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Primeros pasos de un terapeuta: Las 10 primeras sesiones con éxito (Capítulo 2)

Elena González, de www.cuidatupsique.com Página 1 Si copias, cita la fuente, así "ganamos" todos

CAPÍTULO 2

Por Elena González Silva



PRIMEROS PASOS DE UN TERAPEUTA:

Las 10 primeras sesiones con éxito.

CAPÍTULO 1:

PRIMER RETO: PARA CONSEGUIR UN CLIENTE SATISFECHO EN LAS 10 PRIMERAS SESIONES QUÉ CONCEPTOS TENGO QUE TENER CLARO COMO TERAPEUTA

A. LECTURA CORPORAL B. RESISTENCIAS C. DRAMA VITAL D. TU CONTRATRANSFERENCIA

CAPÍTULO 2:

SEGUNDO RETO: QUÉ TIENE QUE PASAR EN ESAS 10 PRIMERAS SESIONES PARA ASEGURAR EL ÉXITO TERAPÉUTICO

A. SESIÓN 1 B. SESIÓN 2 C. SESIÓN 3-7 D. SESIÓN 8-10 E. ¿POR QUÉ SE MARCHAN LOS CLIENTES ANTES DE ESTAS 10 PRIMERAS SESIONES Y QUÉ HACER?

RUTA DE VIAJE TERAPÉUTICO

A. SISTEMATIZAR EL RECORRIDO B. GUIÓN PARA NO OLVIDAR ANTES DE CADA SESIÓN



En el primer capítulo identificamos conceptos imprescindibles para el quehacer terapéutico, especialmente significativos en estas 10 primeras sesiones.

Estas primeras 10 sesiones son los cimientos de un proceso terapéutico de éxito. El cliente nos dará varias oportunidades, pero si en estas 10 sesiones no logramos apartar resistencias y defensas, para poder establecer un vínculo terapéutico real, seguro, y con afecto, nuestro cliente no podrá confiar en nosotros, y se marchará antes de concluir su proceso.

A continuación, en este segundo capítulo, tienes un esquema, con referencias teóricas, pero básicamente con mi experiencia real como terapeuta, es decir, con mis fallos en estos años que llevo en la profesión y cómo los logré superar.

Por experiencia sé la frustración tan grande que sentimos cuando nuestros clientes se marchan. Espero que las páginas que tienes a continuación te sirvan para reflexionar después de cada uno de tus clientes que se fue, qué pasó, en qué fallaste, para que él/ella se fuera.

Porque, en definitiva, eso es lo único que realmente cuenta, la experiencia personal y profesional de aprendizaje que vamos construyendo con cada uno de nuestros clientes. Mi intención, por tanto, es sólo mostrarte cómo reflexionar, en qué fijarte de tu quehacer para aprender de tu propia experiencia. Ayuda a construir nuestra seguridad.



SEGUNDO RETO: QUÉ TIENE QUE PASAR EN ESAS 10 PRIMERAS

SESIONES PARA ASEGURAR EL ÉXITO TERAPÉUTICO

1. ¿QUÉ ES PARA MI EL ÉXITO TERAPÉUTICO?

2. CLAVES PARA LA SESIÓN 1 A. EL CLIENTE SE TIENE QUE SENTIR VISTO Y ESCUCHADO: COMPRENSIÓN DEL DRAMA VITAL Y DEVOLUCIÓN AL CLIENTE B. PARA AMBOS TIENE QUE QUEDAR CLARO EL OBJETIVO TERAPÉUTICO Y EL CLIENTE TIENE QUE LLEVARSE UNA COMPRENSIÓN DE CUÁLES SERÁN LOS PASOS QUE SE SEGUIRÁN C. EL CLIENTE TIENE QUE LLEVARSE UNA IMPRESIÓN DE QUIÉN ERES Y CÓMO TRABAJAS

3. CLAVES PARA LA SESIÓN 2 A. LECTURA CORPORAL Y CÓMO RELACIONARLO CON EL OBJETIVO PLANTEADO Y EL DRAMA VITAL DE LA PERSONA B. UNA TÉCNICA IMPACTANTE PARA QUE SE "ENAMORE": UN EJEMPLO

4. CLAVES PARA LAS SESIONES 3 A LA 7 A. CÓMO IR TRABAJANDO LAS RESISTENCIAS B. TOMA DE CONCIENCIA DE LOS DIFERENTES PERSONAJES DEFENSIVOS

5. CLAVES PARA LAS SESIONES 8 A LA 10 A. LA RELACIÓN TERAPÉUTICA B. CÓMO CONSEGUIR MOMENTOS "REALES" QUE CURAN

6. ¿POR QUÉ SE MARCHAN LOS CLIENTES ANTES DE ESTAS PRIMERAS 10 SESIONES Y QUÉ HACER?



1. ¿QUÉ ES PARA MI EL ÉXITO TERAPÉUTICO?

¿En qué me tengo que fijar para saber si obtengo éxito?

Voy a intentar contártelo desde mi experiencia y el cúmulo de investigaciones y experiencias de muchos psicoterapeutas psico-corporales a los que he leído y estudiado:

Cómo llegan los clientes a terapia (la “esencia”, independiente del “síntoma” que le trajo)

Cuando llegamos a terapia nuestro impulso original (ganas de vivir, de amar y ser amado, de disfrutar, de experimentar cosas nuevas…), se ha visto frustrado muchas veces (desde la infancia y adolescencia hasta la edad adulta). Y esa energía o impulso se plegó sobre sí mismo, para detener el alcance del objetivo (como quien toca una estufa caliente y retira la mano).

El resultado es la falta de vida, la apatía, la inflexibilidad. Más tarde aparecen los síntomas: depresión, ansiedad, enfermedades psico-somáticas…

Para seguir sobreviviendo muchos son capaces de crear una cuarta capa de protección, que muchos autores denominan “falso yo” o “yo sustituto”, que sirve para compensar la soledad y aislamiento en el que quedamos cuando nos replegamos en nosotros mismos tras las frustraciones vividas. Por ejemplo, son personas muy sociables y poderosas, que si se paran en sí mismas, sienten una profunda soledad, debilidad, miedo.

Es decir, que todos deseamos ABRIR NUESTRO CORAZÓN y ser ACOGIDOS.

Deseamos ESTAR EN CONTACTO con el otro.

Sin embargo, hemos construido muchas CAPAS DE PROTECCIÓN para evitar el sufrimiento tras la frustración, tantas, que nos quedamos bloqueados, congelados.

Y todas esas capas de protección son inconscientes en su gran mayoría (las resistencias y defensas), y se vuelven en nuestra contra, porque impiden que nadie pueda tener acceso a tu corazón, que nadie pueda entrar en contacto contigo (aunque sea lo que más desees…)



Como terapeuta tenemos que colocarnos enfrente de nuestro cliente (y de todo tu armamento de defensa), y debemos ir destapando con cuidado, cariño y respeto cada una de esas capas, para poder acceder a su corazón, y devolverle su impulso primario de VIDA.

Reich, lo narraba de este modo:

Durante el tratamiento, los rasgos del carácter tales como la reserva y la reticencia se convierten en una resistencia de carácter compacto, por ejemplo, en forma de un obstinado silencio aprensivo. (…) Al paciente, por supuesto, le gustaría hablar, para abrir su corazón al terapeuta. Por alguna razón, sin embargo, no puede. (…) Este deseo de “ser entendido” suele ir acompañado de un rechazo de toda ayuda. Esto hace el trabajo difícil, pero no imposible.

Si el terapeuta consuela al paciente, asegurándole que entiende su inhibición, y que, por el momento, puede prescindir de sus esfuerzos para comunicarse. Así, libera la presión de “tener que hablar”. Si además el terapeuta tiene éxito en la descripción de las actitudes del paciente hacia él de una manera sencilla y precisa, el paciente se siente “entendido” y su afecto comienza a moverse

¿Son las técnicas, y procedimientos las claves del éxito terapéutico?

