Primera parte

Leonardo era un estudiante de 18 años, un poco gordo, medía 1,80, llevaba gafas, tenía el pelo largo, vivía en Lamamala, una ciudad de tamaño medio, y vestía de forma diferente según la época del año. En verano llevaba chancletas, pantalón corto y camisetas de distintos colores y en invierno llevaba un pantalón largo de colores oscuros y un jersey, que normalmente también era de color oscuro. Era un joven muy distinto a losdemás, hacía caso omiso a las modas y no se iba de juerga por las noches. No fumaba ni bebía y nunca se vio atraído por las chicas. Es decir, Leonardo era un joven extraño, que iba a su aire, y él estaba orgulloso de eso.

En aquel verano, Leonardo estaba contento. Acababa de terminar un bachillerato impecable, con una de las mejores notas de la clase y en Selectividad sacó una nota muy alta. Sus padres querían que estudiara Derecho en la universidad, pero él quería ser informático, pero a través de un ciclo superior. Desde hacía años quería hacer un ciclo de informática porque no le disgustaba la idea de trabajar como informático. Cada vez que le surgía un problema en su casa con el ordenador le gustaba trastear y buscar información sobre el problema, y resolverlo. Además, Leonardo pensaba que la universidad era una pérdida de tiempo y dinero y que tendría más futuro si hacía un ciclo. En Lamamala había dos institutos que lo impartían. Escogió el más cercano a su casa.

Tras entregar el sobre con la matrícula y pagar el seguro escolar, fue admitido. A los pocos días salía la lista con las personas admitidas, y Leonardo estaba entre ellas. Fue a la secretaría del instituto a entregar el sobre y se fue feliz a su casa, pensando que ya estaba matriculado.

Durante ese verano, pensó que por fin su vida como estudiante iba a dar un paso hacia adelante, dado que iba a realizar un curso que le iba a gustar y no iba a tener que aguantar esas largas noches de víspera de examen intentando estudiar y bebiendo una lata tras otra de una bebida energética cualquiera. Cuando salió la lista definitiva de inscritos, Leonardo fue a verla para ver si aparecía él, y luego para comprobar si había alguien conocido con quién compartir clase. Él estaba inscritos y conocidos no había ninguno, pero se paró en un detalle. Entre los 30 inscritos, solamente había 2 chicas. Y ahí se paró a pensar en cómo se llevaría con ellas, y en general con la clase. Especialmente le llamó la atención el nombre de una de ellas: Águeda, de apellido Pérez.

Cuando Leonardo estuvo en la academia enseguida se hizo amigo de una chica, dado que tenían un nivel de inteligencia parecido y se ayudaban mutuamente en las horas que coincidían. A veces, cuando los profesores se ausentaban, se ponían a jugar a casi cualquier cosa que fuera posible y ambos se lo pasaban bien.

Su compañía le gustaba mucho a Leonardo, ese año tenía bastante trabajo y lo agradecíamucho. Consciente de que igual no se volverían a ver en mucho tiempo, Leonardo le escribió una carta para explicarle por escrito lo mucho que apreciaba su amistad. Al leerla,ella se emocionó y le dio un abrazo.

La profecía se cumplió, Leonardo pasó la selectividad, y Águeda también. Pero ella necesitaba una nota para acceder a la carrera que quería, y no superó la nota de corte. Entonces se tuvo que ir a estudiar a una ciudad a cientos de kilómetros y por lo tanto, desde que salieron de la academia no se volvieron a ver. El nombre de esa chica era Águeda, su apellido Rodríguez.

Y por eso a Leonardo le llamó la atención su nombre. Se preguntó si podría llevarse tan bien como con su amiga de la academia que dejó dos meses atrás. Pero pensó que eso iba a ser muy difícil, casi imposible.

La otra chica se llamaba Lorena, nombre que no le llamó la atención a Leonardo en absoluto, era un nombre como otro cualquiera, dado que no había conocido a nadie así llamado.

A mediados de septiembre, Leonardo llegó con ilusión al instituto. Ese era el día de la presentación, y estaba más preocupado en no equivocarse de clase y en que no hubiera ningún error en las listas. Después de salir del salón de actos, Leonardo siguió la cola, subió al primer piso y encontró el aula. Llegó Manuel, el tutor, un hombre delgado de unos40 años, de pelo gris y con gafas. Abrió la puerta y los alumnos entraron.

El aula tenía 4 filas de dos mesas, separadas por un amplio pasillo, en las cuales había 4 ordenadores, excepto la primera mesa a la derecha. En esa mesa solamente habían dos equipos, y a la derecha estaba el ordenador del profesor. A diferencia del resto, este tenía dos pantallas, una de las cuales se podía conectar con el proyector. Cuando entraron todos, Manuel se presentó. Les explicó a todos los alumnos el funcionamiento del curso, les enseñó una lista de normas a seguir y les explicó el funcionamiento de la red del instituto. Después de la explicación, pasó lista y a cada alumno le entregó su nombre de usuario y contraseña. Leonardo, al escuchar su nombre, respiró aliviado. No había ningúnproblema, estaba inscrito y ésta era su clase.

Leonardo se sentó en la segunda fila, en el equipo más cercano al pasillo. A su lado tenía a Roberto, delgado y de la altura de Leonardo, con un año más que él y venía de un pueblo muy cercano a Lamamala. Llevaba una camiseta de color oscuro y el pelo engominado. A su lado estaba Alfonso, con varios años más que él y bastante más gordo, y con experiencia previa en trabajos de diversa índole. Tenía el pelo corto, una barba de una semana y vestía de manga larga a pesar de estar en el mes de septiembre.

Justo delante de Leonardo se sentaba José, delgado y un poco más bajo que Leonardo y que venía de un pequeño pueblo no muy alejado de la ciudad. Tenía una barba no muy espesa y el pelo corto, y dos años más que él. Detrás tenía a Luciano, un adolescente de 18 años de pelo algo largo y con las hormonas demasiado alteradas y más bajo que Leonardo.

Al otro lado se sentaban las dos chicas de la clase, en la misma fila de Leonardo se sentaba Lorena, delgada y baja, de pelo castaño y solía vestir ropa provocativa, y a su lado se sentaba Águeda, también de baja estatura y pelo negro, pero no tan delgada, y tenía dos años más que Leonardo. Solía vestir de negro.

Delante de Lorena se sentaba Rufo, un chico muy gordo y más alto que Leonardo, de pelo negro y barba de tres días y solía vestir una camiseta o jersey negros. Y detrás se sentaba Nicolás, uno de los mayores de la clase, tenía una espesa barba y pelo algo largoy era de la estatura de Leonardo y solía vestir camisetas con lemas reivindicativos.

Al lado se sentaba Jonathan, un chaval muy alto y que tenía dos años menos que Leonardo. Su pelo no era demasiado corto ni largo. Al fondo se sentaba Diego, el mayor de la clase, con 27 años y con una simpatía que enseguida le hizo popular. Tenía barba, pelo corto y vestía de colores claros. En total eran 30 alumnos.

En los primeros días la ilusión por el nuevo curso le hacía mantenerse bien despierto en las clases. Leonardo se centró en conocer su instituto, por lo menos para saber qué tenía y donde se ubicaba cada lugar. Tenía una cafetería en el piso de abajo, donde se reunían muchos compañeros de otros ciclos, aunque los compañeros de su clase se iban al futbolín del bar que había enfrente, y a Leonardo no le gustaba el fútbol, así que pasaba de futbolines. Tenía una biblioteca en un edificio adjunto situado a escasos metros del edificio principal, y en ese edificio estaba el salón de actos.

Al lado de la cafetería había una amplia sala con asientos y algunos libros que pasaban desapercibidos y en esa sala había conexión inalámbrica a Internet. Además, las puertas del instituto estaban abiertas. Todo esto fascinaba a Leonardo, que venía de un instituto problemático, con puertas cerradas, cuyos lavabos estaban hechos una porquería, sin cafetería (aunque tenían máquinas expendedoras) y un jefe de estudios que gritaba por los pasillos por cualquier cosa y al que todos los alumnos llamaban Cianuro, dado el carácter venenoso que tenía.

En la planta baja estaba el recibidor, la conserjería y secretaría. Por una puerta se accedía a la sala de profesores. Y en la planta de arriba estaban las aulas y la sala de servidores.

Los profesores empezaban a presentarse y a conocer a los alumnos. Uno que llamó la atención a Leonardo era un señor entrado en años llamado Onésimo, que enseñaba la asignatura de redes. Le llamó la atención por el hecho de que un señor tan mayor hubieraestudiado informática en aquellos años, en los cuales el desarrollo de los ordenadores eraprácticamente inexistente. Leonardo se lo preguntó y le contestó, de forma brusca:

- Eso es un secreto que no voy a contar en clase, y no creo que sea relevante para la asignatura.

Leonardo asintió. Parecía que no había causado una buena impresión.

Leonardo solía pasar de relacionarse con los demás compañeros, más bien dejaba que fueran ellos quienes se relacionaban con él. Pocos días después de empezar el curso, Diego creó un grupo de Whatsapp para la clase, con la intención de poner a los alumnos en contacto para ayudarse entre ellos y dio su número de teléfono. Enseguida estaba agregado.

En unos de los primeros días se encontró con Lorena en el recreo y ella, al ver a Leonardo vagando por ahí, le dijo, en tono amigable:

- Si quieres puedes hablar conmigo, que te veo muy solo.

Leonardo accedió, y ambos comenzaron a hablar de su vida. Ella tenía un año menos queLeonardo y vivía en una localidad a 25 kilómetros de Lamamala. Allí le llamaban la Lore, dado que cambiaba de novio continuamente, y solía tener varios a la vez, uno en el pueblo, otro en la ciudad, otro en el instituto... Además lo confesaba abiertamente, y presumía de que todos los hombres estaban locos por ella.

Cuando ambos llevaban un buen rato hablando se unió Rufo.

Se empezó a llevar bien con ellos, y Rufo empezó a decir que entre Leonardo y la Lore empezaba a florecer el amor. Además, a los pocos días se unió Nicolás, que tenía unas

ideas políticas extremistas y odiaba al partido que estaba en el gobierno hasta el punto que deseaba que en España hubiera un golpe de estado. Pero la Lore empezó a coquetear con varios compañeros a la vez y se sentía incómodo con que lo relacionaran con Leonardo. Así que a la semana siguiente la relación se empezó a torcer, y la Lore empezó a insinuar que Leonardo la acosaba y la miraba continuamente durante las clases.

Lo cierto es que Leonardo miraba a la ventana cuando no tenía otra cosa mejor que hacer, le gustaba mucho el paisaje que se veía, y debajo de la ventana se sentaba la Lore. Un día, ella le dijo a Águeda:

- ¿Tú ves como me mira? Me tiene harto.

- Está mirando a la ventana - contestó Águeda.

- ¡Me mira a mi, y me da asco! - insistía la Lore.

- Déjalo en paz, que lo vas a meter en un lío – contestó Águeda.

Este comentario molestó a la Lore. Pensaba que su compañera sentía envidia, porque todos los hombres de la clase se fijaban en ella, y no en Águeda, de la que pasaban. De hecho Águeda ni siquiera tenía pareja, desde que estuvo hace años con un chico de su clase que difundió por Internet imágenes suyas sin ropa no quería tener relaciones íntimas con un hombre dado que desconfiaba por sistema de todos ellos.

Pocos días después de empezar el curso, Luciano escuchó el rumor que la Lore estaba colada por Leonardo y decidió meter baza a su manera.

Todos las tardes, Leonardo salía a pasear por la ciudad, le servía para despejarse, quitarse de la cabeza por unas horas la informática y para no pasarse el día entero delante de un ordenador, algo que es perjudicial para la vista, dado que por pasarse demasiado tiempo delante de una pantalla empezó a padecer miopía y a llevar gafas. Además le servía para mantener su peso. Leonardo conocía al dedillo todas las calles de Lamamala, lo que le servía de mucho y le ayudaba en su vida diaria.

Una tarde, mientras realizaba su paseo, recibió un Whatsapp que decía lo siguiente:

- Leo, desde el primer momento que te vi sufrí un flechazo y que sepas que te amo locamente. ¿Quieres casarte conmigo?

El Whatsapp lo envió Luciano. Leonardo, al leerlo lo bloqueó inmediatamente. Al día siguiente, le increpó:

- Tú eres subnormal ¿no?

Luciano no contestó, así que Leonardo siguió:

- Esas cosas que escribes son propias de un imbécil, así que espero que no lo vuelvas a hacer o tendrás problemas.

- Pero Leo, yo es que te quiero mucho… - continuó Luciano.

Leonardo se fue de allí, no quería perder los nervios ni pelearse con alguien la segunda semana, pero ya le quedó muy claro que aquella clase no era muy normal.

Después de la primera semana, se dieron de baja dos alumnos y entraron otros dos, que se sentaron en la fila de delante de Leonardo, uno se llamaba Kevin, que contaba con unadensa barba a pesar de tener 20 años, tenía el pelo corto y vestía generalmente con colores oscuros, y Cojoncio, un rubio alto de 19 años, pelo corto y vestía siempre de manga corta. Al escuchar su nombre, toda la clase se rió a carcajadas, pero él explicó quele pusieron ese nombre porque aparecía en una novela de Camilo José Cela, y a sus padres les encantaban sus obras, y decidieron ponerle ese nombre a su primer hijo. Ambos eran de fuera de la ciudad.

Dos semanas después de empezar el curso, al abrir el navegador de Internet para hacer un ejercicio que les mandó Onésimo, Leonardo se encontró con una página web pornográfica, y llegó a abrirla viendo una modelo desnuda. Rápidamente cerró el navegador y fue a las opciones de configuración para ver la página de inicio, y observó que había sido cambiada.

El incidente molestó a Leonardo y pensó que el responsable era Luciano, por el incidente del otro día. Además, si por algo destacaba Luciano era por su afición a los chistes verdesy a hacer dibujos de penes, así que todo apuntaba a que el responsable había sido él. Giró la cabeza y le preguntó:

- ¿No serás tú el que me ha cambiado la página de inicio?

- ¿Yo? Qué va, no he sido yo – contestó Luciano.

- ¿Y entonces quién puede ser? Porque en esta clase no hay nadie tan salido como tú – dijo Leonardo.

Roberto se reía por detrás, y Luciano contestó:

- Pues no he sido yo, así que deja de acusarme sin pruebas.

Leonardo se calló, realmente no tenía pruebas de que había sido él, solamente eran sospechas.

A los dos días, en otra clase, Leonardo se puso a hablar con Roberto sobre política. Leonardo era liberal-conservador, es decir, era defensor del libre mercado como garantía de prosperidad para todo el mundo, defendía que bajo el cristianismo afloraron la democracia y los derechos humanos y sobre todo, odiaba profundamente a las dictadurasy dictadores. Estas ideas le han traído problemas desde siempre, dado que la mayoría de las personas que conocía solían defender postulados radicalmente contrarios a los suyos.De todas formas, Leonardo era un romántico de la política, y consideraba que los partidospolíticos debían estar al servicio de los ciudadanos, cuando normalmente era al revés. Él contemplaba como la mayoría de los ciudadanos contemplaban la política como si fuera elfútbol, es decir, los grandes partidos tenían su legión de seguidores de la misma forma que los clubs de fútbol tenían sus hinchas, y eso a Leonardo le producía arcadas. Y de hecho, en las ocasiones en las que tuvo ocasión de votar, lo hizo por ideas, nunca por mayor o menor simpatía por un partido concreto.

En esa conversación, Leonardo dijo que el comunismo era la ideología más criminal que

existía, y Kevin le contestó:

- ¿Y cuántos muertos tiene el fascismo? ¿Y cuántos las democracias occidentales?

Kevin era un admirador de Stalin, desde que en la ESO se encontró con un profesor que en sus clases hacía apología del comunismo, de Lenin y de Stalin, Kevin se encandiló conlas hazañas del dictador, y deseaba implantar el comunismo por la fuerza. Kevin odiaba a todo aquel que no fuera de izquierdas, y deseaba que en España los comunistas dieran un golpe de estado y fusilaran a todos los burgueses, católicos, conservadores… Por lo tanto, se sintió agredido por el comentario de Leonardo. Esto dio inicio a una discusión en el que se tocaron varios temas y que acabó con Kevin diciéndole a Leonardo que no soportaba su mentalidad mientras le miraba con una cara que daba a entender que si fuera por él estaría muerto.

Uno de los temas que se tocaron fue el feminismo. Leonardo consideraba que las feministas ya no defendían los derechos de las mujeres, simplemente eran hembristas que solamente estaban en contra de los hombres por el simple hecho de serlo y que utilizaban las muertes por malos tratos como excusa para imponer su ideología a la sociedad. Esos comentarios hicieron que una parte de la clase le cogiera asco a Leonardo, dado que lo consideraban un machista. Al día siguiente, Águeda se le acercó y le preguntó:

- ¿Tú eres de los que consideran que a las mujeres hay que pegarlas con la mano abierta?

Leonardo, tras el asombro inicial por la pregunta, le contestó que estaba en contra de los malos tratos y ella le respondió:

- Lo dicho, eres un machista. Prefiero que no me hables.

Entonces, antes de que Leonardo pudiera contestar, se acercó Onésimo, y como veía problemas, les mandó callar. Obedecieron y se fueron a clase, dejando a Leonardo con ganas de decirle unas cuantas palabrotas a la cara, le molestó ser insultado de esa forma y más de forma gratuita e injustificada. Luego pensó que igual se lo dijo para ver qué contestaba e intentar crearle problemas, y que desde luego, Águeda no era una persona de fiar y no podía ser amiga suya.

A los pocos días, Leonardo, al bajar al patio, se encontró con Nicolás, hablando con Rufo y Luciano, quiso unirse a la conversación y Nicolás dijo:

- Lo que hacía falta en España es matar a la mayoría de los políticos, especialmente a los del Partido Popular. Lo que más deseo es que en España haya un golpe de estado y nos libre de esta mafia corrupta(1)

Leonardo le contestó que no soportaba la violencia y menos aún con excusas de ese calibre y Nicolás le dijo:

- Tú lo que pasa es que estás echado a perder.

Ante el cariz que estaba tomando la conversación, Leonardo optó por largarse y pensó que era mejor dejarlo solo con sus elucubraciones, dado que sabía por experiencia que

(1) En España gobernaba el Partido Popular con mayoría absoluta, con Mariano Rajoy de presidente del gobierno.

acercarse a alguien así era peligroso.

Pero al día siguiente, en el escritorio de su ordenador comenzaron a aparecer documentos de texto de forma espontánea. Al abrir los documentos con el bloc de notas, Leonardo leía una ristra de insultos varios. Cuando los leyó giró la cabeza hacia Luciano con mirada de asesino y él contestó:

– ¡Que no, que no soy yo!

Después el ordenador comenzaba a apagarse solo de manera espontánea. Repentinamente, en las clases o mientras hacía algún trabajo, Windows avisaba de que se iba a apagar en menos de un minuto y después de unos segundos se apagaba, molestando a Leonardo e impidiéndole trabajar con normalidad. Al día siguiente, el mensaje de Windows decía que el ordenador tenía un virus. Mientras se apagaba el ordenador, Leonardo se dio cuenta de que Windows no suele dar ese tipo de avisos de forma espontánea y de que es muy dudoso que un virus saque un mensaje así, y más en perfecto español, dado que en muchos casos, los mensajes que dan este tipo de virus están en inglés o traducidos de forma automática. En este momento se dio cuenta de que el ordenador estaba siendo apagado de forma remota. Entonces se lo contó a Onésimo y le contestó:

- Vale, podemos saber quién fue, si vuelve a suceder investigamos el asunto.

Y a los pocos días, Onésimo, en una de sus clases dejó caer el tema con la siguiente frase:

- Ya sé que os dedicáis a mandaros shutdowns(2) y demás tonterías que sabemos que hacéis y que están prohibidas, y quedan registradas(3). Y si queremos, en cualquier momento os podemos sancionar.

Pero el acoso a Leonardo no cesaba, al día siguiente tocaba charla, y todos los alumnos fueron al salón de actos. A Leonardo le tocó ir delante de la Lore, ella, al verlo, le puso cara de asco y se apartó, lo que cabreó a Leonardo. Inmediatamente le dijo:

- ¿Pero tú de qué cojones vas, niñata de mierda?

La Lore se puso a gritar insultos y palabrotas varias e hizo que Onésimo, que estaba detrás, tuviera que intervenir separándolos para evitar males mayores. Leonardo se sentó bien lejos de la Lore, y no pensó en el incidente. Realmente no le daba importancia, pensaba que era una tontería suya para llamar su atención.

Ese día al salir del instituto, Leonardo se encontró con Águeda de camino a su casa y decidió hablarle. Ella vivía cerca de la casa de Leonardo, y ambos coincidían en parte del camino, pero hasta ese día no habían salido ni venido juntos, dado que Leonardo solía apurar el tiempo para llegar a la hora justa al instituto y Águeda llegaba varios minutos antes, y a la salida se iban con alguna diferencia de tiempo, así que no habían coincidido. Ese día sí, y Leonardo le contó lo que había sucedido con la Lore, y Águeda le dijo que tuviera cuidado con ella, que estaba diciendo que la miraba y que le podía traerproblemas. A pesar de que ella parecía que quería ayudar a Leonardo y lo trataba de

(2) La instrucción para apagar un equipo en Windows

(3) Cuando se apaga un equipo con sistema operativo Windows de forma remota, queda constancia de ello en el Visor de Sucesos.

forma amigable, él desconfiaba de Águeda, después del incidente que tuvo con ella semanas antes, pensó que le iba a traer problemas y por lo tanto, tampoco le convenía demasiado acercarse a ella.

Pero Águeda sabía que Leonardo lo iba a pasar mal, y quería ayudarle. Y desde que le dijo que no le hablara no hacía otra cosa más que atormentarse. Ella quería ser su amiga,porque iba conociendo a sus compañeros de clase y sabía que iba a tener problemas con muchos de ellos. Y ella veía que Leonardo ya los estaba teniendo, así que tenía que caerle bien y se le ocurrió meterse con él de broma, pero no reaccionó como ella esperaba. Aquel día Águeda regresó más contenta de lo habitual a casa, parecía que por fin Leonardo se estaba empezando a interesar por ella. Ese mismo día, durante su paseo vespertino, recibió un whatsapp de Nicolás que decía:

- Hola Leo, me han dicho que te gusta la Lore, yo de ti le mandaba una carta o algo.

Leonardo no contestó, y ya empezaba a cabrearse por el asunto de la Lore, a pesar de que no tenía novia, ni le apetecía buscar porque nunca encontró a una chica que realmente le gustara. Leonardo quería tomarse muy en serio el tema de encontrar pareja, dado que había visto en otros amigos y compañeros lo que pasaba si iniciaba una relación con alguien por capricho, especialmente si ese alguien era amigo íntimo. Al cortar, normalmente ya no se podían ni ver, e incluso el asunto se iba de madre y se soltaban barbaridades por el Tuenti y cosas peores, cuando no se llegaba al extremo de poner una falsa denuncia por malos tratos. Y Leonardo no quería eso para él, había vividoal margen de todo ello y se sentía contento por eso.

Y desde luego, la Lore no le gustaba, y menos aún sus formas, consideraba que una chica como ella no traía más que problemas y quería alejarse lo más posible de ella.

Comienza noviembre, el curso avanza, los días cálidos y soleados de verano dan paso al frío y a la lluvia. Y los problemas seguían. Leonardo hacía un trabajo en clase, y de prontosu ordenador se apagó. Pero en este caso no fue un apagado remoto.

Cojoncio quería ir al baño, y para ello se levantó de su asiento. Y para llegar al pasillo tenía que pasar por delante del equipo de Leonardo. Sin querer, Cojoncio rozó el cable que daba la alimentación a su equipo. Y como estaba un poco flojo, el ordenador se desenchufó de la corriente, haciendo que se apagara. Cojoncio se disculpó y le ofreció copiar lo que perdiera del trabajo que estaba haciendo, aunque hubo suerte y gracias al autoguardado de LibreOffice, no se perdió nada. Desde ese momento, a Leonardo le cayóbien Cojoncio, sabía disculparse cuando tocaba y no había intentado escurrir el bulto y echarle la culpa por tener la alimentación conectada de forma deficiente, e intentó ayudarle a solventar los problemas que hubiera podido causar.

Al día siguiente, en una de las clases se volvió a encontrar la página de inicio del navegador modificada por una página web pornográfica distinta a la de la otra vez. Leonardo se enfadó y quiso saber quién fue el responsable.

Leonardo utilizó una plataforma del instituto, en la cual se pueden enviar anomalías o incidencias ocasionadas en el aula, para que los responsables del mantenimiento de los equipos las solventen. La respuesta no se hizo esperar, dos horas después, apareció Manuel con una memoria USB para llevarse todos los datos del visor de sucesos e iniciar una investigación.

Al día siguiente, antes de empezar las clases y con los alumnos reunidos a la puerta, Nicolás increpó a Leonardo de esta forma:

- Mira, que sepas que el que te estaba haciendo todo eso era yo, listillo.

- ¿Y se puede saber para qué lo hacías? - preguntó Leonardo, visiblemente molesto.

- Pues porque me aburría, y porque me parecía divertido hacerlo – contestó Nicolás.

A Leonardo se le pasaron varias respuestas por la cabeza al escuchar eso, todas llenas de insultos, pero no dio ninguna porque al fondo se veía al profesor dispuesto a dar su clase y todas sus contestaciones estaban contempladas como “falta gravemente perjudicial para la convivencia en el centro” en el reglamento del instituto.

Ese día no tocaba clase con Manuel, así que tenía que esperar al día siguiente para decirle quién era el responsable.

Pero en el recreo estaban Nicolás, la Lore y Kevin hablando y salió el tema. Y la Lore le dijo:

- Mirad, si queréis mañana voy a hablar con Manuel antes de la clase y le digo que Leonardo me acosa y me toca el culo.

- ¿Harías eso? - preguntó Nicolás

- Por supuesto, para algo somos amigos - contestó la Lore.

Kevin mostraba una sonrisa malévola y dijo:

- Ese hijo de puta merece una lección, tenéis todo mi apoyo para lo que os haga falta.

- Ojalá lo echen y nos lo quitamos de encima - dijo Nicolás, con una sonrisa en la cara.

Pero la que estaba contenta era la Lore, había conseguido hacerse amigo de Nicolás y deKevin y tenía la ocasión de hacer daño a Leonardo de una forma drástica, era lo que quería desde que él no respondió a sus intentos de coqueteo, hacerle daño y demostrarle de lo que era capaz si alguien se atrevía a decirle que no a una relación.

Y llegó el día. En el recreo, la Lore fue a hablar con Manuel y le dijo:

- Hola, quiero hablar con usted. Resulta que Leonardo me está molestando, se dedica a mirarme en las clases, me persigue por los pasillos y hace una semana me tocó el culo.

Manuel arquea una ceja, hace ademán de pensar y pregunta:

- ¿Es verdad lo que dices? Mira que las acusaciones son muy graves.

La Lore contestó:

- Lo son, y es que ya estoy harta y necesito que usted haga algo, porque realmente me siento acosada por Leonardo y tengo miedo. Y además, el que me meta mano ya es lo último.

Manuel, al escuchar esto sentenció:

- Vale Lorena, no te preocupes que ya me hago cargo del asunto.

La Lore se fue al patio y buscó a Kevin y a Nicolás. Cuando los encontró le dijo:

- ¿Sabéis qué? Manuel se ha creído que Leonardo me acosa y me mete mano.

- Genial, tú sí que vales, Lore – dice Kevin.

- Como consigamos que lo expulsen no habrá quién nos pare – dice Nicolás.

Al acabar el recreo y con todos los alumnos en clase, Manuel entra y dice:

- ¿Me disculpa? Necesito hablar con Leonardo un momento.

El profesor da permiso y Leonardo abandona la clase. Mientras tanto, la Lore, Kevin y Nicolás sonríen por detrás. En el pasillo, Manuel le dice a Leonardo:

- Mira, resulta que en el recreo, Lorena me ha dicho que la acosabas, que la miras todo el rato y que le tocaste el culo ¿Es eso verdad?

Leonardo se quedó atónito, miró para ambos lados y le cambió la cara. Tardó varios segundos en reaccionar, y cuando todas sus ideas se colocaron de nuevo en su sitio, contestó:

- No, no es verdad, ni la miro, ni la acoso y si siquiera pensé en tocarle el culo.

Manuel no reaccionó al escuchar eso, como si ya supiera de antemano la respuesta. Entonces Leonardo siguió:

- Es más, yo paso de ella, le ha dicho eso porque quiere hacerse amiga de Nicolás. Hoy, en su clase, va a comprobar que le cuento la verdad.

Manuel se quedó pensativo, parece que Leonardo, por la expresión de su cara y por los gestos que hacía estaba diciendo la verdad, teniendo en cuenta la incidencia puesta hace dos días. Entonces acabó la conversación con esta frase:

- De acuerdo, en clase ponemos todo en su sitio.

Leonardo volvió a clase, y en los 45 minutos que quedaban pensó en todo menos en lo que explicaba el profesor, pensó en el porqué de las acusaciones y llegó a la conclusión de que esto solamente era un adelanto de lo que le esperaba después, así que fue preparándose. Y mientras tanto, pensó en lo que le comentó Águeda hace unos días sobre lo que decía la Lore sobre él. Parece que le dijo la verdad, pero a pesar de ello seguía pensando que no era de fiar y que si le había dicho eso sería porque tramaba algo.

Llegó la clase, y Manuel preguntó:

- ¿Sabemos quién fue el responsable de la incidencia de Leonardo?

Leonardo contestó:

- Si, el culpable ha confesado, se trata de Nicolás.

Manuel se giró hacia Nicolás y, alzando su tono de voz, le dijo:

- Bueno, Nicolás, que sepas que eso que has hecho es propio de delincuentes, y es motivo para expulsar a un alumno del instituto.

- Pero él también se dedica a molestarnos, a mi me insulta y se ríe de mi… - contestó Nicolás.

Leonardo le interrumpió y le preguntó:

- ¿A ti cuándo te he insultado? ¿Cuándo me he reído de ti?

- Pues el otro día, que me dijiste que era imbécil y además me dijiste que me merecía queme dieran una paliza – contestó Nicolás con vehemencia.

Leonardo se quedó atónito, no recordó haber dicho algo semejante, así que preguntó:

- ¿Y cuándo dije yo esa barbaridad?

Nicolás se vio acorralado, así que no contestó, en su lugar atacó por otra vía, y dirigiéndose a Manuel, dijo:

- Pues nosotros tenemos que aguantar sus ideas xenófobas, racistas y ultrafascistas.

Antes de que Leonardo pudiera contestar, Kevin se unió a la pelea y dijo:

- Tiene razón, lo que no dices son las cosas que haces tú. ¿No te acuerdas de la discusión que tuvimos? ¿No te acuerdas de los comentarios machistas que dijiste? ¿No teacuerdas que dijiste que te parecían mal las conquistas de las feministas?

Leonardo contestó:

- Lo que dije es que el feminismo se había desviado de sus raíces y que se han convertido en hembristas que odian profundamente a los hombres.

Kevin suspiró y, con una sonrisa entre cínica y diabólica, le dijo:

- Lo dicho, eres machista.

Entonces Leonardo se enfadó y le dijo:

- Y tú eres un sinvergüenza, y además eres un intolerante y un totalitario. Aunque no me extraña, viniendo de un reconocido comunista como tú.

Antes de que Kevin contestase, se le adelantó Rufo, que espetó:

- No te molestes, ya ves que Leonardo no es una persona dialogante.

Kevin asiente con una sonrisa, y antes de que Leonardo pudiera decir nada, Roberto levanta la voz y preguntó:

- ¿Puedo ir al baño?

La carcajada fue general, mientras todos se reían, Roberto se levantó y fue a hacer sus necesidades. Manuel aprovechó este momento para interrumpir la discusión y empezar a dar la clase. Todos asintieron y todo volvió a la normalidad.

Al acabar la clase, Manuel pidió a Leonardo que se quedara un momento. Al quedarse losdos solos, Manuel le dijo a Leonardo:

- Mira, ya comprobé lo que pasa, y es mejor que no discutas de política en clase, ya ves que hay gente con la que no se puede discutir nada, y si tienes algún problema, dímelo. Yrespecto a Lorena, pues sinceramente, creo que miente y que me ha dicho eso para perjudicarte.

Leonardo asintió, le dio las gracias al tutor por escucharlo y se fue a casa.

El curso se empezaba a hacer pesado, estamos a finales de noviembre y la lluvia y el frío acompañan a los exámenes. Nicolás no se quedó conforme con lo dicho en clase, y a partir de ese día, los insultos a Leonardo eran diarios. Pero no todos estaban en contra deLeonardo.

Cojoncio empezó a hablarle, le empezó a caer bien pasadas las primeras semanas y empezaron a hablarse. Lo mejor fue cuando Leonardo se lo encontró a bordo de un autobús urbano cuando volvía de su pueblo para la ciudad, donde vivía con su novia cuando tenía que ir a clase. Leonardo simplemente estaba de paseo, como hacía todas las tardes que podía. Cojoncio le contó que hizo prácticas en la empresa concesionaria del transporte urbano de Lamamala y que incluso tuvo que acompañar a los mecánicos a reparar autobuses en la calle, lo que hizo que Leonardo se interesara más por él. Uno de los sueños de Leonardo era conducir un autobús urbano, le encantaba esa sensación de ir de un lado a otro recogiendo gente de todo tipo y dejándola en sus destinos. Se conocíatodas las líneas y horarios y la mitad de las tardes las pasaba paseando en ellos, lo hacía para no andar varias horas todos los días, dado que no tenía la forma física suficiente como para hacer ejercicio todos los días y era mejor alternarlos.

También empezó a hablar con José, su compañero de delante, le gustaba la Fórmula 1 y la temporada ya se había acabado. En aquellos días, se había anunciado el fichaje de Kimi Raikkonen por Ferrari, lo que le haría compañero de Fernando Alonso. José era de Raikkonen, y Leonardo, aunque no era de nadie, pensaba que Fernando Alonso le iba a superar. Así que ambos se comenzaron a picar por el tema. Leonardo llevaba siguiendo laFórmula 1 desde el año 2002, y José desde el año 2004, siguiendo la ola de la alonsomanía. Es decir, ya habían visto pasar muchas cosas, pero José detestaba al comentarista, Antonio Lobato, porque lo consideraba muy parcial hacia Alonso.

Esos eran los dos con los que se llevaba realmente bien, y en cuanto a su relación con sus dos compañeros de pupitre, era buena, Roberto siempre ayudaba a Leonardo y Alfonso hacía lo mismo, pero su relación no pasaba de ser de compañeros de clase, no solían hablar de cosas personales, sobre todo porque se parecían poco y apenas podían conectar.

Luego también hablaba de vez en cuando con Águeda, pero nunca de nada serio ni personal, Leonardo mantenía las distancias con ella porque pensaba que lo estaba utilizando y que en el fondo tenía malos sentimientos hacia él. Águeda había intentado hablarle a Leonardo varias veces, y aunque él siempre le contestaba, ella notaba como si lo hiciera por obligación, como si en el fondo no quisiera ser su amigo. Y eso no le gustaba.

Pero lo que menos le gustaba era como la trataba su compañera, la Lore. Un día, aprovechando una conversación sobre temas de clase le preguntó:

- ¿Y se puede saber por qué le hablas a ese gilipollas?

- ¿A quién te refieres? - preguntó Águeda, sorprendida.

- Pues a Leonardo – respondió la Lore.

- ¿Y por qué no le puedo hablar? - preguntó Águeda.

- Pues porque con ese tipo solo hablan los que son tan gilipollas como él, y veo que en el fondo eres igual de detestable que él – respondió la Lore.

- Oye mira, yo a ti no te he faltado al respeto ¿vale? - contesta Águeda, subiendo el tono.

- Pues tú ni mires a ese cretino – respondió la Lore.

En aquel momento Águeda prefirió callarse, pero a la salida se encontró con Leonardo y le contó lo que le había sucedido. Él prefirió tomárselo a broma, y le contestó:

- Pues aún va a tener que discurrir como hacerte daño, porque no creo que se pueda inventar que le tocas el culo.

- ¿Le dijo eso a Manuel? - preguntó Águeda, sorprendida.

- Eso y que la perseguía por los pasillos. Debe pensarse que es la reina del mundo. Si se mirara a un espejo… - dijo Leonardo, entre risas.

