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Políticas públicas para la base ancha

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Políticas públicas

para la base ancha

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olivia tiene una “economía debase estrecha”, sostenida en po-cos productos, pocos actorescompetitivos y pocos territorios

virtuosamente articulados. Ello ha deriva-do en tasas de crecimiento económico mo-deradas y volátiles que han preservado laprofunda desigualdad y mostrado una in-suficiente y lenta reducción de la pobreza.Este capítulo pretende analizar estas inte-rrelaciones, situando la discusión desdeuna mirada histórica y luego coyuntural.Para ello se pregunta primero, ¿qué leccio-nes podemos aprender del pasado? y des-pués, ¿debemos iniciar cambios en el “mo-delo, el “patrón” de desarrollo o en am-bos? Por otra parte: ¿cómo interpretamosel presente?, y en particular, ¿cómo evalua-mos las oportunidades y amenazas queemergen de la economía y de la liberaliza-ción de comercio. Además, ¿cómo nos pre-paramos para el futuro?, es decir, ¿qué es-cenarios describen el paso de una “econo-mía de base estrecha”a una de “base an-cha”? y finalmente, ¿qué tipo de políticaspúblicas, y de manera más precisa, qué ti-po de Estado puede ayudar a construir es-ta economía de base ancha?

Aprender del pasado: ¿Cambiar de patrón o de modelo?

Tres modelos... pero un solo patrón desde 1900

El país vive una larga transición económicaque va desde la era del estaño que colap-só en 1985, y la era del gas, que no termi-na de nacer. Como planteamos en el capí-tulo de introducción de este Informe, lacapacidad histórica boliviana de genera-ción de excedente y producción en el áreade explotación de los recursos naturalescoexiste con una dificultad estructural pa-ra redistribuir dicha riqueza a fin de gene-rar empleo e ingresos en beneficio de lapoblación. Por lo tanto, un buen punto departida histórico es analizar la economíadesde el funcionamiento del modelo eco-nómico o a partir del patrón de desarrollo

que empleó Bolivia a lo largo del último si-glo.Partamos definiendo primero ambosconceptos. Entendemos por “patrón dedesarrollo”, el conjunto de dotaciones defactores de producción (ventajas compa-rativas: laborales, capital y recursos natu-rales) y los mecanismos dinámicos de in-serción internacional (ventajas competiti-vas: liberales o proteccionistas). Por otraparte, entendemos por “modelo de des-arrollo” el modo por el cual se administrael patrón, sea éste de corte liberal, estatalo mixto.

El gráfico 10.1 esquematiza la historia eco-nómica boliviana desde la perspectiva delos modelos y los patrones. Un detalle saltaa la vista: Bolivia ensayó una serie de op-ciones en el siglo XX, menos la de promo-ver desde el Estado una economía indus-trializadora y exportadora de base ancha.El siglo nació bajo el patrón del estaño y elmodelo liberal del periodo 1900-1920. Ex-perimentó luego con modelos estatistasaplicados al patrón hidrocarburífero du-rante dos periodos: 1937-1956 y luego1969-1993. Finalmente aplicó un modeloliberal de exportaciones no tradicionalesdesde 1985 hasta el presente.

Dado que, de acuerdo a este Informe, el re-to central del país consiste en pasar deuna “economía de base estrecha” a una“de base ancha”, queda claro que se re-quiere tanto de la multiplicación de nue-vos actores competitivos, como de la di-versificación de rubros productivos en

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Modelo

Liberal Estatal

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Estaño1904-1952

Estaño1952-1985

Petróleo1920- 1937

Petróleo1937- 1956

Exportación notradicional 1985-2005

Gas1996-2005

Gas 2005?

Exportación notradicional 2005?

Economíapopular 2005?

Base ancha

Base estrecha

GRÁFICO 10.1 Modelo económico vs. patrón económico

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función de un nuevo escenario de inser-ción internacional, que articule la plata-forma exportadora con la economía po-pular y redistribuya el excedente, la pro-ducción y la riqueza. Resulta, por ello, ne-cesario concentrar nuestra atención en el“patrón” de desarrollo de largo plazo, enlo que se refiere a las dotaciones de facto-res de producción, oportunidades de in-serción internacional y mecanismos insti-tucionales sociales y culturales, más queen el “modelo” que sólo se refiere a lamanera de administrar, de forma liberal oestatista, el patrón de desarrollo.

El cuadrante competitivo: recursos naturales con valor agregado

¿Cómo iniciar la transformación de una es-tructura económica de base estrecha enuna de base ancha? Primero, aprovechan-do las ventajas comparativas de la dota-ción de recursos naturales del país. El pri-mer paso es, sin duda, aprovechar lo quetenemos en abundancia de la mejor mane-ra. Segundo, sin embargo, esto implica pa-sar del cuadrante de recursos naturales pri-marios al de recursos naturales industriali-zados. En cierto sentido, la diversificación

El Plan Bohan: un intento de diversificaciónUn informe de la misión económica de los

Estados Unidos, presidida por Mervin Bo-han y entregado al gobierno boliviano en1942, fue el primer intento serio de diversifi-cación de la economía boliviana. Conocidocomo el Plan Bohan, se trató de un diagnós-tico de la economía, del cual se desprendenrecomendaciones sobre estrategias, planesy proyectos, estudiados en gran detalle. Setrata entonces del primer estudio metódicode la economía boliviana, sus problemas yposibles soluciones.

El diagnóstico se inicia con una sobria ra-diografía de la situación del comercio exte-rior en Bolivia, poniendo al descubierto nues-tra rígida condición de país monoproductor.El texto se detiene a considerar el significadode la extrema dependencia de las exporta-ciones de minerales, puesto que la mediaanual de ingresos en divisas disponibles, sise toma en cuenta la población total nacionalde aquel entonces (3.472.000 habitantes),representaba apenas $us.7.48 por habitanteal año.

En este sentido, el Plan Bohan planteauna diversificación de la base productivade la economía boliviana a través del des-arrollo agrícola que permitiese la sustitu-ción de importaciones. Para lograr dichoobjetivo, el informe recomienda una agresi-

va intervención del Estado, sin embargo,reconoce las grandes limitaciones referi-das a la falta de conexión entre oriente yoccidente.

En lo demás, el Estado tenía que modificarsu política impositiva castigando las tierrasprivadas improductivas o revirtiéndolas aquienes podían trabajarlas. También debíamodificar su política de precios, establecien-do estímulos para la producción, pero sinsubsidiar la baja productividad. Asimismo,resultaba necesario que se procediera con lainstalación de complejos agroindustriales,asumiendo la directa construcción y admi-nistración de los mismos, además de la ex-plotación directa de las materias primas. Fi-nalmente, el informe recomendaba que elEstado debiera ser el encargado de la co-mercialización directa de la producción, asícomo de la adquisición de equipos e insu-mos.

