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4 ta CONFERENCIA Innovación tecnológica para la sustentabilidad en el sector de la construcción • Cristián Yáñez • Carlos Cruz • Juan Carlos Martínez • Francisco Wittwer PRESENTA: Área Construcción de INACAP 26 de Septiembre, Temuco

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CONFERENCIA

Innovación tecnológica para la sustentabilidad en el sector de la construcción

• Cristián Yáñez • Carlos Cruz • Juan Carlos Martínez • Francisco Wittwer

PRESENTA:Área Construcción de INACAP

26 de Septiembre, Temuco

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Innovación tecnológica para la sustentabilidad en el

sector de la construcción

• Cristián Yáñez • Carlos Cruz • Juan Carlos Martínez • Francisco Wittwer

PRESENTA:Área Construcción de INACAP

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INTRODUCCIÓN

La generación y consumo de energía son cada día más costosos, y desde la construcción se puede hacer algo al respecto. Si bien no hay políticas de Estado que fomenten la innovación tecnológica en el sector, dentro de la industria ya existe la visión de que la construcción puede entregar soluciones para ahorrar energía, lo que a su vez puede derivar en nuevas líneas de negocios y en una posición de liderazgo en esa forma de abordar la escasez energética.

Para que esta visión se haga realidad es necesario que se den dos requisitos. El primero es un cambio cultural dentro del sector de la construcción de nuestro país, el que es averso al riesgo y renuente a modificar una forma de hacer las cosas que ha resultado exitosa en uno de los países más sísmicos del mundo. El segundo es formar un capital humano capaz de instalar y manejar las innovaciones tecnológicas –mayoritariamente generadas en el extranjero–, de modo que agreguen real valor a las construcciones. Hay que decir que un error en la adquisición e instalación de estas tecnologías puede traer consecuencias muy graves para las empresas constructoras.

Para abordar este segundo punto es que en esta Conferencia en Desarrollo de Capital Humano se expone sobre las tecnologías sustentables que están siendo utilizadas en la construcción en Chile (con énfasis en los paneles fotovoltaicos), sobre las competencias que deben tener los profesionales del rubro para utilizarlos adecuadamente, y sobre los desafíos en la Educación Superior para la formación en estas competencias.

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CONTENIDO

Los expositores

La proyección de la construcción sustentable en el país: cifras y desafíosCristián Yáñez, Subgerente de Eficiencia Energética y Construcción Sustentable de la Corporación de DesarrolloTecnológico de la Cámara Chilena de la Construcción.

Proyectos de la industria de la construcción vinculados a la innovación tecnológica: ¿qué nos falta?Carlos Cruz, Presidente de la Comisión Urbana de la Cámara Chilena de la Construcción de Temuco.

Aplicaciones e integración de la energía solar térmica en proyectos inmobiliarios: requisitos para el capital humanoJuan Carlos Martínez, Consultor especializado en energía solar térmica y Presidente de la Comisión Técnicade la Asociación Solar de la Industria Térmica (ASIT), España.

Formación para una construcción sustentableFrancisco Wittwer, Director del Área Ingeniería de INACAP.

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Antes que nada quisiera contarles que el CDT (Centro de Desarrollo Tecnológico) es el brazo técnico de la Cámara Chilena de la Construc-ción. Tenemos ya veinte años de funcionamiento y nuestra principal misión es promover las buenas prácticas en el sector.

En este contexto, mi presentación de hoy día busca dar a conocer, sobre todo a los alumnos de último año, cómo se espera que sea el mercado de la construcción sustentable en el país, cuál es su tamaño y cuál es la potencialidad de su campo laboral en el futuro inmediato. Por otro lado, también me interesa enunciar las principales brechas y desafíos que debemos superar para conseguir que esa potencialidad efectivamente se despliegue. Mis datos provienen de un proyecto desarrollado con tres entidades fundamentales: la Cámara Chilena de la Construcción, la Corfo y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu). Nosotros, como CDT, somos los ejecutores principales. Participaron, además, varias asociaciones gremiales, como el Colegio de Arquitectos, el Instituto de la Construcción y el Chile Green Building Council. El proyecto consta de tres fases. En la primera hicimos un diagnóstico del mercado potencial y las brechas existentes, que es lo que les voy a contar ahora, y después elaboramos propuestas a las que también me referiré.

BENEFICIOS DE UNA CONSTRUC-CIÓN SUSTENTABLE

¿De qué hablamos cuando hablamos de una oportunidad de negocios? Estamos hablando de algo no menor: 2.000 millones de dólares proyectados al año 2025. Actualmente, lo que se realiza en construcción sustentable es quince veces menos, y se espera que haya un crecimiento exponencial en los próximos años. Esa es la oportunidad de negocios que vislumbramos. Son valores completamente validados por todas las entidades, desde el Minvu hasta la Cámara de la Construcción. Pero antes de explicar cómo obtuvimos estas cifras y cómo podemos hacer que ellas se materialicen lo antes posible, voy a hablar un poco del contexto del sector de la construcción.

Se trata de un sector no pequeño en la actual situación chilena, el que afecta a toda la economía nacional. Es responsable del 7,8% del PIB y da mucho trabajo: se estima que contiene el 8,4% del empleo na-cional; es decir, cerca de 650.000 personas laboran en esta esfera, sin incluir lo relacionado con el arriendo y el rubro inmobiliario. Si sumamos esto último, tenemos cerca de un millón de personas ligadas al sector construcción.

En el tema del impacto ambiental tam-bién tiene una presencia fundamental: es responsable de cerca del 29% del

LOS EXPOSITORES La proyección de la construcción sustentable en

el país: cifras y desafíos

Cristián YáñezSubgerente de Eficiencia Energética y Construcción Sustentable de la Corporación de Desarrollo Tecnológico de la Cámara Chilena de la Construcción.

Cristián Yáñez

Subgerente de Eficiencia Energética y Construcción Sustentable de la Corporación de Desarrollo Tecnológico de la Cámara Chilena de la Construcción. Ingeniero Industrial Químico de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Máster en Ciencias en Ingeniería de Procesos y Tecnologías de la Energía de la Universidad de Bremerhaven, Alemania. Tiene la certificación CEM (Certified Energy Manager), de la Association of Energy Engineers (AEE). Trabajó en Celulosa Arauco y Constitución, y en Gasco, siempre en temas de energía. En la Cámara ha desarrollado y liderado numerosos proyectos relacionados con la eficiencia energética.

Carlos Cruz

Presidente de la Comisión Urbana de la Cámara Chilena de la Construcción de Temuco. Arquitecto y Máster en Dirección y Evaluación de Proyectos Inmobiliarios de la Universidad Politécnica de Madrid, España. Presidente de la Delegación Regional del Colegio de Arquitectos de Chile y profesor asociado de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Mayor. Socio de Cruz y Valdovinos Arquitectura y Diseño.

Juan Carlos Martínez

Consultor especializado en energía solar térmica y Presidente de la Comisión Técnica de la Asociación Solar de la Industria Térmica (ASIT), España. Ingeniero Aeronáutico de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos de Madrid, con una amplia formación complementaria específica en energía solar. Desempeña su labor de consultoría con empresas fabricantes, distribuidoras, instaladoras y mantenedoras y de ingeniería de instalaciones solares térmicas. Durante cinco años se ha desempeñado como jefe de los programas de energía solar térmica del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) de España.

Francisco Wittwer

Director del Área Ingeniería de INACAP. Ingeniero Civil y MSc. de la Universidad Federico Santa María. Durante su vida profesional se ha desempeñado en diversas empresas y, en el ámbito académico ha sido director de la Escuela de Ingeniería Civil de la Universidad Central, docente en la Universidad Técnica Federico Santa María y en la Universidad de Valparaíso. Es miembro del Instituto de Ingenieros y del Colegio de Ingenieros.

