REVISTA CUBANA DE PSICOLOGÍA Vol. V, No. 3, 1988

Posibilidades del liso del método de análisis psicológico de la historia clínica en el estudio de la personalidad de pacientes neuróticos María Elena Pineda Gómez y Jorge Amado Grau Abalo

R E S U M E N

En el presente trabajo se hace una revisión de las posibilidades de utilización del método de análisis psicológico de las historias clínicas, recientemente propuesto por B. S* Bratus y B. W. Zeigarnik, en el diagnós­tico de las alteraciones de la personalidad de pacientes neuróticos.

Sobre la base de los resultado* concretos obtenidos en investigaciones realizadas en la Facultad de Psicología de la Universidad Central, se demostró que el método experimental, a pesar de su significación en la determinación de la esencia de un fenómeno, no puede agotar por^sí soló la necesidad del análisis teórico de la formación de las neurosis. El método que se propone posibilita no sólo el conocimiento del camino vital del enfermo, sus modos típicos de actuación, de comunicación, de solución de sus conflictos, su círculo de intereses, las interacciones con su familia, en su centro laboral, sino que permite además revelar las alteraciones en el curso de la enfermedad y antes de ella, posibilita sacar a flote todo lo que se refiere al desarrollo y establecimiento de la personalidad alterada y no solamente la especificidad de la sintomatología enfermiza.

Aplicado por vez primera en nuestro país, este método ha contribuido significativamente al esclarecimiento de los mecanismos psicológicos de formación de las alteraciones neuróticas en los pacientes estudiados, permitiendo el arribo a conclusiones de considerable importancia teórica-metodológica y práctico asistencial.

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La definición y caracterización de la llamada personalidad neurótica ha sido siempre uno de los problemas cardinales de la Psicología Clínica y la Psiquiatría, de gran significación teórica y práctica.

La aproximación al estudio científico de este problema ha tenido lugar desde marcos teóricos muy variados, algunos de ellos totalmente inacep­tables por su inconsistencia teórico-metodclógica o su fundamentación •filosófica e ideológica, otros no han estado exentos de limitaciones e insuficiencias. En el contexto de Ja Psicología marxista y, en especial, de la Patopsicología contemporánea este problema no ha perdido, obviamente, su significación. En'general, al estudio del desarrollo anómalo de la persona­lidad y a la crítica de las concepciones idealistas accidentales al res­pecto han sido consagradas muchas páginas de la literatura psicológica ^soviética <B. W. Zeigarnik, 1971, 1982, B. W. Zeigarnik. B. Sf Bratus, 1980, V. «N. Miazizchev, 1960, V. N. Niazizchev, B. D. Karvasarskii, 1969; V. M. Miazizchev, B. D. Karvasarskii, 1. M. Tohkonoguii, 1971} y muchos otros). Autores- polacos y cubanos han enfocado también los problemas que conciernen a los fallos en los mecanismos de autorregulación que conducen al desarrollo anómalo, de la personalidad (Y. Reikowski, 1979; G. Pineda, 1977, 3. Grau, 1982, Ma'. E. Pineda, 1983j y otros).

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Dos direcciones particulares de este- estudio llaman poderosamente la a^ñeililflif'tlialmente a; investifaidore* soviéticos y tíjubanosi »1 problema de la'influenciai de algunos estados psíquicos en el desarrollo de las alte­raciones* neuróticas y el problema de los métodos más adecuados para la de*términiéian diagnóstica de la personalidad enferma, de los * métodos más pr_o,me|£|ÍQr;«s.para su estudio. >

Detengámonos brevemente en cada uno de estos momentos.

