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ES PROPIEDAD DEJOSÉ VÍLCHEZ TERRÓN

G.R. 07 – 2008

ISBN: 978-1-59754-376-7

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Dedico este libro a mis siete hijos,con el buen fin de que ellos, al igual que lo hizosu padre, no dejen nunca de meditar en las cosas que el Señornos comunicó.Con los mejores deseos, vuestro padre que os quiere.

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¿POR QUÉ SEGUIMOS A UN DIOS QUE NO VEMOS?

Orgiva, 23–09–1987¡Míralos como se aman!¡OH…, qué viento…! ¡Me derriba!¡Lo odiaba tanto que un día lo mató!

El amor…, el viento…, el odio…, no los vemos, eso es verdad. Tampoco a Dios lo vemos. ¿Podremos negar su existencia por el hecho de no verlos? Igual podríamos decir de los microbios, las estrellas, la tristeza, la alegría y de otras muchas cosas. Como el hilo nos lleva al ovillo, así, los efectos nos llevan a Dios.

Cuando nos ponemos a orar, no sabemos nada ni esperamos nada, ni… normalmente pasa nada. No obstante, al cabo de un tiempo de estar orando diariamente, de dos a tres horas, se van viendo los cambios: Uno se siente más tranquilo y sereno; ahora uno es capaz de decir las cosas que antes le era imposible expresar. Ahora, en situaciones tensas, uno logra hacer el silencio reflexivo, es capaz de vivir con alegría y en paz sin saber bien de qué manera. Estos son los efectos de la oración en nuestra persona, pero… ¿qué pasa a nuestro alrededor? Todo, poco a poco, va cambiando. La esposa ahora protesta menos, acepta mejor lo que antes no quería ni oír, es más tolerante, enjuicia menos a los demás, ve más sus defectos y esto la hace más comprensiva frente a los defectos de los otros.

¿Los hijos?..., Unos más y otros menos, pero todos van cambiando. Todos coincidimos en una cosa: ahora, en casa, es agradable vivir; antes era un sitio donde se comía y se dormía, y punto. Después de dos años y medio de oración, los efectos se notan: todos llevamos nuestra cruz con más facilidad; ahora no confiamos en nosotros ni en los otros; ahora confiamos en un Dios omnipotente, que ha hecho Cielo y Tierra, y nos creó a todos por amor; que es nuestro Padre y quiere lo mejor para nosotros; que aspira, respetando nuestra libertad, a llevarnos a su Reino.

Seguimos a un Dios que no vemos por que lo vivimos, lo sentimos y lo experimentamos. Un ciego no ve el sol, pero si se pone

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frente a sus rayos, pronto experimentará el calor y sabrá que está bajo sus efectos, que el sol esta incidiendo directamente sobre él. Ahora, este ciego no tiene frío y se siente más optimista y agradable, por que el sol le esta calentando, a pesar de que él no puede verlo. Alguien puede opinar que eso es sugestión, que si el ciego no lo ve, para él no existe el sol; no obstante el ciego dirá que no lo ve, pero que antes tenía frío y ahora no lo tiene, y que si se sale del alcance de sus rayos, volverá a tener frío. Por lo tanto, debido a los efectos del calor, el ciego cree en la existencia del sol (Dios), por que le calienta, le quita el frío y le hace la vida mucho más agradable.

El sol está ahí cada día. Dios está ahí cada día. El ciego sólo tiene que salir de las sombras y ponerse bajo los efectos de los rayos del sol. Nosotros sólo tenemos que salir de nuestras sombras, egoísmos y ambiciones, y ponernos bajo la influencia de Dios. ¿Cómo podemos ponernos bajo los efectos de Dios, a pesar de no verlo? Hay un medio que nunca falla: la oración. Por nuestros medios, no conseguimos nada, pero al orar y pedirle a Dios que nos cambie, estamos dando el primer paso, esto es, el reconocimiento de nuestra impotencia para cambiar. El reconocimiento de nuestros defectos, pecados y vicios, esto que parece muy sencillo, no lo es tanto. Yo recuerdo que, hace poco más de tres años, me costaba mucho el ver mis pecados y mis vicios; ahora, sin embargo, me los veo por todas partes. Reconocer que uno es un pecador y sentir el deseo de cambiar cuesta bastante, esto es debido a que siempre hemos estado mirando al que tenemos enfrente: “¡Ese si que es malo…!” así lo decíamos, y es que nunca nos habíamos mirado nuestro interior. Acostumbrarnos a mirarnos a nosotros es una cosa de tiempo y constancia, de mucha oración. Dios, poco a poco, nos va descubriendo todo el mal que hay encerrado en esas aparentes buenas intenciones. Sólo Dios acaba dándonos la medida de lo que es perfecto, a base de ir descubriéndonos nuestras inperfecciones.

En definitiva, seguimos a un Dios que no vemos por que sus efectos son buenos, porque los frutos obtenidos son inmejorables, por que nos hace vivir aquí con el ciento por uno, mientras nos va haciendo perfectos.

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Ser perfectos como mi Padre Celestial que esta en los Cielos es perfecto.

Parece una utopía, pero no lo es. Para Dios, el llevarnos a la perfección es la más de sencillo, sólo necesita que lo queramos de verdad y que se lo pidamos. Yo estoy sorprendido de lo que Dios ha obrado en mí en estos años. Me parece mentira la facilidad que tengo ahora para olvidar cualquier cosa mala que me hagan. Me es más fácil perdonar, me es muy agradable amar. Vivir así, bajo los efectos de ese Dios, es vivir. Lo demás se parece mucho al que vive bajo los efectos del cáncer, dolores y nula esperanza de recuperación; eso es morir en vida. Igual pasa en la vida interior: vivir sin Dios, sin estar bajo sus efectos, es estar cancerígenos; eso es estar muerto en vida.

Sigamos a ese Dios que no vemos, pero que Él si nos ve, sigamos bajo los efectos de ese Dios, que, con toda seguridad, llegaremos a verle cara a cara. Él se encargará de limpiarnos.

Bienaventurados los limpios de corazón, por que ellos verán a Dios.

Yo veré a Dios, tú puedes ver a Dios, todos podemos unirnos a Dios.

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DICHOSOS VOSOTROS CUANDO OS INSULTEN…

Málaga, 04-11-1987Dichosos vosotros cuando os insulten, os persigan y os calumnien de algún modo por causa mía. Estad alegres y contentos, que Dios os va a dar una gran recompensa.

Es un paso que yo todavía no he dado. Me voy convenciendo que hay que darlo. Veo claro que Dios no desea gente triste arrastrando su carga; quiere gente, alegre, contenta, capaz de sacrificarse con alegría por lo que Él quiere.

Ayer, con la visión del tubo que estaba en medio del jardín, Dios me pidió que me preocupe menos del tubo y siguiera cortando el césped. Hay que seguir quitando malezas, hay que alegrarse de tener a un Dios por amigo, hay que alegrarse de que nos critiquen, nos persigan y nos calumnien. ¡Dios nos va a dar una gran recompensa! Dios nos lo ha prometido, y en mi caso, como a Pedro, Santiago y Juan, en el Monte Tabor, me ha adelantado algo de lo que será ese gran premio (experiencia “Lago azul”). Con el espíritu, dan ganas de vocear y decir cosas como estas: “¡Vengan las críticas y las persecuciones!” Pero en mí, la carne grita más fuerte, diciendo: “¡Fuera todo eso de una vez…! ¡Irse ya a la mierda…! ¡Dejarme tranquilo…! ¿Qué os he hecho yo…?”.

Esta lucha entre el espíritu y la carne se va dando cada día, y gracias a la oración, el espíritu va ganando la batalla. Se va comprendiendo mejor las palabras del Evangelio:

Dichosos vosotros… Es verdad. Sin Dios no puede haber felicidad. Dios es tan

poderoso que, en medio de los insultos y las pedradas, le hace a uno feliz, le da el ciento por uno. Vivir alegre no es privilegio de jóvenes y borrachos; por el contrario, es privilegio de los que vivimos a fondo las enseñanzas de Jesucristo. Dios da más y mucho más cuando, por parte nuestra, hay voluntad resuelta de llegar hasta el final, no nuestro final, sino el final que Dios quiere para nosotros.

Dichosos vosotros cuando os insulten…

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¿Me insultan y por ello tengo que ser dichoso…? Si no vinieran las otras frases detrás, esto no tendría sentido.

… estad alegres y contentos, por que Dios os va a dar una gran recompensa.

Nos va a dar y, además ya nos la esta dando. 1987, efectivamente, es el año de la alegría. ¿Por qué? Simplemente, por que todos avanzamos más y mejor hacia Dios. Prácticamente, vivimos en continua oración, Dios nunca abandona a los suyos.

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¿ESTA CERCA EL FINAL DE LOS TIEMPOS?

Orgiva, 03–02–1987Dios se manifiesta a los hombres de una manera constante y, preferentemente, a los más inútiles. No obstante, en mi caso, no es que yo sea inútil del todo, pero si lo suficientemente idiota para creer montones de cosas que los sabios de nuestro tiempo y de todos los tiempos nunca creerían.

¿Esta cerca el final de los tiempos? No el final de vuestro tiempo, pero, el final de mi tiempo, lo veo cerca. Mi hermano decía el otro día que estaba bloqueado. Algo así me pasa a mí, no he sido capaz, en toda la mañana, de coordinar una acción normal. He perdido la mañana pensando en Dios y mi vida, pero sin poder concentrarme ni en esto, ni en nada. Me gustaría que todo esto acabara. He prometido no decir más nada a mi esposa ni a mis hijos. Mi hermano me dio la pista. Dijo: “De esto hay que hablar con alguien; de lo contrario uno acaba loco”. Como es el único que puede entenderme, acudiré a él, ya que no le importa que le hable de esto que vivo. Lo que ha pasado en las dos últimas veces que nos hemos visto es lo siguiente: él tenía más necesidad de hablar de sus problemas que yo de los míos y, prácticamente, poco pude hablar de mis asuntos. Es así, esto es sólo para Dios y uno; todo lo demás es cuento de chinitas. Ni la esposa, ni los hijos se creen nada; más bien, comienzan a pensar que su padre pasa por un momento difícil o algo así. Así que, a callar toca para no complicar más la situación de ellos y la mía.

De este escrito no busquen el original a mano, porque no existe. Prefiero inspirarme con el ruido de la máquina que con el silencio del bolígrafo. Casi no puedo ni lo uno, ni lo otro, pero esto parece que me alivia algo. Desde lejos, las cosas se ven de otra manera; incluso, uno se permite bonitos discursos. En la realidad, si Dios no lo remedia, todo acabará como el rosario de la aurora. Siento no poder guardar mi compostura gallarda de mis tiempos gloriosos, yo soy uno más entre tantos que, si sólo contara con mi propia ayuda, solo serviría para llorar mi mala suerte y poco más, pero la cosa

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puede que no este del todo perdida. Dios está conmigo en los momentos difíciles y lo seguirá estando siempre; de eso estoy totalmente seguro. Adiós a mi porte altanero, a mi estilo dominador, a mi gallardía, a mi afán de mandar, al hombre todo seguro y fuerte, al ciudadano de primera categoría; de ahora en adelante, y hasta que los muertos resuciten, seré el hazmerreír de Vílchez. Dios parece que así o quiere, y por más que yo he dicho que adelante, que sí, que vale, que todo lo que Él quiera yo también lo quiero, a pesar de todo esto, digo, siento un miedo que abarca todo mi ser y me inutiliza para realizar mi labor. No se caen las estrellas ni la luna aparece en medio de una nube, ni tampoco por eso deja de llover. Lo único que pasa es que me siento pesimista. Tengo fe, mucha fe y confianza en Dios, pero, a la par, un miedo horrible; lo reconozco. Sufrir por los demás y con alegría debe ser privilegio de otros que Dios prepara mejor que a mí. Yo aún debo estar muy verde. La tercera escalera o torre, de la que habla Santa Teresa, fue aceptada por mí con la mente, pero, en la realidad, cuando quiero pasarlo del pensamiento a la práctica, me es muy difícil; y como decía el otro día, ya la cosa parece no tener remedio. No tiene remedio por que uno no tiene nada de qué acusarse, a la par que se reconoce el más pecador de los hombres. Ante la justicia humana, soy una perla preciosa, pero ante la de Dios, mucho me temo que no esté tan precioso como yo quisiera.

Señor, en ti confío y a ti me acojo. Tú pasaste por cosas parecidas. Se me viene a la mente aquel Evangelio en que Tú decías:

-Me queréis matar por que os digo la verdad…Ellos respondían: -No decimos nosotros que estás endemoniado… ¿Quién te quiere

matar…? ¡Nadie te quiere matar…!Es así, nadie le ha dicho a uno que lo quiere matar, pero uno lo

sabe, lo intuye. Jesucristo lo sabía con toda seguridad; mejor, que yo solo lo intuya, creo que es mejor así.

¿Estoy preparado para ir directamente a su seno…, a sentarme a su mesa…, a comer del cordero pascual con Él? Si la respuesta fuera un sí, las cosas cambiarían; aún así el tiempo de espera es muy duro. Quizá, cuando la fiesta comience y reciba más ayuda de Dios, la cosa pueda cambiar.

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Hace tres años que Dios me avisó de este final. En aquel entonces yo creí que sería por un accidente fortuito o por una enfermedad, pero hoy veo claro que será por una cosa irracional e incomprensible. Siempre pasó esto, pero uno lo lee y cree que sólo pasa en los libros (novelas), pero no en la vida real. ¿Se ha convertido la justicia en verdugo y juez? Cuesta creerlo, pero el accidente del otro día y las provocaciones de los días siguientes hacen pensar que así es. Seguramente, me dirán que yo no estoy bien de mi cabeza u otras cosas parecidas, pero les aseguro que nunca tuve mi mente tan clara como ahora la tengo. Yo he conducido durante treinta años, y mi historial de conductor esta a la vista: nunca un accidente de importancia, salvo alguna rascada, y la mayoría de veces, como los dos últimos, debido a gente que no tiene otra cosa que hacer sino echar marcha atrás y atropellar al que está parado detrás de él. No, achacarme a mí mala conducción sería un error histórico; seguro que eso no se lo cree nadie. De todas maneras, sé que no moriré en un accidente, sino en plena calle y por una gran multitud de gente que vengan tras de mí. Me darán alcance y me harán añicos. Está claro que esta multitud de gente, antes, debe haberse enfurecido por algo muy malo que yo he debido hacer o le han dicho que he hecho. Aquí es donde radica el mal del asunto. Los judíos gritaban delante de Pilatos: “¡Crucifícale…! ¡Crucifícale…!”, pero nadie sabía por que gritaba así. Es más, pocos días antes, habían comido los panes y los peces que Él había multiplicado, y lo habían querido hacer rey, y lo aclamaron a su entrada en Jerusalén como “Rey de los Judíos”. Es por esto que no tengo mucha confianza en la sabiduría de las masas. Todo es cuestión de saber dorar bien la píldora y, además, asegurar que así se le hace un servicio a la sociedad. Si logran convencer a los íntimos, lo demás viene solo.

Bien, después de escribir estos tres folios me siento un poco mejor. Voy a darles la merienda a mis tres pequeños, que, ajenos totalmente a lo que su padre vive, ellos quieren seguir viviendo con unos trozos de pan y algo más.

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UNA VISIÓN UN POCO EXTRÑA

Orgiva, 03-01-1987Un día antes de partir para Barcelona, estando en mis aposentos, tuve una visión: me vi a mi mismo alzando una caja de manzanas. Cuando la tenía a la altura del pecho, la caja se deshizo toda entera, salió cada tabla por su lado y todas las manzanas se desparramaron por el suelo, quedando las manzanas y las tablas mezcladas en desorden. Yo me quedé perplejo y ni siquiera había anotado esta visión. No le encontraba sentido y no estaba totalmente seguro si estaba despierto o dormido.

Nos fuimos para Barcelona y llevamos una caja de manzanas de las que cosecha mi hermano Manuel en la sierra, para comer nosotros, y sobre todo, para que mi hija Carmen y mi yerno Luis comieran cosa tan rica.

Bien, ni mi hija, ni mi yerno han querido probarlas. Aún tenían allí algunas de las que mi esposa les llevó antes. La mitad de las manzanas se las llevé a mi hermano Diego, que también reside en Barcelona, y algunas que yo me volví a traer. Mi hija y mi yerno aseguraban que aquellas manzanas del mercado eran más gordas y más buenas. No quisieron probarlas.

¿Me avisaba Dios, con esta visión, que no debía molestarme en llevar semejante manjar a Barcelona? ¿Mi hermano Diego se habrá comido las que le llevé o los habrá tirado? Se ve que estamos en una nueva etapa de las visiones, mucho más difícil de creer. Señor, que se haga tu voluntad y no la mía. Que sepamos colgarnos de Ti, renunciando totalmente a nuestros gustos y aceptar lo que Tú quieras de nosotros.

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LA FE

¿Un don de Dios? ¿Un regalo que se nos hace sin que nosotros participemos en nada? ¿Realmente esto es así?

Veamos un poco lo que pasa en la realidad: unos tienen y otros no tienen fe, esto es un hecho. Si aceptáramos si más, que la fe es un don de Dios, y que nosotros no tenemos nada que hacer, sería inútil insistir para que otros creyeran. Yo lo veo así. Dios nos da la fe porque quiere, cuando quiere y como quiere; ahora bien: ¿cuáles son los caminos que usa Dios para comunicarnos la fe? ¿Qué pasa cuando Dios ya nos ha dado la fe? Los caminos pueden ser muy diversos: una amistad, herencia de los padres, una charla en grupo, el ejemplo de una persona que la vive, un libro, este libro, más libros, por alguna vivencia directa que Dios nos regala, etcétera. Son múltiples las formas que Dios utiliza para darnos la fe. Pienso que la mayoría de las personas recibe este don de una u otra manera, a una u otra edad. Hago esta afirmación por lo siguiente: Yo tengo siete hijos y a todos los quiero por igual, y eso a pesar de que unos tienen más defectos que otros; me repito, los quiero a todos por igual, por lo tanto, es lógico que tienda a darles la misma oportunidad para que todos lleguen a conseguir la felicidad, es decir, la máxima que yo puedo dar. En el caso de Dios, la felicidad que nos puede dar es total; Él no tiene límites. Ahora, hemos de respondernos a la pregunta: ¿qué pasa cuando Dios nos ha dado la fe? Voy a poner un ejemplo: a dos de mis hijas, yo les regalo un jersey muy bonito, ambas se lo ponen y les queda muy mono. Yo aparezco un día por la casa de una de ellas y veo el jersey, roto, tirado por el suelo. Al preguntarle por él, me responde que no le gusta ese jersey y que tiene otros que le van mejor, Total, esta hija no se lo pone, no lo usa, lo esta rompiendo, ha despreciado mi regalo, no me pide más nada y no me da las gracias por el regalo que le hice. ¿Cuál será mi reacción? Yo la seguiré queriendo, le daré un beso, incluso le insinuaré que siga usándolo, pero difícilmente le volveré a regalar otro jersey azul.

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La otra hija, por el contrario, usa el jersey, lo cuida, lo mantiene en buen estado, me da las gracias y, además, me pide más regalos como ese. A mi vista se lo pone, lo luce y lo comenta con sus amistades. ¿Cuál será mi reacción? La seguiré queriendo, le daré un beso y le haré otros regalos, ya que se siente satisfecha con este y lo manifiesta, y si sigue pidiéndome, les aseguro que no le faltaran los regalos. ¿Se puede enfadar mi primera hija por eso? ¿Soy yo injusto al darle a una muchos jersey y a la otra, ninguno? Creo que mi hija no debe enfadarse y que yo no soy injusto. Una lo desea y la otra lo desprecia, lo lógico es darle al que lo va a usar, a la que lo va ha hacer servir. Yo seguiré queriendo a mis dos hijas por igual, pero una tendrá mucho y otra no tendrá nada, no por que yo no quiero darle, si no por que ella no quiere recibir.

La fe que hemos recibido, la tenemos que cuidar; de lo contrario nos exponemos a perderla, y lo que es peor: Dios no podrá darnos más, a pesar de su interés de Padre por que la tengamos. ¿Cómo se cuida la fe? Lo primero es tener contento al que nos hace tan maravilloso regalo, manifestándole nuestro agradecimiento y nuestra alegría, dándole las gracias y diciéndole que nos encanta su regalo, esto se hace con la oración. También debemos manifestar nuestra alegría a los demás amigos y compañeros por ese maravilloso regalo que nos ha hecho nuestro Padre Dios. Si nos avergonzamos y no queremos mostrar nuestra fe a los otros, lo más seguro es que eso no le guste a Dios. A nadie le gusta que un hijo se avergüence del regalo que le hizo su padre. Aquella frase del Evangelio cuadra bien aquí:

-Aquel que se avergüence de mí delante de los hombres. Yo me avergonzaré de él delante de mi Padre.

De todas formas, y a pesar de todo lo dicho, hay algo que no acabamos de comprender del todo, esto es: voluntad resuelta del hombre para seguir a Dios, esto sólo puede ser a través de la fe. Pero… ¿cómo conseguir esa voluntad férrea y esa perseverancia? Se nos escapa. Unos tienen carácter y fuerza; otros son débiles, caen pronto, se pierden. La parábola del sembrador: unos granos de trigo caen en buena tierra y otros en pedregales. ¿Pueden esos pedregales llegar a ser buena tierra? No lo sé. Francamente, me veo impotente para responder a esto, pero hay algo que me impulsa a pensar que

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eso es posible. Para que ese milagro se de hacen falta dos cosas: voluntad decidida a seguir la verdad que uno descubre, esté donde esté y cueste lo que cueste; y oración constante, pidiendo al que todo lo puede.

Yo tengo experiencias que apuntan a que esta posibilidad existe. Yo tenía un gran negocio en Barcelona; lo dejé todo cuando descubrí la verdad del naturismo. Dios llega a dar tal fuego que te desnivela por completo. Yo ahora estoy dispuesto a dar mi vida si con esto puedo salvarme yo y algunos más. Dios da todo ese fuego cuando uno es fiel a la verdad que descubre. La relación directa de Dios con el hombre es posible. Esa relación es más necesaria en la medida que la entrega es mayor. Esta relación directa del hombre con Dios le impulsa a ser el soporte vivo de nuestra fe y participar en todo aquello que redunde en beneficio de nuestros semejantes.

-La fe mueve montañas. -Hombres de poca fe.Estas frases de Jesucristo nos indican la necesidad de tener fe. Si

al dárnosla, estuviera todo terminado, de seguro, Jesucristo no hubiese insistido tanto en que había que tener fe. Tenemos poca; incluso, podemos no tener ninguna, pues hay que pedirle a Dios que nos la de, que nos la aumente. Lo que no podemos es quedarnos quietos, lamentándonos de no tener fe o de tener poca. Aquí toca hacer lo que Jesucristo nos indica:

-Pedir y recibiréis, buscar y encontraréis, pegad y se os abrirá…¿Quién de vosotros dará una piedra a un hijo que le pide pan?Hay que pedir cada día y muchas veces para que esa fe nos la dé

o nos la aumenten. Podemos estar seguros que Dios nos escuchará más tarde o más temprano.

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HOY COMO AYER

Motril, 15-10-1988Si leemos la Biblia con atención vemos que la constante en toda ella es lo siguiente: Si el pueblo de Israel hace lo que Dios le dice, ese pueblo vive bien, es fuerte, gana las batallas a sus enemigos y alcanza la máxima alegría y felicidad alcanzable en este mundo. Por el contrario; cuando este pueblo vuelve la espalda a Dios y pone la mente y su corazón en las cosas del mundo, copiando a los otros pueblos vecinos. Cuando esto ocurre, todo le sale mal: Sus ciudades son arrasadas, se dividen y pelean entre ellos, son apaleados y humillados, esclavizados y muchas veces deportados a otros países extraños. Esto es una constante en toda la Biblia, hasta el punto que Judit exclama:

-Verdad es que no hay en nuestro tiempo ni en nuestros días, tribu, familia, pueblo o ciudad de las nuestras que se postre ante dioses hechos por mano de hombre, como sucedió en otros tiempos.

Cuando el Rey David peca, acostándose con Betsabé, y ordenando la muerte de su esposo Urías; Dios, a través del profeta, le anuncia que lo mismo harán con él, y se acostarán públicamente con sus mujeres.

Concretamente, Dios le dice: - Eso que tú has hecho en la sombra te lo harán a ti en público.Esto sucede a nivel individual y también a nivel colectivo.

Sodoma y Gomorra, son dos ciudades aniquiladas colectivamente por su olvido de Dios. Dios envió al profeta Jonás a la ciudad de Nínive, esta era pervertida y pecadora, y Dios lo envió para anunciarles su destrucción. Se libró del suicidio colectivo porque creyeron al profeta, y todos se pusieron a hacer penitencia por sus pecados.

En toda la Biblia el hombre sufre y llora, cuando este busca la felicidad fuera de Dios. Puede parecernos que eso solo ocurría antes y que ahora Dios no se mete en las cosas de los hombres, y que…, por el contrario, que los que mejor viven son aquellos que no le

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conocen o se olvidan de Él. No es así; hoy como ayer, el hombre que decide vivir fuera de las leyes de Dios, que quiere vivir de espaldas a Él, sufre hasta lo indecible. Suele sufrir por casi todo lo que le rodea, sea rico o pobre, de una ideología o de otra, lo importante es que sufre como consecuencia de su alejamiento de Dios. Mi experiencia en este campo me dice lo siguiente: La mayoría de los sufrimientos del hombre cambian de signo en cuanto acudimos a Dios, en cuanto nos ponemos en sus manos y aceptamos sus leyes, viviendo bajo su amparo. Hemos de poner los ojos, la mente y el corazón en aquello que Dios quiere de nosotros.

Un hombre sufre hasta lo indecible porque ha perdido la mitad de su cuantiosa fortuna, algunos no lo soportan y se suicidan. Sin embargo, otros serían muy dichosos si solo tuvieran la mitad de lo que aún le queda a él. Los hay que sufren por miles de cosas pequeñas, algunos ejemplos: La vecina me miró mal, esta pareja ya no quiere salir con nosotros, el pelo que tengo no me gusta, aquel chico es un pesado, nadie me hace caso, etc. Hay otros sufrimientos mucho mas grandes, ejemplos: Enfermedades graves, adulterios, robos, muertos en accidente, no entenderse con la esposa o esposo, hijos drogadictos, borrachos, pendencieros etc. El hombre puede sufrir por montones de cosas, algunas de ellas son reales y la mayoría evitables, y otras imaginarias.

¿Qué dice Jesucristo ante tanto sufrimiento? -Venid a mí todos los agobiados por que yo os aliviaré.Condiciones: Venid a mí, ir al encuentro de Jesucristo,

presentarle nuestros problemas, pedirle que nos los solucione. Que nos cure, que nos sane tantas heridas abiertas tanto en el cuerpo como en el espíritu. En definitiva nos pide ponernos en oración. Dice Jesucristo, si hacéis esto; yo os haré descansar.

Jamás ha faltado Jesucristo a su palabra. Mi experiencia me dice que el alivio es casi inmediato, y la curación total la tenemos asegurada si persistimos en la oración. Nadie deja a un amigo en la miseria y el dolor si puede aliviarlo. Jesucristo puede, lo demostró que podía: Quitó el dolor de la viuda de Naín resucitando a su hija. También alivió el dolor de Marta y María resucitando a Lázaro. Quitó el dolor de los diez leprosos, sanándoles la lepra. Quitó el hambre de cinco mil personas por dos veces, dándolas de comer en

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un desierto, multiplicando panes y peces. Podía hacerlo, quiso y lo hizo.

Era preciso para ellos el estar junto a Él, estar allí, desear escucharle y seguirle. Hoy es igual que ayer; si queremos ser aliviados, si queremos ser curados o redimidos. Hemos de ser sus amigos, hemos de querer dejarnos hacer. El quiere, el puede, solo falta que nosotros lo queramos, y nos acerquemos a Él. Está ahí…, ahí…, al lado. ¿No lo ves junto a ti? No lo busques lejos, mira dentro de ti, párate, haz un alto .Él siempre está junto a ti. Nuestra vida cambiará como la Samaritana o la de María magdalena; o como el paralítico de la piscina de Beerseva, o el ciego Bartimeo. Todos cambiaremos, ya algunos hemos cambiado; ya algunos hemos experimentado ese alivio inmediato y vamos hacia la curación total, tanto de cuerpo como de espíritu.

- Yo os daré el ciento por un y además la Vida Eterna.Hay algunos que ya vamos caminado con ese ciento por uno, tú…

¿Con que tanto por ciento andas? Si puedes andar con el ciento, ¿porque te quedas con el uno de ahora? Busca a Jesucristo, lánzate a pedirle. El tiene de todo lo que a ti te falta, además, te lo aseguro, está deseando de dártelo. Adelante.

Hoy como ayer, para vivir bien es preciso estar con Dios, ser amigo de Jesucristo, hay que pedirle que nos envíe su espíritu para que nos haga sanos y fuertes; resistentes a todas las desgracias que tanto nos atormentan.

Hoy, día 27 – 06 – 1995 que paso a limpio este escrito diré que: Efectivamente, para ser feliz no queda más remedio que ser

amigo de Jesucristo y estar en comunión con Él. Reafirmo lo dicho hace siete años, y confirmo que hoy vivo mucho mejor que en aquellas fechas. Hoy, ya no tengo casi gentes a quien visitar, ni otro trabajo remunerado. Dios ha hecho grandes milagros en nuestras vidas. Hemos vendido un piso, un coche, un pedazo de tierra y nos hemos quedado sin trabajo. No obstante Dios nos ha dado lo que queríamos, eso es; la paz y la felicidad. Los tres hijos que aún viven con nosotros, han aprobado sus estudios y los tres han encontrado trabajo para el verano. Hay mucha paz en la casa, y constantemente recibimos las muestras de amor de todos nuestros hijos. ¿Qué más

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podemos desear? Dios hace esos milagros y además lo hace de la manera que uno menos sospecha.

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LA DIFERENCIA

Orgiva, 04–03–1988“Si no pides con fe, no recibes, ya que a Dios no se lo pides”.

Esta frase es sacada de un libro. A mí me pasa lo siguiente: cuando pido ayuda para superar alguna tentación, yo pido con fe y con toda seguridad, Dios me lo concede. Estoy completamente seguro por que sé que Dios no quiere que yo peque. Dios no quiere que me haga mal a mi mismo y a los otros. Sin embargo, cuando yo pido cosas materiales, como pueden ser que venga más gente a visitarse, que se vendan los huevos, que no tengamos enfermedades o accidentes, etcétera, en estos casos, siempre me queda la duda si Dios me concederá lo solicitado. Esto me pasa a mí y creo que le pasará a la mayoría de personas que oran, esto se debe a que lo que yo creo es bueno para mí, Dios puede verlo de otra manera. Yo no puedo saber en el grado de pobreza que Dios me quiere y, por tanto, mis dudas en este campo son razonables.

¿Cuándo no hay dudas y pedimos con fe ciega? Cuando pedimos que nuestros hijos cambien y sean mejores, cuando le pedimos que Dios que nos cambie, cuando pedimos fuerzas para superar la tentación de comer demasiado, fuerzas para no acostarse con aquella joven o para no mandar a paseo al pelmazo de Manolo. En estos casos, podemos estar seguros que Dios siempre atederá nuestras peticiones.

Cuando pidamos, no le digamos a Dios cómo tiene que hacerlo; esperemos con humildad y paciencia, que de seguro llegará. La mayoría de veces llegará de la manera más insospechada y sorprendente. La respuesta a nuestra petición es segura, a condición de que nosotros perseveremos en el pedido y nos mantengamos en la línea o camino que lleva a Dios. Cada uno tiene que ir descubriendo este camino a través del Evangelio y con el contacto con Dios. A algunos, Dios nos pedirá unas cosas, y a otros, otras. No debemos hacer comparaciones. Dios a unos les manda a la India o a la China, y a otros no les deja salir de casa. Cada uno tiene que descubrir lo

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que Dios le esta pidiendo y ponerse en ese camino para hacer su voluntad. Si nos mantenemos en este camino, Dios, que es nuestro Padre, seguro que nos lo concederá todo. Como antes he dicho, todo aquello que Él vea que más nos conviene. Una cosa es segura: todo aquello que sea para superar las tentaciones y vicios que nos atenazan, seguro nos lo concederá. Hasta ahora, a mí me lo ha concedido todo, aunque, a veces, casi he desesperado por la tardanza. Dios es Dios, y Él no tiene las prisas que nosotros. Abrahán tenía setenta años cuando Dios lo saco de su tierra y le prometió muchas cosas a él y a su descendencia. Cuando tenía cien años, aún no se había cumplido nada de lo prometido, aunque, en este tiempo, Dios le había renovado varias veces la promesa. Esto paso así, y tanto él como su mujer Sara, se rieron cuando Dios les dijo:

-De aquí a un año, Sara, tu mujer, tendrá un hijo.-Abrahán dijo para sus adentros, riéndose: -Con que me conserve a Ismael (hijo de la esclava), ya me

conformo.-Sara dijo riéndose: -¿Volveré a sentir el placer y tendré hijos, yo que ya no tengo

regla y mi marido es tan viejo?A pesar de todo, Dios cumplió su promesa y a Sara le nació un

hijo, Isaac. Habían pasado treinta años. Son muchos años, pero Dios es como es y nosotros no lo vamos a cambiar. Si confiamos en Él, todas las promesas se cumplirán y todas nuestras justas peticiones, también.

Yo desesperaba al comprobar que el entendimiento con mi esposa no llegaba. Pedí y pedí hasta la saciedad, y casi con desesperación. Un buen día, escuche las palabras de Dios: “Baja al bajo y ora. Tu final esta cerca”.

Yo llevaba muchos años pidiendo el entendimiento con mi esposa, Dios me dijo: “Orar más y cada día”. A partir que yo hice caso de sus palabras, las cosas comenzaron a cambiar en casa y, dos años después, fue una realidad el entendimiento con mi esposa. No tengamos prisa y confiemos en el Señor. Él todo lo puede.

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SUEÑOS DE JOSÉ

Orgiva, 28-03-1988Génesis 37:7:

-Mirad: Estábamos atando gavillas en medio del campo, y he aquí que la mía levantándose se mantuvo derecha, y vuestras gavillas la rodeaban y se inclinaban ante mi haz.

Segundo sueño: El sol, la Luna, y once estrellas se prosternaban ante mí.

Sueños del copero y panadero del Faraón, Génesis 40:19:-En mi sueño, he aquí que una vid estaba delante de mí, en la vid

había tres sarmientos, y ella, como echaba brotes, poníase en cierne y sus racimos trocábanse en uvas maduras. Yo tenía en la mano la copa del Faraón y cogí las uvas, exprimílas en su copa y puse esta en su mano.

Interpretación de José:-Los tres sarmientos significan tres días. Al cabo de tres días,

alzará el Faraón tu cabeza y te restituirá en tu puesto, y pondrás la copa del Faraón en su mano, como acostumbrabas anteriormente, cuando fuiste su copero.

Sueño del panadero:-Yo vi tres canastas de repostería sobre mi cabeza, y en la

canasta superior había toda clase de manjares para el Faraón en obra de pastelería, y las aves comiánlos de sobre mi cabeza.

Interpretación de José:-Las tres canastas simbolizan tres días, al cabo de los cuales te

levantará el Faraón la cabeza, más luego te colgará de un árbol y las aves te comerán las carnes.

Sueños del Faraón:Soñó que estaba junto al Nilo y he aquí siete novillas de

hermoso aspecto y metidas en carnes, las cuales se pusieron a pacer en el juncal. Tras ellas, he aquí que subían del río otras siete novillas de mal aspecto y flacas de carnes, las cuales se pararon al lado de las novillas primeras junto a la orilla del río. Luego, las

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novillas de mal aspecto y carnes flacas devoraron a las siete novillas de aspecto hermoso y metidas en carnes. Y se despertó el Faraón. Tornó a dormirse, y por segunda vez tuvo un sueño, y he aquí que siete espigas brotaban de una misma caña, gruesas y lozanas; y he ahí que tras ellas, crecían siete espigas delgadas y abrasadas por el solano; después, las espigas delgadas devoraron a las siete espigas gruesas y llenas. Y se despertó el Faraón y vio que era un sueño.

Interpretación de José:-Las siete novillas hermosas representan siete años y las espigas

hermosas también representan siete años, el sueño es todo uno.Asimismo, las siete novillas flacas representan siete años y las

siete espigas delgadas y abrasadas por el solano significan siete años de hambre. Van a venir siete años de abundancia y, detrás, siete años de hambre, y el hambre consumirá al país.

Mi comentario:¿Ves tú alguna diferencia entre estos sueños y el sueño de

Montse, “Las dos plataformas”, el mío, “La máquina infernal”, o las visiones dirigidas a nosotros? Fíjate en una cosa: los dos primeros sueños de José están muy claros, y sus hermanos y su padre los interpretan a la perfección; y, como vemos, después se cumplen. Los siguientes del copero y del Faraón, estoy seguro que ni tú ni yo hubiésemos podido descifrarlos. Estos son muy difíciles; igualmente los del Faraón. ¿Cómo pensar se trataba de siete años al ver las siete vacas o de tres días al ver los tres sarmientos y las tres canastas? Fíjate que esta forma de hablarle Dios al hombre es la más antigua. Estamos hablando del primer libro de la Biblia. A pesar de eso, estos sueños son parecidos o idénticos a los nuestros, sólo que ahí hay un buen intérprete y nosotros somos unos mediocres aprendices.

Me gusta cuando José le dice al Faraón, en Génesis 41:32: -En cuanto a la repetición del sueño al Faraón por dos veces,

significa que la cosa esta firmemente decretada por parte de Dios y que Dios se apresura a ejecutarla.

Cuando Dios a nosotros nos envía la visión varias veces, aunque, como en este caso, desde diferente ángulo, quiere decir lo que ahí interpreta José: La cosa está firmemente decida por Dios y Dios se apresura a ejecutarla.

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Hace unos cuatro mil años, Dios tenía el mismo lenguaje que hoy. Para Dios, el tiempo no existe y es lógico que Él no cambie. Sólo los hombres cambiamos.

Hoy, 07-07-1995, que paso a limpio este escrito, diré que, en las fechas que escribía esto, aún no había casi ningún sueño, salvo “La máquina infernal” y algún otro. Después, Dios ha utilizado esta forma de lenguaje con verdadera abundancia. En la actualidad los sueños casi llegan al centenar; sin embargo, las visiones han decaído, casi nadie tenemos visiones. Dios aún nos da alguna, pero muy de cuando en cuando.

Veamos el sueño “La máquina infernal”: allí hay una máquina que acaba con toda la civilización, que era muy culta. Yo hago un gran esfuerzo por parar la máquina, pero no logro nada y quedo echado sobre un costado de la máquina. ¿Qué nos dice Dios con este sueño? A pesar de los años transcurridos, no tengo en claro qué es esa máquina que crece y crece hasta ocupar todo el espacio disponible. A veces, me pregunto si no será el sexo. Hoy, en televisión y por todas partes se hace alarde de exhibiciones de sexo de todas las clases. Parece que el no haberse acostado con una mujer o con un hombre hoy este hasta mal visto. Hoy es así, y el ritmo que lleva es cada día peor. Puede que esta sea la máquina infernal que a todos acabará tragándonos.

Yo me llamo José, pero estoy muy lejos de ser el José de la Biblia, ni siquiera algo parecido. Dios no me ha dado el don de la interpretación como se ve en la Biblia que se lo dio a José y a Daniel. Pero… ¿de que sirve un sueño si no se sabe hacer su interpretación? Es por eso que yo me he arriesgado a interpretarlos, aún a costa de no estar del todo seguro de si acierto o no. Suelo confirmar su interpretación con visiones, pero aún así me queda la duda. Concretamente, en este, no sé decir qué es la máquina infernal, a pesar de que el sueño está bastante claro. La civilización más culta acaba devorada por algo que nadie sabe qué es ni cómo funciona. Allí nadie sabía nada de la máquina, pero ella acabó con todos.

Hoy es 12-07-2006. Ahora no tenemos ni sueños ni visiones, salvo excepciones puntuales. Los sueños han rebasado los

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doscientos y las visiones se cuentan por millares. El mensaje de Dios a la humanidad esta ahí con toda seguridad, sobre todo en los sueños. Yo moriré y no se habrá publicado ni una parte de todo lo que yo escribí en ese tiempo. Ahora, me cuesta mucho escribir de cosas nuevas y mi cabeza se agota en cuanto llevo un par de horas frente al ordenador. Ojalá hubiese tenido ordenador en aquellos tiempos, y también echo a faltar el saber dibujo. Creo que todo hubiese sido más fácil, pero Dios es Dios y menos cosas había antes, y el mensaje nos ha llegado. Dios todo lo hace bien y esto también.

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SUEÑO DE MARDOQUEO

Orgiva, 3-05-1988Ester, 1: 5 – 11. Y este fue su sueño:

De pronto voces y alboroto, truenos y terremoto, trastorno sobre la Tierra. Y aparecen dos dragones grandes, preparados, que avanzan ambos para luchar. Y lanzaron una gran voz, y a su voz toda la nación se aprestó para la guerra, en razón de combatir a la nación de los justos. Día aquel de oscuridad y lobreguez, tribulación y angustia, vejación y trastorno sobre la Tierra. Y se turbó toda la nación de los justos, temerosa de sus propias calamidades. Y se dispusieron a perecer. Y clamaron a Dios. A su clamor, como de una fuentecilla, se hizo un gran río, agua copiosa. Despuntó la luz, amaneció el sol; y los humillados fueron exaltados, y devoraron a los encumbrados en gloria.

Y despertando Mardoqueo, después de ver este sueño, imagen de lo que Dios tenía decretado hacer, lo tenía fijo en el corazón y de la mañana a la noche se esforzaba de todas maneras para descifrarlo.

Vemos cómo el sueño lo tiene grabado en su corazón, no deja de pensar en el sueño y intenta por todos los medios el poder descifrarlo.

Este sueño es más difícil de interpretar que el mío, “La máquina infernal”, o el de Montse, “Las dos plataformas”. Estos sueños, Dios los graba en el corazón de las personas y no se olvidan nunca. A pesar de la dificultad de la interpretación de este sueño, Mardoqueo comprueba, a través del tiempo, que el sueño se cumple en su totalidad.

Se dio orden de exterminar al pueblo judío. Hamán dio esta orden de forma que no se pudiera revocar; no obstante, son los judíos los que logran matar a todos sus enemigos y, además, de una forma legal. La fuentecilla es Ester, que, al ser elegida reina por el Rey, se convierte en río. La explicación del sueño la da el mismo Mardoqueo al final del libro de Ester.

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El río es Ester, Los dragones son Hamán y Mardoqueo. Las naciones, los reunidos para exterminar al pueblo judío. La nación es Israel que clamó a Dios y fueron salvados.

Dios habló ayer a los hombres en sueños, visiones, de palabra u otras vivencias. Hoy también nos habla a nosotros de la misma manera y con el mismo lenguaje.

¿Tú no lo ves así? Yo si lo veo así, por eso me molesto en escribirlo, por que estoy convencido que es hoy como ayer, y mañana será igual que hoy.

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EL ÁNGEL QUE QUISO BAÑARSE

otril, 12-07-1988Visión: un ángel vio una piscina y apeteció darse un baño, y se convirtió en un ser humano al caer al agua. A otros ángeles también les gustó la idea y se tiraron también al agua, y también se convirtieron en seres humanos. El primero que se tiró se estaba ahogando. Llegaron otros ángeles, que le dijeron:

-Eso te pasa por bañarte. ¿Qué pasó ese día? Estaba hablando con uno de los federales y

me vino la idea de decirle: -Me han dicho que ahora tienes un empleo del

Gobierno….Rechacé la idea, pero la degustaba en mi boca; al igual que cuando sentía la obsesión sexual: no me acostaba con las mujeres, pero las degustaba con el pensamiento.

El Señor, con esta visión, me dejó claras dos cosas: que yo me ahogaría y que otros seguirían mi camino.

Yo soy el primer ángel, y mi familia y el grupo, los demás ángeles. La piscina es el placer de decir las cosas para que los otros vean que uno las sabe. La idea son los deseos. Los otros ángeles son los verdaderos ángeles de Dios, que, por orden suya, venían a salvarme.

Me gusta esta visión por varias cosas. Dios me deja claro que bajo ningún concepto debo decir nada a ningún federal. No debe ocurrir más nunca lo que ocurrió en la calle Comedias. También, Dios me deja claro que el estado actual mío es bueno, que estoy casi a la altura de los ángeles. La diferencia entre hombres y ángeles debe ser esta: privación de ver a Dios y no dominio de los malos pensamientos. Si estos últimos se dominan se está más cerca de ver a Dios, por lo tanto, más cerca de ser ángel.

Durante los días previos al viaje a Madrid, la presión federal ha sido muy fuerte, y por eso me vino esta idea. Después de haber regresado del viaje, apenas los noto.

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Fuimos, mi esposa y yo, a la Asamblea Carismática. Estuvimos cuatro días cantándole al Señor, esto fue en Julio de 1988. Era la primera vez que nosotros asistíamos a una asamblea de esta índole. Se celebró en un monasterio de los Padres Dominicos, en Alcobendas (Madrid). Tardamos, en la ida, siete horas, y en la vuelta, siete y media u ocho. Dormimos en una tienda de campaña dentro del campo del monasterio. Debía de haber entre doscientas cincuenta y trescientas tiendas. Todas las habitaciones y locales interiores estaban llenos. Montones de coches particulares y autocares trasladaban a mucha gente a hoteles y casas particulares de Alcobendas o Madrid. Yo calculo que debería de haber unas cuatro mil personas. No nos cansamos de alabar a Dios todo el día y parte de la noche, la verdad es que nos gustó.

Yo acudía a esta asamblea muy interesado en ver los cojos andar y los ciegos ver y los muertos resucitar. Si he de ser sincero, Dios no me hizo caso. Sólo hubo el testimonio de una persona que subió y dijo:

-Yo tenía dos operaciones de desprendimiento de retina y otras dos de cataratas, no veía. Durante la oración de sanación, vi un relámpago de luz, y ahora veo.

Este hombre fue breve, pero para mí fue suficiente. Algo era algo; por lo menos no me vine del todo chamuscado. A mí lado había una señora de Gran Canaria, había levantado la mano. Yo me acerque y le dije:

-¿Qué ha sentido?-Yo tengo un quiste en la columna –me dijo- y me lo tienen que

operar. He sentido un gran calor en ese lugar, pero no estoy segura de estar curada hasta que no vaya al médico.

Puede que hubiera muchas más curaciones que no pudieran ser testificadas en aquel momento. Había unas seis personas paralíticas en sillas de ruedas; estaban en primera fila. Yo esperaba con ansia el salto de todos ellos hacia la tribuna para informar de su curación, pero no fue así. La alegría se vio en todas partes. Hubo unos ciento quince sacerdotes y la misa, la presidió el obispo de Madrid. No recuerdo su nombre. Tal vez Montero. Me gustó la homilía del obispo: sencillo, profundo, sonriente, alegre, confiado, esperanzado.

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Francamente, es la primera vez que me gusta una homilía de un obispo. Claro que yo he asistido a pocas.

Me gustaron mucho las charlas de los colombianos Jaramillo y Contreras, este último muy joven. El primero es el presidente de la Renovación Carismática Mundial, con oficina en Roma. Creo que se merece ese puesto. Sus dotes de orador y recursos humanos son inagotables. Ambos profundos, humanos, sencillos y alegres.

También me gustó mucho la orquesta y el equipo de música, y también los animadores de tribuna, en especial una joven rubia, de pelo corto, de piel blanca y sonrisa a flor de labios. Se parece mucho a la que anuncia el champán por las Navidades. Pensamos volver en años venideros, si Dios lo permite.

Hay que llevar casete, cintas y una Biblia.

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¿QUE PASA CON DIOS Y YO?

Vélez Málaga, 10-08-1988Algo me pasa, nunca he tenido una situación parecida, veamos: Dios me envía la visión y yo la veo clara, pero no veo el medio de llevarla a la práctica. Es para mí una situación rara y difícil. Quiero hacer lo que Dios me pide. Quiero poner la mesa bien y poner el letrero sencillo, (“Taberna”), pero… ¿como se hace eso? Por más que me reviso, no veo la manera de realizarlo. La pala cava la tierra; eso es verdad. Yo sigo insistiendo en buscar una solución a esta situación. Suspendí todo cambio y proyecto en mi vida; esto fue a raíz de la visión del coche negro que iba a toda velocidad. Tengo miedo a hacer algo que Dios no quiera que haga. Deseo hacer aquello que él quiere, pero… Aquí cabría la frase del filósofo: “Sólo sé que no sé nada”. Después de varios años de oración y de interpretación de visiones, nunca me había sentido en una situación tan difícil e incómoda. Sólo me queda una salida y a ella me he acogido: más oración individual hasta que Dios me revele la solución. Será antes o después, pero llegará, de eso estoy seguro.

Ayer no hubo visión para mí; así lo esperaba y lo espero más días. ¿Para que me pueden servir más visiones si las que he recibido no las he sabido poner en práctica? Casi lo prefería así y así salió. No vale de mucho que Dios me hable si yo no termino de asimilar su lenguaje, habrá que tener estas asimiladas para comenzar con otras. Otras veces, he visto que me costaba hacer lo que Dios me pedía y le pedía fuerzas para conseguirlo. Las fuerzas llegaron y se consiguió el objetivo propuesto por Dios. Ahora es distinto, ahora no puedo pedir fuerzas, ahora tengo que pedir sabiduría y discernimiento. La verdad es que no logro ver más allá de mis narices. Se me recuerda aquí un pasaje de la Biblia. Dice Dios a Moisés, no sé si exactamente:

-Coge ese numeroso pueblo en tus brazos y sálvalo.La respuesta de Moisés fue esta:

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-¿Acaso he parido yo a este numeroso pueblo para que me digas “Cógelo en tus brazos?”.

Se ve claro, por la respuesta de Moisés, que Dios le pide algo que no esta muy concretado. También se ve el miedo a dar ese paso que no conoce del todo.

Quizá me pasa a mí algo así. No lo tengo muy claro, pero también habrá algo de miedo a despelotarse del todo y decir: “Aquí estoy de verdad y para siempre”. No sé…, entre la entrega y la entrega total hay diferencia, lo intuyo y lo huelo. También hay diferencia entre el sí que se dice y el sí que se pone en la práctica de cada día.

El lenguaje de Dios no es claro, pero quizá sea todo lo claro que nosotros podemos aceptar. A un hijo de cinco años se le habla de una manera y a otro que tiene veinte se le habla de otra. Esto es lo que debe pasarme a mí. Dios utiliza el lenguaje adecuado a mis posibles reacciones para llevarme a un lugar determinado, que yo, bebé, no sé e ignoro. Sé, por mi mayoría de edad, que ese lugar es bueno, pero, por mi niñez en las cosas de Dios, ignoro casi del todo el contenido del lenguaje y el lugar a donde he de ir. La oración, espero, me dé la respuesta.

Pedir por mí, lo necesito.

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IRONÍA

15-10-1988No cabe duda que la ironía es mi debilidad. Me encanta esta forma de conversar y escribir. También me encanta escucharla y leerla. Pues bien, reconozco que, con los mayores, esa forma de expresarse no es buena, pero aún es peor con los niños. La ironía ha sido siempre mi defensa y mi arma de ataque. Dios me dice: “Estos amarres ya no te sirven”; por el contrario, te perjudican y no te dejan despegar hacia el mundo del amor al que yo te he llamado. Te quiero a ti, pero blanco, sin amarres negros”. Si no tuviera otras experiencias de Dios, diría: “Señor, eso que tú me pides yo no te lo puedo dar; es algo que está tan metido en mí, que soy yo mismo”.

Cuando yo tenía ocho años, ya me divertía mucho leyendo los discursos de Petronio alabando al César Nerón, o simplemente cuando conversaba con su sobrino Marco Vinicio.

Dios, este tema lo ha dejado para el final. Sabía que si yo no tenía otras experiencias anteriores con Él no acometería este asunto. Yo sé que solo no me la puedo quitar, pero al saber que esto no es bueno y no gusta a Dios, ya estoy dando el primer paso. Me llevará mucho tiempo y cada vez que salga este estilo de conversar tendré que pedirle perdón. Dios me perdona siempre, Él sólo pide por mi parte dos cosas: reconocimiento del mal y deseos de quitarlo, a pesar del vacío que debo experimentar. Si Dios hace en mí este milagro, también es seguro que puede llenar todos los vacíos que vaya dejando, esa es mi gran experiencia. No debo preocuparme por quitarme un defecto así ni el vacío que pueda sentir. Dios llena multiplicados por cien todos los vacíos que vaya dejando.

Cuando al joven rico, Jesucristo le propuso vender sus riquezas y darlo a los pobres, sabía que eso era muy difícil para él. No obstante, si él hubiese tenido confianza y más experiencias de Dios, tal vez se hubiese arriesgado a decirle a Jesucristo: “Sí, lo intentaré. Ayúdame, porque sé que yo solo no puedo, pero si tú estás conmigo, seguro que lo conseguiré.

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¿Quién puede dejar algo tan íntimo, tan unido a uno y que forma parte de nuestra vida? Esto, por los propios medios, es imposible. Tenemos que confiar totalmente en la ayuda del Señor.

Dejar el comercio de Barcelona me costó mucho menos que lo que ahora me pide el Señor, y es que unos estamos mucho mas amarrados a unas cosas que a otras. Dejar una fortuna y ser pobre para algunos o para los más puede ser lo más difícil; pero hay otros amarres que cuestan tanto o mas que estos, depende de cómo uno este atado a ellos: un amor ilícito, un defecto de carácter, limpieza excesiva, reniegos constantes, creerse desgraciado, creerse el más sabio o superior a los demás; las riquezas, el poder político, el poder religioso, el cigarrillo, el alcohol, las drogas, los comentarios que perjudican a otros, ver la tele, leer periódicos, escuchar la radio etcétera. Los amarres pueden ser muchos. Es por eso que, a la hora de juzgar, sólo Dios sabe a la altura que cada cual se encuentra. Uno puede dejar olímpicamente un buen negocio o un puesto de mucho prestigio, pero puede no ser capaz de sacarse de encima algo tan simple como el orgullo o el estar culpando a los demás de sus males. Eso ocurre por que no recurrimos con verdadera decisión de cambio al que todo lo puede: Dios.

A veces, damos un primer paso. este paso suele ser el que más se ve y que causa impacto en los medios que a uno le rodean, pero ya no estamos dispuestos a seguir dando más; nos anclamos, nos evadimos, damos mil y una excusa, no avanzamos por que ya es demasiado. El primer paso, en el fondo, nos da prestigio y nos aumenta el orgullo; lo difícil es seguir diciendo “sí, siempre, a todas las propuestas del Señor, sean del color que sean.

Para llegar a ver a Dios cara a cara, necesitamos estar tan limpios como Él. Si aquí no lo logramos, el trabajo estará por hacer y tendremos que hacerlo en algún otro lugar, del cual en este escrito no quiero ni hablar y al cual a mí no me gustaría ir.

Gracias, Señor, por tus exigencias y por tus ayudas. Sin ellas, yo solo no podría haber dado ni un paso. Tú eres mi hacedor, el hacedor de todo lo que se ve y de lo que no se ve, de todo lo que tocamos y sentimos. Tú nos conoces mejor que nadie y sabes de antemano lo que necesita cada uno y en cada momento. Gracias, Señor, por preguntarme a mí si quiero sentarme a tu mesa; esa es la petición

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más hermosa que ser alguno me ha hecho en la vida. Tú me regalas el traje de boda, pues allí no hay posibilidad de estar contigo sin el traje adecuado; allí nadie puede desentonar. Allí estarán Pedro, Juan, Santiago y los demás. Allí estaremos algún día todos y cada uno de los vivientes, pero ya veremos a ver después de cuantas vueltas. Dios lo intentará una y mil veces, hasta que tú te decidas a dar ese paso primero, un segundo y también un tercero; hasta dar ese último paso que nos coloque junto al que nos creo, nos dio el aliento de vida y nos dijo:

-Venid a mí todos los agobiados por que yo os aliviaré.-Venid a mí todos los trabajados por que yo os haré descansar.Esta última traducción me gusta más.

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EL MILAGRO DE VÉLEZ MÁLAGA

Torre del Mar, 19-10-1988Dios saca agua de las piedras. Confiar en el Señor y abandonarse en sus manos, no preguntar cómo ni cuándo, y esperar dando gracias, esta es la postura más correcta. Digo esto a raíz de los acontecimientos en Vélez Málaga.

Durante un año, en este pueblo no habré hecho ni quince visitas. Pues bien, ahora, y durante todo el verano, es el lugar donde más visitas hago. Yo estaba temiendo al verano, ya que en Málaga capital se hacen pocas visitas, en Nerja bajan mucho, y en Torre del Mar, nunca se ha hecho gran cosa, y Vélez Málaga estaba por los suelos.

Un buen día, saltó la noticia por teléfono. Yo llamé a Yolanda y como de costumbre dije:

-¿A qué hora comenzamos mañana?-Mañana -me dijo- la cosa está movidita.-¡Que dices…!-Sí, está toda la mañana ocupada, a partir de las diez y media.-De acuerdo, a esa hora estaré ahí. A partir de aquel día, que se hicieron siete visitas, siempre ha

habido gente en la consulta. El otro día se hicieron siete y hoy han sido nueve.

¿Qué pasa ahora? ¿Yo no soy el mismo de antes? ¿La gente ahora es más lista? No lo sé. Supongo que Dios me quiere demostrar que quien manda es Él, y que a mi me sobra y me basta con confiar plenamente en Él, eso sí, procurando hacer bien mi trabajo. Hasta tal punto esto es sorprendente que una paciente me dijo:

-¿Qué pasa ahora que hay que esperar…? tiene usted gente haciendo cola.

-Eso -le contesté- debe ser que se ha curado alguna peluquera o un locutor de radio.

La mujer se echó a reír y yo también. Ahora voy a mi trabajo y no me preocupa lo que hay en un lado o en otro, se que al final Dios compensará lo de un lado, haciendo milagros en otro. Cada día, le

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pido a Dios por mis pacientes y no me importa hablarles a ellos de, este, mi amigo invisible que se llama Dios. En cuanto veo una oportunidad les hablo de mi amigo y de los milagros que va haciendo en mí y mi familia.

Algunas personas ya me han agradecido esos consejos. Una mujer de Vélez me dijo el otro día.

-¿Sabe…? Me han hecho mucho bien sus consejos.-Si… ¿Qué fue lo que le dije?-Me habló de sus hijos mayores y de cómo lo dejó todo en manos

de Dios. Me dijo que orara, pidiéndole a Él, y que lo dejara todo en sus manos.

-¡AH…! Eso está bien…-Ahora, tanto mi hijo como mi hija siguen viniendo tarde, pero a

mi se me ha quitado aquella angustia. Vivía angustiada, ¿sabe…? Ahora, casi ni me entero cuando llegan, pues me duermo pronto. Como usted decía, pienso que Dios es mejor guardián que yo. Cada día, le pido a Dios por ellos y eso me relaja y me tranquiliza.

Desde hace unos seis meses, me decidí a hablar de Dios a los pacientes, a aquellos que yo veo que lo necesitan o que están receptivos. Veo que a ellos les va bien. Creo que las personas tienen necesidad de una curación completa, comenzando por el perdón de los pecados, y que tengan fe y confianza en Dios. Después, a renglón seguido, se hace más fácil la curación del cuerpo. No en vano, más de una vez Jesucristo dijo:

-Te son perdonados tus pecados, vete en paz.E inmediatamente, la paz se hacía en aquella persona.¿No será que tenemos más hambre de Dios y de amor que de

salud del cuerpo y pan? ¿No será que sin descuidar una cosa hemos de atender principalmente a la primera? No cabe duda que somos un conjunto de cuerpo y espíritu y que hay que cuidar de ambos para que la armonía reine en nosotros. ¿Cuántas veces aparece en la Biblia, en boca de los profetas, las siguientes frases?:

-Si mi pueblo me es fiel, yo seré su Dios.-Si cumplen mis mandamientos, yo estaré con ellos y los

defenderé de todos sus enemigos.-A aquel que me sigue, nunca le faltará lo necesario.El profeta Isaías dice:

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-No temas las palabras que has oído, con las cuales los subordinados del rey de Asiria me han injuriado. He aquí que yo le infundiré un espíritu; oirá, pues, una noticia, y regresará a su país.

Dios, a través de toda la Biblia, y a través de toda mi vida, viene diciendo esto tan sencillo:

-Confía en mí, sígueme, yo te solucionaré todos y cada uno de los problemas que se te presenten.

-Ni uno solo de los míos perecerá; hasta los pelos de vuestra cabeza están contados.

-Si vosotros dais pan a vuestros hijos… ¿Como Dios negará el Espíritu Santo al que se lo pidiere?

Hoy, día 07–06–1995, que paso a limpio estos escritos, diré queconfirmo lo aquí relatado. Dios siempre me ha cuidado como a la niña de sus ojos, me ha hecho feliz, me mima hasta la saciedad, me ha quitado los miedos, la enfermedad, la avaricia, la ansiedad, los proyectos, todo lo que me sobraba, y me ha limpiado por completo.

Me ha llenado de su paz y de su gracia. Hoy puedo decir que aquellos milagros de hace siete años infundieron en mí una fe grande. Hoy puedo asegurar, sin temor a equivocarme, que el que sigue a Dios nunca le falta de nada. Esto es algo maravilloso.

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¿SE IRRITA EL SEÑOR DIOS?

Orgiva, 14-06-1989¿Cuándo se irrita el Señor?

Deuteronomio 1: 34-38:-Yahvé oyó el son de vuestras palabras, se encolerizó y juró,

diciendo: “Ningún hombre de la presente y malvada generación ha de ver la hermosa tierra que juré dar a vuestros padres, excepto Kaleb, hijo de Yefunné, el cual la verá y yo le daré a él y sus hijos la tierra que ha pisado, porque ha seguido plenamente a Yahvé.

