Question 86

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/Junio de 2011 AÑO 9- NÚMERO 86- JUNIO DE 2011/ P UBLICACIÓN MENSUAL EDITADA POR ALIA2 Y C OMUNICAN 86 ¡Pdvsa se respeta!, el clamor popular El contrabando mayor Wikileaks, El País y la guerra sucia en la oposición venezolana AGRESIÓN IMPERIAL MONEDERO: Los pasos encontrados/ BIARDEAU: Graves errores sobre socialismo y democracia/ LANZ: Antropología del chavismo/MEYSSAN: El Grupo de Bilderberg/ GARCÍA MARTÍN: Internet no padece alzheimer/ DÍAZ VÁZQUEZ: Las herejías socialistas en China/ KOHAN: Un diálogo con Roque Dalton y Lenin/ El Cartel de los soles/ La computadora inhabilitada

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AÑO 9- NÚMERO 86- JUNIO DE 2011/ PUBLICACIÓN MENSUAL EDITADA POR ALIA2 Y COMUNICAN

86

¡Pdvsa se respeta!, el clamor popular

El contrabando mayor

Wikileaks, El País y la guerra sucia en la oposición venezolana

AGRESIÓN IMPERIAL

MONEDERO: Los pasos encontrados/ BIARDEAU: Graves errores sobre socialismo y democracia/LANZ: Antropología del chavismo/MEYSSAN: ElGrupo de Bilderberg/ GARCÍA MARTÍN: Internet no padece alzheimer/

DÍAZ VÁZQUEZ: Las herejías socialistas en China/KOHAN: Un diálogo con Roque Dalton y Lenin/ El Cartel de los soles/ La computadora inhabilitada

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JUNIO DE 2011 QUESTIONDIGITAL.COM

DIRECTOR FUNDADOR:ARAM AHARONIAN

DIRECTOR GERENTE:RICARDO FONT CARVALLO

DIRECCIÓN EDITORIAL:FILINTO DURÁN, RICARDO FONT, ARAM AHARONIAN

ASESOR EDITORIAL:ROBERTO HERNÁNDEZ MONTOYA

QUESTION DIGITAL:MARCOS SALGADO (COORDINADOR)

MARCA REGISTRADA: ALIA2, CADEPÓSITO LEGAL: PP 200201CS526ISSN: 1690-0952 QUESTIONES UNA PUBLICACIÓN DE LA AGENCIA LATINOAMERICANA DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS-2 (ALIADOS) Y LA ASOCIACIÓN LATINOAMERICANA PARA LA COMUNICACIÓN SOCIAL (COMUNICAN)/

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Las sanciones de los Estados Unidos a Pdvsa y Cavim tienen sin duda un objetivo polìtico, publicitario y desestabilizador y son una forma de agresión declarada a Venezuela, violatoria del derecho internacional.

No es que sea una nueva estrategia. La medida se inscribe en el proceso desestabilizador que los dos ùltimos gobiernos estadounidenses adelantan contra la Revolución Bolivariana, como lo fue la participación de la embajada y de la misión militar que operaba en Fuerte Tiuna en el golpe del 11A de 2002, el paro petrolero y el intento de quedarse con Pdvsa, la campaña de organismos de inteligencia, medios de comunicación y el público apoyo y financiamiento a la oposición de parte de Washington.

La firma posición anti-injerencista del bolivarianismo ha encontrado eco en varios países latinoamericanos, impidiendo la estrategia del control total de la región planteada desde Washington.

La verdad es que los efectos de la medida son prácticamente irrelevantes, teniendo en cuenta el intercambio comercial entre ambos paìses, visto que

las 16 licencias para importar equipos y materiales siguen vigentes, Citgo – filial de Pdvsa que opera en EEUU- no ha sido afectada ni se ha alterado la venta al país de productos estadounidenses. Es más, Washington declara expresamente que seguirá comprando petróleo venezolano y, además, desde 2002 Venezuela no necesita financiamientos del gobierno de Washington. Las medidas unilaterales de EE UU contra Venezuela no lo son sólo sobre el país. Quizá sea un disparo de advertencia, pero en profundidad. Más que contra un árbol el tiro es al bosque, grafica Josè Vicente Rangel.

“Es un mensaje que consiste en recordarle a la comunidad latinoamericana y caribeña que su soberanía es limitada; que está condicionada por la suprema conveniencia de la seguridad de EE UU, y que llegó el momento de dilucidar en términos inequívocos la relación entre los intereses del imperio y los de las naciones al sur del Río Grande. Quienes no estén claros deben poner las barbas en remojo”, añade el ex vicepresidente.

La conducta imperial estadounidense poco tiene que ver con el discurso de Obama en Trinidad: ahora se expone como representante de una potencia dominante y agresora. Sin duda, las influencias de la ultraderecha resultan dominantes en la Casa Blanca, como lo evidencian sus acciones en otros lugares del mundo, guiadas por la obsesión por

adueñarse de las más grandes reservas de petróleo del mundo.

Vienen por más, porque en el fondo, en el subsuelo, están las más grandes reservas de petróleo del mundo y un gobierno que no tolera imposiciones del exterior, dice el director de Últimas Noticias, Eleazar Díaz Rangel.

Roger Noriega, uno de los más reaccionarios e influyentes alfiles ultraconservadores de Washington, señalò que “es importante resaltar que la decisión del Gobierno estadounidense de sancionar el comportamiento ilícito de Pdvsa es un tributo a la tenacidad de los líderes del Congreso que han exigido acciones para que el Gobierno de EEUU responsabilice al régimen forajido de Chávez. Estas medidas demuestran el álgido rol que las agencias de seguridad tendrán en socavar esta creciente amenaza”.

La medida –tomada como una agresión e intromisión en los asuntos internos del país- tuvo una respuesta que Washington no esperaba: movilizaciones en varias ciudades, con una multitudinaria concentración en Caracas. Pero héte aquí que les fallta ó la identidad nacional -¡otra vez!- a los dirigentes de la oposición, que se negaron a cerrar filas ante la injerencia extranjera y la pretensión estadounidense de dictar normas sobre con quién debe tener relaciones Venezuela, sobre lo que debe ser nuestra política exterior, y a quien debemos venderle el petróleo.

La falta de “muñeca” de la bancada oficialista impidió encontrar un texto que si no lograba le apoyo unánime de los diputados a la Asamblea Nacional, al menor pudiera romper la unidad opositora. Algunos analistas señalan que el comunicado que posteriormente emitió la Mesa de Unidad Democrática indicaba la posibilidad de encontrar condiciones para la unanimidad.

También es cierto que las contradicciones y pujas internas dentro de la “unidad” opositora dejaron a la luz la falta de consensos. Algunos, con mayor experiencia o con decisión de insertarse en los sectores populares, estuvieron dispuestos a repudiar la

AGRESIÓN IMPERIAL,. Y VAN...

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medida unilateral estadounidense. Lo cierto es que la mayoría prefirió el silencio o prefirió echarle la culpa a Chávez. Al decir de Díaz Rangel, “Son actitudes así las que siembran duda sobre la lealtad de la oposición al país”.

Lo cierto es que la medida del imperio puso en evidencia que en Venezuela están en juego dos visiones de país y de futuro, una independiente y soberana y otra sumisa y entreguista. Nadie le avisó desde Washington a la oposición, que siempre le cuesta demasiado mantener la dignidad.

La “gran prensa” editorializó “explicando” por qué nos merecíamos el castigo de la primera potencia del planeta. Los “expertos” de siempre aparecieron en la pantalla para hacer entender a los venezolanos que la agresión imperial era justa, escribía Earle Herrera. La reacción del pueblo venezolano les hizo ver que andaban descaminados. “Un Capriles Radonsky irreconocible casi que lanza el desgarrado grito de “yanqui go home”. Petkoff se volvió diplomático y matizó que la medida “viola claramente el régimen internacional de relaciones y la propia carta de las Naciones Unidas.En la Asamblea Nacional había gente que quiso estrangular y destruir Pdvsa durante el sabotaje petrolero de 2002, saboreando la posibilidad de que la medida fuera el puntapié inicial de la escalada final. No te vistas que no vas, les dijeron…

La oposición en su laberinto

La opisición fijó el mes de febrero para sus elecciones primarias, de donde deberá salir el candidato “unitario” a la presidencia, para medirse con Chávez, si es que decide transitar por el camino electoral.

El empresario petrolero Quiros Corradi, dirigente opositor, se plantea el escenario de una posible suspensión de las mismas e indica que “Chávez puede ser sustituido de diferentes maneras: La electoral es una de ellas, pero también existe el escenario de la renuncia por diferentes motivos, desde la salud hasta

una explosión social. Otros escenarios incluyen fallecimiento, destitución por el TSJ o golpe militar”.

Y continúa: “Entiendo que en el chavismo nada de lo anterior sea considerado, pero la oposición no puede prepararse sólo para el escenario electoral por muy deseable que sea”.

Werner Corrales, exministro de Fomento, insistente en que la oposición debe buscar un mensaje para sacar a Chávez de la preferencia de la gente. “Tiene que ser un mensaje distinto. ¿Qué pasa si los venezolanos seguimos haciendo lo que estamos haciendo? ¡Nos estamos hundiendo!”

Para el el encuestador Oscar Schémel (Hinterlaces), la vivienda y el empleo –dos puntos que apuntan directamente a los anhelos de los venezolanos- serán de aquí a 2012 los caramelitos con los que Hugo Chávez aspira a amarrar los votos de sus militantes duros, recuperar el favoritismo de los chavistas moderados y ganar la confianza de los ni-ni para quedarse en Miraflores por seis años más. Schémel señala, asimismo, que el oficialismo se prepara para un posible escenario de adelanto de las elecciones.

“Cuando uno pregunta a los encues-tados cuáles son los problemas más graves del país, responden: inseguridad, desempleo, alto costo de la vida, desabastecimiento y corrupción. Pero cuando preguntamos cuáles son las cosas que quisieran tener en lo inmediato, la respuesta es invariable: vivienda propia y empleo estable”, añade.

Mientras consumidores, comunica-dores, productores y comerciantes

denuncian la escasez de productos de primera (y segunda, tercera) necesidad, el Gobierno insiste en que la situación de abastecimiento se encuentra en absoluta normalidad. Insiste en que se intenta la desestabilización del Gobierno.

En plena puja política, Luis Vicente León, director de la consultora y encuestadora Datanálisis insiste en que existe un problema estructural de escasez que aqueja principalmente a los distribuidores oficiales (Pdval y Mercal), y señala que desde el 2007, 54,1% de los venezolanos percibe como negativa la situación de abastecimiento de alimentos, llegando a alcanzar en febrero de 2008 el 76,5% de la población.

Para el masista Leopoldo Puchi la oposición debe construir una opción progresista en lo social y defensora de la soberanía en lo internacional. Y sabe que con las fuerzas que componen la Mesa de la Unidad Democrática, no es una tarea fácil, ya que “requiere fortalecer un componente progresista en el cuadro opositor”.

Puchi indica que de no lograrse esa condición, sería muy difícil la alternancia democrática porque iría a contracorriente del sentimiento político de los venezolanos. Señala que una cuestión es cambiar para corregir errores, superar deficiencias, gobernar mejor y otra cosa es una ruptura con el modelo establecido en el acto constituyente del 99, que colocó al país en un sentido más progresista, más del lado social. No existe la fuerza política para romper ese modelo. n

ARAM AHARONIAN

. Y VAN...

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Nadie duda de que el cable de Wikileaks sea cierto y que esa es la opinión que tiene el funcionariado estadounidense sobre algunas de las “personalidades” de la oposición venezolana, que con sus egoísmos y permanente lucha por la hegemonía han dado por tierra con los intentos de Washington de unir a las fuerzas antichavistas para poder derrotar a Hugo Chávez en las elecciones.

Por ejemplo, la embajada de EEUU en Caracas sostiene que el principal problema que tiene el partido socialdemócrata Acción Democrática, por ahora el principal en el anárquico conglomerado antichavista, es su secretario general, Henry Ramos Allup, y eso no es novedad para nadie.

Pero lo que sorprende es su tipificación: fanfarrón, carente de imaginación e incluso repelente, ya que en lugar de trabajar para la unidad opositora se encarga de denostar permanentemente a los representantes de los otros grupos opositores.

Ramos Allup es grosero, brusco, arrogante y, según el funcionario estadounidense, posee un estilo no muy diferente al de Chávez. Relata, asimismo, que en una reunión con Phillip French, director de la Oficina de Asuntos Andinos de EEUU, golpeó los puños sobre la mesa, mientras denostaba a sus oponentes. Políticamente miope, su mezquindad se extiende, obviamente, a sus rivales dentro del partido, en especial los más jóvenes.

El cable filtrado por Wikileaks y publicado por el diario español El País el 13 de abril, señala asimismo que Víctor Bolívar, vicepresidente de AD - en una reunión de dirigentes opositores con altos funcionarios de la embajada estadounidense en Caracas- pidió abiertamente el financiamiento del gobierno de Washington, junto a otros favores.

El consejero político de la embajada quiso cambiar de tema, pero Bolívar y otros dirigentes de AD volvieron a la ofensiva en inglés, creyendo que no

los habían entendido en castellano. Y así o relató en un cable a su gobierno el entonces embajador estadounidense William Brownfield (2006).

Lo cierto es que el consejero político estaba harto de las visitas de personeros de AD a la embajada, como Pedro Pablo Alcántara, quien demandaba permanentemente visados y becas para amigos y correligionarios.

John Caufield, consejero político, fue quien redactó en 2009 el informe sobre la reunión sostenida por él con varios dirigentes opositores, en la que Víctor Bolívar informó que etaba tratando de convencer a Ramos Allup sobre uan conveniencia de una renovación generacional de AD, con al retirada de la vieja guardia, demasiado desacreditada ante la opinión pública. Pero Ramos Allup, añadió, siempre fue reacio a sacrificar su hegemonía en el partido.

¿Por qué filtrar sólo uno?

Lo interesante no es lo que revela el cable “revelado” por Wikileaks-El País, sino el hecho de que si bien el diario español del grupo Prisa tiene en su poder miles de ellos, sobre los que ha tomado la decisión político-editorial de invisibilizarlos.

El País, siguiendo el juego estadounidense, presenta un ataque a Acción Democrática –sin duda el partido opositor de mayor fuerza- y a quien quiere se candidato “unitario” (el aquelarre llamado Mesa de Unidad

Democrática) de la oposición, Ramos Allup. No es casual: lo saca del juego.

El artículo de Juan José Aznares, el periodista de El País, no tiene la intención de informar y mucho menos denunciar el financiamiento norteamericano, sino que intenta influir en la opinión pública venezolana e internaiconal, con el fin de debilitar a AD y sacar del juego a Ramos Allup.

La pregunta que queda flotando es por qué El País elige publica ese cable que aparentemente –y solo aparentemente- parece beneficiar a Chávez y revela las miseria de la dirigencia de la oposición.

El País no es inocente. Pertenece al grupo Promotora de Informaciones SA (Prisa) adalid, junto a la prensa amarillista estadounidense, de la lucha contra los cambios políticos y sociales que se suceden en la última década en América Latina y, a la vez, defensora a ultranza de los grandes grupos monopólicos y oligopólicos en la región (españoles y trasnacionales).

Prisa visibiliza y ensalza a políticos devaluados en sus países (incluyendo hasta el mes de abril a Ramos Allup), junto a personajes retógrados como el expresidente español José María Aznar.

Pero no es ajeno a los intereses latinoamericanos, porque tiene presencia fuerte en nuestra región: ayuda a formar el imaginario colectivo de los colombianos tras comprar Radio Caracol a través del Grupo Latino de Radiodifusión, la principal de ese país, y de los bolivianos a través del diario

Wikileaks, El País y la guerra sucia en la oposición venezolana ÁLVARO VERZI*

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La Razón. A su vez, el Grupo Latino de Radiodifusión opera también en México, Bolivia, Panamá, Costa Rica, Estados Unidos y Francia.

Uno de los principales accionistas de Prisa, Jesús de Polanco, tiene también sus intereses económicos en Venezuela, al ser accionista del poderoso grupo económico que lidera Gustavo Cisneros. Y también por eso tiene la mira puesta en este país.

¿Por qué publica esta fi ltración de Wikileaks, y sólo ésta? La madeja es compleja, sin dudas, pero forma parte de lo que, a más de año y medio de las elecciones presidenciales en Venezuela, esta´sucediendo en el país, situación que incluye una “limpieza” dentro del MUD.

Manuel Rosales, el ex gobernador del estado Zulia y ex candidato presidencial opositor, es quien pivotea el fi nanciamiento a los diferentes grupos. Pese a que está asilado en Perú, se reúne con dirigentes del MUD también en Panamá, sopesando las diferentes alianzas posibles para enfrentar a Chávez el año próximo.

A Rosales, vale recordar, lo busca la justicia venezolana por enriquecimiento ilícito ejerciendo cargos públicos: no pudo demostrar cómo obtuvo 15 fi ncas y terrenos en el Estado Zulia ni refutar pruebas concretas en donde hacia transacciones por millones de dólares en el Bank of America.

Manuel Rosales tiene “línea directa” con Aznar y la Fundación FAES, refugio de la derecha más recalcitrante del viejo y nuevo continente, y fuente de fi nanciamiento de distintas “aventuras” como el lanzamiento de la publicación Sexto Poder, a la que aportó 300 mil euros que se sumaron a los 800 mil dólares entregados por la embajada estadounidense en Perú.

El fi nanciamiento de Sexto Poder (publicación que no cuenta con avisos publicitarios y es dirigida por Leocenis García, quien supo estar preso por difamación) fue gestionado por el propio Rosales, quien tiene en mente utilizar este semanario como soporte de su campaña para las elecciones presidenciales.

Detrás de la “información” de El País está la mano de Manuel Rosales, quien comienza –con una pequeña ayuda de sus amigos estadounidenses- una Operación Limpieza con la

eliminación del juego de Ramos Allup, con el único fi n de apoderarse del caudal de votos de la masa crítica mayoritaria de Acción Democrática.

La “tarjeta roja” lo tomó desprevenido a Ramos Allup, quien no se esperaba esta puñalada, sobre todo cuando en la última reunión que sostuvieran en Panamá acordó con

ÁLVARO VERZI*

Rosales la estrategia para enfrentar a Chávez en el 2012. Parece que a Rosales se le olvidó decirle que él ya no participaba del juego y que él prefería negociar con Primer Justicia, más derechistas, más escasos, pero más confi ables. Al menos para él.

Este juego sucio recién comienza. Hay quienes ya alquilan balcones.n

(...) Se volvió a hablar de la pretensión del Gobierno de acaparar el control de los medios y tener la hegemonía mediática. Sobre esa cuestión he escrito y hablado otras veces, pero viene al pelo un trabajo de Mark Weisbrot y Tara Ruttenberg, del Center for Economic and Policy Research, de Washington, Televisión en Venezuela, ¿Quién domina los medios de comunicación?, que reprodujo aquí “Cal y Arena”.

Comienzan citando a personalidades estadounidenses que opinan que los medios venezolanos “están prácticamente bajo el control de Chávez” (Roger Noriega), y apoyados en serias investigaciones de audiencia -debidamente explicitadas- durante cuatro años (2006-2010) de AGB Panamericana de Venezuela Medición, SA, fi lial de Nielsen Media Research International, les permite llegar a esta conclusión:

“Los datos sobre la cuota de audiencia de televisión en Venezuela contradicen la reclamación comúnmente creída y extensamente reportada de que el gobierno de Chávez domina los medios de televisión. En realidad, lo contrario es cierto: la cuota de audiencia de los canales estatales es mínima; actualmente de sólo 5%. Los canales privados dominan abrumadoramente la audiencia televisiva”.

De acuerdo con la investigación, en diciembre de 2006 los canales privados sumaron 79,89% de la audiencia, los estatales 6,67% y la TV paga 13,44%; cuatro años después, en el mes de las elecciones parlamentarias, los privados habían bajado a 61,42%, los estatales a 5,44% y la TV paga subió a 33,14%. Como la medición está hecha cada mes, se observan cambios, pero en poco se diferencian; por ejemplo, en enero de 2010 los porcentajes eran 60,97%, 5,13% y 33,90% respectivamente.

Según fuentes de la TV privada, las mediciones de AGB son confi ables, aunque parece que aceptaban presiones o sugerencias para modifi car los resultados de algunas horarios. En todo caso, ahí están esos resultados, hasta ahora irrefutables. Ni siquiera lo hacen quienes sostienen en el exterior, y aquí en Venezuela, que el Gobierno controla la mayoría de la TV. Si fuese así, la oposición no habría sacado los votos que obtuvo en diciembre de 2007 ni en septiembre de 2010.n

¿Quién controla la TV?¿Quién controla la TV?ELEAZAR DÍAZ RANGEL

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¿Quién controla la TV?¿Quién controla la TV?ELEAZAR DÍAZ RANGEL

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En el último decenio se han vivido en América Latina movimientos de transformación, de emancipación del Imperio. Uno de estos cambios ha tenido lugar en Venezuela, el “fenómeno Chávez”. Con sus logros sociales y asuntos aún pendientes.

En Los pasos perdidos, la novela sobre Venezuela del cubano Alejo Carpentier, un negro, un blanco y un indio, los tres venezolanos y artistas (pintor, escritor y dibujante) interrogan a los visitantes recién llegados de Europa acerca de las novedades de París. El protagonista les responde: “¡no hay nada en la decadente Europa que merezca la pena!”, y les devuelve la pregunta: “¿qué está pasando en el continente americano?” A lo que ellos contestan: “¡Nada interesante pasa aquí! ¡Cuéntennos de Europa!” Desesperado, decide adentrarse Amazonas arriba en busca de los orígenes de la música. Hasta que Europa decidiera desilusionarle de nuevo.

En el siglo XXI parece cierta la opinión del viajero, convencido de que Europa no termina de encontrarse. En cambio, Venezuela, como el resto del continente (con salvedades terribles como México o Colombia) ha iniciado su propia senda. Y a diferencia de otros momentos, sus pueblos saben lo que tienen y lo que quieren. El pistoletazo de salida lo dio Hugo Chávez cuando, contra toda sorpresa, ganó las elecciones de 1998 en un país que hacía más de una década había perdido todo el brillo, incluso el de las zonas elegantes de Caracas.

El “fenómeno Chávez”

No tuvo que esperar mucho el recién elegido presidente Chávez para que los poderes reales del país, apoyados, como siempre, por el Gobierno de los EE UU, empezaran a adversar a su Gobierno con ímpetu. Pensaban que sería “otro

militar más”, manipulable y venal. Cuando sus planes se torcieron, pues ni el país era el mismo ni las fuerzas de la oposición tan débiles, se marcaron como objetivo acabar con quien aglutinaba ese descontento. Chávez era el enemigo número uno. Un “pirata del Caribe” (expresión irónica de Tariq Ali) que iba a ocupar el lugar que había correspondido a Fidel Castro y que no despierta en Occidente la simpatía de Johnny Deep, pero que tenía petróleo. Un petróleo que iba a ponerse al servicio de repensar Venezuela y toda la zona desde perspectivas emancipadoras.

Una nueva Constitución que permitiera un nuevo Contrato Social incluyente, las leyes que devolvían a la nación costas, latifundios improductivos e hidrocarburos, el cierre de la corrupción a los grupos tradicionales o la mejora de las condiciones laborales, sirvieron para identificar al Gobierno como ajeno a los intereses de la oligarquía. Y esta, como siempre en América, usó los métodos que juzgó necesarios para recuperar la rienda de sus asuntos. Con lo que no contaron fue con que el héroe señalado por el pueblo terminaría salvando al propio San Jorge y matando al dragón con sus propias manos. El fracaso del golpe y el regreso de Chávez a Miraflores en hombros del pueblo que se había echado a la calle para reclamar el regreso de su presidente marcó un punto de inflexión. Nacía el “fenómeno Chávez”.

Pero los pueblos no pueden comer

demasiado tiempo de signos y fue necesario avanzar en el pago de la deuda social. Después de agotadas las vías ilegales, la oposición recurrió a las vías legales y decidió usar un mecanismo que podía haber activado antes y hubiera ahorrado al país sufrimientos dolorosos como el paro patronal y el sabotaje petrolero (que hundió en casi un 30 por ciento el Producto Interior Bruto venezolano): el referéndum revocatorio. La animadversión de los poderes tradicionales servía para movilizar a una parte del “chavismo”. Otra necesitaba datos de las bondades del nuevo régimen.

Las “misiones” y los proyectos

Por sugerencia de Castro, Chávez puso en marcha las misiones, políticas públicas participadas popularmente que suplían la incapacidad de un Estado heredado que no quería ni sabía llevar a las zonas más humildes educación, sanidad, alimentos e, incluso, identidad. Su éxito significó el pico más alto de apoyo a Chávez y el más bajo de apoyo a la oposición: 60 por ciento para el oficialismo, 40 por ciento para la oposición.

Después de más de cinco años impidiendo la tarea de Gobierno, la derrota opositora permitió iniciar una redistribución de la renta que redujo a la mitad las cifras de pobreza y de pobreza extrema, acabó con el analfabetismo, volvió a construir infraestructuras y

*PROFESOR TITULAR DE CIENCIA POLÍTICA Y DE LA ADMINISTRACIÓN EN LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID (UCM).

JUAN CARLOS MONEDERO

Venezuela: Los pasos encontradosLuces y sombras del proceso bolivariano

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recuperó proyectos como la ampliación del metro o el establecimiento de las líneas férreas. Además, impulsó la integración latinoamericana y apoyó a los países que empezaban a sufrir los embates de la derecha como Venezuela antes.

La oposición empezó una travesía del desierto donde ni lo viejo se marchó ni jamás llegó lo nuevo. Y el chavismo se relajó. Se cerró a cualquier crítica y no frenó los crecientes casos de corrupción que afectaban a lo que se conocía como “boliburguesía”. De la misma manera, la ausencia de oposición constructiva enseñoreó los comportamientos, recuperándose elementos de la arrogancia burocrática de la IV República. Las elecciones de septiembre de 2010 supusieron un nuevo punto de inflexión. Una “victoria amarga”.

El regreso de la oposición

La oposición a Chávez regresó al Parlamento y podría haber comenzado una política constructiva, aun siendo estas personas las mismas que durante esta década no dudaron en golpear al país para intentar así golpear a Chávez. Se iniciaba así una etapa parlamentaria que había desaparecido en el último lustro.

En 2005, las mismas formaciones protagonizaron una sorpresiva retirada que entregó la Asamblea al oficialismo. Cinco años después han entrado con

fuerza en la cámara, ganando 65 de los 165 escaños parlamentarios. 98 fueron para el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y dos para Patria para Todos (PPT), que pagó caro su alejamiento del oficialismo. Y se repite una tendencia: el chavismo disidente no tiene apenas espacio político. Fueron años perdidos en apoyar todo tipo de desestabilización y también de renuncia a una crítica desde las instituciones que hubiera ayudado al Gobierno a calibrar sus políticas.

Los medios internacionales insistieron en la supuesta derrota del Ejecutivo. Esta lectura sólo es correcta desde las pretensiones movilizadoras del oficialismo y no desde el resultado logrado. Al no haber obtenido los dos tercios de la cámara necesarios para la elección de cargos públicos y para la aprobación de leyes orgánicas, el resultado se leyó como una derrota.

¿Qué perdió realmente el Gobierno? El PSUV aventajó a la Mesa de la Unidad, donde se reunió el grueso de la oposición, en 33 escaños. La oposición, que de unida tiene sólo el nombre, siguió sin lograr los diputados que tenía en 2000; además de seguir careciendo de un candidato capaz de confrontar a Chávez.

Con todo, no deja de ser cierto que la tradicional correlación seis a cuatro a favor del chavismo se convirtió en un empate. Aunque no es menos cierto que los seguidores de Chávez utilizan las elecciones intermedias para lanzar

mensajes de disgusto al Gobierno, algo que no hacen cuando está en juego la figura del presidente. La oposición se movilizó mucho, a diferencia del chavismo, con cierto hastío tras 14 procesos electorales exitosos.

Sin embargo, sólo el patriotismo de partido impediría entender que la victoria hubiera sido otra con una ley electoral que optara por la proporcionalidad del voto (algo que bien conocemos en España). La reforma de la ley electoral permitió que con menos votos el oficialismo tuviese más escaños que la oposición. Una victoria lograda a cambio de romper la proporcionalidad y el principio “un hombre/ una mujer, un voto”.

Asuntos pendientes

¿Por dónde se ha deslizado el chavismo? Un año de crisis económica ha pasado factura, aunque Chávez mantiene mayor apoyo que, por ejemplo, Obama. El desgaste de once años gobernando; repetidas fallas en el suministro eléctrico (debido a una pertinaz sequía); una preocupante inseguridad ciudadana; una elevada inflación que se come los aumentos salariales; corrupción en diferentes niveles del Gobierno; el ruido de guerra generado por Colombia y EE UU; la excomunión de facto del socialismo por parte de la acomodada y racista cúpula de la Iglesia católica venezolana; las lluvias torrenciales que desmoronan cerros y casas… Son aspectos que han pesado en estos comicios, asuntos pendientes en un proceso al que se llama revolución pero que no siempre corre al ritmo de los discursos.

