Por Qué Dios Trinidad Es Fuente de Vida

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Fuente de Vida es Dios

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  • P. Ramn RICCIARDI Foyer N. S. del Carmen

    palacs i , Ju.i.i F u ! > i. . 1 ^ , a a todo e! pas . M - . -

    e la Por qu Dios Trinidad

    es manantial de vida ?

  • Con aprobacin Eclesistica

    Foyer N. S. del Carmen Tom-Chile

    Derechos reservados

    Edicin autorizada a:

    O / C ^ E S S DE LA

    Ov ISERICORDIA LIBRERA ESPIRITUAL Av. Eloy Alfaro N29-1 50 y 9 de Octubre Tel.: (593)(2) 2 5 6 4 5 1 9 / 2 5 2 8 611 Fax: (593M2) 2561 4 4 5 P.O. Box 6252 C.C.I. Quito-Ecuador E-mail: f jdm@pi .pro.ec

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    Los pobres no pueden esperar

    Con estas palabras, Juan Pablo I I en su visita a Chile, lanzaba a todo el pas un desafo para derrotar la extrema pobreza a nivel nacional e internacional. Los medios de comunicacin, es-pecialmente la televisin, nos presentan cada da los mil rostros de la miseria y del sufrimiento que afectan no solamente a los individuos, sino a poblaciones e incluso a continentes enteros: des-nutricin, guerras, campamentos de refugiados, falta de viviendas, epidemias, inundaciones, sequas, etc. Ya nadie lo puede ignorar.

    Sin embargo, existe otra categora de sufri-miento y de miseria, ms profunda, ms aguda, y que le quita al ser humano la razn de vivir, es cuando uno se siente rechazado por sus hermanos, se siente intil... Acaso hay mayor sufrimiento para un nio que el verse rechazado, abandonado por su propia madre? Verdaderamente el mayor dolor es de no haber sido amado, de no conocer el cario de alguien que se interese por uno. La

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    persona se siente desamparada, porque no le encuentra ningn sentido a su vida y la soledad la oprime.

    Quin les dir a toda esta gente herida en el camino que Dios los ama?

    Se comprende el realismo de la palabra de Dios a travs del profeta: "Elpueblo languidece, porque no me conoce" {Oseas 4,6).

    El no experimentar su amor es una forma de miseria que toca a lo absoluto. Son almas que andan sin rumbo, porque no saben por qu nacen, por qu viven, por'qu sufren, por qu mueren.

    Vivir significa conocer este amor infinito del Padre y de su Hijo Jess, que se nos manifiesta de mil maneras. La persona que no lo sabe ver camina en las tinieblas. "Vivir es conocer al verdadero Dios y a su enviado, Jess, el Cristo" (Jn 17,3). El hecho de no sentirse amado y de no amar, nos reduce a un estado de muerte. Dice San Juan: "Quien no ama es un cadver" (Jn 3,15).

    Esta pobreza no puede esperar, porque el ser humano, ms que del pan que lo alimenta, necesita de amor. Es tarea absolutamente prioritaria decirle a todos los desheredados de la vida que hay un Dios que nos ama, porque es Padre de todos.

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    En el Antiguo Testamento, el Seor confortaba a su profeta perseguido, maldecido y traicionado, dicindole: "T tienes valor a mis ojos", "te am con un amor eterno" (Jer 31,3).

    Mientras ms miserable es una persona, ms necesita conocer el amor de su Padre Dios, que cuida de todos, en especial de los ms desvalidos; la persona confortada con este amor evitar caer en la tentacin de la amargura o de la rebelda.

    Convendra recordar aqu la accin del gran apstol de los negros; San Pedro Claver. Cuando acoga los barcos negreros, repletos de esclavos desnutridos, enfermos, sucios, agusanados, lo pri-mero que haca para consolar a estos pobres des-graciados era presentarles el rostro amoroso del Padre que por su Hijo Jess en Cruz, sufri con ellos y por ellos. Eso no quita que San Pedro Claver haca todo lo humanamente posible para defender la dignidad de estas pobres vctimas de la codicia humana.

    "Dime quin es tu Dios y te dir quien eres"

    Desde el momento de su creacin, el hombre tiene un cierto conocimiento de Dios, porque ha

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    sido creado a su imagen y semejanza. Incons-cientemente sabe que es su Bienhechor, de quien lo recibe todo. Por un lado, se siente atrado hacia El, con una confianza filial, y por otro lado, cuando todo le sale mal, se siente tentado de culpar a Dios.

    Estas dos actitudes se contraponen. Debera existir solamente el atractivo hacia Dios, bien-hechor del hombre, pero ste, lamentablemente, desde el principio prest odo a la calumnia ms horrorosa de Satans, "padre de la mentira", quien logr poner en circulacin una falsa imagen de Dios, presentndolo como enemigo del hombre.

    El resultado no se hizo esperar: sin Dios, el ser humano se desvanece, se descubre desnudo y huye con temor cuando escucha la voz de su Creador. El amor y la paz que llenaban su corazn se cambia en un temor paralizante.

    L a idea que el hombre se hace de Dios influye poderosamente hasta la raz de su comporta-miento. Las culturas de los pueblos, su manera de vivir, dependen esencialmente del concepto que tienen de Dios. La idea que los musulmanes se hacen de Al, la idea que los primitivos, los hindes se hacen de la divinidad, explica su

    comportamiento y su cultura, ya que es su religin que ha moldeado lo ms profundo de su alma.

    Todas las etapas de la civilizacin han sido obras de conceptos filosficos y religiosos que las han impregnado e inspirado. Si no se toma en cuenta esta realidad, la historia humana no tendra ningn sentido y sera solamente "una historia de locos, escrita por un idiota".

    En el interior del mismo cristianismo, la di-ferencia de reacciones de la gente frente a cual-quier problema, depende de su espiritualidad, de su forma de oracin y de la idea que tiene de Dios. Si es el dios abstracto de los filsofos o el creador todopoderoso o un dios bonachn sin carcter, la actitud de estos cristianos ser distinta.

    Si nuestro Dios es la Santsima Trinidad, una I familia de amor que nos hace participar de su vida

    ntima por el bautismo, eso cambia todo.

    E l verdadero Rostro de Dios -

    I La ignorancia de Dios, que mantiene al hombre postrado en las tinieblas del errOr, es seguramente la situacin ms miserable del ser humano; en

    ^ cambio, conocer a Dios, descubrir su rostro pa-

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    ternal, es como salir de las sombras de la muerte para entrar en la luz de la vida; ello es tan importante co-mo para el beb descubrir a su mam y familiarizarse con ella, porque la criatu-ra reaccionar y es-tructurar su perso-nalidad segn las ex-presiones de amor o de indiferencia de quien la dio a luz.

    No saben las mamas el mal que le hacen a los pequeitos cuando les van repitiendo: "Dios te va a castigar"; eso es distorsionar la imagen de Dios.

