(R 01) El Gran Arresto - Ken Bruen

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Annotation

"El gran arresto": Un cctel de violencia y humor negro y esperpntico, con episodios memorables y un ritmo frentico. Sudeste de Londres. Un asesino en serie que se hace llamar el rbitro se est cargando a los miembros del equipo ingls de crquet. Mientras, en Brixton, a un grupo de vigilantes le ha dado por asesinar y colgar de farolas a traficantes de drogas. Ah es cuando los RB de la polica londinense el inspector jefe Roberts y el sargento detective Brant deciden entrar en accin. Ambos necesitan desesperadamente ese Gran Arresto que les sirva para limpiar su expediente. Y es que los dos acumulan innumerables denuncias por extorsin, amenazas y brutalidad policial, justo lo que las nuevas autoridades quieren erradicar del cuerpo de polica londinense.La prensa ha dicho: Escrito de forma magistral, en unestilo que va de lo brutal a lo potico, pasando por el humor ms negro. Bruen ha realizado un gran trabajo The Washington Post Book World.Ken Bruen

EL GRAN ARRESTO

Traduccin de Marta Cabarcos

Ediciones Pmies

Titulo original: A white arrest

Primera edicin: marzo de 2008

1998 by Ken Bruen

de la traduccin: Marta Cabarcos, 2008

de esta edicin: 2008, ediciones Pmies Carlos Alonso, editor C/ Monteverde 11 28042 Madrid

ISBN: 978-84-96952-11-9 Diseo de la cubierta: Javier Perea

Foto de cubierta:London by night. John Foxx /Getty Images Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorizacin escrita de los titulares del Copyright, bajo la sancin establecida en las leyes, la reproduccin parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografia y el tratamiento informtico, y la distribucin de ejemplares de ella mediante alquiler o prstamo pblico.

Depsito legal: M-7620-2008 Impreso por BROSMAC, S.L. Impreso en Espaa.

Para Michael BurtEL GRAN ARRESTO

Es la cspide de toda una carrera policial.

Sir Robert Peel

El que oculta toda la mierda anterior.

Detective sargento Brant.

Les llamaban R El inspector jefe Robert era el Ritmo y Brant, el Blues ms melanclico. Tambin se deca que cerdo ignorante le pegaba ms.

En la mesa de trabajo de Roberts haba un telfono, una foto familiar y una placa que imitaba un pergamino de madera y bronce con una inscripcin:

El lunes de Pascua de 1901, el reverendo James Charmers lleg a la isla de Goaribari, en la costa sur de Nueva Guinea, con la intencin de convertir a los nativos. Los goas se apresuraron a recibirlo, lo dejaron inconsciente a garrotazos y luego lo descuartizaron, lo cocinaron y se lo comieron esa misma tarde.

Para Roberts eso es todo cuanto necesitas saber para ser polica.La agente de polica Falls observaba el bollo azucarado que descansaba junto a la taza de caf como una jugosa tentacin. Lleg otra polica que dijo:

Caramba! Qu tentador! Hola Rosie.

Hola. Te lo vas a comer? Pues no lo s.

Falls protagonizaba todos los sueos erticos de la comisara. Al menos, eso le gustaba pensar. Meda poco ms de 1,65 y era, como se suele decir, de carnes prietas, pero le sentaba bien. Al verla, la mente se llenaba de arrebatados adjetivos: exuberante, turgente, pechugona, disponible. Este ltimo, en grandes letras de nen.

Solt una risita cmplice.

De qu te res? le pregunt Rosie. Conoces a Andrews?

El de la comisara de Brixton?

S, ese. Anoche le col el rollo desiempre, ya sabes, que los hombres se lo creen todo.Rosie se ri antes de preguntar:

Lo de El sexo tiene que ser una experiencia espiritual para una mujer, no consiste slo en follar y marcharse.

S. Le expliqu que tena que haber un vnculo emocional. Se lo trag hasta el fondo, el soplagaitas.

Le dio otro mordisco al bollo, se dej llevar por aquel azucarado placer y se prepar para la puntilla.

Y encima me crey cuando le dije que el tamao no importa.

Rosie intentaba no armar demasiado escndalo. En una cantina llena de hombres, la risa de una mujer pareca una amenaza en toda regla. Levant la mano y midi unos cinco centmetros imaginarios entre el pulgar y el ndice:

Te resulta familiar?Falls se desternillaba.

T tambin te lo cepillaste, eh, zorra? Bueno, fue algo rpido, eso al menos se

lo concedo.

Falls empuj lo que quedaba del bollo hacia Rosie y le dijo:

Ya que compartimos otros detalles sin importancia...

Falls tena el pelo rizado y corto, como el de una tortillera. Haca destacar sus ojos oscuros. La nariz respingona le daba un aspecto de permanente entusiasmo y la escueta boca le redima de su evidente belleza. Lo peor eran las piernas, su constante cruz. De pronto se puso seria:

Ya haba cumplido los treinta y dos cuando me di cuenta de que aquello que deca mi padre de Me quitar la vida y me llevar a la nia conmigo no era amor sino que estaba borracho.

Sigue vivo?A veces, pero nunca los fines de semana.Se parece a mi Jack. Est como una cuba desde que lo echaron del trabajo.

El sexo fuerte, no? Eso creen.

Rosie tena unas facciones agraciadas. Vamos, que agradeca que alguien la mirara. Pocos lo hacan, ni siquiera Jack.

Leroy Baker no era la imagen del vigor precisamente.Aaah... La hostia! rugi al esnifar la quinta raya de coca. Entonces dio un fuerte pisotn con la zapatilla de deportes desatada. Esta mierda es buena.

Estudi su apartamento. Rebosaba de todo cuanto el dinero poda comprar. Leroy tena montaas de dinero. El negocio de la droga floreca y pens que probar la mercanca no le hara dao, que en realidad sera bueno para elnegocio. No pensaba que se estuviese enganchando. Sola decir Me mantiene alerta en este negocio hay que estar centrado.

Aporrearon la puerta aunque, al principio, no se enter. El latido de la coca lo haba ensordecido. Al ceder las bisagras y moverse la puerta, empez a prestar atencin. Entonces se abri de par en par y cuatro hombres se abalanzaron sobre l. Crey haber visto monos de trabajo y pasamontaas, pero se centr en los bates, bates de bisbol.Fue lo ltimo que mir fijamente.

Veinte minutos ms tarde colgaba de una farola con el cuello roto y un letrero al cuello que deca:

E de Exterminadores.

Calle abajo, una solitaria zapatilla de deporte indicaba desde donde lo haban arrastrado. Cuando se empez a hablar de la E, se dijo que uno de los de la banda silbaba despreocupadamente al trabajar. Parece ser quela meloda era Leaning on a Lamppost, at the

[1]Crner of the Street .

Al igual que mucho de lo que estaba por suceder, aquello estaba envuelto por un velo de leyenda urbana y violencia, los dos elementos clave para obtener la mxima publicidad.Vocacin de obrero

Inspector jefe dijo Roberts descolgando el telfono.Le encantaba decirlo. John? John? Eres t? S, querida.

Pero qu formal suenas, como si fueras muy importante. Intent aguantarse el genio, mir al recibidor, respir hondo.

Queras algo?

La ropa de la tintorera, puedes recogerla?

Recgela t!

Y colg el telfono, lo volvi a descolgar y puls un nmero.

S, seor?

Acabo de hablar con mi mujer.

Lo siento seor, dijo que era urgente. Nunca me la pases. No qued clarocuando te lo dije? Claro, seor?

No me he explicado con suficiente claridad? Quizs qued un resquicio de duda del tipo A veces est bien pasarle las llamadas de la zorra?

No, seor. Lo siento, seor. No se volver a repetir.

Bueno, no hagamos una montaa de este grano de arena. Si se vuelve a repetir, terminars en la Railton Road de colegueo con los sin techo. Ahora pirdete.

Roberts sali de detrs de su mesa y mir su reflejo en el espejo de medio cuerpo. Haba un foto del antiguo capitn de la seleccin inglesa de criquet, Mike Atherton, con un pie de foto que deca:

NO ES CRIQUET

Roberts tena sesenta y dos aos y suaspecto poda llegar a impresionar. Aunque ltimamente se haba dado cuenta de que eso era cada vez ms difcil. Los hombros cados parecan querer decir vejestorio.

Su musculoso cuerpo exiga ejercicio. Ms del que estaba dispuesto a hacer. Conservaba una poblada mata de cabello grisceo, pero no tena claro si empezar a utilizar el Grecian 2000 o no. Tena unos ojos castaos que jams se mostraban compasivos y la nariz aguilea. Sola decir a diario: Odio esta puta nariz. El cabezazo de un borracho se la haba descolocado y los matasanos le haban hecho una chapuza. Segn su mujer, tena una boca interesante hasta que la abra para hablar; entonces se poda calificar de deforme. Aquello le produca un placer perverso.

Que venga Falls! ladr, apretando el interfolio.

Hmm. Ests sordo?Lo siento seor. No s en qu movida andar.En qu movida! Pero qu es eso? Es que estamos en una puta comuna? Eres polica, encuntrala. Encuntrala ahora y no me obligues a or esa bazofia rasta otra vez.

S, seor.

Cinco minutos despus llamaron a la puerta y entr Falls estirndose la chaqueta; varias migas fueron a parar al suelo.

Los dos observaron como caan. De picoteo con algn ricachn?En absoluto, seor respondi ella sonriendo.

Tengo un trabajo para ti. S, seor?

Rebusc en la mesa hasta dar con unos recibos rosa que arroj en su direccin.

Recibos de tintorera?

Muy observadora. Recgelo a la hora de comer. Falls no los toc.Creo que no. Es decir, seor, no forma parte de mi trabajo hacer de ayuda de cmara.

l le dirigi una mirada indignada.

No creers que lo voy a recoger yo, verdad? Qu imagen dara eso? Un hombre de mi rango mariconeando en la tintorera.Con el debido respeto, seor, yo...

No la dej terminar.

Si quieres seguir cayndome bien, encanto, no me jodas.

Falls consider seguir en sus trece, defender su dignidad por el bien de todas las mujeres, y decirle, con todo respeto, por dnde se los poda meter; luego pens: S, ya, seguro que funciona.

Recogi los recibos. Necesitar dinero.Claro, nena, y quin no. Dnde est Brant?

Ms tarde, nada ms aparcar, Robertscaminaba por la acera cuando surgi de las sombras un hombre con la cara hecha un poema. Un tiarrn. Pareca que iba a reventar el chndal.

Eh t, me da que me voy a quedar con tu dinero y, a lo mejor, tambin con el reloj si no es una mierda.

Influira en tu decisin saber que soy de la pasma? dijo Roberts con un gran cansancio.

Un poco, pero no demasiado. Llevo todo el da pidindole dinero a la gente, de buen rollo, y me han tratado como a una mierda. As que se acabaron las buenas maneras. Suelta la pasta, to.

Bueno, como puedes ver, no soy ninguna nenaza. Y aunque no estoy muy en forma, soy un poco cabrn. Seguro que me vas a hacer dao, pero te juro que te voy a romper el alma.

Elhombre se lo pens durante unmomento, dando luego un paso hacia atrs. Joder, paso escupi.Que pasas? Y una mierda. Ya te ests largando de mi territorio, to, abultas mucho.

Roberts ech a andar; el tiarrn pens en romperle el parabrisas con un ladrillo, pincharle las ruedas o alguna otra putada. Pero el hijo de puta dara con l. S, era un pedazo de cabrn despiadado. Ser mejor dejarlo tranquilo.

Has tenido suerte, to.

No estaba claro a quin se refera.

Cuando Roberts lleg a casa, tuvo que apoyarse en la puerta. Le flaqueaban las piernas y senta escalofros. Oy una voz:

No te estar dando un ataque, eh, pap? Sarah, su hija de quince aos; se supona que iba a un internado, uno muy caro, y tena

que mencionar lo del corazn la muy... No es que aquello acabara con l, simplemente lesentaba como una patada en el estmago: dolorosa e insoportable. Intent recobrar la compostura.

