PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO -...

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PSICO EL SU ESTIM ESTA ASIGNAT PATRICIA GRANDE OLOGÍA DEL DESARROL BLOQUE III UNIDAD 4 DESARROLLO DE 1 A 3 AÑOS. MULACIÓN Y PROBLEMAS DE ET TURA LA HAN ELABORADO LAS PRO E Y BELÉN POVEDA POR ENCARGO D UNIVERSITARIO VILLANUEVA LLO TAPA OFESORAS DEL CENTRO

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PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

EL DESARROLLO DE 1 A 3 AÑOS.

SU ESTIMULACIÓN Y PROBLEMAS DE ETAPA

ESTA ASIGNATURA LA HAN ELABORADO LAS PROFESORAS PATRICIA GRANDE Y BELÉN POVEDA POR ENCARGO DEL CENT RO

PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

BLOQUE I II

UNIDAD 4

EL DESARROLLO DE 1 A 3 AÑOS.

SU ESTIMULACIÓN Y PROBLEMAS DE ETAPA

ESTA ASIGNATURA LA HAN ELABORADO LAS PROFESORAS PATRICIA GRANDE Y BELÉN POVEDA POR ENCARGO DEL CENT RO

UNIVERSITARIO VILLANUEVA

PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

SU ESTIMULACIÓN Y PROBLEMAS DE ETAPA

ESTA ASIGNATURA LA HAN ELABORADO LAS PROFESORAS PATRICIA GRANDE Y BELÉN POVEDA POR ENCARGO DEL CENT RO

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Introducción- Unidad Didáctica 4

Al final del primer año nos encontramos con que ese bebé dependiente que nos ha demandado

casi de forma permanente, deja paso a un niño muy activo, con una curiosidad natural que le

lleva a explorar los objetos y el medio, a interaccionar con las personas y a llamar su atención.

Quizá el cambio más importante que notamos en este periodo es su autonomía: aprende a

andar, aprende a hablar, inicia el control de esfínteres, empieza a comer solo,…

Un niño ávido de atención pero que, progresivamente va a ir reclamando su propio espacio y

un entorno afectivo estable y ordenado para desarrollarse.

De 1 a 3 años el niño va a realizar grandes progresos que van a ser debidos, por un lado, a

condiciones madurativas de su sistema nervioso y, por otro, a las experiencias que le

ofrecemos con personas y con objetos de su entorno: los movimientos reflejos darán paso a

movimientos más elaborados y voluntarios, la manipulación y la experiencia guiarán sus

adquisiciones a nivel perceptivo-cognitivo, las comunicaciones primitivas darán paso a una

comunicación mucho más cercana al lenguaje adulto y en general, encontraremos un niño

cada vez más autónomo y motivado.

Objetivos de la Unidad Didáctica 4 1. Conocer la evolutiva del desarrollo en el niño de 1 a 3 años.

2. Conocer los factores que favorecen u obstaculizan un adecuado desarrollo en estos

años.

3. Conocer los signos que pueden alertar sobre dificultades o alteraciones en el desarrollo

en la etapa 1-3 años.

4. Valorar la importancia de una adecuada estimulación en el desarrollo de 1 a 3 años.

5. Conocer las situaciones que mediatizan el desarrollo y el aprendizaje de 1 a 3 años.

6. Saber priorizar los objetivos del desarrollo en función del momento evolutivo.

7. Poder deducir algunos principios de intervención, materiales y ejercicios adecuados en

las distintas áreas del desarrollo.

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Índice

Unidad didáctica 4: El desarrollo evolutivo del niñ o de 1 a 3 años.

1. El desarrollo del cerebro del niño de 1 a 3 años …………………………………

2. Desarrollo evolutivo por áreas (de 1 a 3 años)…… …………………………

2.1. El desarrollo motor de 1 a 3 años… ………………………………

2.1.1. Hitos evolutivos del desarrollo motor de 1 a 3 años…………

2.1.2. Signos de alerta del desarrollo motor de 1 a 3 años…………………

2.2. El desarrollo sensorial de 1 a 3 años…… ………………………………

2.2.1. Hitos evolutivos del desarrollo sensorial de 1 a 3 años……………

2.2.2. Signos de alerta del desarrollo sensorial de 1 a 3 años………

2.3. El desarrollo cognitivo de 1 a 3 años…… ……………………………

2.3.1. Hitos evolutivos del desarrollo cognitivo de 1 a 3 años……………

2.3.2. Signos de alerta del desarrollo cognitivo de 1 a 3 años…………

2.4. El desarrollo comunicativo-lingüístico de 1 a 3 años …………

2.4.1. Hitos evolutivos del desarrollo comunicativo-lingüístico de 1 a 3 años

2.4.2. Signos de alerta del desarrollo comunicativo-lingüístico de 1 a 3 años

2.5. El desarrollo socioafectivo de 1 a 3 años …………

2.5.1. Hitos evolutivos del desarrollo socioafectivo de 1 a 3 años……

2.5.2. Signos de alerta del desarrollo socioafectivo de 1 a 3 años…………

3. Estimulación de 1 a 3 años……………………………………………………

3.1. Juguetes adecuados para la estimulación del ni ño de 1 a 3 años

3.2. Orientaciones y Actividades para favorecer el Desarrollo del niño de 1 a 3

años

3.3. Los problemas evolutivos en esta et apa…………………………

3.3.1. El control de esfínteres…………

3.3.2. Las rabietas………………………………………………………

3.3.3. La etapa de adaptación escolar…………………………

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3.3.4. Los miedos………………………………………………………

3.3.5. La televisión……………………………………………………………

1. El desarrollo del cerebro del niño de 1 a 3 años

El desarrollo físico y madurativo es la base sobre la que se construye el desarrollo psicológico

y evolutivo del niño. La reflexión para los docentes es si explicitamos, si hacemos consciente

esto ¿Prestamos la suficiente importancia a este desarrollo físico y madurativo cuando estamos

centrados en procesos de enseñanza-aprendizaje?.

El cerebro tiene funciones indispensables para la v ida: interviene en el metabolismo, en la

respiración, en el sistema cardiovascular, en el control de las emociones y en el sistema

inmunitario, entre otros. Recibe, procesa, interpreta, coordina y transmite informaciones.

A los dos años el cerebro del niño tiene ya el 75% del peso que tendrá en la edad adulta y este

aumento de peso es proporcional al desarrollo progresivo de funciones.

¿Recuerdas que la mielinización favorece las sinapsis? Pues bien, estas conexiones entre

neuronas (del axón de una neurona conectando con las dendritas de otras) aumentan

notablemente en esta edad. Las dendritas se ramifican en estos primeros años de vida y

favorece la extensión de las vías neuronales.

Algunos autores como Casey, Durston y Fossella (2001) han comprobado que las

conexiones que se utilizan, se fortalecen y las que no se utilizan se

remplazan o desaparecen . Es decir, que la experiencia repetida transforma el

cerebro y lo estimula (Nash, 1997).

Estas conexiones neuronales dan paso a funciones de alto nivel cognitivo, como el aprendizaje,

el desarrollo del lenguaje, la memoria o el razonamiento.

De ahí la importancia de la estimulación que ofrezcamos a los niños tanto en el

contexto escolar como en el familiar:

���� Debe ser enriquecedora sin sobreestimular ni sobreexcitar su sistema nervioso.

���� Debe ser constante y mantenida en el tiempo.

���� Debe realizarse en un grado de exigencia que no sobrepase los límites de sus

posibilidades madurativas.

���� Debe considerar su motivación.

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La organización de la corteza cerebral: El córtex o corteza cerebral juega un papel crítico en

el desarrollo de funciones humanas. Las neuronas se reagrupan y se especializan en distintas

áreas de la corteza cerebral, para realizar distintas funciones.

Por ejemplo, el área de Broca (áreas 44 y 45 de Brodmann) es responsable de la

articulación del lenguaje oral y el área de Wernicke es área receptora auditiva

secundaria fundamental para descifrar la palabra hablada y para interpretarla,

siendo el centro más importante para la comprensión del lenguaje.

El cerebro se encuentra dividido en dos hemisferios (hemisferio derecho e izquierdo),

conectados por una estructura llamada cuerpo calloso que ayuda a integrar la información de

los dos hemisferios en una sola unidad funcional.

Cada hemisferio se subdivide, a su vez, en 4 áreas llamadas lóbulos:

a) El lóbulo frontal tiene funciones importantes relacionadas con el movimiento

voluntario y con el pensamiento.

b) El lóbulo temporal es primordial en la audición.

c) El lóbulo parietal se encuentra implicado en el procesamiento de información

que proviene de sensaciones corporales (tacto).

d) El lóbulo occipital es predominante en funciones relacionadas con la visión.

