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1 Dr. Eduardo Marino Sanllehi PROTECCIÓN PERSONAL Y USO DE BARRERAS 1 La saliva es una parte necesaria del proceso digestivo. Se inicia cuando se producen enzimas para iniciar la descomposición de los alimentos durante la masticación. La producción continua de saliva mantiene la boca húmeda. Muchas de las enfermedades transmisibles, sin embargo, se pasan de una persona a otra a través del contacto con la saliva, como cuando se besa o se tose. La creciente prevalencia de infecciones como el VIH y el virus de la hepatitis, incrementan el riesgo de exposición de los trabajadores de la salud con sangre, fluidos y tejidos de pacientes infectados, si no se observan las precauciones de Bioseguridad El VIH ha sido aislado de casi todos los líquidos del cuerpo de los pacientes infectados: sangre, semen, secreciones vaginales, saliva, lágrimas, leche materna, líquido cefalorraquídeo (LCR), orina y líquido amniótico. La cantidad de partículas virales libres y de células infectadas varían en cada uno de ellos; el LCR y el semen contienen el mayor número de formas infectantes. Existen evidencias epidemiológicas claras de transmisión de la infección en la población general a partir de la sangre, semen, los fluidos vaginales y posiblemente la leche materna. Con respecto al riesgo laboral para los trabajadores de la salud, los únicos líquidos implicados claramente en la transmisión del VIH son: la sangre y los fluidos corporales contaminados con sangre Ha sido determinado que en los consultorios odontológicos se puede adquirir o diseminar con relativa facilidad, los agentes causantes de las siguientes enfermedades: a) Causadas por Virus: Hepatitis B, Hepatitis no A no B, Hepatitis Delta, Conjuntivitis Herpética, Herpes Simple, Herpes Zoster, Mononucleosis Infecciosa, Sarampión, Rubeola y SIDA, Papilomavirus humano (HPV) b) Causadas por bacterias: Neumonía, infecciones por estafilococo, estreptococos, pseudomonas, klebsiella y aquellas enfermedades transmitidas sexualmente. CONTROL DEL H.I.V. La infección con VIH es aparentemente mucho menor que la infección del virus de la Hepatitis B, pero no por eso debemos dejar de tomar estrictas precauciones para evitar la diseminación de esta enfermedad entre las personas que trabajan

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Bioseguridad para Higienistas Dentales

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Dr. Eduardo Marino Sanllehi

PROTECCIÓN PERSONAL Y USO DE BARRERAS 1

La saliva es una parte necesaria del proceso digestivo. Se inicia cuando se producen enzimas para iniciar la descomposición de los alimentos durante la masticación. La producción continua de saliva mantiene la boca húmeda. Muchas de las enfermedades transmisibles, sin embargo, se pasan de una persona a otra a través del contacto con la saliva, como cuando se besa o se tose. La creciente prevalencia de infecciones como el VIH y el virus de la hepatitis, incrementan el riesgo de exposición de los trabajadores de la salud con sangre, fluidos y tejidos de pacientes infectados, si no se observan las precauciones de Bioseguridad

El VIH ha sido aislado de casi todos los líquidos del cuerpo de los pacientes infectados: sangre, semen, secreciones vaginales, saliva, lágrimas, leche materna, líquido cefalorraquídeo (LCR), orina y líquido amniótico. La cantidad de partículas virales libres y de células infectadas varían en cada uno de ellos; el LCR y el semen contienen el mayor número de formas infectantes. Existen evidencias epidemiológicas claras de transmisión de la infección en la población general a partir de la sangre, semen, los fluidos vaginales y posiblemente la leche materna. Con respecto al riesgo laboral para los trabajadores de la salud, los únicos líquidos implicados claramente en la transmisión del VIH son: la sangre y los fluidos corporales contaminados con sangre

Ha sido determinado que en los consultorios odontológicos se puede adquirir o diseminar con relativa facilidad, los agentes causantes de las siguientes enfermedades:

a) Causadas por Virus: Hepatitis B, Hepatitis no A no B, Hepatitis Delta, Conjuntivitis Herpética, Herpes Simple, Herpes Zoster, Mononucleosis Infecciosa, Sarampión, Rubeola y SIDA, Papilomavirus humano (HPV)

b) Causadas por bacterias: Neumonía, infecciones por estafilococo, estreptococos, pseudomonas, klebsiella y aquellas enfermedades transmitidas sexualmente.

