Poemas y Canciones - Armando Tejada Gomez

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Armando Tejada Gómez Poemas y canciones

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selección de poemas y canciones de ASrmando tejada Gómez

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Armando Tejada Gmez

Poemas y canciones

Nota Biobibliogrfica y Seleccin de Textos

Mara Ins Lpez

ARMANDO TEJADA GMEZ naci en Guaymalln, Mendoza en el seno de una familia de trabajadores rurales de muy escasos recursos, descendientes de huarpes. Hijo de Lucas Tejada, tropero (llevaba ganado de Mendoza a San Juan y Chile, a travs de la cordillera), y de Florencia Gmez, casada a los 14 aos, fue el anteltimo de 24 hermanos. Qued hurfano de padre a los cuatro aos, razn por la cual su madre debi repartir a los hijos. Armando fue criado entonces por su ta, Fidela Pavn, quien le ensea las primeras letras en un breviario. Prcticamente no fue a la escuela y comenz a trabajar a los 6 aos, como canillita (vendedor callejero de diarios), y luego lustrabotas.A los quince aos se compr un ejemplar del libro Martn Fierro que le despert la pasin por la lectura, la poesa y la inquietud por las injusticias sociales, volvindose un activista poltico.En 1950 obtiene un empleo como locutor en LV10 Radio de Cuyo, que altern con su trabajo como obrero de la construccin. Comenz a componer canciones junto al msico mendocino Oscar Matus, quien luego sera el esposo de la cantante Mercedes Sosa, en lo que sera una larga sociedad y con quien escribira canciones como "Los hombres del ro", "Coplera del viento", "Tropero padre" (inspirada en su padre), entre muchas otras.En 1954, obtuvo el segundo premio en V Concurso Literario Municipal de Mendoza, por su primer libro de poemas Pachamama: poemas de la tierra y el origen, dedicada a su madre, e inspirada en la cultura huarpe de sus ancestros. El mismo poeta declara:A los 23 escrib Pachamama, poemas de la tierra y el origen; cosmogona americana del Universo. Entre las consejas de los mayores y de los indios huarpes, de los que yo provengo, y de las reuniones de fogn, aprend la cultura americana, porque no frecuent aulas. Aprend la voz popular en que creamos...

El premio y la edicin del libro (ilustrado por Carlos de la Mota), le trajeron un considerable reconocimiento que comenz a extenderse desde entonces.Fue perseguido en la ltima etapa del gobierno peronista (1946-1955). Tejada Gmez se opona a las tendencias autoritarias del peronismo y, si bien admiraba a Eva Pern, se haba negado a aceptar la orden de usar luto al momento de su muerte en 1952. Fue despedido de la radio y se prohibi mencionar su nombre cuando se emitan sus canciones.En 1955, escribi su segundo libro Tonadas de la piel. El libro gan un concurso organizado por Gildo DAccurzio un esforzado imprentero mendocino, obteniendo como premio la edicin.Luego del derrocamiento de Pern en 1955, Tejada Gmez da un giro tanto en su arte como en su posicin poltica. El elemento detonante para el cambio en su manera de escribir fue un comentario crtico de su hermano, obrero de la construccin, que le mencion que sus compaeros de trabajo decan que "escriba cosas que nadie entenda"El comentario influy notablemente en Tejada Gmez, quien decidi entonces orientar su poesa hacia los problemas social y los temas populares. Uno de los primeros poemas de esta nueva etapa fue su conocido poema "Hay un nio en la calle".El poema fue incluido en tercer libro, Antologa de Juan, publicado en 1958, desde entonces sus libros se volveran populares, y cada libro venda un tiraje no menor a 10.000 ejemplares.En 1958, fue electo diputado provincial, durante el mandato de Frondizi.En 1959 se afilia al Partido ComunistaEn 1961 public "Los compadres del horizonte", recibiendo la Primera Recomendacin del Segundo Concurso Latinoamericano de Literatura "Casa de las Amricas", de La Habana, Cuba.En 1963 junto a Manuel Matus, Mercedes Sosa y otros artistas, crean el Movimiento del Nuevo Cancionero, all sostienen la necesidad de un cancionero integrado comn: "Hay pas para todo el cancionero. Slo falta integrar un cancionero para todo el pas."Ese mismo ao publica "Ah va Lucas Romero."En 1964 se radica en Buenos Aires y se dedica ntegramente a su tarea artstica. Monta su primer espectculo, en el Teatro I.F.T., con Mercedes Sosa, Oscar Matus y Tito Francia. Edita su primer disco con sus Poemas, Sonopoemas del Horizonte.En 1967 publica Tonadas para usar.En 1968 publica Profeta en su tierra, antologa de sus primeros libros.En 1969 gana el Primer Premio Ciudad de Buenos Aires, en el Primer Festival Ibero-Americano de la Cancin y la Danza con Cancin del Centauro, msica de Ivan Cosentino.En 1971 publica Amanecer bajo los puentes, donde relata su infancia como canillita y sus comienzos con la poesa.En 1972 gana el Premio Festival de la Patagonia en Punta Arenas, Chile, por Fuego en Animan, con msica de Csar Isella. Gran Premio Sadaic, por su cancin Elogio del Viento, con msica de Gustavo "Cuchi" Leguizamn, y es finalista en el Festival Agustn Lara de Mxico.En 1974 gana el Premio Poesa "Casa de las Amricas", La Habana, Cuba, con su libro Canto popular de las comidas.En 1976 el gobierno militar publica un listado de composiciones y autores prohibidos para su difusin en todo el mbito de la repblica, donde figura su nombre y algunas de sus canciones ms Celebres: Cancin con Todos y Fuego en Animan. Es declarado persona no grata por el gobierno de facto de la provincia de Santa Fe y "deportado" a la provincia de Buenos Aires, en medio de la noche, luego de una frustrada actuacin en la sala de la Lotera Provincial de dicha ciudad, en un festival a beneficio. Comienza un largo periodo do oscurecimiento y ostracismo, prohibidas sus representaciones, la publicacin de sus libros y la difusin de sus canciones.

En 1978 viaja a Espaa, a intentar suerte. Vuelve lleno de nostalgia hacia fines de noviembre y recibe apenas llegado la noticia de que su novela Dios era olvido se haba hecho acreedora al Premio Internacional de Novela, en Bilbao, Espaa. Vuelve a Espaa a recibir el Premio y a intentar una vez ms su insercin en ese pas, aprovechando la difusin de su nombre gracias al premio recibido, pero se inicia el conflicto del Beagle en enero del '79, y regresa a Buenos Aires. Comienza a utilizar el seudnimo Carlos de Mendoza para registrar sus temas nuevos y que puedan pasarse por las radios.En 1979 se publica en Espaa su biografa de Horacio Guarany, de Ediciones Jcar, coleccin Los Juglares.En 1980 participa en la edicin de La VI Feria Internacional del Libro del Autor al Lector de Buenos Aires, donde se presenta su novela ganadora y firma ejemplares en el stand de Espasa Calpe, a despecho de La prohibicin que todava pesaba sobre l.Recibe la primera distincin de honor de La Fundacin Dupuytren, en la Tercera Bienal de Letras "Cuarto Centenario de la 2 Fundacin de la Ciudad de Buenos Aires", por su novela Dios era olvido.En 1983 viaja a Managua, Nicaragua, para participar del Festival por La Paz, junto a Mercedes Sosa, el Quinteto Tiempo, y el compositor Naldo Labrn. Participa del Festival de La Cancin Bolivariana en Venezuela. Viaja al Festival de Baradero, Cuba. Junto con el advenimiento de la democracia vuelve a presentarse en festivales, actuaciones unipersonales y a montar espectculos con diversos artistas.En 1984 participa del Encuentro Internacional de Escritores por la Paz, Sofa, Bulgaria. Publica el cancionero Toda la Piel de Amrica.En 1985 es nominado para el Premio Konex, entre las cinco mejores figuras de la Historia de la Msica Popular Argentina en La disciplina Autor de Folklore. Ese mismo ao publica Historia de tu ausencia.En 1986 publica Bajo estado de sangre poemas escritos entre 1974 y 1983. Ese mismo ao gana el Gran Premio de Honor de la Fundacin Argentina para La Poesa, en su 20 Aniversario.En 1991 La Cmara de Diputados bonaerense declara su obra de "inters educativo'. Publica "Cosas de nios" y "El ro de la legua."Fallece en Buenos Aires, el 3 de noviembre de 1992.En 1994, se edita su libro pstumo Los telares del sol.

Algunas consideraciones sobre su obra, su pensamiento y su militancia poltica:Proveniente de una familia humilde, no tuvo la oportunidad de estudiar, fue autodidacta, para dejar la ignorancia y para no dejarse avasallar por los poderosos:Como todos los pobres, entonces tenamos dos alternativas, el box y el ftbol. Fui boxeador amateur hasta que encontr los libros. Quera saber y no era la poesa una de mis pasiones. Creo que di con la poesa de frente el da que mataron a mi hermano, el Toto, all, cuando tena unos 15 aos. El sacudn fue tan tremendo, con este hermano habamos compartido eso de dormir bajo los puentes, defendernos entre los dos, sacar los diarios y de pronto me lo sacaron. Y de esta soledad feroz, este arrancn que fue la muerte de mi hermano, emerg das despus como quien dice una oracin, pero era un poema lo que estaba haciendo. Adems me hice esta reflexin, el cay porque adems de pobres, somos ignorantes y aqu est al trampa, esta es la valla que hay que cruzar. Desde ese da me fui a las bibliotecas y empec por e primer estante hasta que llegu al fondo. Claro!, lea todo mezclado, Fisiologa del placer de Mantegazza con La Divina Comedia. Eran bibliotecas de barrio y no estaban ordenadas. El objetivo era dejar la ignorancia...

Comprometido con las desigualdades sociales, us su literatura para denunciarlas y hacerse eco, de aquellos hermanos que desposedos de todo, no tienen voz para gritar su lamento. l le presta la suya y le canta al pueblo latinoamericano y se hermana con ellos.La verdadera tradicin de una poesa perdurable est en que se ocupa de los asuntos del mundo...; si yo me conmuevo hasta las lgrimas por una gota de roco cmo no me voy a conmover ante el dolor humano? Cmo no voy a tener sensibilidad ante un hombre cado? Para m la poesa es el hecho potico perdurable que un hombre apresa en sus palabras, ya sea cuando llora o ve llorar, o cuando vuela y ve volar....

La lectura del Martn Fierro influy notablemente a lo largo de su obra:...la mayor influencia en m fue la de Jos Hernndez. El que lea atentamente mi poesa, comprende rpidamente que la intencin es cantar opinando. De esos troncos vengo y uno se larga con las influencias sobre los hombros intentando encontrar su propia voz, es continuar contando la historia de nuestros mayores y agregar un espacio propio...

Sus races humildes lo llevaron a militar en la poltica para estar del lado de los desprotegidos:...Creo que mi militancia era insoslayable, no pude evitarlo dado las condiciones en que crec, los trabajos en que he ocupado en mi vida me dieron un concepto de la solidaridad desde muy nio. La primera militancia fue en el gremialismo y de ah a la conciencia poltica del hombre de trabajo hay menos que un paso. Uno advierte que esta lucha de clases est establecida en trminos polticos y eso te va llevando a ubicarte en los movimientos sociales de un modo natural...

...tengo el corazn clavado en cada trabajador, en cada compaera que lucha por la fertilidad de sus hijos y no tengo otra ambicin que ayudarlos por esa simple interrelacin que existe entre el poeta y su pueblo. Yo sin ellos no existo y somos socios en esto de marchar hacia una patria liberada. Es la funcin del poeta, luchar junto a su pueblo pero cargando la vanidad que alguna vez al pasar, una mujer diga, ah va el poeta...

