Proyecto de Homilía
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PROYECTO DE HOMILÍA
DOMINGO XXIX TIEMPO ORDINARIO
(ÉXODO 17, 8-13. SALMO 120, 1-8. 2 TIMOTEO 3, 14—4, 2. LUCAS 18, 1-8)
EL JUEZ INICUO Y LA VIUDA INOPORTUNA
1. TEXTO
a. Primera lectura
Éxodo 17,8-13
En aquellos días, Amalee vino y atacó a los israelitas en Rafidín. Moisés dijo a Josué:
—Escoge unos cuantos hombres, haz una salida y ataca a Amalee. Mañana yo estaré en pie
en la cima del monte con un bastón maravilloso en la mano. Hizo Josué lo que le decía
Moisés y atacó a Amalee; Moisés, Aarón y Jur subieron a la cima del monte. Mientras
Moisés tenía en alto la mano, vencía Israel; mientras la tenía bajada, vencía Amalee. Y
como le pesaban las manos, sus compañeros cogieron una piedra y se la pusieron debajo
para que se sentase; Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. Así sostuvo en
alto las manos hasta la puesta del sol. Josué derrotó a Amalee y a su tropa, a filo de espada.
—
b. Segunda lectura
Carta de san Pablo a Timoteo 3,14-4,2
Querido hermano: Permanece en lo que has aprendido y se te ha confiado; sabiendo de
quién lo aprendiste, y que de niño conoces la Sagrada Escritura: ella puede darte la
sabiduría que por la fe en Cristo Jesús conduce a la salvación. Toda Escritura inspirada por
Dios es también útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud: así
el hombre de Dios estará perfectamente equiparado para toda obra buena. Ante Dios y ante
Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te conjuro por su venida en majestad:
proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, reprocha, exhorta con toda
comprensión y pedagogía.
3
c. Texto original del evangelio
:Elegen de. parabolh.n auvtoi/j pro.j to. dei/n pa,ntote proseu,cesqai
auvtou.j kai. mh. evgkakei/n( 2 le,gwn\ krith,j tij h=n e;n tini po,lei to.n
qeo.n mh. fobou,menoj kai. a;nqrwpon mh. evntrepo,menojÅ 3 ch,ra de.
h=n evn th/| po,lei evkei,nh| kai. h;rceto pro.j auvto.n le,gousa\
evkdi,khso,n me avpo. tou/ avntidi,kou mouÅ 4 kai. ouvk h;qelen evpi.
cro,nonÅ meta. de. tau/ta ei=pen evn e`autw/|\ eiv kai. to.n qeo.n ouv
fobou/mai ouvde. a;nqrwpon evntre,pomai( 5 dia, ge to. pare,cein moi
ko,pon th.n ch,ran tau,thn evkdikh,sw auvth,n( i[na mh. eivj te,loj
evrcome,nh u`pwpia,zh| meÅ 6 Ei=pen de. o` ku,rioj\ avkou,sate ti, o`
krith.j th/j avdiki,aj le,gei\ 7 o` de. qeo.j ouv mh. poih,sh| th.n evkdi,khsin
tw/n evklektw/n auvtou/ tw/n bow,ntwn auvtw/| h`me,raj kai. nukto,j( kai.
makroqumei/ evpV auvtoi/jÈ 8 le,gw u`mi/n o[ti poih,sei th.n evkdi,khsin
auvtw/n evn ta,ceiÅ plh.n o` ui`o.j tou/ avnqrw,pou evlqw.n a=ra
eu`rh,sei th.n pi,stin evpi. th/j gh/jÈ
d. Traducciones del Texto evangélico
Biblia de las Américas
Y les refería Jesús una parábola para enseñarles que ellos debían orar en todo tiempo, y
no desfallecer, 2 diciendo: Había en cierta ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a
hombre alguno. 3 Y había en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él constantemente,
diciendo: "Hazme justicia de mi adversario." 4 Por algún tiempo él no quiso, pero después
dijo para sí: "Aunque ni temo a Dios, ni respeto a hombre alguno, 5 sin embargo, porque
esta viuda me molesta, le haré justicia; no sea que por venir continuamente me agote la
paciencia." 6 Y el Señor dijo: Escuchad lo que dijo el juez injusto. 7 ¿Y no hará Dios
justicia a sus escogidos, que claman a Él día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles? 8 Os digo que pronto les hará justicia. No obstante, cuando el Hijo del Hombre venga,
¿hallará fe en la tierra?
