico que permiti almovimiento sentar las bases para su propia propuesta poltica pluralista, este ejerciciode traduccin posibilit tambin un acercamiento diferente a la realidad social; unanueva autoetnografa nasa. Hace dos dcadas, Talal Asad sugiri que la etnografa

    6 CHOW, Rey, Primitive Passions: Visuality, Sexuality, Ethnography, and Contemporary Chinese Cinema, NewYork, Columbia University Press, 1995, p. 186.

    7 Vase RAMOS, Abelardo y CABILDO INDGENA DE MOSOCO, Ec nehwes: Constitucin poltica deColombia en nasa yute, Bogot, CCELA-Uniandes, 1993 y ROJAS CURIEUX, Tulio, Transportar lacosa hablada a otra lengua: la experiencia de la traduccin de la Constitucin de la Repblica a lenguasindgenas, en CASTAEDA, Felipe y VOLLET, Matas (editores), Concepciones de la Conquista:aproximaciones interdisciplinarias, Bogot, Uniandes, 2000, pp. 361-388.

    8 RAPPAPORT, Joanne, Imaginando una nacin pluralista: intelectuales y la jurisdiccin especialindgena, en Revista Colombiana de Antropologa, Bogot, No. 39, 2004, pp. 105-38.

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    es un especie de traduccin dirigida a un pblico muy especfico que espera leersobre otro modo de vida y manipular el texto de acuerdo a reglas preestablecidas, sinintentar aprender a vivir un nuevo modo de vida9 . La traduccin es, igualmente,crucial para el proyecto indgena, pero su funcin es inversa. Cuando los nasaparticipan en la traduccin cultural s lo hacen para aprender a vivir un nuevomodo de vida, mediante la apropiacin de conceptos externos, a travs de supropio marco poltico-lingstico. Es decir, su objetivo respecto de la traduccinconsiste en aprovecharse de las potencialidades culturales, ms que en textualizarlas diferencias culturales. Esta metodologa autoetnogrfica constituye uno de lostantos acercamientos interculturales empleados por el movimiento indgena paramoverse dentro de un medio multitnico.

    2. La interculturalidad

    El ejercicio de la traduccin de la Constitucin de 1991 arroja nueva luz sobre unaspecto fundamental de la teorizacin indgena en Colombia, debido a que surge deun doble dilogo entre activistas indgenas y profesionales de la cultura nacional,entre conceptos nasas y la jurisprudencia occidental. Las propias organizacionesindgenas son interculturales; una amalgama en la que militantes tnicos y suscolaboradores interaccionan a diario, intercambiando constantemente ideas queprovienen tanto del pensamiento nacional e internacional, como de las culturasnativas. Aunque la interculturalidad ha caracterizado a las organizaciones indgenasdesde sus orgenes, en las ltimas dcadas esta concepcin ha sido teorizada porpedagogos latinoamericanos que han contribuido, de esta manera, a su profundizacinen el marco de la prctica organizativa.

    La interculturalidad se desarroll en Amrica Latina junto a las luchas populares delas dcadas del setenta y del ochenta, que facilitaron alternativas a las nocionestradicionales de la democracia representativa10 . En el caso de Colombia, donde laConstitucin de 1991 estableci legalmente la apertura hacia una nacin pluralista,esta propuesta ofrece opciones ms radicales que la del multiculturalismo. De acuerdocon este ltimo caso, el Estado debera promulgar una simple tolerancia hacia las

    9 ASAD, Talal, The Concept of Cultural Translation in British Social Anthropology, en CLIFFORD,James, and MARCUS, George E. (editors), Writing Culture: The Poetics and Politics of Ethnography, Berkeley,University of California Press, 1986, p. 159.

    10 LPEZ, Luis Enrique, La educacin en reas indgenas de Amrica Latina: apreciaciones comparativas desde laeducacin bilinge intercultural, Guatemala, Centro de Estudios de la Cultura Maya (CECMA), 1995.

    Joanne Rappaport y Abelardo Ramos Pacho

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    minoras tnicas, aunque su consecuencia sea que, debido a su participacin en lademocracia electoral, diluyan su impacto en la nacin. Mientras que elmulticulturalismo inhibe la potencialidad poltica del periodo posterior a la reformaconstitucional, la interculturalidad busca nuevas formas de forjar condiciones deigualdad y consenso, al resaltar el contenido de las voces minoritarias11 . Lainterculturalidad trasciende al multiculturalismo debido a que implica mucho msque un encuentro enmarcado por las relaciones hegemnicas. Esta propuestabusca forjar nuevas relaciones horizontales12 dentro del Estado pluralista13 ,inyectando la diferencia cultural en los movimientos que luchan por una democraciaradicalmente ms inclusiva14 .

    Es claro que la interculturalidad es un proyecto emergente -ms que una realidadsocial existente-, que surge en el marco de la educacin indgena en los pasesandinos, en los cuales los pedagogos radicales han construido programas locales deeducacin bilinge. La interculturalidad presupone una ligazn directa entre laeducacin y el cambio social, sugiriendo que la escuela presenta un escenario crticoen el que la autoestima cultural y la creacin de relaciones tnicas no-jerrquicasfortalece los cimientos para la construccin de la democracia ms all del aula15 . Laeducacin intercultural hace explcita la diferencia, con el objetivo de facilitar laincorporacin y absorcin de una constelacin de nuevas ideas y formas culturalesdentro de matrices culturales locales16 . En contraste con los abordajes anteriores,preocupados por rescatar las costumbres del pasado, la nocin de revitalizacincultural es reconfigurada como un proceso orientado hacia el futuro17 .

    11 HEISE, Mara, TUBINO, Fidel y ARDITO, Wilfredo, Interculturalidad: un desafo, Lima, CentroAmaznico de Antropologa y Aplicacin Prctica, 1994.

    12 GOTTRET, Gustavo, Interculturalidad en el aula, en MENGOA, Nora (editora), Interculturalidad ycalidad de los aprendizajes en mbitos escolares urbanos, La Paz, Centro Boliviano de Investigacin y AccinEducativas, 1999.

    13 LPEZ, Luis Enrique, El lenguaje en el desarrollo de los conocimientos en mbitos escolaresurbanos con diversidad cultural, en MENGOA, Nora, op. cit., pp. 47-70.

    14 LACLAU, Ernesto, y CHANTAL, Mouffe, op. cit.15 HEISE, Mara, TUBINO, Fidel y ARDITO, Wilfredo, op. cit.; GOTTRET, Gustavo, op. cit.; LPEZ,

    Luis Enrique, op. cit.16 MENGOA, Nora, Diversidad y procesos pedaggicos, lineamientos para una propuesta de educacin

    intercultural en escuelas urbano-populares de la regin andina en Bolivia, en MENGOA, Nora(editora), op. cit., pp. 11-20.

