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1 1 G 2 .1.

¡Q^^-^^AAA^ r f?^> ry -'^AA^e©©!

EL TEATRO.

COLECCIOS

OE OBRAS DRAMÁTICAS V LÍRICAS.

UN RETRATO A QUEMAROPA,

JUGUETE CÓMICO EN UN ACTO, Y EN PROSA.

1I4DRI».IMPRENTA DE JOSÉ RODRÍGUEZ, FACTOR, N. 9.

.'.'Uní;. i»SO.

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PUNTOS DE VENTA.

Madrid: tibreriade Cuetla, caite de Carrela»^ n. 9,

PROVINCIAS.

Albacete.

Alcoy.Algeciras.Alicante.

Almería.

Aranjuez.Avila.

BadajozBarcelona .

Bilbao.

Burgos.Cáceres.

Cádiz.Castrourdiales .

Córdoba.Cuenca.Castellón.

Ciudad-Real.Coruña.

Cartagena.Chiclüna.

Ecija.

Figueras.Gerona.

Gijon.Granada.

Guadalajara.Habana.fíaro.

Huelva.Huesca.Jaén.

Jerez.

León.Lérida.

Lugo.Lorca.

Logroño.hoja.

Válaga,Matará.

Murcia.

Pérez.

V.de Martí c hijos.

Almenara,fbarra.

Alvarez.

Prado.Rico.

Orduña.Vinda de Majol,Asluy.Hervias.

Vállenle.

V. de IVIoraleda.

Saenz Fálcelo.

Lozano.Mariana.Gutiérrez.

Areliario.

García Alvarez.Muñoz García.

Sánchez.García.

Conté Lacoste.

Dorca.

Sanz Crespo.Zamora.Oñana.

ChariainyFernz.Quintana.Osorno.Guillen.

Idalgo.Bueno.Viada de Miñón.Zara y Suarez.

Pujol y Masía.

Delgado.Verdejo.Cano.Cañavate.Abada!.Hermanos de An-

drion.

Motril.

ManzanaresMondoñedo.Orense.

Oviedo .

Osuna.Falencia.

Palma.

Pamplona .

Palma del Rio .

Pontevedra.Puerto de Santa

María.Puerto- Rico.Reus.

Ronda.Sanlucar.S. FernandoSta. Cruz de

nerife.Santander.

Santiago.Soria.

Segovia.S. SebastianSevilla.

Salamanca.

Scgorbe.Tarragona.Toro,toledo.

Teruel.

Tuy.Taíavera.Valencia.

Valladolid.

Vitoria.

Villanueva y Gel-

Ballesteroá.

Acebedo.

Delgado.Robles.Palacio.

Montero.Gutiérrez é hijos-.

Gelabert.

Barrena.Gamero.Cubeiro.

Va iderrama.

Márquez.Prins.

Gutiérrez.

Esper.Meneses.

Te-

Ramírez.

Laparle.Escribano.

Rioja.Alonso.GarraUia.

Alvarez y Comp,Huebra.Clavel.

Aymat.Tejedor.Hernández.Castillo.

Martz. delaCriíz.

Castro.

Moles.

Hernainz.

Galindo.

trú.

Ubeda.Zamora.

Zaragoza.

Magín Beltran ycompañía.

Treviño.Calamita.

V. Andrés.

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m RETRATO A QUEMAROPA.

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ÜN RETRATO Á QUEMAROPA,

JUGUETE CÓMICO EN UN ACTO,

OHIGIMAI PE

BOM EMILIO ALITABEZ.

Estrenado en el teatro del Circo el dia 18 de Marzo de 1859.

MADRID.¡MrKKN'IA UE JOSÉ UODRIGUEZ, KAClOll, 9- . ^

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La propiedad de esta comedia perteneced D. Ma-nuel Guerrero de Luna y Nuñez

,ti nadie podrá sin

su permiso reimprimirla ni representarla en los tea-

tros de España y sus posesiones, ni en los de Francia

y las suyas.Los corresponsales de la galeria dramática y lirica

titulada El Teatro,son los encargados exclusivos

de la venta de ejemplares y del cobro de derechosde representación en todos los puntos.

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Á MI QUERIDO ÁLYARO OMIL.

¿le acuerdas ,mi buen Alvaro ,

del dia en que leíste el

borrador de este pobre juguete? Fué tanto lo que su lec-

tura te agradó (y eso que eres muy descontentadizo),

que formaste decidido empeño en conservarle eterna-

mente contigo. Tú sabes por qué aquel borrador salió de

tus manos , y cómo y por qué le di al teatro. Hoy , quetan insignificante obra

,favorecida por el público, se vé

en letras de molde, te la dedico,no por su escasísima

importancia, sino porque juntos conservemos un recuerdo

de la época en que fué escrita.

TU APASIONADO

CJlHll

G06952

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PERSONAJES. ACTORES.

ENRIQUETA Doña Amalia Gutiérrez.

RAMONA,

Dona Felipa Orgaz.

RAMÍREZ,,,.;.

........ D. Mariano Fernandez.

EDUARDO :'. /. í D. José María García.

PAQUITO D. Serafín García.

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ACTO ÚNICO.

Galería de un fotúgrafo, que figura prolongarse hacía la izquierda del ac-

tor: a la derecha dos puertas: otra en el foro: en el centro de la escena

un bastidor de fondo y un sillón.

ESCENA PRIMERA.

RAMÍREZ, PAQUITO.

Paq. Si, amií,'o Ramirez, esla conquista afianza mi reputa-ción de calavera. El marido en cuestión es mi cuarta

víctima.

Ram. Asi será; pero amigo mío, yo soy un hombre que respetaen alto grado los preceptos de nuestra santa religión.

Paq. ¿Qué quiere usted decir con eso?

RaíM. Nada: que excuse usted liacernie confidente de sus de-

vaneos.

Paq. Lo que os en esla ocasión me es imposible complacer-le: ella misma me envia á usted. . -i

Ram. ¿Ella?

Paq. Ni mas ni menos; y si no, oiga usted su carta.—«Pa-

quito: hoy á las doce le espero á usted en el gabinetedel señor Ramirez, donde de acuerdo con él, concerta-

remos los medios de llevar acabo nuestro propósito.»Ram. (Sacando otra carta y cotejando.) No hav duda, 0.3 SU letra,

la misma. . '(i/.-

Paq. ¿Pues qué? ¿También le ha escrito á usted?

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— 8 —Ram. No hace una hora que vino un criado con esta esquela.

«Amigo Ramírez: disponga usted lo necesario para ha-

cer dos retratos. Seria conveniente que le encontrara

solo en su gabinete á las doce de hoy.» (paseando agita-

do.) ¡Qué compromiso, Dios mió, qué compromiso!PaQ. ¿Cuál? (Siguiéndole.)

R.\M. No me llega la camisa al cuerpo. ¡Ay, si mi mujer la

encuentra en casa! ¡Ay, siel marido me sorprende con

ella!