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uso de la energía –en el sector de energía secundaria–, de acuerdo a la Asociación Nacional de Energía. Y con respecto al uso del agua, ocupa un 6% del total. También tiene una alta influencia en los residuos sólidos, ya que se estima que cerca del 34% de los producidos en el país están relacionados con este sector.Uno de los aspectos donde las insti-tuciones participantes en el proyecto tuvimos más dificultades para llegar a acuerdo, fue determinar qué era la construcción sustentable. Al final obtuvimos una definición que nos dejó conformes a todos: se trata de edificaciones que generan valor al mejorar la calidad de vida de las personas en los aspectos sociales, económicos y medioambientales, a lo largo de todo el ciclo de vida de la edificación. Para decirlo de manera más simple: son edificaciones que tienen bajo impacto medioambiental, una buena performance en términos de valores de arriendo, un mayor precio de venta y, por otro lado, entregan una buena calidad de vida gracias a sus mejores condiciones de habitabilidad. Sabiendo que ese es el marco dentro del cual nos movemos, los beneficios de construir de forma sustentable –de acuerdo a Green Building Council, la asociación gremial que promueve las certificaciones medioambientales, como la certificación Leed– son va-rios. Entre ellos está un menor uso

de energía, estimado entre un 25% y un 50% en este tipo de edificaciones. Otros aspectos positivos son las me-nores emisiones que ellas producen, el menor consumo de agua –hasta un 10%– y una reducción de residuos de la construcción de hasta un 70%. Por otra parte, en costos operacionales se puede bajar hasta un 10%, lo que le agrega un interesante valor a la propiedad. Se estima que en otros países el valor de las viviendas sus-tentables aumenta casi un 7%, ya que con estos estándares hay precios de venta superiores, mejores cánones de arriendo y atractivos retornos sobre la inversión.

Las oficinas construidas bajo este concepto tienen más ocupabili-dad, es decir, pasan menos tiempo desocupadas, y eso se traduce en efectos monetarios. Por último, en términos de beneficios sociales, estas viviendas tienen óptimas condiciones de habitabilidad, mejor temperatura y mayor confort en general. Se ha estudiado, incluso, que en las oficinas con estas características mejora la productividad de las personas.

BRECHAS Y BARRERAS PARA UNA CONSTRUCCIÓN SUSTENTABLE

Ahora que sabemos cuáles son los beneficios, necesitamos conocer, en términos numéricos, cuánto de ello existe en Chile en la construcción y a cuánto podríamos llegar. Según datos

de la Cámara Chilena de la Construc-ción, en el sector se invierten del orden de 30.000 millones de dólares, esto es, el 7,8 del PIB. Sin embargo, ello considera todo, no solo edificaciones sino también infraestructura. Pero lo que nos interesa principalmente, en términos de sustentabilidad, son las edificaciones. Si restamos la infraestructura, diríamos que lo que se construye en Chile es del orden de 10.640 millones de dólares al año.

¿Cuánto de aquello está constituido por edificaciones sustentables? Si consi-deramos las edificaciones que poseen certificaciones medioambientales, como la Leed, o viviendas que están en los programas de reacondicionamiento térmico o colectores solares térmicos, llegamos al siguiente valor, sin duda pobre: 160 millones de dólares al año en inversión, es decir, apenas un 1,5 % del potencial que tenemos. Por un lado esta cifra es lamentable, porque es poco lo que se está haciendo, pero por otro lado presenta un gran desafío y un tremendo potencial en el futuro inmediato.

Para proyectar el crecimiento que tendrá la construcción sustentable en los próximos años, solo nos podemos basar en la experiencia internacional, esencialmente la de Estados Unidos: de allí proviene un informe bastante reconocido, el Green Oultook. Además, Chile tiene otros otras similitudes con Estados Unidos, como la menor cifra

de subsidios y la fuerte orientación al mercado. Allá, el crecimiento ha sido muy dinámico en la edificación no residencial, principalmente de oficinas y hoteles. En 2005 solo el 2% de estas construcciones tenía el concepto de sustentabilidad, y en 2011 subió al 38%. Respecto de edificaciones resi-denciales –casas y departamentos–, el crecimiento fue algo más lento: en 2005, el 2% se construía bajo este concepto, y al año 2016 se espera que alcance el 36%. Para proyectar qué va a hacer Chile en los próximos años nos basamos en supuestos conservadores, estimando un crecimiento que fuera la mitad del de Estados Unidos en términos de penetración de mercado. Por otro lado, consideramos la aplicación de políticas fiscales que promuevan la construcción sustentable, que se demora entre cinco y siete años en traducirse en un efecto del mercado. Basándonos en todos esos supuestos, concluimos que en 2025 pasaríamos de un 1,5% al 15% o al 20% de construcciones sustentables. Incluso creo que esta cifra será mayor, entre el 20% y 30%, porque esto es bastante más dinámico. Sin embargo, con los valores proyectados estamos bastante más tranquilos a nivel de gremio y de sector privado-público.

Cabe preguntarse si hay en Chile una experiencia más empírica, más clara, respecto de nuestro crecimiento en estos asuntos. Sí, la hay, en iniciativas

tanto privadas como públicas. Dentro de las privadas han entrado muy fuerte las certificaciones de oficinas como la Leed, y ya algunos proveedores están solicitando la medición de la huella de carbono en los materiales que proveen. Los distribuidores de energía, como Gasco o Abastible, así como los distribuidores de electricidad, están ofreciendo a las inmobiliarias algunos productos que consideran energías renovables no convenciona-les. Así, de alguna manera el mercado está considerando estos temas, un fenómeno que en los últimos años ha crecido de manera progresiva. Y por último, como ustedes saben, en las instituciones de capacitación está creciendo el número de diplomados, de magíster y de carreras relacionadas con estas tecnologías.

Es importante saber que en los países donde esto funciona, este trabajo tiene un sentido más público, y Chile no ha sido la excepción. Aquí empezamos en 2001 con la reglamentación térmica, que estableció ciertos estándares de aislación de techo, y en 2007 pasó al resto del envolvente. De igual mane-ra, en los últimos años han surgido varias iniciativas, como la Ley de los Colectores Solares Térmicos para las constructoras –a través de un subsidio tributario–, o el net metering, que le va a permitir a los usuarios de las casas inyectar energía eléctrica a la red. Esto se ha traducido en que hoy surgen más ofertas de este tipo de

iniciativas. Uno de los socios de este proyecto –Portalinmobiliario.com, que en la Región Metropolitana tiene una presencia de cerca del 90%– muestra que las viviendas con atributos de sustentabilidad, tales como doble vidrio y calefacción eficiente, han pasado desde un 3% de las viviendas que ofrecía en 2007, a un 13% en la actualidad. Puede parecer poco, pero esta tendencia crece cada vez con mayor fuerza.

Conociendo estas proyecciones, era importante estimar cuáles eran las brechas y barreras que nos impedirían llegar a obtener ese tamaño proyectado para este mercado, los 2.000 millones de dólares en 2025 de los que ya habla-mos. Para ello realizamos estudios de diagnóstico que incluyeron entrevistas a fondo con distintos participantes de la cadena de la construcción: mandantes, inmobiliarias, organismos reguladores, instituciones financieras, adminis-tradores de edificios, el Colegio de Arquitectos, proveedores de productos y algunas asociaciones gremiales. También organizamos focus group en profundidad, tanto con constructoras como con desarrolladores inmobiliarios, todos con amplia presencia nacional y poseedores de un buen tamaño de mercado. De igual manera, aplica-mos cuestionarios a clientes finales, llegamos a algunas inmobiliarias más cercanas a la CDT e hicimos encuestas en las salas de venta, así como en el sitio del Portalinmobiliario.