Esa misma vanidad es la que lo lleva a buscar un sentido de la expresin esttica ligada a su pueblo:...El sentido de la expresin esttica es el prjimo; el objeto es el prjimo. Quin esta del otro lado? Vos, el prjimo. Toda predicacin tiene un prjimo como destinatario. Toda obra de arte, es una apelacin al otro. Y esto es as, y ser as cuando ninguno de nosotros, ni nuestros nietos, queden en la tierra. El arte tiene esa finalidad, el sentido estricto de la palabra final. El destino final de la obra de arte, es el otro...

...Si vos no me das un lenguaje que me levante en la categora de conciencia, de la situacin en la que estoy, para qu te quiero? Levantme ah, haceme subir un centmetro, con tu poema, con tu libro, con tu cuento, con tu imaginacin. Ascendeme. Yo estoy a tu disposicin. Yo quiero que me subas. Cuando me cantes, cntame para levantarme. No me tires para abajo... Eso me hunde en el fangal de la mierda, a m, como pueblo. Cuando me escribas una cancin, levntame, por favor. Dej de joder, vamos para arriba! Vamos con el pueblo para arriba...

...Un integrante de la Real Academia Espaola, dijo: Est haciendo un idioma dentro del idioma! Se creen que lo estoy haciendo yo. Los latinoamericanos lo estn haciendo! Lo que yo hago, no es nada ms que traducir, lo que el pueblo habla...

Y a las nuevas generaciones les dice:... lo que yo quiero, es alentar la capacidad de crear...La literatura, es una rebelin permanente. Esto es lo que somos; la alteracin del orden. En lo diverso se resuelve la vida.

...Porque el arte como la vida, estn en permanente transformacin a travs de los siglos. Nunca se podr evitar que las nuevas generaciones pidan la palabra y la guitarra...

OBRA LITERARIA

1954- Pachamama poemas de la tierra y el origen; Editorial La Avispa", con ilustraciones de Juan Carlos de La Motta y Enrique 0. Sobisch, en 1955. Segundo Premio Concurso Literario Municipal de Mendoza.

1955- Tonadas De La Piel, con Prlogo de Jaime Dvalos; Premio Juan Carlos DAccurzio, patrocinado por La Sociedad Mendocina de Escritores.

1957- Capitan Del Sur, indito.

1958- Antologia De Juan, Primera Edicin con ilustraciones de Carlos Alonso.

1958- Los Compadres Del Horizonte; Primera recomendacin II Concurso Latinoamericano de literatura "Casa de las Amricas", La Habana, Cuba, 1961.

1963- Ahi Va Lucas Romero, con dibujos de Enrique Sobisch.

1963- Luz De Entonces (indito).

1967- Tonadas Para Usar

1968- Profeta En Su Tierra, Antologa con ilustraciones de Omar Sobisch.

1971- Amanecer Bajo Los Puentes

1974- Canto Popular De Las Comidas; Premio Poesa Casa de las Amricas, La Habana, Cuba, 1974.

1978- Dios Era Olvido, Premio Internacional de Novela, Bilbao, Espaa.

1979- Horacio Guarany, biografa. Ediciones Jcar, Espaa.

1984- Toda La Piel De America; Cancionero

1985- Historia De Tu Ausencia

1986- Bajo Estado De Sangre (1974-1983)

1991- El Rio De La Legua

1991- Cosas De Nios

1994- Los Telares Del Sol (Pstumo).

OBRA DISCOGRAFICA

1959- La Voz De La Zafra, Mercedes Sosa. RCA.

1964- Sonopoemas Del Horizonte, su voz. Edit. Juglara.

1965- Testimonial Del Nuevo Cancionero, su voz, con Oscar Matus. Edit. El Grillo-Juglara.

1965- Poemas Y Canciones En Direccion Del Viento, su voz, con Ramn Ayala. Edit. Estudio.

1966- Cantoral De Mi Pais Al Sur, su voz. Edit. Juglara.

1967- Los Oficios Del Pedro Changa, su voz con Los Trovadores. Edit. CBS Columbia.

1972- Cantata Popular De Las Comidas, con Cuchi Leguizamn, indita.

1972- Las Copleras Del Viento, con Horacio Guarany.

1972- Los Poetas Que Cantan En Cosquin, con H.L Quintana y otros, Azur.

1973- America En Vilo, con Quilapayum y Csar Isella, inconclusa, Chile.

1973- Cancin Con Todos, con Rosa Rodrguez Gerling, Trova.

1974- Isella Con Todos, con Csar Isella y Cantoral.

1980- Coral Terrestre, con el conjunto Sanampay, Mxico.

1984- Tonada Larga Para El Pas Del Sol, con Nacencia.

1986- Historia De Tu Ausencia, su voz, CBS.

Poemas

De: Pachamama (1954)FRAGMENTO FINALDe: Tonadas de la piel (1955Geografa de la tonadaDe: Antologa de Juan (1958)Hay un nio en la calleUN GRITO DE IDA Y VUELTAEL LIBRO DEL VIENTOCOPLERA DEL CANTORCOPLERA DEL ALFARERODe: Los compadres del horizonte (1958)Incendio del compadreEl compadreDe: Ah va Lucas Romero (1963)TIEMPO AL TIEMPOFILIACIN DEL ROCOTREGUA DEL DIASOL A DESTAJODe: Luz de entonces (1963)Memoria del grilloLa vida dos vecesDe: Tonadas para usar (1967)Che, Buenos AiresPoeta de la leguaCancin de un pesoEl bienaventuradoLA LUCHALA NOCHE QUED ATRSDe Profeta en su tierra (1968)Escritura en la sangreDe: Amanecer bajo los puentes (1971)Cancin de largas callesDe: Canto popular de las comidas (1974)Men del daDon CletoPago Lejos (Los desterrados)De: Historia de tu ausencia (1985)HISTORIA DE TU AUSENCIALA BARCASENCILLO EXILIOCancin cuando te vasDe: Bajo estado de sangre (1986)ORACIN A LA BANDERADescubrimiento de las cosasSEGUNDO INFORME PARA AUSENTESDe: Telares del sol (1994)TELAR DEL SOLEL TELAR DE LOS MAPASEL TELAR DEL ENTERRADOTELAR DE LA CULTURATELAR DE LAS PALABRAS

De: Pachamama (1954)

FRAGMENTO FINAL

Estar.Permanecer.Vertical.Estar para el amor, simplemente,creandoel camino del hombre que estamos aguardando.

Me pierdo por los besos,la cancin,los abrazos:las brjulas brillantes, universales,blancas.Llamo desde mis hombros las grandes resonanciascon un vaso de vida chorrendome las manos.

Nunca ms de rodillas,nunca ms a pedazos,nunca ms a la muertesin haber respirado.Nunca ms como topos,nunca ms acosados.El hombre por s mismohasta l mismo lanzado,hasta su envergadura,hasta el hombre soado.Nunca ms a las armas,nunca ms al soldado.Proyectarse hasta el otro,hasta el mejor logrado.

Bscate por tu rostro,lvate con mi canto.

Estoy en la esperanza.

Despertars conmigo.

Con un pan y una estrella,alumbrando los siglos.

De: Tonadas de la piel (1955)

Geografa de la tonada

Desde una desmemoria de volcanesse me arrojan las manos a palomas,a pjaros se arrojan, a herederos,desde una trepidante desmemoria,con un ritmo quebrado en las mujeres,en el codo frutal y en el jadeo:amplias alas polares me sacudenesta urgencia de silbos y de vrtigos.

El son, digo el tambor, la avispa encintapercuta en el rbol, retumbaba,le morda las piernas a la aurora,a la infinita virgen de la escarcha,se mova a cantar, a andar sonandopor un ancho roco de campanas,por la inmediata carne de la alondra,que con un trpico sonoro adentrosuba a responder batiendo el alba.

Y la madera supo. Y supo el viento.Y rechin una fbula de caas.Perfiles a nacer, tmpano el tiempo,acudieron a fuerza y a mansalva,porque el sonido al fin, porque la sombra,saban del milagro y lo danzaban.Rondaba el vegetal, cruja el brotecon el sol acoplado a las espaldas,con duras cuas de vigor en lo ntimoy un diluvio de hongos y de malvas.

Desde entonces a m: la esfera ciega,la potencial succin, la llamarada,la cadencia creciendo en locos crculossus gigantes de msica en mi carne:tanto como la piedra y siempre el aguame aturden la guitarra con sus viajes,emigran sus estrellas por mi boca,pregonan sus rituales con mis manos.

Cuerpo ya, pentagrama transitable,cerca del corazn queda la hierba.Respirar el aroma y el volumenporque sin solidez, porque con aire,porque con carne al viento y con arterias,porque ya transitado y transitable,me muero universal como la muerte:igualitario, libre y nazco unnime,aledao a los pjaros, creciendo,camarada animal subo a la vidacon vtores de sauces y magnolias,sinfnico y alegre, saludando.

De: Antologa de Juan (1958)

Hay un nio en la calle

A esta hora, exactamente,hay un nio en la calle.

Le digo amor, me digo, recuerdo que yo andabacon las primeras luces de mi sangre, vendiendo,una oscura vergenza,la historia, el tiempo,diarios.Porque es cuando recuerdo tambin las presidencias,urgentes abogados, conservadores, asco,cuando subo a la vida cantando la inocencia,mi niez triturada por escasos centavos,por la cantidad mnima de pagar la estadacomo un vagn de cargay saber que a esta hora mi madre est esperando,quiero decir, la madre del nio innumerableque sale y nos pregunta con su rostro de madre,qu han hecho de la vida,dnde pondr la sangre,qu har con mi semilla si hay un nio en la calle.

Es honra de los hombres proteger lo que crece,cuidar que no haya infancia dispersa por las calles,evitar que naufrague su corazn de barco,su increble aventura de pan y chocolate,transitar sus pases de bandidosy tesoros,ponindole una estrella en el sitio del hambre,de otro modo es intil ensayar en la tierrala alegra y el canto,de otro modo es absurdoporque de nada vale si hay un nio en la calle.

Dnde andarn los nios que venan conmigoganndose la vida por los cuatro costados.Porque en este camino de lo hostil ferozmentecay el Toto de frente con s poquita sangre,con sus ropas de fe, su dolor a pedazos.Y ahora necesito saber cules sonren,mi cancin necesita saber si se han salvado,porque si no es intil mi juventud de msicay ha de dolerme mucho la primavera este ao.

Importan dos maneras de concebir el mundo.Una, salvarse solo,arrojar ciegamente los dems de la balsay la otra,un destino de salvarse con todos,comprometer la vida hasta el ltimo nufrago,no dormir esta noche si hay un nio en la calle.

Exactamente ahora, si llueve en las ciudades,si desciende la niebla como un sapo del airey el viento no es ninguna cancin en las ventanas,no debe andar el mundo con el amor descalzoenarbolando un diario como un ala en la mano,trepndose a los trenes, canjendonos la risa,golpendonos el pecho con un ala cansada,no debe andar la vida, recin nacida, a precio.la niez arriesgada a una estrecha ganancia,porque entonces las manos son dos fardos intilesy el corazn, apenas, una mala palabra.

Cuando uno anda los pueblos del paso va en trenes por su geografa de silencio,la patriasale a mirar al hombre con los nios desnudosy a preguntar qu fecha corresponde a su hambre,qu historia les concierne,qu lugar en el mapa,porque uno Norte adentro y Sur adentro encuentrala espalda escandalosa de las grandes ciudadesnutrindose de trigo, vides, caaverales,donde el azcar sube como un junco del aire,uno encuentra la gente, los jornales escasos,una sorda tarea de madres con horariosy padres silenciosos molidos en las fbricas,y hay das que uno andando de madrugada encuentrala intemperie dormida con un nio en los brazos.

Y uno recuerda nombres, ancdotas, seoresque en Pars han bebidopor la antigua belleza de Dios, sobre la balsaen donde han sorprendido la soledad de frentey la ndole triste del hombre solitario,en tanto, sus seoras, tienen angustia y cambiande amantes esta noche, de mdico esta tarde,porque el tedio que llevan ya no cabe en el mundoy ellos son accionistas de los nios descalzos.

