Psicología y counseling: hacia una sana relación filial.

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PSICOLOGÍA Y COUNSELING: hacia una sana relación filial ¿Es realmente dable una relación profesional entre psicología y counseling? ¿Cuán auténticos y abiertos al encuentro salugénico son los miembros de ambas disciplinas? La psicología en la Argentina, con su fuerte impronta bajo el modelo psicoanalítico, se halla en un importante momento de transición. Es un tiempo de evaluación y reflexión sobre sí misma que no puede evitar de frente a una cada vez más intricada sociedad, de la que siempre ha formado parte pero con la que poco se ha relacionado naturalmente. El counseling, por otro lado, con su principal característica centrada-en-la-persona, atraviesa por un periodo de relativo crecimiento por el que todavía esquiva su firme consolidación profesional en la realidad. Sobre una misma trama sociocultural, los miembros de la primera disciplina generalmente se resisten a la presencia de los de la segunda, siendo que ambas podrían madurar a través del diálogo y de la ayuda recíproca. Por medio de una sucinta exploración del escaso material que se halla principalmente en internet, es posible delinear esta tensa relación entre psicología y counseling. Quizás así se conceda lugar a algunas preguntas iniciales y se despierte el interés por serias indagaciones al respecto. Me parece, según lo poco que sabemos sobre estos temas, que una nueva sociedad surge a partir de las acciones que se toman para formarla; y las instituciones y la ideología que desarrolla no son independientes de tales acciones. De hecho, aquellas se ven intensamente matizadas por éstas, de muchas maneras resultan conformadas por éstas. Noam Chomsky. 1

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El texto pretende dar lugar a reflexiones sobre la posibilidad de un encuentro saludable entre ambas disciplinas. Para mejor lectura, y acceso a los varios links, recomiendo descargar el documento.

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PSICOLOGÍA Y COUNSELING:hacia una sana relación filial

¿Es realmente dable una relación profesional entre psicología y counseling? ¿Cuán auténticos y abiertos al encuentro salugénico son los miembros de ambas disciplinas?

La psicología en la Argentina, con su fuerte impronta bajo el modelo psicoanalítico, se halla en un importante momento de transición. Es un tiempo de evaluación y reflexión sobre sí misma que no puede evitar de frente a una cada vez más intricada sociedad, de la que siempre ha formado parte pero con la que poco se ha relacionado naturalmente. El counseling, por otro lado, con su principal característica centrada-en-la-persona, atraviesa por un periodo de relativo crecimiento por el que todavía esquiva su firme consolidación profesional en la realidad.

Sobre una misma trama sociocultural, los miembros de la primera disciplina generalmente se resisten a la presencia de los de la segunda, siendo que ambas podrían madurar a través del diálogo y de la ayuda recíproca.

Por medio de una sucinta exploración del escaso material que se halla principalmente en internet, es posible delinear esta tensa relación entre psicología y counseling. Quizás así se conceda lugar a algunas preguntas iniciales y se despierte el interés por serias indagaciones al respecto.

Me parece, según lo poco que sabemos sobre estos temas, que una nueva sociedad surge a partir de las acciones que se toman para formarla; y las instituciones y la ideología que desarrolla no son independientes de tales acciones. De hecho, aquellas se ven intensamente matizadas por éstas, de muchas maneras resultan conformadas por éstas.

Noam Chomsky.

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El contradictorio mensaje de la psicología.

En un artículo oportuno, tras apuntar la necesidad de la psicología de vincularse más con la sociedad, de manera sensata y práctica con ella, Gabriela Aisenson señala el propósito de diversos profesionales de la Psicología de la Orientación de realizar intervenciones tendientes a reducir la desigualdad social. Para ello, habrán que cimentarse primero en una adecuada penetración en las complejidades de la interrelación humana: “Es decir, comprender en profundidad el funcionamiento subjetivo de las personas y las condiciones del contexto que favorecen u obstaculizan el desarrollo de las oportunidades a las que todos los ciudadanos tienen derecho en una democracia (2011, p. 11)”.

