Por qué Chavez

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:: portada :: Venezuela :: 06-10-2012 ¿Por qué Chávez? Jean-Luc Mélenchon e Ignacio Ramonet La Jornada Hugo Chávez es, sin duda, el jefe de Estado más difamado en el mundo. Al acercarse la elección presidencial del 7 de octubre, esas difamaciones se tornan cada vez más infames, tanto en Caracas como en Francia y en otros países. Atestiguan la desesperación de los adversarios de la revolución bolivariana ante la perspectiva (que las encuestas parecen confirmar) de una nueva victoria electoral de Chávez. Un dirigente político debe ser valorado por sus actos, no por los rumores vehiculados en su contra. Los candidatos hacen promesas para ser elegidos: pocos son los que, una vez en el poder, las cumplen. Desde el principio, la promesa electoral de Chávez fue muy clara: trabajar en beneficio de los pobres, o sea -en aquel entonces-, la mayoría de los venezolanos. Y cumplió su palabra. Por eso, este es el momento de recordar lo que está verdaderamente en juego en esta elección, ahora cuando el pueblo venezolano se alista para votar. Venezuela es un país muy rico, por los fabulosos tesoros de su subsuelo, en particular sus hidrocarburos. Pero casi todas esas riquezas estaban acaparadas por las elites políticas y las empresas trasnacionales. Hasta 1999, el pueblo sólo recibía migajas. Los gobiernos que se alternaban, democratacristianos o socialdemócratas, corruptos y sometidos a los mercados, privatizaban indiscriminadamente. Más de la mitad de los venezolanos vivía por debajo del umbral de pobreza (70.8 por ciento en 1996). Chávez hizo que la voluntad política prevaleciera. Domesticó los mercados, detuvo la ofensiva neoliberal y posteriormente, mediante la implicación popular, hizo que el Estado se reapropiara los sectores estratégicos de la economía. Recuperó la soberanía nacional. Y con ella, ha procedido a la redistribución de la riqueza, en favor de los servicios públicos y de los olvidados. Políticas sociales, inversión pública, nacionalizaciones, reforma agraria, casi pleno empleo, salario mínimo, imperativos ecológicos, acceso a la vivienda, derecho a la salud, a la educación, a la jubilación... Chávez también se dedicó a la construcción de un Estado moderno. Ha puesto en marcha una ambiciosa política del ordenamiento del territorio: carreteras, ferrocarriles, puertos, represas, gasoductos, oleoductos. En materia de política exterior, apostó por la integración latinoamericana y privilegió los ejes sur-sur, al mismo tiempo que imponía a Estados Unidos una relación basada en el respecto mutuo... El impulso de Venezuela ha desencadenado una verdadera ola de revoluciones progresistas en América Latina, convirtiendo este continente en un ejemplar islote de resistencia de izquierdas alzado en contra de los estragos del neoliberalismo. page 1 / 3

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06-10-2012

¿Por qué Chávez?Jean-Luc Mélenchon e Ignacio RamonetLa Jornada

Hugo Chávez es, sin duda, el jefe de Estado más difamado en el mundo. Al acercarse la elecciónpresidencial del 7 de octubre, esas difamaciones se tornan cada vez más infames, tanto en Caracascomo en Francia y en otros países. Atestiguan la desesperación de los adversarios de la revoluciónbolivariana ante la perspectiva (que las encuestas parecen confirmar) de una nueva victoriaelectoral de Chávez.

Un dirigente político debe ser valorado por sus actos, no por los rumores vehiculados en su contra.Los candidatos hacen promesas para ser elegidos: pocos son los que, una vez en el poder, lascumplen. Desde el principio, la promesa electoral de Chávez fue muy clara: trabajar en beneficio delos pobres, o sea -en aquel entonces-, la mayoría de los venezolanos. Y cumplió su palabra.

Por eso, este es el momento de recordar lo que está verdaderamente en juego en esta elección,ahora cuando el pueblo venezolano se alista para votar. Venezuela es un país muy rico, por losfabulosos tesoros de su subsuelo, en particular sus hidrocarburos. Pero casi todas esas riquezasestaban acaparadas por las elites políticas y las empresas trasnacionales. Hasta 1999, el pueblosólo recibía migajas. Los gobiernos que se alternaban, democratacristianos o socialdemócratas,corruptos y sometidos a los mercados, privatizaban indiscriminadamente. Más de la mitad de losvenezolanos vivía por debajo del umbral de pobreza (70.8 por ciento en 1996).

Chávez hizo que la voluntad política prevaleciera. Domesticó los mercados, detuvo la ofensivaneoliberal y posteriormente, mediante la implicación popular, hizo que el Estado se reapropiara lossectores estratégicos de la economía. Recuperó la soberanía nacional. Y con ella, ha procedido a laredistribución de la riqueza, en favor de los servicios públicos y de los olvidados.

Políticas sociales, inversión pública, nacionalizaciones, reforma agraria, casi pleno empleo, salariomínimo, imperativos ecológicos, acceso a la vivienda, derecho a la salud, a la educación, a lajubilación... Chávez también se dedicó a la construcción de un Estado moderno. Ha puesto enmarcha una ambiciosa política del ordenamiento del territorio: carreteras, ferrocarriles, puertos,represas, gasoductos, oleoductos.