La importancia de los estados psíquicos en la formación y desarrolla de la personalidad en general ha sido subrayada por muchos investigadores (N. D. Levitov-r 1964, E. A! Shümilin, 1955, y otros). Desde 1955, en que fue planteado por primera .vez el estado psíquico en calidad de importante categoría de fenómenos psicológicos, muchos autores se han referido a los problemas de su definición, clasificación, de la determinación de los métodos para su investigación y diagnóstico. Particular atención se ha prestado al papel que ellos pueden -en el desarrollo de alteraciones psíqui­cas y dé la personalidad y, en especial, de las alteraciones neuróticas (E. A.1Shümilin, 1968; J. Grau, 1979; etcétera). •

Al estudio particular de algunos estados psíquicos: stress o tensión psíquica, ansiedad, frustración, agresión, sugestibilidad, se han dedicado asimismo una gran cantidad de artículos y monografías, tanto por investiga­dores- occidentales <H. Selye, 1956; R. B. Cattell, I. H. Scheilr, 1961; J. Tayler, 1953; H. J. Eysenck, 1969; L. Lévi, 1970, Ch D. gpielberguer, 1966, 1972, K. E. Izard, 1980; y muchos otros eitadps por J, Srau, 1982), como por autores soviéticos N. D. Levitov, 1967, 1969, 1972, A. S. Egorkova y otros, 1971, V. S. Marishuk, _1968,.T.. A. Nenchin, 1966; 0. V. Ovchinnikova, 1968; 0. V. Ovchiniikova, N. I. Naenko, 1968; M. S. Regovin, 1962"; Iu. L. Jenin, 1978; B. V. Iovlov, 1974; N. V. Imiedadzo, 1966; A. B. Gusova, 1968; V.'.K. Viliunas, 0. V. Ovchinnikova, 1972, N. I. Naenko, 1976, I. P. Scluchenvski, 1980. L. E. Panin, V. P. Sokolov, 1981, N. A. Aminov, V. N. Asarov, 1981; y muchos otros analizados y citados por J. Grau, en 1982, en su Trabajo - de Candidatura). Refiriéndose a aquellos estados más directa­mente relacionados con la aparición de trastornos neuróticos y alteraciones de'la personalidad han sido dedicados muchos Trabajos de Diploma y de curso de estudiantes de la Facultad de Psicología de la U.C.L.V. (Ma. E. Pineda y otros, 1976; R. Camejo y otros, 1979; S. Colunge-, 1979, R. Alvaredo y otros 1980, 1. Águila, 1981; E. Mullet y otros, 1981, y muchos otros); así como una.cantidad considerable de trabajos teóricos y experimentales de los pro­fesores de esta Facultad que investigan agrupados en un colectivo temático, Iri relación de'algunos estados psíquicos y las neurosis (D. Portero, 1979, '. Grau; D. E. Hernández, 1983; Ma. E. Pineda, 1983, y otros).

