Aportaciones del anlisis del discurso a la historia de la lengua 508

LA APORTACIN DE LA TEORA DE LA ARGUMENTACIN

Lola Pons RodrguezUniversidad de Sevilla

Con este trabajo se pretende acercar al joven investigador en historia de lalengua espaola las lneas fundamentales de la teora de la argumentacin o de lostopoi de Anscombre y Ducrot, y sobre todo, se intenta poner de relieve larentabilidad de esta teora explicativa y de su aparato conceptual para dar cuenta deaspectos del espaol medieval y clsico an no sometidos a anlisis lingstico,estudiados con enfoques tradicionales, o en parcelas de anlisis sobrecargadas.

1. Fundamentos de la teora de la argumentacinLa teora de la argumentacin parte de los trabajos publicados por los

investigadores franceses Oswald Ducrot y Jean-Claude Anscombre desde finalesde los aos setenta: de Ducrot et. al. (1980): Les mots du discours; de Ducrot yAnscombre (1983) el fundamental Largumentation dans la langue; de Ducrot(1984): Le dire et le dit; de Anscombre (1995): Thorie des topo...

Los puntos de partida de esta teora estn en el paradigma estructural(especialmente en lo que se refiere a semntica estructural paradigmtica, en la quese inici Ducrot), en la filosofa analtica inglesa de Austin y Searle y su rechazodel verificacionalismo, y en la teora de la enunciacin de Benveniste. Ducrot yAnscombre tratan de superar la idea de la tradicin inglesa de que el lenguaje no esprimordialmente denotativo; esto les lleva a defender una semntica no veritativa,base de la teora de la argumentacin (que en sus inicios funcion principalmentecomo teora semntica), sintagmtica y no opuesta a la pragmtica (idea de lapragmtica integrada). La idea clave es que el valor principal del lenguaje es elargumentativo. Pero argumentar carece aqu del sentido de demostrar y razonar enfavor de una asercin que tena en la retrica clsica o que posee en el lenguaje dela lgica; en la formulacin de Ducrot, argumentar tiene el valor de hacer admitirun razonamiento (sea lgico o no) para poder llegar a una conclusin que seaaceptable por el destinatario de la enunciacin.

Un aspecto fundamental en la teora de la argumentacin es la defensa de laidea de que es el propio discurso el que propicia la interpretacin argumentativa.No son los hechos extralingsticos los que imponen una lectura argumentativa enuna direccin determinada, sino la propia lengua (el empleo de mecanismoslingsticos); y an ms, es la orientacin argumentativa interna de los enunciados(y no el contenido informativo) la que favorece que se espere la continuacin de undiscurso en un sentido determinado en virtud de una serie de inferencias. Si digo:Al Congreso asistieron solo cien personas, nadie esperara una continuacin deltipo fue un xito total de pblico, conclusin que, sin embargo, s sera esperabletras Al Congreso asistieron nada ms y nada menos que cien personas. Esaorientacin se consigue mediante el uso de morfemas y conectores argumentativos(y ese trmino es hipernimo de todos los conectores, independientemente de queen un segundo nivel descriptivo se puedan caracterizar como aditivos,reformulativos, contrargumentativos...), sobre los que pueden actuar los

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modificadores realizantes y desrealizantes que incrementan o disminuyen la fuerzade un argumento, colaborando a sostener o a deshacer una determinada direccinargumentativa.

La teora de la argumentacin no ha permanecido inamovible desde susprimeras formulaciones: en trabajos conjuntos o separados Anscombre y Ducrothan ido introduciendo conceptos nuevos que han mejorado definiciones ycompletado el aparato terico. Una adquisicin fundamental en este sentido es lanocin de topos (tomada de la filosofa aristotlica, aunque conviene aclarar que lateora de la argumentacin ha sufrido desde sus comienzos un progresivoalejamiento de lo retrico), de importancia tal que hoy tambin se alude a la teorade la argumentacin como teora de los topoi. Un topos se define como un garantedel encadenamiento discursivo, un principio compartido por la comunidad (portanto, un presupuesto que da sentido polifnico al acto de la argumentacin) quehace posible la ley de paso que aparece entre argumento y conclusin. Si digoComo es 6 de agosto y estoy en Sevilla, me voy a poner el plumfero traiciono eltopos conocido por todo hablante de espaol peninsular de que en Sevilla enagosto hace mucho calor.

Pero sin duda la innovacin ms interesante en los ltimos aos ha sido lapotenciacin de la llamada argumentatividad radical, idea ahora en desarrollo quesupone una revolucionaria vuelta de tuerca dentro de la propia teora y en el senode los sistemas de anlisis de la lengua ahora vigentes. En trminos muy simples,lo que se defiende es que todo es argumentacin, es decir:

Nunca hay valores informativos en el nivel de la frase. No slo no hay frasespuramente informativas, sino que ni siquiera hay, en la significacin de las frasescomponente informativo, lo que no significa que no haya usos informativos de lasfrases [...] tales usos (pseudo) informativos son derivados de un componente msprofundo puramente argumentativo (Anscombre y Ducrot, 1994: 214).