Hace un año, en un encuentro en el Centro Internacional Miranda, la intelectualidad afín al Gobierno se interrogaba acerca de las luces y las sombras del proceso bolivariano. Algunas alertas, heredadas de la historia venezolana, aparecieron: la corrupción, el burocratismo y la ineficiencia de un Estado clientelar levantado sobre la riqueza petrolera; el peso de los militares como única fuerza pública con capacidad de obediencia; el centralismo que pretende superar la incapacidad de la periferia; la mentalidad rentista y la débil cultura del trabajo; o el clientelismo de partido y la cooptación de los movimientos.

JUAN CARLOS MONEDERO

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Como cierre de estas debilidades institucionales destaca un liderazgo potente que muestra sus fortalezas en los procesos electorales y en la creación de identidad; pero que exhibe su fragilidad en la subordinación de los principales actores políticos a un líder al que se encumbra y que termina por querer cargar con la tarea que no hace el resto.

Logros y desafíos

La llamada revolución bolivariana ha enfrentado con éxito gran parte de los desafíos del neoliberalismo. Ha ayudado a unificar América Latina como nunca antes en la historia y ha sembrado las bases para una relación con el Norte.

En lo interno, ha logrado alcanzar buena parte de las metas del milenio e incluso ha ido más allá, superando gran parte de los cuellos de botella de la IV República (erradicación del analfabetismo; caída de la mortalidad infantil; acceso a agua potable; tasa de desigualdad de las más bajas del continente; siete por ciento de desempleo o ampliación de las jubilaciones, entre otras cuestiones). Además, uno de cada tres ciudadanos y ciudadanas tiene acceso a estudios, se ha reducido a la mitad la pobreza y se ha terminado con el fenómeno de los “niños de la calle”. Todo ello junto a una ciudadanía politizada e instruida (no adoctrinada) que aprende a saber lo que quiere y cómo lo quiere.

El neoliberalismo ha vivido de ahogar las alternativas. De ahí la demonización de Chávez. Sus enemigos no hacen de Venezuela un paraíso (¿existen los paraísos?), pero la justicia social desplegada estos años, junto al clima de libertad reinante, reclama el respeto de cualquier demócrata.

Chávez va a seguir siendo, sin embargo, el “enemigo”, pues en la crisis del capitalismo, es el representante de un país que está intentando una respuesta diferente. Algo que recuerda a los intentos en el Chile de Allende, cuando la crisis del keynesianismo de 1973, de construir un socialismo popular. La mirada de Venezuela choca con los puntos de vista del Norte y eso hace de Chávez un incordio.

Una nueva etapa en 2011

Recientemente, con la crisis libia, Chávez se quedaría prácticamente solo defendiendo la “presunción de inocencia” del líder Muamar El Gadafi. Y si bien es cierto que demostró poca sensibilidad con las razones del pueblo libio para levantarse contra el dictador, acertaba en lo relativo a los riesgos de una intervención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la zona que repetiría los desastres aún en curso en un país como Irak.

Igualmente, aprobar en los meses entre las elecciones parlamentarias de septiembre de 2010 y la formación del nuevo Parlamento (enero siguiente) una Ley Habilitante que vaciaba de contenido la tarea de la nueva Asamblea debilitaba, aun siendo legal, una de las principales fuentes de legitimación de Chávez. Nos referimos a la asunción de la vía electoral y de los elementos básicos de las democracias parlamentarias; compatible, al menos en el corto plazo, con un poder popular basado en consejos comunales. Es una señal de la necesidad de que el bolivarianismo ensaye formas más participadas de toma de decisiones, como engrasar más en una perspectiva deliberativa las fuerzas políticas que sostienen al Gobierno.

Con la entrada de la oposición en el Parlamento se inauguraba una nueva etapa. Honduras o el golpe en Ecuador no prometen buenos tiempos. Pero las revueltas del mundo árabe demuestran que los pueblos acumulan un malestar que puede convertirse en esperanza. Venezuela, Bolivia, Ecuador, Brasil o Paraguay dieron pasos notables. Si el mundo árabe avanza en una dirección similar, puede amanecer en la noche neoliberal. Europa, mientras, sigue esperando.n

Guiso de la FAN en la frontera

ÚLTIMAS NOTICIAS Consejos Comunales del municipio

Páez, en el Alto Apure, denunciaron el fuerte contrabando en la frontera venezolana y las actuaciones irregulares de la Fuerza Armada Nacional y policías de la zona.

A través de un comunicado que enviaron al Mayor General, Luis Motta Domínguez, Comandante General de la GNB, representantes de los consejos comunales Pastor Villalonga, Barrio Bolívar, Polideportivo, Bella Vista, la T, Barrio La Hormiga, La Cañada, 11 de noviembre y Barrio Las Palmas expresaron su preocupación ante las redes de presuntos contrabandistas que incluye a propietarios y trabajadores de varias de las estaciones de servicio ubicadas en El Nula (Apu) y en los municipios Fernández Feo,San Cristóbal y Libertador (Tách), así como a efectivos de los cuerpos de seguridad .

Explicaron que para llevar a cabo la irregularidad con estas actividades utilizan camiones “con 18 toneles de 220 litros cada uno, cargados de gasolina y diesel, llegando al descaro de instalar en estos vehículos enormes cisternas de hasta 12 mil litros de combustible” y así pasan por 9 puestos de control de la FAN.

Aseguran que el procedimiento es el pago de grandes cantidades de dinero a los funcionarios de turno en los puestos de control ubicados en: La Charca km 30; en el puente Sarare; el barrio Primero de Mayo, entre otros. Esta situación se vive igualmente con los productos de Mercal, los cuales se consiguen con gran facilidad en Colombia”.

Entre las propuestas expuestas por los voceros comunales destaca la rotación, en un lapso no mayor de tres meses, de los funcionarios adscritos a los puestos de control en la zona fronteriza. Proponen activar la Milicia Bolivariana para que coordine junto con las comunidades acciones de vigilancia en los puntos de control, amparándose en el art.29 de la Ley Orgánica de los Consejos Comunales. Piden supervisar las casas de la población de El Nula, pues existen depósitos ilegales de combustible y, además, promover la creación de organizaciones socio-productivas para generar fuentes de empleo.n

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Decía Marx que los filósofos tratan de “interpretar” la sociedad, cuando de lo que se trata es de cambiarla, ¿esto aplica a los intelectuales de izquierda?

Una visión mecanicista del hombre fue aquella que dividió a los intelectuales separándolos de la clase trabajadora por el simple hecho de trabajar solo con el “intelecto” y no con sus músculos. En una visión organicista debemos abordar el trabajo intelectual como una mas de las partes que conforman el todo, que no es otro que la misma sociedad y aceptar que todo trabajo manual genera una comprensión intelectual y viceversa: que el trabajo intelectual, es decir el pensamiento colectivo, de alguna manera determina en alguna medida el desarrollo de la historia; de forma tal que no se puede separar a la ”intelectualidad” como a “ese sector de opinadores de cafetín” que pretenden criticar desde “afuera” a las fuerzas que están promoviendo los cambios.

En la modernidad del siglo XXI, en donde los medios alternativos ofrecen una capacidad extraordinaria de comunicación, de difusión de ideas y de expresión individual y colectivo a través de la red global de Internet, se visibiliza de forma contundente el pensamiento de todas y todos, estas visiones se retransmiten a un universo de receptores por medios veloces y globales como mensajes por las innumerables redes existente. Los blog agrupan de forma natural a toda la población y se convierte la comunicación informal en un territorio que logra afectar el pensamiento colectivo. Al unir esta forma de comunicación al proceso histórico de nuestra sociedad en crisis, no se puede dejar de tomar en cuenta que las fuerzas en pugna se enfrentan igualmente en este terreno, que hay expresiones regresivas y expresiones revolucionarias, así como de forma muy solapada una terrible fuerza que se infiltra en estas redes con la intención de desinformar, confundir y manipular estas expresiones en servicio del predominio imperial, en los países en donde hay crisis políticas hay

laboratorios que operan para desvirtuar la fuerza transformadora que deben de generar formas de comunicación tan sorprendentes como las actuales.

El verdadero trabajo intelectual, debe comprenderse desde la participación en la vida social, los colectivos o personas que opinan o critican, no tendrán sentido si sus “ideas” no están conectadas con la realidad de cualquier forma, los medios alternativos deben preservar la capacidad de ser la voz de los pueblos en su lucha por la nueva sociedad, mas humana y solidaria, sin cabida a la explotación del rico sobre el pobre, sin el dominio de un país poderoso sobre los países débiles, el mundo nuevo y socialista.

No se puede perder, desde los “intelectuales de izquierda” la visión de la importancia de los objetivos que socialmente se buscan en la lucha por la liberación, de la lucha política mundial en la que hay un enemigo poderoso, el imperialismo.

Las recientes experiencias suscitadas en el medio oriente y África deben alertarnos. El poder imperial ha aprendido a manejar la opinión publica, ha logrado que se confunda mucha gente y termine defendiendo lo que ha ellos les conviene, generan matrices de opinión para desestabilizar a nuestros lideres y a nuestros procesos, generan conflictos

maquillados para que se dude, para que nos confundamos y debilitemos. Mas allá del derecho a la critica, que debe siempre enmarcarse en la critica constructiva, se debe mantener claro el objeto final de la lucha: derrotar a una forma de vida inhumana, explotadora y cruel que destroza a nuestra humanidad y a nuestro planeta.

El pueblo es el gran protagonista de los cambios, su pensamiento debe ser la fuerza que resista y logre vencer un imperio muy diestro en el engaño y la manipulación, la sociedad de consumo existe afuera y dentro de los seres que conforman la sociedad, por tanto el dialogo y la expresión comunitaria debe apuntar a la liberación exterior e interior de la especie humana.

No tiene cabida una corte de “analistas” e “interpretadores” como si fuese la gran corte celestial que determine lo bueno y lo malo, no es ese el trabajo comunicacional, es el generar política, acción en lo social, conciencia en las clases dominadas, despertar la rebelión ante un modelo perverso que nos amenaza con la extinción.

La gran batalla de las ideas debe abrir las puertas a la conciencia planetaria, a la unión de la humanidad que lucha por un nuevo orden mundial de libertad y justicia, de igualdad y solidaridad.n

Revolución e intelectualidadRAÚL BRACHO/KAOS EN LA RED

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Graves errores sobre socialismo y democracia

Se habla de 3R al cuadrado y de líneas estratégicas. Uno espera que la sensatez para la rectificación y la renovación de las prácticas y el discurso socialista del siglo XXI se eleve al cuadrado también. Hasta ahora domina el “régimen de signos” del socialismo burocrático del siglo XIX-XX: sus fórmulas ideológicas, marcos de sentido y guiones discursivos.

Mucho “jacobinismo” disfrazado de marxismo vulgarizado, mucho “cesarismo” que desemboca en los “reinos celestes” de viejos espantapájaros como Weitling o Lasalle, pero muy poco del Marx de la “auto-emancipación de los trabajadores como obra de los trabajadores mismos”, del Marx de la “democracia radical”, del Marx de la “lucha sin cuartel contra todas las formas de alienación material y espiritual”. Marx no es ya un “perro muerto”, sino un “perro prostituido” al mejor postor. No hay peor venganza de la historia que la de usurpar sus ideas vivas, pues “la carga del tiempo histórico” desenmascara todas las imposturas.

Desde el impulso al proyecto de reforma constitucional fallida del año 2007, puede observarse un extravío que ha tenido graves consecuencias: perdida significativa de respaldo político de la revolución bolivariana en sectores popular-urbanos, en franjas importantes de los sectores medios, en pequeños y medianos empresarios. Pero lo más grave se cocina abajo, en el desencanto y desencuentro ante los “condenados de la tierra”. La esperanza popular no puede ser desafiada con estafas propagandísticas de bajo vuelo. El humus popular se mueve y no cree en contrabandos ideológicos.

La retórica ultraizquierdista (sectarismo) combinada con una práctica efectiva de la adequidad descarnada, del añejo capitalismo de estado (clientelismo, pillería, prebendas y oportunismo) genera las más visibles inconsistencias entre lo que se predica y los que se hace cotidianamente. El

pueblo sin embargo, huele, escucha y observa. Sabe distinguir y expresa malestares, ruidos de calle, traga piedras apoyando hasta la muerte una revolución devorada por la viveza y vileza de cleptócratas arrimados al mana de las cuentas públicas (esta es vieja historia de continuidad desde los viejos caudillos y “notables” del siglo XIX hasta hoy). El saqueo y el botín político ha sido el crudo esperpento de la politiquería a la carta de este país llamado “Venezuela”.

Esto tiene que ver con la inercia de la vieja cultura política rentista, con la acumulación delictiva de capital. Pero por si fuera poco, a este grave mal se le suma el desvarío de apelar al calco y copia de las experiencias del Socialismo Real. Por eso, pareciera ser un anatema plantear la urgencia de repensar nuevas figuras de socialismo radicalmente democrático y de la democracia participativa para el siglo XXI.

El “buen vivir” pudiera terminar siendo una cobertura ideológica si no se asumen sus implicaciones para una ecología política radical y para la descolonización de nuestros modos de vida. El caso de Sabino Romero muestra en que puede desembocar una caricatura del indo-socialismo, cuando la Ley orgánica de pueblos indígenas ni se aplica ni se cumple.

La revolución mexicana hablaba de “Tierra y Libertad”. Zamora decía antes lo mismo. Mariátegui también. Los sobrevivientes del mundo indígena y campesino muestran la contracara del país a los pillos financieros, acumuladores y rentistas urbanos.

Un país de graves fracturas y dislocaciones, solo puede esperar en cualquier momento un terremoto social. Una revolución bolivariana no merece un campo de izquierdas tuteladas, un movimiento popular administrado, sin posibilidad de interpelar las estructuras de dirección política de abajo hacia arriba, sin posibilidad de que la contraloría social sea eje de la “democracia protagónica revolucionaria”. Algunos aliados políticos del capitalismo de estado, de la cleptocracia y de la acumulación delictiva de capital, pretenden institucionalizar la fórmula de “línea y cadena de mando” para clausurar el barullo popular. Ahora la llaman cooptación.

La democracia radical será decretada cosa de “pequeños burgueses”. La “nomenclatura” está nerviosa y juega al cinismo. El tiempo de las fintas se ha acabado. Proponen algo muy distinto a “mandar obedeciendo al pueblo”. No es extraño que el rumor diga: solo el pueblo salva al pueblo.n

JAVIER BIARDEAU B.

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Graves errores sobre socialismo y democracia

Hace ya una década el amigo Juan Barreto me hacía una larga entrevista en un emblemático semanario que se llamaba “El Correo del Presidente”. Allí me preguntaba sobre alguna caracterización del “chavismo”.

La primera puntualización sigue siendo esta: los “ismos” son constructos en retirada, el último de esos “ismos” al que se me asocia es al “posmodernismo” (que bien sabemos que es todo menos un “proyecto” o una identidad política) Así que se hace necesario devolver la película y empezar por otro lado.

En el libro El Discurso Político de la Posmodernidad hay un epílogo consagrado a evaluar, entre otras cosas, unas diez tendencias observables en las prácticas y discursos de los actores asociados al gobierno. Ese texto también tiene ya una década de haber sido escrito. ¿Qué ha ocurrido desde entonces?

Lo primero que se destaca es que esas tendencias se han acentuado, en particular, en lo que se refiere a la extensión del pragmatismo como último recurso frente a las prisas y las urgencias que consumen todo. Es casi imposible hacer ninguna consideración que no pase por algún modo de evaluación de la gestión de gobierno.

Todo está referido a este ámbito. Las cuestiones ideológicas siempre aparecen como retórica ocasional, prescindibles y en buena medida postizas. Las conveniencias inmediatas (traducidas en votos y popularidad) son demasiado fuertes como para que se puedan desplazar por otro tipo de lógica política.

El pragmatismo justifica todos los vacíos y tranquiliza la mala conciencia de un funcionariado evidentemente desprovisto de formación para la complejísima tarea de transformar radicalmente una sociedad.

Lo que ocurre en el fondo es que en Venezuela se ha acumulado un tal grado de descomposición--en todo los sentidos--que cualquier gestión de gobierno mínimamente decente tiene por delante obstáculos

de tal envergadura que asemejan a los desafíos de una revolución. Estamos lejos de los efectos sustantivos de esa palabra, pero la digestión política del hacer diario funciona con este aderezo discursivo que suscita esta imagen de estar en revolución.

El adecentamiento de un territorio poblado como el nuestro, con sus monstruosidades sociológicas como vitrina (violencia, exclusión, pobreza, explotación, rapiña, opulencia, corrupción) puede justificar fácilmente un programa de gobierno de justicia social (sin ningún apellido “socialista”, “revolucionario” o cosas así) y haría más o menos lo que intenta hacer este gobierno. Ello puede operar como la gran coartada para consumirse en un reformismo intrascendente (eso sería en Noruega) pero admitamos realistamente que en países como Venezuela la barbaridad llegó demasiado lejos y que los chances de una mínima recomposición están todavía en veremos.

Agréguele usted el sustrato ideológico que ya les presenté en anterior artículo (“Sociología de la Izquierda”): la masa crítica realmente existente que sirve de base de operación

en este trayecto es de una precariedad intelectual impresionante. Pero, ¿podría ser de otra manera? Creo que no. Eso es lo que hay. Nuestra izquierda se tiró al abandono teórico desde hace décadas. Su desmantelamiento ideológico viene de lejos, su postración política se hizo lecho habitual.

La novedad de este proceso consiste precisamente en haber remontado ese punto de inercia y realizar el milagro de una reanimación de la escena pública cuando parecía más que improbable. Desde allí se disparan todas las alarmas, sobre manera, las de todo tipo de conservadurismo que no alcanza a ver más allá de las triviales reingenierías que se agotan rápidamente. Avanzar en ese modesto camino de adecentar el país sería el colmo del éxito del gobierno (nadie en su sano juicio va a reclamar en serio que la revolución no ha llegado todavía)

Para cumplir este cometido previo de recomposición del país se puede prescindir de la mitad del oropel discursivo habitual y sincerar con toda mesura lo que se puede hacer bien hecho, lo que concita gobernanza, lo que hace justicia, lo que pone las cosas en su lugar… lo que deja huella.n

Antropología del chavismoRIGOBERTO LANZJAVIER BIARDEAU B.

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RIGOBERTO LANZ

“…como en religión, los recién conversos

son con frecuencia los más ardientes en su fe”.

John Kenneth Galbraith Hace un buen rato ya (1818)

que un tal Carlos Marx echó a andar por estos despeñaderos del “progreso” y la “modernidad”. El tiempo pasa y las leyendas perduran. Transcurren los siglos y los rastros de este modo de pensar siguen alborotando los espíritus. Ya supone usted la enorme variedad de “marxismos” que han desfilado en todo este trayecto.

Hubo un tiempo en el que mucha gente rompía lanzas en nombre del “marxismo verdadero”. Hoy las cosas se miran con más aplomo y las pasiones identitarias han dejado su lugar a los acomodos y los disimulos. Eso de ser “marxista” fue siempre problemático (por cierto, en los tiempo del MIR nos identificábamos como “Tendencia Marxista”), cómo lo será ahora que vivimos tiempos de despedidas, muertes y finales de casi todo.

Por el tiempo transcurrido, por los cambios epocales que se suscitan, por la emergencia de nuevas realidades, es natural que el pensamiento también se sacuda, que los paradigmas cambien, que los modos de pensar entren en turbulencia. El pensamiento de Marx no podía ser la excepción. Es por ello que hemos visto desfilar tantos “marxismos” como ambientes intelectuales pueden ser creados.

Hemos tenido un “marxismo” oficial que operó como terrorismo de Estado en el socialismo burocrático y un marxismo maldito ajeno a todo nexo con el poder. Hemos conocido un marxismo manualesco y empobrecido como ideología de los Partidos Comunistas y un marxismo crítico punzado por la creatividad y el compromiso.

Hemos visto desarrollarse un marxismo académico preocupado por los libros y a su lado un marxismo militante conectado con las luchas de los pueblos. Ha habido toda una onda de “marxismo científico”, “Materialismo Histórico”, “Materialismo Dialéctico”

y arcaísmos parecidos conviviendo con elaboraciones epistemológicas del más alto nivel. Ello lo que quiere decir es que el pensamiento de Marx trasegó diferentes esferas de la vida de la gente y enganchó hondamente en el subsuelo de la pasión política, en los imaginarios colectivos de aquella humanidad siempre en la orilla, y desde luego, en la dimensión utópica de cualquier izquierda radical.

En América Latina y en Venezuela el pensamiento de Marx llegó por los caminos verdes. El marxismo oficial que se expandió a través de los aparatos políticos fue siempre una deleznable caricatura intelectual que dejaba muy mal parado a su autor. El mundo académico, más preocupado por los amaneramientos escolásticos que por las agendas teóricas sustantivas, no pasaba de las consabidas réplicas de lo que se murmuraba en el Norte.

Fue poca la gente que tuvo la oportunidad de entrar en contacto con la obra de Marx, con corrientes intelectuales serias, con agendas y tribus que valieran la pena en el mundo. No es casual que sea precisamente esa gente--diseminada en tantos lugares del país, con el mismo espíritu crítico de siempre--la que motoriza estos debates,

la que se interesa por investigar estos problemas, la que sin pretensiones de liderazgo arreglados, marca la pauta a la hora de discutir lo que en verdad importa.

La materia pendiente que seguimos arrastrando--aunque usted no lo crea--es el conocimiento de la obra de Marx, peor que eso: el patuque ideológico que se vehicula en su nombre. No es fácil llenar este vacío porque no se trata de cualquier autor. Desbrozar el camino es ya una proeza. Hay demasiados intereses pragmáticos, creencias incrustadas, leyendas cruzadas y barridas mediáticas que condicionan poderosamente cualquier conversación. ¿Qué culpa tiene el viejo Marx?

Como quiera que sea, bueno es suscitar en ocasiones como esta el interés de mucha gente que tiene curiosidad por el pensamiento de Marx, que puede motivarse a problematizar los lugares comunes más socorridos, en fin, que puede atreverse a seguir su propio itinerario desafiando los consejos de los detractores y los apologetas.

Para ello tienen que deslastrarse de tantos prejuicios, tomarse la molestia de estudiar pacientemente, mirar un poco más allá de los alborotos callejeros y volver sobre las preguntas cruciales.n

Recepciones de Marx

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REINALDO ITIRRIZA LÓPEZ

El marxismo oriental

¡Contradicción en los términos) La concepción filosófica de Marx no sólo es heredera directa del idealismo alemán, sino de las teorías políticas francesas y de la ciencia económica inglesa. No se fundamenta, pues, sobre un dogma o una religión, sino sobre las tres formas esenciales y constitutivas de la experiencia de la conciencia europea, las cuales, en el fondo, son tres modos diversos –pero a la vez complementarios- del pensamiento occidental.

El marxismo es, en consecuencia, fruto de la inteligencia moderna europea. Y en tal sentido, sus fundamentos culturales, políticos y conceptuales son radicalmente antagónicos respecto de las formas de la civilización oriental.

Piénsese en el hecho de que, mientras Marx definía los términos del antagonismo existente entre burguesía y proletariado, en los países de Asia, África o India, el modo de producción imperante –el asiático- seguía siendo la milenaria relación de un amo todopoderoso con sus esclavos. Una diferencia de enormes distancias culturales que tiene su expresión en dos diversas formas de organización política diametralmente opuestas.

De hecho, el modelo occidental de Estado se compone de una sociedad política relativamente frágil y de una sólida sociedad civil, cuyo equilibrio funciona por consenso. El modelo oriental, en cambio, posee una poderosa sociedad política que aplasta a su sociedad civil, y que funciona por coerción, imponiendo la voluntad del déspota sobre la sociedad.

“En Oriente –dice Gramsci- el Estado lo es todo, la sociedad civil es primaria y gelatinosa; en Occidente, entre Estado y sociedad civil existe una justa relación, y frente al trémulo Estado se observa inmediatamente la robusta estructura de la sociedad civil”. n

JOSÉ RAFAEL HERRERA/UCV

Aejado desde hace mucho del agua mansa de Maneiro, esto es, del lugar de la política; incapaz de percibir cuándo se agitan las aguas del océano popular, el oficialismo ha recuperado el habla. Siente que ha pasado la tormenta. Bastó que Chávez entrompara el asunto Pérez Becerra para inferir que el sol había salido y escondieran los paraguas. Ahora todos tienen algo que decir. Frente al cielo encapotado, el oficialismo es siempre ciego.

Lo que el oficialismo no quiere ver es que fue un error el silencio que duró días, porque no despertó más que suspicacias (La Radio del Sur destaca como una honorable excepción); fue un error el comunicado oficial, suscrito por Interiores y Justicia, que apenas interrumpió el silencio: hubiera sido preferible callar, antes que expresar nuestro “compromiso inquebrantable” con una supuesta “lucha contra el terrorismo”, convalidando así la jerga propia de la “guerra permanente e ilimitada” del capitalismo mundializado. El mismo Chávez, uno de cuyos méritos ha sido saber marcar distancia del oficialismo, sólo se refirió a la deportación de Pérez Becerra de manera implícita, cuando, durante la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), ratificó que el Presidente colombiano seguía siendo su “nuevo mejor amigo”.

Si bien es cierto que se equivoca la izquierda desaforada que corrió a acusar al zambo de traidor; si se equivocaron los compas que hicieron lo propio con un par de ministros de Chávez, a quienes también calificaron de “perros” falderos de Santos; en fin, si parte de la izquierda respondió con torpeza a las torpezas del gobierno, no es menos cierto que el zambo tampoco resuelve nada emprendiéndola contra los ultrosos o los “infiltrados”. Esa no es manera de recoger los vidrios.

Puede que resulte relativamente sencillo lanzarle un par de dardos a la izquierda aparatera y ciertamente es lo que provoca. Pero el problema central no es, como han argumentado algunos compas, que la izquierda pequebú sólo se desgarra las vestiduras a conveniencia. El problema, sospecho, es el talante profundamente antidemocrático del oficialismo, su oportunismo, su silencio cómplice, su tendencia a exculpar siempre, en todo momento, al zambo, como si el tipo no se equivocara jamás o como si jamás tuviera que reconocer sus errores. El problema es que todavía haya quien pretenda, en el oficialismo, que nadie tiene derecho a cuestionar o exigir explicaciones sobre las negociaciones hechas con el gobierno fascista de Colombia.

No es respecto de la izquierda, sino del chavismo en su conjunto, que el oficialismo asume que no tiene ninguna explicación que ofrecer, puesto que el chavismo estaría allí sólo para recibir la línea política, es decir, instrucciones. De allí parte de lo que hoy se expresa como hastío por la política. Eso explica que el chavismo cada vez crea menos en el oficialismo. Bien podría considerarse un axioma: en la medida que Chávez asume las formas, el estilacho del oficialismo, su credibilidad se ve afectada. Basta que escuche y hable al chavismo popular: entonces luce invencible.

Si no queda esperar nada del oficialismo, y si es muy poco lo que tiene que aportar la izquierda aparatera y anti-popular (la misma que, hecha gobierno, se rinde a las mieles del oficialismo), en cambio es mucho lo que el movimiento popular puede ofrecer, a pesar de su debilidad (y precisamente para remontar la cuesta). Más allá de la definición de una postura unitaria a propósito del caso Pérez Becerra, el esfuerzo de articulación tendría que apuntar a la imposición de una agenda popular, que visibilice y promueva las luchas que el oficialismo menosprecia. Luchas concretas protagonizadas por sujetos concretos. Para que la lucha contra el oficialismo y, por supuesto, contra todo el conjunto de fuerzas antidemocráticas (antichavismo incluido), tenga eficacia política. Para que aquello de la interpelación popular y la radicalización democrática de la revolución bolivariana no sean consignas vacías. n

Lo que el oficialismo no quiere ver

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Hace rato leí la entrevista a Aníbal Garzón, editor de Kaos en la Red: “En Venezuela existe un proceso reformista y no revolucionario”. Y decidí escribirle una carta, mientras analizo el discurso de Raúl Castro a propósito de la apertura del Gobierno Cubano a la empresa privada.

Anibal Garzón se pregunta qué es una revolución bajo el concepto marxista-leninista. Se responde que es un “cambio violento en las instituciones políticas, económicas o sociales de una nación” o como “cambio rápido y profundo en cualquier cosa”. Añade que (la revolución) “Antes se hacía con las armas, como sucedió en Cuba, actualmente se hace por el electorado y esto no es un método revolucionario sino reformista como se confirmó con el revisionista Eduard Bernsteinen la II Internacional Comunista”.