Pero las distintas partes y funciones del cerebro n o maduran a la vez , maduran en

distintos momentos y a distintos ritmos. Es en esos periodos críticos de maduración en los

que el cerebro es más sensible a determinadas experiencias y más eficiente ante determinados

aprendizajes. Como profesores, debemos ser saber reconocer estos periodos y reconocer que

el desarrollo no siempre es homogéneo y ascendente; reconocer también que no todas las

mesetas o tiempos de aparente “no-avance”, son, necesariamente, negativos; es tiempo que

cada niño necesita de manera diferente.

En el segundo y tercer año se van desarrollando, progresivamente, las áreas corticales

secundarias y de asociación, que permiten al niño aumentar su capacidad de aprendizaje. El

cerebro se especializa.

Funciones de la Médula Espinal: La Médula Espinal juega un importante papel en nuestro

Sistema Nervioso Central, sobre todo en lo relativo a:

���� La transmisión de información desde los receptores sensoriales al cerebro. Es lo que

se llama Aferencia.

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���� La transmisión de la respuesta motora desde el impulso cerebral a los órganos

efectores del movimiento. Es lo que se llama Eferencia.

���� La formación de actos reflejos. Son respuestas involuntarias y automáticas que sirven

para proteger al organismo de agresiones externas.

¿Crees que cuando interactuamos con un niño de 1 a 3 años le estamos protegiendo de

situaciones estresantes? ¿Consideras que hay que in iciar al niño en aprendizajes

instrumentales (lectura, cálculo, escritura) cuanto antes?

Es posible que, si analizamos el tipo de vida que llevamos, los horarios, la cantidad de

actividades extraescolares, la manera de exigirles, etc, lleguemos a la conclusión contraria, que

realmente, les estresamos. Pero ¿por qué debemos proteger al niño de estas situaciones y

factores estresantes? ¿Por qué debemos hacer que se sienta seguro, alegre y querido en su

desarrollo? Pues bien, hay una explicación neurofisiológica, más allá de nuestras creencias.

Un niño sometido a situaciones estresantes aumenta los niveles de cortisol y esto puede

impedir la transmisión de serotonina, anulando el aprendizaje. Por otro lado, no se está claro,

actualmente, las repercusiones de una especialización tan temprana en materias escolares

(Ortiz, 2009) y debemos considerar al niño como una globalidad y atender a todo su desarrollo,

en interacción con el medio.

En relación a todo este desarrollo neurofisiológico podemos preguntarnos cuál es el

mejor modelo de aprendizaje para el niño de 1 a 3 a ños.

Ortiz (2009) realiza una revisión de los procedimientos de aprendizaje más

frecuentes en los niños. Destacamos algunas ideas:

a. El aprendizaje a través de la acción implica un aprendizaje experiencial y

práctico muy relacionado con el cerebelo. Favorece el recuerdo y conlleva

gran eficacia. Es un aprendizaje perceptivo-motor.

b. El aprendizaje por imitación es casi innato e implica la corteza motora y

áreas frontales, responsables de inhibirla.

c. La repetición de conductas conlleva familiarización con las mismas, hasta

lograr un modelo estructurado en el que se ve implicada la corteza frontal,

si bien aprendemos más deprisa si le atribuimos significado y debemos

considerar la importancia de enfrentar al niño a la búsqueda de soluciones,

más que la memorización de las mismas.

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d. En la instrucción a través de modelos el cerebr

ordena la información, creando redes y modelos para actuar de manera

rápida y eficaz, sobre todo cuando hay implicación emocional y con

estímulos novedosos.

e. Visualizar, imaginar o planificar el procedimiento de aprendizaje

previame

pero activa la corteza parietal y motiva al alumno a la realización de la

acción.

RECUERDA QUE:

1. Las neuronas se especializan y aumentan sus conexiones con una

estimulación adecuad

2. El cerebro está dividido en dos hemisferios y cada uno de ellos en 4 lóbulos

con funciones específicas. La médula espinal es responsable de los actos

reflejos, de las aferencias y eferencias.

3. No todas las partes del cerebro maduran a la vez

aprovechar los periodos críticos o sensibles para el aprendizaje.

4. Debemos proteger al niño ante situaciones estresantes.

Interesa, pues, enco

esenciales para el funcionamiento de nuestro cuerpo y otras funciones

sensoriales, intelectuales y motrices que nos van a ir permitiendo aprendizajes

cada vez más complejos, reconociendo que un buen esta

bienestar es previo y requisito esencial para cualquier situación de

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www.

En la instrucción a través de modelos el cerebro organiza, da sentido y

ordena la información, creando redes y modelos para actuar de manera

rápida y eficaz, sobre todo cuando hay implicación emocional y con

estímulos novedosos.

Visualizar, imaginar o planificar el procedimiento de aprendizaje

previamente es más propio edades posteriores porque implica un análisis,

pero activa la corteza parietal y motiva al alumno a la realización de la

RECUERDA QUE:

Las neuronas se especializan y aumentan sus conexiones con una

estimulación adecuada y mantenida.

El cerebro está dividido en dos hemisferios y cada uno de ellos en 4 lóbulos

con funciones específicas. La médula espinal es responsable de los actos

reflejos, de las aferencias y eferencias.

No todas las partes del cerebro maduran a la vez y que es necesario

aprovechar los periodos críticos o sensibles para el aprendizaje.

Debemos proteger al niño ante situaciones estresantes.

Interesa, pues, encontrar un equilibrio entre las funciones fisiológicas

esenciales para el funcionamiento de nuestro cuerpo y otras funciones

sensoriales, intelectuales y motrices que nos van a ir permitiendo aprendizajes

cada vez más complejos, reconociendo que un buen esta

bienestar es previo y requisito esencial para cualquier situación de

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o organiza, da sentido y

ordena la información, creando redes y modelos para actuar de manera

rápida y eficaz, sobre todo cuando hay implicación emocional y con

Visualizar, imaginar o planificar el procedimiento de aprendizaje

nte es más propio edades posteriores porque implica un análisis,

pero activa la corteza parietal y motiva al alumno a la realización de la

Las neuronas se especializan y aumentan sus conexiones con una

El cerebro está dividido en dos hemisferios y cada uno de ellos en 4 lóbulos

con funciones específicas. La médula espinal es responsable de los actos

y que es necesario

aprovechar los periodos críticos o sensibles para el aprendizaje.

ntrar un equilibrio entre las funciones fisiológicas

esenciales para el funcionamiento de nuestro cuerpo y otras funciones

sensoriales, intelectuales y motrices que nos van a ir permitiendo aprendizajes

cada vez más complejos, reconociendo que un buen estado de salud y

bienestar es previo y requisito esencial para cualquier situación de

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2. Desarrollo evolutivo por áreas (de 1 a 3 años)

2.1. El desarrollo motor de 1 a 3 años

Sabemos que un adecuado desarrollo motor abre al niño muchas posibilidades de aprendizaje,

de exploración del espacio y de autonomía, aportándole experiencias que constituirán la base

de su desarrollo cognitivo.

¿Recuerdas las leyes de maduración motriz que vimos en las unidades anteriores? Pues

bien, estas leyes siguen marcando el orden del desarrollo motor en estas edades. El desarrollo

es secuencial y evoluciona desde respuestas más generales a otras más específicas, desde

movimientos más amplios de partes más cercanas al tronco (como los hombros, subir y bajar

los brazos), hasta movimientos más precisos más propios de la psicomotricidad fina (como

tocar con el pulgar el resto de los dedos).

Algunos reflejos arcaicos van desapareciendo para dar paso a patrones motrices más

organizados. Es decir, el niño de 1 a 3 años pasa de los reflejos a movimientos más

intencionales y voluntarios.

A partir del movimiento, de los desplazamientos y de la manipulación de objetos, el niño va

elaborando su esquema corporal y conociendo las partes de su cuerpo y sus posibilidades

con los objetos, en el entorno y con los demás.

El conocimiento de su cuerpo permite que pueda coordinar movimientos , acorde a un uso

cada vez más diferenciado y preciso de las partes de su cuerpo.

Experimentación Activa: Muchos papás y profesores experimentan esta etapa de 1 a 3 años

como “muy cansada” porque el niño va adquiriendo muchas posibilidades a nivel motriz y

requiere espacios cada vez más amplios para explorar, pero necesita supervisión constante, no

tienen buenas reacciones para equilibrarse y sus posibilidades motrices van por delante de su

desarrollo cognitivo, lo cual multiplica el riesgo de accidentes, porque los niños no son

conscientes ni prevén el peligro.

El niño de 1 a 3 años se abre a la exploración y conocimiento tanto del entorno próximo como

de sus posibilidades motrices en el mismo, a través de la experiencia, de la exploración y de la

manipulación de objetos.

En poco tiempo, el niño pasa de un estado motriz de casi total dependencia, a desarrollar

habilidades y patrones motrices organizados que le permiten acciones autónomas.

2.1.1. Hitos Evolutivos del Desarrollo Motor de 1 a 3 años

Los hitos evolutivos más importantes en esta etapa, a nivel motor son:

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Se levanta con apoyos: 11 meses

Inicia la marcha: 12 meses

Sube escaleras o trepa: 13 meses

Camina solo: 15 meses

A los 18 meses Inicia la carrera, sube una escalera con apoyos. Garabatea.

