Ramón Avá Ñaro. Recuperar Una Voz Posible El Diálogo a Partir Del Reconocimiento a Los...

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  • 7/24/2019 Ramn Av aro. Recuperar Una Voz Posible El Dilogo a Partir Del Reconocimiento a Los Excombatientes de Mal

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    Ramn Av aro

    Recuperar una voz posible: el dilogo a partir del reconocimiento a los

    excombatientes de Malvinas

    Resumen

    Presentamos una lectura sobre las formas de reconocimiento del Estado argentino a losexcombatientes de la guerra de Malvinas en las dcadas de los 80 y 90, bajo la idea de quelas acciones estatales en este plano propiciaron la obturacin de una voz poltica potente. Elobjetivo de este texto es afirmar que la posibilidad de un dilogo sobre la Cuestin Malvinasnecesita un entendimiento de las formas en que se trat el problema puertas adentro del pas.El ensayo aborda algunos aspectos de la emergencia de los excombatientes de Malvinas, paraluego centrarse en el anlisis de las leyes nacionales que se promulgaron entre 1984 y 2004y que tuvieron como principal beneficiario a este colectivo.

    Palabras clave

    Malvinas - excombatientes acciones de Estado - reconocimiento - dilogo

    Abtract

    We show a lecture about the ways of recognition from Argentine state for Malvinasexcombatants in the decades of the 80's and 90's, under the idea that state actions propitiatedthe obturation of a powerful political voice. The purpose of this paper is to assert that thepossibility of a dialogue on the Malvinas Question has to come from the hand of an

    understanding of the ways in the problem was addressed. The essay deals with some aspectsof the emergence of Malvinas excombatants , then focus on the analysis of the national lawsenacted between 1984 and 2004 and had as main beneficiary of this group.

    Key words

    Malvinas excombatants state actions recognition - dialogue

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    Recuperar una voz posible: el dilogo a partir del reconocimiento a los excombatientesde Malvinas

    Vivo en un mundo poblado de palabras ajenas. Y toda mi vida, entonces, no es sino laorientacin en el mundo de las palabras ajenas, desde asimilarlas, en el proceso de

    adquisicin del habla, y hasta apropiarme de todos los tesoros de la culturaMijail Bajtin. Esttica de la creacin verbal.

    Introduccin

    Pensar en entablar una reflexin sobre el dilogo implica, en este tipo de ejercicio que es laescritura ensaystica/cientfica, discutir el tipo de dilogo que se est proponiendo. Poner aMalvinas en la mesa de discusiones tuvo y tiene miles de aristas que nos llevan desde lascuestiones ms pragmticas de la prctica de gobierno y las polticas exteriores hasta lasapuestas periodsticas por poner al sentido comn lo ms cerca posible, pasando por supuestopor las cientos de hojas que los cientistas sociales le dedicaron desde diversos lugares. Peroadems nos lleva a pensar al otro del dilogo, cuestin de base para cualquier prcticadiscursiva. El dilogo entre Estados tiene sus canales concretos; el dilogo entre sociedadeses una prctica imposible de pensar, sobre todo cuando la discusin sociolgica da cuenta dela cada de lo social como modo de explicacin de las relaciones; y el dilogo entreacadmicos queda entrampado en el propio campo y sus vas.En ese sentido rescatamos la potente nocin bajtiniana de dilogo centrado en la carga deacentuaciones del mundo de palabras que nos rodean, donde existen disputas por esasacentuaciones, obturaciones y prcticas de poder. El dialoguismo desde ese lugar tiene lafuerza de poner al mundo de voces como objeto de estudio concreto y posible de abordar.Esa puerta que se abre nos permite pensar sin forzar la lectura- en que no existe dilogoposible, abierto y poltico entre culturas sin un conocimiento de las voces absorbidas. Enestas lneas nos centraremos en un proceso que est muy ligado al modo en que el Estadoargentino abord la posguerra en los primeros 20 aos de democracia.Abordaremos el modo en que se abrieron los canales de reconocimiento estatal desde el planolegal hacia un sujeto emergente de la propia guerra: el excombatiente; convencidos de quesu voz sufri un proceso de obturacin desde la prctica del discurso del derecho y laspolticas previsionales. El objetivo de este texto es afirmar que una manera de poder entablarun dilogo posible sobre la Cuestin Malvinas tiene que venir de la mano de unentendimiento de las formas en que puertas adentro se ha tratado el problema. El ensayoabordar primero algunos aspectos de la emergencia de los excombatientes de Malvinas, paraluego centrarse en el anlisis de las leyes nacionales que se promulgaron entre 1984 y 2004y que tuvieron como principal beneficiario a este colectivo. La lectura parte delconvencimiento de que el reconocimiento a un tipo de veterana trajo consigo una necesidadpoltica de cerrar una discusin histrica, y esa cerrazn implic incluir a los militares delproceso en el panten de hroes. Tomamos el aspecto legislativo ya que entendemos que laletra legal es una de las formas ms concretas para poder pensar los procesos de objetivacinde las acciones de Estado.

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    Por qu una mirada sobre los excombatientes de Malvinas?

    Las Malvinas como smbolo de identidad nacional antes de la guerra fue abordada desde

    diferentes lugares que hicieron foco en dos aspectos: el papel del discurso escolar parafederalizarla (Escud, 1990); o los fragmentos culturales y las acciones simblicas que sesuman a la escuela y que le dan atributos de representacin de Nacin (despolitizada) a unasociedad conflictiva y encontrada en trminos polticos (Guber, 2001). Malvinas fue unamaterialidad importante que se sum a otras de la imaginera argentina como marca de loarrebatado. Condens el arrebato territorial y la nocin de un otro colonial como un sistemaveloz de representar la nacionalidad y comunidad imaginada. Pero, salvo para las provinciaspatagnicas que s tenan una vinculacin econmica, cultural y territorial, las Islas notuvieron una marca corporal concreta en el Centro y Norte del pas. Este aspecto se modificcon muchos otros- luego de la guerra. Malvinas fue la guerra de y los excombatientesfueron el cuerpo de Malvinas que federalizaron de otra forma la cuestin. Las organizacionesde excombatientes que se organizaron al finalizar el conflicto llevaron a Malvinas a las calles,a los actos pblicos, a los edificios donde funcionaban sus asociaciones. Posiblemente nuncacomo antes Malvinas fue un cuerpo nacional que se lig a las materialidades simblicas delos mapas, las canciones patrias, y los trminos como soberana y Nacin.Por esta razn consideramos que una pregunta sobre las bases de discusin cultural quecruzan a Malvinas tiene que estar ligada a al problema de los excombatientes. Nosotroselegimos pensar en las tensiones que atraves el proceso de reconocimiento estatal haciaellos, y cmo esto cre un modo clsico de pensar Malvinas centrado en un discursocastrense. Este reconocimiento est ligado -a nuestro entender- a una forma desgastada dehablar sobre Malvinas, que debe ser repensada para politizarla. Si Malvinas es un enclavecolonial, tal vez sea momento de quitarle el velo independentista del siglo XIX y ponerla enla discusin sobre las formas de colonialismo del XXI. Consideramos que el rescate de ciertavoz originaria de algunos centros de excombatientes de Malvinas en la dcada de los 80puede ayudar a acercarnos a ese propsito, sobre todo porque es una lente puesta sobre loque el colonialismo puede hacer sobre sujetos concretos y no slo sobre Estados de modoabstracto. Luego nos ocuparemos de esto, pero aclaramos que el proceso que abordamos estligado al conocido como de relaciones carnales entre el Estado argentino y las potenciasoccidentales como Estados Unidos e Inglaterra.

