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Por: Roxana Barrantes, María Susana Cipolletti, Manuel Chiriboga V., Magdalena Chocano, José Deustua, Víctor Peralta Ruiz, Deborah A. Poole, Charles Walker BARSKY, Osvaldo. La Reforma Agraria ecuatoriana. Corporación Editora Nacional- FLACSO. Quito, 1984. 406 pp. Este libro recoge el conjunto de trabajos realizados por el autor, economista argenti- no especializado en temas agrarios, durante casi diez años de residencia en el Ecuador . El objetivo del trabajo es doble: a) demos- trar que en el agro ecuatoriano se han pro- ducido cambios significativos a pesar de no haberse ejecutado una Reforma Agraria sig- nificativa; y b) demostrar que estos cam- bios han determinado la emergencia de dis- tintas capas de productores que han hecho más compleja la estructura social agraria (p . 16). En la primera parte de su libro, Barsky analiza el proceso de transformación-mo- dernización de las haciendas norte-serranas, a partir de la tesis de la "iniciativa terrate- 1 niente" . Según esta visión, dicha transfor- mación se habría producido como efecto No. 1,julio 1985 de un conjunto de iniciativas tomadas por los terratenientes para aprovechar las posi- bilidades generadas por un mercado urbano en expansión y para responder a las presio- nes provenientes de sectores no agrarios, tanto a nivel nacional como continental. Dicha iniciativa significó, para el autor, no solamente el desarrollo de las fuerzas pro- ductivas, sino cambios en las relaciones de producción. El tradicional sistema de pres- taciones en trabajo fue paulatinamente abandonado por los terratenientes, pasán- dose a un sistema de relaciones salariales. La entrega anticipada de huasipungos lleva- da adelante por un sector importante de ha- cendados, permitió el afianzamiento empre- sarial en las haciendas y la generación de una respues a alternativa, favorable a los te- rratenient , a la creciente presión extra- agraria p r una Reforma Agraria (p. 56). Lo ant rior implica que parte importante de lo cambios agrarios, incluyendo la re- . ribución de la tierra, se ha dado por el impulso de los propios sectores terratenien- 259

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Por: Roxana Barrantes, María Susana Cipolletti, Manuel Chiriboga V., Magdalena Chocano,

José Deustua, Víctor Peralta Ruiz, Deborah A. Poole, Charles Walker

BARSKY, Osvaldo. La Reforma Agraria ecuatoriana. Corporación Editora Nacional­FLACSO. Quito, 1984. 406 pp.

Este libro recoge el conjunto de trabajos realizados por el autor, economista argenti­no especializado en temas agrarios, durante casi diez años de residencia en el Ecuador. El objetivo del trabajo es doble : a) demos­trar que en el agro ecuatoriano se han pro­ducido cambios significativos a pesar de no haberse ejecutado una Reforma Agraria sig­nificativa; y b) demostrar que estos cam­bios han determinado la emergencia de dis­tintas capas de productores que han hecho más compleja la estructura social agraria (p . 16).

En la primera parte de su libro , Barsky analiza el proceso de transformación-mo­dernización de las haciendas norte-serranas , a partir de la tesis de la "iniciativa terrate- 1

niente". Según esta visión, dicha transfor­mación se habría producido como efecto

No. 1,julio 1985

de un conjunto de iniciativas tomadas por los terratenientes para aprovechar las posi­bilidades generadas por un mercado urbano en expansión y para responder a las presio­nes provenientes de sectores no agrarios , tanto a nivel nacional como continental. Dicha iniciativa significó, para el autor, no solamente el desarrollo de las fuerzas pro­ductivas, sino cambios en las relaciones de producción. El tradicional sistema de pres­taciones en trabajo fue paulatinamente abandonado por los terratenientes, pasán­dose a un sistema de relaciones salariales. La entrega anticipada de huasipungos lleva­da adelante por un sector importante de ha­cendados, permitió el afianzamiento empre­sarial en las haciendas y la generación de una respues a alternativa, favorable a los te­rratenient , a la creciente presión extra­agraria p r una Reforma Agraria (p . 56). Lo ant rior implica que parte importante de lo cambios agrarios, incluyendo la re-

. ribución de la tierra, se ha dado por el impulso de los propios sectores terratenien-

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tes y no por acción de los movimientos campesinos o, incluso, de la Reforma Agra­ria impulsada por el Estado.

La visión de Barsky merece, sin embargo, algunos comentarios de fondo. El primero , y tal vez más importante, es en relación a la ausencia en su análisis de la problemática de la lucha social y política en la coyuntura de inicios de la década de los 60. Esta, como bien lo ha estudiado Andrés Guerrero en su libro Hacienda, Capital y Lucha de Clases Andina (Editorial El Conejo. Quito, 1983 ), se caracteriza tanto por un importante de­sarrollo de las luchas campesinas , un verda­dero "reguero" de conflictos , como por la principalización de la contradicción en tor­no a la Reforma Agraria. El no considerar dichos procesos lleva a Barsky a sobredi­mensionar el papel del mercado y de las fuerzas productivas en su estudio y concluir con una visión voluntarista de los cambios agrarios. Si bien es innegable que los hacen­dados lograron sortear dicha coyuntura manteniendo el monopolio territorial, ce­diendo solamente tierras marginales a los campesinos, es indudable que lo consiguie­ron modificando la correlación de fuerzas a su favor , particularmente con el golpe de estado militar de 1963. En segundo lugar, su argumento de que la presión campesina por la tierra no desembocó en conflictos so­ciales y que "no ha sido canalizada por las organizaciones campesinas en movimientos que adquieran por lo menos el nivel regio­nal "(p. 330), no resiste confrontación em­pírica. El trabajo de Hemán Ibarra La Mo­vilización Campesina antes de la Reforma Agraria (CIESE. Quito, 1979) demostró do­cumentadamente la importancia de las lu­chas por la tierra en vísperas de la expedi­ción de la Ley. Otro argumento importante en contra de Barsky es la persecución desa­tada contra las organizaciones campesinas por la Junta Militar de Gobierno, explicable solamente por la ascendencia y convocato­ria que éstas tenían entre los campesinos.

A nuestro juicio , la perspectiva de Barsky está extremadamente influenciada por el contexto en que desenvolvió su estudio. En efecto, los años 7 5-76 se caracterizaron por un significativo proceso de modernización hacendaria, lograda en parte gracias al apo­yo y subsidio estatal en momentos del auge y bonanza petrolera. El intento de encon-

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trar continuidad desde los años 60 al proce­so agrario, por fuera de las coyunturas na­cionales, lleva al autor a enfatizar el papel de los propios hacendados en el proceso agra­rio , descuidando otros factores de importan­cia . Pero tal vez el problema más importan­te que surge del estudio es que al haberse dado estos cambios por iniciativa de los grupos dominantes, resulta innecesario rea­lizar una Reforma Agraria en el país . Anali­zando las cifras de entrega de tierras realiza­da en el país, Barsky señala que el proceso de Reforma Agraria no puede "subestimarse en los términos que suelen hacerlo algunos dirigentes de organizaciones campesinas y numerosos intelectuales" (p. 318). Añade después que estos procesos (los directos por efecto de la aplicación de la Reforma Agra­ria) "son sólo parte . .. , que existieron otros mecanismos" (ibid).

Estas afirmaciones se desprenden de un análisis contenido en los capítulos VIII a XII, que conforman la segunda parte del trabajo , caracterizado no solamente por un manejo poco consistente de la evidencia empírica (por ejemplo, se agregan cifras de Reforma Agraria y colonización para seña­lar la importancia de la redistribución agra­ria), sino también por haber sido realizado sin un estudio que incorpore al conjunto de actores agrarios en los diversos momentos de la política agraria. Por ejemplo, al inten­tar demostrar el fracaso de las iniciativas reformistas en el campo agrario, el trabajo sólo privilegia una suerte de diálogo cerra­do entre el gobierno y los sectores empre­sariales en el campo. No se incorpora al estudio el papel de las organizaciones cam­pesinas, de las organizaciones urbanas, etc.

Tal vez la parte más importante del estu­dio es la contenida en los capítulos XIV y XV, donde el autor, manejando un buen número de indicadores secundarios, logra dar una imagen adecuada de los procesos de diferenciación campesina y de la hetero­geneidad de las situaciones sociales exis­tentes en el agro ecuatoriano. El autor pre­senta en el capítulo XV situaciones de pro­letarización , de capitalización, de produc­tores de subsistencia, etc., lo que da una imagen de la variedad de situaciones exis­ten tes hoy en día.

El mérito más importante del libro es el de presentar de manera acabada el punto

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de vista del autor sobre los cambios agrarios recientes en el Ecuador y una imagen de los principales debates que existen en dicho país entre científicos sociales, dirigentes políticos y sociales, etc . Su principal debi­lidad es la visión unilateral de los procesos agrarios .

M.CH .V.

