(Podgorny) de La Santidad Laica Del Cientifico: Florentino Ameghino y El Espactáculo de La Ciencia...

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Entrepasados Revista de Historia Juan Suriano (Director) Año VI, N° 13 Argentina, 1997. Este material se utiliza con fines exclusivamente didácticos

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Irina Podgorny

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  • EntrepasadosRevista de Historia

    Juan Suriano(Director)

    Ao VI, N 13

    Argentina, 1997.

    Este material se utiliza con finesexclusivamente didcticos

  • 2NDICE

    Artculos

    El nido de la tempestad. La formacin de la casa moderna en la Argentina a travs de manualesy artculos sobre economa domstica (1870-1910) ................................................................................ 7por Jorge Francisco LIERNUR

    De la santidad laica del cientficoFlorentino Ameghino y el espectculo de la ciencia en la Argentina moderna ..................................... 37por Irina PODGORNY

    Dichos y hechos del gobierno peronista (1946-55). Lo fctico y lo simblicoen el anlisis histrico............................................................................................................................ 63por Noem M. GIRBAL-BLACHA

    Las bsquedas de la historia. Reflexiones sobre las aproximaciones macroy micro en la historiografa reciente ...................................................................................................... 79por Fabin Alejandro CAMPAGNE

    En Debate

    El mundo por hacer. Una propuesta para el anlisis de la cultura juvenil en laArgentina de los aos setenta............................................................................................................... 103por Alejandro CATTARUZZA

    Galera de textos

    Formacin cultural de la nacin en la Alemania del siglo XIX........................................................... 117por Dieter LANGEWIESCHE

    Entrevista

    Historia, tradicin e identidad poltica en el BrasilEntrevista a Jos Murillo de Carvalho ................................................................................................. 133por Jorge MYERS y Elas PALTI

    Historia y Educacin

    Un caso particular: El proceso de renovacin de la enseanza de la historia en el nivel desecundaria en Mxico: 1992-1993 ....................................................................................................... 145por Marcela ARCE TENA Y Mireya LAMONEDA HUERTA

    Archivos

    Comentario sobre el no alineamiento y los archivos de la cancillera argentina ................................. 155por Marisol SAAVEDRA

    Reseas y Comentarios de Libros

  • 3Alejandro Herrero y Fabin Herrero.Las Ideas y sus Historiadores. Un fragmento del campointelectual en los aos noventa ............................................................................................................ 165Resea de Daniel LVOVICH

    Alicia MegasLa formacin de una lite de notables-dirigentes. Rosario, 1860-1890Carlos Malamud RiklesPartidos polticos y elecciones en la Argentina: la Liga del Sur (1908-1916)..................................... 167Resea de Luciano DE PRIVITELLIO

    Luis Alberto RomeroVolver a la historia. Su enseanza en el tercer ciclo de la E.G.B. ....................................................... 172Resea de Ariel DENKBERG

    Robert A. RosenstoneEl pasado en imgenes.El desafo del cine a nuestra idea de la historia. .................................................................................. 177Resea de Mario RANALLETTI

    Hugo Zurutuza, Horacio Botalla y Francisco Bertelloni (comps.)El hilo de Ariadna, Del tardoantiguo al tardomedioevo ...................................................................... 181Resea de Susana B. MURPHY

    Francisco Velga, Enrique U. Da Cal, Angel Duarte.La paz simulada. Una historia de la Guerra Fra: 1941-1991. ............................................................. 185Resea de Pablo VOMMARO

  • 4De la santidad laica del cientfico Florentino Ameghino y el espectculo de laciencia en la Argentina moderna

    Irina Podgorny*

    Visitando, all por 1907, la caverna de Elefanta, cerca de Bombay, Carlos Aldao trabrelacin con el Dr. Deacon, Profesor de la Universidad de Columbia, en Nueva York, que alsaber su nacionalidad le pregunt si conoca al Dr. Ameghino. De nombre noms, fue larespuesta de Aldao, Qu hombre admirable!, agrega entonces, Mr. Deacon. Nosotrosconocemos a la Argentina como el pas de Ameghino (publicado en "La Nacin" el 18 deagosto de 1911)

    El prematuro fallecimiento del sabio naturalista doctor don "Florentino Ameghino, deplorado tanhondamente en todo el mundo, ha sido sentido con ms intensidad en la ciudad de La Plata (provincia deBuenos Aires, Repblica Argentina), debido a que l resida en ella desde haca ms o menos veinticincoaos y era en ella universalmente apreciado, no slo, por las nobles. actividades de su inteligencia, sinotambin por sus bellas cualidades personales de hombre recto y ciudadano integrrimo1. De tal manera, seinicia la crnica del funeral civil del director del Museo Nacional de Buenos Aires, Florentino Ameghino,realizado en el Teatro Argentino de La Plata el 18 de septiembre de 1911. Con dicho relato, Alfredo J.Torcelli -amigo de la familia, traductor del italiano, miembro del Partido Socialista, secretario del Institutode Sordomudos de la provincia de Buenos Aires y por entonces, director del diario El Pueblo de La Plata-edit .un folleto por orden del Ministro de Obras Pblicas de la Provincia de Buenos Aires, Jos Toms Sojo.Sera tambin desde el gobierno de la Provincia, y organizados por el mismo compilador, que se publicaranentre 1913 y 1936 los veinticuatro volmenes que resultaron de las obras y correspondencia cientfica deAmeghino, cuyo tomo I, llamado "Vida y obras del Sabio", incluira aquel folleto fnebre. Esto fue slo elinicio del culto pblico al 'sabio argentino', un fenmeno de particulares caractersticas, cuyas derivacionesperduran an a casi ochenta aos de su muerte. Desde entonces Ameghino es venerado como un sabionacional, que, postergado y hostigado por 'el Gobierno', un supuesto protector de sus enemigos, se habraenfrentado solo con las fuerzas retrgradas de la sociedad. En este marco, Ameghino fue interpretado comoquien, desde el trono de la ciencia, se atrevi a actuar contra el rgimen conservador y a pensar contra todaslas ideas preestablecidas de su tiempo.

    Esta visin de Ameghino remite al problema de la percepcin pblica de la ciencia y a la relacinque se establece entre los cientficos y el resto de la sociedad, aspecto desarrollado en el trabajo de DoraBarrancos2. En Argentina, sta es una de las primeras investigaciones en analizar los mecanismos delmontaje de una cultura popular basada en la divulgacin cientfica por parte de algunos sectores del PartidoSocialista. Por mi parte, en este trabajo me propongo presentar los hitos ms importantes en la elaboracindel culto a Ameghino y contrastarlo con su biografa para mostrar algunos aspectos de la relacin entreciencia y poltica en la Argentina moderna3. La vida de Ameghino se entreteje con la de un campo cientficoan dbil e incapaz de funcionar por reglas autnomas, en el que el ascenso y el reconocimiento delcientfico estaban directamente sujetos al clientelismo poltico y a los lazos sociales, que, en este casoparticular, inclua la red de sociabilidad de los genoveses en Buenos Aires. La muerte de Ameghino abre, encambio, el camino a la apropiacin de su biografa por distintos sectores, en especial por los socialistas y porel nacionalismo acuado por Ricardo Rojas. Las mltiples versiones del mito ameghinista crearon unejemplo de los logros de un individuo que se-gua la moral del trabajo y del estudio en el prdigo territorioargentino pero tambin, desnudaban, para el pblico, la injusticia que, el rgimen, llamaba orden. Esta * UNLP-CONICET Museo de La Plata.1 Funeral civil de homenaje a la memoria del sabio naturalista Dr, Don Florentino Ameghino en La Plata, Lunes 18 deseptiembre de 1911, La Plata: Taller de impresiones oficiales, 1911.p.7.2 Dora Barrancos, La escena iluminada. Ciencia para los trabajadores. Buenos Aires: Plus Ultra, 1996.3 Mucha de la informacin de la biografa se basa en su correspondencia, en particular las cartas 243, 270, 280, 283,295, 299, 303, 329/35, 376, 386/91, 394, 396/7, 412, 452, 453, 461/2, 4 72/4, 484/5, 488/9, 492/6, 502, 505/6, 520, 511,974,1156/61. publicadas en Obras completas y correspondencia cientfica, 20-23, 193-1935, La Plata: Taller deimpresiones oficiales.

  • 5vulgata ameghiniana intervino, asimismo, en la formacin del intramuros acadmico, donde la discusin desu obra se vio condicionada por el culto al sabio. Por ello, intentar esbozar la otra cara de la empresa dedivulgacin: aqulla conectada a la formacin de los mismos cientficos y a la configuracin del campo delas ciencias naturales. Tanto quienes propusieron la santidad laica de Ameghino como quienes denunciaronla superchera del asunto, no slo se dirigan a los sectores populares sino tambin a los estudiantesuniversitarios y a los gobernantes para sealarles su error al desproteger la ciencia nacional o dejarla libradaa mitos peregrinos.

    El ameghinismo tuvo distintos momentos de auge; el primero -que es el que aqu desarrollo-corresponde al perodo 1911-1924 e incluye las polmicas sobre la nacionalidad, los elogios de Ingenieros,Lugones, Rojas, el enfrentamiento entre sectores de los centros de estudiantes catlicos y la Sociedad Luz, yel debate sobre los restos de la costa atlntica bonaerense que resultaron de las investigaciones de suhermano Carlos. El segundo se da alrededor de 1936 en el 15 aniversario de su muerte, con un nuevoenfrentamiento entre catlicos y socialistas. El tercero, a partir de 1940 tiene su culminacin en el CongresoMundial Ameghiniano de 1954 que celebra el centenario de su nacimiento4. Es en este momento que lafigura de Ameghino se torna un hroe patagnico y se funde la identidad de los dos hermanos. Las mltiplesbiografas hagiogrficas que resultaron de la exaltacin ameghinista dan cuenta tanto de su vida y obra comode la intencin de transformarlo en un modelo de virtud moral5. Asimismo, destacan que su precozgenialidad -emergida en un hogar que no pareca predestinado a ello- debi luchar contra la incomprensinde la barbarie pampeana. En este sentido, la incomprensin del gaucho de las pampas no se presentadiferente a la del 'Gobierno', tan brbaro como el primero por no haber comprendido, sino hasta muy tarde, elvalor de su trabajo.

    Florentino Ameghino naci en una familia piamontesa que haba emigrado al Plata en 1854, tentadapor los hermanos del padre establecidos en Lujn desde 1850. El nacimiento de Ameghino pudo haberocurrido en Argentina el 18 de septiembre de 1854 pero, los debates sobre su nacionalidad indican que, encambio, pudo haber nacido en Moneglia, Reino del Piamonte, el 19 de septiembre de 1853. Este dato sevolvera fundamental para los detractores del ameghinismo mientras que para los socialistas, la furia con quedefendieron la argentinidad de Ameghino muestra la ambivalencia conque del partido examinaba elproblema de la nacionalidad.

