Propiedades magnéticas de las arenas recientes de la Bahía de ...

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Universidad Complutense de Madrid Propiedades magnéticas de las arenas recientes de Portmán, Murcia Máster en Geofísica y Meteorología Curso 2012 - 2013 Alumna: Clara Gómez García Tutora: Fátima Martín Hernández

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Universidad Complutense de Madrid

Propiedades magnéticas de las

arenas recientes de Portmán,

Murcia

Máster en Geofísica y Meteorología

Curso 2012 - 2013

Alumna: Clara Gómez García

Tutora: Fátima Martín Hernández

Propiedades magnéticas de las arenas recientes de

Portmán, Murcia

Trabajo Fin de Máster llevado a cabo dentro del Programa Oficial de

Posgrado, Máster en Geofísica y Meteorología impartido por los

departamentos de Física de la Tierra, Astronomía y Astrofísica I

(Geofísica y Meteorología) (Astronomía y Geodesia) y II (Astrofísica y

Ciencias de la Atmósfera), de la Facultad de Ciencias Físicas de la

Universidad Complutense de Madrid.

Clara Gómez García

Dirigido por la Doctora:

Fátima Martín Hernández

Índice 1 Introducción ..................................................................................................................................................1

1.1 Zona de estudio ..................................................................................................................................1

1.2 Historia minera de la zona .............................................................................................................2

2 Marco geológico ...........................................................................................................................................4

3 Conceptos básicos .......................................................................................................................................5

3.1 Propiedades magnéticas de la materia .....................................................................................5

3.2 Dominios magnéticos ......................................................................................................................7

3.3 Minerales magnéticos ......................................................................................................................8

4 Materiales y Metodología ........................................................................................................................9

4.1 Materiales .............................................................................................................................................9

4.2 Metodología ...................................................................................................................................... 10

4.2.1 Ciclos de histéresis ............................................................................................................... 11

4.2.2 Medidas de adquisición de la IRM y back-field IRM ................................................ 12

4.2.3 Representación de los parámetros de histéresis, el diagrama de Day ............ 13

4.2.4 Análisis del espectro de coercitividad de la IRM ...................................................... 13

4.2.5 Susceptibilidad magnética a bajo campo .................................................................... 14

4.2.6 Curvas termomagnéticas ................................................................................................... 15

4.2.7 Desimanación térmica de componentes ortogonales de la IRM ........................ 15

4.2.8 Microscopía electrónica de barrido (SEM) ................................................................. 16

5 Resultados .................................................................................................................................................. 17

5.1 Ciclos de histéresis ......................................................................................................................... 17

5.2 Medidas de adquisición de la IRM y back - field IRM........................................................ 20

5.3 Representación de los parámetros de histéresis, el diagrama de Day ...................... 21

5.4 Análisis del espectro de coercitividad de la IRM ............................................................... 22

5.5 Susceptibilidad magnética a bajo campo .............................................................................. 25

5.6 Curvas termomagnéticas ............................................................................................................. 26

5.7 Desimanación térmica de componentes ortogonales de la IRM .................................. 27

5.8 Microscopía electrónica de barrido (SEM) ........................................................................... 28

6 Discusión ..................................................................................................................................................... 29

7 Conclusiones y perspectivas de futuro ............................................................................................ 34

Agradecimientos ................................................................................................................................................ 36

Referencias ........................................................................................................................................................... 36

~ 1 ~

1 Introducción

1.1 Zona de estudio

La Bahía de Portmán (Figura 1), junto al pueblo del mismo nombre, se encuentra en

la provincia de Murcia al sureste de España, en el municipio de La Unión. Se trata de una

zona (Distrito Minero de Cartagena – La Unión) en la que las actividades mineras han

constituido durante más de dos mil años la actividad económica más importante con la

extracción por parte de fenicios, romanos y españoles de plata, plomo, cinc, cobre, estaño,

hierro y manganeso [Oen et al., 1975; Conesa et al., 2008]. La Bahía pertenece al litoral

Mediterráneo estando a los pies de la Sierra minera de Cartagena – La Unión que atraviesa

el Distrito Minero de Este a Oeste de forma paralela al Mar Mediterráneo a lo largo de 25

km entre Cartagena y el Cabo de Palos. Al Norte de Portmán se encuentra la máxima altura

de la sierra, el cerro de Sancti Spiritu de 434 metros de altitud. La zona se caracteriza por

un clima mediterráneo semiárido con una precipitación media anual de 275 mm que se

concentra en las estaciones de primavera y otoño mientras que la temperatura media

anual es de 17°C [Jiménez-Cárceles, 2006].

Figura 1. Localización de la Bahía de Portmán (puntero blanco y negro) en la península ibérica. Fuente: Google Earth.

El Distrito Minero de Cartagena – La Unión es el principal distrito minero de la región y

cubre una extensión de 10 5 km en dirección Noreste-Suroeste contando con uno de los

depósitos de mineral Pb – Zn de mayor densidad de España [López-García et al., 2011].

~ 2 ~

Como consecuencia de la elevada actividad minera a lo largo de los siglos en esta región,

las zonas circundantes a la Sierra de Cartagena han sufrido transformaciones

geomorfológicas mostrando pilas de desechos y pozos, así como de balsas de estériles, que

se extienden a lo largo de muchos kilómetros. A raíz de la intensa explotación de la zona

llevada a cabo desde mediados del siglo XX, la Bahía de Portmán ha sido la más afectada,

llegando a desaparecer en pocas décadas (Figura 2) debido a los más de 57 millones de

toneladas de estériles de flotación (llamados colas) del Lavadero Roberto arrojados al mar

directamente, de los cuales, 30 millones fueron devueltos por las corrientes y el viento

llenando la Bahía (con más de 10 metros de profundidad en el centro, en un principio) y el

resto fue depositado en la plataforma continental [Martos-Miralles et al., 2001]. El

Lavadero Roberto era el lavadero de flotación diferencial más grande de Europa en la

época en que permaneció activo y era el lugar al que iban a parar los minerales extraídos

de las distintas minas, conectadas con el lavadero mediante el túnel José Maestre, para

retirar las impurezas mediante un proceso de batido de los minerales tratados con aire y

reactivos químicos. La línea de costa de la Bahía ha retrocedido un kilómetro,

aproximadamente. Las consecuencias no se reducen únicamente a cambios

geomorfológicos, se trata de un grave problema medioambiental. Se ha encontrado que la

contaminación de la superficie y las aguas subterráneas de zonas adyacentes las hace

inadecuadas para el riego y para beber [Robles-Arenas et al., 2006], y, la flora y la fauna

también se ha visto afectada por la contaminación. Además, es común la aparición de

aguas ácidas tras las lluvias en las calles de pueblos cercanos y existe el riesgo de que las

colas de las minas cercanas a zonas urbanas se desplomen como consecuencia de su débil

estabilidad estructural [Conesa et al., 2008]. Por otra parte, la Bahía de Portmán presenta

elevadas concentraciones de metales como plomo, cobre, cinc, cadmio o mercurio

[Martínez Orozco et al., 1993; García et al., 2003] así como de sulfuro y óxidos de hierro.

Figura 2. Vista aérea de la Bahía de Portmán, en 1956 (izquierda) y 2009 (derecha). Figura modificada a partir de López Ortiz, 2011.

Con este trabajo se pretende caracterizar la señal magnética, tipos de minerales,

características físico-químicas, propiedades magnéticas y concentración a lo largo de la

playa de los minerales magnéticos depositados en la Bahía a consecuencia de su

colmatación.

1.2 Historia minera de la zona

Toda la zona circundante a la Bahía de Portmán ha estado sujeta a la explotación

minera desde antes del Imperio Romano (27 a. C – 476 d. C.) hasta 1991, cuando la

actividad cesó.

~ 3 ~

La historia minera de la región se remonta a la época de los íberos y continúa con los

fenicios y cartagineses. La Sierra fue muy explotada por su plomo y plata. En este sentido,

el control de estos recursos minerales fue una de las principales causas para el

establecimiento de los cartagineses en esta región (siglo III a. C.), y la ocupación romana

posterior (siglo II a. C.). La antigua Cartago-Nova (actual Cartagena) fue una de las

ciudades romanas más importantes de la antigua Hispania. Los romanos mejoraron la

extracción de hierro, plomo y plata. La actividad extractiva romana era tan intensa que,

después de su caída, se utilizaron los residuos generados durante siglos como fuente de

minerales. Después de la decadencia romana, la actividad minera disminuyó, entre otras

razones, debido a la despoblación de la región, pero un bajo nivel de actividad se mantuvo

en los siglos siguientes [Conesa et al., 2008; Oyarzun et al., 2013].

La minería vuelve a retomar importancia en esta región a mediados del siglo XIX, cuando

el distrito se llega a convertir en uno de los principales productores de Pb – Zn del mundo

ya que esta época supuso un punto de inflexión debido a algunas disposiciones oficiales

que favorecían la actividad minera, como la Ley de Minas de 1825 de Fausto de Elhuyar,

que permite las explotaciones mineras sin licencia real, y el decreto ley que prohíbe la

exportación de mineral bruto, promoviendo la industria metalúrgica nacional. El

desarrollo de la minería del plomo en las cuencas de Almería y el descubrimiento en 1839

del filón El Jaroso en Sierra Almagrera, sirvieron de aliciente para el despegue de la

minería murciana. Además, en ese mismo año, comienza la explotación de la Mina Cabezo

Rajao que aprovechaba las terreras romanas, sin embargo, hacia 1846 se van a agotando

las viejas terreras romanas más ricas y comienza la explotación de los carbonatos de

plomo y sulfuros. Todo esto, junto con el desarrollo de la metalurgia, el desarrollo

tecnológico (cabe destacar la introducción de máquinas de vapor en 1866) y las nuevas

técnicas de fundición, provocó un boom de la actividad minera en el sudeste de España,

que se basaba en una gran cantidad de pequeñas explotaciones en galerías subterráneas y,

con el desarrollo de la industria, se empezó a explotar también cinc y hierro [Manteca

Martínez et al., 2005; Conesa et al., 2008]. Este periodo que arrancó en 1839 se caracteriza

por el auge y la consiguiente decadencia, debida a la incapacidad de respuesta ante

cambios políticos y tecnológicos, conduciendo a la minería a una crisis (se abandonan

yacimientos y se produce la emigración minera).

En el siglo XX, la crisis del sector minero obligó a tomar nuevas estrategias a las empresas

y una aptitud cada vez más intervencionista al Estado. Resurge la minería con los lastres

del período anterior. La empresa Peñarroya aparece en Murcia en 1912 pero fue en 1930

cuando la compañía toma el control minero de la región con el surgimiento de la Sociedad

Minero Metalúrgica Zapata – Portmán, convirtiéndose en 1947 en la Sociedad Minero y

Metalúrgica de Peñarroya – España (SMMP-E) y consiguiendo a partir de entonces

pequeñas concesiones para implantar una explotación a cielo abierto. Resurge la

explotación minera con la mejora de las técnicas de extracción, la introducción masiva de

la tecnología de flotación en las minas de La Unión, la demanda en alza como consecuencia

de la segunda guerra mundial y el crecimiento económico europeo de los años 50 y 60. En

los años 50 la empresa comienza a abrir las primeras explotaciones a cielo abierto como la

Mina Emilia en 1954. En 1957 se construye el Lavadero Roberto y posteriormente se

abren las minas San Valentín en 1966 que se prolongará con Corta Tomasa, Gloria en 1965

y Los Blancos en 1973. En 1956 las empresas mineras se comprometieron a no realizar

~ 4 ~

vertidos de líquidos con sólidos en suspensión, esto no fue cumplido nunca por Peñarroya

que realizó vertidos al Mar Mediterráneo a través de la Bahía de Portmán (Figura 3) desde

el año 1957 hasta el año 1990. A mediados de los años 80 se precipitan los

acontecimientos: crisis de mercados, conflictos salariales y sindicales, consideración de las

políticas medioambientales, etc.; cesando la actividad minera paulatinamente en esta

década hasta que se paran los vertidos el 30 de marzo de 1990 [Manteca Martínez et al.,

2005; García Belchí, 2007].

Figura 3. Imagen de los vertidos (izquierda) (modificada a partir de Poveda, 2007) procedentes del Lavadero Roberto directamente al mar y punto geográfico (derecha) donde se arrojaban (Google Earth).

2 Marco geológico

La Sierra de Cartagena se encuentra al Este de las Cordilleras Béticas. Se caracteriza

por una estructura laminar superpuesta de complejos tectonoestratigráficos. El

basamento está formado por los complejos Nevado – Filábrides (Precámbrico/Paleozoico

a Triásico) y Alpujárrides (Pérmico a Triásico) (Figura 4), que afloran como mantos de

cabalgamiento superpuestos de edad Alpina y están afectados por un metamorfismo

decreciente de abajo a arriba. En el Mioceno Superior, estas unidades basales sufrieron un

colapso gravitacional, que fue acompañado de un importante magmatismo calcoalcalino

alto en potasio y de la sedimentación marina en las cuencas extensionales del Mioceno al

Plioceno. Tras el Neógeno, hay una importante fase de fracturación, seguida de fenómenos

volcánicos y levantamiento de la Sierra, y posteriormente del desmantelamiento erosivo

actual [Manteca Martínez and Ovejero Zapino, 1992; López-García et al., 2011].

