POESIAS FAVORITAS

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AGOSTO - JAIME TORRES BODET Va a llover... Lo ha dicho al césped el canto fresco del río; el viento lo ha dicho al bosque y el bosque al viento y al río. Va a llover... Crujen las ramas y huele a sombra en los pinos. Naufraga en verde el paisaje. Pasan pájaros perdidos. Va a llover... Ya el cielo empieza a madurar en el fondo de tus ojos pensativos. AMBICIÓN - JAIME TORRES BODET Nada más, Poesía: la más alta clemencia está en la flor sombría que da toda su esencia. No busques otra cosa. ¡Corta, abrevia, resume; no quieras que la rosa dé más que su perfume! HE QUERIDO MARCHARME. LO CONFIESO. - JORGE DE BRAVO He querido marcharme. Lo confieso. Dejar esta tristeza sin quejidos y buscar un dolor sin retroceso que me peine el cabello con gemidos. He querido arrancarme este gran peso 1

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Jaime Torres Bodet, Jorge de Bravo, José Angel Buesa, Rosario Castellanos, Neruda, Xavier Villaurrutia, Unamuno, Borges, Jaime Bodet, Matilde Alba Swann, Alfonsina Storni y más

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AGOSTO - JAIME TORRES BODET Va a llover... Lo ha dicho al csped el canto fresco del ro; el viento lo ha dicho al bosque y el bosque al viento y al ro. Va a llover... Crujen las ramas y huele a sombra en los pinos. Naufraga en verde el paisaje. Pasan pjaros perdidos. Va a llover... Ya el cielo empieza a madurar en el fondo de tus ojos pensativos. AMBICIN - JAIME TORRES BODET Nada ms, Poesa: la ms alta clemencia est en la flor sombra que da toda su esencia. No busques otra cosa. Corta, abrevia, resume; no quieras que la rosa d ms que su perfume! HE QUERIDO MARCHARME. LO CONFIESO. - JORGE DE BRAVO He querido marcharme. Lo confieso. Dejar esta tristeza sin quejidos y buscar un dolor sin retroceso que me peine el cabello con gemidos. He querido arrancarme este gran peso de tener los dos brazos encogidos y no saber si voy o si regreso, porque tengo los ojos entumidos. Sin embargo, lo digo, me da miedo. Hay llantos que me apuntan con el dedo desde todos los sitios de tristeza. 1

Por eso aqu me tienes, recostado, con el dolor pequeo y arrugado mordindole la punta a la pereza. SUICIDA - JORGE DE BRAVO Morir de suicidio aunque ningn veneno me destroce las venas. Morir de suicidio porque he de morir, porque la vida pesa cuando no hay horizontes donde colgar el alma, cuando todas las tierras estn muertas. Yo quisiera tener un beso en cada labio, un amor en el hueso, una dulce caricia en cada clula, y ofrecer un abrazo a cada enfermo, un sueo a cada triste, un milagro a cada hombre sin remedio. Sucede que el amor no alcanza para nada. Se me hace delgadito como hoja de oro y a veces, sin quererlo, se me convierte en lgrima. De dnde saco amor si el mo no me alcanza y el de Dios es un cuenco que no se llena nunca? Cmo voy a sembrarlo, si cuando doy un vaso me marcan con angustia? Por eso esta jornada ser una cosa absurda como una calavera en una fiesta y muy pronto, en la noche, morir de suicidio, aunque el mdico diga que mor de dispepsia. La muerte ma la llevo, como una tumba, adentro. Un da la sacar y me acostar en ella. ALA Y RAZ - JOS NGEL BUESA Ala y raz: la eternidad es eso. 2

Y aqu, de frente al mar, en la ribera, la vida es como un fruto que cayera de un alto gajo, por su propio peso. Ala y raz. Y el ala, sin regreso, a la raz, con sed de primavera: que as el confn de la emocin viajera duerme a la sombra del follaje espeso. (El mar corre descalzo por la arena. Mi corazn ya casi es slo mo. El ancla est aprendiendo a ser antena y el latido unicorde se hace escala. Despus, libre del tiempo, en el vaco, As: mitad raz y mitad ala!) AMOR TARDO - JOS NGEL BUESA Tardamente, en el jardn sombro, tardamente entr una mariposa, transfigurando en alba milagrosa el deprimente anochecer de esto. Y, sedienta de miel y de roco, tardamente en el rosal se posa, pues ya se deshoj la ltima rosa con la primera rfaga de fro. Y yo, que voy andando hacia el poniente, siento llegar maravillosamente, como esa mariposa, una ilusin; pero en mi otoo de melancola, mariposa de amor, al fin del da, qu tarde llegas a mi corazn... ARTE POTICA - JOS A BUESA Ama tu verso, y ama sabiamente tu vida, la estrofa que ms vive, siempre es la mas vivida. Un mal verso supera la ms perfecta prosa, aunque en prosa y en verso digas la misma cosa. 3

As como el exceso de virtud hace el vicio, el exceso de arte llega a ser artificio. Escribe de tal modo que te entienda la gente, igual si es ignorante que si es indiferente. Cumple la ley suprema de desdearlas todas, sobre el cuerpo desnudo no envejecen las modas. Y sobre todo, en arte y vida, s diverso, pues slo as tu mente revivir en tu verso. A UNA LGRIMA - JOS A BUESA Gota del mar donde en naufragio lento se hunde el navo negro de una pena; gota que, rebosando, nubla y llena los ojos olvidados del contento. Grito hecho perla por el desaliento de saber que si llega a un alma ajena, sta, sin escucharlo, le condena por vergonzoso heraldo del tormento. Piedad para esa gota, que es cual llama de la que el corazn se desahoga cual desahoga espinas una rama. Piedad para la lgrima que azoga el dolor, pues si as no se derrama, el alma, en esa lgrima se ahoga! CANCIN COTIDIANA - JOS A BUESA Tu amor lleg calladamente; calladamente se me fue... Porque el amor es una fuente que se nos seca de repente, sin saber cmo ni por qu. Amor de un beso que se olvida y de un suspiro que se va; amor de paso en nuestra vida, pues se le da la bienvenida 4

cuando tal vez se aleja ya. As tu amor fue como el mo, mujer de un claro atardecer: amor que pasa como un ro, sin estancarse en el hasto ni repetirse en el placer. Amor feliz que da sin tasa, pues slo pide, a cambio, amor; amor que deja, cuando pasa, no la ceniza de una brasa, sino el perfume de una flor. Amor que al irse no est ausente; amor sin dudas y sin fe, como este amor intrascendente, que, si lleg calladamente, calladamente se fue... CANCIN DE LA BSQUEDA - JOS A BUESA Todava te busco mujer que busco en vano, mujer que tantas veces cruzaste mi sendero, sin alcanzarte nunca cuando extend la mano y sin que me escucharas cuando dije: "te quiero..." Y, sin embargo, espero. Y el tiempo pasa y pasa. Y ya llega el otoo, y espero todava: De lo que fue una hoguera slo queda una brasa, pero sigo soando que he de encontrarte un da. Y quizs, en la sombra de mi esperanza ciega, si al fin te encuentro un da, me sentir cobarde, al comprender, de pronto, que lo que nunca llega nos entristece menos que lo que llega tarde. Y sentir en el fondo de mis manos vacas, ms all de la bruma de mis ojos huraos, la ansiedad de las horas convirtindose en das y el horror de los das convirtindose en aos... Pues quizs est mustia tu frente soadora, ya sin calor la llama, ya sin fulgor la estrella... 5

Y al no decir: "Es ella!" - como dira ahora -, seguir mi camino, murmurando: "Era ella..."

