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PROYECTO DE OBRAS URGENTES DE RESTAURACIÓN
EN LA MURALLA DE LEÓN
FASE 1 DE LA ADECUACIÓN DEL TRAMO DE LA MURALLA DE LEÓN, ERA DEL MORO
CORTINA ENTRE LOS CUBOS N3 Y N4
ANEXOS ARQUEOLOGÍA
01 INFORME
Unión Europea
Programa Operativo FEDER de Crecimiento Sostenible 2014-2020
Eje 12 – URBANO: Estrategias de desarrollo urbano sostenible e integrado (EDUSI)
NOVIEMBRE 2017 ARQUITECTAS: ARQUITECTO TÉCNICO: BEGOÑA GONZALO ORDEN ENERY ACEVEDO GONZÁLEZ MÓNICA PRADA CORRAL
PEDRO GARCÍA FIERRO
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Estado actual de la cortina N3 - N4
de la muralla de León
INFORME
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
2
INFORME
Estado actual de la cortina N3 – N4 de la muralla de León
Encargado por: Instituto Leonés de Renovación Urbana y Vivienda
Plaza Don Gutierre, n.º 2
24003, León
Autor: Fernando A. Muñoz Villarejo
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
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Índice de contenido 1 ZONA DE INTERVENCIÓN ..................................................................................................... 6
1.1 Entorno geológico y geográfico ........................................................................................... 6 1.2 Acceso y ubicación .............................................................................................................. 7 1.3 Coordenadas geográficas ..................................................................................................... 7
2 ANTECEDENTES ...................................................................................................................... 8 2.1 Intervenciones anteriores intramuros .................................................................................... 8
2.1.1 Plaza de Puerta Castillo, n.º 1 ....................................................................................... 8 2.1.2 C/ Santa Marina, c/v pl./ San Alvito ............................................................................. 9 2.1.3 Mejora y Recuperación del Camino de Santiago en León Fase II ................................ 31 2.1.4 Puerta Castillo n.º 2 .................................................................................................... 31 2.1.5 Instalación del Conjunto Escultórico de Eduardo Arroyo en la Plaza de Puerta
Castillo de León........................................................................................................ 31 2.1.6 Intervención arqueológica en el archivo histórico provincial incluida en el proyecto
de ejecución, mejora de la accesibilidad, funcionalidad y evacuación del edificio ..... 32 2.1.7 Seguimientos y excavación arqueológica durante los trabajos de rehabilitación
de la casona de Puerta Castillo, n.º 9 y 10 (2011-2012) ............................................. 32 2.2 Intervenciones anterior extramuros .................................................................................... 34
2.2.1 Era del Moro, n.º 3 ..................................................................................................... 34 2.2.2 Canalización para la instalación eléctrica c/ Era del Moro, Arco de la Cárcel,
pl/ Puerta Castillo ..................................................................................................... 34 2.2.3 C/ Carreras nº 2 c/v pl. Espolón .................................................................................. 35 2.2.4 C./ Carreras nº 3 ......................................................................................................... 35 2.2.5 C/ Carreras n.º 7 ......................................................................................................... 36 2.2.6 C/ Abadía ................................................................................................................... 37 2.2.7 C/ Abadía c/v Ramón y Cajal ..................................................................................... 38
2.3 Intervenciones en este lienzo de la muralla......................................................................... 40 3 METODOLOGÍA ..................................................................................................................... 42
3.1 Sistema estratigráfico ......................................................................................................... 42 3.2 Ficha de estratigrafía muraria ............................................................................................. 44
4 ESTUDIO ................................................................................................................................. 46 4.1 Cartografía histórica .......................................................................................................... 46 4.2 Fotografía histórica ............................................................................................................ 47 4.3 Estudio estratigráfico ......................................................................................................... 48
4.3.1 Espacio entre la cerca exterior del castillo y el cubo N4 .............................................. 48 4.3.2 Cubo N4 ..................................................................................................................... 50 4.3.3 Cortina entre N4 y N3 ................................................................................................ 51 4.3.4 Cubo N3 ..................................................................................................................... 52
5 CONCLUSIONES .................................................................................................................... 55 6 BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................................................... 56
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
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Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
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PRESENTACIÓN
Se realiza el presente informe a petición del Instituto Leonés de Renovación Urbana
(ILRUV) del Ayuntamiento de León, para conocer el estado actual del paramento o
cortina situado entre los cubos N3 y N4 según nomenclatura del Plan Director de la
Muralla de León
El presente informe es un estado de la cuestión, previo a la solicitud del proyecto
para el estudio estratigráfico murario completo de los lienzos que conforman el límite
noroccidental de la Era del Moro. En la situación actual, debido a la vegetación exis-
tente tanto en la parcela como en la muralla y a la existencia de materiales y chata-
rra almacenados en las proximidades del lienzo, los trabajos de lectura se ven difi-
cultados, por lo tanto hay que entender el mismo como un estado de la situación ac-
tual.
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1 ZONA DE INTERVENCIÓN
1.1 Entorno geológico y geográfico
La confluencia de los ríos Bernesga y Torío va a conformar una conjunción de las
terrazas fluviales que marcarán un altozano respecto a las tierras inmediatamente
circundantes.
Así, debido a la erosión fluvial y posterior encajonamiento del Torío se pueden apre-
ciar tres terrazas; la primera terraza se eleva un metro aproximadamente sobre la
vega del río y coincide con el asentamiento del pueblo actual de Villaobispo de las
Regueras, la segunda de ellas se puede observar en la zona del Campus Universita-
rio de Vegazana y está a dos metros por encima de la anterior, correspondiendo a la
ubicación de la ciudad antigua y por lo tanto a la zona donde tuvo lugar la interven-
ción arqueológica. La tercera terraza del Torío se aleja ya de la confluencia y se co-
rrespondería al actual emplazamiento de Navatejera. En el Bernesga sólo se aprecia
una terraza que coincide con la segunda del Torío. El resultado de ésta acción fluvial
sobre los depósitos miocenos del Terciario es un altozano, con desniveles acusados
salvo en el lado Norte donde el relieve se suaviza hasta llegar a la tercera terraza.
La zona donde se sitúa el área de intervención es el lateral noroeste del recinto amu-
rallado en época romana. Esta zona, al interior está ocupada por las dependencias
del instituto Legio VII. Administrativamente esta zona de la ciudad se encuentra re-
gulada por el Plan Especial de Ordenación, Mejora y Protección de la Ciudad Anti-
gua de León (P.E.C.A.) aprobado por el ayuntamiento de León en 1993.
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1.2 Acceso y ubicación
El acceso a la cara exterior del lienzo se realiza por la calle Era del Moro, desde la
parcela cuya referencia catastral es 9100421TN8290S0001IQ
1.3 Coordenadas geográficas
ERTS 89, Latitud: 42,6022258672 / Longitud: -5,5708285713
UTM 30N, X: 289 103,35 / Y: 4 719 848,03
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2 ANTECEDENTES
2.1 Intervenciones anteriores intramuros
2.1.1 Plaza de Puerta Castillo, n.º 1
Durante toda la segunda quincena del mes de febrero de 1985 se llevaron a cabo
excavaciones arqueológicas en un solar de propiedad privada, sito a proximidad de
la puerta septentrional del recinto romano. El mismo había sido puesto amablemente
a nuestra disposición por su propietario, varios meses antes del comienzo de la
obras de una nueva edificación.
Estos trabajos pudieron documentar una conducción hidráulica romana, única por
sus características entre las hasta entonces conocidas en Legio, que lo recorría pro-
veniente de Puerta Castillo en dirección norte - sur, probablemente siguiendo la di-
rección axial del cardo; de sección cuadrada, presentaba hastiales y solera realiza-
dos en hormigón, el cual fue vertido en un encofrado verosímilmente de madera en
el canal propiamente dicho y de piedra al exterior, como así lo indicaban los sillares
de caliza adosados, pues a través de sus juntas aquel había penetrado.
El canal o specum fue revestido con un enlucido de opus signinum, para impermea-
bilizarlo. Por encima de ella, pudo observarse un lecho compacto, constituido por
grava y canto rodado de mediano tamaño, que se interpretó como resto del bancal
de un posible pavimento, quizás viario por la coincidencia de su situación con la del
cardo. (Vidal Encinas, García Marcos, y Miguel Hernández 1990, 265)
Con el comienzo de las obras de construcción, iniciados varios meses después de
finalizada la excavación, se procedió a la extracción de dicha conducción, gracias a
la paciencia del propietario y los medios puestos por el Ayuntamiento, y, al hacer el
pozo correspondiente a una de las zapatas del futuro edificio, tuvo lugar un hallazgo
sorprendente y excepcional: un lote de varias decenas de vasijas, completas en su
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mayoría, que habían sido depositadas - intencionalmente o no - dentro de un anti-
guo pozo de agua tallado a través de las gravas cuaternarias y arcilla miocenas; con
todo ello aparecieron también varios fragmentos de madera y un arco de flechas,
perfectamente conservados en tal medio anaerobio.
2.1.2 C/ Santa Marina, c/v pl./ San Alvito1
2.1.2.1 1ª Campaña2
La estrategia de excavación de la primera campaña, dirigida por José Carlos Álvarez
Ordás, planteaba dos sondeos de 5 X 5 m, uno adosado a la muralla tardorromana y
el otro a la que parecía haber sido la zona más apropiada para la ubicación del anti-
guo monasterio. Sin embargo, iniciados los trabajos se consideró más apropiado unir
ambos sectores en uno en la zona que presumiblemente habría ocupado la primitiva
iglesia erigida en el año 1032. La aparición de un cimiento que discurría en dirección
norte - sur motivó la división del sondeo en dos sectores. El sector 1, localizado al
este adquirió unas dimensiones de 5,50 X 5,30 m; el sector 2, al Oeste, quedó redu-
cido a 4,50 X 5,30 m Avanzada la excavación se procedió a abrir un nuevo sondeo -
Sector 3 -, adosado al anterior por su vértice Sudoeste y con unas dimensiones de
8,80 x 6,40 m. 1 Agradecemos a D. Victorino García Marcos el permiso para transcribir parte de su informe del año 2008 2 (Vidal Encinas 2003, 302)
Ilustración 1: El canal romano en su ubicación definitiva en el Jardín del Cid.
Foto V. García Marcos.
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Las fases históricas documentadas en el proceso de excavación de estos tres secto-
res han sido la siguientes:
2.1.2.1.1 Época Romana
2 .1 .2 .1 .1 .1 FASE TARDORROM ANA
A este momento corresponden una serie de evidencias halladas en toda la superficie
de excavación. Dentro del Sector 2 se documentó una cimentación elaborada por
bloques de cuarcita y cantos rodados que discurra en dirección este - oeste introdu-
ciéndose en parte en el sector 3. Se hallaba cortada por los hoyos 1 y 8 y por el cu-
bo de cimentación de la posible arquería de separación de naves de la iglesia del
siglo XIII. No se ha localizado ningún otro cimiento que pueda actuar de cierre con
él, por lo que es imposible discernir qué espacio definiría.
En una posición más septentrional se documentó una estancia cuadrangular de 5,50
m, en dirección este - oeste, por 3 norte - sur, enmarcada por tres cimentaciones
elaboradas a base de cantos rodados y fragmentos latericios trabados con arcilla
plástica amarillenta, a excepción del cimiento oriental, integrado por bloques de cali-
za de mediano tamaño, más o menos escuadrados, también trabados con arcilla.
Asociado a este ámbito se localizó un pequeño retazo de suelo elaborado mediante
ladrillos macizos.
Al este de la habitación se documentó un nuevo espacio pavimentado mediante lo-
sas de pizarra de mediano y pequeño tamaño. Sobre él reposaban una serie de
fragmentos de tegulae, restos, posiblemente, de un desprendimiento de la techum-
bre. Los límites sur y este de este nuevo ámbito no se han podido documentar, ya
que estarían completamente arrasados por las zanjas de cimentación de los muros
bajomedievales del Sector 1.
La existencia de estas construcciones planteaba sugerentes interrogantes, ya que lo
hasta ahora documentado parece hablarnos, primeramente, de la existencia de una
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sobreelevación con respecto a las cotas de circulación existentes durante los tres
primeros siglos de la ocupación romana del lugar. Este mismo fenómeno, aunque de
forma más acusada, ha sido constatado reiteradamente en Astorga, donde en algu-
nos casos -Calle La Cruz- los niveles de circulación se han visto modificados, una
vez construida la muralla tardía, en casi 4 m. En el caso de León este fenómeno no
parece ser nuevo, tal y como parece desprenderse de los hallazgos realizados en el
interior de la iglesia de Palat de Rey, muy próxima al cierre meridional del recinto
legionense. Aquí también se pudo documentar claramente el arrasamiento de las
estructuras altoimperiales, incluida posiblemente una calle, sobre elevándose poste-
riormente toda la zona. Una vez concluido este proceso, el lugar volvió a ser ocupa-
do de nuevo por varias construcciones tardías.
Si bien el proceso detectado en este solar es semejante, estas nuevas estructuras
se levantaron en una zona ocupada por el terraplén asociado al muro defensivo y el
intervallum del recinto de la legio VII. El trazado de este último debió de ser en parte
respetado, tal y como parece desprenderse de la existencia de una superficie de cir-
culación aparecida en el Sector 3. Elaborado mediante cantos rodados de mediano y
pequeño tamaño, su estado de conservación era bastante precario a causa de la
alteraciones provocadas por las inhumaciones medievales. Lo exhumado mostraba
una serie de reparaciones de las carriladas dejadas por los carros a base de plan-
chadas de cal y fragmentos de tegulae.
El material arqueológico aportado por estos niveles tardorromanos fue bastante es-
caso, destacando dos fragmentos de un plato de terra sigillata hispanica Tardía es-
tampillada con motivos de lúnulas en interior del borde.
2 .1 .2 .1 .1 .2 FASE ALT OI M PERI AL
Los restos exhumados de esta fase se cuentan entre los más representativos halla-
dos hasta la fecha en el solar legionense, pudiéndose determinar tres momentos de
ocupación. La estratigrafía correspondiente a este momento mostraba sustanciales
diferencias entre los Sectores 1 y 2 y el 3. En los primeros se localizaron dos niveles
de tonalidad verdosa-amarillenta que mostraban un claro buzamiento norte - sur,
fenómeno que ha hecho pensar a su excavador que ambos niveles debieron de for-
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mar parte del terraplén de la muralla altoimperial.
El Sector 3 mostró la superposición de tres superficies de circulación que formarían
parte del intervallum Con dirección este-oeste, la anchura máxima documentada fue
de 4,40 m. Su sistema constructivo, con leves variantes, era similar: pequeños y me-
dianos guijarros trabados con arcillas plásticas de tonalidades rojizas.
El primero de estos pavimentos, al igual que sucedía con el nivel viario tardorroma-
no, al cual servía de base, mostraba varias carriladas posteriormente colmatadas
con pequeños y medianos cantos de río englobados por una matriz arcillosa rojiza.
La excavación de la amplia capa de textura arcillosa que le servía de asiento deparó
diversos hallazgos, destacando varios fragmentos de terra sigillata sudgalica e his-
panica, además de un numeroso grupo de cerámicas comunes. De la cronología de
estos materiales -mediados del tercer cuarto del siglo I d.C.- parece desprenderse
que la construcción de este pavimento debió llevarse a cabo al poco del asentamien-
to de la legio VII Gemina.
El estrato que servía de asiento al nivel de circulación intermedio aportó exclusiva-
mente sigillatas de filiación itálica, por lo que su adscripción al asentamiento castren-
se existente en León antes de la llegada de la legio VII parece segura.
El último de los pavimentos supuso únicamente un acondicionamiento del substrato
natural, rellenando exclusivamente aquellas zonas que presentaban depresiones y
eliminando aquellas otras que presentaban un nivel superior al que se quería conse-
guir. Al igual que las dos anteriores, mostraba una ligera inclinación hacia los latera-
les con el fin de facilitar la evacuación de las aguas de lluvia. Se trata de una cons-
trucción relacionada con el primer asentamiento castrense, que, gracias a diversas
excavaciones, especialmente las llevadas a cabo en la calle de Pablo Flórez y plaza
del Vizconde, muy próximas a la parcela ahora intervenida, y en los edificios Pallarés
y Botines, sabemos que hay que datar como límite inicial en los últimos años del si-
glo I a.C.
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2.1.2.1.2 Época Medieval
2 .1 .2 .1 .2 .1 FASE BAJOM EDI EVAL
A este momento corresponden dos cimentaciones halladas en el Sector 1. La prime-
ra de ellas, con una anchura de 1 m y una profundidad de 1,60 m, discurría en direc-
ción norte – sur y configuró el cierre este de la excavación, continuando su desarrollo
tanto hacia el norte, hasta encontrarse con la muralla de cubos, como hacia el sur.
Con posterioridad al derribo de la iglesia de Santa Marina, a finales del siglo XVIII, se
levantó sobre sus restos un nuevo muro de tapial, con zócalo de cantos rodados,
que separaba el jardín de la vivienda contemporánea de la calle San Alvito.
La otra cimentación discurría en dirección este-oeste y se adosaba a la anterior.
Presentaba una longitud de 5,50 m, 0,80 m de anchura y 1,60 m de profundidad.
Ambas estructuras se hallaban elaboradas con un idéntico modelo edilicio que inte-
graba hiladas de grandes cantos rodados trabados con lechadas de argamasa de
cal que habían sido elaboradas dentro de zanjas de cimentación, sin ningún tipo de
encofrado de madera, como lo demuestran las numerosas rebabas de mortero que
se apreciaban.
Por lo que respecta a las numerosas inhumaciones descubiertas, hay que decir que
las de este momento se hallan inmediatamente por debajo de las modernas, sin so-
lución de continuidad. Presentaban una orientación oeste-este, conformando una
serie de filas. La potencia del nivel de inhumaciones oscilaba entre los 0,40 y 0,85
m, presentando una gran densidad, lo que provocó que en algunas ocasiones las
inhumaciones más antiguas se vieran alteradas ante la necesidad de practicar nue-
vas tumbas. Este hecho motivó la formación de pequeños osarios.
2 .1 .2 .1 .2 .2 FASE PLENOM EDI EVAL
A este período se pueden adscribir una serie de cimentaciones localizadas en los
tres sectores pertenecientes a la iglesia de Santa Marina. Construidos en el siglo
XIII, se trataba de muros elaborados con cantos rodados trabados con mortero de
cal y arena de tonalidad blanquecina formando hiladas superpuestas. El cierre sep-
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tentrional, próximo a la muralla de cubos, se imbrica perfectamente con el muro oes-
te, y a su vez éste lo hace con el sur. Estos dos últimos presentan una anchura de
1,20 m y una profundidad variable dependiendo de las zonas, ya que se asientan
sobre los primeros niveles de pavimentos viarios de época romana (0,50 - 0,60 m). A
diferencia de lo que ocurría con las bajomedievales, estas estructuras se ceñían per-
fectamente a su zanja de fundación.
Con casi toda seguridad debemos adscribir a este momento las inhumaciones que
presentan cajas realizadas a base de bloques de cuarcita, caliza y ladrillos macizos,
cubiertas por grandes losas monoliticas, redondeadas en la zona de la cabecera.
Las tumbas estaban talladas sobre los niveles romanos y se hallaban a su vez cor-
tadas por inhumaciones posteriores.
A una etapa anterior a la edificación de la iglesia, pero dentro esta fase, Álvarez
Ordás atribuye una serie de hoyos - ocho en total - excavados sobre los niveles ro-
manos e inmediatamente por debajo de los primeros niveles de inhumaciones. Pre-
sentan todos ellos plantas circulares con diámetros que oscilan entre 1 y 1,20 m Los
materiales que aportados fueron escasos aunque muy homogéneos, destacando las
cerámicas reticuladas.
2.1.2.1.3 Época Moderna
Los restos estructurales pertenecientes a la remodelación efectuada en la iglesia en
esta época son escasos. En primer lugar se encontraba un cubo de cimentación
elaborado en aéreo a base de hiladas de ladrillos macizos trabados con mortero de
cal, que se adosaba al muro Norte de la iglesia del siglo XIII por su cara interior. Es-
te poyo se desarrolla hacia el interior 0,65 x 0,35 m, con un grosor de unos 0,30 m
Este elemento pudo funcionar como soporte de un pilar relacionado con la cubierta
de una de las naves de la iglesia, posiblemente la derecha.
Corresponde también a esta fase un retazo de pavimento localizado en el ángulo
noreste del sector 1. Asentado sobre un muro de la fase plenomedieval, se adosaba
al muro de cierre septentrional de la iglesia del siglo XIII. Este paramento ofrecía la
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particularidad de haber sido demolido en parte durante el siglo XVI, funcionando a
partir de este momento como escalón o zona de tránsito entre la nave de la iglesia y
una capilla lateral que se erige en este momento. Construida mediante grandes si-
llares de arenisca y caliza, este ámbito se adosó a la cara interna de la muralla de
cubos, llegando incluso a excavarse en ella un pequeño edículo con el fin de alber-
gar posiblemente un retablo.
Asociado también al cierre norte de la iglesia del siglo XIII, y sobre el mismo muro de
época plenomedieval, se localizó un nivel de cantos rodados trabados con argamasa
y unas dimensiones de 1 x 1 m Su escaso desarrollo en profundidad -dos hiladas-
hace suponer que sobre este elemento debió de apoyarse alguna estructura liviana,
quizás un púlpito.