- Águeda se rió con él, y ambos continuaron su camino hasta casa mientras criticaban a la Lore.

Llega diciembre, y el primer día, Leonardo estaba acabando un trabajo, y le dio tiempo en la clase a comenzar el siguiente, ese día estaba muy centrado, pero, con el segundo trabajo ya empezado, el equipo sacó un mensaje que decía que iba a apagarse en menosde un minuto. Leonardo movió el ratón a toda velocidad para pulsar el botón de guardado de LibreOffice, pero fue demasiado tarde. Se cerró el programa, y con él, Windows. Encendió de nuevo el equipo, y comprobó que el trabajo se había perdido. Quedaban pocos minutos para que acabara la clase, y ya no daba tiempo a volver a hacerlo. Leonardo se enfureció, y puso una incidencia con la aplicación del instituto para intentar averiguar quién fue el responsable.

Pero a Leonardo se le ocurrió la idea de ir al visor de sucesos de Windows y ver si podía hallar al culpable por esa vía. A los pocos minutos encontró el evento del apagado y el responsable. Había sido Luciano. Su compañero Roberto, vio el evento y soltó una

carcajada monumental. Con la incidencia ya puesta, era solo cuestión de tiempo que se anunciara una sanción. Al día siguiente, Luciano fue obligado por Manuel a pedir disculpas a Leonardo en público. Leonardo las tuvo que aceptar, para evitar más problemas, pero tenía claro que no soportaba a Luciano y desde luego no le iba a pasar niuna.

Con esta incidencia, Leonardo empezó a ser criticado más de lo que ya era. Dos días después, Rufo, en la enésima discusión con Leonardo acabó diciéndole:

- ¿Me vas a poner una incidencia, como a Luciano?

Al escuchar esto, a Leonardo se le pasaron varias contestaciones por la cabeza, pero al final le contestó de forma cortante:

- Tú sí que eres una incidencia

- Eso era lo que le dijeron los médicos a tu madre cuando naciste ¿verdad? - contestó Rufo, riéndose.

Leonardo, al escuchar eso, y ver que las cosas se iban a poner feas de verdad y que en cualquier momento se podía pasar a las manos, decidió cortar la discusión y sentarse en su sitio. Detrás estaban la Lore y Nicolás escuchando. Y a la mañana siguiente, Leonardo esperó a que el profesor abriera la puerta, escondido detrás de la puerta del baño, que estaba junto a la clase. Acto seguido, aparecen Rufo, la Lore y Nicolás. Y cuando llegan a la puerta de la clase, la Lore le dice a Rufo.

- ¡Muy buena la que le soltaste ayer a Leonardo!

- Sí, y cuando vi que no contestaba ya supe que le había hecho daño – contestó Rufo

Nicolás se unió a la conversación:

- Coño, es que es verdad, ese tipo es una puta incidencia andante, además de un imbécil y un subnormal perdido, a ver si algún día recibe una puta lección y le dan dos hostias.

Al poco llega el profesor y abre la puerta. Leonardo se incorpora después y comienza la clase.

Leonardo iba descubriendo ciertas cosas, descubrió que su compañero y media clase se ponían a jugar con videojuegos mientras el profesor explicaba su materia. Estos juegos los guardaban dentro de la carpeta común que tiene el instituto para todo el ciclo, donde todo el mundo podía poner documentos y era la principal vía de entrega de trabajos de clase. La carpeta se llamaba “Técnicas de estudio”, nombre que pasaba desapercibido para los profesores, que no miraban lo que había dentro.

Y en las clases se ponían a jugar, a Leonardo le llamaba la atención un juego de carreras de coches. Sobre todo el hecho de que había 4 jugadores que se llamaban Leonardo, de un total de 12. Leonardo se lo tomó a broma y le dijo a Roberto que podía ganarle sin jugar siquiera. Los juegos los subía Nicolás.

Los exámenes llegaron, y Leonardo intentó esforzarse al máximo, pero en uno de los exámenes cometió una novatada al no coger los apuntes antes de que se cerrara la red,

dado que era un examen a libro abierto, se podían utilizar. El examen fue un desastre, y acabó suspenso. En otro pensó que tenía los suficientes conocimientos para aprobarlo, pero no fue así y acabó suspenso. Y lo peor, en el tercer examen se lió con varios conceptos y acabó suspendiendo.

El trimestre acabó con tres módulos suspensos para Leonardo, un resultado muy malo teniendo en cuenta su pasado y sobre todo que este ciclo era lo que quería hacer. Pero Leonardo no se desanimó, y pensó que al menos dos módulos los podía recuperar si se centraba un poco.

De camino a casa, y medio cabizbajo, se encontró con Águeda, ella saludó a Leonardo levantando la mano y con una sonrisa en la cara. Iba a buscar las notas, pero no le había sonado el despertador a tiempo y llegaba tarde. Ella le preguntó si habían dado las notas, Leonardo dijo que sí, y tras hablar un poco y preguntarse los resultados, Águeda le deseó suerte a Leonardo. Se felicitaron la Navidad y Leonardo se fue a su casa, y Águeda a por las notas.

Mientras iba a su casa pensó que Águeda quizás sí quería ser su amiga, y lo cierto es queregresó a casa sin estar tan triste, por lo menos ella le había alegrado un poco el día. Leonardo pensó que igual se podía llevar tan bien como con la Águeda que conoció en la academia.

Tras prometerle a sus padres que iba a esforzarse para recuperar los módulos suspensos,Leonardo le habló a Águeda Rodríguez a través de Facebook. A ella le iba muy bien en suciudad, y sacaba muy buenas notas, lo que contrastaba con la situación de Leonardo. Y élle comentó que había una chica en su clase que se llamaba como ella, pero que no parecía que se podían llevar tan bien, y Águeda Rodríguez le contestó:

- No te preocupes, seguro que te acabas llevando genial con ella, tiene mi nombre, no te olvides.

Leonardo no supo como tomarse eso, pero pensó en hacerle caso, igual ella tenía razón ytodo.

Las vacaciones de Navidad pasaron y a la vuelta comienza de nuevo el curso, y Leonardose reincorpora a las clases.

Pero el inicio del año trajo problemas. Descubrió que, cuando no jugaban, sus compañeros se pasaban las clases comunicándose a través de un programa de mensajería instantánea que estaba almacenado en la carpeta de “Técnicas de estudio”, rodeado de diversos juegos. El programa se ejecutaba directamente y cada uno se ponía su apodo. Leonardo descubrió con horror y estupefacción que había al menos tres personas con su nombre como apodo. Y lo que era peor, esas tres personas se dedicaban a burlarse de él imitándolo, siempre de forma desagradable y burlesca.

Y ese mismo día tocaba práctica conjunta de redes, mientras la hacían, Leonardo comprobó como en uno de los ordenadores se ejecutaba el programa y aparecía en un bocadillo que apuntaba hacia la barra de tareas la siguiente frase: “Leonardo está conectado”. Esto aparecía en todos los ordenadores en los que se estaba ejecutando. Y en ese momento apareció Jonathan, y le preguntó a Leonardo:

- Vaya ¿estás conectado y haciendo la práctica al mismo tiempo?

- No, lo que pasa es que hay un imbécil que se hace pasar por mi – contestó Leonardo.

En ese momento, Nicolás se une a la conversación y le recrimina a Leonardo:

- ¿Y tú por qué llamas imbécil a nadie? Si aquí el más imbécil que hay eres tú.

Leonardo respira hondo, se levanta, y se dirige hacia Nicolás, y le grita:

- ¿Tú a quién llamas imbécil? Te pasas las clases insultándome y diciendo barbaridades ytonterías sobre mi…

En ese momento Onésimo da un grito e interrumpe a Leonardo, y visiblemente enfadado, dice:

- ¿Pero vosotros dónde os creéis que estáis? Esto en una clase, no una taberna.

Al acabar la clase, Onésimo llamó a Leonardo y a Nicolás y les pidió explicaciones por el incidente. Leonardo explicó:

- Le grité porque me estaba insultando y lleva haciéndolo repetidas veces durante todo el curso. Me tiene harto.

- Y tú llamaste imbécil a un compañero – contestó Nicolás

- Eso se lo dije a alguien que se conecta con mi nombre en un programa de mensajería instantánea – replicó Leonardo.

- ¿Y si ese al que llamas imbécil es alguien que me cae muy bien? - contestó Nicolás.

Al acabar esta frase el profesor les interrumpe y amenaza con sanciones si algo así se vuelve a repetir.

Leonardo se quedó pensativo con la última frase. Nicolás había confesado implícitamente que sabía quién era el culpable, pero no podía decirlo.

En el recreo, Leonardo fue al despacho de Manuel a hablar con él y le dijo:

- Buenos días, quiero comentarle que Nicolás me sigue molestando, me insulta constantemente y hoy ha causado un incidente en clase y quiero que pare ya.

- Vale, o sea, que te tiene debajo de un diente. No te preocupes que ya me encargo de que no se vuelva a repetir – contestó Manuel

- Muchas gracias, es que si no vamos a tener problemas de verdad y no quiero que este asunto me comprometa demasiado – respondió Leonardo.

Durante el recreo, Manuel fue a buscar a Nicolás, y se lo encontró en el patio. Fue a hablar con él y le dijo:

- Nicolás, quiero que dejes de molestar a Leonardo de una vez.

- El único que molesta es él, anda a insultar a los compañeros – contestó.

- ¿A quién insulta?

- A un compañero, porque alguien se conecta a un programa de mensajería instantánea con su nombre, y a mi me molesta, porque igual es alguien que me cae muy bien

- ¿Y quién es ese que te cae muy bien?

- ¡Pues un compañero de clase!

Manuel, visiblemente enfadado con la actitud insolente de Nicolás, corta por lo sano y dice:

- Mira, como vuelva a venir Leonardo a quejarse de ti te expulso cinco días del instituto ¿te queda claro? Aquí el acoso ni se tolera ni se consiente ¿de acuerdo?

Nicolás asiente y Manuel se retira. Poco antes de acabar el recreo se encuentra con Rufo y con la Lore en el hall. Rufo pregunta qué tal le fue y Nicolás contesta:

- Pues me ha dicho que como le vuelva a molestar me caen cinco días.

Entonces la Lore le preguntó:

- ¿Y no pudiste inventarte nada? No sé, que se burlaba de ti o vete tú a saber qué, lo que sea, pero que sea duro y se lo crea, para que lo echen.

- Si me invento algo Manuel no se lo cree, Leonardo se la debe chupar cuando va a su despacho o algo – contestó Nicolás.

Ambos asintieron con la cabeza, en ese momento sonó el timbre y se dirigieron hacia la clase.

Desde hacía días, la Lore llevaba en su coche a Roberto a su pueblo, dado que le iba de camino. Ambos se habían hecho amigos y Leonardo notaba que la Lore miraba hacia él. Pensó si no sería una estrategia para denunciarle otra vez al tutor, pero enseguida se dio cuenta que el objetivo de sus miradas no era él, era su compañero Roberto.

Y finalmente se despejaron sus dudas cuando en el intercambio de una clase, la Lore le dio un abrazo por detrás y a traición a Roberto. Leonardo sintió alivio, al comprobar que laLore no andaba detrás de él, y además ahora el muerto se lo cargaba su compañero.

Sin embargo, a Roberto no le disgustaba ese interés de la Lore por él, al contrario, le hacía sentir importante. Le encantaba que las chicas se fijaran en él, y que una de las doschicas de la clase le abrazara de esa manera le emocionaba.

La Lore tenía novio en su pueblo, durante dos meses mantuvo una relación con él a espaldas de su novio oficial del pueblo. Pero el oficial se enteró de la jugada y decidió no solo dejarla, también quiso vengarse de la Lore.

Y en los siguientes días aparecieron carteles en su pueblo. Los carteles eran de color amarillo y tenían la siguiente inscripción: La Lore es una puta en letras grandes, acompañada por una foto de ella en sujetador. La Lore se encontró los carteles un día que

venía de camino al instituto y al volver puso una denuncia en la Guardia Civil.

Al día siguiente, la Lore le contó a Águeda este asunto, aunque como estaba bastante alterada se enteró toda la clase. Precisamente en estos días, en las clases de redes se hablaba con frecuencia sobre la protección de datos personales, y la Lore le preguntó a Onésimo:

- ¿Y puedo instalar cámaras en mi casa y en mi coche sin problema?

Onésimo explica las limitaciones legales pertinentes y pregunta:

- ¿Y por qué quieres instalar cámaras?

- Bueno, yo solo preguntaba – responde la Lore pensativa. A ella no le convenía contarle al profesor que estaba siendo acosada por un ex y que sentía miedo de que entrara en sucasa para matarla o algo peor. Por eso quería instalar cámaras en toda su casa y en su coche, para prevenir ataques.

En esas conversaciones, Leonardo venía notando que Onésimo era más amable con la Lore que con el resto de alumnos. Y eso le mosqueaba.

Al llegar febrero, los alumnos de la clase seguían jugando mientras los profesores explicaban, pero este hecho no pasó desapercibido para el personal de mantenimiento, que puede ver que programas se está ejecutando en cada equipo en todo momento. Y comprobaron que en una decena de equipos se estaban ejecutando distintos juegos. Inmediatamente, el responsable de mantenimiento fue a la clase y dijo:

- Que sepáis que hemos descubierto que hay gente jugando, que son al menos 12 personas, y sabemos quienes son.

Al irse el responsable de mantenimiento, el grupo de Whatsapp de la clase comenzó a arder, y empezaron a pensar en tácticas para seguir jugando sin que el responsable de mantenimiento se entere. Y llegaron a la conclusión de que lo mejor era jugar en máquinas virtuales(4). Y a partir de ese día todos los alumnos pasaron a jugar en una máquina virtual en lugar de hacerlo en el equipo real.

Manuel les llamó la atención, y les recordó que una de las cuestiones más importantes para un informático era la confianza, dado que en muchas ocasiones tratan con material sensible y para ello es necesario que sean gente de confianza y que se les note.

Manuel andaba estos días bastante más revolucionado de lo habitual, hace unos días sin querer dejó el proyector encendido mientras insertaba la clave de acceso a internet, clave existente para evitar que ningún alumno, sin autorización del profesor, pueda salir a la red.Y varios de la clase la copiaron y la hicieron circular por el instituto. Pero los equipos estaban configurados para que el responsable de mantenimiento recibiera una alerta en elcaso de que un alumno entrara escribiendo directamente el usuario y contraseña.

A los dos días, Roberto, Jonathan y Diego recibieron una notificación donde se les informaba que serían sancionados por una “falta gravemente perjudicial para la convivencia en el centro”. El revuelo que se armó fue importante, puesto que la mayoría

(4) Una máquina virtual es un software que simula a un ordenador y puede ejecutar programas como si fuera una máquina real, se utilizan en las aulas para hacer ejercicios que necesitan varios equipos.

de la clase consideraba que no era para tanto y que era una caza de brujas, y losprofesores contestaban que eso era un delito. Como resultado, al día siguiente los tres fueron llamados al salón de actos, donde se les leyeron los dos artículos del código penal que habían infringido y se les advirtió de que si volvía a suceder algo así serían expulsados inmediatamente.

A la salida, Roberto se encontró con la Lore y ella le dijo:

- ¿Cómo te fue?

- Pues nos advirtieron de que si volvía a pasar algo así nos expulsaban y que era un delincuente – contestó Roberto con cara de circunstancias.

En ese momento, la Lore se le acercó y se abrazó a él. Mientras le abrazaba le dijo:

- Esto seguro que es cosa de Leonardo que se anda chivando a los profes, de verdad, no sé como aguantas a ese hijo de puta a tu lado.

Roberto no contestó, estaba más concentrado en mantener el abrazo antes que de contestar. Roberto sabía que Leonardo no tenía que ver con esto, y que él ni siquiera sabía que estaba entrando a Internet con la clave del centro.

Unos segundos después, la Lore hizo ademán de deshacer el abrazo, pero se acercó y le dio un beso en los labios.

Roberto se quedó petrificado, no supo reaccionar, lo cierto es que la Lore le empezaba a gustar, pero se había afanado en ocultarlo, porque tenía novia en su pueblo y no la queríadejar así por las buenas por una compañera que no sabía si le correspondería. Pero en ese momento, no sabía que hacer. La Lore le sonrió, y en ese momento, Roberto reaccionó y le preguntó:

- ¿Pero tú no tienes novio?

- Sí, pero mientras él no se entere de esto no pasa nada – contestó la Lore.

La contestación satisfizo lo suficiente a Roberto, le daba algo de miedo mantener un romance a escondidas con una compañera de clase, porque ambos tenían compromisos, pero decidió tirarse a la piscina. Desde ese día, ambos saldrían juntos, aunque en público no se besaban, siempre lo hacían en privado o en un sitio donde no pudieran verlos, por si acaso se corría la voz y se enteraban sus parejas.

Una semana después, Onésimo decidió faltar a dos clases, así que Leonardo no sabía qué hacer con ese tiempo y decidió dar una vuelta alrededor del instituto. Detrás de los árboles de un parque cercano, vio una pareja besándose. Leonardo se acercó un poco, porque los veía familiares, y descubrió que eran Roberto y la Lore. Antes de que pudieran reconocerlo, se largó de allí. Leonardo ya pensaba que algo así podía pasar, pero no se esperaba que fuera tan pronto.

Al llegar a clase, Leonardo se sentó como si nada, al lado de Roberto, y no le dijo nada. YRoberto tampoco le dijo nada. Leonardo respiró aliviado, parece que no ha sido visto.

Al salir de clase volvió a coincidir con Águeda, y Leonardo le contó lo de la Lore y

Roberto. Águeda, visiblemente sorprendida, le contestó:

- ¡No me jodas! ¿Seguro que eran ellos y no otra pareja que se le parecía?

- ¡Te aseguro al cien por cien que eran esos dos! - insistió Leonardo.

- Pues joder, Roberto tiene unos gustos muy raros porque mira que es fea esa tía, y además parece una tabla de planchar – le contestó Águeda.

Leonardo no pudo evitar reírse. Realmente detestaba a su compañera tanto o más que él,lo que hacía que su simpatía hacia Águeda fuera en aumento. A partir de ese momento Leonardo decidió llevarse bien con Águeda y olvidar el incidente sucedido hace meses.

Llega marzo, y con él, los exámenes del segundo trimestre. Mientras tanto comenzaba la temporada de Fórmula 1, y Leonardo se picaba con José los lunes posteriores a las carreras, porque Kimi Raikkönen se empeñaba carrera tras carrera en darle la razón a Leonardo. Ambos se lo pasaban muy bien y él agradecía estos momentos en un ambientetan sórdido y hostil como el de la clase.

Gracias a estas conversaciones sobre la Fórmula 1, un compañero de clase se interesó en ser amigo de José y Leonardo. Se llamaba Adrián, y en la mayoría de cuestiones opinaba igual que José. Pero en el fondo pensaba que lo que decía Leonardo podía ser verdad, así que ambos se llevaron bien.

Leonardo solamente se llevaba con Cojoncio, José, Roberto, Águeda y Adrián. La mayoría de sus compañeros lo odiaban, y unos cuantos directamente pasaban de él, porque temían que si le hablaban acabarían igual de apestados. Leonardo, sin quererlo, se había convertido en el enemigo número uno de la clase.

Pero lo cierto es que desde que Leonardo le puso una incidencia al tutor, Luciano había dejado de molestarle, al igual que Nicolás. Éste, por su parte, intentó normalizar su relación con Leonardo, con resultado negativo. Leonardo ya había visto todo que tenía que ver de Nicolás y sabía que era alguien que solamente traía problemas, por lo tanto, trataba de alejarse lo más posible de él.

Lo cierto es que las relaciones entre los compañeros que odiaban a Leonardo, en algunoscasos tampoco eran las mejores. Se acabó descubriendo el romance de la Lore con Roberto, y esto hizo que Jonathan se interesase más por ella. Cuando la Lore se enteró ledio calabazas. Esto molestó a Jonathan y un día se enfadó tanto que estuvo a punto de pegarle a ella. Kevin, Roberto y Rufo se encargaron de separarlos.

Los exámenes acabaron, y los resultados fueron mejores para Leonardo, pero sin colmar sus expectativas. Había suspendido dos módulos, uno porque lo daba por perdido y otro porque no se había esforzado lo suficiente. Pero sabía que podía salvar el curso si trabajaba más y mejor ese módulo. Aunque dudaba de que fuera capaz de ello.

Pero los resultados de las notas dejaron molestos a dos compañeros, a Jonathan y a Nicolás. El primero se enfrentó verbalmente a gritos con Manuel por una pregunta del examen en plena prueba, haciéndole ver que no se había explicado en clase. Lo cierto es que sí se había explicado, pero Jonathan no asistió a esa clase.

En el examen sacó un 4,75, lo que equivaldría a un aprobado. Pero Manuel, teniendo en

cuenta el incidente del examen, lo suspendió. La actitud del alumno era un 10% de la notafinal, y al sacar un 0 en esa parte, la nota final se quedaba en un 4.

Cuando Manuel dio las notas, y Jonathan vio que estaba suspenso en su módulo, se enfureció, y se encaró con él:

- ¿Se puede saber por qué estoy suspenso?

- Pues por la actitud que mostraste ante mi el día del examen. Te puse un 0 en actitud, y haciendo un examen tan ajustado no deberías hablarme en ese tono – contestó Manuel.

Pero Jonathan le recriminó:

- Pues tú deberías poner un examen con las preguntas adecuadas y no de otros temas – la cara de Jonathan revelaba enfado, y empezaba a mover los brazos de forma amenazante.

- Mira, si no vienes a las clases no es mi problema, y además, esta es la segunda falta de respeto que tienes hacia mi – replicó Manuel, cada vez más molesto.

- Pues que sepas que ahora mismo voy a jefatura de estudios a quejarme – después de decir esto, Jonathan se fue de la clase dando un portazo.

Al momento, Nicolás se quejó de que también estaba suspenso con un 4, a pesar de entregar todas las prácticas correctamente. Manuel le respondió:

- Pero es que la entrega de las prácticas es obligatoria para aprobar, y tu examen está muy flojo.

Ambos insisten en los mismos argumentos, subiendo cada vez más el tono, hasta que Nicolás se dirige hacia la puerta mientras dice:

- Voy a acompañar a Jonathan.

Y se fue. Y así acababa el segundo trimestre, con sensaciones encontradas por parte de Leonardo, parecía que había encontrado la luz al final del túnel, pero a su vez, esa luz parecía muy lejana. Pero otros no tuvieron tanta suerte, Cojoncio se quejaba de tener dos módulos suspensos, los mismos que Leonardo, y Águeda comenzaba a agobiarse por suspender un módulo con una nota muy baja.

Después tocaban las vacaciones de Semana Santa, y Leonardo aprovechó para buscar en Facebook a los compañeros con los que se llevaba, encontró a Cojoncio, a Águeda, a Roberto y a José. Los cuatro aceptaron su petición de amistad.

Después de una semana de vacaciones tocaba volver a las clases. Leonardo seguía mosqueado por el hecho de que en la aplicación de mensajería instantánea que utilizabansus compañeros para hablar entre ellos en la clase existiesen dos personas que usaban su nombre, uno además con la descripción de “cafre permanente”. Entonces, decidió descargarse la aplicación desde la carpeta “Técnicas de estudio” y decidió comprobar quién se escondía tras su nombre. Inmediatamente desenmascaró a los dos, el primero era Jonathan, el otro, un compañero llamado Lorenzo que apenas aparecía en las clases.

Al descubrirlo, Leonardo hizo dos capturas de pantalla con las pruebas, las imprimió y se dirigió hacia Jonathan y le dijo, mientras le enseñaba las hojas impresas:

- ¿Se puede saber qué es esto?

- Eres tú – dijo Jonathan entre risas.

- Mira, yo a ti no te he faltado al respeto, así que exijo lo mismo por tu parte, o lo quitas o bajo con esto al tutor – respondió Leonardo.

Jonathan hizo ademán de mandarlo callar. Justo en ese momento apareció Lorenzo por lapuerta. Leonardo se fue hacia él y le dijo:

- Exijo explicaciones. ¿Se puede saber qué es esto?

- Pues el nombre que escogí para conectarme ¿algún problema? - respondió Lorenzo.

- ¿Y se puede saber por qué me insultas? - preguntó Leonardo furioso.

- Hay muchos Leonardos por ahí – respondió Lorenzo.

- Pues o lo cambias o bajo esto al tutor – sentenció Leonardo.

Al instante apareció la Lore por detrás y le preguntó a Leonardo:

- ¿Y por qué tienes que chivarte a nadie?

- Pues por la misma razón por la que le dijiste al tutor que te acosaba y que te metía mano– respondió Leonardo.

- ¡Pero es que tú me molestabas y me mirabas continuamente! - exclamó la Lore.

- ¿Cuándo? No estoy tan mal de la cabeza como para mirar a una tipa tan fea como tú – respondió Leonardo.

En ese momento aparece Onésimo, y da la orden de que se siente todo el mundo para comenzar la clase. Al momento, todos se sientan y la clase comienza con normalidad.

Al acabar esta clase, Diego se acerca a Leonardo y le dice:

- ¡Ni te atrevas a chivarte del programita, que te cargas a toda la clase!

- Si desaparecen los dos Leonardos de ahí no me chivo – sentenció Leonardo.

Y al cabo de unos minutos los dos Leonardos desaparecieron. Pero los pocos días volvieron a aparecer. Leonardo intentó averiguar si eran los mismos de la otra vez, pero descubrió que esta vez se habían conectado a través de una máquina virtual en modo adaptador puente(5) para evitar ser descubiertos. A la semana siguiente, uno de ellos le mandó a Leonardo este mensaje:

- Hijo de puta, retrasado, imbécil, cabrón, nunca sabrás quién soy, pepero de mierda,

(5) En este modo una máquina virtual puede conectarse a Internet y a la red local de la máquina real.

ladrón, me cago en tu puta religión, intenta averiguar quién soy, hijo de puta.

Leonardo al leer esto, decidió cerrar el programa y desinstalarlo. Sabía que en esas condiciones era difícil que averiguaran quién fue y mucho menos esperaba que sancionaran al responsable.

Roberto seguía con la Lore, en todos los recreos se iban al parque a manifestar su amor aescondidas. A Roberto le daba un poco de miedo, porque si su novia, el novio de la Lore oambos se enteraban podrían tener problemas. Pero el placer y el morbo que le daba la clandestinidad les animaban a seguir adelante con la relación. Sin embargo, él sospechaba de que ella solo estaba con él porque no podía estar con otro y que cuando encontrara a alguien mejor lo iba a dejar.

Y dos semanas después, cuando la Lore fue a recoger a Roberto a su pueblo, le dijo:

- Roberto, quiero decirte una cosa

- ¿Me vas a dejar? - preguntó Roberto

- Sí – respondió la Lore, sorprendida por la pregunta.

- Ah, ya lo sabía, es que me sabe mal por mi novia – respondió Roberto, sonriendo.

- ¿Cómo que ya lo sabías? - preguntó la Lore.

- Es que tú sales con varios a la vez y los dejas cuando quieres, y yo ya sabía esto, y salía contigo por simple placer, no porque quisiera nada contigo y esas cosas.

La Lore perdió los nervios al escuchar eso. Se pasó la noche sin dormir buscando una excusa para cortar con Roberto. Estuvo pensando distintas fórmulas, pero el hecho de que él ya estuviera planeando cortar con ella no se lo esperaba. Quería que él se arrastrara ante ella durante meses pidiendo volver, quería sentirse dueña de su corazón, pero esa respuesta le trastocó los planes.

De los nervios, la Lore casi se lleva por delante a un coche parado delante de un semáforo. Inmediatamente pensó en que con esa actitud no iba a ganar nada. Ambos no se dirigieron la palabra de camino al instituto.

Ese día, Águeda no fue a clase. Había pillado un catarro y decidió quedarse en casa a descansar. Y durante ese día en la clase no se hablaba de otra cosa que de la ruptura de Roberto con la Lore.

Fue gracias a Leonardo y a Cojoncio. Se lo contó Roberto y ambos lo dijeron en voz alta en un intercambio de clases. Y cuando la Lore se dio cuenta de que todos lo sabían dijo:

- Pues no sé de qué os extrañáis, yo me llevaba bien con él, porque era mi mejor amigo de esta clase, además no lo tengo a mi lado.

- ¿A qué te refieres con lo de “no lo tengo a mi lado”? - preguntó Alfonso.

- Pues a que no se puede tener la misma relación con tu compañero de mesa que con otra persona. Yo no aguanto a mi compañera, siempre va de lista y se piensa que es

superior a los demás – dijo la Lore.

Leonardo se quedó perplejo al escuchar eso, Águeda le había contado que siempre ayudaba a su compañera a hacer los trabajos, porque ella nunca podía, a pesar de que no se llevaban del todo bien. En ese momento, cuando se le pasó el estado de perplejidad, dijo:

- Pues tú no deberías quejarte de Águeda porque te está salvando el curso. Mientras ella trabaja por ti, tú te dedicas a mandarle mensajitos a tu novio. Por cierto ¿cuántos tienes? Porque en tu pueblo tienes uno, y aquí tenías otro…

En ese momento interviene Jonathan y pregunta:

- ¿Qué pasa Leonardo? ¿Quieres ligarte a Águeda?

Suena una carcajada general, y Leonardo contesta:

- ¿Tú te crees que Águeda es como la Lore? Ella nunca se acostaría con alguien simplemente por echar un polvo.

En ese momento aparece Onésimo, que escuchó la última pregunta de Leonardo. Mandó callar a todos y dijo:

- Yo no sé lo que pasa aquí, pero deberíais respetar más a Lorena, la tratáis muy mal, y a ti, Leonardo, debería darte vergüenza tu actitud hacia ella. Por cierto, antes la mirabas constantemente, pero ya veo que te ha rechazado y por eso la tratas así. Sinceramente, tu actitud es más propia de un machista redomado que de una persona normal.

Jonathan, Rufo y Kevin sonrieron por debajo. José y Adrián se quedaron perplejos. Leonardo no contestó, se le pasaron por la cabeza varias respuestas que el reglamento del instituto contemplaban como “faltas gravemente perjudiciales para la convivencia en elcentro” y no quería ser expulsado, aunque el curso realmente le daba igual. Pero se sentía contento, pensó que había hecho lo que tenía que hacer, que es defender a Águeda ante los comentarios de la Lore.

Recuperada del catarro, Águeda volvió al día siguiente. En el pasillo, antes de entrar en las clases, Leonardo le dijo:

- Quiero hablar contigo en privado, hablamos en el recreo.

Se vieron en el recreo y Leonardo le contó todo lo que había sucedido, el día anterior. Al acabar, Águeda le dijo:

- Joder, me dejas alucinada, falto un día y la que se monta. Pero mira, al menos descubro lo que dice esa hija de puta de mi, aún por encima de que le ayudo…

- Pues sí, esa tipa es una falsa y va a acabar muy mal, pero lo que me dijo Onésimo me produce vergüenza ajena – contestó Leonardo.

- Mira, Onésimo es un viejo verde y parece que quiere algo con la Lore – dijo Águeda.

- Pues debe ser masoca, porque ya se ve que le gustan las tipas canijas, anoréxicas y sin

pecho – contesta Leonardo entre risas.

Águeda se rió con él. Hablaron un rato más, bromeando sobre lo calvo que se estaba quedando Onésimo y al acabar el recreo volvieron a clase.

En esos días, ambos se dieron cuenta de que la Lore empezaba a verse atraída por Kevin, le gustaba lo que decía en las clases, lo consideraba como alguien realmente interesante como para salir con él. Y ella pensaba que si se lo pide bien aceptaría encantado.

Y la Lore sin pensárselo dos veces, se reunió con él en la cafetería del instituto y, sin ninguna clase de rodeo, le pidió que fuera su novio. Kevin contestó:

- Por mi, encantado.

La Lore se quedó sorprendida con la respuesta. Ella esperaba que él se hiciera de rogar, dado que ella sabía por experiencia que a los hombres les encanta que las chicas les pidan mil veces que quiere salir con él. Pero al fin y al cabo había obtenido lo que deseaba.

Y así empezaron a salir. Kevin tenía novia, pero realmente no le hacía mucho caso, aunque vivían juntos. Se pasaba todas las tardes jugando al League of Legends mientras ella limpiaba la casa y hacía de objeto sexual. Cuando salían a la calle, ella iba detrás de él en todo momento. Además, se le hacía divertido jugar a dos bandas, sabía que a su novia le daba igual todo, así que podía hacer lo que quisiera sin importar lo que pensara de él.

Cuando la clase se enteró, las risas por el grupo de Whatsapp eran continuas, Diego dijo que a la Lore solo le faltaba acostarse con Leonardo. Cuando salió su nombre, enseguida comenzaron los chistes sobre él. Toda la clase sabía que Leonardo salía a pasear por las tardes. Y lo convertían en motivo de burla y escarnio, como todo lo que hacía, estuviese bien o mal.

En el grupo, Diego mandó el siguiente mensaje:

- Me propongo como delegado conseguir que Leonardo vaya a la cena de fin de curso.

Leonardo leyó el mensaje y respondió:

- Mucho me temo que ese objetivo está muy lejos de cumplirse, Diego.

Luciano se unió a la conversación y le dijo a Leonardo:

- Anda, Leo, vente con nosotros, serás bienvenido.

Leonardo, tras leer eso y contar hasta diez, contestó:

- ¿Y para qué quieres que vaya a vuestra cena? Si en las clases vuelan shutdowns ¿Aquí qué va a volar? ¿Cuchillos?

Rufo escribió la siguiente contestación:

- No pasa nada porque te relaciones con nosotros, no somos mala gente.

Leonardo no contestó, se quedó pensando en lo hipócritas que eran sus compañeros de clase, los que lo odiaban querían que fuera a la cena, seguramente porque le tendrían algo preparado. Pensó en que realmente lo tomaban por imbécil y que si le hablaban bien iría a su cena, pero decidió que ni hablar.

Al cabo de un rato, se subió a un autobús urbano y se encontró con Águeda. Ésta al verlo,le saludó y le dijo:

- Hombre, Leo ¿y tú por aquí?

- Pues de paseo – respondió Leonardo, sin demasiado interés.

- Pues haces muy bien, no se puede estar todo el día delante del ordenador – contestó Águeda.

Durante el trayecto charlaron amigablemente de varias cosas, y se habló de la cena a la que querían invitar a Leonardo. Cuando él se lo dijo, ella contestó:

- Pues si te invitan será para putearte o para algo peor, de esos no te esperes nada bueno.

- Pues claro, si aquí vuelan shutdowns, en la cena volarán cuchillos – contestó Leonardo.

Ambos siguieron charlando durante el trayecto. Al bajarse Águeda, Leonardo se puso a pensar sobre qué hubiera pasado si en vez de encontrarse con Águeda se encuentra con Kevin, Jonathan o lo que era peor para él, la Lore.

Al empezar este trimestre tres alumnas de la ESO comenzaron a saludar a Leonardo. Tenían entre 14 y 16 años, Leonardo 19. Éste no entendía por qué lo saludaban si no las conocía de nada. A los pocos días, lo encontraron en el recreo y le hablaron de varias cosas que hacían y hasta le enseñaron la forma que escogieron para cumplir el Legado de Tibu(6). Leonardo contestaba como si le importara lo que decían, aunque en el fondo pensaba en como librarse de ellas. A Leonardo le costaba bastante relacionarse con desconocidos, y más cuando no tenía ninguna necesidad para ello, como en este caso.

Pero cierto día coincidieron a la salida. Y fueron juntos un rato. Y mientras tanto, Nicolás vio la escena desde su coche mientras esperaba en el semáforo. Enseguida pensó:

- Este hijo de puta se va a enterar.

Rápidamente cogió el móvil e hizo una fotografía. Al llegar a casa la subió al grupo de Whatsapp de la clase.

Leonardo no vio la foto hasta la noche. Solamente Jonathan contestó al mensaje de Nicolás, pero lo peor llegó al día siguiente. Nada más entrar en clase Cojoncio le dijo a gritos:

- ¡Qué ligón estás hecho! Ya vimos la foto, no sabía que te molaban las pequeñas.

(6) El Legado de Tibu fue una cadena que se extendió como la pólvora a principios de 2014 por Facebook, la cadena consistía en que quien la recibía debía mojarse y subir el vídeo a Facebook y extender la cadena a varios amigos.