    Otro de los temas favoritos del ameghinismo fue la genialidad autodidacta sustentada por el empeode una madre, el apoyo del padre, los pocos aos en la escuela primaria municipal de Lujn y un maestro degrado, que supo entrever el destino universal de su alumno. El mismo maestro, al que en 1911 se leagradecera dndole un puesto en el escenario del funeral civil, lo estimul en 1868 a continuar en la EscuelaNormal de Preceptores de Buenos Aires, que le dio el ttulo de 'subpreceptor' con el que inicia su trabajo deayudante en la escuela de Mercedes. All, en 1871, empez a coleccionar fsiles de mamferos yantigedades indgenas, una conducta nada anmala en las ciudades de campaa de la segunda mitad de sigloXIX. En estos pueblos, donde el ocio y la curiosidad de maestros, sacerdotes, dueos de campos, empleadospblicos y mdicos/boticarios competan tanto con los proveedores de las casas europeas de objetos dehistoria natural, como con el coleccionismo de los polticos de Buenos Aires y la naciente organizacin de laprctica del naturalismo en la Argentina. Florentino Ameghino, un coleccionista ms de antigedadesprehistricas, consultaba las bibliotecas de amigos de Buenos Aires, describa sus hallazgos, y empezaba apedir en los crculos porteos el reconocimiento a su trabajo como naturalista. Para ello plante -estimulado

    4 El 6 de setiembre de 1954, como parte del fortalecimiento de las relaciones diplomticas entre Argentina y la UninSovitica, se festeja el centenario del nacimiento de Ameghino en los salones del Museo Politcnico de Mosc.Organizada por la Seccin Ciencias Naturales de la Sociedad de Relaciones Culturales con el Extranjero y por elInstituto de Paleontologa de la Academia de Ciencias de la URSS, la sesin estuvo presidida por el retrato deAmeghino y por el embajador argentino, Leopoldo Bravo. Los paleontlogos soviticos se preparaban para participar enel Primer Congreso Mundial Ameghiniano de Ciencias Naturales e Histricas americanas que se realiz en Lujn, SanAntonio de Areco, Mercedes y Mar del Plata en 1954.5 Los folletos sobre Ameghino son incontables. Entre los ms difundidos se cuentan: Ambrosetti, Juan Bautista, 1912"Doctor Florentino Ameghino, 1854-1911", Anales del Museo Nacional de Historia Natural de Buenos Aires, 22: 7-72;Debenedetti, Salvador, 1911 "Ameghino; una faz de su obra" Nosotros, 5, 6, 32: 217-222. Buenos Aires; MrquezMiranda, Fernando 1951 Ameghino. Una vida heroica. Buenos Aires: Nova; Sociedad Luz 1936 Ameghino, Homenajede la Sociedad Luz en el XXV aniversario de su muerte, 1911, agosto 6-1936, Buenos Aires: Federacin GrficaBonaerense. Prlogo de Angel Gimnez; Angel Cabrera El pensamiento vivo de Ameghino. Buenos Aires: Losada; JosIngenieros 1919 Las doctrinas de Ameghino, la tierra, la vida y el hombre, Buenos Aires: Rosso, 1920, Mercante,Vctor 1911 "Florentino Ameghino; su vida y su obra", Revista Archivos de Pedagoga y Ciencias Afines, 9: 93-132. LaPlata

  • 6por Giovanni Ramorino, el profesor genovs de Historia Natural del Colegio Nacional de Buenos Aires-haber hallado pruebas del hombre fsil en las cercanas de Mercedes.

    Recordemos que en 1863 la Universidad de Buenos Aires haba creado el Departamento de CienciasExactas y que en 1869 se creaba en Crdoba la Academia Nacional de Ciencias, donde se radicaron loscientficos contratados en Alemania, entre otros Federico Kurtz, Oscar y Adolf Doering. En Buenos Aires, elMuseo Pblico -luego Museo Nacional- mantena su carcter de gabinete de estudio para el uso casiexclusivo de su director Hermann Burmeister y del grupo a quien l autorizaba. Los naturalistas de lageneracin de Ameghino no tenan credenciales universitarias, con las excepciones de Eduardo L. Holmberg(mdico de la Universidad de Buenos Aires), Samuel, Lafone Quevedo (Magister en Cambridge), EstanislaoZeballos (estudiante de ingeniera y de derecho) y de los cientficos alemanes e italianos6 que haban tradosus ttulos desde Europa. Los otros -Francisco P. Moreno, los hermanos Flix y Enrique Lynch Arriblzaga,Juan Bautista Ambrosetti, Miguel Lillo, Flix Outes- si pasaron por la universidad no llegaron a poseer ttuloalguno. A diferencia de los hermanos Carlos y Florentino Ameghino, aqullos eran hijos o parientes polticosde las familias de "viejos criollos" del Plata y del Noroeste argentino y compartan una sociabilidad deescuelas, asociaciones y clubes comunes7.

    Mencionemos tambin el estado de la discusin sobre la posibilidad de establecer la antigedad delhombre a travs de las tcnicas de la geologa y la paleontologa, que se estaban dando en el nuevo campo dela arqueologa prehistrica. En los crculos de la geologa y de la prehistoria victorianas, los inicios de ladcada de 1860 son testigos del desmoronamiento del concepto de un hiato divisor entre la era humana y laera de los animales extinguidos. A la vez que se aceptaba la idea de prehistoria, como un perodo de lahumanidad con una profundidad temporal que se poda contar en cientos de miles de aos, se reconoca elsalvajismo de los primeros habitantes de Europa. Constituyndose la prehistoria como el estudio de estosestadios comunes a toda la humanidad, la arqueologa prehistrica surgi como un campo donde el trabajoconjunto de gelogos, paleontlogos y antroplogos, y tambin la cooperacin internacional, no slo erandeseables sino tambin elementos claves en la consolidacin del mismo8. Sin embargo, una de las mayoresdificultades consista en el establecimiento de la antigedad de los hallazgos. En Europa, desde 1860 nohaba dudas sobre la convivencia del hombre con animales extinguidos en pocas cuaternarias pero laposibilidad de un 'hombre fsil terciario' se debati seriamente en Francia y Gran Bretaa entre 1870 y 1910.El origen polignico de la humanidad no se descartaba dado que frica y Asia provean mltiples ejemplosde hombres y mujeres fsiles. En Amrica, en cambio, el problema se sumaba al origen y a la antigedad delpoblamiento de un mundo que se prejuzgaba ms joven. En Estados Unidos, la Smithsonian Institution, apartir de 1890, defendi la idea de un poblamiento americano en los tiempos postglaciales, es decir en unapoca reciente con una fauna y flora similares a las actuales. En Amrica del Sur, los hallazgos de losAmeghino se sumaban a los de Lagoa Santa realizados por Peter Lund en Brasil en 1844.

    No es de extraar entonces que el viaje a los centros europeos fuera la manera de consolidar laprctica y el entrenamiento en la arqueologa geolgica y de obtener las credenciales que las sociedadescientficas argentinas repartan por reglas que, por entonces, Ameghino desconoca. Aunque Alemania era elpas donde se contrataban los cientficos para fundar las ciencias en Argentina, Pars y Londres eran losfocos de atraccin de los naturalistas del Plata9. Hacia la Exposicin Universal de Pars parti Ameghino en1878, con sus colecciones de huesos y antigedades, con el apoyo de comerciantes de Mercedes y el costodel transporte de los numerosos cajones a cargo de la Comisin Argentina para esta gran feria internacional.La exposicin universal, un lugar de exhibicin de los productos y recursos naturales de los distintos pasesparticipantes, atraa a curiosos, cientficos, coleccionistas y proveedores del comercio de la historia naturalde Pars, Londres y Estados Unidos 10. All Ameghino actu como intermediario de otros argentinos y vendiparte de sus fsiles al coleccionista norteamericano Edward Cope. La autodidaxia de Ameghino cerrara sus 6 Montserrat, M. "La influencia italiana en la actividad cientfica argentina del Siglo XIX" En: Ciencia, historia ysociedad en la Argentina del siglo XIX, Buenos Aires. CEAL: 1993.7 Es notable que las descripciones del carcter privado de Ameghino cambian segn el cronista y el crculo social en elque se mueve. Las visiones del hijo de Holmberg lo muestran como un hombre inseguro, mientras que Torcelli describeun hombre desenvuelto en el crculo de los genoveses y en el de la familia.8 A. Bowdoin van Riper Men among the mamooths. Victorian science and the discoyery of human prehistory. Chicago yLondres: The University of Chicago Press, 1993 y el clsico, Glyn Daniel El concepto de Prehistoria, Barcelona:Labor, 1968.9 De ellos, slo Holmberg hablaba alemn.10 Las principales casas europeas y norteamericanas aparecen mencionadas en Susan Sheets-Pyenson Cathedrals ofscience. The development of colonial natural history museums during the late nineteenth century, Kingstn y Montreal:McGill-Queens University Press, 1988.

  • 7pginas en el Museo de Historia Natural de Pars, donde trabaj con el profesor: Henri Gervais en ellaboratorio de anatoma comparada, adems de participar en las excavaciones de Chelles, uno de los sitiosparadigmticos de la prehistoria francesa. All aprendi y discuti las maneras de interpretar la estratigrafageolgica, las clasificaciones zoolgicas y la tecnologa prehistrica. Consolid tambin, aquella otra cara dela prctica acadmica del fin de siglo; es decir, el protocolo y las conductas a seguir entre sabios y suspatrocinantes, entre las que se contaban la cita, la correspondencia y el envo de publicaciones, la calidad delas ilustraciones cientficas y la importancia de la prioridad en la clasificacin de un nuevo gnero/especie.Ameghino, sin embargo, alimentara por aos su imagen de genio emergido en la llanura donde la mismanaturaleza le habra revelado su historia y secretos.

    Por otro lado, casi todas sus biografas hicieron nfasis en dos elementos opuestos: la posicinmarginal de Ameghino frente a una supuesta actitud oficial que lo ignoraba y el reconocimiento universal asus mritos. Con respecto a estos ltimos, sus investigaciones se abocaron principalmente a los siguientesproblemas: demostrar la contemporaneidad de la fauna fsil con el hombre (La antigedad del hombre en elPlata, 1880); establecer los principios de una zoologa matemtica, es decir las bases para una clasificacinevolutiva de los gneros y especies (Filogenia 1884), clasificar y determinar su posicin filogentica yestratigrfica de los mamferos fsiles hallados en el territorio argentino (Contribucin al estudio de losmamferos fsiles de la repblica Argentina, 1889/90), armar el rbol filogentico de la humanidad segn susprincipios matemticos y los hallazgos del 'hombre fsil' en Argentina. Ameghino fue aceptado en lassociedades cientficas europeas, mantena una fluida correspondencia en francs y/o italiano con lospaleontlogos europeos y norteamericanos, participaba de intensas discusiones a nivel internacional,publicaba en las principales revistas francesas, inglesas y alemanas y sus artculos eran aceptados, as setratara de la bsqueda en Patagonia de un fsil viviente. El origen terciario de la humanidad -un problemaque se discuta tambin en Pars en relacin al hombre terciario del Viejo Mundo- fue uno de los temas queen la Argentina luego de su muerte, sobrevivira con ms fuerza como parte del urea de la grandeza -o de lanimiedad-ameghineana.

