Psicoanálisis y Feminismo - Artículo de Mabel Burin y Enlaces Sobre El Tema

8/20/2019 Psicoanálisis y Feminismo - Artículo de Mabel Burin y Enlaces Sobre El Tema

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Por confrmar está que el primer artículo aquí vertido corresponda al de igualtítulo que se publicó en Revista Actualidad Psicológica, año XIX, núm !"#, $uniode "%%&, pp !'( )a página donde se encuentra en Psccomundo no lo indica

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Psicoanálisis, estudios feministas y género

/0nero 1 Psicoanálisis+

2ub$etividades .emeninas vulnerables

Mabel Burin

I Introducción

A partir de los años 60, y más acentuadamente en la década de los 70, los Estudios de Género han

puesto en el escenario académico gran cantidad de estudios e investigaciones que revelan

diversos modos de construcción de la su!etividad "emenina, a partir de la uicación social de las

mu!eres en la cultura descripta como partriarcal# Esto ha generado intensos deates sociales,

pol$ticos, económicos, poniendo de relieve la condición de marginación de las mu!eres en talesespacios# A la ve% se han estudiado las marcas que de!a en la constitución de las su!etividades

"emeninas seme!antes procesos de e&clusión# 'omo resultado de tales análisis, se han o"recido

diversas hipótesis provenientes de teor$as psicoanal$ticas acerca de la constitución de la

su!etividad "emenina que, entrecru%adas con aquellas provenientes de los estudios de género,

o"recen una masa interesante de datos y de nuevas hipótesis para seguir avan%ando en este

campo de conocimientos#

(al entrecru%amiento teórico y de prácticas cl$nicas en sus comien%os "ue arduo y di"$cil, deido

más ien a relaciones de tensión entre amas corrientes disciplinarias# Esta situación se

caracteri%ó al principio por en"ati%ar, a veces hasta el paro&ismo, las relaciones cr$ticas y

con"lictivas entre los estudios de género y las teor$as psicoanal$ticas# )i ien todav$a persisten

algunos rasgos de aquella situación de e&asperación cr$tica y a menudo desestimante una de laotra, en la actualidad estamos intentando "ertili%ar mutuamente el campo con hipótesis

provenientes de amas disciplinas, en un es"uer%o por articular aquellos conocimientos que se

hayan revelado como "ruct$"eros#

*+ué son los Estudios de Género El término género circula en las ciencias sociales y en los

discursos que se ocupan de él, con una acepción espec$"ica y una intencionalidad e&plicativa#

-icha acepción data de ./, cuando el investigador 1ohn 2oney propuso el término 3papel de

http://www.psicomundo.com/foros/genero/subjetividad.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/subjetividad.htm


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Algunas de las cr$ticas más "recuentemente esgrimidas por los estudios de género a estas

hipótesis psicoanal$ticas se asan en sus criterios esencialistas, iologistas, individualistas y a?

históricos# Entendemos por esencialistas aquellas respuestas que se o"recen a la pregunta 3*quién

soy3, y 3*qué soy3, suponiendo que e&istir$a algo sustancial e inmutale que responder$a a tales

inquietudes# 9os criterios biologistas responden a los interrogantes asociando a un su!eto mu!er

con un cuerpo iológico, y "undamentalmente con su capacidad reproductora# 9os principios a-

históricos deniegan que a lo largo de la historia las mu!eres han padecido camios económicos y

sociales que han implicado pro"undas trans"ormaciones en las de"iniciones sore la "emineidadB por

el contrario, suponen la e&istencia de 3eterno "emenino3 inmutale a través del tiempo# 9os

criterios individualistas aislan a las mu!eres del conte&to social, y suponen que cada mu!er, por

separado, y seg:n su propia historia individual puede responder acerca de su identidad "emenina#

rincipalmente los deates conciernen, principalmente, al esencialismo con que se "ormulan las

hipótesis 4de 9auretis,.//0B Alco"", ./8/B Crennan, ./8/5, al tipo de leyes simólicas que la cultura

requiere para estructurar el aparato ps$quico 4)aal, .//.B @rigaray ./8;B 2itchell, ./8;5, a la

di"erencia se&ual y sus implicaciones, a en qué medida la construcción del conocimiento es

inherentemente patriarcal, y a las implicaciones que tiene para los Estudios de Género la utili%ación

de los conocimientos psicoanal$ticos en campos no académicos 4por e!emplo, pol$ticos5 4.5

El entrecru%amiento teórico entre psicoanálisis y género o"rece un enriquecimiento insospechado, a

la ve% que una pro"unda comple!i%ación en sus estructuras teóricas, al nutrirse de conocimientos

provenientes de la sociolog$a, la antropolog$a, la historia, la psicolog$a social, etc#, lo cual hace

di"$cil la delimitación o el 3control de "ronteras3# 'on ello, consideramos que no sólo enriquecemos

la perspectiva, sino que además, colocamos este entrecru%amiento disciplinario en un punto de

encruci!ada, e&presada hoy en d$a en el quehacer cient$"ico a!o el término de interdisciplinariedad #

9a atmós"era de crisis que en general rodea a los paradigmas cient$"icos en los :ltimos años, hatenido sus e"ectos tamién sore este nuevo campo de conocimientos# Aquella "iloso"$a

neopositivista que era e&presión oligada y :nica en otras épocas del modo de producción del

conocimiento cient$"ico, ha de!ado de constitu$r la ase epistemológica :nica o su"iciente para la

valoración de los conocimientos producidos actualmente# Algunos de los "undamentos que se están

cuestionando en la actualidad por las disciplinas con las que operamos son, por e!emplo, el

determinismo estricto, el postulado de simplicidad, el criterio de 3o!etividad3, el supuesto de la

causalidad lineal, etc#

9os nuevos criterios para re"ormular los paradigmas del entrecru%amiento disciplinario entre los

estudios de género y psicoanálisis, incluye en primer lugar, la noción de complejidad < requiere la

"le&iilidad de utili%ar pensamientos comple!os, tolerantes de las contradicciones, capaces de

sostener la tensión entre aspectos antagónicos de las conductas, y de aordar, tamién conrecursos comple!os, a veces con"lictivos entre s$, los prolemas que resultan de tal modo de

pensar#

En la re"ormulación de paradigmas que gu$en nuestras investigaciones, se ha descripto 4Gomári%,

.//;5 cómo gran parte de lasDlos estudiosasDos del género y del psicoanálisis no están muy

preocupadasDos por sus articulaciones intersectivas# arecen, en general, satis"echasDos con el

hecho de que la "ragmentación teórica que su"ren hoy las ciencias humanas les permite un nicho


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propio, donde pueden desarrollarse# Esta actitud parece !usti"icada especialmente por la idea

postmoderna de que el me!or estado de las ciencias humanas es la "ragmentación 4Curin, .//5#

)in emargo, ésta parecer$a una apuesta arriesgada< a pesar de todo, tamién las ciencias

humanas están tensionadas por la acumulación de conocimiento# ara E# Gomári% es muy

arriesgado a"irmar que dicha tensión no va a impulsar a diversas disciplinas a salir de la actual

crisis teórica y de paradigmas# )ostiene que si en el pasado ya se pasó por ciclos de articulación?

desarticulación?rearticulación, no ser$a nada e&traño que las ciencias humanas volvieran a articular

alguna visión teórica, especialmente si se tiene en cuenta que ?como ya sucedió? esta articulación

no necesita ser :nica ni homogénea< puede desarrollarse como competencia entre teor$as

opuestas o, tamién, en torno a prolemas temáticos históricamente relevantes 4como ha sucedido

recientemente en nuestro medio con las re"le&iones sore la violencia, especialmente como e"ecto

socio?histórico de la dictadura militar ./76?./8 en Argentina5#

234567I8I9A9 :6;6


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padres, hermanos, maridos5# 1unto con este proceso, como ya lo hemos descripto, se "ue

con"igurando una serie de prescripciones respecto de la 3moral "amiliar y maternal3, que supon$a

su!etividades "emeninas con caracter$sticas emocionales de receptividad, capacidad de

contención y de nutrición, no sólo de los niños sino tamién de los homres que volv$an a sus

hogares luego de su traa!o cotidiano en el ámito e&tradoméstico# A la circulación de a"ectos