En la Sierra Minera de Cartagena-La Unión caben destacar, bajo un punto de vista

morfológico, los siguientes tipos de mineralizaciones [Oen et al., 1975; Manteca Martínez

and Ovejero Zapino, 1992]: (i) mantos: masas y cuerpos estratoides que se encuentran en

los complejos Nevado – Filábrides (segundo manto) y Alpujárrides (primer manto). Ambas

unidades de manto presentan dos conjuntos de minerales distintos: (a) greenalita –

magnetita – sulfuros – carbonatos – sílice (manto de silicatos) y (b) clorita-sulfuros-

carbonatos-sílice (manto piritoso). La mayor parte de plomo y cinc fueron extraídos de

estos depósitos tipo manto. (ii) Diseminaciones en el Mioceno: cuerpos irregulares

alargados en la dirección NO – SE, según la fracturación. Son el recurso minero de mayor

~ 5 ~

importancia una vez agotados en gran parte los mantos. Se trata de una mineralización

rica en esfalerita con pirita, marcasita y galena como fases menores.

Figura 4. Geología y yacimientos minerales del Distrito Minero de Cartagena – La Unión. Figura modificada a partir de López-García et al., 2011.

(iii) Filones y Stockworks asociados a vulcanitas: estructuras filonianas complejas

acompañadas de intensa alteración hidrotermal de las vulcanitas y aparatos dómicos. En

este contexto se sitúan también mineralizaciones tipo stockworks, en las que hay que

destacar el stockwork desarrollado en La Crisoleja (Figura 4) cuya paragénesis presenta

mineralizaciones de hierro, plomo, plata y estaño. (iv) Monteras o Gossan: cuerpos

superficiales oxidados. Su mineralización formada por la alteración de sulfuros primarios,

se caracteriza por la asociación de óxidos, hidróxidos y sulfatos, apareciendo como

minerales principales la gohetita, hematites, sílice y en menor proporción minerales del

grupo de la jarosita y alunita junto con carbonatos y minerales arcillosos [López García,

1985].

3 Conceptos básicos

A continuación se van a desarrollar algunos conceptos básicos de magnetismo y de

magnetismo de rocas que se tratarán a lo largo del trabajo.

3.1 Propiedades magnéticas de la materia

Teniendo en cuenta las propiedades magnéticas, los materiales pueden clasificarse

en tres grandes grupos: diamagnéticos, paramagnéticos y ferromagnéticos.

El diamagnetismo es una propiedad que presentan todos los materiales con niveles

orbitales completos y se aprecia únicamente cuando no hay otro tipo de magnetismo ya

que se debe al momento orbital magnético que presentan los electrones apareados y surge

de los momentos dipolares inducidos por un campo magnético externo, . Los momentos

serán opuestos a la dirección del campo magnético aplicado, y por tanto, debilitan el

~ 6 ~

campo magnético total (ley de Lenz) (Figura 5 a y b). La susceptibilidad magnética, κ, que

es la relación entre el campo aplicado y la imanación obtenida, M ( , donde es

la constante de permeabilidad del vacío), es negativa (Figura 5 c), débil, reversible e

independiente de la temperatura en los materiales diamagnéticos.

Figura 5. Representación del comportamiento de un material diamagnético, en ausencia (a)

y en presencia (b) de campo magnético, y de la susceptibilidad (c). Figura modificada a

partir de Martin-Hernandez and Ferre, 2007.

El paramagnetismo tiene lugar cuando existen electrones desapareados ya que presentan

un momento magnético asociado que se puede alinear con el campo magnético aplicado.

En ausencia de campo magnético, los momentos magnéticos están orientados al azar

(Figura 6 a), mientras que, cuando se aplica un campo magnético, los dipolos se alinean

parcialmente en la dirección del campo, dando lugar a un aumento total del campo y

produciéndose una imanación, paralela al campo (Figura 6 b). La susceptibilidad

magnética es reversible, pequeña, positiva (Figura 6 c) y varía con la temperatura según la

ley de Curie, , donde es la constante de Curie característica de cada material y

la temperatura absoluta [Coey, 2010].

Figura 6. Representación del comportamiento de un material paramagnético, en ausencia

(a) y en presencia (b) de campo magnético, y de la susceptibilidad (c). Figura modificada a

partir de Martin-Hernandez and Ferre, 2007.

El ferromagnetismo presenta interacción de espín. En algunos metales la disposición de

los átomos es lo suficientemente cercana permitiendo el intercambio de electrones, bien

sea entre los átomos vecinos o bien a través de aniones de la red, por lo que presentan

momentos magnéticos en ausencia de campo externo. Los materiales ferromagnéticos

pueden almacenar magnetización de forma permanente como imanación remanente.

Existen cuatro subgrupos dentro del ferromagnetismo atendiendo a la configuración de

los momentos en la red cristalina. Si los momentos magnéticos reaccionan al unísono al

campo magnético aplicado alineándose paralelos a este y dando lugar un fuerte

~ 7 ~

comportamiento magnético, se denomina ferromagnetismo (Figura 7 a) y se produce una

magnetización espontánea. Se habla de antiferromagnetismo (Figura 7 b) cuando no es

posible el intercambio directo de electrones entre los iones metálicos pero sí el

intercambio indirecto entre los electrones de un ión metálico con otro a través de la nube

de electrones del anión de oxígeno (este comportamiento se da en cristales de óxido

aunque también puede darse en cristales donde el ión no es oxígeno, sino azufre, por

ejemplo). El intercambio da lugar a dos subredes con momentos magnéticos intrínsecos

iguales y opuestos (antiparalelos) y la magnetización no es posible. El ferromagnetismo

parásito (Figura 7 c) ocurre cuando un cristal antiferromagnético no presenta los espines

exactamente antiparalelos, sino que existe un ángulo dando lugar a una imanación

residual en la dirección perpendicular. Por último, el ferrimagnetismo (Figura 7 d) tiene

lugar cuando el intercambio indirecto de los materiales antiferromagnéticos involucra

magnetizaciones antiparalelas y desiguales de las subredes dando lugar a una

magnetización espontánea neta.

Figura 7. Esquema del comportamiento de los distintos tipos de materiales ferro-

magnéticos: ferromagnetismo (a), antiferromagnetismo (b), ferromagnetismo parásito (c) y

ferrimagnetismo (d). Figura modificada a partir de Martin-Hernandez and Ferre, 2007.

3.2 Dominios magnéticos

En minerales magnéticos con imanación remanente o permanente, existen diversos

modelos que explican la imanación de la materia. El modelo más aceptado en los minerales

más habituales dentro del magnetismo de rocas en el modelo de imanación por dominios

magnéticos. Los dominios magnéticos son las regiones de un material ferromagnético

magnetizado en las que la magnetización es uniforme y el vector magnetización de cada

región difiere del de las regiones vecinas. Los granos de minerales que contienen varios

dominios se denominan partículas multidominio (MD) (granos grandes) mientras que los

que cuentan solo con un dominio se llaman partículas monodominio (SD) (para granos

muy finos, entre 0.03 y 15 µm en el caso de magnetita y/o titanomagnetitas). La

magnetización de las partículas SD es muy estable. La frontera entre las partículas SD y

MD no está definida, hay un terreno intermedio significativo consistente en granos con

pocos dominios. Estrictamente hablando, tales granos son MD pero poseen muchas de las

propiedades de los granos SD por lo que se denominaron partículas pseudomonodominio

(PSD) [Stacey, 1963]. La cuarta propiedad que depende del tamaño es el

~ 8 ~

superparamagnetismo (SP) (los granos más finos). En un material ferromagnético los

campos moleculares mantienen los momentos magnéticos de espín atómicos alineados

uniformemente y la anisotropía de grano requiere su magnetización espontánea para ser

paralela a una dirección “fácil” que es la dirección energéticamente favorable de la

magnetización espontánea. Si la temperatura es lo bastante elevada, la energía térmica

puede exceder la energía magnética (la que mantiene la magnetización paralela a la

dirección “fácil”) pero todavía es demasiado pequeña para romper la magnetización

espontánea. La energía térmica hace que todo el momento magnético del grano fluctúe

coherentemente de forma similar al paramagnetismo. La magnetización del grano no tiene

una dirección estable y se dice que es superparamagnético. Los granos SP son inmóviles,

solo su magnetización uniforme fluctúa en relación con el grano [Evans and Heller, 2003].

3.3 Minerales magnéticos

Los estudios de magnetismo ambiental dependen de la información almacenada en

los archivos naturales de acuerdo con los granos magnéticos con los que cuentan, por lo

que es necesario introducir los minerales magnéticos responsables de la información

“almacenada”. La siguiente sección resume brevemente las propiedades magnéticas más

relevantes de los minerales magnéticos más significativos usados en este trabajo. Se van a

distinguir tres grupos: los óxidos de hierro, los oxihidróxidos de hierro y los sulfuros de

hierro. Dentro de los óxidos de hierro cabe destacar la magnetita, el hematites y la

maghemita.

La magnetita (Fe3O4) es ferrimagnética. Presenta una fuerte magnetización espontánea de

480 kA/m que hace de la magnetita el mineral más magnético que se encuentra en la

naturaleza y tiene, además, los valores mayores de susceptibilidad magnética (

). Las coercitividades típicas son del orden de las decenas de mT. La coercitividad es

el campo magnético necesario que hay que aplicar en un material ferromagnético para que

la magnetización se reduzca a cero tras haber alcanzado dicho material la saturación. La

magnetita está caracterizada por dos temperaturas importantes, el punto de Curie y la

transición de Verwey. La temperatura de Curie tiene lugar a 580 °C y es a la que la energía

térmica rompe el ferrimagnetismo mientras que la transición de Verwey se da a -150 °C y

marca el cambio cristalográfico de los cationes de hierro del sistema cúbico al monoclínico

[Verwey, 1939]. Es común encontrar toda una serie de variantes en las que el hierro es

remplazado por titanio, pasando el mineral a denominarse titanomagnetita. Cuanto más

cationes de titanio sustituyan a los de hierro, menor será la magnetización espontánea y la

temperatura de Curie.

El hematites (α-Fe2O3) presenta ferromagnetismo parásito debido a los momentos

magnéticos de espines inclinados (spin canting) puesto que la red antiferromagnética que

presenta sufre una ligera desviación dando lugar a una magnetización espontánea de 2.5

kA/m y una temperatura de Curie de 675 °C. De esta forma, aun siendo 200 veces más

débil que la magnetita, el hematites es térmicamente más estable. El rango de

coercitividades puede variar mucho y es del orden de las decenas de Teslas. A – 15 °C tiene

lugar la transición de Morin [Morin, 1950] a la que los espines rotan 90° alineándoles a lo

largo del eje c del cristal y convirtiéndolos en un mineral antiferromagnético puro. Los

cationes de hierro pueden ser remplazados por titanio dando lugar a la serie de

~ 9 ~

titanohematites. De nuevo, cuanto más contenido de titanio haya, menor será la

temperatura de Curie llegando a inhibir la transición de Morin.

La maghemita (γ-Fe2O3) es la forma totalmente oxidada de la magnetita. Presenta una

magnetización espontánea a temperatura ambiente de 380 kA/m, menor que la de la

magnetita. Su temperatura de Curie es de ~645 °C pero, al ser un mineral metaestable, es

difícil determinar dicha temperatura ya que a elevadas temperaturas sufre un cambio

cristalográfico irreversible a hematites como consecuencia de la gran pérdida de

magnetización. La temperatura a la que tiene lugar la transformación a hematites es muy

variable, se han registrado valores desde 250 °C a 900 °C, y parece que depende del

tamaño de grano y de la presencia de impurezas [Dunlop and Özdemir, 1997]. Como en los

dos casos anteriores, también existe la serie de titanomaghemita.

La goethita (α-FeOOH) es un oxihidróxido de hierro antiferromagnético, aunque no

perfectamente, por lo que posee un débil ferromagnetismo. La temperatura de Curie es de

120 °C y la magnetización espontánea de 2kA/m. Las coercitividades son del orden de

decenas de Teslas y se transforma en hematites entre los 250 °C y los 400 °C [Dunlop and

Özdemir, 1997].

El aporte de azufre a partir del mineral explotable original, hace considerar los sulfuros de

hierro como posible fuente de imanación. Dentro de los sulfuros de hierro, la pirita (FeS2)

es probablemente el más común, aunque magnéticamente es paramagnética. En segundo

lugar, la pirrotina, que cristaliza en dos formas, es un posible portador de imanación. La

estructura cristalográfica más común, Fe7S8, es monoclínica y ferrimagnética

(magnetización espontánea ~80 kA/m y temperatura de Curie de 320 °C), mientras que

Fe9S10 es hexagonal y antiferromagnética, aunque sufre una transición cristalográfica a

200 °C convirtiéndose en una fase ferrimagnética metaestable (incrementa la

magnetización dando lugar a la llamada transición lambda). Presenta una temperatura de

Curie alrededor de 270 °C y se transforma en magnetita en torno a los 500 °C. Otro sulfuro

de hierro de relativa importancia es la greigita, con una magnetización espontánea de

~125 °C y una temperatura de Curie de ~330 °C. Además se transforma en magnetita

entre ~270-350 °C [Dunlop and Özdemir, 1997].

4 Materiales y Metodología

4.1 Materiales

Para la realización de este trabajo se ha dispuesto de un total de cincuenta y dos

muestras de arenas de playa (muestras PP) de la antigua Bahía de Portmán tomando dos

especímenes por cada lugar de muestreo para comprobar la homogeneidad de las mismas.