Al observar las estrategias del Plan Bohan,se desprenden las razones por las que el go-bierno de entonces, como expresión de losintereses mineros y terratenientes, optó pordejarlo en el olvido. Tuvieron que pasar 10años para que se vieran realizados algunosde sus proyectos, para lo cual fue necesarioel acceso al gobierno de una nueva genera-ción política.

Fuente: Arrieta, et. al.

RECUADRO 10.1

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de nuestra industria agroindustrial (soya yoleaginosas) en los años 80 y la diversifica-ción de nuestras manufacturas livianas(textiles, cuero, maderas, joyería) en los90, ha seguido este rumbo. Hoy tenemosun corazón exportador que genera valoragregado a partir de la industrialización derecursos naturales. Tercero, requerimos re-pensar el rol del Estado con respecto a lapromoción de nuestro cuadrante competi-tivo. No es necesario sólo reacomodar el“rol del Estado”, sino alinear el norte eco-nómico con una propuesta coherente a ni-vel de Estado, sector privado y sociedad ci-vil.Esta tarea la bosquejaremos en la sec-ción final de este capítulo.

Por lo pronto, quedan algunas preguntas porcontestar: Primero, ¿por qué apostar por elcuadrante de recursos naturales industria-lizados y no por el de productos primariosintensivos en mano de obra o intensivosen capital? La respuesta emerge cuando serevisan los precios relativos de factores adisposición de la economía boliviana. Paraser competitivos con textiles confecciona-dos en China, producidos con mano deobra excesivamente barata, tendríamosque bajar el nivel de vida de los trabajado-res del sector de confeccionistas o subven-cionar los costos de transporte. De manerainversa, si quisiéramos competir con la in-dustria manufacturera de automóviles deAlemania o Estados Unidos tendríamos,entre otros, que aumentar el grado de cali-ficación de los recursos humanos de nues-tra economía, bajar la presión tributaria yflexibilizar aún más las condiciones labo-rales de dicha industria para atraer capita-les frescos y así competir con las casas ma-trices. En ambos casos, la economía boli-viana no haría un buen uso de su ventajacomparativa.

El segundo interrogante es: ¿cómo sabemossi una industria basada en recursos natura-les es competitiva o no? Esta pregunta noslleva al terreno de la política comercial y dela integración regional. Muchas de las ven-tajas competitivas de las que gozamos hoyestán basadas en la explotación de los re-cursos naturales y no son sostenibles en el

tiempo, salvo bajo la aplicación continuade aranceles preferenciales para Bolivia.En el largo plazo, las tendencias de inte-gración comercial nos llevan hacia una li-beralización en dos fases: primero a la in-tegración bilateral y regional en procesosgraduales (esto es cierto tanto con la CAN,el MERCOSUR, como con un futuro Trata-do de Libre Comercio, TLC con EEUU); ysegundo, a la liberalización multilateral demercados agrícolas y de textiles del norte,en el marco de la Ronda de Comercio deDoha. En ambos casos, la economía boli-viana tendrá que ganar competitividad an-tes y durante estas fases. Esto implica, enalgunos casos, preparar el terreno desdeahora, es decir, 5 o 10 años antes del cam-bio en los patrones de inserción comercial.

Finalmente cabe preguntarse: ¿cómo se tie-ne que preparar el camino para ingresar alcuadrante de recursos naturales industria-lizados en los próximos años? Dos obstá-culos estructurales continúan limitandonuestra capacidad nacional de transforma-ción estructural efectiva. Primero, los altoscostos de transporte que derivan, entreotras cosas, de la diversidad geográfica bo-liviana, su mediterraneidad y el legado deuna débil integración en infraestructuracaminera, energética y de telecomunica-ciones ((Gallup, Gaviria y Lora, 2003; Ga-llup,Sachs y Mellinger, 1998; The WorldBank y Sachs, Mellinger y Gallup, 2001).Reducir estos costos debe ser una priori-dad continua de cualquier administracióngubernamental, más allá del vaivén ideoló-gico o preferencia por uno u otro rol del Es-tado en la economía. En segundo lugar es-tán los altos costos que acarrea hacer ne-gocios, los que derivan de un clima de in-versiones poco competitivo, tal y como locomprueba nuestro posicionamiento en elranking mundial de competitividad elabo-rado por el World Competitiveness Reportcada año (en 2004, Bolivia ocupó el puesto98 de 104 países en indicadores de com-petitividad, fuente, World CompetitivenessReport 2004-2005). La simplificación detrámites ya muestra resultados y deberáser acompañada de una menor interven-

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ción burocrática en el proceso mismo deconstitución de empresas, operaciones,pago de impuestos y cierre. Ambos costos,los de transporte y los de clima de nego-cios, hacen que se perpetúe el patrón ex-portador de materias primas en el país. Enla sección final de este capítulo propondre-mos medidas de política pública que com-plementan la reducción del costo sistémi-co de competitividad discutido acá.

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¿Por qué no competimos ni con Asia ni con Europa?Para evaluar las ventajas comparativas

entre regiones es necesario analizar la es-tructura exportadora de cada región y hacerla comparación en el plano mundial. Deacuerdo al documento “Reflexiones pararetomar el crecimiento”, realizado por laCAF en el año 2004, las ventajas compara-tivas se las realiza utilizando el índice deVentaja Comparada Revelada, que muestravalores que fijan las ventajas o desventajascomparativas que tienen los países respec-to a determinados bienes. Es decir, si el re-sultado es mayor a uno, significa que la re-gión está especializada y por lo tanto puedetener una ventaja comparativa. Si, por elcontrario, el valor es menor a uno, la regiónpresenta una desventaja comparativa res-pecto a las otras regiones.

De acuerdo a los gráficos adjuntos es po-sible verificar que América latina tiene ven-tajas en productos primarios y recursos na-turales y que las mismas se han ido acen-tuando con el tiempo. Adicionalmente, laregión sigue adoleciendo de una posiciónde desventaja comparativa en las exporta-ciones de manufacturas y en particular enbienes de alta tecnología. Sin embargo ca-be recalcar que esta última ha disminuidolevemente, sobre todo por el incremento dela actividad de maquila.

Fuente: CAF, (2004).