    Cuan diferente es el lenguaje de la Biblia!: - Oseas 11,1 ss.: "Cuando Israel era nio, yo lo

    amaba, ... le ense a caminar, tomndolo en mis brazos, lo atraje hacia mi con lazos de ternura; lo acerqu a mis mejillas como si fuera nio de pecho"...

    i 10'

    - Jeremas 3,19: "Y Yo pensaba: "Cmo quisiera contarte entre mis hijos... me llamars Padre mo y nunca ms te apartars de m".

    - Isaas 49,15: "Puede una mujer olvidarse del 1 . nio que cra, o dejar de querer al hijo de

    30 (. sus entraas? Pues bien, aunque alguna lo olvidase, Yo nunca me olvidara de ti!

    - San Clemente a los Corintios, citando versculos de la Biblia: "Aunque sus pecados alcan-zaran de la tierra al cielo, y aunque fueran ms rojos que el bermelln y ms negros

    '.que el cilicio, si se convirtieran a m de todo "5^' corazn y me dijeran: "Padre", yo les escu-

    char como a pueblo santo ". - Isaas 45,10: "Los cerros podrn correrse y

    moverse las lomas_; mas yo no retirar mi amor, ni se romper mi alianza de paz contigo; lo afirma Yav, que se compadece de ti".

    - Isaas 43,4: "As habla Yav... t vales mucho a ' m i s ojos, yo te aprecio y te amo mucho ".

    - 1 Jn 3,1: "Realmente somos hijos de Dios".

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    Todas las religiones buscan conocer a Dios c -En su afn de conocer a Dios todas las religiones

    son dignas de respeto. Juan Pablo II, en Ass, ha querido rezar y ayunar con budistas y shintoistas. En cada creencia hay algo de verdad, pero mezclado con errores. Slo en Jess, enviado de Dios, se da la Verdad total. Dice la carta a los Hebreos: "En diversas ocasiones y bajo diferentes formas, Dios habl a nuestros padres, por medio de los profetas, hasta que, en estos das que son los ltimos, nos habl a nosotros por medio de su Hijo... Este es el resplandor de la Gloria de Dios y en El expres Dios lo que es en s mismo" (Heb 1,1-3). En Cristo est todo dicho, basta mirarlo a El, conocerlo, para familiarizarse con Dios, y liberarse definitivamente del miedo a Dios (1 Juan 4,18).

    Las falsas imgenes de Dios 1. E l dios gendarme: que pasa partes por infrac-

    ciones. Cmo el ser humano puede amar a esta divinidad si lo nico que le inspira es el miedo? Este concepto de Dios hace vivir en la angustia. I

    2. El dios brujo: se lo ve como una fuerza inde-finida que puede ser perjudicial y de la cual hay que protegerse con agua bendita, con mandas, zahumerios o prcticas raras. Este concepto favorece las supersticiones.

    3. E l dios-ley: se diviniza la "letra" de la ley como lo haban hecho los rabinos, porque haban perdido el "espritu" de la ley. El Rostro de Dios est escondido detrs de una multitud de prescripciones legales. Este concepto de Dios es deshumanizante y favorece el fanatismo reli-gioso y el llamado fundamentalismo, que tanto dao hace en varios pases. ,

    4. E l dios de los milagritos: Dios aparece como una tabla de salvacin para los momentos de apuro, es una almohada tranquilizadora, que permite dormir tranquilo y dispensa de toda bsqueda y esfuerzo. Es un dios alienante, que conduce a la irresponsabilidad.

    5. E l dios de un destino fatalista. Todo lo tiene trazado de antemano, el horscopo lo dice. Este pensar hace que el cristiano diga: "no hay nada quehacer" .

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    6. E l d ios bonachn: todo lo acepta, todo lo justifica. Es como un "abuelito chocho", que nos tranquiliza en nuestros vicios.

    7. E l d ios todopoderoso: Para Mahoma y el Corn, Jess no muri, porque el Profeta del Dios Altsimo no puede conocer la debilidad humana, no puede fracasar. Eso mismo pensaban los fariseos: "Si eres el Mesas, manifiesta tu poder con una seal milagrosa; baja de la cruz" (Mt 27,42 y Me 15,32). Para este tipo de cre-yentes, lo grande es el poder, e inconscien-temente lo buscarn para su propia realizacin, olvidando que lo ms importante es el amor.

    8. E l gran relojero de Voltaire, o "el de arriba" "Mientras ms pienso menos puedo pensar

    que este mundo funciona, ,,,, sin Alguien que lo haga funcionar".

    Segn este concepto, el hombre no se siente cooperador de Dios, ya que le quita al hombre toda iniciativa.

    9. El gran arquitecto del universo de los masones: . Es un Dios sin vida, sin ninguna implicancia

    en nuestra existencia y en la historia; no favorece el dilogo.

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    10. Otros conceptos de Dios: - El primer motor de Ar i s t te les , es el genial

    raciocinio de un fi lsofo.

    - La idea de Bien de Pla tn , del cual este mundo material es slo una sombra, es otra construc-cin fi losfica.

    - El " O m " de la medi tac in trascendental: es un nuevo camino que se ofrece para encontrar a Dios. ?.'3-!tJfnT'> '^'-'oi (.> 'nr>:.(o-! j-;'.;!'> .

    - El gran Todo que propicia el yoga, en el cual hay que "fundirse" y perder su identidad.

    - Hay quienes tienen un concepto utilitarista de Dios, protector de sus bienes, buen agente de seguro, un dios tapa agujeros, que suple al hombre en sus necesidades.

    Todos estos conceptos de Dios son de fabri-cacin humana, ideas incompletas, algunas er r-neas que han generado falsos dioses, impersonales, sin vida y sin d i logo con el hombre, alienantes, que no ayudan en e! camino de la vida.

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    L a religin, opio del pueblo? ^ m r o J D Of

    La definicin de Carlos Max: "la religin es el opio del pueblo", era plenamente justificada para l, porque tena de Dios un falso concepto.

    El gran genio francs, Pascal, derram lgrimas de alegra cuando descubri que Dios no es una idea, sino que es un Viviente, el Dios de Abraham, Isaac, Jacob; en resumidas cuentas, un Dios que establece relacin con los hombres y hace con ellos una alianza de amor. . . .

    Consecuencias sociales de estos errores " -

    A l desconocer al Dios-Amor, que es Padre, la familia humana se desorienta y se va construyendo una sociedad donde los seres humanos no son hermanos, sino que vctimas de ideologas contra-puestas:

    a) E l liberalismo econmico: - que tiene el lucro como motor esencial del

    progreso econmico. - la competencia como ley suprema de la

    economa, llegando as a la dominacin del pobre por el poderoso.

    - la propiedad privada de los medios de pro-duccin como derecho absoluto, generando el imperialismo internacional del dinero, que considera al ser humano solamente como un factor de produccin.

    . - i- .., . , , . -

    b) E l comunismo y todos los socialismos ateos, aparecen al lado opuesto. Pretenden organizar la distribucin de los bienes, pero no respetan a la persona, que es solamente un perno del engranaje social.