El muestreo tuvo lugar en nueve puntos diferentes (Figura 8) espaciados de forma

variable a lo largo de la línea de costa, muestreando los llamados placeres de costa, así

como en un punto más interno de la playa (PP4). También se han realizado calicatas

verticales para los puntos PP1, PP1 - B, PP2, PP2 – B y PP3 – B (aunque las profundidades

de esta última no están recogidas) y se han tomado distintas muestras del punto PP5. Las

muestras PP3 – A y una fracción de muestras PP5 (las PP5 – D) son de tipo hardpan. El

~ 10 ~

término hardpan hace referencia a una capa densa de suelo que se encuentra

normalmente bajo la capa más superficial. Por su parte, las muestras de PP4 son facies

sulfatadas. En total se recogieron de la Bahía veintiséis muestras. Las muestras se

obtuvieron en varias campañas de campo durante los meses de marzo y abril del 2012.

Figura 8. Localización geográfica de las muestras recogidas en la playa de la antigua Bahía de Portmán y del Lavadero Roberto. Fuente: Google Earth.

También se ha trabajado con un pequeño trozo de material procedente de una de las

minas originales, en particular, de la Cantera Emilia (Figura 4) (en las inmediaciones de la

localidad de El Llano del Beal, a 4 km al Norte de Portmán, aproximadamente), para

estudiar la relación existente y las posibles correlaciones con las muestras de arenas de la

playa como resultado del proceso industrial de extracción. El material fue facilitado por el

profesor José Ángel López García del departamento de Cristalografía y Mineralogía de la

Facultad de CC. Geológicas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Para el

estudio, el material fue fragmentado en trozos menores y, a consecuencia de su

heterogeneidad, se dispuso de dieciséis pequeñas muestras para realizar las medidas

(muestras M).

4.2 Metodología

Para llevar a cabo tanto la caracterización de la señal magnética y los tipos de

minerales encontrados como la determinación de las propiedades magnéticas y

concentración de dichos minerales, se han desarrollado en este trabajo distintas técnicas

de magnetismo de rocas en el laboratorio de Paleomagnetismo, en el CAI (Centro de Ayuda

a la Investigación), ambos de la Fac. de CC. Físicas de la UCM, y en el CNME (Centro

Nacional de Microscopía Electrónica). Dichas técnicas serán detalladas a continuación.

Lavadero

Roberto

~ 11 ~

4.2.1 Ciclos de histéresis

Se han realizado medidas de ciclos de histéresis hasta 0.5 T, corregidos por

contribución paramagnética/diamagnética con la intención de caracterizar los parámetros

magnéticos en la zona de estudio. Se han calculado a partir de aquí los valores de

susceptibilidad paramagnética (κpara) y parámetros ferromagnéticos que se obtienen de la

histéresis (Figura 9): i) magnetización de saturación (Ms), ii) magnetización remanente de

saturación (Mrs), iii) fuerza coercitiva (Bc) y iv) susceptibilidad inicial (κinicial). Estas

medidas se han realizado tanto para las muestras de arena procedentes de la playa como

para las muestras obtenidas a partir de la mina.

La susceptibilidad de alto campo (κpara), es la pendiente de la curva para

campos por encima de la saturación de la parte ferromagnética . La

histéresis ferromagnética se obtiene al sustraer, en este caso, la contribución

paramagnética . La κinicial será la pendiente de la curva

ferromagnética para bajo campo, cuando la curva de imanación es aún

reversible en la llamada zona de Rayleigh [Rayleigh, 1887].

Las curvas de histéresis representan la suma de todos los granos magnéticos que

contribuyen en la muestra. En ocasiones, se puede determinar las fases magnéticas y/o los

estados de dominio observando las formas de estas curvas. Por ejemplo, la distorsión de

las curvas de histéresis puede implicar mezcla de distintas fases y dominios magnéticos.

Las medidas se han realizado en un espectrómetro de coercitividades desarrollado por la

Universidad de Kazan (Coercivity Spectrometer J-meter [Jasonov et al., 1998]). Permite

realizar mediciones simultáneas de la magnetización inducida y remanente.

Las muestras estudiadas se colocan en pequeñas cápsulas de gelatina y fijadas con

algodón, después de haber determinado la masa de normalización del material, que al ser

un material diamagnético no interfiere en las medidas y ayuda a que las muestras se

muevan lo menos posible.

Figura 9. Histéresis magnética con los parámetros principales señalados. Ms es la magnetización obtenida cuando se alcanza la saturación de la muestra con el campo aplicado. Si quitamos dicho campo tenemos la Mrs. Bc es el campo invertido aplicado para el que M es cero y el punto en que la muestra tiene remanencia cero tras quitar el campo se denomina Bcr, coercitividad de remanencia. Figura modificada a partir de Martin-Hernandez and Ferre, 2007.

~ 12 ~

Para el cálculo de los ciclos de histéresis y los parámetros derivados de este se ha

empleado un software de Matlab-® desarrollado en el grupo de Paleomagnetismo UCM.

4.2.2 Medidas de adquisición de la IRM y back-field IRM

Como se ha visto, cuando se somete una muestra a un campo aplicado, esta

presentará una magnetización inducida. Si no hay un campo externo aplicado, las

sustancias ferromagnéticas suelen seguir teniendo momento magnético, llamado

remanencia o magnetización remanente. Esta remanencia tendrá un modelo de

adquisición diferente, dependiendo de las características del campo aplicado y las

condiciones de la muestra. Para este trabajo va a interesar la magnetización remanente

natural (NRM, Natural Remanent Magnetization), la magnetización remanente isotérmica

(IRM, Isothermal Remanent Magnetization) y la remanencia isotérmica de saturación (SIRM,

Saturation isothermal Remanent Magnetization). Si se recoge una muestra natural por

primera vez y no se ha realizado ningún experimento de laboratorio sobre ella antes, se

habla de NRM. Una remanencia obtenida por la exposición a un campo a temperatura

ambiente es una IRM y si el campo usado es suficiente para alcanzar la saturación se

denomina SIRM [Evans and Heller, 2003].

Se han realizado medidas de la adquisición de la IRM, que permiten identificar la

mineralogía magnética y la SIRM, y medidas de desimanación por campos estáticos en

dirección opuesta (Back – field IRM) que determinan la coercitividad de remanencia (Bcr)

(Figura 9). Además, la forma de la curva IRM puede ser usada también para estimar el

número de fases ferromagnéticas y sus propiedades magnéticas. Ambas medidas

(adquisición y back – field IRM) se obtuvieron con un campo magnético máximo de 0.5 T,

con el Coercivity Spectrometer antes descrito, para las muestras PP y las muestras M. Se

habla de mineral magnéticamente duro si presenta valores elevados de coercitividad

(como ocurre con el hematites o la goethita), mientras que si los valores de coercitividad

son pequeños, el mineral será blando (como la magnetita).

Para asegurar que todas las curvas de adquisición de la IRM en las muestras PP alcanzan

la saturación de remanencia isotérmica (SIRM), se realizan las medidas de adquisición de

la IRM hasta un campo magnético de 4 T. Esta medida se realizó solo para una muestra de

cada uno de los sitios (Figura 8). Se tomaron seis ejemplares en total, cada uno

correspondiente a una zona muestreada de la Bahía teniendo en cuenta que, de las zonas

parejas PP1/PP1 – B, PP2/PP2 – B y PP3 – A/PP3 – B, solo se cogió una muestra de alguna

de las dos zonas. Los resultados para esta medida vienen indicados como PP1, PP2, PP3,

PP4, PP5 y PP6.

Para obtener las curvas de adquisición de la IRM hasta 4 T, se preparan las muestras de

arena en cápsulas de gelatina fijándolas con algodón y se miden las masas con una balanza.

Con un Impulse Magnetizer se van introduciendo los pasos de campo magnético y, tras

cada pulso magnético dado, se mide la magnetización remanente (MR) con un Spinner

Magnetometer JR5A de AGICO (Advanced Geoscience Instruments Co.) obteniendo de esta

forma los pares de valores de campo magnético y magnetización remanente isotérmica

con los que se construirán después las curvas de adquisición.

~ 13 ~

4.2.3 Representación de los parámetros de histéresis, el diagrama de Day

Los diagramas de Day [Day et al., 1977; Dunlop, 2002] permiten resumir de

manera útil los parámetros de histéresis (Mrs, Ms y Bc) y de remanencia (Bcr) mediante la

representación de los ratios Mrs/Ms frente a Bcr/Bc. Figuran zonas rectangulares donde se

encuentran definidos los comportamientos de las partículas SD, MD y PSD a partir de los

ratios representados. El diagrama desarrollado para magnetitas y titanomagnetitas

permite discriminar el estado de dominios dependiendo de la región del diagrama donde

se sitúen las muestras o bien, en una modificación posterior [Dunlop, 2002] la proporción

de granos monodominio (SD) y/o multidominio (MD). Las zonas rectangulares estándares

quedan redefinidas por curvas de histéresis teóricas combinadas con resultados

experimentales de muestras con composición y tamaño de grano conocidos. Se construyen

unas “curvas de mezcla” obtenidas de la combinación de varias proporciones de parejas de

miembros extremos (por ejemplo, SD+MD, SD+SP). En esta modificación se incluye

también una región que engloba a las partículas SP.

4.2.4 Análisis del espectro de coercitividad de la IRM

Se pretende modelizar las curvas de adquisición de la IRM con el objetivo de inferir los

minerales portadores de la imanación artificial isoterma. Existen multitud de métodos de

modelización, de mayor o menor complejidad. En este trabajo se ha utilizado el propuesto

por Kruiver et al. [2001] y su software asociado que permite modelizar dichas curvas

mediante distribuciones log-normales de la coercitividad asociada. Usar distribuciones

log-normales da lugar a limitaciones, ya que a veces aparecen desviaciones de los efectos

térmicos y de la interacción magnética, sin embargo, son una herramienta potente para

desarrollar las aproximaciones de primer orden. Existen modelos de simulación de la IRM

más complejos que utilizan funciones asimétricas, sin embargo, son necesarias medidas

más precisas [Evans and Heller, 2003].

El programa simula la imanación remanente de la IRM como una suma lineal de

imanaciones. Cada una de ellas se asocia a una población magnética con coercitividad

según una distribución log-normal. Cada componente magnética se caracteriza por tres

parámetros que definen cada distribución: i) su SIRM, que representa el área de la

distribución (la IRM de la fase que contribuye), ii) la coercitividad media (B1/2) de la fase

que contribuye, que se trata del campo al que se alcanza la mitad de la SIRM, y iii) el ancho

de la distribución (DP) que es un parámetro de dispersión dado por una desviación

estándar de la distribución logarítmica.

El método ajusta simultáneamente la curva de adquisición de la IRM (Linear Acquisition

Plot, LAP) y su primera derivada (Gradient Acquisiton Plot, GAP). El número de

componentes utilizado es el mínimo capaz de reproducir simultáneamente la curva de

adquisición de la IRM y su derivada. Normalmente, el ajuste será mejor cuanto más

componentes se añadan (el programa permite hasta seis), sin embargo, teniendo en

cuenta que cada componente presenta tres parámetros a variar (SIRM, B1/2 y DP), las

componentes añadidas serían linealmente dependientes de las anteriores.

~ 14 ~

En las muestras medidas hasta un campo máximo de 4 T han sido necesarias dos

componentes, mientras que en muestras medidas hasta 0.5 T se han utilizado tres. La

razón de esta diferencia radica en la diferencia en el número de datos usados para el

ajuste. Mientras en el primer caso se incluyen 16 parejas de datos, en el segundo es de

1000.

4.2.5 Susceptibilidad magnética a bajo campo

La susceptibilidad magnética es una buena fuente de información sobre la

composición y concentración de la muestra ya que todo en un mineral o roca contribuye a

ella. Por esta misma razón, a veces puede resultar difícil interpretarla. Es bastante rápida y

fácil de medir.

Se han realizado medidas de la susceptibilidad magnética a bajo campo constante para un

conjunto de veinticinco muestras PP. Previamente se han medido las masas de todas las

muestras para corregir posteriormente los resultados obtenidos de la susceptibilidad

puesto que las medidas se realizan para un volumen genérico de 10 cm3. Las medidas se

realizan con un Kappabridge KLY-4 de AGICO [Hrouda et al., 2006] operando a un campo

de 300 A/m. Las muestras se fijan en cajas de plástico y la susceptibilidad se mide

mediante el programa SUFAM.

También se ha medido la susceptibilidad a bajo campo dependiente de la frecuencia para

las cincuenta y dos muestras PP. El comportamiento superparamagnético depende del

tiempo de escala de observación, así que los granos pueden comportarse

superparamagnéticamente a una frecuencia, pero no a otra. La susceptibilidad

dependiente de la frecuencia puede usarse por tanto para restringir el tamaño de grano y

el estado de dominio de los materiales magnéticos [Tauxe, 2009]. Los materiales con

granos finos presentan una susceptibilidad que depende de la frecuencia. El lugar donde

se encuentran los granos monodominio (del orden de 0.03 μm de diámetro) resulta

especialmente significativo ya que en estos granos se producen cambios muy rápidos en la

dependencia con la frecuencia para cambios relativamente pequeños de diámetro. De

forma natural, en los materiales, estos granos se encuentran ampliamente distribuidos en

tamaño y dan lugar a una dependencia con la frecuencia de la susceptibilidad bastante

uniforme en el bajo rango de kHz en que opera este aparato. El coeficiente de la

dependencia con la frecuencia (κFD) puede expresarse de la siguiente forma:

Donde es la susceptibilidad de baja frecuencia y la susceptibilidad de alta

frecuencia, presentando siempre los valores mayores. Las frecuencias usadas por el

sensor MS2B son 0.465 kHz (LF) y 4.65 kHz (HF) ± 1%. Para las medidas se ha usado un

MS2 Magnetic Susceptibility System de Bartington Instruments. Este instrumento cuenta

con multitud de sensores, empleando en este caso el sensor MS2B para medir la

susceptibilidad a las dos frecuencias.