RECUADRO 10.2

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America Latinay El Caribe

CAN Este Asia yPacífico

Países deingresos medios

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CAN Este Asia yPacífico

Países deingresos medios

OECD

La necesidad de un nuevo rol para el Estado

El Estado boliviano pasó de tener un rol “in-terventor” en la economía minera e hidro-carburífera en los años 70 y 80 a ejercer unrol “regulador” de los servicios en los años90. Para algunos, el pronto “retorno” natu-ral del Estado a la economía es a los queha-ceres de los años 70 y 80. Para otros, el rol

GRÁFICO 10.2 Ventajas comparativas

COMBUSTIBLES

MANUFACTURAS

PRODUCTOS DE ALTA TECNOLOGÍA

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minimalista no fue cumplido a cabalidad yrequiere aún más recortes en la proporcióndel gasto público y en la proporción delPIB. Este es el clásico debate “liberal/nacio-nal” de los últimos tiempos. Desde este In-forme quisiéramos subrayar otra dimen-sión del debate en torno al “rol del Estado”,es decir, ya no la dimensión “cuánto”, sinola de “dónde” y “cómo”. Partimos del su-puesto de que hace falta sustituir los malossubsidios por unos buenos, malos meca-nismos de redistribución por otros efecti-vos, malos procesos de protección porunos que funcionen, pero sobre todo, hayque cambiar la incoherencia en la inter-vención estatal por la coherencia en la par-ticipación estatal de mediano y largo plazo.

¿Qué significa apuntalar un Estado coheren-te orientado a la promoción de recursosnaturales industrializados en el siglo XXI?Significa reconocer que el actual vínculodel Estado con la economía es dual, frag-mentado e inconsistente con respecto a losactores y rubros del “cuadrante competiti-vo”. En el capítulo anterior repasamos al-gunas de dichas inconsistencias, referidasa actores económicos, organización delpoder ejecutivo, legislación y financia-miento.

Por otra parte es fundamental reconocerque la participación fiscal del Estado co-mo proporción del PIB está en uno de suspuntos más altos en los últimos 20 años,sin que por ello se materialice un apoyosostenido a la actividad económico-pro-ductiva en el país. Gran parte del aumen-to sostenido del tamaño del Estado se dade manera inercial con incrementosanuales en el número de pasivos en el sis-tema de pensiones, y re-categorizacionesy nuevos ítems en los sectores de educa-ción y salud. Hoy el Tesoro General de laNación asigna más del 90% de su caudaltotal a los rubros de pensiones, educa-ción, salud y al pago de la deuda externae interna. Los tres primeros son esencia-les para el desarrollo de capital humano yprotección social en el país, pero descri-ben un escenario en el cual no caben po-sibilidades reales de “redistribución des-

de el Estado”. Por ello, nuestra propuestade política pública y readecuación del roldel Estado es la “redistribución desde laeconomía”, detallada en la sección finalde recomendaciones de este capítulo.

Redistribuir desde la economía: políticas públicas para la base ancha

A lo largo de este Informe planteamos la ne-cesidad de ir “más allá de la economía delgas”, para sentar las bases de una econo-mía competitiva, pero también redistribu-tiva. Compartimos la opinión de que ya noes suficiente aprovechar una buena coyun-tura económica, sino hacerlo para avanzarhacia una transformación estructural quesiente las bases de una “economía de baseancha”. La pregunta esencial es “cómo”,sin caer en los lugares comunes de la dis-cusión académica y teórica, ni en los luga-res propios del debate coyuntural en nues-tro país.

Por supuesto se trata de un desafío de enor-me magnitud para Bolivia, pues las prácti-cas, normas e instituciones que sostienenla “economía de base estrecha”, tambiénsostienen una “sociedad de base estrecha”donde se trunca la movilidad social en eltercio más alto de la población, y una “po-lítica de base estrecha” que reproduce elprivilegio de pequeñas elites a partir de lasdualidades de poder y la fragmentacióninstitucional. Antes de “salir de la crisis” o“salir del modelo”, Bolivia requiere “salirdel patrón” de desarrollo de base estrecha.

Los impactos probables de nuevos proyectosde exportación e incluso de los planes deindustrialización del gas pueden conspirarcontra este desafío. Esto porque, por un la-do, el escenario inercial de consolidaciónde la Bolivia del gas, analizado en el pre-sente capítulo, prevé un impacto relativa-mente modesto sobre la trayectoria delcrecimiento económico –hasta alcanzartasas del orden del 5 o 6%- a costa de con-solidar elevados niveles de desigualdad ymostrar escasos resultados en materia dereducción de la pobreza. Por el otro, por-que la consolidación de la “Bolivia del gas”

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sí tendrá impactos significativos sobre losrecursos fiscales –entre 2% y 5% del PIBcada año- y con ellos, puede consolidar lascaracterísticas rentistas y prebendales deun Estado cada vez más debilitado.

Frente a ello, la transición exitosa hacia unaeconomía más diversificada, con más ac-tores productivos competitivos y mayorcapacidad de generación de empleo e in-gresos, iniciará, sin duda, una transforma-ción de las condiciones sociales y políticasque subyacen el “patrón de desarrollo”. Ala inversa, cambios sociales y políticos enlos próximos años también afectarán el rit-mo de la transformación económica boli-viana. Pero, ¿es posible generar un círculovirtuoso, que rompa con los eslabona-mientos regresivos entre política de baseestrecha y economía de base estrecha? Silos bolivianos debaten ampliamente en laAsamblea Constituyente sobre una nuevainstitucionalidad que genere nuevos meca-nismos de participación e inclusión políti-ca –y por lo tanto que rompa con la “políti-ca de base estrecha”- es preciso delinearuna agenda de redistribución desde la eco-nomía que desafíe la inercia de la “econo-mía de base estrecha”.

Para ello, partimos de algunas premisas quedefinen el alcance de nuestra propuesta.Primero, tenemos una visión del punto dellegada. En los próximos 10 o 15 años laeconomía boliviana es y será competitivaen el “cuadrante” de exportación de recur-

sos naturales con valor agregado. Boliviano podrá competir con China en bienes in-tensivos en mano de obra y no será com-petitiva con Estados Unidos o Europa enaquellos intensivos en capital y tecnología.Sin embargo, sí podrá competir en produc-tos manufactureros andinos y agroindus-triales orientales. Esto significa apostar poruna inserción internacional competitivaque maximice nuestra capacidad de inno-vación en torno a ventajas comparativasnaturales. También significa aumentar laproductividad del agro y de servicios y co-mercio para sumar productores en el cua-drante manufacturero.

Por otra parte, creemos que los actores de es-te punto de llegada son en su mayoría, ac-tores de lo que denominamos la economíapopular, rural y urbana. No podremos salirdel círculo vicioso de “crecimiento empo-brecedor” (este año 2005, creciendo al4%, el número absoluto de personas bajola línea de pobreza se incrementará enaproximadamente 100.000), si los benefi-ciarios del crecimiento no están entre losdos terciles más pobres de la población.Una restricción particularmente insidiosaes el alto nivel de desigualdad, que perduraa pesar de reformas sociales y económicasde los últimos 50 años. Tendremos que re-distribuir desde la economía para nivelarel campo de juego y crear incentivos paraque pequeños productores, artesanos, co-operativistas y asociaciones de producto-res se beneficien de proceso de insercióninternacional.

