Evaluación de potencial energético del Biogás: Experimento Piloto
Potencial Energético a Nivel Mundial y Nacional
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POTENCIAL ENERGÉTICO A NIVEL MUNDIAL Y NACIONAL
A NIVEL MUNDIAL:
En el mundo, las reservas de petróleo están fuertemente
concentradas: las dos terceras partes en Oriente próximo y de hecho un
25% del total en un solo país, Arabia Saudita. Después otros países como
Iraq, Kuwait, EAU e Irán, con un 10% cada uno. Por detrás están países
como Venezuela (7%) o Rusia (5%). El resto de países tienen reservas
inferiores a un 5%.
En los últimos 25 años las reservas de petróleo crecieron de
90.000 millones de toneladas a 140.000 millones. En cualquier caso
existe una gran incertidumbre sobre las reservas de petróleo remanentes.
Existen posturas más pesimistas que consideran que han tocado techo y
no se producirán grandes hallazgos, frente a otras que, más optimistas
confían en nuevas tecnologías que permitan la recuperación de recursos
cuya explotación es económicamente inviable hoy día, además de la
explotación de otras formas como las pizarras bituminosas.
El gas natural está mejor distribuido que el petróleo, aunque la
mayoría de las reservas se reparten entre Rusia, las repúblicas del
Cáucaso y Asia Central y Oriente Próximo. Entre Rusia (31%) e Irán
(15%) reúnen casi la mitad de las reservas mundiales. Existe en el caso
del gas la misma disparidad de opiniones sobre el monto total de las
reservas existentes, aunque las predicciones son más optimistas que en
el caso del petróleo.
La energía nuclear es de todas, la que despierta una mayor
polémica en el mundo. En el año 2000, casi el 20% de la electricidad se
producía en centrales nucleares. Incluso en algunos países como Francia
el porcentaje asciende al 76%, o en el caso de Suecia al 51%. Su
crecimiento se ha visto sin embargo detenido en Europa y Norteamérica
tras la catástrofe de Chernobil.
La energía solar es la energía radiante producida en el Sol como
resultado de reacciones nucleares de fusión. Llega a la Tierra a través del
espacio en cuantos de energía llamados fotones que interactúan con la
atmósfera y la superficie terrestres. La cantidad de energía que se recibe
del sol anualmente se estima en 1,49•108 KWh. Se trata de una energía
limpia, que utiliza una fuente, o combustible, inagotable y que no cuesta.
Sin embargo el problema en relación a esta forma de energía radica en
cómo poder aprovecharla de forma eficiente. Dos son las direcciones
actualmente utilizadas: conversión eléctrica y conversión térmica. Ambas
dan lugar a los dos tipos de aprovechamiento hoy existentes: energía
solar fotovoltaica y energía solar térmica.
La energía eólica, producida por el viento es consecuencia de la
radiación solar. Las diferencias de insolación entre los distintos puntos de
la tierra generan diferentes áreas térmicas y los desequilibrios producen
diferencia de densidad en las masas de aire que se traducen en
diferencias de presión. De la energía solar que llega a la tierra,
aproximadamente el 2% se convierte en energía eólica, un 35% de esta
se disipa en la capa inferior de la atmósfera, y se considera que solo un
10% del total de energía eólica es aprovechable. Sin embargo estos datos
son optimistas para la energía eólica, pues ese, aparentemente, pequeño
porcentaje supone un potencial energético de 1,3•1011 Kw. que equivale
a 20 veces la producción mundial de energía.
En la energía hidráulica el papel del sol es indirecto, actuando
sobre el ciclo hidrológico. La cantidad de energía aprovechable de una
corriente de agua depende de la altura disponible y de la cantidad de
agua. Sin embargo no es fácil calcular el potencial disponible de esta
fuente de energía, ya que habríamos de conocer el caudal total de los ríos
recorridos, entre otras cosas.
La biomasa, como el resto de las energías renovables (salvo la
geotermia), proviene en última instancia de la energía solar ya que
cualquier tipo de biomasa (animal o vegetal) tiene su origen en la
fotosíntesis, proceso gracias al cual se producen moléculas de alto
contenido energético, en forma de energía química, cuyo coste de
almacenamiento es nulo y sin pérdidas.