Paq. Pero hombre, ¿se ha vuelto usted loco?

Ram. ¿y cómo me niego á servirla? Imposible de todo punto.

¿Cómo he de cerrar las puertas de mi casa á una se-

ñora á quien tantos beneficios debo?

Paq. Pero señor, ¿á qué vienen esos gestos? ¿Qué le sucede?

Ram. Me sucede...—Escuche usted, hombre, escuche usted.

Paq. Ya escucho.

Ram. Sepa usted que he tenido la suerte de casarme con una

mujer mas temible que una pantera de Java.

Paq. ¿y á eso le llama usted suerte?

Ram. No me interrumpa usted.—Hace unos diez dias, vino

cierta señora á retratarse. Yo, sin intención, por su-

puesto, tuve la debiliilad de dirigirla cuatro frases al-

mibaradas, y ella, al despedirse, me ofreció su casa.

Apenas quedé solo, cuando mi mujer, que me acecha-

ba, se abalanza á mí, y á dicha tuve salir del lance con

una docena de pellizcos, cuyas señales espero que du-

ren tanto como mi desdicha.

PÁQ. Pero todo eso áqué viene...

Ram. Á que desde ese día no pasa mujer viviente los umbra-

les de mi casa: orden dada por la mía, y que hace ob-

servar rigurosamente. Ahora comprenderá usted por quéme aflige y me desespera que doña Enriqueta quieravenir hoy á aqui.

Paq. Pero hombre, la pretensión de su mujer de usted es

en extremo ridicula.

Ram. Tal me parece á mí. Pero me guardaré muy bien de

desobedecerla, al menos por unos dias, y como al mis-

mo tiempo nada puedo negar á la persona que le en-

vía á usted ..

Paq. ¡Pobre Ramírez! Le compadezco.Ram. ¡Ah! Pues no es eso todo: soy aun mas desgraciado de

lo que usted piensa.

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— 9 —Paq, Sepamos.Ram. Tengo también la fortuna da inspirar celos al marido.

Paq. ¿Usted?Ram. Sucede, pues, que tengo una afición decidida al tea-

tro, que me lleva casi tndas las noches al del Circo,

donde están abonados doü Kduardo...

Paq. y mi Enriqueta, ya losé

Ram. Dichaséñora ha llevado su amabilidad hasta el extre-

mo de ofrecerme varias noches sitio en su palco.

Paq. Si, ya le he visto á usted.

Ram. Él ha dado á todos estos favores una interpretación in-

conveniente: sin duda ci'ch quo hago la corte á su mu-

jer, porque anoche á la snüila del teatro me dijo con

aspecto amenazador: «¡Si vuelve usted á entrar otra

noche en el palco, le ahogo! » ¡Le ahogo! Y se conoce

que es hombre capaz de cumplir lo que ofrece.

Paq. No tenga usted cuidado, Raniirez; aqui estoy yo para-I vengarle.

¿Usted?Justo: yo la amo; ella me ama...

Pero, hombre, ¿está usted seguro?

¿No he de estarlo? ¿Pues no acaba usted de leer...

Sin embargo, eso no prueba...

¡Bah! Estoy convencidísimo de su cariño. Y me alegro:

esperaba recibir esta última prueba para dirigirle al

marido cierta misiva que le haga levantar en alto.

¿Será usted capaz?

¡Pues no! Aqui la traigo escrita, y ahora mismo voy á

enviársela.—Dice asi : «Señor mió; Tiene usted por es-

posa un ángel que no merece; y le advierto que, ó cesa

de tiranizarla con sus ridículos celos, ó se las habrá con

quien es mas digno de su amor que usted.»

Pero, hombre, eso es un cohete á la congreve. ¿Y será

usted capaz de enviárselo?

Andandito. Pero ya son mas de las doce y Enriqueta no

viene. Temo que su mujer de usted la haya visto en-

trar.

No : he puesto en acecho un criado de toda mi con-

fianza...

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— 10 —

ESCENA II.

LOS MISMOS, ENRIQUETA.

Enr. Buenos clias, Ramírez.

Paq. Ya me tenia n?ted impaciente, hermosa de mis ojos.K.NR. (a Ramírez.) Ya sabrá usted á qué vengo.Ram. Estoy á sus órdenes.

Ejír. Pues no perdamos tiempo: disponga usted lo necesario.

Yá usted á retratarme.

Ram. Con mucho gusto. (¡Ay, ay, ay! ¡Pobre don Eduardo!)Paq. Ya veo, hermosa Enriqueta, que solo yo poseo su co-

razón.

Enr. ¿Cómo pudiera negarlo?

Paq. Por supuesto. Bien su presencia en esta casa lo acre-

dita.

E>R. Solo para que conserve usted memoria de mí, he veni-

do á casa del señor de Ramírez.

Paq. ¡Qué felicidad! ¿Vá usted á retratarse, y para mí? ¡Soy el

amante mas venturoso! ¿Supongo que mi retrato no se

separará jamás de su lado?

Enr. Ese es mi deseo; pero ¿cómo sustraerle á los celos de

mi marido? Si llega á verle, si le conoce á usted, es ca-

paz de quemarle en efigie.

Paq. Infeliz de él si tal hiciera : le atravesaba de una esto-

cado..

Enr. (¡Pollo mas estúpido!) No, Paquito, no es necesario...

he pensado un medio que lo concilla todo.

Paq. ¿Cuál?Enr. ¿Conserva usted el caprichoso traje con que me dio bro-

ma en el Prado este último carnaval?

Paq. ¡Ah! Si: mi traje de polichinela, con careta de papaga-yo, que tanto llamó la atención de las bellas.

Enr. Justamente. Pues bien, asi vestido, mi esposo no podrá' ''

conocerle á usted en el retrato, y yo podré llevarle con-

migo á todas horas.

Paq. ¡Oh! ¡Pere^rhia idea! Vamos, está visto. Son el demoniolas mujeres para inventar,

Enr ¿y qué medios no sugiere el amor?

Paq. Es que este es ingeniosísimo. ¡Divina! ¿Me amas mu-

cho, no es verdad? Te lúteo, debo tutearte: y tú ¿quer-

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^li-ras tú tutearme?

Enr. Si, Paquito ;nio.

Paq. ¡Jé, jé, jé! ¡Hechicera! ¡Soy dichoso! Voy corriendo porel traje. (Y de paso á enviar al marido esta carta.) Adiós,

Serafín mió. (Vamos, está visto: no hay mujer que se me

resista.)

ESCENA III.

ENRIQUETA, RA.MIREZ.

Enr. Como lo pensé: bien segura estaba de su necedad.

Ram. Cuando usted guste, señora. (Saliendo.)

Enr. Bien. Cuento con su silencio. No diga usted á nadie, ni

á mi marido, el motivo que me trae á su casa. Le pre-

paro una sorpresa agradable.

