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ForumUniversaldelasCulturas,Monterrey,2007

Losplanesdemanejocomoherramienta paralaconservacindelos centroshistricos.

Emb.AlfonsodeMariayCamposCastellDirectorGeneraldelINAH

Septiembre,2007

ForumUniversaldelasCulturas,Monterrey,2007

Losplanesdemanejocomoherramienta paralaconservacindelos centroshistricos.Emb.AlfonsodeMariayCamposCastell DirectorGeneraldelINAH

1. Los planes de manejo en sitios patrimoniales: la experiencia del INAH Introduccin Objetivos de la planeacin para el manejo Planes de manejo en museos y zonas arqueolgicas

2. Planes de manejo para centros histricos

Las zonas de monumentos histricos y su normatividad Los planes de manejo para centros y ciudades histricas Consideraciones metodolgicas: criterios para la planeacin

3. Conclusiones Bibliografa

ForumUniversaldelasCulturas,Monterrey,2007

Losplanesdemanejocomoherramienta paralaconservacindelos centroshistricos.EMB.ALFONSODEMARIAYCAMPOSCASTELLDirectorGeneraldelINAH

RESUMEN La conferencia aborda las implicaciones de la planeacin para la conservacin y el manejo de los sitios patrimoniales a travs de la experiencia que el INAH ha desarrollado a lo largo de diez aos de trabajo en ese campo. La primera parte, Los planes de manejo en sitios patrimoniales, plantea los objetivos de la planeacin para el manejo y la importancia que los planes han desempeado en la preservacin del patrimonio con relacin a su uso pblico, convirtindose en instrumentos estratgicos que contribuyen a fortalecer la poltica institucional como parte de las tareas de investigacin, conservacin, divulgacin y educacin asociadas al patrimonio cultural como medio de cohesin social. Asimismo, expone un breve recuento sobre la evolucin de los planes de manejo para museos y zonas arqueolgicas, con el fin de destacar los enfoques que han dado lugar a un tratamiento cada vez ms preciso en torno de las necesidades institucionales. La segunda parte, Planes de manejo para centros histricos, plantea los retos actuales que suponen su proteccin y conservacin en el marco de la problemtica de las ciudades contemporneas. Hace nfasis en desarrollar modelos metodolgicos para la planeacin que tomen en cuenta la normatividad vigente, que cuenten con sistemas de ordenamiento territorial para un manejo diferenciado por zonas, entre otros aspectos, proponiendo un esquema de coordinacin con los diversos actores para garantizar la continuidad del patrimonio tangible e intangible que integran las ciudades histricas.

Introduccin

H

ablar de la conservacin de los centros histricos, necesariamente implica abordar la relacin existente entre las polticas de desarrollo urbano, el patrimonio edificado y el espacio pblico, la construccin progresiva de mega estructuras viales, los cambios en los usos de suelo del tipo primario al terciario, los rellenos sanitarios, la infraestructura hidrulica; la publicidad en las calles y avenidas; la gran estructura de estacionamientos, el comercio ambulante, el fenmeno migratorio, las expectativas, necesidades y cualidades culturales de