-Yahvé se encolerizó también contra mí por culpa vuestra, diciendo: “Tampoco tú haz de penetrar allá. Josué, hijo de Nun, tu ministro, ese entrará allá, anímale, pues él pondrá en posesión de ella a Israel”.

Deuteronomio 3: 23 – 28. Dice Moisés:-En aquel tiempo, supliqué a Yahvé, diciendo: “¡Señor, Yahvé!

Tú has comenzado a mostrar a tu servidor tu grandeza y el poder de tu mano; ¿Qué Dios hay en el cielo ni en la tierra que ejecute obras y proezas como las tuyas? Permíteme pasar para que vea yo la hermosa tierra de allende el Jordán, esa bella montaña y el Líbano”. Más Yahvé estaba irritado contra mí por culpa vuestra y no me escuchó, antes bien me dijo: “¡Bástate! No vuelvas a hablarme más de este asunto. Sube a la cumbre del Pisgá y alza tus ojos hacia el poniente, el septentrión, el sur y el oriente, y contempla con tus ojos, pues no has de pasar este Jordán.

En uno de los escritos de Santa Teresa (Libro de la vida), dice:-Parece como si Dios se hubiese enfadado…A mí me pasó lo siguiente: hablaba con el Señor y le dije:-Y… ¿como sé yo que esta, tu respuesta, no son palabras del

demonio y no tuyas? Por que ya ves que en Málaga y también aquí algunos están dudando de las visiones.

En ese momento, al terminar de pronunciar estas palabras, vi y oí lo siguiente: -una bola de luz grande, de la cual salían muchos rayos

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de luz y la palabra PAZ escrita en letras grandes. A la par, oí como un trueno o bombazo que me estremeció y me hizo saltar en la cama.

También a mi me pareció que Dios se me había enfadado.Moisés, en su discurso, por dos veces carga la culpa al pueblo.

Uno puede intentar retractarse, pero Dios suele ser muy exigente con sus elegidos.

Recuerdo hace unos años, casi a principio de comenzar las visiones, yo estaba acostado y estaba viendo en el techo una luz redonda, bastante grande y luminosa. Dudé y comencé a decir: “Debe ser reflejo del plafón…o…tal vez que yo no estoy bien. Quizás…” Sentí en mi interior que me decían: “Si no la quieres, me la llevo”.

Desapareció. He pedido muchas veces a Dios que volviera esa luz, pero nunca más la he vuelto a ver. Después, he visto y aún ahora veo luceros en momentos puntuales, pero aquel círculo redondo luminoso no he vuelto a verlo. También esta vez me pareció que las palabras: “me la llevo” eran pronunciadas con enfado.

El enfado de que habla Santa Teresa también se refiere a cuando ella se pone a dudar de la visión de Jesucristo y de sus palabras. Jesucristo aparecido tiene que hacer un gran esfuerzo para convencerla. Una cruz de madera que llevaba puesta al cuello se la transforma de perlas preciosas. Le dice Jesucristo:

-Nunca más la verás de madera.Sólo ella no volvió a verla más de madera. He aquí un milagro

permanente.Yo supongo que, en el fondo, Dios ni se enfada, ni sufre, pero

nosotros si que sentimos la muestra de desagrado que causa en su ser nuestra torpeza al dudar de su amor y de sus milagros. Yo, siempre comparo la actuación de Dios en nosotros a la de un padre muy bueno que ama mucho a sus hijos. Yo, padre de siete hijos, quiero que mis hijos lo hagan todo bien. Aconsejo y hablo, pero siempre respeto su libertad; no exijo. Esto me lleva, a veces, a manifestar mi descontento de alguna manera, sin que por ello el hijo perciba un desamor. Por el contrario, por que amo a mis hijos les demuestro mi desagrado en esa actuación suya muy concreta. Todo esto siempre se queda corto y suena a ñoño. El amor de Dios para con nosotros no tiene punto de comparación con el nuestro, pero no hay otra cosa

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que se le parezca más que esta. Se enfada o nos hace sentir la sensación de enfado por nuestras dudas hacia sus palabras. De hecho, nos está pidiendo más fe y más confianza en su poder. Es Él el que realiza los milagros antes, durante y después de la batalla. Siempre es Él. De nosotros, sólo quiere confianza plena y fe ciega en lo que Él nos comunica. Dios nos pide que por fe venzamos nuestros miedos y las desconfianzas propias de la naturaleza humana.

“¿Por qué tienes miedo?”, Le dice Jesucristo a Santa Teresa. “No sabes que yo soy el Todo Poderoso”.

Yo creo que, hasta cierto punto, Dios comprende la expresión del miedo humano, a costa de que lo superemos por la fe y la confianza en Él.

-Moisés no pasa el Jordán.-Santa Teresa no ve más la cruz de madera.-Yo no veo más la luz circular luminosa.Otros se quedarán sin otras cosas, a pesar de que Dios siga

depositando en nosotros su confianza. No se trata de anular al individuo en sí, pero si recordarle que sus dudas le pueden privar de los beneficios de ser elegido por Dios.

A veces, me pregunto: ¿hay algún beneficio al ser elegido por Dios para algo? Con toda seguridad, si que hay, y mucho, a pesar de las renuncias a que queda sometido el elegido. Normalmente, la renuncia ha de ser total; incluso la vida tiene que estar siempre en disposición de ser entregada. Piensa por un momento que tú fueras un íntimo del Rey o del Presidente del Gobierno. ¿Verdad que te sentirías bastante seguro? Mucho más que todo eso, sin comparación posible es el sentirse hijo y amigo intimo de un Dios que ha creado Cielo y Tierra, y que, además, te ha elegido a ti para algo, da igual para lo que sea. Desde luego es todo un privilegio.

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¿HIPOTECAMOS LOS PLANES DE DIOS?

Málaga, 12-07-1989Judit 8:16: Vosotros no hipotequéis los planes del Señor nuestro…

De todo el libro de Judit, quizá sea esta la frase que mejor resume la relación del hombre con Dios.

La ciudad de Betulia está cercada y sus gentes pasan hambre y sed, apremian al Señor y ponen cinco días de plazo para recibir esa ayuda o rendirse al enemigo. Judit pronuncia un discurso delante de los hombres del pueblo de Betulia. Precioso discurso, que carecería de importancia si por su parte no hubiese procedido a ejecutar el plan que derrotó al enemigo y salvó a su pueblo. De todo el discurso sobresalen estas palabras:

-Vosotros no hipotequéis los planes del Señor Dios nuestro…Supongamos que Dios tiene previsto ayudarnos dos días después

de los previstos por nosotros. ¿Qué pasaría entonces? Eso suele pasar en la lucha contra nuestros defectos. Pedimos ayuda Dios y esta no llega, desesperamos y abandonamos la lucha; somos conscientes de nuestra flaqueza. Entonces, decimos: “¿Para qué luchar si Dios no viene en mi ayuda y yo solo no puedo?”. Esto nos suele pasar, pero el error siempre es nuestro. Nosotros tenemos que luchar contra ese vicio, defecto o lo que sea, hasta la muerte, así de sencillo. Dios puede ser que no desee enviarnos su ayuda de inmediato por algún motivo que desconocemos, pero de una cosa podemos estar seguros: si hemos llegado hasta la muerte luchando, Dios nos acogerá en su seno. Las historias de la Biblia están llenas de nombres de personas y de pueblos enteros que Dios salvó en el momento oportuno. Mi experiencia personal es la siguiente: Dios siempre acude en nuestra ayuda, pero no sabremos jamás, por adelantado, el día en que acabará nuestra lucha. Un día determinado, nuestra lucha termina; eso es así, eso es todo. Dios ha intervenido y el problema ha quedado resuelto. Mi consejo es el siguiente: ponerse decididos a eliminar el vicio que sea, más que haciendo nosotros

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grandes esfuerzos para lograrlo, ser constantes en pedir la ayuda al Señor. Hay que ser muy pacientes, a sabiendas que esta ayuda llega con toda seguridad. En mi caso, siempre ha llegado. Eso sí, a veces ha tardado tres o cuatro años; otras, no tanto. Pero aún en el improbable caso de que no llegase, tendremos la seguridad de haber ganado la batalla final. Dios nos acogerá en su seno con toda certeza. Los que mueren en la batalla no pueden festejar la victoria, pero ellos también son recordados como hombres victoriosos. Esto en la vida normal es así, y en la lucha contra nuestros vicios es lo mismo. Lo importante es la oración continua y permanente. Dios, al final acude. El evangelio nos lo explica de varias formas.

-La viuda que pedía justicia (Lucas, 18:3).-El amigo que pedía los panes. (Lucas, 11: 5).-El hijo que pide pan a su padre. (Lucas, 11:11).Nunca el hombre tiene derecho a exigir nada a Dios. Sin

embargo, sí que debe pedir hasta la saciedad, hasta el aburrimiento. Jamás el hombre debe perder la esperanza de ser escuchado por el Padre Dios. “Dios es Dios y esto basta”, decía San Francisco. Efectivamente, el hombre no debe hipotecar los planes del Señor. No podemos ni debemos decir: “Ya, ahora, hoy, mañana o pasado mañana”. Debemos orar así: “Tú, Señor, ves mejor que yo mis necesidades. Tú las conoces mejor que nadie. Acude en mi ayuda y haz que estas desaparezcan. Libérame para siempre de este mal que no me deja vivir en paz”. Esta es la oración que debemos hacer. Él lo conoce todo mejor que nosotros, y muchas veces, Dios comenzará su obra de liberación por algo que ni nosotros mismos sabíamos nos hacía falta.

Hoy, 25-04-1985, que paso a limpio este escrito, diré que me ratifico en todo lo dicho. Tenemos que orar con constancia y esperar siempre el milagro; este siempre llega.

Hace poco compré la Biblia de las Américas, y me he encontrado que no trae el libro de Judit ni los dos de Macabeos, y puede que falte algo más. ¿Qué pasa con estos libros? ¿O es que era ya demasiado grande el libro en sí?

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¡ETERNAMENTE FELICES…!

Málaga, 12-07-1989Deuteronomio 5:29: -¡Ojala pudieran conservar ese corazón, guardándome santo temor y observando siempre todos mis preceptos, a fin de fuesen eternamente felices ellos y sus hijos!

Fijémonos en esta frase que Dios dice a Moisés en relación al pueblo judío. Dios no quiere nada para sí, es su amor de padre lo que le hace decir:¡…a fin de que fuesen eternamente felices ellos y sus hijos!

Dios ya es feliz. Si nosotros nos alejamos de Él, los perjudicados somos nosotros. Dios, por que nos ama, desea lo mejor para nosotros, y lo que conviene al hijo es llevarse lo mejor posible con su padre, máxime, cuando ese padre es un Dios creador de todas las cosas. La perdición, los padecimientos, el hambre, la condena se la busca el hombre al alejarse de su Padre, de su hacedor, de su Dios.

-¡Ojala…Dios conoce nuestra tendencia al mal, por eso dijo: “¡Ojala!”.

Sabía de nuestras debilidades y es por eso que está siempre dispuesto a perdonar. Es nuestra tabla de salvación.

El día que Dios me dijo: “Baja y ora. Tu final esta cerca”, me lo dijo por que yo necesitaba descubrir ese camino para llegar a la felicidad; de hecho, Dios no necesita nada. Puede ser que Dios pensara: “Si este toro desmadrado e infeliz me hace caso, él será feliz y otros muchos también podrán serlo”. Siempre el amor extensivo de Dios hacia el hombre como individuo y, a la vez, colectivamente. Quizás aquí radica el motivo de su selección para fijarse más en unos que en otros: en la posibilidad de que esa felicidad que emana de Él, que, de lleno, alcanza al más próximo, también acabe alcanzando al mayor número de personas. Hace unos cinco años que yo escuché las palabras del señor referente a la oración, y la realidad es que mi familia y yo somos mucho más

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felices que antes, y ya también comienza a alcanzar a otras personas, y espero que después de mi muerte alcance a muchas más.

-Si el grano de trigo no muere, no puede dar fruto abundante.Esto es lo que dice Jesucristo. Mi vida, pues, está a disposición

del Señor. Si Él considera que seré mas efectivo y daré más fruto muriendo hoy, pues ahí está mi vida entera a su disposición. Si, por el contrario, considera que puedo ser más útil a mis semejantes, llegando a la vejez, pues, ahí está esa vida más larga en sus manos, totalmente a su disposición. No se trata de ser más o menos generoso; de lo que se trata es de haber descubierto una cosa muy simple: Dios me ama, Dios es mi Padre, Él es mi creador; por tanto yo confío en Él para ser feliz, por eso me pongo enteramente a su disposición. Yo sigo siendo un egoísta, pero, esta vez, el egoísmo de querer ser yo más feliz también beneficia a los otros. El amor de Dios que a mí me llega de lleno y me hace feliz también te llegará a ti si llegas a descubrir este camino que a mí me indicó. Sólo un factor nos mueve a todos: queremos ser felices, aquí y ahora, y también luego, eternamente. Pues, Dios, hoy como ayer, nos dice lo siguiente:

-¡Ojala pudieseis conservar ese corazón, guardándome santo temor y observando siempre todos mis preceptos, a fin de que seáis eternamente felices vosotros y vuestros hijos!

Hoy, 20-07-2006, que paso este escrito al ordenador, diré que ratifico en todo lo que afirmo en el mismo y confirmo que jamás he sido tan feliz como hoy soy. Después de estos escritos, ha habido algunas desavenencias con mi esposa y sufrimientos, eso es cierto, pero cada vez han sido menos y hoy vivimos plenamente felices, sujetos, como todos los vivientes, a las molestias propias de la edad, pero los grandes problemas que tenía mi existencia en este mundo están totalmente resueltos, favorablemente. Hoy soy un hombre esperanzado en el Señor y feliz, no tanto por como vivo, y sí más por lo que espero, y también por que veo que ya falta un poco menos para que llegue ese deseado encuentro con Dios.

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EL MENSAJE BLANCO PASA POR ZONA NEGRA

Motril, 12-09-1989 Comentario a las últimas visiones.

Primera visión: un oleoducto blanco que atravesaba una zona negra.

Un oleoducto es para llevar líquido a otro sitio, normalmente, petróleo, gas, o agua. El oleoducto atravesaba una zona negra. Ese producto, necesariamente, tenía que pasar por una zona hostil.

De hecho, es mi situación. El medio en que me muevo es hostil a las visiones y a esta forma de comunicación con Dios. Aquí queda la visión. Yo atravieso esa zona hostil a las visiones.Segunda visión: Una bici blanca con el sillín negro, todo el que se montaba se caía y, al final, tiraron la bici a la basura.

Esta visión me preocupó mucho. ¿Tan mal lo estoy haciendo para que Dios tenga que arrojarme a la basura? Yo sé que si Dios quiere hacer algo, lo hará, conmigo o sin mí. Para Dios, el tiempo no cuenta. Si yo no respondo a sus deseos, me suprimirá de su plan y pondrá a otro. Si no lo encuentra hoy, lo encontrará mañana o dentro de cien años, pero el plan de Dios se hará. Sólo es alterable en el tiempo y en los personajes que intervienen.

Pienso que mi mente sigue muy retorcida y apegada a los asuntos federales. Le doy vueltas y más vueltas, sin querer, a este asunto. Se ve claro que esta forma mía de ver las cosas a Dios no le gusta. Pienso que Dios, con estas visiones, me quiere decir lo siguiente: “Mientras tus pensamientos sean negativos, nadie podrá acercarse a ti con toda libertad y con la seguridad de que lo vas atender como se merece. Si esto sigue así, te mando a casa (echar a la basura)”.

Esto yo no lo quiero bajo ningún concepto, y por eso dije a Dios: “Señor, tú sabes que yo sólo quiero hacer tu voluntad, pero evitar estos pensamientos no está del todo en mi mano. Voy a hacer como en otros tiempos: cuando me de cuenta que estoy enredado en uno de estos pensamientos que tú no quieres, lo dejaré de inmediato en tus manos y te pediré ayuda. En definitiva, combatiré la tentación

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con la oración. No puedo hacer otra cosa, Señor, ya lo ves que soy muy débil y no logro olvidar nada del pasado”. Ejemplo: si yo le digo a un paciente que está mal de los nervios: “Estate tranquilo hombre, no te preocupes, eso se te pasará”, eso no sirve de nada. Lo más importante es darle las plantas calmantes y la alimentación adecuada para que refuerce su sistema nervioso. A mí me toca ahora medicarme para eliminar de mi mente esos pensamientos que estorban los planes del Señor.

Tercera visión: un camión grande y negro que transporta un coche pequeño blanco, cargado de cosas blancas.

Esta visión es algo parecida a la primera; mejor dicho, aclara y concreta la primera. La mercancía blanca tiene que llegar a un destino determinado que sólo Dios conoce. El coche blanco cargado de cosas blancas soy yo y las cosas que Dios me ha comunicado, y debo llegar a un lugar X. Parece ser que no interesa que llegue allí solo, o bien los planes del Señor son: “Allí llegarás, por que otros que te tienen hostilidad te lleven al lugar que yo quiero, y entonces podrás descargar el mensaje que yo te he confiado”. Yo tendré que decir esto a través de la televisión, la radio y la prensa. Puedo ir solo, presentarme allí y decir todo lo que Dios me ha dicho. De hacerlo así, lo más seguro es que me tomarían por loco y no me escucharían. El coche es pequeño va cargado de cosas blancas, pero no interesa que llegue por sus propios medios a lugares tan altos. Si los federales me tienden alguna trampa, culpándome de algo, y me llevan a esos lugares del mundo, habrá juicio, cárcel... Después, saldrá toda la verdad. Puede que sea así como esa carga blanca pueda pasar a los medios de comunicación con mucha más eficacia. Tal vez sean estos los planes del Señor.

Con la segunda visión, Dios me dice: “Déjate hacer por los federales; de lo contrario te quito de mis planes”.

Con la tercera, me dice: “Mis planes se han de realizar así”. Todo esto puede parecer un absurdo, pero no lo es tanto si

tenemos en cuenta la dificultad que el hombre de hoy tiene para llegarse a su Creador. No menor es la dificultad que el Creador tiene para comunicarse con su creado. Fijaros por un momento en los relatos de la Biblia, desde Abraham hasta Jesucristo. Después, lean a Santa Teresa (Obras completas) y a San Juan de la Cruz. Supongo

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que hay mucho más escrito sobre las relaciones del hombre con Dios. A mí me llama especialmente la atención, aquel relato de la Biblia: Moisés está en la montaña, y cuando baja de ella, se encuentra con que el pueblo ha pecado. Dios dice a Moisés:

-Eliminaré a este pueblo y haré otro de tu descendencia…Dios dice esta frase a Moisés cuando ya han pasado,

aproximadamente, unos setecientos años desde que Dios habló a Abrahán. Por esta frase, uno ve que la voluntad del Señor se impondrá en el mundo pese a todo. La redención se hizo unos setecientos años antes de lo normal, gracias a la petición de Moisés. Moisés consigue de Dios que se retracte de sus palabras; de esa manera, la salvación de la humanidad, a través de Jesucristo, pudo hacerse en la primera fecha señalada por Dios, si exceptuamos una generación que no vio la tierra prometida por castigo de Dios.

¿Quién era Abrahán? ¿Quién era Moisés? ¿Quiénes eran Josué y todos los demás profetas? Eran hombres, exactamente igual que los pastorcillos de Fátima o la muchacha de Lourdes; eran iguales a todos nosotros. ¿Por qué nos ha de extrañar que hoy Dios me pida a mí algo como le pidió a Moisés, a Abrahán, o a tantos otros? Dios es siempre el mismo, y los hombres somos hombres, lo mismo ayer que hoy. Parece como si las cosas hubiesen cambiado mucho, pero, en el fondo, todo sigue igual: el hombre sigue empeñado en prescindir de Dios en su búsqueda de la felicidad; y Dios, diciéndoles a los hombres, a través de otros hombres, que no hay felicidad sin Él; que Él es todopoderoso y, por tanto, el que se cobija bajo su manto, tiene asegurada la felicidad que busca. Por el contrario, aquel que prescinde de Dios no la puede encontrar.

Resumiendo: ¿cuál es el mensaje que Dios quiere que yo comunique a los hombres? Es el mismo de siempre: si hacemos la voluntad del Señor, vivimos más felices en esta vida y mucho más en la otra, que es eterna. Eso yo ya lo he experimentado aquí y también vosotros podéis experimentarlo cuando queráis. La salvación es para todos, no es privilegio de algunos. Es una necesidad del hombre el encontrarse con su creador. Los placeres pueden venir del mundo al igual que el sufrimiento, pero la felicidad sólo viene de Dios. Todo lo demás no es más que engañarnos a nosotros mismos Sólo Dios llena y solo Dios salva.

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Nota: Son las doce y media de la mañana y aún no ha venido nadie a visitarse. Otras veces, estaría inquieto; hoy, me siento en paz y totalmente tranquilo. Dios hará el milagro en otro sitio. Tal vez hoy quiere que este todo el día en oración.

Hoy, 24-04-1995, que paso a limpio este escrito, diré que estas visiones me revelaban lo mismo que los últimos sueños: “La humillación”, y los “Ultimátum uno y dos”. Dios, entonces, me decía lo mismo que ahora, pero de forma distinta. Antes, lo hizo con visiones, y ahora lo hace con sueños, pero el contenido es el mismo. Estos mensajes se conocerán a través de un proceso negro (malo) para mi persona. Hay otro sueño en el cual se habla de un juicio y de que Dios me lleva con Él; este sueño es: “El bagaje”.

Es posible que Dios ya me haya comunicado todo su mensaje, no obstante, a mi mismo se me hace casi imposible entresacarlo, debido al tiempo transcurrido desde su inicio. Al pasar a limpio estas visiones, me he sorprendido. No las recordaba y veo que son igual a los sueños últimos. Dios no tiene prisa para nada, ni siquiera para comunicar un mensaje; da tiempo para poder ir asimilando los procesos de integración de las personas que intervienen en él. Yo, hoy como ayer, sigo diciendo lo mismo: quiero hacer la voluntad del Señor, y eso a pesar de entrever que no lo voy a pasar del todo bien en algún espacio de este proceso. Dios ya me ha compensado de sobra y por eso vale la pena seguir adelante. Tengo ahora el ciento por uno y espero el todo en muy poco tiempo.

Que Dios os bendiga a todos. Muy evangélica esta frase ¿verdad?

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¡NO HAY VISIONES!

Málaga, 17-10-1990¿Se han cumplido ya los planes del Señor?

En lo que va de mes, Raúl me parece que sólo ha tenido tres visiones; mi esposa ya no tiene ninguna y yo tampoco. Ayer estábamos orando y la Irene pidió una visión para ella por teléfono. Yo oré en nombre de ella, pero Raúl no vio ninguna visión.

Acabada la oración, Raúl dijo:-No he visto nada a nadie. Yo le dije:-Vamos, cierra otra vez los ojos. La Irene ha pedido una visión y

yo le insistiré al Señor para que le dé la visión.Raúl cerró los ojos, mientras yo oraba; oré, pidiéndole la visión

para Irene, visión que salió:-Un coche blanco a toda velocidad.Dios atendió mi ruego; Irene quería saber si debía poner la

peluquería ya, ahora o esperar. La interpretación de la visión la dio Belén, dijo:

-Eso quiere decir que la ponga ya, pues el coche va a toda prisa y es blanco.

Yo estuve totalmente de acuerdo con la interpretación que hizo Belén.

¿Por qué Dios nos abandona ya? Supongo que los planes del Señor se han debido cumplir, ahora nos toca andar a nosotros solitos, sin esas muletas, que tan cómodas nos han sido. El niño ha crecido y hay que dejarlo solo para que se haga hombre. ¡Cuesta ser hombre…! ¡Se estaba tan bien siendo niño…! Cuando uno es un niño, el papá se ocupa de uno; ahora es distinto: cuando se presenten las dificultades, habrá que pensar en esas enseñanzas recibidas cuando éramos niños. La enseñanza de estos cinco años ha sido muy gratificante. Dios nos ha enseñado que Él nunca obliga, que el amor está por encima de todo; esto hay que recordarlo siempre, pues, a veces, nosotros nos hacemos un orden de valores y al que se salta

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alguno de estos valores lo despedimos vacío. Dios nos ha enseñado a ser mucho más generosos, a perdonar siempre, a dar aún de lo poco que tenemos, a vivir confiados en Él, Él ha demostrado, hasta la saciedad, que lo puede todo, y que si estamos con Él no habrá obstáculo insalvable. Nuestra fuerza es inútil; sólo con Él podemos vencer todas las tentaciones. Nos ha enseñado que no debemos nunca confiar en nuestras propias fuerzas. Otra cosa que nos ha enseñado y que es fundamental es la oración. Sin oración no hay posibilidad de vencer las tentaciones. Dice Jesucristo:

-Orar para no caer en la tentación.-Pedid y recibiréis.-Si no os lo da por amigos, os lo dará por pesados.Todas estas cosas y muchas más las hemos aprendido en estos

años. Ya estaban escritas en los Evangelios y las conocíamos, las sabíamos; entonces… ¿que es lo que el Señor ha hecho de extraordinario en nosotros? Dios ha hecho lo siguiente: tal como la vida nos ha ido planteando las papeletas (problemas), nos ha ido mostrando el camino que debíamos seguir. Ha sido una enseñanza práctica y no teórica; los Evangelios son la teoría, al aplicarlos a la vida de cada día, han pasado de la teoría a la práctica. Dios ha ido día a día diciéndonos lo que era mejor hacer, y eso, un día y otro también, ha acabado por cambiarnos totalmente. De haber despreciado este camino que Él nos ofreció, hoy estaríamos igual que hace seis años. Todos estaríamos chillando, castigando, renegando y diciendo que sólo lo nuestro es lo bueno, lo único y verdadero. Dios es Dios y sólo Él podía emprender una enseñanza semejante. Esta enseñanza se puede tachar de rara, difícil, poco común etcétera, pero la verdad es que se ha revelado de lo más eficaz. Sólo Dios puede tener un conocimiento tan profundo del ser humano. Yo me quedo asombrado al ver mis reacciones ante una llamada de atención con una visión. Si os fijáis, las visiones dirigidas a mí son bastante diferentes a las dirigidas a mi esposa, sólo un conocimiento de lo más íntimo de ser humano puede hacer una cosa así.

Visión para mí: un cartucho de dinamita blanco.Esta visión me hizo reaccionar y cerrar tres meses antes el

herbolario. Sin embargo, esto mismo a mi esposa no le hubiese

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dicho nada. Los padres que tenemos varios hijos sabemos algo de esto. A uno basta con una mirada, a otro hay que darle una voz. Sin embargo, la reacción de los dos hijos será la misma frente a dos acciones diferentes por nuestra parte. Esto es una pequeña muestra, pues nosotros, la mayoría de veces, obramos accionados por nuestros impulsos y miramos menos el bien o mal que podamos hacer al hijo. Con Dios esto no pasa, Dios nos conoce mucho mejor que nosotros podamos conocer a nuestros hijos, y sus acciones siempre son equilibradas y perfectas. A veces, puede parecer que Dios se ha enfadado con nosotros, pero esto no es tan así. Ninguna acción del hombre puede afectar la tranquilidad y felicidad del Señor. Esa reacción que parece de enfado es la única, quizá, que a mí me podía hacer reaccionar.

El nos ama y nos quiere; esto hay que tenerlo siempre presente, y eso, a pesar de nuestras acciones. Otra cosa, Dios siempre espera nuestro regreso (hijo pródigo). Es muy bueno recordar esto, pues nosotros no tenemos esa facultad de espera eterna que Dios tiene.

Dios siempre espera que nosotros acudamos a Él. Lo que no debemos hacer es que parezca que vamos, pero que no vayamos. (Los dos hijos que el padre les mandó trabajar en su viña) A Dios no podemos engañarlo. Si estamos arrepentidos, Él nos perdona en el acto y nos ayuda a no caer más en las tentaciones; esto hay que pedirlo constantemente, pues las tentaciones también se suelen presentar muy a menudo. No nos disfracemos de buenos; esta puede ser nuestra perdición; en todo el Evangelio de Jesucristo no hay palabras tan duras como las dirigidas a los disfrazados de buenos. Seamos libres, Dios nos ha dado esa libertad, usémosla. Sigamos el camino del Señor, que es el mejor para nosotros, pero si no queremos hacerlo así, pues sigamos el nuestro. No queramos jugar a dos bandos, porque puede ser muy peligroso, podemos creernos que lo estamos haciendo bien, cuando no es así.

Ahí está la salvación. Esto no es privilegio de unos pocos, es para todos. Aprovechemos todas las oportunidades que el Señor nos da. No rechaces nada que venga del Señor. Aunque parezca mentira, es un buen interlocutor. Acostúmbrate a dialogar con Él. Hay algo que nunca falla para reconocer si las cosas son de Dios o no, esto es, sus

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frutos. Si los frutos son buenos, eso es de Dios y no tengas miedos inútiles. Es preferible equivocarse y rectificar que no andar.

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LO QUE PODEMOS DECIR A DIOS

Motril, -09-10-1990¡No cabe duda que somos unos privilegiados!

Esto lo dijo mi esposa, y añadió: -Tenemos las visiones que nos ayudan. Yo, por mi parte, he escuchado dos veces la voz de Dios en

perfecto español. Me pregunto: ¿Qué hubiese pasado si cuando escuché la voz que me decía: “A Granada”, no nos hubiésemos venido? ¿Y cuando escuché la voz: “Baja al bajo y ora. Tu final está cerca”, yo no hubiese bajado?

La verdad es que Dios se dirige a uno, pero no le obliga. Yo diría que Dios nos insinúa lo que es mejor que hagamos; nos propone lo que es mejor para nosotros, es bueno recordar esto.

-Vende lo que tienes, dáselo a los pobres y sígueme. Esto que Jesucristo le pidió al joven rico puede parecernos una

barbaridad y que no puede ser para nuestro bien. Lo mejor que podemos hacer es observar a los que lo han puesto en práctica. Investígalo, verás que es un hecho real. Todos lo que han hecho esto viven mucho mejor que antes. El joven rico, del Evangelio, no se creyó que eso que Jesucristo le pedía era para su bien. Se fue triste y de seguro siguió triste el resto de su vida.

Decía ayer a mi esposa: Podemos poner un obstáculo a lo que Dios nos pide, podemos

hacernos los sordos, podemos decir: “Lo pensaré”, podemos aparentar que hacemos, podemos negarnos en redondo. A partir de ese momento que ponemos ese obstáculo a Dios, comienza nuestro sufrimiento y no acaba hasta que levantamos ese obstáculo. Si dura un día, sólo tendremos un día de sufrimiento; si dura unas horas, pues sólo sufriremos unas horas; si dura años, el sufrimiento será mucho mayor; y si no quitamos los obstáculos que hemos puesto, el sufrimiento puede durar toda la vida. Convenzámonos, Dios quiere siempre lo mejor para nosotros, esto lo he experimentado hasta la saciedad.

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Desde que dejamos el comercio de Barcelona y limitamos nuestra economía cubriendo gastos, hemos ido a mejor. Hemos ido disminuyendo los gastos y las ataduras a las cosas del mundo. Dios, si nos dejamos, nos va moldeando. De tal manera eso es así, que a más cosas que dejamos, más llenos de Él nos sentimos y más felicidad tenemos. La felicidad sólo viene de Dios. En las cosas del mundo, puede haber -y de hecho hay- placer, cosa esta muy distinta a la felicidad. Hoy estoy desacelerando la economía y en pocos años quedará reducida a un mínimo de mantenimiento. ¿Para que complicarse? Si Dios basta es que basta y todo lo demás sobra. “El cartucho de dinamita blanco explosionará a su tiempo”. Estoy sufriendo una convulsión espiritual que sólo Dios puede parar; me está quitando el gusto por las cosas del mundo; solo me interesa Él.

¡Cuantos sufrimientos inútiles hemos tenido en nuestras vidas!¿Cuántos sufrimientos podríamos ahorrarnos con solo renunciar a

nuestros gustos, pasiones, orgullo, dinero sobrante, etcétera? Cuando un rico muere, ¿sabéis lo que pienso?, que de verdad acaba de morir un desgraciado. Toda la vida cuidando sus riquezas, aumentándolas con miedos: la bolsa sube o baja, atracos, secuestros, todo eso hace que esas riquezas no sean útiles para llevar una vida feliz, pero…, muerto… ¿le serán de utilidad? Veamos lo que dice el Evangelio:

-Más difícil es que un rico entre en el Reino de los Cielos que un camello pase por el ojo de una aguja.

-No os afanéis por las cosas de este mundo que la polilla corroe…

-Vende todo cuanto tienes y distribúyelo a los pobres, y tendrás un tesoro en los Cielos.

-Vuestro Padre que está en los Cielos sabe de que cosas tenéis necesidad.

Es aquí donde reside el secreto: Dios sabe lo que nos hace falta y eso basta. Él conoce nuestras necesidades y nuestra oración debe ser así: “Señor, dame aquello que tú sabes que necesito, aquello que tú sabes que más me conviene, aquellas cosas que más pueden acercarme a ti. Gracias, Señor, por haberme quitado tantas y tantas cosas: ambiciones, trampas, cosas inútiles, orgullo, ambición, etcétera. Gracias Señor, por el cambio tan grande obrado en mí y en mi familia. Gracias, Señor”.

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DOS SEÑORAS CONVERSAN EN LA CALLE

Orgiva, 22-09-1990Estaba leyendo el capítulo 1 de Las confesiones de San Agustín. Mejor dicho, estaba terminando ese capítulo. De pronto, llamó mi atención una conversación que dos señoras mantenían en la calle. Yo estaba sentado en la silla, junto a la mesa y la ventana del comercio (herbolario). Esta ventana da a la calle y las dos señoras quedaban frente a mí. Yo observaba sus movimientos y escuchaba sus palabras a la perfección. Una de ellas decía:

-¿Qué tal, como vas?-Mira, he tenido que ir otra vez al médico. Estas flemas no se van

de la garganta. Tendré que ir otra vez al médico.-¿Pero comes?-Claro, estoy comiendo; no voy a estar sin comer siempre, las

flemas no se van y tengo un malestar grande en la garganta. Tendré que ir otra vez al médico.

Ambas mujeres se fueron, una para un lado de la calle y la otra, para el lado contrario. Yo seguí en mi sitio y así permanecí largo rato, inmóvil, mirando para el mismo lugar, a pesar de ya no estar delante las dos mujeres. Me daba igual lo que había delante de mí; ahora era mi mente la que pensaba. Mis ojos nada veían. Pensé: “Yo puedo solucionarle este problema a esta señora. Con sumo gusto le diría lo que tiene que hacer. Tengo aquí el producto ideal. Sé exactamente lo que debe hacer para quitarse su mal”. Entonces… ¿qué es lo que falta? Falta lo siguiente: que esa mujer quiera confiar en mí; mejor dicho, que tenga fe en que eso que yo le diga es su tabla de salvación. Al no conocer yo a ninguna de las dos mujeres, supuse con cierta lógica que ellas a mí tampoco me cocían. Si eso decían a las puertas de un herbolario, estaba claro que no conocían las propiedades de estos productos y que tampoco tenían mis conocimientos en este campo. Estos razonamientos me impidieron poder decirles nada a estas mujeres. Pensé: “Algo así debe pasarle a Dios en relación con nosotros y nuestros males. Dios está deseando

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de ayudarnos, pero si nosotros no tenemos un mínimo conocimiento de Él, será muy difícil que Dios pueda actuar en nosotros, a pesar de su gran empeño por ayudarnos”. Este conocimiento de Dios puede venirnos a través de un libro, una predicación, por el consejo de un amigo etcétera.

Hay un inmenso abismo entre el que tiene fe y el que no la tiene. Un hombre con fe en Dios puede estar equivocado y hacer el mal,

pero siempre tiene la posibilidad de que Dios le hable y él entienda. Sin un mínimo de conocimiento de Dios, sin nada de fe, esa posibilidad es casi nula. Vamos por la vida y no nos acordamos de Dios. Cuando la vida nos sacude fuerte, con accidentes, enfermedades, etcétera, entonces acudimos a Dios. Para el que no tiene ese mínimo, la posibilidad de enfocar bien su vida es casi nula. Es por eso que es imprescindible un mínimo conocimiento de Dios, a pesar de que ese mínimo pueda parecer, (y de hecho lo sea), insuficiente. Dios, a través de ese mínimo, puede hacer un máximo.

Con cinco panes comieron cinco mil hombres. ¿Hubieran comido de no haber ningún pan? Quizá si.

Mónica, madre de San Agustín, presiona al obispo para que este hable con él y le convenza de sus errores. El obispo confía más en Dios que en la acción de sus palabras. Le dice:

-Sigue orando y pidiendo a Dios, pues no puede perderse hijo de tantas lágrimas.

En esta conversación, se ve clara la confianza de aquel obispo en Dios. Cuando una conversación puede derivar en polémica, es mejor retirarse a tiempo y no emprenderla, como en el caso del obispo. Mejor recurrir a Dios, y cuando Él ponga receptiva a esta persona, entonces, y sólo entonces, es cuando puede ser muy efectivo nuestro consejo.

Es curioso el sueño de Mónica, madre de San Agustín descrito en este capítulo. Veamos el sueño:

Soñé, pues, que estaba muy triste y desecha en lágrimas, de pié, sobre una regla de madera, y que venía hacia mi un joven resplandeciente, con rostro alegre y risueño, y me preguntaba la causa de mi dolor y de mis continuas lágrimas, no para saberla, si no como se suele hacer, para consolarme. Y como ella respondiese que lloraba mi perdición, díjola que no se acongojase, si no que

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mirase bien y reparase que donde ella está, estaba yo. Miró ella con atención, y me vio que estaba yo de pie, junto a ella, sobre la misma regla.

Este sueño me recuerda una visión dirigida a mí. Visón: te he visto a ti, o a un hombre, (no recuerdo este detalle), mirando hacia unas plantas pequeñas que habían cerca de ti, y no veía una planta grande que había junto a él, alta y crecida, y que eras tú mismo.

Como vemos el lenguaje es igual o parecido. Siempre, en sueños o visiones que vienen de Dios, la dificultad es la misma, esto es, la interpretación.

San Agustín dice a su madre:-Eso quiere decir que no te acongojes ni te preocupes, pues tú

acabarás donde yo estoy, junto a mí.Mónica responde: -No, por que no me dijeron “donde él está estas tú”, sino: donde

tú estás, está él.Este lenguaje de Dios presenta sus dificultades, pero cuando hay

buena voluntad y se busca la verdad, el lenguaje acaba por ser perfecto. Es perfecto porque evita que otros, que no sean Dios, puedan conocer tu interior, y a la inversa, que tú puedas saber el interior de otros. Se puede saber que todo va mejor si la visión es toda blanca, y si todo sale negro, pues que va peor; pero también puede referirse a la acción de un día, a una pregunta concreta, etcétera. Nunca, a través de este lenguaje puedes adivinar el interior de una persona, esto es cosa reservada a Dios. Ponerle pegas a este lenguaje es como ponerle pegas a la Creación; Dios la hizo perfecta, aunque nosotros no somos perfectos, por nuestra desobediencia a Dios.

El lenguaje de Dios es perfecto, aunque nosotros podamos hacerlo imperfecto al intentar acomodarlo a nuestros deseos. Es un peligro que existe, aunque no por ello debemos prescindir de él; por el contrario, tomando las precauciones debidas, debemos lanzarnos por ese camino que Dios pone a nuestro alcance.

Ayer y anteayer salieron visiones dirigidas a mí, estas fueron: una bota blanca y un coche antiguo blanco.

La primera me dice; que el camino escogido es bueno.

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La segunda me dice que, a pesar de haber usado un método antiguo, regañar a los hijos, resultó ser bueno, dadas las circunstancias. Ambas visiones me dan ánimo y me tranquilizan.

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¡SANTA TERESA….! TERESA

Orgiva, 20-08-1990Sí. Cuando esta mujer vivía y luchaba en este mundo, se llamaba Teresa.

Comienzo así este relato para desmitificar las cosas. Si siempre digo Santa Teresa, mi escrito y mi mente se salen de la tierra y puede parecer cosa inalcanzable. Es una sensación que yo tengo, a mi me pasa. ¡Santa Teresa…! A mi se me va de las manos, no puedo remediarlo, me suena demasiado lejos y demasiado alto. No; prefiero un escrito más sencillo, más bajo, pisando tierra. En definitiva, todos somos eso: tierra, agua y barro. Sus íntimos, en su tiempo, seguro le llamaban Teresa a secas y así le vamos a llamar nosotros. Yo estoy seguro, segurísimo, de que a ti, desde el cielo, te va gustar que te llamemos así: Teresa. ¿Verdad que sí?

Que tú fuiste una santa, nadie lo ponemos en duda, eres y lo fuiste santa porque así lo quiso Dios, y tú, y aquí viene tu aporte, te dejaste hacer por Él. Cuando uno lee el Libro de la vida de esta mujer, se da cuenta de dos cosas: que Dios se volcó en ella y que ella se dejó llenar por Dios.

¿Por qué Dios se volcó de una manera tan grande en una persona? Esto no lo sabremos nunca del todo; sólo por los efectos que produjo podemos sacar ciertas conclusiones. Dios, con sus manifestaciones, quiso dejar claro su existencia misma. Jesucristo es Dios, hay un Cielo con muchas moradas, varias escalas de felicidad. Algo parecido a lo de acá. Hay un Purgatorio, donde los no aptos para el Cielo se purifican y acaban siendo aptos. Hay un Infierno; ella lo menciona, lo que no menciona es su eternidad. A los hombres nos cuesta creer en la eternidad del Infierno. ¿Hay algún relato en el Evangelio o en revelación a alguna persona sobre la eternidad del Infierno? Si no fuera eterno… ¿Qué diferencia habría entre el Infierno y el Purgatorio?

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Otra cosa que queda clara es que hay muchos demonios que quieren nuestra perdición. Los demonios se encargan de aumentar nuestros sufrimientos allí y ponernos muchas dudas y fatigas aquí.

Otra cosa queda clara en este libro: el poder del demonio es limitado, y nada puede contra el hombre que vive colgado totalmente de Dios. Ella misma lo manifiesta cuando dice:

“Temo más a los hombres que temen al demonio que al mismo demonio, pues estos si pueden hacerme sufrir, pero el demonio sé que nada puede hacerme”.

El demonio nada puede contra Dios, la felicidad del cielo es muy grande y es imposible de describir. Los tormentos del purgatorio y del infierno son muy grandes, imposibles de describir, ella vivió por unos momentos estos tormentos.

La Virgen en una de sus apariciones en Fátima, les hace ver a los pastorcillos el Infierno. ¿Por qué hizo Dios esto? ¿Nos quiere asustar con estas visiones terroríficas? No, Dios, al hacer estas excepciones buscaba dos cosas: que lo queramos o no, eso está ahí y es muy malo; recordarnos con las visiones del Cielo y estados de felicidad, que el Cielo está ahí y es muy bueno.

Los resultados fueron, que tanto Teresa como los pastorcillos, se decidieron por una vida de aceptación plena del sufrimiento, para la reparación de los pecados. Es decir: Sus sufrimientos de acá hacían que otros hombres se convirtieran y no fueran a sufrir los tormentos de allá.

En mí, estos relatos han causado un impacto muy grande. Yo nunca he dado importancia al sufrimiento; hoy estoy planteándome la revisión de él. No lo entiendo, francamente no lo entiendo, pero si así lo quiere Dios, pues que sea así. Yo no puedo entender nunca las cosas de Dios, salvo que Él mismo me las aclare. Si me dejara llevar de mi mente, rechazaría totalmente estos planteamientos. Sólo cuando leo estos escritos tan simples y sencillos me hacen exclamar, al igual que Pedro:

-Por que tú lo dices, volveré a echar las redes.Es así. No puedo comprender esta relación de sufrimiento y

salvación aplicada a otros, pero está claro que Dios así lo ha querido y así lo tiene dispuesto desde el principio de los tiempos. Veamos:

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mi amigo el Rey comenzaría a mirar con mejores ojos a mi amigo Manolo si yo le hablo de él. Si mi amigo el Rey ve que yo me sacrifico por salvar de la miseria a mi amigo Manolo, él, un poco obligado por mi amistad, acabará salvando a mi amigo Manolo, al ver mi impotencia para conseguirlo yo.

Algo así debe ser este asunto: Yo, que soy amigo de Dios, le pido que haga algo por fulano, yo hago sacrificios para que eso sea una realidad, entonces, Dios realiza esa obra buena por fulano, por amistad. Esto es un intento de razonar lo que no puedo razonar. Debo parecer un hombre absurdo diciendo estas cosas, pero ese soy yo y no soy otro.

Hoy, 30-01-1995 que paso a limpio este escrito, diré que el sacrificio que yo estoy dispuesto a aceptar es total, pero siempre que sea un sacrificio que me venga dado en función de lo que yo tengo que hacer dentro de un plan de Dios. ¿Para que puede servir que yo me de puñetazos en las narices? Yo creo que el sacrificio que yo debo aceptar, es el desprestigio que pueda derivarse de que estos escritos se publiquen y me digan que soy un imbécil, y me den de puñetazos, incluso, me metan en la cárcel o me maten. Aquí yo estoy dentro de un plan de Dios y eso creo puede valer; pero darse patadas en las espinillas de una forma aislada…, ese dolor no creo que valga para nada.

Hoy, 30-07-2006, que paso al ordenador este escrito, diré que están ya a punto de publicarse los libros Lo que Dios me dijo; y, El poder de la oración. Es ahí donde van reflejados todo lo que Dios me ha dicho, y esto pasa a un segundo plano.

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LA TURBACIÓN DEL ALMA

Orgiva, 09-06-1990Del libro: Sabiduría de un Pobre. (Lecrerc):

Dijo Rufino:-Que fácil es hacerse ilusión sobre uno mismo y como se puede

sin enrojecer, tomar por inspiraciones del Señor lo que no es más que un impulso de nuestra naturaleza.

-Sí, la ilusión es muy fácil –respondió Francisco-. Por eso es tan frecuente. Hay, sin embargo, una señal que permite desenmascararla con toda seguridad.

-¿Cuál? –Preguntó Rufino.-La turbación del alma –respondió Francisco-. Cuando un agua

se pone turbia, es claro que no es muy pura. Pasa lo mismo en el hombre. Un hombre a quien invade la turbación deja ver que la fuente de inspiración de sus actos no es pura, está mezclada. Ese hombre esta empujado por algo distinto del Espíritu del Señor. Mientras un hombre tiene todo lo que desea, no puede saber si es verdaderamente el Espíritu de Dios el que le conduce. Es tan fácil elevar sus vicios a la altura de virtudes, y buscarse a si mismo bajo apariencia de fines nobles y desinteresados, y eso con la mayor inconsciencia. Pero cuando llega la ocasión en que el hombre que a si mismo se miente, se ve contradicho y contrariado, entonces cae la máscara, se turba y se irrita, detrás del hombre espiritual, que no era más que un personaje prestado, aparece el hombre carnal, vivo, con todas sus uñas, defendiéndose. Esa turbación y esa agresividad revelan que el hombre es llevado por otros fondos que los del Espíritu del Señor.

Sonó la campana de la ermita…-De repente –dijo Francisco, con la ayuda del Señor has vencido

tu voluntad de dominio y del prestigio. Pero no sólo una vez, diez, veinte, tendrás que vencerla.

-Me das miedo, Padre, -dijo Rufino-. No me siento hecho para mantener una lucha así.

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-No llegarás a ello luchando. Si no adorando –replicó dulcemente Francisco-. El hombre que adora a Dios reconoce que no hay otro todopoderoso más que Él sólo. Lo conoce y lo acepta, eso le basta.

(146)Si, hermano León. El hombre no es grande hasta que se eleva por

encima de su obra para no ver más que a Dios. Solamente entonces alcanza toda su talla, pero esto es difícil. Quemar un cesto de mimbre que ha hecho uno no es nada. Ya ves, aunque este muy bien hecho, pero despegarse de la obra de toda una vida es algo muy distinto. Ese renunciamiento esta por encima de las fuerzas humanas.

Para seguir un llamamiento a Dios, el hombre se da a fondo a su obra. Lo hace apasionadamente y con entusiasmo. Sólo el entusiasmo es creador; pero crear algo es también marcarlo con su sello, hacerse suyo inevitablemente. El servidor de Dios corre entonces su mayor peligro. Esta obra que ha hecho, en la medida en que él se apega, se hace para él el centro del mundo; le pone en un estado de imposibilidad radical. Será preciso un romperse para arrancarse de ella. Gracias a Dios, este rompimiento puede producirse, pero los medios providenciales puestos entonces en marcha son temibles, son la incomprensión, la contradicción, el sufrimiento, hasta el pecado mismo lo permite Dios. La vida de fe hace entonces su crisis mas profunda, más decisiva también. Esta crisis inevitable se presenta más pronto o más tarde en todos los estados de la vida.

-Coge a tu hijo, a tu único hijo, al que tu amas, y vete al país de Moria, y allí ofrécemelo en holocausto.

(160)El hombre que sigue su idea permanece cerrado en si mismo; no

comunica verdaderamente con los otros seres. No llega a conocer nunca el universo. Le falta el silencio, la profundidad y la paz. La profundidad de un hombre esta en su poder de acogimiento. La mayor parte de los hombres permanecen aislados en si mismos, a pesar de todas las apariencias. Son como insectos que no llegan a despojarse de su caparazón. Se agitan desesperadamente en el interior de sus límites. Creen haber cambiado algo, pero mueren sin

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haber visto siquiera la luz. No se han despertado nunca a la realidad. Han vivido en sueños….

(161)Pienso que es difícil aceptar la realidad. Y, a decir verdad,

ningún hombre la acepta nunca totalmente. Queremos siempre añadir un codo a nuestra estatura, de una u otra manera. Tal es el fin de la mayor parte de nuestras acciones. Aún cuando pensamos trabajar por el Reino de Dios es muchas veces eso lo que buscamos, hasta que un día tropezando con un fracaso, un fracaso profundo, no nos queda más que esta sola realidad desmesurada: Dios es. Descubrimos entonces que no hay más todopoderoso que Él, y que Él es el solo Santo, el solo Bueno. El hombre que acepta esta realidad y que se goza hasta el fondo de ella ha encontrado la paz. Dios es, y eso basta, pase lo que pase, está Dios, el esplendor de Dios. Basta que Dios sea Dios. Solo el hombre que acepta a Dios de esta manera es capaz de aceptase verdaderamente a sí mismo. Se hace libre de todo querer particular. Ninguna otra cosa viene a turbar en él el juego divino de la creación.

(162)Nos es preciso aprender a ver el mal y el pecado como Dios lo

ve. Eso es precisamente lo difícil, por que donde nosotros vemos una falta a condenar y castigar, Dios ve primeramente una miseria a socorrer. El Todopoderoso es también el más dulce de los seres, el más paciente. En Dios no hay ni la menor traza de resentimiento. Cuando su criatura se revuelve contra Él y le ofende, sigue siendo a sus ojos su criatura. Podría destruirla desde luego, pero, ¿Qué placer puede encontrar Dios en destruir lo que ha hecho con tanto amor? Todo lo que Él ha creado tiene raíces tan profundas en Él…Es el más desarmado de todos los seres frente a sus criaturas, como una madre ante su hijo. Ahí esta el secreto de esta paciencia enorme que, a veces, nos escandaliza. Dios es semejante al padre de familia ante sus hijos ya mayores y ávidos de adquirir su independencia.

148) El hombre no es salvado por sus obras, por muy buenas que

sean. Es preciso que se haga él mismo obra de Dios.

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Esto es precisamente lo difícil, el llegar a ser obra de Dios. Dios nos exige muchas renuncias a través de nuestra vida, y todas esas renuncias van encaminadas a que lleguemos a ser verdaderas obras de arte en las manos de nuestro Creador.

Todos estos relatos muestran la sensibilidad de San Francisco, ya en su etapa más avanzada de su corta vida. Él sufrió lo indecible cuando llegó la incomprensión de los más allegados, y también de los más lejanos. No es fácil llegar al final de nuestras vidas y contemplar, que la obra nuestra queda totalmente en manos del Señor, y que de aquel río de ilusiones que en un principio nos impulsaba queda muy poco y se ha hecho muy poca cosa. Dios nos impulsó a hacer y nos mostró el camino, pero nosotros hemos perecido en ese caminar. Dios prefirió que nosotros pereciéramos y la obra la terminara otro. Así ha sido siempre y así seguirá siendo. Dios nos quiere a nosotros y lo que hagamos cuenta en relación a nuestra fidelidad a sus mandatos.

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RELATO DEL VIAJE A MADRID

Orgiva, 09-04-1990Raúl vio a Maribel: Una vieja blanca.

A papá: Un espacio negro. Se abría una puerta y salía resplandor blanco. Un gusano, como los de dibujos que no se acababa, era blanco.

Pedí aclaración y salió una estrella blanca.

Motril, 10-04-1990.Mi pregunta fue: “¿Señor debemos ir a Madrid con el grupo de Zaragoza para estar con ellos la semana santa?”.

Esta vez fue cuando salió la visión del espacio negro y el gusano; después la estrella blanca. Antes había salido un coche blanco y dentro había un caballo blanco.

Si analizamos todas estas visiones, veremos que Dios dijo sí.Por la del coche, dijo sí al viaje y que, además, debíamos llevar

algo.La estrella blanca nos dice que Dios está en medio. Los puntos

rematados en nudos son los diferentes grupos, o iglesias que pregonan a Jesucristo y su Evangelio.

Con la del espacio negro y el gusano, Dios nos dice: “Debéis ir a ese grupo que tiene luz para poder iluminar la parte negra que vosotros tenéis. La luz está allí, en ese grupo y vosotros debéis abrir la puerta para que la luz salga y os inunde”.

El gusano grande de luz, somos nosotros, que salimos de la habitación (grupo) y nos marchamos a nuestra tierra.

¿Por qué un gusano? Por que dentro de la Iglesia Católica eso es lo que somos gusanos. No podemos hablar de esto con nadie, es lamentable, pero es así. Se quieren los frutos, pero no se acepta el procedimiento empleado. Si yo dijera de formar un grupo con imposición de manos, con oración y explicación del Evangelio, donde todos puedan manifestar sus inquietudes, sus avances y retrocesos, donde el Espíritu Santo pueda actuar sin cortapisas…

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Ejemplo: si en una imposición de manos, uno llora, aceptar que ese llanto es obra de Dios; si se cura de su ceguera, cáncer, o lo que fuera, pues aceptarlo como lo que es: obra de Dios. Si la persona manifiesta que ha sentido paz, alegría, u otras emociones, reconocer que es Dios y su Espíritu quienes han actuado en él. Los primeros cristianos así lo aceptaron; hoy, muchos grupos y algunas iglesias cristianas así lo aceptan. La Iglesia Católica no se si lo acepta, o no en teoría, pero en la práctica poner en marcha un grupo de estas características es imposible.

Cuando hace cinco años, tuvimos en nuestro grupo las primeras visiones, yo decidí decírselo al párroco de Orgiva; también a mi hermano Manuel que es sacerdote, y a mi amigo Paco, que también es sacerdote en Málaga; pues bien, todos, sin excepción, dieron de lado al asunto. A Orgiva vino otro sacerdote y también le hablé de ello, le invité a venir a casa por tres veces, pero nunca vino. A este último párroco no le he dicho nada. La experiencia me dice que trabas y más trabas es lo que puedo encontrar dentro del seno de mi propia Iglesia, a la cual pertenezco y quiero seguir perteneciendo.

Si Dios tiene dispuesto que hoy se realicen esas manifestaciones y la iIglesia Católica se niega a aceptarlas, Dios no tendrá más remedio que realizarlas fuera ella, esto es totalmente lógico. Si yo quiero dar un cesto de comida a los pobres, lo puedo realizar perfectamente a través de Caritas, pero si Caritas me lo rechazara, no tendría más remedio que buscar otra organización o algún particular para llevar ese cesto de comida que yo quiero llegue a los pobres. Si no busco a otra persona u otra organización, los pobres se quedarían sin comer, y eso no sería justo.

Hoy, el mundo tiene más hambre de Dios que de alimentos, por tanto, no es de extrañar el esfuerzo que Dios está haciendo para acercarse a los hombres, y esto a través de quien sea. Yo estoy seguro, y conozco casos, que lo ha hecho a través de católicos, pero las dificultades encontradas a través de esta Iglesia son infinitas, por tanto no nos debe de extrañar que Dios esté operando a través de otros grupos o iglesias.

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EL MENSAJE PROFETÍCO

Orgiva, 12-03-1990¿Qué pasó en Madrid? A Madrid llegamos el Jueves Santo, día 12, a la una del medio día. A las cinco hubo una reunión de oración que duró cinco horas. Hubo un receso de una hora y se comenzó de nuevo la reunión a las once de la noche para terminar a la una del día siguiente. Más o menos ese ha sido el horario seguido, jueves, viernes y sábado. El domingo se hizo de once a dos de la mañana. Las mañanas del viernes y sábado se hicieron reuniones de grupos más pequeños y más informales, donde todos participábamos contando nuestras experiencias. A mí me vino muy bien. Llevaba muchos años sin poder hablar de las visiones y de lo que es mi vida hoy. Allí, pude hablar de todo esto con total libertad. Había gentes de Galicia, Madrid, Valencia, Alicante, Barcelona, Zaragoza, Bilbao y nosotros de Granada. Si había de otros sitios, no lo sé. En total, unas ochenta personas y unos veinte crios. Tres o cuatro de estos niños eran como mi Raúl, de unos catorce años.

Nosotros éramos los más viejos, predominaban los jóvenes, entre veinte a treinta años. La comida se hacía para todos en la misma casa, era una planta baja con patio. El desayuno se tomaba en el lugar de dormir, había otros dos pisos, además de esta planta baja. Nosotros dormíamos en un piso cerca de la Plaza Castilla, dentro de Madrid. Todo el suelo del piso, incluidos los pasillos, comedor, galería y cocina, estaban llenos de gente durmiendo. A pesar de esta aparente incomodidad, el ambiente era alegre, mención especial para la pareja gallega; Jesús, el médico; y otro alto que no recuerdo el nombre, los dos eran muy simpáticos.

El primer día, me impuso las manos Juan José; el segundo día el que tiene nombre de santo; y el tercero, nuevamente Juan José. Yo no sentí nada en particular ninguna de las tres veces. Oraba pidiendo a Dios me llenara de su Espíritu. Esto lo hacía mientras duraba la imposición de manos. Las tres veces duró poco, apenas tres minutos. La primera vez habló Juan José:

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-Hijo, conozco tus ansias por venirte conmigo. Ten paciencia, tienes que mostrar al mundo mi verdad. Serás de mirada dulce y derramarás lágrimas. Con tu palabra y tus obras descubrirás al mundo su mentira.

La segunda vez, cuando Santos me impuso las manos, dijo algo que no recuerdo, (fue poco). Esta vez estaba presenta Ignacio y tuvo una visión mientras me ponían a mí las manos, fue la siguiente: un mastodonte, hombre de acero que andaba con mucha dificultad, daba pasos inciertos, al avanzar, pisaba a alguien, andaba muy rígido. Ignacio me dijo:

-Creo debes relajarte en la vida y vivirla con soltura. No harás daño a otros y tú disfrutarás más.

La visión está clara y la explicación dada por Ignacio, que fue el que la tuvo, me satisface, porque creo que se corresponde con mi realidad. Soy duro (acero), quiero avanzar hacia Dios rápido, pero la verdad es que avanzo con mucha dificultad y al hacerlo, suelo exigir demasiado a mi esposa (pisotón). El consejo dado en la explicación me viene bien.

Sólo recuerdo muy poco de lo que dijo Juan José la segunda vez, pero era una invitación al silencio y a la oración.

El principio de lo que dijo la primera vez refleja exactamente mis sentimientos. (“Tus ansias de venirte conmigo”). Por lo que sigue, veo que no está tan próximo como yo suponía.

-Ten paciencia. Todo lo que sigue es profético y sólo el tiempo puede confirmarlo o desmentirlo.

A mi esposa también se las impuso; sólo recuerdo estas palabras:-Sé fuerte en tu pequeñez. Supongo que ella recordará algo más.Yo hablé de nuestra experiencia de oración en grupo, de las veces

que Dios ha intervenido en mi vida y del cambio que hemos experimentado mi familia y yo. Dije:

-Yo pertenezco a la Iglesia Católica y es allí donde desarrollo mi actividad. Estas palabras mías, hicieron mella en la joven Paz. Al otro día, esta joven se expresó así delante de casi todos:

-Pido perdón a José y a Carmen, por juzgarlos mal. ¿Quién soy yo para juzgar a nadie? Cuando dijo lo de “católicos”, mi mente

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comenzó a pensar y a darle vueltas. Soy todo cerebro y me falta corazón.

Esto último ya lo dijo con las lágrimas en los ojos. Yo le respondí:

-Si esto te libera, quiero que sepas que estás perdonada de antemano. Te ha pasado a ti lo que me pasó a mí la primera vez que fui a Zaragoza, sólo que yo no pedí perdón, además me levanté e insulté a Juan José y a los demás que allí estaban. Yo soy más torpe y bruto que tú. No reconocí hasta pasado mucho tiempo mi error, cuando Dios me envió por dos noches seguidas un vientecillo fresco que me dejó libre de pensamientos malos hacia este grupo.

De hecho, casi todos los componentes de este grupo, provienen de la Iglesia Católica. Es lamentable, pero es un hecho real como la vida misma. La Iglesia Católica se desangra por falta de la adaptación al medio; lamentable, pero cierto. Cuando hablas con Testigos de Jehová, pasa lo mismo, la mayoría provienen de esta Iglesia.