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Biblia del Peregrino1 Para inculcarles que hace falta orar siempre sin cansarse, les contó una parábola 2Había en
una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres 3Había en la misma
ciudad una viuda que acudía a él para decirle hazme justicia contra mi rival 4Por un tiempo
se negó, pero más tarde se dijo aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, 5como esta
viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar a golpes conmigo 6E1 Señor
añadió -Fijaos en lo que dice el juez injusto, 7pues Dios ¿no hará justicia a sus elegidos si
gritan a él día y noche?, ¿les dará largas?. 8Os digo que les hará justicia pronto Sólo que,
cuando llegue el Hijo del Hombre, ¿encontrará esa fe en la tierra?
Biblia de Jerusalén
Les propuso una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer: 2
Había en una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. 3 Había en
aquella misma ciudad una viuda que acudiendo al él, le dijo: ¡Hazme justicia contra mi
adversario! 4 durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo así mismo: Aunque no
temo a Dios ni respeto a los hombres, 5 como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer
justicia para que deje de una vez de importunarme.
6 Dijo, pues, el Señor: Oíd lo que dice el juez injusto, pues, ¿no hará Dios justicia a sus
elegidos, qué están clamando a él día y noche? ¿Les hará esperar? 8 Os digo que les hará
justicia pronto. Pero cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?
e. Análisis del texto evangélico
A continuación indicaré las palabras y frases fundamentales del texto para poder obtener
el mensaje central y las ideas secundarias.
Les propuso una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer: 2
Había en una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. 3 Había en
aquella misma ciudad una viuda que acudiendo al él, le dijo: ¡Hazme justicia contra mi
adversario! 4 durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo así mismo: Aunque no
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temo a Dios ni respeto a los hombres, 5 como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer
justicia para que deje de una vez de importunarme.
6 Dijo, pues, el Señor: Oíd lo que dice el juez injusto, pues, ¿no hará Dios justicia a sus
elegidos, qué están clamando a él día y noche? ¿Les hará esperar? 8 Os digo que les hará
justicia pronto. Pero cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?
2. EXEGESIS DEL TEXTO
a. Comentario de los Santos Padres
San Agustín:
«La lectura del evangelio nos impulsa a orar, creer y no presumir de nosotros mismos, sino del Señor.
¿Qué mejor exhortación a la oración que el que nos haya puesto la parábola sobre el juez inicuo? El
mismo juez inicuo, que ni temía a Dios ni respetaba al hombre, escuchó, sin embargo, a una viuda que lo
importunaba, vencido por el hastío, no movido por la piedad. Si escuchó quien no soportaba que se le
rogase, ¿de qué manera escuchará quien nos exhorta a que roguemos? Después de habernos persuadido
el Señor mediante esta comparación, con un argumento por contraste, de que es necesario orar siempre
y no desfallecer, añadió lo siguiente: Pero, ¿crees que cuando venga el Hijo del hombre encontrará fe
en la tierra? Si falta la fe, la oración perece. ¿Quién hay que ore si no cree? Por esto, el bienaventurado
Apóstol, exhortando a orar, decía: Todo el que invoque el nombre del Señor, se salvará (Rom 10, 13). Y
para mostrar que la fe es la fuente de la oración y que no puede fluir el río cuando se seca el manantial
del agua, añadió: Pero, ¿cómo invocarán a uno en
quien no creen? (Rom io, 14). Creamos, entonces, para poder orar. Y oremos, para que no decaiga la fe
mediante la cual oramos. De la fe fluye la oración; y la oración que fluye suplica firmeza para
la misma fe. Para que la fe no decayera en medio de las tentaciones, dijo el Señor: Vigilen y oren para
no entrar en tentación (Le 22, 46). Vigilen -dijo- y oren para no entrar en tentación. ¿Qué es entrar en
tentación sino salirse de la fe? Tanto avanza la tentación cuanto decae la fe. Tanto decae la tentación
cuanto avanza la fe. Pero para que vean más claramente que el Señor dijo: Vigilen y oren para no entrar
en tentación, refiriéndose a la fe, para que no decayera y pereciera, dice el Evangelio en el mismo lugar:
Esta noche, Satanás pidió zarandearlos como al trigo; yo he rogado por ti, Pedro, para que tu fe no
decaiga (Le 22, 31-32). ¿Ruega quien defiende, y no ruega quien está en peligro? Las palabras del
Señor: ¿Crees que cuando venga el Hijo del hombre encontrará fe en la tierra?, se refieren a la fe