Localizado en el cuadrante oriental del sector 1 y con una orientación norte - sur se
halló una estructura compuesta de cantos rodados de mediano y gran tamaño, con
algún bloque de cuarcita, todos ellos trabados con una arcilla de tonalidad parda os-
cura y consistencia suelta. Alvarez Ordás, ha propuesto que su uso pueda estar re-
lacionado con la base de un altar perteneciente a la nave norte. Presentaba una lon-
gitud de 1,75 m, una anchura de un metro y un grosor de 0,20 m, desarrollado en
dos hileras superpuestas.
El espacio interior de la iglesia presentó un primer nivel de inhumaciones con escaso
material cerámico asociado, destacando varios fragmentos de cerámicas vidriadas
estanniferas con vedrío tanto en una como en ambas caras.
2.1.2.2 2ª Campaña3
La segunda campaña de excavación en esta gran parcela tuvo como fin completar la
secuencia histórica hallada en lo largo de la fase inicial. Para ello, los trabajos se
extendieron a la totalidad del solar susceptible de ser excavado con una metodología
arqueológica. A los efectos de registro, esta zona pasó a ser denominada Sector 4.
Siempre que ello fue posible, la excavación alcanzó el substrato natural, situado a
3 García Marcos: 2008
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
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unos -3,5 m de la cota "0" emplazada en el mismo punto de la primera campaña.
Hasta la fecha, la excavación de esta amplia parcela ha permitido ilustrar, mejor que
en cualquier otro punto del recinto campamental, el inicio de la presencia romana en
la ciudad de León. A partir de los datos aquí extraídos se ha podido reconocer la
presencia de dos recintos campamentales anteriores al de la legio VII, ocupando, sin
solución de continuidad, el marco temporal existente entre los años finales del siglo I
a.C. y los comienzos de la época flavia.
2.1.2.2.1 Época romana
2 .1 .2 .2 .1 .1 FASE AUGUST EA
Sus restos han podido ser documentados de forma parcial al superponérseles las
estructuras pertenecientes a las restantes fases de ocupación constatadas en el
transcurso de los trabajos arqueológicos. No obstante, ha podido reconocerse la
existencia de parte de las defensas campamentales, situadas a unos 15 m de la cara
interna de la muralla de cubos. En primer lugar se habilitó un amplio foso con direc-
ción este - oeste y perfil en V - fossa fastigata -, tallado sobre el substrato natural de
gravas y con una anchura que variaba entre los 5 y los 6 m Esta variación era con-
secuencia de que la parte superior del límite septentrional del foso no ofrecía un per-
fil rectilíneo, abriéndose ligeramente a partir de su mitad este.
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
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El vallum, de sección aparentemente cuadrangular y 2,70 m de ancho por 0,75 m de
alto en lo conservado, se asienta sobre el horizonte natural de gravas, inmediata-
mente después del escarpe del foso. Para su construcción se aparejaron, en ambos
extremos, dos paredes de madera en las que se combinaron tablones dispuestos
horizontalmente con postes verticales de refuerzo situados a escasa distancia unos
de otros; el espacio interior se colmató con las gravas extraídas de la construcción
del foso.
Este tipo de defensas, denominadas “Holzerdemauer” en la literatura alemana y “box
rampart” en la anglosajona, son modelo habitual en los establecimientos castrenses
renanos datados entre los años finales del siglo I a.C. y la primera mitad de la si-
Ilustración 2: Detalle de los restos del vallum Foto: V. García Marcos.
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
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guiente centuria, oscilando en la mayoría de los casos su anchura en torno a los 3
m4
El único corte practicado por el momento en los restos del vallum no ha permitido
comprobar la existencia de un entramado de madera, característica que muchas de
estas construcciones presentan con el fin de asegurar su estabilidad. Por último, la
parte superior de este muro presentaría un parapeto (lorica) con una disposición
análoga a la de los modelos más comunes en este tipo de estructuras.
Al exterior de las defensas se desarrollaba un pavimento viario para cuya construc-
ción existió un claro acondicionamiento del nivel natural. La superficie de circulación
estaba integraba por un encachado de perfil ligeramente curvo y 6,70 m de anchura,
pudiéndose observar en algunos puntos de su trazado los restos de varias carrila-
das; en su extremo septentrional aparecía un pequeño canal encargado de evacuar
las aguas procedentes de la calzada.
Nos encontramos, por lo tanto, ante estructuras de carácter temporal que siguen la
tradición constructiva militar empleada en todo el limes, por lo que una vez más ten-
dremos que recurrir a los establecimientos contemporáneos del Rin y a los posterio-
res del Danubio y Britannia, especialmente los situados en torno a la muralla de
Adriano, para encontrar los paralelos más cercanos que complementen o aclaren la
interpretación de los restos leoneses.
2 .1 .2 .2 .1 .2 FASE JULI O-CLAUDI A
Los años finales de Augusto y el reinado de Tiberio parecen coincidir con profundos
cambios en la ocupación militar del Noroeste, proceso al que no debió de ser ajeno
el inicio de las explotaciones auríferas. El campamento de la legio IIII en Herrera de
Pisuerga modifica su planta, a la vez que se reemplazan las primitivas defensas y se
sustituyen las construcciones de madera por otras de carácter más permanente. As-
torga cambia de status, produciéndose un intenso proceso de arrasamiento y nivela-
4 10 pies romanos tal y como menciona Vegetius (III, 8): “Opus vero centuriones decempedis metiuntur”.
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ción de las antiguas estructuras de la legio X, comenzado su andadura como núcleo
urbano y levantándose las primeras edificaciones de carácter civil.
León sufre transformaciones análogas, siendo la excavación de esta amplia parcela
la que mejores argumentos arqueológicos ha proporcionado sobre este cambio. El
foso defensivo y el pavimento viario exterior de la primera fase van a quedar soterra-
dos por una serie de niveles que sirven de asiento a un suelo de obra situado unos
0,50 m por encima. A partir de esta cota, aunque ocupando una posición mucho más
adelantada, se construye un nuevo vallum mediante bloques regulares de tierra de
textura limosa, arcillosa y, con toda seguridad, de césped -caespites-5, materiales
fácilmente obtenibles en las vegas semipantanosas que rodeaban al campamento.
Este tipo de construcciones, bien descritas por el autor de De munitionibus castro-
rum 6, aparecen representadas en varias de las escenas de la Columna Trajana, se
emplean ya en época republicana, como atestigua el sitio de Alesia, encontrándose
perfectamente documentadas en establecimientos militares de los limites germánico
y británico a lo largo de los siglos I y II d.C. En Hispania su existencia se ha recono-
cido en Rosinos de Vidriales, donde en un primera etapa el campamento del ala II
Flavia Hispanorum civium Romanorum se rodeó con unas defensas de este tipo,
posteriormente sustituidas, al igual que sucede en otros establecimientos castren-
5 Este tipo de elementos, que configurarían el denominado murus caespiticius, reciben el nombre de “turves” en la literatura anglosajona,
“mottes de gazon” en la francesa y “Rasensoden” en la alemana. En castellano el término que mejor podría definirlos es el de “tepes”, aunque en Asturias y León son denominados “tapines”.
6 “vallum loco suspectiori extrui debet cespite aut lapide, saxo sive caemento...”.
Ilustración 3: Cara interior del vallum del campamento julio-claudio. Foto: V.
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
20
ses, como en Inchtuthill, por un muro de piedra.
En nuestro caso se ha podido exhumar un tramo superior a los 20 m de longitud,
alcanzando en algunos puntos de su recorrido un alzado próximo a los 1,40 m. Aun-
que su mitad norte fue desmantelada por la zanja de cimentación del muro defensivo
del campamento de la legio VII, nos encontramos ante un ejemplo de los denomina-
dos muros “de doble revestimiento”. El paramento interno, vertical o con una tenden-
cia ligeramente oblicua hacia el interior y una anchura que oscilaba entre los 0,85 y 1
m, se construyó mediante caespites cuadrangulares (0,30 x 0,30 x 0,12 m o 0,40 x
0,30 x 0,12 m)7 dispuestos en hiladas horizontales, de las que pudieron distinguirse
doce. Separadas entre sí por franjas de tierra orgánica y tonalidad negra de 0,02 -
0,03 m de espesor, restos, muy posiblemente, del césped que acompañaría a estos
elementos, aparecían también de forma esporádica algunos cantos rodados de me-
diano y pequeño tamaño8.
El relleno interior del vallum, con una anchura en lo conservado de 0,80 m, estaba
integrado por una tierra de coloración parduzca que acogía abundantes cantos ro-
dados de pequeño tamaño y restos de carbones vegetales. Su excavación deparó el
hallazgo de numerosos fragmentos de cerámica, fauna y algún resto latericio, lo que
parece indicar que para su construcción se emplearon tierras procedentes del encla-
ve anterior. Al igual que en vallum de éste, no se detectó rastro alguno de un entra-
mado de madera. Así pues, nos encontramos con que la anchura máxima conserva-
da de esta defensa en su base es de 1,80 m, medidas que deben de aproximarse a
su mitad. De esta manera resultaría un muro cuyo ancho debió de oscilar entre los
3,50 y los 4 m, dimensiones que se muestran acordes con otros ejemplos de Ger-
mania y Britannia9.
Poco podemos decir sobre la forma mostrada por la cara externa, ya que como
mencionábamos más arriba, ésta fue totalmente arrasada en el momento de la cons-
trucción por parte de la legio VII de sus defensas pétreas. No dudamos en pensar,
7 Estas dimensiones no se alejan demasiado de las prescritas por Vegetius (3,8): “caespes autem circunciditur ferramentis, qui herbarum
radicibus continet terran, fit altus semissem, latus pedem, longus pedem semis”. 8 Restos del vallum del campamento julio-claudio han sido descubiertos también en el ángulo noroccidental (Calle Abadía) y en en
costado meridional (Plaza del Conde Luna) del recinto legionario de la legio VII. 9 Las medidas establecidas por el autor de De munitionibus castrorum (50) son ligeramente inferiores: “Sufficit latum pedes VIII, altum
pedes VI et lorica parva fit.”.
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
21
además, que para asentar su cimentación se aprovechó parte del foso o fosos de-
fensivos de este segundo recinto, aspecto que facilitaría ampliamente los trabajos de
su erección. Esta circunstancia hace difícil el tratar de esbozar un esquema de la
superestructura del muro. A tenor de los datos extraídos podemos suponer una dis-
posición vertical de ambos paramentos, tal y como muestra el establecimiento clau-
dio de Hod Hill.
El perímetro interno de la fortificación se ve recorrido por un intervallum ocupado
íntegramente por la via sagularis. Con una anchura de 16,50 m, se asentaba sobre
varias capas de preparación, mostrando un perfil claramente horizontal y una suave
pendiente este - oeste. Su superficie, de aspecto muy cuidado, estaba formada por
gravas apisonadas entremezcladas con arena.
Los cambios más profundos se van a producir en el área ocupada por el antiguo va-
llum, donde se va a levantar un barracón (centuria) paralelo a las defensas del nue-
vo recinto (per scamna), cuya construcción hizo necesarias importantes obras de
aterrazamiento. En efecto, el fuerte desnivel propiciado por la presencia del foso y el
muro defensivos del primer asentamiento motivó que el cierre norte del barracón,
situado en la trayectoria del primero, se asentase sobre un amplio basamento de
cantos rodados dispuesto en su interior. Sobre él se levantó un segundo tramo de
sillarejos de caliza, generalmente de gran módulo, bien aparejados y recibidos con
arcilla, recalzándose algunos con pequeños cantos; con el fin de reforzar la tra-
bazón, varios exhibían en sus lados un engatillado. Con una anchura de 0,50 m y
una altura cercana a 1 m, conservaba restos de cuatro hiladas. De ellas solamente la
superior correspondería al muro visto, ya que el resto de su alzado quedó oculto por
los depósitos que sirvieron de base a la via sagularis y de nivelación al interior del
barracón. Por su parte, los tabiques que servían de separación entre los distintos
ambientes internos (contubernia), con una anchura ligeramente menor y dispuestos
en la mayor parte de su recorrido sobre el antiguo vallum, mostraban únicamente
dos o tres hiladas, oscilando su altura en torno a 0,50-0,60 m Esta disposición varia-
ba en las zonas de unión con el muro norte, donde la necesidad de salvar el desnivel
determinado por la presencia del foso hizo que alcanzasen la misma profundidad
que aquél. Del lienzo de cierre sur únicamente pudimos vislumbrar su cara superior,
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
22
aunque todo hace suponer que sus características constructivas fueran similares.
Sobre estos zócalos de sillarejos se asentaría lo que en realidad configuraba el resto
del alzado del muro, integrado por paredes de tapial con el que también debieron
combinarse en algunos puntos adobes.
Los restos de los cuatro contubernia descubiertos, aunque muy alterados por las
construcciones de la legio VII que se les superponían, mostraban unas característi-
cas similares. De forma rectangular (8,30 x 3,77 m), presentaban un tabique interno,
también de sillarejos de caliza, que separaría la zona de alojamiento propiamente
dicha (papilio) del espacio destinado a albergar la impedimenta de los soldados (ar-
ma), evidenciando el primero unas dimensiones ligeramente superiores; para los
distintos suelos se empleó una arcilla muy plástica y decantada. La comunicación
entre ambas estancias se llevaba a cabo mediante un vano de 1,20 m abierto en su
extremo occidental, afrontado a otro similar por el que se accedía directamente a la
via sagularis, no habiéndose hallado rastro alguno del porche porticado que suelen
ostentar muchas de estas edificaciones, fundamentalmente después del período au-
gusteo-tiberiano. La ausencia de este elemento y la disposición interna de los distin-
tos contubernia hacen que pueda encuadrarse dentro del Tipo B de Davison, tam-
bién presente en campamentos cronológicamente cercanos como Oberaden,
Rödgen y Dangstetten. Las habitaciones del centurión, no localizadas en el transcur-
so de los trabajos, se situarían con toda probabilidad al oeste.
2 .1 .2 .2 .1 .3 TRANSFORM ACI ONES EN LA M I T AD DEL SI GLO I D.C.
Con la llegada de los años centrales del siglo I se detectan pequeñas remodelacio-
nes que afectaron fundamentalmente a la via sagularis, aunque también pudieron
constatarse pequeñas reformas en la zona ocupada por el barracón.
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
23
2 .1 .2 .2 .1 .4 FASE LEGIO VII GEMINA
Las intervenciones practicadas en esta parcela han contribuido a resolver muchos de
los interrogantes que planteaba este primer recinto murado, ya que además se da la
circunstancia de que es contigua al postigo de San Alvito, abierto en la muralla de
cubos en el año 1967, momento que García y Bellido aprovechó para realizar una
pequeña cata con el fin de documentar la primera fortificación. La conjunción de los
datos extraídos en ambos trabajos permite reconstruir con bastante fidelidad su fiso-
nomía y proceso constructivo.
Primeramente se practicó una trinchera cuyo trazado motivó el desmantelamiento de
la mitad exterior del vallum del campamento precedente. En su interior se construyó
una cimentación de cantos rodados de cuarcita de mediano y gran tamaño trabados
con una arcilla muy plástica y decantada, alcanzando una altura entre 0,80 y 1 m; su
anchura no se ha podido comprobar, aunque hay que suponer que sea similar o lige-
ramente mayor a la del tramo superior. Éste presenta un paramento externo de opus
vittatum, de 0,30 - 0,32 m de grosor, integrado por sillarejos de arenisca, aparecien-
do también algunos de granito, caliza y conglomerado, aparejados en su mayoría a
soga y con longitudes muy variables.
Para facilitar su anclado al núcleo de la muralla, los sillares, cuyo alzado medio es de
14,48 m, aproximadamente la mitad de un pie romano, se tallaron con las caras inte-
riores ligeramente convergentes. Están dispuestos en hiladas de 0,16 - 0,17 m de
altura, presentando las juntas realzadas por un excelente encintado de argamasa.
El resto del muro, hasta alcanzar los 1,80 - 2 m de anchura (en torno a 6 pies roma-
nos), se levantó en opus caementicium de excelente calidad, empleándose cantos
rodados de mediano y pequeño tamaño, fragmentados en su mayoría con el fin de
facilitar su trabazón con la argamasa, además de algunos fragmentos latericios y
pequeños bloques de caliza y arenisca. Se construyó por tongadas, alcanzando una
altura máxima, similar en ambas excavaciones, de 2,70 m. No obstante, a esta me-
dida habría que sumar los 1,55 m que el muro sobresale con respecto a la rasante
actual, tal y como ya pudo apreciar García y Bellido, y que en la actualidad son visi-
bles en un pequeño pasaje situado al otro lado del postigo mencionado. De este
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
24
modo resultaría que el alzado máximo conservado de esta primera muralla sería de
4,25 m, proporciones que no deben de estar muy lejos de las que tuvo en origen.
Si al exterior el paramento de opus vittatum sirvió de encofrado, la faz interna no
mostraba huella alguna de haber tenido de otro elemento similar, o bien de un ar-
mazón de madera que hubiera servido para tal cometido. La explicación a este
hecho viene dada por la existencia de un terraplén adosado al núcleo pétreo. A me-
dida que se iba levantando el muro de opus vittatum, lo mismo sucedía con el te-
rraplén, rellenándose el espacio intermedio con el opus caementicium Así pues, el
lienzo de piedra representa, en realidad, una parte de la fortificación, su frente exter-
no. Este modelo es el más común en este tipo de defensas, donde son raros los mu-
ros de piedra que muestran, como es el caso de Londres y York, o el más problemá-
tico de Mirebeau, doble paramento. En Hispania tenemos constancia de los dos ti-
pos, ya que si los campamentos galaicos de Aquis Querquennnis y Cidadela eviden-
cian doble cara, el del ala II Flavia en Rosinos de Vidriales presenta solamente la
externa.
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
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25
En nuestro caso la construcción del terraplén se vio ampliamente facilitada por la
presencia del vallum preexistente, ya que además de que parte de su alzado quedó
incluido en esta estructura, el desmantelamiento de su parte superior originó una
buena parte del volumen de tierra empleado en la formación de aquél. También se
aportaron nuevos depósitos, mostrando todo el conjunto un claro perfil descendente
norte - sur, con una altura máxima en lo conservado de 2,50 m y un desarrollo hacia
el interior del recinto de 6,50 m.
La excavación permitió determinar también la existencia de una de las torres interio-
res del recinto fortificado. Su planta es rectangular, con un desarrollo al exterior de
3,50 m (este - oeste) por 4 al interior (norte - sur), siendo su altura en lo excavado de
unos 2,70 m; internamente estas medidas eran sensiblemente menores (1,40 x 2 m).
Ilustración 4: Detalle del adosamiento de las murallas alto y bajoimperial.
Foto: V. García Marcos.
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
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Como es normal en esta época, sobresale ligeramente de la línea de la muralla (0,20
m). Este avance está definido precisamente por su paramento externo, del que úni-
camente pudimos observar su hilada superior, como consecuencia del adosamiento
de la muralla tardorromana. El aparejo es similar al del resto del muro, aunque en
este caso los cuatro sillares de arenisca empleados eran de dimensiones ligeramen-
te mayores. El posterior saqueo de parte de sus componentes ha permitido apreciar
dos cuestiones de interés, ya que si por un lado la impronta dejada por el frente de la
torre en el núcleo del lienzo tardío nos brindó la oportunidad de comprobar que su
altura en el momento de la unión era, al menos, 1,70 m más de lo conservado ac-
tualmente, por otro se pudo apreciar la existencia de un pequeño retranqueo de 0,20
m, hecho que parece indicar que las dimensiones de la parte superior de la torre
eran ligeramente menores a las del resto de su alzado. Su técnica constructiva era
similar a la de la muralla, erigiéndose simultáneamente ambas. No obstante, a partir
de una determinada altura, la marcada posiblemente por la cota superior del te-
rraplén, se producía un adosamiento del muro a los costados de la torre, aprecián-
dose nuevamente restos de sillares de caliza en su paramento exterior. Esta circuns-
tancia puede estar relacionada, quizás, con el arranque de la parte de la edificación
que sobresaldría con respecto al paseo de ronda del muro, lugar donde estarían ubi-
cadas, además, las puertas de acceso a su interior.
A lo largo del tiempo las estructura de la torre experimentó algunos cambios, ya que
a su frente interior se le adosó una pequeña estancia (3,60 x 3 m) de la que única-
mente han subsistido sus cimientos. Su técnica edilicia es radicalmente distinta a la
de la fase anterior, empleándose cantos de río, acompañados también por algunos
fragmentos latericios y bloques de arenisca y granito, todo ello trabado con arcilla.
El marco cronológico en el que se produjeron estas transformaciones aún no ha po-
dido concretarse, aunque con toda seguridad han de ser anteriores a finales del siglo
III o comienzos del IV, momento en el que se erige la muralla de cubos y el primer
recinto queda desprovisto de su carácter defensivo.
La via sagularis experimentó un cambio de cotas con respecto a la de la fase cam-
pamental anterior, sobreelevándose. El área más próxima a la muralla se asentó so-
bre parte del terraplén cuando éste aún no se había concluido, lo que hizo que toma-
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
27
ra un perfil ligeramente oblicuo. Este hecho puede explicarse por la necesidad de
contar con un suelo, lo suficientemente sólido, que soportara el acarreo de los mate-
riales necesarios para la construcción de la muralla. Posteriormente, este sector de
la calle se cubriría con los últimos depósitos que conformarían la rampa, aunque
éstos no han llegado hasta nosotros. Esta circunstancia añade una especial dificul-
tad a la hora de concretar su anchura real, aunque suponemos que en esta zona del
asentamiento no debió de inferior a los 6 m. Su morfología básica definida por un
pavimento de cantos rodados, de mediano y pequeño tamaño, acompañados en
ocasiones por fragmentos latericios y restos metálicos, todo ello apisonado y englo-
bado por una matriz arcilloso-arenosa.