La proyección de la construcción sustentable en el país: cifras y desafíos La proyección de la construcción sustentable en el país: cifras y desafíos

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com. El objetivo de todo aquello era determinar cuál era la brecha que el sector de la construcción consideraba significativa y en qué se debía trabajar para desarrollar este mercado.

Las brechas existentes se podrían sintetizar en tres: ● El tema de la regulación ocupó el 54% de las menciones. Ellas hacían referen-cia a que las normativas relacionadas con la construcción sustentable no son suficientemente claras y flexibles.● En términos de oferta, el 80% de las menciones se refería a la poca comunicación entre los distintos actores presentes en la oferta, es decir, las cons-tructoras con los arquitectos, con los proyectistas y con los desarrolladores inmobiliarios. Hay mucha asimetría de información: gente que sabe mucho de estos contenidos y otra que sabe muy poco. Y esa deficiencia es algo de lo cual deberíamos ocuparnos.● Por último hay un aspecto que para nosotros es fundamental: la demanda. Ahí, un 70% de los encuestados reco-noció que todavía existe una muy baja percepción de los beneficios que trae la construcción sustentable, lo que se refleja al momento de elegir la casa o la oficina. Y ese es el factor que mueve toda la cadena.

TRES ACTORES EN EL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN

Ahora que sabemos en qué temas tenemos que trabajar, es importante

asignar estas brechas a la cadena de valor de la construcción. Es relevante contextualizar cómo funciona esta cadena y así saber dónde debemos superarnos. En nuestro estudio hicimos un diseño bastante simple. De acuerdo al proceso de la construcción, definimos tres etapas: el diseño, la construcción misma y la venta.

Cada actor participa de una manera distinta. Los desarrolladores inmobilia-rios están presentes de manera más fuerte en la fase del diseño, donde proyectan lo que van a construir. Ahí, ellos se relacionan activamente con las entidades financieras para obtener créditos que les permitan llevar a cabo sus propuestas. Los reguladores, que fijan los estándares y las reglas del juego, están presentes en toda la cadena de la construcción. Y a su vez las constructoras, protagonistas de la etapa más larga y compleja, se vinculan principalmente con los proveedores de materiales. Están, finalmente, los clientes, que son los que compran las oficinas, los hoteles, los departamentos. Ellos se relacionan fuertemente con las instituciones financieras que les otorgan créditos.

¿Dónde asignamos las brechas que detectamos anteriormente? Por ejemplo, en la ausencia de una norma clara y flexible de los reguladores para el resto de los actores. En lo relativo a la oferta, hay una escasa comunicación entre las constructoras, los arquitectos

y los proveedores de materiales. Y, por último, y lo más fundamental, por parte del cliente final existe una baja percepción de los beneficios que aca-rrea adquirir inmuebles sustentables.

Así, entonces, hay tres actores que son esenciales y en quienes debemos enfocar los esfuerzos para mejorar nuestro desempeño: los reguladores, que como entidad global no se limitan a un ministerio; los mandantes, que estipulan la realización de estos proyectos, y que se relacionan con toda la oferta; y los clientes finales, aquellos que decidimos adquirir este tipo de bienes. Sobre estos tres pilares debemos trabajar, con el objetivo de acelerar la construcción sustentable en el país.

A partir de esta trilogía desarrolla-mos un modelo conceptual que nos llevará a entender cuál es la relación entre ellos, de tal manera de enfocar adecuadamente nuestro esfuerzo. Los mandantes, la regulación y el estándar se relacionan entre sí de distintas maneras. Por ejemplo, entre un mandante y un consumidor: el primero va hacia el otro en busca de un negocio, con el afán de vender su producto. En cambio, el consumidor final llega hasta la inmobiliaria para encontrar algo que le dé bienestar. Por otro lado, la inmobiliaria se relaciona con los entes reguladores buscando reglas claras para el sector. Y los entes reguladores, por su parte, les

están otorgando a ellos un bien común. La relación entre el consumidor y el regulador es, principalmente, otorgar protección al primero en el contexto de estas relaciones.

Este modelo conceptual contiene a todo el sector de la construcción, pero tenemos que buscar algunos ejes articuladores que nos liguen a la construcción sustentable, que nos permitan desarrollar y amarrar todo esto a la sustentabilidad.

En esa línea encontramos los si-guientes dos aspectos. Por un lado está la habitabilidad, que se define como la calidad de vida al interior de la vivienda, formada por la calidad del aire y de la temperatura. Y, por otro lado, están los costos operaciona-les: de la energía, del agua y de las emisiones. Sobre la base de estos dos ejes entran a participar varios factores que hasta hace un tiempo no estaban presentes en el sector de la construcción: el Ministerio de Ener-gía, el Ministerio de Medio Ambiente y otras instituciones adicionales, de ONGs, la Agencia Chilena de Eficiencia Energética, etcétera, todos los cuales ya forman parte de la sustentabilidad en nuestro rubro.

Ahora que ya diseñamos el marco con-ceptual para superar estas debilidades y características, surge la pregunta de cuáles son los beneficios que tendre-mos en los próximos años al entrar en

el terreno de la sustentabilidad. En el caso de los arquitectos, por ejemplo, está la posibilidad de crear nuevos negocios, de obtener una mayor capacitación y más competencias al participar en este tipo de proyectos. Para las constructoras significa una baja en los costos de operación y una menor generación de residuos. A los proveedores, por su parte, les permite posicionar su marca y los desarrolladores inmobiliarios pueden vender más rápido sus productos y a un precio de venta más alto. Con la sustentabilidad sube la tasa de ocupación, mejora la calidad de vida y bajan los costos de operación. Hay estudios bastante claros respecto de estos beneficios. Si bien en Estados Unidos el año pasado se paralizó la construcción, los oficios que tenían que ver con los green jobs, o empleos relacionados con sustentabilidad, aumentaron su empleabilidad.

INICIATIVAS PARA UNA CONSTRUC-CIÓN SUSTENTABLE

En la segunda fase involucramos al mayor número posible de empresas e instituciones, tanto públicas como privadas. Creamos un conjunto de actividades bastante concretas, y defi-nimos un cronograma de responsables para llevarlas a cabo, focalizadas en las tres brechas que identificamos anteriormente. En esta etapa que acabamos de desarrollar, llegamos a formular dos iniciativas centrales que

trabajaremos en los próximos tres años. Ellas tienen que ver con la normativa de la oferta y de la demanda y buscan gatillar el mercado de la construcción sustentable hacia 2025.

En lo referido a la normativa tenemos varias actividades, como el programa Pro Construcción Sustentable, que trata de implementar estrategias de incentivo municipal. Ello se ha logrado en otros ámbitos; por ejemplo, ciertos municipios en Santiago dan mayor constructibilidad a inmobiliarias que pagan por enterrar los cables. Lo mismo se podría hacer con inmobiliarias que puedan implementar techos verdes o colectores solares térmicos, a cambio de un grado de constructibilidad de calidad superior. Ello lo está desarro-llando el Minvu, principalmente en el marco de este programa.

También estamos elaborando un sello para la construcción sustentable en vivienda. Hace un par de años apareció un Código de Construcción Sustentable, el que estableció ciertas condiciones de las viviendas nuevas en cuanto a habitabilidad, uso de energía y uso de agua, y queremos desarrollar un sello que le asegure al usuario final que esa vivienda tiene dichas condiciones. De igual manera, trabajamos en la elabora-ción de reglamentos de publicidad relativos a la construcción susten-table y así evitar el greenwashing, es decir, el engaño al consumidor:

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no porque una inmobiliaria pinte de verde un edificio significa que tiene ahí un espacio sustentable. Por ello desarrollamos un proyecto, en conjunto con la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC), para establecer algunas normas mínimas respecto de la publicidad.