    Las voces de los excombatientes de Malvinas

    Las primeras organizaciones de ex soldados combatientes de Malvinas datan de 1982, esdecir el mismo ao de la guerra. En sus primeras manifestaciones (En las ciudades de LaPlata y Buenos Aires) se encuentran elementos claves puestos en discusin con lademocracia: las violaciones a los derechos humanos, la revalorizacin de lo democrtico ylas consecuencias de la guerra constituyeron el arco de movilidad desde el que se situaba lamoral de su sacrificio por la patria (Lorenz, 2012: 200). Los primeros aos definieron unaserie aspectos claves para entender el movimiento en la transicin: su posicionamiento comoagentes sociales que tienen una legitimidad en la sociedad a partir de su experiencia deguerra; una diferencia con el sector castrense y la dictadura; la ocupacin del espacio pblico

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    para visibilizar la problemtica; y una ligazn en sus inicios con la retrica de las juventudespolticas de los 70. Es interesante un fragmento de 1989 rescatado por el historiador FedericoLorenz de una revista producida por los centros de La Plata y Buenos Aires:

    Por qu Malvinizar? Porque hace siete aos volvimos a izar la bandera argentinaen nuestras Malvinas y enfrentamos al colonialismo anglo-yanki. Porque cientos decompaeros quedaron en la turba y en las aguas del Atlntico Sur. Porque fuimosderrotados debido a la traicin de las cpulas militares y a la complicidad de lospolticos cipayo (). Porque tuvimos que soportar siete aos de desmalvinizacinalfonsinista y de marginacin para los excombatientes (). Porque la sangre deMalvinas debe servir para construir una nueva Argentina, sin Malvinas geogrficasni econmicas ni polticas y sin kelpers argentinos (Malvinizar. Ao 1, N1, 15 deoctubre de 1989, citado en Lorenz, 2012: 229).

    Las discusiones entabladas por el Centro de Ex Soldados Combatientes en Malvinas(CESCEM) en 1985, y que figuran en sus actas de reuniones, refuerzan este argumento. Elcentro es invitado a participar en el Encuentro Internacional de Juventudes en Mosc y esemismo ao son invitados a Nicaragua, no slo para agradecer el apoyo de ese pas a Argentinadurante el conflicto blico, sino para observar la situacin poltica, econmica ysocial(Acta de reunin CESCEM 1985 (Corrientes) 27 de septiembre). En 1986, se discutientre otras cuestiones la inclusin del Centro en la Multisectorial por la solucin de la deudaexterna, la oposicin a la visita de Rockefeller al pas o la adhesin a un paro de la CGTpor considerar que esta organizacin est en su mayora integrada por jvenes obreros y quelos salarios son tan bajos que los llevan a tomar esta decisin (Acta de reunin CESCEM1986 (Corrientes) 26 de enero). Esta voz poltica de los primeros organismos es pocas vecesrecordada, ya que, en nuestro argumento, fue canalizada por el tipo de reconocimiento queotorg el Estado y por ende por las caractersticas de las voces que activ. De hecho laapelacin al trmino excombatiente en vez de veteranos presentaba una diputa importante,puesto que la nocin de veterano de guerra estaba ligada a la terminologa militar, por endela reivindicacin en tanto ex soldado combatiente fue una posicin poltica concreta almoverse de la forma en que usualmente se reconocen a los sujetos partcipes de una guerra.Como dijimos al principio, nuestro inters pasa por la prctica de gobierno en su decir desdelos marcos legales, esto es, cmo se practic el reconocimiento hacia los excombatientes. Anivel general la guerra de Malvinas se reivindic desde dos lugares: como una gesta histricaen defensa de la soberana nacional en trminos clsicos; y como una lucha anticolonial,emancipatoria y popular en trminos ms polticos. Es decir que se jugaron en estasreivindicaciones las formas en que se entiende la soberana y la guerra, las representacionesque la sostienen y las cuestiones por las cuales defender la Nacin. A la par, recordemos queArgentina atraves lo que ODonell llam una transicin democrticapor colapso(ODonellet. al, 1994) donde la guerra tuvo mucho que ver. Por ende, estas dos reivindicaciones jugarona la par en un proceso de transicin y consolidacin democrtica, donde desde nuestro puntode vista que trataremos de mostrar- la forma en que se resolvi fue con los militares adentro,con un discurso reivindicatorio clsico ligado a las grandes gestas del siglo XIX. Sinembargo, los jvenes ex soldados en sus primeros aos de vida fueron con una consignapoltica fuerte que nucleaba no slo la adscripcin a una gramtica poltica nacida en los 70,

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    sino que sumaban tambin el lenguaje de los derechos de sus camaradas al mismo nivel queotros organismos de Derechos Humanos.La pregunta que nos queda es, cmo dar cuenta de las formas de reconocimiento bajo estecontexto poltico?

    El Estado como un decir instituyente

    Retomemos nuestra posicin de lectura. Nos interesa pensar en las formas en que elreconocimiento a los excombatientes de Malvinas fue hablado por el Estado argentino,tomando como base esta la multiacentualidad como campo de disputas bajtiniano. Pero,cmo pensar el decir del Estado, sin incurrir en las elucubraciones que lo ven como ungigante arrollador y omnipotente? En ese sentido partimos de una definicin operativa deBourdieu sobre las tres funciones que cumple el Estado

    Hay un punto de vista oficial, que es el punto de vista de los funcionarios y que seexpresa en el discurso oficial. Este discurso, como mostr Aaron Cicourel, cumpletres funciones: en primer lugar opera un diagnstico es decir un acto de conocimientoque obtiene el reconocimiento y que, muy a menudo, tiende a afirmar lo que unapersona o cosa es y lo que es universalmente, para todo hombre posible, por lo tantoobjetivamente. Es, como lo vio Kafka, un discurso casi divino, que asigna a cada unouna identidad. En segundo lugar, el discurso administrativo, a travs de las directivas,de las rdenes, de las prescripciones, etc. dice lo que las personas tienen que hacer,siendo quienes son. En tercer lugar, dice lo que las personas han hecho realmente,como en los informes autorizados, tales como los policiales. En cada caso impone unpunto de vista, el de la institucin () instituido en tanto que punto de vista legtimo,es decir en tanto que punto de vista que todo el mundo debe reconocer por lo menosdentro de los lmites de una sociedad determinada (). El efecto ms tpico de larazn de Estado es el efecto de codificacin que acta en operaciones tan simplescomo el otorgamiento de un certificado (). El Estado aparece as como el bancocentral que garantiza todos los certificados () poseedor del monopolio de laviolencia simblica legtima (Bourdieu, 2007: 139)

    Pese a poner el foco en que ese monopolio nunca es absoluto, y que siempre est abierto aluchas y conflictos por imponer visiones, podra decirse que el Estado, en este sentido, esten la gnesis de la conformacin del espacio social, ya que en su decir se instituye un tipo dereconocimiento y se marca a fuego un tipo de propiedad material (quines son reconocidosy con qu caractersticas), por esta razn tiene el monopolio de la violencia simblicalegtima. Ahora bien, el autor propone darles espesura a la nocin de Estado a partir deentender su accionar e influencia en tanto accin de Estado.El Estado es el nombre quedamos a los principios ocultos, invisibles para designar a una especie de deus absconditusdel orden social y, al mismo tiempo, tanto del dominio a la vez fsico y simblico como dela violencia fsica y simblica (Bourdieu, 2014: 11). La idea de acciones de Estado permitever el desenvolvimiento de diversos espacios estructurados con caractersticas distintivaspero que se presentan como una ilusin de homogeneidad. Esa ilusin se hace concretamediante el despliegue de acciones dotadas de autoridad que no tienen otra remisin que al

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    Estado mismo, pese a que en tanto deudoras de espacios distintos puedan tener caractersticasdiferencialesA partir de aqu nos ocuparemos de la lectura de algunas de las acciones del Estado argentinoque se ocuparon del problema de los excombatientes, sobre todo a partir de 1990.