Ellos han olvidadoque hay un nio en la calle,que hay millones de niosque viven en la calley multitud de niosque crecen en la calle.

A esta hora, exactamente,hay un nio creciendo.

Yo lo veo apretando su corazn pequeo,mirndonos a todos con sus ojos de fbula,viene, sube hacia el hombre acumulando cosas,un relmpago trunco le cruza la mirada,porque nadie protege esa vida que crecey el amor se ha perdidocomo un nio en la calle.

UN GRITO DE IDA Y VUELTA

Es de andar el pas que traigo el rostroazotado de polen, azotadopor un mapa desmedido,por una enormidad de olvido largo.

Pasan las estaciones como tumbasmientras los trenes pasandesvaneciendo ranchos y chilcalesy regiones de arena interminable.A veces queda en la pupila, ardiendo,la sal de una miradadonde la muerte talla en la pobrezaalgn nio de trapo,y aquella vasta soledad que creceen la geografa del espanto.

Vengo de andar pas. No impunementetengo un pas delante.Su gaviota a mi puerta. Sus racesde guitarra en la sangre.Por ser noms, no soy. Soy si me incumbeentera su distancia.Ando territorial y amaneciendoen el velamen de su madrugadas,protagonista de su luz enormecomo una llamarada.

Por eso cuando vuelvo no me puedoel silencio que me traigo.De ver el pas por dentro no me cabenlos ojos en la cara:rostros y voces, nombres y apellidosme acosan preguntandopor el futuro que jams empieza,por la reforma agraria,por las postergaciones y el bochornodel latifundio rata,por el sometimiento que nos urdena espaldas del alba,por el miedo animal que merodeacon sus brujas gendarmes,por los nios que crecen casi inermesentre tanta mentira organizada,entre dcadas de hambre y de desprecioy discursos y salmosque no cree ni dios porque ayer mismoun nio muri de hambrey en La Rural un toro bati todoslos rcords de subastay en Inglaterra a Borges lo nombrarondoctor honoris causa.

Por eso cuando vuelvo demolidode ver a mi pas crucificadoestalla en mi guitarra como un gritoel silencio que traigo.

EL LIBRO DEL VIENTO

Mi cancin es un libroque se escribe con el vientoy una imprenta indeleble-la guitarra del pueblo-,a lo largo de Amricalo imprime a cielo abierto.

Despus, de boca en boca,santo y sea del sueo,va entre los hombres, cruzalas fronteras del miedoy nombra al sometidoen su padecimiento.

Las muchachas azules,los rudos marineros,el labrador de pmpanos,el quieto, el andariego,andan con mi cancinsin posible sosiego.

Mi cancin no le temeal tumulto ni al fuego.Todos pueden cantarlay llevrsela lejos.Yo s que cuando vuelvatendr un sonido nuevo.

Qu dice mi cancin?De todo en su momento:asuntos de casados,asuntos de solteros,dolores, alegras;juglara del viento.

Y si a veces estallaen un grito violentoes porque al pueblo acallany duele ese silencio!

COPLERA DEL CANTOR

Alto profeta, cantor,alumbrador de palabras,soy el pueblo,la ms vieja memoria de la esperanza,siglos de caldear el panme han puesto blanca la barba.

Nunca olvides cuando pasesjunto al que suea y trabajaque con mi pany la msica de tu cancin necesaria,confabulados al viento-molineros de distancia-,a msica,vientoy pan,le vamos haciendo el alma.

COPLERA DEL ALFARERO

Bajo mil lunas de barroduerme mi abuelo alfarero,polvo inmolado en el polvo,sueo de piedra, su sueo.Su sangre dura en mi sangre,su sombra en mi sombra llevo,arcilla soy de su arcilladonde padece el silencio.Mi canto canta en tu nombresiglos de barro cocido,cntaro oscuro, la coplate busca a orillas del ro.Paz a la paz de tus manosbajo la tierra alfarera!Tu oficio de barro y sueofund la paz en la tierra!

De: Los compadres del horizonte (1958)

Incendio del compadre

Materia paternal,siempre amanecepisando en lo robusto de la sangre.Su estatura rotunda se sostieneen la sombra floral de la maana.De una orilla a otra de la vida,sujetando el origen por sus mrgenes,entra a lo geogrfico del dala filiacin terrestre del compadre.l siempre estuvo aqu. Sobre esta tierrasu boca ha sido nufrago y testigo.Por donde fuera el viento iba su rostrobuscando semillar y hacerse sitio.l siempre estuvo aqu. Tuvo sus hembras,sus parientes de luto, sus vecinos.La costumbre rural de su alegraanda diseminada por el vino.

Yo lo s amanecer cuando amanezcoclaro, puro pas, pueblo, herederoy l pasa ante mis ojos por la tardecomo una hechura regional del tiempo.

-patrn, hoy no me espere. He cumplido otro tranco.No hay modo de atajarme si ando de calendario.

La tarde va vestida de estival amarillo.Giraluz de la altura su bandera clara.Rodeada est de ros. Ceida de palomas.Se le ha quedado inmvil la silueta en los lamos.

-patrn, borre este da. Ms tarde lo igualamos.Qu primavera el mundo despus del primer trago.

Hoy es da de grillos. Fecha de cancionero.El compadre ha salido a celebrar su Santo.Por la tarde que pasa con el aire dormidola luz alza las ropas del cielo desflorado.

-patrn, tenga su sombra. Gurdese su salario.Hoy no me da la gana de alquilarle los brazos.

Ahora no hay medida. Se ha incendiado el compadre.La alegra le llena de pjaros la sangre.El da sale a verlo. l saluda a los rboles.Como un zonda de jbilo avanza por la calle.

El sol cae de cobre degollando los cerros.Topetando las sombras va el grito del compadre.All espera el boliche con la noche en el medio.El paisaje lo bebe. Y l se bebe el paisaje.

El compadre

El compadre, ya Juan, se empina y dice:

Patria, amor mo, quiero juntar todas las ganas,todo el guitarrero donde tu pueblo cantapara que, copla a copla, nos vayamos sabiendoel tamao, la furia, la herencia solidaria;ese modo de sernos uno al otro, caminoo ro tumultuoso o historia castigada,mientras que a golpe vivo de miseria aprendemosque hay que empuarse el rumbo sin pleito sin abogados,

porque siempre nos joden, siempre nos joden, patria,siempre los comedidos nos lleva a otra partey basta! ya est basta! terminmosla, patria!y juntemos a todos en una misma ganapara voltear el odio, el miedo, la miseriay avanzar con el rostro nacional por el alba.

Digo que un hombre solo, slo es un hombre, digoque tiene su misterio el hombre solitario,pero ya estoy cansado del misterio gratuito,de la soledad pura y el silencio importante;ya no quepo en la luna de tanto andar las nochestutendome con todos los duendes de la calle;digo que un hombre solo, slo es un hombre soloy que no tengo tiempo de amparar solitarios.

Tanto andar, tantos pasos por las calles en vilo,cunto que uno se busca, tanto que hemos andado-no digamos que todos, pero la mayora-buscando el fundamento de lo que nos separa,de eso que no nos deja reunir la alegray repartir a todos la sal, el pan y el agua,esos tres elementos de que se nutre el grito,el himno que supimos y el amor que nos salva,tanto y cunto que gasta la historia con nosotrospara que nos unamos de una vez por debajoy sin embargo cuesta y sin embargo tarday sin embargo hay alguien que caer maana,alguien que hoy no ha comido con los hijos mirndolo,mirndonos, mirando tus cereales, patria.

Sumar uno ms uno hasta llegar al hombre,al pas que dijimos sin olvidar a nadie,smame, patria, el nio que te ha visto vestidade estival y muchacha con los sueos al airepero con lo labriego, con lo gremial del canto,smame lo de todos, cuntame padre y madreporque as es como puedo soarte el horizontey una dulce pradera de pan multiplicado.

Hay que juntar las ganas y contar desde abajo,vamos uniendo rostros, manos, sueos, olvidos,flor turbamulta quiero, a la altura del dael regreso de todo lo que fue sumergido.A partir de esta calle no hay posible regreso,no hay otro pacto que ste, pero sin apellidosy no es fcil ni pronto, ni ya voy ni gemidos,ni discursos ni curas, ni general ni edictos,no hay arreglo, no hay nada que hacerle en este asunto:hay que juntar las ganas, organizar el gritoy despertar de pronto como un solo estallido.

Patria, amor mo, es hora, se han cumplido los siglos,estoy fundiendo todas las manos de tus hijos,aguarda que ahora tengo el corazn al vientoy en el viento un aroma popular encendido.Espranos, iremos por los barrios hermososdonde el da transcurre custodiado de nios,dicindonos que es grave pero bello tenertelimpia de capataces metlicos y cnicos.Esprame. Esperemos. El ltimo ha salido.

Hay que marchar con todos para soltar la aurorade adentro de tu pueblo como un inmenso ropor donde ir la vida liberada cantando:ya vuelvo, amor, Amrica, esprame en el trigo.

De: Ah va Lucas Romero (1963)

TIEMPO AL TIEMPO

Ischigualasto, caen,los siglos a la arena.quedan ah. Ya tienenla soledad de piedra.

De noche, eres lo que eres;El Valle de la Luna.El museo del viento.La estatua de la lluvia.

Piso en tus secadales,donde yace el planeta.Ischigualasto, abajola tierra es una estrella

soy el sonido, violtu silencio testigodonde el tiempo durableno ha sido corrompido.

Soy el hombre, esa chispade sangre de la cenizaque calcin a la muertecuando empez la vida.

FILIACIN DEL ROCO

La maana inicial sube embestida por la luzprincipal y entraable;ya est nupcial soltando las palomasentre la adolescencia de los rboles,buscndolo,tocndole lo verde que anda en la arboladura de su sangre,lo verde flor que es l cuando amanece,cuando amanece flor a flor de labios:todava aromado,an simiente,an simiente aroma enamorado,amanece,despierta lentamente por regiones de luz,a pasos clidos,mientras que, panza arriba, el sol paternopasa sobre los humos del verano,bebindolo,lamindole la ndole,abrindole al puerta de los prpadospor donde entra el da hasta su boca,hasta su corazn verde y ocenico;sube, viene,lo busca la maanay an tiene en la piel mujer y mosto,su mujer moscatel en el costado,dormida todava como greda,gredosa e inocente a su costado,como greda dormida en la inocencia del barro maternalque est soando;as,tirado as de las races,Lucas Romero asume la maana.

Y todo es nuevo entonces,bien nacido,todo puede empezar esta maana,seguir creciendo,andar el agua nueva que adentro del roco est sonandocon un ruido interior de tierra heridapor la lengua estival que enreda el agua;y l, entonces, de pie,yendo y viniendo,ponindose de acuerdo con los pjaros,semental y aturdido por el jbiloque pasa por la brjula del aire:mrelo aguaribay,valo rama,tenga en cuenta sus manos vegetales,fjese, cuando mira el horizonte, cmo le queda el cieloen las pestaas:tan como en su lugar, pero ya ardiendo;all, de piel y raigal, con ese modo,esa manera de paisaje que anda.

Valo transitar en su armadura,en la bandera viva de su traza,en el cobre terrestrede su pechoy en la paz de sus huesos minerales;acrquese,miremos su ternura,lo frutal de su boca de durazno,la frente de soar duendes y siembrasen la locura cereal del ao.Ese rostro trigal,esa existencia circular de su voz y de su sangre,all en la luz,cruzando por la tierra,cruzado por la tierra y por el aire donde l residiry ser habitado,donde ser habitado y habitante.

As, Lucas Romero se recobra,sale a vivir,bebe su trago de alba,de pie sobre su vida numerosa,altoen la luz mayor de la maana.

TREGUA DEL DIA

El medioda huele a su naranja.Sobre la mesa fulge un pan recientey el vino capitn gua su barca.