Por último hay algo que se está llevando cabo vigorosamente en el Minvu: la articulación y plan de adaptación de las normas y su aplicación. Este ministerio está haciendo un levantamiento de información que le permita saber cuáles son las normas vigentes, cuán claras y flexibles son y cómo se deberían adaptar en los próximos años con el objetivo de potenciar este mercado. Dentro de la oferta hay actividades necesarias y trascendentales en pos de que todo funcione. La primera es implementar el sistema marco para la construcción sustentable. Esto se refiere a que en Chile el 80% o incluso el 90% de las viviendas se compra a través de créditos hipotecarios. Sin embargo, falta una homologación de los criterios de sustentabilidad para que los bancos puedan ofrecer, a construcciones con esas características, tasas más bajas o mayores periodos de gracia. Hemos constatado el poco conocimiento del sector bancario respecto de estos te-mas. Por ello, a través de un proyecto postulamos a Bienes Públicos de Corfo –que es una línea de financiamiento– para desarrollar estas materias en los próximos años. Ello permitirá a las

entidades financieras reconocer los atributos de sustentabilidad y generar así mejores negocios.

Con Portalinmobiliario.com estamos trabajando en el concepto de Cheklist de Sustentabilidad. Ello significa que cuando un cliente potencial busca una propiedad específica, debe mos-trársele una lista donde se indique si tiene estacionamientos de bicicletas, doble vidrio, colectores solares y otros atributos muy simples, muy básicos, pero que permiten saber mejor en qué medida una vivienda u oficina está alineada con la sustentabilidad.

La Red pro Construcción Sustentable, por su parte, es una iniciativa que busca premiar a las inmobiliarias que tengan mayor cantidad de viviendas con este tipo de cualidades. Estamos desarrollando, junto a la Asociación de Desarrollo Inmobiliario, una guía de proyectos que consideren estos factores a la hora de ejecutar obras. Y el Instituto de la Construcción, que es otra entidad que actúa con noso-tros, implementó una Certificación de Edificio Sustentable a inmuebles del sector público, como hospitales y oficinas. Ahí impulsaremos un programa que fortalezca y difunda esa certificación en todo el sector. Esas son las principales iniciativas relacionadas con la oferta. Y en lo relativo a la demanda –que es lo más relevante–, para llegar a los

usuarios finales estamos trabajando a través de la difusión. En el progra-ma Vida Sustentable establecemos relaciones con distribuidores de energía que acceden a los usuarios finales, como Chilectra, en el caso de Santiago, y Metrogas. Ellos poseen varias estrategias de difusión. A tra-vés de revistas y de las cuentas que llegan a los hogares, entregan este tipo de información, y en el marco de este programa nos ayudarán dando consejos a los usuarios respecto de cómo elegir sus casas, cómo ahorrar energía, etcétera.

El programa Construye Solar desarrolla prototipos de viviendas sociales con altos estándares de sustentabilidad, or-ganizado por el Minvu junto a una ONG. En abril del próximo año se mostrarán unos prototipos correspondientes a unas diez o doce universidades del país en el Parque O’Higgins de Santiago, donde se premiará a la que sea más sustentable. También en conjunto con un centro tecnológico alemán llamado Frauhofer, que ya se encuentra en Chile, se implementará una plataforma web que buscará entregar al usuario final conocimientos sobre cómo ahorrar agua y energía.

Estas son las iniciativas que de-sarrollaremos, y designaremos personas responsables para cada una de ellas. Nuestra labor esencial aquí es conseguir financiamiento y difundirlas a todo el país.

La proyección de la construcción sustentable en el país: cifras y desafíos

En la Cámara de la Construcción ha habido una preocupación permanente por todo lo relacionado con la innova-ción y a la sustentabilidad. No soy un experto en el tema, sino un arquitecto raso que en algún momento, viviendo aquí en Temuco, tuvo la oportunidad de participar, junto con otros profesionales, en estas iniciativas innovadoras. Allí se generó una suerte de caldo de cultivo sustentable como resultado de lo que nos ocurría en nuestros proyectos.

En realidad, debíamos reaccionar frente a un escenario bastante adverso: los datos que recibíamos eran malos y hablaban de una fuerte contaminación en nuestra zona. Pero, como dicen en el coaching, había que transformar el problema en una oportunidad. Fuimos los primeros en el sur en ser medidos con índices de contaminación, a pesar de que este es un problema recurrente desde Talca hacia acá. La alta conta-minación se debe principalmente al uso de la leña, principalmente como consumo residencial. En esa realidad nos hemos enfocado, especializándonos en trabajar en soluciones para conjun-tos de viviendas, edificios y oficinas.

Sin embargo, el escenario era bastante adverso desde el punto de vista nor-mativo, ya que estábamos regulados por una norma térmica que, si bien pudo haber nacido con muy buenas intenciones, finalmente fue cediendo frente a la presión de los productores de materiales de construcción.

Es decir, quienes fabricaban ladrillos u hormigón, y los que hacían ventanas de aluminio, se verían tremendamente afectados por una regulación estricta.

Debíamos hacer las cosas de una manera distinta y en ese contexto aparecieron acá desarrolladores valientes que tomaron la iniciativa. Ellos establecieron –a riesgo perso-nal– una propuesta que incorporaba los avanzados estándares de los países europeos y de Estados Unidos. Esto significó que nos decidiéramos a usar envolventes de alta eficiencia, incorporar sistemas de ventilación activo-pasivo para hacer renovación de aire y no tener que abrir las ven-tanas, y optar por algunos sistemas distritales de calefacción, que en el condominio Frankfurt, por ejemplo, opera con una bomba agua a agua, con una acuatermia tremendamente interesante y muy económica.

PRIMERAS INICIATIVAS DE CONSTRUCCIÓN SUSTENTABLE

Para nosotros esto fue una fuente de inspiración: vimos que eso era lo que queríamos hacer, aunque no sabíamos muy bien cómo. Uno de los primeros intentos fue instalar paneles solares en un edificio muy convencional, cons-truyendo una pequeña central distrital vertical de agua caliente. Visto desde ahora me parece un esfuerzo ingenuo, aunque en ese momento pensábamos que era una instalación sobresaliente.

Proyectos de la industria de la construcción

vinculados a la innovación tecnológica:

¿qué nos falta?

Carlos CruzPresidente de la Comisión Urbana de la Cámara Chilena de la Construcción de Temuco.

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Después lo intentamos en una casa de Vista Volcán, cuya concepción volumétrica tampoco fue pensada para trabajar con esos paneles Sin embargo, funcionaba. Así fueron nuestros inicios en esto, sabiendo muy poco. A propósito de esto, quiero citar al ensayista estadounidense Alvin Toffler, con una afirmación que es perfectamente aplicable al sector de la construcción: “Los analfabetos del siglo 21 no serán aquellos que no sepan leer ni escribir, sino quienes no puedan aprender, desaprender y reaprender”.

Y aunque en nuestra industria ese concepto de Toffler es tremendamente claro, en la mayoría de los constructores persisten la inmovilidad y la resistencia al cambio, con la justificación de que “siempre lo hemos hecho siempre así y es muy difícil hacerlo de otra manera”. Los arquitectos también tenemos la tentación de decir esto, porque las modificaciones que demandan los nuevos tiempos requieren de un es-fuerzo superior que se complica aun más con el tráfago cotidiano.