A los 2 años: salta, imita trazos sencillos (círculos, trazo vertical u horizontal), realiza torres

sencillas con cubos y encajes y pasa páginas de un libro.

Progresivamente adquiere habilidades para cambiar de posición (de pie, agachado,…) y va

madurando su prensión y coordinación.

El niño de 2 años es capaz de realizar juegos imitando acciones.

Podemos decir, que el niño de 1 a 2 años puede:

���� Caminar, correr, parar, cambiar de posición, …

���� Lanzar una pelota u otro objeto pequeño con la mano.

���� Chutar un balón sin caerse.

���� Trepar obstáculos a pequeña altura del suelo.

���� Imitar trazos, encajar, enhebrar, hacer torres, meter y sacar anillas de un soporte,

hacer la pinza,…

De los 2 a 3 años los niños realizan acciones más coordinadas. Los niños mantienen más el

equilibrio en posiciones como las cuclillas, puntillas o en la carrera, saltan desde distintas

alturas o superficies y pueden iniciarse en el triciclo.

A nivel de psicomotricidad fina, es el momento de iniciar el uso de tijeras, realizar juegos de

construcción y vestirse solos. Inician a esta edad también, la preferencia lateral.

Cada actividad motriz requiere un tono muscular adecuado para poderla realizar

adecuadamente. Un tono muscular demasiado alto (hipertonía) o demasiado bajo (hipotonía)

podrían suponer una dificultad añadida.

Cuando el niño llora por hambre sube su tono muscular.

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Para mantener una postura el niño necesita equilibrio estático (que le permite mantener una

misma posición cuando no hay desplazamiento, por ejemplo de rodillas o agachado) y muestra

equilibrio dinámico cuando es capaz de mantener una posición mientras se desplaza, por

ejemplo al caminar recto, parámetros psicomotores que van mejorando progresivamente.

El niño de 2 años tiene mucha fuerza y curiosidad, pero poco control motriz . Muchos

niños aún no saben inhibir o parar su carrera o controlar su fuerza en las interacciones que

establecen con otros y éste es un dato que tanto profesores como padres deben tener presente

para canalizarlo considerando también la integración social..

2.1.2. Signos de Alerta del Desarrollo Motor de 1 a 3 años

Ya sabemos que un signo de alerta no quiere decir, necesariamente, que el desarrollo esté

alterado, pero sí indican una necesidad de atención global al niño y a su ritmo de desarrollo.

Constituyen signos de alerta en el desarrollo motriz del niño de 1 a 3 años los siguientes:

���� Si observamos demasiada pasividad, poca iniciativa para moverse.

���� Niños hiperexcitables.

���� Falta de interés por objetos o por personas.

���� Niños que no siguen las pautas evolutivas normales del desarrollo motor:

���� Retraso en la marcha más allá de los 18-20 meses.

���� No emplean las dos manos para coger objetos.

���� No realizan cambios posturales.

���� No se sostienen de pie a los 12 meses.

���� No corren ni saltan a los 30 meses.

���� Persistencia de reflejos que debieran haber desaparecido o ausencia de otros como el

de paracaídas que le protege ante caídas.

���� Hipertonía o hipotonía.

���� Prensión alterada de objetos.

2.2. El desarrollo sensorial de 1 a 3 años

Existe una interrelación entre todas las áreas de a prendizaje , de modo que el niño de 1 a 3

años asocia sensaciones y percepciones a determinados movimientos que realiza.

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Cuando el niño manipula capta la temperatura de los objetos, su textura, su peso, percibe sus

propiedades de color y de tamaño, etc., y esto, a su vez, favorece la evolución de su desarrollo

cognitivo. Es lo que se denomina organización perceptiva (el niño va estableciendo relaciones

entre lo que percibe).

Los dos sentidos más estudiados son la vista y el oído, por su implicación en el aprendizaje y

en el conocimiento.

La audición se encuentra prácticamente desarrollada al nacimiento, aunque luego el niño va

evolucionando en cuanto a la discriminación auditiva, como veremos.

El sentido de la vista, no se encuentra totalmente desarrollado hasta los 8 años . Implica

habilidades diferentes como:

a) La agudeza visual: permite percibir los detalles una vez enfocado el objeto.

b) La acomodación visual: permite enfocar los objetos y poder verlos a diferentes

distancias.

c) La visión periférica (que es lo que el niño percibe alrededor del objeto que enfoca).

2.2.1. Hitos Evolutivos del Desarrollo Sensorial de 1 a 3 años

Con las habilidades motrices que va alcanzando, el niño de 1 a 3 años, a nivel sensorial,

adquiere los siguientes hitos evolutivos:

���� Se sitúa en distintas posiciones respecto a los objetos y entiende que un objeto es el

mismo aunque los ángulos de visión varíen.

���� Capta distancias cerca/lejos.

���� Es capaz de observar semejanzas por colores o formas básicos.

���� Localiza, fácilmente, las posiciones en las que se encuentra la fuente de sonido.

���� Se familiariza con distintos sonidos que reconoce e identifica fácilimente.

���� Diferencia intensidades (fuerte/débil).

���� Hace sonar cajas o botes que suenan, también algunos instrumentos musicales como

el tambor, la pandereta, la flauta,…

���� Discrimina tonos (grave/agudo) aunque no los nombre como tal.

���� Reconoce auditivamente una palabra y señala el objeto correspondiente.

2.2.2. Signos de Alerta del Desarrollo Sensorial de 1 a 3 años

A nivel visual, constituyen signos de alerta de posible alteración de 1 a 3 años los siguientes:

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���� Desviación ocular.

���� Movimientos extraños de los ojos.

���� Lagrimeo constante.

���� Evitación de explorar o mirar los detalles de un objeto o las imágenes.

���� Antecedentes de enfermedades oculares en la familia.

���� Dificultades o retraso para discriminar formas.

���� Dificultades en la coordinación ojo-mano.

���� Si el niño se queja de que no ve o se acerca mucho a los objetos.

A nivel auditivo, constituyen signos de alerta de posible alteración de 1 a 3 años los siguientes:

���� No responde a su nombre o cuando se le habla.

���� No se reacciona ni se gira ante sonidos.

���� Repite frecuentemente el final de las preguntas que se le hacen.

���� Padece, frecuentemente, otitis de repetición.

���� No reconoce sonidos muy familiares.

���� Tarda en hablar.

���� Antecedentes de patología del oído en la familia.

2.3. El desarrollo cognitivo de 1 a 3 años

Como hemos visto, en la primera infancia el desarrollo sensorial, motriz y cognitivo están muy

relacionados. De hecho, cuando se evalúa la inteligencia, se realiza la mayoría de las veces, a

través de conductas motrices adquiridas y se valora el grado de atención.

Si observas la evolución de lo que Piaget llama Inteligencia Sensomotora a la Inteligencia

Simbólica, lo entenderás mejor.

2.3.1. Hitos Evolutivos del Desarrollo Cognitivo de 1 a 3 años

Inteligencia Sensoriomotora (12-18 m):

La inteligencia sensomotora se caracteriza porque el niño explora para comprender el entorno.

Hemos visto que el niño de 1 a 3 años, explora y conquista espacios, cada vez más amplios,

con curiosidad e iniciativa.

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Primero es a través de la manipulación de los objetos y con la ocupación del espacio, como el

niño capta las propiedades de los objetos (color, tamaño, forma, peso,…).

El niño aprende a través de procesos de:

���� Ensayo/Error: tantea, ensaya nuevos procedimientos ante distintas situaciones. Ello da

paso al aprendizaje por descubrimiento.

���� Imitación: progresivamente más activa y deliberada.

���� Causa-Efecto: observa los efectos de sus acciones en su entorno.

���� Utilización del Medio-Fin de forma cada vez más compleja y elaborada.

El niño de 12 a 18 meses se encuentra en el periodo piagetiano de Reacciones Circulares

Terciarias, estadio en el que experimenta y varía sus acciones para ver qué ocurre. Va

creando esquemas de acción .

Un ejemplo de ello es cuando gira la pieza hasta que logra meterla en su hueco.

En esta etapa, a nivel cognitivo, el niño es capaz de:

���� Señalar partes de su cuerpo y objetos familiares.

���� Asociar ropa a partes del cuerpo.

���� Comprender conceptos como: igualdad, ausencia, grande/pequeño, dentro/fuera,…

���� Empezar a dar nombre a las cosas.

Inteligencia Simbólica (a partir de 2 años):

Cuando el niño posee ya algunos esquemas de acción interiorizados puede descartar algunos

modos de acción sin necesidad de probarlos (anticipa los efectos). Tiene, entonces, mayores

posibilidades de:

���� Explorar y de resolver problemas.

���� Mejorar la noción de permanencia del objeto (reconstruye desplazamientos que no ha

visto).