Al mismo tiempo entendemos que la únicamanera de avanzar es emprender una do-ble articulación de la economía boliviana.Por un lado, tendremos que articular (ex-ternamente) la economía exportadora anichos en los cuales es competitiva. Porotro lado, tendremos que articular (inter-namente) a actores de la economía popu-lar a exportadores e industriales para ge-nerar una capa económica más competiti-va a largo plazo. Esta doble tarea requieredesmitificar la idea de que enclaves degrandes inversiones de capital en la indus-tria del gas natural podrán crear empleo,

¿Será triangular la prosperidad?El consultor y columnista colombiano Jorge Zapp escribía

hace algún tiempo lo siguiente: “Cada boliviano debería pre-guntarse, como el Chapulín Colorado: ¿para qué soy bueno? Elegresado del Saint Andrew´s para convencer en inglés al tosta-dor en Londres, el cafetalero yungueño para producir una fra-gancia única en el mundo. El agricultor de achiote en el Chaconecesita al químico que lo transforma en bixina. La pastora dealpacas, requiere a Beatriz Canedo Patiño para que interpretecon diseño y credibilidad la moda cambiante de Düsseldorf...”.

Fuente: Zapp (2005)

RECUADRO 10.3

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pero también de que actores de la econo-mía popular, solos, autónomos y fragmen-tados podrán generar ingresos significati-vos sin articulaciones con otros actores.

Con estas premisas sobre la mesa, conside-ramos tres dimensiones que requieren dela acción de políticas públicas, y de mane-ra particular, de un nuevo rol para el Esta-do en Bolivia. Si las articulaciones que ne-cesitamos no ocurren de manera espon-tánea y si la redistribución de activos e in-gresos que requerimos tampoco se hacenpresentes, entonces, ¿qué rol prevemospara el Estado? Por otra parte, si el Estadoque queremos tampoco se materializa enel corto plazo, ¿cómo construirlo? Estastres preguntas enmarcan las reflexionesdetalladas a continuación. Si bien los“sospechosos de siempre” –mediterra-neidad, diversidad geográfica, clima deinversiones, trabas burocráticas—presen-tan obstáculos formidables para el creci-miento económico en Bolivia, hablare-mos en esta sección de obstáculos microy meso que impiden la generación de una“economía de base ancha”. Nuestra histo-ria económica muestra que no es sufi-ciente crecer, ni elevar las tasas de ahorroe inversión, si no se genera empleo e in-gresos de manera competitiva en la basela pirámide económica.

Articular para crecer

Para los actores y sectores que ya generanvalor agregado en base a recursos natura-les, su mayor problema consiste en no po-der aprovechar más un mercado existente.Para estos actores, Bolivia tiene acceso a100 o 1.000 veces más mercado de lo quepuede abastecer con atomizadas cadenasde producción, apuntaladas por una inte-gración vertical inflexible o amenazadapor una fragmentación microempresarialmuy flexible. En otras palabras, viven unproblema de oferta, pero no de demanda.

¿Por qué la explosión de mercados (CAN,MERCOSUR y ATPDEA) no se tradujo enuna explosión de producción, procesa-miento y exportaciones? La respuesta es

porque la economía boliviana no se articu-la ni invierte en las capacidades gerencia-les, financieras y de recursos humanosque requiere una economía articulada. Es-tá plagada de “fallas de mercado” y “de Es-tado” que imposibilitan dar un salto pro-ductivo en industrias basadas en recursosnaturales (Rodrik, 2004; Hausmann, Ro-drik y Velasco, 2004) .

Cola de león: articular para acceder a mercados

Desde el punto de vista de la mayoría de losactores de la economía popular, ser partede una cadena de valor agregado se reducea la experiencia de ser “cola de león”, esdecir, la situación de proletarios o subcon-tratados que proveen mano de obra bara-ta, pero no reciben los beneficios de la ca-dena de valor. Si bien este es un patrón co-mún en las cadenas de recursos naturales,no es una fatalidad. Intervenciones estata-les focalizadas y dirigidas a atacar cuellosde botella y estructuras de mercado nocompetitivas ayudan a generar incentivosde articulación. Estas son, en síntesis, polí-ticas que redistribuyen mercado dentro dela propia cadena de valor. Veamos de in-mediato algunas medidas recomendablesde política pública.

a.Subsidios de articulación debajo del es-labón de procesamiento3: Un problemade muchos productores agropecuarios enBolivia, es que la estructura de acopio desu producción es monopsónica (existe unsolo comprador). Esta estructura de mer-cado tiende a desincentivar la articulación,porque los productores tienen incentivospara “saltar” el eslabón de acopio y hacersu propia comercialización de manerafragmentada, dispersa e irregular. El aco-piador, a su vez, tiene incentivos para dis-persar territorialmente a los productorespara así mantener su poder de compramonopsónico. Subsidios focalizados paraproductores que logran acuerdos con com-pradores a precios mutuamente acepta-bles, ayudan a generar un mercado máscompetitivo y a expandir la producción en

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los eslabones iniciales de cadena de valor.Lo importante es que el subsidio va dirigi-do a generar acceso a mercado, no a com-pensar la pobreza, ni a moderar la exclu-sión de manera genérica. ¿Quién puedeabsorber el riesgo de rubros no probados?La filosofía detrás de este tipo de interven-ción consiste en ayudar a que los produc-tores pequeños no asuman todo el riesgode un nuevo emprendimiento o de la ex-pansión de la producción existente.

b.Crédito y otros instrumentos financie-ros para la articulación encima del esla-bón de procesamiento (Klapper, 2005;Bakker, Klapper y Udell). Cuando se subeen la cadena de valor hacia procesadores ycomerciantes, emergen otras fallas demercado que hacen difícil expandir la pro-ducción en el punto de comercialización.Para los pequeños procesadores de made-ra o cuero, el problema central quizá nosea la producción en sí, ni el procesamien-to, sino los periodos muertos entre entre-ga y entrega hacia el eslabón comerciali-zador. Corresponde sumar a esto que enalgunos casos, la venta de sus productoses pagada 60 o 90 días después de entre-ga, una vez que el comercializador demercado final (interno o externo) acomo-da su producto. La incertidumbre entrepedido y pedido, y las brechas en el tiem-po de pago, genera incentivos perversos ycontinuos para “diversificar sin especiali-zar”. Se materializa una falla de mercadocrónica que premia las transacciones decorto plazo, castiga la confianza y alargaperiodos de subutilización de la mano deobra y capital de los pequeños producto-res. Para este tipo de falla de mercadoexiste un abanico de instrumentos de po-lítica que premian la articulación de largoplazo entre eslabones de procesamiento ycomercialización. Uno de los más conoci-dos es el factoraje, un instrumento finan-ciero, por el cual se paga con un descuen-to el “recibible” del procesador, 60 o 90 dí-as antes de la venta final. Este pago haceposible que se reduzcan al máximo lostiempos muertos de pequeños producto-res y transfiere el riesgo de productores

pequeños a comercializadores internos oexternos con mayor volumen y liquidez fi-nanciera.