CUCULIZA, María Nelly . Contact de Lan­gues et Discursivisation dans un Texte Pé­ruvien du XVlle Siecle : le Sujet de l'Enon­ciation comme Probleme. Mémoire presen­tée pour obtenir le Diplome d'Etudes Approfondies . Ecole des Hautes Etudes en Sciences .sociales. París, 1984. 77 pp . ·

Ruggiero Romano , en un artículo relati­vamente reciente (Le Débat, enero 1983) describía los nuevos aportes que se realiz~ dentro de la disciplina histórica . Por lo pronto, reconocía que la llamada "nouvelle histoire" francesa no había tenido el mismo impacto que El Mediterráneo ... de Fer­nand Braudel , para luego enumerar algunos de los que él consideraba en realidad nue­vos aportes : el de la "sociobiology " Ías al­ternativas históricas ilustradas en l¡ " new economic history ", sobre todo en la obra de R.W. Fogel, y los recientes hallazgos de las nuevas matemáticas y la discusión de ca­tegorías como centrado/acentrado, local/ global. Dentro de esta tercera línea de in­vestigación histórica y , sobre todo , del uso de la categoría de acentrado, Romano men­ciona las contribuciones de Umberto Eco en su Tratado de Semiótica General y de Jean Petitot sobre la "topología del cuadra­do semiótico". ¿Qué es, entonces, la semió­tica , la teoría de las prácticas y de los siste­mas de significación, y cuál puede ser su aporte para una mejor comprensión de la realidad social peruana?

Independientemente de las observacio­nes de Ruggiero Romano, ya en el Perú se estaban desarrollando una serie de estudios semióticos, como lo ha resumido hace unos años Enrique Bailón ( Apuntes, VI , 11 , Li­ma, 1981) y como lo prueba también la pu­blicación del último libro de Alberto Esco­bar : Arguedas o la Utopía de la Lengua

No . 1, julio 1985

(IEP. Lima, 1984 ). En este contexto, y des­de mi condición de historiador, tengo inten­ciones de comentar la reciente Memoria de DEA presentada a la Ecole des Hautes Etu­des en Sciences Sociales de París por María Nelly Cuculiza sobre un análisis semiótico de un texto peruano del siglo XVII: la Nue­va Corónica y Buen Gobierno de Phelipe Guarnan Poma de Ayala . Cuculiza es lin­güista graduada en la Pontificia Universidad Católica del Perú y actualmente se encuen­tra en París redactando su tesis doctoral bajo la dirección de Algirdas J . Greimas. La Memoria es un avance de este trabajo ma­yor y un lugar de confluencia entre la His­toria y la Lingüística.

Así , el trabajo de Cuculiza pretende con­tribuir al estudio de la evolución del español andino, al mismo tiempo que hace prueba de una metodología rigurosamente utiliza­da : el análisis semiótico. Es, pues, de mane­ra general, una reflexión sobre la cultura peruana, entrevista a través del problema de la lengua, y es también , de manera general , un ensayo de análisis semiótico de la crón i­ca de Poma de Ayala utilizando un corpus específico de la misma : los prólogos genera­les y el capítulo sobre las ciudades.

La crónica de Guarnan Poma es una bue­na excusa para preguntarse sobre "la identi­ficación simultánea de valores que pertene­cen a tradiciones culturales distintas y opue!r tas, lo que acarrea respuestas culturales pa­radójicas" (p. 7). El Perú como paradoja, la cultura peruana -si existe- entrevista como paradoja, como nación en formación, si so­mos optimistas, o como anomia, si asumi­mos un rol más crítico y utilizamos , a la vez, el mismo concepto que Cuculiza usa en su trabajo. Poma es la excusa y el objeto de estudio rigurosamente tratado para com­prender dos aspectos centrales de su pro­ducción lingüística: la discursivización de la crónica , aquello que con ligereza Raúl Po­rras Barrenechea entendía como " una mez­cla monstruosa de quechua y de español" y, por otro lado (y éste es , a la vez, el objeto central de la Memoria), el sujeto de la enun­ciación como problema.

El texto sigue paso a paso al de Poma con el fin de desentrañar la estructura lin­güística del mismo, sus reglas de funciona­miento "con numerosas interferencias gra­maticales, léxicas, sintácticas y fonéticas"

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(p. 9) y el orden ideológico-cultural que se encuentra detrá s de esta estructura. No es, pues, un trabajo sobre Poma visto de fuera , sino de la estru ctura misma del kxto, para , a través de su desmenuzamiento semiótico, percibir los problemas de orden cultural (y nacional) que están detrás: el contacto de lenguas, como el de sistemas de valores , sin solu ción de continuidad . Por lo menos, así lo era y así lo vivía Guarnan Poma de Ay ala cuando escribía su Nueva Corónica, entre finales del siglo XVI y comienzos del XVII. Piénsese , además, que Poma es un bilingüe, pero , como sostiene la autora , más bien un produc to de un bilingüismo subordinado y no de un bilingüismo coordinado.

Como la misma autora lo re conoce , el texto es aún parcial, introductorio, pero no por ello dejan de aparecer una serie de suge­rencias y observaciones que no sólo nos ayudan a entender a Guarnan Poma y la problemática cultural peruana, sino qu e también ponen en cuestión la utilización y las virtudes del análisis semiótico. Primera sugerencia: el problema de la escritura (p . 1 O) . Guarnan Poma forma parte de la pri­mera generación de indígenas que utilizan la escritura como medio de expresión lingü ísti­ca , esa ' 'nouveauté culturelle" para el mun­do andino. Pero la tradición cultural del mundo andino tenía sus propios elementos sirn bólicos de transmisión y de conservación cu ltural : el quipu, la tradición oral, la ico­nografía . Ergo, al abordar la crónica de Guarnan Poma se plantea ya un primer pro­blema metodológico: ¿cómo se ha podido transformar un discurso cultural que se re­gistraba de manera oral o en nudos , colores, imágenes , a la escritura, que es por defini­ción un discurso linea l? Pero Poma no sólo ha adaptado lo que es propio de la tradición ora l a la escritura lineal , sino que , además, lo ha circun sc rito al objeto-página y al ob­jeto-libro. De ello se desprenden dos efec­tos que bien merecerían una reflexión más prolongada: a) El problema de las ilustra­ciones de la crónica de Poma y de como és­tas son la continuación ( ¿la oposición , el complemento?) Je! discurso textual (pp . 15-16, ver también Rolen a Adorno, From Oral to Written Expression, Syracuse , 1982) ; b) El "desorden" de Poma entre prólogos , capítulos, introducciones , que no siguen una secuencia lógica , en términos

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occidentales, por lo que, entonces, puede presentarse el hecho de que la descripción de cada ciudad , en el capítulo de las ciu<la­des, "ocupe una sola página con la ilustra­ción apropiada " (pp. 45-46). Es decir , es la página, el libro , lo que ordena imperativa­mente el discurso, y no la lógica de éste mismo la que gobierna el orden del texto. Dejo sentada esta afirmación como una pri­mera propuesta .

Entrando al centro de la problemática teórica y metodológica del trabajo de Cu­culiza , ésta se puede resumir , como ella mis­ma lo hace , en algunas afirmaciones. Por lo pronto , el sujeto de la enunciación se refie­re a "una enunciación enunciada que no dice solamente yo, sino también tú, toman­do en cuenta tanto el enunciador corno el enunciatario" (p. 24). Es decir , cumple una función de mediador, cuyos roles no se pre­cisan, variando entre una función de desti­nador como de destinatario y con ello hay un cambio constan te de las estrategias de manipulación discursiva . ¿Hasta qu é punto esta ambigüedad y esta fluide z en los roles del sujeto de la enunciación no están indi­cando esa misma complementariedad del sistema andino de relaciones de parentesco y esa ambigüedad (¿resistencia?) que supu­so la dominación colonial? Me atrevo a ha­cer esta sugerencia pese a ser conciente de la asepsia que caracte riza al método semió­tico,que inte,1ta "independizarse" del análi­sis social.

A su vez, el sujeto de la enunciación es tratado como un simulacro que el propio sujeto establece y que la autora denomina EGO. EGO no es, sin embargo, el único ac­tor , sino que en la estrategia discursiva de la Nueva Corónica - por lo menos en las partes analizadas- hay otros actores , como Don Martín Guarnan Mallque de Ayala (MGM), e l padre de Guarnan Poma ; el mis­mo Rey de España, el Papa, etc., cte los cua­les Cuculiza elabora cuadros esquemáticos, definiendo sus roles actanciales, temáticos y figurativos, así como sus recorridos figu­rativos. Pero es con la aplicación del Cua­drado Semiótico a las categorías de Señor/ Vasallo, Aprendizaje/Recuerdo y Español/ Lenguas Andinas qu e se puede ver más cla­ramente esta dualidad presente en la obra de Poma y la elaboración de símbolos com­plejos . En la oposición Señor/Vasallo , EGO

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y MGM se colocan, dentro del Cuadrado Se­miótico, en la posición de símbolo comple­jo AB. E igual ocurre en la relación Apren­dizaje/Recuerdo. Para la relación Español/ Lenguas Andinas bien vale una referencia textual: "El símbolo complejo AB podría ser precisamente la variedad de español uti­lizado por Guarnan Poma. Entonces, se tra­ta de una variedad que no es del todo caste­llano , pero que no es tampoco totalmente autóctona" (p. 43).