���� Observar sucesos, actividades, imágenes, objetos,…

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���� Imitar acciones, modelos no presentes.

���� A los dos años pregunta “¿qué es?”.

���� A los 3 se interesa ya por la función, para qué sirven los objetos.

���� Conceptualización: adquiere conceptos como arriba/abajo, largo/corto, mucho/poco,

delante/detrás, día/noche, todo/nada,…

El niño en esta etapa representa, inicia el juego simbólico , “juega a como si”, porque puede

representar la realidad en ausencia de ésta e imitar modelos no presentes. Pero la imitación

simple no constituye juego simbólico si el niño no es capaz de añadir elementos, de crear

nuevas situaciones.

Juego simbólico es cuando el niño juega a que el palo es una escoba o un caballo y

se sube en él y cabalga.

A los 3 años el niño ya ha empezado a utilizar representaciones mentales pero no la lógica.

En ocasiones, las exigencias y demandas que hacemos de los niños tan pequeños

corresponden más a otro tipo de pensamiento más propio del niño más mayor o del adulto.

Para ajustar estas demandas, es necesario conocer qué caracteriza el pensamiento infantil. De

esta forma entenderemos por qué el niño actúa de una determinada manera.

Características del pensamiento infantil según Piag et:

1. Egocentrismo: El niño no es consciente de que existen puntos de vista

diferentes al suyo. Cree que todos piensan y ven las cosas como él.

2. Centración: Esta característica del pensamiento infantil supone que el niño

se centra solamente en una dimensión de una situación, habitualmente la

que más sobresale, dejando de atender aspectos importantes de dicha

situación. Ejemplo: Dice que un perro es grande porque tiene las orejas

grandes.

3. Razonamiento transductivo: Su razonamiento va de lo particular a lo

particular; establecen las causas en función de hechos desconectados,

uniendo sucesos próximos en el tiempo y espacio como si realmente uno

fuera la causa del otro. Es lo que hace que un niño explique la separación

de sus padres por su mal comportamiento.

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4. Pensamiento Irreversible: No pueden recorrer un camino mentalmente y

luego recorrerlo a la inversa para volver al punto de partida. La incapacidad

para la conservación aludiría específicamente a que no se da cuenta de

que las características de los objetos permanecen constantes aunque

cambie su forma. Es lo que hace que un niño entienda que hay igual

cantidad de plastilina en dos bolas iguales pero si convertimos una en un

gusanito dirá que bola y gusanito no tienen la misma cantidad de plastilina.

5. Animismo: El niño cree que los objetos inanimados tienen cualidades

humanas (“el osito dice que…o está triste”).

6. Artificialismo: Es la creencia infantil de que los fenómenos naturales son

creados por el hombre o para fines humanos. Por ejemplo, la luna existe

para que podamos ver por la noche, la noche para que podamos dormir, …

Evolutivamente se reconoce en los niños una dificultad para clasificar y para categorizar.

Tengamos en cuenta que esta acción requiere que el niño compare semejanzas y diferencias.

No obstante, las categorías están presentes en todo el entorno desde el principio (ropas,

comidas, animales,…) y el lenguaje ayuda a realizar progresivamente clasificaciones cada vez

más complejas.

La Memoria y la Atención de 1 a 3 años:

Dentro del desarrollo cognitivo infantil no queremos olvidarnos de dos breves anotaciones al

respecto de estas dos funciones, memoria y atención.

La Memoria que desarrollan los niños primero es la Memoria a Corto Plazo, ligada a

experiencias previas y a la formación de esquemas incipientes. Se va desarrollando a través

de:

La Imitación.

La permanencia del objeto.

La experiencia y las rutinas.

La Atención, se va desarrollando a través de los elementos que vimos, en la unidad anterior,

que son los que captan la atención infantil (tamaño grande, intensidad fuerte, colores vivos,

movimiento, posición superior del estímulo, novedad, el grupo sobre elementos aislados, etc.).

También se desarrolla en esta etapa de 1 a 3 años cuando el niño realiza tareas como:

Reconocer imágenes.

Observación de objetos, acciones, situaciones,…

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Garabatear.

Escuchar.

2.3.2. Signos de Alerta del Desarrollo Cognitivo de 1 a 3 años

A excepción de casos ya diagnosticados o documentados de algún tipo de retraso mental, no

es fácil detectar un retraso cognitivo a esta edad, porque las habilidades y los avances del niño

en otras áreas o bien lo compensan o lo solapan.

Por ejemplo, si vemos que un niño nos repite la pregunta, puede que nos haga

gracia o puede que justifiquemos una conducta que no hace porque es “vago” o

porque es pequeño aún.

Constituyen signos de alerta de dificultades a nivel cognitivo de 1 a 3 años las siguientes:

���� Niños que no son capaces de mantener la atención sostenida cuando se le habla,

cuando mira un cuento, cuando juega,…

���� Niños que no responden ni siguen órdenes sencillas.

���� Niños que repiten las preguntas que se le hacen.

���� Niños con un nivel de vocabulario bajo para su edad.

���� Niños que no realizan juego simbólico.

���� Niños que no buscan objetos que se les esconden o que se caen.

���� Niños que no imitan.

���� Falta de interés por el entorno, no preguntan.

2.4. El desarrollo comunicativo-lingüístico de 1 a 3 años

El niño se comunica desde que nace, pero el lenguaje oral es un vehículo de comunicación

importante y generalizado, no el único.

En estos momentos, el niño ha accedido ya a la posibilidad de comunicarse a través del

lenguaje oral y de gestos, expresiones faciales, etc.

Vamos a conocer cómo se produce este desarrollo.

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2.4.1. Hitos Evolutivos del Desarrollo Lingüístico de 1 a 3 años

En este primer ciclo de la Educación Infantil, en el contexto familiar y social, aún sin haberse

dado una enseñanza formal del lenguaje, la adquisición y desarrollo de éste es espectacular.

En poco tiempo el niño pasa de emitir sonidos a decir y juntar palabras, empleándolas con fines

comunicativos.

En poco tiempo, el niño adquiere movimientos precisos y ágiles que le permiten producir un

lenguaje hablado muy cercano al adulto. Además, tiene interés por interaccionar y relacionarse

con los demás y, en este proceso de comunicación, el lenguaje oral es el instrumento más

generalizado.

¿Qué son capaces de hacer los niños de 1 a 3 años p ara comunicarse?

���� Al año el niño dice sus primeras palabras, con sentido de frase (es lo que se denomina

holofrase).

Por ejemplo, dice “aba” para comunicar” dame agua”.

���� A los 12 meses, el niño comprende su nombre, el “no” (aunque no pare su acción) y

órdenes sencillas del tipo “ven”, “siéntate”, etc.

���� De 12 a 18 meses puede utilizar jerga que es una manera peculiar de imitar el

lenguaje adulto pero sin emplear palabras ni frases entendibles, pero sí manteniendo

la prosodia o melodía del lenguaje hablado adulto.

���� Los dos años es la etapa del lenguaje telegráfico o de la yuxtaposición de elementos

para formar frases, pero sin emplear nexos. Por ejemplo, el niño dirá “nene-pan” para

expresar “el nene (o yo) quiere pan”.

���� Emplea pronombres personales (yo, tú) y posesivo “mio”, sobre los dos años.

���� Se produce un aumento significativo de vocabulario: puede pasar de tener un

vocabulario de 20 palabras a los 18 meses, a dominar 1000 palabras a los 3 años.

Pero lo importante es que el vocabulario que adquiera le sea funcional, lo emplee

adecuadamente.

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���� Antes de los tres años, los niños empiezan a construir frases con estructura

“Sujeto+Verbo+Objeto” (“Mamá lleva gorro”) y a los tres años, se comunica con un

Lenguaje Relacional , que le sirve para relacionarse con otros niños y adultos.

���� A los tres años es normal que el niño no pronuncie bien todos los fonemas de la

lengua. La /r/, la /l/ son posteriores en su adquisición. Por tanto, es normal que pueda

omitirlos, sustituirlos, cambiar incluso alguna sílaba por otra, porque aún no ha

memorizado bien la secuencia de palabras polisílabas (ej.: “cocholate” por chocolate,

“cacheta” por chaqueta, “fifícil” por difícil). Son errores fonológicos evolutivos, que no

revisten, a priori, importancia.

���� A los 3 años el niño incorpora en sus frases algunos artículos (primero indeterminados,

un, una), algunos plurales y algunas preposiciones o conjunciones, pero también

emplea gestos que complementan su habla.

���� Son frecuentes en esta etapa, los errores de regularización de verbos irregulares, por

ejemplo, dice “rompido” por roto, “ponido” por puesto.

2.4.2. Signos de Alerta del Desarrollo Comunicativo -Lingüístico de 1 a 3 años.

A pesar de que muchos errores de los mencionados se consideran evolutivos, es decir,

transitorios, que requieren dar tiempo a la maduración, podemos decir que constituyen signos

de alerta de alteraciones del lenguaje en estas edades tan tempranas los siguientes.

