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QUE IMPLICACIONES COMUNICATIVAS, TIENE EL USO DE LA IRONÍA EN LA CONVERSACIÓN COTIDIANA, Y QUE MICROCONTEXTOS
FAVORECEN SU UTILIZACIÓN.
ALEJANDRA VALENCIA RAMÍREZ
RUBÉN VALERIO ZEA MIRANDA
UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PEREIRA
FACULTAD DE EDUCACIÓN
ESCUELA DE ESPAÑOL Y LITERATURA
MAYO
2009
QUE IMPLICACIONES COMUNICATIVAS, TIENE EL USO DE LA IRONÍA EN LA CONVERSACIÓN COTIDIANA, Y QUE MICROCONTEXTOS
FAVORECEN SU UTILIZACIÓN.
ALEJANDRA VALENCIA RAMÍREZ
RUBÉN VALERIO ZEA MIRANDA
Asesor
LEANDRO ARBEY GIRALDO HENAO
Magíster en Lingüística
UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PEREIRA
FACULTAD DE EDUCACIÓN
ESCUELA DE ESPAÑOL Y LITERATURA
MAYO
2009
Nota de aceptación
_____________________________
_____________________________
_____________________________
Presidente del jurado
_____________________________
Jurado
_____________________________
Jurado
Pereira 12 de Julio de 2009
Al Dios todo poderoso, por brindarnos
la fortaleza y sabiduría necesarias,
en la culminación de éste proyecto.
A nuestras familias, por todo su amor y paciencia.
A Nicolás por su eterno desvelo, esperando mi llegada a casa.
Y a todo aquel que creyó en mi especialmente Alejandra, quien fue mi punto de apoyo en la realización de éste proyecto.
AGRADECIMIENTOS
Los autores expresan sus agradecimientos a:
Señor Alirio Sogamoso Reyes, Agrónomo de la región, por su apoyo incondicional e interés en el presente trabajo.
Señor Steevens Díaz Castaño, Ingeniero de Sistemas, por su continuo acompañamiento en la elaboración de éste proyecto.
Al asesor del proyecto: Leandro Arbey Giraldo, por su constante apoyo, y sus valiosas orientaciones.
UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PEREIRA
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
PROYECTO DE TRABAJO DE GRADO
TEMA: “LA IRONIA”
Qué implicaciones comunicativas, tiene el uso de la ironía en la conversación
cotidiana que se lleva a cabo corrientemente al interior del contexto cotidiano, y
que microcontextos favorecen su utilización.
ÁREA DEL PROBLEMA
El trabajo se limitará a la conversación cotidiana en las relaciones dialógicas entre
los miembros de la misma comunidad lingüística. Entre los miembros de la misma,
se llevan a cabo conversaciones corrientes, acerca del contexto del hogar, y de las
múltiples circunstancias y acaeceres acerca de los que se comenta, se critica, se
analiza y se toman decisiones.
Comentar estos hechos es una actividad diaria en la que se involucran quiérase o no,
cada uno de los miembros que comparten los mismos presupuestos, y a los cuales
afectan los mismos eventos. Llegado el momento indicado por la misma dinámica
cotidiana, se interactúa lingüística y prácticamente, evento éste en el cual se evidencia
una falta de correspondencia entre lo que se dice explícitamente y lo que se implica.
Otro tanto podría pensarse con respecto a Patrick Charaudeau (1986:07) cuando
postula que "El lenguaje no es un objeto en sí, independientemente de la realidad
social. No existe primero una lengua y después una realidad social que vendría a
agregarse a esta lengua; el lenguaje por el contrario, es un fenómeno humano global
que integra lo social a través de los sujetos que lo utilizan"; dándose de esta manera
una paradoja enunciativa, que sin embargo no afecta el proceso de interpretación,
dada la presencia de un contexto inmediato y una información implícita contenida en
los manejos simbólicos, de quienes comparten una serie de conocimientos, que hacen
innecesario materializar cualquier argumento que, sin duda, está garantizando la
adecuada intersubjetividad.
Esta dualidad paradójica lleva consigo una serie de marcas argumentativas, que en la
mayoría de los casos se utilizan en eventos comunicativos no corteses, que afectan la
construcción de un consenso interactivo, e inclusive puede inscribirse como una
violación a las reglas regulatorias, favoreciendo la polémica agresiva y esferas
comunicativas de condiciones de no fortunio. La ironía así, se constituye en un no
dicho, entendido como un procedimiento que superpone a un determinado valor
argumentativo, el valor contrario, juzgado más acorde (Berrendoner, 1981: 187 ) de
tal modo que al afirmar P, uno sugiera no.1 y como tal se ha de recurrir a las
implicaturas contextuales y conversacionales para su interpretación.
La conversación diaria en el contexto cotidiano, refleja de manera continua, estos
eventos paradójicos, donde en microeventos específicos se evidencian actos en los
que es inadecuado recurrir a la simple decodificación – al pie de la letra – identificar
los referentes evocados. Sólo el conocimiento compartido contextual permite la
interpretación adecuada de todo cuanto se comunique, aunque no se diga.
De este marco contextual surge el problema de investigación:
¿Qué implicaciones comunicativas tiene el uso de la ironía en la conversación
cotidiana que se lleva a cabo corrientemente al interior del contexto cotidiano, y
qué microactos de habla favorecen su utilización?
1 Berrendoner, Alain (1981) Eléments de pragmatique lingüistique. Paris: Les Editions de Minuit.
JUSTIFICACIÓN
Llama la atención el hecho que, sobre todo en la conversación cotidiana, los
interlocutores muchas veces, no expresen lo que efectivamente quieren comunicar,
creando de ésta manera una paradoja intencional, que construyen con el fin que, el
interlocutor complete la información, y decodifique el enunciado y encuentre allí el
verdadero sentido de lo dicho. Este es un acontecimiento comunicativo de común
ocurrencia en todo tipo de conversaciones en la que se evidencian ciertas tensiones
entre los interlocutores, así sea momentánea.
Esta situación, despierta nuestro interés, con el fin de hallar aquellos elementos que
determinan el uso de la ironía, dentro del proceso comunicativo entre dos o más
interlocutores.
En este tipo de eventos, en los que se tiene generalmente los ánimos alterados, se
afecta la imagen del interlocutor, y crea una burbuja de comunicación que,
generalmente, desfavorece las relaciones intersubjetivas de construcción de consenso.
Podría pensarse que esta estrategia comunicativa, es anticomunicativa, pero sin
embargo, es de muy frecuente uso y se caracteriza por la paradoja en la construcción,
o de aparente incompletitud semántico-discursiva” explícita, la cual para ser
adecuadamente interpretada se debe contextualizar, hecho al que sólo puede acceder
quien comparta una serie de informaciones necesarias para dar cuenta del discurso
con todas las implicaciones extratextuales.
Esto nos lleva a pensar en la necesidad que hay de superficializar, para explicar, las
razones por las que un locutor ironiza a su interlocutor en la conversación cotidiana
(objeto del trabajo), en su instancia argumentativa, para producir perlocuciones, aún
no muy claras, y que serán objeto de investigación en este trabajo.
Una consideración inicial, sin ahondar mucho, podría ser que los discursos
cotidianos, son construcciones argumentativas caracterizadas por la aparente
desestructura de las representaciones semánticas, que, sin embargo no comprometen
la sistematicidad de la lengua, en tanto que sistema, ni afecta la red argumentativa y
sí favorecen la identidad idiosincrásica/idiomática de los usuarios.
OBJETIVO GENERAL.
Explicar la razón o las razones, por las que los usuarios de una lengua utilizan la
ironía en los actos de comunicación, y las implicaciones intersubjetivas que tiene su
uso en los procesos de producción e interpretación enunciativa.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS.
1. Explicar desde el punto de vista histórico, qué es la ironía y qué favorece su
uso en la conversación cotidiana.
2. Descubrir y ampliar en el capítulo dos, en teoría y ejemplos, la incidencia de
los factores lingüísticos y extralingüísticos que posibilitan su uso y favorecen
su interpretación contextual.
3. Explicar los mecanismos retóricos y textuales más utilizados en la
construcción de la ironía como estrategia discursiva.
CONTENIDO
Pág.
MARCO TEÓRICO................................................................................................ 17
I. CAPÍTULO. SOBRE EL CONCEPTO DE IRONÌA Y SU REALIDAD HISTÒRICA ........................................................................................................... 32
II CAPÍTULO. COTIDIANIDAD E IRONÍA: EL USO DE LA FÓRMULA: ¡QUÉ BELLEZA! Y SUS IMPLICACIONES EN EL DISCURSO COTIDIANO. .......... 58
III. CAPÍTULO. CONSIDERACIONES TEÓRICAS E IMPLICACIONES DE LA IRONÍA EN EL CONTEXTO EDUCATIVO. ........................................................ 70
CONCLUSIÓN ...................................................................................................... 98
BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................. 100
GLOSARIO
CONSENSO: acuerdo o conformidad entre varios hablantes.
FIGURAS DE DICCIÓN: cada una de las varias alteraciones que experimentan los
vocablos, bien por aumento, bien por transposición de sonidos, bien por contracción
de dos de ellos.
GARANTE: persona que se hace responsable del cumplimiento de lo prometido en
un pacto, convenio o alianza.
IMPLICATURAS: son los significados adicionales al significado literal, o explícito
que el receptor de un mensaje infiere.
INTENCIÓN: cautelosa advertencia con que alguien habla o procede.
SOBREENTENDIDOS: lo que se da por supuesto en una conversación.
RESUMEN
En la conversación cotidiana, los interlocutores muchas veces, no expresan lo que
efectivamente quieren comunicar, creando de ésta manera una paradoja intencional,
que construyen con el fin que, el interlocutor complete la información, y decodifique
el enunciado y encuentre allí el verdadero sentido de lo dicho. Este es un
acontecimiento comunicativo de común ocurrencia en todo tipo de conversaciones en
la que se evidencian ciertas tensiones entre los interlocutores, así sea momentánea.
En este tipo de eventos, en los que se tiene generalmente los ánimos alterados, se
afecta la imagen del interlocutor, y crea una burbuja de comunicación que,
generalmente, desfavorece las relaciones intersubjetivas de construcción de consenso.
Podría pensarse que esta estrategia comunicativa, es anticomunicativa, pero sin
embargo, es de muy frecuente uso y se caracteriza por la paradoja en la construcción,
o de aparente incompletitud semántico-discursiva” explícita, la cual para ser
adecuadamente interpretada se debe contextualizar, hecho al que sólo puede acceder
quien comparta una serie de informaciones necesarias para dar cuenta del discurso
con todas las implicaciones extratextuales.
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MARCO TEÓRICO
COMPETENCIAS INTERACTIVAS Y COMUNICACIÓN: sentido e interacción.
La pragmática se puede definir como aquella disciplina que estudia el
comportamiento lingüístico de los usuarios de una lengua en un contexto
determinado, con el propósito de producir efectos en el interlocutor. Si se habla de
comportamiento lingüístico, nos estamos refiriendo a una actividad interactiva, donde
los participantes realizan acciones discursivas intencionales concretas en contextos
también concretos, evento éste no realizable por los animales, ya que no están
dotados de capacidad lingüística, ni son seres sociales.
Todos los días y a todas horas llevamos a cabo acciones lingüístico-discursivas-
intencionales - como cuando saludamos a alguien, pedimos un favor, preguntamos
una dirección a un transeúnte, prometemos algo, insultamos, nos disgustamos y nos
reconciliamos con nuestros amigos, solicitamos permiso para ingresar a una sala, etc.
Nuestro diario transcurrir está pleno de estas acciones, que llevamos a cabo usando la
palabra sin muchas dificultades, “sin tener en cuenta” la gramática: estamos tan
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familiarizados con nuestra lengua y con nuestra cultura que las consideramos
connatural a nosotros.
Todo ese conjunto de acciones las realizamos, claro, con los demás, estableciendo
relaciones y adoptando formas de comportamiento acordes con las demandas
culturales del entorno donde nos encontramos. Estas formas de comportamiento,
lingüísticas y no lingüísticas, constituyen el instrumento fundamental para la
socialización. Cada una de las situaciones conglomera una serie de factores, que
actúan como fuerzas sociales determinando una forma específica de estar en la
cultura; lo que quiere decir que ellas tienen unas dinámicas internas, contextuales e
interactivas configurantes de normas que deben ser acatadas por todos los miembros
de una comunidad de habla. En otras palabras, el comportamiento lingüístico está
siempre determinado por la situación en la que se involucran los interactuantes, y por
el contexto cultural donde dicha situación de habla se desenvuelve.
Un individuo común y corriente en toda comunidad se involucra constantemente en
distintas situaciones de habla, alternando sus papeles sociales como gerente, padre,
profesor, vecino, obrero, etc. Cada uno de estos roles le determina una forma de
actuar, lo que le demanda la necesidad de adaptarse a las situaciones mediante
respuestas adecuadas, hecho éste que debe caracterizar a todos los miembros de una
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comunidad, dando lugar a asegurar que existe lo que podría denominarse una
competencia social.
Esta competencia social que se manifiesta de diferentes maneras en diferentes
situaciones comunicativas, como se ha indicado, puede considerarse como un
repertorio de actuaciones que debe tenerse en cuenta para confirmar la adscripción
del individuo a su entorno social, pero sobre todo para producir en el interlocutor
efectos sociales que en primera instancia favorecen la propia autoestima, confirman la
imagen social positiva que todo individuo tiene de sí mismo y promueve nuevos
encuentros sociales satisfactorios. Esta competencia que mejor podría denominarse
competencia social interactiva, se entiende como un “saber” establecer y mantener
relaciones interpersonales mediante el uso de los repertorios lingüístico y
paralingüístico, gestos por ejemplo, necesarios para afrontar situaciones
comunicativas efectivas y exitosas, de común ocurrencia dentro del ámbito cultural.
