PLANEANDO EL FUTURO: LAS FAMILIAS ARGENTINAS Y SUS ... · promedio de ahorro se elevó de un...

142
PLANEANDO EL FUTURO: LAS FAMILIAS ARGENTINAS Y SUS DECISIONES DE CONSUMO, AHORRO E INVERSIÓN EN CAPITAL HUMANO F UNDACIÓN DE I NVESTIGACIONES E CONÓMICAS L ATINOAMERICANAS

Transcript of PLANEANDO EL FUTURO: LAS FAMILIAS ARGENTINAS Y SUS ... · promedio de ahorro se elevó de un...

PLANEANDO EL FUTURO:LAS FAMILIAS ARGENTINAS

Y SUS DECISIONES DE CONSUMO,AHORRO E INVERSIÓN EN

CAPITAL HUMANO

FUNDACIÓN DEINVESTIGACIONESECONÓMICASLATINOAMERICANAS

Impreso en la ArgentinaHecho el depósito que marca la ley 11.723

© Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, 2006

Córdoba 637, 4º pisoBuenos Aires, Argentina

Tel.: 4314-1990/7178

ISBN: 987-9329-20-1

Derechos reservadosProhibida su reproducción total o parcial

Planeando el futuro : las familias argentinas y sus decisiones de con-sumo, ahorro e inversión en capital humano - 1a ed. - Buenos Aires :Fund. de Invest. Económicas Latinoamericanas FIEL, 2006.

144 p. ; 23x16 cm.

ISBN 987-9329-20-1

1. Planificación . 2. Consumo . 3. Ahorro e inversión. I. TítuloCDD 307.1

Prefacio ................................................................................................. 9

Síntesis .................................................................................................. 11

Introducción .......................................................................................... 19

1. Cambios demográficos y su impacto económico............................. 211.1. El desarrollo demográfico mundial y regional.......................... 211.2. Breve análisis demográfico....................................................... 241.3. Educación, salud, vivienda y empleo........................................ 28

2. Decisiones de ahorro y consumo de las familias ............................. 37Introducción..................................................................................... 372.1. Metodología para la medición de las decisiones de ahorro

y consumo de los hogares e información utilizada ................... 382.2. El contexto macroeconómico.................................................... 402.3. Los patrones de ingreso, ahorro y consumo de las familias...... 462.4. Conclusiones............................................................................. 64Anexo .............................................................................................. 68

3. El efecto de la crisis en el bienestar de los hogares más pobres ...... 71Introducción..................................................................................... 713.1. Un modelo simple del efecto de la crisis .................................. 763.2. Una primera aproximación al efecto de la crisis en

el bienestar de los hogares. Variación compensatoria sin efecto sustitución................................................................. 80

3.3. Variación compensatoria y efecto sustitución........................... 873.4. El efecto ingreso ....................................................................... 98

ÍNDICE

3.5. El efecto total en el bienestar de los hogares ............................ 1043.6. Conclusiones............................................................................. 106

4. El acceso a la vivienda propia en la década del 2000 ...................................................................... 111

4.1. Introducción.............................................................................. 1114.2. La situación habitacional y de acceso a la vivienda ................ 1124.3. Evidencia sobre las condiciones actuales de acceso

a la vivienda .............................................................................. 1174.4. El rol del ahorro y del crédito ................................................... 1234.5. Consideraciones finales ............................................................ 127

Anexo .................................................................................................. 132

5. Consideraciones finales..................................................................... 133

Bibliografía ........................................................................................... 137

8 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

En los primeros años de esta década se llevaron a cabo numerosos estudiosaplicados a los países de América latina sobre la forma en que las familias pla-nifican su futuro. Varios de ellos buscaban dar bases sólidas a los programas dedesarrollo social que se estaban poniendo en marcha, otros querían encontrarrespuestas para la creciente insatisfacción social en torno de los resultados delas reformas económicas de los años noventa, con una perspectiva superadora.

En la Argentina, sumida en una profunda y prolongada crisis, los análisisse orientaron a los aspectos de pobreza, desempleo y distribución del ingresocon una visión determinada por los problemas inmediatos que se enfrentaban.

Este trabajo de FIEL tuvo por objetivo sumar el caso argentino al primertipo de análisis y, sin dejar de tomar en cuenta las consecuencias de la crisis,contribuir al conocimiento del desarrollo de más largo plazo de las familiasy sus planes en nuestro país.