Entonces para Garzón la Revolución Bolivariana, en principio no es tal porque no es rápida, no es profunda, no es violenta y se ha logrado con los votos. Es decir, todos estos argumentos le hacen declarar que el proceso venezolano es reformista. Al respecto, agrega: “En Venezuela existe un proceso reformista y no revolucionario, porque no ha generado un cambio de leyes de sistema o modo de producción, donde las normas del “libre” mercado siguen prevaleciendo. Solamente ha existido una transformación dentro del capitalismo, de base neoliberal a economía mixta del estado del bienestar inspirado en el economista John M. Keynes”.

Sin embargo, intentando aproximarnos a Marx encontramos que existen otras interpretaciones, otros aspectos interesantes para definir el concepto de Revolución. Y nos preguntamos, existe en Venezuela una Revolución de liberación nacional? Consideremos que Marx y Engels entendieron que la formación y la liberación de las naciones de los centros hegemónicos de poder era un aspecto positivo. Su aparición es el antecedente

directo para la irrupción del proletariado y la consecuente lucha por el socialismo. Esto es válido tanto para la visión eurocéntrica de Marx y Engels (con su conocida predilección por los pueblos “grandes y vigorosos”, capaces de jugar papeles trascendentales en la historia) como para la historia venezolana antes de la irrupción de Hugo Chávez.

Una revolución de liberación nacional se caracteriza por la ruptura con la dominación de los grandes poderes imperialistas sobre los países coloniales, semi-coloniales y dependientes. Este quiebre con los entes de poder implica la aceptación y promoción de la soberanía nacional, la autodeterminación de los pueblos y la vigorización de la independencia en todos los ámbitos. Para una nación enteramente dependiente de su exportación petrolera hacia el imperio más poderoso de la historia, no es poco lo que ha logrado Venezuela.

Pero i de Marx se trata, y si nos ajustamos rigurosamente a la perspectiva marxista-leninista, tenemos que tener en cuenta las fluctuaciones históricas de los procesos sociales y las fluctuaciones intelectuales de los autores. Si Marx apoyó a Bismarck en el momento en que éste se enfrentó al régimen reaccionario de Napoleón III (1870) obviando sus características antidemocráticas y calificándolo de “progresista”, era porque según el materialismo histórico, era trascendental apoyar la conformación de un estado

capitalista, unificado y moderno alemán para emponderar al proletariado. Como consecuencia, esto guiaría en el futuro al proletariado a liderar la lucha continental por el socialismo. No creo que la perspectiva marxiana sea un axioma infalible para determinar el qué, cómo o cuándo surge una revolución.

El Marx en sus primeros años que aplaudía la conquista de México afirmando que los Estados Unidos tenían no sólo el derecho sino el deber de arrebatarles la mitad septentrional de su país a los “mexicanos perezosos” en una guerra anexionista que “realizaron única y exclusivamente en beneficio de la Civilización era muy diferente al tardío, el cual entendió que la rebelión de los pueblos subyugados por el imperialismo europeo era un frente vital para el derrocamiento del capitalismo. Por cierto, seguimos esperando la reacción de los pueblos europeos frente a las nuevas arremetidas del capitalismo, seguimos desde acá, desde el reformismo venezolano añorando la hora en que la sumisión frente a los poderes fácticos transnacionales acabe en el seno de la comunidad europea.

Entonces, Aníbal, las consideraciones que hace en su artículo sobre la pertinencia o no de llamar Revolución al proceso de Venezuela distan mucho de ser categóricas. Y a su vez, parecen intrascendentes. No solamente porque los avances que día a día se materializan en Venezuela apuntan a la conformación

REVOLUCIÓN O REFORMAUna respuesta de ORH+ a Kaos en la Red ORHPOSITIVO

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de un Estado nacional moderno y eficiente de carácter democrático-popular revolucionario, sino porque el desarrollo económico independiente, la industrialización masiva con progresivo desarrollo tecnológico autónomo y productividad creciente, no es un logro que pueda hacerse sin antes transformar las relaciones económicas subyacentes en lo interno del país; las verdaderas directrices que perfilan aún el panorama pseudo-colonial en el cual nos convirtieron las trasnacionales petroleras y sus parásitos.

Y allí creo, viene la piedra de tranca en su discurso. Porque, si el método electoral, de participación popular en la elección del destino político del país es ineficaz y reformista, cuál es el indicado? Tiene que ver con las armas, con “la colectivización forzosa”? De otra manera, no capto las recomendaciones de nacionalizar pequeñas y medianas empresas, porque lo veo día a día ocurrir en el país; me parecen acertados, pero desfasados los consejos de apoyar proyectos cooperativistas públicos cuando el plan central del ejecutivo se basa en fomentar la creación de empresas de diversos órdenes (mixto, social, familiar, etc.). Pero lo más importante de todo Aníbal es que este proceso tan complejo y difícil se produce de manera original, única en el planeta. Se transita a través de los votos, en un ejercicio democrático transparente. Se produce bajo la combustión espontánea de una nación que ha apostado a recorrer el

sendero hacia un sistema que responda a los grandes problemas que tiene el colectivo.

Dentro de sus reflexiones, encuentro un agudo análisis del aspecto económico al cual consideras el principal aspecto a encarar para transformar tu percepción sobre la realidad venezolana. Afirma que “La manera principal es tocar la base económica venezolana, es no seguir siendo una economía de mercado”. Dices también que “si se quiere seguir profundizando el proceso bolivariano (...) la dialéctica principal será entre los ricos y pobres venezolanos, entre empresarios nacionales y trabajadores”. Verás, Aníbal lo que sucede en Venezuela es que existe la voluntad política de cambiar las cosas. Pero hay sectores de la población que se resisten a participar en el rumbo progresista, habitualmente por sus prebendas de clase, sus intereses económicos. Son sectores que dominan aún el circuito comercial; distribuidores, importadores y productores alineados frontalmente contra la propuesta bolivariana. Para el logro de la soberanía agroalimentaria y el establecimiento de las bases para el desarrollo pleno de la entidad nacional el estado venezolano ha tenido que intervenir innumerables empresas, latifundios, canales de distribución y medios productivos; hoy, ahora mismo sigue la batalla entre los de acá y los de allá. Una batalla que pasa por la exploración de nuevos modos de autogestión comunitaria, inéditos en

cuanto son producto de la experiencia obrera: inéditos y originales porque surgen del acervo cultural, social y afectivo de los trabajadores venezolanos, y a ellos deben su estructura y modus operandi.

Aún en desarrollo, porque abandonan progresivamente la anexión a estructuras sindicales que nacieron cobijadas por las prebendas patronales, que se convirtieron en apéndices de poder a partir de los logros obtenidos por los trabajadores. Esas estructuras sindicales que extorsionaban, amenazaban y aplastaban a las verdaderas aspiraciones de igualdad y justicia social obreriles. Estas estructuras, a las cuales das tribuna en la página de Kaosenlared.net para atacar inclementemente al proceso bolivariano y que no se diferencian en nada de la tristemente célebre CTV (Confederación Nacional de Trabajadores) que en su momento conspiraron, apoyaron y dirigieron el golpe de estado que instauraría la dictadura más voraz (y afortunadamente, más efímera) que conoció Venezuela en la contemporaneidad.

Pero, hay un aspecto que me intriga sobremanera de su análisis. Afirma que “La conversión de la dialéctica entre metrópoli-satélite como define la teoría de la Dependencia todo y no ser eliminada, por que Estados Unidos intenta desestabilizar al gobierno de Hugo Chávez, debe ser pasada a un segundo rango”. En otras palabras, y si me permite la interpretación, debemos ocuparnos de nuestros asuntos internos y dejar de dar importancia a la amenaza imperial. Pero paradójicamente, dice que “la buena relación con el tirano Juan Manuel Santos es una traición a la llamada Revolución Bolivariana y a la camaradería internacional”.

Supongo que algún lector del continente europeo puede interpretar erróneamente las anteriores afirmaciones. Sobre todo porque la relación del proceso bolivariano con sus vecinos es, al menos, particular. Vayamos allá. Nuestro principal coterráneo continental es nada menos que Colombia, un país con una guerra civil de 50 años, unas Fuerzas Revolucionarias insurgentes (FARC) perseguidas y acosadas por los gobiernos colombianos de turno y que tiene como principal amenaza las Fuerzas Especiales de Estados Unidos.

ORHPOSITIVO

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Miles de kilómetros de frontera selvática, miles de conciudadanos y ciudades fronterizas, 7 o más bases militares de Estados Unidos y una política de derecha. Con todo, el gobierno de Hugo Chávez está comprometido en restablecer las relaciones rotas a partir de los desencuentros con el expresidente Álvaro Uribe.

El porqué? Usted lo sabe, y bien. Economía. Las dos naciones se necesitan a nivel comercial, y dependen en gran medida del flujo económico que derivan las importaciones y exportaciones; sin mencionar que ciudades enteras de lado y lado se complementan en aspectos que trascienden este ámbito e implican lo cultural, lo social y lo humano. Pero me asalta una duda: Sabía usted que la URSS mantuvo relaciones comerciales con Estados Unidos, incluso en las épocas más duras de la Guerra Fría? Por supuesto que lo sabe. Intuyo que sabe también que el aislacionismo no es la vía por la que puede afianzarse cualquier revolución, en cualquier parte del planeta. Y sabe también que los dos presidentes están condenados a comprenderse, más no a fusionarse; primero, porque las divergencias ideológicas son abismales y segundo porque uno representa el peligro más inmediato y más tangible que sufre el pueblo venezolano. Una invasión para derrocar al gobierno revolucionario, legitimado muchas veces y a través de los votos, por un pueblo que ya pasó por la indiferencia, la satanización y el repudio internacional a su líder y a su modelo.

Y es que la Revolución Bolivariana y su desarrollo está íntimamente ligada a la comunidad internacional pero a su vez, depende vitalmente de las satisfacciones a su pueblo; o como decía Marx, “Los pueblos no estarán en condiciones objetivas ni subjetivas para iniciar la lucha por el socialismo, hasta tanto no hayan satisfecho sus aspiraciones nacionales y nacionalistas”. Quiero decir que la revolución es un proceso dialéctico, de relación de sucesos y políticas. Pero en el caso venezolano Aníbal, no nos pidas que pasemos a “segundo rango” la situación entre el Imperio norteamericano y nuestro país. No incurra en la tesis que solapa la descarada intervención en los asunto internos de nuestro país

por parte de Washington. Sobornos a funcionarios, periodistas, dueños de medios. Promoción de paros patronales y sabotaje civil. Aislamiento sistemático a nivel internacional. Guerra psicológica y mediática. Bloqueo de servicios. Confabulación con asociaciones de empresarios para generar desabastecimiento e inflación. Conspiración. Manipulación. En otras palabras, Guerra de 4ta Generación. La conoce, Aníbal?. Supongo que no. Sobretodo porque vive en un país que la promueve “de puertas para afuera”.

Por último, y en medio de nuestras fallas, nuestras inacabadas y poco eficaces gestiones y nuestros errores, hay algo que no puede pasarse por alto: Nuestro socialismo es nuestra idea colectiva de cómo encarar el futuro. Nuestro sistema es un enorme cadáver exquisito, en sistemática construcción y cotidiana faena. Pero es un socialismo democrático, pujante, nervioso. Un socialismo pacífico, pero no desarmado; sus principales cañones son la emancipación progresiva de un pueblo y su conciencia de clase, su perspectiva histórica. En democracia, con la participación de todos. Y con ellos

encontramos significantes que expresan el destino de seguir transformando, quizás equivocándonos algunas veces, acertando otras muchas. Pero es a nuestra manera indoamericana, negra, mestiza y blanca. A nuestro modo, en un crisol de futuros inciertos y sudor, y sonrisa, y pasión, y optimismo.

Me despido mientras leo que Venezuela, en medio de la crisis mundial, es el único país a nivel planetario que sube los sueldos y las pensiones a los trabajadores, a propósito de la gigantesca y colorida marcha en Caracas durante el 1ero de Mayo por parte de los trabajadores y en apoyo a la Revolución Bolivariana. Algo que resultaría impensable allá en Europa, aquí sucede con frecuencia. Obreros al lado de funcionarios en un solo cantar. Y me convenzo que es normal que lo que ayer no formaba parte de nosotros, hoy se incorpore en una evolución dialéctica, tal como es la esencia del Materialismo Histórico. Porque al final, ¿quién soy yo para contrariar a Marx?n

Fuente: http://orhpositivo.wordpress.com/2011/05/03/carta-abierta-a-anibal-garzon-editor-de-kaosenlared-net-sobre-la-revolucion-bolivariana-ya-estamos-acostumbrados/Ilustraciones: Pinturas de Alejandro Pérez Becerra

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“……no siempre plantearse la interrogante de “qué hacer” promete evitar la pérdida de tiempo, sobre todo, si se queda uno en la fase elemental de la expresión”.

Morris Cohen. Razón y Naturaleza

En este dime y diretes del gobierno y la oposición frente a un asunto que nos toca la carne y los huesos como es la ciencia, lo que abunda en el conjunto de argumentaciones, es la simpleza en tratar este tema en un país que cuenta con capacidades científicas y tecnológicas envidiables, que debieran ser verdaderamente aprovechadas y poder con ellas atacar los problemas vinculados con la pobreza y la exclusión social, aquí y más allá de nuestras fronteras.

El gobierno repite hasta la saciedad la necesidad de tener en las manos un instrumento legal como la LOCTI que rompa con la posibilidad de seguir dándole espacios a la burguesía económica para continuar sosteniendo sus nichos de poder en el manejo de los recursos que se desprenden por esta vía, y de esa forma evitar su intervención directa en los asuntos de la ciencia y la tecnología. Cosa buena: se buscan generar mecanismos de control para la inversión en esta materia en cuanto al sector privado y es que, ciertamente, algunas empresas han burlado la orientación expuesta en la ley originalmente aprobada sobre la inversión en esta materia. Cosa mala: no existe una institucionalidad verdaderamente organizada, programada y operativa para garantizar el impacto social de la inversión en ciencia y tecnología, con base a proyectos de investigación y de desarrollo tecnológico y con la participación y aprovechamiento de las capacidades instaladas en el sector industrial nacional.

También el gobierno con base al discurso de “inclusión en la ciencia” ha tomado espacio para defender la Reforma Parcial de la LOCTI. Cosa buena: se reconoce la existencia de los actores y buena parte de sus roles en la

actividad de generación y desarrollo del conocimiento. Por cierto, se suprime en esta Reforma, casi en su totalidad, la existencia de estos mismos actores dentro de lo que se llama el Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación, que es un instrumento de política pública imprescindible también en los gobiernos socialistas y de izquierda.

Cosa mala: se mezcla la “leche con la magnesia”; los factores, medios y actores - incluyendo sus roles - que intervienen en la producción de conocimiento están históricamente y científicamente identificados. Como consecuencia de ello, la LOCTI originalmente aprobada ya incluía a todos los actores que debían actuar e interactuar en esta actividad.

Por parte de la oposición, esta Reforma de la ley no es más que una acción de retaliación política del gobierno, esta vez contra los empresarios e incluso contra los investigadores venezolanos, por allí los llaman “batas blancas”. La poca argumentación por parte del gobierno para informar y diluir en la percepción pública la intención de generar y desarrollar políticas públicas en ciencia con base a la Reforma, no termina por expandir el beneficio de la duda de que: “la Reforma de la LOCTI

es la expresión de las contradicciones del gobierno en materia de ciencia y tecnología y manifiesta la existencia de arbitrariedades y desconocimiento de unos y otros que están en el gobierno y que circundan la Autoridad Nacional en Ciencia y Tecnología”. Si esta es la percepción pública, si que son malas noticias!.

Sigue habiendo una deuda de nuestro gobierno en cuanto a generar políticas y obtener resultados que garanticen el incremento y fortalecimientos de nuestras capacidades científicas y tecnológicas. La existencia de instrumentos legales es la base para crear y sostener la institucionalidad y la visión estratégica de la ciencia; de su utilidad en el contexto geoestratégico nacional e internacional; y del desarrollo de una línea de acción política. Lo malo: ¿cuánto tiempo más habrá que esperar?. Lo muy malo: ¿dónde están los interlocutores?

En el debate actual de la Ley de Educación Universitaria tendrán que percatarse que la LOCTI existe y está “vivita y coleando”, no vaya a ser que nos sorprenda hablar cosas relacionadas con la investigación (generación y desarrollo del conocimiento) que en este momento ya no podemos cambiar. n

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Lo bueno y lo malo de la LOCTI RAFAEL PALACIOS B./IDEA*Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación

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La idea de que el Grupo de Bilderberg es un embrión de gobierno mundial ha venido extendiéndose desde hace años. Por haber tenido acceso a los archivos de ese club tan secreto, Thierry Meyssan señala que esa imagen es una pista falsa destinada a enmascarar la verdadera identidad y la real función del Grupo: el Bilderberg es una creación de la OTAN. Su objetivo es convencer a los líderes y manipular a través de ellos a la opinión pública para llevarla a aceptar los conceptos y acciones de la alianza atlántica.

Desde 1954, un centenar de eminentes personalidades de Europa Occidental y de Norteamérica se reúnen anualmente –a puertas cerradas y bajo condiciones de estrecha protección– en el seno del Grupo de Bilderberg. La reunión dura 3 días y nada se publica sobre los temas tratados.

Después de la desaparición de la Unión Soviética, algunos periodistas comenzaron a interesarse por el Grupo de Bilderberg. Varios autores han visto en él el embrión de un gobierno mundial y de las principales decisiones políticas, culturales, económicas y militares de la segunda mitad del siglo XX, una interpretación que Fidel Castro ha retomado. Nada permite, sin embargo, confirmarla o desmentirla (ver artículo al respecto sobre el Nuevo Orden Mundial para tener una idea de lo que esto implica).

En aras de saber lo que realmente es y lo que no puede ser el Grupo de Bilderberg, me di a la tarea de buscar documentos y testigos. Tuve acceso a todos sus archivos correspondientes al periodo que va desde 1954 hasta 1966 y a muchos documentos posteriores y he podido conversar con uno de sus antiguos invitados, a quien conozco desde hace mucho tiempo. Ningún periodista, ni ciertamente los exitosos autores que han popularizado los actuales clichés, ha tenido acceso a

tantos documentos internos del Grupo de Bilberberg.

He aquí lo que he logrado descubrir y comprender.

La primera reunión

Setenta personalidades prove-nientes de 12 países participan en 1954 en la primera reunión del Grupo, un seminario de 3 días, del 29 al 31 de mayo, que se desarrolla cerca de Arnhem, en los Países Bajos. Los invitados se reparten entre dos hoteles cercanos pero los debates se desarrollan en el establecimiento principal con cuyo nombre se conocerá el Grupo.

Las invitaciones, que llevan el membrete del Palacio de Soestdijk [Una de las cuatro residencias oficiales de familia real de los Paises Bajos. Nota del Traductor.], resultan bastante oscuras: «Apreciaría muchísimo su presencia en el congreso internacional, sin carácter oficial, que tendrá lugar en los Países Bajos a finales del mes de mayo. Este congreso desea estudiar cierto número de cuestiones de gran importancia para la civilización occidental y tiene como objetivo estimular el goodwill

[en español, “buena voluntad”] y el entendimiento recíproco gracias al libre intercambio de puntos de vista». Las invitaciones llevan la firma del príncipe consorte de los Países Bajos, Bernhard zur Lippe-Biesterfeld, y van acompañadas de varias páginas informativas de índole administrativa sobre el transporte y el alojamiento. Lo más que permiten saber es que habrá delegados de Estados Unidos y de 11 Estados de Europa Occidental y que se realizarán 6 sesiones de trabajo de 3 horas cada una.

Dado el pasado nazi del príncipe Bernhard, quien fue miembro de la caballería SS hasta su matrimonio, en 1937, con la princesa Juliana, y el contexto del mccarthysmo de aquella época, resulta evidente que las «cuestiones de gran importancia para la civilización occidental» tienen que ver con la lucha contra el comunismo.

Ya en el lugar del encuentro, los dos presidentes de la reunión –el empresario estadounidense John S. Coleman y el ministro saliente de Relaciones Exteriores de Bélgica Paul van Zeeland– mitigan la impresión de los invitados. Coleman es un militante del

Lo que ignora (y quería saber) sobre el

Grupo de BilderbergTHIERRY MEYSSAN*

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libre mercado mientras que el ministro Van Zeeland es un partidario de la Comunidad Europea de Defensa (CED) [1]. Finalmente, los participantes verán, en un extremo de la tribuna, a Joseph Retinger, la eminencia gris de los británicos. Todo ello parece indicar que las monarquías holandesa y británica apadrinaron la realización de la reunión en apoyo a la Comunidad Europea de Defensa y al modelo económico del capitalismo de libre mercado en oposición al antiamericanismo que promueven comunistas y gaullistas.

Las apariencias, sin embargo, son engañosas. No se trata de hacer campaña a favor de la CED, sino de movilizar a las élites a favor de la guerra fría.

La personalidad escogida para convocar a los invitados fue Su Alteza Real el príncipe Bernhard porque su condición de príncipe consorte le confiere un carácter estatal, sin ser por ello oficial.

Tras él se esconde el verdadero promotor del encuentro: una organización intergubernamental interesada en manipular a los gobiernos de algunos de los Estados que la conforman.

Por aquel entonces, John S. Coleman no se ha convertido aún en presidente de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos, pero acaba de crear el Comité de Ciudadanos por una Política Nacional de Comercio (Citizen’s Committee for a National Trade Policy, CCNTP). Afirma que la libertad de comercio absoluta, o sea la renuncia a todos los derechos de aduana, permitirá a los aliados de Estados Unidos acrecentar sus propias riquezas y financiar la Comunidad Europea de Defensa, léase emprender el rearme de Alemania e integrar su potencial militar a la OTAN.

Los documentos que obran en nuestro poder demuestran, sin embargo, que el CCNTP lo único que tiene de “ciudadano” es el nombre. Se trata en realidad de una iniciativa de Charles D. Jackson, el consejero de la Casa Blanca a cargo de la guerra sicológica. A la cabeza de la operación se encuentra William J. Donovan, el ex jefe de la OSS (el servicio de inteligencia estadounidense creado durante la Segunda Guerra Mundial), ahora encargado de crear la rama estadounidense del nuevo servicio

secreto de la OTAN, el Gladio [2].Paul van Zeeland no sólo es el

promotor de la Comunidad Europea de Defensa. Es además un político de mucha experiencia. Al término de la ocupación nazi presidió la Liga Independiente de Cooperación Europea (LICE) que tenía como objetivo la creación de una unión aduanera y monetaria, organización que fue instaurada por el ya mencionado Joseph Retinger.

El propio Retinger, quien funge como secretario en el encuentro de Bilderberg, sirvió durante la guerra en los servicios secretos ingleses (SOE) del general Colin Gubbins. En el Reino Unido, Retinger, un aventurero polaco, fue consejero del gobierno de Sikorski en el exilio. En Londres, protagonizó el microcosmo de los gobiernos creados en el exilio, lo cual le proporcionó múltiples contactos en la Europa liberada del fascismo.

Su amigo Sir Gubbins abandonó oficialmente los servicios secretos británicos y el SOE fue disuelto. Dirige entonces una pequeña empresa de tapices y productos textiles que le sirve de «pantalla». En realidad, Gubbins está a cargo de la creación de la rama inglesa del Gladio. Después de haber participado en todas las reuniones preparatorias del congreso de Bilderberg, se encuentra entre los invitados, sentado al lado de Charles D. Jackson.

Los participantes ignoran que son en definitiva los servicios secretos de la OTAN quienes realmente dan origen

al encuentro de Bilderberg. El príncipe Bernhard, Coleman y Van Zeeland sirven de fachada.

Aunque periodistas imaginativos hayan creído encontrar en el grupo de Bilderberg la voluntad de crear un gobierno mundial oculto, este club de personalidades influyentes no es más que una herramienta de cabildeo que la OTAN utiliza para promocionar sus propios intereses. Esto es mucho más serio y mucho más peligroso ya que es la OTAN la que ambiciona convertirse en un gobierno mundial oculto capaz de perpetuar el statu quo internacional y la influencia de Estados Unidos.

Además, en las siguientes reuniones la seguridad del Grupo de Bilderberg no estará en manos de la policía del país donde se organiza el encuentro sino que será cuestión de los soldados de la OTAN.

Entre los 10 oradores inscritos se destacan dos ex primeros ministros –el francés Guy Mollet y el italiano Alcide de Gasperi–, tres responsables del Plan Marshall, el halcón de la guerra fría Paul H. Nitze y, sobre todo, un poderosísimo financiero, David Rockefeller.

Según los documentos preparatorios, una veintena de participantes están al tanto del secreto. Conocen más o menos en detalle quiénes son los que realmente manejan el show y han redactado de antemano sus intervenciones. Hasta los menores detalles están previstos y no se deja ni el más mínimo espacio a la improvisación. Por su parte, los demás

THIERRY MEYSSAN*

DAVID ROCKEFELLER

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participantes, unos cincuenta, ignoran por completo lo que se está tramando. Han sido escogidos para que ejerzan su influencia sobre sus respectivos gobiernos y sobre la opinión pública de sus países respectivos. Así que el seminario ha sido organizado para convencerlos y para llevarlos a que se impliquen en la propagación de los mensajes que se quiere divulgar.

En vez de abordar los grandes problemas internacionales, las intervenciones analizan la supuesta estrategia ideológica de los soviéticos y explican el método a seguir para contrarrestarla en el «mundo libre».

Las primeras intervenciones evalúan el peligro comunista. Los «comunistas conscientes» son individuos que pretenden poner su patria al servicio de la Unión Soviética para imponerle al mundo un sistema colectivista. Y hay que combatirlos. Pero se trata de una lucha difícil ya que estos «comunistas conscientes» están diseminados por toda Europa dentro de una masa de electores comunistas que nada saben de sus siniestros propósitos y que los siguen con la esperanza de obtener mejores condiciones sociales.

La retórica se endurece poco a poco. El «mundo libre» debe enfrentar el «complot comunista mundial», no sólo de forma general sino dando también respuesta a problemas concretos vinculados a las inversiones estadounidenses en Europa y la descolonización.

Finalmente, los oradores abordan el problema principal que, según afirman ellos, los soviéticos están explotando en su propio beneficio: por razones culturales e históricas, los responsables políticos del «mundo libre» emplean argumentos diferentes en Estados Unidos y en Europa, argumentos que a veces se contradicen. El caso más emblemático es el de las purgas que organiza el senador McCarthy en Estados Unidos. Estas resultan indispensables para salvar la democracia, pero el método utilizado es visto en Europa como una forma de totalitarismo.

El mensaje final es que no hay negociación diplomática ni compromiso posible con los «Rojos». Hay impedir, cuesto lo que cueste, que los comunistas logren desempeñar un papel en Europa Occidental. Pero habrá que actuar con

astucia. Como no podemos arrestarlos y fusilarlos, habrá que neutralizarlos con discreción, sin que los electores se den cuenta. O sea, la ideología que se desarrolla en el encuentro es la de la OTAN y el Gladio. Nunca se dijo allí que se recurriría al fraude electoral ni que los indecisos serían asesinados, pero todos los participantes admitieron que, para salvar el «mundo libre», había que poner las libertades entre paréntesis.

Aunque el proyecto de la Comunidad Europea de Defensa (CED) fracasó 3 meses más tarde debido a los golpes que le asestaron tanto diputados comunistas como «nacionalistas extremistas», o sea los gaullistas, su objetivo no era en realidad apoyar la creación de la CED ni ninguna otra medida política en particular sino divulgar una ideología en el seno de la clase dirigente y transmitirla después, a través de dicha clase, al resto de la sociedad. Objetivamente, los ciudadanos de Europa Occidental disponían cada vez más de información sobre las libertades que no tenían los habitantes de Europa Oriental, pero tenían cada vez menos conciencia de las libertades que ellos mismos iban perdiendo en Europa Occidental.

El Grupo de Bilderberg se convierte en una organización

Un segundo congreso se organiza entonces en Francia, del 18 al 20 de marzo de 1955, en la localidad de Barbizon.

Poco a poco va imponiéndose la idea de que estos congresos van a

realizarse cada año y de que es necesario conformar una secretaría permanente. El príncipe Bernhard se aparta luego evidenciarse su participación en un caso de tráfico de influencia –el escándalo Lockheed-Martin). Cede entonces la presidencia al ex primer ministro británico Alec Douglas Home (de 1977 a 1980). La presidencia del Grupo de Bilderberg será ocupada posteriormente por el ex canciller y presidente de la RFA Walter Scheel (de 1981 a 1985), el ex gobernador del Banco de Inglaterra Eric Roll (de 1986 a 1989), el ex secretario general de la OTAN Peter Carrington (de 1990 a 1998) y finalmente por el ex vicepresidente de la Comisión Europea Etienne Davignon (desde 1999).