Siendo este saber una construcción simbólica propia de cada entorno, no es difícil
colegir que ella está configurada por un sistema de reglas que estructuran una
gramática social, tan importante y válida como la misma gramática de la lengua.
Dichas gramáticas - la de lengua y la social – en las prácticas socio-lingüísticas, se
complementan, se necesitan mutuamente, evidenciando la correlación de lo mental, lo
cognitivo y lo social en los estudios pragmáticos. En otras palabras, es lógico pensar
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que la lengua, como sistema, se ha construido con un propósito interactivo, es decir,
la inmanencia del sistema lingüístico no es exclusivamente abstracto sino, además,
social. La gramática de lengua, entonces, no es producto del querer de los gramáticos
sino que es un sistema deducido de las actuaciones de los individuos en sus usos
cotidianos. De contera, estamos también descartando que los estudios pragmáticos
sean meras prácticas sin fundamentos mentales y cognitivos, asegurando, por el
contrario que ellas tienen su razón de ser en primera instancia en la racionalidad, en la
capacidad de lenguaje.
De acuerdo con lo anterior, todo individuo debe ser considerado un constructo de
sistemas de reglas abstractas e interaccionales, lingüísticas y culturales, que se
reconocen en todas las secuencias de intercambios comunicativos. Esto demuestra la
íntima relación entre el uso de la lengua y la cultura, procesos que se alimentan
mutuamente y se requieren en la constitución y práctica del ser social. Siendo un
poco gráficos, se podría asegurar que el uso de la lengua es un evento cultural y todo
evento cultural tiene que darse a través del uso de la lengua.
Este contexto de interacción comunicativa, mediante el uso de los sistemas de
comunicación y significación, es el ámbito de estudio de la pragmática, donde, como
se ve, se han incluido aquellos aspectos socioculturales no considerados por los dos
más grandes lingüistas modernos, Ferdinand de Saussure y Noam A.Chomsky, por no
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considerarlos sus objetos de estudio, dando lugar a corrientes lingüísticas que
intencionalmente ignoraron que la lengua es ante todo una institución simbólica
creada conscientemente por el hombre para servir a sus propósitos comunes de
simbolizar y comunicar el mundo de sus usuarios. A esto se refiere críticamente
Romaine (1996), en el prólogo de su obra, cuando asegura que “Los lingüistas han
sabido tratar el lenguaje como un objeto abstracto del que se puede dar cuenta sin
ningún tipo de referencia al contexto social”.2 Es pertinente, sin embargo, hacer
mención al hecho de que ninguno de los dos grandes maestros ignoraban este
componente social; su posición es explicable cuando se entienden las delimitaciones
de sus objetos de estudio. De ahí que hayan planteado, aunque no las hayan
desarrollado, la existencia de dos entidades prácticas lingüísticas como lo son el
habla y la actuación.
El instrumento práctico inmediato utilizado en la comunicación es la lengua,
materializada en emisiones lingüísticas intencionales que se producen en un momento
determinado con el fin de producir efectos en el interlocutor; a este instrumento
fónico se le denomina enunciado, que es el resultado de una elaboración mental,
estratégica y cognitiva que el usuario acomoda a su interlocutor y a todas las
circunstancias contextuales; es decir se adecúa a la situación comunicativa.
2. Suzanne Romaine, El lenguaje en la sociedad, Ariel lingüística, Barcelona, 1996.
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Es el momento de hacer hincapié en que se está utilizando la palabra “enunciado”,
entendiendo como tal aquella emisión lingüística real, intencional, concreta,
contextualizada, con la cual comunicamos al interlocutor nuestras intenciones; de ahí
que podríamos decir que “el enunciado es la unidad pragmática mínima de
comunicación.”3 Esto para diferenciarlo de “oración”, concepto gramatical que tiene
que ver con estructura formal resultante de la aplicación de las reglas sintácticas de
una lengua determinada. A manera de conclusión parcial, podríamos decir, retomando
a Saussure, que mientras la oración está en la lengua, el enunciado está en el habla,
entidad ésta que es preocupación no sólo de la pragmática, sino también de otras
ciencias lingüísticas afines como la sociolingüística y la etnografía del habla y de la
comunicación.
Es mediante el uso de estos enunciados, al interior de un acto de comunicación, que
se lleva a cabo la comunicación cotidiana, donde se materializa la Competencia
comunicativa, planteada por Dell Hymes,y entendida como, “La capacidad
comunicativa de una persona, abarca tanto el conocimiento de la lengua, como la
habilidad para usarla. La adquisición de tal competencia está mediada por la
experiencia social, las necesidades y motivaciones, y la acción que es a la vez una
fuente renovada de motivaciones, necesidades y experiencias.”4 Donde realizamos
diálogos con los demás, les damos a conocer nuestros puntos de vista con respecto a
3 Charaudeau, Patrick,(1983),Langage et discourse, Paris: Hachete, 4 Hymes, Dell, (1974), “Hacia etnografías de la comunicación” en Antología de estudios de etnolingüística y sociolingüística, Méjico: Unam.
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algo y al mismo tiempo conocemos los puntos de vista de nuestro interlocutor. Estos
enunciados durante el proceso de comunicación se van entrelazando como
consecuencia del desarrollo de las intenciones de los interlocutores, donde cada uno
de ellos maneja sus ideas en concordancia con el objetivo general que se han
formulado antes de iniciarse el diálogo y con los enunciados precedentes. Es de
pensarse, entonces, que todo enunciado en la conversación no está aislado de los
demás, sino que está en relación coherente con todo los que le preceden, dando lugar
a intercambios comunicativos adecuados, elaborados a partir de pares enunciativos
cooperativos.
A todos estos aspectos mencionados se refiere Fernández (1999:238), cuando define
la pragmática como “una disciplina que se interesa por los aspectos, factores y
componentes que intervienen en la efectividad y en el éxito de la interacción
comunicativa”. Poco se agregaría a la anterior definición, si se dijera que la
pragmática es la ciencia que estudia la “Actuación Lingüística” 5
Son también muy dicientes las palabras de Reyes (1996:8), quien asegura que “El
programa de la pragmática es muy provocativo: se trata de explicar entre otras cosas,
5. Milagros Fernández, Introducción a la lingüística, Ariel lingüística, Barcelona, 1999.
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en qué consiste la interpretación de un enunciado, cuál es la función del contexto, qué
relación hay entre el significado literal y el significado comunicado…”. 6
Uno de los postulados importantes de la pragmática es que con las palabras no sólo
decimos y hablamos de nuestra realidad real y cultura, sino que con ellas actuamos,
es decir que las palabras tiene una doble dimensión: una dimensión semántica y una
dimensión pragmática. Lo dicho, designa las cosas reales, son las referencialidades
del decir, al tiempo que relaciona unas palabras con otras, que lógicamente obedecen
a una organización estructural, dictada por las reglas del sistema lingüístico, al tiempo
que nos permite recuperar no sólo el significado de las palabras utilizadas sino
además construir una imagen teórica del emisor.
La siguiente escena cotidiana puede ilustrarnos lo anterior: llega un señor en un carro
a un restaurante de una ciudad colombiana cualquiera; al tratar de estacionarse ve a
un niño que le da indicaciones para que el carro quede bien parqueado; al salir del
restaurante y al prender su carro, el niño le dice “Que le vaya bien, patroncito”. El
señor mira al niño y le da una moneda de quinientos pesos.
El niño ha utilizado el enunciado “Que le vaya bien patroncito”, el cual tiene un
significado que es desearle al señor un feliz retorno a casa. Este es el significado
referencial del enunciado, el cual es decodificado por el señor, a partir del
conocimiento de la lengua; sin embargo, es claro que no hay correspondencia entre lo
6. Graciela Reyes, El abecé de la pragmática, Arco/libro, Madrid, 1996.
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que el niño le dijo y lo que le quiso decir. Lo que efectivamente le quiso decir el niño
fue que le pagara el servicio de haberle cuidado el carro mientras él estaba dentro del
restaurante. Esta información no está en el contenido superficial y literal de las
palabras, sino fuera de ellas, en la situación, y en el sentido que se construye entre los
interlocutores.
Para el señor poder interpretar lo que el niño le quiso decir tiene que realizar una serie
de operaciones de tipo sico-sociológico a partir del conocimiento de la realidad social
en la que se da la situación, lo que le permite inferir que el niño no se está
despidiendo sino que está cobrando. Esto nos lleva a decir que con las palabras
evocamos no sólo a una realidad real, concreta, sino además a otras realidades
cognitivas sociales comunicadas implícitamente a través de símiles, metáforas o
metonímias que se deben interpretar con base en unas reglas sociales y no con las del
sistema formal de la lengua.
Es fácil constatar que el señor no se contentó con decofidificar la epidermis del
enunciado, sino que ha penetrado, ha transferido a sí los sentimientos, las actitudes, la
intención del niño, se ha puesto inconscientemente en su mundo, única vía para
establecer la relación entre lo que le dijo y lo que le quiso decir. Para realizar esta
operación mental de inferencia, se tiene que estar inscrito en esa realidad social y
reconocer en el interlocutor unos valores que se materializan en construcciones
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lingüísticas simbólicas adecuadas, como consecuencia de obedecer a unos patrones
culturales colectivizados y convencionalizados en el contexto hasta el punto de
establecerse como reglas sociales. Es un saber social que debe interpretarse en
función de las características del contexto cultural de donde procede.
Un caso similar se da cuando a pesar de utilizarse distintas formas lingüísticas, ellas
obedecen a un único sentido al que el destinatario accede mediante las mismas
operaciones mentales para obtener las implicaturas del enunciado. Piénsese en el
caso en que un joven que le dice a su amiga:
A. Te invito a cine esta noche. Están presentando una película muy buena.
Pero ella rechaza la invitación utilizando alguno de los siguientes enunciados:
B1. Tengo mucho que estudiar.
B2. Esta haciendo mucho frío.
B3. Mi mamá está muy enferma.
B4. Hoy llega mi novio.
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Las cuatro respuestas de B, muy distintas en su forma, tienen exactamente el mismo
sentido, pero éste debe ser obtenido por el interlocutor a partir de una serie de
factores que se amalgaman en la situación de habla, como por ejemplo: quiénes son
los interlocutores, qué relación media entre ellos, cuál es la edad de cada uno de los
interlocutores y muchos otros factores que determinan necesariamente el único
sentido expresado por A.
Así lo explica Paul Grice en su teoría: “La teoría se centra en que, no se niega que
hallar el significado de P, sea irrelevante en la comunicación; al revés, es muy
importante saber decodificar P, ya que solo así conoce el oyente el hecho que el
hablante, tiene una determinada intención informativa (por lo que se puede decir que
P funciona como un indicio de esa intención informativa). A éste proceso se le llama,
descubrir lo que el hablante dice.”7
De ahí que es deducible que todas las personas al relacionarse con otras, siempre
utilizan unas palabras que la mayoría de las veces no dicen lo que efectivamente
quieren decir o no lo dicen todo, porque se piensa que se está dialogando con un
interlocutor capaz de recuperar toda la información que se calla o que se infiere, dada
las similitudes culturales, pragmáticas y cognitivas de los interlocutores. Con base en
ese conocimiento común, el emisor elige las palabras de su repertorio lingüístico,
construye su estrategia comunicativa, elabora su enunciado y lo emite, al tiempo que
7 Grice, Paul, (1975) “Logic and conversation” en Cole & Morgan: eds.
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el destinatario recurre a su sistema cultural, a su bagaje cognitivo y al contexto
extralingüístico inmediato para producir una interpretación adecuada a ese contexto,
en el se que clarifica lo no dicho o lo indirectamente dicho: el sentido de la
enunciación.
El sentido es, entonces, en definitiva, el lugar semiótico donde la cultura evidencia su
especificidad y se configura como punto fundamental, generador y producto de la
diversidad cultural e ideológica, hecho este que hace imposible la correspondencia
semántico-pragmática del código lingüístico, entendiendo lo lingüístico integrado a lo
social y a lo cultural. Esta integralidad social y cultural, como fundamento de los
hechos discursivos demuestran claramente, que no son las estructuras sistémicas de la
lengua las responsables de los sentidos, de las metáforas idiomáticas, sino que lo son
los sujetos inscritos en procesos sociales, adscritos a sus tiempos y espacios
concretos, a sus cronotopos.
Esta producción de sentidos, que algunas veces rompe la correspondencia entre lo
dicho y lo expresamente dado, se debe en la mayoría de los casos, a una estrategia
conversacional a la que el emisor recurre con algún propósito que, a su parecer
podría resultar más eficaz, dadas unas circunstancias contextuales o de relación con el
destinatario. Así como lo plantea Julio Escamilla Morales, en sus “Fundamentos de
análisis Semiolingüístico, en el cual menciona algunas estrategias como: la
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verosimilitud, la confesión, la justificación, la comparación, el cuestionamiento a
otras personas, la provocación, la citación y el empleo de dichos, refranes y máximas
universales.”8 En otras palabras, la conversación se adelanta de acuerdo, no solo con
un objetivo predeterminado, sino siguiendo una táctica conversacional, elegida
intencionalmente con el propósito de ejercer la mayor presión sobre el interlocutor
para ver materializada en la acción su práctica enunciativa.
