Política revolucionaria en las luchas concretas – Ricardo Fuego

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    Nada de esto puede sonarle como algo innovador a quien tenga una

    experiencia militante que no se limite a una secta. Todo esto ya se est

    haciendo. No hay ningn impedimento para que una persona que se

    considera de un grupo poltico o ateneo libertario o alguna otra

    iniciativa marcada por una definicin poltico-programtica participe

    en marchas y actos contra la represin, o en repudio al imperialismo,o en apoyo de alguna huelga, tanto a ttulo individual como en

    representacin de su organizacin.

    Pero lo que s parece ser innovador es plantear esta flexibilidad

    tctica-estratgica como algo permanente, como poltica

    revolucionaria.

    Poltica revolucionaria?

    Hay un convencimiento en la izquierda radical no-leninista de que la

    poltica revolucionaria# slo puede ocuparse de determinados temas

    ligados a la lucha de clase radical y en cooperacin con gente que, si

    no piensa igual, al menos piensa parecido.

    No es que esta gente est en contra por principio de las luchas de

    gnero, la transformacin de la vida cotidiana, la autotransformacin

    personal, etc. Es que slo las considera como un deber de solidaridad

    y coherencia personal con lo que se piensa. Lo verdadero est en las

    grandes luchas donde nuestras consignas anticapitalistas tienen

    cabida inmediata al menos en teora.

    Esta concepcin tan limitada de la actividad revolucionaria acorrala a

    los grupos que la tienen o en perspectivas voluntaristas de ver espacio

    para la lucha anticapitalista inmediata donde no lo hay o en

    perspectivas derrotistas y autoexclusivas donde lo nico que queda

    por hacer es la actividad de debate y propaganda principistas, por

    fuerza limitada a crculos marginales.

    En ambos casos se deja a un lado, en los hechos, la mxima feminista

    lo personal es poltico. No slo la participacin en la lucha de clases -

    el que supuestamente sera el terreno con potencialidades

    revolucionarias por excelencia- es marginal y desfasada (resultando

    conservadora o extraterrestre), sino que todo lo dems pasa a ser

    considerado un asunto privado de cada militante individual (se sigue

    manteniendo la divisin alienada vida pblica/vida privada, estandola militancia en la vida pblica). Y as no slo se dan las incoherencias

    del militante varn que promueve el fin de la explotacin entre seres

    humanos mientras conserva con su pareja y/o familia las relaciones

    familiares burguesas y sexistas; tambin se pierden innumerables

    posibilidades de cooperacin con movimientos y agrupaciones fuera

    del mbito de la lucha de clases pero que tambin persiguen objetivos

    progresivos para la autoliberacin de los seres humanos (y, por lo

    tanto, de l*s proletari*s en tanto seres humanos).

    El origen del apoliticismo actual en el ambiente

    revolucionario

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    Este apolicitismo revolucionario tiene su origen en una praxis que,

    en vez de empezar por los problemas prcticos de la realidad social

    empieza por la identidad revolucionaria y la necesidad de su

    autoafirmacin:

    Soy anticapitalista y por lo tanto me opongo al capitalismo y a

    quienes le defienden. Voy a juntarme con quienes se oponen al

    capitalismo tanto como yo para criticar al capitalismo, a sus

    defensores, y a sus falsos opositores; para llevar adelante acciones de

    denuncia, de protesta y de ataque a sus instituciones; y para participar

    en las luchas donde nuestras consignas de oposicin radical puedan

    ser escuchadas y reivindicadas por otros, que tal vez se nos unan y nos

    ayuden a hacer todo lo anterior. As hasta que seamos suficientes para

    hacer la revolucin.Este comportamiento lleva inevitablemente al sectarismo en la

    prctica y al dogmatismo en la teora. Esta situacin de auto-exclusin

    de las luchas y movimientos actuales del proletariado y la

    marginalidad que resulta de ella es justificada de dos maneras

    principales:

    1) El proletariado es estpido y borrego, por ello se deja manipular

    por la burguesa y el reformismo. No perderemos tiempo en convencera nadie. Actuaremos sin las masas y, si es preciso, contra ellas. Esto es

    una guerra y si no se est del lado revolucionario, se est del lado

    capitalista. Ser la profundizacin de la guerra social lo que sacuda a

    las masas de su ensueo y les mueva a tomar una posicin definida.

    2) Estamos en un periodo histrico contrarrevolucionario y por ello

    l*s revolucionari*s vamos a seguir en un estado grupuscular por un

    tiempo considerable. Lo que nos queda por hacer en esta situacin es

    aferrarnos a nuestros principios y dedicarnos a la propaganda de

    palabra y/o de hecho. Eventualmente, de tanto chocarse la cabeza

    contra la pared, las masas se darn cuenta de que tenemos razn.

    Hay dos explicaciones para que los individuos del ambiente

    revolucionario terminen en esta situacin.

    1) Lo nico que les motiva a ingresar en el ambiente radical e

    identificarse como revolucionari*s es la descarga de sus frustraciones

    sociales en forma de oposicin radical a la sociedad actual#.

    2) Tienen una aspiracin genuinamente revolucionaria, pero la

    decadencia del viejo movimiento obrero y la carencia de alternativas

    les hace sentir acorralad*s, y por ello tienden a refugiarse en una

    praxis centrfuga, autorreferencial.

    En el primer caso, la autoafirmacin es coherente con una motivacin

    totalmente egoica. En el segundo caso, la autoafirmacin se utiliza

    como defensa ante un exterior hostil. En el primer caso, el anhelo

    detrs de su praxis cotidiana es vengarse por ser rechazad*s. En el

    segundo caso, el anhelo es que las masas abran sus ojos y vean que l*s

    revolucionari*s tienen razn y slo quieren su bien. En el primer caso,

    se desprecia la aspiracin a crecer numricamente. En el segundo

    caso, se tiene miedo a que si se prioriza lo cualitativo, la cantidad de

    revolucionari*s no crezca lo suficiente o incluso disminuya.

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    Y entonces?

    A esta altura se cae de maduro: los individuos radicales, si quieren

    contribuir realmente a la revolucin de la que hablan, deben superar

    el apoliticismo y meter los pies en el fango de la transformacin de la

    vida cotidiana desde la vida cotidiana real, y no desde unos ideales

    cristalinos (y, por lo tanto, inspidos).

    En vez de hurle a las contradicciones, debemos empezar por

    aceptarlas. Oponindose a las contradicciones no se las resuelve. Y se

    supone que si somos revolucionari*s es porque queremos resolver la

    contradiccin de ser seres humanos que producen y reproducen una

    sociedad que no sirve para realizar nuestra esencia humana.

    Sin un esfuerzo consciente por nuestra autoliberacin psicolgica -ya

    sea por creer que la revolucin no pasa por ah o que por no ser

    racistas/machistas/fascistas/etc. ya somos psquicamente san*s- la

    palabra revolucin es un chiste de mal gusto. Dejando a un lado la

    transformacin de nuestras relaciones sociales ms inmediatas y

    marginndonos en ghettos que slo se comunican con el afuera

    mediante panfletos o pginas webs, no somos ms revolucionari*s que

    el ciudadano demcrata medio.

    La izquierda radical, sea marxista o anarquista, es la forma ms

    sofisticada de recuperacin de los individuos que aspiran a una

    sociedad comunista y anrquica. Pues ya habiendo superado las

    trampas del reformismo burgus y de la socialdemocracia, se cree

    haber llegado al smum de la consciencia revolucionaria, a la creencia

    de irrecuperabilidad. Y es bien posible que podamos eludir las redesdel reformismo burgus y de la socialdemocracia, pero al

    automarginarnos de los movimientos de lucha reales y adoptar

    actitudes anti-sociales con la gente de nuestra vida cotidiana que no es

    del palo, el capital ni siquiera necesita reprimirnos#, porque

    reduciremos nuestra participacin en las luchas cotidianas de l*s

    explotad*s a intervenciones puntuales, y solamente en aquellas

    luchas que nuestros esquemas legitimen como dignas de nuestra

    atencin.