~ 15 ~

4.2.6 Curvas termomagnéticas

En las curvas termomagnéticas se representa la imanación inducida en función de

la temperatura. Estas medidas permiten determinar la temperatura de Curie (en el caso de

ferromagnéticos y ferrimagnéticos) o la temperatura de Neél (para antiferromagnéticos o

con ferrimagnetismo no compensado). Ambas temperaturas indican la pérdida de la

imanación de los minerales ferromagnéticos por agitación térmica pasando a comportarse

como paramagnéticos. Podemos identificar los distintos minerales magnéticos en función

de las temperaturas de Curie/Neél puesto que estas son conocidas para algunos de ellos.

También se ha realizado una medida posterior de enfriamiento que nos permitirá

descartar o confirmar las posibles temperaturas de Curie/Neél o la presencia de fases

alteradas durante el calentamiento observando la reversibilidad de la curva de

enfriamiento.

Para el desarrollo de estas medidas se ha usado un Variable Field Translation Balance

(VFTB) de Petersen Instruments que se encentra en el Centro de Asistencia a la

Investigación (CAI) de la Facultad de Ciencias Físicas de la UCM. Este instrumento mide la

magnetización isotérmica en campos variables (por ejemplo, ciclos de histéresis), así como

la dependencia con la temperatura de los parámetros magnéticos asociados. Está

especialmente diseñado para medir muestras de gran tamaño y las magnetizaciones

débiles comúnmente encontradas en el magnetismo de rocas. Con este instrumento

también se pueden adquirir datos a bajas temperaturas. Todas las mediciones se pueden

realizar a cualquier temperatura comprendida entre -180 °C y 800 °C.

Las temperaturas de Curie/Neél han sido determinadas para las cincuenta y dos muestras

PP por el método del máximo de la segunda derivada [Tauxe, 1998] que puede usarse ya

que las curvas obtenidas no tienen apenas ruido. Este método consiste en la obtención de

la temperatura de Curie/Neél a partir del máximo de la segunda derivada de la curva

termomagnética de calentamiento [Moskowitz, 1981].

4.2.7 Desimanación térmica de componentes ortogonales de la IRM

A la hora de identificar la naturaleza de los minerales magnéticos presentes en los

sedimentos estudiados, la correlación entre el espectro de coercividades y el espectro de

temperaturas de desbloqueo ayuda en la discriminación de posibles minerales candidatos.

Siguiendo el método propuesto por Lowrie [1990] se ha realizado la desimanación térmica

de tres componentes perpendiculares de la IRM de campo imanador distinto a lo largo de

los ejes de coordenadas de las muestras. La posterior desimanación térmica de la IRM

discrimina en los ejes las imanaciones asociadas a cada campo aplicado.

Se aplica una IRM a lo largo de tres direcciones ortogonales para tres campos

diferentes mediante un Impulse Magnetizer. Se aplica el campo máximo del aparato (2 T) a

lo largo de un segundo campo (0.6 T) a lo largo del eje y la tercera IRM, aplicada a lo

largo del eje con un campo de 0.2 T. A continuación se determina el espectro de

temperatura de desbloqueo para las componentes con desimanaciones por

calentamiento progresivas hasta 700 °C. Las medidas de la magnetización remante se han

llevado a cabo con el Spinner Magnetometer JR5A de AGICO.

~ 16 ~

Se han seleccionado seis muestras PP, de las cincuenta y dos totales, cada una

correspondiente a cada zona muestreada de la Bahía. Las muestras son compactadas con

silicato sódico para que no se descompongan al aplicar temperaturas elevadas. El proceso

de compactación y secado de las muestras es de cuatro o cinco días, pasados los cuales, se

mide la masa de normalización del material y se procede a desarrollar esta técnica.

Para cada paso de temperatura, a partir de 120 °C, se ha medido la susceptibilidad a bajo

campo mediante un Kappabridge KLY-4 de AGICO [Hrouda et al., 2006] como técnica de

control y seguimiento para usar dicha magnitud como indicador de las transformaciones

magnéticas o químicas producidas durante el calentamiento.

4.2.8 Microscopía electrónica de barrido (SEM)

Se pretende estudiar la estructura física, tamaño de las partículas, morfología y

localización dentro del material arenoso de las partículas ferromagnéticas. Las medidas

fueron realizadas en el Centro Nacional de Microscopía Electrónica (CNME). De las

cincuenta y dos muestras PP, se han seleccionado seis, cada una de ellas correspondiente a

cada zona muestreada de la Bahía (tal y como se hizo en la técnica anterior).

El SEM (Scanning Electron Microscope) produce imágenes de las muestras barriéndolas

con un haz enfocado de electrones de manera que estos interaccionan con los átomos de la

muestra dando lugar a señales que pueden ser detectadas y que contienen información

sobre la topografía de la superficie de la muestra y la composición. El haz de electrones se

escanea normalmente en un modelo ráster y la posición del haz se combina con la señal

detectada para producir una imagen.

Para poder trabajar con el SEM, la muestra debe ser eléctricamente conductora, al menos

en la superficie, y estar conectada a tierra eléctricamente para evitar la acumulación de

carga electrostática en la superficie. Los especímenes no conductores tienden a cargarse

cuando son barridos por el haz de electrones, sobre todo en la formación de imágenes de

electrones secundarios, por lo que se recubren con una capa ultrafina conductora. Para

ello se hace vacío y se aplica después un voltaje de forma que se vaporiza un hilo de

carbono creando así la película ultrafina que recubre la muestra.

Las imágenes realizadas por el SEM fueron obtenidas mediante los métodos de detección

de electrones secundarios y de electrones retrodispersados. Los electrones secundarios

son emitidos por átomos excitados por el haz de electrones. El número de electrones

secundarios es una función del ángulo que forma la superficie y el haz. Mediante el barrido

de la muestra y la detección de los electrones secundarios, se crea una imagen que deja ver

la inclinación de la superficie. Si el haz de electrones es perpendicular a la superficie de la

muestra, la región activada es uniforme alrededor del eje del haz y un cierto número de

electrones “escapan” desde dentro de la muestra. A medida que el eje de incidencia

aumenta, disminuye la distancia de “escape” de un lado del haz por lo que se emitirán más

electrones secundarios y las superficies empinadas y los bordes tienden a ser más

brillantes que las superficies planas. Por su parte, la utilización de electrones

retrodispersados consiste en originar electrones de gran energía en el haz de electrones

que se reflejan o son retrodispersados fuera de la muestra por interacciones elásticas de

~ 17 ~

dispersión con los átomos de dicha muestra. Dado que los elementos pesados (con un

número atómico mayor) retrodispersan electrones en mayor medida que los elementos

ligeros (con menor número atómico), apareciendo más brillantes en la imagen, este

método de detección se usa para detectar contrastes entre zonas de composición química

distinta.

5 Resultados

A continuación se muestran los resultados obtenidos siguiendo el orden de las

técnicas mostradas en la metodología del apartado anterior.

5.1 Ciclos de histéresis

Los ciclos de histéresis obtenidos presentan una forma prácticamente idéntica para

las muestras PP (Figura 10 a) y para las muestras M (Figura 10 b) con variaciones en el

valor de Ms, que al ser un parámetro que depende de la concentración y composición, se

traduce en variaciones de concentración de partículas magnéticas para cada muestra. Un

resumen de los principales parámetros de histéresis derivados de este estudio se puede

encontrar en la Sección A del Anexo.

Figura 10. Ciclos de histéresis correspondientes a la muestra PP6A – A (a) y a M1 (b). En

negro: histéresis sin corrección paramagnética/diamagnética. La histéresis corregida por

dicha contribución para la muestra PP en rojo y para la muestra M en azul.

Se han realizado histogramas (Figura 11) para resumir los valores de los parámetros

derivados de los ciclos de histéresis. Con respecto a las muestras PP, para el caso de los

valores de κpara (Figura 11 a) no se observa una gran variabilidad, si bien, existen valores

negativos indicando que la contribución diamagnética domina a la fracción paramagnética,

pero se observa cómo la contribución paramagnética es mayor (valores positivos) dando

lugar a una distribución truncada en el histograma. Se aprecia la estrecha relación entre

κini y Ms presentando ambos parámetros dos distribuciones de población muy similares

(Figura 11 b y c) y con valores que oscilan bastante (tres órdenes de magnitud). Mr

también parece que presenta dos distribuciones de población (Figura 11 e) pero con la

segunda truncada y con valores que oscilan en un rango menor que en el caso anterior.

Exceptuando el histograma de Bc (Figura 11 c) que parece presentar una distribución

~ 18 ~

normal con valores que varían poco, se puede decir que las distribuciones de los valores

de los parámetros de histéresis se deben a influencias externas.

En los histogramas referidos a las muestras M (Figura 12) se pueden apreciar formas muy

similares al de sus magnitudes análogas para el caso de las muestras PP (Figura 11), pese a

que en este caso, el menor número de muestras del que se dispone no permite obtener un

número de clases mayor.

Para estudiar la distribución espacial de los parámetros de histéresis de las muestras PP a

lo largo de la Bahía, se han realizado medias aritméticas de los valores que comprenden

cada zona muestreada y se han representado, junto con sus respectivas desviaciones

estándar (Figura 13). Se puede observar para todos los parámetros, que los valores

dependen de si se está considerando las zonas muestreadas en los extremos de la Bahía

(PP1, PP1 – B o PP6) o si, por el contrario, se tratan de las zonas centrales (Figura 8),

puesto que se tiene una tendencia uniforme en todas las gráficas, únicamente rota por los

valores de la muestra PP3 – B, mostrando dos grupos de valores con estas dos

distribuciones espaciales (extremos o zonas centrales). Se observa cómo en casi todos los

casos, la muestra PP3 – B presenta valores muy dispersos con una barra de error grande

que engloba valores dentro de la tendencia general. Los resultados son consistentes

puesto que en las zonas centrales de la Bahía, donde los valores de κpara son menores

(Figura 13 a), los de κini son mayores (Figura 13 b) (para un menor contenido de

paramagnéticos, mayor será la contribución ferromagnética) y al contrario en los

extremos de la Bahía. Además, κini, Ms y Mr presentan la misma distribución espacial

(Figura 13 b, d y e). Bc presenta valores mayores en los extremos de la Bahía y menores en

Figura 11. Histogramas de los parámetros de histé-resis κpara (a), κinicial (b), Bc (c), Ms (d) y Mr (e) de las muestras PP.

~ 19 ~

las zonas centrales aunque, cabe destacar que las zonas PP3 – B y PP4 presentan valores

más elevados que sus adyacentes (Figura 13 c).

Figura 13. Distribución espacial a lo largo de la Bahía de los parámetros de histéresis κpara (a), κinicial (b), Bc (c), Ms (d) y Mr (e) de los valores medios hechos por zonas de las muestras PP. Las barras negras repre-sentan la desviación estándar.

Figura 12. Histogramas de los parámetros de histéresis κpara (a), κinicial (b), Bc (c), Ms (d) y Mr (e) de las muestras M.

~ 20 ~

5.2 Medidas de adquisición de la IRM y back - field IRM

La determinación de Bcr para las muestras PP y M se ha realizado mediante las

curvas SIRM de desimanación por campos estáticos en dirección opuesta (back-field) tras

haber alcanzado la SIRM mediante las curvas de adquisición. Al representar ambas curvas

hasta 0.5 T para las muestras PP (Figura 14 a), aparecen en todas ellas la misma forma con

las únicas variaciones en los valores de SIRM y Bcr por lo que se muestra una como ejemplo

característico. Lo mismo ocurre para el caso de las curvas obtenidas de las muestras M

(Figura 14 b y c) solo que en ellas, además, resulta curioso observar que la curva de

adquisición de la SIRM nunca comienza en cero, presenta una imanación inicial, al

contrario de lo que ocurre para las muestras PP que siempre empiezan en cero.

Figura 14. Ejemplos característicos de curvas de adquisición hasta 0.5 T de la SIRM y de

back-field SIRM de la muestra PP6A – A (a) en rojo y muestras M1 (b) y M3 (c) en azul.

También se han representado los ejemplos característicos de las curvas de adquisición de

la IRM para las muestras PP hasta 4 T y 0.5 T ( Figura 15 a y b) y para las muestras M hasta

0.5 T ( Figura 15 c). A la vista de los resultados, la presencia de materiales magnéticamente

duros no es significativa, predominan los materiales blandos puesto que los valores de

saturación se alcanzan para valores bajos de campo magnético (no hay fases de alta

coercitividad, por lo que las muestras están libres de goethita o hematites, o si hay es muy

poco). Para el caso de las muestras M ( Figura 15 c), aunque en la imagen no se aprecia, la

imanación inicial presenta valores cercanos a cero pero no es nula, como se acaba de ver

(Figura 14 b y c). Por otra parte, las formas de las curvas, uniformes y sin puntos de

inflexión, implica la presencia de una única fase magnética significativa.