CONTROL DEL H.I.V.

La infección con VIH es aparentemente mucho menor que la infección del virus de la Hepatitis B, pero no por eso debemos dejar de tomar estrictas precauciones para evitar la diseminación de esta enfermedad entre las personas que trabajan o asisten a los consultorios odontológicos. El riesgo para que el dentista se contagie de SIDA es de 0.04%.

El conocimiento exacto de las características e implicancias de esta enfermedad debe ser rutinario para el odontólogo, ya que "la boca es frecuentemente el área primaria de involucramiento de infecciones y cánceres asociados con el SIDA. Las manifestaciones orales del Sarcoma de Kaposi, Candidiasis y lesiones orales recurrentes, son signos tempranos de la supresión del sistema inmune que pueden ser parte del fenómeno pre-SIDA. El virus del SIDA ha sido encontrado en saliva y otros fluidos orgánicos. Por lo tanto, es bueno usar todas las precauciones posibles

Las precauciones universales y recomendaciones para el control de la infección son esenciales para minimizar el riesgo por infección en el consultorio. Respecto al VIH y el SIDA. En pacientes enfermos. Se pueden realizar todas las gamas de la Odontología Restauradora. Endodoncia. Tratamientos de Ortodoncia y aún Cirugía menor sin compromiso

Para mantener un riguroso sistema de control del SIDA en nuestros consultorios, será indispensable considerar que todo material estéril o no, que entra a la boca, cuando sale de

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ella debe ser considerado como contaminante por lo que debe ser obligatoriamente desinfectado o esterilizado.

Si se respetan las normas de bioseguridad en la práctica profesional odontológica cotidiana, el riesgo de contaminación del SIDA, la Hepatitis B y otras dolencias, se reducen prácticamente a 0.

Se recomienda atender a los pacientes infectados con el VIH o que padezcan de SIDA, en días específicos con el fin exclusivo de evitar que ellos puedan contagiarse de otras dolencias que les compliquen su estado de salud, como puede ser una gripe.

Para lograr la inactivación del VIH deberemos usar rutinariamente desinfectantes para los diversos tipos de instrumental.

Los desinfectantes recomendados incluyen iodóforos, hipoclorito de sodio fenol y glutaraldehídos. Recomendándose que se sigan con estrictez las reglas de desinfección.

Se recomienda respetar las siguientes normas de bioseguridad:a. El uso de doble juego de guantes, mascarillas, gorro y anteojos.b. Trabajar con delantal de mangas largas y cuello cerrado.c. Usar siempre instrumental esterilizado. d. Limpiar los equipos con desinfectantes.e. Descartar todo instrumento o material que haya sido contaminado.

CONTROL DEL VIRUS DE LA HEPATITIS B.

La Hepatitis B constituye una enfermedad de muy serio riesgo para los odontólogos y su personal asistente. Esta enfermedad se transmite por vía parenteral, exudados, sangre o saliva contaminada, cortes o pinchazos con instrumentos contaminados (infectados), por vía sexual y por vía perinatal.

La mayoría de pacientes con Hepatitis B son asintomáticos con manifestaciones subclínicas. La sintomatología que presentan las personas es de cefaleas, trastornos gastrointestinales leves, fatiga general y rigidez de las articulaciones. Raramente aparece la ictericia, pero todos los pacientes ictéricos deben ser considerados como infecciosos. La evidencia serológica es lo único que evidencia con precisión a la Hepatitis B. ya sea en los pacientes ya infectados o en los portadores del virus.