    Una vez nos liberemos de las estupideces izquierdistas sobre cmo

    debe ser y qu debe hacer un revolucionario, podremos ver cmo

    somos y qu podemos hacer en el presente, tanto para transformarnos

    a nosotr*s mism*s como para transformar nuestra relacin inmediata

    con el medio social y el medio natural y proyectar una cooperacin

    revolucionaria local e internacional. Lo que podemos hacer hoy por el

    avance de la autoliberacin humana es muchsimo, y una vez que nos

    abramos a esto nos daremos cuenta hasta qu grado de

    autoaislamiento nos haba llevado la cultura de la izquierda radical

    con sus esquemas de participacin y su psicologa centrfuga.

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    II. Meterse en las luchas sociales concretas

    Breve presentacin

    Este texto lo escrib como colaboracin a la publicacin PARRHESIA

    N 10, boletn de anarquistas de Baha Blanca (Provincia de Buenos

    Aires, Argentina).

    Se me ocurri como sntesis rpida de mi ruptura poltica, terica y

    metodolgica con la izquierda radical tanto en su cosmovisin, su

    programa, su comportamiento poltico y las poses personales

    implicadas en todo lo anterior.

    Considerando que est escrito al vuelo y con consideraciones de

    espacio, me permito aqu algunas clarificaciones previas. El espritu

    del artculo no es participemos de TODO lo que haya alrededor

    nuestro, sin discriminar, es participemos de manera distinta a cmo

    lo venimos haciendo. No va dirigido a revertir el aislamiento a toda

    costa, va dirigido a revertir el aislamiento que es producto de

    concepciones polticas alienadas (las de la izquierda radical).

    Ricardo Fuego, 11 de Agosto de 2010

    * * *

    Muchos de nosotros hemos empezado nuestro camino radical a partir

    de la lucha contra una injusticia en particular. Luego, con experiencia

    y con lecturas, nos hemos dado cuenta de que el problema es ms

    profundo. No es un polica, es toda la institucin. No es un gobernante

    corrupto, es un sistema poltico que responde a la clase dominante. No

    es una empresa, es el capitalismo.

    Cuando tomamos conciencia de que la raz de todos los problemas

    sociales se encuentra en la organizacin social basada en la

    explotacin, y que para solucionar esto se necesita un cambio

    revolucionario de la misma, solemos perdernos en debates estriles

    contra otras visiones que se reclaman revolucionarias e incluso con

    gente de nuestra misma visin sobre cmo llevar a cabo esarevolucin. Dependiendo de cmo respondamos esa pregunta, la

    identidad de revolucionario que tendremos, desde la cual haremos

    nuestra propaganda y nuestras intervenciones en el presente.

    Pero luego de identificarnos con una determinada ideologa

    revolucionaria pasa algo ms grave. Una vez reconocida la diferencia

    entre el camino revolucionario y el reformismo, se suele adoptar un

    enfoque anti-reformista. Y de all viene la abstencin de las luchasreivindicativas y por reformas y por lo tanto el aislamiento del

    movimiento real de los explotados y oprimidos, al cual consideramos

    atrasado por sus ideas y sus mtodos. Pero atrasado respecto a qu?

    Respecto a la situacin histrica y los objetivos inmediatos? No,

    atrasado respecto a las ideas y mtodos que reclamamos nuestros. Es

    un criterio egocntrico. Y es que hacer poltica (aun si se la llama anti-

    poltica) desde una identidad, en vez de hacerla desde las necesidades

    y posibilidades reales del movimiento de los explotados, es

    egocentrismo.

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    Desde esta poltica identitaria todo lo que tenemos que hacer es

    machacar con nuestras ideas y buscar rendijas en las luchas actuales

    donde podamos intervenir sin comprometer nuestra identidad

    poltica (a la que llamaremos principios o programa). Desde esta

    poltica lo ms prioritario es delimitarse, no integrarse. Es oponerse al

    status quo, no pugnar por superarlo.

    Algunos que buscan participar en las luchas sociales de su entorno sin

    imponer sus ideas habrn asentido con la cabeza al leer esto pensando

    que estn exentos de esta crtica. Pero despus en lo que escriben

    sobre esas luchas sociales se nota que lo que ms les interesa no son

    los obstculos que tienen enfrente y cmo superarlos, sino evaluar en

    qu medida estas luchas se acercan a sus ideas, en qu medida el

    movimiento avanza adonde ustedes creen- se encuentran parados,esperndolo (por ms retrica antivanguardista que utilicen).

    El rol del revolucionario consciente no es esperar a que los frutos

    estn maduros para su intervencin. Tampoco es participar en las

    luchas sociales haciendo ultimtums (explcitos o implcitos) sobre el

    carcter que tendrn que tener para poder ser parte de ellas sin

    comprometer sus principios. Tampoco es ser furgn de cola del

    reformismo. El rol del revolucionario consciente es participar del

    movimiento actual de los explotados -tal como es y no tal como se

    quisiera que fuera- para hacerlo avanzar en su desarrollo.

    Ahora, el criterio para definir qu es un avance y qu un retroceso del

    movimiento de los explotados no debe ser una ideologa

    revolucionaria. Debe ser la evaluacin prctica de la lucha en cuestin

    y la historia de ese movimiento. Cosa mucho ms compleja de evaluar,

    porque significa abordar matices que para la ideologa son

    irrelevantes.

    Por culpa del enfoque ideolgico y de la poltica identitaria muchos

    revolucionarios estn ausentes de luchas tales como:

    Las luchas por la igualdad jurdica y los derechos especficos (como el

    derecho al aborto).

    La proteccin del medio ambiente y los bienes comunes.

    Las luchas vecinales (semaforizacin de las calles, asfalto y cordn

    cuneta, iluminacin de los barrios, etc.).En qu se justifica esa ausencia? En que esas luchas son reformistas,

    slo buscan un cambio de legislacin y de las instituciones y por lo

    tanto son un remiendo del sistema (lo cual, para la ideologa del

    cuanto peor, mejor, es inaceptable).

    De esta manera, los revolucionarios se aislan de muchsimos procesos

    sociales cooperativos en los cuales los explotados buscan resolver sus

    necesidades (necesidades que un movimiento parcial, como elmovimiento obrero, no resuelve). O esos procesos adoptan formas

    organizativas e ideas compatibles con nuestra ideologa

    revolucionaria, o nos abstenemos de ellos.

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    Una vez nos demos cuenta de cmo nos autolimitamos se abrir ante

    nosotros un amplio abanico de posibilidades de participacin

    autnoma en lugares tales como la cooperadora de la escuela, las

    reuniones de consorcio, el centro vecinal. Lugares que ni en pedo son

    revolucionarios ni estn previstos en la ideologa revolucionaria

    clsica (como s lo estn los sindicatos, por ejemplo). Se podr objetarque en esos lugares hay mucha ideologa reaccionaria y egosmo. Pero

    es que nosotros no vamos a ir ah a hacer proselitismo de nuestras

    ideas sobre la sociedad y cmo cambiarla, vamos a aportar terica y

    prcticamente para resolver las necesidades comunes que dieron lugar

    a esos procesos cooperativos. No vamos a presentarnos como

    revolucionarios, sino como personas que tenemos intereses en

    comn y quieren aportar.

    A lo que tenemos que apuntar es a lograr una superacin de las

    actuales formas de cooperacin, y slo podemos hacer la diferencia

    cuando participamos autnomamente en los procesos cooperativos tal

    como son. Imponer condiciones ideolgicas a nuestra participacin es

    lo mismo que abstenerse, y la abstencin nunca es revolucionaria si no

    existe una opcin superadora a la que elegir.