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los habitantes, hasta la explotacin de los ecosistemas naturales dentro y fuera de la ciudad histrica. 1 El tema resulta por dems complejo si se toma en consideracin que planear y tomar acciones para la proteccin del patrimonio edificado y quienes lo usan (residentes, comerciantes, turistas, etctera), requiere asumir que Solamente en centros habitados es posible que la conservacin se lleve a cabo como una tarea responsabilidad compartida entre gobierno y sociedad en la que las acciones y los recursos econmicos invertidos, tanto del Estado como del sector privado, redunden en acciones efectivas y de largo alcance (Lezama, 2005: 59). En ese sentido, el paisaje urbano se configura como un reto poltico, tcnico y cultural para la salvaguarda de las ciudades histricas, empleando como instrumento estratgico los planes de manejo de alcance territorial y participacin colectiva para su diseo e instrumentacin. Durante varias dcadas, el Instituto Nacional de Antropologa e Historia (INAH) ha acumulado una vasta experiencia expresada en acciones dirigidas a salvaguardar la herencia cultural tangible e intangible de la nacin Mexicana. Hoy en da, en el contexto del mundo globalizado, contribuye a que se reconozca el patrimonio cultural como un factor esencial para el desarrollo econmico, el turismo, la cohesin social y la afirmacin de las identidades culturales en nuestro pas. En los ltimos diez aos, el reto ha sido institucionalizar una nueva visin de la gestin y el manejo de sitios patrimoniales mediante la construccin de una poltica que busca la apertura de espacios de participacin y concertacin con los distintos actores sociales y gubernamentales para dinamizar, social y econmicamente, los bienes culturales, al tiempo de fortalecer los principios tcnicos y la normatividad para su preservacin y conservacin. En ese marco, la planeacin para la conservacin, el manejo y la gestin del patrimonio cultural, ha representado, sin duda alguna, una herramienta fundamental. Las experiencias de su aplicacin en sitios bajo rgimen de proteccin, como los museos, las zonas arqueolgicas y las ciudades histricas, abonan el terreno para la definicin de las polticas institucionales en la materia, las cuales se expresan, de mejor manera, en la instrumentacin de planes manejo, con sus respectivas estrategias de operacin, como instrumentos sustantivos para orientar, bajo principios de racionalidad y sosteniblilidad, el uso y aprovechamiento pblico del patrimonio, de acuerdo con los principios internacionales emanados de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, realizada del 3 al 14 de junio de 1992.

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Vase INAH 1985 a y b, sobre las reuniones para definir una Poltica Nacional de Conservacin de Monumentos.

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1.- Los planes de manejo en sitios patrimoniales: la experiencia del INAH Objetivos de la planeacin para el manejo La proteccin y manejo de los sitios con valor patrimonial deben asegurar, como lo dictan las convenciones internacionales y lo seala la legislacin nacional, la conservacin de los valores culturales excepcionales, as como su autenticidad e integridad, con el propsito de garantizar su transmisin a generaciones futuras. Por ello, los planes de manejo para sitios patrimoniales son, hoy en da, uno de los instrumentos para asegurar la direccin de los procesos para su conservacin, valoracin y proteccin, ya que actan en dos sentidos: uno precisa su carcter de gua en donde se plasman los principios generales, el sustento organizativo y los lineamientos operativos en un horizonte de largo plazo, lo que les otorga su carcter estratgico. El otro, define un espacio de dilogo y acuerdo que fomenta la accin concertada entre los sectores pblicos y la sociedad para lograr un mayor compromiso y participacin en la conservacin integral del patrimonio cultural. El reconocimiento de que los bienes patrimoniales forman parte integral de la compleja red social y econmica del territorio en donde se insertan, ha llevado a considerar como elemento central en la poltica actual del Instituto, la articulacin con las dependencias del sector pblico de los tres rdenes de gobierno y con la sociedad civil, a fin de identificar capacidades y definir acciones de concertacin y coordinacin para su proteccin y conservacin. De all la importancia de su dimensin social, que permite definir los marcos de actuacin, el reconocimiento de los valores patrimoniales, las prioridades de proteccin y operacin, los usos sustentables del patrimonio pero, sobre todo, los mecanismos de apropiacin y corresponsabilidad en la bsqueda de una mejor calidad de vida colectiva. Esta cualidad es fundamental, ya que el xito del manejo de un sitio depende en gran medida de la participacin democrtica como una enorme oportunidad para que la sociedad en general defina y oriente sus procesos de desarrollo, al tiempo que la responsabilidad colectiva que en ella subyace, facilite la conservacin de su herencia cultural y natural con el apoyo de instrumentos eficaces de gestin de largo plazo. Planes de manejo en museos y zonas arqueolgicas Fue a partir de 1997 cuando en el INAH se iniciaron los proyectos institucionales para elaborar planes de manejo, siendo inicialmente las zonas arqueolgicas de Sierra de San Francisco en Baja California Sur, Palenque en Chiapas, Monte Albn en Oaxaca, Xochicalco en Morelos, Cacaxtla-Xochitcatl en Tlaxcala, y Tlatelolco en el Distrito Federal, as como el Museo de la Medicina Tradicional y Herbolaria en Morelos, casos que, bajo las directrices de la planeacin, abordaron su operacin y gestin con un enfoque de gran visin.3