    17 HEISE, Mara, TUBINO, Fidel y ARDITO, Wilfredo, op. cit.

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    La teorizacin indgena constituye un ejemplo de la puesta en prctica de lainterculturalidad, ya que no slo provee herramientas para la creacin de dispositivosconceptuales indgenas, sino que va ms all: tiene una razn poltica. El dilogointercultural en las organizaciones tnicas es posible precisamente porque losindgenas son tambin colombianos y consideran que la lucha contrahegemnicatiene que trascender la esfera puramente nativa. Al mismo tiempo que estasorganizaciones intervienen en la construccin de un nuevo pas, la creacin deabordajes tericos diferentes les permite fortalecerse como grupo cultural, dandolugar a un proceso de retroalimentacin entre stos y las instituciones estatales.

    3. Cultura y autonoma poltica

    Aunque en la regin del Cauca los dispositivos tericos surgen mayoritariamentecomo resultado de las investigaciones relacionadas con las lenguas indgenas, talcomo ocurri con la traduccin de la Constitucin, las cosmovisiones indgenas nodesempean un rol menor. Uno de los ejemplos ms citados dentro de lasorganizaciones es el motivo del espiral; icono plasmado en petroglifos, en elmovimiento de la mano del chamn durante los rituales y en las estructurasgramaticales de varios idiomas indgenas del Cauca18 . Esta figura facilit a losguambianos un modelo alternativo para reorganizar la trama histrica19 , a partir denarrativas mitolgicas y de la topografa de un territorio en lucha20 . Adems de lasinvestigaciones lingsticas y de las cosmovisiones nativas, la teorizacin se basatambin en las prcticas organizativas indgenas. Independientemente de lacentralidad de la cosmovisin como herramienta para el anlisis cultural, los pueblosoriginarios se han apropiado de ideales universales -tales como autonoma yterritorio- y los han convertido en ejes de sus interpretaciones histricas ysociolgicas, dando lugar a un discurso de autonoma poltica21 .

    18 MUELAS HURTADO, Brbara, Relacin espacio-tiempo en el pensamiento guambiano, Popayn, ProyeccionesLingusticas 1, 1995, pp. 31-40.

    19 VASCO URIBE, Guillermo, DAGUA HURTADO, Abelino, ARANDA, Misael, En el segundo da,la Gente Grande (Numisak) sembr la autoridad y las plantas y, con su jugo, bebi el sentido, enCORREA, Francois (editor), Encrucijadas de Colombia amerindia, Bogot, Instituto Colombiano deAntropologa e Historia (ICANH), 1993, pp. 9-48.

    20 RAPPAPORT, Joanne, Escritura y convenciones literarias: los retos de la intelectualidad indgena,en CORRALES, Martha (editora), La etnoeducacin en la construccin de los sentidos sociales, Popayn, Universidaddel Cauca/Instituto Caro y Cuervo/CCELA/PROEIB Andes, 2003. No hay espacio aqu paradesarrollar la descripcin de otros intentos de teorizacin indgena en Bolivia, Guatemala y NuevaZelandia, que tambin presentan ricas fuentes para la creacin de dispositivos conceptuales nativos.

    21 ALLEN, Chadwick, Blood Narrative: Indigenous Identity in American Indian and Maori Literary and Activist

    Joanne Rappaport y Abelardo Ramos Pacho

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    En realidad, los discursos culturalistas y de autonoma poltica actan conjuntamentedentro de las organizaciones indgenas. Al interpretar el discurso de Davi Kopenawa,un dirigente yanomami de Brasil, el antroplogo Bruce Albert explicaconvincentemente que el movimiento indgena se mueve dentro de un campo polticotnicamente heterogneo, en el que las organizaciones tnicas sobreviven gracias ala apropiacin simultnea de universales polticos y especificidades culturales.

    Si el discurso poltico indgena se limita a la mera reproduccin de lascategoras blancas, ste se reducir a una retrica vaca; si, por otro lado,permanece en el mbito exclusivo de la cosmologa, no escapar delsolipsismo cultural. En un caso como en el otro, la falta de articulacinde esos dos registros lleva al fracaso poltico

    22.

    El carcter del proyecto intelectual indgena abarca tanto a los discursos polticosuniversales, como a las especificidades culturales nativas. Sus objetivos entretejenvarias construcciones del pluralismo, dentro y ms all de las fronteras de lascomunidades indgenas, estableciendo intercambios interculturales entre stas y lasociedad nacional. Por lo tanto, este proyecto requiere de un acercamiento doble, quefuerza a los tericos indgenas a penetrar en los intersticios de lo universal y lo especfico.

    En realidad, ambos polos de esta ecuacin son heterogneos. Despus de cuatrosiglos de colonizacin y algunas dcadas de dilogo entre organizaciones indgenas,simpatizantes de la sociedad civil y funcionarios del gobierno, no es posible continuarhablando de dos lgicas totalmente inconmensurables. El proceso de resistenciahace que las formas culturales indgenas adquieran una naturaleza contestataria,que las sita firmemente en la modernidad desde donde dialogan con los discursosnacionales. Como indica Paul Gilroy, hacindose eco de W.E.B. Du Bois, el poderde las formas culturales de las minoras deriva de un desdoblamiento de su ubicacininestable, simultneamente dentro y fuera de las convenciones, suposiciones y reglasestticas por las cuales la modernidad se distingue y se periodiza23 . En el proceso,

    Texts, Durham, Duke University Press, 2002; FIELD, Les, Complicities and Collaborations:Anthropologists and the Unacknowledged Tribes of California, en Current Anthropology, Chicago,Vol. 2, No. 40, 1999, pp. 193-209.

    22 ALBERT, Bruce, O ouro canibal e a queda do cu: uma crtica xamnica da economia poltica danaturaleza, en Srie Antropologica, Brasilia, No. 174, Departamento de Antropologa, Universidade deBrasilia, 1995, p. 4. (traduccin de los autores).

    23 GILROY, Paul, The Black Atlantic: Modernity and Double Consciousness, Cambridge, Harvard UniversityPress, 1993, p. 73

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    stas son reimaginadas desde una perspectiva moderna, entremezcladas conapropiaciones de formas culturales de la sociedad mayor, produciendo una antifonadinmica. Lo que Gilroy sugiere es esencial. Mientras que los indgenas reconfiguransus formas culturales dentro de un espacio de lucha, la teorizacin les permiteapropiarse de los conceptos y metodologas pertenecientes a los paradigmasdominantes desde su propio espacio conceptual. En este sentido, es imprescindiblemantener el dilogo entre cultura y autonoma poltica sin que uno de los registrosborre al otro.