El estudio fue desarrollado por un equipo integrado por los economistasSebastián Auguste, Guillermo Bermúdez, Ramiro Moya y Marcela Cristini,quien tuvo a su cargo la coordinación técnica. El trabajo se benefició de lacontribución de datos del Grupo CCR en el capítulo 3, correspondiente alefecto de la crisis sobre el consumo de las familias. Los autores agradecen aGuillermo Oliveto (CEO) y Andrés Chetman (gerente de marketing) delGrupo CCR y a Juan Luis Bour, economista jefe de FIEL, por sus comenta-rios y sugerencias.

FIEL agradece la generosa contribución de la Fundación Konrad Ade-nauer a la financiación y publicación de este trabajo.

Como es norma de FIEL este estudio no compromete la opinión indivi-dual de los miembros del Consejo Directivo ni de las entidades fundadoras,empresas y organizaciones patrocinantes de FIEL.

JUAN MUNRO

Presidente

PREFACIO

INTRODUCCIÓN

Las familias deciden su consumo y su ahorro de acuerdo con sus expec-tativas sobre la situación corriente y las oportunidades futuras de sus miem-bros en cada contexto económico. La teoría y la evidencia internacional parapaíses avanzados y en desarrollo, por igual, muestran que los hogares pre-fieren “suavizar” el consumo a lo largo del tiempo y no cambian sus patro-nes de conducta por cambios “transitorios” en el ingreso. Hacen uso de todoslos instrumentos a su alcance (incluyendo las políticas públicas a su disposi-ción) para “asegurarse” contra riesgos probables pero inciertos, como el de-sempleo, una enfermedad prolongada o una catástrofe.

En el caso argentino reciente, las consecuencias negativas de la crisis2001-2002 acompañada por un cambio dramático en los niveles del ingresoreal, afectaron el patrón de consumo y ahorro de las familias. Si bien hayalgunos análisis parciales, no se cuenta con una evaluación amplia de lo su-cedido. El análisis de experiencias similares en otros países de la región su-giere que las consecuencias de crisis tan severas pueden alterar significativa-mente los patrones de conducta familiar y, por lo tanto, los resultados delconjunto social en términos de crecimiento y bienestar.

Este trabajo busca, precisamente, poner en perspectiva los problemas deconsumo, ahorro e inversión de las familias de nuestro país en el presente(luego de la crisis), tomando como base de comparación la historia reciente(de los últimos 25 años) y la experiencia regional. Para ello se han utilizadoherramientas del análisis cuantitativo que permiten hacer inferencias útiles,en un contexto de información limitada, para la comprensión de estos pro-blemas y para la elaboración de políticas públicas que tiendan a su alivio ysolución.

SÍNTESIS

1. CAMBIOS DEMOGRÁFICOS Y SU IMPACTO ECONÓMICO

Los hechos estilizados del desarrollo demográfico mundial, muy marca-dos a lo largo del siglo XX, han sido el envejecimiento de la población; elincremento en la esperanza de vida; la reducción de la mortalidad infantil; lareducción en la tasa de fecundidad; los cambios en la estructura familiar; elincremento de la participación de las mujeres en la población laboralmenteactiva, y el crecimiento constante de los años de educación.

En el caso de los países latinoamericanos se afirma que, como los asiáticoshace dos décadas, se está produciendo la transición demográfica hacia una pi-rámide poblacional con una mayor proporción de población económicamenteactiva. Esa transición tiene el potencial de generar una oportunidad para el de-sarrollo al aumentar la oferta laboral y el ahorro como consecuencia de la con-vergencia hacia un menor tamaño de los hogares. En el caso argentino, esatransición ya ocurrió (a partir de las décadas de 1950 y 1960) y nuestro desa-rrollo demográfico actual no abre esa “ventana de oportunidad” al desarrollo.

En efecto, algunos datos ilustran la “madurez” demográfica de nuestropaís:

• Por cada 100 personas menores de 14 años hay 35 personas mayores de65. Las tasas de mayores de 65 años en nuestra población duplica a lasde México y Brasil, mientras que la participación de menores de 14 añoses entre 2 y 5 puntos inferior.

• Hoy están conformados 10,1 millones de hogares con un tamaño mediode 3,6 personas por hogar.

• Se alcanzó la escolarización primaria universal, y aumentó la escolariza-ción secundaria (aún baja con respecto al estándar OCDE). El esfuerzoeducativo medido por la evolución de la asistencia escolar, aunque buenoen la comparación con la región, es insuficiente para el estándar interna-cional y ha sido, por ejemplo, superado por Chile.