    Dios se da a conocer a travs de la Creacin y de las criaturas

    Dios se da a conocer a travs de sus criaturas. As deca el poeta hind Tagore de una florcita a la orilla del camino: "es una carta de amor del Ama-do".

    Cualquiera que sea su cultura intelectual o su fe, ante la Creacin en que brilla una parte mnima de la grandeza de Dios, el hombre est obligado a creer. A creer no slo en el poder, sino tambin en la bondad de Dios.

    Deca San Benito: "Vayan primeramente a leer

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    el gran Libro de la Creacin antes de abrir la Biblia".

    Todo nos habla de Dios, desde el orden ma-ravilloso de la estructura molecular hasta las leyes del cosmos. Desde la hierba a las estrellas, desde el agua al fuego, desde el vestido a la comida, desde la luz a las tinieblas, desde la salud a la enfermedad, desde la riqueza a la pobreza. Todo dice: "Yo soy el Seor".

    Se oye gritar en la voz del viento, cantar en el parlotear del agua, se percibe en la fragancia de la f lor , se clava en los lomos de las montaas, y s-ur ra , charla, llama, grita en las conciencias: "Yo soy el S e o r , Creador tujo".

    Tres son las cosas que ms hablan de Dios en lo

    L a l^uz, que slo Dios poda crear. f i F i n i a m c n t o . (|iie es reflejo del orden divino,

    d(j!idc ticn las estrellas V los piaiictas. -E i M a r , al cual slo c! podu de Dios, despus

    de haberlo creado, poda pdpc r h.uH-s seguros. La Bibl ia (Sfib. 13; K;>!i^ ' . i . - ) no ieiie reparo

    en decir que n ( i tienen dis'-'ir':! que son insensatos aquellos cjue .o saben descubrir al Dios Creador a

    travs de sus obras. E l ser humano, si Dios se revela en su Crea-

    cin, con mayor razn se revela en cada persona creada a su imagen y semejanza; pero primero tengo que descubrirlo en m.

    San Agustn no lo pudo reconocer primero en la Creacin, porque con su vida pecadora tena una vis in distorsionada de las cosas.

    Su relacin con la Naturaleza y con sus seme-jantes era s lo para procurar su placer personal y gozar desordenadamente de las cosas creadas. E l camino para encontrarse con Dios fue el de la interioridad. Por eso dice en sus confesiones: "Oh, belleza siempre antigua y siempre nueva, tarde te am, y pensar que te buscaba fuera y me perd, cuando t estabas dentro de m!".

    Instruido por esta experiencia, San A g u s t n recomienda: "No te salgas fuera, retorna a ti mis-mo, que en el hombre interior mora la Verdad. . . E n el interior de cada uno mora Cristo como un Maestro Interior".

    Estas palabras las confirma San Juan: "El Hijo de Dios era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo" (Jn 1,9).

  • Esta presencia del Verbo en cada ser humano, ni el pecado original, ni el pecado personal la han podido borrar. En cada persona, creyente o no, estn presentes estas "Semillas del Verbo". Y cuando el ser humano es capaz de entrar dentro de s y dejarse iluminar por el Verbo que habita en l; al creer en El la Trinidad viene a vivir en el ser humano de una manera nueva y real.

    "Si alguno me ama, guardar mi Palabra y mi Padre le amar, y vendremos a El y haremos morada en El" (Jn 14,23).

    Porque en nuestro interior podemos encontrar a Dios es que podemos descubrirlo tambin en nuestros hermanos. Deca San Agustn: "Honren los unos en los otros a Dios de quien han sido hechos templos vivos". El hecho de encontrar a . Dios en su interior le cambi la forma de mirar la l Creacin y tambin a los mismos hermanos con los cuales comparta a diario, "f" -^ |

    Debemos partir, pues, de las realidades ms cercanas para poder entrever algo del misterio de Dios, empezando con el amor humano, conyugal, paternal, fil ial , que son reflejos del amor divino.

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    Un nio en la playa ^' . -

    Recordemos la historia que se cuenta de San Agustn:

    "Estando en la playa, meditando sobre el misterio de un Dios en tres Personas, vea a un nio que haba he-cho un hoyo en la arena y con una Con-chita le echaba agua del mar adentro. Agus-tn segua profunda-mente absorto en sus pensamientos msti-cos, llegando as a os-curecer; al darse cuen-ta que el nio segua con su mismo trabajo se acerc para pregun-tarle qu estaba ha-ciendo. El nio le ex-

    plic con toda naturalidad, que l pretenda echar todo el mar en este hoyo. Sorprendido, Agustn le advirti con mucho cario: "iPero, m'hijito, es imposible! El mar inmenso no puede entrar en este hoyo tan pequeo. Ms sorprendido se qued Agustn al escuchar la respuesta: "ms fcil es que toda el agua del mar entre en este hoyito a que el misterio de Dios entre en tu cabeza".

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    Quin era este nio? Un ngel de Dios o el mismo Jess Nio?

    Dios se da a conocer a travs de las Escrituras

    En sus cartas, San Juan lo expresa con una sola palabra: "Dios es amor". Esta palabra revela algo del misterio de Dios, porque si Dios es amor no puede estar solo. El amor requiere alteridad, o sea, alguien a quien amar; de lo contrario, sera un amor egosta, fijado en la contemplacin de s mismo en una actitud introvertida, a la manera de Buda o Zakyamuno (que significa solitario). Dios no es, por lo tanto, y de ninguna manera, el gran solitario, lo que sera la negacin misma del amor. Ya podemos afirmar que Dios es familia, tiene una vida comunitaria que es la Trinidad: Padre, Hijo y Espritu Santo.

    Jess nos revela el verdadero Rostro de Dios

    Desde siempre los hombres, aunque fuera a tientas, tuvieron un cierto concepto del Dios Unico, creador, poderoso y justo, pero a nadie nunca jams se le habra ocurrido pensar o sospechar que el Dios Unico era Tres Vivientes.

    En la persona de Jess, Dios da a conocer su vida ntima de familia y por el hecho mismo revela que la vida del hombre tiene una finalidad comunitaria. El ser humano, nacido de Dios, no se conoce bien a s mismo mientras no conoce a su Autor; es as que la luz sobre el Creador es a la vez una luz sobre la criatura. i J - J

    Los judos, celosamente monotestas, no podan comprender y menos aceptar que Jess se pre-sentara como Hijo de Dios; eso era la peor blas-femia, porque era como decir que haba varios dioses. Toda su religin, su cultura, su fe se dirigan al Dios Unico, as lo invocaban diaria-mente: "Escucha, Israel, Yav, nuestro Dios, es el nico Dios" (Deut. 6,4).

    Ante el tribunal supremo, el sumo sacerdote orden a Cristo: "Dinos si t eres el Hijo de Dios ", ante la respuesta afirmativa de Jess, rasg su vestidura y cay la sentencia: "Ha blasfemado, merece la muerte".

