¿Qué saben los docentes de Educación Infantil sobre TDAH? · 2014-12-18 · 4.8 Contexto...
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Judith Iglesias Lafuente
María Teresa Pascual Sufrate
Facultad de Letras y de la Educación
Grado en Educación Infantil
2013-2014
Título
Director/es
Facultad
Titulación
Departamento
TRABAJO FIN DE GRADO
Curso Académico
¿Qué saben los docentes de Educación Infantil sobre TDAH?
Autor/es
© El autor© Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones, 2014
publicaciones.unirioja.esE-mail: [email protected]
¿Qué saben los docentes de Educación Infantil sobre TDAH?, trabajo fin de gradode Judith Iglesias Lafuente, dirigido por María Teresa Pascual Sufrate (publicado por la
Universidad de La Rioja), se difunde bajo una LicenciaCreative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
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Trabajo de Fin de Grado
¿QUÉ SABEN LOS DOCENTES DE EDUCACIÓN INFANTIL SOBRE TDAH?
Autor:
JUDITH IGLESIAS LAFUENTE
Tutor/es:
Fdo.Mª TERESA PASCUAL SUFRATE
Titulación: Grado en Educación Infantil [205G]
Facultad de Letras y de la Educación
AÑO ACADÉMICO: 2013/2014
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Resumen
El presente trabajo trata de aproximar al lector al trastorno por déficit de atención e
hiperactividad (TDAH). Para ello se ha realizado una revisión teórica en la que se
incluyen aspectos como la evolución del concepto a lo largo del tiempo, teorías
explicativas, diagnóstico, tipos, síntomas, tratamiento y ambiente familiar y escolar de
niños con el trastorno. Se plantea asimismo, un pequeño estudio que pretende conocer
las ideas de los docentes de Educación Infantil de la Comunidad Autónoma de la
Rioja.sobre el trastorno. Para ello se pasó un cuestionario a 37 docentes que analizaba
los conocimientos de los maestros sobre el tema. El análisis de los datos muestra
resultados interesantes como las diferencias en cuanto a lo que entienden por TDAH o
los sentimientos que genera en ellos tener un niño con el trastorno en el aula. En
conclusión los datos demuestran que los docentes de Educación Infantil tienen
conocimientos sobre el tema y valoran la formación como aspecto positivo para seguir
adquiriendo conocimientos.
Palabras clave: TDAH, etiología, diagnóstico, síntomas, contexto familiar y escolar,
expectativas, formación, sentimientos.
Abstract
This essay tries to introduce the reader to the Attention Deficit and Hyperactivity
disorder (ADHD) through a theoretical revision in which some key points about the
disorder are covered, such as its terminology along the years, explicative theories,
diagnosis, types, symptoms, treatment and family and school atmosphere in children
with the disorder. Besides, it contains a small study whose objective is to analyze pre-
school teacher’s ideas about ADHD in Rioja. To develop the investigation, a
questionnaire was created, which analyzes teacher’s knowledge about the disorder and
it was passed to 37 teachers. The information shows interesting results such as
differences in what they understand by ADAH, or the type of feelings toward the
diagnosed children in their classes. In conclusion, it can be said that pre-school teachers
have knowledge about the topic but, at the same time, value training as a learning tool
to improve their teaching.
Key words: ADHD, causes, diagnosis, diagnose symptoms, family and school context,
expectatives, training and feelings.
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ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN Y JUSTIFICACIÓN Pág.4
2. OBJETIVOS Pág.4
3. ENFOQUE TEÓRICO O METODOLÓGICO Pág.4
4.REVISIÓN TEÓRICA Pág.5
4.1Evolución del concepto a lo largo de la historia Pág.5
4.2 Modelos explicativos de TDAH Pág.6
4.2.1 Modelos de déficit único Pág.6
4.2.2 Modelos duales o de déficit múltiple Pág.8
4.3Criterios diagnósticos, tipos, síntomas y evolución de los síntomas Pág.9
4.4 Prevalencia Pág.12
4.5 Etiología Pág.12
4.6 Tratamiento Pág.14
4.7 Problemas asociados al TDAH en la infancia Pág.16
4.8 Contexto familiar en niños con TDAH Pág.18
4.9 Contexto escolar y expectativas de los docentes Pág.18
5. MARCO EMPÍRICO Pág.20
5.1 Problema de la investigación Pág.20
5.2 Objetivo general Pág.21
5.3 Objetivos específicos Pág.21
5.4 Hipótesis Pág.21
5.5 Método Pág.22
5.5.1 Participantes Pág.22
5.5.2 Instrumento Pág.23
5.5.3 Procedimiento Pág.24
5.6 Resultados Pág.27
5.7 Discusión Pág.36
6. CONCLUSIONES Pág.41
7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Pág.43
8. ANEXOS Pág.46
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1. INTRODUCCIÓN Y JUSTIFICACIÓN
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es uno de los
trastornos más frecuentes en la infancia y de mayor impacto en la vida del niño, su
familia y su entorno. Por tanto, es necesario que todos los profesionales tanto del ámbito
sanitario como escolar, familias y personas afectadas lo conozcan en profundidad para
poder responder de forma integral lo más tempranamente posible a las necesidades que
implica.
Además, una de las mayores preocupaciones actuales sobre el TDAH es su
diagnóstico lo más precoz posible. Por ello se presenta este estudio en un intento de
profundizar en el conocimiento del trastorno para buscar claves que ayuden a su
evaluación y proponer estrategias de intervención lo antes posible.
El estudio consta de dos apartados, una primera parteen la que se realiza una
revisión teórica sobre el tema en la que se incluyen aspectos como el concepto y su
evolución, modelos teóricos, diagnóstico, tipos, prevalencia, problemas asociados,
contexto familiar y contexto escolar, y otra segunda en la que se ha realizado un breve
estudio acerca de las ideas y conocimientos de los docentes de Educación Infantil sobre
este trastorno, que trata de ser no tanto una investigación sino una aproximación al tema
que sirva de base a futuras investigaciones.
2. OBJETIVOS DEL TRABAJO
Realizar una revisión bibliográfica sobre el trastorno por déficit de atención e
hiperactividad (TDAH).
Analizar las ideas de los docentes de Educación Infantil sobre dicho trastorno.
3. ENFOQUE TEÓRICO O METODOLÓGICO
Para alcanzar los objetivos expuestos se llevaron a cabo distintas estrategias
metodológicas. En primer lugar, se realizó una búsqueda bibliográfica desarrollada a
través de la consulta de libros, tesis doctorales, artículos, etc. que abordan los puntos
principales de los que trata este trabajo. Tras la revisión bibliográfica se realizó un
pequeño estudio de investigación acerca de las ideas de los docentes de Educación
Infantil sobre TDAH. Para ello, se elaboró un cuestionario ad hoc con la ayuda de dos
profesionales con amplia experiencia en el ámbito educativo y en concreto en el
diagnóstico e intervención en los trastornos del neurodesarrollo. Posteriormente, se pasó
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el cuestionario a docentes en activo de la etapa de Educación Infantil en la Comunidad
Autónoma de La Rioja y se analizaron los resultados para obtener conclusiones.
4. REVISIÓN TEÓRICA
4.1 Evolución del concepto a lo largo de la historia
El término trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) ha recibido
diferentes denominaciones a lo largo del tiempo. En un principio, durante la primera
mitad del siglo XX se asoció a un daño o lesión cerebral que terminaba afectando al
desarrollo psicológico. Posteriormente, ya en los años 60 empezó a nombrarse con el
término “disfunción cerebral mínima” en la que el exceso de actividad física era el
síntoma principal del trastorno (Colomer, 2013 citado de Werry, 1968).
Esta definición se recogió en la segunda edición del manual diagnóstico y
estadístico de los trastornos mentales (DSM-II; American Psychriatric Association:
APA, 1968) en la que se consideró el trastorno como puramente evolutivo y sin una
base orgánica, caracterizado por hiperactividad, inquietud y un periodo corto de
atención en niños pequeños.
El terminó continuó evolucionando con la publicación de sucesivas ediciones del
manual, así, en 1980, el DSM-III (American Psychiatric Association: APA, 1980) pasó
a conceptualizarlo como “Trastorno por déficit de atención” que podía o no aparecer
con hiperactividad y posteriormente el DSM-III-TR (American Psychiatric Association:
APA, 1987) lo denominó “Trastorno por déficit de atención con hiperactividad” o
TDAH, tal y como lo conocemos actualmente. Finalmente, los manuales DSM-
IV(APA, 1994) y DSM-IV-TR (APA, 2000) incluyeron no un cambio en el concepto
sino la necesidad de que el trastorno se manifestase en distintos contextos de la vida del
niño. Actualmente en mayo de 2013 se publicó la quinta edición del manual, DSM-5
(American Psychiatric Association: APA, 2013) con cambios relativos a criterios más
descriptivos o a la amplitud del rango de edad para el diagnóstico del trastorno.
Por otra parte, es necesario decir que además de la evolución del término empleado
para definir esta afección también ha cambiado con el tiempo la forma de comprender el
trastorno, que como ya se ha mencionado, empezó considerándose una disfunción
cerebral para pasar a una definición más concreta y exhaustiva. En este sentido fue
Douglas quien en 1972 abrió elcamino para una nueva comprensión del trastorno
destacando que las dificultades que estos niños presentaban (inquietud motora, escasa
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atención, incapacidad para permanecer sentados y dificultades para controlar impulsos)
se podían dar en distintos contextos como el hogar o la escuela y tenían como base una
autorregulación insuficiente (Colomer, 2013). Esta conceptualización fue en su
momento una de las interpretaciones más sólidas del TDAH.
Desde este momento en adelante distintos autores desarrollaron múltiples modelos
explicativos para entender el trastorno con enfoques diferentes unos de otros. A
continuación se describen los más conocidos.
4.2 Modelos explicativos sobre el Trastorno por déficit de atención e
hiperactividad
4.2.1 Modelos de déficit único
4.2.1.1 Modelo de déficit en el control inhibitorio
El modelo de déficit en el control inhibitorio desarrollado por Barkleyen1997 ha
sido el más conocido hasta el momento. Este autor definió el TDAH como “un trastorno
del desarrollo caracterizado por unos niveles evolutivamente inapropiados de problemas
atencionales, sobreactividad e impulsividad” (Servera, 2005, p. 358). Esta explicación
supuso una nueva forma de entender el trastorno haciendo hincapié en lo que él llamaba
capacidad de inhibición conductual que se refería a la capacidad de inhibir respuestas
prepotentes. Es decir, según esta teoría, los niños con TDAH tienen dificultades a la
hora de inhibir la primera respuesta hacia un estímulo y sustituirla por otra más
adecuada, lo que repercute en su capacidad para poder aplazar decisiones y refuerzos
positivos y evitar los negativos. Esta incapacidad de inhibición conductual también
afecta a lo que Barkley llamó control de interferencia que se refiere a la capacidad de
demorar decisiones evitando las interrupciones que pueden surgir en cualquier
momento.
Esta baja capacidad de inhibición repercute negativamente en las funciones
ejecutivas, en concreto (Artigas-Pallarés, 2011):
Internalización del lenguaje o memoria de trabajo verbal: se trata de la
capacidad de mantener un diálogo interno con uno mismo que ayuda a regular
la conducta, manipular mentalmente la información e intervenir en el
aprendizaje de forma adecuada. En otras palabras, se trata de una reflexión
consciente mediada por un lenguaje interior.
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Memoria de trabajo no verbal: se trata de la percepción que uno tiene de
símismo. Es por tanto la sensación de sentirse ubicado en el espacio y en el
tiempo para dirigir las propias acciones.
Planificación o reconstitución: requiere según Barkley las habilidades de
análisis y síntesis. “Análisis” significa “descomponer distintos componentes de
la conducta o información en sus elementos básicos” y “síntesis” implica “la
reconstitución de dichos elementos de forma coherente para poder autodirigir la
conducta mediante decisiones correctas y eficientes” (Artigas-Pallarés, 2011, p.
373).
Autorregulación de las emociones y la motivación: se refiere a la capacidad
para dirigir la conducta cuando no existe una recompensa inmediata. Se trata de
actuar para alcanzar un objetivo a largo plazo mediante el esfuerzo.
Las dificultades en todos estos mecanismos conducen a conductas
descontroladas e inconstantes que llevan a la desmotivación.
Tal y como se observa en este modelo, el TDAH se entiende más como una
disfunción ejecutiva que como un déficit de atención que sería según este autor un
fallo más derivado de las funciones ejecutivas.