Ram. Ya, ya estoy. (¡Agradable! ¡Pobre don Eduardo!)

Enr. ;,Á que sé en qué está usted pensando?Raji. ¿Yo? En nada, señora.

Enr. Si : piensa usted que he hecho muy mal en disponer de

su casa para una cita que hace aparecer algo sospechosa

mi conducta.

Ram. ¡Oh! No, señora; al contrario...

Enr. Si tal: sé que debo á usted una explicación, que no

tardaré en darle.

Ram. No es necesario : ya sabe usted que yo... (¡Pobre don

Eduardo!)Enr. Pues vamos. ¿Qué actitud le parece á usted que debo

tomar?

Ram. En todas ellas estará usted encantadora.

Enr. Gracias. ¿Estoy bien asi?

Ram. Perfecta:nc:ite. (Desaparece, examinándola detenidamente. A

muy poco tiempo aparece Ramona en el foro y se oculta tras el

biomljo.)

Ramona. ¡Qué veo! ¡Una mujer! ¡Ah infame,libertino! ¡No eran

vanas mis sospechas! Pero por fln te he cogido , bribón,

y lo que es esta vez no te has de reir de mi impune-mente.—¿Qué haré? ¿Los descubro? No. Esperaré áqueella se vaya, y entonces...

Enr. ¿Está ya?

Ram. (Trae una caja.) Si.

Enr. Pues me voy, no sea que me haya visto mi marido y

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— 12 —sospeche...

Ramona. (¡Es casada! ¡Qué infamia!)Enr. No tardaré en volver. Cuento con su silencio.

Ram. ¡Oh! No hay cuidado.

Ramona. (¡Qué desvergüenza!)Enr. Hasta luego.Ram. Fie usted en mi discreción, doña Enriqueta.

ESCENA IV.

RAMÍREZ, RAMONA.

Ram. Pues, señor, fijos son los toros : positivamente aqui hay

algo. ¡Pobre marido!

Ramona. Pobre marido, ¿eh? ¡Tunante!Ram. ¡Ay, mi mujer! ¡Me he divertido!

Ramona. (Poniéndose en jarras.) Señof de Ramirez, ¿supongo que

no pensará usted continuar viviendo en esta casa?

Ram. ¿Volvemos otra vez á los celos? ¿á tus ridiculas sospe-chas?

Ramona. ¿Sospechas? No son sino realidades, ¡monstruo! Y si no,

¿cómo me explica usted su vil conducta? ¿Quién es esa

mujer? ¿Á qué ha venido?

Ram. Ha venido... No puedo decirte á lo que ha venido.

Ramona. Pero ¿quién es?

R.\M. No sé: no la conozco.

Ramona. Mentira: tú sabes que es casada. Tú compadeces á su

marido. Dime por qué le compadeces; dilo.

Ram. Toma. . le compadezco... porque...—Señora doña Ra-

mona, ¿sabe usted que sus preguntas son altamente ri-

diculas?

Ramona. ¡Magnífico! ¿Me crees ridicula? ¡Aun te atreves á lla-

marme ridicula, hipócrita! (Pellizcándole.)

Ram. ¡Eh! ¡Cuidado! ¡Las manos quietas!

Ramona. ¡Aun te atreves á pegarme, insolente!

Ram. ¡Doña Ramona, basta de insultos; mire usted que meestá ahogando la rabia!

Ramona. ¡Y aun se atreve á amenazarme! ¡Y aun se atreve á

mirarme cara á cara! ¡Baje usted esos ojos; baje usted

esos ojos le digo!

Ram. ¡No me dá la gana! Vaya, hombre, ¡pues no faltaba mas!

Ramona. ¡Señor Ramirez!

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— 13 —Ram. ¡Doña Ramona!

Ramona. ¡\y, ay! ¡Yo me pongo muy mala! ¡A mí me va á dar

algo!

Ram. ¡Adiós! El patatús de costumbre: vamos, Ramoncita,

sosiégate.

Ramona. ¡No quiero: no quiero sosegarme. Lo que quiero es sa-

carte los ojos!Ram. ¡Caracoles! Modérese usted, señora, y yo le explicaré...Ramona. ¡Embustero! En vano tratas de engañarme: no te creeré

ni una palabra.Ram. ¡Voto á mi nombre!Ramona. ¡Yo tengo la culpa, yo. Por mi bondad, por mi condes-

cendencia, abusa usted tan cruelmente de mi excesiva

confianza!

Ram. Cabal: si tu eres muy bondadosa, muy condescendiente,

y muy confiada, y muy...Ramona. ¡Me estás haciendo burla, cocodrilo!

Ram. ¡No me toque usted, señora! (Huyendo.) No rae toq... (ai

llegar á la puerta del foro tropieza con Eduardo, que le dá una

fuerte palmada en el hombro.) ¡Ay!

ESCENA V.

EdUAR. ¡Caballero! (Con una carta en la mano)Ram. (¡El marido! Esta es mas negra.)Euard. Aqui me tiene usted.

Ram. Sea usted muy bien venido. ¿Puedo saber?...

Eduar. ¿a qué vengo? Voy á decírselo á usted. Vengo á levan-

tarle á usted la tapa de los sesos: á eso nada mas.

Ram. ¡Hombre, y se ha molestado usted por tan poca cosa!

Ramona. ¡Ahí ¡Qué sospecha! ¿Es usted acaso el marido?

Eduar. ¿Eh? ¿Qué es eso de marido? ¿El marido de quién?Ramona. ¡De la infame que he sorprendido aqui hace poco con

ese bribón!

Eduar. ¡Cómo! ¿Mi mujer ha estado en esta casa?

Ram. No, señor. No lo crea usted.

Eduar. Dígame usted las señas de esa mujer.Ramona. Alta: unos veintidós años: pelo castaño.

Ram. ¡Qué disparate! Si esta es rubia.

Ramona. Se llama Enriqueta.

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Eduar.

Ram.

Ramona.

Ram.

Ramona.

Edüar.

Ramona.

Ram.

— 14 -

(Aconiciiúndoie.) ¡Enriqueta! ¡Es ella! ¡Miserable!

Poco á poco, señor mió. (Huyendo.)

¡Duro! ¡Duro!

¡Víbora!

¡Desuelle usted á ese hipócrita!

A ver, péñora; déjenos usted solos.

En usted coníio: póngamele usted

guante.

i

mas blando que un

Ramona!

Ramona. Yaya usted enhoramala, libertino.

ESCENA Vi.

RAMÍREZ, EDUARDO.

Ram. ¡Por vida del que ató á Cristo!

Edüar. Lea usted eso. (Presentándole la carta.)

Ram. (¡Santa Bárbara! ¡La carta de Paquito! ¡y ese pollo se

ha atrevido!...)

Eduar. ¿Se ha enterado usted ya?Ram. Si, señor; estoy perfectamente enterado de todo: sé que

ha habido un insolente que se ha atrevido á dirigir á

usted esa... barbaridad.