Aisenson concluye que asistimos a un momento difícil, uno que exige modelos originales en pro de la integración y valoración de los grupos menos favorecidos:

En una línea similar se encuentra Ezequiel Benito, quien llama a la psicología a madurar su postura entre ciencia y responsabilidad social. La psicología tiene que contextualizarse, situarse en el entre del aislado investigador y de las personas comunes. Para tal labor, requiere de alcanzar una mirada salugénica inter y transdisciplinaria. Sobre la manera en que la psicología ha de entrar en contacto con la comunidad, sostiene que:

Ya mucho antes, desde la Psicología Política, Ángel Rodríguez Kauth había notado la necesidad de los psicólogos de “profundizar las relaciones entre los fenómenos a estudiar que le encargan, con otro tipo de variables, tales como la desesperanza, la participación social y política, la exposición a los medios masivos de comunicación, la intolerencia/tolerancia política, racial y religiosa [...]” (2001, p. 47). Poco después, desde la Psicología Social Comunitaria, Margarita M. Ussher invitará a sus colegas a evaluar su postura política dentro de su entramado social:

De esta manera, se pueden observar áreas de la psicología que regularmente evidencian grietas saludables, las cuales le permiten observar “más allá de la torre de marfil” -según la original concepción de Bok (2008)- en la que tradicionalmente habita.

Nuestro país se encuentra frente a un desafío complejo relacionado con la necesidad de integrar e incluir a grandes colectivos sociales marginados de las oportunidades elementales para desarrollarse como personas y de lograr inserciones educativas, laborales y sociales que sean valorados por ellos y por la sociedad (p. 12).

Si no nos interrogamos acerca de la dimensión ético-política de nuestras prácticas, solo actuaremos en función de los intereses de los que tienen más poder, invisibilizados bajo una supuesta neutralidad. [...Esto] supone una toma de conciencia de nuestra inserción social y de los intereses históricos a los que servimos (2006, Necesidad de incluir la perspectiva de los oprimidos, párr. 3-4).

Por otro lado, el viraje hacia un modelo social de la psicología para la salud implica principalmente reconocer a la psicología como un servicio público. Requiere considerar que el comienzo de cualquier intervención psicológica es el análisis de las necesidades que tienen las personas que forman parte de un contexto sociocultural. Significa también hacer hincapié en el logro de una mayor calidad de vida, de un mayor grado de bienestar. Es allí donde la psicología aún se encuentra en proceso de maduración fundamental, para dar lugar a una concientización más profunda sobre las prácticas de los psicólogos, sobre nuestra inserción social, sobre nuestra responsabilidad como ciudadanos, y de cómo ésta puede y debe articularse con la ciencia que producimos y ejercemos (2011, párr. 13, cursiva añadida).

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Sin embargo, aunque hayan admirables propuestas de parte de psicólogos reflexivos y vanguardistas, los hay quienes están más concentrados en aferrarse a su adquirido estatus socioprofesional. Desde el 2009, sigue accesible en internet la nota N° 787/09 del Consejo Superior del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires (Distrito XV), en la que éste expresa su postura respecto del ahora suspendido Proyecto de Ley del Counselor. Allí manifiesta “serias objeciones para su aprobación”, ya que el counseling “no hace más que invadir las incumbencias [...] del ejercicio profesional del psicólogo”, “invade las actividades reservadas a título”; el proyecto en cuestión, “desde sus fundamentos hasta su texto invade las incumbencias y actividades” reservadas a los psicólogos. Además, la figura del consultor psicológico, según “bases científicas y legales no reúne los requisitos para brindar servicios reservados a los profesionales” de la psicología, ni tampoco “posee títulos nacionales o provinciales que le den sustento científico y legal”.

En otra nota al año siguiente, el Consejo Superior, bajo la misma dirección de María de las Nieves Ruíz, continúa con que “aún debemos defender nuestras incumbencias”, y que “no se trata de perseguir como alguna vez fuimos perseguidos” sino que se “trata de defender” todo cuanto implica el ser psicólogo.

La reiterada expresión invadir, la necesidad de defender y el reclamo de un prestigio científico-legal adquirido se revelan así bajo una actitud casi marcial además de aristocrática, van de la mano con el desdén al otro, al temor a su inclusión y a la posibilidad de transformación institucional. Los counselors son resistidos como invasores violentos, atrasados e ilegítimos. Y si bien no son “perseguidos”, la intención no pareciera estar ausente.