    III. Los grupos revolucionarios y la lucha por reformas

    Producto de la distorsin de las teoras revolucionarias clsicas, se ha

    identificado a la actividad revolucionaria con una actividad de

    oposicin radical al capitalismo, y al pensamiento revolucionario con

    el reflejo de esta oposicin en las ideas. La oposicin radical al

    capitalismo significa no slo oposicin radical a las fuerzas que

    intenten conservarlo, sino a aquellas que intenten reformarlo o a

    aquellas que no sean suficientemente revolucionarias a juicio del

    antagonismo radical por excelencia, el anti-todo.

    De esta manera, se ha tomado del pensamiento revolucionario-

    proletario clsico lo que tena de crtico y opositivo al capitalismo,

    excluyendo o subordinando a este aspecto lo que tena de creador y

    propositivo de una nueva forma de vida humana. Esto fue posible, enparte, porque el pensamiento revolucionario-proletario clsico se

    defini en oposicin al utopismo haciendo eje en la lucha de clases y,

    debido a la ilusin optimista de sus actores de encontrarse en un

    periodo pre-revolucionario (cuando en realidad, como sabemos ahora,

    se encontraba en un periodo pre-reformista), se tuvo una excesiva

    confianza en el movimiento obrero de entonces y sus formas de

    cooperacin como el embrin de la nueva sociedad dentro de la vieja

    sociedad. Siendo esto as, la tarea concreta de l*s revolucionari*s

    consista en acelerar ese parto sobre la base del antagonismo radical

    del proletariado con la sociedad burguesa (que entonces se tomaba

    como algo dado, imposible de revertir) en vez de sobre la base de su

    desarrollo positivo como seres humanos integrales.

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    Producto del fracaso revolucionario de este joven movimiento obrero

    (que tom sus formas de organizacin sindical de los gremios feudales

    de artesanos) y de la revolucin productiva de la gran industria y la

    expansin imperialista/colonial de los pases capitalistas avanzados,

    se pudieron generar condiciones para un mejor nivel de vida de la

    clase obrera industrial de los pases capitalistas, lo que hizo posibleobjetiva y subjetivamente la lucha poltica para su inclusin en la

    sociedad civil como ciudadan*s, lo cual configur a la democracia

    burguesa tal como la conocemos.

    Debido a este devenir reformista del movimiento obrero, la teora

    revolucionaria clsica sufri una distorsin que, del lado marxiano, se

    expres en partidos socialistas parlamentarios o jacobinistas que

    integraron la fraseologa histrico-materialista marxiana en unacosmovisin poltica esencialmente burguesa e identificaron al

    socialismo con una economa monopolista de Estado manejada por un

    gobierno socialista. Del lado anarquista, en cambio, la distorsin de la

    teora colectivista y federalista de Bakunin produjo oscilaciones que

    iban entre un espontanesmo obrerista que apostaba sus fichas en un

    sindicalismo apoltico de masas (con opcin de formar o no grupos

    especficos que se dedicaban a propagandizar y agitar la doctrina

    anarquista) y entre un terrorismo individual que, con un escepticismo

    individualista en el movimiento de masas o con intervenciones

    espordicas en l, tena la expectativa de encender la chispa de la

    insurreccin mediante la propaganda por el hecho.

    Como vemos, tanto en l*s epgon*s de Marx como en l*s de Bakunin,

    tenemos un ala moderada (reformista) y un ala radical

    (revolucionarista). El ala moderada, caracterizada por el oportunismo,

    empez viendo a las prcticas reformistas como una forma de ganarse

    a sectores de masas, lo cual le llev a revisar la parte ms rgida de la

    teora revolucionaria y eventualmente al abandono abierto de lafinalidad revolucionaria. El ala radical, ms caracterizada por el

    sectarismo, reaccion ante la deriva reformista con la abstencin y la

    oposicin a la lucha por reformas, y ante la revisin de la teora

    revolucionaria con su defensa ortodoxa. Claro que hubo casos

    intermedios, como los de Rosa Luxemburgo y Lenin, que supieron

    superar esa oposicin inflexible entre reforma y revolucin. Pero en

    ambos casos, sobre todo el de Lenin, la participacin del partido

    revolucionario en la lucha por reformas se vea como un instrumento

    para ganar a las masas a un programa revolucionario diseado por la

    intelectualidad socialista, no como un aporte a la autonoma proletaria

    y el desarrollo de la subjetividad revolucionaria.

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    Debido a todo este lastre que el movimiento proletario viene

    arrastrando desde hace un siglo, hoy la relacin entre l*s

    revolucionari*s y la lucha por reformas se concibe de estas tres

    maneras hegemnicas. Imitacin oportunista del reformismo,

    oposicin sectaria al reformismo, o entrismo revolucionario en los

    movimientos reformistas. Sin embargo, el punto de vista que mspredomina hoy en los grupos radicales, debido a la decadencia del

    reformismo y de sus alternativas pseudorrevolucionarias, es la

    oposicin sectaria al reformismo.

    El objetivo de la militancia revolucionaria no es denunciar y oponerse

    a la actividad reformista, sino superar la actividad reformista, y esto

    significa haber aprendido a realizar por nosotr*s mism*s, y mejor, lo

    que el reformismo proletario aporta de positivo para el desarrollo de

    las luchas inmediatas actuales. Nuestra diferencia con las corrientes

    que toman partido por el reformismo (a las que debemos distinguirdel reformismo de la masa) no es que ellas se dedican a las luchas

    inmediatas y nosotr*s a la lucha revolucionaria, sino que nosotr*s

    participamos de las luchas inmediatas para radicalizarlas

    progresivamente en forma y contenido, promoviendo la cooperacin y

    la autonoma de l*s proletari*s siempre un paso ms delante de donde

    est, con el objetivo de lograr, en el futuro, que la lucha revolucionaria

    sea la lucha inmediata del proletariado. En cambio, las corrientes

    reformistas participan de las luchas proletarias por reformas

    frecuentemente de manera esquemtica, apelando a formas de lucha

    que ya fueron superadas por las circunstancias y que hoy no sirven ni

    para mantener las reformas que todava no fueron abolidas. Por eso la

    participacin revolucionaria en la lucha por reformas en un contexto

    no-revolucionario se manifiesta como un reformismo radical,

    basado en dinamizar al mximo la actividad autnoma de l*s

    proletari*s en vez de poner toda la confianza en un puado de

    dirigentes. Las alternativas a esto son o el abstencionismo de la lucha

    por reformas (que para quienes deben luchar por sobrevivir es

    inadmisible) o la adhesin oportunista al reformismo proletario tal

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    como es hoy (lo que es inadmisible ante su insuficiencia para

    enfrentar al capitalismo decadente).

    Eso en cuanto a nuestra actividad. En cuanto a nuestras ideas, nuestra

    cosmovisin revolucionaria no se define por exclur a la cosmovisin

    reformista, sino por inclurla en un todo mayor, valorando sus

    aspectos positivos y criticando sus aspectos negativos. El reformismoproletario reconoce la explotacin, slo que se limita a intentar

    reducirla o hacerla soportable. En cambio l*s revolucionari*s sabemos

    que el sistema capitalista nunca fue capaz de mantener a tod*s sus

    esclav*s y que, en su fase decadente, necesita elevar la explotacin de

    l*s proletari*s no slo en forma relativa (invirtiendo en medios de

    produccin ms eficientes) sino en forma absoluta (bajando salarios,

    extendiendo la jornada laboral, intensificando el ritmo de produccin,y por lo tanto aumentando la precarizacin y el desempleo). Es

    precisamente porque somos conscientes de los lmites de la lucha por

    reformas que queremos llevarla a cabo consecuentemente sin los

    lmites que le pone el mismo reformismo. Porque ser la vivencia de la

    imposibilidad del capitalismo de conceder reformas (o de mantener

    las ya concedidas) lo que desarrollar la consciencia prctica, a nivel

    de la clase, de la necesidad de suprimir revolucionariamente al

    capitalismo.

