deelsiglodeuropa.es/siglo/historico/2016/1159/1159Dossier.pdfdel PPE, otros de derecha radical: es...

8
los dossieres de Los retos políticos de la UE

Transcript of deelsiglodeuropa.es/siglo/historico/2016/1159/1159Dossier.pdfdel PPE, otros de derecha radical: es...

los dossieresde

Los retospolíticos de

la UE

23 PORTADOSSIERES_31 PORTADOSSIERES.qxd 08/06/16 12:12 Página 23

Por E. S.

C omo cuando alguien tiene tan ala vista un objeto que incluso esincapaz de percibirlo, son nu-merosas las ocasiones en las que

los análisis sobre la Unión Europea (UE) co-mo construcción autónoma tienden a olvi-dar lo obvio: que sus decisiones y su desa-rrollo institucional y compe tencial guardanuna relación directa con los cambios que ex-perimenta la coyuntura de cada uno de susEstados miembros.

Ha sido así siempre, como muchos ejem-plos demuestran a lo largo de sus sesentaaños de historia. Pero, paradójicamente, esahora, en el momento en que la unión se haprofundizado políticamente como nunca ylos perfiles federales empiezan a apreciarsenítidamente en su rostro, cuando los vaive-nes de la situación política de sus estadosmiembros parecen sentirse con más fuerza,y no precisamente para bien.

Pueden buscarse varias explicaciones aese hecho, entre las que cabría señalar lassiguientes: la deriva intergubernamental ac-tivada du rante la crisis favorece que los Es-tados traten de estar más presentes que an-tes de la mis ma en el proceso de toma dedecisiones de la Unión; los países miembros(28) son tan numerosos que necesariamen-te crece la disparidad en tre sí en lo referido

a historia reciente, fun cionamiento del Esta-do, sistema de partidos, estructura econó-mica, cultura y opinión pú blica; la inexis-tencia de un liderazgo europeo con una au-toritas reconocida por todos los Estadosmiembros provoca que la multiplica ción denuevos cargos comunitarios no con lleve ne-cesariamente una dinámica homoge -neizadora de las voces nacionales; el surgi-miento de fenómenos que provocan res-puestas nacionales primarias termina influ-yendo sobre los gobiernos a la hora de ha-cerse sentir en Bruselas, ya sean económi-cos y sociales (crisis, desempleo, desigual-dad, inseguridad, inmigración) o políticos(nacio nalismos, populismos); la progresivadesaparición en las prioridades de los Eje-cutivos nacionales de conceptos tales comosolidaridad y cohesión ve acre centados susefectos por la persistencia en la UE de zo-nas constitucionales en las que lo comuni-tario está poco enraizado o incluso es re-versible; la existencia de gobiernos apoya-

La Fundación Alternativas los analiza en su ‘IV Informesobre el estado de la Unión Europea’

Los retospolíticos de la UECrisis económica, políticas de austeridad, auge de la extrema derecha, terrorismoyihadista… Son múltiples los retos a los que se enfrenta la Unión Europea a cortoplazo y que la Fundación Alternativas analiza en su IV Informe sobre el estado de laUnión Europea, en un momento en el que, según explica este documento, la UE“pasa por el momento más delicado desde su nacimiento”. EL SIGLO reproduce elcapítulo dedicado a la coyuntura política de los Estados miembros de la Uniónfirmado por José Manuel Albares, Carlos Carnero y Antonio Villafranca.

POLÍTICAlos dossieres

24 13–19 de junio de 2016. nº 1159

La ausencia de una‘auctoritas’ multiplica

los nuevos cargoscomunitarios

La derivaintergubernamental

activada en la crisis haminado a la Unión

Las instituciones más federales, como el Parlamento Europeo, chocan c

24-30 DOSS_32-38 DOSS.qxd 09/06/16 13:07 Página 24

dos por par tidos populistas y/o euroescépti-cos, que se deja sentir muy poco cuando lasdecisiones se adoptan por el método comu-nitario (más aún cuando se aplica el proce-dimiento legis lativo ordinario) o en las ins-tituciones más federales (Comisión Europeay Parlamento Europeo), se convierte sin em-bargo en una losa cuando lo interguberna-mental continúa teniendo su lugar.