La energía marina es parte de la energía contenida en de la
radiación solar que incide sobre la superficie de la tierra y es absorbida
por el mar. Aunque esta energía es intermitente y de baja densidad
suponen una acumulación energética bastante superior a las necesidades
actuales. Como los océanos actúan tanto como sistemas captadores
como acumuladores de energía, muestran varias facetas respecto al
aprovechamiento de esta como son: los gradientes de térmicos y salinos,
corrientes de agua, el fenómeno de las mareas, las olas, los vientos
oceánicos y la bioconversion. De este modo, podemos clasificar y analizar
la energía de origen marino en tres grandes tipos: energía
maremotérmica, energía mareomotriz y energía de las olas.
La energía geotérmica a aquella derivada del calor almacenado en
el interior de la tierra. Este calor se produce, principalmente por la
desintegración espontánea, natural y continua de los isótopos radioactivos
que existen en muy pequeña proporción en todas las rocas naturales. En
el núcleo de la tierra el nivel térmico es muy superior al de superficie. En
él se pueden alcanzar temperaturas de hasta 4000ºc, disminuyendo a
medida que se asciende hacia la superficie. Se denomina gradiente
térmico a la variación de la temperatura con la profundidad, siendo el
valor medio normal 3ºc por cada 100 metros. La diferencia de temperatura
entre el núcleo y la superficie da lugar a un flujo de calor transfiriéndose la
energía térmica por conducción. Las temperaturas que se alcanzan en el
interior de la Tierra justifican el interés por utilizar su energía térmica, Sin
embargo, el bajo flujo de calor, debido a la baja conductividad de sus
materiales, hace que sea muy difícil su aprovechamiento. Por otra parte,
hay zonas donde se producen anomalías geotérmicas que dan lugar a un
gradiente de temperatura superior al habitual y constituyen una
excepción; estas reciben el nombre de yacimientos geotérmicos
(generalmente son zonas volcánicas).
A NIVEL NACIONAL
En nuestro País los combustibles fósiles: petróleo, carbón y
gas natural constituyen las principales fuentes de energía termoeléctrica
en Venezuela, específicamente el petróleo y el gas natural.
Venezuela es el quinto exportador mundial de hidrocarburos.
Posee las mayores reservas probadas del hemisferio occidental (77
millardos de barriles de crudos convencionales y 150 billones de pies
cúbicos de gas). Al sumar los 235 millardos de barriles de crudos pesados
y extrapesados de la Faja Petrolífera del Orinoco, las reservas
venezolanas de crudo durarían 285 años al ritmo de producción actual de
3,1 millones de barriles diarios. La capacidad total de refinación del país
se ubica en 3,3 millones de barriles diarios en 22 refinerías (3 en
Venezuela, 1 en Curazao, 9 en los Estados Unidos y 9 en Europa).
Más de 50 empresas de 18 países participan actualmente en la
industria petrolera venezolana. Esto evidencia que Venezuela es un socio
preferido y un suplidor internacional de energía seguro y confiable.
Asimismo, Venezuela tiene un sólido y transparente marco legal en
materia de hidrocarburos, mediante el cual se promueve la participación
de capitales estatales y privados, tanto nacionales como internacionales,
con el propósito de garantizar el suministro de energía desde Venezuela
hacia los mercados mundiales.
Venezuela viene desarrollando con éxito importantes alianzas
bilaterales y empresariales a fin de promover la integración energética de
América Latina y el Caribe, combatir el flagelo de la pobreza y apuntalar el
desarrollo sustentable de la región, sobre la base de la
complementariedad, el comercio justo, la solidaridad y la cooperación
recíproca.
En este sentido, se crea Petrocaribe el 29 de junio de 2005, tras el
Acuerdo de Cooperación Energética suscrito por 14 naciones del Caribe
durante el Primer Encuentro Energético de Jefes de Estado y/ o de
Gobierno del Caribe sobre Petrocaribe. Hoy, esta iniciativa de integración
regional suma 18 países agrupados por la solidaridad e inspirados en la
independencia y soberanía de los pueblos: Antigua y Barbuda, Bahama,
Belice, Cuba, Dominicana, Granada, Guatemala, Guayana, Haití,
Honduras, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y
Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam y Venezuela.