Es muy importante conocer que un mililitro de sangre puede contener 100.000.000 de virus contagiantes. Es comprensible que más del 15 % de los dentistas se hayan contagiado con hepatitis B y hasta un 21 % de los cirujanos máxilo-faciales, mientras que la población general solamente estuvo infectada en un 5% por el virus de la Hepatitis B.

Los dentistas y nuestro personal asistente debemos considerarnos en el grupo de personas de mediano riesgo en función de las posibilidades de transmitir el virus o infectarnos. Desde hace años se viene advirtiendo respecto a los riesgos de esta enfermedad a que los odontólogos se exponen en cuanto a su contagio. Un odontólogo tiene seis veces más posibilidades de contraerla que un hombre de otra actividad y nueve veces si es cirujano o periodoncista.

En el mundo existen aproximadamente 300 millones de personas portadoras del virus. 50 millones de personas se infectan cada año y anualmente se producen 2 millones y medio de muertes por esta enfermedad o sus complicaciones. En el mundo existen aproximadamente 2 millones de personas infectadas con SIDA y 300 millones de portadores del Virus de la hepatitis

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B. El volumen de sangre requerido para transmitir el SIDA es de 0.1ml., pero solo es necesario 0.00004 ml. de sangre para contraer la Hepatitis B. por lo tanto, las posibilidades de contagiarse de Hepatitis B es 200 veces mayor que respecto al SIDA. El riesgo de infección del SIDA para el profesional odontólogo es de aproximadamente entre O.5% y 1 %, frente a la Hepatitis B que varía entre 6-7 y 30%, según diversos estudios realizados. La Hepatitis B puede llegar a ser mortal para los dentistas.

El 90% de las personas que tienen contacto con el virus, desarrollan inmunidad sin presentar sintomatología. Un 9% restante puede transformarse en portador crónico del virus, de manera totalmente asintomática. Pueden sufrir una hepatitis crónica y persistente y evolucionar a la cirrosis del hígado o a una hepatitis crónica activa, evolucionando hacia una cirrosis o al hepatocarcinoma. El 1% restante puede sufrir una muerte fulminante por una necrosis submasiva o masiva del hígado. Un odontólogo portador crónico del virus de la Hepatitis B. puede infectar a su pareja e hijos, con una posibilidad del 60 % y 6 % respectivamente. El estado de portador crónico es de 10 a 20 veces más frecuente entre los odontólogos que entre la población general. Un odontólogo que trata un promedio de 20 pacientes al día, se encontrará con un portador cada 5 días de trabajo.

Un método de protección contra el Virus de la hepatitis B. de uso muy recomendable para el dentista, es la propia aplicación de vacunas.

La vacunación consiste en la aplicación de 3 dosis: la inicial y luego la aplicación de nuevas dosis a los 30 y 60 días, lográndose una protección por un tiempo aproximado de 5 a 8 años, aunque el tiempo de protección dado por las vacunas se estima menor en la actualidad: 4 años. Se recomienda utilizar la vacuna producida por tecnología genética y a los dos años de haberse vacunado, efectuar un recuento de anticuerpos HB, pues un 10% de las personas vacunadas poseen insuficientes concentraciones de anticuerpos y alrededor de un 20 % lo muestran a los 4 años. Si el recuento muestra la presencia de 10 Ul/I, ya no existe ninguna protección. Si el valor es superior a 15 y la vacunación no fue hecha en los últimos 15 meses, se recomienda volver a efectuar un control de anticuerpos en los próximos 3-6 meses y cuando se llegue a los 10, proceder a la revacunación.

La higiene, el control de la sangre transfundida, la prevención con gammaglobulinas, pueden alejar el peligro de contagio en las Hepatitis A, C, O y E. En el caso de la hepatitis B en la que como odontólogos ocupan un lugar destacado en los grupos de riesgo, se deben observar estrictas normas de bioseguridad y sobre todo proceder a la vacunación, la del personal asistente y la de familiares.

El virus de la Hepatitis B se destruye en el esterilizador, usando calor seco durante 2 horas a 170 grados centígrados, previa esterilización del instrumental en el autoclave o con el uso de sustancias químicas.

