Poesía de Guillermo Valencia y otros

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Poesía de Guillermo Valencia Poemas de amor, de amistad, versos, poesía, poemas cortos de poetas del amor Poesia de Guillermo Valencia. Lista completa de versos y poemas de Guillermo Valencia. Algunos nombres destacados de su obra son: A La Memoria De Josefina, Hay Un Instante, Leyendo A Silva, Los Camellos, y mas. Guillermo Valencia Poema A La Memoria De Josefina Poema: A La Memoria De Josefina Poemas de Guillermo Valencia Guillermo Valencia Poema Hay Un Instante Poema: Hay Un Instante Poemas de Guillermo Valencia Guillermo Valencia Poema Leyendo A Silva Poema: Leyendo A Silva Poemas de Guillermo Valencia Guillermo Valencia Poema Los Camellos Poema: Los Camellos Poemas de Guillermo Valencia Estás en Poemas de Jose Asuncion Silva Poema A Adriana de Jose Asuncion Silva Mientras que acaso piensa tu tristeza en la patria distante y sientes frío al mirar donde estás,… Poema A La Manera de Jose Asuncion Silva Asómate a mi alma en momentos de calma, y tu imagen verás, sueño divino, temblar allí como en… Poema A Un Pesimista de Jose Asuncion Silva Hay demasiada sombra en tus visiones, algo tiene de plácido la vida, no todo en la existencia es una…

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Poesa de Guillermo ValenciaPoemas de amor, de amistad, versos, poesa, poemas cortos de poetas del amorPoesia de Guillermo Valencia. Lista completa de versos y poemas de Guillermo Valencia. Algunos nombres destacados de su obra son: A La Memoria De Josefina, Hay Un Instante, Leyendo A Silva, Los Camellos, y mas.

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Ests en Poemas de Jose Asuncion Silva

Poema A Adriana de Jose Asuncion SilvaMientras que acaso piensa tu tristeza en la patria distante y sientes fro al mirar donde ests,

Poema A La Manera de Jose Asuncion SilvaAsmate a mi alma en momentos de calma, y tu imagen vers, sueo divino, temblar all como en

Poema A Un Pesimista de Jose Asuncion SilvaHay demasiada sombra en tus visiones, algo tiene de plcido la vida, no todo en la existencia es una

Poema Al Odo Del Lector de Jose Asuncion SilvaNo fue pasin aquello, fue una ternura vaga lo que inspiran los nios enfermizos, los tiempos idos

Poema Armonas de Jose Asuncion SilvaA M. Valenzuela Cual la naturaleza de la que forma parte y es fiel copia el alma humana tiene ocultas

Poema Ars de Jose Asuncion SilvaEl verso es un beso santo. Poned en l tan slo, un pensamiento puro, en cuyo fondo bullan

Poema Asmate A Mi Alma de Jose Asuncion SilvaAsmate a mi alma en momentos de calma, y tu imagen vers, sueo divino, temblar all como en

Poema Aurora de Jose Asuncion SilvaCuando en las noches plidas de luna Cerca de tu ventana -una por una- Me cuentas tus hermosas ilusiones, Cuando

Poema Cpsulas de Jose Asuncion SilvaEl pobre Juan de Dios, tras de los xtasis del amor de Aniceta, fue infeliz. Pas tres meses

Poema Crepsculo de Jose Asuncion SilvaEn la tarde, en las horas del divino crepsculo sereno, se pueblan de tinieblas los espacios

Poema Crislidas de Jose Asuncion SilvaCuando enferma la nia todava sali cierta maana y recorri, con inseguro paso la vecina

Poema Da De Difuntos de Jose Asuncion SilvaLa luz vaga opaco el da, la llovizna cae y moja con sus hilos penetrantes la ciudad desierta

Poema Edenia de Jose Asuncion SilvaMelanclica y dulce cual la huella que un sol poniente deja en el azul cuando baa a lo lejos los

Poema Egalit de Jose Asuncion SilvaJuan Lanas, el mozo de esquina, es absolutamente igual al Emperador de la China: los dos son el mismo

Poema El Mal Del Siglo de Jose Asuncion SilvaEl paciente: Doctor, un desaliento de la vida que en lo ntimo de m se arraiga y nace, el mal

Poema Enfermedades De La Niez de Jose Asuncion SilvaA una boca vendida, a una infame boca, cuando sinti el impulso que en la vida a locuras supremas

Poema Estrellas Fijas de Jose Asuncion SilvaCuando ya de la vida el alma tenga, con el cuerpo, rota, y duerma en el sepulcro esa noche, ms larga

Poema Estrellas Que Entre Lo Sombro de Jose Asuncion SilvaEstrellas que entre lo sombro, de lo ignorado y de lo inmenso, asemejis en el vaco, jirones

Poema Filosofas de Jose Asuncion SilvaDe placeres carnales el abuso, de caricias y besos, goza, y ama con toda tu alma, iluso; agtate