    A l presentarse como Hijo de Dios, igual al Padre, Jess no enseaba que hay varios dioses, sino tres Personas en un solo Dios. Jesucristo revelaba la vida de familia de tres Personas: el

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    Padre, el Hijo y el Espritu Santo, formando un Unico Dios.

    Podemos tomar el ejemplo del tomo. Hasta principios del siglo X X se crea que el tomo era el ltimo componente de la materia, pero la ciencia descubri que el tomo tiene un ncleo, compuesto de neutrones y protones, en torno al cual giran los electrones a velocidad increble, con carga elctrica de potencia insospechada.

    Los atomistas saben aprovechar estos descu-brimientos para utilizar las fantsticas energas del tomo para el bien de la humanidad o para su mal. Con mayor razn, los cristianos al conocer a Dios y su vida de familia van a sacar un gran provecho, tanto espiritual como material, para su vida co-tidiana.

    Consideremos ahora a cada una de las tres Personas divinas por separado; luego, sus rela-ciones y vida comunitaria; y por ltimo, nuestra participacin en esta vida trinitaria, sin olvidar que para hablar de Dios infinito, solamente podemos balbucear. tjup Hmi'>-'.:, on vM

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    E L P A D R E : Todo el amor dado o \

    Muy elocuente es la Biblia para hablarnos de la paternidad de Dios. ^ ^ R I O O H ,U>- : . . .U-.

    - Romanos 8,14: "Ustedes... recibieron el Espritu que los hace hijos adoptivos y que los mueve a exclamar Abba, Padre!". (Ver Calatas 5,17).

    - Efesios 1,5: "Dios determin desde la eternidad que nosotros furamos sus hijos adoptivos... Eso es lo que quiso y ms le gust ".

    - Dios es la fuente de todo bien: "Todo don valioso, todo regalo precioso viene de lo alto y ha bajado del Padre de las luces" (Stgo. 1,17); "Toda familia en los cielos y en la tierra recibe su existencia del Padre" (Ef. 3,15).

    Dos caractersticas del amor del Padre Despus del pecado original Dios no ha dejado

    de amarnos, al contrario, nos ha manifestado ms amor todava y nos entreg a su propio Hijo, lo que le hace exclamar a San Agustn: "Feliz la culpa que nos mereci tal Redentor".

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    El amor del Padre es gratuito Es decir, Dios nos ama a cada uno porque s, y

    no porque nosotros tengamos algo que darle a El. Ninguna de nuestras obras puede comprar el amor de Dios. Dios no espera que nosotros empecemos a ser buenos para recin empezar a amarnos. Dios nos ama ahora, en este mismo instante. El pecador

    que descubre esto y acepta el amor de Dios, este amor transforma su v i -da. Entonces na-cen las obras, como fruto del Amor gratuito de Dios derramado en nuestros cora-zones. Es as como este amor recibido se transforma en un amor derrama-do: "Si Dios nos

    ha amado tanto tambin nosotros debemos amarnos unos a otros" (1 Jn 4,11).

    I 4

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    El amor del Padre es Misericordioso Dios nos ama a pesar de nuestras debilidades y

    flaquezas y, ms an, con nuestras debilidades y flaquezas. Esto no quiere decir que Dios nos quiera imperfectos, sino que Dios nos acepta imperfectos y nos ama as como somos para iniciar con no-sotros, lentamente, un camino de perfeccin. Nuestra imperfeccin actual no es un obstculo para el amor de Dios. Aun ms. El cuenta con nosotros ahora, as tal como estamos.

    Si volvemos a caer en lo mismo es porque estamos demasiado volcados hacia nosotros mis-mos. Convertirse es dejar de mirarse para mirar a Dios. Lo miro porque s que me ama.

    Si espero ser perfecto para servir a Dios, me voy a morir sin nunca haberlo servido. A l cumplir lo que Dios quiere para mi vida, se van a ir des-pertando en m una serie de dones, capacidades y valores que antes estaban como dormidos. El que busca la Voluntad de Dios y la quiere cumplir se va transformando. Dios le ayuda porque le ama.

    Este es el amor del Padre, gratuito y misericor-dioso, que me sana y me hace progresar.

  • Satans trata de hacernos dudar de este amor de Dios. Analicemos su juego: primero tienta. Cuando la persona ha cado, la hace sentir mal, le echa en cara su pecado, y luego le dice al odo: "Dios quiere slo a los buenos, con esto que has hecho, crees t que Dios te va a perdonar? Yo creo que no, t ya ests condenado, no sacas nada con acercarte a El. Por lo tanto, sigue pecando mientras tengas vida. Total ya no tienes salvacin.

    Esta mentira logr engaar a Judas, quien, desesperado, se ahorc. Se le borr la imagen del Padre que le haba ense-ado Jess. En cambio, Pedro, que lo neg tres veces se arrepinti, llor y se entreg a los brazos del Padre, porque saba y no se olvid, que su amor es gratuito y misericordioso.

    Dar es la perfeccin del amor - i La ms alta manifestacin de la vida es el amor.

    No es necesario probarlo, lo sentimos espont-neamente.

    Analicemos esta primera ecuacin: Vivir - amar.

    E inmediatamente esta otra: Amar = darse.

    Vivir intensarhente es amar intensamente, es darse intensamente.

    Vivir perfectamente es amar perfectamente, es darse perfectamente.

    Vivir eternamente es amar eternamente, es darse eternamente.

    El Padre es perfectamente Padre, llama a la existencia, comunica su vida, engendra, da, no algo de s mismo, sino que a s mismo en plenitud y nos ensea que hay mucha ms felicidad en dar que en recibir. Esta es la "vara mgica" que transforma con prontitud la tristeza en alegra.

    Darse, para Dios como tambin para el hombre, no empobrece su personalidad, porque es dndose como uno se realiza plenamente. Es engendrando a su Hijo que Dios es Padre.

  • Es un Padre fecundo: da todo, se da por entero. Dndose engendra al Hijo. Es la generosidad personificada.

    Toda generosidad en la tierra no es sino un plido reflejo de la suya; la paternidad-maternidad humana es la forma que ms se acerca a ella.

    Es un Padre hermoso: su belleza es el res-plandor de esta generosidad. Es bello el espec-tculo de un joven padre contemplando a su hijito. Es infinitamente bello el Padre que ama infini-tamente a su Hijo.

    Es un Padre feliz: con la felicidad de darse, la felicidad de ser recibido y aceptado como Padre. Est escrito en el Antiguo Testamento: "Dios ama a aquel que da con alegra" (Prov. 22,8 y 2 Cor 9,7). La traduccin latina es ms expresiva an: "Dios ama a aquel que da riendo". Atrevmonos a hablar de la risa eterna del Padre dando la vida. Alegrmonos de pensar en "el Dios bienaven-turado" (1 Tim. 1,11), como lo llama San Pablo.

