Proyecto CC San Victorino- Estudio de Demanda

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PROYECTO CENTRO COMERCIAL NUEVO SAN VICTORINO

Estudio de la Demanda en etapa de Prefactibilidad

Alfonso Rincn CuervoDirector Comercial y Administrativo

NUEVA BODEGA MAYORISTA LTDA.

Enero de 2015CONTENIDO1. INTRODUCCIN....051.1 Origen y Promocin del Proyecto.....071.2 Genealoga socioespacial del sector de San Victorino (1598-1998)...091.3 La Deuda de la ERU Con San Victorino....25 2. JUSTIFICACIN..28 3. PLAN TEMTICO.....29 3.1 Anlisis Interno Empresa........29 3.1.1 Misin........29 3.1.2 Visin............30 3.1.3 Objetivo General........30 3.1.4 Objetivos Especficos.........30 3.2 Anlisis Interno Producto.....30 3.2.1 Anlisis de Atributos.....30 3.2.2 Anlisis de Posicionamiento.............33 3.2.3 Determinacin de la etapa del Ciclo de Vida..34 3.2.4 Objetivos y Estrategias a utilizar.....34 3.2.5 Anlisis de Ingresos34 3.6.5.1 Ingresos Centro Comercial Nuevo San Victorino..35 3.3 Anlisis Externo Mercado........39 3.3.1 Anlisis de la Estructura del Mercado......39 3.3.2 Determinacin del Mercado Relevante.42 3.3.3 Atractivos del Mercado....42 3.3.4 Evolucin y Tendencias del Mercado.....42 3.4 Anlisis Externo Usuario..........43 3.4.1 Perfil del Usuario del Centro Comercial.43 3.4.2 Centro de Compras42 3.4.3 Rotacin de Clientes...42 3.4.4 Proceso de Compra del Producto o servicio45 3.4.5 Pautas de Compras........45 3.5 Anlisis Externo Competencia.....45 3.5.1 Principales Competidores (Directos e Indirectos)....45 3.5.2 Grupo Estratgico..46 3.5.3 Plan de Expansin de los Competidores..47 3.5.4 Calificacin de la Competencia Directa.48 3.6 DOFA....51 3.6.1 Fortalezas y Oportunidades..51 3.6.2 Oportunidades y Amenazas..51 3.6.3 Diagnstico.53 4. PLAN DE MERCADEO....56 4.1. Objetivos del Plan...56 4.1.1 Objetivos Cuantitativos...56 4.1.2 Objetivos de Rentabilidad..56 4.1.3 Objetivos Cualitativos.....56 4.2 Estrategias Bsicas..56 4.2.1 Estrategias para estimular la demanda primaria..56 4.2.2 Estrategias para estimular la demanda selectiva.57 4.3 Programas de Marketing...57 4.3.1 Servicio.57 4.3.2 Objetivos de Servicio.57 4.4 Mezcla Promocional..57 4.4.1 Marketing Directo...57 4.4.2 Sistemas a Utilizar.58 4.4.3 Mecanismos de Respuesta...58 4.4.4 Relaciones Pblicas..58 4.4.5 Promocin..58 4.4.6 Publicidad......59 5. ESTRATEGIA COMERCIALES.......60 5.1 Organizacin de Eventos...60 6. CUADRO DE MANDO INTEGRAL...71 7. CONCLUCIONES......73 8. BIBLIOGRAFA....75

RESUMEN

El sector de San Victorino en los procesos de reconfiguracin urbana de Bogot

El sector de San Victorino ha sido uno de los escenarios urbanos ms importantes y significativos en la historia de Bogot, capital de Colombia. A lo largo de diversas etapas histricas, ha adquirido mltiples formas y funciones que le han otorgado su carcter y su identidad; sin embargo, debido a su condicin de zona de frontera, de territorio de umbral, de puerto y puerta de la ciudad antigua y del Centro Histrico de la ciudad moderna, San Victorino es un entorno urbano marcado por sus encrucijadas y contrastes, reflejados en el espacio construido y los actores sociales.

Este informe toma como punto de partida una exploracin en antropologa urbana que procura ahondar en las dinmicas socioculturales ocurridas en el sector desde una perspectiva de larga duracin, a raz de los conflictos generados por los usos de este espacio urbano a finales del siglo xx y lo que ser del presente siglo.

Por otra parte nos ilustra que tenemos un desafo como Empresarios y comerciantes con el Centro de la Ciudad, que por ms competencia que generan los grandes Centros Comerciales y la dinmica que se han ganado las grandes superficies en el contexto comercial de Bogot D.C., tenemos un espacio estratgico para PROYECTAR Obras de infraestructura con conceptos modernos de una verdadera RENOVACIN URBANA con sentido social y respetando las dinmicas comerciales que el sector desarrolla.

Introduccin

La investigacin presentada en este estudio parti de una reflexin vinculada con la antropologa urbana, que termin por adquirir un carcter genealgico y arqueolgico, debido a la temtica que aborda y a la preocupacin por una mirada de larga duracin conforme a la metodologa propuesta por la escuela francesa de la historia orientada por Fernando Braudel, en la cual se exploran las diversas facetas y transformaciones del sector. En este sentido, se realiz una antropologa histrica o, mejor, una antropologa genealgica, en la que se efecta una lectura del espacio urbano alternativa a la generada desde la institucionalidad desde los aos noventa, a partir de la cual se plantean otras formas de gestin y planificacin del espacio urbano.

Este trabajo revisa los elementos histricos y socioculturales determinantes para la toma de decisiones, efectuada en torno a los procesos de reubicacin y desalojo del comercio semiformal e informal en el sector de San Victorino durante la alcalda de Enrique Pealosa (1998-2000). Histricamente, este sector ha registrado una importante actividad peatonal y comercial, que dio lugar a unas dinmicas socioculturales y urbansticas de gran relevancia que en la segunda mitad del siglo XX condujeron a una situacin particular de conflicto, debido a los usos asignados al suelo urbano en esta zona por parte de la diversidad de instituciones y actores sociales relacionados con ella.

La poltica de recuperacin del espacio pblico emprendida por sucesivas administraciones urbanas desde 1988 condujo a proyectos urbansticos que modificaron sustancialmente la urdimbre fsica de la ciudad, y en esta medida afectaron tambin el mbito donde sus habitantes desplegaban sus prcticas y relaciones sociales. Este proceso de transformacin comenz a darse de manera concreta en el sector de San Victorino durante el mandato de Enrique Pealosa y contina hasta el momento actual. El anlisis en retrospectiva de este proceso ha permitido sopesar con mayor amplitud de criterio las decisiones adoptadas en torno a la gestin y la planeacin de esta centralidad urbana.

La investigacin muestra cmo, a partir de inicios de la dcada de los noventa, empieza a cobrar auge una cierta interpretacin de lo pblico y, por extensin, del espacio pblico, tal y como ha sido consagrado en el marco constitucional colombiano. El campo social de acadmicos, urbanistas y arquitectos comenz luego de la reforma constitucional a privilegiar una determinada lectura del espacio pblico, conforme al ideal de la polis occidental, orientada por criterios tcnicos y burocrticos que terminaron por avalar los intereses de un grupo de actores hegemnicos vinculados a la lite poltica y econmica del pas, que dejaron de lado otras miradas en torno a esos mismos escenarios urbanos: las de aquellos ocupantes que haban venido efectuando un uso especfico de los espacios colectivos en la ciudad en funcin de otros referentes socioculturales y otras circunstancias de existencia.

Los resultados de la investigacin presentan las mltiples connotaciones de una problemtica relacionada con la ocupacin de los espacios colectivos de las ciudades colombianas y latinoamericanas por parte de personas que llegan a la ciudad en busca de oportunidades econmicas y laborales y que se ven impelidos a desarrollar actividades de comercio informal. Esta situacin evidencia un conflicto (proyectado hacia el espacio urbano) entre la nocin de lo pblico y la nocin de lo popular, para el caso especfico de San Victorino, que registran una serie de rasgos de continuidad histrica y, por lo tanto, conceptual que les siguen otorgando vigencia en el momento actual.

En este contexto, durante los aos noventa se configur una ideologa del espacio pblico, nutrida desde la academia, que influye de manera decisiva en las relaciones de poder y el uso del suelo urbano (conforme a la asociacin saber poder planteada desde Michel Foucault). sta se cristaliza en las decisiones adoptadas por sucesivas alcaldas, hasta desembocar en esta territorialidad localizada en los bordes de la zona cntrica de la capital bogotana.

1. ORIGEN Y PROMOSIN DEL PROYECTO

1.1 Antecedentes de la nocin de lo pblico y su relacin conflictiva con las dinmicas de los actores urbanos en condicin de marginalidad

La formacin del Estado moderno conduce al surgimiento de la esfera poltica ilustrada, en la cual aparecen los primeros rasgos de la sociedad civil. El orden especficamente moderno establecido a mediados del siglo XVII haba situado lo pblico en dos dominios ntidamente separados. Por un lado, la autoridad poltica, prncipe o Estado; por otro, el dominio estrictamente subordinado que llegara a ser la sociedad burguesa (Rabotnikof, 1997, p. 141).

La esfera pblica, en cuanto proyecto de la burguesa ilustrada, acogi a los sectores populares en contra del rgimen del Estado absolutista; pero su intencin era impulsar un proceso de cambio poltico y cultural donde las expresiones propias del pueblo siguieran estando restringidas y subordinadas. Por ello, la mirada sobre el pueblo por parte de la burguesa adopt un cariz ambiguo: Existe pueblo como nocin privativa en relacin con una organizacin racional y poltica, y que habla como resto y como fuerza susceptible en eso de poner en duda la organizacin misma, y existe pueblo en tanto que idea, principio de esa totalidad magnfica (Bollme, 1990, p. 37).

El nuevo poder defini alrededor del discurso de lo pblico un modelo ilustrado de sociedad que slo incluy parcialmente (de acuerdo con su propia idea de pueblo) lo popular. La organizacin legal del Estado defini las relaciones con el pueblo alrededor del principio de ciudadana, que privilegiaba al individuo en menoscabo de otras aspiraciones colectivas diferentes a las de la nacin. Se dio, en palabras de Martn-Barbero (1990), un proceso de inclusin abstracta y exclusin concreta, que asuma al pueblo en su generalidad, pero restaba importancia a sus expresiones socioculturales.