    Principalmente nos detendremos en el anlisis de las leyes promulgadas a nivel nacional, alo que sumaremos un abordaje sobre algunas discusiones en los diarios de sesiones donde sepuede apreciar el tratamiento legislativo ya que consideramos que es una fuente potente paradar cuenta de aspectos simblicos que se ponen en juego a nivel de reconocimiento.Haremos una divisin en tres perodos. El primero ir de 1990 a 1994, es decir desde lapromulgacin de la Ley Nacional 23.848/90 donde se otorga una pensin vitalicia a exsoldados combatientes, hasta la promulgacin de la Ley 24.343/94 donde se extienden losbeneficios a oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas y se crea la Comisin Nacionalde Ex combatientes de Malvinas. Este perodo marca el traspaso del problema delexcombatiente desde la esfera militar a la civil a partir de su inclusin en el sistema deprevisin social.El segundo perodo abarca entre 1994 y 2000, el cual marca una tensin a partir del debateexcombatientes/veterano y la necesidad de incluir en el beneficio a los cuadros militares queparticiparon en el conflicto del Atlntico Sur. Adems, surgen en este perodo las primerasdenuncias sobre la inflacin del padrn de excombatientes para el cobro de la pensin quederiva en la intervencin de la Comisin Nacional de Ex combatientes en el ao 2000. Porltimo, el tercer perodo abarca los aos 2000 a 2004, donde pondremos especial atencinlas acciones de Estado para determinar el nmero de excombatientes (que se materializa enel Primer Censo Nacional de Ex Combatientes de Malvinas).Nos ocupamos de las condiciones establecidas desde la accin de Estado, pensndolas comoun decir que marca lmites, regulariza espacios y define fronteras de exclusin/inclusin.Aclaramos que nuestra decisin es hacer foco en el Estado, lo que no significa una posturadeterminista sobre los movimientos de excombatientes de Malvinas y sus construccionesidentitarias. Es decir, cuando hablamos de determinismos adscribimos a la posicin deRaymond Williams respecto a lo determinante como un lmite franqueable, propio de lasdiputas por la hegemona. Nuestra postura es hacer legible esos lmites marcados por esasfunciones que Bourdieu atribuye al discurso del Estado. Es decir, las distribuciones depropiedades materiales en un espacio ligadas a las funciones que Bourdieu marcaba para elEstado: diagnstico(afirmacin de lo que es); direccin(qu hacer de acuerdo a lo que sees); informe (marcar qu han hecho siendo lo que son). El decir codificador del Estado (eseque marca su monopolio de la violencia simblica) instituye en nuestro planteo un tipo dereconocimiento y se marca a fuego un tipo de propiedad material.Si nos centramos en el plano legal es porque coincidimos con Bourdieu respecto a que ellenguaje del derecho marca en gran medida a esa codificacin, que, cabe sealar, nunca estotal y siempre se apoya en esquemas preexistentes.

    El derecho consagra el orden establecido al consagrar una visin de este orden quees una visin de Estado, garantizada por el Estado. Asigna a los actores una identidadgarantizada ().Los actos simblicos de nominacin tienen toda su eficacia deenunciacin creadora en la medida y slo en la medida en que proponen principios devisin y de divisin objetivamente ajustados a las divisiones preexistentes, de las que

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    son el producto; eficacia que al consagrar todo aquello que enuncia, lo lleva a un nivelsuperior plenamente realizado, el de la institucin instituida. Dicho de otra forma, elefecto caracterstico, propiamente simblico, de las representaciones engendradas esconsagrar el orden establecido, segn esquemas acordes a las estructuras del mundo

    en las que son producidas: la representacin recta sanciona y santifica la visin dxicade las divisiones del mundo al manifestarla dentro de la objetividad de una ortodoxia,mediante un verdadero acto de creacin que, al proclamarla enfrente de todos y ennombre de todos, confiere a esa representacin la universalidad prctica de lo oficial(Bourdieu et. al., 2000: 198 199).

    Como veremos, gran parte de los argumentos legales o institucionales se sostienen en unhecho previo que tiene que ver con la heroicidad, la accin, o ms atrs an, la patria. Sinembargo, a pesar de sostenerse sobre esto preexistente, hay variaciones en lo que se reconocey sobre todos amplitudes o reducciones de reconocimientos sobre sujetos especficos.

    Instituciones veteranas, leyes excombatientes (1990 1994)

    Para Rosana Guber una vez finalizada la guerra, el 14 de junio de 1982, comenz una disputapor la potestad de los excombatientes. La autora marca que en lneas generales las FuerzasArmadas se hicieron cargo de los exsoldados a partir de la creacin, en 1984, de la Casadel Veterano dirigida por militares, e intentaron mantener la memoria de la guerra puertasadentro de la institucin castrense. Asimismo, se cre por esos aos el CONAMA (ConsejoNacional de Ayuda para Malvinas), conformado por civiles, militares y esposas de militares,con la idea de reintegrar a los ex soldados civiles desde los lazos militares a partir de uncontacto activo cuadros militares. (Guber, 2004: 36 42). Para la autora, no exista un espaciosimilar desde el poder civil.Sin embargo, en trminos legislativos, en el perodo en que gobern el radical Ral Alfonsn,se promulgaron dos leyes atenientes a beneficios para excombatientes. El 30 de septiembrede 1984 se aprob la Ley 23109/84 (que fue modificada por la Ley 23240/85 que especificaalgunos aspectos sobre los plantes de viviendas) que otorgaba beneficios a ex soldadosconscriptos que participaron de acciones blicas desarrolladas en el Atlntico Sur entre el 2de abril y el 14 de junio de 1982 (artculo 1). Esos beneficios abarcaban prioridades paraocupar cargos pblicos, cobertura de salud (en caso de incapacidad, podran elegir entre laobra social de la Fuerza o la del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados yPensionados), mejores condiciones para adquirir viviendas y becas de estudio.El proyecto fue presentado por el senador Orlando Britos (Partido Justicialista), yoriginalmente (segn figura en los diarios de sesiones) abarcaba a toda persona que hubieseintervenido en el conflicto con el Reino Unido de Gran Bretaa e Irlanda del Norte en elteatro de operaciones Malvinas y las fuerzas navales y areas que hubiesen entrado encombate fuera de la zona de exclusin impuesta por Gran Bretaa () que no pertenecierenal personal de cuadros(Diario de sesiones Honorable Cmara de Senadores 1984. Versintaquigrfica. 28 de septiembre). Federico Lorenz (2012) marca la intencin de resaltar ellugar de ciudadano en armas de los excombatientes como forma de deslindar a las FFAA, yeso se ve con claridad en el acotado debate de aprobacin. Restituir el nivel de normalidad yreconocer el derecho de estos ciudadanos llamados por el Estado a servir a la patria fue uno

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    de los aspectos que marcaron, entre otros, los senadores Francisco Villalba y Deolindo Bittel(Partido Justicialista).El 23 de octubre de 1984 se sancion el Decreto 3438/84 que hizo efectiva la ley, pero ni eldecreto ni la letra es muy claro sobre la amplitud de cobertura del beneficio. Por lo tanto, en

    1988 el presidente sanciona el Decreto 509/88 donde el trmino de nombramiento tienemayor especificidad. Su artculo 1 establece que

    [a]los efectos de la aplicacin de la Ley 23.109 se considerar Veterano de Guerra(nfasis nuestro) a los ex-soldados conscriptos que desde el 2 de abril al 14 de juniode 1982 participaron en las acciones blicas desarrolladas en el Teatro de Operacionesdel Atlntico Sur, cuya jurisdiccin fuera determinada el 7 de abril de dicho ao yque abarcaba la plataforma continental, las ISLAS MALVINAS, GEORGIAS YSANDWICH DEL SUR (sic) y el espacio areo correspondiente (Decreto 509/88).