Leonardo no supo qué contestar, Roberto también se unió y le preguntó si ya eran pareja. Entonces comprendió que, dijera lo que dijera, les daría igual.

Leonardo decidió callarse. Sabía que eso iba a suceder, como sucedió con Águeda, dado que hablaban con frecuencia. Leonardo sabía que eso sucedía mucho en la etapa adolescente, dado que a las hormonas revolucionadas se suman las ganas de morbo, pero pensó que ya con los veinte cumplidos ya se deberían quitar ciertas costumbres. Pero Águeda no parecía sentirse molesta con el hecho de que se insinuara que era parejade Leonardo. No le importaban lo que decían, como a nadie de la clase le importaba ella.

Una semana después, Leonardo comprobó con horror que faltaban los trabajos y apuntes del tercer trimestre que tenía guardados en su partición de datos. Además, aparecieronvarios archivos de texto en el escritorio de su equipo. Todos tenían como nombre HIJO DE PUTA.

Rápidamente comentó este incidente al tutor y se llevó los logs(7) del visor de sucesos en su memoria USB. Pronto descubrió que alguien había entrado en el equipo a través de una máquina virtual en modo adaptador puente y camuflada con un nombre distinto. Esto hacía imposible hallar al responsable, puesto que no se sabía quién estaba detrás de esa máquina virtual.

Dos días después, Manuel aprovechó la clase para anunciar lo sucedido y dedicó su clasea dar un discurso sobre la importancia de la confianza para los informáticos. Al finalizar la clase sentenció:

- El acoso no será tolerado en esta clase, y a partir de ahora, quien vuelva a practicarlo sufrirá las consecuencias.

Y se marchó. Los siguientes días fueron muy duros para Leonardo, intentaba recuperar el ritmo de la clase con la ayuda de su compañero Roberto, pero era muy difícil, los exámenes estaban al caer.

Pocos días antes de los exámenes Leonardo ya estaba harto de todo, de su clase y del curso. Quiso imprimir los apuntes de varios módulos para estudiarlos en cualquier momento. Pero la impresora la estaban utilizando Rufo, la Lore, Lorenzo y Jonathan para imprimir fotos suyas del botellón del pasado fin de semana, donde coincidieron y bebieronhasta que no podían mantenerse de pie.

Leonardo, ni corto ni perezoso, imprimió los apuntes antes de que terminaran con los folios. Al acabar apenas quedaba papel para imprimir, y Rufo se enfureció con Leonardo yle dijo:

- ¿Se puede saber qué imprimes? Total, si eres un inútil y no vas a aprobar. Por tu culpa no podemos usar la impresora.

Leonardo ni le contestó, se sentó y guardó los apuntes en su mochila.

Llegaron los exámenes y las notas empeoraron para toda la clase, también para Leonardo. Nada menos que tres módulos suspensos, como en el primer trimestre. Pero dos de ellos eran compartidos con casi toda la clase, y había que aprobar al menos uno para poder promocionar a segundo.

(7) Los logs son la lista de eventos que registra un programa. En Windows se pueden ver en el Visor de Sucesos.

Y Leonardo suspendió los dos. Es decir, que no promocionaba a segundo. Y con él seiban diez compañeros más, entre ellos Roberto, Lorenzo y Luciano.

El resto promocionaba a segundo. Leonardo se marchó abatido hacia su casa. Allí le esperaba una buena bronca. Había fracasado estrepitosamente, y además en un ciclo que se suponía que le gustaba. Tras meditarlo, su familia decidió concederle un ultimátum. Si suspendía un solo módulo en el primer trimestre, se daría de baja y se acabaría su recorrido como estudiante. Leonardo tuvo que aceptar.

Esa noche, al conectarse al Facebook habló con Águeda Rodríguez, su compañera de academia. Al contarle lo sucedido se sorprendió mucho. Ella pensaba que Leonardo era muy inteligente y no podía tener problemas en un ciclo que le gustaba, como hacía ella, sacando grandes notas en su facultad a cientos de kilómetros de la ciudad de Leonardo.

Con la otra Águeda habló de las notas, ella estaba triste, porque había suspendido un módulo, y estaba acostumbrada a sacar muy buenas notas. Leonardo le contó que suspendió dos y tendrá que repetir y que si en el primer trimestre curso que viene no aprobaba todas, sería apartado del ciclo. Águeda sintió lástima por él. Sabía que podía haber hecho un mejor papel si no fuera por todo lo que se había encontrado, incluso podría pasar de curso sin problemas. Pero ella sabía que sin Leonardo en clase, probablemente durante el segundo curso todos los proyectiles que iban hacia Leonardo irían hacia ella.

Sin embargo, Leonardo se llevaba mejor con Cojoncio, pero él se llevaba bien con toda la clase, y desconfiaba algo de él, pero supuso que querría llevarse bien con todos y que nunca iba a hablar mal de él.

Con José y Adrián también se llevaba bien, y José le dijo que lo echaría de menos si no podía pasar de curso, así no se podía picar con nadie por cosas de Fórmula 1, sobre todoporque Alonso superaba sistemáticamente a Raikkönen en todas las carreras, demostrando que Leonardo tenía razón.

Pero poco importaba eso ya, Leonardo se sintió fatal. Y sintió que algo tendría que cambiar.

Segunda parte

Desde hacía semanas, Leonardo acariciaba la idea de escribir un libro sobre los autobuses de Lamamala. Se conocía la historia de la compañía y todos los detalles técnicos de los autobuses, y no había ningún libro que hablara del tema.

Pero tras fracasar en su primer año en el ciclo, y tras ser considerado como un inútil por sus padres y ser maltratado por la mayoría de compañeros de clase, quiso demostrar que todos se equivocaban. Nunca entendió la actitud de sus padres, no les gustó su decisión de hacer un ciclo de informática, solo querían que trabajara en una profesión que diera dinero, con independencia de si a Leonardo le gustaba lo que hacía o no. Ni siquiera les importaba que lo considerara ético. Simplemente querían que la familia fuera la envidia detodos los vecinos.

Y en julio de aquel año Leonardo abrió el procesador de textos de su ordenador portátil y comenzó a escribir.

Roberto, tras dejar su relación con la Lore, conoció a una chica por Badoo. Se llamaba Carla, y tenía su edad, y era muy guapa. Ambos quedaron en una cafetería y enseguida surgió el amor.

Y al cabo de una semana estaban saliendo. Roberto le dijo a Carla lo que estuvo estudiando el curso pasado y ella le preguntó:

- Pues seguro que conoces a Adrián, estuvo estudiando lo mismo que tú en tu instituto.

Roberto se quedó mudo al escuchar eso. Carla le preguntó a Roberto si pasaba algo y éste le contestó:

- No, nada, sí que conozco a Adrián, y era un impresentable y un bocazas.

- ¿Qué dices? ¿Somos amigos desde hace años y nunca fue así? Me encanta como es – respondió Carla.

Al escuchar eso, Roberto se puso muy nervioso. Temía por su relación con ella. En ese estado le dijo:

- Escucha, como me entere de que le diriges la palabra a ese sinvergüenza corto contigo.

Carla se quedó pensativa. Tenía que valorar quién le importaba más, si su amistad con Adrián o su recién estrenada relación con Roberto. Se lo pensó varias veces y decidió quele iba a hacer caso a Roberto. Y ambos continuaron saliendo.

Un día, Adríán se la encontró en un supermercado, la saludó y ella ni le contestó. Sorprendido, le preguntó por Facebook si tenía algún problema con él. El mensaje fue leído por ella, pero no recibió respuesta. Adrián dudaba si ella le estaba vacilando, y decidió preguntárselo, pero Carla le respondió bloqueándolo. Cuando Adrián se enteró delbloqueo, se enfadó y decidió no hablarle nunca más.

Carla se sentía triste por eso, sentía que estaba dejando en la estacada a un amigo por una relación que cada día se deterioraba más y más. Ambos discutían continuamente por casi cualquier cosa y esto a Carla le hacía mucho daño.

Finalmente, en septiembre, Carla le dijo a Roberto:

- Mira, tenemos que acabar con esto. No me siento feliz contigo. Cada día discutes más y me haces daño. Además me prohibiste hablar con Adrián, te he hecho caso y hasta le he bloqueado del Facebook, pero tú sigues pensando que te estoy engañando y sigo hablando con él. Personalmente, no veo nada positivo en nuestra relación, así que no quiero saber nada más de ti.

En ese momento Roberto se enfureció. Inmediatamente pensó que la culpa de todo la tenía Adrián. A las pocas horas envió mensajes por Whatsapp a Cojoncio, a Kevin, a Rufo,a la Lore y a Diego. En ellos decía:

- Buenas, que sepáis que por culpa de Adrián me he quedado sin novia.

Los cuatro dijeron que pensaban lo mismo de él y le hicieron caso, además veían que Adrián era amigo de José, y pensaron que debía ser tan malo como él.

Mientras tanto, Carla desbloqueó a Adrián del Facebook y acto seguido le envió un mensaje que decía:

- Hola Adrián, perdona por haberte ignorado estas semanas, es que mi ex me prohibió hablar contigo, porque le caes mal. Se llama Roberto y dice que te conoce de haber sido compañero tuyo en el ciclo. Pero no te preocupes, me he dado cuenta de la clase de persona que es y hemos cortado.

Cuando Adrián leyó el mensaje sintió asco hacia Roberto, sabía que buena persona no era, pero no pensó que podía ser tan imbécil. En ese momento comprendió la paciencia que tenía que tener Leonardo al aguantarlo a su lado un curso entero.

A mediados de septiembre comenzaron las presentaciones para el siguiente curso. En diurno se encontraron los 20 alumnos que quedaban del ciclo. Entre ellos estaban José, Águeda, Adrián, Kevin, Cojoncio, Rufo, la Lore, Alfonso, Nicolás, Diego y Jonathan.

Todos fueron al salón de actos. Allí se anunció que para ese curso el tutor sería Onésimo. Los alumnos fueron a sus aulas y fueron a otra distinta, pero exactamente igual a la anterior.

Águeda, José y Adrián se sentaron en la misma mesa, la segunda del lado del profesor, donde el curso anterior se sentaban la Lore y Águeda. El asiento situado hacia la pared quedó vacío, y Adrián, al darse cuenta, le dijo a Águeda y a José:

- Ahí debería sentarse Leonardo ¿no?

- Pues sí, es una pena que no pasara de curso – contestó Águeda.

- ¿Qué fue de él? - preguntó Adrián.

- Sigue por el nocturno, al repetir tiene que continuar allí – respondió José.

- Pues espero que le vaya bien, porque ya me dijo que si no aprobaba los módulos que le quedaron el primer trimestre sus padres le obligarían a abandonar – dijo Águeda.

- Pues va a necesitar mucha suerte, esperemos que la tenga – contestó José.

El resto de los compañeros se sentaron en la parte de atrás, quedando la fila donde se sentaban José, Águeda y Adrián aislada. La Lore, Kevin, Nicolás y Jonathan se sentaban en la última fila del lado derecho. En el otro lado, Diego se sentaba en la primera fila, detrás se sentaban Cojoncio y Alfonso y detrás, Rufo.

José, Águeda y Adrián se temieron lo peor. Se habían quedado separados del resto del grupo, lo que parecía ser una indirecta de que lo que sufrió Leonardo lo sufrirán ellos.

Esa misma tarde, Leonardo fue a la presentación del curso. Se había matriculado en los dos módulos que le faltaban para aprobar el curso, y llegaba desilusionado con la informática y con la sensación de estar allí porque no tenía otro lugar a donde ir.

Al igual que el año anterior, fue al salón de actos para la presentación. Allí no estaba ninguno de los 9 compañeros que repetían ese curso. Leonardo se sorprendió al descubrir que era el único que le iba a dar otra oportunidad al curso. Pero a la vez se sintió feliz, le parecía un nuevo comienzo, una nueva oportunidad de demostrar de lo que realmente era capaz sin estar más preocupado de las tonterías de sus compañeros que de lo que se daba en las clases.

Pero aún no sabía si se iba a adaptar bien a la clase y a sus compañeros, aunque intuía que sí, pensaba que en el nocturno vendría gente dispuesta a aprender y no críos que porestar todo el día en casa sin despegar los ojos de la pantalla del ordenador se creen los amos del cotarro.

La presentación comenzó, en este caso no había profesores conocidos y el tutor era distinto. Al acabar, se fueron todos a la clase. Era la misma que tuvo Leonardo el curso pasado. Era lo único que no cambiaba, el resto todo era nuevo.

En los primeros días de curso los profesores de diurno decidieron mandar diversos trabajos. Al comprobar que la fecha de entrega de uno de ellos era el lunes, decidieron pedir que les cambiaran la fecha de entrega para el día siguiente. Así no se verían forzados a trabajar el fin de semana.

Águeda llevaba desde el primer día con ese trabajo, y con todo terminado, lo entregó el viernes. Eso echaba por tierra las pretensiones de toda la clase, dado que si ella lo entregaba un día antes del plazo, no había ninguna excusa que valiera para pedir un cambio de fecha.

En el recreo, la Lore se acercó a Águeda y le dijo:

- Por tu culpa tengo que trabajar el fin de semana

- Pues haber trabajado como lo hice yo, listilla – le contestó.

En el grupo de Whatsapp de la clase, Jonathan dijo:

- Esa tipa es una puta zorra, por su culpa tenemos que trabajar todo el finde.

Inmediatamente, el grupo se llenó de insultos hacia ella, de todos los compañeros de la clase salvo José y Adrián.

Pasó el fin de semana, y el lunes todos los alumnos entregaron el trabajo. Las miradas deodio hacia Águeda se sucedieron. Solamente sus dos compañeros la apoyaban.

A los pocos días salieron las notas y Águeda fue la única que recibió un 10 en el trabajo, lo que enfureció aún más a la clase. Ese día además, el profesor que daba materia a última hora tenía un asunto urgente que atender, y por lo tanto, Águeda salió antes de la clase. Leonardo la vio desde un autobús que pasaba por la zona. Al llegar a casa, encendió su portátil, lo conectó a la red inalámbrica, abrió el Facebook y vio que Águeda estaba conectada. Con curiosidad por cómo le iría el curso, le preguntó sobre por qué salió antes. Ella le contó lo del profesor y que sus compañeros la odiaban a causa del trabajo. Leonardo sentenció:

- Eso que dices del trabajo no es más que una excusa para putearte, ahora que me fui de allí no tienen a nadie a quién molestar y han elegido molestarte a ti. Ojalá lo lleves bien, y si puedo ayudarte aquí me tienes.

Al leer eso Águeda se quedó pensativa. Pensó si lo que dice Leonardo era verdad, que ella había heredado de él el papel de enemigo número 1 de la clase. Si fuera así sus temores se habían cumplido. Y estaba decidida a comprobarlo en los siguientes días.

Inmediatamente Leonardo le contó lo bien que iba su curso, llevaba dos semanas allí y notenía ningún problema, las clases a las que tenía que asistir iban bien y tenía la sensaciónde que iba a aprobar los dos módulos.

Águeda sintió entonces alegría por Leonardo, aunque pensaba si no se había equivocado al quedarse en el diurno. El nocturno le tiraba para atrás por varias cosas, pero según Leonardo, merecía la pena.

Al empezar octubre, Cojoncio, antes de empezar la clase de redes, dijo en alto:

- Esperemos que la hija de puta de Águeda no se le ocurra alguna idea para reventarnos el cambio que queremos pedir para la entrega del trabajo.

Águeda, ya acostumbrada a los problemas, ni se inmutó. Pero José se levanta, y le contesta:

- ¿Se puede saber por qué la insultas de esa forma?

Porque es una hija de puta ¿algún problema? - contesta Cojoncio.

José se quedó lívido al escuchar eso. Cojoncio, al ver, que José no reaccionaba, siguió hablando:

- ¿Qué pasa? ¿Por qué la defiendes así? ¿Se la quieres quitar a Leonardo, como intentó Adrián con Roberto?

José, al escuchar eso, preguntó:

- ¿Desde cuando Águeda está saliendo con Leonardo?

- Desde hace meses, de hecho se les ve juntos por ahí, de todas formas, los dos son

iguales. Dan más pena que otra cosa. Y tú parece que quieres parecerte a ellos – contesto Cojoncio.

- ¿Tú no eras amigo de Leonardo? - preguntó José, extrañado.

- ¿Amigo de ese tarado? Ni de coña, mis amigos son buena gente, no sinvergüenzas como él y como tú – respondió Cojoncio.

José, al ver como se acercaba Onésimo, decidió callarse. El profesor llega y la clase empieza con normalidad. José se preguntó si era cierto que Águeda estaba saliendo con Leonardo, pero a Adrián le extrañó que Cojoncio supiera lo que pasó con Roberto y Carla.Pensó que seguramente se lo habría contado el propio Roberto, dando una versión distorsionada del incidente.

En el recreo, José le pregunta a Águeda:

- ¿Es verdad que estás saliendo con Leonardo?

- No, ya te dije que desde que tuve aquel incidente con mi ex no quiero saber nada de hombres.

- No, por eso te pregunto, me extraña que cambiaras de opinión tan rápidamente. Y Leonardo tendrá sus virtudes, pero muy atractivo no es precisamente… - contestó José bromeando.

- Por cierto, muchas gracias por defenderme, aunque no te molestes, a esta gente le da igual lo que digas – dijo Águeda.

- De nada, lo hice porque me salió del alma – contestó José.

Águeda le contestó con una sonrisa. Pero José se quedó pensativo ¿Realmente toda la clase estaba contra ellos? ¿Qué historia les contaría Roberto? ¿El asunto iría a más conforme avance el curso?

Ese fin de semana habría carrera de Fórmula 1, el 5 de octubre de 2014, en el circuito de Suzuka, en Japón. Tras suceder el accidente de Jules Bianchi (8, José no daba crédito a lo que veía por televisión. Era el episodio más negro que había vivido el deporte desde la muerte de Ayrton Senna, veinte años antes. Y él nunca había visto nada parecido desde que veía la Fórmula 1.

Al empezar la carrera, al ver que Fernando Alonso abandonaba, decidió que cuando acabara se iba a picar con Leonardo a través del Facebook. Pero tras el accidente, decidió cambiar de tema y comentarlo con Leonardo.

Realmente Leonardo no sabía qué decir. Él tampoco había visto nunca semejante, y no sabía en qué iba a acabar. Solamente pensaba que nada volvería a ser como antes. Hasta que Leonardo decidió ir a disfrutar de su caminata del domingo estuvieron hablando. A la vuelta, ya de noche vio a Cojoncio conectado. Decidió hablarle. Leonardo le preguntó sobre Águeda, los problemas que tenía, sobre todo porque quería saber si (7) En esa carrera, Jules Biachi impactó a unos 200km/h contra el tractor de la grúa que recogía a otro monoplaza accidentado. A consecuencia de ello, el piloto francés sufrió una lesión axonal difusa, ingresando en coma y finalmente falleciendo el 17 de julio de 2015. Fue la primera muerte en una carrera de F1 tras el fallecimiento de Ayrton Senna, sucedido el 1 de mayo de 1994.

realmente lo que sucedía en aquella clase era como ella decía. Cojoncio le contestó:

- A ver, el tema del trabajo fue como tú dices, y Jonathan y la Lore se enfadaron bastante con ella, pero realmente estaba puesto para el lunes y yo ya iba a trabajarlo el fin de semana.

Leonardo se quedó pensativo tras leer eso. No sabía a quién creer. Era evidente que algo no encajaba. Leonardo decidió olvidarse del tema y habló de otras cosas con Cojoncio, le contó cosas que le habían sucedido en los viajes que realizaba en los autobuses, como eltípico viajero que se enfada con el conductor porque le faltó al respeto y otras anécdotas similares.

Durante el mes de octubre, Leonardo notaba que todo iba a cambiar radicalmente. Para empezar, sus nuevos compañeros respetaron a Leonardo desde el primer día. Había notado que el nuevo ambiente le favorecía, dado que no tenía que perder fuerzas aguantando las imbecilidades de sus compañeros.

Leonardo se divertía contando las historias que sucedían con su anterior clase. Le hacía gracia contar la existencia de la carpeta “Técnicas de estudio”, y la clase se reía con él. Una chica le preguntó:

- Esa clase estaba plagada de niños de papá ¿verdad?

La chica se llamaba Tamara, era un año mayor que Leonardo, tenía ojos verdes, medía lo mismo que él, tenía el pelo muy largo y teñido de violeta en la punta y solía vestir de colores oscuros. Leonardo le contestó:

- Si solo fueran niños de papá… lo que pasa es que la tenían tomada conmigo, y ahora la tienen con otros.

- ¿Sabes qué pasa? Pues que hacen como los perros, cuando un perro se pone a ladrar, los otros ladran con él. Pues en esa clase uno empieza y el resto le sigue la corriente – sentenció Tamara

- Si solo fuera uno… para mi que eran unos cuantos. Lo peor es cuando te entraban en el equipo a borrarte información – dijo Leonardo.

- ¿Y no lo denunciaste al tutor? - preguntó Tamara

- Sí, pero lo hicieron a través de una máquina virtual, así que no los pudieron pillar – contestó Leonardo.

Al poco vino el profesor y comenzó a dar su clase. A Leonardo le parecía que Tamara quería llevarse bien con él y pensó que podía al menos llevarse bien con ella.

Y ese día al acabar la clase Tamara se acercó a él y le preguntó:

- ¿En esa clase estaba una chica llamada Lorena, a la que todos conocían como la Lore?

- Sí, la conozco, me denunció al tutor porque supuestamente la acosaba y le había tocadoel culo – contestó Leonardo

- Es que mi pareja también la conoce, ella decía que él la perseguía por los pasillos y la

miraba continuamente y resultó que ni siquiera la conocía, que estaba en otra clase y además me dijo que era fea de cojones – respondió Tamara.

- Leonardo se rió con la historia, sabía que la Lore era muy promiscua, pero llegar a esos niveles era demasiado incluso para ella.

En las clases que tenía había compañeros de todo tipo, los había de la edad de Leonardo y los había mayores. Entre ellos destacaba Benito, un estudiante de la edad de Leonardo,de su misma estatura y con barba que destacaba porque era patoso como él solo y que parecía que vivía en una nube. Era el que ponía la nota de humor en las clases, dados loscomentarios que decía, pero a la hora de la verdad sacaba notas altas. Pero nadie lo acosaba ni se burlaban de él, aunque siempre se reían por todo lo que decía y soltaban comentarios para rematarlo.

Una cosa que notó Leonardo es que realmente allí todo el mundo iba a aprender, nadie sededicaba a jugar en las clases, los profesores daban su clase sin tener la sensación de parecerse a un cura predicando con todos los feligreses con su cabeza desconectada, y Leonardo notaba como con el paso de los días su temperamento iba bajando, hasta el punto de que apenas se enfadaba por nada.

Y mientras Leonardo estudiaba, iba escribiendo su libro, pensando en la cara que se les quedaría a sus compañeros del anterior curso cuando saliera a la luz, tanto a sus amigos como a sus enemigos.

Noviembre llega, y con él la lluvia y el frío, y los exámenes se acercan. Y con el frío, la relación entre Kevin y la Lore se iba enfriando. Jonathan lo notaba, y lo veía como una oportunidad para tener una relación con ella. Su novia pasaba de él desde hacía dos meses, debido a que le pegó varios puñetazos al mejor amigo de ella porque la había abrazado al despedirse cuando ella se lo presentó.

Ese día, ella se dio cuenta de que Jonathan era una persona muy violenta y celosa, y que si cortaba con él directamente, a ella le podría pasar lo mismo. Así que decidió distanciarse e intentar dejarlo sin que lo note demasiado.

Jonathan notaba ese cambio de actitud, y sabía que solamente era cuestión de tiempo que desapareciera de su vida. Así que decidió cambiarla por otra.

Desde hacía meses se fijaba en la Lore, pero ella iba a por Kevin, y pasaba de él. Ahora se arrepentía de la reacción que tuvo contra ella, intentando descargar su rabia a puñetazos. Pensó que seguro que ahora no querrá salir con él.

Y a mediados de noviembre, la Lore y Kevin rompen definitivamente. A los dos días toda la clase lo sabe y enseguida comienzan las apuestas sobre quién será el siguiente en acostarse con ella.

En el recreo, mientras Jonathan pensaba en qué decirle para conquistarla, sin que él se diera cuenta, se le acercó por detrás y le dio un abrazo. Cuando Jonathan se dio cuenta, se quedó pálido. Durante el abrazo, la Lore le dijo:

- Sé que quieres salir conmigo, y yo necesito salir contigo ¿quieres que empecemos?

Jonathan contestó con un escueto sí, y acto seguido se besaron en los labios. Águeda vio

la escena a escondidas y pensó:

- Menuda zorra es esta tía, ayer estaba con Kevin y hoy ya tiene a este gilipollas a sus pies. Y el novio sin enterarse.

Ese día, al conectarse al Facebook, le habló a Leonardo. Le dijo que la Lore estaba con Jonathan. Leonardo le contestó:

- ¿Y crees que me sorprende? Lo que me sorprendería es que solo saliera con uno. Aunque creo que Jonathan es demasiado grande para ella. Creo que tendrán problemas para echar un polvo ¿no crees?

Águeda se rió. Hasta que Leonardo tuvo que ir a su clase estuvieron hablando. Del curso, de los compañeros de ella, los exámenes… Mientras hablaban, ambos sentían que realmente pensaban y veían lo mismo. Águeda quería que Leonardo estuviera con ella enclase, aunque por otra parte, le hacía feliz el hecho de que a Leonardo le fuera bien por elnocturno.

A la noche, antes de irse a dormir, Leonardo le volvió a hablar a Cojoncio. Le contó que sellevaba bien con Águeda, que hablaban con frecuencia y que ella estaba harta de la clase.Cojoncio contestaba que en el fondo pensaba que ella tenía razón, y que a él también le molestaba la actitud de sus compañeros, especialmente la actitud de la Lore, con su tercer amor en la clase. Leonardo también le contó que él había conocido a una chica de su clase, que se llamaba Tamara y que estaba buena.

Cojoncio se fue a cama sonriente, tenía munición suficiente como para criticar a Leonardoen clase y sobre todo, a Águeda.

Al día siguiente, antes de la clase de redes, Cojoncio dijo, en alto, y con una sonrisa en la cara, para que lo escuchara toda la clase:

- ¿Sabéis qué? Leonardo le está siendo infiel a Águeda.

José y Adrián se quedaron estupefactos, Águeda no sabía qué estaba pasando y el resto de la clase disimulaba la risa. Cojoncio seguía hablando:

- Sí, se llama Tamara, es compañera de su nueva clase y dice que hay feeling. Así que creo que tu chico te va a dejar, Águeda.

Águeda se levantó, y gritó:

- Yo no estoy saliendo ni con Leonardo ni con nadie.

Onésimo escuchó la última frase. Inmediatamente llamó al orden y mandó callar a todos. Al acabar la clase, le pidió a Águeda que se quedara a hablar con él.

Salieron todos los alumnos al recreo y Águeda se quedó con el profesor. Éste le preguntó:

- Bien, Águeda, sé que tú andabas mucho con Leonardo, así que te voy a preguntar ¿qué pasó entre él y Lorena?

- Pues que ella tiene mucho cuento y se piensa que toda la clase, incluido Leonardo, van

detrás de ella y la miran todo el rato – contestó Águeda.

- ¿Seguro? Yo no me lo creo. Leonardo era un chico muy raro, y muy dado a meterse en problemas, de hecho tenía sus prontos y a veces contestaba de una forma brusca – sentenció Onésimo.

- Pero es que Leonardo estaba bajo un estado de tensión permanente por el clima que se respiraba en la clase, especialmente gracias a Lorena – respondió Águeda.

- Mira, yo creo que Leonardo se mereció que sus compañeros lo trataran mal. Era alguien extraño y esa gente, si no se les da su merecido a tiempo, acaban causando problemas ¿No crees lo mismo? - dijo Onésimo.

Águeda se quedó con la boca abierta, nunca pensó que podía llegar a escuchar una cosa así de un profesor. Inmediatamente le contestó:

- Nadie se merece ser tratado de esa forma por ser diferente a los demás.

- Lo que pasa es que a ti en el fondo te gusta Leonardo…

Antes de que a Onésimo le diera tiempo a terminar la frase, Águeda ya se había ido, dando un portazo. Estaba realmente furiosa por lo que acababa de escuchar, y lo primero que pensó es que quería dejar el curso. En el recreo se encontró con José y Adrián y les contó la conversación. José contestó:

- Tú has tomado algo que te ha sentado mal. Es imposible que un profesor diga eso.

- Te digo que es verdad, que dijo eso, y además, soltó que me gustaba Leonardo – respondió Águeda.

- Yo creo que el profesor quiere algo con la Lore. ¿No notas que siempre la trata demasiado bien? - dijo Adrián.

- Sí, este profesor es un viejo verde, de estos que van en el bus mirando el culo de las chicas – sentenció Águeda.

José y Adrián se preocuparon, sabían que si un tutor decía esas cosas de un compañero que ya no estaba en clase, sería capaz de cualquier cosa. Y Águeda, después de lo que le dijo, se temía lo peor, por su cabeza se le pasaron varias ideas, tener que repetir los dos módulos que daba el año que viene, ser humillada en público por el profesor, soportarmás insultos de sus compañeros… su cabeza daba vueltas.

Casi sin darse cuenta, volvieron los exámenes de diciembre. A pesar de tener solamente dos módulos, Leonardo veía con preocupación la fecha de los exámenes. En su cabeza, retumbaban las amenazas de su familia, sabía que si fallaba en algún módulo, su etapa de estudiante se acabaría en ese momento.

Daba un poco igual que el curso pareciera ir mucho mejor que el pasado, pero en el examen podía ponerse nervioso, podía no saber contestar lo que le pedían, podían poner preguntas difíciles, podían pasar muchas cosas.

Y mientras se preparaba, seguía escribiendo su libro. Sabía que si fallaba en los

exámenes, podía ser su tabla de salvación y podría demostrar de lo que realmente era capaz.

En diurno, los exámenes se veían con mucho nerviosismo, el curso era muy denso, dado que solamente tenían dos evaluaciones y había que dar mucha materia. Águeda se empezaba a poner nerviosa, y notaba que le empezaba a doler el estómago. Mientras tanto, toda la clase preguntaba sobre la relación entre Leonardo y Tamara. Jonathan dijo que los vio a bordo de un autobús y se dieron un beso. Comentó que, más que una mujer,parecía un hombre de lo fea que era.

Toda la clase se rió tras escuchar el comentario. La Lore comentó:

- Debe estar desesperada para salir con alguien como Leonardo.

- Bueno, te recuerdo que tú intentaste coquetear con él – le dijo Águeda.

- Sí, pero solo fue unos días, cuando me di cuenta de como era realmente lo mandé a la mierda – respondió la Lore.

- ¿Y con Roberto y Kevin pasó lo mismo? - preguntó Águeda.

- ¿Y qué más da que pasara con ellos? ¿Qué te pasó a ti con Leonardo? ¿Por qué te dejó? - replicó la Lore

- ¡Te repito que yo nunca salí con Leonardo, yo no soy una zorra como tú, que te dedicas a tirarte a toda la clase a escondidas de tu novio! - respondió Águeda, visiblemente nerviosa.

Inmediatamente llega Onésimo, preparado con el examen y con cara de circunstancias. Águeda se dio cuenta por la cara que puso que Onésimo había escuchado ese último comentario. Inmediatamente, Onésimo miró con cara de desaprobación hacia ella, haciéndole entender que efectivamente, había escuchado lo que le dijo a la Lore y no le había gustado.

Águeda estaba en un estado de palpable nerviosismo, y en el examen se juntó todo, el que arrastraba de la situación que se vivía en la clase, el que tenía por la corrección que iba a realizar Onésimo de su examen, sobre todo después de escuchar su último comentario y el que tenía por la conversación que había mantenido antes con la Lore. Durante el examen siguió notando como le dolía el estómago, y se pasó el tiempo del examen pensando en todo eso.

Una semana después, llegaron los resultados de los exámenes. Al ver que había suspendido con un 4, se echó a llorar. José y Adrián intentaron consolarla, pero fue inútil. Mientras lloraba, los demás compañeros se reían por lo bajo, y Alfonso dijo:

- Esta tipa va de lista y al final es la que peor nota saca.

José se levanta y se dirige al sitio de Alfonso, y le dice:

- Deberías tener más cuidado con lo que dices ¿no te das cuenta de que lo está pasando mal gracias, entre otras cosas, a ti?

- Pero yo tengo más nota que ella y voy a aprobar y ella no – respondió Alfonso.

Antes de que José pudiera responder, Onésimo, viendo como la situación se calentaba cada vez más increpó a José:

- ¿Tú te crees que esto es una taberna? O te callas o te mando tres días para casa.

Ante eso, José se volvió a sentar. Los exámenes trajeron resultados dispares, Nicolás había suspendido casi todos los módulos, al igual que Jonathan. El resto de la clase habíaaprobado todos los módulos o la mayoría.

Por otra parte, Leonardo hizo los dos exámenes y aprobó los dos con buena nota. Al recibir la nota del segundo examen, una enorme sonrisa se dibujó en su rostro. Sabía quehabía despejado toda duda sobre si el ciclo era adecuado para él, y sobre todo, había despejado su futuro. Definitivamente, acabaría el ciclo.

Antes de recibir las notas, se reunió con Benito y varios compañeros más del ciclo. Benito le preguntó:

- ¿Y al final te quedas?

- Por supuesto, contestó Leonardo.

- Pues nada, a aguantar tus historias de diurno – contesto Benito.

Leonardo decidió creer que Benito dijo eso último con ironía, se despidió con un sonrisa y se fue para casa. Y mientras se dirigía hacia allí, vio acercarse a Tamara, con bastante prisa. Pensó que la hora de entrega de notas era media hora más tarde, pero se dio cuenta a destiempo y salió corriendo de casa. Paró un momento para saludar a Leonardo y le dijo:

- Hola, Leo. ¿Al final te quedas o te vas?

Leonardo sonríe, y contesta:

- Me quedo, mira las notas.

Cuando Tamara las vio, le dio un abrazo y le felicitó la Navidad. A Leonardo esa actitud le recordó bastante a la que tuvo Águeda el año pasado. Leonardo le había contado que estaba en un trimestre crítico porque si no aprobaba tendría que dejar el ciclo. Ella deseaba que se quedara, creía que Leonardo era alguien con el que podía conectar bien y cada vez le caía mejor.

Al llegar a casa, Leonardo habló a través de Facebook con Águeda, le contó que había aprobado los dos módulos y que podía continuar el ciclo. Ella se alegró mucho al leer eso,sabía que Leonardo estaba en la cuerda floja. Leonardo le preguntó por sus notas, y ella le contó que había suspendido el módulo de redes.

Y después de esto Águeda le dijo lo que pasó con Onésimo. Leonardo se quedó perplejo. El hecho de que un profesor defendiera el acoso hacia un alumno era algo inaudito. Sentía una mezcla de rabia y pena, rabia por lo que sucedía en aquella clase y pena por no estar al lado de Águeda en un momento tan complicado para ella.

Después de la conversación, habló con Águeda Rodríguez, y le contó sus resultados. Ella se alegró profundamente del éxito de Leonardo, y del hecho de que ahora todo era distinto para él. Ella que lo conocía de la academia sabía que Leonardo era bastante inteligente y si no tenía problemas debería sacar buenas notas sin esforzarse demasiado.

Al empezar el año, Águeda notaba que su estómago le dolía cada vez más, sobre todo al acabar de comer. Además de los dolores, cada mañana notaba náuseas, y por lo tanto, notenía demasiadas ganas de desayunar. Y a pesar de estar de vacaciones, se sentía cansada y con pocas ganas de hacer cualquier cosa.

Fue a urgencias, pasó por distintas pruebas y le diagnosticaron una úlcera de estómago. El doctor le preguntó:

- ¿Estás pasando por una época de mucho estrés?

- Sí, estoy en un ciclo y mis compañeros se dedican a hacerme la vida imposible – respondió Águeda.

- Pues ese es el problema, este tipo de úlceras se producen en la mayoría de los casos por acumulación de estrés. En la medida de lo posible no te estreses demasiado, come bastantes frutas y verduras, y evita las grasas y alimentos muy condimentados. Si sigues con los mismos síntomas o sangras al defecar o al vomitar, vuelve a consulta – diagnosticó el doctor.

Águeda se fue de allí convencida de que el curso podía acabar con su salud, y que iba a necesitar toda su energía para superarlo.