    En relacin a su postergacin es cierto que al regresar de Pars, la vida de Ameghino fue atrapada poruna serie de alianzas y promesas tan poco estables como la poltica y la economa argentinas de entonces. Ytambin, por la ingenuidad de su parte frente a las leyes sancionadas y las palabras dadas. Sin embargo, lacronologa de sus penurias podra estructurarse con otra paralela que incluyera tanto los cargos obtenidoscomo los proyectos fracasados a raz de alianzas impredeciblemente inoportunas. Los cuatro volmenespublicados de sus cartas exhiben mltiples ejemplos de las intrigas, urdidas la ms de las veces con laasesora constante del acadmico Oscar Doering, que no siempre lograron sus propsitos. Entre las alianzas yproyectos de resultado poco feliz para Ameghino se cuentan: la asociacin con Moreno y con el ministroPizarro -en contra de Burmeister- para fundar un gran Museo Nacional para la federalizada Buenos Aires en1881; la jefatura del personal cientfico de la expedicin andina a la Patagonia del Instituto GeogrficoArgentino; el nombramiento -jugada ganada por Berg a pesar que Ameghino contaba con el apoyo delministro Balestra- en el Museo Nacional ante el retiro de Burmeister en 1892; la promesa de la revueltaradical de La Plata en 1893 de destituir a Moreno y nombrar-lo director del Museo; la organizacin -bajo losauspicios del Gobernador Luciano Leiva- del museo provincial que Santa Fe proyectaba crear en 1894; y laimposibilidad -ya como Director del Museo Nacional de Buenos Aires- de lograr un nuevo edificio para lainstitucin. Destaquemos que el tropo del Ameghino postergado por el Gobierno surge en sus cartaspublicadas en los diarios, pero en la correspondencia con su crculo ms ntimo, aparece claramente que sloaceptara cargos pblicos, en los que la independencia y el uso del tiempo para sus investigaciones no seviesen cuestionados. Desde 1892 un nuevo interlocutor epistolar ayud a difundir esta idea de lamarginalidad en la que trabajaba el genial librero pidindole opiniones sobre la educacin: aparece en escenael maestro Vctor Mercante, formado en la escuela de Paran, radicado en San Juan y a quien Ameghinohonr con comentarios elogiosos sobre sus museos escolares. A principios de siglo, Rodolfo Senet de laEscuela de Dolores, otro maestro aficionado al naturalismo y a la creacin de mtodos pedggicos, iniciarala divulgacin de la obra de Ameghino en las revistas de educacin. Estos maestros de provincia seimaginaron a s mismos: solos, aislados, con bibliotecas fragmentarias, no podan vislumbrar las redes deintrigas polticas en las que Ameghino participaba.

    Sin embargo, la visin mil veces consagrada en sus biografas, que lo retrata como una figura tratadacon injusticia por un rgimen que no lo incorpora por ser un hijo de inmigrantes, tomando otra acuada en"Filogenia"11, olvida que Ameghino ocup un lugar central en las ciencias en la Argentina desde 1880 hasta 11 "A propsito de Filogenia. No se vea en ella un trabajo literario. Ahora puedo insistir con mayor razn sobre estepunto por cuanto vindome en la obligacin de procurarme el alimento cotidiano atendiendo un comercio de librera,

  • 8su muerte. Por entonces era aceptado como miembro de las asociaciones cientficas de Buenos Aires yCrdoba, daba conferencias ante el pblico ilustrado porteo, la Sociedad Rural y el Club Industrial, contabacon el apoyo de Estanislao Zeballos y del senador Jurez Celman, ingresaba al crculo privado deHolmberg/Ambrosetti y de los acadmicos alemanes de Crdoba, y sus publicaciones eran reseadas en laprensa de Buenos Aires. En junio de 1884, luego de las alianzas necesarias, la Academia Nacional deCiencias -que ya antes haba subsidiado su trabajo- lo eligi catedrtico de Zoologa. En febrero de 1885Ameghino deba pedir licencia en su cargo porque el ministro de guerra, Benjamin Victorica, lo designaba,junto con Holmberg y Kurtz, para realizar una expedicin fluvial al Chaco. Ameghino fue invitado porFrancisco Moreno a colaborar en el gran museo argentino fundado en 1884 en La Plata e, inmediatamente,renunci a sus cargos cordobeses. En 1886 vendi sus colecciones al Gobierno la Provincia de Buenos Airesbajo las siguientes condiciones: una suma de 16 a 20 mil nacionales, el cargo de Subdirector con 200nacionales de sueldo y fondos para excursiones y publicaciones, una casa en el parque del Museo de La Platay un empleo para su hermano Carlos para la bsqueda y extraccin de fsiles. En mayo de ese ao, habarecibido el ttulo de Doctor Honoris causa de la Facultad de Ciencias Fsico-matemticas de la UniversidadNacional de Crdoba. Tena entonces 31 aos ( 32, de haber nacido en Moneglia) y no pareca sentirsemarginado quien escriba en "La Nacin" de Buenos Aires, le recomendaba a Mitre a un corresponsalcientfico para su diario y quien, adems, autorizaba a usar sus opiniones como avales pblicos en la prensaportea para interceder ante distintas instituciones o ganar el favor de los lectores. "La Nacin" sera tambinla arena, donde en diciembre de 1887 quiso resolver su enfrentamiento con Moreno publicando su irritada eirritante renuncia y por la cual fue exonerado de su cargo. Opt entonces por abrir la librera "Rivadavia" enLa plata, que, junto con "El Glyptodon" de Buenos Aires administrada por su hermano Juan, las propiedadesque tena en La Plata, el apoyo de Eleazar Garzn12 y la venta de colecciones paleontolgicas a los museoseuropeos, le serviran para mantener a su familia, subvencionar el trabajo de campo de su hermano Carlos ypublicar en 1891, en forma particular, la Revista Argentina de Historia Natural.

    De ninguna manera esto significa el olvido de los polticos o de los otros practicantes de las cienciasde Buenos Aires: en febrero, Drago, Luis M. Gonnet, Matienzo, Nan y los Piero, entre otros, le ofrecenasociarse a ellos en la fundacin de una Sociedad Cientfica que se ocupase del estudio de las cienciasrepresivas bajo el punto de vista de la Psiquiatra y de la Antropologa. En Marzo, durante una entrevistacon el ministro Wilde, acuerda los 4000 5000 nacionales necesarios para imprimir las ilustraciones delcatlogo de los mamferos fsiles de la Argentina para la Exposicin de Pars de 1889, cuyo texto sepublicara en las Actas de la Academia de Crdoba13. La publicacin de esta obra modifica grandemente elcrculo de corresponsales, dado que la distribucin de la misma haba sido diseada por Doering y porAmeghino, para hacerse citar y conocer por los paleontlogos europeos y por las bibliotecas cientficasinternacionales.

    Esta obra da origen a una serie incontable de felicitaciones; al inicio de la relacin con Hermann vonIhering, paleontlogo alemn radicado en Brasil; y a la renuncia de Moreno a la Academia de Ciencias porhaber publicado, adems de las cartas que aos antes Ameghino le haba dirigido a Gonnet, un largo insultoen su contra. Tambin difunde el nombre de sus ocasionales aliados a travs de varias especies fsiles14 y la escribo cada rengln de esta obra entre la venta de cuatro reales de plumas y un peso de papel, condicin pocofavorable, por cierto, para dar a mis ideas formas literarias elevadas Filogenia. Principios de clasificacintransformista basados sobre leyes naturales y proporciones matemticas. Edicin de las Obras completas, 4, 19 15:220. En este prrafo, Ameghino se queja de su suerte pero, sobre todo, se separa de la literatura. Sus divulgadores, porel contrario, hicieron nfasis en el abandono con que el Gobierno trataba al nico sabio nacional. Filogenia se publiccon el mecenazgo de Zeballos.12 La colaboracin de Garzn la haba gestionado Oscar Doering. Garzn prestaba cincuenta mulas en el territorio delDeseado con la condicin que las colecciones pasaran a la Universidad de Crdoba. Se inici cuando el primeroperteneca a la Universidad, y continu al asumir la gobernacin de esta provincia y la banca de diputado nacional.13 El problema lo iba a plantear la salida de Wilde del ministerio. Con la obra ya impresa y todos endeudados,Ameghino y Doering dise-an nuevas alianzas en el gabinete y en las cmaras. Invocan el apoyo moral del PresidenteJurez Celman para que la impresin pueda subvencionarse mediante la suscripcin pblica de 400 ejemplares. Elasunto entra al ritmo de las Cmaras que cierran el perodo de 1889 sin resolucin al respecto. A solicitud deAmeghino, el ministro Posse intercede y, mediante acuerdo de Ministros, se aprueba la entrega de 5000 nacionales. Larenuncia del gabinete en abril de 1890 la posterga una vez ms. Las diputados consideran que no son momentosfavorables y la revolucin deja a Ameghino en una situacin econmica desventajosa. Finalmente, en diciembre de1890, Ameghino consigue la aprobacin en las cmaras y el dinero.14 Entre otros Wilde (Haplodontherium Wildei), Holmberg (Megamys Holmbergii), Moyano (Pachyrucos Moyani),Doering (Cardiotherium Doeringii), Scalabrini (Palaelioplopitorus Scalabrini, Perirnys Scalabrinianus) junto aBravard (Scalabrinitherium Bravardi) y Roth (Scala-brinitheum Rothii), Burmeister (Megarnys Burmeisteri, Toxodon

  • 9dedicatoria a Jurez Celman, ya presidente de la Repblica. Ameghino no era el nico en bautizar nuevasespecies con nombres de polticos, Doering, por ejemplo haba homenajeado a los conquistadores deldesierto y fundadores de la Nacin con dos gasterpodos: el Eudioptus avellanedae y el Plagiodontes rocae,especies de caracoles que viven asociadas en la naturaleza y que arrastran con ellos las banderas del avancedel Estado argentino15. Desde este punto de vista, las especies vivas y fsiles dan indicios tambin de lasredes de reciprocidades en las que se daba la prctica de la ciencia y de la fascinacin que ejerca entre lospolticos entrar a la inmortalidad a travs de la inscripcin en el orden de la naturaleza.

    Los cargos y encargos acadmicos de Ameghino no dejaban de acumularse y, en 1897, laUniversidad Provincial de La Plata se inauguraba con los discursos de Dardo Rocha y el suyo. Con susprimos Csar y Arturo, form parte de las facultades de esta universidad que nunca lograra consolidarse y ala que en mayo de 1900 iba a presentar su renuncia indeclinable como catedrtico de Mineraloga yGeologa. Sin embargo la facultad no la acept, pidindole que se tomara "el tiempo que necesite paraevacuar los trabajos que le impiden hacerse cargo de ella por el momento". Tambin en 1900, el gobernadordel Chubut lo design miembro de la comisin platense de propaganda en pro de la Biblioteca circulante delTerritorio; Ameghino no pudo negarse ya que Florencio Basalda, secretario de la gobernacin, apoyaba eltrabajo de Carlos en la Patagonia. En 1902 muri Berg. Ameghino se apresur a escribirle al presidente Rocay al ministro Gonzlez e hizo que Basalda hablara con Mitre: el 19 de abril de 1902 Joaquin V. Gonzlez leenva el decreto nombrndolo Director del Museo Nacional. Gonzlez en 1905 le propondra la ctedra deantropologa en la Facultad de Filosofa y Letras en la Universidad de Buenos Aires, que Ameghino rechazargumentando que sus investigaciones absorban todo su tiempo.16

    Un tema favorito del anti-ameghinismo consiste en la enemistad con Moreno, que sin embargo,termin pblicamente en 1907, cuando organiz un acto por el premio que Moreno recibi de la RoyalGeographical Society de Londres. Para entonces todos se sentan participantes de la ciencia argentina:cooperaran en la organizacin del Congreso Cientfico Internacional Americano realizado en Buenos Airescomo parte de los festejos del Centenario, y, por propia experiencia, cada uno haba aprendido que losfavores polticos ocasionales no alcanzaban para mantener las instituciones ni las empresas cientficas que elEstado asuma. En 1910, Ameghino, como Director del Museo Nacional, fue uno de los vicepresidenteshonorarios del Congreso Cientfico junto a los ministros nacionales y los rectores universitarios17. En julio de1911 la pierna engangrenada a raz de una diabetes que Ameghino no aceptaba padecer, lo recluy en LaPlata, donde muri en su casa el 6 de agosto.