Hoy es da de pagoy est pleno,est sobre el mantel repantigadocon un florero gordo en el ombligo,redondo en la ternura de la casa.Cmo huele la flor de la cocina?Qu panzada de amor hierve en la hornalla?Una alquimia a laurel suea en la ollala danza material de las cucharas,sahumando la antigua brujera que sube en el vapor,que anda en el aire,con su cesta floral poniendo aromaen la voz aromada de la Paula.

A esta hora viene.Ella lo mirapor el ojo guardin de la ventanay l abraza la fiesta de sus niosy se viene racimo por el patio,preguntando sucesos pequeitostropezando en el perro,a carcajadas,bebindose los ojos de los hijos,sintindolos crecer entrelos brazos,como sucede siempre a esta horaque el medioda huele a su naranja.

Qu nacional su voz!qu idioma hermoso suena en su nombrecuando llega y llama y dice traeme agua y ella correcon el roco que guard en la jarra,el agua maanera,la del da,la que le lava el polvo y el cansancio:l se mete en su euforia,chapalea,se salpica de vidrios las pestaashasta que queda nuevo como un potroque fuera por la lluvia galopando.

Con los nios detrs,dndole vueltas,moliendo el cascabel de las palabras,va,se sienta con ellos a la mesaa presidir la bulla de sus pjaros.

Si se vieran vivir!si les dijeranque sa es la paz,si fueran a decirles:-la paz del mundo vive en esta casa!qu ojos de no saberlo que pondran!qu fbula de asombro!pobre Paula!no atinara ms que a servir vinoy a ofrecer de lo poco su bocado,porque hasta entender bien, qu pasara?qu hara l en medio de su pjaros?mirando a esos seores en la puerta,oyndolos:-la paz vive en su casa-esta es la paz que suean los que suean-la paz-la simple paz que hay en su casa

Pero no,djenlos.No tricen esto.De algn modo vital ellos lo saben.Por algo l busca firmas por las nochesy es vocal titular del sindicato.

Hoy es da de pago,da pleno:el vino capitn canta en los vasos,mientras la Paula sirve la comiday el medioda huele a su naranja.

SOL A DESTAJO

Cuando an est pez el viejo roen la resaca de la madrugada,pasa Lucas Romeropala al hombro,va silbando bajito por el campo,camino del trabajo y pala al hombro,llevando al viejo ro de la mano.

Ayer lo conchabaron en lo ajenopara que hiciera una trinchera de lamosy l que se tiene fe,que se conoce, sin dar ms vueltas la tom a destajo.

Y ya lo ve;silbando y sin apurocruza la ceja azul de la maana,el sombrero hacia atrs,la frente en vilo,caudillo de la luz y de los gallos!

Si tendr oficios, Lucas!qu no ha hechoen el taller ruidoso de sus aos,colmenares de oficios y tares zumbanen la colmena de sus manos!Qu va hacer cara fiera!Hay que meterle!no perder da ni perder salarios.Si no de dnde va a salir, de dnde?uno que no ha nacido propietario...No va a andar eligiendo en estos tiempossi todos los trabajos son trabajoy a uno le gusta y le hace a todono va a hallarlo la muerte descansando!

Por eso se olvida hasta del nombremientras va haciendo el hoyo ya va plantandocon los cinco sentidos sometidosa la verde labor de plantar lamos.

En tanto la maana, all en lo claroremonta un sol feroz sobre los rbolesLucas le gana un trecho ala la pobreza,construye el esqueleto del paisaje,casi sin darse cuenta que lo trepaun sol degollador por las espaldas.

De: Luz de entonces (1963)

Memoria del grillo

Yo simplemente vine a nutrirme de asombro.En mi niez, recuerdo, me anegaba lo bellocomo un agua sencilla. Ni siquiera recuerdocundo doli primero esta sangre que llevo.No hay una fecha exacta de mi arribo al espanto.Entraba a los misterios como Juan por su casay andaba enloquecido de tanta maravilla.Todo esto suceda de manera inocente.No escuchaba el crujido, las roturas del dao el dolor de los rboles gastados por el viento.Simplemente creca con la simple opulenciade un fruto en el verano. Ni siquiera sabaque lo hermoso era hermoso; mi padre inaccesiblecon su sombra gigante, mi vozque no sonaba an sino por dentro,el aroma regazo que envolva a mi madre.Era como el reverso de la muerte y el grito.Andaba por la vida hmedo de milagro.

No digo que recuerdo, pero mi pas eracasi de un verde siempre. Por donde uno anduvieralo seguan los rboles. Un canal rumorosolo parta en el medio y luego se perdapor los caaverales. Mi pas era buenoloco de puro grillo, lleno de sol, maduro,con sus lentos caballos. El agua madre y greda,verde de yerba mota nos lavaba el racimo de las uvas moradas.

Jugbamos al ro con el Canal crecido,robbamos duraznos de corazn morado,hacamos fogatas altas como nosotrosy esperbamos siempre que sucediera algo.All supe que puede suceder lo increbleapenas uno quiera penetrar y habitarloy slo estar y estarse padeciendo el misterio,quietecito, en silencio, sometido al silenciopotente de la sangre.

De esa verde memoria es que conozco el llanto.Traa un pan enorme. Detrs de m la tardese iba quedando plida. Entr en el callejndesenredando un silbo que quera aprendery que no haba caso. Fue cuando abr la puertaque el llanto se me vino. La casa estaba llenade ese clamor extrao. Nadie me vi. Era el grito.Su primer estallido. Mi madre como un trapocon el rostro en las manos. Mis hermanos, el perro,la soledad primeray el miedo, el lento miedo cavando en la garganta:de golpe el llanto crudo, su jaura en mi casa.PAP! grit ya herido por el miedo y el gritoy me volv a buscarlo sin saber que lloraba.

Cuando entr al Callejn la tarde ya era vieja.Yo corra aterrado en busca de mi padre.

Despus regres al llanto, solo como el olvidoy un gran rito de sombra me aguardaba en la casa.

La vida dos veces

Miren cmo sonaba all en mi barrio agresteeste nombre cado de los mares lejanos:Toddy Deussn. Un chico alimentado a lirios.Una flor de su madre que soaba otra vida.Supe que no queran que jugara conmigoporque yo era la forma del pnico y el hambrey la ms descarada miseria por el mundo.Pero Toddy, esa gracia hecha de mimbre y aire,viva hipnotizado por mi gran aventura.Cuando hua del ojo celoso de su madrese acercaba a mi sombra con cierto desenfado,me mostraba sonriendo sus ignotos tesorosy me buscaba el lado ms pjaro del alma..l descubri en mis ojos cierto pas del sueodonde se desnudaba un ngel con harapos,algunos yacimientos de enterrada inocenciay un gran rompecabezas de ternura en mis manos..Un da, ya vencidos por nuestra resistencia,los padres me dejaron entrar en el santuario,nos sirvieron un ro de leche y medialunasy yo los deslumbr dibujando caballos.Despus, sigui la vida, como siempre sucede,volvi el viento de agosto y crecieron los rboles;sus padres, que tenan el sueo de otra vida,una tarde ceniza se mudaron de barrio.Yo olvid al canillita en un cruce de esquinas,entr al jornal violento del vino y los obrajes,vest los portentosos pantalones del vientoy descubr mi oficio de fbula y guitarra..Toddy, se llama Alfredo Deussn, vive en Mendoza,cas con otro mimbre hace muchos veranos,seguramente tiene un puado de niosy es una pajarera su comedor de diario..Acaso, un ao de estos, cuando vuelva al oeste,llame a su puerta clara y despierte sus pjaros,slo porque un amigo es la vida dos vecesy desde aquella tarde no dibujo caballos.

De: Tonadas para usar (1967)

Che, Buenos Aires

Amanec de niebla en los andenes.Dicen que con la luna a las espaldas.

No s en qu viento vine. Te traaese polvo tenaz, esa distanciaagreste y cereal como la tierradonde recobras tu paloma diaria.

Toqu tu aroma gris. Cruc el tumultoincorporndolo al sonido de mi sangre.Empu el viejo amor. Entr a la lluviay me volv guitarra en tu regazo.

Dicen que despert como naciendocon todo el sol en vilo en las pestaas,que sal a conocerte en las esquinasdonde ya eras leyenda, puro tango,porque anduve de olvido y fui tu ausenciadurante mucho hueso y mucho llantoy tenamos tanto que decirnos!tanto pas doliendo que contarnos!

Andabas multitud, clido rode muchedumbre ma y navegante,pero te busqu el rostro donde sueasy me qued en tus ojos a soarte.

Te averig la vida y era urgentecompartir el insomnio en un estao,discutir ese asunto del otoo,demorarme en tu vino mano a manohasta fundar esa alegra lentaque arde en la sal ms fuego de una lgrimadesde donde se crece a la ternuraporque uno es hombre as, che, Buenos Aires.

Se dio el amor. Andaba entre la gentecomo una flor perdida entre los pjaros.Lo vi cruzar crepsculos y esquinasllevndose la tarde de la mano.Jugndose en las calles. Combatiendopor el ntimo pan y el trecho de alba.Todo el amor se dio incesantementey yo lo vi estallar en sudestada.

Despus me preguntaste: ... qu hay del airey ese color Oeste del verano?En qu caaveral, an gimiendo,anda la suerte pobre de la Patria?Qu rboles recuerdas? Qu caminopisa la dura copla que me cantas?Cmo qued tu madre? Siempre cobrebajo la luz enorme y camarada?Se crece all? Perdura lo profundo?sigue subiendo el sol a nuestra causa?Qu traes en los ojos? Cmo ejercestu oficio de badajo y de campana?

-Vos siempre de pas...!-Siempre andariego!-Sacate el viento...-La camisa agraria.-Es hora que hags sombra por Boedodonde una luna bandonen te aguarda...

Entonces, me qued a contarte el vientoy a saberme tus vidas y milagros,fund la casa al sur con mi Gloriana,un grillo Glorianita y otro Paula.

No s por cunto tiempo. No sabemosqu tiempo de vivir es necesariopara serte guitarra, canto tuyocrecido en el tumulto de tu canto.

De noche, suelo caminar tus lunas.

Dicen que ando de niebla...

No hagas caso.

Poeta de la legua

Cantando por ah, se ha sentado a mi mesael cantor, el rufin, el ngel, el guerrero,el empresario, el lcido, el loco, la ramera:gente de bravas ndoles y de modales feos.Juntos hemos bebido del vino del escndaloy le hemos bajado los calzones al tiempo.Alguna vez la copla arde en sus corazonesy recorre sus aguas y sale por sus ojoscon el sigilo junco de un nio abandonadoque ha visto a un dios de sal, pero lejos y solo.Y yo, que tengo sitio de laurel en mi pueblo,mientras esto no cambie, bebo y canto con todos.

Cancin de un peso

Hoy, al salir de casa,me encontr una moneda.Un peso. Un solmondo y lirondo de metal.Bueno, yo s que nadase compra con un peso:ni un fsforoni un barconi una espigani un pan,pero dije: es mi dade suerte. Hermoso da!y con el sol delanteme puse a caminar...

Llam a todas las puertasy no encontr trabajoni un fsforoni un barconi una espigani un pan;el da, como siempre,retiraba sus redesy, con la tarde a cuestas,tuve que regresar.

La gente de mi puebloapenas gana un peso.Un peso. Un solmondo y lirondo de metal.Sabe que poco y nadapuede comprar con eso:ni un fsforoni un barconi una espigani un pan.Sin embargo mi gente,la gente de mi pueblo,con todo el sol delantese ha puesto a caminar...!

El bienaventurado

Aquel hombre de enfrente,simple de corazn,agoniz sus aoscorriendo a tres empleos.Un da, simplemente,su simple coraznle estall en una esquinay despert en el cielo.

Dios, bonachn y antiguo,le dio la bienvenida,palmendolo y diciendo:Qu cuenta de la vida?

Y aquel hombre de enfrente,simple de corazn,se qued boquiabiertoy pregunt: qu vida?