Yo he participado en los Carismáticos Católicos, pero tienen del todo trabado al Espíritu Santo. Si hay manifestaciones de visiones, no se pueden decir y todo está tan reconducido, lo que hace que se estreche demasiado el canal. Al fin no se ve nada o casi nada, los cambios que veo en estos grupos carismáticos son mínimos si los comparamos con este grupo de Zaragoza.

Hoy, 19-01-1995, que paso a limpio este escrito, diré que todo lo profético que me dijo Juan José se cumplirá. El Señor me ha llenado de su verdad en el silencio de la noche. Casi todos los sueños, los he tenido durante la noche, mientras dormía.

Hoy, 4-08-2006, que paso este escrito al ordenador, diré que el mensaje ya está todo comunicado y ha sido en el silencio. Ahora ya está en Internet para su publicación. Puede que tarde unos dos o tres meses en publicarse.

Yo sigo recopilando cosas de las que tenía escritas, y creo que a primeros del año que viene tendré otros dos libros a punto de meterlos en Internet.

Todo se cumplirá.

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Que Dios nos bendiga a todos.

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TU DIOS DEBE SER OTRO DIOS

Orgiva, 11-02-1991Esta frase es la que pronunció mi amiga Remedios el pasado sábado.

Este matrimonio es de nuestra edad y tienen dos hijas y un hijo. Las dos hijas están casadas; y el hijo está soltero y tiene unos veinte años.

Mis amigos estaban nerviosos, discutían, sufrían por los problemas que creaban los hijos. Los problemas son reales y existen, pero en ese estado, los agrandaban. Él hablaba de su posible paso por el tribunal médico. Le preocupaba el pasar a ser pensionista. Ella discutía de los problemas con los hijos. Esta frase: “Tu Dios debe ser otro Dios”, la pronunció al recomendarles yo se pusiesen a orar y lo dejaran todo en manos del Señor. A mi esta frase me hizo meditar mucho. ¿Por qué mi oración surtía efecto y la de mi amiga no? La clave tenía que estar en algún sitio. Efectivamente, la clave está en lo siguiente: dejar actuar al señor. Cuando pedimos que Dios nos solvente algún problema es del todo imprescindible que nosotros dejemos de actuar, salvo que Dios nos pida actuemos en una dirección determinada. Nos debemos retirar totalmente a un lado; de lo contrario estorbamos la solución del problema. Estoy seguro que mi amiga pide con la misma fe que yo pido; la diferencia está en que yo he descubierto el método de dejar hacer a Dios, ella no sabe esto. Cuando ella pide la solución de sus problemas, lo hace pensando en una solución a su manera, tal como ella cree que se debe solucionar; por tanto, estorba la posible acción del Señor.

Yo recuerdo que mi actuación con el problema de mis hijos, que llegaban tarde a casa, nos hacían sufrir mucho. Fui radical cuando me decidí a dejarlo todo en manos del Señor. No volví a decirle nada a mis hijos referente a su llegada tarde a casa. Mi esposa decía:

-¡Ya te pasas…, ni tanto, ni tan calvo! Yo siempre respondía lo mismo:

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-Muchos años llevamos intentando solucionar este problema con todos los medios a nuestro alcance: castigos sin salir de casa, amenazas de que se marcharan, broncas, peleas, reuniones con ellos para hablar con calma del asunto, etcétera. Iniciativas no faltaron, pero todas tuvieron el mismo resultado: cada vez la cosa fue a peor. Ahora, todo lo he dejado en manos del Señor y a Él le toca solucionarlo. A mi me toca orar mucho, dándole gracias por lo bueno que aún tenemos, y pedirle solvente el problema que nos ocupa.

-Yo pienso que es demasiado el no decirles nada a los hijos, -insistía mi esposa.-Yo pienso que todo ahora depende de la actuación de Dios. A

nosotros nos toca orar y esperar.Los resultados fueron tan maravillosos que nunca me cansaré de

recomendar este simple y a la vez difícil sistema. Es simple, por que uno no tiene que hacer nada, pero es muy difícil, porque uno tiene que cambiar sus hábitos y costumbres. Uno tiene que dejar su manera de hacer y de actuar para que Dios resuelva lo que a nosotros nos hubiese gustado tanto solucionar con nuestra sabiduría e inteligencia.

El método es muy simple: sólo hay que sentarse cada día a orar y a esperar que Dios haga, y renunciar a ser el de antes. Sí, esto es así. La diferencia entre mi Dios y el de mi amiga no estaba en un Dios diferente ni en la diferente actuación de Dios. No, no había ninguna diferencia en la manera de actuar de Dios. La diferencia estaba en nuestra actuación. Tenemos que convencernos: no vale decirle a Dios que nos ayude, y además seguir nosotros intentando solucionar el asunto por nuestra cuenta. Además esto es de lógica: ¿Cómo sabremos que Dios nos ha solucionado un problema si nosotros lo estamos intentando continuamente? Si creemos que Dios lo puede todo, dejémosle actuar; así sabremos que ha sido Él y no nosotros quien ha resuelto el problema. De esta manera, nuestra fe se robustece. De la otra manera aunque el problema se solucionara, cosa (dudosa), la fe no se robustecería, pues siempre estaríamos pensando que fue nuestra inteligencia la que resolvió el asunto y no el Señor.

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Yo creo, que en el fondo, nuestro orgullo no nos permite pedir las cosas con verdadera fe. Es así. Nos gustaría una ayudita, pero que. al final, todo quedara como a nosotros nos guste; no lo que es mejor para los hijos, para nosotros y, por supuesto, como Dios ve que es mejor. Tenemos que llegar a tal comunicación con Dios que todo lo que Él nos diga lo hagamos de inmediato. Con toda seguridad, eso que Dios quiere que hagamos es lo mejor para nosotros y para los demás. Puede que de momento no veamos que la cosa es así, pero si esperamos con paciencia el curso de los acontecimientos, veremos que lo que Dios quiere siempre es lo mejor para nosotros y los que nos rodean.

Con mi esposa, a mí me pasaba una cosa. Ella decía:-Estoy cansada, no me ayudas…Cuando yo me ponía a ayudarla se me hacía imposible. ¿Por qué?

Ella quería que yo actuara exactamente igual que ella, todo igual, igualito.

-Mira -decía- los platos se colocan así, hacia abajo; aquí se echa el jabón, después se pasan a este lado…

Resultado de este método: ella trabajaba más diciéndome las cosas que haciéndolas. Ahora no pasa eso. Yo me pongo a fregar los platos después de comer, al medio día, y ella se sienta en la mecedora; le da el sol en invierno y a la sombra en verano. Se queda dormida una hora, más o menos, y descansa maravillosamente. Por mi parte, me resulta la más de divertido el fregar los platos. Para mí eso no es trabajo; tardo muy poco y, además, en invierno me sirve para calentarme las manos. Lo digo sinceramente: de este trabajo, lo insoportable era el método. El que mi esposa seguía sería bueno para ella, pero para mí no valía, y mucho menos tenerla a ella encima, diciéndome cómo había de hacer las cosas.

Lo mismo le debe pasar a Dios. Para Él, lo más insoportable debe ser que, al decidirse a ayudarnos, nosotros le estemos dando consejos de cómo hacerlo. Sentémonos en la mecedora al sol, quedémonos dormidos totalmente, Al despertarnos, estaremos descansados para poder seguir haciendo otras faenas y seguro que los platos estarán limpios y colocados en el platero, y sin esfuerzo alguno por nuestra parte. Para un hombre fuerte y descansado como yo, ¿Qué es fregar unos platos? Ni me entero, si me dejan solo.

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¿Qué trabajo es para Dios actuar y solucionarnos cualquier problema que tengamos? Dios es muy fuerte y además es todopoderoso. Ni se entera, si le dejamos.

Conclusión: echémonos una cabezadita al sol o a la sombra, según la estación del año, y esperemos los resultados. Descansemos profundamente, tomemos tila con manzanilla, si hace falta, pero durmamos profundo mientras Dios actúa. No pretendamos decirle a Dios cómo se deben hacer las cosas.

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EL INFIERNO

Orgiva, 16-02-1991Dice Lucía de Fátima: Abrió de nuevo las manos y su luz penetró la tierra.Vimos un mar de fuego y sumergidos en este fuego, los demonios y las almas, como si fuesen brasas, transparentes y negras, o bronceadas, con forma humana, que flotaban en aquel incendio sostenidos por las llamas que salían del mismo con nubes de humo, cayendo en todas partes como caen las chispas en todos los grandes incendios; sin peso ni concierto, entre gritos y gemidos de desesperación que horrorizaban y hacían temblar de dolor y espanto. Los demonios se distinguían por formas horribles y repugnantes de animales espantosos y desconocidos, pero transparentes, como carbones negros calentados al rojo vivo.

Santa Teresa de Jesús, Libro de la Vida, páguina143:Estando un día en oración, me hallé en un punto toda, sin saber

como, que me parecía estar metida en el infierno. Entendí que quería el Señor que viese el lugar allá, me tenía aparejado y yo merecido por mis pecados.

Ello fue en brevísimo espacio; más, aunque yo viviese muchos años, me parece imposible olvidárseme.

Parecía la entrada a manera de un callejón muy largo y estrecho, a manera de horno, muy bajo, y oscuro y angosto; el suelo me pareció de un agua como lodo, muy sucio y de pestilencial olor, y muchas sabandijas malas en él; a el cabo estaba una concavidad metida en una pared, a manera de un alacena, a donde me vi meter en mucho estrecho. Todo esto era deleitoso a la vista en comparación de lo que allí sentí. Sentí un fuego en el alma que yo no puedo entender decir de la manera que es. Los dolores corporales tan insoportables que, con haberlos pasados en esta vida gravísimos y, según dicen los médicos, los mayores que se pueden acá pasar porque fue encogérseme todos los nervios cuando me

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tullí, sin otros muchos de muchas maneras que he tenido y aun algunos, como he dicho, causados de el demonio, no es todo nada en comparación de lo que allí sentí y ver que habían de ser sin fin y sin jamás cesar. Esto no es nada en comparación de el agonizar del alma; un apretamiento, un ahogamiento, una aflicción tan sentible y con tan desesperado y afligido descontento, que yo no sé como lo encarecer. Por que decir que es estarse siempre arrancando el alma, es poco, por que aun parece que otro os acaba la vida; más aquí es el alma mesma la que se despedaza. El caso es que yo no se como encarezca aquel fuego interior y aquel desesperamiento sobre tan gravísimos tormentos y dolores. No vía yo quien me los daba, más sentíame yo quemar y desmenuzar, a lo que me parece, y digo que aquel fuego y desesperación es lo peor.

Estando en tan pestilencial lugar, tan sin poder esperar consuelo, no hay sentarse ni echarse, ni hay lugar, aunque me pusieren como este agujero hecho en la pared; porque estas paredes que son espantosas a la vista, aprietan ellas misma y todo ahoga. No hay luz si no todo tinieblas oscurísimas. Yo no entiendo cómo puede ser esto, que con no haber luz, lo que a la vista ha de dar pena todo se ve. No quiso el Señor entonces viese más de todo el infierno; después he visto otra visión de cosas espantosas, de algunos vicios el castigo. Cuanto a la vista, mas espantosos me parecieron, mas como no sentía la pena, no me hicieron tanto temor, que en esta visión quiso el Señor que verdaderamente yo sintiese aquellos tormentos y aflicción en el espíritu, como si el cuerpo los estuviese padeciendo.

Mateo, 25: 41-46, dice:Y dirá a los de la izquierda: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles”.

Mateo, 7-19, dice: El árbol que no da fruto es cortado y arrojado al fuego.

Marcos, 9: 43-48, dice:

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Si tu mano te escandaliza, córtatela, mejor te será entrar manco en la vida que con ambas manos ir a la gehenna, al fuego inextinguible, donde ni el gusano muere ni el fuego se apaga.

Si tu pie te escandaliza, córtatelo… Si tu ojo te escandaliza, sácatelo, más te vale entrar en el Reino

de Dios con uno, que con dos ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y su fuego no se extingue.

Lucas, 26:23:En el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio a

Abraham desde lejos y a Lázaro en su seno.

Mateo, 25:46:E irán estos al tormento eterno; más los justos, a la vida eterna.

Mateo, 24:51:Y los castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas;

allí será el llanto y el crujir de dientes.

No se si habrá más personas a las que Dios le haya mostrado el infierno; seguramente que sí, pero yo no las conozco ni tengo noticias de ellas; por tanto me remito a los escritos de la vidente Lucía de Fátima, que aún vive, y a Santa Teresa de Ávila. Ambos documentos son para mí auténticos y verdaderos. También he recogido los relatos del los Evangelios que más claramente nos hablan del infierno. Estos últimos, para mí son mucho más fiables que los anteriores. Por mi parte, no tengo ninguna experiencia referente al infierno. Sí he visto un par de veces al demonio en visión; aunque este dato no prueba mucho, prueba mucho más la cantidad de veces que Santa Teresa lo vio, y algunas veces hasta hablo con él. Por tanto, yo creo firmemente que existen los demonios y también el infierno. Afirmado esto, paso a decir mis pensamientos a este respecto: lo creo por que es una evidencia innegable, pero no por que yo llegue a comprenderlo; mi razón, como supongo que la suya, se niega a aceptad su existencia. Veamos: Dios es mi Padre y mi Creador, Dios me ama como a un hijo. Comparemos: yo soy padre de siete hijos. Jamás condenaría a

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ninguno de ellos a un tormento semejante, por mas perrerías que me hicieran; no lo duden , jamás…Mi mente, mi amor hacia ellos, mi razón, todo mi ser se niega a aceptar semejante suplicio, y mucho menos, por toda una eternidad. Si aún fuera como corrección, me parecería posible, pero… ¡eternamente!, eso es demasiado. Lo digo como lo siento, para mí eso es una barbaridad del todo fuera de lugar. Una vez más, he de decir aquí que yo no comprendo a Dios.

Nunca abarcaremos a Dios, nunca. En la vivencia del “Lago azul”, yo viví la felicidad más grande que el hombre haya podido imaginar. Si no lo vives, nunca podrás saber de lo que te estoy hablando. Nunca lo sabrás si tú no llegas a vivirlo. Lo que yo pueda relatar de esta experiencia no sirve de nada. ¿Qué podría comprender un ciego de nacimiento sobre los bellos colores y hermosura de la naturaleza? ¿Que podremos decirle a un sordomudo sobre la agradable melodía de la música? Todo inútil. O le damos vista y oído, o ambos se quedarán sin saber nada de lo que le estamos diciendo. Por eso, aquí no diré nada de esa felicidad que yo viví; sería totalmente inútil. No obstante, para mí fue muy útil el haber tenido esta experiencia, pues me convenció de algo que mi razón no podía abarcar: una felicidad total reservada para el hombre y, según los Evangelios, por una eternidad. Sólo puedo decirte que yo lo he vivido. Hoy no puedo poner razones que te convenza de su existencia, de la existencia de un Cielo, sólo puedo decirte que si yo lo he vivido es que existe. Lucía y Teresa vivieron el infierno, o lo vieron; luego, existe. Lo creo a pie juntillas, como se dice por esta tierra, a pesar de que no lo comprenda. Francamente, que Dios me haga un regalo tan maravilloso y para una eternidad, no lo comprendo del todo, pero lo acepto y me gusta.

Que Dios tenga reservado un sufrimiento tan grande para el hombre, aunque se porte del todo mal, lo creo, pero no lo comprendo, francamente, no me gusta. Me da la impresión como si Dios se excediera en su justicia. Naturalmente, esto es imposible, pero esa es mi impresión. Cualquier razonamiento para entender el infierno es inútil. Dios es Dios y eso debe bastarnos, debemos seguir sus caminos y de seguro llegaremos a ese premio prometido. No es que debamos olvidar el infierno, pero no es lo más adecuado el tenerlo siempre presente en nuestras relaciones con Dios. Mis

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hijos, estoy seguro, tienen más en cuenta el cariño de sus padres, que el castigo que de nosotros puedan recibir. Nuestras relaciones con Dios deben ser eso: de padres a hijos, y viceversa. Posiblemente, sólo llegue a condenarse aquel que, voluntariamente, renuncie a estas relaciones amistosas y confiadas.

Cuando vemos que no podemos resistir una tentación, acudamos con insistencia a nuestro Padre Dios. Él siempre acude en ayuda de sus hijos; todo depende de nuestra sinceridad en las peticiones.

Hoy, 07-12-1994, que paso en limpio este escrito, diré que ratifico todo lo que aquí afirmo.

Hoy, 18-10-2006, que paso al ordenador este escrito, diré que ratifico todo lo que aquí afirmo. Nada ha cambiado en mí.

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EL MÉTODO

Orgiva, 09-03-1991Este bolígrafo con el que ahora plasmo mis pensamientos es bonito, escribe muy bien, me gusta; pero si digo de escribir un poco rápido, como ahora lo estoy haciendo, a poco se niega a escribir más y se para. Es curioso, pero es así. Paro de escribir un ratito y luego continúa otra vez bien. ¿Qué es lo que le pasa a mi bolígrafo? Yo digo que es un bolígrafo aristócrata y no quiere prisas. Hoy me está dejando en ridículo. Yo esperaba que ya se hubiese parado, pero no es así y aún dura y no parece que vaya a pararse de un momento a otro. Yo sigo dándole rápido a la escritura, pero él parece que esta vez no se cansa y yo si que me estoy cansando. En fin…, aunque esta vez me esta dejando en ridículo, yo estoy convencido que es un bolígrafo aristócrata y quiere hacer bien su trabajo y sin prisas. Si yo quiero tenerlo mucho rato trabajando, se niega; sin embargo, siempre echo mano de él, comienza perfectamente a escribir y así sigue hasta que se cansa. ¿Qué debo hacer si quiero tener este bolígrafo? Adaptarme a su forma de hacer y de ser. Seguramente, si lo desarmo a ver que es lo que le pasa, a lo mejor se me rompe, y en ese caso, habré perdido mi bolígrafo preferido. Porque, la verdad, este es un bolígrafo muy bonito.

En el libro La oración de la rana, en la página 6, hay un párrafo dedicado a un hombre que decidió darle a su perro hígado de bacalao. Al dáselo lo hacía con un método violento y el perro lo rechazaba, renegaba y se esforzaba en soltarse. Un día, el perro consiguió soltarse y el hombre quedó estupefacto cuando vio acercársele el perro y lamer la cuchara en la que aún había algo de hígado de bacalao. Este hombre, ese día, aprendió que lo que fallaba era el método. A su perro le gustaba el aceite de hígado de bacalao, pero no le gustaba cómo se lo hacían tomar.

A mí me pasa algo así. Por primera vez en mi vida estoy aprendiendo a exponer mis razones, mis verdades, y dejar que los demás decidan cómo deben asimilarlas o rechazarlas.

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Me di cuenta de mi cambio el otro día en Málaga (07-03-1991). Me pidieron que diera una charla sobre la prevención de las enfermedades a través del naturismo. Acepté, pero como estaba en Málaga, a la fuerza tenía que improvisar: mis libros, escritos y demás apuntes estaban en Orgiva. Comencé mi charla con estas dos frases.

-Sólo se sabe lo que realmente se vive.-Por los frutos los conoceréis.Finalicé diciendo: Ser críticos con mi exposición; no lo creáis sin haberlo

experimentado primero.-No rechacéis nada a priori.Un médico y un veterinario que asistían dijeron:-Esto es lo mejor que hasta ahora ha dicho.-Por eso comencé diciendo que solo se sabe lo que realmente se

vive. Sabía que al final llegaríamos a este punto.Otro joven deportista discrepaba de lo que dije sobre las úlceras

del estómago (acaba de fallarme el bolígrafo; creía que hoy no iba a fallarme). Yo le dije al joven:

-Ya esperaba yo que habría alguna excepción en la regla. Mi charla no hubiese quedado completa sin esta excepción tuya.

Mi método antes era convencer a toda costa, discutir. Yo tenía todas las verdades. Había que socorrer a tantos ignorantes. Hoy, trato de exponer lo que yo vivo y pienso, y antes y después de exponer lo que yo vivo y pienso, ruego a Dios para que me ilumine a mí y a los que me escuchan. Así, los resultados nunca son míos: son de Dios.

Antes de ir a dar esta charla, me acorde de un sueño que tuve el lunes por la noche, (04-03-1991). Fue el sueño “Exámenes y tesis”.

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¿TIEMPO O DINERO?

Motril, 12-01-1991.Quizás es que me hago viejo y veo que el tiempo se me acaba. Quizás es que veo el dinero que sobra de sacar la familia adelante. Este dinero más bien estorba que beneficia. Quizás es que miro a Dios y me extasío pensando en lo que me tiene reservado. Pienso que Dios me ha dado tanto, de una manera tan gratuita, que el tiempo que me queda de vida debo pasarlo dándole gracias. También pienso, que si quiero hacer algún beneficio a mis semejantes, debo tener más tiempo para contarles sin prisas lo bien que vivo gracias al Señor.

Tal vez sea eso lo que me impulsa a querer cambiar tiempo por dinero. No quiero mas dinero, lo que quiero es más tiempo para poder darle gracias al Señor y pedirle fuerzas para hacer su voluntad. A mi me gusta mucho discernir los caminos del Señor y para esto necesito tiempo. Dios nos habla, pero es preciso pararse a escucharle, es preciso dejar de moverse, centrar el pensamiento en Dios y sacarlo de las noticias, los ruidos, la tele, la radio, etcétera.

Es preciso hacer un alto, sentarse quietos…en actitud de espera…confiados, esperanzados en el Señor. Hoy decía a mi hija Carmen:

-Quédate la nave, cómprala, ahora que te la dejo a buen precio, dentro de cuatro años, no sabemos lo que pasará. La verdad es que no tengo ningún interés en tener más patrimonio. Cuatro hijos ya se han casado y tres quedan en casa, pero ya tienen quince y trece. No quiero más dinero ni más posesiones. ¡Me sobra todo aquello que me sobra! Me he dado cuenta que las posesiones atan demasiado y dan muchos quebraderos de cabeza. Lo que quiero es cambiar dinero por tiempo. ¿Para que tanto preocuparse? Dios me ha demostrado que Él es la fuente de la felicidad. Si logro ser su amigo, compenetrarme al máximo con Él, habré ganado el mayor tesoro del mundo. ¿Qué haría yo dentro de veinte años, con setenta y tres años, si tengo unos cuantos millones más y no he conseguido ser el amigo íntimo de Dios? ¿Qué haré si me pasa eso?

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Este domingo, estuvimos en una reunión de iglesia. La tuvimos a las cinco de la tarde, en el cortijo de unos amigos, en Orgiva. Antes y después de la reunión, estuve hablando con el dueño de estas hermosas tierras y edificaciones. Decía:

-Cuando yo empecé a labrar estas tierras, solo había dos compuertas, ahora hay veinticuatro, hay montones de olivos en plena producción, muchos naranjos, cientos de almendros, aguacates, etcétera, esto es muy grande.

Le dije:-Observo que no ha podado el parral, ¿lo ha olvidado?-No, no me he olvidado, yo no me olvido de estas cosas; es que lo

he dejado para que se pierdan las parras.-¡Pero esas parras dan uvas y sombra!-Mire, he dejado montones de parras sin podar estos últimos años,

yo soy diabético, por tanto, no puedo comer uvas. Mi esposa es muy delicada, y apenas las prueba, los hijos y los nietos no hacen ni caso de todo lo que hay aquí. Yo esperaba que uno de mis hijos fuera perito agrícola y dedicara tiempo a la finca; no ha sido así. Cada uno está por lo suyo. Criar hijos esperando que se preocupen por uno, eso es una tontería; ninguno se preocupa, sino que cada uno va a lo suyo.

Este hombre tiene setenta y dos años, ha trabajado mucho, las fincas que tiene valen cientos de millones. Es creyente, pero han pesado más en él las fincas y el dinero que Dios. No quiero que a mi me pase lo mismo. Yo quiero estar mucho más disponible, mucho más alegre, mucho más confiado, mucho más ilusionado con mi partida de este mundo. Las fincas, el dinero, los negocios, ocupan demasiado mi tiempo, tu tiempo, nuestro tiempo. No vale decir que los pobres no tienen tiempo, que los ricos no tienen tiempo. Recuerdo un día que estábamos en Dúrcal, una señora le dijo a mi esposa:

-¡Yo no tengo tiempo de orar…! No tengo tiempo.El marido de esta señora ya esta jubilado y sólo una hija vive con

ellos. El tiempo que tenía, que era el que todos tenemos, lo ocupaba mal, eso es todo.

Desde que decidí parar todos mis planes, dejarlo todo en manos del Señor, dejar de actuar, orar dando gracias, pidiendo fuerzas y

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dejar hacer al Señor, mi vida ha cambiado por completo. La felicidad reina en casa, y es que en la casa que reina Dios, también reina la felicidad.

El otro día, al comenzar la charla en Málaga dije: -Sólo se sabe lo que realmente se vive.Añadí, al finalizar: No creáis nada de lo que os he dicho ni lo rechacéis sin antes

haberlo puesto en práctica.Lo mismo os digo a vosotros, que esto leéis. Las frases escritas en

estos últimos renglones también son para ti, a pesar de que el tema es distinto.

Hoy, 08–12–2006, diré que ya han pasado 14 años que yo escribí esto, ahora tengo más tiempo, ahora lo estoy pasando al ordenador para ver si se publica en este año que entra. Me alegro de haberme desecho de una buena parte del patrimonio; mejor dicho, me he desecho de todo mi patrimonio. Ahora mismo, a mi nombre no tengo nada. Hicimos separación de bienes y mi parte sirvió para hacer tal como Dios me había pedido. Vivo mejor que nunca; jamás he vivido mejor.

Que Dios os bendiga a todos.

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CARTA DIRIGIDA AL ARZOBISPO DE BURGOS

Orgiva, 08-05-1991El periódico El Sol de fecha 7 de mayo de 1991, publica unas declaraciones suyas, en la cual dice no entender la victoria del PSOE en un país católico. Esta afirmación, sola, por sí, no hubiese motivado mi reacción a escribirle. Yo no estoy afiliado a ningún partido político, precisamente para estar libre, y en cada momento poder votar a aquel partido que considere mejor para gobernar el país. Lo que motiva esta carta es ese título de “Cristianos vergonzantes” que nos da por el hecho de votar a un partido que no se declara católico. Francamente, no puedo aceptar ese título, ¿Por qué? Se lo voy a explicar: Tengo cincuenta y tres años años, soy padre de siete hijos, cuatro están casados y tres aún viven en casa. Tanto mi esposa como yo asistimos a misa cada domingo y comulgamos; asistimos y participamos en las tareas de la parroquia; casi todos los domingos leo las lecturas durante la misa; también participo en el grupo de economía de la parroquia. Tanto mi esposa como yo asistimos cada jueves a la catequesis de adultos que se dan en el salón parroquial y que las dirige el párroco. También he dado, durante tres años, catequesis a los niños; igualmente, participé en los trabajos del sínodo durante dos años. Mi esposa ha dado siete años catequesis a los niños y participa cada martes, junto con otras señoras, en la limpieza de la iglesia. Una hija nuestra, que tiene veinticuatro años, también participó muy activamente durante los trabajos del Sínodo, y fue nombrada, juntamente con otro muchacho, representante de zona en Granada; también daba catequesis a los niños de confirmación. Otra hija nuestra, de dieciocho años, también ha estado dando catequesis. Todos los que vivimos en casa hacemos oración cada tarde. Esta oración dura entre media y una hora. ¿Por qué dura tanto? Cantamos alabanzas a Dios. Todos, hijos y padres, leemos un trozo del Evangelio, después damos gracias a Dios de modo individual y le hacemos peticiones. Por último, cantamos el padrenuestro, y rezamos el avemaría. Antes de levantarnos cada

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mañana, mi esposa y yo, oramos unos diez minutos, pidiéndole a Dios fuerzas para afrontar el nuevo día y dándole gracias por las que nos dio en el anterior.

Por mi parte, soy muy aficionado a leer. Entre muchos otros libros, he leído dos veces toda la Biblia de cabo a rabo, las obras completas de Santa Teresa, las de San Juan de la Cruz, Ignacio de Loyola, las confesiones de San Agustín, etcétera. Me intereso últimamente por todos los libros de mística y oración. Como puede apreciar, no sólo no me avergüenzo de mi fe, si no que estoy orgulloso de ser cristiano y siempre doy gracias a Dios por esta fe que Él me dio y que me viene aumentando cada día, y que tanta paz y felicidad ha aportado a mi vida. Hace muchos años, en Barcelona, participé en movimientos sociales: ACO. Escuela de Padres, asociaciones de vecinos… Participé en campañas de todo tipo: de urbanismo de barrio, de colegios y demás. A pesar de toda esta actividad, como he dicho antes, nunca me afilié a ningún partido, pues amo mucho mi libertad de acción. Siempre he votado PSOE, salvo una vez que voté a Izquierda Unida. En estas elecciones municipales que se aproximan, me lo estoy pensando, pues me cae muy bien el candidato que presentan los populares.

Por favor, no quiera coaccionar mi libertad de conciencia. Otra cosa, no me llame “cristiano vergonzante”. No me llame “acomplejado”. Su incitación al esfuerzo me parece bien, sepa que NO estoy de acuerdo en su incitación a la violencia. Ésta, y todas las violencias, no están dentro del Evangelio. Y la experiencia de la vida me dice que todas las violencias engendran violencia. Las razones de su no entender estas posturas debe buscarlas en otras bases que son simples y sencillas. Los que reparten mejor la riqueza dentro del país hacen que haya menos pobres; en definitiva, menos gente pasando hambre. Para mí, esto tiene una importancia social muy grande y también evangélica, a pesar de que venga de gente que dice no creer en el Evangelio.

-Por que tuve hambre y me disteis de comer.-Por que tuve sed y me disteis de beber.-Fui forastero y me acogisteis.

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Estas frases evangélicas para mí pesan más que las otras; que sí, que son importantes, pero que dudo mucho que otros partidos hicieran algo diferente y mejor en este campo. Las presiones desde la calle, estoy casi seguro, harán, que esos otros señores, no revisen ni una sola ley de aborto o divorcio.

Con todo respeto.

José Vílchez TerrónNota: Esta carta nunca se envió. Hoy 09-12-2006, han pasado 15

años y alguno más que de seguro pasará hasta que llegue a ti, amigo lector. A pesar del tiempo transcurrido, sigo pensando igual, y ya se ha demostrado parte de lo que afirmo aquí. Los populares han estado mandando ocho años y no derogaron ni la ley del divorcio ni la del aborto. Tampoco aumentaron las pensiones más bajas, cosa que si hicieron el anterior gobierno socialista y el presente.

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VISIÓN EN EL PANTANO DEL LIMONERO

Orgiva, 31-10-1991Ayer me encontraba en Málaga y al medio día fui al Pantano del Limonero. Allí, me comí un poco de pan, queso y unas pocas uvas. Dejé el coche al lado del camino, donde no estorbaba, y me fui un poco más arriba, donde hay pinos y desde donde se domina el pantano, parte de Málaga capital y la carretera que va a Granada. El lugar era ideal y muy silencioso. Cuando llegué, no había ni un alma, absolutamente nadie. Así continuó la media hora que estuve comiendo y recreándome por el bello paisaje. Hacía un día luminoso. El sol y la brisa fresca se mezclaban, produciendo una especie de relax. Deberíamos estar a unos veintidós grados. Me tumbé a la sombra de un pino, justo en lo más alto del monte. Debí de estar una media hora durmiendo. Cuando me desperté, me dije:

-¡Aún continúa este maravilloso silencio! ¡Esto sí que es tranquilidad!

Acababa de decir esto y tuve una visión: un remolino de insectos negros, revoloteando.

Esta visión me hizo pensar que quizá no estaba tan solo como yo creía. Levanté la cabeza y miré hacia donde estaba mi coche y…., efectivamente, no estaba solo. Una pareja de jóvenes estaba junto al coche, eran mujer y hombre, y deberían tener unos veinticinco años, se ve que ya habían mirado por las ventanillas y se alejaban oteando las aguas del pantano y las riberas. Ellos no me vieron. Yo me volví a agachar y a poco, me levante de nuevo. La pareja se encontraba ya al final de ese camino y a punto de entrar en el de bajada. Se ve que habían subido en coche. A poco de esto, un automóvil blanco bajaba por la pendiente y me figuré que serían ellos. Ya era la hora de irme, eran casi las cuatro de la tarde cuando bajé al coche. Desde allí, distinguí un grupo de unas cinco o seis personas que tomaban posiciones en la misma presa. Cuando yo bajé, divise un coche me crucé con otro de la Guardia Civil. Dos hombres con un todo terreno cortaban el paso en la salida de la autovía y hacían señales a otros

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que había en el monte. Dos jóvenes con motos hacían círculos por la finca El Limonar. Un coche blanco se pegó a mi trasero y no se quitó hasta que enfilé la calle Alameda Capuchinos, donde visito.

¿Tenía esta visión relación con la gente que me rodeaba? Yo creo que sí. Dios lleva muchos años hablándome a través de las visiones y esta fue una de esas veces. No estaba solo; estaba muy acompañado.

Gracias, Señor, por tus avisos.

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MIS ESFUERZOS POR NO ENGORDAR

Orgiva, 31-10-1991Raúl vio a papá: un hombre blanco que estaba sentado a la mesa y comenzaba a comer, y cada día engordaba más. Terminaba de comer y se ponía a correr. Con esto se iba adelgazando, hasta que se quedaba delgado. Se sentaba otra vez a comer y se volvía a engordad.

Hasta aquí, la visión de mi hijo Raúl para mí.Esta visión refleja a las claras mi esfuerzo para no engordar más,

pues cuando estoy un poco más gordo me siento mal. Hoy, al pesarme, he visto que tenía un kilo y medio más de la cuenta, peso setenta y seis kilos y medio, y mi tope lo tengo establecido en setenta y cinco. Ahora, no puedo hacer esfuerzos, por estar con un esguince en el costado. A pesar de haber reducido algo el alimento, he engordado.

Hoy, 02-01-1995, que paso a limpio este escrito, diré que ahora peso ochenta kilos. A pesar de haber suprimido las cenas, se ve que tengo que hacer algún esfuerzo más, de eso no cabe la menor duda.

Hoy 13-12-2006, peso 72 kilos. A raíz que se me diagnosticó tensión alta en los ojos, estoy haciendo ejercicios para mirar de que baje. He hecho ayunos, como dice el libro La salud de tus ojos. Los resultados en tres meses han sido los siguientes: he reducido peso. Llegué a pesar setenta kilos, ahora peso. La tensión no bajaba; por el contrario, seguía subiendo, y por eso he comenzado a echarme las gotas que me mandó la médica. Con estas gotas ha bajado la tensión ocular. Veo mucho mejor, ahora estoy escribiendo sin gafas, y ya no las uso, salvo para llamar por el móvil. Sigo haciendo los ejercicios que indican el libro, yo espero que con un poco más de tiempo, también se regularice la tensión.

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Ya vemos como Dios me avisaba hace quince años que tenía que tener cuidado con los kilos y con la comida. Ahora si que estoy en mi peso, pues yo mido1.73.

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HUELGA GENERAL EN ORGIVA

Orgiva, 08-11-1991Efectivamente, el pueblo de Orgiva se ha movilizado. Ha cerrado todo el comercio, la escasa industria, las gentes del campo no han ido a su trabajo, los institutos y demás colegios no han impartido clase y sus gentes se han lanzado a la calle con pancartas.

¿Cómo es posible que un pueblo que se caracteriza por la diferencia de culturas de sus gentes, se haya movilizado de esta forma? Canal Sur Televisión estuvo presente. Supongo que las emisoras locales y provinciales también lo estarían.

Yo pude ver la extensa y masiva manifestación a través de Canal Sur Televisión, en el diario de la noche, a las ocho y media. Yo preferí ir a ver a mi quinta nieta, que ese mismo día vino al mundo en el clínico de la capital, Granada. Mi esposa y mi hija Belén, también vinieron; la Mónica y Raúl prefirieron quedarse en el pueblo. Mi hijo Pepe estaba en el clínico con su esposa, que acababa de dar a luz. Mi hija Carmen y su esposo Luis, también optaron por venir a Granada. De esta manera, el taller de cerrajería, la cristalería y el herbolario quedaron cerrados. Así se evitaban posibles represalias de los más exaltados, se atendía a la que estaba dando a luz y no estábamos presentes en la manifestación. Así, dábamos cierto testimonio y disconformidad a la huelga.

Parece poca valentía el no enfrentarse, pero creo que fue mejor así. No valen los grandes signos momentáneos si luego no hay un testimonio en la vida diaria.

El motivo de la huelga: Hace unos veinte días, aproximadamente, se han instalado en el llano de la Rehoya, los drogadictos de la organización El Patriarca. Mi postura fue clara desde el principio. Los prefiero en un centro de recuperación que en la calle. Ahí tienen asistencia médica, controles y trabajo. No moveré un dedo para echarlos; para mí son unos vecinos más. No lo entendió así el resto del pueblo. Los chismes y rumores se han sucedido durante estos días: que si tienen sida, son unos desgraciados, ya nadie quiere

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entrar en los bares que entran ellos, son una secta, nuestros terrenos ya no valen nada si estos están aquí, que nos infestarán a todos, le han pegado a un niño. Cosas así no han parado de rumorearse. Los ánimos estaban caldeados y culminó con la huelga general.

-Esto es una manifestación pacífica, pero si no se van, otra puede que sea de otra manera:

Algo así le decía a Canal sur, un entrevistado. Otra muchacha le decía al mismo medio de comunicación:-Entiendo que esta gente tenga que estar en centros así, pero que

se marchen a otro sitio.En el fondo es así. Esta muchacha daba en el blanco: se entiende

el problema, pero los queremos lejos…, muy lejos.El primer entrevistado amenazaba con la violencia. El tercer

entrevistado era el abogado de la Organización El Patriarca. Este decía: -No hay ningún peligro; peligro de infección, no hay ninguno.-El pueblo no lo entiende así, los vecinos no lo ven así. Así concluía el diario de Canal Sur.Pues así es, los vecinos no lo ven así. ¿Por qué los vecinos no lo

ven así? Veamos las posibles causas: miedo, ignorancia, falta de caridad, falta de información. La palabra sida infunde mucho miedo y la mayoría de drogadictos están infestados, esa es una realidad. No obstante ser esto verdad, es falta de información y miedo. Yo tengo más miedo a ese amigo que de vez en cuando se va y echa una cana al aire que a estos que están en el centro, recuperándose. A estos se les tiene controlados y se toman las medidas contra el contagio. Pero a este amigo de la cana al aire, no hay quien lo controle; ni él mismo sabe a cuantos ha podido infectar cuando, al cabo de unos años, descubre que es portador del virus del sida. No se puede saber si una persona honrada, con una reputación intachable, que de vez en cuando echa una cana al aire, o aprovecha algún planecillo, puede infectar a su mujer y a sus hijos que nacen sin él saberlo. Eso si que es de temer. Sólo aquellos que hacen el amor con su pareja de toda la vida y que no se inyectan pueden estar seguros. De momento, no se conoce ni un solo caso que no haya sido transmitido por jeringuillas contaminadas, transfusiones de sangre en mal estado o por hacer la penetración con alguien que ya está infectado. El sida es

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una enfermedad que puede acabar con una buena parte de la sociedad en los próximos veinte años. No obstante, los transmisores no serán los que ya se saben que tienen la enfermedad, sino aquellos que se creen seguros por falta de información.

Falta de caridad: lo entiendo, pero lejos. Yo no quiero arriesgar nada. Es decir: entiendo tu problema, pero vete lejos a solucionarlo, aquí no.

¿Que dice Jesucristo? –Aquel que tema perder su vida, la perderá, y aquel que no tema

perderla, la ganará. Esto no quiere decir que no se tomen medidas sanitarias de todo

tipo, pero si quiere decir no llegar, por miedo, a no favorecer el que otros se restablezcan. El miedo a nivel individual es malo, pero a nivel colectivo, además de malo, es peligroso. Yo, por mi parte, humanamente hablando, los prefiero lejos, pero si han venido y se han instalado, los tengo casi frente a frente, pues los aceptaré igual que a otros vecinos, y en lo posible, intentaré colaborar con ellos; eso sí, cuando los ánimos se hayan calmado, si es que se calman.

Por dos veces he pedido una visión para este problema. Las dos veces, Dios no me ha respondido. Mi hija, hace unos días, pidió una visión en relación con este problema, y esta es la visión que tuvo: una pirámide blanca.

Ella interpretó que debía adoptar una posición similar a la mía, ya que era una organización grande y buena (pirámide blanca).

Yo he interpretado el silencio de Dios como una aprobación de mi postura, es por eso que no he cambiado en nada la posición que tenía en un principio.

¿La iglesia de Orgiva ha dicho algo? ¿Nos han convocado los curas para tratar este problema? Ellos, los curas, ¿que posición han tomado? No nos han convocado, entonces no se la posición que ellos han tomado. Hace unos siete años, el cura quería formar un Consejo Parroquial. Lo cambiaron y no se hizo. Vino otro que estuvo tres años, y tampoco lo hizo. Hace unos tres años que está este de ahora, y tampoco lo hace. Me pregunto… ¿Qué pasa? En estos casos, sería muy conveniente que la parroquia de Orgiva, a través de su Consejo Parroquial, tomara una postura digna y cristiana. De esta manera, todos tenemos que actuar a nivel individual. Recuerdo que hace siete

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años, el cura joven, llegó a la conclusión que era necesario formar este mencionado Consejo Parroquial. El motivo fue el cierre de las minas. La gente le pedía que tocara las campanas mientras las luces del pueblo estaban apagadas. Él sólo tuvo que tomar la decisión de tocar las campanas. Recuerdo que me decía: -No sabes, José, lo difícil que es para uno solo tomar una decisión así. Es necesario formar el Consejo Parroquial y que estas decisiones se tomen en conjunto, después de debatirlas. Cuando vino el cura más mayor, el cura que hay ahora, se lo dije. Esta fue su respuesta:

-Muy pronto lo tendremos organizado. Pasaron los meses y se lo volví a recordar. Esta fue su respuesta:-Dentro de poco lo organizaremos. Pasaron más meses y se lo volví a recordar. Su respuesta fue una

evasiva que no recuerdo. Nunca más he vuelto a hablarle de este tema. Él a mí tampoco. Piden los curas colaboración, pero es imposible el dársela. En el sínodo se recomendó que, en el menor plazo posible, todas las parroquias tuvieran su Consejo Parroquial. No se en las otras, pero en esta esa recomendación ha quedado en el olvido.

¿Que tipo de colaboración se puede dar? Asentir siempre a todo o leer en la misa. Poca renovación y compromiso pueden salir de semejantes cosas.

Hoy, 02–01–1995, que paso a limpio este escrito, diré que el pueblo se salió con la suya y los de El Patriarca tuvieron que marcharse. Esto fue a los pocos meses de la huelga general. Puede que no llegara a dos meses lo que estuvieron después.

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LA VOLUNTAD DEL PADRE

Orgiva, 01–12–1991-Hacer la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

-No se haga mi voluntad, si no la tuya.No hay voluntad propia. La propia voluntad pasa a ser la voluntad

del Padre.¿Es eso así? Así es, la propia voluntad queda anulada, la tienes,

pero no la usas. Prefieres, en todo, consultarle para saber cual es su voluntad para hacerla. La propia, casi desaparece, y es que no tiene sentido hacer y complacer la nuestra; siempre la voluntad del Padre Dios es mucho mejor que la nuestra. La voluntad de uno siempre va enredada en pasiones y gustos, no así la del Padre que es toda pura. A veces, uno no entiende el porque de una acción en concreto, pero pasado un tiempo todo queda mucho más claro, y uno descubre que Dios siempre tiene razón. Las razones de Dios, no siempre las conocemos, pero sí que por la fe y la experiencia, uno sabe, que esas razones siempre son mejores que las propias. ¿Cómo conocemos la voluntad del Señor? En mi caso, en nuestro caso, la conocemos a través de las diferentes manifestaciones, esto es: Visiones (la más usual), sueños que se graban en la conciencia, percepción de la palabra directa, Otras experiencias vividas (lago azul). A veces una sola experiencia, no define del todo su voluntad, entonces es cuando consultamos y pedimos una visión que nos aclare la experiencia vivida. Es el caso de algunos sueños, se que son de Dios, pero prefiero confirmarlos con visión. Otras veces la visión la tengo yo, en este caso prefiero confirmarla con otra venida a través de Raúl.

Dios habla y tiene su propio lenguaje, a nosotros nos toca ocuparnos de que ese lenguaje sea comprensible a todos. A Dios no podemos exigirle que se nos aparezca y nos hable directamente. Si quisiera lo haría, pero si esto no sucede, dentro del marco de sus manifestaciones podemos pedir aclaraciones, hasta que nos quede claro lo que Dios quiere comunicarnos. Ejemplo:

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Ayer de mañana, 30-11-1991, yo tuve una visión, fue la siguiente:

-Un grifo que daba un chorro de agua, el agua iba a parar a una especie de cesta, o vaso redondo transparente. El agua dentro del vaso y el vaso mismo, se veía de color de rosa. El agua se cortó y el vaso se fue achicando hasta desaparecer.

La visión fue retenida, pude recrearme en ella y verla con todo detalle. Con esta visión, yo interpreto que las visitas que yo estoy haciendo ahora, no se harán y la economía de mi familia tendrá que ser un poco más restringida; no tan de color de rosa. Pienso que Dios quiere que deje de viajar a Málaga, y me avisa que eso sucederá. El caso es distinto si se interpreta de una manera u otra. En el primer supuesto yo tengo que actuar suprimiendo las visitas. En el segundo supuesto no tengo que hacer nada, el hecho me vendrá impuesto y la visión se cumplirá. En este caso solo tiene la visión un valor informativo.

Hoy, día 29-01-2007, se ha cumplido todo. Las visitas ya hace muchos años que las dejé. Era una visión que me avisaba lo que había de ocurrir, y efectivamente ocurrió.

Hace tres días, el 26–01–2007 He tenido una visión que también es informativa, pero que me ha llevado a actuar. La visión es esta:

-Un espacio de un metro, mas o menos, de tierra y arena, estaba aplastada y tenía bordes alrededor. También había dos agujeros, uno a cada lado, dentro de ese espacio. Entraba agua limpia y cristalina. Un agujero se taponó con la tierra y arena, pero el otro seguía tragando toda el agua que entraba.

La visión fue muy retenida y la pude apreciar con todo detalle.Igual que en la anterior visión, de hace 16 años, Dios me informa

que me han taponado el agujero por donde me venía a mi el agua, y solo va por el otro. Pienso que la información de la venta de los libros no me llega a mí y sí al otro canal, esto es, a Libros en Red. Por eso le he puesto un mensaje, pidiéndole información de los libros vendidos, y lo he hecho por la otra cuenta de correo electrónico que tengo abierta en Internet. Estoy esperando su contestación.

Ya vemos, como Dios, a través de los años, cambia algo su lenguaje según las necesidades, pero casi es lo mismo.

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UN MONÓLOGO CONMIGO MISMO

Motril, 29–12–1992-¿Como va la economía?

-Va mal.-¿Podía ir peor?-Sí, bastante peor.-¿Qué perspectivas tienes para el año 1993?-Las perspectivas pueden ser buenas o malas, todo depende de…-¿De qué depende para que sean buenas?-Dependen de que me aprueben la prejubilación.-¿Para que sean malas de qué depende?-De lo contrario; es decir, que no me aprueben la prejubilación.-¿Tanta importancia tienen cuarenta y dos mil pesetas mensuales?-Si, mucha, Estabiliza la economía y permite, junto con las otras

cuarenta mil de las rentas, financiar los gastos de la familia. Otra cosa es el piso que tengo en venta. Puede venderse o alquilarse. En ambos casos puede fácilmente alcanzar otras treinta y tres mil pesetas, con lo cual alcanzaríamos las ciento cuatro mil pesetas mensuales, que es lo que, más o menos, necesita mi familia para salir adelante. Es por eso que digo que las perspectivas para 1993 en cuanto a economía pueden ser buenas.

Hoy nos vamos a Berja (Almería) a pasar este fin de año con mi hija Irene y su familia. Dios es así, nos va diciendo lo justillo, lo necesario para que nuestra debilidad no se desmorone. Por el contrario, Dios con esta forma de hacer, aumenta nuestra fe. Arrojarse en las manos del Señor, nunca supone un tumbarse a dormir; supone una vida totalmente activa, una vida de oración constante, de acecho y confianza, de esperanza y de fe. Una vida activa en el trabajo que Dios nos encomienda, de renuncia al propio orgullo, a las miserias que nos atenazan por todas partes. He dicho miseria y es verdad, es una verdad muy grande. Sin la ayuda de Dios, la posibilidad de sacar algo decente es nula. Yo, al menos, cada vez confío menos en mí. Constantemente tengo que echar mano

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de Dios, su ayuda me es imprescindible en todos los momentos de mi vida. Sin su ayuda, mi vida sería un total fracaso. Si, un total fracaso. Estoy escribiendo, aquí, en Motril, son las once y media de la mañana. Ha venido a visitarse una tal Encarnación. Es su tercera visita. Está muy contenta, está contentísima. ¿Por qué yo no estoy también saltando de contento? Muy sencillo, sólo ha venido ella y ha echado en la bolsa mil pesetas. No es ni mucho ni poco. Si vinieran a mi consulta, cada día, veinte personas, podría representar mucho dinero. Si sólo vienen, de cinco a diez cada semana, es muy poco dinero. Ya vemos que la relación poco-mucho no va en relación de lo que cada cual dé, sino lo que pueda suponer para mi economía el conjunto de todas las visitas. Yo con mucho gusto haría este trabajo totalmente gratis, me encanta ver a las gentes felices y contentas, pero yo también quiero estar contento y feliz. Espero que Dios me llene en el silencio y me comunique su verdad. También espero poder, de alguna manera, transmitir esa verdad de Dios a las gentes.

¿Pasará con la verdad de Dios lo mismo que con la verdad del naturismo? Porque, no lo duden, la verdad del naturismo, como yo lo entiendo, es una autentica verdad salvadora; eso sí, salvadora de la salud del cuerpo. Dentro de poco, espero poder estar en posesión de la verdad de Dios para que todos podamos ser salvos de cuerpo y de espíritu. Fracasar en comunicar una verdad no mengua su veracidad. He subrayado esta frase, consciente de que el que lea estas páginas se fijará más en ella. Yo puedo fracasar en todo lo que haga en mi vida, pero eso no impide que lo que yo he intentado comunicar es una verdad salvadora. Acepto el reto; mi vida sólo vale algo si estoy intentando hasta el último momento de mi vida comunicar esta verdad a la humanidad enferma de cuerpo y de espíritu. Si tú estás sano no te des por aludido y pasa de largo.

Yo no he venido a salvar a los sanos, sino a los enfermos.Esta frase suena a Evangelio, ¿verdad? No es casualidad, es

copiada, casi calcada. Es así, no quiero más dinero que el necesario para poder vivir, medianamente bien, mi familia y yo. A cambio, ofrezco la salvación del cuerpo y del espíritu. Esto último tendrá que ser un poco más tarde.

Dios, aún, no me ha comunicado cual es su verdad. Tampoco soy hombre de rostro dulce, no he derramado, todavía, muchas lágrimas.

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Cuando todo esto ocurra será cuando estaré en condiciones de dar a conocer al mundo la verdad de Dios y…, con mi palabra y obras, descubrirle al mundo su mentira.

El proceso debe ser el siguiente: el que está comunicando la verdad de Dios, primeramente, tiene que conocerla y vivirla; para ello habrá de derramar lágrimas de purificación, y la violencia que ahora tiene, transformarse en un rostro dulce. ¡Yo seré hombre de rostro dulce! Si no fuera por que tengo fe ciega en el poder de Dios, diría que esto es totalmente imposible. Pero Dios es Dios, y Él sabe lo que está haciendo en este momento conmigo. La mentira en que vive el mundo debe conocerse fácilmente al poner al lado la verdad de Dios. Ahora, no estoy en condiciones de ver esa mentira, pues yo mismo estaré metido en ella y… la mentira que más tarda uno en ver es la propia.

-El que esté libre de pecado que tire la primera piedra.Esta frase, que sí que es calcada del Evangelio, a mí me retrae

mucho para descubrir las mentiras de los demás. Solo Dios, puede, sin sonrojarse, hablar de las mentiras del mundo. Yo, francamente, si alguna vez digo algo referente a estas mentiras, será porque no me quede otro remedio, la obediencia a los planes de Dios puede que me obligue, pero si puedo, eludiré el bulto.

A veces pienso que Dios está loco. Si envió a su hijo y estamos como estamos, ¿qué puede tener de bueno el enviarme a mí? Sólo una locura de amor puede intentar, una y otra vez, a través de cualquier medio, recuperar a sus hijos desmadrados. Yo lo haría por mis hijos, por eso medio entiendo la locura de Dios. Quien no tenga hijos lo veo difícil que entienda esta locura.

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DIÁLOGO ENTRE PAPÁ Y MONTSE

Orgiva 03-01-1993-¿Qué te pasa papá?

-Nada, no me pasa nada.-Sí algo te pasa, la otra vez que vine te encontré como ahora;

pensativo, serio, ¿Qué es lo que te preocupa?-No me pasa nada, Montse.-¿Por qué te la das de hombre duro si no lo eres? Se te nota a dos

leguas. Las cosas hay que hablarlas; muchas veces se solucionan hablando.

-No me gusta que me compadezcan y tú lo sabes.-No se trata de compadecerte, si no de hablar las cosas para

buscarles la solución.-No hay mucho que hablar, todo está analizado y meditado. No

debería estar triste, pero lo estoy. ¿Es eso lo que notas?-Sí, exactamente, eso es lo que ahora noto en ti, tristeza. ¿De que

te viene esa tristeza?-Me preocupa la economía de la casa, eso es todo, como sabes he

tenido que dejar de visitar en Málaga. Este mes, he sacado veinte mil pesetas de visitas. Aquí, en Orgiva, no se ha hecho ninguna. Parece como si yo no existiera. Antes venían gentes de Granada y de los pueblos de sus alrededores, parece que a la gente se la hubiese tragado la tierra.

-¿No hay posibilidad de emprender algún negocio o algo?-A mi edad, eso no es factible; además, no creo que Dios quiera

eso de mí. Creo que Dios quiere este periodo de escasez. La visión de la tortuga es muy significativa.

-¿Qué visión es esa?-Una tortuga blanca con la concha o capazón negro. Se le

cambiaron las patas para arriba y la concha para abajo, y así se fue arrastrando por las piedras, hasta que todo el caparazón quedó blanco. Como ves, esta visión es muy significativa. Mi caparazón es negro y sólo el roce con las piedras (sufrimiento) quedará blanco.

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-¿A lo mejor, Dios quiere ahora que los hijos te ayuden a ti?-No creo que este sea el camino.-¿Por qué no lo expones a todos nosotros, grandes y pequeños?-Creo que no es el momento, aún podremos aguantar varios

meses, por tanto, no hay que adelantar acontecimientos. Raúl es el que más dinero necesita, pero no quiero decirle mucho referente a la escasez. Algo le dije el otro día, pero no me gustaría que dejara sus estudios y se pusiera a trabajar para conseguir ese poco dinero que necesita.

-Yo recuerdo que cuando la situación se puso mal en la finca de Tarragona, todos nos responsabilizamos de la situación y nos hizo bien.

-Sí, la situación económica es parecida, no así el sufrimiento. Ahora sufro menos, tengo más confianza en el Señor y, al saber que es un sufrimiento querido por Dios y que termina bien, eso me tranquiliza y me da paz. ¿Debería estar saltando de alegría? Tal vez sí, pero la verdad es que no puedo remediarlo y al exterior sale la tristeza.

-Sí, eso es lo que más se te nota, la tristeza. Ahora no tienes la violencia ni el dramatismo de Tarragona.

-Ahora tengo más fe y confianza en el Señor. También me ayuda mucho el yoga y la oración. Cada día, dedico mucho tiempo a la oración. Al yoga también le dedico casi una hora.

-¿No sale nadie para comprar el piso?-De momento, no. Antes si que han venido, pero más de cuatro

millones no dan por él. Ya veremos. Llegado el momento habrá de venderse o arrendarse. Léete el escrito que hice el martes pasado en Motril, verás por ese escrito que todo esta pensado y analizado. De coco (cabeza) todo está aceptado, pero al pasarlo a la práctica soy tan débil como el que más.

-Yo creo que también te preocupa el fracaso personal, ¿no es así?-Es cierto, eso me duele y me hunilla, pero los duelos con pan son

menos. Si ahora entraran en la casa ciento veinte mil pesetas cada mes, yo estaría menos preocupado; casi seguro no se me notaría.

-¿Cómo están los papeles de la Seguridad Social?-Eso es otra cosa, eché la solicitud para ver si podía cobrar la

prejubilación, pero aún no han contestado, aunque lo más seguro es

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que lo rechacen, pues creo que me faltan unos cuatro meses para tener los seis años trabajados por cuenta ajena, tal como dice la ley. Sólo Dios puede hacer un milagro y la verdad es que tengo mucha fe en que ese milagro se producirá; eso sí, después de un periodo más o menos largo de privaciones y humillaciones, hasta que mi caparazón negro esté blanco. Decirle a Dios: “Hazme humilde” es fácil, pero pasar por las pruebas para llegar a serlo no lo es tanto. Siempre será así. Seguir los caminos del Señor es maravilloso, pero…, y aquí es donde no hay que engañarse, aquí es donde encajan las frases evangélicas:

-Aquel que quiera venir en pos de mí, tome su cruz y sígame.- Vende lo que tienes, dalo a los pobres y sígueme.-Si persiguieron al maestro, también perseguirán a sus

discípulos.-No he venido a traer la paz, si no la guerra.-Venir a mí todos los agobiados, que yo os aliviaré.-Tú solo mírame a mí. Serás humillado por todos, derramarás

lágrimas, serás hombre de rostro dulce, en el silencio te llenará mi verdad. Como ves, estas últimas frases no son del Evangelio; son dirigidas a mí, pero no cabe duda que son muy parecidas a las del Evangelio.

-Bien, papá…., si ha de ser así…-Así ha de ser y así será.

Hoy, 20–10–1994, que paso a limpio estos escritos, diré que Dios hizo el milagro. La paga se logró y también se vendió el piso. Sin embargo, en cuanto a las visitas, casi no viene nadie y he tenido que abandonar también Motril. En casa hay paz y todos vamos mucho mejor y nos sentimos más cercanos a Dios. La economía va saliendo adelante, aunque poco a poco nos vamos comiendo el dinero que nos dieron por el piso. Lo que no estoy tan seguro es si mi caparazón de tortuga está blanco del todo; tengo mis dudas.

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LA TORTUGA SIGUE ARRASTRANDOSE

Motril, 15–01–1994La tortuga sigue arrastrándose. ¿Por qué una tortuga?

La tortuga es un animal milenario, anda muy despacio, y se adapta bien a cualquier medio (puede vivir en el agua o en la tierra) y es muy resistente. La concha o caparazón que la envuelve, la protege de toda clase de golpes, hasta un camión puede pasar por encima sin lastimarla. Dios elige este animal, ¿Por qué?

¿Me está indicando Dios que adopte el comportamiento de la tortuga?, ¿ir pasito a pasito y esconderme dentro del caparazón cuando los golpes puedan dañarme? El caparazón es mi casa, mi familia, mi entorno. Dar tiempo al tiempo, no tener prisas, ahorrar esfuerzos, procurar estar sanos de cuerpo y de espíritu. El caparazón que me protege… ¿será Dios…? Si, esto es más probable y menos expuesto; mi familia y mi entorno también son frágiles. Sólo Dios, tan solo Dios puede parecerse al caparazón de una tortuga en la protección de mi persona. En este momento, Dios no me pide acción, sólo me pide dejarle hacer por Él, ir pasando, esperar contra toda esperanza, tener confianza plena en Él. Oración y ayuno, usar estas dos armas a tope y llenarse de su verdad en el silencio, ser fuertes en el Señor. Ayer me dio cierta paz al pensar lo que pasó en la finca de Tarragona. Pensé: “¿De que sirvió ponerme a vender plantas, árboles y huevos?” Compré doscientas gallinas, hicimos jardineras para venderlas, intenté vender los melones y los tomates que se criaban en la finca, también las avellanas y las uvas. Pensaba…”Todo fue inútil”. La escuela naturista vegetariana fracasó y Dios me habló muy claro. Fue aquel día en la iglesia de Villafranca del Penedés. Fue muy escueto. Sólo dos palabras: A granada. Era la primera vez que yo tenía una experiencia así de Dios. Seguí pensando… “Si yo no hubiera vendido huevos, ni árboles, ni jardineras, ¿que hubiese pasado?”. Como máximo, lo que hubiese pasado es un adelanto de mi venida a Granada. Dios nos quería aquí y aquí había que venirse. Bien sabe Dios que hice lo

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imposible por quedarme en Tarragona, en aquel pueblecito, La Bisbal del Penedés. En mi escuela… en el Edén. ¿Cuánto tiempo hacía que no pronunciaba este nombre? El Edén… Parece que haya pasado un siglo, pero sólo hace doce años que yo aún vivía esperanzado con el proyecto de la escuela vegetariana, llamada “El Edén”. Si uno quiere seguir a Dios y Dios quiere a uno en un sitio determinado, haciendo algo en concreto, no valen trucos, no valen achaques ni miedos. El plan de Dios se realiza con toda seguridad. Esto me hizo seguir pensando: “¿De que valdrá que yo ahora me invente montones de cosas para mantener este tipo de vida? Si las visitas se han de acabar, pues que se acaben del todo, y ahora Dios me pondrá claro de que he de vivir”. La verdad es que hace mucho tiempo que no me habla directamente. De la primera vez hace unos doce años y de la segunda unos ocho así que no me importaría que ahora lo hiciera de nuevo ni creo que a Él se le haya trabado la lengua por el mucho hablar conmigo. En ocho años, ni una sola sílaba, directamente. Yo creo que ahora sería un buen momento para desatar la lengua. Perdona Señor, este lenguaje. Me ha salido bastante vulgar y sin mucho respeto. Perdóname.

