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Por Javier García Arredondo T ras las elecciones autonómicas y municipales algo se ha movido y mucho ha cambiado. El corri- miento de tierra que ha provoca- do la entrada de nuevos partidos ha carga- do el aire de electricidad. Todos tienen ar- gumentos para decir que el otro ha perdido, casi nadie puede defender que haya gana- do. Las urnas han dejado pequeños deste- llos de electricidad estática bailando en el aire buscando con quien pactar para hacer tierra. Solos no pueden. Hoy nadie puede solo. Éste análisis nace cojo porque parte de la comparación de los aspectos positivos de la campaña de Ahora Madrid frente a los negativos de Podemos nacional. Aun así, mi conclusión es que la sociedad está más preparada para realizar el cambio que per- sigue Podemos que la propia dirección de Podemos. Estos días se debate si Ahora Madrid o Bar- celona en Común son el ejemplo a seguir en las generales.Si los partidos de izquierdas han de concurrir juntos bajo un nuevo nom- bre que les defina en igualdad, o si Podemos ha de ir con su propia marca y que se sume quien quiera seguirles en un “Podemos-…”. Podemos aduce que los éxitos de Carmena y Colau son una excepción, que se deben a su personalidad y que en la mayoría de co- munidades han ido mejor en solitario que junto a otros. Todo y nada es demostrable. Una frase de la película JFK decía que “la fí- sica teórica ha llegado a probar que un ele- fante puede estar colgado del rabo atado a una margarita y no caerse”. Pero no sólo no es demostrable que hubiesen sacado menos votos con una plataforma en las autonómi- cas, sino que además se ha perdido una opor- tunidad. Por ejemplo, Valencia. Podemos y Compromís han reclamado estos días que juntos tienen muchos mas votos que el PSOE. Tarde y mal. Pero la pregunta realmente pertinente, si Podemos quisiese pensar en las causas y no en las consecuencias, es ¿qué tenía de es- pecial la candidatura de Ahora Madrid para que sacase una diferencia tan abrumadora a Podemos? Y, por mucho que el quién haya sido importante, lo definitivo ha sido el có- mo y con quienes. En el cómo la esencia de su éxito ha sido escuchar con empatía al que le quería hablar, reconocer los errores mos- trándose vulnerable, no enredarse en el “y tú más”, recoger cualquier idea mejor que la suya propia y hablar desde la ignorancia reconocida. Con humildad. Sin prepotencia ni poses impostadas. Su campaña ha sido in- tegradora con todas las partes posibles, siem- pre en positivo, sin agresividad y desde la normalidad. Normalidad es un concepto res- baladizo, pero a Carmena le ha sentado co- mo un guante. Habla de igual a igual a la ciudadanía, a la misma altura, e incluso en ocasiones se pone por debajo. Podemos ha- bla desde su atalaya. Desde arriba, situando en un plano inferior al que escucha. Su dis- curso es muy similar, pero no han asimilado en su interior que no importa la persona que lidera si no a quién representa. Una de las claves del éxito de Carmena ha sido su insistencia en que ellos no son Pode- mos, ni pertenecen a ningún partido político. Son individuos independientes que forman una plataforma ciudadana. Y esta plataforma no tie- ne una ideología, sino una suma de ideologí- as individuales. Por eso afirma que no es tan importante si se es de izquierdas o de derechas, como si son progresistas o conservadores (los hay de los dos tipos tanto en la izquierda co- mo en la derecha). Es decir, si quieren cambiar la sociedad para que la gran mayoría tenga me- jores condiciones de vida –y que esa mayoría sea el motor de la economía–, o si prefieren preservar las condiciones actuales y aceptar el axioma neoliberal de que sólo los ricos pue- den guiar el progreso de la sociedad y el resto ir a remolque lo mejor que puedan. Carmena lo ha explicado con sencillez sin dejar de res- POLÍTICA / TRIBUNA EL TECHO DE CRISTAL “Una de las razones del éxito de Carmena es su insistencia en que no son Podemos” 40 22–28 de junio de 2015. nº 1115 “Carmena habla de igual a igual a la ciudadanía, a la misma altura, e incluso en ocasiones se pone por debajo”. EUROPA PRESS

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Por Javier García Arredondo

T ras las elecciones autonómicas ymunicipales algo se ha movido ymucho ha cambiado. El corri-miento de tierra que ha provoca-

do la entrada de nuevos partidos ha carga-do el aire de electricidad. Todos tienen ar-gumentos para decir que el otro ha perdido,casi nadie puede defender que haya gana-do. Las urnas han dejado pequeños deste-llos de electricidad estática bailando en elaire buscando con quien pactar para hacertierra. Solos no pueden. Hoy nadie puedesolo.

