Plantas introducidas en Aragón - … · a las plantas que crecían allí de forma natural por...

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¡ ........ .. _ - I . ................... Plantas introducidas en Aragón Javier PUENTE CABEZA Servicio Provincial de Medio Ambiente. E-22071 Hue ca. España. e/e: [email protected] Figura 1. La pita (Agave americana) es a menudo subespontánea en Aragón, pero sólo dudosamente espontánea. Algunas definiciones En la flora de un país, distinguimos las espe- cies espontáneas, que crecen en sitios donde no reciben cuidados del hombre, subespontáneas, que crecen donde se han cultivado durante un tiempo después de haber sido abandonadas, pero sin negar a reproducirse de forma estable a largo plazo, y cultivadas, que son las que viven en un lugar porque el er humano las cuida. Entre la especies espontáneas tenemos que distinguir la autóctonas -que ya crecían en la zona de forma E n los libros de Botánica, aprendemo que las plantas se propagan en su fase de semi- na y, algunas veces, mediante fragmentos vege- tativos que se rompen y son arrastrados por el agua o el viento. A veces germinan muy cerca de la planta de la que proceden y en otras oca- siones viajan a di tancias más o menos largas. Sin embargo, en la actualidad mucha plantas han encontrado una forma de viajar totalmente nueva y más rápida para recorrer largas distan- cias: dispersadas por el er humano. <'l o 00 00 <'l o Z 38

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Plantas introducidas en Aragón

Javier PUENTE CABEZA

Servicio Provincial de Medio Ambiente. E-22071 Hue ca. España.e/e: [email protected]

Figura 1. La pita (Agave americana) es a menudo subespontánea en Aragón, pero sólo dudosamente espontánea.

Algunas definiciones

En la flora de un país, distinguimos las espe­cies espontáneas, que crecen en sitios donde noreciben cuidados del hombre, subespontáneas,que crecen donde se han cultivado durante untiempo después de haber sido abandonadas, perosin negar a reproducirse de forma estable a largoplazo, y cultivadas, que son las que viven en unlugar porque el er humano las cuida. Entre laespecies espontáneas tenemos que distinguir laautóctonas -que ya crecían en la zona de forma

E n los libros de Botánica, aprendemo quelas plantas se propagan en su fase de semi­

na y, algunas veces, mediante fragmentos vege­tativos que se rompen y son arrastrados por elagua o el viento. A veces germinan muy cercade la planta de la que proceden y en otras oca­siones viajan a di tancias más o menos largas.Sin embargo, en la actualidad mucha plantashan encontrado una forma de viajar totalmentenueva y más rápida para recorrer largas distan­cias: dispersadas por el er humano.

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¿Cómo seproducen las

introducciones?

ejemplare procedentesde reproducción vegeta­tiva, pero sólo en lasinmediaciones de losejemplares grande . Ene te caso: podríamosconsiderarla tanto sub­espontánea como es­pontánea naturalizada.Si la reproducción esabundante y se extiendelejos de donde se plantó,como sucede en Aragóncon la alfalfa (Medicagosaliva), ya podemosconsiderar la especieperfectamente naturali­zada. Se ha calculadoque sólo la cuarta partede las plantas subespon­táneas en E paña hanllegado a hacerse des­pués espontáneas (SANZELORZA el al., 2004).

Unas veces la disper­sión es intencionadaporque las cultivamoscomo ornamentale ,co­mestibles, medicinales

o productoras de fibras, y despué e asilvestran.Por ejemplo, la retama (Sparlium junceum) , delMediterráneo oriental, se cultiva a menudo enjardines y se naturaliza frecuentemente. EnEspaña, se ha calculado que la jardinería es res­ponsable del 48% de las introducciones y la agri­cultura del 18% (SA Z ELORZA el al., 2004).

En otras ocasiones, la propagación es fortuita:las semillas viajan mezcladas con cargamentosque el ser humano transporta de unos rinconesdel globo a otros, o incluso las transportamosnosotros mismos (barro en los zapatos, frutoscon ganchos en la ropa...). Es el caso de lasmalas hierbas, como la zamarraga (Conyzabonariensis) o el bledo (Amaranthus muricatus)-ambas de Sudamérica-, o de plantas que vivenen aguas muy contaminadas, como la norteame­ricana Bidens frondosa.

Entre los traslados intencionados, cobrancada vez mayor importancia las restauraciones

Figura 2. La alfalfa (Medicago ativa) procede de Asia central, pero hoy en día seencuentra silvestre en todo Aragón.

natural- de las alóctonas, que han sido introdu­cidas por el hombre y e han naturalizado oasilvestrado. Estas últimas reciben también elnombre de neófitos (= «plantas nuevas»; la pala­bra también se aplica a los nuevos adeptos deuna religión o de una corriente de pensamiento,pero entonces su etimología es diferente y signi­fica «nacido de nuevo»).