    La certificacin de esa condicin estara dada por cada Fuerza y efectuada por el Ministeriode Defensa. En este decreto se ponen tres fundamentos para ser considerado Veterano (no excombatiente como se autodenominaban algunos movimientos sobre todo en la dcada de los80): la fecha, las acciones blicas y la jurisdiccin del Teatro de Operaciones del AtlnticoSur. Sin embargo, pese al contexto de los levantamientos carapintadas1, se excluy en la letraa los cuadros militares como parte de los Veteranos de Guerra. En el plano de reconocimientolegal, el alfonsinismo mantuvo afuera de las acciones de Estado referidas a Malvinas a loscuadros militares.Esta amplitud de reconocimiento se modific al asumir la presidencia el justicialista CarlosMenem en julio de 1989. Tres meses despus, en octubre de 1989, se promulg la Ley23.701/89 que modifica los artculos 11 y 12 de la Ley 23.109/84 para incluir a oficiales ysuboficiales en los planes de vivienda y becas de estudio. Empero, la primera etapamenemista no avanz con fuerza en ese reconocimiento de los cuadros en tanto veteranos enel plano legislativo, sino que les dio posiciones en instituciones estatales ligadas a losexcombatientes de Malvinas.Llegados hasta aqu es importante volver sobre una cuestin clave: este es el punto dondepodemos vislumbrar que el traspaso de los excombatientes desde la esfera militar a la esferadel poder civil pareca no poder efectivizarse sin los militares veteranos adentro, cruzadospor el clima de cierre del pasado con que se reconoce al menemismo. Es decir, la entrada alsistema previsional dirigido a civiles (ex conscriptos) se efectu paulatinamente incluyendoa los militares.Terminolgicamente, fue la Ley 23.848/90 promulgada en octubre de 1990 la que puso porprimera vez en el plano legal la idea de combatiente para nombrar a los amparados por lasacciones de Estado. En su artculo 1 estableca:

    1Se denomina levantamiento carapintada al proceso llevado por un grupo de militares que exigan respuestas alEstado argentino ante los enjuiciamientos por delitos de lesa humanidad llevados a cabo sobre la Junta Militarque gobern la Argentina entre 1976 y 1983. En Crdoba, a mediados de abril de 1987el mayor ErnestoBarreiro, acusado de torturas en el centro clandestino de detencin La Perla", se neg a hablar y se declar enrebelda. En Buenos Aires, el coronel Aldo Rico se sum a la rebelin y ocup la Escuela de Infantera deCampo de Mayo (Sain, 1994).

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    Otrgase una pensin vitalicia, cuyo monto mensual ser equivalente al 100% delhaber mnimo de jubilacin ordinaria que perciban los beneficiarios del RgimenNacional de Jubilaciones y Pensiones para trabajadores en relacin de dependencia,a los ex-soldados combatientes (nfasis nuestro) conscriptos que participaron en

    efectivas acciones blicas de combate, en el conflicto del Atlntico Sur y civiles quese encontraban cumpliendo funciones en los lugares en los cuales se desarrollaronestas acciones, entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982, debidamente certificadopor la autoridad competente que determine la reglamentacin.

    Recordemos que la mayora de los centros que nuclearon a excombatientes seautodenominaban de ex soldados combatientes (como el Centro de Ex SoldadosCombatientes en Malvinas de Corrientes, CESCEM), por lo cual la letra de la ley incorporesa denominacin. Tres tipos de nombramientos se suceden: ex soldados, ex soldadosconscriptos y veteranos. Adems este es el punto fundante del traspaso a la esfera civil yaque la ejecucin del beneficio fue asignada a la Direccin Nacional de Proteccin Social.La sancin de la ley fue en septiembre de 1990, pero unos meses antes Menem anunci en lainauguracin del Monumento a los Cados de la Guerra de Malvinas que su gobiernoefectivizara un beneficio y cobertura mdica a los veteranos. El 24 de junio, el presidentepronunci un discurso en el que estableci el puente necesario para hacer entrar a losexcombatientes como parte de gran campo de batalla que significaba la vida cotidiana. Porende, Menem comparaba a los hroes de Malvinas con

    los hroes de todos los das. Los argentinos que le rinden un culto cotidiano a todosaquellos hermanos que hoy descansan en el mar austral (los que) luchan desde esepuesto de combate que es la oficina, la butaca de un tractor, los cuarteles, los pupitres,el claustro acadmico, el taller y la fbrica, la pantalla de una computadora, el plpitode una iglesia, el esfuerzo de la prctica deportiva y los exhort a no dejarse vencerante el desempleo, la falta de oportunidades o de la pobreza que duele y se hace sentir(Diario poca 1990 (Corrientes). 25 de junio)

    Ese mismo da anunci que los excombatientes tendran garantizada la cobertura mdicoasistencial a partir de su entrada a la ANSSAL (Administracin Nacional del Seguro deSalud) y a travs de ella en la obra social del PAMI (Programa de Atencin Mdica Integral)dependiente del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados. Unpunto importante a destacar es que el anuncio fue acompaado por la presencia de CsarTrejo, flamante presidente de la, en ese momento, recientemente creada Federacin deVeteranos de Malvinas. Es interesante remarcar un aspecto resaltado por Lorenz sobre esteproceso:

    [A]unque el Estado argentino estaba dando seales de una voluntad de responder alos reclamos histricos de los exsoldados excombatientes, lo haca de un modosesgado y con una finalidad poltica concreta: terminar con la crisis dentro del sectormilitar y someter al movimiento de excombatientes. La Federacin agrupabaveteranos de guerra, y esto era un cambio conceptual muy importante con respectoa las viejas agrupaciones, que distinguan cuidadosamente a sus integrantes a partir

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    de una cauterizacin histrica concreta sobre la guerra y su contexto: el menemismoy sus organizaciones impulsaban la idea de que veteranos(nfasis en el original) erantanto cuadros como los ex conscriptos (Lorenz, 2012: 244).

    Sin embargo, como vemos retomando la letra de la ley, todava exista una ambivalenciasobre cmo denominar a ese colectivo. De hecho la legislacin sobre pensiones a ex soldadoscombatientes no incluy en ese momento a los cuadros militares, pese a los claros guios queotras acciones de Estado estaban marcando como la institucionalizacin en tanto nicointerlocutor vlido a la Federacin de Veteranos de Guerra de la Repblica Argentina, enteconformado por ex soldados muy cercanos a los carapintadas como Aldo Rico y MohammedAl Seineldn2.El debate en Diputados de lo que se convertira en la Ley 23.848/90 muestra que la pensiny la proteccin social son base de un Estado reconocedor, y ese reconocimiento es sustentode una justicia histrica. De ah la importancia del discurso del derecho como una accin decertificacin de identidad, sostenido sobre un preexistente, pero marcando su calidad deejecutor y realizador de lo nuevo: organiza y simboliza lo que se presenta como anterior aese acto. Si el Estado reconoce lo hace sobre valores previos: justicia e historia patria.El proyecto de ley fue presentado por los diputados Miguel Martnez Marquez y NahmJaroslavsky (Unin Cvica Radical), y como parte de sus fundamentos se diagnostic unacrtica situacin social de los excombatientes que los haba llevado al suicidio, lamarginacin y en muchos casos al delito. Teniendo esto como base, gran parte del debatese centr en cmo hacer efectiva esta ley sin empeorar la situacin que atraviesa el sistemaprevisional (Diario de sesiones Honorable Cmara de Diputados de la Nacin 1990.Versin taquigrfica. 26 de septiembre) segn el diputado Manzano (Partido Justicialista).Es decir la efectividad de la accin blica y su impacto psicolgico como fundamento de laley estuvo sostenida no por informes tcnicos o psiquitricos, ni por legislacin internacionalsobre asuntos de guerra, sino fundamentalmente sobre el clculo de cmo hacer justicia conun sistema previsional colapsado.Por ende, la delgada lnea entre el incluido y el excluido se sostuvo, en trminos el diputadoBruno Tavano (Partido Justicialista), en debatir cmo ser ms justos. Ms all de estosintercambios, y de la mocin de Julio Zamora (Partido Justicialista) sobre la inclusin deoficiales y suboficiales y otros partcipes del Teatro de Operaciones, la ley se aprob sindemasiado debate al igual que en el Senado. La ley se reglament bajo el Decreto 2634/90,donde se especific que el Ministerio de Defensa era el encargado de certificar el carcter debeneficiario a la Gerencia de Proteccin Social del Instituto Nacional de Previsin Social.Como mencionamos, la letra de la ley no utilizaba el trmino veterano para establecer unparmetro de reconocimiento del beneficio, aunque aparece indistintamente en el debatemostrando que no era un referente claro para nadie que estuviera por fuera de losmovimientos de ex soldados. Sin embargo, el gobierno puso como canalizador de losreclamos de ex soldados a la Federacin de Veteranos de Guerra (Lorenz, 2012: 243),conformada como dijimos por ex conscriptos y cuadros militares. A su vez, por Ley24.160/92 se declar al 2 de abril como el Da del Veterano de Guerra mostrando el peso

    2Lderes que encabezaron los levantamientos de militares rebeldes. Rico en 1987 y 1988, y Seineldn en 1988.Asimismo, ambos participaron de la guerra de Malvinas.