• En contraste con la inversión corriente en capital humano, la escolaridadalcanzada por la fuerza laboral de la Argentina (capital ya acumulado) secompara aún razonablemente con los países de la OCDE.

• En términos sanitarios, la Argentina comparte la tendencia mundial a laextensión de la esperanza de vida, que pasó de los 68 años en la décadade 1970 a los actuales 74 años, superando en casi 3 años al promedio deAmérica latina.

• Con respecto a la vivienda, nuestro país se caracteriza por tener un altonivel de propiedad de la vivienda por los hogares que las habitan (72%),aunque se observa un persistente déficit habitacional que no ha podidoser resuelto a pesar de una larga historia de políticas sociales aplicadas(como el FONAVI).

12 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

• La participación laboral femenina es un fenómeno más reciente y ha evo-lucionado rápidamente en la Argentina. En el 2003, por ejemplo, el 65%de las mujeres de entre 25 y 50 años estaban activas, mientras que eseporcentaje era del 94% en los hombres. Otro dato importante es la menorcantidad de hijos por mujer y el aumento de la edad media de fecundi-dad. Comparada con el resto de América latina, hace ya bastante que laArgentina tiene un número de hijos por mujer bajo y con tendencia a lareducción (en la actualidad ambos indicadores tienden a converger, sien-do 2,35 hijos en la Argentina y 2,57 en el promedio de América latina).

2. DECISIONES DE AHORRO Y CONSUMO DE LAS FAMILIAS

Una vez establecido el escenario demográfico de la Argentina actual, ca-be preguntarse por el patrón de las decisiones de los hogares en cuanto alconsumo, ahorro e inversión en capital humano y salud. Para ello se analiza-rán los datos disponibles bajo la hipótesis de la "teoría del ciclo de vida", esdecir, teniendo en cuenta que las familias prefieren mantener una corrientede consumo estable a lo largo de su vida.

A la vez, el contraste entre los escenarios de las décadas de 1980 y 1990(alta inflación vs. estabilidad macroeconómica) permite algunas inferenciasútiles respecto del impacto potencial de la crisis reciente.

En primer lugar, la tasa de ahorro de los hogares mostró un sensible in-cremento entre 1985-1986 y 1997-1996. Para el Gran Buenos Aires, la tasapromedio de ahorro se elevó de un promedio de -8,3% (negativo) a 9,2%,mientras que la tasa autoponderada por ingresos creció de 5,8% a 18,2%. LaEncuesta de Gasto e Ingreso de los Hogares de 1996-1997 mostró una tasapromedio para el total del país del 6,1% y, autoponderada por ingresos, del22,9%.

La tasa de ahorro promedio crece entre cuartiles de ingreso, siendo nega-tiva para el primero, conformado por la población más pobre, resultado queconstituye una regularidad para los países en desarrollo.

El análisis del perfil etario del ahorro, a partir de datos medianos, mues-tra que todos los hogares del Gran Buenos Aires registraron un muy impor-tante aumento en su tasa de ahorro hacia mediados de los noventa, en el en-torno del 12% en promedio. Tasas de ahorro positivas se registran hastaedades avanzadas; así, estos hogares registran una tasa negativa del ordendel 1,3% recién a partir de los 76 años de edad del jefe. La encuesta 1996-1997 no registra tasas medianas de ahorro negativas. Ambas observacionesconstituyen evidencia contraria a lo que ocurre con los hogares de países de-sarrollados, que tienden a caracterizarse por tasas de ahorro negativas a par-tir de la edad madura.

SÍNTESIS 13

El análisis de las tasas de ahorro mediana por nivel educativo del jefe delhogar muestra que la relación positiva entre tasa y nivel educativo no es tanclara como la evidencia que recoge la literatura internacional, aunque paralos hogares de mayor calificación (grado superior o universitario) los resul-tados no presentan ambigüedades.

En segundo lugar, el patrón de consumo de los hogares muestra eviden-cia en apariencia contraria a la predicción derivada de la hipótesis del ciclovital, a partir de que las familias no suavizan intertemporalmente su patrónde consumo, el que parece estar asociado al perfil del ingreso corriente. Lapresencia de restricciones de liquidez, incertidumbre económica, prudenciaen el consumo en etapas de edad temprana y, eventualmente, racionalidadeconómica acotada, que le impide a los hogares tener una cabal apreciaciónde su ingreso intertemporal, pueden explicar este fenómeno, que es amplia-mente conocido en la experiencia internacional.

