Políbio Histórias Livros I-IV

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POLIBIO HI S TOR IAS LIBROS I IV INTRODUCCIÓN DE A. DÍAZ TEJERA TRADUCCIÓN Y NOTAS DE MANUEL BALASCH RECORT & EDITORIAL GREDOS BIBLIOTECA CLÁSICA GREDOS, 38 Asesor para la sección griega: Carlos García Gual. Según las normas de la B.C.G., la traducción de esta obra ha sido revisada por Juan Manuel Guzmán Hermida. © EDITORIAL GREDOS, S. A. Sánchez Pacheco, 81, Madrid. España, 1981. Depósito Legal: 11829 - 1981. ISBN 84-249-0082-0. Impreso en España. Printed in Spain. Gráficas Cóndor, S. A., Sánchez Pacheco, 81, Madrid, 1981. — 5256. INTRODUCCIÓN I. VIDA DE POLIBIO 1. En la batalla de Pidna, en el año 168 a. C., el consul romano Paulo Emilio venció al rey Perseo de Macedonia. Este acontecimiento fue trascendente para la Hélade, en general, y crucial para Polibio: un año más tarde, en el 167, es llevado como rehén a Roma por no haberse mostrado abiertamente filorromano en dicha batalla. La vida, pues, de Polibio queda así dividida en dos grandes etapas: una anterior, en su patria y como hombre de acción y con mirada hacia el futuro; la otra, posterior, en Roma, como hombre de análisis y con mirada histórica y retrospectiva. El año 168, pues, es determinante en la vida de Polibio. 2. Su fecha de nacimiento 1 la podemos situar entre 210 y 200 a. C. Ello se deduce de los siguientes datos: a) Polibio fue elegido embajador2, en misión diplomática ante Ptolomeo V Epífanes, con su padre Licortas y Arato, hijo del famoso Arato de Sición, en el año 181 y «cuando —se dice textualmente— aún no tenía 1 Para un análisis de los problemas en detalle, así como

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"Políbio, em grego Πολύβιος (Megalópolis, c. 203 a.C. — 120 a.C.) foi um geográfo e historiador da Grécia Antiga, famoso pela sua obra "Histórias", cobrindo a história do mundo Mediterrâneo no período de 220 a.C. a 146 a.C.. "

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POLIBIOHI S TOR IASLIBROS I IVINTRODUCCIN DEA. DAZ TEJERATRADUCCIN Y NOTAS DEMANUEL BALASCH RECORT&EDITORIAL GREDOSBIBLIOTECA CLSICA GREDOS, 38Asesor para la seccin griega: Carlos Garca Gual.Segn las normas de la B.C.G., la traduccin de esta obraha sido revisada por Juan Manuel Guzmn Hermida. EDITORIAL GREDOS, S. A.Snchez Pacheco, 81, Madrid. Espaa, 1981.Depsito Legal: 11829 - 1981.ISBN 84-249-0082-0.Impreso en Espaa. Printed in Spain.Grficas Cndor, S. A., Snchez Pacheco, 81, Madrid, 1981. 5256.

INTRODUCCIN

I. VIDA DE POLIBIO

1. En la batalla de Pidna, en el ao 168 a. C., elconsul romano Paulo Emilio venci al rey Perseo deMacedonia. Este acontecimiento fue trascendente parala Hlade, en general, y crucial para Polibio: un aoms tarde, en el 167, es llevado como rehn a Romapor no haberse mostrado abiertamente filorromano endicha batalla. La vida, pues, de Polibio queda as divididaen dos grandes etapas: una anterior, en su patriay como hombre de accin y con mirada hacia elfuturo; la otra, posterior, en Roma, como hombre deanlisis y con mirada histrica y retrospectiva. El ao168, pues, es determinante en la vida de Polibio.2. Su fecha de nacimiento 1 la podemos situar entre210 y 200 a. C. Ello se deduce de los siguientes datos:a) Polibio fue elegido embajador2, en misin diplomticaante Ptolomeo V Epfanes, con su padre Licortasy Arato, hijo del famoso Arato de Sicin, en el ao181 y cuando se dice textualmente an no tena1 Para un anlisis de los problemas en detalle, as comopara una discusin bibliogrfica, cf. A. DIaz Tejera, Polibio, I,Madrid-Barcelona, 1972. (En adelante, citado Daz Tejera, Polibio.)2 Polibio, XXIV 6, 3-5.8 HISTORIASla edad legal; b) Polibio fue nombrado hiparco de laLiga aquea en el ao 170. Ahora bien, dado que, segndoctrina comn4, era inadmisible participar en asambleasfederales antes de los treinta aos, parece congruentededucir que Polibio no pudo nacer antes del210, pues en ese caso ya tendra la edad legal para serembajador, pero tampoco despus del ao 200, porqueentonces habra sido hiparco antes de la edad de treintaaos y embajador a los diecinueve, una edad demasiadoilegal.

3. Sin embargo, cabe precisar algo ms dentro delmargen de tiempo entre 210-200. Y ello, porque hayque suponer que tena al menos dieciocho aos cuandose encontr5 en Sardes con Quiomara, la mujer del reygalo Ortiagonte, encuentro que, en opinin de Mioni6,se sita en el ao 190-189. Puede deducirse, en consecuencia,que Polibio naci hacia el 209 208 a. C., fechabastante diferente de la propuesta por Walbank7, quedefiende con argumentos no muy convincentes quePolibio no pudo nacer antes del ao 200. Y si la fechadel 209 208 de su nacimiento se combina con la noticiade Ps. Luciano8 de que el historiador vivi ochentay dos aos, entonces Polibio debi de morir haciael ao 127 a. C.

4. Polibio nace en Megalopolis, capital de la Ligaaquea, en Arcadia, regin ideal de la poesa buclica.3 Polibio, XVIII 6, 9.4 No as K. Nitzsch, Polybius. Zur Geschichte antiker Politikund Historiographie, Kiel, 1824, pg. 118.s Polibio, XXI 38.6 E. Mio ni, Polibio, Padua, 1949, pg. 4. En adelante, citadoMioni, Polibio.7 F. W. Walbank, A historical Commentary on Polybius, I-III,Oxford, 1957, 1967 y 1979, pg. 7. En adelante, citado Walbank,Commentary.8 Macrobioi 23.

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Fue hijo de Licortas, un hombre honrado, hiparco9 enel ao 192 y estratego en el 184-182. Fue, de otro lado,discpulo de Filopemen, militar consumado10, que luchen Selasia11 en el ao 222, complet la obra de Arato n,reform el ejrcito aqueo13 y fue considerado como unautntico hombre de estado14 en la segunda centuria.El ambiente familiar, pues, no poda serle ms propicioy adecuado para adquirir una formacin poltica y militar.5. Sin embargo, los estudiosos hablan tambin deuna formacin literaria y filosfica de Polibio. En estepunto todas las precauciones son pocas. Desde luegoen su obra se dice que haba estudiado msica15 y quele gustaba la medicina y la geografa. Igualmente, elpropio Polibio hace referencia, ya a poetas clebres,como Homero, Simonides, Pindaro y otros, ya a historiadorescomo Herdoto16, Tucdides17, Jenofonte18.Con todo, estas citas y alusiones no deben entenderseen el sentido de que Polibio posea una educacin literariaprofunda. Una cultura dada genera un ambientedel que, sin necesidad de un conocimiento directo, cualquierhombre de formacin media participa. Cuestinmuy diferente implica las alusiones a historiadorescomo Timeo, Filarco, Teopompo y foro: a stos losestudia y critica desde una concepcin historiogrficapropia.9 T. Livio, XXXV 29, 1.w Cf. P. Pdech, La Mthode historique de Polybe, Pars,1965, pg. 554. En adelante, citado Pdech, La Mthode.h Polibio, II 67-69.12 Polibio, II 40, 6. Polibio, X 22, 6.14 Cf. H offmann, Philopoemen, RE 21, cols. 76-95.is Polibio, IV 20, 3.i Polibio, XII 2, 1.n Polibio, VIII 1, 1.is Polibio, VI 45, 1.

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6. Y se ha discutido hasta la saciedad si esta concepcinhistoriogrfica propia la elabora Polibio desdeposturas estoicas o peripatticas. Me inclino a pensar,frente a autores como Hirzel19 y otros, que si hoy hayque hablar de una concepcin filosfica, sta debe serla filosofa peripattica. Pues, de un lado, en generalcita a autores peripatticos, como Aristteles, Teofrastoy Dicearco y, de otro, Megalopolis recibe uncdigo de leyes elaborado por el peripattico Prtanis20.Y, adems, la frmula bsica21 de cundo, cmo y porqu, con la que quedan enmarcados los hechos histricos,remeda de cerca las clebres categoras aristotlicasn.

7. Ello no quiere decir que Polibio conociera afondo la filosofa de Aristteles ni que desconociera totalmentela doctrina estoica. Pero s parece que suconcepcin historiogrfica se conjuga y se explica mejora partir de los postulados de la filosofa peripattica,porque incluso el contenido de Fortuna, del que tantose insiste como de procedencia estoica, se ve racionalizadoen Polibio.

8. De su ambiente familiar podra deducirse quePolibio intervino intensamente en la vida poltica. Sinembargo, aparte su nombramiento de embajador, enel ao 181, ante la corte de Ptolomeo, su actividad polticase reduce a los aos 170-168. En el 170 es elegidohiparco de la Liga aquea. Pero es un momento clave:por entonces se desarrollaba la tercera guerra macisCf. R. Hercord, La Conception de lhistoire dans Polybe,Lausana, 1902, pgs. 76-94, donde se discute la tesis de Hirzel.En adelante, citado Hercord, La Conception.20 Polibio, V 93, 8.21 Cf. aqu pgs. 24 y sigs.22 Cf. A. Daz Tejera, Concordancias terminolgicas con laPotica en la historia universal: Aristteles y Polibio, Habis 9(1978), 33-48.

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dnica, una guerra entre Roma y Macedonia, ciertamente,mas con irradiacin a toda Grecia. La Ligaaquea, que haba manifestado una postura de neutralidad,al fin decide enviar una embajada al cnsulQ. Marcio Filipo poniendo a su disposicin el ejrcito.Polibio march en esa embajada. Pero fue demasiadotarde23, porque ya el cnsul acampaba en la propiaMacedonia y no necesitaba de aliados. Se permiti, incluso,la arrogancia de pedir a la Liga aquea que negarael envo de cinco mil soldados que Apio Claudio Centn,entonces en el Epiro, haba solicitado.9. En el ao 168, Paulo Emilio vence a Perseo ytodo qued decidido24. Se felicit al cnsul romano,pero tambin le fue entregada una lista, en nmero demil, con los nombres de aquellos que haban seguidoun comportamiento tibio para con Roma. Estos sospechosos,entre los que iba Polibio, deban justificarseen Roma, justificacin que dur diecisiete aos.10. Polibio lleg a Roma en el ao 167 y en el 150,junto con trescientos prisioneros que an sobrevivan,recuper la libertad oficial, sin duda debido a la influenciade P. Cornelio Escipin Emiliano y a la deCatn. Su estancia en Roma, frente a sus compaerosque fueron recluidos en ciudades de Etruria, fue, portanto, bastante larga, pero en modo alguno dura, esdecir, no privada totalmente de libertad.11. Y debe quedar claro que Polibio goz en Romade libertad de movimientos, porque ello implica el quepueda entenderse con ciertas garantas25 el cmo fueronredactadas las Historias. Las pruebas son bastantesconvincentes. He aqu las ms significativas: a) A diferenciade los otros rehenes, l se queda en Roma ya Polibio, XXVIII 13.24 Polibio, X X X 13, 1.25 Cf. aqu pgs. 23 y sigs.