El año empieza y vuelven las clases. Y antes de empezar, Cojoncio decide preguntarle por Tamara y su relación con ella. Necesitaba más material para reírse de Leonardo. Abre la ventana de chat de Facebook y le escribe

- Hola Leo ¿cómo va esa relación con Tamara?

- No te apures, Cojoncio, por ahora solo somos amigos, y sinceramente no sé si sería posible una relación con ella. Además, ya tiene pareja – respondió Leonardo

- Pues yo de ti me iría olvidando, pero si algún día corta con su pareja, adelante – escribióCojoncio.

Leonardo sabía que ella tenía pareja, así que realmente ni se planteó la posibilidad de salir con ella. Además, apenas eran compañeros desde hacía unos meses, así que no la conocía de verdad y no sabía si tendría posibilidades de salir con ella.

El primer día del segundo trimestre, Cojoncio, en un intercambio de clases dijo en voz alta:

- ¿Sabéis qué? Ya es oficial, Leonardo y Tamara ya están saliendo y ya se han acostado ytodo.

Águeda se levantó y le preguntó:

- ¿Y cómo sabes eso?

- ¿No lo sabes? Tu ex piensa que yo soy su amigo y me lo cuenta todo. Yo pensaba que os lo contábais todo, pero bueno, debe ser por eso. Además, raja de ti que da gusto – respondió Cojoncio.

- ¿Y qué dice de mi? - preguntó Águeda.

- Eso lo sabrá toda la clase salvo tú y tus dos coleguis – respondió Cojoncio.

Águeda se había dado cuenta de que Leonardo estaba siendo engañado. Nada más llegar a casa y conectarse a Internet, le escribió a través de Facebook:

- Hola, Leo, que sepas que Cojoncio está diciendo que estás saliendo con una chica de tuclase llamada Tamara ¿es verdad eso?

Al leer eso, Leonardo se quedó lívido. A él le dijo que ni se planteaba salir con ella. Al darse cuenta de lo que pasaba, contestó:

- Pues no, no estoy saliendo con esa chica ¿pero qué dice ese tipo? - preguntó Leonardo.

- Pues raja de ti a gusto, dice que ya os habéis acostado y todo, y dice que estábamos saliendo juntos hasta que ella apareció en tu vida – contestó Águeda

- Pues menudo falso. Tú espera que ese se va a enterar – sentenció Leonardo.

Leonardo no sabía si todo lo que decía Águeda sobre Cojoncio era verdad. Sabía que ambos no se llevaban bien, pero lo cierto es que Cojoncio algo habría contado, porque cuando hablaba con Águeda, Leonardo nunca le dijo nada sobre Tamara. Sobre todo porque consideraba que tampoco se perdía nada si no lo sabía.

Cuando vio a José conectado al Facebook le preguntó:

- Hola ¿sabes si Cojoncio habla mal de mi?

- Pues sí, raja de ti que da gusto, dice que dejaste a Águeda por una chica de tu clase llamada Tamara. ¿Es verdad eso?

Leonardo se quedó pálido. No podía creerse lo que estaba leyendo. Se había dado cuenta de que se estaba afirmando que Águeda había estado saliendo con él. Pasaron varios minutos, y en medio del estupor, Leonardo contestó:

- No, es mentira que haya tenido una relación con Águeda, por lo tanto es falso que la haya dejado por otra.

- ¿Y es verdad que estás saliendo con una chica llamada Tamara? - pregunta José.

- No, solo somos compañeros de clase, y no sé si llegamos a ser amigos. Nos llevamos bien y ya está – responde Leonardo.

- Pues seguro que os hacéis amigos y quien sabe, igual esto es el inicio de un amor… - sentenció José.

Leonardo se estaba empezando a enfadar, en ese momento se encontraba alterado, dadoque sabía que Cojoncio le estaba traicionando y estaba inventando historias sobre su vidapara hacerse el interesante ante el resto de la clase.

Nada más ver conectado a Cojoncio, Leonardo decidió escribirle:

- ¿Se puede saber por qué dices tonterías sobre mi? ¿Se puede saber por qué dices que estuve saliendo con Águeda?

- Pues para joderte a ti y a la puta esa - respondió Cojoncio

- ¿No se supone que éramos amigos? - pregunta Leonardo

- Pues mira, yo quise ser tu amigo, pero me di cuenta de que como persona no vales nada y das más pena que otra cosa, y nunca serás nada más que un sinvergüenza y un inútil, igual que esa pretendiente que tienes en mi clase y a la que estoy jodiendo a gusto – escribió Cojoncio.

- Tú sí que das pena, capullo, con esa actitud no solo te vas a quedar sin amigos, si es que te queda alguno. Algún día te van a dar una lección e igual acabas reflexionando en el hospital, porque sinceramente, es solo cuestión de tiempo que jodas a alguien que no tenga los suficientes escrúpulos para no abrirte la cabeza – respondió Leonardo, enfurecido.

Acto seguido, Leonardo le dio al botón de bloquear, sin darle opción de réplica a Cojoncio.

Al día siguiente, cuando vio a Águeda conectada al Facebook, lo primero que hizo fue darle las gracias por contarle lo que decía Cojoncio de él. Águeda le contestó:

- De nada, me alegro de que te hayas enterado de la clase de persona que es.

- No sé qué haría sin ti, Águeda, si no fuera por ti, ese hijo de puta a saber lo que estaría largando – escribió Leonardo.

- Por cierto, ¿es verdad eso de que te has echado novia? - preguntó Águeda, con curiosidad.

- Por ahora no ¿lo preguntas por Tamara? - replicó Leonardo.

- Sí, dice Cojoncio que estabas saliendo con ella – escribió Águeda.

- Pues no, me llevo bien con ella y hasta me dio un abrazo cuando se enteró de que habíasacado los dos módulos, pero no estamos saliendo ni nada parecido, seguramente seremos amigos, como nosotros. Además, ella tiene pareja, y hasta conoce a la Lore y todo – contestó Leonardo.

- Bueno, igual acabáis siendo pareja, si eso sucede invítame a la boda – bromeó Águeda.

- No te preocupes, si eso llega a suceder lo haré, pero depende más de ella que de mi – contestó Leonardo.

- Por cierto ¿de qué conoce a la Lore su pareja? - pregunta Águeda.

- Porque la Lore dijo que él la perseguía por los pasillos e iba detrás de ella. Por supuesto,era mentira, tanto como el que yo le había tocado el culo – contestó Leonardo.

- Es que esa tipa se piensa que todos van detrás de ella, si los novios que tiene es porquenecesitan follar con alguien, esa tipa parece una puta – dijo Águeda.

- Puede ser, pero lo de esta tía es grave y algún día va a joder a alguien de verdad – contestó Leonardo.

Siguieron hablando de cosas más intrascendentes durante un rato hasta que Leonardo tuvo que ir a clase. Se despidió de Águeda y mientras caminaba hacia el instituto pensabaen lo imbécil que había sido por confiar en alguien tan perverso como Cojoncio.

Ese día, al llegar al instituto, se encontró con Tamara. Le contó lo que le había sucedido con Cojoncio y que en la clase de diurno se especulaba con que eran pareja. Tamara preguntó:

- ¿Y por qué le dices a alguien que no es de confianza esas cosas?

- Porque pensaba que era mi amigo y que se lo podía contar – contestó Leonardo.

- ¿Pero por qué tienes que decir esas cosas de mi? ¿Eres consciente de que si esos rumores llegan a oídos de mi novio puedo tener graves problemas? Creo que no eres de fiar, allá tú con tus problemas – contestó Tamara.

Tamara se fue hacia clase, dejando a Leonardo en un estado de perplejidad. Pensaba queella se lo tomaría a bien, pero sucedió justo lo contrario. Leonardo se fue para clase. Durante las horas que compartieron aula ni se miraron.

Tamara se fue a su casa como todos los días. Estaba cabreada y nerviosa. No podía creer que un compañero en el que había confiado dijera esas cosas sobre ella. Juró que nunca más le dirigiría la palabra. Arrancó el coche y salió del lugar donde estaba estacionado. Pero al salir no miró por el espejo retrovisor si venía alguien. Y se cruzó a escasos metros con otro coche al que no le dio tiempo a frenar lo suficiente, impactando contra el lateral del coche de Tamara.

Leonardo estaba detrás, andando por la acera y vio el impacto. Asustado se dirigió hacia el coche, quería comprobar si le había pasado algo grave. Pero antes que él estaba el conductor del otro coche, un hombre de unos 35 años, con barba, pelo corto y complexiónfuerte. Se acercó y a gritos dijo:

- ¿Tú estás mal de la cabeza o qué? ¿Ves lo que has hecho?

Tamara aún se estaba recomponiendo del susto, no notaba dolor, aunque estaba nerviosa.

Nada más ver la escena, Leonardo sabía que Tamara iba a tener problemas y quiso ayudarla. Se acercó, y escuchó lo que decía el otro conductor.

- Te vas a enterar, hija de puta, acabo de llamar a la policía y te vas a enterar, esto lo vas

a pagar muy caro.

Tamara no reaccionaba, estaba asustada, por el accidente, por el tipo que la increpaba, por la policía, por las consecuencias que iba a tener y por todo en general.

Aparece Leonardo, y le dice:

- Oye, no es para ponerse así, esto le puede pasar a cualquiera y para algo están los seguros.

Nada más acabar la frase, el conductor lo coge de la solapa y le dice:

- Escucha, imbécil, esto no es asunto tuyo, así que o te largas o te doy una hostia.

Leonardo no sabía qué hacer, sabía que, hiciera lo que hiciera, iba a tener problemas, si se enfrentaba con ese tipo, podía acabar o en el hospital o en comisaría, y si dejaba pasarel asunto, la que iba a tener esos problemas iba a ser Tamara. Pero cuando se quiso dar cuenta, ya estaba en el suelo.

Pensó que quizás había estado demasiado ocupado en pensar en qué hacer, y su oponente ya había tomado esa decisión. Pero no había notado el impacto de nada ni sentía dolor en ninguna parte.

Se levantó y vio que Tamara se había bajado y estaba de pie, delante del otro conductor, que estaba tirado en el suelo, gritando de dolor.

Pronto se dio cuenta de lo que había pasado. Tamara, al ver a Leonardo en peligro, se levantó y sin pensárselo dos veces, le dio una patada al otro conductor en su pierna izquierda, derribándolo. Al tener agarrado a Leonardo, por inercia cayeron los dos al suelo.

Leonardo se quedó atónito. Lo sucedido parecía propio de una serie de anime que poníanen la tele, pero ha pasado al lado de su instituto y con él de invitado especial.

Alrededor se estaba formando un grupo de curiosos. Todos comentaban lo que habían visto y mientras tanto llegaba la policía.

Los agentes llegaron al lugar y preguntaron lo que había sucedido. El conductor les dijo:

- Ella se me cruzó cuando estaba circulando, me levanté para pedirle explicaciones, pero me pegó una patada sin mediar palabra.

Uno de los policías le preguntó a Tamara:

- ¿Es eso verdad?

- Pues no, para empezar, yo estaba saliendo del aparcamiento, y no me di cuenta de que venía un coche por la calle, hemos chocado y él se dedicó a insultarme y amenazarme. Entonces vino este chico a intentar defenderme, y este señor lo agarró e intentó pegarle, yantes de que pudiera hacerle algo, le di una patada y lo tumbé – respondió Tamara, con firmeza.

- ¿Es eso cierto? - preguntó el policía, esta vez a Leonardo.

- Sí, ha sucedido como relató ella – contestó Leonardo.

- ¿Sería ustedes tan amables de darnos sus datos? - preguntaron los dos agentes.

Los tres dieron sus datos e hicieron el atestado del accidente, para iniciar el procedimiento administrativo. Todos estaban de acuerdo en que la culpa del accidente ha sido de Tamara, pero el otro conductor preguntó a los policías si la podía denunciar por agresión. Uno de ellos le contestó:

- Por poder, puede, pero le advierto que, llegado el juicio, muy probablemente lo considerarían como legítima defensa. No se olvide que usted intentó agredir a otra persona y ella salió a defenderlo. Es más, ella podría denunciarlo a usted por amenazas yél podría denunciarlo por agresión en grado de tentativa.

Entonces el otro conductor decidió disculparse ante los dos, y ambos decidieron no denunciarlo. Al acabar los trámites, Tamara conversó un rato con Leonardo.

- Menos mal que aprendí kárate hace algunos años, que si no, tendría que visitarte al hospital – bromeó Tamara.

- Pues muchas gracias por defenderme – contestó Leonardo.

- En todo caso, muchas gracias a ti por preocuparte por mi, y perdona por lo que te dije antes – replicó Tamara.

- Perdoname tú por hablar de esa forma de ti a quien no debería – respondió Leonardo.

Ambos se fundieron en un abrazo y se despidieron.

El segundo trimestre iba avanzando y la clase de diurno se comportaba como siempre. Enuno de los módulos se enseñó a hacer carpetas ocultas y Diego decidió hacer lo propio con la carpeta “Técnicas de estudio”, para evitar que algún profesor viera su contenido poraccidente o alguien se chivara. Y para evitar que tanto José, Águeda o Adrián pudieran ver lo que subían allí, les denegó el permiso de lectura.

Gracias a un alumno que pasó el año anterior por ese curso, Diego se hizo con los exámenes y trabajos de todos los profesores, y los publicó en la carpeta “Técnicas de estudio”. Por ello, como en la mayoría de los exámenes, los profesores no cambiaban las preguntas, ellos se estudiaban las respuestas de los exámenes anteriores y sacaban notas muy altas con escaso esfuerzo. Todos, salvo Águeda, José y Adrián, los cuales sufrían para sacar buenas notas.

Por si fuera poco, un día apareció una nota en el corcho de la clase. En ella aparecía una tabla en la cual aparecían en la celda más alta de las dos columnas los nombres de las dos chicas de clase y en cada fila aparecían partes como tetas, culo o carácter. En la casilla de la Lore aparecían todo dieces y en la de Águeda todo ceros.

Cuando Onésimo llegó a dar su clase se encontró a varios alumnos poniendo las notas derigor. Se acercó al corcho, vio la nota, cogió su bolígrafo y puso un diez en el casillero de la Lore y un cero en el de Águeda. José le dijo:

- ¿Y no se supone que en la programación del módulo dice que no se tolerarán los comentarios machistas?

- Eso no es un comentario, es la verdad – contesta Onésimo.

- ¿Y no se supone que las mujeres valen más que sus tetas o su culo? - contesta José, incrédulo.

- Esto es una clase de redes, así que ese tipo de comentarios te los guardas para el recreo – contesta Onésimo.

Águeda le contó lo sucedido a Leonardo, y éste le contesta:

- Ya veo que la niña esa tiene la autoestima demasiado baja, creo que los gustos de tu clase están acorde a su nivel cultural, es decir, entre el cero y la nada.

- Eso ya lo sé, pero es que lo de Onésimo… - contesta Águeda, mientras se ríe con lo quele dijo Leonardo.

- Y luego resulta que era yo el machista, y mientras tanto para ellos una chica se puede valorar por sus tetas y por su culo ¿no es eso una forma de machismo? - escribe Leonardo

- Pues sí, y lo peor es que el tutor participe de esto, de verdad, esto es degradante – escribe Águeda.

- Te aseguro que si veo eso arranco la hoja, si el tutor no quiere tomar medidas las tendremos que tomar los alumnos ¿no crees? - contestó Leonardo.

Luego siguieron hablando hasta que Águeda se dio cuenta de que tiene que estudiar, dado que había exámenes llamando a la puerta.

Águeda se enfrentó a la recuperación del módulo que tenía suspenso del curso anterior, aligual que buena parte de la clase. Al ser un examen bastante fácil aprobaron todos, excepto la Lore y Jonathan. Sin embargo, el profesor, decidió aprobar a Jonathan porque se acercaba al 4.

Al conocerse los resultados, la Lore rompió a llorar. Entre llantos suplicó que le dejara repetir una pregunta del examen que le había salido mal por un error. Le dijo que si aprobaba a Jonathan, ella podía aprobar con hacer bien esa pregunta, y que sabía hacerla, pero tuvo un mal día. El profesor, pensativo, accedió, no quería dejar a nadie suspenso, puesto que hacer un nuevo examen era muy trabajoso.

Ella ya sabía que esa pregunta la tenía mal, así que le pidió a Diego que se la hiciera y dejara la respuesta en la carpeta oculta. Así lo hizo, y la copió para su equipo, y como el examen consistía en hacer varios ejercicios en el ordenador, copió la respuesta en el documento a entregar, comprobó que funcionaba, y entregó el examen.

Mientras la Lore contestaba, Jonathan dijo:

- Pues menudo examen más fácil has puesto, si suspendemos será que no nos aprendéis

lo suficiente.

El profesor, con una visible cara de enfado contestó:

- Pues te advierto que el próximo examen será mucho más difícil y a ver si apruebas.

- No creo que me haga falta, es que este examen ni siquiera lo miré – respondió Jonathan.

El profesor decidió ignorar esa respuesta y seguir con la clase. Mientras tanto, la Lore miraba a Jonathan de una manera más amorosa, como nunca había mirado a ningún otro compañero de clase.

Mientras esto sucedía, Águeda pensaba:

- Mira que zorra es esta tía, es capaz de ir al despacho a tirarse a los profes con tal de que les apruebe.

Al regresar a casa y conectarse a Internet, vio que Leonardo estaba conectado al Facebook y le contó lo sucedido. Él le contestó:

- Pues sí que es zorra esa tipa, sí, y el imbécil de Diego dedicándose a estas cosas. El díaque hagan las prácticas se notará lo que han aprendido.

Águeda siguió con la conversación y le contó lo que hace tiempo que se le estaba pasando por la cabeza, darse de baja en el instituto. Quedaban dos meses de curso, peroella ya no aguantaba más la tensión y el estrés al que estaba sometida. Y notaba que su salud estaba empeorando. Leonardo le contestó:

- Ni se te ocurra, quedan solo dos meses, si aguantas, habrás ganado, y por supuesto, contarás siempre con todo mi apoyo. Yo sé que puedes hacerlo y lo harás, recuerda, si yohe aguantado tres trimestres, tú puedes aguantar dos. Ellos quieren que te largues y si pides la baja habrán logrado lo que quieren y tú habrás perdido un año de tu vida, no lo olvides.

Águeda se sintió agradecida hacia Leonardo, siempre estaba allí cuando ella necesitaba hablar de sus problemas y siempre intentaba ayudarla en todo lo que podía. Ella sentía que Leonardo era un amigo de los de verdad, de los que se podía confiar. Era el único que hasta cierto punto podía entender lo que estaba pasando, dado que sufrió prácticamente lo mismo.

Tras prometer a Leonardo que le haría caso, le preguntó por su curso. Leonardo le contestó:

- El curso va genial, creo que este año voy a pasar bien y sin ningún problema, aquí todo es más fácil y no tengo problemas con nadie.

- Me alegro mucho por ti, yo también quería ir al nocturno, pero eso de salir de noche... pues como que me no me gusta ir sola de noche a casa y con hambre – respondió Águeda.

Siguieron hablando, y en un momento de la conversación surgió el tema de Tamara. Ella

le preguntó por como iba su relación y él contestó medio en broma:

- Pues no me llevo nada mal con ella, de hecho seguimos siendo amigos.

Luego siguieron hablando de otros temas hasta que se despidieron, mientras hablaba conLeonardo se olvidó de todos sus problemas y se podía relajar mientras se reía cuando él le contaba sus ocurrencias con lo que sucedía en las clases.

Según iban pasando las semanas, el fin del segundo trimestre estaba cada vez más próximo. Para los alumnos de diurno eso implicaba el fin del curso y el inicio de las prácticas. Los alumnos querían ir a las mejores empresas, lo que se decidía por nota, así que algunos se esforzaban más para conseguir una mejor media. Águeda estaba cada vez más nerviosa, puesto que pensaba que iba a repetir algún módulo.

Mientras los exámenes pasaban, ella sufría. José y Adrián intentaban animarla, pero era imposible. Además temía que Onésimo fuera a suspenderla. En las clases decía en voz alta que la Lore era mejor que ella en todos los sentidos. En una ocasión, Kevin dijo, con una sonrisa malévola:

- Lo que pasa es que está triste porque ya no tiene a Leonardo a su lado.

Onésimo asintió con la cabeza. Él también pensaba lo mismo, pero no lo podía decir en voz alta dado que podía llegar a oídos de sus superiores y le podrían abrir un expediente.

Mientras tanto, Leonardo está más tranquilo que en el trimestre anterior. Los exámenes pintaban bien, ya no tenía la presión de tener que aprobar para seguir el ciclo y además tenía ganas de demostrar que no era ningún inútil. Benito le decía siempre que iba a sacar más nota que él, puesto que estudia todo el día, y Tamara, dado que este era su segundo ciclo, iba a sacarlo sin muchos problemas.

En cuanto a la clase de diurno, los exámenes llegaron y toda la clase estaba más o menos tranquila, salvo Águeda, porque sabía que se jugaba mucho y todo lo tenía en su contra. Ella tenía en su cabeza las palabras que le dijo Leonardo para animarla. Y por ellodecidió que no iba a tirar la toalla y que iba a aprobar todos los módulos.

Leonardo realizó sus dos exámenes, y como sucedió en el primer trimestre, los sacó con buena nota. Benito había sacado medio punto más que él en los dos exámenes, y cuandocompararon sus notas, él le dijo:

- Lo ves, ya te dije que iba a sacar mejores notas que tú.

- Sí, pero yo estudiando un poco y tú estudiando todo el día. Así que tampoco es para tanto – contestó Leonardo.

Tamara había sacado muy buenas notas en todos los módulos, lo que no era extraño, dado que había realizado otro ciclo relacionado con la informática, además, por las mañanas trabajaba en una empresa del ramo, así que todo le resultaba más sencillo.

Mientras tanto, los alumnos de diurno hicieron sus exámenes. Casi toda la clase aprobó todos los módulos salvo Rufo y Nicolás, a los cuales les quedaron dos módulos que tendrían que recuperar en junio.

Cuando Águeda vio que estaba aprobada en todos los módulos lloró de alegría. Había conseguido triunfar en el curso más difícil de su vida.

Al llegar a casa, después de contárselo a su familia, se conectó a internet. Al abrir el Facebook, le escribió un mensaje a Leonardo:

- Hola Leo, he aprobado todos los módulos, así que no tendrás que aguantarme el año que viene.

Cuando Leonardo leyó el mensaje contestó:

- Hola Águeda, muchas felicidades por aprobar todo, ya te dije que lo podías conseguir. Yo también he aprobado los dos módulos, y oye, me alegro de no tener que aguantarte otro año más a mi lado.

En ese momento Águeda estaba conectada así que le contestó:

- Pues felicidades, y muchas gracias por tu apoyo, de verdad, eres genial, no sé qué hubiera pasado sin tu ayuda. Y tampoco debo ser tan mala para que no me quieras aguantar.

- A ver, me caes genial y me gustaría que estuvieras a mi lado, pero obviamente no quieroque sea en esas circunstancias – contestó Leonardo.

Águeda no pudo reprimir una sonrisa. Era justo lo que quería leer de él. Luego hablaron de las prácticas. Águeda quería hacerlas en una empresa cercana a su casa, y por tanto, cercana a la casa de Leonardo.

Mientras tanto, Leonardo hablaba con José. Después de aprobar todas iba a hacer las prácticas a una empresa de su pueblo. Ambos se felicitaron mutuamente por los éxitos conseguidos y José le preguntó:

- Por cierto ¿qué le pasó a Alonso?(9)

Leonardo no pudo reprimir una carcajada, y le contestó:

- ¡Qué cabrón! ¡Ya sabía que me ibas a preguntar eso!

- Venga, que seguro que estás triste por lo de Alonso – escribió José.

- Pues no te creas, me gusta la Fórmula 1 desde hace 10 años, yo disfruto viendo las carreras y sinceramente, nunca tuve piloto favorito – respondió Leonardo.

- Pero te gusta lo que dice el calvo(10) – sentenció José.

- Pero porque le pone emoción a las carreras, grita como un loco por cualquier cosa y esome encanta. Y por supuesto que es de Alonso, de Sainz(11) y de todos los españoles, todaslas televisiones apoyan a los suyos, además me compré su libro(12), y dice cosas interesantísimas – respondió Leonardo.(9) En aquel año Fernando Alonso sufrió las desventuras de correr con un F1 mediocre, y ni siquiera llegó a disputar la primera carrera por un accidente en pretemporada. De ahí la broma de José.(10) Antonio Lobato, el locutor de Antena 3 que narraba las carreras, conocido por ser el calvo de la Fórmula 1.(11) Carlos Sainz Jr., hijo del bicampeón de rallyes Carlos Sáinz, debutó en la F1 en aquel año 2015(12) Volando sobre el asfalto – Lobato, Antonio. Ed.Planeta. 2015.

- Algún día me lo compraré yo a ver qué tal – respondió José

- Seguro que te va a cambiar la idea que tienes de él – escribió Leonardo.

Como ya no habían más clases, Leonardo se fue a dar una vuelta, despidiéndose previamente de José y de Águeda.

A la noche, Leonardo siguió redactando su libro, ya le quedaba poco para acabarlo, y en un mes iba a ver la luz. Se unió a un grupo de Facebook que hablaba de Lamamala, donde habían más de 15.000 personas agregadas, el sitio ideal para publicar un PDF de esas características. Pensó en la sorpresa que les iba a dar a todos cuando se enteraran,tanto los pocos que creyeron en él como los muchos que lo maltrataron, y a estos últimos les iba a dar una lección que no olvidarían en la vida. Quería ver la cara de la Lore, de Kevin, de Cojoncio, y de todos aquellos que le amargaron el año.

Tras acabar el curso, la Lore decidió separarse de Jonathan. Consideraba que, dado que ambos iban a hacer las prácticas en empresas muy distantes, iba a suponer mucho esfuerzo mantener la relación. Además, ella lo veía como un novio de clase, es decir, que en realidad solamente era su novio desde que entraba en el instituto hasta que salía de él.

Pero Jonathan se creyó que su relación con ella iba en serio. Ya intuía que su novia oficialiba a cortar con él, y quería salir con la Lore para cortar él primero y así imponerse sobre ella. Y así fue. Al mes de iniciar su relación con la Lore, Jonathan le mandó un mensaje por Whatsapp a su novia para decir que cortaba con ella. Y para su sorpresa, ella contestó:

- Pues muy bien, de hecho te dejé de querer desde que le pegaste a mi mejor amigo. A ver cuánto te dura ésta.

Pero al acabar la relación con la Lore, Jonathan estaba sin pareja. Y el hecho de no poderechar un polvo con una chica era superior a sus fuerzas. Con la anterior no podía volver, de hecho ella le bloqueó del Whatsapp y del Facebook para evitar que la acosara para que volviera con él, ya que sabía que tarde o temprano se lo iba a exigir. Entonces, el primer día de prácticas, al acabar su jornada, se fue a la empresa donde trabajaba la Lore. Por suerte acababa una hora más tarde y podía esperarla. Cuando la vio salir le dijo:

- Mira, tenemos que volver. Yo te quiero, y no puedo aceptar que nuestra relación acabe así.

- Pues acéptalo, más te vale. Y mi nuevo novio está detrás tuya – respondió la Lore.

Cuando Jonathan escuchó esa frase sabía que tenía que prepararse para una pelea. Miróhacia atrás y vio a un chaval tan alto como él, pero de complexión fuerte y con apariencia de poder ganarle si se peleaban. Al verlo le dijo, con cara de pocos amigos:

- ¿Quién eres tú para acercarte a mi Lore?

Entonces Jonathan comprendió que una retirada a tiempo era garantía de conservar su integridad física. Decidió irse. A partir de ese momento comprendió que la Lore le había engañado y que no podía volver con ella.

Aprovechando que era la Semana Santa, la Lore se fue a pasear con su nuevo novio al

centro de la ciudad. Leonardo estaba haciendo una caminata por la zona, y no tardaron en encontrarse. Cuando la Lore lo vio, decidió saludarlo. Quería comprobar si Leonardo seguía guardando rencor hacia ella por inventarse que le había tocado el culo. Cuando estaba lo suficientemente cerca le dijo:

- Hola Leo ¿qué tal?

Mientras hacía ademán de acercarse para saludarlo, Leonardo giró un poco hacia el lado contrario y se alejó sin cambiar un ápice en su cara. Mientras tanto, pensaba:

- ¡Qué poca vergüenza! ¡Con lo que me hiciste y ahora vienes con esas!

La Lore en cambio, pensaba que Leonardo quizás le guardaba rencor por lo que había hecho.

A la semana siguiente decidió probar otro método. Decidió enviarle una petición de amistad a través de Facebook. Una hora después, en el intercambio de clase, Leonardo aprovechó para ir al baño y ver si tenía alguna notificación en el móvil. Cuando leyó que la Lore quería ser su amiga en Facebook, su intestino grueso intentó expulsar su contenido y Leonardo dijo en voz alta:

- ¡Su puta madre!

Mientras hacía sus necesidades fisiológicas, le mandó un mensaje para que dejara de molestarlo, con insultos varios, todos los que en ese momento se le vinieron a la mente. Ydespués la bloqueó.

Cuando ella leyó el mensaje y comprobó que estaba bloqueada, se dio cuenta de que, como pensaba ella, Leonardo le guardaba rencor, y mucho. Al final pensó que, total, ser amigo suyo tampoco importaba demasiado y desistió de intentarlo de otras maneras.

A la salida se encontró con Tamara, y le preguntó:

- ¿Por qué estás tan serio?

- Pues porque la Lore me mandó una petición de amistad al Facebook – respondió Leonardo.

Tamara se rió a carcajadas, y dándole una palmada en la espalda a Leonardo le dijo:

- Eso es que le dejó uno de sus novios y quiere liarse contigo.

- Pues si lo intenta espero que sea cuando no lleve la escopeta encima – bromeó Leonardo.

- Oye, si quieres, para animarte, te mando yo una petición de amistad, que no te tengo en el feis. - dijo Tamara

- La espero impaciente – contestó Leonardo, con una sonrisa.

Leonardo se sentía contento de tener a Tamara en clase, realmente le había quitado el mal rollo. Mientras estaban en clase, como Tamara se aburría, decidió encender su móvil

y mandarle la petición. Al acabar la clase, Leonardo la vio y la aceptó, mientras le dijo a Tamara, en todo de broma:

- Mira que eso no se puede hacer, aún te van a encasquetar una “falta gravemente perjudicial para la convivencia en el centro”.

- Mientras no me mire nadie… - contestó Tamara con una sonrisa.

Durante esos días, Leonardo había terminado su libro sobre la historia de los autobuses urbanos de Lamamala. Le había gustado escribirlo, dado que aprendió muchas cosas y sobre todo, había aportado algo nuevo a través de investigaciones propias. Sabía que lo que había escrito valía para algo, y que podía abrir algunas puertas con él.

Y al día siguiente lo subió al grupo de Facebook que encontró dos meses antes. Y la respuesta no se hizo esperar. Tras varios elogios y decenas de compartidos, el libro circulaba por la red.

Una semana después, un pequeño medio de internet de ámbito local publicó una noticia reseñando el libro y algunas curiosidades que había encontrado. Cuando Leonardo lo vio, pensó en que su plan estaba empezando a funcionar. Acto seguido, enseñó la noticia a todo el mundo.

Águeda fue de las primeras en enterarse. Se sorprendió del éxito de Leonardo, y le felicitó. Águeda pensó en que quizás Leonardo algún día sería famoso e igual hasta podíapresumir de ser amigo suyo y todo. A José en cambio, no le sorprendió demasiado. Sabía que Leonardo a veces podía sorprender de forma agradable.

Sin embargo, cuando Tamara se enteró, sí que se quedó sorprendida. Tamara desconocíaesa faceta de Leonardo. Leyó la noticia y cuando de vieron en clase, le dio un abrazo y le dijo:

- Así que ya eres famoso ¿eh?

- Bueno, tanto como famoso… Solamente he salido en un pequeño medio digital – respondió Leonardo.

- Pero por algo se empieza ¿no? - contestó Tamara.

- Efectivamente, eso puede ser el primer paso de algo grande… - dijo Leonardo.

- Pues eso espero, ojalá pueda presumir de que conozco a alguien famoso – contestó Tamara.

Llega junio, y con él llegan los exámenes. Leonardo se había estado preparando a conciencia para superarlos. Solamente eran dos módulos, pero no debía fiarse demasiado.

Con la llegada del fin de curso, también llegó el fin de las prácticas para los de diurno. En el contexto de crisis económica, pocos habían conseguido quedarse en la empresa dondehicieron las prácticas. Así que tocaba buscar empleo o seguir estudiando.

Casi todos decidieron buscar empleo. La Lore decidió que lo mejor para ella era seguir

haciendo ciclos. Veía que la vida de estudiante era mucho mejor que trabajar, dado que almenos podía seguir viviendo de sus padres. Por ello, decidió estudiar otro ciclo en el instituto.

En cuanto a Leonardo, hizo los exámenes y había aprobado con muy buenas notas. Así que había superado el primer curso. Cuando se enteró, respiró aliviado. Después de un largo curso donde las dudas eran constantes, había llegado su premio.

Tamara fue la primera en felicitarle. Al salir de clase, se encontraron en el vestíbulo. Y allí se le acercó y le dio un abrazo. Mientras se abrazaban le dijo:

- Espero que te vaya bien y nos vemos el año que viene.

- Yo también lo espero, que te vaya bonito – contestó Leonardo.

Ambos se despidieron. Leonardo por fin podría volver contento. Mientras volvía mandaba mensajes por el móvil, a Águeda Rodríguez, a Águeda Pérez, a José, a Roberto y a variosde sus amigos. Uno a uno iban contestando, de forma sincronizada, como si todos se hubieran puesto de acuerdo en hacerlo de esa forma.

La última en contestar fue Águeda Pérez. Hacía dos semanas que acabó las prácticas y se fue a buscar trabajo a una importante empresa llamada Telecomunicaciones Reunidas de Lamamala, de siglas TRL, a las afueras de la ciudad. Como estaban de expansión, contrataron a mucha gente, y Águeda fue allí a pedir empleo. Pero antes que él fueron contratados Kevin y Diego.

Al ver el currículum de Águeda, comprobaron que había estudiado con Kevin y Diego, y para comprobar si era válida para trabajar en equipo, les preguntaron a ambos por ella.

Kevin contestó que ella no daba más que problemas y Diego dijo lo mismo. Así que el mismo día en el que a Leonardo le dieron las notas, a Águeda le dieron la noticia de que no pasaba al siguiente proceso de selección.

Cuando Leonardo leyó el mensaje de Águeda pensó:

- ¡Menudos hijos de puta!

Mientras las calles de Lamamala discurrían al paso del autobús urbano en el que viajaba, Leonardo pensaba en que aquello quizás fuera un mensaje del destino, igual los destinos de Águeda y el suyo estaban conectados de tal forma que cuando a él le iba bien, a ella leiría mal. Al poco pensaba que seguramente eso que había pensado era una tontería. Peroacabó con la idea de que igual había alguna conexión entre ambos.

Pero lo que importaba es que había aprobado los dos módulos, y con buena nota. Él ya estaba en segundo, y en un mes, tendría que inscribirse.

Tercera parte

Mientras Leonardo disfrutaba sus vacaciones, tanto José como Adrián intentaron buscar trabajo en TRL, pero José corrió la misma suerte que Águeda. Sin embargo, Adrián fue contratado. A José le sorprendió que lo contrataran a él, puesto que sus calificaciones eran claramente inferiores a las suyas, pero decidió pasar del tema y buscar empleo en otra parte.

Mientras tanto, el libro de Leonardo corría por la red. Y llegó a la redacción del principal periódico de la ciudad, El Heraldo de Lamamala. Una periodista de ese diario decidió hacer un artículo sobre el libro y el autor. Para ello decidió enviarle un mensaje a través de Facebook a Leonardo. Enseguida concertaron una entrevista telefónica.

Leonardo contestó a todas las preguntas que le hizo. A la periodista le extrañó el hecho deque un estudiante de informática hiciera un libro de historia. Leonardo le contestó:

- Los informáticos somos los nuevos Leonardo Da Vinci, tenemos que saber hacer de todo.

La periodista se rió ante la broma de Leonardo. Acabó la entrevista y pidió a Leonardo que escogiera un lugar y una hora para realizar una fotografía para ilustrar el artículo. Leonardo escogió la principal parada que los autobuses urbanos tenían en el centro de la ciudad.