Edu.\r. Muy bien. ¿Con que usted confiesa que el autor de es-

ta... barbaridad, es un insolente?

Ram. ¡Ah! Si, señor: un insolente... sumamente... impru-dente.

Eduar. Y también convendrá usted en que no debo dejar im-

pune...Ram. Ño, señor: ese... atrevimiento... merece un escarmien-

to... sangriento... en el momento.

Edüar. Y'a lo vé usted. El villano no íirma. Pero estoy segurode encontrarle.

Ram. ¡Yaya! Yo lo creo. En buscándole bien, de seguro le

topa usted.

Edu.^r. ¡Eli!

Ram. Nada, hombre, nada: apenas es usted malicioso.

Eduar. (¡Tunante!) ¿Qué opina usted que debo hacer con él?

Ram. ¡Pss!

Eduar. Descuartizarle, ¿verdad?

Ram. ¡Ave Maria Purísima! Hombre, tanto como eso... (Po-

bre Paquito.) Yo creo... que con cortarle... una pierna

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— 15 -

sea suficiente...

(Le voy á ahogar!) Supongamos que yo me encontrara

aqui frente á frente con el vil autor del anónimo; yo

deberla ahogarle, verdad? Pues eso es lo que voy á ha-

cer con usted ahora misaio.

(Huyendo) ¡Cabailcro, usted se estralimita! usfed tras-

pasa las regias...

¡Lo que te voy á traspasar de parte á parte es el cora-

zón, hombre vil!

Usted está errado, señor mió. Repito que traspone usted

las vallas de la buena crianza al embestir conmigo de

ese modo.

¡Miserable!

Refrene usted esa bravura, cahallero: yo le explicaré...

Nada de explicaciones: dentro de un instante estaré

aqui con dos pistolas; usted rae seguirá, y juro á mi

nombre, que he de vengar con su sangre tamaña in-

juria.

¡Pero hombre de Dios, si yo estoy inocente de toda

culpa! ¡Si yo no soy el autor de ese escrito!

¡Y lo niega el cobarde!

Sepa usled que hay de por medio un tal Paquito; un

ente antipático que se permite hacer arrumacos á su

mujer de usled. Pero ella le desprecia, si señor: ella...

¡Si vuelve usted á nombrar á mi mujer ,le aplasto co-

mo á un insecto!

Es que ha sido ese mequetrefe el que...

¡Basta!

Porque yo soy incapaz...

¡Calle usted!

Yo respeto mucho los vínculos...

¡Silencio!

Cómo habia yo de propasarme...

¡Silencio he dicho!

¡Canastos! Déjeme usted hablar, santo varón.

¡Cá! No, señor. No hay para qué. Sé hasta qué punto es

villano su proceder; bien su anterior conduela lo acre-

dita.

No merezco esos insultos: óigame usted, y...

Vuelvo en seguida.

Pero hombre...

Quieto aqui: pronto nos veremos, señor mió.

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- IQ-

ESCENA VII.

RAMIKKZ. Queda inmóvil un momento: de pronto coge una silla y la arroja

, con furia á la puerta por donde se fué Eduardo.

¡Toma! ¡Antropófago! ¡Si llega á detenerse un instante

mas le rompo el cráneo de un silletazo! Pues señor,

¡heme aqui colocado entre dos fieras á cual mas temi-

bles! Por un lado mi mujer, una pantera cuyas zarpaslio me dejan hueso sano. Por otro, un tigre carnívoro

que se promete devorarme dentro de cinco minutos. ¡Y

qué hacer, Dios mió! Ese Eliogábalo "va á volver, y es

muy capaz de descerrajarme un tiro si me niego á se-

guirle. Necesito hablar con doña Enriqueta. Si, al mo-

mento. La llamaré desde la ventana que dá al patio.

ESCENA VIII.

RAMÍREZ, PAQUITO con un lio.

Paq. Aqui me tiene usted, Ramírez.

Ram. ¡Hola, amiguito!

Paq. He corrido como un gamo.Ram. ¡Venga usted acá, joven sin pudor!Paq. ¿Qué hay de nuevo, Ramírez?Ram. Conque ha tenido usted la audacia de enviar á don

Eduardo...

Paq. ¿Qué? ¿Ha recibido el papel? ¿Le ha leído?

Ram. Si, señor.

Paq. ¿y estaría furioso? ¡Jó, jé, jé! Me alegro. Asi es como

hay que tratar áesos entes que tiranizan al sexo débil.

Ram. ¿Pero hombre de Dios, está usted con esa frescura,cuando el otro ha ido en busca de las pistolas, y no tar-

dará en volver?

Paq. ¿Para qué?Ram. ¡Pss! Para nada. Para que den mis sienes paso franco á

una onza de plomo.Paq. ¡Ah! ¿Según eso, sospecha de usted? ¡Jé, jé, jé! Tiene

aun mas gracia el lance...

Ram. ¡y se ríe el muy títere!

Paq. No tenga usted cuidado, aqui estoy yo para defenderle.

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— 17 —Pero liasla tanto, indíqueme usted una habitación en

donde pueda transformarme al instante.

¿Transformarse? ¿Y en qué se vá usted á transformar?

Ya lo verá usted. Vamos, vamos, no hay tiempo queperder. Enriqueta no debe tardar en venir.

¡Ay, doña Enriqueta de mis pecados, y cómo me haces

purgar cuantos he cometido!

Aquiestá ya. (Desde el foro.)

¡Dios me asista! No andará lejos mi mujer: pongámo-nos en guardia para evitar el primer zarpazo .

ESCENA IX.

EÍTOIQUETA, PAQÜITO, RAMÍREZ.

¿Trajo usted eso, Paquito?

Si, señora, todo: mire usted la careta.

Perfectamente. ¿Y qué hace usted que no se disfraza?^

Voy al instante.

Ramírez... ¿Qué está usted buscando?

¿Qué busco, eh? ¡Ay, señora, lo que de seguro me voyá encontrar.

¿Le ha dicho á usted ya Paquito?. ..

Si: aqui hay una habitación á propósito.Pues voy allá. Sansadieu, Enriqueta. (Entra en la segun-da puerta del costado izquierdo.)

ESCENA X.

RAMÍREZ, ENRIQUETA.

¡Ay, señora doña Enriqueta de mi alma!

¿Á qué viene esa exclamación? ¿Qué le sucede?

Vá á sucederme, señora, vá á sucederme.

¿Pero qué significa esa inquietud? ¿Espera usted á al-

guien?

¡Ay, si! Espero por mi desdicha le llegada de su mari-de de usted.

¡Cómo! ¿Mi marido vá á venir?

Vá á volver, señora, váá volver.

¡Ah! ¿Según eso ha estado aqui ya?Ciertamente. Pero se le olvidaron las pistolas, y ha ido

2

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— 18 -m

r.í. por ellas.