El análisis se completa con la observación del juego entre el paradigma y el sintagma en la obra de Poma. En él hay un doble ma­nejo del lenguaje: de un lado , una sintagma­tización corriente de los términos paradig­máticos y, del otro, el que más de un térmi­no del paradigma tome una posición en el sintagma. De ahí que la narrativización no sea tal, sino que muchas veces se ingrese en largas enumeraciones en quechua y en cas­tellano , mezclando los tiempos de los suce­sos pasados con los presentes (como en al­gunas fundaciones de ciudades), ocurriendo una ausencia de verbos , conectivos y de pre­posiciones comparativas. "Todo un paradig­ma es vertido como sintagma, todas las vir­tualidades están actualizadas, no hay más que el furor de nombrar" (p . 51). Pero aun esta secuencia en la que la discursivización es problemática , está llena de oposiciones paradigmáticas, cruzadas y perturbándose las unas con las otras: dentro/fuera, cuatri­partición/bipartición/multiplicid, eje geo­gráfico/inexistencia de eje geográfico, pasa­do/presente, propio/ajeno, cerca/lejos, his­pánico/no hispánico .

La conclusión la autora la adelanta lite­rariamente en el título del último capítulo : "ues aqui el mundo al rreves". De un lado, la condición dual del discurso, donde co­existen un argumento y su contrario en una misma estrategia discursiva; de otro, una identificación ambivalente y consecutiva del sujeto de la enunciación con sus desti­natarios, con la consiguiente fluctuación entre lo polémico y lo contractual. De ahí que el sujeto de la enunciación no sea uní­voco ni canónico. No se trata de "yo afir­mo que yo soy yo", sino de yo afirmo que yo soy yo y que yo no soy yo". La ambi­valencia, la paradoja, la anomia de la que hablábamos al comenzar este comentario. Y pese a que la autora prefiere terminar su

No. 1, julio 1985

trabajo comentando críticamente el esque­ma de B. Pottier, yo prefiero quedarme con estas apreciaciones más bien generales: el lazo del lenguaje liga el acto predicativo con su con tenido. En la crónica de Poma, "primer producto de una confluencia que no había todavía formado tradición'', tal lazo aparece demasiado nuevo. Así , la ex­traña predicación de Poma expresa el lazo reciente con el español y la multiplicidad de vías que abre la confluencia de dos len­guas y de dos culturas, lo que explica la di­versidad y aún las "inconsecuencias" que se encuentran en la Nueva Corónica. Diversi­dad e inconsecuencia que podríamos resu­mir en: a) "Valores occidentales expresa­dos en quechua ; b) Elementos andinos in­cluidos en un cuerpo occidental y expresa­dos en español; c) Elementos occidentales incluidos en un cuerpo andino y expresa­dos en español ; d) Valores occidentales que aparecen al lado de valores andinos y entre los cuales la relación es, por costum brc , po­lémica; e) Además de otras múltiples com­binaciones de las cuales habría que dar cuenta" (pp. 58-59). Parafraseando a Al­berto Escobar: ¿el reto del bilingüismo o del multilingüismo en el Perú?, ¿el Perú , un país con una cultura nacional? Todo esto toca evidentemente"la semántica de los in­tercambios lingüísticos y culturales entre pueblos muy diferentes": de un lado el es­pañol; del otro,el pueblo andino.

En suma, un trabajo prometedor, un nuevo método aplicado al estudio de la len­gua, el análisis semiótico, que pretende ser riguroso, pero que bien merecería un deba­te general sobre sus supuestos ideológicos ( ¿los del estructuralismo?) y su aplicación al estudio de temas peruanos; un espíritu joven, las ganas de hacer aportes novedosos. Todo lo que se desprende (y se trasluce) de la lectura de este trabajo, finalmente, toda­vía introductorio.

J.D.

CHIRIBOGA, Manuel et al. Estrategias de supervivencia en la comunidad andina . CAAP. Quito, 1984.

Bajo la temática general de las estrate-

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gias de supervivencia, este libro contiene cinco estudios de caso realizados en la sie­rra centro-norte ecuatoriana y una intro­ducción general en la que se discute la vali­dez de la perspectiva metodológica para la comunidad andina. En el estudio prelimi­nar, realizado por José Sánchez-Parga, se define estrategias de supervivencia como el sistema de comportamientos y prácticas productivas y sociales tendentes a asegurar aquellas condiciones de existencia que per­mitan no solamente la reproducción simple, sino sus características particulares, que constituyen un elemento de integridad y cohesión sociales. Este concepto deberá ser determinado en cada formación social. Es­tas prácticas y comportamientos constitu­yen un sistema en la comunidad andina en la medida en que reflejan estructuras pro­fundas de resistencia y de modalidades de adaptación. Estos puntos de vista constitu­yen el marco introductorio del estudio y en él se pasa revista a componentes de las estrategias de reproducción, como el acceso a la tierra y la estrategia productiva, las re­laciones de reciprocidad en la comunidad, la vinculación al mercado, la migración y la venta de fuerza de trabajo, la nutrición y la salud, la cultura , etc. La única anotación que podríamos realizar es la falta de jerar­quización de estos diversos componen tes de las estrategias comunales.

El siguiente trabajo pertenece a Manuel Chiriboga y en él se analizan las estrategias de empleo llevadas adelante por las familias campesinas de Salcedo . Para el autor, la im­portancia de la venta externa de fuerza de trabajo y de la migración de los campesinos está relacionada tanto con la importancia de los recursos productivos - tierra, princi­palmente- como con las necesidades de consumo de la familia campesina. El traba­jo se apoya en abundante material empíri­co y en la utilización de técnicas cuantitati­vas de análisis.

El trabajo de Galo Ramón sobre el com­portamiento de comunidades norandinas frente a los riesgos agrícolas es un excelen­te esfuerzo por comprender la lógica pro­ductiva de los campesinos en un medio frá­gil como el andino. Utilizando el ejemplo de una granizada que cae en la zona de Can­gahua, el autor demuestra como una estra­tegia productiva basada en la utilización de

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varios pisos ecológicos, de la siembra espa­ciada, etc. logra minimizar los daños.

José Sánchez-Parga es el autor de un tra­bajo sobre las estructuras espaciales del pa­rentesco en los Andes a partir del estudio de una comunidad serrana. El autor de­muestra que la estructura de parentesco se establece en la comunidad en función del control del territorio comunal y de la utili­zación de las parcelas familiares. En ese sen­tido, la relación familiar real o ficticia (el compadrazgo) permite a las familias acce­der a un mayor número de parcelas en di­versas situaciones ecológicas y , al mismo tiempo, afianzar su peso social y político en la comunidad. Esto último se explica , según el autor, porque los grupos familia­res más extendidos y más ricos por su con­trol de los recursos de la comunidad consi­guen influenciar el destino de los recursos comunales. En el caso de la comunidad de Salamalag, estudiada por el autor, ello per­mite conservar indiviso el páramo comunal, que es utilizado por las cabezas de los gw­pos familiares para pastar sus animales.

Andrés Guerrero, en su estudio denomi­nado "Estrategias Campesinas Indígenas de Reproducción: de Apegado a Huasipungue­ro" basándose en material empírico, anali­za e'l peso del ciclo demográfico en las estra­tegias de reproducción de las familias suje­tas a relación de renta en las haciendas se­rranas antes de la Reforma Agraria. Las fa­milias con poca disponibilidad de brazos, en momentos iniciales de la vida de la familia, normalmente se apegan a una en un ciclo más avanzado que dispone de huasipungo entregado por el hacendado y que normal­mente no alcanza a trabajar debido a las obligaciones laborales con la hacienda. La calidad de huasipunguero no se conseguirá sino alrededor del décimoquinto año de vi­da familiar; es decir cuando la familia dis­ponga de hijos para trabajar. Llega un mo­mento, sin embargo, cuando la familia hua­sipunguera tiende a desintegrarse, momen­to en el que requerirá el apoyo de familias apegadas, completándose así el ciclo ape­gado huasipunguero. Este ciclo constituye para el autor una modalidad de circulación­distribución de energía humana entre diver­sas células productivas para asegurar un cierto equilibrio.

Finalmente, John Durston y Ana Crivelli

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analizan el problema de la diferenciación campesina en la sierra ecuatoriana a partir del estudio de cinco comunidades. Los autores estudian, por un lado, la diferencia­ción demográfica y , por otro, la diferencia­ción social, así como las relaciones entre estos dos procesos. Si bien llegan a hallaz­gos similares a los de Chiriboga y Guerrero en cuanto a la importancia del ciclo bioló­gico familiar en la disponibilidad de tierras, encuentran que la diferenciación social también opera en ciertas comunidades y que ésta, sin embargo, debe estudiarse en relación a lo demográfico. En todo caso, la diferenciación social era mucho menos sig­nificativa de lo que a primera vista podía esperarse (p . 288).