Por ello la progresiva consolidacin de los Estados capitalistas en la Europa del siglo XIX cre una ruptura entre la burguesa y las clases populares, sujetas ahora a las dinmicas de produccin industrial y a la imposicin de un modelo educativo que se convirti en condicin de ascenso en la escala social, conforme con los parmetros del liberalismo econmico y la democracia poltica. En la historia de los Estados modernos, las relaciones entre lo popular y lo pblico experimentaron as un proceso de transicin: en un primer momento, el discurso burgus incluy lo popular en la esfera pblica y luego lo someti a una posicin subalterna respecto al Estado ilustrado y al modelo econmico capitalista. En el caso de Amrica Latina, interesa saber cmo el pensamiento ilustrado logr posicionarse en las lites criollas de los pases latinoamericanos a partir del siglo XIX e integrarse al proceso de construccin del Estado nacin, en desmedro de las culturas locales:

Para los europeos,] civilizacin se concibe como un proceso, y cultura como un producto. La civilizacin se puede llevar y expandir alrededor de todo el planeta, pero la cultura no. Esta distincin fue drstica para los intelectuales del mundo colonizado, quienes asuman [...] que la cultura local tena que ser mejorada a travs del crecimiento y expansin de la civilizacin europea. La distincin entre civilizacin y cultura, proceso y producto, contribuy al colonialismo interno, representado por los intelectuales de las reas colonizadas, que luchaban contra la barbarie de su cultura en pro de la civilizacin europea. (Mignolo, en Castro-Gmez, Guardiola y Milln, 1999, p. 57)

De este modo, la autocolonizacin en nombre de la autodeterminacin vivida en Latinoamrica no transcurri sin que lo popular participara en la construccin de sociedades nacionales e hiciera presencia en el debate poltico; pero su participacin fue desigual e incompleta, en una interaccin continua, aunque asimtrica con los ideales de la modernidad abanderados por los sectores hegemnicos.

Entre las manifestaciones socioculturales de las comunidades latinoamericanas en condicin de marginalidad o subordinacin, una de las ms significativas fue el fenmeno migratorio del campo a las zonas urbanas, que aceler el proceso de concentracin poblacional en las ciudades. La incapacidad de absorber bajo un proceso planificado y racional a toda la masa de migrantes dio lugar a otros fenmenos de tipo econmico y social, como la creacin improvisada de barrios, las economas de subsistencia y la aparicin de nuevas formas de violencia y exclusin. Estos fenmenos alteraron radicalmente la organizacin del tejido urbano y generaron una serie de circunstancias en el mapa de la ciudad que desafi la capacidad de respuesta del Estado.

Bogot no escap a esta realidad, comn a la subregin. El recrudecimiento de la violencia exacerb la tendencia migratoria y dio lugar a una explosin demogrfica que septuplic en 30 aos la poblacin: de 330.000 en 1938 a 2400.000 en 1968. La administracin del distrito intent reaccionar con la creacin de un entorno legal apropiado y la importacin de frmulas urbansticas que an no haban sido llevadas a la prctica.

Para 1960, las necesidades de subsistencia de los recin llegados convirtieron el centro de Bogot en el principal escenario de la venta ambulante y el comercio informal. Los sectores marginados hicieron del espacio urbano el lugar de la desorganizacin, el tumulto y la concentracin, factor que atentaba contra los principios del orden y la esttica, tan caros al urbanismo moderno. Desde entonces, el tema del espacio pblico entr en conflicto con el problema del comercio callejero, considerado un obstculo para la expresin apropiada del ideal democrtico de libertad e igualdad en la prctica cotidiana. El argumento principal consisti en afirmar que el comercio es una expresin del inters particular, el cual atenta contra el inters general y los derechos colectivos de la ciudadana. El ideal de individuo urbano caracterizado por una serie de actitudes, hbitos y comportamientos cvicos esperados y previstos se enfrent as a una realidad mediada por las necesidades y el subempleo hizo del espacio pblico el lugar predilecto para desarrollar tcticas alternativas de subsistencia.

Estos y otros factores dieron fuerza al rechazo y la estigmatizacin de la actividad informal, por considerarla contraria a la nocin de lo pblico y los intereses del ciudadano. Nunca se pens el comercio informal como expresin de un hecho sociocultural, quiz el ms importante de cuantos se reflejan en el espacio urbano de Bogot, una actividad de insercin social espontnea practicada por desplazados, migrantes y sectores que experimentan la pobreza y los lmites del desarrollo econmico.

1.2 Genealoga socioespacial del sector de San Victorino (1598-1998)

En 1998, la administracin de Enrique Pealosa cre el Taller del Espacio Pblico, en Planeacin Distrital, para efectuar un diagnstico de diversas situaciones problemticas experimentadas en el espacio urbano de Bogot desde una perspectiva histrica y urbanstica. Los integrantes del Taller del Espacio Pblico de aquel entonces llevaron acabo una mirada retrospectiva sobre San Victorino, que servira como argumento para emprender las transformaciones que la ciudad vena proyectando en este sector desde haca varias dcadas. En ella, el Taller del Espacio Pblico presentaba como los principales usos de la plaza aquellos relacionados con el trnsito y la circulacin, los eventos y las fiestas patrias, el ocio y el esparcimiento, pero soslay la actividad comercial del sector y otras dinmicas sociales que all se establecan desde tiempos coloniales, as como los procesos generados por la ciudad moderna en pocas ms recientes.

Esta situacin motiv una exploracin de otras realidades histricas y socioculturales que se haban dejado de lado en el anlisis reduccionista del Taller, el cual sent las bases para un tratamiento del espacio urbano arbitrario y definido por la voluntad poltica del mandatario de turno y sus aliados estratgicos en el sector de la construccin, el comercio, la industria y el mbito institucional del Estado. Es evidente que los usos reivindicados por el Taller del Espacio Pblico en San Victorino coincidan con aquellos privilegiados y avalados histricamente por los sucesivos gobiernos de la ciudad, en especial aquellos que establecan una relacin estrecha con los principios de la tica cvica, el funcionamiento de las dinmicas del liberalismo econmico y los intereses relacionados con una nueva geometra y funcionalidad del espacio urbano. Por ende, con la ampliacin de los criterios de anlisis se muestran otras facetas de la vida cotidiana en el sector y se ofrecen nuevas posibilidades de lectura del entorno socioespacial en cuestin.

En este sentido, resulta importante comprender que San Victorino ha sido, desde su fundacin como parroquia, un escenario de encuentro de personas de mltiples procedencias y lugar de confluencia e intercambio de un sinnmero de objetos, mercancas y trayectorias socioculturales; adems, su morfologa expresaba una ruptura con el ideal urbanstico de la traza en damero establecido por los conquistadores occidentales a su llegada a Amrica.

En Bogot, las quebradas que descendan de los cerros orientales y rodeaban el lugar donde se localiz la ciudad originaria rompan con el parmetro de las calles rectas y las manzanas cuadradas. El Vicach, nombre indgena para el ro que ms adelante fue llamado San Francisco, era el principal de estos afluentes, y fue determinante para establecer la configuracin resultante en la consolidacin de la ciudad colonial. En el mapa de Carlos Cabrer (Figura 2), uno de los primeros levantados de Santaf, puede apreciarse de manera clara cmo, una vez establecidas sus principales parroquias, el naciente conglomerado urbano segua estando determinado por el azar de las sinuosidades de las quebradas que le confirieron un lmite natural al momento de su fundacin.

Una de estas parroquias era la de San Victorino, fundada en 1598. Fue la ltima de las de la ciudad colonial, despus de La Catedral, Santa Brbara (1575) y Las Nieves (1585). As, San Victorino se converta en la ltima de las plazuelas principales erigida en la ciudad, despus de la Plaza Mayor y la Plaza de San Francisco. La irregularidad de esta plazuela se explica por el accidente del ro, no por trazados urbanos previos a la ocupacin espaola o por una morfologa constituida de forma espontnea. Esto significa que el ideal de la ciudad renacentista tuvo que ceder a la inminencia de la geografa, y para ese entonces las tcnicas de la arquitectura occidental no podan solucionar tal obstculo para la construccin de la ciudad soada.

La historia de Santaf qued de esta manera marcada, a pesar de las disposiciones reales, por una integracin entre las leyes del hombre y las de la naturaleza. Los sucesivos mapas realizados hasta bien entrado el siglo XX muestran de manera inobjetable la continuidad de la plazoleta de San Victorino como una plaza triangular, no cuadrangular, ubicada en la ribera occidental del ro Vicach. Esto contradice la visin que presenta la plaza de San Victorino, con una forma rectangular, tal y como fue construida luego del desalojo del mercado informal. El espacio triangular establecido como lugar comn de la ciudad por la antigua plazuela colonial resultaba ser apenas la mitad del espacio ocupado por los vendedores de este mercado, quienes reclamaban la condicin de bien fiscal, y no de espacio pblico, en el lugar que ellos ocupaban.

Esto nos permite afirmar que el sector de San Victorino fue, desde sus orgenes, un espacio semiformal, un territorio de umbral, un escenario de frontera entre lo deseable y lo repudiable. En efecto, San Victorino era y no era ciudad; era entrada, puerta, lugar de confluencia entre el afuera y el adentro. Era el lugar de la relacin, del intercambio, del encuentro entre la ciudad y el mundo. As mismo, se convirti en un punto de contacto entre el mundo espaol y el indgena, y ms adelante, un escenario de encuentro entre las lites y los grupos subalternos a la sociedad hegemnica; igualmente, un lugar donde los integrantes de los mismos grupos subalternos solan confluir para interactuar y vivir su propia experiencia de ciudad. Todo esto le confiri paulatinamente a San Victorino una categora de primer orden en el contexto urbano, y le otorg, en la opinin de muchos, la condicin de puerto seco de la ciudad.

Esto denota una prctica clasificatoria derivada de la lgica moderna occidental; pero ante todos los elementos citados, que trascienden lo puramente arquitectnico, no podra decirse que la plazuela de San Victorino se instituy como un espacio semiformal? Cules son las consecuencias de denotarla como tal? Por qu resulta inaceptable que una ciudad o un sector suyo sea semirregular, cuando todos los elementos de la evidencia emprica apoyan esta hiptesis? Ese argumento, tal y como est planteado, es excluyente, slo atiende al purismo evidente en las bsquedas de la arquitectura clsica y moderna, as como en las concepciones acadmicas disciplinares tradicionales. No obstante, al da de hoy, esa proposicin resulta absurda. Si podemos hablar de Amrica Latina como el lugar del extremo occidente o el territorio de la modernidad perifrica, por qu la arquitectura y el urbanismo no pueden permearse de un conocimiento intersticial? Cul es la razn para persistir en el dogmatismo arquitectnico aplicado al orden urbano, en tiempos de intensa flexibilidad socioespacial?

Por todo lo anterior, afirmamos que el espacio pblico en el mercado semiformal de las Galeras Antonio Nario era invocado por los funcionarios de la administracin como un discurso a futuro, sin relacin con la historia ni con el pasado de la plazoleta del mismo nombre que proyectaba realizarse de forma arbitraria, aunque basados en una construccin histrica textual y fotogrfica que legitimaba su accin en pos de la modernizacin y el desarrollo de la ciudad.