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No h.3y duda alguna en que los estados de tensión, -frustración y ansie­dad, entre otros, se encuentran genéticamente vinculados en él proceso ae desorganización patológica de la personalidad en las neurosis a el lo apuntan los resultados de numerosas investigaciones de L. E. Panin, V. P. Sokolov, en 1981; V. A. Bákiev, 1974; Iu. L.' Jenin, 1978; F. Thurner, U. Tewis, 1969; H. J. Pysenck, P. Rechman, 1967, J. Grau Abalo, 1982, y otros) La posibilidad de qué estados reiterados de frustración, combinados con ansiedad, juegan un significativo papel en la patogénesis de las neurosis y en la aparición de las alteraciones de la personalidad característica de estos pacientes ha sido verificada en trabajos recientemente dedicados a este asunto <E. Rodríguez, 1979, T. Benítez", 1979, R. Alvaredo y otros, 1980; Ma. E. Pineda, 1983. etcétera). Los trabajos de Allport; Bruner y Jandrof (en 1941), de Postman'y Bruner (en 1948) y del propio Reikowski (1979) ya habían puesto de manifiesta que bajo la influencia de estados y procesos emocionales (y entre ellos: el estado de frustración) pueden tener lugar cambios en la actitud hacia sí mismo, aumento o disminución de la autovaloración, cambios en el nivel de pretensiones, variaciones en el nivel de aprobación de sí mismo y errores de carácter perceptual. Al estudio particular de la percepción de sí mismo y de lo circundante, de la autovaloración, del llamado por Luria cuadro interno de la enfermedad han sido dedicadas numerosas investigaciones de autores soviéticos y cubanos (B. V. Nikolaeva, 1976; G. Pineda, 1977; I. Águila, 1981, J. Grau, 1982, B. W. Zeigarnik, B. S. Bratus, 1980, etcétera). Las investigaciones citadas y conducidas por Y. Reikowski y sus colaboradores (1979) cori relación al problema de la afectividad d® lo* mecanismos de autorregulación y su rela­ción con la estabilidad " emocional traen luz al polémico problema de la relación entre el nivel de expectación y el nivel realmente alcanzado en el cumplimiento de las acciones del hombre. Analizando los resultados obte­nidos por Tomaszewski, los experimentos de I. Skul, M. Kotonski, T. Haijel-berguer, A. Eliash y Slubitakaia; Atkinson, Gruen, Me Clellend y muchos otros investigadores. Reikowsky se refiere a la influencia de los estados de ansiedad, tensión e inquietud en el establecimiento incorrecto del nivel de pretensiones y la autovaloración distorsionada. »

La relación de las vivencias conflictivas y de los cambios en la percepción y la autovaloración con el surgimiento de determinadas desvia­ciones patológicas há sido señalada por muchos otros autores. Los afectos -dice E. T. Sokolova, en 1976-, las vivencias conflictivas, pueden alterar la regulación normal; de la actividad, conducir a su desorganización, y entonces, en calidad de motivos, comienzan a intervenir formaciones afecti­vas E.T. Sokolova, 1976, p. 48). En opinión de muchos psiquiatras en la base de las enfermedades psíquicas descansan modificaciones patológicas de la percepción por el hombre del mundo que lo rodea, de su propio Yo <K. Rodger, 1951; Guiliaroski, 1955, y otros - citados por J. Grau, 1982). No es atrevido suponer entonces que ante determinadas situaciones frustrantes los motivos antes actuantes pierden para el sujeto que enferma su atrac­ción, su prestigio, y caiga así en estados de abatimiento, depresivos o a larmofóbicos, o de desorganización coñductual, que son típicos a unas u otras reacciones a la frustración.

De esta manera, las observaciones clínicas y los resultados de investi­gaciones psicológicas precedentes permiten suponer la manifestación de distintas reacciones a la frustración-tensión en dependencia de las particularidades temperamentales y personal - motivacional y el cuadro clínico interno de las diferentes modalidades clínicas; posibilitan destacar la importancia de estudiar las peculiaridades y el estado de los mecanismos de autorregulación.

La determinación precisa del papel que juegan estados en la' génesis de las neurosis implica, sin lugar a dudas, una investigación psicológica especialmente construida con este fin. He aquí precisamente donde éste problema se vincula indisolublemente a la, segunda de las direcciones planteadas al inicio de este trabajo: la cuestión de lbs métodos más adecuados para la caracterización psicológica de las alteraciones de la personalidad. - i

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Sería equívoco» sin embargo, pensar que el análisis experimental es suficiente para explicar el proceso de •formación de determinados estados de •frustración y elaborar acabadas hipótesis acerca del rol que estos desem­peñan en los mecanismos psicológicos de desarrollo de los procesos patoló­gicos de naturaleza neurótica. Analicemos esto con detenimiento.

Los trabajos de L. S. (1965); A. N. Leonfeiev (1959)} S. L. Rubinstein (1959) y otros, han señalado que lo -fundamental para la caracterización de la personalidad en los marcos de una psicología marxista es la conside­ración de las categorías y conceptos de actividad, necesidad, motivo, sentido personal. Como señala Zeigarnik (197é>, 1980) la caracterización patopsicológica de los datos de-la clínica de las enfermedades mentales, la incorporación del aparato psicológico al análisis de los -fenómenos psicopa-tológicos puede hacer avanzar el esclarecimiento de algunos de los problemas centrales de la Psicología y de la propia Psiquiatría.

