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48 Fue un prestigioso neurocirujano. Sin embargo, su participación política hizo trascender su figura más allá de las ciencias médicas. Tuvo una activa participación en el movimiento peronista, incluso más de una vez se pensó en su figura como sucesor del creador del Justicialismo. De sonrisa gardeliana, impecable en el vestir, tanguero, aficionado al box, Raúl Matera finalmente obtuvo un reconocimiento generalizado, incluso entre los más acérrimos adversarios ideológicos E l doctor Matera na- ció en la ciudad de Buenos Aires el 7 de mayo de 1915, des- cendiente de italianos. Se recibió de médico en la Fa- cultad de Medicina de la Univer- sidad de Buenos Aires, donde fue jefe de trabajos prácticos, profesor adjunto y subdirector del Institu- to de Neurocirugía. Prestó servi- cios en el Hospital Militar Cen- tral y en el Hospital Nacional de Neurocirugía, y fue discípulo de Ramón Carrillo. Además de la política, tenía afición por el boxeo (llegó a ser presidente de la Asociación Ar- gentina de Box) y por el tango, siendo amigo de figuras emble- máticas como Anibal Troilo y Homero Manzi. En 1957 fue profesor de neuro- cirugía, y dos años más tarde creó un centro para el estudio de las patologías del sistema nervioso, tanto central como periférico. En 1968 creó el Nuevo Centro de Investigaciones Psiquiátricas de Buenos Aires, donde pensaba ejercer su otra especialidad, la psi- quiatría. En 1972 se destaca en el Instituto de Neurocirugía Costa Buero, perteneciente a la Facul- tad de Medicina de la Universi- dad de Buenos Aires. RAÚL MATERA El médico peronista En 1989, en el Sanatorio Güe- mes, en ocasión de la delicada salud cardíaca del empresario peronista e íntimo de Juan Do- mingo Perón, Jorge Antonio, le vaticina al cardiólogo Luis M. de la Fuente- que lo estaba in- terviniendo mediante angioplas- tia coronaria al íntimo amigo de Perón-, que la angioplastia iba en muchos casos a reemplazar al bypass aorto-coronario. El político Fue un político peronista, que se enroló en esas filas desde muy joven y aprendió los fundamentos de la doctrina de Perón. Después del derrocamiento de esa fuerza en el año 1955, fue uno de los que impulsó al neoperonismo, hecho que le generó algunos encontro- nazos con el líder justicialista. Luego de la caída del peronis- mo, a instancias del que fuera ministro de Relaciones Exteriores Atilio Bramaglia, se crea la Unión Popular. Fue el primer partido político que trató de rescatar al peronismo proscripto y lanzó esa fuerza en el pensamiento doc- trinario que dio Juan Perón. La Unión Popular buscó ser una fa- chada legal para la participación de dirigentes peronistas en la arena política, ante la prohibición Entre 1955 y 1970 Matera par- ticipó activamente junto con Ar- turo Jauretche, José María Rosa, Raúl Scalabrini Ortiz, José Luis Muñoz Azpiri, entre otros, en las reuniones que se hacían en el Es- tudio del Dr. Jorge Ramos Mejía, donde funcionaba la redacción de los semanarios «Azul y Blanco» y «Segunda República» que dirigían Marcelo Sánchez Sorondo, Ricar- do Curutchet y Luis Rivet. Fue delegado personal del General Perón en la Argentina. En el avión donde regresó Perón a la Argen- tina después de muchos años de exilio, venían 153 personas des- tacadas de la sociedad argentina, políticos, sindicalistas, deportis- tas, de las ciencias, y amigos: uno de ellos era Raúl Matera. Distanciamiento con Perón Algunos dirigentes peronistas afirman que Perón desconfiaba un poco de las ambiciones polí- ticas de Matera, en el sentido de que buscara como se decía del dirigente metalúrgico Augusto Timoteo Vandor “un Peronismo sin Perón”. Uno de esos episodios se produjo durante las elecciones presidenciales de 1963, que lleva- rían al impensado candidato de la Unión Cívica Radical del Pueblo, Arturo Illia al sillón de Rivadavia. / Personajes Bio RAÚL MATERA Nació en la ciudad de Buenos Aires el 7 de mayo de 1915 Se recibió de médico en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires Creó un centro para el estudio de las patologías del sistema nervioso En 1968 creó el Nuevo Centro de Investigaciones Psiquiátricas de Buenos Aires Se casó y fue padre de seis hijos de actuar del Partido Justicialista. En realidad muchos creyeron que podría ser utilizado para atraer la masa peronista, ante la posibilidad del no retorno o muerte de Perón en el exilio madrileño (el tema de la salud de jefe justicialista era un tema recurrente por entonces).