Dentro de las muchas tácticas empleadas por el emisor, se pueden enumerar como las
más utilizadas: la mentira, el sarcasmo, la metáfora vulgar, el engaño, el secreto, el
chisme; todas las cuales afectan la comunicación en tanto que violan reglas de
sinceridad, patente o subyacentemente, y construyen actos indirectos provocando
algunas veces violación a normas cooperativas en el acto de comunicación. Cómo lo
explica Grice : “El principio de cooperación es una descripción al estilo de la teoría
de juegos, de cómo los participantes en una misma interacción usan ciertos principios
tácitos que facilitan la inferencia en interpretar lo que se dice.”9
La preocupación de este trabajo será la IRONÍA, entendida como una participación
conversacional que en virtud de su indirección, rompe la correspondencia
oración/significado, dejando intacta la dicotomía enunciado/sentido, recompuesta a
partir de factores contextuales de la conversación.
8 Escamilla, Julio, (1998), Fundamentos Semiolingüísticos de la actividad discursiva, Ed, Fondo de publicaciones de la universidad del Atlántico. 9. Grice, Paul, (1991), “ Lógica y conversación”, la búsqueda del significado, Madrid: Tecnos
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Como “contraverdad” que es, la ironía tiene lugar cuando lo dicho explícitamente en
un enunciado se halla desmentido por una información situacional o contextual
implícita, imposible de desconocer por parte de los interlocutores. En realidad, y
aunque algunos piensan, que ella depende menos de las palabras que de la risa, del
gesto y de la voz, “la ironía es un procedimiento que superpone a un determinado
valor argumentativo el valor contrario, juzgado más acorde”, de tal modo que al
afirmar p, uno sugiera no-p.
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METODOLOGÍA.
El trabajo tendrá un alto contenido teórico, obtenido del análisis de aproximadamente
40 conversaciones, que se recolectarán en distintos lugares tanto del vecindario, como
en sitios públicos, como cafeterías, centros comerciales, medios de transporte masivo,
etc., y en la propia casa de los investigadores. Este corpus de conversaciones se
recopilará en forma sistemática en grabaciones de video o sonoras, y en caso de no
ser posible se reconstruirá de tal forma que no altere el sentido y la ilocutividad del
evento real.
CONCEPTOS EN LOS QUE SE FUNDAMENTARÁ EL TRABAJO:
La argumentación, el proceso argumentativo, el garante en la argumentación,
estrategias discursivas, la coherencia pragmática, teoría de la relevancia, los
sobreentendidos, actos directos e indirectos de habla, la intención, la sinceridad en el
discurso, figuras de dicción, metáboles, el principio de cooperación, las implicaturas
conversacionales y contextuales.
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INTRODUCCIÓN
I. CAPÍTULO. SOBRE EL CONCEPTO DE IRONÌA Y SU REALIDAD HISTÒRICA
La ironía es un tema que ha generado muchas polémicas y malos entendidos a través
de la historia, todo ello debido a que ella ha sido interpretada desde muchos puntos de
vista: filosófico, literario, dramático; además, la realidad histórica del concepto ha
variado en su misma concepción a través de su mismo devenir histórico. No obstante,
las diferentes realidades particulares son siempre sólo un momento del devenir
histórico de la propia idea de ironía. Esto significa que lo que se muestra al inicio de
este concepto con Sócrates trae el germen de lo que se desarrollará en su devenir.
No se analizará aquí la caída o aniquilación de la misma ironía, sino lo que a su
concepto, desarrollo y análisis se refiere, lo que a su vez, tan exhaustivo. La ironía ha
sido un tema de estudio y análisis permanente desde los clásicos griegos por parte de
filósofos, retóricos y poetas. Los primeros en percatarse de la ironía como fenómeno
lingüístico y de comunicación fueron Sócrates, Platón y Aristóteles, quienes la
utilizan en sus discursos, escritos, tratados y además hacen un análisis de ella en la
antigüedad griega, como ya se dijo, y quien con mayor profundidad lo hace es
Aristóteles.
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Además de los pensadores griegos, se encuentran otros estudiosos de la retórica de la
Roma Clásica como Cicerón y Quintiliano, entre otros.
La ironía también ha sido estudiada y utilizada por autores del romanticismo como
Schegel, Hegel y Tieck. En la actualidad se ha abierto la posibilidad de otro estudio
enriquecedor sobre la ironía, nos referimos a la disciplina de la pragmática
lingüística.
Los anteriores autores fueron los principales promotores que abordaron el tema de la
ironía, mas no los únicos; en este sentido, sería imposible tratar exhaustivamente la
ironía en todas sus manifestaciones históricas, pasando por todos los autores que se
han inquietado por ella. Sin embargo, al resaltar los tres momentos fundamentales de
la ironía, es decir: los momentos “clásico”, “Romántico” y “pragmático”;
Tendríamos que decir, que para los dos momentos iniciales, el fundamento teórico
relevante lo encontramos en Kierkegaard y su trabajo titulado: “El papel de la ironía
en constante relación a Sócrates”;10 y para el último momento encontramos a Austin
10 Kierkegaard, Soren. Sobre el papel de la ironía en constante referencia a Sócrates. Editorial Trotta, S, A. Madrid. 2000. Pág. 81. Con esta tesis el filósofo obtuvo en el año de 1841el grado de “Magíster” en la universidad de Copenhague. Está traducción fue realizada por Rafael Larraneta, Darío Gonzáles y Begonia Sáez Tajafuerte.
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y Searle, principalmente, con sus obras: “Cómo hacer cosas con palabras”,11 y
“Actos de habla”,12 respectivamente.
En este orden de ideas, si se quiere hablar del origen histórico de la ironía se tiene que
remitir a la antigüedad clásica griega, específicamente a Sócrates. Es con Él, según
Kierkegaard, que irrumpe en el mundo el concepto de ironía. Refiriéndose a Sócrates
y la ironía, Kierkegaard dice lo siguiente en su introducción numeral 71 a su obra
sobre el tema de la ironía y su relación con Sócrates:
“Sucede que los conceptos tienen su historia, lo mismo que los individuos, y al igual
que éstos, incapaces de resistir los embates del tiempo, conservan pese a todo una
suerte de nostalgia hacia su tierra natal”.13 En esta afirmación, Kierkegaard parece
consignar el inicio histórico del estudio de la ironía; pero además de eso, muestra las
razones del cambio del mismo concepto, es decir, los cambios que el concepto debe
sufrir para resistir los “avatares del tiempo”. Avatares que son en este sentido, la
causa del cambio del concepto mismo de ironía.
Pese a todos estos cambios conceptuales históricos de la ironía, se muestra algo
permanente al mismo concepto, ello es perceptible en la propia afirmación del
11 Austin, Jhon, (1962), Cómo hacer cosas con palabras, Editorial Paidos, Barcelona. 12 Searle, Jhon, (1969), Actos de habla, Editorial cátedra, Madrid. 13 Kierkegaard, Soren. Sobre el papel de la ironía en constante referencia a Sócrates. Editorial Trotta, S, A.Madrid
35
filósofo existencial cuando afirma la “nostalgia hacia su tierra natal”. Esto es
comprobable por el hecho de que a pesar de los cambios mencionados, desde su
origen con Sócrates hasta ahora, todavía se conservan rasgos esenciales de la ironía
en el sentido que el propio Sócrates la planteó hace tanto tiempo atrás.
La palabra “Ironía” siempre se relaciona directamente con Sócrates, no obstante, ésto
no significa que se sepa a profundidad lo que es la ironía. ¿Qué es la ironía? Y ¿cuál
es su relación con Sócrates? son inquietudes que dirigirán el presente trabajo. Lo
primero que se puede afirmar es que a través de lo que el mismo Kierkegaard conoce
como “conocimiento íntimo de la vida y trayectoria de Sócrates”14, se muestra la
ironía. Es sin duda esta la relación íntima entre la ironía y lo que Sócrates es. En este
sentido, la vida de Sócrates parece una ironía contra el saber de la sofistica. Sócrates
es uno de los personajes más enigmáticos de la historia. Su personalidad no se deja
subsumir en lo externo o lo interno: sus palabras y hechos no son siempre lo que se
refleja a simple vista, es decir, es su parecer como fenómeno. Kierkegaard respecto a
Sócrates no duda en afirmar lo siguiente:
“Sócrates no dejo nada a partir de lo cual una época
posterior pudiera juzgarlo, y aun suponiendo que yo fuese
un contemporáneo suyo, aun así, seguiría siendo difícil
14 Cfr. Ibíd. Pág. 82
36
concebirlo. Es que Sócrates fue uno de esos hombres en
relación con los cuales no puede uno contentarse con lo
externo en cuanto tal. Lo que en el había de externo
apuntaba siempre a algo diferente y opuesto”15
La idea anterior, expuesta por Kierkegaard presenta a Sócrates como la misma
ironía, ya que lo externo de sus palabras no es lo que el propio Sócrates quería
manifestar, y la ironía tiene como característica fundamental que el fenómeno no es
la esencia sino lo contrario de la esencia, es por esto, que la vida misma de Sócrates
se puede presentar con una ironía contra su época histórica.
En este orden, las palabras de Sócrates son el mero fenómeno que representa su idea,
su pensamiento y su esencia. Es de esto que parte el propio Kierkegaard para afirmar
que la verdadera personalidad de Sócrates no se deja subsumir ni por la visión de
Platón ni por la de Jenofonte. Al primero lo critica por tener una concepción
idealizada del personaje, y al segundo por referirse a la mera forma externa de su
discurso. Lo anterior hace ver a un Sócrates idealizado, en caso de Platón, visión que
lo presenta como un sabio o un santo. Por otro lado, la visión de Jenofonte lo hace ver
como un Sócrates simple, frio, superficial y sin vida, producto de su concepción
simplista. En el capitulo I, numeral 76 de está obra, el mismo Kierkegaard nos dice:
15 Ibíd, pág. 83.
37
“Por eso puede decirse que Sócrates, así como pasó toda su vida entre la caricatura
y el ideal, vaga también entre la una y la otra después de su muerte”16 Es en este
sentido, que tanto Platón como Jenofonte hacen ver dos extremos diferentes de
Sócrates, el uno peca, según Kierkegaard por exceso; el otro por defecto.
Pero es específicamente contra Jenofonte contra quien se dirige específicamente su
crítica. Como lo afirma el propio autor existencial: “Pasamos ahora a reseñar las
concepciones de Sócrates provista de los más cercanos de sus contemporáneos. En
este sentido, son tres los que debemos tener en cuenta: Jenofonte, Platón y
Aristófanes”17 Y a renglón seguido continúa diciendo:
“No puedo compartir del todo la opinión de Baur cuando
dice que, junto a Platón, debería presentarse atención más
que nada a Jenofonte. Jenofonte en efecto, se dio por
satisfecho con la inmediatez de Sócrates, y por eso lo mal
interpretó en diversos aspectos. Platón y Aristófanes, en
cambio, son estos dos últimos los que se abrieron paso a
través de la áspera exterioridad” hacia una concepción
de la infinitud, la cual es inconmensurable con respecto a
los numerosos acontecimientos de su vida18”.
16 Ibíd. Pág. 85. 17 Ibíd. 18 Ibíd.
38
Y es que según Kierkegaard, Jenofonte se dejó llevar por la forma exterior del
fenómeno que era Sócrates, y ésto no lo dejó penetrar en lo que a través del fenómeno
exterior Sócrates quería manifestar. La personalidad de Sócrates ya debía causar
perplejidad entre sus contemporáneos, su misteriosa presencia, sus preguntas, sus
palabras y sus hechos parecen manifestar una crítica irónica a la ciudad que se
llamaba durante su época la más sabias, pero que en realidad sus guerras intestinas, su
sectarismo, su propio egocentrismo y ansias de riqueza y poder de sus ciudadanos la
había llevado a la ruina19. Si la ironía se define como “La figura retórica que consiste
en dar a entender lo contrario de lo que se dice”, como se tratará de explicar más
adelante, es claro que Sócrates es el personaje que por excelencia define la ironía.
La anterior es una de las razones por las cuales —según Kierkegaard— Jenofonte no
pudo penetrar en la profunda personalidad Socrática. Jenofonte se queda atrapado en
la exterioridad del discurso Socrático, en su inmediatez y no penetra en su profunda
personalidad como lo hicieron Platón y Aristófanes, este último nos presenta ideas
muy importantes sobre Sócrates; para Kierkegaard sin el discurso de Jenofonte
muchas cosas de Sócrates se hubieran perdido y quedado en el olvido. Respecto a
Aristófanes y su contraste con Platón dice:
19 Cfr. Apología. 29 a 455 y 30 a 755.
39
“La concepción de Aristofanes proveerá el necesario
contraste con respecto a la de Platón, abriendo gracias a
ese contraste la posibilidad de un nuevo procedimiento
para nuestro cálculo. No contar con la evaluación de
Aristofanes seria, de hecho, de una carencia…”20 Y esa
parodia es la garantía de que dicho desarrollo ha
cumplido su tiempo, así también la “concepción cómica es
un momento, y un momento en muchos aspectos
infinitamente correctivo, en la visualización total de una
personalidad o de una tendencia”21
Es así que, tanto Platón como Aristófanes, tienen algo en común, pero, ¿Cuál es ese
elemento común entre estos con respecto a Sócrates? Kierkegaard asegura que: Platón
y Aristófanes tienen en común el hecho que su exposición es ideal, pero cada una en
sentido inverso con respecto al otro; Platón presenta la idealidad trágica y Aristófanes
la cómica. Tanto una como la otra son instancias paradójicas, pero a la vez necesarias
20 Una de las criticas fundamentales de Kierkegaard respecto a la visión de Jenofonte frente a Sócrates, es que su análisis se queda en lo externo e inmediato de su discurso. Jenofonte no atraviesa esa apariencia fenoménica de lo que a simple vista uno puede ver en Sócrates. En otras palabras, Jenofonte presenta un discurso demasiado limitado y concreto sobre Sócrates, más claramente, lo que Jenofonte hace es denotar, significar externamente lo que Sócrates es. De está manera lo despoja de su connotación, analógica, simbólica, paradójica, contradictoria y sobre todo irónica. Por otro lado, Platón y Aristófanes trascienden esa inmediatez externa y muestran a un Sócrates idealizado en el caso de Platón y cómico en el caso de Aristófanes. Lo cómico tiene el valor de invalidar la realidad de la vida de Sócrates y burlarse de ella, mostrando así lo irónico y paradójico de la misma vida, es allí en el discurso de Aristófanes donde la ironía socrática alcanza gran valor. 21 Kierkegaard, Soren, numeral 180. Pág. 178. Ob.Cit.