Qu haces aqu? Ya te han dado vacaciones?

No. Me han expulsado.

Cmo! A santo de qu? Necesito un trago.

Se sirvi un generoso vaso de Glenlivet luego un poco ms, tom un lingotazo y mir a su hija. Se encontraba en ese preciado y eterno momento de transicin de nia a mujer. Adoraba y despreciaba a su padre a partes iguales. l se acerc.

Por Dios! Qu es eso que llevas en los labios?

Es la moda, pap.

Tiene que doler! Por eso ests en casa?

Claro que no. Mam me dijo que no te lo contara. No he hecho na'.Roberts suspir. Sobre su cabeza se cerna la constante nube de la quiebra financiera y todo para ensearle precisamente a decir nada. Y ella lo pronunciaba como si hubiese nacido al otro lado del ro y no hubiese salido an de all.

Levant el telfono mientras Sarah se despeda con un gesto y se iba a su cuarto.

Aqu el inspector jefe Roberts. S estoy en casa; un to intent robarme en mi propia calle. Qu? Qu dices? Que si lo he detenido? Envame al sargento Brant y un coche a recoger al pintas. Es un tiarrn, blanco, viste un sucio chndal verde. Que Brant se ocupe. Mi direccin? Ests de coa.Y colg el telfono de un golpe.

Un terremoto musical agit el techo. Ya est murmur Roberts.Subi las escaleras corriendo, de dos en dos, y comenz a gritar como un loco:

Sarah! Sarah! Qu es ese ruidoinfernal?

Encor Une Eois, pap.

Me da igual. Baja el volumen. Ahora! Sarah estaba tumbada en la cama. Se

pregunt si podra arriesgarse con un porro. No, mejor no, al menos hasta que mam llegue a casa.El que pega antes, consigue el

ascenso

Detective sargento Brant

Brant se inclin sobre el sospechoso y pregunt:Alguna vez te han pegado con un puck

[2]en la garganta?

El sospechoso, un joven blanco, no saba la respuesta, pero s saba que la pregunta pintaba mal.

Brant se llev la mano a la frente.

Uy! Pero qu desconsiderado! dijo . Seguramente no sabes lo que es un puck. Ah, mi origen irlands, sigue saliendo cuando menos te lo esperas. Djame ensearte.

El polica que estaba de pie en la puerta de la sala de interrogatorios se movi nervioso.Brant se dio cuenta pero no hizo caso.

Un puck es... dijo. Y con eso, le propin un puetazo en la nuez al detenido. ste se inclin hacia atrs en la silla, agarrndose la garganta. El nico sonido en la sala fue el de la silla al caer.

Ahora ya lo sabes. Una demostracin prctica vale ms que mil palabras, es lo que mi vieja sola decir... Dios la tenga en su gloria.El hombre se retorca en el suelo intentando respirar. El polica dio un paso al frente.

Seor, yo... dijo.

Cierra el puto pico. Brant recogi la silla antes de continuar. Tmate tu tiempo, hijo, no tenemos prisa. Con un par de pucks ms, habrs perdido la nocin del tiempo. Bueno, descansemos un rato. Te apetece un taza de t? Eh? Qu le diras, chaval, a una tacita de t? Brant se sent en la silla, sac un cigarrillo arrugado, lo encendi y sigui convoz ahogada. Ah, Dios! Estos muchachos me llegan al alma! Le propin otro golpe bestial. Quieres que te diga por qu violaste a la muchacha, antes o despus del t?

Antes dijo el hombre.

Brant era como un pit bull. Al verlo, pensabas en la palabra agresivo. Le iba como un guante. Apenas le quedaba pelo, tena una entradas galopantes y el resto se lo rapaba casi al cero. Los ojos oscuros sobre una nariz rota al menos dos veces. Una boca grande y sensual que indicaba cierto refinamiento y an ternura. Pero slo lo indicaba. Meda 1,72 y era de constitucin fuerte. No porque fuese al gimnasio, sino por su furia impetuosa. Lleg a admitir en el bar: Nac cabreado y ha ido a peor.

Haba conseguido ser detective sargento a base de mera brutalidad. Pareca poco probable que ascendiera en la polica metropolitana.Estaban desesperados por negar su imagen de matones.La Divisin Especial le haba tirado los tejos, pero les respondi, en una nota memorable, que les dieran por el culo. Eso hizo que lo quisieran an ms. Buscaban a tipos as de duros.

Podra hablar con usted, seor? pregunt el otro polica fuera de la sala de interrogatorios.

Que sea rpido, chaval.

Me siento en la obligacin de protestar. La mano de Brant sali disparada y agarr

los testculos del polica.

Y esto? Tambin lo sientes? Chaval, aqu necesitamos gente de cojones; tenlo en cuenta o terminars patrullando el polgono de Peckham.

Falls se acerc.

Ah, nada como sentirlo en las propias carnes dijo.Qu quieres Falls?

El inspector Roberts le busca. Brant solt al polica y dijo:No me vuelvas a interrumpir en medio de un interrogatorio. Queda claro, chaval?

El club CA no tena relacin alguna con la cadena de tiendas de ropa del mismo nombre y, desde luego, no haca publicidad. Significaba Ciertos Aos, es decir para mujeres con... Los aos, o la edad, a la que las mujeres saban lo que queran. Y queran sexo.

Sin adornos. Sin prisas.

Sin complicaciones.

La mujer de Roberts tena cuarenta y seis aos. Segn las nuevas pelis hollywoodienses para mujeres, una mujer de esa edad tena ms posibilidades de acabar en manos de un psicpata que de encontrar una nueva pareja.Su amiga Penlope haba compartido estaperla con ella y le estaba diciendo:

Fiona, no hay das en los que quieres que te folie un to cachas, sin ms rollos?Fiona sirvi el caf y solt una risita nerviosa.

No quieres saber si los negros la tienen ms grande? insisti Penny, envalentonada.

Qu cosas dices, Penny!

Claro que quieres, sobre todo porque el nico gilipollas que hay en tu vida se merece la medalla a la gilipollez suprema.

No es tan malo.

Es un cabrn pedante. Venga, es tu cumpleaos, djame que te invite al CA. Te follarn como siempre has querido y ni siquiera tendrs que pagar. Te invito.

Fiona ya lo haba decidido pero quera que la convencieran, que le hicieran caer en la trampa.

Es seguro? pregunt.Seguro? Si quieres algo seguro cmprate un vibrador. Vamos! Anmate! Los hombres lo hacen desde siempre, nosotras slo estamos recuperando el tiempo perdido.

Fiona dud.

Y esos hombres... son jvenes?

No pasan de los veinte aos y son unos verdaderos musculitos.

De acuerdo. Tengo que llevar algo? Slo tu imaginacin. Que empiece la

juerga!

Brant entr en la oficina de Roberts sin llamar.Es que no sabes llamar?

Caramba, jefe! Estaba tan ansioso por responder a tu llamada que se me olvid.

Ansioso!

S, ansioso como un novio en su noche de bodas, jefe.

No me llames jefe, no estamos en The [3]Sweeney.

Ni t tampoco eres Reagan, eh? Toma, tengo otro McBain para ti.

Arroj un libro manoseado sobre la mesa. Pareca que lo hubiesen masticado, lavado y pisoteado.

Lo has encontrado en el retrete, no? pregunt Roberts, sin tocarlo.

Es lo mejor que ha escrito hasta ahora. Nadie describe el procedimiento policial como Ed.

Roberts se inclin para ver el ttulo. Un mancha de comida lo haba borrado. Al menos, dese que fuese comida.

Deberas inclinarte por autores nacionales y leer a Bill James, as vers la parte humorstica de este trabajo.

Para eso te tengo a ti, jefe, la gota que colma el vaso del humor.

La relacin entre R y B pareca estar siempre a punto de llegar a las manos. Parecaque nada les gustara ms que darse de hostias. Y ya haba sucedido. Aquella tensin era pura qumica. Tambin se le poda llamar dependencia mutua.

El soniquete del telfono pospuso el intercambio de pullas.

Roberts descolg de un manotazo y Brant pudo or:

Qu! Una farola! Dnde? Cundo Demonios! No se te ocurra tocarlo! No! No lo bajes! Que la prensa no se acerque. Joder! Vamos para all. Y colg el telfono.Brant sonri. Problemas, jefe?

Un linchamiento. En Brixton. Ests de coa!

Te parece que tengo ganas de broma? Adems, dejaron una nota.

Una nota? Y qu deca? Vuelvo a las dos, cario?

Cmocono quieres que lo sepa!Vamos.

Vale, jefe.

Pero qu te he dicho, Brant? No te he dicho que no me jodas llamndome as?

No te olvides a McBain. Vamos a necesitar toda la ayuda que podamos.

Roberts cogi el libro y con un elegante movimiento, lo tir a la papelera.

Bingo!Los gilipollas de homicidios

Para cuando Brant y Roberts llegaron a Brixton, ya se haba congregado un numeroso grupo de curiosos. Nadie respetaba las cintas amarillas de la polica. Roberts llam a un sargento uniformado.

Que toda esa gente se quede detrs del cordn policial.

No quieren, seor.

Pero qu te pasa? Eres idiota? Oblgales.

El forense ya haba llegado y observaba el oscilante cuerpo con una mirada cercana a la admiracin.

Qu opina, doctor? pregunt Roberts.

Dira que se ahog.

Brant solt una carcajada que le vali una reprimenda de Roberts.A menos que tengis una escalera a mano, sugiero cortar la soga dijo el forense.

Roberts sonri con acritud.

Esa es tu especialidad dijo volvindose hacia Brant.

Brant resopl e hizo llamar a dos agentes. Entre los dos lo auparon torpe y ruidosamente. De la multitud surgi un contundente abucheo y perlas del tipo:

Eh! Cuidado con la cartera!

Por qu no me das un besito, pichn? A qu ests jugando?

Cuando Brant consigui soltar la cuerda el cuerpo se inclin, precipitndose sobre todos ellos. La multitud volvi a rugir y Brant solt una sarta de obscenidades.

Ya es todo vuestro, muchachos dijo Roberts.

Mientras Brant se pona de pie con esfuerzo, Roberts le pregunt:

Algo que quieras destacar?S, el cabrn se olvid de lavarse los dientes y puedo asegurar que no usaba el hilo dental.

El capitn del equipo de criquet estaba limpiando el jardn cuando apareci Panda. Todo un personaje en el pueblo, le llamaban as por las numerosas ocasiones en que se lo haban llevado detenido en el coche blanco y negro de la polica.

Es la polica! haba sido su grito de guerra. Dndome una vueltecita en el panda. Y eso es exactamente lo que hacan.La bebida no le haba hecho papilla el cerebro, ms bien le haba ido afectando poco a poco. Norman siempre se haba portado bien con l; dinero, ropa, paciencia.

Cuando Panda dijo en la asociacin de alcohlicos que conoca al famoso capitn, le haban dado una buena paliza. Los aos de Jack metadona y alcohol de noventa grados le habandestrozado la cara de tal forma que habra asustado hasta a Richard Harris.Buenos das, capi!

Buenos das, Panda. Queras algo? Estoy con el mono, un par de pavos paraun birrita.

Norman le haba visto una vez ofrecer un pauelo impoluto a una mujer desconsolada. Aquella delicadeza, casi timidez, con que se lo ofreci... Norman sac los billetes y se los dio a Panda, que tena la mirada vaca.No siempre he sido as, capi. Lo s.

Fui a AA una vez, un grupo guapo, pero Jack me tena por los cojones; me dijeron que consiguiera un gua.

Un qu?

Un gua, o sea, como un amigo, ya sabes, que se preocupe por ti, que te ayude a ir por el buen camino.