El discurso discriminatorio contra el counseling se va naturalizando gradualmente. Hace varios años ya, el psicoanalista Oscar Lamorgia veía al counseling como invasivo y formando parte de “cuerpos doctrinarios de orígenes dudosos” (2000, párr. 13). Luego, la presidenta del Colegio de Psicólogos de Misiones, Liliana Almirón, se refería a la carrera diciendo que era “un invento” y que los counselors eran sujetos “que no cumplen los requisitos mínimos [...] están escasamente preparados [...] y no tienen ningún código de ética” (2004). Y su consideración era compartida por Elena Ayala, directora de carrera en la UCP. Poco después, desde la psiquiatría, Eduardo Espector dirá que hay carreras que “ni pueden denominarse terciarias (psicología social, counseling), que no son más que habilitaciones que encubren el ejercicio ilegal de la psicología” (2007, p.13). Posteriormente, Angélica Dávila, entonces profesora en la UNC, concluiría respecto al counseling que “no pueden otorgarse títulos que invadan las actividades reservadas a nuestra profesión” (2010, p. 42). Y más tarde, el presidente del Colegio de Psicólogos de Neuquén, Andrés Ortega, dará inicio a una “campaña contra el ejercicio ilegal de la profesión” y contra las “carreras intrusivas”, haciendo solo mención del counseling (2012).

Se desconocen los parámetros exactos de estos portavoces para no aceptar al counseling al menos en los límites de una disciplina “científica y legal”, siendo que hay áreas de la psicología que difícilmente puedan presumir una condición netamente científica y a sabiendas -por su propia experiencia- de que la legalidad es por sobre todo una lenta adquisición política.

El counseling es legítimo. Y desde su posición humanista quizás venga a recordarnos que la ciencia “ha probado que puede ayudar a nuestras sociedades a vivir más, pero aún le resta demostrar que puede ayudarnos a vivir mejor” (Benito, 2011, párr. 19).

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Los counselors son, decididamente, un colectivo social con una formación terciaria aprobada por el Ministerio de Cultura y Educación (Res. de la Secretaría de Educación N° 212/98). Como tal, son ciudadanos activos en una democracia y buscan una mayor inserción profesional que sea debidamente valorada. Es un hecho positivo que en el 2010 la Universidad Maimónides haya inaugurado su Tecnicatura Superior de Consultoría Psicológica, de orientación sistémica, bajo la dirección de Marilda Brodsky. Y fue algo sugerente que durante el primer semestre del 2012, el Colegio de Psicólogos de Córdoba y el de la Provincia de Salta, con la dirección de Angélica Dávila e Irma Silva respectivamente, permitieran el curso de Counseling: Orientación o Asesoramiento Psicológico, a cargo de Liliana Ternengo. Y vale mencionar también que, desde fines del 2010, el Grupo Epac, presta sus servicios de counseling en la Dirección de Obra Social de la UBA.

En términos más cotidianos, cada counselor, en su mayoría mujeres, porta consigo múltiples sueños para sí y su familia; su subjetividad va ligada a la de su grupo primario y a su comunidad. Las asociaciones profesionales y las unidades académicas de psicología debieran ser más sensibles a las expectativas de los miles de counselors en actividad y en formación. Con una probada conciencia y responsabilidad social, debieran aplicarse al desafío de ejercer a pleno sus derechos comprendidos en las Actividades Reservadas a Título (Res. N°343/09) respondiendo seriamente a cuestiones como: ¿qué hacer con los miles de counselors recibidos y en carrera? ¿Qué alternativas proponer desde una madura profesionalidad? Si tan solo se los aprecia como invasores, ¿simplemente habrá que empujarlos a la marginalidad, “desaparecerlos”? ¿Es siquiera posible erigir un discurso positivo? No solo las de alto riesgo social, sino que toda sincera necesidad de integración irrumpe desde una base profundamente humana.

En suma, todos estos hechos no hacen sino remarcar la presencia de una grave contradicción en la psicología: mientras que su aspiración académica transita por ideales de comprensión, de inclusión social y de justicia, en su práctica la política institucional se inclina por habilitar disimuladamente el prejuicio, la exclusión y la desigualdad.

La subcebida agenda del counseling.

El counseling, por otro lado, es una carrera bastante joven. Aún mantiene ciertas insuficiencias dentro de sí, como la importante falta de autorreflexión y de cohesión institucional. Aunque atisbos sobre el primer punto los fue estableciendo Daniel Pacheco:

; y sobre el segundo, se halla la disposición a la convocatoria de Gabriela Cartasso y Alejandro Lemos, quienes van acrecentando su biblioteca y sus reportajes a personalidades del counseling: . También está la revista y el espacio radial de Luciano Trejo:

; así como la variada información de Enrique Andreini: además de la más reciente página de Soledad Sarasúa: .

www.danielpacheco.com.ar

www.epimeleia-argentina.org

www.argcounseling.com.ar

www.sercounselor.com.arwww.enriqueandreini.com.ar,

En suma, todos estos hechos no hacen sino remarcar la presencia de una grave contradicción en la psicología: mientras que su aspiración académica transita por ideales de comprensión, de inclusión social y de justicia, en su práctica la política institucional se inclina por habilitar disimuladamente el prejuicio, la exclusión y la desigualdad.