Los límites entre los anteriores conceptos sona veces muy difusos. La cebada (Hordeum vul­gare) e claramente subespontánea porque crecea veces en un barbecho o en un ribazo al lado dedonde se ha cultivado el año anterior, pero no sereproduce en años sucesivos. Con la pita (Agaveamericana), la situación en Aragón es más com­plicada, ya que puede quedar en un sitio dondese ha cultivado mucho años después de haberde aparecido todo indicio de cultivo, cuando lacercana torre se ha derruido o los bancales no sereconocen. Además, es frecuente ver pequeños

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Figura 3. La retama (Spartium junceum) se planta a menudo para estabilizar y

ornamentar taludes, y se asilvestra en sotos y graveras.

de la zona restaurada,si desplazan a las nati­vas, o si los alelas(material genético) fo­ráneos sustituyen a losautóctonos cuando laespecie es la misma opróxima.

Una vez que unaplanta se ha naturali­zado de forma abun­dante y ha ocupadotoda la superficie dehábitat que le es favo­rable en el país de lle­gada, es muy dificilsaber si la planta esautóctona o alóctonasi no se dispone defuentes históricas es­critas. Así, por ejem­plo, se ha sugerido aveces que Peganumharmala, cuya áreaprincipal de distribu­ción es el norte deÁfrica, fue introduci­da por los árabes en lapenínsula Ibérica hacemuchos siglos, ya quese usó como hipnótica(para conciliar el sue­ño y producir embria­guez), sudorífica (para

sudar), vermífuga (para eliminar lombricesintestinales), emenagoga (para provocar la regla)y tintórea (para teñir de rojo). Sin embargo, nohay manera de comprobarlo con seguridad.Otras veces, en cambio, es muy fácil porque lanaturalización se está produciendo ahora mismo,ante nuestros ojos: Aptenia cordifolia yDrosanthemum floribundum son dos plantas cra­sas sudafricanas que se cultivan a menudo en lasjardineras de los balcones y se están registrandoahora sus primeras citas en Aragón como plantasespontáneas.

Lo más frecuente es encontrar estas especiesforáneas en ecosistemas muy alterados, comozonas cercanas a pueblos, ciudades y urbaniza­ciones en ambiente rural, cunetas y campos deregadío. Algunos cultivos tienen especies carac­terísticas, como la asiática Abutilon theophrasti(soja americana u hoja de terciopelo) en campode maíz, o las plantas acuáticas Cyperus diffor-

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«ecológicas» (BALAGUER, 2004). Cuando se hahecho un enorme movimiento de tierras para unaexplotación minera a cielo abierto, para el taludde una carretera o para una pista de esquí, cual­quiera se da cuenta del impacto paisajístico y dela erosión. Así que se hace una siembra o unaplantación y, si aquello queda verde y sin regue­ros, el promotor considera que ha dejado el terre­no tan bien o mejor que antes, sin pararse a pen­sar en la composición florística del manto verde.A menudo, éste incluye varias especies alóctonaso, al menos, genotipos extranjeros de las mismasespecies. Además, el riego y la fertilización quese usan a menudo favorecen a las especies colo­nizadoras, entre las que suelen contarse bastan­tes alóctonas. Esto también constituye un impac­to, pero mucho menos visible que la erosión. Aningún promotor de este tipo de proyectos se leha ocurrido nunca ver si esas especies continúanallí muchos años después, si se expanden fuera

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Figura 4. Amaranthu muricatus (bLedo o hierba meona) procede de Sudamérica y abunda en Los ambientesdegradados en La depresión deL Ebro.

Figura 5. No se puede decir con seguridad si Peganum harmala (la ruda siria) es autóctona en La penínsuLaIbérica o no. En cuaLquier caso, LLeva sigLos con nosotros.

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Figura 6. Drosanthemum floribundum (drosantemo o rocío rosa) es una planta sudafricana que vive bien en lasjardineras de los balcones, incluso si nos olvidamos a veces de regarla. Ahora ya vive silvestre en

algunos campos, pero de momento sólo cerca de las ciudades y pueblos.

Figura 7. Heteranthera reniformis vive sólo en los arrozales, donde puede llegar a ser abundante.

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Figura 8. La budleya (Buddleja davidii) es una planta china que todavía es rara en los ríos aragoneses,pero es ya muy abundante en los ríos de las zonas costeras de España y en Francia.

Si continuamos degradando los cauces, contribuiremos a su expansión.