Cada profesional usará las técnicas que aprendió, las que más se adecuen a su propio carácter y/o forma de entender la vida.

No creo que una técnica u otra sea relevante en un proceso de superación personal.

Cada sesión es una batalla cuerpo a cuerpo entre los inconscientes del cliente y de su terapeuta:

El cliente llega a terapia con sus síntomas y con su armadura defensiva(inconsciente, por supuesto) para posicionarse delante del terapeuta en una batalla. En la que sólo ganará si

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/reich.htm



logra abrir su corazón, pero eso no es fácil y todos aquellos que ya han intentado en una o varias ocasiones sin éxito acudir a un psicólogo, pueden dar fe.

Si te pones en su piel, como cliente llegas a un nuevo ambiente (la consulta de tu terapeuta) en el que, en principio, no hay una razón para retirarse a causa del daño causado por el “otro”. Por lo que ahora te enfrentas a tu propia lucha interna para “dejarte ir”. Durante años te has organizado a ti mismo frente al trauma y el dolor y te hiciste una idea de ti mismo como “alguien que puede estar en la vida solo, inhibiendo lo que siente, porque nadie lo entiende”.

El que tu cliente logre “dejarse ir” va a depender de tres factores (tendrás que verificar que se van cumpliendo mínimo cada tres meses):

saberse entendido

confrontar las inhibiciones que han dado lugar a las tensiones musculares crónicas en su cuerpo

capacidad del “nuevo entorno” (es decir, tú, terapeuta y tus técnicas) para responder de una manera “suficientemente buena” para animarlo a seguir explorando quien es: una persona con sus propias necesidades.

Aunque, esencialmente, hay muchos autores que afirman que ese “dejarse ir” del cliente, sólo depende de la apertura del terapeuta.

El terapeuta llega con sus técnicas, procedimientos y teorías psicológicas. Son las armas del terapeuta para usarlas durante todo ese período mientras que logra que su paciente sea capaz de abrirle y confiarle su corazón.

Entonces, ¿cómo saber si voy a poder hacer un trabajo eficaz con mi cliente?

Tener formación sólida en teorías, procedimientos, y técnicas psicoterapéuticas

Cuantas más horas de terapia personal haya realizado, mucho mejor para tu cliente

E igualmente, cuantas más horas de supervisión clínica de tu trabajo hayas realizado, mejor para tu cliente

El tiempo que lleves trabajando, medido en años, número medio de clientes que atiendes mensualmente…cuanto más experiencia, y más fracasos hayas superado, serás un terapeuta con mayor éxito

¿Cuál es la señal entonces para verificar si una psicoterapia es eficaz?

La psicoterapia es un engranaje de piezas que incorporan tanto el cliente como el terapeuta que tienen que ir encajando hasta que el cliente se marcha con la certeza de saberse querido y valorado en la esencia de su persona. Sólo así tendrá a su disposición toda su capacidad para poderse enfrentar a su propia vida, sin inhibiciones.

Robert Hilton, reconocido psicoterapeuta y analista bioenergético afirma:

La parte más difícil para mi como cliente fue encontrar un terapeuta que me viese como una persona, no como un protoplasma, y que fuese más allá de proporcionarme un entorno “suficientemente bueno”, estuviese dispuesto a abrir su corazón, incluso si significaba dolor para ella.

La parte más difícil para mi como terapeuta no ha sido trabajar con mis clientes bioenergéticamente o ayudarles a sentirse hallados o reconocidos, sino estar disponible para recibir y participar con ellos cuando están a corazón abierto, cuando son encontrados y se sienten menos constreñidos. Como mis clientes y yo hemos enfrentado nuestras limitaciones,



hemos descubierto que nuestro cuidado mutuo nos ha hecho reales para nosotros mismos y para el otro.

Seguimos siendo los árboles torcidos, pero hemos descubierto, que incluso los árboles torcidos, dado el cuidado adecuado, pueden florecer en la primavera. Incluso la tortuosidad se

convierte en un testimonio orgulloso de supervivencia a través de los vientos, las tormentas y las sequías de la vida.

Así es, una psicoterapia es realmente eficaz si lo que ocurre entre cliente y terapeuta es REAL.

¿Quiere decir ésto que la relación terapéutica se traslada a la vida cotidiana en forma de amistad, por ejemplo?

Absolutamente no.

Quiere decir que cuando dejamos de protegernos como clientes a través de nuestro propio carácter, cuando dejamos de protegernos como terapeutas a través de nuestras herramientas y técnicas, quedan en la sala, dos personas que deben buscar su única y exclusiva manera de sentirse con el derecho de sentir, con la limitación real de lo que siente el otro, y cómo es posible encontrar una forma en la que las dos personas pueden ESTAR EN CONTACTO desde el respeto y cariño mutuo.

Después de esa vivencia profunda, el cliente es capaz de abandonar su antigua estructura de carácter, y tomar el riesgo de vivir y amar.

Como terapeutas tenemos que ser capaces de ARRIESGARNOS por nuestro cliente. Y arriesgarse implica que salir de tu zona de confort, de tu propia seguridad profesional.



2. CLAVES PARA LA SESIÓN 1

A. EL CLIENTE SE TIENE QUE SENTIR VISTO Y ESCUCHADO: COMPRENSIÓN DEL DRAMA VITAL Y DEVOLUCIÓN AL CLIENTE

El cliente que llega a tu consulta está asustado. La mayoría lo negarán, pero si te comunicaras exclusivamente con sus neuronas espejo, sin lugar a duda, te lo confirmarían. Está en un lugar extraño, con una persona extraña y con un montón de problemas que no sabe solucionar. Y quiere poner en ti la última oportunidad de solución (lleva intentándolo solo toda su vida). Su problema es que no sabe cómo.

Sólo tiene unos pocos de síntomas que os servirán a los dos para comenzar un camino de autodescubrimiento. Por lo que los síntomas que te traigan son "claves" para encontrar el "cómo", pero no será nuestro objetivo.

Siempre cuento a mis clientes en la primera consulta que los síntomas que trae es como la punta de un iceberg. Si los quitas, emergerán otros, como ocurre con un iceberg, lo "grande" del iceberg está abajo del mar, no se ve. Y eso es lo que llamamos el "drama vital" y es lo que tenemos que "solucionar".

Por tanto, tu cliente sólo querrá hablarte de "sus síntomas", porque es lo que "le molesta" en su día a día, pero dentro de sí mismo, está deseando que "alguien" realmente "lo vea", es decir, sepa comprender por qué le pasa lo que le pasa, por qué se siente infeliz a pesar de lo que se esfuerza.

Y es muy importante para el éxito terapéutico, que el cliente sepa desde ese primer momento, que tú "lo ves", como en la película Avatar (si no la has visto, es imprescindible para todo terapeuta)



Cuando él/ella te esté hablando, tú tienes que escuchar sus palabras en un segundo plano, y te tienes que concentrar en "VERLO/A". Y después, atreverte a decirle lo que ves, desde el amor y el respeto de otro ser humano.

Y cuando lo hagas las primeras veces te sentirás inseguro/a...es normal, pero no te pares, sigue, continúa. Nuestros clientes son nuestros mayores maestros. Escúchalo, permítete sentir-lo, vuelve a intentarlo, discúlpate, hazle ver que te interesa, que te esfuerzas por conectar con él/ella....para muchos, será la primera vez que alguien se esfuerza por "verlo" y eso es ya muy terapéutico.