Figura 1. Modelo de déficit en el control inhibitorio (adaptado de Barkley, 1997)
4.2.1.2 Modelo de la regulación del estado
Este modelo, desarrollado por Sergeant et al.(1999) propone que la regulación del
estado se puede considerar como una función ejecutiva encargada de activar una
“energía mental” adecuada para responder satisfactoriamente a las demandas del
entorno (Artigas-Pallarés, 2011). Es decir, este modelo se basa en que al presentarse
estímulos de forma rápida, se produce una sobreestimulación en el niño que le lleva a
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producir respuestas rápidas, imprecisas e inadecuadas y por el contrario, cuando se
presentan estímulos de forma lenta se producen respuestas lentas, variables e
ineficientes. Todo esto se puede traducir como una baja capacidad para producir un
ajuste energético adecuado para responder a las demandas del entorno.
4.2.1.3 Modelo de aversión a la demora
Este modelo, desarrollado por Sonuga-Barke et al.(1992) se centra en que las
personas con TDAH prefieren gratificaciones inmediatas aunque pequeñas a
gratificaciones a largo plazo aunque sean mayores. Este modelo entiende la
impulsividad característica del trastorno como mecanismo para reducir el tiempo de
demora y obtener la gratificación.
4.2.2 Modelos duales o de déficit múltiple
Los modelos de déficit único hablan de dificultades en características
independientes del TDAH pero algunos investigadores proponen explicar el mismo
desde modelos más complejos en los que se considera la interacción de dos o más vías
afectadas(Colomer, 2013).
4.2.2.1 Modelo cognitivo-energético
Este modelo, desarrollado por Sergeant (2005) se trata de una ampliación del
modelo de la regulación del estado que propuso el mismo autor en 1999y se basa en la
ineficiencia en el procesamiento de la información en tres niveles diferentes (Artigas-
Pallarés 2011):
Nivel computacional de los mecanismos atencionales: implica codificación,
búsqueda/decisión y organización motora.
Nivel de estado: se refiere al nivel de alerta (arousal), el esfuerzo o la capacidad
para afrontar las demandas.
Nivel de gestión/funcionamiento ejecutivo: capacidad para planificar, detectar
y corregir errores.
Según este modelo, los déficits surgen cuando existe algún déficit en cualquiera de
los niveles pero especialmente en el segundo. Es decir, toda persona necesita realizar un
esfuerzo determinado para llevar a cabo una actividad pero este esfuerzo va a depender
del estado o el nivel de alerta que tenga en ese momento y este nivel de alerta o estado
condicionará a su vez los mecanismos atencionales de búsqueda, decisión y
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organización motora que realice la persona así como su gestión cognitiva, es decir, la
capacidad que tenga para planificar, detectar y corregir errores.
4.2.2.2 Modelo dual de Sonuga-Barke et al
Según afirma Artigas-Pallarés (2011) este modelo, desarrollado por Sonuga-Barke
(2003) es una ampliación del modelo de aversión a la demora y se centra en dos déficits
diferentes. Por una parte, una alteración en los circuitos de recompensa que hace que no
se detecten las señales de recompensas demoradas y por tanto produce impulsividad
para obtener gratificaciones inmediatas, y por otra parte un bajo rendimiento en tareas
que requieran la participación de las funciones ejecutivas.
4.2.2.3 Modelo dual de comorbilidad con la dislexia
Este modelo explica la comorbilidad entre TDAH y dislexia dado que muchos
pacientes con este último trastorno han mostrado tener dificultades también asociadas al
TDAH como la velocidad de procesamiento o la memoria de trabajo(Artigas-Pallarés,
2011).
4.2.2.4 Modelo dual de comorbilidad con el autismo
Algunos estudios comparativos entre TDAH y autismo han encontrado déficits
compartidos entre ambos trastornos como por ejemplo el control inhibitorio del que ya
se ha hablado con anterioridad. (Artigas-Pallarés, 2011).
4.3 Criterios diagnósticos, tipos y evolución de los síntomas
4.3.1 Criterios diagnósticos
Desde el año 2000, los criterios diagnósticos del TDAH se encuentran incluidos en
el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-IV-TR (APA,
2000) y en la décima edición de la Clasificación Internacional de las Enfermedades
CIE-10 (CIE-10; Organización Mundial de la Salud: OMS, 1995). En el DSM-IV-TR el
trastorno por déficit de atención e hiperactividad se encuentra incluido en el apartado de
trastornos de inicio en la infancia y la adolescencia, en el grupo de trastornos por déficit
de atención y comportamiento perturbador y para la CIE-10, este síndrome se denomina
trastorno de la actividad y la atención y queda recogido en el grupo de trastornos del
comportamiento y de las emociones de comienzo en la infancia y la adolescencia, en el
subgrupo de trastornos hipercinéticos.
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Ambos coinciden en los tres síntomas nucleares del trastorno, hiperactividad,
impulsividad y déficit de atención y en la persistencia de los síntomas a lo largo del
tiempo y en diferentes contextos (Colomer, 2013).Sin embargo, difieren en algunos
aspectos como el inicio de los síntomas, ya que para la CIE-10 todos tienen que estar
presentes antes de los siete años de edad mientras que para el DSM-IV-TR solo “algún
síntoma” tiene que iniciarse antes de dicha edad. Además, la CIE-10 requiere que todos
los síntomas se manifiesten en más de una situación (casa, colegio, etc.) mientras que el
DSM-IV-TR contempla que solo algunos criterios deben cumplirse en más de un
contexto. Por último, por citar otra diferencia significativa, el DSM-IV-TR exige que se
den seis criterios de inatención y/o seis criterios de hiperactividad-impulsividad
mientras que la CIE-10 requiere seis criterios de inatención, tres de hiperactividad y un
criterio de impulsividad (Artigas-Pallarés, 2011).Se pueden consultar los criterios
diagnósticos según DSM-IV y CIE-10 en anexos 1 y 2.
Recientemente, en mayo de 2013, se publicó la quinta edición del manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-5 (APA, 2013) que incluye
algunos cambios respecto a la versión anterior como la ampliación de la edad de
diagnóstico hasta los 12 años, la reducción del número de criterios exigidos de seis a
cinco en el caso de los adultos, criterios más descriptivos y menos rígidos y la inclusión
del trastorno en el apartado de trastornos de neurodesarrollo en lugar de en trastornos de
inicio en la infancia y la adolescencia(Colomer 2013). Se pueden consultar los criterios
diagnósticos según DSM-5 en su versión inglesa en anexo 3.
4.3.2 Tipos
Existen según el DSM-IV-TR distintos subtipos de TDAH dependiendo del número
de criterios que se cumplan para el déficit de atención y para la hiperactividad-
impulsividad. Cada uno de estos subtipos es diferente y requiere un abordaje terapéutico
y educativo distinto.
Trastorno por déficit de atención con hiperactividad subtipo predominantemente
inatento: satisface seis criterios de inatención pero no de hiperactividad-
impulsividad durante los últimos seis meses.
Trastorno por déficit de atención con hiperactividad subtipo predominantemente
hiperactivo-impulsivo: satisface seis criterios de hiperactividad-impulsividad
pero no de inatención en los últimos seis meses.
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Trastorno por déficit de atención con hiperactividad subtipo combinado:
satisface seis criterios de inatención y seis de hiperactividad-impulsividad
durante los últimos seis meses.
El DSM-5 propone los mismos subtipos pero plantea utilizar el término
especificador en lugar de subtipo para definir las distintas presentaciones del trastorno
(APA, 2013).
4.3.3 Síntomas
Tal y como se ha citado en el apartado anterior, son tres los síntomas principales del
TDAH: déficit de atención, hiperactividad e impulsividad(Alda et al., 2010):
Déficit de atención: se manifiesta como la dificultad para mantener la atención
durante un periodo de tiempo. A los niños les cuesta priorizar tareas, persistir en
ellas y finalizarlas y por ello terminan cambiando de tarea sin llegar a terminar
ninguna. Suelen distraerse fácilmente y tienen dificultades para organizar tareas
y tendencia a olvidos y pérdidas de material. En situaciones sociales, presentan
tendencia a cambiar frecuentemente de conversación y les cuesta seguir las
normas en actividades o juegos.
Hiperactividad: se trata de un exceso de movimiento en situaciones en que
resulta inadecuado. Los niños con este problema tienen dificultades para
permanecer quietos cuando la situación lo requiere.
Impulsividad: se presenta como impaciencia, dificultad para esperar el turno y
aplazar sus respuestas de manera que tienden a responder precipitadamente antes
de que se haya completado la pregunta.
4.3.4 Evolución de los síntomas según la edad
Tal y como afirma Mena et al. (2006) los síntomas de TDAH varían a lo largo del
desarrollo. Los resultados observados evidencian que en los niños más pequeños los
síntomas de hiperactividad-impulsividad son mucho más comunes que en etapas
posteriores del ciclo vital. Los niños de edades preescolares presentan por tanto una
hiperactividad menos dependiente del entorno, mientras que en la etapa escolar, la
hiperactividad puede darse únicamente en algunas situaciones, en especial aquellas que
están poco estructuradas (Colomer, 2013). En relación a los subtipos, el hiperactivo-
impulsivo se observa con más frecuencia en edades tempranas que el subtipo
predominantemente inatento. Otro hallazgo es que para la misma autora, durante la
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etapa de educación infantil, los padres y profesores de estos niños suelen describirlos
como desatentos, muy movidos, siempre en marcha, etc. por su actividad excesiva y
desorganizada. Por otra parte, en la adolescencia y edad adulta los síntomas de
hiperactividad-impulsividad decrecen en la mayoría de los casos pero no ocurre lo
mismo con la inatención que permanece más estable a lo largo del tiempo (Miranda,
2010).
4.4 Prevalencia
El TDAH es uno de los trastornos infantiles más frecuentes en la infancia y uno de
los que produce más consultas a especialistas.
La tasa de prevalencia en España oscila entre el 2% y 6% (Criado-Álvarez y Romo-
Barrientos, 2003) y es un trastorno más frecuente en hombres que en mujeres según el
DSM-IV-TR.
Tal y como afirma Orjales (2012) en ambos sexos, el subtipo combinado es el más
frecuente pero en el subtipo inatento parece que hay mayor porcentaje de niñas
diagnosticadas. En relación a esto, hay que señalar que las niñas con TDAH no se
detectan de la misma forma que los niños, ya que estos últimos presentan una
sintomatología generalmente más disruptiva que las niñas siendo por tanto mayor el
número de consultas a especialistas.
Por último, hay que señalar que según la misma autora la prevalencia del trastorno
se mantiene constante a lo largo del desarrollo y que la persistencia del TDAH en la
juventud va desde el 2% al 8% cuando la información la proporciona la persona
afectada y aumenta cuando la fuente de información son los padres.
4.5 Etiología
Para Artigas-Pallarés (2011) el TDAH está causado por características genéticas
moduladas por factores ambientales. A continuación, se explican de forma más
detallada algunas de estas causas.
4.5.1Causas de origen biológico
Entre las causas biológicas se incluyen por una parte las de origen genético y por
otra las de tipo neurológico.
Factores genéticos: según Colomer (2013), en diversos estudios sobre TDAH
se han observado alteraciones a nivel del circuito de la dopamina,
neurotransmisor que cumple un papel muy importante en la regulación del
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comportamiento, cognición, circuitos de recompensa, sueño, atención,
aprendizaje, etc. Principalmente estas alteraciones se muestran en dos genes
encargados de la codificación de proteínas transportadoras (DAT1) en el
proceso de replicación del ADN y en el receptor de la dopamina (DR4) a nivel
neuronal. Estas evidencias genéticas se sostienen gracias a varios estudios que
han demostrado que en familias cuyos progenitores están afectados de TDAH,
sus hijos poseen un riesgo de seis a ocho veces superior de padecer el trastorno
que en los hijos de las familias de la población general. Además, la
heredabilidad es más elevada en los casos de TDAH con predominio
hiperactivo-impulsivo. (Colomer, 2013).
Factores neurológicos: pruebas de neuroimagen como TAC, RMN, etc. han
demostrado una disminución de volumen de determinadas áreas cerebrales
como el córtex prefrontal (que se encarga de funciones como la planificación,
toma de decisiones, expresión de la personalidad y adecuación del
comportamiento social), ganglios basales (que tienen una función
principalmente motora) y cuerpo calloso (encargado de integrar el cerebro
“como un todo”, siendo la vía de comunicación entre los dos hemisferios).
Figura 2. Ubicación del cuerpo calloso en el cerebro
Figura 3.Cortexprefrontal
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Además de estas causas, según Artigas-Pallarés (2011), algunos acontecimientos
prenatales y perinatales podrían estar relacionados con el trastorno. Entre los prenatales
se incluyen las malformaciones cerebrales, accidentes vasculares, infecciones,
irradiaciones, consumo de fármacos o sustancias tóxicas durante el embarazo, etc. y
entre los perinatales se puede relacionar con esta afección cualquier acontecimiento que
curse con hipoxia, hemorragia, hipoglucemia, accidente vascular, convulsiones,
meningitis, etc.