    En la Vida de Ameghino, adems de un carcter difcil, Pueden destacarse dos cosas. La primera, lapublicidad que cobran los conflictos y las discusiones entre cientficos a travs de los diarios y Peridicosprincipales de Buenos Aires y, La Plata - Esta visibilidad del cientfico en la prensa se relaciona con labsqueda del apoyo pblico a los distintos bandos y habla de la imposibilidad de dirimir los problemas conreglas propias en un campo demasiado permeable y todava no clausurado en s mismo. Zeballos, ante el proto-Burmeisteri, Neoracant-hus Burmeisteri), Brackebusch (Neoracanthus Brockebuschianus), Cope (Scilodon yDiodomus Copei) Moreno (Panochtus Morenfl), Zeballos (Giosstheriu- y Oxyodontherium Zeballosii), Ambrosetti(Euphilus Ambrosettianus), Kurtz (Euphilus Kurtzi), Spegazzini (Trachytherus Spegazzinianus), los Lynch(Plexochoerus Lynchi), Berg (Hoplopliorus Berg) cf. Florentino Ameghino Contribucin al conocimientos de losmamferos fsiles de la Repblica Argentina. Obra escrita bajo los auspicios de la Academia Nacional de Ciencias de laRepblica Argentina para ser presentada a la Exposicin Universal de Pars de 1889. Buenos Aires: Pablo Coni. 1889.15 Informe oficial de la Comisin Cientfica agregada al Estado Mayor General de la Expedicin al Ro Negro(Patagonia), Buenos Aires: Ostwald y Martnez. 1881.16 Sera Robert Lehmann-Nitsche el profesor de la primera ctedra de Antropologa en Amrica del Sur. Este introdujolas resonancias de las ideas filogenticas de Ameghino en el curso de Paleoantropologa dictado en 1904 en aquellafacultad y tambin lo hara en la ctedras de antropologa de La Plata (1906) y Buenos Aires, donde el programa de1909 del profesor suplente-Flix Outes dedicaba una bolilla a los gneros ameghineanos. Senet dict un curso deAntropologa en la Seccin Pedaggica de la Facultad de Derecho de La Plata con dos bolillas dedicadas a las ideas deAmeghino. En 1912, Lehmann Nitsche dirigi una tesis sobre El atlas de Monte Hermoso. Robert Lehrnann-NitscheLa antropologa de la enseanza universitaria argentina Humanidades, 1, La Plata, 1921. pp. 437-451. Teodoro deUrquiza Nuevas investigaciones sobre el Atlas de Monte Hermoso, Museo y Facultad de Ciencias Naturales. La Plata.1912.17 Ese ao Ales Hrdlicka y Bailey Willis, en misin de la Smithsonian Institution, visitan a Ameghino, estudian lascolecciones y recorren los sitios del hombre primitivo sudamericano. Los resultados de este viaje -contrarios a lashiptesis de Ameghino- seran publicadas en 1912 cuando Ameghino ya haba muerto, cf. Hrdlicka, Holmes, Willis,Wright y Fenner Early Man in South America, Bureau of American Ethnology, 52, Washington, 1912; y Podgorny, 1. yG. Politis It is not all roses here. Ales Hrdlicka's travelogue and his trip to Buenos Aires In 1910, Revista de Historiade Arte y Arqueologa, 3. Campinas, e. p.

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    escndalo Berg en 1892, ve el asunto claramente y le exige a Ameghino que cierre el debate en los diariosporque no le hace bien a la ciencia argentina, que ya necesita solucionar sus problemas en el secreto de losparticipantes. La segunda, el modelo de su relacin con el Estado, o de la relacin entre ciencia y Estado,definible en Ameghino por el deseo de una absoluta independencia para hacer lo que quiere. En los aos quesiguen a su experiencia cordobesa y platense fue partidario de manejarse como en una empresa privada ofamiliar, con ayuda a travs de suscripciones, subsidios del gobierno y apoyo logstico a las investigacionesde campo. El alarde de su libertad se vio minado por las sucesivas crisis econmicas y el agotamiento delpequeo capital que le permita mantener su parte de la prctica cientfica y, por ello, la bsqueda del empleoestatal. Este, asimismo, se relaciona con el prestigio del cargo, la posibilidad de disponer de ms tiempo parasus investigaciones y, muy importante para alguien que acumulaba cientos de cajones de huesos, de un granespacio para acomodar sus colecciones. Es cierto que en su presentacin y legitimacin frente a los polticosy los interlocutores ms lejanos, la utilidad pblica de su trabajo fue un tpico constante: ayudarme es ayudara la patria. De esta manera Ameghino mantena el modelo de los arquelogos franceses, cuya SociedadCientfica se resisti a la cooptacin por el Estado hasta muy entrado este siglo. El modelo opuesto eraindudablemente, el de Moreno, cuya megalomana solo era superada por su afn de colocar toda lanaturaleza del territorio bajo el control del Estado argentino, encarnado en esa prolongacin de l mismo queera el Museo de La Plata. De todos modos, el grupo entero de naturalistas argentinos puede describirse conlos trminos que Basalla us para definir el tipo del cientfico colonial: un grupo pequeo que depende porcompleto de las instituciones y tradiciones cientficas externas, entrenado por lo menos en parte en elextranjero o con las bibliotecas, instrumentos y laboratorios europeos18. La bsqueda de una tradicincientfica nacional los tomara como base y Ameghino sera, para muchos, el profeta y el pilar de la cienciaargentina.

    Ha fallecido el nico sabio que tenamosEl elogio a los sabios y la entronizacin del cientfico como personaje iluminado que, armado

    nicamente con la razn, se enfrentaba a las tinieblas de la ignorancia y de la religin, fue una idea que seextendi rpidamente por la Europa moderna. Entre otros, Alexander von Humboldt, Flix de Azara yCharles Darwin tuvieron sus homenajes y una canonizacin que oscilaba entre lo universal de la ciencia y lareivindicacin local/nacional por haber generado al genio19. En los tres casos mencionados, las nacioneseuropeas ostentaban su condicin de cuna del genio, pero tambin las nuevas naciones americanas pudieranalabar a sus prdigos territorios por haber despertado lo que Europa mantena aletargado. En el caso deAmeghino, en cambio, el culto al sabio uni el orgullo por la argentinidad de la cuna del genio y por la delpaisaje que lo gener. En este sentido, para algunos, Ameghino se transformara en un smbolo de lagrandeza y capacidades de los argentinos, resultantes de la fusin de suelo, ideales laicos e historia. A partirde 1915 y, sobre todo en las publicaciones del Partido Socialista o en las de sus afiliados, Ameghino sera unpaladn, de la lucha contra el oscurantismo de la Iglesia Catlica. Sus enemigos, tan agnsticos como l,pasaron, sin embargo, a ser descriptos como catlicos y antievolucionistas. En el contexto de esasrecreaciones, surgi el ameghinismo como doctrina; en la arena poltica, los bandos cientficos de fines delXIX se combinaron libremente dando origen a oposiciones tales como ciencia-religin, evolucionismo-antievolucionismo, libertad creadora-connivencia con el Estado. Ameghino -como smbolo de la culturaargentina laica- se transform en el smbolo de la ciencia progresista nacional. La creacin de la figura deAmeghino como la de un arquetipo moralizador para nios y maestros se inscribe tanto en el marco delaicizacin progresiva del pas, que inclua la creacin del gnero de la divulgacin de la palabra cientfica yde la liturgia escolar nacional, como en el de la institucionalizacin de las ciencias naturales. La oposicin alos smbolos de la cultura laica y la resistencia a adoptar a Ameghino como smbolo por parte de loscatlicos y de otros grupos, transformaron al sabio en un ejemplo de la capacidad de mistificacin yfetichismo de los socialistas y de los ignorantes. Desde estos grupos, derribar a Ameghino llev a negar suobra en un todo y a buscar en la tradicin de la ciencia argentina, smbolos que pudieran combatirlo.

    Sin dudas, los homenajes oficiales y civiles a Ameghino tuvieron, una frecuencia y persistencia nocomparable a los ofrecidos a otros cientficos americanos20. Como era la regla, la necrolgica del Director 18 George Basalla, "The spread of Western science, Science 156: 611-22, 1967.19 Ver por ejemplo Glorias del caballero Azara en el siglo XIX, Madrid: Prez Dubrull, 1854.20 Tal densidad de homenajes llam la atencin de, entre otros, George Gaylord Simpson, uno de los paleontlogos msimportantes de este siglo. Sus comentarios al respecto merecen citarse: "On a date that did not record but that I believewas 6 August 1931. I was studying the Ameghino Collection in the old Museo Nacional de Historia Natural on Calle

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    del Museo Nacional fue publicada en todos los diarios de Buenos Aires, desde "La Nacin" que hablara delluto de la familia argentina hasta "La Vanguardia", donde Angel Gimnez lo hara un empleado de ltimacategora del ferrocarril de la Provincia en Lujn, hijo de humildes artesanos, pobre, modesto y perseverante:Fue llevado a la Direccin del Museo Nacional, pero all no pudo realizar su aspiracin de ponerlo alalcance del pueblo, sacndolo del viejo e inadecuado edificio, teniendo que concretarse a sus estudios.Ameghino, como ferroviario, representaba al trabajador que con su disciplina y los ideales del PartidoSocialista se haba elevado por encima de la oligarqua local. Gimnez, como "admirador de los grandeshombres que impulsan el progreso humano" llamaba a continuar y difundir su obra. Los peridicos de LaPlata hicieron lo suyo, ensalzando que haba, muerto un hijo del suelo de la provincia, reseando su biografasiempre en los mismos trminos, negando o enfatizando los conflictos con otros cientficos o con lospolticos del rgimen21. El muerto empezaba a ser afiliado a luchas de las que jams haba participado y aocupar el panten de gigantes con los otros dos muertos que merecan ese lugar: Sarmiento y Mitre. Alsepelio concurrieron delegaciones de las instituciones cientficas, del gobierno nacional y provincial, centrosde estudiantes, representantes de las universidades de Buenos Aires y La Plata22. Los hermanos, a la vez querecibieron las condolencias de las escuelas normales y de las federaciones estudiantiles, entregaron aFlorentino a la familia argentina: el fretro, en vez de depositarse junto a los de sus padres y esposa, seguard en el panten de los maestros de la Provincia de Buenos Aires en el cementerio de La Plata. De estamanera, Florentino, sin descendencia ni familia que lo precediera, apareca en su muerte como un seremergido de la voluntad de educacin que se asociaba al gremio de los maestros argentinos. La Universidadde Buenos Aires, sin embargo, no perdi la oportunidad de expresar en el psame que, en vida, el muerto sehaba negado reiteradamente a ocupar la ctedra portea y, en verdad, Florentino no dejaba hijos perotampoco discpulos. Hasta entonces nada que escapara a las reglas de homenaje a quien mora en un cargoque dependa directamente del Ministro de Instruccin Pblica de la Nacin.