B. PARA AMBOS TIENE QUE QUEDAR CLARO EL OBJETIVO TERAPÉUTICO Y EL CLIENTE TIENE QUE LLEVARSE UNA COMPRENSIÓN DE CUÁLES SERÁN LOS PASOS QUE SE SEGUIRÁN

Siempre hay que huir de objetivos generalistas del tipo "quitarme la ansiedad" "no estar depresivo" "ser feliz" "tener más autoestima".....

El objetivo terapéutico tiene que ser lo más riguroso posible. Es muy importante nombrar y precisar cuál es la "demanda". Y esto significa que tenemos que ayudar al nuestro cliente a construir una frase que tenga más o menos esta estructura:

"Yo" + "Deseo/necesidad" + "objeto"

Ayudando a nuestro cliente a formular la demanda y a pronunciar la "frase", nos estamos ayudando a elaborar una comprensión de su drama vital:

Si el objeto es él mismo, refleja una problemática esquizoide, un estilo de apego evitativo. Su drama vital versará por sentirse perdido en el mundo, sin referencias, necesita responder a "¿quién soy"

Si el objeto tiene que ver con "ser más yo mismo" "me siento dividido" "dependo de la imagen que tienen los demás de mi".... Es un problemática narcisista, un estilo de



apego desorganizado. Su drama vital tiene que ver con un déficit primario de seguridad, de confianza y autovaloración.

Si el objeto pone en juego "a un otro", es un conflicto entre un deseo y una necesidad. Tiene que ver con una problemática rígida.

Algunos clientes tan sólo pueden llegar a expresar "me gustaría no estar más enfermo". Hay que intentar siempre que salga de los síntomas, aunque a veces resulta imposible en la primera sesión. Este tipo de cliente nos indica que probablemente estemos ante una problemática psico-somática. Es decir, que la figura de apego primaria que tuvo esa persona fue "funcional" (daba de comer, lo lavaba, vestía...) pero no estaba presente a un nivel emocional. Por lo que dejó al bebé en un nivel somático de relación, con una incapacidad para desear/fantasear.

Una vez que ambos, cliente y terapeuta, tienen claro el objetivo a alcanzar, es necesario avisar de que por el camino nos encontraremos con toda una batería de "falsos yo" que tendremos que identificar y reconocer.

Por tanto, de modo sencillo, podemos explicar que los pasos serán los siguientes (siempre son los mismos, sea cual sea el objetivo......cuando le coges el "tranquillo" tenemos un trabajo realmente fácil, que nos permite disfrutar la mayor parte de tiempo, somos profesionales muy afortunados):

1. Identificar los "falsos yoes" que nos protegen, y nos boicotean a parte iguales. Es decir, esas partes inconscientes que nos hacen caer muchas veces en la misma piedra. CONSTRUIR EN AUTOCONOCIMIENTO

2. A través del vínculo terapéutico, buscaremos alcanzar el objetivo propuesto. RECONSTRUIR UN VÍNCULO DE APEGO SEGURO: LA SEGURIDAD Y LA AUTOESTIMA 3.Para finalmente, CONSEGUIR LA INDEPENDENCIA Y AUTONOMÍA

Todo esto que explicamos lo que busca es generar confianza y seguridad en nuestro cliente, que nos pueda reconocer como ese faro que alumbra y orienta a los marineros.

C. EL CLIENTE TIENE QUE LLEVARSE UNA IMPRESIÓN DE QUIÉN ERES Y CÓMO TRABAJAS

Y esto último no es mucho menos importante que todo lo anterior dicho.

Significa eso mismo, que tienes que contarle algo de ti (no de tu vida personal, sino de quién eres) durante el transcurso de la conversación, y que tiene que saber al irse cuál es tu estilo de trabajo. Incluso, si es necesario, a algunos clientes está bien contarles las técnicas que usamos y cómo las usaremos para conseguir su objetivo.

El cliente tiene que llevarse una impresión de ti en su sistema límbico, eso quiere decir que lo tienes que emocionar, que lo tienes que movilizar a esos niveles profundos.



Todos mis clientes (bueno, todos no, sólo esos que terminan sus procesos) recuerdan muchas veces nuestra primera sesión....como cuando un niño le gusta recordar y que le cuenten cosas de su nacimiento y sus primeros momentos.

La primera sesión es un comienzo de una nueva relación de apego que para tu cliente puede significar la reconstrucción de sus traumas y/o conflictos. Tienes que dar lo mejor de ti mismo en esa primera hora.



3. CLAVES PARA LA SESIÓN 2

A. LECTURA CORPORAL Y CÓMO RELACIONARLO CON EL OBJETIVO PLANTEADO Y EL DRAMA VITAL DE LA PERSONA

Depende de la experiencia del terapeuta, la primera sesión habrá acabado con la comprensión del drama profundo del cliente y su devolución de un modo digerible para él, o necesitará de una segunda sesión para completarlo.

Continúo como si en esta 2ª sesión ya supiéramos el camino a seguir, y nuestro cliente estuviera de acuerdo.

En este momento, puedes ver el vídeo que te adjunto que se titula "Lectura corporal de Pablo". Así te harás una idea de cómo hago yo.

Se trata de ir viendo, junto con el cliente, qué rasgos de su cuerpo son significativos, cuentan cosas de sí mismo, y pueden poner algo de luz a su drama vital, y por qué le ocurren las cosas que le ocurren y lo trajeron a terapia.

Recuerdo que al comienzo de trabajar como terapeuta no me atrevía a contarle al cliente lo que yo sentía junto a él/ella, ni lo que podía comprender de su cuerpo y su historia, que no me atrevía a expresarle mis hipótesis....no, sin antes verificarlo con mi supervisor. Bueno, no es "malo" en sí mismo, sólo que por "mi torpeza/mis miedos" ralentizaba el proceso de mi cliente.

Y esto lo digo, porque tenemos que ser conscientes, ya que si tenemos un "cliente valiente" que se atreve a decirnos: "siento que no avanzo lo suficiente",

Entonces tenemos que ser "tan valientes como él/ella" y responderles desde la "verdad":

"tienes razón, voy lento, porque necesito verificar con mi supervisor que el trabajo que realizo contigo es realmente bueno, voy a intentar ser más osado y arriesgarme contigo, porque veo que eres alguien valiente que te atreves a confrontar conmigo lo que pasa entre los dos, y desde luego, eso es clave para que tengamos éxito"

¿Puedes comprender el efecto que tiene escuchar algo así para el sistema límbico de esa persona? Por fin alguien, la comprende, la respeta, le da valor...



¿Y todo esto se puede hacer en sesiones online? Yo nunca lo he hecho, porque yo no trabajo con mis clientes online. Pero sí conozco a terapeutas que trabajan con el cuerpo, y me cuentan cómo experimentando, tomando riesgos (como en la consulta presencial, vamos), se puede.

Con la cámara puedes ver a tu cliente, puedes pedirle que se aleje de la cámara para poder ver su cuerpo, y que vea su imagen reflejada en su ordenador, y juntos poder ir viendo, analizando. Puedes mostrarle (ampliando tu imagen en el ordenador) cómo es tu cuerpo, cómo colocar una postura más estable, cómo respirar, cómo estirar, moverse....

Si lo haces, me encantarás que me cuentes cómo. Estoy realmente curiosa en este sentido.

B. UNA TÉCNICA IMPACTANTE PARA QUE SE "ENAMORE": UN EJEMPLO

OBJETIVO: Trabajar las resistencias, poner a la persona en un lugar real.

DESARROLLO: El cliente habla y habla. O se queda en completo silencio.

En un momento lo paro, y le digo: "Probemos esta técnica cuyo objetivo es explorar juntos hasta dónde eres capaz de llegar". Sin muchas más explicaciones.

Le propongo subirse de pie a un colchón como el de la foto, y que se ponga a saltar y saltar.

Cada vez que para, lo animo a recuperar el aliento y rápidamente a continuar saltando.

