Polis 10654 40 La Construccion de Los Buenos Vivires Entre Los Margenes y Tensiones Ontologicas

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  • Polis40 (2015)Buen vivir: alternativa postcapitalista?

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    JuanJaime LoeraGonzlez

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    Referencia electrnicaJuanJaime LoeraGonzlez, La construccin de los buenos vivires; entre los mrgenes y tensionesontolgicas, Polis [En lnea], 40|2015, Publicado el 16 mayo 2015, consultado el 20 mayo 2015. URL: http://polis.revues.org/10654; DOI: 10.4000/polis.10654

    Editor : Centro de Investigacin Sociedad y Politicas Pblicas (CISPO)http://polis.revues.orghttp://www.revues.org

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    JuanJaime LoeraGonzlez

    La construccin de los buenos vivires;entre los mrgenes y tensionesontolgicasIntroduccin

    1 A la luz de recientes movilizaciones de pueblos originarios y grupos marginalizados que hansurgido en Latinoamrica, ha emergido un creciente inters por considerar las diferenciasontolgicas como perspectiva clave para explicar desde una mirada ms amplia demandaspolticas de reconocimiento de derechos colectivos o diferenciados1. El inters por los modosde entender el mundo de manera alterna al de la Euro-modernidad2 y su proyecto neoliberal, hadado pie a revisitar sus supuestos fundacionales, tales como el dualismo naturaleza/sociedad;la prioridad del crecimiento econmico y extractivismo; la jerarquizacin de saberes locales,incluso la tensin de concebir la cultura como estructura simblica para pensar en ella en sudimensin poltica como diferencia radical (Escobar 2012, Blaser 2009, 2010).

    2 En definitiva, lo que est en el horizonte de estas crticas a lo dominante y a la bsqueda de loalterno es la exploracin de nuevas y radicales concepciones de aquello que todava llamamosdesarrollo. Para ello, se requiere de innovadoras vas para entretejer polticas y saberes queestn encaminadas a la construccin de puentes comunicativos, a un dialogo de saberes quetrascienda los graves dificultades y lmites impuestos por la modernidad y al mismo tiempoque logren cimentar espacios de intercambio y construccin.

    3 El presente artculo tiene el objetivo de explorar tres puntos especficos. Primeramente,exploro la necesidad de reconocer la pluralidad de significados, discursos y proyectosrelacionados al Buen Vivir que estn en continua construccin y surgen en diversidad decontextos, y por ende, no se debe limitarse a entenderlo como un solo proyecto terminado.Este punto se abordara en la segunda seccin.

    4 Posteriormente, el segundo punto presento la propuesta analtica de los mrgenes comoespacio-proceso para analizar los proyectos y propuestas en torno al Buen Vivir. Argumentoque dichos proyectos polticos de los Buenos Vivires, surgidos desde los pueblos con historiasdiferentes a la modernidad y que enarbolan formas alternas de convivencia y desarrollo, songeneralmente analizados y concebidos al margen de un solo centro -comnmente siendo estecentro la figura del Estado- cuando se deben visualizar lo que esta fuera del alcance del Estadomismo. Es decir, dichos proyectos estn tambin dentro de la fuerza gravitacional de otroscentros, por ejemplo, las comunidades poltica-ontolgicas indgenas. Por ende, postulo quelos pueblos con otras historias-incluyendo los indgenas en Latinoamrica- se han adaptadoy articulado en el espacio de los mrgenes, a veces identificndose dentro del entramadopoltico del Estado y de la Euro-modernidad y en ocasiones alejndose y posicionndosefuera del mismo. Para ejemplificar este enfoque poli-cntrico, menciono el caso del puebloRarmuri del Norte de Mxico y el pueblo Mapuche de Chile y sus formas de articulacinpoltica fluctuante, en diferentes grados y mbitos. En este sentido, los proyectos del BuenVivir se posicionan en la tensin entre dos fuerzas; ocupando espacios estatales al demandarderechos igualitarios y ciudadana diferenciada, y en ocasiones ocupando espacios fuera de losprincipios del mercado y el estado para fortificar su capacidad autogestiva como poseedoresde proyectos polticos alternos. Es en este balance de fuerzas, en esa tensin no ausente deconflictos y contradicciones, donde hace sentido conceptualizar los proyectos del Buen Vivir.

    5 Finalmente, el tercer punto desarrollado en la cuarta seccin exploro como esta fluctuacinentre ambas fuerzas hace eco en algunos planteamientos dentro de la tradicin de los estudiosdel decolonialidad y del giro ontolgico. Ello se plantear a travs de discutir la pertinencia deabordar una necesidad de dialogo de saberes mediante a la propuesta terica de los mrgenes.En este punto propongo incorporar un sentido procesal en tres momentos; aceptar, en un primermomento, que un proyecto poltico que pretende romper con tantas supuestos de la modernidad

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    debe ser radical en su pretensin decolonial, para pasar a un segundo momento donde habiendodefinido su radicalidad, se pueda generar un dialogo de saberes entre posturas ontolgicasque reconozca el mismo carcter plural y holstico del Buen Vivir. Como tercer momento,incorporo la necesidad de tener mecanismos dentro de los proyectos polticos alternos deseleccionar conocimientos y prcticas de la Euro-modernidad que se quieran incorporar,adems de tener la capacidad de retraerse y disentir del modelo poltico imperante para podergenerar un dialogo en igualdad de condiciones y evitar o por lo menos disminuir las relacionesasimtricas persistentes de la modernidad.

    Buenos Vivires6 Para empezar a hablar del Buen Vivir, creo que hay que comenzar por precisar que hay Buenos

    vivires, en plural, no en singular. No hay una sola definicin del Buen Vivir completa niacabada. De hecho, para Eduardo Gudynas (2011), una de las caractersticas del Buen Vivires que es un proyecto en construccin, cuya idea se refiere ms a una plataforma que a unconcepto acabado y preciso. No es lo mismo el Buen Vivir del cual habla Evo Morales comoexpresin del proyecto de descolonizacin, al Buen Vivir de Simn Yampara (2011), quienhabla de la importancia de la complementariedad de saberes y conocimientos occidental eindgena, o el Buen Vivir de Rafael Correa, lo que l llama socialismo del siglo XXI basadoen continuar con un extractivismo pero que tiene el objetivo de generar y distribuir riquezapara impulsar polticas publicas progresistas; al buen vivir de su compatriota Alberto Acosta(2008, 2011), que tiene una fuerte presencia del enfoque de derechos, incluidos los derechosde la naturaleza; o finalmente, como lo entiende Quijano (2012), para quien debe ser unproyecto completamente diferente y radical en su pretensin decolonial. Existe por tanto unagran diversidad de ideas, proyectos y discursos asociados al Buen Vivir.