    La teorizacin indgena gira en torno a una relacin entre lo interno y lo externo. Alreflexionar sobre lo que significa construir la diferencia cultural dentro del sistemasocial que los rodea, los investigadores indgenas del Cauca buscan definir, a travsde la investigacin y la accin, cmo mantener un adentro cultural diferente alafuera de la sociedad dominante24 . Despus de cuatro siglos de dominacincolonial, la topografa cultural del Cauca es heterognea y sincrtica, situacin queno slo es reconocida por los activistas, sino que adems les provee un campo deaccin. La ideologa que quieren revitalizar y proyectar a lo largo del territorioindgena se conserva slo en unas pocas localidades. Sin embargo, aunque estbasado en constelaciones de valores y estructuras de comportamiento, el adentrono es una esencia cultural de ndole antropolgica. Sus formas culturales, articuladaspor el movimiento, tampoco corresponden a una realidad observable ni remiten aun sitio concreto. Dichas formas culturales estn conformadas por las utopas queel movimiento busca construir a partir de los modelos generados por susinvestigadores.

    La utopa del adentro es proyectada no slo a partir de prcticas culturales, sinoque los discursos de autonoma poltica del movimiento indgena entran igualmentea colacin. En los pases latinoamericanos, donde la clase dominante proviene delsector colonizador y los indgenas viven en un estado perpetuo de colonialismo, elsignificado del trmino nativo es muy complejo en comparacin con las sociedadesposcoloniales africanas o asiticas. En Amrica, la resistencia indgenanecesariamente asume formas especiales25 . A pesar de la exhortacin que haceDipesh Chakrabarty26 a los estudiosos del Tercer Mundo para que trasciendan la

    24 RAPPAPORT, Joanne, Los nasa de frontera..., en op. cit.25 ALLEN, Chadwick, op. cit., pp. 18-20.26 CHAKRABARTY, Dipesh, Provincializing Europe: Postcolonial Thought and Historical Difference, Princeton,

    Princeton University Press, 2000

    Joanne Rappaport y Abelardo Ramos Pacho

    savecamCuadro de textoANTIFONIA: verso cantado Fragmento que se recita o se canta antes o despus de los salmos. En su origen la antifona se cantaba por dos coros que se respondan alternativamente.

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    metanarrativa del estado-nacin en sus interpretaciones histricas, losinvestigadores y activistas indgenas no pueden rechazar conceptos coloniales, talescomo nacin, autonoma poltica, resguardo o autoridad indgena, debidoa que estn insertos como ciudadanos contestatarios. A diferencia de Chakrabarty,Chadwick Allen sugiere que los activistas e investigadores indgenas deben exigir alEstado que los re-reconozca27 . Es decir, tienen que retomar las ideas implcitas enestos conceptos y reconfigurarlas en torno a las prioridades indgenas; objetivo que,como vimos anteriormente, tambin era buscado por los traductores nasa de laConstitucin de 1991.

    4. Colaboracin y teorizacin

    Tal como hemos expuesto, reflexionaremos sobre las complejidades de la teorizacinindgena, dentro del marco de nuestra colaboracin como investigadores, en lahistoria del Programa de Educacin Bilinge e Intercultural (PEBI) del ConsejoRegional Indgena del Cauca (CRIC). Dos de los miembros del equipo AbelardoRamos (lingista nasa e integrante del PEBI) y Joanne Rappaport (antroploganorteamericana)- son autores de este artculo; el tercer miembro fue Graciela Bolaos(colaboradora del CRIC e integrante del PEBI). Dado que nuestro trabajo asumila forma de una conversacin intertnica entre los varios acercamientosepistemolgicos que incidieron en la preparacin de nuestra narracin histrica, elartculo tomar la forma de un dilogo de saberes y nuestras voces aparecernsealadas en tipografas diferentes.

    La teorizacin indgena es un producto derivado de complejas negociaciones entrelas prioridades y discursos polticos del movimiento tnico, por un lado, y de laconstruccin de sistemas de investigacin epistemolgicos y metodolgicosindgenas que dialogan con los sistemas de investigacin occidentales, por el otro.Tal como hemos planteado, reiteramos que la tarea del investigador colaboradorpresupone un dilogo de saberes entre los miembros de la sociedad dominante y losgrupos tnicos. A continuacin mostraremos un ejemplo de cmo se produce elconocimiento, el cual no puede ser separado de sus cualidades tericas.

    JOANNE: A diferencia de la prctica acadmica en las ciencias sociales,que en muchos casos es solitaria u organizada por un equipo homogneo deinvestigadores, en el movimiento indgena la investigacin asume un carcter

    27 ALLEN, Chadwick, op. cit., p. 20.

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    netamente colectivo, lo cual presupone una serie de procedimientosmetodolgicos. Puesto que los programas de las organizaciones estncompuestos por un personal intertnico, incluyendo no slo a indgenas dediferentes grupos tnicos, sino tambin a colaboradores blanco-mestizos, lainvestigacin hecha por el movimiento indgena no presupone un cuerpoculturalmente homogneo de investigadores, sino un dilogo de saberesentre investigadores que son tnicamente diferentes28 . En los casos decolaboraciones realizadas por expertos externos, la metodologa yepistemologa del etngrafo profesional tiene que subordinarse a las delequipo. Lo anterior implica aceptar la conmensurabilidad e igualdad entrelos diferentes modos de saber y, especialmente, que las prioridades indgenasconformarn el marco general de la investigacin. Adems, es necesarioentender que la colaboracin no ocurre entre los acadmicos y los indgenascomo si fueran dos grupos monolticos. Debido a que la investigacin dentrode la organizacin indgena es bsicamente un producto de las relacionesentre colaboradores y actores tnicos que construyen su metodologainvestigativa conjuntamente, sera ms productivo pensar la colaboracin entrminos de una retroalimentacin entre activistas y acadmicos. En miexperiencia como antroploga, he descubierto que las diferenciasepistemolgicas con los indgenas son frecuentemente franqueables, puestoque mi entrenamiento me capacit para analizarlas. En cambio, son lasdiferencias entre el modo de investigar de los activistas y las metodologasacadmicas los que me han presentado un reto, debido a que no estaban enmi horizonte etnogrfico.