Final: Hay quien se puede llevar 30 minutos o más saltando (es agotador, pruébalo tú primero). Y cuando empiece a perder el equilibrio, o parezca que el corazón se le va a salir por la boca, o lo sientas "en peligro". Lo paras y le preguntas:



"¿Hasta cuándo vas a saltar? Si te digo que sigas, sigues... ¿Cómo es posible que maltrates así a tu cuerpo? ¿Eres capaz de llegar a enfermar antes de decir: BASTA?" Las respuestas pueden ser muchas:

“uffff, no puedo digerir esto, pienso que has abusado de mi, o peor, que te has burlado”

Otros rompen a llorar, tomando conciencia de todo lo que le falta para llegar a ser adulto

Otros, pueden parar antes, y decir que ya no lo hace más, e incluso llegar a decir “¿Qué ves tú? ¿para qué sirve?

Sea como sea, los clientes ante técnicas tan agotadoras, se quedan “abiertos”, disponibles, esperando una respuesta cuidadosa por parte de su terapeuta en ese momento de apertura. Y podrán interiorizar el aprendizaje,

Aspectos importantes para tener en cuenta:

Tienes que lidiar con tu propia ansiedad, y aprender a quedarte y persistir en la técnica. Personalmente cuando "no puedo más ver sufrir a la persona" (en realidad, esto es una trampa, es su personaje defensivo quien sufre…), se lo digo así directamente: "para, ya no puedo ver sufrir más de este modo a tu personaje, siento que despiertas una parte mía sádica, que no quiero que salga aquí contigo, prefiero protegerte"

El momento de parar es un "arte": debes encontrar ese momento justo entre que sea "indigerible" para tu cliente, pero no antes de que la persona llegue "casi a su límite". La creatividad es la madre de todo arte....

Esta técnica es válida para todo tipo de caracteres, puesto que sólo es una exploración, para ver juntos cómo se comporta "lo verdadero" de la persona en momentos de estrés. Te sorprenderás y tu cliente se sorprenderá, de cómo la mayoría de las veces, es contrario a lo que dicen con palabras. Por ejemplo, hay quienes dicen "que aguantan muchísimo en la vida", y sin embargo rápidamente dejan de saltar; y otros que dicen que "saltan a la primera de cambio", y sin embargo son capaces de llevarse 30 minutos saltando sin preguntar por qué lo hacen sin quiera......



4. CLAVES PARA LAS SESIONES 3 A LA 7

A. CÓMO IR TRABAJANDO LAS RESISTENCIAS Ya en el punto 2 del modulo 1 (Capítulo 1), estuvimos hablando sobre las resistencias. Vuelve a releerlo ahora. Porque cuando tu cliente ya está "enamorado" de ti, es cuando sus resistencias y defensas inconscientes comienzan con mayor énfasis a actuar "contra" ti.

Entonces, aparte de ir trabajándolas conforme vaya nuestro cliente poniéndolas de manifiesto, como terapeutas tenemos que provocar situaciones que movilicen las verdaderas emociones de nuestro cliente.

Para eso, podemos usar las técnicas, pero también sirve el provocar situaciones "reales" que enfaden, entristezcan, alegren, movilicen en definitiva a nuestro cliente con nosotros. ¿Cómo? El encuadre es un gran instrumento que tenemos los terapeutas en nuestras manos y que la mayoría no se atreve a utilizar (nos pasa como a los padres actuales, que no queremos poner "normas" o "límites" por miedo a que los niños se traumaticen....o nuestros clientes se marchen.....).

¿Qué es el encuadre? Son un conjunto de normas que como profesionales ponemos a nuestros clientes. Normas que hemos tenido que reflexionar y adaptar a nuestro carácter. Yo las doy por escrito, tras la primera o segunda sesión (depende de si conseguí "enamorar" a mi cliente en la 1ª o 2ª sesión).

Lo entrego, y lo pongo en marcha. Es decir, que si el cliente falta a una sesión (por cualquier motivo) por ejemplo, le exijo el pago de la sesión de la que ausentó:

Sí, siempre, y por cualquier motivo (enfermedad, trabajo, olvido, etc) Es cuestión "comercial" (es una hora que no he ocupado con nadie porque lo he

estado esperando), y también "terapéutica" (lo "obligo" a confrontar conmigo, hace que ocurran situaciones "reales" entre ambos, o no, "pone buena cara y traga, pero se enfada por dentro"....)

¿Cómo lo hago? Espero que termine la sesión siguiente a la falta, y entonces, en el momento de pagar, pregunto "¿Esto que me pagas es de esta sesión o de la pasada que no viniste?". Si se hace "el olvidadizo", le digo "¿Recuerdas que te entregué el encuadre los primeros días, en el ponía que las sesiones no venidas las tenías que abonar?. Léelo en casa y el próximo día, lo hablamos, no te preocupes". Y la siguiente sesión, te aseguro que es de las de "verdad". Lo más frecuente es que se enfade y te lo haga saber.

¿Hay flexibilidad? Nunca como norma. Pero sí con determinadas personas, especialmente aquellas con un trauma pre-verbal, soy flexible, pero haciéndoselo saber "Suelo ser alguien bastante inflexible, pero al escucharte y sentir lo grande que es tu enfado y como pone en riesgo nuestra relación, quiero que sepas que, en esta ocasión, voy a saltarme mi norma. Para mi tú eres más importante que ninguna



norma". ¿Comprendes el impacto que causan estas palabras? Eso sí, a la siguiente ocasión de falta, volvemos a empezar....

Recuerdo con especial cariño, un cliente que estuvo conmigo cerca de los 3 años en terapia. Tenía 24 años cuando llegó, era el mayor de los hermanos, fue criado por los abuelos porque ambos padres trabajaban mucho. Puedo decir que toda la relación terapéutica cursó acerca del encuadre. Él tenía turnos rotativos de mañana, tarde y noche semanales en su trabajo, lo que le impedía venir todas las semanas el mismo día. Imagínate "la guerra". A este muchacho nunca nadie le había puesto ningún límite, nunca nadie lo había "obligado" a esforzarse, ni si quiera por algo que le interesara de verdad (era un hombre muy listo, sin embargo sólo había estudiado la educación obligatoria, porque nunca nadie le dijo "niño ponte a estudiar"). Y llegué yo y le puse un límite estricto, que sólo lo flexibilizaba cuando sentía que él ya no podía más e iba a abandonar (llegué a acordar con él que una vez al mes (sin preguntar nada) yo iba a cambiarle la sesión. Esto fue tras muchas negociaciones en las que tuvo que aprender a pedir-me, a ceder...). Y así estuvimos los cerca de 3 años. Al final de la terapia, lloraba agradecido porque por fin aprendió a "luchar en la vida" (consiguió consolidar su pareja, fue padre, compró una vivienda...) y según sus propias palabras "contigo, me he convertido en un hombre". Así fue, y gracias al encuadre.

A continuación, tienes a modo de ejemplo, el que yo misma uso.



ENCUADRE DE TRATAMIENTO

Desarrollo de las sesiones: 1. Normalmente la sesión empieza por algo que a Vd le interesa hablar o resolver. 2. En algún momento de nuestra charla puedo proponerle el dejarse experimentar con

trabajos expresivos, de contacto, trabajos respiratorios, que buscan disminuir su tensión y aumentar el nivel de energía, lo que le ayudan a tomar conciencia de las sensaciones que aparecen, y poder expresarlas.

3. Esto puede abrir canales hacia sus emociones más difíciles de sentir y/o expresar, a veces evocar aspectos traumáticos de su historia, lo que le permitirá con mi acompañamiento hacer una elaboración e integración con los temas que en el presente le preocupan, o le tensan, o le angustian, o le deprimen o le enfadan, etc. La acumulación de estas experiencias produce cambios en su vida, que irán apareciendo sin esfuerzo para Vd, en forma de patrones alternativos de conducta a los que ya posee, y que le ayudaran más eficazmente en los temas y ocasiones difíciles, y ya de forma sostenida.