    7 Los proyectos sobre el Buen Vivir a los cuales me referir por lo tanto, es paralelo a lopropuesto por Gudynas (2011) en el sentido de concebir un plataforma desde la cual sehan articulado tres puntos fundamentales: el primero es una crtica al modelo imperante dedesarrollo neoliberal orientado a la ganancia. El segundo es una reivindicacin de sabiduras yontologas histricamente excluidas entre ellas las de los pueblos indgenas. En este respecto,el Buen Vivir se nutre fundamentalmente en las races andinas del SumakKawsay (Quechua)Suma Kamaa (Aymara). Y por ltimo, el proyecto de Buen Vivir del cual me refiero en estaocasin implica tambin considerar un cambio de paradigma antropocntrico imperante en losmodelos de desarrollo occidental para apostar en cambio por un paradigma biocntrico queimplica reconocer una forma diferente de vivir y concebir la naturaleza y realidad(es). Porende, los proyectos ostentan un fuerte sentido poltico, en el sentido de que reivindican unproyecto en construccin permanente con un fuerte sentido local y contextualmente especificode cada pueblo, y por ende cada pueblo debe definirlo, sistematizarlo y construirlo. Nopuede haber recetas fijas, solo aprendizajes y adaptaciones, y al mismo tiempo capacidad deseleccionar aquellos conocimientos que puedan ser tiles, y contar mecanismos de asentir ydisentir.

    8 Esta plataforma del Buen Vivir implica asumir una alternativa al paradigma de la Euro-modernidad al considerar articulaciones de ensamblajes ontolgicos alternos. Ello involucra,frecuentemente, tensiones y disputas de saberes y espacios vividos producto de la exclusin,invisibilizacin y/o reduccionismo de sistemas de conocimiento de pueblos con otras historiaspor parte del proyecto dominante de la modernidad.

    9 Al respecto, Mario Blaser habla de la ontologa poltica como las negociaciones que se dandentro de un campo de poder en el proceso de gestacin de las entidades que conformanun determinado mundo u ontologa (), as como en los conflictos que se generan cuandoestos dos mundos u ontologas tratan de sostener su propia existencia al mismo tiempo queinteractan y se mezclan con otros diferentes (Blaser 2009; 83). En este tenor es que planteola propuesta analtica de considerar los Buenos Vivires en el espacio de los mrgenes comolugar-proceso necesario donde puedan coexistir saberes mediante una constante articulacinde diferencias ontolgicas. Es decir, los mrgenes son un lugar de lucha entre regmenes deverdad, de realidades contestadas y encuentros no ausentes entre tensiones y controversias

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    entre distintos proyectos polticos.3 Pero tambin esta concepcin de los mrgenes implicapotencialidades, y por lo tanto, oportunidades y desafos. Las oportunidades son la posibilidadde un dialogo de saberes y prcticas anti-hegemnico alejado de centros de dominacinontolgica, modernos o no modernos. Los desafos se refieren a las provocaciones sublimes delproyecto de la modernidad de simplemente incluir al otro reduciendo su diferencia ontolgicaa la comprensin moderna dominante. Caer de nuevo en mscaras y fachadas que substituyendiscursos pero donde la correlacin de fuerzas se mantiene.

    Los Buenos Vivires situados entre los mrgenesontolgicos

    10 Cuando hablo de articulacin de ensamblajes ontolgicos alternos pienso en la habilidadque muestran los Rarmuri en Mxico, los Mapuche en Chile, y otros pueblos de moverseentre mundos. En esos encuentros, muchas veces vividos en una correlacin de fuerzashistricamente disparejas, existen conflictos, olvidos, discriminacin, y silencios, perotambin existen espacios de autonoma donde se guardan celosamente conocimientos, ritualesy prcticas en donde se gestan proyectos polticamente alternos, no solo culturalmentedistintos. En palabras de Simn Yampara (2011), las culturas indgenas han sabido sobreviviry convivir con los diversos, no solo con la diversidad, sino con los diversos mundos. En estesentido, argumento que estos ires y venires entre los diversos mundos implican algo ms queestrategias de subsistencia, sino que permiten visualizar encuentros comunicativos que operanen mbitos de conocimientos y prcticas entre diferentes ontologas.

    11 Las fronteras de estos mundos generan espacios donde se expresan, articulan y reconfiguransentidos y significados de ciudadana, derechos, proyectos polticos y sentidos de vidainherentes a la realidad y condicin humana, sentidos de bienestar. Los mrgenes, son espaciosen donde se confrontan y definen nuevas epistemologas y proyectos ontolgicos. Son espaciosde contencin y lucha, de tecnologas de poder, muchas veces de opresin pero tambin deoportunidad poltica y encuentros. En este sentido, los mrgenes son espacios de potencialidad,es la zona gris que es y no es al mismo tiempo, lo que puede llegar a ser o no. La cuestin, comobien nos recuerda Povinelli (2011), es un asunto de distribucin de intensidad de potencialidad.Hay lugares-proceso que poseen ms potencialidad transformadora que otros.

    12 Amplios sectores de los pueblos originarios, los pueblos que tienen otras historias que sedistancian de los proyectos civilizatorios dominantes, se encuentran en los mrgenes. No solocomo comnmente se les asocia, en la periferia de los Estados o de los mercados globales, sinotambin dichos pueblos, o sectores de ellos, se posicionan en los mrgenes ontolgicos. Losmrgenes a los cuales me refiero, por ende, no implican marginalidad, ni econmica ni geo-espacial, sino una locacin estratgica de interaccin entre dos o varios mundos o realidadesontolgicas distintas.

    13 Por una parte los pueblos con otras historias se encuentran en los mrgenes de una red derelaciones polticas asimtricamente estructuradas que se orientan hacia el libre mercado yla mercantilizacin de la cotidianidad. Y, por otro, ostentan ciertos espacios auto-definidosdonde (re)producen prcticas polticas y culturales definiendo y renovando su identidad tnica.Aunque tienen un pie en ambos campos, no ocupan completamente uno o el otro. Estacondicin de estar en los mrgenes representa ser econmica y socialmente vulnerables debidoa la falta de un adecuado reconocimiento a lo radicalmente alterno desde la configuracinde la sociedad dominante y de los derechos socio-culturales y econmicos por el gobiernonacional. Sin embargo, dicha condicin en los mrgenes tambin permite gestionar decisionesestratgicas a fin de negociar los trminos generales de las relaciones con el predominio de losestados - y para gestionar su papel como pueblos y proyectos diferenciados con el Estado y lasociedad nacional. En definitiva, los mrgenes permiten adoptar un enfoque estratgico parahacer frente a las vulnerabilidades econmicas como resultado de procesos de exclusin, ascomo tambin para beneficiarse de las oportunidades que su posicin de vivir en los mrgenesen trminos de reforzar su capacidad autogestiva y polticamente diferenciada.