“Tú solo mírame a mí”, esto es lo que Tú me dijiste, y… ¿a quien puedo mirar que me sirva para algo? Sólo tú tienes palabras de vida eterna. Sólo tú puedes llenarme de paz y felicidad. Sólo tú puedes protegerme de las tentaciones. Sí, de la tentación de mirar hacia atrás. Hace mucho que puse la mano en el arado, pero la tentación de mirar hacia atrás no está descartado. Ayer mismo me vino esa tentación. Es verdad que la deseché pronto, pero nadie está libre de las tentaciones. Dios eso lo sabe bien. Jesucristo también las tuvo y estoy seguro que no solo fueron tres. A través de su vida debieron ser muchas más. Las tentaciones están ahí, pero la verdad es que, gracias a la oración, las voy venciendo y vivo con mucha paz. En esos momentos es cuando hay que redoblar las defensas, esto es: más oración, menos comida, y más de todas aquellas cosas que nos ayudan a mantener un cuerpo sano y un espíritu fuerte. Señor, me despido de ti.

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Hoy, 25–10–1994, que paso a limpio este escrito, diré que ya casi no hay visitas y yo no he hecho nada por inventarme cosas para seguir la vida que antes llevaba. Que Dios me lleve a donde Él quiera, eso es todo.

También diré que Dios aún no se ha molestado en hablarme directamente, y tal vez no lo haga.

Hoy, 31–01–2007, que estoy pasando estos escritos al ordenador, diré que hubo dinero para todo. Todos los hijos se han marchado de casa, había capital de sobra para vivir bien, todos las preocupaciones eran debidas a la resistencia que todos tenemos a vender los bienes que nos sobran. Se vendieron dos pisos y una cochera; también dos fincas pequeñas de poco valor y una mucho más cara. Sobró mucho dinero, y obedeciendo las órdenes del Señor, todo ese sobrante se repartió a los más pobres.

Como se ve a las claras, todos mis miedos eran infundados, y Dios lo que quería era llevarme a donde ahora estoy, sin nada. No tengo nada, soy un hombre totalmente libre.

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¿QUE PASÓ EN ZARAGOZA?

Orgiva 24-06-1993María, su hijo, mi esposa y yo salimos de Orgiva el viernes 11-06-1993, de madrugada. Al medio día, ya estábamos en Madrid, y descansamos en casa de José. Salimos de Madrid a las cinco y treinta de la tarde y a las nueve de la noche estábamos en Zaragoza.

Nos acogieron con la amabilidad de siempre, paramos todos en el mismo piso del edificio que tiene esta comunidad. A diferencia de otros años, no hicieron ninguna reunión de oración ni de imposición de manos. Todos nos saludaban con suma amabilidad, nos besaban, hablaban de sus cosas y nos preguntaban por los hijos, etcétera. En todo ello había algo chocante: La televisión. Todos los pisos que visitamos tenían la televisión puesta. Había que hablar con ese ruido de fondo. Hubo una excepción: la casa del hombre con nombre de Santo. Entramos en este piso para saludar a él y a su señora, y a ver a su hijo recién nacido. Aproveché la ocasión y le pedí que me impusiera las manos y orara por mí. También se las impuso a mi señora y los que nos acompañaban. El nos dijo:

-Yo ahora no trabajo el Señor, hace tiempo que no lo hago, pero haré lo que pueda.

-Cuando le pedí que orara por mi hija Montse, que estaba en Granada me dijo:

-Si no tengo a la persona delante, me es muy difícil. Ya he descrito en otro apartado lo que resultó de esta imposición,

lo que hasta ahora no había escrito es lo que resultó de nuestra estancia allí.

Yo me aburría como una ostra. Había ido a hablar de Dios, y a que me impusieran las manos, como era costumbre en esta comunidad. Esto no se hacía y me veía obligado a ver televisión o a oír hablar de trapitos. Ambas cosas no son para mí. El día antes de venirnos, mi esposa me dijo:

¿No vas a decir nada de los sueños?

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-No -le respondí-, yo no tengo ninguna duda de los sueños. Tú que si tienes dudas, consulta.

Puso una cara muy rara. La verdad es que no le gustó mi respuesta. Estaba claro que ella hubiese preferido que yo hiciera la consulta.

Mi esposa, la esposa del dueño del piso y nuestra amiga se metieron en la habitación de al lado; yo me quedé en otra habitación con José y otras cuatro personas. Le dije a José:

-Vamos…, trabaja un poco…, ora por mí, a ver qué es lo que te dice Dios para mí.

-Ahora no hacemos reuniones ni imponemos las manos, además dijo otras cosas.

Yo lo convencí y se puso a orar por mí. Acabó, justo en el momento en que entraban en la habitación mi esposa y las otras dos mujeres.

La dueña del piso comenzó a hablar, diciendo: -Nosotros no queremos hacer eso así. Tú tienes que decir tu vida

y contar tus sueños y demás. Eso de venir a que oren por ti, que te pongan las manos sin tú decir tu vida, eso no es así.

Estaba claro que mi esposa había destapado la caja de los sueños y estos se habían esparcido por toda la casa. Al sentirme atacado así, no quise preguntarle en ese momento a José lo que había visto o lo que le había dicho el Señor para mí.

En mi respuesta, les conté a todos los allí presentes que últimamente yo tenía muchos sueños y no podía contarlos todos. Sólo contaría uno, que era el que había provocado la división entre mi esposa y yo. Conté el sueño de “La consagración”. La dueña del piso no me dejó acabar y siguió atacándome muy duramente. Cuando ella paraba, comenzaba José. Para ambos, todo eso de los sueños era una cosa de mi mente y un camino muy peligroso. No sólo los sueños, también las visiones; todo era muy malo y todo era creado por mí. Dos horas enteras tuve que soportar los ataques de ambos. Cuando yo intentaba abrir la boca, automáticamente era cortado en seco, me limité a callar. Al final, José dijo.

-¿Tienes que consultar algo al respecto?-No, yo este asunto lo tengo muy claro. Nada que consultar.Le hizo la misma pregunta a mi esposa. Ella dijo:

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-¿Yo quiero saber si estos sueños son de Dios o no lo son?José se puso a orar en silencio, como era su costumbre. Estuvo

orando entre veinte o treinta minutos. Todos los demás nos mantuvimos en silencio, excepto cuatro niños que jugaban y hacían jaleo. Al final, José se dirigió a mí y me dijo:

-He visto una pared en el campo. Tú ibas por medio de esa pared. El caminillo era labrado en la roca, muy dificultoso y peligroso, hacía altos y bajos, no se te vio si llegabas al final. Había un camino ancho y espacioso. Este camino ancho es la Iglesia Católica. Mucha gente había allí en ese camino. Muchos se caían y otros no; otros estaban allí felices y contentos. Hasta aquí para ti. No hay más para ti. Para tú esposa, la respuesta a tu pregunta es la siguiente: esos sueños y demás es fruto del pensamiento…

Se enrolló más de diez minutos para, en definitiva, decir que todo aquello era fruto de mi mente.

Por la noche, a eso de las once y media, subieron del piso de abajo más personas: eran tres mujeres y tres hombres. A poco José y el dueño del piso desaparecieron, quedaron los otros tres hablando de coches. Yo estaba muy cansado y ellos parecían no cansarse y dispuestos a hacer reunión si nosotros pedíamos que nos impusieran las manos. Yo no estaba ya dispuesto, me encontraba muy cansado. Me fui a la cocina, me fui al servicio. Mi esposa hizo lo mismo que yo. El movernos mi esposa y yo dio resultado, todos se levantaron y se fueron. Fue cuando nosotros pudimos sacar el sofá-cama y acostarnos.

A la mañana siguiente, yo me estaba comiendo dos tajadas de melón y mi esposa, un vaso de leche con descafeinado. En eso entró el dueño del piso y dijo:

-¿Ya os vais?-Sí, -contesté-. El coche ya lo tengo cargado y nos vamos

enseguida.-Yo me voy a ver a mi hermana, que la han operado. ¿Si queréis

os pongo las manos en un momento?-De acuerdo –dije. Fui a levantarme, pero él me dijo:-No, aquí mismo.Me puso las manos y me dijo:

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-Hijo mío, estas en el camino del error, Harás sufrir mucho a tu familia y tú también sufrirás mucho. Los espíritus están pronto para llevarte y apagar la poca luz que pueda haber en ti. Has escogido el camino del error. Dijo más cosas que no recuerdo, pero todas ellas aludiendo a que yo estaba equivocado.

-A mi esposa le dijo muchas cosas, pero todas aludiendo al camino equivocado elegido por mí. No las recuerdo.

Cuando terminó, me dijo:-¿Qué ha pasado? Yo no sabía nada. Sabía por referencias que

habíais dejado la Iglesia Católica, pero nada más.-No ha pasado nada, solo que últimamente he tenido varios

sueños.-Tu ego ha crecido -dijo-. Te gusta discutir y lo haces bien, pero

tú no tienes ningún don. Tu hijo ve lo que tú quieres que vea, las visiones y los sueños los creas tú. Las únicas visiones buenas son las de tu esposa, y no han podido concretarse por el ambiente que le rodea.

-No respondí.-Debemos meditar sobre esto-continuó-. Estás en el camino del

error. Lo que me preocupa es el sufrimiento de tu esposa y de tus hijos. Tú eres más fuerte que ellos, pero también padecerás mucho, como un Cristo muerto por nada.

-Yo no dije nada y él se fue.Nos despedimos de todos los de la casa y nos fuimos. No me creí

absolutamente nada de lo que me dijo. ¿Por qué? Dijo no saber nada, pero no era así. La noche antes había estado hablando de esto, y al pasar por el pasillo, le escuché decirle a su hijo:

-No te puedo atender. Tengo que hablar de sueños. Dijo algo más, pero la palabra sueños la mencionó. He

reflexionado mucho sobre esto y llego a la conclusión siguiente: sólo Dios puede darnos la luz a través de la oración. Los dones se tienen, y estos pueden desaparecer, si no se usan o se usan mal, o simplemente, el que los dio, los puede quitar.

A mi juicio, ellos dijeron lo que ya estaba preconcebido en su mente por las conversaciones. Sólo lo dicho por el que tiene el nombre de santo, me ofrece garantía. Al estar ya desconectado de la comunidad, los comentarios de los sueños no le habían llegado. Lo

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dicho por este hombre, sigue la trayectoria de los años anteriores (oración de búsqueda, etcétera, etcétera). Puedo yo estar equivocado, pero no quisiera dejar de hacer lo que tengo que hacer, por que otros equivocados me equivoquen.

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CONSIDERACIONES A LA VISITA DE ZARAGOZA

Orgiva, 25–06–1993Durante las dos horas de charla sobre los sueños, hubo un momento en que la dueña del piso dijo:

-Por lo visto, tú eres más que todos nosotros juntos. Esto lo dijo al yo mencionar que oraba una hora y media de madrugada, y eso todos los días.

La respuesta de esta mujer daba la clave. Si ya ellos no hacen oración, la conexión con Dios es mucho más problemática; eso lo sé por propia experiencia.

José dijo: -Todo es oración: estar con los hermanos, ver una película, ver

las flores, el aire, etcétera. Todo es oración -remachó.Creo que aquí José confundía algo esencial: todo puede darnos

algo bueno, todo puede llevarnos a la oración si estamos atentos, pero no todo es oración. Según mi experiencia, a Dios hay que dedicarle tiempo real; hay que ponerse a hablar con Él, ponerse en silencio, buscando su presencia y, poco a poco, esta postura de hacer va despertando la atención hacia Dios. Un fallo esencial puede ser el olvidar la parte que nos llevó a ver a Dios, es decir, la oración íntima con Él, y quedarnos con las cosas, diciendo que esto ya es oración. No, eso no es así. Las cosas, las películas, el campo, las flores, acaban siendo cosas si dejamos la fuente que las modifica en relación a Dios. La oración nos lleva a ver a Dios en las cosas y en las personas, y no a la inversa. Esto me recuerda una frase muy popular en mi juventud: “A Dios por el socialismo” No, esto no es así. Se va al socialismo y se descubre la solidaridad por que ya se tiene a Dios. Puede que el camino sea a la inversa en algún caso, pero mi experiencia me dice todo lo contrario. Todos los que abandonaron la oración por la acción dejaron a Dios. La acción se los comió y vinieron los odios de clases. Algo parecido a esto es lo que me decía José.

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En referencia a lo que me dijo a mí después de orar, se ve clara la similitud de su visión con mi sueño “Busco camino en la pared” del 26-06-1993. Lo que parece algo raro es el final. Dijo:

-Ya no hay más para ti. Me daba la impresión que algo se dejaba en el tintero. ¿La gente

que caía del camino ancho que él llamó “Iglesia católica” se paraba en el camino por donde yo circulaba? Si esto fuera así, el camino abierto por mí tendría su aplicación práctica y conectaría con varios de mis sueños. El sueño “Los militares”, sería uno de ellos. Por todos mis sueños no se deduce que Dios quiera acabar con la Iglesia Católica; por el contrario, lo que se deduce es que Dios quiere modificar sus estructuras y formas de hacer para que todas las personas quepan y no tengan que descolgarse. Puede que, para ello, Dios haya previsto construir un camino paralelo que, momentáneamente, pueda servir de modelo, pero que, al final, si hay buena voluntad, todos los caminos se junten en uno solo.

Por el Sueño “Ecuménico I”, que se desarrolla en el templo de Dúrcal, queda claro que si no remodifica la actitud de la Iglesia Católica, el ecumenismo seguirá siendo un sueño inalcanzable.

Lo que no me puedo tragar de ninguna manera es que todo esto me lo fabrico yo. Mi mente es más simple que todo eso. En estos días, a mí me gustaría tener alguna manifestación de Dios; sin embargo no tengo ninguna. ¿Se ha roto mi fábrica? De todas formas, ya lo ven, se ha cumplido el sueño “Juan José”, que tuve el día 05-12-1993. Además, lo veo lógico. Yo no me creo nada de nadie, salvo que este súper demostrado. ¿Por qué habían de creerme a mí?

Una frase de nuestra amiga María también da la clave. Es esta:-Ahora, Juan José se bebe todo lo que dan en televisión.Supongo que sólo verá algún rato, pues tiene poco tiempo, pero

esta frase da la clave de que la televisión acaba con la oración y no al revés. Las razones que dieron para justificar el no hacer oración en grupo ni imponer las manos me recordaron las que dio la pareja joven en Orgiva, hace nueve años. Aquellas razones acabaron con la oración en grupo en Orgiva. Sólo la madre de esta pareja se le nota en paz y en oración constante; el resto están totalmente despistados. Si el demonio quiere acabar con mi amistad con Dios, está claro que me dirá:

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-José, deja ya de tanto orar.A mi resistencia a dejar de orar, él se inventaría las mil y una

respuestas. Algo así:-Es beatería, eso lleva al aislamiento, no conduce a la acción por

los demás, es una perdida de tiempo, crea dependencia de otro y anula tu libertad, hace a los otros dependientes de ti…

Razones lógicas del demonio para llevarnos a su mundo de odio, rencores, guerras, sufrimiento y desesperación. “¡Ojo al dato!”, diría un tal García. No caigamos en el juego del demonio.

Recuerdo que antes de venirnos, José me dijo:-Cuídate los riñones y la columna. He visto una especie de

radiografía de esa zona que indicaba que de ahí estabas mal.-Yo me encuentro bien. –le dije.-Eso le dije yo al señor, que yo te veía bien. Tal vez sea para más

adelante o por algún accidente. ¿Vais ahora para casa?-No, vamos para Barcelona -dije yo.-Llevar cuidado en el camino.

Hoy, 03-11-1994, que paso a limpio este escrito, diré que no sirvieron para nada los sufrimientos derivados de nuestra estancia en Zaragoza. Dios volvió a pedirme de nuevo que volviera a bendecid el pan como lo hacía antes de ir a Zaragoza, después de ocho meses que lo tuve suspendido. Me dio dos sueños, en los cuales Juan José aparece enfermo. Los sueños son: “Yo disimulo no conocer el camino”, y “La gripe”. Hubo otro sueño: “Juan José”, antes de emprender la marcha a Zaragoza, éste lo tuve el 12-05-1993, antes de ir a Zaragoza. Dios estaba en todo.

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CUARENTA Y OCHO HORAS DE ORACIÓN EN MOTRIL

Motril, 27-07-1993Son las seis de la mañana, estoy solo en el piso de Motril. Toda la familia se fue ayer en el coche de mi hija Irene. Estábamos todos, ayer tarde, en la playa de Calahonda. Mi hija Irene preguntó:

-Papá, ¿sigues pensando en quedarte el martes aquí en Motril?-Sí. -fue mi respuesta.-¿Hasta cuando?-Hasta que me queden claras algunas ideas. Necesito orar en

silencio, necesito tiempo.-Yo me voy a venir una semana sola aquí. -dijo mi esposa.-Seguramente, subiré el miércoles por la tarde a Orgiva -dije.Esta conversación la tuvimos en la playa por la mañana. Por la

tarde, mi esposa nos invitó a todos a un helado; nos dimos un paseo por el Parque de las Américas y ellos se fueron para Orgiva, yo me quedé solo en el piso. Antes de levantarnos este día, mi esposa me dijo:

-Te encuentro muy distante. Yo la dije:-Estoy dentro del mismo colchón, no debo estarlo tanto.La verdad es que sí lo estaba. Hace unas dos semanas que

nuestras relaciones son tirantes y frías. Yo apenas hablo, sólo lo imprescindible. Ella, en los últimos días, ha hecho un esfuerzo de acercamiento, que, dicha sea la verdad, no ha sido correspondido por mí. La causa de mi no correspondencia hay que buscarla en lo que provoca estos distanciamientos y que no han sido abordado ni por mí, ni por ella, ni tampoco los dos juntos. Nos seguimos queriendo, pero nos apuñalamos el uno al otro sin darnos cuenta.

El martes pasado, al subirnos al coche para irnos para Orgiva, le dije:

-Toma…, conduce tú.Ella, se puso al volante y, arrancando el coche me, dijo:

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-¿Es que estás cansado?-No, es que quiero que tú conduzcas también algunos ratos, para

yo poder ver tus errores. Si siempre conduzco yo, tú eres la que ves los míos. De esta otra forma, los veremos los dos.

-De esta forma no podemos ir bien -dijo ella-, si siempre estamos viendo los errores del otro. Así no podemos ir bien.

-Quien anda, tropieza, y quien actúa, se equivoca. Tú también debes andar para tropezar y actuar para equivocarte.

Esta conversación y otras similares muestran a las claras la frialdad de nuestra relación.

“¿Tiene que haber un motivo de fondo?”, me preguntaba yo a mi mismo. Ese motivo hay que descubrirlo para atacar el mal. Sólo Dios puede darme esa clarividencia para ver el mal de fondo y poder atacarlo. El mal es el siguiente: por un lado, ella no acepta el que nos separemos de la Iglesia católica. Tiene mucho miedo al escándalo, ello le lleva a frenar todo aquello que invita a esa posibilidad.

Yo, por mi parte, también tengo miedo a ese escándalo, pero por encima de ese miedo pongo la misión a cumplir que Dios me ha revelado a través de los sueños y algunas visiones. Cuando analizo lo que ahora estamos viviendo, veo que muchos sueños ya se han cumplido .Igual pasa con las visiones y los mensajes. Unos ya se han cumplido y otros no, pero lo que Dios ya ha anunciado, con su lenguaje habitual, estoy seguro que se cumplirá. Oponerse es de tontos; esto provoca sufrimientos innecesarios y posibles retrasos que no hacen más que agriar nuestras relaciones. Por una parte, mi esposa intenta que vayamos a misa juntos, hablar con todos los conocidos, tanto al entrar como al salir de misa. Ella quiere volver a lo de antes y lo más rápido posible. Por mi parte, no me siento a gusto en misa, no tengo deseos de hablar con los conocidos de antes, no me veo capaz de salir a leer en la misa como antes lo hacía. Cuando estoy dentro de la iglesia, y el cura consagra, yo también, instintivamente, consagro a la par, pronunciando las palabras que salieron en el sueño, esto “Señor, tú que me has hablado antes, si tienes a bien, baja y convierte este pan en tu cuerpo”. No puedo remediarlo, pero dentro de la iglesia, me siento como un hereje. Si todos los que me rodean, (pienso) supieran lo que he estado haciendo durante todo este tiempo, ahora mismo se levantarían y me

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sacarían fuera del templo. Todos estos pensamientos me hacen sentirme intranquilo en la misa, antes y después. Para quitarme este problema, sólo tengo dos caminos: confesarme y asumir todo lo que diga la Iglesia católica, renunciando a seguir haciendo lo que Dios me diga a través de su lenguaje habitual (sueños, visiones, etcétera) o ir a misa y hacer caso omiso de lo que puedan decir los demás, incluida la autoridad de la Iglesia católica, y seguir haciendo caso de los mensajes de Dios. Si adoptara la primera posibilidad, mi señora estaría encantada, pero… ¿como me sentiría yo? Creo me sentiría un Judas, pues abandonaría a Dios en el momento más necesario, y después de muchos años de seguirle. Si adopto la segunda posibilidad, de momento, a mi señora no le gustará, ya que todos sus intentos quedarán frustrados, pero pienso que más adelante se alegrará, pues ella también estará colaborando con Dios para que su mensaje llegue a los hombres, a toda la humanidad. Seguramente, se crearán algunas tensiones más entre nosotros, pero al ver que nada puede hacer, acabará aceptando la nueva situación. Por otro lado, Dios no dejará de actuar en ambos para que la unión se produzca. Esta unión nunca será total. Mi misión no tiene por que compartirla ella; lo único que a ella se le pide es que no se oponga y se mantenga a mi lado. Los dos sueños que Dios le dio a ella, dejan muy clara su misión.

El primero le dice que la Iglesia católica no favorece a los más pobres y colaborar con ella no sirve para nadie. El segundo sueño o visión le dice que mientras yo doy el mensaje, debe mantenerse a mi lado como una maceta que tiene luz en su pedestal, alumbrando la escena, aunque no forme parte de la misma. Esa, y no otra, es su misión. Dios no se molesta en hablarnos por capricho, nos habla para que nos pongamos a actuar en una dirección concreta.

¿Qué pasó el sábado pasado? Por la mañana, fuimos a Lanjarón. A las once de la mañana comenzó, como estaba anunciado, la mesa redonda por la paz. El tema de ese día era la nutrición. Participaban una médica, un médico, un naturista (amigo mío de Málaga), Una tal Carmina (vegetariana). Antes de comenzar, saludé a mi amigo y a los otros tres de Málaga. Estas personas son maravillosas. Los invité a comer a casa y, en principio aceptaron. Después de las charlas, me dijeron que todos los participantes se iban a comer juntos, pues ya le

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tenían la comida preparada. La había preparado la organización del Congreso por la Paz. Los invité a venir a casa después de la comida y así lo hicieron. Llegaron a casa sobre las seis de la tarde. Mi esposa nos sirvió un zumo de melocotón con uva de cosecha propia. Comenzamos la charla y yo pregunté a Antonio:

-¿Cómo puedes demostrar que hay otros seres de otros planetas que nos ayudan?

Su respuesta fue larga y no muy convincente para mí.-En México -dijo-, esos seres se han comunicado con las

personas. -¿Tú crees que hoy Dios habla a los hombres como otras veces lo

hizo?-Claro que sí -dijo Antonio-. Ahí tenemos la Biblia. Siempre Dios

se ha estado comunicándose con los hombres.A partir de aquí, comencé yo a contarles mis experiencias con

Dios. Les conté el sueño “La máquina Infernal”, algunas visiones, y ciertos sueños. Mi esposa debió considerar que ya había bastante y dijo:

-Ellos tienen prisa y tienen que marcharse.A mi esto me sentó mal y dije, de la mejor manera que pude:-¿Por qué no dejas que sean ellos los que opinen? A lo mejor, no

tienen tanta prisa o, teniéndola, pueden considerar más interesante esta charla.

Ellos dijeron algo que no recuerdo, pero no tenían mucha prisa. Yo seguí hablando un poco más, pero ya un poco fuera de tono. Luego, estuvimos en mi finca y hablamos de agricultura biológica y de los cursos que ellos impartían en Málaga. Se vio claro que la prisa era relativa. En mi charla con ellos, les hablé del aislamiento que yo padecía por no poder comunicar a otros esto que yo vivo. Nos invitaron a pasar una semana con ellos, en el mes de septiembre, en Málaga, para hablar de Jesús y de otras cosas.

-Podrás decir todo lo que sientas y quieras. Nadie te va a mirar como un bicho raro, te lo aseguro -dijo Juan.

Yo pienso ir si mi esposa decide venir. Debe asumir su papel, y no cortarme ni intervenir mientras yo esté hablando. Ella puede hablar lo que quiera y yo respetaré lo que diga, pero a mí me ha dejar expresarme libremente. No puede seguir siendo un obstáculo a

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la expansión del mensaje que, yo creo, estoy obligado a difundir. Va llegando el momento de que cada cual asuma su papel sin que el uno interfiera en el otro. Otras cosas son molestas, pero no son importantes. Por esta no estoy dispuesto a pasar. Quiero tener total libertad de expresión. Por muy mal que vea, o crea, que yo lo estoy haciendo, ella deberá mantenerse al margen. Este punto será vital para unas buenas y duraderas relaciones; de lo contrario, no podremos continuar juntos. El mensaje es primero; mis relaciones con mi esposa e hijos le siguen.

Es verdad que Dios nos quiere juntos, pero respetándonos; de otra manera, lo veo muy difícil. Que Dios nos quiere juntos lo demuestra la visión que tuve ayer tarde: la cabina de un helicóptero. Iban piloto y copiloto. Ambos vestían de azul y la cabina era blanca.

No iba un solo piloto, iban dos. Es por eso que sé que Dios nos quiere juntos, pero ambos tenemos que aprender los papeles que nos corresponden en la misión a cumplir. Es todo un aprendizaje que cuesta mucho, pero que al final se consigue. ¿Por qué estoy tan seguro de que se consigue? Pues por que mi fe en Dios es inquebrantable, Él lo puede todo, y nosotros, tanto mi esposa como yo, tenemos buena voluntad para conseguirlo. Es verdad que contamos muchas dificultades y somos torpes, pero no hay malicia en nuestras acciones. Esta mañana, le he preguntado al Señor a través de la Biblia. No suelo emplear este método, pero no tenía otra fórmula a mano. He dicho:

-Señor, dime si todo va bien. Ha salido el relato siguiente, del Antiguo Testamento:

“Enfermedad y curación de Ezequías” (20:1). -Por aquellos días Ezequías enfermó de muerte y llegó a verle el

profeta Isaías, hijo de Amos, y le dijo: -Dispón lo referente a tu casa por que vas a morir, y no has de

curar. Entonces, Ezequías volvió su rostro hacia la pared, y oró a Yahvé, exclamando:

-¡Hay, Yahvé! acuérdate por favor de que he andado en tu presencia con fidelidad e integro corazón, y obrado lo bueno a tus ojos.

Y Ezequías oró con grande llanto. Y ocurrió que aún no había Isaías el atrio medio, cuando Yahvé le dirigió la palabra, diciendo:

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-Vuélvete y di a Ezequias, príncipe de mi pueblo: “Así dice Yahvé, Dios de David, tu padre: He escuchado tu plegaria, he visto tus lágrimas; mira, yo te curo, de aquí a tres días, podrás subir al templo de Yahvé: añadiré a tus días quince años más y te libraré del rey de Asiria, y lo mismo a esta ciudad, la cual protegeré por amor a mí y por amor a mi siervo David”.

Por este relato, vemos cómo Dios puede cambiar el destino de una persona y de un pueblo, a pesar de que ya antes hubiese decidido otra cosa, y eso por la oración sincera de una de sus criaturas. Mi esposa ora con sinceridad y yo también; ambos pedimos lo mismo; y también creemos que es bueno para nosotros y para los demás. Dios, estoy seguro, hará todos los milagros que haga falta para que nosotros podamos encontrar una salida. No es la primera vez que una situación así se nos presenta. No obstante, ahora la situación tiene más gravedad y más peligro, y eso a pesar de ser menos violenta. En las otras ocasiones, los hijos estaban más pequeños, y ni ella ni yo, los hubiésemos dejado abandonados. Ahora es distinto: mi trabajo no rinde nada y vivimos de rentas. Si ajustamos un poco el presupuesto podremos salir adelante sin mi trabajo. Por tanto, yo puedo quedar liberado para realizar la misión que Dios me ha encomendado sin tener que pensar en lo económico, que es lo que siempre más me ha preocupado.

Algo me había olvidado: cuando bajamos mi esposa y yo, solos, el martes pasado, hacia Motril, yo le decía:

-Es preciso que tenga libertad de acción, para que el mensaje de Dios pueda salir sin cortapisas. Tengo que cortar todos los lazos que me atan a la Iglesia católica.

-No digas más eso -sentenció mi esposa.-Tengo que cortar con todo lo que pueda suponer un freno. Hay

que derribar todas las barreras.-Ella comprendió su error y dijo:-Perdón, he vuelto a meterme donde no me llaman.Le sale sólo el meterse, no será fácil el que ambos nos quitemos

nuestras malas costumbres: a ella, no meterse conmigo, y a mí, responderle áspero y duro, porque le hago daño. Dios puede hacer ese milagro y lo hará, de eso estoy totalmente seguro. Es prácticamente la misma situación de antes, cuando estábamos en

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Barcelona, cuando dejamos los negocios para irnos a la finca de Tarragona. No es exactamente lo mismo, hay diferentes matices, pero la situación es muy parecida. En aquellos años, el sufrimiento fue muy grande para los dos y también lo fue para los hijos; ahora espero que las cosas no lleguen a tanto y ambos alcancemos la mayoría de edad en un tiempo razonable. La otra vez, el sufrimiento fue grande y prolongado en el tiempo, fueron muchos años de tensiones. Ahora espero que la cosa sea leve y más rápida. Dios lo quiere.

Antes pasaba lo mismo que ahora: los amigos creían que estaba loco, me atacaban por todas partes, cuando estábamos con ellos yo no podía hablar de nada. De lo que ellos me hablaban no me interesaba y lo que yo quería hablar a ellos les sonaba a locura. El final fue cortar con todo y con todos, y hacer vida nueva. Surgieron otras amistades y yo pude hablar lo que había acumulado en experiencia de naturismo; incluso, escribí un libro, que se vendió bien. Así, todos salimos ganando, tanto ellos como yo. Pasé de ser un loco a ser un buen naturista que decía cosas que interesaban, que a muchos les servían. Ahora debe pasar lo mismo: cortar todo lo antiguo para que no frene la acción de lo nuevo.

Volví a ir a misa con mi esposa, porque salió un cuaderno de notas blanco en una visión, pero lo mismo salió cuando pregunté si debía de ir a ver al grupo de Chauchina en Granada. Lo que Dios me dice con esta visión es que este atento a sus mensajes para actuar en la dirección que Él me marque.

Son las nueve de la noche, estoy en Motril, me he quedado para poder orar largo y tendido. Dios me ha dado, a eso de las cinco de la tarde, una visión: un viejo con un bastón iba andando por la calle, en medio de dos niños. El viejo debería tener unos ochenta años; los niños, unos ocho. Aún no he analizado la visión; de momento no tengo ni idea. Una cosa si que estoy notando: a medida que avanzan las horas, mi mente está más limpia de ideas deshonestas. Estos días atrás me molestaban bastante. Parece que la oración continua va surtiendo frutos en todos los campos. Hoy no ha venido nadie a visitarme, por lo que el contacto con Dios solo se ha interrumpido un rato para ver el telediario. También, unos diez minutos a media

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mañana, y otros diez a media tarde, ya que he querido dar una vuelta para que me diera el aire.

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SIGO EN ORACIÓN

Motril, 28-07-1993Esta madruga, a las dos y media, fui al servicio para hacer pipí. Antes de incorporarme de la cama tuve una visión:

-Un Cristo crucificado en carne y hueso.En definitiva, un hombre crucificado, eso sí, era Jesucristo.¿Me recuerda Dios que su Hijo las pasó más canutas que yo?

Creo que sí. La visión que aún no tengo clara es la de ayer, “El viejo con los dos niños”. Esta de hoy está clara. El mismo Jesucristo ya lo anunció:

-Si el grano de trigo no muere, no da fruto; más, si muere, su fruto es abundante.

Algo así fue lo que dijo. No puedo esperar que el camino sea de rosas: comprensión, amabilidad, etcétera. Si Dios no perdonó a su Hijo es que no hay otra solución mejor y que no hay más remedio que pasar por el sufrimiento para hacer su voluntad. Dame, Señor, la fortaleza de Jesucristo para decir con dulzura y comprensión:

-Apártate de mí, Satanás, por que tú hablas el lenguaje de los hombres.

Estas palabras se las dijo Jesucristo a Pedro, cuando este le dijo:-Eso no ocurrirá jamás ¡¿Qué es eso de morir?! Y es que, llegado el momento de la soledad y de las tentaciones, a

todos nos gustaría tirar la toalla, esto es: dar marcha atrás en el proceso emprendido. Todos, sin excepción, sentimos un día u otro esa tentación.

-Si es posible pase de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

Lo mismo te digo yo, Señor: “Si es posible, aleja de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, ni la de mi esposa, sino la tuya. Hacer tu voluntad, andar el camino que tú quieres que andemos, este es el compromiso contraído. No permitas Señor, que me aparte de este camino.

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-Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.

Palabras duras, sin duda, dichas por Jesucristo a principio de su predicación. Sus hermanos y su madre fueron a buscarle, pues estos creían que estaba loco. Algo así nos dice el Evangelio. Jesucristo no discute el grado de locura que pueda tener Él o los que van a buscarle, se limita a no hacer caso, a no recibirles y seguir cumpliendo la misión encomendada. Por encima de los lazos afectivos: (esposa, padres, hermanos, hijos), está el cumplir la voluntad del Señor. Si los que están mas cerca entienden la misión, habrá menos sufrimiento por ambas partes. Si no la entienden, si no la comprenden, habrá más sufrimiento, pero eso no va a cambiar las cosas. La misión a cumplir está por encima de todo lazo afectivo o emocional, a pesar de que debe haber amor y comprensión por ambas partes.

Señor, te pido fuerzas y dulzura para decir las cosas. Este es mi gran defecto: que al hablar hago mucho daño, que hablo con violencia, sin respeto al que tengo delante. Por eso, insisto: Señor, dame fortaleza para hacer lo que debo hacer y dulzura para decir lo que debo decir; que yo pueda evitar todo sufrimiento evitable. He vuelto a consultar la Biblia por si el Señor quería decirme algo por este medio; ha salido lo siguiente:

-Joaquín quema el volumen profético de Jeremías. El año cuarto de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá, tuvo esta comunicación a Jeremías de parte de Yahvé, a saber:

-Cógete un rollo y escribe todas las palabras que te he dicho contra Jerusalén, contra Judá y contra todas las naciones, desde el día que comencé a hablarte, desde los días de Josías, hasta el presente. Tal vez escuche la casa de Judá todas las desventuras que proyecto causarles, de suerte que cada uno se convierta de su mal camino y pueda yo perdonarles su iniquidad y su pecado.

Tal vez, la misión de todas estas comunicaciones de Dios a mi persona no tengan otro fin que lo que dice el relato bíblico anterior: Que cada uno se convierta de su mal camino y pueda perdonarnos el Señor. Está claro que si no hay conversión no puede haber perdón. Es lamentable, pero es cierto. Hoy, lo que suele pasar, es que no hay conciencia de pecado; en una situación así es casi inútil el pedir la

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conversión. Tendremos que comenzar por descubrir y despertar la conciencia dormida y ponerla en la posición adecuada para que pueda ver su pecado. Quizá las cosas han sido siempre así. Puede que no sea este el momento peor del hombre en relación con Dios. La misma Biblia nos habla de ciudades enteras destruidas por Dios a causa de sus pecados y aberraciones. Diremos, por tanto, que el momento peor es el presente, por que yo lo estoy viviendo. Otros pueden que digan lo mismo dentro de mil años, pero Dios seguirá, como buen padre, intentando el bien de sus hijos. Seguirá hablándoles, siempre hablará Dios. Lo que el hombre quisiera es que Dios dejara de hablarle, pero eso no puede ser y lo vemos en la misma naturaleza humana. Nunca unos padres se desentienden de sus hijos, por malos o buenos que estos sean, y mucho menos Dios, que nos creó y nos dio la vida. Nadie, ni siquiera las organizaciones religiosas, podrán evitar que Dios hable a sus hijos. He oído decir a algún sacerdote lo siguiente:

-Ya, Jesucristo lo habló todo; no hay más que decir.Así debería ser, pero no lo es, ya que ese mensaje no llega a toda

la humanidad por los causes habituales y, por tanto, Dios elige a otros y a todos los que crea necesarios. El mensaje de Dios no cambia, pero los cauces y las formas de comunicarlo de seguro que sí cambian. Ningún humano, por muy bien organizado que esté, podrá ponerle la mordaza a Dios. Podrá quemar los escritos que no le gusten, como hizo Joaquín. Podrá matar o encarcelar al que los escribe, pero eso no evitará el que Dios siga hablando y cumpliendo sus promesas.

Mi mano ya se ha cansado de escribir. Son las nueve de la mañana.

Son las tres de la tarde, voy a ver el telediario y después me marcharé para Orgiva. Todo lo que he escrito aquí es lo que he dado de sí estos dos días de oración. La visión de los niños y el viejo quedan sin respuesta.

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Orgiva, 29-7-1993. Raúl vio a papá: una cuba con asas, de los pescadores, tipo malla, llena de peces blancos.

Mi pregunta fue: -¿Señor, los dos días que he estado orando en Motril y el

desarrollo de los escritos son positivos?La respuesta no deja lugar a la duda: pescará muchos peces esa

malla de pescadores.

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EGLESIASTICO CAPITULO 4:16-18

Motril, 02-07-1993-El que confiare en mí, me tendrá en herencia, y cual posesión para sus descendientes, pues caminaré con él de través y primero le pondré a prueba, y atraeré sobre él miedo y espanto, y le torturaré con mi disciplina, hasta que su corazón me haya acogido, y le haya probado con tentaciones. Entonces, le volveré por el recto camino y le revelaré mis arcanos.

Aunque reconozco que no se lo que quiere decir arcanos (secreto muy reservado), ahora lo sé por que me he molestado en mirar el diccionario. En mi vida se va cumpliendo este texto a la perfección.

-Caminar con dificultad a través…Esto, en un comienzo, ha sido así y creo que todavía quedan

dificultades a vencer, pocas, pero creo que algo debe quedar ahí escondido. En principio, no tengo una entrega total, no puedo tenerla, pues Dios se le manifiesta a uno con dificultad, y uno piensa que Dios se pone a mi servicio. “Dios se me ha manifestado”, dice uno. Esto quiere decir que lo que estoy haciendo es bueno y lo bendice. Es decir, Dios a mi servicio.

En el correr de los años, he ido viendo que es todo lo contrario. Dios ha visto que hay buena voluntad en mí y es para que yo, José, me ponga a su servicio; para que yo, José, abandone todos mis planes y trabajos, y acepte, sin reservas y de buena fe, trabajar para los planes del Señor. Esto, dicho así de rápido y sin rodeos parece muy sencillo, pero no lo es. En la práctica, a uno le lleva por caminos de muchas dificultades. Yo diría que nuestros enganches a nuestros planes son tan fuertes que para desengancharlos se produce ese rompimiento interior que le deja a uno sin… ¿sin qué le deja a uno? Pues no se expresarlo; es una especie de vacío de todo, una especie de nada. Yo siempre he tenido muchas cosas que hacer, muchos planes, muchas ideas; ahora, en este momento presente, y después de tantas dificultades, no tengo nada que hacer. Estoy con la libreta en la mano para escribir y tomar nota de lo que Dios me diga,

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nada más, no tengo ningún plan a seguir, no tengo más nada que hacer, solo orar y esperar. Soy consciente que tengo que tener la lámpara encendida, no vaya a ser que llegue el esposo y no pueda entrar con Él.

Dios me ha probado en su disciplina, me ha llenado de dificultades; eso sí, de todas me ha sacado. He tenido mucho miedo, y aún hoy soy un hombre bastante asustado. No me han faltado las tentaciones de todo tipo, aunque voy saliendo bastante airoso de ellas.

Dios me ha revelado, en el silencio, su verdad: Visiones, sueños, palabra directa, pero aún falta, a mi juicio, mucha más revelaciones de su verdad. El descubrimiento del recto camino, dónde, cómo y cuando actuar, para que este bagaje recibido pueda servir a alguien. A mí si que me ha valido. Pero… ¿sólo a mí va dirigido todo esto o debo seguir esperando el resto de su verdad y el cómo comunicarla a los demás.

-Con tu palabra y tus obras, descubrirás al mundo su mentira.-Tienes que dar a conocer al mundo mi verdad.-Ten paciencia.-Derramaras lágrimas y serás hombre de rostro dulce.Si todo esto se ha de cumplir, no cabe duda que aún me queda

mucha vida por delante. Lágrimas…, lágrimas… la verdad es que he derramado pocas o ninguna. Sufrir algo, sí, pero lágrimas todavía no he derramado. Ser un hombre de rostro dulce. Creo que es lo último que llegará. Todavía no se ven ni señales de esa dulzura anunciada. La verdad de Dios se me va revelando en el silencio, pero creo que aún falta mucho. Paciencia. Si que voy teniendo algo más que antes, pero sigo pensando que Dios es demasiado lento. Dar a conocer la verdad de Dios…; de esto no se ha cumplido nada, creo yo, o casi nada. Además, si todavía no tengo esa verdad, no he podido darla; lo primero es tenerla para luego poder darla. Descubrir al mundo su mentira. Esto, nada de nada, ni siquiera se cual es la mentira en que vive el mundo. Pienso que hasta que no conozca toda o más parte de la verdad de Dios, no voy a saber esa mentira de que habla este mensaje. Una mentira se descubre que existe porque a su lado ponemos una verdad de Dios; de lo contrario seguiremos engañándonos a nosotros mismos.

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Creo que ahora sí que mi disponibilidad es total y completa. Ha costado, pero creo que se ha conseguido. Dios ya ha hecho en mí este gran milagro. Sólo Dios podía hacer algo así en mí. Me llena de alegría el primer párrafo de este escrito. Lo repito:

-El que confiare en mí, me tendrá en herencia, y cual posesión para sus descendientes.

Dios aquí no solo dice que lo poseeremos, sino que, además, lo tendrán nuestros descendientes: hijos, nietos etcétera. Esto me llena de alegría. Está claro que Dios es grande, misericordioso y magnánimo, pues mis hijos y mis nietos también saldrán beneficiados de lo que yo hoy estoy viviendo. De esa acogida de Dios en mi corazón y de esa posesión de Dios.

¡Es maravilloso…! ¡Dios es grande!

Hoy, 20-07-2007, ya se ha publicado el mensaje que Dios me ha revelado. Lleva unos cuatro meses en Internet el libro Lo que Dios me dijo. En esta obra está casi todo lo que Dios me ha comunicado en estos años. Lo que queda irá al final de este. También se ha publicado el libro El poder de la oración, donde van casi todas las visiones que tuvimos en el grupo de oración en el año 1985.

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UN SUEÑO A MEDIO CUMPLIRSE

Motril, 13–08–1993El sueño “El transporte colectivo” comienza así: yo estoy pilotando mi helicóptero. Está parado en el suelo y lo pongo en marcha. Se eleva y chocan las aspas con un viejo tejado. El helicóptero cae al suelo, yo salgo de él y veo en el cielo una especie de globo aerostático alargado de forma rectangular. De este transporte, salen muchas personas y se meten en locales nuevos. El sueño es bastante más largo, pero ya lo conocéis.

La primera parte de este sueño ya se ha cumplido, pero aún no se ha cumplido el resto. Lo que quiero analizar hoy es la primera parte, ya cumplida. El helicóptero que yo pilotaba era el grupo de Orgiva. Todos estos años ha funcionado bien: la oración en grupo, las visiones, los sueños, todo esto el grupo lo iba aceptando bien, y hemos avanzado bastante hacia Dios, gracias a estas muletas que Él nos dio. No ha sido así cuando Dios ha pedido el despegue del helicóptero. Dios pedía que el grupo comenzara a funcionar como entidad propia, sin conexión con la antigua Iglesia. Aquí hemos fracasado todos, ni yo mismo podía hacer eso solo. Dios ha apretado fuerte, y el helicóptero (grupo) ha chocado con los viejos prejuicios y no hemos sido capaces de despegar. Dios intenta salvar esta circunstancia, poniéndome delante a otros que ya operan bien organizados, y me invita a que me una a ellos. Así lo haré. Espero poder vencer las últimas reticencias que aún quedan en mí.

Señor, hazme ver claro. Tú sabes que yo soy torpe y tozudo, y tengo que verlo todo muy claro para aceptar algo nuevo, ayúdame en esta decisión. La verdad es que me está resultando muy duro; debe ser muy necesario e importante cuando Dios insiste en que despegue como sea. Algo así me dice: “Si tu grupo (helicóptero) no te sirve ya, únete a ese transporte que has visto en el sueño, pero no te quedes fuera. Te quiero actuando ahí, con los demás y en mis planes”. Me dice Jesucristo: “Yo tuve que hacerlo. Yo tuve que salir de mi casa, de mi familia, de mi pueblo; dejar a mis amigos, a mi

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madre, a mis hermanos, mi trabajo. Y tuve que hacerlo por que era la exigencia de mi Padre; eso era algo a lo que yo no podía oponerme, ya que era mi misión. A ti no se te pide tanto, pero sí con la misma exigencia. O aceptas, o te retiras; aquí no valen medias tintas”. La verdad es que me está resultando duro, pero no creo que sea más duro de lo que le resultó a Él y a otros que le han seguido. Llega un momento en que se plantea el ser o no ser, el estar dentro o no estar. El decir no voy por que he comprado una yunta de bueyes y tengo que probarla. O por que me he casado... No, llega un momento en que todas las excusas sobran. En paracaidismo, hay un tiempo de preparación para saltar del avión, pero llegado ese día en que hay que saltar, llegado ese momento, nadie podía decir que no estaba preparado, que aún tenía necesidad de pensarlo o de prepararse mejor. No, no se podía hacer eso. Al que salta esas siete veces del avión se le da el título, y el que no salta esas siete veces no se le da. Las excusas no sirven. Si no querías saltar, te vas a tu lugar de procedencia; no hay término medio.

Aquí pasa lo mismo: o hago lo que Dios me pide, o me quedo en mi casa, en mi pueblo, en mi parroquia, en mi vieja y caduca vida, viendo como otros saltan y dan el paso decisivo y consiguen ese título de: “Amigo íntimo de Dios”.

Sí, otros lo conseguirán, otros lo harán. Tú también puedes hacerlo como estos otros, pero si no quieres, yo no seré el que te obligue. Algo así es lo que hoy me dice Jesucristo: “O eres de los doce que se quedan, o eres de los cincuenta y ocho que se van. Tú tienes la palabra, a ti te toca tomar la decisión. Y recuerda que nadie puede tomarla por ti. No me pidas consejo ni ayuda, nada. Todo cuanto había que hacer de preparación ya esta hecho; ahora eres tú el que decide: o vienes conmigo o te quedas con tus viejas teorías, con tus viejas instituciones, con tus caducas ideas”. Lo curioso de esto es que se repite la misma historia.

Cuando Jesucristo dice: “Mi sangre es verdadera bebida y mi cuerpo, verdadera comida” es cuando se produce la desbandada; sólo se quedan doce, y de estos doce, uno le traiciona. Ahora es lo mismo; ahora me dice Jesucristo: “Tú, u otro, el más indicado, debe hacer que mi carne sea verdadera comida. Sólo cambia la forma y la persona; no obstante, el motivo es el mismo. En el anterior apartado,

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Jesucristo instituye la eucaristía o habla de ello, y causa escándalo. Ahora cambian las formas y las personas y se produce el mismo escándalo. A duras penas, quedamos algunos, y con ciertas reticencias.

¿Es que Dios no puede, en cualquier momento, cambiar lo que quiera? ¿Es que Dios va a estar maniatado por los hombres? Los fariseos y resto de los personajes eclesiásticos de entonces, se rasgaron las vestiduras y pusieron el grito en el cielo y el dedo en el gatillo. Hoy, posiblemente, no sería distinto.

Hoy, 04–11–1993, que paso a limpio estos escritos, diré que la primera parte del sueño se ha cumplido y la segunda también, ya estamos algunos del grupo integrados en la Iglesia Cristiana Evangélica de Granada. Mi esposa y yo ya estamos viendo los beneficios que nos está reportando este cambio; otros miembros del grupo también lo van comentando. Mi posición al respecto es firme. Dios me lo ha pedido y aquí estoy, no pienso dar muchas explicaciones teológicas del por que un sitio es mejor que otro, aunque lo es, de esto no cabe la menor duda.

Aquí estoy mucho más libre para poder dar a conocer el mensaje que Dios me ha encomendado y que ahora lo estoy pasando a limpio. El último sueño, “Católicos y protestantes”, me deja claro que yo tengo que definirme como protestante. Así lo haré. Si me pregunta por que, responderé así: “Por que Dios me lo ha pedido, eso es todo”.

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DIÁLOGO CON UN DROGADICTO

Motril, 17-08-1993Ayer tarde, Raúl me vio:

Visión: un cono negro que tapaba una luz blanca.A mí me extrañó que me vieran esta visión; la pedí consciente de

que saldría blanca. Estaba seguro de que mi actuación en la sierra había sido buena; así se lo había manifestado a mi esposa, a Juan y a Antonio. Yo también lo había percibido así.

Mi esposa y yo subimos a la sierra por la mañana, el día 15 de agosto. Este día se celebraba allí una misa, a la que suelen acudir gentes del pueblo y de otros pueblos vecinos, incluso de la capital. Yo me encontraba incómodo con tener que asistir a la misa y leer las peticiones. La verdad, me cuesta tener que actuar en contra de lo que yo creo. Con esta visión Dios me dice, que no debo colaborar con algo que Él desea cambiar. No obstante, lo hice; no podía defraudar a mis hermanos y a los miembros de su comunidad.

Durante todo el día hablé bastante con Juan. Juan es un drogadicto que intenta recuperarse. Antes había estado en la droga, la dejó y estuvo tres años sin tomarla. Volvió a caer en el vicio y ahora lleva dos semanas en la sierra, intentando recuperarse de nuevo. Me habló de su vida, de su mujer y de su hijo. Su mujer se separó de él a causa de la droga. Vendió todo lo que tenía para poder comprar la droga. Cuando ya no le quedaba nada ni nadie le prestaba dinero, comenzó, junto con un italiano, a robar en Torremolinos (Málaga). Él dijo:

-Yo conducía la moto y el italiano pegaba el tirón del bolso. Así seguíamos, hasta conseguir las veinte mil pesetas que necesitábamos. Una vez conseguido el dinero, lo dejábamos hasta otro día. Nuestras víctimas eran los turistas. Un día, estuvo la policía siguiéndome desde muy temprano. Logré despistarlos ya entrada la noche. Me escondí en el campo y allí dormí lo que pude. Al amanecer, me vine para Granada. Cuando volví, a los quince días, por Torremolinos, y pregunté por el italiano, ya lo habían metido en

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la cárcel. Estuve liado con una puta. Ella me mantenía y me daba el dinero para la droga. A partir de ver la cárcel tan cerca, decidí hacer algo para quitarme, y aquí estoy, intentándolo de nuevo.

Esta historia, triste historia, de un hombre de veintinueve años, trabajador, con ganas de vivir y de recuperarse, es una historia más de las muchas que hay en este mundo.

-Tengo miedo – me decía-. Si salgo y vuelvo a caer… Yo necesito tener una buena mujer para vivir… ¿Qué voy a hacer cuando salga de aquí? Aquí he descubierto lo que es pecado, pero….y si mi mujer no quiere vivir conmigo… ¿qué hago? ¿Me curaré de la hepatitis? ¿Tendré cirrosis? ¿Se puede curar todo esto que tengo?

Muchas preguntas de un hombre joven atrapado por la droga. Yo fui contestando a sus preguntas lo mejor que pude. Le dije:-Lo primero que tienes que hacer es quitar de tu vida el obstáculo que pesa sobre ella, esto es, el consumo de drogas. Ahora, esto es lo que debe ocupar tu mente: aquí, si perseveras, puedes conseguirlo. Tú solo nunca podrías; es necesario que perseveres aquí todo el tiempo que sea necesario. No te canses, no creas que ya estas curado antes de que lo estés de verdad. Tal vez necesites estar aquí un año. Ten paciencia, y lo más importante, pídele fuerzas a Dios. Ya sé que tú no has practicado nunca, pero acude a Dios con todas tus fuerzas. Dios está en todas partes. Si quieres, puedes ir a la capilla, pero aquí y en todos los lugares está Dios. No es preciso ir a un sitio determinado para dar gracias a Dios y pedirle fuerzas; Él nos oye siempre. Acude a Él con todas tus fuerzas y no te des por vencido.

-Le relaté también mi obsesión por las mujeres y cómo me liberó de esta obsesión. Le conté con todo detalle como me dejó tirado, sin fuerzas, y cómo me dio siempre fuerzas para resistir las tentaciones, pero este día, de una forma espectacular, me liberó Dios para siempre de mi obsesión.

El lunes trabajé con Juan en las tareas del campo: estuvimos cavando la tierra, sembrando lechugas; pasé toda la mañana en su compañía. Él me explicaba que era un buen trabajador. Le gustaba el campo, los trabajos de obra; también había trabajado en Mallorca en la hostelería.

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Cuando salgas de aquí, lo primero es comenzar a trabajar, y cuando ya tengas un trabajo estable, entonces, y no antes, es cuando debes intentar reconciliarte con tu mujer. Ella habrá sufrido mucho. Tienes que presentarle un trabajo estable y también llevar un tiempo largo sin tomar droga para que ella te pueda aceptar. Cuando te casaste con ella es por que la querías ¿No es así?

-Claro que la quería.-Pues piensa que ella también te quiere. Tú lo echaste todo a

perder con la droga. No le puedes pedir que te acepte a la primera, pero preséntale un buen panorama y acabará aceptando.

-¿Y si no lo hace? ¡Por que yo necesito una mujer para vivir!-Ahora no te obsesiones con ese problema. Él insistía:-Pero… ¿si no quiere vivir conmigo? ¿Yo tengo que vivir para

siempre sin una mujer por estar casado con esta por la Iglesia?Aquí estaba el meollo de la cuestión. ¿Qué responder? esta vez

eludí la respuesta: -Cuando se plantee ese problema, si es que llega, ya se decidirá lo

que hay que hacer; por ahora no pienses en ello.Yo era consciente… ¿cómo no pensar en ello? Ante

planteamientos así, ¿qué respuesta daría Jesucristo? Yo me pregunto…, Jesucristo, hoy, en este momento, ¿condenaría a un hombre para siempre a la soledad sólo por el hecho de haber fallado una vez o dos veces?

Cuando Jesucristo dijo:-Lo que Dios ha unido no lo separe el hombre. ¿Se refería a estos casos? ¿Eran las mismas circunstancias? A mí

me cuesta creer que Jesucristo condenara a un hombre joven, como Juan, si se uniera a otra mujer, en el caso de que su mujer no lo admitiera. ¿Y si su mujer ya está unida a otro hombre y tiene ya hijos con ese hombre? ¿Debemos condenar a Juan para siempre a la soledad y la abstinencia, sin tener vocación para ello? Lo más probable es que semejante esfuerzo no esté al alcance de Juan, ni de tantos otros que hay en el mundo, como Juan. ¿No será vano todo el esfuerzo que ahora está haciendo para salir de la droga si le condenamos después a la soledad por estar casado y su mujer no aceptarlo? Pregunto de nuevo: ¿Qué diría Jesucristo?

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Un día, una mujer de Vélez Málaga me dijo: -Estoy embarazada de este hombre con el que vivo ahora. Mi

marido se marchó de casa, se unió a otra y ya tiene dos hijos con esa otra. ¿Usted que me aconseja?

-¿Qué quiere que le aconseje? -le pregunté- Lo primero es mirar que el hijo que va a nacer tenga un hogar estable donde vivir y crecer.

-Entonces… ¿usted es partidario del divorcio?-Yo no soy partidario del divorcio, pero lo que usted me presenta

son hechos consumados, y este niño que lleva dentro tiene derecho a un hogar más o menos feliz y estable, ¿no le parece? Y si no, vamos a ver, si usted se separa de este hombre, ¿puede sostener al niño con garantías de estabilidad? ¿Este hombre con el que vive ahora aceptará que usted se lleve al hijo que nazca por que su religión no le permite vivir con él? En caso de aceptarlo, ¿su primer marido la aceptaría a usted y a su hijo de este otro hombre? ¿Usted aceptaría a su primer marido con los dos hijos de la otra mujer? Mire, lo más sencillo y práctico es que siga viviendo con este hombre y procure ser feliz con él y educar a su hijo lo mejor que sepa y pueda.

¿Qué podía yo hacer o aconsejar en semejante situación? ¿Qué se puede aconsejar a un hombre como Juan, en el caso de que sea rechazado por su mujer? Yo no me atrevo a condenarlo a la soledad para siempre. El que pueda que lo haga. Si estoy en un error, que Dios me perdone. El Evangelio no se discute, se acepta o se rechaza, eso es verdad, pero… veamos: cuando Jesucristo pronunció estas palabras, estaba respondiendo a los fariseos, que le proponían cosas para poderle acusar. Estos fariseos no proponían cosas o casos para solucionar algo; la pregunta de los fariseos es intencionada:

-¿Es lícito al marido repudiar a la mujer?-¿Por qué no la hicieron a la inversa? Esto es:-¿Es lícito a la mujer repudiar al marido?No lo hicieron así por que esta última forma, ahora, en nuestra

sociedad, es posible, no así en la sociedad en que le tocó vivir a Jesucristo. Los fariseos, lo que querían no era solucionar problemas; lo que a ellos les interesa es crearle a Jesucristo un problema, por eso Jesucristo no podía responder de otro modo.

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Con Antonio, sólo hablé por la noche, cuando estábamos acostados, dormíamos cuatro hombres en la misma habitación. Durante la noche, Antonio dijo:

-Yo no debo ser digno de Dios. Yo le dije:-Nadie somos dignos de Dios, pero todos somos hijos de Dios.

Un padre no quiere a sus hijos por que sean dignos de él; los quiere por que son sus hijos y eso basta. Dios nos quiere a todos por igual; lo contrario no sería justo.

A continuación, le conté mis experiencias con Dios contrastadas con la vida de familia. Le animé arriesgarse en la aventura del matrimonio, si sentía vocación para ello. Conté varias de mis experiencias con Dios: cuando caí tumbado en el sofá, en Pollo Dios estando en oración de grupo, cuando escuché los altavoces en el silencio de la noche en el comedor de mi casa en Orgiva, que anunciaba: “El que quiera ser santo será”.

El seminarista y Rosendo no abrieron la boca. Antonio me dio las gracias esa noche y al día siguiente me dijo que la charla de la noche anterior le había servido de mucho.

¿Por qué, entonces, Dios, en la visión, sacó el cono negro tapando la luz. Si mi charla había sido positiva, ¿por qué ese cono negro en la visión? Lo negro no estaba en lo que yo había dicho o hecho, si no por lo que no pude decir o hacer por estar en el sitio que estaba.

Por un lado, me sentía a gusto en la sierra; por otro lo pasaba mal. Lo pasé mal en la misa y en la lectura que hice. No me sentí bien al no participar en la misa del día siguiente; tampoco participé en laúdes ni vísperas, ni hora media. Esto es una forma de vivir muy religiosa, y muy acorde con las horas reglamentadas por la Iglesia, meterle todo esto a un Juan o un Antonio era demasiado, a mi modo de ver las cosas. Un momento, durante la comida, en que yo dije:

-Si tenemos un Padre tan bueno, tan generoso y tan poderoso, que está deseando recibirnos y que hablemos con Él, ¿para que dar rodeos, hablando con otros? Dirijámonos a Él directamente, que de seguro nos escuchará, de seguro que nos atenderá, esta es mi experiencia.

Mi hermano Manuel dijo:-Los de las oficinas y los porteros están para algo.

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Yo me callé. Estaba claro que mi hermano veía…ese, directamente, como demasiado excluyente de santos, vírgenes y demás. Este era el cono negro, podía haber duda y, por eso, al siguiente día, pedí una visión. Dije:

-Señor, te pido una visión, ya sabes para qué.Visión: un coche blanco circula por una carretera accidentada,

con muchos altos y bajos. Estaba claro que yo era la luz. El cono negro era la estructura de

la Iglesia con sus normas y ataduras. El camino que yo voy recorriendo es dificultoso; eso no lo discuto yo ni nadie.

Muchas gracias, Señor, por esta visión aclaratoria. Son las once y treinta de la noche del18–08–1993, miércoles. Yo

me voy a la cama y les invito a ustedes a hacer lo mismo.

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UN PLAZO QUE SE ACABA

Motril, 24-08-1993En todo el mes de agosto, no he querido hacer ninguna llamada;

he preferido dedicar más tiempo a la oración y afianzar mi postura dentro de mi familia. Mi esposa entrevé que mi decisión es irrevocable. Haré la voluntad del Señor con familia o sin ella. Si Dios me pide estar fuera, lo estaré. Es así cómo ahora veo mi futuro. Dios quiere dar un mensaje al mundo y para ello me ha escogido a mí, (tal vez a otro también, eso no lo sé), y me lo ha manifestado en visiones y sobretodo en los sueños; sólo tengo que pararme, analizar estos sueños y actuar en consecuencia. Yo pienso que faltan mensajes, pero no sé si estos llegarán antes de que yo esté comunicando al mundo el mensaje recibido. Por lo pronto, buscaré ese transporte colectivo donde, según el sueño, ya actuaban otros. Iré a Málaga y a Chauchina. Estas son las dos posibilidades que, de momento, se me ofrecen, y que Dios me ha puesto por delante. Comenzaré una nueva andadura en mi vida, ya de por sí un poco agitada. Nada de trabas, nada de espejismos; todo será analizado a la luz del Evangelio y de las comunicaciones que Dios quiera hacerme directamente; Dios es Dios y eso basta.