4. Si no se abrieran, aparecerían sus formas más habituales y características (conscientes o no), de estar, reaccionar, de expresar, de protegerse,... a todos los niveles (físicos, emocionales o de las conductas), e iremos viendo cuales son las que pueden estar causándole más problemas en su adaptación a la realidad, y si lo ve claro y lo desea, pues promover el cambio, con mi acompañamiento.

Adquiere Vd conmigo, durante la sesión, el compromiso de expresar todo cuanto le venga (pensamientos, emociones, sensaciones,....), sin juzgarlo, censurarlo, considerarlo de poca importancia o que no viene al caso, u obsceno, o ridículo, o feo, o intolerable, etc. .

Por las disposiciones del Código Ético de la profesión y La Ley Orgánica de Protección de Datos, mantengo la más absoluta confidencialidad de todo lo tratado dentro de la sesión, así como de cual otro contenido o material escrito o hablado por Vd. También, informarle que toda la información y datos personales que de Vd. se poseyeran al terminar la terapia, serán automáticamente borrados y eliminados.

La técnica en Análisis Bioenergético implica visualizar a veces el cuerpo y trabajar con ejercicios y masajes durante la sesión con la musculatura, la piel, el cuello, los hombros, abdomen y diafragma, espalda y piernas. A veces la ropa habitual podrá ser un inconveniente. Si no tolerara quitársela o sustituirla por otra más ligera, no impediría de forma grave el trabajo.

La cita ha de ser estable tanto en horario como en el día de la semana y la duración de la sesión es de 50 minutos. En cuanto a la posibilidad de que tenga que faltar a alguna sesión, adquiere el compromiso de abonarla.

Durante las vacaciones no tenemos sesión, pero preciso con una antelación mínima de dos meses el conocer que va a tomar vacaciones. Mis vacaciones habituales son Semana Santa, Navidades, y el mes de agosto.

Puede aparecer mi necesidad de buscar ayuda externa en algún momento del tratamiento y pedirle



de filmar alguna sesión, con su autorización (en el momento que ocurriera), para supervisar la forma en que estoy trabajando con Vd.

En cuanto a la terminación de la terapia es un tema que plantearía Vd. y es independiente de que se haya llevado adelante el tratamiento completo o no, pero la recomendación es que una vez que me haya comunicado su decisión, acordáramos un número mínimo de sesiones dedicadas a la despedida y puesta en común de aspectos que ambos quisiéramos manifestar.

B. TOMA DE CONCIENCIA DE LOS DIFERENTES PERSONAJES DEFENSIVOS

La persona no se habrá enterado de nada o lo habrá hecho de forma tan selectiva que será un lío entenderse con ella cada vez.

Siempre hay que aprovechar cualquier resquicio para repetir y repetir lo mismo, es lo único eficaz. Se puede comparar con las veces que un niño tiene que escuchar algo sobre las conductas adultas y que tiene que aprender porque se le olvida. La persona lo escucha, pero no lo oye, ni lo interioriza y algunas veces muestra señales de cansancio, pero no importa, puesto que lo que nunca debería pasar es que le dieras la impresión de que tú te pierdes y que no sabes por dónde vas y mucho menos que tú te canses.

Si mantienes la energía y la motivación altas para repetir las veces que haga falta, esto le ayuda mucho a tu paciente.

Las sesiones que vienen, una detrás de otra, serán prácticamente lo mismo.

Los mecanismos de defensa y resistencias vienen a cada sesión siempre recuperados, aparentemente, como si nada se hubiera trabajado en las sesiones anteriores.

En otros términos, que llamo “los personajes”, o que los autores también han llamado “los falsos selfs” del paciente, en realidad son pautas cerebrales, con la dificultad de que el paciente no las ve, ni comprende que eso que dice y hace en la sesión e igualmente en su vida, lleva toda la vida haciéndolo con escasos beneficios.

La persona cree totalmente que eso es ella y que eso no se cuestiona; y es que, no lo puede digerir de ninguna manera y por eso repite y repite en cada sesión su actuación o actuaciones, porque siempre la persona tiene más de un personaje (el divertido, el emocional, el que se asusta, el que llora, el que cuenta, el que enferma, el que razona y argumenta, el que confronta, el que seduce, son decenas y todos altamente especializados).

Comparo esta dinámica con algo similar a una lucha repetitiva y agotadora del terapeuta contra capas cerebrales del paciente que actúan como un Protector de este, o como Shapiro lo llama un “demonio” que nunca permitirá ser pillado y hará lo imposible por aburrir, exasperar, dar pena, divertir, asustar, engañar, seducir, etcétera, al terapeuta.

Es como en el mito de Sísifo, conocido por su castigo de tener que llevar una piedra hasta la cima de una montaña, y antes de llegar, la piedra volvía a rodar hacia abajo (repitiendo una y otra vez el frustrante proceso). Te parecerá que has conseguido acompañar a avanzar a tu paciente, pero al cabo de poco tiempo comprobarás que no, que vuelve a repetir otra vez y



otra vez sus síntomas bien físicos, bien emocionales, bien mentales. Siempre es lo mismo. Siempre ocurre así.

Esta fase es de profunda frustración para ambos y siempre me gusta decir a mis pacientes (no a todos), en tono de broma, que es la etapa en que no nos pagan lo suficiente. El paciente reacciona siempre igual,

o habla incansable,

o enferma siempre,

o se aisla siempre,

o se asusta,

o se calla siempre de la misma manera,

o nos acepta nuestras propuestas o ejercicios haciéndonos creer que se entera y que va a ser activo y que se va a curar pronto,

o confronta y lucha verbalmente contigo y te cuestiona,

o despliega artes seductoras y te hacen sentir que se enamoran de ti.

Etcétera

Son sus personajes en acción. Es fundamental tener paciencia, cariño y humor para ser capaz de insistir en estas ideas una y otra vez. Y cada paciente es un mundo y sus personajes más. Al paciente le cuesta mucho aceptar esta idea de que todo son personajes que construyó para protegerse y “no morir”, y que su verdadera esencia está muy escondida en alguna parte profunda de su cerebro. Por lo que no deberían pasar y pasar las sesiones sin volver a esta idea en cuanto se pueda y meterla en su cerebro racional y pensante. El cambio solo empieza realmente cuando esto se interioriza y por fin utiliza sus personajes pero porque no tiene otra forma de vivir.

En esta fase, las interacciones son muy desiguales, en el sentido que los personajes del paciente va a saco, despliegan todo su arsenal, y encima se pueden ofender y herir casi por cualquier cosa. El terapeuta tiene que tener máximo cuidado, primero para no herir u ofender al paciente y segundo para no caer en ninguna de sus trampas que detallé repetidamente hace pocas líneas.

Lo importante es nunca abandonar al niño o niña, tenga la edad que tenga; siempre es un infante que hay que cuidar y proteger como tal; y es verdad que en muchas ocasiones tendremos que “actuar” y representar que estamos con un adulto, pero sin olvidar nunca que no es así.

Los fallos que cometas en esa dirección en todas las sesiones no se perdonan. Como consecuencia de tu fallo (una vez te lo perdonan) , el paciente te dirá adiós y las más de las veces tratándote con la punta del pié, y quiero decir que por algún sitio te herirá, expresando que la terapia no le sirve, o que lleva ya tanto tiempo, o que ya se ha gastado todo su dinero, o lo más duro para mí, decirme que ya se encuentra bien.