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adems entra en el crculo de los influyentes y cultosEscipiones. Lleg a ser maestro26 de Escipin Emiliano.b) Poda salir de caza con Escipin, segn dice elpropio historiador, que cita el lugar, esto es, la regin27de Agnania. Esto sucede en el ao 162 y, por la mismapoca, se permite el riesgo de preparar la huida delprncipe selucida Demetrio28, c) Visit en varias ocasiones29a los locros epizefirios, considerados compatriotassuyos, d) El propio Polibio afirma que hizo elrecorrido a travs de los Alpes para informarse de lasvicisitudes que haba sufrido Anbal cuando ste loscruz en el ao 218. Esta visita debe situarse antes delao 150 como bien opina Pdech30. e) Asimismo puedeafirmarse que Polibio vino a Espaa en el ao 151, encompaa de Escipin Emiliano, a la sazn tribuno militar31 de Licinio Lculo.

12. Parece, pues, demostrado que el confinamientode Polibio en Roma no fue el de un hombre retenidoen el Lacio bajo pena de muerte, como opina Cuntz32,sino que, por el contrario, goz de mxima libertad,con la excepcin de poder marchar a Grecia. Y nocabe duda de que esa libertad de movimientos le permitiadquirir, ya del crculo culto en que se mova,ya de sus numerosos viajes, un bagaje de conocimientosy noticias, de primera mano, muy tiles para laelaboracin de su obra histrica.

13. En el ao 150, Polibio regresa a Grecia. Y,claro est, vuelve cargado de evidencias culturales y26 Polibio, XXXI 23-24. Diodoro, XXI 26, 5.27 Polibio, XXXI 14, 3; 15, 2; 29, 8.28 Polibio, XXXI 11, 15.29 polibio, XII 5, 1-3.M La Mthode, pg. 528.31 Cf. H. Nissen, Die Oekonomie des Geschichte des Polybios, RhM. 26 (1871), pg. 271; Mio ni, Polibio, pg. 13, y Walbank,Commentary, pg. 4 y pg. 383 a III 48, 12.32 D. Cuntz, Polybios und sein Werk, Leipzig, 1902, pgs. 46-49.

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polticas. No es el mismo hombre que un da tuvo queabandonar su patria. Ahora, de una parte, siente; agradecimientohacia Roma y, de otra, se percata de queRoma se constituye en atalaya desde la que todo elacontecer histrico del momento recibe explicacin.Mas, al mismo tiempo, mantiene vivo su amor a latierra de sus mayores. De aqu que pueda estar tantodel lado de Roma como de Grecia.14. Esta bipolaridad personal de Polibio enmarcasu actuacin a partir de su libertad oficial. Durantela segunda guerra pnica fue solicitado por Roma comoexperto militar y acudi sin reservas. Acompa a EscipinEmiliano y as pudo conocer la zona norte defrica. Por el propio Polibio sabemos que estuvo presenteen el asedio33 y destruccin de Cartago en elao 146. Pero, mientras Polibio haba compartido consu accin el triunfo de Roma sobre Cartago, en su propiatierra, la ciudad de Corinto, orgullosa de patriotismo,caa calcinada bajo el mismo poder, en septiembredel mismo ao 146. Y el historiador, en persona, segnnos cuenta34, asisti igualmente a la quema y saqueode Corinto: no deja de ser una jugada irnica de laFortuna. Polibio no aprob la conducta soberbia deRoma, pero tampoco el comportamiento orgulloso delos griegos.

15. Esta situacin casi trgica de los ltimos aosde Polibio encuentra su sntesis en el encargo que lehizo el Senado de conciliar los derechos de vencedoresy vencidos, lo que le permiti volver, una vez ms, aRoma35. Esta funcin de conciliador la comprendieronbien los propios griegos, al grabar al pie de una estatualevantada en su honor, en Megalpolis, lo siguien33Polibio, XXXVIII 19, 1.34 Polibio, XXXIX 2, 2.35 Polibio, XXXIX 8, 1.

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te 36: Grecia, de haber seguido los consejos de Polibiodesde el principio, no habra decado, y cuandoGrecia err, slo l pudo ayudarla algo. O aquellasotras palabras, en versos elegiacos, que, segn Pausanias37, rezaban en otra estatua colocada en el gora desu ciudad natal: recorri toda la tierra y el mar, fuealiado de los romanos e hizo cesar la clera contralos griegos. Nada ms congruente y sinttico.16. Poco ms se sabe de Polibio hasta su muerte.Segn Estrabn38, estuvo en Alejandra, probablementehacia el 140 a. C. Tambin quiz en Rodas, dondeconsult los archivos de la ciudad conforme deducenalgunos del propio Polibio39. Su viaje a Numancia eshipottico, y de acuerdo con la cronologa establecidapor nosotros, de que muri hacia el ao 127, muy pocoprobableII. LA OBRA DE POLIBIOA) Estructura de las Historias1. Polibio es conocido por su magna obra las Historias.Cierto es que escribi tratados menores, de losque no ha sobrevivido nada. Lo sabemos ya por elpropio Polibio, ya por otras fuentes: por ejemplo, enX 21, 5-8, dice el historiador que no se entretiene sobreel estratego Filopemen, porque acerca de l ya ha compuestouna monografa en tres libros. Al respecto, reasPausanias, VIII 37, 2.37 Pausanias, VIII 30, 9.38 XVII 1, 12.39 XVI 15, 8.4 La noticia transmitida por Cicern, Ad Fam. V 12, 2, deque Polibio escribi una Numantinum Bellum, sigue siendo extraa.Es la nica noticia, y si es verdad que esta obra fue compuesta,debi de serlo despus del ao 133.

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sulta interesante observar que este tipo de tratados,aunque no subsista fragmento alguno, tuvo su influencia.La vida de Filopemen de Plutarco est basada fundamentalmenteen el tratado de Polibio, de tal suerteque Pdech41 ha podido, creo que con xito, reconstruir,a partir de la de Plutarco, la de Polibio. Contodo, no siempre el caso es tan simple. A veces los estudiososdeducen consecuencias arriesgadas a partirde hiptesis. La obra La Guerra de Numancia, queCicern atribuye a Polibio y slo por aqul es mencionada,no resulta seguro que Polibio la hubiera escrito.Sin embargo, sobre esa hipottica obra se analizanlas fuentes de La Historia de Iberia de Apiano42,lo que, de otra parte, indica la autoridad que los estudiososhan atribuido a Polibio en materia historiogrfica.Autoridad fundamentada en su gran obra histrica.2. Las Historias fueron divididas por su autor encuarenta libros43. De ellos se conservan completos loscinco primeros; del VI al XVIII se disponen de extractosantiguos, amplios y en los que se registra ellibro al que pertenecen los extractos, lo que garantizasu orden propio. A partir del XVIII slo se conservanfragmentos que provienen de los florilegios realizadospor orden de Constantino Porfirogneta44.3. La obra polibiana narra la realidad histrica queva desde el ao 265, comienzo de la primera guerrapnica, hasta el ao 146, final de la tercera guerrapnica y destruccin de Corinto. sa es la realidadhistrica y el perodo narrado por Polibio en cuanto41 P. Pdech, Polybe et l'loge de Philopoemen, REtGr. 64(1951), 82-103.42 Cf. A. Sancho Royo, En tomo al Bellum Numantinumde Apiano, Hbis 4 (1973), 2341. Cf. tambin nota 40.43 Polibio, III 32, 2.44 Cf. ms adelante, pgs. 46-47.

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resultado. Pues, desde el punto de vista del propsitooriginal del historiador, esa realidad, en cuanto totalidad,no fue concebida as; 1c que implica revisin depropsitos sobre la misma elaboracin de las Historias.Y esta programacin y revisin la proporciona el propioPolibio ya desde el libro primero45 y de forma detalladaen los tres captulos del libro tercero46. Suesclarecimiento tiene gran inters.

4. El propsito central fue historiar el perodo quabarca desde el ao 220, comienzo de la segunda guerrapnica, hasta el 168, que coincide con la batalla dePidna. A la parte de la obra, libros III-XXX, que narraese perodo, la llama Polibio la obra propia47. Peroantes contamos con los dos primeros libros, I-II, queconstituyen una especie de preparacin, de introduccin, donde los hechos son narrados por encimay con la intencin de que sirvan de antecedentes explicativosde lo que viene despus. La realidad histricade estos dos primeros libros es la que va desdeel ao 265, y as contina la Historia de Timeo, hastael ao 220, donde terminan los ltimos hechos narradospor Arato de Sicin y comienza su obra propiamentedicha, hasta el ao 168.