Sin embargo, la ciudad no puede ser vista simplemente en trminos arquitectnicos y urbansticos; debe ser apreciada desde un punto de vista sociocultural. Y esto, en el sector de San Victorino, se traduce en los usos y prcticas que en este espacio y sus conectividades expandidas de manera directa o indirecta, fsica o inmaterial, en todo el contexto urbano y tambin con un alcance global han venido ocurriendo desde la instauracin de esta configuracin socioespacial en tiempos de la Santaf colonial.

Estos elementos han ido transformndose y sucedindose unos a otros, develando el carcter y la identidad que la plazoleta haba terminado por adquirir en el transcurso del tiempo. Y en el contexto del debate planteado, resulta de principal importancia conocer las actividades realizadas por la gente que, por una u otra razn, entraba en contacto y relacin con la Plazoleta de San Victorino. Este anlisis estuvo ausente casi por completo de los debates que los funcionarios de la Administracin efectuaron para establecer el tipo de usos a los cuales se debera destinar el espacio previsto para el desalojo y el reordenamiento espacial, lo cual evidencia un imperialismo de la geometra, la tcnica y las aproximaciones cientficas cuantitativas aplicadas al urbanismo y la arquitectura sobre las discontinuidades, incoherencias y contradicciones de la dimensin humana y los aspectos cualitativos de la vida social.

As, debido a esta relacin histrica asimtrica entre lo cualitativo y lo cuantitativo, a la brecha que el dogmatismo de la razn filosfica y lgica cre entre las ciencias exactas y las ciencias sociales y humanas durante la Modernidad ilustrada, se consider indispensable efectuar una revisin exhaustiva de la vida social y cotidiana, cuyo devenir llen de sentidos el espacio abierto por la actual plazoleta, as como sus conexiones reales y simblicas con la ciudad en el transcurso de su historia.

Las plazas de la ciudad colonial se concibieron para albergar gran diversidad de actividades, en torno a las cuales se aglutinaban las dinmicas socioculturales ms representativas de la vida urbana. No obstante, podemos observar tambin que las plazas fueron las centralidades principales del mercantilismo naciente, el cual sent las bases del capitalismo y la especulacin con el suelo urbano. Esta caracterstica dio lugar a una situacin ambigua, pues al tiempo que la plaza era el escenario por excelencia de la diversidad y complejidad de la vida social urbana, su gran relevancia en el mbito de la ciudad le otorg una gran fuerza de atraccin que condujo paulatinamente al establecimiento de segregaciones y exclusiones respecto a quines habran de ser los principales beneficiarios de los privilegios que confera un lugar de estas caractersticas, centro de la actividad social, econmica, poltica y cultural de un entorno regional vinculado a una compleja estructura territorial de ciudades insertas en el entonces naciente proceso de globalizacin.

En este sentido, es importante sealar que las plazas coloniales de las primeras ciudades latinoamericanas no tuvieron ningn problema en incorporar desde un principio actividades relacionadas con el comercio y el intercambio de productos, sin desmedro de otras funciones integradas a la dinmica sociocultural de aquellos tiempos. En Santaf, las tres plazas coloniales establecidas en el transcurso del siglo XVI fueron la de La Catedral, San Francisco y San Victorino. Todos estos espacios urbanos incluan, sin excepcin, la realizacin de un mercado en algn da de la semana. Los das de mercado eran la ocasin y el pretexto que tena la ciudad colonial para aliviar las jerarquas impuestas por la sociedad dual y propiciar un encuentro desprovisto de las formalidades rituales entre los habitantes del amplio territorio regional:

A travs de esta cita, Carlos Martnez confirma el carcter democrtico del mercado, en lugar de ver en este un escenario de pobreza y marginalidad sociocultural. Por el contrario, tal visin est retomando el carcter comunal y popular de la plaza, entendida como la integracin entre las gentes de la lite y el pueblo, a travs de actividades diversas y no necesariamente excluyentes. Ello reivindica la validez del hecho social del mercado como proyeccin de una realidad poltica, evidente no slo en el plano abstracto y a veces falaz del discurso, sino a travs de los objetos, las prcticas y el contacto humano casual entre las personas que desnudan, en este trnsito, sus motivaciones profundas y las contingencias de su condicin social.

Otra vocacin importante del espacio urbano en San Victorino fue la de terminal terrestre, lo cual le confiri a esta zona de la ciudad una configuracin sociocultural particular. La conectividad que se estableca desde este lugar con las regiones aledaas a travs de la Alameda y el Camino a Honda hizo de la plazuela colonial un espacio urbano en el cual se congregaba una gran poblacin indgena y rural. All solan encontrarse recuas de mulas o grupos de indgenas que cargaban mercancas y viajeros en sus espaldas, en mulas o en carretas, que tambin usaban para llevar al mercado muebles o materiales de construccin. Cuando alguien necesitaba de sus servicios, los poda encontrar en el atrio de las iglesias o en las chicheras de los alrededores. Desde entonces, la parroquia comenz a erigirse como un escenario de confluencia de los grupos marginales o subalternos a la sociedad espaola. La mayora de los mestizos (poblacin que se diferenciaba de los criollos por el predominio de sus races indgenas) laboraba como artesanos, tratantes, pulperos y jornaleros.

De este modo, San Victorino comenzaba a adquirir importancia como centralidad estratgica que retroalimentaba las dinmicas urbanas. Ello le permiti, al cabo de dos siglos, alcanzar un reconocimiento y una significacin de primer orden en la ciudad que creca y se consolidaba a partir de 1717 como la capital del Virreinato de la Nueva Granada: Cuando en 1774, por orden del rey Carlos III, se distribuy la ciudad en ocho barrios, San Victorino ya ocupaba un espacio importante en Santaf, porque su localizacin privilegiada, a la entrada de la ciudad, lo haca punto obligado de encuentro para los viajeros y para el comercio de todas las mercancas que surtan la ciudad colonial (Bogot 2000, 1994, p. 8). Hacia 1803 apareci en la plazuela otro elemento determinante del espacio urbano durante todo el siglo XIX y que afect muchas de las dinmicas del sector: la pila de agua del barrio:

Con la cuota del padre Andrade, el 22 de agosto de 1803 lleg el agua a la fuente. sta fue el fondo de animadas escenas de la gente del pueblo, dentro del marco de ranchos pajizos que conformaban la plaza, lugar de chicheras, fritangas, bajo comercio y habitantes ruidosos, con su personaje central, la fontanera y su cntaro rojo, caa de bamb o guadua, con un cuerno a guisa de embudo. (Nio, 1996, p. 135; las cursivas son del autor)

Por primera vez tenemos una narracin histrica que hace referencia a esa atmsfera de bajo mundo, al oscuro mundo indgena y campesino, escasamente descrito por los historiadores urbanos y que se respiraba en ese sector de la ciudad a principios del siglo XIX. El puente de San Victorino, construido en 1791, se ubic en el extremo suroriental de dicha plazuela (Figura 6), razn por la cual todas las personas y el trfico comercial que llegaba a Bogot por el occidente deban cruzar la plazuela diagonalmente, en direccin suroriental, si queran entrar a la parroquia de La Catedral.

Adems, si las cargas venan en carretas muy grandes, era necesario realizar un trasbordo antes de cruzar el puente, ya que las autoridades no permitan el paso de yuntas de dos o ms bueyes (Meja, 2000, p. 312). Algo similar ocurri con los coches de pasajeros:

Despus de la Independencia, en la plazuela de San Victorino los carros deban detenerse, puesto que a partir de 1844 el gobernador de Bogot, Alfonso Acevedo, orden que se prohibiera el trnsito de coches por las calles de Bogot debido a que destruan y enlozados y daaban acueductos y puentes. Por esta razn, los pocos coches se detenan en las plazuelas y desde all las gentes eran conducidas al interior de la ciudad en carretillas de mano. (Rojas y Revern, 1998, p. 232).

Esto le confiri a la plazuela una actividad bastante significativa para ese entonces, como punto de llegada de los viajeros y puerto de carga y descarga de mercancas. Es evidente que la marcada movilidad del sector estimul la vocacin industrial y comercial de la zona, adems de ser la sede de algunos de los primeros hoteles en la ciudad, que tuvieron influencia en el desarrollo de la industria turstica en Bogot: A causa de la continua afluencia de negociantes de diferente procedencia, empezaron a proliferar hoteles y estaderos situados alrededor de la plaza. Uno de los hoteles ms reconocidos era el Pasajeros, ubicado en la calle Doce con carrera 12 (Rojas y Revern, 1998, p. 232).

Adems de la influencia del turismo, la plaza tambin estuvo vinculada a las actividades de esparcimiento y las ocasiones festivas. En este sentido, contribuy decisivamente a crear las sociedades del ocio y el espectculo en Bogot a travs de formas locales del entretenimiento, como las corridas de toros organizadas en plena plaza o los paseos que desde esta plazuela se organizaban por el camino de la alameda.

Sobre el establecimiento del mercado en San Victorino existen varias versiones. Por lo tanto, no hay una frontera clara entre las antiguas prcticas de venta al aire libre en las plazas de la ciudad y las creadas con ocasin de la ciudad moderna. Algunos historiadores afirman que a partir de 1820 se retir el mercado de la Plaza de Bolvar para la de San Victorino, la cual se utiliz hasta 1920 (Martnez, 1978a, p. 183). No obstante, esta informacin parece corresponder a las fuentes de una historia no oficial, pues slo hasta 1846 el mercado se traslada por disposicin administrativa a San Victorino. El propio Martnez afirma que, en aquel ao:

Para destacar el monumento erigido a Bolvar y magnificar su plaza se decidi repartir el mercado pblico de sta entre las plazas de San Francisco y San Victorino. Nada fcil fue desarraigar a los muy renuentes vendedores que all venan de tiempo atrs ejerciendo su negocio [] A la de San Victorino se le asign la parte ms encumbrante del mercado: miel en zurrones, maderas de construccin, carbn vegetal, esteras, corderos y cerdos. En este desempeo permaneci hasta la apertura, en 1898, de la Plaza de Maderas, hoy de Espaa, que relev a San Victorino del espectculo deprimente que sta presentaba justo a la entrada de la ciudad. (Meja, 2000, p. 188; las cursivas son del autor)

Con las anteriores afirmaciones y los relatos de los viajeros de la poca se confirma que la Plaza de San Victorino operaba como mercado desde tiempos pretritos, y que al mismo tiempo, el mercado de la Plaza de Bolvar continuaba funcionando despus de 1820. John Hamilton escribe claramente que, para 1825:

El mercado de Bogot se realiza en la plaza mayor y es verdaderamente digno de verse; se cree que se gasten all cada viernes unos 10.000 dlares; y el extranjero se divierte mucho observando desde las gradas del atrio de la catedral, al criollo, mulato, mestizo, indio y negro, este ltimo forma la mayor parte de los esclavos, todos ocupados comprando y vendiendo. Una parte de la plaza se destina a los carniceros, otra a los vendedores de aves, aves silvestres y de caza, y un tercer estante para frutas y legumbres; hay unos acaparadores en el cuarto lugar reservados para la venta de algodn en rama y telas de lana fabricadas en algunas de las provincias. Las frutas tienen bonita apariencia y son buenas, en los mismos aparadores se ven granadas, pias, cerezas, fresas silvestres y cultivadas, melocotones, manzanas, chirimoyas, gran variedad de melones, zapotes, mangos, en resumen, una gran porcin de frutas de las que se cultivan en el norte de Europa y las de los climas tropicales estaban a la venta. (Citado en Martnez, 1978b, p. 61).