4.5.2 Causas de origen psicosocial
Los factores psicosociales aunque tienen un papel secundario en la formación del
trastorno tienen marcada importancia sobre todo en el desarrollo y en la estabilidad de
los síntomas a lo largo del tiempo. Así, por ejemplo, se ha demostrado una mayor
prevalencia del trastorno en ambientes desfavorecidos de pobreza, malnutrición,
exclusión social, malos tratos, violencia en el hogar y consumo de drogas. Asimismo,
un entorno escolar desorganizado provoca más problemas en la conducta del niño y
mayor fracaso escolar. (Colomer, 2013).
Algunas de estas causas se exponen más detenidamente en el apartado dedicado al
contexto familiar.
4.6 Tratamiento
El tratamiento del TDAH se basa según Artigas-Pallarés (2011) en la intervención
psicológica y la administración de fármacos, es decir se trata de un tratamiento
multimodal que es el que más eficaz ha resultado ser a lo largo de los años (Nicolau y
García, 2002).
Una parte del tratamiento consiste en la intervención psicológica que se puede
realizar de forma individual o colectiva y uno de sus principales objetivos es aumentar
la capacidad de autocontrol, entrenando al niño en el manejo de situaciones que le
generan rabia y ayudándole a desarrollar estrategias para aprender a manejar esta
emoción (Nicolau y García, 2002). Por tanto, hay que enseñar al niño estrategias que
pueda utilizar para trabajar el autocontrol. Estos mismos autores proponen un
tratamiento en grupo dirigido a niños y adolescentes para trabajar aspectos comoel
autocontrol, auto-instrucciones, resolución de problemas y habilidades sociales y para
ayudar a los niños a reconocer sus puntos fuertes y débiles con el objetivo de afrontar
estos últimos. El programa que proponen sigue la pauta propuesta por Kendall en 1980
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en la que se utilizan técnicas como la economía de fichas, refuerzo positivo, extinción o
coste de respuesta, etc. todas ellas para trabajar aspectos como la identificación de
sentimientos, clasificación de los mismos según las emociones básicas de tristeza,
ansiedad, rabia, alegría, amor y amistad, el trabajo de los mensajes yo, la resolución de
problemas, el autocontrol de las emociones y en particular el de la rabia. La
metodología se basa en técnicas de relajación o la técnica de la tortuga de
Scheneider(1990) que trata de enseñar a los niños a autocontrolarse y “meterse dentro
de un caparazón imaginario” como el de la tortuga, cuando sientan que no pueden
controlar sus impulsos para poder así relajarse y pensar antes de actuar.
Por lo tanto, se observa que el tratamiento psicológico va a tener un peso
importante en el curso del trastorno pero es importante considerar también el
tratamiento farmacológico que en España se limita a dos fármacos, el metilfenidato y
laatomoxetina (Artigas-Pallarés, 2011).
El metilfenidato es un psicoestimulante, encargado de incrementar el nivel de
dopamina en las sinapsis neuronales aumentando la disponibilidad de este
neurotransmisor (Véase figura 4). Este compuesto es uno de los más utilizados en
España para el tratamiento del trastorno y produce efectos positivos en el
comportamiento y en el procesamiento de la información. Existen distintas formas
comerciales del fármaco, las más conocidas son Rubifén y Concerta. A continuación se
explican las ventajas y desventajas de cada uno de ellos (Artigas-Pallarés, 2011).
Rubifén Concerta
Ventajas
Ajuste más rápido de la
dosis.
Requiere una sola toma.
Diversas tomas. Menor efecto rebote.
Mejor control del insomnio Mejor cumplimiento.
Desventajas
Duración de dos a cuatro
horas.
Dificultad para tragar.
Administración durante el
horario escolar.
Mayor probabilidad de
interrumpir el sueño.
Mayor efecto rebote Menor flexibilidad de
dosificación.
Cuadro 1. Ventajas y desventajas de las distintas presentaciones comerciales de metilfenidato.
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Figura 4. Actuación del metilfenidato en la sinapsis neuronal (Artigas-Pallarés, 2011).
La atomoxetina es por el contrario un antidepresivo, que se encarga de inhibir la
recaptación de la noradrenalina, que es otro neurotransmisor implicado principalmente
en procesos de atención (Artigas-Pallarés, 2011).
4.7 Problemas asociados al TDAH en la infancia
4.7.1 Trastornos del comportamiento
Tal y como afirma Colomer (2013) muchos niños con TDAH presentan además de
esta afección, trastornos del comportamiento asociados, en concreto, el trastorno
negativista desafiante es el más frecuente en la edad preescolar, presentándose en el 40-
65% de los casos de TDAH. Este trastorno se caracteriza por una actitud desafiante y
provocativa, intentos de enfrentar a los padres, etc. se inicia a los 5.3 años de media y es
el antecedente de los trastornos disociales y de otros trastornos psiquiátricos más graves.
Además, según la misma autora los trastornos de comportamiento asociados al
TDAH son especialmente importantes y se deben tomar en consideración, ya que los
niños con esta problemática reciben frecuentemente feedback negativo tanto de
profesores como de padres y compañeros debido a sus conductas agresivas y disruptivas
y esto puede derivar en otras patologías internalizantes como la depresión.
4.7.2 Trastornos del afecto: ansiedad y depresión
Varios estudios transversales indican que según estiman padres y profesores, en los
niños con TDAH los trastornos internalizantes como la ansiedad o la depresión están
más presentes ya desde etapas preescolares que en niños sin este trastorno (Colomer,
2013).
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Tal y como afirma la misma autora, la ansiedad asociada al TDAH se relaciona con
más problemas de atención, trastornos del afecto y problemas escolares, además se ha
estudiado que los niños con un diagnóstico de TDAH en la etapa preescolar tienen un
riesgo superior de presentar depresión así como intentos de suicidio en la infancia, en la
adolescencia o al inicio de la edad adulta que los niños sin el trastorno.
4.7.3 Bajo rendimiento académico y problemas de aprendizaje
Un aspecto relevante en la infancia es el rendimiento académico, que es uno de los
aspectos que se encuentran más deteriorados en los niños con TDAH especialmente en
los subtipos inatento y combinado. Este bajo rendimiento se acompaña muchas veces de
problemas específicos que afectan a áreas como matemáticas o lectura y escritura y
estas dificultades aparecen ya en niños preescolares que a pesar de su corta edad ya en
muchos casos presentan un mal funcionamiento escolar que requiere de ayuda extra o
clases de apoyo (Orjales, 2012).
4.7.4 Problemas en habilidades sociales, reconocimiento y regulación de las emociones
Las dificultades en las relaciones sociales y la regulación emocional son dos
problemas que frecuentemente presentan las personas con TDAH. En concreto, se sabe
que distintas funciones ejecutivas están relacionadas con el control emocional y los
impulsos, lo que puede explicar los altos niveles de agresividad, irritabilidad y
frustración que en ocasiones se observan en niños y adultos con el trastorno (Albert,
López-Martín, Fernández-Jaén y Carretié, 2008).
De acuerdo con los mismos autores, los primeros datos respecto al reconocimiento
de emociones se obtuvieron en la década de los noventa mediante distintas pruebas para
identificar diversos estímulos emocionales. Estas pruebas mostraron que los niños con
TDAH más pequeños (entre seis y ocho años) eran menos precisos que los niños sin el
trastorno a la hora de reconocer distintas emociones en caras humanas. A la vista de
estos resultados, los autores sugirieron que estas dificultades no se basaban
específicamente en un déficit en el reconocimiento emocional sino en un desarrollo
tardío en la capacidad de atención. Asimismo, en referencia a la regulación y expresión
emocional se debe decir que muchos niños y adultos con TDAH tienen una baja
tolerancia a la frustración y dificultades para regular sus emociones, lo que les hace
actuar de forma inapropiada ante distintas situaciones (Albertet al., 2008).
18
Otra problemática que reportan padres y profesores de niños con TDAH son sus
dificultades en las habilidades sociales, en concreto, citan que estos niños se sienten a
menudo más rechazados por sus compañeros, gustan menos y por tanto, en muchos
casos tienen menos amigos (Orjales, 2012).
4.8 Contexto familiar en niños con TDAH
De acuerdo a Colomer (2013), los niños con TDAH, a causa de su temperamento,
se pueden considerar a menudo como “niños difíciles” y requieren muchas veces de más
atención que otros niños de su edad. Según la misma autora, esta situación puede
acarrear estrés y ansiedad en los padres generando en ellos sentimientos de falta de
competencia para la crianza y educación de estos niños. Además, los progenitores
tienden a aislarse socialmente a causa de las críticas que reciben por el comportamiento
no adecuado de sus hijos (Roselló, García, Tárraga y Mulas, 2003).
Al hilo de lo anterior, diversos estudios afirman que los padres de niños con TDAH
en comparación con aquellos de niños sin el trastorno tienen más predisposición a la
depresión, por una parte debido a las restricciones en su tiempo personal por la
dedicación que supone el cuidado de sus hijos y por otra, por el desajuste que se
produce entre las expectativas hacia sus hijos que muchas veces no se corresponden con
las características que esperaban de los mismos (Miranda, Grau, Marco y Roselló,
2007).
Además, el estrés y ansiedad de los padres puede ser percibido por el propio niño
debido a los comentarios negativos hacia su comportamiento que con frecuencia no se
acompañan de otros positivos, lo que hace que este construya una imagen negativa de su
persona y lo manifieste agravando sus problemas de conducta (Colomer, 2013).
Por último, el estilo parental de los padres es también un factor influyente en el
curso del trastorno, siendo más que una causa, una consecuencia del mismo. Numerosas
familias de niños con esta afección tienen un estilo parental más intrusivo, controlador y
desaprobador que familias de niños sin este trastorno. Este estilo educativo puede
derivar en crear en los padres sentimientos de desconfianza en la capacidad del niño,
generando en este último estrés, aislamiento social, sentimientos de culpa y depresión,
lo que repercutirá de forma negativa en el propio niño pudiendo generar en él problemas
de autoestima y más dificultades familiares (Colomer, 2013).
19
4.9 Contexto escolar y expectativas de los docentes hacia los niños con TDAH
Los niños con TDAH suponen una serie de retos para los docentes, ya que estos
niños en ocasiones suelen presentar un comportamiento más disruptivo que los niños sin
el trastorno. Esto puede derivar en la presencia de niveles más altos de conflicto,
agresión u hostilidad (Ohan, Visser, Strain y Allen, 2011). Por tanto, según estos
mismos autores, no es de sorprender que alertar a un maestro de que uno de sus alumnos
ha sido diagnosticado de TDAH puede influir en sus expectativas, comportamiento y
emociones hacia el niño.
El efecto del diagnóstico en las expectativas de los docentes puede ser por una parte
positivo y ayudar a llevar a cabo una intervención educativa adecuada, promover la
investigación sobre el tema, ser consciente de las fortalezas y dificultades del niño, etc.
además de contribuir según los mismos autores a un mayor entendimiento del problema
que deriva en respuestas más altruistas, y una actitud más tolerante hacia el trastorno y
también hacia el propio niño. Sin embargo, el etiquetado que conlleva el diagnóstico
puede comportar efectos negativos como expectativas no positivas del profesor o los
padres hacia el niño. Algunos estudios sugieren que psicólogos, maestros de educación
especial y maestros tutores dan cuenta de más altos niveles de comportamiento
disruptivo en los niños con el diagnóstico que en aquellos que no lo tienen y hablan de
una peor calidad en las relaciones interpersonales de estos niños que en las del resto
(Ohanet al.,2011).
Los mismos autores realizaron una investigación en Canadá para estudiar la
influencia del diagnóstico en las expectativas de los docentes hacia los niños con
TDAH. En el estudio se entregó a profesores y estudiantes de carreras universitarias
relacionadas con la educación distintos casos clínicos todos ellos describiendo el
comportamiento de un alumno con TDAH. En ellos tenían que responder a una serie de
ítems que hacían referencia a los problemas de comportamiento del niño del caso
expuesto e incluían aspectos como los sentimientos de los docentes o en su caso de los
estudiantes de educación hacia el comportamiento del mismo, el deseo de dedicar
tiempo extra y esfuerzo en la formación sobre el tema (estrategias, medicación, etc.) y
por último otros relacionados con su trato hacia el niño en el aula. La diferencia
fundamental entre los casos clínicos presentados era que en unos se especificaba que el
niño tenía ya el diagnóstico de TDAH mientras que en otros no.
20
En el estudio se concluyó que los profesores tenían una percepción diferente de un
mismo niño dependiendo de si contaba o no con el diagnóstico o la “etiqueta” de
TDAH. Uno de los resultados fue que el hecho de que los docentes supiesen que el niño
había estado en tratamiento psicológico o psiquiátrico hacía que lo percibiesen como
más seriamente afectado que aquellos niños que no habían recibido tratamiento. Esto
pudoderivar en consecuencias positivas o en algunos casos negativas hacia el alumno
en la clase. Un posible beneficio que se manifestó en el estudio fue que ver al niño
como más seriamente afectado por haber estado en tratamiento podía motivar a los
profesores a buscar ayuda profesional en la respuesta educativa hacia él, sin embargo,
un aspecto negativo que se alcanzó fue que las primeras impresiones hacia el niño,
especialmente las negativas, son difíciles de cambiar y por tanto, el hecho de tener el
diagnóstico de TDAH puede tener consecuencias importantes a largo plazo.