perfecta. En realidad, ésta apenas se encuentra en la tierra. La Iglesia de Dios está llena de ella; ¿quién se
acercaría a ella, si no tuviera fe? ¿Quién no trasladaría los montes si tuviera fe plena? Fíjate en los
mismos Apóstoles; no hubieran seguido al Señor, dejando todo lo suyo y pisoteando la esperanza
6
mundana, si no hubiesen tenido una fe grande. Por otra parte, si hubieran tenido una fe plena, no habrían
dicho al Señor: Auméntanos la fe (Le 17, 5). Mira también a ese otro que confesaba respecto de sí
mismo tener fe, pero no tenerla plena. Habiendo presentado a su hijo al Señor para que lo sanara de un
mal espíritu, cuando se le preguntó si creía, contestó afirmando: Creo, Señor; pero ayuda mi
incredulidad (Me 9, 24). Creo, dijo; creo, Señor: o sea que tiene fe. Pero ayuda mi incredulidad: o sea
que la fe no es completa." (s. 115, i)»1
San Jerónimo:
l-8a. «La primera parábola («el juez inicuo») comienza con expresiones típicamente paulinas: «orad
siempre» (1 Tes 5,17; 2 Tes 1,11; Rom 1,10; 12,12; Ef 6,18); «no perdáis ánimos» (2 Tes 3,13; 2 Cor
4,1.16; Gal 6,9; Ef 3,13). 3. que iba a verle: Cf. Eclo 35,10-15. mi adversario: Probablemente, un rico
con muchas influencias. La viuda era demasiado pobre para sobornar al juez o a su ayudante; estos
individuos no querrían disgustar a los ciudadanos prominentes. 7a. se apresurará a socorrer a sus
elegidos... día y noche: Cf. Ap 6,10. 7b. aguanta por ellos: Expresión difícil de traducir, pero mucho
menos de explicar. Dios aguarda. ¿Lo hace por paciencia misericordiosa, para dar al malvado
oportunidad de arrepentirse (2 Pe 3,9) y para que los elegidos tengan tiempo de completar su renuncia y
entrega? 8a. pronto: La parusía final tardará en llegar, pero llegará con seguridad, rápidamente y de
manera totalmente inesperada».2
b. Comentarios Bíblicos
Casa de la Biblia:
Indica que a pesar de que no ha llegado la venida del Hijo del hombre, no han de perder la
esperanza y han de continuar orando. Lucas para mostrar la necesidad de la oración narra unas
parábolas, que no se encuentra en ningún otro evangelio. Por otra parte no hemos de olvidar que la
mención de la viuda hace referencia a la necesidad de ella. Cualquier otra persona podrá sobornar a
un juez pero ella no. Lucas pretende por lo tanto que todos se mantengan en oración, la cual no nos
retira del mundo sino nos fortalece para transformarlo.
Biblia del Peregrino:
1 J. ECHÁVARRI. Comentarios de San Agustín. Los evangelios dominicales y festivos. Ciclo C. 139-140. 2 R. BROWN. Comentario Bíblico “San Jerónimo” Tomo III 387.
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Desde el primer versículo Lucas manifiesta claramente la intención de la perícopa. La oración. De
igual modo presenta al viudo grupo social expuesto a injusticias legales. Los juicios se solían
celebrar a la puerta de la ciudad, de modo que la viuda podía reclamar públicamente. Hasta que el
juez cede. Se deja en claro que Dios actúa con justicia, pero han de seguir orando y prepararse para
lo que venga.
Dossiers CPL:
La finalidad de la parábola es explicar a los discípulos que han de orar sin desfallecer. Recuerda
que Dos siempre hace justicia. Al igual nos recuerda la eficacia de la oración. Orar a Dios non es
tratar de convencerlo sino entrar en comunión con él. La oración nos ayuda a entrar en sintonía con
él y, desde ese momento ya es eficaz.
Lectio Divina:
El evangelista es atento al mostrar cómo se ha de orar, sus modalidades, sus características. Y en
primer lugar muestra a Jesús como el orante. De igual modo es una invitación a orar sin desfallecer.
Dos son los personajes del evangelio. Un juez que no respeta a nadie y la viuda pobre e indefensa,
figura típica de los marginados. Se nos indica que si este juez inicuo atiende a las necesidades de la
viuda, cuanto más Dios escuchará las oraciones de los fieles que se encuentran en necesidad.
A diferencia del juez que atiende tarde los asuntos, Dios interviene de inmediato respecto a los
que claman a él noche y día. Lo importante es que cada creyente esté preparado.
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3. APLICACIÓN PASTORAL
La palabra de Dios nos invita este domingo nos invita a reflexionar sobre la
perseverancia; con claridad en el evangelio se nos invita a perseverar en la oración como en
la primera lectura.
El evangelista nos ha dejado la carta sobre la mesa de manera clara, indica que la
parábola es un ejemplo de cómo orar sin desfallecer. Poniendo en juego la insistencia de
una viuda y un juez injusto. Para hacer que nosotros hoy nos cuestionemos que si los
hombres injustos responden a nuestras peticiones, cuanto más Dios que nos ama de manera
admirable.