Pero gracias a las vinculaciones de la Cámara de la Construcción y Corfo, comenzamos a establecer una serie de mediciones tecnológicas –prin-cipalmente traídas de Europa– que nos enfrentaron a nuevos materiales, lo que nos permitió contactarnos con especialistas que estaban formulando la norma vinculada a las certificaciones

y así conocer a otros profesionales del área. La arquitectura que allí conocimos era de elite y difícilmente podíamos replicarla acá. Entonces, el desafío fue simplificarla y adaptarla a nuestra realidad. Allí apareció nuestra primera oportunidad: la Torre Sinergia, un edificio de oficinas.

Una de las concepciones iniciales más simples fue crear ahí un proyecto que privilegiara la iluminación natural por sobre la artificial, estableciendo un nivel de impacto con respecto del equilibrio térmico. Esto era un problema, porque las torres de oficina eran de cristal, algo negativo desde el punto de vista de la eficiencia energética, por lo que nos asesoramos con la oficina de Mi-randa & Nasi, que había colaborado en la Torre Titanium. Necesitábamos determinar qué tipo de envolvente distinto utilizaríamos. Diseñamos este envolvente térmico con una modalidad de cristales especiales, vinculados con el sistema AIF. Además, instalamos un mecanismo de aire acondicionado a gas, ubicado en el último piso. Desde el punto de vista normativo, el hecho de que estos estanques de gas es-tuvieran en el nivel superior provocó complejidades para su aprobación.

En este proyecto, nuestra aspiración final apuntaba a minimizar las tarifas de consumo, las que suelen ser muy elevadas. Hicimos análisis de las distintas tecnologías con la meta de bajar los consumos en calefacción

por valor en uf/m2. Ante la sorpresa de la inmobiliaria, presentamos un presupuesto de casi 800 millones de pesos solo en cristales y en un equipo de aire acondicionado. Esta empresa asumió el riesgo, lo cual es muy loable si pensamos que los factores de diferenciación en el rubro de la construcción son importantes y que se pueden hacer economías de otro tipo. Se evaluaron los ascensores y desde el punto de vista del costo era mucho más económico haber comprado unos convencionales, con sala de máquinas. Sin embargo, en la tasación nos dimos cuenta de que los gastos de operación de un ascensor sin sala de máquinas bajan a la mitad. Finalmente se hicieron estudios de iluminación que determinarían qué tipo de equipos usaríamos. Dimen-sionamos las ventanas a nivel de luz solar, algo completamente inusitado, ya que se trata de una combinación entre elementos científicos con otros artísticos. En fin, el proyecto logró unos estándares de operación tre-mendamente económicos.

ANÁLISIS DINÁMICOSDE EFICIENCIA ENERGÉTICA

Después surgió un segundo proyecto, Torre de Sinergia II, que lamentable-mente no se construyó, aunque para nosotros significó un gran aprendizaje, un paso más allá en nuestro desarrollo profesional en estas materias. Aquí ya no repetiríamos los errores de la

primera experiencia y seríamos más exigentes. Nos pusimos una meta muy ambiciosa: hacer un edificio de oficinas que casi no gaste energía. Vimos la posibilidad de cambiar el concepto de aire acondicionado con unas pocas bombas de calor y refrigerante por cielo radiativo, que funciona a temperatura muy baja. Es-tudiamos instalar parrones verticales con el objeto de generar protección solar hacia el poniente. Evaluamos dinámicamente las demandas de energía por recinto, día a día y hora a hora. Percibimos que los cristales no debían necesariamente ser los mismos en todo el edificio, ya que este tenía distintas necesidades en sus diversas orientaciones. Se es-tudiaron las diferencias económicas que había detrás de esta situación y, finalmente, se determinaron los distintos cristales que se colocarían, dependiendo de la orientación.

Terminado este proceso, establecimos que de ahí en adelante, principalmente en el área residencial, solo realizaríamos análisis dinámicos (y no estáticos) de eficiencia energética. Esto quiere decir que los proyectos serían evaluados en distintas épocas del año y de acuerdo con las distintas horas y la orientación de la vivienda. A partir de allí nos preocuparíamos especialmente de la envolvente térmica, estableciendo claramente un estudio que evitara los puentes térmicos y proponiendo que siempre haya sistemas de ventilación,

pasivos o activos, dependiendo de lo que lográramos concertar con la inmobiliaria. Igualmente, buscaríamos el confort en las soluciones acústicas, ocupar grifería de mínimo consumo y tomar decisiones de diseño que maxi-mizaran la ganancia térmica.

El desgaste de hacer un proyecto con eficiencia energética es tremendamen-te alto, sobre todo en relación con los cientos de detalles que conforman una construcción. Además, hay que ir desechando y revisando un sinnúmero de elementos para ajustarse al presu-puesto. Otro factor interesante en estas modalidades es que los arquitectos debemos dejar de lado nuestro ego, ya que aquí trabajamos de la mano con los ingenieros y los constructores, evaluando que las soluciones efecti-vamente sean acordes al presupuesto de obra. Muchos proyectos que se consideran emblemáticos a nivel de la arquitectura internacional suenan seductores, pero al final, cuando se construyen, cuestan el doble de lo que estaba presupuestado y también se demoran el doble en ser termina-dos. En el área inmobiliaria ello no es aceptable, porque el margen de aumento del costo original de una obra debe ser razonable.

NUEVAS TECNOLOGÍAS PARA NUEVOS DISEÑOS

Uno de los conflictos que se producen en este nuevo tipo de construccio-

nes es la relación entre el proyecto teórico, el diseño que bosquejamos al interior de una oficina, y la rea-lización concreta en que resulta todo esto. La etapa de construcción debe responder lo más fielmente al concepto original, porque de lo contrario no vale la pena el esfuerzo. Por ello, la supervisión de la obra es tremendamente impor tante, algo que no solamente atañe a los proyectistas, sean estos arquitectos o consultores, sino también a los constructores que están a cargo de la ejecución. Ellos deben ser muy estrictos respecto de los protocolos, revisando que efectivamente todo esté bien ejecutado de acuerdo con el plan original, porque una pequeña falla puede echar a perder el trabajo anterior y tirar por la borda toda la inversión. Este es un tema muy complejo a nivel de aislación de las fundaciones, donde hay que explicar a los maestros la importancia de que no haya rompimiento en las planchas y de que el pegamento sea perfecto, por ejemplo.

En relación al contraste que surge entre la planificación teórica y su realización concreta, hay casos interesantes como el del condominio Frankfurt. En teoría nuestro envolvente era de 50 mm, pero en la práctica, si la base o el sustrato tiene irregularidades, hay que desbastar, rebajar y, por lo tanto, en muchas partes alcanza solo los 30 mm. Entonces, si aspiro a una aislación

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efectiva de 50 mm, debo pedirla de 60 o 70 mm para asegurarme de que el grosor proyectado sea el definitivo. Otro descubrimiento en materia de innova-ción es el uso del ferrocemento, por la buena unión que hace del envolvente con los plomos de los muros.

Uno de los conceptos más complejos ha sido el de la ventilación, porque no era fácil que nuestro mandante entendiera los cambios que estábamos haciendo. El gerente de una inmobiliaria me dio entonces la solución: decirle a quienes eran reacios a estas innovaciones que a partir de su uso, los reclamos en posventa disminuirían casi a cero. Y era verdad: con esa aplicación des-aparecieron los hongos, los papeles despegados y los repintados. Además, el hecho de vivir en una casa que está constantemente renovando el aire trae beneficios para la salud de sus habitan-tes. Estos mecanismos de ventilación sustentable son especies de arterias que se mueven muy lentamente, con aire, y permiten ir refrescando el interior de los recintos.