Será siempre fundamental la higiene de las manos de los profesionales y personal asistente, ya que la Hepatitis A se contagia a través de alimentos o líquidos contaminados con heces. La forma fecal-oral, especialmente el ciclo ano-mano-boca, es a través de manos sucias, en ceniceros, tiradores de puertas, cerraduras, interruptores de luz, etc.

HERPEZ LABIAL

El herpes labial, también conocido como ampollas de fiebre, llamado así por su aspecto. Es una lesión que puede ocurrir en la boca, labios o el área facial y son causadas por el virus del

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herpes simple (El cual también causa el herpes genital). Aunque aparezcan en distintas áreas del cuerpo estos herpes pueden ser transferidos de una zona a otra, por ejemplo mediante el sexo oral.

El herpes es generalmente contraído por contacto directo de piel a piel con el área infectada, como por ejemplo a través de un beso. Es considerado contagioso hasta que la piel esté totalmente curada, pero hay una mayor probabilidad en el momento en que la ampolla ha brotado y empieza a echar líquido ya que es en el líquido donde se almacenan las partículas del virus.

El período usual de incubación del virus es de 2 a 12 días después de la primera exposición al virus, una vez infectado con el herpes permanece latente en el cuerpo pero existen muchos factores que pueden volverlo activo, por ejemplo: el ciclo menstrual, el embarazo, el consumo excesivo de alcohol, el estrés, la fiebre, .aunque el que parece estar más relacionado es que el sistema inmunológico esté debilitado.

El herpes labial puede confundirse con úlceras dolorosas que se producen en el labio o la mucosa oral. Estas ulceraciones son causadas por estres agudo, alergia o reacciones a algunas bacterias. La diferencia entre ambas es que el herpes es contagioso y las ulceraciones no.

Un dato interesante es que a pesar de que una persona haya sido infectada por el virus herpes esta no necesariamente ha de presentar una erupción. Esto es porque el sistema inmunológico de algunas personas tiene la habilidad de suprimir el virus completamente.

HONGOS

Se conocen más de 90.000 especies. Son organismos pluricelulares excepto las levaduras. Son organismos Eucariotas1. Se suelen clasificar en un reino aparte denominado fungi.

Muchas especies son Saprofitas y otras Parásitos. Se diferencian por no presentar estado embrionario en su desarrollo y porque su reproducción (sexual o asexual) implica la reproducción de esporas. Estas son dispersas por el viento y por otros agentes a lugares distantes donde germinan y se desarrollan un nuevo micelio.

Las infecciones por hongos son llamados micosis. La mayor parte de los hongos son patógenos, son exógenos, siendo su hábitat natural: el agua, el suelo y los desechos orgánicos.

Las micosis con mayor incidencia son la Candidiasis y las Dermatofitosis que son causados por hongos que forman parte de la flora microbiana natural.

Los hongos patógenos no producen toxinas patógenas.

La mayor parte de las micosis son difíciles de tratar.

CLASIFICACIÓN DE MICROORGANISMOS MÁS FRECUENTES

Ciencia de la Microbiología

1 Se denomina como Eucariotas (Eu-bien o normal; Cariota-forma de nuez) a todas las células con un núcleo celular delimitado dentro de una doble capa lipídica: la envoltura nuclear, la cual es porosa y contiene su material hereditario, fundamentalmente su información genética.

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A mediados del Siglo XVII-XVIII, la palabra microbio se comenzó a usar para designar a pequeñísimos organismos vivientes que pueden ser observados solo a través de microscopio. Al estudio de estos se les llamo Microbiología, la cual basa su conocimiento en la estructura celular y su comportamiento.

La mayoría de los Microorganismos no son capaces de causar enfermedades (“saprófitos”), existen otros que si son capaces de producir enfermedades en el hombre llamadas infecciones (“patógenos”), por lo tanto estos juegan un papel altamente significativo desde el punto de vista médico.

Clasificación

La Microbiología se subdivide en varias disciplinas que estudian cada grupo taxonómico de microorganismos.

Algunos no son propiamente microorganismos, pero su estudio se basa en estructuras microscópicas.