5. Cabe preguntar cmo se distribuye este perodoreal en la obra histrica. Los captulos segundo y tercerodel libro III nos servirn de gua. Y en efecto,de su anlisis queda claro que el hilo conductor es lasegunda guerra pnica. Todo el libro tercero se dedicaal estudio etiolgico de esta guerra y termina cuandolos cartagineses han invadido Italia y han puesto alos romanos48, tras la batalla de Cannas, en un peligrograve. A este peligro alude Polibio con las siguientes Polibio, I 1, 8. Polibio, I I I 1, 3.47 Polibio, III 26, 5. Polibio, III 2, 1.INTRODUCCIN 17palabras: A continuacin comienzo del libro III,intentaremos explicar cmo, en esta poca, Filipo deMacedonia libr una guerra contra los etolios, tras lacual dispuso los asuntos de Grecia y se lanz a compartirlas esperanzas de los cartagineses.6. La obra, en este punto, deja como una atmsferade amenaza sobre Roma y pasa a narrar los acontecimientosde Grecia y Asia: en Grecia se da razn dela guerra de los aliados, narrada en IV 3-37, 57-58, yV 1-30, 91-106, y que termina con la paz de Naupactoen el ao 217. En Asia, se trata de la guerra que seinici en el ao 219 entre Antoco y Ptolomeo Filoptorpor la Celesiria, narrada en V 31-87, y de la guerra delos rodios y Prusias contra Bizancio, narrada en V38-52. Por tanto, la atmsfera amenazante con que terminael libro III, se agrava an ms en el IV y V conuna posible alianza entre Filipo y Anbal como, segnhemos visto, explicita el propio Polibio49. Desde unpunto de vista historiogrfico, la explicitacin albergaun efecto extraordinario en funcin del libro VI. Elhistoriador, sin duda, quiere resaltar que grande fueel peligro que se cerna sobre Roma, pero mayor y msefectiva fue la uirtus romana que permiti conjurarla amenaza. Y esa uirtus romana, esa virtualidad constitucionaly poltica es la que Polibio describe en ellibro VI. Este libro, al igual que el libro XII, constituyeuna especie de escorzo en la linealidad histrica,pero supone aguda visin de historiador, no slo porel contenido, sino precisamente por su posicin dentrode la obra. Este libro viene a dar razn de por qu laamenaza se torn xito: Aqu anuncia Polibio50, precisamente,al comienzo del libro III, detendremosnuestra exposicin y trataremos de la constitucin ro Polibio, III 2, 3.so Polibio, III 2, 6.18 HISTORIASmana; demostraremos luego que las caractersticas deesta constitucin contribuyeron, al mximo, no slo aque los romanos dominaran Italia y Sicilia, sino tambina que extendieran su imperio a los iberos y alos galos, y adems a que, tras derrotar militarmentea los cartagineses, llegaran a concebir el proyecto dedominar el universo.7. Esta recuperacin ocupa el relato de los librosVII-XV, pues el libro XV pone fin a la guerra aniblicaen la clebre batalla de Zama, con lo que el peligroque amenazaba a Roma desaparece. En medio,se narra la conquista de Italia y Sicilia: estas conquistasconfiguran el trenzado principal que se realiza enlos libros VII al XIV; de forma intercalada y en unsegundo plano, se historia la conquista de Iberia enVIII 38; IX 11; X 2-20, 34-40; XI 24-33. Tambin laconquista de la Galia cuyo texto no ha sobrevivido.De otra parte, se insertan narraciones, sin duda exigidasen el plano cronolgico, sobre la ruina de Hiern,las rebeliones en Egipto y acerca de la ambicin deAntoco y Filipo.8. Como puede observarse, Polibio, en un primerpropsito, polariza su quehacer histrico en torno deRoma y su contexto ms prximo hasta la batalla deZama: los libros III al V presentan los hechos quesitan a Roma en una situacin lmite. El libro VIpone en primer plano el vigor y la excelencia de laconstitucin romana que salva esa situacin lmite, ylos libros VII al XV excepcin hecha del XII narranlos acontecimientos triunfales de Roma hasta labatalla de Zama que son consecuencia de la excelenciade la constitucin romana.9. Mas la victoria sobre Cartago entraa un puntode partida para trazar una nueva direccin historioINTRODUCCIN19grfica. Al comienzo del captulo51 tercero del libro III,Polibio anuncia que cambiar el escenario histricohacia Grecia y sus contornos, lo que, en verdad, implicala realizacin del propsito universalista romano: hastaaqu Roma tena puestas sus ambiciones en Occidente;ahora, asegurada su posicin, mira con fuerza haciaOriente. Y como no poda ser menos, esta realizacinse distribuye en tres momentos bien diferenciados. Enprimer lugar, la segunda guerra macednica entreRoma y Filipo, habida entre los aos 200-197, por laque la hegemona de Macedonia sobre Grecia se pierde.Su expresin histrica se encuentra en el libro XVI,donde da comienzo; en el libro XVIII 1-12, 16-27, 33-39,donde se narra el perodo de accin blica, y en XVIII42-48, que cuenta el final de dicha guerra.10. En segundo lugar, la guerra contra Antoco,entre los aos 192-187. En torno a esta guerra se narrauna serie de acontecimientos por los que los romanosadquieren indiscutible supremaca en Asia Menor. Estaguerra y sus acciones paralelas debieron ocupar, encuanto expresin literaria, los libros XV al XXV. Porltimo y en tercer lugar, se registra la tercera guerramacednica con el triunfo sobre Perseo en la batallade Pidna y la ruina total de Macedonia, entre los aos171-168. Esta ltima realidad histrica habra sido narradaen los libros XXVII al XXIX. El libro XX X sededic a la celebracin del triunfo de Paulo Emiliopor los propios griegos.11. Estos tres momentos, en su conjunto, ocuparan,pues, los libros XV al XXX. Y, con ello, terminael programa que haba sido trazado en el libro III: enuna primera travesa, Roma, en Occidente, logra lavictoria sobre Cartago; en una segunda, Roma, enOriente, logra la victoria sobre Perseo. Y, as, se cum-5i P olibio, III 3, 1.20 HISTORIASpli el que los romanos en cincuenta y tres aos nocompletos pusieron bajo su dominio el mundo habitado 52.12. Mas la obra polibiana no termina con la narracinde los acontecimientos que cierran el ao 168.Polibio decide ampliar su obra hasta el ao 146, condiez libros ms, hasta el XL. Y da razn del porqude esta ampliacin: de un lado, para explicitar la conductadel vencedor absoluto; de otro, porque fue testigoocular de los hechos y particip en muchas de lasacciones53. Sin duda, son razones que la capacidadhistoriogrfica de Polibio no poda dejar de aprovechar.Si bien, desde un punto de vista objetivo, estatercera travesa implica como el resultado sintticodel dinamismo dialctico de las dos primeras travesas.Pues ahora, en ese perodo, tanto Occidente comoOriente quedan absorbidos dentro del podero romano:Cartago es totalmente destruida y Corinto y, con ello,toda Grecia pierde su libertad saqueada y arrasada.Roma se torna duea y seora del mundo conocido.Mas ello lleva una responsabilidad y es, quiz, el modocomo se comport Roma lo que ms interes a Polibio.13. Sin embargo, esta parte de las Historias hallegado muy fragmentaria y se vuelve difcil descubrirsu estructura originaria. Con todo, parecen seguros lossiguientes momentos: que el libro XXXIV constituauna monografa dedicada a describir los lugares conquistados54,y que el libro XL, del que no se conservafragmento alguno, recopilaba toda la obra de las Historias.Y no resulta aventurado aceptar que el libroXXXIV servira para dividir este perodo en dos vertientes:la primera, de dominacin tranquila por parte52 Polibio, I 1, 5.53 Polibio, III 4, 6 y 4, 13.54 Cf. P. Pdech, La gographie de Polybe: structure etcontenu du livre XXXIV des Histoires, REtCt. 24 (1956), 3-24.INTRODUCCIN 21de Roma de los estados conquistados, durante los aos168-151; la segunda vertiente, de nuevas alteracionesy alborotos, lo que pudo influir en el cambio que seobserva en Polibio respecto a la excelencia de la constitucinpoltica romana.14. He aqu, de manera muy apretada, de un lado,la realidad histrica y, de otro, su conformacin historiogrfica:un perodo que va desde el ao 265 hastael 146. Su expresin literaria recorta dicho perodoen varias facetas: los dos primeros libros, a modo deintroduccin, los aos 265-220; los libros III-XXX, losaos 220-168, en dos momentos claros: el primero hastala batalla de Zama, libro XV, y el segundo, hasta labatalla de Pidna, libro X X X 55. Y, por ltimo, los librosXXXI-XL, los aos 168-146, con la destruccin total deCartago y Corinto.B) Fecha de composicin de las Historias1. Se trata de un problema difcil y complejo, puesal no disponer de notificacin explcita, su anlisis debepartir de los datos que la obra proporciona. Y estosdatos se encuentran en las alusiones a hechos histricos,en general bien fechados; a los viajes de Polibioy en las descripciones geogrficas56.2. Pues bien, la postura que hoy es ms aceptadaal respecto podra resumirse as: a) Que Polibio comenza escribir las Historias en el exilio y, con msprobabilidad, hacia su final, b) Que los quince primeroslibros los compuso antes del ao 146. c) Que losrestantes los redact despus del ao 146.55 Recurdese que ste estaba dedicado al triunfo de PauloEmilio.56 Como ya practic R. Hartstein, ber die Abfassungszeitder Geschichten des Polybios, Philologus 45 (1886), pgs. 715 ysiguientes.22 HISTORIAS3. Esta postura, en lneas generales, puede ser defendidacon los siguientes hechos. Respecto al asertoa), de que Polibio no comenz a escribir su obra antesdel ao 168, queda claro por el pasaje I 1, 5, donde sedice que el objetivo de la obra es narrar cmo Romaen cincuenta y tres aos se hizo duea de casi todoel mundo habitado. Pero esos cincuenta y dos aosterminan con la destruccin del reino de Macedonia. Encuanto al aserto b), que los quince primeros libros fueronescritos antes del 146, parece probado porque, deun lado, se habla de la Confederacin aquea como florecientean57 y, de otro, porque, en IV 74, 8, Polibioaconseja a los eleos que procuren recobrar su inmunidadal saqueo. Asimismo, porque, en XV 30, 10, secuenta que los nios en Cartago y Alejandra participanen los tumultos ciudadanos no menos que loshombres. Y, claro es, se vuelven difciles estas apreciacionesen una Grecia sometida a Roma y en unaCartago destruida. A su vez, en lo que respecta alaserto c), esto es: que los libros restantes, XVI-XL,fueron compuestos despus del ao 146, se apoya, deuna parte, en que no hay indicio alguno de que fuerancompuestos antes y, de otra, en que, en XVIII 25, 9y en XXIX 12, 8, se alude a la destruccin de Cartago.Por lo dems, el hecho es meridiano para los diez ltimoslibros conforme a lo que hemos dicho58.4. Con todo, debe aceptarse una vez ms que estatesis es admisible en lneas generales. Porque surgeuna dificultad en la claridad del razonamiento. Me refieroal hecho de que se producen varios pasajes quecontradicen esta tesis. De stos slo voy a citar cuatro,en la medida en que por oposicin esclarecen el razonamiento.Contradicen el aserto b) los pasajes III 4,que presentan las razones por las que se ampla la obra57 Polibio, I I 37, 8-10.58 Cf. lo dicho aqu en pg. 20.INTRODUCCIN 23hasta el ao 146; III 5, que adelanta el programa, ysobre todo, III 32, 2, donde Polibio habla de su obracompuesta de cuarenta libros. Contradice el aserto c)XXXI 11-15: aqu se narra el episodio de la huida deDemetrio. Su descripcin es tan viva que no se tienedudas de que fue escrito al tiempo de su realidad. stasucedi en 162. Pero, segn la tesis general, el libroXXXI fue escrito despus del ao 146.5. Ahora bien, puesta en parangn la tesis generalcon estos