���� Falta de referencia conjunta: el niño no atiende al objeto o situación de la que le están

hablando.

���� Rechazo de juegos que impliquen reciprocidad, como tirar y devolver una pelota.

���� Entonación muy monótona, enlentecida o con tonos graves o excesivamente agudos.

���� Periodo excesivamente largo y mantenido de la etapa de la jerga o el empleo de unos

fonemas en ella con clara preferencia sobre otros.

���� No señalar imágenes ni objetos cuando se les nombran.

���� Retraso en el habla: Niños que a los tres años no han dicho sus primeras palabras

���� Falta de intencionalidad comunicativa: Niños que a los tres años no tienen interés por

comunicarse.

���� Ausencia de frases: Niños que a los tres años no emplean frases de al menos 2-3

palabras.

���� Ausencia de pronombres, nexos, verbos, en niños de tres años, especialmente si no

emplean el yo/tú adecuadamente.

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2.5. El desarrollo socioafectivo de 1 a 3 años

Las posibilidades motrices de estos primeros años conllevan deseos de independencia ,

logros de autonomía personal y social. Por eso es bueno que dejemos márgenes de

“libertad” al niño para moverse, que le hagamos vivir experiencias ricas y variadas que le

estimulen.

Las nuevas habilidades, la exploración, generan alegría y ayudan al niño a conocer sus

posibilidades y a tener autoconfianza para enfrentarse, de manera segura, a los distintos retos

y aprendizajes.

En este sentido, un apego seguro es indispensable para que se produzca éxito en estos

procesos. Al niño de esta edad le gusta que le atiendan y que jueguen con él. Busca la

proximidad física del adulto, su protección al explorar. Establece vínculos afectivos.

La motivación impulsa al niño a ejercitar patrones motrices recién adquiridos y es un

prerrequisito, en general, para cualquier aprendizaje. A veces el niño encuentra la motivación

en la propia realización de la acción, pues está explorando sus posibilidades, el medio, a los

otros,…Otras veces, es el medio el que le proporciona contingencias o refuerzos positivos que

hacen que la acción del niño deseada tenga más probabilidad de ser repita

2.5.1. Hitos Evolutivos del Desarrollo Socioafectiv o de 1 a 3 años

Estos años se caracterizan porque el niño abre su entorno familiar a otros grupos . Grupos que

tienen sus propias normas y reglas.

Juega en paralelo a los 2 años, es decir, con materiales y fines propios que no comparte con

otros aunque se encuentre sentado al lado de otros niños. Pero a los 3 años se empiezan a

interesar por jugar con construcciones, a representar un papel, etc.

Las emociones en los niños son muy breves, pueden empezar y terminar bruscamente, pero

no duran más de unos minutos. Sí llaman la atención por ser intensas, casi desproporcionales

al motivo que las puede desencadenar, y pueden pasar de una a otra emoción con relativa

facilidad: primero lloran, luego ríen o se enfadan.

En estos años, los niños amplían su campo afectivo a otras persona s y experimenta tanto

simpatías como decepciones y frustraciones. Son capaces de expresar sus sentimientos

mediante abrazos, besos, risas,…y al final de este primer ciclo, surgen emociones secundarias

como vergüenza, culpa, envidia u orgullo.

Con todo ello, el niño conoce los límites de conducta y algunas normas básicas de

comportamiento social, parámetros que le permiten evaluar su conducta. Esto es muy

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importante para el control de sus acciones y se genera con normas de conducta que debemos

poner tanto en casa como en la escuela.

Ensaya la interacción al principio, a través de emp ujones, quejas, manotazos o gritos .

Pensemos en la situación que se produce a veces en un aula cuando un niño muerde a otro.

Debe ir modelando estas conductas a medida que comprende sentimientos de los otros y que

adquiere habilidades de relación más adecuadas y con mayor refuerzo.

En autonomía reconocemos logros importantes:

���� De 18 a 24 meses el niño puede empezar a usar una cucharita y vaso en la comida;

colabora en el vestido y aseo.

���� El niño de 2 años se da cuenta cuando se ha ensuciado y avisa.

���� El niño de 2 años debe usar ya cepillo de dientes infantil e iniciarse en este hábito de

higiene.

2.5.2. Signos de Alerta del Desarrollo Socioafectiv o de 1 a 3 años.

Seguro que has oído alguna vez la expresión de “los niños son como un reloj”, indicando que,

enseguida, por su comportamiento, podemos imaginar que les sucede, a nivel afectivo, algo.

En este sentido, los siguientes signos de alerta nos ayudan a identificar posibles alteraciones

en el área social o afectiva:

���� Niños que no juegan o mantienen un juego no funcional, por ejemplo, girar

reiteradamente la rueda de un coche, doblar o chupar una parte del objeto,…

���� No buscan la atención ni el contacto físico del adulto o de otros niños.

���� Niños que no expresan sus sentimientos.

Por parte del adulto o del entorno, constituirían factores de riesgo para el desarrollo

socioafectivo:

���� La sobreprotección: familias que sustituyen al niño en acciones que puede realizar por

sí mismos o que les evitan pequeñas frustraciones pensando que les hacen un bien.

���� La no asistencia/no respuesta/no atención a las llamadas y demandas del niño.

���� Situaciones estresantes o que provocan miedo en el niño, no resueltas ni explicadas.

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3. Estimulación de 1 a 3 años

A estas alturas debería ser indiscutible la necesidad de ofrecer al niño experiencias variadas y

enriquecedoras para su desarrollo global.

A menudo, los padres se preguntan si no son demasiadas salidas extraescolares las que

plantea un aula de infantil temiendo que con ello, no se terminen las fichas del libro que han

comprado. Pero ¿qué crees que es más importante para el niño de esta edad y qué es más

propio de su desarrollo evolutivo: el trabajo de mesa y la realización de fichas o participar en

distintos espacios que le permitan utilizar distintas habilidades motrices, comunicativas,

cognitivas, etc.?

Cuando un niño va a un museo, aprende a comportarse en un museo, de modo diferencial a

cuando está en un parque; aprende a ponerse el cinturón de seguridad, normas de educación

vial, aprenden a guardar su turno, a tolerar la espera, etc.

Recordemos que la escuela viene a complementar la educación familiar, nunca a sustituirla

pero, quizá no en todas las familias se eduque o se atienda globalmente al desarrollo de estos

aspectos, y la escuela tiene una función compensadora de dificultades.

3.1. Juguetes adecuados para la estimulación del ni ño de 1 a 3 años

Vamos a centrarnos en este punto en dar una relación de materiales que estimulan las

habilidades que hemos visto que desarrollan los niños de 1 a 3 años, sabiendo que la lista, por

supuesto, es mucho más extensa, pero tiene el objeto de orientar, inicialmente, a la familia y al

profesorado a la reflexión del uso de juguetes y recursos educativos.

���� Arrastres: estimulan su curiosidad y su coordinación al andar.

���� Correpasillos: ofrecen cierta seguridad al niño cuando comienza a dar sus primeros

pasos. Debemos cuidar su estabilidad si no queremos que se caiga y coja miedo al

principio.

���� Mesita de actividades: fomenta que el niño se ponga y aguante la posición de pie

mientras manipula.

���� Encajes: Tableros con figuras de madera que puede el niño agarrar con toda la mano

si son de madera y pocos elementos o bien con pivotes más gruesos o más finos, para

sacar las piezas, en función de sus posibilidades motrices.

���� Material para ensartar: cordón rígido o más flexible, punzón de madera, bolas o

figuras con agujeros, macarrones,…

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���� Apilables: cubos para realizar torres o trenes. Sólo en un segundo momento

contemplarlos para nombrarles grande o pequeño.

���� Construcciones de piezas grandes, sencillas.

���� Músicas de canciones infantiles, con gestos y estribillos variados, que impliquen

movimientos corporales.

���� Triciclo: estimula la coordinación bipedal y la coordinación óculo-visual-manual y

pedal, ampliando las posibilidades de desplazamiento en el niño de 3 años.

���� Tobogán: deben respetar las normas de seguridad, como todos los juguetes, evitando

aristas y materiales o alturas que puedan suponer un peligro para los niños. Es

apropiado para el desarrollo motor del niño de 2 a 3 años.

���� Balancines: siempre bajo la supervisión del adulto, como todas las actividades de

estas edades, con los balancines el niño experimenta sensaciones de altura, peso y

equilibrio, cerca ya de los 3 años de edad.

���� Piscinas de bolas de colores: muy de moda, actualmente, permiten al niño una

información propia y exteroceptiva, explorando sus posibilidades de lanzamientos y

saltos de manera segura.

���� Las casitas o tiendas de campaña infantil: ofrecen al niño un espacio seguro de

juego, independiente, donde puede simbolizar y crear sus propios espacios. Muy

adecuado a partir de los 2-3 años, respetando siempre los materiales, salidas y

entradas apropiados.