Poema Gotas Amargas de Jose Asuncion SilvaAvant-Propos Prescriben los facultativos, cuando el estmago se estraga, al paciente, pobre dispptico, dieta

Poema Humo de Jose Asuncion Silva(De Th. Gautier.) Bajo los rboles viejos cuya sombra el suelo baa miro perdida a lo lejos una

Poema Idilio de Jose Asuncion SilvaSencilla y grata vida de la aldea levantarse al nacer de la maana cuando su luz en la extensin

Poema Infancia de Jose Asuncion SilvaEsos recuerdos con olor de helecho Son el idilio de la edad primera. G.G.G. Con el recuerdo vago

Poema Junto A La Cuna de Jose Asuncion SilvaJunto a la cuna an no est encendida la lmpara tibia, que alegra y reposa, y se filtra opaca,

Poema Juntos Los Dos de Jose Asuncion SilvaJuntos los dos remos cierto da Ay, y remos tanto que toda aquella risa bulliciosa sePoemas como A Adriana, A La Manera, A Un Pesimista, Al Odo Del Lector, puedes encontrarlos en Poemas de Jose Asuncion SilvaEsts en Poemas de Jose Asuncion Silva

Poema La Calavera de Jose Asuncion SilvaEn el derruido muro de la huerta del convento, en un agujero oscuro donde, al pasar, silba el viento, y,

Poema La Respuesta De La Tierra de Jose Asuncion SilvaEra un poeta lrico, grandioso y sibilino que le hablaba a la tierra una tarde de invierno, frente

Poema La Voz De Las Cosas de Jose Asuncion SilvaSi os encerrara yo en mis estrofas, frgiles cosas que sonres plido lirio que te deshojas rayo

Poema Las Noches Del Hogar de Jose Asuncion SilvaAmo las dichas del hogar sencillo Apetezco su plcido cario Yo quiero que descanse en mis rodillas La

Poema Las Ondinas de Jose Asuncion SilvaEn la regin oculta de las ninfas El sesgo rayo a penetrar alcanza Y alumbra al pie de despeadas

Poema Las Voces Silenciosas de Jose Asuncion Silva(De Lord Tennyson.) Oh voces silenciosas de los muertos! Cuando la hora muda y vestida de

Poema Los Maderos De San Juan de Jose Asuncion SilvaAserrn! Aserrn! Los maderos de San Juan, piden queso, piden pan,

Poema Luz De Luna de Jose Asuncion SilvaElla estaba con l A su frente pensativa y plida, penetrando al travs de las rejas

Poema Madrigal de Jose Asuncion SilvaTu tez rosada y pura; tus formas grciles de estatua de Tanagra; tu olor de lilas; el carmn de tu

Poema Mariposas de Jose Asuncion SilvaEn tu aposento tienes, en urna frgil, clavadas mariposas, que, si brillante rayo de sol las toca, parecen

Poema Melancola de Jose Asuncion SilvaDe todo lo velado, tenue, lejana y misteriosa surge vaga melancola que del ideal al cielo nos conduce. He

Poema Midnight Dreams de Jose Asuncion SilvaAnoche, estando solo y ya medio dormido, mis sueos de otras pocas se me han aparecido. Los sueos

Poema Muertos de Jose Asuncion SilvaEn los hmedos bosques, en otoo, al llegar de los fros, cuando rojas, vuelan sobre los musgos

Poema Nocturno de Jose Asuncion SilvaOh dulce nia plida, que como un montn de oro de tu inocencia cndida conservas el tesoro;

Poema Nocturno I de Jose Asuncion SilvaPoeta! di paso los furtivos besos! La sombra! Los recuerdos! La luna no verta all

Poema Nocturno Ii de Jose Asuncion SilvaA veces, cuando en alta noche tranquila sobre las teclas vuela tu mano blanca, como una mariposa

Poema Nocturno Iii de Jose Asuncion SilvaUna noche Una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de msica de alas, una noche en que ardan

Poema Nocturnos de Jose Asuncion SilvaA veces, cuando en alta noche tranquila, sobre las teclas vuela tu mano blanca, como una mariposa sobre

Poema Notas Perdidas de Jose Asuncion SilvaI Es media noche. ?Duerme el mundo ahora bajo el ala de niebla del silencio vagos rayos

Poema Pginas Suyas de Jose Asuncion SilvaJuntos los dos remos cierto da Ay, y remos tanto que toda aquella risa bulliciosa

Poema Paisaje Tropical de Jose Asuncion SilvaMagia adormecedora vierte el ro en la calma montona del viaje cuando borra los lejos del paisaje la

Poema Poeta, Di Paso de Jose Asuncion SilvaPoeta!, di paso los furtivos besos! La sombra! Los recuerdos! La luna

Poema Realidad de Jose Asuncion SilvaA M En el dulce reposo de la tarde cuando al ponerse el sol en occidente su luz dorada, de la