Yo no soy más que una herramienta con buenos deseos; no puedo pretender saber toda la acción de Dios en los hombres. Me basta con lo que Él me comunique. Ahora me toca a mí usar los talentos que me ha regalado. Sería una descortesía enterrar todo lo que me ha sido comunicado. Dios no tiene tiempo ni prisas, pero, llegado el momento de que actúe la persona elegida, o este actúa, o es eliminado de la escena. Esta postura de Dios se refleja muy bien en la frase que Él dirige a Moisés cuando el pueblo de Israel se reveló al oír la versión de los exploradores. Dice Dios a Moisés:

-Aniquilaré a este pueblo y haré otro de tu descendencia, más grande y numeroso que este.

Ya vemos que Dios no tiene ninguna prisa, pero sí la exigencia de que actúe el pueblo o el hombre elegido. A ruegos de Moisés, la

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acción de Dios en los hombres no se retrasa unos setecientos años, pero si que la retrasó cuarenta años. Fueron estos años los que Dios exigió como precio a la negativa del pueblo a actuar según las órdenes dadas por Él.

-Un año por día de exploración –dice Yahvé- y ni uno solo de veinte años para arriba entrará en la tierra prometida.

Sólo hubo dos excepciones: fueron los dos exploradores que informaron bien y que habían animado al pueblo a seguir haciendo la voluntad del Señor. Estos dos exploradores fueron Josué y Kaleb.

Ya vemos que para Dios le es igual hacer su intervención un siglo antes o siete siglos después. Lo que parece que no está dispuesto a admitir son demoras provocadas por sus elegidos. Esta postura de Dios hacia mí queda perfectamente reflejada en los sueños Ultimátum I y II. Allí, Dios me dice por lo claro:

-Si quieres, lo haces, y si no, lo dejas, pero yo no te espero más.Si las cosas resultan o no, eso será otro asunto a considerar. Yo, a

partir de aquel sueño, comencé a actuar, pero no resultó, y mi helicóptero tropezó con los viejos prejuicios. Por mi parte, no hubo culpa; ahora me pide que me incorpore al transporte colectivo, que en su momento me servirá de apoyo y me defenderá.

¿Era preciso dar ese primer paso (fracasado) para llegar a este otro? Creo que sí, hoy lo veo claro. Nadie es profeta en su tierra y menos con su familia. No obstante, había que probarlo para ver los resultados; de lo contrario, siempre quedaría la duda. Ahora no queda ninguna duda: lo que se haya de hacer se hará fuera del entorno familiar, y el que quiera de la familia podrá unirse más tarde y sin condiciones. Llegar a esta decisión cuesta, pero es la exigencia que Dios me pone por delante para poder seguirle y ser útil en su plan. No vale hacer esto o lo otro; es más, no sé lo que tengo que hacer después. Ahora lo que sé es que tengo que hallar a estos hombres que ya están actuando más o menos organizados. Según el sueño, lo hacían por la noche.

Dios te dice echa a andar, pero no te dice donde ni cuando has de parar, yo espero me lo diga sobre la marcha.

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Hoy, 04-11-1994, que paso a limpio este escrito, ya estamos fuera de la Iglesia católica y conectados con la Iglesia evangélica de Granada. De momento nos va bien.

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PRIMERA VISITA A LA IGLESIA EVANGELICA DE GRANADA

Granada, 26–09–1993Ayer tarde, sábado, estuvimos en la Iglesia cristiana evangélica Apostólica de Granada. Llegamos a las seis cuarenta y cinco. La puerta del local estaba abierta. La reunión comenzaba las siete y media de la tarde, unas diez personas estaban dentro del local; algunos jóvenes charlaban entre sí. Una persona mayor leía la Biblia, otra persona ponía anuncio de fútbol sala en el tablero y otra, de mediana edad, hacía algo en la parte alta del local.

Mi esposa y yo entramos y curioseamos el tablón de anuncios; miramos los cuadritos con frases bíblicas que hay en la entrada; y poco a poco fuimos subiendo hacia arriba. El local debe tener unos diez metros de ancho por ochenta de largo, hay colocados dos altavoces en el centro y un micro en lo alto. Hay también, en la parte alta, una batería de música, una pantalla de proyección enrollable blanca, y un proyector. En el centro de la parte más alta hay un pequeño mueble de madera donde se apoya una Biblia y un micro.

No hay estatuas de santos ni de vírgenes, ni cristos; nada que reflejara que era una iglesia de Cristo, ni siquiera un crucifijo.

Durante la predicación, el pastor Pablo dijo: -Dios es espíritu y en espíritu hemos de adorarle. Tal vez es por esto que no tienen ningún signo. En esto choca

frontalmente con la Iglesia católica. Sí que había, colgados en las paredes, cuadros con fotos de animales que tenían frases evangélicas, por ejemplo: “Os envío en medio de lobos”. Esta frase estaba en una foto muy bonita de tres lobos en el campo.

“La mies es mucha”, estaba en una foto de un campo de trigo.El acto litúrgico comenzó a la hora prevista, a las siete y media.

Tere y su marido llegaron a las siete y cinco. Su marido se fue a ver a su padre que estaba en el hospital enfermo de una úlcera, por lo que luego nos dijo. Cuando llegó de ver a su padre, ya el acto litúrgico había comenzado y se quedó abajo del todo.

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Tere nos presentó a Ana, al marido de esta, y a Francisca; también a algunas otras personas que no recuerdo los nombres. El acto comenzó con un cántico que no conocíamos; lo proyectaban en la pantalla y era fácil el poderlo cantar. Todos cantaban al estilo carismático: brazos en alto, palmas, movimientos suaves de cuerpo. La mayoría de los reunidos son jóvenes, había pocos de nuestra edad y el resto estarían entre los veinticinco y los treinta y cinco años. El ambiente era alegre. La batería sonó variadas veces, según eran los cantos. Esta primera parte del acto lo dirigió una mujer rubia, de unos treinta años. En medio de los cánticos, hubo dos intervenciones, a saber: un italiano nos contó como se encontró con Cristo en Málaga y otra mujer nos contó su encuentro con Cristo en el sufrimiento de la muerte de su hija. Ambas intervenciones fueron breves, de unos diez minutos de cada una.

Acabada esta primera parte, el pastor Emiliano leyó el párrafo del Evangelio: “Jesús o Barrabas”. Cada uno de los asistentes sacó su Biblia y leyó ese mismo párrafo, a la par que el pastor Pablo lo hacía por el micro. El pastor desarrolló el tema maravillosamente. Me gustó muchísimo. La verdad es que lo hizo muy bien, llegando al fondo del problema.

Todos –dijo-, un día u otro, tenemos que decidir como Pilatos. Esto es: quedarnos con Cristo o rechazarlo. De nuestra respuesta depende nuestra salvación o nuestra condenación. Nos contó un poquito de su vida, de cuando él tenía veinte años (ahora debe tener entre cuarenta o cuarenta y cinco). Su problema principal eran las mujeres. Predicó en mangas de camisa y vestido al igual que otro cualquiera. Hubo más cantos y bendición de un pastor de Barcelona a todos los presentes, y en especial a unas doce personas que subieron hasta lo alto. A estos les impusieron las manos, a la par que oraban algo. Según parece, estas personas que subieron aún no se habían decidido por Cristo. Algo así creí entender. El acto se prolongó hasta casi las nueve de la noche. Cuando salimos fuera, Tere nos invitó a ir a cenar a su casa. Dijo:

-Venirse a cenar con nosotros. También vienen unas doce personas del grupo, entre ellas, los tres italianos, Pablo, el pastor, y Rosa. El marido de Rosa es el que fundó esta Iglesia en España. ( es relativamente joven).

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Al oír esto, mi esposa dijo:-Tenemos prisa –y, dirigiéndose a mí, me dijo-: Tú tienes que

regar esta noche, ¿verdad?Sí, contesté, pero la prisa es relativa. Seguramente, no voy a

tener muchas ocasiones de esta. Ya regaré más tarde. Nos vamos a cenar.

Aceptamos, subimos a mi coche mi esposa y yo, y seguimos al de Tere; este lo conducía su marido. En diez minutos, estábamos en su casa, en Chauchina. Los otros invitados tardaron unos quince minutos en comenzar a llegar. Antes de la cena, conté algunas de mis experiencias con Dios. Tanto Rosa como el pastor Pablo no se extrañaron; por el contrario, se interesaron mucho. El pastor, en un momento, dijo:

-¿Dices que este último sueño trata de la droga?-Si, así es.-Por favor -me dijo-, cuéntanoslo. Hace tiempo que tratamos este

problema y me gustaría saber lo que Dios dice de él.Lo conté entero y también la interpretación que del mismo yo

había hecho. El pastor dijo:-Sí, es así, falta conciencia del problema. Los mismos interesados

y familiares no quieren afrontarlo a fondo.Ellos tienen un centro de rehabilitación en Granada. Se llama “El

buen samaritano” y está situado cerca de la piscina Neptuno y del río Genil. Ahora hay en el centro veintidos drogadictos y se autofinancian.

Dijo el pastor:-No les cobramos ni un duro. Tenemos conejos, gallinas, cerdos y

hacemos estiércol.- Un día iremos a ver ese centro -le dije.-Cuando quieran, pueden venir.-¿Estas tú allí? -le pregunté.-Estoy casi todas las mañanas, pero si no estuviera, decir que vais

de mi parte y os lo enseñaran todo sin problemas. Durante la cena, pude comprobar su sencillez y su bondad.La señora Rosa varias veces me preguntó si esas intervenciones

de Dios tenían conexión entre los diferentes momentos de mi vida. La verdad es que yo no entendía bien el alcance de sus preguntas;

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parecía una persona más intelectual y su charla estaba fuera de mi alcance. Ella intentaba ser sencilla. El pastor era sencillo y, por tanto, me entendía mejor con él. Hubo un momento durante la comida que le dije a Rosa:

-En Zaragoza, hace tres años, me impusieron las manos, y nada más imponerme las manos, me dijeron: “Hijo, conozco tus ansias por venirte conmigo. Ten paciencia. Tienes que mostrar al mundo mi verdad. Serás de mirada dulce y derramarás lágrimas. Con tu palabra y tus obras, descubrirás al mundo su mentira.

Ella dijo:-¡A ver…, a ver…! Repite eso. Esto es profecía. Yo lo repetí por dos veces. Ella me habló de una Biblia con

anotaciones de Escofild y me dijo:-Esta Biblia te puede ayudar mucho a entender el mensaje de

Dios a la humanidad; a mí me vale mucho. Estudia la Biblia, es maravilloso.

Ella quiso explicarme cómo usan esas anotaciones, tomó una Biblia y me lo fue diciendo. Yo entendía poco. Una cosa estaba clara: ella era una intelectual y yo era un labrador. Ella hacía un esfuerzo y yo también. Para mí, era Dios quien tenía que ayudarme.

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VIAJE A GRANADA Y MÁLAGA

Motril, 28-09-1993Salimos de Orgiva el sábado, 18–09–1993, a las cinco de la tarde, y regresamos el viernes 25 a la una de la mañana. (en realidad, ya era sábado).

En Granada, estuvimos con los de la Iglesia cristiana evangélica apostólica, el sábado por la tarde y el domingo por la mañana. A la salida del culto, nos fuimos a comer con un grupo de estos hermanos, al centro de drogadictos “El buen samaritano”. Comimos cazuela de fideos a la valenciana. La cazuela era especialidad de Ana. También estaba Tere con su marido y los niños, el pastor Pablo, un italiano y unas quince personas más. Los drogadictos eran unos veinte. En total, nos juntamos unas cincuenta personas.

La comida era muy sencilla: consistía en la ensalada y la cazuela. Hubo también helado para casi todos; faltó sólo para unos pocos. Yo tomé helado. Este centro se autofinancia con la cría de cerdos; parece ser que es lo que más dinero les deja. También tienen conejos, gallinas, palomas y otros pájaros diversos. Hacen estiércol y cultivan remolachas para los cerdos y algunas hortalizas para el consumo interno del centro. También tienen algo de maíz. Algunos de los drogadictos dan algunas peonadas en el campo y en la obra; estos son los menos y son temporadas muy cortas. El centro lo dirige el pastor Pablo. Está también un tal Francisco (ex drogadicto), que es el encargado. Serian las cinco de la tarde cuando salimos rumbo a Málaga, y llegamos a esta ciudad a las siete y cuarto.

Dimos pronto con el Centro Cívico “La Misericordia”. Este centro es de la Diputación de Málaga y está situado en la avenida de Los Guindos, cerca de la playa. El costo de la sala para las charlas que dio Joaquín, esos seis días, fue de cincuenta mil pesetas. Esta información me la dio Juan.

A las ocho comenzó la charla de Joaquín. Esta primera charla me gustó, no tanto las otras. El tema de estas charlas era: “Jesús dijo”. La verdad es que de lo que dijo Jesús salía muy poco y sí mucho de

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extraterrestres, planetas habitados, seres superiores, maestros, veinticuatro maestros que nos ayudan entre los que destaca Jesús. Yo no comprendí ninguna de sus teorías; no me creí ni una sola. Sólo acepté de buena gana y con ilusión las conclusiones finales: esto es: hacer el bien a todos, amar a Dios, a Jesús, a su madre, a la naturaleza, ponernos en positivo siempre, eliminar los pensamientos negativos, ir por la vida con alegría y con disposición de ayudar a nuestros semejantes. Todas y cada una de las conclusiones finales eran maravillosas, pero sus teorías eran increíbles. Se negó el demonio, el infierno y varios pasajes del Evangelio y del Antiguo Testamento. Su teoría era: todo aquello que habla de castigo para el hombre ha sido manipulado.

A la pregunta de uno de los asistentes de si Jesús había sido abandonado por el Padre en la cruz, la respuesta fue:

-No, esas palabras nunca las pronunció Jesús.Nosotros parábamos en casa de Juan en Coín; comíamos con

ellos y dormíamos en el despacho de este, en un sofá cama. Coín dista de Málaga unos treinta kilómetros. Cada día había que ir a Málaga y regresar. El lector se preguntará cómo pude aguantar tantos días oyendo unas teorías que ni comprendía, ni aceptaba. Muy sencillo: ya he dicho que todas las conclusiones finales eran maravillosas y positivas. Joaquín hablaba despacio, suave y dulce, eso me gustaba. También la curiosidad tuvo su importancia, pero lo más que me retuvo estaba fuera de las conferencias. Esto era la casa y la familia de Juan. De esta familia aprendí mucho. Tienen cuatro hijos: dos niños y dos niñas. La forma de llevarlos de educarles y hablarles es maravillosa. Yo diría que es una familia modelo. Ella es bonita, sencilla, amable, cariñosa. Juan es igual, aunque algo más duro en sus expresiones. Pudimos apreciar como los hijos respondían a ese amor y comprensión de los padres. También aprendí algo de ejercicio con picas que Juan hacía casi cada mañana.

Hoy, 07–11–1994, que paso a limpio este escrito, diré que cortamos del todo con estos hermanos. Cuando vino Joaquín a Motril, estábamos nosotros en Motril veraneando y no fuimos a escucharle. Debía de haber ido a saludarlos, pero no lo hice. La verdad es que soy bastante descastado y desagradecido.

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¿FINAL DEL MENSAJE?

Orgiva, 11–01–1993Con el sueño “La viña” ¿habrá terminado de comunicar el Señor su mensaje al mundo? Tal vez sí. Yo no puedo ni entrever siquiera el alcance que puedan tener estos escritos. Si todo fuera obra mía no dejaría de ser pura anécdota en el campo de la literatura. Un campesino más o menos aficionado que cuenta sus sueños; eso sería todo. Hace veinte días que tuve este sueño y ni una palabra más. La verdad es que yo no sé por donde empezar ni que hacer. Me pregunto: si todo está a punto de dar fruto, si todo se está ultimando, ¿por qué en la práctica diaria no notamos nada?

Yo estoy ultimando en la finca de La Rehoya la habitación que yo llamo “Del profeta”. Es una habitación de unos trece metros cuadrados. Allí es donde espero poder ordenar todos estos sueños y visiones, analizando los que ya se hayan cumplido, y los que aún estén por cumplirse. Ahora son las seis y media de la mañana. No suelo escribir a estas horas, estas horas las dedico a la oración, la gimnasia y el yoga, pero hoy he hecho una excepción. Mi mente se iba demasiado a la obra y con la escritura la he querido centrar en Dios.

Un día que predicaba un pastor de Málaga, en la Iglesia evangélica de Granada, dijo:

-Los sueños que son de Dios, el mismo Dios se encargará de que se cumplan.

Así lo pienso yo también. Una cosa que es de Dios se cumple siempre; de ahí el profetizar. Profecía no es otra cosa que anunciar algo que, en tiempo venidero, va a pasar en relación a Dios. Lo que pasa es que el tiempo en que se cumplen esas profesáis Dios no suele revelarlo. Es por eso que los hombres tenemos tendencia a creer que no se cumplirán. La rutina del mundo y del cada día nos vuelve incrédulos a las cosas de Dios; de ahí la necesidad de la oración intima y constante con Dios, desarrollada en el silencio. La de grupo también es necesaria, pero esta no puede sustituir a la

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individual e intima. Las dos se complementan. La riqueza de vida que tiene una comunidad, en la que todos sus miembros hacen oración individual e íntima con Dios, no la tendrá nunca aquella cuyos miembros se limitan a asistir a los cultos y demás reuniones de conjunto. Estas reuniones y cultos dan las directrices para el trabajo en la viña del Señor. La oración intima, individual y diaria, hace que ese trabajo sea constante, eficaz y duradero, y rinde el ciento por uno. Es verdad que ahora mismo no sé que hacer, pero estoy seguro que Dios ya está obrando en algunas personas que yo no conozco para que su obra se divulgue. A mí sólo me toca estar con la lámpara encendida, esperando el momento oportuno. Dios es y eso basta. Él sabe lo que es necesario y lo que es superfluo. A mí me parece que no hay suficiente y que quedan montones de cosas sin aclarar, pero… esa es mi opinión, que no debe contar en absoluto. Soy consciente de la dificultad que conlleva el dar a conocer este mensaje, pero también es verdad que no hay profeta de Dios que no haya tenido dificultades parecidas. Eso es lógico, ya que la dificultad va enraizada en el mensaje mismo. Si Dios dice algo a los hombres es por que estos se han desviado del camino que Él les marcó. El amo de las ovejas interviene sólo en los momentos extremos. Cuando los pastores cuidan bien su rebaño, y este pacta tranquilo y da fruto abundante, el amo no tiene por que intervenir; pero si esos pastores se alejan del rebaño, o lo llevan por caminos ásperos, áridos, dificultosos, donde no hay comida; ese rebaño, digo, se desmadra, se divide, no da fruto. Muchas ovejas se pierden buscando la comida que sus pastores no han sabido darles. Cuando el amo ve estas cosas es cuando suele intervenir. Pero esa intervención no suele ser bien acogida, y esto es lógico. Los pastores no pueden acogerla bien, pues ellos piensan que ya hacen lo que saben y pueden. Las ovejas tampoco ven bien esta intervención del amo, pues ya se han acostumbrado a sus nuevos pastores (Joaquín), que ya no son de este amo, pero que al menos les mantienen en alguna dirección y algo comen. No se sacian, no son felices, pero al menos viven. Dios ante este estado de cosas, se limita a decir lo que tiene que decir. Entre los miles de millones de hombres que pueblan este planeta, elige a uno y le dice algo que es importante. Este hombre ya sabe que la dificultad es grandísima, pero tiene dos únicas opciones:

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decir no, o decir si. Yo me he inclinado por decir sí. Cuando te hable Dios, tendrás sólo esas dos opciones.

Nadie elige ser profeta de Dios, aunque, como en la Biblia, haya muchos falsos profetas que se han autoerigen. Una cosa es que Dios te elija y otra muy distinta es que tú te autoerijas. En el primer caso, habrá muchas dificultades, pero habrá paz. En el segundo caso, habrá o no dificultades, pero no habrá paz. La paz interior sólo la da Dios, es por eso que sólo hay un medio para reconocer al profeta elegido por Dios. Si transmite paz, si él tiene paz y si sus frutos son buenos, las ovejas tienen que pactar tranquilas, sin miedos, confiadas, en los prados del Señor, fuera de ahí no hay comida abundante y todo es estéril.

Son las siete cuarenta de la mañana y yo ya termino de escribir. Este escrito ha sido hoy mi oración.

Adiós, hasta luego.

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EL PASTOR PABLO EN ORGIVA

Orgiva, 23–05–1994El 03-o5-1994, fue la segunda vez que el pastor Pablo estuvo en Orgiva. Vino con otros miembros de la Iglesia evangélica. La primera vez fue unos veinte días antes.

Fue una invitación que yo hice a Rosa y al pastor, les dije que podían venir todos los que quisieran. Los invité por segunda vez, porque en la primera no conseguí el objetivo que yo pretendía. ¿Cuál era ese objetivo? Informar de los sueños a esta comunidad y tantear la posibilidad de que ellos se hicieran cargo de este bagaje. Mi intento fracasó. La primera vez éramos muchos: ellos eran veinticinco o más, y nosotros unos quince. En total, nos juntamos comiendo habas fritas unas cuarenta personas. Esto imposibilitó el hablar un poco reservado con el pastor y alguno más. La primera vez, no hablé de los sueños, pero sí que le dije a Pablo, en un momento en que estábamos relajados:

-Aquí al lado vive un vecino que está ciego y es una excelente persona, ¿no hay alguien aquí con el don de curaciones para que este hombre vuelva a tener visión?

-Lo primero es que venga a escuchar el Evangelio… A poco, continuó diciendo: -A quien voy a traer es a la sobrina de Antonio Molina. Canta

muy bien, parece haber heredado la voz de gallito de su tío… A esa pareja les gustará esto.

Yo, la verdad, quedé un poco decepcionado con su respuesta. Quizás en ese momento en que yo le hablaba de realizar un milagro él estaba pensando en esa pareja malagueña formada por Bizantino y su señora; esta, sobrina de Antonio Molina el cantante.

¿Es que yo busco que otros hagan lo que me toca a mí? ¿Es que pido imposibles? ¿Tanto le cuesta a Dios hacer este milagro?

A mí me da igual a través de quien se haga; lo que quiero ver es eso: a mi vecino con vista, que él vuelva a ver sus olivos y su familia; luego, estoy seguro, vendrá a escuchar el Evangelio. ¡Que

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mas da, Señor, hacer el milagro un poco antes! Es un hombre muy agradecido; de seguro no te decepcionará. Hazlo, respondo por él y su familia.

Los dos puntos que tenía en mente la primera vez que invité a esta comunidad a venir a Orgiva eran este milagro y los sueños. El primero lo propuse, el segundo ni lo toqué.

La segunda vez, venían acompañados de Bizantino y su esposa, también vinieron Rosa y Pablo, y otro más de esa comunidad. Yo mismo le rogué a la sobrina de Antonio Molina que cantara, pero no lo hizo. Dijo estar afónica; la verdad es que se le notaba un poco. Hay que reconocer que canta muy bien, dos veces la he oído, cuando asistía al culto en Granada. También vino con ellos una tal María, esta joven tiene una hija y está separada. Tiene muchas experiencias con Dios. Nos reconoció un día, cuando estábamos en el culto, en la iglesia de Granada, ella también participó en el grupo carismático católico al que nosotros asistíamos antes. Este día, ella contó su experiencia, otro también contó la suya y yo también hablé de la mía.

De esta segunda visita, todos salimos un poco decepcionados y vi la imposibilidad de que otros comprendieran mis sueños. Ellos también quedaron decepcionados, por que su propuesta no fue aceptada por mí. Yo hablaba a Rosa, a Bizantino y a su esposa de los sueños. Les leí dos y cerré la carpeta: Rosa estaba cansada y vi su imposibilidad para captar lo que yo le decía. Bizantino me dijo:

-Tú es que te pasas todas las noches soñando?-Unas sí, otras no.-Los sueños te sirven para ti, pero….-Unos si son para mí, pero otros no.-Esto esta demasiado liado, demasiado lío. Pronunció esas palabras con cierto desencanto. Su señora me

dijo:¡Eso es un sueño…! ¿Y lo escribes?-Estos son varios sueños, y los escribo.Dijo esto como quien no sabe nada de nada. El pastor se quedó en

la mesa donde habíamos comido, charlando con mi esposa. Mi esposa le preguntó:

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-Tú no dices nada referente a los sueños… ¿qué opinas de todo esto?

-Dios nos da caramelos y juguetes, pero no podemos estar toda la vida comiendo caramelos y jugando con los juguetes, esta es mi opinión.

Esta opinión se parece mucho a la que tiene mi hermano Manuel, el cura.

Después de esta última visita, estuve muchas horas orando largo y tendido. Le decía a Dios: “Si estos no entienden nada… ¿quién puede entender todo esto que tú me has dicho?”. Después de varios días de oración, me dije a mí mismo: “No vuelvo a hablar más de los sueños a nadie, mientras no tenga delante de mí a un periodista, ya sea de algún periódico, radio televisión o revistas. He caído en la trampa del sueño: “La mercancía olvidada”. He intentado llevar la mercancía por los métodos antiguos y eso hoy no funciona. Tendré que volver a coger mi mercancía y llevarla por las autovías, por las autopistas.

Así era, sin darme cuenta había caído en el error de este sueño. Yo tengo una mercancía que llevar, pero… hay que llevarla por las autopistas para que llegue a su destino; de lo contrario, no es que tarda en llegar, es que no llega. Este día lo vi claro.

Durante la comida, Rosa me habló del destino de la humanidad, de los años que nos quedan, de los años que hay desde Abrahán a Moisés…, hasta Jesucristo…, que sólo quedaban cinco años…, de los rusos y de sus misiles…, etcétera. Hubo un momento que yo le dije:

-Yo no entiendo ese asunto de tantas cifras.-Sí, -dijo-, es verdad…, te he llenado de cifras. Sonrió y me dijo

que le leyera los cuatro sueños ecuménicos. Sólo le leí los dos primeros y la posibilidad de seguir adelante se agotó.

Rosa me propuso formar aquí, en Orgiva, una Iglesia evangélica.-No, -le dije–, me fusilarían.-¿Por qué?-Aquí hay un Cristo.-¿Qué Cristo?-Un Cristo de la expiración.-Y eso… ¿qué es?

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La conversación se hacía ya insostenible. Yo ya no era del todo sincero. No podía decirles que mi misión, según los sueños que ellos no entendían, era otra. Yo me juego la vida por hacer aquello que Dios me pide, pero… ¿Dios me pide que yo me enfrente aquí, en Orgiva, a la Iglesia católica, haciéndome pastor de otra? De eso tengo muchas dudas. Tampoco podía hacerme entender, por lo que preferí callar y no hablar más. Fue un diálogo de sordos. ¿Por qué esta sordera? No lo sé; simplemente, no lo sé. Ellos ven en la Iglesia católica algo muy malo que yo no acabo de ver. Sí es verdad que Dios, a través de sueños y visiones, me ha hecho ver algo, pero no tanto como ellos ven. Dios de seguro nos está viendo a todos y Él sabrá como solucionar todo esto. Cada vez estoy más liado. Si algún día, amigo lector, dice que no entiende nada de nada, sepa de antemano que tiene mi entera comprensión.

Un abrazo.

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¿SE ELIGIÓ LA PEOR DE LAS FORMAS?

Orgiva, 06–06–1994Yo creo que sí, aunque recuerdo alguna aún peor. Veamos:

El pasado domingo, es decir, ayer, estuvimos mi esposa y yo en el culto en la Iglesia evangélica de Granada. Primero, hubo una hora de alabanza al Señor, y luego comenzó la predicación de la palabra, a cargo del pastor de Málaga, Paco. Este comenzó, diciendo:

-Buscad Ageo… Dice Dios: “Esforzaos, trabajad y yo bendeciré vuestra obra”. 2:10 dice: “Mayor será la gloria postrera de esta casa que la primera…

No hubo más citas ni del Antiguo ni del Nuevo Testamento. La predicación fue poca y toda dedicada a la reconstrucción del templo. Después dijo:

Todos sabéis que se están haciendo las obras de acondicionamiento en el nuevo local…

Más tarde, uno de los asistentes informó de la marcha de las obras en el nuevo local. Dijo:

Había de fondo un millón trescientas mil pesetas; ya hemos gastado un millón y quedan las trescientas mil pesetas. La colecta de hoy será la normal de siempre; a continuación, vamos a repartir unos papeles en blanco y bolígrafos. Que cada uno anote en ese papel la cantidad que quiere aporta para las obras. También anotáis vuestro nombre y apellidos… Esto es para saber…, pues alguien puede anotar catorce millones de pesetas y después, estos millones no resultar por ningún lado. Queremos saber lo que vais a aportar para así saber con lo que contamos. También poner las fecha, o fechas, de la entrega del dinero.

También dijeron a quien había que darle el dinero, y que sólo tres o cuatro personas sabrían lo que habían dado los demás. Sumaremos las cantidades que anotáis y, a continuación, sabremos el total.

Repartieron los papeles, se recogieron, se sumaron las cantidades resultantes (esto último se hizo dentro de la oficina por esas tres o

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cuatro personas, antes mencionadas). La cantidad resultante fue de tres millones trescientas mil y pico pesetas.

Mientras todo esto se hacía, el pastor Paco nos hablaba del nuevo local para el culto.

¿Dónde veo yo el mal? En los nombres y apellidos. Todo podía haberse hecho lo mismo, pero sin los nombres. Tarde o temprano, todo se sabe y las críticas llegan. Somos humanos y no podemos olvidar esto. Después, el que ha criticado se arrepiente, Dios lo perdona y los demás también, pero el mal ya está hecho. Eché a faltar la cita evangélica Mateo, 6: 1-3. Dice así:

-Mirad no obréis la justicia delante de los hombres para ser vistos de ellos; de lo contrario, no tenéis derecho a la paga de vuestro Padre que está en los cielos.

Por eso, cuando hiciereis limosna, no mandes tocar la trompeta delante de ti, como lo hacen los hipócritas en las sinagogas, para ser honrado de los hombres. En verdad os digo, firman el recibo de su paga. Más, cuando tú hagas limosna, no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, para que tu limosna quede en secreto.

Es verdad que aquí no se tocaban trompetas, pero el secreto dejaba de serlo al saberlo otros. Hacer las cosas en secreto siempre es mejor para todos. No sólo por la paga que Dios nos da, si no para la buena marcha de la iglesia. Lo mejor hubiese sido decir: “Durante todo este mes de Junio, las colectas que se recojan serán para las obras que se hagan en el nuevo local. Urge saber las cantidades que podréis aportar. Por favor, anotar en ese papelito las cantidades que vais a poder aportar en este mes de junio y los meses siguientes. La verdad es que queremos acabar rápido las obras, etcétera”. Nada de nombres, todo en secreto, siempre es lo mejor. Nada de coacciones, insinuaciones, presiones, indirectas y demás. Si no se puede hacer más, se hace menos; si no va tan aprisa, irá más despacio. Cada obra ha de ir al ritmo de conciencia que tengan sus feligreses. Lo mejor es centrar las charlas en despertad la conciencia y sólo Dios es el que debe saberlo, y, de hecho, lo sabe todo.

El recuerdo de la fórmula peor me viene de lejos. Yo tendría diez o doce años. El cura de mi pueblo decidió poner bancos en la iglesia y lo hizo por un método parecido a este. Recuerdo todavía la predicación de un domingo. Dijo:

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-Los nombres de los que NO hayan dado dinero para comprar los bancos los pondremos en el cancel de la iglesia, los leéis, y cuando veáis a una persona sentada en un banco, de los que no han dado dinero para ellos, los echáis y los hacéis levantar. No tienen derecho a sentarse.

Ya vemos cómo hay peores métodos y peores predicaciones. Hace muchos años de esta predicación, pero la recuerdo como si fuera ayer; se me quedó grabada para siempre. Queremos salvar al mundo, y eso es bueno; queremos hacerlo aprisa, y eso es malo. Las prisas son siempre del diablo. Sólo Dios es el que salva y no tiene ninguna prisa. ¿Por qué tenemos nosotros tantas prisas? Copiemos su paciencia y su confianza, que Él, hasta el último día de nuestra vida, estará esperando que nos movamos en la dirección que nos ha dicho.

Hoy, 18–10–1994, que paso a limpio este escrito, diré que el local nuevo ha quedado estupendo. Es como lo anunciaron: un gran local. Deben caber unas mil personas, tiene mucha ventilación y cuenta con todas las normas de seguridad que pide la ley. La verdad, se está muy a gusto allí. Si han surgido los problemas que yo apunto en este escrito, no lo sé. De todas formas, reafirmo que el mejor método es el total secreto, y eso, incluso, aunque no llegara a hacerse el local.

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NO TODO EL QUE DICE: “¡SEÑOR, SEÑOR!”

Orgiva, 15-06-1994Mateo, 07: 21-24 dice:

-¡No todo el que dice “¡Señor, Señor!”, Entrará en el Reino de los Cielos, si no el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los Cielos.

-Aquel, pues, que escucha mis palabras y las pone por obra, será el varón prudente que edifica su casa sobre roca.

Lucas, 08: 21 dice:-Mi madre y mis hermanos son estos, los que oyen la palabra de

Dios y la ponen por obra.He querido comenzar este escrito con palabras de Jesucristo. De

hecho, ninguna religión puede salvar. Las religiones, todas, tienen la misión de predicar la palabra de Dios. Escuchar esa palabra y cumplirla corresponde a otros, y esos otros son los que son salvos o no lo son. Si no escuchan la palabra de Dios y, además, no la ponen en práctica, no pueden ser salvos, ya que no hacen la voluntad del Señor y, por tanto, no son de la familia de Jesucristo. Si escuchan la palabra de Dios y no cumplen lo que dice esa palabra, no entrarán en el Reino de los Cielos, y eso a pesar de haber ido mucho a misa, al culto, a las romerías y procesiones. Hay que hacer la voluntad del padre que está en los Cielos, hay que escuchar la palabra y además cumplir lo que esa palabra dice. La diferencia entre la iglesia católica y la cristiana evangélica es la siguiente: la católica predica la palabra, pero pone montones de normas ajenas a esa palabra. La evangélica predica igualmente la palabra y deja libre a la persona para que acepte o rechace esa palabra. No hay normas ajenas a la palabra de Dios: el que la cumple se salva y el que no la cumple se condena, eso es todo. Primero, escuchar, y después, cumplir. Todo lo que no lleve a esto estorba, distorsiona, enrarece, distrae y enturbia el mensaje que lleva implícito esa palabra.

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¿Por qué mi hermano aparece en los sueños en el lado opuesto al que está en la práctica? Donde yo voy, él ya está. Esto sucede en los sueños “El transporte colectivo”, y en, “La mercancía olvidada”. Esto, en principio, es chocante, pero hoy lo tengo claro: lo que hace mi hermano es predicar la palabra y cumplirla. La estructura que él tiene montada en la sierra es idéntica en el fondo, a la de Iglesia evangélica, esto es: predicación de la palabra de Dios y dedicación a los más pobres, drogadictos, borrachos, etcétera. Esto es lo que verdaderamente importa: el que uno haga láudes y otro haga simplemente oración, eso importa bien poco, y carece de importancia, ya que son medios para poder aplicar bien la palabra. También son medios para perseverar y no caer en las tentaciones. Repito, son medios diferentes, pero que no tienen importancia el que se hagan de una u otra manera. Esta noche me ha quedado claro el por que yo iba a la parte alta de la sierra donde está mi hermano (del sueño “El camión”). Yo iba a la parte alta de la finca por un camino distinto. La finca representa la estructura de Iglesia que Dios quiere, esto es: oración, predicación de la palabra y compromiso con los más pobres. A mí me ha tocado saltar en paracaídas (del sueño “Yo salto en paracaídas”) para terminar la obra que mi hermano no podía hacer desde dentro de su Iglesia. Él, este salto no podía darlo; a mí me está costando, pero lo voy consiguiendo. La competición es para él, pero a mi me toca rematar lo hecho por él durante todos estos años.

Hay que saber que lo de judío o gentil, católico o protestante, carece de importancia, lo importante es escuchar y cumplir. Cuatro sueños dedica Dios a la unidad de las iglesias; en esos sueños queda claro cómo debe hacerse esa unidad. Quien más se ha alejado de la verdad es quien más tiene que rectificar, y eso a pesar de llamarse judío, católico, protestante o lo que quiera. El Evangelio está ahí y está para cumplirse.

Hace unos seis años, mi hermano me dijo: Mira, José, en seis años que llevo predicando en las parroquias no

he visto a una sola persona que haya cambiado, todas siguen igual. No ocurre así cuando estoy en la sierra, con los pobres; algunas cambian.

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En la iglesia evangélica de Granada, cada semana suben varias personas hasta donde está el micrófono para dar testimonio del cambio producido en sus vidas. La verdad es que algunos de estos testimonios hacen llorar. Recuerdo el testimonio de dos mujeres bastante jóvenes (veintiocho y treinta y cinco años). Habían llegado a la bebida, la droga, la prostitución, abandono de los hijos, separación, operaciones en las clínicas, verdaderos dramas humanos que hoy están recuperados gracias a la predicación de la palabra de Dios. Es aquí donde reside la diferencia de una estructura de Iglesia a otra; en una de ellas hay montones de cosas que entretienen y nos hacen aparecer como que ya somos salvos. La otra va directa a la predicación de la palabra e incita, al máximo, a su cumplimiento. Dios, a través de los sueños, deja una cosa muy clara: No hay que reformar cosas para que estas estén más vistosas. Decir una misa de espaldas o de frente, con un color o con otro, un altar más cerca o más lejos, encender una o tres velas al santo de turno, todo eso no sirve para nada y da igual. Sin embargo, si que hay que reformar las estructuras para que el mensaje llegue y cale de verdad en las conciencias, se entienda y se cumpla.

También hay un sueño dedicado al Papa. Dios ha dejado pocos cabos sueltos, puede parecernos excesivo todo esto pero…ahí está. Yo soy una persona simple, que, si hago bien el trabajo encomendado, me salvaré, y si no lo hago bien, pues seré cortado y echado al fuego como otro cualquiera que no haya hecho bien su trabajo, aunque este sea pastor o Papa, cardenal o profeta, da igual; la exigencia es para todos la misma. Recuerda esto, ¡todos somos iguales ante Dios! Si hacemos bien nuestro trabajo con los pobres, seremos salvos, y si no…, seremos condenados al Infierno eterno. Duro…, muy duro…, pero esas son las palabras de Jesucristo:

-Si me disteis de comer…- Si me disteis de beber…- Si me vestisteis…- Si me visitasteis…-Venir benditos de mi padre…-Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno…

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¡Los pobres…! ¿Quiénes son los pobres? Hay cuatro gremios muy definidos en los sueños: Trata de blancas, emigrantes, drogadictos y peones del campo.

Dios señala estos cuatro grupos en especial. Por algo será.

Hoy, 18-10-1994, que paso a limpio este escrito, diré que nada tengo que añadir al mismo y me ratifico en todo lo que se dice en él.

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EL GALLO PICOSO

Orgiva, 29–06–1994Hace casi un año que mi primo Miguel me regaló un gallo. Yo llevé este gallo desde Dúrcal a Orgiva y lo eché en el corral con las gallinas. Doce gallinas tenía para él solito. La verdad es que las pisaba a todas, y muy bien. Yo estaba orgulloso de mi gallo: era un gallo de una planta impresionante y cumplía su función a las mil maravillas. Durante un tiempo (tres meses) todo fue muy bien. Un día decidí cercar un espacio mucho mas grande para que este hermoso gallo y las gallinas tuviesen más libertad y estuviesen mucho mejor. “De paso”, pensé, “este gallo y estas gallinas me estarán agradecidas”, yo, a la par, me sentiré feliz de verles corretear en un campo amplio y grande”. Mil metros de tierra cerqué para que mis gallinas y mi gallo tuviesen libertad, viviesen mejor, y yo poder disfrutar viéndoles felices.

Fue encantador el día que terminé de cercar el campo grande. Les abrí la puerta de la cerca pequeña y salieron a disfrutar del campo grande. Yo me sentía feliz y mi gallo y mis gallinas también parecían estarlo. Daba gusto ver a mi gallo cantar encima de los montones de hierba. Abría las alas, las abatía y cantaba a todo pulmón. Yo decía que se parecía a Tarzán en la selva. Todo parecía ir de maravilla, hasta que un buen día, pasado un mes y medio que vivían en el campo grande, este gallo me atacó. Yo entré como otros días, cariñoso, despreocupado, con un cubo de comida en la mano, como siempre… para mis gallinas y mi gallo. ¡¿Como esperar esta reacción…?! ¿Qué le había pasado a este, mi más querido animal? ¡Si yo solo quería lo mejor para él! ¿Por qué me atacó? ¿Es que no había visto el trabajo que me había costado cercar un campo tan grande? ¿Por qué…? ¿Por qué…? Aún hoy, que mi gallo ha muerto me sigo haciendo la misma pregunta ¿Por qué…?

Se abalanzó sobre mí con la intención clara de picarme. El era mi preferido, yo estaba orgulloso de él…. ¡Pobre gallo mío…!

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¿Es que no vio que dependía exclusivamente de mí? Yo le llevaba la comida, yo le echaba el agua en los baldes, procuraba que esta estuviera limpia. El me vio muchas veces sentarme a verle cantar, a verle cómo pisaba las gallinas…a ver cómo movía con fuerza sus alas… ¡Pobre gallo mío…!

Durante muchos meses, estuve entrando en el corral pensando que tal vez ya se hubiese arrepentido y que ya no me atacaría más. No fue así. Uno de los golpes con aquel palo debió herir su cabeza…. ¡Pobre gallo mío…! A poco, murió. Me lo encontré una mañana, metido en el ponedero de las gallinas, fui a verle…, pero él ya no me vio: estaba muerto. Lo saqué del corral y lo eché fuera. Supongo que los perros se lo comerían esa misma noche… Aquí termina la historia de este gallo que durante mucho tiempo estuvo atacando a su amo, sin saber, sin sospechar siquiera que inevitablemente todo lo tenía perdido, todo…, absolutamente todo.

¿Qué podía hacer yo? Lo quería de verdad, era un buen gallo, cumplía bien su función, pero…esta es la cuestión: se reveló contra su dueño. Dependía enteramente de mí, y por mucho amor que yo le tuviera no podía consentir que él ocupara mi puesto. Es más, aún en la posibilidad remota de que él hubiese podido conmigo, habría muerto también. ¿De que le serviría esa libertad si no estaba ese dueño suyo que le proporcionaba el alimento y el agua, y que regaba el campo para que creciese la hierba que él se comía? No le servía de nada. Estaba condenado a morir. Se había revelado contra su dueño y eso le había hecho reo de muerte. Nadie le condenó; se condenó él solo. Recibió palos de aquel que más le quería, pero no podía ser de otra manera. El campo, los árboles, los frutos de ese campo, todo ello pertenecía al mismo dueño, y este dueño tenía el derecho de cuidar su campo, de gozarse en él y de pasearse a placer por el mismo.

A veces, yo iba a coger unas brevas, a ver las flores de mis granados; otras veces, solo iba a oler el azahar de mis naranjos o…ver como iban de gordas las almendras. No siempre iba pensando en mi gallo, pero él me obligaba a llevar, más o menos visible, una vara con la cual poder defenderme para que no llegara a dañarme. Toda la culpa, toda entera, fue de él. ¿Qué podía hacer yo para cambiar a mi gallo? Le llevé lechugas, coles, cebada, trigo, pienso

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compuesto… ¡Lo tenía todo!, pero mi gallo siguió atacándome y, lógicamente, yo seguí defendiéndome de sus ataques. Era curiosa su actitud: o me temía y se largaba, o me atacaba. Nunca, desde la primera vez que me atacó, fue imparcial. El comportamiento de las gallinas era diferente: todas acudían a comer lo que yo les llevaba. Yo les estoy agradecido y ellas también lo están conmigo. Saben que yo las quiero y que soy el que les regala los alimentos; se sienten felices en mi corral grande; y yo también me encuentro feliz. Ya estoy pensando en sustituir a mi gallo…, picoso…, muerto. Mis gallinas necesitan un gallo les traeré uno. Y espero que la historia no se repita.

El hombre, la raza humana, todos, ¿no nos parecemos al gallo picoso de mi corral? Dios es nuestro dueño y Señor. Estamos habitando su campo, comiendo los frutos de sus árboles, bebiendo sus aguas, respirando su aire. ¿Conocemos acaso todo el territorio que domina nuestro amo y Señor? o ¿sólo conocemos la cerca en que nos ha puesto? ¿Podemos tener éxito viviendo al margen de lo que quiere nuestro dueño y Señor? ¿Conocemos todo el amor que nos tiene o solo vemos los palos que nos llegan, cuando, abusando de esa libertad que Él nos dio, nos revelamos?

¡Que feliz sería hoy mi gallo picoso si no se hubiese revelado contra mí! Aún después de haberse revelado, yo le hubiera perdonado si hubiese desistido de su actitud agresiva hacia mí. ¡Claro que le hubiese perdonado…! ¿Para qué quería yo castigar a mi gallo? Sólo lo hacía para defenderme y, a la par, para ver si él cambiaba de actitud. Lo siento, no fue así. Ya está muerto…, ya se lo habrán comido los perros. Nada pudo hacerme a mí, pero él se buscó su ruina.

¡No seamos gallos picosos!

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MI AMIGO EL REY

Motril, 23–07–1994Un día estábamos reunidas varias personas. Yo insistía:

-El rey es mi amigo.-Todos los reunidos, sin excepción, soltaron una carcajada y se

rieron a gusto.-¡El rey… ¿tu amigo…?! Pero… ¿qué estas diciendo? Tú estás

loco…, loco de remate.Esto lo dijo Manolo, pero todos pensaban más o menos como él.

Yo insistí, con tono grave:-El rey es mi amigo, basta de risas.Todos dejaron de reír ante la gravedad de mi afirmación.

Ángeles, mi vecina pelirroja, dirigiéndose a mí, con un tono serio, me dijo:

Demuéstralo. Si eso fuera así, tú no serías lo que eres ni vivirías donde vives.

El rey es mi amigo, eso es así y basta. No voy a demostrar nada –añadí- todo lo que puedo deciros es que el rey es mi amigo, nada más, pero eso es cierto.

-Me gustaría creerte, pero lo siento -dijo Juan-, el del piso de arriba. Si no nos das alguna prueba de tus relaciones con el monarca, no podemos creerte.

-Él es mi amigo -dije esto resignado, y añadí-: Nada puedo mostraros hoy para haceros cambiar de actitud, pero os aseguro que un día reconoceréis que estoy diciendo la verdad, pues el rey es mi amigo, amigo íntimo.

-Algo te ha pasado a ti. Estás loco de remate. Tú antes no eras así, nunca has dicho esas tonterías, ¿Por qué ahora hablas así?

Mi vecina Agustina acababa de hablar en el tono más cariñoso que pudo, pero a la par, con una convicción irrevocable. Yo me callé y salí un poco cabizbajo de aquella habitación. Antes de retirarme, aseguré, en tono bajo:

-El rey…, el monarca…, ese…es mi amigo.

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Cerré la puerta detrás de mí y me fui.Pasó el tiempo; para mi fue un largo tiempo. Para Manolo,

Ángeles, Agustina y Juan, no sé si era mucho o poco ese tiempo transcurrido, o tal vez ya se habían olvidado de mí y de mis afirmaciones. La verdad es que desde aquel día, ellos me rehuían y yo no hice nada para evitar esta situación de desagrado, pero… mi amigo, el Rey, un día vino a visitarme. Yo me alegré mucho de verlo. ¡Hacia tanto tiempo que no le veía…! No sé si lo hizo por casualidad o si me hizo esa visita para que los demás supieran la verdad de mis afirmaciones. A mi me daba igual. Salimos juntos a pasear y todos mis vecinos nos vieron. Él estuvo en mi casa, comió y se alojó en ella; charlamos de sus planes, pero lo más importante para mí, fue su pública presencia junto a mí. A partir de aquel día, nadie volvió a poner más en duda mi amistad con el monarca. Nadie volvió a poner más en duda que yo, un insignificante súbdito suyo, era su amigo. La verdad es que casi no entendí nada de lo que me habló referente a sus planes más o menos futuros, pero no me importaba; yo estaba contentísimo de esa visita tan esperada por mí. Nunca dudé que esa visita se realizaría. Todas las dudas se disiparon ese día.

Hoy, 20–10–1994, que paso a limpio este escrito, diré que aún sigo esperando esa visita de mi Rey y Señor, Dios.

Hoy, 09–03-2007, que paso al ordenador este escrito diré que aún sigo esperando esa visita de mi Rey y Señor, Dios.

Hoy, 09-02-2009, que repaso estos escritos para el ordenador y su posterior difusión en Internet, diré que aún sigo esperando esa visita de mi Rey y señor Dios.

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LA CUESTA DEL BARRIO LUQUE

Motril, 18-08-1994-Sujétame…, cógeme de la mano, que resbalo con estos zapatos.-Yo te sujeto siempre, aunque lleves otros zapatos.-Estos zapatos son muy bonitos y baratos; los compré en el

mercadillo.-Yo te sujeto siempre, con zapatos caros o baratos, bonitos o feos,

sólo hace falta que no te sueltes de mi mano.-Es que esta cuestecilla es muy resbaladiza, ¿sabes? Cuando

vengo con el carro de la compra, me las veo y me las deseo. ¡Eh…, cuidado…, sujétame…!

-No temas, yo siempre te sujeto, basta con que tú no te alejes de mí; basta con que tú no sueltes mi mano. Por que si tú te alejas de mí, yo no podré sujetarte, a pesar de mi gran deseo de hacerlo.

-Es que esta cuesta está que se las trae, y cuando los niños se ponen a jugar con el agua del pilar, ¡entonces se pone imposible!

-Si tú sigues cogida de mi mano, nada tienes que temer. Yo, con mi mano, te sujetaré siempre. No podrá ser así si tú te alejas de mí; entonces, yo no podré sujetarte.

-¿Lo ves?... ¡fíjate que resbalón…! ¡Si no estas tú, voy al suelo…! Y es que estas suelas resbalan mucho. Me gustaron los zapatos y además eran baratos, por eso los compré, pero resbalan que no veas.

-Sí, lo veo, pero no temas, mi mano te sostiene. No podrá ser así si no te mantienes a mi lado, junto a mí, cogida de mi mano.

-¿Por qué me hablas así? ¿Es que no estoy contigo y cogida de tu mano? ¿No estoy a tu lado?

-Sí, lo estás, eso es cierto…, pero si así no fuese, aún queriendo protegerte, no podría hacerlo.

-Eso ya lo sé, por eso pido que me sujetes con tu fuerte mano. ¡Uy…, cuidado…, por poco… qué resbalón! Lo ves, por toda la calle Barranco también tendré que ir cogida de ti. ¡Estos zapatos…! ¡Esta pendiente…!

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-Tranquila, yo estoy aquí.Esta conversación, entre mi esposa y yo la tuvimos bajando esa

cuesta del barrio Luque, en Orgiva. Pensé: “Dios siempre nos conduce, nos apoya, nos sostiene, nos da estabilidad, incluso nos levanta si estamos caídos, pero hay una condición: tenemos que ir cogidos de su mano, tenemos que pedir su protección, tenemos que estar muy cerca de Él, no tenemos que alejarnos jamás. Si nos alejamos, perdemos su protección y los porrazos serán frecuentes. El mundo es engañoso, como los zapatos de mi esposa: nos presenta la felicidad al alcance de la mano, sin esfuerzo, muy atractiva, muy bonita, hasta por poco precio, pero ¡cuan resbaladiza es! Es tan resbaladiza que nunca podemos alcanzarla por nosotros mismos, por más que lo intentemos no lo conseguimos, y cuando pensamos que ya la tenemos es cuando el porrazo es más gordo, pues es cuando más resbaladiza se hace.

De Dios viene toda felicidad, si cada vez apretamos más su mano confiando en Él y haciendo lo que nos dice, oyendo su palabra y poniéndola en práctica, es entonces cuando estamos en el buen camino. Resbalaremos menos, y si resbalamos, Él nos sujetará, Él nos endereza y nos pone en condiciones de continuar el camino. Por el contrario, si cada vez nos alejamos más de Él, creyendo que nosotros podemos caminar solos, que así somos más libres para hacer lo que nos venga en gana, estamos equivocando el camino. Así, nos equivocaremos muchas veces, caeremos más y, al querer levantarnos solos, volveremos a tropezar con otra piedrecilla insignificante que no vimos a tiempo y que nos hizo perder el poco equilibrio que habíamos conseguido con nuestro mucho esfuerzo.

No caminemos solos; mucho mejor si vamos cogidos de la mano de Dios. Si andamos con Él nada debemos temer, Él lo puede todo, absolutamente todo. Si estamos alejados, emprendamos el camino de regreso, como el hijo pródigo. Si estamos cerca, apretemos su mano con fuerza y acerquémonos más; no temamos nada malo. Él nos ama como un padre bueno. Si algo nos pide que nos cuesta es por que piensa darnos el ciento por uno aquí y, además, la vida eterna feliz con Él. Eso es así, esa es mi experiencia, y esas son las palabras del Evangelio.

Dije a mi esposa:

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Yo te sostengo y evito tus resbalones si tú sigues cogida a mi mano. Pasamos la calle Barranco y todo el peligro terminó.

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ABRAHAM, UNA HISTORIA DE FE

Orgiva, 23-11-1994Génesis, 11:24-32 dice:

Najor era abuelo de Abraham y vivió ciento cuarenta y ocho años. A los veintinueve años de vida, engendró a Téraj. Había vivido Téraj 70 años cuando engendró a Abraham., Najor y a Harán. Harán engendró a Lot.

Por eso, Lot aparece como sobrino de Abrahán en la Biblia.Estos vivían en el país de Ur los caldeos.Abraham y Najor tomaron esposas, el nombre de la mujer de

Abraham era Saray, y el nombre de la mujer de Najor, Milka. Tomando Téraj a su hijo Abraham, a su nieto Lot, y a Saray esposa de Abraham, sacólos de Ur de los caldeos dirigiéndose a la tierra de Canaám y llegaron hasta Jarán, donde se asentaron y fueron los días de Téraj doscinentos cinco años y murió en Jarán.

Dios habla a Abraham. (Génesis, 12:1):Ahora bien, Yahvé dijo a Abraham:-Vete de tu país, de tu patria, y de la casa de tu padre al país que

yo te mostraré, y yo haré de ti una gran nación., te bendeciré y engrandeceré tu nombre, serás, pues, una bendición. Bendeciré a quienes te bendigan y a los que te maldigan, maldeciré, y en ti serán benditos todos los reyes de la tierra.

Esto es lo que Dios dijo a Abraham. Si Dios te hubiese dicho a ti esto; mejor dicho, si Dios te dijera a ti esto, ¿qué harías?, ¿No harías nada y seguirías en tu tierra con tu familia, que seguramente vives muy bien, o… te pondrías en marcha hacia la tierra que la voz, o la visión, o el sueño te señalan? ¿Dudarías de que fuera Dios el que te habla? La Biblia no explica la forma usada por Dios para comunicarse con Abraham, pero de seguro usó una de estas tres formas, o pudo ser la de una aparición. De esta me había olvidado por que yo no la he tenido nunca.

Vamos a ver lo que hizo Abraham, según el relato bíblico.

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(Génesis, 12:4): Marchó, pues, Abraham, conforme habíale mandado Yahvé, y

partió con él Lot. Tenía Abraham a su salida de Jarán setenta y cinco años. Y tomó a Saray, su mujer; y a Lot, hijo de su hermano, y toda la hacienda que había acopiado, y las personas que en Jarán había reunido, y partieron camino de la tierra de Canaán llegando al país cananeo.

Ya vemos por este relato que Abrahán no dudó y supo que quien le hablaba era Dios y, además decidió obedecerle. La promesa de Dios es que hará de él una gran nación, que lo protegerá, y que todos los pueblos de la tierra serán benditos en él. ¿Es suficiente esto para hacer salir a un hombre de su tierra, abandonar su casa y su padre, familia, tierras, etcétera? Para Abrahán fue suficiente. ¿Qué pasó después, cuando llegó a la tierra de Canaán? Veamos el relato bíblico: (Génesis, 12:07):

-Y se apareció Dios a Abrahán y le dijo: -A tu descendencia le daré esta tierra.Esta vez, Dios es más escueto que antes; sólo unas cuantas

palabras que le dice, que esta tierra la poseerán sus descendientes, y nada más. De hecho, aquella tierra él no la iba a poseer; eran sus descendientes los que la heredarían. ¿Era suficiente esto o él esperaba un poco más de Dios?

Lo que sigue en la Biblia dice que Abrahán no lo pasó muy bien. Hubo hambre en aquella tierra y tuvo que emigrar a Egipto para poder subsistir. Además, el miedo a ser asesinado en un país extranjero, se ve en el siguiente relato bíblico: (Génesis, 12:11):

-Ahora bien, cuando estaba para llegar a Egipto, dijo a Saray; su mujer:

-Mira, yo se que eres mujer de hermosa figura y sucederá que te verán los egipcios y dirán: “Esa es su mujer”, y me matarán a mí, y a ti te dejarán en vida. Di, pues, que eres mi hermana, a fin de que se me trate en gracia a ti y conserve mi vida por causa tuya.

Este relato es algo que defrauda. Aquí falla la fe de Abrahán. Ha olvidado lo que le dijo Dios primeramente:

-Yo bendeciré al que te bendiga y maldeciré al que te maldiga. Es decir, “Yo estaré contigo en todo momento y hasta que no se

haya cumplido todo lo que tengo previsto para ti, nadie te tocará”.

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Pero la rutina de la vida se impone y los egipcios estaban allí: Una cultura totalmente distinta y, como siempre ocurre, sin mirar demasiado bien a los extranjeros. El miedo era lógico, pero a Dios no debió de gustarle esto. Él le había prometido estar con él y protegerle. ¿A que ese miedo? Pues hay miedo, lo sé por propia experiencia. No se duda de lo que Dios ha dicho, pero la carne es flaca y el miedo aparece. Sólo con la oración he logrado vencer este miedo. El miedo lo he pasado y lo sigo pasando. La naturaleza humana es así. Hasta el mismo Jesucristo, hombre-Dios, tuvo miedo. Aquel miedo era real, y él lo sabía, pero tenía a su favor la seguridad de la resurrección, pero aún así tuvo miedo. No hay más que ver el relato de la oración en el Huerto de los Olivos, la noche que tenían que prenderlo. El miedo existe, está ahí, lo que pasa es que podemos adoptar la postura de Jesucristo o la de Abrahán. El primero acudió a su Padre para que le diera fuerzas, orando. El segundo quiso evitar que la situación se produjera sin contar con Dios, ese Dios que le había hablado y le había prometido protección para él y su descendencia. Todavía no había tenido ningún hijo, por tanto no le podían matar.

A mí, esto me reconforta, aún el mensaje de Dios no lo conocen los hombres, me refiero al mensaje que Dios me ha comunicado a través de los sueños. Pienso: “Si este mensaje no lo conocen, pues nada me puede pasar en este momento, ya que, según la profecía dirigida a mí, tengo que dar a conocer al mundo su verdad y descubrirle al mundo su mentira. También tengo que derramar lágrimas y ser hombre de rostro dulce”. Nada de esto aún se ha cumplido y lo de ser hombre e rostro dulce mucho menos; por tanto, pienso que aún me queda mucho tiempo por delante.

¿Qué ocurrió una vez que entró Abrahán en Egipto? Ocurrió exactamente lo que el había pensado. A Saray, su mujer, todos la alababan por su belleza y se lo dijeron al Faraón, y este se la llevó a su palacio para hacerla su esposa, o simplemente para disfrutar a su gusto con una mujer de gran belleza. El Faraón trató bien a Abrahán y le dio camellos y ganado, y eso gracias a Saray, su hermana.

Pero Dios no podía permitir una cosa así, e intervino. Así dice el relato bíblico. (Génesis, 12:17):

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-Más Yahvé hirió al Faraón y su casa con grandes plagas, por causa de Saray, mujer de Abrahán, a la vista de lo cual llamó el Faraón a Abrahán y le dijo:

-¿Qué es lo que has hecho conmigo? ¿Por qué no me manifestantes que era tu mujer? ¿Por qué dijiste: “Es mi hermana” dando lugar a que yo la tomara por esposa? Ahora bien, ve ahí a tu mujer, tómala y vete. Y dio orden respecto de él a su gente para que acompañasen en despedida a él, a su mujer y todo cuanto poseía.

Ya vemos la intervención de Dios para librarlo de un asunto grave. Si Dios no interviene, él se queda sin esposa, y tarde o temprano lo hubiesen matado cuando se enteraran que era su mujer. Lo que el relato no explica es como llegó el Faraón a la conclusión de que todas aquellas desgracias que le pasaban eran por culpa de haber tomado aquella mujer, y como supo que era su esposa.

Dios vuelve a hablar a Abrahán (Génesis, 13:14): -Ahora bien, alza tus ojos y mira desde el lugar que estás hacia el

norte y el medio día, hacia oriente y poniente. Pues toda la tierra que divisas, a ti y tu descendencia la daré por siempre. Y haré a tu prole como el polvo de la tierra; que si alguno pudiera contar las moléculas del polvo terrestre, también tu descendencia sería contada. Levántate, recorre el país a su largo y su ancho, pues a ti te lo daré.

