Pueblos Indígenas, Bicentenario y Centenario de la Guerra de ...

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Año 3 número 13 Guadalajara, Jalisco, México junio - julio 2010 Pueblos Indígenas, Bicentenario y Centenario de la Guerra de Independencia y la Revolución mexicana Los pueblos indígenas y su participación en la historia de México. Entrevista a Miguel León Portilla Páginas 4 y 5 ¿Celebrando la invasión colonial? Conferencia de Enrique Dussel Páginas 6 y 7 Transgredir al bicentenario de arriba. Por Fortino Domínguez Rueda Página 10 Coordinación de Vinculación y Servicio Social www.toltecayotl.org

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Año 3 número 13 Guadalajara, Jalisco, México junio - julio 2010

Pueblos Indígenas, Bicentenario y Centenario de la Guerra de Independencia y la

Revolución mexicana

Los pueblos indígenas y su participación en la historia

de México.

Entrevista a Miguel León Portilla Páginas 4 y 5

¿Celebrando la invasión colonial?

Conferencia de Enrique Dussel

Páginas 6 y 7

Transgredir al

bicentenario de arriba.

Por Fortino Domínguez Rueda

Página 10

Coordinación de Vinculación y Servicio Social

www.toltecayotl.org

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2 La Editorial Tukari

DirectorioDr. Marco Antonio Cortés Guardado

Rector General

Dr. Miguel Ángel Navarro NavarroVicerrector Ejecutivo

Lic. José Alfredo Peña RamosSecretario General

Mtro. Enrique Solórzano CarrilloCoordinador de Vinculación y

Servicio Social

Lic. Juan Manuel César Díaz GalvánJefe de la Unidad de Apoyo a las

Comunidades Indígenas

Lic. Adriana Ivonne Alzaga MontesResponsable del área de difusión

Lic. Ramón Michelle Pérez MárquezDirector General Tukari

Mtra. Yesica Higareda RangelLic. Silvia Medina Toscano

Corrección

Bicentenario de la Guerra de Independencia y Centenario de la Revolución, ¿qué se festeja?; ¿el

despojo y contaminación de los territorios de los pueblos indígenas?, ¿festejamos por los miles de indígenas analfabetas y los cientos de niños muertos de enfermedades curables?, ¿festejamos la discriminación y el racismo contra los pueblos indígenas? El festejo de la desmemoria parece ser la lógica de la celebración oficial, pero los pueblos indígenas que festejan, ¿qué tienen que festejar?; ¿la marginación, la pobreza, la exclusión de que son objeto?, ¿la injusticia en sus añejos expedientes agrarios y la constante violación a sus derechos humanos?, no son pocas las voces que se preguntan si acaso tenemos algo que festejar.

Hoy la situación de los pueblos indígenas es similar a la de hace 100 y 200 años, aún hoy son excluidos de derechos básicos como el acceso a servicios de salud, de educación y de trabajo digno. Los festejos oficiales celebran la colonialidad impuesta a los indígenas, es decir, asistimos a una celebración de la patria

mestiza que reniega de sus raíces indígenas, celebramos entonces los grandes logros de la nación mexicana, ¿celebramos que México se sitúa entre los países con mayor índice de corrupción?, ¿celebramos que tenemos el honroso primer lugar de ser el país sin conflicto bélico que genera la mayor cantidad de muertos al día?, ¿celebramos la impunidad lacerante de los políticos?, ¿celebramos que una de nuestras ciudades (Ciudad Juárez) es reconocida como la más violenta del mundo?, ¿celebramos la debacle económica y el creciente desempleo?, ¿celebramos la inseguridad?, ¿qué tenemos que celebrar?, tenemos una conmemoración para el olvido, que además de gastarse 2,650 millones de pesos en actos fastuosos se da en una de las peores coyunturas que nuestra nación ha enfrentado en los últimos cincuenta años.

Hoy celebramos pomposamente la Independencia del dominio colonial, paradójicamente seguimos regidos por leyes de lógica europea, mexicanizadas sí, pero en esencia coloniales. Nuestro pensamiento

científico y social sigue regido por el euro centrismo colonial que niega la existencia de pensadores y filósofos mexicanos y latinoamericanos. Desde aquél lejano 1810 a nuestros días la pirámide social ha variado poco, tenemos una pequeña oligarquía que controla ampliamente el espectro político, los medios de comunicación y las más grandes empresas en el país, la desigualdad económica es profunda y la inestabilidad y desesperanza son el pan de cada día de los millones de desposeídos en nuestra nación.

Las comunidades indígenas que participaron en la guerra de Independencia y en la Revolución mexicana, anhelaban libertad, justicia, autonomía, respeto por sus tierras comunales y el reconocimiento de sus derechos fundamentales, hoy estos pueblos mantienen en pie estas demandas y lo único que celebran es que continúan firmes en su lucha, fortaleciendo sus gobiernos y luchando por su autonomía, libre autodeterminación y derecho a un proyecto de desarrollo propio.

Espacio de comunicación intercultural de la Unidad de Apo-yo a las Comunidades Indígenas. Casa Hidalgo II 2do. Piso. Av. Hidalgo # 919, Col. Centro, Guadalajara Jalisco, México. Tel: (0133) 31342275, [email protected]. Reserva de derechos de autor: 04 - 2009 - 091013530000 - 101

Por segunda ocasión, personal de la UACI recibe la presea Irene Robledo García.

César Díaz Galván, jefe de la UACI, galardonado en este año.

En junio de 2009, nuestra compañera Xóchilt Macedo Mendoza, responsable del Módulo de Atención Médica para Indígenas localizado en el Nuevo Hos-pital Civil de Guadalajara, recibió la presea Irene Robledo García en la cate-goría de Trayectoria Universitaria.

Por segundo año consecutivo y con enorme orgullo, podemos celebrar que la Unidad de Apoyo a las Comunidades Indígenas (UACI) de la Coordinación de Vinculación y Servicio Social, fue reconocida por su acompañamiento y asesoría con los pueblos indígenas de Jalisco.

También en la categoría de Trayectoria Universitaria, el 11 de junio del pre-sente año, fue entregado dicho reconocimiento al Lic. Juan Manuel César Díaz Galván, jefe de la UACI, quien dedicó esta presea a los pueblos indígenas con quienes colaboramos: Wixárika, Nahua y pueblos migrantes indígenas en Guadalajara.