En ese mismo ao, Carl Gosselmann haca esta descripcin del mercado de la ciudad:

En medio de la amplia plaza de mercado hay una pila de piedra a la que se trae el agua desde los cerros vecinos por una caera subterrnea. La plaza est bien pavimentada y tienen caminos de forma un poco convexa que parten de la fuente mencionada. A lo largo de los andenes que hay en los costados corren unas acequias anchas y profundas, lo mismo que por la mitad de las calles, y como la ciudad est edificada en declive, siempre tienen agua clara que baja de las colinas; mucho ms en tiempo de lluvias. Entonces crecen hasta tal anchura que es imposible a los peatones atravesarlas si no es por los puentecitos de piedra colocados en las esquinas. (Citado en Rivas y Bayona, 1988, p. 145)

Esta descripcin, ya para 1825, corresponde plenamente a la de la Plaza de San Victorino, con la pila y la forma convexa, adems de las dificultades generadas en el sector en pocas de invierno. Las dos citas anteriores indican que ambos mercados funcionaban de manera simultnea, esto es, la plaza actuaba ya como un centro de comercio espontneo o informal, aunque el mercado no se hubiera desplazado an bajo un mandato jurdico y administrativo a San Victorino. Lo anterior suceda debido a la ubicacin del sector en el contexto urbano, como puerta o entrada de la ciudad, situacin observada ya desde la Colonia.

Aqu se evidencia la vocacin de San Victorino como mercado espontneo o informal que fue adquiriendo su lugar en el escenario urbano, elemento estrechamente asociado al surgimiento de un fenmeno sociocultural de carcter popular, dado el estrecho vnculo de las poblaciones participantes en el mercado con las comunidades indgenas y campesinas que entraban en relacin con las entraas de la sociedad hidalga y burguesa a las puertas de la ciudad. Por eso es inexacto decir que Fue en 1846 que el comerciante Juan Manuel Arrubla inaugur en la plaza de San Victorino el primer mercado pblico de la ciudad (Bustos,1995, p. 11), al trasladarlo desde la Plaza Mayor. En realidad, San Victorino ya vena desempeando ese papel desde la poca colonial, pero slo hasta mediados del siglo XIX su protagonismo como mercado de la ciudad se hizo ms palpable, al adquirir un reconocimiento institucional.

En cuanto a la creacin del mercado cubierto, en enero de 1864 se inaugur la primera parte del edificio de la Plaza de Mercado (Meja, 2000, p. 185), es decir, posterior al traslado del mercado de la Plaza Mayor a las otras plazas. El mercado cubierto construido entre las actuales calles 9 y 10 y carreras 9 y 10, a tan slo unas cuadras hacia el sur de la plazuela de San Victorino resultaba revolucionario, pues vena a sustituir la tradicional forma de venta espontnea en calles y plazas, caracterstico de la poca colonial. Era un emblema de la modernizacin y la racionalizacin de los espacios urbanos.

Aunque el mercado de Santa Ins satisfizo las exigencias de higiene y cubri las necesidades de buena parte de la poblacin, el considerable crecimiento demogrfico de finales del siglo XIX oblig a mantener los mercados al aire libre en la mayora de las plazuelas de la ciudad, entre ellas la de San Victorino. Entonces, el sector de San Victorino concentraba, para aquel tiempo, la plaza de mercado cubierta de Santa Ins y el mercado al aire libre de la plazuela. As, el relato de viaje de la llegada de Miguel Can a la ciudad en 1881, nos presenta la intensa actividad del mercado de San Victorino con claridad y capacidad expresiva:

La primera impresin que recib de la ciudad de Bogot fue ms curiosa que desagradable. Naturalmente, no me era permitida la esperanza de encontrar en aquellas alturas, a centenares de leguas del mar, un centro humano de primer orden.

[] La calle por donde el carruaje avanzaba con dificultad estaba materialmente cuajada de indios. Acababa de cruzar la plazuela de San Victorino, donde haba encontrado un cuadro que no se me borrar nunca. En el centro, una fuente tosca, arrojando el agua por numerosos conductos colocados circularmente. Sobre una grada, un gran nmero de mujeres de pueblo, armadas con una caa hueca, en cuya punta haba un trozo de cuerno que ajustaban al pico del agua que corra por el cao as formado, siendo recogida en una nfora tosca de tierra cocida []

Los indios, que impedan el trnsito del carruaje, tal era su nmero, presentaban el mismo aspecto. Mirar uno es mirar a todos. El eterno sombrero de paja, el poncho corto, hasta la cintura, pantalones anchos, a media pierna y descalzos. Algunos, con el par de alpargatas nuevas ya mencionado, cruzado a la cintura. Una inmensa cantidad de pequeos burros cargados de frutas y legumbres [] y una atmsfera pesada y de equvoco perfume.

Los bogotanos se rean ms tarde cuando les narraba la impresin de mi entrada y me explicaban la razn. Haba llegado en viernes, que es da de mercado. Aunque est abierto toda la semana, es en los jueves y viernes cuando los indios agricultores de la sabana, de la tierra caliente y de los pequeos valles allende la sabana que abriga a Bogot, vienen con sus productos a la capital. El mercado de Bogot, por donde paso en este momento y del que dir algunas palabras para no ocuparme ms de l, es seguramente nico en el mundo, por la variedad de los productos que all se encuentran todo el ao. Figuran al lado de las frutas de las zonas templadas, la naranja, el melocotn, la manzana, la pera, uvas, melones, sandas, albaricoques, toda la infinita variedad de las frutas tropicales, la guanbana, el mango, el aguacate, la chirimoya, la gramilla, el pltano [] y doscientos ms cuyo nombre no me es posible recordar. Las primeras crecen en las sabanas y en los valles elevados, cuya temperatura constante (de 13 a 15 grados centgrados) es anloga a la de Europa y la nuestra. Las segundas brotan de la tierra caliente, para llegar a la cual no hay ms que descender de la sabana unas pocas horas. As, todas las frutas de la tierra ofrecidas simultneamente, todas frescas, deliciosas, y casi sin valor nominal. No es un fenmeno nico en el mundo? Un indio de la sabana puede darse en su comida el lujo a que slo alcanzan los ms poderosos magnates rusos a costa de sumas inmensas, y ms completo an. (Can, 1970, p. 46)

Es interesante constatar la diversidad y el dinamismo de la plazuela en torno a su actividad comercial, la cual no slo funciona los das viernes, sino que continuaba abierto toda la semana y reciba una gran multitud de indgenas y campesinos. Durante el siglo XX, este panorama sufri importantes transformaciones. La pila estuvo en la plaza hasta 1910, cuando fue reemplazada por la estatua de Antonio Nario (Figura 7), que fue inaugurada el 20 de julio de 1910, durante las celebraciones del centenario de la independencia, y fue obra del escultor francs Enrique Len Greber, discpulo de Tenerani. La celebracin del centenario fue una ocasin muy especial para restaurar los smbolos del imaginario nacional, y eso se plasm en la plazuela de San Victorino. Con el levantamiento de la estatua, la plaza cambi de nombre y comenz a llamarse Plaza de Nario por primera vez en su historia.

Adems del significado simblico, el espacio pblico creado en torno a la estatua tena un carcter funcional. Las lneas del tranva que venan desde San Diego y Fontibn llegaban a San Victorino, con lo cual se cre una glorieta para que los tranvas dieran la vuelta en ese lugar.

As se conjug la importancia de la plaza en el contexto de la cultura nacional y su carcter de equipamiento urbano.

Los trabajos de Luis M. Bautista y Karl Brunner durante la dcada de 1930 incluyeron el alcantarillado y la pavimentacin del ro San Francisco, obra que dio lugar a la actual avenida Jimnez. Esta avenida tiene un significado fundamental en la vida de la ciudad, pues los puentes sobre el ro desaparecieron y dieron paso a una mayor agilidad en el trnsito de vehculos por el centro de la ciudad, adems de contribuir sustancialmente a su higiene y saneamiento. Para San Victorino, esto ser de capital importancia, pues se logr consolidar un espacio urbano que conecta de manera eficaz el exterior y el interior de la zona cntrica de la ciudad.

Adems, el sector de San Victorino complementa esa dinmica con otra de las iniciativas de Brunner: El desplazamiento del trazado del ferrocarril del norte, de la carrera 14 hacia el occidente, constituye una de las obras ms importantes de Brunner. Este cambio permiti la construccin de la Avenida Caracas, la cual, entre las calles 26 y 45, se convirti rpidamente en uno de los espacios ms importantes de la ciudad (Montezuma, 2000, p 480). La avenida Caracas se convirti, a partir de entonces, en uno de los lmites urbanos del sector de San Victorino, y la va de la antigua alameda (hoy carrera 13) perdi definitivamente su importancia como va perimetral de la ciudad.

Con los proyectos del Plan Soto-Bateman, en los aos cuarenta, termin de estructurarse la malla vial de la Bogot moderna, cuyo principal epicentro fue la Plazuela de San Victorino, pues all confluan el trfico y la movilidad de esos tres ejes viales concebidos entre los aos treinta y cuarenta: la avenida Jimnez, la avenida Caracas y la avenida carrera Dcima. Tales transformaciones resultaron decisivas para definir la orientacin urbanstica y la funcin que este sector iba a adquirir hacia el futuro en el contexto de la ciudad.