Por este relato, vemos que Dios ya no se anda con rodeos, y promete darle ese territorio en propiedad a él y a su descendencia. Concretamente le dice:

-A ti te lo daré.Era difícil para Abrahán creer al Señor, pues aun no había tenido

más que dificultades y ni siquiera le había nacido ningún hijo, pues Saray era estéril.

¿Qué hace Abrahán cuando le habla Dios esta vez? El relato bíblico dice, que levantó las tiendas y se puso en marcha, llegó al lugar de Manrré, que está en Hebróm, y edificó un altar a Yahvé.

Aquí si que muestra Abrahán su gran fe, fe ciega; en definitiva, fe en el que todo lo puede y que ya lo había librado en Egipto de una situación muy dolorosa para él. ¿Fue esto lo que aumentó la fe de Abrahán? Estoy seguro que sí. Él vio que le protegía y le había salvado a él y a su mujer de una situación muy delicada. La

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intervención de Dios en nuestras vidas, es lo que hace que nuestra fe se robustezca, que nuestra fe se vuelva ciega, y aludimos aquí a lo de ciega, por que son cosas que no podemos razonarlas. ¿Cómo podía Abrahán razonar su fe? La fe no se puede razonar, solo se puede aumentar con las intervenciones de Dios en nuestras vidas. Razonar la fe es no tener nada, o quedarse sin nada al querer razonarla.

Abrahán sigue obedeciendo a Dios a pesar de todos los pesares, y esto es lo que le convierte en el hombre que todos admiramos, y esto, a pesar de sus miedos y errores, como hemos visto.

Alianza de Dios con Abrahán (Génesis, 15:1): -Después de estas cosas, Dios dirigió la palabra a Abrahán en

una visión, diciendo:-No temas, Abrahán, soy para ti un escudo; tu soldada será sobre

manera grande.Y exclamó Abrahán: Mi Señor, Yahvé. ¿Qué me puedes dar si me voy (de este mundo)

sin hijos y un hijo de Meses es (toda) mi familia, esto es el damasceno Eliezer?

E insistió Abrahán:Aquí me tienes, no me has dado sucesión y ve ahí que un esclavo

nacido en mi casa me heredará.Mas he aquí que Yahvé le dirigió la palabra, diciendo:-No te heredará ese; antes bien, quien salga de tus entrañas, ese

te heredará. Entonces, sacólo afuera y díjole: -Otea el cielo y cuenta las estrellas, si puedes contarlas. Y añadió:-Aasí será tu descendencia.Abrahán creyó a Yahvé, lo cual se le reputó como virtud. Díjole luego: -Yo soy Yahvé, que te saqué de Ur de los caldeos para darte esta

tierra en legítima posesión.-Y contestó él.-Mi Señor, Yahvé, ¿en qué conoceré que la he de poseer?-Respondiole:-Cógeme una becerra, una cabra y un carnero que tengan tres

años, una tórtola y un pichón.

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Lo cogió todo esto y lo partió por medio, poniendo cada porción una enfrente de la otra; más las aves no partió. Bajaron los buitres sobre los cuerpos muertos, pero Abrahán los ahuyentó.

Ahora bien, estaba el sol para ponerse cuando un sueño profundo cayó sobre Abrahán, y he aquí que un horror, una tiniebla grande, le invadió. Entonces, Dios dijo a Abrahán:

-Haz de saber bien que tu descendencia será peregrina en tierra ajena, y la someterán a servidumbre, y la oprimirán por espacio de cuatrocientos años. Más también a la nación que ellos han de servir la he de juzgar yo, y tras esto partirán con grande riqueza.

Tú, en tanto, irás (a reposar) en paz, donde tus padres, siendo sepultado en buena ancianidad. Y a la cuarta generación, tus descendientes tornarán acá, pues hasta ahora no se ha colmado la medida de la iniquidad de los amorreos.

Se puso el sol y se echó una densa niebla, y he aquí que surgió un horno humeante y una antorcha de fuego, que pasó por entre aquellos trozos de las víctimas. En aquel día, pactó Yahvé alianza con Abrahán, diciendo:

-A tu posteridad otorgo este país, desde el río de Egipto hasta el río grande o río Eúfrates:

En este relato, Dios descubre a Abrahán toda la verdad referente a su relación con él. Le sacó para darle una tierra a su descendencia y no a él; ni siquiera la poseería hasta la cuarta generación. Dios aquí le habla primero con una visión, y cuando le transmite el mensaje profético, lo hace en un sueño. Se deduce que es un sueño, por que el relato bíblico especifica:

-Estaba el sol para ponerse cuando un sueño profundo cayó sobre Abrahán.

A partir de aquí, experimenta lo que siente y ve.Los sueños, parece ser, son la expresión de Dios cuando tiene que

decir algo que dure en el tiempo y que es profético. Dios con Abrahán utiliza todas las modalidades de su repertorio.

Abrahán acepta seguir siendo el siervo de Dios, a pesar de saber ya que él, personalmente, no va a poseer aquella tierra. De todas formas, de ser un simple cabrero, Dios le propone ser algo más específico y substancioso, esto es; tener su protección y llegar a la ancianidad, además de una gran descendencia y ser el padre de un

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gran pueblo. Este pueblo es el elegido por un Dios, la verdad es que valía la pena. Seguir a Dios es sacrificado, pero compensa con creces, Dios llena mucho más que el mundo entero.

Abrahán siguió teniendo muchas dificultades, y esta vez fueron con su esposa. Primero, le dice que se acueste con su esclava, y antes de tener el hijo la echa de casa, después de maltratarla. Mejor dicho, la esclava se va por los malos tratos que recibe de Saray. Dios le habla a la esclava y esta vuelve junto a su ama Saray. Cuando nació Ismael, hijo de la esclava Agar y de Abrahán, este tenía ya ochenta y seis años. Los celos de Sara hacen que Abrahán eche de casa a la Esclava Agar y al hijo de ambos, Ismael. Estos se van y son salvados de la muerte por la intervención de Dios. Todos los árabes son los hijos de esta esclava y de Abrahán. De hecho, árabes y judíos, que tanto se odian en la actualidad, son hermanos. El odio les debe venir de antiguo, desde el principio de la concepción de Ismael.

Nuevo pacto de Dios con Abrahán. La circuncisión (Génesis 17: 1):

Era Abrahán de noventa y nueve años cuando se le apareció Yahvé y le dijo:

-Yo soy el Sadday, camina delante de mí y se perfecto, y yo estableceré alianza entre ambos y yo te multiplicaré y muy mucho.

Entonces Abrahán se postró rostro en tierra, y Dios le habló diciendo:

-Soy yo, he aquí mi pacto contigo, y serás padre de multitud de naciones. No se llamará más tu nombre Abran, sino que será tu nombre Abrahán, pues padre de multitud de naciones te he constituido.

Te haré fructificar muy mucho y te convertiré en naciones, y saldrán de ti reyes. Establezco, pues, mi pacto entre los dos y después de ti, con tu posteridad, en la serie de sus generaciones, con alianza eterna, a fin de que sea yo único Dios para ti y tu descendencia después de ti. Y daré a ti y para tu descendencia el país de tu peregrinación, todo el país de Canaán, en posesión a perpetuidad, y seré tu Dios.

Y añadió Dos a Abrahán:

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-Tú, por tu parte, guardarás mi pacto tú y tu descendencia después, en sus diversas generaciones. He aquí el pacto mío entre mí y vosotros, que habéis de guardar, así como tu descendencia después de ti: serán circuncidados todos vuestros varones.

A partir de aquí, Dios sigue relatando largamente las condiciones del pacto. A Saray le cambia el nombre y le llama Sara.

Entonces postrose Abrahán rostro en tierra y se rió, diciendo en su interior: “¿A un centenario le va a nacer un hijo? ¿Y Sara la nonagenaria va a dar a luz?”.

Y añadió Abrahán a Dios:-Ojalá viva, al menos, Ismael ante ti. Y contestó Dios:-Sara tu esposa en verdad te parirá un hijo al que pondrás por

nombre Isaac, y estableceré mi alianza con él. Y respecto a Ismael te he escuchado. He aquí que le he bendecido y le haré fructificar, y lo multiplicaré muy mucho. Doce príncipes engendrará y le haré una gran nación; más mi pacto lo estableceré con Isaac, que te parirá Sara por este tiempo el año próximo.

Ya vemos por esta conversación entre Dios y Abrahán, que hay una insistencia de Dios en su pacto con él. Dios insiste en que todo va sobre ruedas, que todo va según lo previsto, que todo va muy bien, pero Abrahán no lo ve así. Él ya tiene cien años y han pasado treinta desde que salió de su tierra, y los hijos no han llegado. Sara, su mujer, ya tiene más de ochenta años y sin regla ni posibilidades de tener hijo alguno. Para Dios eso no es nada, pero para Abrahán y Sara si que lo es. En este último relato vemos como Abrahán se ríe y pide a Dios por su hijo Ismael. Dios atiende esta petición, pero insiste en que lo otro va en serio. Sara tendrá el hijo de la promesa, a pesar de la edad avanzada de ambos.

Es esto lo que más nos cuesta aceptar a los que nos hemos fiado de Dios, la lentitud de Dios para llevar a cabo las cosas que promete. Uno se pregunta: ¿por qué esa lentitud? ¿Es que Dios no podía haber esperado un poco para sacar a Abrahán de su tierra? ¿No podía haber hecho que Sara tuviese el hijo un poco antes? ¿Era necesario esperar tantos años? Treinta años son muchos años, uno no entiende los caminos del Señor. Sólo nos queda una solución: aceptarlos o rechazarlos, pero nunca discutirlos ni ponerlos en duda. Si Dios ha

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dicho que yo tengo que estar al frente de algo, seguro que lo estaré, aunque sea después de muerto. Dios siempre cumple sus promesas, pero rara vez dice el tiempo en que esto ocurrirá.

¿Qué hizo Abrahán después que Dios le habló esta vez? No lo pensó dos veces, obedeció a Dios aquel mismo día. Se circuncidó él, a su hijo Ismael, y a todos los varones que estaban en su casa ya fueran extranjeros o no. Abrahán cumplió con diligencia todo lo que Dios le dijo, y esto a pesar de las dudas que mostró con su sonrisa. Esto es lo importante: tenemos que hacer la voluntad de Dios, aunque tengamos nuestras dudas razonadas de que eso que nos han dicho se cumpla en un tiempo en que nosotros lo podamos ver y tocar. Nuestras prisas no nos pueden llevar a desobedecer al Señor, pues, de lo contrario, nunca se podrán cumplir las promesas de Dios en nosotros. Si nosotros fallamos, no es que haya fallado Dios. Dios hará su plan igualmente, pero sin nosotros. Esto a mí me lo ha dejado muy claro con los dos sueños “Ultimátum I” y “Ultimátum II”. Si me niego a hacer su voluntad, Él elegirá a otro, pero no por eso Dios va a renunciar a sus planes. Como máximo, puede haber un retraso y nada más. Los perjudicados siempre seremos nosotros, a Dios nada ni nadie puede perjudicarle.

En Génesis, 18:1, hay un relato en que Dios se le aparece en forma de tres varones, y parece ser que Abrahán los reconoce de inmediato como enviados de Dios, ya que, según este escrito, Abrahán corre a atenderlos y los invita a su casa, postrándose en tierra. Sus palabras son estas:

-Señor, si he hallado gracia a tus ojos…-Ya vemos que Abrahán reconoce en aquellos varones a Dios y se

dirige a ellos en singular. Dice “Señor”, no dice, “Señores”. En el relato que sigue, ya si demuestra que son ángeles. Después le dijeron:

-¿Dónde está Sara, tu mujer?-Ahí, en la tienda.-Y dijo uno:-Yo volveré a ti el año próximo sin falta por esta época, y he aquí

que tu mujer, Sara tendrá un hijo.Esta vez es Sara la que se ríe, y el ángel se lo echa en cara, a

pesar de que ella niega el haberse reído. Negó por que cogió miedo.

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En Génesis, 18:20-33, Dios descubre a Abrahán su plan de destruir a Sodoma y Gomorra. Es curioso este relato en que Abrahán insiste en que no es justo destruirlos todos a la vez. Dios acaba asegurando a Abrahán que no destruirá esas dos ciudades si encuentra en ellas sólo diez justos. Cuando Dios decide la ruina de un pueblo entero, es seguro que allí no queda nadie digno de salvación. Esto se ve claro también cuando Dios habla a Abrahán de la tierra que le entregará:

-Tiene que pasar ese tiempo, por que los pueblos que habitan la tierra de Canaán aún no han llegado al colmo de sus iniquidades.

Hay que pensar por estas palabras, que Dios tiene a los judíos en Egipto el tiempo suficiente hasta que en esa tierra no queda nadie que sea justo. También Dios hace que ese pueblo se reproduzca al máximo para que pueda hacer frente a sus enemigos. Esto es muy interesante tenerlo en cuenta: los que aman a Dios y cumplen sus mandamientos estos serán salvos con toda seguridad. En este relato se lo asegura a Abrahán, pero también Jesucristo se lo asegura a Pedro, cuando este le pregunta:

-¿Qué tendremos los que te hemos seguido, dejándolo todo? Jesucristo le responde:-El ciento por uno aquí y, además la vida eterna.Ya vemos que es muy rentable el seguir a Dios a tope. Dios hace

salir a los únicos justos que quedan en Sodoma, esto es: Lot y su familia, el mismo día que estas personas salían de la ciudad ésta quedaba totalmente destruida. Abrahán pudo ver desde la colina donde se encontraba la humareda de la ciudad destruida.

Los pacifistas y otras gentes que dicen que Dios no castiga, no tienen base evangélica alguna.

Jesucristo, en su Evangelio, nos habla de un infierno a donde van los malos y de un cielo a donde van los buenos. En todo el Antiguo Testamento, los castigos y los premios son continuos. Los que siguen al Señor son salvos y los que no le siguen son eliminados. Esta es la constante de todo el Antiguo Testamento.

En Génesis, 20:1-17, Abrahán, que ha emigrado con Sara hacia el Negueb, comete otra vez el mismo error que cometió en Egipto. Dios vuelve a salvar a Abrahán y a Sara, hablándole al rey Abimelek. Este rey deja a Sara sin haberla conocido. Es bonito este

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relato y recomiendo que lo lea el lector en su Biblia. ¿Por qué salva Dios otra vez a Abrahán, a pesar de ser la culpa de este? Esto es razonable, Abrahán va cumpliendo todo lo que Dios le dice y, por tanto, el plan de Dios sigue adelante, y Él se ha comprometido a salvarle y protegerle. Sea de quien sea el error, Dios le salvará.

En Génesis, 21:1, se narra el nacimiento de Isaac hijo, de Sara y de Abrahán, cuando este tenía ya cien años, y sucede que en la fiesta del destete, Ismael, hijo de la esclava Agar y de Abrahán, hace bromas al niño Isaac. A Sara esto no le gusta y le pide a Abrahán que despida a esa mujer y a su hijo. Abrahán se niega y Dios tiene que intervenir, diciéndole:

-No te desagrade todo lo que afirma Sara respecto del muchacho y de su esclava. Escucha sus palabras, pues es en Isaac en quien te será reputada la descendencia; aunque también del hijo de la esclava, haré un gran pueblo por ser prole tuya.

¿Tú que harías en un caso así? ¿Te lo has planteado alguna vez? De hecho, Ismael era su hijo, exactamente igual que Isaac. Sin embargo, en respuesta a Dios, Abrahán despide para siempre a su hijo y a la esclava, y lo hace de inmediato. Cuando le habló Sara, se enfadó, pero esta vez era Dios quien le hablaba y obedeció así:

-Levantose Abrahán muy de mañana, tomó pan y un odre de agua, diolo a Agar, cargándolo sobre el hombro de esta, así como al muchacho, y la despidió.

La verdad es que podían morir los dos, pero una vez más, hizo lo que Dios le ordenaba. Esto es lo que salva a Abrahán: su confianza plena en el Señor. A pesar de sus miedos y de sus errores, él hace aquello que Dios le ordena que haga, pase lo que pase, y a sabiendas de que todo lo que Dios ordena es para bien nuestro y de los demás, y eso más allá de que algunos lo tengan que pasar mal en ciertos momentos.

Génesis, 22:1, se encuentra el relato que más nos conmueve a todos y por el que más se conoce la fe de Abrahán. Dios le pide que le sacrifique a su hijo. Esto es algo que no cabe en mente humana alguna. Uno se pregunta: ¿cómo pudo estar Abrahán tan seguro de que era Dios el que le pedía algo así y que eso no era obra del diablo o de su mente?

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Yo, cuando leo este relato me hago cruces, como se dice aquí en mi tierra, y me descubro de esa fe tan grande. Treinta años esperando que Dios le de el hijo de la promesa, y cuando este es ya un muchacho, Dios le pide que se lo sacrifique. Lógicamente es para pensar que uno está loco y no sabe lo que ha oído, o que Dios ya no es Dios y pide cosas tan extrañas como esta. El relato comienza diciendo que es una prueba de Dios, pero cuando Dios le habla a uno nunca se puede saber si lo que te dice es para probarte o una realidad que tienes que realizar ya, ahora; no el año que viene o dentro de cinco años. Dios no suele dejar resquicio de duda cuando habla y quiere ponerte en marcha en una dirección determinada. También suele ser conciso y escueto. O vienes, o te quedas. ¿Cómo adivinar, pues, si lo que Dios te está pidiendo es para probarte o para que lo realices ya? Abrahán, cuando sube al monte para sacrificar a su hijo, va seguro de que, una vez más, no comprende los planes de Dios, pero, eso sí, se fía de Él y, muy a su pesar, decide obedecer. Veamos el relato. Dios dice:

-¡Abrahán!-Heme aquí.-Toma a tu único hijo que tanto amas, a Isaac, y vete al país de

Moriá, donde lo ofrecerás en holocausto en una montaña que yo te indicaré.

El relato continúa:-Levantose, pues, muy de mañana Abrahán, aparejó su asno,

tomó consigo a dos de sus mozos y a Isaac, su hijo, partió leña para el holocausto y fue y marchó al lugar que Dios le había dicho.

En este relato hay una claridad manifiesta por parte de Dios para que no haya ninguna duda sobre lo que Él está pidiendo. También se ve la prontitud con que Abrahán se aviene a cumplir la orden que Dios le da. Esto es algo que sorprende a cualquiera.

Veamos lo que sigue en Génesis, 22:7:En el camino habló Isaac a su padre diciendo: -¡Padre mío! Y contestó.-Di, hijo mío.-He aquí el fuego y la leña, más ¿Dónde está el cordero para el

holocausto?

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Y respondió Abrahán:-Dios proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. Y prosiguieron ambos caminando juntos.Debió de ser terrible este caminar juntos, sobre todo para el

padre. Seguramente, el hijo no las tuviera todas consigo cuando preguntó, pero tampoco podía dudar de un padre que tanto amor le había manifestado. Lo que este hijo no sabía es que un Padre más grande, que es Padre de todos los hombres, y que también tiene mucho amor a todos sus hijos, pedía algo imposible a su padre de la tierra. “Dios proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío”. ¡Que palabras…! Quizá Abrahán aún confiaba en que Dios no permitiría semejante acción. Eso es posible, y más en un hombre que, como Abrahán, era muy experimentado en los asuntos de Dios. Pero la realidad se imponía. Llegado a lo alto del monte y después de preparar la leña, Abrahán ató a su hijo y sacó el cuchillo para sacrificarlo. ¿Qué debió de pensar ese hijo en ese momento? Supongo que no pensó nada. Su padre le quería y, por tanto, él sabría lo que hacía. ¿Qué pensó el padre de ese hijo cuando el momento de asestar el golpe fatal estaba tan cerca? ¿Dios que hacía mientras tanto? Estaba claro que la situación no podía ser de más dolor, tanto para el padre como para el hijo. Sin embargo, Dios salva la situación, y decide intervenir a tiempo. Dice así el relato bíblico: …cuando el ángel de Yahvé llámale desde el Cielo diciendo:

-¡Abrahán, Abrahán! Él contestó.-Heme aquí.-No pongas tu mano en el muchacho –le dijo– ni le hagas nada,

pues ahora he comprobado que eres temeroso de Dios, ya que no me has rehusado ni a tu propio hijo único.

Este relato es sorprendente. ¿Dios de verdad necesita de estas cosas para comprobar la fe de un hijo suyo? Yo esto lo pongo en duda. Dios nos conoce mejor que nosotros mismos, y creo no necesita de algo que produce tanta angustia y dolor, pero ahí está, y aún con la duda encima, no se puede descartar tal posibilidad. En la actualidad, eso nunca lo pedirá Dios, pues sería tanto como ir en contra de sus propias leyes. Y de producirse, habría que dudar de que algo así sea de Dios. Mi experiencia me dice que lo de Dios es

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siempre abundante en gracia y da paz. Dios no puede pedir cosas como esta, por que van contra su mandamiento, que dice “no matarás”. El diablo si que puede pedirlas, y no para sujetarnos en la última hora, si no para que las ejecutemos y estemos de por vida lamentándonos de haber sido tan idiotas. Hay que saber distinguir entre las costumbres de aquellos tiempos, en que por lo visto, eso de sacrificar a un hijo era costumbre en los países vecinos. Dios quiere probar a Abrahán para ver si hasta en esto es capaz de obedecerle. Pero ojo, por que en estos tiempos es muy seguro que nadie pueda decir que Dios le ha pedido algo así. Dios hoy no puede pedir algo semejante. Dios hoy nos puede pedir que dejemos nuestros negocios y que le sigamos, a pesar de que nuestras mujeres o maridos se opongan. De seguro, no permitirá que se llegue a la ruptura, por que Él lo arreglará antes. Pero es posible que Dios te exija eso y mucho más. Hay que estar muy atentos, y saber distinguir muy bien lo que es de Dios o del demonio.

Sara murió a la edad de ciento veintisiete años. La sepultura de esta es lo único que Abrahán poseyó en propiedad en tierra de Canaán. Cuatrocientos años más tarde, sí que sus descendientes, la poseyeron toda.

Esta es la historia de un hombre que confió en Dios, y le obedeció en todo cuanto este le propuso, incluso, cuando le propuso matar a su único hijo. Hay que leer y releer despacio esta historia para sacarle todo su contenido. Son historias de hombres y de mujeres que vivieron como tú y como yo. Nadie los distinguía ni llevaban un letrero que decía: “Yo soy el enviado de Dios y hago esto por que así Él me lo ha pedido”. No, esto no fue así antes y ahora tampoco. Todos estamos viviendo esta vida y vemos sólo lo de afuera, pero nadie sabe a ciencia cierta el por que uno hace esto o lo otro. Si las historias no se escribieran, casi todas quedarían en el anonimato. Por eso es precisa la escritura, para que después de pasados los años, y estas historias de los hombres se lean; se vea cómo, a pesar de no notarse en sus vidas, la diferencia con otras similares fue mínima. Estos fueron obedientes a los deseos de Dios. Dios ha hablado siempre a los hombres, de esto estoy seguro, pero unas historias se ha escrito y otras no; incluso que se hayan escrito y que aún no sean conocidas por el público. Lo esencial es que hagamos todos lo que el

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Señor nos pide, y eso a pesar de que no entendamos el porqué de esta o aquella petición. En el sueño “La consagración”, a mí se me pide consagre el pan con una fórmula distinta a la habitual en las iglesias, tanto católica como protestante. Yo lo estoy haciendo así, de la forma que se me ha pedido, pero lo hago a ciegas. No sé para que puede servir el cambiar eso, pero Dios sí que lo sabe y eso debe bastarme. Los líos que esto me va a llevar preveo van a ser muy grandes, pero a eso es a lo que no debo darle importancia. Al fin y al cabo, cuando Jesucristo vino, la lió más gorda y le costó más cara. “Así debe ser la voluntad del Padre Dios y amen”, esta es la respuesta que yo doy y que todos debemos dar. Así lo hizo Abrahán y le salió bien. Hagamos todos lo él hizo: obedecer pronto y siempre.

Nota: Abrahán murió a los ciento setenta y cinco años; Najor, abuelo de Abrahán, a los ciento cuarenta y ocho. Teraj, padre de Abrahán, a los doscientos cinco; Isaac, hijo de la promesa, a los ciento ochenta; Ismael, hijo de la esclava, a los ciento treinta y siete; Sara, su mujer, a los ciento veintisiete.

Abrahán, después de morir Sara, tuvo otra mujer, a que llamó Queturá, con esta tuvo seis hijos. Abrahán debía de tener ya los ciento veinticinco años cuando se unió a esta otra mujer.

Con Sara solo tuvo a Isaac, y con Agar, la esclava, solo tuvo a Ismael

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UNA NUEVA EXPERIENCIA

Orgiva, 24-11-1994Ayer, al medio día, tuve una nueva experiencia. Mi esposa se había ido a Granada con mi hijo Pepe. Los tres jóvenes que quedaban en casa tenían la comida hecha para el medio día. Yo estaba ayunando y decidí quedarme en la finca y no ir a casa a la hora de la comida. Me acosté en mi habitación y estuve un rato orando por mi esposa. Se me vino a la mente mi experiencia del “Lago Azul”. Comencé a decirle a Dios, con insistencia:

-Por qué, Señor, mi esposa no ha de llegar a la luz? Yo insistía: -Esto no puede ser así.Lo repetí una y otra vez. De pronto sentí que una mano se me

posó en el lado izquierdo de la cabeza, abarcando la oreja y esa parte de la cabeza hacia arriba.

Se me limpió la mente totalmente de pensamientos. No recordaba nada de lo que había estado pensando antes y me quedé dormido a los pocos minutos. Cuando desperté, habían pasado casi dos horas.

Me acordé de las dos experiencias similares que tuve hace años, creo que fue en 1986 y 1987. En ese tiempo, pensaba en los hermanos de Zaragoza. En aquel entonces, yo le insistía a Dios el por que se les revelaba Dios a ellos si no eran de la Iglesia católica. Aquellas dos noches seguidas que pensaba en esto, me sopló un vientecillo fresco y, al instante, se me quedó la mente en blanco. Esta vez ha pasado lo mismo, también aquellas dos veces me quedé dormido. Con esto, Dios me dice que no me meta en sus asuntos y me ocupe de hacer bien lo que Él me dice. Lo de los otros es un asunto entre ellos y Dios, aunque estos otros sean mi esposa.

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INTERPRETACIÓN DE JOSE

Orgiva, 28-11-1994Raúl vio a papá: un píe grande blanco.

Mi pregunta al señor fue: ¿Señor, la interpretación que ha hecho José de tu Evangelio

referente a la eucaristía es correcta?Por la respuesta, está claro que sí.¿Qué pasó ayer en la Iglesia evangélica de Granada? No debía

estar el pastor Pablo y predicó José. A este joven yo lo he visto otras veces dirigir la primera parte del culto, es decir, los cantos y alabanzas. Nunca le había oído predicar; me gustó, lo hizo muy bien, con gran capacidad de análisis, lenguaje claro y semblante alegre: Al terminar la predicación, pidió que subieran los que quisieran, para efectuar su compromiso de seguir a Cristo. Dijo:

-Que suban todos aquellos que quieran. Viendo que subían muchos, añadió: -Aquellos que ya tienen su compromiso hecho y están firmes, no

es preciso que suban.Yo no subí. Consideré que mi compromiso ya era firme. Mi

esposa tampoco subió; ignoro sus motivos. Terminados los compromisos de aquellos que si habían subido, una mujer de unos cuarenta años dijo:

-El pasado domingo tenía una profecía que decir, consulté con el pastor Pablo, pero él me dijo que la dejara de momento. Hoy he sentido lo mismo que el otro día, he consultado con José y él me ha dicho que puedo decirla. La profecía es esta:

“Hermanos míos, todavía estáis muchos aquí que me adoráis de palabra y no de corazón y de obra”.

A continuación, vi otra mujer joven que consultaba algo con José. Esta se llegó al micro y, entre sollozos, dijo:

-Cuando José comenzó a predicar, he tenido una visión: la silueta de un hombre de luz se repitió por tres veces.

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Cuando todo había terminado, yo busqué a esta mujer y le pedí que me explicara bien la visión. Me dijo:

-¿Es que no se ha entendido bien?-La verdad es que yo no la he entendido bien del todo, estabas

lloriqueando. Quiero que me expliques bien. Tú sabes que nosotros tenemos visiones y me interesa el tema.

Dice que vio:Dijo que había visto una silueta blanca de un hombre, y se repitió

por tres veces, en el momento en que José comenzaba la predicación. La silueta aparecía detrás de José.

Con la visión de esta mujer y la que Raúl me vio a mí, tengo la completa seguridad de que la interpretación de José referente a la eucaristía era correcta. Voy a resumir la interpretación que José hizo referente al pan y al vino. De todas formas, he pedido la cinta grabada para poder estudiarla con todo detalle y que sirva de prueba.

El resumen es este: Cuando Jesucristo dice: -Tomad y comed, que este es mi cuerpo; tomad y beber que esta

es mi sangre. Haced esto en memoria de mí. (Marcos, 14:22; Lucas, 22:15; Mateo, 26:26).

Aquí José dijo: -Este “memoria de mí”, indica a las claras que es un símbolo en

recuerdo de lo que ocurrió aquella noche. Para José y toda esta Iglesia es un símbolo. No está Dios en el pan ni en el vino, tal como asegura la Iglesia católica. Se hace un recuerdo de aquel día; se recuerda lo que Jesucristo hizo. Las formas son las mismas, pero no se repite exactamente lo mismo.

Juan 6: 25-72 dice:(51) Yo soy el pan viviente, el que del cielo ha bajado. (52) Quien comiere de este pan vivirá eternamente, y el pan que

yo daré es mi carne por la vida del mundo.(54) En verdad en verdad os digo: Si no comiereis la carne del

hijo del hombre y bebiereis mi sangre, no tenéis vida en vosotros.(55) El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y

yo le resucitaré en el último día.(56) Por que mi carne es verdadero manjar y mi sangre es

verdadera bebida.

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(57) El espíritu es el que vivifica; la carne de nada aprovecha. Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.

Lo curioso es que José no hizo hincapié en este último párrafo. Aquí, Jesucristo deja claro que la carne de nada sirve, y que es el espíritu el que aprovecha, y que sus palabras son espíritu.

José insistió en que Jesucristo hablaba de su palabra cuando hablaba de su carne y de su sangre. Decía:

-Es su palabra la que tenemos que comer y beber.Es decir, Poner en práctica todo lo que nos dijo Jesucristo.En fin, las dos visiones ponen de manifiesto que Dios le da la

razón a los evangélicos en este tema. Ahora bien: ¿Por qué insiste Dios en que yo bendiga el pan con una fórmula nueva? La fórmula es la siguiente: “Señor tú que nos has hablado antes si tienes a bien baja y convierte este pan en tu cuerpo”.

Estas son las palabras. no hay vino, y sí la señal de la cruz encima del pan al terminar de decir las palabras. Este fórmula es una petición como el que pide ayuda para la salud perdida, o para tener comida, o fuerzas para afrontar las tentaciones, etcétera. Aquí no se aclara si Dios baja o deja de bajar. A mi sólo me dice que se lo pida así. Si baja o no baja yo no lo puedo saber. Cuando yo pido la solución a algún problema, lo sé si el problema se me soluciona, pero en este caso; ¿cómo saberlo a ciencia cierta? Es por eso que pienso que Dios ha buscado una fórmula que sirve para todos. De todas formas, yo no se más que lo que el Señor me comunica con sueños y visiones, y lo expuesto en este escrito va corroborado con dos visiones, una de una mujer de la Iglesia y otra de mi hijo Raúl.

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LA RESPONSABILIDAD DEL PROFETA

Orgiva, 2-11-1994Ezequiel, 3:18 dice:

-Cuando yo dijere al impío “¡Vas a morir!”, y tú no le amonestares ni le hablares para que el impío sea apercibido de su mal camino, a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano.

(19) Pero si tú amonestares al impío y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma.

(20) Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá por que tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano.

(21) Pero si al justo amonestares para que no peque, y no pecare, de cierto vivirá, por que fue amonestado; y tú habrás librado tu alma.

Como vemos por este escrito mi responsabilidad es muy grande. Yo tengo que decir al mundo lo que Dios me ha comunicado, y lo que este mundo haga después ya es cosa suya. Lo que no sé todavía es como hacerlo, pero, llegado su momento, estoy totalmente seguro que Dios me lo dirá. Yo no soy Dios y no puedo saber más que toda la gente. De seguro que hay gentes que ya lo hubiesen comunicado todo y con claridad minuciosa, pero yo no tengo idea siquiera de por donde comenzar.

Aquí está el asunto: Dios me ha dado algo que ni yo mismo sé cual es su valor. Es verdad que yo voy haciendo todo lo que Él me va pidiendo, pero tengo la sensación de que a lo mejor no he interpretado bien todo lo que Él me ha dicho. En fin, ese soy yo, y ese es Dios. Hacer caso a lo que Él dice, aunque tengáis reparos a las interpretaciones que yo hago.

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LAS MADRIGUERAS DE MIS CONEJOS

Orgiva, 09–12–1994Hace un par de meses, yo llevé tres conejos a mi campo, antes de llevarlos, me preocupé de hacerles unos lugares donde ellos pudieran vivir a gusto. Tienen una habitación techada con tres conejeras de las que pueden entrar y salir libremente. Afuera tienen otra habitación sin techo y con cerca de alambre. Aquí también les puse otra conejera, por si también les gustaba estar. Esta cerca se comunica con la habitación antes mencionada, a través de una abertura, y con el campo grande mediante una puerta pequeña. Yo pensé que mis conejos estarían así la más de a gusto. Además, fuera, en el campo grande, también dispuse, varios agujeros y estancias para ellos. Mis conejos los usan, pero se ve que tienen su propio criterio. Un día, vi que sacaban tierra por uno de los agujeros que yo les había hecho de obra. Los dejé, pensé: “Si quieren hacerse sus propias madrigueras, pues allá ellos”. Unos días más tarde, vi otro agujero en lo alto del campo, junto a la higuera y debajo de una chumba; los dejé. Vi que de este último sacaban mucha tierra. Pensé que ahí estaban bien y los dejé hacer, ya que, al estar alto, aunque yo riegue, no corren peligro.

El otro agujero por el que sacaban tierra debió equivocar la dirección y un día vi que se salían hacia fuera. “Hay peligro”, pensé. “Si tienen crías y llueve, se les inunda la casa y se ahogan”. Hoy me he decidido a cerrarles este agujero.

¿Qué habrán pensado mis conejos? Ellos daban vueltas y mas vueltas. Yo los echaba hacia la cerca pequeña. Poco a poco, han ido entrando en la cerca pequeña y en la habitación techada. Ellos deben pensar: “¿Por qué nos hace esto nuestro dueño y señor?”. Ellos no saben el peligro que corren cuando hacen esos agujeros en mal sitio. El agujero de lo alto, pase, pero este de abajo no se les puede dejar.

Yo no sé cómo explicarles que todo esto lo hago por el bien de ellos y de sus hijos. Los he dejado en total libertad hasta que se han pasado. La libertad tiene su límite. Si crían allí, pueden morir sus

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hijos y tal vez ellos. Soy consciente que mis conejos no comprenden mis buenas intenciones; ellos sólo ven lo que yo he hecho: les he dejado trabajar dos meses y después les he inutilizado todo su trabajo. Eso, y sólo eso, es lo que ven. Ellos no pueden ni por asomo comprender los peligros a que se exponen con sus prolongados agujeros. Yo quiero verlos en libertad, correteando por el campo grande; ya me di el trabajo de proteger todos los troncos de los árboles con alambre, y eso era para eso, para que pudieran disfrutar, corriendo y viviendo en el campo grande, sin que mis árboles se dañaran. La sombra de esos árboles, las hojas y parte de sus frutos, como las cáscaras de las almendras, también les sirven de alimento. ¿Entienden mis conejos todo este trabajo que yo me he tomado por ellos? ¿Conocen mis intenciones? Yo creo que no. Ellos solo ven el aparente mal que yo les he hecho.

Deben recordar que antes de venirse conmigo estaban enjaulados, en un lugar oscuro; no veían el sol y casi no tenían luz. Su aspecto era deplorable. En dos meses, han cambiado su rancio pelo por otro con un brillo precioso, han aprendido a correr y a jugar. Ellos lo disfrutan y yo también. Esto no deben olvidarlo nunca mis conejos. Si se avienen y confían en mí, todo les ira bien; de lo contrario, están condenados a malvivir o a caer antes de tiempo en la cazuela. Deben pensarlo y meditarlo: tienen que cumplir las normas implantadas por mí; yo soy su dueño y señor, sin mí, no vivirían o malvivirían en oscuridades tenebrosos, enjaulados y casi sin saber andar.

Yo me pregunto: ¿somos nosotros, los hombres, como los conejos de mi corral? Dios nos ha dado a nosotros todo un planeta para habitarlo y disfrutarlo; está dentro de un universo inmenso que no podemos conocer ni abarcar. ¿Lo echaremos todo a perder con nuestros agujeros sin sentido?, ¿con nuestras formas malas y equivocadas de proceder? ¿Nos avendremos algún día a respetar el orden establecido por Dios? ¿Aceptaremos sus caminos? ¿Seguiremos nuestros propios criterios sin tener en cuenta las instrucciones dadas por nuestro Dueño y Señor? En la Biblia, y sobre todo, en el Nuevo Testamento, están recogidas esas instrucciones.

¡No seamos conejos!

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Jesucristo dijo: -Yo soy el camino, la verdad y la vida. Sigámosle.

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JESUS ES TENTADO

Orgiva, 09-08-1995Mateo 04:01–11. Entonces Jesús fue llevado por el espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces tuvo hambre.

Y acercándose el tentador, le dijo: -Si eres hijo de Dios di que estas piedras se conviertan en pan.

Pero él respondiendo dijo: Escrito está, no solo de pan vive el hombre, si no de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Entonces el diablo le llevó a la ciudad santa, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: - si eres hijo de Dios, lánzate de aquí abajo, pues escrito está:

A sus Ángeles te encomendará y: en las manos te sostendrá no sea que tu pie tropiece en piedra.

Jesús le dijo: - También está escrito, No tentaras al Señor tu Dios.Otra vez el diablo le llevó a un monte muy alto, y le mostró todos

los reinos del mundo y la gloria de ellos; y le dijo: - Todo esto te daré si postrándote me adoras.

Entonces Jesús le dijo: - ¡Vete Satanás! Por que escrito está: al Señor tu Dios adorarás, y solo a él servirás.

El diablo entonces le dejó; y he aquí, ángeles vinieron y le servían.

Jesucristo ha subido a ayunar y a orar en el desierto y está cuarenta días en oración y ayuno, esto ocurre antes de comience su vida pública; digamos, que para dejar de ser un carpintero y pasar a ser el hijo de Dios necesita tener un retiro con el Padre. Vemos por otro lado, la astucia del demonio que espera a que Jesús tenga hambre. Con nosotros hará lo mismo, esperará a que tengamos necesidades, para tentarnos lo mismo que a Jesucristo:

¡Si eres hijo de Dios…! ¿Cómo es que lo estás pasando tan mal? Un padre tan poderoso nunca dejaría a su hijo sin comida y si lo necesario, por lo cual tú no eres hijo de Dios, o bien, Él no se acuerda de ti, todo eso de que Dios te cuida… ¿No es una

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imaginación tuya? Fíjate en Antonio y Marcelino, no hablan para nada de Dios y viven a lo grande. Tú, ¿Qué haces ahí pasando hambre, pídele a ese, que dices, es tu Dios y si no te da pues vente conmigo que yo si te daré todas las delicias de este mundo: riquezas, placeres, poder…gloria bendita te daré…todo esto es mío y lo doy a quien quiero. Solo una cosa te pido a cambio… ¡que me adores! Es decir, que me reconozcas a mí como tu único señor, que yo ocupe el puesto de Dios en tu corazón.

Segunda tentación: ¡Eres hijo de Dios…! Pues demuéstralo delante de todos. ¡Que haces ahí muerto de hambre, semidesnudo y en un desierto. Los hijos de un Dios tan poderoso no están así, tú no eres hijo de Dios, si lo fueras harías milagros en su nombre y todo el mundo vería tus obras y te alabaría, te reverenciaría y te querría. Mira lo que te pasa a ti, no tienes ni un euro, no puedes pagar esa deuda que tienes, no te puedes ir de vacaciones, etcétera. ¡Tu…, un hijo de Dios! Das risa, solo eres un pordiosero y nada más, si tú fueras hijo de Dios te arriesgarías y Dios te salvaría delante de todos.

Jesucristo fue rotundo al responder al diablo, sabía muy bien lo que el diablo pretendía al tentarlo. El diablo, al tentarnos, lo que plantea, sea desde el ángulo que sea, es el quitarnos el ser hijos de Dios. Nosotros somos hijos de Dios por que le hemos aceptado como nuestro salvador y queremos que reine en nuestro corazón. Aquí apuntan todas las tentaciones: a sacarnos del círculo de Dios y ponernos a servirle a él. El demonio nos promete mucho, pero ya veremos que lo que nos da es muy poquito. Jesús responde a las tres tentaciones rotundamente:

-No sólo de pan vive el hombre, si no de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Es lo mismo que decir que el hombre vive de lo que Dios quiere, es su criatura y de Él depende. Suyo es el pan que nos comemos, la vida que vivimos y el espacio que disfrutamos, dependemos enteramente de Él y no del demonio. La respuesta de Jesucristo es segura y cortante:

-Tú nada tienes y por tanto nada me puedes ofrecer.-No tentarás al Señor, tu Dios.

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Es decir, Sólo haré lo que el Señor, mi Dios, me diga. Nunca pediré nada que Él no esté primero de acuerdo. Pedirle cosas que Él no quiere darnos es tentar a Dios. Dios siempre nos da lo mejor, lo que más nos conviene, y nos lo dará en el momento que considere que es lo mejor para nosotros. Debemos esperar con paciencia a que Él decida dárnoslo.

-Al Señor, tu Dios, adorarás y sólo a Él servirás. Aquí, Jesucristo deja clara una cosa: sólo a Dios hay que servir,

por que solo Dios es el dueño de todo; incluidos el pan y la vida, la salud y el dinero. Todo es suyo, y a quien quiere y cuando quiere se lo da. Jesucristo deja claro que no podemos servir a dos señores: o estamos con el diablo o estamos con Dios.

La pretensión del diablo es quitarnos nuestra identidad de hijos de Dios. Esto es lo más valioso que tenemos y él lo sabe; es por eso que tiene tanto empeño en que nos postremos y le adoremos. Él quiere ocupar el puesto de Dios y que nosotros pasemos a ser criaturas del diablo, hijos del diablo. Esto debemos recordarlo siempre, el que no es hijo de Dios es hijo del diablo; no hay término medio. Se engañan aquellos que quieren servir a dos señores. Sólo a Dios servirás y adorarás, y si no lo haces así, debes saber que estás sirviendo al diablo. No te será posible estar con Dios por la mañana y con el diablo durante el resto del día; eso no es posible. Tenemos que apostar a qué señor queremos servir.

En la práctica, ¿que es lo que pasa? Un padre quiere mucho a su hijo que está enfermo. Este hijo le pide comida, por que tiene hambre, pero el padre sabe que si le da la comida, se pondrá más enfermo. ¿Qué hará este padre que ama tanto a su hijo? No le dará la comida. Su hijo tiene dos opciones: confiar en el amor de su padre que le ama y le quiere; o rebelarse contra su padre y coger el pan de aquel que finge quererle, pero que lo que quiere es que enferme y muera.

El diablo aprovecha cuando nosotros tenemos necesidades, para lavarnos la mente y decirnos, como a Jesucristo. “¿Tienes hambre?, pues convierte estas piedras en pan. ¿No eres hijo de Dios?, pues hazlo. Si no lo haces es que no eres nadie”. El no mira si estas enfermo o no, lo que quiere es tu rebelión y tu muerte, y a la par, ocupar él el puesto de Dios en tu corazón.

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Dios no atiende nuestras llamadas, muchas veces, por que enfermaríamos más. Veamos: supongamos que mi debilidad es el consumo. Si yo pido a Dios que me solucione las papeletas económicas sin quitarme yo antes esa mi debilidad, lo que pasará es que seguiré débil y enfermaré aún más. Lo primero que tengo que hacer es cambiar mi petición y pedirle a Dios fuerzas para quitarme de encima esa debilidad mía, y aceptar el periodo dilatado en el tiempo que pueda durar la regeneración de nuestra alma. A veces, uno cree que ya está curado, pero nos pasa como a la mayoría de los drogadictos: estos, en cuanto salen y se juntan con sus antiguos amigos, recaen. Es preciso que tengamos una relación muy íntima con Dios y una constante en pedirle ayuda para quitarnos esa nuestra debilidad que impide que Dios nos dé eso que de verdad necesitamos.

Mi caso: el orgullo. Llevo muchos años pidiéndole a Dios aleje de mí los federales; pues bien, hoy debo reconocer que, gracias a ellos, hoy soy un poco menos orgulloso, y le doy gracias a Dios por no haberme hecho caso antes.

Comilón. gracias a tener un hígado un poco delicado y a que las cervicales se me ponen mal si me cuelo en la comida, esto me ha obligado a seguir un régimen de comidas más equilibrado y comer menos. Esto es motivo por lo que ese mal también se va regulando, gracias a que Dios no me curó del todo estos males. Esto me ha servido para quitarme una de mis mayores debilidades: la glotonería.

El demonio más de una vez me ha dicho: “Come de todo y lo que quieras; el Señor ya te sanará. ¿Qué temes…? ¿Pues no dices que eres su elegido y su hijo?”. Y yo he tenido que contestarle como Jesús: “No tentarás al Señor, tu Dios”.

Es tentar a Dios el pedirle milagros para nosotros no tener que quitarnos nuestros defectos y pecados. Tenemos que hacer todo lo contrario: aprovechar los periodos de escasez para sacarnos nuestras debilidades de encima. Nuestro padre nos quiere y nos ve enfermos, y es por eso de estar enfermos por lo que no nos da el pan necesario; esto no debemos olvidarlo nunca. Ya veremos en la práctica cómo, llegado su momento, nos dará el que nos haga falta y tal vez un poquito más. Yo de esto tengo montones de experiencias. Dios me

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ha dado mucho, pero a su tiempo y en el momento en que me servía de provecho.

El diablo lo hace al revés: nos da un poco de placer a cambio de que echemos por alto nuestro matrimonio, abandonemos a nuestros hijos… Luego, nos llevará a ser abandonados de esa otra mujer o de ese otro hombre. Así nos veremos sin familia y arruinados. Cuando estemos en este deplorable estado, nos dirá al oído: “Mira, ahí tienes la salida: a ese olivo le sobresale una rama. Toma esa soga y cuélgate. Verás como todos tus problemas se acaban. No te preocupes de nada más. Yo tiraré de la cuerda, yo siempre estaré contigo, ayudándote y,…nunca más te separarás de mí, te lo aseguro”. “Mío es todo el dinero, toma. Mira esta pistola. Allí hay mucho en ese banco. No temas, yo estaré allí para ayudarte y ya verás como lo pasas en grande con todo ese dinero”. Después, cuando estés en la cárcel, ya te dirá lo de la soga y el suicidio. “Sólo te pido una cosa: que postrándote, me adores”.

Dios nos pide lo mismo, pero Él nos da la salud y el Cielo, también nos hace vivir aquí con el ciento por uno y, además, nos regala un lago azul y la luz. Ese cielo tan maravilloso es la felicidad más grande que nadie haya podido soñar jamás. Pidamos ayuda a Dios para superar nuestras tentaciones, pero nunca tentemos a Dios pidiéndole nos de lo que ya nosotros debemos conseguir, quitándonos nuestras debilidades y pecados.

Dios nos dice: “Pídeme, que yo te ayudo”. Lo primero es que nosotros queramos quitarnos nuestros defectos y debilidades, y, por tanto, estar en el lado de Dios. Como eso no podemos hacerlo solos, hemos de recurrir a la oración, pidiéndole fuerzas al que todo lo puede. Jesucristo pudo hacer el milagro de convertir aquellas piedras en pan; lo demostró después, cuando dio de comer a más de cinco mil personas con unos cuantos peces y unos cuantos panes, pero en ese momento no debía hacerlo, pues era el diablo quien se lo pedía.

Una cosa llama también en este pasaje del Evangelio. Dice así: -Venían los ángeles y le servían. Eso sí, cuando ya las tentaciones habían pasado.

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LA VIRGEN MARIA

Orgiva, 23–08–1995Mateo 1:16 dice:

Y Jacob engendró a José, el marido de Maria, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.

En Mateo, 01-1-25, dice: Y el nacimiento de Jesucristo fue como sigue: Estando su madre, María, desposada con José, antes de que se

consumara el matrimonio, se halló que había concebido por obra del Espíritu Santo. Y José, su marido, siendo un hombre justo y no queriendo difamarla, quiso abandonarla en secreto. Pero mientras pensaba esto, he aquí se le apareció en sueños un ángel del Señor, diciendo:

-José, hijo de David, no temas recibir a Maria tu mujer, porque lo que se ha engendrado en ella es del Espíritu Santo. Y dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.

Todo esto sucedió para que se cumpliese todo lo que el Señor había hablado por medio del profeta, diciendo:

-He aquí, la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: “Dios con nosotros”.

Y cuando despertó José del sueño, hizo como el ángel del señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer; y la conservó virgen hasta que dio a luz un hijo; y le puso por nombre Jesús.

Mateo, 12-46-50. Mientras Él aún estaba hablando a la multitud, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, deseando hablar con Él. Y alguien le dijo:

-Tu madre y tus hermanos están afuera, deseando hablar contigo.Pero respondiendo Él al que se lo decía, le dijo: -¿Quién es mi madre y quienes mis hermanos? Y extendiendo su mano hacia sus discípulos dijo:

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¡He aquí mi madre y mis hermanos!, Por que cualquiera que hace la voluntad de mi padre que está en los Cielos, ese es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.

Anuncio del nacimiento de Jesús. (Lucas, 1-26-38):Y el sexto mes, el Ángel del Señor fue enviado por Dios a un

lugar de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba desposada con un hombre que se llamaba José, de los descendientes de David; y el nombre de la virgen era Maria. Y entrando el ángel le dijo:

-¡Salve, muy favorecida! El Señor está contigo, bendita eres tú entre las mujeres.

Pero ella se turbó mucho por estas palabras, y se preguntaba que clase de saludo sería este. Y el ángel le dijo:

-No temas, María, por que has hallado gracia delante de Dios. Y he aquí concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de su padre David; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin.

Entonces, María dijo al ángel:-¿Cómo será esto, pues yo soy virgen? Respondiendo, el ángel le dijo:-El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te

cubrirá con su sombra; por eso lo santo que nacerá será llamado Hijo de Dios.

Y he aquí tu pariente Elizabet, en su vejez también ha concebido un hijo; y este es el séptimo mes para ella, la que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios.

Entonces María dijo: -He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu

palabra. Y el ángel se fue de su presencia.María es la madre del Hijo de Dios. María fue virgen hasta que

dio a luz su hijo primogénito. El Evangelio habla de sus hermanos y de sus hermanas. Después de dar a luz a Jesucristo, debió de dejar de ser virgen, nada hay escrito que pueda atestiguar lo contrario.

La relevancia de la virgen le viene dada por haber aceptado el ser madre del Hijo de Dios. No cabe duda que sólo por esto, es la

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criatura más afortunada de la tierra, después de su hijo, claro está. Recordemos lo que le dice el ángel:

-…Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y le dará el trono de su padre David; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin.

Por estas palabras, vemos que la virgen sabía que su hijo sería rey de Israel, pero, cuando lo ve morir en la cruz sin haber reinado en nada, se supone debió pensar que Dios es sabio y nada más. No debió entender nada de este gran misterio. A veces pasa eso con las comunicaciones del Señor. Todavía hay sueños que yo no los entiendo, por ejemplo “Los federales y mi madre”, del 03–09–1992; “Apocalipsis sierra”, del 06–03–1993; y “La máquina infernal”, del 06–07–1987. Cuando yo escuché la voz que me decía: “Baja al bajo y ora tu final está cerca”, pensé que me moriría en unos días, que eso ocurriría en unos quince días. Así es Dios y sus comunicaciones a los hombres. Es por eso que tenemos que estar alerta y escudriñar atentos todo lo que Dios nos habla. ¿Qué es lo que tenemos que imitar de la virgen María? Lo primero que resalta a simple vista es su fe, y eso es lo primero que debemos imitar. A pesar de todos los avatares de la vida, ella tuvo fe hasta el final.

Otra cosa a imitar de ella es la perseverancia, a sabiendas de que Dios siempre cumple su palabra, aunque no lo entendamos de momento.

Otra cosa es su humildad. “(Hágase en mí según tu palabra”), esa disposición total, sin pedir nada, y sabiendo que Dios todo lo hace bien. Esto es fácil decirlo, pero es muy difícil aceptarlo hasta el final. Siempre tenemos la tendencia a hacer nuestra voluntad.

Cuando ella va con los hermanos de Jesús a hablar con Él, esto es una intromisión en los asuntos de Jesucristo, su hijo, y que este zanja con cierta brusquedad:

-Mi madre y mis hermanos son todos aquellos que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.

La virgen nunca más se entrometió en los asuntos de su hijo, tenemos que dejar hacer a Dios en nosotros en su totalidad, y hasta el final de nuestra vida.

Disposición total para cumplir el mandato de Dios: cuando José la ve embarazada, decide dejarla en secreto. Para ella debió de ser un

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calvario este silencio total. ¿Cómo explicar este asunto a las gentes de su tiempo? Esto es digno de ser imitado. Tenemos que saber esperar y dar tiempo a que Dios le dé la salida más conveniente a estas situaciones que se nos plantean muy difíciles.

A mí, con mis hermanos, me pasa esto. Dios me ha dicho: “No les digas nada”. Yo no he dicho nada y mis hermanos tampoco me han dicho nada a mí. Parecemos como tontos hablando de cosas sin importancia, a sabiendas que hay mucho de que hablar, pero eso tiene que ser así por que así lo ha querido Dios. Yo sé que un día determinado, Dios le dará la salida a este silencio obligado; esa salida será, sin duda, la mejor imaginable posible.

Mi experiencia me dice que Dios siempre tiene razón.

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DIOS RESPETA NUESTRA LIBERTAD

Orgiva, 15–11–1995Creación del hombre y de la mujer (Génesis, 2:26-31):

Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra

semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la Tierra. Creó, pues, al hombre a imagen suya, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó.

Y los bendijo Dios y les dijo: -Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la Tierra, y todo árbol que

tiene fruto y da semilla, esto os servirá de alimento.(3:6) Cundo la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y

que era agradable a los ojos, y que el árbol era agradable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido que estaba con ella, y él comió.

Dios hace al hombre a su imagen, esto es: libre de hacer lo que quiera. Puede permanecer haciendo la voluntad de Dios o puede hacer lo que hicieron Eva y Adán: dejarse engañar y rebelarse contra Dios. Puede hacer lo que le venga en gana o puede hacer sólo la voluntad de su Creador. Después, vendrá lo del premio o el castigo.

El diluvio (Génesis, 7: 6). Dios castiga la maldad del hombre y el alejamiento de su

Creador. No obstante, salva al justo, a aquel que ha seguido las consignas dadas por Dios. Este hombre es Noé y toda su familia. Castiga Dios por un medio natural: mucha agua (diluvio). Dios está detrás de los elementos naturales que se puedan desencadenar para castigar al hombre.

Destrucción de Sodoma y Gomorra. (Génesis, 19:23–29: El sol había salido sobre la tierra cuando Lot llegó a Zoar.

Entonces, el Señor hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego, de parte del Señor sobre los Cielos. Y destruyó aquellas ciudades, y todo el valle, y todos los habitantes de las ciudades, y

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todo lo que crecía sobre la tierra. Pero la mujer de Lot que iba tras él, miró hacia atrás y se convirtió en una columna de sal.

Como vemos por estos relatos, está claro que Dios castiga al hombre por que se aparta del camino que Él le trazó, pero no impide que el hombre se aparte de Él. Es su libertad, y Dios respeta esa libertad.

“Yo te castigaré si haces esto mal”, le dice el papá al hijo o la hija. “Yo te premiaré si haces lo que yo he dicho que hagas”; les decimos los padres a nuestros hijos. Nunca se nos ocurriría decirles: “Id a Marte, si no vais os castigaré”, a sabiendas de que ellos no pueden ir a Marte. ¿Les castigaríamos por que no nos ha traído un poco de arena del planeta Marte? ¿Verdad que no haríamos eso? Eso no está a su alcance y es inútil ponerlos en la libertad de hacer una cosa así. Dios nos castiga, porque, usando de nuestra libertad, transgredimos sus leyes, pudiendo no haberlo hecho. El castigo, la mayoría de las veces, ya viene implícito en el pecado; no es preciso que Dios se ponga a castigar a los hombres. Si el hombre fabrica bombas, algún día esas bombas le caerán encima.

No vale decir: “Dios podía haber evitado esto o lo otro”. Volvamos a leer el relato primero del Génesis, y veremos que Dios hizo al hombre totalmente libre, a su imagen y semejanza. No igual, pero sí muy parecido en la libertad. Puede dominar a las fieras y a toda la Tierra, sólo Dios y el hombre pueden hacer una cosa así. En la actualidad, el hombre peca contra Dios igual que antes, haciendo mal uso de su libertad. El hombre puede hacer de esta Tierra un desierto o un Edén, y Dios no intervendrá para evitarlo, salvo que entre dentro de sus planes. Quiero decir con esto, que Dios es Dios y, a pesar de respetar nuestra libertad, en cualquier momento puede decidir eliminar al que quiera y de la manera que quiera, usando elementos naturales o celestiales. El diluvio parece más natural que el fuego y el azufre que cayó del cielo, pero ambas cosas eran ordenadas por Dios.

El hombre es libre, pero Dios también lo es y, además es mucho más poderoso. Nosotros nos parecemos al gallo picoso de mi huerto. Eso de hombres predestinados por Dios puede ser que los haya, pero ningún hombre puede decir que será salvo por que ya ha sido predestinado; esto puede ser, pero él no lo sabrá. Dios puede, y de

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hecho lo hace, proponer a algún hombre una misión concreta, y eso para salvación de los mismos hombres. Todos los profetas, incluidos Moisés y Jonás, tuvieron esta misión. Estos hombres podían haberse opuesto a estos planes. Dios, entonces, respetando esta libertad del hombre, sólo tiene dos opciones: Escoger a otros o intentar convencerlos. En el caso de Moisés, lo intenta y lo consigue, a base de hacer unos milagros, pero lo consigue. En el caso del profeta Jonás le costó un poco más, pero también lo consiguió.

Siempre tendremos toda la ayuda de Dios si decidimos andar por sus caminos, haciendo su voluntad. Primero, dice Dios: “Tú echa a andar delante, que yo estaré detrás, respaldándote”. En el sueño “La cuenta pendiente”, Dios me dice claramente: “Yo saldré contigo cuando liquides la cuenta pendiente”. En el mismo sueño, yo respondo que no se cual es la cuenta pendiente. A pesar de eso, Dios no hace nada para cambiar las cosas. Dios habla y a uno sólo le queda la libertad de aceptar o de rechazar. Si rechazamos, no tendremos la ayuda de Dios. Si aceptamos y echamos a andar, tendremos toda la ayuda que necesitemos y mucha más. Yo muchas veces me he tenido que hincar de rodillas, pidiendo esta ayuda. Esta siempre ha llegado. Dios nunca me ha fallado. Él respeta nuestra libertad, pero el que decide usarla sólo para hacer la voluntad de Dios siempre tendrá a Dios de su parte.

En el sueño “La mercancía olvidada”; Dios me dice claramente: “Tú eres el responsable, tuya es la responsabilidad”. Esto me lo repite tres veces. Dios no quiere mis excusas ni me las acepta. “Tú eres el responsable”, me dice, y no puedes delegar en otra persona o institución mi encargo; has de hacerlo tú. A mí y sólo a mí, me pedirá cuentas de ese encargo. Yo soy libre de comunicar su mensaje al mundo, o echar marcha atrás. Ahora puedo hacerlo, aún estoy a tiempo; eso sí, si me echo para atrás no puedo esperar ninguna ayuda de Dios. ¿Para que? ¿Por qué? Sólo si decido seguir adelante puedo contar con la ayuda de Dios. Nosotros tenemos que ir delante y Dios irá detrás, apoyándonos. Sólo cuando sometemos nuestra voluntad a la de Dios es cuando somos totalmente libres. Esto, que aparentemente es una contradicción, es la realidad más grande que hay en el orden del universo. El hombre, libremente, decide someterse a la voluntad de su Creador. Es el reconocimiento

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de la grandeza de aquel que le ha creado, y saberse nada en comparación con Él.

Suyo es todo lo creado y a Él tenemos que rendirle cuentas. Él nos ama y quiere todo lo que es mejor para nosotros. Cuando descubrimos esta verdad es cuando nos sometemos voluntariamente a su voluntad, prescindiendo de la nuestra y dejando atrás el, “me gusta o no me gusta”, llegando a identificarse totalmente con lo le gusta a Dios, y eso nos basta. A veces, estas decisiones afectan a lo más intimo, incluso a nuestras propias creencias y tradiciones.

Vamos a ver a Pablo haciendo la voluntad del Señor, a pesar de los riesgos que corre. (Hechos, 18:9-11):

Y por medio de una visión, el Señor dijo a Pablo: No temas, sigue hablando y no calles, por que yo estoy contigo, y

nadie te atacará para hacerte daño, por que yo tengo mucho pueblo en esta ciudad.

Pedro informa sobre su visita a Cornelio. (Hechos, 11:1-18).Leer todos estos versículos. En ellos, vemos cómo Pedro tiene

que renunciar a lo que siempre había creído para poder hacer la voluntad del Señor. Esa visión les da la libertad frente a los hombres que le acusan.