c.Asociatividad para acceder a mercados(CEPAL, 2004 Dini y Stumpo, 2004; Dini,2002). Las estructuras de mercado mono-pólicas y monopsónicas inducen a que losproductores se asocien para lograr mejoresprecios de su producto (asociación compe-titiva), y en algunos casos, integren verti-calmente hacia adelante, con eslabones devalor más altos (asociatividad vertical). Laasociatividad competitiva se hace másefectiva si emerge en torno a un mercadosemi-público apropiable para los socios dela asociación. La apropiación debajo deleslabón de acopio tiende a girar en torno aun acceso a mercado que no sería posiblede lograr de manera fragmentada y disper-sa. Esto ocurre tanto en los mercados deacopio de la soya como en la minería coo-perativizada. La asociatividad vertical esmás difícil, porque supone la capacidad decrear competencia a los eslabones supe-riores de la cadena de valor. Ejemplos exi-tosos de integración desde la asociatividadtienden a derivar en nuevas empresas,asociaciones o cooperativas, “incubadas”por el eslabón anterior. En ambos casos,tanto para acceder a mercados en mejorescondiciones, como para integrar vertical-mente sobre la cadena de valor, la asociati-vidad puede generar economías de escalay redistribución de riesgo que hacen posi-bles negocios que, solos y fragmentados,son poco rentables para pequeños produc-tores urbanos o rurales.

Cabeza de ratón: articular para crear mercados

Para una minoría de los actores de la econo-mía popular que ya participan como líde-res de cadenas de valor en mercados com-petitivos, sean éstos formales o informa-les, el freno mayor a su capacidad de ex-pansión es la capacidad de crear merca-dos seguros para sus propios proveedoresde bienes y servicios. Los segundos, terce-ros y cuartos eslabones de la mayoría de

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las cadenas de valor están firmemente an-clados en las prácticas de “diversificaciónsin especialización” de la economía popu-lar. Un micro o pequeño productor en elsegundo o tercer eslabón no tiene incenti-vos de especialización, porque, entre otrascosas, carece de mercados seguros u hori-zontes de certidumbre en torno a su pro-ducción. Un proveedor de la cadena deexportación de madera, por ejemplo, pro-vee marcos de puertas como una de susvarias actividades. El resto del año, cuan-do no tiene demanda para ello, construyebancos para la escuela, muebles para la fe-ria local, juguetes para la época de Navi-dad y miniaturas para Alasitas. ¿Cómo re-vertir este patrón en ventaja de todos losproductores?

a. Incubar más Pequeñas y Medianas Em-presas (PYME) (Peres y Stumpo, 2003). Pa-ra experiencias bolivianas de incubaciónde empresas ver Fundación Bolivia Expor-ta (www. fbe.org.bo) y Fundación PRO-DEM (www.prodemffp.com).

: La creación de más unidades productivasviables y competitivas desde la economíapopular es parte causa y parte efecto deuna economía anclada en un patrón dedesarrollo de recursos naturales prima-rios. Muchas de las barreras para la crea-ción de más PYME vinculadas a la indus-tria de recursos naturales tienen que vercon el clima de inversión y las “desventa-jas de la formalización”, percibidas en elcorto plazo. Sin embargo, casos exitososde asistencia técnica financiera y no fi-nanciera en América Latina y Boliviamuestran las ventajas de mediano y largoplazo de la formalización en torno a nego-cios rentables. Por “formalización” se en-tiende mucho más que la mera legalidaden la constitución de una unidad producti-va o su estatus tributario. Incluye, de ma-nera clara, el paso de la lógica gerencial debase familiar a una de base estrictamentegerencial, pero también la adopción detecnología apropiada para la especializa-ción flexible y el acceso a nichos dinámi-cos de mercado. La literatura internacio-nal muestra que la mayor parte de los ne-

gocios realizados por las PYME se dan conotras similares, para lo cual es necesario irconstruyendo una masa crítica y un tejidoempresarial más denso.

b.Mercados financieros para PYME (BID,2005): Además de los obstáculos usualespara el financiamiento productivo en Bo-livia, los escollos al financiamiento espe-cífico de las PYME son significativos. En-tre ellos están los altos costos fijos depréstamos para los pequeños producto-res, los elevados costos de monitoreo depequeños y numerosos créditos y los con-tratos imperfectos que generan incenti-vos a la mora o no pago. Todos estos fac-tores dificultan la provisión de servicios fi-nancieros a las PYME, que a diferencia delmicrocrédito requieren de análisis y cali-ficación de riesgo continuos para garanti-zar la sostenibilidad del negocio. LasPYME se encuentran atrapadas en unaparadoja financiera: son demasiado“grandes” para merecer tratamiento mi-crocrediticio, pero son demasiado “pe-queñas” para amortiguar los costos deoperaciones, supervisón y recolección delmercado de medianos y grandes créditos.Algunos instrumentos financieros queconfrontan este dilema incluyen: 1) ga-rantías muebles que agilicen el mercadocolateral, 2) factoraje y otros mecanismosde descuento entre proveedores y com-pradores finales, y 3) garantías recíprocasentre compradores y vendedores sobreuna cadena de valor, 4) asistencia técnicano financiera para preparar a las PYME.

Las necesidades de financiamiento de cadaPYME difieren una de otra y, son en granparte, idiosincráticas a rubro y posiciónen la cadena de valor, por lo cual el des-arrollo de mercados financieros para lasPYME requiere de una acción decidida delEstado para facilitar este despegue.

c.Asociatividad para crear mercados (CAF,2004; Venables, 2002; Porter, 1999): Laasociatividad que genera valor para los“cabezas de ratón” es distinta en naturale-za, a la de los “cola de león”. Lo imprescin-dible para los pequeños propietarios no esromper la estructura monoposónica o mo-

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nopólica de mercado, sino construir un te-jido horizontal de confianza, especializa-ción y creación de valor, con otros peque-ños productores. Los ejemplos de los dis-tritos industriales de Gamarra en Lima odel norte italiano sugieren un patrón repli-cable. Los distritos industriales funcionanmejor si se construye un tejido industrialcomplementario, de alta especialización yflexible a las demandas del mercado. Laasociatividad para la creación de valor sesustenta en potenciales economías de es-cala que ayuden a enmendar fallas de co-ordinación e información en los mercados.