Y conseguiste uno?Panda solt una gran carcajada y aadi con refinada voz:T qu crees? T qu coo crees? Bueno, tengo que seguir dijo

Norman, temeroso de seguir por ese camino. Capi? S?

Querras... querras ser mi gua? Mmm...

No te molestar, capi, ser como hasta ahora; slo por tenerlo. Me gustara poder decir que lo tengo, aunque slo sea una vez.Claro, ser un honor. Chcala.

Y ofreci una mano costrosa, que ya no poda tener salvacin posible. Norman no lo dud y se la estrech.

Cuando Panda se march, Norman no se apresur a ir a la cocina en busca del desinfectante. Sigui en el jardn con el corazn atenazado por una mezcla de asombro, dolor y compasin.Pasaran varias semanas antes de que su pupilo se enterase de que haba muerto.No puedes ir por ah matando gente siempre que se te ocurra. No es posible.

Elisha Cook a Lawrence Tierney en Nacido para matar

Sin saberlo, Kevin haba usado un ttulo de Ed McBain al recibir a la banda E con un:

Hail! Hail! La banda al completo est

aqu.

Estaba alucinando, haba probado el crack y ahora estaba totalmente flipado; no dejaba de gritar:

Veo a los putos indios. Y todos son conductores de autobs. Su voz se fue apagando tras un risa incontrolable. Al matar a su primera vctima, la banda haba confiscado: a) un montn de droga; b) armas;c) un buen fajo de dinero en efectivo.

Me encanta L.A.! haba gritado Kevin, al lanzarse como un buitre sobre todo ello.

Son peligrosas? pregunt Albert preocupado. Se refera a las drogas; le dieron una colleja.

Las drogas son peligrosas si ya eres un tirado. Fjate en m, es pura diversin, as es como las llaman. Las llaman? Albert recibi otra colleja.

Drogas recreativas, idiota. Qu pasa? Ests sordo? Eh! Escuchad lo que dice este payaso! Espabila! Los noventa ya terminaron.Cort otra ralla de polvo blanco.

Patrick Hamilton escribi: Aquellos a quienes Dios ha abandonado reciben una habitacin y una estufa de butano en Earls Court.

Si carecer de vivienda es lo ltimo de loltimo, vivir en una habitacin podra servir como ensayo para la desesperacin. En una habitacin de Balham, un hombre pegaba en la pared, con mucho mimo, un pster del equipo ingls de criquet. Dio un paso atrs y lo estudi.

A los que vais a morir, yo os saludo. Trago saliva y luego escupi al pster.

Mientras la saliva se deslizaba por todo el equipo, el hombre describi un medio giro y con un rpido movimiento lanz un brutal cuchillo. Choc contra la pared, no se lleg a clavar y cay al suelo. Le dio una violenta patada al tiempo que gritaba:

Pero qu pedazo de mierda!

El cuchillo vena con la revista Man ofWar. Sala todos los meses, y estaba dirigida a mercenarios en ciernes, polticos de derechas y psicpatas. La seccin de pedidos por correo ofreca todas las armas necesarias para provocar una pequea guerra. Garantizaban queel cuchillo arrojadizo perforara con mortal precisin. El hombre se tumb en el suelo y empez su severa rutina matinal de abdominales al tiempo que gritaba:

Quiero cien ms, seor!

Mientras se inclinaba, adelante y atrs, las letras tatuadas en azul en el brazo derecho le quemaban la piel: SHANNON. No era s verdadero nombre sino un personaje de Los perros de la guerra, de Frederick Forsyth. A diferencia de aquel personaje de ficcin, l no fumaba, no beba y no se drogaba. Los demonios de la mente le proporcionaban todos los estmulos que necesitaba. Las palabras le golpeaban la cabeza mientras aporreaba el suelo:

Dame un poco de country o dame un rock 'n'roll pero arrjame al Apocalipsis, que aplastar los brezos de los campos de Eton y derrocar a sus falsos dioses del deporte oh s oh s soy la jodida ira de los noventa. La nuevaera de la devastacin.Marcar el ritmo

Brant y Roberts estaban en la cantina. No hablaban demasiado. Ambos con sus peridicos, con sus tabloides. Nada de hacerse el liberal con el Guardian. En su oficina Roberts tena el Telegraph en lo alto de la pila, no fuera a ser que se pasasen por all los jefazos.

Estaban a gusto; a veces, en raras ocasiones, lo conseguan. Con sus gruidos de asentimiento, decisin, sorpresa. Por supuesto, de vez en cuando tenan la tpica conversacin masculina para dejar bien claro que de maricones, nada.

Joder! Mira qu melones tiene esa! Has visto a este mamn? La ha

cagado! Y de qu manera!

Envalentonado por la camaradera surgida de las pginas de deportes, Brant baj superidico, mir alrededor y sac un paquete de tabaco.Te importa si fumo, jefe? pregunt. Roberts enarc las cejas.

Y qu ms te da? Te ibas a aguantar si te dijera que s me importa?

Brant encendi uno.

Lo dejaste, jefe. Cunto tiempo hace

ya?

Cinco aos, cuatro semanas, dos das y... Robert mir su reloj-...nueve horas. Ms o menos.

No lo echas de menos ni un poquito,

eh?

Ni me acuerdo de que existe.

Brant se agit con una tos convulsiva, las flemas gorgoteando y pidiendo salir.

Has odo lo del nuevo chico, Tome? Se llama Tone. Cuenta.

Coge la llamada de un atraco. Un pensionista, un viejo, al que le asaltan cuatrochavales. Le quitan la pensin, vamos, la mierda de siempre. Total, que salta el valiente de Tone y le suelta: Y por qu no les plant cara?

Roberts se ri a pleno pulmn. No!

Espera que an hay ms, jefe. Pues va el viejo y le dice: Tengo ochenta y seis castaas. Qu voy a hacerles? Pegarles un mordisco con la dentadura postiza? Entonces, Tone le pregunta si puede describirlos y el abuelo le contesta: S, claro, adolescentes con gorras de bisbol y una chaqueta de chndal con la capucha puesta, igual que otros tantos miles de macarras quinceaeros. Pero estos soltaban muchos tacos. Cree que eso ser de alguna ayuda?Roberts fue a servirse ms t y dos galletitas de chocolate.

No es que me quiera hacer el gracioso, jefe, pero preferira caf dijo Brant.Ya, como si hubiera tanta diferencia...Bueno, entonces, le vas a echar una mano al joven Tone?Crees que debera? Pues s, s lo creo.

Okey, makey. Haremos de l todo un fascista.

Eso no lo dudo.El Rey de los ladrones ha llegado. Llmalo robar si quieres, pero yo lo llamo justicia potica. Habis tenido vuestra oportunidad; ha llegado la hora del ejrcito de los desarraigados.

Johnny Lamb

Despus de que Brant se marchara Roberts volvi a su peridico. Quera leer una entrevista con John Malkovich. Haba visto cmo le haca sudar la gota gorda a Clint Eastwood la otra noche en la tele: en En la Lnea de Fuego.

Y esto es lo que ley: El pblico no comprende una mierda y lo que piensa es bazofia en su mayor parte. El pblico no lee aFaulkner. Lee a Danielle Steele. Las pelcula que piensan que son buenas me dan asco.

Santo cielo , musit Roberts. Este tipo tiene alma de polica, puro acero.

Haba una foto del actor, con la cabeza afeitada, ojos de predador y Roberts pens: Qu feo eres, cabrn. Y an as, como pasa siempre en un mundo injusto como ste, las mujeres lo adoraban. Inconscientemente, Roberts se pas la mano por la cabeza. El gesto no le reconfort. Record la poca en la que haba empezado a cortejar a Fiona, el subidn de adrenalina que le daba pura y simplemente por estar junto a ella. Echaba de menos a dos personas: a) la muchacha que haba sido; b) la persona que ella le hizo pensar que l podra haber llegado a ser. Dej escapar un profundo suspiro.

En la comisara, a Roberts le dijeron que fuera a la oficina del jefe. El comisario jefeBrown recordaba a un Neil Kinnock venido a menos. Durante un tiempo cuid su imagen, pero cuando los vientos de la poltica empezaron a soplar en la direccin opuesta, y soplaban fuerte, trat de olvidar el tema. Se tea el menguante pelo negro, y bastante mal. Los hombres creen que pueden ir a la droguera, comprarse todo el equipo, hacer el trabajo en casa y listo! Un aire de juventud, pero con la misma cara de panfilo. Ay, chavalote, si lo nota hasta el cartero. Las mujeres van a la peluquera, sueltan la pasta que haga falta y se ponen en manos de profesionales. El ltimo retoque del comisario era ms negro que el alma de un poltico de derechas. Roberts llam a la puerta.

Pase oy. Y pens: Mamn. Brown observaba unas fotos enmarcadasde bateadores famosos.

Los bateadores pierden el tiempo, te gustara explicrmelo, majete? dijo.Cmo dice?

Muy bien, te lo explicar: a no ser que pase algo realmente extraordinario, el bateador debera estar preparado para arrearle a la bola cuando el lanzador est listo para empezar a correr.

Y entonces hizo una pausa. Roberts no saba si esperaba de l un Oh! Bien hecho seor!. Se inclin por pensar que no.

Brown solt algunos hmms y ahs.

Los chicos de la prensa me han estado atosigando dijo entonces.

Por lo del ahorcamiento? Qu ahorcamiento? Roberts se lo explic.Difcil no alegrarse, eh? le espet Brown , aunque no sea polticamente correcto. No. Me refiero a un tarambana llamado el Arbitro que ha amenazado con matar al equipo de criquet.

Entonces el cabrn tendr que hacercola dijo Roberts sonriendo.

Brown le fulmin con esa mirada de Neil Kinnock, destilando dignidad insultada.

Tiene razn, inspector jefe, es de muy mal gusto. Probablemente algn tarado,no...? Algn paqui,quizs. Roberts, ocpese del caso tut suit.

Que me ocupe, de qu cojones? murmuro Roberts, una vez fuera.

Brant estaba en mitad de un chiste:

As que le pregunt, bailamos la ltima? Y ella dijo: Y qu es lo que estamos haciendo, colega?

Risotadas entre los policas reunidos. Treme las fichas de los tarados!

grit Roberts. Segn se iba, Brant dio un taconazo e hizo un breve saludo hitleriano. Ms risotadas.

El club CA estaba en Lower Belgravia. Evicio prospera en el centro. Y si no que se lo pregunten a Mark Thatcher. Por dentro pareca el catlogo de una casa de subastas; tonos pastel y decoracin recargada a tutipln. Una mujer se acerc a Penny y Fiona enfundada en lo que se sola llamar con cierto optimismo un traje pantaln. Tena unos sesenta aos bien llevados. Se haba estirado todo, pero le sentaba bien. Le daba a su rostro cierto rictus congelado de mscara funeraria.

^Bienvenidas a Cora's, al CA, queridas. Fiona le entreg su tarjeta, que guard con

discrecin antes de sugerir: Algo de beber?Fiona senta el incontenible deseo de gritar Djate de chorradas! Gajes de estar casada con un polica.

Pia colada dijo Penny.

Oh, querida, claro. Bravo y desapareci.

Dndeest la gente? preguntFiona.

Follando.

Cora volvi acompaada de dos jovencitos. Parecan clones de los Boyzone Cora coloc las bebidas y un catlogo sobre la mesa.

Psenlo bien, queridas.

Los hombres estaban de pie, sonriendo. Fiona mir a Penny.

Dios mo, espero que no se pongan a cantar dijo. Penny hojeaba el catlogo. Pgina tras pgina de tos, de todos los pases y todos jvenes. Fiona levant su vaso.Nunca he sabido si esto se bebe o se come. Penny se dirigi a los hombres:

Quiero a Sandy y entonces le dio un codazo a Fiona. Vamos mujer, elige ya.