El presidente del Grupo de Bilderberg contó durante mucho con la ayuda de dos secretarios generales, uno para Europa y Canadá –los Estados vasallos– y otro para Estados Unidos –el monarca. Pero actualmente existe un solo secretario, desde 1999.

De un año a otro, los debates son muy repetitivos. Es por eso que no son los mismos invitados. Hay siempre un núcleo central que se encarga de preparar el seminario de antemano y otros personajes que vienen por primera vez, a los que se les inculca la retórica atlantista del momento.

Los encuentros anuales reúnen actualmente más de 120 participantes, un tercio de los cuales son miembros del núcleo. La alianza atlántica los selecciona según la importancia de sus

HENRY KISSINGER

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contactos y su capacidad de influencia, independientemente de las funciones que ejerzan en la sociedad, y siguen siendo miembros del núcleo central cuando cambian de ocupación.

Veamos la lista exacta de dicho núcleo, incluyendo a los miembros del Consejo de administración, que sirven de vitrina para los invitados, y algunos de los miembros que se mantienen menos visibles para no asustar a los nuevos.

Los miembros del Grupo de Bilderberger no implican en el Grupo a las empresas o instituciones en las que trabajan. Es, sin embargo, interesante observar la diversidad de sectores en los que desarrollan sus actividades.

El grupo de influencia de la organización militar más poderosa del mundo

La cantidad de temas abordados en los encuentros anuales del Grupo de Bilderberg ha ido en aumento en los últimos años, en función de la actualidad internacional. Pero eso no nos dice nada nuevo, ya que esas discusiones no tienen en sí mismas ningún objetivo. No pasan de ser pretextos para comunicar mensajes. No hemos tenido acceso, por desgracia, a los documentos preparatorios más recientes, por lo que sólo podemos entonces inferir las consignas que la OTAN trata de divulgar a través de estos líderes de la opinión.

La reputación del Grupo de Bilderberg ha llevado a algunos a atribuirle capacidades de nominación. Se trata de una tontería, que esconde además la identidad de quienes realmente manejan los hilos en el seno de la alianza atlántica.

Se dice, por ejemplo, que durante la más reciente campaña para la elección presidencial estadounidense, Barack Obama y Hillary Clinton desaparecieron durante todo un día, el 6 de junio de 2008, para negociar el fin de su rivalidad. En realidad se fueron al seminario anual del Grupo de Bilderberg, en la localidad estadounidense de Chantilly, Estado de Virginia. Al día siguiente, la señora Clinton anunciaba su salida de la carrera presidencial. Algunos autores concluyeron entonces que la decisión se había tomado durante la reunión del Grupo de Bilderberg, lo cual es ilógico en la medida en que aquella decisión ya era un hecho desde 3 días antes debido a la cantidad de votos que el senador

HENRY KISSINGER

Obama había obtenido en el comité de investidura del Partido Demócrata.

Según nuestra fuente, lo que sucedió aquel día fue otra cosa. Barack Obama y Hillary Clinton se reunieron en privado para concluir un acuerdo financiero y político. El senador Obama reinyectó fondos en la caja de su rival y le ofreció un puesto en su administración –la señora Clinton rechazó la vicepresidencia y escogió el Departamento de Estado– a cambio de su activo apoyo en la campaña contra el candidato republicano. James A. Johnson presentó después a los dos líderes en el seminario de Bilderberg, donde ambos aseguraron a los participantes que trabajarían juntos. Ya desde mucho antes, Barack Obama era el candidato de la OTAN. El señor Obama y su familia siempre trabajaron para la CIA y el Pentágono [3]. Además, los primeros fondos para su campaña electoral fueron proporcionados por la corona de Inglaterra a través del hombre de negocios Nadhmi Auchi. Al presentar al senador negro ante los participantes del encuentro de Bilderberg, la alianza atlántica estaba organizando a escala internacional las relaciones públicas del futuro presidente de los Estados Unidos.

También se reportó que el Grupo de Bilderberg organizó entonces una cena que no estaba prevista, fuera del marco del seminario, y que se desarrolló el 14 de noviembre de 2009 en el castillo de Val Duchesse, propiedad del rey de Bélgica.

El ex primer ministro belga Herman van Rompuy pronunció un discurso en aquella ocasión. Cinco días después, Van Rompuy fue electo presidente del Consejo Europeo. También en este caso varios autores concluyeron erróneamente que el Grupo de Bilderberg lo había «puesto en el cargo».

En realidad, el presidente de la Unión Europea no puede ser una personalidad que no forme parte de los círculos de la OTAN ya que –y es importante recordarlo– la propia Unión Europea es fruto de las cláusulas secretas del Plan Marshall. Y la persona escogida debe contar, por lo tanto, con el aval de los Estados miembros de la OTAN. Se trata, por consiguiente, de una decisión que exige largas negociaciones y que no se toma simplemente durante una cena entre amigos.

También según nuestra fuente, el presidente del Grupo de Bilderberg, Etienne Davignon, convocó aquella cena imprevista para propiciar la presentación de Van Rompuy ante sus vectores de influencia. Aquello se hacía más indispensable aún en la medida en que el hombre escogido para convertirse en el primer presidente de la Unión Europea –cargo que acababa de ser creado– era un perfecto desconocido fuera de su propio país. Durante aquella cena, el señor Van Rompuy expuso su programa de creación de un impuesto europeo destinado a financiar directamente las instituciones de la Unión Europea sin tener que depender de los Estados miembros.

ETIENNE D´AVIGNON, SECRETARIO GENERAL DEL GRUPO

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El papel de los participantes en el encuentro del Grupo de Bilderberg no era otro que decir después en todas partes que ya conocían a Herman Van Rompuy y que eran testigos de sus cualidades como presidente de la UE.

La realidad sobre el Grupo de Bilderberg es por lo tanto menos romántica de lo que algunos autores de éxito han imaginado. El increíble despliegue de fuerzas militares que garantiza su seguridad no está tan destinado a protegerlo como a impresionar a los propios participantes. No expresa el poderío de estos últimos sino que les demuestra que el único verdadero poderío en Occidente es el de la OTAN. Queda por parte de los participantes decidir si la apoyan para que ella los apoye a ellos o si la combaten y se exponen así a ser aplastados.

Además, a pesar de haber desarrollado en sus comienzos una retórica anticomunista, el Grupo de Bilderberg no era antisoviético, como tampoco es hoy antirruso. Lo que hace es seguir una estrategia de la alianza atlántica que no constituye un pacto contra Moscú sino que está destinada a defender –y de ser posible a extender– la zona de influencia de Washington. En el momento de su creación, la OTAN concibió la esperanza de lograr que la Unión Soviética se integrara a ella, lo cual hubiese implicado un compromiso de Moscú a mantener la distribución del mundo que había resultado de las conferencias de Postdam y de Yalta. La alianza atlántica acogió recientemente al presidente ruso Dimitri Medvedev en la cumbre de Lisboa y le propuso que Rusia se uniese a ella. No se trataría entonces de una relación de vasallaje sino del reconocimiento del Nuevo Orden Mundial, en el que toda Europa Central y Oriental ha caído en la órbita estadounidense. Una adhesión rusa sería en cierta forma como una especie de tratado de paz: Moscú reconocería así su derrota en la guerra fría y la nueva repartición del mundo.

En ese caso, el Grupo de Bilderberg invitaría a personalidades rusas a sus reuniones anuales. No les pediría que influyeran en la opinión pública rusa para americanizarla, sino para convencerla de que renuncie definitivamente a los sueños de grandeza del pasado.

Analista político francés. Fundador y presidente de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Última obra publicada en español: La gran impostura II. Manipulación y desinformación en los medios de comunicación n

[1] La CED es un proyecto que tenía como objetivo la creación de un ejército europeo integrado a la OTAN.

Fue rechazado en 1954 por el parlamento francés, a instancias de los seguidores del general Charles de Gaulle y del Partido Comunista Francés. Habrá que esperar hasta 2010-2011 para que aquel proyecto comience a concretar gracias a la connivencia franco-británica en el seno de la OTAN que da inicio a la guerra contra Libia.

[2] «Ver Les armées secrètes de l’OTAN», por Daniele Ganser. Este libro está publicado por capítulos en Voltairenet.org.

[3] «La biographi

Miembros disimulados Carl Bildt Ex primer ministro liberal de Suecia (de 1991 a 1994), ex enviado especial de la Unión Europea y posteriormente de la ONU en los Balcanes (de 1995 a 1997 y de 1999 a 2001), actual ministro sueco de Relaciones Exteriores. (T)

Oscar Bronner Presidente-director general del diario austriaco Der Standard.

Timothy C. Collins Financiero estadounidense, director del fondo de inversiones Ripplewood. (T)

John Elkann Presidente-director general del grupo automovilístico italiano Fiat (su abuelo Gianni Agnelli fue durante 40 años uno de los promotores del Grupo de Bilderberg. Heredó la fortuna familiar luego del deceso, por causas naturales, de su abuelo Giovanni y de la prematura muerte de su tío Edoardo, quien se había convertido al Islam chiíta. Existe la convicción, en fuentes policiales, de que Edoardo fue asesinado para que la fortuna volviera a la rama judía de la familia).

Martin S. Feldstein Ex consejero económico de Ronald Reagan (de 1982 a 1984) y actual consejero económico de Barack Obama. Fue también consejero de George W. Bush para la inteligencia exterior. Imparte clases en Harvard. (T)

Henry A. Kissinger Ex consejero de seguridad nacional de Estados Unidos y ex secretario de Estado, personalidad central del complejo militaro-industrial estadounidense, actual presidente de la firma de consejería Kissinger Associates.

Henry R. Kravis Financiero estadounidense a cargo del manejo del fondo de inversiones KKR. Es uno de los principales recolectores de fondos del Partido Republicano.

Neelie Kroes Ex ministra holandesa de Transporte, comisaria europea para la competencia y actual comisaria para la sociedad numérica.

Bernardino Léon Gross Diplomática española, secretaria general de la presidencia del gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.

Frank McKenna Ex miembro de la Comisión de Vigilancia de los servicios de inteligencia canadienses, embajador de Canadá en Washington (de 2005 a 2006), vicepresidente del Banco Toronto-Dominion.

Beatriz de los Países Bajos Reina de Holanda. Es la hija del príncipe Bernhard.

George Osborne Ministro británico de Finanzas. Este personaje neoconservador es considerado como un euroescéptico, lo cual implica que se opone a la integración del Reino Unido a la Unión Europea, aunque sí es partidario de la organización del continente en el seno de la UE.

Robert S. Prichard Economista canadiense, director del grupo de prensa escrita y audiovisual Torstar.

David Rockefeller Es el patriarca de una larga dinastía de financieros y el más antiguo miembro del núcleo del Grupo de Bilderberg. Es también presidente de la Comisión Trilateral, organización similar en la que participan personajes asiáticos.

James D. Wolfensohn Financiero australiano que adoptó la nacionalidad estadounidense para convertirse en presidente del Banco Mundial (de 1995 a 2005). Actual director de la firma de consejería Wolfensohn & Co.

Robert B. Zoellick Diplomático estadounidense, ex delegado de Comercio de Estados Unidos (de 2001 a 2005), actual presidente del Banco Mundial.

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Josef Ackermann Banquero suizo, director del Deutsche Bank, vicepresidente del Foro de Davos.

Roger C. Altman Banquero estadounidense, ex consejero de las campañas electorales de John Kerry y de Hillary Clinton, director del banco de negocios Evercore Partners Inc.

Francisco Pinto Balsemao Ex primer ministro socialista de Portugal (de 1981 a 1983), presidente fundador del principal grupo portugués de televisión SIC. (T)

Fran Bernabe Banquero italiano, actual propietario de Telecom Italia (T)

Henri de Castries Presidente-director general de la compañía francesa de seguros AXA

Juan Luis Cebrián Director del grupo español de prensa escrita y audiovisual Prisa.

W. Edmund Clark Banquero canadiense, Presidente del Toronto-Dominion Bank Financial Group

Kenneth Clarke Ex vicepresidente de British American Tobacco (de 1998 a 2007), canciller y ministro británico de la Justicia, vicepresidente de Movimiento Europeo UK.

George A. David Presidente-director general de Coca-Cola.

Etienne Davignon Hombre de negocios belga, ex vicepresidente de la Comisión Europea (de 1981 a 1985), actual vicepresidente de Suez-Tractebel.

Anders Eldrup Presidente-director generak de la compañía danesa de gas y petróleo DONG Energy.

Thomas Enders Director de Airbus.

Victor Halberstadt Profesor de economía en la universidad holandese de Leiden, funge como consejero de diversas empresas como Goldman Sachs y Daimler-Chrysler.

James A. Johnson Financiero estadounidense, fue uno de los principales responsables del Partido Demócrata y estuvo entre los artífices de la investidura de Barack Obama. Es vicepresidente del banco de negocios Perseus.

John Kerr of Kinlochard Ex embajador del Reino Unido en Washington, vicepresidente del grupo petrolero Royal Dutch Shell (T)

Klaus Kleinfeld Presidente-director general alemán del gigante estadounidense del aluminio Alcoa.

Mustafa V. Koç Presidente-director general del holding Koç, la empresa más importante de Turquía.

Marie-Josée Drouin-Kravis Editorialista sobre temas económicos en la prensa escrita y audiovisual de Canadá. Investigadora del extremadamente militarista Hudson Institute. Es la tercera esposa de Henry Kravis.

Jessica T. Mathews Ex directora de asuntos globales en el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Actual directora de la Fundación Carnegie.

Thierry de Montbrial Economista, director fundador del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI) y de la World Policy Conference.

Mario Monti Economista italiano, ex comisario europeo para la competencia (de 1999 a 2005), cofundador del Spinelli Group por el Federalismo europeo.

Josef Ackermann Banquero suizo, director del Deutsche Bank, vicepresidente del Foro de Davos.

Roger C. Altman Banquero estadounidense, ex consejero de las campañas electorales de John Kerry y de Hillary Clinton, director del banco de negocios Evercore Partners Inc.

Francisco Pinto Balsemao Ex primer ministro socialista de Portugal (de 1981 a 1983), presidente fundador del principal grupo portugués de televisión SIC. (T)

Fran Bernabe Banquero italiano, actual propietario de Telecom Italia (T)

Henri de Castries Presidente-director general de la compañía francesa de seguros AXA

Juan Luis Cebrián Director del grupo español de prensa escrita y audiovisual Prisa.

W. Edmund Clark Banquero canadiense, Presidente del Toronto-Dominion Bank Financial Group

Kenneth Clarke Ex vicepresidente de British American Tobacco (de 1998 a 2007), canciller y ministro británico de la Justicia, vicepresidente de Movimiento Europeo UK.

George A. David Presidente-director general de Coca-Cola.

Etienne Davignon Hombre de negocios belga, ex vicepresidente de la Comisión Europea (de 1981 a 1985), actual vicepresidente de Suez-Tractebel.

Anders Eldrup Presidente-director generak de la compañía danesa de gas y petróleo DONG Energy.

Thomas Enders Director de Airbus.

Consejo de administración

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Si le preguntamos a cualquier persona de una ciudad de, digamos, más de 50.000 habitantes de cualquier parte del planeta cómo es por dentro un submarino, seguramente nos responderá lo mismo que podría repetir cualquier lector de este texto que en este momento está usando el internet: tiene muchos comandos, luces, aparatos de alta tecnología.

Seguramente no lo equipara con un automóvil; en todo caso quizá le podrá encontrar similitudes con la cabina de un avión comercial, pero sin dudas no lo verá parecido al interior de una vivienda, de una iglesia católica ni el de una mezquita. Y también sin dudas, ninguna de esas supuestas personas preguntadas desmentiría la respuesta de alguien que diga algo más o menos por el estilo.

Estamos convencidos que así es el interior de un submarino. Ahora bien: lo más probable es que la inmensa mayoría de ese grupo al que nos referimos nunca estuvo dentro de un submarino, pero ello no obsta para que tenga una idea de cómo es. ¿De dónde sacó esa “idea”? -que, en verdad, es ante todo una imagen-. Sin dudas: de los medios audiovisuales masivos de comunicación.

¿Qué queremos significar con ese ejemplo? Que la realidad cada vez más está construida desde imágenes que generan usinas ideológico-culturales dominadas por poderes globales y que la abrumadora mayoría de la población planetaria consume sin mayor capacidad de respuesta crítica. ¿Quién dijo que los árabes son “fanáticos sedientos de sangre”? La industria del entretenimiento de Hollywood desde hace décadas nos preparó para llegar a eso. Luego, establecida esa “realidad”, ante tamaño fanatismo vendrán las invasiones liberadoras (y de paso podrán agenciarse de su petróleo, claro está…).

La realidad no es independiente del sujeto que la conoce. Una botella es medio vacía o medio llene según se la considere. Dicho de otro modo: la pregunta por la “realidad” es la más recurrente en todos los pensadores

de todas las épocas y de todas las culturas. En esa perspectiva, entonces, son variadísimas, casi infinitas, las cosmovisiones que sobre ella se han tejido.

En definitiva: la realidad no es única; depende de quién la considere. Pero hoy, a partir del Occidente industrializado con su revolución científico-técnica que cada vez se profundiza más, estamos ante una nueva cosmovisión radicalmente distinta: a partir de la irrupción de los medios de comunicación de masas surgida en el siglo XX, la idea de realidad está sufriendo una transformación como nunca antes se había visto en toda la historia, y con una incidencia que todavía no estamos en grado de apreciar en su plenitud. No es para nada exagerado decir que hoy estamos ante una nueva realidad: la realidad virtual, la que crean los medios de comunicación masivos.

Dicho muy a grandes rasgos, la tendencia moderna de las ciencias sociales, y también la filosofía que la subtiende, ha ido más allá de un realismo cosificante en que la realidad es sólo objeto material independiente del sujeto que se relaciona con ella, tal como en Occidente durante dos milenios fijó la tradición aristotélico-tomista. La realidad, para la modernidad, es siempre una construcción. No hay substancia, cosa en sí, esencia o verdades ocultas fuera del sujeto del

conocimiento. Verdad y sujeto quedan indisolublemente unidos. Sin pasar a un subjetivismo ingenuo donde se podría llegar a decir que la realidad está sólo en la cabeza del sujeto cognoscente (solipsismo extremo), cada vez va quedando más claro que el mundo tiene que ver en un todo con el sujeto que está parado en él. La realidad humana -que es siempre el universo simbólico humano-, es histórica, y por ello mismo cambiante, relativa.

La aparición de los nuevos medios masivos de comunicación que permitió el desarrollo científico-técnico durante el siglo XX abrió campos inexistentes en épocas anteriores. La comunicación se masificó; todo el mundo comenzó a tener acceso a elementos que, hasta no mucho tiempo antes, eran privativos de elites selectas. Ello no significó, ni remotamente, que la cultura se democratizó. En todo caso los factores de poder comenzaron a tener en sus manos instrumentos de los que no habían dispuesto antes y con los que, en definitiva, no hicieron sino acrecentar su poder.

Si el “pan y circo” es tan viejo como la historia de las civilizaciones, la tecnología comunicacional masiva moderna (prensa escrita, telégrafo, teléfono, radio, cine, disco, televisión, internet, y la lista sigue -hoy días están de moda las llamadas redes sociales: facebook, twitter-, y no sabemos qué seguirá) permitió llevar el impacto de

La realidad como show visualMARCELO COLUSSI

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esas instancias a niveles impensables algún tiempo atrás. Seguramente nadie, en el momento de inaugurar una nueva tecnología de comunicación masiva, tenía como proyecto inmediato -y ni siquiera a largo plazo- generar un poder tan grande como el que, a la postre y sin saberlo, estaba generando. Lo cierto es que esas tecnologías dejaron de ser simples instrumentos para, en un cierto sentido, adquirir vida propia. Son ellas las que fueron marcando la forma en que el “pan y circo” moderno fue concibiéndose.

Claro que son los poderes fácticos, los seres humanos concretos de carne y hueso que encarnan esos poderes, los que aprovechan, planifican e implementan esos medios. Pero de algún modo la misma naturaleza de estos medios técnicos, el proyecto humano del que nacieron, la ideología en que se inscriben, van moldeando su propia forma.

Hacia una cultura de la imagen

Hoy día los llamados mass media son un importantísimo factor en las sociedades modernas por dos motivos: 1) para alimentar el ciclo del consumo y 2) para resguardar el statu quo. El socialismo real en sus distintas expresiones (las ya terminadas y las aún vigentes) no ha dejado de usarlos igualmente, priorizando, claro está, la segunda faceta, la de arma política. Según estudios al respecto, en estos momentos la radio es el medio de comunicación más consumido a escala planetaria, seguida de la televisión.

En los países desarrollados del Norte es el internet la tercera fuente de información, quedando relegada la prensa escrita a un cuarto lugar, en un proceso irreversible y cada vez más rápido. Todas estas posibilidades comunicacionales son una mezcla de información, entretenimiento y educación. Estudios semióticos serios dicen que alrededor del 85 % de los valores y contenidos ideológicos que un adulto término medio urbano -del Norte o del Sur- detenta, proviene de los mass media, la televisión fundamentalmente. Es claro que su importancia es toral en el diseño de las sociedades actuales.

También, sin ningún lugar a dudas, en las socialistas. “Pan y circo”, herramientas de control social

o arma liberadora -como se las quiera considerar- irrefutablemente juegan un papel cada vez más importante ¿Superarán a la familia o a la escuela formal en su función civilizatoria? ¿Habrá un sexo virtual que le quitará espacio al sexo de carne y hueso? ¿Se nos programará la cabeza a gusto del cliente con un chip implantado desde el nacimiento? Quizá no estamos tan lejos de todo ello.

En el mundo de la libre empresa, y por una intrincada mezcla de 1) autonomía en la propia modalidad intrínseca de los medios masivos (su dinámica lleva a la vulgarización creciente, la cultura de masas termina siendo cultura pobre para pobres) y de 2) proyecto político-ideológico en sus arquitectos (los mass media son negocio y control de las cabezas de las masas), el resultado final es que toda la parafernalia de estas instancias da como resultado una nueva modalidad cultural basada, fundamentalmente, en la ausencia de crítica y en la entronización de la imagen.

Aunque crecen y se agigantan con velocidad impresionante, los mass media se empobrecen en términos de contenido crítico y empobrecen a las grandes mayorías con velocidad inversamente proporcional a su gigantismo.

Que la inmensa mayoría de la población mundial escuche radio, vea televisión, asista al cine, lea un periódico

o navegue en internet, si bien en un sentido habla de una democratización de los saberes que siglos o milenios atrás no tenía la humanidad, al mismo tiempo habla de una banalización creciente, de una dependencia creciente de los mensajes que generan los grandes poderes globales.

Por supuesto -sería desubicado negarlo- la información habida y difundida en la actualidad es monumentalmente más grande cada instante. Pero junto a esto el grado de manipulación de los mensajes en juego es también inconmensurablemente más grande cada instante.

El “pan y circo” que lograron los romanos del Imperium o el grado de penetración cultural y manipulación al que puede haber llegado la Iglesia Católica durante su dominio de siglos en todo Occidente, enormes sin dudas, no pueden compararse con lo que van logrando los canales de comunicación actuales, más omnímodos, más sutiles; y si se quiere: más atractivos ¿Quién no queda prendido/fascinado ante una pantalla de televisión a color? Lo cual nos recuerda que, en realidad, no estamos tan lejos de los insectos que quedan embobados ante la lámpara luminosa.

La influencia del Coliseo con sus gladiadores, o del sermón dado por el sacerdote en cualquier iglesia durante el medioevo europeo, o la incidencia de cualquier agente religioso de cualquier

MARCELO COLUSSI

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cultura (brujo, shamán, pitonisa, etc.) ante su público, de enorme impacto obviamente, no puede compararse a la penetración de las actuales tecnologías de los mass media.

Hay cada vez menos defensa ante ellos, aunque como población global estemos más informados. La cuestión decisiva en este cambio es la forma en que los actuales medios masivos de comunicación van forjando la realidad; por siglos, los agentes culturales que informaban-divertían-educaban a las masas (los “comunicadores sociales”, para usar una palabra moderna, la superestructura ideológica si queremos decirlo de otro modo) ejercieron una influencia simbólica: su mensaje contribuía a moldear la realidad.

Hoy día esos actores crean una realidad nueva, la inventan, la fabrican. La realidad es, cada vez más, virtual. Hablamos hasta el hartazgo de Bin Landen, pero no tenemos la menor idea si existe, existió o murió hace ya 10 años como recientemente se dijo; sólo repetimos lo que los hacedores de imágenes nos dicen.

¿Cómo poner distancia entre la realidad material y el holograma? La realidad es el conjunto de símbolos que nos vienen prefabricados de los hacedores de fantasías, de las pantallas preferentemente. La realidad, entonces, va cobrando forma de espectáculo, de circo difundido en imágenes. Para decirlo con otro término actual: de show visual.

La realidad como comedia

La reciente boda real (el evento más visto por mayor cantidad de gente al unísono en la historia), la beatificación del Papa Juan Pablo II, la muerte de Bin Laden o el omnipresente fútbol ¿son noticias del mundo, o son parte de una muy bien tejida trama de comedia?

La realidad -o, al menos, la versión mediática de ella, que es sin más la realidad con que nos manejamos- se ha ido transformando en una comedia (tragedia no, es demasiado lúgubre). La realidad es construida diariamente como banalidad, como feria de vanidades. La avalancha de información que se recibe busca, en última instancia, mantener desinformado.

Todos los acontecimientos de la realidad cotidiana son visualizados con la misma óptica: de lo que se trata es de presentar productos “vendibles” (¿por qué habría que “vender” la realidad?), de fácil consumo, entradores, coloridos, nunca dramáticos. Incluso la reciente (supuesta) muerte del “principal terrorista” del mundo, pese a tratarse de un hecho luctuoso -¡una muerte!-, no deja de tener forma de comedia alegre (de hecho, muchos festejaron y bailaron al conocer la “noticia”).

Si toda esta feria de vanidades coloridas conmueve, es porque son hechos sensacionalistas, almibarados o sangrientos, farsas bien montadas preparadas para activar sentimientos,

respuestas empáticas, viscerales, pero jamás para generar reflexión. Como en toda comedia, la realidad queda elidida y transformada en pasatiempo.

Podría decirse contra todo lo expuesto que, si bien hay algo de razón en la crítica presentada, es más importante lo que los medios masivos han traído. En ese sentido cualquier habitante de la aldea global, sin salir de su casa y gracias al portentoso milagro de oprimir un simple botoncito, puede tener acceso a un océano de información, variado, diverso, con lo que su vida estaría infinitamente en mejores condiciones que la de otros seres humanos de apenas algunas generaciones atrás que no conocían toda esta magia de los mass media.

Pues bien: eso es muy cuestionable. ¿Es más libre el esclavo analfabeto que el ciudadano que mira varias horas diarias de televisión? ¿En qué sentido sería más “libre”?La realidad no es sólo tragedia; es un abanico multicolor donde el drama juega un rol básico, y del que también hacen parte la comedia y la rutina anodina. Pero lo que cuesta creer es que la realidad es un eterno espectáculo preparado para atontarnos.

Y sin embargo, toda la evidencia nos confirma que así es. Si la reducimos a show visual -tal como hoy día va la tendencia- estamos a las puertas de una más que preocupante involución de la humanidad, aunque la veamos en pantalla gigante plana de plasma líquido con definición ultrarrealista y la escuchemos con la más refinada tecnología de audio envolvente con efecto cuadrofónico.

Si la realidad se reduce a sensaciones programadas y manipulación de la conciencia (lloramos con una telenovela…, o se busca que nos alegremos con la muerte de Bin Laden), entonces triunfó la fantasía ramplona. Estaremos un poco más o menos “informados”, pero estaremos absolutamente más sometidos a los dictados de quienes fabrican esa realidad.

Medios alternativos como el presente son buenos acicates para recordarnos que la historia no ha terminado, que la tragedia de la vida sigue, que, aunque nos impongan reír, llorar, soñar o enfervorizarnos según los deseos del poder, estamos vivos y que somos reales. n

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Ser antiimperialistas es una necesidad vital no solo en América Latina sino, también, en todo el llamado Tercer Mundo. No se trata de una reivindicación romántica ni de rémora de un pasado superado, sino que es casi el resultado de un impulso de supervivencia frente al avasallador e inescrupuloso avance del saqueo.

Reciclados y agiornados ven como remanente del pasado la noción de imperialismo para caracterizar el estadio de desarrollo del capitalismo contemporáneo. Caracterizan de “dinosaurios” a los que insisten en ver su presencia en el contexto de la era de la globalización, como si ambos fueran procesos distintos con dinámicas diferentes.