Por otra parte, los participantes en el mismo estudio, comentaron que se sentían
más estresados y molestos por los problemas de comportamiento de los niños con
TDAH diagnosticados que por aquellos sin el diagnóstico y se sentían además, menos
preparados para hacer frente a su comportamiento. Esta situación tuvo por otro lado un
efecto positivo, los docentes mostraron más interés en la formación hacia el tema para
aprender a hacer frente a estas situaciones, ya que según los datos de la misma
investigación muchos docentes de niños con TDAH sentían que las estrategias y
habilidades que conocían no eran suficientes en comparación con las que llevaban a
cabo otros profesionales. Por tanto, el estudio sugirió que para remediar esa situación
era necesario proveer a los docentes de estrategias prácticas fáciles de acceder que
pudieran poner en marcha en la clase aún contando con la ayuda de un psicólogo
escolar para hacer las modificaciones oportunas cuando fuese necesario (Ohan et al.,
2011).
5. MARCO EMPÍRICO
5.1 Problema de la investigación
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad es un trastorno que se inicia
durante la edad infantil y es en la edad escolar cuando mayor repercusión tiene en la
vida del niño. Por tanto, este estudio parte de la necesidad de conocer lo que los
maestros de Educación Infantil saben acerca del mismo ya que es en esta etapa cuando
comienzan a aparecer los primeros síntomas, según el manual diagnóstico y estadístico
21
de los trastornos mentales DSM en todas sus versiones y tal y como afirma la
clasificación universal de las enfermedades CIE-10. Por tanto, son ellos junto a la
familia los que pueden dar aviso de los primeros indicadores que serán la base para un
diagnóstico temprano y un tratamiento más eficaz.
Además, se parte de que el maestro de Educación Infantil debe conocer a fondo el
trastorno para poder adaptar la práctica docente y ofrecer una respuesta educativa de
calidad para todos los niños, y así atender a las necesidades individuales de cada uno.
Por este motivo se hace necesario saber lo que los maestros conocen sobre el mismo, su
definición, etiología, diferencias asociadas al sexo en la expresión de los síntomas,
influencia del diagnóstico en las expectativas del docente, importancia de la formación
para un diagnóstico temprano y las estrategias que se pueden llevar a la práctica en el
aula para atender las necesidades de estos niños y así profundizar en el conocimiento
sobre TDAH y mejorar la práctica educativa.
5.2 Objetivo general
Analizar las ideas de los docentes de Educación Infantil sobre el trastorno por
déficit de atención e hiperactividad.
5.3 Objetivos específicos
1. Averiguar lo que los maestros conocen en relación al concepto de TDAH.
2. Analizar los conocimientos de los docentes sobre la etiología del trastorno.
3. Identificar los conocimientos de los maestros sobre lasdiferencias en cuanto a
sexo en la manifestación de los síntomas de TDAH.
4. Conocer los sentimientos que genera como docente tener un niño diagnosticado
de TDAH en el aula.
5. Analizar cómo influye el diagnóstico en las expectativas del docente hacia el
niño.
6. Determinar si los maestros consideran la formación como aspecto importante
para un diagnóstico precoz.
7. Analizar el número de casos diagnosticados en la etapa de infantil en la muestra
objeto de estudio y conocer diferentes estrategias que los docentes ponen en
práctica en la respuesta educativa.
22
5.4 Hipótesis
Este estudio propone las siguientes hipótesis de acuerdo a los ejes temáticos del
cuestionario utilizado en la investigación, al objetivo general y a los objetivos
específicos:
1. Los maestros definirán el trastorno en términos relativos a la hiperactividad-
impulsividad más que al déficit de atención (pregunta nº1).
2. La mayoría de los participantes relacionarán la causa del TDAH con factores
de tipo innato dejando al margen causas de tipo psicosocial (pregunta nº2).
3. La mayoría de los participantes no creerán que existan diferencias en cuanto
a sexo en la manifestación de los síntomas (pregunta nº3).
4. Tener en el aula un niño diagnosticado de TDAH generará más sentimientos
negativos que positivos en los docentes (pregunta nº 4).
5. Los participantes creerán en general que el diagnóstico influirá en las
expectativas del docente hacia el niño y que lo hará de forma negativa
(pregunta nº 5).
6. La mayoría de los docentes valorará la formación como aspecto positivo
para un diagnóstico temprano (pregunta nº 6).
7. Cuantos menos años de experiencia docente más casos de niños
diagnosticados de TDAH habrán tenido en el aula (pregunta nº 7).
Dado que el instrumento de medida utilizado para analizar los resultados consta de
siete preguntas, cada una relacionada con un aspecto diferente, son siete las hipótesis
planteadas, una por cada pregunta y cada eje temático que aborda el cuestionario.
5.5 Método
5.4.1 Participantes
La población a la que se dirige este estudio es la de maestros y maestras en activo
de Educación Infantil en la Comunidad Autónoma de La Rioja.
Dada la extensión del público objeto de estudio y la imposibilidad de llegar a todos
los centros de la comunidad se ha seleccionado para la investigación una muestra
compuesta de docentes de la etapa de Educación Infantil procedentes de diez centros de
titularidad pública ubicados en las zonas de la Rioja Media y Baja.
Para seleccionar la muestra participante en la investigación se contactó en persona
con los directores de los diez centros explicando brevemente el objeto de estudio del
23
trabajo y pidiendo su colaboración. Una vez confirmada su participación se les
entregaron los cuestionarios, un total de 50, de los cuales fueron devueltos 37. La causa
de pérdida de los mismos fue debida a la no contestación de estos por los maestros ya
que se trataba de una tarea voluntaria.
Por lo tanto, la muestra final estuvo formada por 37 maestros de los cuales 34 eran
mujeres (91.8%) y 3 eran hombres (8.1%). En cuanto a la edad 10 tenían entre 23 y 30
años (27%), 16 entre 31 y 40 años (43.2%), 7 entre 41 y 50 años (18.9%), 2 más de 50
años (5.4%) y otros 2 no contestaron a este dato (5.4%).
En cuanto a la especialidad, se tuvo en cuenta si eran de Educación Infantil o de
otras especialidades como Educación Primaria, Inglés o Pedagogía Terapéutica siempre
teniendo en cuenta que impartiesen docencia en Educación Infantil. Según los datos, 33
eran de Educación Infantil (89.1%), uno de ellos tenía la especialidad de maestro en
Pedagogía Terapéutica (2.7%), otra pertenecía a Educación Primaria (2.7%) y dos de
ellos eran especialistas de Inglés (5.4%). Todos ellos impartían docencia en la etapa de
Educación Infantil. Finalmente, en referencia al último dato de identificación que se
pidió, los años de experiencia en educación infantil, 10 de ellos tenían de 1 a 5 años de
experiencia (27%), 12 tenían entre 6 y 10 años de experiencia (32.4%), 13, entre 11 y
20 años (35.1%) y 2 contaban con más de 20 años de experiencia (5.4%).
A continuación el cuadro 2 muestra los datos más representativos de la muestra que
incluye el sexo de los participantes, la edad, agrupada según los grupos de años de
experiencia previamente citados, la especialidad, teniendo en cuenta si eran de
Educación Infantil, de Inglés o especialistas en Pedagogía Terapéutica y los años de
experiencia en Educación Infantil.
Sexo Edad Especialidad Experiencia H M 1 2 3 4 5 1 2 3 4 1 2 3 4
N
3
34
10
16
7
2
2
33
1
1
2
10
12
13
2
%
8.1
91.8
27
43.2
18.9
5.4
5.4
89.1
2.7
2.7
5.4
27
32.4
35.1
5.4
Cuadro 2. Características más significativas de la muestra.
Donde: H: Hombre/M: Mujer/ Edad 1: 23-30 años/ Edad 2: 31-40 años/ Edad 3: 41-50 años/ Edad 4: +50 años/
Especialidad 1: Infantil/ Especialidad 2: P.T/ Especialidad 3: Primaria/ Especialidad 4: Inglés/Experiencia
1: 1-5 años/ Experiencia 2: 6-10 años/ Experiencia 3: 11-20 años/ Experiencia 4: + de 20 años.
24
4.3.2 Instrumento
En base al objetivo general del trabajo, analizar las ideas de los docentes de
Educación Infantil sobre el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, se eligió
el cuestionario como instrumento de recogida de datos por economía de aplicación.
Una vez definido el objetivo general de la investigación se procedió a establecer los
ejes objeto de estudio para posteriormente pensar las preguntas de las que estaría
compuesto el mismo.
Los ejes principales del instrumento fueron los siguientes:
Concepto.
Etiología.
Diferencias en cuanto a sexo en la manifestación de los síntomas.
Sentimientos que genera en el docente la presencia de un niño con TDAH en el
aula.
Expectativas del maestro hacia el niño con TDAH.
Influencia de la formación para un diagnóstico temprano.
Casos diagnosticados en la etapa de infantil y estrategias educativas para la
respuesta educativa.
A partir de estos ejes se elaboró un primer cuestionario ad hoc de tipo mixto,
configurado por 15 preguntas, algunas abiertas, otras de respuesta dicotómica Sí/No y
otras de elección múltiple. Los ejes sobre los que trataban las preguntas fueron nueve
en un principio pero finalmente, en base a las modificaciones introducidas por la
valoración de dos especialistas en la materia, el cuestionario final estuvo compuesto por
siete preguntas, cada una centrada en uno de los ejes que previamente se han citado. Las
preguntas del instrumento final fueron todas de tipo abierto, algunas de ellas con dos
apartados, una primera cuestión de respuesta dicotómica y otra segunda parte de
respuesta abierta para explicar el motivo de la contestación del primer apartado.
El cuestionario final constó de dos partes, en función del tipo de respuestas:
1. Datos de identificación: datos descriptivos de cada participante, relativos al
sexo, edad, especialidad y años de experiencia como docente en Educación
Infantil.
2. Siete preguntas referidas a cada uno de los ejes del cuestionario.
4.3.3 Procedimiento
Los pasos seguidos para llevar a cabo la investigación han sido los siguientes:
25
1. Elaboración del cuestionario: el proceso de elaboración del cuestionario
consistió en:
Determinar los datos de identificación necesarios en la primera versión del
cuestionario: sexo y edad.
Determinar los ejes del cuestionario para analizar la idea de los maestros de
Educación Infantil acerca del TDAH. Estos fueron los ejes para la versión
inicial del mismo:
Concepto, subtipos y sintomatología.
Evolución a lo largo del desarrollo y diferencias en cuanto a sexo en
la expresión de los síntomas.
Problemas o patologías asociadas al TDAH en la infancia.
Factores de riesgo para padecer TDAH.
Sentimientos de la familia y maestros de niños con TDAH.
Expectativas de los docentes hacia el niño con el trastorno.
Formación.
Respuesta educativa.
Presencia o no de niños diagnosticados en el aula de cada docente
participante.
Elaborar las preguntas del cuestionario inicial en base a los ejes planteados
(Anexo 4).
Valorar el cuestionario por un primer profesional: una psicóloga con amplia
experiencia en el ámbito de los trastornos del desarrollo valoró el
cuestionario inicial y se procedió a realizar los cambios oportunos que
incluyeron los siguientes aspectos:
Modificación de los datos de identificación que componían la
primera parte del cuestionario para incluir además de la edad y el
sexo, la especialidad y los años de experiencia en Educación Infantil.
Reducción del número de ejes temáticos a abordar de nueve a siete
(concepto, etiología, diferencias en cuanto a sexo, sentimientos que
genera en el docente tener un niño con TDAH en el aula,
expectativas de los maestros hacia el niño, formación y por último,
casos diagnosticados en las aulas de los participantes y estrategias
llevadas a cabo en la respuesta educativa).
26
Reducción del número de preguntas de 15 a 7 para simplificar el
cuestionario y que permitiese abordar cada uno de los ejes objeto de
estudio.
Modificación de algunas preguntas para su mayor claridad
conceptual.
Modificación del orden de las preguntas para una mayor coherencia
entre las mismas de acuerdo a las hipótesis del estudio. De esta
forma se obtuvo la segunda versión del cuestionario compuesto por
siete preguntas (Anexo 5).
Valorar el cuestionario por un segundo experto: un psicólogo de los Equipos
de Orientación Educativa y Psicopedagógica de la Rioja con amplia
experiencia en el tema, valoró nuevamente el cuestionario y sugirió eliminar
el título del mismo para una mayor objetividad de la prueba y realizar una
nueva redacción de la última pregunta para su mejor comprensión. Tras
estas breves modificaciones se obtuvo la versión final del instrumento de
recogida de datos (Anexo 6).