La integración de la región permitiría aprovechar el formidable
potencial que representa un mercado conformado por más de 530
millones de habitantes. Más aún, más del 80% de las reservas de petróleo
y gas del continente americano se encuentran en América Latina. De allí
la pertinencia de la iniciativa de Petroamérica, propuesta por el Presidente
de la República Bolivariana de Venezuela, orientada a permitir el ejercicio
pleno de la soberanía energética de los países de la región.
El uso estratégico de la energía por parte de Venezuela para
promover un mundo multipolar ha recibido un contundente apoyo
internacional mediante la firma de acuerdos con Brasil, China, Rusia,
India, Irán, Francia, Uruguay, Colombia, Argentina y Jamaica, entre otros
países, al tiempo que diversas conversaciones sobre alianzas
estratégicas continúan con otros gobiernos y empresas alrededor del
mundo.
Venezuela tiene 1.000 millones de toneladas métricas en reservas
probadas de carbón, aunque datos oficiales indican que poseen 1.450
millones de toneladas métricas. Produce 7,6 millones toneladas métricas.
La mayor parte del carbón se extrae del Zulia y en menor escala de
Táchira, Anzoátegui y Falcón. Del total producido en ese país el 98% se
exporta principalmente a Norteamérica al cual se destina un 52% de la
producción nacional, seguido por Europa con 34% y América Latina con
un 14%.
Además en la actualidad, Venezuela cuenta con reservas probadas
de gas natural por el orden de 176 billones de pies cúbicos, según
cálculos oficiales. El país ocupa el octavo lugar en el mundo con mayores
reservas probadas de gas natural y el primero de América Latina. Se
espera alcanzar los 300 billones de pies cúbicos de reservas probadas de
gas para el 2014.
VENTAJAS COMPETITIVAS Y COMPARATIVAS
Los cimientos de la política petrolera implantada a lo largo de la
década de los noventa han sido, por un lado, el reconocimiento de
nuestra muy vasta base de reservas de hidrocarburos y, por otro, el
potencial de generación de riqueza de la industria petrolera y el grado de
especialización del país. Esto no es otra cosa que el reconocimiento de
las ventajas comparativas y competitivas internacionales del país en la
producción de petróleo.
Por el lado de las ventajas comparativas está, en primer lugar el
potencial energético del país constituido por las reservas de petróleo junto
con una presencia significativa de otras fuentes de energía primaria. En
segundo lugar está la ventaja comparativa que se deriva de la ubicación
geográfica del país en un continente deficitario en energía. Venezuela
está entre las tres primeras provincias petroleras del mundo, pero se
diferencia desde un punto de vista geográfico, petrolero y cultural de las
otras dos. Una ubicada en la cuenca del Golfo Pérsico y la otra en la
cuenca del Mar Caspio. Dadas las ventajas que se derivan de sus bajos
costos de producción de energía y de su ubicación geográfica Venezuela
está llamado a ser el país suplidor de energía del Hemisferio Occidental,
si así lo desea.
En cuanto al desarrollo de ventajas competitivas, después de más
de ochenta años produciendo petróleo, el país, su industria petrolera, ha
desarrollado ventajas en esta actividad productiva. Los venezolanos
sabemos cómo producir petróleo. Hemos desarrollado tecnologías
reconocidas internacionalmente tanto en la producción como en la
transformación y utilización comercial de los hidrocarburos.
Desde la nacionalización, la industria petrolera nacional ha
cambiado tanto en su tamaño y presencia internacional como en su
morfología. PDVSA ha pasado de ser una corporación diezmada al
momento de la nacionalización, exportadora de crudos y productos de
baja calidad, a ser una corporación energética transnacional verticalmente
integrada con presencia desde la producción hasta la venta al detal en
sus principales mercados. PDVSA está hoy en el podio de las empresas
petroleras mundiales. Este esfuerzo reconocido por instancias
internacionales imparciales ha sido llevado adelante por personal
venezolano en los diferentes ámbitos corporativos y ha contado con el
reconocimiento y el respaldo del país y constituye una fuente de orgullo y
autoestima nacional.