5. CLAVES PARA LAS SESIONES 8 A LA 10

A. LA RELACIÓN TERAPÉUTICA La relación terapéutica es la relación que se establece entre el paciente y su terapeuta, con todas sus transferencias y contratransferencias, o lo que es lo mismo, con toda la “mochila” que cada uno de ellos lleva cargando de su vida, de su forma de relacionarse, sus virtudes y sus miserias.

Eso sí, con una “cabeza pensante” que es la del terapeuta, que ha recorrido ya ese camino muchas veces y que además tiene conocimientos teóricos y vivenciales que le hacen no perderse en todo ese laberinto emocional que recorren juntos.

Mis pacientes llegan a quererme, a odiarme, a temerme, y a volverme a querer… Y todo “de verdad”, y con mucha intensidad. La misma intensidad con la que vive un niño pequeño lo que le sucede con su mamá. Porque sí, siendo adultos es posible vivir esa relación de intensa conexión emocional, eso sí, sólo con un psicoterapeuta.

Como terapeuta, me convierto en una pantalla en blanco, donde cada uno de ellos proyectan sus vidas y sus relaciones. Mi función es muy sencilla: dejarme “usar” por ellos, como lo hace una mamá con su bebé (extremadamente complicado, por no decir imposible, si se hace desde el hemisferio izquierdo o racional).

Pues bien, haciendo así mi trabajo, me colmo de “regalos”. Como el que te cuento ahora.

CASO CLÍNICO: Cómo mi cliente descubrió en una sesión qué era la compasión y el amor

Llevaba varias sesiones con este paciente buscando que conectara con su propia energía (su demanda inicial es su estado depresivo), principalmente a través de la expresión de su rabia (siempre muy contenida en estructuras de personalidad orales)

Al entrar en esa sesión me dice:

“La semana pasada me fui con mucho miedo sobre la rabia que descubrí en mí, temo ser un monstruo”.

¿Qué sentí yo en ese momento? Ternura y compasión ¿Por qué?



Pues porque he vivido en mis propias carnes esa experiencia de “temer ser un monstruo” (he estado más de 8 años en psicoterapia personal, con 3 terapeutas diferentes),

y, porque este hombre me despierta mucha ternura (aunque sé que es una “trampa” que me tiende su subconsciente para lo no “remueva” en su “enfado crónico”) ¿Y por qué me pregunto (constantemente) qué siento yo durante mis sesiones? Porque es mi propio regulador de lo que está pasando en la sesión. Me considero un diapasón, que con mis “resonancias” ayudo a regular el mundo emocional de mi paciente. Así que ése es mi inicio de la sesión y la base desde la que construyo el trabajo de cada una de ellas.

¿Cómo construí mi estrategia terapéutica en esa sesión?

Desde la relación terapéutica. Es decir, desde cómo me afectaba a mi, lo que él vivía.

¿Demasiado subjetivo? Para un cerebro muy racional seguro que sí. No tengo, no existen aún, pruebas objetivas y que sean científicamente refutables, la investigación con humanos es muy complicada éticamente. Y ése es un problema para las terapias psico-corporales.

Pero sí está demostrado cómo las presencia de las neuronas espejo dentro de nuestro cerebro no es más que la demostración de que somos seres sociales por naturaleza y que necesitamos convivir con otros para aprender por imitación valores como la solidaridad, la compasión, la cooperación, el respeto por la vida y toda una serie de procesos éticos que todo niño tiene derecho a conocer y desarrollar para su correcto funcionamiento.

¿Cuáles fueron las técnicas que utilicé?

1. Técnica para aprender a defender nuestro propio territorio, desde nuestros propios límites: Señalo un límite en la sala para separar los dos territorios, el del paciente y el mío (en mi sala cuento con dos alfombras muy mullidas). Y le explico que nos convertimos en dos animales salvajes, en dos ciervos en plena berrea. Cabeza contra cabeza y a gatas, empieza la pelea. Sólo queda pelear con todas tus ganas y estar atentos al inconsciente (quien no empuja, quien no atiende al dolor de su propia cabeza, quien se ríe, quien hace trampa….) porque ésa siempre es la “pista” para el siguiente paso: el de la comprensión analítica



.

2. Técnica para experimentar el poder sobre el otro: Cuando hay ocasiones en las que puedo sentir cómo mi paciente se siente “por encima”, “con poder sobre mi”, entonces suelo hacer esta técnica. Porque “esas cosas” no se pueden hablar, suelen ser “secretos inconfesables” que siempre serán negados (mecanismo de defensa). Por lo que, una vez más, las palabras no sirven. Por eso propongo lo siguiente: me tumbo en el suelo, e invito a mi paciente a poner su pie sobre mi, a la altura del diafragma, y que deje caer su peso sobre mi. Y que respire y se deje sentir, sea lo que sea, sin juzgarse. Hay algunas veces, que es tan imposible para la persona de aceptar que se sienten por encima de los demás, que invierto los papeles y les dejo ver cómo a mi me gusta ese poder, aunque no lo utilice. Les muestro que es un sentimiento humano, y que negarlo, no lo hace desaparecer. Repito, casi “sin palabras”.

¿Qué pasó?

Que durante la primera técnica, mi paciente (hombre) era bastante superior a mi en fuerza física, y que con su cabeza empujaba la mía hasta que me hacía rozar el suelo, entonces, dejaba salir más fuerza-rabia aún.

Al parar: él reía; yo suspiraba casi sin aliento.

Me pidió repetirlo varias veces. Y yo “sabía” que iba comprendiendo por dentro lo que estaba pasando. Así que me “dejaba usar”. Y no, no sentía en ningún momento, miedo por mi integridad física.



Fue entonces cuando le propuse la segunda técnica. Con muy pocas palabras, y desde luego, ninguna de análisis racional.

Y aquí me llegó “mi regalo”: cuando puso su pie sobre mi diafragma, y le dí y sintió el “poder” sobre mi, su cara de rabia inconfesable, se transformó en una cara de inmenso amor porque, por fin, ME VIO. Vio a mi persona, que estaba sufriendo con él.

Y, eso, sin lugar a duda, lo cambiará por dentro. Desde esa parte de su cerebro irracional, de conductas y emociones automatizadas, por las que sufre sin consuelo. Ahora, vivió la experiencia corporal de sentirse contenido en su rabia desde el amor.

Al terminar dijo: Creo que es la primera vez que siento compasión. Me siento en paz. Mi presión en el pecho (la rabia contenida) desapareció. Te estoy tan agradecido…

Momento de análisis, de comprensión teórica de cómo afecta la relación terapéutica en este tipo de casos:

Las estructuras orales de la personalidad son aquellas que se quedaron con un estilo de apego ansioso-ambivalente. Es decir, desean acercarse, pero no se atreven. Es como si les faltara “el permiso”.

A nivel físico, son personas con una musculatura con poca tonicidad, piernas débiles, se observa una diferencia entre la parte superior y la inferior del cuerpo. Ojos caídos. En general, con muy poca energía vital.

Cuando acuden a terapia suelen hacerlo con síntomas depresivos. Pero no todos los depresivos, tienen esta estructura de personalidad.

El trabajo terapéutico estará centrado en devolverle el “poder sobre su vida”. Que tomen conciencia de su propia energía vital y cómo la pueden usar para relacionarse con los demás.

Las personas con estructura de personalidad oral, suelen hacer sentir a los terapeutas(depende del carácter del terapeuta, claro está). Estamos hablando de las contratransferencias:

“Todo-poderoso”, el ego del terapeuta sube, porque puede dar tienda suelta a sus “consejos”, “guiones de cómo vivir la vida”.

“Agobiado por la responsablidad” de tener el “peso” de una persona sobre sí. Ganas “de echarlo”.

Cariño, ternura, ganas de cuidar.

http://psique-psicologosevilla.es/apego/

http://psique-psicologosevilla.es/apego/



La contratransferencia debe estar consciente para poder ser “usada” por parte del terapeuta. Para ello es indispensable la terapia personal y la supervisión del terapeuta.