Los partidosmayoritarios yano lo son tanto

S i evitamos que los árboles no nosdejen ver el bosque, comprobare-mos que 2015 ha arrojado un ba-lance claramente favorable respec-

to al peso de las ideologías tradicionales enlos go biernos de los Estados miembros de laUE. En 25 de los 28 gobiernos de los estados

miembros participan, en mayor o menor me-di da, formaciones pertenecientes a los popu-lares, los socialistas y los liberales europeos.

Las únicas tres excepciones a esa regla sonGrecia, Polonia y Reino Unido. En ese últimopaís, no obstante, conviene recordar que el Par-tido Conservador abandonó el Partido Popu-lar Europeo (PPE) por razones tácticas relacio-nadas con su posicionamiento euroescéptico,

pero manteniendo una identi dad ideológica ypolítica evidente con los miem bros del PPE.

Además, en otros dos países toman parteo apoyan en el Parlamento, junto a partidosdel PPE, otros de derecha radical: es el casode Dinamarca, donde el Partido Popular Da-nés, de ultraderecha, fue la segunda fuerzacon el 21 % de los votos, y de Finlandia, cu-yo Ministro de Asuntos Exteriores pertenecea la derecha populista y eu rófoba. Tampo-co podemos olvidar que en Hungría gobier-na el FIDESZ, partido miembro del PPE, pe-ro con posiciones claramente radicalizadasrespecto a la línea media de esa formación.

Sin embargo, es preciso resaltar que tres delas ocho elecciones generales celebradas en2015 han producido cambios muy significa-tivos (Grecia, Dinamarca y Polonia), y las cin-co restan tes (Croacia, España, Estonia, Por-tugal y Reino Unido) han mantenido el cua-dro mayoritario de los partidos tradicionales.

Más allá de los gobiernos, los porcentajesde voto de conservadores, socialistas y libe-

nº 1159. 13–19 de junio de 2016 25

Grecia, Polonia y elReino Unido son lasexcepciones a esa

regla

2015 deja un balancefavorable a los partidos

tradicionales en losgobiernos

an con el funcionamiento intergubernamental que todavía existe en la UE.

24-30 DOSS_32-38 DOSS.qxd 09/06/16 13:07 Página 25

rales si guen siendo muy considerables, si ex-ceptuamos casos como Grecia o Polonia,donde la izquierda socialdemócrata ha sidoprácticamente barrida del escenario político.

Las conclusiones, por lo tanto, son claras:las familias políticas mayoritarias siguen sien-do las clásicas en Europa desde hace dé cadas;no se ha registrado el adelantamiento dese-ado por los nuevos actores políticos a de -recha o izquierda, salvo en contadas oca-siones; la mayoría política que gobierna laUE es, por lo tanto, la misma que lo hace enla ma yor parte de los Estados miembros (co-mo veremos más adelante); aunque por unadiferencia sensiblemente inferior a la de ha-ce un lustro, la derecha si gue siendo la pri-mera fuerza política en los Estados miembros,con los socialistas en se gunda posición, agran distancia del resto de fuerzas políticas.

En consecuencia, los países de la Europa co -munitaria no han experimentado ni de lejos uncambio radical en su panorama de gobierno,aunque sí la aparición de nuevas fuerzas polí-ti cas al margen de las mayoritarias clásicas.

Ahora bien, los planteamientos radicales delos viejos o nuevos gobiernos y partidos de de-re cha extrema o izquierda radical están cre-ando serios problemas en la toma de decisio-nes de la UE, desafiando los valores democrá-ticos de la misma en algunos casos e interfi-riendo en la ges tión de desafíos tan centralescomo la crisis de los refugiados y, a veces, con-dicionando o influyen do en las posiciones delos partidos democráticos y moderados.

Gobernar solos oacompañados

E n los Estados miembros de la UEse sabe bien que el tango es co-sa de dos o incluso de más. 2015arroja en ese sentido un balance

contun dente. Actualmente, hay 21 gobier-nos de coalición y seis en solitario, aunqueen el caso de Dinamarca se trata de un go-bierno minoritario que necesita sistemática-mente alianzas en el Parlamento. Queda porver el caso de España, que, tras los resulta-dos del 20 de diciembre, con duce necesa-riamente a un gobierno de coalición o a unacuerdo parlamentario entre al menos dos

partidos. España es, a día de hoy, el únicopaís de la Unión Europea que no ha tenidonun ca, aún, un gobierno de coalición.