    IV. La praxis revolucionaria de vanguardia

    Qu es una vanguardia

    En trminos militares, es la parte de una fuerza armada que va

    delante del cuerpo principal. Estar a la vanguardia significa ir el

    primero, estar en el punto ms avanzado, adelantarse a los dems,

    etc.. Vanguardista es quien profesa opiniones o tiene gustos

    correspondientes a las avanzadas ideolgicas o artsticas.

    En la izquierda se entiende por vanguardia a la parte ms consciente

    de un movimiento, a quien porta la teora revolucionaria, a quien

    practica los mtodos de lucha ms radicales; en suma: a quien, por sus

    opiniones o prcticas, est por delante de las masas.

    Con toda esta carga ideolgica, es en parte entendible el recelo del

    izquierdismo antiautoritario y el anarquismo al trmino vanguardia,

    que les suena tan parecido al de lite. Ms cuando el trmino es

    utilizado de manera proclamatoria por las autodenominadas

    vanguardias revolucionarias (lase sectas leninistas y similares).

    Incluso definiendo a la vanguardia como la parte ms adelantada de

    un movimiento existente (y por lo tanto anulando la estupidez de que

    pueda existir una vanguardia revolucionaria sin un movimiento

    revolucionario), e incluso advirtiendo que lo de ms adelantada es

    algo que se comprueba mediante la praxis de esa parte y no mediante

    lo que esa parte dice o piensa de s misma, queda por definir

    objetivamente qu significa ms adelantada. Respecto a qu y para

    qu?

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    Es claro que, en relacin a la revolucin proletaria y el comunismo, la

    consigna abolicin del trabajo asalariado es ms avanzada que la

    consigna aumento de salarios. Sin embargo, esa consigna avanzada,

    cumplira un papel de vanguardia en una lucha sindical por salarios?

    No, porque esa consigna estara tan por delante del movimiento

    existente que ya no formara parte de l.La funcin de la vanguardia no es slo ir adelante. Esa es solamente su

    circunstancia. El propsito de ir por delante es mostrar el camino al

    resto. Quien est adelante pero camina lento termina siendo empujad*

    por quienes van atrs. Quien va demasiado adelante para que l*s

    dems le vean tampoco cumple un papel de vanguardia. El propsito

    de ser vanguardia es ayudar a avanzar a l*s dems, y ello no slo es

    una cuestin de distancia, sino de saber avanzar por un* mism* ysaber ayudar a l*s dems para que tambin lo hagan.

    La vanguardia de un movimiento, entonces, es aquella parte

    que mejor contribuye al avance general del mismo.

    Praxis de vanguardia y praxis revolucionaria

    Siendo la praxis la actividad psico-fsica consciente con un fin

    determinado, la praxis de vanguardia es aquella que tiene como fin

    cumplir un papel de vanguardia respecto a un determinado conjuntode personas. La praxis de vanguardia es la colaboracin consciente

    con un grupo de personas en pos de la adecuacin de su praxis a sus

    necesidades y capacidades.

    La praxis revolucionaria es aquella que cumple un papel

    revolucionario. En el caso que nos compete, estamos hablando de la

    autoliberacin integral y revolucionaria de la humanidad, lo que

    requiere la autotransformacin revolucionaria de los individuos y la

    transformacin revolucionaria de las relaciones que establecen entre

    ellos y con el medio natural. La praxis revolucionaria es aquella queefectivamente contribuye a este fin.

    Cmo se relaciona la praxis revolucionaria con la praxis de

    vanguardia?

    La transformacin revolucionaria de la vida humana que buscamos es

    la adecuacin de la praxis de la humanidad a la realizacin de todas

    sus necesidades y capacidades; naturales, sociales y psicolgicas. La

    praxis revolucionaria se practica, primero que nada, personalmente,por un* mism*, y tambin, si se encuentra a otras personas que han

    elegido el mismo camino, en cooperacin con ellas.

    Pero en esta adecuacin de la praxis a las propias necesidades y

    capacidades hay personas que estn ms adelantadas que otras,

    aunque slo sea a nivel de consciencia#. Ah entra la praxis

    revolucionaria de vanguardia como la forma en que las personas ms

    adelantadas en su desarrollo revolucionario cooperan con las menosadelantadas en su desarrollo revolucionario. La praxis revolucionaria

    de vanguardia es un momento de la praxis revolucionaria integral que

    est dedicado a la cooperacin autoliberadora con las personas y los

    movimientos que no son (todava) revolucionari*s.

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    Es obvio que un individuo o un puado de individuos no puede

    autoliberarse plenamente si los dems individuos no se autoliberan

    tambin. La autoliberacin individual slo puede ser completa cuando

    alcanza tal profundidad y extensin que logra transformar las

    relaciones sociales de manera tal que rompa todas las cadenas que

    obstaculizan la libertad individual y general. Pero tambin es obvioque, si l*s revolucionari*s sol*s no pueden transformar la sociedad y la

    autoliberacin de un*s no puede suplantar la autoliberacin de l*s

    otr*s, no se puede esperar a que todas las personas alcancen el mismo

    grado de autoliberacin para actuar en el presente y de cara al futuro

    en pos de los objetivos revolucionarios a nivel social.

    Si la cooperacin libre es la caracterstica distintiva de las

    agrupaciones revolucionarias y lo que multiplica los esfuerzos de cadaindividuo revolucionario, entonces la participacin de l*s

    revolucionari*s en las luchas y movimientos no-

    revolucionarios del presente pasa por contribuir a crear y

    establecer formas de cooperacin ms adecuadas a las

    necesidades y capacidades presentes en esas luchas y

    movimientos.

    La praxis revolucionaria de vanguardia no es caer en paracadas en las

    luchas actuales proponiendo objetivos ms radicalizados que los

    inmanentes a la lucha. Los objetivos y las formas de realizarlos que

    tiene cada lucha vienen determinados por el grado de consciencia que

    poseen l*s que luchan acerca de sus necesidades y capacidades. Parte

    de la praxis revolucionaria de vanguardia es poner a disposicin de l*sdems las herramientas necesarias para adecuar su praxis a las

    necesidades y capacidades actuales. Entonces, no se trata de que la

    gente luche ms radicalizadamente por objetivos ms radicales, sino

    de que tome consciencia de cules son sus necesidades y capacidades y

    cul es la mejor manera de emplear las segundas para satisfacer las

    primeras.

    Cuando hacemos propuestas sobre cmo luchar y cmo organizar lalucha no nos interesa que estas propuestas se adapten a cierto

    esquema tcito de cmo debe luchar un revolucionari*, sino que

    estas propuestas sirvan en la prctica presente para desarrollar formas

    de cooperacin adecuadas a las necesidades y capacidades colectivas, y

    que a su vez sirvan para un desarrollo ulterior de las capacidades

    colectivas, lo cual permitir formas de cooperacin ms elevadas en el

    futuro.

    No hay praxis revolucionaria de vanguardia sin insercin en

    la dinmica socio-histrica

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    La participacin de vanguardia en las luchas y movimientos no-

    revolucionarios del presente significa una contradiccin para l*s

    revolucionari*s. Porque su participacin no puede ser como

    revolucionari*s en lo inmediato, sino como no-revolucionari*s, como

    integrantes de aquel movimiento o lucha reformista. En estas luchas

    atrasadas, las consignas e ideas propiamente revolucionarias nocumpliran ningn papel fuera del identitario (mrenme, soy

    revolucionari*).

    Desde una visin anclada en los principios revolucionarios, esta

    contradiccin es inaceptable. Desde una visin anclada en la dinmica

    socio-histrica, lo inaceptable es evadir esta contradiccin.

    Es ms, quien no est dispuest* a enfrentar una contradiccin formal

    entre los principios y la prctica concreta, est condenad* a estar encontradiccin esencial con los principios que dice defender. Porque el

    abstencionismo que algun*s revolucionari*s practican frente a

    algunas luchas impuras les lleva a refugiarse en la teora y no pasar

    de la propaganda abstracta de los objetivos revolucionarios y de

    criticar a l*s dems por no ser revolucionari*s como ell*s. Cuando

    quieren compensar su inactividad con voluntarismo, ven desarrollos

    revolucionarios donde no los hay (frecuentemente presumen que una

    lucha tiene un contenido revolucionario o proto-revolucionario si

    desarrolla formas radicalizadas)#.