As dio inicio la instrumentacin de sistemas de gestin para el manejo de sitios patrimoniales con visita pblica bajo custodia del Instituto, cuyo objetivo fue lograr el equilibrio entre la conservacin y el uso pblico, ponderando el beneficio social del patrimonio monumental puesto en valor. A partir de esas experiencias, la tarea ha consistido en afinar paulatinamente los instrumentos tcnicos, metodolgicos y normativos, as como la instrumentacin de estrategias que permitan el cambio de concepciones y la actualizacin de polticas institucionales consecuentes con los enfoques internacionales en torno a nuevas formas de gestin para el manejo integral y sostenible de sitios patrimoniales. Posteriormente, en el perodo 2005-2006, se actualizaron los elementos tcnicos y metodolgicos necesarios para instrumentar una renovada poltica institucional basada en la planeacin estratgica, orientada a la conservacin integral de las zonas arqueolgicas y museos mediante la generacin de planes de manejo que, para el caso de las primeras, integra por vez primera el ordenamiento territorial como requisito para el manejo diferenciado por zonas, definiendo las de amortiguamiento para contener las amenazas reales y potenciales sobre el patrimonio inmueble. Ello represent la puesta en marcha del programa Planes de manejo para zonas arqueolgicas y museos de atencin prioritaria, el cual incluy doce zonas arqueolgicas y diez museos, entre los que se encuentran las zonas arqueolgicas de Teotihuacan, Estado de Mxico; Chichn Itz, Yucatn; Tulm, Quintana Roo; Tajn, Veracruz; Tamtoc, San Luis Potos; y Plazuelas, Guanajuato; as como los Museos Nacional de las Culturas y de las Intervenciones, los Museos Regionales de Quertaro, San Luis Potos, Guadalajara y Zacatecas, entre otros. Asimismo, en los ltimos aos, en atencin a la creciente declaratoria de centros histricos a nivel nacional, se dieron los primeros pasos para contribuir al abordaje conceptual y metodolgico para la planeacin de la conservacin y el ordenamiento de los centros histricos de Tlacotalpan, Veracruz, y Santiago de Quertaro, Quertaro, ciudades declaradas como patrimonio Mundial por la UNESCO, en los que el Instituto ha participado como organismo normativo y asesor. En los diversos procesos de planeacin instrumentados, se ha atestiguado con enorme satisfaccin la construccin de espacios interinstitucionales en los que se comparte informacin, se acuerdan agendas comunes y coordinan acciones especficas a favor de la proteccin y conservacin del patrimonio cultural y natural, tanto con funcionarios pblicos de los tres rdenes de gobierno, acadmicos de universidades pblicas y privadas, organismos internacionales, representantes de organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil en general.4