El avance en las nuevas tecnologías para la sustentabilidad se manifiesta en la incorporación a los espacios do-miciliarios de aquello que ya se probó con éxito en las oficinas: bombas de calor, sistemas de generación eléctri-cos, paneles fotovoltaicos y calderas mixtas de generación eléctrica. Igual cosa ocurre con los métodos distritales de calefacción, algo renovador que se

ha aplicado en edificios y que ahora se ha extendido a los conjuntos de vi-viendas. Sin embargo, estos niveles de tecnología requieren niveles iguales de solvencia y capacidad: son un llamado a profesionalizar el gremio, algo que acarrea instancias de calificación en la mano de obra para construir y realizar las mantenciones en la operación de las nuevas viviendas.

Una experiencia interesante fue la construcción del ecobarrio Condo-minio Cumbres del Sur, en Temuco. El mandante nos solicitó que desde el punto de vista inmobiliario querían marcar una diferencia: que sus casas fueran viviendas modernas, de formas distintas y actuales (techos bajos, por ejemplo). Le replicamos que la moder-nidad debía estar en su esencia y no solo en los aspectos formales. De esta manera incorporamos conceptos de eficiencia energética y de domótica. Aunque las casas, al igual que las anteriores, tuvieran calderas a gas, gastaban la mitad de lo habitual, ya que en su diseño se había tomado los resguardos para aprovechar al máximo la energía. En el condominio Germania, los envolventes eran de 100 mm y se incorporaron paneles solares, además de un boiler de acumulación de agua caliente. La construcción del condominio Alto Recreo es lo que nos tiene más orgu-llosos. Los proyectos mencionados anteriormente son de alto estándar,

con valores entre las UF 5.000 y las UF 7.000, pero en Alto Recreo debíamos aplicar la excelencia en sustentabili-dad, pero en viviendas económicas, con valores entre UF 1.200 a las UF 1.400. Y lo logramos, en construcciones que tienen marcos de PVC, vidrios termopanel, envolvente de 70 mm, paneles solares y nuevos sistemas de ventilación. En fin, poseen el mismo estándar que los anteriores, aunque a un precio mucho menor. En ese proyecto trabajamos con la racionalización del tamaño de las ven-tanas, porque si queríamos ponerlas de PVC con termopanel, teníamos que ajustarnos estrictamente para equilibrar el presupuesto. Respecto de los paneles solares, alcanzamos a tomar el subsidio térmico de aquella época y que debería ser restituido, si no, estas iniciativas están condenadas al fracaso. Respecto de los sistemas de ventilación, estos funcionan como en las casas, pero aquí aplicados a nivel de departamento: instalamos toberas que facilitan la inserción del aire y una técnica de tiraje natural que permite una ventilación constante.

Incluso hay ejemplos de casas aun más económicas. Junto con la empresa Werner Bayer hicimos un estudio para erradicar un campamento e instalar a sus habitantes en viviendas sociales. Lo conseguimos, aunque nos excedimos un poco del presupuesto. No es que estas construcciones sean caras, sino que el subsidio es muy bajo y por eso

Proyectos de la industria de la construcción vinculados a la innovación tecnológica: ¿qué nos falta?

es importante señalar que no podemos convertir las viviendas sociales en sinónimo de casas de mala calidad. Un ejemplo en ese sentido lo constituye el loteo Nuevo Mundo. Lo desarrolló una delegación de la Cámara, junto con la Universidad del Bío-Bío, el Serviu y la empresa Rukantú. Cada vivienda costó casi UF 1.000. Tienen una buena calidad, son sustentables y pueden ser un camino válido en relación a los subsidios del Estado.

Otro gran orgullo es el conjunto Frankfurt II, que incorpora todo lo que acabamos de ver: sistemas de ventilación, aislación y envolvente de alto desempeño. Lo que se eliminó aquí fue la calefacción distrital, por los conflictos de convi-vencia ocurridos en la comunidad en el proyecto anterior. Cada casa tiene una caldera de condensación a gas que resulta muy económica por la calidad y características del envolvente.

EXIGENCIAS Y CERTIFICACIONES PARA LA SUSTENTABILIDAD

Otro asunto relevante en esta área de la construcción, y que no debe quedarse solo en el papel y en las in-tenciones, es la certificación. Cualquier anuncio publicitario relativo a casas y departamentos que se publique en una revista europea, por ejemplo, detallará el estándar de la vivienda en cuestión: características de su comportamiento térmico y eficiencia energética, entre otros factores. Ello

afecta directamente a la valoración de la propiedad. Sabemos que el Minvu está ocupándose de la certificación de la sustentabilidad de los edificios. Normalmente este ministerio hace llamados para que las inmobiliarias, de manera voluntaria, se presenten a dichas certificaciones en varios de los aspectos de sustentabilidad que hemos mencionado aquí. Lamentablemente respondieron muy pocas, ya que esas entidades no quisieron darse el tiempo para completar los informes solicitados.

Dentro de los cambios de normativas y de sentido, claramente deben aumentar las exigencias en aislación, a fin de que contemple también la eficiencia energética. Antes de su promulgación, las casas gastaban 400 kw/m2 y teóri-camente la normativa vigente debiese dar como resultado una edificación que gaste 120 kw/m2. Actualmente, por defectos de construcción y filtraciones, llegamos a los 200 kw/m2. Creo que es perfectamente factible una norma-tiva más estricta, a pesar de que en algunas reuniones con el Minvu hay reticencias a ello, argumentando que el medio de la construcción se resistirá esa exigencia. Ante eso, yo digo que si todos estamos en la misma carrera podremos lograr un impacto mayor.El próximo paso tiene que ser la certi-ficación obligatoria de toda edificación nueva, porque en la teoría todos pueden presentar proyectos fantásticos, pero mientras no se evalúen y revisen, puede ocurrir que lo prometido no se

cumpla. Y también comparto lo relativo a la publicidad: no puede ser que la existencia de un termopanel y de un marco de PVC convierta a esa cons-trucción en cien por ciento eficiente. Simplemente, eso no es verdad.

También se mencionó la Ley 20.571, en relación a la autogeneración do-miciliaria, que es algo que no se ha masificado y que debiese aumentar en la medida que los sistemas se vuelven más baratos. Es importan-te subrayar la necesidad de que el Estado genere algún tipo de política o incentivo respecto de las transfe-rencias tecnológicas, así como de la disminución de impuestos a las tecnologías relacionadas con la efi-ciencia energética. De esta manera se daría un importante puntapié inicial. El tema de la calefacción distrital no es fácil de abordar, porque en las zonas públicas existen fajas donde debería elaborarse algún tipo de regulación para la posibilidad de ocupar las napas subterráneas y producir acuatermia para las bombas de agua-agua. Esto último tampoco es fácil, ya que la regulación del Código de Aguas es tremendamente prohibitiva. Aquí debería existir una diferenciación en su utilización, asociada al uso en calefacción y en sistemas sustenta-bles. Finalmente, el Estado tiene que restituir el subsidio solar térmico y otros más, porque aquello se conecta con las tecnologías alternativas y las fomenta directamente.

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habitantes, lo cual es bastante. En el caso de Chile, se calcula que no existen más de 60.000 metros de colectores solares en total, lo cual cubre no más del 1% de la población. ¿Eso es bueno o malo? Depende de cómo se le mire. Si lo ponemos en positivo, diríamos que en los próximos años tenemos todavía un 99 % de mercado por facturar.

¿Cómo ha evolucionado España en esta materia? Ante todo, hay que decir que en el año 2000 Europa decidió pasar de los 6,5 millones de metros cuadrados a los 100 mi-llones. Tanto en el continente como en España teníamos un porcentaje muy bajo de instalaciones y se plan-tearon objetivos evidentemente muy agresivos. Finalmente Europa no llegó a los anhelados 100 millones, quedándose en 34,5 y en España no llegamos a los cinco, alcanzando solo la mitad de lo esperado. Ac-tualmente tenemos otros objetivos: la creación de 150 millones y de diez millones de metros cuadrados, respectivamente.