La literatura internacional sobre “clusters” o“conglomerados” sugiere aplicaciones paraalgunos sectores industriales y microindus-triales que, a lo largo de la cadena, ganan si-nergias y aprendizaje horizontal generadorde confianza, además de una cultura em-prendedora entre pequeños productoresen competencia a través de proximidad ge-ográfica. Más importante que la asociaciónen sí es el objeto de asociación que puedecrear nuevos mercados a partir de procesosdinámicos de innovación entre producto-res, procesadores y comercializadores.

Redistribuir para articular

Hace 30 años, el caso de Malasia, descritoen el capítulo de introducción, podría serequivalente a la Bolivia de hoy, salvo poruna importante excepción: la desigual-dad. Malasia, una “economía de base es-trecha”, basada en enclaves de estaño yuna economía agrícola de subsistencia, setransformó en 30 años en un emporio “dela base ancha” con una inserción interna-cional diversificada, cimentada en manu-facturas livianas y recursos naturales convalor agregado. En este periodo, bajaronlos niveles de pobreza de cerca de 60% al8% de la población. La salvedad entre Bo-livia y Malasia es que allá los niveles dedesigualdad hace 30 años eran bajos (uncoeficiente de concentración de 0.3 com-parado con el coeficiente de 0.58 de ennuestro país). Algunas de las intervencio-nes de política pública requeridas para ar-

ticular cadenas de valor, descritas arriba,serán impracticables por el alto nivel dedesigualdad y el alto nivel de pobreza ab-soluta en Bolivia. Se requiere, sin lugar adudas, de un nuevo impacto redistributivopara impulsar a miles de pequeños pro-ductores incipientes. Pero, ¿cómo encami-nar una redistribución compatible conuna economía abierta, que aspira a crearriqueza de manera sostenible? Veamos al-gunas posibles respuestas.

a.Redistribuir activos (Szekeley y Atanassio,2001; Moser, 1998; Birdsall y Londoño,1998): A diferencia de los ingresos, queson flujos volátiles, los activos son concen-traciones de capital que generan ingreso.En los últimos 30 años, incrementos en losniveles absolutos activos de capital huma-no (educación y capacidades laborales)han creado oportunidades para una gene-ración de bolivianos. En los últimos 50años, la redistribución de activos de capitalfísico (tierra) con la Reforma Agraria, tam-bién ofreció oportunidades a una genera-ción de actores productivos. Sin embargo,estos cambios no fueron lo suficientemen-te agresivos como para modificar la estruc-tura de distribución total de ingresos en eltiempo. Hoy, la concentración de activoses tan o más pronunciada que la de ingre-sos (Gray Molina, UDAPE). Esto es preocu-pante para toda la población, pero es aúnmás nocivo para los deciles del medio de ladistribución, que ya tienen acceso a servi-cios educativos, capacitación laboral,oportunidades de mercado y que seríanproductores vinculados a cadenas de valor,salvo una limitante estructural que inhibela emergencia de nuevos emprendimien-tos: acceso a activos físicos y de capital.

Este “cuello de botella” no se resuelve concrédito ni instrumentos financieros detercera generación, porque en realidadasí se plantearía un clásico problema delhuevo o la gallina, es decir, ¿cómo prestarcrédito o apalancar riesgo para actoresque no llegan al umbral requerido paraser sujetos de crédito o apalancamiento?,o, ¿cómo atacar uno de los obstáculosmás restrictivos de la inexistencia de nue-

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vos “emprendedores” y “tomadores deriesgo” en Bolivia? Ayer, como hoy, la res-puesta está en la redistribución de acti-vos. Esta vez, sin embargo, dos tercios delproblema se encuentran en la economíaurbana, donde los activos útiles deben serfungibles en capital para varios empren-dimientos. Se requiere una “reformaagraria” para activos que no son la tierra.Muchos de los instrumentos que se discu-ten en este Informe, apuntan hacia esa sa-lida. Se necesita de una política focalizadade intervención en cuellos de botella quelimitan o extinguen la capacidad de hacernegocios. En algunos casos, el activo po-dría ser un horno de secado de maderapara un grupo de carpinteros; en otra, elacceso a un parque industrial con servi-cios como luz, teléfono e infraestructura,que tienen carácter de bien público. Enotros casos, el activo sería un mataderopara la industria de curtiembres o un siloque acopia grano para productores agro-pecuarios. En todos los casos, es un activofísico o de capital, que no se materializarásin ayuda directa del Estado.

b.Redistribuir mercados (Fairbanks y Lind-say, 1997): Para cada eslabón de la cade-na de valor, sea cual fuere el rubro, “elmercado” es, en términos prácticos, el es-labón inmediatamente superior. Al pen-sar en “redistribución de mercados”, loque sugerimos es visualizar las ventajascompetitivas y redistributivas de hacercada vez menos monopólico o monopsó-nico—cada eslabón de la cadena de valor.En algunos casos, esto significa redistri-buir mercados del primer eslabón (com-pras estatales, compras del mercado in-terno o nichos de mercado de exporta-ción), pero frecuentemente, significa re-distribuir potencial de mercado a actoresde los eslabones intermedios de la cade-na de valor. Esto implica “abrir” mercadosque estaban capturados por un solo actor(alianzas con el acopiador, procesador ocomercializador final), pero también “cre-ar” mercados que no existen (generarnuevas sub-cadenas en función de cade-nas existentes).

Desde un punto de vista más macro, el retode expansión de oferta en el cuadrante derecursos naturales industrializados, pasapor profundizar el tejido productivo, quevincula actores y mercados heterogéneosentre sí. La acción del Estado ayuda a re-distribuir, en este caso, del comercio haciala industria, y de los grandes hacia los me-dianos y pequeños productores.