La gran coalición detenta el poder en va-rios Estados centrales de la UE, tanto por susitua ción geográfica como por su relevanciapolítica y económica: es el caso de Alemaniay Austria. A ellos habría que sumar nuevosEstados miem bros como Croacia. En otros,como Luxemburgo, esa fórmula es tan tradi-cional que casi se ha convertido en perpetua.

Diversos países han adoptado fórmulas decoalición protagonizadas por liberales y so-cialis tas, dejando fuera a los conservadores.Al igual que los socialistas han quedado fue-ra del go bierno en Estados en los que los ra-dicales de derecha han constituido gobier-nos con los po pulares y otras formaciones olas han apoyado: Dinamarca y Finlandia.

Es evidente, no obstante, que los socialde -mócratas, donde han podido, han optado porno quedarse en la oposición a pesar de no ha-ber ganado las elecciones: Eslovenia, Estonia,Irlanda, Lituania, Luxemburgo y Holanda.

También hay países en los que los socia-listas han establecido coaliciones habiendoganado los comicios: tenemos los ejemplosde la República Checa y de Italia. Italia po-dría ser considerada una gran coalición, pe-ro a medias, pues el Partido Democráticogobier na con una parte de lo que fue en sudía Forza Italia, con el resto de la misma enla oposición.

Finalmente, Portugal tiene gobierno so-cialis ta en solitario tras una situación inte-resante: el partido conservador fue la fuerzamás votada en las elecciones de noviembrede 2015, pero sin mayoría parlamentaria su-ficiente para formar un Ejecutivo. Los trespartidos de izquierda con siguieron juntosuna mayoría absoluta de votos y de escaños.El partido conservador ofreció una gran co-alición a los socialistas, pero estos prefi rieronestablecer un acuerdo de investidura con loscomunistas y la extrema izquierda gracias alque configuraron un Ejecutivo monocolor.

Curiosamente, el otro país ibérico, Espa-ña, ha transitado por la misma vía: el Parti-do Popular (PP) fue la fuerza más votada enlas elecciones de diciembre y propuso unagran coalición al Partido Socialista ObreroEspañol (PSOE), que este rechazó, para fi-nalmente ser encargado de formar gobierno,abriendo a tal efecto negocia ciones con los

26 13–19 de junio de 2016. nº 1159

Merkel está a la cabeza de los gobiernos conservadores imperantes en Europa.

España es el único paísde la UE que no hatenido este tipo degobiernos nunca

Actualmente existen untotal de 21 gobiernos

de coalición en losEstados miembros

POLÍTICAlos dossieres

24-30 DOSS_32-38 DOSS.qxd 09/06/16 13:08 Página 26

liberales, la extrema izquierda y los nacio-nalistas moderados.

No debemos olvidar que, tras las eleccio-nes al Parlamento Europeo de 2014, la UEestá explí citamente gobernada por una grancoalición entre populares, socialistas y libe-rales. Explícitamente porque el presidentede la Comisión, Jean Claude Juncker, recla-mó su elec ción ante la Eurocámara presen-tando un progra ma negociado con esas fuer-zas políticas que está aplicando con un co-legio de comisarios constitui do al 95 % pormiembros de las mismas.

En ese sentido, el funcionamiento de la UEse ve objetivamente beneficiado si los go-biernos de los Estados miembros –luego pre-sentes en el Consejo Europeo y el Consejo–responden a un esquema de gran coalicióno, al menos, de coa liciones o gobiernos mo-nocolores encabezados por partidos de lastres tendencias que dirigen políticamenteBruselas. Lo que, sin embargo, no conducea un mimetismo exento de contradic cionesy enfrentamientos, teniendo en cuenta quefrecuentemente los intereses nacionales for-man parte de una dinámica de toma de de-ci siones en la UE en la que no solo influyenlas tendencias políticas.