    Ni an hubiese sido de extraar el grandioso funeral civil, ceremonia organizada por el Crculo dePeriodistas Platenses en el aniversario del nacimiento de Ameghino en el Teatro Argentino de La Plata. Caberecordar que los funerales civiles eran ceremonias que si bien honraban a un muerto, no se asociaban alsepelio: se realizaban en los aniversarios de las muertes o nacimientos de las figuras del culto cvico. Elfuneral Civil de Ameghino fue una ceremonia que colm el escenario y las localidades del Teatro Argentinode La Plata. La iniciativa haba sido del diario "El Pueblo", dirigido por Alfredo J. Torcelli y a ella sesumaron, adems de algunos de los oradores en su sepelio, Jean Jaurs23 e inmensas delegaciones deestudiantes. El ceremonial recay en los funcionarios de la Provincia, quienes encargaron un busto del sabioe hicieron imprimir 2500 ejemplares del retrato y del folleto que recoga la crnica del homenaje. El funeraltuvo tres partes: la cientfica, la literaria y la musical, a cargo de Toms Puig Lmez, Holmberg, Ingenieros, Per in Buenos Aires. [...]. I becam e aware of a growing stir in one of the halls. Investigating, I found that there was aformal assembly. There was of course, as is costumary in formal assemblies, some speech making, but what I remembermost cleraly was a group of young people singing something, unfamiliar to me but sounding like an anthem. The wordsthat caught my attention were repetitions of 'Gloria, gloria a Ameghino!' The sixth of August, 1931, was the twentiethanniversary of the death of Florentino Ameghino, and that was makes me think that I do correctly recal the date of thisgathering. Twenty years after that death not only were children singing his praises but also, as I soon learned, amongnon scientist in Argentina any suggestion that Florentino had ever been mistaken was met with unbelief and resentment.And yet [...] The Florentino worship has abated now among the growing number of his able Argentine successors inpaleontology and even to considerable extent among Argentine laymen" Simpson, G. G. 1984. Discovers of the lostworld. An account of some of those who brought back to life South American mammals long buried in the abyss of time.New Hayen: Yale University Presspp. 75-76.21 En particular con Moreno, quien entonces era Diputado nacional. La Vanguardia atacara a Mximo Paz por haberexonerado a Ameghino.22 Hablaron en el acto del sepelio, Ingenieros como representante de la Sociedad de Psicologa, Holmberg, como amigoy delegado de la Facultad de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires; Ambrosetti, comoamigo y delegado de la Universidad de Buenos Aires; Agustn Pndola, en representacin de los empleados del MuseoNacional; Lafone Quevedo, representando al Ministro Nacional de Instruccin Pblica y al personal del Museo de LaPlata; Francisco Legarra, presidente de la delegacin platense de la Asociacin de Maestros de la Provincia; Mercante,delegado de la UNIP, Vicente Castro por la Sociedad Cientfica Argentina, Clemente Zamora delegado del Centro deEstudiantes de Ingeniera de Buenos Aires, y el coronel Antonio Romero.23 La participacin de Juan Jaurs fue resultado de una casualidad. Agustn Alvarez y Enrique del Valle Iberlucea,vicepresidente y secretario general de la Universidad, lo haban invitado a La Plata para visitar su Museo. Torcelli losesper en la estacin de trenes y los hizo participar del funeral. "Saludado por una fragorosa ovacin, el ms grande yelocuente de los tribunos franceses" esboz una arenga sobre la obra del homenajeado. En las lecturas morales de lasque Ameghino es personaje, se lo presenta asimismo como un individuo ajeno a todos los placeres del mundo: nada dealcohol, caf ni tabaco.

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    Senet, y la banda de polica de la Provincia de Buenos Aires. Las rectoras del liceo y de la escuela Normal deLa Plata adjudicaron todas las plazas de la cazuela del teatro al personal docente y alumnas de ambosestablecimientos, el paraso del teatro le correspondi a los alumnos de las escuelas y facultades de laUniversidad. En el escenario se colocaron cien sillas, ocupadas por las delegaciones, los hermanos deFlorentino y Carlos DAste, su maestro primario. La platea se llen con un pblico que, el 16 de septiembre,haba agotado las entradas para ver un "funeral romano nutrido en los principios del civismo yhumanitarismo.. Los funerales civiles fueron varios: el primero, haba sido el 15 de agosto de 1911 en elteatro Coln de Rosario organizado por la Escuela Normal Nacional No 2, y el tercero, en 1912 en BuenosAires, organizado por la Sociedad Cientfica Argentina. Por otro lado, en Corrientes, el profesor de la escuelanormal regional, Juan W. Gez dio una conferencia en su homenaje que fue publicada por el Consejo Superiorde Educacin de la provincia, mientras que en la Biblioteca Popular de Paran, Juan Zubiaur habapronunciado otra en su memoria el 18 de septiembre de 1911. El pblico de los funerales era bsicamente elgremio de las maestras y los estudiantes universitarios, es decir los futuros cientficos y profesores deescuela. La amplia repercusin entre los maestros normales se relacionaba con la difusin de la imagen deAmeghino que Mercante y Senet haban iniciado aos [...] vistas de educacin y mar [...] maestros. Estosfunerales, [...] cuerpo del muerto no tena, [...] forzaban la idea del cientfico [...] ser en el que el cuerpo no[...] espritu del sabio est all donde sus cultores lo veneran, en el caso de Ameghino, las maestras y losestudiantes de la escuela y la universidad pblicas argentinas. La voluntad de desestimar el cuerpo aparecetambin en el relato, que Torcelli difunde como Vida del sabio, acerca del desarrollo de la diabetes y de lagangrena que finalmente desembocar en la muerte. Torcelli demuestra, con las evidencias que le brindan losrelatos de su amigo Spegazzini, de sus hermanos y de sus mdicos, la indiferencia de Ameghino frente a uncuerpo enfermo y un pie en estado de descomposicin24.

    Inmediatamente, se estableci el debate acerca de cul era la mejor manera de mantener el cultocvico al sabio argentino. Desde "La Vanguardia", el Partido Socialista exiga la publicacin de las obrascompletas oponindose a la mera ereccin de un monumento a su memoria. De todos modos, a tres das de lamuerte de Ameghino, el presidente de la Nacin Roque Senz Pea y el Ministerio de justicia e InstruccinPblica solicitan hasta 25.000 pesos al Congreso Nacional para el monumento. Algunos senadores ydiputados de las cmaras de la provincia de Buenos Aires presentaron en 1911 un proyecto para invertirhasta 20.000 pesos en otro que se colocara en el parque del Museo de La Plata. El proyecto pas a comisin,a archivo y fue reflotado en el perodo de 1913, cuando la suma se elev a 40.000 pesos Entre losargumentos para su aprobacin, figuraba la urgencia para la provincia en que fuera ella la primera en honrara su hijo. En la Cmara de Senadores se despert el debate acerca de quin deba realizarlo. Ya el grupoArs de La Plata haba manifestado El monumento a Ameghino debe ser realizado por Yrurtiaesgrimiendo que la argentinidad de Ameghino slo poda ser plasmada por un artista que por comunidad desuelo supiera interpretar este espritu. El grupo 'Ars' atacaba los proyectos que como el del monumento a laIndependencia nacional haban sido encargados a escultores extranjeros. Finalmente, en la ley se estableciuna clusula dando preferencia a un argentino o extranjero residente en el pas. La ley fue promulgada el 27de agosto y reglamentada el 20 de octubre de 1913. El monumento nunca se hizo pero las discusiones en lascmaras muestran cmo Ameghino empezaba a transformarse en pretexto para construir e interpretar unacultura argentina alimentada por el territorio.

    Vctor Mercante -ya una conspicua figura de la Universidad Nacional de La Plata- haba sugeridodurante el sepelio de Ameghino levantar el recuerdo en Lujn, frente a la casa misma donde vio la luz, paraque la juventud argentina en caravana, el 18 de septiembre de cada ao, rehaga la niez de este hombreextraordinario, como la juventud inglesa rehace la de Shakespeare y la toscana la de Galileo, y reciba elfortificante efluvio del ambiente que hizo al gran hombre. El Consejo Escolar de Lujn inici el 19 deagosto de 1911 los trmites ante la Direccin General de Escuelas de la Provincia para adquirir la casa natalde Ameghino y en su terreno edificar una escuela que llevara su nombre. En septiembre, el mismo Consejoiniciaba una suscripcin escolar para erigir un pilar y el busto del sabio, mientras que el comisionadomunicipal peda al Ministro de Gobierno de la Provincia, autorizacin para bautizar un parque no inauguradocon el nombre de Ameghino. En 1915, Lujn tena su biblioteca F. Ameghino y en 1916, la casa natalostentaba las placas de homenaje al muerto colocadas por la Sociedad Luz y por la biblioteca FlorentinoAmeghino de Buenos Aires. Sin embargo, no fue la casa del sabio sino la tumba en el cementerio de LaPlata la que se constituy en el destino de las peregrinaciones anuales de las federaciones estudiantiles de laProvincia de Buenos Aires, realizadas por lo menos en los cinco aos que siguieron a su muerte. 24 Sera errneo suponer con esto que el cuerpo del cientfico carecera para todos de importancia la retrica; Lugones,por el contrario, se detendra en las sensaciones y en el anlisis frenolgico de sus rasgos.

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    La serie de calles con el nombre de "Ameghino" empez en la municipalidad de Zrate el 24 deagosto de 1911. Las escuelas, con la nmero 9 del distrito 8 de la Capital Federal, donde el busto deAmeghino sera inaugurado en 1923 por Lucas Kragilevich. Aos despus, en 1926, una de las universidadespopulares de cuo radical presidida honorariamente por Marcelo T. de Alvear, Ricardo Rojas, DiegoMolinari y Alfredo Palacios- adopt su nombre y le hizo un himno25. En julio de 1912 en la Cmara deDiputados de la Provincia de Buenos Aires se presento un proyecto de ley por el que el pueblo de Halseypartido de General Pinto, pasara a llamarse Ameghino. El proyecto tena por objetivo crear un Juzgado dePaz en dicho vecindario, que no respetaba el nombre que figuraba en su plano primitivo y decreto decreacin: "Las medias lunas". "Halsey" era el nombre de la estacin del Ferrocarril Oeste ms cercana y eldel introductor de los carneros merinos al pas. El introductor del proyecto, V. Graciano, consideraba que losnombres con ttulos ms o menos legtimos a la consagracin nacional se estaban agotando: todo guerrero,poltico y diplomtico tena ya su pueblo, sus calles y sus plazas. La pampa, con su riqueza, generaba hechosy ciudades ms rpido que la palabra diera tiempo a buscarse. Ameghino solucionara la falta de nombrescon otro resultado del crisol pampeano: el del sabio que hizo conocer a la Argentina en el mundo. La ley alrespecto fue sancionada el 12 de septiembre de 1913. Rojas postul que el topnimo deba castellanizarse ypasar a ser "Ameguinia" en base a lo que l consideraba la influencia que tenla la nomenclatura geogrfica enla formacin de la conciencia colectiva de una nacin.