'..Recordemos que la esencia de un -fenómeno se descubre "sólo cuando son conocidas las vías de su -formación (Iu. IT. Borodoi, cit. Por B. W. Zeigarnik» B. S. Bratus, 1980). Así, la esencia propiamente psicológica de la. -formación de estados neuróticos podrá ser sólo descubierta si nosotros sabemos gracias a que regularidades psicológicas surgen estos estados patológicos, qué es lo que hace que estos estados determinen o caracte­ricen prevalentemente la personalidad en un momento dado del proceso morboso, cuáles son los componentes psicológicos que -forman el -fenómeno psiqopatológico. He aquí la importancia de la creación de un modelo propiamente psicológico de la -formación de un -fenómeno clínico dado.

La realización de esta tarea trasciende el mero análisis del material clínico contenido en la historia del desarrollo patológico de un fenómeno dado. La necesidad de semejante orientación fue señalada desde 1936 por Vigo,£ski, cuando recomendaba que el peso central de las investigaciones debía ser trasladado de los hechos externos al estudio y establecimiento de las conexiones psicológicas internas, del análisis fenomenológico de los sucesos hacia las causas internas que lo determinan <L. S. Vigotski, 1936).

La mayoría de los métodos existentes en el estudio de la frustración (y en general, en la clínica) independientemente de su estructura concreta y los , modos, de elaboración de los datos obtenidos, se orientan esencialmente el estudio de fenómeno psíquico ya formado, es decir, son constativos y dejan a un lado el problema del surgimiento del fenómeno psíquico.

Si echamos una ojeada a los métodos disponibles en el estudio de las frustraciones, tendremos que reconocer que ellos se polarizan en dos grupos extremos: o son métodos de análisis predominantemente clínicos, o consti­tuyen métodos de carácter experimental extrapolados casi siempre del estu­dio de los estados de frustración en condiciones rigurosas de Laboratorio. Al primer grupo pertenecen las entrevistas, los cuestionarios, los intentos de análisis de sus manifestaciones con la ayuda de especiales.protocolos de observación, etcétera.

En el segundo grupo quedan incluidos muchos de los procedimientos empleados en las investigaciones tradicionales sobre la frustración y algunos otros procedimientos utilizados en nuestro país con objetivos espe­cíficos y no siempre de igual naturaleza (R. Alvaredo y otros, 1980). Ambos métodos son necesarios, pero no suficientes. El estado normal de frustra­ciones o la neurosis que ha sido un producto de la incidencia reiterada de estos y otros estados no deben ser estudiados como fenómenos acabado, terminados para comprender su naturaleza debe estudiárseles en desarrollo, en el proceso mismo de su formación.

Este problema, aparentemente sencillo y comprensible, no deja de conver— tirse en una seria dificultad para las investigciones en la clínica. Re­sulta obvio que las neurosis y otras patologías no pueden ser provocadas en seres humanos con fines específicos de estudio dinámico-evolutivo. La con­trapartida de algunos investigadores de estudiar estas particularidades en la neurosis experimental en animales deja, naturalmente, mucho que desear.

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¿Cuál es, entonces, la vía idónea de plasmar estas acertadas ca»eepeia-nes de Vigotski y otros-psicólogos marxistas en el campo del e studSLo d» los fenómenos psicopatológicos?

Hay que decir que la Psicología Clínica tradicional no ha podido ofrecer una respuesta satisfactoria a esta importante cuestión. Sólo con el desa­rrollo de las investigaciones patopsicológicas concretas en el decursar de las últimas décadas en la U.R.S.S., con la consideración del fenómeno clí­nico como un producto del propio coproceso desviado de formación de la per— sonalidad y sus cualidades, es que han sido propuestos métodos especiales que se aportan del estricto análisis clínico de este producto, aún cuando no puedan ser considerados como métodos experimentales.