Enr. ¿Para qué?Ram. Creo que ha de ser para levantarme la tapa de los

sesos.

Enr. ¿Á usted? ¿y por qué?R.\M. Porque se le ha antojado que usted y yo... Vamos...

Enr. ¡Ah! ¡Ya estoy! No lo extrañe usted. Es su sempiterna

manía; tiene celos hasta de su sombra.

Ram. Ya; pero...

Enr. No hay cuidado: yo le desengañaré asi que esté termi-

nado el asunto que á su casa de usted me trae.

Ram, ¡Ay! ¿y por qué no antes, señora?

Enr. Porque... vá usted á saberlo todo.—Acostumbro á pa-sar algunas noches en casa de una amiga mia, donde

conocí á este Paquito hará cosa de un mes. Desde en-

tonces no me deja á sol ni á sombra, y desde entonces

no pasa día en que mi marido deje de pedirme celos del

tal joven, á quien llama papagayo.Ram. Efectivamente, hay cierta semejanza...Enr. Pues bien, este títere ha llevado su necedad hasta el

extremo de ofrecerme su retrato en cambio de! mío.

Yo, recordando haberle visto este carnaval disfraza-

do como usted muy pronto verá ,concebí el pensa-

miento ele retratarme para mi marido, y regalarle al

mismo tiempo el retrato de su papagayo.Ram. ¡Ah! ya adivino, y lo apruebo ; justo castigo á su au-

dacia.

Enr. Hé aquí explicado el objeto de mi venida á su casa.

Ram. Si, sí, señora; muy lícito y muy... pero temo que su

marido de usted haga conmigo alguna barbaridad.

Enr. Repito que no hay nada que temer. Tiene celos de us-

ted, como los tiene de todo el que me saluda ; es una

manía incurable. Pero en cuanto yo le explique...

Ram. Bueno, cuento con eso... usted le dirá... Pero ¿y la otra?

¿Quién me libra de la otra?

Enr. ¿Qué otra?

Ram. ¡Toma! Mi mujer, que piensa que... ¡Ay, san Francisco,

aqui está!

'.J

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— 19 -

ESCENA XI.

ENWQUETA, RAMONA, RAMÍREZ.

Ramoxa. ¡Qué veo! ¡Otra vez juntos!

Ram. ¡Ramona!Ramd.na. ¿No me dirá usted, señor mió, quién es esta señora y

qué busca en mi casa?

Ei>R. ¿Qué dice esta mujer?Ram. Busca... viene á... (Enriqueta le- hace señas da que calle.)

Con permiso... me voy á disponer aquello, (a Enri-

queta.)

Ramona. ¡Cómo se entiende! Venga usted acá.

Ram. .\o... si vuelvo... si... (Huyamos el bulto.) (Ramírez logra

desasirse de su mujer, á tiempo que Enriqueta vá á salir. Ramo-

na la detiene.)

ESCENA XII.

ENRIQUETA, RA.MONA.

Ramona. ¿Adonde vá usted? ¡Quieta aquüEnr. Señora...

Ramona. Á vór. Explíqueme usted al momento por qué la hallo

en esta casa, y qué quiere decir eso de... me voy á dis-

poner aquello.

Enr. Déjeme usted en paz, buena mujer.Eduar. (Dentro.).¡Cómo que no se puede entrar! ¡Atrás, ca-

nalla!

Enr. (¡Mi marido!) (Se oculta rq la primera puerta de la izquierda,

mientras Ramona se dirige á la del foro.)

Ramona. Á tiempo viene. Por aqui, caballero, por aqui.

ESCENA XIII.

RAMONA, EDUARDO.

Eduar. (Con dos pistolas.) ¿En dónde está ese hombre?

Ramona. (Buscando á Enriqueta.) ¡Qué veo! ¡Se ha marchado!

Eduar. ¿Quién?Ramona. Su mujer de usted.

Page 23: PUNTOS VENTA. - Archive

— 20 —Eduar. ¿Mi mujer otra vez en esta casa?

Ramona. ¡Si, pobre hombre, si!

Eduar. ¿Eh? ¿Qué quiere decir eso de pobre hombre? Si mevuelve usted á llamar otra vez pobre hombre, la pulve-rizo.

Ramona. ¿Me amenaza usted á mí,cuando soy también la víc^

tima?...

Eduar. Yo no soy la víctima, señora, soy el verdugo.Ramona. ¡Y esos infamesl... ¿Si tratarán de escaparse? No deje

usted pasar por aqui á nadie; yo los encontraré, (se vá'

por el foro.)

ESCENA XIV.

EDUARDO, RAMÍREZ.

Eduar. Procuremos tener sangre fria... Si, es lo mejor ; sangrefría... y al campo. Pero si se niega á seguirme, si se

niega á seguirme, le...

Ram. (Saliendo sigilosamente.) Escurrámonos por aqui.Eduar. (Poniéndolo una pistola al pecho.) ¡Alto!

Ram. ¡Válgame la santísima Trinidad!

Eduar. Podemos salir cuando usted guste.Ram. Hombre, lo que es ahora estoy sumamente ocupado : lo

siento; pero...

Eduar. No valen excusas: yo lo mando, salgamos.Ram. Poro considere usted...

Eduar. No considero nada.

Ram. ¡Apenas es usted voluntarioso!

Eduar. Siguen las pullitas, ¿eh?

Ram. ¡Dios me libre! Soy incapaz de dirigirle á usted pullas,

porque se resentiría, y con razón.

Eduar. ¡Galopín!

Ram. Hombre, por san Marcos bendito,convénzase usted de

que yo no le he dado motivo para que asi me trate.

Eduar. (Dejando las pistolas encima de unasilla.) ¡Si ,

SÍ ya me VOyconvenciendo.

Ram. Si, por Dios. ¡Tener celos de mí! No se lo perdonaré ja-

más. ¡Creer que soy yo el autor del anónimo! Compren-dó perfectamente que al recibir tamaña banderilla bra-

mara usted de coraje.

Eduar. ¿Si, eh?

Page 24: PUNTOS VENTA. - Archive

R\M.

Eduar.

Ram.

Eduar.

Ram.

— 21 —Mucho que si. Pero sospechar de mí, venir á mi casa

para obligarme á que me bata con ustefl! ¡Yo, que soyincapaz de hacer daño á un mosquito! En cualquieraotra ocasión puede venir á honrarme cuando guste, se-rá bien recibido; pero lo que es ahora que viene usted

armado, furioso como un toro, insistiendo en que he-

mos de lidiar, francamente

,no tengo valor para reci-

birle.

Desprecio su soez palabrería. ¡Sígame usted!

¡Dale! Ya he dicho...

Si asi te niegas, miserable, aqui mismo morirás. (Yendoá lomar las pistolas.)

¡Eh! ¿Qué vá usted á hacer, hombre de Dios?- Suelte us-ted esas pistolas.