���� Bolos blandos: Desarrolla la coordinación óculo manual permitiendo lanzamiento de

bolas y contar de 1 a 3/6 los bolos que se van cayendo.

���� Juguetes para el juego simbólico: El niño o niña debe disponer de juguetes y

objetos variados con los que pueda crear o imitar situaciones (coches, muñecos,

animales, pelotas de distinto tamaño, juguetes de cocinitas, juguetes de aseo o de

bebés, telas para disfrazarse, etc). Son apropiados sobre todo a partir de los 2 años y

medio.

���� Pizarra vertical de tizas, vileda o imantada: el niño de 3 años empieza a querer

representar de distintas formas (gráfica también) la realidad, quiere hacer y plasmar

“sus propias obras” y que éstas ocupen un lugar importante en la casa o en el aula.

Cuidar la estabilidad de estas pizarras.

���� Juguetes de agua: también hay juguetes interesantes a partir del año para que el niño

experimente pesos, trayectorias, causas y efectos, con el agua en el baño.

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El niño de 1 a 3 años ya comparte actividades e interacciona más con el adulto y con otros

niños. La evolución de sus capacidades, hace que nos enfrentemos a valorar qué acciones son

positivas para su desarrollo y con qué sentido las planteamos.

3.2. Orientaciones y Actividades para favorecer el Desarrollo del niño de 1 a 3 años

a) Para favorecer el conocimiento e integración del esquema corporal:

���� Cantarles canciones implicando gestos y movimientos con las partes del cuerpo.

���� Nombrarles las partes del cuerpo en momentos de vestido o aseo.

b) Para favorecer el desarrollo motriz, desplazamie ntos, exploración del espacio:

���� Sacar al niño al parque y a entornos donde pueda experimentar distintas posibilidades

de su cuerpo.

���� Manipular distintos objetos.

���� Preguntarle dónde están algunas partes de su cuerpo para que lo señale en sí mismo

y en otra persona o en un muñeco.

c) Para favorecer el desarrollo comunicativo y soci al:

���� Procurar que se relacione con otros niños.

���� Darle órdenes muy sencillas para que lleve, coja, diga una palabra o dos, etc.

���� Es bueno que aprenda a guardar su turno de participación en un grupo pequeño.

���� Es bueno que le digamos un “no” o un “espera”.

���� Es bueno verbalizar lo que hacemos y lo que va a ocurrir a continuación para que el

niño pueda entender y anticipar mejor, lo cual le va a dar mayor seguridad.

���� Darle a elegir entre dos opciones.

���� Contarle cuentos breves y hacerle una pregunta para que señale dónde está un objeto

o imagen.

d) Para favorecer el juego simbólico:

���� Permitirle juego libre, con objetos variados.

���� Acompañar su juego de algunas propuestas, sonidos asociados a sus acciones, seguir

sus propuestas, darle nombre a lo que piensa, etc.

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���� Aprovechar sus garabatos para decirle ante un círculo que es un sol, o un palo un

lápiz, etc.

���� Permitirle disfrazarse con telas, sombreros, zapatos, como si fuera mamá u otros.

e) Para favorecer su autonomía:

���� Mandarle pequeños encargos que pueda hacer solo, como tirar su pañal a la basura o

llevar un vaso a la mesa para ponerla.

���� Pasar del biberón al vaso adaptado y de éste al vaso normal poco lleno.

���� Variarle los alimentos, semisólidos y sólidos, para que pueda masticar y utilizar él

solito la cuchara.

���� Iniciarle en el control de esfínteres sobre los 2 años, cuando se considere que está

preparado para adquirirlo.

���� Iniciarle en el lavado de dientes con cepillo desde el momento en que tenga dientes.

���� Indicarle que se lave las manos antes y después de las comidas. Se puede lavar

también él solo la cara y secarse.

���� Pedirle colaboración al vestirle, dejando que termine de meter el brazo en la camiseta

o que se suba el pantalón, se quite un calcetín o el gorro, etc.

f) Para favorecer la discriminación auditiva:

���� Preguntarle qué suena ante sonidos naturales o grabados.

���� Dejar que se familiarice con el sonido de algunos instrumentos musicales. Luego hacer

sonar uno y preguntarle cuál ha sonado.

g) Para favorecer el desarrollo emocional:

���� Atender sus demandas.

���� Explicarle las situaciones.

���� Darle modelos sobre cómo puede resolver problemas.

���� Procurar un ambiente estable, seguro, ordenado y afectivo.

���� Compartir tiempo con el niño participando en sus propuestas o en juegos adaptados a

su edad y a su nivel de desarrollo.

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3.3. Los problemas evolutivos en esta etapa

En las edades de 1 a 3 años preocupa que el niño controle esfínteres (muchos colegios

requieren en el aula de 3 años que el niño sea autónomo en este sentido), preocupa que el

niño se adapte bien cuando sea escolarizado, no llore, se integre socialmente bien con sus

iguales y preocupa los comportamientos o rabietas, que muchas veces desbordan a los padres.

Vamos a abordar en este punto estas situaciones evolutivas normales de esta edad, ofreciendo

pautas para abordarlos y orientarlos desde el punto de vista educativo.

3.3.1. El control de esfínteres

Definición: El control de esfínteres supone el paso de un comportamiento reflejo a una

conducta voluntaria, en la que el niño es capaz de controlar la eliminación sin mojarse ni

ensuciarse.

Edad de inicio: La mayoría de los niños adquieren el control diurno entre los 2 y los 3 años,

aunque hay niños que, a partir de los 18 meses, identifican que están sucios y demandan ir al

baño. Sobre los 4 a 5 años, la mayoría de los niños ha logrado también el control de esfínter

nocturno.

Requisitos: El control de esfínteres requiere, por parte del niño madurez y aprendizaje.

Área de Desarrollo: el control de esfínteres se ubica como un aprendizaje del Área de

Autonomía Personal, aunque con interrelación del resto de las áreas, afectiva, cognitiva, físico-

motriz y comunicativa.

¿Cómo podemos saber si un niño está preparado para iniciar el control de

esfínteres?

Indicios : Podemos considerar a un niño maduro para iniciar el aprendizaje del control de

esfínteres si:

���� Se siente incómodo con el pañal o cuando está sucio.

���� Si se da cuenta de cuándo se ha mojado y es capaz de avisar con un gesto, sonido o

palabra.

���� Si tiene la sedestación sin apoyos, es decir, si se puede sentar solo sin problemas.

���� Si juega con sus muñecos a ello.

¿Cómo podemos observar, valorar y orientar el proceso de control de

esfínteres?

A través de una Hoja de Registro o Rejilla: es un cuadro de doble entrada donde tanto el

profesor o profesora como la familia puede registrar y anotar los intervalos de tiempo que

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estima que el niño puede aguantar sin mojarse, y un código para ir viendo si en cada intervalo

está mojado o seco (si usa pañal) o si hace o no hace pis en el orinal (si ya lo ha iniciado), así

como otras observaciones al respecto.

¿Quién lo lleva a cabo? El profesor si el niño está escolarizado en colaboración con la familia

y, en última instancia, el propio niño.

¿Cómo se hace? Indicaciones para el control de esfí nteres:

���� Primero es necesario motivar al niño, hacer que se fije en niños que “son mayores y no

llevan pañal”, es decir, crearle el deseo de dejarlo.

���� Paralelamente se puede familiarizar al niño con los elementos del baño: adaptador,

orinal,…y jugar con él a que ponga a su muñeco en un orinal de juguete y le diga pis,

bien, etc.

���� Buscar una regularidad y ponerle en orinal o wáter con adaptador para crear hábito. El

orinal debe estar siempre a la vista, a su alcance, pero no debemos dejarle que sea un

sitio de juego donde esté sentado mucho tiempo.

���� Si no hace nada al indicarle que se siente, dejarle un ratito, recoger e ignorar. Si hace

algo, aunque sea un poquito, reforzarle positivamente, felicitarle.

���� Una vez que se ha decidido quitarle los pañales, no volver a ellos, aunque sea más

cómodo para los padres en determinadas situaciones, porque el niño no sabrá a qué

atenerse y la etapa se alargará innecesariamente.

���� No debemos imponerle ni regañarle, ni meter prisas ni amenazarle porque lo haga

fuera de su sitio o no lo haga cuando queremos o cuando parece que lo conseguía.

���� Tener mucha paciencia y sentido del humor al abordarlo.

���� Habitualmente se realiza en primavera/verano por razones prácticas: hay menos ropa

y es más fácil resolver las situaciones de “escapes o accidentes”.

3.3.2. Las Rabietas

Las rabietas y mal comportamiento es uno de los problemas de crianza más frecuentes y que

más dudas hace surgir en los padres, y en algunos profesores, que establecen, enseguida,

juicios de valor sobre si el niño es travieso, malo, vago, etc. Cuidado, conozcamos más sobre

ello.

