Primeras Paginas Ruperto Vacaciones Siniestras

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ALFAGUARA INFANTIL

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Cuento. Vista Previa

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  • ALFAGUARA INFANTIL

  • 2012, Roy Berocay De esta edicin: 2012, Ediciones Santillana, SA Juan Manuel Blanes 1132. 11200. Montevideo, Uruguay Telfono: 24107342 www.prisaediciones.com/uy

    Grupo Santillana de Ediciones, SA (Alfaguara) Torrelaguna, 60. 28043 Madrid, Espaa.

    Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara, SA Leandro N. Alem 720. C1001AAP Buenos Aires, Argentina.

    Santillana de Ediciones SA Av. Arce 2333, La Paz, Bolivia.

    Aguilar Chilena de Ediciones, Ltda. Dr. Arizta 1444, Providencia, Santiago de Chile, Chile.

    Santillana, SA Av. Venezuela 276, Asuncin, Paraguay.

    Santillana, SA Av. Primavera 2160, Lima, Per.

    Editora Objetiva Rua Cosme Velho 103, Rio de Janeiro, Brasil. Editora Objectiva Estrada da Outurela 118, 2794-084 Carnaxide, Portugal

    Ilustraciones: Daniel Soulier

    ISBN: 978-9974-95-576-9Hecho el depsito que indica la ley.

    Impreso en Uruguay. Printed in UruguayPrimera edicin: marzo de 2012, 2.000 ejemplares.

    Todos los derechos reservados. Esta publicacin no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte,ni registrada en, o transmitida por un sistema de recuperacinde informacin, en ninguna forma, ni por ningn medio, sea mecnico,fotoqumico, electrnico, magntico, electroptico, por fotocopiao cualquier otro medio conocido o por conocer, sin el permiso previopor escrito de la editorial.

  • Ruperto y las vacaciones siniestras Roy BerocayIlustraciones de Daniel Soulier

  • Captulo 1Siniestro, el regreso

    En un lugar muy pero muy secreto y oculto, que quedaba en Avenida de los Pinos Torcidos 1234 esquina General Gmez, resonaba una risa.

    Jua, jua, jua!La risa retumbaba en las paredes, caa al

    piso, se meta por la chimenea y saltaba hacia el bosque, donde asustaba a los pjaros. Era, al pa-recer, una risa que poda hacer de todo.

    Jua, jua, jua!El que rea de esa manera siniestra era al-

    guien muy malvado, claro, el malo ms malo de los malos, el socio nmero 001 del Club del Mal, que fue elegido Malo del Mes en octubre de 1987.

    Muchos se preguntarn por qu rea as ese execrable sujeto. Otros no se preguntarn nada porque estarn ocupados estudiando algo o haciendo mandados. Pero, como sea, el oscuro personaje segua rindose de manera luntica.

  • 8Y como ya vimos, su risa poda hacer mu-chas cosas. Una de las cosas que haca la risa era no dejar dormir a Vladimiro el vampiro, temible mordedor de vacas y otros bichos que andan suel-tos por ah, en la vueltita. Es ms, esa risa lo tena podrido a Vladimiro, que rima y suena medio as como a poesa, pero era verdad.

    Vladimiro lo haba intentado todo. Se haba tapado las orejas con bolitas de algodn, haba puesto msica bien fuerte en el equipo de audio, se haba colocado tambin unas orejeras de esas que usan los obreros cuando estn perforando cemento en la calle y nada. La risa segua como un eco en su cerebro casi vaco.

    Al final, Vladimiro no aguant ms y deci-di agarrar el toro por los cuernos. No, no es que hubiera un toro en el lugar. Un toro rompera todo, no? Es una expresin que quiere decir que iba a enfrentar su problema de una vez. Igual es una expresin bastante boba, porque si alguien, para solucionar su problema, agarra un toro por los cuernos, lo ms probable es que tenga ms problemas que antes y termine todo machucado en un hospital.

    Pero Vladimiro decidi acercarse a la fuente de la risa, al origen mismo de esa cosa que nos tiene estirando este comienzo desde el comienzo.

  • 9Avanz unos pasos y entr en el otro cuarto, el cuarto ultrasecreto, el lugar donde se haca toda clase de experimentos terribles, como ponerle dulce de leche a un churrasco o pintar mariposas con crayolas grises.

    Vladimiro entr sin golpear, porque la puerta estaba abierta.

    Jua, jua, jua!El seor Siniestro estaba de espaldas, meta

    escribir algo en unos papeles que tena sobre su mesa de trabajo. Mova la cabeza de arriba abajo, de arriba abajo y de nuevo, dale con la risa.

    Jefe se anim a decir, bajito, Vladimiro. Pero nada, el seor Siniestro segua riendo.Jefe! grit esta vez Vladimiro.Eh? El seor Siniestro se dio vuelta y lo mir.Hola, Vladimiro! Qu tal dormiste, eh?No pude dormir, don Siniestro. Su risa

    no me dej pegar un ojo.Bueno, bueno, Vladimiro. Yo cuando no

    puedo pegar un ojo le pongo ms pegamento. Si no, le meto un poco de cinta pato al ojo. Qu gran invento la cinta pato, Vladimiro! Sirve para todo.

    Quiero decir que no pude dormir Us-ted pas toda la noche rindose.

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    Ah! Mi risa, Vladimiro, es porque final-mente tengo un nuevo plan. Un plan tremendo, nico, genial, a prueba de fallos!

    Siniestro se par y se puso a caminar por la habitacin con unas hojas de papel en la mano.

    Y para qu es el plan? se anim a pre-guntar Vladimiro.