Los importantes restos exhumados en las proximidades del lienzo septentrional de la
muralla, que suponemos han de pertenecer a una gran edificación que bien pudiera
identificarse con el valetudinarium o, más probablemente, con un almacén10. De
planta regular, se han reconocido parte de las crujías norte y sur, además de eviden-
cias de la oriental, mientras que el límite oeste debió de venir determinado por la via
decumana. Estas pandas presentaban una sucesión de ambientes rectangulares
uniformes (6,25 x 4,75 m en el lado norte por 6 x 4,75 en el opuesto), pavimentados
con un suelo de arcilla apisonada, a los que se accedía desde un amplio espacio
abierto, quizás porticado, mediante un vano situado en el centro de uno de sus lados
menores. La dificultad para una adscripción fiable radica en la fragmentariedad de su
planta, parcialmente excavada, circunstancia a la que habría que unir también la ti-
pología, relativamente uniforme, que muestran una buena parte de los espacios que
compartimentan el interior de la diversas construcciones campamentales. La primera
hipótesis parece poco segura, ya que el valetudinarium está situado, al menos en los
casos que conocemos, en la zona central del campamento, bien en los latera praeto-
rii, como es el caso de Inchtuthil, Novaesium, Bonna, Vindonissa y Carnuntum, o en
la praetentura, según vemos en Haltern, Vetera I, Isca Silurum, Lauriacum o Novae,
aunque este último ocupa una posición un tanto desplazada, situándose junto a la
porta pretoria11.
10 La crujía norte se trazó en parte sobre el espacio ocupado por un barracón de la fase campamental anterior. 11 Otro argumento a tener en cuenta a la hora de identificar a este tipo de edificios es el hallazgo, en el transcurso de su excavación, de
numerosos ejemplares del instrumental médico utilizado, circunstancia que no se ha producido en el caso de León.
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
28
La opción de encontrarnos ante los restos de un establecimiento de almacenaje
puede resultar más certera, ya que su esquema cuenta con paralelos bien identifica-
dos en otras fortalezas legionarias, pudiéndose incluir, en concreto, dentro de los
“almacenes con patio” de la clasificación de Petrikovits. Suelen ocupar siempre una
posición excéntrica, próxima a la via sagularis, pudiendo disponerse en la praetentu-
ra (Noviomagus, Vindonissa), la retentura (Novaesium, Lambaesis) o a ambos lados
de los latera praetorii (Bonna, Carnumtum).
2 .1 .2 .2 .1 .5 FASE T ARDORROM ANA
El inicio de esta fase, que cronológicamente podríamos centrar en el tercer cuarto
del siglo III, vendría determinado por la presencia de un amplio nivel originado como
consecuencia del colapso de los muros de tapial del edificio construido por la legio
VII. De esta manera, una buena parte de los restos del posible almacén quedaron
soterrados bajo sus propios escombros. La zona antes construida no fue ocupada
por ningún otro tipo de edificio, documentándose en el transcurso de la excavación
algunos hoyos que rompían las estructuras altoimperiales, y que fueron amortizados
en época tardorromana.
2.1.2.2.2 Época medieval
Como hecho más significativo, los trabajos arqueológicos acometidos en el solar han
permitido reconocer la totalidad de la planta de la iglesia medieval de Santa Marina.
Ilustración 5: Vista general de las construcciones del campamento de la legio VII. Se observa como se superponen a las del campamento julio-claudio. Foto:
V. García Marcos.
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
29
Se trata de una construcción de pequeña escala y forma rectangular, siendo sus di-
mensiones interiores de aproximadamente 18 m de largo por 11 m de ancho. Contar-
ía con nave única y en su cabecera se dispondrían el altar mayor y una sacristía.
Las remodelaciones efectuadas en la segunda mitad del siglo XVI afectaron espe-
cialmente al cierre norte y a los pies de la edificación. La anchura de la nave se re-
duce hasta lo 9 m, mientras que al oeste se la adosa un atrio, también rectangular,
con lo que la longitud de la iglesia alcanza los 25 m. Del mismo modo, a la cabecera
se le añade una capilla lateral cuyo uso debió de ser eminentemente funerario.
Construida mediante grandes sillares de arenisca y caliza, este ámbito se adosó a la
cara interna de la muralla de cubos, llegando incluso a excavarse en ella un peque-
ño edículo con el fin de albergar posiblemente un arcosolio o un retablo.
La dilatada función parroquial del templo tuvo como consecuencia el hallazgo de va-
rias inhumaciones repartidas a lo largo de su superficie interior, detectándose igual-
mente enterramientos en algunas zonas del perímetro externo, especialmente al sur
del recinto cultual.
Merece la pena destacar, igualmente, la presencia de diversos hoyos localizados
fundamentalmente al exterior de la iglesia. Cabe destacar, por su excepcionalidad, la
aparición de un candil de piquera (posiblemente califal) en una de estas estructuras
negativas.
Ilustración 6: Restos de la iglesia medieval de Santa Marina. Foto: V. García
Marcos.
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
30
2.1.2.2.3 Época moderna
Los restos más significativos de este momento pertenecían a la red hidráulica cons-
truida en el patio de la antigua Obra Pía de los Niños Expósitos. Su función parece
estar relacionada con las actividades artesanales llevadas a cabo dentro de la insti-
tución benéfica. Con toda seguridad, esta red hubo de estar relacionada con la con-
ducción construida en tiempos de Carlos III para dar servicio a las fuentes de la ciu-
dad y abastecer a diversas propiedades eclesiásticas. La conducción bajaba por la
actual avenida de Álvaro López Núñez, acometiendo al Arca Principal situada junto a
Puerta Castillo, hoy muy modificada, pero sobre cuyos restos aún queda una inscrip-
ción fechada en 1785. A partir de ella se distribuía el agua a varios puntos de la ciu-
dad antigua.
También pudieron documentarse varias cimentaciones pertenecientes a un edificio
de finales del siglo XVIII derribado para dar paso a la promoción inmobiliaria que iba
a realizarse en la parcela.
2.1.2.2.4 Época contemporánea
En el transcurso de los trabajos arqueológicos pudieron documentarse diversas evi-
dencias de época subactual asociadas, fundamentalmente, a la vivienda burguesa
Ilustración 7: Conducciones hidráulicas asociadas a la Obra Pía de los
Niños Expósitos. Foto: V. García Marcos.
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
31
que sucedió a la Obra Pía en la Casona de Puerta Castillo.
2.1.3 Mejora y Recuperación del Camino de Santiago en León Fase II
En 2003 se realizó el seguimiento de las obras de “Mejora y Recuperación del Cami-
no de Santiago en León Fase II” en el transcurso de las cuales se practicó un son-
deo al pie de las estructuras neoclásicas de la puerta. El seguimiento únicamente
proporcionó evidencias de construcciones asociadas a la reforma del siglo XVIII en
Puerta Castillo. En cuanto al sondeo se constató una secuencia estratigráfica mo-
derna, con la aparición de varios depósitos con numerosas cerámicas vidriadas, que
parecía haber rellenado un gran espacio removido en el siglo XVIII, sin que se hubie-
ra llegado a detectar el tipo de remociones efectuadas ni el motivo de ellas.
2.1.4 Puerta Castillo n.º 2
Solar de la plaza de Puerta Castillo n.º 2. La intervención fue dirigida por M.I. Cano
Gómez y R. Corral Díaz. En su excavación se registró una secuencia ininterrumpida
desde el siglo I d.C. hasta nuestros día. Los niveles más antiguos corresponden con
una trincheras excavadas en el sustrato geológico de mediados del siglo I d.C., so-
bre el que se detectó parte de un pavimento viario delimitado por un muro de cierre
de época romana. En fases posteriores se sellaron parte de las estructuras con un
pavimento de opus signinum y en el Bajo Imperio con otro pavimento viario. Final-
mente se registraron evidencias medievales y modernas superpuestas.
2.1.5 Instalación del Conjunto Escultórico de Eduardo Arroyo en la Plaza de Puerta Castillo de León.
La presencia de una secuencia de materiales correspondiente a un mismo periodo
cronológico, el siglo XV, nos indica que estamos ante la presencia de una estructura
negativa que se rellenó en un momento concreto, no siendo fruto del relleno paulati-
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
32
no que se observa en otras zonas de la ciudad donde se crea una estratigrafía com-
pleja de diferentes momentos.
Hemos interpretado esta estructura negativa como un foso, que rodearía el castillo
de la ciudad en el interior de la misma. A falta de documentación que ilustre este
punto, una situación similar se observa en el castillo de los marqueses de Astorga,
que tiene un foso hacia el interior de la ciudad tal y como se puede observar en la
planimetría.
2.1.6 Intervención arqueológica en el archivo histórico provincial incluida en el proyecto de ejecución, mejora de la accesibilidad, funcionalidad y evacuación del edificio
Dicha intervención realizada por Rocío Fernández Ordás en el año 2002 consistió en
sendos sondeos. El primero de ellos que la autora denomina Pasadizo del Patio, se
situaba entre el patio norte y el edificio del archivo, los resultados del mismo al retirar
el solado fue la aparición de un macizado de cal y canto, con una grieta que la auto-
ra supone sea la separación entre la muralla de la legio VII y la tardorromana. El se-
gundo sondeo se realiza en el patio fantasma, interior de la torre según la denomi-
nación de la directora de los trabajos, donde localiza un macizado de cal y canto y
un posible vano anterior en una cota más baja que la puerta de entrada actual.
2.1.7 Seguimientos y excavación arqueológica durante los trabajos de rehabi-litación de la casona de Puerta Castillo, n.º 9 y 10 (2011-2012)
La restauración de la Casona llevó consigo la realización de una serie de sondeos
arqueológicos, 53 en total, así como seguimientos de todos los movimientos de tierra
que se realizaran en dicho espacio. Esto nos ha permitido completar, no solo la in-
formación obtenida durante los años 1997 y 1998 cuando se realizaron intervencio-
nes arqueológicas en el patio de este inmueble, sino también obtener importantes
datos para el estudio de la ciudad y del mundo romano en general.
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
33
Durante el año 2011, se realizaron catas arqueológicas en aquellas zonas que se
estaba rehabilitando en ese momento. Destaca la aparición en esos momentos de
un lucerna, o lámpara de bronce, del siglo I, en cuyo interior aún se conservaba la
mecha de materia vegetal. También durante aquella campaña de sondeos, se recu-
peró la mano de una estatua de mármol. De época mas avanzada, se excavó en el
interior de un pozo de agua, donde se encontraron dos monedas del siglo XVII, así
como una peonza y algún objeto en azabache.
Fue durante estos sondeos, cuando se localizaron los primeros fragmentos de cora-
zas romanas, en la medianera entre la zona que se estaba rehabilitando y el enton-
ces edificio del CCAN. Ya se pudo observar la importancia de las mismas, al consta-
tar la existencia de tres tipos: segmentata (placas de hierro), squamata (escamas de
latón) y hamata (cota de malla).
Durante el año 2012, y conociendo el potencial de la zona a intervenir, se tuvo espe-
cial cuidado en la zona limítrofe a aquella donde nos habían aparecido las corazas el
año anterior. Y efectivamente, el conjunto de corazas y elementos recuperados hizo
que pasásemos de los sondeos a excavar la totalidad de las salas. Se recuperaron
mas de 50 elementos metálicos, no sólo corazas, también llaves, sierras y diversos
objetos en proceso de restauración.
Todos estos datos, sumados a los obtenidos anteriormente, nos hizo plantarnos la
posibilidad de estar ante un depósito de armas o en una zona donde estas se repa-
raban. La caída del tejado sobre aquellas piezas hizo que quedaran sepultadas por
casi 2000 años, aunque suponemos que en la Edad Media, se excavó en la zona
para recuperar parte del metal, que posteriormente sería fundido de nuevo para dar
un nuevo uso. El conjunto de corazas recuperado es, sin lugar a dudas, uno de los
mas importantes de Europa, tanto por su conservación, como por la calidad de algu-
nas de las piezas, y su diversidad, pudiendo, de un solo vistazo conocer los tres ti-
pos principales de corazas. Hallazgos similares a este se produjeron en la primera
mitad del siglo XX en campamentos del Rin, como Carnuntum, pero fueron excava-
dos sin método, ya que únicamente se buscaban piezas espectaculares.
Si importante fueron los hallazgos antes mencionados de la legio VII, no menos fue
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
34
el conocimiento de los campamentos anteriores, que había creado la legio VI en la
misma zona. Aunque sólo conservamos retazos de aquellos momentos iniciales del
origen campamental de León, hemos podido comprobar la presencia de una primera
muralla realizada con tepes, parte de la cual ya fue constatada en 1998. También se
han localizado diversas estructuras que podían formar parte de los barracones de la
legio VI y que fueron modificadas al menos tres veces antes del asentamiento de la
legio VII.
2.2 Intervenciones anterior extramuros
2.2.1 Era del Moro, n.º 3
En la calle Era del Moro número 3 se practicaron dos sondeos longitudinales me-
diante medios mecánicos, que no proporcionaron datos relevantes (Vidal Encinas
1996, 315)
2.2.2 Canalización para la instalación eléctrica c/ Era del Moro, Arco de la Cárcel, pl/ Puerta Castillo
El seguimiento de la canalización para la instalación eléctrica que partiendo de la
calle Era del Moro, llegó hasta la confluencia de la calle Seranos y Santa Marina, ha
deparado la documentación de algunos restos arqueológicos de época moderna y
contemporánea.
De época de Carlos III, se localiza la conducción de agua
mediante dos tubos cerámicos en un encofrado de cal y
arena, que lleva el agua desde los Altos de Nava hasta
las fuentes de la ciudad.
Durante el periodo de las Guerras Carlistas, se realizan
una serie de fortificaciones y refuerzos de las ya existen-
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
35
tes12. En el tramo que nos ocupa, se construyen dos ele-
mentos avanzados sobre la actual plaza del espolón. Pa-
ra entender cómo era este tipo de defensas, se puede ver
un ejemplo que aún existe en Puerta Moneda.
A finales del siglo XIX, un saneamiento vierte sus aguas
en la presa de San Isidoro, y se ha documentado par-
cialmente el mismo.
2.2.3 C/ Carreras nº 2 c/v pl. Espolón
En 1995, documentó una serie de niveles de época moderna que reposaban direc-
tamente sobre niveles de gravas fluviales que parecían buzar bajando hacia la calle
Carreras, en lo que se pudo atisbar, como continuación de la estructura documenta-
da en el nº 3 de la misma calle.
2.2.4 C./ Carreras nº 3
El hallazgo más significativo fue la presencia de una gran cubeta tallada en el grijo
con forma de U muy abierta que había dejado varios escalones en el sustrato natu-
ral. El primero de ellos mantenía una longitud de unos 2,60 a 2,80 mts, con base
horizontal a cotas de -2,38 a -2,28 y sendos escarpes acusados de unos 0,52 mts
por cada lado, uno al Norte a -1,86 y otro al Sur a -1,88 ya en el límite con la calle
Carreras. Su colmatación se había efectuado en época Moderna y Bajomedieval en
fechas que no sobrepasaban el siglo XVIII, momento en el que se construyó un in-
mueble en el lugar, mientras que la fecha más antigua, al menos para la segunda
fase de creación de la cubeta, venía definida por la presencia de un hoyo bajome-
dieval, cortado por la superficie de intervención documentada.
12 (Morais Vallejo 2011)
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
36
2.2.5 C/ Carreras n.º 7
Al igual que en la excavación de la calle Carreras nº 3, realizada en 1998, se mues-
tra una secuencia muy similar por, no decir idéntica. Hay que corroborar que la pri-
mera ocupación debía darse en fechas relativamente recientes como máximo, fina-
les del siglo XVIII, momento en el que Risco muestra una trama urbana muy similar a
la actual y que su parcelario confirma las fechas Modernas para su atribución, ron-
dando posiblemente los siglos XVII-XVIII. Además ha que señalar un carácter muy
similar en los tipos y técnicas constructivas empleados tanto en el solar n.º 3 y el n.º
7 para la edificación.
El hallazgo más significativo de la intervención nuevamente lo constituye la aparición
de una serie de trincheras excavadas en el sustrato natural, en esta ocasión en
número de tres. Sobre el tipo de rellenos que lo colmatan poco vamos añadir que no
indicásemos en aquélla ocasión. Se trata de limos con abundantes emanaciones de
metano generadas en las típicas condiciones de los humedales, lo que vuelve a de-
mostrar unas condiciones de anegación de esta zona baja, al menos en la época
final de su uso.
Sin embargo, contamos con nuevos elementos de juicio a la hora de interpretar este
nuevo hallazgo que arrojará luz sobre el anterior de 1998. Creemos que se trata de
un elemento inserto en el sistema defensivo y que habría que desechar claramente
la función de presa o acequia para el riego, aunque la memoria popular se empeñe
en hacer pasar una presa por la zona, extremo que no negamos, pero que difícil-
mente pueda existir memoria de un hecho que ya en el siglo XVIII no venía ni tan
siquiera recogido en la cartografía.
El hallazgo debe ponerse en relación con el sistema defensivo amurallado de León,
aunque por el momento desconozcamos la fecha de realización. Gracias a la inter-
vención en el n.º 3 de la misma calle pudimos establecer que en su papel de “foso”,
llamémoslo así de momento, hubo de ser limpiado en la Baja Edad Media, tal y como
lo señala la documentación y se demostró estratigráficamente en su día. En esta
ocasión los materiales arqueológicos señalan una colmatación total en la Edad Mo-
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
37
derna, posiblemente para ser ocupado su espacio como viviendas.
Llama la atención la asiduidad de materiales romanos de fechas dispares en los re-
llenos de la base de los tres tramos del “foso” ciertamente la cantidad de restos re-
cuperados ha sido muy exigua, por lo que es desaconsejable por el momento hacer
deducciones apresuradas, sobre todo porque las fechas que aportan son mucho
más anteriores que la propia fortificación actualmente conservada en pie. Otra cues-
tión, más compleja y delicada, es si las anteriores murallas contaron con un sistema
avanzado o no y si éste puedo haber sido tan extenso como para haber llegado has-
ta el solar objeto de excavación, a unos 18 m de la cara vista de la fortificación de la
legio VII Gemina. Extensión importante, pero no imposible de haber cubierto.
2.2.6 C/ Abadía
Las primeras son las intervenciones de A. García y Bellido en 1961 al pie de una de
las torres de la muralla de la c/ Ramón y Cajal, la más próxima a la calle objeto de
estudio. Los resultados fueron descorazonadores, al no poder documentar una es-
tratigrafía asociada, aunque tuvo la oportunidad de documentar una zarpa de cimen-
tación de la muralla de un metro de anchura por otro metro de profundidad (García y
Bellido, 1970: 578).
Ese mismo año este investigador realizaba unas catas en el huerto de San Isidoro
contiguo con la calle Abadía, donde descubrió un canal de agua realizado con tegu-
lae y revestido de opus signinum que recorrería la muralla por su intervalum, aunque
pocos datos aportaría la excavación sobre la muralla romana.
Esta intervención se vería continuada en los meses de Junio y Julio de 1983, cuando
se llevaron a cabo excavaciones arqueológicas en la calle Abadía por parte de la
Universidad de León a causa de la realización unas obras de infraestructura hidráuli-
ca. En esta ocasión se encontró la muralla inmediatamente por debajo de la acera
de la calle, descubriéndose solamente la parte intramuros que eran de cantos roda-
dos y una sólida argamasa de cal. Por debajo de ella había otro paramento de can-
tos rodados unidos por mortero de peor calidad. Se documentaron varios niveles
arqueológicos junto a la muralla, el más moderno contaba entre sus materiales con
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
38
unos pocos fragmentos de Terra Sigillata Itálica, Sudgálica y Terra Sigillata Hispáni-
ca, fragmentos de ánforas, dos lucernas y algunas fíbulas, una de ellas de tipo au-
cissa. En Los niveles sobre los que se asentaba la muralla aparecieron escasos
fragmentos de Terra Sigillata Itálica y paredes finas.
El área tan reducida que afectó la excavación, tan sólo la acera de la calle, así como
el número de fragmentos cerámicos hallados, que apenas llegaban a la decena, no
nos permiten datar con exactitud estos restos. Lo único que podemos es constatar la
existencia de niveles de asentamiento anteriores a la legio VII Gemina, niveles que a
su vez parecen ser también anteriores a esta muralla.
2.2.7 C/ Abadía c/v Ramón y Cajal
Aunque ya se conocían evidencias de una ocupación romana anterior a la llegada de
la legio VII, no ha sido hasta los últimos años cuando ésta ha podido ser documen-
tada completamente. En la actualidad son conocidas dos fases campamentales an-
teriores a la llegada de la legio VII en el año 75 o 76 de nuestra era. Muy pocos da-
tos conocemos sobre el más antiguo de todos ellos debido a la fragilidad de los ma-
teriales constructivos con el que está realizado lo que ha propiciado que las remo-
ciones realizadas posteriormente, desde época romana, hayan contribuido a perder
la mayor parte de sus trazas.
En esta excavación ha sido posible volver a confirmar la presencia de esta etapa de
la ocupación campamental, aunque sólo ha sido mediante las evidencias muy difu-
sas de los restos, bastante destruidos, de un posible muro, de funcionalidad desco-
nocida.