    Cules son ejemplos de contradiccin formal entre los principios

    revolucionarios y la prctica? La lucha por la legalizacin del aborto,

    por liberar un compaero de la crcel, por la condena de los

    genocidas, por un aumento salarial o por la reincorporacin de una

    compaera, etc. Casi todas las luchas actuales implican un grado de

    contradiccin con los principios revolucionarios. En las primeras tresla contradiccin est en reconocer al Estado y a la ley burguesa como

    autoridad legtima (aun si la accin poltica consiste en presionar a

    determinadas autoridades). En las luchas laborales generalmente se

    debe reconocer al status quo conformado por sindicatos y funcionari*s

    estatales, aun si nos oponemos y nos rebelamos a ese status quo (las

    huelgas salvajes).

    No hace falta pensar en muchos ejemplos, ni es lo ms importante suexistencia para fundamentar este punto. Ni bien aceptemos la

    perspectiva de insertarnos en la dinmica socio-histrica para ser un

    factor de cambio en ella -en vez de pretender que sta se adapte a

    nuestros deseos- y empecemos a evaluar las cosas prcticamente, nos

    daremos cuenta de la futilidad del principismo tanto para el

    movimiento en general como para nosotr*s mism*s como

    individualidades y agrupaciones revolucionarias. Una vez se renuncie

    a la idea de que tenemos alguna pureza que conservar, se nos abrir

    un abanico de posibles formas de participacin y de colaboracin con

    las personas que tenemos a nuestro alrededor (incluso aquellas que

    conocemos y que no quieren tener nada que ver con lo

    revolucionario).

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    Diferencia entre praxis reformista de vanguardia y praxis

    revolucionaria de vanguardia

    La diferencia fundamental entre el reformismo y la revolucin no est

    en el discurso, los mtodos de accin y organizacin, y las

    herramientas tericas. Est a nivel programtico y, por lo tanto,

    tambin a nivel de cosmovisin.

    El programa revolucionario no se caracteriza por ser opuesto al

    programa reformista, sino por continuar all donde ste ltimo se

    detiene. Nosotr*s podemos participar como un* ms en una lucha

    salarial porque lo consideramos un objetivo vlido y necesario para la

    supervivencia de l*s proletari*s como individuos (ms si la lucha nos

    involucra personalmente). Pero all donde l*s reformistas se

    conforman con la obtencin de la suba salarial y no ven ms all de lavictoria o el fracaso en lograr ese objetivo, l*s revolucionari*s vemos

    esta lucha como un escaln ms en el proceso de autoconstitucin de

    l*s proletari*s en sujeto social consciente de sus intereses (lo cual, a su

    vez, es una fase de la autoconstitucin de l*s proletari*s en sujeto

    revolucionario comunista).

    La cosmovisin revolucionaria, entonces, debe ser ms amplia que la

    reformista y no ms estrecha o especializada. Ya que las posibilidadesque l*s revolucionari*s tenemos para participar en la transformacin

    de la vida humana no son menores que las del reformismo: son

    mayores. Porque nosotr*s no limitamos nuestra participacin segn

    un esquema anti-revolucionario como hacen l*s reformistas.

    Una vez liberad*s de la idea de formar un ghetto revolucionario desde

    el cual intentar ganar influencia sobre l*s de afuera, podemos

    sumergirnos en la dinmica socio-histrica actual para contribuir a

    crear un movimiento revolucionario a partir de ella.

    Por supuesto que ningn camino est librado de errores. Al

    sumergirse en la dinmica socio-histrica hay que cuidar de no serarrastrad* por ella. Eso es conservar nuestra autonoma. Pero el otro

    camino, el del purismo, el del principismo, es directamente un callejn

    sin salida: autonomizarse de la dinmica socio-histrica, lo cual,

    tericamente, lleva a una actitud contemplativa y prcticamente lleva

    a una situacin marginal. En definitiva, es otra manera de dejarse

    arrastrar por esta dinmica, ya que la consciencia que se tiene de la

    misma queda relegada a labores autorreferenciales y no se integra anuestra praxis cotidiana.

    La praxis revolucionaria de vanguardia es la que toma como su punto

    de partida prctico a los procesos cooperativos reales que

    encontramos en nuestra vida cotidiana. Cmo podemos adecuar esos

    procesos a las necesidades y capacidades comunes de quienes

    cooperan? Es en esta labor donde podemos emplear nuestras

    capacidades prcticas y tericas que hemos desarrollado hasta hoy,

    comprobar si estn a la altura de las circunstancias, y ver qu nos falta

    aprender.

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    V. El por qu de la motivacin revolucionaria

    Para que la lucha por nuestras condiciones de vida se transforme en

    lucha revolucionaria-comunista, debemos aspirar a una vida superior

    a la que el capitalismo puede ofrecernos.

    El capitalismo, a lo sumo, slo puede ofrecernos una supervivencia

    ampliada, donde nuestras necesidades bsicas, de supervivencia,

    estn relativamente bien satisfechas, pero nuestras necesidades

    superiores a las bsicas (afectivas, intelectuales, artsticas, etc.) estn

    infradesarrolladas, y su satisfaccin slo pueda ser parcial y a travs

    de medios alienados, funcionales a la valorizacin del capital. La

    sociedad alienada transforma la satisfaccin de estas necesidades de

    autorrealizacin en nuevos servicios comercializables, logrando que

    vuelva a subordinarse lo cualitativo a lo cuantitativo, el ser al tener.

    Pero adems, como resulta evidente observando las condiciones de

    vida del proletariado, esta supervivencia ampliada slo puede ser

    garantizada para una minora del proletariado (sobre todo en los

    pases imperialistas). La situacin normal para la mayora del

    proletariado mundial es apenas la satisfaccin de sus necesidades de

    supervivencia, o ni siquiera eso.

    El capitalismo decadente se caracteriza por ser cada vez ms incapaz

    de garantizar las necesidades de supervivencia o cuantitativas de la

    mayora de la poblacin, y a la vez se caracteriza por desarrollar una

    subsuncin de la vida al capital cada vez ms completa. De manera

    que el capitalismo actual slo puede sostenerse precarizando cada vez

    ms las condiciones de vida de la mayora del proletariado (con laconsiguiente radicalizacin de las luchas y de la represin que esto

    implica) y al mismo tiempo llevando al mximo la alienacin de las

    necesidades de autorrealizacin del proletariado privilegiado. Esta

    frustracin de la autorrealizacin, aun sobre la base de una

    satisfaccin de las necesidades bsicas y suntuarias promedio de esa

    sociedad, incrementa el vaco existencial de los individuos, la carencia

    de sentido de sus vidas, lo que impulsa el aumento de las depresiones

    y estados de ansiedad, junto con la descarga de esta frustracin va

    agresin (sobre un* mism* o l*s dems).

    En este contexto, cmo es posible la existencia de individuos que se

    proponen la superacin revolucionaria del capitalismo, una sociedad

    comunista, etc.? De dos maneras:

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    1) La frustracin radical y repentina de las necesidades de

    supervivencia puede llevar al sector afectado a una lucha salvaje que,

    en el contexto de decadencia del capitalismo y por lo tanto del

    movimiento obrero reformista, debe adoptar formas autnomas de

    actividad. Ante la traicin del viejo movimiento obrero y/o la

    esterilidad de sus mtodos de lucha, l*s trabajador*s se ven en laobligacin de dirigir su lucha de manera autogestionaria. Es en la

    vivencia de esta experiencia de autonoma que algunos de los

    individuos toman consciencia de la necesidad de la organizacin

    autnoma permanente para la lucha. Y a su vez, algunos individuos de

    los que llegaron hasta aqu eventualmente toman consciencia de la

    necesidad de la autonoma permanente para la vida, y del

    antagonismo de esta aspiracin radical con la vida que ofrece el

    capitalismo. El devenir revolucionario de estos individuos empieza por

    la rebelin radical ante la explotacin y las condiciones de trabajo

    impuestas por el capitalismo decadente.

