Posición Lince, Punta Español. Isla de Almadán 2 de enero ... · PDF...

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  • Posicin Lince, Punta Espaol. Isla de Almadn. 2 de enero de 2014. 06.35 horas. El cabo primero Ballesteros, segua observando por la mira telescpica de su Barret. A su lado, el legionario Centeno le susurraba la distancia y el viento, mientras miraba por el telmetro. Era el nico tirador de lite verdadero que haba en Punta Espaol ya que el cabo Solana era especialista de armas ligeras y haba realizado las pruebas para entrar como tirador de lite, pero no las haba completado todava. Lo normal era que hubiesen formado equipo ellos dos y as irse turnando en las operaciones de observador y tirador, pero el teniente haba preferido tener dos equipos de tiradores en vez de uno compuesto por dos francotiradores. No era lo ms habitual, pero entenda que el teniente lo que buscaba era que no les dejasen de un morterazo sin los dos mejores tiradores. Centeno no era mal chico, no saba casi nada de esto, pero al menos haba cogido el aire al telmetro y no era cobarde ni pareca ponerse nervioso. - Cinco Cinco Cero metros. No veo todava ninguno con el visor trmico, ni gafas nocturnas. Van muy despacio, viendo si hay minas y buscando puestos de avanzada susurr apenas perceptiblemente. - En cuanto veas a uno me avisas. Tambin me vale un oficial o el que est al mando. Al radio le dejamos para luego contest el cabo primero con otro susurro apenas audible. La patrulla marroqu estaba avanzando despacio pero firme. Aunque se estaban separando un poco de la posicin Cobra que ocupaban el cabo Solana y Cabrejas, empezaba a estar demasiado cerca. Les imaginaba metidos en su agujero, mirando prcticamente a ras de tierra para que los visores trmicos no les detectasen. Calculaba que tenan que estar a unos setecientos metros a la derecha de Cobra y justo enfrente de ellos, slo que a un poco ms de distancia. Seguramente acortaran hasta el recodo de la carretera que quedara justo a la altura de Cobra. El portador o portadores de los visores trmicos tenan que estar all al lado de los primeros soldados. - Solamente veo uno con visor y ya le tengo susurr Centeno. Est a la derecha del primer soldado. El cabo primero no dijo nada. Apunt en esa direccin hasta que vio al soldado con el visor trmico ajustado en su cara. Estaba en ese momento mirando en la direccin de Cobra y muy posiblemente, porque algo habra detectado. Lo tena de perfil,

  • medio oculto por el tronco de un alcornoque. A su lado, ahora haba llegado el que pareca mandar la patrulla. Sin duda estaban sealando hacia la posicin de Cobra. Slo tena un disparo y rdenes preferentes de neutralizar al del visor trmico para que de esta forma Cobra pudiera operar sin demasiados problemas. Sinti la presin de tener que acertar. - Cinco Uno Seis metros. Viento flojo de espaldas susurro Centeno. Los vientos de la zona solan venir del mar, es decir, de sus espaldas y por eso haban elegido esa posicin. Un disparo con viento cruzado, siempre era ms complicado. El viento de espaldas no variaba apenas la trayectoria del proyectil y siempre necesitaba menos clculos. Adems, desde all, se tena una buena visin de la carretera, que era donde Ballesteros prevea que la patrulla se detuviera un momento a observar la situacin. Lo ms probable era que los marroques aseguraran sus posiciones en la primera curva que se vea y desde all planificaran su siguiente movimiento. Un par de minutos ms tarde, as haba sucedido. Ahora, una pequea fila de soldados marroques esperaba instrucciones guarecidos tras los troncos de los alcornoques que bordeaban la curva. En ningn momento haba perdido de vista al que portaba el visor trmico, que haba vuelto a apuntar con su mano derecha a la posicin en donde se encontraba Cobra. - Cuatro Cinco Cero metros le anunci Centeno. No era un disparo difcil. Los haba realizado mucho ms complejos en los entrenamientos. La diferencia era que ahora iba a matar a un hombre y aquello le hizo detenerse un momento. Volvi a respirar. El soldado marroqu segua apuntando con su mano derecha en la direccin de Cobra. El que mandaba la patrulla pareci volverse a dar una orden a dos soldados que estaban justo detrs de l cuerpo a tierra. No poda esperar ms. El cabo primero Ballesteros expuls lentamente el aire de los pulmones y pos la yema del ndice de su mano derecha en el gatillo. Haca fro, pero empez a sentir un calor extrao en la cabeza. La cara del soldado marroqu estaba en el visor y ahora miraba algo ms hacia arriba que la posicin Cobra. Sin duda continuaba buscando, mientras el jefe de patrulla segua hablando con los dos soldados de antes. La yema del dedo ndice del tirador espaol acarici con suavidad el gatillo. Apenas presionando, para que el disparo saliera solo, casi sin pensar. El soldado marroqu fij un segundo la posicin y su cara con el visor ptico ofreci mejor blanco. Fueron dos escasos