3inmorales3 del mundo del traa!o e&tradoméstico ?pleno de rivalidades, ego$sta e individualista? se

le opuso una 3moral3 del mundo doméstico, donde las emociones prevalecientes eran la

amorosidad, la generosidad, el altru$smo, la entrega a"ectiva, lideradas y sostenidas por las

mu!eres# 9a e"icacia en el cumplimiento de estos a"ectos les garanti%aa a las mu!eres un lugar y

un papel en la cultura, con claras de"iniciones sore cómo pensar, actuar y desarrollar sus a"ectos

en el desempeño de sus roles "amiliares 4Cernard, ./7.B Curin y Conder, ./8;5# )e "ueron

con"igurando as$ ciertos roles de género específicamente femeninos< el rol maternal, el rol de

esposa, el rol de ama de casa# Estos roles supon$an condiciones a"ectivas a su ve% espec$"icas

para poder desempeñarlos con e"icacia< para el rol de esposa, la docilidad, la comprensión, la

generosidadB para el rol maternal, la amorosidad, el altru$smo, la capacidad de contención

emocionalB para el rol de ama de casa, la disposición sumisa para servir 4servilismo5, la

receptividad, y ciertos modos inhiidos, controlales y aceptales de agresividad y de dominación

para el mane!o de la vida doméstica#

ero con el correr de la e&periencia acumulada históricamente por las mu!eres en estos roles de

género, paulatinamente se "ue produciendo el "enómeno inverso# )e trataa de roles de género

"emenino que, en lugar de garanti%ar la salud mental de las mu!eres, les proporcionaa en camio

numerosas condiciones de malestar ps$quico que las pon$an en riesgo# *+ué ocurrió# +ue hacia

"ines del siglo pasado y principio de este siglo, con la multiplicación de escuelas y otros espacios

educativos y recreativos para niños, "uera del hogarB y con el avance de nuevas teconolog$as que

invisiili%aron la producción doméstica como "ruto del es"uer%o personal de las mu!eresB más

adelante con el aumento y la di"usión de los anticonceptivos que otorgaron mayor liertad a la

se&ualidad "emenina, de modo que ésta ya pod$a no circunscriirse oligatoriamente al escenario

doméstico, ni ser sólo para la reproducciónB y tamién con la e&periencia acumulada por las

mu!eres en el traa!o e&tradoméstico, mu!eres que comen%aron a ganar su propio dinero,especialmente como resultado de las necesidades apremiantes impuestas por la primera y la

segunda guerra mundialB en "in, con éstos y otros hechos sociales y económicos que se produ!eron

a lo largo de este siglo, se multiplicaron los "actores que hicieron que los roles de género

"emeninos tradicionales de!aran de tener valor y el sentido social que se les asignaa

anteriormente# Esta puesta en crisis de los sentidos tradicionales sobre los roles de género

femenino, también implicó una puesta en crisis de la subjetividad femenina que habían estado

contruyendo las mujeres hasta entonces# En particular comonen%aron a poner en crisis el sentido

que ha$an de otorgarle a su lidera%go emocional# 9as mu!eres comen%aron a sentir que su poder

a"ectivo ia perdiendo signi"icación histórica y social, especialmente a medida que numerosas

teor$as y prácticas psicológicas lo cuestionaan, dando cuenta de las "allas, ausos e

incumplimiento de las mu!eres en el e!ercicio de tal poder# En este aspecto, comen%aron a surgir

variadas hipótesis psicológicas y psicosociales que ad!udicaan a las 3madres patógenas3 4)áe%

Cuenaventura, ./885 ? descriptas mediante conceptos tales como las 3madres esqui%o"reni%antes3,

las 3madres aandónicas3, las 3madres simioti%antes3, etc#? diversos trastornos en la salud mental

de sus hi!os# )e produ!eron as$ numerosas teor$as psicológicas que comen%aron a restar poder al

rol materno, intentando cominarlo y relativi%arlo 4*neutrali%arlo5 al poder paterno# -iversas

hipótesis se cominaron entre s$ para tal "in, desde variados marcos teóricos, tales como las de 3la

ley del padre3 o 3la ley "álica3, de corte psicoanal$tico, as$ como las hipótesis sore los conte&tos

"amiliares en"ermantes o dis"uncionales, desde las perspectivas sistémicas# En cuanto a las


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mu!eres, la decepción resultante de tal pérdida de poder "ue con"igurándose en determinados

grupos etáreos, tal como las de mu!eres de mediana edad cuando sus hi!os crec$an y se ale!aan

del hogar, a!o la "orma de preguntas tales como 3*y ahora qué3, y 3*y esto es todo3# Amas

preguntas se con"iguraron como e&presión de una puesta en crisis de los sentidos que ha$an

otorgado en sus vidas a la centralidad de los roles de madre, esposa y ama de casa# En el campo

de la salud mental de las mu!eres se han descripto verdaderos cuadros cl$nicos, asociados a los

estados depresivos, caracteri%ados como 3neurosis del ama de casa3, 3s$ndrome del nido vac$o3,

3depresión de mu!eres de mediana edad3, 3crisis de la edad media de la vida3, etc# As$ como en el

campo de la salud mental de las mu!eres la histeria surgió como la en"ermedad paradigmática

"emenina de "ines de siglo pasado, asociada a las condiciones de la represión se&ual de las

mu!eres de esa época, actualmente se considera que los estados depresivos son los modos

paradigmáticos de e&presar su malestar las mu!eres de este "in de siglo# Estar$amos ante la

"inali%ación de aquel proyecto de la modernidad en cuanto a la composición su!etiva de las

mu!eres, que les o"rec$a garant$as de salud mental en el cumplimiento e&itoso de los roles de

género maternos, conyugales y domésticos#

/>


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En una investigación que he reali%ado en .//.?.//;, las mu!eres del estudio que se encuadran

dentro del grupo de las (radicionales se encontrar$an más representadas dentro de esta

prolemática, en tanto que aquellas categori%adas como (ransicionales o como @nnovadoras

estar$an en"rentando esta prolemática con otros recursos que les permitir$an lograr mayor

movilidad pulsional# Estas :ltimas tratan de encontrar más salidas o resoluciones a la inermidad

yoica ante los avatares de la detención pulsional que puedan padecer# 2uchas de ellas re"uer%an

su inserción laoral, otras su participación social, otras diversi"ican o ampl$an sus actividades

recreativas, de estudios, de cuidados por su salud, etc#, en el intento de investir liidinalmente otros

o!etos pulsionales# Este traa!o de elaoración ps$quica lo reali%an mediante diversos recursos de

re"le&ión y de !uicio cr$tico en relación con su composición su!etiva, para lo cual suelen atravesar

una pro"unda crisis vital que pone en cuestión su su!etividad# )in emargo, tamién he

encontrado la prolemática del estancamiento liidinal de aquellas mu!eres que han logrado un

má&imo de movilidad pulsional a través de su carrera laoral# En este grupo de mu!eres el "techo

de cristal" ha operado como "actor de detención y a:n de estancamiento, en sus carreras

laorales# El e"ecto de estasis pulsional en este grupo de mu!eres puede perciirse a través de la

e&presión de su malestar, especialmente a!o la "orma de estados depresivos en la mediana edad#

2e re"iero a un 3techo de cristal3 que opera simultáneamente en una dole inscripción < como

realidad cultural opresiva y como realidad ps$quica parali%ante# 2i preocupación estará dirigida aanali%ar esta dole inscripción del 3techo de cristal3#

=na hipótesis de género< el 3techo de cristal3 en la carrera laoral.