Por otro lado, en parte consecuencia tanto de una actitud ex-
profeso del Estado venezolano de estímulo a la industria nacional, como
del grado de desarrollo del país y del cambio en la percepción del
petróleo, se está desarrollando un sector petrolero nacional privado.
Hasta hace poco, este sector estaba circunscrito a empresas suplidoras
de bienes y servicios tanto industriales como de ingeniería. Sólo en años
muy recientes, a través de las rendijas que permite el marco legal que
reserva al Estado la industria y el comercio de los hidrocarburos, ha
pasado a participar el sector privado nacional en las actividades de
producción, transformación y comercio de los hidrocarburos. El reto hacia
adelante es profundizar la integración del país no-estatal a la actividad
petrolera nacional. Sólo entonces se podrá hablar efectivamente de
nacionalización de la industria petrolera.
Relacionado con lo anterior, quizás el cambio más importante en
los cinco lustros desde la nacionalización se esté dando en el ámbito de lo
cultural. El petróleo ha influido de diferentes maneras la vida de más de
tres generaciones de venezolanos. La percepción del petróleo ha
cambiado significativamente junto con el desarrollo del país a lo largo del
siglo veinte.
En sus orígenes se le percibió con temor, como actividad externa y
poderosa sobre la cual el país no tenía control. Efectivamente, como lo
temían quienes primero diagnosticaron los efectos de su presencia, el
petróleo arrasó con la Venezuela rural de principios de siglo. Sin
embargo, con la objetividad que da el tiempo, el balance del legado del
petróleo en el siglo veinte es ampliamente favorable para el país.
El petróleo, industria y renta, ha cambiado para bien la faz del país.
Transformó la Venezuela atrasada y rural de principios de siglo, en el país
urbano y moderno de hoy día con un muy bajo costo social. El ingreso
petrolero externo permitió acumular sin sacrificar el consumo de la
población. Todo lo contrario, la renta y la inversión petrolera externa
permitieron aumentar en forma simultanea y significativa, durante
décadas, el consumo y la inversión en el país.
El petróleo actuó como lubricante para facilitar el tránsito sin
traumas del campo a la ciudad a lo largo del siglo pasado. Igualmente
estimuló importantes flujos migratorios hacia el país. En particular de
europeos en la posguerra. Mano de obra calificada, importante para la
construcción del país moderno financiado por el petróleo. La actividad
industrial petrolera actuó como polo de atracción hacia las áreas de
producción, mientras la renta petrolera gastada por el Estado, atrajo la
población hacia las ciudades. Por otro lado la renta petrolera permitió
gastar sin cobrar impuestos. El gasto de renta petrolera por el Estado,
particularmente en educación y salud gratuitas, mejoró la calidad de la
fuerza de trabajo nacional y la calidad de vida de la población en general.
El cambio cultural que se está produciendo paulatinamente desde
la nacionalización es el de perderle el miedo al petróleo. Los venezolanos
estamos haciendo nuestra la industria petrolera. Se ha llegado a contar
hasta cuatro generaciones de venezolanos, vinculados familiarmente,
trabajando en la industria petrolera. La actividad extranjera y extraña al
país es hoy nacional y está aquí para quedarse. El cambio fundamental
es el de reconocernos como un país petrolero de largo plazo, cosa que en
el pasado nunca quisimos aceptar. Este proceso cultural, el cual está aun
permeando en el consciente de la población, es piedra angular en la
implantación de una estrategia de desarrollo la cual asuma explícitamente
la actividad petrolera como uno de sus pilares. El reto es consolidar a
Venezuela como un polo petrolero mundial y sobre todo continental, de
acuerdo con su potencial.
Sin embargo, en términos culturales y políticos el país aún se
debate entre una política petrolera de vocación rentista y una de
orientación productiva, como lo muestran los acontecimientos de años
recientes y lo discutiremos más adelante.
República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria
Universidad Bolivariana de Venezuela
P.F.G Gestión Ambiental
Sede Barinas.