Fiona trat de concentrarse. Las fichas eran todas as:

Foto (un cachas buensimo). Nombre:Datos varios:

Edad: (todos diecinueve/veinte). Aficiones: (todos volaban en ala delta,

esquiaban y jugaban al squash).

Fiona tuvo una visin del cielo sobre Westminster, casi negro, con montones de Sandys volando en ala delta, y todos con una sonrisa que desarmaba.

Joder, no s por cul decidirme. Oye...

son de verdad? Me estoy poniendo muy malita, impacientita y calentita. A ver, mira ste, Jason, es un buen comienzo le respondi una impaciente Penny.

Tengo que hablar con l? Penny le cogi la mano.Cario, aqu no hemos venido a hablar.Supervivencia bsica: Nunca te fes de alguien que diga muy antes de hermoso.

Phyl Kennedy

El gurdapalos ingls, Anthony Heaton era una rara avis en el deporte. Estudioso de los clsicos, crea que se entenda bien con la gente de la calle. En privado escuchaba Working Class Hero y sonrea con aires de superioridad.

Como parte de esa estrecha relacin con el gran pblico, sola ir en metro. Pero la lnea Northern pone a prueba al mejor de los hombres.

Rudis indegestaque moles, esperaba algo mejor murmur mientras se diriga a la escalera estropeada de la estacin de Oval.En el andn vio caminar a una monja. Atrapado como estaba por el aura mstica de

Regreso a Brideshead, le fascinaba el catolicismo. En el instituto le haban definido como un Anthony Blythe, pero ms centrado. Crea que los rituales eran muy hermosos. La monja recorra ya el andn por segunda vez, sin mirar el panel informativo que deca: Morden, 3 min. Kennington, 4 min.Entonces vio cul era su inters: la mquina expendedora de chocolatinas. Anthony podra haber citado: Oh, qu dulce tentacin! y Por tres veces me negars.La monja se haba parado y rebuscaba bajo el hbito impacientemente. Cayeron las monedas y tom una meditada decisin. La delicia turca de Cadbury. Todo un clsico. Tir de la palanca y se inclin para rematar la faena. Anthony observ su rostro, sin arrugas, perfecto. Podra tener diecisis o sesenta aos. Sin duda era de Filipinas, dondecultivaban una cosecha generosa de monjas para los aos noventa.Uno de los compaeros de equipo de Anthony haba dicho haca poco: El infierno es Imelda Marcos cantando Amazing Grace.No estaba la chocolatina: niente, nada, tipota. La monja mir alrededor consternada. Como dicen los americanos: A quin vas a demandar?

Se oa ya el tren y Anthony vio las lgrimas en los ojos de la monja. Se movi con la elegancia que reservaba para los momentos importantes y, con la mano abierta, golpe la mquina una, dos veces.

Sali la delicia turca. Con un gil gesto le entreg el premio. La monja resplandeca y su rostro estaba radiante.

Alabado sea Dios! alcanz a decir. Anthony asinti con gesto serio.

As sea aadi.

Tras el asesinato de Anthony Heaton, lamonja se quedara mirando su foto en el peridico con la esperanza de que hubiese recibido la extremauncin. En su libro de rezos, adems de la foto, guardaba cuidadosamente el envoltorio de una chocolatina, suave como una oracin silenciosa.

David Eddings era uno de los bateadores del equipo ingls. Tena una maana de perros. Su mujer le haba dado un ultimtum.

Si te vas de gira, olvdate de m.

l no se lo haba tomado demasiado bien. Deja que te ayude con las maletas lehaba respondido.

La tostadora se haba estropeado y se haba terminado el puto zumo de naranja. David perdi los nervios y empez a gritar:

Dnde est mi zumo!

Lleg desde arriba el ruido de los portazos y de las maletas, y la respuesta:Eso mismo me preguntaron los del Daily Express.Era el peridico que le haba echado en cara su edad. Son el timbre de la puerta y David volvi a gritar:

No vas a abrir?

Me parece, cielo, que como no se abra

sola.

Aquel cario reson como un bufido. S, estaba seguro de que haba bufado.

Ms vale que sea importante murmur mientras se acercaba a la puerta.

La abri. Era el cartero, pero no el de siempre. Sujetaba la saca contra el pecho.

El bateador abandona el campo dijo. Qu?

De la saca sali el can de una pistola. Yo soy el Arbitro recit el cartero

. Cuando un bateador deja el campo o se retira, y no puede regresar por enfermedad o lesin, se asume que est fuera, noeliminado.

Y dispar a David Eddings en la cara.Cigarrillos

Cuando les lleg el aviso del asesinato, Brant estaba, como era habitual, desaparecido. Haba olvidado el busca en su mesa. All segua, sin dejar de pitar, hasta que lo vio un sargento y lo tir a la papelera.

Brant estaba en la cantina, fumando un Player's Weight. Slo se podan comprar en un estanco cerca de Bond Street. Siempre en la misma estantera que los Sobranies, Woodbines y el tabaco de mascar: los estimulantes olvidados del Londres de Jack el Destripador.

Le echar un ojo a tu tenderete le haba dicho Brant al dueo.

Desde ese da, haban robado cinco veces. Como si le preocupase.

Se llevaron mis Weights? No.Lo que yo deca. No tienen ni idea.

Dio una larga calada. Cuando la potente nicotina se extendi por sus pulmones le sali un:

Dios!

En la radio berreaba Michael Bolton. Cllate la boca, ya, jodido mamn...

murmur Brant__. Apaga la puta radio. Y le dio otra calada al cigarrillo. Al unsono, casi en armona, una agente solt una tose-cilla seca, corta. La cabeza de Brant se elev como la de un perro de caza.

Si...

P... perdn, sargento dijo tartamudeando. Tengo la garganta irritada, no puedo evitarlo.

Le sonri con cortesa profesional. Est en los procedimientos; nada que ver con un atisbo de amabilidad.

Hay una cura infalible.

Laagente se sorprendi. Recinincorporada al cuerpo, le haban dicho que Brant era un animal, pero quizs sera ella la que hiciese aflorar su lado femenino. Mostrar que es amable, atento, compasivo y bueno, s no estaba nada mal , un poco bruto, pero ella podra cambiarlo.

Cmo se llama? pregunt animada. S-Men.

S-qu?

S-Men. El truco est en tomrselo por va oral. Salgo a las cuatro. Si quieres, puedo pasarme y te doy una dosis.

Y entonces su mente hizo clic. Al pronunciar las palabras, sinti rezumar la bilis.Bestia! exclam, ponindose de pie de un salto.

Y sali corriendo, dejndose casi todo el pastelillo. Brant parti un trozo y se lo meti en la boca.

Mmm dijo. Mujeres. No hay quien las entienda.El sargento de guardia asom la cabeza por la puerta.Brant, se est armando una buena, ms vale que vayas cagando leches.

Otro ahorcamiento, espero.

Cogi los restos del pastelillo y con la boca llena todava pudo cagarse en los muertos de Michael Bolton.

Las habitaciones de la jodienda en el CA eran un derroche de lujo: minibar con bebidas, sbanas de seda y muebles entre mullidos y muy mullidos. Jason tena doce aos, o eso le pareca a Fiona. Pero con un cuerpo de veinteaero sante. Se haba untado el torso con un aceite que haca que su bronceado brillase. Slo llevaba unos calzoncillos negros brillantes. Fiona no poda dejar de mirar. Se haba preparado numerosas frases para romper el hielo, pero todas se haban quedado en ah. Jason sonri, dientes como perlas.Qu te gusta hacer? pregunt.

Ay! Intent que su voz sonase ronca pero su acento de Peckham y la ropa interior ajustada le jugaron una mala pasada. Fiona se levant.

Shh, calla.

Le puso la mano en el paquete, trag saliva: Ay, Dios, se puso de rodillas y trat de abarcar tanto como pudo con la boca. Entonces rompi su silencio para decir:

Jason, quiero que me folles hasta que no pueda ni andar, pero no quiero que hables, ni ahora ni luego. Sera posible?

Lo era, y lo hizo.

Mientras tanto, a su marido tambin le estaban jodiendo: pero en este caso eran el comisario jefe, la prensa y la seora de David Eddings.

Cuando Brant lleg ya estaba al borde del infarto.

Qu pasa?Estamos de vacaciones oqu? le ladr.

Lo siento jefe, estaba siguiendo algunas pistas sobre la E.

Sobre qu?

La E, seor. E de exterminador. El to ahorcado, o es que se te ha pasado? Supongo que tendrs un montn de trabajo.

Entremezclando una sarta de obscenidades, Roberts describi el crimen del jugador de criquet. Brant se qued pensando por un instante:

O sea, que estamos jugando sobre un

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campo de criquet embarrado . Sabes algo de criquet?

Slo me s esa expresin, jefe, tengo que racionarla.

Pues te vas a ganar un curso. Me voy a asegurar de que te dan uno intensivo. No juegan los irlandeses?

Brant hizo un gesto de desamparo. Le dio un aspecto demonaco.Slo al hurling, me temo. Y eso qu es?Un mezcla entre el hockey y el asesinato.

Estupendo, tengo un irlands paleto como ayudante. Acrcate a la sala de crisis, debera estar montada ya.

Y..., dnde est eso, jefe?

Y yo cmo cono lo voy a saber? Pregntale a un agente. Si es que encuentras alguno.

Okey, makey... estoy en ello, tranqui. McBain me ha enseado mucho sobre procedimientos.

Que le den a McBain. A la orden jefe.Qu putada!

El Arbitro haba regresado a Balham. No dejaba de dar vueltas en su habitacin y de gritar:

S, s, s. Ha comenzado!

Dio un puetazo al aire. En la mano izquierda sostena la pistola. Tuvo el arrebato casi irresistible de acribillar la pared. Se acerc al pster del equipo ingls y puso el dedo en la cara de Da ve Edding.

Te sorprendi, bateador? Te llevaste una puta sorpresa?

Barri la habitacin con la mirada y encontr el cuchillo en el suelo; empez a arrancarle la cara a la foto. Luego dio un paso atrs, estudi su obra de arte y con voz cantarina enton:

Eran uno dos y tresy le atraparon por los pies si ahora llora, sultalo

y el Arbitro atac.

Se acerc a la cama y sac de debajo una maleta muy machacada. La abri y hoje unos peridicos amarillentos. Slo se fij en algunos titulares sueltos:

UN NIO, SENSACIN DEL CRIQU EL INTERNACIONAL MS JOVEN TRI FINAL PARA EL SUEO DE U MUCHACHO.

Inclin la cabeza hacia atrs y lanz un angustioso alarido. En su lamento, haba destrozado, sin darse cuenta, los viejos peridicos. Los trocitos de papel revolotearon a su alrededor antes de detenerse en el suelo, en un revoltijo. Pareca que le hubiesen abandonado en medio de los desechos de una boda ya pasada. La fiesta habra seguido en otraparte, pero l no se haba movido. No era que a l no le hubiera apetecido ir, era ms como que... que no se dio cuenta de que poda haber ido.

Por una de esas coincidencias de la vida, la agente Falls tambin viva en Balham Aunque no en una habitacin. Haba heredado la casa de su madre. Su padre, siempre borracho, se atreva a hacer incursiones que amenazan su tiempo libre y su dignidad: poco le quedaba de ambos.Haba sido un da muy largo. Pareca que una convencin de lunticos hubiese invadido su territorio.

Vengadores, verdugos del equipo de criquet y slo Dios saba cuntos otros imita-lunticos y falsos confesos. Se acerc a la cadena de msica y puso a los Cowboy Junkies a todo volumen. Ya haba rayado, literalmente, The Trinity Session. Se dispona a hacer lomismo con el lbum en vivo de su gira por Canad. Mientras llenaba la baera, comenz a sonar la meliflua voz de Mango Tameness: Esta cancin trata sobre un mundo que se ha ido a la mierda, pero hay una chica que no se rinde. Puro Oprah, pero cuando lo cantaba Mango, es que podra haber una pequea oportunidad. En un momento de debilidad le haba contado a un poli que le apasionaba este grupo. Como no poda ser de otra forma, apunt hacia los prejuicios: Junkies, dices? Te gusta escuchar a putos yonquis? Pues psate por Coldharbour Lae o Railton Roa cualquier noche de viernes.