El ejeizquierda/derechasigue vivo

E l año 2015 ha visto nueve elec-ciones generales en la UE: Rei-no Unido, Finlandia, Dinamar-ca, Polonia, Estonia, Grecia, Por-

tugal y España. En lo que lle vamos de 2016han tenido lugar dos, Irlanda y Eslovaquia.En el eje izquierda/derecha, clave para de-ci dir a posteriori mayorías y equilibrios enel seno del Consejo Europeo, cinco de esaselecciones se han saldado con una victoriade los partidos situados a la derecha. Se tra-ta de la amplia vic toria de los conservado-res de David Cameron en el Reino Unido;de la mayoría absoluta obtenida en Poloniapor el partido ultraconservador Derecho yJusticia; de Finlandia, donde el parti do po-pulista Verdaderos Finlandeses ha entradoen el gobierno en coalición con el centro-dere cha tras los comicios del 19 de abril pa-

sado; y de Dinamarca, donde en junio pa-sado el liberal Lars Rasmussen se convirtióen Primer Ministro con el apoyo de los po-pulistas del Partido del Pueblo Danés; y deEspaña, donde el 20 de di ciembre el PP fuela primera fuerza política, con una exiguamayoría relativa. En Estonia, las eleccionesdel pasado marzo dieron la continuidad algobierno saliente de gran coalición entrecentro-derecha y socialde mócratas.

En el otro lado del espectro político euro-peo, dos países han girado a la izquierda.Grecia, donde Alexis Tsipras, del partido Sy-riza, es el Primer Ministro, y Portugal, don-de el socialista Antonio Costa está al frentede un gobierno monocolor, pero con el apo-yo parlamentario ex plícito del Bloque de Iz-quierda y del Partido Comunista.

Si en España hubiera un presidente de iz -

quierdas, el actual equilibrio izquierda/de-recha podría modificarse sensiblemente enla UE. Sin contar España, actualmente hay12 presidentes de izquierda o centro-iz-quierda frente a 15 de derechas o centro-de-recha. Los gobiernos de izquierda en la UErepresentan el 42 % de su población, frenteal 58 % gobernado por fuer zas de derecha.Este porcentaje bajaría al 53 % si el gobier-no de España pasa a la izquierda.

Si introducimos la variable gobiernos degran coa lición, con ministros de izquierdas yde derechas, los porcentajes varían. Sin teneren cuenta a España, los países de gran coali-ción gobiernan al 33 % de la población eu-ropea, la izquierda el 36 % y la derecha el 31%. Si en España se forma un gobierno de iz-quierdas, la población europea gobernada poresa tendencia pasaría al 42 % fren te a solo el28 % con gobiernos conservadores. Por tan-to, el posible cambio de gobierno en Españatendrá necesariamente un impacto rele vanteen los equilibrios de Bruselas.

Quedan por resolver igualmente la forma -ción de dos gobiernos, el de Irlanda y el deEslovaquia, que han votado en 2016 y en losque la formación de los mismos se antojacompleja.

En Irlanda, los dos partidos que han gober -nado en coalición los últimos cinco años, elcen trista Fine Gael y el Partido Laborista, sehan quedado conjuntamente a casi 30 dipu-tados de la mayoría absoluta. A pesar de queel PIB de Irlanda aumenta más que ningún

nº 1159. 13–19 de junio de 2016 27

Cameron abandonó el PPE por sus posiciones euroescépticas.

Hay 15 presidentes dederecha, que

gobiernan al 58% delos europeos

De las nueveelecciones de 2015,

cinco las ha ganado laderecha

24-30 DOSS_32-38 DOSS.qxd 09/06/16 13:09 Página 27

otro de la Eu rozona, ambos partidos han si-do duramente castigados por los electores porlas medidas de austeridad y recorte del gastode la pasada le gislatura. La caída ha sido es-pecialmente signifi cativa para el laborismo,que ha visto reducida su presencia a solo seisescaños, una sexta parte de los que tenía has-ta ahora. Han subido signi ficativamente tan-to el otro partido que ha go bernado Irlandatradicionalmente, el Fianna Fail, que ha do-blado su representación, y los republi canosdel Sinn Fein, que casi multiplica por dos supresencia parlamentaria con 22 escaños, trashaber centrado su campaña en la lucha con-tra la austeridad, en vez de en sus reivindi-caciones nacionalistas tradicionales. A la de-bilidad de los dos partidos tradicionales se hasumado la llega da al Parlamento de partidospequeños e inde pendientes que complicanmucho la formación de un gobierno. Si no selograra, Irlanda tendría que repetir eleccionesen septiembre.

