Queridos Jóvenes

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Queridos jóvenes: Hemos escuchado en el evangelio, la polémica, con la cual, unos saduceos querían envolver a Jesús para ponerlo a prueba. Luego de aclararles la situación de la mujer y los hombres con los que había contraído nupcias, les habla que Dios, es un Dios de vivos y no de muertos; sobre este punto deseo detenerme. El Espíritu es el que generosamente nos otorga la existencia, nos llama a la vida. Así lo experimentamos cuando repetidas veces en los sacramentos recibimos la acción del Espíritu, que nos unge, fortalece y restaura. La experiencia del Espíritu que nos da la vida El Espíritu Santo, nos regala la paz, infunde en nuestras almas el deseo de buscar a Dios, nos consuela y empuja a donarnos a un mayor radicalismo en la vida cristiana, pregúntate ¿cómo es que vivo esa relación con el Espíritu Santo?; ¿estoy lleno del Espíritu Santo?, soy capaz de reconocer sus mociones en mi conciencia y me dejo llevar sin miedo, por lo que Dios me pide, para ser feliz en la vocación que discierno?, Soy capaz de comprometerme con el Espíritu de Dios de tal forma que me pongo en camino y manos a la obra en lo que me pide, huyendo de toda tentación de no querer hacer su voluntad? O me dejo llevar por el espíritu del mal que trae desolación a mi vida, porque no sea que ocurra que a lo mejor te guste vivir atado al pecado a la desidia y a la pereza con una actitud masoquista y de muerte. No tener miedo, discernir para escuchar a Dios Es posible escuchar a Dios en medio de nuestra vida; es más, debemos acostumbrarnos a escucharlo siempre. Y para ello debemos aprender a discernir las distintas voces que resuenan en nuestro interior, por ejemplo ponte a pensar en aquellas voces que te invitan al desánimo, al no querer cambiar, al caer siempre en el mismo pecado, esas voces no provienen de Dios, son de la serpientes que silban en el desierto para adormecernos y ser mordidos, inyectándonos el veneno de muerte. No hay vuelta atrás. Por el contrario Dios que es suave y actúa sin violencia, opera infundiéndonos en el alma, santos propósitos; de ser mejores, de una mayor entrega, de cambiar, de ser santos, mira que hermoso, mira qué bueno es Dios. Así pues, no debemos confundirnos frente a la seducción del mal y escuchar siempre la voz de Dios que me trae paz y descanso. La voz del Papa Francisco (Fin del Sínodo 2014) “las tentaciones no nos deben ni asustar ni desconcertar, y ni siquiera desalentar, porque ningún discípulo es más grande que su maestro. Por lo tanto, si Jesús fue tentado y

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Homilia

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Page 1: Queridos Jóvenes

Queridos jóvenes:

Hemos escuchado en el evangelio, la polémica, con la cual, unos saduceos querían

envolver a Jesús para ponerlo a prueba.

Luego de aclararles la situación de la mujer y los hombres con los que había contraído

nupcias, les habla que Dios, es un Dios de vivos y no de muertos; sobre este punto

deseo detenerme.

El Espíritu es el que generosamente nos otorga la existencia, nos llama a la vida.

Así lo experimentamos cuando repetidas veces en los sacramentos recibimos la acción

del Espíritu, que nos unge, fortalece y restaura.

La experiencia del Espíritu que nos da la vida

El Espíritu Santo, nos regala la paz, infunde en nuestras almas el deseo de buscar a

Dios, nos consuela y empuja a donarnos a un mayor radicalismo en la vida cristiana,

pregúntate ¿cómo es que vivo esa relación con el Espíritu Santo?; ¿estoy lleno del

Espíritu Santo?, soy capaz de reconocer sus mociones en mi conciencia y me dejo llevar

sin miedo, por lo que Dios me pide, para ser feliz en la vocación que discierno?, Soy

capaz de comprometerme con el Espíritu de Dios de tal forma que me pongo en camino

y manos a la obra en lo que me pide, huyendo de toda tentación de no querer hacer su

voluntad? O me dejo llevar por el espíritu del mal que trae desolación a mi vida, porque

no sea que ocurra que a lo mejor te guste vivir atado al pecado a la desidia y a la pereza

con una actitud masoquista y de muerte.

No tener miedo, discernir para escuchar a Dios

Es posible escuchar a Dios en medio de nuestra vida; es más, debemos acostumbrarnos

a escucharlo siempre. Y para ello debemos aprender a discernir las distintas voces que

resuenan en nuestro interior, por ejemplo ponte a pensar en aquellas voces que te invitan

al desánimo, al no querer cambiar, al caer siempre en el mismo pecado, esas voces no

provienen de Dios, son de la serpientes que silban en el desierto para adormecernos y

ser mordidos, inyectándonos el veneno de muerte. No hay vuelta atrás.

Por el contrario Dios que es suave y actúa sin violencia, opera infundiéndonos en el

alma, santos propósitos; de ser mejores, de una mayor entrega, de cambiar, de ser

santos, mira que hermoso, mira qué bueno es Dios.

Así pues, no debemos confundirnos frente a la seducción del mal y escuchar siempre la

voz de Dios que me trae paz y descanso.

La voz del Papa Francisco (Fin del Sínodo 2014)

“las tentaciones no nos deben ni asustar ni desconcertar, y ni siquiera desalentar, porque

ningún discípulo es más grande que su maestro. Por lo tanto, si Jesús fue tentado —y

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además llamado Belzebú (cf.Mt 12, 24)—, sus discípulos no deben esperarse un trato

mejor.”

“Personalmente me hubiese preocupado mucho y entristecido si no hubiesen estado

estas tentaciones…; este movimiento de los espíritus, como lo llamaba san Ignacio (EE,

6), si todos hubiesen estado de acuerdo o silenciosos en una falsa y quietista paz.

Por eso no tengas miedo en manifestar a tu formador y con más razón al director

espiritual, tus luchas interiores, tus dudas, tus tentaciones, son signos de que hay vida, y

una vida que debe ser orientada y llevada siempre hacia el bien sumo que es Dios.