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Fue un prestigioso neurocirujano. Sin embargo, su participación política hizo trascender su figura más allá de las ciencias médicas. Tuvo una activa participación en el movimiento peronista, incluso más de una vez se pensó en su figura como sucesor del creador del Justicialismo. De sonrisa gardeliana, impecable en el vestir, tanguero, aficionado al box, Raúl Matera finalmente obtuvo un reconocimiento generalizado, incluso entre los más acérrimos adversarios ideológicos

El doctor Matera na-ció en la ciudad de Buenos Aires el 7 de mayo de 1915, des-

cendiente de italianos. Se recibió de médico en la Fa-

cultad de Medicina de la Univer-sidad de Buenos Aires, donde fue jefe de trabajos prácticos, profesor adjunto y subdirector del Institu-to de Neurocirugía. Prestó servi-cios en el Hospital Militar Cen-tral y en el Hospital Nacional de Neurocirugía, y fue discípulo de Ramón Carrillo.

Además de la política, tenía afición por el boxeo (llegó a ser presidente de la Asociación Ar-gentina de Box) y por el tango, siendo amigo de figuras emble-máticas como Anibal Troilo y Homero Manzi.

En 1957 fue profesor de neuro-cirugía, y dos años más tarde creó un centro para el estudio de las patologías del sistema nervioso, tanto central como periférico.

En 1968 creó el Nuevo Centro de Investigaciones Psiquiátricas de Buenos Aires, donde pensaba ejercer su otra especialidad, la psi-quiatría. En 1972 se destaca en el Instituto de Neurocirugía Costa Buero, perteneciente a la Facul-tad de Medicina de la Universi-dad de Buenos Aires.

RAÚL MATERAEl médico peronista

En 1989, en el Sanatorio Güe-mes, en ocasión de la delicada salud cardíaca del empresario peronista e íntimo de Juan Do-mingo Perón, Jorge Antonio, le vaticina al cardiólogo Luis M. de la Fuente- que lo estaba in-terviniendo mediante angioplas-tia coronaria al íntimo amigo de Perón-, que la angioplastia iba en muchos casos a reemplazar al bypass aorto-coronario.

El político

Fue un político peronista, que se enroló en esas filas desde muy joven y aprendió los fundamentos de la doctrina de Perón. Después del derrocamiento de esa fuerza en el año 1955, fue uno de los que impulsó al neoperonismo, hecho que le generó algunos encontro-nazos con el líder justicialista.

Luego de la caída del peronis-mo, a instancias del que fuera ministro de Relaciones Exteriores Atilio Bramaglia, se crea la Unión Popular. Fue el primer partido político que trató de rescatar al peronismo proscripto y lanzó esa fuerza en el pensamiento doc-trinario que dio Juan Perón. La Unión Popular buscó ser una fa-chada legal para la participación de dirigentes peronistas en la arena política, ante la prohibición