Al día siguiente se concertó la cita con el fotógrafo en el lugar indicado y se realizó la sesión de fotos. Mientras tanto, Leonardo pensaba en los diez meses de constancia, al dedicar un rato cada día a escribir algunas páginas, y en los años durante los cuales se dedicó a aprender sobre el funcionamiento del transporte público de la ciudad. Pensó en la cara que pondrían algunos al leer el artículo, tanto para bien como para mal, pensó en aquella clase donde fue maltratado por sus compañeros, y especialmente en aquel profesor de redes llamado Onésimo que se quería ligar a la Lore.

Unos días después salió el artículo, una página par entera estaba dedicada al trabajo de Leonardo.

Esa mañana, Cojoncio decidió leer las noticias en la página web del Heraldo mientras se bebía el colacao. Cuando vio la cara de Leonardo en él se le atragantó la bebida y para recuperar la respiración necesitó la ayuda de su novia. Al recuperarse, leyó el artículo. Se quedó pálido. Lo leyó, releyó, y no se lo podía creer. Aquel compañero al que insultó, traicionó e intentó perjudicar en la medida de sus posibilidades, salía en el principal diario de la ciudad por méritos propios. Y por un trabajo relacionado con una afición que convirtió en motivo de burla.

Mientras releía por enésima vez el artículo, recibió un whatsapp de Kevin. El mensaje decía:

- ¿Has leído las noticias del Heraldo?

- Sí, lo he leído, y me he quedado acojonado – respondió Cojoncio.

- ¿Y vas a permitir que ese hijo de puta nos deje en evidencia? - escribió Kevin.

- ¿Y qué podemos a hacer? - preguntó Cojoncio.

- A mi no se me ocurre nada – respondió Kevin.

- Bueno, pues cuando se me ocurra te contesto – sentenció Cojoncio.

Ese día mandó varios whatsapps a la Lore, Roberto, Diego, Nicolás, Jonathan y Rufo paradecirles lo que pasaba. Todos se quedaron atónitos. El que más, la Lore. Se empezaba a arrepentir de haber tratado mal a Leonardo, ya se había convertido en alguien importante,y ella quería que fuera su pareja para presumir de que se había liado con él y vivir de ello,salir en las revistas del corazón y en los platós de televisión. Pero Leonardo no la quería volver a ver.

Esa misma mañana Tamara leía el Heraldo en la versión de papel, y cuando abrió la página donde estaba Leonardo, se le cayó el periódico. No podía creer lo que veía. En varias ocasiones había pensado que aparecer en el diario más leído de la ciudad podía ser posible para Leonardo, pero no esperaba que fuera realidad tan pronto.

Inmediatamente cogió su teléfono móvil y envió un whatsapp a Leonardo. Media hora después, Leonardo se levantó de cama, encendió su smartphone y leyó el mensaje. En ese momento se enteró de que ya había salido el artículo.

Leonardo fue a la web del diario y lo leyó. Le gustó, y pensó en las reacciones de determinadas personas. Cuando su familia se enteró, se sorprendió. Nunca pensaron ni de lejos que podía pasar algo así.

Más tarde se enteró Águeda, lo leyó y le mandó un mensaje a través de Facebook. Tras decirle lo contenta que estaba por el artículo, le dijo la siguiente frase:

- Hoy muchos que te insultaban y te criticaban se van a comer sus palabras.

Cuando lo leyó, Leonardo contestó:

- Gracias por felicitarme, pero lo que más te agradezco es que estuvieras a mi lado cuando otros me despreciaron. Ahora es el momento en el que todo se pone en su sitio, ante esta noticia, tú te alegras enormemente, los que nos acosaban se estarán tirando de los pelos.

Cuando Águeda leyó el comentario se emocionó. Las palabras de Leonardo le llegaron al alma. Siguieron hablando de otras cosas durante un buen rato, sobre todo se imaginaron lo que pasaría cuando se enteraran sus enemigos.

Poco a poco fue contestando a todos los mensajes que le llegaban. Sus amigos lo felicitaron, y le llegaron felicitaciones de conocidos que antaño ni lo saludaban cuando se veían por la calle.

Y entre esas felicitaciones le llegó un mensaje de una editorial conocida por publicar librossobre Lamamala. Cuando Leonardo leyó el mensaje se quedó sorprendido. La única editorial que podía publicar un libro así estaba interesada en su trabajo.

Leonardo contestó que estaba interesado y quedaron en llamarlo a los pocos días. Pero loque más sorprendió a Leonardo sucedió a las pocas horas.

Se trataba del mensaje de una chica, llamada Andrea, que tenía dos años menos que Leonardo y tenía un videoblog en el que destripaba curiosidades poco conocidas de la ciudad. Leonardo había visto ese videoblog en alguna ocasión. Le gustaba las cosas que decía. Y dado que la chica que hablaba no salía nunca a cara descubierta, desconocía que era más joven que él. De todas formas, él nunca pensó que alguien de su edad podíainteresarse por ese tipo de cosas.

Pero lo que más llamó la atención de Leonardo es que ella lo veía de vez en cuando en los autobuses, y siempre en líneas distintas, lo que había llamado su atención y se preguntaba la razón. Pero él nunca se fijó en Andrea, ni siquiera la conocía de vista.

Le habló, pensando en los riesgos que corría. Sabía que cuando un desconocido manda un mensaje a través de Facebook sin un propósito concreto es que era alguien raro o quería hacerle culpable de sus problemas. Pero Leonardo veía que esa chica no era una total desconocida y le dio una oportunidad. Le admitió su solicitud de amistad y hablaron un rato.

Durante los siguientes días estuvieron hablando de la historia de Lamamala y quedaron para verse en una zona del centro. Allí se conocieron de verdad y hablaron un buen rato. Leonardo se sentía muy cómodo hablando con ella.

Andrea le contó que iba a estudiar un ciclo de producción, quería dedicarse a hacer vídeos de forma profesional, no solo como afición. A Leonardo le gustó la idea, él estaba haciendo un ciclo de informática porque sabía que muy difícilmente iba a convertir su afición en una profesión con la cual ganarse el sustento.

Se despidieron con la promesa de volver a quedar. Leonardo había pensado que quizás Andrea era el amor de su vida.

A los pocos días, Leonardo tuvo su primera reunión con la editorial. Estaba situada en un bajo de un barrio residencial de las afueras. Nada más entrar lo recibió el jefe y editor, Martín, un señor de unos cincuenta años, de estatura baja y pelo canoso. Había fundado la editorial hace veinticinco años con la pretensión de abarcar el mercado de la historia local, y desde su fundación ha publicado decenas de libros, algunos de personajes ilustres de la ciudad. A Leonardo todo eso le daba vértigo, una editorial de cierto prestigio se había fijado en él, en el primer trabajo que publicaba.

En esa reunión empezaron a acordar las fechas, el libro saldría para Navidades y negociaron varias cosas. Lo único que pedía Leonardo era que no se le cobrara por publicar, dado que, al ser un estudiante, no tenía fondos para sacar adelante el libro.

Con esa premisa llegaron a un acuerdo, y quedaron para reunirse en tres semanas para entregar el manuscrito y firmar el contrato.

Según iban pasando los días, el verano se acababa y un nuevo año académico comenzaba. Leonardo pasaba al segundo curso con bastantes dudas. El curso anterior sacó muy buenas notas, pero solamente tenía dos módulos. Este año tenía un curso completo. Además, su mente estaba dividida en varios compartimentos. Desde que salió aquel artículo en aquel diario, se han precipitado los acontecimientos, ahora está negociando con una editorial y había conocido a Andrea.

Pocos días antes de iniciar el curso, Leonardo le contó a Águeda lo que había sucedido

con Andrea. Ella le contestó:

- Pues me alegro mucho por ti, la verdad, vete tú a saber si has conocido al amor de tu vida.

- No sé, no sé, solo nos hemos visto una vez. Aún hace falta mucho más tiempo para decir algo así ¿no crees?

- Eso es lo mejor, espero que me invites a tu boda – contestó Águeda, bromeando.

- Pues vas a tener que esperar unos cuantos añitos – le contestó Leonardo, también bromeando.

Luego se fue a clase, a la presentación, en la entrada del salón de actos estaba Tamara. Al ver a Leonardo, se dirigió hacia él y lo abrazó mientras le decía:

- Hola, Leo, te echaba de menos.

- Y yo a ti, Tamara – respondió Leonardo mientras la abrazaba.

Tras este recibimiento, Tamara le habló sobre la noticia del Heraldo, y lo contenta que estaba. Leonardo aprovechó y le dijo:

- ¿Sabes? Gracias a ese artículo conocí a una chica muy interesante, se llama Andrea y tiene un videoblog donde habla de cosas muy interesantes sobre la ciudad. Y lo último que pensaba era que tendría 18 años, dos menos que yo. Ya hemos quedado y creo que puede ser el amor de mi vida.

Tamara sonrió y le dijo:

- Me parece maravilloso, ojalá os llevéis bien, y quien sabe si en el futuro…

- Pues no sé, aún tengo que conocerla mucho más, pero por lo que parece, tengo bastantes puntos en común con ella, lo que es maravilloso – contestó Leonardo.

A Tamara le gustaba eso que acababa de oír. Si Leonardo cogía novia podía callar los insistentes rumores que decían que Leonardo y Tamara iban a acabar juntos. Estos rumores los difundía Benito, porque pensaba que efectivamente estaban enamorados. Pero ambos se encargaron de desmentirlo de forma activa.

Ambos siguieron hablando hasta que los llamaron para ir a clase. En esta ocasión cambiaron de aula, se pasaron a otra más pequeña, donde se hacía el segundo curso.

En las primeras semanas del curso, Leonardo estaba pendiente del proceso de publicación de su libro. Tras entregar el manuscrito definitivo, después de corregir algunosfallos, salió la galerada. Leonardo tardó dos semanas en revisarla, y cuando entregó la copia corregida, esperó a que terminaran con el proceso de publicación.

Un día de octubre, mientras hacía una caminata, Leonardo entró en una tienda para comprar una botellita de Seven Up. Cuando entró se encontró con Cojoncio. Cuando lo vio, se dirigió hacia Leonardo y le gritó:

- ¿Pero tú qué haces aquí, mamón?

Mientras le gritaba, le cogió de la solapa, como si fuera a agredirle en cualquier momento.El dependiente se quedó helado. Leonardo se soltó, se fue hacia la nevera, cogió una botella de Seven Up, fue al mostrador a pagar y se fue, mientras Cojoncio gritaba sin saber muy bien lo que decía. Dejó de gritar cuando el dependiente le dijo que o paraba o llamaba a la policía.

A las dos horas, a Cojoncio se le ocurrió una idea para intentar atacar a Leonardo. Él había trabajado en la empresa que gestionaba los autobuses urbanos de Lamamala, y había labrado sus contactos. Él sabía que Leonardo había ganado un concurso realizado tres años antes y se había publicado una imagen de Leonardo con 18 años recién cumplidos. En la imagen aparecía el logotipo de la empresa y Leonardo sostenía un abono, el premio del concurso.

A Cojoncio se le ocurrió la idea de distribuir la imagen por los conductores con los cuales tenía contacto, es decir, cinco personas. A los cinco les mandó la fotografía y les dijo que era un detective contratado por la empresa con la misión de vigilar las infracciones que cometen los conductores y hacer que la empresa los sancionara.

Cuando acabó la distribución, se lo contó a Rufo, a Diego, a Kevin, a Jonathan, a Nicolás, a Lorenzo y a la Lore. A todos les pareció una idea genial. Pero Diego puso pegas:

- ¿Y si Leonardo se entera? Mira que lo que estás haciendo es un delito.

- El cornudo siempre es el último en enterarse de que lo es – sentenció Cojoncio.

- Vale, pero a mi no me metas en este asunto – contestó Diego.

Dos semanas después, Leonardo tuvo una entrevista con la televisión local de Lamamala.Después de ser preguntado durante media hora por el presentador sobre cuestiones de lahistoria del transporte urbano, decidió dar una vuelta por los autobuses. Llevaba unos auriculares puestos y cuando llegó uno de los vehículos, el conductor paró en su parada, pero tardó varios segundos en abrir la puerta. Cuando la abrió, miró a Leonardo con cara de asco. Se sentó y empezó el viaje.

Mientras transcurría el trayecto, a uno de los conductores con los que se cruzó le dijo:

- Lo estoy llevando yo en mi vehículo.

El otro conductor no dijo nada. El trayecto proseguía y subió una persona que el chófer conocía. Al subir le dijo:

- ¿Ves a este tipo? Es un inspector de paisano que se dedica a viajar por los autobuses a vigilar lo que haces y lo que no.

- ¿Estás seguro de eso? Mira que como te equivoques... – le dijo el viajero.

- Que no, hace dos meses me lo encontré en otra línea e hizo el recorrido entero, y el pasado sábado hizo lo mismo en otra línea – respondió el conductor.

- ¿No será alguien con alguna discapacidad o que se aburre? - preguntó el viajero.

- No creo, llevo tiempo vigilando sus movimientos y sabe demasiado sobre las líneas, lo ha contratado la empresa con toda seguridad – respondió el conductor.

- No sé, no sé, hay gente muy rara… - dijo el viajero.

- ¿Cuánto te apuestas a que llega al final de la línea? - preguntó el conductor.

Leonardo no se podía creer lo que estaba escuchando, el conductor le estaba faltando al respeto pensando que no se enteraba de nada. Pero lo estaba escuchando todo.

El conductor y el viajero siguieron hablando de otras cosas, y a acercarse hacia el final delrecorrido, el conductor le dijo:

- Al acabar le saco una foto para subirla al grupo de Facebook.

Al escuchar eso, Leonardo se puso vigilante, el autobús llegó al final del recorrido y los viajeros que quedaban se bajaron, entre ellos Leonardo. Mientras se alejaba del vehículo, veía como el conductor le apuntaba con el teléfono móvil. Leonardo decidió ignorarlo y siguió su camino.

Mientras proseguía, Leonardo pensó en ponerle una queja a la empresa. Al volver a casa lo hizo, relatando punto por punto lo sucedido.

La entrevista se emitió, y las reacciones no se hicieron esperar. Todos los amigos que vieron la entrevista lo felicitaron. Andrea le dijo que le había encantado y le pidió quedar otra vez. Leonardo aceptó y le dijo que cuando acabaran los exámenes quedarían de nuevo.

Tamara estaba entusiasmada con la entrevista, aunque no entendía algunas cosas, sabía que Leonardo estaba cosechando un éxito notable en algo que le gustaba, se le veía feliz y eso le encantaba. Al igual que a Águeda. Ésta le pidió a Leonardo quedar, cosa que también aceptó para después de los exámenes.

Los exámenes transcurrían, Leonardo estaba algo más tenso, porque tenía mucho que demostrar, estos exámenes eran la prueba definitiva que diría si el alto rendimiento mostrado el curso pasado era un espejismo, dado que en ese curso solo tenía dos módulos y estaba repitiendo. En este caso tenía seis y todo lo que estaba estudiando era nuevo. Con esa idea en mente fue realizando los exámenes. Uno tras otro fueron cayendoinexorablemente.

Al acabar el último, Leonardo vio que en su teléfono móvil tenía una llamada perdida. Era Martín. Devolvió la llamada y Martín le dijo que su libro se iba a empezar a vender al día siguiente y que había enviado ejemplares con su número de teléfono a varios medios de comunicación y que estuviera atento por si le hacían alguna entrevista.

Pero a Leonardo lo que realmente le importaba era saber el resultado de sus exámenes. Y los había aprobado todos, con un 6 como nota más baja. Cuando vio los resultados, no se lo podía creer. Rendía incluso más y mejor que el curso pasado. Leonardo pensó que la metamorfosis que había experimentado su vida desde que abandonó aquella degradante clase, hace más de un año, le había beneficiado hasta el punto de que era mucho mejor en todos los sentidos que en aquella época.

Al día siguiente había quedado con Águeda. Cuando la vio le dio un abrazo. Durante un buen rato estuvieron hablando, pero notaba que Águeda estaba pensativa. Leonardo le preguntó:

- ¿Por qué estás así?

- Pues por temas de amores – respondió Águeda.

- ¿Estás enamorada de alguien y no te corresponde? - preguntó Leonardo.

- Pues sí – contestó Águeda, sin querer dar más detalles.

- No te preocupes, pronto encontrarás al amor de tu vida – le dijo Leonardo.

Águeda se había sentido atraída por Leonardo durante el curso anterior, ella se fijaba másen la forma de ser de los hombres para sentirse atraída por uno, solo así se podría asegurar que una relación fuera buena para ella. Desde que Leonardo le había apoyado con sus mensajes para que continuara el curso, ella sabía que él era la clase de persona que había buscado para su vida. Alguien que siempre estuviera allí para apoyarla siempre. Ella nunca había encontrado a alguien así, y desde entonces empezó a enamorarse de Leonardo. Pero hacía meses que no se veían y no hablaban más que por Facebook. Necesitaba quedar con él pero no se atrevía, pero el descubrir que había una tal Andrea que muy probablemente enamoraría a Leonardo hizo saltar todas sus alarmas. Necesitaba quedar con Leonardo sí o sí y al final se atrevió a dar el paso.

Pero al final no se atrevía a confesar su amor por él, tenía miedo de ser rechazada, sobre todo porque temía que Leonardo se lo tomara a mal y decidiera alejarse de ella. Así que decidió esperar.

Y pasaron a hablar del libro, y Leonardo se comprometió a regalarle uno firmado cuando le llegaran los ejemplares que la editorial le regalaba. Águeda aceptó la propuesta. Estabaencantada con recibir ese regalo de Leonardo, tener un ejemplar firmado por un autor siempre era plato de buen gusto, pero que además ese autor sea el hombre con el que soñaba era lo mejor.

Luego hablaron de las notas y Leonardo le contó su éxito. Águeda se alegró enormemente y le animó a que acabara el curso así. Realmente a Leonardo le iba todo bien, desde que comenzó a escribir, su vida había cambiado radicalmente, y lo notaba.

Al llegar a casa, habló con Andrea por Facebook, y ella le pidió volver a quedar. Leonardo le dijo que esperase unos días, para que le llegaran los ejemplares que la editorial le regalaba y entregarle uno firmado. Ella aceptó.

Mientras tanto, en la concesionaria de los autobuses de Lamamala, llegaba la queja de Leonardo. La responsable de recibir las quejas y sugerencias de los usuarios examinaba la de Leonardo, mientras tomaba un café. Al leer la queja se la mandó al responsable de movimiento. Mientras la leía pensó:

- Qué fuerte, espero que lo que diga este señor sea mentira, porque si no al conductor se le cae el pelo.

El jefe de movimiento recibe la comunicación, la lee y según va leyendo, se va enfadando cada vez más. Al acabar de leer, mira en el listado de servicios al conductor responsable de ese viaje y al encontrarlo exclama:

- ¡Así que Gutiérrez! Ya sabía que ese tipo no era de fiar.

El jefe de movimiento da orden de que al día siguiente pase por su despacho. Cuando Gutiérrez llega al despacho, el jefe de movimiento le lee la carta al conductor. Al acabar de leerla dice:

- ¿Se puede saber qué es esto, Gutiérrez? ¿Se puede saber por qué te pones a hablar con un viajero mientras conduces? ¿No sabes que eso está terminantemente prohibido? ¿Y se puede saber por qué faltas al respeto a un viajero? Y aún por encima de que te pones a hablar con un viajero para faltar al respeto a otro le das información sobre los viajes que realiza ¿sabes que si el usuario nos denuncia se nos puede caer el pelo?

El conductor contesta:

- Mire, todo eso no son más que imbecilidades de un friki que se aburre...

El jefe de movimiento le interrumpe:

- ¿Seguro? Pues para ser inventada está bastante detallada y es muy explícita. Sinceramente, no hay ninguna razón para pensar en que lo que dice este usuario sea mentira.

Gutiérrez no supo qué responder, prefirió callarse antes de empeorar las cosas. El jefe de movimiento dice:

- Sal de mi despacho y ya veremos la sanción que te pongo

Gutiérrez salió del despacho y pensó:

- Joder, este hijo de puta ha escuchado nuestra conversación. Como me lo encuentre se va a enterar.

Al día siguiente le llega una notificación de la empresa a su casa en la que se informa queha sido suspendido de empleo y sueldo dos meses por cometer varias faltas graves. Al leerla, Gutiérrez estalla y se pone a gritar sin sentido. Sus Navidades iba a pasarlas sin sueldo.

Las vacaciones de Navidad llegan, y el primer día, Leonardo queda con Águeda en un parque cercano a su casa. Va con un ejemplar de su libro, con una dedicatoria para ella.

Cuando apareció Águeda ambos sonrieron y se saludaron con un abrazo. Conversaron durante casi una hora, de la cual, tres cuartos se la pasaron criticando y ridiculizando a sus antiguos compañeros de ciclo. Al acabar la conversación, Leonardo le entregó el ejemplar, y Águeda leyó la dedicatoria. Según iba leyendo, Águeda sintió una intensa emoción, era muy bonita y le había encantado. Nada más acabar de leerla, abrazó a Leonardo.

Por la tarde, Leonardo había quedado con Andrea para regalarle su ejemplar. Leonardo

deseaba verse de nuevo con ella, para él, hablarle de lo que le gustaba a una chica de su edad era fantástico.

Habían quedado en un parque del centro de la ciudad. Cuando ella apareció, le dio dos besos en la cara y hablaron de muchas cosas, tanto del libro como de temas más personales. Cada vez Leonardo se enamoraba más de Andrea, pensaba que era su alma gemela en casi todo, y que ambos podían hacer una buena pareja. A Andrea le entregó suejemplar, ella leyó la dedicatoria y le gustó y se lo demostró a Leonardo con un abrazo.

Se despidieron abrazándose de nuevo y quedaron en volver a verse otra vez. Mientras volvía a casa, pensaba en la lista de amigos a los cuales iba a regalarles los ejemplares que quedaban, en los días siguientes, los entregó todos.

Pocos días después de iniciar el nuevo año, Leonardo recibe una llamada, era de nuevo del Heraldo. Les llegó un ejemplar de su libro a través de Martín, y quieren hacer una entrevista a Leonardo. Durante 20 minutos estuvo hablando con la periodista a través del teléfono, y concertaron una cita para hacer la fotografía. Esa misma tarde la hicieron, en un lugar distinto al de la otra vez.

Al día siguiente salió publicada la entrevista. Ocupaba una página entera, en el periódico más leído de la ciudad.

Ese día recibió toda clase de felicitaciones, de Andrea, de José, de Tamara… Leonardo no daba abasto, y las contestó según podía.

Águeda se sintió encantada con la entrevista, se alegraba enormemente del éxito obtenido por Leonardo, y se acordaba especialmente de todos los insultos y burlas que ambos tuvieron que aguantar cuando estaban en aquella clase. En cuanto a Tamara, le gustaba lo que leía, aunque no entendía demasiado, pero entendía que Leonardo se estaba haciendo famoso y estaba encantada de poder ser amiga suya.

Esa misma tarde, Leonardo fue a dar el paseo vespertino habitual. Y al subirse a uno de los autobuses se encontró con Jorge, un conductor, de unos 50 años y de pelo canoso, que ya conocía de otras veces que había paseado con él, llevaba casi 30 años conduciendo autobuses, y siempre estaba atento a los viajeros habituales, y veía que Leonardo no tenía un patrón de uso, así que dedujo que le gustaba venir de paseo. Ya habían hablado previamente de bastantes cosas, y ese día le preguntó:

- ¿Vas al final?

- Sí – contestó Leonardo

- Vale, quiero hablar contigo – respondió Jorge.

Al llegar, Jorge se baja de su puesto, saca su teléfono móvil y le dijo:

- ¡Así que tú trabajas para nosotros!

Leonardo se quedó atónito, y Jorge siguió hablando:

- Estamos intentando localizar a los inspectores de paisano que contrata nuestra empresapara vigilarnos, y un tipo rubio que te conoce nos pasó esta foto tuya.

Entonces abrió su teléfono móvil y le enseñó una fotografía que a Leonardo le era familiar.Era él hace tres años, era la imagen que la compañía le había sacado por ganar aquel concurso, y en su mano derecha enseñaba el premio, que era un abono de la compañía.

- Pero esa imagen es de cuando gané un concurso convocado por vosotros, no tiene nada que ver con eso que dices – respondió Leonardo.

- ¿Y quién hizo esa imagen? - preguntó Jorge.

- Pues creo recordar que fue alguien del departamento de comunicación – respondió Leonardo.

- Pues a mi esa imagen me la pasó un chico rubio que hizo prácticas con nosotros y me dijo que te conocía bien, que eras un inútil, que le tocabas el culo a las chicas y te dedicabas a molestar a los autobuseros – dijo Jorge.

- Sé quién es ese chico rubio, se trata de un sinvergüenza que se dedica a rajar de los demás cuando se dan la vuelta – respondió Leonardo.

- Escucha, yo ya sé a lo que vienes aquí, te tengo visto pateando por ahí y sé que vienes porque te gusta – sentenció Jorge.

- Pues eso, es a lo que vengo y cualquier otra interpretación será errónea – dijo Leonardo.

Dicho esto se bajó del vehículo y se fue andando hacia otra parada como tenía previsto. Mientras hacía el camino pensaba en lo pesado que era Cojoncio, pero al mismo tiempo le asustaba el hecho de que estaba intentando desestabilizarlo por todos los medios, pensaba que le había dolido mucho lo del libro, e intentaba hacerle daño de cualquier manera, y mientras tanto se preguntaba:

- ¿Por qué tanto odio? ¿Por qué me siguen persiguiendo incluso después de abandonar su clase?

Mientras tanto, Onésimo lee el periódico. En cuanto ve la página con la entrevista se queda sin respiración durante unos segundos. Cuando su aparato respiratorio comienza afuncionar correctamente leyó la entrevista. No se lo podía creer. Aquel alumno raro al que despreciaba tanto había sacado un libro y salía en una entrevista de un periódico de importancia. Pensó en si realmente se merecía el trato que le había dado.

Al empezar las clases se llevó un ejemplar del periódico a la sala de profesores y comentóel asunto con el departamento. Los profesores que conocían a Leonardo se quedaron estupefactos. Pensaban que aquel alumno, aunque era bueno, tampoco era especial y no creían que podía hacer algo así. Aquello fue una sorpresa para ellos.

Al acabar las clases decidió escribir un correo electrónico a todos los compañeros que tuvo Leonardo en aquella clase. Tenía todas las direcciones debido a distintos trabajos que tuvieron que hacer y entregar por esa vía. En el correo les enviaba el enlace de la noticia en la versión de Internet del periódico y las siguientes preguntas:

- ¿Os acordáis de él? ¿Qué os parece?

Cuando Cojoncio lo recibió se enfadó, igual que Rufo, y al igual que Kevin. No se podían creer que les estuviera dejando en evidencia otra vez. La Lore en cambio le contestó que sí que se acordaba y que eran amigos. En realidad estaba desesperada porque su novio oficial la dejó cuando se enteró de que estaba saliendo con varios a la vez, y los dos que le quedaban se dieron cuenta de que estaban siendo engañados y cortaron relaciones con ella. Pero la Lore se daba cuenta de que Leonardo podía ser suyo si lo hubiera tratado mejor. Pero él ya le había dejado claro hace mucho tiempo que no quería saber más de ella.

Adrián se quedó estupefacto cuando lo leyó. Desde que llegó a TRL se hizo amigo de Kevin y Diego, dado que tenía que entenderse con ellos para continuar en la empresa y empezó a detestar a Leonardo. No había tenido relación con él y sabía que si hubiera mantenido algún tipo de contacto sería marginado y harían lo imposible para que lo despidieran.

En cuanto a Águeda se sorprendió bastante. No por la noticia, que ya la conocía de antemano, porque se lo contó el propio Leonardo, estaba sorprendida por el remitente del correo, nada menos que Onésimo. En su mente aún estaban grabadas las palabras que le dijo cuando quiso preguntarle por los problemas entre Leonardo y la Lore, cuando le contestó que Leonardo se merecía lo que le había pasado. Nunca se lo perdonó.

Inmediatamente le mandó un mensaje a Leonardo por Facebook. Al momento lo recibió mientras hacía una ruta andando. Cuando lo leyó, Leonardo se quedó sorprendido, aquel profesor que tanto lo odiaba se dedicaba a mandar un correo a sus ex-compañeros contando la noticia del libro. Ambos se intercambiaron mensajes criticando a Onésimo y a buena parte de sus compañeros de aquel ciclo.

Aquello le dio bastante que pensar a Leonardo ¿qué pretendía Onésimo enviando correos? ¿Redimirse? ¿Echar más leña al fuego?

Dos semanas después descubrió a través de Facebook que Andrea y Roberto eran amigos. Antaño no tenía ningún amigo en común con ella, pero ahora le aparecía que tenía a Roberto como amigo común.

Cuando se enteró, les preguntó a los dos de qué se conocían. Roberto le contó que, tras repetir el primer año, decidió dejar el ciclo, y tras tomarse un año sabático trabajando en un club nocturno, decidió comenzar un ciclo de producción. Roberto hacía de batería en una banda de rock que tocaba en las verbenas que se celebraban todos los veranos, y tenía en mente la idea de estudiar producción para labrarse un futuro creando vídeos y reportajes aprovechando sus conocimientos musicales.

Allí conoció a Andrea, y ambos se hicieron amigos, y la agregó al Facebook. Roberto le preguntó de qué la conocía, y le contó la historia. Roberto se quedó sorprendido.

Al mismo tiempo Andrea le preguntó de qué lo conocía. Le dijo que fue su compañero de clase en su primer año de ciclo. Ambos hablaron un buen rato y Leonardo le dijo que Roberto era una buena persona. Eso le gustó a Andrea, quería saber si se podía fiar de él, dado que no confiaba del todo, le parecía un fantasma que se inventaba historias para intentar conquistar a las chicas de la clase.

Pero Roberto se estaba enamorando de Andrea. Su novia le había dejado hace dos semanas, porque se había hartado de que intentara ligar con todas las chicas que

conocía. De repente se sintió solo, Cuando Andrea lo supo, sin pensarlo, le dio un beso en la mejilla, para intentar animarlo. Desde aquel momento, Roberto empezó a fijarse en Andrea.

Durante varias semanas estuvieron hablando de todo, y en marzo, Andrea le confesó a Roberto que estaba enamorada de Leonardo.

En ese momento, Roberto le dijo:

- Pues me parece bien, pero que sepas que ya tiene novia, bueno, realmente tiene dos.

Andrea se quedó atónita. Inmediatamente dijo:

- Pues eso no me lo había contado

- Pues sí, está saliendo con una chica de su clase llamada Tamara, y antes estuvo con otra llamada Águeda, cuando yo estaba en su clase estaba saliendo con ella, y mis antiguos compañeros dicen que aún siguen saliendo juntos – siguió Roberto.

- ¡Pero Leonardo no parece así! - exclamó Andrea, sorprendida.

- Si tú supieras... en clase habían dos chicas, una de ellas era Águeda y otra Lorena, y mientras salía con la primera, le tocaba el culo a la otra – respondió Roberto.

- ¡No puede ser cierto! - exclamó Andrea

- Si te quiere es solo para darle celos a Tamara, creo que están pasando por una crisis.

Andrea se quedó a cuadros. Pensaba que Leonardo estaba colado por ella, y no pensaba que la estaba utilizando. Inmediatamente le cogió tirria, cogió su teléfono móvil y le mandóun mensaje por Facebook:

- Que sepas que he descubierto que te dedicas a ligotear y a tocarle el culo a las chicas. Sinceramente, no me esperaba que fueras esa clase de persona, pero tú a mi no me engañas más. Me das asco y no quiero verte nunca más.

Al acabar de escribirlo, le dio a la opción de bloquear, por lo cual no solo dejaban de ser amigos en Facebook, tampoco podían interactuar de ninguna manera. Mientras hacía eso, Roberto sonreía disimuladamente.

Casi al instante, Leonardo recibe y lee el mensaje. Lo relee varias veces, sin creerse que lo dice puede ser verdad. Intenta contestar al mensaje, pero no puede, dado que estaba bloqueado.

Después de varias horas de dudas, llega a la conclusión de que Andrea ha sido manipulada por Roberto, así que Leonardo le escribe:

- ¿Se puede saber por qué Andrea está tan enfadada conmigo?

- Pues porque me preguntó sobre ti y le dije que le tocaste el culo a la Lore – le contesta Roberto.

- ¡Yo NUNCA le toqué el culo a esa perturbada! - responde Leonardo

- Pues ella siempre está diciendo que tú le tocaste el culo y que ibas de ella como una perra en celo – escribe Roberto.

- Pues mira, a ver si intentas contrastar un poco las cosas que te dicen, al menos pregúntame a mi – sentencia Leonardo.

- ¿Cómo? ¿No es verdad? - pregunta Roberto

- Pues no ¿tú crees que le voy a tocar el culo a una tipa como esa? Además, aunque quisiera tocárselo no podría ¿no ves que no tiene culo? Y es una tabla de planchar – escribe Leonardo.

- Pues yo pensé que te gustaba, siempre la mirabas en las clases – contesta Roberto.

- Pues no, miraba para la ventana, aunque ella se pensaba que la miraba, ya se sabe, siempre tan vanidosa… - escribe Leonardo

- Pero podías mirar a su compañera, que seguro que te gustaba más – bromea Roberto

- Yo no soy de esos – sentencia Leonardo.

En ese momento Roberto decidió no contestarle a Leonardo, dado el cariz que estaba tomando la conversación. Sabía que si seguía, le acabaría diciendo que le había dicho que estaba saliendo con Águeda y entonces se enfadaría de verdad.

Inmediatamente se lo cuenta a Águeda por Facebook. Ella contesta:

- Pues parece que esa tía es un poco tonta, mira que fiarse de Roberto…

- Tienes razón, la verdad, pienso que no me convenía – escribió Leonardo.

- Por suerte te diste cuenta ahora que no habías ni empezado con ella, si te enteras años más tarde tendrías un problema más gordo – contestó Águeda.

- Sí, mejor así, ésta me pilla hablando contigo y piensa que le pongo los cuernos y puede que hasta me denuncie por malos tratos – escribe Leonardo.

Mientras conversaban, Águeda se sintió aliviada. Ella quería a Leonardo, y ahora que ya no tenía a Andrea cerca estaba de nuevo totalmente disponible. Así que pensó en declararse, y pidió quedar de nuevo con él. Y Leonardo le dijo que en Semana Santa iríanal mayor parque de la ciudad.

Llega marzo, y la suspensión de empleo y sueldo al autobusero Gutiérrez finaliza, así que se reincorpora al trabajo.

A las dos semanas se encuentra con Leonardo. Estaba en la primera parada de la línea, dentro de su vehículo, a falta de dos minutos para iniciar el viaje y ve que llega Leonardo a la parada. Mientras espera, Gutiérrez saca su teléfono móvil y le hace una fotografía a Leonardo. Acto seguido abre la puerta del vehículo y Leonardo se sube.

Nada más iniciar el viaje, Gutiérrez se gira hacia donde está sentado Leonardo y le grita:

- ¡Tú ten cuidadito con lo que le dices a la empresa! ¿De acuerdo?

Leonardo hace como que no lo escucha. Gutiérrez sigue:

- ¿Te acuerdas? Soy el que denunciaste porque hablaba mal de ti…

- ¿Y no te llegó? ¿Quieres que te denuncie otra vez? - responde Leonardo, de forma cortante.

Gutiérrez ya no responde, pero, sin que nadie lo vea, dice entre dientes:

- ¡Maldito hijo de la gran puta! ¡Me las pagarás!

El viaje continúa con normalidad, Leonardo se baja en su parada y Gutiérrez continúa su viaje. Al llegar al final de la línea sube la fotografía al grupo de Facebook de conductores de la empresa. En él, Jorge le responde:

- ¿Tú no ves que te vas a meter en un lío? Que sepas que si se entera de que subes fotossuyas aquí te puede denunciar y se te va a caer el pelo. Y lo que es peor, vas a dañar nuestra imagen.

- El fulano este se dedica a vigilar lo que hacemos, y él es el responsable de que nos llamen al despacho por cosas que hacemos. Tenemos que acabar con él como sea – responde Gutiérrez.