Se puede realizar algunas deducciones a partir de este dato. En primer lugar, que
hay que considerar dentro de la primera fase campamental la ocupación de esta zo-
na, lo que se debe sumar a una serie de evidencias ya obtenidas en la zona septen-
trional del recinto legionario posterior. Mucho más arriesgado resultaría deducir si
esta construcción corresponde a restos del interior o del exterior del posible primer
campamento, aunque la primera hipótesis cobra, a nuestros ojos, una mayor verosi-
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
39
militud, posibilitada por la irregularidad en planta de los campamentos del mundo
imperial romano y la que la topografía en la zona permite tal cuestión.
En cuanto al hallazgo de las tres fortificaciones romanas se trata de un hecho relati-
vamente previsible, que viene a confirmar una secuencia estratigráfica ya habitual en
la ciudad, contrastada en este mismo tramo septentrional de la muralla (solar de la
pl. Puerta Castillo, 1), y en el tramo meridional (pl. del Conde Luna, 2). Este sería el
tercer caso documentado en la ciudad con el interés añadido de tratarse del ángulo
de la muralla, que confirma el mimetismo en el trazado de los tres recintos amuralla-
dos, constatado perfectamente en el caso de las murallas realizadas en piedra y aún
por constatar en el campamento anterior, atribuido a la legio VI Victrix.
En último lugar, hemos de señalar la presencia de parte de la infraestructura hidráu-
lica del campamento de la legio VII Gemina. La cloaca parece corresponder con los
restos reconocidos por A. García y Bellido en el huerto de San Isidoro, sobre todo
por su fábrica en tegulae, fondo y bóveda de ladrillo. Sorprende aún más el hecho de
constatar la presencia de una construcción realizada en tegulae, absolutamente
idéntica a la reconocida en el huerto de San Isidoro. En ambos casos se relacionan
estrechamente con la canalización puesto que atraviesa su estructura y se interna en
el espacio delimitado por la estructura, protegiendo su interior mediante una bóveda
de ladrillo .
El hallazgo efectuado por Bellido inducía a pensar en una canalización de agua lim-
pia dado que señala la presencia de un registro en el centro de la estructura ex-
humada, revestido además por opus signinum, lo que a este investigador mueve a
pensar en una “instalación de suministro de agua”13. Lo ahora descubierto, lo que
parece la prolongación del mismo canal, se encuentra claramente desaguando hacia
el exterior del recinto amurallado lo cual no deja por menos que movernos a interpre-
tar la atarjea como una cloaca.
En cuanto a la construcción que rodea el canal no podemos ofrecer una interpreta-
ción satisfactoria, al menos por el momento. A todas luces parece tratarse de la
misma estructura que la descubierta por Bellido, relacionada sin duda con la canali-
13 (García y Bellido 1970, 579)
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
40
zación, aunque por el momento no hallamos encontrado una funcionalidad clara.
En lo que respecta a su cronología tampoco podemos agregar nuevos datos a los
indicados por Bellido. El repertorio material obtenido en la excavación, asociado con
la estructura, además de reducido, ha sido poco expresivo por tratarse de piezas en
relación con las fases anteriores, dominadas por una facies de comienzos del siglo I
dC.
2.3 Intervenciones en este lienzo de la muralla14
Entre los años 2005-2007 se realizaron los “estudios previos a la
redacción del plan director de las murallas romana y medieval de la
ciudad de León”. Autores: los Arquitectos Ramón Cañas Aparicio y
Carlos Sexmilo Huarte.
“Definición de las titularidades, públicas y privadas, de la muralla y
de las parcelas colindantes, así como su situación jurídica”. Auto-
res: ILRUV. Begoña Gonzalo, Carmen Ibáñez, Marta Vallejo.
“Estudio láser fotogramétrico de la zona de la muralla en torno a
Puerta Castillo y la excavación arqueológica de los campamentos
romanos de la ciudad de León”. Autores: Universidad de Valladolid.
Laboratorio de Fotogrametría Arquitectónica con sede en la Escue-
la Técnica Superior de Arquitectura.
“Ciudades amuralladas, ciudades ordenadas: la época medieval”.
Autores: Universidad de León. Emilio Moráis Vallejo.
En 2007 el arquitecto Melquíades Ranilla García, por encargo de la
Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio
de Cultura, redacta el “Plan Director de las Murallas de la ciudad de
León”. El documento fue entregado por el Ministerio de Cultura al
Ayuntamiento de León el 10 de noviembre de 2009
14 Datos obtenidos de la publicación del (ILRUV 2012)
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
41
Entre los años 2006 y 2008, se realizó el proyecto de “restauración
y consolidación de la muralla romana de la ciudad de León desde
la calle San Alvito hasta el archivo histórico”. El proyecto y la direc-
ción de obra fue realizado por ILRUV, S.A. Enery Acevedo Gonzá-
lez y Begoña Gonzalo Orden, arquitectas. El seguimiento arque-
ológico lo realizó Talactor S.L. Emilio Campomanes Alvarado y Pi-
lar Martín del Otero, arqueólogos. La superficie muraria total res-
taurada: 4.593,24 m2 . Los resultados fueron:
◦ Valorización de los paramentos de los lienzos amurallados.
◦ Restauración y consolidación de los tramos de la muralla.
◦ Confección de un estudio murario, con lectura estratigráfica de
paramentos, que revela las fases cronológicas e históricas de
los mismos, sirviendo de pauta a ulteriores intervenciones.
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
42
3 METODOLOGÍA15
3.1 Sistema estratigráfico
Los estudios de lectura estratigráficas de paramentos han sido suficientemente sis-
tematizados como para ser considerados en la actualidad solventes y ampliamente
divulgados, sin embargo realizaremos una breve exposición sobre su caracteriza-
ción.
Desde finales de los años 80 han sido desarrollados por la escuela italiana de Siena
(Parenti 1983, 1985, 1988a, 1988b) cuyo punto de partida metodológico se encuen-
tra en el sistema de registro estratigráfico de E. Harris (1991). A través de la expe-
riencia de las escuelas de Siena y de Génova y de su producción bibliográfica esta
herramienta de estudio de arquitecturas se ha difundido considerablemente, hasta el
punto de haberse convertido en un sistema contrastado.
El fundamento metodológico radica en considerar a todo edificio como un gran “de-
pósito sedimentario” que ha ido formándose por el añadido sucesivo de unos ele-
mentos construidos y por la destrucción de otros. De esta forma, cada arquitectura
está compuesta por diferentes unidades estratigráficas, que se habrán ido añadien-
do unos sobre otros en un orden y cuya “lectura”, con criterio estratigráfico, nos per-
mitirá deducir ése orden en que lo han hecho.
La lectura estratigráfica tiene como punto de partida individualizar cada una de estas
unidades que se denominan “unidades estratigráficas murarias” (en lo sucesivo
UEM) y que serían “el elemento menor individualizable estratigráficamente” (Caballe-
ro Zoreda 1996, 62) Estructura es la unidad de elementos coetáneos que restan de
un edificio histórico.
Para la numeración, seguiremos la propuesta de Caballero Zoreda (1995, 42), utili-
zando los millares para identificar los elementos, las centenas para las estructuras, y
15 Esta es la metodología a aplicar en el caso que sea posible el acceso a la finca donde se sitúa la muralla. El presente informe se ha
realizado a través de documentación histórica y fotografías actuales
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
43
dejando las unidades y las decenas para las zonas y otros instrumentos secunda-
rios.
Sus características se reflejan en una ficha por cada unidad en la que además apa-
recerá un apartado que informará de las relaciones físicas que mantiene con el resto
de unidades con las que limita, lo que proporcionará la información de anterioridad,
posterioridad o contemporaneidad con respecto a aquéllas.
En último lugar, se puede elaborar un “diagrama estratigráfico”, a modo de árbol ge-
nealógico, en el que se resumirá la evolución histórica de una forma gráfica o lo que
es lo mismo, aparecerá cada una de las unidades y su relación cronológica con el
resto.
Los sistemas que hemos seguido a la hora de datar cada una de las fases del edifi-
cio siguen las referencias que cualquier arquitectura puede aportar (Parenti, 1988b).
Por otro lado, hemos atendido a los aparejos y materiales constructivos cuyo valor
cronológico se fundamenta por su comparación en otros edificios bien datados.
Todo el sistema, tanto en su vertiente estratégica, como en la de los registros, des-
cansa sobre la aplicación del sistema de registro estratigráfico, como ya se ha indi-
cado. Su característica esencial es la simplificación gradual de las unidades en fun-
ción de nuestras necesidades.
Principios estratigráficos (Caballero Zoreda 1985, 38)
El de superposición, sucesión y continuidad. Los elementos se superponen y
se adosan, evidenciando relaciones de antera posterioridad.
El de la horizontalidad original y continuidad lateral. Los elementos ocupan
horizontalmente todo el hueco libre o la superficie útil como si se tratara de
un proceso geológico sedimentario.
El de relaciones de cruce o corte. Los elementos se seccionan, evidenciando
igualmente una gradación cronológica.
El de la discontinuidad temporal. La seriación nunca es completa. El tiempo
que representan los elementos es menor que el representado por los hiatos.
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
44
También hemos tratado de aplicar un análisis mensiocronológico (Fossati 1985;
Mannoni 1984) por un lado y cronotipológico por otro (Ferrando Cabona 1989).
3.2 Ficha de estratigrafía muraria16
Numeración de la UEM Siguiendo la propuesta de Caballero Zoreda, se utilizan los millares para identificar los elementos, las centenas para las estructuras, y dejando las unidades y las decenas para las zonas y otros instrumentos secundarios
Localización Bajo la denominación del epígrafe de “Localización”, hay tres apartados diferenciados. Iincluye la locali-dad, la ubicación y por último el edificio objeto de estudio.
Sector Los sectores han sido numerados de acuerdo a la fecha de inicio, excepto el sector 3 y 5, que cronológicamente se realizarán después.
Planta
Área La casilla del área que en este caso se corresponde con la cuadrícula general del yacimiento
Unidad
Pared
Planos / Imágenes
Cotas sup. Las cotas inferiores, superiores nos permiten describir la unidad estra-tigráfica. Si son muchas y variadas las cotas, pueden anotarse sólo las más representativas: por ejemplo, en un plano inclinado, las que den idea de su pendiente, con indicación adecuada de la dirección del buzamiento. En el caso de que la UEM sea una superficie, cotas superiores e inferiores serán las mismas. En una sucesión ordenada de estratos horizontales, las cotas superiores de cada uno coincidirán con las cotas inferiores del suprayacen-te, de modo que, cuando esto suceda, en vez de repetir las cotas de la UEM, bastará con señalar esta circunstancia: de las cotas superiores de la U.E. 4 se escribirá, por ejemplo, que son cotas = cotas inf. de la 3
Cotas inf.
Dimensiones Tamaño de la UEM
Estratigrafía Relaciones físicas Expresadas en activa, indican siempre posterioridad de la U.E. con respec-to a aquella/s con que se relaciona. La pasiva, en ese mismo sentido, indica anterioridad.
Contemporaneidad (dos unidades construidas o realizadas dentro de la misma obra de construcción)
se liga a, en el caso de dos unidades que han sido realizadas conjuntamente (por ejemplo dos muros trabados entre ellos)
igual a en el caso de dos unidades que han sido realizadas con-temporáneamente pero no establecen un contacto físico entre ellas (por ejemplo una serie de ventanas todas iguales inserta-das en un mismo momento en un muro preexistente)
Anterioridad / posterioridad (dos unidades construidas o realizadas en dos diferentes fases constructivas sucesivas).
se adosa / se le adosa donde la unidad que se adosa es posterior
16 Esquema realizado a partir de diferentes propuestas: (Mileto y Vegas 2010)
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
45
a la unidad a la que se le adosa (por ejemplo un muro que se adosa a otro muro es posterior a éste)
cubre / cubierto por donde la unidad que cubre es posterior a la que está cubierta (por ejemplo un enlucido que cubre un muro es posterior a éste)
rellena / rellenado por donde la unidad que rellena es posterior a la que está rellenada (por ejemplo el tapiado de una ventana es posterior a la ventana misma)
corta / cortado por donde la unidad que está cortada es anterior a la unidad o interfaz que corta (por ejemplo la acción de de-molición es posterior al muro que se demuele)
Fiabilidad estratigráfica Dato que puede ser relevante a la hora de considerar la validez de la U.E. en el engranaje general de la secuencia. Esta validez, que fundamental-mente depende de una lectura clara de las relaciones estratigráficas, puede ser total, problemática o nula.
En la parte posterior de la ficha de registro de U.E.:
Descripción Por una parte, se trata de glosar aquellos datos que quedaron sólo apuntados en anteriores apartados (por ejemplo, la estructura de la U.E. es compacta, pero ¿con relación a qué?). Por otra, de procurar una imagen inmediata de todas aquellas observaciones efectuadas en la U.E. que no han quedado reflejadas en ningún epígrafe.
Interpretación De este epígrafe, en el cual ha de cuidarse especialmente no incurrir en repetición, son propios los comentarios que hacen referencia a cuestiones tales como la génesis de la U.E. (de un nivel de derrumbe de muralla puede analizarse aquí, por ejemplo, su formación rápida o gradual) o su significado cultural (siguiendo con el ejemplo, del mismo estrato puede ser oportuno discutir su conexión con el colapso de otras estructuras del poblado o también, su discordancia con lo que sucede en otros tramos de la defen-sa).
Elementos de datación Enumerarlos escuetamente. Por ejemplo, criterios estratigráficos, material numismático.
Materiales Síntesis sobre los materiales más expresivos de cara a proponer una atribución cultural para la U.E.
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
46
4 ESTUDIO
4.1 Cartografía histórica
El presente apartado se realiza a partir del análisis de la cartografía y la fotografía
histórica para conocer aspectos de este tramo de la muralla leonesa.
Uno de los documentos gráficos más antiguos de la ciudad comprende parcialmente
esta zona. Nos referimos al plano17 de 1601 realizado por Juan Vázquez cuyo moti-
vo principal es la actual plaza de Puerta Castillo. En dicho plano podemos ver que
entre la cerca exterior del castillo y el lienzo anterior al cubo N4 existe la esquina de
lo que en su día pudo haber sido una torre (Gutiérrez González et al. 2013, 222).
En 1685, el plano del convento de San Froilán a cargo de los Descalzos, nos mues-
tra la disposición en el interior de la zona de estudio y los cuatro cubos de la muralla
del lienzo noroeste de la misma.
En 1801 existe un plano firmado por Sánchez18, donde se puede ver el trazado de la
presa que pasaba junto a la muralla en el tramo que estudiamos.
Para 1839, contamos con los planos de Teodoro Otermin y de Rafael Medina, que
representan la magistral del recinto fortificado de León. En ellos se puede observar
la presencia de un muro, pudiéndose contemplar una serie de obras defensivas, así
como una escalera que comunica el adarve con la parte exterior de la muralla, deli-
mitada por un muro situado entre el cubo N4 y la cerca exterior del castillo, muro que
también se observará en los planos posteriores y en algunas fotografías históricas.
En 1840, Francisco Marrón hace un detallado plano19 de la esquina noroeste del re-
cinto amurallado, aunque en líneas generales no modifica en los sustancial lo ya
apuntado en los planos de Otermin y Medina.
La Hoja 22 del plano realizado en 1862 por Joaquín Pérez de Rozas, se centra en
17 Esta es la planta de toda la plaça queesta en la delantera de la fortaleza por la parte de dentro de la ciudad 18 Plano topográfico de la Era del Moro 19 Croquis del combento de S. Ysidro de León fortificado en el año 1837
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
47
esta zona de la ciudad, en la cual todavía se puede apreciar la presencia del muro
junto a la cerca exterior del castillo.
4.2 Fotografía histórica
Contamos con una serie de fotografías de finales del siglo XIX y principios del XX de
esta zona de la ciudad. Cabe destacar en casi todas la presencia de la presa que
trae agua desde el norte, y sirvió para accionar la maquinaria del “molino sidrón” que
también aparece en varias fotografías.
En ellas se puede observar la presencia del muro entre el cubo N4 y el exterior de la
cerca del castillo, que ya se veía en la cartografía histórica, pero ahora podemos ob-
servar algún detalle, como la doble factura, siendo la parte baja realizada con algún
bloque de sillería, y el resto con canto de río. Esto podría explicarse debido a que
durante las obras de fortificación con motivo de la guerra carlista, se utilizó material
de los edificios desamortizados, pudiendo incluir diversos elementos en su construc-
ción.
También se puede apreciar en la cortina situada entre ambos cubos, la presencia de
una puerta posteriormente tapiada y cómo el cubo N3 estaba cubierto con un tejado
Ilustración 8: Thomas Barcelona. Colección Gracia. 3ª serie nº 10.
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
48
soportado por unos pilares sobre el propio cubo, al igual que N1, solo que en esta
última los vanos han sido convertidos en ventanas. Esta torre muestra en las fotos
haber perdido el forro de sillería del lateral este, mientras que lo conserva en la cara
norte.
4.3 Estudio estratigráfico
4.3.1 Espacio entre la cerca exterior del castillo y el cubo N4
Como se ha visto en la documentación histórica, delante de este espacio existía un
muro, en cuya base se aprecian elementos de sillería y parte del alzado estaría rea-
lizado con cantos de río. Los planos indican que en su interior existía una escalera.
Esta muro que unía el cubo 4N y la cerca exterior del castillo, no existe en la actuali-
dad.
La pared que se puede contemplar hoy en día presenta una zona de sillería, con al-
guna reparación de cantos de río. Este material se utiliza en la parte superior combi-
nado con ladrillo para las aspilleras de fusilería
Ilustración 9: Inicio del siglo XX, cronología aproximada ya que el silo del Molino Sidrón se construye
en 1904. Se observa la puerta en la cortina entre N3 y N4, así como la cubierta del cubo N3 y la falta del
paramento externo dejando ver el núcleo del mismo en su costado oriental
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
49
Ilustración 10: Foto: Victorino García Marcos
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
50
4.3.2 Cubo N4
En este cubo se observan dos parte claramente diferenciadas. La mitad oeste, for-
mada en su mayor parte por cantos de río, excepto una pequeña zona en la base, y
la mitad este donde el canto de río se combina con sillarejos de cuarcita.
En la zona central del cubo y hacia el oeste conserva una zona con enfoscado el
cual podría estar decorado con el despiece lineal que se observa, sin ir más lejos, en
la cerca exterior del castillo (González Fernández et al. 2002). En este punto y una
vez que se pueda acceder a dicha zona, será necesario confirmar si el muro de la
cerca exterior del castillo se adosa al de sillería, como así parece
Ilustración 11: Lateral este del cubo N4
Ilustración 12: Foto: Victorino García Marcos, lateral oeste del
cubo N4
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
51
También se observan fábricas de ladrillo combinadas con canto de río. Será necesa-
rio conocer el módulo de dichos ladrillos para poder establecer una cronología. El
remate del cubo es la línea de aspilleras de fusilería. En el lateral este el panorama
es diferente, ya que no existe la masiva presencia de cantos de río y se circunscri-
ben a la mitad superior y a la zona de las aspilleras.
4.3.3 Cortina entre N4 y N3
Esta zona es donde se produjo el desprendimiento de una parte de la misma, que
como se puede apreciar en fotos previas, era significativamente diferente al resto de
la construcción. Efectivamente se puede observar que las aspilleras no son de can-
tos de río y ladrillo, sino que únicamente están realizadas con ladrillo. Así mismo, el
material bajo las mismas está cubierto por mucha vegetación, lo que indica una obra
poco cohesionada, por lo que no podemos descartar que se trate de un restauración
de época indeterminada, pero en todo caso a partir de mediados del siglo XIX.
Ilustración 13: Imagen ILRUV
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
52
Merced a la documentación fotográfica anterior al desplome de parte del adarve de
la cortina se ha podido identificar la fábrica que se desplomó. En la actualidad sólo
podemos observar parte del núcleo cubierto con tierra y vegetación. Autores como
Murillo Fragero y Utrero Agudo (2004) denominan a estas, “unidades recuperadas”,
es decir, aquellas de las que tenemos conocimiento a través de fuentes complemen-
tarias como fotografías o textos. Si bien dichos autores señalan que dichas unidades
deben ser expuestas en las conclusiones del análisis, pero su introducción en el listado
de unidades es inadecuada y puede conducir a la confusión, pues, evidentemente, las
unidades recuperadas en las fuentes carecen de relaciones físicas.
Creemos que en este caso si es pertinente su inclusión en el presente estudio debi-
do a que el espacio temporal transcurrido entre su desaparición y la presente actua-
ción es muy breve y podemos conocer las relaciones con las unidades de su entor-
no.
El paramento es muy difícil de ver en la actualidad debido a la vegetación. En las
imágenes antiguas nos muestran una puerta que en la actualidad ha de estar tapia-
da. El poco espacio que queda libre de vegetación, nos muestra una alternancia en-
tre elementos horizontales, ladrillo y calizas griotte y entre tres y cuatro hileras de
cantos de río. De confirmarse la utilización masiva de ese tipo de caliza estaríamos
hablando de una profunda reforma gran parte del paramento en época moderna.
4.3.4 Cubo N3
Este cubo es interesante ya que en la fotografía histórica nos muestra su lateral este
totalmente carente de forro, pudiendo adivinarse el núcleo de la muralla, sin embar-
go en la actualidad presenta un forro realizad con diverso material reaprovechado,
por lo tanto podemos saber que dicha reparación se realizó en el siglo XX
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
53
Ilustración 14: Imagen posterior a 1904
Ilustración 15: Detalle del a pérdida de material en el paramento oriental del cubo N3, y presencia de la puerta relizada en la
cortina de la muralla
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
54
Ilustración 16: Estado actual del lateral oriental del cubo N3
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
55
5 CONCLUSIONES
Con el fin de realizar un estudio de estratigrafía muraria detallado, se hace impres-
cindible el acceso al interior de la parcela catastral 99100421TN8290S0001IQ, una
vez sean eliminados los materiales almacenados en la misma y la vegetación exis-
tente.