El concepto de 3techo de cristal3 ha sido descripto recientemente por algunas estudiosas de la

sociolog$a re"erido al traa!o "emenino, particularmente en los pa$ses anglosa!ones#

En mi estudio sore estados depresivos en mu!eres de mediana edad, he intentado articular la

noción de 3techo de cristal3 con algunas hipótesis psicoanal$ticas y de género para comprender

ciertos rasgos del malestar de este grupo de mu!eres#

¿Qué es el "techo de cristal"?. )e denomina as$ a una super"icie superior invisile en la carrera

laoral de las mu!eres, di"$cil de traspasar, que les impide seguir avan%ando# )u carácter de

invisiilidad está dado por el hecho de que no e&isten leyes ni dispositivos sociales estalecidos ni

códigos visiles que impongan a las mu!eres seme!ante limitación, sino que está constru$do sore

la ase de otros rasgos que, por su invisiilidad, son di"$ciles de detectar# -eido a esta particular

con"ormación del techo de cristal, para estudiarlo deemos uscar sus rasgos en los intersticios

que de!a el entramado visile de la carrera laoral de este grupo de mu!eres# Entre ellos, he

hallado rasgos cuya comprensión nos la o"recen las hipótesis de género y otras que podemos

comprender mediante hipótesis psicoanal$ticas#

El concepto 3techo de cristal3 "ue originariamente utili%ado para anali%ar la carrera laoral de

mu!eres que ha$an tenido altas cali"icaciones en sus traa!os gracias a la "ormación educativa denivel superior# )in emargo, su e&periencia laoral indica que en determinado momento de sus

carreras se encuentran con esa super"icie superior invisile llamado 3techo de cristal3#

A partir de los estudios reali%ados desde la perspectiva del género, que indican cómo nuestra

cultura patriarcal construye seme!ante ostáculo para las carreras laorales de las mu!eres, me he

preocupado por estudiar cuales son las condiciones de construcción de la su!etividad "emenina

que hacen posile tal imposición cultural# >e hallado que parte del 3techo de cristal3 como l$mite se

gesta en la temprana in"ancia y adquiere una dimensión más relevante a partir de la puertad en


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las niñas# 9a importancia del análisis de este "enómeno en los estadios tempranos de la

con"iguración de la su!etividad "emenina se mani"iesta cuando comprendemos sus e"ectos

ulteriores, sore su salud mental y sus modos de en"ermar#

9a necesidad de regular las seme!an%as y las di"erencias entre hipótesis provenientes de teor$as

psicoanal$ticas e hipótesis que surgen de los estudios de género nos han llevado a puntuali%ar

algunas prolemáticas que inciden en la construcción del 3techo de cristal3 en las mu!eres#

-ado que no podemos e&tendermos ampliamente en ellos, descriiremos someramente algunos

de los elementos que constituyen la super"icie del techo de cristal# 9uego, aordaremos esta

prolemática a partir del análisis de dos componentes su!etivos< el deseo hostil y el !uicio cr$tico,

en la con"iguración del aparato ps$quico de las niñas, y de su resigni"icación en la puertad# En

esta circunstancia, los estudios de género nos o"recerán herramientas conceptuales para

comprender la constitución de la su!etividad "emenina y su incidencia sore su salud mental# El

análisis más amplio de este estudio puede hallarse en las re"erencias indicadas en la iliogra"$a#

/0nero 1 sub$etividad .emenina

Algunos de los rasgos que nuestra cultura ha constru$do para con"igurar esa estructura superior

invisile denominada 3techo de cristal3 para las mu!eres se asa en<

a. Las responsabilidades domésticas

la dedicación horaria de los puestos más altos en la mayor$a de los espacios laorales están

diseñados por lo general dentro de un universo de traa!o masculino, e incluye horarios que

haitualmente no están disponiles para las mu!eres ?por e!emplo, horarios vespertinos o

nocturnos? dado que, por lo general, este grupo de mu!eres tamién desempeñan roles domésticos

como madres, esposas y amas de casa# Entre el grupo de mu!eres de"inidas como (ransicionales

en su desempeño laoral, han aceptado los l$mites del 3techo de cristal3 y reali%ado enormeses"uer%os tratando de superar tales limitaciones, utili%ando recursos muy diversosB en su mayor$a,

uno de los e"ectos de tal es"uer%o consiste en padecer de estrés laoral#

* el entrenamiento predominante de las mu!eres de este grupo etáreo en el ámito doméstico, en

los v$nculos humanos con predominio de la a"ectividad, con relaciones de intimidad, con el acento

puesto en las emociones cálidas 4ternura, cariño, odio, etc#5 estar$a en contraposición con el mundo

del traa!o masculino, donde los v$nculos humanos se caracteri%ar$an por un má&imo de

racionalidad, y con a"ectos puestos en !uego mediante emociones "r$as 4distancia a"ectiva,

indi"erencia, etc#5# En el grupo de mu!eres caracteri%adas como tradicionales, suelen encontrar muy

di"icultoso el pasa!e de un tipo de vinculación al otroB por lo general, consideran inaceptale

camiar sus modos clásicos de vinculación, y renuncian a seguir avan%ando en sus carreras# Entre

las mu!eres caracteri%adas como innovadoreas, suelen identi"icarse con el modo de vinculaciónmasculino requerido para seguir adelante en sus carreras laorales, estaleciendo una dicotom$a

entre sus v$nculos en el ámito doméstico y los del ámito laoral# El grupo mayoritario está

locali%ado entre las mu!eres caracteri%adas como transicionales, que padecen las tensiones y

con"lictos de intentar compatiili%ar los dos tipos de vinculación ?a predominio a"ectivo y a

predominio racional? dentro del ámito laoral#


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b. !l nivel de exigencias este grupo generacional ha encontrado que en sus carreras laorales se

les e&ige el dole que a sus pares masculinos para demostrar su val$a# En su mayor$a, percien

que en tanto a ellas se les e&ige un nivel de e&celencia en sus desempeños, a sus pares varones

se les acepta un nivel mediano o ueno a la hora de evaluar sus desempeños# En estos casos, en

los criterios de evaluación utili%ados, se cali"ica por igual el nivel de e&celencia otenido como

cuali"icación por las mu!eres, con el nivel de ueno otenido por los varones# Esto constituir$a un

e!ercicio de discriminación laoral en per!uicio de las mu!eres#

c. Los estereotipos sociales algunos estereotipos que con"iguran el 3techo de cristal3 se "ormulan

de la siguiente manera< 3las mu!eres temen ocupar posiciones de poder3, 3a las mu!eres no les

interesa ocupar puestos de responsailidad3, 3las mu!eres no pueden a"rontar situaciones di"$ciles

que requieren actitudes de autoridad y poder3# Estos estereotipos sociales inciden en la carrera

laoral de las mu!eres, haciendo que se vuelvan intelegiles para puestos que requieren autoridad

y e!ercicio del poder# En el grupo de mu!eres estudiadas, tal estereotipo ha sido internali%ado de tal

modo por ellas mismas, que casi sin cuestionarlos, los repiten como si "ueran resultado de

elecciones propias# )i emargo, a"irmaciones tales como 3a mi no me interesa ocupar posiciones

de poder3 se ven con"rontadas con otras actitudes en las que, contradictoriamente, desean asumir

traa!os que les representan poder, autoridad, prestigio, reconocimiento social, etc# En tanto elgrupo de mu!eres tradicionales parece re"ugiarse más en aquellas a"irmaciones, las mu!eres

agrupadas como innovadoras admiten sus con"lictos y tratan de en"rentarlos con recursos variados

cada ve% que ocupan tales puestos de traa!o#

d. La percepción que tienen de sí mismas las propias mujeres < la "alta de modelos "emeninos con

los cuales identi"icarse lleva a este grupo generacional a sentir inseguridad y temor por su e"icacia

cuando acceden a lugares de traa!o tradicionalmente ocupados por varones# =no de los temores

que suele surgir en ellas es el miedo a perder su identidad se&ual# 9a necesidad de identi"icarse

con modelos masculinos ?pre"erentemente camisas y "aldas largas, malet$n o porta"olios? como as$

tamién camios en el timre de su vo%, impostando sonidos más graves y halando en tonos más

altos que su vo% haitual#

9as mu!eres que en su carrera laoral desean ocupar puestos hasta ahora caracteri%ados como

t$picamente masculinos deen en"rentar el dole de e&igencias que sus pares varones, a"rontar

más riesgos ?por e!emplo de acoso se&ual? soportar un mayor escrutinio de sus vidas privadas, a la