Despojo, pobreza y defensa de las comunidades indígenas

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3Tukari Espacio de comunicación interculturalPalabra de los Pueblos

CONGRESO NACIONAL INDIGENA

REGIÓN CENTRO PACÍFICO

EXTRACTO DE LA DECLARACION DE UWENI MUYEWE

Convocados y reunidos para realizar la XXVII Reunión Ampliada del Congreso Nacional Indígena Región Centro Pacífico en la comunidad autónoma wixárika de Uweni Muyewi (Bancos de San Hipólito), Durango, las autoridades y representantes indígenas pertenecientes a los pueblos wixárika, cora, odam, coca, nahua, purhépecha, triqui, ñahñu, tzotzil y mixteco de los estados de Durango, Nayarit, Jalisco, Michoacán, Estado de México, Distrito Federal, San Luis Potosí, Chiapas,

Puebla, Guerrero y Tlaxcala, y acompañados en el camino por la luz de la luna en crecimiento que marca el inicio de la siembra y nos otorga la fuerza y la buena palabra para platicarnos y hacer acuerdos en el Congreso Nacional Indígena que es la casa de nuestros pueblos y considerando que:

A 200 años de que estallara la revolución de independencia y a 100 años de la revolución mexicana, nuestros pueblos, naciones y tribus, mismos que aportaron sus vidas y su sangre para el triunfo de estas luchas, hoy como desde hace 518 años siguen siendo despreciados, discriminados y sin ser reconocidos en sus derechos fundamentales, es decir, somos verdaderos desconocidos en nuestras propias tierras. Ocurriendo que las constituciones de 1824, 1857 y 1917 no solo han desconocido la existencia de nuestros pueblos, sino que además buscaron la desaparición, exterminio, explotación y muerte de nuestros pueblos, nos preguntamos ¿Qué tenemos que festejar? Nuestro festejo es el grito del ¡Ya Basta! del levantamiento armado de nuestros hermanos zapatistas en 1994, las autonomías y la libre determinación que nuestros pueblos construyen en la vía de los hechos es para nosotros la otra política que se construye desde abajo, a la izquierda y anticapitalista.

La historia actual de nuestros pueblos es una historia de despojos y represión, en consecuencia vamos a contar una parte de esa otra historia de las naciones, pueblos y tribus que somos el Congreso Nacional Indígena, donde nuestras luchas de resistencia son criminalizadas y donde quienes luchan son convertidos en delincuentes por una justicia corrupta e instituciones viciosas.

Con la finalidad de facilitar el despojo de nuestros territorios y culturas, el estado mexicano con las participación de todos los partidos políticos, ha modificado la Constitución, y ha aprobado un conjunto de leyes y políticas publicas que permiten a las grandes empresas la destrucción de la madre tierra y la apropiación de todo lo que se guarda en ella, como son el agua, manantiales, lagunas, arroyos, ojos de aguas, ríos, los cerros, nuestras plantas, animales, montes, costas, minerales, aire, lluvia, islas, nuestro maíz y nuestros saberes, danzas, ceremonias, música, lengua, vestimenta, peregrinaciones y todo lo que hemos construido y resguardado por miles de años en nuestra relación con la madre tierra.

Para los de arriba el bicentenario y el centenario representan un festejo de alegría porque están devorando a nuestros pueblos y a nuestro país, para nosotros los de abajo representan la muerte y una gran preocupación. ¡Ya basta! Para enfrentar tanta injusticia nosotros consideramos que es necesario un nuevo camino: el de la autonomía, la libre determinación y el juntarnos con todos los de abajo.

En consecuencia con lo expresado arriba, hacemos el siguiente pronunciamiento:

Saludamos y reconocemos a las autoridades autónomas elegidas recientemente de manera tradicional por la comunidad de Uweni Muyewe (Bancos de San Hipólito), igualmente nos congratulamos con los importantes logros organizativos y jurídicos alcanzados de manera autónoma por esta comunidad, reconociendo que su lucha no solo es por la recuperación de las 10,720 hectáreas de las que fueron despojados, sino por el reconocimiento real de su derecho a la propiedad del territorio que han habitado desde tiempos inmemoriales, lo que representa una lucha por el reconocimiento de los derechos fundamentales de los pueblos indígenas de México y el mundo. Reconocemos en su lucha una lucha sagrada por continuar el trabajo empezado por lo antepasados cuando fueron naciendo la vida en el mundo.

Exigimos el respeto a la totalidad de las tierras pertenecientes a la comunidad indígena de Ostula, Michoacán, incluido el paraje conocido como Xayakalan, así como el respeto a la policía comunitaria y guardia comunal del pueblo nahua de la costa de Michoacán y la presentación con vida de los comuneros Javier Martínez y Gerardo Vera. Nos pronunciamos en contra del plan de desarrollo integral para la costa de Michoacán.

Nos oponemos a la imposición por parte del gobierno mexicano y las grandes empresas transnacionales de diversos proyectos carreteros, turísticos, inmobiliarios, mineros, agroindustriales, de plantación de semillas transgénicas, de construcción de presas y campos eólicos en todos los territorios de nuestros pueblos y manifestamos que con base en los derechos que nos corresponden y el ejercicio de la autodefensa indígena impediremos la ejecución de dichos proyectos en las tierras de nuestros pueblos.

Exigimos que cesen en forma inmediata la militarización y paramilitarización de las regiones indígenas y del país, asimismo nos pronunciamos en contra de la criminalización de las luchas sociales y exigimos la liberación de los presos indígenas, de Víctor Herrera Govea y de todos los presos políticos que hay en el país y la presentación con vida de los desaparecidos políticos.

Llamamos a los pueblos indígenas del país a seguir fortaleciendo al Congreso Nacional Indígena y a crecer, junto con todos los de abajo y a la izquierda, la lucha anticapitalista y en contra del neoliberalismo.

Desde Uweni Muyewi, municipio de Mezquital, Durango, en el Territorio del Pueblo Wixárika, a 28 de marzo de 2010.

ATENTAMENTE

POR LA RECONSTITUCION INTEGRAL DE NUESTROS PUEBLOS

¡NUNCA MÁS UN MÉXICO SIN NOSOTROS!

Los pueblos, naciones y tribus presentes en la XXVII Reunión Ampliada del Congreso Nacional Indígena en la Región Centro Pacífico.

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Entrevista realizada por Arturo Espinoza

Productor y conductor del programa radiofónico Territorios, Radio UDG.

http://radioterritorios.wordpress.com

¿Cuál fue el papel de los pueblos indígenas en la lucha de Independencia?

Los pueblos indígenas participaron ac-tivamente en la Guerra de indepen-dencia, de hecho al inicio Don Miguel

Hidalgo tuvo entre sus fuerzas miles de indígenas que se sumaron a la causa, real-mente la participación indígena fue muy de-cidida, muchísimos perdieron la vida ofre-ciéndola en esta lucha, ellos participaron porque creían que la insurgencia al triunfar iba a cambiar sus vidas, los iba a liberar de ser peones en las haciendas, les restituirían sus tierras y serian hombres libres.