A pesar de unos resultados que no cumplieron con aquellas ambicio-sas metas, avanzamos de forma significativa, porque cada vez que se instala una cantidad importante de colectores solares, ellos quedan funcionando, sumándose a la poten-cia térmica de cada país. En estos últimos ocho o diez años se pasó

de los 40.000 metros cuadrados que había el año 2000, a 400.000 en el periodo 2008-2009. Eso sig-nifica que se multiplicó por diez la cantidad de colectores solares que se instaló en España. Hay que pensar que en el año 2000 éramos cuatro ingenieros, cuatro empresas y cuatro instaladores, y en 2010 ya éramos 40 ingenieros, 40 empresas y 40 fabricantes. Entre otras cosas, ello significa que todos los planes de crecimiento de energía renovable llevan asociados una gran cantidad de mano de obra.

En España, hasta el año 2000 existía lo que llamamos mercado incentivado, que se refería al sub-sidio que el gobierno le entregaba al usuario que quería instalar un sistema solar térmico. Pero a partir de esa fecha se introdujo un mer-cado a partir de las Ordenanzas y Código Térmico en la edificación, y entonces el gobierno decidió, además, que todas las viviendas nuevas debían construirse con un sitio de energía solar para agua caliente. Si nos trasladamos a 2008 veremos que existe un importante mercado nuevo, producido por estas ordenanzas y códigos.

CRITERIOS DE EFICIENCIA ENERGÉTICA

Quisiera resaltar que antes de re-solver el problema de la calefacción

con energía solar, tenemos que resolver la generación de agua caliente por esta vía. Lo que hace la energía solar es iniciar el calenta-miento de esa agua, y el mecanismo auxiliar termina de calentarla. Si hacemos un balance a lo largo del año de cómo funciona, resulta que en invierno la temperatura del agua es más fría y, por lo tanto, la demanda de energía es mayor. En verano todo puede funcionar con la energía solar, pero en invierno la energía solar d isponib le es menor, y por ello debe funcionar el sistema de energía auxiliar. No podemos obviar que la necesidad de calefacción existe cuando hace frío, no cuando queramos. ¿Cómo solucionamos esto? Fundamentalmente buscando el aprovechamiento en los meses de verano, fuera de la temporada de invierno, acumulando aquella energía.

La primera medida para obtener calefacción con energía solar no es instalar colectores a mansalva, sino aplicar medidas de eficiencia energética y reducir la demanda. Es el criterio que se sigue en Europa, y en las edificaciones existentes los ahorros pueden ser muy supe-riores al 50%. O sea que cuando se aplican medidas de eficiencia energética, los actuales gastos de calefacción pueden reducirse entre el 60 y el 80%.

Aplicaciones e integración de la energía solar térmica en proyectos inmobiliarios: requisitos para el capital humano

Intentaré aportar la visión de los problemas energéticos que uno puede soluc ionar grac ias a la energía solar o, al menos, relatar lo que ocurre en el mundo y ver si aquello es aplicable aquí. Cuando a continuación me refiera a metro cuadrado, estaré hablando de metro cuadrado de colector solar.

Una de las aplicaciones más intere-santes en este campo se refiere a los métodos de producción de agua caliente sanitaria; por ejemplo, de un colector y depósito de 150 litros para una vivienda unifamiliar, la que puede tener entre dos o tres metros cuadrados. También existen instalaciones solares centralizadas, donde el servicio de agua caliente no está acoplado a cada apartamento, sino que es una producción general para el edificio completo, el que posee un mecanismo interior que permite distribuir el agua a cada uno de los hogares. También están las grandes instalaciones solares, normalmente de calefacción distrital; allí, el colector se acopla al sistema de calor ya existente, ya sea de gas o de leña, actuando ambos de manera complementaria.

Así entonces, la calefacción solar basada en la energía solar térmica incluye desde soluciones individuales de dos metros cuadrados de colectores hasta instalaciones 36.000 metros cua-drados. Esta última es la más grande

que hay en el planeta. Naturalmente, los servicios que entrega cada una son distintos. Actualmente, en el mundo hay instalados 300 millones de colectores solares, lo que quiere decir que si todos correspondieran a viviendas, estaríamos hablando de 300 millones de hogares abastecidos de agua caliente de manera natural. El país con mayor cantidad de estos sistemas es China, que tiene la mitad del mercado mundial de instalaciones de energía solar térmica. La otra mitad se distribuye entre varios países.

UN MERCADO EN ASCENSO

Es difícil afirmar cuál es el país que mejor energía solar tiene. Es mejor utilizar un ratio en proporción al tamaño del país. El ratio que habi-tualmente se utiliza es comparar la cantidad de metros cuadrados de colectores solares que hay allí –o de kw térmicos, que es una transforma-ción directa de lo anterior– por cada mil habitantes. Un primer ejemplo es Chipre, debido a que es una isla sin ningún tipo de abastecimiento energético y que básicamente se dedica al turismo. Y ese turismo aloja en hoteles, todos los cuales tienen energía solar térmica. Por lo tanto, es muy alto el coeficiente de habitantes a los que les corresponde el uso de energía solar. Enseguida hay tres o cuatro países que tienen entre 300 y 400 metros cuadrados de colectores solares por cada mil

Aplicaciones e integración de la energía solar térmica en proyectos inmobiliarios:

requisitos para el capital humano

Juan Carlos MartínezConsultor especializado en energía solar térmica y Presidente de la Comisión Técnica de la Asociación Solar de la Industria Térmica (ASIT), España.

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Ese cambio de mentalidad es ne-cesario, porque no tendría ningún sentido que utilicemos instalaciones de energía solar en aplicaciones ineficientes en aplicaciones y cons-trucciones ineficientes.

A continuación haré algunas con-sideraciones sobre el tema de la calefacción. Lo primero es que yo no vendo colectores solares, ven-do la filosofía de la energía solar. Antes de colocar energía solar en un edif ic io deberíamos colocar efic iencia energética. Es decir, reducir su demanda y su consumo energético al mínimo, y como de todas maneras se necesitará algo de energía, ahí recién podemos hablar de la energía solar.

Lo segundo es un asunto muy im-portante en todas las aplicaciones de calor. El calor es algo muy sutil, que lo notamos en la ducha por la temperatura a 38 grados y mien-tras más baja sea la temperatura de la calefacción, mucho mejor se puede acoplar posteriormente la instalación de energía solar. En viviendas existentes, cuando ya hay un sistema de distribución, lo único que queda es reutilizarlo de la mejor forma posible. Pero cuan-do se proyecta desde el principio, mientras más bajo sea el método de distribución de calor, mucho mejor es el rendimiento de cualquier sistema térmico. La adopción de equipos

que ya están diseñados y han sido probados en el mundo, permite uti-lizar los sistemas de energía solar con determinadas condiciones, fundamentalmente en la temporada en que no hay calefacción, pues dan el suministro completo de energía solar. Este suministro para agua caliente sanitaria quiere decir que durante la temporada en que no hay calefacción, no hace falta ningún sistema de energía auxiliar que complemente la instalación de energía solar. Y eso, desde el pun-to de vista del rendimiento medio estacional, tiene mucho sentido.

ENERGÍA SOLAR Y ALMACENAMIENTO

En este tipo de aplicaciones, las soluciones pueden ser individuales o colectivas. Las individuales siempre están asociadas al tipo residencial de vivienda y allí la proporción de la energía solar en relación a la energía convencional es menor. Es decir, no todo hay que resolverlo con energía solar.