2.- Planes de manejo para centros histricos Las zonas de monumentos histricos y su normatividad La categora Zona de monumentos histricos tiene sus antecedentes el las Zonas tpicas y de belleza natural, plasmadas en las leyes patrimoniales de 1930 y 1934 de nuestro pas. A partir de 1972, la promulgada Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueolgicos, Artsticos e Histricos (LFMZAAH), incorpor como concepto innovador el de Zona monumental, cuya adjetivacin se desprende segn sea el origen de los bienes protegidos. El concepto se entiende en general como el rea que integra varios monumentos inmuebles asociados entre s que revistan valores arqueolgicos, histricos o estticos relevantes y es la que en la actualidad le da cobijo a las categoras de Centros Histricos o Ciudades Histricas. En trminos del artculo 41 de la Ley Federal sobre Monumentos (LFMZAAH), se define a la zona de monumentos como el rea que comprende varios monumentos histricos relacionados con un suceso nacional o la que se encuentre vinculada a hechos pretritos de relevancia para el pas. En ese sentido, los hechos significativos en la historia de la cultura mexicana quedan unidos al patrimonio edificado. Por otra parte, la categora de Zona monumental se adquiere por declaratoria expresa del Presidente de la Repblica, debiendo quedar inscrita en el Registro Pblico de Monumentos Histricos. Por una parte, la salvaguarda de la zona est sujeta a la jurisdiccin de los Poderes Federales y en razn de la ley sustantiva y, por otra, el mandato se expresa en los decretos de zonas de monumentos histricos, en los que se seala competente al Instituto Nacional de Antropologa e Historia para la vigilancia de la normatividad respectiva. Los decretos que declaran tales zonas protegidas se estructuran con:a) Los considerandos que dan cuenta de los razonamientos fundamentales para reconocer el significado y los valores de la zona b) Un cuerpo normativo que seala el permetro del rea protegida c) Un listado de los monumentos ms significativos asociados a elementos histricoarquitectnicos que destacan la relevancia de la zona y d) Una serie de medidas jurdico-administrativas para su proteccin

Desde luego, los decretos de zona monumental fortalecen la normatividad existente e, incluso, en muchos casos, permiten intervenir en la conservacin de las visuales histricas tradicionales de las ciudades histricas o bien en la preservacin del medio ambiente circundante. A la fecha, se encuentran declaradas 57 zonas histricas que son manifestacin de la diversidad nacional. Al sur del pas la magnificencia de Oaxaca y Mrida; aquellas que se desarrollaran a la orilla de cuerpos de agua como Campeche y5

Tlacotalpan; las coloniales del centro del pas como Puebla, Ciudad de Mxico y Morelia; las de origen minero como Guanajuato; o las pujantes del norte como lamos, Sonora, o Valle de Allende, Chihuahua, por sealar slo algunas. La proteccin jurdica de esas zonas patrimoniales obliga a que toda intervencin que en ellas se realice, evite o minimice los impactos sobre la fisonoma histrica urbana y monumental, la volumetra arquitectnica y los efectos constructivos estructurales sobre los monumentos, ya sean de orden permanente o provisional, por lo que deben estar sujetos a la autorizacin previa del Instituto competente, conforme lo expresa el artculo 42 de la ley citada. En esa tarea, los estados y municipios del pas paulatinamente han integrando en su propia normatividad medidas de salvaguarda de las zonas a travs de los planes municipales de desarrollo urbano, de los planes parciales de desarrollo o generando normatividad especfica en materia de construccin, de imagen urbana, publicidad o proteccin al medio urbano y ambiental circundante. Cabe sealar que algunas zonas de monumentos histricos, en las modalidades de ciudad o centro, asumen compromisos jurdicos formales de carcter internacional en razn que nueve de ellas han sido distinguidas como Ciudades patrimonio de la humanidad. Ocho cuentan con decreto de zona de monumentos histricos: Tlacotalpan, Campeche. Quertaro, Ciudad de Mxico y Xochimilco, Guanajuato, Oaxaca, Puebla, Morelia, en tanto que Zacatecas se encuentra en proceso de declaratoria federal. 2 En particular, los centros histricos pueden definirse como la labor colectiva de los pueblos a travs del tiempo (De Paula, 2001). De tal manera que, por su valor y significado, conciernen en primer trmino a la comunidad que los ha creado, cuya identidad individual y colectiva han expresado a travs del patrimonio edificado. Traigo a colacin el Coloquio de Quito organizado por el ICOMOS-Internacional, "Sobre la preservacin de los centros histricos ante el crecimiento de las ciudades contemporneas", realizado en marzo de 1977, en el que se plasmaron las siguientes conclusiones: Este coloquio define como Centros Histricos a todos aquellos asentamientos humanos vivos, fuertemente condicionados por una estructura fsica proveniente del pasado, reconocibles como representativos de la evolucin de un pueblo. 3 El siguiente prrafo de la definicin, concierne a los centros histricos de mayor valor histrico-artstico, aunque algunos contenidos son generales:2

Adicionalmente, como modalidades de conservacin en contextos territoriales, cabe sealar las misiones de la Sierra Gorda, los Monasterios de las faldas del Popocatpetl y el Paisaje Agavero, que incluye las antiguas instalaciones industriales de Tequila bajo la categora de Paisaje cultural. 3 Citado en Gaona, 1997: p. 89.