40
de la vida, vida que se presenta como irónica. Estos dos elementos son lo esencial en
Sócrates.
De esta forma y según lo anterior, la vida de Sócrates expuesta por Platón y
Aristófanes se muestra como algo irónico, paradójico. Por esta razón del genio del
filósofo griego Sócrates, queda su ironía, queda la ironía socrática. Esta ironía
consistía según algunos especialistas en un procedimiento por medio del cual él
fingía no saber nada sobre un tema que trataba con otros para luego mostrarle lo
equivocados que estaban, Este procedimiento unido al método de la mayéutica se
constituyó en el método de investigación de Sócrates, búsqueda enfocada a la moral y
su relación con el conocimiento.
No obstante, la ironía socrática no es la única, aunque sí la más nombrada y
estudiada. Uno de los mayores poetas dramaturgos antiguos de la antigua Grecia,
Sófocles, percibe otro tipo de ironía, llamada “Dramática”, propia del mundo
literario y especialmente del teatro; consiste en mostrar ante los espectadores de la
obra cómo un número de acontecimientos conducen a un final inesperado que choca
con el comienzo de las acciones del drama. Este es el caso de Edipo Rey, que por
escapar del destino que el oráculo había advertido para él, termina encontrándolo. De
esta forma, después de analizar ciertos rasgos de la ironía y su relación con Sócrates,
precisamos ahora el concepto:
41
El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE), la define como
una figura retórica, y en él se lee que: “La ironía proviene del latín ironeía y esta a su
vez del griego eironeia y se define como “La figura retórica que consiste en dar a
entender lo contrario de lo que se dice”22 En este sentido la ironía se considera como
un tropo, pensamiento que consiste en un cambio de sentido de un enunciado, más
claramente, una figura de pensamiento que consiste en un cambio de sentido de un
enunciado completo. Este es el caso popular cuando se afirma de una manera precisa
a los cambios inesperados en la vida de una persona y por lo tanto se dice: “Las
vueltas que da la vida”.
Las explicaciones más populares que han hecho carrera en occidente son: A) la
ironía, es decir algo distinto de lo que se quiere decir, B) la ironía es lo contrario de lo
que se quiere decir. Lo anterior define en cierta forma como un elemento utilizado
por el ironísta o ironizador, para mostrar o esconder a los que lo escuchan según sea
el caso lo que piensa a través del fenómeno del habla. Normalmente la ironía pretende
salirse de un lenguaje objetivado y llano para dejar algo a la interpretación.
Así, la ironía como fenómeno del lenguaje, parece tener relación con cada
significación directa y precisa de algo, no obstante la conciencia de alguien respecto a
22 Diccionario de la Real Academia española de la lengua. Vigencia segunda edición 2001 tomo II
42
la ironía23, es problema del que escucha y no del ironista, que al parecer tiene una
intención al pronunciar un enunciado irónico. Al parecer lo anterior concuerda con la
concepción de Kierkegaard sobre la ironía, quien relaciona el discurso oratorio y
retórico con la ironía. Este filósofo muestra en la segunda parte de su trabajo (sobre
el concepto de ironía) numeral 286. Allí al respecto define la ironía de la siguiente
forma: “En el discurso oratorio se da muy a menudo una figura que lleva el nombre
de ironía y cuya característica es decir lo contrario de lo que se piensa. Ahí tenemos
ya una determinación común a toda ironía, a saber, que el fenómeno no es la
esencia, sino lo contrario de la esencia”24 En esta definición vemos tres cosas
importantes que se hacen necesario resaltar: lo primero es que la ironía es vista como
una figura literaria, oratoria o mejor retórica y por lo tanto vinculada a un discurso.
Lo anterior excluye a la ironía de entre los tropos, tal figura consiste en modificar el
sentido propio de una palabra para emplearla en un sentido figurado, muy similar,
mas no es igual a la metáfora, la metonimia y la sinécdoque. En este orden de ideas la
definición sobre la ironía por parte del filósofo existencial concuerda con la
definición plasmada por el diccionario de la Real Academia de la Lengua. No es en
23 hay muchas formas de ironía, Kierkegaard por ejemplo nos muestra dos clases de ironía: ironía ejecutiva e ironía contemplativa. La primera, es decir, la ironía ejecutiva o también llamada ironía dramática es la que pertenece a la ironía de la naturaleza, o en otras palabras, es la ironía que se utiliza para realzar los ánimos o dar belleza y dramatismo a una obra, consiste generalmente en dar atributos humanos a la naturaleza. Ejemplo de esto, es cuando un poeta hablando de de lo irónico de la naturaleza, muestra como el canto de un parajazo puede significar lamento o alegría, en palabras más precisas el sonido de un pájaro puede mostrar los estados de animo de la naturaleza y del mismo hombre. Este tipo de ironía no es conciente romántica 24 Kierkegaard, Soren. Ob. Cit. Pág. 275.
43
vano que los dos reconozcan la ironía como una figura oratoria o retórica. Lo
segundo, es que cuando Kierkegaard define la ironía como una figura oratoria en que
el “fenómeno o no es la esencia sino lo contrario de ella”, pone a pensar, lo pensado
como “esencia” y a la “Palabra” como el fenómeno. Aquí lo que se muestra es que
el lenguaje es sólo el instrumento, un fenómeno para mostrar la esencia que es lo que
el ironista piensa. A partir de esto se nota cómo la ironía a pesar de ser una ironía
lingüística tiene su finalidad en ocultar o mostrar un pensamiento; es decir, la ironía
desde este sentido se presenta como una figura del pensamiento. Según se había dicho
antes, la critica de Kierkegaard a Jenofonte va en este sentido, o en otras palabras,
según el pensador existencial el error de Jenofonte consiste en que se dedicó a
describir el fenómeno de Sócrates, sus palabras, sus preguntas, sus gestos y su vida, y
no trascendió este fenómeno para ver su esencia, lo que Sócrates pensó. Lo tercero, es
que la ironía así vista se circunscribe a lo teórico, a mostrar una prioridad del
pensamiento sobre el hablar.
La ironía en el anterior sentido es un elemento de comunicación de lo esencial, el
pensamiento por el fenómeno del habla. Sin embargo, no necesariamente pretende
mostrar una idea o pensar, muchas veces también lo oculta y sólo algunos hombres se
percatan de ella. En este orden, el hombre en cuanto animal lingüístico, único ser que
posee lenguaje y lo utiliza para comunicarse de forma lógica y con sentido, puede
comunicar o esconder a través de sus palabras un contenido interno llamado
pensamiento. El hombre es el único en éste sentido que posee acciones lingüísticas
44
enfocadas intencionalmente a contextos concretos de comunicación con otros
hombres, eventos no realizados por los animales, ya que no están dotados de
capacidad lingüística, ni son seres sociales en el sentido que los hombres lo son.”25
Sin embargo, el cita una frase de, Talleyrand que dice: “(…) al hombre se le ha
concebido el habla no para revelar sino para ocultar los pensamientos (…)”26 Es así
como la ironía puede presentar o ocultar un contenido interno del ironista; ésta es sin
duda una característica esencial de la ironía, que fácilmente es percibida por agentes
de un mismo universo lingüístico, de lo contrario difícilmente se percatarían de ello.
Por esta razón, la ironía, en relación con la comunicación, presenta una doble
perspectiva: ocultamiento o des-ocultamiento de la subjetividad absoluta del
ironista; pero depende, de la similitud de los universos lingüísticos. Ejemplo de ésto
puede ser la comunicación a través de la ironía entre un filósofo de la ciencia y un
poeta, si por cualquier razón alguno de los dos lanza una ironía lo único que
25 El lenguaje es lo que hace a un hombre un ser social. El lenguaje no sólo le da al ser humano la posibilidad de comunicar sus pensamientos, sentimientos a otros, sino que también medir esos pensamientos en las relaciones de justicia e injusticia y equidad con los otros, está es la razón por la cual el ser humano es ante todo un ser moral. Gadamer, mencionado a Aristóteles no duda en decir: “Hay una definición clásica propuesta por Aristóteles según la cual el hombre es un ser dotado de logos. Esta definición se ha considerado en la tradición occidental bajo está formula: el hombre es el animale rationale, el ser vivo racional, es decir, que difiere del resto de los animales por su capacidad de pensar. Se tradujo la palabra griega logos por razón o pensamiento, pero esta palabra griega significa también, y preferentemente, lenguaje. Aristóteles establece en un pasaje (la política), la diferencia entre el animal y el hombre: los animales tienen la posibilidad de entenderse entre sí mostrándo recíprocamente lo que les causa placer, para buscarlo, y lo que les produce dolor para evitarlo. La naturaleza no les ha dado nada más. Sólo los seres humanos poseen, además, el logos que los capacita para informarse mutuamente lo que es útil y lo que es dañino, y también lo que es justo y lo que es injusto” Gadamer, Hans. G. Vedad y Método Tomo II. Ediciones Sígueme Salamanca. 2000. Pág. 145. Este pasaje es tomado e interpretado por Gadamer de el texto de la Política A 2, 1253 a 9 siguiente. 26 Kierkegaard, Soren. Ob. Cit. Pág. 281.
45
provocará será confusión, tensiones y malos entendidos. La causa de ello es que los
dos pertenecen a mundos lingüísticos diferentes. No obstante, se podría preguntar si
eso es así ¿qué pasa en una conversación entre hombres pertenecientes a diferentes
mundos, así se reduciría la capacidad lingüística enfocada a la comunicación? La
respuesta a ésto se debe dar a través de consensos discursivos, o mejor, al
establecimiento de reglas previas dentro de un diálogo.
Eso hace decidir que lingüísticamente la ironía sea tomada como “decir lo contrario
de lo que uno piensa, o decir lo contrario de lo que uno afirma verbalmente”, tiene
una función comunicativa que obliga a trascender lo fenoménico, lo externo y buscar
la interpretación de lo que el ironista quiere transmitir. En el caso tan sonado de
Sócrates, uno podría preguntar, cuando Sócrates dijo: “sólo sé que nada sé”; y en eso
consistía su saber, uno podría preguntar ¿Qué tan en serio sería esa afirmación? ¿Qué
nos quería decir Sócrates? Son cuestionamientos que surgen de meditar al hombre
Sócrates en relación con la ironía. Hasta qué punto Sócrates dio seriedad a su
ignorancia”27. Se podría afirmar que Sócrates no era ignorante al declararse ignorante,
ésta era una posición irónica frente a los sofistas, que se creían sabios siendo
ignorantes, por eso la ignorancia socrática es irónica, en este sentido. Sócrates
también da sentido de seriedad a su ignorancia, pues en su búsqueda de un
conocimiento moral descubre en tal búsqueda un sentido del ser humano, como ser
inacabado.
27 Cfr. Ibíd. Pág. 293
46
La ironía parece desvanecer el objetivo comunicativo, sin embargo, ella misma
presenta esa actitud comunicativa. Cuando Kierkegaard habla del concepto de ironía,
no duda en rescatar el valor del entendimiento de la misma ironía, su mal entendido,
lo ubica no en la ironía, sino en los oyentes. Veamos como lo afirma este pensador
en el numeral 287:
“La figura del discurso irónico, sin embargo, se suprime a
sí misma en cuanto el ambiente presupone que los oyentes
lo entienden, de modo que, pasando por la negación del
fenómeno inmediato, la esencia sigue siendo idéntica al
fenómeno. Si a menudo sucede que esa clase de discurso
irónico es mal interpretado, esto no es por culpa del
ambiente, salvo por el hecho de haberse metido con un
personaje tan intrigante como la ironía, que gusta de hacer
bromas tanto a sus amigos como a sus enemigos”. 28
Lo anterior clarifica el sentido de la ironía como figura retórica comunicativa, figura
que por hecho de ser mal interpretada por el oyente no altera su esencia, que consiste
en mostrar un contenido o mensaje esencial a través del fenómeno del habla. En éste 28 Ibíd. Pág. 276
47
sentido, la ironía se usa para hacer que la audiencia pare, piense a cerca de lo que se
acaba de decir; decir que como fenómeno debe llevar a través de un análisis y énfasis,
a una idea central. Para que la ironía tenga éxito, la audiencia (oyentes) tiene que
darse cuenta de la diferencia entre lo que se dice y lo que es lo normal o esperado, el
mensaje central. Esto no es más que la idea de comunidad que permanece en la
ironía.
La libertad subjetiva, o mejor del sujeto, es lo que permite que la ironía se
manifieste, pero no es una intención externa, es una intención inherente a ella misma.
Así vista, es auto-intencional y el ironísta la puede usar cuando en un discurso la
tensión entre los participantes está bastante fuerte, en este caso el ironista la utiliza
para bajar los ánimos, para hacer un pare para la reflexión, para poner a los
dialogantes en oposición; y todo ello lo puede hacer manejando la ironía.
La ironía entonces puede generar discrepancias entre lo que se espera y lo que de
verdad ocurre, siendo ésta una de las razones por lo que la ironía lleva a un esfuerzo
interpretativo, o mejor de decodificación para poder comprender lo que se esconde
tras ella. En todos estos casos la ironía lleva a tomar en serio lo que no es y
viceversa, bromear sobre lo serio para disolver una tensión entre los hablantes, o decir
alguna verdad, contenido o mensaje sin lastimar profundamente al que la escucha.