La subcebida agenda del counseling.

El counseling, por otro lado, es una carrera bastante joven. Aún mantiene ciertas insuficiencias dentro de sí, como la importante falta de autorreflexión y de cohesión institucional. Aunque atisbos sobre el primer punto los fue estableciendo Daniel Pacheco:

; y sobre el segundo, se halla la disposición a la convocatoria de Gabriela Cartasso y Alejandro Lemos, quienes van acrecentando su biblioteca y sus reportajes a personalidades del counseling: . También está la revista y el espacio radial de Luciano Trejo:

; así como la variada información de Enrique Andreini: además de la más reciente página de Soledad Sarasúa: .

www.danielpacheco.com.ar

www.epimeleia-argentina.org

www.argcounseling.com.ar

www.sercounselor.com.arwww.enriqueandreini.com.ar,

Como dato anecdótico: según un estudio de Modesto Alonso, la psicología

en la Argentina es una carrera masiva donde más del 84% de los estudiantes

son mujeres (2009), quienes “reciben una instrucción deficiente y realizan sus

prácticas de forma desregulada” (García, 2009, p. 23). Aunque no hay cifras

disponibles, el porcentaje de counselors femeninos ha de ser bastante similar.

En un contexto en el que la violencia de género va en aumento, desprovista

de estadísticas oficiales y efectivos programas de prevención, al ver que es

sobre todo la psicología quien desconoce al counseling resulta algo curioso

observar una cierta degradación de la mujer por la propia mujer.

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Después de 25 años de historia, además del merecido reconocimiento a los precursores y guardianes de la consultoría psicológica, sería oportuno que los líderes del counseling encendiesen la llama de la autorreflexión para lograr una visión prospectiva que los convoque a la unidad y a seguir avanzando. Son muchas las cuestiones que tendrían que abordar la Asociación Argentina de Counselors (AAC), los más de veinte institutos que enseñan la carrera y las varias agrupaciones cimentadas en esta disciplina. Desde temas elementales a más complejos. Por ejemplo, puesto que se habla de entre cuatro a seis mil egresados, ¿cómo explicar que todavía no haya cifras puntuales sobre los counselors recibidos o en actividad? ¿Cuál es su verdadera responsabilidad y contribución a la implementación profesional del counseling en la sociedad?

Hablando sobre su experiencia en el Acercamiento Centrado en la Persona (ACP), y sobre la inevitable actualización conceptual de la misma, Claudio Rud, sostiene que:

Antes de este párrafo, Rud parafrasea a Paulo Freire, cuando dice que “los hombre nos liberamos en comunión”. Quizás esta frase, junto a su propuesta, sea adecuada hoy como lema de intramuros para un mayor sentido de unidad entre los counselors.

Pues, en tanto no haya una sólida identidad comunitaria ni reclamo colectivo, no habrá una segura confirmación de su presencia por parte de la psicología ni de la sociedad.

Hace algunos años, Dave Mearns propuso que esta disciplina hiciera frente al desafío de alcanzar una articulación con las principales instituciones de su entorno, incluidas las universidades, para así ir ejerciendo su efecto de manera práctica y sostenida. Reconociendo la particularidad coyuntural de cada país, Mearns concluye que:

Sin duda, la autoconfianza personal e institucional caminan próximos a la afirmación de la identidad colectiva.

Por otra parte, el counseling aún no se ha detenido a replicar oficial y públicamente a los sectores de la psicología que lo desprecian. Antes bien, se nota que los counselors persisten en reconocer y respetar -marcadamente- la formación superior y el abordaje de los trastornos mentales que es propio de psicólogos y psiquiatras. De hecho, de continuo anhelan integrarse a equipos inter o transdisciplinarios para realizar aportes desde la particularidad de su profesión: la plena confianza en las potencialidades y en la libertad de la persona.

Nuestra propuesta aporta una mirada que pone el centro en la constitución de relaciones transformadoras: si nos relacionamos diferente, ocurren cosas diferentes. Es en relación como transformamos nuestra vida. La empatía, la congruencia y el respeto incondicional por la experiencia compartida son tres elementos que, a modo de brújula, nos acompañan en el encuentro. Aporta también la posibilidad de salirnos del individualismo que propone el sistema imperante, para crear lazos sociales que aumenten nuestra capacidad de realizarnos como personas (2012, p. 24, cursiva original).