En el otro país que ha celebrado eleccio-nes hasta el momento, Eslovaquia, el pano-rama po lítico resultante complica mucho tam-bién la for mación de un nuevo gobierno. ElPartido Socialdemócrata (SMER), hasta aho-ra en el go bierno, ha vuelto a ganar las elec-ciones, pero ha bajado de 83 a 49 diputados.En el nuevo esce nario, el partido en el go-bierno necesitaría el apoyo de al menos otrosdos partidos para for mar gobierno y, si fuerael partido de centrode recha quien intentaraformarlo, ese número as cendería a cinco.

Vuelven losfantasmas delpasado:nacionalismo yeuroescepticismo

L e nationalisme c’est la guerre”. Mu-chas veces se ha citado la frase delentonces presidente de la Repú-blica Francesa, François Miterrand,

en su discurso ante el Pleno del ParlamentoEuropeo reunido en Estrasburgo en 1995.

Seguramente, al pronunciarla, Miterrandpensaba en los nacionalismos que llevaron ala Guerras Mundiales y no en los pequeños

nacio nalismos europeos del siglo XXI. Entreotras co sas, porque hace veinte años estos úl-timos no se manifestaban de forma llamativa.

En 2015 solo un nacionalismo europeo hahecho acto de presencia con relevancia: elcata lán. Algunas fuerzas políticas de esa re-gión es pañola han tratado de iniciar un pro-ceso decla radamente independentista al mar-gen de la Constitución que restableció la de-mocracia en ese país en 1978.

Contra la opinión de las fuerzas políticama yoritarias de España y sin contar ni si-quiera con la mayoría del electorado en loscomicios de septiembre de 2015, procla-mados plebiscitarios por los independentis-tas, los nacionalistas extre mos de Cataluñahan tratado de abrir un proce so hacia la in-dependencia que en pocos meses ha vividoun sinfín de vicisitudes y cuyo desarro llo escompletamente incierto.

Es preciso señalar que el independentis-mo catalán tiene poco que ver con el esco-cés, tal y como los portavoces de este últi-mo se han apre surado a señalar y subrayarenfáticamente. En efecto, el catalán busca laruptura unila teral con la democracia espa-ñola, mientras que el escocés lo planteó através de un referéndum legal pactado conel gobierno británico que, fi nalmente, per-dió. Además, preexisten diferen cias jurídi-cas e históricas, como el hecho de que elReino Unido no tenga una constitución es-cri ta y, por tanto, no delimite nada respectoa la posibilidad de autodeterminación, o queEscocia fuera independiente durante sigloshasta 1707, lo que no fue nunca el caso deCataluña.

Por supuesto, en 2015 siguen existiendotendencias y pulsiones nacionalistas de ca-rácter independentista en otros territorios delos esta dos miembros de la UE: Bélgica, Fran-cia o Italia son algunos ejemplos. Pero en to-dos los casos de forma templada y sin obje-tivos a corto plazo. Nada que ver con la si-tuación en Cataluña.

Lo más relevante de la misma en relacióna la UE es que ha obligado a esta a pronun-ciarse en el único sentido que podía hacer-lo: la inde pendencia unilateral en la UE esimposible, en tre otras razones porque el Tra-tado de Lisboa contiene el Artículo 4 (in-cluido por la Convención en la ConstituciónEuropea y que ha permane cido literalmen-te en el tratado) que obliga a Bruselas a res-

POLÍTICAlos dossieres

28 13–19 de junio de 2016. nº 1159

Portugal, gobernada por el socialista António Costa, es uno de los países que ha girado a la izquierda en 2015.