Algunos ejemplos más, algo más breves: De los doce apóstoles, uno decidió no seguir con Jesús y, además, lo vendió; de los setenta y dos, se fueron todos, menos los doce. Jesucristo respetó la libertad de aquellos hombres para venir y para irse. El joven rico se marchó, y Jesucristo no lo retuvo.

Nosotros podemos hacer lo mismo: nos podemos quedar o irnos. Dios no nos retendrá en contra de nuestra voluntad.

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TRABAJAR PARA EL REINO DE DIOS

Orgiva, 22 -11-1995¿Un encargo? ¿Una vocación? ¿Un privilegio?

El día 12–03–1990; al imponerme las manos Juan José, me dijo: -Hijo, conozco tus ansias por venirte conmigo. Ten paciencia.

Tienes que mostrar al mundo mi verdad. Serás de mirada dulce y derramarás lágrimas. Con tus palabras y tus obras descubrirás al mundo su mentira.

Al otro día, al imponerme las manos Juan José, me dijo: -Mi verdad te llenará en el silencio.Dios, en estos dos días, me pidió claramente que trabajara para

Él.Trabajar para el Señor supone para mí un privilegio; es un

encargo que tengo que llevar a buen término.Con los sueños (más de doscientos), el Señor, creo, ya ha

completado su mensaje para el mundo. Me los ha dado en el silencio de la noche. Cuando uno está durmiendo, no cabe duda que es un momento de mucho silencio. Ahora queda que cumplir la parte que me corresponde. La verdad de Dios ya la tengo escrita y pasada a limpio, sólo me falta el publicarla para que la pueda leer el público. Dios ya ha cumplido su parte, ahora me toca a mí cumplir la mía. ¿Cómo haré yo esto? La verdad es que no tengo ni idea.

Los apóstoles, después de muerto Jesucristo, ¿tenían alguna idea de lo que era el Espíritu Santo, y de cómo comenzar su tarea? Yo creo que no. Sólo Dios pudo, y de hecho lo hizo, darles la fuerza y la sabiduría necesarias, para que ellos pudieran dar el mensaje de salvación a la humanidad. Sin ese llenarse del Espíritu Santo, poco hubiesen hecho.

A mi me pasa algo así, no tengo ni idea de que hacer con tanto mensaje, y estoy esperando un milagro de Dios. Yo sólo sé que nada bueno puedo hacer.

El 13–03–1993, Dios me da el sueño “Ultimátum I”. En él, Dios me manifiesta claramente que debo acabar el trabajo que llevo entre

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manos, porque ya me tiene otro preparado. Hay otros esperando para conectarse con nosotros. Dios no quiere remolones a su lado. Hay mucho trabajo por hacer, y ese trabajo que se me ha encomendado hay que hacerlo rápido y bien.

El 26–07–1994, Dios me dio el sueño “Ultimátum II”. En él, el Señor me dice claramente que el trabajo es urgente, y que me deje de hacer el vago. Me dijo: “O lo haces tú o te despido”. Al compañero que aparece en el sueño conmigo lo despidió. Este sueño me motivó para ponerme de nuevo a bendecid el pan y a pasarlo todo a limpio (cuando digo “pasarlo todo a limpio” es pasarlo todo a máquina).

Hoy, 06–05–2007 lo estoy pasando al ordenador para su posterior publicación.

Cuando se trabaja para el Señor, uno no se puede tomar las cosas a cachondeo. Dios es muy exigente. Es verdad que nos deja libres para decir que no, pero si decimos sí es para trabajar mucho y bien.

Ahora me encuentro en una fase que casi no sé lo que tengo que hacer, por eso pregunto cada mes, más o menos, para ver lo que Dios quiere que haga. Hasta ahora, las visiones que han salido como respuestas a mis preguntas son blancas, es por eso que creo lo voy haciendo bien. Las visiones que salieron son: un libro gordo blanco; y al siguiente mes, un carrito con un niño que lo empujaba una mano. Todo era blanco. Esto significa que Dios está empujándome y que yo, de momento, no tengo que hacer nada más. Tenemos que estar a la expectativa para ver lo que Dios nos dice; no nos vaya a pasar como a las vírgenes necias.

Fruto tenemos que dar; de lo contrario, seremos cortados y echados al fuego, como dice la parábola de los sarmientos y la vid.

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LA HORA MÁS RENTABLE Y MEJOR PAGADA

Orgiva, 18-10-1996.Desde hace varios años (cinco), cada día, cuando me despierto, sea la hora que sea, me voy al comedor y me pongo a orar. Cierro todas las puertas, llevo el reloj despertador al armario de cocina para que no me estorbe su tic tic y, a continuación me siento en el sofá. Le doy los buenos días al Señor y…, pues lo que sale. Al principio no sabía como rellenar esta hora, hablaba mucho con el Señor; ahora hablo poco, a veces muy poco, pero me falta tiempo. Esta mañana es un ejemplo: he estado casi dos horas. Eso es así, me he dado cuenta que es la hora mejor pagada y la más rentable que he empleado en toda mi vida. Además, el trabajo no puede ser más agradable: alguna vez, Dios me hace algún regalito, alguna visión, alguna experiencia nueva, etcétera, pero esto ocurre muy rara vez. Lo que sí ocurre siempre es que, cuando termino mi oración matinal, me siento mucho más alegre, mucho mas feliz, yo diría también que con mucha más sabiduría; sí, eso es, mucha más sabiduría. ¡Ojo!, no más conocimientos, sino mucho más sabiduría; Cuando hay que resolver algún problema de familia, sea con los hijos, esposa o vecinos, me siento mucho más capacitado para dar el consejo oportuno, las palabras salen exactas, funcionan y surten un gran efecto positivo. Esto antes no ocurría, yo era uno más, diciendo y haciendo las cosas que a mí me gustaban o me disgustaban. Ahora los conceptos de gustar o disgustar no aparecen. Esto Dios lo ha sustituido en mí por más eficaz, más oportuno, más conveniente, mejor para todos, mejor para nuestra salvación. La violencia que antes estaba presente en casi todos mis actos, Dios la ha sustituido por la calma y la paz. Rara, muy rara vez me altero; pasan muchos meses sin que esto ocurra. Vivir en paz siempre. Dios va, poco a poco, haciendo este milagro en mi vida, y no solo en mí, sino también en mi esposa y mis hijos. ¿Qué padre no pagaría unos cuantos millones por tener algo así en su familia? Verdad que muchos. Por eso digo que la rentabilidad de esta hora de oración es

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de verdad productiva; lo es, y es algo que no se puede valorar en toda su dimensión.

¿Quiere probar usted? Es muy simple: cuando se despierte, se va al comedor, cierra todas las puertas, se sienta y le dice al Señor: “Estoy aquí para escucharte y para pasar una hora contigo”. Al principio, su mente se irá a sus problemas diarios y le parecerá que está perdiendo el tiempo. Nada más lejos de la realidad, Ábrase al Señor tal como es. Dígale: “Éstas son mis realidades, estos son mis problemas. Cambia todas estas situaciones y hazlas más llevaderas. Quita de mí las tentaciones. Dame otra visión de las cosas”. Recuerde, al menos una hora. Llegará un día que esta hora la hará mas larga, por que verá su rentabilidad y por que se sentirá mucho más feliz. Yo, además, dedico unos quince minutos a leer la Biblia. Usted hágalo como más le guste y le convenga, pero no menos de una hora con el Señor, su Dios, y por lo menos unos cinco o diez minutos de lectura de la Biblia. Después se va pensando en lo que ha leído, estoy seguro que le irá muy bien. Cuando las tormentas de la vida le zarandeen, no lo dude: amárrese más tiempo al mástil de la oración; de seguro saldrá victorioso. No hay tormenta que Dios no pueda calmar. Cuando Jesucristo calmó un día el mar que estaba muy alterado, sus discípulos se dijeron:

-¿Quién es este que hasta el viento y el mar le obedecen? No lo dude, dedique una hora a que este personaje, Jesucristo,

penetre en usted y le llene de su Espíritu. Él le calmará y aprenderá con Él a sentirse siempre en paz. Es la hora de trabajo que más le rentará en su vida, se lo puedo asegurar por pura experiencia. Pruébelo y verá que esto que le digo es cierto. Una cosa más. Esto es válido para todos, ya sean hombres o mujeres, niños o ancianos, católicos o protestantes, o budistas o mahometanos y también para los ateos. Se trata de dedicar una hora con el Dios que a todos nos hizo y Él nos dirá donde debemos estar cada uno.

Ahora les voy a contar lo que a mí me ocurrió el primer día que yo decidí hacer esta hora de oración matinal: me desperté a las cuatro de la mañana, me fui al comedor y…me quedé pensando, de pié, en medio del comedor: “Jesucristo: ¿qué le diría a su Padre en estas circunstancias?” Seguí pensando: “El evangelio dice que pasaba las noches orando, pero… ¿qué le diría a su Padre? Tal vez le

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dijo: Pedro…, ese bruto me la lió buena hoy. Anda que el Caifás aquel…”. Dejé de pensar y me senté en el sofá. Entonces me dije: “Si Jesucristo estuviera en mi lugar, supongo, que le diría a su Padre lo que hizo, y lo que le pasó, en el día de ayer”.

Mi esposa…, mis hijos… Hice un momento de silencio y…nada, a esas horas el silencio era absoluto, no se escuchaba ni una mosca. De pronto…, esto fue lo que pasó: escuché el ruido de una furgoneta, se escuchaba como si viniera por el principio de la calle donde yo vivo, por el lado del barrio Luque. A este ruido se le añadió otro más escandaloso. Eran dos altavoces a toda potencia que decían: “El que quiera ser…, será. El que quiera ser…, será. El que quiera ser…” cuando la furgoneta llegó frente a mi piso, dijo: El que quiera ser santo, será”. El ruido de la furgoneta se alejó por la calle, hacia el Colegio Menor. Yo quedé sin saber que era aquello. Reaccioné y salí al balcón. Nada vi, nada se escuchaba. El silencio era absoluto. Nada, ni siquiera la luz de algún vecino, nada. Pensé que alguien pudo haber oído lo que yo, pero todo estaba en calma; no había ni un solo indicio de que aquello lo hubiese oído alguien más. Esperé un poco y me metí de nuevo en casa. Me senté en el sofá e intenté recordar lo que antes pregonaban los altavoces de aquella furgoneta. Nada de nada, todo fue inútil, lo único que recuerdo es esto: “El que quiera ser santo será”.

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LOS SIGNOS (SIMBOLOS)

Motril, 22–11–19961ª Samuel 4:3. El arca de la alianza fue llevada a Silo, hasta el frente de batalla, con el fin de que Dios protegiera a su pueblo. No obstante, el pueblo de Israel fue derrotado y el arca de la alianza capturada por sus enemigos, los filisteos. Este día murieron de Israel más de treinta mil personas, y más antes, en otra batalla, habían muerto otras cuatro mil. Cuando el arca de la alianza llegó al campamento hebreo, todos profirieron en gritos de alegría, de alabanza y de euforia; hasta tal punto fue la algarabía, que los gritos y jolgorio llegaron hasta el campamento de los filisteos.

Al tener el arca con ellos, los hebreos se creyeron a salvo y pensaron que la victoria ya era suya. No fue así, sufrieron la mayor derrota de su vida y, además, perdieron el arca. Con ello creyeron haber perdido a su Dios. El error está en creer que, teniendo el símbolo con nosotros, ya tenemos a Dios. Eso no es así, incluso en el caso de que sea el mismo Dios el que haya ordenado que se construya ese símbolo. Es verdad que Dios ordenó construir esa arca de la alianza, pero Dios no era el arca ni el arca tenía ninguna fuerza en si misma, ni tampoco podía librar a nadie, ni a nada. Era un símbolo para recordar el pacto entre Dios y los israelitas. Es muy peligroso tergiversar la verdad; muy peligroso atribuirse la verdad, y más peligroso aún, perseguir a los que no comulgan con lo que nosotros creemos que es la verdad. Israelitas de hoy serían todos aquellos que pensasen que pueden ser salvos por un talismán de pata de conejo, unas cartas metidas en paño de color verde, un cactus de la suerte, un elefantito, la cruz de Caravaca, etcétera. Hay otros signos que son más religiosos y que son tan paganos como los mencionados: creer que los santos de turno nos pueden librar (San Marcos, San Cristóbal, San Isidro, etcétera); igualmente las vírgenes (Virgen de las Angustias, de Los Dolores, del Carmen, de Fátima etcétera. No, estos símbolos no nos van a salvar de nada, absolutamente de nada. Tampoco nos van a salvar los símbolos de

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cristos (Cristo del Paño, Cristo de la Espiración, Cristo de Velásquez, Cristo de Dalí, etcétera). No, estos símbolos no nos van a salvar de nada, porque no tienen ningún poder en si mismos. No nos engañemos, al igual que el Arca de la Alianza, son madera, hierro, plata, oro, cobre, yeso, barro, escayola, etcétera. Son materiales muertos y que por sí no tienen vida. Son figuras hechas de materiales muertos que no tienen ningún poder y que nunca lo tendrán.

Entre los símbolos, hay que diferenciar entre los que Dios ordenó hacer y entre los que Dios prohibió que se hicieran. Aún así, vuelvo a recordar que ningún símbolo salva ni tiene ningún poder por sí mismo.

Cuando Moisés mandó hacer la serpiente de bronce, lo hizo por mandato de Dios y… el que miraba esta serpiente quedaba curado de las picaduras de serpientes. Pasado el pueblo de Israel a lugares donde no había serpientes, este siguió adorando, reverenciando y dando culto a la serpiente de bronce, como si esta en sí tuviera algún poder. Dios, en aquella ocasión, concedía gracia a la persona que miraba la serpiente de bronce, y esta quedaba sanada de las picaduras de las serpientes que el mismo Dios les puso como plaga. El rey Exequias mandó destruir esta serpiente, por que el pueblo seguía adorándola y pidiéndole favores, como si de un Dios se tratara, sin tener en cuenta al verdadero Dios. Con buen criterio, este rey destruyó este símbolo. Llegó a ser idolatría y confundía los símbolos con la realidad. El Arca de la Alianza también fue construida por orden de Dios, sin embargo, Dios no movió ni un solo dedo para salvar a su pueblo, a pesar de tener el arca en medio de ellos, y tampoco le importó que fuera capturada por los enemigos paganos, los filisteos. Y es que el verdadero enemigo de Dios, en aquellos tiempos, no eran los filisteos paganos, si no los israelitas idólatras, que no hacían lo que Dios les había dicho que hicieran y que creían que les podían salvar los signos que el mismo Dios había mandado construir. Esto era para recordar, no para salvar, no para que por sí tuvieran poder. Todo el poder y toda la gloria son de Dios.

¿Cómo estamos hoy? Los israelitas creyeron que Dos les libraría de los filisteos, sus enemigos, por que ya tenían el Arca de la Alianza entre ellos. Ya vemos que no fue así. Dios no hizo nada por

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salvarlos, por que tanto Helí, el sacerdote, como sus dos hijos, Ofni y Fines, así como el resto del pueblo no hacían lo que Dios les había mandado. ¿Qué es lo que Dios les había mandado hacer? Cumplir los Diez mandamientos de la ley de Dios.

El primero dice: “No tendrás más Dios que a mí”.El segundo dice: “No te harás imagen alguna de lo que hay arriba

en el Cielo, ni de lo que hay abajo en la Tierra, ni de lo que hay en lo profundo de los mares...”.

Tanto estos dos, como los otros ocho el pueblo no los cumplía; por tanto, Dios rompe su compromiso con ellos, y eso por que antes ellos han roto su compromiso con Dios.

Hoy…, esto es lo que nos interesa de verdad. ¿Cómo están las cosas hoy en día? Dios, en sus diez mandamientos no sólo no nos mandó hacer tantas estatuas de vírgenes y santos, como en la actualidad tenemos, sino que está expresamente prohibido en el segundo mandamiento. “No te harás imagen alguna…”. “No te prostrarás ante ellas…”.

A veces, a las personas, (a mi me pasa a menudo) nos parece que Dios se equivoca en esto o en aquello; que sería mejor hacerlo así o de otra manera. No, no es así. Mi pensamiento no es más que una ínfima molécula del pensamiento de Dios. Dios es la cumbre del saber y del poder, y si Él dice: “No te hagas”. No te postres, es que no se ha de hacer. Las razones que Dios tiene para prohibir algo en concreto, algunas veces las veremos o las intuimos, pero la mayoría de las veces, nada de nada, ni las olemos. Nos pasa como a mí me pasaba de pequeño. Mi madre me decía:

-No te pongas ahí, tan cerca de la lumbre, por que ahí está la cacerola con la leche…

Yo no le hice caso. Lógicamente acabé con el culo metido en la leche hirviendo, me quemé y acabé chillando y llorando por lo que me había pasado. Después de este percance, comprendí que mi madre tenía razón.

Nosotros no podemos comprender el por que Dios prohíbe esto o aquello. Uno piensa: “¿Qué importancia puede tener que yo tenga una foto de mi madre, de mi padre o de mi hermana?” Pues tenemos que dejar de pensar y asumir que Dios sabe mucho más que nosotros de esto y de lo otro, y que sólo Él sabe lo que es mejor para nosotros

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y para toda la humanidad. Dios prohibía que nos hiciéramos imagen alguna de Él mismo, pero a la vista de lo que hoy sucede, uno ve que Dios tenía razón. Imágenes, muchas imágenes; cofradías, muchas cofradías; cohetes, muchos cohetes. Pero… ¿cumplimos todos los mandamientos de la ley de Dios?, ¿estamos haciendo el bien a todos nuestros semejantes?, ¿amamos a Dios por encima de todas las cosas y personas? ¿y a nuestro prójimo como a nosotros mismos? Creo que no; por el contrario, creemos que por llevar un llavero de San Cristóbal en el coche ya no vamos a tener ningún accidente; por quemarle una traca de cohetes al cristo X ya somos salvos. Decimos: “Este cristo es muy milagroso y, por tanto, él nos salva. No, no es así. Sólo Dios salva al que escucha su palabra y la cumple.

Una mujer le dice a Jesucristo: -¡Bendito el vientre que te crió y los pechos que te amamantaron! Respuesta de Jesucristo: -“Sean benditos, y tú también por honrar

a mi madre de esa manera tan bonita y en público”. No, Jesucristo no respondió eso, sino que dijo esto otro:

-¡Benditos todos aquellos que escuchan la palabra de Dios y la cumplen!

Es lo mismo que decir: “Déjate de tonterías, no más sandeces ni piropos tontos; eso es bonito, es agradable, queda bien, es halagador, pero… ¡benditos, sólo son aquellos que me escuchan y hacen lo que yo predico!

Los dos últimos sueños que el Señor me ha dado son “El cambio en los mandamientos” (28-10-1996) y “El gigante”. (20-111996).

En el primero, Dios me dice: -Es muy grave, han cambiado los mandamientos de la ley de

Dios. No puede haber amistad ni colaboración con ellos hasta que esto tan grave no lo rectifiquen.

Dios ha dejado los símbolos y habla con palabras, apuntando directamente al problema más grave: querer saber más que el mismo Dios, haciendo lo contrario que Él mandó.

En el sueño “El gigante”, Dios me dice: -Todos son enanos, incluido tu hermano.

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Todos aparecen sentados como niños en sillitas. ¿Qué significa esto? Simplemente, que aún no han llegado a la fe adulta, aún no saben distinguir entre lo que es el símbolo y la realidad de Dios. Querer saber más que nuestros padres, cuando solo tenemos tres años es muy peligroso.

Voy a contar una anécdota de cuando yo era pequeño:Íbamos tres crios, yo entre ellos, por las moreas de Dúrcal,

pasamos por donde mi tío Paco tenía un campo de maíz, nos metimos y cortamos tres cañas largas de maíz para hacernos un carricoche. Este consistía en quitarle la panocha y por esa parte le doblábamos un poco e íbamos arrastrándola delante de nosotros. Todo iba bien y nosotros tan contentos con nuestros coches, hasta que apareció el guarda y nos preguntó:

-¿Dónde habéis cortado esas cañas de maíz? Respondí yo: -En mi campo.-¿Si?, ¿Y Dónde está tu campo?-Es ese de más arriba.-Ese campo no es tuyo.-Es mío.El guarda nos dejó, y yo pensé para mí: “Este guarda no puede

conocer de quien es tanto campos como hay en la vega, eso es imposible”.

Cuando fui mayor, comprendí mi error. El guarda sabía de sobra de quien eran todos los pedazos de tierra, por grandes o pequeños que estos fueran. Él les cobraba por guardar sus campos y, por tanto, sabía exactamente de quien era aquel pedazo de tierra de donde nosotros habíamos cogido las cañas de maíz.

Nos dejó por que eran de mi tío. Supongo que habló con él y él le diría que lo dejara correr.

¡No seamos niños!

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LA MUERTE ESPIRITUAL

Orgiva, 27–01–1997-Un ciclomotor blanco, esta es la visión que salió.

La pregunta fue esta: -¿Señor, la muerte a que se refiere, es la muerte espiritual?La respuesta es sí.Mi esposa, mi hija Carmen y mi hija Belén, han estado en un

retiro que organizó la Iglesia evangélica de Granada. El retiro se llevó a cabo en el seminario Mayor, junto a la Cartuja, en Granada.

Mi hija carmen vino diciendo que tenía que hacerle unas preguntas al Señor. Escribió en un papel la pregunta y dijo:

-Señor, tú ya sabes la pregunta que hay escrita en el papel. Respóndeme muy claro.

La verdad es que la respuesta no pudo ser más clara.Parece ser que en una conversación que tuvo en particular con

una señora de la iglesia, esta le dijo:-“Hasta que la muerte os separe”, no se refiere a la muerte del

cuerpo, si no a la muerte espiritual del matrimonio, es decir: Cuando uno de los dos ya se ha separado, y se ha casado con otra o con otro, ese matrimonio ya está muerto espiritualmente, aunque los dos vivan.

Por la respuesta vemos que Dios, en este caso, autoriza a casarse a la otra persona, pues quedó libre por la muerte espiritual del que rompió el pacto.

Bien, esto quedó claro con esta visión. Y, en principio, cuando me lo contó todo, incluida la visión que había salido, le contesté a la par que me alejaba:

-¡Así andamos...!Pasaron los días, y estando yo de madrugada en oración, Dios me

interpeló, diciéndome: -¡Con que… “así andamos…”!-¿Qué me quieres decir, Señor?

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-Pues que llevas doce años guiándote por las visiones, tú y tu familia, y ahora contestas diciendo: “¡Así andamos…!”, y ni siquiera piensas en ello.

-Bueno -dije yo- es que el divorcio…-Yo digo -dijo Dios- que ese pacto ya está roto y que el otro ya ha

hecho pacto con otra persona, por tanto, el otro queda libre. ¿No tiene eso trascendencia para ti?

-Bueno… -contesté-, si es así…, pues así será.Cogí la Biblia y comencé a buscar todo lo que había referente al

matrimonio. Esto fue lo que encontré: Lucas, 16:18; Marcos, 10:2–11; Mateo, 19:3–9; Mateo 5:32; Primera Corintios, 7:13–15.

Debe haber más cosas, pero de momento, con esto había suficiente. Parece ser, al leer todo estos párrafos de la Biblia, que no hay ninguna contradicción entre lo que dicen estas lecturas y lo que Dios acaba de comunicarnos. La clave está en la muerte espiritual del matrimonio.

Dios no quiere el divorcio, y por eso el que se separa y se casa con otro u otra comete adulterio; y es más, quien se casa con ese que se ha separado, también comete adulterio. Sin embargo, el otro cónyuge no ha pecado y queda libre para casarse con otro u otra. Era, sin embargo, obligatorio hacer otra pregunta y afinar un poco más. Esa pregunta la hice anoche, a través de Raúl. Primero, la escribí en un papel, y cuando tuve la respuesta, la escribí debajo de la pregunta. Esta fue la pregunta: “Señor, si el que se va que comete adulterio no se casa o se junta con otro u otra, el que se queda, ¿podrá casarse con otro u otra?” Visión respuesta: Un terreno blanco que, en medio tenía un letrero negro.

Por la respuesta se deduce que tal vez sí o tal vez no, debe haber en cada caso matices que sólo Dios sabrá considerar. Por si acaso podía aclarar algo más, hice otra pregunta, a la cual Dios no me respondió; fue esta: “¿Serían suficientes cinco años de separación para que el otro pudiera casarse con otro u otra?”

Hasta aquí hemos llegado. Si Dios nos dice algo más, ya sea por visiones o sueños, o de otra manera, lo escribiré con toda seguridad.

Que Dios nos bendiga a todos.

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¡DESPERTAD, MISTICOS, QUE LA CULPA ES MÍA!

Orgiva, 29–01–1997Escuche el llamar a la puerta de mi habitación: dieron dos golpes fuertes con los nudillos y, a continuación, escuché la frase que da titulo a este escrito: ¡Despertad, místicos, que la culpa es mía!

Yo me desperté y traté de escuchar algún otro ruido, pero no fue así, el silencio era total en el piso. Yo tenía mucho sueño. Comprendí que era una llamada de Dios y me levanté. Cuando estuve en el comedor, miré la hora: eran las cuatro y veinte de la mañana. Me senté a orar y a pensar sobre lo que acababa de ocurrirme. Recordaba como un sueño, pero muy poco y algo confuso.

Sueño: Había una habitación y unos diez o doce hombres, estos estaban sentados alrededor de una mesa. Uno de ellos se levantó y se fue a otra habitación, donde estaba yo, y se puso a hablar conmigo. Yo me veía a mí y al hombre; este hombre me dijo:

-Cuando yo estuve ahí, no lo puse todo.Había más cosas en el sueño, pero solo recuerdo esto y no del

todo claro. La frase y los golpes si que fueron fuertes y claros, hasta el punto de despertarme.

¿Qué quería el Señor decirme con esta frase? ¿Por qué se me despierta a media noche para decirme algo así?No tengo ni idea, y así han pasado los días, hasta que esta

mañana, en la oración, le dije al Señor:-Señor, yo no le saco nada a esta frase, yo solo puedo hacer que

escribirla y nada más. Si tú no me dices lo que significa, yo la pondré tal como está, y otros se encargarán de sacarle el contenido. Yo no puedo hacer otra cosa. Si has elegido un hombre torpe, yo no tengo la culpa. Tú tienes la palabra. No pasaron ni diez minutos cuando comenzó a llegarme la solución.

La interpretación es la siguiente: esta frase significa que Dios asume la responsabilidad y que no culpa a los diferentes teólogos de las interpretaciones que se han hecho sobre el divorcio. Dios exculpa

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a los místicos y teólogos de las diferentes interpretaciones de la frase: “Hasta que la muerte os separe”.

No es lo mismo en el cambio de los mandamientos; allí dice: -La Iglesia católica ha cambiado los mandamientos de la Ley de

Dios y esto es muy grave.Pasa algo semejante en la consagración del pan: en este caso, las

dos interpretaciones son correctas y es por eso que Dios da un texto alternativo que vale para todos, es este:

-Señor, tú que nos has hablado antes, si tienes a bien, baja y convierte este pan en tu cuerpo.

La Iglesia católica dice: “Ahí está el cuerpo de Jesucristo”.Los protestantes dice: “Hay que comer la palabra que es lo que da

vida”. Pues ambos tienen razón.En el caso de la frase de hoy, es Dios quien asume la

responsabilidad y no culpa a nadie de ese error de interpretación.“¡Místicos despertad!” Significa que despertemos de nuestras

tradiciones y asumamos la nueva interpretación; que no nos quedemos con nuestras tradiciones, al estilo de cuando Jesucristo curaba en sábado y los rabinos se escandalizaban. Jesucristo no abolía el sábado, pero si que lo ponía en el sitio que le correspondía.

-Es por eso que hoy nos dice: “¡Despertad! Dejad de juzgarme y cada uno asumir vuestra responsabilidad. Poner en práctica todo lo que os estoy diciendo ahora y dejarse de vuestras tradiciones”. A nosotros sólo nos toca decir, como Job (Job, 40:4–5.):

-He aquí, yo soy insignificante. ¿Qué puedo yo responderte? Mi mano pongo sobre mi boca. Una vez he hablado y no responderé aún dos veces, y no añadiré más.

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ROBO DE LAS HERRAMIENTAS

Orgiva, 03–07–1997Esta pasada noche he tenido un sueño. Otro y yo estábamos arreglando y sembrando un campo. De hecho, era yo el que arreglaba y sembraba. Mi compañero asumía y decía a todo que sí…, que bueno…, está bien. Esto lo decía al mostrarle yo las plantas que había plantado, yo le explicaba:

-Aquí he sembrado lechugas; aquí, borrajas; aquí, tomates… Luego, continué dicendole:Aquí haremos un balate pequeño y este desnivel que tiene el

bancal se le quitará al regar, será entonces cuando quedará totalmente llano.

Mi compañero, mientras tanto, se entretenía con un gusano y trataba de entretenerme a mí. Él decía:

-A este gusano se le hace esto y se pone más grande. Yo estuve un poco allí, a ver qué pasaba, pero como todo seguía

igual, me fui. Cuando volví, le pregunté por lo del gusano, y me dijo.

-Lo dejé, no valía la pena.Yo vi que casi no quedaban herramientas. Fui apilando las pocas

que encontré, pero faltaban muchas. Fue entonces que le dije a mí compañero:

-¿Eres tú quien se lleva las herramientas?-No, este martillo es mío.-Sí, ese martillo es tuyo -le contesté- siempre haces lo mismo,

traes una herramienta y te llevas dos. Hoy te llevas el martillo que trajiste más el cincel; ayer hiciste lo mismo y el cincel que te llevaste ya no está. Eres tú quien se está llevando las herramientas. Te llevas dos y sólo traes una. Si sigues así, pronto no habrá posibilidades de terminar el campo.

Descubrí que era mi propio socio quien se llevaba las herramientas.

Aquí acaba el sueño.

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Orgiva, 03-07-1997. Análisis del sueño:

El campo, que con tanto cariño y trabajo estamos arreglando y plantando, es la obra de Dios en nosotros, reflejada a través de las visiones, y sobretodo, en los sueños. Todo quedará llano cuando se riegue. Esto quiere decir que cuando se hagan los milagros, todas las dudas se disiparán. Todo quedará claro.

Mi compañero es mi esposa. Ella me acompaña y viene conmigo. No se opone, asiente, ahora no discute nada, salvo cuando surge

alguna duda; entonces aprovecha y echa marcha atrás. Sus frases son estas: ”Yo no te entiendo…”, “tú has dicho siempre que…”, “esto siempre se ha hecho así…”, “no te entiendo…”, “no entiendo nada”.

Esta postura de ella resta posibilidades y hace que yo tenga que estar luchando en dos campos: trabajando el campo, esto es; resolviendo las papeletas propias del grupo, visiones, sueños, etcétera; y que las reacciones negativas de mi esposa no pasen al resto de los componentes del grupo ni a mí mismo, como ocurrió en el año 1992, en Zaragoza.

Sus dudas y pesimismo se colaron en mí, y durante ocho meses, suspendí toda actuación. Fue una crisis muy fuerte, yo volví a ir tres domingos seguidos a misa y me sentí fatal, muy mal. Así no podía vivir. No quiero que vuelva a pasar eso y es la causa por la que a veces reacciono con cierta dureza. Eso es lo que pasó la tarde antes del sueño. Le dije a mi esposa:

-De ahora en adelante, tú te entenderás con tus visiones y Dios; yo haré lo mismo con las mías. No puedo consentir que pongas en duda mi honradez.

-Es que tú, cuando me sale negro a mí, me dices: “Revísate”, y cuando te sale negro a ti, dices que eso es otra cosa.

-No todos los días nos roban un coche, pero hoy nos lo han robado. Te aseguro que yo no soy esa mano negra. Si se sigue por ese camino, todo lo construido se viene abajo.

El sueño refleja esa actitud de mi esposa. Ella, con su presencia aporta una herramienta, pero con la postura que adopta se lleva dos, y a poco que uno se descuide, el campo se queda sin terminar. Dios me dice:

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-Este campo hay que tenerlo listo ya, y no vale la pena gastar cartuchos con quien sólo resta y no suma. No te de miedo andar sólo, pues tuya es toda la responsabilidad, y ese campo lo quiero listo ya.

Últimamente, las visiones de mi esposa, y en parte también las mías, están saliendo negras. Es verdad que el negro que sale en las mías es a mi alrededor, pero hay negro. Dios nos está urgiendo, tanto con sueños como con visiones, a que revisemos y clarifiquemos nuestras posturas. Creo está un poco más cerca, el que Dios se manifieste con sus milagros.

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LA MEZQUITA DE CORDOBA

Orgiva, 10–02–1998Belén vio a papá: -un pasillo de arcos y columnas. Todo era blanco. También vio dos hombres oscuros con máscaras blancas. Algunas de las ropas que llevaban puestas eran blancas. Estos hombres estaban aserrando una columna con una sierra de mano. Esta sierra era oscura. Estaban obsesionados. Cuando acabaron de cortar la columna, esta dio un salto y se puso de nuevo en su sitio. Quedó intacta, igual que antes, como estaban las otras.

Dios, con esta visión, me aclara lo que pasó con Belén en Granada. Dos personas se esforzaron en quitarle su fe en el don que tiene de las visiones. Le decían que la mayoría de las visiones podían ser de su mente, etcétera. Verdad que de momento lo consiguieron. Ella vino totalmente convencida de que Dios tenía que darle algo, para poder discernir las que eran de su mente o de Dios.

Yo esto no lo veía así, y mucho menos con el don de tener visiones. Ella, antes, no tenía ninguna visión. Cuando yo le pedí a Dios que nos diera un sustituto de Raúl, por que este se iba al servicio militar, fue cuando ella comenzó a tener visiones. Al otro día de mi petición, ella tuvo su primera visión. Yo argumenté todo esto y algo más, pero ella seguía dudando. Después, la Carmen, estuvo con ella hasta la una de la mañana y todo le quedó claro en esa noche.

Por la mañana, se levantó y me dijo:-Tenéis razón vosotros. Todo seguirá igual que antes.Esa misma noche, cuando me fui a la cama y la dejé con Carmen,

yo tuve una visión. Me levanté y se la dije, aunque en aquel momento no tenía el análisis de lo que Dios quería decirme.

Esta fue la visión: vi a Belén en las nubes. Detrás, tenía una nube blanca, y a cierta distancia estaba yo. A su izquierda, tenía una nube muy oscura; delante, y a su derecha, nubes grises.

A poco me vino la interpretación: ella, al dejarse convencer, estaba dando la espalda a la Gracia de Dios, quien le había

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concedido el don de las visiones. También daba la espalda a su padre, que lleva trece años guiándose por las visiones. De seguir por ese camino, perdería el don. Tenía que rectificar y darse la vuelta del todo.

Esto fue lo que ocurrió por la mañana, y esto es lo que refleja la visión que Belén me vio este día.

La Mezquita de Córdoba representa un monumento muy sólido. Si ella se iba, no por eso se derrumbaba el edificio, pero si que le faltaría una columna, hasta que Dios la repusiera.

Siempre pasa lo mismo: con buenas o malas intenciones, los que no tienen dones tratan de meterle las dudas a quienes los tienen, y al final, todos nos encontramos sin nada. ¡Ojo con esto…! Sólo Dios tiene el derecho de poner y de retirar en alguien el don, nadie más tiene ese derecho, todas las dudas que uno tenga las tiene que resolver con aquel que le dio el don, es decir, Dios. Uno se pone en oración todos los días que haga falta, y tarde o temprano, vendrá la solución.

La mezquita de Córdoba no se hizo en un día. Tampoco el camino de las visiones se ha andado en un solo día. Llevamos trece años, y creo que ya sabemos andar por este camino y dar fruto con ellas, que, en resumen, es de lo que se trata. A mi gustaría tener ese don como lo tiene Raúl y Belén, pero no lo tengo así. Yo tengo visiones cuando a Dios le place dármelas, pero no se me puede consultar por este medio; las veces que me he puesto a ejercerlas de este modo que lo hacen Raúl y Belén, no he visto nada. Y la verdad, poder consultar directamente a Dios con un método tan sencillo, es un privilegio que muy pocos tienen y conocen. Pero estoy convencido que Dios quiere que este sea el camino del futuro. Yo consulto y hago lo que Dios me dice, así la posibilidad de error sólo puede venir en la interpretación; no obstante, hoy, tal como hemos avanzado en este campo, esa posibilidad es casi nula. Antes sí, por que las preguntas no se hacían bien y tampoco sabíamos interpretar las respuestas correctamente. Ahora todo es distinto.

Nota del 18–05–2007: Hoy no tenemos a alguien con visiones a quien preguntar. Raúl tiene casi treinta años y Belén, veintiocho. Viven la fe a su manera, pero las visiones se les fueron. Yo sigo

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igual que antes. Tengo de vez en cuando alguna visión o algún sueño que me dan la pista de lo que está bien o mal, o lo que debo hacer, en ese momento, sobre algo que me preocupa o que esté pensando.

El 12-05-2007, Dios me dio el último sueño que he tenido. Hoy somos 18–05–2007. Pues bien, este sueño me anuncia una nueva era en la publicación de los libros. Debo estar atento a la oportunidad que, con toda seguridad, llegará.

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LOS DINEROS

Pago del impuesto al templo (Mateo, 17:24-27).Pago del impuesto al César. (Mateo, 22:15-22).Ofrenda d la viuda. (Marcos, 12:41-44).El buen samaritano. (Lucas, 10:30-37).El mayordomo infiel. (Lucas, 16:1-13).El rico y Lázaro. (Lucas, 16:19-31).El joven rico. (Lucas, 18:18-30).El juicio final. (Mateo, 25:31-46).El siervo fiel e infiel. (Mateo, 24:45-41).El verdadero tesoro. (Mateo, 6:19-34).Los dos deudores. (Mateo, 18:23-35).El rico necio. (Lucas, 12:13-21).Pedro y Juan en Samaría. (Hechos, 8:18-21).Advertencia a los ricos. (Santiago, 5:1-6).Tesoro en el cielo. (Lucas, 12:32-34).

Vamos a comentar brevemente, lo que nos dicen todos estos pasajes evangélicos referentes a los dineros.

Pago del impuesto al templo. Jesucristo en estos versículos nos dice: -No nos compliquemos la vida exigiendo nuestros derechos.

Podemos ser motivo de escándalo.¿Por que Jesucristo nos muestra esa forma tan extraña de

conseguir el dinero? Simplemente nos está diciendo que confiemos en Él. Él nos puede dar el dinero que necesitamos, del modo más insospechado, milagrosamente…, en la boca de un pez…, de mil formas diferentes.

Pago del impuesto al César.Jesucristo aquí nos dice:

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-Dar a cada cual lo que le corresponde, sin argumentar motivos religiosos o políticos. A Dios lo que es de Dios y al gobierno de la nación, sea el que sea, lo que le corresponde, lo que marca la ley.

Un vasco, en una reunión, dijo: -Yo no puedo pagar el impuesto a un gobierno que ocupa mi

nación y esclaviza a mi pueblo.Adolfo le respondió: -Ya verás como cambias de parecer cuando te hagan ministro de

Hacienda. Esta respuesta era de broma, pero Adolfo tenía mucha razón

Argumentamos mucho a nuestro favor para no pagar, no así cuando es al revés.

Hipócritamente, los judíos fariseos presionan a Jesús, no para que les diga lo que tienen que hacer, sino para mirar de ponerlo en contra de las autoridades de Roma, que en aquel tiempo mandaban y dominaban su nación.

Demos a cada cual lo que le corresponde. Nuestra salvación no va depender de que estemos en una nación que sea libre o esclava, sino de nuestro comportamiento en relación a Dios y a nuestro prójimo.

La ofrenda de la viuda.Jesucristo, en estos versículos nos dice: -Echar el diezmo en el templo no es suficiente ni justo. Los ricos

echan de lo que les sobra, los pobres de lo que necesitan para comer.

Una familia con tres hijos, hoy necesita ciento cincuenta mil pesetas al mes para salir adelante bien. El 10 por ciento son quince mil pesetas.

Quien gana trescientas mil pesetas, echa al tesoro de su iglesia treinta mil; el doble que el primero. Suponiendo que tiene los mismos hijos, a esta familia aún le están sobrando ciento veinte mil pesetas. Es verdad que echa el doble de dinero, pero su esfuerzo es mucho menor.

El que gana cien mil pesetas, solo echa diez mil, pero le están faltando para poder vivir bien, él y su familia, sesenta mil pesetas. Esta familia ya pasará hambre. Sin embargo, la diferencia de dinero en el tesoro sólo es de veinte mil pesetas.

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El que gana trescientas mil, echa treinta mil, y le sobran ciento veinte mil. Este último, que gana cien mil, echa diez mil, pero le faltarán sesenta mil. La verdad, no es justo. Esto es lo que dice Jesucristo: “Si tú, por dar el diezmo a tu iglesia, te crees salvo, te has equivocado. Dios no se identifica con ninguna iglesia. Dios se identifica con los más pobres”.

El buen Samaritano.Jesucristo aquí nos dice: -Ayuda al que te necesita con tiempo y dinero, tal como lo hizo el

Samaritano. No valen excusas; el amor a nuestro prójimo es lo que va a revelar, que de verdad amamos a Dios. Si decimos que amamos a Dios y hacemos lo que hicieron el sacerdote y el levita, no nos va a creer nadie, y Dios tampoco. Tenemos que hacer lo que hizo el samaritano, todo lo demás son juegos de palabras que pueden engañarnos a nosotros y a los demás.

Una frase engañosa que escuché en una predicación fue esta:-El amor al prójimo empieza por uno mismo; así lo dijo

Jesucristo: “Como a ti mismo”.

El mayordomo infiel.La clave de este evangelio está en el versículo 9:-Y yo os digo: haceos amigos por medio de las riquezas injustas,

para que cuando falten, os reciban en las moradas eternas.Dios, en el versículo anterior, elogia la sagacidad del mayordomo

infiel, y en este nos dice: -Ser como fue él, ser inteligentes y sagaces, coger el dinero y

dárselo a los pobres; para que cuando ya no tengáis vida terrena podáis ir al Cielo.

-Dios se identifica con el pobre y esas riquezas sobrantes acumuladas le pertenecen a los pobres. Si lo damos a los pobres nos recibirán en el Cielo; si no lo hacemos, NO.

El versículo 11 nos dice claro: Si no habéis sido fieles con esos dineros sobrantes (riquezas

injustas), Dios no nos va a confiar nada, Dios no va a confiar en nosotros para ninguna misión.

En el versículo 13, remata diciendo:

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No podéis servir a Dios y a las riquezas. Los fariseos eran amantes del dinero y se burlaban de Jesucristo.

Si hoy alguien se atreve a decir estas cosas, es el blanco de todos y el hazmerreír de muchos. Se burlan de él y, además, lo insultan. Lo he comprobado: un día se me comentaba que un pastor evangélico tiene una cadena de hoteles, y que cuando le decían sobre sus riquezas, él siempre respondía:

-Yo, diezmo, ¿tú que?Pues no vale esta respuesta, a pesar de ser bíblica. Esta respuesta

sólo nos lleva a Malaquias, 3:7-12, pero no nos lleva al Nuevo Testamento. Es posible que la organización socioeconómica de antes permitiera que ese proceder fuera justo, pero ya en tiempos de Jesucristo no lo era, y ahora mucho menos.

El rico y Lázaro.Aquí Jesucristo nos dice muy claro: -El rico murió y fue al infierno; el pobre murió y fue al Cielo.Si el rico hubiese dado lo que le sobraba a Lázaro, es muy posible

que ahora estuvieran los dos en el Cielo. En el versículo 25, se le dice al rico:

-Hijo, recuerda que durante tu vida recibiste tus bienes, y Lázaro igualmente males; pero ahora él es consolado aquí y tú estas en agonía.

La justicia de Dios llega. Si antes no la hacemos nosotros aquí, Dios la hará después allí, de eso no nos quepa la menor duda.

El joven rico.El versículo 22 dice: -Vende todo lo que tienes y repártelo entre los pobres, y tendrás

un tesoro en los Cielos; y ven y sígueme.Esta muy claro que Jesucristo no quiere seguidores con riquezas.

Nada le puede encomendar a un rico. Si se fijan, verán que primero exige el desprendimiento de las riquezas, y después viene el seguirle.

Las riquezas han de ser repartidas entre los pobres. No que sean para el marido o para la mujer, o para un hijo, etcétera. No, eso no

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vale. Ese dinero ha de ir a parar a los pobres. En el versículo 25, Jesucristo remacha:

-Por que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el Reino de Dios.

Esto lo dice Jesucristo, no lo dice ningún otro. Si nos llamamos cristianos, quiere decir que seguimos la doctrina de Jesucristo.

El juicio final.-Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para

vosotros desde la fundación del mundo.Versículo 35: -Por que tuve hambre y me disteis de comer, Tuve sed y me

disteis de beber; fui forastero y me recibisteis; estaba desnudo y me vestisteis; enfermo y me visitasteis; en la cárcel y vinisteis a mí.

Versículo 40: -En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos

hermanos míos, aún a los más pequeños, a mí me lo hicisteis.Jesucristo llama hermanos a esos pobres que padecen, y da el

Reino de su Padre (el Cielo) al que socorre a estos hermanos suyos. Recuerdo aquí que estamos hablando del juicio final, es decir,

por lo que vamos a ser juzgados. Nos guste o no, eso va a ser así, vamos a ser juzgados por haber dado el dinero o no haberlo dado a esos pobres que Jesucristo llama sus hermanos.

Si hemos dado, si hemos remediado los males de los pobres, vamos a ir a ese Cielo que Dios nos tiene preparado.

¿Qué pasa entonces con los que no dan tiempo y dinero a los pobres? Veamos el versículo 41 y siguientes:

-…Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno, que fue preparado para el diablo y sus ángeles. Por que tuve hambre y no me disteis de comer; tuve sed y no me disteis de beber…

Ya vemos lo que dice Jesucristo de estos últimos: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno…” Duro, muy duro, pero ese es el Evangelio de Jesucristo. Si te llamas cristiano lee esto y ponlo en práctica. Mucho te juegas con esos dineros que te sobran. O vas al cielo, o te vas al infierno, y eso para toda una eternidad. Eterno es que no se acaba nunca.

Versículo 46:

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-Y estos irán al castigo eterno, y los justos, a la vida eterna.

El siervo fiel e infiel.En esta parábola, Jesucristo nos deja clara una cosa: Él vendrá, y

cuando venga nos pedirá cuentas. Si hemos gastado en hacer el bien nuestros dineros, nos dará un premio; de lo contrario, nos dará un castigo. Todas esas juergas, borracheras, abuso de poder; todo eso es ser infieles al Señor. Haced el bien a los demás, ser sencillos y ayudar a nuestros prójimos es ser fieles al Señor.

Más arriba, en la parábola de los talentos, el Señor nos invita a ser útiles, a trabajar, a rendir. Tenemos que dar cuenta de los talentos recibidos. La holgazanería, el miedo, los prejuicios, no nos servirán como excusa. Dios es muy exigente, a la par que muy misericordioso. Admite la equivocación, incluso el pecado, a cambio de reconocer el mal y pedir perdón. Él sabe que somos débiles, pero el camino hay que andar

El verdadero tesoro.No acumuléis tesoros en la tierra…, acumulaos tesoros en el

cielo…, Por que donde esté tu tesoro allí estará también tu corazón.(24) -No podéis servir a Dios y a las riquezas. En la tierra hay dos señores: Dios y las riquezas. O bien

buscamos y servimos a Dios, o servimos y buscamos las riquezas. Donde tengamos nuestro tesoro, allí va a estar nuestro corazón. Si lo ponemos en las riquezas de la Tierra, no vamos a poder pisar el Cielo. Sin embargo, si esas riquezas las usamos para bien de nuestros semejantes, ya estamos haciendo y acumulando ese tesoro en el Cielo. La verdad es que no hay otra forma de hacerlo, las riquezas se han de gastar aquí, en la Tierra, con los pobres, para que nos sirvan allí en el Cielo.

Los dos deudores.-… Ten paciencia conmigo y te pagaré.Dios, siempre que le pedimos perdón, nos perdona. Nosotros

también tenemos que hacer lo mismo. El padre nuestro dice:

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“Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores”.

Nosotros tenemos que perdonar primero a nuestros semejantes, para que después el Señor nos perdone a nosotros. Tengamos compasión y perdonemos a nuestros deudores.

En el versículo 32–33 dice:-Siervo malvado, te perdoné toda aquella deuda por que me lo

suplicaste. ¿No deberías tú también haberte compadecido de tu consiervo, así como yo me compadecí de ti?

Y en el versículo 34 añade: -Y enfurecido su señor, lo entregó a los verdugos hasta que

pagara todo lo que debía.

El rico necio.Versículo 20. Pero Dios le dijo: -¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; y ahora,

¿para quien será lo que has provisto?(21)-Así es el que atesora para sí, y no es rico para con Dios. Ya hemos visto que ser rico para con Dios, es gastar nuestras

riquezas ayudando a los más pobres, pues Dios se identifica con los pobres.

Muy necios seremos si morimos con muchos bienes materiales y no hemos repartido a los pobres mientras aún podíamos hacerlo en vida. Necios del todo seremos, con toda seguridad.

El hombre sabio es aquel que acumula tesoros en el Cielo, el que reparte a los pobres. No hay otra manera de ser sabio en este mundo.

Pedro y Juan en Samaría.(18) Cuando Simón (el mago) vio que el Espíritu se daba por la

imposición de manos de los apóstoles, les ofreció dinero…(20) Entonces Pedro le dijo: -Que tu plata perezca contigo, por que pensaste que podías

obtener el don de Dios con dinero.

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Como Simón el mago, pensamos muchos de nosotros. El que tiene mucho dinero está acostumbrado a comprarlo todo y cree que también puede comprar a Dios. No, no es así, a Dios sólo se le compra haciendo su voluntad, cumpliendo sus mandamientos y repartiendo a los más pobres. No hay otro camino, no busque más atajos, no los hay. La plata solo sirve aquí en la Tierra, pero si la usamos bien también puede servirnos para ir al Cielo; si no lo hacemos como Dios manda, aquí se queda la plata y nosotros habremos perdido nuestra oportunidad.

Advertencia a los ricos.Esta epístola se debe leer con detenimiento y con espíritu de

reflexión. -¡Oíd ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que vienen

sobre vosotros. Vuestras riquezas se han podrido y vuestras ropas están comidas de polilla. Vuestro oro y vuestra plata se han enmohecido, su moho será un testigo contra vosotros y consumirá vuestra carne como fuego.

Si dejamos que las riquezas estén mucho tiempo con nosotros sin repartirlas a los pobres, estas mismas se vuelven contra nosotros. Si las repartimos mientras aún tenemos vida se volverán a nuestro favor.

No seamos necios, seamos inteligentes; ofrezcamos, repartamos, mandemos dinero a África, aquí y allá, allí donde haya necesidad.

Tesoro en el cielo.(33) -Vende lo que posees y dad limosna; haceos bolsas que no se

envejecen, tesoro en los cielos que no se agote, a donde el ladrón no se acerca, ni la polilla corroe.

(34) Por que donde está vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón.

En el versículo 33, Jesucristo nos pide que seamos sabios e inteligentes, dice así:

-Vended lo que poseéis y dad limosna…No podemos seguir acumulando riquezas y seguir diciendo que

somos sabios e inteligentes. Somos unos auténticos necios y vamos

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derechos al infierno. Sin embargo, si hacemos lo que nos dice Jesucristo somos sabios y vamos derechos al Cielo.

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LA ECONOMÍA DE LAS IGLESIAS

Orgiva, 06-01-1998.Job, 28:1 dice:

-Ciertamente, la plata tiene sus veneros y el oro, lugar donde se refina.

Yo, esta madrugada al final de la oración, le dije a Dios: -Si quieres tú que escriba un artículo así, sobre la economía de las

iglesias, tienes que mostrarme lo siguiente: Cuando abra la Biblia y fije la vista en ella, lo que diga tiene que hablar de dinero; si no es así, entenderé que no debo escribirlo.

Le di varias vueltas a la Biblia con los ojos cerrados y, sin saber si estaba del as o del revés, la abrí. Cuando la tuve abierta, fijé la vista sobre el centro de la página derecha y vi: Job, 28:1.

Estaba claro que sí, que debía escribir semejante artículo. Además de esto, yo quería pedir una visión para confirmarlo, pero por otro lado no quería pedirla pues parecía que dudaba del método elegido. Además, en los últimos tiempos, Dios nos está confirmando más y más en la seguridad del método elegido por Él para comunicarnos lo que quiere decirnos sin necesidad de tanta comprobación. Hace un momento, mi hija Belén ha venido y me ha dicho:

-Hace un ratito he tenido una visión. La verdad es que no sé para qué es ni lo que significa. Yo no la he pedido ni nada semejante.

Yo le he dicho:-Dímela, por que yo he estado dudando sobre pedir una visión.

Tal vez Dios me la envía para quitarme la duda.¿Por qué va a ser para ti? -preguntó Belén.Una vez –ledije- estando yo en Zaragoza, tuve una visión donde

salía un helicóptero. Yo dije algo similar a lo que tú acabas de decirme. Una monja que se encontraba presente me dijo: “Esa visión es para mí, pues estoy planteándome el salirme de la congregación a la que pertenezco”.

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Mi hija Belén me ha dicho la visión: Cinco parejas, besándose, estaban más o menos cerca unas de otras, desaparecía alguna, pero luego reaparecía otra. Todos eran blancos y sus vestidos eran blancos.

-¡¿Tú ves…?! -Le dije- me vale esta visión, creo es para mí. Todo es blanco, y las parejas besándose simbolizan el amor que se tienen entre sí. Es el sistema del amor que vino Jesucristo a poner en la tierra, reformando la ley.

Ella dijo:Las parejas pueden ser las diferentes iglesias, algunas

desaparecerán a raíz del artículo, pero otras reaparecerán.-Tal vez sea así. -dije yo.Toda la oración de esta madrugada ha sido dedicada a la

economía de las iglesias, y ha sido sin yo quererlo. Intentaba desechar el tema, pero Dios me lo volvía a poner de inmediato. ¿Por qué? Pienso que Dios ama mucho a todas las iglesias, y siente más que nosotros las divisiones que en ellas se producen a causa de los dineros.

Yo siento mucho lo que ha pasado en la Iglesia evangélica de Granada, donde yo voy; lo siento de veras. La mitad (o más) de sus miembros se han marchado, tal vez más de cien. La razón principal, parece ser, es el método empleado para la economía. Todos son gente muy buena, tanto el pastor como los otros dos o tres que llevan la economía, la verdad es que son gente muy buena y maravillosa. Igualmente lo son todos los que se han marchado, entonces: ¿qué es lo que ha fallado? Yo aseguraría que es el método empleado. Hace unos tres años, escribí un artículo sobre el método que empleó esta iglesia para recaudar dinero, para la reforma del local que ahora tenemos. Lo titulaba: “¿Se empleó el peor de los métodos?” Pues bien, en aquel artículo decía que no era el peor, pero tampoco el mejor. Hoy, a la vista de lo sucedido, creo que tenía razón de ser aquel artículo, y también el que Dios me insista para que escriba sobre este asunto.

Voy a comenzar por los recuerdos de mi niñez:Recuerdo que en Dúrcal, pueblo donde yo nací, había un

sacerdote que quiso poner bancos en la iglesia. Antes de esto, cada persona, si quería estar sentada tenía que llevar su silla. Sólo había

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unos cuantos bancos en lo alto de la iglesia, que no superaban la docena. Los solíamos ocupar los miembros de Acción Católica o los de Adoración Nocturna. En días señalados, estos bancos se les reservaban a las autoridades. El poner bancos era una necesidad sin lugar a dudas. Una iglesia que tiene un aforo para unas setecientas personas o más, sólo unas cincuenta podían estar sentadas.

El método empleado para conseguir el dinero para comprar los bancos fue el habitual: pedir dinero a los feligreses. El dinero debió de ir llegando, pero se ve que era insuficiente, y es que en aquellos años había en el pueblo de Dúrcal bastante hambre, eran los años: 1947 al 1955. Un día, el cura dijo:

-Los nombres de los que NO hayan dado dinero para comprar los bancos los pondremos en el cancel de la iglesia, los leéis, y cuando veáis a una persona sentada en un banco de los que no han dado dinero para ellos, los echáis y los hacéis levantar, no tienen derecho a sentarse.

Yo estaba pequeño, pero estas palabras se me grabaron en el corazón, y seguramente también en el cerebro, por ser injustas a todas luces. Creo que las he repetido exactas, tal como el cura las dijo, si alguien más las recuerda, verá que digo verdad. No hay derecho a que estas cosas se hagan así.

Otro caso de antiguo: Yo entonces era aspirante a joven de acción católica. Mi hermano mayor me lleva trece años y él era presidente de los jóvenes de Acción Católica. Cada año se rendían cuentas de la marcha de la economía. A la hora de rendir cuentas, el tesorero tenía las cuentas, pero no tenía el dinero; se lo había gastado. Recuerdo bien los esfuerzos de mi hermano, por que este escándalo no saliera a la luz. Retrasó la presentación de las cuentas, habló con gentes para ver si podían prestarle el dinero, etcétera. Al final, medio lo consiguió. Poca gente se enteró de lo que había pasado. Una vez repuesto el dinero, se presentaron las cuentas y se nombró un nuevo tesorero.

Cosas más recientes: en Orgiva, yo estuve dos años presidiendo la Junta Económica de la iglesia. Esta estaba formada por un grupo de hombres y mujeres: el cura, el presidente, secretario, tesorero y dos vocales. Las decisiones se tomaban por votación y la mayoría ganaba. Yo siempre perdí. Mis ideas nunca fueron aceptadas y por

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eso presenté mi dimisión irrevocable. El método era bueno, aunque mejorable. Para sacar dinero de la cuenta corriente, tenían que firmar tres de los componentes del grupo. El párroco siempre era uno de ellos; los otros podían cambiar. El dinero que se ingresaba era por dos conceptos principales: lo que se recogía con el cestillo en las misas y lo del encendido de velas. Había algún extra.

En la iglesia evangélica de Granada, parece ser que se hace de esta otra forma: La gente da el diezmo directamente al pastor. También se recoge en los cestillos durante el culto, alguna vez se recogió para los niños pobres de Colombia. Este método se ha revelado malo y ha dividido a la iglesia. Más de cien miembros se han marchado y eso duele, y, además, abre la puerta a futuras rupturas y sospechas.

Veamos ahora como debe hacerse la recogida de dinero: en todas las iglesias, digo todas; en un lugar bien visible y de fácil acceso, que esté cerca de la entrada, debe ponerse un buzón o arca, con una ranura y un letrero que diga: “Ofrenda y diezmo”. Y otro buzón que diga: “Ofrenda para los pobres”. Una junta, como había en Orgiva, donde esté incluido el pastor o sacerdote, contarán el dinero recaudado al final de los cultos, se anotará en un libro y, posteriormente, se ingresará en el banco. Se hará lo mismo para el buzón de los pobres. Si hay más dinero del necesario para el culto, el sobrante se pasará a la cuenta de los pobres, nunca al contrario. Primero deben ser los pobres.

-Si me disteis de comer…-Si me disteis de beber…-Esa mujer ha echado más que todos esos, ella ha echado de lo

que tenía para comer, y todos esos han echado de lo que les sobra.El diezmo: Malaquías 3:7-12. Este es el texto bíblico que se pone

siempre para exigir el diezmo a todos, según sus ganancias. Esto en sí es injusto a todas luces. En el versículo 10 de este mismo texto dice:

Traer todo el diezmo al alfolí para que haya alimento en mi casa…

La razón última del diezmo es cubrir los gastos de alimento para los pastores o sacerdotes, tanto de alimento como de abrigo. Además de los gastos de locales y demás. Esto es lógico que se cubra, pues,

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de lo contrario, no tendríamos pastores predicando ni locales de culto.

Dicho esto vamos a ver lo que dice Jesucristo al respecto:(Lucas 21:3-4): -En verdad os digo que esta viuda tan pobre echó más que todos

ellos, por que todos ellos echaron en la ofrenda de lo que les sobraba, pero ella, de su pobreza echó todo lo que tenía para vivir.

Este texto nos dice lo siguiente: “El que echa de lo que le sobra, siempre echa mucho menos. El que echa de lo que le falta para poder vivir, por poco eche, echa mucho más. Y es que aquella viuda ahora pasaría un poco más de hambre.

Ejemplo: Dos empleados trabajan, y cada uno gana doscientas mil pesetas al mes. Uno de ellos tiene esposa y cinco hijos. Si echa el diezmo (veinte mil pesetas), le quedarán ciento ochenta mil. De esta manera tal vez le falte para poder sacar su familia adelante.

El otro trabajador está soltero. Echa de diezmo lo mismo, veinte mil pesetas. De seguro le sobrarán ochenta mil pesetas, ya que sus gastos pueden ser cubiertos perfectamente con cien mil. Los dos ganan lo mismo, pero los gastos del uno son mucho mayores que los del otro.

Otro ejemplo: un trabajador gana, cinto treinta mil pesetas, y tiene tres hijos. Hoy, 1998, se verá con muchas dificultades para sacar su familia adelante. ¿Tenemos derecho a exigirle que eche el diezmo, (trece mil pesetas), y que pase hambre él y su familia? Yo creo que no, no es justo.

Hoy hay pensiones de cincuenta y seis mil pesetas, con las cuales tienen que vivir dos personas. ¿Es justo exigirles que den para el diezmo cinco mil seiscientas pesetas? No, no es justo, aunque lo diga la Biblia. No todo lo que dice la Biblia es aplicable en los momentos actuales; eso lo veremos después. Jesús dice:

-¡Ese echó mucho más! Es por eso que todos debemos colaborar en el mantenimiento del

culto a Dios y el mantenimiento de los sacerdotes o pastores, y demás gastos adicionales, pero cada cual tiene que plantearse en conciencia, la cantidad con la que puede y debe colaborar en él.