A 200 años de distancia de la lucha de In-dependencia en México, ¿en qué condicio-nes y circunstancias se pueden considerar similares a aquella etapa independentista?

Es terrible ver que muchos grupos indígenas siguen igual o peor que en aquella época. Antes de la Guerra de independencia, a pe-sar de que los indios estaban en encomien-das y en minas donde sufrían muchísimo, al menos tenían reconocidas sus Repúblicas de indios, sus juzgados y la propiedad comunal de sus tierras, desgraciadamente todo eso se fue desvaneciendo; dejó de haber goberna-dores indígenas salvo con excepción de unos cuantos lugares, por otro lado la propiedad de la tierra comunal se fue desvaneciendo y aunque la constitución del 17 la restituyó, después las reformas que se dieron con Sa-linas de Gortari volvieron otra vez a afectar la propiedad comunal. Es decir que a 200

años de distancia, parece que los pueblos in-dígenas no hubieran participado en esa lu-cha ofreciendo su sangre, son circunstancias muy dolorosas hoy en día.

¿Qué perspectiva la queda a los pueblos indígenas latinoamericanos ante la hege-monía del modelo capitalista?

Los indígenas de México y de otros muchos lugares de América Latina están luchado para que se reconozca su autonomía, es im-portante destacar que la autonomía de los pueblos indígenas no quiere decir sobera-nía, no quieren ser un país diferente, lo que buscan es tener en sus manos el gobierno de su propio pueblo para sus asuntos internos,

siempre y cuando no contradigan las dis-posiciones generales de la Constitución del país en que viven, es una autonomía en cier-to modo semejante a la que tiene las univer-sidades, cuando decimos que tienen auto-nomía que se gobiernan por sí mismas, que hacen sus planes de estudios con acuerdo a sus reglamentos, a sus concejos, que tienen su propio presupuesto, lo que buscan es go-bernarse en sus asuntos internos, tener acce-so a los recursos que eran de su propiedad y de los cuales han sido privados, quieren recuperar y fortalecer la propiedad de sus tierras comunales, quieren ellos tener sus re-presentantes en las cámaras, en el caso por ejemplo de Jalisco en la Cámara de diputa-dos local y también en la federal y otro tan-to en otros países, quieren que la educación sea bilingüe realmente, para que sus hijos

Los pueblos indígenas y su participación en la historia de México

Miguel León-Portilla. Ciudad de México 1926. Antropólogo e historiador. Investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México. Especialista en culturas prehispánicas, lengua y literatura náhuatl, contenido de códices indígenas y defensa de los derechos indígenas.

Miguel Hidalgo y Costilla

Mural de José Clemente Orozco en Palacio de Gobierno

Despojo, pobreza y defensa de las comunidades indígenas Tema Central

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puedan conservar sus lenguas maternas, en esto hay ejemplos admirables, yo conozco algunos grupos mixtecos de Oaxaca que se han ido a trabajar a la alta y baja California y han llevado consigo maestros mixtecos para que les enseñen a sus hijos la manera de es-cribir y hablar correctamente en su lengua, ellos quieren estos derechos, esa es la lucha que están haciendo, ese es el espíritu de los Acuerdos de San Andrés, firmados por el gobierno federal y los pueblos indígenas en Chiapas, Acuerdos que hasta la fecha no han sido cumplidos, yo creo que lo que ellos pi-den es totalmente sensato, totalmente justo y el día que se les conceda ellos podrán par-ticipar mucho mejor en la vida de México.

¿Qué aspectos en la historia pueden ayu-darnos a reivindicar los derechos de los pueblos indígenas?

Afortunadamente la historia de los pueblos indígenas es riquísima, si volteamos la cabe-za a la historia podemos ver que desde los orígenes de los olmecas es cuando empieza a desarrollarse la civilización de Mesoamé-rica, veremos sus grandes logros en el arte, en el protourbanismo y después ya en las ciudades con la organización política social, económica y religiosa que tuvieron. En el caso de los mayas por ejemplo, con una escri-tura totalmente desarrollada, el concepto de cero que lo tuvieron ellos antes que ningún pueblo en la tierra, sus cómputos calendári-cos que muestran que calcularon al año solar un dosmilésimo más cerca que el calendario gregoriano, fueron un pueblo con una gran cultura.

Aún a pesar de la conquista, estos pueblos nos legan un testimonio de la visión de los vencidos en libros como el Chilam Balam de Yucatán, donde expresan su destino de mantenerse en pie, ahora vemos que a tra-vés de tres siglos de dominación española y luego los dos siglos de vida independien-te, nuestra nación ha mantenido muchas de sus tradiciones indígenas, es la raíz indígena lo que nos ha enriquecido a todos los mexi-canos. En México yo pienso que todos los mexicanos somos en parte indígenas, aun aquellos que digan “mis padres vinieron de Francia”, la identidad se adquiere conocien-do la cultura, las formas de hablar y de ver el mundo, en los alimentos que consumimos, en la medicina la influencia indígena dejó un gran legado. Yo considero que los pueblos indígenas nos dan hoy una lección admira-ble, después de tanto desprecio, de tanto ais-lamiento, de tanta marginación, han mante-nido en gran parte rasgos esenciales de sus culturas y lenguas. Hoy es necesario que re-valoremos los aportes de los indígenas, que acabe la marginación y la exclusión, que los pueblos indígenas se pongan de nuevo en pie y junto con el resto de la nación, cons-truyamos un México más justo y equitativo en que se respete a la naturaleza y en que no haya grandes diferencias como las que el capitalismo rampante que tenemos nos ha impuesto.

Yo deseo que las conmemoraciones no con-sistan nada más en discursos y en hacer mo-numentos y cantos si no que atiendan los grandes temas que requiere nuestro país y uno de los grandes temas es obrar con justi-cia para con los pueblos indígenas, escuchar sus demandas, quitar todo paternalismo, los indígenas tiene hoy lideres muy capacitados, tienen antropólogos, abogados, médicos, historiadores, yo en mi seminario de cultu-ra de náhuatl y estudios mesoamericanos en la UNAM tengo estudiantes indígenas que son escritores, antropólogos, etc. y que han hecho ya, importantes aportaciones, ellos es-tán enriqueciendo por un lado la cultura de México y por otro lado están preservando la suya.

Gen. Emiliano Zapata ww

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6 Tukari

Por Armando Abreu Productor y conductor del programa radiofónico Territorios, Radio UDG.Transcripción de Juan Manuel Chapa

Estracto de la conferencia del Dr. Enrique Dussel en el Seminario “Diálogos de Intercultura”, organizado por el Centro Universitario del Norte en el marco de la Feria Internacional del Libro 2009.