En materia de política exterior, apostó por la integración latinoamericana y privilegió los ejessur-sur, al mismo tiempo que imponía a Estados Unidos una relación basada en el respecto mutuo...El impulso de Venezuela ha desencadenado una verdadera ola de revoluciones progresistas enAmérica Latina, convirtiendo este continente en un ejemplar islote de resistencia de izquierdasalzado en contra de los estragos del neoliberalismo.

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Tal huracán de cambios ha volteado las estructuras tradicionales del poder y acarreado larefundación de una sociedad que hasta entonces había sido jerárquica, vertical, elitesca. Esto sólopodía desencadenar el odio de las clases dominantes, convencidas de ser los legítimos dueños delpaís. Son estas clases burguesas las que, con sus amigos protectores de Washington, vienenfinanciando las grandes campañas de difamación contra Chávez. Hasta llegaron a organizar -enalianza con los grandes medios que les pertenecen- un golpe de Estado, el 11 de abril de 2002.

Estas campañas continúan hoy día y ciertos sectores políticos y mediáticos europeos se encargande corearlas. Asumiendo -lamentablemente- la repetición como si fuera una demostración, losespíritus simples acaban creyendo que Hugo Chavez estaría encarnando un régimen dictatorial enel que no hay libertad de expresión.

Pero los hechos son tozudos. ¿Alguién ha visto un régimen dictatorial ensanchar los límites de lademocracia en vez de restringirlos? ¿Y otorgar el derecho de voto a millones de personas hastaentonces excluidas? Las elecciones en Venezuela sólo ocurrían cada cuatro años, Chávez organizamás de una por año (14 en 13 años), en condiciones de legalidad democrática, reconocidas por laONU, la Unión Europea, la OEA, el Centro Carter, etcétera.

Chávez demuestra que se puede construir el socialismo en libertad y democracia. Y convierteincluso ese carácter democrático en una condición para el proceso de transformación social.Chávez ha probado su respeto al veredicto del pueblo, renunciando a una reforma constitucionalrechazada por los electores vía referéndum en 2007. No es casual que la Foundation for DemocraticAdvancement (FDA), de Canadá, en un estudio publicado en 2011, situara entonces a Venezuela enel primer lugar de los países que respetan la justicia electoral.

El gobierno de Hugo Chávez dedica 43.2 por ciento del presupuesto a las políticas sociales.Resultado: la tasa de mortalidad infantil ha sido dividida por dos. El analfabetismo, erradicado. Elnúmero de docentes, multiplicado por cinco (de 65 mil a 350 mil). El país presenta el mejorcoeficiente de Gini (que mide la desigualdad) de América Latina. En su informe de enero de 2012,la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal, un organismo de la ONU) estableceque Venezuela es el país suramericano que -junto con Ecuador-, entre 1996 y 2010, ha logrado lamayor reducción de la tasa de pobreza. Finalmente, el instituto estadunidense de sondeos Gallupubica al país de Hugo Chávez como la sexta nación más feliz del mundo.

Lo más escandaloso, en la actual campaña de difamación, es pretender que la libertad de expresiónesté constreñida en Venezuela. La verdad es que el sector privado, hostil a Chávez, controla allíampliamente los medios de comunicación. Cada cual puede comprobarlo. De 111 canales detelevisión, 61 son privados, 37 comunitarios y 13 públicos. Con la particularidad de que la parte dela audiencia de los canales públicos no pasa de 5.4 por ciento, mientras que la de los privadossupera 61 por ciento... Mismo escenario para los medios radiales. Y 80 por ciento de la prensaescrita está en manos de la oposición, siendo los dos diarios más influyentes -El Universal y ElNacional-, adversos al gobierno.

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Nada es perfecto, por supuesto, en la Venezuela bolivariana -¿dónde existe un régimen perfecto?-.Pero nada justifica esas campañas de mentiras y de odio. La nueva Venezuela es la punta de lanzade la ola democrática que, en América Latina, ha barrido con los regímenes oligárquicos de nuevepaíses, apenas caído el Muro de Berlín, cuando algunos vaticinaban el fin de la historia y el choquede las civilizaciones como horizontes únicos para la humanidad. La Venezuela bolivariana es unafuente de inspiración de la que nos nutrimos, sin ceguera, sin inocencia. Con el orgullo, sinembargo, de estar del buen lado de la barricada y de reservar los golpes para el malévolo imperiode Estados Unidos, sus tan estrechamente protegidas vitrinas del Cercano Oriente y dondequierareinen el dinero y los privilegios. ¿Por qué Chávez despierta tanto resentimiento en susadversarios? Indudablemente porque, tal como lo hizo Bolívar, ha sabido emancipar a su pueblo dela resignación. Y abrirle el apetito por lo imposible.

Jean-Luc Mélenchon e Ignacio Ramonet, respectivamente: copresidente del Partido de izquierda,diputado europeo; presidente de la asociación Mémoire des Luttes (Memoria de las Luchas),presidente honorífico de Attac.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2012/10/05/opinion/024a2pol

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