    El trabajo de investigacin en la organizacin indgena se hace a partir detalleres, metodologa que presupone una contribucin interpretativa por partede la comunidad y no slo de los investigadores principales. Por ello el tallerfunciona como un espacio exegtico y no simplemente como un sitio para larecoleccin de datos29 . Bajo estas condiciones resulta claro que la teorizacin

    28 Nos referimos aqu al Consejo Regional Indgena del Cauca, cuyos programas operan con un personalintertnico. El movimiento de Autoridades Indgenas de Colombia es una organizacin en la cual loscolaboradores no estn directamente insertados en las actividades cotidianas, sino que conforman unaorganizacin paralela con participantes blanco-mestizos solidarios con el programa. De este modo, lainvestigacin adquiere un carcter intertnico a partir del dilogo entre los indgenas y aquellas personassolidarias con el movimiento. VASCO URIBE, Luis Guillermo, Entre selva y pramo: viviendo y pensando lalucha indgena, Bogot, Instituto Colombiano de Antropologa e Historia (ICANH), 2002.

    29 Ibid.

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    savecamCuadro de textoen cambio as es la persp del articulo del RAS 2005 tamagno y otros

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    savecamCuadro de textocual ser el desafo en antrop en colaboracin con sectores altos o medios altos? estoy pensando en escuelas de elite. como seria un proyecto comun?

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    se origina a partir del dilogo. Es decir, es netamente intercultural, ya queincorpora dispositivos tericos que surgen de las culturas indgenas, as comode discursos externos que frecuentemente provienen de la academia. Msprecisamente, es en realidad una co-teorizacin. En este sentido, lo que lahace indgena es la articulacin de las prioridades de la organizacin, lascuales se desarrollan colectivamente con la participacin de autoridadestradicionales, dirigentes, chamanes, maestros bilinges y otros educadores,colaboradores, etc. En otras palabras, son las cadenas de creacin y transmisinde este conocimiento, los atributos que permiten caracterizarlas comoindgenas.

    ABELARDO: El proceso de co-teorizacin puede ser conceptualizado desde las mismasprcticas indgenas, en particular a travs de la aplicacin de la metfora de la minga,una actividad colectiva de trabajo orientada hacia el beneficio comunitario o familiar.La reconceptualizacin de la investigacin como minga surgi de la experiencia de latraduccin al nasa yuwe de la Constitucin de 1991. Esta experiencia involucr esfuerzosde diferentes compaeros indgenas entre los cuales se encontraron maestros bilingesdel resguardo de Mosoco, autoridades culturales y polticas reconocidas del resguardo-tales como el cabildo, los chamanes, las artesanas, las parteras-, jvenes del colegiode Mosoco y especialistas tanto en lingstica como en derecho (estos ltimos no sonindgenas). De esta experiencia se obtuvo un producto: un libro que pueden leertanto indgenas como lectores de la sociedad nacional. Esta metfora liga la laborfsica, que tradicionalmente es lo que se hace en una minga, con el trabajo intelectual.

    Muchas veces, en las comunidades indgenas de base no se entiende que la laborintelectual tambin es trabajo. Tanto el trabajo agrcola como el intelectual producenresultados y ambos implican cansancio y desgaste. Es ms: ambos son, en nasa yuwe,maj, palabra que sirve, igualmente, para referirnos al trabajo ritual del chamn,como al trabajo colectivo del cabildo vinculado con la construccin del territorio. Lalabor intelectual, enmarcada por las prioridades polticas del movimiento indgena,encaja en este concepto amplificado de maj. De este modo, la metfora de la mingava ms all de la importancia del trabajo colectivo, porque reconoce que trabajar esuna actividad que tiene muchas facetas.

    Maj es un concepto que involucra diversos intereses y colectividades. La colaboracinno puede ser reducida al dilogo entre voces provenientes de diferentes gruposculturales, ya que la comunicacin est mediada por los intereses institucionales delos participantes -de la universidad o de la teora acadmica, de las organizacionesno-gubernamentales y del movimiento indgena-. Es decir, la colaboracin y la co-

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    teorizacin se extienden mucho ms all de lo interpersonal; es un dilogo en el cuallos individuos articulamos los intereses colectivos de los grupos que cada uno representao de los cuales somos miembros. Es importante esta ltima distincin porque enciertos casos se pueden dar reflexiones conjuntas en las que a los participantes -particularmente a los acadmicos- les interesa trascender los intereses de su institucinpara unirse, aunque sea temporalmente, a una colectividad intertnica nonecesariamente acadmica. La financiacin a travs de la gestin del movimientopermite muchas veces que el acadmico funcione ms libremente, unindose a lasprioridades indgenas. El perfil del investigador tambin es importante ya que stedebe partir de la base de que la investigacin no es neutral y se origina a partir deldilogo. No slo tiene que respetar las posiciones indgenas, sino que debe entrar enuna interlocucin activa con ellos, lo cual resulta difcil para muchos acadmicos,acostumbrados a tomar las ideas indgenas como datos etnogrficos y no comopotenciales dispositivos conceptuales.

    A pesar de la generosidad de los participantes, este dilogo no deja de arrastrartensiones provocadas por las prevenciones que cada uno trae a colacin, lascompetencias subjetivas subyacentes y las diferencias epistemolgicas -de origenacadmico, organizacional o indgena-. Estas tensiones se pueden volver conflictosinnegociables o pueden resultar fructferas dependiendo de la actitud de losparticipantes. En consecuencia, se vuelve un requisito prioritario que las partes actencon responsabilidad, promoviendo la negociacin y no la ruptura.

    Es fundamental reconocer que la conjugacin de intereses institucionales y culturaleses un proceso muy complejo, ya que pueden emerger diferencias culturales entre losmismos miembros de la organizacin indgena. Es decir, dado que en su seno seencuentran participantes de diferentes etnias y colaboradores, los conflictos puedenocurrir entre los acadmicos y los activistas del movimiento indgena, as como dentrodel mismo movimiento.

    La co-investigacin, incluyendo las diferencias culturales y los conflictos institucionalesque pudiera provocar, puede ser vista como dos carriles que se entrecruzan pero queconducen en la misma direccin. La diferencia no es necesariamente negativa, no esalgo que se debe trascender sino que, manejada con responsabilidad, es una fuente deproduccin de nuevas aproximaciones a la realidad, en la medida en que losparticipantes demuestren compromiso con los objetivos de la organizacin indgena.Es decir, es necesario trabajar dentro del marco de la interculturalidad sin que seproduzca una apropiacin o un encubrimiento de lo indgena por parte del discursoacadmico. En particular, el acadmico, formado en un modelo de produccin intelectualindividual, tiene que reconocer dos cuestiones fundamentales: que el trabajo

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    colaborativo no puede ser individual y que no va a poder subsumir los elementosindgenas dentro de un modelo acadmico. Son caminos que se nutren entre s, siempreconcientes de su diferencia pero tambin de sus objetivos comunes. A lo largo delproceso, los participantes no slo contribuyen con la colectividad, sino que seenriquecen conceptualmente aprendiendo los unos de los otros.