    14 Por consiguiente, propongo que los discursos polticos de los Buenos vivires, se deben deoperacionalizar en el fluctuante contexto de los mrgenes; esto significa que fluctan entre la

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    tensin de tener el derecho a vivir de otra manera a la dominante y la necesidad de ser parte dela sociedad en general(Loera Gonzalez 2014a; Loera Gonzalez 2014b). La idea del Buen Vivirconsiste en la bsqueda de un equilibrio entre un estado fsico, social y espiritual en un caminarcomplementario entre varios mundos, y potencialmente entre varias ontologas. Por lo tanto,los mrgenes ms que crear hbridos ontolgicos, son espacios de continua articulacin dediferencias y similitudes, espacios en donde se puede convivir con traductores y controversias,que permitan la existencia de mltiples mundos, sin que ellas sean reducidas constantementea diferencias o similitudes culturales, sino entenderlos como proyectos y demandas en sudimensin poltico/ontolgico.4

    15 En otras palabras, la posicin en los mrgenes y del Buen Vivir requiere tener un enfoqueque vaya ms all del Estado. Debe ser multi-centrada en sus relaciones dinmicas entre elEstado y los pueblos con otras historias, incluidos los indgenas, entre el ncleo de cada unade las comunidades polticas y culturales. Esto implica tener una nueva cartografa de cmoconsiderar los mrgenes. Con demasiada frecuencia, estar en los mrgenes slo se entiendeen relacin a un centro nico, siendo el Estado el ms comn ejemplo de centro estructurante.El Estado como la nica comunidad poltica que tiene el monopolio legtimo de ordenar lasrelaciones humanas, es quien organiza, otorga y niega derechos, genera y etiqueta sujetos,sin embargo, en entornos multi-ontolgicos, donde los pueblos indgenas estn involucrados,sus propios proyectos polticos y formas distintivos son importantes. Si tenemos en cuentala literatura, por ejemplo, sobre la etnografa del Estado -Das y Poole (2004) por mencionarun ejemplo- definen muy bien al Estado, como aquel conjunto de prcticas y espacios endonde el control y regulacin disciplinante de la vida se hace evidente; fronteras, puestos decontrol, instituciones gubernamentales, prcticas de salud, etc. Sin embargo, en dicho materiallos mrgenes son entendidos como la ausencia o disminucin de la influencia del Estado,sin considerar aquello que existe ms all del Estado. En el enfoque poli-cntrico que estoyproponiendo, los mrgenes no slo se refieren a la ausencia o disminucin de la influencia delEstado, sino tambin implica la existencia de otra comunidad poltica, digamos el centro dela comunidad poltica/ontolgica Rarmuri o Mapuche. En ese sentido, otros etngrafos delEstado apuntan en la misma direccin. Clastres (1978), por ejemplo, da cuenta de un Estadoen forma potencial presente en todas las sociedades pero que estas tendran la capacidad degenerar mecanismos para evitar su constitucin. Incluso aun va ms lejos al hablar que elEstado es la seal acabada de la divisin de la sociedad ya que es el ente que separa a los sujetosque ostentan el poder y aquellos que obedecen. En el mismo tenor, vale la pena mencionarel trabajo de Prada (2008) que estudia la realidad poltica boliviana actual a partir de unaconcepcin anti-estatal del Ayllu andino.

    16 Con esto, no argumento que exista una naturaleza anti-Estado en las sociedades indgenas,ni que las sociedades sin Estado sean un reclamo actual de las demandas polticas indgenas.Al contrario, creo que uno de los temas predilectos de la antropologa del Estado ha sidomostrar lo persuasivo y a veces necesario que es contar con un Estado eficaz en las relacionescon los pueblos indgenas. Sin embargo, como bien dice Quijano, las discusiones y debatessobre el desarrollo en Amrica Latina, se han planteado en torno a la funcin del Estadodebido a la hegemona del paradigma del Eurocentrismo (2012:47). Considerando que otrosparadigmas y proyectos polticos que han estado marginados y excluidos histricamente, sevuelve imperativo considerar la posibilidad de gestionar otros contratos sociales. La discusinno es si debe o no existir el Estado, sino ms bien lo crucial es preguntarse qu tipo denaturaleza deber de tener, qu constitucin y con qu relaciones polticas se formar, y paraello se requiere reconocer que existen proyectos polticos alternos que se ubican fuera delEstado.

    Buen Vivir como balance entre dos fuerzas: Dentro oFuera del Estado?

    17 La posicin poltica donde se ubica el proyecto poltico del Buen Vivir en el entramado globalactual de la descolonialidad es una discusin fundamental. Nancy Postero (2006) al analizarel movimiento indgena en Bolivia, as como Sarah Radcliffe (2012) al examinar el desarrollo

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    en la era post-neoliberal en Ecuador, coinciden al preguntarse sobre si el Estado puede serel locus de la tan deseada descolonizacin, proceso tan ambicioso y transformador propuestocon la llegada de los gobiernos progresistas de Evo Morales y Rafael Correa respectivamente,y que se enmarcan con la creacin de las nuevas constituciones inspiradas en ideas sobre elSumak Kawsay y del Suma Qamaa. Pareciera que la descolonizacin tal como la planteanambos Estados tiene sus limitaciones. En cierta forma, la experiencia que ha surgido enambos pases pareciera imponer una forma en concreto de ser indgena. Una forma que sibien rompe simblicamente con elementos Europeos y occidentales, stos son sustituidos poruna imagen homognea de lo indgena al sobrerepresentary esencializar aspectos. Tambinhay que reconocer que si bien la descolonizacin en Bolivia ha sido hasta ahora mayormentediscursiva, sta ha transformado el escenario de referencias histricas coloniales alterando laspolticas pblicas y estructuras simblicas que organizan la sociedad Boliviana. Otros autores,entre ellos Acosta (2008, 2010) y (Acosta y Gudynas,2011) han ya analizado con detalle lasimplicaciones de las nuevas constituciones de carcter progresistas de Bolivia y Ecuador. Sinembargo, dicho ejemplo, abre la puerta para discutir posibilidades de procesos para construirlos diferentes proyectos del Buen Vivir y a travs de la participacin de quienes. El caso deambos pases andinos indica que el Estado ha jugado un papel dominante en la orquestacinde dicho proceso descolonizador y de implementar polticas pblicas que responden a lo queel mismo Estado define como Buen Vivir.

    18 En este sentido, argumento que un proyecto tan holstico como el del Buen Vivir debe surgirdesdela participacin plural de diversos actores en un proceso articulado y en una multiplicidadde mbitos y espacios, tanto dentro como fuera del Estado.