Ante estos festejos del bicentenario de la guerra de Independencia y centenario de la Revolución

mexicana: El concepto de América Latina me lo impusieron a mí desde la invasión llamada descubrimiento, voy a mostrarles enseguida por qué hablar de descubrimiento es un insulto. Yo me pregunto ¿qué festejamos el 12 de octubre, dicen que es el día de la raza, será de la raza indígena?, me parece absurdo porque la destruyeron, entonces vamos a festejar la raza española, pero si no somos españoles tampoco, aunque algunos se creen.

Porqué, me pregunto, estamos por festejar el segundo centenario de la emancipación de España en un comité dirigido por el Rey en España para la celebración y hasta nuestros representantes mexicanos van a ir. Yo digo ¿En qué mundo estamos? Vamos a ir a festejar al Rey en el día en el que nos liberamos de él, aunque algunos mentalmente siguen siendo colonos o coloniales, de ahí la importancia de realizar un proceso de des colonialización epistemológica para empezar el diálogo.

Miren que notable, estamos en el 2010 y vamos a festejar el segundo centenario de la Independencia y hasta hoy no he visto yo ningún mapa del México de 1810, ¿porqué

no se ha hecho ningún mapa para celebrar el México de 1810? Porqué son tan cobardes que no se animan a mostrar el México de esa época. ¿Ustedes saben con quién limitaba México en 1810?, ¡con Rusia!, ¿ustedes saben que México limitaba con Rusia?, no verdad, pues verán, si ustedes ponen un mapa del México de 1810 surgiría una rabia inmensa en el pueblo mexicano que se preguntaría ¿Qué ha pasado?, en esa época Alaska era rusa y México llegaba hasta Seattle y al estado de Washington al norte de Oregón, no limitabamos con California, limitábamos con Rusia, sí, toda la Louisiana era mexicana, no solo Texas porque era española, Chicago estaba dentro de México, o más bien lo que iba a ser la Ciudad de Chicago; es tan inmenso lo que era México que entonces el mexicano se preguntaría ¿Y qué paso después? ¿La emancipación tiene que ser solo una gran celebración o un ejercicio para pedir cuentas de un gran fracaso?

En nuestro país han echado al vuelo las campanas, hoy festejan los herederos de los que traicionaron un proceso histórico. Digo esto porque todavía es eurocéntrica la interpretación de nuestra propia historia; entonces es tan profundo el eurocentrismo que hoy todavía yo me sigo despojando de elementos eurocéntricos. Para empezar un diálogo tenemos que limpiar nuestra cabeza y poder hablar con otras culturas, no como europeos sino como latinoamericanos, como mexicanos, pero mexicanos herederos de lo que aquí pasó.

Mucho antes del desarrollo de Europa en el valle de México había una cultura que hoy tiene una antigüedad de más de siete mil años, en México, como la gran Tenochtitlán, existían grandes culturas indígenas, nosotros somos herederos de esas grandes culturas, eso si la queremos tomar como propia porque es una

¿Celebrando la invasión colonial?

Dr. Enrique Dussel. Mendoza, Argentina 1934. Exiliado político desde 1975 en México, hoy ciudadano mexicano, profesor en el Departamento de Filosofía en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM, Iztapalapa, ciudad de México), y en el Colegio de Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM (Ciudad Universitaria). Licenciado en filosofía (Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina), doctor en filosofía por la Universidad Complutense de Madrid, doctor en historia en La Sorbonne de Paris.

Despojo, pobreza y defensa de las comunidades indígenas Cobertura especial

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cuestión de adoptarla o nos sentimos muy blanquitos como los criollos que vinieron descendientes de españoles y entonces nos sentimos europeos, y entonces si venimos con Colón y sus carabelas descubrimos América, pero si nos situamos en la piel de los cinco indígenas que vieron llegar al

Caribe una casa flotante, tienen nombre esos cinco indígenas que vivieron este momento, está la historia en los anales, si me coloco yo en la playa y no en las carabelas es un problema mental, no es un problema racial, yo puedo ser muy blanquito, pero sentirme heredero de esas grandes culturas, mi

cultura no es de cinco siglos, es más antigua; en estos días está por salir un libro de mil trescientas páginas, en dos volúmenes, que se va a llamar “El Pensamiento Filosófico Latinoamericano del Caribe y Latinos, 1300-2000”, ¿para qué?, pues principalmente para romper el mito de 1492. Empezamos recuperando a los grandes sabios como Netzahualcóyotl y Tlacaélel, los grandes sabios indígenas con nombres, apellidos, fecha de nacimiento y obra conocida como grandes pensadores. Yo me sitúo ahí, yo soy descendiente de Netzahualcóyotl y no de Hernán Cortés por mas blanquito que sea, porque es mi cultura.

Cuando voy a Europa yo les hablo de igual a igual. Recuerdo un inglés que en una ocasión me dijo: “usted viene de México, del nuevo mundo”, Yo me pregunté: ¿El nuevo mundo?, veamos, que había en Inglaterra en el siglo tercero, en el año trescientos, había solo piedras y aldeas, pero en mi patria existía ya una ciudad de trescientos mil habitantes que se llamaba Teotihuacán, una enorme ciudad, no había en toda Inglaterra una ciudad de ese tamaño, yo le dije: “mire soy pobre pero no nuevo, México no es el nuevo mundo, es viejo mundo tanto como el de Usted”, porque hay que saberse plantar de igual a igual.

Ellos tuvieron el imperio Romano, nosotros tuvimos el imperio Azteca en México y el Inca en Perú y eran grandes culturas, pero después nuestros antecesores blanquitos cometieron gravísimos errores, primero por España y después por nosotros y por eso estamos ahora de rodillas, pero ya nos pondremos de pie como lo hace Bolivia, como lo hace Ecuador, como lo hace Venezuela, aunque hoy seguimos de rodillas y pedimos venia al norte para hacer cualquier cosa. Vean lo que pasa en el sur, Evo Morales no pide permiso para actuar o pensar, es un indígena y tiene honor y una sabiduría milenaria, no es como nuestros blanquitos que se arrodillan ante los patrones, ellos ya no se arrodillan ante nadie.