Éste análisis nace cojo porque parte de lacomparación de los aspectos positivos dela campaña de Ahora Madrid frente a losnegativos de Podemos nacional. Aun así,mi conclusión es que la sociedad está máspreparada para realizar el cambio que per-sigue Podemos que la propia dirección dePodemos.

Estos días se debate si Ahora Madrid o Bar-celona en Común son el ejemplo a seguir enlas generales.Si los partidos de izquierdashan de concurrir juntos bajo un nuevo nom-bre que les defina en igualdad, o si Podemosha de ir con su propia marca y que se sumequien quiera seguirles en un “Podemos-…”.Podemos aduce que los éxitos de Carmenay Colau son una excepción, que se deben asu personalidad y que en la mayoría de co-munidades han ido mejor en solitario quejunto a otros. Todo y nada es demostrable.Una frase de la película JFK decía que “la fí-sica teórica ha llegado a probar que un ele-fante puede estar colgado del rabo atado a

una margarita y no caerse”. Pero no sólo noes demostrable que hubiesen sacado menosvotos con una plataforma en las autonómi-cas, sino que además se ha perdido una opor-tunidad. Por ejemplo, Valencia. Podemos yCompromís han reclamado estos días quejuntos tienen muchos mas votos que el PSOE.Tarde y mal.

Pero la pregunta realmente pertinente, siPodemos quisiese pensar en las causas y noen las consecuencias, es ¿qué tenía de es-pecial la candidatura de Ahora Madrid paraque sacase una diferencia tan abrumadora aPodemos? Y, por mucho que el quién hayasido importante, lo definitivo ha sido el có-mo y con quienes. En el cómo la esencia desu éxito ha sido escuchar con empatía al quele quería hablar, reconocer los errores mos-trándose vulnerable, no enredarse en el “ytú más”, recoger cualquier idea mejor quela suya propia y hablar desde la ignoranciareconocida. Con humildad. Sin prepotenciani poses impostadas. Su campaña ha sido in-tegradora con todas las partes posibles, siem-pre en positivo, sin agresividad y desde lanormalidad. Normalidad es un concepto res-baladizo, pero a Carmena le ha sentado co-mo un guante. Habla de igual a igual a laciudadanía, a la misma altura, e incluso enocasiones se pone por debajo. Podemos ha-bla desde su atalaya. Desde arriba, situandoen un plano inferior al que escucha. Su dis-curso es muy similar, pero no han asimiladoen su interior que no importa la persona quelidera si no a quién representa.

Una de las claves del éxito de Carmena hasido su insistencia en que ellos no son Pode-mos, ni pertenecen a ningún partido político.Son individuos independientes que forman unaplataforma ciudadana. Y esta plataforma no tie-ne una ideología, sino una suma de ideologí-as individuales. Por eso afirma que no es tanimportante si se es de izquierdas o de derechas,como si son progresistas o conservadores (loshay de los dos tipos tanto en la izquierda co-mo en la derecha). Es decir, si quieren cambiarla sociedad para que la gran mayoría tenga me-jores condiciones de vida –y que esa mayoríasea el motor de la economía–, o si prefierenpreservar las condiciones actuales y aceptar elaxioma neoliberal de que sólo los ricos pue-den guiar el progreso de la sociedad y el restoir a remolque lo mejor que puedan. Carmenalo ha explicado con sencillez sin dejar de res-

POLÍTICA / TRIBUNA

EL TECHO DE CRISTAL

“Una de las razones deléxito de Carmena es suinsistencia en que no

son Podemos”

40 22–28 de junio de 2015. nº 1115

“Carmena habla de igual a igual a la ciudadanía, a la misma altura, e incluso en ocasiones se pone por debajo”.EUROPA PRESS

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petar a quien elige la opción conservadora. APodemos le cuesta un mundo explicar cues-tiones tan importantes con suficiente claridadsin que parezcan cálculos electorales. Su esen-cia se percibe más cercana a la del despotis-mo ilustrado: “Todo para el pueblo pero sin elpueblo”. Nos dicen que han venido a salvar elpaís de los poderes fácticos, pero se destila quetambién a salvarlo de sí mismo. Carmena en-tiende que la actitud más importante es la deservicio, no la de la iluminación. Que la so-ciedad no necesita que se la guíe, necesita quese la escuche. Que es importante aceptar quela realidad es compleja y que su simplificaciónsólo lleva al infantilismo y a la radicalizacióninnecesaria. Ahora Madrid ha sido más Pode-mos que Podemos.