Prof.: Yesnira Batista Bachilleres:
IX Semestre de Gestión Ambiental Bastidas Rosa
Aldea: Pio Tamayo González Elodia
Merchán Rosalva
Pérez Rolando
Roldan Oraldi
Barinas, abril de 2.014
CONCLUSION:
Debido al acervo energético que tiene el país, es posible el
desarrollo nacional con la integración energética regional y mundial,
convirtiendo a nuestro país, en una potencia energética con gran
influencia mundial.
Debido al aumento de la demanda de la energía fósil en el mundo y
la magnitud de las reservas de esas materias primas que posee nuestro
país, el petróleo continuará siendo de gran importancia en el futuro de
Venezuela.
Dado el crecimiento de la demanda mundial del petróleo, todo
indica que para su satisfacción, crecerá más aceleradamente la
producción de petróleos no convencionales.
Frente a un mundo en desarrollo, hambriento de energía, no
podemos negarnos a producirla aunque si podemos y debemos
condicionar la producción de acuerdo a nuestros intereses nacionales.
más aún, debemos fomentar alianzas que nos permitan desarrollar no
solo las actividades de producción sino el resto de las actividades
subsiguientes, de refinación y petroquímica. Convirtiendo a Venezuela en
un centro mundial de refinación y en una potencia petroquímica, lo que
contribuye en la defensa de nuestra soberanía nacional.
En cuanto al potencial hidroeléctrico, es necesario incrementar la
capacidad de generación de energía hidroeléctrica y al mismo tiempo
promover la producción termoeléctrica para tener provecho de otros
recursos en el cual poseemos ventajas como el gas.
Las ventajas comparativas de poseer en términos individuales las
reservas petrolíferas más altas sí se incluyen los crudos extra-pesados de
la Faja del Orinoco. Venezuela sería una de las tres cuencas petrolíferas
importantes que existe en el mundo. La producción de los crudos extra-
pesados de la Faja es rentable a los precios del crudo en los últimos
lustros y los previsibles en el futuro, más rentable que la producción de
Alaska o del Mar del Norte. En segundo lugar, existirían ventajas
comparativas de ubicación geográfica, que podrían transformar a
Venezuela en el principal suplidor del hemisferio occidental. En tercer
lugar, el cociente de explotación/reservas es bajo, y por último, la oferta
venezolana actual no tendría influencia determinante en el mercado. Ella
representaría sólo el 4% de la oferta mundial y el 11% de los diez de la
OPEP. Además la OPEP no podría controlar el precio del crudo en el
largo plazo, los fundamentos del mercado impondrán su disciplina y a
Venezuela le convendría tener, tanto por el crecimiento como por sus
ingresos externos de largo plazo, una participación volumétrica importante
en el mercado petrolero.
Las restricciones que han existido para que el sector privado
participe en el desarrollo del sector petrolero es una de las razones por la
cual el ahorro nacional no se transforme en inversión productiva. Buena
parte del ahorro privado se fuga en activos financieros externos porque no
existe oportunidad de invertir en el sector donde existen las ventajas
comparativas claves.
INTRODUCCIÓN
La situación energética mundial actual es el resultado de la
combinación de diversas tendencias económicas, políticas, tecnológicas,
sociales y ambientales, entre otras que confluyen en un complejo
panorama de crisis y ajustes, signado en los años más recientes por una
escalada de precios, sobre todo en los hidrocarburos y especialmente en
el petróleo.
La realización de este trabajo tiene como objetivo conocer el
potencial energético que existe en Venezuela y en el mundo, así como su
consumo, el predominio de las energías fósiles y las ventajas competitivas
y comparativas del potencial energético que nos permitirá comprender el
objetivo del plan de la patria de consolidar a Venezuela como una
potencia energética.
Debido al acervo energético que tiene el país, es posible el
desarrollo nacional con la integración energética regional y mundial,
convirtiendo a nuestro país, en una potencia energética con gran
influencia mundial.
Debido al aumento de la demanda de la energía fósil en el mundo y
la magnitud de las reservas de esas materias primas que posee nuestro
país, el petróleo continuará siendo de gran importancia en el futuro
de Venezuela.