- Mira, a mi en 30 años de servicio nunca me han sancionado, y es porque hago bien mi trabajo. Si te llamaron al despacho por algo sería, y si te suspendieron dos meses es que algo le habrías hecho. Déjalo en paz y pasa de él y no tendrás problemas – contesta Jorge.

Nadie del grupo se mete en la discusión.

Al llegar a casa Leonardo vuelve a mandar una queja a la compañía, contando lo sucedido.

A los pocos días, la queja llegó a manos del jefe de movimiento, que llamó a Gutiérrez al despacho. En esta ocasión, le dijo, con cara muy enfadada:

- Escucha, Gutiérrez, vuelvo a tener una sola queja de este viajero o de otro y estás despedido ¿te queda claro?

- Sí, señor – contesta Gutiérrez, con sumisión.

- Y como me entere de que haces algo ilegal con las fotos, no solo te pongo en la puta calle, es que te pongo un pleito ¿de acuerdo?

- Sí, señor – contesta Gutiérrez de nuevo.

Gutiérrez se fue del despacho enfadado y con ganas de vengarse de Leonardo.

Los exámenes llegan de nuevo, y Leonardo, como en las ocasiones anteriores, intenta hacerlo lo mejor posible. A la salida de uno de los exámenes, se encuentra con Tamara. No la ve muy feliz así que le pregunta:

- ¿Te salió bien el examen?

- No – contesta Tamara, desganada

- No te preocupes, que seguro que al final, como pasa muchas veces, se queda en nada.

Tamara se sintió mejor tras escuchar eso de boca de Leonardo. Tras decir eso, Leonardo le dijo:

- A mi me pasan cosas peores, Andrea me ha mandado a la mierda.

Tamara se sorprende al escuchar eso y pregunta:

- ¿Y eso?

- Pues gracias a que coincidió con un cucamonas de mi anterior clase que se la quería tirar, ella se enteró de que era mi compañero de clase, quiso saber más sobre mí, él le contó auténticas barbaridades, se las creyó, no me dejó dar réplica, me echó del Facebook y no quiere saber nada más de mi – contestó Leonardo.

Tamara se echó a reir

- ¿Qué te parece gracioso? - pregunta Leonardo, visiblemente molesto.

- La historia sí, y el hecho de que se crea a pies juntillas lo que le dice un compañero de clase sobre ti sin consultarte siquiera también. ¿Realmente piensas que te convenía estar al lado de alguien así? Esa te deja en cualquier momento por cualquier excusa – contestó Tamara.

Leonardo reflexionó un momento. Al final no tuvo más remedio que reconocer que Tamaratenía razón.

- Lo cierto es que tienes toda la razón del mundo, si acabara saliendo con ella me acabaría condenando – dijo Leonardo

- A veces pasa, las apariencias engañan – sentenció Tamara

- Pues será que el amor de mi vida no está en ella. Habrá que seguir buscando – contestóLeonardo.

- Yo de ti pensaría en esa chica de la que tanto me hablas, esa tal Águeda, si no tiene pareja igual es para ti, piensas demasiado en ella ¿no crees? - le dice Tamara, medio en broma, medio en serio.

Leonardo no pudo evitar una sonrisa pícara al escuchar eso.

- ¿En serio crees que ella es el amor de mi vida? - contestó Leonardo.

- Pues por esa sonrisilla lo parece, me parece a mi que te gusta – respondió Tamara, en tono de broma.

Ambos se rieron al escuchar eso, pero Leonardo se había dado cuenta que en el fondo le gustaba Águeda. Le parecía que era la chica que más conectaba con él en el fondo y que siempre estaba allí cuando lo necesitaba. Pero por otra parte tenía dudas sobre si ella eraconveniente para él, al fin y al cabo tampoco la conocía del todo y podría tener problemas con ella por cualquier cosa, así que tenía ocultos esos sentimientos en su interior, pero Tamara se los sacó y ya no podía disimular más.

Al acabar el trimestre ambos sacaron muy buenas notas en todas las asignaturas. Tamarase alegró especialmente, porque pensaba que aquel módulo no lo iba a aprobar, pero lo aprobó. Se acordó entonces de las palabras de Leonardo, fue como había dicho, no era para tanto. Mientras se iba del instituto, se lo encontró y se lo dijo. Leonardo le contestó:

- ¿Ves como tenía yo razón? Que pases unas felices vacaciones

- Igualmente – contestó Tamara con una sonrisa.

Durante las vacaciones de Semana Santa, Águeda y Leonardo volvieron a quedar, ambosfueron al mayor parque de la ciudad, y al volver cogieron un autobús.

Nada más acercarse a la parada, Leonardo comprobó con espanto que su conductor era Gutiérrez. Nada más darse cuenta, activó la grabadora del teléfono móvil.

Gutiérrez, al ver que Leonardo estaba en la parada intentó saltársela y dejarlo en tierra, en ese momento, Águeda se echó a correr detrás de él. Gutiérrez, al ver que Águeda corría detrás paró, después de recorrer 10 metros. Pensó que si se quejaba Leonardo podría excusarse en que no estaba en la parada, pero si dejaba a otra persona tirada sería complicado defenderse. Además, cualquier viajero se podía chivar. Abrió la puerta y se subieron los dos.

En el momento en el que sube Leonardo, Gutiérrez mira hacia él con cara seria. Leonardopasa el abono por el lector y en ese momento, Gutiérrez arranca de un tirón.

El autobús emprende su viaje, y Leonardo se sienta junto a Águeda, en los primeros asientos dobles del vehículo. Gutiérrez los ve e inmediatamente, aprovechando que el vehículo está parado en un semáforo ajusta el espejo retrovisor interior para que apunte hacia donde están sentados.

Mientras viajaban, Leonardo y Águeda estuvieron hablando distendidamente. En un momento dado Águeda le dice:

- ¿Sabes Leo? Llevaba mucho tiempo queriendo quedar contigo…

- ¿Y eso? - contesta Leonardo

- Es que creo que me he enamorado de ti. Siempre me apoyas en todo y estás a mi lado cuando lo necesito, realmente siempre soñé con encontrar a un hombre como tú.

Leonardo se queda atónito, él pensaba declararse a Águeda durante el verano, cuando seconfirmara si realmente lo que sentía hacia ella era amor o no. Pero lo que no se

esperaba es que se estuviera declarando ella a él. Y menos en un autobús conducido nada menos que por Gutiérrez, su enemigo. Tras unos segundos, Leonardo le dijo:

- Pues yo también sentía lo mismo por ti y estaba buscando el momento para decírtelo, pero veo que te has adelantado.

- Al momento ambos se besaron en los labios, y Gutiérrez, que lo estaba escuchando todo, ve la escena por el espejo retrovisor, y en ese momento mira hacia atrás y dice:

- Vosotros, la parejita, esto no es un club nocturno, así que si os queréis meter mano os vais fuera ¿de acuerdo?

Mientras dice eso, Gutiérrez no se da cuenta de que la fase del semáforo, que estaba verde, pasó a estar roja. Al darse cuenta ya se había encendido la luz verde del paso de peatones, y un señor de mediana edad, calvo y con gafas, empezó a cruzar, creyendo que como el autobús iba despacio iba a frenar.

Cuando Gutiérrez se quiso dar cuenta, el autobús estaba a centímetros del señor. Y en el momento en el que apretó el pedal del freno, el señor ya estaba tirado en el suelo.

En ese instante, cuando el vehículo ya estaba totalmente frenado, Gutiérrez abre la puertadelantera, se baja e intenta socorrer al señor. Nada más acercarse a él comprueba que tiene una herida importante en la cabeza y llama a una ambulancia y a la policía.

Mientras tanto, Gutiérrez saca el botiquín del vehículo y venda la herida del señor. Mientras lo hace piensa en una excusa para culpar a Leonardo de lo sucedido. Al final piensa en decirle que Leonardo le estaba insultando, que perdió los nervios y no se fijó enla luz del semáforo.

En unos minutos llegaron la ambulancia y la policía. Al llegar el vehículo de atestados, se baja un agente, y mientras la ambulancia atiende al señor y se lo lleva al hospital pregunta:

- ¿Qué ha sucedido aquí?

- Pues que este señor me estaba insultando, intentó tomar los mandos del vehículo, forcejeé con él y no pude evitar saltarme ese semáforo en rojo y atropellar a este señor – contestó Gutiérrez, señalando a Leonardo.

- Eso es falso, estaba sentado allí, mi novia me dio un beso y se giró para llamarme la atención y lo atropelló. Y lo tengo grabado – contestó Leonardo.

- A ver, déjeme escuchar esa grabación – dice el agente.

Leonardo coge el teléfono móvil. El agente le pide que ponga el altavoz. Leonardo lo activa y todos lo escuchan. Al acabar la grabación el agente pregunta:

- ¿Es esto lo que ha sucedido en el autobús?

- Sí – contestan varios de los viajeros.

- Y además el chico no le estaba metiendo mano a la chavala, simplemente le dio un beso

en la boca – dijo un señor mayor que viajaba en el autobús y que se estaba fijando especialmente en ellos, dado que le recordaba mucho a como se había declarado a su mujer.

Gutiérrez se quedó lívido. No sabía qué contestar a eso.

El policía pregunta a Leonardo:

- ¿Y usted por qué estaba grabando lo que sucede en el autobús?

- Pues porque el conductor se dedica a acosarme y a insultarme y quería obtener pruebaspara interponer una denuncia contra él – contesta Leonardo.

- ¿Usted tiene qué decir algo contra eso? - preguntó el policía a Gutiérrez.

- Pues que este señor se dedica a inventarse quejas y a vigilar a los conductores de la empresa. Se dedica a dar vueltas en los autobuses y a chivarse de lo que hacemos y dejamos de hacer – contesta Gutiérrez.

- ¿Es eso verdad? Pregunta el policía a Leonardo.

- Pues no, doy vueltas en los autobuses porque es la forma más económica de pasear porla ciudad sin cansarse y porque me gusta hacerlo. Soy autor de un libro llamado “La historia de los autobuses de Lamamala”, donde se cuenta toda la historia del transporte público en nuestra ciudad - contesta Leonardo.

- Así que es usted Leonardo García, el autor de ese libro. Lo he leído y está muy bien – contesta el policía.

- Pero este tipo trabaja para la empresa, de hecho tengo una fotografía suya de él en la sede de la empresa – contesta Gutiérrez.

Gutiérrez enseña la imagen al policía. Mientras tanto, Leonardo explica:

- Esa imagen me la sacaron hace algo más de tres años. Fue en un concurso de la empresa al que me presenté y gané el premio, que era un abono, que sostengo en la mano. Y hay alguien de mi instituto que se dedica a difundir la imagen para perjudicarme.

- ¿Tiene usted algo que decir? - preguntó el policía a Gutiérrez. Él no contestaba.

- Y además, este señor se dedica a sacarme fotos y a insultarme en un grupo de Facebook diciendo que me dedico a vigilar a los empleados de la empresa y cosas parecidas – sigue Leonardo.

El policía asiente con la cabeza y le dice a Gutiérrez:

- Usted será mejor que nos acompañe a comisaría

Gutiérrez estaba temblando, desconocía todo eso, y sabía que con este lío lo más probable era que acabara despedido. Por la radio interna de la empresa contaba lo sucedido y deciden que los viajeros continúen en el siguiente vehículo sin pagar nuevo billete. En él se suben Leonardo y Águeda.

Al continuar el viaje Águeda le dice a Leonardo:

- Estuviste genial, creo que al capullo ese se le va a caer el pelo y no lo vas a volver a ver nunca más.

- Eso espero, dudo mucho que en la empresa quieran a un tipo como él – contestó Leonardo.

- Pero lo que más me gusta es que has grabado nuestra declaración. Pásamela por Whatsapp, la conservaré toda mi vida – contestó Águeda.

Leonardo se la pasó, y ambos estuvieron comentando el asunto hasta el final del viaje.

Al día siguiente, el incidente se comentó en el Heraldo, diciendo que un conductor de la empresa municipal de autobuses fue detenido por causar un accidente mientras acosaba a una pareja, y que el viajero estaba grabando con su teléfono móvil dado que ya había tenido problemas con él y había intentado tomar represalias. Al final a Gutiérrez lo dejaronen libertad con cargos.

Al leer el periódico, el director de la compañía de autobuses entra en cólera, e inmediatamente pide que se persone Gutiérrez en cuanto pueda.

A las pocas horas se presentó en el despacho del director, y nada más entrar le dice, con una cara visiblemente enfadada:

- Así que acosando a viajeros… así que causaste un accidente… No te preocupes, ya no dejarás más a esta empresa por los suelos. Estás despedido. Ahora imprimo la carta y no te preocupes, el servicio que te tocaba hoy ya está cubierto.

Mientras firma la carta de despido, Gutiérrez siente ira, cree que es culpa de Leonardo. Lodice en el grupo de Whatsapp de la empresa, y Jorge le contesta:

- De eso nada, la culpa de que te hayan despedido es solo tuya, tú acosabas al viajero de forma voluntaria y tú eres responsable de lo que pase. Menuda vergüenza la que nos estás haciendo pasar. Esta mañana una señora me preguntó por lo del periódico y no sabía qué contestarle, y en el vehículo dijo que éramos unos sinvergüenzas y que desde que leyó la noticia tenía miedo al subirse a los autobuses ¿eres consciente del daño que nos has hecho?

Varios participantes aplauden la intervención de Jorge, pero uno dice:

- Sí, muy bonito todo, pero hay viajeros que se merecen que les den una lección, y seguroque si alguien le acosaba es porque se lo merecía.

- Pues ese viajero tiene ido muchas veces conmigo y nunca me ha hecho nada, y nadie se ha quejado de él. ¿No será que algo le habrá hecho? - contestó Jorge.

- ¿Y cómo sabes quién es? - pregunta su interlocutor.

- Pues porque Gutiérrez no tuvo mejor idea que hacerle fotos a escondidas y publicarlas en el grupo de conductores de Facebook, por eso yo y casi todos los compañeros

sabemos quién es, pregunté a muchos si realmente daba problemas y todos dijeron que no – contestó Jorge.

Su interlocutor ya no contestaba.

Al acabar las vacaciones de Semana Santa, la responsable de recursos humanos de TRL fue al instituto a dar una conferencia. Durante la misma, expuso las virtudes de la empresa, y que hacer prácticas allí podía ser garantía de conseguir empleo. Además, dejóclaro que la empresa basaba su política de contratación de empleados en la recomendación, y que si alguien pedía empleo y tenía compañeros suyos trabajando en laempresa, le preguntaban a ellos por el candidato.

Leonardo tuvo la tentación de levantar la mano en el turno de preguntas y preguntar la razón por la cual rechazaron a Águeda. Él sabía que la rechazaron porque Kevin y Diego hablaron mal de ella. Quería preguntar si esa fue la razón para rechazarla y si entonces, dado que con él iba a suceder lo mismo, sería una pérdida de tiempo pedir empleo allí. Pero luego decidió no hacerlo. Sabía que esa pregunta podía ser interpretada como una insolencia y entonces no tendría ninguna posibilidad de entrar allí.

Al día siguiente, mientras caminaba por la ciudad, pensó en hacer las prácticas allí. Sabía que si hacía prácticas eludiría la entrevista de trabajo y entonces Kevin y Diego no tendrían la oportunidad de hablar mal de él y que lo rechazaran. Y si hacía un buen trabajo, podía quedarse allí, y lo que es mejor, podía hacer que Águeda entrara en la empresa. Le escribió un Whatsapp y le contó el plan.

Al leer el mensaje, Águeda sintió alegría. Tras ser rechazada por TRL, estaba trabajando en el sistema informático de una asociación para discapacitados, con un contrato temporal de seis meses que estaba a punto de expirar. Así que cuando leyó el mensaje sintió esperanza. Así que ya habían concertado que Leonardo haría las prácticas allí.

Según avanza mayo, el curso llega al final, y con él, los últimos exámenes del ciclo. Leonardo estaba algo preocupado, porque en uno de los módulos tenía problemas, y podía acabar suspendiéndolo. Y eso suponía repetir el examen al mes siguiente. Y lo peores que si fracasaba en el segundo intento tendría que repetir el módulo al año siguiente. Yesa posibilidad aterraba a Leonardo.

Y llegaron los exámenes. Todos los pasó sin problemas salvo el último, que le había salido mal. Leonardo estaba enfadado consigo mismo, pensaba en que el esfuerzo que le había llevado aprobar los dos trimestres anteriores se podía quedar en nada por un examen. Los siguientes dos días se los pasó pensando en las posibilidades que tenía de aprobar o suspender.

Al tercer día ya no había clase, pero en un módulo se daba materia de ampliación. Tamara decidió quedarse. Y durante la clase, el profesor del módulo que Leonardo temía suspender colgó el archivo con las notas de los alumnos.

Tamara abrió el archivo y buscó su nombre. Aparecía como aprobada. Inmediatamente buscó el de Leonardo. El examen lo había suspendido con un 4, pero le hacía media con las demás evaluaciones y estaba aprobado con un 6. Es decir, que Leonardo estaba aprobado en todos los módulos.

Al darse cuenta, Tamara le envió un Whatsapp a Leonardo, pero quería comunicárselo de

una forma que se le quedara grabada en la mente durante bastante tiempo. Así que le envió el siguiente texto:

- Hola Leo, siento tener que decirte esto, pero has suspendido el examen.

Al leer el mensaje, Leonardo se deprimió. Pensó que sus peores augurios se confirmaban, que tendría que repetir el examen, que sufriría de nuevo, que seguramente suspendería de nuevo el examen. Tamara vio en su móvil que el doble check se había puesto azul, es decir, que Leonardo había leído el mensaje. Como no se lo contestaba, ella pensó que se estaría deprimiendo, así que, pasados unos minutos, ella decidió decirlela verdad,

Mientras tanto, los malos pensamientos de Leonardo se interrumpieron, había recibido otro mensaje.

El mensaje era de Tamara, antes de abrirlo pensó que sabía como se sentía y quería animarlo. Lo abrió y leyó lo que decía:

- Pero haces media con las dos evaluaciones y estás aprobado. Enhorabuena Leo.

En ese momento Leonardo no sabía qué contestar. Estaba enormemente aliviado y feliz, estaba aprobado, con buena nota y sin necesidad de repetir ningún examen. Prácticamente desde ese día estaba de vacaciones. Después de pensárselo un rato, contestó a Tamara:

- Serás cabrona, tú espera que te vea de nuevo, esta te la guardo.

- ¿Ya le confesaste lo que sentías a Águeda? - pregunta Tamara

- Pues sí, y desde hace un mes ya somos pareja – contesta Leonardo.

- Pues me alegro por ti, y espero la invitación a la boda – contesta Tamara, en tono de broma.

- Tú espera sentada – contesta Leonardo, de broma

Al acabar los exámenes Leonardo vuelve a verse con Águeda. En ese encuentro le comenta su idea sobre las prácticas. Durante esos días su tutor les había dicho que podían pedir empresa para hacer prácticas.

Águeda había ido a una empresa cercana a su casa, y ahora estaba en el paro, después de acabar su contrato temporal con la asociación. Leonardo sabía que si escogía esa empresa, lo más probable era acabar así.

Así que Águeda animó a Leonardo a ir a TRL. Al día siguiente, formalizó la solicitud.

A la semana siguiente, recibió la respuesta, esa empresa estaba controlada por diurno, y por lo tanto, si había algún alumno que quisiera ir a esa empresa, aunque su nota fuese muy inferior a la suya, tendría prioridad.

Leonardo se temía lo peor, puesto que el tutor de diurno era Onésimo que lo despreció y dijo que se merecía que lo acosaran. Si se enteraba de que quería ir a esa empresa, sería

capaz de sabotearlo de cualquier manera.

Se lo contó a Águeda, y ella pensaba lo mismo. Sabía que esa empresa era apetecible para casi cualquier alumno y seguramente alguno iba a ir allí. En ese caso, a Leonardo le podría tocar cualquier empresa.

Leonardo se sintió fracasado, una idea tan buena y ya tenía problemas al inicio.

Al acabar el curso, Tamara le preguntó a Leonardo sobre donde haría las prácticas. Ella no las iba a hacer, puesto que comenzaba a trabajar en agosto, para una empresa de reparación de equipos informáticos situada al norte de la ciudad. Ella desconocía la empresa a la que iba a ir Leonardo, y él le explicó todo el plan. Cuando acabó de explicar el asunto, ella dijo:

- Pues es una gran idea, igual tienes suerte, aunque convencer a una empresa para admitir a un candidato previamente rechazado es muy difícil. Realmente vas a tener que demostrar mucho.

- Pues lo haré, primero por Águeda, porque no se merecía que la rechazaran, segundo, para joder a Kevin y a Diego, seguro que nada les jode más que vernos a nosotros dos trabajando en esa empresa. Y luego por mi, porque si consigo hacer eso probablemente sea lo mejor que haya hecho en mi vida, incluso mejor que escribir el libro – dijo Leonardo.

Pero sabía que efectivamente, el plan era difícil.

Unos días después, un día en el que no podía ir con Águeda, decidió volver a dar una vuelta en los autobuses. Al llegar la noche, mientras volvía a casa, se volvió a encontrar a Andrea. Leonardo la vio en la parada y decidió hacer como que no la conocía.

Pero Andrea se dio cuenta y se acercó a él y se sentó a su lado. Nada más sentarse le preguntó:

- ¿Donde está tu novia?

- ¿A ti qué te importa? - contestó Leonardo, de forma brusca.

- ¿Te ha dejado? Menuda pena, tú que querías salir conmigo para darle celos a tu Tamara… - dijo Andrea

- Pues no, en realidad estoy saliendo con Águeda desde hace un mes, gracias a que tú me mandaste a la mierda – sentenció Leonardo.

Andrea mira con cara de circunstancias, y acto seguido Leonardo le pregunta:

- ¿Y tú como conoces a Tamara si no te hablé nunca de ella?

- Pues porque me lo dijo un pajarito, que estabas saliendo con ella, y con otra chica llamada Águeda y que le tocabas el culo a otra llamada Lorena – contestó Andrea.

- Pues el pajarito te ha mentido. Yo no he salido con Águeda hasta hace un mes, y nunca salí con Tamara, y a Lorena nunca le toqué el culo. Eso es todo mentira. Y podría salir

contigo si no me hubieras rechazado. Pero bueno, gracias a Roberto descubrí una faceta tuya que no me gusta nada y ya no quiero saber nada más de ti. Una pena – sentenció Leonardo.

- Pues tú a mi tampoco me gusta como eres, aunque todo eso sea mentira. Eres un chuleta y un sinvergüenza – le increpó Andrea.

Leonardo vio que su parada estaba próxima y se fue hacia la puerta del vehículo para salir.

Al llegar a casa, se conectó a Facebook y le pidió explicaciones a Roberto, y él le contestó:

- Sí, dije todo eso, es que esa chica estaba colada por ti, siempre me preguntaba cosas sobre ti, y a mi me gustaba. Y le tuve que decir todo eso. Y ahora estoy saliendo con ella.

- Pues mira, que os vaya bonito, sois tal para cual. Pero tú no vuelvas a dirigirme la palabra, no me junto con mentirosos como tú – contestó Leonardo.

Al decir eso, Leonardo fue a las opciones de bloqueo de Facebook y bloqueó a Roberto. En ese momento sintió una sensación de asco e impotencia. Pero le dio igual. Ya estaba con Águeda y esas cosas ya le importaban poco.

En agosto, al abrir Facebook, Leonardo se llevó una sorpresa. Tenía una petición de amistad de un tal Samuel Martínez. Leonardo reconoció el nombre enseguida, era un investigador que estudió los nombres de las calles de la ciudad, y que llamó la atención de los medios dado que tenía poco más de 20 años cuando le publicaron su primer libro. Leonardo se empezó a interesar por la historia de la ciudad gracias a que hace años sus padres le regalaron uno de sus libros. Desde entonces no hacía otra cosa más que leer sobre el tema.

Samuel le dijo que había leído su libro y que estaba impresionado por lo que sabía. Además le había sorprendido que publicara su libro a la misma edad a la él publicó su primer trabajo. Así que Samuel quería conocer a Leonardo.

Leonardo se quedó boquiabierto cuando leyó el mensaje. Había impresionado a su escritor favorito hasta el punto de que quería conocerlo. Cuando abandonó el estado de estupefacción, Leonardo contestó el mensaje y concertaron una cita, en el centro de la ciudad.

Inmediatamente, Leonardo le escribió un mensaje a Águeda contándole lo sucedido. Ella le contestó:

- Querrá que le firmes un ejemplar, lleva los ejemplares de sus libros que tienes en tu casa y un bolígrafo.

- Pues los llevaré, y no te preocupes que ya te lo presentaré – contestó Leonardo.

A los pocos días se vieron en el lugar acordado. Samuel tenía 29 años y se empezó a interesar por los nombres de las calles y lugares desde pequeño. Y cuando tenía 18 años quiso saber el por qué las calles y los barrios tenían ese nombre y no otro. Así que decidiópreguntar a las personas mayores sobre su origen, y todos esos datos los extrajo en

varios libros, distribuidos por zonas. Samuel vestía acorde a la época, es decir, con camiseta y pantalón corto, y lucía una poblada barba.

Durante un par de horas hablaron de muchas cosas técnicas, Leonardo acabó contento por el encuentro, aprendió muchas cosas y quería saber más, así que quedaron en verse más veces. Samuel también estaba contento, había conocido a alguien que tenía los mismos intereses que él.

Cuarta parte

Llega septiembre, y mientras Leonardo daba uno de sus habituales paseos en los autobuses, recibe una llamada. Es su tutora del instituto, y le llamaba para decirle que TRL estaba interesada en tenerlo como alumno en prácticas. Querían una entrevista previa con él, sobre todo para conocerlo. Concertaron la cita y Leonardo les mandó un mensaje tanto a Tamara como a Águeda.

Cuando Tamara leyó el mensaje se alegró por él, era lo que quería y sabía que había bastantes posibilidades de quedarse trabajando allí, y Águeda se alegró mucho, el plan seestaba cumpliendo y Leonardo había entrado allí. Al cabo de unos días cenaron juntos y se amaron como nunca antes lo habían hecho.

Llegó el día de la reunión. Se presentó con la tutora. Unos momentos después, llegó el gerente de la empresa. Se llamaba Emilio, era de mediana edad, bajo y con el pelo canoso, llevaba 10 años en la empresa y había entrado en prácticas, fue contratado y ascendió por su valía y por su trabajo. Ahora era el tutor de Leonardo.

Emilio le enseñó los departamentos de la empresa. Al pasar la entrada, había una sala donde se sentaban los jefes, pasando esa sala habían varias oficinas llenas de ordenadores y gente trabajando. Al acabar el pasillo se situaban los baños, el comedor, y un pasillo donde se situaban varias máquinas expendedoras. Y al finalizar este pasillo, se ubican otras dos salas ocupadas por ordenadores, cada uno asignado a una persona. En la última de estas salas se acababa la nave de la empresa. Ahí se ubicaba la salida de emergencia.

Al acabar el recorrido, fueron hacia el comedor, y allí prosiguió la reunión. En ella se acordaron las fechas de inicio, se firmó el convenio con el instituto y se le explicaron ciertos detalles a Leonardo. Se le dijo su horario, que sería de 9 a 18:30 de lunes a juevesy de 9 a 15 los viernes. De lunes a jueves había una hora para comer, y para ello estaba el comedor. Los empleados de la empresa comían de tapper, aunque algunos se iban a un restaurante cercano.

También se le recordó que es una gran empresa, con 500 empleados, y que para las vacantes se solía recurrir a los alumnos en prácticas para cubrirlas, y Emilio le dijo que él llegó así a la empresa.

Lo que vio le gustó, sabía que podía ser la empresa de su vida, y mientras volvía a casa, le mandó un mensaje a Águeda y a Tamara sobre lo que había visto.

La primera en contestar fue Tamara, le dijo:

- Pues muchas felicidades, Leo, me alegro de que puedas entrar, es una gran empresa, y seguro que te lo vas a pasar bien

- No te preocupes, el convenio ya está firmado y estoy blindado. Además no los he visto – contesta Leonardo.

- Pues mucha suerte, te deseo lo mejor y a ver si consigues quedarte – responde Tamara.

Posteriormente respondió Águeda, ella le dijo:

- Felicidades, Leo, espero que te vaya genial y a ver si puedes conseguir que me cojan.

- Sobre eso último no te puedo prometer resultados, puesto que no depende de mi, pero te puedo prometer que lo voy a intentar – sentencia Leonardo.

- Pues ojalá lo consigas, lo que más deseo en trabajar a tu lado – respondió Águeda.

En la primera semana de octubre, Leonardo entró a trabajar en TRL. Allí comprobó que nosolo estaban Kevin y Diego, también Alfonso y Lorenzo. Enseguida Leonardo se dio cuenta de que la misión era más difícil de lo que pensaba.

En los primeros días Leonardo fue recibiendo la formación necesaria para desempeñar el puesto. Iba a realizar informes de las averías que gestionaba la empresa, es decir, se iba a encargar de la documentación de las incidencias. El instructor, Pedro, le dijo que si lo hacía bien lo más seguro es que se quedara en la empresa, debido a que necesitaban contratar a gente para ese departamento.

En la empresa también se encontró a Adrián. Leonardo lo saludó, pero él no le contestó. Al poco rato se lo encontró delante de las máquinas expendedoras charlando animadamente con Kevin. Leonardo no daba crédito. Tanto como se odiaban y ahora resulta que son tan amigos.

Cuando Kevin se encontró con Leonardo, se acercó hacia él con rostro amenazante y le dijo:

- ¿Y tú qué haces aquí?

Leonardo, al verlo, dio media vuelta e hizo como si no le hubiera escuchado. Mientras tanto pensaba:

- Espero que estos hijos de puta no me la jueguen, porque como lo hagan… a la mínima me quejo a los superiores.

Según pasaban los días, ninguno de los cinco compañeros de clase saludaba a Leonardo,cuando se cruzaba con ellos ni siquiera se miraban. Existía un odio mutuo, pero realmente no entendía la actitud de Adrián. Ambos se llevaban bien en aquel curso, pero ahora parecía que lo odiaba.

Ese día al llegar a casa le contó lo sucedido a José a través de Facebook. Cuando se lo contó José respondió:

- ¿Seguro? No me lo creo, Adrián es un buen tío, nunca haría algo así. Y realmente no soporta a Kevin.

- Pues te digo que es amigo suyo y no me quiere ni ver – contestó Leonardo.

- Me extraña, parece como si estuviera ocultando algo – respondió José.

Luego hablaron de otros temas hasta que se despidieron. Inmediatamente le mandó un mensaje a Tamara con lo que había sucedido. Al leer su mensaje Tamara reaccionó con sorpresa. Pensaba que algo pasaba por detrás y no lo sabía, posteriormente le contestó:

- No te preocupes, tú pasa de él y vete a lo tuyo, con esa actitud te está demostrando que no es un amigo de verdad.

- Tú nunca me harías eso ¿verdad? - contestó Leonardo, medio en broma, medio en serio.

- No te preocupes, a mi no me importa lo que piensen los demás, realmente vales la pena como persona. Ojalá hubiera más gente como tú – contestó Tamara.

Al leer eso, Leonardo sintió alegría, pensaba que ella nunca le iba a fallar. Luego escribió:

- Muchas gracias, yo también te aprecio mucho, de verdad.

Luego siguieron hablando de otras cosas, mientras tanto, le mandó un mensaje a Águeda,como hacía casi todos los días, en él le dijo lo que había sucedido con Adrián.

Águeda sentía cierta preocupación por Leonardo, ella no pensaba que hubiera tantos de sus enemigos en aquella clase ni que Adrián pasara a ser uno de ellos. Pero Leonardo le quitaba importancia, y le dijo esta frase:

- Cuanto más difícil sea, mejor sabrá nuestra victoria.

A Águeda le hacía gracia la frase, cuando conoció a Leonardo no tenía esa determinación, ella pensaba que era gracias al libro que escribió, dado que según iba teniendo cada vez más éxito, notaba que cada vez era más decidido. Y eso a ella le encantaba.

Al tercer día tras la llegada de Leonardo a TRL, Naira, la responsable de recursos humanos de la empresa escribió en Google “Leonardo García Ortega”. Era lo que hacía cuando llegaban nuevas incorporaciones a la empresa, investigaba sobre su vida para conocer en detalle a los empleados y si realmente son convenientes para la empresa.

Al acabar la búsqueda, encontró decenas de resultados del libro que había escrito hace meses. Fue leyendo los artículos y quedó impresionada. Cuando leyó el octavo, llamó a Pedro a su despacho.

Pedro se presenta al cabo de quince minutos, al llegar, Naira le dice, mientras le enseña la pantalla del ordenador con uno de los artículos:

- Mira a quién tienes a tu cargo, este chaval ha escrito un libro sobre la historia de los autobuses urbanos ¿cómo lo ves?

Pedro se piensa la respuesta mientras lee el artículo, y al acabar contesta:

- Pues me parece genial, la verdad, creo que es un orgullo para la empresa contar con alguien así.

- Yo también pienso lo mismo – contestó Naira – y creo que este chico debería quedarse con nosotros. Así que haz lo que te sea posible para que esté contento y quiera trabajar aquí – añadió.

Al día siguiente, antes de que Leonardo se fuera a comer, Pedro le preguntó:

- ¿Cómo van las ventas del libro?

A Leonardo se le cambió la cara cuando escuchó la pregunta. Unos segundos después, lepreguntó:

- ¿Y cómo sabes eso?

- Aquí se sabe todo – contestó Pedro, dando a entender la razón de por qué conoce esa información.

Posteriormente, Pedro le preguntó detalles sobre el libro, y Leonardo los contestó a todos,sin saber si lo preguntaba porque tenía interés en el tema, por ganarse su confianza o porhacerle pruebas.

Leonardo pensó en ello todo el día, y al día siguiente, antes de acabar la jornada le preguntó de nuevo:

- ¿Sabes lo del libro porque te lo dijo la responsable de recursos humanos o porque te lo dijo algún empleado?

- Sí, me lo dijo Naira, la responsable de recursos humanos, buscó tu nombre en Google y se lo encontró.

Leonardo se quedó más tranquilo, tras la primera semana sabía que sus enemigos no habían intentado nada contra él, y que los jefes de la empresa ya conocían esa faceta suya y no podrían contaminar su imagen con infundios o rumores.

Tras la primera semana, Leonardo tenía una mezcla de sentimientos. Por una parte estaba contento, parecía que su trabajo iba a ser relativamente fácil y que podría quedarse con el puesto. Estaba decidido en colocar a Águeda en la empresa, y para ello tenía que convencer a los jefes de que se merecía el puesto. Y esa era la principal razón por la que estaba algo nervioso. Sabía que si fallaba su futuro quedaría en el aire, y además sabía que tenía más enemigos en la empresa de lo que pensaba, lo que dificultaba la misión.

Ese fin de semana lo iba a pasar con Tamara, se iban a ir de excursión a la montaña, aprovechando que ambos tenían el fin de semana libre.

Durante la excursión, Leonardo notaba que Tamara estaba preocupada, pero cuando Leonardo le preguntaba, ella no quería contestar. Después de insistir varias veces al final le contó lo que pasaba:

- Sucede que en mi empresa van a echar a la mitad de la plantilla, y yo soy candidata segura para irme a la calle.

- ¿Y eso? - preguntó Leonardo, extrañado.

- Es que un día le dije al jefe que era un cabrón porque me quiso tocar el culo – contestó Tamara.

- ¿Cómo? - preguntó Leonardo, en voz alta.

- Pues sí, ese tipo es un cabrón, y como soy la única chica que trabaja en la empresa se dedica a acosarme y a decirme cosas como que si trabajara tan bien como me vestía le iría mucho mejor a la empresa – contestó Tamara, compungida.

- ¿En serio? Yo pensé que te iba todo bien… - dijo Leonardo, cada vez más sorprendido.

- Pues sí, y llevo aguantando desde que llegué, hace más de dos meses, porque las oportunidades escasean y mis padres piensan que soy una holgazana – contestó Tamara,cada vez más triste.

- Vete de esa empresa ya, mejor aún, haz que te despidan – sentenció Leonardo.

- ¿Y como quieres que me echen? Es un trabajo… - contestó Tamara.

- ¿No dices que te van a echar? Pues puedes dar el trabajo por perdido. Y aunque no te echaran es igual, más pronto que tarde estarás hasta los cojones y te acabarás yendo. Enmi empresa no pasan esas cosas y te prometo que haré lo posible para que te contraten –dijo Leonardo.