Además de los méritos individuales de los estudios, el volumen constituye una ex­celente muestra del tipo de trabajos que so­bre la comunidad andina se realizan en el Ecuador. Igualmente, el conjunto de traba­jos demuestra tanto un buen manejo con­ceptual como una utilización de material empírico de primera calidad.

M.CH .V

DAVIES, Keith A. Landowners in Colonial Peru. University of Texas Press, Austin, 1984. 237 pp.

El libro de Keith Davies pretende estu­diar un fenómeno determinante en la histo­ria colonial de Arequipa : la casi inexisten­cia de grandes haciendas. Davies estudia de­talladamente la evolución de los dueños de la tierra en Arequipa en el primer siglo y medio de la colonia, enfocando la serie de factores que influyeron en el predominio de la mediana propiedad : la desconfianza de parte de la corona en los encomenderos, el terremoto de 1604, las fluctuaciones en la oferta de mano de obra, etc.

Sin embargo, el libro no logra el objetivo prometido en la introducción -el análisis de la relación entre la tenencia de tierra y la sociedad- debido al énfasis en la descrip­ción de la historia de las familias terrate­nientes de la región y, sobre todo, la ausen­cia de discusión sobre algunos temas indis­pensables para la comprensión de la socie­dad arequipeña colonial. Davies no desarro-

No . 1, julio 1985

lla en profundidad las relaciones entre la ciudad y las comunidades indígenas ni el papel de Arequipa dentro del sistema colo­nial; tampoco analiza suficientemente los cambios en los mercados y en la oferta de mano de obra. Landowners in Colonial Peru contiene información útil sobre la his­toria socio-económica de Arequipa hasta 1700, pero no ofrece un análisis novedoso sobre la sociedad colonial.

CH .W.

FLORES GALINDO, Alberto. Aristocracia y plebe. Mosca Azul editores. Lima, 1984. 270 pp.

Cuando uno de los temas favoritos de la historia oficial peruana, como es el ·proceso conflictivo que desemboca en la Indepen­dencia, es objeto de una acuciosa mirada reflexiva, nos damos cuenta que estamos ante una obra de proyecciones interpretati­vas renovadoras. Para Flores Galindo incur­sionar en la atmósfera limeña de entonces implicaba, creemos, un doble reto. En pri­mer término, suponía desmitificar aquella época, vista con mucho de romanticismo, y luego de justificación, contemporáneo. Un segundo aspecto era el emprender una rein­terpretación global que Je permitiera perci­bir la estructuración social limeña entre fi­nes del siglo XVIII e inicios del siglo XIX. Estos dos objetivos encuentran su canal de interpretación en un interrogante clave en la obra: ¿puede ser la sociedad colonial pensada en términos de clases sociales en­frentadas de manera antagónica? Los he­chos de entonces resultan sumamente am­biguos : por un lado, no se percibe ningún movimiento calificable como revoluciona­rio; por otro, el clima cotidiano que ofrece el mundo limeño es de una violencia diaria tal que justificaba cualquier signo de acti­tud contestataria contra el sistema. La ex­plicación a este comportamiento contradic­torio Jo encontrará el autor en el análisis de la estructura de las clases y la sociedad colo­nial, ambas interrelacionadas y explicándo­se mutuamente. La aristocracia y la plebe son los dos componentes que Flores Galin­do percibe y tipifica dentro del mundo li­meño de entonces en el intento de plasmar

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Reseñas

la categoría de clases sociales en una pers­pectiva histórica. La historia del mundo co­lonial limeño, contradictorio para la propia clase dominante y, por supuesto, para la dominada, les impregna de valores y com­portamientos heterogéneos que afloran no sólo cuando se enfrentan en la cotidianei­dad (sólo controlable por la violencia del látigo y la sevicia), sino al interior mismo de cada uno de estos grupos. Una plebe compuesta en su mayoría por esclavos, bandoleros, salteadores, artesanos, bien lla­mada por el autor el sector marginal de la sociedad, que actúa más a la defensiva o simplemente evade el enfrentamiento con la sociedad dominante. Pero la ambigüedad también está expresada en la aristocracia: peninsulares contra criollos, grandes co­merciantes enfrentados a la burocracia co­lonial , el empobrecimiento de los sectores medios criollos, etc., son algunas de las con­secuencias generadas por el acomodamien­to histórico de la ,sociedad colonial a las circunstancias.

Entonces, el problema central,que con­sistía en saber si frente a la sociedad colo­nial, al terminar el siglo XVIII, era posible una alternativa diferente a la impuesta por la metrópoli, tiene una respuesta negativa. La sociedad colonial impide la conforma­ción de alguna conciencia de clases, ergo el comportamiento contestatario heterogéneo le permite a esta sociedad su sustento. Lima es en suma un laberinto poblacional susten­tado en su propio círculo vicioso, y ello ex­plica entonces por qué finalmente la aristo­cracia y la plebe limeña ven en su momento la caída del orden colonial y la consiguiente iniciación de la república como un alivio, pero a la larga y hasta la actualidad como una frustración .

Una constatación final en la obra es pre­cisamente motivada por esta frase introduc­toria del autor: " ... a estos antecedentes se remite la imagen actual de una ciudad abúlica". Comprender un problema con­temporáneo a través de un condicionante pretérito es en Flores Galindo un eje moti­vador constante. En efecto, hay muchas si­milaridades entre la Lima de fines del siglo XVIII y la Lima de 1985: la violencia social se torna comprensible sólo por un compor­tamiento cotidiano violento que induce a formas dispares de reacción popular (el

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achoramiento, la mus1ca chicha, el rock subterráneo, etc.). Los mecanismos con­temporáneos de la violencia siguen siendo promovidos por un grupo neo-aristocrático que a través del liberalismo económico ha cultivado fenómenos traumáticos, como el de la crisis económica, la feroz represión policial a toda forma de protesta y, final­mente, la pervivencia de Sendero Lumino­so. Pero , ¿hay elementos distintos a los que ocurren entre 1 780 y 1840? Sólo queremos recordar que en la Lima actual la presencia andina se torna en un elemento activo y de­terminan te, a diferencia del antiguo Cerca­do de indios de la Lima colonial. También hoy la violencia tiene su explicación no só­lo en la estructura social limeña; es cada vez más notorio que la histórica fragmentación regional del país actúa como un boomerang contra el centralismo limeño. Hay enton­ces, ahora, una ofensiva del campo hacia la ciudad: primero, las migraciones por olea­das y, recientemente, el fenómeno del sen­derismo. Sin embargo, y para terminar, la actual plebe limeña, lo que llamamos las clases populares, hoy como ayer se encuen­tra profundamente diferenciada y hasta antagónica. Tal vez esta analogía con la Lima colonial sea nuestra más pesada he­rencia irresuelta.

V.P.R.

GONZALES DE OLARTE, Efraín. Econo­mía de la comunidad campesina. Instituto de Estudios Peruanos. Lima, 1984, 260 pp.

Efraín Gonzales de Olarte, economista estudioso del campesinado, reúne en este libro cinco artículos, de los cuales tres fue­ron objeto de publicación previa en diferen­tes revistas. El autor intenta de este modo ordenar la investigación que sobre econo­mías campesinas ha venido realizando en los últimos años.

En el primer artículo, "Economía regio­nal y comunidades campesinas", se parte de la evidencia de la fragmentación regional del Perú, con varios espacios de reproduc­ción que son resultado del desigual desarro­llo capitalista en el territorio nacional. Se analiza qué papel "cumplen las economías campesinas comuneras en las economías re-

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gionales y las reglas bajo las que se integran en la formación social capitalista'' (pag. 35). Este análisis está necesariamente atravesado por las formas de utilización del espacio por parte de comunidades y comuneros; es de­cir, bajo qué relaciones reproducen su existencia.

El enfoque micro es usado en el capítulo 2 para el estudio de "La economía familiar comunera". Este es un artículo pionero, previo al tan conocido de Figueroa (" Ec0: nomía campesina de la sierra del Perú", PUC, l 98 t ). Gonzales, en base a informa­ción obtenida de la aplicación de encuestas en diez comunidades de la pampa de Anta , ~n Cusco, busca dar cuenta de la racionali­dad, del tipo de " cálculo económico que rige el comportamiento de las familias co­muneras" (pág. 77). Comienza con una pre­sentación analítica de la base material que sustenta la vida campesina, lo que le permi­te, en un segundo momento, discutir la composición de ingresos y gastos , cerrando con una aproximación teórica desde la eco­nom ía política.

La discusión del concepto de empleo, relevante en economías no capitalistas co­mo serían las economías campesinas, es el sujeto del tercer ensayo. Gonzales opta por el de reproducción de la fuerza de trabajo, noción que busca integrar los aspectos que las definiciones capitalistas de empleo enfa­tizan, sin dar por ello cabal cuenta del pro­bi,ema : horas trabajadas e ingresos.