Figura 15. Ejemplos característicos de curvas de adquisición de la IRM: muestra PP6C - B

hasta 4 T (a), muestra PP1 – A (0 – 20) hasta 0.5 T (b) y muestra M1 hasta 0.5 T (c).

~ 21 ~

Los valores de Bcr obtenidos para las muestras PP y M se han representado en forma de

histograma (Figura 16 a y b) siguiendo la forma de distribución normal y un rango de

variabilidad pequeño en ambos casos. En función de la distribución espacial, Bcr sigue la

tendencia de los parámetros de histéresis, en este caso, con valores menores en los

extremos de la Bahía (PP1, PP1 – B y PP6) y valores mayores en las zonas centrales

(Figura 16 c).

Figura 16. Representación del parámetro de remanencia Bcr en un histograma para las

muestras PP (a) y M (b) y en función de la distribución espacial en la Bahía (c) de los valores

medios hechos por zonas de las muestras PP. Las barras negras representan la desviación

estándar.

5.3 Representación de los parámetros de histéresis, el diagrama de Day

Se ha realizado un diagrama de Day donde se muestran tanto los valores de las

muestras PP como de las muestras M (Figura 17 a) y se obtiene que ambos conjuntos se

encuentran bastante agrupados y en la curva de mezcla 2, de monodominio y

multidominio. Aunque los valores de las muestras M tienden hacia ratios de Mrs/Ms

mayores y de Bcr/Bc menores y para las muestras PP ocurre justo lo contrario, la mayoría

de los valores de ambos grupos se encuentran en la zona de pseudomonodominio.

Considerando solo las muestras PP en el diagrama de Day (Figura 17 b) se puede ver que

los valores se encuentran agrupados en función de su distribución espacial en la Bahía

como se estudió en el apartado anterior.

~ 22 ~

Figura 17. Diagrama de Day de muestras PP y M (a) y zoom de las muestras PP (b). Las zonas

rectangulares marcan el estado de dominio. Las curvas negra, azul y roja son las de mezcla

teóricas [Dunlop (2002)].

5.4 Análisis del espectro de coercitividad de la IRM

Para analizar el espectro de coercitividad de las curvas de adquisición de la IRM se

usa el programa IRM – CLG [Kruiver et al., 2001], como se explicó en la metodología. Se

muestra un ejemplo gráfico del análisis: la curva de adquisición de la IRM (Linear

Acquisition Plot, LAP) ( Figura 18 a) y su derivada (Gradient Acquisition Plot, GAP) ( Figura

18 b).

En curvas de IRM medidas hasta 0.5 T se observa un comportamiento similar para

muestras PP y muestras M. El gradiente de la curva de adquisición de la IRM se caracteriza

por una distribución principal portadora de la mayoría de la imanación

(aproximadamente un 90% de la imanación) que se ha dado en la parte central de campos

(b)

(a)

~ 23 ~

aplicados (Figura 18 b) y se ha llamado Componente 1. Un ajuste más detallado de la curva

incluye dos componentes adicionales de baja y alta coercividad etiquetadas Componente 2

y Componente 3 respectivamente. La Componente 2, de baja coercividad aporta

únicamente un 7% de media a la imanación. El origen de esta componente de baja

coercitividad es controvertido y algunos autores atribuyen su presencia a efectos de

activación térmica de las partículas magnética [Heslop et al., 2004]. La Componente 3,

contribuye únicamente un 3% en promedio a la remanencia de la IRM. Los datos asociados

a esta componente están afectados por más ruido instrumental (Figura 18 b) y su relación

con una población real de alta coercitividad es dudosa. Modelos más complejos de

simulación de la IRM incluyen parámetros de asimetría en la descripción de la distribución

que son capaces de modelizar esta parte de la curva.

El resultado final del ajuste es la suma de todas las componentes utilizadas (curva roja)

que debe coincidir con la curva de los datos empíricos. Para ajustar cada componente se

usan los parámetros SIRM, B1/2 y DP. Todos estos parámetros, tanto para las muestras PP,

hasta 4 T o 0.5 T, como para las muestras M, se encuentran recogidos en las Secciones B y

C del Anexo.

Figura 18. Ejemplos representativos del análisis del espectro de coercitividad de la IRM: LAP

(a) y GAP (b) para muestra PP1 – A (0 – 20). La leyenda es la misma en ambas gráficas.

Se han representado las relaciones entre los parámetros B1/2 y DP para las muestras PP

(hasta 4 T y 0.5 T) (Figura 19 a y b) y para las muestras M (Figura 19 c) para las tres

componentes descritas. Si comparamos las relaciones para las muestras PP (Figura 19 a y

b) se puede ver cómo los valores de la primera componente, que es la más significativa, se

encuentran bien agrupados. En el caso en que se adquirió la SIRM para un campo de hasta

4 T, solo se usó dos componentes, como se explicó en la metodología, correspondiendo la

segunda a la zona de altas coercitividades debido a la menor densidad de datos. Si se

comparan ambas componentes se aprecia cómo los valores están menos agrupados y algo

más dispersos para las medidas a 4 T por la misma razón. Al comparar los valores entre PP

y M para 0.5 T (Figura 19 b y c) se observa una distribución muy similar de las tres

componentes de coercitividad significativa, estando los valores de la primera componente

muy agrupados en ambos casos. Los valores en el material de la Bahía de Portmán

presentan un valor del campo medio destructivo (B1/2) ligeramente mayor.

~ 24 ~

Figura 19. Relación B1/2-DP hasta 4 T para muestras PP (a), y hasta 0.5 T para muestras PP

(b) y M (c). En cada gráfico se representan las tres componentes de coercitividad

significativas utilizadas.

La forma de GAP (Figura 18 b), como una única campana, refuerza la idea de la presencia

de una única fase magnética significativa por lo que la interpretación de resultados se

realizará fundamentalmente en base a los valores de la Componente 1.

Se verá, a continuación, la distribución de los parámetros de remanencia a lo largo de la

Bahía. Se han representado los parámetros SIRM, B1/2 y DP de las muestras PP, tanto los

hallados hasta un campo de 4 T (Figura 20 a, b y c) como los calculados para uno de hasta

0.5 T (Figura 20 d, e y f) para la Componente 1. SIRM muestra los valores mayores para las

zonas centrales de la playa (Figura 20 a y d) (excepto para la muestra PP3 – B en el caso en

que el campo llega a 0.5 T) de la misma forma y con valores muy similares a lo que se

obtuvo para el caso de Ms y Mr (Figura 13 e). Los valores de SIRM obtenidos para 4 T, son

algo menores que los que se tienen para las muestras expuestas hasta 0.5 T,

probablemente debido a que se han empleado dos instrumentos distintos para la

realización de las medidas. Se observa el mismo comportamiento para B1/2 (Figura 20 b y

e) que el observado para SIRM, solo que, para B1/2 los valores menores se dan para el caso

en que el campo alcanza los 0.5 T. La forma de la distribución espacial que siguen las

componentes para SIRM (Figura 20 a y d) es prácticamente la misma, igual que ocurre

para las componentes de B1/2 (Figura 20 b y e) y del parámetro DP (Figura 20 c y f). Hay

que tener en cuenta que, mientras que para 0.5 T lo que se veía en la distribución espacial

eran valores medios de todas las muestras recogidas en cada zona, para 4 T se ha cogido

una única muestra de cada zona (sin hacer distinción entre PP1 y PP1 – B, PP2 y PP2 – B y

PP3 – A y PP3 - B) para estudiar únicamente la tendencia de la remanencia.

~ 25 ~

Figura 20. Distribución espacial a lo largo de la Bahía de SIRM (a), B1/2 (b) y DP (c) (hasta 4 T

las tres) y hasta 0.5 T de nuevo para SIRM (d), B1/2 (e) y DP (f) de los valores medios hechos

por zonas de las muestras PP (las barras negras representan la desviación estándar). En

cada gráfico se representa la primera componente de coercitividad significativa.

5.5 Susceptibilidad magnética a bajo campo

La medida directa de la susceptibilidad magnética a bajo campo (300 A/m) da como

resultado una gran variabilidad de valores (Figura 21 a) que oscilan entre 6 kg-1 y 114.1

kg-1. La distribución espacial de este parámetro a lo largo de la Bahía muestra una forma

muy similar a la susceptibilidad de bajo campo calculada mediante los ciclos de histéresis

(Figura 13 b), si bien, aquí no se han representado los valores medios de PP2 – B y PP3 – B,

puesto que al no realizarse medidas para las cincuenta y dos muestras, solo para

veinticinco, no hay valores suficientes para hacer medias de estas zonas, se han incluido en

las medias de PP2 y PP3, respectivamente. Se observa que las muestras PP4 son las que

presentan mayores valores de susceptibilidad magnética a bajo campo, lo que indica una

mayor concentración de ferromagnéticos.

Las medidas de la susceptibilidad magnética a bajo campo a dos frecuencias indican que

no hay apenas dependencia, pues el coeficiente de dependencia con la frecuencia, ,

oscila entre un 0.01 % y un 1.66 %. Se puede decir que no existe la presencia de materia

superparamagnética. Además, queda corroborado por el diagrama de Day (Figura 17) en

el que se observa que la mayoría de las muestras son pseudomonodominio sin observarse

desplazamiento significativo hacia la derecha respecto a las curvas teóricas de mezcla, que

indicaría la presencia de fracción superparamagnética [Dunlop, 2002].

~ 26 ~

Figura 21. Histograma (a) y distribución espacial a lo largo de la Bahía (b) de la

susceptibilidad medida a bajo campo de las muestras PP. Para la distribución espacial se han

tomado los valores medios de cada zona muestreada (desviación estándar en barras

negras).

5.6 Curvas termomagnéticas

Se han medido curvas termomagnéticas de calentamiento y enfriamiento en un total

de 26 muestras. La representación completa de todas las curvas termomagnéticas

evaluadas en este trabajo se puede encontrar en la Sección D del Anexo. En todas ellas se

ha determinado la temperatura de Curie/Neel de la fase ferromagnética dominante, tal y

como puede verse resumido en la Sección E del Anexo.

Las curvas termomagnéticas para la mayoría de las muestras PP presentan una forma muy

similar (Figura 22 a) en la que la curva de calentamiento ofrece valores de imanación

superiores a los de la curva de enfriamiento. Algunas muestras, sin embargo, muestran la

relación opuesta con curvas de calentamiento de menor imanación que las de

enfriamiento (Figura 22 b). Este estudio de las curvas de calentamiento permite

determinar la temperatura de Curie/Neél de las fases ferromagnéticas. Se observa de

forma sistemática una temperatura de Curie/Neél comprendida entre 550 °C y 600 °C,

aproximadamente. Esta temperatura de Curie/Neél indica que el mineral que se encuentra

es magnetita (cuya temperatura de Curie es de 580 °C), o bien, titanomagnetita con más

contenido de cationes de titanio conforme menor sea el valor de la temperatura de Curie.

La curva de calentamiento (Figura 22 a) a su vez, suele presentar suele presentar para la

mayoría de las muestras dos puntos de inflexión, uno entre 250 °C y 350 °C,

aproximadamente, y otro en torno al intervalo comprendido entre 450 °C y 550 °C que

podría indicar la transformación de oxidación de pirrotina de forma muy leve.

Mencionar también que no se han observado trazas de fases de alta temperatura de

desbloqueo tales como hematites ni fases de baja temperatura de desbloqueo como

goethita, a pesar de haberse reportado en la zona por métodos de difracción de rayos X

[Carmona Manzano, 2012].

~ 27 ~

Figura 22. Ejemplos característicos de curvas termomagnéticas para las muestras PP

mostrando el calentamiento (rojo) y el enfriamiento (azul). Muestra PP6C (a) y muestra PP1

(0-20) (b). Las flechas indican el sentido en el que tiene lugar el proceso.

5.7 Desimanación térmica de componentes ortogonales de la IRM

Se han realizado procesos de desimanación térmica para componentes ortogonales

de la IRM a lo largo de los ejes de coordenadas de seis muestras, tal y como se explicó en la

metodología. La Figura 23 (a) muestra los resultados para la muestra PP6, siendo el

comportamiento que se derivaba del resto de muestras muy parecido. Se observa que la

curva está dominada por un mineral cuya temperatura de desbloqueo se encuentra entre

550°C y 600 °C con un campo imanador de entre 0.2 - 0.6 T. Este resultado es consistente

con la presencia de magnetita, como se derivada del estudio de curvas termomagnéticas.

(Figura 22). No existe prácticamente imanación a lo largo del eje imanado con un campo

imanador alto a lo largo del eje Z, por lo que se vuelve a descartar con este método la

presencia de materiales con coercitividades elevadas como hematites o goethita.

Asimismo, las coercividades medias, asociadas a un campo imanador de 0.2-0.6 T no se

desimanan térmicamente en el rango esperado de los sulfuros de hierro

(aproximadamente 350 °C) por lo que se puede decir que los sulfuros de hierro no

contribuyen significativamente a la remanencia. Como indicador de transformaciones

magnéticas, se midieron los valores de susceptibilidad a bajo campo en cada paso (Figura

23 b), sin embargo, no se observan aumentos de la susceptibilidad entre 200 °C y 500 °C,

como se esperaría para el caso de los sulfuros de hierro.