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    estratgico del trmino y la amplitud de apertura, cuestin que se materializara cuatro aosdespus. En palabras de Guber,

    [P]ara 1990 el campo de Malvinas haba cambiado; ni las Fuerzas Armadas eran una

    institucin unificada, ni los exsoldados eran un bloque homogneo () CuandoMenem inaugur el monumento la divisin del movimiento de ex soldados ya estabamuy avanzada y l saba que dicho movimiento haba sido alcanzado por la lnea declivaje al interior de las Fuerzas Armadas. Si, por su parte, los excombatientes y losveteranos venan elaborando sus identidades pblicas en oposicin a otros sectoresciviles y militares tratando de distanciarse de los civiles ignorantes u olvidadizosde la cuestin blica, y de los dictadores militares, en 1990 los veteranos se ubicabanpblicamente como la nica voz de los exsoldados contra los comandante de laderrota, aparentemente muy prxima a los oficiales rebeldes con quienes parecanidentificarse (Guber, 2004: 188 189)

    Esta fragmentacin y cooptacin por parte del menemismo toc la cresta de la ola en 1994con dos acciones concretas en el plano legal e institucional. En primer trmino (aunque nocronolgico) se crea el 11 de octubre -bajo el Decreto presidencial 1741/94- la ComisinNacional de ex-Combatientes de Malvinas fundamentada en la necesidad del Estado deadministrar mejor sus recursos respecto a las leyes de beneficios nacionales, provinciales ymunicipales que favorecan a los ex soldados.La Comisin se convierte en el nico espacio desde el cual los ex soldados afectados a laguerra pueden canalizar cualquier tipo de reclamo, a la par de tener actualizada sus bases dedatos respecto al nmero de excombatientes. Entre sus funciones se encuentran: Recopilary ordenar toda la informacin existente sobre programas de salud, empleo, vivienda, accinsocial y capacitacin; [c]oordinar e impulsar las demandas individuales o grupales de losmismos (los excombatientes) ante los diversos rganos del Estado Nacional, EstadosProvinciales y Municipios; y [r]epresentar al Estado Nacional en su relacin con lasdistintas organizaciones que nucleen a los ex-soldados conscriptos (Decreto 1741/94).El Decreto establece que la Comisin depende de la Secretara de Funcin Pblica de laPresidencia y debe integrarse con un represente de la Secretara de Desarrollo Social, uno dela Secretara de Trabajo, uno de la Secretara de Poblacin y Relaciones con la Comunidad,un representante de la Secretara de Salud, uno del Ministerio de Cultura y otro del InstitutoNacional de la Administracin Pblica. Asimismo, el ente completa sus miembros con cuatrorepresentantes de los ex-Combatientes, designados por las asociaciones representativas delos veteranos de guerra. No slo entran indistintamente en esta ltima frase las dos formasde denominacin (veteranos/excombatiente) sino que, en la prctica, los cuatrorepresentantes de los ex soldados de Malvinas fueron miembros de la Federacin deVeteranos de Guerra de la Repblica Argentina, dejando a un lado a los movimientos deExcombatientes que excluan de su reconocimiento en tanto camaradas a oficiales ysuboficiales. Queda planteada entonces una primera distribucin de propiedades materiales(sobre todo simblicas, aunque econmicas tambin) que pueden pensarse como condicionesestablecidas por las acciones de Estado en los trminos que presentamos.En cuestiones de nombre, las dos acciones que sealamos (la Ley 23.848/90 y la creacin dela Comisin), mantienen en su diagnstico el trmino ex soldado combatiente o

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    excombatiente; sin embargo, en la puesta oficial, que se ve en el monopolio derepresentatividad del sector por parte de la Federacin o en el acompaamiento castrense enlos actos de recordacin de la guerra, el grado de apertura a los cuadros militares era ms queevidente. Recordemos nada ms la primera ley (23.701/89) del menemismo que incluy a

    oficiales y suboficiales en parte de los beneficios de la 23.109/84. A su vez, es interesante eldetalle del acto oficial de 1994 llevado a cabo el 4 de abril, en que no slo se encontrabanmiembros de la Federacin, sino adems, entre otros, el ex gobernador militar durante larecuperacin de Malvinas, el Gral. Mario Benjamn Menndez.El discurso de Carlos Menem ese da sostena aspectos histricos que coincidan con la formacastrense de ver la guerra: una gesta patritica, y a los veteranos como hroes e hijos de lapatria. Este aspecto puede ligarse a la discusin sobre lajusticiaante los hroes con que selea la aprobacin de la pensin vitalicia en la Cmara de Diputados de la Nacin. Por tantoen trminos de qu deben hacer siendo lo que son, establecan un ingreso al campoprevisional condicionado por la aceptacin de que ese ingreso vena acompaado por laentrada castrense al reconocimiento del Estado. Esto se materializa concretamente con la Ley24.343/94 promulgada el 5 de julio de 1994 que modifica los artculos 1 y 2 de la 23.848/90para incluir a oficiales y suboficiales en los beneficios.

    Una base, dos registros. La multiplicacin de excombatientes (1994 2000)

    Entre el acto conmemorativo con fuerte presencia castrense de abril de 1994 y la creacin dela Comisin Nacional de ex-Combatientes de Malvinas en octubre de ese ao, la Ley23.848/90 sufri una modificacin en los trminos de la amplitud de reconocimiento. Elartculo 1 de la Ley 24.343 (que sustituye al mismo de la anterior) establece:

    Otrgase una pensin vitalicia, cuyo monto ser equivalente al cien por ciento (100%) de la remuneracin mensual, integrada por los rubros sueldo y regas que percibeel grado de cabo del Ejrcito Argentino, a los ex-soldados conscriptos de las FuerzasArmadas, y a quienes hayan revistado como oficiales y/o suboficiales de dichasfuerzas, de la Prefectura Naval Argentina y Gendarmera Nacional que habiendoestado destinados en el teatro de Operaciones Malvinas (T.O.M.), o entradoefectivamente en combate en el rea del Teatro de Operaciones del Atlntico Sur(T.O.A.S.), entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982, hayan solicitado, o hayan sidodados de baja de la respectiva institucin, y no tengan en virtud de la Ley 19.101, ysus complementarias, derecho a pensin alguna de retiro.

    Este artculo delimita al menos tres aspectos importantes que se modifican en los parmetrosde reconocimiento: a) el parmetro de equivalencia de la pensin (si antes equivala a unajubilacin mnima, en la nueva ley equivale al sueldo de un cabo del Ejrcito); b) se quita eltrmino combatientey se incluye a oficiales y suboficiales que hayan pedido o solicitado labaja de sus instituciones; y c) renueva la importancia tempo espacial que ya haba sidosealada por el Decreto 509/88 de Alfonsn: el Teatro de Operaciones Malvinas (T.O.M.) y