ve% que se le perdonan menos equivocaciones# 'uando cometen errores, no se los atriuyen, a la

parte correspondiente a su entrenamiento, o a su e&periencia previa, o a su "ormación pro"esional,

sino al hecho de ser mu!erB su pertenencia al género "emenino operar$a como categor$a que

e&plicar$a su incapacidad#

e. !l principio de logro otro "actor que incide en la composición del 3techo de cristal3 y que resulta

discriminatorio contra el género "emenino es el as$ llamado 3principio de logro3# Al evaluar la val$a

de las personas miemros de una empresa u organi%ación tradicionalmente masculina, en quecompiten homres y mu!eres por igual, algunos estudios descrien cómo "unciona un tipo de

adscripción que precede al desempeño en el cargo, a:n cuando esto ocurra en "orma velada e

imperceptile la mayor$a de las veces# En el caso de las mu!eres de este grupo etáreo, esto ha

llevado a muchas de ellas no sólo a ser orientadas hacia el mercado de traa!o secundario, sino

tamién a la 3división secundaria3 casi universal dentro de las pro"esiones y las ocupaciones

lucrativas# 'omo resultado de este proceso, incluso mu!eres pro"esionalmente muy cuali"icadas se

ven orientadas sistemáticamente hacia ramas de estas ocupaciones menos atractivas, poco

creativas y generalmente peor pagadas#


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Este "enómeno, que ha sido descripto como parte de la división se&ual del traa!o, es ien

conocido por la mayor$a de los estudios que se reali%an sore la participación de las mu!eres de

este grupo etáreo en el mercado de traa!o# )in emargo, su alcance no es "ácil de medir y

además, está sometido a di"erentes interpretaciones# 9o que s$ ha sido ien anali%ado es que esta

situación poco tiene que ver con el desempeño concreto del traa!o de las mu!eres, sino que más

ien está conectada con los sustitutos simólicos antes descriptos, que sirven de ase para la

evaluación# Hcurre que no sólo se suele valorar inicialmente a las mu!eres como si tuvieran un

potencial más a!o para determinados puestos de traa!o y por lo tanto menor val$a para quienes

las empleen, sino que además suelen mostrar ellas mismas un grado in"erior de 3hailidades

e&tra"uncionales3 tales como plani"icar su carrera, demostrar intereses amiciosos, capacitarse

dirigiéndose a determinados "ines# or el contrario, las hailidades e&tra"uncionales de las mu!eres

de este grupo etáreo se han orientado más ien hacia cierto 3laisse%?"aire3 respecto de su carrera

laoral ?entendida como complementaria o secundaria a su carrera principal que ser$a la carrera

maternal yDo matrimonial? y cultivar rasgos de personalidad tales como demostrar intereses

amiciosos parec$an contrarios a la con"iguración de una su!etividad de"inida como "emenina#

Entonces no es accidental que muchas de las mu!eres de nuestro estudio se sientan en una

3impasse3 ?un calle!ón sin salida? cuando se re"ieren a sus carreras laorales# )e les hace evidenteque el talento, la capacidad y la dedicación a sus traa!os, incluso con una legislación orientada en

contra de diversas "ormas de discriminación directa, no les garanti%a un é&ito laoral equitativo# 9a

e&igencia de igualdad, e incluso las garant$as "ormales de tratamiento igualitario para todos, por

una parte, y por otra parte, las renegociaciones individuales de las relaciones privadas, la

distriución de tareas y responsailidades domésticas, la elaoración de normas aceptales para

convivir con alguien, sólo constituyen condiciones l$mites de la necesaria reestructuración de las

instituciones laorales y de las relaciones de poder entre los géneros "emenino y masculino#

f. Los ideales juveniles< otro "actor que opera en la con"iguración del 3techo de cristal3 son los

ideales !uveniles cultivados por estas mu!eres mientras se estaan "or!ando una carrera laoral#

2uchas de las mu!eres de esta generación convalidaron los ideales sociales y "amiliares que les

indicar$an 3aseg:rense de hacer lo correcto3, y sore esta ase a"irmaron una ética "emenina

propia de las mu!eres de éste grupo etáreo# En la actualidad, he hallado que muchas de estas

mu!eres se encuentran con un mercado laoral cuyos ideales y valores se han trans"ormado por

e"ecto del pragmatismo imperante para este "in del milenio, y que algunas de ellas e&presan,

decepcionadas, que el mandato social actual ser$a 3aseg:rense de ganar mucho dinero y rápido3#

Esta noción de que el "in !usti"icar$a los medios, ya que el valor supremo ser$a ganar mucho dinero,

entra en contradicción con sus ideales !uveniles con los cuales iniciaron sus carreras laorales#

ara este grupo de mu!eres, los medios importan tanto como los "ines< por e!emplo, la

consideración por el otro, el respeto mutuo, el peso dado a los v$nculo a"ectivos, la con"ian%a en el

pró!imo, constituyen valores irrenunciales, y "orma parte de los ideales con los cuales

construyeron su su!etividad "emenina#

9os ideales generacionales de este grupo de mu!eres son puestos en cuestiónB sienten decepción

por la ine"icacia actual de aquellos valores, y !unto con necesidades económicas crecientes deido

a la crisis económica en la Argentina, se ven sumidas en dudas, replanteos, cuestionamientos,

poniendo en crisis sus ideales generacionales y genéricos# Esta puesta en crisis de los ideales de

su generación y de su género para algunas, las mu!eres categori%adas como innovadoras, opera

como motor que pone en marcha nuevos criterios de inserción laoralB pero para otras, las mu!eres

agrupadas como tradicionales, constituye uno de los "actores más poderosos en la con"iguración


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del 3techo de cristal3 como "actor depresógeno# En estas :ltimas, la puesta en crisis de sus ideales

generacionales y genéricos encuentra como :nica resolución posile la detención pulsional#

Psicoanálisis 1 sub$etividad .emenina

Actualmente, la conceptuali%ación acerca de la identidad "emenina se ha visto revitali%ada por

algunas estudiosas provenientes de los movimientos de mu!eres que han incorporado la noción

de identidad de género femenino# +uienes provienen del campo psicoanal$tico "undamentan la

identidad de género "emenino en la temprana identi"icación de la niña con su madre# Esta primera

identi"icación concentrada en un :nico o!eto liinal, su madre, determinar$a en la su!eto mu!er una

mayor dependencia del mismo, un v$nculo "usional intenso que di"icultar$a posteriormente los

movimientos de separación# -e acuerdo con las hipótesis "reudianas, las relaciones tempranas de

la niña con su madre son de enorme intensidad, tanto en el v$nculo amoroso como en el v$nculo

hostil, deido a que tanto la erogeneidad como el narcisismo entre amas están constantemente

interpenetrados# El v$nculo "usional materno"ilial se construir$a de modo di"erente con hi!as mu!eres

y con hi!os varones< en tanto la madre mira a su hi!a como una igual a s$ misma ?"undamentalmente

percie en ella un mismo cuerpo?, la mirada que rinda a su hi!o registra una di"erencia ?la

di"erencia se&ual anatómica?# Esto har$a que, en tanto los v$nculos de la madre con su hi!a mu!er seconstruyen sore la ase de la cercan$a y de la "usión, los v$nculos de la madre con su hi!o varón

propiciar$an las tendencias a la separación, al aandono de su identi"icación primaria con su

madre, y a la construcción de su identidad sore la ase del modelo paterno# 9a descripción se

completa señalando que en tanto las mu!eres "ormular$an su identidad sore la ase del ser 4como

en la "rase 3ser una con la madre35, los varones con"igurar$an su identidad sore la ase del hacer

4en el movimiento de ale!amiento temprano de la madre5#

Estos modos de construcción de la su!etividad "emenina, ha con"igurado uena parte de la

super"icie del 3techo de cristal3 para el desarrollo de las mu!eres en tanto su!etos en nuestra

cultura# En un estudio anterior he anali%ado detalladamente cómo incide la gestación del deseo

hostil y del !uicio cr$tico en la constitución de la su!etividad "emenina# etomaré ahora alguno de

esos conceptos#

6l deseo *ostil 1 el $uicio crítico en la construcción de la sub$etividad.emenina