    Tal como explicamos arriba, en el caso de la historia del PEBI, la colaboracin noera exclusivamente entre tres investigadores con identidades tnicas diferentes ydistintas posiciones frente a la investigacin acadmica. Era tambin un dilogoentre un conjunto ms amplio formado por activistas y el equipo investigador.Veamos, entonces, el impacto que tuvieron los miembros del programa sobre laconformacin del proyecto.

    5. La historia del PEBI: preguntas gua

    El Programa de Educacin Bilinge e Intercultural del CRIC surgi a finales de ladcada de los 70 como iniciativa del Quinto Congreso del CRIC y, especialmente,de su vicepresidente, Benjamn Dindicu. El PEBI se origin como un espacioorganizativo para movilizar a las comunidades en lucha en torno al proyecto de laorganizacin regional. Aunque en sus comienzos estaba orientado hacia temaseducativos -incluyendo el desarrollo curricular, la investigacin lingstica e histrica,la generacin de teora y la formacin de maestros- sus objetivos principales giranen torno a la creacin de escuelas como puntas de lanza para organizar las actividadespolticas, sociales y culturales de la comunidad en colaboracin con los cabildosindgenas y otras autoridades tradicionales. Es decir, sus objetivos trascienden lopuramente pedaggico y los integrantes caracterizan a su proyecto comocontestatario, nutrido por una apropiacin crtica y una politizacin de los mtodospedaggicos. A diferencia de otros programas de educacin popular en AmricaLatina, el PEBI no surgi de un movimiento educativo, sino de una organizacinpoltica. En este contexto, se fundaron escuelas en aquellas comunidades quedemostraron mayor capacidad para la organizacin poltica y, en un principio, seescogieron como maestros a activistas locales -independientemente de su formacinescolar-. Los miembros de la comunidad participaron activamente como orientadoresy evaluadores de las actividades escolares desarrollando sus ideas en talleres yasambleas. De este modo, ms que un sitio de entrenamiento para nios, la escuelaera concebida como un fulcro o apoyo comunitario.

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    A lo largo de sus 27 aos de vida, el PEBI ha entrado en dilogo con los educadoresdel pas y del continente, proporcionando propuestas culturales comunitarias ycurriculares innovadoras. A nivel regional ha formado una cantidad significativa demaestros y dirigentes y, en un sentido ms amplio, ha incidido en la construccindel pluralismo tnico con una propuesta simultneamente intercultural yculturalmente especfica. Actualmente el PEBI cuenta entre sus integrantes coneducadores de origen ambaloeo, guambiano, nasa y totore, entre otros, lingistashablantes nativos de las lenguas del Cauca, shamanes y colaboradores no indgenas.

    Hace varios aos el PEBI plante la tarea de investigar y redactar una historia de suprograma, con el objetivo de producir un documento para diseminarlo en el Cauca,dentro del movimiento indgena colombiano, as como entre los sectores educativosdel pas y del exterior. Se visualiz el proyecto como una experiencia de aprendizaje yde anlisis colectivo, lo cual implic una amplia participacin de los miembros delprograma en la investigacin. Con este fin se realizaron una serie de talleres y reunionesen el 2000 y 2001, en los cuales los activistas del PEBI -tanto los integrantes regionalesdel programa, como los maestros y dirigentes locales- hicieron una lista de cincuentay una preguntas con el fin de orientar la investigacin y facilitar a sus integrantes lasbases para recolectar informacin relevante en sus localidades.

    Las preguntas, en las cuales qued plasmado el programa del PEBI, demuestranque la educacin es un vehculo poltico que induce a las comunidades a desarrollaruna relacin tanto csmica como histrica con sus territorios, lo cual sienta lasbases para forjar la autonoma poltica, la reconstruccin econmica y el desarrollocomunitario. La lista estuvo conformada por los siguientes interrogantes:

    Por qu en el Cauca se ha desarrollado un movimiento polticoorganizativo teniendo como estrategia la educacin?Por qu en el Cauca la educacin alcanza a ser movimiento? En qu sentido?Qu condiciones ha habido a lo largo del tiempo sobre tierras, historia,autonoma, economa, espiritualidad?Cmo han incidido en el proceso educativo y cul ha sido el impactodel proceso educativo sobre estas condiciones?Qu instancias ha creado el proceso educativo para internalizar yarticularse a la organizacin general de la comunidad?

    Estas preguntas, adems, giraban en torno a la naturaleza de la posicin del CRICfrente a la educacin oficial que ofrece el Estado. En cierto sentido, la educacin

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    oficial funciona para los activistas como una metonimia del Estado, puesto quedurante dcadas las escuelas han sido uno de los principales ejemplos de la presenciaestatal en las comunidades. Las escuelas experimentales del PEBI surgieron comorespuesta a este control. El hecho de que stas se establecieran slo en lascomunidades ms militantes preocupaba a los autores de la lista, quienesmanifestaron sus inquietudes a travs de las siguientes preguntas:

    En qu contextos socioculturales se ha desarrollado la propuestaeducativa propia y se han vivenciado los conceptos de diversidad y deinterculturalidad?Cmo se han desarrollado las propuestas educativas en las diferenteszonas y cmo se han relacionado con el PEBI?Cules son las caractersticas del proceso educativo PEBI y qudiferencias se establecen con otros procesos educativos?En diversos documentos se habla del dao que la escuela le ha causadoa las culturas: Por qu se sigue trabajando con la escuela? Por qu se hatrabajado con la estructura de escuela y cmo se ha ido resignificando?

    Estas preguntas subrayan la naturaleza del proceso de apropiacin interculturalque el PEBI utiliza -la resignificacin de conceptos prestados- de tal manera que lapedagoga radical y la interculturalidad no sean meros ejercicios educativos, sinoherramientas polticas. Las preguntas, que comienzan con la identificacin de laideologa central del PEBI, cuestionan el valor netamente educativo del proyecto yorientan el enfoque hacia su valor poltico.

    La lista de preguntas gua revela, por otro lado, resonancias entre el discurso deautonoma poltica y una orientacin ms culturalista pero igualmente poltica. Losobjetivos del PEBI se dirigen hacia el movimiento entero y no slo al sector educativo,puesto que se percibe como una vanguardia capaz de inyectar contenido indgenadentro de la organizacin en general. Joaqun Viluche, miembro del equipo regionaldel PEBI, respondi a las preguntas gua en un ensayo que enfatiza la necesidadapremiante de revitalizar la espiritualidad nasa, para asegurar que la dirigencia nohable en un discurso prestado y para que la organizacin tenga acceso a losmecanismos necesarios para minimizar la contaminacin mental del otro30 . Alreducir tal contaminacin, arguye, ser posible enfrentar exitosamente los abusosviolentos que las comunidades sufren a manos de actores externos.