Microbiología

Bacteriología (Estudia a las bacterias) Micobiología (Estudia a los Hongos) Virología (Estudia a los Virus) Parasitología (Estudia a los Parásitos)

Parasitología

Protozoología (Estudia a los Protozoarios) Helmantología (Estudia a los Helmintos) Entomología (Es el estudio de los insectos, ácaros y otros)

TRANSMISIBILIDAD

Las enfermedades infecciosas se dividen en transmisibles y no transmisibles (o contagiosas o no contagiosas).

Las enfermedades infecciosas transmisibles (o contagiosas) se pueden propagar directamente desde el individuo infectado, a través de secreciones, la piel o membranas mucosas o, indirectamente, cuando la persona infectada contamina el aire por medio de su respiración, un objeto inanimado o un alimento, como suele ocurrir con la gripe.

En las enfermedades infecciosas no transmisibles el microorganismo no se contagia de un individuo a otro, sino que requiere unas circunstancias especiales, sean medioambientales, accidentales, etc., para su transmisión. En estos casos, las personas infectadas no transmiten la enfermedad. Estos incluyen la necesidad para las especies de vectores intermediarios (como el mosquito que causa la malaria) o transferencia de fluidos corporales (tales como las transfusiones, el uso compartido de jeringas o el contacto sexual).

La frontera entre las enfermedades contagiosas transmisibles y no transmisibles no está perfectamente dibujada, como se ilustra clásicamente por la tuberculosis, que es claramente

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transmisible de persona a persona, pero por lo general no es considerada como una enfermedad contagiosa. En la actualidad, la mayoría de las enfermedades de transmisión sexual se consideran contagiosas, pero sólo algunas de ellas están sometidos a aislamiento médico.

Por lo general, las epidemias son causadas únicamente por enfermedades transmisibles, pero también se producen excepciones ocasionales, como la peste negra. Esto se debe a que las epidemias también pueden considerarse en términos de proporción de las personas infectadas con una enfermedad transmisible.

Debido a la naturaleza de las enfermedades no contagiosas transmisibles, como la fiebre amarilla o filariasis2, su propagación se ve poco afectada por el aislamiento no médico (para las personas enfermas) o cuarentena (para las personas expuestas). Por lo tanto, una «enfermedad contagiosa» es a veces definida en términos prácticos a si el aislamiento o la cuarentena son utilizados como una respuesta de salud pública.

Formas de transmisión y contagio

Las enfermedades infecciosas se transmiten directamente de persona a persona, o por medio del agua, aire o alimentos contaminados

Según el organismo causante, una enfermedad infecciosa puede propagarse de diferentes formas, siendo las principales:

La transmisión a través del contacto directo con una persona infectada y esta puede ser dependiendo del tipo de enfermedad, por medio de la saliva que se expulsa al hablar, toser o estornudar, por medio del contacto con heridas, sangre, lágrimas, mocos u otro tipo de secreciones o fluidos corporales, a través de la piel o por contacto con utensilios y artículos personales como cepillos de dientes, peines, rasuradoras o navajas, agujas para inyección, etc.

Una de las formas de transmisión de muchas enfermedades infecciosas graves es a través de las relaciones sexuales sin protección o por medio de la sangre de personas enfermas, por medio de transfusiones, con el manejo de sangre o a través de curaciones realizadas sin protección.

Otra forma de transmisión es a través de los elementos ambientales como el aire, agua o tierra. La acumulación de basura genera el desarrollo de microbios y fauna nociva.

También se pueden adquirir por medio de los alimentos, el agua para uso y consumo humano y el contacto con animales o insectos.

2La filariasis constituye un grupo de enfermedades parasitarias en el humano y otros animales, y por lo general tropicales, causada por la infección de «filarias», nematodos del orden Spirurida, superfamilia Filarioidea, que son transmitidos en forma de larva o microfilaria a los vertebrados por un artrópodo, generalmente mosquitos o moscas, luego de lo cual las larvas se localizan adecuadamente para convertirse en adultos.