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    acciones de combate en el Teatro de Operaciones del Atlntico Sur (T.O.A.S.), entre el 2 deabril y el 14 de junio de 19823.Si bien la Ley se aprob sin suscitar prcticamente debate en ambas Cmaras, el fundamentodel Senador Juan Oyarzn (Unin Cvica Radical), autor del proyecto, es interesante por

    varias cuestiones. En primer lugar porque mantiene el mismo tono sobre lo que han hechosiendo lo que son de los excombatientes, es decir hroes desinteresados que ofrecieron suvida por la patria que deben ser reconocidos y reparados por el Estado. Aunque, cabe sealar,es inexistente la justificacin sobre la inclusin de cuadros militares retirados o en baja.Adems, el debate marca la importancia de los Teatros de Operaciones ya que, en trminosdel legislador, evita tecnicismos que podran dejar afuera a los sobrevivientes del ARAGeneral Belgrano hundido el 2 de mayo de 1982. En tercer trmino, se destaca en las palabrasdel senador la inclusin de la Federacin de Veteranos de Guerra como impulsor y asesortcnico del proyecto (Diario de sesiones Honorable Cmara de Senadores 1993.Versintaquigrfica. 15 de diciembre)Esta modificacin marca el derrotero que tendr la Ley 23.848 en toda la dcada de los 90hasta el 2007, con modificaciones, complementaciones, nuevas sanciones de aspectos yasancionados que muestran la inconsistencia legal del menemismo respecto al problema quenos ocupa. Daremos cuenta de algunos de estos vaivenes en estas lneas, ya que muestrancambios intermitentes en trminos de reconocimiento, pero adems generaron un descalabroen los padrones de excombatientes que desembocaron en la intervencin de la ComisinNacional de ex-Combatientes de Malvinas en el ao 2000.En 1996 se promulg la Ley 24.652/96 que sustitua el artculo 1 de la 23.848/90. Esta ley sesancion en mayo, se promulg en junio pero fue publicada en el Boletn Oficial recin endiciembre de ese ao. Lo interesante del caso es que esta ley viene a suplir un artculo que yahaba sido modificado por otra ley (24.343/94 que acabamos de analizar) sin que sta hayasido derogada. Es decir, que al mismo tiempo estn funcionando dos artculos sobre la mismaley, ratificados ambos por sendos decretos4. Esta nueva ley, establece en su primer artculo:

    Otrgase una pensin de guerra, cuyo monto ser equivalente al cien por ciento (100%) de la remuneracin mensual, integrada por los rubros "sueldos y regas" quepercibe el grado de cabo del Ejrcito Argentino, a los ex-soldados conscriptos de las

    3Sobre la cuestin de los Teatros de Operaciones destacamos lo que afirma Andrea Rodriguez: respecto alas jurisdicciones de los teatros de operaciones, an hoy es un asunto discutido puesto que la documentacin delas FF. AA. sobre la guerra an est clasificada y los pocos documentos que han sido publicados -como eldecreto 700/82 S- no son claros al respecto. Estas jurisdicciones no son un dato menor, ya que segn sus lmitesvara la cantidad de veteranos reconocidos. Lo relevante para este trabajo es que la legislacin argentinaconsidera que el TOM estuvo vigente desde el 2 de abril hasta el 7 de abril de 1982, y abarc las Islas Malvinas,

    Georgias y Sndwich del Sur, y espacios martimos y areos correspondientes, y que el TOAS, vigente desdeel 7 de abril hasta el 14 de junio de 1982, inclua la Plataforma Continental, Islas Malvinas, Georgias, Sndwichdel Sur y el espacio areo y submarino correspondiente. Esos dos teatros son los principales, puesto que son losque aparecen en la legislacin. Adems, en 1982 tambin se cre el Teatro de Operaciones Sur (TOS), queabarcaba la Patagonia al sur del paralelo 42, donde estuvieron movilizadas tropas que no fueron trasladadas alas islas, y por ende, por lo menos hasta el presente, sus integrantes no son reconocidos como veteranos. Eldebate en el presente es si la Patagonia fue tambin parte del TOAS o no, y por tanto si las fuerzas movilizadasall pueden ser reconocidas como excombatientes (Rodriguez, 2011: 304).4Decretos 666/96 y 1487/96 para la segunda, y Decreto 1083/1994 para la primera

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    fuerzas armadas que hayan estado destinados en el teatro de Operaciones Malvinas(TOM) o entrado efectivamente en combate en el rea del Teatro de Operaciones delAtlntico Sur (TOAS), y a los civiles que se encontraban cumpliendo funciones deservicio y/o apoyo en los lugares antes mencionados, entre el 2 de abril y el 14 de

    junio de 1982, debidamente certificado segn lo establecido en el decreto 2634/90.Dicha pensin sufrir anualmente las variaciones que resulten como consecuencia delos aumentos que la Ley de Presupuesto General de la Nacin introduzca en lossueldos y regas del grado de cabo del Ejrcito Argentino.

    Dos modificaciones claves en trminos de reconocimiento podemos destacar en esta nuevaley. Primero, quita el trmino pensin graciable por pensin de guerra y le da al beneficiouna especificidad concreta, es decir por fuera de otros sujetos incorporados al sistema deprevisin social. En segundo, desaparecen los oficiales y suboficiales en retiro y dados debaja. Los debates por la aprobacin de esta ley son prolongados pero por la reticencia sobretodo en cuestiones presupuestarias, sin embargo no cabe duda de la justicia que implica lamodificacin del tipo de pensin (que los quitaba de la rbita de los jubilados y pona lasvariaciones del estipendio segn las variaciones de los sueldos de cabos del Ejrcito). Eldiputado Lorenzo Pepe (Partido Justicialista) autor del proyecto- es el primero en lasdiscusiones parlamentarias que trabajamos hasta aqu en poner a la guerra de Malvinas en elplano de las guerras internacionales, al incluir en su fundamento la Convencin de Ginebrarespecto a pensiones para veteranos. Recordemos que la Convencin de Ginebra, que regulalas pautas de guerras internaciones, fue ley en nuestro pas recin en la reforma constitucionaldel ao 1994. Recordemos adems, y este es un punto interesante para otro tipo de trabajo,que entre nuestro pas y Gran Bretaa no hubo nunca una declaracin de guerra en trminosformales (las batallas estuvieron amparadas bajo el eufemismo de hostilidades) lo cual leda a la guerra (y por qu no a la posguerra) de Malvinas caractersticas distintas a otrasllevadas a cabo en el globo.Entonces tenemos en el decir legal del Estado funcionando en paralelo dos leyes queincluyen/excluyen a los cuadros militares. Esta foto se complejiza mucho ms con lapromulgacin de una tercera ley que vuelve a poner a oficiales y suboficiales bajo el paraguasde los beneficios del poder civil. La Ley 24.892/97 promulgada el 2 diciembre de 1997extiende el

    beneficio establecido por las Leyes 23.848 y 24.652 al personal de oficiales ysuboficiales de las Fuerzas Armadas y de Seguridad que se encuentren en situacinde retiro o baja voluntaria y no gocen de derecho a pensin alguna en virtud de la Ley19.101 y sus complementarias, que hubieren estado destinados en el Teatro deOperaciones Malvinas o entrado efectivamente en combate en el rea del Teatro deOperaciones del Atlntico Sur.

    Esta ley, y las otras dos, se efectivizaron como unificadas recin entre el ao 2004 y 2005por lo cual avanzaremos en el siguiente apartado sobre este aspecto. Pero creemos quemuestra algunos entretelones del funcionamiento del poder legislativo, en particular sobre uncolectivo determinado, dando al menos dos registros sobre qu hacer siendo lo que son.Sealamos esto porque consideramos que ese descalabro de registros marca el desorden en

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    la distribucin de propiedades materiales-simblicas. Estaba claro que el acto de justiciahistrica unificaba todas las posturas de los legisladores, el punto est en el vaivn de conquinesser justos.Para 1999 haban iniciado una serie de denuncias ante la inflacin del padrn de veteranos