  • segundos, pero suficientes. En ese momento el cabo primero Ballesteros dispar. El sonido retumb en toda la noche y una pequea llamarada sali del Barret, lo que indudablemente poda delatar su posicin a pesar de estar muy resguardado el can y cubierto por dos guerreras y un macuto. El cabo primero Ballesteros respir de nuevo y trag saliva mientras el calor interior se iba disipando. Saba que haba hecho blanco. - Blanco1 anunci en un susurro aunque sin poder ocultar la alegra Centeno. De puta madre, to. Blanco y el visor a tomar por culo sigui susurrando y sin quitar la vista de la patrulla marroqu. El cabo primero Ballesteros se qued un segundo en silencio y not un pequeo relmpago de nausea. Acababa de matar a un hombre. Saba que era un enemigo y no se senta responsable moralmente, pero estaba muerto, con un disparo en la cara, y era su primera baja confirmada. Era, en definitiva, la guerra de verdad. - Toro, aqu Lince. Cambio llam el legionario Centeno al puesto de mando. Aunque lo normal hubiera sido contactar a una hora determinada y prefijada, la situacin de asedio y necesidad que sufran los legionarios, cambiaba todas las reglas. - Aqu Toro. Cambio contestaron desde el puesto de mando de Munera. - Confirmado el blanco. Al menos un visor inoperativo. Repito confirmado blanco. Pasamos a posicin Dos. Cambio y corto. Vamos, mi primero, hay que salir de aqu le habl Centeno mientras recoga los chaquetones y las mochilas. El cabo primero Ballesteros, mir una vez ms en direccin hacia donde haba hecho el disparo. Ahora slo haba noche y un extrao silencio que zumbaba en la conciencia. Ambos legionarios abandonaron su posicin y salieron con rapidez hacia la nueva. Posicin Cobra, Munera. Isla de Almadn. 2 de enero de 2014. 06.46 horas. El legionario Cabrejas oy el disparo y a los pocos segundos la confirmacin del blanco, incluido el visor trmico. Era posible que hubiera otros soldados con ese tipo de visores, pero en principio no se haban detectado.

    1 En este caso, significa que el objetivo ha sido abatido.

  • Se asom sacando un poco la cabeza del pequeo pozo de tirador que haban cavado entre dos races y con las gafas de visin nocturna y los prismticos, intent localizar a la patrulla marroqu que haba recibido el disparo. No le cost, ya que apenas se haban movido de sus posiciones. Tan slo el que pareca mandar y el radio, se haban retrasado unos diez o doce metros y estaban detrs de un rbol. Slo vea el cable y uno de los brazos del que pareca el oficial. Obviamente se haban resguardado de la posicin que ellos ocupaban. El cabo Solana se levant en ese momento con el G-36 con visor nocturno y apoy el arma en la direccin en que el soldado Cabrejas apuntaba con los prismticos. - Estarn diciendo nuestra posicin. Tenemos que darnos prisa susurr al soldado Cabrejas que segua mirando. - Salgamos de aqu echando leches corrobor el cabo Solana. En ese momento el sonido de una granada de mortero saliendo del tubo, silb en el aire. Tres segundos ms tarde, explot a unos veinte metros por delante de donde se encontraban. - Vamos, enseguida... antes de que venga la siguiente habl el cabo saltando fuera de la posicin y subiendo por entre los alcornoques con el legionario Cabrejas detrs. La segunda granada explot a los veinte segundos de la primera y esta vez mucho ms cerca de la posicin que antes ocupaban. Los dos legionarios se quedaron mirando y dudaron en ocupar la segunda posicin, que slo estaba unos veinte metros ms atrs de la primera. Las granadas de mortero seguan cayendo, a un ritmo de una cada treinta segundos y todas a menos de ciento cincuenta metros de la nueva posicin. - Yo creo que debemos irnos al tercer puesto. Esta est demasiado cerca de las granadas coment con la respiracin entrecortada el legionario Cabrejas. - De acuerdo... pero vamos a darnos prisa contest jadeando el cabo Solana. - Pues venga, vamos para all finaliz la conversacin echando a correr el legionario Cabrejas. La tercera posicin estaba a unos sesenta metros a la izquierda y quince o veinte ms arriba de la segunda. Sera una distancia suficiente para quedar relativamente lejos de las explosiones de las granadas de mortero que seguan explotando alrededor de donde antes estaban. Cuando llegaron, ambos se quedaron sentados respirando con ansiedad y se miraron con una especie de brillo temeroso en los ojos.

  • De pronto, las gra