El partido, sin embargo, cree que su esen-cia está en su nombre y se agarra a él pen-sando que sólo su marca puede liderar elcambio. Otros pensamos que la marca la hanquemado los medios usando a Monedero,Venezuela, etc. Han conseguido colocarleel techo de cristal de las mejores épocas deIU: 15% y Podemos ha hecho suyo este te-cho con la confrontación, haciéndoles la vi-da más fácil a los que quieren identificarlescon la idea de que son izquierda radical.

Podemos esgrime muchas justificacionespara no confluir, pero la madre de todas hasido Vistalegre. Puede parecer que Moisésbajó de la montaña en Vistalegre con los DiezMandamientos de cómo representar mejorla voluntad del vulgo, pero hay que recor-dar que Pablo Iglesias planteó la consulta enun: conmigo y lo que pienso, o me voy. Levotaron más a él que a una idea, sin por ellodecir que no hubiese salido el mismo resul-tado de plantearlo sin coacciones. Pero lostiempos y las realidades cambian demasia-do rápido. Hoy el clamor es otro y esta du-da se puede solucionar fácilmente con unanueva votación, como por otra parte siem-pre dijo Podemos que haría: toda gran deci-sión se ha de consultar a las bases.

Si Podemos se decide a romper este techode cristal y lleva los hallazgos de Ahora Ma-drid a nivel nacional, pocos podrán rebatirque se podría convertir en la primera fuerzapolítica del país. Y si fuesen de verdad inte-ligentes y consecuentes, esta unión podríano limitarse a IU, Equo, Compromís, Ma -reas…, e incluir a parte de la agonizanteUPyD –como Irene Lozano–, así como a la

facción joven y descontenta del PSOE –li-derada por Beatriz Talegón–. Este capital hu-mano, organizativo y social sería muy útilpara compensar la sensación de que el éxi-to les ha llegado demasiado pronto, que noestán preparados para gobernar, que no haypersonalidades de fuste y solvencia tras lascuatro cabezas de la directiva y repartiría lasresponsabilidades haciéndose con un mús-culo político fundamental y con sus cuadros,que les ayudarían mucho en donde son másdébiles: la España rural. Además podríancompensar la afirmación algo irreal que rei-na en Podemos de que Pablo Iglesias es unlíder indiscutible, que arrastrará a los inde-cisos y formará una gran mayoría. Siendoverdad que es un líder tremendamente ca-rismático, no es menos verdad que provocaun rechazo casi visceral y puramente instin-tivo en no pocos de sus potenciales electo-

res. Muchos estarían interesados en votar aPodemos pero no les gusta lo que les trans-mite su líder. No estaría mal que Iglesias seplantease trabajar sus formas, su lenguajeverbal y no verbal para no provocar seme-jante rechazo, porque sinceramente creo quese debe más a las formas que al contenido.

Es legítimo el miedo a una balcanización,pero todos deberían poder sumar bajo unosprincipios progresistas. Siempre que asumancomo ley todo lo que decidan las bases enla configuración del programa por encimade sus propias creencias y principios. Y pa-ra que esto funcione no hay otro camino queun proceso de primarias abiertas, en el quetodos los líderes y cualquier ciudadano pue-dan concurrir en libertad.

Es más que previsible que la unión se vaa producir, con o sin Podemos. Y que la vana votar tanto los fieles a esos partidos comoalgunos de los votantes de Podemos que de-sean la confluencia.

Me temo que Podemos tendrá que elegirentre unirse a la plataforma pronto y lide-rarla, o tarde y ser uno más. La duda es siPodemos pondrá su ego a un lado y recor-dará que lo importante es el cambio y noquien lo realice. Si no, el techo de cristal leespera implacable. l

“Es legítimo el miedo auna balcanización, pero

todos deberían podersumar bajo principios

progresistas”

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“La esencia de Pablo Iglesias y Podemos se percibe más como despotismo ilustrado: todo para el pueblo pero sin el pueblo”.EUROPA PRESS

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