CANCIN DE LA ESPERA - JOS A BUESA Espero tu sonrisa y espero tu fragancia por encima de todo, del tiempo y la distancia. Yo no s desde dnde, hacia dnde, ni cundo regresars... s slo que te estar esperando. En lo alto del bosque y en lo hondo del lago, en el minuto alegre y en el minuto aciago, en la funcin pagana y en el sagrado rito, en el limpio silencio y en el spero grito. All donde es ms fuerte la voz de la cascada, all donde est todo y all donde no hay nada, en la pluma del ala y en el sol del ocaso, yo esperar el sonido rtmico de tu paso. Comprendo que de m ya se ra la gente al ver cmo te espero desesperadamente. Cuando todos los astros se apaguen en el cielo, cuando todos los pjaros paralicen el vuelo cansados de esperarte, ese da lejano yo te estar esperando todava. No importa: aunque me digan todos que desvaro, yo te espero en las ondas musicales del ro, en la nube que llega blanca de su trayecto, en el camino angosto y en el camino recto. Nio, joven o anciano, sonriendo o llorando, en el alba o la tarde, yo te estar esperando, y si me convenciera que ese ansiado da no habra de llegar, tambin te esperara. CANCIN DEL AMOR PROHIBIDO - JOS A BUESA Slo t y yo sabemos lo que ignora la gente al cambiar un saludo ceremonioso y fro, 6

porque nadie sospecha que es falso tu desvo, ni cunto amor esconde mi gesto indiferente. Slo t y yo sabemos por qu mi boca miente, relatando la historia de un fugaz amoro; y t apenas me escuchas y yo no te sonro... y an nos arde en los labios algn beso reciente. Slo t y yo sabemos que existe una simiente germinando en la sombra de este surco vaco, porque su flor profunda no se ve, ni se siente. Y as dos orillas tu corazn y el mo, pues, aunque las separa la corriente de un ro, por debajo del ro se unen secretamente. CANCIN DE LA NOCHE SOLA - JOS A BUESA Fue ma una noche. Lleg de repente, y huy como el viento, repentinamente. Alumna curiosa que aprendi el placer, fue ma una noche. No la he vuelto a ver. Fue la noche sola de una sola estrella. Si miro las nubes, despus pienso en ella. Mi amor no la busca; mi amor no la llama; la flor desprendida no vuelve a la rama, y las ilusiones son como un espejo que cuando se empaa pierde su reflejo. Fue ma una noche, locamente ma: me quema los labios su sed todava. Bella como pocas, nunca fue ms bella que soando el sueo de la noche aquella. Su amor de una noche sigue siendo mo: la corriente pasa, pero queda el ro; y si ella es la estrella de una noche sola, yo he sido en su playa la primera ola. Amor de una noche que ignor el hasto. Somos las distantes orillas de un ro, entre las que cruza la corriente clara, y el agua las une, pero las separa. Amor de una noche: si vuelves un da, 7

ya no he de sentirte tan loca y tan ma. Ms que la tortura de una herida abierta, mi amor ama el viento que cierra una puerta. El amor florece tierra movediza, y es ley de la llama trocarse en cenizas. El amor que vuelve, siempre vuelve en vano, as como un ciego que tiende la mano. Amor de una noche sin amanecer: acaso prefiero no volverte a ver!

CANCIN DE LOS AMANTES - JOS A BUESA Donde quiera en las noches se abrir una ventana o una puerta cualquiera de una calle lejana. No importa dnde o cundo... puede ser dondequiera ni menos en otoo, ni ms en primavera. Y hoy igual que maana, maana igual que ayer un hombre enloquecido besar una mujer. Tal vez nadie lo sepa... Como tal vez un da todos irn sabiendo lo que nadie saba. Y para los amantes su amor desesperado podr ser un delito... pero nunca un pecado. Por eso el amor pasa por las calles desiertas y es como un viento loco que quiere abrir las puertas Bien saben los amantes que hay caricias que son no una simple caricia sino una posesin. Y que un beso... uno solo puede ms que el olvido si se juntan dos bocas en un beso prohibido. No, un gran amor no es grande por lo mucho que dura si se parece a un rbol reseco en la llanura. Y los amantes saben, que sin querer siquiera hay un amor que crece como una enredadera Es natural que el agua de un estanque sombro suee en sus largas noches con el viaje de un ro. 8

Y si por algo es triste la lluvia que no llueve ser porque es la lluvia condenada a ser nieve. Es natural que un da comprendan los amantes que no hay nunca sin siempre... que no hay despus sin antes. Y as brota en el alma la rebelin de un sueo que es como un perro arisco que le grue a su dueo. El amor... esa estrella de una sombra infinita aunque muera cien veces... cien veces resucita Y suele ser un nio de manos milagrosas que rompe las cadenas y hace nacer las rosas. Ya no habr das turbios... ya no habr noches malas si hay un amor secreto que nos presta sus alas. Y el corazn renace con renovada fe igual que los rosales... que no saben porqu. Donde quiera en las noches, puede abrirse una puerta pero... tan suavemente que nadie se despierta Puede ser en otoo... puede ser en verano tanto un amor tardo... como un amor temprano. Una mujer... un hombre... y un oscuro aposento y all afuera en la calle... sigue pasando el viento. Y si en la noche hay algo queriendo amanecer es simplemente un hombre que besa a una mujer. CANCIN DE LOS REMOS - JOS A BUESA Quizs olvidaremos, pues siempre hay que olvidar pero escucha los remos, cantando sobre el mar. Bajo este cielo claro tu alma llega a la ma como la luz de un faro desde la lejana. As como la espuma pasar este momento nuestra ilusin se esfuma, como la espuma al viento. Pero en el alma sola si un gran amor la llena hay algo de la ola y hay algo de la arena.