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Edad de aparición de las rabietas: Desde que comienza la edad de la negación, hacia los 2

años, las rabietas, constituyen un comportamiento, relativamente habitual en los niños de esta

edad. Un comportamiento no deseado por padres ni profesores, pero difícil también para los

niños. Suelen desaparecer progresivamente hacia los 4 años, por eso se llaman evolutivas y no

se pueden considerar una alteración conductual.

¿Pero qué son las rabietas?

Son comportamientos que surgen de modo brusco, prácticamente descontrolados, ante

determinadas situaciones, y que se manifiestan por gritos, tirarse al suelo, dar patadas, lloros

intensos,…

¿Cómo deben ser interpretadas?

Las rabietas son producto de la necesidad de inmediatez del niño. El niño quiere algo y lo

quiere ya. Están ligadas, pues, al egocentrismo infantil y a la falta de control de sus emociones.

Son producto de la baja tolerancia a la espera de los niños.

Y deben ser consideradas como un código comunicativo inadecuado que el niño emplea para

lograr algo. El niño encuentra que, con este comportamiento, puede obtener lo que busca de

forma más efectiva, o bien no sabe pedirlo de otra forma.

¿Por qué actúan así? ¿Cuáles son sus causas?

Las causas de las rabietas no están claras, dependen de cada situación. Sí se asocian todas

ellas, con la baja tolerancia a la espera del niño, pero factores como la inestabilidad en las

normas que se le dan, o como el sueño o el hambre, predisponen más a que surjan estos

comportamientos negativos.

¿Cómo tratar las rabietas? ¿Cómo debemos actuar?

Algunas orientaciones sobre cómo comportarnos y actuar en estas ocasiones son:

���� Poner límites de conducta y normas claras, coherentes, mantenidas.

���� No establecer “guerras de poder” entre el adulto (que se siente atacado en su

autoridad) y el niño (que va percibiendo cómo, progresivamente, puede ir manejando y

actuando sobre las emociones del adulto).

���� Preguntarle si quiere lo que presuponemos que quiere, darle la pauta de la palabra

que puede decir y darle a entender que con ese comportamiento no le entendemos.

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���� Ignorarle, de modo que vea que no logra nada. Paralelamente, a cierta distancia,

ponernos a hacer algo atrayente.

���� Distraer la atención, hacer un cambio brusco de ritmo de actividad.

���� Luego, en calma, explicar el suceso, con explicaciones breves, sin hostilidad,

ayudándole a que comprenda.

���� Anticiparse a estos comportamientos, evitando situaciones de hambre, sed, excesivo

cansancio; no forzar.

3.3.3 La Etapa de Adaptación Escolar

Definición: Entendemos por Adaptación Escolar el tiempo en el que el niño entra por primera

vez en la escuela y necesita adaptarse a un entorno nuevo. No se considera etapa de

Adaptación Escolar los periodos que el niño inicia escuela tras un periodo vacacional.

Pero ¿quién se adapta? Habitualmente decimos que son los niños los que se adaptan, pero

realmente es una adaptación de padres, niños y profesores.

Para los padres supone, en ocasiones, el final de su baja maternal, el reencuentro con su

trabajo y con un ritmo de vida diferente, con posibilidad de estrés. Supone que deben confiar

en la capacidad de la persona que va a cuidar y a educar a su hijo, teniendo la seguridad de

que su hijo va a estar bien.

Para el niño supone un entorno nuevo, donde tiene que compartir la atención del adulto con

otros niños, donde tiene que establecer un vínculo afectivo con otros adultos, donde las

experiencias se encuentran más diversificadas, sistemáticas y formales. Tiene que conocer un

espacio diferente, más amplio que el entorno, hasta ahora, conocido por él. Esto le puede crear

inseguridades y temor.

Para los profesores supone un enfoque diferente de su práctica, donde la organización de

espacios y tiempos es diferente del resto del curso para poder atender a padres y poder acoger

a los niños flexibilizando los agrupamientos para favorecer un conocimiento progresivo de

todos.

¿Qué objetivos se deben priorizar en esta etapa?

Desde luego, objetivos socio-afectivos. Lo más importante es que el niño esté feliz y motivado

hacia los aprendizajes, integrado en un grupo y se sienta querido.

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¿Cuánto dura la etapa de adaptación escolar?

Habitualmente dura unas 2-3 semanas. Si en un niño se alarga demasiado deberíamos

analizar qué factores pueden estar obstaculizando esta adaptación.

¿Cómo podemos favorecer la adaptación escolar?

Algunas orientaciones para favorecer la consecución de esta etapa de la manera más rápida y

adecuada posible son las siguientes:

���� Indicar a los padres que no alarguen, innecesariamente, las despedidas y que no se

asomen por las ventanas; que sean puntuales cuando lleven y recojan a los niños.

���� El profesor puede contemplar un objeto de transición como beneficioso para algunos

niños, debiendo permitir, si lo reclaman, que algunos se lleven su peluche o juguete

preferido.

���� No es buen momento para iniciar control de esfínteres ni retirada de chupete.

���� Los padres pueden familiarizar al niño con el centro llevándole antes para que conozca

los espacios, juguetes y al profesor o profesora, anticipándole, con mensajes positivos,

lo bien que va a estar allí y dándoles la seguridad de que luego van a recogerlos.

���� El/la profesor/a debe seleccionar actividades lúdicas, musicales, aprendiendo a

conocer los intereses de cada niño y mostrándole nuevos compañeros y alternativas

motivantes.

3.3.4 Los miedos

Los niños de 1 a 3 años se guían por el aspecto de las cosas, fijándose más en unas

propiedades que en otras y estableciendo, según hemos visto, explicaciones poco lógicas.

Lo que parece fascinarles, por un lado, les puede generar miedos que se manifiestan en

momentos de mayor inseguridad, como pueda ser la noche, convirtiéndose en voces

tenebrosas, figuras extrañas, personajes amenazantes, etc. Por eso debemos tener mucho

cuidado con cómo va percibiendo e integrando distintas experiencias durante el día. Lo que nos

puede parecer a nosotros divertido y especial (payasos, disfraces) para ellos les puede generar

mucho miedo porque no saben explicarlo ni predecir su comportamiento.

Por otro lado, los miedos se aprenden, se transmiten. Observarás que si el niño percibe que las

personas cercanas a él huyen temerosas de un perro, él también lo hará, pues percibe,

globalmente, una situación de inseguridad.

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En esta edad los miedos son evolutivos, frecuentes, con temas recurrentes como la oscuridad y

las pesadillas.

¿Cómo podemos abordar los miedos infantiles? No ayuda el establecer valoraciones al

respecto de si son o no lógicos. Es aconsejable:

���� Tranquilizarles, interpretar lo que sienten, los factores amenazantes.

���� Explicarles situaciones y darles estrategias para enfrentarse a ello. Por ejemplo, ante

los sueños malos, que los dibuje y los meta en una caja.

���� Un punto de luz, sentir la presencia cercana del adulto, les ayuda también.

3.3.5. La televisión

No queremos terminar esta unidad didáctica sin realizar una breve alusión al uso de la

televisión (y podíamos ampliar a los videojuegos, Iphone y otras tecnologías), porque para los

niños (y muchos mayores) resulta fascinante el poder de la imagen y la rapidez y variedad de

secuencias que puede ofrecer.

¿Qué papel juega en la educación de los niños la te levisión?

La televisión tiene tres funciones básicas: informar, entretener y educar. Pero es

imprescindible un acompañamiento, la mediación del adulto para que estas funciones se

adecúen a la edad, al nivel y a las necesidades de los niños.

Ya hemos dicho que el niño de 1 a 3 años los niños confunden ficción con realidad y que es

relativamente frecuente, que unos personajes atrayentes en una película o dibujos, se

conviertan en amenazantes si la repetición es excesiva.

Al principio los niños quieren ver una y otra vez una misma película, sobre todo a partir de los 3

años. Con ello el niño anticipa, prevé, espera lo que va a suceder.

Pero hay que tener cuidado con los modelos que ofrece, con quién se está identificando el

niño, qué modos de resolver problemas y de relacionarse está aprendiendo (recordemos que el

niño aprende por imitación).

Fijémonos solamente en dos estudios. Uno realizado en las Universidades Johns Hopkins y

Stanford de Estados Unidos y publicado en Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine,

afirma que los niños con televisión en su cuarto tienen peores rendimientos académicos (no

ocurre así con el ordenador en esta investigación). Otro estudio realizado por el Centro de

Investigaciones Sociológicas con 1800 niños afirman que un 45% de ellos preferiría tener

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compañía mientras ve la televisión (En Loscertales y Núñez, 2007:33 y 34). Nos parece

suficiente para empezar a reflexionar sobre lo que hay y sobre lo que debería haber en

nuestras casas.

Algunas orientaciones al respecto son:

���� Siempre mediación del adulto, porque reduce ansiedad y permite filtrar y adecuar la

información, así como conocer cómo el niño interpreta los contenidos a los que

accede.

���� Una película o fragmento no es educativo en sí mismo sin la mediación del adulto.