El nacionalismoescocés retomará suproyecto si triunfa el

‘no’ en el ‘Brexit’

Los independentistascatalanes se han

topado con el rechazoeuropeo

24-30 DOSS_32-38 DOSS.qxd 09/06/16 13:09 Página 28

petar la organización constitucio nal y terri-torial de los Estados miembros.

En consecuencia, los independentistas ca-ta lanes se han topado en el rechazo euro-peo con el que ha sido probablemente el ma-yor argu mento en contra de su proyecto se-paratista. Una “jurisprudencia” política queservirá en el futuro de aviso a navegantes pa-ra aventuras similares.

No hay duda, volviendo al Reino Unido, deque el nacionalismo escocés retomará su pro -yecto independentista si el referéndum sobrela permanencia británica en la UE arrojase unre sultado negativo. En ese caso, el cambio desi tuación en el país sería de tales consecuen-cias que Londres tendría que aceptar un nue-vo refe réndum que, con toda seguridad, daríaesta vez un resultado favorable al sí.

En realidad, el caso del Reino Unido po-dría considerarse como una suerte de na-cionalismo trufado de euroescepticismo, sitenemos en cuenta los argumentos populis-tas defendidos por los partidarios de su sali-da de la UE, entre los que se encuentran elUKIP y buena parte de los conservadores. Elreferéndum del 23 de ju nio de 2016, tras losacuerdos alcanzados por Bruselas con Lon-dres, será un momento clave para compro-bar si los sectores favorables a la perma-nencia en la UE son capaces de imponer seal discurso antieuropeo.

Pero también hay otro tipo que se ha ma-ni festado en la UE a lo largo del 2015: el pro-mo vido por el discurso de las fuerzas popu-listas frente a Bruselas.

De Tsipras en Grecia a Orbán en Hungría,pasando por Kaczynski en Polonia y MarineLe Pen en Francia, los partidos extremistashan tra tado de contraponer la soberanía na-cional de sus países a las decisiones de laUE como argu mento recurrente, presentan-do a la UE como un sujeto exterior que seinmiscuye en las decisio nes de cada país deforma inaceptable, sea para imponer políti-cas económicas, sea para distor sionar la es-tructura política correspondiente.

En todos los casos, la UE se ha manteni-do firme en el ejercicio de sus competen-cias, pu diendo afirmarse que ha ganado eldebate. El caso de Grecia es seguramenteel más claro, con el acuerdo del 13 de ju-lio entre Atenas y Bruselas y el posteriorcumplimiento a rajatabla del mis mo porparte del gobierno de Syriza.

El discurso nacionalista no parece haberau mentado el euroescepticismo a lo largode 2015. De acuerdo con el 2015 Parla-meter ela borado por el Parlamento Euro-peo, en ese año se ha alcanzado un picode encuestados que consideran que su pa-ís se ha beneficiado de pertenecer a la UE;de nuevo una mayoría cree que es más im-portante lo que une que lo que divide a losEstados miembros; y, finalmente, la UE espercibida como quien mejor puede res -ponder adecuadamente a las consecuen-cias de la crisis económica y financiera.

Sin embargo, conviene no olvidar que lospartidos populistas de derecha extrema hanavanzado posiciones hasta el punto de for-mar parte de diversos gobiernos en los Es-tados miembros, u otros que han cosecha-do relevan tes éxitos electorales hacen delantieuropeísmo uno de los ejes principales

de su programa. Algo que debería llevar alos partidos mayoritarios a situar el discur-so preeuropeo en la primera línea de su dis-curso y no, como sucede con demasia dafrecuencia, a debilitarlo o esconderlo, te-nien do en cuenta, por otra parte, que el eu-roescep ticismo tiene una relación directacon factores tan objetivos y duramente pre-sentes en la vida cotidiana como la crisiseconómica.

A lo lar go del periodo 2007-2014, las os-cilaciones del PIB en los Estados miembrosguardan una estre cha relación con el cre-cimiento del euroescepti cismo a lo largo delos peores años de la crisis. Es decir, neu-tralizar la desconfianza en la UE no es so-lo una cuestión de palabras, sino, ante to-do, de políticas eficaces para fomentar elcrecimien to y, en consecuencia, el empleoy la igualdad.