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Nufrago de su espanto, piloto de su hasto el mar canta en su canto que ya tu amor es mo. Yo soy la vela rota que da al aire su vuelo, y t eres la gaviota que va a estrenar su vuelo. Pero an quedan futuros que yo desconoca en tus ojos oscuros donde nunca es de da. An hay algo postrero mas all del olvido y en tu amor recupero todo lo que he perdido. Ni digo que te quedes, ni quiero que te vayas. Pues soy como las redes tendidas en las playas arroyo de ternuras hazme tuyo en lo mo llenando de agua pura mi cntaro vaco. Ya mi voz tiene un eco, ya mi voz no se pierde. Por eso el tronco seco retoa la hoja verde. Y as mi vida espera la gracia de un retoo como la primavera que ilumina un otoo. Por eso aunque olvidemos que siempre hay que olvidar oye cantar los remos sobre el dolor del mar. EL SEMINARISTA DE LOS OJOS NEGROS - MIGUEL RAMOS CARRIN I Desde la ventana de un casucho viejo abierta en verano, cerrada en invierno por vidrios verdosos y plomos espesos, una salmantina de rubio cabello y ojos que parecen pedazos de cielo, mientras la costura mezcla con el rezo, ve todas las tardes pasar en silencio los seminaristas que van de paseo. Baja la cabeza, sin erguir el cuerpo, marchan en dos filas pausados y austeros, sin ms nota alegre sobre el traje negro, que la beca roja que cie su cuello y que por la espalda casi rosa el suelo. 10

II Un seminarista, entre todos ellos, marcha siempre erguido, con aire resuelto. La negra sotana dibuja su cuerpo, gallardo y airoso, flexible y esbelto. El slo a hurtadillas y con el recelo de que sus miradas observen los clrigos, desde que en la calle vislumbra a lo lejos a la salmantina de rubio cabello, la mira muy fijo, con mirar intenso. Y siempre que pasa le deja el recuerdo de aquella mirada de sus ojos negros. III Montono y tardo va pasando el tiempo y muere el esto y el otoo luego, y vienen las tardes plomizas de invierno. Desde la ventana del casucho viejo siempre sola y triste, rezando y cosiendo, la tal salmantina de rubio cabello ve todas las tardes pasar en silencio los seminaristas que van de paseo. Pero no ve a todos; solo ve a uno de ellos, su seminarista de los ojos negros. IV Cada vez que pasa gallardo y esbelto, observa la nia que pide aquel cuerpo en vez de sotana, marciales arreos. Cuando en ella fija sus ojos abiertos con vivas y audaces miradas de fuego, parece decirla: Te quiero! te quiero! yo no puedo ser cura! yo no puedo serlo! si yo no soy tuyo me muero, me muero!

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A la nia entonces se le oprime el pecho, la labor suspende, y olvida los rezos, y ya vive slo en su pensamiento el seminarista de los ojos negros. V En una lluviosa maana de invierno la nia que alegre saltaba del lecho, oy tristes cnticos y fnebres rezos; por la angosta calle pasaba un entierro. Un seminarista sin duda era el muerto pues, cuatro llevaban en hombros el fretro con la beca roja por cima cubierto, y sobre la beca el bonete negro. Con sus voces roncas cantaban los clrigos, los seminaristas iban en silencio, siempre en las dos filas hacia el cementerio como por las tardes al ir de paseo. La nia angustiada miraba el cortejo; los conoce a todos a fuerza de verlos... Tan solo, tan solo faltaba entre ellos, el seminarista de los ojos negros. VI Corrieron los aos, pas mucho tiempo... Y all en la ventana del casucho viejo, una pobre anciana de blancos cabellos, con la tez rugosa y encorvado el cuerpo, mientras la costura mezcla con el rezo, ve todas las tardes pasar en silencio los seminaristas que van de paseo. La labor suspende, los mira, y al verlos, sus ojos azules ya tristes y muertos vierten silenciosas lgrimas de hielo. Sola, vieja y triste an guarda el recuerdo del seminarista de los ojos negros.

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1 - ROSARIO CASTELLANOS Aqu vine a saberlo. Despus de andar golpendome como agua entre las piedras y de alzar roncos gritos de agua que cae despedazada y rota he venido a quedarme aqu ya sin lamento. Hablo no por la boca de mis heridas. Hablo con mis primeros labios. Las palabras ya no se disuelven como hiel en la lengua. Vine a saberlo aqu: el amor no es la hoguera para arrojar en ella nuestros das a que ardan como leos resecos u hojarasca. Mientras escribo escucho cmo crepita en m la ltima chispa de un extinguido infierno. Ya no tengo ms fuego que el de esta ciega lmpara que camina tanteando, pegada a la pared y tiembla a la amenaza del aire ms ligero. Si muriera esta noche sera slo como abrir la mano, como cuando los nios la abren ante su madre para mostrarla limpia, limpia de tan vaca. Nada me llevo. Tuve slo un hueco que no se colm nunca. Tuve arena resbalando en mis dedos. Tuve un gesto crispado y tenso. Todo lo he perdido. Todo se queda aqu: la tierra, las pezuas que la huellan, los belfos que la triscan, los pjaros llamndose de una enramada a otra, ese cielo quebrado que es el mar, las gaviotas con sus alas en viaje, las cartas que volaban tambin y que murieron estranguladas con listones viejos. Todo se queda aqu: he venido a saber que no era mo nada: ni el trigo, ni la estrella, ni su voz, ni su cuerpo, ni mi cuerpo. Que mi cuerpo era un rbol y el dueo de los rboles no es su sombra, es el viento.

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POEMA 15 - NERUDA Me gustas cuando callas porque ests como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca. Como todas las cosas estn llenas de mi alma emerges de las cosas, llena del alma ma. Mariposa de sueo, te pareces a mi alma, y te pareces a la palabra melancola. Me gustas cuando callas y ests como distante. Y ests como quejndote, mariposa en arrullo. Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: djame que me calle con el silencio tuyo. Djame que te hable tambin con tu silencio claro como una lmpara, simple como un anillo. Eres como la noche, callada y constelada. Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. Me gustas cuando callas porque ests como ausente. Distante y dolorosa como si hubieras muerto. Una palabra entonces, una sonrisa bastan. Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

POEMA 20 - NERUDA Puedo escribir los versos ms tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: "La noche est estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos". El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos ms tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella tambin me quiso. En las noches como sta la tuve entre mis brazos. La bes tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo tambin la quera. 14

Cmo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos ms tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Or la noche inmensa, ms inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el roco. Qu importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche est estrellada y ella no est conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazn la busca, y ella no est conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos rboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cunto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su odo. De otro. Ser de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como sta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque ste sea el ltimo dolor que ella me causa, y stos sean los ltimos versos que yo le escribo. SONETO LXVI - NERUDA No te quiero sino porque te quiero y de quererte a no quererte llego de esperarte cuando no te espero pasa mi corazn del fro al fuego. Te quiero slo porque a ti te quiero, 15

te odio sin fin, y odindote te ruego, y la medida de mi amor viajero es no verte y amarte como un ciego. Tal vez consumir la luz de enero, su rayo cruel, mi corazn entero, robndome la llave del sosiego. En esta historia slo yo me muero y morir de amor porque te quiero, porque te quiero, amor, a sangre y fuego.