Mientras tanto, los Estados Unidos y sus socios de la OTAN hacen de las suyas por el mundo, haciendo prevalecer sus intereses, que es prácticamente lo mismo que decir los intereses de las grandes transnacionales.

Son especiales receptores de la dilecta atención de las huestes imperialistas los Estados en los que existen recursos naturales necesarios para continuar alimentando el predatorio “desarrollo” que esquilma al planeta.

Encabezan la lista los afortunados que poseen reservas petrolíferas en su subsuelo. De ella solo se salvan los que no tienen veleidades nacionalistas o “populistas”, como Arabia Saudita. Los otros deben dormir con un ojo abierto, no vaya a ser que, de pronto, se descubra que apoyan al terrorismo internacional y se ponga en marcha una blietzkrieg que no deje títere con cabeza.

Los otros que deben estar atentos son quienes, por razones geopolíticas, les toca en suerte vivir en una zona que es, por alguna razón, de vital importancia para la potencia imperialista. En Centroamérica, por ejemplo, territorio que por su cercanía al coloso del norte ve encadenado a él su destino, el expresidente Manuel Zelaya puede dar fe de que la tal blietzkrieg a veces no le deja ni a los más altos dignatarios

de la nación quitarse el pijama para aparecer en público ante los medios de comunicación.

Enredados en los avatares de la crisis que los agobia, los europeos se han puesto las pistoleras de cowboy y se erigen en “árbitros” en los acontecimientos que tienen lugar en los países árabes. Imperialista de segundo orden, en franca decadencia pero imperialista al fin, Francia se asegura el petróleo de de Gabón apoyando a Omar Bongo, que lleva 40 años en el poder. En toda la Françafrique, término acuñado por François-Xavier Verschave, campea la corrupción económica y política impulsada desde París. Alemania, locomotora de la economía europea, pone sus condiciones económicas y políticas para “salvar” a quienes, enredados en los mecates de la crisis de los grandes bancos y especuladores financieros, han caído en el default y deben acudir, como viles tercermundistas, al Fondo Monetario Internacional.

Inténtese tener una pizca de independencia frente al diktat imperialista y le lloverá todo tipo de atropellos y vesanias. Cuba y Venezuela son casos ejemplificantes en América Latina. No se deja oportunidad para “probar” que sus dirigentes son

narcotraficantes, soportes del terrorismo, corruptos enriquecidos, autócratas maníacos, locos de atar que deberían estar en un manicomio y no recibiendo el beneplácito de sus conciudadanos que, tercos, insisten en llevarle la contra a los intereses imperialistas en la región que, repetimos, son los de los grandes emporios financieros.

Ser antimperialistas es, por lo tanto, una necesidad vital no solo en América Latina sino, también, en todo el llamado Tercer Mundo. No se trata de una reivindicación romántica ni de rémora de un pasado superado, sino que es casi el resultado de un impulso de supervivencia frente al avasallador e inescrupuloso avance del saqueo. Se trata de un antimperialismo que ya se había manifestado en América Latina desde los años 20 del siglo pasado, y que debe asociarse a un concepto de nación que ve en la América “saxona” (como se decía entonces) una amenaza. Este nacionalismo antimperialista, erigido en bandera por Augusto César Sandino entre 1927 y 1934 en Centroamérica, ha logrado, por primera vez en nuestra historia, erigirse en norte de iniciativas y políticas que apuestan por la integración, la unidad o la colaboración sur-sur.

Solo unidos tendremos alguna oportunidad.n

El antiimperialismo como necesidad vital

RAFAEL CUEVAS MOLINA/AUNA-COSTA RICA

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Me cuento entre los que se entusiasmaron con la elección de Barack Obama para presidente de Estados Unidos, especialmente viniendo después de G. Bush Jr, presidente belicoso, fundamentalista y de poquísimas luces. Creía éste en la inminencia del Armagedón bíblico y seguía al pie de la letra la ideología del Destino Manifiesto, un texto inventado por la voluntad imperial norteamericana para justificar la guerra contra México, según el cual Estados Unidos sería el nuevo pueblo escogido por Dios para llevar al mundo los derechos humanos, la libertad y la democracia. Este convencimiento de la propia excepcionalidad se tradujo en una arrogancia histórica que hizo que Estados Unidos se arrogase el derecho de imponer al mundo entero, por la política o por las armas, su estilo de vida y su visión del mundo.

Esperaba que el nuevo presidente no ya fuera rehén de esta nefasta e imaginaria elección divina, pues anunciaba en su programa el multilateralismo y no la hegemonía, pero tenía mis dudas, pues por detrás del Yes, we can (sí, nosotros podemos) podía esconderse la vieja arrogancia. Ante la crisis económico-financiera pregonaba que Estados Unidos había demostrado en su historia que podía todo, y que iba a superar la actual situación. Ahora, con ocasión del asesinato de Osama bin Laden ordenado por él (en un estado de derecho, que separa los poderes, ¿tiene el ejecutivo el poder de matar, o eso es competencia del judicial que manda prender, juzgar y castigar?) cayó la mascara. No ha podido esconder la arrogancia atávica.

El presidente, de extracción humilde, afrodescendiente, nacido fuera del continente, primero musulmán y después evangélico convertido, dijo claramente: «Lo que sucedió el domingo es un mensaje para todo el mundo: cuando decimos que nunca vamos a olvidar, estamos hablando en serio», que es como decir: «terroristas del mundo entero, vamos a asesinarles».

Ahí se revela, sin medias palabras, toda la arrogancia y la actitud imperial

de ponerse por encima de toda ética. Esto me hace recordar la frase de

un teólogo que sirvió doce años como asesor de la ex-Inquisición en Roma y que vino a solidarizarse conmigo cuando sufrí el proceso doctrinario. Me confesó: «Aprenda de mi experiencia: la ex-Inquisición no olvida nada, no perdona nada y se cobra todo; prepárese». Efectivamente, así fue lo que sentí. Peor le ocurrió a un teólogo moralista, queridísimo en toda la cristiandad, el alemán Bernhard Häring. Con un cáncer de garganta que casi no le permitía hablar fue sometido a un riguroso interrogatorio en la sala oscura de aquella instancia de terror psicológico por causa de algunas afirmaciones sobre la sexualidad. Al salir confesó: «este interrogatorio fue peor que el que sufrí bajo la SS nazi durante la guerra», lo cual significa: poco importa la etiqueta, católico o nazi, todo sistema autoritario y totalitario obedece a la misma lógica: se venga de todo, no olvida y no perdona.

Así lo prometió Barack Obama y se propone llevar adelante el estado terrorista creado por su antecesor, manteniendo la Ley Patriótica que autoriza la suspensión de ciertos derechos y la prisión preventiva de sospechosos sin avisar siquiera a sus familiares, lo que se convierte en secuestro.

No sin razón escribió el noruego Johan Galtung, el hombre de la cultura de la paz, creador de dos instituciones de investigación sobre la paz e inventor del métodoTranscend en la mediación de los conflictos (una especie de política del gana-gana): tales actos aproximan a

Estados Unidos a un estado fascista. La verdad es que estamos ante un

imperio. Es la consecuencia lógica y necesaria del presunto excepcionalismo. Es un imperio singular, basado no en una ocupación territorial o en colonias, sino en 800 bases militares distribuidas por todo el mundo, la mayoría innecesarias para la seguridad estadounidense. Pero están ahí para meter miedo y garantizar su hegemonía en el mundo. Nada de eso ha sido desmontado por el nuevo emperador, que no cerró Guantánamo como había prometido y todavía envió treinta mil soldados a Afganistán para una guerra perdida de antemano.

Podemos estar en desacuerdo con la tesis básica de Samuel P. Huntington en su discutido libro El choque de civilizaciones, pero hay en él observaciones dignas de atención, como ésta: «la creencia en la superioridad de la cultura occidental es falsa, inmoral y peligrosa» (p. 395). Mas aún: «la intervención occidental probablemente constituye la fuente más peligrosa de inestabilidad y de un posible conflicto global en un mundo multi-civilizacional» (p. 397). Pues bien, las condiciones para semejante tragedia están siendo creadas por Estados Unidos y sus aliados europeos.

Una cosa es el pueblo estadounidense, bueno, trabajador, y algo ingenuo, que admiramos, y otra el gobierno imperial, que no respeta los tratados internacionales que van contra sus intereses y que es capaz de todo tipo de violencia. Pero no hay imperios eternos. Llegará el momento en que será un número más en el cementerio de los imperios desaparecidos.n

Los peligros de la arrogancia del imperioLEONARDO BOFF

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Una foto comprometedora, un comentario de mal gusto, suplantar la personalidad de otro o una multa por orinar en la vía pública de hace treinta años, puede ser información indeleble y pública en el ciberespacio. Además, cualquier usuario puede acceder a ella con un simple clic. Lo que hasta no hace mucho parecía un juego, hoy a más de uno le supone un auténtico quebradero de cabeza. Son los nuevos conflictos que surgen en la “galaxia Internet” a causa de la colisión de derechos fundamentales, como son el de libertad de expresión, intimidad y protección de datos.

En el año 2009, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) recibió más de 4.000 reclamaciones, un 75% más que en el 2008. Con el uso de Internet los conflictos se han extendido y las constituciones y los códigos nacionales a penas recogen jurisprudencia sobre el tema. Los usuarios empiezan a reivindicar el “derecho al olvido”.

Éste consiste en poder borrar la información personal irrelevante que afecte a la privacidad o intimidad personal. La idea de la Unión Europea es extender a la red las leyes que legislan la vida cotidiana. Pero lo que en el “mundo real” está tipificado en los códigos y es posible llevar a cabo mediante los procedimientos rutinarios, en Internet se convierte en un proceso kafkiano y complicado.

A pesar de las dificultades, la AEPD no acepta un no por respuesta. “Ningún ciudadano que no goce de la condición de personaje público ni sea objeto de un hecho de relevancia pública tiene que resignarse a que sus datos personales circulen en la red”, asegura.

El problema de teclear el nombre de alguien y hacer clic es que los motores de búsqueda de Google producen un efecto multiplicador y van dejando un rastro difícil de borrar. Es el caso de una mujer que recibió un indulto en el año 1995. Cada vez que su nombre era

tecleado salía junto a él la información que se había publicado en su día en el Boletín Oficial del Estado –BOE. “El problema no es el alud de información sobre una persona que puede albergar Internet, sino que sea información imperecedera”, explica para El País Artemi Rallo, director de la AEPD.

Con toda la información que se genera y con el boom de las redes sociales, este tipo de casos se están multiplicando. En el año 2009 el importe en multas ascendió a unos 25 millones de euros. La UE quiere poner las bases para que este “mundo paralelo” no sea tierra de nadie y que el almacenamiento de la información no sea eterno. Y sobre todo para que los usuarios tengan el control de aquellos datos que no son de interés público y con el que se puede hacer mucho daño. Es el caso de un importante empresario al que le suplantaron el perfil de Facebook. Mintieron en su nombre e inventaron cosas suyas, tanto del ámbito público como del personal.

Ya hay empresas que han visto el negocio y se dedican a mediar en este tipo de conflictos. Es el caso de

salirdeinternet.com. Por unos 50 euros se encargan de hacer desaparecer la información no deseada que se encuentra en la red.

El buscador Google se escuda en que, a pesar de ser él que multiplica la información y la propaga por todo el mundo, él no es el que controla el contenido de las páginas web. A pesar de esto, muchas veces, después de borrar la información no deseada de la página, Google sigue reproduciendo la información porque ésta ya se ha colado por otros lugares.

La UE quiere regular este vacío legal que permite que la información de los usuario vaya de aquí para allá sin control alguno. Pero la jurisdicción de la Unión solo afecta al continente europeo, y, los datos personales, al igual que las transferencias financieras, recorren el mundo sin temor a las fronteras ni a las barreras espacio temporales, y se saltan todas las constituciones a una velocidad exultante. Aunque los europeos regulasen el problema no estaría solucionado. Haría falta una normativa mundial, para un medio de comunicación global.n

Internet no padece de alzheimer

DAVID GARCÍA MARTÍNLEONARDO BOFF

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Con la información que nos llegó de Alemania sobre la contaminación de dioxinas en más de 4.000 granjas, la pregunta que surge es: ¿nos hacemos todos vegetarianos estrictos? Porque, ciertamente, son muchos ya los casos de presencia de tóxicos en alimentos de origen animal, de pestes que se hacen gripes y de vacas que se quedan chifladas. Yo tengo mi propia respuesta, sencilla, pero que debo argumentarles.

Más allá de las posibles repercusiones sobre nuestra salud derivadas del consumo de alguno de estos productos, cuestión ciertamente importante, lo que estos escándalos alimentarios ponen en evidencia es claramente el todo de un modelo de producción animal con muchos más problemas que ventajas. Y digo un modelo porque me refiero exclusivamente a la forma imperante –muy lejana al buen saber campesino y ganadero– de engordar y criar animales en batería, estresados y aceleradamente; será por eso por lo que se le llama ganadería industrial o intensiva, porque pareciera que fabricamos cerdos o gallinas como si fueran tuercas o furgonetas.

[char_sherlok] Analizar la contaminación de dioxinas en Alemania nos da muchas pistas. Cojan una lupa, por favor. En primer lugar advertirán que la contaminación de una única fábrica de piensos podría conllevar riesgo sanitario para muchas personas. Es decir, la lupa nos permite visualizar que este sistema de producción ha perdido su autosuficiencia. Las granjas industriales de cerdos, vacas o gallinas ya no se alimentan con las materias primas de la misma finca o de fincas cercanas, sino que funcionan totalmente desintegradas de la tierra y el territorio donde se instalan. Necesitan –son 100% dependientes– alimentos a modo de pienso que llegan del exterior.

Además, el modelo político neoliberal ha favorecido una gran concentración del poder en este punto de la cadena alimentaria, y son muy pocas las empresas que controlan todo el mercado de piensos para ganadería. Así, una sola partida de piensos en mal estado contamina a millones de

animales. Un dato: una única empresa controla casi el 20% del pienso que se produce en España.

Sin autonomía, los costes de cualquier granja dependen de los mercados mundiales de materias primas, y si –como está ocurriendo en estos meses– la especulación con los cereales o leguminosas provoca un alza de precios en la Bolsa de Chicago, los precios de los piensos de las granjas de Extremadura o Castilla se verán afectados. En definitiva, se trata de un modelo que ha hecho desaparecer de nuestros campos a muchas pequeñas ganaderías.

En segundo lugar, dicen las informaciones que una de las hipótesis de la contaminación del pienso en Alemania es el uso de aceites contaminados procedentes de fábricas de biodiésel por un exceso de pesticidas en la soja del que emana este combustible verde. Si ampliamos estos datos con la lupa que tenemos en la mano, observaremos con preocupación qué les dan de comer a los animales que posteriormente serán nuestro alimento: residuos que los automóviles vomitarían (¿recuerdan hace dos años los debates sobre las bondades de estos agrocombusitibles y cómo nos decían que no competirían con la alimentación de las personas? No, no se complementan, lo rico para los coches, los desechos para

las personas) llegados de monocultivos de soja de América del Sur. Son las mismas cosechas de las que se han apropiado oligarquías, terratenientes y grandes corporaciones, expulsando del campo argentino, boliviano, uruguayo, paraguayo… a millones de pequeñas y pequeños campesinos que hoy duermen bajo techos de cartón en las villas miserias.

Los que se quedaron en el campo denuncian constantemente cómo el uso excesivo de pesticidas envenena sus aguas, sus tierras y sus vísceras. Sí –han acertado–, los mismos pesticidas sospechosos del biodiésel.

Vamos, que en uno de los platos de la balanza de la ganadería industrial pueden sumar pobreza en el medio rural, riesgos sanitarios y destrucción del medio ambiente y, en el otro, su capacidad de producir muchos alimentos (o pseudoalimentos).

Sin embargo, tenemos otra forma de producir alimentos de origen animal: la ganadería a pequeña escala extensiva y trashumante, que –en comparación– aporta muchos más beneficios. Comporta un manejo mucho más respetuoso con los animales; genera productos alimenticios de gran calidad; permite aprovechar y mantener ecosistemas de enorme valor ecológico y ambiental, como las dehesas y los pastos de montaña, al igual que aprovecha enormes superficies no aptas para la agricultura; contribuye de manera eficaz a incrementar la materia orgánica y a conservar la cubierta vegetal de los suelos más pobres; contribuye a amortiguar el cambio climático; es un arma eficaz para el control de la proliferación arbustiva y la prevención de incendios; y –fundamental– se convierte en una actividad sostenible que permite a la población en el medio rural involucrarse directa o indirectamente en otros sectores económicos como pequeñas industrias de transformación de alimentos, hostelería o del mantenimiento de los paisajes.

En suma (y esta es mi respuesta al interrogante inicial): hay que poner límites a una ganadería intensiva con la que sólo ganan las grandes corporaciones de la alimentación”.n

Detectives en las granjasGUSTAVO DUCH GUILLO/PÚBLICO

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JOSÉ PEDRO MARTINS/NOTICIAS ALIADAS

El Pantanal es una inmensidad de 147,574 km2 y es parte de un territorio más grande aún, la cuenca del Alto Paraguay, lo que suma 362,376 km2 sólo en territorio brasileño, el doble del tamaño de Uruguay. Si bien es el bioma, o paisaje bioclimático, mejor conservado de los seis que existen en Brasil —sólo el 15% de su vegetación original ha sido deforestada—, ya presenta graves signos de degradación, como la continua matanza de caimanes y la falta de una eliminación adecuada de gran parte de los residuos urbanos.

Hay grandes intereses económicos que se están volcando hacia esta región suroccidental, generando preocupación entre ambientalistas, científicos y, sobre todo, sus habitantes, todos unidos en la búsqueda de un desarrollo sostenible de esta parte del país.

Lamentablemente, todavía es poca la atención que la sociedad brasileña e internacional presta al Pantanal —el humedal más grande del mundo ubicado entre los estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul— contrariamente a lo que ocurre con la Amazonia. Y eso, a pesar de que el Pantanal es Patrimonio Natural de la Humanidad y Reserva de la Biosfera de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Sin embargo, un claro indicio de que el Pantanal está ocupando un lugar cada vez más importante en la agenda científica brasileña ha sido la creación de dos nuevas instituciones científicas en los últimos años, en el ámbito del Ministerio de Ciencia y Tecnología, orientadas directa o indirectamente a la región. Son el Centro Nacional de Investigaciones del Pantanal, con sede en la Universidad Federal de Mato Grosso (UFMT), en Cuiabá, y el Instituto

Nacional de Ciencia y Tecnología en Áreas Húmedas, también bajo la coordinación de la UFMT.

La gran pregunta es cómo el Pantanal puede desarrollarse sobre bases sostenibles, conservando su impresionante biodiversidad y bienes naturales. Se debe determinar cómo se seguirá desarrollando la ganadería en la región.

Ganadería certificada

La ganadería existe en el Pantanal desde inicios del siglo XVIII y, a diferencia de lo que viene sucediendo en la Amazonia, allí no se ha producido deforestación intensiva para la generación de pastos, como indica un estudio coordinado por la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa)-Pantanal, que contó con la participación de varias organizaciones no gubernamentales.

El ganado de los pantanos se alimenta de pastos naturales y cultivados, pero incluso en el periodo de sequía la oferta alimentaria es grande. Los animales buscan alimentos incluso en los capões, agrupaciones dispersas de árboles, como si fueran islas. Los capões llegan a tener decenas de especies de plantas.

Ya se practica la ganadería orgánica, y hay una fuerte tendencia a ampliar la ganadería certificada en el Pantanal, según el presidente de la Asociación Brasileña de Ganadería Orgánica, Leonardo Leite de Barros. “El consumismo consciente está aquí para quedarse”, afirmó en una mesa redonda durante el V Simposio sobre Recursos Naturales y Socioeconómicos del Pantanal, celebrado a fines del 2010 en Corumbá, Mato Grosso do Sul.

El Pantanal tiene cerca de 4 millones de cabezas de

PANTANAL

un paraíso para preservar

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ganado, 2% de la carne de vacuno brasileña, de 200 millones de cabezas, una de las más grandes del planeta.

La pesca, otro recurso

“Siempre me han apasionado los peces”, confiesa la doctora Emiko Kawakami de Resende, que llegó en 1985 para trabajar en Embrapa-Pantanal y hoy dirige la institución. Kawakami explica que en esos años se produjo un gran avance en los conocimientos sobre el Pantanal, gracias a los esfuerzos de investigadores, instituciones como Embrapa-Pantanal, la Universidad Federal de Mato Grosso do Sul (UFMS) y la UFMT, entre otras, además del empeño anónimo y generoso de personas como Américo Sousa.

Sousa, de 62 años y pescador desde los 12, conoce “todo” sobre la dinámica de los ríos pantaneros. Y la mitad de esos cinco decenios de experiencia directa con las aguas de la cuenca del Paraguay fue dedicada precisamente a apoyar la investigación realizada por los expertos de Embrapa y otras organizaciones. Con siete hijos, Sousa dice que lo “debe todo” a los ríos, a los peces.

Son personas como éstas las que han propiciado un nuevo panorama para el Pantanal, que tiene la posibilidad de seguir caminos de desarrollo realmente sostenibles, que tengan en cuenta las peculiaridades del bioma y también las demandas, sueños y desafíos de su población.

Si bien los habitantes del Pantanal son apasionados por los ríos, por los animales, por la vida de la región, las dificultades son numerosas.

Una encuesta de la UFMS llevada a cabo por el ingeniero agrónomo Marcos García de Henrique dos Anjos y otros autores entre 35 familias que sumaban 198 personas dedicadas directa o indirectamente a la pesca artesanal en Porto Murtinho, Mato Grosso do Sul, constató algunos desafíos importantes, tales como la disparidad en los indicadores de calidad de vida entre población rural y población urbana.

En la zona rural, 57.14% no tenía títulos de propiedad de su vivienda, y 21.4% vivía en casa cedida. En la zona urbana, 57% tenía casa propia. Aun así, sólo 5% de los hogares en la ciudad contaba con alcantarillado y 48% utilizaba fosa séptica. En la zona rural, 64% consumía agua de pozo y, en la ciudad, 95% era atendida por la empresa estadual de saneamiento.

Una herramienta importante, que tiende a multiplicarse en el escenario del uso sostenible de los bienes naturales en biomas como el Pantanal y la Amazonia, es la zonificación socioeconómica. Un trabajo de Cristhiane Oliveira de Graça Amânciom y otras autoras, de Embrapa-Agrobiología, se llevó a cabo entre la población ribereña de la Comunidad de Castelo, en Corumbá. La zonificación socioeconómica reveló, entre otros puntos, que 59% de los encuestados tenía sólo educación primaria, el mercado local todavía trabaja principalmente a través del trueque y, con la decadencia de la ganadería, la pesca asume cada vez más el papel de generador de proteína animal.

“Al igual que otras comunidades encuestadas, la comunidad presentada aquí ha sufrido de la ausencia de políticas públicas para la región ribereña”, dicen las autoras del estudio. n

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Carlos Chen Osorio es el único sobreviviente de una familia maya achí cuyos miembros fueron asesinados brutalmente por el Ejército en cinco diferentes masacres perpetradas contra los habitantes de Río Negro, en el nororiental departamento de Baja Verapaz, durante los 36 años de conflicto armado en Guatemala.

Chen perdió a 40 familiares y actualmente encabeza la Asociación para el Desarrollo Integral de las Víctimas de la Violencia en las Verapaces Maya Achí (ADIVIMA), con sede en Baja Verapaz, que busca compensación para las víctimas.

Según Chen, no son suficientes las acciones simbólicas llevadas a cabo por el gobierno, tales como haber admitido que el Estado aplicó políticas genocidas contra las comunidades mayas del país.

“Se ha pedido perdón pero con eso no se compran tierras ni se construyen casas”, dijo.

El presidente Álvaro Colom es sobrino de Manuel Colom Argueta, ex alcalde de Ciudad de Guatemala asesinado en 1979 durante la etapa más álgida de la represión militar, y ha tratado de presentar a su gobierno centroizquierdista como heredero de la revolución de 1944, levantamiento contra el dictador Jorge Ubico que marcó el comienzo de una década de gobiernos democráticos bajo los presidentes Juan José Arévalo y Jacobo Árbenz.

Este periodo, conocido en la historia guatemalteca como “la primavera democrática”, terminó abruptamente con el golpe patrocinado por la empresa bananera United Fruit Company y el gobierno estadunidense que temían la propagación del comunismo en América Central.

La retórica gubernamental con frecuencia alude a estos hechos históricos, y la administración de Colom, cuyo lema es “tiempos de solidaridad”, ha presentado numerosas disculpas públicas por las atrocidades cometidas durante el conflicto armado.

En marzo pasado, Colom pidió perdón a los familiares del poeta y combatiente guerrillero Otto René Castillo y su pareja Nora Paiz, quienes fueron torturados y desaparecidos por el Ejército hace 44 años.

Pero durante la ceremonia se produjo un momento embarazoso para Colom cuando un grupo de activistas campesinos irrumpieron en el Palacio Nacional demandando al gobierno poner fin a los desalojos de tierras en zonas rurales, lo cual puso al descubierto el abismo existente entre la retórica oficial, que pone énfasis en la paz, la justicia para las víctimas de la guerra y la necesidad de luchar contra la pobreza y la desigualdad, y la cruda realidad del país.

Para víctimas de la guerra como Chen, las disculpas públicas suenan huecas cuando se ha avanzado muy poco para compensar a los sobrevivientes y terminar con la misma espantosa miseria en las zonas rurales que llevó a que campesinos desesperados se unieran a los grupos

guerrilleros.

Planes de reparación desfinanciados

Se ha asignado al Programa Nacional de Resarcimiento un presupuesto anual de US$13.3 millones: $3.9 millones para gastos administrativos y $9.1 millones para el resarcimiento, incluyendo la construcción de viviendas básicas (una pequeña estructura de cemento de una habitación con techo de hojalata y letrina externa), planes de producción agrícola o artesanal dirigidos a proporcionar fuentes de ingresos a las comunidades, una indemnización de hasta $5,200 por víctima y breves sesiones de terapia para ayudar a los sobrevivientes a superar su terrible experiencia.

Según César Dávila, director del programa, el monto es sólo un tercio del presupuesto establecido por la Ley de la Política Nacional de Resarcimiento, aprobada durante el gobierno del presidente Alfonso Portillo (2000-2004).

Dávila precisó que esto significa que no se podrá cumplir el pedido de 3,000 viviendas en lo que queda del gobierno de Colom, que concluye en enero del 2012.

Respecto a los proyectos dirigidos a lograr la autosostenibilidad de las comunidades, se han llevado a cabo 130 estudios de viabilidad, pero debido a la falta de fondos sólo 20 de los proyectos propuestos serán implementados.

Cuando se cuestionaron las prioridades de la administración de Colom debido a que el programa de resarcimiento carece desesperadamente de fondos, Dávila dijo que el presupuesto solicitado para este año era de $28.8 millones, pero que los partidos de oposición en el Congreso lo redujeron a menos de la mitad, $13 millones.

Sin embargo, fuentes internas que pidieron permanecer en el anonimato por temor a represalias, dijeron que pese a que el presupuesto del programa es claramente insuficiente, aun así con frecuencia se desperdician los fondos disponibles.

La reparación no llega para las víctimas indígenas guatemaltecas

LOUISA REYNOLDS/NOTICIAS ALIADAS

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Por ejemplo, en sólo una semana la oficina del programa gastó $9,800 en llamativa propaganda publicada en diarios nacionales con lectoría urbana de clase alta, pregonando los logros del programa. Esos fondos podrían haberse utilizado en construir cinco viviendas para familias rurales que han pasado años en una lista de espera que parece ser interminable.

¿Hubo guerra civil en Guatemala?

Para las víctimas del conflicto armado, las atrocidades cometidas contra civiles indefensos son difíciles de olvidar.

Sin embargo, para la nueva generación de guatemaltecos que nacieron después que se firmaran los acuerdos de paz en 1996, la guerra nunca ocurrió.

Hasta ahora, el plan nacional de estudios establece vagamente que los maestros deben explicar por qué se firmaron los Acuerdos de Paz, pero por lo general el tema es tratado de manera superficial y sin mencionar los principales motivos por los que ocurrió la guerra.

“Llevo 20 años de dar clases en la universidad y he notado cómo las nuevas generaciones desconocen completamente el tema, no saben ni que aquí hubo guerra”, dice el catedrático Rodolfo Arévalo.

Se supone que eso debe cambiar este año luego que el programa de compensación produjera una serie de materiales de enseñanza sobre los conflictos armados que serán usados en todas las escuelas, incluyendo juegos de serpientes y escaleras para los más jóvenes, donde cada cuadrado en el tablero contiene una pregunta sobre la historia guatemalteca que el estudiante debe responder, y una guía para los maestros sobre cómo abordar el tema y cómo responder a las preguntas que puedan surgir en el salón de clases.