9as descripciones reali%adas sore el 3techo de cristal3 en la carrera laoral de las mu!eres insisten

en resaltar los "actores culturales invisiles que producen condiciones discriminatorias hacia las

mu!eres# ero tamién podemos destacar "actores de constitución del aparato ps$quico "emenino

que, con su invisiilidad, contriuyeron a la "ormación del 3techo de cristal3# 2e re"iero a la

constitución del deseo hostil y del !uicio cr$tico en la su!etividad "emenina#

2e ha interesado anali%ar, a partir de la clásica teor$a pulsional "reudiana, qué vicisitudes han

padecido las pulsiones en las mu!eres, cuáles de ellas han devenido en deseos, y cuáles y por qué

han devenido en desarrollo de a"ectos# En este sentido, planteamos un desarrollo de deseos a

partir de pulsiones que invisten representaciones, o sea, que producen cargas liidinales

tendientes a e"ectuar trans"ormaciones sore aquello que se desea# )in emargo, saemos que,

para las mu!eres, tales representaciones no siempre han estado disponiles en nuestros

ordenamientos culturales# En este sentido quiero destacar la necesidad de anali%ar el surgimiento y

puesta en marcha del deseo hostil al que descriiremos como un deseo di"erenciador, cuya


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constitución y despliegue permite la gestación de nuevos deseos, por e!emplo del deseo de saer y

del deseo de poder# >e descripto en traa!o anteriores al deseo hostil que surge en la temprana

in"ancia, como un deseo "undante de la su!etividad "emenina# )e trata de un deseo que, para las

mu!eres de nuestra cultura, ha tenido predominantemente un destino de represión# *or qué

orque, al en"ati%ar las di"erencias y al propiciar la ruptura de los v$nculos identi"icatorios,

constituye un deseo que atenta contra el v$nculo "usional< recordemos que el deseo amoroso, a

di"erencia del deseo hostil, propicia e&periencias placenteras y de má&ima satis"acción liidinal en

el v$nculo identi"icatorio madre?hi!o# El desarrollo del deseo hostil implicar$a un peligro para

nuestros ordenamientos culturales que identi"ican a las mu!eres con las madres#

(amién es necesario distinguir entre un desarrollo de a"ectos, como es el desarrollo de la

hostilidad, de un desarrollo de deseos, como es el deseo hostil# 'uando nos re"erimos a la

hostilidad, estamos acotando un a"ecto comple!o, resultante de un estado de "rustración a una

necesidad< es un a"ecto que, seg:n su intensidad, provoca movimientos de descarga para la

tensión insatis"echa, a!o la "orma de estallidos emocionales 4cólera o resentimiento, por e!emplo5,

o ien su"riendo algunas de las vicisitudes de las trans"ormaciones a"ectivas 4por e!emplo, su

trasmutación en altruismo5, o de su :squeda de descarga mediante representaciones en el cuerpo

4por e!emplo, hacer una investidura de órgano5# 9o que nos interesa destacar es que, en tanto lahostilidad, como desarrollo a"ectivo, usca su descarga a!o di"erentes "ormas, el deseo hostil, por

el contrario, provoca nuevas cargas liidinales, reinviste de representaciones y promueve nuevas

:squedas de o!etos liidinales al aparato ps$quico# Este ser$a un tipo de deseo cuya puesta en

marcha en la construcción de la su!etividad "emenina o"recer$a me!ores garant$as para provocar

resquera!amientos en el 3techo de cristal3#

>aré un reve eso%o acerca del !uicio cr$tico como herramienta disponile en la con"iguración de

las mu!eres como su!etos, que permita operar trans"ormaciones sore el 3techo de cristal3# El !uicio

cr$tico es una "orma de pensamiento que surge en la temprana in"ancia, ligado al sentimiento de

in!usticia# =lteriormente, hallamos nuevos surgimientos del !uicio cr$tico en situaciones de crisis

vitales en las mu!eres, por e!emplo, en la crisis de la adolescencia o de la mediana edad# En la

temprana in"ancia, los !uicios sore los que se construye la su!etividad "emenina asados en los

movimientos de apego con la madre, con"iguran los !uicios identi"icatorios# Al llegar a la puertad, la

necesidad de regular las seme!an%as y las di"erencias con la madre pone en marcha un proceso de

desasimiento a través del deseo hostil di"erenciador# Este es un proceso largo y comple!o donde

tamién intervienen otro tipo de !uicios, de atriución y de desatriución, a la sentencia 3ser mu!er

es ser madre3# 9a ruptura del !uicio identi"icatorio y el proceso de desprendimiento de las "iguras

originarias da lugar a un reordenamiento en!uiciador, que sienta las ases para el !uicio cr$tico en la

adolescente#

Algunos estudios reali%ados sore niñas p:eres sugieren que el per$odo de la menarca podr$a

constitu$r una circunstancia vital crucial para la resigni"icación y puesta en marcha del deseo hostil

y del !uicio cr$tico en las mu!eres en tanto su!etos#

El 3techo de cristal3 en la carrera laoral de las mu!eres como super"icie superior invisile, di"$cil de

traspasar, constituye una realidad social decepcionante para quienes operamos en el campo de la

salud mental de las mu!eres# El análisis de la construcción social de la su!etividad "emenina podr$a

contriu$r a que contemos con me!ores herramientas desde nuestra su!etividad para oponer

resistencia a seme!ante dispositivo social# >emos sugerido que la ampliación de los deseos

"emeninos, con la puesta en marcha del deseo hostil y del !uicio cr$tico, podr$a ser :til para estos

"ines# Esto supone una puesta en crisis de los paradigmas tradicionales sore los cuales hasta


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ahora hemos constru$do los discursos acerca de la "emeneidad# @nsistimos en la necesidad de

entrecru%amientos interdisciplinarios para enriquecer la perspectiva sore la construcción de la

su!etividad "emenina#

9a articulación entre hipótesis psicoanal$ticas, tal como la de la estasis pulsional, con la hipótesis

del género, tal como los "enómenos de e&clusión?marginación de las mu!eres de determinados

espacios sociales,nos plantean algunos interrogantes# =no de ellos, que nos ha preocupado con

mayor insistencia, se re"iere a los estados depresivos en mu!eres de mediana edad# El

entrecru%amiento teórico entre psicoanálisis y género nos o"rece algunas respuestas que ampl$an

nuestro hori%onte< hasta ahora, uno de los halla%gos "undamentales consistió en articular la

hipótesis psicoanal$tica de la detención pulsionial con otra hipótesis, tamién dentro de la teor$a

psicoanal$tica, tal como aquella de un yo que se construye en ase a sus identi"icaciones 4la

identi"icación de la niña con la madre5# >emos entrela%ado estas hipótesis psicoanal$ticas con

aquellas cuyo modelo genérico implica la construcción de una su!eto mu!er en nuestra cultura cuyo

lugar social se de"ine ásicamente a través de roles de género en el ámito privado# Este corte por

género implicar$a, a su ve%, una composición su!etiva asada "undamentalmente en movimientos

pulsionales que orientar$an hacia el desarrollo de los deseos amorosos en detrimento de los

deseos hostiles y sus derivados 4por e!emplo el deseo de saer y el deseo de poder5 # 9as me!orespreguntas se nos plantean cuando los roles de género que encuentran su má&ima satis"acción

pulsional al ser desplegados en el espacio privado de!a de tener el sentido ps$quico y social que

ten$an hasta entonces, cuando las mu!eres llegan a la mediana edad# arecer$a que los nuevos

desa"$os generacionales en los umrales del año ;000 implican reconsiderar si aquellos ideales de

la modernidad, tal como lo hemos descripto en este traa!o, realmente han caducado o ien se han

reciclado, a!o la "orma de nuevas necesidades de la con"iguración de "amilias y de nuevos

e!ercicios de la maternidad para las mu!eres# El intenso deate actual sore las nuevas tecnolog$as

reproductivas sugiere volver a poner estas prolemáticas en cuestión# Aquella pregunta de 3*qué

es ser mu!er3, y su respuesta casi oligada en el conte&to de la cultura patriarcal< 3ser mu!er es

ser madre3, parecer$a requerir nuevos cuestionamientos, !unto con el actual deate modernidad?