2. Extracción de la muestra: tras la realización del cuestionario se procedió a
llevar a cabo la extracción de la muestra objeto de estudio. Para ello, se
seleccionaron diez centros ubicados en las zonas de La Rioja Media y Baja de
titularidad pública. Se contactó con los directores de cada uno de los centros en
persona y tras explicar brevemente el objetivo de la investigación se entregaron
los cuestionarios para ser respondidos voluntariamente por aquellos docentes de
Educación Infantil de cada centro que quisiesen participar.
3. Administración y recogida del cuestionario: una vez seleccionados los
colegios participantes en el estudio y de elaborado el cuestionario, se procedió a
repartir el mismo en los centros educativos seleccionados para que los maestros
de la etapa de Educación Infantil lo pudiesen completar. Con el fin de obtener el
mayor número de respuestas posible se fijó un plazo de una semana para la
recogida de los mismos, tras la cual se volvió a los centros en persona para la
recogida de los cuestionarios contestados.
4. Análisis de datos: para llevar a cabo el análisis de los datos, se realizó un
estudio descriptivo de los mismos calculando las frecuencias de respuesta y los
porcentajes. Para ello se siguió el siguiente procedimiento:
27
1º. Se analizaron los datos demográficos de la muestra y se
contabilizaron las frecuencias de sexo, edad, años de experiencia
(estableciendo cuatro grupos de edad: grupo 1 (1-5 años), grupo 2 (6-10
años), grupo 3 (11-20 años) y grupo 4 (más de 20 años) y especialidad:
Educación Infantil, Educación Primaria, Pedagogía Terapéutica e Inglés.
Estos datos se han incluido previamente en la descripción de los
participantes en la investigación.
2º. Se analizaron las respuestas de las preguntas del cuestionario,
estableciendo las categorías de respuesta y las frecuencias y porcentajes
para cada caso. El orden seguido para el análisis de las respuestas fue el
de los objetivos e hipótesis del estudio. Así se comenzó dando respuesta
a la primer objetivo relacionado con la primera hipótesis y se continuó en
orden hasta el final.
5.6 Resultados
A continuación se muestra el análisis de los resultados. Para poder analizar los
mismos, tal y como se ha descrito en el apartado de procedimiento, en un primer
momento se estudiaron los datos descriptivos de la muestra y posteriormente se pasó a
analizar las respuestas a las preguntas siguiendo el mismo orden explicado en el
procedimiento, es decir, analizando las respuestas en orden de los objetivos e hipótesis
de la investigación, de la primera a la última.
Para empezar se analizará la primera pregunta relacionada con el primer objetivo y
la primera hipótesis que hacía referencia a la definición del trastorno.
Para categorizar las respuestas a la primera pregunta, se utilizaron los subtipos
establecidos en el DSM-IV-TR (2000) y el DSM-5 (2013), así, las opciones de
respuesta para definir el trastorno fueron: términos relacionados con el subtipo inatento
(déficit de atención), términos relacionados con el subtipo hiperactivo/impulsivo o
términos relacionados con el subtipo combinado. En este último grupo se contabilizaron
las respuestas de aquellos participantes que no pudieron responder a la pregunta con tan
solo una palabra y que emplearon dos términos diferentes para contestar, uno de ellos
relacionado con el subtipo inatento y el otro con la hiperactividad/impulsividad.
Los resultados muestran que de la muestra total, compuesta por 37 participantes, la
mayoría de los docentes, un total de 15, definió el TDAH en términos de déficit de
atención (40.5%) en cuyas respuestas utilizaron términos como “disperso”, “dificultad
28
para mantener la atención”, “descentrado”, “desconectado” o “distraído”. El segundo
grupo más numeroso, formado por 9 docentes de los 37 participantes, fue el de aquellos
maestros que lo definieron en términos de hiperactividad/ impulsividad (24.3%) que
utilizaron términos como “hiperactivo” o “impulsivo” para su definición y finalmente se
sitúan los maestros que utilizaron términos de las dos categorías (18.9%). Además de
esto, se observa en los datos que varios participantes no contestaron a la pregunta o lo
hicieron con otros términos no asociados a las categorías establecidas, y un dato
importante es que tan solo uno de los maestros definió el trastorno diferenciando los
subtipos y explicó que en el caso del subtipo inatento la palabra a utilizar para su
definición sería “inatención” mientras que para el subtipo hiperactivo/impulsivo la
palabra sería “hiperactivo o movido”.
El cuadro 3 muestra las frecuencias de respuesta y los términos más utilizados por
los docentes para cada opción teniendo en cuenta los subtipos establecidos.
Pregunta 1: Definición del trastorno
Categorías de respuesta según
subtipos de TDAH
Términos utilizados en las
respuestas
Frecuencias
Subtipo con predominio
inatento
Disperso, dificultad para mantener
la atención, descentrado,
desconectado, distraído.
15/37
Subtipo con predominio
Hiperactivo/Impulsivo
Hiperactivo (activo, nervioso,
movido, incontrolable), impulsivo.
9/37
Subtipo combinado: Déficit de
atención +
hiperactividad/impulsividad
Términos empleados: impulsivo e
inatento, inquieto y disperso,
despistado e incontrolado,
distraído e impulsivo, disperso.
7/37
Diferencia subtipos
Diferencia subtipo inatento de
subtipo hiperactivo impulsivo.
1/37
Otros Un reto. 1/37
No contestadas 4/37
Cuadro 3. Categorías y frecuencias de respuesta para la primera pregunta
29
A continuación la figura 5 detalla los porcentajes para cada opción de respuesta en
función de las categorías de respuesta previamente citadas y que hacen referencia a los
distintos subtipos de TDAH.
Figura 5. Porcentajes y categorías de respuesta para la primera pregunta del cuestionario
Una vez analizadas las respuestas para la primera cuestión, se analizó la segunda,
que hacía referencia a la etiología del trastorno. Los resultados para esta nueva cuestión
muestran que la mayor parte de los participantes, un total de 20 de los 37 encuestados
atribuyó el trastorno a causas de origen genético o neurobiológico (5.4%). Entre las
causas de origen neurobiológico mencionaron disfunciones en el cortex prefrontal,
problemas en los mecanismos de autocontrol, disfunciones neuronales, etc. Tan solo
una mínima parte de ellos, 2 de los 37, lo atribuyó a causas de origen psicosocial y
mencionaron aspectos como una educación inadecuada con ausencia de normas y pautas
claras o problemas familiares y sociales y una pequeña parte, 8 docentes, consideraron
que el trastorno es debido a la interacción entre múltiples factores (21.6%). El resto de
los participantes mencionó no saber la respuesta (2.7%), no la respondió (10.8%) o
confundió causas con síntomas explicando las causas con términos de “déficit de
atención”, “hiperactividad”, etc. (5.4%).
40.5%
24.3%
18.9%
2.7% 2.7%
10.8%
Subtipo inatento
Subtipohiperactivo/impulsivoSubtipo combinado
Diferencia subtipos
Otros
No contesta
30
A continuación el cuadro 4 muestra las categorías y frecuencias de respuesta para
esta cuestión y la figura 6 representa los porcentajes para cada opción de respuesta.
Pregunta 2: Etiología
Categorías de respuesta Frecuencia
Causa innata (de origen genético o
neurobiológico)
20/37
Causa psicosocial (de origen ambiental) 2/37
Debida a múltiples factores (de origen
innato + psicosocial)
8/37
No válida (confunde causa con síntoma) 2/37
No sabe 1/37
No contesta 4/37
Cuadro 4. Categorías y frecuencias de respuesta para la pregunta 2
Figura 6. Porcentajes de respuesta según las categorías relativas a la segunda pregunta
Para continuar con la descripción de los resultados se analizaron las respuestas a la
tercera pregunta relativa a si los maestros consideraban que la sintomatología de TDAH
varía en función del sexo. En este caso, al tratarse de una cuestión de tipo dicotómico
sí/no se añadió la categoría “no contesta” para tener en cuenta este dato y además de
categorizar las respuestas, se anotaron los motivos de respuesta más relevantes.
Los resultados muestran que la mayoría de los participantes 24 de los 37 consideró
que no existen diferencias en cuanto a sexo en la manifestación de los síntomas
54%
5.4%
21.6%
5.40% 2.7% 10.8% Causa innata
Causa psicosocialMúltiples factoresNo válidaNo sabeNo contesta
31
(64.8%) y tan solo 12 de ellos afirmaron que sí que las hay (32.4%) y en concreto
hicieron referencia a un mayor número de niños diagnosticados que de niñas y los
motivos que expusieron indicaron que en muchos casos las niñas pasan más
desapercibidas que los niños o que los niños son más movidos que ellas por lo que
padres y profesores consultan más a profesionales y por tanto, se realizan más
diagnósticos. El cuadro 5 y figura 7 ilustran los resultados a esta cuestión.
Pregunta 3: Diferencias en cuanto a sexo
Categorías de respuesta Frecuencia
Si 12/37
No 24/37
No contesta 1/37
Cuadro 5. Frecuencias de respuesta para la tercera pregunta
Figura 7. Porcentajes de respuesta para la cuarta pregunta
Para continuar se muestran los resultados relacionados con la cuarta pregunta y la
cuarta hipótesis que trataba sobre los sentimientos que genera en un docente tener un
niño diagnosticado de TDAH en el aula.
En relación a esta pregunta, los resultados muestran que la mayoría de los docentes,
un total de 28 creyó que el hecho de tener un niño con TDAH en el aula genera
sentimientos negativos en el maestro (75.6%), entre los más mencionados destacaron
ansiedad, preocupación o inseguridad. También mencionaron otros como frustración,
impotencia, ignorancia respecto al trastorno o estrés. Tan solo dos de los docentes
(5.4%) consideraron que el enterarse de que un niño de su aula tiene TDAH generaría
sentimientos positivos como afecto, tacto, cercanía o mayor motivación en sus logros,
una pequeña parte compuesta por cinco maestros afirmó que se dan sentimientos
32.4%
64.8%
2.7% Diferencias en cuanto a sexo en los síntomas
Sí
No
No contesta
32
positivos y negativos (13.5%) y finalmente dos de los docentes (5.4%) creyeron que el
tener un niño con TDAH en el aula no influye en los sentimientos del profesor, ya que
consideraron que se trata de un niño más en el aula como otro cualquiera.
El cuadro 6 y la figura 8 muestran las frecuencias de respuesta y porcentajes en este
caso.
Pregunta 4: Sentimientos que genera en el docente un niño con TDAH en el aula
Categorías de respuesta Frecuencias de respuesta
Sentimientos positivos 2/37
Sentimientos negativos 28/37
Ambos 5/37
Neutro 2/37
Cuadro 6. Frecuencias de respuesta para la cuarta pregunta
Figura 8. Porcentajes de respuesta para la cuarta pregunta
Respecto a la quinta pregunta, que hacía referencia a si el diagnóstico influye en las
expectativas del docente hacia el niño y de qué manera, tal y como muestran los
resultados, prácticamente la totalidad de la muestra, 31 participantes, consideraron que
en efecto el diagnóstico influye en las expectativas de los maestros hacia los niños con
el trastorno (83.7%) y solo una mínima parte (16.2%) consideró que el diagnóstico no
influye en las expectativas. Los motivos que citaron aquellos que respondieron de forma
afirmativa fueron que las expectativas al tener un diagnóstico suelen ser más positivas
que negativas y mencionaron aspectos como que el diagnóstico ayuda a atender mejor a
las necesidades de los niños al adaptar la metodología, ayuda a clarificar y concretar
algunos comportamientos de los niños como punto de partida para adaptar la práctica
5.4%
75.6%
13.5%
5.4%
Sentimientos positivosSentimientos negativosAmbosNeutro
33
docente, etc. y tan solo una mínima parte de los participantes consideró que las
expectativas serían negativas alegando motivos como que se espera menos en su
rendimiento académico.
El cuadro 7 y figura 9 muestran las frecuencias de respuesta y porcentajes para esta
cuestión.
Pregunta 5: expectativas de los docentes
Categorías de respuesta Frecuencia
Sí 31/37
No 6/37
No contesta 0/37
Cuadro 7. Frecuencias de respuesta para la quinta pregunta.
Figura 9. Porcentajes de respuesta para la quinta pregunta.
En el caso de la sexta pregunta relacionada con la influencia de la formación para
un diagnóstico temprano, la mayoría de los docentes, un total de 34 la consideró como
aspecto clave para el diagnóstico temprano (91.8%) y tan solo dos de ellos no la
consideraron relevante (2.7%). Los motivos que alegaron aquellos que consideraron la
formación como aspecto importante de cara al diagnóstico fueron que la formación
ayuda a detectar síntomas, indicadores y a conocer las características del trastorno,
expresaron también que sirve para conocer el trastorno en profundidad y para evitar
confundir casos de TDAH con aquellos que no lo son o que la formación ayuda a
ofrecer una mejor respuesta educativa hacia estos niños con el fin de atender mejor sus
necesidades. Es necesario comentar que una mínima parte de los docentes dejaron las
preguntas sin contestar.