LA LUCHA

Con una flor, con una manzana solariega, con un cogollo y una granada de roco, puedo cortar de cuajola oscuridad del lobo y el odio y la amarillavejez de los colmillos.

Esta es la lucha, es estala suerte de los siglos:de un lado el jardinero,del otro el asesino.

El hierro ser el hierro.

Pero el lirio es el lirio.

LA NOCHE QUED ATRS

Esta es la vida nueva:trabajar seriamente en tu oficio, viviralgunas inquietudes y despuntar el viciode pintar, de cantar, de pescar, de rero cantar seriamente o pescarseriamenteo pintar seriamentey despuntar el vicio de viviry viviry vivir.

Este es el nuevo oficiode la vida del hombre.

Es simple como el hombre:se trata de vivir.

Pero al que no trabajaqutale el pan y el agua,al guerrero las armasy al avaro el botn.

Mas luego,seriamente,como quien suelta pjaros,a construir la alegra,a vivir con lo puesto,a vivir, simplemente,simplemente,a vivir!

De Profeta en su tierra (1968)

Escritura en la sangre

Ando con el sol lejos y de paloma herida, en tanto el da nufrago transcurre en la memoria, golpeado por las cosas que mueren despacito detrs de las palabra y demuelen las penas y juntan soledad a manos llenas.

Un aire de sudeste humedece el silencio, pasa y no vuelve, cruza violando las ventanas y agita las polleras de las oficinistas por ausencia de flor sobre los muros y en los fros despachos donde la muerte suma discretos memorandums, facturas, porcentajes, nmeros temporales como cualquier olvido.

As, con un regazo de luz a medio luto, camino, reconstruyo el cereal del tiempo, uno por sus mitades la maana y el ro, para que tenga el cielo su debido horizonte y los nios no caigan al sueo sin paisaje.

He asumido este oficio casi sin darme cuenta: soy el que desentierra las cosas perdurables. y es que la ciudad olvida que necesita un duende que ordene la alegra y suelte las abejas y mire, todo un siglo, la antigedad del pjaro.

(Han omitido el grillo en medio del tumulto, La soledad, sin puertas, vive y muere de espaldas. No advierten el peligro de sus breves prisiones y corren a su prisa sin verse los candados. No s. Yo no recuerdo cundo ocurri el olvido. Nadie puede saberlo: son siglos de olvidarme.)

Algn rey, un remoto seor de aleves ojos, traspapel el infolio entre el polvo canalla. Despus, cuando vinieron los barcos por el ro, cuando el hierro entr al viento, cuando creci la sombra del primer cabildante, un da tras del otro, entre mercaderas, entre hombres y relojes, entre tasajo y pan, cuando entre sal y cuero se fundaba el olvido, mi voz baj a a la tierra junto al encomendero, y el soldado y el loco abuelo Trapalanda: traan las espadas, caballos, herreras y la palabra siempre y todas las palabras, para hacer un idioma de dura maravilla y construirnos leyendas de asible eternidad.

Es difcil saber en qu memoria vine, cmo me fui cayendo de la copla hacia el aire, qu corazn nombraba la nostalgia por dentro, qu mano inmemorial me escondi la guitarra.

El caso es que una noche me despert la lunay descubr la tierray era un pas mi sangre.De: Amanecer bajo los puentes (1971)

Cancin de largas callesLos dos sabamos que no era cierto, pero a m me encantaba contrselo y a l, al Toto, le encantaba escucharme.De dnde poda haber tenido yo su hermano, un caballo que se llamaba Marcial y que tena una estrella entre los ojos de enorme lucidez como dos noches? De dnde poda tener yo la casa, de puro y pleno sol que no tenamos? Pero nos gustaba a morir tener un caballo que se llamaba Marcial con una estrella y una casa de sol grandote, tamaazo, revs ms bien violento de la madriguera de abajo del puente donde dormamos con el solo calor de nuestros cuerpos y el pedazo de trapo o arpillera que habamos robado and a saber adnde, porque haca ya rato que andbamos alzados, huyendo a la ternura furiosa con que la Mam nos azotaba, a manotones con la miseria que lleg con cuatro velas y sin sopa el da que se llevaron al Pap, totalmente dormido como lo recuerdo, los cuatro peones de la Municipalidad, porque no haba cmo ni quin entre nosotros.Desde entonces -o de antes, segn la versin de mis hermanos mayores- para comer haba que aviarse o procurarse o como se dijera al modo nuestro, toda vez que no haba nada que comer de una manera absolutamente seria y definitiva. Por lo que cada cual, all donde estuviera, se las tena que arreglar con las dos manos, las diez uas, los dos pies, las rodillas, los codos o la mismsima madre querida que nos trajo al mundo, slo para verse sola con nosotros delante, ocho que quedbamos de los veintitrs que pari, sin contar a Manuel y Nazario que eran, fueron, asuntos de mi padre que debe haber tenido tambin su medioda en medio de la cueca o acaso, si cantaba, su caliente abriboca para despus del vino como siempre sucede cuando uno es disponible.As es que yo, penltimo, nmero veintids, casual, inevitable como cualquier resfro, deba procurarme. Y el Toto, como yo, casual, inevitable, a patas por la calle, procuraba conmigo. Pero a l le encantaba acortar el camino, escuchndome hablar. As es que convenamos lo que yo le contaba. Era un pacto de honor. Jams se le ocurri hacerme zancadillas ni exigirme las pruebas de los hechos contados. Me dejaba mentir en su provecho. Y yo inventaba cosas: milagros, maravillas, le contaba pelculas partiendo del afiche aunque los dos sabamos que ninguno saba y ferozmente menos que existiera un caballo Marcial con una estrella y una casa solar con jamones y sol, como deca. Pero quiero jurar que nos haca bien. Pero puedo llorar por estas cosas. Fueron aos enteros: de los seis a los doce o algo as. Toda nuestra inocencia supongo que sera.El Toto me llevaba un ao y medio. Ral, un poco ms. Lucas, toda una vida. Lucas fue de linyera y volvi proletario, condicin que aprendimos por el cuarenta y cinco, despus, cuando Pern prendi fuego en nosotros y llam a los bomberos. Caso que ah quedamos: del trabajo a la casa, de la casa al trabajo, pero esta es otra roncha como dijo el mosquito. Cuento que yo contaba, que le contaba al Toto historias con caballos, que bamos a la Imprenta, que sacbamos diarios con la muerte del Papa, creo que Po X, creo que Po XI. Entonces ardi Espaa de su luz y su sombra, pero gan la sombra, es decir la ceniza, segn me fui enterando por Pablo y por Vallejos. Un da de esos das deben haber sitiado de muerte a Federico. El sera noticia en ese entonces. Habr voceado yo su muerte enorme? No recuerdo en mi voz esa agona. Juro que no recuerdo y que me duele, como suele pasar en las peleas: despus viene el dolor, despus se hincha. Despus puedo gritar: Y fue en Granada! Carajo, fue en Granada! Qu saba... Ay, don Antonio, abajo del ciruelo; ay, padre de mi voz, puedo jurarle que yo recuerdo que tena fro, que no recuerdo si grit esa muerte, que no puedo acordarme del olvido!Pero todo era as: feroz y hermoso, vital, canalla, lmpido, grosero; alucinante, duro, sustancioso; soez, maligno, espeso, miserable; todo era iniquidad, nazi, jocundo; asesino, Guernica, Alcazar, canto; miedo, trepidacin, zarpa en la sangre; concentracin, Ejrcito del Ebro; era la chispa, el grito que no vuelve, Pars, aliados Londres, bombardeos; tremaba el Rider Digest por manteca y supe Praga, Maginot, Dunkerke; todo quemaba como Stalingrado y dije Partisanos o Salernos, un fuego sbito en el que todo arda en tanto yo tena un hambre ciego, particular, insomne, permanente, un hambre mo en medio del infierno, un hambre de siete aos cabalgando sobre un Marcial caballo y sobre un cuento, que al Toto le gustaba que contara, aunque supiramos que no era cierto.***

De: Canto popular de las comidas (1974)

Men del da

1

El lunes se despierta labrador, metalrgico,ferroviario, bracero, pintor, oficinista;avanza tumultuoso con todos los oficiosy simple, como un silbo, va a buscarse la vida.Dicen que el lunes es padre. Pero tambin es madre.Yo canto que tambin es muchacho y muchacha.Madruga en las azules brjulas del planetay anda de campanero por los gallos del alba.

El lunes se conduele del que no tiene lunes,del lunes sin semana de los desocupados,pasa frente a sus casas como una estrella errantedonde hace cola el odio con los puos cerrados.Yo suelo ver al lunes a eso del mediodaen la fonda, en los bares, en las grises cantinas,celebrando un puchero de rabo sustanciosodonde un coro de choclos sinfoniza la risa.

Pienso que si los lunes se pusieran de acuerdo,como ya sucedi y sigue sucediendo,todo amanecera violentamente hermosoy en todas las cantinas cantara el puchero.

2

Si uno re los martes, debe llorar los viernesy mirarse las manos a la luz de una vela,porque el martes, desnudo, como un nio, padecede las admoniciones de la luna perversa.Los martes tiene ruidos en todos los rinconesy suelen nominarse con un trece tridente,por lo que el martes es ese muchacho de catstrofeque rompe las ventanas de los adolescentes.

Haga el martes arroz, fideos con manteca,una sopa liviana, churrasco vuelta y vuelta:hay que evitar el ncubo que oficia a media nochey las convocatorias rojas de la pimienta.

Los martes se discute. Hay plenario en la casa.El viejo se levanta. Deja el puo en la mesa.Sus hijos dicen: armas, dicen Che, dicen bastay sobre nuestra bronca pasa ardiendo la huelga.-Madre, no llore. Madre, no estamos contra el viejo.-Estamos contra el mate del paro dominguero.-El cree que la huelga es cosa de parary nosotros creemos que es pueblo en movimiento.***

De: El ro de la legua (1979)

Don Cleto

Don Anacleto Aznar entr a la sala an bufando y dio orden de cerrar -tapiar, dijo- todas las puertas y ventanas -y cualquier otro resquicio, agreg- de su mansin solariega de la calle de la Catedral y buf fulmneo, tonante, ante toda su familia y la servidumbre atnitas:-Ni el aire. Que no entre ni salga ni el aire de esta casa, nunca ms!Y sus hermanas solteras se llevaron, como siempre, las manos a la cara y la servidumbre inclin su impasible reverencia y la Lela, su Ama de Llaves, chanclete hasta la poltrona donde don Cleto se haba dejado caer y comenz a sacarle las polainas y a desabrocharle los botines de capellada alta de charol, mientras una de su hijas, tambin soltera, lo abanicaba para que no fuera darle un soponcio.Como tantas veces haba salido esa maana con don Bartolom Mitre de la casa del general, discutiendo ese asunto de la guerra con el Paraguay y cuando ya iba a hacerle una sea a su cochero, qued clavado en la palabra: inconcebible -que vena diciendo-, al or un como trueno de todo el averno y ver venir desde el fondo de la calle de la Florida un tronco de percherones arrastrando una carrindanga monstruosa y el toque a rebato de una corneta estridente de sonido grotesco, admirado de cmo la gente se apartaba presurosa y de que hasta algunas damas tuviera que saltar a la vereda para ponerse a salvo del paso irresoluto de esa guarangada que pas ante su asombro levantando una nube de polvo. A su confusin la termin de confundir la carcajada del general que, adems haba dicho:-Es el Tranway, don Cleto. Es el progreso que avanza!Furibundo, don Cleto haba mirado al general y con un ademn olmpico, ordenado a su cochero que se acercara a la acera para partir empacado en su dignidad herida, con apenas una leve inclinacin de cabeza a Mitre, que se qued riendo ya moderadamente, despidindolo divertido porque, al fin, esta no era ms que otra mana del maduro patriarca, pero sin sospechar hasta dnde llegara la ofensa del tranva a caballos, verdaderamente atronador, que haba incorporado a la ciudad un ritmo que, raudamente, la alejaba de la Gran Aldea para siempre.Ah iba don Cleto, en el recinto recoleto de su carroza, sabiendo que ese era su ltimo paseo por las calles ya atestadas de un Buenos Aires procaz, insolente, infestado de gringos que parloteaban una jerigonza brbara, donde ya no se poda vivir. De ah que parentela y servidumbre, tardaran mucho tiempo en comprender qu quiso decir cuando dijo, orden, decret:-Ni el aire!***