NACIMIENTO - VIRGINIA GAWEL Hoy volver a nacer: pido permiso. Permiso tero, permiso cordn prieto. Permiso agua, placenta, oscuridades. No podr retenerme la tibieza plcida y calma del vientre cobijante. No podrn disuadirme las presiones de este tnel de carne que hoy me puja. Con decisin inequvoca y sagrada determino nacer: me doy permiso. Y aqu estoy, desnudo de corazas, dispuesto a recibir besos y abrazos (no la palmada que provoque el grito: ya no permitir que me golpeen.) Parteros de quien vengo renaciendo, miren quin soy: soy digno. Los recibo. Miren quin soy: adultamente nio. Miren quin soy: vengo a ofrecer mi entrega. Miren quin soy: apenas si respiro, pero, de pie, me yergo y me estremezco, dndome a luz en mi realumbramiento. Tengo coraje para empezar de nuevo: fortalecido en mis fragilidades lloro de dicha, de dolor... lloro de parto. Lloro disculpas a quienes no me amaron, por el maltrato, el fro, el abandono: lloro la herida de todo lo llorable. 16

Y lloro de ternura y de alegra por tanto recibido y encontrado: lloro las gracias por el amor nutricio, por la bondad de los que me ampararon. Lloro de luz, y lloro de belleza por poder llorar: lloro gozoso. Bienvenida es vuestra bienvenida. Sin ms queja, dolido y reparado por la caricia de este tero abrazante, aqu estoy: recbanme. Soy digno. Me perdono y perdono a quien me hiriera. Vengo a darles y a darme ntimamente una nueva ocasin de parimiento a la vida que siempre mereciera. Me la ofrezco y la tomo. Me redimo. Me doy permiso para sentirme digno, sin ms autoridad que mi Conciencia. Bendito sea este Renacimiento. AMOR CONDUSSE NOI AD UNA MORTE - XAVIER VILLAURRUTIA Amar es una angustia, una pregunta, una suspensa y luminosa duda; es un querer saber todo lo tuyo y a la vez un temor de al fin saberlo. Amar es reconstruir, cuando te alejas, tus pasos, tus silencios, tus palabras, y pretender seguir tu pensamiento cuando a mi lado, al fin inmvil, callas. Amar es una clera secreta, una helada y diablica soberbia. Amar es no dormir cuando en mi lecho sueas entre mis brazos que te cien, y odiar el sueo en que, bajo tu frente, acaso en otros brazos te abandonas. Amar es escuchar sobre tu pecho, hasta colmar la oreja codiciosa, 17

el rumor de tu sangre y la marea de tu respiracin acompasada. Amar es absorber tu joven savia y juntar nuestras bocas en un cauce hasta que de la brisa de tu aliento se impregnen para siempre mis entraas. Amar es una envidia verde y muda, una sutil y lcida avaricia. Amar es provocar el dulce instante en que tu piel busca mi piel despierta; saciar a un tiempo la avidez nocturna y morir otra vez la misma muerte provisional, desgarradora, oscura. Amar es una sed, la de la llaga que arde sin consumirse ni cerrarse, y el hambre de una boca atormentada que pide ms y ms y no se sacia. Amar es una inslita lujuria y una gula voraz, siempre desierta. Pero amar es tambin cerrar los ojos, dejar que el sueo invada nuestro cuerpo como un ro de olvido y de tinieblas, y navegar sin rumbo, a la deriva: porque amar es, al fin, una indolencia. NOCTURNO - XAVIER VILLAURRUTIA Al fin lleg la noche con sus largos silencios, con las hmedas sombras que todo lo amortiguan. El ms ligero ruido crece de pronto y, luego, muere sin agona. El odo se aguza para ensartar un eco lejano, o el rumor de unas voces que dejan, al pasar, una huella de vocales perdidas. Al fin lleg la noche tendiendo cenicientas alfombras, apagando luces, ventanas ltimas! 18

Porque el silencio alarga lentas manos de sombra. La sombra es silenciosa, tanto que no sabemos dnde empieza o acaba, ni si empieza o acaba. Y es intil que encienda a mi lado una lmpara: la luz hace ms honda la mina del silencio y por ella desciendo, inmvil, de m mismo. Al fin lleg la noche a despertar palabras ajenas, desusadas, propias, desvanecidas: tinieblas, corazn, misterio, plenilunio... Al fin lleg la noche, la soledad, la espera! Porque la noche es siempre el mar de un sueo antiguo, de un sueo hueco y fro en el que ya no queda del mar sino los restos de un naufragio del olvidos. Porque la noche arrastra en su baja marea memorias angustiosas, temores congelados, la sed de algo que, trmulos, apuramos un da, y la amargura de lo que ya no recordamos. Al fin lleg la noche a inundar mis odos con una silenciosa marea inesperada, a poner en mis ojos unos prpados muertos, a dejar en mis manos un mensaje vaco. NO S DECIRTE MS - FELIPE URBARRI Gloria tiene que haber mientras aspires al bien eterno que alcanzar esperas; en el mundo habr amor mientras t quieras Y en el cielo habr luz mientras t mires. Las puras auras mientras t suspires y habr virtud hasta que t te mueras, besarn a las flores hechiceras, y habr belleza mientras t no expires. Que por ti que eres causa del anhelo, que siente por la Gloria el alma ma; tiene mi pecho amor, dicha y consuelo, 19

la noche estrellas... claridad el da, y si no hubiera por desgracia un cielo cuando murieras t, se formara.

METAMORFOSIS - LUIS G URBINA Era un cautivo beso enamorado de una mano de nieve que tena la apariencia de un lirio desmayado y el palpitar de una ave en agona. Y sucedi que un da, aquella mano suave de palidez de cirio, de languidez de lirio, de palpitar de ave, se acerc tanto a la prisin del beso, que ya no pudo ms el pobre preso y se escap; mas, con voluble giro, huy la mano hasta el confn lejano, y el beso, que volaba tras la mano, rompiendo el aire, se volvi suspiro. MUERTE - UNAMUNO Eres sueo de un dios; cuando despierte al seno tornars de que surgiste? Sers al cabo lo que un da fuiste? Parto de desnacer ser tu muerte? El sueo yace en la vigilia inerte? Por dicha aqu el misterio nos asiste; para remedio de la vida triste, secreto inquebrantable es nuestra suerte. Deja en la niebla hundido tu futuro ve tranquilo a dar tu ltimo paso, que cuanto menos luz, vas ms seguro. Aurora de otro mundo es nuestro ocaso? Suea, alma ma, en tu sendero oscuro: "Morir... dormir... dormir... soar acaso!"