Además en todos éstos casos no le interesa la realidad en cuanto realidad externa,
48
sino que partiendo de ella lleva a otra cosa disolviendo esa misma realidad de donde
se parte.
La ironía expuesta anteriormente es lo que se conoce como ironía teorética o
contemplativa, tomada como momento subordinado, según lo expuesto
anteriormente, y es ésta una de las razones por las que guarda una relación de
cercanía con la burla, la sátira y el ridículo entre otras figuras. Así, se plantea ésta
ironía teorética o contemplativa por parte de Kierkegaard, quien en el numeral 295 de
su obra sobre la ironía, dice: “Tomada en tanto momento subordinado, la ironía es la
mirada segura frente a lo torcido, lo vano de la existencia. En tanto es capaz de
percibir esto, podría parecer que la ironía es lo mismo que la burla, la sátira, el
ridículo, etc.”29. Más adelante continúa diciendo lo siguiente:
“Es natural que se parezcan a estas cosas, puesto que
también ella presta atención a lo vano; pero se retracta en
el momento que va ha hacer su observación, puesto que no
aniquila lo vano, puesto que no es lo que la justicia
correctiva sería con respecto al vicio, no tiene el carácter
reconciliador de lo cómico, sino que afirma más bien lo
29 Ibíd. Pág. 283.
49
vano en su vanidad, hace que lo erróneo resulte aún más
erróneo”30
Desde este punto de vista la ironía se diferencia de la “burla”, la “sátira” y el
“ridículo”, es que ellas no anulan lo vano, lo simple, como pasa con estas otras
figuras.
Por otro lado, existe otro tipo de ironía diferente a la teorética, es la ironía ejecutiva o
dramática. Esta ironía ya no se conforma con mostrar el fenómeno como
manifestación de algo esencial, como es el caso de la ironía antes vista, sino que por
el contrario se conforma con manifestar la totalidad de la existencia con sus
contradicciones y paradojas, esta es la llamada ironía romántica. “No éste o aquel
fenómeno, sino el conjunto de la existencia lo que considera Sub Specie Ironiae
[bajo la categoría de la ironía]. En este sentido se ve cuán correcta es la
caracterización Hegeliana de la ironía en tanto que negatividad absoluta e
infinita”31. Esta ironía cuenta con la absoluta libertad por parte del ironísta para
mostrar lo complejo, paradójico y contradictorio de la existencia humana, y de la
misma naturaleza, cosa imposible para el mundo ordenado y finito de los griegos32.
30 Ibíd. Pág. 281 31 Ibíd., Pág. 281 32 La ironía ejecutiva o también llamada dramática, pertenece según Kierkegaard a la ironía de la naturaleza, precisamente en cuanto la ironía no es consciente en la naturaleza como sucede en el caso del hombre y más claramente de Sócrates. Mientras que la ironía contemplativa o teorética que
50
Esta ironía pertenece a la concepción romántica más que a la ironía clásica o
socrática; tal ironía sólo es percibida por el sujeto que ve la vida, el orden, la alegría
y la satisfacción, pero a la vez también ve la muerte, el desorden, el dolor y la tristeza
en la naturaleza.
Estas afecciones son vistas sólo por el sujeto irónico que en su completa libertad
subjetiva las ve en la naturaleza. Es aquí donde se percibe el dramatismo irónico y
no sólo la precisión del mensaje manifestado en el fenómeno del lenguaje,
característica esencial de la ironía clásica o socrática. Otra de las grandes diferencias
entre una y otra ironía es que una (clásica) sólo está dirigida a un fin del
conocimiento exacto y preciso de un pensamiento o idea; la otra, por el contrario, se
mueve en el objetivo de mostrar la totalidad de la existencia en su contradicción, ésta
última es el caso de la ironía romántica o dramática. Lo que el ironísta ve en la
naturaleza es cierto sarcasmo de la misma, mientras que un griego o helenista no
podría ver esto en su armonioso mundo, en la naturaleza armoniosa. La ironía y el
ironísta aquí, funcionan de forma diferente, aunque guardando cierta similitud. En la
ironía romántica el ironista es libre para escoger sus medios y mostrar su intención;
pertenece a los discursos humanos a través del diálogo o la pregunta que quieren transmitir un mensaje preciso y exacto de una manera consciente, la ironía dramática sólo existe para el hombre que la pueda observar en la naturaleza. Ejemplo de esto puede ser, un hombre que ve a un león atrapando y devorando su presa. Allí el hombre que percibe la ironía en la naturaleza ve lo paradójico de la misma, lo contradictorio de la existencia; pues la muerte el dolor y el sufrimiento de la presa contrasta con la vida, la satisfacción o placer del depredador. Si bien esta ironía sólo existe para el que la percibe, el mismo que la ve la puede acomodar a su vida o a la vida de los hombres, para mostrar lo trágico y lo dramático a la vez de lo contradictorio, lo justo y lo injusto del existir humano, ya que unos hombres [los más poderosos] dominan a los débiles. Esta concepción es casi imposible para los griegos, donde el cosmos mostraba sólo el orden y el bien.
51
la ironía clásica o socrática no tiene una completa libertad para manifestar su
intención, por lo que su lenguaje es más llano, directo o preciso, lo común es sin
duda, que las dos son intencionales en cuanto a la transmisión del mensaje, en la
ironía ejecutiva o dramática perteneciente al romanticismo, la ironía no tiene otra
intención que auto- manifestarse. Así lo explica Kierkegaard: “(…) pero su intención
propiamente dicha es sentirse libre y esto lo logra precisamente a través de la
ironía, y entonces la ironía no tiene ninguna otra intención, sino que ser
autointencional (…)33. Esta es una de las características fundamentales de la ironía
ejecutiva o dramática perteneciente al romanticismo. Esta es una de las razones por
las que la ironía dramática es más rica en el lenguaje, más poética que la clásica o
socrática.
En este orden de ideas, si bien la ironía en general se caracteriza por un lenguaje
denotativo, también se puede afirmar que la ironía romántica utiliza un lenguaje más
connotativo. Se afirma que la ironía clásica o socrática utiliza un lenguaje más
denotativo, dado que, la significación es más directa; la ironía romántica es más
connotativa, pues utiliza figuras más literarias como la metáfora, la metonimia y la
sinécdoque. No obstante, la ironía en general es más precisa y exacta y en eso se
diferencia de los tropos o figuras literarias. Los tropos por ejemplo, consisten en
modificar el sentido propio de una palabra para emplearla en sentido figurado, como
la metáfora, la metonimia o la sinécdoque; por ejemplo, en expresiones como “el sol
33 Ibíd., Pág. 283
52
brilla como el oro”, se toma un día brillante y caluroso, soleado, por el brillo del oro;
aquí el sentido se cambia; en la ironía ésto puede suceder pero el mensaje central no
cambia; en ese orden, la ironía aparece como contraria de los tropos por su precisión
y exactitud.
El uso más claro de la precisión es por ejemplo, el diálogo socrático-platónico. En el
diálogo se presentan diversas posturas, muchas veces o casi siempre contradictorias,
sin embargo, todos se dirigen a un punto central, la búsqueda del conocimiento sea
sobre un principio moral o epistémico. De esta manera:
“ Lo que confiere al diálogo, como género filosófico, a la
dialéctica, tal como la concibió Platón, un alcance
sobresaliente no es la adhesión efectiva de un interlocutor
determinado – pues éste sólo constituye un auditorio
particular entre una infinidad de auditorios-, sino la
adhesión de un personaje cualquiera que sea, al que no le
queda más remedio que rendirse ante la evidencia de la
verdad, porque su convicción resulta de una confrontación
rigurosa de pensamiento con el orador”34.
34 Perelman CH y Olbrechts-Tyteca. L. Tratado de la Argumentación. La Nueva Retórica. Editorial Gredos,S.A. Madrid 1994. Pág. 80.
53
Lo que se ve en el diálogo es el contraste entre muchas posiciones diferentes que se
mueven en la búsqueda de un fin. La multiplicidad de voces, de opiniones, no
invalida el objetivo central que es la búsqueda de algo, también el diálogo es una
propuesta crítica e irónica de Sócrates-Platón contra el monólogo retórico de los
sofistas. La ironía socrática se abre ante sus diálogos, ante sus preguntas; de esta
forma en el capítulo primero de la obra de Kierkegaard, numeral 94, dice: “Si bien el
diálogo disciplinario por Sócrates es un intento de hacer que el pensamiento mismo
se presente en toda su objetividad, le falta desde luego, la unidad de percepción
sucesiva e intuición, algo que sólo la trilogía dialéctica hace posible”35. Y ¿Cuál es
esta trilogía? Tal trilogía es la posición del orador, las diferentes posiciones de los
dialogantes que se unen en la tercera instancia de la búsqueda de un objetivo. Todo
esto se dirige mediante el arte de preguntar, relacionado fundamentalmente con el
saber socrático; tal preguntar se mueve en un no saber que busca el saber, y es en tal
búsqueda que se encuentra lo que no se sabe. Todo lo anterior vincula a muchos
puntos de vista en el diálogo o conversación, ésto es lo opuesto de la exposición
monológica de los sofistas que sólo buscan mostrar sus opiniones, deseos y
convencer a los demás; diferente a ésto es lo que pasa con la propuesta socrática.
35 Kierkegaard, Soren. Ob. Cit. Pág. 100.
54
Lo anterior es un reproche irónico de Sócrates a los sofistas, que sólo buscan
seguidores y adeptos no la verdad sobre el objeto de investigación. Así lo referencia
Kierkegaard:
“Ese arte al que nos referimos es naturalmente, el
concebido arte socrático de preguntar, o bien, para traer a
colación la necesidad del diálogo en la filosofía platónica,
el arte de conversar. De ahí el tan frecuente y tan irónico
reproche de Sócrates a los sofistas: Que estos supiesen
hablar pero no conversar36.”
Es así que de una forma irónica se muestra los contrastes entre Sócrates y los
sofistas; la sofística es un duelo, según afirmación de Kierkegaard, entre el
conocimiento, el amor al conocimiento, erótica por el conocimiento y el discurso
utilizado por el egoísmo y el amor a la riqueza por parte de los sofistas. El contraste
entre Sócrates y los sofistas consiste en que, mientras el sofisma, tiene una finalidad
crematística, un deseo por lo bello, por lo más importante, por lo excelso, por el lujo,
Sócrates se enfoca en lo simple, en lo sencillo para de una forma irónica mostrarles su
no saber, su error. La personalidad de Sócrates debe haberse mostrado en su
misteriosa presencia como irónica. Sócrates siempre se ocupó de los aspectos
36 Ibíd., Pág. 101.
55
inferiores de la vida: comer, beber, de los zapateros, de los labradores, de los
esclavos, de los pastores y de los asnos de carga como muy bien nos lo muestra
Kierkegaard y como se ve en los diálogos socráticos. Esta posición de Sócrates es
una postura irónica frente al despampanante mundo de los sofistas; al Sócrates
mostrarles la simplicidad, los aspectos inferiores de la vida, los obliga a descender a
ese nivel, imponiéndoles la necesidad de reconocer sus extravagancias, producto de
su orgullo. Esta es la razón por la cual hay una relación directa entre Sócrates y la
ironía, sino que fundamentalmente él mismo es la ironía, él es la ironía encarnada.
Por otro lado, la filosofía contemporánea del lenguaje nos ha mostrado otro marco de
investigación al tradicional. No se debe olvidar que con la gramática lingüística se
han abierto otros niveles de investigación en lo referente a la ironía. Los estudios
realizados por John Langshaw Austin (1911-1960) en su texto “Cómo hacer cosas
con palabras” [How to do things with words] y John Searle y su trabajo “Actos de
Habla” [Speech Acts: An Essay in the Philosophy], sin duda han ampliado y
clarificado el lenguaje y su relación con los actos comunicativos: Estos filósofos del
lenguaje ordinario han considerado que ciertas formas lingüísticas constituyen actos
de habla no lingüísticos. La ironía en éste orden, puede ser considerada dentro de
esos actos lingüísticos que sin duda comunican y realizan acciones; allí se presentan
actos comunicativos que algunas veces se dicen con sentido o intencionalmente o
muchas veces no tienen tal intención, no obstante no podemos olvidar que las
personas se comunican, pero para comunicarse necesitan ciertas reglas y ciertas
56
normas. “Hablar un lenguaje es tomar parte en una forma de conducta (altamente
compleja) gobernada por reglas; aprender y dominar un lenguaje es (inter alía)
aprender y haber dominado esas reglas”37. Lo anterior sin duda, obliga a ubicar la
ironía dentro de unos contextos lingüísticos determinados, pues de lo contrario su
carácter comunicativo se disolvería, no hay duda que una ironía es fácilmente
percibida o interpretada, pero sólo dentro de un mismo universo lingüístico que
comparte ciertas reglas comunes, ejemplo: de estos universos lingüísticos pueden
ser un grupo de amigos de la calle”, “compañeros de universidad”, grupos
“científicos”, “filosóficos” o incluso la “familia”, conforman universos lingüísticos
comunes. Una ironía fuera de estos grupos comunes difícilmente será comprendida.