Los dos últimos ensayos constituyen lo novedoso y el aporte principal del libro. La "Estructura socio-económica de la co­munidad campesina" busca reflexionar so­bre factores económicos que definirían a la comunidad, a diferencia de criterios legalis­tas. La comunidad campesina no es sólo una agrupación de familias asentadas en un territorio , sino "ante todo un conjunto de relaciones ínter-familiares de producción y trabajo, definidas por la disponibilidad de recursos . .. y por la tecnología existente , dadas ciertas condiciones ecológicas y cli­máticas" (pág. 1 90). Es necesario dilucidar , entonces, si esas relaciones inter-familiares que reproducirían la fuerza de trabajo en la comunidad tienen o no ventajas sobre la re­producción individual (pág. 204 ). Las posi­bles economías de escala de la asociación y las externalidades se analizan con matrices

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de requerimientos directos e indirectos de mano de obra. No se busca analizar las rela­ciones de la comunidad con el exterior, sino las condiciones económicas de su vigencia .

El quinto artículo sigue en la línea del anterior ; es decir, racionalidad económica que sustente la comunidad. En este caso, se trata del "efecto comunidad" : "cuánto y cómo la organización comunal beneficia a cada familia comunera y al conjunto de fa­milias" (pág. 218). Hay actividades campe­sinas, como la limpieza de canales de riego entre otras muchas, que realizadas en con­junto -en comunidad- son más eficientes que por separado. La vigencia de la comu­nidad campesina se asociaría a que este efecto comunidad fuese positivo para las familias que la conforman .

El anexo metodológico, que cierra el li­bro, contiene una detallada explicación de los procedimientos seguidos al recoger in­formación y de la manera que se estimó disponibilidad y requerimientos de mano de obra, ingresos y gastos (cuestión difícil en economías de autoconsumo).

Todo esto, ¿para qué? Existe en el Perú un cuestionante problema de pobreza, acen­tuado en áreas rurales, especialmente en la sierra. La mayoría de las comunidades cam­pesinas son serranas, localizadas fundamen­talmente en el sur. El conocimiento de las formas de organización de la economía fa­miliar y de la economía comunal campesi­nas llena vacíos y debe ser premisa de la formulación de políticas que busquen su­perar la pobreza extrema que sufre buena parte del campesinado serrano.

Desde otro enfoque, ¿tiene vigor la co­munidad campesina? Sobre la vitalidad , o proceso de desaparición , de la comunidad es mucho lo que se discute . Sin embargo, no son precisamente pruebas las que abun­dan . Además, la posible evidencia de las tendencias debe seguir criterios homogé­neos para hacerse comparable. El libro avanza en la formulación de estos criterios.

La economía estudiada es la de las co­munidades campesinas cusqueñas. La pro­puesta de Gonzales representa, entonces, hipótesis de trabajo si se aplica a otras zo­nas . Esto , porque el desigual desarrollo na­cional ha dado origen a economías regiona­les, por lo que las comunidades no son ins­tituciones homogéneas. Queda otro trabajo

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pendiente entre los investigadores agrarios : ordenar esas diferencias entre comunidades para impedir "meter en un solo saco" espa­cios heterogéneos de reproducción.

R.B.

HUERTAS VALLEJO, Lorenzo. Tierras, diezmos y tributos en el obispado de Truji­llo (Colonia - República). Seminario de Historia Rural Andina. U.N.M.S.M. Lima, 1984. 273 pp.

Con esta publicación, el Seminario de Historia Rural Andina culmina la serie de publicaciones que sobre este impuesto colo­nial se emprendiera, habiéndose estudiado anteriormente los que corresponden a los obispados de Lima, Arequipa, Cusco y Hua­manga. En este último trabajo, referido al obispado de Trujillo, el análisis emprendido es mucho más ambicioso que los anteriores, porque pretende ser un estudio de tiempo largo, incluso remontándose a la situación social prehispánica de la zona, a la vez que un intento por determinar el significado so­cial y económico de la recaudación del tri­buto tanto para los beneficiarios como para los productores directos en las haciendas; esto es, hacendados y cleresía, por un lado, y campesinado indio y mestizo, por el otro, respectivamente.

Los escasos estudios históricos sobre el norte andino son suplidos en parte por el re­curso a descripciones geográficas hechas en el siglo XVIII, fundamentalmente por Cos­me Bueno y Joseph Ignacio de Lequanda, que el autor utiliza para obtener una ima­gen tanto del obispado trujillano y de la es­tructura de la población en términos de cas­tas, como de la propiedad y distribución de la tierra. El primer interrogante que nos plantea esta reconstrucción estática de una sociedad andina colonial, es saber si tal pro­cedimiento puede también proporcionar­nos el marco del funcionamiento dinámico de dicha sociedad, incluso en términos de proceso temporal; por ejemplo, en lo que se refiere a la constitución de un mercado regional interno que condicionara el tipo y margen económico de producción agraria por zonas ecológicas determinadas, tal co­mo lo hace para el sur andino, y concreta­mente para el eje potosino, Carlos Sempat

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Assadourian. La ausencia de este recurso teórico limita en parte el objetivo que se propone Huertas; esto es, determinar los efectos del diezmo tanto en los fenómenos sociales y naturales de la producción agro­pecuaria como en los montos de la renta decimal, llegando a formular como una ge­neralidad, de lo proyectado por las medidas cuantitativas, auxiliadas por los testimonios directos, que ocurre un desplazamiento progresivo de esta renta tributaria de manos de la Iglesia colonial a las arcas estatales de la naciente república. La originalidad del estudio recién entonces cobra verdadera re­levancia, precisamente en el punto donde trata de explicar las causales sociales de las continuas fluctuaciones en la recaudación recurriendo a factores de crisis económicas, cambios climáticos, fenómenos telúricos, etc.

Pero, como el mismo autor al final reco­noce, el diezmo, como indicador económi­co de la posible distribución del excedente proveniente de las tierras tributarias y deci­males, debe ser un recurso accesitario y re­lativizado, en la medida que tan sólo cons­tituye un pequeño margen del excedente económico de la producción agropecuaria. Urge un estudio comparativo con rentas más significativas a nivel colonial, como la del tributo indígena, tema totalmente des­cuidado en nuestra historiografía sobre la estructura agraria andina. Puede decirse, en suma, que esta investigación del profesor Huertas es el primer paso hacia el estudio de la fiscalidad agraria andina; de sus limi­taciones y alcances teóricos es . necesario obtener nuevos planteamientos y enfoques sobre el tema; esta obra se presta fácilmen­te para ello en la medida en que reclama el cuestionamiento a sus propuestas y trans­curre su lectura con interrogaciones perma­nentes antes que con afirmaciones tajantes.

V.P.R.

NUGENT, José Guillermo. La Tradición Her~tica: Aspectos de Modernidad y Tradi­ción en el Pensamiento de Jo~ Carlos Ma­riátegui. Memoria para optar el grado de Maestro en Ciencias Sociales. México DF, 1984. 193 pp.

La tesis de José Guillermo Nugent anali-

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za el pensamiento de José Carlos Mariáte­gui a través de la interpretación de algunas "constantes" en las obras del Amauta. Nugent estudia la evolución de ciertas preo­cupaciones claves que comienzan a tomar forma a la llegada de Mariátegui a Europa y florecen a su regreso al Perú . Así , el autor , gracias al enfoque en la continuidad en las obras de Mariátegui, evita la tendencia a di­vidir su vida y producción intelectual en la experiencia e influencias europeas y los fac­tores peruanos.

Nugent estudia tres niveles o conflictos dentro del pensamiento de Mariátegui que , cronológicamente , nos llevan desde sus pri­meras experiencias europeas hasta los últi­mos debates con la Komintern y Haya de la Torre . El primero se basa en la interpreta­ción de las obras de Mariátegui acerca del ambiente de post-guerra europeo, particu­larmente los artículos reunidos en El Alma Matinal. Ahí vemos el surgimiento de un Mariátegui ideológico : el joven curioso, fas­cinado con la decadencia de la Europa de pre-guerra, sensible al peligro del fascismo e impresionado por la creatividad de artistas , políticos y otros que intentaban crear res-. puestas colectivas a la crisis . Mariátegui in­siste en la muerte definitiva del positivismo y de la historia lineal, solidarizándose con los movimientos políticos radicales. Entu­siasmado no sólo por las ideas mismas, sino también por la efervescencia de la escena europea, Mariátegui desarrolló su interés en el "mito" (Sorel), el arte y la religión . Aun­que otros han descrito y analizado su expe­riencia europea, estos capítulos muestran la capacidad interpretativa del joven Mariáte­gui y describen el sendero ideológico que lo llevaría hacia la interpretación verdadera­mente revolucionaria del Perú .