Poema Sinfona Color De Fresa Con Leche de Jose Asuncion SilvaA los colibres decadentes Rtmica Reina lrica! Con venusinos cantos de sol y rosa, de mirra

Poema Soneto de Jose Asuncion SilvaTiene instantes de horribles amarguras esta sed interior que al hombre agita, ya del dulce SeorPoemas como A Adriana, A La Manera, A Un Pesimista, Al Odo Del Lector, puedes encontrarlos en Poemas de Jose Asuncion SilvaEsts en Poemas de Jose Asuncion Silva

Poema Sub-umbra de Jose Asuncion Silvaa A. de W. T no lo sabes mas yo he soado entre mis sueos color de armio, horas

Poema Suspiro de Jose Asuncion Silvaa A. de W. Si en tus recuerdos ves algn da entre la niebla de lo pasado surgir la triste memoria

Poema Triste de Jose Asuncion SilvaCuando al quererlo la suerte se mezclan a nuestras vidas, de la ausencia o de la muerte, las penas

Poema Un Poema de Jose Asuncion SilvaSoaba en ese entonces en forjar un poema, de arte nervioso y nuevo obra audaz y suprema, escog

Poema Una Noche de Jose Asuncion SilvaNOCTURNO III Una noche una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de msica de las,

Poema Vejeces de Jose Asuncion SilvaLas cosas viejas, tristes, desteidas, sin voz y sin color, saben secretos de las pocas muertas,

Poema recuerdas? de Jose Asuncion SilvaRecuerdas?. T no recuerdas aquellas tardes tranquilas en que en la vereda angosta que conducePoemas como A Adriana, A La Manera, A Un Pesimista, Al Odo Del Lector, puedes encontrarlos en Poemas de Jose Asuncion SilvaJos Mara Rivas Groot (1863 - 1923)ConstelacionesEl HombreAmplias constelaciones que fulguris tan lejos,mirando hacia la tierra desde la comba altura,por qu vuestras miradas de plidos reflejostan llenas de tristeza, tan llenas de dulzura?Las ConstelacionesOh soador, escchanos! Escchanos, poeta!Escucha t, que en noches de oscuridad tranquilanos llamas, mientras tiemblan con ansiedad secretala splica en tu labio y el llanto en tu pupila.Escucha t, poeta, que en noches estrelladascual bajo augusto templo descubres tu cabeza,y nos imploras, viendo que estn nuestras miradastan llenas de dulzura, tan llenas de tristeza.Por qu tan tristes? Oye: nuestro fulgor es tristeporque ha mirado al hombre. Su mente y nuestra lumbrehermanas son. Por siglos de compasin, existeen astros como en almas la misma pesadumbre.Por siglos hemos visto la Humanidad erranteluchar, caer, alzarse... y en sus anhelos vanosvolver hacia nosotras la vista suplicante,tender hacia nosotras las temblorosas manos;y ansiar en tal desierto, ya lnguida, ya fuerte,oasis donde salten aguas de vida eterna;ya llega, llama -y sale con su nfora la muertebrindando el agua muda de su glacial cisterna.Tronos, imperios, razas, vimos trocarse en lodo:vimos volar en polvo bablicas ciudades.Todo lo barre un viento de destruccin, y todoes humo, y sueo, y nada... y todo vanidades.Es triste ver la lucha del terrenal proscrito;es triste ver el ansia que sin cesar le abrasa;el ideal anhela, requiere lo infinito,crece, combate, agtase, llora, declina y pasa.Es triste ver al hombre, que lumbre y lodo encierra,mirarnos desde abajo con infinito anhelo;tocada la sandalia con polvo de la tierra,tocada la pupila con resplandor del cielo.Poeta, no nos llames -conduele tu lamento;poeta, no nos mires- nos duele tu mirada.Tus splicas, poeta, disprsanse en el viento;tus ojos, oh poeta! se pierden en la nada.Con ntima tristeza miramos conmovidas,con ntima dulzura miramos pesarosas,nosotras -las eternas- vuestras caducas vidas,nosotras -las radiantes- vuestras oscuras fosas.El HombreTodo es olvido y muerte? Pasan gimiendo a solasel mar con sus olajes, la tierra con sus hombres;y al fin en mudas playas deshcense las olas,y al fin en mudo olvido deshcense los nombres?Y nada queda? Y nada hacia lo eterno sube?Decid, astros presentes a todo sufrimiento:la ola evaporada forma un cendal de nube,y el alma agonizante no asciende al firmamento?No, estrellas compasivas! Hay eco a todo canto;al decaer los ptalos, esprcese el perfume;y como incienso humano que abrasa un fuego santo,al cielo va el espritu, si el cuerpo se consume.Vendr noche de siglos a todo cuanto existe;y expirarn, en medio de hielos y amargura,los ltimos dos hombres sobre una roca triste,las ltimas dos olas sobre una playa oscura.Y moriris oh estrellas! en el postrero da...Mas flotarn espritus con triunfadoras palmas;y alumbrarn entonces la eternidad sombra,sobre cenizas de astros, constelaciones de almas.