Desde éste punto de vista pragmático, la ironía es vista como una estrategia
discursiva que se mueve dentro de universos lingüísticos que comparten ciertas
reglas comunes. Así, la ironía se constituye como un fenómeno de la lengua ligado a
la auto interrelación, codificación o la interpretación personal encuadrados en
contextos comunes. Los contextos comunes serían lo que se podría estudiar dentro de
la pragmática, razón por la cual la ironía como figura lingüística universal no se
considera dentro de la pragmática. De esta forma la ironía sólo podrá ser estudiada a
partir de ciertos grupos comunes que comparten ciertas reglas, pues sólo así se podrá
encontrar el valor discursivo y comunicativo de la ironía; pues como lo dice John
Searle: “Mi conocimiento de cómo hablar un lenguaje incluye el dominio de un
37 Serle, R. John. Actos de Habla. Ediciones Cátedra, S.A. Madrid. 1980. Pág. 22.
57
sistema de reglas que hace que mi uso de los elementos de ese lenguaje sea regular y
sistemático”38. Esta es una de las razones por las cuales la ironía sólo alcanza su
valor comunicativo dentro de los contextos particulares que comparten ciertas reglas.
Desde esta perspectiva el estudio y conocimiento de la ironía como figura de
comunicación, alcanza más precisión y exactitud; desde éste punto de vista, la ironía
se mueve en un giro del horizonte de comprensión interpretativa a partir de universos
lingüísticos comunes.
38 Ibíd. Pág. 23.
58
II CAPÍTULO. COTIDIANIDAD E IRONÍA: EL USO DE LA FÓRMULA: ¡QUÉ BELLEZA! Y SUS IMPLICACIONES EN EL
DISCURSO COTIDIANO.
En los últimos años, ha aumentado el interés por los estudios fraseológicos, de ahí
que hayan aparecido numerosos estudios basados en esta disciplina. Además, es en la
variedad oral en la que se puede apreciar que las unidades fraseológicas están
presentes en nuestra lengua.
Por ese motivo hemos decidido dedicar este capítulo a estudiar en la lengua oral una
pequeña parte de la fraseología, la fórmula rutinaria ¡Qué belleza! y la relación que
mantiene con un fenómeno pragmático complejo: la ironía.
Nuestro objetivo fundamental es estudiar los diferentes enunciados irónicos en los
que aparece esta fórmula y explicar tanto sus valores como sus efectos y en los
diferentes contextos en los que se produce, así como las relaciones que mantiene con
la ironía verbal.
Una vez extraídas las ocurrencias y para llevar a cabo éste objetivo, aplicaremos a la
fórmula las teorías pragmáticas necesarias para la obtención de valores irónicos.
Entre estas teorías se encuentran: S. LEVINSON (2000), H. HAVERKATE (1994,
2003) y S. RODRÍGUEZ ROSIQUE (2005).
59
De esta manera, observaremos que la fórmula ¡Qué belleza! es una unidad
fraseológica irónica.
La ironía:
Hasta hace poco, la ironía se ha definido a partir de los parámetros de la retórica
tradicional en los que se afirmaba que era decir lo contrario de lo que realmente se
quiere decir, como lo hemos planteado en el capítulo anterior; no obstante, ésta
definición ha sido criticada por autores como H. HAVERKATE (1985), que
considera que el concepto de contradicción no es suficiente para unificar todos los
fenómenos irónicos. Además, la existencia de una contradicción no caracteriza a los
enunciados como irónicos, ya que puede haber enunciados irónicos con sentido
figurado que no llevan una contradicción implícita.
En muchas ocasiones, lo que indica la ironía no es un significado opuesto, sino
diferente. Por ello, consideramos la ironía como fenómeno pragmático y proponemos
una teoría para el análisis que parte de las teorías neogriceanas, puesto que el hablante
tiene una intención clara de comunicar algo cuando utiliza un enunciado irónico.
Consideramos que la ironía tiene un significado inferido y conversacional, pues lo
comunicado en un enunciado irónico se consigue gracias a la inversión de las
máximas conversacionales que retoma y modifica S. LEVINSON (2000) de H. P.
GRICE (1975). Este autor reduce las cuatro máximas de H. P. GRICE (cantidad,
cualidad, pertinencia y manera) a tres principios (informatividad, manera y cantidad)
60
y supone la máxima de cualidad (sinceridad) como requisito previo a la comunicación
que asume tanto hablante como oyente.
Según S. RODRÍGUEZ ROSIQUE (2005) en los enunciados irónicos, esa pre-
condición de cualidad a la que hemos aludido anteriormente se ve transgredida, lo
que conlleva una inversión de los principios conversacionales, que entendemos como
el Principio de Inversión. El hablante viola el requisito de sinceridad e impone al
oyente a través del contexto la siguiente instrucción:
Interprete el enunciado a partir de la inversión de los principios conversacionales.
El contexto es el encargado de advertir al oyente que el hablante ha violado la
máxima de calidad y que, por ello, los principios conversacionales funcionan a la
inversa. Esta teoría pragmática, que parte de las teorías neo-griceanas, nos permite
explicar un mayor número de ejemplos irónicos con significado inferido, como
veremos posteriormente.
Además, debemos tener en cuenta que todo enunciado irónico supone una
recuperación o eco de enunciados o pensamientos anteriores de los que el hablante se
distancia para señalar actitud de rechazo o decepción, generalmente. El contexto de
recuperación puede ser de tres tipos (X. PADILLA, 2005):
-Contexto lingüístico: contexto, información verbal identificable en el discurso
previo.
-Contexto situacional: escenario que rodea a los hablantes.
61
-Contexto sociocultural: creencias que pertenecen a un grupo de personas más o
menos amplio, es decir, conocimiento compartido.
Debemos mencionar también que la ironía se capta por el oyente a partir de
indicadores que su hablante da con su enunciado. De esta manera, se garantiza el
efecto perlocutivo de lo que se dice y ayuda a su oyente a interpretar de forma
adecuada el enunciado.
Hemos establecido 4 tipos de indicadores:
1. Indicadores lingüísticos (derivación, fraseología, etc.)
2. Indicadores kinésicos (gestos,posturas, guiños, etc.)
3. Indicadores paralingüísticos (risas, silencio, etc.)
4. Indicadores acústico-melódicos (tono, tartamudeo, etc.)
Todos estos indicadores, los cuales se desarrollarán más adelante, ayudan al oyente a
interpretar la ironía. Veremos qué tipo de indicadores se usan en nuestros enunciados
irónicos y qué tipo de eco contextual se recupera en los mismos, pero a continuación
nos centraremos en las características de la fórmula rutinaria,
¡Qué belleza!
62
¡Qué belleza!
Es una fórmula psico-social expresiva, puesto que el hablante la utiliza de forma
general para mostrar de forma irónica su pensamiento o emociones ante un hecho o
una circunstancia que le desagrada. Para G. CORPAS39 esta fórmula sería una
fórmula de recusación, dentro de las fórmulas psico-sociales expresivas, cuya fuerza
ilocucionaria es negar y rechazar.
Posteriormente, veremos que no posee realmente esa fuerza ilocucionaria, pero ahora
nos centraremos en los rasgos generales que la definen.
La fórmula está compuesta por el pronombre exclamativo qué y el adjetivo belleza, y
se caracteriza por el rasgo de fijación. Comprobaremos este rasgo en sus dos niveles:
formal y pragmático.
Primeramente, observamos que aparece el rasgo de fijación formal propio de las
unidades fraseológicas, puesto que no admite variaciones en su formación y éstas se
dan, únicamente, cuando no tiene carácter de fórmula como en ¡Qué belleza! Por
tanto, en la fórmula psico-social expresiva, hay una fijación de los componentes que
la forman y no se permite ni la sustitución ni la modificación de ellos. Además, la
posición en la que aparece, normalmente, es inicial de intervención, como veremos,
ya que el hablante la emplea como réplica a lo que su interlocutor ha dicho.
39 Fórmulas de recusación/negación. El modo de negar en español rara vez se materializa en un no como toda respuesta. Cuando en español, se da como respuesta sólo un no, se quiere decir más cosas sin decirlas, y se interpreta como una respuesta descortés.
63
La fijación pragmática característica de las fórmulas rutinarias está también presente
en ¡Qué belleza!, ya que su significado se encuentra fijado en el uso. Por tanto, la
fórmula se expresa en situaciones concretas en las que el hablante siente decepción o
intenta expresar su desagrado. Así, vemos que posee idiomaticidad, ya que tiene un
significado figurado que viene dado, generalmente, por el contexto en el que se
produce y no por la suma de significados de sus componentes.
Esta fórmula rutinaria va a permitir su sustitución por otra fórmula que posee el
mismo valor, y que, además, tiene similar patrón formal, nos referimos a ¡Qué bien!
(qué + adverbio), y expresa el desagrado o la decepción del hablante ante una
situación.
En nuestros corpus aparece ¡Qué belleza! en 15 ocasiones, pero sólo en 8 de esas 15
posee las características de las fórmulas rutinarias, esto es, los dos tipos de fijación y,
en ocasiones, la idiomaticidad.
En consecuencia, 7 ocurrencias tienen un significado literal, es decir, no idiomático
y, por tanto, no cumplen una de las características de las fórmulas psico-sociales;
además, tampoco se da ningún tipo de fijación. En el resto de ocurrencias, la fórmula
presenta un mismo patrón formal y un único valor que no se corresponde con el
significado literal de la suma de los miembros que la componen. ¡Qué belleza! tiene
un significado idiomático, puesto que muestra indignación, decepción o desagrado
ante una circunstancia concreta. Además, el hablante enuncia la fórmula en un
64
determinado contexto con tono irónico para que adquiera este valor de desagrado,
contrario a su significado literal. Veamos, a continuación, el ejemplo 1:
(1) <H1>: Pues lo veo perfecto. Además las drogas son muy buenas para combatir el
dolor... la ansiedad... el sufrimiento... la desidia.
<h2>: ¡Qué belleza! Además lo que dijeron también el otro día en las noticias ... que
el chocolate lleva una sustancia, que la lleva también la maría... la marihuana... una
sustancia... que por eso, la gente cuando está deprimida come chocolate y se sienten
mejor.
En este contexto, el hablante (H2) emplea la fórmula tras la intervención de su
interlocutor para mostrar desagrado o indignación ante lo que ha dicho. El
interlocutor parece estar a favor de las drogas como sustancia medicinal; sin embargo,
el hablante no comparte esta opinión y lo demuestra con el uso de la fórmula ¡Qué
belleza! Además, H1 sabe que lo que está diciendo su interlocutor es verdad, a pesar
de no estar de acuerdo. Se produce ironía, ya que hay un eco del contexto
sociocultural. De esta manera, la fórmula adquiere un significado totalmente contrario
al que se presenta en su origen. En nuestro ejemplo, H2 transgrede los principios
conversacionales, puesto que no dice la verdad, y H1 debe interpretar ¡Qué belleza!
no como la suma del significado de sus componentes, sino como un significado no
composicional e idiomático de acuerdo con el Principio de Inversión. Se invierte un
término positivo explícito (bonito) por otro negativo implícito (desgracia, mal), ya
65
que el hablante muestra desacuerdo ante la utilización de las drogas para fines
curativos. Además, el uso de indicadores lingüísticos como las exclamaciones o el
uso de la fraseología, y el uso de indicadores acústico-melódicos como el tono
irónico, hacen que el oyente sea capaz de entender la ironía.
Veamos el ejemplo 2, en el que dos amigos se encuentran hablando sobre el mundo
laboral y las injusticias del mismo:
(2) <H1>: Depende mucho la valoración que la gente quiera dar, o sea, está claro
que la rosca sigue existiendo y ¡que la tienen más fácil los que tienen plata,
pa<(r)><(a)> que nos vamos a engañar!, es verdad.
<H2>: ¡Qué belleza!
<H1>: <simultáneo> ¡Qué belleza no! Es que es así.
En este ejemplo, H1 explica a su oyente que el trabajo hoy en día se consigue a través
del conocido método de la “rosca”, es decir, por amistad o por la posición social que
se tenga sin tener en cuenta mérito alguno. H2 en su intervención utiliza la fórmula
rutinaria ¡Qué belleza! para mostrar la decepción que le causa ese hecho, a pesar de
que sabe que es verdad. El valor que tiene la fórmula es irónico, igual que en el
ejemplo anterior, ya que se produce un eco del contexto sociocultural, ambos
66
hablantes comparten el conocimiento de la sociedad en la que viven. Tanto H1 como
H2 saben que el mundo laboral funciona de esa manera.
Como consecuencia, H1 debe producir una inversión de los principios
conversacionales para entender a H2, ya que ¡Qué belleza! no tiene como significado
la suma de sus componentes, sino que se implica un término negativo (desgracia,
decepción). Sin embargo, H1 rompe el juego irónico repitiendo la fórmula que utiliza
su interlocutor para reafirmar su idea y concluir con el enunciado es que es así. En
este ejemplo, los indicadores que aparecen son lingüísticos (uso de exclamación y
fraseología) y acústico-melódicos (tono irónico) al igual que en el ejemplo 1.
Veamos un último ejemplo (3), en el que la fórmula se enuncia a partir de unas
imágenes que se emiten en el programa “Sábados felices” sobre (la modelo del
programa) “La Negra”, en las que ésta aparece desfilando con un vestido escandaloso
y lejos de ser bonito.
(3) H1: Fue en nuestro último programa de la temporada pasada, ¿se acuerdan?
Éste fue. Ahí la tienen, miren qué modelo especialmente diseñado para La Negra.
Véanlo,
pero miren ustedes, ¡qué belleza! ¡Qué barbaridad!
67
En el ejemplo, el hablante que es el presentador (Hernán Orjuela) emite la fórmula
rutinaria ¡Qué belleza! de forma irónica para dar a entender a sus oyentes (público en
general) que el vestido que está viendo es horrible. En este ejemplo, al igual que en
los casos anteriores, se produce una inversión de los principios conversacionales, con
la diferencia de que en este ejemplo hay además una inversión de las implicaturas
escalares. El funcionamiento normal de la escala se ha invertido en el enunciado
irónico tal y como se aprecia en el esquema de abajo, ya que el término explícito
positivo (belleza) se debe entender como término implícito negativo (poco bonito o
feo) dentro de la escala que se observa a continuación:
1. Feo
2. Poco bonito
3. Bonito
En este enunciado, la fórmula se emite de forma irónica como un eco del contexto
situacional, ya que tanto hablante como oyentes comparten el conocimiento del
escenario que les rodea y pueden ver que realmente el vestido no es bonito.