Esta idea no se sostiene sobre la ecuacin comunicacin = argumentacin,puesto que no se trata de que todo acto comunicativo, por ser colaborativo,implique al receptor y se destine a influir de alguna manera sobre l; lo que sedefiende es que en cualquiera de las parcelas en que se puede dividir el anlisis dela lengua est presente la argumentacin: tanto en conectores o construccindiscursiva (aspectos tradicionalmente privilegiados por la teora de laargumentacin) como en eleccin lxica o en flexin verbal, por ejemplo.

Es difcil condensar en pocas lneas la teora de la argumentacin, he tratadode presentar aqu un resumen de sus ideas principales; no abordo otras vertientestambin enriquecedoras y tiles como la teora polifnica de la enunciacinformulada por Ducrot, o el seguimiento que la teora de la argumentacin ha tenidoy los trabajos que de ella han surgido (una rama muy importante es la querepresenta la Escuela de Ginebra con su aplicacin a la conversacin, y lasclasificaciones discursivas de base modular que se han hecho a partir de lospresupuestos de Ducrot y Anscombre)1.

1 Ms bibliografa sobre argumentacin: Lo Cascio (1998), Weston (1994), Plantin (1998);presentaciones de la teora de la argumentacin pueden encontrarse en Portols (1998) y Escandell(1996: 91-108).

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2. Posibles aplicaciones de la teora de la argumentacin a estudios de lenguaen diacrona

En Espaa, la teora de la argumentacin se ha aplicado en numerososestudios sobre lengua en sincrona, en los que ha aparecido siempre coordinada conotros conceptos de lingstica pragmtica y anlisis discursivo, pero para ladiacrona, sin embargo, hay un vaco (casi) total de trabajos en los que se hayantratado de introducir los presupuestos de esta teora. Hasta la fecha ha sido esta laparte del anlisis del discurso menos favorecida por el auge de la PragmticaHistrica pero hay que matizar la idea de auge para los estudios de PragmticaHistrica, pues sigue siendo una perspectiva de trabajo minoritaria en comparacincon la extensin de que goza para los estudios de lengua en sincrona. S hantenido ms aceptacin otros aspectos del anlisis del discurso como la misma teorapolifnica de la enunciacin de Ducrot, en la base de Girn (1989) y J. J. Bustos(1992), o los estudios de progresin temtica (en Bustos, 1998)2; los resultados dela aplicacin de los fundamentos de anlisis del discurso a textos de la diacronadel espaol y la solvencia cientfica de los autores de estos trabajos, son, en miopinin, garantes para defender en este congreso de jvenes historiadores de lalengua la rentabilidad de la Pragmtica Histrica como sistema de trabajo.Igualmente, tambin se puede defender la aplicabilidad de la teora de laargumentacin a textos histricos y su fecundidad como aparato terminolgicopuesto a prueba en sincrona con productividad demostrada.

Qu se puede hacer con la teora de la argumentacin en lingsticahistrica? No quiero caer en planteamientos simplistas, sera muy fcil decir queest por hacer una traslacin de todo lo que se ha hecho en sincrona. La diacronaimpone unas condiciones de trabajo distintas, que posiblemente hagan necesarioadaptar la terminologa, si bien, como he querido dejar claro desde un principio, lateora de la argumentacin es una teora en evolucin, y no hay que descartar que laprofundizacin en su aplicacin a la diacrona obligue a matizaciones que mejorenel sistema de anlisis. Es aventurado determinar a priori qu frutos podra dar lautilizacin de esta teora (que a estas alturas, no est representada nicamente porlos precursores Ducrot y Anscombre) pero me gustara presentar algunas de laslneas de trabajo en que se podra probar su operatividad, y sealar en qu sentidose podra relacionar con otras lneas de investigacin ya emprendidas.

Si partimos de la definicin de argumentacin que se daba en los primerostrabajos de Anscombre y Ducrot, encontramos un frtil campo de actuacin en lostextos medievales y clsicos. Una concepcin restringida de qu es laargumentacin, separada de la argumentatividad radical que hoy se postula, podraacercarnos a la consideracin de cmo se constituyen internamente los discursos deorientacin argumentativa en la diacrona del espaol.

El anlisis de discursos de tipo argumentativo medievales y clsicos presentauna ventaja para el investigador que quiera aplicar en ellos las ideas de Ducrot y

2 En la parte final de este trabajo de J. J. Bustos se hace un utilsimo repaso por los aspectos

que para la diacrona del espaol se podran estudiar a la luz de la teora del anlisis del discurso.Bustos se refiere sobre todo a mecanism