    El 17 de diciembre de 1912, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires acept la oferta de Juan yde Carlos Ameghino para publicar todas las obras cientficas y la correspondencia del mismo gnero porcuenta de la Provincia, en su taller de impresiones oficiales y aceptando la condicin impuesta por loshermanos, de contratar a Torcelli como director del trabajo. La fundamentacin del decreto inclua losgrandes mritos de Florentino, pero destacaba que "esa inmensa labor intelectual de carcter exclusivamentecientfica est diseminada en diarios, revistas, opsculos y libros ya escasos unos y agotados otros, que esindudablemente necesario reunir para bien de la ciencia, a fin de que los estudiosos puedan disponer de ella,como texto de consulta para investigaciones ulteriores". Los fundamentos destacaban el valor cientfico de laobra sin menciones a la argentinidad. Torcelli trabaj en ello hasta 1936: el tomo 1 apareci en 1913. Laedicin de las obras se hizo regularmente por entregas previstas en el ndice del volumen anterior. En 1921,la publicacin se interrumpi por dos periodos gubernativos en el tomo XII y recin en Martnez de Hozaparecera el XIII con el plan predicho once aos antes. El ltimo -los ndices- se public en 1936 durante lagobernacin de Manuel Fresco, de la cual Csar Ameghino -abogado y primo de Florentino- era Ministro deHacienda. Huelga destacar que Torcelli no sigui las sugerencias que Lugones dio acerca de corregir elcastellano de Ameghino. Las Obras completas fueron distribuidas en las Bibliotecas Pblicas municipales yprovinciales.

    El 23 de agosto de 1911, el diputado nacional Francisco Pascasio Moreno present a la Cmara unproyecto de ley por el que se autorizaba al Poder Ejecutivo a adquirir de los herederos -sus hermanos- condestino al Museo Nacional, las colecciones paleontolgicas y antropolgicas, biblioteca y manuscritos deAmeghino. "No debe demorarse un momento la adquisicin por el estado de todo cuanto sirvi a esa nobleactividad [...]. Contentarnos con su monumento y consentir que se extraigan del pas esas colecciones, seracausar serios perjuicios a la Nacin". El proyecto pas a la Comisin de Instruccin Publica y fue tratado el11 de septiembre de 1912, el mismo da que se trataba el proyecto sobre yacimientos y ruinas arqueolgicosy paleontolgicos26. En el debate -inexistente por cierto- fue Gonnet quien present el proyecto de la 25 Himno Florentino Ameghino. Himno oficial de la Universidad Florentino Ameghino", letra de Marcos J. Ferraris ymsica de Samuel Casarino: .

    Tu nombre es el lema, ilustre Ameghinoque ostenta y aclama, la UniversidadY es timbre de gloria, del pueblo Argentinoque esculpe en el bronce, de la EternidadLos hombres y nios, que van a las clases,do guardan su efigie, con creciente amor,son hijos del pueblo, y aprenden las bases,que forman patriotas de arraigo y honorCoroMaestros y alumnos: unidos marchemosCantando al gran sabio, con aire marcialVivemos str nombre: con ansia entonemosUn Himno de gloria, viril, y triunfal.

    26 cf. Endere y Podgorny, "Los gliptodontes son argentinos: la ley 9080 y la creacin del patrimonio nacional, CienciaHoy, e. p.

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    comisin que distingua entre la expropiacin de las colecciones y, por otro, la compra de los manuscritos ybiblioteca. Angel Gallardo, nuevo director del Museo Nacional, haba manifestado la convenienciaindiscutible de la adquisicin. Gonnet recurri a la fama pblica de Ameghino: "los seores diputados sabenquin fue el doctor Ameghino" y, asimismo, recogi la imagen de Jos Ingenieros "ante todo y por sobretodo, [Ameghino era] un gran filsofo".

    La ley 9080 sobre ruinas y yacimientos arqueolgicos y paleontolgicos pretenda consagrar lacooptacin por el Estado de los estudiosos, coleccionistas y de las sociedades cientficas, que por dicha ley,hubiesen debido subordinarse al control de la Nacin. Asimismo, la expropiacin de las colecciones deFlorentino Ameghino ayudaba a cerrar esta historia del cientfico independiente, que desde su identidad ymritos personales, haba competido con la credibilidad de las instituciones cientficas de la Repblica.

    Ameghino en las versiones de Rojas, Lugones e Ingenieros.Santo de los maestros, ejemplo de los nios

    En la dcada de 1910 la empresa de fundar una cultura argentina es asumida por Rojas, Lugones eIngenieros. Los tres tomaran a Ameghino como una de las bases sobre la que poda edificarse. En 1912, enel primer aniversario de la muerte y bajo los auspicios de la Sociedad Cientfica Argentina se realiz un actopblico presidido por el Ministro de Instruccin Pblica de la Nacin. Para honrar su memoria Ricardo Rojas-"como quien cumple un acto sacerdotal"- pronunci un sermn laico, incluido en 1921 en su libro Losarquetipos. All se presentaba "nuestra raza" a travs de distintos arquetipos individuales. En tal obra, elpanten de varones ilustres estaba constituido por Belgrano el patricio, Gemes el caudillo, Sarmiento eleducador, Pellegrini el estadista, Ameghino el sabio, Guido el poeta. Para Rojas stas eran figuras ejemplaresque honraran aquello que l denominaba "nuestra raza en formacin" a la vez que fundaban una nuevamoral y un nuevo civismo. Ameghino mereca este sitial por diversas razones. La primera lo ligaba con eltronco heroico e hispano de la raza, que haba luchado por fijar su lengua en Amrica: Ameghino -hijo deinmigrantes, interlocutor del mundo- haba escrito su doctrina en el idioma cvico del pas. Afirmacin falsaya que parte de su obra la escribi en francs, pero que a Rojas le serva de pretexto como elogio delcastellano, a punto tal de proclamar este idioma como rgano expresivo de las ciencias. La segunda, la tierray el suelo de la patria, cuya posesin espiritual Ameghino habra consumado al hallar los huesos de nuestrosmanes prehistricos". La tercera, la mancomunacin en constituir la nacionalidad argentina con el estadolaico como instrumento de civilizacin: la ciencia y el estudio de la naturaleza por inters filosfico le dabansignificacin poltica y nacional a pesar de haberle faltado en vida todo apoyo oficial. En su historia de laliteratura argentina, en 1922 Rojas inicia "Los modernos" con la figura de Ameghino, colocndolo comopiedra de toque del enfrentamiento entre el Estado argentino con la Iglesia catlica, un conflicto en el queAmeghino no haba participado pero que en 1922 lo tena como objeto de disputa. Las fuentes de Rojas paracrear al "Ameghino" de la literatura son mencionadas por l mismo y demuestran por s solas la parcialidadde la informacin: Lugones, Ingenieros, Ambrosetti, Mercante. Rojas haba reflexionado tambin sobre lasseales de Dios hacia el pueblo argentino que Ameghino haba descubierto al proponer que el hombrepampeano, el primer argentino, parti de aqu a poblar la tierra.

    En 1914, y como resultado de un encargo de la Sociedad Cientfica Argentina, Leopoldo Lugonesescribe su "Elogio de Ameghino", publicado primero como folletn en La Nacin (28 de febrero al 14 demarzo), el libro aparece publicado en Buenos Aires encabezado por la protesta sobre la ley argentina depropiedad literaria. La desobediencia a la autoridad es uno de los rasgos de Ameghino que Lugones destacacon uncin, recubrindolo de los rasgos que quiere para el hombre de la civilizacin argentina. Otros son deindudable resonancia personal como la fidelidad conyugal y el inters en la luna. Para analizar a Ameghino,Lugones despliega toda su batera cientfica, procedente de lecturas autodidactas como la grafologa y lafrenologa que le permiten basar en evidencias fsicas los rasgos del carcter ameghineano. Cuvier era uno delos autores admirados por Lugones y, a diferencia del resto de los autores que se encargaron de comparar aAmeghino con Darwin, en el "Elogio" todos los paralelismos sern tejidos con la vida del sabio francs. Eneste libro, Lugones -como Rojas- argumentar sobre la grandeza de la pampa y, especialmente, sobre elpapel de Ameghino por haberla hecho conocer en el mundo. Lugones inicia el "Elogio" con una descripcinde las impresionantes salas de los mamferos fsiles de los museos de Londres y Pars -que visit durante suestada en Londres en 1914- donde se topa con los hallazgos pampeanos. La riqueza fosilfera de las Pampastuvo para Lugones dos papeles: modelar el pensamiento de Cuvier, Darwin y Ameghino; el otro, ayudar aconfigurar un pas, no por el orgullo falso -como quiere Rojas- de la continuidad con esa no Argentina del

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    pasado sino por predestinar el desarrollo de una tradicin cientfica que la devele27. Lugones, a diferencia deRojas y por defensa a su profesin literaria, destaca el incorrecto castellano de Amegnino y recomienda, enel caso de una reedicin de sus trabajos, una depuracin del idioma para no fomentar los malos ejemplos. Porlo tanto combate la despreocupacin de Ameghino -ensalzada por Rojas y Mercante- por no buscar la formabella de la verdad cientfica. Asmismo ataca el argumento de la "importancia patritica" de la antigedad delos restos humanos en Argentina y en cualquier otro sitio del planeta. "Cuando este fenmeno se produjo,ninguna tierra era lo que es hoy" adems que "la civilizacin argentina es europea [...] calificar, pues, deargentinos a los hombres fsiles hallados en la Argentina actual, y a su rudimentaria civilizacin, es caer enel ridculo [...]. Es Ameghino lo que vale en la ocasin, no los hombres fsiles yacentes en su lecho depolvo.28

    Todo intento en contrario -en los que los paleontlogos y antroplogos norteamericanos y europeosas como Ameghino habran cado- son para Lugones puerilidades, exasperaciones patriticas, comezones deimperialismo, resultantes de la falsa oposicin entre patria y humanidad y que la guerra mundial parecafomentar.