Diego Fallon (1834 - 1905)La lunaYa del Oriente en el confn profundoLa Luna aparta el nebuloso velo,Y leve sienta en el dormido mundoSu casto pie con virginal recelo.Absorta all la inmensidad saluda,Su faz humilde al cielo levantada;Y el hondo azul con elocuencia mudaOrbes sin fin ofrece a su mirada.Un lucero no ms lleva por gua,Por himno funeral silencio santo,Por solo rumbo la regin vaca,Y la insondable soledad por manto.Cun bella, oh Luna, a lo alto del espacioPor el turqu del ter lenta subes,Con ricas tintas de palo y topacioFranjando en torno tu dosel de nubes!Cubre tu marcha grupo silenciosoDe rizos copos, que tu lumbre tie;Y de la noche el iris vaporosoLa regia pompa de tu trono cie.De all desciende tu callada lumbreY en argentinas gasas se despliegaDe la nevada sierra por la cumbre,Y por los senos de la umbrosa vega.Con sesgo rayo por la falda oscuraA largo trechos el follaje tocas,Y tu albo resplandor sobre la alturaEn mrmol torna las desnudas rocas;O al pie del cerro do la roza humea,Con el matiz de la azucena baasEl campanario blanco de la aldeaEn su nido de sauces y cabaas.Sierpes de plata el valle recorriendo,Vense a tu luz las fuentes y los ros,En sus brillantes roscas envolviendoPrados, florestas, chozas y plantos.Y yo en tu lumbre difundido, oh luna,Vuelvo al travs de solitarias breasA los lejanos valles, do en su cunaDe umbrosos bosques y encumbradas peas,El lago del desierto reverbera,Adormecido, ntido, sereno,Sus montaas pintando en la ribera,Y el lujo de los cielos en su seno.Oh! y estas son sus mgicas regiones,Donde la humana voz jams se escucha,Laberintos de selvas y peonesEn que tu rayo con las sombras lucha;Porque las sombras odian tu mirada;Hijas del caos, por el mundo errantes;Nufragos restos de la antigua Nada,Que en el mar de la luz vagan flotantes.Tu lumbre, empero, entre el vapor fulgura,Luce del cerro en la spera pendiente;Y a trechos ilumina en la espesura,El mpetu salvaje del torrente;En luminosas perlas se liquidaCuando en la espuma del raudal retoza;O con la fuente llora que perdidaEntre la oscura soledad solloza.En la mansin oculta de las NinfasHendiendo el bosque a penetrar alcanza,Y alumbra al pie de despeadas linfasDe las Ondinas la nocturna danza.A tu mirada suspendido el viento,Ni rbol ni flor en el desierto agita:No hay en los seres voz ni movimiento;El corazn del mundo no palpita...Se acerca el centinela de la muerte:H aqu el silencio! Slo en su presenciaSu propia desnudez el alma advierte,Su propia voz escucha la conciencia.Y pienso an y con pavor meditoQue del silencio la insondable calmaDe los sepulcros es tremendo gritoQue no oye el cuerpo y estremece el alma.Y a su muda seal la fantasaRasgando altiva su mortal sudarioDel infinito a la extensin sombraRemonta audaz el vuelo solitario.Hasta el confn de los espacios hiende,Y desde all contempla arrebatadaEl pilago de mundos que se extiendePor el callado abismo de la Nada!...El que visti de nieve la alta sierra,De oscuridad las selvas seculares,De hielo el polo, de verdor la tierraY de hondo azul los cielos y los mares,Ech tambin sobre tu faz un velo,Templando tu fulgor para que el hombrePueda los orbes numerar del cielo,Tiemble ante Dios y su poder le asombre!Cruzo perdido el vasto firmamento,A sumergirme torno entre m mismo;Y se pierde otra vez mi pensamientoDe mi propia existencia en el abismo!Delirios siento que mi mente aterran...Los Andes a lo lejos enlutadosPienso que son las tumbas do se encierranLas cenizas de mundos ya juzgados...El ltimo lucero en el LevanteAsoma, y triste tu partida llora:Cay de tu diadema ese diamante,Y adornar la frente de la aurora.Oh Luna, adis! Quisiera en mi despechoEl vil lenguaje maldecir del hombre,Que tantas emociones en su pechoDeja que broten y les niega un nombre.Se agita mi alma, desespera y gime,Sintindose en la carne prisionera;Recuerda al verte su misin sublime,Y el frgil polvo sacudir quisiera.Mas si del polvo libre se lanzaraEsta que siento, imagen de Dios mismo,Para tender su vuelo no bastaraDel firmamento el infinito abismo;Porque esos astros, cuya luz desmaya,Ante el brillo del alma, hija del Cielo,No son siquiera arenas de la playaDel mar que se abre a su futuro vuelo.