postmodernidad acerca de la su!etividad "emenina# )eme!ante posicionamiento en el género

parece haer contriu$do a oturar las prolemáticas acerca de la condición "emenina# En estenuevo milenio las mu!eres volvemos a arir los interrogantes, decepcionadas en parte por las

respuestas logradas hasta ahora, pero con esperan%as renovadas, gracias a nuestros

cuestionamientos por mantener vivos nuestros deseos#

R6:6R6


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http://www.psicomundo.com/foros/genero/index.htm


Psicoanálisis 1 g0nero+ !# años despu0s

6ntre la esperanDa 1 el desencantoMabel Burin

9e$do en las 1ornadas de Actuali%ación# .//6# Ioro de sicoanálisis y Género, Cuenos Aires

Fo es "ácil evaluar lo sucedido en estos :ltimos;0 años en las relaciones entre psicoanálisis y

género# 2i evaluación está asolutamente teñida por mis e&periencias en estas relaciones, de

modo que éste será un relato su!etivo y o!etivo a la ve%, sin otra pretensión que dar cuenta de lo

que, a mi entender, ha sido desde sus comien%os y lo sigue siendo a:n, relaciones de tensión y de

con"licto#

'omencé a pensar en psicoanálisis y género alrededor de los años 70, a partir de mis e&periencias

como psicoanalista de niños que oservaa el malestar que padec$an sus madres, y que

inocultalemente tra$an a la consulta, un tipo de padecimiento que tiempo después llamé +el

malestar de las mujeres+ como t$tulo de un liro que puliqué en .//0, con la colaoración de dos

compañeras, las 9ics# )usana Oelásque% y Esther 2oncar%# En los años 70 comen%aron mis

primeras pulicaciones sore estas prolemáticas, en un periódico llamado Actualidad sicológica,

que llamaron alrededor de lo que llamé +la crisis de la mediana edad en las mujeres+ #

)ospechosamente, esto coincidió con un momento pol$tico de rutal represión en Argentina, por lo

cual entiendo que se con!ugaron en m$ en esas épocas varios malestares< como mu!er de mediana

edad, como ciudadana, como psicoanalista# Era evidente que los conocimientos que ten$a a mi

alcance en esas condiciones no me resultaan su"icientes para dar respuesta a tanto malestar, de

modo que sal$ a la :squeda de nuevas resoluciones, pero en verdad ;0 años después recono%coque más que respuestas lo que encontré "ueron nuevos interrogantes# )i como psicóloga

psicoanalista sent$a que ya ia superando la crisis de identidad pro"esional que nos atacó a

muchas de nosotras cuando nos graduamos en los años 60 Ten esa época solo los médicos

pod$an ser psicoanalistas? a!o la "orma de la pregunta

3* quién soy siendo una mu!er, psicoanalista3 Esa interrogación operó como motor que me puso

en marcha para nuevas :squedas# En los años 70 la dictadura militar de esa época me impuso

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restricciones que tamién marcaron una huella en como orientar$a mi :squeda< en primer lugar, el

delirio de la 3plata dulce3 me llevó varias veces a los pa$ses del Forte, Estados =nidos, España,

@talia, @nglaterra, Irancia, donde mis preguntas ya estaan reciiendo algunas respuestas que tomé

como gu$a para seguir pensando# El movimiento "eminista que en esos pa$ses hacia sus prácticas

y "ormulaa sus teor$as me parec$a un álsamo ante mis irritaciones y mi e&asperación cr$tica por

mi condición "emenina, como pro"esional del psicoanálisis y como ciudadana de un pa$s que

estaa siendo arrasado por las otas# (amién por esa época, a "ines de los 70 y principios de los

80, reci$ consultas de madres y "amiliares de desaparecidos, lo cual redoló aquella actitud de

:squeda de respuestas ante preguntas que tantos de nosotros no sa$amos cómo contestar#

erci$ tamién mi condición de aislamiento y de miedo< hacia mediados de los 70 me ha$a

ale!ado de la Iacultad de sicolog$a, y poco después cerraa el @nstituto de la Iamilia donde

coordinaa el área de psicodiagnóstico y era docente en su escuela de postgrado en psicoterapias

4sus directores eran 2auricio Mnoel y 1aime )%pilLa se ha$an e&iliado en el e&tran!ero5# >acia

"ines de los 70 !unto con un grupo de compañeras psicólogas con "ormación y condición

seme!antes a la m$a "undamos el 'entro de Estudios de la 2u!er, y ese encuentro marcó un punto

de in"le&ión en mis :squedas de articulación entre psicoanálisis y género# Iue una época de

descurimiento, de apoyo mutuo, del halla%go de nuevas hipótesis para e&plicar nuestras vidas

cotidianas y nuestras inserciones laorales, nuestros malestares y nuestras pequeñas porciones de"elicidad toda ve% que algo que sent$amos como una verdadera revelación se nos aparec$a en un

liro, en una e&periencia terapéutica, en alguna investigación# Fo puedo nomrar a todas mis

compañeras en este momento porque podr$a cometer el error de omitir a alguna, pero s$ quiero

destacar que veinte años después muchas de ellas siguen siendo mis amigas de la vida y mis

compañeras de traa!o con quienes escrio, pulico, doy clases, organi%amos !ornadas y otros

muchos etcéteras imposiles de enumerar hoy aqu$# A pesar de los desencuentros con algunas de

ellas, y de que a veces tamién nuestro v$nculo padece de diálogos tensos y di"$ciles de resolver,

sin emargo sigo celerando la alegr$a de los encuentros y padeciendo el dolor de los

desencuentros como parte importante de nuestra "ormación como psicoanalistas y nuestra

inserción en el género#

Algunos hitos "ueron marcando las relaciones siempre tensas entre nuestra "ormaciónpsicoanal$tica y las de género# or e!emplo, hacia los años 80 comen%amos a escriir nuestra

propia producción, y a dictar seminarios, con"erencias y a participar en los congresos de corte

psicoanal$tico introduciendo prolemáticas desde el género# ecuerdo uno de la Asociación de

sicolog$a y sicoterapia de Grupo, de ./8., en donde llevé una terapia del v$nculo madre?hi!a

desde esta dole perspectiva, de género y psicoanálisis, y mi enorme sorpresa por lo ien reciida

que "ue# Fos sent$amos audaces, pioneras, con esa alegr$a y cierta inconciencia que promueven

las condiciones de pionerismo, pero entre las pocas que éramos nos apoyáamos Tcuando no nos

peleáamos? para insistir en nuestras propuestas# (amién "uimos aprendiendo cómo escriir< el

dominio de la palara escrita nos dio más cora!e para di"undir nuestros conocimientos, y aunque

adoptáamos estilos muy variados para la escritura nos reconoc$amos entre nosotras como las 3

escriidoras3# Apoderarnos de la palara escrita "ue un paso importante en la historia de las

relaciones entre género y psicoanálisis en nuestro medio, pues de!amos de citar sólo a las

e&tran!eras y comen%amos a citarnos tamién a nosotras# Además, nos rindó otros recursos de

autoridad para el deate y el intercamio en el mundo p:lico# Eso nos "ue permitiendo ocupar

otros espacios< algunas en el campo académico, otras en el campo pol$tico# Iuimos sintiendo, a

medida que avan%aan los 80 y entráamos en los /0 la ilusión de que no huiera ámitos que nos

estuvieran prohiidos#


19/24

A "ines de los 70 y comien%os de los 80, a menudo nuestra "ormación de estudio y de lecturas se

entreveraa con reuniones grupales de re"le&ión sore nosotras mismas, haciendo nuestras las

premisas "eministas de los grupos de autoconciencia# (amién a comien%os de los 80 hicimos

carne en nosotras el lema "eminista 3 lo personal es pol$tico3# Esto se hi%o evidente en nuestras

relaciones "amiliares, con nuestras pare!as y nuestros hi!os# Iui conciente de que mi estudio sore