83.7%
16.2% Expectativas
Sí No
34
A continuación el cuadro 8 y figura 10 muestran las frecuencias de respuesta y
porcentajes para esta pregunta.
Pregunta 6: formación
Categorías de respuesta Frecuencia
Sí 34/37
No 2/37
No contesta 1/37
Cuadro 8. Frecuencias de respuesta para la sexta pregunta
Figura 10. Porcentajes de respuesta para la sexta pregunta
Por último se analizan los resultados de la séptima pregunta del cuestionario,
relacionada con el séptimo objetivo y la séptima hipótesis que hacía referencia al
número de casos de TDAH diagnosticados en las aulas de los docentes según sus años
de experiencia, así como a las estrategias utilizadas en el caso de tener un alumno con
TDAH en el aula.
Analizando las frecuencias y los porcentajes de respuesta de cada grupo de
docentes según sus años de experiencia, el que más diagnósticos de niños con TDAH
dijo tener a lo largo de su trayectoria fue el grupo compuesto por aquellos docentes que
tenían entre 6 y 10 años de experiencia, donde 6 de los 12 participantes (50%) afirmó
haber tenido algún niño diagnosticado en el aula, un total del 16.2% de la muestra total.
A este grupo le sigue aquel formado por los maestros que tenían de 1 a 5 años de
experiencia, donde 4 de los 10 docentes encuestados (40%) afirmó la presencia de
algún caso de TDAH diagnosticado en su aula, un total de 10.8% de la muestra total,
junto con los que tenían una experiencia de 11 a 20 años, donde 4 de los 13 maestros
pertenecientes a este grupo (30.7%) manifestó tener algún niño diagnosticado en la
clase, es decir, lo que forma un porcentaje de 10.8% de la muestra total, el mismo
porcentaje que en el grupo anterior y finalmente los que menos niños diagnosticados de
TDAH dijeron tener fueron aquellos con más de 20 años de experiencia, ya que en este
caso ninguno de los participantes afirmó tener casos de TDAH en su aula.
91.8%
5.4% 2.7% Formación SíNoNo contesta
35
A continuación, el cuadro 9 muestra las categorías y frecuencias de respuesta para
esta cuestión y la figura 11 con los porcentajes de los docentes de cada grupo según los
años de experiencia que dijeron tener niños diagnosticados de TDAH en sus aulas. En la
figura el grupo con más de 20 años de experiencia no aparece ya que en este estudio no
dijeron tener casos diagnosticados en las aulas.
Pregunta 7: Presencia de casos de TDAH diagnosticados en el aula
Grupos de docentes
según años de
experiencia
Categorías de
respuesta
Frecuencias
Según Nº
participantes
en cada grupo
% para
cada
grupo
% sobre la
muestra
total de
participantes
G1
(1-5 años de
experiencia)
Pres
enci
a o
no d
e ca
sos d
iagn
ostic
ados
en
el a
ula
Sí 4/10 40 10.8
No 6/10 60 16.2
No
contesta
0/10 0 0
G2
(6-10 años de
experiencia)
Sí 6/12 50 16.2
No 6/12 50 16.2
No
contesta
0/12 0 0
G3
(11-20 años de
experiencia)
Sí 4/13 30.7 10.8
No 8/13 61.5 21.6
No
contesta
1/13 7.6 2.7
G4
(más de 20 años de
experiencia)
Sí 0/2 0 0
No 2/2 100 5.4
No
contesta
0/2 0 0
Cuadro 9. Categorías y frecuencias de respuesta para la séptima pregunta según grupos de edad
36
Figura 11. Porcentaje de docentes en cada grupo que dijo tener casos de niños con TDAH diagnosticados
a lo largo de su trayectoria profesional.
Donde:
Grupo 1: 1-5 años de experiencia/Grupo 2: 6-10 años de experiencia/Grupo 3: 11-20 años de experiencia.
Es necesario decir que en total 14 participantes de los 37 encuestados afirmaron
tener niños diagnosticados de TDAH, es decir, un 37.83%, tal y como muestra la suma
de los datos aportados por la figura. Por el contrario, 22 de los maestros no dijeron
haber tenido ningún niño diagnosticado a lo largo de su trayectoria profesional, es decir,
un 59.45% y uno de ellos, es decir, un 2.7% no contestó a la cuestión.
En cuanto a la segunda parte de esta última pregunta, referida a las estrategias que
los docentes utilizan o utilizarían en el aula en el caso de tener un niño diagnosticado de
TDAH, los maestros encuestados opinaron en general que consultarían a especialistas
para adaptar la metodología, programación, tiempos, etc. Algunos mencionaron técnicas
concretas como utilizar más estímulos visuales, evitar distractores en el aula colocando
al niño cerca del profesor o lejos de las ventanas, utilizar metodologías manipulativas,
etc. Un aspecto importante es que varios docentes comentaron que para dar una
respuesta educativa de calidad sería necesario colaborar con la familia y explicar al
resto de compañeros del aula el trastorno del niño para que lo comprendan y le ayuden.
5.7 Discusión
Los objetivos del presente estudio eran averiguar lo que los maestros conocen en
relación al concepto de TDAH, analizar lo que saben en cuanto a la etiología del
trastorno, identificar lo que conocen sobre las diferencias en cuanto a sexo en la
manifestación de los síntomas, conocer los sentimientos que genera como docente tener
un niño diagnosticado de TDAH en el aula, analizar cómo influye el diagnóstico en las
expectativas del docente hacia el niño, determinar si los maestros consideran la
formación como aspecto importante para un diagnóstico precoz y analizar el número de
casos diagnosticados en la etapa de Educación Infantil en la muestra objeto de estudio
10.80%
16.2%
10.8% Grupo 1
Grupo 2
Grupo 3
37
así como conocer diferentes estrategias que los docentes ponen en práctica para la
respuesta educativa al trastorno.
Para responder a estos objetivos se plantearon una serie de hipótesis, cada una de
ellas relacionada con un objetivo y una de las preguntas recogidas en el instrumento de
medida.
En relación al primer objetivo y a la primera hipótesis, que afirmaba que los
docentes utilizarían en su mayoría términos relacionados con la
hiperactividad/impulsividad para definir el trastorno con una palabra, tal y como se ha
observado, no se cumple, ya que la mayoría empleó términos relacionados con el déficit
de atención. Esto es un dato que puede ser relativamente sorprendente, ya que como se
ha visto en la literatura sobre el tema, los niños durante la infancia se caracterizan por
una sintomatología de tipo más hiperactivo-impulsiva que inatenta. Por tanto, el que los
docentes hayan empleado términos relacionados con el déficit de atención para definir
un modelo de niño con el trastorno podría indicar que los síntomas de déficit de
atención empiezan a estar presentes ya desde edades tempranas, es decir, desde la etapa
de Educación Infantil o que la maestra al ser consciente de la hiperactividad
característica de muchos de los niños en esta etapa no tenga tan en cuenta este aspecto a
la hora de definir el trastorno y que por el contrario considere más importante la
sintomatología inatenta.
La segunda hipótesis, relacionada con el segundo objetivo, que hacía referencia a
que los maestros atribuirían en su mayoría la causa del TDAH a factores innatos, se
cumple ya que los maestros participantes en el estudio consideraron en su mayoría que
la etiología del trastorno se debe a factores innatos de tipo genético o neurobiológico.
Estos resultados se pueden comprender debido a que tal y como se ha explicado
anteriormente, en numerosos estudios se ha demostrado que hay genes concretos
implicados en el trastorno, relacionados con el transporte y la recepción de la dopamina
en el cerebro (Colomer, 2013). Además diversas pruebas de neuroimagen avalan que
determinadas áreas cerebrales como el cortex prefrontal se encuentran afectadas en el
trastorno. Por tanto, no es de extrañar que los docentes considerasen esta la única causa
de la patología y que no tuviesen tanto en cuenta aspectos de tipo psicosocial en la
génesis del mismo. Estos últimos factores tienen según Colomer (2013) un papel
secundario en la formación del TDAH y por ello, puede que los docentes no les
concedan tanto peso o quizá desconozcan su importancia en relación a las causas del
trastorno, pero de cualquier manera deben ser considerados para poder entender la
38
sintomatología, ya que tal y como afirma la misma autora, un ambiente social
desfavorecido puede agravar los problemas de conducta del niño.
La tercera hipótesis del estudio relacionada con el tercer objetivo y que afirmaba
que los maestros no creerían que existiesen diferencias en cuanto a sexo en la
manifestación de los síntomas, se ve corroborada por los resultados que indican que la
mayoría de los maestros en la etapa de Educación Infantil no consideraron que existan
diferencias en cuanto a sexo en la manifestación de los síntomas. Esta hipótesis puede
que se cumpla ya que a pesar de que el estudio sobre TDAH haya afirmado que los
niños con el trastorno presentan una sintomatología más disruptiva que las niñas y que
estas últimas pasen más desapercibidas por presentar síntomas relacionados con la
inatención más que con la hiperactividad-impulsividad (Orjales, 2012) puede ser un
aspecto poco conocido por los docentes de la etapa de Educación Infantil, ya que a estas
edades, los niños son movidos de por sí y por tanto, puede ser difícil encontrar
diferencias en cuanto a síntomas de TDAH hasta más avanzado el desarrollo.
La cuarta hipótesis de la investigación, relacionada con el cuarto objetivo que hacía
referencia a que el diagnóstico de un niño con TDAH en el aula generaría sentimientos
negativos más que positivos en el docente, se afirma con los resultados. Casi la totalidad
de los docentes participantes comentaron que el tener un niño con TDAH en el aula
generaba en ellos sentimientos como ansiedad, estrés, ignorancia, etc. Este dato también
se confirma en otros estudios realizados, así por ejemplo, según Ohan et al (2011), en
un estudio llevado a cabo en Canadá, los docentes comentaron que se sentían
estresados, molestos y menos preparados al hacer frente a un caso de TDAH, y estos
son precisamente algunos de los sentimientos que han citado los participantes en la
presente investigación. Por tanto, sería conveniente analizar estos sentimientos con más
profundidad y establecer medidas para que los docentes se vean capaces de tratar con el
TDAH en el aula sin que ello conlleve sentimientos de imposibilidad, estrés, angustia o
ansiedad. Una opción podría ser que los maestros se formasen sobre el tema para tener
más herramientas en su práctica diaria con estos niños y también podría ser conveniente
que se realizasen charlas grupales entre docentes con niños con este problema en las
aulas como vía de desahogo y búsqueda de soluciones compartidas. Además, sería
beneficioso ayudarles a canalizar el estrés o la ansiedad que les produce este hecho por
medio de programas de inteligencia emocional.
En relación al quinto objetivo del estudio, relacionado con la quinta hipótesis que
hacía referencia a que el diagnóstico de TDAH influiría en las expectativas del docente
39
hacia el niño y que además lo haría de forma negativa, se observa que solo se cumple de
forma parcial, ya que tal y como afirman los resultados el diagnóstico influye en las
expectativas, pero al contrario de lo que dice la hipótesis, las expectativas influyen de
forma más positiva que negativa según los resultados obtenidos. Esto puede ser debido
a que tal y como mencionan Ohan, et al (2011) el diagnóstico puede motivar a los
profesores a buscar ayuda para ofrecer una respuesta educativa de calidad hacia el niño
ya que el diagnóstico puede hacer ver que el niño tiene un problema que explica su
comportamiento en el aula.
El sexto objetivo de la investigación, relacionado con la sexta hipótesis que
afirmaba que los docentes considerarían la formación como aspecto importante para el
diagnóstico precoz de TDAH se cumple, ya que la mayoría de los participantes creyó
que recibir formación sobre el trastorno ayuda a conocer mejor el mismo, identificar
síntomas y proporciona estrategias para la respuesta educativa. En este sentido, de
acuerdo a Ohan et al (2011) los docentes se sienten en general poco preparados para
trabajar con niños con TDAH en comparación a la preparación que puede tener un
especialista, y sugieren que hay que dotar al docente de formación y de estrategias
fáciles de acceder y que se puedan llevar a la práctica en el aula con estos niños.