Esto no disminuye la importancia del método experimental, que queda como el método básico de trabajo en la investigación patopsicológica de los pro­cesos y funciones alteradas, de algunas cualidades aisladas de la persona­lidad. Pero cuando sé trata de estudiar el desarrollo de la personalidad como una integralidad, de investigar la dinámica de formación de los estados patológicos (frustración, ansiedad), en fin, el proceso de surgi­miento de una neurosis con todas las desviaciones anómaies de la persona­lidad que a ellas son inherentes, los cambios en el sistema de actitudes, las distorsiones de la autovaloración, las posibilidades de. autorregula­ción, la calificación de su criticidad, la revelación de las necesidades patológicas y los cambios en la estructura jerárquica de los motivos, entonces el método experimental no puede reemplazar la necesidad del análisis teórico de los mecanismos psicológicos de formación de esa neurosis. ' '

Las metódicas experimentales seguirán siendo, sin dudas, indispensables para verificar o refutar nuestras hipótesis, podrán servir de cortes cíe control, del análisis de resultadas intermedios de diagnóstico, del proceso en curso; pero el método rector deberá ser el análisis psicológico de los datos de lm historia vital y de la historia de la enfermedad. Propuesto por B..S. Bratus y B. W. Zeigarnik (1976, 1980) este método ofrece posibili­dades aún insospechadas en la caracterización más plena de las desviaciones patológicas de la personalidad en las neurosis.

Describamos brevemente a continuación la naturaleza del método, sus etapas y procedimientos.

El método parte del principio según el cual la historia clínica no es sólo un documento médico sino psicológico, ya que en ella se resume el camino vital del enfermo, los modos de actuar típicos, los modos de comunicación, la solución de conflictos, el círculo de intereses, las interacciones del enfermo con la familia, en el trabajo; además de las alteraciones en el curso d» laenfermedad y antes de ella.

llnu etapa inicial en la investigación a través de este método es la minuciosa familiarización con las historias clínicas del grupo de enfermos que será sometido a estudio. Para ello es necesario disponer de historias clínicas detalladas y suficientemente típicas, en las que se pongan de manifiesto no sólo informaciones fragmentarias sobre unos u otros síntomas enfermizos, sino informaciones relacionadas entre sí acerca de las altera­ciones de la personalidad, es decir, debemos constituir un relato argumen­tado con hechos clínicos concretos acerca del surgimiento y desarrollo de la alteración psíquica que-nos interesa. La tarea implica poner a flote todo lo que se refiere al desarrollo y establecimiento de esa personalidad alterada y no la especificidad de la sintomatología enfermiza.

La etapa siguiente es la comparación minuciosa de las historias clínicas, la síntesis de todos los momentos axiales fundaméntales por los que pasan la mayoría de los casos estudiados. Se trata de buscar' aquellos momentos comunes para todo el grupo estudiado, aún cuando en cada historia concreta estos momentos puedan ser manifestaciones en mayor o menor grado, inter­venir claramente o de forma confusa o borrosa.

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En esta etapa hay que lograr la sintetización de una sola y más típica lógica interna del desarrollo del fenómeno que nos interesa. Sólo después de esto podemos pasar a la siguiente etapa, la calificación de los datos obtenidos en conceptos de la ciencia psicológica.

En.esta etapa hay que desmembrar las formas diferentes de actividad de los sujetos analizados, dar la caracterización psicológica de su estructura; es necesario, descubrir, como subraya Leontiev (1975) las relaciones existentes entre las distintas actividades aisladas, que caracterizan el núcleo de la personalidad. Por todc esto, un punto muy importante debe ser la elaboración de una hipótesis sobre una determinada jerarquía de las actividades del hombre.