Pero esos esfuerzos, que están dirigidos a asegurar que el holocausto maya no sea olvidado, han sido criticados por veteranos del Ejército y sectores de derecha que se niegan a admitir que se cometieron atrocidades.

“Hay quienes insisten en que no es bueno hablar de este tema. La firma de la paz fue simbólica, sigue estando el dominio de la oligarquía. En algunos colegios privados lo enseñan y los padres se quejan. En la nación, en el fondo, no hay interés por lo que pasó”, dijo la maestra Rossana Pinillos. n

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La mecanización de la cosecha de caña, que se impuso para evitar que los incendios de los cañaverales siguieran contaminando el aire, ha mejorado el suelo de las zonas cañeras del sureño São Paulo, el estado que produce más azúcar y etanol de Brasil.

Tradicionalmente, la paja de la planta Saccharum officinarum se quemaba para facilitar el trabajo de los cortadores de la caña. Ahora queda en el suelo, fertilizándolo, manteniendo su humedad y evitando la erosión.

Este residuo vegetal deja en cada hectárea unos 45 kilogramos de potasio, dijo a Tierramérica el agrónomo Gustavo Nogueira, gerente técnico de la Asociación de los Plantadores de Caña del Oeste del Estado de São Paulo (Canaoeste).

Los productores están obligados a terminar con las “quemadas” para 2014 en las llanuras paulistas, forzando la mecanización que ya alcanza a 70 por ciento del monocultivo. La legislación concede una tolerancia de hasta 2017 para las tierras con declives superiores a 12 grados, que impiden operar con las actuales cosechadoras.

En los sitios donde la recolección mecánica se implantó hace tiempo, hay cañaverales productivos por “siete u ocho años”, cuando lo usual son cinco, afirmó Manoel Ortolan, presidente de Canaoeste, una organización que sin embargo tiene su sede y la mayoría de sus socios en el noreste del estado paulista.

“La paja recupera la microflora del suelo y puede elevar a 12 y 15 años la longevidad de la caña”, haciéndola casi “perenne, un resultado fantástico”, dijo Ortolan a Tierramérica en su oficina en Sertãozinho, una ciudad donde los cañeros controlan por lo menos tres manzanas con oficinas, sedes de cooperativas, supermercados y una gasolinera.

Además, muchos agricultores aprovechan la “reforma” anual de sus cañaverales en casi un quinto de sus tierras, para sembrar maní o soja después de erradicar la caña vieja y antes de plantar la nueva.

Se promueve así la fertilización, ya que esas oleaginosas fijan en el suelo el nitrógeno que captan del aire. En consecuencia, el noreste de São Paulo produce 80 por ciento del maní brasileño, informó Nogueira.

La caña de azúcar

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La historia de la caña en Brasil “mató dos pájaros de un tiro”, según Cícero Junqueira Franco, veterano hacendado y empresario azucarero. La producción nacional se multiplicó por siete desde 1975, cuando el gobierno decidió obtener alcohol carburante por una razón económica --reducir las encarecidas importaciones de petróleo--, pero su gran efecto fue ambiental, señaló.

El etanol mezclado a la gasolina elimina el plomo de ese combustible derivado del petróleo, y eso mejora la calidad del aire en las grandes ciudades. “Sin el alcohol, São Paulo estaría sofocado en contaminación”, arguyó Franco.

Pero Manoel Tavares, presidente de la Asociación Cultural Ecológica Pau Brasil, considera un desastre el monocultivo exclusivo de caña en la llamada Región de Ribeirão Preto, que comprende 85 municipios, tres millones de habitantes y 50 centrales azucareras y alcoholeras en el noreste de São Paulo.

Antes de que se implantara el Programa Nacional del Alcohol en 1975, los bosques cubrían 25 por ciento de esta región. “Ahora ocupan solo cuatro por ciento”, lo que “altera el régimen de lluvias, reduce la humedad y aumenta el calor”, destacó el ambientalista, un agrónomo dedicado al comercio de miel que exporta sobre todo a Asia.

Tavares debe buscar la miel en otros estados, ya que la caña extinguió la producción local, expulsando a las abejas. Ribeirão Preto “tenía 2.500 colmenas hace 30 años”, recordó.

La región, que había sido gran productora de alimentos diversos, pasó a ser “importadora” de arroz, frijoles, leche, café y hortalizas, dijo Tavares a Tierramérica.

La caña, añadió, ha provocado una “reforma agraria al revés”, con una “inquietante” concentración de la tierra en pocos dueños y la exclusión de los pequeños propietarios.

Además, acotó, la napa freática regional y el Acuífero Guaraní, fuente de agua de muchas ciudades de São Paulo, están amenazados por las filtraciones de agrotóxicos y de vinaza, un líquido oscuro que es el principal desecho de la destilación de alcohol.

Las autoridades ambientales ya encontraron “aguas contaminadas”, pero esos delitos quedan impunes por la “connivencia” de los órganos oficiales, acusó. Además, las quemadas continúan y afectan con su hollín la salud pública.

La vinaza supo exterminar peces en muchos ríos de São Paulo y de otras zonas cañeras, al intensificarse la producción de etanol. Por cada litro de ese combustible se generan 10 del residuo, y los derrames en los cursos de agua se hicieron frecuentes.

Pero el uso de vinaza para fertilizar los mismos cañaverales, pues es rica en potasio y en otros nutrientes, logró controlar esos desastres ambientales.

Hoy la vinaza es un subproducto valioso que puede tener otros usos, como medio multiplicador de algas para producir biodiésel, o como base de fertilizantes tras una deshidratación parcial o la extracción del potasio, apuntó Octavio Valsechi, director del Departamento de Tecnología Agroindustrial de la Universidad Federal de São Carlos.

Los ríos locales “ya dan peces, hace tiempo que no reciben vinaza”, y el Acuífero Guaraní --compartido con Argentina, Paraguay y Uruguay-- sigue abasteciendo a muchas ciudades sin problemas, aseguró João Borges, médico que asiste a los empleados de la Usina (reactor) Santo Antonio en Sertãozinho, a 20 kilómetros de la ciudad de Ribeirão Preto.

Borges, premiado por sus logros en reducir drásticamente la mortalidad infantil en Barrinha, la ciudad más pobre de la región, y por rehabilitar a muchos trabajadores discapacitados por accidentes o enfermedades laborales en la industria azucarera, tampoco cree que sea grave el hollín de las “quemadas”.

Se trata de partículas grandes que “no llegan a los pulmones”, explicó, y el humo dura poco, como “fuego de paja”, una expresión que indica algo efímero.

La caña tiene “una genética que tolera enfermedades” y exige menos plaguicidas que otros cultivos, como el algodón y la soja. Además, una intensa investigación desarrolló variedades más resistentes y el control biológico de insectos, añadió Tadeu Andrade, director del Centro de Tecnología Cañera, creado por una cooperativa de centrales sucroalcoholeras.

La caña “refertiliza” la tierra, que necesita pocos agregados químicos para sostener la producción indefinidamente, como ocurre en antiguas zonas cañeras de Brasil que experimentan un nuevo aumento de rendimientos, sostuvo.

Las potencialidades ambientales de la caña se aprovechan al máximo en dos plantas de Sertãozinho, São Francisco y Santo Antonio, que producen el azúcar Native y otros alimentos orgánicos.

Cultivan dos abonos verdes, la crotalaria y el fríjol terciopelo (Mucuna pruriens) para nutrir la tierra y reforestan todo espacio posible.

Los dueños, de la tradicional familia azucarera Balbo, son reconocidos por su sensibilidad social y ambiental, tanto por el ambientalista Tavares como por dirigentes sindicales.n

La caña de azúcar MARIO OSAVA/IPS

fertiliza su propia tierra

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En 1970, J. A. Silva Michelena publicó un libro que tituló: Crisis de la Democracia , el mismo formó parte de una investigación que adelanto el Centro de Estudios del Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela (CENDES-UCV), a partir de 1962: Cambio Político en Venezuela.

De manera premonitoria, el autor señalaba que la naciente democracia venezolana engendraba una “crisis potencial”, ya que los mecanismos establecidos para su funcionamiento agudizarían -en el corto tiempo- las diferencias entre pobres y ricos.

Las grandes mayorías más allá de participar en la elección del presidente de la República y de los representantes a los cuerpos deliberantes, tenían bloqueada la participación para decidir su propio destino; así como también se constataba que la mediana y alta burguesía nacional no tenían un verdadero espíritu empresarial, su inclinación era más bien a participar en actividades especulativas; y, del lado de los funcionarios del gobierno, se evidenciaba que una mayoría de estos tampoco podían llevar adelante un programa de transformaciones desarrollistas, verdaderamente progre-sista, que fuera capaz de revertir las tendencias conservadoras existentes.

Pero, sobre todo, estableció la predicción de que era muy probable que la economía venezolana, para 1984, entrara en una nueva crisis.

Cuanto acierto en sus predicciones. El gobierno de entonces, presidido por Rafael Caldera, consideró que los resultados de la referida investigación “eran tendenciosos ya que mostraban que el sistema democrático era incompatible con el desarrollo”.

Cierto es que, la manera como se estructuró y funcionó, el modelo de desarrollo capitalista en Venezuela impidió que los venezolanos pudiésemos alcanzar mayores y mejores logros. Cierto es, igualmente, que el escepticismo, la inconformidad y la frustración se apoderaron de muchos compatriotas.

Pues bien, nuestra convicción acerca de la necesidad de construir en la Patria de Bolívar, Zamora y Simón Rodríguez, un nuevo modelo de desarrollo, nos conduce a afirmar que algunas de las predicciones que J. A. Silva Michelena formuló, como elementos catalizadores de la crisis de la formación social venezolana capitalista, aún perviven.

Reconocidos, a nivel nacional e internacional, han sido los logros alcanzados por la revolución Bolivariana.

Las diferencias entre pobres y ricos, cada vez son menores; se ha establecido una mayor y más justa equidad en la distribución de la riqueza nacional; cada vez es mayor la participación de las grandes mayorías en las decisiones de la vida nacional, la democracia participativa y protagónica, a través de los consejos comunales, cada día es más real; pero sobre todo, tenemos un proyecto de país.

El Proyecto Nacional âSimón Bolívarâ, Primer Plan Socialista del Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013, constituye un

verdadero programa de Planificación Estratégica, de largo aliento.

Pero, aún tenemos retos. Si en verdad queremos construir un nuevo ethos social venezolano, debemos erradicar los elementos de âracionalidad tribalâ, que aún perviven en la sociedad venezolana. Ellos, condujeron en el pasado a hacer de la distribución del ingreso generado por la renta petrolera; del ensanchamiento de la inserción social del líder carismático por vía del compadrazgo, el personalismo, la protección mítica, la astucia, el machismo, el patriarcalismo, una relación clientelar al amparo del Estado, como agente y gerente de la venezolanidad; debemos ser más eficientes y eficaces, en el ejercicio del gobierno; aún cuando hemos avanzado en la diversificación y crecimiento de nuestra producción, la renta petrolera sigue signando nuestra economía.

Ante ellos, no nos amilanamos. Cada día nos alejamos más de las oprobiosas injusticias sociales del pasado y nos aproximamos al reino de la felicidad.n

José Agustín Silva Michelena y el Socialismo del Siglo XXI

NELSON PINEDA PRADA/PROFESOR ULA

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Tantear una sistematización, en una versión condensada de las experiencias que son identificables, para contextualizarlas dentro de un determinado Modelo Socialista, en los más de sesenta años transcurridos desde la fundación de la Nueva China, por convención pueden, en general, enmarcarse en dos grandes etapas: 1949-1976, y desde 1978, hasta nuestros días. Igualmente, en el primer periodo son destacables cuatro momentos distintivos, cuyos rasgos matrices revelan especificidades, continuidad o adaptación de prácticas reconocidas en los paradigmas socialistas imperantes en la época, así como el tránsito por fallidos intentos de ensayar auténticas herejías alternas al socialismo real.

Sin embargo, cualquier análisis del pasado, presente y futuro económico- político-social de China, para situarse en terreno objetivo no puede obviar, al menos dos factores. El primero, lo constituyen los más de cuatro milenios de historia escrita que acumula su muy especial civilización, lo que la hace una de las de mayor continuidad histórica en la aldea global que ya es el planeta Tierra. El otro, el materialismo histórico – asociado a la obra filosófico-económica de Karl Marx1 --, es el resultado del desarrollo cultural de la Europa Occidental; su trasplante a China dio lugar a una apropiación herética en una sociedad de raíz campesina. El mérito de hacer que el campo rodeara a la ciudad le correspondió a Mao Zedong.

Así, un referente previo a la proclamación (1/10/1949) de la RPCh resultó la primera sesión plenaria (9/1949) del Consejo Consultivo Político del Pueblo Chino (CCPPCh) con la presencia de más de 600 delegados. Instancia que formó inicialmente una especie de Frente Popular con representantes de las minorías nacionales, de los partidos ((8) políticos democráticos2, del Ejército Popular de Liberación (EPL), organizaciones populares, de las distintas regiones

del país, chinos de ultramar, así como personalidades patrióticas invitadas a título personal. Este cónclave aprobó un Programa Común que desempeñó el papel de Constitución hasta la aprobación, en 1954, de la Carta Magna de la Nueva China.

Es oportuno señalar que en los inicios de la década de 1940, en uno de los trabajos en que Mao analizó la situación específica de la lucha revolucionaria en China, avanzó el concepto que denominó Nueva Democracia. Argumentó el largo proceso (20-30 años) que para China significaba la perspectiva socialista, dado el carácter semicolonial, semifeudal3 y la necesidad de superar el gran retraso económico. De este modo, la etapa de la reconstrucción se apoyó en un programa político basado en una alianza interclasista constituida por obreros, campesinos, pequeña burguesía y la burguesía doméstica no vinculada con el invasor nipón

ni al capital extranjero. Asociación simbolizada en las cuatro pequeñas estrellas de la bandera nacional.

II

Esa idea soslayó establecer un régimen del tipo de dictadura del proletariado y tampoco se aproximó a las democracias populares surgidas en el ámbito centro-europeo. Así, 1949-1952 transcurrió bajo la fórmula de la Nueva Democracia que, en estricto sensu, es identificable con la fase democrático-burguesa en el proceso revolucionario socialista de China. Además, en el trienio fue estructuró un programa con el propósito de lograr la recuperación económica en breve tiempo. Para finales de 1952 las medidas de reactivación y los cambios introducidos en la economía industrial, agrícola y en el comercio rindieron frutos. Se logró que las principales manufacturas y producciones agropecuarias superaran

Las herejías socialistas en ChinaJULIO A. DÍAZ VÁZQUEZ

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los niveles máximos alcanzados antes de la guerra.

Asimismo, en 1950 se aplicó una reforma agraria que eliminó a los grandes señores feudales y propietarios rurales ricos. Para fines de 1952 ya se habían distribuidos 43 millones de ha. que beneficiaron a unos 300 millones de campesinos pobres. Fueron confiscados los capitalistas que colaboraron con los ocupantes japoneses, el burocrático, las industrias y comercio cuyos propietarios huyeron del país. A la vez, medidas de nacionalización se le aplicaron a las empresas extranjeras, bancos ferrocarriles y grandes capitalistas nacionales.

En las actividades artesanales se estimuló la formación de cooperativas; se favoreció el ordenamiento de un mercado nacional único, mediante la integración de pequeños comerciantes, vendedores ambulantes y cooperativas comerciales. Al mismo tiempo, fue combatió con firmeza la especulación, el juego, prostitución, así como establecidos rígidos controles de precios.

Una peculiaridad específica de China, en relación con otros procesos socialistas, lo constituyó el peso relativo en la producción de bienes de amplio consumo popular que poseían los pequeños y medianos empresarios capitalistas. A este sector le fueron otorgadas ciertas libertades de maniobra; se asociaron sus producciones a los requerimientos estatales, a través de la compra de los productos, suministros de materias primas, financiamientos, participación en los beneficios pero, manteniendo los dueños la dirección de sus actividades.

Por otra parte, la unificación

territorial continental (excepto en los enclaves coloniales de Hong Kong y Macao) dotó a China, por primera vez, en cientos de años, de un único poder central. Igualmente, a la irrupción de una nueva clase de campesinos propietarios, susceptibles de comprar, vender y alquilar sus tierras, se sumaron los logros evidentes en todas las esferas de la sociedad que sirvieron para consolidar y afianzar la base popular del nuevo poder constituido en el país.

Además, las finanzas fueron reformadas con la fundación del Banco Popular de China (BPCh); confiriéndosele a esta institución todos los derechos de emisión de papel moneda, la asignación y control financiero, así como el curso monetario del país. Quedó instituido el signo legal de la moneda de la nación con la introducción del renmimbi (moneda del pueblo) que se subdividió en la denominación de yuan (billete o metálico monetario principal), acompañado de otras fracciones, jiaos y fenes en acuñaciones metálicas.

De este modo, al concluir 1952 la RPCh había estructurado una economía mixta; integrada por un sector estatal (socialista), el cooperativo (capitalista-estatal), privada, el individual artesano y el campesino. Aunque, persiguiendo los objetivos propuestos de construir el socialismo tuvo prioridad todo lo que tendiera a fortalecer el desarrollo de las ramas estatales; entendidas como garantes del futuro y condición indispensable para reformar las demás sectores de la economía.

En la práctica, el Programa Común había recogido las direcciones principales para el enrumbar hacia el socialismo en la Nueva China.

III

Sin embargo, los éxitos obtenidos en la reconstrucción del país en el trienio 1949-1952 dieron fundamentos para que (8/1952) el propio Mao asumiera que la transición al socialismo era posible resolverla en una etapa de 10-15 años. Así, en 1953-1957, fue puesto en marcha el I Plan Quinquenal de Desarrollo Económico-social de China. Se inspiró en la experiencia soviética adoptando, entre otras categorías: planificación centralizada de la economía, nacionalización de la industria y la propiedad estatal de los medios fundamentales de producción.4

El Plan se orientó a la rápida industrialización del país, con especial énfasis en la industria pesada y la socialización de la agricultura; esta última tuvo tres ejes: autosuficiencia alimentaria, generar excedentes para la acumulación productiva y facilitar mano de obra para el desarrollo industrial. Otro objetivo político-económico contempló la eliminación gradual de la propiedad privada, con trato diferenciado a seguir en el campo y la ciudad.

En 1953-1956 fue nacionalizado el sector privado urbano; una gran mayoría de propietarios se transformaron en rentistas públicos. El Estado fijó las metas productivas, suministró materias primas y distribuía la producción; en contrapartida los empresarios recibían bonos que rentaban determinados tipos de interés. Así, a fines de 1956 más de 60 mil instalaciones fabriles y 280 mil comercios mixtos (privados-estatales) operaban nacionalmente; otros 20 mil pequeños negocios y 2 millones de comercios chicos fueron organizados en cooperativas.

El sector agropecuario, desde 1953 fue transformándose al pasar de los equipos de ayuda mutua (grupos de 6-7 familias) que usaban de conjunto las herramientas, animales y suelos, a formas más avanzadas de cooperación. La tierra, equipos, el trabajo y otros recursos eran compartidos, aunque conservando la propiedad de los medios de producción. En 1956 el 96% de los campesinos y el 90% de la tierra cultivable se agruparon en cooperativas de producción. Entre 1952-1957 los cambios de signo (tabla 1) en las formas de propiedad fueron significativos.

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Pero, el sector agrario chino no escapó a la fórmula que ha estado presente en las experiencias socialistas conocidas en las relaciones campo-ciudad: vender caro - comprar barato. Además, soportó elevados impuestos; se programó que aportara el 80% del fondo inversionista. A la vez, la densidad demográfica obstaculizó la mecanización agrícola, necesaria para la rápida elevación de la productividad del trabajo.

Por otro lado, el Plan se benefició de la amplia y multifacética colaboración con los países socialistas, en especial con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Asumió la construcción del núcleo central de las obras (156) para el desarrollo de la industria pesada; envió unos 3 mil especialistas; recibió en Moscú 12 mil estudiantes y facilitó abundante documentación científico-técnica. Aunque los recursos inversionistas externos rozaron solo el 3% del total de lo invertido. Los intercambios comerciales con el bloque de Europa Oriental y la URSS, desde 1954, alcanzaron el 80%. Factor que sirvió para contrarrestar las restricciones impuestas por los socios comerciales occidentales, así como el positivo papel que desempeñó implantar el monopolio del comercio exterior.

El Plan 1953-1957 arrojó resultados innegables. La renta nacional (RN) creció a un ritmo anual cercano al 9%; la producción industrial al 18% y la agricultura al 4.5%. La estabilidad de los precios proporcionó una sensible mejoría en el nivel de vida de la población. No obstante, los éxitos no estuvieron exentos de costos sociales y económicos, entre otros, industrialización sin desarrollo urbano, desproporciones en los ingresos citadinos y rurales, etc. Así, en el VIII

Congreso del PCCh (9/1956), entre sus documentos, aprobó las líneas generales para el II Plan Quinquenal (1958-1962). En lo esencial, mantuvo el mismo rumbo estratégico seguido, el ya ensayado modelo económico soviético.

Sin embargo, según diversos sinólogos palpitaban en la cúpula del PCCh sutiles diferencias. Una favorecía las experiencias probadas; la otra abogaba por acelerar el proceso de cambios económico-sociales apoyado en las propias fuerzas. Mao y otros dirigentes serían los abanderados de esta segunda ruta. Posturas que es factible deducirla de varios trabajos de Mao, entre ellos, Sobre las diez grandes relaciones (25/4/1956); plantea de forma abierta que la construcción socialista se ajuste a las condiciones específicas de China; interpretándose como el abandono oficial del modelo soviético; sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo (27/2/1957); y posteriormente,

Que cien flores se abran y que compitan cien escuelas ideológicas5.

IV

Así, 1958 marcó un nuevo derrotero en el devenir de la sociedad china, con el paso a la línea propugnada por Mao. Surgió una nueva ortodoxia (herejía) socialista; la consigna que el desarrollo económico quedara concentrado en veinte años en un día se materializó en la política del Gran Salto Adelante; generalizó las Comunas Populares. La política ocupó el puesto de mando. En (4/1958) 43 mil campesinos de la provincia de Hunan, integrantes de 27 cooperativas agrícolas, decidieron agruparse para cultivar mejor la tierra, construir industrias locales, cavar canales de riego, trazar caminos, levantar escuelas, etc.; en una palabra, avanzar hacia rápidos progresos en las áreas económico-sociales.

La revolucionaria asociación fue bautizada con el nombre de Sputnik. El (7/81958) fueron publicados sus estatutos; el (29/8/1958) el Pleno del Comité Central del PCCh adoptó una resolución histórica que festejó el nacimiento, y deseó la multiplicación de las comunas populares. Antes de fin de año unas 740 mil cooperativas agrícolas dieron paso a 26 mil comunas. Cada una agrupó, por término medio, unas 5 mil familias. En lo orgánico y estratégico, parecieron constituir unidades básicas de organización del Estado y la sociedad

Tabla 1TRANSFORMACIÓN DE LA ECONOMÍA CHINA EN %

Agrupación 1952 1957 Sector estatal 19 33Sector mixto 3 8Sector cooperativo - 56Sector privado 78 3

Total 100 100

Fuente: Confeccionada a partir de Adler Salomón, La economía China, Fondo de Cultura Económica, México, 1957, Págs. 80-115.

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de China. Su accionar abarcó, de modo integral, aspectos económicos, sociales, políticos e incluso militares.

Las comunas constituyeron estructuras cercanas a Estados en miniatura. El régimen financiero estaba dominado desde el Gobierno Central. Pero, las asociaciones controlaban las relaciones con el exterior, así como el sector nacionalizado: depósitos de maquinarias, talleres de reparaciones, pequeñas industrias auxiliares, etc. En las instancias inferiores, fueron delegadas responsabilidades en las brigadas (prefecturas) que supervisaban los equipos de base, esto es las municipalidades.

La planificación y el control centralizado de las empresas se redujeron hasta un 27%; la mayoría de las unidades productivas quedaron sujetas a las autoridades locales, regionales o provinciales. La estrategia consistió en que el crecimiento económico-social acelerara la revolución; todos los sectores de producción tendrían misiones iguales, con atención especial a la agricultura. Los objetivos de inversión no se centraron en grandes unidades; se enfatizó en las tendencias igualitarias en las fábricas – y fuera de ellas -, para conjurar el surgimiento de diferencias en lo social entre los obreros, campesinos y otros grupos de la población. Primó el principio de comer de la olla común y se debilitaron los mecanismos monetario-mercantiles.

En tanto, el desempeño económico de 1958-1960 ofreció rasgos dispares al tratar de conjugar elementos de racionalidad económica, y por otro lado, sustentar las medidas aplicadas en la economía sobre pilares subjetivos, ideológicos y movilizativos. El II Plan Quinquenal resultó un fracaso. El balance del Gran Salto indica que redujo el ritmo de crecimiento de la RN hasta un 3% anual; la producción agrícola cayó en un 4%; se agudizaron las diferencias estructurales de la economía6. En lo humano, quedó la tragedia de los dilates económicos y fenómenos naturales, con su secuela de hambrunas y un saldo de muertes estimado en 30 millones de personas.

Las deformaciones creadas por el Gran Salto Adelante fueron sometidas a rectificación en 1961-1965 bajo la consigna de reajuste-consolidación-

completamiento y elevación, condensadas en el llamado a caminar sobre las dos piernas. Se propugnó un crecimiento más equilibrado de la industria y la agricultura. El igualitarismo imperante en las comunas se debilitó a favor de mayores incentivos materiales a la producción; los campesinos recibieron autorización para explotar parcelas individuales.

La planificación fue reforzada, fueron reducidos los tamaños de las comunas, aumentando su número hasta las 74 mil; estimuladas las actividades anexas personales como la artesanía. Especial énfasis se puso en el fomento de la ciencia, la tecnología, la modernización, el incremento de la productividad, los sistemas de incentivos, los controles financieros y contables en las empresas.

Así, la restauración moderada ejecutada propició un notable auge económico. Entre 1963-1965 la RN mostró un elevación cercana al 15%; la producción agrícola, en un 11%; la industria, en un 18%. Por primera vez, la industria ligera aventajó el ritmo de incremento de la pesada, aunque las disponibilidades de bienes de consumo no superaban los de 19577. El pragmatismo que parecía imponerse en el ordenamiento de la economía tenía de cabezas visibles a Liu Shao-qui, Presidente de la República; Deng Xiaoping, Secretario General del PCCh8; y Zhou En-lai, Primer Ministro.

Sin embargo, entre 1962-1965,

Mao, personalmente y en los viajes que realizó por el interior del país, emprendió una sutil crítica al desempeño económico en curso, en particular en la agricultura. Enfiló las diatribas contra la cierta autonomía concedida al sector y al cultivo de las parcelas individuales por los campesinos. Denunció una supuesta facción burguesa en el PCCh que procuraba volver al capitalismo, al apoyar, entre otras razones, el empleo de medios y palancas mercantiles e incentivos materiales, descalificando las políticas económicas aplicadas. Propugnó un socialismo perfecto que preservara la teoría y pureza del marxismo; y situó la lucha de clases en el centro político-económico.

El despliegue de lo que sería la búsqueda de un tercer modelo a través de una segunda opción ortodoxa (herejía) socialista, la Gran Revolución Cultural Proletaria, la dio el dazibao (periódico mural) colgado en la pared de la Universidad de Beida (Beijing, 6/1966). Se llamó Cultural por iniciarse con la crítica en la esfera de la cultura; además, aportaría, según el proyecto ideado por Mao, un nuevo y resplandeciente socialismo. En la puerta del Comité Central del PCCH (5/8/1966) Mao colocó su propio dazibao, cuyo título bombardeen los estados mayores resultó todo un programa. Rápidamente se desató una virulenta campaña contra los cuadros del Partido y dirigentes estatales acusados de defender la línea capitalista. Fueron reprimidos, entre otros líderes, Peng Zhen, Luo Ruiquing,

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Lu Dingyi, Yang Shangkun, Liu Shao-qui y Deng Xioaping9.

La punta de lanza de la ofensiva de las masas destapada por la revolución cultural, recayó en los guardas rojos, destacamentos de la juventud seducidos por el culto a la personalidad de Mao. El radicalismo doctrinal izquierdista instaba a combatir lo antiguo y burgués. A fines de 1967, una vez borrada la oposición dentro del Partido, y consolidados los dictados y el lugar protagónico de Mao, se procedió a la reordenación social -- proceso en el que ejerció influencia la intervención de las tropas del ((8/1968) Pacto de Varsovia en Checoslovaquia --, al ajuste de la economía a parámetros de naturalización y suprimir elementos monetarios-mercantiles. Los guardias rojos fueron desmovilizados; la gran mayoría fue enviada al campo.