ESCENA XV.

BAMIREZ, EDLARDO, PAQÜITO , disfrazado.

(Saliendo precipitadamente y tropezando con Eduardo.) Cuaiídousted guste, Ramírez. (¡Ay, el marido!)¡Eh! ¿De dónde sale ese mamarracho?

(¡Animas benditas! ¡El papagayo!)(Con expresión cómica, á Ramirez.) ¿Qué 63 CSO, Caballero?

¿Eso? Ya lo vé usted: un papagayo.(¡Maldito contratiempo!)

¿Qué nueva burla es esta? Venga usted acá. (a Paquito.)

(Ocultándose en la cortina déla puerta del foro.) ¡JcsUCristo!

¡Mi mujer!;

ESCENA XVI.

LOS MISMOS, RAMONA.

¡Nada! No parecen por ninguna parte. ¿Eh? ¿De dóndeha salido ese figurón?

(Buscando á Ramirez.) ¡Se ha escapado el truliau!

(Cogiéndole un faldón de la levita.) Oiga USted, caballero.

¡No me detenga usted!

(¡Si pudiera escurrirme!)

¿No me podrá usted decir quién es este... espantajo?No lo sé, señora; suélteme usted.

Page 25: PUNTOS VENTA. - Archive

— 22

Ramona.

Eduar.

Paq.

Ram..

Ramona.

Eduar. :

Ramona.

Eduar.

Ramona.

Eduar.

Ram.

Paq.

Ramona.

Eduar.

Paq.

Eduar.

Ramona,

Eduar.

Paq.

Ramona.

Eduar.

Paq.

Eduar.

Paq.

Eduar.

Paq.

Eduar.

¡Ah! ¡Qué sospecha! Esta es su inujef de uslerl.

¿Eh?

(Jé, jé, jé.)

(¡Qué barbaridad!)Si: ella es; seha disfrazado, ¡pero yo la arrancaré el

disfraz!

¡Eh! Poco á p0C0,'^yO SOlo!fbasto... (Oesvlándola brusca-

mente.)

¡Tenga usted mejores modos, buen bombr&I

¡Quítese usted de en medio! (Empujándola.)A mí no me toque usted, (lo mismo.

¡Señora! (Amenazándola.)

¡Duro! ¡Duro!

Jí, jí, jí.

¡Eh! ¿De dónde ha -calido esa voz?

(a Paquito.) ¡Ven^^a usted acá,!—

Estoy seguro que no

puede ser mi mujer, 'pero^sea quien sea...— ¡Quílcsousted la careta! ¿No? Pues yo te la arrancaré.

¡Caballero! ¿Quién le'dá á usted derecho?...

¡Qué veo!

¡Cómo!hombre!

¿Otra vez? ¡Señora, usted quiere que yo la estrangule

¡Jé, jé... es divertidaMa escena!

¡Qué insolencia! ¿No está listed viendo cómo se rie?

¡Eh! No haga usted caso, es tonto.

¡Cómo se entiende! Yo no sufro...

¡Que te abraso, monigote!

¡Eh! Cuidado con esas bromas...

(a Ramona.) Sígame usled. Vamos en busca del otro.—¡Espérame aquí, papagayo! ¡Si intentas salir de esta

casa, te cazo como á un^^mirlo!

¡Oiga usted!

¡Silencio!—Vamos, señora, interceptemos todas las sa-

lidas, y después registraremos liasta el últituo rincón

de la casa

¡Si es el pollo que persigue á mi mujer!

¿Este también? ¿Conque son dos? ¡Pobre

ESCENA XVII.

DICHOS) ENRIQUETA.

Paq. Jí, ji, ¡qué lance tan peregrino!

Page 26: PUNTOS VENTA. - Archive

-~ 23 —Ram. (Sale.) Buena vA la" danza, alcalde...

EnuAR. Aprovechemos este momento, Ramirez.

Ram. •

jAy! Señora, suplico á usted que tenga consideración,

por el amor de Dios.

Paq. Pero hombre, usted es un gallina.

Ram. ¡Caballerito!

Enr. ¿No me ha dicho usted que está todo dispuesto?

Ram, Si; pero ¿cómo quiere usted que ahora?...

Paq. ¡Nunca mejor! Asi tiene mas gracia el chasco, ¿no es

cierto, hermosa mia?

Enr. (¡Trasto!) Si, Ramirez, acabemos.

Ram. Sea todo por Dios.

Paq. ¡Oh, delicia!—¿He pie ó sentado?

Enr. De cualquier modo.

Paq. ¿Le parece á usted bien esta actitud?

Ram. Bien está: ¡permanezca usted inmóvil!

Paq. Aguarde usted, voy á ponerme la careta:—cuando us-

ted guste.

ESCENA XVIli.

LOS mismos: EDUARDO en el foro.

Eduar. No tenga usted cuidado; yo me coloco aqui.

Enr. (¡Dios mió!) (Se oculta en el biombo.)

Ram. (¡Caracoles!) (Tapándose con la cortina.)

Paq. (¡Por vida!) (Oueda eu una actitud ridicula )

Eduar. (Aivjntándoie.) ¡Eb! ¡Quieta ahí!

Paq. Señor mió...

Eduar. ¡Inmóvil!

Ram. (¡Ah! ¡Magnífica ocasión! Voy á retratarle. (Desaparece

por la derecha.)

Enr. (Mirando por detrás del biombo.) (¡Qué vco! ¡Vá á retratar-

le! ¡Delicioso!)

Eduar. (Siempre en el foro.) ¡Registre usted bien, señora!

Ramona. (Dentro ) ¡No tema usted, no se escaparán!

Enr. (¡Bah! De seguro trae las pistolas descargadas )

Paq. ¡Por vida!...

Eduar. ¡Cuidado con moverse!

Paq. Pero...

Eduar. Quieto.

Enr. (Desde el biombo ) (Fímic, Paquíto. No se mijeva usted.

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- 24 -3

Le están retratando.) |

Paq. (¡Calle! ¡I*ues es verdad! Jé, jé, jé.)'

EdUar. Busque usted bien; no puede haber salido de casa. I

Ramona. (Presemándose en el foro.) Nada, uo cucuentro nada, cá-\

ballero. ;

Eduar. ¡Voto al infieriio! j

EnR. (Dejando de mirar por el biombo ) ¡GraciaS á D¡Os!j

Eduar. ¡Y no ha de quedar satisfecha mi venganza! (Avanzando Ácon Ramona hasta el proscenio.) Oh! EstC pagará pOr lOS dOS. ^

Ramona. Pero ¿quién ha traido este adefesio á mi casa?\

Eduar. ¡Habla, tnequetrefe; confiesa la verdad, ó te ahogo.

Paq. ¡Que me lastima usted, cuerno! j

E.NR. (Saliendo.) Basta ya. Le prohibo á usted tocar á ese\

joven. IEduar. ¡Mi mujer!Ramona. ¡Qué atrevimiento!