Figura 9. El ailanto o árbol del cielo (Ailanthus altissima) procede de China y ha invadido algunostomillares y romerales aragoneses.

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Figura la. Bromus catharticus, especie de bromo procedente de Sudamérica, empieza aabundar en el sotobosque de algunos sotos.

del modo como algunosde los seres indígenashubieran tenido quemodificarse, a fin deobtener alguna ventajasobre sus compatrio­tas». (Charles Darwin.1859. Sobre el origende las especies.)

A estas especiesnaturalizadas másagresivas se las llamainvasoras. Sin em­bargo, las especiesnaturalizadas no inva­soras, aunque esténen cantidades exi­guas, también puedenponer en peligro a lasespecies nativas porhibridación o bientransmitiéndolesparásitos. En las espe­cies invasoras, es fre­cuente que esté repre­sentada sólo parte dela variabilidad genéti­ca de la especie en sulugar de origen, debi­do a que toda lapoblación invasora pro­cede, a menudo, deunos pocos indivi­duos que viajarondesde allí y que noeran representativosdel conjunto. Es untipo de deriva gené­tica que se llama

«efecto fundador». Sin embargo, es frecuenteque sean especies con mucha plasticidad fenotí­pica, es decir, que cada individuo puede cambiarbastante para acomodarse a la situación en la quecrece, 10 que les permite colonizar ambientesmuy diversos.

En España, se han contado 937 especies osubespecies alóctonas (se han incluido 44 autóc­tonas de la peninsula y/o Baleares que se hanintroducido en Canarias y seis autóctonas deCanarias introducidas en la península y/oBaleares), de las cuales 123 se han consideradoinvasoras (SANZ et al., 2004). Las 801 plantaintroducidas en la península Ibérica y Balearessuponen alrededor del 12% del total de la flora.

mis (juncia de agua; paleotropical), Ammaniarobusta (americana) o Heteranthera reniformis(americana) en campos de arroz.

En cambio, otras especies entran en ecosiste­mas naturales bien conservados. Algunas plantastienen tanto éxito que desplazan en estos hábitatsa las plantas que crecían allí de forma natural porcompetencia. La selección natural favorece lascaracterísticas de los vegetales extranjeros, quetodavía no habían aparecido por azar entre lavariabilidad de las especies autóctonas. Estoatrajo la atención de Darwin, que escribió:«Considerando la naturaleza de las plantas o ani­males que en un país cualquiera han luchado conbuen éxito con los indígenas, y que han llegado anaturalizarse allí, podemos adquirir una tosca idea

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Figura JJ. Iris germanica (lirio cárdeno) se cultiva a menudo en los ribazos de los cam­pos y se naturaliza con mucha frecuencia en algunos lugares, como el Somontano de

Barbastro. Aquí se reproduce vegetativamente, por rizomas.

El 38% de estas plantas son americanas, el 8%del este de Asia, el 7,5% del Mediterráneo cen­tral y oriental, el 7,1 % de Sudáfrica, el 5,7% dela zona tropical del Viejo Mundo y el 4,8% deOceanía (SA Z ELORZA et al., 2004). Además, seha comprobado que 70 especies del Libro Rojode la Flora Vascular Española están amenaza­das, entre otros factores, por estas invasiones(DANA et al., 2004).

¿Hay plantas invasorasen Aragón?

Las especies invasoras son mucho más abun­dantes en climas favorables a la mayoría de plan-

tas (cálidos y húme­do). Por eso, elclima extremado debuena parte de Ara­gón, con fuertes se­quías y grandes o ci­laciones térmicas enla depresión del Ebro,temperaturas muybajas casi todo el añoen el alto Pirineo yalgunas cumbres delSistema Ibérico, re­sulta hostil a la natu­ralización de la ma­yor parte de las plan­ta que llegan defuera. La razón esfácil de comprender,pues las plantas queviven en estas condi­ciones tienen unacaracterísticas muyespeciales y es difícilque las introducidaslas tengan también.A imismo, la bajadensidad de pobla­ción humana enAragón hace que secultive menos diver­sidad de plantas confines ornamentales ymedicinales (las quese usan en agriculturaon muy pocas espe­

cies, aunque ocupenmucha superficie), conlo que disminuyen laprobabilidades de que

alguna se aclimate. Además, en zonas densa­mente pobladas, la abundancia de zonas periur­bana degradadas en contacto con el campofavorece enormemente los primeros pasos delasilvestramiento.