En el análisis de la estructura de gasto, se destaca el hecho de que los ru-bros asociados a bienes de primera necesidad redujeron su participación enla canasta de consumo (alimentos, bebidas, vestimenta) para todos los deci-les de la población entre las décadas de 1980 y 1990, como era de esperar enun período de crecimiento económico.

En tercer lugar, la consideración de la tasa de ahorro ampliada por capi-tal humano permite observar que los hogares elevaron entre ambas décadassus gastos en formación de capital humano. Al mismo tiempo, la mayor dis-tancia entre tasas corregida y no corregida por capital humano se encuentrapara los hogares ubicados en el primer cuartil de ingreso.

Por último, el análisis detallado de los patrones de ahorro y consumo delas familias en las décadas de 1980 y 1990 y su asociación con los escena-rios macroeconómicos correspondientes permite establecer un paralelo parala inferencia sobre los efectos de la crisis macroeconómica del 2001-2002.En el contexto de la crisis reciente es probable que muchos hogares al inter-pretar el shock asociado a la devaluación como de carácter permanente, ha-yan procedido al ajuste de su nivel de consumo hacia uno compatible con sunuevo ingreso permanente. En cuanto a la dinámica del ahorro, derivada delestudio de su comportamiento cíclico, puede inferirse que el ahorro de las fa-milias tenderá a recuperarse asociado al ritmo del crecimiento económico.

3. EL EFECTO DE LA CRISIS 2001-2002 EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES

Cuantificar el efecto de la crisis en el bienestar de los hogares no es unatarea fácil dado que no se cuenta con la información necesaria para tal cálcu-lo, en particular no se cuenta con información desagregada y longitudinal pa-

14 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

ra los ingresos de los hogares. En este capítulo FIEL pudo hacer uso de losdatos gentilmente cedidos por el grupo CCR, lo que permitió mejorar sensi-blemente los resultados de la investigación.

El efecto total de la crisis se puede separar en dos componentes:

1. El efecto negativo que el incremento de los precios desde la salida de laconvertibilidad ha tenido en el bienestar de los hogares.

2. La recomposición de ingresos desde fines de 2003.

El efecto precio de la crisis es captado a rasgos generales por el Índice dePrecios al Consumidor, nivel general, que calcula el INDEC. Este índice acu-mula un incremento a septiembre de 2005 de casi el 70%. Como el índice res-ponde a un consumo tipo, no necesariamente refleja los consumos de una fa-milia en particular. Como primer paso se computó un índice de precios anivel familiar teniendo en cuenta su estructura de consumo según la última in-formación disponible. Esto muestra que el efecto ha sido heterogéneo, con unimpacto mayor en los hogares más pobres, que tienen consumos más sesga-dos hacia alimentos, que han sufrido un incremento de precio por encima delIPC nivel general. De esta forma, los hogares de los dos deciles más pobressufrieron una pérdida del bienestar 15% mayor a los dos deciles más ricos.

Un problema con los índices de precios es que no tienen en cuenta la res-puesta de los hogares ante cambios en precios relativos. Los hogares puedenamortiguar el efecto sustituyendo consumo desde los productos que han in-crementado su precio relativo hacia aquellos que no lo han hecho.

Los índices de precios, por lo tanto, sobreestiman el efecto de la crisis enel bienestar de los hogares, representando un límite máximo. Una mejoraproximación del efecto en el bienestar surge de incluir el efecto sustituciónde los hogares, teniendo en cuenta las elasticidades precio de los distintosproductos consumidos. El núcleo de este trabajo es precisamente construiruna mejor medida del efecto de los precios en el bienestar de los hogares.Para ello se procedió a la estimación de elasticidades precio (propias y cru-zadas) para varias categorías de producto y se recalculó la variación com-pensatoria incluyendo el efecto sustitución. Los resultados muestran queefectivamente los índices de precios sobreestiman los efectos en el bienestarde los hogares. Este efecto es importante. Para los hogares más pobres, don-de la medición es más exacta, los hogares lograron amortiguar el efecto delos incrementos de los precios en el orden del 15 al 20%, lo que representacasi 18 puntos de inflación. Si bien 18 puntos de inflación sobre una infla-ción general del orden del 70% parece un efecto menor, en realidad es unefecto muy grande cuando se tiene en cuenta que la categoría con menos in-flación (de las 27 analizadas) registró un cambio de 56%, lo que da un míni-mo de pérdida de bienestar. Los hogares más pobres lograron reducir en 18