“Mucho antes del desarrollo de Europa en el valle de México había una cultura que hoy tiene una antigüedad de más de siete mil años, en México, como la gran Tenochtitlán, existían grandes culturas indígenas, nosotros somos herederos de esas grandes culturas”

http://historiademexico-historia.blogspot.com

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“A doscientos años de la “independencia” y cien de la “revolución” lo único que podemos celebrar los pueblos indios es que seguimos luchando por la autonomía y la libre autodeterminación y es justo con estas acciones como transgredimos en la vida cotidiana la celebración de arriba”

Despojo, pobreza y defensa de las comunidades indígenas

Por Fortino Domínguez Rueda

Emigrante zoque, originario de Chapulte-nango, Chiapas. Responsable del proyecto Región Migrantes de la UACI. Asimismo, cursa la maestría en antropología social en el CIESAS Occidente

...la contrahistoria (...) será el discurso de los que no poseen la gloria o –habiéndola perdido se en-cuentran ahora en la oscuridad, en el silencio [en lucha…].Michel Foucault

Durante el presente año el gobierno mexicano ha venido desarrollando una serie de actividades protocola-

rias para conmemorar tanto el Bicentenario de la Guerra de Independencia como el Cen-tenario de la Revolución mexicana. Es justo en esta coyuntura histórica –marcada por una cantidad excesiva de festejos y de un creciente optimismo republicano– donde los pueblos indígenas nos preguntamos ¿Existe algo para celebrar?

Tengo claro que la pregunta puede incomo-dar a más de alguno y más tratándose de al-gún agente gubernamental o en estos días, de un aficionado futbolero, para quien los consejos optimistas del entrenador nacional en el horario estelar televisivo, son sin más, una prueba fehaciente de lo maravilloso que es nuestro país. Desgraciadamente (para ellos) los pueblos indios nos hemos caracte-rizado por tener memoria y sobre todo por denunciar la terrible persistencia en las rela-ciones coloniales de poder.

Muchos argumentarán que fue justo para romper las relaciones coloniales que la gue-rra de Independencia de México se articu-ló. Si bien los ideales de Hidalgo, Morelos y Guerrero no se pueden objetar ya que me parecen genuinos, ahora a la distancia del tiempo debemos preguntarnos ¿por qué los pueblos indios en un país que se dice inde-pendiente y democrático seguimos siendo tratados como la alteridad negativa?

Para tratar de clarificar esta atrofia en rela-ción a los pueblos indígenas, donde clara-mente todo cambió para continuar igual, de-bemos recordar que, tanto la Independencia como la Revolución, quedaron la primera en manos de criollos de descendencia europea, mismos que implementaron un “colonialis-mo interno”, es decir, pusieron en marcha un proceso de re-producción y re-organización del anterior colonialismo ibérico. En el caso de la Revolución mexicana quedó en manos de un selecto grupo de militares que traicio-nó los ideales de cambio y reforma agraria que le dieron vida.

Los indígenas partimos en cambio del su-puesto de que “la división internacional del trabajo entre centros y periferias, así como la jerarquización étnico-racial de las poblacio-nes, formada durante varios siglos de expan-sión colonial europea, no se transformó sig-nificativamente con el fin del colonialismo. Asistimos, más bien a una transformación del colonialismo moderno a la colonialidad global, proceso que ciertamente ha transfor-mado las formas de dominación desplega-das por la modernidad, pero no la estructu-ra de las relaciones centro-periferia a escala mundial” 1.

Es justo con esta postura ante la celebración oficial, que los pueblos del color de la tierra venimos a contradecir al relato histórico que quiere hacernos creer como verdaderas las proclamas de igualdad, progreso y justicia. En la actualidad el racismo, la discrimina-ción, la exclusión social y política y la perma-nente guerra de exterminio contra nuestros pueblos son una constante así como el des-pojo de nuestros territorios y la recurrente violación de nuestros derechos primordia-les, en ese sentido ¿qué se puede celebrar?

A doscientos años de la “independencia” y cien de la “revolución” lo único que pode-mos celebrar los pueblos indios es que se-guimos luchando por la autonomía y la libre autodeterminación y es justo con estas accio-nes como transgredimos en la vida cotidiana la celebración de arriba.

(1) Santiago Castro Gómez, Ramón Grosfoguel, Editores, El giro decolonial. Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo glo-bal, Bogotá Colombia, Siglo del Hombre Editores, Universidad Central, Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos y Pontifica Universidad Javeriana, Instituto Pensar, 2007, p. 13.

Transgredir al bicentenario de arriba

Opinión

Foto: Pedro Valtierra

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9Tukari Espacio de comunicación intercultural Tukari multicultural

Por Ileana Landeros y Aldo Ruiz

Cuando por primera vez llegas a un país africano todos los hombres y mujeres te parecen iguales, no hay

manera de distinguir sus rasgos físicos, y no sólo las personas sino las calles polvorientas, las casas a medio construir y la pobreza de estos países te parece igual, no es sino hasta que te adentras en sus comunidades cuando empiezas a distinguir e identificar, los acen-tos, la diversidad de lenguas y el fenómeno de la multiculturalidad que existe en toda la extensión de la palabra.

Gambia como algunos países del este de Áfri-ca se caracterizan por una libre migración de familias enteras quienes en su afán por buscar una vida mejor se aventuran en via-jes de semanas o meses, años atrás pueblos enteros se organizaban en desplazamientos multitudinarios y así comenzaban la aven-tura, provistos de alfombras de plástico para dormir, leña, grandes cazos para cocinar, arroz que ellos cultivaban, uno que otro ve-getal, rebaños de ovejas, gallinas atadas por las patas, carros jalados por burros, y todas las mujeres con grandes bultos en la cabeza y niños atados a la espalda recorren juntos cientos de kilómetros. La duración del viaje, depende del destino o el agotamiento de la familia, puede durar más o menos tiempo, y así poco a poco el pueblo entero que un día salió se comienza a disgregar, pero algo es seguro, cuando pertenecen a la misma tribu, son capaces de reconocerse y en muchos ca-sos continuar en contacto y ayudarse en la medida de lo posible.

Mariama Badjie, maestra de preescolar y madre de cinco hijos (cuatro varones y una niña) pertenece a la tribu Karronenka de Casamance, Senegal, aunque ella nació en Gambia nos cuenta con orgullo el arraigo y la estimación que le produce ser una karrone-nka, y sobre todo porque a menudo los con-funden o integran dentro de la tribu Jola, por la cercanía geográfica que tuvieron (en los límites de Casamance en Senegal), sin em-bargo ella hace énfasis en las grandes dife-rencias que los separan: “nuestras creencias, ceremonias y unión familiar es muy diferen-te a la de cualquier otra tribu, para nosotros es muy importante la relación con nuestras familias, creemos que la unión familiar hace la fuerza. Cuando es época de sembrar todas

las casas están solas, todos los integrantes de la familia, primos, tíos, abuelos, hermanos, hijos, todos, se van al campo, allá se hace de comer, allá se duerme si es necesario, pero todos se involucran en el trabajo, sino para nosotros la comida no sabe igual”.

Una de las características de esta tribu es que todo absolutamente todo lo que consumen y poseen es producto de su esfuerzo, en lo que se refiere a la comida, ellos producían hasta el aceite que comían, pero con la globaliza-ción se vieron en la necesidad de modificar ciertos hábitos, porque no les quedó otra op-ción, afirma Mariama, producir aceite o co-sechar arroz ahora es mucho más caro. Pero recuerdo que los Yayas (abuelos o ancianos) siempre nos dicen que no tiene el mismo sa-bor, en principio porque ya no es producto tocado por sus manos.