A partir de las imágenes de archivo y actuales parece observarse que la cortina si-
tuada entre los cubos N3 y N4 ha sido reconstruida en época moderna y alguno de
sus elementos, como los desprendidos del adarve, incluso en época contemporá-
nea.
El estudio de estratigrafía muraria, ha de completarse con la consulta de archivo, en
especial el Expediente General de Fortificación, caja 716 depositado en el Archivo
Histórico Municipal de León cuya validez como fuente de información ha sido sufi-
cientemente contrastada (Morais Vallejo 2004, 2005, 2006, 2007, 2011, 2011), así
como de todas aquellas noticias de reparaciones y construcciones en esta zona de
la muralla.
También se hace necesario el análisis de los diferentes tipos de morteros que se
localicen, así como la medición de los elementos constructivos que permita elaborar
una mensiocronología.
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
56
6 BIBLIOGRAFÍA
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Informe
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Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
58
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Fernando A. Muñoz Villarejo
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
59
ArqueólogoPLANIMETRÍA HISTÓRICA
1601
Autor
Juan Vazquez
Título
Esta es la planta de toda la plaça queesta en la delantera de la fortaleza por la parte de dentro de la ciudad
Escala
Vara castellana
Dimensiones
42 x 58 cm
Técnica y soporte
Tinta y plumilla sobre papel
Depósito
Archivo General de Simancas, material cartográfico
Motivo principal
Plaza de Puerta Castillo
Observaciones
Aún no estaba construida la iglesia de los Descalzos. La planta de la fachada de la Casona, se mantiene como en la actualidad.
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
60
PLANIMETRÍA HISTÓRICA
1685
Autor
Título
Planta del Convento de s[a]n Froylan el R[ea]l de los Descalzos de la Ziudad de Leon
Escala
Dimensiones
42,6 x 52,7 cm
Técnica y soporte
Manuscrito sobre papel
Depósito
AGS. Patronato Eclesiástico, 00248. En el pleito del Covento de San Isidoro de León contra el Convento de San Froilán de la misma ciudad a causa de la edifica-ción de una casas. 1685
Motivo principal
Convento de San Froilán
Observaciones
Muestra el interior de la muralla de la zona de estudio
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
61
PLANIMETRÍA HISTÓRICA
1801
Autor
Sánchez
Título
Plano topográfico de la Era de el Moro
Escala
100 pies?
Dimensiones
Técnica y soporte
Depósito
Motivo principal
Presa y murallas de la Era del Moro
Observaciones
Detalle de la presa
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
62
PLANIMETRÍA HISTÓRICA
1839
Autor
Teodoro Oter-min
Título
Plano que representa la magistral del recinto fortificado de la ciu-dad de León
Escala
200 varas
Dimensiones
440 x 660 cm
Técnica y soporte
Tinta sobre papel entelado
Depósito
Servicio geográfico del Ejército. Armº E, tabla 7, Carpª 1ª, Nº 305
Motivo principal
Recintos amurallados
Observaciones
Muestra obras defensivas en la zona de la intervención
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
63
PLANIMETRÍA HISTÓRICA
1839
Autor
Rafael Medina
Título
Plano que representa la magistral del recinto fortificado de la ciu-dad de León
Escala
200 varas
Dimensiones
440 x 660 cm
Técnica y soporte
Tinta sobre papel entelado
Depósito
Servicio geográfico del Ejército. Armº E, tabla 7, Carpª 1ª, Nº 305
Motivo principal
Recintos amurallados
Observaciones
Muestra obras defensivas en la zona de la intervención
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
64
PLANIMETRÍA HISTÓRICA
1840
Autor
Francisco Marrón
Título
Croquis del combento de S. Ysidro de León fortificado en el año 1837
Escala
100 varas cas-tellanas
Dimensiones
565 x 435 cm
Técnica y soporte
Acuarela y tinta sobre papel
Depósito
Servicio Histórico Militar, LE-M 1/12
Motivo principal
Esquina noroeste del recinto amurallado
Observaciones
Se pueden observar las nuevas construcciones defensivas en color amarillo
Estado actual de la cortina N3 - N4 de la muralla de León
Informe
65
PLANIMETRÍA HISTÓRICA
1853
Autor
Joaquín Pérez de Rozas
Título
Plazas del Liceo, del Castillo y Era del Moro
Escala
Dimensiones
Técnica y soporte
Depósito
Archivo Histórico Municipal de León
Motivo principal
Esquina noroeste del recinto amurallado
Observaciones
Se observa de planta del molino Sidrón, así como la muralla y los cubos de la mis-ma y cómo el cubo N4 está unido a la cerca exterior del castillo por un muro
PROYECTO DE OBRAS URGENTES DE RESTAURACIÓN
EN LA MURALLA DE LEÓN
FASE 1 DE LA ADECUACIÓN DEL TRAMO DE LA MURALLA DE LEÓN, ERA DEL MORO
CORTINA ENTRE LOS CUBOS N3 Y N4
ANEXOS ARQUEOLOGÍA
02 PROYECTO
Unión Europea
Programa Operativo FEDER de Crecimiento Sostenible 2014-2020
Eje 12 – URBANO: Estrategias de desarrollo urbano sostenible e integrado (EDUSI)
NOVIEMBRE 2017 ARQUITECTAS: ARQUITECTO TÉCNICO: BEGOÑA GONZALO ORDEN ENERY ACEVEDO GONZÁLEZ MÓNICA PRADA CORRAL
PEDRO GARCÍA FIERRO
Proyecto
LECTURA ESTRATIGRÁFICA MURARIA DEL LIENZO NORTE DE LA MURALLA ROMANA Y
MEDIEVAL DE LA CIUDAD DE LEÓN:
“TRAMO A” Y FRAGMENTO NOROESTE DEL REVELLÍN DEL CASTILLO
Índice de contenido
1.TIPO DE INTERVENCIÓN .............................................................................................................................................. 4 2.DATOS SOBRE EL YACIMIENTO .................................................................................................................................... 5
2.1.Localización .................................................................................................................................................... 5 2.2.Descripción ..................................................................................................................................................... 5
a)El tramo A del lienzo norte.................................................................................................. 6 2.3.Intervenciones anteriores intramuros .............................................................................................................. 6
a)Era del Moro, n.º 3 ............................................................................................................. 6 b)Plaza de Puerta Castillo, n.º 1 ............................................................................................. 7 c)C/ Santa Marina, c/v pl./ San Alvito ..................................................................................... 8 d)Mejora y Recuperación del Camino de Santiago en León Fase II ........................................ 33 e)Puerta Castillo n.º 2 .......................................................................................................... 34 f)Instalación del Conjunto Escultórico de Eduardo Arroyo en la Plaza de Puerta Castillo de León. .................................................................................................................................... 34 g)Seguimientos y excavación arqueológica durante los trabajos de rehabilitación de la casona de Puerta Castillo, n.º 9 y 10 (2011-2012) ............................................................................. 35
2.4.Intervenciones extramuros ............................................................................................................................36 a) Canalización para la instalación eléctrica c/ Era del Moro, Arco de la Cárcel, pl/ Puerta Castillo.........37
b) C/ Carreras nº 2 c/v pl. Espolón........................................................................................ 37 c) C/ Carreras nº 3 ............................................................................................................... 38 d) C/ Carreras n.º 7 .............................................................................................................. 38 e) C/ Abadía c/v Ramón y Cajal ............................................................................................ 40
2.5.Intervenciones en este lienzo de la muralla ....................................................................................................42 2.6.Bibliografía ....................................................................................................................................................43
3.DESCRIPCIÓN DEL ÁREA DE INTERVENCIÓN ................................................................................................................49
3.1.Coordenadas .................................................................................................................................................49 3.2.Representación gráfica y cartográfica .............................................................................................................49
4.METODOLOGÍA .........................................................................................................................................................50
3
1. TIPO DE INTERVENCIÓN
Según la clasificación de las intervenciones arqueológicas, dis-
puesta en el Reglamento para la Protección del Patrimonio Cul-
tural de Castilla y León (Decreto 37/2007, de 19 de abril), en su
artículo 107, atendiendo a la causa que motiva la solicitud de
autorización para la realización de actividades arqueológicas, el
presente proyecto, estaría encuadrado en el punto 2.b. Es decir,
dentro de las intervenciones arqueológicas preventivas, aque-
llas “derivadas de la aplicación de instrumentos de planeamien-
to urbanístico existentes a la entrada en vigor de la Ley
12/2002, de 11 de julio, que hubieran sido informadas por la
Consejería competente en materia de Cultura o contasen con el
catálogo y normas a que se refiere el artículo 54 de la citada
Ley”. La figura de la lectura de paramentos no está definida en
la Ley 12/2002 de Patrimonio Cultural de Castilla y León ni en el
Decreto 37/2007, de 19 de Abril, por el que se aprueba el Re-
glamento para la Protección del Patrimonio Cultural de Castilla y
León, de la siguiente manera, sin embargo se podría interpretar
en el punto:
e) Cualesquiera otras actividades que tengan por finalidad la
búsqueda, documentación o investigación de bienes y lugares inte-
grantes del Patrimonio Arqueológico.
La presente intervención consiste en la lectura estratigráfica del
lienzo norte de la muralla romana y medieval de León, en su
desarrollo dentro del área conocido como la Era del Moro, que
se corresponde con el "tramo A" definido en el Plan Director y
con el fragmento noroeste del revellín del Castillo. Esta inter-
vención se enmarca dentro del "Proyecto de obras urgentes de
restauración en la Muralla de León, Fase 1 de la adecuación del
tramo de la Muralla de León, Era del Moro. Cortina entre los cu-
bos N3 y N4".
4
2. DATOS SOBRE EL YACIMIENTO
2.1. LOCALIZACIÓN
La confluencia de los ríos Bernesga y Torío va a conformar una
conjunción de las terrazas fluviales que marcarán un altozano
respecto a las tierras inmediatamente circundantes. Así, debido
a la erosión fluvial y posterior encajonamiento del Torío se pue-
den apreciar tres terrazas; la primera terraza se eleva un metro
aproximadamente sobre la vega del río y coincide con el asen-
tamiento del pueblo actual de Villaobispo de las Regueras, la
segunda de ellas se puede observar en la zona del Campus
Universitario de Vegazana y está a dos metros por encima de la
anterior, correspondiendo a la ubicación de la ciudad antigua y
por lo tanto a la zona donde tuvo lugar la intervención arqueoló-
gica. La tercera terraza del Torío se aleja ya de la confluencia y
se correspondería al actual emplazamiento de Navatejera. En el
Bernesga sólo se aprecia una terraza que coincide con la se-
gunda del Torío. El resultado de ésta acción fluvial sobre los
depósitos miocenos del Terciario es un altozano, con desnive-
les acusados salvo en el lado Norte donde el relieve se suaviza
hasta llegar a la tercera terraza.
2.2. DESCRIPCIÓN
El área objeto de este proyecto de intervención arqueológica se
localiza al norte de la ciudad amurallada, sirviendo precisamen-
te de límite septentrional del mismo la muralla tardorromana o
de los Cubos. Ocupa una posición en la topografía de la ciudad
bien conocida históricamente, ya que se situaría al costado oc-
cidental de la porta decumana del campamento de la legio VII
5
Gemina, conocida a partir de la Edad Media como Puerta Casti-
llo.
a) EL TRAMO A DEL LIENZO NORTE
Denominado así en el Plan Director de las Murallas de León, se
trata de un tramo de la muralla situado al suroeste de Puerta
Castillo. Al interior limita parcialmente con la iglesia de los Des-
calzos, actualmente forma parte del Archivo Histórico Provincial,
y con las traseras de los inmuebles n.º 1 y 3 situados en la calle
Abadía. Al exterior limita con la trasera de los inmuebles n.º 2, 4
y 6 de la calle Era del Moro. Por el oeste limita con los n.º 6, 8 y
10 de la avenida Ramón y Cajal.
Tiene una longitud bien conservada de unos 72 m, mientras que
otros 18 metros podrían conservarse en el patio del inmueble
que hace esquina entre la calle Abadía y la avenida Ramón y
Cajal. En este tramo se localizan cuatro torres o “cubos” con la
denominación de Oeste a Este de N1, N2, N3 y N4, siempre uti-
lizando la numeración del Plan Director.
La zona del adarve es fácilmente accesible desde el actual insti-
tuto Legio VII, pero el acceso a la base de la muralla se ve difi-
cultado por la existencia de abundante vegetación, y materiales
de construcción y chatarra acopiados en las proximidades del
lienzo.
La lectura muraria se prolongará por el inicio del tramo B del
lienzo norte, en el tramo correspondiente al fragmento noroeste
del revellín del Castillo, que es colindante a la parcela catastral
9100421TN8290S0001IQ (interior de la Era del Moro).
6
2.3. INTERVENCIONES ANTERIORES INTRAMUROS
a) PLAZA DE PUER TA CASTILLO , N . º 1
Durante toda la segunda quincena del mes de febrero de 1985
se llevaron a cabo excavaciones arqueológicas en un solar de
propiedad privada, sito a proximidad de la puerta septentrional
del recinto romano. El mismo había sido puesto amablemente a
nuestra disposición por su propietario, varios meses antes del
comienzo de la obras de una nueva edificación.
Estos trabajos pudieron documentar una conducción hidráulica
romana, única por sus características entre las hasta entonces
conocidas en Legio, que lo recorría proveniente de Puerta Cas-
tillo en dirección norte - sur, probablemente siguiendo la direc-
ción axial del cardo; de sección cuadrada, presentaba hastiales
y solera realizados en hormigón, el cual fue vertido en un enco-
frado verosímilmente de madera en el canal propiamente dicho
y de piedra al exterior, como así lo indicaban los sillares de cali-
za adosados, pues a través de sus juntas aquel había penetra-
do.
El canal o specum fue revestido con un enlucido de opus signi-
num, para impermeabilizarlo. Por encima de ella, pudo obser-
varse un lecho compacto, constituido por grava y canto rodado
de mediano tamaño, que se interpretó como resto del bancal de
un posible pavimento, quizás viario por la coincidencia de su si-
tuación con la del cardo. (Vidal Encinas, García Marcos, y Mi-
guel Hernández 1990, 265)
Con el comienzo de las obras de construcción, iniciados varios
meses después de finalizada la excavación, se procedió a la ex-
tracción de dicha conducción, gracias a la paciencia del propie-
tario y los medios puestos por el Ayuntamiento, y, al hacer el
7
pozo correspondiente a una de las zapatas del futuro edificio,
tuvo lugar un hallazgo sorprendente y excepcional: un lote de
varias decenas de vasijas, completas en su mayoría, que hab-
ían sido depositadas - intencionalmente o no - dentro de un an-
tiguo pozo de agua tallado a través de las gravas cuaternarias y
arcilla miocenas; con todo ello aparecieron también varios frag-
mentos de madera y un arco de flechas, perfectamente conser-
vados en tal medio anaerobio.
b) C/ SANTA MARINA , C /V PL. / SAN ALV ITO1
1 ª CA M P A ÑA 2
La estrategia de excavación de la primera campaña, dirigida por
José Carlos Álvarez Ordás, planteaba dos sondeos de 5 X 5 m,
uno adosado a la muralla tardorromana y el otro a la que parec-
ía haber sido la zona más apropiada para la ubicación del anti-
guo monasterio. Sin embargo, iniciados los trabajos se consi-
1 Agradecemos a D. Victorino García Marcos el permiso para transcribir parte de su informe del año 2008 2 (Vidal Encinas 2003, 302)
Ilustración 1: El canal romano en su ubicación definitiva en el Jardín del Cid. Foto V. García Marcos.
8
deró más apropiado unir ambos sectores en uno en la zona que
presumiblemente habría ocupado la primitiva iglesia erigida en
el año 1032. La aparición de un cimiento que discurría en direc-
ción norte - sur motivó la división del sondeo en dos sectores. El
sector 1, localizado al este adquirió unas dimensiones de 5,50 X
5,30 m; el sector 2, al Oeste, quedó reducido a 4,50 X 5,30 m
Avanzada la excavación se procedió a abrir un nuevo sondeo -
Sector 3 -, adosado al anterior por su vértice Sudoeste y con
unas dimensiones de 8,80 x 6,40 m.
Las fases históricas documentadas en el proceso de excava-
ción de estos tres sectores han sido la siguientes:
ÉPOCA ROM A NA
FA SE T A RDORROM A NA
A este momento corresponden una serie de evidencias halladas
en toda la superficie de excavación. Dentro del Sector 2 se do-
cumentó una cimentación elaborada por bloques de cuarcita y
cantos rodados que discurra en dirección este - oeste introdu-
ciéndose en parte en el sector 3. Se hallaba cortada por los
hoyos 1 y 8 y por el cubo de cimentación de la posible arquería
de separación de naves de la iglesia del siglo XIII. No se ha lo-
calizado ningún otro cimiento que pueda actuar de cierre con él,
por lo que es imposible discernir qué espacio definiría.
En una posición más septentrional se documentó una estancia
cuadrangular de 5,50 m, en dirección este - oeste, por 3 norte -
sur, enmarcada por tres cimentaciones elaboradas a base de
cantos rodados y fragmentos latericios trabados con arcilla
plástica amarillenta, a excepción del cimiento oriental, integrado
por bloques de caliza de mediano tamaño, más o menos es-
9
cuadrados, también trabados con arcilla. Asociado a este ámbi-
to se localizó un pequeño retazo de suelo elaborado mediante
ladrillos macizos.
Al este de la habitación se documentó un nuevo espacio pavi-
mentado mediante losas de pizarra de mediano y pequeño ta-
maño. Sobre él reposaban una serie de fragmentos de tegulae,
restos, posiblemente, de un desprendimiento de la techumbre.
Los límites sur y este de este nuevo ámbito no se han podido
documentar, ya que estarían completamente arrasados por las
zanjas de cimentación de los muros bajomedievales del Sector
1.
La existencia de estas construcciones planteaba sugerentes in-
terrogantes, ya que lo hasta ahora documentado parece hablar-
nos, primeramente, de la existencia de una sobreelevación con
respecto a las cotas de circulación existentes durante los tres
primeros siglos de la ocupación romana del lugar. Este mismo
fenómeno, aunque de forma más acusada, ha sido constatado
reiteradamente en Astorga, donde en algunos casos -Calle La
Cruz- los niveles de circulación se han visto modificados, una
vez construida la muralla tardía, en casi 4 m. En el caso de
León este fenómeno no parece ser nuevo, tal y como parece
desprenderse de los hallazgos realizados en el interior de la
iglesia de Palat de Rey, muy próxima al cierre meridional del re-
cinto legionense. Aquí también se pudo documentar claramente
el arrasamiento de las estructuras altoimperiales, incluida posi-
blemente una calle, sobreelevándose posteriormente toda la
zona. Una vez concluido este proceso, el lugar volvió a ser ocu-
pado de nuevo por varias construcciones tardías.
Si bien el proceso detectado en este solar es semejante, estas
nuevas estructuras se levantaron en una zona ocupada por el
terraplén asociado al muro defensivo y el intervallum del recinto
de la legio VII. El trazado de este último debió de ser en parte
10
respetado, tal y como parece desprenderse de la existencia de
una superficie de circulación aparecida en el Sector 3. Elabora-
do mediante cantos rodados de mediano y pequeño tamaño, su
estado de conservación era bastante precario a causa de la al-
teraciones provocadas por las inhumaciones medievales. Lo
exhumado mostraba una serie de reparaciones de las carriladas
dejadas por los carros a base de planchadas de cal y fragmen-
tos de tegulae.
El material arqueológico aportado por estos niveles tardorroma-
nos fue bastante escaso, destacando dos fragmentos de un pla-
to de terra sigillata hispanica Tardía estampillada con motivos
de lúnulas en interior del borde.
FA SE AL T OI M PERI A L
Los restos exhumados de esta fase se cuentan entre los más
representativos hallados hasta la fecha en el solar legionense,
pudiéndose determinar tres momentos de ocupación. La estra-
tigrafía correspondiente a este momento mostraba sustanciales
diferencias entre los Sectores 1 y 2 y el 3. En los primeros se
localizaron dos niveles de tonalidad verdosa-amarillenta que
mostraban un claro buzamiento norte - sur, fenómeno que ha
hecho pensar a su excavador que ambos niveles debieron de
formar parte del terraplén de la muralla altoimperial.
El Sector 3 mostró la superposición de tres superficies de circu-
lación que formarían parte del intervallum Con dirección este-
oeste, la anchura máxima documentada fue de 4,40 m. Su sis-
tema constructivo, con leves variantes, era similar: pequeños y
medianos guijarros trabados con arcillas plásticas de tonalida-
des rojizas.
El primero de estos pavimentos, al igual que sucedía con el ni-
vel viario tardorromano, al cual servía de base, mostraba varias
11
carriladas posteriormente colmatadas con pequeños y media-
nos cantos de río englobados por una matriz arcillosa rojiza. La
excavación de la amplia capa de textura arcillosa que le servía
de asiento deparó diversos hallazgos, destacando varios frag-
mentos de terra sigillata sudgalica e hispanica, además de un
numeroso grupo de cerámicas comunes. De la cronología de
estos materiales -mediados del tercer cuarto del siglo I d.C.- pa-
rece desprenderse que la construcción de este pavimento debió
llevarse a cabo al poco del asentamiento de la legio VII Gemina.