    Para qu? Para qu? Acaso acabas de preguntar para qu es mi plan? Siniestro acerc su cara de loco a la de Vladimiro, que dio un pa-sito para atrs.

    S, le pregunt todo eso.Ah, me pareca.Siniestro se dio vuelta y se acerc a una pa-

    red en la que haba un gran mapa.Lo ves, Vladimiro? Qu es esto? pre-

    gunt, sealando.Un mapa?Exacto, mi amigo de cerebro disconti-

    nuado, exacto! Y de qu es el mapa?Cartulina?No, cabeza de mosquito picando a un

    elefante en una nalga, no! Es el mapa del mundo no lo ves?

    Vladimiro dijo que s, aunque no conoca el mundo.

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    Y qu cosa hicieron siempre los cient-ficos locos y malvados de todos los tiempos con el mundo?

    Vladimiro pensaba y pensaba. Era una pre-gunta difcil. Siniestro lo agarr por las orejas y lo levant como si fuese un conejo.

    Conquistar el mundo, Vladimiro! Do-minar la tierra, ser el jefe, el gran capo, el n-mero uno, el capitn del cuadro, el cantante de la banda, el lder cuarenta y tres ejemplos despus, Siniestro termin la frase Enten-diste? Siniestro pregunt y dej a Vladimiro en el suelo.

    S.Pero ahora te hago otra pregunta. Esta

    vez pens bien. Quin se opone siempre a todos mis planes, quin los arruina, quin es mi ene-migo ms enemistoso?

    Esa la s, don Siniestro. Es esAlgo en el cerebro de Vladimiro se movi

    como un engranaje oxidado.Te doy una pista: es verde.Linterna Verde?No. Te doy otra pista: viste una gabardina

    amarilla y sombrero.

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    El cerebro de Vladimiro trabajaba a toda mquina acomodando las pistas: verde gabar-dina sombrero

    Entonces, como la luz de una locomotora que se acerca al final de un largo tnel, Vladimiro vio una imagen.

    Lo tengo, lo tengo don Siniestro! Es el sapo ese, el que siempre nos embroma, ese con nombre que empieza con erre. El sapo Roberto!

    Siniestro dej sus papeles en la mesa, agarr un gato y comenz a acariciarlo. Los cientficos locos siempre acarician gatos. Debe de ser porque acariciar puercoespines es ms doloroso.

    Estuviste cerca, Vladimiro, bastante cerca. Es el sapo Ruperto. Ruperto! Ese batracio meterete, mequetrefe, mediocre, metido, melan-clico, miedoso y otras palabras con eme.

    Vladimiro igual no entenda Qu tena que ver el mapa del mundo con el sapo detective ms famoso del arroyo Sols Chico? Entonces lo pregunt.

    De verdad no entends? Es muy fcil, Vladimiro: para conquistar el mundo hay que eli-minar al que siempre se mete en mi camino, al que me arruina los planes. Y hablando de planes, por eso rea. Es que tengo un nuevo y genial plan para terminar de una vez y para siempre con ese sapo.

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    Un buen garrotazo?No.Un terrible misil Tierra-sapo?No.Le va a pasar por arriba con una apla-

    nadora?Esa no es una mala idea, pero no.Me doy por vencido.Te acords de que el otro da lo estuviste

    espiando y me contaste algo que le dijo la novia?Que ola muy mal?No, lo otro.Que hace como un mes no se cambia

    los calzones?No, Vladimiro. Lo otro que me dijiste

    que le dijo ella, la rana esa, Tamara o como se llame. No te acords?

    Vladimiro no se acordaba.Mir dijo Siniestro y le entreg unos

    pequeos folletos en colores. Eran diminutos, como para el tamao de un sapo!

    Y esto qu es?Exacto, Vladimiro! Eso va a decir ese

    sapo cuando los vea. Pero ms que nada lo va a decir su novia y ella lo va a llevar directamente a donde queremos.

    La China?

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    No, Vladimiro, ya vas a ver. Esta vez ese sapo no se va a escapar. Soy tan feliz! dijo Si-niestro y para festejar revole al gato por la cola, lo hizo dar varias vueltas, cada vez ms rpido y luego lo solt.

    El pobre animalito sali disparado por la ventana, se dio contra un rbol, cay y se alej corriendo hacia el bosque.

    Esta es la historia del fin del sapo Ru-perto! exclam Siniestro a todo pulmn.

    El sapo Ruperto tiene un delfn?Del fin, dije del fin, no delfn, que es un

    mamfero insoportable que hace iiiiii, iiiiii con una voz finita. Vos s que sos el resultado de una semilla de nabo plantada en tierra sin regar!

    Vladimiro no entendi. Siniestro suspir fastidiado. Busc en su bolsillo y con disimulo dej caer una moneda al piso.

    Mir, Vladimiro: una moneda! se-al.

    Vladimiro se inclin a levantarla.La patada que le dio Siniestro en la parte

    del cuerpo justo abajo de la cintura lo lanz a travs de la misma ventana por la que antes haba salido el gato. Pero Vladimiro no cay. Extendi sus alas y sali volando. Se elev hasta detenerse en la copa de un rbol.

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    All abajo, dentro del laboratorio, volvi a retumbar esa risa siniestra y loca del loco Si-niestro.

    No muy lejos de all, a unos mil trescientos cuarenta y cinco metros y doscientos quince cen-tmetros de distancia, con tres milmetros, estaba su gran enemigo. Bueno, pequeo en tamao, pero grande en enemistad.

    Y ese ser de gabardina y sombrero no saba que estaba por comenzar otra de sus aventuras, ni que esta poda ser la ltima.