pasajes que perturban la propia tesis general,la solucin que aportan los estudiosos es que dichospasajes han sido insertados una vez que la obrahaba sido terminada. Es, desde luego, la solucin tpicaen este tipo de problemas. Sin embargo, mi opinin59,ya expuesta en otra ocasin, difiere en parte.Para m y me apoyo sobre todo en el episodio deDemetrio la elaboracin definitiva de la obra no tuvolugar antes del ao 146. Seguro, por supuesto, para losdiez ltimos libros. Los anteriores, en cambio, y a excepcinhecha de I-II, haban ido siendo redactadospor partes conforme a la informacin y las circunstanciasde los hechos y, sobre todo, desde la perspectivadel cmputo por olimpadas. As Polibio dispusode un material ya ordenado y en parte redactado. Masla redaccin definitiva, con el ensamblaje de toda lalabor previa, tuvo lugar despus del ao 146. Por tanto,los pasajes que hay que considerar como insercionestardas no son tales, sino producto de una elaboracintotal y definitiva. La explicacin propuesta no contradice,en realidad, la tesis general, sino que la apoya yda sentido a los numerosos pasajes considerados comoinserciones .59 Daz Tejera, Polibio, pgs. LXIX y sigs. Al respecto, reseay opinin de Pdech, Rev. Philologie 52 (1978), 169-170.Cf. Pdech, La Mthode, pgs. 563-572, y Walbank, Commentary,I, pg. 296.24 HISTORIASC) Concepcin historiogrfica de Polibio1. Polibio, dentro de la historiografa antigua, ocupaun lugar destacado por su concepcin del fenmenohistrico y su manera peculiar de interpretarlo. Yadesde el comienzo mismo de su obra propia61 definesu posicin: el trabajo y objeto de nuestra empresaconsiste nica y exclusivamente en escribir el cmo,el cundo y el porqu todas las partes conocidas delmundo habitado vinieron a caer bajo la dominacinromana. Roma, pues, significa la realidad energticaque genera las acciones histricas, pero es misin delhistoriador no slo captar esa realidad, sino el darcuenta razonable de los hechos histricamente dados.Para ello, Polibio configura, quiz conforme a modeloperipattico62, una especie de categoras que, de formaconstante, enmarcan los fenmenos de suerte que stosse encuentren encuadrados en esas categoras y, a lavez, expliciten su razn de ser. Y esas categoras o dimensionesson modo, tiempo y causa.2. Cabe, sin embargo, una observacin urgente,pues podra parecer que las tres categoras se encuentranen el mismo plano de importancia e, incluso, quese trata de tres dimensiones discretas. Y no es as. Ladimensin de causa trasciende a las dos primeras, puesno basta decir cundo un hecho sucedi, ni tampococmo, sino que se hace necesario aclarar el porqu esecundo y el porqu ese cmo. El cmo y el cundoson como los moldes en que se insertan los fenmenoshistricos; la causa, por el contrario, no slo explicitael acontecimiento en s, sino la forma que toman talesmoldes: afirmamos63 que los elementos ms necesa Polibio, III 4.62 Cf. aqu nota 22 y art. cit. en dicha nota. Polibio, III 32, 6. Asimismo, Pdech, La Mthode, pgiINTRODUCCIN25rios de la historia... son sobre todo los relativos a lascausas.3. Mas la dimensin de causa se relaciona conotras dos dimensiones, la de inicio y la de pretexto.Su anlisis, pues, requiere un enfoque global y no porseparado. En efecto, el texto que mejor refleja elpensamiento polibiano al respecto se encuentra en III6-7. Polibio comenta que algunos historiadores de Anbal,cuando exponen las causas de la guerra entabladaentre Roma y Cartago, aducen como primera causa elsitio de Sagunto por los cartagineses y como segundael paso del ro Ebro. Polibio observa aqu que estosdos hechos son los inicios, pero no las causas. Escomo si se admitiera aade el historiador que elpaso de Alejandro a Asia hubiera sido la causa de laguerra contra los persas. stas son cosas cito textualmentepropias de hombres que no han descubiertoen qu se diferencia y cunto se contrapone elinicio de la causa y del pretexto. Porque la causa y elpretexto son lo primero de todo, y el inicio, en cambio,la ltima parte de las mencionadas. Yo sostengo continaPolibio que los inicios de todo son los primerosintentos y la ejecucin de obras ya decididas; causas,en cambio, lo que antecede y conduce hacia losjuicios y las opiniones; me refiero a nuestras concepcionesy disposiciones y a los clculos relacionados conellas.4. El texto es explcito y no necesita de un comentarioexhaustivo. Basta deducir las conclusiones. Ystas son: a) Que lo ms relevante es la nocin de causay que sta se diferencia del inicio no slo porque,paradjicamente, es anterior, sino porque est en laas 432-495, y Walbank, Commentary, I, pg. 35. Tambin DazTejera, Polibio, pg. LXXVI, donde se practica un anlisis filolgico.26 HISTORIASbase de toda accin, b) Que la causa la constituye unaserie de operaciones mentales, ideas, razonamientos,sentimientos, que, apoyndose en la realidad, abocan auna decisin que determina el fenmeno histrico: elque los griegos pudieran retirarse de Asia sin encontraroposicin y el paso cmodo de Agesilao, permiten aAlejandro conformar un plan razonado de marchar contralos persas. La causa, pues, es una operacin mentalpero no gratuita ni utpica. El inicio, por el contrario,se mueve en el plano de la accin y de lo real;la toma de Sagunto es el comienzo de la segunda guerrapnica. La causa hay que buscarla en las consideracionesde todo tipo que se hacen en torno al podero deCartago y a las aspiraciones romanas. En este nivelterico se encuentra, asimismo, la nocin de pretextoque es el otro trmino que aparece en el pasaje citado.La nocin de pretexto se descubre, ciertamente, en elplano intelectual, al igual que la causa, pero frente ala nocin de principio. Mas la causa da lugar a laaccin, mientras que el pretexto justifica la causa y elinicio a la vez: adquiere un carcter axiolgico evidente.Alejandro formula como pretexto de la guerracontra Asia el castigar las injurias64 de los persas contralos griegos.5. Asipues, la concepcin historiogrfica de Polibiose ve teida de gran dosis de intelectualismo, en lamedida en que la dimensin de causalidad reposa enel plano de las ideas y de los razonamientos. Sin embargo,este intelectualismo no implica una formulacintan abstracta como del texto citado podra conjeturarse.Polibio tiene gran cuidado en dejar claro que setrata de una formulacin, fruto de su pensar historiogrfico,sin duda, y que, en cuanto tal, le sirve de categoraacusadora y explicativa para preguntar a la Polibio, III 6, 12; Diodoro, XVI 89, 2.INTRODUCCIN 27realidad histrica. De tal suerte que esa formulacinrecibe contenido concreto e histrico, ya mediante lospersonajes y protagonistas de los acontecimientos queencarnan y proyectan ese plano intelectual, ya mediantelas constituciones que permiten que ese planointelectual se realice.6. La atribucin, pues, de un excesivo intelectualismoa Polibio no es correcto. Lo que acontece es quePolibio es un historiador que, no slo descubre lo queconstituye el contenido del cundo y cmo, sino queinterpreta y, para ello, necesita de categoras formalesde pensamiento que, en dialctica real, encarna en lospersonajes histricos y en las instituciones polticas.7. En efecto, el individuo, como personaje histrico,es el forjador de un conjunto de operacionesmentales que conforman la dimensin de causa. Se explicaque sea llamado causante y responsable dela accin65 y se explica, asimismo, que grandes acontecimientoshistricos reciban el nombre del agentehistrico principal: la segunda guerra pnica es llamadacon el nombre de guerra66 de Anbal. Y sehabla, igualmente, de la guerra de Clemenes67, de lade Filipo68 y de la de Perseo69. No debe extraar, portanto, que un estudio de los personajes histricos enPolibio coincida necesariamente con el anlisis de lacausalidad histrica, en cuanto que aqullos son forjadoresy encarnan el plano intelectual.8. Si se opera con inteligencia y con previsin70,es probable acertar en el xito: Antigono es para los5 Poubio , I 43, 2.66 Polibio, I 3, 2.67 Polibio, I 13, 5, y II 46, 7.6 Polibio, III 32, 7.69 Polibio, III 3, 8.70 Polibio, IX 12, 4.28 HISTORIASlacedemonios causante de los mayores bienes71, y Filipo,el hijo de Amintas, es el que da origen a la grandezadel reino de Macedonia72. Y, por supuesto, esigualmente vlido el caso contrario: si se opera conignorancia e irreflexin, el fracaso es casi seguro. Claudio73fracasa en Drpana porque acta al azar y sinclculo. Perseo emprende sus acciones sin congruenciay con falta de clculo, y ello le conduce al fracasototal.9. De otra parte, la causalidad histrica alcanzatambin su plasmacin real en las constituciones polticas.Polibio concede, en su obra, particular atencina este tema, si bien deben distinguirse dos aspectosfundamentales. El primero, la constitucin como plasmacinde causalidad y su mutua interaccin. El segundo,la constitucin poltica en s, en cuanto se analizasu origen, su composicin, perfeccin y evolucin, aspectoeste ltimo tratado de forma original en el libroVI.10. Tocante al primer aspecto, el captulo segundodel libro VI (y en concreto los pargrafos 8-10) es revelador.Dice textualmente: lo que atrae y reportautilidad a los estudiosos es precisamente el estudio delas causas y la eleccin de lo mejor en cada caso. Puesha de considerarse en todo asunto como causa suprematanto para el xito como para el fracaso la estructurade la constitucin poltica, pues de ella, como de unafuente, no slo surgen todas las intenciones y proyectosde los actos, sino tambin el resultado. Este texto7471 Polibio, V 9, 9.72 Polibio, V 10, 1.73 Polibio, I 52, 1-2.74 Cf. para una interpretacin ms detallada, A. DIaz Tejera,La Constitucin poltica en cuanto causa suprema en lahistoriografa de Polibio, Habis 1 (1970), 31-43.INTRODUCCIN 29desmiente de raz la opinin de Hercord75 de que Polibioes poco explcito respecto a la interaccin entreconstitucin poltica y causalidad. Aqu, por el contrario,Polibio defiende que la constitucin poltica es noslo causa histrica, sino causa suprema, en la medidaen que es fuente de la que surge el plano intelectual,donde se forjan las operaciones mentales de quehemos hablado. El resurgir de Roma despus del desastrede Cannas se debi a la constitucin romana, y laLiga aquea logra la adhesin de todo el Peloponesogracias a sus leyes.11. Mas tampoco la constitucin es una formulacinabstracta. Pues los fundamentos76 de toda constitucinson las costumbres y las leyes. Porque seaade77 ms adelante cuando observamos que lasleyes y costumbres de un pueblo son acertadas, juzgamossin temor que por ellas sus hombres tambinsern rectos y su constitucin acertada. De nuevo seobserva en Polibio esa dialctica real de relacin entreplano intelectual y realizacin concreta. Es ms, Polibiollega a puntualizar que una constitucin casi perfectacomo la romana, si no hubiera dispuesto de hombrescomo Escipin que la proyectaran con su virtualidaden la realidad histrica, habra rendido muchosmenos xitos a Roma78. El hecho queda demostradopor las derrotas de Roma ante Cartago hasta la llegadaa escena de Escipin.12. Tocante al segundo aspecto, esto es, al anlisisde la constitucin poltica en cuanto a origen, composiciny evolucin, Polibio le dedica el libro VI de suobra. El tema es complejo y aqu slo lo esbozamos.75 La Conception, pg. 142.7 Polibio, VI 47, 1.77 Polibio, V I 47, 2.78 Polibio, XVIII 28, 6-11.30 HISTORIASPara un estudio ms detallado