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Los centros histricos por s mismos y por el acervo monumental que contienen representan no solamente un incuestionable valor cultural, sino tambin econmico y social. 4 Los centros histricos no slo son patrimonio de la humanidad, sino que pertenecen y son administrados por todos aquellos sectores sociales que los habitan. Entre los elementos tangibles que los componen el ms antiguo es el trazado urbano, producto de la labor de la sociedad en su conjunto, el cual expresa de manera particular la relacin de una poblacin con su medio natural. Desde el origen del asentamiento antrpico, registra sus transformaciones posteriores y documenta su evolucin. Esta relacin transcurre a travs del tiempo, factor de su historicidad que, en gran medida, se expresa en la arquitectura, donde las caractersticas del proceso quedan registradas en fases estilsticas y funcionales sucesivas. Por otra parte, la Carta Internacional para la conservacin de las ciudades y reas urbanas histricas, adoptada por ICOMOS en Washington en el ao de 1987, 5 contiene importantes puntos de vista con relacin a nuestro tema: Artculo 2, Los valores a conservar son el carcter histrico de la ciudad o conjunto y la suma de elementos materiales o espirituales que determinan su imagen. Especialmente: a) la forma urbana definida por la trama y el parcelario, b) Las diversas funciones de la ciudad adquiridas en el curso de la historia (ICOMOS,1993)

La Carta concierne a las reas urbanas histricas, a las ciudades grandes o pequeas y a los centros o barrios histricos con su entorno natural o construido por el ser humano que, adems de su calidad de documentos histricos, son la expresin de los valores propios de las civilizaciones urbanas tradicionales. Define los principios y objetivos, los mtodos e instrumentos de actuaciones apropiados para conservar la calidad de las ciudades histricas que, aunados a un Plan de Manejo apropiado, favorecen la armona entre la vida individual y colectiva, salvaguardando el conjunto de los bienes culturales por modestos que sean. En su caso, la Carta de Atenas de 1933 privilegiaba esta ltima funcin, haca subsidiaria la segunda y menospreciaba la primera. El pensamiento tericourbanstico del siglo XX evolucion en trminos de un mayor equilibrio conceptual. Con una gestin y administracin urbana y cultural adecuadas, la interpretacin de una traza urbana favorece el conocimiento del pasado y el sentido de pertenencia a la comunidad. La conservacin de las ciudades histricas debe basarse en la actualizacin de los usos y destinos del patrimonio cultural, a lo que los franceses llaman monumentos vivos, es decir, la adaptacin de los edificios histricos a usos contemporneos4 5

Ibidem., p. 89. http://www.cultura.tandil.gov.ar/patrimonio/pdf/Carta_del_Turismo_Cultural.pdf