El estrato que servía de asiento al nivel de circulación interme-
dio aportó exclusivamente sigillatas de filiación itálica, por lo
que su adscripción al asentamiento castrense existente en León
antes de la llegada de la legio VII parece segura.
El último de los pavimentos supuso únicamente un acondicio-
namiento del substrato natural, rellenando exclusivamente
aquellas zonas que presentaban depresiones y eliminando
aquellas otras que presentaban un nivel superior al que se
quería conseguir. Al igual que las dos anteriores, mostraba una
ligera inclinación hacia los laterales con el fin de facilitar la eva-
cuación de las aguas de lluvia. Se trata de una construcción re-
lacionada con el primer asentamiento castrense, que, gracias a
diversas excavaciones, especialmente las llevadas a cabo en la
calle de Pablo Flórez y plaza del Vizconde, muy próximas a la
parcela ahora intervenida, y en los edificios Pallarés y Botines,
sabemos que hay que datar como límite inicial en los últimos
años del siglo I a.C.
12
ÉPOCA M EDI EVA L
FA SE BA JOM EDI EVA L
A este momento corresponden dos cimentaciones halladas en
el Sector 1. La primera de ellas, con una anchura de 1 m y una
profundidad de 1,60 m, discurría en dirección norte – sur y con-
figuró el cierre este de la excavación, continuando su desarrollo
tanto hacia el norte, hasta encontrarse con la muralla de cubos,
como hacia el sur. Con posterioridad al derribo de la iglesia de
Santa Marina, a finales del siglo XVIII, se levantó sobre sus res-
tos un nuevo muro de tapial, con zócalo de cantos rodados, que
separaba el jardín de la vivienda contemporánea de la calle San
Alvito.
La otra cimentación discurría en dirección este-oeste y se ado-
saba a la anterior. Presentaba una longitud de 5,50 m, 0,80 m
de anchura y 1,60 m de profundidad.
Ambas estructuras se hallaban elaboradas con un idéntico mo-
delo edilicio que integraba hiladas de grandes cantos rodados
trabados con lechadas de argamasa de cal que habían sido
elaboradas dentro de zanjas de cimentación, sin ningún tipo de
encofrado de madera, como lo demuestran las numerosas re-
babas de mortero que se apreciaban.
Por lo que respecta a las numerosas inhumaciones descubier-
tas, hay que decir que las de este momento se hallan inmedia-
tamente por debajo de las modernas, sin solución de continui-
dad. Presentaban una orientación oeste-este, conformando una
serie de filas. La potencia del nivel de inhumaciones oscilaba
entre los 0,40 y 0,85 m, presentando una gran densidad, lo que
provocó que en algunas ocasiones las inhumaciones más anti-
guas se vieran alteradas ante la necesidad de practicar nuevas
tumbas. Este hecho motivó la formación de pequeños osarios.
13
FA SE PL ENOM EDI EVA L
A este período se pueden adscribir una serie de cimentaciones
localizadas en los tres sectores pertenecientes a la iglesia de
Santa Marina. Construidos en el siglo XIII, se trataba de muros
elaborados con cantos rodados trabados con mortero de cal y
arena de tonalidad blanquecina formando hiladas superpuestas.
El cierre septentrional, próximo a la muralla de cubos, se imbri-
ca perfectamente con el muro oeste, y a su vez éste lo hace
con el sur. Estos dos últimos presentan una anchura de 1,20 m
y una profundidad variable dependiendo de las zonas, ya que
se asientan sobre los primeros niveles de pavimentos viarios de
época romana (0,50 - 0,60 m). A diferencia de lo que ocurría
con las bajomedievales, estas estructuras se ceñían perfecta-
mente a su zanja de fundación.
Con casi toda seguridad debemos adscribir a este momento las
inhumaciones que presentan cajas realizadas a base de blo-
ques de cuarcita, caliza y ladrillos macizos, cubiertas por gran-
des losas monolíticas, redondeadas en la zona de la cabecera.
Las tumbas estaban talladas sobre los niveles romanos y se
hallaban a su vez cortadas por inhumaciones posteriores.
A una etapa anterior a la edificación de la iglesia, pero dentro
esta fase, Álvarez Ordás atribuye una serie de hoyos - ocho en
total - excavados sobre los niveles romanos e inmediatamente
por debajo de los primeros niveles de inhumaciones. Presentan
todos ellos plantas circulares con diámetros que oscilan entre 1
y 1,20 m Los materiales que aportados fueron escasos aunque
muy homogéneos, destacando las cerámicas reticuladas.
14
ÉPOCA M ODERNA
Los restos estructurales pertenecientes a la remodelación efec-
tuada en la iglesia en esta época son escasos. En primer lugar
se encontraba un cubo de cimentación elaborado en aéreo a
base de hiladas de ladrillos macizos trabados con mortero de
cal, que se adosaba al muro Norte de la iglesia del siglo XIII por
su cara interior. Este poyo se desarrolla hacia el interior 0,65 x
0,35 m, con un grosor de unos 0,30 m Este elemento pudo fun-
cionar como soporte de un pilar relacionado con la cubierta de
una de las naves de la iglesia, posiblemente la derecha.
Corresponde también a esta fase un retazo de pavimento loca-
lizado en el ángulo noreste del sector 1. Asentado sobre un mu-
ro de la fase plenomedieval, se adosaba al muro de cierre sep-
tentrional de la iglesia del siglo XIII. Este paramento ofrecía la
particularidad de haber sido demolido en parte durante el siglo
XVI, funcionando a partir de este momento como escalón o zo-
na de tránsito entre la nave de la iglesia y una capilla lateral que
se erige en este momento. Construida mediante grandes silla-
res de arenisca y caliza, este ámbito se adosó a la cara interna
de la muralla de cubos, llegando incluso a excavarse en ella un
pequeño edículo con el fin de albergar posiblemente un retablo.
Asociado también al cierre norte de la iglesia del siglo XIII, y so-
bre el mismo muro de época plenomedieval, se localizó un nivel
de cantos rodados trabados con argamasa y unas dimensiones
de 1 x 1 m Su escaso desarrollo en profundidad -dos hiladas-
hace suponer que sobre este elemento debió de apoyarse al-
guna estructura liviana, quizás un púlpito.
Localizado en el cuadrante oriental del sector 1 y con una orien-
tación norte - sur se halló una estructura compuesta de cantos
rodados de mediano y gran tamaño, con algún bloque de cuar-
cita, todos ellos trabados con una arcilla de tonalidad parda os-
15
cura y consistencia suelta. Alvarez Ordás, ha propuesto que su
uso pueda estar relacionado con la base de un altar pertene-
ciente a la nave norte. Presentaba una longitud de 1,75 m, una
anchura de un metro y un grosor de 0,20 m, desarrollado en
dos hileras superpuestas.
El espacio interior de la iglesia presentó un primer nivel de in-
humaciones con escaso material cerámico asociado, destacan-
do varios fragmentos de cerámicas vidriadas estanníferas con
vedrío tanto en una como en ambas caras.
2 ª CA M P A ÑA 3
La segunda campaña de excavación en esta gran parcela tuvo
como fin completar la secuencia histórica hallada en lo largo de
la fase inicial. Para ello, los trabajos se extendieron a la totali-
dad del solar susceptible de ser excavado con una metodología
arqueológica. A los efectos de registro, esta zona pasó a ser
denominada Sector 4. Siempre que ello fue posible, la excava-
ción alcanzó el substrato natural, situado a unos -3,5 m de la
cota "0" emplazada en el mismo punto de la primera campaña.
Hasta la fecha, la excavación de esta amplia parcela ha permi-
tido ilustrar, mejor que en cualquier otro punto del recinto cam-
pamental, el inicio de la presencia romana en la ciudad de
León. A partir de los datos aquí extraídos se ha podido recono-
cer la presencia de dos recintos campamentales anteriores al
de la legio VII, ocupando, sin solución de continuidad, el marco
temporal existente entre los años finales del siglo I a.C. y los
comienzos de la época flavia.
3 García Marcos: 2008
16
ÉPOCA ROM A NA
FA SE A UGUST EA
Sus restos han podido ser documentados de forma parcial al
superponérseles las estructuras pertenecientes a las restantes
fases de ocupación constatadas en el transcurso de los trabajos
arqueológicos. No obstante, ha podido reconocerse la existen-
cia de parte de las defensas campamentales, situadas a unos
15 m de la cara interna de la muralla de cubos. En primer lugar
se habilitó un amplio foso con dirección este - oeste y perfil en V
- fossa fastigata -, tallado sobre el substrato natural de gravas y
con una anchura que variaba entre los 5 y los 6 m Esta varia-
ción era consecuencia de que la parte superior del límite sep-
tentrional del foso no ofrecía un perfil rectilíneo, abriéndose lige-
ramente a partir de su mitad este.
17
El vallum, de sección aparentemente cuadrangular y 2,70 m de
ancho por 0,75 m de alto en lo conservado, se asienta sobre el
horizonte natural de gravas, inmediatamente después del es-
carpe del foso. Para su construcción se aparejaron, en ambos
extremos, dos paredes de madera en las que se combinaron
tablones dispuestos horizontalmente con postes verticales de
refuerzo situados a escasa distancia unos de otros; el espacio
interior se colmató con las gravas extraídas de la construcción
del foso.
Este tipo de defensas, denominadas “Holzerdemauer” en la lite-
ratura alemana y “box rampart” en la anglosajona, son modelo
habitual en los establecimientos castrenses renanos datados
entre los años finales del siglo I a.C. y la primera mitad de la si-
Ilustración 2: Detalle de los restos del vallum Foto: V. García Marcos.
18
guiente centuria, oscilando en la mayoría de los casos su an-
chura en torno a los 3 m4
El único corte practicado por el momento en los restos del va-
llum no ha permitido comprobar la existencia de un entramado
de madera, característica que muchas de estas construcciones
presentan con el fin de asegurar su estabilidad. Por último, la
parte superior de este muro presentaría un parapeto (lorica) con
una disposición análoga a la de los modelos más comunes en
este tipo de estructuras.
Al exterior de las defensas se desarrollaba un pavimento viario
para cuya construcción existió un claro acondicionamiento del
nivel natural. La superficie de circulación estaba integraba por
un encachado de perfil ligeramente curvo y 6,70 m de anchura,
pudiéndose observar en algunos puntos de su trazado los res-
tos de varias carriladas; en su extremo septentrional aparecía
un pequeño canal encargado de evacuar las aguas procedentes
de la calzada.
Nos encontramos, por lo tanto, ante estructuras de carácter
temporal que siguen la tradición constructiva militar empleada
en todo el limes, por lo que una vez más tendremos que recurrir
a los establecimientos contemporáneos del Rin y a los posterio-
res del Danubio y Britannia, especialmente los situados en torno
a la muralla de Adriano, para encontrar los paralelos más cer-
canos que complementen o aclaren la interpretación de los res-
tos leoneses.
4 10 pies romanos tal y como menciona Vegetius (III, 8): “Opus vero centuriones decempedis metiuntur”.
19
FA SE JUL I O- CL A UDI A
Los años finales de Augusto y el reinado de Tiberio parecen co-
incidir con profundos cambios en la ocupación militar del Noro-
este, proceso al que no debió de ser ajeno el inicio de las explo-
taciones auríferas. El campamento de la legio IIII en Herrera de
Pisuerga modifica su planta, a la vez que se reemplazan las
primitivas defensas y se sustituyen las construcciones de made-
ra por otras de carácter más permanente. Astorga cambia de
status, produciéndose un intenso proceso de arrasamiento y ni-
velación de las antiguas estructuras de la legio X, comenzado
su andadura como núcleo urbano y levantándose las primeras
edificaciones de carácter civil.
León sufre transformaciones análogas, siendo la excavación de
esta amplia parcela la que mejores argumentos arqueológicos
ha proporcionado sobre este cambio. El foso defensivo y el pa-
vimento viario exterior de la primera fase van a quedar soterra-
dos por una serie de niveles que sirven de asiento a un suelo
de obra situado unos 0,50 m por encima. A partir de esta cota,
aunque ocupando una posición mucho más adelantada, se
construye un nuevo vallum mediante bloques regulares de tierra
de textura limosa, arcillosa y, con toda seguridad, de césped -
caespites5, materiales fácilmente obtenibles en las vegas semi-
pantanosas que rodeaban al campamento.
5 Este tipo de elementos, que configurarían el denominado murus caespiticius, reciben el nombre de “turves” en la literatura anglosajona, “mottes de gazon” en la francesa y “Rasensoden” en la alemana. En castellano el término que mejor podría definirlos es el de “tepes”, aunque en Asturias y León son denominados “tapines”.
20
Este tipo de construcciones, bien descritas por el autor de De
munitionibus castrorum 6, aparecen representadas en varias de
las escenas de la Columna Trajana, se emplean ya en época
republicana, como atestigua el sitio de Alesia, encontrándose
perfectamente documentadas en establecimientos militares de
los limites germánico y británico a lo largo de los siglos I y II
d.C. En Hispania su existencia se ha reconocido en Rosinos de
Vidriales, donde en un primera etapa el campamento del ala II
Flavia Hispanorum civium Romanorum se rodeó con unas de-
fensas de este tipo, posteriormente sustituidas, al igual que su-
cede en otros establecimientos castrenses, como en Inchtuthill,
por un muro de piedra.
En nuestro caso se ha podido exhumar un tramo superior a los
20 m de longitud, alcanzando en algunos puntos de su recorrido
un alzado próximo a los 1,40 m. Aunque su mitad norte fue
desmantelada por la zanja de cimentación del muro defensivo
del campamento de la legio VII, nos encontramos ante un
ejemplo de los denominados muros “de doble revestimiento”. El
paramento interno, vertical o con una tendencia ligeramente
6 “vallum loco suspectiori extrui debet cespite aut lapide, saxo sive caemento...”.
Ilustración 3: Cara interior del vallum del campamento julio-claudio. Foto: V. García Marcos.
21
oblicua hacia el interior y una anchura que oscilaba entre los
0,85 y 1 m, se construyó mediante caespites cuadrangulares
(0,30 x 0,30 x 0,12 m o 0,40 x 0,30 x 0,12 m)7 dispuestos en
hiladas horizontales, de las que pudieron distinguirse doce. Se-
paradas entre sí por franjas de tierra orgánica y tonalidad negra
de 0,02 - 0,03 m de espesor, restos, muy posiblemente, del
césped que acompañaría a estos elementos, aparecían también
de forma esporádica algunos cantos rodados de mediano y pe-
queño tamaño8.
El relleno interior del vallum, con una anchura en lo conservado
de 0,80 m, estaba integrado por una tierra de coloración par-
duzca que acogía abundantes cantos rodados de pequeño ta-
maño y restos de carbones vegetales. Su excavación deparó el
hallazgo de numerosos fragmentos de cerámica, fauna y algún
resto latericio, lo que parece indicar que para su construcción
se emplearon tierras procedentes del enclave anterior. Al igual
que en vallum de éste, no se detectó rastro alguno de un en-
tramado de madera. Así pues, nos encontramos con que la an-
chura máxima conservada de esta defensa en su base es de
1,80 m, medidas que deben de aproximarse a su mitad. De esta
manera resultaría un muro cuyo ancho debió de oscilar entre
los 3,50 y los 4 m, dimensiones que se muestran acordes con
otros ejemplos de Germania y Britannia9.
Poco podemos decir sobre la forma mostrada por la cara exter-
na, ya que como mencionábamos más arriba, ésta fue totalmen-
te arrasada en el momento de la construcción por parte de la
legio VII de sus defensas pétreas. No dudamos en pensar,
además, que para asentar su cimentación se aprovechó parte
7 Estas dimensiones no se alejan demasiado de las prescritas por Vegetius (3,8): “caespes autem circunciditur
ferramentis, qui herbarum radicibus continet terran, fit altus semissem, latus pedem, longus pedem semis”. 8 Restos del vallum del campamento julio-claudio han sido descubiertos también en el ángulo noroccidental (Calle Abadía) y en en costado meridional (Plaza del Conde Luna) del recinto legionario de la legio VII. 9 Las medidas establecidas por el autor de De munitionibus castrorum (50) son ligeramente inferiores: “Suffi-
cit latum pedes VIII, altum pedes VI et lorica parva fit.”.
22
del foso o fosos defensivos de este segundo recinto, aspecto
que facilitaría ampliamente los trabajos de su erección. Esta cir-
cunstancia hace difícil el tratar de esbozar un esquema de la
superestructura del muro. A tenor de los datos extraídos pode-
mos suponer una disposición vertical de ambos paramentos, tal
y como muestra el establecimiento claudio de Hod Hill.
El perímetro interno de la fortificación se ve recorrido por un in-
tervallum ocupado íntegramente por la via sagularis. Con una
anchura de 16,50 m, se asentaba sobre varias capas de prepa-
ración, mostrando un perfil claramente horizontal y una suave
pendiente este - oeste. Su superficie, de aspecto muy cuidado,
estaba formada por gravas apisonadas entremezcladas con
arena.
Los cambios más profundos se van a producir en el área ocu-
pada por el antiguo vallum, donde se va a levantar un barracón
(centuria) paralelo a las defensas del nuevo recinto (per scam-
na), cuya construcción hizo necesarias importantes obras de
aterrazamiento. En efecto, el fuerte desnivel propiciado por la
presencia del foso y el muro defensivos del primer asentamiento
motivó que el cierre norte del barracón, situado en la trayectoria
del primero, se asentase sobre un amplio basamento de cantos
rodados dispuesto en su interior. Sobre él se levantó un segun-
do tramo de sillarejos de caliza, generalmente de gran módulo,
bien aparejados y recibidos con arcilla, recalzándose algunos
con pequeños cantos; con el fin de reforzar la trabazón, varios
exhibían en sus lados un engatillado. Con una anchura de 0,50
m y una altura cercana a 1 m, conservaba restos de cuatro hila-
das. De ellas solamente la superior correspondería al muro vis-
to, ya que el resto de su alzado quedó oculto por los depósitos
que sirvieron de base a la via sagularis y de nivelación al inter-
ior del barracón. Por su parte, los tabiques que servían de sepa-
ración entre los distintos ambientes internos (contubernia), con
23
una anchura ligeramente menor y dispuestos en la mayor parte
de su recorrido sobre el antiguo vallum, mostraban únicamente
dos o tres hiladas, oscilando su altura en torno a 0,50-0,60 m
Esta disposición variaba en las zonas de unión con el muro nor-
te, donde la necesidad de salvar el desnivel determinado por la
presencia del foso hizo que alcanzasen la misma profundidad
que aquél. Del lienzo de cierre sur únicamente pudimos vislum-
brar su cara superior, aunque todo hace suponer que sus carac-
terísticas constructivas fueran similares. Sobre estos zócalos de
sillarejos se asentaría lo que en realidad configuraba el resto
del alzado del muro, integrado por paredes de tapial con el que
también debieron combinarse en algunos puntos adobes.
Los restos de los cuatro contubernia descubiertos, aunque muy
alterados por las construcciones de la legio VII que se les su-
perponían, mostraban unas características similares. De forma
rectangular (8,30 x 3,77 m), presentaban un tabique interno,
también de sillarejos de caliza, que separaría la zona de aloja-
miento propiamente dicha (papilio) del espacio destinado a al-
bergar la impedimenta de los soldados (arma), evidenciando el
primero unas dimensiones ligeramente superiores; para los dis-
tintos suelos se empleó una arcilla muy plástica y decantada. La
comunicación entre ambas estancias se llevaba a cabo median-
te un vano de 1,20 m abierto en su extremo occidental, afronta-
do a otro similar por el que se accedía directamente a la via sa-
gularis, no habiéndose hallado rastro alguno del porche portica-
do que suelen ostentar muchas de estas edificaciones, funda-
mentalmente después del período augusteo-tiberiano. La au-
sencia de este elemento y la disposición interna de los distintos
contubernia hacen que pueda encuadrarse dentro del Tipo B de
Davison, también presente en campamentos cronológicamente
cercanos como Oberaden, Rödgen y Dangstetten. Las habita-
24
ciones del centurión, no localizadas en el transcurso de los tra-
bajos, se situarían con toda probabilidad al oeste.
T RA NSFORM A CI ONES EN L A M I T A D DEL SI GL O I D .C.
Con la llegada de los años centrales del siglo I se detectan pe-
queñas remodelaciones que afectaron fundamentalmente a la
via sagularis, aunque también pudieron constatarse pequeñas
reformas en la zona ocupada por el barracón.
FA SE L E G I O VII G E M I N A
Las intervenciones practicadas en esta parcela han contribuido
a resolver muchos de los interrogantes que planteaba este pri-
mer recinto murado, ya que además se da la circunstancia de
que es contigua al postigo de San Alvito, abierto en la muralla
de cubos en el año 1967, momento que García y Bellido apro-
vechó para realizar una pequeña cata con el fin de documentar
la primera fortificación. La conjunción de los datos extraídos en
ambos trabajos permite reconstruir con bastante fidelidad su fi-
sonomía y proceso constructivo.
Primeramente se practicó una trinchera cuyo trazado motivó el
desmantelamiento de la mitad exterior del vallum del campa-
mento precedente. En su interior se construyó una cimentación
de cantos rodados de cuarcita de mediano y gran tamaño tra-
bados con una arcilla muy plástica y decantada, alcanzando
una altura entre 0,80 y 1 m; su anchura no se ha podido com-
probar, aunque hay que suponer que sea similar o ligeramente
mayor a la del tramo superior. Éste presenta un paramento ex-
terno de opus vittatum, de 0,30 - 0,32 m de grosor, integrado
por sillarejos de arenisca, apareciendo también algunos de gra-
25
nito, caliza y conglomerado, aparejados en su mayoría a soga y
con longitudes muy variables.
