Psicología

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Profesionales en la mira8

Por Juan Ignacio Pereyra

Fotos: Macarena Otero y gentileza Editorial Planeta

MIRADASSOBRE UN MISMO ASUNTOTRES PSICÓLOGOS QUE APLICAN SU FORMACIÓN DE MANERA DISTINTA: TERAPIAS VINCULARES, EN EL ÁREA DE RECURSOS HUMANOS DENTRODE UNA EMPRESA O TRIUNFANDO EN LOSMEDIOS. SIN EMBARGO, TODOS COINCIDEN ENQUE HAY MÁS DE UNA FORMA DE EJERCER LACARRERA QUE TANTO LOS APASIONA.

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Gabriel Rolón es psicoanalista y se hizo famoso por

sus columnas en radio con Alejandro Dolina. Carlos

Pachuk es médico y psiquiatra egresado de la UBA, y

se especializó en familia, pareja y grupo en la Asocia-

ción Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo

(AAPPG), de la que luego fue presidente (2005-2007).

Silvina Guerra es psicóloga, hizo un máster en Direc-

ción Estratégica de Recursos Humanos en la USAL y

pertenece al mundo de las grandes empresas hace

dos décadas. Los tres charlaron con So What! acerca

de cómo llegaron a hacer lo que hacen y cómo fue

cambiando el horizonte laboral.

¿Cómo descubrieron su vocación?

GR: Eso lo decodifiqué cuando fui docente. Me

di cuenta de que más que enseñarles a los chi-

cos, me gustaba escucharlos. Me pasaba las

horas libres no en la Sala de Profesores, sino en

el patio charlando con ellos; y tenía ganas de

ayudarlos y contenerlos. Pensaba en qué les es-

taba pasando más allá de lo que decían. Así,

creo, descubrí que lo mío era el psicoanálisis clí-

nico. Hoy me sigue fascinando esforzarme por

hacer algo por el dolor del otro y me siento feliz

con mi profesión.

CP: Lo mío fue parecido. Cuando era adoles-

cente me encantaba hablar con el vagabundo

del barrio. En aquella época estos personajes no esta-

ban en la calle por cuestiones sociales como ahora.

Eran personalidades de tonalidad psiquiátrica: alcohó-

licos o esquizofrénicos como mi interlocutor. Mi interés

giraba en torno del sufrimiento, la incertidumbre y la

curiosidad. Mis interrogantes habituales eran cómo y

por qué estos seres padecían estas patologías y orilla-

ban esos estados límite.

SG: Estudié Biología un año y medio, hasta que me di

cuenta de que mis compañeros estaban preocupados

por las células y las fórmulas, mientras que yo andaba

con mis revistas Uno mismo y libros de Freud y de psi-

cología gestáltica. Me anoté en Psicología y fue como

tirarme por un tobogán porque era lo que amaba. A

los 15 años fui a terapia por primera vez, sola y en se-

creto, en las horas que tenía voleibol. ¡Cuánto lo nece-

sitaría! De ahí en más siempre me interesó la psicolo-

gía. Pero mi abuelo decía: “Con inglés y el título de Pe-

rito Mercantil vas a poder trabajar; y si nosotros nos

morimos, vos te vas a poder autoabastecer”.

¿Por qué el psicólogo está mejor visto ahora que,

digamos, diez años atrás?

GR: Tal vez se perdió aquel prejuicio acerca de que

el que iba al psicólogo estaba loco. Creo que la caí-

da de esa idea abrió el campo a nuestra profesión.

La mayoría de la gente ya no tiene vergüenza de ir al

psicólogo. Creo que fuimos ganando un lugar dentro

de la salud mental. Se va comprendiendo, aunque

muy de a poco, desgraciadamente, que el dolor psí-

quico es tan importante como el dolor físico. Con ex-

cepción de algunas prepagas que no cubren los tra-

tamientos o lo hacen por pocas sesiones. Eso es im-

ponerle al dolor el tiempo de la economía. Una ver-

dadera canallada.

¿Cómo ven el mercado laboral para los psicólogos?

GR: El país atraviesa una crisis, y una de las primeras

cosas que la gente posterga en estos casos es su te-

rapia. También a los pacientes les cuesta a veces dar-

le a su dolor el lugar que se merece.

CP: El mercado está demasiado cubierto. Muchos

egresados suelen trabajar como acompañantes tera-

péuticos o como concurrentes ad honorem en los ser-

vicios hospitalarios, y luego de varios años ingresan en

alguna obra social.

Bueno, a su vez se dio la apertura del campo labo-

ral, ¿no?