Diego Fallon (1834 - 1905)A la palma del desiertoPalma gentil, del bosque soberana!Yergue tu cuello ufana,Que ante tu excelso tronco, la techumbreDe la alta selva apenas es alfombraDo tendida tu sombraOndula del ocaso a la urea lumbre!S, que del bosque el secular follajeTe rinda vasallaje,Al par que t, con trmulos vaivenes,Audaz a la regin del trueno subesPara que orlen las nubesCon difano cendal tus regias sienes.Al desatarse all tu copa al aire,Con qu gentil donaireEl verde encaje mece cada rama!Tal, en brillante fiesta, ondula, juega,Se descoge o repliegaEl abanico de andaluza dama.Y si al hechizo de tu esbelto talle,Desde lejano valleVuela a pulsar enamorado vientoTus muelles flecos en la noche umbra,Tu copa al cielo envaHimnos de amor en regalado acento.De amor sin par; que al sn de tu ramaje,Del rabe el linajeMeci feliz su primitiva cuna;Y slo t segustele proscritoAl arenal malditoDonde vaga sin rumbo y sin fortuna;Do no se ve del matinal rocoEl flgido atavoAl sol brillar sobre tus verdes frondas,Ni de sereno lago en la riberaTu imagen hechiceraOscilar a tu pie bajo las ondas;Do no se escuchan trinos ni el murmulloDe fuentes, ni el arrulloDe palomas, ni brilla flor galana,Verde sembrado ni lozano huerto:Slo t... y el desierto!El rojo sol... y errante caravana!...El sol! que por centurias hiere en vanoTu ramaje liviano,Porque su rayo, a tu vaivn airoso,Sobre tus hojas fascinado duerme:Que la hermosura inermeSiempre el escollo fue del poderoso!All tu tronco estremecido crujeDel Abrego al empuje,Que la arena levanta en turbia espira,Y tu copa descuella siempre sola,Pabelln que enarbolaEl Amor sobre el campo de la Ira!O acaso el Yermo en tiempo primitivo,Al defender altivoSu manto de verdor, luchando en vanoContra el poder que le dej desnudo,Salvar apenas pudoEse jirn en su convulsa mano?...Ah, s! Venid, y tras la huella maSeguidme hasta la eraLlanura sin confn! Con la voltariaArena por alfombra, con la lumbreDel cielo por techumbre,Entremos en la ardiente y solitariaRegin del Exterminio: do triunfanteSobre nube giganteDe raudo polvoroso torbellino,Su espectro cruza el mbito infecundo!...Refljanse del mundoLa informe cuna y el final destino.Sobre este vasto espejo de la Nada,Donde la luz lanzadaSobre la faz del arenal bravo,-Como del siglo la rebelde ciencia-Derrocha su opulenciaEn alumbrar la Nada y el Vaco!Menos traidora, la Tiniebla acataEl pudor, y recataSu estril seno en negra vestidura:La luz que a la Esperanza corta el vueloEs tiniebla sin veloQue audaz se ostenta en desnudez impura!S desdichado suelo! tus raudales,Tus nieblas matinalesHuyeron, con tu gala verdecida,Tus frutos, tus aromas y tus flores;Y te fueron traidoresAun los grmenes mismos de la vida!Y fue tu mismo sol el incendiario!El Siroco nefarioQue con lgubre aullido el fuego atiza,Un tiempo el aura fue de tus jardines!Tu arena sin confinesEs de tu antigua pompa la ceniza!No el horizonte bstale por fosa,La ceniza rebosaDel cerco azul por sobre el linde vago,Y el mustio polvo, all, de humanas greyesAl polvo de los reyesMezcla el Simn con pavoroso estrago.Que los reyes que prpura vistieron,Cetro y vida rindieronAnte el Poder que exalta y que destrona;Mas del frondoso reino la presea,En cuya sien cimbreaDe trmulo verdor triunfal corona;Esa, que invicta en garbo y esbelteza,Prolfica aderezaReparador manjar en blando nidoQue prvida recata en su corona;La que el leo sazonaQue de la pinge oliva pone olvido;Esa, que herida en la procera frente,La vivfica fuentemana, cuyo raudal emula ufanoLa blanca espuma que al nacer el daExprime en la alqueraDe la vaquera la robusta mano;La que opulenta en su collar espaciaCon generosa audaciaDe cauteladas urnas los turgentessenos, donde la cndida ambrosaY el refrigerio craPara sustento a desvalidas gentes;La que de frutos mil ostenta opimoEl prdigo racimo,Blasn y prez de su donoso tallo,No la vida rindi, que su diadema,Al par que regio emblemaTesoro y vida fue para el vasallo.Por eso, an hoy, all tu cetro impera,Munfica palmera,Honor y timbre de la ardiente zona!T conquistaste inmarcesible vidaY reina fuiste ungidaPor la mano que exalta y que destrona!Y luego osaste, intrpida y fecunda,De la tribu errabundaLos destinos seguir hasta el desierto,Y eres del Adar nico amparoY del oasis faro,Y en proceloso trance nico puerto!Y de tu fronda cuelgas al abrigo,Para rey y mendigo,Con largueza sin par que al mundo asombra,Del dtil redentor el rico enjambre;Que el espectro del hambreJams viol el recinto de tu sombra.Jams!... Cuando el Simn abate el vueloY al pavorido sueloSe desploma su inmenso torbellino,Tu copa exhala por la mar de arena,Acentos de sirenaQue lejos oye el triste peregrino;Y un grito al columbrarte en lontananzaEl peregrino lanza,Bendice a Al y en su oracin te nombra;Y t le brindas fruto y dulce ambiente,Y acaricias su frente,Su tienda y su camello con tu sombra!