Finalmente, el último objetivo de este estudio, relacionado con la última hipótesis
que hacía referencia a que los docentes con menos años de experiencia darían cuenta de
más niños con TDAH en sus aulas a lo largo de sus años de experiencia, no se cumple
totalmente, ya que no se apreciaron diferencias significativas entre los docentes con
menos experiencia, es decir, aquellos que tenían entre 1 y 5 años de trayectoria
profesional y los docentes que tenían entre 11 y 20 años de experiencia. Además,
aquellos con más de 20 años de práctica docente no dijeron haber tenido ningún caso de
TDAH diagnosticado. Por el contrario, fueron los docentes que tenían entre 6 y 10 años
de experiencia los que más casos dijeron tener. Esto puede querer decir que la
experiencia docente puede que influya pero que quizá no sea una variable clave para
tener o no casos de niños diagnosticados en el aula. A pesar de todo, hay que tener en
cuenta que el TDAH es un trastorno del que se está investigando cada vez más y es un
dato objetivo según servicios médicos que el número de diagnósticos de TDAH está
aumentando en los últimos años (Osakidetza, 2013) y esto puede explicar que los
docentes con relativa menos poca experiencia, es decir, aquellos que tienen entre 6 y 10
años de docencia, hayan sido en este estudio los que tengan más casos diagnosticados,
40
ya que es en estos últimos años cuando ha aumentado la formación hacia el tema y por
tanto la información que tienen los docentes y con ella los diagnósticos.
En relación a lo anterior se ha estudiado que el TDAH tiene un fuerte componente
social y el diagnóstico se hace en función de valores culturales, por tanto, un mismo
comportamiento puede ser interpretado de forma diferente dependiendo del contexto y
de la persona que lo diagnostique y esto puede hacer que haya un mayor número de
casos diagnosticados en función de la sociedad. Algunos de los factores culturales que
influyen en el diagnóstico son el grado de tolerancia a los síntomas, las expectativas de
los padres y educadores y la cultura del medicamento (Osakidetza, 2013).
Es necesario decir que este estudio ha estado limitado por la escasez de la muestra
y por tanto sería conveniente realizar nuevos estudios sobre el tema con más
participantes ya que no se puede olvidar que los docentes tienen un papel muy
importante en el diagnóstico de TDAH porque “son los principales observadores del
comportamiento de los niños en la escuela” (Osakidetza, 2013 p.37). Por este motivo
sería conveniente que los maestros estén formados para detectar identificadores,
síntomas, etc. y ayudar en el proceso diagnóstico, ya que aunque no es la labor de un
docente realizarel diagnóstico, pueden ser de gran ayuda para psicólogos y psiquiatras a
la hora de observar la conducta del niño en distintos contextos con objeto de poder
hacer un diagnóstico correcto.
Por último hay que señalar que nuevas investigaciones podrían estudiar sobre el
TDAH con el paso del tiempo, es decir, se podrían proponer estudios longitudinales con
niños desde la etapa de Educación Infantil hasta la adolescencia y hacer un seguimiento
de los docentes que les han impartido clases durante todos esos años para poder llegar
así a conclusiones sobre la estabilidad o no de los síntomas a lo largo del tiempo e
incluso, llegar a plantear programas para formar a estos docentes sobre el tema, dotarles
de estrategias y ver si con la formación el mismo docente con el paso de los años se
siente más seguro a la hora de atender a las necesidades de estos niños en concreto y de
todos en general.
En resumen decir que de todas las hipótesis planteadas, tal y como se ha visto,
algunas se han cumplido y otras no, por lo que se hace necesario seguir investigando
sobre este tema para poder avanzar tanto en el diagnóstico como en la respuesta
educativa hacia los niños con el trastorno y poder así ofrecerles una respuesta educativa
adaptada a sus necesidades desde la etapa de Educación Infantil, ya que es en este
momento cuando empiezan a evidenciarse conductas y síntomas que pueden ser
41
precursoras del trastorno y por tanto es sumamente importante que todos los implicados
en la educación del niño, padres, educadores y profesionales, conozcan el trastorno y
ayuden a buscar estrategias para cubrir las necesidades de estos niños.
6. CONCLUSIONES
El Trastorno por déficit de atención e hiperactividad es tal y como se ha analizado
en este trabajo un trastorno muy estudiado en la literatura. Tal y como se ha observado a
lo largo de este informe, el TDAH ha ido cambiando de terminología a lo largo de los
años y junto al concepto también varió a lo largo de la historia la forma de entender el
trastorno así como las teorías explicativas del mismo.
Numerosos estudios sobre el tema han analizado las causas que originan esta
afección llegando a resultados que muestran que el TDAH tiene una base genética y
neurobiológica que se encuentra mediada por factores psicosociales tal y como se ha
explicado en este trabajo. Por otra parte, se ha visto que los síntomas del trastorno
varían en función del momento de desarrollo en que se encuentra el niño y la
manifestación de los síntomas, tal y como se ha observado varía en función del sexo.
Además de esto, el trastorno se relaciona con otras patologías o problemas asociados
tanto a nivel de comportamiento como a nivel emocional y el TDAH produce también
un impacto en la familia del niño y en el contexto escolar lo que requiere que tanto
familiares como maestros lo conozcan en profundidad para poder responder de forma
satisfactoria a las necesidades que implica.
En relación a la investigación que se ha propuesto en este trabajo, que tenía el
objetivo de analizar las ideas de los docentes de Educación Infantil sobre el trastorno, se
ha visto que los docentes tienen formas muy variadas de definir el mismo, lo asocian
más a causas de origen biológico y no creen en general que existan diferencias en
cuanto a sexo en la manifestación de los síntomas. Además de esto, la mayoría cree que
el diagnóstico influirá en las expectativas hacia el niño de forma positiva, ya que
ayudará a tomar decisiones en cuanto a cambios en programación, metodología, etc.
pero declaran que en general el tener un niño diagnosticado en el aula provoca
sentimientos negativos en los docentes, al menos en un primer momento y consideran la
formación un aspecto importante para la mejor comprensión del trastorno y una mejor
respuesta educativa. Por otra parte, el estudio realizado en el presente trabajo afirma que
los años de experiencia no son una variable clave para tener más o menos casos de
42
niños diagnosticados en el aula ya que no se encuentran diferencias significativas entre
aquellos docentes con más años de experiencia y aquellos con una menor trayectoria
profesional, aunque sí que se observa que ha aumentado el número de diagnósticos en
los últimos años y por tanto los docentes con menos años de experiencia puede que
tengan más probabilidad de tener un niño diagnosticado en el aula.
Para resumir, este trabajo ha intentado analizar los puntos más importantes que todo
docente debe conocer en cuanto al TDAH y ha intentado dar una visión generalizada de
lo que los docentes de Educación Infantil de la Comunidad Autónoma de La Rioja
conocen sobre el mismo, con objeto de servir de base a futuras investigaciones que se
hagan sobre el tema. De esta forma, este informe concluye que son bastantes los
conocimientos de los docentes sobre el tema pero que la mayoría de ellos valora la
formación como aspecto clave para progresar en su conocimiento y respuesta educativa.
Por tanto se considera que podría ser buena idea seguir investigando sobre el trastorno
ya que no se puede olvidar que se trata de un importante trastorno que tiene múltiples
implicaciones en la vida del niño, su familia y su entorno y es por ello conveniente
seguir estudiando sobre los conocimientos de los docentes acerca del tema para poder
formales al respecto y ayudar de esta manera a cubrir las necesidades de estos niños. No
se puede olvidar asimismo que el TDAH es un trastorno que merece un trato de calidad
ya que son muchos los niños y familias afectadas y son numerosas las implicaciones del
trastorno en todos los ámbitos de la vida del niño, su familia y entorno.
43
7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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46
8. ANEXOS
Anexo 1: Criterios diagnósticos de TDAH según DSM-IV-TR.
Anexo 2: Criterios diagnósticos según CIE-10.
Anexo 3: Criterios diagnósticos de TDAH según DSM-V versión inglesa.
Anexo 4: Cuestionario inicial.
Anexo 5: Cuestionario tras las modificaciones del primer experto.
Anexo 6: Cuestionario final tras las modificaciones del segundo experto.
47
Anexo 1: Criterios diagnósticos de TDAH según DSM-IV-TR (APA, 2000)
Criterio A. Deben cumplirse 1 o 2
1.Déficit de atención
Seis o más de los siguientes síntomas de desatención han persistido por lo menos
durante seis meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación
con el nivel de desarrollo:
a) A menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por
descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades.
b) A menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en actividades
lúdicas.
c) A menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente.
d) A menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos u
obligaciones en el centro de trabajo (no se debe a comportamiento negativista o
a la incapacidad para comprender instrucciones).
e) A menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades.
f) A mundo evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas que
requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos).
g) A menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades (p.e.: juguetes,
ejercicios escolares, lápices, libros o herramientas).
h) A menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes.
i) A menudo es descuidado en las actividades diarias.
2. Hiperactividad-impulsividad
Seis o más de los siguientes síntomas de hiperactividad-impulsividad han persistido por
lo menos durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en
relación con el nivel de desarrollo:
Hiperactividad
a) A menudo mueve en exceso manos o pies, o se remueve en su asiento.
b) A menudo abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se
espera que permanezca sentado.
c) A menudo corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado
hacerlo (en adolescentes o adultos puede limitarse a sentimientos subjetivos de
inquietud).
48
d) A menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades
de ocio.
e) A menudo “está en marcha” o suele actuar como si tuviera un motor.
f) A menudo habla en exceso.
Impulsividad
g) A menudo precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas.
h) A menudo tiene dificultades para guardar su turno.
i) A menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (p. e., se
entromete en conversaciones o juegos).
B. Algunos síntomas que causaban alteraciones estaban presentes antes de los 7 años de
edad.
C. Algunas alteraciones provocadas por los síntomas se presentan en dos o más
ambientes (p. ej., en la escuela o en el trabajo y en casa).
D. Deben existir pruebas de un deterioro clínicamente significativo de la actividad
social, académica o laboral.
E. Los síntomas no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno
generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico, y no se explican
mejor por la presencia de otro trastorno mental (p.ej., trastorno del estado de ánimo,
trastorno de ansiedad, trastorno disociativo o a un trastorno de la personalidad).
49
Anexo 2: Criterios diagnósticos de TDAH según CIE-10 (OMS, 1995)
F.90 Trastornos hipercinéticos
F.90.0 Trastorno de la actividad y de la atención
Nota: La investigación del diagnóstico del trastorno hipercinético requiere la presencia
clara de falta de atención, hiperactividad e inquietud a niveles anómalos, no causadas
por otros trastornos como el autismo o trastornos afectivos, y la generalización de estas
manifestaciones a distintas situaciones, así como su persistencia temporal.
G1. Falta de atención. Durante los últimos seis meses se han presentado al menos 6 de
los síntomas siguientes, con una intensidad que no se corresponde con el nivel de
desarrollo del niño y es maladaptativa.
(1) A menudo es incapaz de prestar atención a los detalles o comete errores en el
trabajo escolar u otras actividades por descuido.
(2) A menudo es incapaz de mantener la atención en determinadas tareas o
actividades lúdicas.
(3) A menudo parece que no escucha a lo que se le dice.
(4) A menudo es incapaz de seguir instrucciones o de terminar los trabajos escolares
o deberes en el lugar de trabajo (no porque padezca un trastorno del
comportamiento oposicionista ni porque sea incapaz de entender las
instrucciones).
(5) Tiene problemas a la hora de organizar tareas y actividades
(6) A menudo evita o no quiere realizar tareas que requieren un esfuerzo mental
sostenido, como hacer los deberes en casa.
(7) A menudo pierde cosas necesarias para ciertas actividades o tareas, p. ej., de la
escuela, los lápices, los libros, los juguetes o las herramientas.
(8) Se distrae con facilidad con estímulos externos
(9) En el transcurso de las actividades diarias se muestra olvidadizo.
G2. Hiperactividad. Durante los últimos seis meses se han presentado al menos tres de
los síntomas siguientes, con una intensidad que no se corresponde con el nivel de
desarrollo del niño y es maladaptativa.
(1) A menudo mueve sin parar los pies o las manos y las manos y se retuerce en el
asiento.
(2) Se levanta de la silla en clase o en situaciones en que es de esperar que
permanezca sentado.
50
(3) A menudo corre de aquí para allá o se encarama en situaciones que no es
apropiado (en adolescentes o adultos, puede que solo se presenten sentimientos
de inquietud).
(4) A menudo es excesivamente ruidoso al jugar o tiene dificultades para participar
de manera tranquila en actividades de ocio.
(5) Presenta un patrón persistente de hiperactividad motora que no se altera de
manera significativa en función del contexto o las exigencias sociales.
G3 Impulsividad. Durante los últimos seis meses se ha presentado al menos uno de los
síntomas siguientes, con una intensidad que no se corresponde con el nivel de desarrollo
del niño o es maladaptativa.
(1) A menudo emite de buenas a primeras las respuestas a preguntas que aún no se
han formulado totalmente.
(2) A menudo es incapaz de esperar en una cola o esperar su turno en juegos o en
situaciones de grupo.
(3) A menudo interrumpe a otras personas o se inmiscuye en sus conversaciones.
(4) A menudo habla en exceso sin responder adecuadamente a las restricciones.
G4. El trastorno no aparece más tarde de los 7 años.