SG: Sí. Cuando empecé a estudiar me imaginaba psi-

cóloga clínica, no tenía otro horizonte; ahora se saben

un poco más las orientaciones. Antes era muy raro

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“SE PERDIÓ AQUEL PREJUICIOACERCA DE QUE EL QUE IBA AL

PSICÓLOGO ESTABA LOCO. CREOQUE LA CAÍDA DE ESA IDEA ABRIÓ

EL CAMPO A NUESTRA PROFESIÓN.LA MAYORÍA DE LA GENTE YA NO

TIENE VERGÜENZA DE IR AL PSICÓLOGO”, GABRIEL ROLÓN.


que los psicólogos quisiéramos otra cosa que trabajar

en clínica. La psicología forense, educacional o laboral

no estaban desarrolladas, y mucho menos lo relacio-

nado con el marketing y el comportamiento del consu-

midor. Esto fue algo que hicimos las generaciones

posteriores.

¿Cómo se dio este cambio?

SG: Hubo un quiebre con la inclusión en las universi-

dades de otras corrientes de psicología y otros mode-

los mentales que no fueran el psicoanálisis. La Argen-

tina es una excepción en el mundo porque hasta la

persona que nunca pisó un consultorio, ni piensa ha-

cerlo, te habla como un psicoanalista porque en la jer-

ga popular está el modelo mental del psicoanálisis. Es

rarísimo que el colectivo popular hable de incesto, Edi-

po y demás cuestiones. Dentro del universo de la psi-

cología, ése es sólo un modelo mental posible para

ver al hombre.

¿Y cómo llega ese cambio del mercado laboral?

SG: La inflexión es multicausal. Con la democracia las

carreras sociales se plagaron porque fueron las más

censuradas. Toda esa gente que se inscribió en Psico-

logía no tenía mercado laboral y, generalmente, es di-

fícil tener tu propio consultorio para desarrollarte como

profesional independiente.

¿Cuándo se empieza a incluir al psicólogo en las

empresas?

SG: Creo que se da en paralelo a que las áreas de

personal se convierten en áreas de Recursos Huma-

nos. Primero el psicólogo empieza a tener una inser-

ción haciendo evaluaciones psicotécnicas y, también,

dando una mirada psicológica del hombre en el mun-

do del trabajo, entre otras cosas. Después las empre-

sas empezaron a tener departamentos de selección

interno y, además, el mundo entero empezó a tener

una mirada global sobre el ser humano en el trabajo.

En tu caso, ¿cómo surgió la especialización en psi-

cología vincular?

CP: Siempre tuve interés por las ciencias sociales, la

historia, la política y el arte. Pero me capturó la filoso-

fía, ese saber de los saberes, donde contagia la pre-

gunta acerca del ser humano y el destino de nuestra

cultura. Luego no podía pensar en un individuo aisla-

do y eso predominó en mi práctica clínica. Las ideas

centrales del psicoanálisis vincular indican que el suje-

to se origina, nutre y deviene en los vínculos. Es decir

habilita un pensamiento sobre el otro que nunca es

como el sujeto lo imagina. La mayoría de los conflictos

pasa por las relaciones humanas, salvo la creación, la

enfermedad y la muerte. La experiencia clínica de-

muestra que la cura se acelera en las terapias vincula-

res. Esto no desmerece el psicoanálisis individual, que

en muchas ocasiones funciona en paralelo.

¿Cuáles son los temas predomi-

nantes de consulta?

CP: Para los jóvenes, pertenecer al

mercado laboral y el temor perma-

nente a ser excluido. La sexualidad

es aceptada y practicada en todas

sus versiones: hétero, homo y tran-

sexual (en menor medida). Los te-

mas de los adultos son, generalmen-

te, problemas de pareja y violencia

familiar. Los cuadros clínicos habi-

tuales son depresión y angustia.

¿Cuál es actualmente el gran des-

afío para un psicoanalista?

GR: Sostener una práctica clínica

permanente. Que no es nada fácil,

entre otras cosas porque las prepagas no cubren tra-

tamientos largos. Hay que poner mucho de uno para

que el análisis le sea posible al paciente. Y por otro la-

do, en lo personal, en mi labor de escritor, acercar el

psicoanálisis a la gente. Que dejen de pensar en el es-

tereotipo del analista que si te ve en la calle no te sa-

luda, que no habla en las sesiones y que es incapaz

de un gesto de afecto. Si pudiera lograr esas dos co-

sas, estaría muy satisfecho.

En el ambiente de ustedes, ¿está mal visto que un

psicólogo salga en los medios de comunicación?