Y sigui despotricando hasta que ella dijo que haba mentido y le confes que los Dir Straits le volvan loca. Con eso consigui calmarlo.

Se estaba sumergiendo en la baera y Mango hablaba de los seres atormentados. Fallsacompa sus palabras con un grito: As! Contina hermana!

Los ltimos acontecimientos del da empezaban a desvanecerse. Le haban dado un aviso para ir a un bloque de apartamentos cercano al Oval. El asunto era: el tejado del edificio haba volado durante una tormenta que se le col al conocido hombre del tiempo Michael Fish. Su previsin haba sido: Par esta noche; nada de tormentas, mientras se acercaba la peor tormenta de los ltimos cien aos. La llamada la haban efectuado desde el piso trece. Y los ascensores? Como no iba a ser de otra manera, estropeados. Cuando por fin lleg al lugar, Falls estaba de mal humor. Ya haba unos cuantos curiosos al lado de una puerta abierta. Una mujerona negra se acerc y pregunt:

No podan mandar a un to? Yo soy el to.

Tendran que haber mandado a un to.Por qu no vamos al grano?

La leche! Eh, mira. Envan a una mujer!

Entonces surgi un coro de voces convencidas de que Hubiera sido mejor un to.

Cul es el puto problema? espet Falls, perdiendo la paciencia.

Eeeh! Menos humos! Los tos no se ponen as.

Falls consigui cruzar entre los curiosos. Alguien le toc el culo, pero no poda hacer nada al respecto en aquel momento. Estaba segura de que haba sido la mujerona negra.La cuestin era que el perro de uno de los vecinos era el tpico cabrn que ladraba a todas horas. El inquilino, un hombre blanco de unos cincuenta aos, lo sostena ahora entre sus brazos, por encima del balcn.

Falls haba conseguido con esfuerzo averiguar su nombre.Seor Prentiss, en realidad no quiere hacerlo.Claro que quiero.

Los curiosos decidieron echar una mano: Suelta al puto perro, a ver si el cabrnvuela. Venga, sultalo! Silencio! grit Falls.

Le respondieron con un Ensanos las bragas, nena, y otras observaciones ms comedidas como: Est cabreada. Trala a ella tambin!

Prentiss volvi a hablar:

Ves, ahora ya no ladra. Lo ves? Es la primera vez en seis meses que el puto perro no ladra.

Falls haba estudiado una asignatura de psicologa y asistido a clases de negociacin de rehenes. Pero no las suficientes.

Podemos encontrar una solucin. Los cojones. Solt al perro. Dio un

ltimo ladrido mientras caa.Despus de bajar con Prentiss por las escaleras, los trece pisos, alguien le dijo a Falls:

Sabes qu pienso de todo esto, nena? S, s, lo s. Deberan haber mandado aun to.

No. Deberas haber bajado en ascensor, volvi a funcionar mientras estabas all arriba.

Ests segura de que esto es lo tuyo, nena? le dijo Prentiss, secndose el sudor de la cara.

Falls estaba demasiado hecha polvo para contestar.Un trabajito manual

Cuando Roberts lleg a casa, estaban dando las doce y l estaba dando cabezadas.

La casa estaba en Dulwich, el barrio bien del sudeste de Londres. Esto siempre se deca con cara de poker. De qu otra forma se poda decir? A los vecinos de Dulwich les gustaba pensar que su desubicacin geogrfica era slo temporal. Otros decan que se les haba ido la olla. Los de Dulwich estaban convencidos de que servan de gua a la zona sudeste. Y era cierto. Guiaban a los ladrones hasta sus casas y, con un poco de suerte, reciban una buena paliza de regalo.La esperanza es el nuevo opio. La hipoteca era una factura infernal y Roberts lo llevaba muy mal. Se desplom en el saln, en una silla de cuero de diseo. Al moverse, cruja y le rozaba el culo. Haba costado una pasta, claro, ypor eso senta la obligacin de usarla. Fiona Roberts haba legado un poco antes, pero se haba duchado y puesto una bata y esperaba tener aspecto de... bueno, de una ama de casa ms. Jason haba hecho lo que se le haba pedido y el resultado era que casi no poda andar. Recobr la compostura y adopt la expresin de siempre: el aspecto aburrido de falso inters. Casi no poda recordar ni el nombre de su marido y, qu caramba!, le importaba un ca-rajo. Sali de su ensoacin cuando l solt:

Pareces hecha polvo.

Le invadi un sentimiento de culpa e intent no desmayarse al decir:

Seor! Pero qu cosas le dices a tu esposa!

l ni siquiera la miraba.

Anda, srveme una copa, un whisky; estoy tan cansado que no puedo ni cascrmela.

Aquello hizo aumentar su indignacin y selo not en la voz:

Cmo te atreves a hablarme as! Qu pasa! Qu es lo que he dicho? Que ests demasiado cansado paramasturbarte.

El lanz una carcajada.

Eh!Contrlate!Hedichopreparrmela,demasiadocansadoparaprepararme esa copa. Ests obsesionada con el sexo.

Sirvi el whisky y le acerc el vaso. Gracias, querida, muy amable de tu

parte. Quieres que te cuente qu tal ha ido el da?

Estoy bastante cansada. Si no te importa, me voy a la cama. Buenas noches.

Sali del saln. Durante unos segundos, l sigui en su sitio con el vaso de whisky en la mano. Luego bebi un generoso trago.

No me habra importado que me la cascases dijo.De camino a casa, Brant par en una tienda de licores y escogi media docena de Specials. El dueo lo conoca.

Se lo apunto en su cuenta, seor Brant? le pregunt, sin ninguna simpata.

Brant le regal su sonrisa ms malvola y se toc los bolsillos.

Estoy sin blanca, seor Patel. Quiere que le d un cheque?

Los dos se medio rieron entre dientes de la ridiculez de aquel gesto.

Para acompaar aadi Brant, como si hubiese estado reflexionando, deje caer tambin unos cuantos billetes que ya se los devolver. Qu le parece?

Patel fue hacia la caja registradora y, con expresin resignada, la abri sin marcar la venta. As era siempre con Brant, siempre la misma cantinela. Patel le entreg la bolsa.

Veinticinco pavos sern suficiente?Buen trabajo, eres un to increble. Los ultras no han venido a molestar ms, verdad?

No, seor Brant, todo va sobre ruedas. Brant asinti y se gir para marcharse,pero antes dijo:

Demonios, Patel, tengo que decir que dominas tu nuevo idioma bastante bien, eh? Se quedaran muy impresionados si te pudieran ver en Calcuta.

Patel no poda dejarlo pasar.

Seor Brant, Calcuta est en la India Yo soy de Rawalpindi.

Lo que sea. Ech una rpida ojeada a la lista de precios y continu: Lo cierto, chavalote, es que si sigues cobrando estos precios te vas a poder traer a los primos de los dos sitios, eh? As que ahora no te sobres ni un pelo, me oyes?

Cuando se fue, Patel dio un puetazo de ira en el mostrador. Volvi a pensar en llamar a Scotland Yard.Brant viva en un piso de proteccin oficial en Kennington. Tercera planta, una habitacin, lo ms bsico. Lo tena recogidito por si mojaba. Con un divorcio a sus espaldas, estaba dispuesto a encalomarse cualquier cosa que se moviera. Su ltima obsesin era la mujer de Roberts. Conseguir sus bragas como trofeo no poda superarse. Y adems, un par de ubres como melones.

Una de las paredes era slo para libros. Todos de Ed McBain, las historias del Distrito 87. Dos estantes para la serie de Mathew Hope un personaje menos logrado del mismo autor. El estante inferior era para Evan Hunter incluida La jungla de pizarra.

A Brant le gustaba pensar que dominaba los tres estilos del autor. La serie sobre el 87 se remontaba hasta las ediciones originales de Penguin. Brant se descalz a sacudidas, abri una Special, y le peg un buen trago.Hostia puta, vale todo lo que he pagado dijo tosiendo un poco. Se repanting en un silln y comenz a fantasear sobre ese gran arresto. Pero antes descolg el telfono, lo primero es lo primero.

Eh, Pizza Express, nmero de cuenta 936. S, eso es. Quiero la pepperoni especial Por supuesto, tamao familiar y entonces pens vamos, suelta lo que dicen en todas las pelis y ahrrate las anchoas. S, claro, antes del martes. Vale.

Y volvi a su fantaseo. La cosa estaba clara:

Uno: a Roberts se lo iban a follar. Dos: se iban a follar a toda la comisara y l estaba mentalizado para recibir la follada del siglo. Todos sus pequeos extras, sus chanchulletes, sus tcnicas de interrogacin, su actitud, eran una garanta de que estara en la calle antes de acabar el ao. Se avecinaba una limpieza a fondo de la metropolitana y ellos eran losprimeros de la lista. A no ser... a no ser que consiguieran la madre de todos los arrestos, el legendario Gran Arresto con el que suea cualquier poli. El autntico Oscar, el premio Nobel de la criminologa. Como cazar al destripador de Yorkshire o encontrar al mamn de Lucan. Limpiara su expediente, saldra en todas las portadas, lo llamaran para todas las tertulias. Sera como tener al periodista de moda lamindote el culo. Ja!

Aplast la lata con el subidn. La hostia hasta la parienta querra volver.

El timbre puso punto final a aquel sueo. Un chavalillo con la pizza. Mir el pedido:Brant. no? Una pepperoni familiar? Eso es, chaval.

Revis el pedido otra vez.

Se lo aputo en la cuenta? dijo luego. Apunto, chaval; bueno, te la iba a pagar.

Claro que si insistes...

Se hizo con la pizza.Ah, te mereces una propina, no? Si usted lo dice, seor.No lo hagas sin condn.

Y cerr de un portazo. Esper. Poco despus lleg una patadita en la puerta. Aquello le alegr.

As se hace! S seor! Ahora lrgate antes de que te patee el culo.

Despus de comerse casi toda la pizza, tuvo que desabrocharse los pantalones para respirar; casi no le quedaba sitio para la cerveza. Agarr el mando a distancia justo a tiempo para ver Los Simpsons. Luego tambin vera Beavis and Butthead. Soy el puto amo, jefa.Todos nosotros, que empezamos con mal pie, que desebamos tanto y obtuvimos tan poco, que con tan buenas intenciones, tan mal acabamos... Todos nosotros.

Jim Thompson

Jacko Mary era la prueba viviente del adagio: Nunca confes en un hombre que tenga dos nombres de pila. Era un chivato. No muy bueno. Pero los complicados engranajes de la polica necesitan varios ingredientes:

a) Ignorancia, b) complicidad, c) salarios bajos, d) chivatos. O eso es lo que dice el saber popular. Jacko era lo que los americanos llaman de corta estatura. Vamos, que era canijo. Y le jodia bastante. Roberts se reuna con l en el Hole in the Wall de Waterloo.Hasta las paredes del pub daban cuenta de que all se beba, y mucho. Un sndwich a la plancha y una cerveza de cebada acompaaban a Jacko.

Buenas tardes, jefe. Corta el rollo. Queras algo, jefe?Informacin. Jacko pareca molesto. Es que no podemos guardar la

compostura?

Eres un chivato y yo, polica; as que nada de composturas. Roberts habl con ms dureza de la que senta pues no le caa mal Jacko; no es que le gustase demasiado, pero lo soportaba. El chivato pareca diferente pero Roberts no pudo identificar en qu, entonces vio que llevaba una insignia en el abrigo, dos cintas entrelazadas, una dorada y otra rosa.Qu es eso?