Porfirio Barba Jacob (1883 - 1942)Futuro/Cancin de la Vida Profunda/Soberbia/Balada de la Loca AlegraEl Son del Viento/Cancin del Tiempo y el Espacio/Lamentacin de OctubreLos Desposados de la Muerte/Elega de SeptiembreBalada de la Loca AlegraMi vaso lleno -el vino del Anhuac-mi esfuerzo vano -estril mi pasin-soy un perdido -soy un marihuano-a beber -a danzar al son de mi cancin...Cie el tirso oloroso, tae el jocundo cmbalo.Una bacante loca y un stiro afrentosoconjuntan en mi sangre su frenes amoroso.Atenas brilla, piensa y esculpe Praxiteles,y la gracia encadena con rosas la pasin.Ah de la vida parva, que no nos da sus mielessino con cierto ritmo y en cierta proporcin!Danzad al soplo de Dionisos que embriaga el corazn...La Muerte viene, todo ser polvobajo su imperio: polvo de Pericles,polvo de Codro, polvo de Cimn!Mi vaso lleno -el vino del Anhuac-mi esfuerzo vano -estril mi pasin-soy un perdido -soy un marihuano-a beber -a danzar al son de mi cancin...De Hispania fructuosa, de Galia deleitable,de Numidia ardorosa, y de toda la rosade los vientos que beben las guilas romanas,venid, puras doncellas y vidas cortesanas.Danzad en delitosos, lbricos episodios,con los esclavos nubios, con los marinos rodios.Flaminio, de cabellos de amaranto,busca para Heliogbalo en las termasvarones de placer... Alzad el canto,red, danzad en bquica alegra,y haced brotar la sangre que embriaga el corazn.La Muerte viene, todo ser polvo:polvo de Augusto, polvo de Lucrecio,polvo de Ovidio, polvo de Nern!Mi vaso lleno -el vino del Anhuac-mi esfuerzo vano -estril mi pasin-soy un perdido -soy un marihuano-a beber -a danzar al son de mi cancin...Aldeanas del Cauca con olor de azucena;montaesas de Antioquia, con dulzor de colmena;infantinas de Lima, unciosas y augurales,y princesas de Mxico, que es como la alacenafamiliar que resguarda los ms dulces panales;y mozuelos de Cuba, lnguidos, sensuales,ardorosos, baldos,cual fantasmas que cruzan por unos sueos mos;mozuelos de la grata Cuscatln -oh ambrosa!-y mozuelos de Honduras,donde hay alondras ciegas por las selvas oscuras;entrad en la danza, en el feliz torbellino:red, jugad al son de mi cancin:la pia y la guanbana aroman el caminoy un vino de palmeras aduerme el corazn.La Muerte viene, todo ser polvo:polvo de Hidalgo, polvo de Bolvar,polvo en la urna, y rota ya la urna,polvo en la ceguedad del aquiln!Mi vaso lleno -el vino del Anhuac-mi esfuerzo vano -estril mi pasin-soy un perdido -soy un marihuano-a beber -a danzar al son de mi cancin...La noche es bella en su embriaguez de mieles,la tierra es grata en su cendal de brumas;vivir es dulce, con dulzor de trinos;canta el amor, espigan los donceles,se puebla el mundo, se urden los destinos...Que el jugo de las vias me alivie el corazn!A beber, a danzar en raudos torbellinos,vano el esfuerzo, intil la ilusin...

GUILLERMO VALENCIA CASTILLO

Popayn, departamento del Cauca-Colombia,1873-1943

HAY UN INSTANTE...

Hay un instante del crepsculoen que las cosas brillan ms,fugaz momento palpitantede una morosa intensidad.

Se aterciopelan los ramajes,pulen las torres su perfil,burila un ave su siluetasobre el plafondo de zafir.

Muda la tarde, se concentrapara el olvido de la luz,y la penetra un don savede melanclica quietud,

como si el orbe recogiesetodo su bien y su beldad,toda su fe, toda su graciacontra la sombra que vendr...