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que, en ocasiones, pueden cambiar de un da a otro, sujetndose a transformaciones, so pena de su decadencia y, por el contrario, a que una ciudad histrica se vea reducida a escenografa derivada de eventos de extirpe exclusivamente moderna. En mayor o menor medida, en la actualidad las ciudades histricas estn amenazadas por el degrado, deterioro y destruccin de los bienes histricos. En la recomendacin de la UNESCO relativa a la proteccin de los conjuntos histricos o tradicionales y su funcin en la vida contempornea, emitida en Varsovia y Nairobi en 1976, as como en otros documentos internacionales, se entiende por conservacin de las Ciudades Histricas, las medidas necesarias para su proteccin y restauracin, as como a su desarrollo coherente y adaptacin armnica a la vida contempornea (Roman, 1993: 42). Los planes de manejo para centros y ciudades histricas El reto de la planeacin para el manejo de los centros histricos radica en la recuperacin la calidad monumental y ambiental de los sectores deteriorados de la ciudad y de las reas perifricas, del patrimonio edificado en su conjunto, as como la calidad de vida de la poblacin y los usos regulados del espacio. Como seala Gonzlez Una de las ventajas que tiene la visin urbanstica aplicada a la conservacin de la ciudad histrica es que privilegia el enfoque de conjunto, a vuelo de pjaro, de la totalidad del organismo urbano, sin por ello perder de vista los valores individuales de cada uno de los monumentos. Al contrario, estos se aprecian mejor en la perspectiva que los agrupa tipolgicamente, reuniendo sus caractersticas comunes o destacando mejor sus diferencias (Gonzlez Pozo, 1997: 75). Las experiencias recientes de recalificacin urbana nos ilustran que es ms importante estudiar la morfologa del ambiente urbano-histrico como estructura que analizar las arquitecturas aisladas, tanto que, algunas de stas, por s solas podran resultar insignificantes. Por ello, para la reestructuracin urbana y salvaguarda de la ciudad histrica, es de vital importancia contar con un equipo de expertos en arquitectura, planeacin urbana, diseo urbano, urbanismo, antropologa, sociologa, conservacin de monumentos, restauracin, gestin cultural, entre otros, que participe en la elaboracin de los planes de manejo bajo un enfoque integral que contemple las siguientes estrategias: Conservacin activa y gestin sostenible del patrimonio Conservacin del paisaje, historia, imagen e identidad urbana Preparacin de la ciudad urbanstica y patrimonial Acondicionamiento de la ciudad para los habitantes Concepcin de multifuncionalidad Evaluacin patrimonial de nuevos usos Planeacin de la infraestructura de acogida Planes de pensamiento estratgico de la ciudad 8

Asimismo, que los planes de manejo formen parte de los Planes municipales de desarrollo urbano y de los Planes parciales de desarrollo para garantizar su aplicacin. Por otra parte, los componentes contemplados para su elaboracin, debern trazar las lneas bsicas para la conservacin de los centros histricos en el contexto del desarrollo. Los elementos de su estructura se presentan a continuacin: Consideraciones metodolgicas: criterios para la planeacin 1. Desarrollo urbano y ordenamiento territorial a) Estructura urbana. Incluye como factor clave el anlisis de las variables que definen la organizacin espacial del centro histrico, a partir de la configuracin y funcionamiento de su estructura vial, la ubicacin y particularidades de las actividades y su correspondencia con los usos del suelo actuales. Para ello, deber considerar: diagnstico del desarrollo urbano; territorialidad y usos del suelo; componentes monumentales y grado de fragilidad; los sistemas de vialidad y transporte; redes de servicios; infraestructura; equipamiento y servicios; sistemas de comunicacin, vivienda, reserva territorial; zona ncleo, de amortiguamiento e influencia. b) Fisonoma e imagen urbana. Considera como principales factores de anlisis, los usos y actividades de la ciudad histrica, su delimitacin geogrfica, principales caractersticas fsicas y problemtica especfica. c) La variable ambiental. Que contempla como parte fundamental de los conceptos de manejo un rea de amortiguamiento que acte como espacio de contencin de las presiones y amenazas propias del crecimiento urbano y que, primordialmente, se delimite con arquitecturas vegetales en proporcin a la superficie de la ciudad misma, mientras que las reas histricas, estarn sujetas a lmites apropiados de altura y volumetra con diseo paisajstico-ambiental que exprese las particularidades de su imagen. d) Normatividad. Compuesta por disposiciones de carcter normativo o administrativo, as como las polticas particulares de desarrollo y conservacin urbana, y los lineamientos estratgicos aplicables en las zonas histricas. 2. Caracterizacin social, cultural, econmica e histrica a) Informacin bsica (social, econmica, demogrfica, etctera) sobre la poblacin en general. b) Identificacin de la arquitectura de los espacios abiertos asociados a prcticas sociales, culturales y religiosas de la comunidad.9