Nuevos actores en laizquierda

C omo se señalaba anteriormente,se registran otros dos tipos de po-pulismo en la UE: el que no tie-ne adscripción ideológica defi-

nida y el que se sitúa en la extrema izquier-da. El principal ejemplo del primero sería elMovimiento Cinco Estrellas de Italia, cuya

nº 1159. 13–19 de junio de 2016 29

Víktor Orban, en Hungría, es uno de los representantes del auge del euroescepticismo.

Pero, según un sondeodel Europarlamento, los

europeos todavíaapoyan la integración

Las oscilaciones delPIB guardan relación

con el crecimiento deleuroescepticismo

24-30 DOSS_32-38 DOSS.qxd 09/06/16 13:09 Página 29

conexión más relevante con los ejemplos delsegundo (particularmente con el caso de Po-demos en España) estaría en su rechazo dela “casta polí tica”, sin mayor diferenciaciónentre partidos, acusando a esta de haber ocu-pado el estado construyendo un sistema ge-neralizado de pre bendas y corrupciones.

En cuanto a la extrema izquierda, los dosrepresentantes únicos, más que sobresalien-tes, han sido Tsyriza y Podemos, el primeroen el gobierno y el segundo en la oposición.Cabe señalar, además, que carecen de an-tecedentes lejanos o cercanos en la UE, te-niendo en cuenta que no se reclaman abier-tamente de la heren cia de los partidos co-munistas clásicos ni tam poco de los partidosverdes y no han tenido más ejemplo cerca-no que el pequeño repunte experimentadopor la izquierda radical francesa en los añosnoventa y principios de la década del 2000.

El discurso de ambos partidos se basa enuna crítica radical de las políticas económi-cas y so ciales “neoliberales” aplicadas porlos partidos populares y los socialistas e im-puestas por la UE, junto con una denunciadel comportamiento en el poder de esas dosfuerzas políticas, que lle gan a considerar enrealidad como una sola, calificada como cas-ta (tomando la definición originalmente ita-liana) o como búnker. Con ese argumenta-rio y al hilo de la crisis, ambas fuerzas polí-ticas han conseguido en 2015 éxitos real -mente significativos, aunque hayan termi-nado divergiendo en la práctica cotidiana.

Así, una vez en el Gobierno, Syriza pasóde provocar una auténtica crisis en la UE enel pri mer semestre de 2015 a terminar con-virtiéndo se en el principal valedor de un nue-vo rescate económico de Grecia por partede Bruselas sin solución de continuidad res-pecto a los anterio res, suscritos y aplicadossucesivamente por la izquierda socialde-mócrata (PASOK) y la derecha clásica (Nue-va Democracia), hasta el punto de conver-tirse finalmente el Ejecutivo de Alexis Tsi-pras en el destinatario de nuevas huelgas ge -nerales contra los recortes del gasto y laspres taciones públicas. En otras palabras, elpopulis mo de izquierdas griego se ha trans-mutado en un partido de consignas radica-les y decisiones tradicionales, dejando deser un problema para la gestión de la UE.

Por su parte, Podemos propone un progra -ma de reformas radicales en los gastos, in-gresos y funcionamiento del Estado, seña-lando su po sición contraria a la política eco-nómica de aus teridad de la UE, pero nuncaposicionándose formalmente como un par-tido euroescéptico y menos aún antieuro-peo, formando grupo en el Parlamento Eu-ropeo con Syriza y los partidos comunistasclásicos o renovados. De hecho, su coope-ración con el PSOE en España es una rea -lidad en niveles regionales y municipales einclu so ha estado encima de la mesa, al me-nos como hipótesis, en lo referido al nuevogobierno de España tras las elecciones ge-nerales de 2015. l

30 13–19 de junio de 2016. nº 1159

Tsipras es casi el único gobernante europeo que no pertenece a los partidos tradicionales.

El Podemos de Pablo Iglesias “carece de antecedentes lejanos o cercanos en la UE”.

Ambos critican laspolíticas neoliberales

aplicadas porpopulares y socialistas

Syriza y Podemosrepresentan a la nueva

izquierda que haaparecido en la UE

POLÍTICAlos dossieres

F. MORENO

24-30 DOSS_32-38 DOSS.qxd 09/06/16 13:10 Página 30