Para facilitar su anclado al núcleo de la muralla, los sillares, cu-
yo alzado medio es de 14,48 m, aproximadamente la mitad de
un pie romano, se tallaron con las caras interiores ligeramente
convergentes. Están dispuestos en hiladas de 0,16 - 0,17 m de
altura, presentando las juntas realzadas por un excelente encin-
tado de argamasa.
El resto del muro, hasta alcanzar los 1,80 - 2 m de anchura (en
torno a 6 pies romanos), se levantó en opus caementicium de
excelente calidad, empleándose cantos rodados de mediano y
pequeño tamaño, fragmentados en su mayoría con el fin de fa-
cilitar su trabazón con la argamasa, además de algunos frag-
mentos latericios y pequeños bloques de caliza y arenisca. Se
construyó por tongadas, alcanzando una altura máxima, similar
en ambas excavaciones, de 2,70 m. No obstante, a esta medida
habría que sumar los 1,55 m que el muro sobresale con respec-
to a la rasante actual, tal y como ya pudo apreciar García y Be-
llido, y que en la actualidad son visibles en un pequeño pasaje
situado al otro lado del postigo mencionado. De este modo re-
sultaría que el alzado máximo conservado de esta primera mu-
ralla sería de 4,25 m, proporciones que no deben de estar muy
lejos de las que tuvo en origen.
Si al exterior el paramento de opus vittatum sirvió de encofrado,
la faz interna no mostraba huella alguna de haber tenido de otro
elemento similar, o bien de un armazón de madera que hubiera
servido para tal cometido. La explicación a este hecho viene
dada por la existencia de un terraplén adosado al núcleo pétreo.
A medida que se iba levantando el muro de opus vittatum, lo
mismo sucedía con el terraplén, rellenándose el espacio inter-
medio con el opus caementicium Así pues, el lienzo de piedra
representa, en realidad, una parte de la fortificación, su frente
26
externo. Este modelo es el más común en este tipo de defen-
sas, donde son raros los muros de piedra que muestran, como
es el caso de Londres y York, o el más problemático de Mirebe-
au, doble paramento. En Hispania tenemos constancia de los
dos tipos, ya que si los campamentos galaicos de Aquis Quer-
quennnis y Cidadela evidencian doble cara, el del ala II Flavia
en Rosinos de Vidriales presenta solamente la externa.
En nuestro caso la construcción del terraplén se vio ampliamen-
te facilitada por la presencia del vallum preexistente, ya que
además de que parte de su alzado quedó incluido en esta es-
tructura, el desmantelamiento de su parte superior originó una
Ilustración 4: Detalle del adosamiento de las murallas alto y bajoimperial. Foto: V. García
Marcos.
27
buena parte del volumen de tierra empleado en la formación de
aquél. También se aportaron nuevos depósitos, mostrando todo
el conjunto un claro perfil descendente norte - sur, con una altu-
ra máxima en lo conservado de 2,50 m y un desarrollo hacia el
interior del recinto de 6,50 m.
La excavación permitió determinar también la existencia de una
de las torres interiores del recinto fortificado. Su planta es rec-
tangular, con un desarrollo al exterior de 3,50 m (este - oeste)
por 4 al interior (norte - sur), siendo su altura en lo excavado de
unos 2,70 m; internamente estas medidas eran sensiblemente
menores (1,40 x 2 m). Como es normal en esta época, sobresa-
le ligeramente de la línea de la muralla (0,20 m). Este avance
está definido precisamente por su paramento externo, del que
únicamente pudimos observar su hilada superior, como conse-
cuencia del adosamiento de la muralla tardorromana. El aparejo
es similar al del resto del muro, aunque en este caso los cuatro
sillares de arenisca empleados eran de dimensiones ligeramen-
te mayores. El posterior saqueo de parte de sus componentes
ha permitido apreciar dos cuestiones de interés, ya que si por
un lado la impronta dejada por el frente de la torre en el núcleo
del lienzo tardío nos brindó la oportunidad de comprobar que su
altura en el momento de la unión era, al menos, 1,70 m más de
lo conservado actualmente, por otro se pudo apreciar la exis-
tencia de un pequeño retranqueo de 0,20 m, hecho que parece
indicar que las dimensiones de la parte superior de la torre eran
ligeramente menores a las del resto de su alzado. Su técnica
constructiva era similar a la de la muralla, erigiéndose simultá-
neamente ambas. No obstante, a partir de una determinada al-
tura, la marcada posiblemente por la cota superior del terraplén,
se producía un adosamiento del muro a los costados de la torre,
apreciándose nuevamente restos de sillares de caliza en su pa-
ramento exterior. Esta circunstancia puede estar relacionada,
28
quizás, con el arranque de la parte de la edificación que sobre-
saldría con respecto al paseo de ronda del muro, lugar donde
estarían ubicadas, además, las puertas de acceso a su interior.
A lo largo del tiempo las estructura de la torre experimentó al-
gunos cambios, ya que a su frente interior se le adosó una pe-
queña estancia (3,60 x 3 m) de la que únicamente han subsisti-
do sus cimientos. Su técnica edilicia es radicalmente distinta a
la de la fase anterior, empleándose cantos de río, acompañados
también por algunos fragmentos latericios y bloques de arenis-
ca y granito, todo ello trabado con arcilla. El marco cronológico
en el que se produjeron estas transformaciones aún no ha po-
dido concretarse, aunque con toda seguridad han de ser ante-
riores a finales del siglo III o comienzos del IV, momento en el
que se erige la muralla de cubos y el primer recinto queda des-
provisto de su carácter defensivo.
La via sagularis experimentó un cambio de cotas con respecto a
la de la fase campamental anterior, sobreelevándose. El área
más próxima a la muralla se asentó sobre parte del terraplén
cuando éste aún no se había concluido, lo que hizo que tomara
un perfil ligeramente oblicuo. Este hecho puede explicarse por
la necesidad de contar con un suelo, lo suficientemente sólido,
que soportara el acarreo de los materiales necesarios para la
construcción de la muralla. Posteriormente, este sector de la ca-
lle se cubriría con los últimos depósitos que conformarían la
rampa, aunque éstos no han llegado hasta nosotros. Esta cir-
cunstancia añade una especial dificultad a la hora de concretar
su anchura real, aunque suponemos que en esta zona del
asentamiento no debió de inferior a los 6 m. Su morfología
básica definida por un pavimento de cantos rodados, de media-
no y pequeño tamaño, acompañados en ocasiones por frag-
mentos latericios y restos metálicos, todo ello apisonado y en-
globado por una matriz arcilloso-arenosa.
29
Los importantes restos exhumados en las proximidades del
lienzo septentrional de la muralla, que suponemos han de per-
tenecer a una gran edificación que bien pudiera identificarse
con el valetudinarium o, más probablemente, con un almacén10.
De planta regular, se han reconocido parte de las crujías norte y
sur, además de evidencias de la oriental, mientras que el límite
oeste debió de venir determinado por la via decumana. Estas
pandas presentaban una sucesión de ambientes rectangulares
uniformes (6,25 x 4,75 m en el lado norte por 6 x 4,75 en el
opuesto), pavimentados con un suelo de arcilla apisonada, a los
que se accedía desde un amplio espacio abierto, quizás porti-
cado, mediante un vano situado en el centro de uno de sus la-
dos menores. La dificultad para una adscripción fiable radica en
la fragmentariedad de su planta, parcialmente excavada, cir-
cunstancia a la que habría que unir también la tipología, relati-
vamente uniforme, que muestran una buena parte de los espa-
cios que compartimentan el interior de la diversas construccio-
nes campamentales. La primera hipótesis parece poco segura,
ya que el valetudinarium está situado, al menos en los casos
que conocemos, en la zona central del campamento, bien en
los latera praetorii, como es el caso de Inchtuthil, Novaesium,
Bonna, Vindonissa y Carnuntum, o en la praetentura, según
vemos en Haltern, Vetera I, Isca Silurum, Lauriacum o Novae,
aunque este último ocupa una posición un tanto desplazada, si-
tuándose junto a la porta pretoria11.
La opción de encontrarnos ante los restos de un establecimien-
to de almacenaje puede resultar más certera, ya que su es-
quema cuenta con paralelos bien identificados en otras fortale-
zas legionarias, pudiéndose incluir, en concreto, dentro de los
10 La crujía norte se trazó en parte sobre el espacio ocupado por un barracón de la fase campamental anterior. 11 Otro argumento a tener en cuenta a la hora de identificar a este tipo de edificios es el hallazgo, en el trans-curso de su excavación, de numerosos ejemplares del instrumental médico utilizado, circunstancia que no se ha producido en el caso de León.
30
“almacenes con patio” de la clasificación de Petrikovits. Suelen
ocupar siempre una posición excéntrica, próxima a la via sagu-
laris, pudiendo disponerse en la praetentura (Noviomagus, Vin-
donissa), la retentura (Novaesium, Lambaesis) o a ambos lados
de los latera praetorii (Bonna, Carnumtum).
FA SE T A RDORROM A NA
El inicio de esta fase, que cronológicamente podríamos centrar
en el tercer cuarto del siglo III, vendría determinado por la pre-
sencia de un amplio nivel originado como consecuencia del co-
lapso de los muros de tapial del edificio construido por la legio
VII. De esta manera, una buena parte de los restos del posible
almacén quedaron soterrados bajo sus propios escombros. La
zona antes construida no fue ocupada por ningún otro tipo de
edificio, documentándose en el transcurso de la excavación al-
gunos hoyos que rompían las estructuras altoimperiales, y que
fueron amortizados en época tardorromana.
Ilustración 5: Vista general de las construcciones del campamento de la legio VII. Se observa como se
superponen a las del campamento julio-claudio. Foto: V. García Marcos.
31
ÉPOCA M EDI EVA L
Como hecho más significativo, los trabajos arqueológicos aco-
metidos en el solar han permitido reconocer la totalidad de la
planta de la iglesia medieval de Santa Marina. Se trata de una
construcción de pequeña escala y forma rectangular, siendo
sus dimensiones interiores de aproximadamente 18 m de largo
por 11 m de ancho. Contaría con nave única y en su cabecera
se dispondrían el altar mayor y una sacristía.
Las remodelaciones efectuadas en la segunda mitad del siglo
XVI afectaron especialmente al cierre norte y a los pies de la
edificación. La anchura de la nave se reduce hasta lo 9 m,
mientras que al oeste se la adosa un atrio, también rectangular,
con lo que la longitud de la iglesia alcanza los 25 m. Del mismo
modo, a la cabecera se le añade una capilla lateral cuyo uso
debió de ser eminentemente funerario. Construida mediante
grandes sillares de arenisca y caliza, este ámbito se adosó a la
cara interna de la muralla de cubos, llegando incluso a excavar-
se en ella un pequeño edículo con el fin de albergar posible-
mente un arcosolio o un retablo.
Ilustración 6: Restos de la iglesia medieval de Santa Marina. Foto: V. García Marcos.
32
La dilatada función parroquial del templo tuvo como consecuen-
cia el hallazgo de varias inhumaciones repartidas a lo largo de
su superficie interior, detectándose igualmente enterramientos
en algunas zonas del perímetro externo, especialmente al sur
del recinto cultual.
Merece la pena destacar, igualmente, la presencia de diversos
hoyos localizados fundamentalmente al exterior de la iglesia.
Cabe destacar, por su excepcionalidad, la aparición de un can-
dil de piquera (posiblemente califal) en una de estas estructuras
negativas.
ÉPOCA M ODERNA
Los restos más significativos de este momento pertenecían a la
red hidráulica construida en el patio de la antigua Obra Pía de
los Niños Expósitos. Su función parece estar relacionada con
las actividades artesanales llevadas a cabo dentro de la institu-
ción benéfica. Con toda seguridad, esta red hubo de estar rela-
cionada con la conducción construida en tiempos de Carlos III
para dar servicio a las fuentes de la ciudad y abastecer a diver-
sas propiedades eclesiásticas. La conducción bajaba por la ac-
tual avenida de Álvaro López Núñez, acometiendo al Arca Prin-
cipal situada junto a Puerta Castillo, hoy muy modificada, pero
sobre cuyos restos aún queda una inscripción fechada en 1785.
A partir de ella se distribuía el agua a varios puntos de la ciudad
antigua.
También pudieron documentarse varias cimentaciones pertene-
cientes a un edificio de finales del siglo XVIII derribado para dar
paso a la promoción inmobiliaria que iba a realizarse en la par-
cela.
33
ÉPOCA CONT EM PORÁ N EA
En el transcurso de los trabajos arqueológicos pudieron docu-
mentarse diversas evidencias de época subactual asociadas,
fundamentalmente, a la vivienda burguesa que sucedió a la
Obra Pía en la Casona de Puerta Castillo.
c) MEJORA Y RECUPERACIÓN DEL CAMINO DE SANTIA GO EN LEÓN FASE II
En 2003 se realizó el seguimiento de las obras de “Mejora y
Recuperación del Camino de Santiago en León Fase II” en el
transcurso de las cuales se practicó un sondeo al pie de las es-
tructuras neoclásicas de la puerta. El seguimiento únicamente
proporcionó evidencias de construcciones asociadas a la refor-
ma del siglo XVIII en Puerta Castillo. En cuanto al sondeo se
constató una secuencia estratigráfica moderna, con la aparición
de varios depósitos con numerosas cerámicas vidriadas, que
parecía haber rellenado un gran espacio removido en el siglo
Ilustración 7: Conducciones hidráulicas asociadas a la Obra Pía de los Niños Expósitos. Foto: V. García Mar-
cos.
34
XVIII, sin que se hubiera llegado a detectar el tipo de remocio-
nes efectuadas ni el motivo de ellas.
d) PUERTA CASTILLO N . º 2
Solar de la plaza de Puerta Castillo n.º 2. La intervención fue di-
rigida por M.I. Cano Gómez y R. Corral Díaz. En su excavación
se registró una secuencia ininterrumpida desde el siglo I d.C.
hasta nuestros día. Los niveles más antiguos corresponden con
una trincheras excavadas en el sustrato geológico de mediados
del siglo I d.C., sobre el que se detectó parte de un pavimento
viario delimitado por un muro de cierre de época romana. En fa-
ses posteriores se sellaron parte de las estructuras con un pa-
vimento de opus signinum y en el Bajo Imperio con otro pavi-
mento viario. Finalmente se registraron evidencias medievales y
modernas superpuestas.
e) INSTA LACIÓN DEL CONJUNTO ESCULTÓRIC O DE EDUARDO ARROYO EN LA
PLAZA DE PUER TA CASTILLO DE LEÓN .
La presencia de una secuencia de materiales correspondiente a
un mismo periodo cronológico, el siglo XV, nos indica que es-
tamos ante la presencia de una estructura negativa que se re-
llenó en un momento concreto, no siendo fruto del relleno pau-
latino que se observa en otras zonas de la ciudad donde se
crea una estratigrafía compleja de diferentes momentos.
Hemos interpretado esta estructura negativa como un foso, que
rodearía el castillo de la ciudad en el interior de la misma. A fal-
ta de documentación que ilustre este punto, una situación simi-
lar se observa en el castillo de los marqueses de Astorga, que
35
tiene un foso hacia el interior de la ciudad tal y como se puede
observar en la planimetría.
f) INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIA L
INCLUIDA EN EL PROYECTO DE EJECUCIÓN , MEJORA DE LA ACCESIBILIDAD ,
FUNCIONALIDAD Y EVACUACIÓN DEL EDIFIC IO
Dicha intervención realizada por Rocío Fernández Ordás en el
año 2002 consistió en sendos sondeos. El primero de ellos que
la autora denomina Pasadizo del Patio, se situaba entre el patio
norte y el edificio del archivo, los resultados del mismo al retirar
el solado fue la aparición de un macizado de cal y canto, con
una grieta que la autora supone sea la separación entre la mu-
ralla de la legio VII y la tardorromana. El segundo sondeo se
realiza en el patio fantasma, interior de la torre según la deno-
minación de la directora de los trabajos, donde localiza un ma-
cizado de cal y canto y un posible vano anterior en una cota
más baja que la puerta de entrada actual.
g) SEGUIMIEN TOS Y EXCAVACIÓN ARQUEOLÓ GICA DURANTE LOS TRABAJOS
DE REHABILITACIÓN DE LA CASONA DE PUERTA CASTILLO , N . º 9 Y 10
(2011-2012)
La restauración de la Casona llevó consigo la realización de
una serie de sondeos arqueológicos, 53 en total, así como se-
guimientos de todos los movimientos de tierra que se realizaran
en dicho espacio. Esto nos ha permitido completar, no solo la
información obtenida durante los años 1997 y 1998 cuando se
realizaron intervenciones arqueológicas en el patio de este in-
mueble, sino también obtener importantes datos para el estudio
de la ciudad y del mundo romano en general.
36
Durante el año 2011, se realizaron catas arqueológicas en
aquellas zonas que se estaba rehabilitando en ese momento.
Destaca la aparición en esos momentos de un lucerna, o
lámpara de bronce, del siglo I, en cuyo interior aún se conser-
vaba la mecha de materia vegetal. También durante aquella
campaña de sondeos, se recuperó la mano de una estatua de
mármol. De época mas avanzada, se excavó en el interior de un
pozo de agua, donde se encontraron dos monedas del siglo
XVII, así como una peonza y algún objeto en azabache.
Fue durante estos sondeos, cuando se localizaron los primeros
fragmentos de corazas romanas, en la medianera entre la zona
que se estaba rehabilitando y el entonces edificio del CCAN. Ya
se pudo observar la importancia de las mismas, al constatar la
existencia de tres tipos: segmentata (placas de hierro), squama-
ta (escamas de latón) y hamata (cota de malla).
Durante el año 2012, y conociendo el potencial de la zona a in-
tervenir, se tuvo especial cuidado en la zona limítrofe a aquella
donde nos habían aparecido las corazas el año anterior. Y efec-
tivamente, el conjunto de corazas y elementos recuperados hizo
que pasásemos de los sondeos a excavar la totalidad de las sa-
las. Se recuperaron mas de 50 elementos metálicos, no sólo co-
razas, también llaves, sierras y diversos objetos en proceso de
restauración.
Todos estos datos, sumados a los obtenidos anteriormente, nos
hizo plantarnos la posibilidad de estar ante un depósito de ar-
mas o en una zona donde estas se reparaban. La caída del te-
jado sobre aquellas piezas hizo que quedaran sepultadas por
casi 2000 años, aunque suponemos que en la Edad Media, se
excavó en la zona para recuperar parte del metal, que poste-
riormente sería fundido de nuevo para dar un nuevo uso. El
conjunto de corazas recuperado es, sin lugar a dudas, uno de
los mas importantes de Europa, tanto por su conservación, co-
37
mo por la calidad de algunas de las piezas, y su diversidad, pu-
diendo, de un solo vistazo conocer los tres tipos principales de
corazas. Hallazgos similares a este se produjeron en la primera
mitad del siglo XX en campamentos del Rin, como Carnuntum,
pero fueron excavados sin método, ya que únicamente se bus-
caban piezas espectaculares.
Si importante fueron los hallazgos antes mencionados de la le-
gio VII, no menos fue el conocimiento de los campamentos an-
teriores, que había creado la legio VI en la misma zona. Aunque
sólo conservamos retazos de aquellos momentos iniciales del
origen campamental de León, hemos podido comprobar la pre-
sencia de una primera muralla realizada con tepes, parte de la
cual ya fue constatada en 1998. También se han localizado di-
versas estructuras que podían formar parte de los barracones
de la legio VI y que fueron modificadas al menos tres veces an-
tes del asentamiento de la legio VII.
2.4. INTERVENCIONES ANTERIOR EXTRAMUROS
a) ERA DEL MORO , N . º 3
En la calle Era del Moro número 3 se practicaron dos sondeos
longitudinales mediante medios mecánicos, que no proporcio-
naron datos relevantes (Vidal Encinas 1996, 315)
b) CANALIZACIÓN PARA LA INSTA LACIÓN ELÉCTRICA C / ERA DEL MORO ,
ARCO DE LA CÁRCEL, PL/ PUER TA CASTILLO
El seguimiento de la canalización para la instalación eléctrica
que partiendo de la calle Era del Moro, llegó hasta la confluen-
38
cia de la calle Seranos y Santa Marina, ha deparado la docu-
mentación de algunos restos arqueológicos de época moderna
y contemporánea.
De época de Carlos III, se localiza la conducción de agua
mediante dos tubos cerámicos en un encofrado de cal y
arena, que lleva el agua desde los Altos de Nava hasta
las fuentes de la ciudad.
Durante el periodo de las Guerras Carlistas, se realizan
una serie de fortificaciones y refuerzos de las ya existen-
tes12. En el tramo que nos ocupa, se construyen dos
elementos avanzados sobre la actual plaza del espolón.
Para entender cómo era este tipo de defensas, se puede
ver un ejemplo que aún existe en Puerta Moneda.