���� Determinadas imágenes pueden herir la sensibilidad de unos niños a diferencia de

otros de su mismo grupo o edad. Hay que respetarlo y esperar a que el niño tenga la

madurez suficiente como para enfrentarse (o no) a todo ello.

���� Supervisar contenidos televisivos. No todos los programas infantiles realmente son

educativos.

���� Controlar el número de horas que un niño puede estar delante de la televisión. La

televisión no es una cuidadora.

���� No poner la televisión en el cuarto de los niños.

���� No mandar callar a los niños mientras estamos viendo la televisión.

���� Hablar con los niños de lo que han visto.

���� No magnificar el poder de la televisión utilizándolo siempre como medio de refuerzo o

castigo.

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Resumen de la Unidad Didáctica 4

En esta unidad hemos aprendido que la estimulación adecuada, las experiencias tempranas, la

exploración del entorno, aumentan el número de conexiones sinápticas y por tanto, las

posibilidades de especialización funcional se multiplican y los aprendizajes se hacen cada vez

más complejos.

La motricidad gruesa debe preceder siempre a la motricidad fina, y las experiencias

sensomotoras a las simbólicas.

El niño realiza grandes avances a nivel comunicativo-lingüístico, siendo capaz de pasar de la

holofrase a la yuxtaposición de elementos en una frase y al lenguaje relacional.

Tenemos que tener presentes, en los distintos aprendizajes, cómo funciona el pensamiento

infantil: la dificultad de descentrarse de su propio punto de vista, la dificultad de entender

procesos a la inversa, la dificultad de dar explicaciones lógicas, la dificultad de distinguir entre

ficción y realidad, etc.

Un apego seguro y unas condiciones que eviten factores de riesgo, son sinónimos de éxito en

el aprendizaje.

El control de esfínteres, los miedos, la televisión, las rabietas y la adaptación escolar son temas

que preocupan a los padres y profesores en esta edad y que se deben abordar de modo

transversal.

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Glosario de la unidad didáctica 4

Acto Reflejo: Movimiento involuntario y automático que se produce ante un estímulo y en el

que participa la médula espinal. Por ejemplo, cerrar el ojo ante una luz intensa.

Adaptación Escolar: Momento de ingreso por primera vez del niño en el centro educativo, que

suele durar de 2 a 3 semanas. Supone un proceso de habituación del niño a la escuela y de la

escuela al niño.

Aferencia: Transmisión de información desde los receptores sensoriales al cerebro.

Artificialismo: Es la creencia infantil de que los fenómenos naturales son creados por el

hombre o para fines humanos.

Animismo: Es la dotación de cualidades humanas a objetos inanimados por parte del niño.

Apego seguro: Vínculo afectivo que el niño establece con un adulto de referencia que le

proporciona seguridad y confianza en sus distintos retos o aprendizajes.

Aprendizaje por Descubrimiento: Es un tipo de aprendizaje muy efectivo, planteado por

Bruner, que, si se lleva a cabo adecuadamente, supone un aprendizaje muy significativo para

el niño. Consiste en que el profesor presenta todas las herramientas que el niño necesita

(conceptos, preguntas, datos, experiencias, etc) para que el niño vaya investigando y

descubriendo lo que desea aprender.

Agudeza visual: Habilidad visual que capacita para percibir los detalles una vez enfocado el

objeto.

Acomodación visual: Habilidad visual que permite enfocar los objetos y poder verlos a

diferentes distancias. Está muy relacionada con la elasticidad del cristalino, que se va

perdiendo con la edad.

Centración: Tendencia infantil a centrarse o considerar sólo algunos aspectos de una situación

despreciando otros que pueden ser más importantes, provocando de este modo una

deformación del razonamiento.

Conservación del objeto: Al principio el niño no tiene la capacidad de conservación del

objeto, lo que supone entender que las características de los objetos permanecen constantes

aunque cambie su forma.

Control de Esfínteres: Capacidad madurativa del niño de 2 a 3 años para poder controlar la

micción y la defecación.

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Córtex cerebral: Corteza cerebral. Tejido nervioso que recubre los hemisferios cerebrales,

formada por materia gris y con gran número de conexiones y agrupaciones neuronales que son

responsables de la especialización funcional, de la percepción, pensamiento, juicio, etc.

Cuerpo Calloso: Estructura que contiene haces de fibras nerviosas y cuya función es integrar

la información de uno y otro hemisferio cerebral para que trabajen de forma conjunta y

coordinada.

Eferencia: Transmisión de información de núcleos motores corticales a los músculos efectores

de una respuesta que siempre se da en función de la información previa captada por los

receptores y enviadas al cerebro, es decir, las eferencias se dan siempre en función de las

aferencias.

Egocentrismo: Característica del pensamiento infantil que le hace considerar sus puntos de

vista como únicos, porque está centrado en sí mismo.

Equilibrio Estático: Estado por el cual el cuerpo puede permanecer inmóvil manteniendo una

determinada postura en el espacio.

Equilibrio Dinámico: Estado por el cual el cuerpo puede recuperar una postura y no caerse a

pesar de los cambios y desplazamientos que realiza en el espacio.

Esquema corporal: organización de sensaciones relativas al propio cuerpo en función de la

información del entorno. Implica que el niño va conociendo las distintas partes de su cuerpo y

sus funciones y lo integra en una unidad funcional.

Hemisferio: Cada una de las dos partes o estructuras en que se divide el encéfalo.

Hipertonía: Exceso de tono muscular.

Hipotonía: Tono muscular bajo.

Holofrase: Frase de una sola palabra con la que el niño, aproximadamente al año de vida,

quiere expresar una idea o pedir algo.

Imitación: Procedimiento mediante el cual el niño aprende copiando la conducta de otra

persona. También se llama modelado o aprendizaje observacional.

Inteligencia Sensoriomotora: Término dado por Piaget al primer período del desarrollo

cognitivo (desde el nacimiento hasta aproximadamente lo dos años de edad). Los niños que se

encuentran en este período utilizan principalmente sus sentidos y sus habilidades motoras para

explorar y manipular el entorno.

Inteligencia Simbólica: Término dado por Piaget al segundo periodo del desarrollo cognitivo

con el que se quiere expresar el modo en que el niño a partir de 2 años de vida aprende: por

conceptualización, por observación, con representaciones de la realidad.

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Jerga: Forma que tiene el niño de comunicarse enlazando sonidos y palabras que imitan la

prosodia del lenguaje adulto pero en las que sólo a veces se puede identificar una palabra con

significado. Es propia del niño entre los 12 y los 18 meses de edad.

Juego en paralelo: Tipo de juego que identifica Piaget, propio del niño de 2 años, en el que el

niño no comparte ni fines ni objetos con otros niños.

Lóbulos cerebrales: Cada una de las 4 partes de la corteza cerebral en las que se divide cada

uno de los hemisferios cerebrales: lóbulo temporal, parietal, frontal y occipital. Se caracterizan

por funciones específicas muy importantes para los distintos tipos de aprendizajes.

Lenguaje Relacional: Refiere a las frases de estructura lógica de más de 3 elementos, con las

que el niño se comunica e interacciona con otros. Es propia de los 3 años.

Médula Espinal: Parte del Sistema Nervioso Central situada debajo del encéfalo y alojada en

el conducto raquídeo. Su función es transmitir impulsos nerviosos mediante aferencias y

eferencias e interviene también en la formación de actos reflejos.

Motricidad Gruesa: Habilidades que involucran a grandes movimientos del cuerpo como agitar

los brazos, andar, saltar...

Motricidad Fina: Habilidades físicas que suponen movimientos pequeños del cuerpo,

especialmente de las manos y las piernas, como recoger una moneda o dibujar.

Pensamiento transductivo: Tipo de razonamiento que va de lo particular a lo particular sin

considerar los principios generales que relacionan hechos. Los niños establecen las causas en

función de hechos desconectados, uniendo sucesos próximos en el tiempo y espacio como si

realmente uno fuera la causa del otro

Pensamiento Irreversible: Tipo de razonamiento que impide al niño entender una acción en

un sentido y volver a reproducir el proceso para invertirlo.

Periodos críticos: Intervalos, momentos de maduración en los que el cerebro es más sensible

a determinadas experiencias y más eficiente ante determinados aprendizajes.

Rabietas: Tipo de comportamiento infantil caracterizado por gritos, manotazos, patadas, etc.,

mediante el cual, el niño quiere conseguir algo. Es propio de los 2-3 años.

Reacciones circulares terciarias: Estadio de los experimentos que, según Piaget, abarca

desde los 12 a los 18 meses. Se caracteriza por una variación deliberada de acciones por parte

del niño con la intención de ver qué ocurre. Crea así, nuevos esquemas.

Tono muscular: Es el estado de contracción que tiene un músculo o grupo muscular y que

interviene en la realización de actos motores.

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Visión periférica: En contraposición con la visión central, es lo que el niño percibe alrededor

del objeto que enfoca.

Bibliografía de referencia para la unidad didáctica 4

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