- Muchas gracias, realmente tú sí que sabes lo que siento, tú pasaste por algo quizás peor, aquí por lo menos los compañeros te respetan, en tu antigua clase ni eso… - contestó Tamara, mientras abrazaba a Leonardo.

- En esta vida hay cosas que no se pueden aguantar, y un trabajo así es insoportable. Tú te mereces mucho más y espero poder dártelo. Mañana, cuando tu jefe te suelte alguna frase subida de tono le pegas una bofetada que le deje los cinco dedos marcados en la cara – sentenció Leonardo.

Tamara sonrió. Durante todo el fin de semana estuvieron hablando de lo que tuvieron que aguantar y se rieron de todos sus enemigos.

Al pasar dos semanas, Leonardo comenzó a trabajar de forma autónoma en la empresa. En los primeros días tenía dificultades con algunos detalles del oficio, pero con el paso deltiempo mejoraba su manejo.

Diego se dio cuenta de que lo más probable es que lo acabaran contratando. Así que se reunió con Alfonso, Lorenzo, Kevin y Adrián y les dijo:

- ¿Os habéis dado cuenta de que Leonardo está gustando demasiado a los jefes? Ya se habla de que lo van a contratar seguro.

- Pues tenemos que impedirlo como sea – sentenció Kevin.

- Es que nuestros jefes son unos imbéciles, no se dan cuenta de que este tipo es un completo inútil y un idiota. Tenemos que demostrárselo – dijo Alfonso.

- ¿Y cómo lo vamos a hacer? - preguntó Adrián.

- Pues vamos a dejarlo en evidencia donde más le duele, diciéndole a sus compañeros la clase de persona que es y enfadarlo hasta que consigamos que lo echen – dijo Kevin.

- Pues a eso vamos – dijo Diego.

Ese día, después de la hora de comer, Leonardo se sentó delante de su equipo como todos los días dispuesto a hacer su trabajo. Diego se acercó por detrás y le preguntó:

- ¿Mucho trabajo hoy, Leonardo?

- Pues sí, pero podías hacérmelo tú, como hacías con los exámenes de la Lore… - contestó Leonardo.

Diego se quedó perplejo al escuchar eso. En ese estado le preguntó a Leonardo:

- ¿Cómo sabes eso?

- Me lo ha contado Cojoncio, y me ha dicho que tú no hablas muy bien de mi a mis espaldas. ¿No te da vergüenza? - contestó Leonardo, mirando fijamente a Diego.

- Pero Cojoncio también raja de ti que da gusto… - sentenció Diego.

- Ya lo descubrí, pero con eso me demuestras que en eso decía la verdad – contestó Leonardo.

- ¿Y cómo lo sabes? - preguntó Diego

- Pues porque ya lo confesó él – contestó Leonardo.

- Eso te lo ha dicho tu Águeda, que ya lo sabemos todos… - dijo Diego.

- ¿Mi Águeda? Para empezar, nunca ha sido mía ni de nadie ¿acaso piensas que las personas tienen dueño? pero bueno, eso a vosotros os da igual, y cuando repetí curso perdí el contacto con ella. Pero eso a ti no te importa – contestó Leonardo, mintiendo.

- A mí me ha dicho un pajarito que estabas saliendo con Águeda – dijo Diego

- Pues te equivocas, tu pandilla y tú lo único que hacéis es criticar por criticar. A ver si os arrepentís de lo que hacéis y utilizáis vuestro talento para algo útil, si es que valéis para algo – dijo Leonardo, comenzando a subir el tono y mostrando enfado.

Todos los demás compañeros de la sala se empezaban a reír por lo bajo y Diego se tuvo que ir. Y se fue con la sensación de que Leonardo ya no era el mismo de antes, que ahorapodía ser hasta peligroso. Enseguida se encontró con Kevin y Adrián y les dijo:

- Yo mejor me aparto de este tipo, nos odia a muerte y si nos puede hacer algo nos lo hace. Además se acuerda de todo y le contaron lo que hacíamos en clase.

- Pues mejor lo dejamos en paz, no sea que nos acaben echando a nosotros – dijo Kevin.

En el puesto de Leonardo se recibían llamadas de otros compañeros para la resolución deincidencias, Lorenzo sabía eso y decidió utilizarlo contra él.

Un día decidió llamarlo y ridiculizarlo. Para ello fingió ser el jefe y le ordenó que ejecutara en su equipo un programa que habían dejado en la carpeta común de la empresa. Le dijo

que era un programa que sustituía a los anteriores y varios de sus compañeros ya lo estaban usando.

Dicha carpeta había sido creada previamente por Lorenzo y contenía un malware que simulaba ser un antivirus que trataba los documentos y programas de la empresa como virus y los destruía. Leonardo arrancó el programa y dejó que se ejecutara. En ese momento Lorenzo cortó la llamada.

Pero Leonardo supo al rato de ejecutarlo que eso no era un programa de trabajo, más bien era malware, enseguida observó que el programa sacaba pantallas diciendo que el equipo estaba infectado con decenas de virus y daba la opción de destruirlos. Leonardo observó que en la lista de virus se incluían todos los programas que utilizaba habitualmente y enseguida se dio cuenta que el programa era un antivirus falso. Cuando Leonardo se dio cuenta lo desinstaló y pudo quitarlo del equipo, y se percató que el virus era nuevo, dado que el antivirus se actualiza cada semana y esa variante no la detectó. Posteriormente se lo dijo a su coordinador, y éste le preguntó:

- ¿Cómo que un virus? ¿Pero tú donde estás entrando?

- Aquí, en la carpeta común – contestó Leonardo.

Leonardo enseñó la carpeta, aún seguía estando allí con el programa, el supervisor lo ve e intenta comprobar las propiedades para ver de dónde había salido, puesto que no le sonaba de nada. Pero al intentar hacer click con el botón derecho del ratón, el malware desapareció.

El supervisor, extrañado ante lo que había visto, intentó ver la carpeta, pero también habíadesaparecido, así que comprobó la extensión desde donde se había recibido la llamada. Inmediatamente se dio cuenta de que era de otro departamento. Y le dijo a Leonardo:

- Este tipo no es jefe de la empresa ni de coña, se trata de algún imbécil que se piensa que es gracioso, no te preocupes que ahora damos con él.

Leonardo se queda extrañado ¿por qué le harían una cosa de este tipo a él? ¿será una novatada? ¿o tendrían algo que ver sus enemigos?

A la tarde se descubrió el responsable. La llamada salió del teléfono de Lorenzo, y como estaba en su puesto de trabajo en ese momento, se le hizo responsable del incidente.

Al día siguiente fue llamado al despacho de Naira, y ésta le dijo:

- Lo que has hecho es muy grave, utilizar los instrumentos de la empresa para gastar bromas de mal gusto y vulnerar la seguridad de la empresa es motivo de despido ¿lo sabes?

- Lo sé, pero es que ese tipo se dedica a amenazarme y a decir que soy un sinvergüenza.Y no soy el único, Kevin también dice lo mismo y Diego también – contestó Lorenzo.

- Si eso es verdad no te preocupes que tomaré medidas, pero eso no justifica lo que hiciste. Quedas despedido, a partir de mañana dejas de trabajar para nosotros.

- De acuerdo – contestó Lorenzo.

- Y lo peor es que has puesto en peligro la red de la empresa ¿se puede saber en qué estabas pensando? ¿y si Leonardo no se da cuenta antes de que era un virus? - preguntóNaira, subiendo el tono.

Lorenzo no contestó a esa pregunta.

- Pues ahora vuelve al trabajo, pero mañana ya no vengas por aquí, cuando acabe la jornada te doy la carta y los papeles – remató Naira

En la hora de la comida habló con Diego, Alfonso, Kevin y Adrián. Allí les contó lo que sucedió y les hizo la siguiente proposición:

- Mirad, si nos ponemos de acuerdo podemos conseguir que echen a ese imbécil. Si decimos todos que nos pega y nos insulta constantemente lo largan fijo.

- Mira, Lorenzo, ¿eres gilipollas o te lo haces? Con lo que has hecho lo más probable es que nos echen a todos antes que a él ¿eres consciente de que le van a creer a él antes que a nosotros? - le dijo Kevin.

- Ten en cuenta que Leonardo viene a la carga contra nosotros, le has dado la excusa perfecta para que te echen a ti y puede que a nosotros – dijo Diego.

- Y sobre todo, a ti ya te han echado, así que menudo favor te has hecho – le espetó Adrián.

Al día siguiente, Leonardo fue llamado al despacho de Naira. Al llegar, se sentó y ella le dijo:

- Bien, te he llamado al despacho porque tengo quejas de cinco compañeros diciendo queles insultas y les gritas.

Leonardo se quedó sorprendido. Inmediatamente pensó en que aquello era una estrategiade sus enemigos para que lo echen. A los pocos segundos contestó:

- Ya sé quienes son, fueron compañeros míos en el instituto y se dedicaban a hacerme la vida imposible. Y ahora me los he encontrado aquí. Pero por ahora no tuve problemas conellos.

- Pues ellos se han quejado de ti ¿qué te hacían? - preguntó Naira.

- Se dedicaban a insultarme por la espalda, a manipular mi equipo, a manipular a los demás contra mi e hicieron que una chica de la clase se inventara que le había tocado el culo – contestó Leonardo.

- ¿Y por qué crees que hacían eso? - preguntó Naira.

- Seguramente por cuestión de ideologías, varios de ellos son de extrema izquierda, y yo soy conservador, y uno me dijo que me molestaba porque “no podía soportar mis ideas racistas, xenófobas y ultrafascistas” - contestó Leonardo.

- Escucha, yo te creo, tuve que aguantar a elementos como estos cuando estudiaba. Les

hacía gracia mi nombre, dado que no era muy común y cuando entré en este puesto en laempresa me dije que jamás iba a tolerar este tipo de actitudes aquí. No te preocupes, te prometo que no te van a molestar más – dijo Naira.

- ¿Puedo hacer una pregunta? - preguntó Leonardo.

- Sí, por supuesto – contestó Naira.

- Hace un año una compañera mía, Águeda Pérez, fue a pedir trabajo aquí, pero se lo denegaron, según me explicó, porque sus compañeros hablaban mal de ella ¿es verdad eso? - preguntó Leonardo.

- ¿Es amiga tuya? - preguntó Naira.

- Sí, bueno, de hecho es mi pareja, y cuando abandoné esa clase fueron a por ella, con la colaboración de un profesor – contestó Leonardo.

- Creo que ya sé de quién me hablas, efectivamente, el año pasado vino una chica de tu instituto a pedir trabajo aquí, pregunté a sus compañeros como era y todos me hablaron mal de ella, y por eso no la contraté, pensaba que iba a traer problemas a esta empresa, pero ya veo que los que traen los problemas aquí son ellos. No te preocupes, tomaré medidas al respecto – afirmó Naira.

- Muchas gracias por escucharme – agradeció Leonardo.

Cuando Leonardo se fue del despacho, Naira fue a buscar la ficha de Águeda Pérez. Insertó el nombre en el cuadro de búsqueda del programa y enseguida la encontró. La abrió y vio de quién se trataba. Cuando leyó todos los datos se dijo a si misma:

- Efectivamente, esta es la chica de la que me habló Leonardo. Voy a llamarla a ver si aúnquiere venir con nosotros.

Inmediatamente descolgó el teléfono y marcó el número que había en la ficha. Le contestó al rato y ella le dijo:

- Hola Águeda, somos de Telecomunicaciones Reunidas de Lamamala, hemos decidido que estamos interesados en contratarte, nos ha quedado libre un puesto idóneo para tu perfil ¿Puedes venir el viernes a las diez de la mañana a la sede de la empresa para firmar el contrato?

Águeda se quedó sorprendida de la llamada, sin pensar contestó:

- Sí, por supuesto.

- Pues quedamos a esa hora entonces – acabó Naira.

Al acabar la llamada Águeda se puso a dar saltos de alegría. Pensó que era cosa de Leonardo y no sabía como agradecérselo. Mientras tanto, la responsable de recursos humanos imprimió dos copias del contrato con el nombre de Águeda e imprimió una carta de despido para Kevin.

El viernes a las diez, Águeda apareció en la sede de TRL, con una sonrisa de oreja a

oreja. En recepción le dirigieron al despacho de Naira y llamó a la puerta. Al abrir la puerta, Naira se levantó y le dijo a Águeda:

- Adelante, toma asiento y hablamos.

Águeda se sentó, y Naira le dijo:

- Bien, tengo aquí el contrato, léelo por favor.

Águeda se lo leyó, y Naira le dijo:

- No te habíamos llamado antes porque no teníamos ningún puesto idóneo para ti, pero el lunes voy a despedir a uno de los responsables porque se dedicaba a acosar a tu pareja, Leonardo, y él me dijo que aún estabas interesada en el puesto. Por eso he decidido contratarte a ti.

- ¿Y donde trabaja Leonardo? - preguntó Águeda.

- Está de prácticas en la sección de informes, pero no te preocupes, tengo un puesto reservado para él, en tu mismo departamento. Necesitamos gente y Leonardo está trabajando muy bien. Cuando acabe con las prácticas lo incorporaremos para allí.

- Muchas gracias ¿puedo pasar a saludarlo? - preguntó Águeda.

- Ahora no, pero si esperas un rato, a las once suele tomar el descanso de diez minutos – contestó Naira.

- Vale, gracias, y una pregunta ¿vais a despedir a los que molestaban a Leonardo? - preguntó Águeda.

- Pues sí, a todos, a Kevin, a Diego, a Adrián y a Alfonso, según vayamos teniendo vacantes para cubrirlos. A Lorenzo ya lo he despedido, puesto que realmente teníamos planes para echar a una persona de ese departamento porque había poco movimiento. Túocuparás el puesto de Kevin, y hoy mismo le daré la carta de despido. No te preocupes, no te van a molestar a ti, Leonardo me lo contó todo. Estos cinco se dedicaban a perturbar su trabajo utilizando los medios de la empresa y esto aquí no se va a consentir. Cuando estudiaba yo también tuve que aguantar a gente como ésta y decidí que este tipo de actitudes no las iba a tolerar aquí – dijo Naira.

- Me alegro de que sea así. El lunes empiezo a trabajar a las nueve ¿no? - preguntó Águeda.

- Sí, ahora te enseño el puesto que vas a ocupar – dijo Naira.

Ambos se fueron a la sala del fondo y Águeda vio la sala donde iba a trabajar.

- Tú ocuparás el puesto de Kevin. El lunes te daremos la formación que necesitas para hacer tus funciones – dijo Naira.

Águeda salió del despacho, metió una moneda en una máquina expendedora y se tomó un café mientras esperaba que fueran las once. Mientras tanto pensaba en su futuro en laempresa, lo que le esperaba y lo feliz que podía ser, y sobre todo pensó en Leonardo, en

lo agradecida que estaba con él, en lo que había supuesto conocerlo y en que le había devuelto lo que le quitaron el resto de compañeros.

Mientras tanto, Naira llamó a Kevin. Al llegar al despacho le dijo:

- Te he llamado para informarte de que estás despedido. A partir del lunes tu puesto lo ocupará otra persona.

- ¿Y esto a qué se debe? - preguntó Kevin, enormemente sorprendido.

- Pues a que yo no quiero acosadores en la empresa, y desde luego, lo que le hiciste a Leonardo cuando estabas en el instituto no tiene nombre. Así que nos vemos obligados a rescindir el contrato, dado que la gente con estas actitudes no son bienvenidas en esta empresa. Aquí tienes la carta y ya ingresé en tu cuenta la indemnización y el finiquito – sentenció Naira.

Kevin se quedó estupefacto. De repente, sin anestesia previa, se había quedado sin empleo. Mientras Naira guardaba su copia de la carta de despido Kevin dijo:

- Pues os vais a arrepentir de haberme despedido. Os acabaréis dando cuenta de que Leonardo es un impresentable y un inútil y acabaréis volviendo a pedirme que vuelva – dijo Kevin, alzando la voz.

- Yo no he dicho que tu puesto lo vaya a ocupar Leonardo. Además, él está de prácticas hasta diciembre y no sabemos si lo queremos en la empresa o no, eso suponiendo que él quiera quedarse – contestó Naira, con voz sentenciadora.

- ¿Y quién lo va a ocupar? - preguntó Kevin.

- Una chica que lleva meses queriendo acceder a la empresa y que tiene un perfil parecido al tuyo. Al principio la rechacé, pero viendo que te dedicas a acosar al que no te cae bien pues me veo obligado a reemplazarte. Igual en tu instituto consentían ese tipo decosas, pero aquí por supuesto que no – sentenció Naira.

Al abandonar el despacho Kevin se fue a su puesto de trabajo y les dijo a sus compañeros:

- ¿Sabéis? Me han echado de la empresa, todo por culpa de un hijo de puta que está en prácticas, que se dedica a inventarse que le acoso y demás tonterías. Un tal Leonardo.

- ¿Inventarse que le acosabas? - preguntó un compañero.

- Sí, ya lo hacía en el instituto con varios compañeros, es un enfermo que disfruta haciendo daño a los demás. Se inventa que lo acosan y salimos todos perjudicados – contestó Kevin.

- ¿Y no será que le harían algo? - preguntó el compañero, contrariado.

- No hombre, lo que pasa es que es un fascista de mierda, tiene basura en la cabeza y la esparce por ahí – contestó Kevin.

- Ah, vale, entonces ya sé lo que pasa, te disgustan las ideas políticas de tu compañero y

por eso lo acosabas, pues me alegro de que te pongan en la calle, no queremos trabajar con personas como tú – contestó el compañero. El resto asintió con la cabeza.

Al ir al descanso, Kevin se encontró con Alfonso, Adrián y Diego y les dijo:

- Tíos, Leonardo ha conseguido que me despidan, y creo que estamos todos en la picota. Deberíamos hacer algo.

- La culpa es de Lorenzo, por dedicarse a hacer el imbécil – dijo Alfonso.

- Es verdad, por su culpa estamos todos en la lista negra – dijo Adrián.

- La culpa no es de Lorenzo, hizo lo que tenía que hacer y tuvo los santos huevos de intentar abrirle los ojos a nuestros jefes – sentenció Kevin.

- ¿Y qué piensas hacer? Se ha ganado a sus compañeros y desde que se han enterado de que ha publicado un libro lo adoran, muchas veces me tengo que ir porque me dan arcadas – dijo Alfonso.

- Pues lo tenemos claro ¿No será mejor que lo dejemos en paz? Total, el tiempo pone a cada uno en su sitio y tarde o temprano Leonardo caerá por sí solo. Además, en esta empresa somos unas 400 personas, ya se encontrará a otros que lo acosarán – comentó Adrián.

- Y además los jefes le creen a él y si le hacemos algo seguro que nos echan sí o sí – dijo Alfonso.

Tras las primeras semanas, Leonardo se había ganado a todos sus compañeros de sección, especialmente desde que se enteraron de que había publicado un libro. Se sentían orgullosos de poder ayudar a un compañero que estaba considerado como un ilustre en otra materia. Todos querían que se quedara en la empresa. Esto desquiciaba a sus enemigos, no soportaban que alguien al que consideraban un ser inferior les pasara por encima.

Mientras tanto, Leonardo se fue a las once al descanso de diez minutos que tenía reconocido en el convenio. Se fue al comedor y allí vio a Águeda. Sorprendido, se fue hacia ella, ella se levantó del asiento y se fundieron en un abrazo. Al separarse, Leonardo le preguntó:

- ¿Y tú por aquí?

- Pues me han contratado, quería darte una sorpresa, el lunes trabajaré aquí ¿qué te parece? - contestó Águeda.

- Pues genial, me alegro un montón de que te hayan contratado ¿y cómo fue eso? - preguntó Leonardo, sonriente.

- Gracias a ti, le hablaste muy bien de mi a los responsables y estos me llamaron para sustituir a un despedido. Eres genial, de verdad, cada día me alegro más de haberte conocido. Te quiero un montón – dijo Águeda.

- Yo también te quiero mucho, y te ayudaré en todo lo que pueda, no lo dudes – sentenció

Leonardo.

- ¿Te acuerdas de cuándo nos conocimos? Todo empezó hace tres años, en aquella clasede imbéciles, y todo empezó aquella vez que me hablaste al salir de clase después de aquel incidente con la zorra de la Lore. Hemos pasado de todo, pero todo lo que vino después empezó a raíz de aquello, gracias a tu amabilidad, a pesar de que te intenté vacilar al principio. Por eso no me arrepiento de pasar por esa clase, si no hubiera pasadopor allí probablemente no nos habríamos conocido nunca y no tendría ocasión de hablarte. Y sin ti no sé que sería de mí – dijo Águeda.

Leonardo se quedó mudo durante unos segundos, mientras digería todo lo que acababa de escuchar. Al acabar de asumirlo le dijo:

- Si es que al final les vamos a tener que agradecer a estos de la clase que nos hayamos conocido, probablemente sin ellos igual no llegaría a hablarte nunca.

- Es posible, pero eso ya da igual, las cosas son como son y ya está, y yo estoy muy feliz con lo que ha sucedido y por tenerte a mi lado – contestó Águeda.

- Tienes razón, y con tu permiso tengo que volver que se me ha acabado el descanso – contestó Leonardo.

Ambos se despidieron con un abrazo y un beso en los labios, Leonardo volvió a su puestoy Águeda a su casa, pensando en su futuro en la empresa y en lo que le esperaba a partirdel lunes.

Al día siguiente Leonardo se fue a tomar un café con Tamara. Pero ella estaba más nerviosa de lo normal. Leonardo se dio cuenta y le preguntó:

- ¿Qué es lo que te sucede?

- Pues que me han echado del trabajo – contestó Tamara.

- ¿Y eso? - preguntó Leonardo.

- Pues que mi jefe me estuvo metiendo mano y yo le pegué una patada en la entrepierna, por una parte estoy contenta por no tener que aguantarlo más, pero estoy perdida, tengo que buscar trabajo de nuevo y me va a costar horrores – contestó Tamara.

- Escucha, vente a mi empresa. Allí es muy probable que te quedes, además necesitan gente, seguro que te cogen – contestó Leonardo.

- ¿En serio? A ver si tengo suerte. Esto me pasa por hacerte caso – contestó Tamara.

- ¿Le pegaste a tu jefe porque yo te lo dije? - preguntó Leonardo.

- Pues sí, te hice caso, y por una parte tienes toda la razón, el acoso nunca se debe consentir, y realmente pienso que hice lo que debería haber hecho mucho antes, pero es que quedarse sin trabajo es muy triste, mis padres me dicen que lo que tengo que hacer es joderme y aguantar lo que sea – dijo Tamara, emocionándose cada vez más.

- ¿Pero qué clase de padres tienes? - preguntó Leonardo, sorprendido.

- Mis padres son unos peseteros de mierda, realmente pasan de mi, nunca les podía contarles mis problemas porque lo único que hacían era echarme la culpa a mi y castigarme, así que me tuve que comer muchos marrones en silencio – confesó Tamara.

- Te entiendo perfectamente, los míos no hacen otra cosa que echarme broncas y gritarme y decirme que no me merezco lo que me dan – dijo Leonardo, mientras la abrazaba.

- Gracias, Leo. A ver si haces que me contraten en la empresa – dijo Tamara

- Ojalá, el lunes vamos y me dices – contestó Leonardo.

El resto de la conversación trató sobre la reacción del jefe de Tamara cuando recibió la patada en la entrepierna y los insultos y gritos que lanzó al aire. Ambos se estuvieron riendo un buen rato.

El jefe acosador se llamaba Francisco, tenía 45 años y era calvo. Consideraba que las mujeres estaban para servir a los hombres y debido a que en la empresa hacía falta un nuevo empleado, escogió a Tamara simplemente por ser mujer y joven, dado que así podía demostrar que podía ligarse a una jovencita. Francisco se había quedado sin parejahace años después de que su mujer se hartara de estar esclavizada por él y de tener que aguantar sus gritos, pero lo que más le molestaba era su actitud, siempre andaba persiguiendo a las chicas, ninguneando a su mujer.

Y cuando Tamara entró en la empresa enseguida comenzó su plan, primero se insinuaba ante ella, y luego le metía mano, pero cuando sus dedos tocaron el culo de Tamara, ella ledio una patada en la entrepierna, haciendo que los demás empleados se rieran de Francisco. Inmediatamente ella se fue de su trabajo y Francisco se quedó gritando de dolor y revolviéndose en el suelo.

El lunes Tamara se presentó en la empresa con un currículum en la mano, allí preguntó por Leonardo. Cuando llegó Leonardo, ambos se dirigieron al despacho de Naira. Leonardo llama a la puerta y ella dijo:

- Hola Leonardo ¿qué te trae por aquí?

- Hola Naira, esta es, Tamara, la echaron del trabajo debido a la crisis y viene a echar su currículum aquí para ver si tiene posibilidades de trabajar con nosotros – dijo Leonardo.

- Vale, no te preocupes, si surge una oportunidad ya veremos si la contratamos. Por cierto, hablando de eso, hemos visto que realmente trabajas bien, así que ya te informo que al acabar las prácticas serás contratado. Sustituirás a Alfonso – sentenció Naira.

- Muchas gracias, espero que sea una relación muy productiva para ambas partes – contestó Leonardo, visiblemente contento.

- Tamara y Leonardo abandonaron el despacho. Una vez allí, Tamara le dio un abrazo y ledijo:

- Felicidades, y muchas gracias, no puedo esperar a trabajar contigo.

- Yo tampoco – dijo Leonardo.

Mientras tanto se encontraron con Águeda, que estaba en su primer día. Cuando la vio, Leonardo le dio un beso y le dijo:

- Bienvenida a la empresa, Águeda, esta es Tamara, la chica de la que tanto te hablé.

Ambas se presentaron, y Tamara le dijo, en tono de broma:

- Se nota que te quiere, siempre está hablando de ti.

- Pues parece que me lo quieres quitar, porque él me habla mucho de ti también – contestó Águeda, también en tono de broma.

Ambas se rieron, y Leonardo sonrió. Lo mejor que podía pasar estaba sucediendo, tenía asu novia y a su mejor amiga trabajando en la misma empresa gracias a él, probablementeambas se llevarían bien y sus enemigos de la empresa uno a uno se iban marchando.

Al día siguiente, Naira llamó al despacho a Adrián. Al llegar allí, Naira le dijo:

- Adrián, supongo que pensarías que no te librarías de ser despedido ¿verdad?

Adrián se quedó estupefacto. Se había hecho amigo de Kevin porque sabía que él iba a hacer las prácticas allí y por lo tanto si quería trabajar en la empresa tenía que llevarse bien con él. Tuvo suerte y le contrataron. Cuando entró allí quiso ser amigo a toda costa de Diego, y luego de Alfonso cuando este último fue contratado. Pero cuando vio allí a Leonardo pensó en que esa estrategia se le podía ir al garete. Como Kevin lo odiaba, decidió no hablarle a Leonardo, porque si lo hacía, dejarían de ser amigos y acabaría despedido.

Así que decidió participar del acoso a Leonardo porque si no lo hacía lo mirarían mal, perotras el despido de Kevin, se echó a temblar. Sabía que el siguiente sería él. Y ahora sus temores se cumplían.

Inmediatamente contestó:

- Pero yo no participé directamente, a mi me obligaron.

- ¿Te obligaron? - preguntó Naira.

- Sí, si no participaba me dejarían de hablar y yo entré en la empresa gracias a que me llevaba bien con ellos – contestó Adrián.

- Mira Adrián, en esta vida tenemos que ser responsables y consecuentes de nuestros actos, si lo que quieres es hacerte amigo de esa gente, adelante, pero asume las consecuencias. Fuiste libre, nadie te obligó a ser amigo de esa gente y nadie te obligó a hacer lo que hiciste, si lo hacías te seguirían hablando, pero podrías ser despedido, pero si no lo hacías, no te hablarían pero seguirías en la empresa. Igual pensaste que seguramente no pasaría nada, pero eso es un riesgo. En todo caso, la gente como tú es contraria al espíritu de nuestra empresa – sentenció Naira.

Adrián se quedó mudo. Sabía que las palabras de Naira estaban cargadas de razón, y que en el fondo se merecía que lo despidieran. Así que firmó los papeles y se fue del

despacho para no volver.

Cuando Adrián salió del despacho, Naira llamó a Tamara. Cuando Tamara descolgó el teléfono le dijo:

- Hola Tamara, llamamos de Telecomunicaciones Reunidas de Lamamala ¿estás disponible para venir a trabajar mañana a las nueve?

- Sí, estoy disponible – contestó Tamara.

- Pues mañana ven a esa hora, firmamos el contrato y ya empiezas – dijo Naira.

- Vale, muchas gracias – contestó Tamara.

Cuando colgó el teléfono Tamara dio un salto de alegría. Inmediatamente le envió un whatsapp a Leonardo para decirle que había sido admitida. Leonardo se alegró mucho cuando lo leyó. Por fin había hecho lo que parecía imposible, darle la vuelta a su situación. Leonardo le contestó:

- Pues bienvenida a la empresa, te lo mereces y ojalá sea el principio de algo grande.

Al día siguiente, Tamara ocupó el puesto de Adrián. Trabajaría en la misma mesa que Águeda. Según pasaban las semanas se notaba no solo que ambas desempeñaban bien sus funciones, también se habían ganado a todos sus compañeros. E inmediatamente ibaa quedar un hueco libre. Alfonso sería el siguiente en ser despedido, y Leonardo iba a ocupar su puesto.

Naira pensaba en despedirlo y decidió que Leonardo iba a ocupar ese puesto. Sabía desde el primer momento que Leonardo se iba a quedar en la empresa y le estaban buscando un sitio, y el de Alfonso parecía el más adecuado.

Tres días antes de acabar las prácticas, ya en diciembre, Leonardo fue llamado al despacho de Naira. Allí le estaba esperando un documento, era el contrato. Leonardo lo leyó, cogió un bolígrafo y lo firmó. Naira le dijo:

- Bienvenido a bordo, ya eres parte de nuestra empresa, espero que definitivamente.

A la hora de comer, como todos los días, se reunió con Tamara y Águeda. Y allí les dio la noticia de que había sido contratado. Nada más decírselo, se les dibujó a ambas una sonrisa en la cara.

- Felicidades Leo, sabía que lo conseguirías, ahora tenemos que celebrarlo – dijo Águeda.

- Pues nos vamos de cena por ahí si queréis – contestó Leonardo, mirando también a Tamara.

- Pues adelante – dijo Tamara.

- Si esto es algo para celebrar prefiero hacerlo con vosotras dos, esto sería imposible si no os hubiera conocido – dijo Leonardo.

Antes de que acabara el año, Leonardo, Tamara y Águeda se fueron a cenar a un

restaurante del centro de la ciudad. Aunque se organizó tras el contrato de Leonardo, lo cierto es que se celebraba que los tres tenían un futuro en la empresa. Entre anécdotas, risas y cuentos, Leonardo dijo:

- ¿Sabéis? Aún no se han cargado a Diego.

- Pues está en la picota, creo que va a durar muy poco, pero no parece que puedan encontrar sustituto – dijo Tamara.

- Yo creo que sí, podías recomendar a José – dijo Águeda.

- Pues no es mala idea, la verdad, pero tú te vienes conmigo al despacho – contestó Leonardo.

Los tres se rieron, durante la cena dejaron claro que José sería el siguiente en entrar en laempresa. Al comenzar el siguiente año, Leonardo le habló a José, era la primera vez que se hablaban en meses. Leonardo le explicó que había sido contratado por TRL y que allí trabajaba también Águeda y que estaba saliendo con ella. Acto seguido le preguntó:

- ¿Quieres trabajar con nosotros? Si quieres te podemos intentar enchufar…

- Yo ya tengo trabajo, además para vuestra competencia, y me va de maravilla. Me encantaría trabajar con vosotros, pero aquí estoy muy bien – contestó José.

Lo que José ocultaba es que el ambiente allí estaba muy lejos de ser positivo, se trataba de una empresa donde literalmente imperaba la ley del más fuerte, es decir, el que mandaba era el que más maltrataba a los empleados. Allí fue a trabajar José, tras ser rechazado en TRL, dado que fue el único lugar donde le llamaron. Entró con Cojoncio y con Jonathan, y enseguida ascendieron.

Lo peor para José es que Jonathan fue elegido como superior, y éste se dedicaba a darle todo el trabajo a José, haciendo que en las ocho horas que pasaba allí al día solamente pudiera hacer una parte de la tarea que tenía encomendada. Además, Cojoncio se dedicaba a insultarlo y denigrarlo día sí día también, con la complicidad de Jonathan. Ambos le habían dicho a toda la empresa que ni se atrevieran a dirigirle la palabra si no querían tener problemas.

Los jefes supremos de la empresa disfrutaban, lo veían como un espectáculo y consideraban que Jonathan era un buen representante de la empresa, realmente se comportaba como quería comportarse él, pero tenía miedo de que algún empleado lo demandara y acabara en la cárcel.

José ya estaba harto de la situación, y quería cambiar de empresa, pero sabía que difícilmente le iban a llamar de otra y que desde luego en TRL tenía las puertas cerradas. Pero tras ver que Leonardo y Águeda trabajaban allí vio una oportunidad. Pero le daba vergüenza contárselo a Leonardo.

A mediados de enero la situación empezaba a ser insostenible, y José decidió tomar una determinación, no hacer ninguna tarea que no estuviera encomendada a él. Pero iba a grabar la conversación con su teléfono móvil, para demandarlos en caso de que hicieran caso omiso.

La conversación fue muy breve, y el jefe solamente le dijo:

- No te preocupes, a partir de mañana no harás ninguna tarea de más.

Efectivamente, al día siguiente no hizo ni una sola tarea, le habían reservado un despacho totalmente vacío con una silla. Allí tenía que pasarse las ocho horas.

Al cabo de una hora comenzó a reflexionar:

- Esto lo están haciendo porque quieren que me marche pidiendo la baja, pues no lo van aconseguir.

Mientras tanto, estaba pensando en el mejor método para conseguir un despido improcedente, y decidió irse del despacho y deambular por la empresa, con el móvil en el bolsillo grabando todas las conversaciones.

En su paseo por la empresa, es sorprendido por el jefe. Al verlo, le increpa:

- ¿Se puede saber por qué no estás en tu puesto de trabajo?

- Pues porque no tengo nada qué hacer – respondió José.

- ¿Cómo que no? Te dije que supervisaras a la araña que está en la esquina de la puerta – contestó el jefe, riéndose.

- Pues se me escapó y la estaba buscando – respondió José, con ganas de seguir la broma.

- ¿Así que eres incapaz de seguir a una puta araña de mierda? Pues mañana no vuelvas – dijo el jefe, subiendo el tono de voz.

- Pues vale ¿preparado para pagarme la indemnización? - preguntó José, con una sonrisaen la cara.

- ¿Indemqué? Tú no te mereces nada de eso, es más, nos tendrías que indemnizar a nosotros en todo caso – contestó el jefe, a gritos.

- Pues vale – contestó José.

Al irse de la empresa, José escuchó la grabación que había realizado con su teléfono móvil. Al escuchar que todo se había grabado correctamente, sonrío. Sabía que el jefe se iba a acordar durante bastante tiempo de él.

Al día siguiente no fue al puesto de trabajo. Y al siguiente día recibió un burofax en su domicilio con la carta de despido fechada al día anterior y declarado como “Despido disciplinario procedente”. En la causa del despido ponía que “había cometido una falta muy grave al ausentarse de su puesto de trabajo”. José firmó el burofax y al rato se fue al juzgado de lo social para poner una demanda contra el despido.

Mientras tanto, se presentó en TRL, para echar su currículum. Sabía que en esa empresa siempre cogían gente y además ya estaban Leonardo y Águeda, que podían echarle una mano.

Allí se reunió con Naira, y ella le dijo que estimarían su propuesta. Leyó su currículum y no le pareció demasiado interesante, aunque sabía que podía ser útil. Pero reparó en un detalle. Había coincidido con Leonardo y Águeda, así que decidió llamarlos al despacho y preguntarles por él.

Ambos dijeron que eran amigos y que sería genial trabajar los tres juntos, así que Naira decidió seguir adelante con la contratación. Sabía que tenía que buscar un reemplazo a Diego, así que fue despedido.