    2) Por otro lado, tambin existe el caso de individuos cuyas

    condiciones de existencia entran dentro de la supervivencia

    ampliada, pero que por cuestiones de crianza y/o vivencias

    particulares, han desarrollado una mayor sensibilidad hacia la

    frustracin existencial que caracteriza a las formas socialmente

    hegemnicas de objetivacin de las necesidades afectivas, artsticas,intelectuales, y comunitaristas. Perciben como caractersticas de esta

    sociedad a la atomizacin de los individuos y la abstraccin

    espectacular de la realidad. El devenir revolucionario de estos

    individuos empieza por la crtica a la vida zombie.

    Como podemos observar, en el caso 1 la radicalizacin depende

    fundamentalmente de la frustracin (mediante su negacin

    autoritaria) de las necesidades de supervivencia, mientras que en el

    caso 2 depende fundamentalmente de la frustracin (mediante su

    mercantilizacin) de las necesidades inmediatamente superiores a las

    de supervivencia.

    El puente que une a la frustracin con la aspiracin revolucionaria es

    la experiencia de autonoma, ya sea en un contexto de lucha colectiva

    o en un camino de autoconocimiento y superacin personal.

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    La praxis revolucionaria consiste, en su aspecto positivo, en la lucha

    por la autorrealizacin radical e integral, individual y colectiva, de l*s

    proletari*s, autorrealizacin que el capitalismo no puede satisfacer. Si

    el capitalismo no puede garantizar la supervivencia de todos los seres

    humanos, menos puede garantizar su autorrealizacin plena, la

    satisfaccin de todas las necesidades humanas, materiales yespirituales, porque esto es slo posible de realizarse en una sociedad

    estructuralmente distinta a la capitalista, donde los individuos se

    reapropien de sus condiciones sociales de vida y por lo tanto de la

    produccin social que determina estas condiciones.

    A qu se orienta la actividad revolucionaria? A la autorrealizacin de

    l*s proletari*s como seres humanos totales, empezando por l*s

    propi*s revolucionari*s. Slo alguien que ya ha iniciado ese camino

    puede ayudar a quien an no lo ha iniciado, y slo alguien avanzado

    en ese camino puede ayudar a avanzar a alguien iniciado. Por lo tanto

    el primer campo de aplicacin de la autorrealizacin revolucionaria

    consciente es siempre la misma persona y la misma vida del

    revolucionario.

    VI. Sntesis de mi concepcin de la poltica revolucionaria

    Juan, vos me hiciste tres preguntas:

    1) Y como elevan las masas, desde si mismas, sin ninguna influencia,

    su nivel de autoactividad, teorizacin y organizacin?

    2) tenemos que esperar que las condiciones objetivas empeoren para

    que la explotacin se haga evidente para todos a travs del hambre y la

    miseria?

    3) como actuamos hoy quienes queremos un cambio radical en los

    medios de produccin y la administracin de la sociedad?

    Empiezo por responder la tercera, que es la central. Mi respuesta es

    que no hay que poner el carro delante del caballo. Primero es cuestin

    de ver cul es la dinmica de la praxis proletaria (accin, organizacin

    y pensamiento) dentro del capitalismo. Recin despus de eso hay quever cmo los militantes por la revolucin proletaria pueden influir en

    la praxis proletaria en un sentido revolucionario. En todo lo que sigue

    respondo tambin, en cierto sentido, tu primera pregunta.

    Los militantes por la revolucin proletaria no estamos por arriba de la

    historia; si revisamos nuestra propia historia personal, veremos que

    somos resultado de un proceso de radicalizacin de la praxis

    proletaria, ya sea que hayamos participado directamente en l ohayamos empatizado con l. Para influir conscientemente -segn

    nuestras fuerzas- en los procesos de radicalizacin proletaria, tenemos

    que conocer cul es su dinmica. Qu los origina, cmo se desarrollan,

    y por qu se estancan y finalmente mueren -o no.

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    La principal influencia que reciben los seres humanos en general y los

    proletarios en particular son sus condiciones de vida sociales, las

    cuales condicionan su comportamiento y su conciencia. Mientras el

    capitalismo tiene cierta estabilidad, las condiciones de vida proletarias

    se mantienen o incluso pueden mejorar (aunque siempre es un

    proceso desigual en las distintas ramas de la produccin, dependiendodel lugar de la regin en la economa nacional y mundial, etc.). Pero

    cuando el capitalismo entra en crisis, est obligado a atacar esas

    condiciones de vida proletarias para crear un nuevo punto de partida a

    la acumulacin de capital (o sea, para superar la crisis en trminos

    capitalistas).

    En toda sociedad donde existen clases, existe la lucha de clases. La

    lucha de clases es una realidad social-natural desde el momento en

    que en una formacin social existen clases con intereses antagnicos.

    Ahora, es importante no hacer un fetiche de la lucha de clases. La

    lucha de clases es una condicin necesaria de la lucha revolucionaria,

    pero no es una condicin suficiente. En condiciones de estabilidad

    capitalista la lucha de clases slo funciona como mecanismo de

    autorregulacin econmica, poltica y cultural. Slo bajo condiciones

    excepcionales la lucha de clases funciona como vehculo de la lucha

    revolucionaria (recordar esto para ms adelante).

    Ante un ataque del capital a su estndar de supervivencia los

    proletarios tienen dos opciones: o acomodarse pasivamente al nuevo

    estndar de supervivencia ms bajo que el anterior (la peor clase de

    derrota: la derrota sin lucha) o defenderse del ataque del capital y

    adoptar un comportamiento combativo, lo cual implica deshacerse de

    las formas de conciencia que eran coherentes con el comportamientonormal anterior. Es ah, en ese momento, cuando los proletarios

    adoptan formas de praxis ms avanzadas, ms coherentes con sus

    intereses y con las circunstancias. Y como todo cambio de

    comportamiento implica un cambio de conciencia, tambin tienen

    apertura mental hacia ideas ms avanzadas. Es slo en ese contexto

    donde la propaganda de ideas avanzadas rinde frutos#.

    El carcter de la lucha proletaria depender de la intensidad del

    ataque capitalista, de las tradiciones organizativas y de lucha con las

    que los proletarios como clase cuenten hasta ese momento, y de la

    conciencia de los proletarios individuales. Ese ser el punto de

    partida, que contiene dentro de s las posibilidades y las limitaciones

    de su desarrollo ulterior.

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    De este proceso de radicalizacin surgen los proletarios militantes. En

    ese momento no se distinguen de los otros proletarios ms que por su

    conciencia individual. Generalmente se trata de individuos que, por

    vicisitudes de su vida personal y/o influencia de otros individuos (que

    pueden ser militantes que surgieron de un proceso de radicalizacin

    anterior), han desarrollado sus capacidades intelectuales y morales(indignacin ante la injusticia, pensamiento crtico, empata,

    capacidad organizativa, liderazgo) ms all de la media. Incluso puede

    tratarse de personas que no forman parte de la masa proletaria

    atacada en ese momento, pero pueden empatizar con ella e

    identificarse polticamente con sus intereses.

    Si esta reaccin proletaria es recuperada o derrotada por el capital

    (como pasa regularmente, siendo la nica excepcin los procesos

    revolucionarios), muchos proletarios que por ese momento fueron

    luchadores de clase, adaptarn su comportamiento al nuevo estndar

    de supervivencia y por lo tanto volvern -aunque slo en apariencia,

    porque la historia siempre va para adelante- a la conciencia anterior,

    retornando a posiciones polticas ms atrasadas#.