Pese a la distancia que los vio nacer los karro-nenkas de Gambia, tienen muy vivas sus tra-diciones y mes a mes se reúnen en Latri-kun-da, en la reunión cada familia lleva algo que desee donar, y va desde un costal de arroz, hasta una lata de aceite, o bien metros de tela para hacerse ropa, aparte hace una pequeña aportación de cincuenta dálasis (aproxima-

damente veintidós pesos). En la reunión las mujeres y los hombres tienen oportunidad de hablar de sus problemas y darse consejos entre ellos, pero el objetivo principal es ana-lizar la situación de cada familia en especial aquellas que son más pobres, y ahí se decide a quién se ayudará, ya sea para poner techo a su casa, para llevar al doctor, o quien tiene necesidades más apremiantes que en la ma-yoría de los casos no se resuelven con dinero sino con trabajo y presencia física.

La música y el canto son muy importantes para los karronenkas, por ejemplo, cuando una persona muere, en especial si se trata de una persona mayor, las mujeres ataviadas con faldas tradicionales de color negro y co-llares multicolores en la cintura y cruzados en el pecho, se dedican a cantarle y bailarle, pues según explica Mariama, en los cantos describen la vida de la persona, es decir, si se trata de un campesino que trabajó muy duro hasta el día de su muerte las canciones hacen alusión a toda su vida y además los movimientos en la danza recordarán los mo-vimientos que hacía con el pico para surcar la tierra.

Identidad indígena en GambiaHoy presentamos por primera ocasión la sección Tukari multicultural, dedicada a conocer la iden-tidad y cultura de otros pueblos originarios en el mundo y para celebrar la diversidad de modos de pensar y relacionarse con la madre tierra. Agradecemos la colaboración especial de los compañeros Ileana Landeros Casillas y Aldo Ruiz Domínguez desde la costa africana en Gambia.

Foto: Aldo Ruiz

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10 Tukari

¡SOLO MUERTOS NOS SACARAN DE NUESTRAS TIERRAS¡ AL PUEBLO DE MÉXICO Y A LOS PUEBLOS DEL MUNDO.

A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.

El día de hoy nuestra comunidad ha cumplido un difícil primer año de haber recuperado las tierras del paraje de Xayakalan que desde hace más de 40 años habían sido invadidas por ricos caciques de La Placita, Michoacán. Asimismo hoy se cumple un año de que nuestra comunidad fun-dó el poblado de Xayakalan y reorganizó su policía comunitaria tradicional, formando un cuerpo de guardia comunal en ejercicio pleno de su

Autonomía Y Autodefensa. Lo anterior pudimos lograrlo porque alcanzamos la completa unificación en la cabecera de Ostula y en las 22 poblaciones o encargaturas que la integran, haciendo a un lado a gobiernos, partidos políticos, corrientes magisteriales y religiones.

Desde aquel día histórico para el pueblo nahua de la Costa-Sierra de Michoacán y aún antes, hemos sufrido el acoso y las constantes agresiones de poderosos grupos paramilitares que persiguen, asesinan y desaparecen a integrantes de nuestra comunidad con total impunidad y a la vista de todos los niveles de gobierno, destacando las desapariciones forzadas del compañero Francisco de Asís Manuel, presidente de bienes comunales de Santa María Ostula, y de los comuneros Javier Martínez Robles y Gerardo Vera Orcino, desapariciones que no han sido aclaradas por ninguna instancia de gobierno y que significan una herida viva para nuestra comunidad y para los pueblos indígenas de México.

Hasta el día de hoy el gobierno federal no ha dado una respuesta satisfactoria al problema agrario que nos aqueja, atendiendo a cuentagotas tan com-pleja situación y ofreciendo mediante palabras soluciones que no vemos llegar. Ante lo anterior manifestamos que la posesión que hemos recuperado, misma que se encuentra amparada por nuestros antiguos títulos primordiales y la resolución agraria que deriva de ellos, no la abandonaremos más que a costa de nuestras vidas, pues no permitiremos nunca más un nuevo atraco, un nuevo despojo en contra de nuestra comunidad. Entendemos claramente que ante los poderosos intereses del narcotráfico y el gran capital extranjero esta lucha resulta crucial para nuestra comunidad y en ella va su futuro.

A los pueblos indígenas y a los pueblos del mundo entero volvemos a reiterar que ante la guerra desatada en contra del pueblo nahua de la Costa de Michoacán nuestro territorio permanece totalmente protegido y nuestra unidad y firmeza en la lucha son más fuertes que nunca, siendo nuestras exigencias las siguientes:

Presentación con vida de los comuneros Francisco de Asís Manuel, presidente de bienes comunales, Javier Martínez Robles y Gerardo Vera Orcino; esclarecimiento del asesinato del profesor Diego Ramírez Domínguez y el castigo a los autores intelectuales y materiales de su muerte; e investigación de los asesinatos hasta hoy impunes de ocho comuneros pertenecientes a las comunidades nahuas de la Costa.

Respeto a la posesión que Ostula guarda sobre las tierras que recuperó el pasado 29 de junio en el paraje conocido como Xayakalan.

La inmediata y urgente solución a nuestra problemática agraria en el paraje de Xayakalan por parte de los gobiernos del estado y federal para que se garantice en forma definitiva la tenencia jurídica de dichas tierras a favor de Ostula.

La desarticulación de los grupos de narco paramilitares y castigo a los funcionarios de gobierno que los protegen.

El otorgamiento de garantías por parte de los gobiernos federal y del estado de Michoacán para el funcionamiento de las policías comunitarias y su guardia comunal en las comunidades de Santa María Ostula, El Coire y Pómaro; es decir, en todo el territorio nahua de la Costa michoacana.

¡Respeto a la totalidad de nuestras tierras comunales!

¡Respeto a nuestra policía comunitaria y su guardia comunal!

¡Presentación con vida del compañero Francisco de Asís Manuel, presidente de bienes comunales de Santa María Ostula!

¡Presentación con vida de los comuneros Javier Martínez Robles y Gerardo Vera Orcino!

¡Castigo a los culpables del asesinato del profesor Diego Ramírez Domínguez!

SANTA MARÍA OSTULA, AQUILA, MICH., A 29 DE JUNIO DE 2010.

¡TIERRA Y LIBERTAD!