Nuevas reglas para la economía

Cuando pensamos en un nuevo rol para elEstado, nos encontramos entre dos extre-mos del debate nacional y latinoamerica-no. Nos situamos entre aquellos que re-claman por un Estado minimalista, dedi-cado a los sectores sociales y a la provi-sión de bienes públicos y aquellos queabogan por uno productor, que explota,industrializa y exporta desde el sector dehidrocarburos y de otros recursos natura-les. Creemos que lo que requiere la eco-nomía boliviana es cambiar de patrón dedesarrollo, en base a la agregación de va-lor de sus recursos naturales, la diversifi-cación de su base de exportación y la mul-tiplicación de actores productivos compe-titivos. También precisa articulacionesentre exportadores y sus proveedores debienes y servicios de la economía populary mecanismos de redistribución de acti-vos y mercados que hagan posible la arti-culación entre actores y la creación deotros nuevos. Los tres “roles” requierende nuevas modalidades de intervencióndel Estado. Describimos, a continuación,lineamientos de dicho rol, que sin duda,se aplicarán de manera diferenciada conactores productivos heterogéneos, a lolargo y ancho del país.

a.Alianzas público/privadas para la inno-vación (CEPAL, 2004). Quizá la “falla deEstado” más importante que queda de losfragmentos del periodo 1985-2005, es laausencia de escenarios de concertaciónpúblico-privados. Los vacíos de coordina-ción e información que caracterizan a laconstrucción y ampliación de mercadosen el actual contexto mundial, requiere

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de una efectiva coordinación público-pri-vada, que no debe estar tan cerca que in-duzca la captura estatal de uno u otro sec-tor, ni tan lejos que deje toda la políticaeconómica en manos de burócratas y téc-nicos bien intencionados, pero alejadosde la realidad de los pequeños y media-nos productores, los artesanos, los coope-rativistas, las comunidades campesinas eindígenas. La tarea central de la alianzapúblico-privada no debe ser “escoger ga-nadores” ni satisfacer “demandas”, sinoasegurar innovaciones productivas, co-merciales e industriales continuas queaseguren la competitividad y distribuciónde riqueza del conjunto de actores de laeconomía nacional.

Las innovaciones del cuadrante de industria-lización de recursos naturales tienden a sermayores a las del cuadrante de recursosnaturales primarios, por lo que se requierede ductilidad y flexibilidad para aprove-char nichos de mercado existentes o crearnuevos en función de cambios internacio-nales o domésticos. Los últimos meses hanmostrado que la economía exportadoraboliviana está preparada para asumir el re-to: el número de productos de exporta-ción, la mayoría por montos y volúmenesmínimos, saltó de 800 a 1.300 productosentre 2003 y 2004. Esto sugiere que la bús-queda de nuevos nichos en coyunturas fa-vorables y la consolidación de nichos exis-tentes es parte de la práctica habitual delos empresarios bolivianos. El Estado ne-cesita apoyar a estos innovadores, muchosde los cuales fracasarán en su intento decaptar nuevos mercados, pero algunos delos cuales, sentarán las bases de las nuevasexportaciones no tradicionales de los pró-ximos 10 años.

b.Promover actividades, no sectores (Ro-drik, 2004; Hausmann y Rodrik, 2004) Lanueva política industrial no debe concen-trar sus esfuerzos sobre sectores de la eco-nomía, sino en actividades específicas quesignifican cuellos de botella para actores alo largo de la cadena de valor. Los resabiosdel enfoque sectorial son poderosos y reco-nocibles en la propia organización del po-

der ejecutivo y los mecanismos de concer-tación corporativos entre Estado y sectorprivado. Las actividades que sí merecen dela intervención son heterogéneas, pero tie-nen un punto en común: ayudan a promo-ver la capacidad de innovación de actoresarticulados entre sí. Entre las actividadesque califican, se encuentran los subsidiosfocalizados sobre la cadena de valor, la pro-moción de instrumentos financieros parala producción, los mecanismos transpa-rentes de redistribución de activos urbanosy rurales, los que redistribuyen mercadosy otros instrumentos financieros y no fi-nancieros que promueven el aprovecha-miento y la creación de nuevos mercadosen el cuadrante de recursos naturales in-dustrializados.

Un paso en la dirección correcta son las prio-ridades establecidas en el Diálogo Nacio-nal 2004, que se concentran sobre “agen-das productivas”, que involucran infraes-tructura y servicios financieros y no finan-cieros, adaptados a las necesidades de pro-ductores pequeños locales y regionales. Alcrear un mandato para “agendas producti-vas”, el Diálogo evitó la tentación de “esco-ger ganadores” y/o responder a “deman-das” que fragmentan el potencial impactode una intervención estatal. El Foro deCompetitividad de 2005 también constru-ye una plataforma deseable de serviciospara cadenas de valor agregado, la mayo-ría de las cuales se concentra en cuellos debotella y actividades sujetas a fallas demercado de coordinación o información.Ambos ejemplos sugieren un cambio en laconcepción de lo “productivo” desde el Es-tado y alientan una renovada agenda depromoción productiva, focalizada en acti-vidades y no en sectores.

c.La mejor incubadora es la propia eco-nomía popular: Parece trillado afirmarque la mayoría de los exportadores boli-vianos no nacieron exportadores, sinoque ensayaron sus primeras armas en lossectores de comercio y/o el mercado in-terno de producción y procesamiento. Sinembargo, y en el lenguaje de este Infor-me, nacieron en la “economía popular”,

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incluyendo, en algunos casos, la econo-mía popular informal, ilegal o de contra-bando. Bolivia tiene hoy una franja de ac-tores pequeños y medianos productoresdemasiado pequeño para la demanda dearticulación externa existente. Al mismotiempo, genera empleo demasiado esca-so o subutilizado para la oferta de articu-

lación interna. La “doble articulación” in-terna y externa, descrita en este capítulo,requiere de nuevos actores productivosque emergerán tanto de la economía po-pular urbana como de la economía popu-lar rural en los próximos años. Haremosbien en reconocer este potencial produc-tivo y promoverlo desde el Estado para

Diversificación conespecialización. Caso: Empresa NaturalezaNaturaleza es una empresa boliviana me-

diana que inició sus operaciones en 1993 co-mo una Sociedad de Responsabilidad Limi-tada (SRL) y un capital inicial de 50 mil dóla-res. En inicio, la empresa contaba con 10 em-pleados, hoy son 80,dedicados sobre todo ala actividad agroindustrial.

En la actualidad, la empresa es una Socie-dad Anónima (con la incorporación de Pro-dem y Cidre), que se fortalece en el aspectosocial mediante la incorporación de sus tra-bajadores como accionistas. Se trata de unaempresa agroindustrial especializada en in-fusiones naturales y ecológicas, cuyos pro-ductos mantienen una presencia internacio-nal y liderazgo nacional en dicho mercado.En la actualidad la empresa exporta la mitadde su producción a los mercados de Colom-bia, Costa Rica, México, Estados Unidos,Italia y Rumania.

La empresa trabaja con proveedores de in-sumos situados a los largo de todo el país.Las relaciones que se establecen entre losmismos son de largo plazo y llegan a influen-ciar en aproximadamente 300 familias.