La economía sufrió un duro retroceso de 1966-1968. La planificación fue desarticulada, los comités de fábricas del Partido desplazaron a los gerentes y los resortes monetarios e incentivos materiales fueron liquidados. Los vínculos empresariales se naturalizaron y las relaciones de mercado se anularon en la práctica. La agricultura retornó al colectivismo de las comunas; las áreas privadas cultivadas disminuyeron del 15% al 5%. Los mercado-bazars y ferias libres casi desaparecieron. Pero, resultó paradójico que la industria rural fuera estimulada como complemento de las actividades agrícolas.

Tampoco faltó en este curso del desarrollo económico-social de China la glorificación de las virtudes, en mucho inspirado en las experiencias del período heroico de Yenan; y se entronizó el intento de crear el llamado modelo maoísta; encarnación ideal de un socialismo austero. Esta peculiar concepción social justificó el envío de intelectuales, profesionales y citadinos al campo para aprender de las fortalezas del proletariado. Modelo que la (ultra) izquierda socialista identificó como opuesto a la ortodoxia del proyecto europeo del socialismo real.

El desempeño económico sufrió la caída de la producción de casi un 14% en 1967 y de un 5% en 1968. La agricultura decreció cerca de un 3%; solo los ramos vinculados con la defensa y la industria espacial mostraron índices positivos. China explotó con éxito su

primera bomba atómica en 1964; y en 1970 puso en órbita el primer satélite. El IV Plan Quinquenal (1968-1972) intentó relanzar las tareas económicas: la tasa de acumulación fue del 37%; el incremento del producto bruto interno (PIB) se fijó en el 6%. El crecimiento medio de la producción industrial mostró los males que aquejó a la economía entre1956-1975. En 1953-1957 la industria pesada creció un 25% y la ligera un 13%; en 1975 fue de un 1% y un 2%. El PIB en 1965-1976 aumentó en un 5%.

El V Plan Quinquenal (1973-1977) siguió la tónica del anterior, al intentar estabilizar el desarrollo económico del país y paliar la irracionalidad del remolino tormentoso entronizado en los años de la revolución cultural. En este tiempo se trató de estimular la producción combinando en algo la sensatez económica con la movilización social en torno a los objetivos productivos.

Finalmente, pretender un juicio pleno de lo que significaron las concepciones de Mao, a partir de 1958, en lo que respecta a la formación de un modelo de socialismo chino que se convirtiera en paradigma mundial, resulta una meta que rebasa los propósitos de este trabajo. Además, cuanta el agravante de la ausencia de una valoración científico-académica integral, que tenga en cuenta, ante todo, los involucrados que vivieron y soportaron en carne propia las consecuencias de aquellas gigantescas agitaciones de masas, o en la práctica, una verdadera guerra civil, y sus efectos directos en la población de China

La política en el puesto de mando se impuso como método y guía práctica para las soluciones económicas durante el Gran Salto. Más tarde, al tomarse como base la lucha de clases, empeñarse en la revolución, promover la producción; generalizan en las ciencias sociales los criterios políticos. Primó la tendencia a reducir, absolutizar y llevar a esquemas carentes de contenido los temas de la economía política y la problemática social; ejemplo, el Libro Rojo con citas extraídas de diversos trabajos de Mao y elevadas a verdades absolutas. En el 2006, a 40 años del inicio de la Revolución Cultural, se efectuó en Beijing un evento a puertas cerradas donde académicos y otros expertos de las ciencias sociales debatieron acerca de los sucesos político-económico-sociales entre 1966-1976. Los resultados no han sido publicados10.

No obstante, tampoco puede ignorar que China logró adelantos significativos en el desarrollo económico, e índices económicos de igualdad -- se denominó el país de las camisas azules por ir todos sus ciudadanos vestidos de ese calor --, en la educación, la salud (los médicos descalzos), así como avances en la igualdad de géneros, etc. Por otro lado, lo alcanzado en la industrialización del país se logró sin apenas urbanización, pues los miembros de los diferentes sectores laborales –campesinos, obreros y empleados – carecían de movilidad y, por lo regular, el lugar de trabajo era intransferible y vitalicio; política que privilegió al sector obrero citadino. Los campesinos en particular,

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estaban sujetos al hukou (permiso de residencia), que los ataba a la aldea de modo permanente.

Por otra parte, China careció en lo fundamental, entre otros elementos propios culturales, inspirado en la formación de los peculiares modelos maoístas de socialismo, de un sistema de seguridad social estructurado centralmente. La empresa ofrecía trabajo de por vida, jubilación, vivienda, salud, círculos infantiles, etc. Fue bautizado como el de la garantía de los tres calderos de hierro. En el campo, primó el llamado comer de la olla común. Hoy, subsisten dudas del costo de vidas humanas – no hay cifras oficiales; las usadas, mayores que las de la II Guerra Mundial11, son estimaciones que difieren según las fuentes -- ocasionadas por los experimentos inspirados en la muy particular concepción socialista desarrollada por Mao.

Por último, no puede dejar de citarse que las nociones de Mao confirmaron que la política externa es continuación de la interna. Las razones de Estado encontraron materialización en la división geopolítica de los tres mundos: uno hegemónico, Estados Unidos y la URSS; otro, países desarrollados, incluido Japón y los socialistas; el tercero, los países – más China -- subdesarrollados. Salido a la luz pública el conflicto chino-soviético, Mao consideró que el país era el bastión de la revolución mundial, y utilizó toda clase de asociaciones, incluidas con las fuerzas más reaccionarias; en lo externo, alentó grupos políticos tan extremistas como Sendero Luminoso (en Perú); apoyó al sangriento régimen de Pot Pol, en Camboya, y mantuvo relaciones diplomáticas con el de Pinochet en Chile.

En suma, la obsesión maoísta por sentar las bases de una sociedad en revolución permanente parece confirmar que, todo intento de crear un sistema político-económico-social que posibilita administrar con éxito la pobreza, resulta incapaz de de generar y distribuir riqueza. Aunque no debe pasarse por alto que, en el caso especial de China, la herencia autoritaria y el culto a la personalidad que asumió Mao está unida a un legado histórico de más de 2 mil 200 años.n

Notas1.- El Modelo Socialista Soviético

(1930-1991) construyó y dejó de herencia un instrumental metodológico infalible que elevó a categoría de ciencia social que denominó marxismo-leninismo. Como otras categorías político-económico-filosóficas asociadas a las teorizaciones socialistas como sociedad superior al capitalismo, reclaman un reanálisis donde lo apologético sea separado de lo verdadero científico. El Modelo que el Viejo Topo relegó al museo de la historia, probó que todo régimen social siempre necesita de sicofantes de la ciencia.

2.- Además del PCCh los llamados partidos democráticos son: Liga Democrática de China (1941), Comité Revolucionario del Kuomintang de China (1948), Asociación Democrática de China (1945), Asociación para el Fomento de la Democracia (1945), Partido Democrático de Campesinos y Obreros de China (1930), Sociedad 3 de Septiembre (1944), Liga Democrática y Autonomía de Taiwán (1947), Partido Zhigongdand de China (1925).

3- No es ocioso recordar que el feudalismo en China, aunque coexistió con relaciones de mercado desarrolladas, no generó una burguesía doméstica como en Europa; clase que terminó desplazando del poder a la nobleza. Especificidad poco estudiada – escapa a los límites de este trabajo -; y que llama a un reexamen de lo señalado por Lenin: el mercado engendra cada día, cada hora, cada minuto capitalismo.

4.- Para una sintética caracterización del Modelo Soviético ver: Julio A. Díaz Vázquez, La modernización económica de China: ¿otra herejía?, Revista Temas no.50-51, abril-septiembre de 2007, Págs. 65-66.

5.- Ver, Fan, K.H., La revolución cultural china, Documentos seleccionados, Ediciones Era, México, 1970, Págs. 32-40; Bettelheim, Ch.; Rossanda Rossana, Karol, K.S., China después

de Mao, El Viejo Topo, Barcelona, España, 1978, Págs. 78-96.

6.- Ver: Karol, Kewes S., China, el otro comunismo, Siglo XXI Editores, S. A., México, 1967, Págs. 166-228.

7.- Ver: Díaz Vázquez, Julio A.; Regalado Florido, Eduardo, China: el Despertar del Dragón, Editorial de Ciencia Sociales, La Habana, 2007, Págs. 38-39.

8.- Deng Xiaoping, desde 1948 ocupó interinamente la secretaria general del partido. En el VIII Congreso del PCCh (9/1956) lo ratificó en el cargo. Se unió al PCCh en Francia; allí estableció vínculos con Zhou Eng-lai; vivió y trabajó en la URSS por corto tiempo; realizó la epopeya de La Larga Marcha (1934-1935), como comisario político de una unidad. En la guerra contra Japón fue de los principales comandantes del ejército. Mao lo describió como un hombre de cerebro redondo e ideas cuadradas; brilló más por su pragmatismo que por la creación teórica.

9- Ver, la síntesis del proceso en: Ríos, Xulio, China de la A a la Z, Editorial Popular, Madrid, España, 2008, Págs. 34-35; 178-181.

10.-Para un acercamiento desde diferentes óptica al desarrollo de la Revolución Cultural, ver: Karol, Kewes S, La segunda revolución China, Seix Barral, Barcelona, España, 1977. Una aproximación a esos sucesos desde una reflexión personal, ver: Deng, Rong, Deng Xiaoping y la Revolución cultural. Su hija recuerda los años críticos, Editora Popular, Madrid, España, 2006. Un análisis integral y completo en: La revolución cultural china, Macfarquhar, Roderick; Schoenhals, Michael, Editorial Crítica, Barcelona, España, 2009.

11.- Ver, para esta afirmación a, Jung Chang; Halliday, Jon, Mao, La historia desconocida, Editorial Taurus, Madrid, España, 2006.

* Julio Díaz Vázquez es profesor Consultante del Centro de Investigaciones de la Economía Internacional Universidad de La Habana

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La computadora inhabilitadaELEAZAR DÍAZ RANGEL

¿Dónde se habrá metido Álvaro Uribe después que la Corte Suprema de Justicia colombiana declaró que los contenidos de la computadora del jefe guerrillero Raúl Reyes en absoluto tienen valor como pruebas de nada?

Explicó que las Fuerzas Armadas suplantaron a la Policía Judicial en el registro de lugares y recolección de materiales, y porque se desconoce si lo que se llamó correos de Raúl Reyes en realidad no se sabe si lo son, porque se hallaron “en un formato Word, en archivos estáticos que no ligan un origen con un destino”. Por supuesto, los razonamientos son más extensos, propios de un alto tribunal en materia tan peliaguda.

El caso es que junto a sus efectos jurídicos inmediatos, tiene otros de significativa importancia. En el orden político, se caen todas las acusaciones que hizo Uribe contra Venezuela y contra los presidentes Chávez y Correa, así como las denuncias que posteriormente Uribe llevó a la OEA, que provocaron la ruptura de relaciones y que aquí en Venezuela llevó a nuestra inefable oposición a pedir que se investigaran tales acusaciones y denuncias. Otras quedaron hace poco devaluadas con las declaraciones del presidente Santos, según las cuales los campamentos de unos 1.500 guerrilleros que denunció Uribe como establecidos en territorio venezolano, no existen. Pueden existir otros, pero esos, precisamente “esos”, ya no están.

De manera que políticamente es un nuevo revés para el uribismo, dentro y fuera de Colombia, como aquí en Venezuela, por ejemplo. Como lo destacó el canciller Nicolás Maduro en el foro de Sao Paulo, “esa fábula envenenada debe pasar al basurero del olvido como parte de todas esas campañas que han pretendido montar... para atacar a los gobiernos progresistas”.

(Campaña que, entre paréntesis, no cesa. Hace nada, el diario alemán Die Welt denunció que en la península de Paraguaná las fuerzas armadas de Irán están montando bases con la cooperación de la Fuerza Armada venezolana. Algo parecido y ampliado publicó después El Nuevo Herald de Miami. ¿Esa “noticia” la sacarían de la misma fuente que le informó al Canciller británico hace un mes que Kadafi había huido a Venezuela?).

No terminarán ahí los efectos de la sentencia de la CSJ colombiana. Desacredita la versión de Interpol a los pocos días de rescatada la computadora, y el muy recientico informe del International Institute for Strategic Studies recogido en un libro que pasó inadvertido en Bogotá, y que ni aquí pudieron levantar.

Se anuncia que Piedad Córdoba puede ser la primera gran beneficiada. Ella fue inhabilitada políticamente por 18 años por decisión del procurador Alejandro Ordóñez, tenido en Bogotá como brazo derecho de Uribe, por mantener relaciones con las Farc, acusación basada en textos de la computadora de Raúl Reyes, ésta sí, ahora bien inhabilitada, por la Corte Suprema de Justicia. Lo más probable es que su caso se revise y ella pueda volver al Senado.

Habrá que seguir creyendo en ese viejo dicho de que la justicia tarda pero llega.n

Cartel de los soles

Muchos quisieron comparar el caso Makled –narcotraficante venezolano capturado en Colombia y extraditado a Venezuela- con el del general Ochoa en Cuba. Nada más lejano en el contexto y las circunstancias. Y, además, nadie puede esperar que alguien sea ejecutado en Venezuela…Walid Makled ya está ante sus jueces. Será necesario garantizar su seguridad en el sitio de reclusión y juicio imparcial con resguardo de sus derechos. Hay muchos que quieren oir lo que tiene que decir, y que presente las pruebas -del llamado en Colombia “Cartel de los Soles”- que dice tener, que se supone aportará el nombre de civiles y militares vinculados a los delitos de narcotráfico y lavado de dinero.Hay especulaciones por todos lados. Ya Maklef ha declarado ante la justicia colombiana y ante agentes de la DEA estadounidense. Lo que llama la atención es la que algunos diputados de oposición hacen del caso. El diputado oficialista Pedro Carreño la ha bautizado como la fracción Makled en la AN. Pero dentro de la oposición, eldiputado de Primero Justicia, Juan Carlos Caldera, fue más claro: “No tenemos que tomar como cierto lo que diga Makled”.n

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La historia en ayuda de las futuras rebeldías

Hace cuatro décadas Roque Dalton apeló al viejo militante salvadoreño Miguel Mármol para desenterrar y desempolvar una historia de rebeldía olvidada. No reconstruyó su testimonio sobre la insurrección salvadoreña de 1932 para ganar una beca ni para coronar una tesis universitaria. Con ayuda de Mármol ?sobreviviente de aquella insurrección a pesar de haber sido fusilado?, Roque fue en busca del pasado para así iluminar el presente y cargarlo de energía. De esta manera pretendía conjurar los fantasmas del quietismo, el “realismo”, el culto de “lo posible” y la impotencia política que levanta altares paganos a la sempiterna “correlación de fuerzas objetivas”.

Atravesados por esa misma inquietud espiritual y con intenciones análogas hoy recurrimos al revolucionario y poeta Roque Dalton para pedirle socorro, inspiración, consejo y guía. Ahora le toca a él dar testimonio, aportar experiencias, reflexiones, pensamientos y sugerencias políticas, para así ayudar a una nueva generación a salir del impasse político y el desconcierto ideológico en que nos sumergió el neoliberalismo.

Lenin y el poder

Después de las derrotas insurgentes de los 60 y los genocidios militares de los 70, de la socialdemocratización

y el posmodernismo de los 80, del desprecio de fundaciones y ONGs por el marxismo revolucionario y la cooptación desfachatada de los 90, Roque nos ofrece nuevamente la fruta prohibida. “Es conveniente leer a Lenin”, nos sugiere, “actividad tan poco común en extensos sectores de revolucionarios contemporáneos”.

Pero su consejo para las nuevas generaciones de militantes no queda detenido allí. Burlón, incisivo, irónico y mordaz, Dalton pone el dedo en la llaga. Luego de los relatos posmodernos y de aquellas tristes ilusiones que pretendían “cambiar el mundo sin tomar el poder”, Roque nos provoca: “Cuando usted tenga el ejemplo de la primera revolución socialista hecha por la ‘vía pacífica’, le ruego que me llame por teléfono. Si no me encuentra en casa, me deja un recado urgente con mi hijo menor, que para entonces ya sabrá mucho de problemas políticos”.

A contramano de modas académicas y mercantiles, cruzando las fronteras tanto de la vieja izquierda eurocéntrica, como de los equívocos seudolibertarios y falsamente horizontalistas de las ONGs, la propuesta radical de Roque Dalton acude presurosa a llenar un vacío. Su relectura de Lenin nos permite responder los interrogantes que a nuestro paso nos presenta la esfinge. Roque focaliza la mirada crítica y la reflexión teórica en el problema fundamental del poder, desafío aún irresuelto en los procesos políticos contemporáneos de nuestra América. Tras varias décadas de eludir, ocultar o silenciar ese nudo problemático de todo pensamiento radical, recuperar la perspectiva antiimperialista y anticapitalista de Roque puede ser de gran ayuda para someter a crítica las mistificaciones y atajos reformistas del posmodernismo, disfrazados con jerga aparentemente —solo aparentemente— libertaria.

La redacción de este libro

El puntapié inicial para la redacción de Un libro rojo para Lenin, obra iconoclasta y provocadora, responde a una invitación de un reconocido intelectual cubano, el poeta Roberto Fernández Retamar, director de Casa de las Américas. En 1970, al cumplirse cien años del nacimiento de Lenin, Fernández Retamar convoca a varios poetas a escribir sobre él. De los muchos trabajos seleccionados, se eligen dos, uno de Roque y otro del intelectual haitiano René Depestre.

Esa puntada inicial, redactada en La Habana, se fue entretejiendo posteriormente con múltiples materiales que Dalton va acumulando para su investigación sobre la obra del principal teórico de la filosofía de la praxis —según lo definiera Antonio Gramsci.

Aquella primera redacción acerca de Lenin se termina de completar recién tres años más tarde, en julio de 1973, en Hanoi, Vietnam del norte. El libro nace entonces en La

Un diálogo con Roque Dalton y Lenin, desde la izquierda revolucionaria del siglo XXI

NÉSTOR KOHAN

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NÉSTOR KOHAN

Habana y concluye en Vietnam. Un itinerario geográfico que es también político, índice expresivo de lo que Roque concibe como actualidad del leninismo.

El propio autor aclara al final del último poema de su libro, el “Ensayo de himno para la izquierda leninista”, que su texto queda, adrede, inconcluso. Lo concibe como una obra abierta a los avatares de la revolución latinoamericana y a las nuevas lecturas que eventualmente se derivarán sobre Lenin en el futuro (su aclaración textual dice: “Poema inconcluso—mientras viva el autor”). Después de su irracional y cobarde asesinato, ocurrido en 1975, la obra permanece como él la concibió, abierta.

Una reflexión de madurez

Dentro del arco de variación de su propia obra ensayística y política, Un libro rojo para Lenin constituye un texto de madurez.

Una vez que culmina, en 1965, su primera investigación sociológica y política —en forma de libro monográfico— sobre la historia de El Salvador, Roque comienza su tarea de maduración ideológica y radicalización política. Intentando trazar un puente directo entre Farabundo Martí y la estrategia fidelista-guevarista continental, el poeta aprovecha su estadía en Praga durante 1966 para husmear y reconstruir los testimonios orales de Miguel Mármol sobre la insurrección comunista de 1932. Esos testimonios fueron recogidos en extensas entrevistas —en forma manuscrita, sin grabador— a lo largo de tres semanas de mayo y junio de 1966. Fruto de esa rigurosa y obsesiva tarea saldrá el texto sobre la insurrección de 1932 y la masacre que la aplastó a sangre y fuego. De ese

trabajo se publicaron fragmentos por primera vez, en enero de 1971, en el Nº 48 de la revista cubana Pensamiento Crítico con el título “Miguel Mármol: El Salvador 1930-1932”. Más tarde, ya muerto Roque, se publicó el libro completo en forma póstuma. Fue en 1983. El volumen llevaba por título Miguel Mármol. Los sucesos de 1932 en El Salvador, y fue editado por Casa de las Américas.

En una etapa posterior de este trabajo intelectual y ensayístico, Roque se mete hasta las orejas en los debates políticos abiertos por Regis Debray en la segunda mitad de los años 60. De allí saldrá el libro polémico Revolución en la revolución y la crítica de derecha, donde el salvadoreño realiza su propio balance crítico sobre las absolutizaciones y unilateralidades de Debray, mientras al mismo tiempo ajusta cuentas con lo que denomina “la derecha del movimiento comunista latinoamericano” que por entonces arremetía contra Debray como una vía indirecta, menos comprometida y con menor costo político, para atacar a Fidel y al Che e impugnar a la Revolución Cubana.

De modo que Un libro rojo para Lenin no es una obra juvenil, producto de alguien entusiasmado y con voluntad, pero inexperto y recién llegado. Por el contrario, en la trayectoria biográfica e ideológica de Roque Dalton constituye la coronación de una prolongada búsqueda teórica ?siempre nutrida y entrecruzada con experimentaciones poéticas y militancia política? que comienza investigando la propia historia insurreccional de El Salvador en los años 30 y continúa más tarde con la polémica sobre la estrategia de la lucha armada en la América Latina de los 60.

Su lectura-diálogo-collage sobre Lenin conforma entonces el punto maduro de llegada de esas indagaciones previas y el paso necesario que Roque emprende como plataforma ideológica de su incorporación activa a la lucha armada en su propio país.

El estilo de Roque: la ironía como arma

Al entablar una batalla ideológica de largo aliento contra todo un abanico de reformismos, Roque logra conjugar un contenido revolucionario con una forma de expresión que violenta las cristalizaciones habituales del discurso de izquierda. Su estilo disruptivo, heterodoxo, iconoclasta, no es ajeno al contenido que pretende transmitir. No tiene sentido congelar una forma de expresión ni atarse a un solo género si se pretende transmitir un mensaje rebelde que rompa con los clichés y lugares comunes que impidieron durante décadas aprovechar y utilizar el inmenso arsenal teórico proporcionado por Lenin. Las rebeldías deberían estar, entonces, en ambos polos de la ecuación, en la forma y en el contenido, no solo en este último. De este modo, Roque lleva a la práctica en su escritura ensayística los recursos que ya había empleado en su poesía. La cultura revolucionaria se vuelve más eficaz y adquiere mayor poder de fuego (y de convencimiento) cuanto más irónica y mordaz.

Esa ironía, tan propia y característica de su escritura, le ayuda también a reírse, o al menos, a perderle el respeto a los géneros discursivos tradicionales. En ese sentido reaparece una y otra vez, en cada página de su libro, una pregunta que no por tácita resulta menos operante: ¿por qué la polémica

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ideológica no puede ser poética?, ¿por qué una obra poética debe renunciar a su proyección ideológico política?

Al saltar por sobre los géneros Roque combina poemas, relatos, anécdotas y hasta documentos históricos con las instrucciones de Lenin para realizar un sabotaje, emplear una molotov, asaltar una comisaría, construir un ejército revolucionario. En su conjunto, la obra constituye un inmenso collage en el que se integran materiales ensayísticos, biográficos, documentales, poéticos y pedagógicos.

Dentro de ese collage, en la aproximación a Lenin y en la crítica del reformismo que pretendió manipularlo, deformarlo o directamente rechazarlo, intervienen numerosas voces con las que él acuerda y polemiza.

Roque lo fue construyendo como un diálogo inacabado. En sus páginas aparecen también sus oponentes, personajes inventados que, desde el horizonte de la vieja izquierda metropolitana y eurocéntrica, intentan poner en duda la lectura leninista que, en clave latinoamericana, su autor nos propone.

Si bien es innegable que los personajes del diálogo-collage son múltiples, también es evidente que ese elenco numeroso cuenta con dos protagonistas centrales e inequívocos: Lenin y Roque, Roque y Lenin. Ambos miembros activos de nuestra cofradía antimperialista y anticapitalista. Hacerlos hablar significa incorporarlos al juego, involucrarlos en la resolución de nuestros desafíos políticos actuales y nuestros interrogantes abiertos. Leer el libro implica, entonces, participar en el diálogo.

Pero el collage de Roque no es posmoderno, pues su propuesta de lectura-escritura tiene ejes y contornos netamente definidos, habitualmente despreciados y vilipendiados por el llamado “pensamiento débil”. En primer lugar, la historia, especialmente la de América Latina, aunque también la de otras revoluciones antimperialistas y anticapitalistas del mundo subdesarrollado. En segundo lugar, la ideología. En tercer lugar, el sujeto y, finalmente, en cuarto pero no en último lugar, la revolución. El collage de Dalton, repleto de retazos polifónicos, no tiene entonces nada que ver con la fragmentación entrecortada de un videoclip posmoderno, donde las partes coexisten yuxtapuestas sin un sentido articulador que las ordene y les otorgue una dirección.

En esa articulación de historia, ideología, sujeto y revolución, el relato no corre únicamente por cuenta de Roque. Junto con el suyo, se oyen también otros discursos, permaneciendo el collage abierto y expresamente inconcluso como la misma revolución continental y la propia historia del marxismo latinoamericano en los cuales este libro se inserta.

La forma collage y el traspaso permanente de género en género no son las únicas notas definitorias de esta escritura. Al mismo tiempo debemos registrar su humor, no como algo aleatorio o coyuntural, sino como un registro fundamental de toda la obra y visión de la vida de Roque Dalton.

El humor de Roque, por ejemplo, intercala sin ningún tipo de advertencia al lector, en medio de una rigurosa explicación de nuestro común amigo y compañero, el cubano Fernando Martínez Heredia sobre el marxismo ruso, los terroristas populistas, Plejanov y el joven Lenin, la frase de la canción de Carlos Puebla: “pero entonces llegó el comandante y mandó a parar”. Una irrupción sin aviso que desconcierta al lector y, como aquella viejas técnicas teatrales que utilizaba

Bertolt Brecht en su dramaturgia, despiertan al espectador y lo zarandean para que tome distancia del relato y así avance críticamente en la conciencia. O también, aquella referencia a Gramsci y a su vínculo con la Internacional Comunista de su obra Un libro levemente odioso, en el que Roque, en lugar de escribir 275 páginas repletas de notas al pie y documentos de archivo, resume su explicación con frases de... ¡un bolero!: “¿Qué le dijo el movimiento comunista internacional a Gramsci? No tengo edad, no tengo edaaaad para amarte....”.

El humor de Roque se convierte así en una herramienta desacralizadora, un modo permanente de acercarse al marxismo y en particular a Lenin evitando toda momificación, alivianando hasta corroer y disolver el peso del bronce que durante décadas aplastó su mensaje rebelde.

En medio de la risa y la ironía, Roque nos invita a pensar en voz alta, a reflexionar codo a codo y fraternalmente entre compañeros, manteniendo al mismo tiempo una ácida y agria polémica con los enemigos burgueses.

¿Lenin? ¿Cuál?

Después de investigar sobre la historia remota de El Salvador, de reconstruir la insurrección comunista de 1932 y de ajustar cuentas con todo el affaire Debray, Roque se vuelca a Lenin. No es casual. Los sectores más afines a la Unión Soviética y al llamado “tránsito pacífico” al socialismo invocaban su figura —con no poco cinismo— como antídoto frente a todos los “izquierdismos”, principalmente el del Che Guevara y sus seguidores latinoamericanos.

¿Cuál es el Lenin que aquí nos acerca Roque? Pues el Lenin del trabajo clandestino, el de la insurrección, el de la revolución y el de la lucha por el poder. En esta elección no hay arbitrariedad alguna sino una perspectiva político-ideológica

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inequívoca. El gran presupuesto de Roque se asienta en una cosmovisión que concibe al marxismo de manera viva, inflamable, como una teoría de la rebelión y no como una doctrina académica muerta asentada en una recopilación de citas “sagradas” tranquilizadoras. Según Roque “nos interesa muchísimo más el Lenin de la toma de Petrogrado y el Lenin que nos llega a través del Che Guevara y el general Giap, que el Lenin (genial, sin duda) de la NEP o el Lenin que nos llega a través del informe sobre los éxitos de la última cosecha de trigo en Ucrania”.

La aproximación al máximo dirigente de la Revolución Rusa está dada por la historia, la del propio Lenin y la de sus lectores actuales, con problemas diversos a los de 1917, pero para los cuales el acudir al pensamiento del gran bolchevique puede resultar sumamente útil y provocador. De allí que Dalton, sucinto y económico, defina de la siguiente manera: “El leninismo es un complejo resultante de la historia, no una impenetrable bola de acero”.

En esa aproximación a Lenin, que no por ser activa y en perspectiva deja de ser objetiva, no por tomar partido deja de ser rigurosa y estricta, no por elegir un perfil de abordaje deja de tomar en cuenta los documentos y la investigación historiográfica, Roque Dalton aclara a cada paso desde dónde habla y contra quién escribe. Sus interlocutores polémicos están abiertamente mentados en el poema “Contra quien es este libro”. Además de oportunistas, allí los clasifica —una vez más, irónicamente— como “full backs de la burguesía”, aquellos que acusan de “blanquismo” a la naturaleza y a la historia o creen que la gran obra de Marx consiste en haber prevenido a la clase obrera contra el revolucionarismo excesivo.