la madre y la hi!a adolescente lo escri$ en momentos de má&ima tensión en las relaciones de

poder con mis hi!as, y de que muchos de nuestros maridos y compañeros por entonces se reun$an

entre ellos y con nosotras preguntándose, "uriosos o desconcertados, 3qué hace el poder en mi

cama3# Algunos matrimonios no resistieron el emate, y se produ!eron divorcios y otros

desgarramientos "amiliares, muchos de ellos como consecuencia de las microevoluciones que

estáamos desarrollando en nuestras vidas cotidianas#

El encuentro multidisciplinario constituyó una verdadera revelación para quienes ven$amos del

psicoanálisis en los 80# aprendimos nuevos conceptos y teori%aciones, su"rimos con otros criterios

de investigación que nos resultaa inaccesile desde nuestras prácticas psicoanal$ticas, dudamos

una ve% más sore nuestra identidad, ahora con la pregunta 3quién soy, soy psicoanalista o

estudiosa de las ciencias sociales@+ # ara los colegas psicoanalistas éramos cientistas sociales,

para las compañeras de las ciencias sociales éramos psicoanalistas, y nosotras llegamos a los /0haciéndonos esa pregunta# Es que hasta hace poco pensáamos que ten$amos que dar respuesta,

en lo posile uni"icada y coherente, a la pregunta 3quién soy3# En los /0 comen%amos a entender

que no se trataa de eso, sino de aceptar que nuestra identidad es m:ltiple, "ragmentaria, diversa,

de inscripciones simultáneas de varias teor$as prácticas a la ve%# 9a pretensión de n quehacer

psicoanal$tico unitario, sin "isuras, estrictamente orientado e inscripto en alguna capilla doctrinaria

era contrario a aquello que comen%amos a comprender acerca de en qué consistir$a el avance de

los conocimientos#

)i en los 70 algunos de nuestros temas dominantes de deate y cr$tica se organi%aan alrededor

de tres e!es "undamentales, que eran la se&ualidad, la maternidad y el traa!o, en los /0 podr$amos

considerar que esos e!es de análisis persisten, pero reciclados# or e!emplo, los deates acerca de

la se&ualidad no remiten al derecho al orgasmo "emenino Ttema t$pico de los 70? sino al )@-A, a

las violaciones, y a los temas que se tratarán en estas 1ornadas# En cuanto a la maternidad y el

traa!o, si nuestros temas de los 70 eran los con"lictos entre la maternidad y el traa!o, intentando

desculpaili%ar a las mu!eres T madres que trataan de insertarse en el mercado laoral, en los /0

tienen que ver con la "alta de deseo maternal, las nuevas tecnolog$as reproductivas, el aorto, las

mu!eres !e"as de hogar con un traa!o 3hasta reventar3, o la decepción de las mu!eres con niveles

educativos elevados que se encuentran con el 3techo de cristal3 en sus carreras laorales# )i los

deates en los 70 eran acerca de la envidia "álica en las mu!eres , y de los 80 eran a qué se

llamaa ien "álico, en los /0 parecer$a que las respuestas ya no giran alrededor de la maternidad

o el orgasmo "emenino, sino del traa!o, el dinero, la "igura !oven y eselta y otros con otra

carnadura, dir$a más ien, más descarnados# -ir$a que los prolemas se han vuelto más rutales, y

s$, más descarnados, que no es a!eno a ello la terrile crisis económica y de valores que estamosviviendo actualmente, acompañando esta condición postmoderna#

-entro del psicoanálisis parece ser que no har$a en los /0 grandes "iguras hegemónicas como

todav$a e&isten en los 70 , que hac$a que muchos de sus seguidores se comportaran como

miemros de una secta donde todos re%aan el mismo re%o# 9o mismo sucede con las teor$as de

género en la actualidad, pues tanto en los 70 era inevitale citar a las pocas autoras que ha$an

pulicado sore lo que por entonces se llamaa psicoanálisis y "eminismo, por e!emplo, 1uliet

2itchell, 9uce @rigaray , )ara Mo""man y algunas otras, en la actualidad la variedad


20/24

diversidad de corrientes es tal, que es di"$cil suponer que nos hemos de encuadrar dentro de una

corriente hegemónica en género y psicoanálisis# (anto dentro de las diversas corrientes

psicoanal$ticas como del género en la actualidad parecen más preocupados por uscar

articulaciones entre s$ y con otras teor$as que por insistir en de"inirse sin cone&iones# Fuestra

cl$nica tamién camió< qui%á acompañado a la ca$da de ciertas ilusiones ideológicas totali%antes

que dieron lugar, por e!emplo, al concepto de ideal maternal que surgió en los 70 para pensar

articulaciones en género y psicoanálisis, en la actualidad descurimos que la realidad de la

maternidad es mucho más deslucida y prolemática de lo que sosten$a aquel @deal# (oda nuestra

cl$nica se "ue impregnando de esa perspectiva teñida por las nuevas realidades, y se "ue

modi"icando en el sentido de que las prolemáticas para ser pensadas por el entrecru%amiento en

género y psicoanálisis remiten a con"lictos menos ligadas al con"licto de la "antas$a, de la

simoli%ación, y en camio son mucho más rutos, más groseros, o, como señalé antes, más

descarnados, como aparece en las pacientes v$ctimas de violaciones, incesto, anore&ia, etc# 9as

variadas "ormas la violencia es uno de los e!es más convocantes actualmente en las relaciones

entre Género y sicoanálisis#

Entonces, qué me queda como alance de estos ;0 años de sicoanálisis y Género Iueron ;0

años de luchas dolorosas, a veces desgarrantes, y de grandes ilusiones de trans"ormación, consus pequeñas alegr$as por avan%ar en nuestros proyectos# Iueron años en que aprendimos la

dicha del encuentro con nuestras pares y la triste%a de los desencuentros T!ustamente con quienes

tamién cre$amos nuestras pares, que dee ser de los peores de los desencuentros?# 9a tremenda

descon"ian%a mutua de los 70 entre el psicoanálisis y el "eminismo todav$a se mantiene, pero está

comen%ando a ceder de a poco T o qui%á sea mi visión esperan%ada# (engo algunos indicadores

para pensar as$< por e!emplo, muchas de las invitaciones que reci$ este año de instituciones

psicoanal$ticas para deatir articulaciones entre género y psicoanálisis, especialmente a partir de la

pulicación del liro Género, sicoanálisis, )u!etividad que compilé !unto con Emilce -io

Cleichmar, en deates que en algunos casos siguen siendo tenso, di"$ciles, descon"iado# (amién

está camiando el diálogo entre los géneros< e&isten quienes siguen pensando en los =FH) y las

H(A), pero tamién quienes tomando las hipótesis de género nos preguntamos 3*y ahora qué

podemos hacer !untos3

2e siento parte de una generación que ha contriuido a marcar un punto de in"le&ión en la lucha

por me!ores condiciones de vida para el colectivo de mu!eres# Fo vamos a negar que a veces nos

ganan sentimientos de hast$o, de "astidio por nuestros "racasos, que a menudo son más que los

que reves, "ugaces momentos de encuentros como éstos, que celeramos !uilosas# ero esos

pequeños momentos de "elicidad nutren el sentimiento de la responsailidad generacional, nos

indican que podemos seguir manteniendo viva la llama de aquellos deseos que nos mueven desde

los 70, para que las nuevas generaciones que vienen ahora nos encuentren con que, entre la

esperan%a y el desencanto, seguimos soñando con una sociedad un poco más !usta y más

equitativa para todos#

!otas

45 A partir de las re"le&iones de Oirginia Oargas en el O Encuentro Ieminista 9atinoamericano y del

'arie 4.//05# El cielo por Asalto, Cuenos Aires, Htoño, .//.