Jorge del Castillo, miembro de Naturaleza,afirma sobre el tema: “Cuando hablamos deintegración hacia atrás, nos referimos a quetenemos contratos de largo plazo con losproveedores, es decir, no hay sólo compraseventuales, sino que hemos generado unared de proveedores por la que te empiezas ainteresar por sus necesidades (por ejemplode asistencia técnica), porque eso va impac-tar en tus resultados”.

Para formalizarse, Naturaleza dio tres pa-sos muy importantes: mejoró la gestión em-presarial, construyó sistemas de informacióny organizó la información legal disponible.Los pasos tomados dentro de la gestión em-presarial pasaron por la constitución de ungobierno corporativo, la formalización de latoma de decisiones gerenciales y por unaplanificación estratégica empresarial de lar-go plazo.

En cuanto a los sistemas de información seoptó por mejorar los sistemas internos degeneración de información, las auditoriasexternas para avalar la situación empresarialy promover la transparencia además de lossistemas de monitoreo de gestión y controloperativo y de seguimiento.

Finalmente, en lo que respecta a informa-ción legal, se llevó a cabo la formalización dela situación legal de la empresa, tanto de ac-tivos como de pasivos.

Fuente: Fundación Bolivia Exporta. Entrevista a Jorge delCastillo- Gerente de inversiones

80

60

30

10

1993 2003 2004 2005

GRÁFICO 10.3 Número de trabajadores en la planta de Naturaleza

Fuente: Fundación Bolivia Exporta

RECUADRO 10.4

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bien de todos los actores sociales y pro-ductivos de la economía boliviana.

El énfasis sobre la economía popular no tie-ne la intención de excluir a los otros acto-res de la economía que no están en los sec-tores no transables, informales o extrale-gales. Lo que sí debe promoverse es la visi-bilización de un sector que ya cobija a másde 3 millones de personas de la población

económicamente activa. Más allá de laeconomía del gas, los actores de la econo-mía popular construyen espacios de sobre-vivencia y, en algunos casos, nichos decompetitividad que merecen ser rescata-dos y promovidos desde la política pública.Más que “microdesarrollo”, este sector ne-cesita articulación con otros actores com-petitivos del país.

Reglas para muchos: El Compro Boliviano¿Qué es el Compro Boliviano?El Decreto Supremo 27328, más conocido

como “Compro Boliviano”, promulgado el 31de enero de 2004, es una herramienta queapunta a reactivar la economía interna a tra-vés de la recuperación del mercado nacionalpara la producción nacional. De acuerdo almarco legal, todas las instituciones del Esta-do están obligadas a adquirir sus productos,bienes y servicios del sector productivo na-cional cuando las licitaciones sean por mon-tos inferiores a Bs.8 millones. Las oportunida-des que dispone parten de la adecuación delos requerimientos de las instituciones a lascaracterísticas y posibilidades del sector pro-ductivo, además de ofrecerle condicionespreferenciales de participación. En este mar-co, se ha promulgado la normativa que facili-ta el acceso de las MYPE, a las Asociacionesde Pequeños Productores urbanos y rurales,a las Organizaciones Económicas Campesi-

nas, a artesanos, cooperativas y otros, a lascompras menores (hasta Bs. 160.000).

¿Cómo se benefician los productoresbolivianos?A partir del Compro Boliviano, los micro- y

pequeños productores se favorecen conventajas que motivan una producción concalidad, puntualidad y eficiencia, a través dela concesión de preferencias en todas lascompras y adquisiciones demandadas porlas entidades públicas y municipales a laspropuestas que presenten un mayor porcen-taje de insumos y mano de obra nacionales.

Beneficios observadosA pesar de que la medida se implementó

con demora a partir del segundo trimestredel año 2004 (Plan Bolivia Competitiva y So-lidaria. Ministerio de Desarrollo Económico) yque fue afectada por la disminución en 8%de las compras totales del sector público, losimpactos positivos observados hasta el mo-mento se resumen en los siguientes puntos:- Inyectó a la economía Bs. 925 millones por

compras menores que favorecieron a losmicro y pequeños productores, que se ad-judicaron 995 nuevos contratos.

- Las compras de bienes de producción na-cional fueron apoyadas por los gobiernosmunicipales, que registraron un incremen-to de 16%. Las prefecturas también regis-traron un incremento, aunque un poco másmodesto de 1%.

- El sector público no financiero registró unefecto de sustitución en sus adquisicionesa favor de la producción nacional, crecien-do de una participación de 6.4% a 11.8%comparativamente entre 2003 y 2004.

TABLA 10.1 Derecho preferente hasta 1 millón de bolivianos

Descripción Otras Para MyPE´s, APP,empresas OECAS, artesanos,

coracas y mineríaGarantía de seriedad de propuesta 1 a 15% 1%Garantía de Cumplimientode contrato 7% 3,50%Experiencia requerida 100% 50%

Fuente: Cartilla Informativa del Compro Boliviano

RECUADRO 10.5

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Corolario: no todo se reduce a la economía

Si alguna vez, la historia política boliviana pa-reciera describir una “armonía de las des-igualdades” entre actores populares y éliteshacendadas y mineras, la historia contem-poránea sugiere que este patrón de acomo-dación está, si no llegando a su fin, al menossiendo fuertemente cuestionado(Gray Moli-na, 2004; Irurozqui, 1994). Bolivia necesitacanalizar las presentes tensiones sociales ypolíticas en “desarmonías que igualan” pa-ra confrontar los desafíos de la multicultura-lidad, la integración social y la competitivi-dad económica. Mucho del cambio requeri-do es simbólico, cultural e inmaterial. Cuan-do reconozcamos a actores de la economíapopular como iguales, no tendremos quepensar en “compensación”, “focalización”ni “lucha contra la pobreza”. Podremos, en-tonces, pensar en “articulación” y “comple-mentariedad”.

Debemos avanzar hacia una Bolivia integra-dora de regiones, clases y etnias. Nuestroreto mayor está en viabilizar que la eco-nomía genere mayores posibilidades pa-ra la realización y autorrealización de lascomunidades y los individuos. El desarro-llo humano plantea una visión que trata alos actores sociales y productivos como fi-nes y no como medios del desarrollo. El“desarrollo como libertad” depende denuestra capacidad como sociedad paraasegurar la igualdad de ejercicio de esta li-bertad más allá de nuestra adscripción declase, grupo étnico o identidad regional.¿Podremos construir nuevas identidadesintegradoras a partir de lo que nos une yno de aquello que nos divide? La respues-ta, inequívoca y visibilizada por las milesde articulaciones diarias entre actores dela economía popular y exportadora dice“sí….pero más allá de la economía delgas”.