    (Lorenz, 2012: 247), y en ese preciso ao, ya en la presidencia del radical Fernando De LaRa, se promulg el 27 de diciembre la Ley 25.210 que garantizaba la continuidad de losprogramas mdicos para veteranos. La letra del documento no deja de ser llamativa ya queen su artculo 1 que los beneficiarios incorporados al Instituto Nacional de ServiciosSociales para Jubilados y Pensionados mediante las Leyes 23.848, 24.652 y 24.892 seguirnen la rbita de dicho Instituto, a fin de garantizar la continuidad de los programas mdico-asistenciales; mientras que en su artculo 3 estableca que [l]as organizaciones de veteranosde guerra tendrn los mismos derechos y obligaciones que las organizaciones de jubilados ypensionados. El ltimo artculo, confuso, es el primero en establecer que las organizacionesde veteranos tienen derechos y obligaciones, ms all del tipo que sean.Es decir, en plano legal, el papel de la Federacin de Veteranos (asignado por la Res. 1605/90del Ministerio del Interior) haba sido cambiado con la creacin de la Comisin Nacional.Pero el articulado de esta nueva ley pone a las organizaciones en un papel activo per se,abriendo un campo de reconocimiento indito. Posiblemente este artculo no haya tenidoefecto sobre las estrategias de los movimientos de excombatientes, pero creemos que no dejade ser llamativo la cantidad de registros de amparo estatal abierto en esa dcada.Meses despus de promulgada la ley, el gobierno interviene la Comisin Nacional de exCombatientes de Malvinas ante las denuncias de corrupcin. La noticia aparece el 3 de abriljunto a los actos organizados por un nuevo aniversario del desembarco argentino en la capitalIslea, y aduciendo que la intervencin efecta para solucionar algn tipo de irregularidadque se produjeron en los ltimos aos. Cabe sealar que la Federacin de Veteranos deGuerra de la Repblica Argentina declara desconocer y no aceptar la intervencin delEstado, pese a que los movimientos de ex soldados combatientes sealaron que elcrecimiento del padrn de veteranos pas de 12 mil a 24 mil en una dcada (Diario poca2000 (Corrientes) 3 de abril).En palabra de Federico Lorenz, el menemismo tambin corrompi lo que pareca intangible:la condicin de veteranos, el orgullo de haber combatido en las islas. As es que en marzo de2000 el Poder Ejecutivo intervino la Comisin Nacional de Excombatientes ante denuncias(Lorenz, 2012: 248) lo que deriv para el autor en el Primer Censo Nacional de Veteranos deGuerra llevado a cabo en 2004, cuestin que trabajaremos en el siguiente apartado.Con un diagnstico en dos registros, pero sobre el mismo informe (hroes, gesta, hijos de lapatria), cruzado por un momento histrico donde como nunca la corrupcin es el motor delfuncionamiento poltico argentino (Basualdo, 2001), lo que deben hacer siendo lo que sonestalla en miles de piezas. Por supuesto, y como veremos, esto da fundamento al movimientode ex soldados combatientes para seguir sosteniendo su postura anti-cuadros. La preguntaest en cmo se puede controlar este descalabro desde las acciones de Estado, partiendo dela situacin desequilibrada que analizamos.

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    Depurar el padrn (2000 2004)

    Luego de la intervencin de la Comisin en abril de 2000, el Ministro de Defensa, RicardoLpez Murphy, promovi la promulgacin de la Ley 25.370/00 que mova el feriado del 10

    de junio decretado por Alfonsn y denominado Da de la afirmacin de los derechosargentinos sobre las Malvinas, Islas y sector Antrtico (Decreto 901/84, derogado por estaley) al 2 de abril bajo el nombre de Da del Veterano y de los Cados en la guerra enMalvinas". El 2 de abril de 2001, pese a la ausencia del presidente, el gobierno reafirm laley como modo de reconocimiento a travs de las palabras del flamante Ministro de Defensa,Horacio Jaurena, quien afirmo que con este acto la intencin es rendir homenaje al da enque los soldados fueron a Malvinas, porque nunca es tarde para los reconocimientos (Diariopoca 2001 (Corrientes) 3 de abril). A su vez, el Jefe del Estado Mayor Conjunto, TenienteGeneral Ricardo Brinzoni, seal que la poblacin se agolpa en las calles de todo el paspara recordar a los excombatientes de todas las jerarquas (Diario poca. Op. Cit.). Estasjerarquas y reconocimiento se plasmaron con fuerza en la renovada Comisin Nacional deex-Combatientes que modific, a travs del Decreto 694/01, la cualidad de sus integrantes.En los fundamentos se establece que la finalidad fue ampliar los alcances de la Comisin,incluyendo en la misma con participacin plena a un miembro representante de los cuadrosde oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas que participaron en la gesta histrica delas Islas Malvinas.En este punto no hay eufemismos, es necesario que se defina el carcter inequvoco elconcepto de "Veterano de Guerra de las Islas Malvinas", a fin de determinar quines son losbeneficiarios legales de las normas que se sancionaron en toda la dcada de los 90. Losveteranos para la nueva Comisin seran los

    ex-soldados conscriptos, oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas y deSeguridad y civiles convocados que participaron activa y efectivamente en lasacciones blicas desarrolladas en el Atlntico Sur para la recuperacin de las IslasMalvinas, Georgias y Sandwich del Sur, entre el 2 de abril y el 1 de junio de 1982(Decreto 694/01).

    La Comisin no slo representa al Estado frente a las asociaciones de veteranos sino ademsa las de Familiares de Cados, ampliando su radio de accin. Entre sus funciones tambinfigura la necesidad de unificar las normas y estudiar las razones que desembocaron en lainflacin del padrn, con el objetivo de que el Estado pueda accionar, va el diagnstico deirregularidades que se hayan cometido en el manejo de dichos listados y una propuesta parasu saneamiento, si as correspondiere. Tambin se ampli el nmero de miembros deorganizaciones de excombatientes (seis) y se sum un miembro designado por las FuerzasArmadas.De esta forma queda sellada la primera institucin del Estado Nacional con representacincivil, militar y de las partes afectadas referidas a Malvinas que tiene como objetivo definirquin es veterano. Pese a que el nombre excombatiente/veterano segua usndoseindistintamente, ese doble registro que mencionamos empieza a caer. La conmemoracin del2 de abril organizada por la Federacin en Ushuaia en 2002 cuenta por primera vez con lapresencia de un presidente (en este caso el justicialista Eduardo Duhalde), marcando la

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    importancia del recuerdo del papel de los veteranos y un pedido de paciencia y paz para larecuperacin de las Islas (Diario El Litoral 2002 (Corrientes) 3 de abril).Las presidencias de Nstor Kirchner y Cristina Fernndez marcaron un rumbo diferente parael tema Malvinas, con grados de complejidad mayores a las pretensiones de este trabajo, que

    tienen que ver con un profundo discurso anti castrense (sobre todo a la memoria de ladictadura) a la par de una reivindicacin fuerte sobre Malvinas como gesta histrica. Estaparticularidad es distintiva de los perodos presidenciales anteriores (Alfonsn, por un lado;Menem, De La Ra y Duhalde por otro), y merece un anlisis ms profundo que el quededicaremos en este trabajo. Sealamos, para continuar con nuestra lnea de argumentacin,que en 2004 se decret (va Decreto 1357/04) que el pago de las pensiones (de la Ley 23.848,sus modificaciones y complementarias) pasara a la rbita de la ANSES y la cobertura mdicabajo el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados.Ese mismo ao se llev a cabo entre los meses de agosto y octubre el Primer Censo Nacionalde Veteranos de Guerra, que arroj como resultado un total de 25.528 veteranosempadronados. Este censo, segn declaraciones del entonces Ministro del Interior, AnbalFernndez, permitira depurar el padrn, tal como pedan los movimientos de ex soldadoscombatientes (Diario Clarn 2005 (Buenos Aires) 1 de junio). Este censo no fue encargadoa la Comisin, pese a que el parte de las funciones de esta institucin es recabar informacinsobre el nmero de excombatientes. Esto marca de cierta manera la tensin siempre presenteentre movimientos de excombatientes (conscriptos)/veteranos (conscriptos y cuadros). Dosdecretos ms marcan el final del derrotero de la Ley 23.848/90, hablamos del Decreto 886/05que denomina a las pensiones como Pensiones Honorficas de Veteranos de la Guerra delAtlntico Sur", sin modificar beneficiarios; y el Decreto 1105/07 que establece unaCompensacin por Inestabilidad de Residencia a los veteranos.