Pago Lejos (Los desterrados)

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Por aos, los escasos aos suyos que ya servan para algn recuerdo, el tren haba sido el nico suceso de Pago Lejos, como le llamaban los lugareos a Coronel Cevallos, como rezaba el cartel de la Estacin, o las guas o remitos a los lejanos consignatorios -Bunge y Born-, a cuyo destino iba el grano embolsado o la lea o el algodn, segn fuera la siembra del ao; nombre ste del oscuro coronel que ganara estas tierras en un tiempo ya tapado por los polvaderales y que algunos, ya muy viejos para saber a qu se referan, llamaban la Campaa del Desierto, una como guerra que alguna vez hubo o debi haber, no precisamente en esta desolacin sino que vaya a saber dnde, pero el caso es que aunque ya no quedaran ni cenizas del coronel se segua llamando as, Coronel Cevallos, para fijar un punto de partida a los Bunje y Borges, como les llamaban los lugareos, que, al parecer, eran los nicos cristianos que an recordaban a Pago Lejos o tenan algo que ver con este confn algunas veces al ao. Ni ellos. Porque como deca el to Benito: este es un pueblo de irse. El nico que vuelve aqu, cuando se va, es el sol.El Panza, todava andaba muy borracho de chicharras a los diez aos, la honda colgada al cuello, los bolsillos negros de moras, agujereados de piedras, las alpargatas reventadas en los dedos gordos de los pies, bigotudas, deshilachadas, para ponerse a entender otra cosa que ese portento de pitadas lejanas, ese renovada acontecimiento de ver pasar, aunque ms no fuera, a ese toro negro con un penacho de humo grueso sobre la testuz que arrastraba tras de s quince, veinte vagones, haciendo temblar el aire quieto de los atardeceres con sus terribles bufidos que lo precedan desde mucho tiempo antes de que se lo divisara y la gente volviera a jugar a la eterna adivinanza: parar? no parar? Que para, te digo; cunto de jugs. Hasta que, parara o no, el tren segua arrastrando su misterio, interrumpiendo el bostezo de aquella monotona de la que, claro, nadie se daba cuenta, si no pasaba el tren por Pago Lejos.

De nuevo, nada. Que el turco vino como todas las veces que haca lo que l llamaba la travesa y par el carro frente al rancho, pero de nuevo, nada. Las muchachas alborotadas, tambin como siempre, ante los cortes de telas estampadas que les hacan relampaguear los ojos y palparlas en el tacto spero de sus dedos hechos a las duras tareas del campo y de la casa, plegarlas contra sus cuerpos, imaginando cmo les quedaran ya cortadas y cosidas, hablar y rer, chanceando con el Turco, que no era turco sino italiano, pero que le decan el Turco, como a cualquiera que recorriera el campo vendiendo baratijas, ropas, espejos, jabones, toscos zapatos, botas, alpargatas y el mdico tendal de objetos que los campesinos renovaban despus de cada cosecha y que, si acaso haba sido un poco ms abundante que otros aos, les haca llegar hasta el derroche de un frasco de perfume para las mujeres y otro de agua de colonia para los graves hombres silenciosos que compraban de lejos, a cierta distancia de las alharacas del hembraje y el regateo tenaz de las curtidas madrazas insobornables a la palabrera del Turco que, fuera turco, alemn o escandinavo, desplegaba un mismo oficio de seduccin por la palabra a fin de despertar el entusiasmo que facilitara la venta y los precios verdaderamente falaces con los que, a la larga, cerraban los tratos.Todo vena igual, tal cual haba sucedido temporada tras temporada y el Panza, an lejos de la edad de presumir, alternaba su curiosidad con los juegos del perro, excitado por el revuelo del color de los trapos y pensando que de todo ese jaleo l saldra favorecido con algn par de alpargatas nuevas, como siempre, o alguna tricota, porque el resto de sus ropas las heredaba siempre, tambin de su padre, aunque esa vez, la rueda de los hechos iguales se le empantan en un: ven, muchacho, de su padre; probate estos zapatos y, sbitamente, se encontr sorprendido por toda una sucesin de medias, pantalones, camisa y una chaqueta que lo sujet por los hombros y lo at de los brazos, mientras su madre se la tiraba de atrs y le ordenaba: enderezate y fue ah, en medio de su embarazo, cuando vio la guitarra colgada del techo de la carrindanga del Turco y se dej hacer y deshacer, totalmente absorto ante el milagro.***

De: Historia de tu ausencia (1985)

HISTORIA DE TU AUSENCIA

Si ahora digo amor tal vez no digaque la ausencia me mira del fondo de tus ojos,que aqu estuvimos juntos, que fue hermosoy que el sol conoca tu perfil de memoria.Tal vez sea imposible que alguien sepa lo claro,la luz que fue llevarte de la mano pequeacomo a un tallo mecido por un viento de msicahacia los territorios donde aguarda el silencio.

Y ya que ests distante,qu pensarn los rbolesqu dirn las canciones,cmo ver la noche mi soledad de ro;dnde pondrn su ronda los nios de la tarde,adnde irn los pjaros sin tu risa y mi silboy la calle tan sola con sus puertas intilesy las sombras sin besosy los perros perdidos;ahora que la ausencia me interrumpe la boca,ahora que me esperas tan all de los nios.

Se nos ha muerto el ao.Yo le veo el inviernohecho de un slo fro,de un solo tajo soloa la mitad de agosto,de una dura distancia...larga, definitiva.Porque de pronto sobran los barcos,los andenesy de pronto este rumbo ya no tiene sentidocomo si nadie fuera hacia ninguna parteo alguien hubiera muerto a mitad de camino.

Alguien.Mi voz. Tu pelo. Las cosas que no dije.La flor de tu vestido.Se nos ha muerto el ao donde dej tu nombrepara que recobrara su condicin de esto.

Ya no s,nunca entiendo estas precarias slabascosas que no recuerdo de pronto me dominan:te dije que tenas la piel como de humo?que de estarme en tus ojos me conozco el origen?te he enseado el misterio de los rboles solos?sabes ya que tus manos son dos siestas dormidas?

No s,nunca recuerdo tanta distancia,tanta cancin que no he cantado cuando anduvimos juntos.Me dolera mucho no haberte dicho todolo que llevo en la boca casi como otra risa.

LA BARCA

A imagen de m,a semejanzade cunto y tanto sueo desvelado,te vi llegar,atravesar la ausenciacon la proa lunada de tu barca.Y a imagen de ti,a semejanzade un antiguo profeta destinado,sal a nombrarte nios,a fundarte,a ser tu territorio y tu habitante.

Pongo una historia aqu,fecho tu arribo,inauguro en tu voz mi calendario:t has de explicarme el alba cuando lleguerodeada del rito de los pjaros.

Destino tu lugar.Este es el sitiodonde fui diariamente solitario.Siembro una estrella aqu para que crezcasu luz enamorada por tu sangre.

Fundo tu casa aqu,sostengo el day su paloma sideral sin margenpara que andes vestida de alegratan hmeda de azul como el verano.

Debes decirme t cmo la tardese te vuelve horizonte en el regazo,cmo la noche es tu materia y tiemblaceida por tu piel y por mis brazos.

Cuntame como canto cada rama,cada viento que pasa,cada olivoy aprenders a verme en mis silencios,maduros de memoria, como el vino.

Pongo tu nombre aqu.Este es mi modode amarrarte la barca con la vida,mi manera inocente de ser hombre,la costumbre terrestre de mi espiga.

Escchame crecer.Multiplicarme.

La muerte queda lejos todava.

SENCILLO EXILIO

Paso frente a esa casaque alguna vez fue un nido,donde a esperanza y sueosjaqueamos al olvido,echamos la tristezay limpiamos el tediodel patio a la cocina,porque la soledad,al fin, se haba ido.

Volvi un Golpe de Estadocon fanfarrias y edictosy la noche, ya bruja,pas borrando amigos;yo fui a las catacumbasde las que salgo y entroy al regresar a casaan estbamos vivos.

Empezamos de nuevo.Cant la cacerolay la escoba barriel silencio del piso.Huy el moho. Abrimosel sol de las ventanasy entr, otra vez, la vozdel nio del vecino.A poco, mi guitarra,recuper el sonido.

Despus, no s en qu espejoun da no nos vimos.Empez la tristezay comenz el olvido.Las valijas partieronpor distintos caminosy ah qued la casaque alguna vez fue nido.

Hoy pas frente a ellacon mis pasos perdidos:record tus sollozosy me llor el exilio.

Cancin cuando te vas

Las cosas han quedado conmovidas de vos,tibias de tu rescoldo palpitante.En el decoro simple de mi casaperdura an el orden de tus manos.Ayer volvi la lluvia. Vino solay te estuvo nombrando en la ventana.A medio sueo anduve entre mis cosastropezando en tu aroma a cada paso.

Empec una cancin. No me convence-le sobran ramas y le faltan pjaros-,si le pongo ms pjaros se vuelay yo me quedo con la rama al aire!Al aire solo, mientras busco el mapade tu geografa cotidiana,las llanuras de ausencia que te alejan,la isla de tu cuerpo entre las sbanasy esa niebla de vos, esa nostalgiaque le empaa la brjula a mi balsadonde yo intento una cancin en ramaspara llenar la soledad de pjaros!

Del libro Historia de tu ausencia

De: Bajo estado de sangre (1986)

ORACIN A LA BANDERA

Qudate en el cielo, amor,no bajes.Aqu abajo, los grisesson tan grisesque, de algn modo gris,van a ultrajarte.

Y sos tan linda all,tan nomeolvides,-simple ademn de madrepor el aire-que si caes, amor,con la ternuraconque caen las hojasde los rboles;si llegas a caer,acaso nuncavuelvas a ser tan cieloni tan madre.

Djanos a nosotros,los humildes,los que nunca te usamosni abusamos de tu inmensosilencio planetario,que cuidemos la alturadonde habitas,celestemente hermosa,como el aire.

Djanos a nosotros.De los otros,es piadoso no hablarte.

Descubrimiento de las cosas

De enjuto gris, el Oficial nos dijo:-Deben desalojar esta vivienda.Mi madre tap el llanto con las manosde pie, sobre el umbral de la pobreza.Y ya. Y era inmediato. Y muy de prisa.-El agente se queda de Consignapara cumplimentar el Lanzamiento.Pas del gris al negro, imperturbabley luego, bostez en nuestro silencio.

La intemperie es procaz. Saqu la mesa,con al almuerzo muerto, a la vereda,las sillas de totora, despintadas,destotoradas: con el culo afuera.La intemperie es hipcrita. Oi vecinoscondolindose de lejos, reprobandono se saba a quin, pero royendoen nuestra humillacin un hueso rancio.

Mi madre at un colchn, junt la ropa:lgrima a lgrima desarm su cama,el milico ayud con el roperoque fue el que resisti con ms agallas.La pobrecita madre maenseres diminutos, cosas viejas,remanentes del uso de otros dasenmohecidos ya por la tristeza:una tijera rota, tres botones,cabos de vela, un candil sin asa,la sartn de frer nuestra alegra,la risa muerta de la palangana.No terminaba nunca de juntarsu vida entre las cosas palpitantes,la intimidad exigua de esa pieza,el orden de sus sueos vulnerables,

El sol, aquel solazo del Oeste,me astillaba alfileres de impaciencia,el Agente bufaba con bigotesy el vecindario herva en la vereda.-Vamos, madre, est bueno ya, le dije,deje de revolver las cosas viejas;para qu sirven, madre? Y ella dijo:-Para tocar la vida y comprenderla.