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RIMAS 2 - UNAMUMO Cuando duerme una madre junto al nio duerme el nio dos veces; cuando duermo soando en tu cario mi eterno ensueo meces. Tu eterna imagen llevo de conducho para el viaje postrero; desde que en ti nac, una voz escucho que afirma lo que espero. Quien as quiso y as fue querido naci para la vida; slo pierde la vida su sentido cuando el amor se olvida. Yo s que me recuerdas en la tierra pues que yo te recuerdo, y cuando vuelva a la que tu alma encierra si te pierdo, me pierdo. Hasta que me venciste, mi batalla fue buscar la verdad; t eres la nica prueba que no falla de mi inmortalidad. CIVILIZACIN - JAIME TORRES BODET Un hombre muere en m siempre que un hombre muere en cualquier lugar, asesinado por el miedo y la prisa de otros hombres. Un hombre como yo; durante meses en las entraas de una madre oculto; nacido, como yo, entre esperanzas y entre lgrimas, y -como yo- feliz de haber sufrido, triste de haber gozado, Hecho de sangre y sal y tiempo y sueo. Un hombre que anhel ser ms que un hombre y que, de pronto, un da comprendi el valor que tendra la existencia 21

si todos cuantos viven fuesen, en realidad, hombres enhiestos, capaces de legar sin amargura lo que todos dejamos a los prximos hombres: El amor, las mujeres, los crepsculos, la luna, el mar, el sol, las sementeras, fro de la pia rebanada sobre el plato de la ca de un otoo, el alba de unos ojos, el litoral de una sonrisa y, en todo lo que viene y lo que pasa, el ansia de encontrar la dimensin de una verdad completa. Un hombre muere en m siempre que en Asia, o en la margen de un ro de frica o de Amrica, o en el jardn de una ciudad de Europa, Una bala de hombre mata a un hombre. Y su muerte deshace todo lo que pens haber levantado en m sobre sillares permanentes: La confianza en mis hroes, mi aficin a callar bajo los pinos, el orgullo que tuve de ser hombre al or -en Platn- morir a Scrates, y hasta el sabor del agua, y hasta el claro jbilo de saber que dos y dos son cuatro... Porque de nuevo todo es puesto en duda, todo se interroga de nuevo y deja mil preguntas sin respuesta en la hora en que el hombre penetra -a mano armadaen la vida indefensa de otros hombres. sbitamente arteras, las races del ser nos estrangulan. Y nada est seguro de s mismo 22

-ni en la semilla en germen, ni en la aurora la alondra, ni en la roca el diamante, ni en la compacta oscuridad la estrella, cuando hay hombres que amasan el pan de su victoria con el polvo sangriento de otros hombres! AMO, AMAS - RUBN DARO Amar, amar, amar, amar siempre, con todo el ser y con la tierra y con el cielo, con lo claro del sol y lo oscuro del lodo: amar por toda ciencia y amar por todo anhelo. Y cuando la montaa de la vida nos sea dura y larga y alta y llena de abismos, amar la inmensidad que es de amor encendida y arder en la fusin de nuestros pechos mismos! MAANA ES SIEMPRE - MATILDE ALBA SWANN Cmo quisiera despertar cantando. Pero amanezco, en cambio, dolorida de no haberme quedado en ese espacio, en ese tiempo de morir prestada. Una isla no inscrita en ningn mapa, una clula enferma de ignorancia, un asfixiado mundo en miniatura, una avanzada humanidad triunfante, en clarines y hogueras homicidas. Tabla sola, sin nufrago siquiera, y luchando, relincho hacia la costa, y animada noms por el recuerdo de un aliento mordido a sus astillas. Cmo quisiera despertar cantando, y me muero de sed y hambre de canto mientras desborda la preada aurora en promisorio bermelln de vinos, y expandida, 23

hoguera en panes, hornendose a lo alto. Yo estoy abajo, debajo de la historia, sepultada en antorchas apagadas y estandartes marchitos. Sumergida en humores subterrneos y en cenizas de huesos de bandido, Soy el ser que no fue, lo que no pudo, la olvidada, desdeada semilla, pero existo. Dentro tengo un sauce inclinado que me llora. Un nio triste me llama, sin nombrarme. Me doy cuenta, me doy cuenta, yo existo. Maana espero despertar, cantando. GRILLO Y CUNA - ALBA MATILDE SWANN De un bosque donde crecen noms cunas, mi madre cort un columpio dulce, maduro para el tiempo primero de mi infancia. Junt flores de luna dormidas en el agua, mi madre y me las trajo, con un azul silencio robado de algn sueo de ro a ser mi canto. El viento entonces iba silbando como un hombre que vuelve del trabajo, mi padre, como un ala de viento sacuda las ramas a su paso, y a veces su latido temprano, ms temprano que el bronce an, despertaba 24

taendo campanarios. El sol como un abuelo de incendio nos deca su cuento cada da, de luz, en la ventana, y el techo, y las paredes, y el huerto y la paloma y el patio, y la maana, cabran en el puo dorado de un durazno. Mi padre sembr grillos de suerte en los rincones, ms pobres de la casa. De noche nos cantaban perdn por todo el hambre del da y prometan espigas y racimos que acaso maduraron despus, cuando fue tarde. As crec, los seres de lluvia me llevaron consigo a todas partes Fui lgrima en el llanto del sauce, fui diamante quebrado en las races frustradas de algn barco. De tarde descifraba seales en el cielo mi madre, por las noches, mi padre me alcanzaba la voz de mis abuelos, en una remembranza ternura con los ojos callados, 25

y las manos dormidas junto al fuego; as crec. HE DE IRME - ALBA MATILDE SWANN He de irme, dejando, mi ruego de piedad por los rincones, con mi pobre voz quebrndose y con mi cansancio, en alguna noche en que la luna llena se vuelque por mi cuarto. Silenciosamente y con la brisa ltima que aliente de mis labios, apagar mi lumbre y saldr despacio, dispersando en el aire los besos que me queden para tanta criatura que no ha besado nadie. Saldr sin despedirme, acariciando... He de rogarle al viento que me preste su mano y rozar los rboles dormidos a mi paso. Partir con un cielo tan azul y tan difano que parezca increble. Y cantar al espacio con la voz imposible de mis venas sin sangre, para todos los nios que se duermen sin madre. Por encima del rbol, ms all de los pjaros, al borde de las nubes se extender mi abrazo. Desvanecida en luna penetrar en el rayo que ilumine la almohada de los que quiero tanto. Y volver en la lgrima de los nios que sufren, y volver en un beso sobre su pie descalzo. He de irme dejando mi ruego de piedad por los rincones en la hora increble, acariciando... CMO HACERTE SABER - WALT WHITMAN Cmo hacerte saber que siempre hay un tiempo. Que uno solo debe buscarlo y desearlo. Que nadie establece normas, salvo la vida. Que la vida sin ciertas normas pierde la forma. Que la forma no se pierde con abrirnos. Que abrirnos no es amar indiscriminadamente. Que no esta prohibido amar, que tambin se puede odiar. 26

Que el odio y el amor son afectos. Que la agresin porque s duele mucho. Que las heridas se cierran, que las puertas no deben cerrarse. Que la mayor puerta es el afecto. Que los afectos nos definen Que definirse no es remar contra la corriente. Que cuanto ms fuerte es el trazo ms se dibuja. Que buscar un equilibrio no implica ser tibio. Que negar palabras implica abrir distancias. Que encontrarse es muy hermoso. Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida. Que la vida forma parte del sexo. Que el por qu de los nios, tiene un por qu. Que el querer saber de alguien, no es slo curiosidad. Que el querer saber todo de todos, es curiosidad malsana, Que nunca est de ms agradecer. Que autodeterminacin, no es hacer las cosas solo. Que nadie quiere estar solo. Que para no estar solo hay que dar. Que para dar debemos recibir antes. Que para que nos den tambin hay que saber pedir Que saber pedir no es regalarse. Que regalarse en definitiva es no quererse. Que para que nos quieran, debemos demostrar qu somos. Que para que alguien sea, hay que ayudarlo. Que ayudar es poder alentar y apoyar. Que adular no es apoyar, Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara. Que las cosas cara a cara son ms honestas. Que nadie es ms honesto porque no roba. Que quien roba, no es ladrn por placer. Que cuando no hay placer en las cosas, no se est viviendo Que para sentir la vida, no hay que olvidarse que existe la muerte. Que se puede estar muerto en vida. Que se siente con el cuerpo y con la mente. Que con los odos se escucha. Que cuesta ser sensibles, y no herirse. 27