    Registros del reconocimiento

    Retomando desde las nociones que establecimos como prisma de anlisis, podemos decir queel lmite de las acciones de Estado que describimos se centr en la definicin de la veterana.La cobertura previsional fue el terreno de juego donde se dirimi gran parte de la entradacastrense al reconocimiento estatal dentro de los marcos de la guerra de Malvinas. Desde losinicios de su mandato, el gobierno de Carlos Menem promovi una distribucin desigual delas posibilidades de contacto entre Estado y movimientos de ex soldados, primero decretandoa la Federacin de Veteranos de Guerra de la Repblica Argentina como nico interlocutor;luego suscitando actos oficiales en el que estaban presentes autoridades militares,excombatientes de la Federacin y autoridades civiles; y ms tarde, creando al ComisinNacional de ex-Combatientes de Malvinas pero con representantes de ex soldados muycercanos a las posiciones castrenses. Como dijimos, parecera que la entrada delexcombatiente al poder civil no podra realizarse sin los militares adentro, adems del hechode tratarse de una estrategia menemista de cierre con el pasado.Ahora bien, si a nivel de la funcin codificadora de informese estableci un consensuadopasado heroico patrio de los excombatientes, en cambio los registros de las otras funcionesvariaron hasta unificarse recin con el kirchnerismo. Por un lado, a nivel de diagnstico, esdecir en la capacidad del Estado de asignar identidades sabiendo quienes son,la ambivalenciaentre veterano y excombatiente, entre conscripto y cuadro militar, entre espacialmente y

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    temporalmente ubicado o no, manifiesta un zigzag de reconocimiento que incluso llev a quese promulguen dos leyes que se pisaron sin derogarse una a otra.Ahora bien, la ltima de las funciones que marcamos para el discurso oficial (sobre todo elliguliforme sostenido en el derecho) como accin de Estado, nos referimos a la directiva de

    determinar qu hacer siendo quienes son, marca tambin una ambivalencia pero centrada endefinir un tipo de aceptacin. Aceptar ser reconocidos previsionalmente como hroes bajo elmismo sistema que se reconocen a los jubilados; aceptar el nunca es tarde de losreconocimientos oficiales, pero sobre todo aceptar los honores y reconocimiento en trminoslegales y de beneficios con los militares al lado. Esta marca se termina de cerrar en lapresidencia de Kirchner y renueva el lugar que el derecho le da a la prctica oficial: unverdadero acto de creacin (aunque sobre un preexistente) que le da un carcter universal.

    Conclusiones: la obturacin de una voz poltica

    Nuestro trabajo se centr en las formas de reconocimiento del Estado argentino hacia los exsoldados que combatieron en Malvinas, a partir de una descripcin densa del plano legislativofundamentalmente. A partir de la nocin bourdieuana de acciones de Estado, y su reflexinrespecto al lenguaje del derecho, nos centramos en la legislacin que defini el carcter deexcombatiente/veteranos entre los aos 1984 y 2004. Trabajamos en tres perodos definidospor variaciones en sus formas de reconocer, tratando de anclar al anlisis una pregunta sobreel modo en que se incluy a los cuadros militares en un contexto de consolidacindemocrtica y cierre del pasado. Pudimos notar las caractersticas legislativas queconstruyeron a los excombatientes como un problema de Estado (segn la terminologa deODonell y Ozlak, 1981) a resolver desde el plano civil bajo el paraguas de la previsinsocial. Nuestro inters, como aclaramos, fue centrarnos en el decir instituyente del discursooficial, convencidos de que es necesaria una reflexin sobre la manera en que se hizo concretala accin estatal en posguerra (en este sentido adscribimos a la postura de Castel (2010) sobrela importancia del anlisis de las condiciones objetivas para pensar las relaciones sociales).De esta forma damos cuenta de un estado de situacin que nos permite sacar algunasconclusiones.

    Presentamos a partir de aqu una hiptesis de lectura sobre cmo nuestro anlisis puedepermitirnos no slo pensar en un posible dilogo sobre Malvinas sino comprender algunascondiciones que resaltan su importancia. La Cuestin Malvinas sigue condensando pasionesnacionales partiendo desde el simple hecho de que casi todos los argentinos tienen algo paradecir sobre el tema. Cruza memoria, poltica, militares, derechos humanos, identidad,democracia. Se muestra muchas veces como un smbolo que se llena de contenido cada vezque alguien dice algo distinto. Incluso es interesante cmo la misma nocin dedesmalvinizacin es tan voltil como fuerte. Un discurso puede ser desmalvinizadorcuando es pro o antimilitar, cuando se distancia del nacionalismo o cuando pone ciertossmbolos nacionales cerca. Tambin es desmalvinizador el discurso que pone a losexcombatientes como vctimas tanto como el que los pone como hroes dueos de susacciones en guerra. Desmalvinizar es nada y todo, permite acusar y defenderse; muestra, alas claras, la multiacentualidad de todo lo que rodea la Cuestin Malvinas.

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    Las polticas del decir instituyente del Estado en el marco de reconocimientos en trminosprevisionales es una forma de ver la voz estatal al momento de pensar Malvinas. Desdenuestro punto de vista las acciones de Estado desde el marco legal hace legible que la prcticade gobierno no slo intento unificar eso que parece difcil de asir (quienes merecen ser

    reconocidos como hroes), sino que esa unificacin implic poner a los excombatientes enel lugar congelado del imaginario clsico, el de los hroes del siglo XIX, caro a laterminologa castrense sobre la Nacin. Estas condiciones establecidas parecen difciles demodificar mostrando la inmadurez de poder pensar de en trminos distintos la CuestinMalvinas. Polticamente, uno podra inclinarse en leer esa prctica de gobierno ligada a otra(nos referimos, entre otras, a la premura de los gobiernos de los 90 de sostener las relacionescon Gran Bretaa y Estados Unidos), no obstante ese pensar distinto no deja de ser un desafopara todos aquellos que vemos en Malvinas una marca de violencia en muchos sentidos. Ytambin una posibilidad de discutir polticamente.Entonces, cmo politizar Malvinas? Nosotros nos inclinamos por rescatar esa joven voz delexcombatiente, que inclua a Malvinas en el plano de las luchas anticoloniales pese al carcterreaccionario de la cpula militar que inici la guerra. Pero este no es un rescate nostlgico,sino que viene de la mano del convencimiento de que en ese grano de la voz que tena lapostura poltica de los excombatientes de los 80 est la posibilidad de incluir a los msescpticos al reclamo sobre Malvinas. En ese sentido creemos que el trmino colonialidadno est vencido, pese a que el premier britnico apele al mismo argumento para referirse altema de la Autodeterminacin. El grito decolonial tiene todava mucho para decir sobreMalvinas, y no slo por la ocupacin del territorio o la guerra. El acallamiento de la vozpoltica malvinense no puede verse desligado de ese proceso que marca a Latinoamrica.Nuestro ejercicio no intenta generar la lectura contrafctica de qu hubiese pasado si elproceso del decir estatal no hubiese tomado este carril. Ms bien es una herramienta de lecturaa contrapelo de la historia para entender desde qu lugares fue hablada Malvinas. Es pensarque quiz la apelacin a la gesta y el discurso independentista pone en entresijos el factorpoltico de descolonizacin. Es adems indicar que ese carril clsico ocup un lugar polticoque tuvo que ver, por qu no, con una forma de consolidacin democrtica, que implic,como dijimos varias veces, cerrar la historia con los militares adentro.Es por esto que recuperamos la posicin dialoguista bajtiniana donde la polifona marca enun decir la historia de los decires que lo han cruzado, que funcionan como condiciones de undecir nuevo, que hace que la palabra est cargada de historia que no siempre es apacible sinomuchas veces est llena de violencia. Cuando se convoca a recordar Malvinas siempre semenciona las polticas de olvido, el faltante de reivindicacin, la pobreza de patriotismo, ladesmalvinizacin. Pareciera que al faltar las islas al territorio nacional todo lo que rodeaMalvinas es una gran falta, un gran ausente. Pareciera que esa gran ausencia no pudo llenarsesino con el discursos ms escolar y castrense posible, cuando lo necesario son lasreivindicaciones polticas fuerte y de distinto cuo. Nuestro objetivo es pensar no en la faltasino en el corrimiento y obturacin de una voz. Y mostrar que un acuerdo sobre el carcterpoltico de Malvinas es fundamental para poder dialogar con otras culturas sobre suimportancia geopoltica en el siglo XXI.

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    Fuentes

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    http://infoleg.mecon.gov.ar/Archivo General de la Provincia de Corrientes