Entre 1955 y 1970 Matera par-ticipó activamente junto con Ar-turo Jauretche, José María Rosa, Raúl Scalabrini Ortiz, José Luis Muñoz Azpiri, entre otros, en las reuniones que se hacían en el Es-tudio del Dr. Jorge Ramos Mejía, donde funcionaba la redacción de los semanarios «Azul y Blanco» y «Segunda República» que dirigían Marcelo Sánchez Sorondo, Ricar-do Curutchet y Luis Rivet. Fue delegado personal del General Perón en la Argentina. En el avión donde regresó Perón a la Argen-tina después de muchos años de exilio, venían 153 personas des-tacadas de la sociedad argentina, políticos, sindicalistas, deportis-tas, de las ciencias, y amigos: uno de ellos era Raúl Matera.

Distanciamiento con Perón

Algunos dirigentes peronistas afirman que Perón desconfiaba un poco de las ambiciones polí-ticas de Matera, en el sentido de que buscara como se decía del dirigente metalúrgico Augusto Timoteo Vandor “un Peronismo sin Perón”. Uno de esos episodios se produjo durante las elecciones presidenciales de 1963, que lleva-rían al impensado candidato de la Unión Cívica Radical del Pueblo, Arturo Illia al sillón de Rivadavia.

/ Personajes

BioRAÚL MATERA

● Nació en la ciudad de Buenos Aires el 7 de mayo de 1915

● Se recibió de médico en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires

● Creó un centro para el estudio de las patologías del sistema nervioso

● En 1968 creó el Nuevo Centro de Investigaciones Psiquiátricas de Buenos Aires

● Se casó y fue padre de seis hijos

de actuar del Partido Justicialista. En realidad muchos creyeron que podría ser utilizado para atraer la masa peronista, ante la posibilidad del no retorno o muerte de Perón en el exilio madrileño (el tema de la salud de jefe justicialista era un tema recurrente por entonces).

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Es que durante esas elecciones se impulsa la creación de un Fren-te Nacional que reunía a frondi-cistas, democracristianos, conser-vadores populares, de la Unión Popular y peronistas no radicali-zados. Si bien este frente contaba con el apoyo (ambiguo) de Perón, Matera decide “desobedecer”, se baja del Frente y junto con Ho-racio Sueldo presentan la fórmula presidencial Matera-Sueldo. Sin embargo, el gobierno decide pro-hibir la participación del cualquier candidato peronista y se llega a las elecciones donde Illia es electo presidente con apenas el 25% de los votos. Pero la desobedencia de Matera no fue “perdonada” por muchos peronistas.

En su abundante epistolario Perón le escribe varias veces a Matera. Muchas veces lo elogia (ver recuadro) pero también des-liza críticas. En una carta de sep-tiembre de 1970, Perón le dice a Matera: “…los intentos de neope-ronismo y colaboracionismo lan-zados por la Dictadura no son de temer para nosotros, porque la tradición orgánica del peronismo no se presta para tales excrecen-cias (…) es que hay gente que es decente porque así los viste el sas-tre, pero puestos a obrar, no dejan de mostrar la hilacha”.

En 1964 Perón designa al inge-niero Alberto Iturbe y le manifies-ta su preocupación por aquellos que tienden a desafiarlo (entre ellos Matera). Dice Perón: “Por informaciones de diversas fuentes me he enterado de la actitud de algunos dirigentes políticos que, usando la camiseta peronista, pre-tenden dividir en su provecho la organización del Partido Justicia-lista. Esto no es nuevo ni original, porque siempre han existido cau-dillos que en complicidad con el enemigo pretendieron lo mismo dentro del Movimiento Peronista, sin resultados. Nosotros no nos oponemos a que cualquier diri-

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gente que se sienta con suficiente predicamento procure formar su propio partido, pero no podemos admitir que lo hagan a nuestras expensas y engañando a las bases con la simulación de un peronis-mo que no sienten ni practican”.