    Pero otros proletarios que se han convertido en militantes de su clase,

    aun si se repliegan prcticamente, defendern las posiciones

    conquistadas en su conciencia. Algunos de entre ellos intentarn ir

    ms all, prosiguiendo con su formacin poltico-intelectual y

    agrupndose con otros compaeros militantes. Buscarn la

    continuidad de su militancia de clase en la discontinuidad de la lucha

    de clases.

    Con todo esto quise explicar mi concepcin de cmo surgimos los

    militantes proletarios. Porque para m es comprendiendo este proceso

    como podemos encontrar la clave de qu hacer. Si queremos

    acelerar el proceso de radicalizacin proletaria, entonces tenemos que

    insertarnos terica y prcticamente en la dinmica socio-histrica en

    la que vivimos, y no emplear recetas pensadas para otros tiempos#.Militar por la revolucin proletaria insertados en la actual dinmica

    socio-histrica significa hacer poltica revolucionaria. S que desde el

    anarquismo hay ciertas resistencias a la idea de que los proletarios

    deben hacer poltica, pero como vos dijiste que no te ats a ninguna

    bandera, contino.

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    Los elementos bsicos de una poltica revolucionaria son: programa,

    principios, estrategia, tctica, y cosmovisin.

    El programa es el conjunto de medidas necesarias para lograr el

    objetivo ltimo desde la fase histrica actual en la que nos

    encontramos. En el programa, el nico sujeto es el proletariado

    mundial, y no ninguna organizacin o corriente poltica particular. Enla poltica proletaria-revolucionaria el objetivo ltimo es la sociedad

    comunista-anrquica. Delinear este programa requiere que

    estudiemos la fase histrica actual como una totalidad y como un

    proceso, lo cual quiere decir que tenemos que saber cmo llegamos

    hasta ac y cules son las tendencias hacia el futuro. Basndonos en

    este estudio, vamos a obtener el programa: el conjunto de medidas de

    mnima, transitorias, y de mxima para la supresin revolucionaria de

    la sociedad de clases y el establecimiento de la sociedad comunista-

    anrquica. Las medidas de mnima son las dirigidas a la supervivencia

    del proletariado y a la mejora (o defensa) de su calidad de vida dentro

    del capitalismo: luchas salariales, ambientales, de gnero, etc. Las

    medidas de mxima son la socializacin de los medios de produccin y

    de cambio, la abolicin del trabajo asalariado y de la forma mercantil

    de produccin, la destruccin de la maquinaria burocrtico-represiva

    estatal, etc. Las medidas transitorias son aquellas que hacen de puente

    entre las medidas de mnima y las de mxima, y generalmente son las

    destinadas a la creacin de organismos de clase que unifiquen las

    luchas econmicas, polticas, y culturales y que gestionen o ejerzan un

    control sobre la economa y los asuntos comunitarios.

    Los principios son los mtodos para realizar el programa. Si el

    programa es un mapa que nos indica el camino desde la fase histrica

    actual hasta el objetivo final, los principios son los consejos para

    recorrer ese camino de la manera ms eficaz posible, sin desviarse.

    Los principios revolucionarios son, por ejemplo, la autonoma, el

    apoyo mutuo, la cooperacin, el internacionalismo. Como losprincipios dependen del programa, y las medidas de mxima en el

    programa son prcticamente las mismas desde que se inici la lucha

    proletaria contra el capitalismo, se tiene la impresin de que todos los

    principios son eternos, aplicables a toda fase histrica. Esto no es

    as. El uso correcto que hay que darles es estos son los mtodos que

    funcionaron en el pasado para luchar por estos objetivos, intenten

    regir su comportamiento segn ellos y no estos son los

    Mandamientos de todo revolucionario, si no los cumplen sern

    herejes. Prescindir de los principios es oportunismo, pero intentar

    deducir nuestra accin concreta de ellos independientemente del

    contexto es sectarismo.

    La estrategia es como un programa en miniatura. Una estrategia es un

    plan para ganar una lucha, sea sta de duracin corta (por ejemplo:

    una huelga en una empresa) o de duracin larga (como la lucha por la

    legalizacin del aborto). Se puede armar un modelo de estrategia para

    cada tipo de lucha, pero para armar cada estrategia tenemos que tener

    en cuenta a la lucha concreta. La estrategia tiene que adecuarse a los

    principios y al contexto concreto en que nos encontramos.

    Las tcticas son las distintas formas de accin y organizacin que el

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    proletariado utiliza para luchar por sus intereses. Las podemos sacar

    de la experiencia histrica o pueden ser creaciones nuevas. Si la

    estrategia es un plan para ganar la guerra, la tctica es el plan para

    ganar una batalla. Las tcticas que adoptamos tienen que ser las

    adecuadas tanto a la estrategia que nos hemos dado como a las

    circunstancias concretas en las que nos encontramos.La cosmovisin o visin del mundo est determinada por nuestra

    experiencia prctica y por nuestro pensamiento. Es el factor que

    determina a todos los factores anteriores, pues cuanto ms profunda y

    amplia sea nuestra visin del mundo, ms posibilidad tenemos de

    desarrollar una poltica revolucionaria adecuada al contexto. Pero a la

    vez, es un factor determinado por todos los anteriores, porque cuanto

    ms rica es nuestra actividad prctica y terica, ms riqueza adquiere

    nuestra cosmovisin (todo esto que estoy escribiendo es parte de mi

    cosmovisin, y se relaciona con mi experiencia y mi pensamiento).

    Todos estos factores estn interrelacionados. La poltica

    revolucionaria en su conjunto debe estar sujeta a revisin, crtica, y

    actualizacin. Es en la praxis (ya sea como participantes o testigos en

    la praxis presente, o como analistas en el caso de la praxis pasada)

    cuando somos capaces de darnos cuenta si una tctica fue correcta o

    no, si la estrategia fue adecuada para el contexto, si los principiosfueron vlidos o no (ya sea por caducos o por contrarios al objetivo

    programtico), si hemos caracterizado mal la fase histrica actual y

    debemos redefinir nuestro programa, o si debemos actualizar nuestra

    cosmovisin. De acuerdo a lo que percibimos en la praxis presente o

    pasada, podemos reflexionar y hacer deducciones que puedan generar

    nuevas propuestas aplicables a nuestra praxis actual. La herramienta

    que se encarga de hacer esto se llama teora#.

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    Por qu me extend tanto en explicar mi concepcin de la poltica

    revolucionaria en vez de directamente exponer mi programa? No

    porque no lo tenga, sino porque considero que, entre los militantes

    por la revolucin proletaria, hoy es ms urgente la cuestin cmo

    hacer que la cuestin qu hacer. Si yo describiera mi versin del

    programa de la revolucin proletaria para esta poca sin aclarar cmollegu a l ni fundamentarlo metodolgicamente, es muy probable que

    nos metamos en una discusin llena de malentendidos, donde tarde o

    temprano tendramos que hablar de todos estos temas. Por eso

    prefiero empezar por ello. Porque considero que lo que caracteriza a la

    militancia por la revolucin proletaria en estos tiempos es no slo su

    carcter ultra-minoritario y su aislamiento, sino su falta de claridad

    programtica, de principios, estratgica y tctica, lo cual se explica por

    una cosmovisin pobre y atada a las grandes luchas del pasado.

    Entonces, cules son las tareas de los militantes revolucionarios hoy?

    Mi opinin es: actualizar la cosmovisin proletaria-revolucionaria,

    autotransformarse a s mismos en individuos capaces de vivir en el

    mundo por el que luchan, e insertarse en las luchas actuales de los

    explotados y oprimidos para contribuir a la autonoma de clase de

    estas luchas y a la autonoma personal de los individuos que las llevan

    adelante.