Además, el hablante H1 utiliza indicadores para dar a entender a sus oyentes que la
fórmula es irónica, ya que se utiliza un enunciado exclamativo y perteneciente a la
68
fraseología40 (indicadores lingüísticos) y además, se pronuncia con tono irónico
(indicadores acústico-melódicos).
Debemos añadir también que en este enunciado, a diferencia de los anteriores, el
hablante muestra burla sobre el vestido que lleva La Negra en el programa, por lo que
estamos ante una ironía de efecto negativo hacia una persona ausente en la
conversación (B. ALVARADO 2005), lo que provoca lazos de afiliación con sus
interlocutores.
Se daña la imagen pública de una persona ausente (La Negra) y como consecuencia
hay descortesía con respecto a ésta, pero a la vez afianza los lazos de unión con sus
interlocutores.
En los ejemplos estudiados hemos observado que la fórmula expresiva se utiliza de
forma irónica para dar a entender algo diferente de lo que se dice. De esta manera,
observamos que el valor que tiene la fórmula ¡Qué belleza! en los corpus orales
difiere del valor de recusación que se le había dado hasta el momento, ya que puede
presentar decepción, resignación o incluso burla, como hemos visto en el ejemplo 3.
Por tanto, esta fórmula rutinaria tiene implícito un significado irónico que el oyente
debe interpretar teniendo en cuenta los indicadores que el hablante muestre, como
40 Entendemos la fraseología, en sentido amplio tal y como la concibe Corpas (1996). Ésta autora postula que la fraseología no supone sobre el estudio de las locuciones, sino también de las unidades superiores como refranes, frases proverbiales, aforismos, formulas pragmáticas, etc.
69
pueden ser gestos, posturas, sufijos, tono, etc. y teniendo en cuenta también la
recuperación del eco contextual que se produzca.
70
III. CAPÍTULO. CONSIDERACIONES TEÓRICAS E IMPLICACIONES DE LA IRONÍA EN EL CONTEXTO
EDUCATIVO.
En éste capítulo, hemos decidido incluir una propuesta pedagógica, de cómo llevar la
enseñanza de la ironía al salón de clase. Ya que en dicho contexto se evidencia la presencia de
la ironía, de manera frecuente, pues los estudiantes (en la mayoría de los casos) no provienen
de la misma región. Motivo por el cual los lleva a acudir a los juegos o intervenciones
irónicas, para buscar un acercamiento con sus compañeros.
En éste apartado nos encargaremos de la descripción, del análisis y de las aplicaciones de la
ironía en español actual desde el punto de vista pragmático. El objetivo final consiste en
elaborar una tipología de enunciados irónicos que pueda aprovecharse en la enseñanza del
castellano en la básica secundaria; y en los que sea posible enseñar la ironía verbal y, de
acuerdo con ello, elaborar ejercicios y actividades en su gran mayoría grupales.
La propuesta de éste capítulo, está orientada, para la jornada especial nocturna, con
estudiantes adultos pertenecientes al ciclo 6, según decreto 3011,(grado diez y once). No
obstante, la propuesta que se plantea es aplicable a todos los demás ciclos escolares,
independientemente de la jornada educativa.
El ejercicio de aplicación de la ironía, se basa en tres nociones teóricas, propias del campo de
la pragmática, de las cuales se puedan extraer los resultados al final de los ejercicios.
En los capítulos anteriores, se evidenció la presencia de la ironía, desde el contexto cotidiano,
en el cual sus participantes, hacían uso de la misma en situaciones, igualmente cotidianas y/o
particulares.
71
La propuesta pedagógica que mencionamos al inicio del capítulo, se encuentra igualmente
relacionada al contexto cotidiano, en éste caso, al de una comunidad estudiantil, en la cual
sus protagonistas, hacen uso de la ironía para relacionarse con los demás, logrando así un
mayor acercamiento y confianza entre los mismos.
Es posible que todos nos hayamos encontrado alguna vez en la situación de no saber
si la persona que tenemos delante habla en serio o bromea. Nuestra expresión de
vergüenza, acaba por dar lástima a nuestro interlocutor, y éste nos mira, nos sonríe, y
al final los dos terminamos riendo o burlándonos de nuestro equívoco. La ironía y el
sarcasmo forman parte de nuestra existencia desde etapas muy primitivas, tanto de
nuestro desarrollo personal como del desarrollo evolutivo de nuestra especie y de su
lenguaje. Con la ironía hacemos frente a las tristezas, a las situaciones que no nos
gustan, o simplemente, nos divertimos un rato. Porque la ironía –no lo olvidemos- es
un juego, lo practiquemos nosotros o lo practique el destino. Sin duda. Parece que la
ironía va unida a la inteligencia, o al menos, a una mente despierta y deseosa de jugar.
Y, como decíamos, la encontramos por doquier, y en las personas y sitios más
inesperados. Hace bien poco un funesto naufragio dejó como superviviente al único
marinero del barco que no sabía nadar, y, aunque el acontecimiento fuese obviamente
trágico ¿acaso no es esto una ironía del destino? Y es que la ironía parece perseguir y
rodear nuestras vidas. Cuando el político habla de la supuesta honradez de su
contrincante, ironiza; cuando, una joven comenta el aparentemente favorecedor
peinado de su amiga, lo hace también. La ironía es una alternativa distante, una forma
72
de tomarle el pulso a la vida, de reírnos de las circunstancias y de nosotros mismos
antes de que el destino juegue sus cartas definitivas.
Pensando en todo ello –o quizás sin hacerlo de manera especialmente consciente-
surgió nuestro interés por la ironía verbal. La propuesta nace gracias al encuentro de
personas de procedencias muy diversas y con formaciones sociolingüísticas distintas.
A continuación presentamos tres tipos de contextos; Los cuales servirán de apoyo,
para identificar la presencia de la ironía y detectar los ecos de las cuales proviene la
misma.
a. Contexto lingüístico o cotexto (lo que se ha dicho con anterioridad) veamos un
ejemplo:
Francisco es futbolista y su amigo Mario va a verlo a un partido.
Francisco: Presiento que hoy voy a jugar un buen partido
[Juega, mete un gol en su propia portería y lo expulsan por agredir a un rival]
Mario: Tenías razón: qué buen partido. Sin duda te ha salido.
b. Contexto situacional o escenario en el que se desarrolla el intercambio comunicativo
(decir ‘Un día perfecto para ir de excursión’ cuando llueve a cántaros)
c. Contexto sociocultural (aluden a las características sociales y culturales de un
determinado grupo de hablantes; por ejemplo, decir ‘Genial’ cuando alguien acaba de hacer
73
algo mal parece un enunciado irónico universal, pero decir ‘¡más sabe el diablo por viejo
que por diablo!’ es propio de un contexto sociocultural Pereirano).
Es fundamental hacer una distinción entre los enunciados orales y los texto escritos;
dicha separación nos llevaría a diferenciar dos tipos de ironía:
1. Ironía focalizada: “se produce en un enunciado concreto. Suele ayudarse de
indicadores lingüísticos específicos y está vinculada habitualmente al contexto
situacional y lingüístico, que es donde se localiza el enunciado que se menciona
ahora como eco de aquél” (Ruiz Gurillo et al., 2004: 236). Este tipo es más propio
de los textos orales.
2. Ironía continuada: “no aparece necesariamente en un enunciado concreto, sino a
lo largo de todo un texto. No siempre presenta indicadores lingüísticos específicos,
pero viene favorecida por un entorno irónico”. Es más frecuente en los textos
escritos.
La ironía no puede ser considerada sin tener en cuenta la importancia de la
situación en que se produce. No obstante, además de la situación comunicativa,
influyen otros factores, como son las expectativas del hablante, la incongruencia
entre esas expectativas y la realidad y la actitud negativa del hablante ante esa
incongruencia. Todo esto llevaría al hablante a usar enunciados irónicos,
74
contribuyendo así a crear implícitamente un entorno favorable a la interpretación
de dichos enunciados.
Algunos de estos conceptos, como las expectativas del hablante o la manifestación
implícita de un entorno irónico, pueden ayudarnos a diseñar actividades para
aprovechar las posibilidades de la ironía en el salón de clase.
Otro aspecto importante que cabe señalar es que si la comunicación en (muchas)
ocasiones falla cuando no hay un hablante que guíe correctamente al oyente o es
este el que elige un camino equivocado, no es difícil llegar a la conclusión de que
nuestra pareja del baile comunicativo se encuentra en una pista muy resbaladiza
cuando el que guía los pasos ostensivos ‘se arriesga’ a ser irónico. Para evitar una
caída el hablante deberá asegurarse de que da las suficientes pistas para que no se
pierda esa complicidad.
¿Cómo lo hace? Pues dependiendo de si lo hace oralmente o por escrito utilizará
unos u otros, pero siempre ofrecerá indicadores de la ironía, de los que hay tres
tipos (Padilla, 2005):
Fónicos: entonación irónica, silabeo, velocidad de emisión, el
volumen de la voz, las pausas…
75
Lingüísticos: signos tipográficos (comillas, negrita, cursiva,
mayúsculas), posición del adjetivo, sustantivos marcados,
unidades fraseológicas, reformulación, repeticiones, figuras
retóricas (hipérbole, lítotes, etc), palabras de alerta...
Kinésicos: gestos con las manos, guiños, miradas, sonrisas, risas,
posturas…
Puesto que éste capítulo está dedicado a la ironía verbal en textos escritos,( se
sugieren textos de literatura), en las actividades propuestas no vamos a tratar
indicadores como los fónicos o los kinésicos, sino que nuestra propuesta didáctica se
basará en los indicadores lingüísticos, especialmente. Para ello, a continuación
ofrecemos una lista no exhaustiva de dichos indicadores de ironía que podremos
incluir en nuestras actividades.
1. Como mandan los DIOSES.
2. Estar hecho un DESASTRE.
3. ELEVADO/A.
4. GAJES del oficio
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5. GANGA.
6. HERNIARSE.
7. LUCIRSE.
8. Ganarse la LOTERÍA.
9. LLEGAR lejos.
10. No tener PRECIO.
11. Si es ya es YA.
12. BRILLAR alguien por su ausencia.
13. No tiene PRESA mala.
14. Descubrir el agua mojada.
15. Ser el ALMA de la fiesta.
77
Con lo dicho hasta el momento, ofrecemos ahora, una serie de conclusiones, a modo de
principios metodológicos que tendremos presentes en nuestra propuesta didáctica; las cuales
esperamos sean de gran apoyo al docente, que dirigirá la actividad.
• La importancia de los tres tipos de contexto (contexto, situacional y sociocultural).
• La posibilidad de encontrar dos tipos de ironía (focalizada y continuada), que
podemos hallar en los textos orales o escritos.
• La ruptura de las expectativas del destinatario.
• La existencia de un entorno irónico que favorece la aparición y la interpretación de
la ironía.
• Aproximación didáctico- pedagógica de la ironía en el discurso
cotidiano.
Esta propuesta presenta un análisis de intercambios irónicos de la conversación
coloquial, (al interior de un aula de clase). En éste sentido, la ironía se concibe en
muchos casos como un mecanismo que favorece la solidaridad entre los participantes
y, en consecuencia, la coloquialidad. De hecho, la ironía en la conversación cotidiana,
78
no es de carácter estructural, sino principalmente social, por lo que se convierte en
una estrategia para la progresión conversacional.
A continuación se ofrece un listado de las actividades a realizar, los estudiantes van a
trabajar determinados indicadores de la ironía en la clase de castellano; así mismo,
como complemento necesario se incluyen preguntas de reflexión sobre el uso de la
ironía y su finalidad.
Por último, se cierra el capítulo con una propuesta de evaluación del curso que se
relaciona con esos artículos de opinión, mencionados al inicio del capítulo; y que
ofrecen al estudiante, un contexto apropiado en el que practicar libremente los
indicadores irónicos que se han visto durante las actividades.
El contexto de aplicación de las actividades propuestas es el de una clase de veinte
estudiantes, pertenecientes a la jornada nocturna.
Creemos que los alumnos adquirirán mejor la capacidad de detectar y utilizar la ironía
verbal en textos escritos si ofrecemos actividades relacionadas con funciones que
previamente se han presentado y practicado, y no de manera aislada y exclusiva. Por
ello, todas las actividades guardan relación con contenidos funcionales y gramaticales
ya tratados en clase.
Actividad 1: Titulares de periódico y las ironías de la vida
Objetivos:
79
1. acercar a los estudiantes a la ironía situacional (aunque no se manejan
indicadores lingüísticos propiamente irónicos, se señala la importancia del
contexto y de cómo las expectativas que tenemos a veces chocan con lo que
sucede en la realidad).
2. Relacionar la ironía con la actitud que podemos reflejar en nuestras opiniones
ante una situación irónica. Expresar valoración u opinión y justificarla.
Expresar acuerdo y desacuerdo.
Material: fotocopias con los titulares aquí incluidos y fotocopias con las oraciones
que completan la información por un lado; en la cara posterior de ambas, la parte
común.
Duración: 30 minutos.
Procedimiento:
a. En parejas: el estudiante A tiene los titulares; el estudiante B, la información
adicional. Sin mirar la fotocopia del otro, A lee el titular y B busca la frase
correspondiente (y viceversa) para relacionarlos (los titulares contienen gran
cantidad de información implícita, especialmente en lo que respecta a sus
protagonistas; el desarrollo de la actividad va aclarando esa información, aunque
para algunos personajes haría falta una presentación previa).