Es por la gente que tiene cncer. Roberts se dio cuenta demasiado tarde delo que era distinto. A Jacko se le conoca por su mata de pelo negro, tan negro que pareca tinte. Ahora le faltaban mechones y Roberts se pregunt si no estara perdiendo el control de la situacin. No saba qu decir.

No s qu decir.

Jacko se toc la coronilla.

Se est cayendo a cachos. Cada vez que me peino, queda ms en el puto peine que en la cabeza. Es la quimio.

Hmm... te invito a un trago.

No, no me har creer el pelo. Los mdicos dicen que no es invasivo, sabes qu es eso?

No.

Que no se expande. Bonita palabra, no crees? Es como un cncer con modales.

Roberts quera largarse, a la mierda la informacin, pero crey que al menos deba hacer el esfuerzo.

Supongo que no sabrs dnde encontraral tarado que se est cargando al equipo de criquet, no?No, los tarados no son lo mo. Bueno en Brixton hay dos hermanos que estn locos; quizs merezca la pena darse un rulo por all.Quines son?

Los hermanos Lee: Kevin y Albert. Se oye por ah que han pasado a mayores.

Roberts trat de no burlarse. Pero un punto de condescendencia se dej notar en su voz.

Chorizos de poca monta, Jacko. Me los conozco. Nada ms que calderilla.

No se, jefe, hay...

Pero Roberts le interrumpi.

Lo siento Jacko, cuando tienes tanta experiencia en este negocio como yo acabas por tener un buen olfato.

Entonces rebusc en su chaqueta y sac unos billetes, disculpndose:

S que est vez me quedo un pococorto, Jacko.

Jacko Mary solt una carcajada: A m me hablas de corto?Casi un indicio

Penny estaba perdiendo los nervios. Intent no gritarle a Fiona Roberts a preguntarle:

Me ests diciendo que no vas a venir conmigo al CA?

Hoy no, Pen, estoy hasta arriba. Te necesito Fiona.

No puedo, de verdad. Te llamo maana y quedamos para tomar un caf.

Uy, s, me come la impaciencia. Gracias por nada.

Y con eso colg de un golpe y pens: Cmo odio a esta idiota! Bueno, no importa me voy de tiendas a robar.

Lo cierto es que robaba muy mal. Y aunque se haba tomado a mal lo de Fiona, esto no tena ni punto de comparacin con lo de Jane Fonda. La haba admirado y envidiadoprofundamente como la Bardot americana. Luego haba contenido la respiracin durante la poca de la Jane ms dura. Despus le impresionaron sus aos de actriz seria. A los cuarenta, cuando estaba en plena forma, hasta le haba puesto cachonda. Empez a sentir celos por lo estupenda que estaba a los cincuenta. Y, finalmente, exclam Zorra! cuando se entreg a un multimillonario y pas a ser una esposa trofeo, a imagen de los Trump.

Penny estaba en Hatchards de Piccadiliy cuando sinti un sofoco y sali apresurada a que le diese el aire. Delante de Trocadero se dio cuenta de que haba robado un libro. All estaba Jane, en la portada. Un libro de cocina Qu vergenza! Y an quedaba lo mejor. Ni siquiera lo haba escrito ella sino que haba utilizado las recetas de sus TRES cocineros TRES! Como para echarse a llorar. Le arroj el libro a un vendedor de La Farola. El hombre se lo tom bien y le grit:Vi la pelcula!

Ahora, alterada, irritada y sin dejar de moverse, estaba intentando concentrarse en los programas matutinos de la televisin. Un corrillo de rubias macizas hablaba de las bonanzas de no tener hijos.

Hay que joderse! Desde cuando no tener nios es lo ms de lo ms.

Un hijo la doliente herida de su corazn , y el reloj biolgico, que ms que pararse se haba ido apagando.

Tena un armario lleno de ropita de beb. No la haba robado, haba comprado cada pieza poco a poco, con mucho esfuerzo, y haba pagado un montn de dinero por ella.La E no es de xtasis

En una casa de Coldharbour Lae, cuatro hombres se sentaban alrededor de una mesita. Las latas de Heineken, Fosters y Colt 45 se amontonaban sobre un puado de fotos en blanco y negro.

Dos de los hombres eran hermanos: Kevin y Albert. Los otros eran Doug y Fenton. Todos eran blancos.

No creo que nos estn tomando en serio dijo Kevin.

Todava es pronto dijo Albert con un suspiro. Adems, lo del criquet les interesa ms.

S, bueno, qu van a poner en el telediario: a un bateador o a un camello? aadi Doug.

Kevin aporre la mesa.

Crees que esto no es importante?Tranquilo, Kev meti baza Fenton. Kevin le mir; la saliva se le acumulaba en

las comisuras de la boca.

Te he hablado yo a ti, colega? Yo slo...

Yo slo... mis cojones. Aqu mando yo... Pero qu cono me ests contando, colega.

Fenton saba cundo empezaba a pisar terreno peligroso y tena claro que se estaba acercando. Cerr el pico. Kevin agarr una cerveza y se la acab de un trago, largo y ruidoso. Los otros vieron su nuez subir y bajar; se mova como un horrible yoy. Al acabar, tir la lata.

Pues continu entonces, como iba diciendo antes de que me interrumpieran, no nos estn tomando en serio. Se piensan que esto ha sido una y no ms. Pero se van a enterar. Al prximo gilipollas que cuelgue, le voy a prender fuego. Qu? Cmo lo veis? Ser como un faro en la noche de Brixton.Los otros pensaron que era un locura, pero dijeron:Esa s que es buena, Kev.

S, prndeles fuego, as se enterarn. Kevin hoje las fotos.

A ver, a quin le toca ahora? Aqu tenemos a un pedazo de cabrn. Quin es? Le dio la vuelta a la foto y ley los detalles: Brian Short, veintiocho aos, camello violador, vive en Railton.

Hostia! Eso est a la vuelta de la esquina.

Kev, hay un problema dijo Albert mirando a los dems.

Qu? Se ha mudado? Es eso? No, es que... vers...

Qu! Sultalo ya! Es blanco.

Es un mierda y te voy a decir ms: va a arder y va a ser esta noche.

Kev...No me vengas con lloriqueos. Vete a por gasolina, y trae mucha.El trabajo policial, como el criquet, est regido por reglas rpidas y despiadadas. Juega rpido, s agresivo.

Una imagen. Brant a los siete aos. La zona de Peckham donde vive se est echando a perder. El legado laborista de viviendas baratas que hacen honor a su nombre. Brant se ha peleado. Pero est aprendiendo, s, aprendiendo a no llorar y a no rendirse; NUNCA. Su madre le limpia las heridas y lo moratones. Ni siquiera oye lo que le dice. Dixon of Dock Green sale en la tele, Buenas noches a todos, y Brant susurra una respuesta.

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Z Cars le lanza el anzuelo y diez aos despus, Brant lo muerde. Con el tiempo vendr Cancin triste de Hill Street y la tormentosa travesa por homicidios. Pero no loapuran. Es como una versin inglesa del bobby, y por alguna perversa razn, encuentra que Ed McBain representa casi a la perfeccin como deba ser el correcto procedimiento policial. Mucho despus de tachar a Dixon de gilipollas su corazn todava portaba la huella de Dock Green. Segn Brant, la televisin cada vez se pareca ms a Peckham. Ambos se haban convertido en un pedazo de mierda.

Brant estaba en medio de una competicin en la cantina.

Se trataba de acertar quien haba dicho determinada frase; Brant las deca mal a posta:"Y el arenque ir tras la flota." Un agente se burl diciendo:Demasiado fcil. Eso lo dijo aquel pringao del kick-boxing: Cantona.

Brant intent que no se le notara la decepcin. Estaba seguro de que no se la acertaran ni de coa. Un corro de uniformes se haba reunido en la cantina.Vale, listillo, a ver si sabes qu es esto: "Te importa ahora?"El grupo se ri y respondi a gritos: De Niro a Wesley Snipes en Fantico.

Cuando la pelcula se estren, haban dejado entradas gratis en la comisara. Brant se levant enfadado.

Cabrones, os lo habis estado currando. Se supone que esto es improvisado.Se march pensando en no volver a jugar. Casi se lleva por delante a un apresurado Roberts, que le grit:

Otro ms! Lo han vuelto a hacer! El Arbitro?

No, los otros lunticos, los de la farola. Venga, vmonos.

Enfrente de la biblioteca de Brixton, el cuerpo oscilante segua ardiendo.

Tienes una linterna? pregunt Brant. Nos van a crucificar por esto aadiRoberts con un profundo suspiro.Ya te has ledo a McBain? pregunt Brant, con un leve codazo.Claro! Tengo todo el tiempo del mundo!

Brant no se dio por aludido e insisti: En Distrito 87 hay dos gilis de

homicidios: Monaghan y Monroe. En las escenas del crimen siempre utilizan un humor muy negro. Por ejemplo, en Black Horses...Cierra la bocaza! Es que has perdido la chaveta? Sabe alguien quin es la vctima?Brian Short, veintiocho aos, camello violador, vive en Railton Road respondi el sargento uniformado.

Tanto Roberts como Brant lo miraron con la boca abierta y gritaron un Qu?! al unsono.

El sargento se lo repiti.

A eso le llamo un trabajo policial impresionante, casi milagroso dijo Roberts.

Hostia puta, puedes saber todo esodesde aqu? pregunt Brant tras mirar el cuerpo.El sargento les ense la nota que tena en la mano.

Lo dice aqu. Aqu?S, en el reverso de la foto.

Eh, dame eso Brant mir la foto y sonri. Cmo conseguiste la foto, sargento?

Vena pegada a este cartel. "E" de medidas EXTREMAS.Esta vez no cogieron desprevenida a la polica; tenan dos escaleras para descolgar el cuerpo. Lleg el forense, canturreando.

No ha sido un accidente de pesca dijo mientras se limpiaba las gafas.

Brant lanz una ruidosa carcajada.

Me contis el chiste o queris que siga con esta cara de gilipollas? dijo Roberts.

Aunque no le disgustaba la idea, Brantdecidi no pasarse.

Es de Tiburn, una frase de Richard Dreyfus explic.

Un fotgrafo consigui disparar varias instantneas antes de que Roberts gritase:

Sacadlo de ah!

La edicin de la tarde sac la foto a toda plana, pareca que se estaban riendo del cadver. El pie de foto deca: CUL ES E CHISTE, AGENTE?

En el artculo les daban una caa tremenda. Los estaban crucificando, por as decirlo.Lealtad

Durham, una estrella en ascenso de la BIC, fue asignado a la comisara de Roberts para llevar a cabo una evaluacin completa. All estaba, frente a todo el personal, reprendiendo a la agente Falls con voz almibarada.

Seoras y caballeros, tenemos a una polica que demostr ayer cmo NO llevar un caso. Fue sola a una situacin potencialmente problemtica, casi provoc un motn y ha causado un dao incalculable a nuestras relaciones con la comunidad.

Su voz aumentaba de tono mientras se preparaba para la puntilla. Saba que aquella gran frase que tena preparada resultara hilarante y les hara ver que aunque era duro y estricto, no careca de humor. Haciendo gala de todas sus habilidades como lder, se prepar para el asalto final.Pero lo peor de todo, citando al poeta, es que fue el perro el que muri.Silencio sepulcral. Nervioso, pens que los idiotas aquellos no haban entendido la cita y la repiti. Nada. Niente. Enfadado, sigui atacando a Falls, y se pas. Los murmullos de los agentes le hicieron parar. Una Falls destrozada sinti que las lgrimas la cegaban, consigui salir de la sala a trompicones.No recuerdo haberle dado permiso para retirarse, agente! grit a sus espaldas Durham.Un huevo para el desayuno

El Arbitro se levant del suelo y se desperez, dejando a buen recaudo al asesino que llevaba dentro.