c) Investigacin documental, bibliogrfica y grfica sobre la historia del sitio. 3. Estudio cualitativo. Imagen colectiva, vista a travs de sus habitantes a) Identificacin de los principales componentes paisajsticos. b) Esquemas espaciales de referencia y aspectos sensibles para encontrar los valores de la comunidad con respecto al paisaje y patrimonio cultural del sitio. 4. Forma bsica del paisaje Que analiza los factores naturales del sitio. Este tipo de estudio permite conocer la interdependencia y las condiciones de vulnerabilidad o resistencia del paisaje con respecto a posibles acciones de conservacin, mejoramiento o desarrollo, a manera de establecer una lnea de continuidad dentro de un paisaje cultural en constante cambio. Conclusiones Como es vidente, los instrumentos de planeacin para el desarrollo urbano y la conservacin de la ciudad, tienen que anticiparse al impacto de la urbanizacin intensiva, la cual puede violentar las zonas histricas sujetndolas a modificaciones irreversibles de no tomarse medidas oportunamente. Dado que el patrimonio histrico tiene que conservar sus aspectos formales para trascender en el tiempo, ya que concepta la expresin arquitectnica, social y ambiental de la ciudad, los planes de manejo no son un fin en s mismos, sino que constituyen un punto de partida para contribuir a garantizar la existencia de la cultura material e inmaterial de los centros histricos y facilitan la intervencin mediante acciones de recuperacin y salvaguarda de los valores existentes, apoyndose en la identidad y voluntad de los actores involucrados. En suma, la conservacin del patrimonio es tarea de la sociedad en su conjunto, en la que el INAH asume los compromisos inherentes a su funcin. Para garantizar la existencia de los centros histricos, estados, municipios y sociedad civil, debemos definir estrategias de corresponsabilidad para que nuestras races y diversidad cultural constituyan los ejes forjadores de una nacin consciente de su naturaleza histrica. Muchas gracias.

EMB.ALFONSODEMARIAYCAMPOSCASTELLDirectorGeneraldelINAH

Monterrey,NuevoLen,Mxico 27deseptiembrede2007

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Bibliografa Barros, Cristina (Coord.) 1997 El centro Histrico ayer, hoy y maana, INAH-DDF, 1ra. ed., Mxico, 228 pp. De Paula, Alberto Salustiano J. 2001 La traza de las ciudades histricas iberoamericanas y su valor testimonial, en Seminario Internacional de Ciudades Histricas Iberoamericanas, Toledo, Espaa. Gaona, Mara Teresa, et. al. 1997 Coloquio sobre la preservacin de los centros histricos ante el crecimiento de las ciudades contemporneas, Quito, Ecuador, p. 89. Gonzlez Pozo, Alberto 1997 La traza del centro histrico. Huella de la evolucin urbana de la ciudad de Mxico, en Barros, Cristina (Coord.), El centro Histrico ayer, hoy y maana, INAH-DDF, 1ra. ed., Mxico, 228 pp. ICOMOS 1993 Conservacin de ciudades, pueblos y barrios histricos, Revista cientfica ICOMOS No. 2, [s.p.i.] INAH 1985a Primera reunin para definir una Poltica Nacional de Conservacin de Monumentos. La legislacin sobre la conservacin de monumentos histricos, INAH, Direccin de Monumentos Histricos, Cuaderno de trabajo No. 1, 1ra. ed., Mxico, 121 pp. INAH 1985b Segunda reunin para definir una Poltica Nacional de Conservacin de Monumentos. Teoras y tcnicas de conservacin y restauracin en su contexto, INAH, Direccin de Monumentos Histricos, Cuaderno de trabajo No. 2, 1ra. ed., Mxico, 99 pp. Lezama-Lpez, Yanet 2005 Hacia una poltica de conservacin de reas histricas mexicanas: la conservacin integrada y la rehabilitacin de las Zonas de Monumentos Histricos en el Estado de Quertaro, en Hereditas Dos, agosto, pp. 58-59. Roman, Andras 1993 Ciudades histricas. Conservacin de ciudades, pueblos y barrios histricos ICOMOS, Madrid, Espaa, 366 p.

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