Por otro lado hay algunas aplica-ciones en edificios o en distritos, como es el caso de una comuni-dad en Canadá que funciona de la siguiente forma: cada vivienda tiene dos colectores que suminis-tran agua caliente sanitaria, pero los garajes de estas viviendas tienen una instalación grande que

alimenta una central de distrito, con su componente de energía convencional, del tipo gas natural, biomasa o cualquier otro, que tiene un sistema de almacenamiento rápido y otro de almacenamiento estacional. Este almacenamiento estacional es un pozo en el terreno: al final, el acumulador es el propio terreno. Y desde aquí se distribuye a la propia vivienda la demanda de calefacción de agua caliente. Lo que ocurre con estos dos aportes es que en la temporada de invierno todo se resuelve con este sistema y en la temporada de verano el agua caliente sanitaria la proporciona la instalación solar.

En Europa hay muchos sistemas de calefacción de distr i to, con calderas convenc ionales, con calderas eficientes, con cualquier tipo de energía, pero también con instalaciones de energía solar. Ellas están acopladas a centrales de generación de cualquier energía, porque son instalaciones solares de tamaño signif icativo que re-suelven una parte de la demanda de energía.

Por último, algunos conceptos muy rápidos sobre los criterios básicos de la tecnología solar. ¿Por qué no usamos de forma más intensiva la energía solar? No hay una buena razón para no hacerlo, pues se trata de una tecnología muy sencilla,

Aplicaciones e integración de la energía solar térmica en proyectos inmobiliarios: requisitos para el capital humano Aplicaciones e integración de la energía solar térmica en proyectos inmobiliarios: requisitos para el capital humano

está al alcance de todos; pero ello es un gran problema, ya que cualquiera dice que es un experto en el tema y en realidad sabe muy poco. Otro detalle muy importante es la aislación, pues no la sabemos trabajar. Hasta que no seamos conscientes de la importancia de la aislación, la energía solar tendrá poco resultado, porque el calor lo perderemos en el camino.

Es muy difícil pensar que vayamos a hacer instalaciones industriales, o instalaciones de calefacción distrital con energía solar, si antes no hemos aprendido a utilizar las instalaciones de pequeña potencia. Debemos aprovechar la sencillez de los sistemas de energía solar: no tenemos que fabricar satélites, ya que solo deseamos que el usuario tenga agua caliente y calor y, por ello, no debemos de complicar las instalaciones en exceso. Finalmente, en este terreno hay que plantearse metas a largo plazo, pero con ob-jetivos más inmediatos. Creo que esta sería la forma de progresar. ¿Y cómo se progresaría, tanto aquí en Temuco como en el resto de Chile? Eso va a depender de vosotros.

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las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) en la construcción eran una tendencia, pero hoy están internalizadas en todas las empresas y en todos los procesos. El software BIM, que también incluimos en nuestros programas de estudio, fue una tendencia y en este minuto es una ventaja competitiva, porque permite elaborar proyectos con mayor detalle y con menores errores. Así, entonces, la eficiencia energética es todavía un factor diferenciador. Y esta velocidad de cambio depende, obviamente, de los costos, ya que esta es una industria en la que los costos de implementación siempre van a estar presentes por efectos de la rentabilidad.

Evidentemente que a todo ello hay que sumarle el capital humano. Hay muchas innovaciones tecnológicas que tienen dificultades por las brechas de capital humano calificado, y también está la complejidad tecnológica, que quizás no es tanta, pero evidentemen-te condiciona la velocidad de estas adopciones.

LA POTENCIALIDAD DEL MERCADO DE LA CONSTRUCCIÓN

¿Qué es lo que vemos hoy en día? En el Pabellón de la Construcción este factor diferenciador ya está siendo promo-cionado por las diferentes empresas. Hay allí proyectos donde la eficiencia energética está en el núcleo de sus aspectos publicitarios y ya no sola-

mente focalizándose en viviendas de alto precio, sino también en otras más económicas. Una de las constantes en los diversos proyectos es la oferta del aprovechamiento de la energía solar vía paneles. Aquí no solo se bajan los costos de los gastos comunes, sino que se ofrece vivir en un edificio que efectivamente contamina menos. Hay un gran mercado potencial de personas que están dispuestas a pagar un poco más por aquella oferta que posea estos factores diferenciadores.

Lo que quiero transmitir es que no-sotros debemos anticiparnos a estas tendencias, porque habitualmente la educación siempre tiene un rezago respecto de lo que ocurre en el mercado. Por ello, tratamos de considerar estas tendencias lo antes posible: no nos podemos contentar únicamente con formar un buen ingeniero constructor, sino que, además, debemos apuntar a formar a alguien capaz de ser un agente de cambio en este mercado. Por eso es importante que existan entidades como la CDT. El capital humano es fundamental para el avance de estas tecnologías y creemos que estamos haciendo un aporte al desarrollo del sector.

Y, finalmente, hay que decir que la relación entre instituciones formadoras y empresas es clave en el éxito y el desarrollo a largo plazo del sector de la construcción. La invitación es a estudiar más en profundidad estos contenidos:

no hay que quedarse nada más con lo que se enseña en las clases, sino que hay mucha literatura y muchos proyec-tos por conocer. También la invitación es a vivir este tema y aprovechar el caso de Temuco, que prácticamente es un laboratorio a gran escala en todo lo relativo a la sustentabilidad, una especie de vanguardia nacional en este tema.

Formación para una construcción sustentable

Hace algunos años, en INACAP nos propusimos revisar el perfil del ingeniero constructor. Ahí surgieron, lógicamente, aquellos atributos más evidentes y ca-racterísticos de esta profesión, entre los que estaban el tener un dominio de su especialidad y que le importara hacer bien su trabajo. Pienso que no solo los ingenieros de nuestra universidad, sino que la ingeniería chilena en general, se distinguen por ese sello de hacer las cosas bien y hacerlas bien a la primera. Además, los temas relativos a una adecuada planificación y gestión de obra, así como la velocidad de construcción, también aparecían en este estudio como factores críticos e importantes. Sin embargo, también surgieron otros elementos nuevos: innovación tecnológica, eficiencia energética y sustentabilidad.

NUEVAS TENDENCIAS Y COMPE-TITIVIDAD

¿Qué fue lo más novedoso en este estudio, desde la perspectiva de la industria? Primero, la acelerada incorporación de tecnología, que no solamente atañe a la industria de la construcción, sino a la mayoría de las demás. En segundo lugar aparecía la necesidad de las empresas de dife-renciarse, en un contexto cada vez más competitivo. Enseguida estaba la necesidad de que existan profesionales integrales, con una amplia visión de la industria y de sus oportunidades; es decir, que el ingeniero constructor, o

el constructor civil, no solo debe estar consciente del trabajo encomendado, sino ver también el impacto que sus propias acciones tienen en un negocio o en un proyecto más amplio.

Desde la perspectiva formativa, emergió un elemento del que ya estábamos preocupados al revisar las tendencias. Por ello incluimos la formación en sustentabilidad y en uso de energías no convencionales que, aunque aparecían de manera incipiente, sabíamos que cada vez tomarían más fuerza. El último punto que surgió fue la necesidad de formar profesionales con mucho conocimiento y variadas herramientas de estrategia empresarial. Esta investigación la hicimos desde fines de 2011 para llevar a cabo un nuevo perfil de egreso que incorpo-rara las nuevas tendencias. Ello no es tan fácil, porque implica actualizar e implementar renovados planes de estudio. Y desde 2014 en adelante estamos fortaleciendo aun más las capacidades internas formativas y el desarrollo conjunto con otras entidades.

¿Cómo veíamos las tendencias? Se sabe que aquello que nace como una tendencia después se convierte en un factor diferenciador, a medida que aquella tendencia se va adop-tando progresivamente. Y después, cuando está masificada, pasa a una fase que denominamos de adopción. Por ejemplo: hace diez o quince años

Formación para una construcción

sustentable

Francisco WittwerDirector del Área Ingeniería de INACAP.

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