Pestae, abri mucho los ojos; ahora era SHANNON. Bueno, Shannon no er precisamente un ciudadano corriente pero se acercaba. Incluso los psicpatas tienen que comer. Se duch y afeit con cuidado con una navaja de mango nacarado de su padre. En realidad la haba comprado en un mercadillo pero ya se crea la otra versin. Se rasur con largas y lentas pasadas y se detuvo al llegar a la nuez. Le brillaron los ojos y durante un instante el Arbitro asumi el control.Destrpalo susurr. Pero en un momento, el Arbitro se haba ido y fue Shannon el que empez a silbar.

Ahora el traje y los zapatos dijo alterminar de acicalarse.

Para desayunar puso dos huevos a hervir y unt tres rebanadas de mantequilla. Las cort en trocitos y los dispuso ordenadamente: Descansen!.

Cuando los huevos estuvieron hechos, sac un rotulador y dibuj lo siguiente:Tambin escribi Jack y Jill. Listo para zampar, se sent y se santigu. Lo haba visto en The Waltons y le pareci sper guay. Con mucho cuidado, arranc la parte de arriba de los huevos diciendo:

Nos descubrimos la cabeza en la mesa, nios.

Cogi uno de los soldados de pan, lo hundi en Jack y mordi. Escogiendo entre Jack y Jill, comi con fruicin.

Era da de sellar en la Seguridad Social Aguardaba en silencio en fila, recordando una y otra vez las imgenes de Los perros de la guerra.

El seor Noble quiere verle, mesa nmero tres dijo la seora de la ventanilla mirando su cartilla. Siguiente!

Shannon esper dos horas antes de que Noble lo recibiese. Tiempo suficiente para que el Arbitro se desperezase. Noble tena unbigote fino, que pareca dibujado, y se lo tocaba constantemente. Se haba sacado un ttulo en una de las nuevas politcnicas; algo deba saber. Le ech un vistazo al expediente y chasque la lengua.

Seor Shannon, veo que lleva usted con nosotros bastante tiempo.

Shannon asinti.

Ya... hmm... tambin ha asistido al club de empleo.

Asinti de nuevo.

Alguna perspectiva de futuro? Algo en el horizonte?

Risas.

Noble levant la cabeza.

Es que he dicho algo gracioso? Shannon habl y sus palabras apenas

alcanzaban a esconder su gran regocijo. Estoy buscando un empleo bastante

especializado.

Entiendo, sera tan amable de decirnosqu empleo sera ese, seor Shannon?

El Arbitro mir a Noble a los ojos y el hombre sinti que le atenazaba un helador fro.Me gustara formar parte del mundo del criquet; idealmente, un puesto de influencia.Y entonces se desencaden una gran carcajada. Un sonido violento y ridculo, como el de un cuchillo rascando el cristal. Shannon se levant y se inclin sobre la mesa.Espero que pronto haya alguna vacante susurr.

Y se fue.

Un plido Noble sigui sentado petrificado, hasta que le trajeron su taza de t.Una o dos galletitas, seor Noble? Ms tarde, Noble consider la posibilidadde llamar a la polica. Aquel luntico tena fijacin con el criquet, no caba duda. Pero, y si se rean de l? Lo sabra toda la oficina en un abrir y cerrar de ojos. O lo que es peor, podra incluso verse obligado a afeitarse el bigotito,qu horror!, dimitir y apuntarse al paro. Seguramente aqu, en su propia oficina. Se estremeci. No, es mejor dejarlo rodar. Se lo quitara de la cabeza. Eso es! Eso hara. No haba ms que hablar. El bigote por encima de todo.

Falls se estremeca de risa y de llanto, fomentando an ms su histeria.Sabes qu dijo el to de la ambulancia cuando vio a mi padre tumbado? Rosie no lo saba.

Me encantan los hombres ENCIMA de uniforme. Silencio.

Entonces se desternillaron.SUPERVIVENCIA BSICA

Cunto tiempo ms pueden no hablarme? (d.B)

El hermano de Kev, Albert, senta una gran

[6]

pasin por los Monkees ; una fijacin por cmo haban sido. Por culpa de las cadenas de televisin locales, se veran condenados para siempre a hacer de las suyas en cincuenta y ocho episodios, con sus ridiculas sonrisas de comemierda para toda la eternidad. Un verdadero infierno, prueba inequvoca de que Dios estaba cabreado. Para Albert era gloria bendita. Se saba todas las letras de memoria e incluso frases enteras de la serie, pero lo peor es que las repeta.

Cuando los chicos, de cincuenta aos y con aspecto ajado, se reunieron para una gira sesinti consternado. Peter Pan no puede crecer y al ver a Davy Jones con cincuenta y tres aos entendas por qu. Albert hasta caminaba como los Mon-kees, pero haba aprendido tarde que eso es algo que es mejor mantener en secreto. La primera vez que se lo haba mostrado a Kev recibi una paliza sin contemplaciones. El sueo de Albert era visitar aquella casa en la playa donde los Monkees vivan sus aventuras. Cuando estaba nervioso, que suceda bastante a menudo, sola tatarear Daydream Believer y estaba convencido de que los fans le esperaban fuera. Pensaba que la banda E podra ser como ellos. Se li un canuto y lo encendi con un zippo.

Kev los llamaba trabajos manuales. Le dira: Qu, ya ests otra vez con el puto canuto. No veo que Mickey Dolenz fume.

No demasiado.

En realidad, a Albert no le gustaba demasiado Mickey. Le recordaba a su padre yeso era de lo peor. Hijo de puta arrastrado y cabrn. Kev no perda ocasin para meter propaganda anti-Monkee y fastidiarlo. Como si tuviera puta idea. Dira algo as como: Eh Albert, tonto cabrn, el Mike Nesmith ese, e que se pone gorro de negro, no pega palo al agua. No fue su vieja la que invent esa especie de Tippex y luego el listillo de Mike vendi la patente? Oh, s, el muy memo, tan majete l, le sac cuarenta y siete millones a Gillette. No est mal, no? As vive el to de bien. No me extraa.

Ya ni te cuento cuando Peter Tork fue a la crcel por posesin de drogas; Kev estaba encantado. No dej de dar por saco. Ni de cantar: We're just goofin'around.

Cuando Los Simpsons reemplazaron a la serie en las principales cadenas, Albert los odi no slo por eso, si no porque Homcr Simpson se convirti en casi una figura paterna para Kev. Flpalo.Albert haba ido al mercado de Brixton y, agrrate, vio el gorro de lana de Mike Nesmith en un puesto; se lo dijo al vendedor.Quin dices? No conozco al Mike ese. El de los Monkees!

El to lo mir fijamente para ver si le estaba tomando el pelo y luego ech una rpida ojeada alrededor.

S, claro, este es el gorro del Mike Neville ese, el original.

A Albert aquello le pareci sospechoso. El de Nesmith?

Claro que s, chaval, pero utiliza Neville como tapadera. Ya sabes, para esquivar a los fans.

Ah.

De verdad, chaval. Pero bueno, no puedo vendrtelo.

Albert tena que hacerse con l. Tiene que ser mo.

Hmm. Bueno, te lo doy por doce pavos.Slo tengo estos cinco. Se desvanecieron en un tris.

Es tuyo, chaval, aunque me duele drtelo.

Luego el to se preguntara si el tronco ese no sera el del anuncio del t con los monos, pero no se acordaba de ningn gorro. Como si le importara una puta mierda. Consigui otros doce.

A Albert Kev se lo quem esa misma noche.De la muerte

Sabes cunto me va a costar enterrar a mi padre? le dijo Falls a Rosie.

Pues... una pasta? Dos mil quinientas libras.

Cmo! Te podras casar con eso.

Y ni siquiera incluye las flores ni el discurso del cura.

Tienes ahorros, no? Dime que tienes ahorros.

Bueno...

Dios! Ests sin blanca!

Falls asinti. Rosie pens en posibles alternativas.

No podras quemarlo? Qu?

Perdona, quera decir incinerarlo. l estaba en contra.

Rosie ri con amargura.Venga, mujer, no creo que el viejo Arthur tenga mucho que decir al respecto. Seguro que le importara una mierda lo que le pudiese pasar ahora.

No puedo. Despus me comera el tarro.

Lo de siempre. Incluso muertos, los hombres siguen dando la tabarra. Y el fondo de beneficencia de la polica?

Ya he preguntado. Pondrn una parte de la pasta pero como no era del cuerpo...

Rosie conoca otra posibilidad pero no quera abrir la caja de sorpresas. Menuda sorpresa.

Hay un ltimo recurso.

Lo que sea. Dios, Rosie! Quiero enterrarlo pero seguir con mi vida.

Brant. Oh, no.Ests desesperada. Y l tiene pasta. Para cambiar de conversacin, Rosie seatus el nuevo peinado. De tortillera total. El pelo hacia atrs, muy tirante, y pegado al crneo para florecer en un moo.

Qu te parece mi nuevo peinado? Ya s que hace falta tenerlos bien puestos para ensear la cara de esta manera.

Falls la mir con atencin. Ni siquiera poda decir que resaltaba sus ojos, pues stos hubieran estado mejor bien escondidos, junto con el resto de la cara. Los ojos solan ser un recurso fcil. Incluso al peor adefesio le podas decir: Qu ojos ms bonitos tienes.Pero no a Rosie.

Pues s que los tienes bien puestos dijo Falls sin poder contenerse.

Pero Rosie se lo tom como un cumplido. Ya te dar la direccin de la peluquera,te atienden enseguida.

A Falls le hubiera gustado decir: Saba que me lo ibas a decir, pero se conform con:Te lo agradezco.Apareci Brant pavonendose.

Uy,hablando del rey de Roma...

Sargento dijo Rosie. Se acerc.Seoritas dijo con su sonrisa satnica.

La agente Falls tiene algo que pedirle Os dejo.

Y con eso, mientras Brant la observaba, desapareci.

Qu hostias le han hecho en el pelo? le pregunt Brant a Falls.

Shannon estaba en un caf de Walworth Road, pegado a la vieja estacin de Crter Street. Haba pedido una gran taza de t.

Est libre esta silla? le pregunt un viejo cuando se la sirvieron.

S, seor.

El hombre se sorprendi; los buenos modales eran tan poco habituales como ver a unconservador por aquella zona. Se sent y estaba a punto de decrselo cuando el otro dijo:

No debera cambiarse a ningn rbitro durante un partido sin el consentimiento de los dos capitanes.

Qu?

Antes de echar la moneda al aire, el rbitro acordar con los dos capitanes cualquier condicin especial que pueda afectar el desarrollo del partido.

Ah, aficionado al criquet, no?

Antes y durante un partido, los rbitros se asegurarn de que tanto el juego como el equipo utilizado cumplan estrictamente con el reglamento.

El viejo se pregunt si debera cambiarse de sitio, pero no quedaba ningn asiento libre. Adems, estaba deseando echarse una birrita al coleto.

Da libre, verdad? prob el hombre. El Arbitro sonri, se acerc y coloc elndice sobre los labios del viejo.

Es hora de escuchar, viejo, o te arrancar los labios.

Antes de que pudiese reaccionar, el rbitro se incorpor, rode la mesa y abraz al viejo por los hombros.

El rbitro ser el nico que juzgue qu es juego limpio y juego sucio.

Al ver aquello, la camarera pens: Ay, es su padre, no es maravilloso? Ya no se ve ese trato carioso. Fue lo mejor del da.

Sonaba la radio de la cantina cuando Brant se sent con Falls. All estaba Sting con su

Every move you make.

El himno del acosador dijo Brant con una mueca.

Falls escuch durante un rato. Por Dios! Es cierto!

Brant asinti, sin querer decir nada en concreto. Falls se puso nerviosa, no saba pordnde empezar.

No s por dnde empezar. Brant sac los Weights. Te importa? pregunt.