Paq. (¡Viene á defenderme! ¡está loca de amor por mí!)Eduar. ¿Usted en esta casa, señora?

Eisr. Si: necesitaba servirme de Ramirez para cierto asunto

que dejo ya termiriado.

Ramona. ¡Qué desvergüenza! ¡Voy á arañarla!

Eduar. ¡Eh!Ramona. Sepa usted que yo soy la señora de Ramirez, >

Eduar. ¿Y quién la llama á usted]aqui?Ramona. ¿Cómo se entiende? ¡He de hablar!

Eduar. (zarandeándola.) ¡Y yo la maudo á usted que calle!

Ramona. (Pug-nando por desasirse.) ¡No quicro! ¡Estoy cü mi casa!

Eduar. (Gritando ) ¡Silcncio!

Ramona. (Gritando mas.) ¡No me dá la gana!Eduar. ¡Señora, si no calla usted la sepulto de un puñetazo!

(Vá á peg-arla.)

Ramona. (En ademando defensa.) ¿Á mí? ¡Venga ustcd acá!

Paq. ¡Jé, jé, jé! Parecen dos gallos ingleses.

ESCENAjXIX.

LOS MISMOS, RAMÍREZ, Con dos retratos.

Ram. Paz, señores, paz.

Eduar. (Cogiéndole de una oreja.) ¡Hola! ¡Venga ustcd acá, caba-'

llero!

Ramona, (lo mismo.) ¡Ya caíste en mis uñas, cocodrilo!

Page 28: PUNTOS VENTA. - Archive

ElAM.

Snr.

Eduar.

Ram.

Ramona.

iEduar.

Enr.

Ram.

Enr.

Eduar.

Enr.

Eduar.

Paq.

Enr.

Kq.Eduar.

Enr.

¡Ram.

Ramona

'Eduar.

;Paq.I Eduar.

Paq.

Eduar.

Paq.

Eduar.

Enr.

Eduar.

IRamona.

Ram.

1Eduar.

Enr.

\Ram.

! Ramonaí Ram.

- 25 -

¡Canastos! ¡Que rae lastima usted! ¿No hay quien me li-

bre de este par de fieras?

Basta, Eduardo; yo te explicaré...

Bien; pero que sea pronto, señora,

¡Suelta, Ramona, suelta por Dios!

¡Infame! ¡Te he de arrancar las dos orejas!

¿Pero qué ha venido usted á hacer aqui?

¡Celoso! ¿Trae usted los retratos, Ramírez?

Ahí tiene usted. (Presentando dos cristales ahumados.)

He venido á retratarme para tí, toma: y ademas este

otro.

¡Eh! ¿Qué es esto?

¿No lo ves? Es el retrato del papagayo que tanto te

asustaba.

¡Ah! Con que es este títere...-

¿Cómo títere? Yo soy...

Un necio, á quien he tratado como se merece.

Ya... Con que un... (Sudo como un pollo.)

Pero... ¿y el señor?

El señor de Ramírez es un hombre muy honrada, que

quiere mucho á su mujer, y que se ha prestado gustoso

á escarmentar á un fatuo.

¿Lo oyes, Ramoncita?

¡Hem!... ¡Marrullero!

Conque entonces el autor de este anónimo, es...

Yo soy, señor mió; ¿qué tenemos?

¿Dónde están mis pistolas?

Sdy con usted. Voy á quitarme este disfraz, y nos vere-

mos; y como usted quiera: á espada, á florete, á pis-

tola...

¡hisolenteü

¡ Ay! (Huyendo á la segunda puerta de la izquierda.)

En cuanto salga...

¡Eh! Déjale en paz.

Déme usted esa mano, amigo mío, estoy satisfecho.

. Yo también estoy satisfecha.

¡Gracias á Dios!

¡Enriqueta!

¡Eduardo!

¡Ramona!

¡Ay, Ramírez!

¿No mas celos?

3

Page 29: PUNTOS VENTA. - Archive

~ 2G —Ramona.

Page 30: PUNTOS VENTA. - Archive

Habiendo nwdilicaílo el autor esla comedia, ululada

antes un tigre, una pantera y un papagayo, despoján-dola de cuanto dio margen al dictamen formulado por la

censura el 5 del corriente, ya me parece que se puede re-

presentar sin reparo.Madrid 18 de marzo de 1859.

El Censor de Tealros,

Antonio Ferrer del Rio.

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Page 32: PUNTOS VENTA. - Archive

CATALOGO

de las obras Dramáticas y Líricas de la Galería

EL TEATRO.

de los;inos nitl.

! antesala) V l'.loisa.

i h la orilla.

lie odio y aiiiisr.

del alma.spiíes de la miierle.;• (Nizadíir...' aüicroii las cosas,

siieíio.

e cuervos,e, herenciasOder V iietucrts,ir serlas.'. la lelras y moderóos,á un nioso é vei'dA.,e á la orilla!!

viaje.1 , íli-ani'i heroicole reinas.Ilanienca.nnl adquiridos

5s y Guevara.

lya's.,udes.os gotas de agua.;on V sin ra/on.} r(i4ii|icn palahras.ar con liuena suerte.s, parientes y amigos.lialilo a eucliilludas.lues polincus.tes.

X y los Hugonotes.castigo.cortijo.ijer.;i.

riuos contra nn lio.

ices es la fortuna.;s sin padre.10 .Segundo y Quinto.iicho el Uravo.rnardo de Cabrera.istus.

orrientes. segunda partele Sau l\onian.ás.

y la moda.ica!

igas de camisa.uo cae... resbala.• perdido.icriía.

a de aldea.er y el rascar..,.iliro negro.

i;i lin de la novela.m lilántropo.El hijo de tres pudres.lisperanza.I'.l anillo del ReT.líl caballolo lei.diil.

lUs un áuRerKspiíias de una llor.

I'M á de agosto.Kl escondido y la tapsdiiyEl Liceiic'ndo Vidriera.

jKn crisisltl

Kl .lusticia de Aragón.El Caballero del milagro.Kl ¡Monarca y el Judio.El rico y el pobre.El beso de Judas.Echarse en lirazos de Dios.Kl alma del Rey GarciaEl alan de tener novio.El juicio público.Él sitio de Sebastopol.El todffpor el lodo.El gitano, ó el hijo de las Alpu-

j arras.El que las da las toma.El camino de preyidio.Kl honor y el dinero.El hijo prodigo.Kl pavaso.El üm'or y eí interés/Este cuarto se al(|Uila.El Patriarca del Tuna.El rey del mundo.Esposa y mártir.El pan de cada día.Kl mestizo.líl diablo de AmberesEl ciego.m ultimo Vals de Webcr.El trasjiaso.Escenas nocturnas^El laberinto.El guano aventurero.Kl solieron,lí! vértigo de Rosa.Echar por el atajo.El reíd de San Plácido.