No es suficiente que los psicólogos humanistas esperen a ser invitados. Esa es una actitud defensiva generada por una falta básica de autoconfianza. Es una confortable insuficiencia lamentarnos del hecho de que el mundo aparentemente no desee los tesoros que tenemos para ofrecer. Necesitamos llevar esos tesoros a las instituciones de la sociedad y mostrar nuestras habilidades en la articulación que se pueda lograr con ellas, enfrentado así los desafíos de definición, evaluación y aplicación que son importantes para todo desarrollo novedoso (2003, pp. 64-65).

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Su esfuerzo por una ley que regule su actividad, y por una consiguiente matrícula profesional, solo aspira a ennoblecer su tarea para seguir ejerciéndola de manera responsable.

Hoy, el counseling precisa de un renovado impulso creativo que fomente su dignidad competitiva más allá de los límites habituales.

Dos hermanas, la misma familia.

En conclusión, la psicología se va permitiendo aperturas por las cuales vislumbrar un más amplio horizonte humano, pero si realmente pretende conectarse con la sociedad no puede sencillamente negar la legitimidad del counseling ni marginar al creciente colectivo de individuos que lo conforman. Las alternativas de inclusión han de formar parte de su tránsito hacia la madurez.

El counseling, por su parte, para consolidarse en un entramado que comparte con la psicología, ha de insistir en su búsqueda de diálogo con académicos reflexivos y con sinceras políticas de inclusión. Lo cual requiere de una previa autorreflexión y de un fuerte sentido de cohesión e identidad colectiva.

Ya que ambas disciplinas están integradas principalmente por mujeres, es solo reconociéndose miembros de una misma familia social, hermanas sobre la misma realidad argentina que tiene demasiado por mejorar, que psicología y counseling pueden lograr un verdadero encuentro y una sana relación filial.

Referencias:

Todas las recuperaciones que se hicieron en su momento fueron finalmente verificadas el 29 de septiembre del 2012.

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- Colegio de Psicólogos de la Prov. de Buenos Aires, Distrito XV (2010, Julio). Presidencia Informa. Recuperado de:

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http://www.cienciapsicologica.org/contenidos/articulos-recomendados/enfoque-cientifico-social/articulos/psicologia...-%C2%BFestas-ahi.html

http://www.cpsi.org.ar/descargas/postura_colegio_ley_cousenlor.pdf

http://www.cpsi.org.ar/boletin_digital/146_julio_2010/presidencia.php

http://www.cppc.org.ar/res/File/Dialogar-39-baja%20FINAL.pdf

http://www.dosuba.com.ar/nuevo-servicio-de-dosuba/

http://www.malapracticamedica.com.ar/sinopsis43.pdf

Walter Paredes A.

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- Mearns, D. (2003). The humanistic agenda: articulation. Journal of Humanistic Psychology, 43 (3), 53-65. “It is not sufficient for humanistic psychologists to wait until they are invited. That is a defensive attitude engendered by a basic lack of self-belief. It is a comfortable inadequacy for us to bemoan the fact that the world does not appear to want the treasures we have to offer. We need to take these treasures into the institutions of society and show our skills in articulating with those institutions, rising to the challenges of definition, evaluation, and application relevant to every new development”. Traducción mía.

- Misiones online (2004, 16 de junio). Preocupa al Colegio de Psicólogos de Misiones el dictado de la carrera de Consultor Psicológico. Recuperado de:

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http://www.psiencia.org/index.php/psiencia/article/view/17/38

http://www.misionesonline.net/noticias/16/06/2004/preocupa-al-colegio-de-psicologos-de-misiones-el-dictado-de-la-carrera-consultor-psicologico

http://alonso.lechuga.org/trabajos/PSICOLOGIA_EN_ARGENTINA_2009.pdf

http://www.rionegro.com.ar/diario/advierten-sobre-el-auge-de-psicologos-ilegales-895782-9574-nota.aspx

http://www.uv.es/garzon/psicologia%20politica/N22-2.pdf

http://www.psyche-navegante.com/articulo.asp?id_articulo=366

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[La palabra francesa calinerie significa ternura, cariño]

- Rud, C. (2012). El ACP, una manera de estar y una práctica para la vida. Cuadernos de campo, 11, 22-24.

- Ussher, M. (2006). El objeto de la Psicología Comunitaria desde el paradigma constructivista. Psicología para América Latina. Recuperado de:

http://www.psicolatina.org/Cinco/comunitaria.html