~ 28 ~

Figura 23. Curvas de desimanación térmica (a) para las tres componentes de la

magnetización, Mx (campo aplicado de 0.2 T), My (campo aplicado de 0.6 T) y Mz (campo

aplicado de 2 T) de la muestra que representa la zona PP6 y valores de la susceptibilidad a

bajo campo en función de la temperatura (b) para la misma muestra.

5.8 Microscopía electrónica de barrido (SEM)

Se presentan imágenes que se obtuvieron con el microscopio electrónico (Figura

24). Se muestra una imagen general de los granos de PP1 (Figura 24 a) mediante el

método de electrones secundarios. Las imágenes obtenidas para PP1 eran muy distintas a

las obtenidas para PP2 y PP3. En PP2 se observó la presencia de formas prismáticas

(Figura 24 b) en las superficies de algunos granos de arena con calcio y azufre. Las zonas

analizadas de las imágenes mostradas para PP3, PP5 y PP6 (Figura 24 c, e y f), presentan

elevados contenidos de hierro y manganeso, pese a que las formas presentadas sean muy

distintas entre ellas. La imagen de PP4 (Figura 24 d) se ha hecho mediante el método de

electrones retrodispersados para el que los elementos más pesados se muestran más

brillantes y se ve que la composición de esta muestra es muy homogénea ya que el tono de

todos los granos es prácticamente idéntico.

Esta técnica ha permitido obtener valores semi-cuantitativos de la composición química ya

que los granos se ven afectados de textura y además los valores no son concluyentes

puesto que no se ha analizado toda la muestra sino puntos aislados o pequeñas zonas. Los

elementos químicos que más contribuyen a las zonas analizadas mediante SEM se han

resumido en la Tabla 1, para cada una de las muestras, excepto los elementos de las

muestra PP2, ya que no se obtuvieron valores exactos, sin embargo, se encontró

prácticamente lo mismo a lo obtenido en PP3. Se puede ver que el mayor contenido en

hierro lo presenta la muestra PP4, seguido por la muestra PP3. Destaca también el

contenido de azufre presente en PP4 con los valores más altos (estas muestras son las que

presentan un color más amarillo, mientras que el resto de muestras tienen tonos oscuros),

siendo un elemento que solo se ha encontrado en las muestras PP2, PP3, PP4 y PP5. Se

observa la presencia de metales pesados como el plomo o el cinc en las muestras PP4 y

PP5.

~ 29 ~

Figura 24. Selección de imágenes de muestras PP obtenidas mediante SEM. Los métodos de

detección empleados fueron de electrones secundarios para a, b, c y f y de electrones

retrodispersados para d y e. Las muestras seleccionadas en cada caso fueron: PP1B-A (30-

38), PP2-B (25-30), PP3B–A SUP, PP4-A, PP5P-B y PP6C-B. Las escalas en cada imagen abajo

a la izquierda.

C O Mg Al Si Ca Mn Fe Na Cl S K Pb Zn

PP1 14.40 16.83

17.91 39.03

0.50 6.43

0.61 9.67

0.65 58.27

0.13 0.75

0.51 1.97

61.55 4.05

0.34 0.62

0.25 1.12

PP3 14.53 0.49 0.83 2.31 72.67 2.51 6.65 PP4 5.24

40.81 0.42 0.46

4.25 1.09

2.60 6.92

0.20 32.15 83.13

1.78 3.35

1.59 2.34

0.98 13.89

0.21 1.59

1.49 1.96

1.34 2.40

PP5 8.52 28.05 41.35

0.55 7.18

0.45 11.05

1.17 41.09

0.53 1.15

0.34 55.52

3.29 60.26

0.76 0.42 1.17

0.43 0.73

1.52 1.92

1.96 3.21

PP6 24.04 2.26 21.19 1.62 50.89

Tabla 1. Contenido de elementos en porcentaje mostrando concentraciones mínimas (valor superior) y máximas (valor inferior) encontradas en distintas zonas analizadas de las muestras PP. En los casos en que hay un valor es porque solo se analizó un punto con la presencia de dicho elemento químico.

6 Discusión

Se van a discutir tres temas, fundamentalmente: (i) variación de los parámetros de

histéresis y remanencia de las muestras PP, (ii) correlación entre las muestras PP y M para

los parámetros de histéresis y (iii) correlación de los resultados obtenidos con la

granulometría magnética de las muestras PP, por métodos magnéticos y no magnéticos, y

el contenido de metales pesados.

(i) Los valores encontrados de los parámetros de histéresis y de remanencia para las

muestras PP podrían responder a tres clasificaciones diferentes atendiendo a la

variabilidad de cada parámetro en la Bahía: variación con respecto a la profundidad,

variación espacial a lo largo de la Bahía y variación temporal (referida a la edad de los

sedimentos depositados en la Bahía en función de la distribución en ella).

Con respecto a las catas realizadas para las muestras PP1, PP1 – B, PP2 y PP2 – B, parece

que los parámetros obtenidos no responden a una variación en profundidad, son

~ 30 ~

independientes de esta. Al menos para las profundidades estudiadas, que no sobrepasaron

los 80 cm. Se pueden comprobar los valores de los parámetros de histéresis y de

remanencia en función de la profundidad en las Secciones A, B y C del Anexo. Variaciones

en profundidad de las propiedades magnéticas indican, en la mayoría de estudios

ambientales, alteraciones, procesos de diagénesis o transformaciones debido a la edad de

sedimentos [Evans and Heller, 2003]. Sin embargo, la rapidez del proceso parece que no ha

iniciado los citados efectos.

Como se ha observado en los resultados (Figura 13, Figura 16 c y Figura 20), sí que se

observa una variación espacial dependiendo de la zona considerada en la Bahía para los

parámetros de histéresis y remanencia. El comportamiento de cada parámetro se

diferencia en función de si se está considerando los extremos de la Bahía o las zonas

centrales. En los ciclos de histéresis (Figura 10) se observan diferentes valores de para, Ms,

Mr, Bc, Bcr, así como ini, que también varía en función de la zona de la Bahía considerada

(Figura 13 a). La variación espacial podría estar relacionada con la edad de los minerales,

y por tanto con la variación temporal, puesto que el relleno de la Bahía fue anterior a unas

zonas que a otras y, consecuentemente, los minerales llevan más tiempo acumulados en

unos sitios que en otros.

Para estudiar la posible variabilidad temporal, hay que tener en cuenta el proceso de

relleno de la Bahía que se puede seguir mediante los mapas batimétricos (Figura 25).

Comparando las direcciones de las líneas isobáricas, se puede observar que el relleno

comienza por el borde oeste de la Bahía (cerca del punto de descarga de desechos),

siguiendo por el relleno de la parte trasera desde el Sur hacia el Norte. El depósito y

distribución de los sedimentos dependen de la acción de las corrientes, permitiendo una

sedimentación diferencial en función de los distintos tamaños de grano. La fracción de

arena más gruesa es la que se ha mantenido en la playa mientras que la más fina se

deposita bajo el agua. Hay que tener en cuenta que los sedimentos se encuentran sujetos a

una movilidad dinámica: se produce la acumulación de material en puntos específicos

durante periodos de buen tiempo, avanzando hacia el mar y lateralmente a lo largo de la

costa y, durante las tormentas, estos depósitos son destruidos parcial o totalmente,

formándose de nuevo en otro lugar cuando vuelvan a darse condiciones meteorológicas

favorables. Como consecuencia de esta dinámica, la línea de playa se modifica

constantemente y la playa emergida es inestable ya que los sedimentos no están

consolidados y dependen del tiempo meteorológico [Martínez Orozco et al., 1993].

A la vista de los mapas batimétricos (Figura 25) y teniendo en cuenta la inestabilidad de

los sedimentos depositados, puede decirse que los minerales presentes en las muestras

PP4 son los más antiguos, pues es el punto muestreado que se encuentra más lejos de la

línea de costa. Esto podría explicar por qué es diferente al resto de muestras, más allá del

distinto color que presenta frente a las otras, es en la que mayor contenido de hierro se ha

encontrado y la que presenta los mayores valores de susceptibilidad magnética a bajo

campo, SIRM, Bcr y Mr. Atendiendo a los resultados, son las muestras PP2, PP2 – B, PP3 –A

y PP5 las que siguen a PP4 en los valores más elevados de susceptibilidad a bajo campo,

SIRM, Bcr y magnetización remanente. Además, estas cinco zonas muestreadas son las que

presentan valores superiores también de Ms. Por el contrario, son las muestras PP1 y PP1

– B las que presentan los menores valores de estas magnitudes, mientras que las muestras

PP6 y PP3 – B se encuentran en un punto intermedio entre ambos grupos. Es notable

~ 31 ~

destacar los resultados tan distintos encontrados para las muestras PP3 – B en

comparación a los resultados de la zona adyacente PP3 – A. Aunque no se sabe el motivo

de esta diferencia y las barras de error que acompañan a las muestras PP3 – B cubren la

tendencia general, quizá pueda tener alguna influencia las distintas propiedades

geológicas que puedan presentar ambas muestras, ya que las PP3 – A son de tipo hardpan

mientras que las PP3 – B no. Cabe destacar también la diferencia en los valores

encontrados entre las muestras PP1 y PP1 – B con las PP2 y PP2 – B, pese a estar

relativamente próximas en la Bahía.

Figura 25. Evolución batimétrica de la Bahía de Portmán, indicando las líneas isobáricas en 1957, 1978 y 1987. Figura modificada a partir de Martínez Orozco et al., 1993.

(ii) Para analizar la relación existe entre las muestras PP y M se va a tener en cuenta la

magnetización de saturación. Los valores de Ms pueden usarse como estimadores de la

concentración de partículas magnéticas a igualdad de los minerales portadores de la

imanación. Como a la luz de los resultados la imanación está portada principalmente por

magnetita y, además el valor de Ms para magnetita está tabulado, se pueden dividir los

distintos valores de Ms registrados en las muestras entre Ms para magnetita dando lugar al

porcentaje de concentración que presenta cada muestra. Teniendo en cuenta que la

concentración de magnetita en las muestras PP varía entre un 1.16 % y un 27.39 %, se ha

correlacionado linealmente los parámetros de histéresis de las muestras PP y M en función

del porcentaje de magnetita encontrado, siendo bastante menor en las muestras M, en las

que los valores oscilan entre 0.02% y 7.13 %. Las correlaciones obtenidas no son

determinantes, debido a que la concentración de magnetita en las muestras M es mucho

menor. Se han representado solo las magnitudes que presentaban una mejor correlación

(Figura 26) dada por el coeficiente de determinación R2 que no es más que el cuadrado del

coeficiente de correlación de Pearson. Se puede ver cómo la correlación es mucho mayor

para Mr y κini (Figura 26 a y b) las magnitudes más relacionadas con Ms, que para Bc

(Figura 26 c).

~ 32 ~

Figura 26. Correlación entre las muestras PP y M de los parámetros de histéresis Mr (a), κini

(b) y Bc (c). Las rectas en negro indican la regresión lineal y R2 es el coeficiente de

determinación. Los valores representados de las muestras PP son los valores medios para

cada zona muestreada de la Bahía y las barras negras que los acompañan representan la

desviación estándar.

(iii) Por último en esta discusión, se ha pretendido comparar los resultados logrados en

este trabajo para las muestras PP con los obtenidos para las mismas muestras a partir de

los análisis de difractogramas presentes en el trabajo fin de máster de Carlos Carmona

Manzano realizado en el mismo material de este estudio [Carmona Manzano, 2012]. La

técnica de difracción con rayos X permite identificar y cuantificar la mineralogía de las

muestras analizadas. En el trabajo de Carlos Carmona se separó la magnetita mediante un

extracto fraccionado en tres granulometrías principales: gruesa (G), (> 0,40 mm); media

(M), (0,40 a 0,20 mm); y fina (F) (< 20 mm). Se han realizado correlaciones lineales entre

los parámetros de histéresis y remanencia encontrados en este trabajo con las

concentraciones en peso de la magnetita y las distintas fracciones granulométricas del

trabajo de Carlos Carmona, representadas en Tabla 2.

% Magnetita

% G % M % F Pb (ppm)

Cu (ppm)

As (ppm)

Ms 0.8981 0.7154 0.5016 0.1750 0.6287 0.4602 0.4295 Mr 0.8843 0.7564 0.5533 0.1955 0.6492 0.4781 0.4442 Hc 0.3199 0.0652 0.0481 0.0350 0.1444 0.0850 0.2114 Hcr 0.5456 0.4654 0.2881 0.1777 0.6670 0.6266 0.4503

κpara 0.4027 0.3958 0.2322 0.2123 0.7293 0.1293 0.9916 κini 0.8899 0.7237 0.5191 0.1749 0.6101 0.4258 0.4487

SIRM 1 0.8940 0.6969 0.4726 0.1293 %

Magnetita 0.8981 0.7154 0.5016 0.1750

Tabla 2. Valores del parámetro de determinación R2 obtenido al correlacionar linealmente los parámetros representados en la tabla. En horizontal, las magnitudes halladas en el trabajo de Carlos Carmona: % magnetita, % G, % M y % F son las proporciones en peso, en el caso de G, M y F de las fracciones granulométricas gruesa, media y fina, respectivamente; Pb, Cu y As en ppm. En vertical las magnitudes calculadas en el presente trabajo: SIRM 1 (Am2/kg) hace referencia a la primera componente de coercitividad significativa. Ms y Mr en Am2/kg, Hcr y Hc en mT, κpara y κini en m3/kg y % magnetita es el porcentaje de concentración encontrado.