En el caso concreto que te he comentado, con las técnicas que yo usé, mi paciente pudo sentir el poder de manejar su vida, pero primero tuvo que sentir el poder que tenía sobre mí.

Espero que con este ejemplo, hayas podido ver con claridad la efectividad de la relación terapéutica en el proceso de cambio de una persona.

B. CÓMO CONSEGUIR MOMENTOS "REALES" QUE CURAN

La apertura tuya en sesión desde el minuto uno, como terapeuta seguro y abierto es realmente la única arma capaz de atravesar los sólidos muros de protección que el cerebro de tu paciente ha construido. Eso quiere decir que tienes que sentirte seguro de lo que sientes, lo que necesitas, lo que deseas, lo que te provoca de ese cliente que tienes delante. Y tienes que sentirte con la tranquilidad de podérselo transmitir. Cuán tu cliente te siente, te ve, real, él/ella se da el permiso de estar real. Y si no sabes cómo hacer esto, sólo hay dos caminos:

Terapia personal

Supervisión

La apertura del paciente a reconocer y admitir que todo en su vida son personajes y

que el verdadero Yo lo tiene atrapado y escondido, congelado y asustado en su interior, es lo más difícil. Ese Yo es bastante insoportable y sus familiares y amigos íntimos lo saben; también la persona lo sabe bastantes veces ante lo que hace inimaginables esfuerzos para contenerlo. Si, es eso que tenemos todos dentro guardado, son patrones cerebrales límbicos donde se alojan nuestras partes insoportables y difíciles de mostrar. Nadie lo queremos ver y menos aceptar.

La comprensión de la dinámica relacional con el cliente, y el conocimiento de técnicas que movilizan. Todas las técnicas buscan que terapeuta y paciente experimentemos lo interno sensorial y también conversemos de lo que cada uno percibe con la experiencia que ocurre en ese momento. Se trata de de algo guiado por el terapeuta, quien también sigue atento, con las neuronas espejos al máximo de potencia, para captar la más mínima información que se produzca en el cerebro emocional límbico e inconsciente del cliente. No son trabajos a ver qué pasa, sino acompañando a nuestro cliente a conectarse con lo que está profundo y dañado. Las más frecuentes dentro de la terapia corporal son:

el contacto o masaje de cuido, en versiones “light” y en versiones de alta intensidad.

trabajos de estrés como el impagable banco de Lowen con su infinita variedad de aplicaciones,

ejercicios varios de pataleo y protesta con raqueta, palo, puños,

ejercicios de carga,

ejercicios con cuerda,



ejercicios de interacción confrontando, rechazando o pidiendo,.

análisis de los sueños con la técnica corporal proyectiva y diálogo entre las partes, genialmente ejecutado y explicado por JM. Guillerme. Son de gran ayuda para facilitar el camino, muchas veces estancado.

Así, Juan González (supervisor y psicoterapeuta acreditado por en Instituto Internacional de Análisis Bioenergético), explica lo que es "REAL" con estas palabras:

Muchas veces en mi formación y en múltiples lecturas, escuché y leí la frase de que solo si la interacción es real se podría curar a la persona. Siempre utilicé ese término, pero realmente el concepto “real” nunca me lo supe explicar a qué se refería. “Real”, lo explico ahora como interactuar con lo dañado profundo de la persona, con esas capas de su cerebro límbico, donde se quedaron congeladas y fijadas conductas muy difíciles de sacar afuera en el mundo adulto, porque siempre darían problemas. Son emociones que el infante (de 0 a 5 años) tuvo que dejar de expresar porque eran muy dolorosas y no podían ser aceptadas por sus figuras de cuido o entorno. Comprobó una y otra vez que ese sufrimiento era insoportable y paró, dejó de ser él, en su autenticidad. Esto frenó para siempre su alegría y su espontaneidad vital. Sólo podría intentarlo con los personajes que creara, es decir sus falsos selfs.

¿Todo esto tiene que pasar en las 10 primeras sesiones? No, si no, "curaríamos" a nuestros pacientes en 10 sesiones....y no es posible desde una comprensión profunda de la persona como la que te llevo contando en este módulo.

Pero sí el cliente tiene que tener vivencias bastante similares que le hagan sentir la esperanza de que contigo va a poder ser él/ella mismo y poder reparar los traumas y/o conflictos vividos.



6. ¿POR QUÉ SE MARCHAN LOS CLIENTES ANTES DE ESTAS PRIMERAS 10 SESIONES Y QUÉ HACER?

Porque no encuentran en un porcentaje alto (siempre "nos perdonan" más de uno y de dos....) que eres una persona auténtica, honesta y segura de ti misma.

¿Y cómo se hace eso, verdad? Pues es una respuesta difícil de contestar. Para mí, hay tres alternativas:

1. Terapia personal: como terapeutas debemos ser como un "diapasón", en música, es el instrumento que se usa para afinar al resto de la orquesta. Por lo que es importante que tengamos vivencias propias de un apego seguro.

2. Supervisión clínica-formación individualizada: los psicólogos y terapeutas en general, pecamos de realizar muchas formaciones, y lo que realmente nos centra y nos coloca a trabajar de un modo efectivo es realizar una mentoría, es decir, dejarnos guiar paso a paso por otro colega con más experiencia, que sepa guiarnos con nuestro quehacer diario con nuestros clientes

3. El ensayo-error: pues sí, también sirve, y no hay que tener tanto miedo a equivocarnos y a rectificar. Muchas veces encontrar a un buen terapeuta y/o supervisor en determinadas ciudades, y con un nivel alto de autoconocimiento interior, es difícil. A mí me pasó. ¿Y sabes qué? Que terminé mi proceso con la ayuda de algunos de mis clientes, que me llevaron por sitios en los que yo aún no estaba "preparada", y opté por quedarme con ellos, acompañarlos, equivocarme, rectificar y....aprender casi a su misma vez, la verdad.

Los criterios de competencia de un terapeuta son, según varios autores:

1. Para ayudar a su cliente al desarrollo de la auto-seguridad, el terapeuta tiene que estar:

Vinculado a su paciente de manera no impaciente

Disponible a las señales no verbales, tanto las suyas propias, como las de su cliente y saber diferenciarlas

“Con entonación”, para responder de manera adecuada. Por ejemplo: un cliente puede estar diciendo con palabras que la muerte de su padre no le afectó, que lo comprendió como un hecho natural, y sin embargo, se puede observar cómo deja de respirar, sus hombros caen,, su mandíbula se aprieta. Si como terapeutas estamos “entonados”, nuestra propuesta de trabajo irá en consonancia con lo que observamos en su cuerpo, sin entrar en cuestionar sus palabras. Una técnica que abra la respiración, que pueda expresar la rabia y el desconsuelo que su cuerpo indica, sería lo adecuado para que el cliente tome conciencia de sí mismo y pueda expresarse.



2. Para ayudar a su cliente al desarrollo de la auto-confianza supone que:

El terapeuta se deja utilizar (sí, UTILIZAR, sin comillas. Como una madre deja que su bebé la use para alimentarse) por su paciente cuando pretende reproducir algo que descubrió, de tal modo que salga bien: para el amor y para el odio.

En la relación terapeuta-paciente siempre que ocurren circunstancias “x” (por ejemplo, se falta a la sesión), las consecuencias son siempre las mismas (siguiendo el ejemplo, el cliente debe pagar la sesión no venida). De tal modo que la relación se forja sobre la constancia y la permanencia.