    30 VILUCHE, Joaqun, Por qu una organizacin social como CRIC asume un proceso de investigacin y construccin dela educacin alternativa? (Documento indito), Popayn, 2001, pp. 1-3.

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    En las preguntas gua esta insistencia en lo propio est plasmada en la lengua -elsmbolo ms sobresaliente de la diferencia cultural-; sin embargo, lo cultural estpolitizado, lo cual puede ser apreciado en la pregunta: Hasta qu punto elbilingismo es un posicionamiento poltico?. Para el PEBI, el bilingismo es unaposicin poltica mediante la cual la diferencia cultural se torna una herramientaideolgica. Tal como explicamos al principio de este artculo, la traduccin juega unpapel fundamental en este proceso, dando a los activistas las pautas conceptualesque requieren para interpretar la cosmovisin y la relacin entre las culturas indgenasy la sociedad nacional. Es decir, ocurre aqu una combinacin entre una perspectivawhorfiana y un sentido poltico inteligente. Sin embargo, el bilingismo llega a seruna posicin poltica solamente cuando se sita dentro de la constelacin deestrategias que aseguran que la atencin prestada a las lenguas vernculas no es unaetapa transitoria subordinada al objetivo del aprendizaje del castellano, sino que lalengua indgena funciona como herramienta para construir relaciones horizontalesentre la cultura indgena y las formas culturales nacionales. Ntese que aqu no nosreferimos exclusivamente a la lengua y al bilingismo lingstico sino que, juntocon la adquisicin de destreza en las dos lenguas, se desarrolla la posibilidad demoverse conceptualmente entre ambas culturas. El proyecto no se reduce albilingismo transicional, ni tampoco a una mirada exclusivamente lingstica, sinoque se abre hacia un dilogo intercultural. Para que este proyecto sea exitoso, noslo es necesario construir estrategias pedaggicas innovadoras, sino que talesestrategias tienen que impactar sobre la comunidad en general, porque all es dondese construir la propuesta pluralista.

    Esta propuesta implica un entendimiento por parte de las autoridades comunitariasde los principios educativos y su importancia poltica; objetivo que exige la aperturade lneas de comunicacin entre escuela y cabildo, as como el desmantelamientode las paredes de la casa escolar a travs de una situacin que los integrantes delPEBI llaman educacin desescolarizada:

    Cmo se ha construido y vivenciado la educacin propia, comunitaria,intercultural y desescolarizada?Cmo se sustenta la validez de la formacin comunitaria, interculturaly bilinge frente a las comunidades?Por qu el proceso de educacin bilinge se inicia con escuelasexperimentales?

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    Polticamente, cmo han manejado las comunidades, el PEBI y otrasinstituciones la escritura de las lenguas indgenas?

    La educacin bilinge debera comenzar en las escuelas experimentales, las cualescuentan con un manejo adecuado de la innovacin pedaggica y con suficientemadurez poltica por parte de la comunidad para poder apreciar la importancia de laescritura en las lenguas indgenas, la validez de la interculturalidad y la centralidaddel papel de la comunidad en el proceso. En otras palabras, es necesario resignificarel bilingismo como herramienta poltica en aquellas comunidades que estn mscapacitadas para aprovecharlo. De este modo, la especificidad cultural y lo universalpoltico se entremezclan ntimamente.

    6. El reto de la investigacin histrica

    ABELARDO: Encontr mi problema metodolgico fundamental en estas cincuenta yuna preguntas gua, porque senta que determinaban demasiado la naturaleza delproyecto ,llevndonos a dirigir nuestra mirada hacia la actualidad organizativa, enlugar de orientarnos hacia un anlisis poltico-histrico, que era mi prioridad poltica.Para algunos compaeros nasahablantes, la idea de desarrollar la historia serva paraevidenciar el proceso educativo a travs de una narracin retrospectiva que permitieradetallar el sentido poltico de este proceso. En particular, se pensaba comunicar a lasgeneraciones venideras cules eran las expectativas de los viejos que fundaron el CRICy el PEBI a finales de la dcada de los setenta, cmo lucharon por construir unsentimiento de dignidad en tanto pueblo y cmo conquistaron el derecho mediante laproyeccin de un sistema educativo concebido desde lo propio. Construir la historia nospermitira acceder a una interlocucin con esas primeras generaciones. As fue como enel ltimo taller logramos un consenso a favor de hacer una historia del PEBI a partir detestimonios de los protagonistas que participaron en estos procesos.

    El hecho es que formulamos las preguntas en un momento previo a la decisin deescribir la historia. En consecuencia, el trabajo del equipo consista, en parte, enadecuarlas para la investigacin que nos proponamos realizar, lo cual implicaba unanegociacin: usar las preguntas como pistas generales para pensar retrospectivamentey, en el desarrollo de la reflexin, resaltar las voces de la gente. Al comienzo supuseque las preguntas gua serviran para mantener una relacin entre lo que la gentepiensa polticamente y la mirada retrospectiva de los narradores y, a su vez, que stasme permitiran ver que la historia de la educacin es, en realidad, una historia poltica.Los testimonios recolectados fueron interpretados a partir de esta idea y, de estaforma, se unieron las prioridades polticas de hoy con la memoria del pasado.

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    JOANNE: Los participantes del taller no buscaban contestar sus preguntascon una narracin histrica que se remontara a las experiencias tempranasdel programa, sino que esperaban responderlas de acuerdo a su experienciapersonal la cual, en la mayora de los casos, no trascenda una dcada. Encierto sentido, sus preguntas contenan las respuestas que esperaban,solicitando discursos aceptados en lugar de explicaciones histricas. Sinembargo, aunque las preguntas expresaban las inquietudes del presente,tenan que funcionar para nosotros como un fulcro que nos permitierainterpretar el pasado. Debo aclarar que al principio me rehus a su llamadoporque no entend la propuesta.

    Cuando conformamos el equipo de trabajo, antes de comenzar a registrarlas entrevistas y revisar la documentacin, debatimos sobre la orientacin dela historia. En numerosas reuniones del PEBI, sesiones de planeacin curricular,evaluaciones del programa y reuniones polticas, observ que ciertos smbolosaparecan repetidamente articulados por los maestros locales. Uno de estossmbolos fue el espiral. Por ejemplo, en un taller curricular, los maestros dela comunidad de Juan Tama presentaron sus proyectos de investigacinpedaggica -referentes a historia comunitaria, agricultura orgnica, huertaescolar (tul, en nasa yuwe) y alfabetizacin en nasa yuwe- en una grficaorganizada bajo esta forma. Por otro lado, la revista del PEBI, xayue,tambin public un juego para nios que estimulaba el uso del nasa yuwe,organizado visualmente de esta manera31. A partir de esta observacinrecomend con entusiasmo que considerramos el espiral como un motivoorganizador de nuestro trabajo.