remito a K. von Fritz79,cuyo trabajo, pese al ttulo, est dedicado casi enteramentea Polibio. Tambin a K. F. Eisen80 y a un artculomo81, donde hago un estudio de tipo filolgico concreto.Pues bien, Polibio dedica la parte central dellibro VI a la descripcin de la constitucin polticaromana. Pero observa que dicha constitucin es unaresultante a partir de estadios anteriores y de combinacionesde regmenes ms simples. Al estudio de estosestadios y elementos simples, a su devenir cclico y ala constitucin mixta se dedican los diez primeros captulosdel libro. En primer lugar, el autor presenta ydiscute el nmero de elementos simples que habrn deintervenir en el proceso cclico y ofrece 82 como constitucionessimples y originarias, la realeza, la aristocracia y la democracia. Todas ellas histricamentedocumentadas. Sin embargo, Polibio se hace una objecin:que, de un lado, las tales constituciones noson las mejores y ms perfectas, pues la constitucinptima resulta del sincretismo de lo ms pertinentede las tres mencionadas. Se refiere, por supuesto, a laconstitucin mixta. De otro lado, que tampoco son lasnicas, porque se realizan otras, semejantes en apariencia,pero que objetivamente conforman su degradacin,como la tirana, la oligarqua y la oclocracia. Setrata, pues, de dos series paralelas, cada una en su niveltico, que se corresponden en sentido vertical: a la realezacorresponde la tirana; a la aristocracia, la oligarqua,y a la democracia, la oclocracia o gobierno79 The theory of the mixed constitution in Antiquity. A criticalanalysis of Polybius political ideas, Nueva York, 1954.80 Polybiosinterpretationen, Heidelberg, 1966.81 A. Daz Tejera, Anlisis del libro VI de las Historias dePolibio respecto a la concepcin cclica de las Constituciones,Habis 6 (1975), 23-34.82 Polibio, VI 3, 5.INTRODUCCIN 31desordenado de la muchedumbre. Y es en esta correlacindonde se produce el fenmeno cclico de lasconstituciones y en la que se reproduce, no obstante, laposibilidad de que el fenmeno cclico, casi de tipo natural,se interrumpa. Esta interrupcin se efectaobserva Polibio bajo presin racional, y entoncesprovoca la , constitucin mixta: sta viene a ser unaseleccin racional de lo mejor de las constitucionesconsideradas perfectas83.13. Polibio habla tambin de otro tipo de constitucinque llama monarqua o gobierno de uno soloy que tiene lugar espontnea y naturalmente. En ellase constituye jefe el hombre que sobresale en fortalezafsica y en valor. Mas este tipo de constitucin quedaun tanto desligado de la serie de seis y sirve para abriry cerrar el fenmeno cclico. Polibio es muy claro eneste sentido: la monarqua es el primer sistema queespontnea84 y naturalmente se establece. Y en otropasaje85, una vez que ha sobrevenido la oclocracia,afirma: se mantiene sta la oclocracia hasta que,sumida en una total degeneracin salvaje, encuentra denuevo un amo y monarca. Es evidente que as el ciclose cierra: el final, el sistema de uno solo, es, a su vez,el principio y viceversa y, en medio, un proceso rtmicoque consiste en la degradacin de un rgimen simpleseguido de la ascensin de otra forma simple originaria.Y si se da la posibilidad de que este ritmo, casibiolgico, sea interrumpido por la razn, entoncessurge la constitucin mixta.83 Cf. Daz Tejera, art. cit., pg. 29.84 Polibio, VI 4, 7-11.es Polibio, VI 4, 9.32 HISTORIASD) Historia pragmtica y mtodo apodictico1. Polibio habla con frecuencia de historia pragmtica.Y es de observar que no ha resultado fcil delimitarcon exactitud este sintagma. Los estudiosos parten,en general, del pasaje IX 1, 2, donde se hace referenciaa tres tipos de narraciones histricas: un tipoque trata de genealogas, otro que trata de fundacionesde colonias y otro que versa sobre las accionesde los pueblos, los estados y personajes polticos. Esteltimo tipo es el que ms atrae al hombre que se ocupade cuestiones de estado.2. Pues bien, de los tres tipos, Polibio ha elegido elltimo, y sobre l versa su quehacer histrico. De suerteque por historia pragmtica ha de entenderse lanarracin de las acciones que han llevado a cabo losdistintos pueblos y los distintos dirigentes. Y, claro es,desde este punto de vista, la historia es til, pues enseacmo han actuado los personajes histricos ycmo se han comportado los estados, tanto bajo el aspectode xitos como de fracasos. Por ello, resulta extraocomenta Polibio86 que los que escriben defundaciones callen la educacin de los hombres quemanejaron los asuntos en general.3. De nuevo observamos en Polibio un historiador,no tanto descriptivo cuanto intrprete de la interaccinentre agente histrico y sus realizaciones, lo que permite,a mi modo de ver, centrar y definir lo que Polibioentiende por historia pragmtica: la narracin delos hechos polticos y militares encuadrados en cuantohechos, en la triple dimensin de modo, tiempo y causay bajo la direccin87 de una mente rectora.e X 21.87 Daz Tejera, Polibio, pg. LXXXIX. Y para ms detalle.INTRODUCCIN 334. De otra parte, el concepto de mtodo apodicticotambin ha sido muy discutido. En principio hay quedecir que no se trata de historia apodictica88, sinode mtodo apodictico. Pero, adems, dicho mtodo esaplicado en la historia propia y ni siquiera en los dosprimeros libros que le sirven de introduccin, pues enstos slo se recuerdan por encima los acontecimientos89.En cambio, en el libro III 1, 3, cuando comienzala verdadera historia, tras sealar cul fue la funcinde los dos primeros libros, dice que ahora intentarexponer los hechos con demostracin. Por lo tanto,la historia en su sentido ms estricto requiere demostracin,no las biografas ni las narraciones someras.Y si la verdadera historia consiste en enmarcar los hechosen las categoras de tiempo, modo y causa y, adems,bajo un plano intelectual en cuanto operacionesmentales y bajo qu tipo de constitucin, parece congruentededucir que el mtodo apodictico consiste endemostrar que ese cmo y ese cundo y esa causa yesas operaciones mentales y esa constitucin polticason las dimensiones que realmente dan razn y demuestranel fenmeno histrico.E) La nocin de Fortuna en la historiografa polibiana1. Nuestro intento de presentar la concepcin historiogrficade Polibio como fruto de elaboracin coherentey lgica parece derrumbarse con la nocin deFortuna. Pues sorprende que, dentro de una dimensinpragmtica, apodictica y etiolgica de la historia, tengacf. K. E. Petzolt, Studien zur Methode des Polybios und zuihrer historischen Auswertung, Munich, 1960, pgs. 3-20.88 Este sintagma slo aparece una vez en II 37, 3, y en uncontexto problemtico.89 Cf, Walbank, Commentary, I, pg. 8.34 HISTORIAScabida un contenido como el de Fortuna que apunta auna vertiente no racional. Sin embargo, la cuestin noes tan sorprendente.2. Mucho se ha discutido sobre este tema y desdetodos los ngulos. Aqu podramos resumir las distintasposturas a tres: a) La que sostiene90 que Polibio atribuyea la Fortuna una entidad objetiva y personal ydeterminante del destino humano. Casi un ser supremo;algo parecido, como anticipacin, al Dios cristiano querige el universo. Esta postura, sin duda radical, es suavizadapor Von Scala91 en el sentido de que, si bienadmite ese poder personal de la Fortuna, lo circunscribea la influencia de Demetrio Falereo, pero quedespus, bajo influencia romana, la nocin de Fortunaqueda relegada a un azar caprichoso, b) La segundapostura defiende el extremo opuesto: que para Polibiola Fortuna no es ms que un trmino de expresin92cmoda o, a lo sumo, representara lo contingente ydesconocido del fenmeno histrico93 o, con palabras deA Rover94, sera la X de la historia, c) Por ltimo, seda una tercera postura, la ms moderna y que, en realidad,es una postura de compromiso y dualista. Se apoyaesta postura en un pasaje de Polibio del libro XXXV17, donde se dice que debe atribuirse a la Fortuna y ala Divinidad lo que queda fuera de la mente y de laprevisin humanas. Y se ofrecen dos ejemplos: uno, losfenmenos naturales, y otro, la rebelin de los mace-90 Cf., entre otros, Hirzel, Untersuchungen zu Ciceros philosophischenSchriften, Leipzig, 1881, II, pgs. 847-907, y E. G.Shiler, Polybius of Megalopolis, AJPh. 48 (1927), 31-81.91 R. von Scala, Die Studien des Polybios, Stuttgart, 1890,pginas 174 y sigs.92 G. De Sanctis, Storia dei Romani, III, 1: La Fortunasecondo Polibio, Turin, 1907-1923, pgs. 213-215.93 Hercord, La Conception, pgs. 121-122.94 Tyche in Polibio, Convivium 24 (1956), pg. 286.INTRODUCCIN 35donios bajo un falso Filipo. El propio Polibio, quizsin percatarse de ello, provoca un dualismo en la nocinde Fortuna.3. As lo interpreta Mioni95 cuando habla de la Fortunacomo naturaleza de un lado, y de la Fortunacomo lo desconocido, de otro. Igualmente, Siegfried96,al distinguir el automaton absoluto y el automatonrelativo. En la misma lnea, Walbank67 sostiene queunas veces la Fortuna significa azar y casualidad, y otras,un poder superior que determina los hechos histricos.Por ltimo Pdech98, con ms finura, observa que, enunas ocasiones, la Fortuna adquiere una funcin finalista99y, en otras, adquiere la misin de llenar losvacos que las otras formas de causalidad, individuosy constituciones, dejan en la argumentacin de los hechos.Se carga, entonces, del contenido de causa100adyuvante.4. Como puede observarse, los distintos anlisisno presentan una solucin convincente de la nocin deFortuna. Por mi parte101, he desarrollado un intento desntesis y de explicacin. En resumen, mi tesis es lasiguiente: en primer lugar, que hay que partir de lapropia opinin de Polibio sobre la Fortuna, cuandodice que quiere tratar sobre la cuestin de la Fortunaen cuanto el gnero de historia pragmtica lopermite. Y aade en el texto citado102 que es lcitorecurrir a la Fortuna slo cuando el hombre, en cuan- Polibio, pg. 145.96 Studien zur geschichtlichen Auschaung des Polybios, Leipzig,1928, pgs. 28 y sigs.97 Commentary, pgs. 16-26. La Mthode, pgs. 337-343.99 Polibio, I 4, 1.h Polibio, XXXI 25, 10.101 Daz Tejera, Polibio, pg. XCVIII. i Polibio, XXXVI 17.36 HISTORIASto tal, no puede captar las causas de un hecho o, conotras palabras, cuando la explicacin de los acontecimientoscaen fuera de las operaciones mentales.Luego la Fortuna no contradice el principio de causalidadsino, por el contrario, lo presupone.5. En segundo lugar, el contenido de la Fortunapuede manifestarse en forma adjetival. Esto es, queen una empresa bien calculada y meditada, por tantobajo el anlisis racional, un pequeo accidente o sucesopuede aparecer inesperadamente y de formacasual. Anbal, un personaje que opera racionalmentey prototipo histrico para Polibio, sitiaba Capua; derepente, levanta el asedio y marcha sobre Roma yacampa cerca de la capital103. Pero en el da fijado paraatacar la ciudad, entran Gneo Fulvio y P. Sulpicio conuna legin. De este hecho dice Polibio que fue unacoincidencia inesperada y casual. Anbal haba sopesadolos mnimos detalles y en funcin de sus operacionesmentales se desarrollaban los hechos histricos.Mas una sombra en esa claridad racional hecha portierra sus propsitos y su realizacin. Luego tambinese hecho casual, inesperado, no calculado, desde elpunto de vista objetivo, funciona como causa. La Fortunaacta, pues, aqu como factor histrico, pero deforma adjetiva y no total.6. En tercer lugar, que la Fortuna puede realizarseno en un suceso aislado y, por