Todas las correlaciones obtenidas tanto para la granulometría fina como para la fuerza

coercitiva no resultaron ser estadísticamente significativas. Asimismo, la fracción de

~ 33 ~

granos gruesos está directamente correlacionada tanto con Ms como con SIRM de la

componente dominante (Figura 27 a y Figura 27 d). La fracción de grano medio, por el

contrario aparece inversamente correlacionado tanto con Ms como SIRM (Figura 27 b y

Figura 27 e) para la componente de coercitividad dominante.

Figura 27. Correlaciones para muestras PP entre Ms y % G (a), % M (b) y % F y SIRM 1 y % G

(d), % M (e) y % F (f). Rectas: regresión lineal, R2: coeficiente de determinación.

Como ya se ha mencionado en algunas ocasiones, la Bahía presenta elevadas

concentraciones de metales pesados. Se encuentran concentraciones de cadmio, cinc y

plomo con niveles muy superiores a los que están presentes en sedimentos naturales. Los

valores encontrados van disminuyendo conforme aumenta la distancia de la costa. Otros

metales, como el cobre y el mercurio, muestran concentraciones que varían con el tiempo,

sin embargo, los valores medios en puntos alejados de la costa son significativamente

altos. Por el contrario, las concentraciones metales de pesados en las aguas de Portmán

son ligeramente elevadas pero no drásticas, lo que puede indicar que una pequeña

fracción de metales pesados puede ser transferida desde los sedimentos al agua [Martínez

Orozco et al., 1993]. En este sentido, se ha comparado también los parámetros de

histéresis con el contenido de metales que se obtuvo en el trabajo de Carlos Carmona, en el

que determinaron los contenidos de plomo, cinc, hierro, cobre, arsénico, cadmio y

mercurio en ppm. En la misma tabla que en el caso anterior (Tabla 2) se han representado

los parámetros de determinación de las correlaciones lineales más significativas, siendo

las mejores las conseguidas para el plomo, aunque también son significativas las

correlaciones encontradas para el cobre y el arsénico (Tabla 2). Se muestran las

correlaciones de estos metales con el parámetro Ms (Figura 28). SIRM guarda una estrecha

correlación con el parámetro Ms y, como dicho parámetro correlaciona con los metales

pesados citados, cabe esperar que SIRM también lo haga. Lo mismo ocurre con la

~ 34 ~

concentración de magnetita calculada en este trabajo, ya que se ha realizado a partir de los

valores de Ms.

Figura 28. Correlaciones entre Ms y Pb (a), Cu (b) y As (c). Rectas: regresión lineal, R2: coeficiente de determinación.

Asimismo, se ha correlacionado el contenido de magnetita determinado por métodos de

difracción por rayos X y métodos magnéticos (Figura 29). Se puede observar que la

pendiente de la correlación es prácticamente 1. Esto junto con el elevado valor del

parámetro de determinación indica que es un método válido, a la par que sencillo de

realizar.

7 Conclusiones y perspectivas de futuro

El estudio de las propiedades magnéticas en las arenas recientes de la Bahía de

Portmán se puede concluir en cuatro puntos fundamentales.

a) El estudio de las propiedades magnéticas de las muestras PP nos ha mostrado

el alto contenido de materia ferromagnética, predominando la elevada

concentración de magnetita en todas las muestras con rangos que alcanzan el

28%.

R² = 0,8981

y = 1,0118x + 8,0467

0

5

10

15

20

25

30

35

40

0 10 20 30 40

% m

ag

neti

ta (

tod

os d

e

dif

rac

ció

n d

e r

ayo

s X

)

% magnetita (metódos magnéticos)

Correlación % magnetita

Figura 29. Correlación entre las dos formas usadas para calcular la concentración de magnetita en las muestras PP. En el eje horizontal se representa los valores hallados en este trabajo y el vertical los calculados en el trabajo de Carlos Carmona. Recta negra: ajuste lineal cuya ecuación también se muestra junto con el coeficiente de determinación.

~ 35 ~

b) Se descarta la presencia, o al menos la importancia significativa, de fases

minerales magnéticamente duras, como el hematites o la goethita. Sin

embargo, las magnetitas encontradas son relativamente duras, con

coercitividades superiores a 0.2 T. Asimismo, a pesar de haber serios indicios

de la presencia de sulfuros de hierro en el sistema, no contribuyen

significativamente a la remanencia.

c) Se ha observado también que las propiedades magnéticas de las muestras PP

responden a una distribución espacial característica en la Bahía, y parece que

esta distribución puede guardar una estrecha relación con la forma en que

fueron depositados los sedimentos en la Bahía en función de las corrientes, de

manera que PP4 se caracteriza por poseer los minerales más antiguos.

d) No se observan variaciones significativas de las propiedades magnéticas en

profundidad, hasta valores de aproximadamente 80 cm, excluyendo

alteraciones diagenéticas, maghemitización y/o alteraciones de

envejecimiento.

A la vista de los resultados conseguidos, se observa concordancia entre las muestras PP y

las muestras M, sin embargo, no se ha podido trazar el proceso de formación de minerales

magnéticos en el lavadero.

Con vistas a estudios posteriores, sería necesario hacer un muestreo mucho más

exhaustivo de la Bahía, tomando más muestras de la línea de costa y, sobre todo, del

interior de la Bahía, de la que solo se tiene el punto PP4. Lo ideal sería tener un mallado de

muestras equidistantes de toda la Bahía. Esto permitiría desarrollar en profundidad la

teoría de la distribución espacial a lo largo de la Bahía de los distintos valores de las

propiedades magnéticas, probar en mayor medida el uso de la magnetita como captor de

metales pesados, esclarecer el proceso de formación de los minerales magnéticos,

determinar las fases oxidadas encontradas en las curvas termomagnéticas, etc.

Con respecto a la recuperación ambiental de la Bahía de Portmán, en la actualidad, se sigue

esperando su regeneración prometida. En el 2011 se aprobó el proyecto: Regeneración y

Restauración ambiental de la Bahía de Portmán que consta de los siguientes planes [BOE,

2011]: i) el dragado de 2 700 000 m3 de colas de residuos, moviendo la línea de costa 250

m tierra adentro, aproximadamente. El 70 % de estos materiales serán secados y tratados

con agentes químicos neutralizantes antes de ser transportados a una antigua mina a cielo

abierto, la cantera de San José, que será sellada para evitar infiltraciones. ii)

Aproximadamente el 30 % de las colas tratadas permanecerán cerca de la orilla del mar

sobre el agregado de balasto y carbonatos, y sobre estas irán una capa de grava, otra de

abono y todo ello será cubierto con plantas locales. iii) Las arenas de la presente playa

serán mezcladas 1:1 con arenas fluviales limpias traídas específicamente para mejorarlo y

evitar posibles reacciones químicas. Esto se hará hasta una profundidad de 10 m [Oyarzun

et al., 2013]. Sin embargo, con este plan, pueden existir ciertos inconvenientes: el dragado

puede tener consecuencias impredecibles para los ecosistemas marinos y hay que tener en

cuenta las interacciones subterráneas del agua del mar con la agregación de capas de

distintos tipos de materiales que se llevará a cabo en la restauración del interior. La alta

~ 36 ~

concentración de hierro en las arenas presenta la opción de re-aprovechar el mineral con

técnicas modernas de extracción como parte de la reconstrucción ambiental del sistema.

Agradecimientos

Me gustaría mostrar mi más sincero agradecimiento a mi tutora, Fátima Martín

Hernández, por la orientación y gran ayuda prestada que ha ido más allá de la realización

del trabajo, mostrándome siempre su apoyo, paciencia y consejo en muchos aspectos

académicos.

A Víctor Villasante Marcos, del Grupo de Paleomagnetismo de la UCM, que tantas veces me

ha ayudado en el laboratorio y prestado su material y a Sara Guerrero Suárez, también del

Grupo de Paleomagnetismo, que me ha acompañado y enseñado distintas técnicas en el

laboratorio.

También quiero expresar mi gratitud al Prof. José Ángel López García, del departamento

de Cristalografía y Mineralogía de la Facultad de CC. Geológicas de la UCM, por facilitarnos

material con el que ha sido posible completar este trabajo, así como por su disposición a

ayudar y por compartir conmigo conocimientos sobre Geología. Agradecer también al Prof.

Pedro Martínez Pagán, de la Universidad Politécnica de Cartagena por el trabajo de campo

y planteamiento original del proyecto.

Con especial cariño a mi familia, ya que gracias a su esfuerzo y apoyo esto ha sido posible.

Referencias

BOE (2011), Resolución de 10 de febrero de 2011, de la Secretaría de Estado de Cambio Climático, por la que se formula declaración de impacto ambiental del proyecto Regeneración y adecuación ambiental de la Bahía de Portmán, término municipal de La Unión, Murcia, , 45, 20530–60.

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ANEXO

(A) Tabla resumen de los valores de los parámetros de histéresis para todas las

muestras PP y M. Los números entre paréntesis que aparecen en las muestras PP

hacen referencia a los centímetros de profundidad de la calicata vertical.

Muestra Ms (Am

2/kg)

Mr (Am

2/kg)

Hc (mT) Hcr (mT) para (10 -7

m3/kg)

ini (10-5

m

3/kg)

PP1-A (0-20) 1.18 0.14 12.02 28.22 5.84 0.98

PP1- B (0-20) 1.51 0.17 10.93 26.44 5.58 1.34

PP1-A (20-40) 1.44 0.17 11.47 26.47 5.91 1.24

PP1-B (20-40) 1.72 0.20 11.41 25.95 5.58 1.57

PP1-A (40-50) 1.58 0.19 11.76 26.85 5.77 1.50

PP1-B (40-50) 1.60 0.19 12.06 28.20 6.02 1.39

PP1-A (50-62) 0.89 0.11 11.35 24.81 5.09 0.84

PP1-B (50-62) 0.85 0.11 12.06 26.02 4.79 0.74

PP1-A (62-71) 1.06 0.12 10.85 25.40 4.95 0.99

PP1-B (62-71) 0.94 0.12 12.05 27.10 5.13 0.86

PP1-A (71-80) 1.12 0.13 11.35 26.12 5.13 1.01

PP1-B (71-80) 1.00 0.12 10.66 24.93 4.76 0.91

PP1B-A (0-20) 5.48 0.59 11.40 27.56 4.35 4.29

PP1B-B (0-20) 5.89 0.63 11.15 27.34 3.92 4.81

PP1B-A (20-30) 5.07 0.53 11.01 27.03 4.61 3.97

PP1B-B (20-30) 4.11 0.45 11.45 27.74 4.59 3.32

PP1B-A (30-38) 3.58 0.41 11.48 26.16 5.42 3.09

PP1B-B (30-38) 3.64 0.41 11.63 26.86 5.35 3.09

PP1B-A (38-47) 4.13 0.45 11.55 26.78 5.27 3.29

PP1B-B (38-47) 4.00 0.44 11.43 26.92 4.80 3.41

PP2-A (0-15) 8.24 0.86 11.33 27.30 4.52 6.66

PP2-B (0-15) 7.04 0.75 11.39 27.37 5.09 5.86

PP2-A (15-27) 17.53 1.58 11.01 28.80 1.99 12.21

PP2-B (15-27) 15.60 1.45 11.03 28.04 4.71 10.97

PP2B-A (0-25) 17.09 1.62 10.92 27.26 -3.05 12.39

PP2B-B (0-25) 17.06 1.59 10.93 27.98 3.47 12.69

PP2B-A (25-30) 16.12 1.51 11.00 28.04 2.10 11.35

PP2B-B (25-30) 14.42 1.46 11.52 28.06 6.18 10.37

PP3A-A 13.90 1.24 11.22 30.40 2.39 9.54

PP3AR-B 14.57 1.33 11.13 29.74 1.15 10.14

PP3A-A AR 17.51 1.67 11.22 28.55 0.73 13.07

PP3A-B AR 17.89 1.68 10.70 28.41 -1.06 13.32

PP3B-A SUP 15.02 1.51 11.14 28.03 5.48 11.45

PP3B-B SUP 15.02 1.54 11.29 28.22 5.30 10.90

PP3B-A INF 4.46 0.49 11.67 27.90 6.53 3.63

PP3B-B INF 3.86 0.43 11.75 28.03 6.58 3.27

PP4-A 15.33 1.57 11.30 29.23 -0.95 11.35

PP4-B 15.22 1.56 11.61 29.65 -0.55 10.82

PP5A-A 10.35 1.05 11.12 27.78 3.96 7.78

PP5B-A 12.11 1.24 11.71 29.22 3.15 9.06

PP5B-B 12.84 1.30 11.34 28.84 2.46 9.16

PP5C-A 9.45 1.02 11.39 27.52 4.86 6.97

PP5C-B 9.97 1.07 11.62 27.49 5.22 7.36

PP5D-A 19.24 1.57 10.33 29.14 -5.52 13.32

PP5D-B 20.05 1.66 10.28 28.38 -6.92 14.70

PP5P-A 12.16 1.21 11.26 28.78 2.39 8.72

PP5P-B 12.39 1.26 11.39 28.58 2.15 8.76

PP6A-A 1.75 0.22 12.67 27.97 4.99 1.43

PP6A-B 2.75 0.35 12.72 27.82 5.42 2.19

PP6B-A 9.41 1.08 11.69 26.99 4.29 7.20

PP6B-B 10.17 1.08 11.60 27.66 4.46 7.70

PP6C-A 9.27 0.97 11.47 27.32 3.54 6.71

PP6C-B 9.12 0.98 11.64 27.60 4.00 6.91

M1 1.29 0.17 13.53 27.63 8.63 1.85

M2 1.54 0.18 12.02 25.52 8.22 0.69

M3 3.24 0.51 13.98 27.25 6.01 0.23

M4 5.22 0.69 13.19 26.67 10.64 5.23

M5 0.34 0.04 12.74 26.12 7.25 -0.07

M6 0.06 0.01 12.57 24.67 7.73 0.18

M7 0.02 0.00 13.01 28.54 7.62 0.09

M8 0.06 0.01 12.37 28.08 7.16 0.11

M9 0.10 0.01 13.25 26.76 7.87 0.26

M10 0.33 0.04 13.76 29.93 8.76 0.52

M11 0.76 0.09 14.30 31.81 8.71 0.07

M12 0.26 0.03 12.62 27.73 7.99 0.12

M13 0.04 0.01 15.49 30.68 3.14 0.05

M14 0.56 0.06 12.67 32.44 2.02 0.26

M15 4.02 0.51 11.52 23.50 3.42 6.35

M16 0.20 0.03 11.81 22.51 3.68 0.29

(B) Tabla de parámetros derivados del análisis de coercitividad de la IRM para las

muestras PP y M hasta 0.5 T para las tres componentes de coercitividad significativas