3. Para ayudar a su cliente al desarrollo del auto-concepto requiere la confirmación del paciente por el terapeuta de que sus nuevas posibilidades de acción, expresión, apego e interacción tienen valor. Esto favorece la asimilación y la reproducción. Por ejemplo, ante un cliente que no sabía expresar lo que sentía por el fallecimiento de su padre: cuando pueda gritar de dolor, el terapeuta debe poner en ese instante las palabras que faltaron antes “es así como realmente te sientes, se escucha de tu voz mucho dolor, desgarro, y también a ratos, rabia. Y todo esas emociones son reales y adecuadas para lo que estás viviendo. Qué bien que lo pudiste expresar.”



RUTA DE VIAJE TERAPÉUTICO

1. SISTEMATIZAR EL RECORRIDO

La formación en Análisis Bioenergético que realicé fue realmente buena, con maestros excepcionales, y bastante rigor en la evaluación final. Pero me faltó algo, que creo que es bastante importante, porque después de hablar con muchos otros colegas, compruebo que es igual en la mayoría de las formaciones: la psicoterapia se enseña en la mayoría de las escuelas como si fuera "un arte".

Y para mi, esto es un gran problema, porque nos quita credibilidad. Los terapeutas somos promotores de la salud. Cuanto más cercanos estemos a "lo mágico", al "arte", más lejos estaremos de lo "científico".

Y para estar cercanos a lo "científico", necesitamos que nuestro recorrido con nuestros clientes esté sistematizado.

El mejor de los que conozco sistematizando, es decir, buscando no perderse "en el arte" y queriendo siempre rayar lo "científico" es Juan González Cuellar. Ya te lo he nombrado en un par de ocasiones en este documento.

Como te he dicho está inmerso en un bonito trabajo que busca contrastar, a través de un grupo experimental (formado por terapeutas con formación en lo corporal) cómo los pasos que ha diseñado para "curar" a través de la psicoterapia corporal son realmente efectivos. Usando las teorías del Carácter, la Teoría del Apego, y el Trauma Relacional.

Te cuento un poco más, sobre CATR, una Guía Rápida en Psicoterapia Corporal: aplicación de las teorías sobre el Carácter, el Apego y el Trauma Relacional.



ESQUEMA DE TRABAJO CATR(*): Son tres fases que se solapan en estrategias y campos de acción

Fases

Trabajo Caracterial.

Trabajo de Reparación del Apego.

Trabajo con el Trauma relacional.

Objetivos Reconocimiento y Aceptación.

Seguridad Autoestima y Autorregulación.

Autorregulación e Independencia.

Bases Teóricas

Teoría de Análisis Bioenergético de Alexander Lowen.

Teoría del Apego y de la Regulación Emocional. Bowlby. Ainsworth. Schore. Fonagy.

Teoría del Trauma y Curación del Trauma. Scaer. Levine. Schoer. Porges. Ogden. Van der Hart. Van der Kolk.

Explicación:

.

Acompañamos al paciente a que conozca su auténtico Yo dañado por la relación de Apego e identifique y pueda dejar de utilizar sus personajes (falsos selfs) en la relación terapéutica (mecanismos de defensa y resistencias). Las técnicas y el modo relacional que se utilizan son muy variadas y creativas.

Acompañamos al paciente a reparar su daño de Apego haciendo un recorrido exhaustivo para experimentar la posesión sobre su figura de cuido. Igualmente se explican conceptos profundos y técnicas para su aplicación y desarrollo.

Desde el modelo depredador-presa, acompañamos al paciente a salir de la congelación o muerte fingida, afirmarse en su poder y enraizarse en su yo adulto. Son intervenciones para hacer que el paciente deje su parálisis y aprenda a defenderse y también a activarse de forma natural y sana.

Si deseas participar en este grupo experimental, o quieres saber más, no dudes en contactar conmigo a través de mi email [email protected] o directamente contactando con Juan González Cuéllar en su email [email protected].

Desde aquí, y si vives por España, quiero animarte a participar en este precioso Grupo

Experimental, donde podrás aprender la efectividad real de la terapia psico-corporal.



2. GUIÓN PARA NO OLVIDAR ANTES DE CADA SESIÓN

A. ENTRAR EN LA SESIÓN SIN MEMORIA NI DESEO

Una de las formas más efectivas que he encontrado para contener mis contratransferencia fue cuando mi supervisor parafraseaba a Safran y Muran, con la teoría de Bion, cuando sugiere que el terapeuta debe empezar cada sesión "sin memoria ni deseo".

Como terapeuta, esto me alivia de la carga destructiva de mi cliente, y podía estar, de nuevo, de acuerdo con la filosofía Zen, diciéndome: "si tu mente está vacía, siempre estará dispuesta, estará abierta a todo". Y así, desde ese sitio, es mucho más fácil volver a "entonar" con cada cliente.

También quiero, llegado a este punto, parafrasear a Alice Miller:

"No es infrecuente que el terapeuta se vea inducido a veces, ante la actitud despreciativa del paciente, a proteger su propia superioridad con la ayuda de teorías. Pero el verdadero Yo del paciente nunca vendrá a visitarlo a esa trinchera. Se ocultará ante él exactamente como lo hacía ante los aterrados ojos de su madre. Pero si gracias a nuestra sensibilización logramos

percibir, tras cada desprecio, la historia de la prolongación del niño despreciado, al terapeuta le resultará fácil no sentirse agredido ni parapetarse más tiempo interiormente detrás de las

teorías".

Y mientras aprendemos a "entonar", a estar disponible para nuestro cliente, sólo podemos seguir arriesgándonos, equivocándonos y enmendándonos. Y por supuesto, poniendo "betadine" a nuestra herida narcisista, con mucho cariño....



B. ESQUEMA DE TRABAJO CON CADA NUEVO CLIENTE, O CÓMO HAGO YO UNA HISTORIA CLÍNICA

Sé que hay muchas formas de llevar un control, una historia de cada cliente, y creo que cada uno debe hacerse la suya, la que más se adapte a ti, la que te resulte más fácil. La mía te la transcribo a continuación. Me ayuda tener por escrito estos aspectos para no olvidarme de lo esencial de cada uno de ellos, no por falta de memoria, sino, porque mi contratransferencia me la "juegue".

ALIAS: no uso los datos personales unidos a la historia por motivos de confidencialidad. Les atribuyo un alias, algo de su persona que me lo recuerde.

HISTORIA PERSONAL: Está viva, porque no es lo mismo lo que una persona cuenta de su historia la primera sesión, que la 10, o la 50... Y voy transcribiendo las diferentes piezas del puzle.

MOTIVO DE CONSULTA

RASGOS DE LECTURA CORPORAL

DRAMA VITAL: Para mí es más importante su drama vital, es decir, lo que esa persona va a intentar repetir conmigo, que su diagnóstico. Y aunque durante todos mis años de formación, y cada vez que voy a supervisión, tengo que tener presente un diagnóstico, en mi día a día, no es algo que yo resalte.

RESISTENCIAS

PERSONAJES DEFENSIVOS: busco poner las mismas palabras que ellos van usando para definirlos.

TRANSFERENCIA: lo que proyecta sobre mí, que forma parte de su historia

MI CONTRATRANSFERENCIA: lo que yo tiendo a proyectar en mi cliente, que pertenece a mi historia.

HECHOS SIGNIFICATIVOS DEL DIARIO DE SESIONES



Muchas gracias por haber llegado hasta aquí, por tu interés, tus dudas, tus

cuestionamientos, por atreverte a poner en práctica...

Ahora toca comentar, debatir. Para eso tenemos el Grupo de Facebook. Así que anímate, entra

y participa si aún no lo has hecho.

Me encantará también que me dejes un testimonio, con lo que has aprendido en este curso, en

qué cambió tu visión de la psicoterapia, y si lo recomendarías a otros profesionales. ¿Me lo

mandas a mi email: [email protected]?

Nos seguimos viendo.

Un fuerte abrazo,

Elena González Silva, de www.cuidatupsique.com

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