Si está claro con quién es la polémica, también son nítidas las acusaciones que Roque pretende contestar. Están enumeradas en el poema titulado “En la polémica nos dicen”. Esto es: anarquistas, bandoleros, extremistas, terroristas, antisociales...

Si hubiera que resumir en una sola categoría de la historia política del movimiento socialista todos esos insultos, ese concepto sería el de “blanquismo”, referencia despectiva que

remite al líder conspirador francés del siglo XIX Auguste Blanqui.

Roque se propone rescatar a Lenin ?y con él a todo el marxismo revolucionario que no sirve de pasto de consumo académico? de las acusaciones de “blanquismo”, pero también de otras que suelen acompañarlo: “aventurerismo”, “putshchismo”, “romanticismo”, “jacobinismo” y “babuvismo” ?referencia despectiva que remite a Graco Babeuf. Todos estos epítetos, acuñados por la socialdemocracia de fines del siglo XIX y empleados por el stalinismo prosoviético durante la década de 1960 para insultar al Che, a Fidel y a los jóvenes revolucionarios que seguían a Cuba fueron reflotados durante las décadas de 1980 y 1990 —ya muerto Roque—, por excomunistas, arrepentidos, y socialdemócratas subsidiados por fundaciones alemanas o norteamericanas. Tanto en 1890, en 1967, como en 1980-1990, el objetivo de su uso ha sido el mismo: rechazar a cualquiera que se proponga ir más allá de los límites y protestas permitidas por el sistema de dominación capitalista. Demonizar a quien quiera sacar los pies del plato.

Toda la polémica ideológica entablada por Roque Dalton se propone precisamente defender la legitimidad política del pensamiento revolucionario latinoamericano y hacer jugar a Lenin en esa disputa, no como dogmático censor que reta con el dedo autoritario en alto a los jóvenes izquierdistas, sino como ácido impugnador del reformismo, la enfermedad senil del comunismo y de los “nuevos” movimientos sociales.

El Lenin que nos aproxima Roque, a través de discursos históricos, artículos o testimonios de investigadores, es el del revolucionario que propone a los jóvenes fabricar molotov, organizar células clandestinas de combate callejero; el que recomienda pensar mejor qué hacer frente a las elecciones antes de participar en ellas con los ojos cerrados y bajo cualquier circunstancia; el que enseña el camino de la lucha frontal y armada contra los organismos de inteligencia y represión...

¡Pero Lenin, el más grande de todos, no está solo en este libro! Lo acompañan el Che Guevara, Fidel Castro, el general vietnamita Giap ?que se cansó de derrotar y humillar a varios ejércitos del imperialismo japonés, francés, yanqui...?, Ho Chi Minh, Antonio Gramsci, György Lukács. Y obviamente no podía faltar el diablo...

Roque, Lenin y el diablo

Sí, en Un libro rojo para Lenin aparece León Trotsky. Roque extracta y reproduce fragmentos de su célebre Historia de la revolución rusa ?el mismo libro que Ernesto Guevara se llevó para leer, extractar y anotar en Bolivia en 1966. Aquella voluminosa obra en la cual el fundador del Ejército Rojo bolchevique subraya las fuertes deudas que el marxismo revolucionario mantiene con Blanqui, sin obviar las diferencias recíprocas.

Hoy en día, en el siglo XXI, resultan más que útiles, seductores y sugerentes estos fragmentos de Trotsky sobre la violencia revolucionaria y el arte de la insurrección, inteligentemente extraídos e incorporados por Roque. Sirven sobremanera para compararlos con la obsesión pretendidamente “antifoquista” ?en realidad espontaneísta y reformista? de Nahuel Moreno (Hugo Miguel Bressano) y algunos otros dirigentes trotskistas latinoamericanos menos

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conocidos que han terminado convirtiendo a Trotsky en un vulgar apologista de la participación electoral a toda costa y a cómo dé lugar. Aunque el blanco predilecto de Roque Dalton es, principalmente, la seudo ortodoxia oportunista de los soviéticos y el reformismo stalinista —por ejemplo de Victorio Codovilla y Rodolfo Ghioldi, dos dirigentes del PC argentino a quienes cuestiona en su otro libro Revolución en la revolución y la crítica de derecha—, el radio de alcance de sus polémicas llega más allá de ese espacio restringido. La lúcida reconstrucción de Roque Dalton deja bien en claro que León Trotsky se sentiría mucho más a gusto en compañía de los guevaristas latinoamericanos, “izquierdistas” y “románticos”, que con las instituciones burguesas y las elecciones parlamentarias a las que tristemente lo han querido maniatar durante las últimas décadas en algunos de nuestros países.

¿Qué adopta Roque de Trotsky? Pues aquello según lo cual lo más difícil de resolver en una situación revolucionaria es el problema del sujeto colectivo y el papel activo de los revolucionarios. En ese contexto, entre las principales trabas a remover, Trotsky identifica a la maquinaria institucional y sus habituales acusaciones de “blanquismo” utilizadas por la propaganda reformista para rechazar y demonizar a las corrientes de izquierda no institucionales o extraparlamentarias. En ese sentido, a Roque Dalton le llamó poderosamente la atención la forma en que el creador del Ejército Rojo bolchevique define al “blanquismo”. Según el autor de Historia de la revolución rusa, reproducido por Dalton, por blanquismo debe entenderse, no una desviación elitista, militarista o conspiradora del socialismo sino, por el contrario, “la esencia revolucionaria del pensamiento marxista”. No es casual que Roque se haya detenido en este párrafo de Trotsky, ya que en América Latina las corrientes más moderadas del movimiento comunista emplearon el término de “blanquismo” para descalificar a Fidel, al Che y a toda la nueva izquierda revolucionaria.

Al poner en discusión la visión falsamente apologética de Lenin, que lo convertía en una momia de mausoleo más preocupada por la “coexistencia pacífica” entre diversas

potencias a nivel internacional y por la gobernabilidad interna de cada estado a nivel nacional, que en incentivar futuras rebeliones populares, Dalton también realiza un beneficio de inventario sobre la teoría del partido. “El partido de Lenin es un partido de combate”, afirma; “La mejor cuna del partido es el fuego”. Su misión no es garantizar la paz (de los poderosos y los cementerios), sino encaminar a la juventud y la clase trabajadora “para la toma del poder”. No es casual que las diversas organizaciones de la izquierda salvadoreña, pocos años después de que Roque escribiera este libro, se encaminaran —unidas en el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN)— hacia el combate armado y la lucha revolucionaria por el poder. Justamente, hacia el final del volumen, Roque reproduce un fragmento periodístico que da cuenta de la actividad político militar de las FPL (Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí, una de las principales expresiones que años después conformarían el FMLN). Marca de esta manera una línea de acción práctica en la política salvadoreña de aquellos días.

Lenin desde el marxismo latinoamericano

El poeta salvadoreño se propone, nada menos, que traducir a Lenin a nuestra lengua política, a nuestra idiosincrasia, a nuestra historia, insertándolo en lo más rebelde y radical de nuestras tradiciones revolucionarias. No es aleatorio que en su reconstrucción apele a otras experiencias de revoluciones en países del Tercer Mundo: la atrasada Rusia, la periférica China, Vietnam, Cuba, El Salvador... El Lenin de Roque se viste de moreno, de indígena, de mujer combativa, de campesino, de cristiano revolucionario, de habitante de población, villa miseria, cantegril y favela, además de obrero industrial, moderno y urbano. La suya es una lectura ampliada de Lenin, pensada para que sea útil ya no exclusivamente en las grandes metrópolis del occidente europeo-norteamericano sino principalmente en el Tercer Mundo, única manera de mantenerlo vivo y al alcance de la mano en las rebeliones actuales de América Latina.

Esa perspectiva permite comprender la dedicatoria del libro que aunque está cargada de afecto y admiración, implica también una definición política, ya que Roque lo dedica “A Fidel Castro, primer leninista latinoamericano, en el XX aniversario del asalto al Cuartel Moncada, inicio de la actualidad de la revolución en nuestro continente” [subrayado de R.D.]. Esa dedicatoria a Fidel retoma puntualmente la tesis central del libro de Lukács sobre Lenin [véase nuestro estudio preliminar a G.Lukács: Lenin, la coherencia de su pensamiento. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=10714].

Algunos de los problemas prioritarios que Un libro rojo... aborda tienen que ver con el carácter de la revolución latinoamericana y las vías (“tránsito pacífico”, confrontación directa, “no tomar el poder...”, etcétera). Pero el abanico de problemas no se detiene allí. Pretende ser más extenso.

Lectura sobre las lecturas

La obra de Roque tiene como objetivo fundamental pensar y repensar qué significa el leninismo para y desde América latina. Su reflexión merece ser balanceada y contrastada con

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algunas de las muchas aproximaciones análogas realizadas en nuestro continente.

En primer lugar, con el “leninismo” construido por Victorio Codovilla y Rodolfo Ghioldi, dos de los principales exponentes argentinos de la corriente latinoamericana prosoviética. Estos dos dirigentes comenzaron a ser hegemónicos dentro del Partido Comunista argentino (PCA) a partir de 1928, cuando ya hacía diez años que este se había fundado. Alineados en forma férrea con la vertiente de Stalin en el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), Codovilla y Ghioldi pasaron a dirigir, de hecho, la sección sudamericana de la Internacional Comunista (IC). Desde allí combatieron a José Carlos Mariátegui, difundieron sospechas sobre Julio Antonio Mella y criticaron duramente a todo el movimiento político-cultural de la Reforma Universitaria nacido en Córdoba. Cuarenta años más tarde, durante los años 60, Codovilla y Ghioldi volvieron a repetir la misma actitud de aquellos años 20, rechazando y combatiendo la nueva herejía que emanaba entonces de las barbas de Cuba. Desde ese ángulo, construyeron una pretendida “ortodoxia” leninista desde la cual persiguieron a cuanto “heterodoxo” se cruzara por delante. Lenin, en este registro stalinista rudimentario se convierte en un recetario de fórmulas rígidas, propiciadoras del “frente popular”, la alianza de clases con la llamada “burguesía nacional” y la separación de la revolución en rígidas etapas. Además, desde los años ’50 en adelante, el “leninismo” de Codovilla y Ghioldi se fue convirtiendo en sinónimo de “tránsito pacífico” al socialismo y oposición a toda lucha armada (a pesar de que Ghioldi había participado en 1935 en la insurrección fallida encabezada por Luis Carlos Prestes en Brasil).

Todo el emprendimiento de Roque Dalton en Un libro rojo para Lenin constituye una crítica frontal y radical, punto por punto, parte por parte, de esta versión de “leninismo” divulgada y custodiada en nuestras tierras por Codovilla y Ghioldi.

En segundo lugar, en América Latina el líder del Partido Comunista uruguayo (PCU) Rodney Arismendi elaboró en Lenin, la revolución y América Latina una versión más refinada y meditada del “leninismo”. La suya fue una lectura más sutil, inteligente y no tan vulgar como la de Codovilla y Ghioldi —lo que le permitió cierto diálogo con la vertiente guevarista como el mismo Roque reconoce en su otro libro Revolución en la revolución y la crítica de derecha—, aunque el dirigente uruguayo compartiera en términos generales el mismo paradigma político que los dos dirigentes de Argentina. La apropiación latinoamericana de Lenin que encara Arismendi —quien había realizado años atrás una aguda crítica del populismo de Haya de la Torre—, sin dejar de seguir a la línea soviética, al mismo tiempo abre el diálogo frente a la Revolución Cubana. En el libro de Arismendi sobre Lenin, ese difícil y complejo cruce conciliador entre la antigua corriente de los PCs prosoviéticos y la nueva corriente revolucionaria, de inspiración fidelista-guevarista, se expresa ya desde su misma dedicatoria, donde se entremezcla el recuerdo de “los fundadores y militantes del movimiento comunista de América Latina” con la invocación “A Fidel Castro y sus compañeros, entre ellos el inmortal Guevara, que llevaron al triunfo la primera revolución socialista del

continente”. A diferencia de Codovilla y Ghioldi que, en nombre de Lenin, fueron ardientes opositores de la estrategia cubana para América Latina (cuando Ghioldi escribe No puede haber “revolución en la revolución” contra Regis Debray, en realidad arremete políticamente contra Fidel y el Che sin nombrarlos), Arismendi intenta integrar la perspectiva continental de la lucha armada con la estrategia de los PC de “vía pacífica”. La solución de Arismendi, a mitad de caminos de dos estrategias diversas e incompatibles, conserva muchos de los lugares comunes —como la crítica al “blanquismo”— de la corriente prosoviética, pero lo hace de una forma original, sin seguir al pie de la letra los manuales soviéticos. No es casual que Arismendi haya sido uno de los pocos o quizá el único dirigente de un PC tradicional que participa de la Conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS) reunida en La Habana en 1967.

En tercer lugar, y ya bajo directamente la estrella de la Revolución Cubana, la pedagoga chilena Marta Harnecker intentará una nueva aproximación a Lenin desde América Latina. Lo hará desde la óptica política y epistemológica althusseriana, ya que Marta ha sido durante años una de las principales alumnas y difusoras del pensamiento de Louis Althusser en idioma castellano y en tierras latinoamericanas. Ese intento de lectura se cristalizará en la obra La revolución social (Lenin y América Latina), de algún modo deudora de obras previas como Táctica y estrategia; Enemigos, aliados y frente político así como de la más famosa de todas Los conceptos elementales del materialismo histórico. La obra pedagógica de Harnecker, mucho más apegada a Lenin que los anteriores intentos etapistas de Codovilla, Ghioldi o Arismendi, tiene un grado de sistematicidad mucho mayor que la de Roque Dalton. Sin embargo, por momentos los

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esquemas construidos por Marta rinden un tributo desmedido a situaciones de hecho, coyunturales. Por eso sus libros teóricos van de algún modo “acompañando” los procesos políticos latinoamericanos. Así, perspectivas políticas determinadas se convierten, por momentos, en “modelos” casi universales: lucha guerrillera —como en Cuba— en los 60; lucha institucional y poder local —como en Brasil y Uruguay— en los 80 y 90; procesos de cambios radicales a través del ejército —como en Venezuela— desde 2000.

El libro de Roque, sin duda menos sistemático y con menor cantidad de referencias y citas bibliográficas de los escritos de Lenin que estos manuales, posee sin embargo una mayor aproximación al núcleo fundamental del Lenin pensador de la revolución anticapitalista. La menor sistematicidad es compensada con una mayor frescura y, probablemente, con una mayor amplitud de perspectiva de pensamiento político.

En cuarto lugar, debemos recordar la operación de desmontaje que desde comienzos de los años 80 pretendieron realizar los argentinos Juan Carlos Portantiero, José Aricó (ambos, por entonces, exiliados en México) y Ernesto Laclau (residente, por libre voluntad, en la Academia británica), entre otros. Toda su relectura de Gramsci en clave explícita y expresamente antileninista, constituye un sutil intento de fundamentar su pasaje y conversión de antiguas posiciones radicalizadas a posiciones moderadas (esta referencia vale para Portantiero y Aricó, no así para Laclau, quien nunca militó en la izquierda radical sino en la denominada “izquierda nacional”, apoyabrazos progresista del populismo peronista). Concretamente, el ataque a Lenin (acusado de “blanquista”, “jacobino” y “estatalista”) y la manipulación de Gramsci (resignificado desde el eurocomunismo italiano y el posmodernismo francés) cumplen en los ensayos de Portantiero, Aricó y Laclau el atajo directo para legitimar con bombos y platillos “académicos” su ingreso alegre a la socialdemocracia, tras la renuncia a toda perspectiva anticapitalista y anticapitalista. No podían realizar ese tránsito sin ajustar cuentas con la obra indomesticable de Lenin, hueso duro de roer, incluso para los académicos más hábiles en desvirtuar y fagocitar a los pensadores rebeldes.

El libro de Roque, pensado para discutir con el reformismo y el oportunismo de “la derecha del movimiento comunista latinoamericano”, está repleto de argumentos que incluso les quedan grandes a las apologías parlamentaristas y reformistas de estos tres pensadores de la socialdemocracia.

En quinto lugar, no podemos obviar el reciente intento de John Holloway y sus seguidores latinoamericanos por responsabilizar a Lenin de todos los males y vicios habidos y por haber: sustitucionismo, verticalismo, autoritarismo, estatalismo, etc., etc., etc. La “novedad” que inaugura el planteo de Holloway consiste en que realiza el ataque contra las posiciones radicales que se derivan de Lenin con puntos de vista reformistas pero..., a diferencia de los antiguos stalinistas prosoviéticos o de los socialdemócratas, él lo hace con lenguaje supuestamente de izquierda. La jerga pretendidamente libertaria encubre en Holloway un reformismo poco disimulado y una impotencia política mal digerida o no elaborada (extraída de un esquema académico demasiado abstracto de la experiencia neozapatista, caprichosamente

despojada de toda perspectiva histórica o de toda referencia a las luchas campesinas del zapatismo de principios del siglo XX, que poco o nada interesan a Holloway). Toda la crítica de Roque Dalton golpea contra este tipo de planteos académicos al estilo de Holloway, aunque por vía indirecta, ya que al redactar su polémico collage, Roque pretendía cuestionar posiciones más ingenuas, menos sutiles y, si se quiere, más transparentes en sus objetivos políticos.

Finalmente, a la hora de parangonar la lectura de Roque con otras lecturas latinoamericanas sobre Lenin, nos topamos con el reciente estudio de Atilio Borón. Este autor acude al ¿Qué hacer?, para analizarlo, interrogarlo y reivindicarlo desde la América Latina contemporánea.

No es casual que, como Roque Dalton, Borón llegue a una conclusión análoga cuando señala a Fidel Castro como uno de los grandes dirigentes políticos que han comprendido a fondo a Lenin. Particularmente, hace referencia a la importancia atribuida por Lenin a la teoría revolucionaria y a la conciencia y lo parangona con el lugar privilegiado que ocupa la “batalla de las ideas” en el pensamiento de Fidel.

Después de la rebelión popular argentina de diciembre de 2001, Borón analiza las tesis del ¿Qué hacer? y las emplea para polemizar con el “espontaneísmo”, sobre todo de John Holloway, quien de hecho clasifica a Lenin como un vulgar estatista autoritario. También polemiza con la noción deshilachada y difusa de “multitud” de Toni Negri, quien cree, erróneamente, que toda organización partidaria de las clases subalternas termina subordinando los movimientos sociales bajo el reinado del Estado. Crítico de ambas interpretaciones

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—la de Holloway y la de Negri—, Borón sostiene que gran parte de las revueltas populares de comienzos del siglo XXI han sido “vigorosas pero ineficaces”, ya que no lograron, como en el caso argentino, instaurar un gobierno radicalmente distinto a los anteriores ni construir un sujeto político, anticapitalista y antiimperialista, perdurable en el tiempo.

En este tipo de lecturas, el leninismo de Borón mantiene una fuerte deuda con las hipótesis históricas del dirigente comunista uruguayo Arismendi, a quien cita explícitamente, aunque en el caso del argentino esas conclusiones a favor de un comunismo democrático estén completamente despojadas de todo vínculo con el stalinismo.

De la misma forma que el salvadoreño, en su trabajo sobre Lenin el argentino cuestiona “las monumentales estupideces pergeñadas por los ideólogos soviéticos y sus principales divulgadores”. Si bien Borón y Dalton se esfuerzan por delimitar la reflexión de Lenin de aquello en lo que derivó posteriormente en stalinismo, depositan sus miradas en aristas algo disímiles. Por ejemplo, mientras Borón critica —siguiendo a Marcel Liebman— la “actitud sumamente sectaria” de Lenin durante el período 1908-1912, Roque defiende aquellos escritos de Lenin, duros, inflexibles, propiciadores de la clandestinidad, del “partido obrero de combate” e incluso de la guerrilla.

Las reflexiones de Un libro rojo para Lenin tienen, evidentemente, vasos comunicantes con todas estas otras iniciativas intelectuales elaboradas en América Latina pero contienen, además, una densidad específica y propia.

Con preocupaciones similares a todos estos abordajes, con los cuales polemiza o dialoga, el poeta salvadoreño le agrega a Lenin un atractivo extra, un “plus” picante y difícil de aferrar. El Lenin que él nos acerca se desmarca del manual, del slogan, del paper académico, del esquema —sea el que sea— o de la cita de partido para volverse uno más de nosotros, una persona viva y militante, de carne y hueso, al alcance cotidiano de la mano.

Pensar más allá del progresismo y actuar más allá de la institucionalidad

La propuesta política de Roque, atravesada, sí, por las esperanzas ardientes de los años 60 e inflamada, también, por el huracán continental que generó en sus primeros años la Revolución Cubana, posee, sin embargo, una impactante

actualidad. Si bien es cierto que el “espíritu de época” del cual se nutre Roque al escribir no es exactamente el nuestro, también es verdad que su libro-collage pone sobre la mesa, casi brutalmente, un problema que permanece todavía irresuelto. ¿Cómo pensar en América Latina los cambios radicales más allá de la institucionalidad sin abandonar, al mismo tiempo, la organicidad revolucionaria anticapitalista? Es decir, ¿cómo volver a colocar en el centro de las discusiones, los proyectos y las estrategias revolucionarias latinoamericanas del siglo XXI el problema del poder, abandonado, eludido o incluso negado durante un cuarto de siglo de hegemonía ideológica reformista o neoliberal?

Para obligarnos a pensar en estos problemas, a tocar el fuego con las manos, Roque provoca, molesta, incomoda. Se ríe y burla de los acomodaticios. Se mofa de las burocracias partidarias. Se toma en solfa la adustez engolada de los discursos académicos que citan mucho para no decir nada.

El libro de Roque también sirve para pensar las derrotas de las revoluciones latinoamericanas desde la izquierda, sin hacer tabla rasa con el pasado de lucha (como nos han propuesto a lo largo de estos años tantos conversos y arrepentidos, convertidos súbitamente en funcionarios de traje, reloj caro y corbata). Repleto de ironía, permite además hacer un balance meditado y reflexivo, rechazando el desarme político-ideológico que presupone la historiografía de “tierra arrasada”, tan en boga durante los años 80 y 90, donde se culpaba a la izquierda revolucionaria por los golpes de estado, las desapariciones de personas, la inestabilidad política de la región, etc., etc.

Además de todos estos aportes, que no son pocos, el libro de Roque nos puede permitir ensayar un balance crítico de las experiencias fallidas o truncas de los reformismos capitalistas “con rostro humano”, luego de la denominada “transición a la democracia” de los 80, superado ya el neoliberalismo de los años 90 y después del gatopardismo “progresista” que se despliega a partir del año 2000.

Roque Dalton, Lenin y el socialismo del siglo XXI

Por todo esto creemos no equivocarnos al afirmar que el ensayo-collage-poema inconcluso Un libro rojo para Lenin, heredero de Mariátegui y del Che, dedicado a Fidel Castro y dirigido a las nuevas generaciones de militantes por el socialismo, constituye uno de los principales clásicos del marxismo latinoamericano. Debería estudiarse en todas nuestras escuelas de formación política.

Su lectura no puede ni debe ser pasiva. Sumergirse en sus poemas irónicos, en sus textos teóricos, en sus documentos políticos, implica hacer hablar a Roque y a los interlocutores que él eligió para, acompañando a Lenin, construir su obra abierta y polifónica.

Insertado en lo más rico y original del pensamiento rebelde latinoamericano, este texto constituye una invitación exquisita para dialogar en voz alta con Lenin y Roque Dalton, dos personalidades queridas y entrañables. Ese diálogo debe apuntar a aprender de los errores y aciertos del siglo XX y a pensar el significado del socialismo revolucionario del siglo XXI, nuestro próximo horizonte.n

*Este trabajo se elaboró originariamente como prólogo a Un libro rojo para Lenin, de Roque Dalton. Finalmente el libro salió sin el prólogo.

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En el aeropuerto de San Antonio del Táchira, mal mentado “Juan Vicente Gómez” (1), tuve el primer contacto con el contrabando de gasolina cuando una funcionaria me echó el primer cuento de la red de los seis mil pimpineros, parte de una poderosa mafia. Lo recaudado parece ir a diversas jerarquías del funcionariado.

Después, en las dos cortas carreteras que nos llevan a Cúcuta, se observan hileras y montones de pimpinas de todo tamaño para la venta pública de gasolina. “A un tanque de 60 litros, que cuesta unos 6 bolívares, le sacan tres pimpinas de 20 que las venden hasta por 80 cada una. Imagínense lo que ganan, eso se lo reparten y todavía sobra”.

Comenzando la tarde, instalado en Cúcuta el Encuentro de periodistas colombo-venezolanos, hubo abundante información sobre el voluminoso y productivo contrabando de gasolina que tantas ganancias produce, que ha desplazado al narcotráfico. La primera fuente fue el padre jesuita Jesús Rodríguez, a quien todos llaman “Túo”, director de la radio Fe y Alegría en El Nula, periodistas de la región fronteriza, y la académica Socorro Ramírez.

Veamos un resumen de lo que dijeron:Hasta hace poco, la zona fronteriza Táchira-Norte de

Santander se caracterizaba por enfrentamientos armados entre los diversos grupos que operan en la región: Farc, FBL, AUC y el ELN, el más débil de todos, pero recientemente habrían acordado formas de convivir, de penetrar la sociedad, permear las instituciones, y gradualmente han controlado el contrabando, comenzando por el de gasolina, que les da un gran poder económico, e influyen en toda la vida, hasta en los divorcios y separaciones de parejas, y por supuesto, secuestros, sicariatos, reclutamiento de niños y adolescentes, para incorporarlos a los grupos armados y que las madres ni se atreven a denunciar por temor a represalias.

Entre El Nula y San Cristóbal hay 10 alcabalas controladas por estos grupos, nadie puede pasarlas sin pagar, se han convertido en empresas gananciosas. Hasta en Puerto Contreras (Col) se encuentran con facilidad productos de Mercal que escasean en las poblaciones tachirenses. (“Mire, en Ecuador también llegan las cargas de Mercal, pero aquí uno tiene que hacer cola”, me contó en San Antonio un empleado que me reconoció).

-La Misión Identidad favoreció a los irregulares colombianos que tenían capacidad para obtener cédulas venezolanas, que las permiten recorrer la zona sin dificultad, en cambio tenemos compatriotas apátridas, sin documentos. (“Túo” dixit)

El gran negocio es el contrabando de gasolina. Pdvsa surte a esa zona con 19 millones de litros al mes; estiman que a El Nula (20.000 hab) llega hasta un millón de litros, que van casi todos a vehículos colombianos, que compran el litro hasta 20 veces más caro, precio que crece en la medida en que se alejan de Venezuela. Los pimpineros apenas son una muestra; contaron cómo los llamados tractomulas (gandolas con tanques gigantes y hasta con depósitos especiales) pasan todos los puestos de la GN y alcabalas, pagando vacuna, por

supuesto. “Por ahí se van miles de litros cada vez, y su precio permite que se los repartan hasta los de arriba”.

-¿Dónde los llenan?-Pues imagínese usted.Conocida esa realidad, hice una pregunta que quedó sin

respuesta: ¿Por qué coinciden los gobiernos de Venezuela y Colombia en la pasividad y falta de decisión para enfrentar la presencia de esos grupos y erradicar el contrabando?

El pasado 2 de noviembre los presidentes Chávez y Santos firmaron aquí en Caracas un convenio sobre suministro de combustible a los departamentos colombianos fronterizos con Zulia, Táchira, Apure y Amazonas, hasta por 37 millones 156 mil 800 litros mensuales, equivalentes a 7.741 MMD. En ese convenio se lee: “Decidimos fortalecer los esquemas de control en ambos lados de la frontera para erradicar el contrabando de combustible y desarrollar programas de reversión social y laboral”

La pregunta es aún más pertinente: ¿por qué en los seis meses transcurridos desde entonces no ha cambiado nada?

Quizá la respuesta está en algo que dijo el Padre Túo:-Antes, enviar a un oficial a esta zona era tenido como

un castigo, ahora se lo sortean. Conozco el caso de un oficial de la Guardia Nacional que en una sola noche obtuvo 18 mil bolívares fuertes con paso de gasolina; al que se puede añadir el cobro por paso armas, paso de drogas, hoy muy secundario, hasta de alimentos de Mercal. Hace poco se volcó un camión y enviamos a dos reporteros, allí encontraron a militares y contrabandistas viendo cómo salvaban la carga. A nuestros periodistas los amenazaron”.

1 Bautizado por un Concejo Municipal presidido por un paisano de Gómez, nacido en La Mulera, y de nada han valido las propuestas para cambiarle el nombre. Increíble ese homenaje.

El contrabando mayorELEAZAR DÍAZ RANGEL/ÚLTIMAS NOTICIAS