Por todo ello, especies que son muy frecuen­te en los ríos de Cataluña, País Vasco o elBearn, como Buddleja davidii (budleya, deChina), Fallopia japonica (falopia japonesa, deJapón), lmpatiens glandulifera (impaciencia, delHimalaya) o Prunus laurocerasus (lauroceraso olaurel cerezo, del Mediterráneo oriental), noestán naturalizadas en los río aragonese o sonextremadamente raras. Mucho menos aún se han

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producido en Aragón cambios ecológicos debi­dos a las introducciones de plantas, como los quehan tenido lugar en algunos paises (desecaciónde cuencas hidrográficas, cambios en la frecuen­cia de incendios, cambios en la disponibilidad denutrientes, etcétera -a las especies invasoras queprovocan estas alteraciones se las denominatransformadoras-). Más sutiles que los costeseconómicos que producen las plantas invasorasson los costes culturales: así, por ejemplo, unade las plantas más típicas para los visitantes delParque Nacional de Connemara, en el oeste deIrlanda, son las fucsias, que en realidad procedende América.

Se suele decir que los ecosistemas ricos enespecies son más resistentes a las invasiones(BALAGUER, 2004), ya que la competencia de lasespecies introducidas con las locales es másdura. Dicha regla se ve plenamente confirmadaen las islas, especialmente en las más alejadas delo continentes (Canarias, Hawai, NuevaZelanda, islas Mascareñas), donde hay muypocas especies autóctonas, que se ven fácilmen­te sustituidas en pocos años por otras introduci­das por el hombre. Esto haría prever que lasinvasiones en la depresión del Ebro, donde elnúmero de especies es bajo, deberían ser relati­vamente frecuentes. Sin embargo, en estos eco­sistemas con menor riqueza de especies tambiénes más difícil que las plantas foráneas encuen­tren las simbiosis que necesiten: insectos polini­zadores, hongos para formar micorrizas que ayu­den en la absorción de nutrientes, etcétera(BALAGUER, 2004). Además, téngase en cuentaque la escasez de especies se debe a motivostotalmente distintos en las islas (donde pocasespecies han conseguido llegar por azar) y en lospaíses áridos (donde pocas especies están bienadaptadas). Cuando se introducen plantasextranjeras en una isla con buen clima, es fácilque se naturalicen algunas y, dado que hay pocase pecies más, es probable que ganen la compe­tencia. Por el contrario, en un lugar donde haypocas especies porque están muy adaptadas ae as condiciones ambientales, lo más probablees que las especies importadas no mejoren esasadaptaciones. Sea por lo que sea (seguramente elclima duro es determinante), en las estepas delEbro las plantas naturalizadas son muy escasas.

Una de las plantas que se podrían considerarmás invasoras en Aragón es Ailanthus altissima,un árbol de origen chino, que se cultiva a menu­do como ornamental y que se naturaliza enAragón en todo tipo de lugares y climas, compi-

tiendo sobre todo con plantas de matorral en elámbito del carrascal. Por ahora, ocupa sóloextensiones pequeñas y es más frecuente en talu­des de carreteras y sitios alterados que en laszonas adyacentes más naturales. Sin embargo,hay que estar alerta' porque en el futuro estaespecie podría llegar a plantear problemas seriostambién en nuestra región, como los ha causadoen otros lugares.

Los sotos son el ecosistema aragonés dondemás plantas naturalizadas hay: arce negundo(Acer negundo), acacia de tres espinas (Gleditsiatriacanthos) y acacia falsa (Robinia pseudaca­cia) -que son tres árboles norteamericanos-,ciruelo de San Julián (Prunus domestica subsp.insititia) -procedente del Cáucaso-, nogal(Juglans regia) -del sudeste de Europa-, grana­do (Punica granatum) -originario de Europaoriental y Asia-, Rumex cristatus -delMediterráneo oriental-, y varias más. Por ahora,ninguna ha llegado a ocupar superficies signifi­cativas, aunque por ejemplo la sudamericanaBromus catharticus está empezando a ser fre­cuente y podría acabar desplazando aBrachypodium sylvaticum.

En Aragón, todavía hay pocas plantas natura­lizadas y podemos decir que ninguna seriamenteinvasora. A diferencia de otras regiones -dondese está gastando mucho dinero en erradicar plan­tas muy extendidas (SANZ ELoRZA et al., 2004)-,aún estamos a tiempo, si tenemos cuidado, deprevenir invasiones antes que se produzcan.

BmLIOGRAFÍA

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una sociedad crispada o una amenaza científicamente

contrastada? Historia Natural, S, pp. 32-41. Madrid.

DA A, E. D., SOBRIO, E. y SANZ-ELORZA, M. 2004.

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y Libro Rojo de La FLora VascuLar Amenazada de

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SANZ ELORZA, M., DA A SÁ CHEZ, E. D. Y SOBRINO

VESPERINA , E. 2004. Atlas de las plantas alóctonas

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