La plaza, como lo habamos mencionado y lo confirma la retrospectiva cartogrfica, era triangular hasta inicios de los aos cuarenta; sin embargo, en esta poca comenz una transicin fundamental para el futuro de la plaza y el sector en su conjunto: el ensanchamiento del espacio de la antigua plazuela:

1945. La plaza de Nario, antigua de San Victorino, vena presentando por la incuria de las construcciones que la enmarcaban un aspecto cada da ms deprimente, en detrimento del notable desarrollo adquirido entonces por el sector occidental de la ciudad. Este espacio abierto haba surgido sin plano previo y sin normas urbanas que regularan su crecimiento y as haba configurado un permetro pentagonal propicio al desorden y al desaseo. El Concejo con el loable propsito de regularizar y aderezar la plaza expidi en 1945 el Acuerdo 11 por el cual autoriz la remodelacin de la plaza. Dispuso igualmente la adquisicin de la manzana triangular comprendida entre la calle 12, carrera 11 y costado oriental de la plaza junto con las zonas que para ese efecto se necesiten en la manzana comprendida entre la calle 12, avenida Coln, carrera 14 y plaza de Nario, de acuerdo con los planos elaborados por la Secretara de Obras Pblicas. (Bitcoras de Bogot, 2007)

El ensanchamiento de la plaza constituy un hecho histrico fundamental para la presente reflexin. Se produjo una suerte de unidad entre el amplio espacio para el parqueadero de carros y la glorieta donde el tranva daba la vuelta para regresar a Fontibn. Prcticamente no haba lmites entre los dos espacios, ms que los sealados por las marcas en el pavimento. El tranva pasaba justo al lado de los carros del histrico parqueadero, sin que mediara andn o separador alguno. Esto condujo, por vez primera, a la existencia de un amplio espacio con una vocacin estrechamente ligada al transporte urbano, lo cual le rest importancia al espritu cvico y nacional que pretendi infundir la Plaza de Nario, que tuvo una duracin de apenas 40 aos, prcticamente los mismos que alcanz a tener el comercio semiformal de las Galeras Antonio Nario. A raz de los acontecimientos del 9 de abril de 1948, comenz a debatirse la importancia de darle a la plaza una forma rectangular:

El abogado Lozano Caballero, al referirse a la transformacin y ensanche de la plaza dijo que sera extraordinariamente fcil ahora cambiar la forma irregular y romboide que presenta la plazoleta, despejndola en rectngulo desde la ciega carrera Once hasta la carrera Catorce o Avenida Caracas, entre las calles 12 y 13 que le sirven de flanco. Con ello se ganara, sigui diciendo, un ancho espacio para concentrar el estacionamiento, cargue y descargue de los buses y camiones intermunicipales, ya que el actual funcionamiento de tales transportes se realiza trabajosamente y con perjuicio para el trnsito en dicho sector y calles aledaas. Y convendra tambin aprovechar las ruinas de la Carrera Once, entre calles Once y Doce, para abrir un ancho camelln que comunique la Plaza de Nario con la Central del Mercado, a fin de dar holgado acceso a los numerosos vehculos que diariamente llegan a proveer a esta ltima.

Dada la ruinosa actualidad de la zona sealada y de las edificaciones contiguas que han quedado en pie, resultara bastante econmico para el municipio la compra de lotes para el ensanche definitivo de la plaza monumental de Nario, que servir tambin para las grandes reuniones del pueblo, a fin de que las manifestaciones y mtines, que en Bogot son frecuentes, no obstruyan tan a menudo el trnsito por las vas arteriales y calles centrales. (El Tiempo, 1948a, p. 11)

En esta propuesta se hace patente la vocacin de San Victorino como terminal terrestre de la ciudad y se pone de presente la existencia de agencias para el transporte de pasajeros en las inmediaciones del sector, actividad que se extenda en ese entonces hasta la Plaza de los Mrtires. No obstante, este fenmeno era uno de los que ms contribua a la agitada dinmica urbana en la zona:

Una de las obras ms importantes del plan de reconstruccin de Bogot en cuyo estudio se ocupan actualmente los ingenieros y arquitectos del municipio, ser la regularizacin y ampliacin de la actual Plaza de Nario que seguir siendo en el futuro uno de los sectores de ms intenso trnsito, puesto que all confluyen la Avenida Jimnez de Quesada, la carrera 13, la Avenida Coln y el caudal circulatorio de la Avenida Caracas.

La Plaza de Nario en varias oportunidades ha figurado entre los proyectos de ampliacin estudiados por el municipio, pero hasta el momento no se haba podido adelantar una obra efectiva por distintas circunstancias. En los trgicos sucesos del mes de Abril este sector fue uno de los ms castigados de la ciudad. Numerosos edificios del costado norte y casi todos los de la zona suroeste fueron arrasados. En su mayor parte eran construcciones antiestticas que algn da han debido demolerse para modernijar [sic] la esplndida Plaza de Nario, que por un error que debe corregirse ha servido ms que todo como centro de cargue y descargue de las empresas de transporte intermunicipal sin resolver en ninguna forma el problema de circulacin hacia el norte de la ciudad y sin permitir el embellecimiento de esa zona que est apenas a muy pocas cuadras del circuito ms cntrico de Bogot. (El Tiempo, 1948b, p. 19)

Todas estas urgentes demandas impulsaron las tareas de reconstruccin, iniciadas en enero de 1949:

Para los ltimos das del prximo mes de enero se anuncia la iniciacin de los trabajos de reconstruccin de algunas de las propiedades afectadas por los sucesos del 9 de Abril en el sector de la Plaza de Nario (San Victorino).

ltimamente la Secretara de Obras Pblicas Municipales llev a cabo los trabajos de nivelacin de varias reas para facilitar el planeamiento del gran parqueadero que por iniciativa del Alcalde Mazuera ser construido all, en el curso de los primeros meses del ao venidero. (El Tiempo, 1948d, p. 18)

Sin embargo, tal parece que estas labores no fueron ejecutadas con las mejores especificaciones tcnicas, pues a partir de este momento se comienzan a hacer feroces (aunque no siempre explcitas) crticas sobre las obras de San Victorino, que permanecan en constante inundacin cada vez que llova en la zona cntrica. Este antecedente es de primordial importancia para comprender los sucesos que enmarcaron la historia del mercado semiformal de las Galeras Antonio Nario.

La actividad de los vendedores ambulantes en el sector era ya de larga data. No se circunscribe de forma exclusiva a los comerciantes de galeras, sino que vena presentndose, al menos, desde la dcada de los cuarenta. Las transformaciones del sector hicieron que los vendedores del antiguo mercado se trasladaran a otras zonas de la ciudad; pero, al parecer, el nuevo parqueadero y el deterioro urbanstico factores unidos a la intensa circulacin peatonal y vehicular incrementaron la afluencia de vendedores a este sector de la ciudad. No obstante, como la descripcin permite apreciar, las condiciones de trabajo de vendedores y artistas callejeros eran bastante deficientes. Este gran volumen de vendedores se explica por las altas tasas de migracin que la ciudad comenzaba a recibir desde los inicios de la denominada poca de la violencia, de los aos cincuenta. La creacin de la avenida carrera Dcima facilit el trnsito vehicular por ese sector de la ciudad, pero al mismo tiempo dio lugar a una importante e histrica divisin del Centro Histrico, determinante para la historia de San Victorino:

Dada la situacin de la zona central de la ciudad como espacio de conflicto, se realiz una especie de zonificacin segn el uso de la ciudad. El Centro qued dividido por la Carrera Dcima. De la Dcima hacia arriba funcionaban los estamentos administrativos y gubernamentales de la ciudad, y el comercio medianamente organizado y formal. De la Dcima hacia abajo qued el punto de desenfreno mercantil y social de los sectores populares que de alguna manera deba ser regulado. (Rojas y Revern, 1998, p. 236).

La carrera 10 logr propiciar esta divisin del centro entre el alto centro, el centro de las clases pudientes y de la lite poltica de la ciudad, y el bajo centro, el de los sectores mestizos y con menos recursos de la ciudad, los cuales solan concentrarse en las inmediaciones de la plaza (que para entonces era plaza-parqueadero) de San Victorino. Esta situacin fue an ms clara, debido a que las familias ms influyentes de la ciudad que habitaban en este sector se mudaron hacia el norte luego de los hechos del 9 de abril, luego de construir quintas campestres y residencias hacia el sector de Chapinero.

As, el umbral, el punto de encuentro que haba sido la plaza en el transcurso de su historia, pas a ser reemplazado por el lmite clasificatorio de la moderna avenida, y los sectores de San Victorino, Los Mrtires y Plaza Espaa se convirtieron a partir de entonces en zonas de exclusin sociocultural. La inundacin del 17 de noviembre de 1954, causada por el taponamiento del ro San Francisco en la parte alta de los cerros orientales, afect el centro de Bogot y cre una conciencia clara entre los habitantes de la ciudad en torno al problema generado luego de la pavimentacin y el alcantarillado de la Jimnez, pues el ro San Francisco segua pasando por encima de esta Avenida en pocas de invierno y creaba un tobogn de cemento que desembocaba en el parqueadero de San Victorino cada vez que se produca una obstruccin del cauce.

El sector alcanza con esta situacin el punto ms bajo en trminos de su desvalorizacin como suelo urbanizable en el centro de la ciudad. La piscina-parqueadero de San Victorino fue una manera de nombrar la extrema crisis en la que se subsumi esta rea urbana a partir de la grave inundacin que, junto a lo ocurrido el 9 de abril, le dio una estocada definitiva a los proyectos urbansticos proyectados para esta zona, que la dejaron, al menos durante una dcada, a merced de la desidia y el abandono. Sin embargo, el lmite en que se convirti la carrera 10 fue siendo colonizado, desde pocas tempranas, por mercaderes ambulantes y vendedores callejeros que fueron instalndose en sus diversos segmentos. Con ello se cre un espacio intersticial que intentaba incorporarse a las dinmicas sociales y el capital econmico de la gran ciudad.

Esta esfera de la informalidad se complementa, en San Victorino, con la acentuada congregacin de la anomia y la delincuencia, lo cual implic la progresiva desvalorizacin del suelo urbano en el sector y la creacin espontnea de zonas de tolerancia donde se refugiaban los gamines, las prostitutas y los grupos humanos de la ms baja calaa. Por ello la preocupacin de las autoridades y de la clase poltica no era simplemente el tema de la inconveniencia de las ventas ambulantes en los espacios pblicos, sino su relacin con otros fenmenos que comenzaban a cobrar fuerza en la ciudad, como la inseguridad, el desaseo, la competencia al comercio formal y el contrabando

Finalmente, luego de muchas dilaciones y dificultades presentadas tanto en el proceso urbanstico como en la organizacin social que implicaba este proceso de reubicacin, en mayo de 1964 comenz el traslado de los vendedores ambulantes de las calles del Centro Histrico a las Galeras Antonio Nario, en San Victorino:

[] la operacin ocupacional de las Galeras por parte de los vendedores ambulantes que firmaron sus respectivos contratos con la personera del Distrito, se iniciar a las seis de la maana del da mencionado [25 de Mayo de 1964], con la cooperacin y la vigilancia de la Polica Nacional y mediante la ayuda de los propios organismos que aglutinan profesionalmente a los comerciantes ambulantes, que ahora dejarn de serlo. (El Tiempo, 1964, p. 28)

El menosprecio hacia los vendedores era evidente, y estaba atravesado por una clara connotacin clasista:

Sin tropiezos ni protestas apreciables se inici ayer la concentracin en la Plaza de San Victorino, de los puestos de heterogneo comercio que venan multiplicndose de manera alarmante en la carrera dcima y otros sectores centrales de Bogot, con notable detrimento no ya slo de la esttica sino del aseo. Culmina as una campaa emprendida por la prensa y por numerosas entidades cvicas casi desde el momento mismo en que aparecieron esas horrendas mculas de la fisonoma capitalina. xito un poco tardo, pero de todos modos digno de unnime celebracin. [] las tenduchas de andn y los vendedores ambulantes prosperaron hasta el extremo de constituir una autntica lacra urbana porque hubo inexplicable lenidad con ellos al iniciar actividades. Luego obviamentese consideraron con derechos poco menos que inalienables, y de ah que hubiera necesidad de proceder, a ltima hora, con la necesaria, proporcionada energa.