Mi ser florece en esa horade misterioso florecer;llevo un crepsculo en el alma,de ensoadora placidez;

en l revientan los renuevosde la ilusin primaveral,y en l me embriago con aromasde algn jardn que hay ms all!...

LA PALABRA DE DIOS(Sntesis)

Cuando vio mi poema Jonats el Rabino(el espritu y carne de la bblica ciencia),con la risa en los labios me explic la sentenciaque solt la Paloma sobre el Texto divino.

Nunca pruebes, me dijo, del licor femenino,que es licor de mandrgoras y destila demencia;si lo bebes, al punto morir tu conciencia,volarn tus canciones, errars el camino.

Y agreg: Lo que ahora vas a or no te asombre:la mujer es el viejo enemigo del hombre;sus cabellos de llama son cometas de espanto.

Ella libra la tierra del amante vicioso,y Ella calma la angustia de su sed de reposocon el jugo que vierten las heridas del santo.

CIGEAS BLANCAS(fragmento)

De cigeas la tmida bandada,recogiendo las alas blandamente,pas sobre la torre abandonada,a la luz del crepsculo muriente;

hora en que el Mago de feliz paletavierte bajo la cpula radianteplidos tintes de fugaz violetaque riza con su soplo el aura errante.

Esas aves me inquietan; en el almareconstruyen mis rotas alegras;evocan en mi espritu la calma,la augusta calma de mejores das.

Afrenta la negrura de sus ojosal abenuz de tonos encendidos,y van los picos de matices rojosa sus gargantas de alabastro unidos.

Vago signo de mstica tristezaes el perfil de su sedoso flancoque evoca, cuando al sol se despereza,las lentas agonas de lo Blanco.

Con la veste de mgica blancura,con el talle de lnguido diseo,semeja en el espacio su figurael plido estandarte del Ensueo.

Y si, huyendo la garra que la asecha,el ala encoge, la cabeza extiende,parece un arco de rojiza flechaque oculta mano en el espacio tiende.

A los fulgores de sidrea lumbre,en el vaivn de su cansado vuelo,fingen, bajo la cncava techumbre,bacantes del azul ebrias de cielo...

LOS CAMELLOS

Lo triste es asPeter Atenberg

Dos lnguidos camellos, de elsticas cervices,de verdes ojos claros y piel sedosa y rubia,los cuellos recogidos, hinchadas las narices,a grandes pasos miden un arenal de Nubia.Alzaron la cabeza para orientarse, y luegoel sooliento avance de sus vellosas piernas-bajo el rojizo dombo de aquel cenit de fuego-pararon silenciosos, al pie de las cisternas...Un lustro apenas cargan bajo el azul magnfico,y ya sus ojos quema la fiebre del tormento:tal vez leyeron, sabios, borroso jeroglficoperdido entre las ruinas de infausto monumento.Vagando taciturnos por la dormida alfombra,cuando cierra los ojos el moribundo da,bajo la virgen negra que los llev en la sombracopiaron el desfile de la Melancola...Son hijos del Desierto: prestles la palmeraun largo cuello mvil que sus vaivenes finge,y en sus marchitos rostros que esculpe la Quimerasopl cansancio eterno la boca del Esfinge!Dijeron las Pirmides que el viejo sol rescalda:"amamos la fatiga con inquietud secreta..."y vieron desde entonces correr sobre una espaldatallada en carne, viva, su triangular silueta.Los tomos de oro que el torbellino esparcequisieron en sus giros ser grcil vestidura,y unidos en collares por invisible engarcevistieron del giboso la esculida figura.Todo el fastidio, toda la fiebre, toda el hambre,la sed sin agua, el yermo sin hembras, los despojosde caravanas... huesos en blanquecino enjambre...todo en el cerco bulle de sus dolientes ojos.Ni las sutiles mirras, ni las leonadas pieles,ni las volubles palmas que riegan sombra amiga,ni el ruido sonoroso de claros cascabelesalegran las miradas al rey de la fatiga:Bebed dolor en ellas, flautistas de Bizancioque amis pulir el dctilo al son de las cadenas,slo esos ojos pueden deciros el cansanciode un mundo que agoniza sin sangre entre las venas!Oh artistas! Oh camellos de la Llanura vastaque vais llevando a cuestas el sacro Monolito!Tristes de Esfinge! novios de la Palmera casta!Slo calmis vosotros la sed de lo infinito!Qu pueden los ceudos? Qu logran las melenasde las zarpadas tribus cuando la sed oprime?Slo el poeta es lago sobre este mar de arenas,slo su arteria rota la humanidad redime.Se pierde ya a lo lejos la errante caravanadejndome -camello que cabalg el Excidio...-Cmo buscar sus huellas al sol de la maana,entre las ondas grises de lbrego fastidio!No! buscar dos ojos que he visto, fuente purahoy a mi labio exhausta, y aguardar pacientehasta que suelta en hilos de mstica dulzurarefresque las entraas del lrico doliente;Y si a mi lado cruza la sorda muchedumbremientras el vago fondo de esas pupilas miro,dir que vio un camello con honda pesadumbre,mirando silencioso dos fuentes de zafiro..