GR: Aunque no me muevo en el ambiente de los psi-

cólogos, no se me escapa que no suele caer bien que

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“LA MAYORÍA DE LOS CONFLICTOS PASAPOR LAS RELACIONES HUMANAS, Y LA EXPERIENCIA CLÍNICA DEMUESTRA QUE LA CURA SE ACELERA EN LAS TERAPIASVINCULARES. ESTO NO DESMERECE EL PSICOANÁLISIS INDIVIDUAL, QUE EN MUCHAS OCASIONES FUNCIONA EN PARALELO”, CARLOS PACHUK.


un analista trabaje en los medios. Pa-

ra mí esto surge de la equivocación

de creer que allí estamos haciendo

clínica. Entonces, y con todo dere-

cho, dicen que eso está mal. Yo tam-

bién lo diría si viera a un colega expo-

ner a un paciente en los medios. Pero

no es eso lo que hago. De todas ma-

neras, habrá quienes seguirán pen-

sando mal de los que estamos en los

medios. Es su derecho. No me enoja.

Lo respeto.

CP: Creo que es importante que los psicólogos apa-

rezcan en los medios para realizar consultas puntuales

o difundir los nuevos conceptos de una ciencia joven.

Como dice Rolón, no veo oportuno efectuar tratamien-

tos por televisión: creo que es importante conservar la

intimidad y el derecho al secreto de los pacientes.

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“LA PSICOLOGÍA COMIENZA A ENTRAR HACE NO MUCHOS AÑOS A LAS

EMPRESAS EN LOS DEPARTAMENTOS DESELECCIÓN INTERNO Y, ADEMÁS, EL

MUNDO ENTERO EMPEZÓ A TENER UNAMIRADA GLOBAL SOBRE EL SER HUMANO

EN EL TRABAJO”, SILVINA GUERRA.

Gabriel Rolón nació en Buenos Aires en 1961. Se graduó en Psicología en la UBA y realizó su especialización en psicoaná-

lisis. Ejerce como psicólogo clínico y su campo es el tratamiento de las neurosis, las perversiones y las psicosis. Historias de

diván, su primer libro, estuvo primero en ventas durante un año y fue publicado en México, Brasil y España. Recientemente

salió Palabras cruzadas, su segunda obra. Desde hace varios años está presente en los medios de comunicación. En radio fue

columnista de Tarde negra, Va x vos y Siempre listos, aunque se hizo famoso por su labor junto a Alejandro Dolina en La ven-

ganza será terrible, y por su trabajo en televisión con Roberto Pettinato y Karina Mazzocco en Todos al diván. En la actuali-

dad está en la Rock and Pop junto a Elízabeth Vernaci los jueves (de 17 a 19), en RSM (Resumen de los Medios) junto a

Mariana Fabbiani por América TV, y conduce su programa Terapia (única sesión), por América, los miércoles a las 22.

Carlos Pachuk es médico y psiquiatra egresado de la UBA (1983). Se especializó en familia, pareja y grupo en la Asociación Ar-

gentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo (AAPPG), de la que luego fue presidente (2005-2007). La AAPPG fue fundada

en 1954 por un conjunto de psicoanalistas interesados en la investigación de los fenómenos y procesos grupales, entre quie-

nes se encontraban los prestigiosos doctores Enrique Pichon Rivière, Madeleine Baranger, José Bleger y Janine Puget. Empezó a

trabajar con grupos terapéuticos en el Hospital Aráoz Alfaro (1978-1983). Escribió Los hijos de la fertilización asistida (Sudame-

ricana), con Eva Giberti y Gloria Barros, y La pareja (Paidós),con Elina Aguilar y Gloria de Mendilaharzu. Fue compilador, junto

con la psicóloga uruguaya Rasia Friedler, del Diccionario de psicoanálisis de las configuraciones vinculares, material de estudio en la

UBA. Actualmente es presidente de FAPCV (Federación Argentina de Psicoanálisis de las Configuraciones Vinculares).

Silvina Guerra es licenciada en Psicología de la Universidad del Salvador, máster en Dirección Estratégica de Recursos Hu-

manos de la USAL y Coach Ontológico Certificado. Hace casi veinte años que se desempeña en el ámbito de los recur-

sos humanos. Cuenta con una amplia trayectoria en el área de reclutamiento y selección, y en los últimos diez años se de-

dicó también a desarrollar proyectos de consultoría organizacional. Hace casi cuatro años que está a cargo de la Gerencia

de Servicios de Consultoría de Direcciona. “Soy especialista y, sobre todo, apasionada en los temas que vinculan las dimen-

siones emocional, corporal y trascendente del hombre en el mundo del trabajo”, dice.


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