La calificación psicológica de los datos de la clínica es importante, no sólo para .la Psicología, sino también para los propios psiquiatras, por cuanto.debe contribuir al acercamiento, a la correspondencia de conceptas de ambas ciencias. Según B. W. Zeigarnik, y B. S. Bratus, la incorporación del aparato categorial psicológico al análisis de los fenómenos psicopato-lógicos ..puede hacer avanzar los estudios de problemas psiquiátricos tales comq el establecimiento de criterios científicos sustanciales del nivel de degradación o deterioro, a cambio de las conocidas valoraciones instuitívas frecuentes en la clínica de nuestros días.

A pesar' de toda su significación, esta etapa de calificación psicológica no .representa el final del análisis. Cuando se hace la traducción de la descripción del fenómeno del lenguaje clínico al lenguaje de la psicología todavía estamos detenidos en lo esencial, ante los límites de un enfoque fenómenológico.

•La esencia propiamente psicológica puede ser descubierta si nosotros sabejnos gracias a qué regularidades surge un fenómeno dado, qué es lo que mueve a este proceso, cuáles componentes psicológicos lo forman. Y esto no le dá la simple traducción literal al lenguaje psicológico. Ni los hechos observados, ni el. estudio de su consecutividad señalan directamente hacia las regularidades psicológicas de la conducta humana. Por eso, la nueva stapa propuesta es la creación de un modelo propiamente psicológico de la formación de un fenómeno clínico dado. Sólo a través del decursar de las íases descritas es que puede exponerse una idea suficientemente argumen­tada y completa sobre los mecanismos internos del proceso, sus regulari­dades propiamente psicológicos y sus componentes.

Esta tarea es realmente poco accesible a las representaciones de profe­siones colindantes con la psicología. Por muy buena formación de un psiquiatra, él P S , ante todo, un clínico, opera más frecuentemente con representaciones figuradas de enfermos concretos, él no domina, tan profun­damente las leyes de la Psicología General, los métodos y el estilo del pensamiento que deben corresponder a un especialista en Psicología, que es quien dispone de los medios de desmembramiento de las imágenes íntegras en actividades aisladas, motivos, necesidades, emociones; el psicólogo posee los medios de correlación de estas unidades entre si y tiene asimismo la posibilidad de pasar al examen de la mecánica interna (propiamente psicológica) de la estructura de la personalidad, construyen uno u otro modelo de un determinado fenómeno clínico.

El cumplimiento de estas tareas no sólo tiene un significado teórico, sino práctico aplicado, ante todo en la elaboración de cuestiones tan importantes como la readaptación social y laboral de personas con altera­ciones psíquicas, desviaciones de la personalidad. El•progreso acertado en el trabajo de psicocorrección no tiene sentido sin un análisis psicológico calificativo dw los fenómenos que están siendo sujetos a corrección y de los mecanismos de su formación anómala.

Las premisas para la utilización del método en el diagnóstico de las alteraciones de la personalidad ya se hara establecido, tanto en el extranjero (trabajo de B. S. Bratus, M. A. Kar^eva y otros - cit. por B. W. Zeigarnik, 1976), como en nuestro país. En el trabajo de nuestra diplomante

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Uiseia Trinqueta (1983) -fue por primera vez api icado -con todo rigor en nuestro país para revelar los mecanismos psicológicos de -Formación de los trastornos neuróticos. Este trabajo permitió develar las particularidades de las alteraciones en los mecanismos de autorregulación de la personalidad en los individuos que sufren de diversas -formas clínicas de neurosis en las que los estados reiterados de -frustración jugaron un determinante papel en la -formación de una autovaloración inadecuada, en cambios patológicos en la percepción de si mismo en relación con su enfermedad. La investigación permitió poner de manifiesto diversas reacciones a la frustración preva-lente en una u otra modalidad clínica de neurosis.