    19 La base etnogrfica de dicho argumento es visible al analizar el caso de algunos pueblosindgenas, como por ejemplo, el pueblo Rarmuri (Loera Gonzalez, 2013). El pueblo Rarmuribasa la bsqueda de un cierto tipo de Buen Vivir en el balance entre dos fuerzas: a) elderecho de vivir de manera diferente a la propuesta dominante con su propio proyecto poltico,ejerciendo control y poder sobre sus instituciones polticas, religiosas, sociales y manteniendoprcticas y mecanismos de toma de decisin y organizacin autnomas; y, b) la necesidad/exigencia de ser parte activa de la comunidad poltica del Estados y la sociedad mayoritariacon el objetivo de articularse en igualdad de condiciones como sujetos y ciudadanos dentrodel imperante proyecto poltico econmico neoliberal y globalizante.

    20 Por ejemplo, como parte del derecho de vivir de forma diferente, buena parte del puebloRarmuri mantiene una fuerte conexin con la agricultura de autoconsumo como forma desostenimiento, de existencia poltica y cultural diferenciada a la sociedad dominante. Dentrode un discurso tnico altamente identificable entre los Rarmuri, la expresin del caminarbien y caminar por el camino correcto est constituida por el imaginario ideal de cmouno debe de comportarse y actuar en la vida para tener Buen Vivir, y que importantementese relaciona convivir de su agricultura. Por una parte, la agricultura de autoconsumo serelaciona a la conexin holstica con la tierra, el mantener control territorial, las prcticasque sostiene redes de cooperacin y solidaridad, el complejo acto ritual y religioso entrevecinos, familiares, entidades espirituales y ancestros, adems de un mayor control del modode sostenimiento y la seguridad alimentaria. Es decir, el cultivo de autoconsumo implica elcompartir el entorno con entidades humanas y no-humanas de manera intensa donde el sentirseparte de una comunidades ms importante que la ganancia econmica individual que supondradepender derelaciones de mercado a travs de la comercializacin de fuerza de trabajo o lacomoditizacin de la vida cotidiana.

    21 Es as que los Rarmuri procuran siempre tener una conexin con su territorio expresando suderecho a vivir de manera diferente a la del proyecto occidental y sin una intervencin directadel Estado.

    22 De manera conversa, el Buen Vivir para los Rarmuri no se limita a mantener prcticasautctonas de autoconsumo, sino tambin implica la necesidad de verse como parteconstitutiva de un entramado de relaciones sociales, econmicas y polticas con el Estado y lasociedad dominante. Estas relaciones toman forma en la bsqueda de actividades generadorasde ingresos que proporcione seguridad monetaria en tiempos de precariedad y escasez, y

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    en la exigencia de tener los mismos derechos y beneficios ciudadanos que el resto de lasociedad dominante; acceso a servicios bsicos, beneficios de programas de proteccin socialo bien la incorporacin en el mercado laboral de manera parcial o semi-permanente en elcampo o las ciudades. Expresiones de esta necesidad/exigencia incluyen demandas legales yluchas de defensa territorial en conflictos medioambientales o de reconocimiento propiedady lmites, basados en los derechos reconocidos en instrumentos legales e instancias jurdicasnecesarias para su solucin. Crucialmente, esta necesidad/exigencia de vincularse con elEstado y sociedad dominante requiere acontecer en igualdad de circunstancias sin representarlas usuales formas de exclusin y discriminacin que constituyen de relaciones de asimetrassociales y econmicas. Esto, por supuesto, implica para los Estados tener un marco legalcon las herramientas apropiadas que favorezcan una participacin activa en los sujetos ycolectividades portadores de derechos, pero que tambin reconozca ciudadanas diferenciadas(Young, 1990) que les proporcione posibilidad de distincin del resto de la sociedad. Y anms, implica la posibilidad de disentir del contrato social imperante. Esto tiene que ver con loque Nozick (1974) denomina derecho negativo, en oposicin al derecho positivo. El primerose refiere a los derechos que el Estado tiene de garantizar al individuo mientras que el negativohace referencia al derecho de no interferencia. En efecto, implica contar con restriccionesindirectas donde el Estado debe vigilar que por ninguna instancia, se vulnere la capacidad dedisentir y retraerse del Estado, tal como sealarms adelante.

    23 En el mismo tenor, Elisa Loncon (2014), identifica la necesidad de descolonizarlingsticamente las polticas sociales, polticas y econmicas de Chile, para buscarreconocimiento a la existencia de otras formas de conocimiento indgenas. Formasdeconocimiento que en la cultura mapuche tiene por objetivo alcanzar el kvmemogen, o BuenVivir en Mapuzungun, e implica la interrelacin de diversas prcticas, principios, valores,procesos cognitivos, vinculados entre s. Discutiendo sobre la descolonizacin lingsticaen Chile, Loncon menciona que puede ser la ventana que abra el sistema escolar Chilenoa las lenguas y culturas indgenas, como dispositivos de descolonizacin que permitanfundar una nueva sociedad () que reconozca y se nutra de los cimientos originarios,principalmente de sus lenguas, conocimientos y valores(2014). Estas posturas expresanun deseo de complementariedad y de generar un nuevo pacto fundacional con la sociedaddominante que reconozca epistemologas y saberes diferentes.

    24 Adicionalmente, proyectos polticos Mapuche, como el elaborado por la ConfederacinMapuche de Neuqun, relacionan la libre determinacin a la identidad y las normas delkumefelen, o estar bien en Mapuzungun, en el sentido de que la autonoma se busca a travsde vas jurdicas apelando a la Declaracin de las Naciones Unidas sobre Derechos de losPueblos Indgenas, as como otros instrumentos internacionales, nacionales y municipales queotorgan el derecho de los pueblos a la libre determinacin, en virtuddel cual stos determinanlibremente su condicin poltica y persiguen libremente su desarrollo econmico, social ycultural. En ese contexto, los Estados son los encargados de garantizar el ejercicio a la libredeterminacin, a la autonoma o al auto gobierno en las cuestiones relacionadas con sus asuntosinternos as como de disponer de los medios para ejercer tal ejercicio(Confederacin Mapucede Neuqun, 2010). Por lo tanto no se trata de crear un Estado dentro de otro Estado, sinode que salvaguarde y reconozca derechos. Es decir, estos proyectos polticos alternos quesiguen pueblos indgenas, buscan construir capacidad de autogestin de sus recursos sociales,culturales, naturales y espirituales y, a travs de ello, construir una nueva relacin con el Estadodiferencindose, hasta cierto grado alejndose mas no salindose del todo- de l.