Cuando sali, traa su geranioy se puso a regarlo en la vereda.

SEGUNDO INFORME PARA AUSENTES

Es increble: he muertoy ando por mi casa.Vienen amigos. Bebeny, minuciosamente,se acuerdan del pasado.

Me recuerdan: te acuerdasde aquello que cantabas?-Cmo era esa del nio?-La del laurel es tuya?-Yo le o esa cancina la Mercedes Sosa.Hablaba de la tierra...(puta, si me acordara!)Era una que decaque el que no cambia todono cambia nada.Hac memoria. Dale!(Puta, mi me acordara!)

Insepulto, le agregoms brasas al asado.Pienso en ustedes.Echo ms lea al fuego.Digo: el humo bomberome ha mojado esta lgrima.Pienso a lo lejos. Sque no debo llorarlos.Aunque est muertoy ande como Juan por su casa

De: Telares del sol (1994)

TELAR DEL SOL

Urdimbre de los siglos,unas terrosas manos tejenhilo por hilola vida permanente,las guardas, los coloresde totales crepsculosy el milagro rocodel da adolescente.

Hace quinientos aosel asombro fue mutuo:D con el paraso!,escribi el Almiranteen su nao de niebla.No supo, ni en la muerte,que choc con Andinia.

El oro enceguecila bsqueda de Especiasy comenz la muertesu lbrega tarea,la conquista, el incendiode las depredaciones,pero el telar urdala vida que no cesa.

De Las Casas clamjunto al padre Victoria.Umbrosos capitanesclavaron la Encomienda.Desde la Espaa claralleg la Espaa negra.El telar, tinto en sangre,sigui con su tarea.

EL TELAR DE LOS MAPAS

Las naos abordaronpor distintas corrientes,milenios tras milenioslas costas de mi sangre,las bahas azules,las pennsulas ciegas,el resuello del mar.

Los hombres no vinieronde distantes galaxias,llegaron de la vida,la misma vida y nicaque aqu se vio llegar.La vida que ya estabadonde vive la vida.La vida allende el mar.La vida aquende el mar.

Al telar de los mapaslos ha borrado el tiempo,los robos, los naufragios,el lento deteriorode toda antigedad.De dnde vino entoncesesa vida que vino?Y esta vida que estabaadnde fue a parar?

Nos han llamado Indioslos que iban a las Indias,obsesos mercaderes,oscuras faltriqueras,torpes cartografas,frailes de ncubo y scuboque dieron de naricescon mi tierra opulenta,se dijeron: no existe.Y que no se hable ms.Y al telar de los mapaslo arrojaron al mar.

EL TELAR DEL ENTERRADO

La identidad es un emprendimientode vasta, de una desmesurada dimensin.Las races, de hondas, se vuelven inasibles.Uno se ve brumoso a la luz del paisajey tiene una memoria que en realidad no tiene.por qu perdura, entonces? Por qu insiste?Y ms: por qu nos busca en las vidas remotas,en estas vidas breves, con la misma obcecada,obstinada obsesin?Por qu yo leo el aire? Por qu la sed de hondura?Siempre creo que estuve ya en la luz de este valle,que he mirado esos rostros y esos silencios altosdonde mis dioses mudos ya no son ni oracinQuin soy si soy? Soy el que est durando?Soy el que ha partido o el que est llegandoa su ser, a su uso infinito de estar de slo estar?Cunto polvo me habita? Y an cunto barro?Qu de m est enterrado? Hasta qu edad de olvido?Quin me dej olvidado en esta eternidad?Digo el lugar: Amrica, por sealar un mbitoo dar de cielo a cielos seal de identidad.Yo soy el enterrado, el poema de abajoHecho aicos, disperso, esparcido en el vientoque la arena ha escondidoy que yo busco en vano entre el polvaredal.

TELAR DE LA CULTURA

No hemos conocido la riqueza,pero s la abundancia,el oro era inocente en nuestras manoscon toda su opulencia planetaria.

Fue la piedra del solcomo la tonaday la piedra del da fue la plata.

Eran fiestas del da y de la nocheadonde se inmolaban los relmpagos.

A su luz construamos los templospara amparar la luzque nos amparay Tiahuanaco y Cuzco y Machu Pichuy la enumeracin interminableque al sur se llam Cachi,Tastil, gredade alfarera memoria por los vallesque permanece hmeda en lo oscurode dnde nace a gritos la baguala,ese canto de un slo canto sloque derrumba el crepsculo y la tardey sube y nos encuentra la memoriaque cae inmemorial a nuestra sangre.

No hemos conocido la pobrezani el modo criminal de despojarnos.El Aiyu era de todos, repartamospor puados iguales todo el cultivoque la tierra nos dabay el maz era la riqueza de la vida,era el pas que nos multiplicaba.

El oro era inocente y se mirabaEn la inocencia clara de la plata.

TELAR DE LAS PALABRAS

Cmo rept el idioma por al arena,malherido y exhaustodesrtico, manchego, solito y solitario?Cmo lleg a la lengua de las Runas,La Maya, los Ainara,el Uro indescifrable del lago Titicaca?era oro el sonido?Lo contena como siempre el aire.La vibracin mujer, sustituy a laWarmi.

Cundo, en qu suceder,el Fatay pas a Padrey la Mamay a Madre?

Era plata el sonido?En qu distancias csmicascay a las soledades el duro castellanoy fue un canto rodadoy fue un grito rodandoen las extremidades planetarias?

Se le quem la Nao al hombre del idioma.Cogi la hembra el hombre. La violpor la sangrey el primer vagido mestizadose le acab el espacio.

El idioma fue un nio de dos sangresgate en la lenguadificultosamente articulado,se quebrar en las ramas de la msicadesafi a la muerte,son de un ronco modo en lenguas nuevasy empez a herir de un fuego que no cesaen la fermentacin de la palabra.

Hay un idioma dentro del idiomaque hila el telar y que no tiene pausa.

Ilustracin de Carlos Alonso

Cancionero

CANCIONERO TODA LA PIEL DE AMRICA

LAS RAICES

En mi regin, mezclado con muchas voces quechuas, se hablaba el mapuche, el idioma de ese antiguo pas que fue la Araucana y que comprenda totalmente a Chile y a gran parte de la actual regin sur de nuestro pas. Los araucanos fueron una tribu de guerreros y cazadores, de la que en algn momento la comunidad huarpe se separ para vincularse ms con el Inca, a quien tributaron.As, los huarpes se hacen depositarios de la milenaria civilizacin del riego, introduciendo el labranto en el oeste de lo que es hoy la Repblica Argentina.La msica del juego de agua, del riego, es en realidad muy elemental, a base de percusin y de instrumentos de viento como la trutruca, hecho con una caa muy larga y que se usaba para llamar a combate. Con su sonido fono, gutural, es un instrumento convocante que an se utiliza en las comunidades que sobreviven en el sur del pas. Que se sepa, no haba msica en el sentido estricto del trmino. Las danzas eran a sola percusin.

GUITARRA Y CANTO

Tena seis aos cuando empec a trabajar vendiendo diarios, una de las tantas tareas que hacen los nios desposedos, los chicos de la intemperie. Cuando volva de mis oficios de la calle, sola hacerlo por la orilla del Canal Guaymalln y, sobre todo en invierno, me quedaba a calentar el cuerpo en los umbrales de los boliches.En Mendoza, como en todo el Noroeste argentino, se canta mucho. La memoria popular guarda coplas deslumbrantes y all, en esos boliches y patios, sorprend por primera vez la tonada, la cueca, el canto de nuestra tierra con toda su influencia hispana, de boca de los peones cantores: braceros, cosechadores, desocupados... El alma de Quevedo y Garcilaso, el espritu popular, flotaba en el aire de los patios:

Qu equivocacin serla del que se ponga a creerque ausente lo han de querer y nunca lo han de olvidar.

O esta otra:

Mirla cmo se vay dijo que me querasi se habr olvidado yadel amor que me tena

De repente, el cantor dejaba su guitarra por ah, y uno empezaba a travesear con ella: iba imitndole los acordes, los acompaamientos, y luego recordando lo que l cantaba:

Tarde, ciego corazn,tu arrepentimiento vienecmo quers que yo curelo que remedio no tiene?

Fortuitamente, en los patios y boliches, aprend cmo es el alma de nuestro pueblo. El folklore me lleg como tal: de modo oral y directo, all donde se recrea y perdura con una vitalidad y una fuerza extraordinarias.A los cinco aos, una ta vieja, doa Fidela Pavn, me ense a leer con un catecismo para que yo, en las novenas vespertinas, hiciera la lectura de los salmos. Ella era ms que centenaria, y todas las tardecitas, en esa poca en que an se rezaba el rosario a la cada del sol, bamos a las casas y yo lea para los adultos analfabetos: hombres enormes, mujeres aosas... Cuando entr al colegio, una escuela rural de Tres Porteas, en el departamento de San Martn, ya saba leer. Concurr slo tres meses. Luego la vida me ataj y ya no pude volver a la escuela, pero utilic la valiosa llave que mi ta vieja me haba dado para abrir la puerta a la palabra escrita: concretamente, el Martn Fierro. Sola pasar por un kiosco de revistas que tambin venda libros, sobre todo literatura gauchesca.Me quedaba fascinado mirando la tapa de uno donde se vea el dibujo de un duelo con un ttulo en grandes letras que deca:Martn Fierro - ida y vuelta - Jos Hernndez. Un da, mi madre me haba dado 30 centavos para ir al cine, pero yo enfil derechito al kiosko y compr ese libro que despus llegu a conocer de memoria y que me sign para toda la vida. Tena nueve aos, y esos versos entraban en mi conciencia sin violencia alguna, porque hablaban como mis mayores, como nosotros. As fue como tom contacto con la palabra ya escrita. Luego vendra la ma propia, casi sin darme cuenta y como jugando, por pura diversin.All por los quince aos comenc a hacer canciones para la muchachada. Nos juntbamos a decir versos y a cantar: era nuestra fiesta, algo tan natural como respirar. En el trabajo de la calle haba conocido a Oscar Matus, tambin de origen huarpe, y l empez a silbar las cosas que yo iba queriendo decir. Poco a poco, juntamos el idioma de la msica con el de la palabra, la torpe palabra an sin decantar, pero que por lo menos daba forma a nuestra necesidad de expresarnos. Hicimos una cantidad de guaranias y boleros que por suerte el viento, que es tan piadoso, se ha llevado. Era la poca en que por radio escuchbamos a Juan Arvizu, msica meldica, esas cosas. .. Lentamente, sin proponrnoslo, nos fuimos dando cuenta de nuestro contorno, de lo que sentamos y de lo que verdaderamente queramos comunicar. Lo que nunca consegu, ni antes ni ahora, es escribir msica: estoy totalmente negado para eso. Canto como quien camina, pero no puedo componer dos notas que me pertenezcan, aunque lo he intentado miles de veces.