Trabajando con una muestra de- 38 pacientes neuróticos (ansioso, depri­midos, histéricos) procedentes de las provincias de Villa Clara y Camagüey, a los cuales se les aplicó además, un cuestionario elaborado en investi­gaciones precedentes para la determinación de los estados reiterados de frustración (B. Rodríguez, 1979) y una autobiografía especialmente orien­tada a la obtención de datos complementarios, el análisis permitió arribar a importantes conclusiones que iban siendo de cierta manera verificada en una investigación experimental que se desarrollaba simultáneamente, y que constituía otro Trabajo de Diploma con la misma muestra. (A. R. Beltrán, 1983)

En la formación anómala de la personalidad de estos pacientes jugó un papel decisivo la situación familiar inadecuada particular en que ellos fueron educados (situaciones de rechazo y rigidez en un 95 7. de los casos). Los problemas económicos de diferente magnitud en el 82 "/. de los enfermos incidieron en la aparición de frustraciones escolares en etapas tempranas de la vida,.en la limitación de sus aspiraciones de estudio de nivel medio y superior. Las dificultades en la esfera laboral (complicadas con serias afectaciones en sus relaciones sociales en el 47 "/. de los sujetos) promo­vieron la aparición de justificaciones, vivencias de rechazo por parte del colectivo laboral. Los conflictos en las relaciones amorosas desde la adolescencia hasta la adultez fortalecieron las continuas frustraciones experimentales por los sujetos (en el 95 7. de la muestra), manteniéndose estos conflictos hasta el momento de la investigación en la tercera parte de la muestra, mientras que en más del 40 7. de los casos tales conflictos condujeron a la disolución matrimonial. Conflictos familiares marcados se manifestaron en más de la mitad de los pacientes, quienes viven en una atmósfera tensa, con tendencias a la cronicidad, en la que es caracterís­tica una marcada reducción de las aspiraciones y los intereses.

De esta manera, en la muestra de pacientes estudiados se puso de manifiesto claramente que desde las edades tempranas crecía la insatis­facción de necesidades de afecto, necesidades culturales y materiales, siendo dentro de todas ellas y por el propio decursar de la personalidad individual ante frustrantes obstaculizadores - la necesidad de afecto la que adquiría poco a poco un sentido personal exacerbado. Estas necesiddes patológicas de afecto se vincularon a motivos que adquirieron carácter de motivo rector, lo que fue llevando a estos pacientes ante el estableci­miento de" repetidos estados de frustración a una desestructuración cada vez mayor de la personalidad, conduciéndola a un funcionamiento neurótico.

Puede explicarse así el modelo propiamente psicológico de la formación de la personalidad neurótica en estos pacientes y el papel de la frustra­ción reiterada en el desarrollo anómalo de la personalidad. La situación familiar en que ellos fueron educados fomentó, desde la infancia, una falta de afecta que propició el desarrollo de sentimientos de inferioridad e inseguridad marcados. Con el decursar de los años fue afectada la formación adecuada de la autovaloración de los mismos. Esta falta de afecto se convirtió en una necesidad patológica de afecto, erigiéndose en motivo rector de la actividad de los enfermos, adquiriendo un sentido personal exagerado, patológico, que fue tratado infructuosamente, de mediatizar, a lo largo de sus vidas, por diferentes" mecanismos de compensación por ejemolo: la búsqueda de "afecto en diferentes parejas, intentos de reali­zación en su vida laboral, a través de la obtención de -un alto nivel de escolaridad, etcétera. Tales mecanismos constituyen componentes esenciales

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de la estructura de los conflictos psicológicos experimentales. La reduc­ción de la actividad rectora en la norma a la acción patológica de búsqueda de afecto a cualquier precio desorganiza la conducta y lleva a una -frus­tración cada vez más concientizada y reiterativa, estableciéndose un círculo de doble re-forzamiento. La autorregulación de la personalidad, sus mecanismos roediatizádores de compensación se hacen cada vez más patológi­cos. Algunos de elljis, incluso, son inconscientes.