tanto, adjetival,sino que puede trascender el proceso histrico en suconjunto. En ese caso, la Fortuna se substantiva yadquiere misin totalizadora de causa indeterminadade la realidad, que el hombre no acaba de comprender.La empresa de Roma en su total complejidad,incluida la propia existencia de Roma y por qu en eseios Polibio, IX 5, 6-9.INTRODUCCIN 37tiempo y no en otro, queda fuera de la causalidad humanapero no, obsrvese, de la realidad histrica.7. La Fortuna, pues, sustituye la imposibilidad racionaldel hombre, ya de forma adjetival, ya substantiva.Pero del hecho de que el agente histrico o elhistoriador ignoren la razn de la presencia de unacontecimiento, no se desprende que ese acontecimientono funcione como causa en el plano objetivo de larealidad. La nocin de Fortuna, por tanto y aunque parezcaparadjico, slo tiene sentido en una concepcinintelectualista de la historia. Es el caso de Polibio.F) El concepto de historia universal1. Polibio plantea, en varias ocasiones, la distincinentre historia universal e historia particular, comopuede ser la de las monografas. Y, por supuesto, considerade mayor utilidad y ms cientfica la historiauniversal. El autor104 lo expresa con un smil: as comono es posible contemplar la belleza y lozana de uncuerpo viviente, viendo slo sus miembros, del mismomodo el conocimiento de las partes de la historia sloprocura una nocin, no una ciencia. No es extrao,pues, que Polibio critique a los autores de crnicaslocales e, incluso, a aquellos que, pese a extenderse enel tiempo y en el espacio, presentan los hechos desconexosy aislados.2. A mi modo de ver, deben distinguirse dos nocionesbsicas en el concepto de historia universal enPolibio. De una parte, lo universal en cuanto los propiosacontecimientos abarcan la zona espacial conocidao, al menos, influyente en ese momento y se entretejenmutuamente. De otra, lo universal en cuanto categoraformal histrica y propia de la sagacidad del historiis P o lib io , I 4, 7, y III 1, 7.38 HISTORIASdor para descubrir aquellos factores que proporcionanunidad y conexin.3 Respecto al primer aspecto de realidad objetiva,el propio Polibio es consciente. Observa105 que antes delao 220 a. C. los acontecimientos del mundo habitadose producen desligados, pues en Occidente se enfrentanRoma y Cartago, mientras que en Oriente se producenla guerra de los aliados y la lucha por la Celesiria. Sondos zonas espaciales que tienen su rbita propia, aunquese da una primera aproximacin cuando Romapas a Iliria106. Con todo, dentro de cada rbita, Polibioprocura encadenar los acontecimientos: la primeraguerra pnica tiene su origen107 en la conquista deItalia por Roma; sta, a su vez, produce la guerra delos mercenarios en Cartago y sta, asimismo, incitaa los romanos a conquistar Cerdea, lo que enciendeel odio que desemboca en la segunda guerra pnica.4. En Grecia, mientras tanto, la rivalidad entreambas Ligas, la de aqueos y etolios, da lugar a la guerrade Clemenes, y sta obliga a una alianza entre aqueosy macedonios 108. Mas, a partir de aqu, ambas rbitasse cruzan y los acontecimientos se entretejen como untodo orgnico. La expresin de esta conexin se encuentraen el discurso de Agelao en la conferencia deNaupacto109. Advierte Agelao que los griegos deben evitarlas luchas intestinas y percatarse del peligro quese avecina desde Occidente, pues sea el vencedor Romao Cartago, no se conformar con sus lmites. Estaspalabras iban dirigidas fundamentalmente a Filipo deMacedonia y tuvieron la virtud de adivinar los puntosios Polibio, I 4, 2.ios Polibio, II 12, 7, y sobre todo, K. E. Petzolt, ob. cit.,pginas 93-100.io? Polibio, I 6, 7 ; 12, 7.ios Poubio, II 37, 8.109 Polibio, V 104.INTRODUCCIN 39concretos en los que haba de producirse la conexinhistrica y universal del momento.5. Respecto al segundo aspecto, Polibio capta,desde muy pronto, que los acontecimientos que seproducen en el perodo narrado en su obra penden dedos factores bsicos que le permiten contemplar deforma sinptica 110 los hechos histricos. De un lado,la Fortuna, la voluntad ciega de la propia realidadhistrica, que dirigi casi todos los acontecimientoshacia una sola parte y a todos inclin hacia un nicoy mismo fin111. De otro, Roma, que, dotada de unaconstitucin poltica excelente y con hombres reflexivosy llenos de ideas, camina casi inexorablementehacia el xito total. Conexin, pues, de los hechos histricosy mirada sinptica constituyen las dos caractersticasfundamentales del concepto de historia universalen Polibio.G) Las fuentes de la historiografa polibiana1. Esta cuestin es harto difcil. Parece evidenteque Polibio utiliz fuentes literarias, documentos oficialesy archivos. Pero cules y en qu medida, estema en el que no hay ni seguridad ni unanimidadentre los estudiosos. Como observa Walbankm, lavasta literatura que existe sobre las fuentes de Polibioes quiz desproporcionada respecto a los resultadosconseguidos.2. Mas de lo que no cabe duda es de que Polibiotena, incluso, un criterio personal en el uso de esasfuentes. Un pasaje del libro XII es elocuente en este110 Polibio, I 4, 2.in Polibio, I 4, 1.ii2 Commentary, I, pg. 26.40 HISTORIASsentido. Dice113 as: como la medicina, la historiapragmtica comprende tambin tres elementos: el primeroconsiste en la informacin por las fuentes escritasy la yuxtaposicin del material de las mismas; elsegundo, en la visita a las ciudades y a los pases paraconocer los ros y los puertos y, en general, las peculiaridadesy la distancia de tierra y mar, y el tercero seaplica a la actividad poltica.3. Se me antoja que as es como procedi Polibioy as es como se debe enfocar el anlisis de las fuentespolibianas. Que Polibio utiliz fuentes literarias es claroy, sobre todo, para los dos primeros libros. Sin dudaArato de Sicin, fundador de la Confederacin aqueay que escribi sus Memorias en treinta libros, as comoFilarco, autor de una historia de Grecia y Asia enveintiocho libros y que abarcaba el perodo que vadesde 272-220, constituyeron una fuente para los asuntosde Grecia114. Igualmente, Fabio Pictor, que muestrauna predileccin por la tradicin romana, y Filinode Agrigento que, POT^el contrario, descubre simpatapor Cartago, debieron, stvir de antecedentes histricospara la narracin de los asuntos de Occidente. Desdeluego, Polibio se inclina ms por Fabio que por Filino.No obstante, se torna difcil saber, con exactitud, loque Polibio toma de uno o de otro. Los autores11S, eneste punto, difieren mucho, aparte de que casi todosadmiten que Polibio utiliz otras fuentes literarias.4. Porque, en efecto, no resulta sorprendente elque tomara noticias e informacin de Timeo, sobretodo en lo relativo a Hiern116, pese a que Polibio3 Polibio, XII 25 e.114 Polibio, II 56, 2; 47, 11.115 M. Gelzer, Rmische Politik bei Fabius Pictor, Hermes68 (1933), 129-166. P. Pdech, Sur les sources de Polybe: Polybeet Philinos, REtAn 54 (1952), 246-266.iw Polibio, I 8, 3-9.INTRODUCCIN 41muestra cierta aversin hacia l. En la misma lneapudo utilizar a foro, de quien tom, al menos, la ideade historia universal y la de dedicar un libro a la geografa117.5. A partir del libro II y, concretamente, respectoa la segunda guerra pnica, se acepta que, por el ladoromano, siguieron siendo fuente principal118 Fabio Pictory L. Cincio Alimento que, pretor en Sicilia en 210/9y prisionero 119 de Anbal, escribi una historia de Romadesde sus orgenes. Por el lado cartagins, adems delya citado Filino, tambin Ssilo120 de Lacedemonia,que, segn Diodoro m, narr en siete libros las empresasde Anbal. Quiz Sileno de Calacte, como testigoocular de las hazaas de Anbal, pudo informar directamentea Polibio122.6. De otra parte y ahora no referente a la guerraaniblica, cabe suponer que Polibio conoci la obrade C. Acilio, que escribi en griego una historia romanadesde sus comienzos 123 hasta el ao 184, pese alos reparos de Walbank124. Asimismo, A. Postumio Albino,autor de una historia pragmtica125. stas sonlas lneas principales de las fuentes literarias. Mas debeobservarse que Polibio asume, frente a las fuentes,una postura crtica y nunca de yuxtaposicin textual.Baste* comparar las opiniones de Fabio y tambin lasde los historiadores de Anbal sobre las causas de lasegunda guerra pnica, para comprender su modo de117 Polibio, V 33, 2.8 Polibio, III 8, 1. i T. Livio, XXI 38, 3.i2 Polibio, III 20, 5. 121 XXVI 4.122 Cf. Walbank, Commentary, I, pg. 28, y Mioni, Polibio,pgina 121.123 Cicern, De los Deberes III 32, 1, 5; T. Livio, XXV 39.124 Commentary, I, pg. 29.125 Polibio, XXXIX 1.42 HISTORIASoperar. Para aqullos, la causa fundamental fue elataque a Sagunto y la ambicin de Asdrbal y Anbal.Para Polibio, en cambio, es precisamente la primeraguerra pnica, con sus secuelas de odio en los cartaginesesy de ambicin en los romanos, sobre todo conla toma de Cerdea126.7. De otro tipo son las fuentes de los diversos tratados,grabados en placas de bronce. Se hallaban stasen el tabularium de los ediles curules sobre el Capitolio.No debe dudarse de que Polibio consult estostratados, pues son los nicos textos oficiales que citaliteralmente127. Cierto es que, al respecto, ha surgidola dificultad de que el tratado de 212 entre romanosy etolios, cuyo texto se ha encontrado en Acarnania,no coincide con la versin que trasmite Livio, tomadaal parecer de Polibio12S. La dificultad sera, en verdad,grave, si el texto fuera el del propio Polibio.8. Igualmente puede aceptarse que Polibio consultlos Annales Maximi del pontfice Mximo, pese a quesu publicacin, a cargo de P. Mucio Escvola, debide ser hecha entre 131-114. Y, por supuesto, pudo examinarlos archivos privados129 de los Escipiones: Polibiocita130 la copia de dos cartas del Africano, unaenviada al rey Filipo y otra al rey Prusias 131.9. Mucho ms dudoso resulta el que Polibio consultaralos archivos aqueos. El pasaje XXII 9-10, dondese describe con demasiado detalle una asamblea dela Liga aquea, podra apoyar una respuesta afirmativa.126 Polibio, III 6, 1 y 9, 6.127 A. Daz Tejera, En torno al tratado de paz de Lutacioentre Roma y Cartago, Habis 2 (1971), 109-126.128 Cf. discusin en Pdech, La Mthode, pg. 383.129 R. Laqueur, Polybius, Leipzig, 1913, pgs. 126-146.o X 9, 1.131 X X I 8.INTRODUCCIN 43Son muchos los autores132 que defienden esta tesis.Sin embargo, el argumento a favor es dbil; pues, deun lado, ese calor en la descripcin, tratndose de laLiga aquea, puede explicarse de la propia vida familiarde Polibio 133 y, de otro, una respuesta afirmativaobligara a admitir que Polibio escribi su obra despusdel ao 146, lo que contradice lo defendido anteriormente134.10. Ms problemtico todava resulta aceptar queel historiador griego consult los archivos rodios y losarchivos del Senado romano. En el primer caso, elpasaje XVI 15, 8, donde Polibio critica a Zenn y aAntstenes por considerar stos que fueron los rodioslos vencedores en la batalla de Lade, segn dicese conserva en el Pritaneo de los rodios, no permite,sin ms, claro es, una postura positiva. Respecto alsegundo caso, la informacin de las sesiones del Senadopodra haberla recibido Polibio del crculo de los Escipionessin necesidad de una consulta directa. Que stale estuviera permitida, no es extrao, pero no hay indicioalguno que lo pruebe.III. TRANSMISIN DEL TEXTO DE LAS HISTORIAS DEPOLIBIOA) Tradicin manuscrita1. De Polibio, como es normal en una obra de laantigedad, se dispone de citas de autores clsicos,algunas de inters, como la de Ateneo, porque indicanel nmero del libro del que han sido tomadas. De otraparte, los papiros han sido poco generosos con Poli-132 Cf. Mioni, Polibio, pg. 123 y bibliografa.133 Cf. aqu pgs. 7 y sigs.134 Cf. pg. 22.44 HISTORIASbio: el ms importante es el Pap. Berlin 9570, editadopor U. Wilcken y que apoya conjeturas antiguas. Peroel texto de la obra histrica de Polibio nos ha llegadofundamentalmente a travs de manuscritos. Y se imponesealar que sobre la tradicin manuscrita dePolibio se cuenta con un libro de J. M. Moore13S, queanaliza todos los problemas al respecto, con especialatencin a la mutua relacin entre las distintas familiasy, dentro de stas, de los diferentes manuscritos.2. Pues bien, dentro de la tradicin manuscritacabe conformar tres grupos diferenciados, no ya porsu contenido, sino tambin por su procedencia. El primergrupo lo constituyen los manuscritos que contienenntegros los cinco primeros libros. Los ms importantesson: Vaticanus Gr. 124 (A), del siglo x: se tratade un magnfico manuscrito en pergamino; LondinensisGr. 