La frase es interpretada como una ratificación de la excomu-nión al doctor Raúl Matera y al “materismo”. “Esto me obliga a denunciar ante nuestro movi-miento a los que, por su cuenta, están intentando reorganizar el

Partido Justicialista con la evi-dente intervención del gobierno y de nuestros enemigos, en una maniobra desleal, con el intento de dividirnos. El Comando Su-perior peronista los desautoriza y les niega autoridad para hacerlo y exhorta a todos los peronistas a que se nucleen en la reorgani-zación dispuesta por el Comando Superior que dirigen en el país el delegado, ingeniero don Alberto Iturbe, y la Comisión Nacional Interventora”.

Con los años, Matera recom-pondría su relación con Perón. Fue uno delos “elegidos” para acompañarlo en su vuelo de regre-

so al País, junto con el economista Antonio Cafiero, el cardiociruja-no Miguel Bellizi, el historiador José María Rosa, el futbolista José Sanfilippo, el economista y futu-ro canciller de Menem, Guido di Tella, la escritora Martha Lynch y las actrices Marilina Ross y Chunchuna Villafañe.

Su participación en la política no seguirá siendo tan activa y se dedica a su profesión médica. Es reconocido por amplios sectores de la sociedad y una figura de consulta por su excelencia en me-dicina. Matera tiene un espíritu abierto y accede a atender cual-quier consulta, más allá o más acá de sus simpatías políticas.

Casado con Elsa y padre de seis hijos, Matera concurre a progra-mas de tango, de deporte y socie-dad. Su figura y su consenso va en ascenso. Entre otros homenajes, recibe con gusto la composición de un tango en su honor: “Bisturí de oro”. Este tango describe de este modo a Matera: “Porteñazo flor y también gran doctor; sos en medio mundo el bisturí mayor; te la sabés al derecho y al revés, cuántos lázaros vivieron otra vez; guardabas en un fuelle por la no-che tu bisturí de oro, sin distinguir y sin reproche para nadie, nunca hubo un desganos, caminaste con el pueblo de la mano”.

En sus últimos años decide volver a participar en política. Bajo la presidencia de Menem es designado Secretario de Ciencia y Tecnología y al frente de Con-sejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONI-CET). En plena actividad, lo sor-prende la muerte, el 21 de marzo de 1994, a los 79 años de edad. Hoy lleva su nombre un hospital de Bahía Blanca y el Instituto de Neurología, Fundación Raúl Ma-tera, creado en 1972 y hoy con-ducido por uno de sus seis hijos, el también reconocido neurociru-jano Raúl V. Matera.

Además de la política, llegó a ser presidente de la Asociación Argentina de Box

Se enroló en esas filas desde muy joven y aprendió los fundamentos de la doctrina de Perón

Fue delegado personal del General Perón en la Argentina

Madrid, 8 de julio de 1962.Señor Doctor Don Raúl Matera

Mi querido amigo:Aprovechando el viaje del compañero Inge-

niero Iturbe deseo contestar su carta del 23 de junio ppdo., por la que quedo impuesto de las interesantes informaciones que me transmite, como asimismo del buen giro que van tomando las cosas bajo la conducción del Consejo, espe-cialmente en lo orgánico que tanta importancia tiene en mi concepto en los momentos actuales.

Muy inteligente su procedimiento en las tra-tativas, como también lo de ir siempre acompa-ñado de un político y un sindicalista; eso no solo da mayor autoridad sino que tiende a prestigiar el órgano de la conducción y a sus hombres, sin perjuicio que la presencia de otras personas en las reuniones manifiesta la intención de “juego limpio” que siempre se aprecia como importan-te para evitar las suspicacias que las tratativas políticas despiertan en los mal intencionados. Yo lo felicito porque, precisamente, esa ha sido hasta ahora una falla común en nuestros diri-gentes políticos que han producido no pocos inconvenientes. Veo, por lo que me dice su carta, que asimila rápidamente las experiencias que le brinda su propia acción y que, si hasta ahora ha sido un óptimo neurocirujano puede también llegar a ser un gran político. Yo soy de los que creen que no hay hombres que solo sirven para una cosa. Hay hombres que sirven y otros que no sirven. El que sirve, sirve para todo y el que no sirve, no sirve para nada.