A finales del siglo XIX, un saneamiento vierte sus aguas
en la presa de San Isidoro, y se ha documentado par-
cialmente el mismo.
c) C / CARRERAS Nº 2 C /V PL. ESPOLÓN
En 1995, documentó una serie de niveles de época moderna
que reposaban directamente sobre niveles de gravas fluviales
que parecían buzar bajando hacia la calle Carreras, en lo que
se pudo atisbar, como continuación de la estructura documen-
tada en el nº 3 de la misma calle.
d) C./ CARRERAS Nº 3
El hallazgo más significativo fue la presencia de una gran cube-
ta tallada en el grijo con forma de U muy abierta que había de-
12 (Morais Vallejo 2011)
39
jado varios escalones en el sustrato natural. El primero de ellos
mantenía una longitud de unos 2,60 a 2,80 mts, con base hori-
zontal a cotas de -2,38 a -2,28 y sendos escarpes acusados de
unos 0,52 mts por cada lado, uno al Norte a -1,86 y otro al Sur a
-1,88 ya en el límite con la calle Carreras. Su colmatación se
había efectuado en época Moderna y Bajomedieval en fechas
que no sobrepasaban el siglo XVIII, momento en el que se
construyó un inmueble en el lugar, mientras que la fecha más
antigua, al menos para la segunda fase de creación de la cube-
ta, venía definida por la presencia de un hoyo bajomedieval,
cortado por la superficie de intervención documentada.
e) C/ CARRERAS N . º 7
Al igual que en la excavación de la calle Carreras nº 3, realizada
en 1998, se muestra una secuencia muy similar por, no decir
idéntica. Hay que corroborar que la primera ocupación debía
darse en fechas relativamente recientes como máximo, finales
del siglo XVIII, momento en el que Risco muestra una trama ur-
bana muy similar a la actual y que su parcelario confirma las fe-
chas Modernas para su atribución, rondando posiblemente los
siglos XVII-XVIII. Además ha que señalar un carácter muy simi-
lar en los tipos y técnicas constructivas empleados tanto en el
solar n.º 3 y el n.º 7 para la edificación.
El hallazgo más significativo de la intervención nuevamente lo
constituye la aparición de una serie de trincheras excavadas en
el sustrato natural, en esta ocasión en número de tres. Sobre el
tipo de rellenos que lo colmatan poco vamos añadir que no in-
dicásemos en aquélla ocasión. Se trata de limos con abundan-
tes emanaciones de metano generadas en las típicas condicio-
nes de los humedales, lo que vuelve a demostrar unas condi-
40
ciones de anegación de esta zona baja, al menos en la época
final de su uso.
Sin embargo, contamos con nuevos elementos de juicio a la
hora de interpretar este nuevo hallazgo que arrojará luz sobre el
anterior de 1998. Creemos que se trata de un elemento inserto
en el sistema defensivo y que habría que desechar claramente
la función de presa o acequia para el riego, aunque la memoria
popular se empeñe en hacer pasar una presa por la zona, ex-
tremo que no negamos, pero que difícilmente pueda existir me-
moria de un hecho que ya en el siglo XVIII no venía ni tan si-
quiera recogido en la cartografía.
El hallazgo debe ponerse en relación con el sistema defensivo
amurallado de León, aunque por el momento desconozcamos la
fecha de realización. Gracias a la intervención en el n.º 3 de la
misma calle pudimos establecer que en su papel de “foso”,
llamémoslo así de momento, hubo de ser limpiado en la Baja
Edad Media, tal y como lo señala la documentación y se de-
mostró estratigráficamente en su día. En esta ocasión los mate-
riales arqueológicos señalan una colmatación total en la Edad
Moderna, posiblemente para ser ocupado su espacio como vi-
viendas.
Llama la atención la asiduidad de materiales romanos de fechas
dispares en los rellenos de la base de los tres tramos del “foso”
ciertamente la cantidad de restos recuperados ha sido muy ex-
igua, por lo que es desaconsejable por el momento hacer de-
ducciones apresuradas, sobre todo porque las fechas que apor-
tan son mucho más anteriores que la propia fortificación ac-
tualmente conservada en pie. Otra cuestión, más compleja y de-
licada, es si las anteriores murallas contaron con un sistema
avanzado o no y si éste puedo haber sido tan extenso como pa-
ra haber llegado hasta el solar objeto de excavación, a unos 18
41
m de la cara vista de la fortificación de la legio VII Gemina. Ex-
tensión importante, pero no imposible de haber cubierto.
f) C/ ABADÍA
Las primeras son las intervenciones de A. García y Bellido en
1961 al pie de una de las torres de la muralla de la c/ Ramón y
Cajal, la más próxima a la calle objeto de estudio. Los resulta-
dos fueron descorazonadores, al no poder documentar una es-
tratigrafía asociada, aunque tuvo la oportunidad de documentar
una zarpa de cimentación de la muralla de un metro de anchura
por otro metro de profundidad (García y Bellido, 1970: 578).
Ese mismo año este investigador realizaba unas catas en el
huerto de San Isidoro contiguo con la calle Abadía, donde des-
cubrió un canal de agua realizado con tegulae y revestido de
opus signinum que recorrería la muralla por su intervalum, aun-
que pocos datos aportaría la excavación sobre la muralla roma-
na.
Esta intervención se vería continuada en los meses de Junio y
Julio de 1983, cuando se llevaron a cabo excavaciones arque-
ológicas en la calle Abadía por parte de la Universidad de León
a causa de la realización unas obras de infraestructura hidráuli-
ca. En esta ocasión se encontró la muralla inmediatamente por
debajo de la acera de la calle, descubriéndose solamente la
parte intramuros que eran de cantos rodados y una sólida ar-
gamasa de cal. Por debajo de ella había otro paramento de
cantos rodados unidos por mortero de peor calidad. Se docu-
mentaron varios niveles arqueológicos junto a la muralla, el más
moderno contaba entre sus materiales con unos pocos frag-
mentos de Terra Sigillata Itálica, Sudgálica y Terra Sigillata
Hispánica, fragmentos de ánforas, dos lucernas y algunas fíbu-
las, una de ellas de tipo aucissa. En Los niveles sobre los que
42
se asentaba la muralla aparecieron escasos fragmentos de Te-
rra Sigillata Itálica y paredes finas.
El área tan reducida que afectó la excavación, tan sólo la acera
de la calle, así como el número de fragmentos cerámicos halla-
dos, que apenas llegaban a la decena, no nos permiten datar
con exactitud estos restos. Lo único que podemos es constatar
la existencia de niveles de asentamiento anteriores a la legio VII
Gemina, niveles que a su vez parecen ser también anteriores a
esta muralla.
g) C/ ABADÍA C /V RAMÓN Y CAJAL
Aunque ya se conocían evidencias de una ocupación romana
anterior a la llegada de la legio VII, no ha sido hasta los últimos
años cuando ésta ha podido ser documentada completamente.
En la actualidad son conocidas dos fases campamentales ante-
riores a la llegada de la legio VII en el año 75 o 76 de nuestra
era. Muy pocos datos conocemos sobre el más antiguo de to-
dos ellos debido a la fragilidad de los materiales constructivos
con el que está realizado lo que ha propiciado que las remocio-
nes realizadas posteriormente, desde época romana, hayan
contribuido a perder la mayor parte de sus trazas.
En esta excavación ha sido posible volver a confirmar la pre-
sencia de esta etapa de la ocupación campamental, aunque
sólo ha sido mediante las evidencias muy difusas de los restos,
bastante destruidos, de un posible muro, de funcionalidad des-
conocida.
Se puede realizar algunas deducciones a partir de este dato. En
primer lugar, que hay que considerar dentro de la primera fase
campamental la ocupación de esta zona, lo que se debe sumar
a una serie de evidencias ya obtenidas en la zona septentrional
43
del recinto legionario posterior. Mucho más arriesgado resultaría
deducir si esta construcción corresponde a restos del interior o
del exterior del posible primer campamento, aunque la primera
hipótesis cobra, a nuestros ojos, una mayor verosimilitud, posi-
bilitada por la irregularidad en planta de los campamentos del
mundo imperial romano y la que la topografía en la zona permi-
te tal cuestión.
En cuanto al hallazgo de las tres fortificaciones romanas se tra-
ta de un hecho relativamente previsible, que viene a confirmar
una secuencia estratigráfica ya habitual en la ciudad, contrasta-
da en este mismo tramo septentrional de la muralla (solar de la
pl. Puerta Castillo, 1), y en el tramo meridional (pl. del Conde
Luna, 2). Este sería el tercer caso documentado en la ciudad
con el interés añadido de tratarse del ángulo de la muralla, que
confirma el mimetismo en el trazado de los tres recintos amura-
llados, constatado perfectamente en el caso de las murallas
realizadas en piedra y aún por constatar en el campamento an-
terior, atribuido a la legio VI Victrix.
En último lugar, hemos de señalar la presencia de parte de la
infraestructura hidráulica del campamento de la legio VII Gemi-
na. La cloaca parece corresponder con los restos reconocidos
por A. García y Bellido en el huerto de San Isidoro, sobre todo
por su fábrica en tegulae, fondo y bóveda de ladrillo. Sorprende
aún más el hecho de constatar la presencia de una construc-
ción realizada en tegulae, absolutamente idéntica a la reconoci-
da en el huerto de San Isidoro. En ambos casos se relacionan
estrechamente con la canalización puesto que atraviesa su es-
tructura y se interna en el espacio delimitado por la estructura,
protegiendo su interior mediante una bóveda de ladrillo .
El hallazgo efectuado por Bellido inducía a pensar en una cana-
lización de agua limpia dado que señala la presencia de un re-
gistro en el centro de la estructura exhumada, revestido además
44
por opus signinum, lo que a este investigador mueve a pensar
en una “instalación de suministro de agua”13. Lo ahora descu-
bierto, lo que parece la prolongación del mismo canal, se en-
cuentra claramente desaguando hacia el exterior del recinto
amurallado lo cual no deja por menos que movernos a interpre-
tar la atarjea como una cloaca.
En cuanto a la construcción que rodea el canal no podemos
ofrecer una interpretación satisfactoria, al menos por el momen-
to. A todas luces parece tratarse de la misma estructura que la
descubierta por Bellido, relacionada sin duda con la canaliza-
ción, aunque por el momento no hayamos encontrado una fun-
cionalidad clara.
En lo que respecta a su cronología tampoco podemos agregar
nuevos datos a los indicados por Bellido. El repertorio material
obtenido en la excavación, asociado con la estructura, además
de reducido, ha sido poco expresivo por tratarse de piezas en
relación con las fases anteriores, dominadas por una facies de
comienzos del siglo I dC.
2.5. INTERVENCIONES EN ESTE LIENZO DE LA MURALLA14
Entre los años 2005-2007 se realizaron los “estudios previos a la
redacción del plan director de las murallas romana y medieval de
la ciudad de León”. Autores: los Arquitectos Ramón Cañas Apari-
cio y Carlos Sexmilo Huarte.
“Definición de las titularidades, públicas y privadas, de la muralla y
de las parcelas colindantes, así como su situación jurídica”. Auto-
res: ILRUV. Begoña Gonzalo, Carmen Ibáñez, Marta Vallejo.
13 (García y Bellido 1970, 579) 14 Datos obtenidos de la publicación del (ILRUV 2012)
45
“Estudio láser fotogramétrico de la zona de la muralla en torno a
Puerta Castillo y la excavación arqueológica de los campamentos
romanos de la ciudad de León”. Autores: Universidad de Vallado-
lid. Laboratorio de Fotogrametría Arquitectónica con sede en la
Escuela Técnica Superior de Arquitectura.
“Ciudades amuralladas, ciudades ordenadas: la época medieval”.
Autores: Universidad de León. Emilio Moráis Vallejo.
En 2007 el arquitecto Melquíades Ranilla García, por encargo de
la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales del Minis-
terio de Cultura, redacta el “Plan Director de las Murallas de la ciu-
dad de León”. El documento fue entregado por el Ministerio de
Cultura al Ayuntamiento de León el 10 de noviembre de 2009
Entre los años 2006 y 2008, se realizó el proyecto de “restauración
y consolidación de la muralla romana de la ciudad de León desde
la calle San Alvito hasta el archivo histórico”. El proyecto y la di-
rección de obra fue realizado por ILRUV, S.A. Enery Acevedo
González y Begoña Gonzalo Orden, arquitectas. El seguimiento
arqueológico lo realizó Talactor S.L. Emilio Campomanes Alvarado
y Pilar Martín del Otero, arqueólogos. La superficie muraria total
restaurada: 4.593,24 m2 . Los resultados fueron:
◦ Valorización de los paramentos de los lienzos amurallados.
◦ Restauración y consolidación de los tramos de la muralla.
◦ Confección de un estudio murario, con lectura estratigráfica de
paramentos, que revela las fases cronológicas e históricas de
los mismos, sirviendo de pauta a ulteriores intervenciones.
46
2.6. BIBLIOGRAFÍA
Caballero Zoreda, Luis. 1996. «El análisis estratigráfico de construcciones históri-
cas». En Arqueología de la arquitectura : el método arqueológico aplicado al
proceso de estudio y de intervención en edificios históricos : actas, 1996,
ISBN 84-7846-619-3, págs. 55-74, editado por Luis Caballero Zoreda y Con-
suelo Escribano Velasco, 55-74. Burgos: Junta de Castilla y León, Consejería
de Educación y Cultura.
Ferrando Cabona, I. 1989. «Cronotipología». Archeologia Medievale XVI:647.
Fossati, S. 1985. «La datazione dei mattoni: una proposta di método». Archeologia
Medievale XII:731-36.
García y Bellido, Antonio. 1970. «Estudios sobre la legio VII y su campamento en
León». En Legio VII Gemina, 569-99. Cátedra de San Isidoro. Instituto Le-
onés de Estudios Romano-Visigóticos - Diputación Provincial.
Harris, Edward C. 1991. Principios de Estratigrafía Arqueológica. Barcelona: Crítica.
ILRUV. 2012. La Casona de Puerta Castillo y el solar de Santa Marina. Trabajos de
rehabilitación y arqueología. León: Ayuntamiento de León.
Mannoni, Tiziano. 1984. «Metodi di datazione nella edilizia storica». Archeologia
medievale XI:396-401.
Morais Vallejo, Emilio. 2011. «La muralla de León en el siglo XIX. La última misión
militar y su repercusión en el patrimonio arquitectónico». BSAA Arte 77:227-
52.
Parenti, Roberto. 1983. «Le strutture murarie: problemi di metodo e prospettive di
ricerca». Archeologia medievale X:332-38.
———. 1985. «La lettura stratigrafica delle murature in contesti archeologici e di res-
tauro archittetonico». Restauro e Cittá 2 (1):55-68.
———. 1988. «La tecniche di documentazione per una lettura stratigrafica de-
ll’elevato». En Archeologia y restauro dei Monumenti, editado por Ricardo
Francovich y Roberto Parenti, 249-79. Florencia.
Vidal Encinas, Julio Manuel. 1996. «León». Numantia: Arqueología en Castilla y
León 1993/1994 6:305-24.
47
———. 2003. «León». Numantia: Arqueología en Castilla y León 1997/1998 8:295-
308.
Vidal Encinas, Julio Manuel, Victorino García Marcos, y Fernando Miguel Hernán-
dez. 1990. «León». Numantia: Arqueología en Castilla y León, n.o III:259-72.
48
3. DESCRIPCIÓN DEL ÁREA DE INTERVENCIÓN
3.1. COORDENADAS
Las coordenadas obtenidas para la zona central del adarve de
la muralla en este tramo, a través del Instituto Geográfico Na-
cional, son:
CRS: ETRS 89
Latitud: 42,6021421862 – Longitud -5,5710695347
UTM 30N
X: 289 083,30 – Y: 4 719 839,34
3.2. REPRESENTACIÓN GRÁFIC A Y CARTOGRÁFICA
49
50
4. METODOLOGÍA
4.1. PROGRAMA DE LOS TRABAJOS A REALIZAR
Se realizará la lectura de los paramentos de forma previa a la
restauración de los mismos.
4.2. METODOLOGÍA Y TÉCNICAS A EMPLEAR
a) ESTRA TIGRAFÍA MURARIA
Los estudios de lectura estratigráficas de paramentos han sido
suficientemente sistematizados como para ser considerados en
la actualidad suficientemente solventes y ampliamente divulga-
dos, sin embargo realizaremos una breve exposición sobre su
caracterización.
Desde finales de los años 80 ha sido desarrollada por la escue-
la italiana de Siena (Parenti 1983, 1985, 1988) cuyo punto de
partida metodológico se encuentra en el sistema de registro es-
tratigráfico de E. Harris (1991) . A través de la experiencia de
las escuelas de Siena y de Génova y de su producción bi-
bliográfica esta novedosa herramienta de estudio de arquitectu-
ras se ha difundido considerablemente, hasta el punto de
haberse convertido en un sistema suficientemente contrastado
aunque muy escasamente seguido en las intervenciones sobre
edificios históricos de nuestro país.
El fundamento metodológico radica en considerar a todo edificio
como un gran “depósito sedimentario” que ha ido formándose
por el añadido sucesivo de unos elementos construidos y por la
51
destrucción de otros. De esta forma, cada arquitectura está
compuesta por diferentes estratos, unidades estratigráficas en
la terminología, que se habrán ido añadiendo unos sobre otros
en un orden y cuya “lectura”, con criterio estratigráfico, nos
permitirá deducir ése orden en que lo han hecho.
La lectura estratigráfica que realizamos tuvo como punto de par-
tida individualizar cada una de estas unidades que se denomi-
nan “unidades estratigráficas murarias” (en lo sucesivo UEM) y
que serían “el elemento menor individualizable estratigráfica-
mente” (Caballero Zoreda 1996, 62) .
Cada unidad se numera de forma correlativa con un número
único, a fin de evitar duplicidades y errores. Sus características
se reflejan en una ficha por cada unidad en la que además apa-
recerá un apartado que informará de las relaciones físicas que
mantiene con el resto de unidades con las que limita, lo que
proporcionará la información de anterioridad, posterioridad o
contemporaneidad con respecto a aquéllas.
En último lugar, se puede elaborar un “diagrama estratigráfico”,
a modo de árbol genealógico, en el que se resumirá la evolu-
ción histórica de una forma gráfica o lo que es lo mismo, apare-
cerá cada una de las unidades y su relación cronológica con el
resto.
Los sistemas que hemos seguido a la hora de datar cada una
de las fases del edificio siguen las escasas referencias que
cualquier arquitectura puede aportar (Parenti, 1988b). Además
de las referencias documentales e iconográficas habituales en
cualquier estudio, se ha contado con referentes epigráficos
gracias a un grupo de inscripciones existentes en la planta se-
gunda del edificio. Por otro lado, hemos atendido a los aparejos
y materiales constructivos cuyo valor cronológico se fundamen-
ta por su comparación en otros edificios bien datados.
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También hemos tratado de aplicar un análisis mensiocronológi-
co (Fossati 1985; Mannoni 1984) por un lado y cron otipológico
por otro (Ferrando Cabona 1989) .
El primero de ellos tiene como objeto el estudio de los compo-
nentes metrológicos que en nuestro caso se han centrado en
los materiales constructivos, fundamentalmente sillares a falta
de otros. Hay que indicar que no siempre se han obtenido resul-
tados lo suficientemente fiables por las propias características li-
tológicas de los materiales, que no llegan a proporcionar una
estereotomía precisa. Sin embargo, los datos obtenidos podrían
ser útiles para la comparación de otros complejos arquitectóni-
cos en futuros estudios.
El segundo de los análisis, el cronotipológico, se ha centrado en
los vanos del edificio. Atendiendo a su tipología es posible de-
ducir unas pautas evolutivas y hasta cierta cronología en algu-
nos casos, aunque no ha sido éste, aunque su ha proporciona-
do datos de interés que se desgranarán en páginas sucesivas.
El registro planteado se hace sobre la base teórica estratigráfica
aplicada en arqueología, que se ha adaptado para el estudio de
las arquitecturas . El proceso de trabajo es en esencia muy si-
milar al de registro estratigráfico en excavación. Cada una de
las actividades existentes en la muralla se aíslan e identifican
como Unidades de Estratificación Muraria (UEM), definidas co-
mo unidades con un material homogéneo e intercambiable entre
sí y cuya acción que las ha creado es unitaria. Cada unidad o
UEM se procesa como cualquier otro tipo de Unidad de Estrati-
ficación, recogiendo todos sus datos en una ficha donde se re-
fleja su localización, características, componentes, descripción,
como cualquier tipo de ficha tipológica de paramentos. Y tam-
bién aparecen las relaciones físicas de cada unidad con respec-
to de aquellas con las que tiene contacto.
Las relaciones físicas de los estratos murarios observan un
comportamiento sensiblemente distinto al de las Unidades Es-
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tratigráficas arqueológicas (UE). Por ejemplo hay variaciones
con respecto a la ley de superposición enunciada por Harris
(1991) , es decir los estratos que se encuentran por encima
son posteriores a los inmediatamente inferiores. Esta ley que se
cumple perfectamente en la estratificación arqueológica, en un
muro no tiene por qué cumplirse, sobre todo cuando ha estado
expuesto al aire y a diversos tipos de actividades que han podi-
do afectar a su forma.
El proceso estratigráfico nos permite obtener una cronología re-
lativa, ordenando las épocas de construcción-destrucción, pero
mucho más complejo es asignar una cronología absoluta a cada
fase de construcción. De todos los métodos existentes se ha re-
currido al apoyo que ofrecía la documentación histórica, bi-
bliográfica, archivística, epigráfica, etc, en los casos en que ha
sido posible.
El proceso de interpretación de la secuencia constructiva, una
vez efectuada la caracterización de los distintos elementos iden-
tificados, implica la diferenciación en fases constructivas, defi-
niendo a partir de éstas la dinámica constructiva del conjunto.