    El Padre es fuente que brota eternamente. Dios se da a su Hijo, sin interrupcin, sin reserva, en un impulso gozoso de generosidad. Su naturaleza es Dar y darse. "Dios que nos ha dado a su propio

    Hijo, cmo con El no nos va a dar cualquier cosa" (Rom 8,32), y Jess afirma: "Mi Padre les

    I dar el Espritu Santo " (Le. 11,13) c )nf El Amor da: es Creador. )^ >\""<

    I El Amor se da: es Padre. El Amor perdona: es el perfecto don.

    El acto de generacin del Padre es total y, por lo tanto, definitivo, nico: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo puesto todo mi amor" (Mt 3,17).

    E l afn incontenible de dar '

    El hombre, creado a imagen de Dios, tiene inscrito en lo ms profundo de su ser, este afn incontenible de dar. No solamente los ricos deben dar, sino todos, porque es una necesidad de la naturaleza humana; el que no da no vive como

    I persona, porque no se abre a los dems. . Cuenta Ral Follereau, apstol internacional de I los leprosos, en su libro: "30 veces la vuelta al

    mundo": A 15 kms. de una gran ciudad de Asia, estn arrinconados, escondidos, sepultados veintids leprosos. Preguntamos al jefe, que es ciego: "Qu

    -., reciben como alimento?". Recibimos 100 kilos de

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    ;^ , arroz cada 3 meses, O sea, 50 gramos de arroz por enfermo y por d(a. - Digo al jefe: "Su pesadilla ha terminado, nos comprometemos a procurarles alimento y atencin mdica. En aquel momento, una mujer amputada y paralizada, avanzando como un gusano cortado, llega hasta mi mujer y quedamos en el suspenso de lo que nos va a pedir... Y espontneamente le ofrece el huevo de su nica gallina".

    En este sencillo gesto, la mujer expresa lo que es la verdadera nobleza del ser humano, generoso, a imagen de Dios. Es la misma actitud que Jess alaba en la ofrenda de la viuda pobre, que lo dio todo (Le. 21,2).

    En la educacin, lo fundamental es ensear al nio a dar, para pasar as del instinto posesivo a la generosidad, hacindose as semejante a Dios.

    E L H I J O : Todo el amor recibido

    Se le preguntaba a un nio del catecismo: quin es Jess? Y este nio tuvo una respuesta sencilla de la ms alta teologa: "Jess es el perfecto retrato de su Padre". No se puede decir mejor.

    El Hijo se parece a su Padre, todo lo quiere dar como su Padre, pero antes, por ser Hijo, lo recibe

    l"

    todo de El. Es como el ro que nace de la fuente. Si pretendiera prescindir de El , se anonadara y dejara de existir.

    La actitud fundamental del Hijo, antes de "dar", es "recibir". Lo recibe todo para darlo todo.

    La palabra "recibir" resulta demasiado pobre y pasiva para caracterizar al Hijo. Ms convendra decir: que tiene ansia, avidez, anhelo; el Hijo est ansioso por recibir el don del Padre, que vive para comunicar a su Hijo su ser, con todos sus atributos.

    El Hijo de Dios, de por s no tiene nada, en este

    4

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    sentido es radicalmente pobre, lo recibe todo, a cada instante, de su Padre y, a la vez, es infini-tamente rico de la plenitud de las perfecciones divinas que recibe de El. Bien puede decir Je-sucristo: "Felices los pobres!", porque traduce su experiencia ntima de Hijo totalmente depen-diente y abierto al don divino.

    De igual manera se podra hablar de la humildad de Jess, feliz de proclamar:

    - "Todo me ha sido entregado por mi Padre" (Le 10,22).

    - "Yo vine a hacer la voluntad de mi Padre" (Jn 12,49).

    - "Mi doctrina no es ma, sino del que me ha enviado" (in 7,14).

    En estas palabras resplandece la humildad del Hijo de Dios, que es en todo igual al Padre, pero en una dependencia que no lo hace inferior. Es a esta altura que hay que buscar el modelo de la humildad cristiana.

    Se comprende que Cristo haya podido decir: "El Padre es ms grande que yo" (Jn. 14,28), afir-mando a la vez: "Quien me ha visto a M, ha visto

    al Padre" (Jn. 14,9) y "Yo y mi Padre somos una sola cosa" (Jn 10,30).

    En la persona del Hijo se verifica esta gran ley de la vida: uno recibe para dar. Es mezquino aquel que acapara solamente para s!

    Frente a la generosidad del Padre, el Hijo es la gratitud personificada. Tanto es as, que durante su permanencia en la tierra, a menudo la oracin de Jess comenzaba con estas palabras: "Padre, te doy gracias... " (Jn. 11,41). San Pablo deca tambin a los cristianos: "Sean agradecidos" (Col 3,15).

    Del Padre y del Hijo se puede afirmar que el darse al ser amado no es empobrecerse, sino acceder a la plenitud de su propia realizacin, as como alcanza su verdadera dimensin el ro que entra en el ocano y se confunde con l.

    La vida del Hijo podra resumirse as: "Amar es darse, sin reserva, sin intermitencia, en un impulso de gozosa gratitud. Una sola palabra marca la diferencia entre el Hijo y el Padre: para el Hijo se habla de gratitud y para el Padre de generosidad ".

    La persona que no quiere recibir de los dems, no progresa y adems no puede ser feliz. Cuando en una familia el marido no habla con su esposa^

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    su mujer, que por naturaleza necesita dar y darse, se queja: "mi marido no quiere recibir nada de m". El Hijo de Dios al afirmar: "Todo lo recibo de El" , sabe que hace feliz a su Padre, I J ' J I us

    Podemos imaginar la alegra y la gloria del Padre al tener un Hijo tan receptivo y a la vez tan sencillo y agradecido, que prorrumpe en alabanzas, porque recibe todo su amor. Los dos se hacen felices mutuamente.

    A semejanza del Hijo, el ser humano slo en la receptividad puede abrirse a Dios. Mara pudo ser Madre, porque primero fue hija y tan receptiva para acoger el Don del Padre, que en Ella se hace carne.

    Slo en la receptividad se acoge el don de Dios, que es su propio Hijo, o sea, su Palabra. En este sentido: "todos podemos ser madre de Cristo, hombres y mujeres, y aunque no lo podemos dar a luz en nuestro vientre, s lo podemos hacer en nuestro corazn y en nuestra mente" (San Agustn). i . .

    E L ESPRITU SANTO: " Todo el amor compartido

    f Un telogo del si- 5 -glo X I I , Richard de

    A San Vctor, expresa en una esplndida ima-1 gen: "Se dira de dos

    olas poderosas que corren impetuosamen-te la una hacia la otra, se encuentran y se fun-den, formando un in-menso surtidor". Este inmenso surtidor es el Espritu Santo, que procede, que nace de este

    I encuentro de amor entre el Padre y el Hijo.