Que herirse no es desangrarse. Que para no ser heridos, levantamos muros. Que quien siembra muros, no cosecha nada. Que casi todos somos albailes de muros. Que sera mejor construir puentes. Que sobre ellos se va a la otra orilla, y que tambin se vuelve. Que volver, no implica retroceder. Que al retroceder, tambin se puede avanzar. Que no por mucho avanzar, se amanece ms cerca del sol Cmo hacerte saber que nadie establece normas, salvo la vida! VOY A DORMIR - ALFONSINA STORNI Dientes de flores, cofia de roco, manos de hierbas, t, nodriza fina, tenme prestas las sbanas terrosas y el edredn de musgos escardados. Voy a dormir, nodriza ma, acustame. Ponme una lmpara en la cabecera; una constelacin, la que te guste; todas son buenas, bjala un poquito. Djame sola; oyes romper los brotes ... te acuna un pie celeste desde arriba y un pjaro te traza unos compases para que olvides ... Gracias ... Ah, un encargo: si l llama nuevamente por telfono le dices que no insista, que he salido. LA VICTORIA - RICARDO GUTIERREZ Ah, no levantes canto de victoria en el da sin sol de la batalla; que has partido la frente de tu hermano con el maldito golpe de la espada! Cuando se abate el pjaro del cielo, se estremece la trtola en la rama; Cuando se postra el tigre en la llanura, las fieras todas aterradas callan!... Y t levantas himno de victoria en el da sin sol de la batalla? Ah, slo el hombre, sobre el mundo impo, 28

en la cada de los hombres canta! Yo no canto la muerte de mi hermano; mrcame con el hierro de la infamia. Porque en el da en que su sangre viertes, de mi trmula mano cae el arpa! SI - RUDYARD KIPLING Si guardas en tu puesto, la cabeza tranquila, cuando todo a tu lado es cabeza perdida. Si tienes en ti mismo una fe que te niegan y no desprecias nunca, las dudas que ellos tengan. Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera. Si engaado, no engaas, Si no buscas mas odio, que el odio que te tengan... Si eres bueno y no finges ser mejor de lo que eres, Si al hablar no exageras lo que sabes y quieres. Si sueas, y los sueos no te hacen su esclavo. Si piensas y rechazas lo que piensas en vano. Si tropiezas el triunfo, si llega tu derrota, y a los dos impostores les tratas de igual forma. Si logras que se sepa la verdad que has hablado, a pesar del sofismo del orbe encanallado. Si vuelves al comienzo de la obra perdida, aunque esta obra sea la de toda tu vida. Si arriesgas en un golpe y lleno de alegra, tus ganancias de siempre, a la suerte de un da, y pierdes, y te lanzas de nuevo a la pelea, sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era. Si logras que tus nervios y el corazn te asistan, aun despus de su fuga, de tu cuerpo en fatiga, y se agarren contigo cuando no quede nada, porque tu lo deseas y lo quieres, y mandas. Si hablas con el pueblo y guardas tu virtud. Si marchas junto a reyes con tu paso y tu luz. Si nadie que te hiera, llegue a hacerte la herida, 29

Si todos te reclaman y ninguno te precisa. Si llenas un minuto envidiable y cierto, de sesenta segundos que te lleven al cielo.... Todo lo de esta tierra, ser de tu dominio, y mucho mas an, sers hombre, hijo mo. JORGE LUIS BORGES?? Despus de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa recostarse y una compaa no significa seguridad y uno empieza a aprender. Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de maana es demasiado inseguro para planes... y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad. Y despus de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calorcito del sol quema. As que uno planta su propio jardn y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores. Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... Y con cada adis uno aprende 30

A LOS HOMBRES DEL FUTURO - BERTOLT BRECHT I Verdaderamente, vivo en tiempos sombros. Es insensata la palabra ingenua. Una frente lisa revela insensibilidad. El que re es que no ha odo an la noticia terrible, an no le ha llegado. Qu tiempos stos en que hablar sobre rboles es casi un crimen porque supone callar sobre tantas alevosas! Ese hombre que va tranquilamente por la calle lo encontrarn sus amigos cuando lo necesiten? Es cierto que an me gano la vida Pero, creedme. es pura casualidad. Nada de lo que hago me da derecho a hartarme. Por casualidad me he librado. (Si mi suerte acabara, [estara perdido). Me dicen: Come y bebe! Goza de lo que tienes! Pero cmo puedo comer y beber si al hambriento le quito lo que como y mi vaso de agua le hace falta al sediento? Y, sin embargo, como y bebo. Me gustara ser sabio tambin. Los viejos libros explican la sabidura: apartarse de las luchas del mundo y transcurrir sin inquietudes nuestro breve tiempo. Librarse de la violencia. dar bien por mal, no satisfacer los deseos y hasta olvidarlos: tal es la sabidura. Pero yo no puedo hacer nada de esto: verdaderamente, vivo en tiempos sombros. II Llegu a las ciudades en tiempos del desorden, cuando el hambre reinaba. 31

Me mezcl entre los hombres en tiempos de rebelda y me rebel con ellos. As pas el tiempo que me fue concedido en la tierra. Mi pan lo com entre batalla y batalla. Entre los asesinos dorm. Hice el amor sin prestarle atencin y contempl la naturaleza con impaciencia. As pas el tiempo que me fue concedido en la tierra. En mis tiempos, las calles desembocaban en pantanos. La palabra me traicionaba al verdugo. Poco poda yo. Y los poderosos se sentan ms tranquilos, sin m. Lo saba. As pas el tiempo que me fue concedido en la tierra. Escasas eran las fuerzas. La meta estaba muy lejos an. Ya se poda ver claramente, aunque para m fuera casi inalcanzable. As pas el tiempo que me fue concedido en la tierra. III Vosotros, que surgiris del marasmo en el que nosotros nos hemos hundido, cuando hablis de nuestras debilidades, pensad tambin en los tiempos sombros de los que os habis escapado. Cambibamos de pas como de zapatos a travs de las guerras de clases, y nos desesperbamos donde slo haba injusticia y nadie se alzaba contra ella. Y, sin embargo, sabamos que tambin el odio contra la bajeza desfigura la cara. Tambin la ira contra la injusticia pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros, que queramos preparar el camino para la amabilidad 32

no pudimos ser amables. Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos en que el hombre sea amigo del hombre, pensad en nosotros con indulgencia. "