    Sera Jos Ingenieros el que insistira con ms fuerza en difundir el mito de Ameghino como uno delos fundadores de las bases culturales argentinas. As, edita en 1919 y dedicado "a los maestros de escuela, elgremio que dio a la patria los nombres ilustres de Sarmiento, Ameghino, Almafuerte un compendioexplicativo de las doctrinas donde, adems, relata la historia de su inters por las mismas. Como Lugones,Ingenieros haba "redescubierto" a Ameghino en Europa "estudiando ciencias naturales en las universidadesde Heidelberg y Lausanne", y se propone iniciar una serie de artculos sobre la doctrinas y las teorasantropognicas. En la "Revista de Filosofa" se publicaran varios artculos pstumos de Ameghino y desdeall se creara la figura del Ameghino filsofo con el credo ameghineano como base. En La culturaargentina, Ingenieros reeditara La antigedad del Hombre en el Plata en 1918, Filogenia en 1915,adems de una seleccin de escritos realizada por Torcelli, llamada "Doctrinas y descubrimientos". Subiografa tendra que haber aparecido en el "Diccionario de intelectualidades argentinas" de la mismacoleccin. Estas ediciones, que se difundieron a travs de las bibliotecas populares no catlicas, reproducanlas obras iniciales de Ameghino, divulgando el estado de la arqueologa geolgica de casi cuarenta aosatrs, con sentido de palabra sagrada y proftica. Con ellas iban, adems de las afirmaciones que en laciencia de la dcada de 1910 ya no se podan sostener, las quejas y las denuncias anteriores a la participacinde Ameghino en los proyectos e instituciones cientficas argentinas.,

    Por otro lado, haba sido Vctor Mercante uno de los primeros en insistir en la adscripcin del"sabio" al gremio de los maestros. Segn sus panegiristas, su pasado docente y la supuesta formacinautodidacta lo emparentaban a Sarmiento. Ya antes de su muerte, el tpico de la autodidaxia deAmeghinoAmeghino apareci en los libros de metodologa normal. En 1908, Senet defina, en sus leccionespara los maestros, las formas de educacin, reconociendo tres principales: la individual o espontnea, lasocial o refleja y la escolar o sistemtica. Para la primera, que correspondera a la que se dan a s mismos lostalentos, los genialoides y geniales, los tres ejemplos histricos eran, Valentn Duval, Ameghino ySarmiento. Senet desestima -por los peligros que entraa- el valor de la educacin espontnea pero lapondera en el caso de sus ejemplos29. por otro lado, Ameghino pas rpidamente a ser un personaje de loslibros de lectura, de educacin moral y cvica publicados por editoriales argentinas, que empezaban a serescritos por los maestros normales o profesores de las secciones pedaggicas universitarias locales. Uno delos primeros en incluirlo como ejemplo de conducta es el de Ernesto Nelson, profesor de la UniversidadNacional de La Plata donde su imagen de hombre virtuoso e independiente se constituye en sendas parbolas

    27 Y esto, porque, como deca nuestro sabio, la Pampa es la pgina geolgica ms completa que la eventualidad de losfenmenos naturales nos ha conservado: comprobacin sugerente, sin duda, de magnficos destinos; pues sea queconsiderndola con criterio positivista, veamos en ella una causa, o que bajo un concepto idealista, la apreciemos comoun efecto trasizendente, ella comporta para el pas donde se la verifica una ventaja natural, dadas las consecuencias queen tal sentido apareja toda predisposicin favorable, y el papel cada vez ms importante de la ciencia en el desarrollo dela civilizacin. La geologa y la paleontologa de un pas deben influir sobre dicho desarrollo, tanto como la geografa,aunque sus resultados sean menos perceptibles e inmediatos. Tendramos ya una demostracin de este postulado en laevidente predileccin cientfica que manifiesta la inteligencia argentina. Es desde luego, la inclinacin natural hacia ellibro abierto; pero como la emancipacin de los espritus estriba principalmente en la ciencia, una y otra cosa irn as,constituyndonos el pas ms libre; es decir, el ms feliz y el ms fuerte. La riqueza paleontolgica de nuestro territorio,tanto la obra del sabio que hubo de organizarla con perspicacia superior, cobra de esta suerte toda su importancia social"Lugones, Elogio de Ameghino. Buenos Aires, 1915, 18-19.28 Lugones op. cit. pp. 70-72.29 Senet R. Metodologa Buenos Aires: Cabaut 1908, p. 10.

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    morales al estilo de los catecismos cvicos30. En 1913, Jos Mara Aubin, maestro normal cuyos textos tenangran xito en Editorial Estrada, haba incorporado a Ameghino en Destino cuarto libro de lectura, comosmbolo de "una gran vida y un noble ejemplo". All Aubin resuma la biografa escrita por Ingenieros, a lavez que presentaba su vida y obra, emparentndolo con Belgrano a partir del suelo de sus antepasados: latierra de Oneglia en la provincia de Gnova. A la enumeracin de todas sus publicaciones -en el orden y enel momento biogrfico en que aparecieron- le sigue el significado que tales obras tuvieron, en tanto la mayorgloria que le daban progresivamente a la ciencia argentina. En suma, esta vulgata ameghineana, dirigida a losmaestros y estudiantes de la escuela pblica, cre un cuerpo nuevo que se dio en llamar ameghinismo y quepostulaba que Florentino haba sido -adems de un profeta- el sabio argentino por antonomasia. En elameghinismo, la obra careca de importancia frente a la biografa fabulada y la queja congelada de losprimeros aos de los 80. Los debates que desencaden hablan de ello. El ameghinismo congreg aperiodistas, cientficos, militares, polticos, sacerdotes durante los trece aos que siguieron a su muerte. Estacorriente no tuvo correlato con ninguna de las teoras cientficas en boga fuera de la Argentina dado que suobjeto principal fue el culto al sabio nacional y tuvo el singular efecto de concentrar las discusionesantropolgicas, geolgicas y paleontolgicas hasta 1930.

    El ameghinismo y los debates en torno al cultoMientras Torcelli iniciaba la edicin de las Obras Completas, Carlos Ameghino continuaba la obra

    de su hermano, aumentando los descubrimientos de hombres fsiles americanos y demostrando con ello laverdad anunciada en las profecas de Florentino". En 1914, en las barrancas de la costa atlntica bonaerense,Carlos hall pruebas de la antigedad terciaria de un hombre inteligente e industrioso: una flecha de cuarcitaincrustada en el fmur de un precursor del toxodonte. A ello se sumaba el hallazgo de huesos humanosfsiles en Catamarca. La ciencia sudamericana haba tenido su profeta de la pampa y slo quedaba honrarlocomo santo civil del pas.

    Los primeros debates sobre la obra de Ameghino se dan en el marco del conflicto con los centros deestudiantes catlicos y en el de la creacin de marcos de cultura popular alternativos a los dominados por lossocialistas y los reformistas laicos. Los opositores al comisionado del Ejecutivo Provincial en Lujn, quehaba promovido los homenajes locales, impugnaron la veracidad del lugar de nacimiento de Ameghino: sufe de bautismo no apareca en los archivos parroquiales. Los curas fueron acusados, entonces, de habersustrado el documento para que la baslica no tuviera la competencia de las peregrinaciones a la casa nataldel sabio. En 1915 aparece la copia del acta de nacimiento y de bautismo de "Florentino Ameghino",inscripta el 19 de septiembre de 1853 en la Parroquia San Saturnino de Moneglia. El conflicto lujanense fueamplificado por La patria degli Italiani, el "Giornale d'ltalia" y por los socialistas en puja con los catlicos.En 1916 Torcelli edit -por su cuenta- un folleto que titul La nacionalidad de Ameghino, donde defenda,a ultranza y falazmente, el nacimiento en Lujn. Inventaba un penoso viaje de los padres y la muerte deFiorino a bordo del barco, recurra a los testimonios de los genoveses que los haban visto llegar, a losrecuerdos familiares, a la autoridad de los polticos intachables (Zeballos, Mitre, Sarmiento y an JurezCelman), pero sobre todo, a las afirmaciones de Ameghino. Si Ameghino dijo que haba nacido en Lujn, asera: todo individuo sabe dnde ha nacido, cmo lo ignorara el sabio? Los panegiristas del Partido Socialistadieron por concluida la cuestin y la Sociedad Luz en 1916 puso su placa en la casa natal31. Asimismo,Adolfo Dickinarn, diputado en la Legislatura de Buenos Aires, propuso en las cmaras destinar parte delpresupuesto del ao 1917 a la expropiacin y conservacin de la casa de Ameghino en Lujn. A ello seopuso el diputado catlico Nicanor G. de Nevares quien esgrimi las pruebas de la nacionalidad italiana. Enconsecuencia se nombr una comisin investigadora que nunca se expidi al efecto. Como parte de estedebate, los socialistas difundieron la idea de la enemistad de Ameghino hacia la Iglesia catlica y enparticular contra la imagen de la Virgen de Lujn.

    30 Moral y civismo, libro primero para 3 y 4 grados por Ernesto Nelson, Editorial Kapelusz, Buenos Aires; JuanManuel Cotta (director de la Esc. Nacional N. 92 y Profesor del CN de Dolores) Ejemplos. Lecturas morales paraformar el carcter de los nios, Buenos Aires: Cabaut, 1916 con ilustraciones de Fortuny.31 Angel Gimnez -el mismo que haba hecho ferroviario a Ameghino- comentaba en 1916: La modesta choza que anse mantiene en pie [...] no puede ser erigida en monumento nacional, dicen los catlicos. Y cmo va a serlo, si all,frente a ella, se levanta la baslica de la virgen, la sede del comercio de amuletos y promesas de los frailes Lazaristas yMaristas, que pueden ver algn da perdida la fe del pueblo, que los abandonar, para ir a buscar la verdad, a inspirarsevisitando la casa del noble sabio" cf. "La iglesia catlica contra Ameghino", Nuevos Tiempos, Buenos Aires, 1916.

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    La Liga patritica, enemiga de los centros de cultura popular y de la reforma universitaria, atacara aAmeghino en 1919, promoviendo el culto a Francisco Moreno. En el sepelio de Moreno el 23 de noviembrede 1919 en el cementerio de la Recoleta, Manuel Carls se dirigi a la juventud argentina: "Jvenes quedespertis a la vida y que dudis del patriotismo y mostris tibiezas en vuestros sentimientos nacionalistas,venid a esta tumba para aprender que la patria esta en la entraa de la tierra [...] Venid a esta tumba yhallaris la senda para continuar la tradicin pernclita de la patria"32. A partir de all los dos muertosreavivaran su enfrentamiento con ideales ms ampulosos: para los socialistas Moreno pasara a ser unantievolucionista asociado a las fuerzas reaccionarias de la sociedad aunque su tumba no llegara a despertarlos fervores que s haba despertado la de Ameghino en La Plata.

    En 1915 se iniciaban tanto la desconfianza hacia la obra de Carlos Ameghino como los conflictosentre los herederos cientficos de Florentino, es decir, el grupo sobreviviente de su generacin, el grupo delos ex-colaboradores como el abogado aficionado a la historia Luis Mara Torres y el grupo de los que sehaban formado en el ameghinismo en la escuela o en la universidad. Entre estos ltimos, se cuentanMilcades Vignati, Lucas Kraglievich, Martn Doello Jurado y Antonio Serrano33. El teniente coronelAntonio A. Romero -un antiguo colaborador- acus a Carlos y a su gente: Torres, el preparador SantiagoPozzi y el naturalista viajero Lorenzo Parodi, de "entretener la crnica impresionista de la prensa diaria de laCapital" para, a travs del ruido, conseguir empleos y ctedras. En 1916 Carlos, como presidente de laSeccin Paleontologa, particip de la primera reunin nacional de la Sociedad Argentina de CienciasNaturales en Tucumn. All present los objetos y hallazgos del terciario y se aprob por unanimidad lamocin de proceder a investigaciones geolgicas comparativas y fisiogrficas para solucionar el problemade la edad de los estratos en los que aparecan dichos hallazgos. Con esta mocin se cuestionaba el usoexclusivo de los restos faunsticos para datar la edad de los estratos. Por su parte, desde el Colegio ElSalvador y la revista catlica Estudios de Buenos Aires, el P. J. M. Blanco, profesor de Historia Natural delSeminario Pontificio de Buenos Aires, denunciaba el fetichismo de los socialistas. En 1916 Blanco diocuatro conferencias en el saln de actos pblicos del Salvador con la intencin de combatir las banderas desecta, que sobre la base de la debilidad de la niez, tomaban como incuestionables las teoras de Ameghino.En 1917 Blanco atac dos artculos de "La Razn": uno sobre Ameghino filsofo el segundo sobre laconferencia de Garret Servis "El hombre no desciende del mono". Si bien este artculo no nombraba aAmeghino, los ameghinistas ms acendrados empezaban a defender la tesis de una lnea de evolucinamericana que llevaba directamente al hombre34.