Que no haya, pues, ni contemplaciones ni excepciones de ninguna especie. Una sola bastara para que esas ventas vayan reapareciendo paulatinamente en las zonas de las cuales se ha logrado, por fin, desplazarlas [] Concentrado este comercio en la plaza mencionada, all irn a dar, de modo espontneo, los vendedores renuentes, si la respectiva clientela se abstiene de fomentar en cualquier forma sus actividades en el centro de la ciudad. (El Tiempo, 1964, p. 5)

Este desprecio no slo era manifiesto por parte de los medios de comunicacin de la poca, sino por parte de la propia administracin distrital, que dedic a esta reubicacin el peor de todos los lugares posibles existentes en Bogot, escenario de las mayores infamias que podran afectar a una ciudad en la era moderna y que dejaba a los comerciantes callejeros abandonados a su suerte.

Esto es importante comprenderlo, pues en el momento de la reubicacin de los vendedores, el valor del suelo en la plazoleta era irrisorio y no tena proyeccin alguna en el contexto urbano; luego, en la poca de la administracin de Pealosa, el Taller del Espacio Pblico le asign un nuevo valor, conforme a la representacin basada en un imaginario histrico y apalancado en la recuperacin que los comerciantes reubicados le dieron a ese sector durante su estada en la zona. Las inundaciones que sufrieron las Galeras Antonio Nario en 1966 y 1970 son testimonio de esta degradacin urbanstica del sector.

No obstante, con la paradjica acreditacin de las Galeras Antonio Nario en Bogot y Colombia, a raz de las inundaciones, cientos de personas, especialmente pobres y migrantes, procedentes de diferentes puntos de la ciudad, de los pueblos cercanos o, incluso, del pas entero, comenzaron a llegar al sector para comerciar cualquier tipo de mercancas. As, la intensa dinmica comercial fue creando paulatinamente aglomeraciones de vendedores ambulantes que con el pasar del tiempo se fueron convirtiendo en asociaciones y sindicatos vinculados al sector del comercio informal, la mayora de ellos avalados por la administracin o las leyes del Estado.

Esta situacin comenz a cobrar proporciones inmanejables, debido a la gran cantidad de personas que buscaban un lugar en el mundo, una alternativa para su supervivencia en el contexto urbano. En ese sentido, los movimientos sindicales de los aos setenta, dcada en la cual las ideologas de izquierda tuvieron su mayor expansin e influencia en los sectores populares latinoamericanos, fueron decisivos para la ampliacin de los lmites del comercio informal en San Victorino y la lucha por los derechos de los trabajadores y los grupos marginales.

De este modo surgieron varios grupos de informales que muy rpidamente encontraron la manera de instalarse en el sector con el respaldo de lderes y organizaciones sindicales, que venan convocando a los vendedores callejeros, defendiendo sus intereses y atendiendo a sus necesidades, ante la inmovilidad de un Estado que nunca haba tomado acciones decididas por su bienestar.

Sin embargo, al ver esta situacin, el Fondo de Ventas Populares comenz a participar en la proliferacin de las casetas y puestos callejeros en el sector, con el aval de algunos dirigentes polticos que comenzaron a mostrarse interesados en la instalacin de estos locales comerciales improvisados en plena va pblica. Pese a que la Constitucin de 1886 defina el espacio pblico en trminos similares a la existente en la actual Carta Poltica colombiana, la concepcin del espacio pblico existente durante los aos setenta y ochenta era bien distinta a la que se tiene hoy en da:

[] el espacio pblico fue considerado como asunto pertinente al ente policivo. Tanto es as que el Decreto 1355 de 1970 seal que la polica local deba reglamentar el ejercicio del vendedor ambulante y deba prevenir los atentados contra la integridad de los bienes de uso pblico. Este decreto dej ver una posicin permisiva mas no complaciente respecto a la utilizacin del espacio pblico. (Rojas y Revern, 1998, p. 230)

Esto es, la nocin de espacio pblico involucraba la posibilidad de que se desarrollara la actividad del comerciante informal, en convivencia con el espacio destinado a la circulacin peatonal y vehicular, as como las plazas y los parques. Como lo hemos visto, esta permisividad en el uso de los espacios pblicos para el comercio callejero es el resultado de una prctica tradicional que viene desde los tiempos de la Colonia, aunque en esa poca la densidad poblacional no generaba los contratiempos existentes en la ciudad moderna.

Como puede apreciarse, el comercio informal termin siendo un negocio cuya existencia estaba en manos de polticos y personas con una gran influencia en las esferas del poder pblico, quienes resultaron ser los principales responsables del mantenimiento y expansin de los vendedores en zonas destinadas al flujo de vehculos y peatones.

Esto confirma que la clase poltica fue la principal responsable de la permisividad en la invasin del espacio pblico en la ciudad. Tal situacin refleja el consentimiento tcito de las autoridades frente a la cuestin de las ventas callejeras, lo cual constituye un cambio de orientacin en la actitud de la administracin distrital respecto a esta problemtica, frente a la posicin que se haba adoptado durante los aos cincuenta y sesenta.

A finales de la dcada de los setenta comienzan a aparecer en los escritorios de las administraciones distritales los planes de renovacin del Centro de Bogot, los cuales intentan redisear la fisonoma urbanstica del sector. En el marco de tales proyectos, San Victorino constitua una zona neurlgica que requera medidas urgentes. No obstante, stas slo se concretaron 20 aos despus del primer plan global que apareci para el Centro de Bogot. Ante tales medidas, los vendedores comenzaron a pensar en alternativas para su reubicacin en un centro comercial que les ofreciera todas las garantas. Ya haban existido en pocas anteriores propuestas para la instalacin de todo el comercio informal de San Victorino en un gran centro comercial ubicado en el mismo sector de la zona cntrica.

A comienzos de 1989 comenzaron a aparecer los primeros visos de una reforma constitucional, en el marco de cuyo impulso se vislumbraban varias disposiciones legales que acompaaban esta ola de reformas proclives a la generacin de un espacio territorial y poltico consonante con el liberalismo conservador hegemnico en el panorama global.

As, las iniciativas en pro de la liberacin del espacio pblico comenzaron a cobrar fuerza y se cristalizaron en una normatividad concreta, expresada en el Acuerdo 18 de 1989, la Ley 9 de 1989 y, ms adelante, en el Acuerdo 6 de 1990 del Concejo de Bogot.

Luego del lgido debate poltico generado por la reforma constitucional de 1991, las ideas liberales predominaron en la nueva Carta Magna, situacin que permiti darle al gobierno una base jurdica y poltica afn a las iniciativas neoliberales en el plano econmico. Pero en los postulados de la Carta Poltica apareci un conjunto de disposiciones contradictorias: el respeto a la pluriculturalidad y diversidad del pas, y el hecho de que el inters general prima sobre el inters particular.

Lo primero es el inters de la comunidad nacional, lo cual implica anteponer el derecho de las mayoras al de las minoras. El debate de filosofa poltica en torno a los principios comunitaristas, liberal y republicano de lo pblico y la ciudadana se encontraba en el ncleo del debate:

El repertorio discursivo neo-republicano [] acentu la despolitizacin de la democracia, despolitizando a sus actores, los ciudadanos, y convirtiendo el ser y el hacer de stos en una suerte de campo neutro, asptico, geomtrico y plano, donde las viejas contradicciones sociales, las diferencias ideolgicas y las mltiples fracturas de la sociedad colombiana no se mencionan.(Uribe, 2001, p. 155)

En este contexto, lo subordinado es todo lo que no est vinculado al paradigma unitario de la ciudadana, la democracia y las libertades pblicas, en un claro contexto de dictadura de las mayoras. As es como comenzaron a forjarse la ideologa de lo pblico y el liberalismo, a partir de los postulados del nuevo marco constitucional.

Aunque esta disposicin ya exista en la Constitucin de 1886, la renovacin de este mandato y la intencin de (esta vez s) hacer cumplir las normas en un pas de leyes, hizo que en Colombia comenzara a instaurarse entre los arquitectos y otros integrantes de la comunidad acadmica una idea del resurgimiento de la ciudad a usanza del ideal de la polis griega. Ello condujo a una visin purista e idealizada de la ciudad helnica, que rpidamente se convirti en el paradigma del cambio, que atenda muy poco a los procesos histricos urbanos, como si las ciudades colombianas hubieran nacido de nuevo con la reforma constitucional.

De los puntos de la Constitucin surgieron manifiestos por los que algunos denominaron la ciudad deseada, firmados por varios investigadores y acadmicos especializados en los problemas urbanos, a partir de las premisas por las cuales se regira la Constitucin de 1991, que sienta las bases de lo que debera ser la ciudad hacia el futuro. Uno de los once puntos es el del espacio pblico:

[] es el fundamento de la ciudad. Se ha construido a travs de su historia y posee el carcter especfico que le otorg su plano fundacional. Es un bien comn en el que deben darse las condiciones para ser apropiado por el ciudadano. No es ni puede ser propiedad de los representantes del Estado ni de las autoridades militares, ni de empresas privadas, ni de caprichos individuales que los encierren o que impidan su uso comunitario. El espacio pblico debe ser el eje de las normas urbanas. (El Espectador, 1992, p. 1-E)

Y es evidente que esta concepcin tiene una carga tica y moral cuyos alcances estaban prximos a ser comprendidos en la propia existencia sociocultural y socioespacial de la ciudad. La ideologa de lo pblico en el contexto urbano se construy, as, desde las leyes nacionales y, posteriormente, se territorializaron desde la arquitectura y el urbanismo en el plano metropolitano. La moral de lo pblico, en conjuncin con la tica del capitalismo fundado en el beneficio privado, conducira a una nueva situacin que contribuy a la configuracin sociocultural de la ideologa del espacio pblico en Bogot y otras ciudades colombianas.