Muestra

Componente 1 Componente 2 Componente 3

SIRM 1 (Am

2/kg)

B1/2 1 (mT)

DP 1 (mT)

SIRM 2 (Am

2/kg)

B1/2 2 (mT)

DP 2 (mT)

SIRM 3 (Am

2/kg)

B1/2 3 (mT)

DP 3 (mT)

PP1-A (0-20) 0.130000 38.02 0.29 0.008000 10.00 0.35 0.003000 100.00 1.00

PP1- B (0-20) 0.150000 33.88 0.30 0.008000 6.31 0.35 0.005000 158.49 0.75 PP1-A (20-40) 0.155000 36.31 0.29 0.010000 15.85 0.30 0.001000 316.23 0.20 PP1-B (20-40) 0.185000 33.11 0.30 0.008000 6.31 0.35 0.005000 158.49 0.75 PP1-A (40-50) 0.175000 35.48 0.30 0.010000 10.00 0.30 0.001000 316.23 0.20 PP1-B (40-50) 0.180000 36.31 0.31 0.005000 6.31 0.35 0.000800 158.49 0.75 PP1-A (50-62) 0.101000 31.62 0.30 0.001000 6.31 0.35 0.001000 158.49 0.75 PP1-B (50-62) 0.105000 33.88 0.31 0.001000 6.31 0.35 0.000800 158.49 0.75 PP1-A (62-71) 0.112000 33.11 0.30 0.002500 6.31 0.40 0.001000 100.00 0.35 PP1-B (62-71) 0.112000 35.48 0.30 0.002500 6.31 0.30 0.001000 100.00 0.35 PP1-A (71-80) 0.126000 33.88 0.31 0.001000 6.31 0.35 0.000800 158.49 0.75 PP1-B (71-80) 0.109000 33.88 0.31 0.001000 6.31 0.35 0.000800 158.49 0.75 PP1B-A (0-20) 0.450000 38.02 0.28 0.110000 25.12 0.46 0.005000 251.19 0.80

PP1B-B (0-20) 0.500000 38.90 0.28 0.110000 25.12 0.45 0.005000 316.23 0.20

PP1B-A (20-30) 0.500000 37.15 0.29 0.010000 6.31 0.30 0.001000 398.11 0.10 PP1B-B (20-30) 0.420000 37.15 0.30 0.010000 6.31 0.30 0.001000 316.23 0.20 PP1B-A (30-38) 0.380000 35.48 0.30 0.008000 6.31 0.35 0.005000 158.49 0.75 PP1B-B (30-38) 0.380000 35.48 0.30 0.008000 6.31 0.35 0.005000 158.49 0.75 PP1B-A (38-47) 0.420000 36.31 0.29 0.010000 6.31 0.30 0.001000 316.23 0.20 PP1B-B (38-47) 0.410000 35.48 0.30 0.010000 6.31 0.30 0.001000 316.23 0.20 PP2-A (0-15) 0.760000 39.81 0.29 0.060000 15.85 0.35 0.010000 316.23 0.35 PP2-B (0-15) 0.660000 38.02 0.29 0.060000 15.85 0.30 0.010000 316.23 0.35 PP2-A (15-27) 1.450000 39.81 0.30 0.050000 10.00 0.32 0.015000 316.23 0.28 PP2-B (15-27) 1.300000 39.81 0.30 0.100000 15.85 0.45 0.009000 398.11 0.10 PP2-A (0-25) 1.450000 39.81 0.30 0.100000 15.85 0.45 0.009000 398.11 0.10 PP2-B (0-25) 1.450000 39.81 0.30 0.100000 15.85 0.45 0.009000 398.11 0.10

PP2-A 1.350000 39.81 0.30 0.100000 15.85 0.45 0.009000 398.11 0.10

(25-30)

PP2-B (25-30) 1.350000 39.81 0.30 0.050000 10.00 0.34 0.020000 316.23 0.35

PP3A-A 1.140000 42.66 0.30 0.050000 10.00 0.34 0.020000 316.23 0.35 PP3AR-

B 1.200000 41.69 0.30 0.045000 15.85 0.50 0.040000 158.49 0.35 PP3A-A

AR 1.500000 39.81 0.30 0.100000 15.85 0.45 0.009000 398.11 0.10 PP3A-B

AR 1.500000 39.81 0.30 0.100000 15.85 0.45 0.009000 398.11 0.10 PP3B-A

SUP 1.380000 39.81 0.30 0.100000 15.85 0.45 0.009000 398.11 0.10 PP3B-B

SUP 1.380000 39.81 0.29 0.100000 15.85 0.45 0.009000 398.11 0.10 PP3B-A

INF 0.370000 39.81 0.28 0.100000 22.39 0.30 0.005000 630.96 0.10 PP3B-B INF 0.380000 38.02 0.28 0.020000 7.94 0.30 0.020000 100.00 0.35

PP4-A 1.380000 43.65 0.30 0.100000 15.85 0.45 0.030000 398.11 0.20

PP4-B 1.380000 43.65 0.29 0.100000 15.85 0.45 0.020000 398.11 0.20

PP5A-A 0.900000 41.69 0.29 0.100000 15.85 0.40 0.009000 398.11 0.20

PP5B-A 1.070000 41.69 0.29 0.100000 15.85 0.40 0.009000 398.11 0.20

PP5B-B 1.200000 39.81 0.30 0.020000 7.94 0.36 0.030000 316.23 0.35

PP5C-A 0.950000 38.90 0.30 0.020000 5.01 0.36 0.030000 316.23 0.35

PP5C-B 1.000000 38.90 0.29 0.020000 7.94 0.32 0.030000 316.23 0.35

PP5D-A 1.400000 43.65 0.29 0.100000 12.59 0.40 0.020000 398.11 0.20

PP5D-B 1.450000 41.69 0.29 0.100000 12.59 0.40 0.030000 398.11 0.20

PP5P-A 1.050000 40.74 0.28 0.070000 10.00 0.37 0.030000 316.23 0.35

PP5P-B 1.150000 41.69 0.30 0.060000 12.59 0.40 0.015000 398.11 0.25

PP6A-A 0.210000 38.90 0.29 0.007000 10.00 0.35 0.005000 398.11 0.25

PP6A-B 0.330000 38.90 0.30 0.009000 6.31 0.30 0.009000 398.11 0.25

PP6B-A 1.000000 38.90 0.29 0.020000 6.31 0.32 0.030000 316.23 0.35

PP6B-B 1.000000 38.02 0.30 0.010000 4.17 0.30 0.020000 398.11 0.25

PP6C-A 0.900000 39.81 0.30 0.010000 5.62 0.30 0.020000 316.23 0.25

PP6C-B 0.000088 39.81 0.29 0.000005 10.00 0.30 0.000250 1000.00 0.11

M1 0.10800 43.65 0.24 0.00900 12.02 0.38 0.00200 199.53 1.00

M2 0.20000 30.20 0.30 0.00900 7.94 0.41 0.00020 199.53 1.00

M3 0.68000 30.20 0.31 0.01800 6.31 0.34 0.00900 251.19 1.00

M4 0.65000 31.62 0.29 0.03000 7.94 0.45 0.00500 316.23 1.50

M5 0.06050 29.51 0.30 0.00600 7.94 0.38 0.00010 316.23 0.35

M6 0.00316 31.62 0.30 0.00020 6.31 0.32 0.00009 158.49 0.60

M7 0.00174 33.88 0.28 0.00009 7.94 0.50 0.00006 199.53 0.30

M8 0.00024 63.10 0.34 0.00001 10.00 0.35 0.00004 316.23 0.16

M9 0.00700 39.81 0.30 0.00050 10.00 0.40 0.00009 316.23 0.60

M10 0.03200 39.81 0.30 0.00100 6.31 0.37 0.00010 316.23 2.00

M11 0.12820 35.48 0.30 0.00200 5.01 0.38 0.00010 316.23 1.50

M12 0.03750 31.62 0.30 0.00100 6.31 0.38 0.00050 199.53 0.50

M13 0.00630 39.81 0.25 0.00015 6.31 0.50 0.00010 316.23 0.09

M14 0.06600 38.90 0.30 0.00220 6.31 0.25 0.00030 316.23 1.00

M15 0.34250 32.36 0.28 0.04000 7.94 0.40 0.00300 316.23 0.55

M16 0.02700 29.51 0.29 0.00200 6.31 0.30 0.00001 316.23 0.35

(C) Tabla de parámetros derivados del análisis de coercitividad de la IRM para las

muestras PP hasta 4 T

Muestra

Componente 1 Componente 2

SIRM 1 (Am

2/kg)

B1/2 1 (mT)

DP 1 (mT)

SIRM 2 (Am

2/kg)

B1/2 2 (mT)

DP 2 (mT)

PP1B-A (30-38) 0.280 39.81 0.33 0.0150 562.34 0.10

PP2-B (25-30) 0.660 54.95 0.23 0.0570 316.23 0.16

PP3B-A SUP 0.580 63.10 0.24 0.0300 223.87 0.08

PP4-A 0.620 70.79 0.25 0.0200 630.96 0.10

PP5P-B 0.640 70.79 0.22 0.0200 562.34 0.09

PP6C-B 0.568 58.88 0.23 0.0280 446.68 0.18

(D) Gráficas de las curvas termomagnéticas de las 26 muestras analizadas. En rojo el

calentamiento y en azul el enfriamiento.

0,0

0,2

0,4

0,6

0,8

1,0

1,2

1,4

1,6

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP1 (0-20)

0,0

0,5

1,0

1,5

2,0

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP1 (30-40)

-0,5

0,0

0,5

1,0

1,5

2,0

2,5

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP1 (40-50)

0,0

0,5

1,0

1,5

2,0

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP1-A (71-80)

0

1

2

3

4

5

6

7

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP1B-B (0-20)

0,0

0,5

1,0

1,5

2,0

2,5

3,0

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP1B (20-30)

0,0

0,5

1,0

1,5

2,0

2,5

3,0

3,5

4,0

4,5

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP1B (30-38)

0

2

4

6

8

10

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP1B (38-47)

0,0

0,4

0,8

1,2

1,6

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP1B (50-62 SK3)

0,0

0,2

0,4

0,6

0,8

1,0

1,2

1,4

1,6

1,8

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP1B (62-71)

0

1

2

3

4

5

6

7

8

9

0 500 1000

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP2 (0-15)

0

2

4

6

8

10

12

14

16

18

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP2A (25-30)

0

5

10

15

20

25

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP2B (0-25)

-5

0

5

10

15

20

25

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP2B (25-27)

-2 0 2 4 6 8

10 12 14 16 18

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP3AR - B

0

2

4

6

8

10

12

14

16

18

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP3B-ar

-2

0

2

4

6

8

10

12

14

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP3B-SUP

-2

0

2

4

6

8

10

12

14

16

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP4B

0

2

4

6

8

10

12

14

16

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP5A-B

-2

0

2

4

6

8

10

12

14

16

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP5B-5

-1

0

1

2

3

4

5

6

7

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP5C

0

5

10

15

20

25

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP5D-B

-2

0

2

4

6

8

10

12

14

16

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP5P

-0,5

0,0

0,5

1,0

1,5

2,0

2,5

3,0

3,5

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP6A

-2

0

2

4

6

8

10

12

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP6B

0

2

4

6

8

10

12

14

0 200 400 600 800

M (

Am

2/k

g)

T (°C)

PP6C

(E) Tabla de temperaturas de Curie encontradas para las muestras PP

Muestras Tc (°C)

PP1 (0-20) 568

PP1 (30-40) 573

PP1 (40-50) 569

PP1-A (71-80) 578

PP1B-B (0-20) 563

PP1B (20-30) 574

PP1B (30-38) 594

PP1B (38-47) 576

PP1B (50-62-SK3) 573

PP1B (62-71) 594

PP2 (0-15) 578

PP2 (25-30) 563

PP2B (0-25) 560

PP2B (25-27) 562

PP3AR-B 574

PP3B-ar 569

PP3B-SUP 570

PP4B 558

PP5A-B 566

PP5B-5 564

PP5C 591

PP5DB 559

PP5P 558

PP6A 573