    En efecto, entre 1918 y 1919 Carlos -director interino del Museo Nacional en el perodo 1917-1923-se convenca de la existencia del hombre mioceno de las pampas y presentaba la evidencia a la SociedadPhysis. Carlos Ameghino crea, que mientras Europa se hallaba habitada por una raza inferior, la deNeandertal, Amrica estaba poblada desde antes o contemporneamente por una raza de hombres que, ajuzgar por el instrumental de Miramar, slo era comparable al Homo sapiens. En 1918 Romero insisti consus crticas, publicndolas en los Anales de la Sociedad Cientfica Argentina. Le sale al cruce MilcadesVignati, profesor normal de 24 aos y responsable ad-honorem de las colecciones de paleoantropologa delMuseo Nacional. En este panfleto, Vignati acus a la Sociedad Cientfica de dar cabida a aficionados. Por suparte, Eric Boman, un arquelogo sueco radicado en Buenos Aires, publicaba un estado de la cuestin en elJournal de la Societ de Americanistes de Pars donde no se expeda sobre el asunto. En 1921, uno de losartculos de Blanco atac directamente al corazn del ameghinismo: los hallazgos de Carlos Ameghino y suayudante Parodi fueron calificados de farsa y mistificacin35. Desde la Revista Chilena de Historia yGeografa lleg la resea que Blanco hara publicar y que Boman luego contestara: No nos explicamos por

    32 La Nacin 24/11/1919 y "Hay en mi tierra una tradicin sentimental suelto editado por la Liga patriticaArgentina33 Esta polmica ha sido relatada por Leonardo Daino en "Exgesis histrica de los hallazgos arqueolgicos de la costaatlntica bonaerense", Prehistoria bonaerense, Olavarra, 19179. pp. 93- 195.34 P. Blanco (Graco Nebel) Ameghino filsofo!, Estudios, 13, octubre de 1917, pp. 277-279, y "Otra vez LaRazn, Estudios, 13, noviembre de 1917, pp. 338-342. En 1918, La cultura argentina destacaba: "Hoy da se handespertado dos tendencias en contra de la obra de Ameghino, una cientfica que combate denodadamente la obra delsabio, otra de tendencia puramente religiosa ha publicado panfletos irrespetuosos [...]. Esta triste propaganda con elantifaz de cientfica, -debe ser neutralizada, porque no slo es perjudicial al inters general, sino que es cobarde, puessus panfletos son annimos. Pero pseles a los seores fanatizados por las creencias, llegar el da en que lasgeneraciones de maana, ms liberales, ms estudiosas y ms preocupadas lo honrarn y su nombre y su obra perdurara travs de los aos y de los siglos, como un portento, es decir como lo que fue, un portento cientfico, un sabio. JuanCnter Florentino Ameghino, El tabaco, 1, 8. Buenos Aires. 1918.35 Blanco, J. M: Las bolas de Parodi, sern bolas?, Estudios, 20, pp. 31-35, 1921.

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    qu tantos ilustres sabios argentinos y extranjeros, que residen en la vecina Repblica, no han sido antessuficientemente claros al tratar esta materia. Y verdaderamente me extraa que Boman, que debe estar muyal cabo de estas cuestiones no haya dicho ni una palabra en el trabajo que acerca de los hallazgos de Miramarpublic en el Journal. Blanco reprodujo en Estudios tanto la respuesta qu Boman public en la RevistaChilena de Historia y Geografa como dos notas que atacaban al ameghinismo en toda su dimensn36. Esdecir, la carta de Antonio Serrano, profesor normal de Paran y presidente de la "Asociacin EstudiantilMuseo Popular", donde felicitaba a Boman por su obra esclarecedora dicindole: 'debiera hacerse circularmuy particularmente entre los maestros argentinos, quienes se sienten muy ameghinistas, sin haber ledo unsolo libro de don Florentino (se lo digo por experiencia: soy maestro argentino)" y por otro, el testimonio deFernando Lahille, jefe de la seccin de zoologa aplicada del Ministerio de Agricultura, tomado de "ElPueblo" del 12 de abril de 1922. Blanco sostena que la comunicacin de Lahille al congreso de Tucumn de1916 -donde expresaba sus dudas respecto a la autenticidad de los hallazgos de Miramar- haba sidocensurada por Carlos Ameghino y Martn Doello jurado. La nota de Boman37 recapitula las opinionescontrarias al valor probatorio de las piezas osteolgicas descriptas por Florentino, procedentes de la crtica deAles Hrdlicka en 1912 y de Marcellin Boule en 1921 (Museo de Historia Natural de Pars) Boman le da larazn a Laval acerca de lo curioso que es que "ninguno de los pocos antroplogos que aqu existen hayahecho conocer al pblico en qu consisten las teoras de Ameghino y lo que argumentan los especialistas encuanto a ellas, dos cosas sobre las cuales son enteramente ignorantes los aficionados y profanos quecomponen los ameghinistas, quienes se guan por reclamos de peridicos y por la propaganda de ciertaspersonas que explotan dichas teoras con fines polticos u otros fines ajenos a la ciencia". Boman -unprotestante a quien le desagrada confirmar los datos del Padre Blanco sobre Parodi- no duda de lascapacidades de Carlos Ameghino pero exige de sus colegas prolijidad e imparcialidad cientfica en ladeterminacin del "instituto de la autenticidad de los hallazgos y de la edad geolgica de los estratospampeanos: la ciencia de nuestros das no admite afirmaciones y cuentos de personas profanas a ella niconvencen a nadie los reclamos de los diarios

    Indudablemente se estaba pidiendo la clausura del debate en el sentido de cerrarlo a los noprofesionales. Boman muri en 1924, poco antes de la sesin en que la Sociedad Argentina de CienciasNaturales discuti el trabajo donde Outes y Frenguelli abogaban por la edad cuaternaria de los estratos38.Dicha sesin de naturalistas universitarios tuvo lugar el 26 de julio y el 2 de agosto. Carlos Ameghino no fueinvitado as como tampoco Senet ni Mercante. La discusin se estableci entre Lucas Kraglievich, ayudantetcnico de Paleofitologa del Museo Nacional, y Joaqun Frenguelli, mdico naturalista italiano que trabajabaen la Universidad Nacional del Litoral como profesor de Geologa y paleontologa. Outes -viejo criollo-apoyaba al segundo. El debate metodolgico entre paleontlogos y estratgrafos se una a las impugnacionesacerca de la legitimidad de los cientficos extranjeros a insertarse en la tradicin de investigacin nacionalfundada por Florentino Ameghino. Kraglievich haba publicado un artculo en mayo en Renovacin encontra de los investigadores europeos que seguan llegando al pas a ocupar los cargos que eran para losgraduados universitarios argentinos. Frenguelli y Outes39 lo acusaron de xenofobia "acentuada con laamenaza moreiresca o el desplante arrabalero", de querer erigir la memoria de Ameghino en smbolo denacionalidad; y de utilizar argumentos efectistas40. El debate trajo citas en todos los idiomas de los trabajosde geologa y paleontologa ms recientes. La clausura del tema qued garantizada no slo por la jergacientfica sino tambin por el traslado de las investigaciones a zonas donde fuera geolgicamente ms fcildeterminar la edad de los estratos. La pampa quedara largos aos consagrada por la santidad de su profeta.Sera imposible discutir sobre sus estratos sin que el fantasma de Ameghino despertara las acusaciones ms

    36 "Hablan los hombres de ciencia del pas sobre las asendereadas teoras de Ameghino", Estudios, 22, Buenos Aires,1922, pp. 428-445.37 Los vestigios de Industria humana encontrados en Miramar (Repblica Argentina) y atribuidos a la poca terciaria,Revista Chilena de Historia y Geografa, 39, 1922, pp. 330-352.38 "Posicin estratigrfica y antigedad relativa de los restos de industria humana hallados en Miramar", Physis, 7,Buenos Aires, pp. 277-398.39 Outes concluye protesto en nombre de mi argentinidad, que no es de ayer, de ese mal entendido nacionalismo; yespero que la sociedad argentina de Ciencias Naturales no tolerar que tales fermentos prosperen en su seno, pues, de nohacerlo as, sufrira un menoscabo en su prestigio y contribuira a la formacin de odiosos sectarismos. Frenguelli-Outes op. cit. nota 38, pp., 339.40 Kraglievich argumenta: "para este propsito de descubrir la verdad yo no rehuyo la colaboracin de los estudiososextranjeros capaces de ilustrarnos y ojal vinieran muchos y sabios. Pero estoy resuelto a no permitir que se destruya laobra realizada por los investigadores del pas durante largos aos, sino con documentaciones fehacientes" Frenguelli-Outes op. cit. pp. 327.

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    graves: la socializacin de los universitarios y de los maestros en el ameghinismo haba tejido una estrechaasociacin entre el sabio y la Argentina.

    Parte de las ciencias naturales cerraron el campo alrededor de la defensa o el ataque al ameghinismomientras la paleontologa europea y norteamericana segua por otros caminos como por ejemplo, las nuevasideas acerca de los mecanismos de la evolucin.

    En 1936, el paleontlogo George Gaylord Simpson, se asombrara y se preguntara por qu seentonaban himnos a Florentino Ameghino en el decrpito edificio del Museo Nacional. All, comparta conCarlos Ameghino el lugar de trabajo y los recuerdos sobre sus hallazgos en el paraso perdido de las erasgeolgicas, mientras analizaba los materiales que su hermano haba descripto. Ante los ojos de unobservador externo, pareca que parte de la ciencia argentina consista en olvidar la investigacin y endesestimar las ideas que circulaban en los medios internacionales, para dedicarse, en cambio, a agradecer aldestino el haber enviado a Ameghino a esta tierra de magnficos gliptodontes. Parte de las ciencias naturaleshaba cerrado el debate alrededor de la defensa o el ataque al ameghinismo, mientras la paleontologaeuropea y norteamericana segua por otros caminos, como por ejemplo, las nuevas ideas acerca de losmecanismos de la evolucin. En Buenos Aires y La Plata, las ciencias naturales sin utilidad pblicainmediata se estructuraron alrededor de un mito que poda darles cierta fuerza en la obtencin de mayoresrecursos y lugares de trabajo. Sin embargo, el mito ameghinista y los ataques que sufri en el contexto por elcontrol de los centros de estudiantes y de cultura popular, fueron la base no de una poltica cientfica, sino depomposos actos circunstanciales que perpetuaban y transformaban los contenidos de una vida heroica. Deesta manera, Florentino Ameghino -desde su tumba- acab por devorarse a sus herederos.

    AgradecimientosEste artculo se origina durante la escritura de mi tesis, le agradezco a Guillermo Ranea sus ideas y

    sugerencias de entonces. El trabajo de relevamiento en diarios de Mximo Farro me permiti documentar larealizacin de las peregrinaciones a la tumba del sabio, descubiertas con Laura Miotti mediante la placa de1915 que se conserva en el espantoso monumento del cementerio de La Plata. A Luis Rossi le agradezco lasnotas publicadas en la Revista de Filosofa. Los recuerdos de Alberto Rex Gonzlez me brindaron algunaspistas mientras que las preguntas de Mara I. Martnez Navarrete, Patricio Geli, Beatriz Medina y XeniaMefia me ayudaron a estructurar este artculo. No debo olvidar agradecer a los bibliotecarios del MuseoEtnogrfico, del Museo de La Plata y del Ibero-Amerikanisches Institut de Berln. Jos A. Prez Gollncomparti co