El compañero Iturbe que ha seguido conmi-go la situación desde aquí, podrá ampliarle mis pensamientos actuales sobre la situación, como asimismo aconsejarle por su experiencia política sobre diversas cuestiones que interesan para el futuro inmediato. Sobre su actuación debo ha-cerle llegar mis plácemes más sinceros. La políti-ca es una actividad simple si se la toma como un proceso objetivo. La conducción política es una actividad simple si se la toma como un proceso objetivo. La conducción política es un arte simple y todo de ejecución. No es necesario aprenderlo pero es indispensable comprenderlo. Hay políti-cos que han hecho toda su vida política sin com-prenderla y otros que la han comprendido sin hacerla. Decía el Mariscal de Sajonia que su muía había hecho muchas campañas, pero que aún no sabía nada de estrategia. A muchos políticos les ha pasado lo que a la muía. Siga Usted firme, despójese de toda deformación subjetivista y aténgase objetivamente a los hechos, obre sin perder de vista nunca la misión y el objetivo que le fijarán el camino a seguir y esté seguro que en ese camino encontrará lo que busca.

El arte de la Conducción tiene, como el de la cirugía, su teoría, sus principios y su técnica, que forman la parte inerte del arte. La parte vital solo la puede poner el artista. Usted que “cirujanamente” ha demostrado ser un artista no deberá andar mucho para demostrar que también puede serlo en la condu cción que, al fin y al cabo, sólo requiere un poco de “óleo sagra-do de Samuel” que Usted ha demostrado poseer sobrada mente en su profesión.

Lo que me dice sobre sus experiencias en el campo de la nueva actividad me parecen muy explicables y provechosas, porque naturalmen-te una cosa es luchar contra los males y otra contra los hombres que llegan a ser el peor de los males. Sin embargo, la lucha política es solo enfrentamiento de voluntades en la que suele vencer el que posea una voluntad más fuerte y perseverante, no exenta del acierto que se construye con inteligencia y trabajo. El éxito no es nunca una obra de la casualidad ni de la suerte como algunos creen. El éxito se concibe, se prepara, se realiza y se explota mediante procedimientos racionales y dentro de un plan minuciosamente preparado. La improvisión, que también es necesaria, queda solo para enfren-tar los imponderables. Si es un error pretender planificar lo imponderable que debe enfrentar-se con la improvisión inte ligente y vivaz, no es menos erróneo pretender enfrentar lo previsible con una improvisación permanente, como algu-nos pretenden.

Ustedes los médicos, que saben mucho de esto, porque su actividad, en el fondo, es solo una lucha: contra la muerte. En tan grave campo, las cosas ad-quieren un aspecto muy delicado e irreparable. En cambio en la política todo tiene remedio, un poco a base de tiempo- y otro poco a fuerza de buenas medidas-. Por eso afirmo que la conducción es un arte sencillo y todo de ejecución, que es como la definía Napoleón. Por lo complejo de la actividad política es necesario recurrir al “equipo” bien orga-nizado y bien dirigido. Todo el tiempo que se em-plee en conseguir ese equipo que funcione bien, es tiempo ganado para el futuro de la conducción. Es lo que veo que Usted trata de hacer y por lo que le felicito con todo cariño.

Frente a cuánto nos ha pasado puedo repe-tirle como el Viejo Vizcacha “que en las riñas he aprendido a no pelear sin puyones”. Por eso me permito hacerle llegar siempre “mis vizcacha-zos” consejos que espero los sepa tolerar y se-guir. Mis más afectuosos saludos para todos los compañeros del Consejo.

Un gran abrazoJuan Perón

CARTA DE PERÓN A MATERA