Durante el primer gobierno de Antanas Mockus fueron convocadas organizaciones que buscaban ser representativas de la sociedad civil para formular el Plan Estratgico Bogot 2000, considerado por Acebedo como el plan de inversiones de los organismos de crdito internacional (1999, p. 79). El espacio pblico era uno de los siete grandes grupos de proyectos estratgicos que estaban consignados como prioritarios para la elaboracin de este Plan. La misma tendencia se observaba en torno al Plan Monitor, apoyado sin reservas por los sectores ms prestigiosos de la sociedad colombiana y la Cmara de Comercio de Bogot. En este contexto, las dinmicas participativas y los procesos culturalmente compartidos con la diversidad democrtica de los habitantes se trastocan por decisiones de carcter vertical, predispuestas por las instituciones y aceptadas de manera resignada por la ciudadana. En este marco de accin, la administracin de Pealosa emprendi, finalmente, la restitucin del espacio urbano en la zona ocupada por el comercio semiformal de las Galeras Antonio Nario.

Tomado del Estudio de Carlos Martn Carbonell HigueraDEA en Antropologa Social y Etnologa (EHESS-Pars) Docente investigador y consultorUniversidad Externado de Colombia [email protected] de recepcin: 15 de mayo del 2010. Fecha de aceptacin: 31 de julio del 2010

1.3 La deuda de la ERU con San VictorinoTOMADO EL ESPECTADOR Sbado, 10 de Ene de 2015 Edificios de la zona estn en riesgo, dice FopaeMs de 400 ciudadanos invirtieron en un proyecto que Petro prometi sacar adelante. Mientras Metrovivienda avanza en obras, el plan inmobiliario est frenado. http://www.elespectador.com/noticias/bogota/deuda-de-eru-san-victorino-articulo-515294http://tinyurl.com/lgazkxlLa administracin distrital prometi una multimillonaria inversin para construir un centro comercial en San Victorino. Las obras, como se ve en la imagen, estn en cero. / Gustavo Torrijos Luis Fernando Rodrguez es una de las 463 personas que creyeron en la renovacin urbana de San Victorino, un multimillonario proyecto del que se rumor mucho en 2004, se promocion oficialmente en 2007 y que hoy sigue en etapa de reestructuracin. Hace cuatro aos, la Empresa de Renovacin Urbana (ERU) le prometi un local en lo que sera el Centro Internacional de Comercio Mayorista de San Victorino, una zona a la que supuestamente llegaran 9.000 empresarios. Rodrguez quiso ser uno de ellos e invirti $200 millones para comprar un local de 3x3, pero lo sigue esperando.Pese a que en 2011 la alcaldesa Clara Lpez se comprometi a ejecutar el proyecto con los inversionistas que haban consignado su dinero en la Fiduciaria Bogot (casi $6.000 millones), ese mismo ao la ERU emiti un comunicado anunciando la liquidacin del contrato con la Unin Temporal Urbe Capital, encargada del plan, por supuestas irregularidades. El proyecto qued en cero. Cuando Rodrguez se postul, el metro cuadrado estaba avaluado en $17 millones y un ao despus en $60 millones.En noviembre de 2011, antes de asumir la alcalda, Gustavo Petro le envi una carta al procurador general, Alejandro Ordez, explicndole que el proyecto sera suspendido: Me preocupa la ausencia de modelos financieros slidos y las condiciones de participacin de los comerciantes del sector. El modelo de gestin propuesto es ligero en las obligaciones y asignacin de riesgos al inversionista-constructor. La ERU le entreg la contratacin a una entidad financiera buscando eludir responsabilidades legales (penales, disciplinarias y fiscales) y tener un procedimiento ms laxo, dice el documento.Las dudas aumentaron a finales de 2012, cuando la Contralora Distrital le advirti al alcalde Gustavo Petro que con la decisin de suspender el proyecto estaba poniendo en riesgo $27.000 millones del patrimonio pblico que estaban destinados al proyecto de inversin Centro Internacional de Comercio Mayorista.La ERU intent ponerle fin a la incertidumbre en julio de 2013, cuando les dijo a los inversionistas que ese mismo mes estara lista una licitacin pblica para seleccionar al inversionista constructor que sacara adelante el proyecto. Se habl, en ese entonces, de construir un complejo comercial de ocho torres. Son ms de 90.000 metros cuadrados con variedad de locales, ofrecer alternativas inmobiliarias y comerciales para todos los grupos econmicos del sector, potenciar y generar mayor oferta de productos en locales tradicionales, comercio minorista y madrugones, sostuvo la empresa.La licitacin para seleccionar a la empresa de construccin se declar desierta. Desde entonces el proyecto est en etapa de reestructuracin. Qu suceder con las personas que, como Luis Fernando Rodrguez, invirtieron en el proyecto? Qu cambios ha hecho la ERU en los diseos? Sigue vigente el precio por metro cuadrado? Cunto le ha costado al Distrito modificar los estudios? Ninguna de estas preguntas fueron resueltas por la Empresa de Renovacin Urbana. La oficina de comunicaciones de la entidad le dijo a este diario: El proyecto est en fase de reestructuracin, por lo que an no estamos entregando informacin.No obstante, algunos medios de comunicacin han publicado informacin reciente sobre el proyecto, sealando que la ERU tiene listo un concurso de contratacin por $110.000 millones y que sera adjudicado a finales de este ao. Adems, que empresas como Amarilo, Ospinas y Pedro Gmez estn interesadas en el proyecto. La oficina de comunicaciones asegura que la informacin no es verdica y que ninguna de estas compaas ha manifestado inters.Ante la incertidumbre, los inversionistas le han exigido claridad a la ERU. El pasado 27 de agosto, el secretario de Integracin Social, Jorge Rojas, se reuni con los comerciantes de la zona para hablar sobre problemas de seguridad, habitantes de calle y prostitucin. Patricia Caldern, vocera de los comerciantes, dijo: hace aos han dicho lo mismo: que van a mejorar las calles, los edificios, y en realidad no hay nada. Sobre el plan de renovacin no se dijo nada. No nos sorprende que la administracin nos tenga abandonados.Las obras de MetroviviendaAl margen de los planes fallidos para la construccin del centro comercial mayorista, Metrovivienda ha avanzado en otra fase del proyecto: las obras de espacio pblico y de viviendas de inters prioritario (VIP). En agosto de 2013 empezaron obras de espacio pblico, redes y vas de acceso. A la fecha, dice la entidad, se construyeron 946 m de pavimento y un paso pompeyano, en la carrera 13, entre calles 9 y 10. Tambin se construyeron 1.962 m de andenes, entre la carrera 13, la calle 9, la Avenida Caracas y la calle 10. En cuanto a espacio pblico, se han entregado 1.677 m en la plazoleta Huella de los Mrtires. Se ejecutaron tambin redes de acueducto, energa, telfono y gas, bajo las franjas peatonales de la carrera 13, con sus cmaras y cajas de paso, dice la entidad.Otras obras que ya estn terminadas son las nuevas redes de alcantarillado en la carrera 13 y en la calle 9. Sobre las 310 viviendas de inters prioritario (VIP) en las manzanas 3 y 10 de San Victorino, Metrovivienda dice que el proyecto est a cargo de las empresas BRP y Capitol. En la manzana 3 habr un edificio de 12 pisos, con rea de comercios, servicios y VIP. Contar con 234 estacionamientos, reas comerciales con casi 6.000 m y un rea de servicios con 3.000 m disponibles. Las VIP estarn desde el piso cuatro hasta el doce. El edificio tendr accesos independientes para las reas de comercio y vivienda: escaleras convencionales y elctricas, ascensores de carga e ingresos peatonales. De otro lado, en la manzana 10 ser construida una segunda torre de seis pisos, con un stano de 40 parqueaderos, seis plantas comerciales de 600 m cada una y una plazoleta de comidas en la terraza. Estas obras estaran listas el prximo ao.El plan parcial de renovacin urbana que se present en 2012 (ver Lo que se plane en 2012) ahonda en los riesgos que generan los inmuebles deteriorados: San Victorino se caracteriza por construcciones representativas de desarrollos arquitectnicos hasta los aos 70. De estas, se desconoce si cumplen condiciones estructurales, pero se presume que muchas no cumplen, dada la informalidad con que se construa en los aos 80.Otro dato que arroj el estudio es que los 2.531 establecimientos que reportan ocupacin generan 20.798 empleos. Esta anhelada renovacin tardara 15 aos, segn el estudio. Ahora sern 17, o ms, como dice Luis Fernando Rodrguez: Es mejor retirarse del proyecto. Aunque no es una estafa como tal, s nos sentimos timados por la ERU.

2. JUSTIFICACION

Debido a la gran competencia que ofrecen las grandes superficies y el aumento de necesidades en diferentes partes del pas, el Centro Comercial ofrece economa, oportunidad de trabajo y crecimiento a los pequeos y medianos fabricantes brindndoles un espacio para comercializar y competir sanamente frente al mercado.

La frecuencia del mercado que asiste a San Victorino son en su mayora comerciantes dueos de pequeos negocios ubicados en diferentes regiones del pas (principales, medianas y pequeas ciudades, pueblos, barrios, etc.), madres cabeza de familia, o simplemente personas en busca de una oportunidad de rendimiento econmico para su sostenibilidad y la de su familia, sin pagar Costos adicionales como los que se presentan en los Grandes Centros Comerciales, donde los costos de administracin encarecen los productos ofrecidos haciendo que los mismos sean muy altos..

La idea es destacar este espacio tanto para los nuevos fabricantes como comerciantes y clientes potenciales como una excelente Vitrina y sitio novedoso enclavado en uno de los mercados ms apetecidos del Pas. Por esto se propondrn estrategias de desarrollo socioeconmico, de marketing dirigidas a incrementar el volumen de visitas al centro comercial, aumentar la decisin de compra, fidelizacin de visitantes existentes y adems de esto crear estrategias de posicionamiento de marca para el Centro Comercial Nuevo San Victorino.

3. PLAN TEMATICO

3.1 Anlisis Interno Empresa

El Centro Comercial Nuevo San Victorino, estar acorde a la modernizacin que ofrecen las Grandes Superficies o Centros Empresariales de Colombia, con polticas y objetivos especficos de acuerdo al sistema de comercializacin del sector, Innovando con la ayuda de empresas y comerciantes posicionados, logrado unir a las mejores empresas en la manzana comercial ms reconocida de la zona, donde los compradores pueden encontrar la mejor variedad de productos a los mejores precios.