    La respuesta de los hablantes nasa yuwe fue positiva pero reservada y se hizoobvio que el PEBI esperaba producir un documento que contextualizara alprograma dentro de un espacio poltico ms amplio. Haba un sentimiento afavor de una historia intercultural que incorporara las experiencias de otrasetnias, a pesar del hecho de que la mayor parte del trabajo del PEBI habasido enfocado en contextos nasa. Estos objetivos obviaron la posibilidad deemplear el espiral como dispositivo terico. De este modo, descubr que mientendimiento de la teorizacin indgena como una instancia originadaexclusivamente en las formas culturales nativas era ingenuo. El espacio regionalde la poltica indgena, en el cual los conceptos provenientes de debates

    31 ANNIMO, Sxabwes/El ombligo: el juego didctico de las matemticas, en Revista Cayuce,Popayn, No. 4, 2000, pp. 42-43.

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    nacionales e internacionales se instrumentalizaban en el marco local era,para el CRIC, un sitio ms apropiado para encontrar los dispositivosinterpretativos para el proyecto. Las cincuenta y una preguntas que losintegrantes del PEBI formularon para guiar el trabajo cumplan con estos objetivosy muestran muy claramente en qu medida la teorizacin indgena asume undiscurso de autonoma poltica.

    7. Comunitariedad, interculturalidad y cosmovisin

    JOANNE: En las tres dcadas de investigacin etnogrfica llevada a caboen Colombia, nunca haba seguido un itinerario conceptual de esta ndole:una agenda de investigacin con objetivos ms polticos que acadmicos;un plan de investigacin histrica cuyos referentes estuvieran orientados haciael presente. Es ms, en mis experiencias anteriores como colaboradora coninvestigadores acadmicos de diferentes disciplinas, el marco conceptualelegido siempre resonaba con temas de importancia en los crculosacadmicos. En otras palabras, nuestro marco conceptual sola originarseen el mismo equipo investigador y, aunque incorporbamos temticas yaproximaciones de los indgenas, estas ltimas no nos dictaban el rumbo dela investigacin. En esta experiencia, en cambio, el mismo PEBI nos dio loslineamientos mediante su lista de preguntas y, aunque decidimos en un tallerque la investigacin iba a culminar en una historia, las preguntas gua nonos daban las pautas de cmo hacerlo. Es decir, me vi forzada a entenderque la investigacin realizada por un movimiento social no se rige de acuerdoa las mismas metodologas que la investigacin acadmica.

    La amplia participacin del PEBI en la construccin de la gua conceptualdel proyecto no significa que la investigacin activista careciera de rigor.Ms precisamente, en el curso de la coleccin de historias orales conintegrantes antiguos del PEBI, me di cuenta que los activistas manejan uncuerpo de datos mucho ms extenso que los acadmicos y que,continuamente, someten su informacin al anlisis colectivo. Sus objetivos,sin embargo, difieren de los nuestros, ya que estn dirigidos hacia un anlisisque obedece a criterios polticos.

    32 BOLAOS, Graciela, RAMOS, Abelardo, RAPPAPORT, Joanne, y MIANA, Carlos, Qu pasarasi la escuela.? Treinta aos de construccin educativa, Popayn, Programa de Educacin Bilinge e Intercultural,Consejo Regional Indgena del Cauca, 2004.

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    El libro que result de nuestra investigacin32 fue estructurado a partir de tres ejesconceptuales originados en la poltica del programa: construccin comunitaria(educacin encaminada hacia la organizacin comunitaria), interculturalidad(fomento del dilogo intercultural enmarcado por valores indgenas) y cosmovisin(necesidad de mantener la armona en el universo). Estos tres conceptos tienen unagran acogida entre las organizaciones tnicas y las ONGs internacionales, sinembargo, ms all de su relacin con el discurso poltico mundial, losinstrumentalizamos en la historia del PEBI colocando nuestro nfasis en los diversoscontextos polticos articulados segn las necesidades de la organizacin. Laconstruccin comunitaria brind el marco conceptual para uno de los captulos enel que analizamos cmo y por qu para el CRIC la educacin es considerada partede la poltica. La interculturalidad, por otro lado, incluy una apreciacinretrospectiva de las relaciones entre indgenas y colaboradores, as como unaevaluacin de los momentos claves de la historia del programa. La cosmovisin,finalmente, sirvi como eje para la creacin de una cronologa histrica alternativa,informada por el desarrollo del concepto de cultura en la organizacin y la utilizacinde la lengua como dispositivo analtico.

    ABELARDO: La dinmica social organizativa consisti en fortalecer la identidadcultural indgena que haba sido afectada por la colonizacin; identidad que no puedeser concebida sin comunidad ni sin el poder que de sta deriva. Esta concepcin noslo nos permite relacionarnos y resolver los problemas en conjunto con otros pueblos,sino que constituye el eje principal de nuestro trabajo poltico y, necesariamente, denuestra aproximacin analtica ante nuestra experiencia histrica.

    El concepto de interculturalidad est articulado con el eje anterior. El Cauca es undepartamento multicultural en el cual el futuro del pueblo nasa se fortalecer medianteel desarrollo de lazos de convivencia tanto con los otros grupos indgenas de nuestrodepartamento, como con el resto del tejido social -los campesinos mestizos, losafrodescendientes y los sectores populares urbanos-. Esta situacin implica asumiruna postura intercultural clara, fundada en el respeto y en un horizonte de estrategiasde supervivencia comunes. La interculturalidad tiene un profundo sentido polticodentro del movimiento indgena, ya que exige que seamos reconocidos simultneamentecomo pueblos diferentes y como actores nacionales.

    Cosmovisin, finalmente, refiere a la acumulacin de saberes ancestrales que, desde nuestropunto de vista, constituyen elementos significativos para interactuar con los dems.Define los atributos que marcan nuestra diferencia y nos posiciona en lugares particularesdesde los cuales participamos en la diversidad nacional. Es slo a partir de la cosmovisin

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    que podemos poner en prctica la interculturalidad, porque es esta mirada la que nosbrinda el modelo conceptual a partir del cual nos regimos como indgenas.

    Cada uno de nosotros experiment inquietudes y conflictos conceptuales a lo largodel proceso.