El segundo nivel, modernidad/tradición, analiza el esfuerzo de Mariátegui por adap­tar la teoría marxista a la realidad peruana. Según Nugent, Mariátegui se aproximó al Perú enfatizando el papel de dos grupos "marginados" en el marxismo ortodoxo : el indio y el intelectual. El autor resalta la ori­ginalidad de Mariátegui al rechazar el pasa­dismo nostálgico del criollo y, en general, el Perú republicano, y al proponer al indio como participante activo en la creación del Perú socialista. El vínculo entre los indíge­nas y el socialismo planteado por Mariátegui

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sería "el mito socialista . .. , el renacimien­to de sus tradicion es colectivistas" (144 ). Nugent analiza hábilmente el planteamien­to de la historia como la fuerza unificadora entre los indios y la nueva generación , los intelectuales. Richard Morse , en su libro El Espejo de Próspero, que ha influido en la tesis de Nugent , afirma al respecto: "Con Mariátegui, Iberoamérica tuvo finalmente una interpretación revolucionaria 'indoame­ricanizada' del proceso histórico y la cons­trucción nacional" (El Espejo de Próspero, Siglo XXI, 1982, pag. 139).

Nugent critica a Mariátegui por prestar poca atención al plebeyo, argumentando que, mientras "supera" una interpretación estrictamente clasista al incorporar al indio a la problemática nacional, no reconoce el papel de la clase popular urbana no prole­taria. Esta resulta una crítica polémica, de­bido especialmente al desconocimiento ge­neral que aún existía sobre la composición de las clases populares en la época de Ma­riátegui . Nugent mismo, aparte de algunas referencias a los grupos étnicos chinos y negros , no define con exactitud a la plebe. Si bien este grupo popular urbano estuvo poco presente en el pensamiento de Mariá­tegui, no hay que concluir que el marxismo lo "cegó", sino que el énfasis puesto en el indio , su contacto con obreros e intelectua­les y su muerte prematura no le permitie­ron investigar este sector que sólo reciente­mente se ha convertido en sujeto importan­te de estudio. En la tesis tampoco se preci­sa la importancia que tuvo el proletariado en las obras y vida de Mariátegui. Pensamos que Nugent presenta una crítica constructi­va que no indica "equivocaciones", sino que recuerda que Mariátegui comenzaba la tarea colectiva de interpretar y transformar el Perú : sus obras no deben ser entendidas como "una biblia", sino como una fuente riquísima sobre la problemática peruana. Además, si criticamos a Mariátegui por no considerar suficientemente al plebeyo, ha­bría que hacer lo mismo con una serie de generaciones que tampoco enfocaron sus estudios en tal grupo.

El último conflicto analizado es herejía/ dogma: el esfuerzo de Mariátegui por man­tener un pensamiento abierto y original. El autor compara las críticas de Mariátegui a dos teóricos europeos (Mas Eastman y

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Henri de Man) con las polémicas que sostu­vo con el Buró Sudamericano de la Interna­cional Comunista y con Haya de la Torre. Esta equivalencia demuestra que no exis­tían dos Mariáteguis, uno "europeo" y otro peruano, sino un solo pensador que empleaba una variedad de conocimientos para interpretar el Perú .

El mayor error de Nugent es no incorpo­rar suficientemente en su argumento deta-11es biográficos de Mariátegui, sobre todo en Perú. Su trayectoria como periodista ; su compañerismo con otros jóvenes intelec­tuales y obreros y la organización del Parti­do Comunista Peruano influyeron tremen­damente en la evolución de su pensamiento y, por ende, en sus obras. Además, y aquí tal ve z pidamos mucho, Nugent debió to­mar más en cuenta los cambios socio-eco­nómicos en el Perú de los años veinte: el crecimiento de Lima, la repentina aparición de grupos intelectuales políticamente acti­vos tanto en Lima como en provincias, etc. Aunque se refiere a "la conciencia histórica radical" de la década, Nugent no desarrolla en el texto la relación, la influencia mutua, entre Mariátegui y los otros _jóvenes que re­planteaban la historia peruana. Pensamos, además, que al interpretar el planteamiento de Mariátegui sobre la posible colaboración entre el indio y los intelectuales, habría que considerar la existencia de movimien­tos indigenistas que parecían personificar la unificación de estos dos grupos.

La tesis logra, a través de un profundo análisis de las obras de Mariátegui, sobre todo de El Alma Matinal y Defensa del Marxismo, unir el Mariátegui europeo y peruano: aquí comprobamos que el joven fascinado por las tendencias artísticas de la Europa de los primeros años de la década de 1920 es el mismo que escribiría los Siete Ensayos. Mejor dicho, vemos en la investi­gación de Nugent la trascendencia de la ex­periencia europea de Mariátegui no sólo en términos del contacto con los grandes teó­ricos, sino en relación a sus reflexiones pe­riodísticas sobre el quehacer continental. La creencia en la necesidad de la voluntad colectiva; el rechazo de la historia eurocen­trista, lineal; la constante búsqueda de am­pliar conocimientos y evitar volve.rse dog­mático , son preocupaciones constantes que Nugent encuentra en el pensamiento de

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Mariátegui desde la 1legada de éste a Euro­pa. El estudio de José Guillermo Nugent representa una importante contribución a la comprensión de las obras y figura - aquí unidas, como debe ser- de José Carlos Mariátegui .

Ch.W.

ROCCA TORRES, Luis. La otra historia (Memoria colectiva y canto del pueblo de Zaña). Instituto de Apoyo Agrario edito­res. Lima, 1985. 490 pp.

La llamada historia popular se ha conver­tido en nuestro medio académico en una práctica y prédica común. El libro de Rocca Torres se inscribe dentro de esta perspecti­va, otorgándole su peculiaridad el recurrir a la fuente oral como pilar fundamental de la reconstrucción de la historia de un pueblo. Percibimos como una constante preocupa­ción en la obra el afán por interrelacionar el recurso de la oralidad con las fuentes do­cumentales. Indudablemente, el autor tiene un valioso instrumental , como es la exhaus­tiva recopilación de cantares y coplas, anti­guos y actuales, del negro zañero . Todo es­te material es intuitivamente tratado por Rocca de una manera amena y eficaz, lo que otorga al texto una agilidad destacable. Sin embargo, al finalizar la lectura perma­necen sin responder dos preguntas, con las cuales iniciarnos este recorrido por la "otra historia" de Zaña : ¿hacia dónde conduce esta historia popular? y, en última instan­cia, ¿es más objetiva la interpretación his­tórica recurriendo a este tipo de historia de los de abajo?

Si bien es verdad que Rocca parte de una constatación cierta , cual es la constan­te lucha contra la explotación por parte del poblador zañero desde tiempos prehispáni­cos hasta entrado el presente siglo , resumi­da en la frase "la lucha por la libertad" e ilustrada bien a lo largo de gran parte del libro; fluye , sin embargo, un evidente tra­tamiento maniqueísta de la interpretación histórica. Y he aquí la desventaja de cir­cunscribirse exclusivamente a una versión (la de los vencidos). Suscribirnos hacer una historia popular, pero tarn bién asumimos

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lo que no debe hacerse con la historia po­pular y ello lo encontramos mejor explica­do por un historiador populista inglés , Pe­ter Burke, quien señala : "creo que utilizar la historia como arma en la lucha política es contraproducente . Uno llega a creerse su propia propaganda, a dramatizar excesi­vamente el pasado y de ahí a olvidarse de la complejidad real de los problemas en cual­quier momento. Uno llega a idealizar su propio bando y a dividir a los seres huma­nos en dos grupos : 'nosotros' y 'ellos' " . (Historia Popular y Teoría Socialista. Ra­phael Samuel edit., 1984, p. 76) . La his­toriografía en el Perú nos ha legado tal vez esta gran lección ; fue una historia hecha por la clase dominante, sobre la clase domi­nante, pero para la clase dominada . Hoy , cuando es más evidente la casi extinción de esta práctica , una historia popular deseable no debe cometer los mismos errores de an­taño.

Volviendo a la obra de Rocca Torres, se percibe una desconexión entre los objetivos y el propio desarrollo de la obra, ya que si por la "otra historia" se en tiende el in ten to de desarrollar los procesos históricos que explican el comportamiento colectivo ac­tual, Rocca Torres hace lo contrario: elabo­ra la perspectiva histórica adecuándola a la memoria colectiva, una perspectiva intere­sante como curiosidad, pero a la larga irre­levante como problema histórico.

Finalmente, destacamos esta obra como un esfuerzo por repracticar la historia re­gional. Obras clásicas como las de Varalla­nos, Villanueva Urteaga y Romero, entre los más lejanos, y Huertas, Tamayo Herrera, entre los más cercanos, encuentran en la obra de Rocca Torres un avance referencial positivo y de replanteamiento.

V.P.R.

RODRIGUEZ REA, Miguel Angel. La lite­ratura peruana en debate. Ediciones Anto­nio Ricardo . Lima, 1985 .