Cuando Diego fue al despacho de Naira recibió la carta de despido. Ya sabía, tras ser despedidos Kevin, Alfonso y Adrián que el siguiente iba a ser él. Por eso decidió buscarse la vida, y entregó currículums en distintas empresas para intentar conseguir un contrato, ydos días antes le llamaron para ocupar un puesto de trabajo en la competencia dentro de 15 días, por ello, le espetó a Naira:

- Pues me alegro de ser despedido, de hecho iba a presentar mi carta de dimisión dentro de unos días. Me voy a vuestra competencia.

- Pues espero que sientes la cabeza, allí igual te consienten que acoses a los compañeros, pero aquí no – contestó Naira.

Cuando Diego se fue del despacho, Naira llamó a José. Le dijo:

- Buenos días, llamamos de Telecomunicaciones Reunidas de Lamamala, queremos informarte de que a partir de la semana que viene tenemos un puesto para ti ¿puedes venir el viernes a las diez para firmar el contrato?

- Por supuesto – dijo José.

Y el viernes a la hora acordada, José se presentó y firmó el contrato. A partir del lunes trabajaría para TRL.

Y desde entonces, Leonardo, José, Águeda y Tamara trabajan en la misma empresa, ocupando los puestos que antes ocupaban Kevin, Alfonso, Adrián y Diego. La relación entre ellos era excelente y el buen rollo se palpaba en todas partes.

Meses después llegó la citación del juzgado para la demanda de José. A ella se presentó el jefe, y fueron como testigos Cojoncio y Jonathan. Fueron amenazados previamente de que si no iban al juicio a declarar a favor de la empresa serían despedidos. Empezó el juicio y el juez leyó las causas por las que se abrió. La empresa había puesto en la carta de despido que se produjo un abandono en el puesto de trabajo.

Al rato de comenzar el juicio, el juez llamó a Cojoncio. Ambos estaban esperando fuera dela sala, sin escuchar lo que se decía allí.

Cuando Cojoncio se sienta en el estrado, el juez le dice:

- Le informo de que si usted falta a la verdad en esta sala podrá ser denunciado.

Cojoncio se empieza a poner tenso, José lo mira amenazante. A los pocos segundos comienza a declarar:

- Señoría, yo estaba allí cuando José dejó su puesto de trabajo, en su lugar tuvimos que hacer sus tareas Jonathan y yo.

- ¿Algo que objetar a esa declaración? - pregunta el juez a José.

- Pues sí, señoría, quisiera preguntarle a Cojoncio en qué consistían las tareas que realizóen mi lugar – contestó José, con firmeza.

- Realicé la atención a tres clientes de la empresa, que tenía que atender José, y me tuve que aprender lo que les pasaba, porque eran casos que llevaba él – contestó Cojoncio.

- No tengo nada más que añadir – dijo José.

El juez ordenó que se fuera el testigo y llamó a Jonathan. El juez le dijo:

- Le informo de que si usted falta a la verdad en esta sala podrá ser denunciado.

Jonathan empieza a declarar:

- Cuanto este imbécil…

- Los insultos están prohibidos en esta sala – interrumpió el juez, mirando hacia Jonathan.

- Pues me da igual, porque este tipo es un gilipollas y un malnacido y me tuve que contener para no darle una hostia… - sigue hablando Jonathan, esta vez en un tono más alto.

- Seguridad, desalojen al testigo – ordenó el juez.

En ese momento aparecen dos policías uniformados, cogen a Jonathan y lo llevan fuera de la sala, mientras le grita a José.

- Te acordarás de esto, hijo de puta, haré que tu puta vida sea un infierno.

El juicio prosigue, y el juez pregunta al jefe:

- ¿Tiene usted alguna prueba en contra de la acusación?

- Sí, señoría, tengo la declaración del testigo, que afirma que tuvo que hacer el trabajo que no hizo él – contestó el jefe, visiblemente nervioso, porque la declaración de Jonathanhacia prácticamente imposible ganar el juicio.

- Yo tengo una prueba de que mienten – dijo José.

En ese momento entregó al juez una memoria USB con el archivo con la conversación grabada, y una transcripción de la misma. El juez dio orden de que se reprodujera el archivo. Al acabar, el juez dijo:

- El juicio queda visto para sentencia.

Todos se retiraron de la sala. La cara de José reflejaba una sonrisa de triunfo, la del jefe,

de vergüenza. Una semana después, llegó la sentencia.

En ella se condenaba a la empresa a pagar a José la indemnización de despido improcedente, equivalente a 40 días de su salario total, dado que llevaba un año y tres meses trabajando para ellos y la indemnización por despido improcedente es de 33 días por año trabajado. Con esta sentencia, José se fue a poner una denuncia ante Inspección de Trabajo.

Al cabo de un mes se hizo pública la sentencia de Inspección de Trabajo. La empresa fue condenada por una falta muy grave y sancionada con 50.000 euros de multa, por vulnerarlos derechos fundamentales de un trabajador.

Con la indemnización, José se fue a celebrarlo con Leonardo, Águeda y Tamara, los cuatro se fueron de cena a un restaurante al centro de la ciudad.

Al día siguiente, Leonardo se reunió de nuevo con Samuel. Tras hablar de muchas cosas, Leonardo le contó lo que había pasado con José. Samuel, conocedor de todo lo que había pasado Leonardo durante estos años le preguntó:

- ¿Y por qué no escribes una historia sobre lo que sucedió durante estos últimos cuatro años?

A Leonardo le pareció una buena idea. Se puso a escribir, y mientras rememoraba lo que había sucedido se dio cuenta de la transformación que había sufrido. Ya no era aquel chaval anónimo de 18 años, ya tenía 22, ya había escrito un libro, ya había encontrado al amor de su vida, ya había encontrado un trabajo donde se sentía bien.

Mientras repasaba todo lo sucedido, escribía y escribía. En uno de esos días, le llegó un mensaje al Facebook, era Águeda Rodríguez. Le dijo:

- Buenas, Leo, cuánto tiempo, como se nota que no te aburres, porque ya no te acuerdas de mi.

- Es cierto, Águeda, eso es porque estoy saliendo con la chica esa que se llamaba como tú – contestó Leonardo.

- ¿En serio? Pues me alegro que sea por eso – contestó Águeda.

- No te preocupes, tenemos tiempo para ponernos al día – dijo Leonardo.

Y así estuvieron hablando, y pasadas dos horas, al acabar la conversación y decirle que estaba escribiendo sus vivencias, Leonardo le escribió esta frase:

- Te prometo que te sacaré en mi próximo libro.

Águeda se quedó maravillada con lo que le había prometido Leonardo, nunca soñó con que aquel chico de 18 años que conoció en una academia mientras preparaba la selectividad iba a escribir un relato en el que apareciera ella cinco años después.

Leonardo escribió y escribió, y el resultado lo tiene el lector ante sus manos.

El acoso

El siguiente relato cuenta una historia donde varios de los protagonistas sufren acoso de distinto tipo. Desgraciadamente, no todas las historias acaban tan bien como la de nuestroprotagonista. No son extrañas las historias donde los que sufren acoso acaban en el hospital, en el psicólogo o incluso en la tumba, ya sea por acción directa del acosador (asesinato voluntario o imprudente) o el suicidio de la propia víctima. También se tienen visto casos, donde el acosado, en un arrebato de ira, ataca a sus agresores, llegando incluso a causar su muerte.

El acoso tiene varias causas. Normalmente se detecta a una edad temprana, en la escuela. El acoso escolar no deja de parecerse al acoso laboral, pero en el colegio. Por lotanto, en este relato se mezclan, aunque hay algunas diferencias.

Cuando un grupo de acosadores escoge una víctima lo puede hacer por varias causas:

- Por envidia debido a ser el mejor de la organización, por tener una mejor apariencia física o por destacar en cualquier faceta (en el relato vemos como en el segundo año, Águeda Pérez sufre acoso por entregar un trabajo antes de plazo, fastidiando al resto de compañeros, que no querían trabajar el fin de semana y ella les fastidió el plan, es decir, por hacer su trabajo correctamente fue acosada, posteriormente, el hecho de que Leonardo haya publicado un libro con éxito hizo que el acoso hacia él se reavivara)

- Por conocer enjuagues, corrupciones, faltas... y negarse a participar y/o denunciarlos (cuando Leonardo denuncia al autobusero Gutiérrez por insultarlo mientras parecía que no escuchaba, lo que hace desatar una campaña de acoso contra él, para que “aprenda la lección”)

- Por exceso de ingenuidad y buena fe (cuando Roberto convence a Carla para que deje de hablarle a José y así impedir que pueda influir en su relación, esto lo repite con Andreay consigue que rompa su relación con Leonardo, aunque al final se acaba sabiendo la verdad, ambas se creen lo que les dicen y se perjudican a ellas mismas sin saberlo)

- Por cuestiones de ideología, religión, orientación sexual, raza… (la razón principal por la que acosan a Leonardo es esa, porque sus ideas son distintas a las de sus acosadores, que no dudan en presentarlo como un fascista y un machista cuando no es ni una cosa ni la otra).

En ciertos casos se puede llegar al colmo de la desvergüenza de acusar a otros de lo que uno practica, cuando Nicolás acusa a Leonardo de ultrafascista mientras él pide un golpe de estado para echar al gobierno porque no es de su agrado o cuando Kevin acusa a Leonardo de machista y trata a su novia como un objeto sexual mientras sale con la Lore sin que se entere. Además, no tienen reparo ninguno en valorar a las mujeres por su aspecto físico, hecho que es una forma de machismo.

En algunos casos particulares hay otras causas, pero en la mayoría de los casos lo que encierra el acoso es la envidia y el miedo que produce a que se descubra la mediocridad del acosador. En muchos casos son los propios jefes de las organizaciones quienes practican acoso, dado que son quienes tienen más que perder, un subordinado más competente que el jefe es una amenaza para este último, que ve peligrar su cargo y su poder dentro de la organización.

Pero ante una “amenaza” por parte de una persona con alguna característica “envidiable” existen varias reacciones posibles. Y el acoso es una de ellas. Y normalmente se ejerce cuando la persona amenazada por la víctima se trata de un psicópata y un narcisista, es decir, que tiene problemas psicológicos.

El acoso es una salida para estos problemas, así que en muchos casos las razones que damos en párrafos anteriores no dejan de ser excusas, simplemente se trata de dar rienda suelta a los instintos psicopáticos del acosador.

El hecho de ver a la víctima en la misma organización ya desencadena estas reacciones, el principal objetivo del acoso es que la víctima abandone la organización. En el caso de las empresas lo que quieren es que el empleado acosado se vaya con baja voluntaria, es decir, sin que tenga derecho ni a indemnización ni a paro. Esto lo vemos en el caso de José, como no lo quieren en la empresa y por supuesto no quieren pagarle la indemnización correspondiente lo acosan para que se vaya él.

El acoso se manifiesta de las siguientes maneras, entre otras:

- Insultar a la víctima, muchas veces por la espalda. (por ejemplo, cuando Jonathan dice en el Whatsapp de clase que Águeda es una zorra, con todos los demás participantes siguiendo la corriente, intentando por supuesto, que la víctima no se entere)

- Asignar mucho trabajo a la víctima, para que no pueda cumplir sus objetivos (a José le asignan todo el trabajo para echarle la culpa de que el trabajo no está hecho)

- En otros casos lo que se hace es que la víctima realice trabajos sin interés o incluso ningún trabajo (a José le obligan a “vigilar a la araña”, es decir, mirar para la pared)

- Difamar a la víctima y extender rumores (por ejemplo, cuando se insinúa que Águeda y Leonardo estaban saliendo juntos bastante antes de que estuvieran saliendo realmente, larelación de Leonardo con Tamara o cuando Gutiérrez extiende que Leonardo viene a vigilar al personal de la empresa).

- Intentar por todos los medios que se sancione a la víctima, calumniándola si es preciso (cuando la Lore se inventa que Leonardo le había tocado el culo)

- Atacar la ideología y creencias de la víctima (cuando Nicolás afirma que las ideas de Leonardo son “xenófobas, racistas y ultrafascistas”)

- Destruir o sustraer elementos clave para su trabajo (cuando entran en el equipo de Leonardo para borrarle los trabajos y apuntes)

- Amenazar a otros compañeros con hacerles lo mismo si se atreven a dirigirle la palabra a la víctima (en este caso se ve como una de las razones para acosar a José y a Águeda es que eran amigos de Leonardo)

- Asignar motes a la víctima

- Invadir la intimidad de la víctima y mostrarla en público (se puede ver un ejemplo parecido cuando Cojoncio se hace amigo de Leonardo con la única intención de sacarle datos personales y utilizarlos para reírse de él delante de todos sus acosadores).

Nótese que algunas actitudes acosadoras pueden inducir a error a personas que en ningún momento comulgan con los acosadores. Por ejemplo, vemos que Leonardo desconfía de Águeda porque piensa que ella se cree que es un machista, acusaciones que vierten Kevin y Nicolás. En este caso al final se soluciona de la mejor forma posible, pero hay veces en la que estas acusaciones calan hondo y hacen que la víctima se sientamás sola.

En el caso del acoso escolar, los motivos para el acoso son simplemente que el acosador da rienda suelta a su falta de empatía. Normalmente los acosadores actúan de esa forma porque ven violencia con frecuencia (muchas veces en su propia casa, cuando los padres se pelean entre sí) se acostumbran a ella y los padres lo tratan de forma inadecuada o agresiva.

No obstante, en el caso del acoso escolar, en España se da un caso, y es que muchos institutos y colegios lo toleran y consienten debido a la mala imagen que le daría al centro.Aunque en otras ocasiones el acoso se tolera y promueve por otras razones. Vemos en el caso de Onésimo que promueve el acoso contra Leonardo debido a que le gustaba la Lore y se cree que Leonardo iba detrás de ella y le metía mano. Además, se lo confiesa a Águeda sin ningún rodeo, demostrando que se siente impune en una institución que lo ampara.

Muchas veces, el acoso escolar encierra por parte del agresor, un ansia de obtener algún tipo de reconocimiento por parte de los demás. Por ejemplo, cuando Luciano le manda un Whatsapp a Leonardo diciéndole que estaba enamorado de él, con la única intención de llamar la atención a los demás. Este tipo de comportamientos obedece al modelo ensayo-error, es decir, si se obtienen los resultados deseados, el agresor seguirá practicando esa actitud y si no lo consigue desistirá de ella, por lo cual, un buen remedio para cortar estas actitudes es hacer caso omiso, así el agresor no conseguirá sus objetivos reales y dejará de agredir a la víctima.

En muchas ocasiones esta actitud lleva a destruir a la víctima, dado que sobresale por alguna razón o es diferente (no se quiere unir al grupo, es el que saca mejores notas, el que tiene unos principios morales de los que carecen sus agresores…)

Cuando se empieza a practicar acoso, suelen aparecer varios compañeros que ven al agresor como un líder y se unen a él. Esto lleva a que la víctima se tenga que enfrentar ella sola contra varias personas, haciendo imposible que les pueda plantar cara si no hay una autoridad delante.

El acoso escolar se consentía en España y no se le daba importancia. Se decía que eran cosas de chiquillos y que no pasaba nada. Hasta que pasó. El 21 de septiembre de 2004, Jokin Ceberio, un adolescente vasco de 14 años se suicidó harto del acoso al que se veíasometido por parte de sus compañeros de clase y del campamento al que fue el verano pasado.

El caso alcanzó una gran trascendencia en los medios de comunicación, hasta el punto de que a partir de su suicidio el acoso escolar fue considerado como un problema. Muchas charlas se tienen dado, muchas declaraciones vacías de contenido por parte de politicastros sin escrúpulos, muchas palabras de condena por parte de directores de colegios que hasta ayer consentían y toleraban el acoso en sus aulas.

Lo cierto es que el caso Jokin era un caso típico de acoso escolar como tantos existentes

a lo largo y ancho de España, acusaciones de “chivato”, palizas incluidas por decirle lo que pasaba a sus padres, humillaciones (sobre todo a raíz de una diarrea intestinal que sufrió en clase), insultos… consentidos y tolerados por parte de la dirección del colegio donde estudiaba, bajo la excusa de que “todo se solucionará dentro del ámbito escolar”, latípica excusa para escurrir el bulto y evitar que los padres llevaran el asunto a los tribunales.

Pero el problema sigue ahí, y pocos centros hacen algo contra el acoso. Y es que en muchos casos se niegan a aceptar de que estos casos sucedan en su centro. En muchos casos hay una imagen que vender y los problemas se esconden o se le echa la culpa a los padres, que no enseñan a su hijo a defenderse.

Aunque en el caso de Jokin, las familias de los compañeros que lo acosaban tuvieron queindemnizar a la familia, los profesores del centro que toleraba su acoso salieron indemnes.

No fue el único caso, en marzo de 2014 se suicidó una niña de 12 años en Palma de Mallorca al no poder aguantar el acoso escolar que sufría.

Mientras escribo estas líneas, en octubre de 2016, en Palma de Mallorca se produjo un caso que demuestra que queda mucho por hacer. Una niña de 8 años tuvo que ser hospitalizada tras recibir una paliza de una docena de adolescentes con edades comprendidas entre 12 y 14 años. Después se conoció que no era un hecho aislado, que se trataba de algo continuado.

Cuando sucedieron los hechos la reacción del centro fue tardía, la familia tuvo que interponer una denuncia para que los agresores fueran expulsados entre tres y cinco días.Los padres denunciaron que en el centro les cerraron la puerta cuando les fueron a pedir explicaciones y desde el centro llamaron a la policía porque tenían miedo y se sentían amenazados.

De hecho, el centro expulsó a los agresores después de que varios padres se negaran a llevar a sus hijos al colegio. Lo peor es que el Consejero de Educación decía que habían “dos profesores vigilando”, eso sí, la agresión se produjo delante de sus narices y no hicieron nada, dado que se dejó a la víctima durante tres horas sin asistencia médica.

Y además, la Fiscalía abroncó a los medios por falta de mesura y rigor, dado que se ha generado una corriente de opinión basada en una única versión sin un contraste mínimo. Lo cierto es que no había otra versión, porque tanto el centro como la consejería lo único que habían hecho es quitarle hierro a la situación y decir que habían dos profesores vigilando, que como se ve, poco vigilaban.

Al final los agredidos van a tener que cambiar de centro, no los agresores, que siguen protegidos y con una supuesta victoria, que hará que se sientan crecidos y nadie se atreva a enfrentarse a ellos.

El juez de menores Emilio Calatayud dejó claro que el acoso lo tapan los centros, este juez, famoso por sus sentencias, lleva más de 25 años ejerciendo, y entre miles de chavales juzgados por hechos delictivos en algunos casos muy graves, solamente ha juzgado 30 casos de acoso escolar, es decir, poco más de uno al año. Teniendo en cuentaque en casi todos los centros, si no en todos, existen casos de acoso escolar que son delictivos, es obvio que la conclusión es que se tapan, no se cree que existan más casos

de malos tratos hacia los padres que de acoso escolar.

No deja de ser curioso que muchas veces las sanciones consistan en mandar unos días para casa a los agresores. En muchos casos, esta sanción, más que un castigo, es un premio, puesto que los agresores normalmente van a la escuela porque les obliga la ley.

Ricardo Moreno Castillo, en su interesante libro Panfleto Antipedagógico revela una de lascausas del aumento del acoso escolar en España, y es gracias a la LOGSE, aprobada en 1990, y sobre todo, gracias a los pedagogos que la inspiraron.

Desde la aprobación de esta ley, la mala educación ha aumentado como la espuma, los conocimientos de los estudiantes son ínfimos y los profesores están cada vez más hartos de ejercer por el ambiente que se respira en las aulas.

Especialmente crítico es con el hecho de que la educación obligatoria en España se haya establecido en los 16 años, dado que a los 12-13 años, muchos chavales se dan cuenta de que no quieren seguir estudiando, aburriéndose en las clases y molestando a los profesores y practicando acoso a los compañeros que destacan en algo, para así tener algo que hacer hasta llegar a los 16. Como dice Ricardo Moreno Castillo, en España, a los12 años la educación debería dividirse en un bachillerato de seis años y en una formaciónprofesional básica, para que los que no quieran estudiar se formen en un oficio y cuando lleguen a los 16 años puedan trabajar en esa profesión sin tener que convertirse en mano de obra barata.

Y en estos años el problema no ha hecho más que aumentar, dado que los políticos de todos los colores ven la educación como una forma de ganar votos. Esto demuestra hastaqué punto se ha establecido la corrupción política en España, cuando los representantes de los ciudadanos solo piensan en sí mismos y en su secta, dado que los partidos políticos en España son en muchos casos sectas de adoración al líder, donde el que se atreva a discrepar es acosado y tachado de enemigo (el acoso ideológico del que hablábamos antes, florece sobre todo en este tipo de organizaciones).

Lo peor es que los votantes en muchos casos están a la altura de sus representados. No es de extrañar, dado que los españoles ven la política como un partido de fútbol, donde sees del PP, del PSOE, de Ciudadanos, de Podemos, del PACMA… como se es del Madrid,del Barça, del Osasuna, del Depor, del Celta… Aquella campaña electoral del PSOE para las elecciones europeas del año 2009 (Este partido se juega en Europa) no iba desencaminada, y la campaña actual de Pedro Sánchez presentándose como la oposición a Rajoy sin más dicen mucho.

Esa conversión de la política en un espectáculo, como si de un partido de fútbol se tratara,fomenta la mala educación, puesto que solamente se ve como un instrumento de adoctrinamiento. Este hecho ha sido asumido de forma tácita por todos los agentes sociales, los cuales se pelean por ver quién mete más el cazo. Solo hay que ver las manifestaciones contra los recortes, cuando nunca la educación ha dispuesto de más medios materiales. Eso sí, lo que se ha recortado es el sueldo de los profesores ¿será ese el problema? Pues seguramente, pero queda mal decirlo en la tele. Sobre ese asunto,el profesor Jesús G.Maestro, de la Universidad de Vigo, tiene hablado en los vídeos que publica en su canal de Youtube, afirmando que la educación es más de contenidos que derecursos, pudiéndose hacer mucho con escasos recursos.

Ricardo Moreno Castillo, en La Conjura de los ignorantes, de como los pedagogos han

destruido la enseñanza, afirma que la solución para los problemas de la educación pasarían por que los dos grandes partidos bajasen las armas, se pusieran de acuerdo en dejar la educación fuera del debate político y encargar una nueva ley a una comisión de profesores (no pedagogos ni sindicalistas) escogidos por su valía y no por su fidelidad política.

Desde aquí asumo esta solución. Parece de sentido común, pero que suceda en España actualmente es una fantasía ¿alguien se imagina al PP y PSOE pactando algo que no seasubirse el sueldo o hacer una declaración de condena sobre el actual presidente de los Estados Unidos? Al PP le vuelan mínimo el 30% de los votos y al PSOE la mitad, es decir,los ciudadanos que votan a un partido político por simple odio al de enfrente, además, en los partidos políticos quien llega más alto es el más sectario, es decir, el que odia más al partido rival.

¿Alguien se imagina que un partido político no utilice la educación como herramienta paraimponer sus ideas a la sociedad? Todos los cambios de las leyes de educación obedecen a ello, y en Cataluña, además se utiliza para manipular la historia e instigar a los estudiantes el odio a España, vendiendo la idea de una Cataluña oprimida y robada por los españoles, para complacencia de las autoridades catalanas, con un descaro y una desvergüenza sorprendente, pero asumida como normal.

¿Alguien se imagina que en España se hiciera alguna comisión en serio? Es decir, una comisión que sirva para algo más que cobrar las dietas o hacerse la foto con lo buenos que somos. Además, si faltan determinados grupos de presión (pedagogos y sindicalistas,por ejemplo) pues como que no faltarán altavoces para pregonar a los cuatro vientos que vuelve el fascismo y que bla bla bla.

Y lo peor es que buena parte de la sociedad también lo ha asumido, y no faltan quienes alzan la voz para acusar de fascistas a todos aquellos que tengan la valentía de afirmar loque cada día es más evidente, que es que la educación en España está por los suelos, que lo estará cada vez más y que no hay posibilidades de que se solucione nada.

Y es que la corrupción está tan instalada en la sociedad que actitudes que hace años espantarían a cualquiera que tuviera sensibilidad, hoy se ven como normales. Hace pocasdécadas, si un estudiante llevaba alguna asignatura suspensa, la bronca se la llevaba el estudiante, hoy en día, en no pocas ocasiones la lleva el maestro.

Muchos padres simplemente quieren que sus hijos aprueben, aunque no aprendan nada, dado que si llevan alguna suspensa no se pueden ir de vacaciones porque se tiene que quedar en verano estudiando. Y de ahí se derivan muchas agresiones a profesores que ejercen su trabajo y suspenden al que se lo merece.

Y es que la corrupción en la enseñanza no es que haya sido asimilada, es que ya se ve como deseable. Un ejemplo de ello se ha visto con las reválidas, que se intentaron aprobar recientemente fueran rechazadas de lleno tanto por profesores, como por los alumnos como por los padres. ¿Y por qué? Pues porque si se aprueban a los maestros seles acaba el regalar aprobados para quitarse de encima a alumnos molestos y no aguantar a los padres que lo único que les importa es que su hijo apruebe, y los estudiantes tendrán que esforzarse más, o al menos no ir a las clases esperando al aprobado.

¿Y por qué hablo de todo esto? Pues porque cuando los conocimientos se tiran a la

basura predomina la barbarie. Y donde predomina la barbarie manda la violencia, y el acoso es una forma de violencia que aumenta como la espuma sin que nuestros educadores hagan algo más que dar discursos vacíos de contenido y cuyo único valor es acallar conciencias y esconder los verdaderos problemas bajo la alfombra.

El filósofo Francisco José Contreras afirma en su libro Nueva Izquierda y cristianismo que una de las fuentes de intolerancia es la incultura, dado que lleva a la simplificación excesiva. En ese libro se afirma que “una manifestación de intolerancia es etiquetar a la gente, encasillarla en moldes o tipos simplificados de personas. De este modo, la falta de consideración de la singularidad de cada uno, nos lleva a veces a identificarlo con un tipo simplificado de persona, que sólo existe en nuestra imaginación”.

Esto se ve claramente en esta historia, cuando Nicolás dice que las ideas de Leonardo son “racistas, xenófobas y ultrafascistas” y cuando Kevin le acusa de machista. Son muy frecuentes el uso de palabras-policía como machista, fascista, racista, homófobo… a opiniones discrepantes, a veces incluso contradictorias con el significado de la palabra con la cual se descalifica.

Además en el caso catalán sucede un hecho trascendental, y es que muchos profesores se han transformado (más bien se han corrompido) en una especie de militar que obliga a sus alumnos a seguir sus consignas, siempre a favor del nacionalismo catalán, y quien se atreva a cuestionarlo sufrirá la ira del profesor y de sus compañeros. Por supuesto, si el padre se atreve a quejarse ante el profesor sucederá lo mismo. No son pocos los casos de niños acosados por ser hijos de guardias civiles (la bestia negra del nacionalismo catalán, y por supuesto, del nacionalismo vasco, especialmente en los pueblos dominadospor los terroristas de ETA).

Esto por supuesto, a nadie le importa, y los mismos políticos que fomentan el acoso contra el que se atreve a discrepar son los que salen en las fotos diciendo “no al bullying” y demás lemas vacíos de contenido. En general, en toda comunidad tomada por el nacionalismo (y por cualquier forma de idealismo, en general) el acoso al discrepante es algo normal y hasta deseable.

Un ejemplo de libro de hasta qué punto la corrupción política y la desvergüenza de los políticos ha llegado a su máximo apogeo sucedió mientras escribía este libro, en febrero-marzo de 2017, con el famoso autobús de Hazte Oír.

Un mensaje, no ya contrario a la ideología de género, si no, más bien, un mensaje que a nadie sensato le importaría por su obviedad ha sido perseguido y acosado por los cuatro partidos políticos que cortan el bacalao en España, es decir, el PP, el PSOE, Podemos y Ciudadanos. Y las actuaciones dirigidas contra la asociación que promueve el autobús recuerdan mucho a las técnicas de acoso vistas hace un rato:- Acusaciones falsas (asociación transfóbica, nueva palabra-policía dirigida contra todo aquel que ose cuestionar las tesis de los movimientos LGTB aplicados a los transexuales,parece ser que Charlotte Goiar, la primera transexual a la que el Tribunal Supremo le permitió cambiar de sexo, también es transfóbica, es decir, se odia a sí misma, porque apoyó la campaña de Hazte Oír)- Calumnias (se dijo que el autobús atropelló a una señora en Pamplona que se estaba manifestando delante del autobús y se dio a la fuga, la realidad es que esa señora estaba agarrándose a la puerta del conductor con el vehículo en marcha y se cayó al suelo)- Ataques directos (tirada de huevos contra el autobús y contra los dirigentes de Hazte Oír)

- Intentos de intimidación (multas, prohibiciones de circular por determinadas regiones, por supuesto, sin orden judicial, para que se note que si los políticos quieren prohibir algo lo prohíben) Este acto, por cierto, es una de las peores corrupciones que se pueden dar, utilizar los recursos públicos para perseguir a asociaciones con ideas contrarias a las de los políticos que mandan.

El autobús al final ha sido amparado por la justicia en una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, en julio de 2017, donde además de dar la razón a la asociación en elhecho de que el autobús no contiene frases ultrajantes u ofensivas, además de que no traspasa los límites de la libertad de expresión y donde se dice que admitir la persecución de ideas que molestan a algunos no es democrático. Esto es obvio, pero parece ser que para los políticos que tenemos la desgracia de padecer no.

Y sobre todo, este caso demuestra que los partidos políticos viven en una burbuja ajena alos intereses de los ciudadanos, en las encuestas de los medios, independientemente de su ideología, la mayoría de españoles estaba a favor de la libertad de expresión de Hazte Oír, pero en cambio, los políticos de todos los colores estaban en contra, rara avis en España, como se dijo antes, los políticos solamente están de acuerdo en subirse el sueldoy criticar a Donald Trump. Por supuesto, nada de esto afecta a la mayoría de los ciudadanos, pero es extremadamente preocupante que algunos piensen que esta asociación se merece que la persigan por machista, racista, homófoba, ultracatólica y todo el ejército de palabras-policía que se le ocurran a uno. Dejando a un lado las consideraciones morales. ¿No se da cuenta el ciudadano que si a unos políticos se les deja censurar a alguien por sus ideas, por muy poco defendibles que sean, mañana le puede tocar a cualquiera? Basta con una acusación de fascista para instaurar la censura contra el que sea.

En el fondo, esta forma de actuar era propia de la Santa Inquisición, hasta que fue abolida, los métodos que se utilizaban eran los mismos que utilizan ahora contra todo aquel que se atreva a discrepar en determinadas cuestiones como el aborto, el matrimonio homosexual y la ideología de género en general. El ahínco con el que se persigue a los discrepantes deja ver que quizás se tratan de asuntos poco defendibles y que solo se justifican debido a que al poder político le interesan porque eso facilita enormemente la corrupción y la tiranía (hacia donde tiende el poder político por naturaleza) o bien debido a la existencia de lobbys organizados que mueven mucho dinero y dan de comer a miles de personas que sin su existencia tendrían que buscar un trabajo honrado.

Nos falta el acoso sexual. No es algo frecuente en las empresas, ni nunca lo ha sido, peroel acosar a alguien por razón de sexo, en ocasiones es un motivo más para acosar a alguien, de la misma forma descrita más arriba, intentando hacer daño donde más duele. Suelen ejercerlo hombres, deseosos de tener algún tipo de contacto sexual con una mujerque no se deja. En la novela vemos como Tamara sufre acoso sexual en su trabajo, con comentarios referentes a su condición de mujer y tocamientos.

Sin embargo, ella se defiende y sin rodeos le pega una patada en la entrepierna. Es una forma de defenderse, quizás no sea la más adecuada, pero si lo que uno busca es ser despedido inmediatamente y quitarse de encima al acosador puede ser lo idóneo. En caso contrario habría que recurrir a las grabaciones ocultas acompañadas de denuncia penal.

Los motivos para este tipo de acoso suelen ser, al contrario de lo que se suele pensar, de

tipo biológico. Los altos niveles de testosterona y/o el funcionamiento cerebral anómalo son las principales causas de acoso sexual. En otras ocasiones, el estilo del vida, la propia autoestima, la ausencia de empatía, el haber sido abusado de niño… suelen llevar también al acoso sexual.

Una variante del acoso típico es el ciberacoso, es decir, el acoso por Internet. En la historia vemos como la Lore intenta agregar a Leonardo a Facebook, con intención de molestarlo por esa vía en el momento en el que pierde el contacto con él. No obstante, en algunas ocasiones el acoso por esa vía se puede cortar mediante las opciones de bloqueo de las cuentas sociales.

Pero puede suceder que el acoso suceda por otra vía, que es por la publicación de cosas indeseadas en una página web o en un blog. El efecto que puede generar eso puede ser devastador, puesto que una página web está las 24 horas del día activa y cualquiera puede entrar allí, además, la víctima no puede retirar el contenido, y en muchas ocasionesno puede contestar de forma directa, causando indefensión.

¿Qué se puede hacer contra el acoso?

Lo más importante, el acoso hay que probarlo. De nada vale nuestra palabra contra la del acosador. Además, para nuestra desgracia, en nuestro país está muy extendida la mentalidad contraria al “chivato” y tendemos a convertir en héroes a auténticos impresentables.

El método infalible para probarlo es grabar las conversaciones que tenga con el acosador. En España, según sentencia del Tribunal Constitucional, es ilegal grabar cuando se invada la intimidad del grabado, considerando que se invade la intimidad cuando se graban conversaciones ajenas. Ojo a este detalle, de por sí, grabar las conversaciones propias no supone una violación de la intimidad.

Es decir, cualquiera puede grabar sus conversaciones y utilizarlas como prueba en un juicio (José hace eso en el juicio, y por eso lo gana). Salvo algunas excepciones, sirven como prueba.

De todas formas, en el caso del acoso escolar hay un elemento que juega en contra. Muchos institutos, por precaución, prohíben que los estudiantes lleven teléfonos móviles oalgún aparato electrónico a las clases por el uso que se puede hacer de ello. Y es que no pocas barbaridades que se cometen en las aulas son grabadas y subidas a Internet para regocijo de los causantes.

Por ello, en estos casos solo queda denunciar el acoso y esperar suerte (aunque quede elestigma de chivato). Esto es lo que hace Leonardo con el autobusero Gutiérrez, ganándole tras un incidente causado por éste.

En el ámbito escolar, lo más importante es que los adultos responsables de la educación de los niños no hagan dejación de sus funciones, dado que el resultado será indudablemente la supremacía, el abuso y la tiranía de los más fuertes sobre los más débiles. Esto se ve especialmente con Onésimo, que no solo tolera, llega hasta a promover el acoso en sus clases.

Y hoy en día profesores como Onésimo están más protegidos frente a otros que toman medidas drásticas para prevenir la violencia en las aulas y sancionan con firmeza a los

agresores, el profesor se expone a los padres del agresor, que normalmente suelen ser gente con algún problema o que piensa que la escuela está para hacer su trabajo, o incluso ante las autoridades educativas, sobre todo si estas autoridades leen muchos libros de pedagogía moderna. Se tienen dado casos en los cuales es la víctima la que se tiene que cambiar de centro, no el agresor, porque “podría herir su autoestima”.

Las consecuencias del acoso

En la historia vemos alguna de estas consecuencias. Vemos que:

- Leonardo se vuelve más irascible y más nervioso de lo habitual, hasta el punto de que suspende dos módulos (menor rendimiento académico).

- Águeda sufre una úlcera de estómago, fruto del estrés al que se ve sometida (problemasde salud).

- Adrián se une al grupo de acosadores dado que considera que puede salir beneficiado (aislamiento de las víctimas, ven como uno de sus “amigos” desaparece).

- Como se comentó antes, el hecho de que otras personas se crean los rumores que difunden los acosadores (Andrea, cuando se cree todo lo que le cuenta Roberto sobre Leonardo)

Hay consecuencias mayores y el grado de recuperación varía, en algunos casos la víctima puede perder su carrera profesional, puede sufrir graves problemas de salud e incluso se puede suicidar. Por suerte para nuestros protagonistas, tanto Leonardo, Tamara, Águeda y José pudieron soportar el acoso y terminaron ganando la guerra a quienes se creían más fuertes. Esa historia va dedicada a todos los protagonistas de historias semejantes, que se creen que no tienen nada qué hacer y que su única solución es aguantar estoicamente el temporal. Sí pueden hacer algo y cambiar la historia, como hicieron nuestros protagonistas.