    JOANNE: Una vez construido el marco conceptual a partir de los tres ejesmencionados, nos metimos de lleno en la interpretacin histrica. El procesono fue del todo fcil. Al optar por la retrospeccin histrica, en lugar delsistemtico anlisis organizativo, tuvimos que trazar la trayectoria de los ejesconceptuales, lo cual implicaba aceptar que en el pasado estos discursoshaban sido apenas incipientes en la organizacin. La cosmovisin fue unpunto de disenso particularmente significativo. Tal como se articula en elpresente, la cosmovisin es un producto que resulta de la investigacin intensivallevada a cabo por los shamanes -th wala, en nasa yuwe- y por otrosactivistas culturales; proceso que comenz en la dcada de los noventa. Sucontenido no es comprendido en el presente de la misma manera que lo eraen el pasado, cuando slo exista un cuerpo de conocimiento secreto cuyosfragmentos estaban en manos de diferentes th wala de Tierradentro. Lacuestin que se nos presentaba era, entonces, explicar el surgimiento de esteconcepto en los ltimos aos, sin negar la existencia milenaria delconocimiento cosmognico.

    ABELARDO: Mi preocupacin era trascender lo anecdtico. Al ser simultneamenteactor y analista en este proceso, experimentaba la obligacin de movermeconceptualmente entre estos dos papeles, as como una tensin constante entre laoralidad y la escritura. Diferentes dirigentes fundadores del CRIC, expresaban conelocuencia su pensamiento poltico de manera oral. Los mayores de ese tiempo notenan experiencia en escribir sus ideas, con la excepcin de Manuel Quintn Lame33 .Para desarrollar un proceso poltico reivindicativo, escribir no era necesariamenteuna condicin de la dirigencia, pero de todos modos ellos controlaban la produccinescrita de los otros compaeros indgenas y de los colaboradores. Yo mismo me formen estos contextos, no como dirigente sino como activista cultural, posicin queimplicaba un manejo de la escritura. Siendo indgena nasahablante desde la infancia,acceder a la reflexin escrita ha sido un proceso permanente, en el cual mi propiaformacin como activista se desarroll a la par con mi sensibilidad para la escritura.

    33 LAME, Manuel Quintn, Los pensamientos del indio que se educ dentro de las selvas colombianas (1939), Cali yPopayn, Editorial Universidad del Valle/Editorial Universidad del Cauca, 2004.

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    He recurrido a diferentes gneros, entre los cuales se encuentran documentoseducativos, textos inspirados por la mitologa nasa y anlisis lingsticos. Sin embargo,esta era mi primera experiencia en la que produca una narrativa histrica, medianteun relato en el cual tambin participaba como actor.

    Hacer la historia del PEBI me ha enfrentado con las dificultades de pensarretrospectivamente en dilogo con los otros miembros del colectivo. Tena quetrascender la narracin de lo cotidiano que me corresponda por ser actor y, al mismotiempo, elaborar una interpretacin que abarcara simultneamente mis experiencias,los objetivos de los maestros y activistas del PEBI que formularon las preguntasgua y la evaluacin de las acciones de los mayores34 . Hilar por escrito los propsitosde los maestros de una manera agradable -manteniendo las voces de los protagonistasy situando estos pensamientos en sus contextos histricos- implicaba estar atento amis responsabilidades dentro del colectivo. No me poda reducir al papel de informante,sino que tena que ejercer una responsabilidad poltica y cultural en el equipo, entanto integrante del PEBI y del movimiento indgena, como desde mi pertenencianasa. Deba trascender las prevenciones que suelen darse entre los indgenas contralos acadmicos y los colaboradores y, a la vez, asegurar que lo que escribamos reflejabala ideologa indgena. Ese era mi papel: asegurar que el equipo intercultural mantuvierala trascendencia del discurso indgena a lo largo del proyecto.

    JOANNE: El equipo de trabajo conformado por los tres integrantesmencionados era en s mismo un microcosmos intercultural. Nos dimos cuentaque cada uno de nosotros se acercaba a la realidad investigada desde unaperspectiva epistemolgica diferente. Mientras que para m, comoantroploga, era ms fcil vincularme con la epistemologa nasa, me resultdifcil, en varias ocasiones, apreciar las intenciones polticas de Graciela yde Abelardo y, en trminos generales, no logr encajar completamente en laperspectiva de las preguntas gua.

    8. Conclusiones

    Qu aprendimos en este proceso? Que la colaboracin necesariamente implicauna apertura hacia diferentes formas de pensar, de formular preguntas deinvestigacin y de anlisis poltico. Pero las diferencias no siempre surgen de unabrecha entre la cultura acadmica occidental y la alteridad radical del investigador

    34 Graciela Bolaos, la tercera integrante del equipo, tena que enfrentar el mismo reto, dado que seintegr al CRIC en el momento de su fundacin en 1971.

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    indgena, sino ms bien de la brecha entre lo acadmico y lo activista. La tareapendiente consiste en construir puentes tanto metodolgicos como conceptualesentre estas esferas; una relacin en la que el anlisis acadmico ocupe un lugarsecundario y slo incida en la medida en que no viole las prioridades organizativas.Para la antroploga, aceptar esta regla implicaba aceptar tambin la orientacinintercultural del proyecto.

    Son estas prioridades las que rigieron nuestro trabajo. Cuando comenzamos aconversar con los integrantes del PEBI, nos dimos cuenta que las pautas para escribirla historia vendran del discurso de autonoma poltica y no de la especificidad de lacultura indgena, a pesar de que la segunda provee el modelo generalizado utilizadoen los diferentes intentos de teorizacin indgena en Amrica Latina. Teorizar desdelo indgena no siempre significa que la alteridad cultural ocupa el primer lugar, sinoque tambin es posible hacerlo desde una perspectiva intercultural.

    Rey Chow se refiere a la autoetnografa como un proyecto que difiere de la etnografaconvencional en ciertos sentidos crticos. Sugiere que el autoetngrafo essimultneamente el sujeto y el objeto de su investigacin, porque siempre se mantieneconciente de las etnografas que previamente se escribieron sobre su cultura. Estoes lo que Chow llama el estado-de-ser-mirado (being-looked-at-ness)35 . En ciertosentido, el proyecto de la historia del PEBI obedeci a esta regla, aceptando que elhecho de haber sido objeto de la educacin influa en el deseo de crear un protagonismoindgena, de volverse sujeto de la misma. Igualmente, en el equipo de redaccin de lahistoria, los tres integrantes -y no slo el integrante nasa- pasamos por el estado-de-ser-mirado, exponindonos individualmente a la mirada de los otros, con el finde producir un resultado que fuera til dentro del movimiento indgena. El dilogoque surgi de este ejercicio -entre nosotros tres as como entre nosotros y los miembrosdel PEBI- constituye un ejemplo de lo que significa la colaboracin y lainterculturalidad en un equipo de trabajo que opera como un microcosmos.

    35 CHOW, Rey, op. cit., p. 180.

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