11728 (B), del siglo xv, y procede directamente delanterior; Monacensis Gr. 157 (C), que, sobre base paleogrfica,ha sido fechado en el siglo xv y gusta decorrecciones propias; Monacensis Gr. 388 (D), del sigloXIV, que fue colacionado con la edicin prncipe;Parisinus Gr. 1648 (E), de hacia finales del siglo xiv;Vaticanus Gr. 1005 (Z), de finales del siglo xiv, del quehe colacionado136 la parte dedicada al libro I, y lo heutilizado en mi edicin; Vindobonensis Phil. Gr. 59 (J),un manuscrito excelente del siglo xv: slo contiene ellibro I y no completo, y la parte final del V 94, 9-111-10.Tambin lo he colacionado137 y ha sido utilizado en miedicin. Este grupo, del que existen otros manuscritosJ35 The manuscript tradition of Polybius, Cambridge, 1965.Al respecto, cf. mi resea en Emerita 34 (1966), pgs. 219 y sigs.Asimismo, mi artculo Anlisis de los manuscritos polibianosVaticanus Gr. 1005 y Vindobonensis Gr. 59 y de sus aportacionesal libro I de las Historias, Emrita 35 (1968), 121-147.136 Cf. Daz Tejera, art. cit., pg. 121.u7 Daz Tejera, art. cit.INTRODUCCIN 45muy recientes13s, es dividido en dos secciones: una,los manuscritos A y B, con escolios, y otra, C D E Z J,sin escolios, y que recibe el nombre de tradicin bizantina.3. El segundo grupo lo forman aquellos manuscritosque derivan de un florilegio antiguo con extractosde los dieciocho primeros libros. A todo este grupo sele denomina excerpta antigua. Entre todos los cdicessobresale el Urbinas 102 (F), quiz del siglo X, que esel nico manuscrito que contiene extractos de los librosI-XVIII, Ninguno de los dems transmite fragmentosde los cinco primeros libros, y de aqu que elnombre de excerpta antigua se aplique, en general, aaquellos manuscritos que contienen fragmentos a partirdel VI hasta el X V II I139. Con todo, no existe homogeneidaden este grupo, hasta el punto de que se lo divideen tres apartados-, a) los manuscritos que contienenextractos de los libros VI-XVIII. Entre ellos, porcitar algunos 14, adems del Urbinas 102, ya mencionado,estn el Monacensis Gr. 338 (D), que tiene la particularidady, por eso, fue incluido en el primer grupode que transmite ntegros los cinco primeroslibros. Lo mismo ha de decirse del Mediceus LaurentianusGr. 699 (G). La diferencia entre el D y G consisteen que el D est escrito de la misma mano, mientrasque el G presenta distinta mano a partir del VI. Porltimo, debe aadirse el Parisinus Bibl. Nat. Gr. 2967,posiblemente del siglo xv. b) Este apartado lo componenaquellos cdices que transmiten extractos de loslibros VII-XVIII, pero omiten141 los del libro VI. Sons cf. Schweighaeuser, Polybii Historiarum quidquid superest,Oxford, 1822, pg. 109.i39 Moore, ob. cit., pg. 55.wo La lista completa, en Moore, ob. cit., pgs. 56 y sigs.mi Cf. Moore, ob. cit., pg. 74.46 HISTORIASun total de trece y se les asigna la letra G con subndicenumrico. Entre ellos se encuentra un MatritensisGr. 4741, del siglo xvi. c) El tercer apartado lo formanlos manuscritos que ofrecen extractos de los libros VI,XVIII y X, por este orden. Son un total de trece. Selos designa con la letra H seguida de subndice numrico.Los ms bsicos son Mediceus Laurentianus 80,13 (H), Marcianus Gr. VII (H) y Leidensis Gr. 2 (H).4. Como se sabe, la edicin prncipe de los librosVI-XVIII fue publicada por Hervagen, en Basilea, enel ao 1549. Se admite, aunque con ciertas dificultades,que esta edicin tuvo como fuente un manuscrito escurialense,numerado VIB6, perdido en el incendio de1671. Si es as, lo que es previsible, la edicin hervagianasera un superviviente del manuscrito escurialense.De otro lado, conviene sealar que existen manuscritos142 que contienen pequeas partes de los excerptaantiqua. Entre ellos se cuenta con un ScorialensisY-III-10, posiblemente del siglo xvii y que presentatres manos diferentes, correspondientes a los distintosextractos.5. Finalmente, llegamos al tercer grupo, denominadoexcerpta constantiniana. Es la fuente principalpara los libros XX-XXXIX, pues del XIX y XL noqueda nada, salvo citas de autores antiguos. Estascompilaciones se hicieron por encargo de ConstantinoPorfirogneta y abarcaban a los historiadores antiguos.Se dividieron en cincuenta y tres ttulos, de los queslo han sobrevivido seis: De uirtutibus et uitiis, Desententiis, De insidiis, De stratagematis, De legationibusgentium ad Romanos y De legationibus Romanorum adgentes. Cada uno de esos ttulos est representado poruno o varios manuscritos: a los extractos De uirtutibuset uitiis los representa el manuscrito Turonensis 980142 Cf. M oore, ob. cit., pgs. 109 y sigs.INTRODUCCIN 47(P); a los extractos De sententiis, el Vaticanus Gr. 73(M), un palimpsesto descubierto a principios del siglopasado por Angelo Mai, del siglo x. Es muy importante,porque tambin contiene extractos de todos los librosanteriores, lo que permite configurar, en comparacincon los otros cdices, toda la tradicin manuscritade Polibio. Los extractos De insidiis los transmite elScorialensis 111 (Q), de primera mitad del siglo xvi:para la edicin de este ttulo slo se cuenta con estemanuscrito, pues el otro, un Parisinus, est muy incompleto.Los extractos De stratagematis se encuentranen un Parisinus Gr. 607 (T), de hacia el siglo x.6. Mayor complejidad ofrecen los extractos Delegationibus. Se acepta que tanto los manuscritos delas delegaciones de los romanos ante los puebloscomo de las de los pueblos ante los romanos procedende un manuscrito Scorialensis 4, perdido en elincendio ya mencionado de 1671. Aparte esta noticia,varios son los manuscritos 143 que contienen los extractosDe legationibus gentium ad Romanos, entre ellosun Scorialensis RIII21, que debe ser completado conel Scorialensis RIII13, pues transmite lo que falta aaqul. Asimismo, son varios los que ofrecen los extractosDe legationibus Romanorum ad gentes, y tambinaqu se dispone de un Scorialensis RIII14.B) Ediciones y traducciones1. Dada la complejidad en la transmisin manuscritade la obra de Polibio, no es de extraar que ala edicin completa de las Historias, precedieran edicionesparciales, acompaadas de todo tipo de dificultadesy deficiencias. En realidad, hasta la edicin deIsaac Casaubon, dada en Pars, en 1609, no puede afir-143 Cf. M oore, ob. cit., pg. 140.48 HISTORIASmarse que Polibio dispone de una edicin ms o menoscompleta.2. Antes, en 1530, Vicente Heinecker, ms conocidocon el nombre de Obsopeo, edit los cinco primeroslibros y aadi, al final, la versin latina que habaconfeccionado Nicols144 Perotti. Aos ms tarde, en1549, en Basilea, Juan Hervagen ampli el texto deedicin hasta el libro XVII. Hasta el XV lo tradujoNicols Perotti. Por primera vez se editan los extractosantiguos y, segn hemos indicado, el manuscrito quesirvi de base fue el Scorialensis VIB6. Poco despus,comienza, en parte, la edicin de los extractos constantinianos,por separado, segn los ttulos: los primerosfueron los De legationibus, a cargo de Fulvio Orsini.Dede decidirse que los manuscritos sobre los que Orsinise bas pertenecieron al arzobispo de Tarragona,Antonio Agustn, en los que ste haba anotado al margenimportantes observaciones y que Orsini utiliz sinmencionarlo.3. Por entonces aparece la edicin de Casaubon,que aprovecha las ediciones parciales anteriores, aadeuna nueva versin latina y confecciona una sinopsiscronolgica. Pero lo importante es sealar que,para los extractos antiguos, utiliza el manuscrito Urbinas102 (F). Con todo, Polibio no era editado completo:faltaban otros ttulos de los extractos constantinianos.Henri de Valois public los de De uirtutibusque luego recoge Jacob Gronov en una edicin en tresvolmenes, publicada en 1670 y reimpresa en Leipzigen 1764. Por la misma fecha, 1763-4, ve la luz la edicinde Ernesti, sin novedad textual alguna, aunque s conun interesante glosario. Mas mencin aparte merece laedicin de Schweighuser, en ocho volmenes, publicadaen Leipzig en 1789-1795. Lleva traduccin la de144 Cf. SCHWEIGHAEUSER, ob. Ctt., pg. 74.INTRODUCCIN 49Casaubon corregida, un amplio comentario y un lxicoque, aunque no completo, ha sido el nico hastaestos aos en que est en vas de publicacin el excelentede Mauersberger. En honor de Schweighuserhay que hacer notar que todos los estudios posterioresque sobre Polibio se han hecho dependen en granmedida de esta edicin.4. Todava la edicin de Schweighuser no es completa.Posteriormente a ella se editan los extractos Desententiis, De insidiis, y De stratagematis. Estas edicionesparciales despiertan la conciencia de que Polibionecesita una edicin ntegra y total. Primero aparecela de F. Dbner, patrocinada por la casa Didot, en Parsy en 1839. Luego, la de Beklcer, en Berln, en 1841.Poco ms tarde, la de Dindorf en la coleccin Teubneriana,en cuatro volmenes, Leipzig, 1866-68. Esta edicin,corregida y muy mejorada por Bttner-Wobst,aparece de nuevo en cinco volmenes en 1882-1905, ytodava los volmenes I-II son perfecccionados en suaparato crtico en 1922-24. Para Weidmann, Hultsch realizauna edicin en cuatro volmenes, Berln, 1867-72,que a m me parece un modelo de trabajo. Con observacionesmuy pertinentes se reeditan los volmenes I-IIen los aos 1888 y 1892, respectivamente.5. A partir de las ediciones de Bttner-Wobst y deHultsch, el texto de las Historias de Polibio ha quedadofijado en su totalidad en relacin, naturalmente, conla transmisin de los manuscritos. Pese a ello, ha deaadirse, dentro de la Loeb Classical Library, la deW. Patn, con traduccin en seis volmenes y que yalleva tres ediciones: la primera apareci en 1922. Eltexto griego sigue el elaborado por Bttner-Wobst. Envas de publicacin, la fundacin Bud lleva a cabo laedicin de la obra polibiana a cargo de dos especialistas,P. Pdech y J. de Foucault. Esta edicin utilizaya el manuscrito Vaticanus Gr. 1005 (Z). En Espaa,50 HISTORIASla Fundacin Bernt Metge ha editado con traduccinen cataln los cinco primeros libros, a cargo de A. Ramony Arrufat, en 1929. Esta edicin contina hoy dabajo la responsabilidad de M. Balasch, que ya ha publicadohasta el libro XII. El texto sobre el que seapoya es, asimismo, el de Bttner-Wobst. Por ltimo,la Coleccin Hispnica, Alma Mater, ha iniciado unaedicin a cargo de Daz Tejera, de la que slo ha sidopublicado un tomo que contiene parte del libro I. Estaedicin utiliza por primera vez el manuscrito VindobonensisPhil. Gr. 59 (J).6. En cuanto a traducciones, dejando a un ladolas ya citadas por ser a su vez ediciones, indicamos lade Evelyn S. Shuckburgh, The Historiae of Polybius,dos vols., Bloomington, 1889. Esta traduccin se hareeditado en 1962 con una introduccin de Walbank.En Pars, y en 1921, Pierre Waltz ha traducido a Polibioen cuatro volmenes. En Italia, G. B. Cardona, endos volmenes y en los aos 1948-49, ha realizado unabuena traduccin acompaada de numerosas noticiassobre la transmisin manuscrita. En Alemania se cuentacon la de Hans Drexler, en dos volmenes, editadaen Zurich en 1961; aparte la traduccin en s, que esexcelente, al final se ofrece un ndice de los aspectoshistricos ms interesantes. En Espaa existe una traduccinde Ambrosio Ruy Bamba, helenista del sigloXVIII, cuyo ttulo es as: Historia de Polibio Megapolitano,traducida del griego por D. Ambrosio Rui (sic)Bamba, Madrid, en la Imprenta Real, MDCCLXXXVIII.Se reedit en 1914. La traduccin sigue la edicin deJuan Pablo Krauss, hecha en 1764.A. Daz T ejeraBIBLIOGRAFIAA) Estudios generales sobre PolibioK. J. Beloch, Griechische Geschichte, IV 1-2, Leipzig, 1922-27.U. Cuntz, Polybius und sein Werk, Leipzig, 1902.G. 