poemas con ventanas

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En esas habitaciones oscuras donde vivo pesados días, con qué anhelo contemplo a veces las ventanas. -Cuándo se abrirá una de ellas y qué han de traerme-. Pero esa ventana no se encuentra, o yo no sé hallarla. Y quizás mejor sea así. Quizá esa luz fuese para mí otra tortura. Quién sabe cuántas cosas nuevas mostraría. Constantino Kavafis

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textos literarios, especialmente poemas, acompañados de fotografías cuyo tema son ventanas de la comarca trujillana.

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En esas habitaciones oscuras donde vivo pesados días, con qué anhelo contemplo a veces

las ventanas. -Cuándo se abrirá una de ellas y qué han de traerme-.

Pero esa ventana no se encuentra, o yo no sé hallarla. Y quizás mejor sea así.

Quizá esa luz fuese para mí otra tortura. Quién sabe cuántas cosas nuevas mostraría.

Constantino Kavafis

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ROMANCE DEL PRISIONERO

Que por mayo era, por mayo, cuando hace la calor,

cuando los trigos encañan y están los campos en flor, cuando canta la calandria y responde el ruiseñor, cuando los enamorados van a servir al amor; sino yo, triste, cuitado, que vivo en esta prisión; que ni sé cuándo es de día ni cuándo las noches son, sino por una avecilla que me cantaba al albor. Matómela un ballestero, déle Dios mal galardón. ( Anónimo )

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Habéis empujado hacia mí estas piedras. Me habéis amurallado

para que me acostumbre Pero aunque ahora no pueda

ni intente dar un paso, ni siquiera proyecte fuga alguna,

ya sé que es por allí por donde quiero ir, sé por dónde se va. Mirad, os lo señalo:

por aquella ranura de poniente.

Carmen Martin Gaite

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Voy a construir una ventana en medio de la calle para no sentirme

solo. Así podré ver el cielo y la gente que pasa sin hablarme, y

aquellos buitres de la muerte que vuelan sin poder sacarme el

corazón.

Esta ventana alumbrará mi soledad.

Podría inclusive abrir otra en medio del mar, y solo vería el

horizonte como una luciérnaga con sus alas de cristal.

El mundo quedaría lejos al otro lado de la arena, allá donde vive la

soledad y la memoria.

De cualquier manera es inevitable que construya una ventana, y

sobre todo ahora que ya no escribo ni salgo a caminar como antes

bajo los pinos del desierto, aun cuando este día parece propicio

para descubrir los terrenos insondables.

Miguel Angel Zapata

Page 5: poemas con ventanas

Quien mira desde fuera a través de una ventana abierta, no ve

nunca tantas cosas como el que mira una ventana cerrada. No hay

objeto más profundo, más misterioso, más fecundo, más tenebroso,

más deslumbrante, que una ventana iluminada por una candela. Lo

que se puede ver a la luz del sol es siempre menos interesante que

lo que pasa detrás de un cristal. En ese agujero oscuro o luminoso

vive la vida, sufre la vida. Más allá de la oleada de tejados,

entreveo a una mujer madura, ya con arrugas, pobre, siempre

inclinada sobre algo, y que nunca sale a la calle. Con su rostro, con

su ropa, con su gesto, con casi nada, he reconstruido la historia de

esa mujer, o más bien su leyenda, y a veces me la cuento, llorando,

a mí mismo.

Si se hubiera tratado de un hombre viejo y pobre, habría

reconstruido la suya con la misma facilidad.

Puede que me digáis: "¿Estás seguro de que es verdad esa

leyenda?"

¿Qué importa lo que pueda ser la realidad que hay fuera de mí, si

me ha ayudado a vivir, a sentir que existo y lo que soy .

Charles Baudelaire

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Miré los muros de la Patria mía,

Si un tiempo fuertes, ya desmoronados,

De la carrera de la edad cansados,

Por quien caduca ya su valentía.

Salíme al Campo, vi que el Sol bebía Los arroyos del hielo desatados,

Y del Monte quejosos los ganados, Que con sombras hurtó su luz al día.

Entré en mi Casa; vi que, amancillada, De anciana habitación era despojos; Mi báculo más corvo y menos fuerte.

Vencida de la edad sentí mi espada, Y no hallé cosa en que poner los ojos Que no fuese recuerdo de la muerte.

Francisco de Quevedo y Villegas, 1630

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La ventana ciega la luz del día. De su alféizar cuelga un alma

que no precisa remudarse. ¡Cómo simular que aun vive!

No seducen a la abeja laboriosa los aromas de plástico florido.

Ya en la estancia oscura nada se espera. ¿Dónde se fueron las primaveras?

Un extraño pasea por la calleja.

Contempla el postigo y así medita: “Al otro lado habita …

un hombre y su desdicha.”

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Llueve sobre la tierra del monte y sobre el agua de los regatos y de las fuentes, llueve sobre los tojos y los carballos, las hortensias, los buños del molino y la madreselva del camposanto, llueve sobre los vivos, los muertos y los que van a morir, llueve sobre los hombres y los animales mansos y fieros, sobre las mujeres y las plantas silvestres y de jardín, llueve sobre el monte Sanguiño y la fonte das Bouzas do Gago, en la que bebe el lobo y a veces alguna cabra perdida y que no vuelve jamás, llueve como toda la vida y aun como toda la muerte, llueve como en la guerra y en la paz, da gusto ver llover sin que se sienta el fin, a lo mejor el fin de la lluvia es el fin de la vida, llueve a Dios dar como antes de que se inventara el sol, llueve con monotonía, pero también con misericordia, llueve sin que el cielo se harte de llover y llover.

“Mazurca para dos muertos”

Camilo José Cela.

Page 9: poemas con ventanas

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,

y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca. .

Como todas las cosas están llenas de mi alma

emerges de las cosas, llena del alma mía. Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,

y te pareces a la palabra melancolía. .

Me gustas cuando callas y estás como distante.

Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:

Déjame que me calle con el silencio tuyo. .

Déjame que te hable también con tu silencio

claro como una lámpara, simple como un anillo. Eres como la noche, callada y constelada.

Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. .

Me gustas cuando callas porque estás como ausente. Distante y dolorosa como si hubieras muerto.

Una palabra entonces, una sonrisa bastan. Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

PABLO NERUDA

Foto: Cristina Búrdalo.