    Compartir es una actitud divina oeouum i

    \s de haber contemplado sucesivamente el rostro del Padre y del Hijo, el amor del Padre

    I por el Hijo, y del Hijo por el Padre, contemplemos su mutuo amor. Si miramos a los esposos, vemos que en cada uno de ellos su amor es don y acogida', es dar y

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    recibir, y esta realidad misteriosa que los une es comunin. Desde ese momento pueden decir "todo lo mo es tuyo" (Le 15,31); "Todo lo que tiene el Padre tambin es mo" (Jn 16,15). No se habla en forma individual, los esposos, espontneamente, dicen: nuestro amor, nuestra vida, nuestro hogar, nuestro dinero, nuestros hijos, nuestro apostolado. Eso no significa que cada uno perdi su perso-nalidad, todo lo contrario, el uno y el otro se en-riquecen al compartir la tarea, los sueos, ios anhelos, las debilidades, etc. PRS ) rt r

    San Pablo llega hasta decir: "La esposa no dispone de su propio cuerpo: el marido dispone de l, Del mismo modo, el marido no dispone de su propio cuerpo: la esposa dispone de l" (1 Cor 7,4).

    Se alegran de su amor, con un orgullo, un tanto tumultuoso en los jvenes matrimonios, y ms sosegado y verdadero en los viejos esposos. Es ese amor que los mantiene unidos y protege su unin. En cierto modo, podran decir: "Nuestro amor es algo palpable, casi es alguien ". ;

    De hecho, el da que tienen un hijo, ven en l su amor encarnado, personificado. No se equivo-

    caban tanto pensando que su amor era alguien. Volvamos a Dios, a su relacin de Padre a Hijo,

    de Hijo a Padre: se aman. En su mutuo amor se dan el abrazo el uno al otro y de esta relacin surge el Espritu Santo.

    San Juan dice que el Hijo est todo orientado, volcado hacia el Padre; Richard de San Vctor, lo expresa, como dijimos, con esta imagen de dos olas poderosas que se encuentran y se funden.

    El amor es fecundo rb; * ' ^ '

    Los jve-nes enamora-dos, que se casan llenos de ilusin, saben lo ms bien que su unin de amor, de

    ' cuerpo y esp-ritu est toda orientada a dar la vida. Su

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    creta maravillosamente en el hijo, que es el testigo y a la vez el vnculo de su amor.

    En forma parecida es el Espritu Santo en la Trinidad. Es el amor personificado del Padre y del Hijo. Lo que los esposos dicen en sentido relativo, el Padre y el Hijo lo viven en la perfeccin y pueden decir con toda propiedad: Nuestro amor es Alguien, es una tercera Persona.

    El Padre y el Hijo se maravillan ante el Espritu Santo, en el cual su amor resplandece. Si se pudiera expresar as, el Padre y el Hijo tienen un solo corazn y una sola alma, y es el Espritu Santo. El Espritu Santo es el orgullo y gozo del Padre y del Hijo.

    A l ver a los primeros discpulos de Cristo, los paganos, maravillados, exclamaban: "Miren cmo se aman!". Y, sin embargo, esta comunidad era slo un plido reflejo de la Trinidad. Solamente de las tres personas divinas se puede decir con toda perfeccin: "Vean cmo se aman!".

    El Espritu Santo, Corazn de la Trinidad

    Mientras el Hijo recibe todo a partir del solo principio, que es el Padre, el Espritu Santo recibe

    su ser, a la vez, del Padre y del Hijo, como de una nica fuente. Es lo que expresamos en el Credo: "El Espritu Santo procede del Padre y del Hijo".

    El Espritu Santo, al igual que el Hijo, recibe para dar, para darse, pues en El, como en las dos otras Personas divinas, el amor es don de s.

    El don que el Espritu Santo hace al Padre y al Hijo, consiste primero en ofrecerles el "maravilloso espectculo", la imagen de su amor personificado.

    Si es verdad decir de un hijo que es el testigo innegable del amor de sus progenitores, con mayor razn conviene afirmarlo del Espritu Santo. Con toda su persona proclama: "El Padre y el Hijo se aman, de ese amor yo soy la prueba viviente".

    Nada hay ms admirable en la tierra que el "maravilloso espectculo" de dos seres que se aman. De igual manera, no hay nada que provoque ms admiracin y alabanza en el cielo que el contemplar el mutuo amor de las dos Personas divinas, que resplandece en el Espritu Santo.

    El Espritu Santo es la alegra de la Trinidad

    El Espritu Santo es el amor personificado del Padre y del Hijo, en El est concentrado el gozo de

  • amar, de amarse, de darse el uno al otro, de entrar en comunin total del uno con el otro.

    Nuestro lugar, la patria de todos los que son bautizados es la comunidad trinitaria, que inicia-mos en la Iglesia, familia de los hijos de Dios.

    En la Trinidad se da lo que se ha llamado la Fiesta del amor, la Fiesta eterna. , El Espritu Santo es todo el amor compartido entre el Padre y el Hijo. Este circuito ininte-rrumpido de amor que va del Padre al Hijo, pasando por el Espritu Santo, es la fuente de la Alegra en Dios, que quiere comunicar a sus criaturas.

    E n el compartir est la alegra S V B T - pi>t; '

    De esta manera conocemos el secreto de la alegra que podemos aplicar en nuestra propia vida de familia o comunidad. Es fcil recordarlo, pero ms difcil practicarlo: "En el compartir est la alegra". . , - . . u . . ^ - . . . u w .

    Normalmente la familia debera ser el lugar de mayor alegra, porque es ah donde ms se com-parte. El amor paternal, fi l ial , fraternal, conyugal, la amistad es amor compartido. Este intercambio

    de amor produce automticamente la alegra. El cristiano, templo del Espritu Santo, debera

    ser portador de alegra. En una familia normal, como en las sanas

    amistades, hay cosas comunes y cosas personales, nunca el compartir puede ser total; en cambio, en la Santsima Trinidad, entre los Tres, la interco-municacin es completa: Majestad, Poder, Gloria y Amor. Dios no comparte slo lo que tiene, sino lo que es, o sea, su naturaleza divina. El Padre no se la acapara para S, ni tampoco le da una parte al Hijo y otra al Espritu Santo, dejndose una para El. Cada Persona Divina la goza toda entera en unin con las otras Personas. Siendo completo el compartir, la alegra es perfecta.

    Cuando hay un intercambio en la familia, en la oficina, en un grupo, en la comunidad cristiana, se puede palpar la presencia del Espritu de Comu-nicacin, de Dilogo, que siempre genera alegra.

    No se puede llamar comunidad a un grupo cerrado, a esposos sin dilogo, a hijos taimados, a amistades particulares. Debemos recuperar esta alegra de compartir, que es la mdula de toda vida comunitaria. . , .

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    El cristiano favoreciendo el dilogo y la comu-nicacin, le abre paso a la alegra del Espritu. Cuando uno se taima y se queda amurrado, es como un puente que se corta y que interrumpe la corriente del amor.