    Para realizar la primera labor, que es el puntapi de las otras dos, es

    necesario s o s superar el localismo y el inmediatismo que impera en

    los grupos militantes actuales y establecer una cooperacin intelectual

    internacional y permanente de los militantes revolucionarios; pues la

    revolucin proletaria es mundial y para ello necesitamos formarnos

    una visin lo ms aproximada posible del capitalismo mundial y de lasituacin del proletariado mundial dentro de l. Cuantos ms puntos

    de vistas incluya, ms acabada ser la imagen que nos formemos de la

    totalidad capitalista y de la totalidad proletaria dentro de ella.

    Ahora paso a responder la segunda pregunta: tenemos que esperar

    que las condiciones objetivas empeoren para que la explotacin se

    haga evidente para todos a travs del hambre y la miseria?

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    Si estamos hablando de realizar las medidas de mxima del programa

    revolucionario (socializar los medios de produccin, suprimir el

    Estado, etc.), y s, tenemos que esperar. No vamos a tomar las

    medidas revolucionarias nosotros solos. Pero no es a las condiciones

    objetivas a las que tenemos que esperar, sino a las condiciones

    subjetivas (que suelen ir en retraso con las objetivas). Tendremos queesperar a que las medidas revolucionarias se conviertan en

    reivindicaciones urgentes (sentidas como tales) para el proletariado.

    Pero no tiene por qu ser una espera pasiva. Ya todo lo expuesto

    arriba lo comprueba. La lucha proletaria por la supervivencia y por la

    calidad de vida no se detiene a esperarnos, y en algunos contextos

    especiales podemos plantear medidas de transicin (por ejemplo, las

    dirigidas a la creacin de un nuevo movimiento proletario). Todo esto

    sirve para acelerar el desarrollo de las condiciones subjetivas, y por lo

    tanto para acortar la espera para aplicar las medidas revolucionarias

    (la revolucin es un asunto de las masas explotadas y oprimidas, no un

    asunto de los revolucionarios).

    En cuanto a las condiciones objetivas, stas siguen desarrollndose

    por ms que las condiciones subjetivas -en apariencia- no lo hagan.

    Con todo lo que est pasando desde el crack financiero iniciado en el

    2008 no hace falta mucha perspicacia para darse cuenta que el

    capitalismo, por necesidad y no por placer, va a seguir atacando a las

    condiciones de vida proletaria de manera cada vez ms intensa ygeneralizada (a todas las ramas de la produccin, a ocupados y

    desocupados, en los pases imperialistas y los perifricos). Esto

    ocasionar que los procesos de radicalizacin proletaria sean ms

    profundos, ms extensos, mejor coordinados nacional e

    internacionalmente, y por lo tanto ms difciles de recuperar o ahogar

    represivamente. Por lo tanto, estamos hablando de mayor cantidad de

    proletarios que devendrn en militantes revolucionarios, y mayor

    radicalizacin de los mismos (pues la decadencia del capitalismo es

    tambin la decadencia del reformismo y del falso revolucionarismo,

    por lo que los militantes revolucionarios debern deshacerse de sus

    taras lo quieran o no).

    Entonces, no es cuestin de cuanto peor, mejor. El ataque cada vez

    ms brutal del capitalismo sobre las condiciones de vida proletaria

    hace que un nuevo estallido revolucionario similar al de la primera

    guerra mundial sea inevitable. Lo que por desgracia no es inevitable es

    que termine en victoria. La misin de los militantes revolucionarios no

    es hacer la revolucin, sino prepararse y preparar a las masas para

    que esa revolucin sea el medio para suprimir definitivamente a la

    sociedad de clases e instaurar la sociedad comunista-anrquica.

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    Notas:

    1- Escrito en enero de 2010.

    2- Por ms atrasada o limitada que sea su forma. Si una lucha expresa

    intereses proletarios es progresiva aunque formalmente permanezca

    dentro del sindicalismo. No hay que confundir el conservadurismo en

    cuanto a formas de praxis con el conservadurismo en cuanto alcontenido de la praxis. En el reformismo proletario espontneo, el

    conservadurismo en las formas de lucha se explica porque l*s

    proletari*s no conocen otras formas de lucha que evalen como

    mejores. En el reformismo como corriente ideolgica, el

    conservadurismo de las formas de lucha es coherente con el objetivo

    conservador de preservar el capitalismo. De manera que en el primer

    caso tenemos una praxis que se encuentra dentro del reformismo pero

    que puede trascenderlo, en el segundo caso tenemos una praxis que

    busca conscientemente obstaculizar quedarse dentro del reformismo.

    3- Si es que aceptan tal definicin. Algunos grupos reniegan de

    cualquier poltica revolucionaria. Hablan, en cambio, de anti-

    poltica, lo cual es evidencia de lo predominante que sigue siendo la

    concepcin de la revolucin como crtica y oposicin de lo existente en

    vez de superacin creativa de lo existente.

    4- No es de sorprender que en los ambientes de este tipo predomine

    tanto el anti. En los casos ms extremos, incluso se habla de

    oposicin a toda forma de sociedad.

    5- A menos que, para descargar nuestras frustraciones y racionalizar

    esto como actividad subversiva, nos dediquemos a axiones que

    atraigan a la represin.

    6- Escrito en Julio de 2010.

    7- Escrito en Agosto del 2009.

    8- Escrito en enero de 2010.

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    9- Por ejemplo, quien es consciente de la necesidad que tiene la

    humanidad de superar revolucionariamente al capitalismo, tiene una

    consciencia ms avanzada respecto a la relacin entre humanidad y

    capitalismo que quien ni siquiera se plantea estas cuestiones, o quien

    piensa que el capitalismo puede ser reformado para que toda la

    humanidad viva digna y libremente, o quien confunde a la superacin

    revolucionaria del capitalismo con su oposicin radical (lo cual puede

    terminar favoreciendo orientaciones pre-capitalistas, como las

    presentes en el fascismo). Aclaracin: estoy hablando de consciencia,

    no de teora. La teora geocntrica no me hace consciente del

    movimiento de los astros, sino todo lo contrario, me da una falsa

    consciencia.

    10- Una subvariante de este comportamiento sectario-voluntarista son

    aquellas personas que se autoproclaman como la chispa que har

    estallar la revolucin, dedicndose a axiones autonomizadas del

    verdadero movimiento de lucha contra el capital, bajo la creencia de

    que este efectismo lograr despertar al movimiento de su letargo

    reformista.

    11- Escrito en Agosto del 2009.

    12- Escrito en marzo del 2010. Fue en el marco de una discusin en

    http://argentina. indymedia. org/news/ 2010/03/723740. php

    13- Quien se olvida de este contexto pre-intelectual piensa que el

    poder de conviccin de las ideas revolucionarias reside en su propia

    argumentacin lgica. De esta manera, convencido de que las

    personas pueden cambiar su conciencia reformista por una conciencia

    revolucionaria por mera conviccin racional, quien piensa as se

    termina convirtiendo en un evangelista de la revolucin, dndole a

    la propaganda programtica y de principios mayor importancia de la

    que tiene. Si esto prosigue, esta persona se termina refugiando en la

    teora pura y aislndose de la prctica impura.

    14- Estas nuevas viejas posiciones incluso pueden ser reforzadas por la

    constatacin empirista de que como la lucha anterior fracas, la forma

    de conciencia de entonces era totalmente errnea. Este es el caso del

    despechado Matas, que en vez de responsabilizarse por sus propias

    ilusiones sobre la clase obrera se desquita con ella por haber tenido

    el descaro de no ajustarse a sus ideales.

    15- Recetas que incluso en esos tiempos fracasaron para emancipar al

    proletariado o lograron totalmente lo contrario, como pasa con la

    mayora de las recetas que conozco.

    16- Cuando nuestro pensamiento se aparta de esta misin (sacar

    conclusiones generales de la praxis para elevar nuestra comprensin

    racional de la misma) se convierte en ideologa. La ideologa es el

    pensamiento autonomizado de la praxis actual, el pensamiento que se

    pone a s mismo por encima de la accin y la percepcin, el

    pensamiento que se da sus propias reglas en vez de regirse por la

    realidad.