El centro Comercial, contar con ms de 190 locales, amplias zonas comunes, excelente ubicacin que hace que los compradores de diferentes zonas puedan llegar de forma fcil a sus puertas y sobre todo que puedan realizar sus compras con seguridad y comodidad.

Poseer un fuerte equipo administrativo, respaldado por una junta directiva, quienes estn atentos de proveer tanto a los comerciantes como a los visitantes, de todas las facilidades necesarias para su actividad. Igualmente el equipo de seguridad y logstica del Centro Comercial, ha demostrado estar preparado para atender a todo tipo de visitantes haciendo de esta esquina la ms segura de la zona.

Administracin: La parte administrativa ser especializada en propiedad horizontal, contar con Gerencias especializadas en el servicio con sistemas de control eficientes, distribuidos por departamentos y unidades especializadas para todo tipo de requerimientos que el Centro Comercial lo amerite.

Seguridad: Este departamento est implementado con los ltimos avances tecnolgicos y logsticos que un Centro Comercial moderno lo requiere.

3.1.1 Misin

Buscar beneficios de carcter socioeconmico para fabricantes, comerciantes y clientes mayoristas y minoristas con productos exclusivos, gran variedad de marcas, basados en la innovacin constante y diseos exclusivos para todo tipo de pblico como lo son la gente joven, moderna, descomplicada y clsica.

3.1.2 Visin

Ser un Centro Comercial mayorista muy importante y reconocido a nivel nacional en materia de desarrollo de estrategias comerciales para los segmentos de hombre, mujer y nios, satisfaciendo as las necesidades de fabricantes, comerciantes formales e informales y clientes diversos.

3.1.3 Objetivo General:

Administrar los recursos que nos ofrece la posicin estratgica del inmueble, optimizando acciones que mejoren el deterioro arquitectnico del sector y contribuyendo con polticas de beneficio comunitario, a la gran cantidad de comerciantes formales e informales que realizan sus actividades comerciales en este sector deprimido de la Ciudad de Bogot D. C.

1.1.4 Objetivos Especficos

Generar eventos y actividades que incentiven a los clientes continuamente a visitarnos. Crear y desarrollar campaas publicitarias de comercializacin. Administrar los recursos del Centro Comercial. Controlar de la imagen corporativa y el buen nombre comercial de nuestros clientes.. Manejar todos los tipos de comunicacin y estrategias. Actualizar continuamente los cambios en estilos, modas y avances tecnolgicos.

El Centro Comercial Nuevo San Victorino, Tendr como estrategia principal el crecimiento, la expansin dirigida a nuevas estrategias comerciales teniendo como meta corporativa el crecimiento y desarrollo, apalancndose en las estrategias de precio las cuales se ven reflejadas en el aumento de la demanda de los bienes que se ofrecen all, la capacidad de venta que generar este Proyecto de Centro Comercial le permitir obtener el reconocimiento de los diferentes visitantes o consumidores finales, encontrando productos para todos los gustos y preferencias de compra para comercializar y distribuir, generando diferentes beneficios a todos los canales de distribucin. 3.2 Anlisis Interno Producto

3.2.1 Anlisis de Atributos

Los comerciantes y fabricantes que harn parte del Centro Comercial tendrn la ventaja de contar con el Centro Comercial Nuevo San Victorino; ya que brindar y garantizar a las marcas ofrecidas con participacin en los grandes y pequeos eventos, esto con el fin de atraer y aumentar el volumen de clientes, haciendo que se aumenten los niveles de ventas para los diferentes establecimientos o almacenes.

ANALISIS DE ATRIBUTOS: El Centro Comercial Nuevo San Victorino DESCRIPCIN VENTAJASBENEFICIOS

AtributosLos comerciantes que toman el servicio que ofrece este Centro Comercial se dedican a vender los productos que fabrican al por mayor a clientes dueos de negocios pequeos ubicados en ciudades principales, pueblos y barrios.Su Ubicacin Geogrfica, Sus vas de acceso, El tipo de servicio que ofrece.

Frmula o ncleoNUESTRO CENTRO COMERCIAL ser un especializado en ofrecer productos y servicios a los fabricantes nacionales y extranjeros que comercializan al por mayor y por menor. .La Cantidad y Calidad de los productos que se ofrecern ya que nos basaremos en las Marcas ampliamente reconocidas en el mbito nacional e internacionalEl beneficio que ofrece La administracin del centro comercial a los vendedores es un espacio seguro en donde puedan exhibir sus productos a un bajo costo de administracin, proporcionndoles un alto volumen de demandantes mayoristas y detallistas en diferentes pocas del ao. Otro beneficio que posee este Centro es que debido a su infraestructura y su diseo disminuye los costos de servicios pblicos manteniendo unos gastos de administracin moderados

CalidadLa Administracin del Centro Comercial establece polticas y acuerdos de servicio para el uso correcto de las instalaciones.Se evidenciar una imagen uniforme y horarios establecidos para ofrecer los servicios

MarcaE l nombre del Centro Comercial se deriva del barrio San Victorino. Este sector, durante dcadas se caracteriza por ser uno de los centros de concentracin de viajeros, comerciantes y artesanos que llegan de diferentes zonas del Pas.El Posicionamiento que queremos de nuestro Centro Comercial Nuevo San Victorino, es generar un ambiente eficiente para interactuar comerciantes y clientes que a diario visitarn este centro comercial, buscando productos de primera lnea para satisfacer las necesidades de pueblos y principales ciudades generando utilidades para el comerciante.

estrategia - imagenEl Centro Comercial posicionar su imagen en los comerciantes utilizando estrategias de penetracin basada en la creacin de empresa y desarrollo sostenible de los empresarios y afiliadosLa imagen del Centro Comercial se fortalecer mediante eventos feriales, radiodifusin y medios audiovisuales. Todo esto contribuye al fortalecimiento de la imagen, reconocimiento y prestigio de los empresarios que se unan al proyecto.

ServicioLa administracin del Centro Comercial Nuevo San Victorino arrendar los espacios libres y pasillos para que los comerciantes exhiban artculos promocionales cautivando la atencin del comerciante mayorista y cliente minorista.La Administracin del Centro Comercial generar estrategias de ventajas competitivas, dando la oportunidad de encuentros entre compradores y clientes de manera directa y sin intermediarios.

GarantaLa administracin del Centro Comercial le garantiza a sus comerciantes un alto volumen de clientes efectivos ofrecindoles seguridad y mantenimiento de sus instalacionesEste servicio garantizar el pago oportuno del servicio de administracin y arriendo generando utilidad e ingresos efectivos para la administracin.

PosicionamientoEl Centro Comercial Nuevo San Victorino generar recordacin dentro del segmento especifico de mercado para comerciantes y compradores,Esta recordacin fideliza al comerciante y al comprador.

3.2.2 Anlisis de Posicionamiento

La importancia que obtendr el Centro .Comercial Nuevo San Victorino como epicentro de mercadeo nacional o Internacional al por mayor y al detal, es organizar eventos Feriales, en el cual se identificar la importancia y posicionamiento en la zona, como tambin una vitrina de gran magnitud ante el comercio continuo de productos y bienes de calidad a los mejores precios para el consumidor final, contribuyendo con esto como herramienta efectiva de desarrollo socioeconmico de San Victorino.

3.2.3 Determinacin de la etapa del Ciclo de Vida

El centro comercial se adecuar y buscar fortalecer el crecimiento que se caracterizar por tener una alta rotacin de pblico, generando un incremento en las ventas para beneficio de los fabricantes y arrendatarios de los establecimientos que conforman el proyecto empresarial del mismo.

Los arrendatarios de este centro comercial ven una oportunidad de introducir marcas propias e innovadoras ofertas de fabricantes nacionales y extranjeros, a grandes escalas y comercializando segn las necesidades de cada cliente, generando rentabilidad para beneficio propio. Esto se logra ya que todo este conjunto de marcas se asocia en un solo lugar y a gran escala con precios altamente competitivos y ofertas que son exclusivas del sector.

De esta manera se pretende ingresar a nuevos mercados aumentado la cobertura y los canales de distribucin. Para lograr este objetivo el centro comercial invertir en actividades publicitarias destinadas al reconocimiento y fortalecimiento del mercado meta, creando una mayor preferencia y compromiso de compra por el comerciante.

3.2.4 Objetivos y Estrategias a utilizar

El departamento de mercadeo tiene como misin el servicio de asesora y direccin profesional para las marcas. La atencin al cliente es prestada a travs del Taller del Cliente (unidad del departamento) donde se brinda informacin comercial y se hace el papel del defensor del mismo.

3.2.5 Anlisis de Ingresos

Las Variables del estudio financiero anexo en etapa de Prefactibilidad, nos muestran la proyeccin de las inversiones y los ingresos para el presente proyecto.

3.2.5.1 Ingresos Centro Comercial Nuevo San Victorino

La siguiente grafica nos ilustra los ingresos proyectados anualmente por concepto de arrendamiento de locales comerciales en el CENTRO COMERCIAL NUEVO SAN VICTORINO de acuerdo a datos obtenidos atraves de la Lonja de Propiedad Raz de Bogot D. C. y sondeo estadstico del sector realizado por nuestra empresa.

VALORES ARRENDAMIENTOS DEL SECTOR ( DATOS Lonja de Propiedad Raz, Mincomercio )

2014(En Miles de $ )

Total rea del Centro Comercial en m2 1.725 Total rea para Locales Comerciales en m2 1.140

Tipo de LocalNo. De LocalesExtensin mtsM2 por LocalM2 de Construccin por PisoValor Arriendo x M2Valor Arriendo x MesTotal Mensual x Tipo de Local

Local 1er. Piso80 2.50 x 2.40 6480 $ 250 $ 1.500 $ 120.000

Local 2o. Piso60 2.50 x 2.40 6360 $ 100 $ 600 $ 36.000

Local 3er. Piso50 2.50 x 2.40 6300 $ 80 $ 480 $ 24.000

TOTALES190 1.140 $ 180.000

PROYECCION ANUAL DE LOS INGRESOS

2015201620172018201920202021

Local 1er. Piso $ 1.440.000 $ 1.497.600 $ 1.557.504 $ 1.619.804 $ 1.684.596 $ 1.751.980 $ 1.822.059

Local 2o. Piso $ 432.000 $ 449.280 $ 467.251 $ 485.941 $ 505.379 $ 525.594 $ 546.618

Local 3er. Piso $ 288.000 $ 299.520 $ 311.501 $ 323.961 $ 336.919 $ 350.396 $ 364.412

TOTALES $ 2.160.000 $ 2.246.400 $ 2.336.256 $ 2.429.706 $ 2.526.894 $ 2.627.970 $ 2.733.089

2022202320242025202620272028

Local 1er. Piso $ 1.894.942 $ 1.970.739 $ 2.049.569