SED SUSANA MARCH Por qu esta voz antigua desvelada y ardiente que me sube a los labios cuando quiero cantarte? Por qu he de buscar el viejo acento griego para decirte que te amo? Dar mi voz al ro que mece tu existencia, al viento delicado que orea tu ignorancia. Quizs ella consiga huracanar tu sangre en frvida borrasca de deseos y te arrebate al sobrio mundo tuyo para clavarte vivo en mi locura. T jams me miraste con tus ojos humanos. Ignoras todava que soy morena y plida que tengo un ritmo arcaico de danzarina ibera. Desconoces mi sueo fabuloso y magnfico, la sed que como un nudo me cie la garganta. Ests ciego a mi gracia, sordo al supremo canto que para ti concibo. Ah, djame quererte con toda la potencia de mi sangre mezclada y generosa! Por mis antepasados helnicos y hebreos, por aquellos latinos celtberos que me dieron su sangre, bien merezco que gustes de besarme la boca! Sola estoy en la selva de mi mortal fatiga, exhausta de esperarte. Dime qu mal sin nombre me acongoja la vida!, dime qu fuego es ste que t enciendes en m, como un reguero de sol desde mi nuca a mis rodillas! Es para siempre ya mi amor? acaso

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te irs de m como se van los sueos, los pjaros, los das? Me quisiera morir prieta a tu cuerpo, ceida por tu brazo duro y joven, abrasada de sed y respirando tu olor a varn limpio y admirable.

HE SOADO CONTIGO... SUSANA MARCH He soado contigo sin saber que soaba... En la gran chimenea crepitaban las llamas, la tarde se mora detrs de la ventana. Te he visto en mis ensueos como un blanco fantasma, alto junco ceido al aire de mi alma. Te he visto ennoblecido por estrellas lejanas, turbado por la fiebre de mi propia nostalgia. Sobre la alfombra, quieta, te sueo arrodillada. Te sueo como a un Prncipe de los cuentos de Hadas, como a un vikingo rubio con escudo de plata. Qu bien quererte mucho hasta quedar exhausta! Qu bien sentirme siempre, --Dios mo!-- enamorada! 34

Me da miedo el vaco que me queda en el alma, el fro que me hiela cuando el hechizo pasa. Yo quiero amarte mucho, con un amor sin pausa, con un amor sin trmino, como los dioses aman, como los astros, como las bestias y las plantas. Siento celos del leo que acaricia la llama... Igual me abrasara si tu me acariciaras!

AMOR II - SUSANA MARCH

Porque yo s que tengo tanto amor en los brazos! As me pesan, hondos, graves como la vida, un hijo o un amante, o un ramo de jazmines, o un retazo de viento, o el talle de una amiga. Aqu, en los brazos, siento gravitar las estrellas, el pecho de Dios mismo, la dorada gavilla, el vuelo de los pjaros, el corazn del mundo, el peso inagotable de mi melancola. Aqu, en los brazos, todo. Los hombres y los astros, el fuego de la tierra quemndose a s misma, las ilusiones rotas, los sueos consumados, y las generaciones que arrancan de mi vida. Aqu, en los brazos, todo. El peso de los aos, el peso misterioso de mi propia semilla, la sinrazn del mundo pesando su mortaja y el peso obsesionante, mortal, de la ceniza! 35

CADA VEZ QUE LEVANTE LOS OJOS - SUSANA MARCH

Cada vez que levante los ojos beber toda el agua del cielo. Su agua azul, temblorosa de pjaros, se me ir derramando por dentro. Y all donde las sombras mezquinas me despierten un mal pensamiento, all donde se agiten las alas nocturnas y vagas de tristes deseos, formar el claro ro una charca de profundo y terssimo espejo, zodiacales los signos en torno, y la estrella de Sur en el centro. Y si un da me siento agobiada de tener tanto cielo en el pecho me hundir en una charca clarsima con un rayo de sol en el cuello. Suicida de azules riberas, yacer sobre un lodo arcanglico. Un reposo de miles de aos me estar acariciando los huesos... HE CAMBIADO TODAS MIS ROSAS... - SUSANA MARCH

He cambiado todas mis rosas por un lugar cerca del fuego, por el sosiego de mi alma la negra seda de mi pelo, he vendido mis esperanzas por un puado de recuerdos, mi corazn por un reloj que slo cuenta el tiempo muerto, mi ltima moneda de oro se la di de limosna al viento,

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ahora ya no me queda nada, desnuda estoy como el desierto, un oasis de mansedumbre est brotndome en el pecho.

DULCE TUMBA - JOS LUIS CANO Junto a la orilla de este mar quisiera a la sombra morir de su hermosura, entreabiertos los labios, y esta dura melancola hiriendo el sol de fuera. Como otro pino ms de la ribera quisiera all soar. All mi impura sangre desnudar su rama oscura y all la tendr el aire prisionera. A flor de arena el cuerpo amortecido, al el vvido azul de la baha hermosear su sombre y su latido. Y el eco oir, cual una meloda, de unos pies al pasar, ya en dulce olvido de tu hermosura, oh playa triste y ma.

METAMORFOSIS - LUIS URBINA Era un cautivo beso enamorado de una mano de nieve que tena la apariencia de un lirio desmayado y el palpitar de un ave en agona. Y sucedi que un da, aquella mano suave, de palidez de cirio, de languidez de lirio, 37

de palpitar de ave, se acerc tanto a la prisin del beso, que ya no pudo ms el pobre preso y se escap; mas, con voluble giro, huy la mano hasta el confn lejano, y el beso, que volaba tras la mano, rompiendo el aire se volvi suspiro.

DESOLACIN - LUIS URBINA Ha muerto ya la pasin loca despus de una larga agona. No busques besos en mi boca. Se qued la jaula vaca. Barr los ltimos despojos de ilusiones y de ternuras. No busques brillo en mis ojos. No ves que la casa est a oscuras? Es intil que tiendas la mano. Ni una flor en el parque en ruina. No tiendas la mano. Es en vano, te pudieras clavar una espina. Slo musgo en las lpidas nace. Ya lo ves: camposanto de olvido. Vete! Y cierra el portn podrido. Djame a solas con mis muertos.

LAS PERLAS - LUIS URBINA Como al fondo del mar baja el buzo en busca de perlas, la inspiracin baja a veces al fondo de mis tristezas para recoger estrofas empapadas con mis penas. Y en cada uno de mis versos viven, con vida siniestra, 38

mis deseos, mis temores, mis dudas y mis creencias Qu mucho que yo los ame! Qu mucho que yo los lea, si son hojas arrancadas al libro de mi existencia! Cuando en mi oscura memoria la frase brillando queda, como en un jirn de nube el reflejo de una estrella, es porque baj tan hondo la inspiracin a cogerla, que en esa frase palpita el corazn del poeta. Siempre que a soar me pongo encantadoras quimeras, imposibles ideales, seres de extraa belleza que habitan en luminosas arquitecturas areas; formas que flotan aisladas y difanas, y serenas, como los ngeles blancos de la Divina Comedia, la realidad de la vida, inflexible, me despierta, y quedo confuso y triste sintiendo angustias supremas, como esas aves que huyen en busca de primavera y en alta mar las sorprende el furor de la tormenta. Entonces escribo, escribo con una ternura inmensa, que slo cuando hago versos el alma llora y se queja, y la inspiracin se hunde en el mar de las tristezas para recoger estrofas empapadas en mis penas. 39

Y sin embargo, en el fondo, Cuntos dolores se quedan sin expresin, tan intensos que no caben en la idea, porque son, deseos vagos, aspiraciones inmensas, alas que exploran espacios, sueos de cosas eternas, nostalgias de extraos mundos, citas de lo que no llega... La inspiracin es un buzo que no ha pescado esas perlas.