Furor narlanientario.Paltas juveniles.KIor de un dia.Flor marchita.Eunesta casud lidad.

Grazalema.Gaspar, Melchor y Baltasar, ó el

ahijado de lodo el mundo.Glorias de España, ó conquistado Lorca.

Glorias mundanas.

Historia china.Hacer cuenta sia la huéspeda.Herencia de lágrimas.

Honrado y criminal ¿"nrttiempo.

Instintos de Afnrcnn".Indicios vPlionientcsIsabel de Uédlcis,

.Taime pIBarhndo.Juan sin Tierra.Juan sin Pena.Jorge el artesano.Juan Diente.Julieta y Horneo;

Eos Amantes de Chinchón.Lo mejor de los dados...Los dos sargentos emanóles 6

la linda vivandera.Los dos inseparables.La pesadilla de un casero.i.iT hija del rey Rene.i.')s extremos.Los dedos huéspedes.Los éxtasisLa posdata de una carta.Lliteverí hijos.La mosquita muerta.La hldro.'obia.La choza del almadreíio.Los patriólas.Los Amantes de Teruel.I.u verdad en el Espejo.La Banda de la Condesa.La Esposa de Sancho el Bruvo.La boda de Quevedo.La Creación y el niluviu.La (iloria del arle.

La Gitauilla de Madrid.La Madre de San lernandu.Las Flores de Kon Juan.Las Apariencias.Las Guerras civiles.

Lecciones de Amor.Las dos Reinas.La libertad de Viorencia.La Arcliiduquesita,Las Prohibiciones.La escuela de lus amigos.La escuela de los perdidos.La bondad sin la eiperieucia.La escala del poder.Las cuatro estaciones.

La vida de Juan .So. dadoLas querellas del Rev Sabiola oración de la tarde.

La llave de oroLa Providencí».Los tres Rauqueros.Las huérfanas de la Caridad.La cruz en la sepultura.La ninfa Ins.La dicha eu el bien ajeno.Los tres amores.La mujer del pueblo.

Page 33: PUNTOS VENTA. - Archive

I.BS bodas do r.amncho.I.a <:ni7. del misterioI a pluma y \» espada.I.a Vaquera de la Kínojosa.I'A flor df!l vallo.I.ns pobres de MadridLibertinaje v pasión.I.iliertad en la radena.I.H planta etíóllea.I.a paloma y los balcones.I .as mujeresLa i;ratitnd v el amor.¡Llegó en martes!!La gratitud de un bandido, ter-eera parte de Diego Corrientea.

I-a batalla de r.ovadonga.La estrella de la esperanza.I os lazos de, la familia.La mariposa.Los quid pro quos.I.a cuenta del zapatero.

-ifi mamA.Mal de OJOMariana I.!tbar1<í.

Macho mido y prcas nuec«s.Martin Ziirbano.Mocedades.Marta v Maria.Mentiras dulces.

Negro y Blanco.Ninguno se eDticnde.ó un bom-bre tímido.

N«H)le/.a contra noldezaNo es oro todo l.o que reluce.Nuevo método de buscar marido.

OlimpiaCebo mil doscientas mujeres por

dos cuartos.

I Paco y Manuela.! Pescar á no revuelto.I

Hor ella y ñor él

I

l-or una bija!...

Propósito de enmienda.Para üeridas las de honor, 6 el'

<lfsagravii> del Cid.Por la puerta del jardínPni^arosocaiiallero es I», niñero.l'or la boca muere el pez. i

P4CU y Manuela

Quien mucho abarca.iQué suerte la mialOuién viv. !!

¿Quién es el autor?

Hival y anigo.

Su imagenSimilia similibus curantnr, ó unclavo saca otro clavo.

San Isidro il>atron de. ülttdrld.}Suctios de amor v amI)icioa.^in prueba plena..Se salvo el honor.

Tale.s padres, tales hijosTraidor, inconfeso 7 mártir.Trabajar por cuenta ajena.Todos unos.Tres damas para uo calan.

Cn amor á la moda.

ZARZUEJaAS.

Una conjuración femeninaUn dómine como hav pooUn pollito en cal/;is prietaDn huésped del otro uiund/Dna venganza lealUna coincidencia alfabetiifna noi hr en Manco.Gil par de guantes.Una miaga.Uno de tantos.

'

l'iia noche en Trifiieque. \Un marido en siierte.üua lección reservada. .

Una herencia completa,jUn hombre fino. i

Cua poetisa y su mando.-Cn día de pruebaDna renta vitalicia.Una llave y un sombrero.;fjna mentira iuocenie ^

Una mujer misteriosa JUna leicion de corte. IUna lalta. fl

Un paje y un caballero. 1Una bruiiía Je Quevedo. ]

Un si y uu uo. jUua Virgen de Murillo. i

Una aventura de Tirso.,;

Una lágrima y un beso. '\

Una lección de mundo;

Una mujer de bistoru;. '

Un señor de horca y cucUÍUna equivocación. '?

Un retrato 6 quema rop

fcr y no ver.Verdades amargas

(.

Zamarrilla. 6 los baadld¿|Serranía de Oonda. ,

Angélica y Medoro. i

Armas de buena ley.Aldé.Azun Vizconti.

Ruenas noches, vecino,tteltrao el aventurero.

Claveyina la (Utana,

(tupido y Marte,Citas, enredos y bromas, ó el

carnaval de üadrid.Cosas de D. Juan.Cuando ahorcaron á Qoeredo.

IMn Crisanto, ó el Alcalde pro-veedor.

D. Sisenaodo.

El doctrinoEl ensayo de una ópera.El u ruínete.Kl calesero y la maja.El Vizconde.El perro del hortelano.Kl secuestro de un difunto.El lancero.

i

El delirio (drama lírico).'

El dominó azul.Kl mundo á escape.Ei novio pasado por agua,El diablo en el poder.El esclavo.El relámpago.El viziiinde de Letorieres.El capitán español.

Varinelli.

(luerra á muerte.Giralda.

Juan Lanas.

La litera del Oidor.La noche de ánimas.La familia nerviosa, 6 el suegroómnibus.

Las bodas de Juanita. {La músi-ca.)

Los dos Flamantes.La vergonzosa en palaciol..a Dama del Uey.La Colegiala.La espada de Bernardo.La cacería real.

La huérfana. iLa Jardinera. 1La hija de la ProvidenciaLa Hoca negra.Los jardines del Puen ReLoco de amor y en la corLos diamantes de la CoroLa pensionista.

Hateo y Hatea.Mentir á tiempo.Marina.

J

i

Nadie toque á la Reina.

Pedro y Catalina.Por couquista .

SimoD y Judas.

Tres madres para una hl

Tres para una

Ka sobrino.Un día de reinado.Un pleito.Uu cocinero.

Lí» Dirección de El Teatro se llalla estable cida e» Madrid, calle del l*ez, nil

cuarto segundo de la izquierda.

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