    Si es cierto que la gran felicidad para los hijos, es tener a un padre y a una madre que se aman, cul no debera ser nuestra felicidad de tener a un Dios que es comunidad de amor!

    i L A C O M U N I D A D T R I N I T A R I A

    Despus de haber contemplado a cada una de las Tres Personas divinas, tenemos que considerar su vida comn. Por el Hijo conocemos la vida de la Trinidad, que es una vida de amor que arde eternamente sin consumirse, sin modificarse; es una vida donde el amor es siempre nuevo, siempre vivo.

    Entre las Tres Personas de la Santsima Trini-dad todo es comn: "Todo lo mo es tuyo y todo lo tuyo es mo" (Jn 17,10). "El Espritu Santo recibir de lo mo para revelrselo a ustedes. Todo lo que tiene ei Padre tambin es mo" (Jn 16,14)

    il

    La natura-leza divina, con todas sus per-fecciones, sus riquezas -santi-dad, poder, cien-cia, bondad, be-lleza...- es co-mn a las tres Personas.

    El Padre, el Hijo, el Espritu Santo no tienen

    -^ ' ms que una so-la visin de las cosas y del

    mundo, un slo querer, una sola actividad. Este amor de las Tres Personas divinas es el modelo que debe reinar en las familias. 'iootsrMp (T;

    En una comunidad de personas que se aman hay un reflejo de la belleza trinitaria, donde todo es compartido. Eso lo haban comprendido los pri-meros cristianos: "Vivan unidos y compartan todo cuanto tenan... con mucho entusiasmo y con un

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    mismo espritu cofiipartan el pan en sus casas, comiendo con alegra y sencillez" (Hech. 2,44). El amor, teniendo como fuente y modelo a la Tri-nidad, es todo lo contrario de un amor posesivo, triste, inquieto o envidioso, como es el caso de las amistades particulares en que los adolescentes a menudo se enfrascan; el verdadero amor es ge-neroso, alegre, olvido de s mismo para hacer feliz al otro. Jess dice: "Yo vivo por el Padre" (Jn 6,57).

    Es as que, cuando un joven o una nia se va a casar, ms que preguntarse si el novio o la novia lo har feliz, debera preguntarse: "Ser capaz de hacer feliz a mi pareja?".

    Deca Saint-E.xupery: "La autntica amistad no consiste en mirarse a los ojos, sino mirar juntos hacia la misma direccin". El amor de los esposos se prolonga en el hijo, que siempre es una incgnita que hay que acoger.

    Vivir j u n t o s y poner todo en comn

    El vivir juntos es la profunda aspiracin y la gran alegra del amor en la tierra. Es tambin la alegre experiencia de la primera comunidad cris-

    tiana, en la cual se reflejaba el amor t r in i tar io : "La asamblea de los fieles tena un solo corazn y una sola alma, nadie consideraba como suyo lo que posea, sino que todo lo tenan en comn " (He 4,32).

    Entre las tres Personas de la Santsima T r i n i d a d todo es comn. Jess dice, dirigindose a su Padre: "Todo lo mo es tuyo y todo lo tuyo es mo" (Jn. 17,10). ;>ai?jm ita.en"-v,>i, >

    La naturaleza d i v i n a , con sus perfecciones: santidad, poder, ciencia, bondad, belleza, es una riqueza compartida entre las tres Personas.

    E l Padre, el H i j o y el Espritu, Santo no tienen ms que una sola visin de las cosas y del mundo, un solo querer, una sola actividad.

    Cuidmonos, sin embargo, de un concepto de-masiado esttico de esta divina puesta en comn. Despus de haber dicho: todo es comn, tambin hay que precisar: todo es perpetuo intercambio, incesante dilogo, en un circuito in interrumpido de amor. Esa es la vida de los seres que se aman.

    Distintos y plenamente unidos ^ '

    Este intercambio in interrumpido de amor no produce una confusin de Personas, sino que cada

  • - 4 6 - - 4 7 -una, a! proyectarse hacia las otras dos, se realiza en todo el esplendor de su perfeccin, porque cuando uno da y se da, no se empobrece, sino que se enriquece y afianza su propia personalidad.

    Eso tambin se da en las relaciones humanas: quien es generoso, pensando en los dems, soli-darizando con ellos, logra su plena madurez; en cambio, aquel que se encierra en s mismo, no hace ms que frenar su desarrollo, no crece, se achica. La apertura de cada persona a la vida comunitaria es una cuestin de vida o muerte.

    El amor une a las personas, cada una da a todas y todas a cada una. Este sueo de la unidad en la pluralidad, que los hombres persiguen, sin poder alcanzarlo plenamente, es una gozosa realidad en Dios Trinidad.

    Tal es el sentido de esta afirmacin esencial de nuestra fe: un solo Dios en tres Personas. Este milagro dp la unidad en varias personas podra llamarse armona. Las relaciones de las tres Per-sonas divinas engendran la suprema Armona, de la cual todo compartir humano no es ms que un plido reflejo.

    Al ver a los primeros discpulos de Cristo, los paganos, maravil lados, segn el test imonio de

    Tertuliano, exclamaban: "Miren cmo se aman...!". Y, sin embargo, esta comunidad era slo un eco lejano de la Trinidad. Es a las tres Personas divinas unidas a quienes debe darse este homenaje: "Vean cmo se aman!"

    As es, la Revelacin de Cristo a los hombres, que llamamos el Evangelio o la Buena Nueva, la nica verdadera Buena Nueva, es que Dios es un Viviente, formando una comunidad de amor de tres Personas.

    Qu ridicula y pretenciosa aparece la definicin de Dios dada por Rene de Chateaubriand: "El soltero de los mundos!". En el Dios verdadero no hay soledad, sino ms bien la fecundidad del amor: una triple Presencia.

    Si bien es cierto que la mayor felicidad para los hijos es tener un padre y una madre que se aman entre s, cul no debera ser nuestra felicidad de tener a nuestro Padre Dios, que es una perfecta comunidad de amor!

    La Trinidad, verdad revelada, sol en nuestra vida, es reveladora de lo que es el ser humano y de las relaciones que deben existir entre los hombres.

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    LA VIDA ES PARA EL AMOR, EL AMOR ES PARA LA VIDA

    Una vida que se encierra en s misma, deja de ser vida, es una especie de muerte anticipada; su existencia es su propio sepulcro. Una existencia ocupada en protegerse de los dems, en no poner odo a las santas exigencias de Dios, por temor a las dificultades de un compromiso, deja de ser vida, es aridez que conduce a la muerte, y la siembra a su alrededor: muerte de la amistad que apaga la alegra. . . , > .

    Jr'

    "El que no ama permanece en la muerte " . B i j i i j s t i * (1 Jn 3,15)

    Si los seres materiales pudieran expresarse: El ro celebrara su fuente,

    ' " l a espiga rendira homenaje al grano que la ha hecho brotar, i . a u

    ^ el rbol querra honrar su raz, ' - ' , , la atmsfera cantara al rayo que la i lumina, ,

    I y el rayo glorificara al sol, de donde emana. .