LA CANCIN POPULAR: UN LIBRO EN EL VIENTO

Siempre so que alguien, en algn lugar, cantera o silbara una cancin ma sin saber el nombre de su autor. Intu desde el principio, aunque no con claridad suficiente, cunto significaba la cancin.As, lo que en un primer momento fue entretenimiento y juego, luego enriqueci su sentido: necesitbamos valorizar todos los rasgos de identidad nacional que nos hacan sentirnos nosotros mismos, que nos daban sitio en la tierra. Por eso empezamos por el folklore, por lo que ya traamos como una honda memoria, como la memoria de fondo.Luego vino el estudio, las lecturas renovadas, el conocimiento de la gran poesa del mundo, y con ello la bsqueda de un lenguaje potico propio. Yo ya saba qu cosas quera comunicar: mi solidaridad, mi amor por la gente, por la justicia, por el amor. Tambin saba que con slo la poesa escrita no podra llegar a muchsimas personas que por ser analfabetas no tendran acceso a mis libros. Me haca falta el veredicto de tantsima gente que slo lee con el odo y a travs de su propia cosmovisin. La cancin, como medio de comunicacin inmediata, al segundo, se me revel como el instrumento ms idneo para expresarme: los cantores imprimen a cielo abierto. Entend entonces por qu con cada cancin nueva nace un Gutenberg nuevo en Amrica, por qu la cancin es la Nueva Imprenta.Pero la palabra para cantar no es la misma que se destina a la lectura. El xito de una cancin popular depende del grado en que refleje la nocin que el prjimo tiene de la vida, de que los giros, las inflexiones y la respiracin del texto sean los giros, inflexiones y respiracin del habla de la gente. Basado en estos principios, quise y quiero expresar a mi pas regin por regin, con los colores, acentos, experiencias y paisajes propios de cada una. Desde Salta hasta la Patagonia, desde la Cordillera hasta el Ro de la Plata, pasando por los esdrjulos riojanos y los sincopados santiagueos, nuestro mapa musical es tan variado que no resulta fcil transitarlo sin perderse en l. En lo que a m respecta, el tango es un buen ejemplo de esto. He recorrido con mayor o menor suerte aquel mapa musical que mencionaba antes, pero el acercamiento al sentir ciudadano, porteo para ser ms preciso, la aprehensin de las cuerdas ms vitales del cantor de la dudad, suponen un lento trabajo de aproximacin y convivencia con el hombre urbano, para que la obra que pretenda expresarlo no termine vulnerndolo. Yo quiero llegar al tango naturalmente, y todava no he escrito ninguno que se haya ganado, con el corazn de la gente, el derecho a coexistir con otras obras mas que el pueblo ya ha hecho suyas. Por esta razn, en este cancionero no se incluyen tangos.No obstante, la milonga es un buen comienzo: naci campesina y, un da, cambi la bota por un buen par de timbos para entrar en la ciudad, cuna y residencia del tango. Creo que voy por el camino indicado...El elemento unificador de tanta variedad de formas, estilos y mensajes es, a mi entender, quetodos ellos trasunten fiel y naturalmente al sentir y el decir popular. Porque la cancin es patrimonio del pueblo: l la invent y l la canta sin mentir, sin adornar porque s. Por eso me duele que los fabricantes de estrellas la utilicen como un bien mostrenco, vacindola de su contenido ms hondo y con ello privndola totalmente de sentido. Con la llamada msica disco, por ejemplo, se atenta contra el acervo espiritual de los pueblos: no olvidemos que en este siglo, gracias al desarrollo de los medios de comunicacin de masas (radio, televisin, disco, etc.), la cancin puede transportar la identidad de un pueblo a otro con pasmosa facilidad, llevando y trayendo padecimientos, alegras, esperanzas, en fin, intercambiando signos de existencia. De este modo, ha quedado convertida en un formidable vehculo de cultura, tanto dentro de cada pas como hacia afuera. Si se distorsiona ste, su sentido moral, se traiciona el espritu mismo de la cancin y, repito, se atenta contra el acervo cultural de todos los pueblos.

EXPRESIN POTICA Y POESA PARA LA CANCIN

Como dije anteriormente, la palabra para cantar no es la misma que se destina a la lectura.Como tampoco son los mismos el acto de cantar que el de escribir, el de or que el de leer. Hay en el acto de cantar una generosidad y una amplitud asimilable a los de la misa, cuando el sacerdote que la oficia es un verdadero sacerdote. El cantor, o el juglar, realizan un acto sagrado frente a la gente: un acto de fe, de amor, slo posible si se est en lo que yo llamo estado de canto, un estado espiritual que permite al cantor llegar directamente al centro del que escucha, para quedar en comunin con l.Y aunque a muchos les parezca hertico, esta comunin tambin tiene la intensidad del misterio sagrado.En cambio en el poema, en la escritura y la lectura, la actitud es ms introvertida, ms recoleta, menos atrevida. El lector me leer en silencio, en tanto que el cantor soltar mis versos hacia afuera, hacia un destinatario presente y palpitante. El nfasis del poema recae sobre el texto mismo, mientras que para la cancin, lo que importa es el oyente. Por eso la cancin tiene un gnero potico propio, tan viejo como los juglares y que ahora est siendo materia de estudio: la cancionstica, como la llama Homero Expsito.

ESE ANIMAL NO EXISTE

Sin duda, uno de los fenmenos culturales ms relevantes de este siglo es la cancin. Estamos asistiendo, asombrados, no slo al auge de los movimientos renovadores nacionales como el Bossa Nova, la Nueva Troya cubana, la Nueva Cancin chilena y uruguaya, sino tambin a otro hecho muy auspicioso: la cancin est entrando al libro sin ningn desmedro, y esta coleccin da testimonio de ello.Hace veinticinco o treinta aos, los grandes poetas de nuestra patria miraban con recelo y hasta con desprecio nuestro intento de transformar en cancin una poesa. Haba en ellos una actitud de rechazo, por temor a que las guitarras pervirtiesen a la palabra potica. Pas el tiempo y hoy, en algunas Universidades, se estudia a Celedonio Flores, a Homero Manzi, a Enrique 5. Discpolo.Grandes estudiosos de nuestro idioma como Menndez Pidal o Menndez y Pelayo, tuvieron que recurrir al cantar popular para encontrar el origen y las motivaciones hondas de la poesa en nuestra lengua.Yo no tengo ningn reparo en afirmar que me llega ms la poesa de Homero Expsito que la de muchos poetas muy empinados y acadmicos de nuestro pas, cuya obra no me conmueve lo ms mnimo. En cambio, ese verso de Marino para El Ciruja donde dice que (el cruja) est campaneando un cacho de sol en la vereda me parece un hallazgo genial. Para esto tenemos un idioma, y si queremos que siga viviendo, debemos subvertirlo, crear imgenes completamente nuevas. En esta tarea corren parejas la nueva literatura y la nueva cancin hispanoamericanas, ya que recogen el habla de los 300 millones: el idioma dentro del idioma que se est plasmando aqu, de este lado del mar.La cancin es, pues, un fenmeno nuevo, y por tal motivo se la considera subversiva. Las instituciones no estn preparadas para recibirlas, y reaccionan a veces como aquel que nunca haba visto un rinoceronte hasta que un da, de visita en un zoolgico y ante ese animal que no se pareca a nada que l conociese, afirm muy tranquila y orondamente: ese animal no existe. Pero a pesar de las negaciones, de la irritacin y hasta del miedo que produce en determinada gente, la cancin subsistir, porque es vehculo de intercambio entre los pueblos, y tambin porque rescata las mejores tradiciones de cada uno de ellos.

COLOFON

Ya lo deca Jos Pedroni: la gloria es un verso recordado.Aunque parezca paradjico, uno de mis sueos ms entraables, es llegar a ser autor annimo, perder acaso mi identidad individual para ganar un lugarcito en la memoria del pueblo; regresar, por el camino de mis versos, a las fuentes de donde un da sal con ellos.En este sentido, debo reconocer que he tenido buena estrella. No por otra cosa pude vivir experiencias como las que tuve en Cuba, por ejemplo. Los Trovadores, Csar Isella y yo integramos la primera delegacin que visit ese pas despus del levantamiento del bloqueo. Llevamos un espectculo que, bajo el ttulo de El Informe cantado del Nuevo Cancionero, habamos presentado en el teatro Oden de Buenos Aires. Por esos das, en Cuba se conmemoraba una fecha muy importante, y el acto celebratorio central tuvo lugar en la Plaza de la Revolucin. Nuestra necesidad de sumergirnos en la multitud para compartir sus emociones y conocerla desde adentro nos impuls a ir. Deambulbamos por la plaza, todo ojos y todo odos, cuando de repente subieron al escenario el Coro de la Universidad de La Habana y la Orquesta Sinfnica de esa ciudad. Empezaron a cantar Cancin con Todos, y la plaza entera los sigui. Nosotros estbamos mudos de alegra y estupefaccin, pero un moreno grandote que tena a mi lado, sin saber de nuestras emociones ni el porqu de nuestro silencio, me increp: T eres gringo que no cantas el himno? Nadie conoca el nombre de los autores, ni siquiera quienes dirigan el Coro y la Orquesta. Prueba de ello es que la versin discogrfica que la Sinfnica de La Habana ha hecho de Cancin con Todos sali con el subttulo himno latinoamericano, sin autores.En otra ocasin, estando Isella y yo en Per, visitamos una escuela. Para agasajarnos, los maestros reunieron a los chicos y les hicieron cantar el himno americano sin saber, ellos tampoco, que era nuestra.Esta cancin tiene traducciones al dans, al japons, al ruso, al alemn. Mercedes Sosa suele cerrar con ella sus recitales, y me ha contado que el pblico alemn, encendiendo antorchas, la acompaa en su idioma, en alemn... No sabe de quin es, pero la canta, y eso es lo que me importa.Cuando Armando Tejada Gmez deje de ser Armando Tejada Gmez; cuando su canto quede anclado en los boliches, en las radios, en las calles, en un solitario silbo vespertino o en un coro multitudinario, entonces llegar la verdadera y definitiva gloria. La gloria del verso recordado con la que l suea y que ya comienza a anunciarse.

All lejos y hace tiempo (Armando Tejada Gmez - Ariel Ramrez)Balada de marzo (Armando Tejada Gmez - Roberto Palmer)Cancin con todos (Armando Tejada Gmez - Csar Isella)Cancin de la ternura (Armando Tejada Gmez - Csar Isella)Cancin de las simples cosas (Armando Tejada Gmez - Csar Isella)Cancin de lejos (Armando Tejada Gmez - Csar Isella)Cancin del centauro (Armando Tejada Gmez - Ren Cosentino)Cancin para un nio en la calle (Armando Tejada Gmez - ngel Ritro)Coplera del viento (Armando Tejada Gmez - scar Matus)El cndor vuelve (Armando Tejada Gmez - Eduardo Aragn)El mundo prometido a Juanito Laguna (Armando Tejada Gmez - Csar Isella)El ro y t (Armando Tejada Gmez - scar Matus)El viento duende (Armando Tejada Gmez - scar Matus)El vino triste (Armando Tejada Gmez - Amaury Prez)Fuego en Anyman (Armando Tejada Gmez - Csar Isella)Hombre en el tiempo (Armando Tejada Gmez - Csar Isella)La de los humildes o [Zamba de los humildes] (Armando Tejada Gmez - scar Matus)La gran guerra (Armando Tejada Gmez - Vctor Heredia)La mamancy (Armando Tejada Gmez - Csar Isella)La Pancha Alfaro (Armando Tejada Gmez - scar Matus)La zafrera (Armando Tejada Gmez - scar Matus)La zamba del riego (Armando Tejada Gmez - scar Matus)Los hombres del ro (Armando Tejada Gmez - scar Matus)Nocturna (Armando Tejada Gmez - scar Matus)Nosotros nos quedamos (Armando Tejada Gmez - Len Gieco)Regreso a la tonada (Armando Tejada Gmez - Tito Francia)Resurreccin de la alegra (Armando Tejada Gmez - Csar Isella)Selva sola (Armando Tejada Gmez - scar Matus)Soneto y medio (Armando Tejada Gmez - Julio Lacarra)Triunfo agrario (Armando Tejada Gmez - Csar Isella)Tropero padre (Armando Tejada Gmez - scar Matus)Volver siempre a San Juan (Armando Tejada Gmez - Ariel Ramrez)Zamba azul (Armando Tejada Gmez - Tito Francia)Zamba de la distancia (Armando Tejada Gmez - scar Matus)Zamba de los adioses (Armando Tejada Gmez - Tito Francia)Zamba de los humildes o [La de los humildes] (Armando Tejada Gmez - scar Matus)Zamba del laurel (Armando Tejada Gmez - Gustavo Leguizamn)Zamba del que anda solo (Armando Tejada Gmez - Chacho Echenique)

All lejos y hace tiempo

Lejos, muy lejos del solvuelve el recuerdo de allsiento en mis ojos brilla