    25 Por lo tanto, el Buen Vivir es buscado en la fluctuacin de dos fuerzas, algunas vecesinclinndose a un lado, en otras enfocando al otro, o en un amplio espectro que combinaambas en diferentes grados y dimensiones. Parece que la idea del Buen Vivir como proyectopoltico consiste en precisamente mantener un balance armonioso y efectivo entre ambastensiones. Es por ello que el Buen Vivir cobra sentido en el espacio entre los mrgenes.Desde una perspectiva existe una clara dimensin de rescate y preservacin de sabiduras,conocimientos y prcticas distintivas de los pueblos, y desde otro ngulo, una dimensinde relaciones necesarias con Estados y mercados. Si consideramos numerosos grupos de

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    pueblos indgenas en Latinoamrica, observaremos que su forma de vida sigue el mismocamino; balancendose entre prcticas gobernadas y controladas por sus instituciones y, almismo tiempo, relacionndose con Estados y mercados tratando de sostener relaciones enigualdad de condiciones con otros actores. En cierta forma, esta economa mixta se aleja dela lgica monoproductiva para apostar por diferentes alternativas, seguir la lnea estratgicade la diversificacin productiva y la bsqueda de participacin en espacios socio-polticos.Ello implica adaptacin para hacer frente a vulnerabilidades y mantener su identidad comopueblo indgena.

    26 El potencial de tener el derecho a existir fuera del Estado, de vivir de manera diferente esmltiple. Considero que las formas de luchas contemporneas que buscan la construccinde proyectos autnomos, como por ejemplo las comunidades Zapatistas, se basan en laorganizacin propia de sus bases sociales y polticas. Apuestan por ende a fortalecer y ejercerde manera propia el control de prcticas e instituciones sociales, educativas, polticas yculturales. En ocasiones la estrategia es compartida con el Estado aprovechando aquellasherramientas legales, programas y espacios de verdadera participacin colectiva. En otrasocasiones la estrategia es jugar fuera de la cancha del Estado, cambiar el juego hacia lacancha comunitaria apostando ms a la organizacin propia y la construccin de la autogestin.Esto implica cambiar la conversacin desde el terreno poltico usual hacia otro terreno deconsenso y organizacin local y volver la mirada hacia las comunidades de abajo. Al jugarfuera del Estado, se est anulando la existencia de aquellas instancias dominantes y relacionesde opresin tejidas desde estructuras ms amplias. Hacerlo, implica una orientacin de noasumir una posicin anti y adoptar una posicin ms hacia no cmplice; no cmplicede un orden de gobernanza que robustece poderes, no cmplice de monopolios econmicos,polticos y ontolgicos. Al no ser cmplice de ello, se deja de otorgarle poder.

    27 Estar afuera de la influencia del Estado es una forma de lucha que cobra mayor importanciaactualmente dentro de los movimientos altermundistas, inspirada, entre otras fuentes, por lasnuevas lecturas del anarquismo. Sin embargo, no hay que olvidar la otra parte de la ecuacin;la necesidad/exigencia de tener relaciones equitativas con los amplios sectores de las naciones,demandar reconocimiento como sujetos de derecho jurdico colectivo e individual, tratoigualitario y no discriminacin en las actividades productivas de la nacin. Dicha exigenciaes una sentida necesidad de los pueblos indgenas de Latinoamrica, siendo tal vez la quearticula las relaciones polticas ms visibles en la actualidad. Por ello, una propuesta de accin,de bsqueda de Buen Vivir, se encuentra en tensin entre ambas fuerzas. En un espacio endonde ambos caminos, o mejor dicho un amplio abanico de opciones fluctuantes entre estasdos fuerzas, se estn constantemente celebrando.

    28 A continuacin argumentar que esta fluctuacin entre ambas fuerzas hace eco a lo planteadopor los autores del giro ontolgico (Blaser, 2009, 2010, 2012)y del decolonialismo, entreellos Quijano (2012) y Mignolo(2000) en relacin a las luchas de grupos minoritarios por sureconocimiento y diferenciacin radical como poseedores de proyectos polticos alternativosa la Euro-modernidad.

    Buen Vivir como dilogo de saberes; la opcin de losmrgenes

    29 La Euro-modernidad tiene como principio la tendencia de reducir otros saberes a merasexpresiones y creencias culturales jeraquizables, es decir sugiere la invisibilizacin y exclusinde otros conocimientos, otras lgicas y mecnicas de representacin que surgen de ensamblajesontolgicos alternos, de pueblos con otras historias. La tendencia de invisibilizacin /exclusin hace que las diferencias del pueblo Rarmuri o Mapuche con la sociedad dominantese entiendan de carcter cultural, y no poltico en el sentido de que un sistema depensamiento persiste en mantener al otro en una posicin de dominacin colonial. Por lo tanto,entender como los pueblos con otras historias fluctan entre el derecho de mantener controlautogestivo sobre sus instituciones y la necesidad/exigencia de mantener relaciones con esferasgubernamentales dentro del proyecto neoliberal/moderno implica aportar luces no solo encmo se puede resistir y luchar polticamente tanto dentro como fuera del Estado, sino tambin

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    implica en s mismo la necesidad de plantear un dialogo de saberes en un escenario donde elreconocimiento de otras ontologas y la misma diversidad humana y no-humana est en juego.

    30 En definitiva, esta condicin de estar en los mrgenes representa el reto para el Buen Vivirde fungir como un espacio de dilogo poltico y ontolgico. En este sentido, existen variasposturas encontradas sobre la naturaleza del Buen Vivir en su relacin con el Estado yla modernidad. Por un lado, Anbal Quijano (2012) establece que el Buen Vivir requiereplantearse como prcticas sociales radicalmente alternas en s mismas a la colonialidad delpoder y a la colonialidad /modernidad/eurocentrada. Para l, toda elaboracin sobre el BuenVivir se tiene que ubicar en el contexto de la descolonialidad del poder y la irrupcin de nuevasresistencias altermundistas donde los reclamos no son solo sobre la pobreza y desigualdad,sino sobre las condiciones mismas de sobrevivencia en la tierra. Comparto completamentecon esa premisa bsica en donde el proyecto poltico del Buen Vivir se constituya en el otroradical pues para que el Buen Vivir se establezca realmente como arquitectura alternativa,tiene que diferenciarse radicalmente de aquellos supuestos modernos que invisibilizan yjerarquizan conocimientos y mundos con otra construccin que se encuentre completamenteafuera del edificio ontolgico moderno, como por ejemplo, para remplazar el paradigmaantropocntrico por el biocentrismo en cuanto a la sustentabilidad. Tal como lo proponenQuijano y otros autores de la decolonialidad, el Buen Vivir tiene que plantear un horizonteepistmico y ontolgico totalmente radical al proyecto del desarrollo de la modernidaddominante actualmente. Estoy de acuerdo con ese argumento, sin embargo, yo argumentoque se puede plantear un punto de equilibrio. Para ello habr que incorporar un elemento detemporalidad.