Que la literatura es dimensión expresiva fundamental que condensa fuerza y debili­dades de un pueblo y que toda propuesta de literatura entraña una propuesta de so-

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ciedad, a más de la crítica de lo existente, son las ideas que sustentan el examen reali­zado por M.A. Rodríguez Rea de las postu­ras que en torno a la literatura nacional , o a la nacional en la literatura, desarrollaron, desde comienzos de siglo, Riva Agüero , Sánchez, Gálvez y Mariátegui.

La actitud hacia lo indígena en una "al­ternativa" de literatura nacional es el punto central que define las posturas de los cua­tro intelectuales. Riva Agüero, recalcitran­te hispanista - según señala Rodríguez y demuestra-, no le reconoce ningún espacio en su proyecto y en ello cumple con los condicionamientos que le imponía su ex­tracción aristocrática. Y es así que aboga por una ávida y esforzada imitación de los mejores modelos occidentales, que no im­plique renuncia a lo hispánico, en busca de un "lugar modesto pero digno" en la cultu­ra universal. En cuanto a las creaciones del criollismo, el historiador dista de alabarlas ; las excluye incluso de una auténtica fideli­dad al arquetipo ibérico , pues en sus reali­zaciones aquél aparece debilitado y enfer­mo. Desde otra perspectiva, Sánchez y Ma­riátegui se sumarán a esta condena.

La rara y contumaz coherencia de Riva Agüero, aristocracia y elitismo, aparece muy nítida en el ensayo que Rodríguez le dedica. Sin embargo, el enfoque que entre­cruza lo social y lo literario se pierde al esquematizar la postura de Gálvez. Esa su­til reivindicación de lo criollo y la limitada asunción de lo indígena, ¿con qué imagen de sociedad se conjugaban?, ¿de qué estra­to social emergían?

Estas preguntas se hacen más insistentes al referirlas al planteamiento de Sánchez, quien rechaza lo criollo como superficial y, de asumir lo indígena en tanto melancóli­co, postula una literatura que expresa la na­turaleza mestiza del ser nacional. Sánchez se muestra guiado por la urgencia de sínte­sis, de unificación, necesidad y premura que se manifestaron en esquemas políticos, en ideología social, y que se trasuntan en proyecto literario.

Mariátegui es para el autor "el momento más lúcido de la crítica y los estudios lite­rarios en el Perú", pues "descubre la urdim­bre histórico-social de la literatura". Mariá­tegui reconoce en lo indígena una cultura, una visión del mundo que puede generar su

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propia versión de la realidad; es decir, su li­teratur~. Con ello, llevaba su propuesta a las antipodas de aspiraciones como las de Riva Agüero. El indigenismo parecía el puente para la consecución del nuevo ideal. A su vez, Mariátegui se conceptúa como el impulsor de una "literatura del Perú inte­gral". Habría sido de interés en un ensayo como el que presenta Rodríguez Rea antes que su,ministrar evideI_1cias de la lucidez y armonia del . pensamiento del ensayista, exp_one_r sus fisuras, sus puntos ciegos e in­defm1c1ones. En este sentido, un análisis de la labor editorial de Mariátegui en tanto expresión que intentaba equilib;ar nativis­mo y cosmopolitismo, es una tarea pendien­te,, p~es, ¿qué mejor que el campo de la practica para examinar la coherencia de un marxista?

M.CH.

SPALDING, Karen. Huarochirí: An Andean Society Under Inca and Spanish Rule. Stanford University Press, 1984. 3 76 pp.

El mismo nombre de Huarochirí lleva consigo el peso de su carga intelectual. Re­presenta , en primer lugar, un ejemplo fasci­nante de la rebeldía andina. También con­nota_ ~n capítulo importante en la campaña mqumtonal contra la idolatría. Finalmen­te, nos habla de una mitología prehispáni­ca conocida en gran parte gracias a textos recopilados en Huarochirí. Esta contribu­ción tan destacada de Huarochirí a los estu­dios andinos depende de fuentes documen­tales que pretenden representar la realidad huarochirina desde una perspectiva forá­nea ; es decir, desde una perspectiva no sólo escrita, sino escrita según criterios legales administrativos y eclesiásticos algo lejano~ de lo que podemos imaginar como las pers­pectivas históricas y tradiciones orales pro­pias de los habitantes de Huarochirí.

Es a partir de esta problemática historio­gráfica que debemos aproximarnos a una apreciación del nuevo libro de Karen Spal­ding. En su nuevo estudio, la historiadora norteamericana aprovecha la abundancia circunstancial de fuentes documentales so­bre Huarochirí para recrear la vida, tradi-

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ciones y pensamientos de un pueblo cuya participación en la creación de su archivo documental era producto no de sus propias actitudes y decisiones históricas, sino un efecto secundario de su dominación por una cultura extraña, un estado colonial y una tradición histórica igualmente importa­da. Enfrentando así la metodología y fuen­tes de su profesión con sujetos indígenas mayormente silenciados por la historia tra­dicional, Spalding logra dar vida, dignidad humana y racionalidad histórica a los po­bladores de un pueblo escogido por la his­toria occidental (y los estudios andinos) como sujeto de su propia utilidad. El resul­tado de este enfrentamiento entre discipli­na histórica y solidaridad humana es un li­bro cuya contribución metodológica será de gran interés para los especialistas, a la vez que por su amplio contenido, estilo franco y compromiso social constituye una excelente introducción a la historia andina para un público general.

Spalding presenta la historia colonial de Huarochirí en toda su complejidad. Empie­za con una discusión de la organización so­cial prehispánica y de la delicada armonía entre sus formas de organización flexible - el ayllu, la economía doméstica y el pa­rentesco- y la base de producción que es el ambiente natural. De allí se dirige al terna que más le interesa como historiadora: la dialéctica entre una sociedad local y las for­mas de organización político-social utiliza­das en la consolidación del poder por el Imperio Inca; sugiere que son estas formas las que luego determinaron las estructuras de integración, uniendo comunidades indí­genas con el estado colonial español. Si­guiendo en la tradición de Murra, reconsti­tuye la trayectoria histórica a través de la cual los Incas edificaron instituciones de dominación política, mecanismos de gene­ración de excedente económico y una hege­monía ideológica en base a costumbres e instituciones locales.

Los capítulos siguientes tratan del terre­no más propio a los historiadores: la época colonial. Aquí la autora analiza la "econo­mía del pillaje", la ideología de la hidalguía y la encomienda y nos ofrece sus interpreta­ciones de cómo estos elementos basados en la cultura ibérica evolucionaron hacia un sis­tema colonial maduro. Incluidas aquí en con-

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tramos disquisiciones sobre las guerras civi­les , la crisis demográfica y de la minería , la mita y la migración que ocasionó, y sobre los factores clasistas que impulsaron las re­formas toledanas y una legislación centra­lista destinada , según la autora , a impedir que la encomienda se desarrollara como institución política de base regional o inde­pendiente (y por eso " feudal").

Al desarrollar esta polémica legislativa , clasista y española, Spalding no olvida a los indígenas huarochirinos. Sus observaciones sobre kurakas, autoridades coloniales , mi­tas, repartos , diezmos y los abusos de poder en general , están apoyadas en datos propios de Huarochirí. Utilizando ejemplos locales , muestra cómo las economías e ideologías españolas del mercantilismo se enfrentaban a los cálculos de un modo de producción comunal andina que, por lo menos al prin­cipio, excluía el concepto de la ganancia , tan necesario para la penetración inmediata de una economía de mercado (pp. 133-4 , 152-3). Sugiere que el impacto acumulati­vo de la política colonial española para las economías andinas radicaba más bien en la erosión ( o atenuación) de las redes sociales a través de las cuales los grupos locales se consolidaron en unidades socio-económicas más amplias (p . 169). Tal hipótesis es de una importancia obvia para los estudios del regionalismo contemporáneo, aunque sus implicaciones globales pudieron haber sido refinadas con una ojeada a algunos de los estudios etnográficos sobre formas de orga­nización supra-local, tales son el intercam­bio económico, los mercados y ferias regio­nales, la geografía sagrada de los apus y las peregrinaciones como expresiones ritualiza­das de una identidad netamente regional. Una omisión bibliográfica semejante ocurre en la importante discusión de jerarquías so­ciales y la consolidación de nuevas élites durante la época colonial. Como en el caso del regionalismo (o su ausencia), esta discu­sión pudo haber sido enriquecida con una consideración de la vasta literatura antro­pológica sobre los varayocs, las jerarquías religiosas, las clasificaciones rituales en la base de las jerarquías político-sociales andi­nas, y las jerarquías alternativas o clandes­tinas, como por ejemplo las jerarquías fe­meninas, cuyo poder derivaba del hecho de no ser ni sancionadas ni reconocidas por la