LAS AUTORIDADES CIVILES Y AGRARIAS DE LA COMUNIDAD

Despojo, pobreza y defensa de las comunidades indígenas Convocatoria

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11Tukari Espacio de comunicación intercultural

TRIUNFO EN LA LIBERACIÓN DE LOS PRESOS DE ATENCO

La victoria es la diferencia entre el esplendor de un pueblo o su tiranía. Así nos los enseñó nuestro abuelo, nos dijo que no basta querer cambiar nuestra realidad sino qué hay que construir cada paso para lograrlo. Él sabía lo que decía, porque en ese entonces, un gobernante tirano lo exilió de estas tierras, quería exterminarlo, así que vivió perseguido en la primera etapa de su vida. Cuando llegó el día, lo confrontó con decisión e inteligencia hasta lograr la victoria. Desde ese entonces, cambió la realidad de su tiempo, de perseguido pasó a convertirse en el Rey Poeta Nezahualcóyotl.

Tal vez por eso algunos no lo comprenden, pero es sencillo, en la vida también hay otra opción más allá

de la derrota y la dominación, el triunfo. Nuestra historia está llena de esos hechos pero nos cuesta verlos. Muchos quieren el triunfo final y la desaparición del oponente, pero no es así. El triunfo es la acumulación de hechos y acontecimientos que modifican el estado de ánimo de los pueblos, mediante las luchas que transforman nuestra realidad individual y colectiva, aunque en muchos casos los símbolos se convierten en las señales de este cambio. Esto viene de lejos, nuestros abuelos Zapata y Villa nos lo enseñaron, no basta la toma del poder para cambiar nuestra realidad, lo que lo provoca es la acción del pueblo organizado, la rebelión de los dominados, partiendo del hecho de reconocernos que existimos como pueblos y que somos capaces de confrontar a los enemigos y derrotarlos.

Quizás parezca lejana nuestra historia porque estamos hablando a 200 años de la Independencia y a 100 años de la Revolución, pero la historia se construye con las pequeñas luchas que nos llevan a las grandes transformaciones. Por eso estamos seguros que nuestra lucha de nueve años en Atenco, también es un aporte al proceso de transformación que tanto buscamos en nuestro país. Ya nos lo están demostrando en América Latina, se puede cambiar la realidad con la lucha del pueblo. No estamos lejos. Si México despierta, lo hará con la sabiduría ancestral de los indígenas, con las manos firmes y callosas de los campesinos, con la mirada insumisa de sus mujeres, con el puño levantado de los obreros, con el grito profundo de sus jóvenes y estudiantes y con la ternura rebelde de sus niños y niñas, si México despierta será por la acción transformadora de todos ustedes. Nosotros estamos cansados de ser los oprimidos, de ser los dominados y explotados, nosotros somos los insumisos y rebeldes, aquellos que luchamos por un mundo mejor partiendo de nuestra propia cotidianidad, tal vez por eso luchamos aunque tenemos muchas razones.

Con el grito de “la tierra no se vende, se ama se defiende”, comenzó otra vez nuestra lucha en estas tierras, allá en el 2001, cuando Vicente Fox quería construir su aeropuerto, no fue sencillo derrotarlo, porque primero tuvimos que vencer la idea de que “no tiene sentido luchar contra el gobierno”, porque “nadie le gana”. Y sin embargo, lo logramos, ¡vencimos! En el 2006 nuevamente se repitió ese suceso, muchos pensaron que nuestro triunfo en 2002 era pura casualidad y que por obra del destino teníamos que pagar por 112 años nuestra “indolencia”. Nosotros en el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra sabemos que la historia no es determinista, que ésta se construye y que si habíamos ganado una vez, teníamos la posibilidad de lograrlo de nuevo, y así lo hicimos ahora. Es más fácil decirlo, pero aquí bien sabemos lo que eso significa. Si esta plaza hablara nos contaría del dolor, de la tristeza, de la desesperación y el terror que vivimos, pero también del camino que se recorre para sonreír, para tener esperanza, para llorar de alegría, para bailar por la rebeldía de vivir, por el coraje de luchar y por la humildad de triunfar.

Hermanos y hermanas, aún nos duelen nuestros muertos José Enrique Espinoza Juárez, Javier Cortes y Alexis Benhumea, nos duelen los que se fueron en el camino, nos duele “Panchito”, Francisco Altamirano, nos duelen nuestras mujeres violadas, nos duelen nuestros hombres y mujeres golpeadas, por eso, este momento de la libertad de nuestros 12 presos, es para todos ellos, porque esta es la única forma que sabemos en donde el pueblo hace justicia para el propio pueblo.

¡Alexis vive, la lucha sigue! ¡José Enrique vive, la lucha sigue! ¡Javier Cortes vive, la lucha sigue! ¡Panchito vive, la lucha sigue!

No queremos parecer triunfalistas porque nuestra lucha es una sola pero hay más, lo que hicimos fue mandar un mensaje de que “si nosotros lo hicimos por segunda vez, por qué no lo podemos hacer todos juntos”. Que no quepa la duda, el Frente de Pueblos seguirá luchando y lo hará en dos caminos, uno de ellos, será el de la defensa de la tierra mediante el trabajo, haciéndola producir,

generando proyectos alternativos, autogestivos y continuando con el proceso de autoorganiza ción en la región. El otro camino seguirá siendo el de la lucha, solidarizándonos con otros movimientos de México y el mundo, no importa que sean grandes o pequeños, ahí estaremos. Si en algo creemos, es que defendimos la tierra y liberamos a nuestros presos gracias a todos ustedes, por eso seguiremos luchando juntos. Aún falta mucho qué hacer, la situación de nuestros hermanos y hermanas del Sindicato Mexicano de Electricistas nos preocupa, especialmente la salud de nuestros compañeros en huelga de hambre. Nosotros hemos pasado por lo mismo. Se nos cerraron todas las puertas pero seguimos los consejos de los abuelos. La clave es la lucha, mientras te mantengas en resistencia podrás ganar, por eso hermanos del SME, estamos convencidos de que van a triunfar y ahí estaremos todos en ese momento. La situación es la misma en el caso de los mineros de Sombrete, de Pasta de Conchos, de Taxco y Cananea, aunque no podemos olvidar la lucha contra de la Minera San Xavier, en contra de la Presa La Parota, en San Juan Copala y en muchas partes del país. Tampoco dejamos de ver las agresiones que siguen sufriendo nuestros hermanos y hermanas zapatistas en Chiapas. De cómo la paramilitarización como estrategia contrainsurgente se agudiza. Seguiremos luchando con el EZLN y La Otra Campaña.