    31 El Buen Vivir como proyecto totalmente radical a la modernidad, es tan solo el primer paso;tal diferenciacin radical es til para darle postura y carcter a la propuesta del Buen Vivir (delos mltiples Buenos Vivires que se estn reivindicando en un contexto especfico). Una vezque se posicione el discurso y la propuesta del Buen Vivir como proyecto alterno al desarrollo,entonces podr establecer las condiciones de dilogo y negociacin con los otros modelosculturales y ontolgicos dominantes. En otras palabras, la esencia radical dentro del proyectodel Buen Vivires la condicin necesaria que permite celebrar un dilogo donde las posicionessean claras y poder llegar a una posicin a la conversacin en un marco plural. Con ello,apuesto a que pueda existir una definicin holstica del Buen Vivir: un Buen Vivir que senutra del dilogo de fronteras, y que se nutra de la fluctuacin de los mrgenes polticos yontolgicos y que permita la articulacin de epistemologas relajadas y supuestos ontolgicosexcluidos sin relaciones de subordinacin ni hegemonas.

    32 En este mismo sentido, Vanhulst & Beling (2013; 2013a) establecen de manera clara quesi el Buen Vivir va a participar en el debate global sobre el desarrollo debe asumir unaposicin plural y no desechar la modernidad por completo. Para ambos, el Buen Vivir tieneun carcter plural y de equilibrio, permitiendo beneficiarse de un potencial tanto emancipadorcomo generador de una capacidad dialgica con otros modelos culturales. Vanhulst y Belingsealan que para que exista tal dialogo de saberes la propuesta del Buen Vivir debe superarlos dualismos constitutivos de las formas dominantes de la modernidad, entre ellos el clsicoarquetipo del universalismo/particularismo en el anlisis de las relaciones interculturales. Unarquetipo de opuestos donde existe la pretensin de tener un solo modelo cultural y polticohegemnico y homogenizante o una postura relativista postmoderna e impenetrable que noabonan a crear puentes y ceder terreno. El superar el binomio del universalismo/particularismose enmarca en la necesidad de cuestionar el proyecto desarrollista imperante ante los riesgosecolgicos inminentes en el mundo. Para ello, Vanhulst y Beling convocan el pensamientoy propuestas de Estermann, Sousa Santos, Rehbeiny otros sobre la necesidad de generarun dialogo de saberes con otros discursos constituyentes del desarrollo sostenible. Dialogoque pretende celebrarse desde un terreno comn donde diferentes experiencias de mundo,prcticas, discursos, racionalidades y epistemologas puedan converger, y donde los pueblospuedan ejercer la capacidad que desde siempre se han ejercido; identificar aquello que es tily desechar lo intil.

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    33 Ello se relaciona con la sociologa de las ausencias propuestas por Sousa Santos (2004) comoaquellas que el pensamiento hegemnico descarta como inviables, indeseables o impensablesy que no pertenecen al repertorio cultural existente. Si el pensamiento hegemnico de lamodernidad tambin tiene los mecanismos y necesidad de descartar y realizar ausencias,para que exista una interfaz libre de hegemonas en todos los sentidos, se requiere que lospensamientos y proyectos alternos, como los de los Buenos Vivires, tengan tambin esacapacidad y necesidad de seleccionar historias, experiencias, prcticas y capacidad de desechary realizar ausencias. 5

    34 La pregunta crucial es: cmo lograr un dialogo de saberes en un terreno esencialmentedisparejo caracterizado por relaciones asimtricas entre diferentes cosmologas? Como biendice Blaser (2012; 17), el problema es cmo lograr una traduccin sin el usual intentode forzar, reducir y encuadrar otras realidades dentro de una sola ontologa; la moderna.Cmo escapar el rgimen moderno que administra lo que es verdad y lo que no sin caeren las provocaciones y trampas de los cnones de la misma Euro-modernidad que reproducedominacin y subalternizacin de conocimientos, sujetos y relaciones? La respuesta podraapuntar, precisamente en la capacidad que deben tener los pueblos de seleccionar, excluirse,retirarse como condicin medular para lograr un dilogo de saberes en condiciones de simetra.Tal vez nunca se pueda tener un lugar libre de relaciones de poder en un interfaz de realidadescomplejas, pero si se pueden tener los mecanismos de asimilar, comprender y rechazar aquelloque entra en la conversacin. Es decir, que partes constitutivas de los pueblos con otrashistorias son las que se seleccionan en el dialogo ontolgico.

    35 La propuesta de considerar los mrgenes como facilitadores del dilogo de saberes, correen la misma lnea que el argumento presentado por Chakrabarty (2007) quien en su libroProvincializing Europa: El pensamiento postcolonial y diferencia histrica ha propuestouna solucin convincente al dilema del dominio eurocntrico. Chakrabarty menciona queno debemos borrar Europa y sustituir su centro con otro; en vez deberamos apuntara considerar diversos centros moviendo Europa lejos de su lugar privilegiado de poderhegemnico y provincializndola. De esa manera, otras ontologas, experiencias, forma devida, sistemas culturales de significados y comprensiones de Buen Vivir se pueden consideraren posiciones horizontales, sin descuidar ninguna diversidad, en lugar de estar en una posicinde dominacin sobre otra. Asimismo, se argumenta que para mover la hegemona de la Euro-modernidad -y su reflejo en la figura del Estado- hacia un lado, se tiene que considerarigualmente otros centros de conocimiento, otras ontologas. Si bien se parte de que se debenhacer visibles al anlisis y escrutinio los entramados de poder que son tejidos por los usualessupuestos existentes de la Euro-modernidad, tejidos que tienden a cubrir e invisibilizarformas alternas de realidades y mundos y por ende, de imponer un nico rgimen de verdad.Tambin se debe considerar que para resolver los problemas complejos de un mundo multi-ontologicamente globalizado se necesitan de conocimientos y experiencias provenientes demuchas matrices histricas, aun incluidos los de la modernidad.

    36 Esta propuesta hace eco tambin en el argumento esbozado por los autores de la decolonialidadcuando hablan del pensamiento de frontera, como el ejercicio intelectual de pensar fuerade los supuestos de la modernidad para crear lo que Mignolo (2000; 11-14) llama gnosiso conocimiento concebido desde una perspectiva subalterna desde ms all de las fronterasdel sistema moderno/colonial para poner en primer plano la creatividad de los conocimientossumergidos y para contraatacar la narrativa hegemnica del pensamiento occidental.

    37 El pensamiento de frontera concibe la diversidad como un proyecto de cosmopolitianismoglobal, entendido este como una reaccin critica a la imposicin global de un proyectoeconmico, poltico y cultural, o bien entendido como una globalizacin desde abajo (Mignolo2000).