80
b. Se completan las oraciones con el marcador explícito “Es/Resulta irónico que”
al que le sigue la estructura “SUBJUNTIVO + porque/ya que/puesto que”.
c. A y B comentan la actitud que les provoca esa situación irónica con la
expresión o el verbo valorativo adecuado más la estructura anterior; la otra
persona muestra acuerdo o desacuerdo.
d. El profesor escribe en el tablero las expresiones: “ironías de la vida”, “las
vueltas que da la vida”, “cosas del destino”.
e. En grupo clase: se hace una puesta en común de los resultados y se pasa a
opinar y a mostrar acuerdo o desacuerdo con lo que se dice.
f. Se pide que recuerden situaciones que les han ocurrido a ellos o a otros, o
noticias irónicas de Colombia, su región, su ciudad, su barrio…
ESTUDIANTE A (tiene los titulares del periódico)
ESTUDIANTE B (la información adicional de la noticia)
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A continuación, se presenta un listado de construcciones en las cuales los estudiantes
deberán afrontar sus opiniones, y de acuerdo al contenido, identificar a que titular
pertenecen, y descubrir el indicador de la ironía.
- Fue apodado ‘El Insumergible’.
- Una de sus responsabilidades de su cargo es la de luchar contra la inmigración
ilegal.
- Es el enemigo público número 1 de EE. UU y el terrorista más buscado del
mundo.
- Es una organización que tiene como objetivo último la erradicación de la
pobreza.
- Fue responsable de decenas de asesinatos y dirigió un imperio de actividades
ilegales.
- Ese día se celebra el Día de los Derechos Humanos.
- Fue un famoso torero.
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Al Capone, detenido por evasión de impuestos
José Luis Gamarra, presidente de la ONG ANESVAD, detenido por apropiación
indebida de fondos
10 de diciembre: Muere Augusto Pinochet
Antonio Bienvenida muere tras ser golpeado por una vaquilla
Kofi Annan, acusado de colonialista durante su trabajo en la ONU
El director de la DGT confiesa que no tiene coche y que ha cometido “mil y una
incorrecciones”
Recuperan un antiguo anuncio de televisión en el que Diego Armando
Maradona prevenía de los riesgos de las drogas entre los jóvenes
El Titanic se hundió en su primera travesía
Descubierta la relación de colaboración entre Osama Bin Laden y la CIA
durante los años
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- Ha empezado programas de desintoxicación en numerosas ocasiones.
- Es el organismo que en España se encarga de las normas que regulan el tráfico
y la circulación de vehículos.
ESTUDIANTES A Y B
1. Completar las siguientes oraciones; recuerda que para estas expresiones valorativas
en español utilizamos el subjuntivo (en presente para hechos actuales; en imperfecto
para hechos pasados).
Ejemplo:
Es/Resulta irónico que un incendio destruya una estación de bomberos, porque/ya
que/puesto que se supone que deberían tener medios para combatirlo.
1. Intercambiar sus opiniones sobre esas noticias.
Ejemplo:
- A mí realmente me parece irónico que ocurra esto.
- ¡Qué va! Es indignante que una estación de bomberos esté tan mal dotada. Y los
bomberos, ¿qué hacían? Imagínate si se quema tu casa y van ellos.
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- No es para tanto. Para mí hasta tiene algo de gracioso.
Actividad 2: Busca a tu pareja irónica
Objetivos: acercar a los estudiantes a la ironía verbal en español a través de
indicadores lingüísticos irónicos. Describir situaciones (reales o imaginadas) y
escribir diálogos. Reflexionar sobre la finalidad con la que se utiliza la ironía.
Reflexionar sobre su propia relación con la ironía y sobre qué indicadores se utilizan
en su lengua.
Material: cinco fotografías, y cinco tarjetas que llevan parte de un diálogo escrito con
un indicador irónico que ellos no conocen.
Duración: 90 minutos.
Procedimiento:
a. Individualmente: la mitad de la clase recibe una fotografía que deberá describir
por escrito y en la que deberá incluir un diálogo (parcialmente dirigido por el
profesor);
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la otra mitad de la clase recibe una tarjeta con un diálogo para el que deberán
escribir la situación en la que imaginan que tiene lugar (dónde se produjo, cuándo,
quiénes hablan).
b. Una vez hecho esto, los estudiantes buscan a su pareja: no se puede enseñar la
fotografía; esta parte de la actividad es oral.
c. En parejas: cada uno comenta lo que había pensado y escrito en el primer paso de
la actividad y responden a las preguntas propuestas.
d. Grupo clase: las parejas exponen las situaciones y los diálogos que justifican que
se hayan juntado y comentan qué era lo que habían pensado en un primer
momento. El profesor escribe en el tablero los indicadores irónicos que han
aparecido.
e. El profesor escribe en el tablero la palabra ‘Ironía’ como paso previo a realizar el
cuestionario.
f. En parejas: se preguntan unos a otros hasta completar el cuestionario.
g. Grupo clase: puesta en común; el profesor escribe alrededor de la palabra ‘Ironía’
las ideas que vayan surgiendo.
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MATERIALES PARA ‘A’
Dos amigos vuelven a casa en carro. Alberto quiere regar las plantas que compró con
Cristina.
Pepe está esperando a Jorge para empezar un partido de fútbol.
Carlos es el de la foto; Raúl acaba de llegar con la maleta. Javier habla con Laura
sobre lo que le ha pasado.
MATERIALES PARA ‘B’
- Laura, querida, luego me quitas esto de la camisa.
- Claro, hombre; estás manchado.
- Vaya caminito nos espera.
- Creo que por fin ha llegado el momento de regar las plantas.
- Sí, a buena hora.
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- Vamos a jugar ya; me encanta hacer deporte.
- Ya te veo; gran deportista eres tú.
- Carlos, ayúdame a subir la maleta a la habitación.
- Es que acabo de subir la mía.
- Tienes razón; no te vayas a herniar ayudándome.
PREGUNTAS PARA ‘A’ Y ‘B’
1. ¿Qué había pensado tu compañero? ¿Han coincidido en algo?
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________
2. La situación y el diálogo: ¿eran los que esperabas? ¿Qué diferencias hay?
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________
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3. ¿Qué palabras o expresiones creen que chocan con lo que realmente sucede?
¿Quién las utiliza?
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________
4. ¿Por qué creen que esa persona utiliza esa forma de hablar y no otra más directa?
¿Piensan que muestra alguna actitud concreta al hablar de esa manera?
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________
5. ¿Y el resto de la clase? ¿Qué otras expresiones han aparecido?
CUESTIONARIO “¿ES IRÓNICO MI COMPAÑERO?”
Una persona con la que nunca serías irónico:
______________________________________
¿Por qué?
_________________________________________________________________
_
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Una situación en la que nunca serías irónico:
______________________________________
¿Por qué?
__________________________________________________________________
4. ¿Para qué sueles utilizar la ironía?
Para criticar Para bromear Para mostrar mi opinión Para esconder lo que
pienso
Otros: ___________________________
5. En la actividad han visto ejemplos del español. ¿pueden escribir todas las palabras
y expresiones de este tipo (se llaman ‘indicadores de la ironía’) que se les ocurran y
pensar en las situaciones en que se usan (quién, cuándo, dónde, para qué)?
Ejemplo:
“no te hernies” → se usa para criticar a alguien que no hace algo porque se queja de
que requiere mucho esfuerzo o de que está cansado, pero en realidad no tiene ganas
de hacerlo y se quiere librar de hacerlo
__________________________________________________________________
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__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
1. ¿Con qué frecuencia utilizas la ironía en tu vida cotidiana?
2. Nunca Pocas veces A menudo Siempre que puedo
Otros: ___________________
3. ¿En qué situaciones utilizas más la ironía?
Con la familia En el trabajo Entre amigos Con desconocidos
Otros: __________________________
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Actividad 3: La ironía verbal en contexto
Objetivos: formular hipótesis sobre el significado de los indicadores. Presentar
algunos indicadores de la ironía. Reconocer las situaciones en que pueden aparecer.
Material: fotocopias con las situaciones; fotocopias con la ficha para recoger los
indicadores.
Duración: 45 minutos.
Procedimiento:
a. En parejas: leen las situaciones y formulan hipótesis acerca de su significado.
b. Grupo-clase: se ponen en común los resultados y se completa la ficha.
MATERIAL PARA ‘A’ Y ‘B’
Dímelo con ironía y sabré lo que quieres decir
[Situación 1]
David y Alberto viven juntos en un residencia de estudiantes. Esta noche van a
celebrar una fiesta en su apartamento y tienen que ir a comprar.
DAVID: ¿Hiciste la lista de la compra, como te dije?
ALBERTO: Sí, toma, aquí está.
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DAVID: A ver qué hay. ¡ay Dios¡ qué faltas: ‘hielo’ se escribe con hache y
‘servilletas’ es con uve.
ALBERTO: Ay, perdona por no ser tan leído y escribido como tú.
Lo que dice:
__________________________________________________________________
Lo que quiere decir:
____________________________________________________________
[Situación 2]
Alberto y David están en el supermercado.
ALBERTO: Oye, tenemos que comprar la bebida esa.
DAVID: ¿A qué te refieres? ¿Qué bebida?
ALBERTO: Sí, hombre; esa que bebimos en una fiesta, que tenía un dibujo de una
cosa así en la botella y ponía algo en idioma extraño o con números o algo.
DAVID: Hombre, te expresas como un libro abierto; vamos a la sección de bebidas y
a ver si la ves, porque con tu explicación…
Lo que dice:
__________________________________________________________________
Lo que quiere decir:
____________________________________________________________
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[Situación 3]
David y Alberto están en casa preparándose para la fiesta.
ALBERTO: Hey, David, déjame un poco de gomina, que se me acabó.
DAVID: Claro, hermano, toma. Échate sin problemas.
ALBERTO: ¿Y un poco de tu perfume también?
DAVID: Sí, hombre. ¡Y una limonadita de mango! ¿Es que no sabes lo costoso que
es? No, no; hoy sales sin perfume.
Lo que dice:
__________________________________________________________________
Lo que quiere decir:
____________________________________________________________
[Situación 4]
Hace un par de horas que ha empezado la fiesta en su apartamento; son las dos de la
mañana. De repente, tocan el timbre.
ALBERTO: Qué raro, pensaba que estábamos todos aquí.
DAVID: Ve a ver quién es.
(Mira por el ojo) ALBERTO: ¡Es la policía!
DAVID: La embarramos. Rápido, quita la música y pon cara de chico bueno.
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Lo que dice:
__________________________________________________________________
Lo que quiere decir:
____________________________________________________________
[Situación 5]
David y Alberto, en la inspección.
DAVID: Tenemos un gran problema. No deberías haber traído a tanta gente a casa.
ALBERTO: No, si ahora la culpa va a ser mía.
DAVID: Pues sí; además, ponías la música durísima. Seguro que despertaste a todo el
barrio.
ALBERTO: Pero si estuve toda la fiesta en la otra punta del salón.
DAVID: Sí, dándole golpes a la pared del vecino.
ALBERTO: ¡Qué pesado eres! Estamos sentenciados a muerte. Voy a sentarme en
aquella silla a ver si así no discutimos.
Lo que dice:
__________________________________________________________________
Lo que quiere decir:
____________________________________________________________
Indicador de la ironía:
_______________________________________________________________
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Se usa para
_________________________________________________________________
_____
Ejemplo:
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
__________________________________________
Indicador de la ironía:
_______________________________________________________________
Se usa para
____________________________________________________________________
____
Ejemplo:
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
__________________________________________
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Indicador de la ironía:
_______________________________________________________________
Se usa para
____________________________________________________________________
____
Ejemplo:
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
__________________________________________
Indicador de la ironía:
_______________________________________________________________
Se usa para
____________________________________________________________________
____
Ejemplo:
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
__________________________________________
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Indicador de la ironía:
_______________________________________________________________
Se usa para
____________________________________________________________________
____
Ejemplo:
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
__________________________________________
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CONCLUSIÓN
En relación con la propuesta didáctica hemos creído conveniente, a diferencia de
cómo se ha tratado en algunos de los materiales y manuales analizados, no aislar el
fenómeno pragmático de la ironía, sino relacionarlo con otros contenidos funcionales,
ya que, por definición, los enunciados irónicos tienen una determinada finalidad
dentro de los intercambios comunicativos concretos. Esto es, asimismo, un intento de
señalar la importancia del componente pragmático en el salón de clase, que no
siempre recibe la atención que merece. Como se ve en las actividades, estas son
perfectamente aplicables a cualquier contexto de enseñanza, y las posibilidades de
adaptación son tantas que invitan a cualquier profesor a introducir las variaciones o
mejoras que estimen más oportunas y más adecuadas a sus intereses, al objetivo de
sus cursos y a las necesidades de sus estudiantes. Sin embargo, nos parece importante
tener en cuenta determinados conceptos mínimos que resultan determinantes para la
elaboración y diseño de actividades de este tipo, como son la importancia de los tres
tipos de contexto (cotexto, situacional y sociocultural), la división de la ironía en dos
tipos (focalizada y continuada), el choque entre lo que el destinatario espera y lo que
realmente recibe, la existencia de un entorno irónico que ayuda a la interpretación de
las intenciones del emisor y la presencia de determinados indicadores específicos del
español que colaboran en la creación y comprensión del tono irónico de un texto oral
o escrito.
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Por todo esto, y a la espera de nuevos estudios y aportaciones, tanto teóricas como
prácticas, que iluminen el camino del desempeño de nuestra labor, deseamos haber
cumplido con la intención de aportar nuestro granito de arena a este tema.
100
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