    Las caractersticas del amor - El Amor segn San Pablo: "El amor es paciente,

    servicial y sin envidia. No quiere aparentar ni se tiace el importante. No acta con bajeza, ni busca su propio inters. El amor no se deja llevar por la ira, sino que olvida las ofensas y perdona. Nunca se alegra de algo injusto y siempre le agrada la verdad. El amor disculpa todo; todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta" (1 Cor 13,4-7).

    - El Amor es inteligente, laborioso y tcnico. - El Amor es empeoso, imaginativo, emprendedor. - El Amor defiende la vida y la cuida. - El Amor produce y reparte equitativamente los

    bienes materiales. - El Amor pone con gusto sus cosas al servicio de

    los dems. - El Amor cuida las cosas prestadas. - El Amor no deja las cosas inconclusas. '-^''^ - El Amor favorece la cultura. - El Amor lucha para incrementar salud y bienestar.

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    DAR F E L I C I D A D r j ; ;

    Por qu la humanidad aparece tan tenebrosa cuando la Trinidad est toda iluminada con el sol del Amor? Ser que la comunicacin de los hombres con la Trinidad est interrumpida, siendo as que por el Bautismo, Dios nos hace participar de su vida de Amor?

    A l terminar esta meditacin, volvemos al prin-cipio: lo ms importante para todos y cada uno es volver a entrar en contacto con la fuente del Amor, conociendo a la Trinidad, amndola, imitndola.

    Esta es en definitiva la intencin de Jess, amasarnos con la Trinidad para que seamos felices como lo es Dios. "Que todos sean uno, como T, Padre, ests en M y Yo en Ti. Sean tambin uno en nosotros" (Jn 17,21).

    Cuando los seres se aman en la familia no sienten la imperiosa necesidad de hacer felices a los dems? Los jvenes esposos viviendo un gran amor, una gran alegra de amor, conocen esa irresistible necesidad de comunicar algo de su amor, de su dicha. Es lo que explica el deseo de la venida de una nueva criatura, no para darle "algo",

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    sino para hacerlo entrar en el amor de los esposos y que participe de su gozo; el hijo es el "invitado del amor". of!>-, I

    Invitados a participar de la Vida Trinitaria

    El Padre enva su Hijo a los hombres, para que unidos a El, formen una gran familia de hermanos, que Jess conducir hasta el corazn de la vida trinitaria.

    Todo el cristianismo puede resumirse as: unirse al Hijo, para entrar en la corriente del Amor, que es el Espritu Santo, que nos conduce a la comunin con el Padre. Nuestro lugar, nuestro hogar, nuestra patria es la comunidad trinitaria. Eso es la plenitud de la alegra del Cielo, que estamos invitados a empezar desde esta tierra.

    En el Hijo, con el Hijo, corramos hacia el Padre, en un inmenso impulso de gozosa gratitud. Con el Padre y el Hijo, exultemos de gozo en su comn amor, que es el Espritu Santo, llamado tambin "la Fiesta Divina".

    "Por Cristo, Nuestro Seor, con El y en El, a Ti Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de

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    los siglos ". No olvidemos, sin embargo, que si el Hijo lleg

    hasta nosotros, nos corresponde ahora ir con El hacia los hombres como enviados del Padre, como testigos de su amor.

    Podemos terminar con la aclamacin de la liturgia: Oh, Bienaventurada Trinidad!, porque no hay mayor felicidad que la de conocer el amor de nuestro Padre, que cuida de nosotros.

    Mara y la Santsima Trinidad

    El Padre se inclina ante la humildad de Mara y le pregunta por la voz del Angel: Aceptas ser la Madre de mi Hijo Redentor? A l pronunciar su S, el Espritu Santo la cubre con su sombra y la Virgen se convierte en Madre de Dios.

    Es Hija predilecta del Padre, , ^,,t Madre virginal del Hijo, ; N " Esposa santa del Espritu. ' : Sagrario de la Santsima Trinidad.

    Dios es Trinidad y Unidad ~

    Trinidad que no quebranta la Unidad; Unidad que se expande en la Trinidad. Es como dos carbones encendidos que se fu-

    sionan en una sola llama, que brota de los dos. Esta llama que brota de los dos es la imagen del Espritu Santo, que procede del Padre y del Hijo.

    El Padre es el Rosal, .T . ; v . . A , \el Hijo es la Rosa. ,,, En la noche no se ve el Rosal ni la Rosa, pero se percibe su perfume que es el Espritu Santo. (San Gregorio Nacianzeno)

    El Padre es el que ama, el Hijo es el amado, el Espritu Santo es el Amor. (San Agustn)

    El Padre da el beso, ' " ' -el Hijo lo recibe, el beso es el Espritu Santo. (San Bernardo)

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    El Padre es la Fuente, ' ' el Hijo es el Ro, el Espritu Santo es la corriente. (Monier s.j.)

    El Padre: el Amor amando. El Hijo: el Amor amado. El Espritu Santo: el Amor compartido. ' "' '" '

    No podemos concluir sino con la alabanza a Dios-Amor:

    "- Bendice, alma ma, al Seor,/ todo mi ser a su santo Nombre./ Bendice, alma ma, al Seor,/y no olvides sus beneficios.

    - El perdona todas tus culpas,/ y cura todas tus enfermedades;/ El rescata tu vida de la fosa/ y te colma de gracia y de ternura .

    - No est siempre acusando,/ ni guarda rencor perpetuo./ No nos trata como merecen nuestros pecados,/ ni nos paga segn nuestras culpas.

    - Como se levanta el cielo sobre la tierra,/ se levanta su bondad sobre sus fieles;/ como dista el Oriente del Ocaso,/ as aleja de nosotros nuestros delitos" (Sal 102).

    "Den gracias al Seor, porque El es bueno, porque su amor perdura para siempre ".

    (Sal 136)

    "El Seor es clemente y misericordioso, lento a la clera y rico en piedad; el Seor es bueno con todos, es carioso con todas sus criaturas ".

    (Sal 144)

    "Te doy gracias. Seor, con toda mi alma, porque cuando te hablaba me escuchaste ".

    (Sal 138)

    "Canta, alma ma, elogios al Seor. Alabar al Seor toda mi vida" (Sal 146).

    "Canten al Seor un canto nuevo, alaben su Nombre entre danzas" (Sal 149).

    Terminaremos esta meditacin con esta acla-macin de la liturgia:

    Oh, Bienaventurada Trinidad/

  • - as

    : .'.^ /~-', !'>?. \

    Esta edicin de: LO, COLECCION: "POR QU?" , se termin de imprimir en los talleres de la Fundacin Jess de la Misericordia, Quito-Ecuador, el da 1 de septiembre del 2003, festivi- \', ' dad d Santa Teresa Margarita Redi, Virgen. ' '

    uti 1 ,m '.:.,^v,/.')^i^y^t^','\h

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