    38 Otras sugerencias sobre cmo articular el dialogo en los mrgenes provienen del mismo MarioBlaser (2010), quien hace referencia no a un pensamiento de frontera sino a un dilogo defrontera. Si bien ambos conceptos implica la posibilidad de lograr un balance en la formacomo se produce y interactan prcticas de conocimiento tanto de la Euro-modernidad comolo alterno a ella, lo no-moderno, la diferencia entre ambos radica en que el pensamiento de

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    frontera se encuentra ya situado en un locus de frontera, mientras que la propuesta de Blaser,implica un primer momento de desplazamiento por parte de la Euro-modernidad hacia eselocus de frontera para que pueda florecer el pensamiento de frontera que seala Mignolo.(Blaser 2010:22). En otras palabras, para que exista dilogo primero tiene que haber unreconocimiento y deslazamiento por parte de la modernidad en su pretensin de ocupar unaposicin superior entre los sistemas de saberes que transforma toda diferencia en una diferenciacolonial.

    39 En este sentido, la propuesta de los mrgenes que anuncio en el presente artculo, se entenderacomo un instrumento hermenutico donde, adems de incorporar una dimensin procesualdonde se transite de una necesaria diferenciacin radical hacia una plataforma que conlleve aldilogo de saberes, tambin se est generando un espacio anti-hegemnico. En los mrgenesno solo se existe reapropiacin, adaptacin y consolidacin dinmica de conocimientos yepistemes, tambin existe poltica y lucha sobre las condiciones a discutir y construir. Creoque tal posibilidad anti-hegemnica puede ocurrir slo en los mrgenes, ni totalmente adentroni totalmente afuera del edificio, sino en complementariedad y en dilogo.

    Conclusin40 A lo largo de este artculo se han desarrollado tres puntos esenciales. Primero, la necesidad de

    establecer que existe una gran variedad de proyectos y discursos asociados al Buen Vivir, ypor ende, reconocer el carcter plural del mismo anunciando que existen Buenos Vivires y noun solo y acabado proyecto o discurso del Buen Vivir. La diversidad de tales posturas sobre elBuen Vivir obedece a los numerosos contextos donde proyectos indgenas se hacen presentesdesde diversos escenarios y respondiendo a intereses polticos relacionados con la emergenciade nuevas formas de participacin y lucha que se han desarrollado en Latinoamrica en lasltimas dcadas.

    41 Segundo, argumento que los Buenos Vivires, es decir los proyectos polticos surgidos desdelos pueblos con historias diferentes a la modernidad y que enarbolan formas alternas deconvivencia y desarrollo, son generalmente analizados y concebidos al margen de sta. En esteaspecto yo postulo que los mrgenes no deben ser solo entendidos como lugares perifricosdel Estado y/o del pensamiento de la modernidad, sino ms bien considerar su posicinpluricntrica haciendo visibles los otros centros polticamente diferenciados ajenos al Estado,al mercado global y otros instancias de la modernidad. Al respecto sealo aspectos del modode sostenimiento y de relacin con la sociedad dominante del pueblo Rarmuri en Mxico yMapuche en Chile, como ejemplos de articulacin poltica en los mrgenes. Es decir, ocupandoespacios estatales al demandar derechos igualitarios y ciudadana diferenciada, y en ocasionesocupando espacios fuera de los principios del mercado y esferas estatales fortificando sucapacidad autogestiva como poseedores de proyectos polticos alternos. Es en este balancede fuerzas, en esa tensin no ausente de conflictos y contradicciones, donde hace sentidoconceptualizar los proyectos del Buen Vivir.

    42 Por ltimo, el artculo argumenta como esta fluctuacin entre ambas fuerzas hace eco condiversas posturas sealadas por autores de la decolonialidad y del giro ontolgico. En estaseccin discuto la posibilidad expuesta por Quijano de entender la posicin del Buen Vivirdesde la perspectiva decolonial de ser un proyecto totalmente ajeno a la modernidad con supropio horizonte epistemolgico. En este punto propongo incorporar un sentido procesal entres momentos; aceptar que un proyecto poltico que pretende romper con tantas supuestosde la modernidad debe ser considerado el otro radical como primer momento, para pasar aun segundo momento donde habiendo definido su radicalidad, se pueda generar un dilogode saberes entre posturas ontolgicas que reconozca el mismo carcter plural y holstico delBuen Vivir. Como tercer momento argumento, incorporo la necesidad de tener mecanismosdentro de los proyectos polticos alternos que permitan seleccionar aquellos elementos que lospueblos desean incorporar al dialogo para poder asentir y tambin disentir de los proyectosmayoritarios o impuestos para poder contraatacar relaciones asimtricas persistentes.

    43 La propuesta de entender los diferentes proyectos del Buen Vivir desde los mrgenes, esbozadaaqu de manera muy somera y preliminar, implica un enfoque que vaya ms all del Estado

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    como monopolio estructurante de verdades y realidades para incluir la existencia de otrascomunidades poltica-ontolgicas, digamos el centro de la comunidad Rarmuri o Mapuche,que desafe prcticas colonialistas y hegemnicas. Entendido as, los diferentes proyectospolticos del Buen Vivir requieren lo que movimientos y foros sociales han expresado enmltiples voces: que otro mundo sea posible, un mundo donde quepan muchos mundos. Msaun, esta mutua existencia, no requiere negar o eliminar necesariamente todo el aparato de laEuro-modernidad, sino ms bien seguir la lgica de desechar lo perverso y recuperar lo til.

    44 La posibilidad de los Buenos Vivires en los mrgenes est basada, en que la naturaleza deeste dilogo sea efectivamente una necesidad de lo alterno en la bsqueda de lo posible,tanto como un requerimiento de la modernidad en su bsqueda por la legitimidad. Comodice Boaventura de Sousa Santos (2002) el mundo afronta problemas para los cuales no haysuficientes soluciones modernas. Es considerando ese contexto de mutua y comn necesidaddonde se puede lograr un dilogo. Por lo tanto, el dialogo de saberes aboga por nuevas formasde comprensin del mundo que estn emergiendo. Formas que estn en fluctuacin entremundos performativos para buscar oportunidades y alejarse de dominaciones, favorecerse dederechos reconocidos por los Estados, y replegarse para constituir autogestiones. De igualmanera el proyecto de los mrgenes deber distanciarse de cualquier prctica que pretendaincluir al otro reduciendo su diferencia ontolgica a la comprensin moderna dominante, yevitar caer as de nuevo en mscaras multiculturales y fachadas discursivas que sostengan laimperante correlacin de dominacin y donde se vuelva una crtica de lo eurocntrico desdeel eurocentrismo.