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Pero no slo algunos, ni de vez 2en cuando, sino que prcticamente todos los autores, alprincipio y al final, nos proponen tal apologa; aseguranque del aprendizaje de la historia resultan la formaciny la preparacin para una actividad poltica;afirman tambin que la rememoracin de las peripe-1 Los cinco primeros captulos de este libro tienen un dobleobjetivo: ganarse la atencin del lector y fijar el contenido dela obra, sealando adems el propsito del autor al componerla.2 Aunque, para los griegos, la historia no fue nunca consideradacomo una ciencia en el sentido riguroso de la palabra,sino que siempre comprendieron en ella un componente artstico,sin embargo la consideraron como un saber, de categoray trascendencia excepcionales. Tucdides la haba definido comouna adquisicin para siempre, y Herdoto encabeza su obradiciendo que pretende, con ella, que las gestas de los hombresno caigan en el olvido; as entronca con la tradicin pica. Cicernrecogi la antorcha con su expresin, que se ha hechoproverbial: historia magistra vitae, testis temporum. Polibioenlaza claramente con la mxima ciceroniana.56 HISTORIAScias ajenas es la ms clarividente y la nica maestraque nos capacita para soportar con entereza los cam-3 bios de fortuna. Es obvio, por consiguiente, que nadie,y mucho menos nosotros, quedara bien si repitiera lo4 que muchos han expuesto ya bellamente. Porque lapropia originalidad3 de los hechos acerca de los cualesnos hemos propuesto escribir se basta por s mismapara atraer y estimular a cualquiera, joven y anciano,5 a la lectura de nuestra obra. En efecto, puede haberalgn hombre tan necio y negligente que no se intereseen conocer cmo y por qu gnero de constitucinpoltica fue derrotado casi todo el universo en cincuentay tres4 aos no cumplidos, y cay bajo el imperioindisputado de los romanos? Se puede compro-6 bar que antes esto no haba ocurrido nunca. Quinhabr, por otra parte, tan apasionado por otros espectculoso enseanzas que pueda considerarlos ms provechososque este conocimiento?2 La originalidad, la grandeza del argumento objetode nuestra consideracin pueden comprenderse conclaridad insuperable, si comparamos y parangonamoslos reinos antiguos ms importantes, sobre los que loshistoriadores han compuesto la mayora de sus obras,2 con el imperio romano. He aqu los reinos que merecenesta comparacin y parangn: en cierta poca lospersas consiguieron un gran reino5, un gran imperio,3 Polibio pretende ganarse lectores dando a su obra un enfoquedistinto del que le han dado otros historiadores contemporneossuyos o anteriores. Como ver el lector, la crticapositiva o negativa a la obra de otros historiadores se repiteuna y otra vez en la obra polibiana.4 Estos cincuenta y tres aos se cuentan desde el principiode la segunda guerra pnica (220/219) a la batalla de Pidna(168/167). Es la primera parte de la obra de Polibio, que abarcalos libros I-XXIX.5 El perodo culminante del imperio persa en la antigedadLIBRO I 57pero siempre que se arriesgaron a cruzar los lmitesde Asia pusieron en peligro no slo este imperio, sinosus propias vidas. Los lacedemonios pugnaron largotiempo para hacerse con la hegemona sobre [todos]los griegos, y cuando, al fin, la consiguieron, lograronconservarla indiscutidamente doce aos escasos6. Losmacedonios dominaron Europa desde las orillas delAdritico hasta el ro Danubio, lo que, en su totalidad,parecera una pequea parte del territorio aludido.Pero, posteriormente, aniquilaron el podero persa yse anexionaron el imperio de Asia. Sin embargo, aunquedieron la impresin de que se haban apoderado demuchas ms regiones y estados, dejaron la mayor partedel universo en poder de otros, porque no se lanzaronnunca a disputar el dominio de Sicilia, ni el de Cerdea,ni el de frica, y en cuanto a los pueblos occidentalesde Europa, belicossimos, digmoslo escuetamente:ni tan siquiera los conocieron. En cambio, los romanossometieron a su obediencia no algunas partesdel mundo, sino a ste prcticamente ntegro. As establecieronla supremaca de un imperio envidiable paralos contemporneos e insuperable para los hombresdel futuro. Por descontado: estos temas se entendernmejor, en su mayor parte, por medio de esta obra ma,la cual har ver tambin ms claramente, por su propianaturaleza, hasta qu punto las caractersticas de lahistoria poltica7 ayudan a los estudiosos8.viene constituido por los reinados de Ciro (559/529) y Daro(522/486), en los cuales adquiri su mxima expansin geogrfica.6 Desde la victoria del espartano Lisandro, en Egosptamos(404, final de la guerra del Peloponeso), hasta la victoria deConn sobre los espartanos (394), en la batalla de Cnido.7 Aqu sale por primera vez un concepto que ser capitalen la obra de Polibio: la historia poltica. Cuando Polibio aplicaa la historia el adjetivo griego pragmatiks se refiere a la narracinde sucesos polticos y militares en el sentido moderno,excluyendo connotaciones partidistas o didcticas; la historia58 HISTORIAS3 En cuanto a la cronologa, el inicio de nuestro trabajolo constituir la olimpada ciento cuarenta9. Loshechos histricos comenzarn, entre los griegos, porla llamada Guerra Social10, la primera que Filipo, hijode Demetrio y padre de Perseo, emprendi contra losetolios, apoyado por los aqueos; entre los habitantesdel Asia, por la guerra de Celesiria, que se hicieron mu-2 tuamente Antoco y Ptolomeo Filoptor u. En lo tocantea los pases de Italia y de frica [el principio de esteestudio], lo formar la guerra que estall entre romanosy cartagineses, llamada por la mayora guerraAniblica12. Estos hechos son continuacin de los ltimosque se narran en el tratado de Arato de Sicin13.3 En las pocas anteriores a sta los acontecimientos delpragmtica, pues, o de los hechos, es un concepto ya muy afnal de historia moderna. Aadamos que Polibio es el primerautor de la historia que, dentro de sus posibilidades, planeauna historia universal. El contenido de esta nota no se veafectado en nada por el de la siguiente.8 El texto griego de los pargrafos 7-8 est muy corrompidoen todas las fuentes manuscritas, y el texto original es imposiblede restituir. En este punto concreto me aparto de la edicinde Bttner-Wobst, y ofrezco la traduccin del texto ofrecidopor Lorenz, recogido por F. W. Walbank, A historical Commentaryon Polibius, I, Oxford, 1957 (citado, desde ahora, Walbank,Commentary, ad loe.), pg. 41. Con mnimos retoques, aceptatambin este texto P. Pdech, en su edicin del libro I de Polibio,Polybe, Histoires I, Collection des Universits de France,Paris, 1969 (citado, desde ahora, Pdech, Polybe, I, o el volumenque corresponda), pg. 20.9 Son los aos 220/216.10 El lugar es, exactamente, IV 60-87 y V 1-30.11 Exactamente, V 34-86.12 Es la llamada segunda guerra pnica, narrada en todo ellibro III.13 Arato de Sicin fue, a la vez, general e historiador; militarmentedirigi, con xito diverso, las tropas de la Liga aquea.Es protagonista de partes extensas de la obra de Polibio; sucaracterizacin como historiador la da el mismo Polibio enII 56, 1; su actuacin como general la comenta en IV 8-14.LIBRO I 59mundo estaban como dispersos, porque cada una delas empresas estaba separada en la iniciativa de conquista,en los resultados que de ellas nacan y en otrascircunstancias, as como en su localizacin. Pero a 4partir de esta poca la historia se convierte en algoorgnico, los hechos de Italia y los de frica se entrelazancon los de Asia y con los de Grecia, y todos comienzana referirse a un nico fin. Por esto hemos 5establecido en estos acontecimientos el principio denuestra obra, porque en la guerra mencionada los ro- 6manos vencieron a los cartagineses, y, convencidos dehaber logrado ya lo ms importante y principal de suproyecto de conquista universal, cobraron confianzaentonces por primera vez para extender sus manos alresto: se trasladaron con sus tropas a Grecia y a lospases de Asia.Si estos estados que se disputaron la soberana 7mundial nos fueran familiares y conocidos, no seranecesario, naturalmente, que nosotros escribiramos lossucesos anteriores, y que describiramos el propsitoo el poder con que se lanzaron y emprendieron accionestan grandes e importantes. Pero como la mayora 8de los griegos desconoce el poder que antao tuvieronromanos y cartagineses, e ignoran sus hazaas,hemos credo indispensable redactar este libro y el siguientecomo introduccin a nuestra Historia. As el 9que se dedique a la investigacin de los hechos actualesse evitar dificultades en cuanto al perodo anterior,y no deber indagar las resoluciones, las fuerzasy los recursos que usaron los romanos cuando se lanzarona esas operaciones que les convirtieron en seoresme refiero a nuestra poca de todo el mar y detoda la tierra. Bien al contrario: los que usen estos 10dos libros y la introduccin que contienen, vern muyclaro que los romanos se arrojaron a tales empresascon medios sumamente razonables, y que por ello60 HISTORIASlograron el imperio y el gobierno de todo el mundo14.4 La peculiaridad de nuestra obra y la maravilla denuestra poca consisten en esto: segn la Fortuna15ha hecho inclinar a una sola parte prcticamente todoslos sucesos del mundo, y oblig a que tendieran a unsolo y nico fin, del mismo modo tambin audaz. Y, sin embargo, al serle comunicado que los 5aqueos haban tomado Argos, levant el campo inmediatamente,abandon las ventajas sealadas e hizo unaretirada muy parecida a una fuga. Tema que el enemigole rodeara por todas partes. Se lanz sobre Argos, 6y durante algn tiempo intent conquistar la ciudad;los aqueos le rechazaron con entereza y los argivoscon el ardor caracterstico de los que se han cambiadode partido. Clemenes abandon incluso esta empresay se present en Esparta tras una marcha por el territoriode Mantinea.Antigono penetr sin riesgo en el Peloponeso y 54tom el Acrocorinto. Se reafirm sin dilaciones en suspropsitos y se present en Argos. Felicit a los argi- 2vos, restableci el orden en la ciudad y reemprendial punto la marcha en direccin a la Arcadia. Expuls 3las guarniciones enemigas de los fortines lev