Algunos que ganan doscientas mil pesetas, puede que deban echar cuarenta mil, y otros que ganan lo mismo sólo podrán echar

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cinco mil para estar más o menos igualados. Eso es lo que significa: “¡Esa echó mas que aquellos!”. Todos tenemos que dar a los pobres y también para mantener el culto, pero cada cual tiene que ver el cuanto, según su conciencia. Es por eso que todo esto debe hacerse en el más absoluto secreto. Sobres cerrados y sin nombres y a un buzón o arca. Esto evita el que unos se sientan más importantes que otros, además los pastores o sacerdotes les estarán a todos agradecidos por igual. Si no se hace así, siempre habrá problemas.

Las cuentas. Deben ponerse en lugar bien visible y por escrito todas las entradas y salidas, y dentro de lo posible, especificando los gastos con cierto detalle. Esto debe exponerse en un tablón de anuncios. Al menos, dos veces al año deben tenerse los libros de las cuentas y la libreta del banco a disposición de aquellos que quieran examinarlos. Esta claridad es muy necesaria para evitar dudas y sospechas. Todo esto se anunciará de palabra, igualmente, dos veces al año como mínimo.

El sueldo de los pastores. Se le asignará un sueldo con arreglo a sus necesidades. Si es casado y tiene hijos, se le dará más, y si es soltero y sin hijos, se le dará menos. Esto debe decirlo la Junta Económica, visto el informe que haga el sacerdote o el pastor de esa iglesia. Todos los feligreses deben saber lo que cobra el pastor. Si tiene otros trabajos en otros sitios y le entra dinero de otro lado, habrá de tenerse en cuenta. Si hay más gastos por desplazamientos u otras cosas, también esto se deberá tener en cuenta.

Mi amigo Paco, que es cura en Málaga, me dijo el otro día: -En la parroquia de antes me suplementaban con treinta mil

pesetas; ahora, sólo cobro lo que el Estado me da, esto es; cincuenta y dos mil pesetas. Esta parroquia es muy humilde y pobre, no puede ser de otra manera. El coche que tengo es viejo, si tiene averías gordas, tendré que prescindir de él.

Mi amigo se ha adaptado a las circunstancias sin quejas y humildemente, como cualquier obrero que se queda sin horas extra o en un trabajo menos remunerado.

Yo llevo seis años que no cubro gastos, en estos seis años nos hemos comido el dinero del piso que vendimos en Orgiva, y ahora tengo otro piso, el de Motril, puesto en venta, pues el dinero se está acabando. En todos estos años, hemos seguido dando dinero a los

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pobres y también algo para el culto, pero ya no daré más para el culto, ni creo que tenga que dar más. Si que haría aún algún esfuerzo más, para evitar que los que se estén muriendo de hambre, pasaran un poco menos, nunca para lujos de culto.

Cuando estuve el domingo pasado hablando con el secretario de la economía de esta Iglesia evangélica de Granada, me dijo:

-Sí, ahora tenemos un superávit de cinco millones de pesetas, si quieres ver los libros, los tengo aquí, y también la libreta del banco.

-No, no he venido para eso -le contesté-. He venido para darte este dinero para los niños pobres de Colombia.

-Es verdad -me dijo-, que pronto tenemos que pagar un millón por… (la verdad es que no recuerdo para qué era ese pago).

A pesar de ese pago que había que hacer pronto, aún había cuatro millones de superávit. No podemos amontonar dinero del diezmo, alegando que eso es así y es bíblico; debemos encauzar todas esas energías sobrantes hacia los pobres. Debo recordar aquí que muchos de ellos se mueren de hambre. Como hemos visto antes, Dios nos va a pedir cuentas de esta hambre más que del diezmo.

En Mateo, 25:31-46, Jesucristo nos deja muy claro por lo que vamos a ser juzgados: vamos a ser juzgados por lo que hayamos dado a los pobres, no por el diezmo.

No se si todo esto va quedando suficientemente claro, pero yo voy haciendo lo que puedo y lo que Dios me va iluminando.

Veamos otro texto, Mateo, 6:2–4. El versículo 3 dice: -Pero tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano derecha lo

que da tu izquierda.Así es como siempre lo hemos venido haciendo nosotros, salvo

en esta Iglesia evangélica de Granada, que tuvimos que apuntarnos y decir la cantidad que íbamos a dar cada mes para los niños de Colombia. Antes lo dábamos a Manos Unidas. Lo ingresábamos en una cuenta bancaria y nadie sabía nada.

Veamos un ejemplo de cómo hay momentos en que hay que reformar los métodos establecidos para conseguir el fin propuesto.

Segunda Reyes, 12:4–12: el rey de Judá, Joas, impone el sistema del arca para poder reparar el templo, por que los sacerdotes se quedaban el dinero y el templo no se reparaba. Lean todos estos versículos.

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En Deuteronomio, 25:11-12 dice: -Si dos hombres luchan entre si, un hombre y su conciudadano, y

la mujer de uno se acerca para librar a su marido de la mano del que lo golpea, y ella extiende su mano y agarra sus partes vergonzosas. Entonces le cortarás la mano, no tendrás piedad.

-Yo te pregunto: ¿Tú harías esto hoy por que lo dice la Biblia?-No, seguro que no. Jesucristo nos dice: en Juan 8:1-11.-El que esté libre de pecado tire la primera piedra…-Vete y no peques más.Por la ley escrita en la Biblia, debería morir la mujer y también el

hombre, en caso de adulterio. Jesucristo nos dice: Perdona siempre, hay que imponer el sistema del amor, solo Dios tiene derecho a juzgar y condenar. Jesucristo nos dice:

-Amar a vuestros enemigos. -Poner la otra mejilla.No podemos imponer un sistema represivo simplemente por que

lo dice la Biblia. Pudo, y de seguro sirvió en su tiempo, pero hoy hemos de reformar todo aquello que es injusto, y el sistema del diezmo lo es en la actualidad. Los ejemplos expuestos antes son una muestra de lo injusto de tal sistema.

Debemos leer y poner en práctica la epístola de Santiago 2: 14-17, la parábola del Samaritano y el rico y el pobre Lázaro.

Jesucristo puso el mandamiento del amor por encima de la ley escrita. La verdad es que no les gustó a los sacerdotes que mandaban en su tiempo. Tal vez ahora tampoco guste esto.

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EL SECRETO DE LA FELICIDAD

Orgiva, 30:08-1995Deuteronomio 5:29 dice:

-¡Oh, si ellos tuvieran tal corazón que me temieran, y guardaran siempre todos mis mandamientos para que les fuera bien a ellos y a sus hijos para siempre!

Deuteronomio, 6:24:Y el Señor nos mandó que observáramos todos estos estatutos, y

que temiéramos siempre al Señor nuestro Dios, para nuestro bien, y para preservarnos la vida como hasta hoy.

(25) Y habrá justicia para nosotros si nos cuidamos en observar todos

estos mandamientos delante del Señor nuestro Dios, tal como él nos ha mandado.

Ya vemos que el fin primordial de obedecer las leyes de Dios es que el hombre pueda ser feliz en la Tierra. Es verdad que para ello debe renunciar a vicios, gustos y costumbres que antes le eran permitidos, al no conocer las leyes de Dios. El precio puede parecer alto, pero lo que se nos da es mucho más de lo que nosotros aportamos. Se nos da felicidad en la tierra y una vida eterna plena. Dios se compromete con aquel que le sigue y cumple sus mandamientos. Me recuerda uno de los últimos sueños que he tenido, “Dios me ama” (01-07-2005). En el mismo momento en que tuve el sueño, me desperté y escuché la voz de Dios que me decía:

-Tal como tú has defendido en el sueño a tu hijo, así te defenderé yo a ti, estés donde estés. No temas a nadie, tú eres mi hijo y te defenderé siempre, como tú has defendido al tuyo…

Ya vemos que Dios no regatea esfuerzos en defender a los suyos y aquí radica el secreto de la felicidad. Tenemos el mejor defensor y el mejor amigo; el mejor padre y el mejor hermano. Podemos y debemos vivir alegres, muy alegres, contentos, muy contentos. Dios nos ama y eso basta. Es verdad que habrá dificultades en la vida,

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pero Dios está detrás de nosotros para apoyarnos y sacarnos de las dificultades. No debemos olvidar que nosotros primero tenemos que cumplir todos sus mandatos, todos sus mandamientos. Una cosa es decir: “Yo tengo a Dios conmigo” y otra es que realmente lo tengas. Yo recuerdo que cuando comenzó la guerra de Irak, tanto el presidente de Irak como el presidente de Estados Unidos decían lo mismo: “Yo tengo a Dios conmigo”. Incluso, el americano llegó a decir más tarde que Dios le había dicho que iniciara esa guerra. Yo lo que creo es que ninguno tenía a Dios con él, y sólo buscaban encubrir sus debilidades y deseos mundanos de gloria, a costa de destruir y matar a montones de personas inocentes.

Deuteronomio 7:12 dice:-Y sucederá que por que escuchas estos juicios y los guardas y

los pones por obra, el Señor tu Dios guardará su pacto contigo y su misericordia que juró a tus padres. Y te amará y te bendecirá y te multiplicará…

Debemos también leer el salmo 23 de David. El Señor es mi pastor.

La paz de Cristo: (Juan, 14:27): -La paz os dejo, mi paz os doy, no os la doy como el mundo la da.

No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo.Ya vemos que Dios nos quita todos los miedos y nos da la paz.

No como la da el mundo; diferente, pero más duradera, mejor, más metida en el fondo del ser humano. Es posible tener paz incluso en medio de las mayores persecuciones, es el interior del hombre el que percibe esa paz duradera y profunda.

La verdadera dicha Lucas, 11:27-28):-Y sucedió que mientras decía estas cosas, una de as mujeres en

la multitud alzó la voz, y le dijo: -¡Dichosa la matriz que te concibió y los senos que te criaron!-Pero Él dijo: Al contrario, dichosos los que oyen la palabra de Dios y la

guardan.La verdad es que era un piropo muy bonito el de aquella mujer,

Jesucristo se tenía que sentir orgulloso de su madre y de Él, pero no fue así. Jesucristo apuntó al sitio donde todos debemos estar para ser dichosos; Esto es: Cumpliendo todos los mandamientos de la ley de

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Dios. Guardando sus mandamientos, entonces si que seremos dichosos y viviremos felices tanto en esta Tierra como en el Cielo.

El amor verdadero y su recompensa. Lucas, (6:27-36):Leer con detenimiento todos estos versículos y veremos que la

clave de la felicidad está en que Dios llegue a reinar en nosotros, a poseernos completamente, y esto de tal menara que ya no podamos hacer el mal a nadie, ni siquiera a nosotros mismos. Ya es Dios quien obra en nosotros y es Él el que se ha encargado de limpiarnos del todo.

Juan, 16:13 dice:Pero cuando Él, el espíritu de verdad venga, os guiará a toda la

verdad, por que no hablará por su propia cuenta, si no que hablará todo lo que oiga; y os hará saber lo que habrá de venir.

Ya vemos que nos guiará a toda la verdad. La posibilidad de error es nula. Si poseemos toda la verdad es difícil equivocarse. Aquí lo importante es estar seguros de que estamos llenos del Espíritu Santo. También sabremos lo que habrá de venir; es decir, seremos profetas. La verdad es que en estos años, a través de los sueños, el Señor ha revelado muchas cosas, cosas del futuro por acontecer, y que yo estoy seguro que no se modificarán, a no ser que el hombre cambie, y en vez de ser un demonio, se vuelva un ángel. El libro Lo que Dios me dijo contiene todas estas revelaciones.

Juan 17:23–26 dice: -Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfeccionados en unidad,

para que el mundo sepa que tú me enviaste, y que los amaste tal como me has amado a mí.

Ya vemos como Jesucristo nos dice que el Padre nos ama como lo ha amado a Él. Es muy importante el que nos metamos en la cabeza esta verdad: que Dios nos ama más que nosotros amamos a nuestros hijos, hermanos o padres. Sin esta verdad dentro de uno es muy difícil seguir adelante cumpliendo todos los mandamientos de la Ley de Dios. Dios nos ama, a pesar de todo lo que nos rodea, eso es así, incluso cuando parezca que todo se viene abajo en la vida, Dios nos ama siempre y está con nosotros, dándonos la mejor salida en esta vida y apuntando el que disfrutemos con Él por una eternidad.

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Juan, 14:23 dice: -Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre lo amará y

vendremos a él y haremos con él morada.Nosotros, primero, guardamos su palabra; después, Dios viene y

mora en nosotros, nos guarda y nos libra de todo mal.Primera Pedro, 3:8-12 dice: El secreto de la vida feliz:En conclusión, ser todos de un mismo sentir: compasivos,

fraternales, misericordiosos y de espíritu humilde, no devolviendo mal por mal, o insulto por insulto, sino más bien bendiciendo, por que fuisteis llamados con el propósito de heredad bendición. Pues el que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua del mal y sus labios no hablen engaño. Apártese del mal y haga el bien: busque la paz y sígala. Por que los ojos del Señor están sobre los justos y sus oídos, atentos a sus oraciones: Pero el rostro del Señor está contra los que hacen el mal.

Ya vemos que el secreto para ser feliz es hacer la voluntad de Dios. Nunca devolver mal por mal, siempre hacer el bien, incluso a nuestros enemigos. Es así como podemos asegurar la permanencia de Dios en nosotros en esta vida y también en la otra.

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ÚLTIMAS COMUNICACIONES CON DIOS

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LA PINTA ROJA

Orgiva, 25:05-2006Yo fui a manosear a mi esposa, pero ella no quería, insistí y fue entonces cuando tuve esta visión: una pinta roja.

Me quedé quieto y decidí no seguir. Entonces, vi un dedo, que se posaba encima de la pinta roja y la quitaba.

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EL DEPÓSITO DE AGUA

Orgiva, 02:06-2006Visión: Un depósito de agua, que estaba casi lleno, tenía una goma puesta por encima, y de esta goma salía un chorro de agua que caía al estanque. El estanque se fue llenando hasta que comenzó a rebosar. Cuando el agua rebosaba, la goma se salió sola.

Esta visión fue retenida y me llenó de alegría. ¿Estaré lleno completamente de la gracia de Dios?

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LA CONDUCCIÓN PARA EL AGUA

Orgiva, 22:12-2006Esta pasada noche he tenido un sueño: yo estaba un poco alejado en el campo. Mucha gente que tenía sotanas negras (curas) estaban haciendo una zanja e iban metiendo una tubería para el agua.

Otros (estos eran menos) iban vestidos de marrón (frailes), e iban tapando la tubería.

Yo me acerqué, y vi que eran dos tuberías unidas por una goma flexible. Esta goma flexible tenía unos diez centímetros y sujetaba a ambas tuberías en los empalmes. Las tuberías iban encajadas una dentro de la otra en los empalmes. Me di cuenta que, al echarle la tierra, algunos de los empalmes se salían. Entonces fue cuando le dije a la masa de luz:

-No lo hacen bien, en unos lados sobra tierra por abajo y eso hace que las gomas se suban y se salgan del empalme. Sin embargo, en otros empalmes falta tierra por abajo, e igualmente los empalmes se salen. La tierra tiene que estar plana por abajo y por arriba del empalme para que las gomas no se salgan.

-Bien -me dijo la masa de luz- cógete algunos que te ayuden y tú vas echando la tierra en los empalmes.

Yo cogí a dos hombres vestidos de frailes que iban con las palas, y les dije donde tenían que echar más tierra y donde quitar. me dediqué a hacer los empalmes de las gomas. Así todo iba quedando bien.

La masa de luz siempre avanzaba, a la par que se iba haciendo la zanja y se iba poniendo la tubería.

Cambia la escena:Hay una fiesta en una nave muy grande. Todos estamos allí,

cantando: -Enséñanos, Señor… Ayúdanos, Señor… Sólo decíamos estas dos frases. La masa de luz está en el centro y los curas la rodean

completamente, hasta el punto que hay cierta tirantez entre algunos

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curas y algunos frailes que intentan acercarse. A poco, la masa de luz les ordena a los curas que se marchen, y todos los curas se marchan. Sólo quedamos los frailes y yo. A poco, estos también comienzan a irse, hasta que sólo quedamos los dos frailes que me ayudaron y yo.

Análisis del sueño:Esa tubería es para llevar la gracia de Dios. Los curas, que son

muchos, han hecho la mayor parte del trabajo. Los frailes, que son menos, han colaborado en el enterramiento de la tubería. Otros dos frailes, y yo mismo, hemos terminado de ponerla a punto resolviendo la papeleta de poner la tubería para que pueda llevar el agua (gracia de Dios) a toda la humanidad. Este es en resumen de la primera parte.

La segunda parte, parece, o da a entender el sueño, que los curas quieren acaparar a Dios y no nos dejan a los otros, que también hemos colaborado, acercarnos. Dios los despide para que también los frailes, y yo mismo, podamos disfrutar de la presencia de Dios.

Dios está representado en la masa de luz. La luz no es muy brillante y se va desplazando a todo lo largo de la tubería, dando las órdenes a los que trabajan en su obra. Dios, a través de los siglos, ha vigilado y dispuesto todo lo necesario para que este final llegue.

Sólo a mí se me dice que escoja los obreros necesarios, y les de las órdenes oportunas para terminar bien ese trabajo. A los otros era Dios quien les daba las órdenes directamente.

Lo extraño de esta tubería es que eran dos. Una poco gruesa y otra mas gruesa, y se unían ambas en los empalmes por una goma flexible. De hecho, el contenido de una tubería y otra nunca se unen, sólo se sujetan en los empalmes la una con la otra. Era un trabajo delicado el ajustar los empalmes, por que no venía totalmente pegada, solo había que ajustarla y si no estaba el terreno totalmente llano en los empalmes, las gomas se salían cada una por su lado.

Esto indica lo delicado que es el ajustar bien las distintas interpretaciones que se hacen del Evangelio. Al final, con la ayuda de los dos monjes, lo conseguimos. Dios actuará en todos nosotros

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para que todo quede bien y su gracia pueda llegar a todos las personas de este mundo.

Este sueño me llena de alegría. Todo parece estar concluido, acabado y terminado.

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LOS RETRASOS

Orgiva, 25:12-2006Esta pasada noche he tenido un sueño: estaba intentando recoger el carné de conducir; todos iban pasando y los iban recogiendo. A mí no me llamaban; entré en la oficina y pregunté por mi carné. Allí había una muchacha joven que me dijo:

-Ya es la hora de cerrar y yo me voy. Venga otro día.Cambia la escena.Estamos muchas personas esperando que lleguen familiares que

vienen de Francia. Los familiares van llegando, pero mi esposa no llega. Fui a preguntar en el cuarto del zapatero; allí me dijeron que no sabían nada. Ya todos habían llegado, menos mi esposa. A poco apareció ella por lo alto de Balina; venía carretera abajo, subida en un patinete. Cuando llegó donde yo estaba, me dijo:

-Es que yo he venido en patinete y me ha costado mucho cruzar los Pirineos.

Análisis del sueño:Por mi parte, parece que todo lo tengo terminado, pero tengo que

esperar a otros para que me den lo que necesito (carné de conducir).Otros me lo tienen que dar, yo no puedo hacerlo por mi cuenta.Es la impresión que tengo con la publicación de los libros.El libro de naturismo lleva un mes puesto a la venta en Internet,

pero yo todavía no se su precio en papel.El libro: El poder de la oración ya debía estar a la venta, pero aún

no ha salido y nada se me ha dicho.El libro: Lo que Dios me dijo, lo envié ya corregido, hace de esto

cinco días. Les dije me comunicaran si lo habían recibido bien. Aún no he obtenido respuesta.

Por la segunda parte del sueño, creo que Dios consiente estos retrasos, pues mi esposa aún no está preparada. No viene en coche,

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que sería lo normal. El viaje es largo (Francia) y viene en un patinete, con retraso.

Dios, con este sueño, me pide paciencia. Todo se solucionará y los libros se publicarán; mi esposa llegará y todo terminará como Dios quiere.

Yo ahora voy a ir metiendo en el ordenador este cuarto libro.

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LA HORMIGA QUE ANDABA POR EL CRISTAL

Orgiva, 23:01-2007Hace cosa de unos veinte días, tuve una visión: una hormiga andaba por el cristal de una mesa camilla.

Destacaba su soledad y su vulnerabilidad. Cualquiera podía verla y matarla. Tampoco se podía salir de allí, aunque de esto último no estoy tan seguro.

¿Soy yo esa hormiga? Seguro que sí. Sólo cuento con la ayuda de Dios.

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LOS DOS AGUJEROS

Orgiva, 26:01-2007Hoy, a las nueve de la mañana, he tenido una visión: un espacio pequeño de tierra y arena; esta estaba aplastada y tenía bordes. Dentro de este espacio, había dos agujeros que estaban bastante separados el uno del otro. Entró bastante agua limpia y cristalina, uno de los agujeros se taponó con tierra y arena; el agua se iba por el otro agujero.

La visión fue muy retenida.Llevo bastantes días dándole vueltas a lo de los libros, sobre todo

al libro de naturismo que lleva en Internet más de un mes. Le decía a mi esposa: -No puede ser que sólo una persona se haya bajado el libro para

leerlo, pues ha habido algunos amigos y pacientes que me han dicho que se lo bajarían.

También por que recibí un mail de la editorial, enviándome la contraseña (Paswoh). Según decía el mensaje, yo se lo había pedido, pero yo no les había pedido nada. Esto me hace pensar que alguien lo había hecho usando mi correo electrónico. Esto es lo que tal vez expresa la visión: han taponado mi agujero y toda la información les llega a otros por el otro agujero. Esta visión me lo confirma. Dios así lo quiere y yo así lo acepto. No haré nada hasta que el libro Lo que Dios me dijo esté publicado en Internet. Después, veré de aclarar este asunto. Supongo que todo quedará aclarado con el tiempo.

Que Dios nos bendiga a todos.

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LA CAJA FUERTE DORADA

Orgiva, 06:02-2007Esta mañana, a eso de las ocho y media, estando acostado, he tenido una visión: una caja fuerte dorada. Era muy robusta. Le di a la llave para abrirla y la caja comenzó a echar humo. También se iba deformando hacia delante, abombándose y amenazando con encerrar dentro la llave de la caja. Yo le di al mando de los números, pero no sirvió: la caja seguía echando humo; eso sí, se paró el abombamiento y no ocultó la llave. Yo me quedé mirando la caja y todo sorprendido dije:

-Está muy caliente, está echando humo. Mejor no tocar hasta que se enfríe.

No pude abrirla. Me veía a mi mismo y también a la caja. Mi oración esta mañana versó sobre los libros y mi imposibilidad de saber los ejemplares vendidos.

Dios me dice con esta visión: “Yo me encargo de todo, tú no toques nada, deja que la cosa se caliente todo lo que tenga que calentarse, ya se enfriará y entonces podrás saber lo que quieres saber.

Gracias, Señor, y dame mucha paciencia.

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EL HOMBRE ATLÉTICO.

Orgiva, 10:02-2007Hace unos tres días, a eso del medio día, tuve una visión: un hombre atlético que tenía los músculos de las piernas muy pronunciados. Echó a correr y nada más dar el primer paso se tambaleó, calló al suelo temblando y se movía un poco a gatas.

Por la mañana, le había comentado a mi esposa:-Veo mucho mejor y ya no necesito las gafas, sólo las tengo que

usar para llamar por el móvil, para leer letras muy pequeñas, o cuando hay poca luz. Pero mi cabeza y mis ojos no funcionan bien. Me molestan mucho los ruidos, no puedo estar ni una hora viendo la televisión, ni en el ordenador, ni leyendo, ni en reuniones. Algo pasa dentro de mí, esto no funciona bien, y eso a pesar de ver mucho mejor.

-Cuando vayamos el día 18 a la doctora, especialista de los ojos, dile eso que te pasa.

-Sí, se lo diré, y si quiere mandarme a algún especialista para que vea lo que pasa dentro de mi cabeza que lo haga. La verdad es que todo lo naturista ha ido muy bien para ver mejor, pero la tensión de los ojos no ha bajado y tengo que seguir echándome las gotas.

La visión me dice: eres un atleta, y por los medios naturistas consigues muchas cosas, pero esta vez no te vale; estás llegando a tu final. El sueño: “Falta de riego en el cerebro”, se cumplirá y quedarás como un niño pequeño en mis brazos.

Yo le he dicho a Dios que bueno, que se haga tal como Él lo tenga previsto, pero que yo no dé mucho trabajo a los que me rodean. La verdad es que me gustaría un final más brillante, haciendo muchos milagros, etcétera, pero si eso no lo quiere Dios así, pues que no sea, que se haga su voluntad. Yo espero poder terminar el proceso del libro Lo que Dios me dijo, creo que en el mes de marzo ya estará todo resuelto.

El otro libro, Historias para meditar, llevo pasadas al ordenador ciento veinte páginas y me faltan unas doscientas. Espero poder

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concluirlo; si no es así, otro lo hará por mí. Los mensajes están en Lo que Dios me dijo.

Leedlo, os hará bien a todos.

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LAS CARRERAS DE CABALLOS

Orgiva, 18-04-2007Esta pasada noche, he tenido un sueño: yo estaba en un salón grande, un poco alejado de mí, había más gente. Un hombre con cara de pícaro y sonrisa falsa se me acercó y me dijo:

-Te propongo que vengas conmigo varios días al mes y te daré mucho dinero… Concretando, te voy a pagar cuatro mil euros al mes.

Yo le respondí:-¿Tú es que tienes mucho dinero?-Sí, yo gano mucho.-¿Podrías subir tu oferta hasta veinte y cinco mil euros?-Tú ganarás mucho más de esa cantidad. Eso sí, tienes que

operarte este bulto que tienes en esta muñeca. Ves, -dijo- tienes ladeada la mano, está deformada. Tienes que hacerte tres operaciones para que quede bien.

Yo estiré mi mano y vi que, efectivamente, estaba un poco ladeada hacia la derecha. Entonces le dije:

-Sí, sólo el bulto. Había pensado que alguna vez tendría que quitármelo. ¡Pero…bueno…! ¿Tú donde ganas tanto dinero?

-En las carreras de caballos.-En las carreras, unos ganan y otros pierden.-No, yo siempre gano, yo se el caballo que gana antes de que

corran. Tú, además de los cuatro mil euros que yo te doy, puedes apostar ese dinero al caballo que apueste yo, así verás cómo ganas más de veinte y cinco mil euros al mes.

-A mí lo que me gusta es jugar a la petanca, y para eso no necesito ganar ningún dinero.

Nota: Al principio de hacerme la propuesta, pienso que puede ser mala, pero poco a poco voy cambiando de opinión y voy pensando en la posibilidad de ganar mucho dinero, hasta que reflexiono y veo la inutilidad de ganar tanto dinero perdiendo mi tiempo en algo que no me gusta.

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Análisis del sueño:Este hombre me hace una propuesta para ganar mucho dinero,

uno piensa, por qué y para qué. Además, me exige me haga tres operaciones en mi mano, pero yo sólo veo la necesidad de una, y a medias. ¿Por qué?

Yo no tengo necesidad de más dinero si no aumento mis gastos. Eso de las tres operaciones es lo que más me ha costado dilucidar.

Lo primero es que yo me someta al club de los perfectos ¡Con esa mano así, tú no te puedes presentar! En segundo lugar, yo tengo que abandonar el club de los humildes, los imperfectos. En tercer lugar, tengo que cambiar mis costumbres: ir a ver carreras de caballos, cuando lo que me gusta a mí es jugar a la petanca. En cuarto lugar, disponer de más dinero para gastarlo en algo que no me gusta y, además, depender de otros. Si aquel hombre no me dice el caballo ganador, seguro que a poco lo pierdo todo. No cabe la menor duda que es un planteamiento diabólico y fuera de la ley.

A mí, Dios me pidió todo lo contrario: vender todo lo que tenía y darlo a los pobres. La verdad es que, desde que lo hice, vivo mejor que nunca. Todo este planteamiento falla por su base, y viene a decirme: “Tú gana más, gasta más y depende más de mí, ya que yo soy el que te proporciona la posibilidad de ganar todo ese dinero; al final, ya te arreglaré”. A pesar de este planteamiento y análisis, creo que el sueño es de Dios. Anoche, le dije a mi esposa:

-Esperaré hasta por la mañana para tomar una decisión, a ver si Dios me dice algo.

Pues sí, Dios me lo ha dicho muy claro: no tengo que meterme en más gastos y no depender de otros. Tal como ahora tengo planteada mi vida, me va muy bien y me siento feliz.

En el centro de mayores se están haciendo bastantes viajes que a mi esposa le gustaría realizar, pero eso supone un mayor gasto y tener que pasar al grupo de los que más pueden.

Hay una propuesta de viaje a Madrid que me negué, y otro a Portugal, a la que también me he negado. Sólo he aceptado hacer el de Motril (diez euros) y el de Nerja (quince euros). Luego, están las comidas que se hacen. Antes se hacían y cada uno pagaba su parte; yo no estaba del todo de acuerdo con el método, ya que nunca se

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daban las cuentas claras. Algún matrimonio siempre quedaba excluido de pagar y sobraba mucha comida y mucha bebida.

Yo propuse que solo dos personas se encargasen de comprarlo todo, y estas personas presentarían todos los recibos de las compras.

Se dividiría a partes iguales, y siempre dar las cuentas. La verdad es que no se me hizo caso. Ahora la cosa aún está peor: Nos invitan a la comida y dicen que lo paga uno solo (la carne). A la primera fuimos y pagamos diez euros por los dos, dijeron que era por las bebidas, el pan etcétera. La segunda vez, nos excusamos, y a la tercera no nos han invitado, y ayer volvieron a invitarnos. Esta señora nos dijo:

-Es mi santo y se celebra en mi cortijo. ¿Tú sabes donde vivo?-Sí, lo sé, ya hablaré con mi esposa y decidiremos. También se lo dijo a mi esposa. La verdad es que tuve dudas si

debía ir o no, pues yo nada tengo contra esta señora, y ella no es de las que organizan. A mi esposa le decía anoche:

-Si aceptamos ir a este tipo de comidas, algún día nosotros tendremos que invitar también, y nunca podremos hacer evolucionar estas comidas hacia mejor.

Es por eso que pedía la intervención de Dios. Yo me encuentro sometido a cierta presión por parte de mi esposa por un lado, y por otro, por los compañeros. Dios me lo ha dejado claro, no iremos a ninguna comida hasta que no se haga con criterios justos y más sencillos. De los viajes, sólo haremos los económicos, los de diez a veinte euros. Todo esto va costando, pero con la ayuda de Dios se va logrando.

266

El ASFALTO DE LA CARRETERA

Orgiva, 12–05–2007Esta pasada noche, he tenido un sueño: yo tenía que asfaltar el trozo de carretera que va desde la plaza de Dúrcal hasta lo alto de la Venta del Hoyo (donde hoy está la entrada a la autovía. Un hombre alto, que tenía un taller de coches, en la parte alta de Balina, me dijo:

-Yo hace tiempo que quería probar a ser empresario y asfaltar carreteras.

Yo lo contraté, y él se encargó de arreglarme el trozo antes mencionado. Estando él trabajando en el asfaltado de la carretera, llegó un hombre con un coche muy lujoso y le dijo:

-Vengo a que me mires el coche. Él le respondió:-Ahora no puedo, estoy asfaltando esta carretera. Hace tiempo

que yo quería probar este trabajo. Yo me limito a ganar dos sueldos diarios, aunque trabajo muchas más horas.

-Eso está bien -le respondió-. Hay que probar lo que uno tiene ilusión.

Este hombre se marchó. La verdad es que iba muy bien vestido.Cuando terminó de asfaltar la carretera, repasé el trabajo y me

gustó. Le dije:-Ha quedado muy bien, pero ¿no podría asfaltar también aquellos

dos trocitos de cuneta?-No -me dijo-, yo contraté la carretera. Si queréis, ahí tenéis las

maquinas y los materiales, hacerlo vosotros, yo no tengo tiempo.Otro hombre que venía conmigo cogió la maquina y le echó

alquitrán a los dos trocitos de cuneta. Después, le echó la arena y todo quedó muy bien.

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Análisis del sueño: Pienso que Dios me dice: Tendrás la oportunidad de editar los

libros en papel con un empresario pequeño, sin muchas ambiciones. Hazlo, que todo saldrá bien.

Este mes de abril pasado, Libros en Red recomendó el libro El poder de la oración, y este mes ha recomendado el de naturismo. Esto ha hecho que visiten las páginas de estos libros mucha más gente y, lógicamente se han vendido más libros digitales. Hasta ahora ninguno en papel. Yo sigo pensando que en la página en donde yo puedo consultar las ventas, no aparece todo lo que se vende. Dios con dos visiones me dijo que no reclamara nada, y eso es lo que estoy haciendo. Dios de esto y de todo sabe mucho más que yo, y es por eso por lo que siempre me atengo a lo que Él me va diciendo. Ayer, envié un mail a Libros en Red dándole las gracias por haber recomendado mis libros.

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LA FAMILIA YA NO ESTÁ.

Orgiva, 26–05–2007Esta pasada noche, he tenido un sueño: yo me encontraba con otros muchos en un campo. Todos eran mujeres, menos yo. Una voz dijo:

-Que vengan todas las madres. Todas las mujeres fueron y yo también fui. La que había llamado

dirigiéndose a mí, me dijo:-Tú vete, tú eres padre.Yo me fui. Pasé por unos olivares y llamé a mis hijos, pero estos

no estaban, no había ninguno. Llamándolos, llegué hasta un río, pero por allí no se podía pasar. El río arrastraba de todo, venía mucha agua y muy sucia. Me volví. Yo seguía llamando a mis hijos, pero estos no aparecían; llegué otra vez al campo de olivos y ya lo estaban regando. Tuve que pasar por el agua. Vi dos hombres con las azadas al hombro y les dije:

-Perdonen, que les pise el terreno regado, pero es que tengo que pasar por aquí.

-Pase por donde pueda –respondieron-, pero el agua ha llegado y esto se ha de regar.

Yo pasé aquel olivar y seguí llamando a mis hijos. Vi a mi hija Irene, que aparentaba tener unos cuatro años. La llamé, pero ella no me respondió, la volví llamar hasta cuatro veces, pero ella no me respondía. Entonces, me fui acercando, cuando estuve casi junto a ella, vi tres conejos muertos, uno aún se movía un poco. Mi hija me dijo:

-¿Están muertos? -Estos dos sí, aquel aún podrá vivir.

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Análisis del sueño:Yo estoy preocupado por mi familia, pero esta ya es mayor, todos

los hijos se han marchado y viven su vida. Sólo al final del sueño, Dios me presenta la situación de una de mis hijas, y esta está como cuando tenía cuatro años.

“En esas fechas, sí que tu familia te necesitaba”, me dice Dios, “ahora no te necesita. Tu esposa está donde todas las madres están. No está contigo ni es responsable de tu misión, tú sobras allí donde ella está. Ha llegado el tiempo de regar y tú no puedes estar preocupado por tus hijos y esposa. Ese tiempo ya pasó y de ellos me encargo yo”.

Nota. Este sueño lo había pedido yo en la oración de a madrugada y Dios me lo dio por la noche. Durante la oración, le dije al Señor:

- Si no me das algún sueño o visión, no haré nada.En la oración, el Señor me había dicho que Él despedía a mi

esposa de la misión, que no me preocupara, que lo más que podía pasar era un retraso en el libro que ahora estoy terminando: Historias para meditar. También me dijo que le dejara hacer, que ella tenía razón por que pensaba desde un punto de vista humano.

Me dijo: -Dile que se hará como ella quiere todo el asunto de la reforma

del local.Se me vino a la memoria el sueño que tuvo mi esposa, “El equipo

insuficiente. (26–03–2004).También el otro mío, “Los retrasos” (28-12-2006). En este sueño,

mi esposa llega muy tarde y venía subida en un patinete.Con este sueño, Dios me dice: “Tú tienes que hacerlo solo. No

esperes a nadie. De tu familia ya me cuido yo”.Esto es fácil de decir y comentar; lo que no es tan fácil es echar a

andar, no obstante estoy dispuesto a irme a la sierra de Dúrcal unos días a ver que pasa allí. Iré solo y dispuesto a seguir a donde Dios me lleve. Ya he comprado una mochila y la estoy preparando para la marcha.

Que Dios nos bendiga a todos.

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Nota: En la sierra estuve nueve días y tuve varios sueños. El Señor no me aclaró nada con los sueños y yo me bajé a Orgiva.

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ERA DE OTRO DUEÑO

Cortes de la Frontera (Málaga)Esta pasada noche, he tenido un sueño: otros dos y yo restauramos una casa vieja. Yo hice algún remiendo, otro hizo otras cosillas y el otro la blanqueó toda.

El dueño de aquella casa vino un día y nos dijo que nos fuéramos de allí, que aquella casa era suya. Contestamos nosotros:

-¿Cómo nos vamos a ir si nosotros la hemos arreglado y la hemos puesto bien?

-Yo no os he dicho que hagáis eso, la casa es mía y os marcháis ahora mismo.

Lo mismo se repite un par de veces. Nosotros nos resistimos a irnos, incluso yo les digo a los otros dos: -Si pensara echarnos ya nos habría denunciado.

Cambia la escena.Se ve un motor nuevo y yo tengo que acoplármelo. No se como

hacerlo y voy a buscar a mi amigo Miguel. Le digo:-A ver, Miguel, tú que entiendes de esto: ¿cómo puedo acoplarme

este motor?Miguel mira y mira, pero no sabe nada de aquello. Yo le insisto,

cojo una manivela larga y le digo:-Mira, tal vez así se pueda acoplar.Hago esto a la par que voy acoplando algunas piezas pequeñas en

la manivela.Él me hace gestos con la cabeza de que no lo ve claro, no se

atreve a hacer nada. En eso viene una mujer y me dice que le devuelva la manivela, que es suya. Yo cojo y desmonto las tres piezas pequeñas y le doy la manivela.

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Análisis del sueño: Dios, en la primera parte del sueño nos despide a todos, y esto

por estar haciendo cosas que Él no nos ha dicho que hagamos.En la segunda parte, Dios me dice que estoy solo y que no busque

ninguna ayuda humana. Soy yo quien se tiene que acoplar a ese nuevo motor (nueva vida) que Dios me presenta delante.

En el sueño del otro día, “La familia ya no está”, Dios me dice: “No esperes nada de tu esposa ni tus hijos”. En este, me dice que tampoco espere nada de los amigos. Yo solo tengo que ver como me acoplo a esta nueva etapa del plan de Dios (nuevo motor).

Los tres libros ya están publicados y puestos en Internet. Yo he pedido con insistencia los milagros, por que considero que, sin los milagros, esos libros no tienen credibilidad alguna. Dios me dice que quite de mi vida todo aquello que Él no me ha dicho que ponga.

Lo tengo decidido: fuera bailes, chistes y viajes. Aquello que les dije a mi esposa y a mi hija Carmen de que la mitad de los beneficios de los libros serían para los pobres y la otra mitad se la repartirían ellas dos en partes iguales, lo retiro, lo quito. Dios de esto no me ha dicho nada.

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LA CALLE ESTRECHA Y MUY EMPINADA

Orgiva, 01-06-2007Hoy, al medio día, he tenido una visión: yo estaba en medio de una calle estrecha y muy empinada, a punto de comenzar una carrera. Estaba yo solo. Llegaron dos policías con motos y se pusieron delante de mí, en posición de arrancar las motos y abrirme paso, despegarme el camino.

Tuve esta visión cuando estaba pensando en los dos últimos sueños.

Creo que Dios me dice: “Echa a andar que yo te despejaré todos los obstáculos que encuentres en tu camino (policías con motos).

Es posible que el miércoles o el jueves me suba a la sierra de Dúrcal.

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EL ARADO QUE LABRABA SOLO

Orgiva, 04-06-2007Esta madrugada, he tenido una visión: yo estaba en la sierra de Dúrcal. Un arado labraba solo; lo hacía rápido y muy derecho. En medio de la haza de la Hoya, había un obstáculo grande. Parecía como un toro de lidia tumbado y, además, había otros dos obstáculos más pequeños que estaban junto a este más grande. Yo lo veía desde debajo de la choza y creía que el arado se pararía. Nada de eso: el arado siguió labrando, y cuando iba a chocar con los obstáculos, estos se levantaron y se pasaron a lo arado. El arado siguió su labranza como si allí no hubiera habido obstáculo alguno.

A poco acabó a visión.Nota: El arado labraba una vez para un lado y otra para el otro,

como se hace en la realidad cuando se está labrando, pero no se ve dar las vueltas en las esquinas.

Yo estaba dándole vueltas a lo de irme a la finca de la sierra, cuando tuve la visión. Seguramente me iré mañana o pasado.

Hoy he telefoneado a mi hermana y estaba en Dúrcal, me ha dicho que mi hermano bajaría en un par de días; una vez que llegara me diría cuando se subía él.

Dios, con esta visión, me dice: “Yo soy el que labra y ningún obstáculo podrá impedirlo. Tú ves allí que yo me encargo de todo”.

Creo, sinceramente, que Dios va a comenzar a hacer los primeros milagros en esa finca.

Que Dios nos bendiga a todos.

Nota: Me bajé y no hubo ningún milagro.

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LAS MUJERES Y LA POBREZA

Sierra de Dúrcal, 06–06–2007Esta pasada noche, he tenido un sueño: yo había terminado de predicar a mucha gente. Cuando llegué a la habitación, se llegó a mí Daniel y me dijo:

-Tienes que seleccionar mejor las textos; también tienes que incidir en el peso que tienen las mujeres en la ayuda a los más pobres, exigiendo ellas menos, ya que ellas son las que soportan el peso de la economía en la mayoría de hogares.

Análisis del sueño: Con este sueño es Dios quien me comunica mi falta de

preparación para una vida pública. El se encargará de prepararme. A eso he venido. También me comunica que las mujeres pueden aportar mucho más, exigiendo mucho menos a sus maridos, ya que son ellas las que suelen llevar el peso de la economía en el hogar.

Menos consumo y más ayuda al que menos tiene.

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EL CAPITÁN Y LOS RECLUTAS.

Sierra de Dúrcal, 07-06-2007Esta pasada noche, he tenido un sueño: era una especie de patio.

El capitán de mi compañía estaba mandando la instrucción a unos ocho reclutas. Yo estaba sentado junto a una columna que había en un lateral; estaba durmiendo. Me desperté y, todo preocupado, me dirigí al capitán, y con ademanes, más que con palabras, le dije:

- Lo siento…, estaba dormido…El capitán me miró extrañado, no me dijo nada y a poco despidió

a los reclutas.Yo me puse en uno de los laterales, en posición de firmes; otro

que (antes había sido cabo), se puso a mi lado. Así llevábamos un ratito y el capitán se marchó sin decirnos nada. El cabo Carretero nos miró y se puso a reírse de nosotros. Yo pensé que tal vez era por que yo estaba en la posición de firmes y el otro podía estar en la posición de descanso, miré al que estaba a mi lado y se encontraba en posición de descanso. Yo me puse igual que él, pero Carretero siguió riéndose, fue entonces cuando los dos nos quitamos de esa posición y, llegándome a Carretero, le dije:

-Si viene el capitán, le dices que nos hemos quitado de esa posición por que no nos mandó nada y se fue.

Cambia la escena.Yo estoy en el mismo patio, llega un hombre bastante corpulento

y me dice:-Dile a tu hijo Pepe que venga a ponerme los cristales del cierre.-¿Traes Las medidas?-No, que las tome él.-¿Dónde tiene que ir?-Tú dile que es en casa de su vecino, (el patillas) ¿No ves que

patillas tengo?-En Orgiva hay uno que tiene las patillas mucho más grandes que

las tuyas.

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Yo busco papel y lápiz para anotar, pero al final lo anoto en un papel muy roto. Me voy fuera para buscar algo más sólido para anotarlo, veo una especie de motor que hay en la calle y pienso que sería bueno el cortarle un trozo de chapa y anotarlo bien. Cojo una radial para cortar la chapa, pero me doy cuenta que yo no se manejarla. Viene un muchacho que me dice:

-Pon el pié aquí y sujeta esta parte. Hago lo que me dice, pero me es imposible: el disco rozaba otra

parte del motor. Abandono la radial.En esto, llega una pandilla de niños y uno de ellos me dice: -Esto es un motor. Otro dice: Esto es un coche y ha derramado gasolina. Salen corriendo y gritando. -¡Va a explotar el coche…!Este sueño lo tuve antes de las tres y media de la mañana.

Después, tuve otro.

Segundo sueño: “Yo actúo y lo estropeo”.

Llega un amigo de mi hijo Pepe que es albañil y que ahora vive en Dúrcal, Él me dice:

-Ahí tienes ese motorcito. Te tienen que venir muchos más.-No me traigas más -le contesto-, que yo estoy trabajando en esta

empresa.Él se va y yo enchufo aquel motorcito que, se suponía, tenía que

hacer funcionar un aparato de aire acondicionado. El aparato de aire acondicionado se quema. Yo miro al jefe de aquella empresa y le digo que lo siento. Esto lo digo más con gestos que con palabras. El jefe me mira con seriedad, pero no me dice nada.

Análisis del primer sueño: En la primera parte, Dios me dice nadie: “Nadie te ha pedido que

hagas instrucción, ni que hagas nada de lo que hacen los demás”.

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Aplicado a esta finca es decirme: “Tú no participes en nada de lo que ellos hacen (religiosamente hablando).

En la segunda parte, me dice: “Tú no te comprometas con familiares o amigos para que vengan a esta finca; podría ser mal interpretado. Te tienes que limitar a estar tú aquí y nada más, sin decidir nada por tu cuenta. Yo me encargo de todo”.

Análisis del segundo sueño: Aquí, Dios me dice casi lo mismo que en el otro sueño; sólo que

aquí muestra los efectos que causaría mi actuación: estropearía algo que es muy importante para los que aquí están.

El señor vuelve a remacharme eso de: “Limítate a estar, que yo me encargo de todo”. Ayer yo pensaba: “¿Qué debo hacer yo aquí?” Pues ya sé lo que tengo que hacer, nada. Parece sencillo, pero para mí es algo muy difícil. Espero poder conseguirlo con la ayuda de Dios.

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DÍMELO EN ESPAÑOL

Sierra de Dúrcal, 09-06-2007Esta pasada noche, he tenido un sueño: estamos en la recepción de un hotel unas cinco personas. Una señorita, alta, elegante y presumida se acerca a nosotros. Antes de que ella nos hable, yo le digo:

-Dilo en el idioma que quieras, pero a mí me lo dices en español. Ella comienza a hablar, dirigiéndose a cada uno de nosotros en un

idioma distinto. Cuando se dirigió a mí (que fui el último), me dijo:Tánez Buz.Todos nos salimos. Conforme nos íbamos saliendo, yo dije: -¡Que presumida…! Aunque a mí me hubiese gustado poderlo

hacer así. Ella debió de oírlo, por que dijo:-Aquí hay gentes de muchos países, por eso estoy yo aquí.

Después tuve otro sueño: “¿Hasta dónde?”Estamos dos personas esperando. Parece la escalera de un gran

edificio. El otro queda unos dos escalones más arriba que yo. Aparece una señora que nos habla desde lo alto. Antes de que empiece a hablar, yo le digo:

-Ya sé la misión, lo importante es saber… ¿hasta dónde? Yo hago esta pregunta a la par que miro un montón de tubos que

hay en la parte de abajo. Ella, mirándome, me dice:-Hasta Tánez Buz.Aquí acaba el sueño 2º.Nota: esta señora representa unos treinta y cinco años y habla

normal, sin aires de presumida. La del sueño anterior parece tener unos veinticinco años.

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Análisis de los dos sueños:Los dos son uno solo. Para mí me dicen lo mismo y en la vida

práctica no lo entiendo. Eso me ocurre por que no sé el significado de esas dos palabras que se repiten en ambos sueños, y que, parece ser, es el destino a donde tenemos que llegar con la misión encomendada. Tánez buz.

En ambos sueños hay otras personas, aunque en el primero somos cinco, y en el segundo sólo dos.

También, en ambos sueños, yo hablo el primero y soy el más impaciente. Sin embargo, Dios me da dos sueños en una misma noche y me deja igual que antes, aunque con matices: Dios me dice que la misión ha comenzado y que tengo que ir a un sitio que yo ahora no conozco, llamado Tánez Buz.

Yo, ayer, preguntaba a Dios que cuanto tiempo tenía que estar aquí en la sierra. Pues ya me ha dado la respuesta; mejor dicho, dos respuestas que dicen lo mismo y que no entiendo. Así que dejaré de preguntar y seguiré donde estoy, hasta que alguien venga y me diga:

Ya…, venga…, rápido…, ¡que nos vamos a Tánez Buz…!

Nota: Me baje de la sierra el día 13-06-2007.En la sierra no eché a faltar nada y me encontraba muy bien. Eso

sí, un poco fuera de lugar. No he participado en ninguna celebración litúrgica de las que allí se hacen. El domingo celebraron misa y procesión del corpus. Estuvieron otras gentes que subieron a la celebración y a ver a sus hijos.

Esto, y el no saber interpretar los sueños, más que mi esposa se encontraba triste, y diciendo que ella no quería vivir sola, y que de seguir sola se iba a una residencia, hizo que me decidiera a bajarme y aquí estoy, esperando la gracia de Dios.

Mi hijo Raúl vino de Granada el otro día y nos dijo:-Os voy a hacer un regalo.-¿Qué regalo? -Preguntamos mi esposa y yo.-Un viaje a Jerusalén. Sé que os hará mucha ilusión, sobre todo a

papá. Ya un día estuvimos mirando lugares y precios, de esto hace tiempo. Estoy seguro que os hace ilusión.

Yo aplaudí fuerte; mi esposa un poco menos. Luego, me dijo: -¡Es que allí siempre hay guerra!

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-Sí, -le respondí-, pero aún así acepto de buen grado el regalo.¿Será en esa tierra donde estará Tánez Buz?Quizá sí, y es por eso que no cambiaré ni un ápice de lo que

nuestro hijo nos traiga, no vaya yo a estropear lo que Dios nos tenga destinado.

Nota: He buscado en Internet y en todas partes, pero las palabras Tanez But no aparecen.

El otro día, en televisión, escuché un nombre parecido, sonaba así: “Tainez But”. Era un famoso jugador de golf.

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MI HIJA SE SALE DE LA CARRETERA

Salou (Tarragona), 16-11-2007Esta pasada noche, he tenido un sueño: mi hija conducía el coche y en él íbamos otras tres personas. De pronto, ella se salió de la carretera asfaltada y se metió por un carril de tierra.

Yo le dije:-Frena, mete la marcha atrás y vuelve a la carretera.Ella me respondió:-Ya giraré en algún paso que haya.Dijo esto y siguió.Más adelante, nos encontramos con un paso que salía a su

derecha y aquí quiso salir, pero ya estaba demasiado estrecho y no pudo. Siguió unos metros más y el coche se deslizó por una pendiente muy pronunciada. Ella frenó y me dijo:

-Meteré la marcha para ir hacia atrás. Vosotros ponerse delante y le empujáis, a ver si podemos salir de aquí.

-No nos pondremos delante –dije yo-, eso es muy peligroso. La pendiente es muy pronunciada, y si el coche patina, se deslizará sobre las cuatro ruedas y puede arrollarnos a todos. Nos vamos a salir del coche y miraremos a ver si encontramos una cuerda y la ataremos a la parte trasera, a ver si tirando podemos sacarlo.

Mi hija dijo:-Yo me quedo dentro.-No, tú pesas mucho y contigo dentro no podríamos sacarlo,

Además, en caso de partirse la cuerda, el coche se deslizaría y tú morirías, eso es muy peligroso.

-Entonces… ¿que hago?-Salirte del coche como todos. Miraremos de quitar las piedras

más gordas y buscaremos una cuerda.-Eso, -dijo mi hija-, vamos a quitar todas las piedrecillas, hasta la

más pequeñita.

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Nos vemos todos quitando las piedras, pero mi hija exigía que se quitaran hasta las que eran como granos de trigo. Yo me aparté y seguí andando.

Me veo con un azadón de pico, que lo llevo al hombro; un poco más atrás me encuentro con unos hombres. Uno de ellos me pregunta:

-¿Qué haces por aquí?-Vamos a hacer un balate desde el fondo del río –miro hacia el

fondo del río (desde él hay más de trescientos metros de altura) y le digo-. Es para sacar el coche de mi hija.

Él se ríe y me dice:-Mira, ahí viene mi mujer. Cuando llegue, le das con el pico.-¡¿De qué hablas?!-Sí, es que está embarazada.La mujer se acerca y se queda a unos diez metros de donde

nosotros estamos hablando. Lleva un cesto lleno y se sienta a hablar con otros hombres que hay allí.

Análisis del sueño:Por lo que se deduce, es la irresponsabilidad de mi hija al salirse

de la carretera y después no hacer caso de su padre cuando le indica que dé marcha atrás cuando aún estaba a tiempo.

Después, todo es mucho más complicado, aunque las soluciones que ella da son muy peligrosas y arriesga la vida de otros y la suya propia. Las que yo propongo pueden no dar resultado, pero al menos no se arriesga la vida de los demás ni la suya.

Cuando ella se sale del coche, también quiere seguir dando órdenes de quitar todo hasta lo más mínimo, cosa que yo veo del todo inútil y es esto lo que provoca que me desentienda del asunto.En la vida real, puede que está pasando algo así.

Nota: 12-02-2009. Este sueño se ha cumplido todo. Mi hija tuvo que cerrar la tienda, y también vender el local para poder pagar las deudas.

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EL LEÓN Y LA TARÁNTULA

Orgiva, 19-11-2007Esta madrugada, he tenido una visión: un león atacaba a una tarántula negra y la mataba.

Creo que Dios me dice: “Has tomado la decisión acertada para acabar con todo lo negro que hay en ti y lo que te rodea”.

La decisión fue la siguiente: no hacer más viajes de los llamados de placer, y que para mí no tienen nada de placentero. Suponen un gasto que se puede invertir en los pobres y necesitados. Por otra parte, es mejor dedicar mucho más tiempo a las cosas de Dios y dejar un poco de lado las cosas del mundo. Creo que aún hay cosas en mí que no cuadran del todo con las de Dios. Es por eso que tomé esta decisión.

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LA SERPIENTE MUERTA

Orgiva, 10-12-2007Esta madrugada, he tenido dos visiones: en la primera yo estaba en la habitación de la casa de Dúrcal (la de la entrada, junto al comedor). Mi hermano Manuel estaba a mi lado. Estábamos los dos sentados.

Yo vi, sobre la pared, una serpiente grande. Sin pensármelo, saqué la hoja de la ventana y con el canto le aplasté el cuerpo. La serpiente quedaba algo tapada con una cortina. Dejé de apretar y la serpiente cayó al suelo y se iba. Entonces, dí un salto, y con los tacones de los zapatos le aplasté la cabeza. Se vio la serpiente, ya muerta, con la cabeza aplastada.

Desapareció esta visión y comenzó la segunda: Un chorro de agua, muy cristalina y limpia, que bajaba por una pendiente y se embalsaba en un remanso redondo de tierra. Hacía una pequeña charca de agua muy cristalina y limpia.

El agua se iba filtrando a la tierra, pero como seguía entrándole, la charca permanecía.

Esta segunda visión, fue muy retenida.Nota: Estas visiones las tuve, después de las cinco de la madrugada, y a continuación de la oración.

Dios, me dice: Todo está concluido. Tú has acabado con el engaño del mundo

(serpiente) y, mi gracia, ya está llegando a la tierra y filtrándose en ella.

La gracia de Dios es el agua. Yo no veo nada, pero dios si que lo ve.

Bendito sea el Señor que así lo ve y me lo dice.

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MI MÓVIL

Orgiva, 03-02-2009Esta pasada madrugada, he tenido una visión: mi móvil tenía encima un disco de prohibición, como los de tráfico, esos que indican que no podemos aparcar.

Yo interpreté que me lo tenían controlado.Hace cuatro días, he recibido un mensaje en el móvil,

comunicándome, que me van a cortar el servicio en cinco días, y que ya me avisarán cuando me lo reanudan.

Yo he bajado a Motril, y he preguntado en Bodafón, pero ellos no saben nada. Desde luego, ellos no fueron los que enviaron el mensaje.Hoy, somos, 15-02-2009.

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LOS DOS MONSTRUOS

Orgiva, 15-02-2009Hace unos diez días, tuve un sueño: eran dos monstruos que se disputaban una pelotita que yo les echaba. La pelotita era un poco más grande que las que se usan para jugar al tenis, Uno de los monstruos se parecía a un toro de lidia, pero mucho más grande, cuando se ponía a comerse la pelotita se le agrandaba la boca, y parecía que absorbía. La pelota se desformaba, y más parecía una manopla, en el momento en que el monstruo estaba sorbiendo.

El otro monstruo, era parecido a un búfalo; cuando el contrario absorbía, él ponía una mirada muy fiera y en seguida le atacaba.

Los dos monstruos, eran de tipo informático, y volaban por toda la nave, que a su vez, estaba llena de gente. Esta gente se pegaba a las paredes, para que los monstruos no le hicieran daño. Una de las veces uno de los monstruos chocó con unas cristaleras y formó mucho ruido, además, de hacer trizas todos los cristales.

Yo estaba asustado y pegado a una de las paredes del fondo, rodeado de algunas gentes. Vi venir a los monstruos y cogí mucho miedo, los dos toparon contra la pared muy cerca de donde yo me encontraba. Al ver esto, yo me salí de la nave, amparado en otros que también se salían.

Los dos monstruos siguieron un poco más su lucha por la pelotita, pero, poco a poco, la gente fue volviendo a la nave. Al ver esto, yo me atreví también a volver. Cuando estuve en el centro de la nave, vi que toda la gente comenzaba a aplaudir, y volvía la cabeza hacía el fondo de la nave. Yo también miré para ese lado y, vi a un hombre que estaba con una máquina de las de hacer cine. Estaba subido en un entarimado como los de los teatros. Se ve que ya había terminado su trabajo. Estaba junto a la máquina, pero mirando hacia la gente que le aplaudía.

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Análisis del sueño:Los dos monstruos, me figuro que son el mundo y los federales.

El mundo, las personas, intentan sorber de los escritos, pero los federales no acaban de dejar que estos escritos les lleguen gratis como ahora intento.

No sé porqué es así, pero lo es. Mi ordenador he tenido que formatearlo varias veces en seis meses.

Yo sigo revisando los libros y haciendo todos los trabajos que tengo que hacer; eso sí, sin tocar las cuentas antiguas desde mi ordenador. Tampoco las puedo ver en los ordenadores del Centro de mayores. Sólo, el primer día, conseguí meterme en una de ellas. Después, me ha sido imposible. En cuanto pongo la contraseña, me salta, se me va todo, y tengo que comenzar de nuevo.

Sin embargo, la cuenta que abrí en el centro de mayores, esa sí que funciona bien.

Dios, me dice: “No te preocupes, que todo quedará en nada. Más o menos, como si de una película se tratara”.

Que Dios nos bendiga a todos.

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Índice

¡Por que seguimos a un Dios que no vemos 6Dichosos vosotros cuando os insulten… 9¿Está cerca el final de los tiempos 11Una visión un poco extraña 14La fe 15Hoy como ayer 18La diferencia 22Sueños de José 24Sueño de Mardoqueo 28El ángel que quiso bañarse 29¿Qué pasa con Dios? 33Ironía 35El milagro de Vélez Málaga 38¿Se irrita el Señor Dios? 41¿Hipotecamos los planes de Dios? 44¡Eternamente felices…! 46El mensaje blanco pasa por zona negra 48¡No hay visiones! 52Lo que podemos decir a Dios 56Dos personas conversan en la calle 58¡Santa Teresa…! Teresa 62La turbación del alma 65Relato del viaje a Madrid 69El mensaje profético 71Tu Dios debe ser otro Dios 75El infierno 79El método 83¿Tiempo o dinero? 86Carta dirigida al arzobispo de Burgos 89

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Visión en el pantano del limonero 92Mis esfuerzos por no engordar 94Huelga general en Orgiva 96La voluntad del Padre 100Un monólogo conmigo mismo 102Diálogo entre papá y Montse 105La tortuga sigue arrastrándose 108¿Qué pasó en Zaragoza? 111Consideraciones a la visita a Zaragoza 116Cuarenta y ocho horas de oración en Motril 119Sigo en oración 127Eclesiástico capítulo 4:16-18 131Un sueño a medio cumplirse 133Diálogo con un drogadicto 136Un plazo que se acaba 143Primera visita a la Iglesia Evangélica de Granada 146Viaje a Granada y Málaga 150¿Final del mensaje? 152El Pastor Pablo en Orgiva 154¿Se eligió la peor de las formas? 159No todo el que dice Señor Señor… 161El gallo picoso 166Mi amigo el Rey 168La cuesta del Barrio Luque 171Abraham una historia de fe 174Una nueva experiencia 189Interpretación de José 190La responsabilidad del profeta 193Las madrigueras de mis conejos 194Jesús es tentado 197La Virgen María 201Dios respeta nuestra libertad 206Trabajar para el Reino de Dios 210La hora más rentable y mejor pagada 212Los signos (símbolos) 215La muerte espiritual 220Despertad místicos que la culpa es mía 222

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Robo de las herramientas 224La mezquita de Córdoba 227Los dineros 229La economía de las iglesias 239El secreto de la felicidad 247

Últimas comunicaciones con Dios

La pinta roja 252El depósito de agua 253La conducción para el agua 254Los retrasos 257La hormiga que andaba por el cristal 259Los dos agujeros 260La caja fuerte dorada 261El hombre atlético 262Las carreras de caballos 264El asfalto de la carretera 267La familia ya no está 269Era de otro dueño 272La calle estrecha y muy empinada 274El arado que labraba solo 275Las mujeres y la pobreza 276El capitán y los reclutas 277Dímelo en español 280Mi hija se sale de la carretera 283El león y la tarántula 285La serpiente muerta 286Mi móvil 287Los dos monstruos 288

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