Guillermo Valencia (1873 - 1943)Las dos CabezasOmnis plaga tristitia cordis est etmnis malitia, nequitia mulieris.El EclesisticoJudith y Holofernes(Tesis)Blancos senos, redondos y desnudos, que al pasode la hebrea se mueven bajo el ritmo sonorode las ajorcas rubias y los cintillos de oro,vivaces como estrellas sobre la tez de raso.Su boca, dos jacintos en indecible vaso,da la sutil esencia de la voz. Un tesorode miel hincha la pulpa de sus carnes. El llorono dio nunca a esa faz languideces de ocaso.Yacente sobre un lecho de sndalo, el Asirioreposa fatigado, melanclico ciriolos objetos alarga y proyecta en la alfombra...Y ella, mientras reposa la blica falangemuda, impasible, sola, y escondido el alfanje,para el trgico golpe se recata en la sombra.***Y gil tigre que salta de tupida maleza,se lanz la israelita sobre el hroe dormido,y de doble mandoble, sin robarle un gemido,del atltico tronco desgaj la cabeza.Como de nforas rotas, con urgida presteza,desbord en oleadas el carmn encendido,y de un lago de prpura y de sueo y de olvido,recogi la homicida la pujante cabeza.En el ojo apagado, las mejillas y el cuello,de la barba, en sortijas, al ungido cabellose apiaban las sombras en siniestro derrochesobre el lvido tajo de color de granada...y finga la negra cabeza destroncadauna lbrica rosa del jardn de la noche.***Salom y Joakanann(Anttesis)Con un aire maligno de mujer y serpiente,cruza en rpidos giros Salom la gitanaal comps de los crtalos. De su carne lozanavuela equvoco aroma que satura el ambiente.Danza todas las danzas que ha tejido el Oriente:las que prenden hogueras en la sangre livianay a las plantas deshojan de la dspota humanao la flor de la vida, o la flor de la mente.Inyectados los ojos, con la faz amarilla,el caduco Tetrarca se lanz de su sillatras la hermosa, gimiendo con febril arrebato:"Por la miel de tus besos te dar Tiberiades,"y ella dcele: "En cambio de tus muertas ciudades,dame a ver la cabeza del Esenio en un plato."***Como viento que cierra con raqutico arbusto,en el viejo magnate la pasin se desata,y al guiar de los ojos, el esclavo que mataapercibe el acero con su brazo robusto.Y hubo grave silencio cuando el cuello del Justo,suelto en clido arroyo de fugaz escarlata,ofrecieron a Antipas en el plato de plataque l tendi a la sirena con medroso disgusto.Una lumbre que viene de lejano infinitoda a las sienes del mrtir y a su labio marchitola blancura llorosa de cansado lucero.Y -del mar de la muerte melanclica espuma-la cabeza sin sangre del esenio se esfumaen las nubes de mirra de sutil pebetero.La palabra de Dios(Sntesis)Cuando vio mi poema Jonats el Rabino(el espritu y carne de la bblica ciencia),con la risa en los labios me explic la sentenciaque solt la Paloma sobre el Texto divino.Nunca pruebes, me dijo, del licor femenino,que es licor de mandrgoras y destila demencia;si lo bebes, al punto morir tu conciencia,volarn tus canciones, errars el camino.Y agreg: Lo que ahora vas a or no te asombre:la mujer es el viejo enemigo del hombre;sus cabellos de llama son cometas de espanto.

Ella libra la tierra del amante vicioso,y Ella calma la angustia de su sed de reposocon el jugo que vierten las heridas del santo.

Guillermo Valencia (1873 - 1943)A la Memoria de JosefinaIDe lo que fue un amor, una dulzurasin par, hecha de ensueo y de alegra,slo ha quedado la ceniza fraque retiene esta plida envoltura.La orqudea de fantstica hermosura,la mariposa en su policromarindieron su fragancia y gallardaal hado que fij mi desventura.Sobre el olvido mi recuerdo impera;de su sepulcro mi dolor la arranca;mi fe la cita, mi pasin la espera,y la vuelvo a la luz, con esa francasonrisa matinal de primavera:Noble, modesta, cariosa y blanca!IIQue te am, sin rival, t lo supistey lo sabe el Seor; nunca se ligala errtil hiedra a la floresta amigacomo se uni tu ser a mi alma triste.En mi memoria tu vivir persistecon el dulce rumor de una cantiga,y la nostalgia de tu amor mitigami duelo, que al olvido se resiste.Difano manantial que no se agota,vives en m, y a mi aridez austeratu frescura se mezcla, gota a gota.T fuiste a mi desierto la palmera,a mi pilago amargo, la gaviota,y slo morirs cuando yo muera!