Personalmente no me importa, pero estamos en una zona de no fumadores.

A la puta mierda dijo, encendiendo un pitillo. Luego aguard.

Falls quera irse. Cuando estaba callado Brant era como un arma cargada y cebada. Pero no tena otra alternativa.

Estoy en un aprieto dijo con voz tmida.

Dinero o sexo? Qu?

Siempre se trata de eso, siempre. Ah, claro. Dinero.

Cunto?

No quiere saber para qu es?

Para qu? Cul sera la diferencia? Te lo dar o no te lo dar, pero lo que me puedascontar no va a influir. Es mucho. Esper.

Tres mil.

Nunca supo por qu haba pedido de ms. Lo achacaba a nervios, pero en realidad no crea su propia excusa.

Vale.

No daba crdito. As de fcil?S, no soy un banco, no tienes que rebajarte.

Cielos! Qu alivio! Le debo una. Exacto.

Cmo?

Ests en deuda. Como t bien dices, me lo debes.

Oh!

Se levant para irse. Algo ms? pregunt. No.Tendr el dinero antes de que termine el turno. Te bien?Claro. Yo... Pero ya se haba ido.Situacin precaria

Brant estaba en la sala E. A ver qu poda pillar. Alguien haba instalado un microondas. Rebusc entre la comida y vio una empanadilla.

Hmm murmur, y la meti en el microondas. La tuvo un buen rato antes de sacarla. Mordi un poco para probar y dio un pisotn en el suelo, se le saltaban lagrimones de los ojos. La empanadilla, que abrasaba, se le haba pegado al paladar. Agarr una botella de Coca-cola y bebi.

Hostias dijo cuando el dolor se calm un poco.

No se acerque a las empanadillas, sargento le dijo un agente que pasaba por all . Estn caducadas hace ni se sabe. Son el telfono y lo descolg con un manotazo.Sala de incidencias E.Es usted el que investiga los ahorcamientos?S, el mismo. Tengo informacin.

Bien, eso est muy bien. Y su nombre es, seor...?

Para que sepa que voy en serio, fjese en los dedos de la ltima vctima.

Eso va a ser un peln difcil, colega...

seor.

Por qu estaban quemadas? No creo que eso disimule unos dedos rotos. Volver a llamar dentro de una hora.

Y colg.

Brant estaba acelerado, llam a Roberts y al forense. Cuando lleg Roberts, le cont lo de la llamada y la confirmacin del forense.El cabrn tena razn. Adems, he hecho que rastreen la llamada, la hizo desde un mvil, el sonido era entrecortado. Si vuelve a llamar lo cazaremos.Estoy impresionado dijo Roberts. Brant senta el subidn de adrenalina. Era

como un bofetn. Roberts se sent. Pareca muy calmado.

Podra ser ste El Gran Arresto. Brant, que ya haba llegado a la misma

conclusin, se sinti generoso en su victoria. Para los dos, jefe.

No, ste es todo para ti. Otro Rilke, ta

vez.

Son el telfono. Brant hizo una sea a los tcnicos y cuando le dieron luz verde, descolg el auricular.

Sala de incidencias E.

Ha comprobado lo de los dedos? Estamos pendientes de la confirmacin. No somos delincuentes. Slo hacemosel trabajo que los tribunales no hacen.

Roberts dibuj una E en el aire Entretenerlo.

Porqu no se pasa por aqu,charlamos, buscamos una solucin?

Pero el que llamaba estaba en otra onda. Se supona que no deba ser as, ya sabe,

no con blancos. No es que sea racista ni nada. Pues claro que no. O sea, vives enBrixton, verdad? se arriesg Brant. Roberts neg con la cabeza, dibujando uncambio de sentido en el aire.

No creo que l vaya a parar ahora, le gusta hacerlo.

Pero t eres distinto, lo noto. No s por qu no quedamos t y yo en algn lado?Haba interferencias en la lnea, entonces un destello de pnico.

Mierda, me tengo que pirar. Llamar otra vez.

Y se cort la llamada. Brant blasfem y mir con ojos suplicantes a los tcnicos, que siguieron a lo suyo un momento antes de sonrer y gritar:

Lo tenemos!S! grit Brant lanzando el puo al aire, y toda la sala se llen de vtores.Uno de los tcnicos segua escuchando, anot algo y le pas una nota a Brant.

Leroy Baker ley en voz alta. Te tenemos, pedazo de cabrn.

Hizo ademn de descolgar el telfono pero Roberts ya le estaba diciendo:

Espera, espera. Cmo se llama? Leroy Baker. Ya es nuestro.

Roberts le agarr por el brazo y se lo llev hasta la otra punta de la sala.

Escucha, Tom.

Joder, ahora no. Vamos a por l. Tom, ese nombre. Es la primera

vctima.

Qu?

Tom, nos llamaba desde el mvil de la primera vctima.

Brant se dej caer en una silla murmurando:Pedazo de mierda, hijos de puta cabrones y rastreros... Necesito unos minutos...

Y la cantinela se deshizo en silencio. No haba un solo ruido en la sala.Pero qu es esto? Es que ya habis terminado? Seguid a lo vuestro!

Empez a sonar de nuevo un leve murmullo, entremezclado con las miradas furtivas que le lanzaban a Brant. Roberts le toc en el hombro.

Vamos, sargento. Te invito a un trago.Mejor dicho, locura

1965. El Arbitro haba sido una sensacin del criquet. Cuando no era ms que un chaval, ya le haban visitado los ojeadores del equipo ingls. Se tomaron las medidas oportunas para asegurarse de que se apoyaba y desarrollaba todo su talento. Pero...

Si a Albert, de la banda E, le faltaban algunos componentes esenciales de la comunicacin humana y haba nacido con una carencia, podra decirse que el Arbitro haba nacido con una dimensin adicional: una dimensin destructiva. Le gustaba ver cmo se quemaban las cosas. El da de su primer gran triunfo, le prendi fuego al pabelln de la escuela. Y lo descubrieron. Su padre le dio una paliza monumental y lo ingresaron en una institucin para personas con graves trastornos. En eso acertaron. Pero se equivocaron alsoltarlo. Durante su primera noche en casa, su padre sac todos los recortes de prensa, todas aquellas historias de esperanza y triunfo y luego procedi a azotarlo mientras gritaba: No hay locos en esta familia.

Se puede curar la locura a golpes? Lo nico que se consigue es que se esconda. Sirve para aprender el arte de la ocultacin. La primera vez que el Arbitro quem a un perro, apenas poda creer la sensacin que aquello le produca, multiplicada si cabe por la novedad. Las palabras se grabaron en su mente: Mira cmo arde.

Fueron pasando los aos y empez a fijarse en el equipo ingls. La fama, la publicidad, los galardones; senta que le pertenecan. Comenz a fraguarse en su mente una idea fija: si l no poda disfrutar de los premios, por qu habran de hacerlo ellos? Entonces ley Chacal y aquello lo exalt. Pas a Los perros de la guerra y su psicosisalcanz su grado mximo; lleg a imaginarse que era Shannon, el hroe de aquel libro. Ms adelante, reflexionaba, Frederick Forsyth escribira un libro inspirado en l.

Roberts estudiaba la creciente pila de documentos sobre el rbitro.Tarde o temprano pillar al asesino. Siempre resulta ms fcil cuando estn locos.As se habla, jefe. Ante todo actitud positiva dijo Brant.

Roberts no se pudo contener: Es una cita.

Ah, s?

Thomas Gmez en La dama desconocida.

Ah! Las viejas pelculas, jefe, en blanco y negro. Todo un clsico.

No seas memo, sargento. Es cine negro; nada como los cuarenta y los cincuenta.Brant ya haba perdido inters por el tema.Vale, jefe contest simplemente.

No es que Brant fuese un ignorante, pens Roberts, sino que se regodeaba en la ignorancia. Su nica pasin era ganar. Pensaba que era como Robert Mitchum hablando con Jane Greer en Retorno al pasado:

No debe jugar as.

Por qu?

Porque as no se puede ganar.

Hay algn modo de ganar?

Hay un medio de perder ms lentamente. Ya. Jefe, jefe! La voz ronca de Brant interrumpi el dilogo. Qu pasa?

Ests hablando solo. Da mala impresin. Privilegios del rango.

Brant se sinti tentado de aadir: Mejor dicho, de la locura, pero ya se haba arriesgado lo suficiente. De momento.Fulana?

Fiona haba quedado con Penny para un cafelito; invitaba ella. Haba decidido ir a Claridges porque era un sitio con clase, algo que deseaba con desesperacin. Le hubiese divertido saber que comparta gusto musical con la agente Falls. Al pedir un capuccino doble con nata, se le vino a la cabeza la letra de Misguided Angel. El camarero tena unos veinte aos y la mezcla precisa de aspereza y servilismo. O sea, londinense. Se fij en el trasero, marcado por los pantalones negros, y sinti que un chorro de calor le invada el pecho. Desde que conociera a Jason, pareca consumirse. El camarero habra encajado a la perfeccin en el catlogo del CA. Lleg el caf acompaado de toda la parafernalia propia del hotel. Una montaa de servilletas con el logo de Claridges por si no sabas dnde estabas, una jarrita de nata ideal para provocar un trombo arterial y una galletita envuelta en un plstico imposible de abrir. Se present Penny con un aspecto desangelado. Se la podra confundir con una pordiosera. Se dieron un par de besos acercando las mejillas, pero sin llegar a tocarse. No porque estuvieran concienciadas del problema del sida sino porque exudaban pedantera.

Te encuentras bien? pregunt Fiona. No te lo parece?

Pues, no... La verdad es que no. Penny se gir.

Camarero! grit. Un espresso para antes del martes, vale?

Fiona se encogi.

No se llevan demasiado los gritos en el Claridges. De hecho, aprecian tanto la discrecin que hasta te agradecen que no hables. Pero si es de todo punto necesario que lo hagas, no levantes la voz, entendido?Penny cogi un cigarrillo del bolso.

He vuelto a fumar, as que djame en

paz.

El camarero trajo el caf. Esta vez sin adornos, la taza y el platillo pelados. Esper y Penny chasque los dedos.

Date el piro, Panchito. Y lo hizo.

El cabrn me deja despus de veintisis aos de matrimonio solt sin prembulos . Se larga.

Pero, por qu?

Necesita espacio. Te lo puedes creer? Que me haya dicho a la cara semejante frase de mierda? Ahora todo el mundo va a terapia y ya nadie es responsable de nada.Te vas a quedar con la casa?

Me voy a quedar con sus cojones, eso es con lo que me voy a quedar.

Entonces hurg en su bolso y saco un Channel N 5 en su caja y lo arroj sobre lamesa.

Te he trado un regalo. Oh.

Perdona que no est envuelto. Bueno, ni siquiera est pagado.

No te sigo.

Lo he mangado. En eso me entretengo estos das, en vagar por los grandes almacenes y robar cosas que ni siquiera deseo. El lunes me agenci un juego de pipas. No preferirs una de madera de brezo, verdad?

No. Oh, Pen, si necesitas ayuda...

Que vaya a terapia, no? Busco a mi nia interior y la pongo en su sitio? Se puso de pie de un salto. Me tengo que ir. Ya te llamar.

Y se fue. Pasaron unos segundos antes de que Fiona se diera cuenta de que se haba llevado la taza de caf. Suspir profundamente y pens: No tiene nada que ver conmigo.Perolo tena. Penny era una graninfluencia en su vida. Abri el Channel y se puso un poco tras las orejas.Hmm, esto s que es clase murmur.

El jefe de la banda E, Kevin, estaba cantando a pleno pulmn Tom Traubert's blues, alias Waltzing Matilda. Estaba como una cuba, las latas de Thunderbird desparramadas por el suelo. Segn la cancin iba in crescendo , as lo haca Kev. Se le saltaban las lgrimas no por la fu