21/24

Página Psicoanálisis, estudios .eministas 1 g0nero


Presentacin general

El Ioro de -iscusion de sicoanalisis, Estudios Ieministas y Genero constituye un espacio que

convoca a aquellas personas que deseen re"le&ionar sore las relaciones signi"icativas entre las

teorias y la clinica psicoanalitica, los conocimientos provenientes de los estudios "eministas, y los

aportes reali%ados por el en"oque de genero, "emenino y masculino#

Es coordinado por la -ra# 2ael Curin#

)us o!etivos son<

• ? -i"undir los traa!os reali%ados por estudiosos dentro del campo psicoanalitico y de los

estudios "eministas y de genero#

• ? Aportar al deate y la re"le&ion critica desde perspectivas multidisciplinarias sore

psicoanalisis, "eminismo y género#

• ? E&tender los conocimientos ya otenidos a pulicos mas amplios que aquellos a quienes

llegamos con nuestras pulicaciones haituales#

ara estos "ines, invitamos a participar enviando traa!os que tengan en consideracion los items

propuestos# 9os traa!os seran evaluados por un comite de lectura, "ormado por la -ra# 2ael

Curin, la 9ic# @rene 2eler y el -r# 1uan 'arlos Oolnovich#

9os traa!os pueden ser enviados a cualquiera de los miemros o puede escriir utili%ando el

siguiente formulario

#rt$culos y Materiales

• sicoanálisis y género< ;0 años después ? 2ael Curin

• Género y sicoanálisis< )u!etividades "emeninas vulnerales ? 2ael Curin

mailto:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]://www.psicomundo.com/foros/mensaje.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/20anos.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/20anos.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/subjetividad.htmmailto:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]://www.psicomundo.com/foros/mensaje.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/20anos.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/subjetividad.htm


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• Género "emenino y consumo ausivo de psico"ármacos ? 2ael Curin

• Estados depresivos en pacientes mu!eres# 9a perspectiva de los estudios de género ? @rene

2eler

• Oiolencia entre los géneros# 'uestiones no pensadas o 3impensales3 ? @rene 2eler

• 9a querella psicoanal$tica por las mu!eres# El deate sore la se&ualidad "emenina ? @rene

2eler

• A veinte años del encuentro entre psicoanálisis y género< apuestas iniciales y desa"$os

actuales ? 1uan 'arlos Oolnovich

• 9as "iguras "emeninas que transitan por el análisis entre los varones ? 1uan 'arlos

Oolnovich

• )aina )pilrein< e&propiación intelectual en la historia del psicoanálisis ? 1uan 'arlos

Oolnovich

• Hrden simóllico *Hrden pol$tico ? Ana 2ar$a Iernande%

• Entrevista a Fancy 'hodoroN ? por 2ael Curin e @rene 2eler

• are!as despare!as ? Forerto @nda

• El incesto paterno "ilial contra la hi!aDniña ? Eva Gierti

• sicoanálisis, "eminismo y posmodernismo ? )ilvia (uert

• Género, sicoanálisis y -erechos >umanos ? Fancy 'aro >ollander

• Fiños violentos ### padre "altante ? 2artha )usana Oarela

• IemeninoD2asculino ? 9a pérdida de ideales y el duelo ? Elina 'arril Cerro

• )e&ualidade reconte&tuali%ada ? 2ar$a ita Mehl

• *El género hace al s$ntoma 2asculinidad y trastornos osesivos ? (eresa +uirici

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• 3A culpa nossa de cada d$a ###3 ? ontos para re"le&Uo sore a su!etividade "eminina em

torno de 3(otem e (au3 V lu% da -ialética de GWnero ? Fadia egina 9oureiro de Carros

9ima

• Oiolencia entre varones# Oiolencia intragénero ? @rene Iridman

• El "inal del compleo de Edipo en la mu!er 4de la duplicación a la individuación5 ? Alcira

2iriam Ali%ade

• =n cuerpo en espera ? Elina 'arril

• )u!etividad masculina< entre el (error y el (emlor ? >oracio Celgich

• 9a 2edea de Euripides< >acia un psicoanálisis de la agresión "emenina y la autonom$a ?

o&ana >idalgo Qirinachs

• 9a reproducción de la maternidad ? Fancy 'hodoroN

• 9os modos de la constitución se&ual masculina< avatares y destinos de una identidad en

tránsito ? "acundo $lestcher

• 2asculinoDIemeninoB 2aternidadDaternidad ? (ilvia )ubert

• Anore&ia# =na perspectiva psicoanal$tica ? (ilvia )ubert

• Aorto y su!etividad# =n estudio uruguayo ? !lina 1arril $erro y lejandra Lópe3 >óme3

• 9as nuevas su!etividades ponen en crisis vie!as teor$as< resistencias y trastornos del

sicoanálisis "rente a la diversidad se&ual ? "acundo $lestcher

• 'l$nica psicoanal$tica, su!etividad y poder ? 4rene "ridman

• Algunas re"le&iones sore la cl$nica psicoanal$tica desde la perspectiva del género ? 'abel

$urin

• Feoparentalidades, diversidades se&uales y constitución su!etiva< incidencias teóricas,

éticas y pol$ticas de la pra&is psicoanal$tica ? "acundo $lestcher

%omentarios y debates

http://www.psicomundo.com/foros/genero/culpa.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/culpa.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/culpa.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/violencia2.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/edipo.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/cuerpo.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/cuerpo.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/belgich.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/belgich.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/medea.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/medea.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/chodo2.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/blestcher.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/blestcher.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/tubert.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/tubert2.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/carril.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/blestche.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/blestche.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/fridman.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/fridman.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/burin2.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/blestcher2.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/blestcher2.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/culpa.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/culpa.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/violencia2.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/edipo.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/cuerpo.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/belgich.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/medea.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/chodo2.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/blestcher.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/blestcher.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/tubert.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/tubert2.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/carril.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/blestche.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/blestche.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/fridman.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/burin2.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/blestcher2.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/blestcher2.htm


24/24

• 'omentario del traa!o X)e&ualidad reconte&tuali%adaY de 2ar$a ita Mehl ? @rene 2eler

• 'omentario del traa!o 3El "inal del compleo de Edipo en la mu!er3 de Alcira 2ariam

Ali%ade ? Forerto @nda

• Acerca de 3A culpa nossa de cada d$a ####3 de Fadia egina 9oureiro de Carros 9ima ? 1uan

'arlos Oolnovich

&nlaces e informaciones sobre acti'idades

• 'oloquio @nternacional 3@dentidades de género< teor$as y prácticas3 4en el marco del

'ongreso Cienal de sicolog$a5 ? )antiago de 'ua ? Foviemre ;00

• -iplomado @nterdisciplinario en Estudios de Género ? ='E)

• rograma de actuali%ación en psicoanálisis y género

• Ieminist )tudies 'ollections rograms in Ieminist?PomenZs?Gender )tudies

• PomenZs )tudies ? PomenZs @ssues esource )ites

• ropositions pour la création dZAsph[re

(ormulario de contacto
http://www.psicomundo.com/foros/genero/comentario1.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/comentario2.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/comentario2.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/comentarios3.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/comentarios3.htmhttp://www.psicomundo.com/congresos/generocuba.htmhttp://www.psicomundo.com/congresos/generocuba.htmhttp://www.uces.edu.ar/institutos/diplomado.phphttp://www.psicomundo.com/argentina/agenda2005/apba.htmhttp://www-sul.stanford.edu/depts/ssrg/kkerns/programs.htmlhttp://www.research.umbc.edu/~korenman/wmst/links.htmlhttp://www.oedipe.org/actu/asphere.php3http://www.psicomundo.com/foros/mensaje.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/comentario1.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/comentario2.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/comentario2.htmhttp://www.psicomundo.com/foros/genero/comentarios3.htmhttp://www.psicomundo.com/congresos/generocuba.htmhttp://www.psicomundo.com/congresos/generocuba.htmhttp://www.uces.edu.ar/institutos/diplomado.phphttp://www.psicomundo.com/argentina/agenda2005/apba.htmhttp://www-sul.stanford.edu/depts/ssrg/kkerns/programs.htmlhttp://www.research.umbc.edu/~korenman/wmst/links.htmlhttp://www.oedipe.org/actu/asphere.php3http://www.psicomundo.com/foros/mensaje.htm

Psicoanálisis y Feminismo - Artículo de Mabel Burin y Enlaces Sobre El Tema

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