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Un fenómeno similar -fue observado por E. Mulet, 0. Cartaya y R. Fuillerát (1981) en el 'Trabajo de Diploma que constituyó la base de su Trabajo de Candidatura sobre ansiedad <J. Grau, 1982). Se ponía de mani­fiesto en los neuróticos ansiosos por ellos investigados una necesidad casi patológica de descarga emocional con carácter rumiativo, improductivo y, estéril. A la luz de los resultados del Trabajo de Diploma de Gisela Trirtquéta, que puso de relieve distorsiones en las, funciones incentivadoras y fé'r'radoras de sentido de los motivos, tales hechos, psicológicamente caracterizados por los autores del trabajo sobre ansiedad-, pueden ser interpretados como una particular expresión del desarrollo patológico de una "fuerte necesidad de afecto. Descarga era tan imprescindible para el neurótico ansioso quizás y precisamente ¡porque constituía una acción ais­lada en la búsqueda de afecto, de un sentimiento de lástima o consideración egocéntrica, fenómenos descritos frecuentemente en la clínica y que se integran en lo que se ha dado en llamar la ganancia secundaria del neuró­tico.

Dé esta manera, las alteraciones personales de los enfermos de neurosis estudiados implican, en un primer plano, alteraciones del componente mótivácional-emocional, de la esfera personal-motivacional; ellos caracte­rizan ' psicológicamente lo que ha sido llamado como personalidad neurótica. Se comprueba así que el análisis psicológico de las alteraciones psíquicas debe' ir por lá vía de la caracterización de los cambios motivacionales, de los cambios anómales de lá personalidad.

Definiendo qué era una enfermedad psíquica, cuando podía hablarse de un desarrolló' anómalo de la personalidad, B. W. Zeigarnik se refería al momento en que por influencia de la enfermedad, en los pacientes escasean los intereses, se empobrecen las necesidades, cuando en él aparecen actitu­des indiferentes hacia lo que antes la inquietaba, cuando sus acciones están desprovistas de una orientación determinada, cuando la conducta liega a ser impensada, cuando el hombre deja de regular su conducta y no se halla en condiciones de una valoración adecuada de sus posibilidades (B. W. Zeigarnik, B. S. Bratus, 1980).

En correspondencia con esta definición que deviene importantísima orien­tación metodológica, es posible entonces explicar el desarrollo de la per— sonalidad anómala del neurótico, esclarecer los mecanismos de formación de las neurosis en determinados individuos a partir de una investigación diri­gida, al análisis psicológico de los datos contenidos en la historia clínica de los enfermos; es factible descubrir con una síntesis adecuada de métodos tales como la autobiografía, los cuestionarios, los procedimientos experi­mentales y el análisis psicológico del propio camino vital del enfermo, el papel patogenético de los estados reiterados de frustración en el origen y manifestación de la neurosis, develar las expresiones de estos estados patológicos y caracterizar psicológicamente su influencia sobre la acti­vidad y la conducta, sus vínculos con los mecanismos de autorregulación de la personalidad.

Los resultados de estas investigciones pueden ser preliminares, exigen verificación experimental ulterior, pero constituyen- una original aproxi­mación a la solución del problema planteado, no exenta de interés y valor científico.

Dé la misma forma en que el método ha probado su efectividad en el análisis de las alteraciones de la personalidad en esquizofrénicos, alcohó­licos crónicos, jóvenes anoréxicos con estados reiterados de frustración, el mismo puede ser fructíferamente utilizado en la caracterización psico^ó-

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gica del desarrollo anómalo de la personalidad en enfermos con diferentes trastornos psicofisiológicos, sujetos con tendencia reiterada al suicidio, etcétera. En esta dirección se dan apenas los primeros pasos, pero ya se proyectan algunas investigaciones que ratificaran la.efectividad del método en la solución de importantes tareas teóricas y prácticas.

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