Se deja en claro que somos una Iglesia que peregrina en medio de adversidades y
alegrías; esperanzas y desesperanzas. Y se nos recuerda que hemos de vivir en la fe y la
confianza, mientras llega el Señor. Sin duda cuantos de nosotros no hemos experimentado
en nuestras vidas el peso de la injusticia, de la opresión, de la persecución y reclamamos
justicia. La parábola con precisión nos recuerda que solo Dios es el juez justo que hace
justicia, pero no por esto nosotros nos quedaremos con los brazos cruzados. La parábola
nos presenta una visión optimista de la oración, además nos recuerda que hemos de tener
nuestra confianza en un Dios justo, lo que nos ha de animar en tiempos difíciles, para
recordar que hay valores cristianos que practicamos y no producen efectos en el momento,
pero que sin duda otras generaciones llegaran a disfrutar. En resumen Dios nos invita en el
evangelio a confiar en su fidelidad, en su palabra.
Pero hoy nos podemos cuestionar ¿qué relación hay entre la segunda lectura y el
evangelio? En primer lugar hemos de tener en cuenta que Pablo nos invita a ser fieles a la
Palabra, que esta sea un criterio rector de nuestra vida, luz para afrontar nuestra existencia;
y sin duda la oración de todo cristianos.
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La oración nos abre a la esperanza, en cualquier momento de nuestra vida. El Papa
Benedicto XVI, nos lo ha recordado en una de sus encíclicas spe salvi, que aun cuando
parezca que nadie nos escucha, que nadie está a nuestro favor o interceda por nosotros, está
Dios. Dios que no nos abandona, que pelea con nosotros cada momento de nuestra vida,
que cuando le invocamos nos responde con prontitud, que por más infieles que seamos el
permanece fiel a nosotros.
Sin duda la oración es indispensable para todo ser humano, en cualquier estado que se
encuentre, es la entrega de nuestra existencia a Dios, es entrar en comunión con él, es ir a la
fuente de la vida para saciar nuestra sed de Dios, porque en el encontramos la paz, la
alegría, las fuerzas para combatir día a día y encontramos el sentido a nuestra existencia.
La oración une nuestro corazón, y por consecuencia es vínculo de unidad en todo
momento. Y a la luz de estas palabras podemos fijar nuestros ojos en la familia. ¿Qué es lo
que desune un hogar? Acaso la vida de oración de los esposos, la fidelidad, el respeto
mutuo, el fiel cumplimiento de las labores del hogar, etc. Claro que no, lo que rompe con
un hogar es la falta de comunión con Dios, y que es la falta de comunión con Dios; el
pecado: que se palapa en la infidelidad, en la evasión de responsabilidades, etc. Poseo la
certeza de que ningún hogar desea destruirse y me atrevo a expresar que cuando los novios
se presentaron ante Dios para formar un solo cuerpo, nunca tuvieron en su mente separarse,
se juraron amor eterno. Pero que ha pasado entonces, porque ya no se soportan uno a otro,
porque han dejado a Dios de lado. Y qué es lo que nos une a Dios, la oración. La oración
que no se forma de cosas complicadas o largos rezos, sino la oración que brota del corazón,
del reconocimiento de que Dios es más grande que nosotros.
Recuerdo que un santo de Italia, conocido como Padre Pío repetía a sus hijos espirituales,
que hemos de orar para no caer en tentación, tener fe escudo contra los dardos del maligno.
Ora, ten fe y no te preocupes. La oración nos pone alertas ante cualquier ocasión de
pecado, nos mantienen en comunión con Dios.
El Señor ha sido claro para nosotros en este domingo, nos invita a invocarle en la oración,
roguemos a María modelo de comunión con Dios, que ore con nosotros como lo realizó en
pentecostés con sus discípulos, para que el señor derrame su bendición sobre nuestros
hogares.
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BIBLIOGRAFÍA
J. ECHÁVARRI. Comentarios de San Agustín. Los evangelios dominicales y festivos.
Ciclo C. Ed. RyC. Buenos Aires 2006.
R. BROWN. Comentario Bíblico “San Jerónimo” Tomo III. Ed. Cristiandad. Madrid
1971.
S. BENETTI. Caminado por el desierto. Ciclo C. Pentecostés. Tiempo Ordinario. Ed.
Paulinas. Madrid 1980.
J. ALDAZÁBAL. Enséñame tus caminos- 387. Dossiers CPL. Barcelona 2003.
G. ZEVINI- P. GIORDAMO. Lectio Divina, para cada día del año. Volumen 15. Ed.
Verbo Divino. España 2003.