HE COMETIDO EL PEOR DE LOS PECADOS... - JORGE LUIS BORGES

He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he sido feliz. Que los glaciares del olvido me arrastren y me pierdan, despiadados. Mis padres me engendraron para el juego arriesgado y hermoso de la vida, para la tierra, el agua, el aire, el fuego. Los defraud. No fui feliz. Cumplida no fue su joven voluntad. Mi mente se aplic a las simtricas porfas del arte, que entreteje naderas. Me legaron valor. No fui valiente. No me abandona. Siempre est a mi lado La sombra de haber sido un desdichado.

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GABRIELA MISTRAL Seor, t sabes cmo, con encendido bro, por los seres extraos mi palabra te invoca. Vengo ahora a pedirte por uno que era mo, mi vaso de frescura, el panal de mi boca, cal de mis huesos, dulce razn de la jornada, gorjeo de mi odo, ceidor de mi veste. Me cuido hasta de aquellos en que no puse nada; no tengas ojo torvo si te pido por ste! Te digo que era bueno, te digo que tena el corazn entero a flor de pecho, que era suave de ndole, franco como la luz del da, henchido de milagro como la primavera. Me replicas, severo, que es de plegaria indigno el que no unt de preces sus dos labios febriles, y se fue aquella tarde sin esperar tu signo, trazndose las sienes como vasos sutiles. Pero yo, mi Seor, te arguyo que he tocado, de la misma manera que el nardo de su frente, todo su corazn dulce y atormentado y tena la seda del capullo naciente! Que fue cruel? Olvidas, Seor, que le quera, y l saba suya la entraa que llagaba. Que enturbi para siempre mis linfas de alegra? No importa! T comprende: yo le amaba, le amaba! Y amar (bien sabes de eso) es amargo ejercicio; un mantener los prpados de lgrimas mojados, un refrescar de besos las trenzas del cilicioconservando, bajo ellas, los ojos extasiados. El hierro que taladra tiene un gustoso fro, cuando abre, cual gavillas, las carnes amorosas. Y la cruz (T te acuerdas oh Rey de los judos!) se lleva con blandura, como un gajo de rosas. Aqu me estoy, Seor, con la cara cada sobre el polvo, parlndote un crepsculo entero, o todos los crepsculo a que alcanza la vida, si tardas en decirme la palabra que espero. Fatigar tu odo de preces y sollozos, Lamiendo, lebrel tmido, los bordes de tu manto, y ni pueden huirme tus ojos amorosos ni esquivar tu pie del riego caliente de mi llanto. Di el perdn, dilo al fin! Va a esparcir en el viento la palabra el perfume de cien pomos de olores al vaciarse; toda agua ser deslumbramiento; el yermo echar flor y el guijarro esplendores.

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Se mojarn los ojos oscuros de las fieras, y, comprendiendo, el monte que de piedra forjaste llorar por los prpados blancos de sus neveras: toda la tierra tuya sabr que perdonaste!

EN PAZ AMADO NERVO Artifex vitae artifex sui

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida, porque nunca me diste ni esperanza fallida, ni trabajos injustos, ni pena inmerecida; porque veo al final de mi rudo camino que yo fui el arquitecto de mi propio destino; que si extraje las mieles o la hiel de las cosas, fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas: cuando plant rosales cosech siempre rosas. ... Cierto, a mis lozanas va a seguir el invierno: mas t no me dijiste que mayo fuese eterno! Hall sin duda largas las noches de mis penas; mas no me prometiste tan slo noches buenas; y en cambio tuve algunas santamente serenas... Am, fui amado, el sol acarici mi faz. Vida, nada me debes! Vida, estamos en paz!

INMORTALIDAD AMADO NERVO No, no fue tan efmera la historia de nuestro amor: entre los folios tersos del libro virginal de tu memoria, como ptalo azul est la gloria doliente, noble y casta de mis versos. 42

No puedes olvidarme: te condeno a un recuerdo tenaz. Mi amor ha sido lo ms alto en tu vida, lo ms bueno; y slo entre los lgamos y el cieno surge el plido loto del olvido. Me vers dondequiera: en el incierto anochecer, en la alborada rubia, y cuando hagas labor en el desierto corredor, mientras tiemblan en tu huerto los montonos hilos de la lluvia. Y habrs de recordar! Esa es la herencia que te da mi dolor, que nada ensalma. Ser cumbre de luz en tu existencia, y un reproche inefable en tu conciencia y una estela inmortal dentro de tu alma!

EL CELAJE AMADO NERVO Adnde fuiste, Amor, adnde fuiste? Se extingui en el poniente el manso fuego, y t, que me decas: "hasta luego, volver por la noche"... no volviste! En qu zarzas tu pie divino heriste? Qu muro cruel te ensordeci a mi ruego? Qu nieve supo congelar tu apego y a tu memoria hurtar mi imagen triste? ...Amor, ya no vendrs! En vano, ansioso, de mi balcn atalayando vivo el campo verde y el confn brumoso; y me finge un celaje fugitivo nave de luz en que, al final reposo, va tu dulce fantasma pensativo.

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NO CULPES A NADIE

Nunca te quejes de nadie ni de nada, porque fundamentalmente tu has hecho lo que queras en tu vida. Acepta la dificultad de edificarte a t mismo y el valor de empezar corrigindote.

El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas de su error. Nunca te quejes de tu soledad o de tu suerte, enfrntala con valor y acptala, de una manera u otra es el resultado de tus actos y prueba de que t siempre has de ganar.

No te amargues de tu propio fracaso ni se lo cargues a otro, acptate ahora o seguirs justificndote como un nio.

Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es terrible para claudicar.

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No olvides que la causa de tu presente es tu pasado as como la causa de tu futuro ser tu presente. Aprende de los audaces, de los fuertes, de quien no acepta situaciones, de quien vivir a pesar de todo, piensa menos en tus problemas y ms en tu trabajo y tus problemas sin eliminarlos morirn.

Aprende a nacer desde el dolor y a ser ms grande que el ms grande de los obstculos, mrate al espejo a t mismo y sers libre y fuerte y dejars de ser un ttere de las circunstancias, porque tu mismo eres tu destino.

Levntate y mira el sol por las maanas y respira la luz de amanecer.

T eres parte de la fuerza de tu vida,. Decdete y triunfars en la vida; nunca pienses en la suerte, porque la suerte es:

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"el pretexto de los fracasados".

PABLO NERUDA

[email protected]

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