Sepan que gracias a todos ustedes alcanzamos la libertad de los 12 presos políticos. Aunque no cabe duda, gracias a la solidaridad nacional e internacional, al Comité Libertad y Justicia para Atenco, a la Campaña Nacional e Internacional lo hemos logrado, a todos los abogados, en particular a nuestro hermano Leonel Rivero y a Servicios Legales. Por eso debe quedar claro, que todos ustedes ya forman parte de la historia de Atenco, que los llevamos en lo más profundo de nuestro corazón y consideramos que esto es una muestra de lo que significa la dignidad humana. Sin embargo, aún nos falta alguien, nos falta América Del Valle, vamos por ella, seguiremos luchando para que regrese con nosotros, y así será. En Atenco sabemos qué ahora que liberamos a los presos vamos por la liberación de México, esa es la única manera que nos enseñaron nuestros abuelos Nezahualcoyotl, Zapata y Villa.

Vía Poder Popular 08crónica de sociales.org

Manifiesto

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Tukari Historia de Vida Espacio de comunicación intercultural

Teresa Rivas Salcido Médico Indígena

Su familia es descendiente de la cultu-ra maya, de un poblado llamado Me-sia perteneciente al Departamento de

Huehuetenango, Guatemala. Proviene de un linaje de médicas tradicionales cuyo co-nocimiento ha sido transmitido de genera-ción en generación. Teresa recuerda que su Abuela Ventura Espanta era respetada en su comunidad por ser una gran Shamana, co-nocedora de las artes de la curación y con un gran poder político.

Desde niña Tere –Venturita– aprendió a dis-tinguir las plantas medicinales, gracias a que su abuela le compartió la tradición indígena, quien como su mamá explicaban en el cami-no, en el momento, sin tener que estudiarlo. Posteriormente la tía María Espanta conti-núo con la tradición de curandera y esta se la heredo a Venturita quien al principio no entendía él legado filosófico de comprender de otra manera la vida, la salud, la enferme-dad y conservar un sistema de curación vi-gente y efectivo que por muchos años se ha confundido con brujería.

Fue hasta los 26 años casi por concluir la li-cenciatura de Trabajo Social que decidió en-trar en un convento de religiosas “muy re-volucionarias que practicaban la Teoría de la Liberación”. Su primera incursión en tal co-rriente fue en Nicaragua cuando su congre-gación apoyó a los hermanos nicaragüenses

con el corte de café en tiempos de Daniel Or-tega, el Frente Sandinista de Liberación Na-cional y la guerra frente a la Contra. En ese tiempo, “mi vida alcanzó su plenitud pues con apoyo de un compañero acupunturista fundamos 3 consultorios de medicina popu-lar. Éstos contaban con una farmacia entera de herbolaria y nuestra labor se centró en compartir el conocimiento médico tradicio-nal a los pobladores a través de talleres de capacitación, con la finalidad de ser ellos quienes continuaran la labor de difundir y practicar tal conocimiento”. Nuestra segun-da intención, señala Tere, “tenía como ob-jetivo la apertura de más consultorios, esta vez, por iniciativa de los pobladores. En poco tiempo, de ser tres consultorios aho-ra suman alrededor de 500; es allí cuando descubrí que era feliz enseñando lo que sa-bía de curandera y curando”. Algunos años después Tere regresó a Guadalajara, se casó y tuvo dos hijas quienes ahora aprenden la tradición de la medicina indígena.

Actualmente, Tere difunde su conocimiento en la Academia de Medicina Indígena y Te-rapias Alternativas (AMITA) fundada hace quince años y con domicilio en calle Mez-quitán No. 188 entre Juan Manuel y San Fe-lipe, Colonia Centro, en Guadalajara; Jalis-co. En Amita se desarrollan diplomados de medicina indígena para aquellas personas interesadas en capacitarse como terapeutas, “que vibren en el amor y que ofrenden su vida para la salud y un bienestar mayor”. Sus estudiantes, son capacitados en el cono-cimiento y manejo de flores de Bach, reflexo-logía, diagnóstico general, lectura del campo energético, homeopatía, entre otros.

“Una característica de nuestra enseñanza es que cuando un terapeuta llega a tener la vi-sión profunda del origen de la enfermedad, se convierte en un mensajero. Les decimos donde está la enfermedad, los llevamos poco a poco a que descubran de donde viene su culpa y su deseo de enfermarse y de morir, una orden que se dio porque hay un coraje muy grande. Cuando no estamos conectados con el espíritu actuamos inconscientemen-te y hacemos cosas que no debemos hacer, por ello constantemente tenemos que estar revisando cual es la inspiración de nuestros

actos, es como estar en la visión por arriba del impulso, nuestros actos son diferentes desde el espíritu, para lograr ésto se pueden aplicar diferentes prácticas curativas como lo es el temazcal, las sobadas, las limpias, la danza, el ayuno, la comunión con las plantas sagradas, retirarnos a la montaña, al desierto para revisar como estamos actuando y como estamos haciendo nuestra tarea”.

Para Tere, las prácticas curativas indígenas permiten establecer aquellos vínculos de nuestro ser con el cosmos, de tal forma que el reencuentro con nuestra esencia nos ayuda a sanar cuerpo y espíritu. “Nuestras prácticas llevan al paciente a que re-descubra quien es realmente y cual es su proceso espiritual, para que lo empiece a ejercer. Porque si no cumple su labor en este mundo, no va a es-tar bien, la enfermedad es un correctivo, las prácticas de la medicina indígena van a la conciencia”.

Tere se adentra por primera vez en la cos-mogonía Wixárika “después de varias invita-ciones por parte de mis hermanos huicholes, acudo a la fiesta del Xicuri Neixa (Danza del Peyote), empiezo a danzar, fue como encon-trar mi lugar. Cuando llego con los huicho-les me siento en comunidad y hasta la fecha no he dejado de ir, compartir y recibir de su compartir”. También ha convivido con dis-tintas tradiciones indígenas de otros lugares del mundo como Nueva Zelanda, Perú, los Shipibo-Conibo de las Amazonas y Lacando-nes de la Selva Chiapaneca “compartiendo nuestras medicinas y nuestras ceremonias”.

Haciendo un balance de la situación indíge-na en nuestro país, Tere señala la imperante necesidad y compromiso de que las autori-dades verdaderamente escuchen y respeten los usos y costumbres de los pueblos indíge-nas y el respeto a su cosmovisión. Enfatiza que el apoyo debe ser con base “a lo que ellos necesitan no a lo que se quiere dar. Por ejem-plo “la salud que promuevo en la sierra está incompleta por la falta de higiene y la falta de higiene se debe a la falta de agua. Pero las autoridades no escuchan a las comunidades, ellas pidieron agua de los manantiales y las autoridades les pusieron postes de luz”.

“La salud viene de estar bien con Dios y con todas las relaciones, de ahí parte un estado de armonía, el que no sienta culpa la gente, el que no sienta coraje, si estamos bien con todo esto indudablemente somos unas personas sanas, porque no llevamos una culpa que nos lleve al auto castigo”.