G5. Generalización. Los criterios deben cumplirse en más de una situación, es decir, la
combinación de falta de atención e hiperactividad debe estar presente tanto en casa
como en la escuela, o en la escuela y otro espacio en que los niños sean observados, por
ejemplo, un entorno clínico. (Normalmente la evidencia de esta generalización requiere
que se disponga de información de más de una fuente; los informes parentales sobre el
comportamiento escolar, por ejemplo, no son suficientes).
G6. Los síntomas de G1-G3 causan un malestar clínico significativo o problemas en el
funcionamiento social, laboral o académico.
G7. El trastorno no cumple los criterios de un trastorno generalizado del desarrollo,
episodios maníacos, depresivos o trastornos de ansiedad.
Comentarios
Muchas autoridades reconocen también trastornos que están por debajo del umbral del
trastorno hipercinético. Se puede considerar que los niños que cumplen los criterios de
forma distinta pero no presentan alteraciones de hiperactividad-impulsividad
manifiestan un déficit de atención; por el contrario, se puede considerar que los niños
que no cumplen los criterios o problemas de atención pero sí otros manifiestan un
trastorno de la actividad. Asimismo, se puede considerar que los niños que solo
51
cumplen los criterios en una determinada situación, por ejemplo su casa o solo en el
aula, presentan un trastorno específico del hogar o específico del aula aunque estas
categorías no se incluyen aún en la clasificación principal porque no gozan de validez
predictiva empírica suficiente y porque muchos niños con trastorno subumbral
presentan otros síndromes (p.ej., un trastorno oposicionista desafiante) y deben ser
clasificados en la categoría correspondiente.
Trastorno de la actividad y de la atención
Deben cumplirse los criterios para un trastorno hipercinético pero no los de un trastorno
hipercinéticodisocial (del comportamiento).
Trastorno hipercinéticodisocial
Deben cumplirse los criterios generales para un trastorno hipercinético y un trastorno
del comportamiento.
Otros trastornos hipercinéticos
Trastorno hipercinético sin especificación: se trata de una categoría residual no
recomendable. Se usará únicamente cuando no es posible diferenciar entre trastorno de
la actividad, atención y trastorno hipercinéticodisocial, pero se satisface el conjunto de
pautas de trastornoshipercinéticos.
52
Anexo 3: Criterios diagnósticos de TDAH según DSM-V (APA, 2013)
A. A persistent pattern of inattention and/or hyperactivity-impulsivity that interferes
with functioning or development, as characterized by (1) or (2):
1. Inattention: Six (or more) of the following symptoms have persisted for at least
six months to a degree that is inconsistent with developmental level and that
negatively impacts directly on social and academic/occupational activities.
Note: The symptoms are not solely a manifestation of oppositional behavior,
defiance, hostility, or failure to understand tasks or instructions. For older
adolescents and adults (age 17 and older), at least five symptoms are required.
a. Often fails to give close attention to details or makes careless mistakes in
schoolwork, at work or during other activities (e.g., overlooks or misses
details, work is inaccurate).
b. Often has difficulty sustaining attention in tasks or play activities (e.g.,
has difficulty remaining focused during lectures, conversations, or
lengthy reading).
c. Often does not seem to listen when spoken to directly (e.g., mind seems
elsewhere, even in the absence of any obvious distraction).
d. Often does not follow through on instructions and fails to finish
schoolwork, chores, or duties in the workplace (e.g., starts tasks but
quickly loses focus and is easily sidetracked).
e. Often has difficulty organizing tasks and activities (e.g., difficulty
managing sequential tasks; difficulty keeping materials and belongings
in order; messy, disorganized work; has poor time management; falls to
meet deadlines).
f. Often avoids, dislikes, or is reluctant to engage in tasks that require
sustained mental effort (e.g., schoolwork or homework; for older
adolescents and adults, preparing reports, completing forms, reviewing
lengthy papers).
g. Often loses things necessary for tasks or activities (e.g., school materials,
pencils, books, tools, wallets, keys, paperwork, eyeglasses, mobile
telephones).
h. Is often easily distracted by extraneous stimuli (for older adolescents and
adults, may include unrelated thoughts).
53
i. Is often forgetful in daily activities (e.g., doing chores running errands;
for older adolescents and adults, returning calls, paying bills, keeping
appointments).
2. Hyperactivity and impulsivity: Six (or more) of the following symptoms have
persisted for at least six months to a degree that is inconsistent with
developmental level and that negatively impacts directly on social and
academic/occupational activities.
Note: The symptoms are not solely a manifestation of appositional behavior,
defiance, hostility, or a failure to understand tasks or instructions. For older
adolescents and adults (age 17 or older), at least five symptoms are required.
a. Often fidgets with or taps hands or feet or squirms in seat.
b. Often leaves seat in situations where remaining seated is expected (e.g.,
leaves his or her place in the classroom, in the office or other workplace,
or in other situations that require remaining in place).
c. Often runs about or climbs in situations where it is inappropriate. (Note:
in adolescents or adults, may be limited to feeling restless).
d. Often unable to play or engage in leisure activities quietly.
e. Is often “on the go”, acting as if “driven by a motor” (e.g., is unable to be
or uncomfortable being still for extended time, as in restaurants,
meetings: may be experienced by others as being restless or difficult to
keep up with).
f. Often talks excessively.
g. Often blurts out an answer before a question has been completed (e.g.,
completes people’s sentences, cannot wait for turn in conversation).
h. Often has difficulty waiting his or her turn (e.g., while waiting in line).
i. Often interrupts or intrudes on others (e.g., butts into conversations,
games, or activities; may start using other people’s things without asking
or receiving permission, for adolescents and adults, may intrude into or
take over what others are doing).
B. Several inattentive or hyperactive-impulsive symptoms were present prior to age 12
years.
C. Several inattentive or hyperactive-impulsive symptoms are present in two or more
settings (e.g., at home, school, or work; with friends or relatives; in other activities).
54
D. There is clear evidence that the symptoms interfere with, or reduce the quality of ,
social, academic, or occupational functioning.
E. The symptoms do not occur exclusively during the course of schizophrenia or
another psychotic disorder and are not better explained by another mental disorder (e.g.,
mood disorder, anxiety disorder, dissociative disorder, personality disorder, substance
intoxication or withdrawal).
Specify whether:
314.01(F90.2).Combined presentation: If both Criterion A1(inattention) and
Criterion A2 (hyperactivity-impulsivity) are met for the past six months.
314.00 (F90.0) Predominantly inattentive presentation: If Criterion A1
(inattention) is met but Criterion A2 (hyperactivity-impulsivity) is not met for
the past six months.
314.01 (F90.1) Predominantly hyperactive/impulsive presentation: If
Criterion A2 (hyperactivity-impulsivity) is met and Criterion A1 (inattention) is
not met for the past six months.
Specify if:
In partial remission: When full criteria were previously met, fewer than full
criteria have been met for the past six months, and the symptoms still result in
impairment in social, academic, or occupational functioning.
Specify current severity:
Mild: Few, if any, symptoms in excess of those required to make the diagnosis
are present, and symptoms result in no more than minor impairments in social or
occupational functioning.
Moderate: Symptoms or functional impairment between “mild” and “severe”
are present.
Severe: Many symptoms in excess of those required to make the diagnosis, or
several symptoms result in marked impairment in social or occupational
functioning.
55
Anexo 4: Cuestionario inicial
Sexo: Hombre Mujer
Edad:
PREGUNTAS:
1. ¿Ha tenido en su aula algún niño diagnosticado de TDAH?
Sí No
2. ¿Cómo definiría con una palabra a un niño de la etapa de Educación Infantil con
TDAH?…………………………………………………………………………………..
3. ¿Cómo explicaría el comportamiento de un niño con TDAH de esta edad?
1. Un niño con problemas de atención, memoria, autocontrol, baja tolerancia a la
frustración.
2. Un niño con necesidad de refuerzos inmediatos a sus conductas y dificultad para
trabajar durante largos periodos de tiempo para obtener una recompensa o
estímulo motivador.
3. Ambos
4. ¿Cree que los síntomas de TDAH varían a lo largo del desarrollo?
Sí No
En caso afirmativo ¿de qué modo?
1. Más síntomas de hiperactividad en la infancia y déficit de atención según van
creciendo.
2. Más déficit de atención en la infancia e hiperactividad según van creciendo.
3. Ambos (déficit de atención e hiperactividad) en el mismo grado a lo largo de
todo el desarrollo.
5. ¿Qué subtipos de TDAH conoce?
.............................................................................................................................................
.............................................................................................................................................
..............................................................................................................................
56
6. ¿Cree que hay diferencias en cuanto a sexo en la manifestación de los síntomas de
TDAH?
Sí No
En caso afirmativo ¿cuáles?
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
7. ¿Qué otras patologías o problemas asociados cree que pueden presentar los niños con
TDAH en la etapa de educación infantil? Marque todos los que considere necesarios.
1. Trastornos afectivos (ansiedad, depresión)
2. Problemas de comportamiento
3. Bajo rendimiento académico
8. ¿Cree que en general tienen dificultades en las relaciones interpersonales (hacer
amigos, mantener amistades, etc.? ¿qué tipo de dificultades observa en este sentido?
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………….
9. Entre los siguientes aspectos, ¿cuáles cree que pueden modular el curso del TDAH o
considerarse factores de riesgo? Marque los que considere oportunos.
1. Entorno social desfavorecido (familias desestructuradas, problemas económicos,
etc.).
2. Antecedentes de TDAH en la familia
3. Otros ……………………………………………………………………………...
10. ¿Cómo cree que afecta tener un hijo con TDAH en la familia? ¿qué sentimientos
cree que experimentan los padres?
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
11. ¿Qué efecto cree que tiene el diagnóstico en cuanto a las expectativas del profesor
para con el niño? ¿positivo o negativo? ¿de qué manera?
57
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
12. ¿Qué sentimientos genera en un docente tener un caso de TDAH en el aula?
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
13. ¿Ha asistido a cursos, conferencias, etc. específicos sobre el tema? ¿cuáles?
Sí No
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………....
14. ¿Qué técnicas conoce para la respuesta educativa al TDAH en el aula en la etapa de
Educación Infantil? Marque las que conozca.
1. Autoinstrucciones
2. Economía de fichas
3. Técnicas para la autorregulación emocional
4. Otras ………………………………………………………………………………
15. ¿Cree que recibir formación sobre el tema ayuda a diagnosticar desde edades
tempranas?
Sí No
58
Anexo 5: Cuestionario tras las modificaciones del primer experto
IDEAS DE LOS DOCENTES DE EDUCACIÓN INFANTIL SOBRE TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad)
Sexo: Hombre Mujer
Edad:
Especialidad:
Años de experiencia en Educación Infantil:
PREGUNTAS:
1.¿Cómo definiría con una palabra a un niño con TDAH?
……………………………………………………………………………………………
2.¿Cuál considera la causa principal del TDAH?
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
3.¿Cree que hay diferencias en cuanto a sexo en la manifestación de los síntomas de
TDAH?
Sí No
En caso afirmativo, ¿cuáles?
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
4.¿Qué sentimientos genera en un docente tener un alumno con TDAH en su aula?
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………...
5. ¿Cree que el diagnóstico de un alumno con TDAH influye en las expectativas y/o
respuesta educativa del profesor hacia él?
Sí No
En caso afirmativo, ¿cómo?
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
59
6. ¿Cree que recibir formación sobre el tema ayuda a diagnosticar desde edades
tempranas? ¿Por qué?
Sí No
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………….
7.¿Ha tenido en su aula algún alumno diagnosticado con TDAH?
Sí No
En caso afirmativo ¿qué estrategias ha utilizado en el aula?
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………….
60
Anexo 6: Cuestionario final tras las modificaciones del segundo experto
Sexo: Hombre Mujer
Edad:
Especialidad:
Años de experiencia en Educación Infantil:
PREGUNTAS:
1.¿Cómo definiría con una palabra a un niño con TDAH (Trastorno por Déficit de
Atención con e Hiperactividad)?
……………………………………………………………………………………………
2.¿Cuál considera la causa principal del TDAH?
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
3.¿Cree que hay diferencias en cuanto a sexo en la manifestación de los síntomas de
TDAH?
Sí No
En caso afirmativo, ¿cuáles?
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
4.¿Qué sentimientos cree que genera en un docente tener un alumno con TDAH en su
aula?
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………...
5. ¿Cree que el diagnóstico de un alumno con TDAH influye en las expectativas y/o
respuesta educativa del profesor hacia él?
Sí No
En caso afirmativo, ¿cómo?
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
61
6. ¿Cree que recibir formación sobre el tema ayuda a diagnosticar desde edades
tempranas? ¿Por qué?
Sí No
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………….
7.¿Ha tenido en su aula algún alumno diagnosticado con TDAH?
Sí No
Si tuviera un caso de TDAH, ¿qué estrategias aplicaría para dar una respuesta educativa
adecuada a sus necesidades?
……………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………….