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sociedad dominante . En los capítulos finales , Spalding analiza

las creencias religiosas y su relación con la resistencia y las rebeliones coloniales. Se refiere brevemente al Taki Onqoy y más detalladamente a la campaña contra las ido­latrías y a los motivos personales o clasistas que impulsaron a extirpadores como Avila a lanzar su iniciativa brutal contra la socie­dad andina . Al presentar sus hipótesis sobre la reaccíón indígena ante esta ofensiva ideo­lógica española, Spalding nos proporciona una amplitud de datos (extraídos de juicios eclesiásticos) que prueban la existencia de lo que parece haber sido un frente coordi­nado por las élites locales y mantenido con el fin de impedir que los españoles consi­guieran la información necesaria para pro­bar sus acusaciones religiosas contra estas mismas autoridades tradicionales. Otros do­cumentos citados nos muestran cómo los españoles manipulaban las rivalidades y dualismos de la sociedad andina para lograr sus objetivos represivos. Aunque fascinante por las evidencias que ofrece sobre los usos políticos de la religión, este análisis carece de una apreciación del poder simbólico de estructuras rituales que la autora -a pesar de sus intenciones declaradas de examinar la vida ritual como parte integrante de la dinámica social andina- reduce o a una ca­pacidad de impresionar con espectáculo y suntuosidad en el caso inca (pp. 95-8), o a un mecanismo misterioso de "cohesión social" (p. 61 ), o a una vaga función den­tro del proceso productivo del campesina­do andino (pp. 23-4, 71). En todo caso, la eficacia histórica de la práctica ritual y de la ideología religiosa permanece oscura, porque para definir lo que constituye en el mundo (y en la historia) andino la vincula­ción entre religión, producción e ideología, se necesita tanto un conocimiento preciso del contenido y estructura de la religión andina como admitir que existen estudios sobre dicha religión hechos por partidarios de otra escuela interpretativa.

Felizmente, con su combinación creati­va de metodologías y fuentes históricas, sentimiento social y teoría marxista , Karen Spalding nos demuestra cómo la convergen­cia estratégica entre antropología e historia nos puede servir eventualmente para supe­rar semejantes descuidos bibliográficos (y

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conflictos académicos), que afectan a una parte importante de todos nuestros inten­tos por comprender la compleja realidad andina.

D.A.P.

TORREBLANCA, Hernando de. Relación Histórica de Calchaqui. Escrita por el Mi­sionero Jesuita Demando de Torreblanca en 1696. Versión modernizada, notas y ma­pas de Teresa Piossek Prebisch. Ediciones Culturales Argentínas, Ministerio de Educa­ción y Justicia, Secretaría de Cultura. Bue­nos Aires, 1984. 155 pp.

Sería difícil exagerar la relevancia de es­ta crónica, hallada por Piossek Prebisch en la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro, para la etnohistoria del Noroeste argentíno, región de la cual se poseen escasos datos en comparación con los Andes centrales.

Torre blanca fue uno de los primeros mi­sioneros asentados en la región que nos ocu­pa , los Valles Calchaquíes , que se extien­den desde la actual provincia de Salta hasta las de Tucumán y Catamarca. Su calidad de protagonista en los acontecimientos narra­dos en la crónica surge , además, de su domi­nio del kakán (lengua diaguita que, con es­casas diferencias, se hablaba en los valles), por lo cual ofició de íntérprete en los con­tactos entre hispano-criollos e índígenas.

Un Jugar destacado ocupa en la crónica Pedro Bohórquez, a quien Piossek Prebisch le ha dedicado un libro anterior (Pedro Bohórquez, el Inca del Tucumán. Edición de la autora. Buenos Aires, 1976). Este an­daluz aventurero , anteriormente asentado en el Perú, llega a los Valles Calchaquíes -donde permanece unos 2 años- en 1656, con un curioso plan: propone a las au tori­dades que apoyen su aseveración de ser el último descendiente de los Incas, ofreciéndo­les a cambio la cristianización de los indíge­nas (hasta entonces fracasada) y el hallazgo de los ricos yacimientos minerales que se su­ponían en posesión de éstos. Llevado por la codicia y ante la posibilidad de obtener in­dígenas en encomienda luego de la pacifica­ción, el gobernador de Tucumán acepta la propuesta. A su vez, los indígenas se alían

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con Bohórquez. La actitud de éstos (algún párrafo se refiere a la túnica bordada para él y cómo era transportado en andarillas) muestra hasta qué punto existía la penetra­ción incaica en estos valles del ex tremo sur del Kollasuyu, más allá de las influencias en construcciones y en la cultura material co­mo se pensaba anteriormente . Tal acdpta­ción resulta curiosa si se tiene en cuenta que Bohórquez no dominaba ni el kakán ni el quechua, por lo cual debía comunicarse con sus aliados por medio de intérpretes. Este hecho no parece haber menguado su prestigio, quizás aumentado, a ojos de los indígenas, por el reconocimiento de la con­dición de Inca por parte de las autoridades.

Bohórquez forma una confederación con los caciques de los Valles, tomando co­mo esposas a las hijas de éstos. De estas par­cialidades (que posiblemente configuraban señoríos independientes): los Quilmes, Hualfines, Yocaviles, Pulares, Anguínaos, etc., en la actualidad permanecen como to­do recuerdo algunos topónimos. Bohórquez recibía apoyo también de Casabíndo (norte de la Puna), de Potosí y de Coquimbo (Chi­le), lo cual muestra la amplitud de los con­tactos que era posible establecer desde los Valles. Lamentablemente, Torreblanca no se detiene en este tema.

En 1658 logran echar a los misioneros, quemando los edificios e íncluso desviando un río para destruir sus cimientos. Se suce­den luchas con las autoridades, cuyo poco éxito lleva a Bohórquez a solicitar un indul­to a la Audiencia de Charcas, el que se le concede. Sus enemigos logran, por medio de una treta, conducirlo a Lima para ser juzgado, donde pasa varios años en prisión. Desde allí envía a un hijo suyo a los Valles, a fín de instar a los índígenas a una nueva rebelión. Este es apresado en Salta y ejecu­tado, como poco después Jo será Bohór­quez en Lima.

Los sucesos que se narran a partir de aquí están relacionados con el genocidio desatado contra las etnias del valle : los soldados se reparten a los indígenas, limi­tándose el buen padre Torreblanca a que Jo hagan por familias y no por "piezas" (individuos). Este fín es para él un castigo divino infligido por la negativa anterior de los indígenas a ser evangelizados. Poco a poco van cayendo los distíntos pueblos, lo

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cual se logra a veces por medio de insidio­sas tretas, como en el caso de los poblado­res de Tolombón , a los que se les promete liberar a sus familiares a cambio de igual número de prisioneros que entreguen de otras etnias, minando así la confederación de los caciques. Los que no mueren en estas luchas son " desarraigados"; es decir, trasla­dados a zonas lejanas de Salta o a Córdoba, Buenos Aires, etc. Parte de los indígenas deben ayudar a las autoridades en sus lu­chas contra los imbatibles Mocobíes y To­bas del Chaco, cuya conquista debía espe­rar, sin embargo, dos siglos más para lograr su objetivo. Un episodio final muestra a los Acalianes, quienes logran regresar a sus va­lles. Al verse perseguidos , optan por estre­llar a sus hijos contra las piedras , lo que ex­presa el grado de su desesperación, visible también en el hecho de que, según expresa Torre blanca, muchos prefirieron recurrir al suicidio antes que abandonar sus tierras.

Aprovechando los cuidados sembrados de los indígenas , los españoles se asientan en el territorio ahora deshabitado. Esta ex­tirpación total de lo indígena explica la ausencia actual casi completa de una tradi­ción oral indígena en los Valles. Es evidente que con el correr del tiempo algunas fami, lias han vuelto a los valles (la presencia de apellidos indígenas así parece atestiguarlo), pero sin conservar su identidad como una cultura peculiar. De su lengua, el kakán, sólo se conoce una docena de vocablos y parece irremediablemente perdida junto con el vocabulario del P. Bárcena, mencio­nado en distintas fuentes pero nunca ha­llado.

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La crónica proporciona un vivo cuadro del arrojo de los indígenas y de las codicias y traiciones en las que se vieron envueltos. Los indígenas son vistos primero como po­sibles sujetos de conversión y luego como vencidos, de ahí que no existan más que algunas anotaciones marginales acerca de su cultura.

Para la presente edición ha sido moder­nizada la gramática y simplificadas las for­mas lingüísticas de fines del siglo XVII , pro­cedimiento quizás discutible para los histo­riadores, pero comprensible por la inten­ción expresa de Piossek Prebisch de lograr una mayor divulgación del documento. En un país como la Argentina, donde la exis­tencia de lo indígena ha sido sistemática­mente negada, esa intención es saludable. El destino de las etnias de los Valles Cal­chaquíes ha sido juzgado superficialmente por Piossek Prebisch en una lacónica anota­ción que nos exime de más comentarios : "Tuvieron el triste fin de los pueblos que caen en la desgracia de dejarse seducir por delincuentes" (p . 9).

El texto se halla acompañado por nume­rosas notas que expresan un sólido conoci­miento histórico y ubican la acción en un contexto más amplio, aclaran la biografía y actuación de los personajes mencionados , etc . Los mapas a los que se hace mención en la portada han sido lamentablemente omitidos , por lo menos en parte de la edi­ción .

M.S.C.

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