    45 Este proyecto del Buen Vivir en los mrgenes tendr sentido en la medida en que los propiosEstados generen esfuerzos reales de integracin de mltiples concepciones ontolgicas de lanaturaleza y la cultura. Tendr sentido, tambin en la medida en que el poder de autogestiny organizacin local de colectivos y comunidades se alejen de las lgicas del mercado,herramientas de participacin poltica usuales, y de los cnones del proyecto de la Euro-modernidad. Con ello se podr fortalecer la capacidad de los pueblos por fluctuar y perpetuarseno solo en diversidad sino entre los diversos mundos al cual se refera Simn Yampara(2011).Para ello habr que hacer lo que hacen los Rarmuri; sembrar maz en diferenteslugares, quiz en un lugar no se dar, pero en otros seguramente s.

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    Notas

    1 Agradezco el apoyo institucional del Centro Interdisciplinario de Estudios Interculturales e Indgenasdel Fondo de Financiamiento de Centros de Excelencia en Investigacin (FONDAP) dependiente de laComisin Nacional de Investigacin Cientfica y Tecnolgica (CONICYT), del Ministerio de Educacinde Chile.2 Para propsitos de este artculo asumo como equivalentes el proyecto de la modernidad a laEuro modernidad y utilizo dichas categoras apelando a su utilidad para un anlisis discursivo comoel pretendido aqu. Ver Blaser (2009) para una interesante discusin sobre si e existen diferentesmodernidades, ontologas modernas o no modernas o si bien no existe como tal la modernidad.3 La iniciativa Transiciones a las alternativas al desarrollo propuesta por el Centro Latino Americanode Ecologa Social (CLAES) es un ejemplo paralelo desde la poltica pblica sobe los que llamo losmrgenes. Dicha iniciativa parte de la necesidad de generar modificaciones a las prioridades de losmodelos econmicos extractivistas imperantes considerando sus impactos sociales y ambientales, y porende pretende introducir transformaciones radicales en procesos productivos. Ello implica abandonarsupuestos profundamente arraigados tales como la necesidad de crecimiento econmico constante, o

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    prcticas de alto consumo de materia y energa, pero tambin beneficindose de la introduccin de nuevastecnologas y conocimientos. Ver: http://transiciones.org4 Caracterstica de la euro-modernidad es que las diferencias entre los diferentes mundos u ontologasson reducidos a diferencias culturales, es decir un mundo donde existen una multiplicidad de culturas, yno una multiplicidad de mundos (Escobar 2012, Viveiros de Castro 2003). La irona es que las demandasde reivindicacin de los derechos indgenas parten del supuesto de que para ser exigidos y defendidostienen que ser asumidos como culturas diferenciadas primordialmente, y solo as el multiculturalismoneoliberal puede existir. Si se consideran proyectos polticos alternos, fuera del estado, fuera de susreglas, entonces tales proyectos corren el riesgo de ser descartados, suprimidos o invisibilizados.5 Respecto a la posibilidad anti-hegemnica de los mrgenes, se puede buscar inspiracin en mltiplesinstancias. La filosofa deleuziana, por ejemplo, establece una lnea de fuga, un intento de liberar ydesterritorializar el pensamiento, pero como todas las lneas de fuga minoritarias deben cuestionar lomayoritario, pero sin sustituirlo; las minoras no deben imponerse, porque entonces se hacen mayoritariasy reproducen aquello que dicen atacar.

    Para citar este artculo

    Referencia electrnica

    JuanJaime LoeraGonzlez, La construccin de los buenos vivires; entre los mrgenes y tensionesontolgicas, Polis [En lnea], 40|2015, Publicado el 16 mayo 2015, consultado el 20 mayo 2015.URL: http://polis.revues.org/10654; DOI: 10.4000/polis.10654

    Autor

    JuanJaime LoeraGonzlezPontificia Universidad Catlica de Chile. Santiago, Chile. Email: [email protected]

    Derechos de autor

    Polis

    Resmenes

    El presente artculo pretende entablar una discusin terica planteando la nocin de losmrgenes como espacio-proceso donde se articulan proyectos polticos relacionados al BuenVivir. Dicha propuesta hace referencia a la fluctuacin que ejercen pueblos con otras historias,incluidos los pueblos indgenas de Latinoamrica, para moverse dentro del Estado, el mercadoy la sociedad dominante, y a la vez de retraerse y disentir de lapelando a sus diferenciasontolgicas. Argumento que dicha fluctuacin, representa fuerzas complementarias msque opuestas, que expresan el derecho de vivir diferente a la sociedad dominante, yal mismo tiempo, a la necesidad de pertenecer a ella. La tensin creada entre ambasfuerzas es fundamental para entender elBuen Vivir en el contexto polticoLatinoamericanocontemporneo.La propuesta de los mrgenes, por ende, abre la posibilidad de un dilogo desaberes, pero tambin ofrece una lnea de escape ante la colonialidad del proyecto de la Euro-modernidad.

    The building of good living; between the margins and ontologicaltensionsThis paper aims to propose a theoretical discussion concerning the notion of the marginsas a space-process where political projects related to BuenVivir are articulated. Thisproposal refers to the fluctuation experienced bypeople with different histories than that ofmodernity,includingindigenous peopleof Latin-America, in order to move within and outsidethe state, markets and dominant society. It also includes theirability to withdraw and dissentfrom the state appealing to their ontological differences. I argue that such fluctuation can

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    be understood as complementary rather than as opposing forces, expressing the right to livedifferentlyin regards the dominant society, and at the same time, the need to belong to it.The tension created between this two forces is essential to understand the BuenVivir in thecontext of contemporary Latin American politics. The proposal of the margins thus opens thepossibility of a dialogue of knowledges, but also offers an escape to the colonialist projectof Euro-modernity.

    A construo dos bons viveres; entre as margens e as tensesontolgicasEste artigo tem como objetivo estabelecer uma discusso terica, argumentando a noo dasmargens como espao-processo onde se articulam os projetos polticos relacionados ao BomViver. Esta proposta refere-se flutuao exercida pelos povos com outras histrias, incluidosos povos indgenas da Amrica Latina, no seu movimento dentro do Estado, do mercado e dasociedade dominante, e por sua vez de retrairse e discordar dele apelando para suas diferenasontolgicas. Argumento que essa flutuao representa foras complementar mais que forasopostas, expressando o direito de viver diferente da sociedade dominante, e, ao mesmo tempo,a necessidade de pertencer a ela. A tenso criada entre as duas foras essencial para entendero Bom Viver no contexto poltico latino-americano contemporneo. A proposta das margens,assim, abre a possibilidade de um dilogo de saberes, mas tambm oferece uma via de escapeantea colonialidade do projeto da Euro-modernidade.

    Entradas del ndice

    Keywords :Buen Vivir, margins, ontologies, indigenous people, Mexico, ChilePalabras claves :Buen vivir, mrgenes, ontologasm pueblos indgenas, Mxico, ChilePalavras-chaves :Bom Viver, margens, ontologias, povos indgenas, Mxico, Chile

    Notas de la redaccin

    Recibido: 19.03.2015 Aceptado: 10.04.2015