SÍNTESIS 15

puntos la pérdida de bienestar de un máximo posible de reducción de pérdi-da de bienestar de 25 puntos, logrado si hubiesen sustituido todo su consumohacia productos de panificación (el que menor incremento acumulado regis-tró de todos los productos analizados). Con la información disponible resultamás difícil computar el efecto sustitución para los hogares más ricos, ya queno se cuenta con información desagregada para la categoría de productos noalimentarios, que son los que estos hogares consumen mayormente. De todosmodos, en este trabajo se muestra el efecto sustitución para todos los decilesde ingresos, aunque las conclusiones son más robustas en los resultados paralos deciles más pobres.

El efecto final en el bienestar de los hogares incluye, además del efectodel incremento de los precios, el incremento en los salarios nominales que, sibien no han acompañado a la inflación estrictamente se han incrementado enespecial en los últimos meses, lo que ha llevado a que el efecto de bienestarno sea tan negativo. La restitución de ingresos nominales ha sido mayor paralos hogares más pobres, y en particular para los hogares localizados en el in-terior del país. En forma conjunta, a mediados de 2005 la inflación, el efectoamortiguamiento por la sustitución y la recomposición de ingresos tienen, enconjunto, un efecto negativo en los hogares, lo que indica que aún los hoga-res no han logrado reponerse, en términos de bienestar, de la crisis ocurridahace ya casi cuatro años. Para los hogares más pobres, ubicados en el primerquintil de la distribución del ingreso, el efecto negativo de la crisis en el bie-nestar de los hogares se ubica entre el 8 y 14%, sensiblemente más bajo queel incremento de precios para este grupo de hogares, que fue del 75,6%. Endefinitiva, los hogares todavía se encuentran, en el 2005, en niveles de bie-nestar menores a los precrisis, resultado consistente con los altos niveles depobreza. Sin embargo, la recomposición de ingresos ha sido más fuerte enlos hogares más pobres, lo que permite cierta mejora en la distribución delingreso que, actualmente, se encuentra a niveles más equitativos que los ob-servados a fines de 2001. En otras palabras, los hogares son en promediomás pobres pero la distribución es más equitativa (hechos reflejados en losmayores niveles de pobreza agregados, menor PBI per cápita en dólares, ymenor coeficiente de Gini).

4. EL ACCESO A LA VIVIENDA PROPIA EN LA DÉCADA DEL 2000

La importancia de la vivienda para el ahorro de las familias y de la vivien-da adecuada como garantía del bienestar de la sociedad es reconocida interna-cionalmente, y gran parte de los gobiernos en países avanzados y en desarro-llo, por igual, utilizan programas que promueven la propiedad de la vivienda.

En la Argentina existe tradicionalmente un menú amplio de políticas de

16 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

vivienda que tratan de asistir a los hogares en cada nivel de ingresos con dis-tintos instrumentos. Hasta el momento la gran mayoría está orientada por ellado de la oferta, que no ha tenido continuidad suficiente y no ha logrado, apesar de su modernización en los noventa, reducir el persistente déficit habi-tacional de la Argentina. A este panorama se suman ahora los efectos nega-tivos sobre la capacidad de compra de vivienda por las familias y que son re-sultado de la crisis 2001-2002:

• Aumento del precio de la vivienda por encima de su costo de construc-ción, como efecto transitorio.

• Insuficiencia del ahorro de las familias para acceder a las condiciones deun crédito hipotecario estándar.

• Informalidad laboral y bajo nivel salarial en términos del precios de la vi-vienda (activo dolarizado en la Argentina) que limitan el acceso al crédi-to hipotecario a una fracción muy pequeña de los hogares.

Estos “nuevos” problemas, o más bien, el agravamiento de problemasque se manifestaban antes transitoriamente en las fases negativas del ciclo,han sido encarados internacionalmente con políticas que se orientan al subsi-dio directo de las familias para mejorar su capacidad de compra. El menú deesas políticas incluye subsidios atados al ahorro previo familiar; posibilidadde disponer de fondos ahorrados compulsivamente en los fondos de pensióno despido; microcréditos para vivienda y para mejoramiento. Por el contra-rio, aumentar la oferta de viviendas construidas por cuenta y orden del Esta-do y otorgar créditos públicos para su compra, dependiendo de la magnitudde los programas, puede terminar encareciendo los costos de la vivienda ysubsidiando de hecho a los beneficiarios sin la seguridad de una adjudica-ción equitativa.

5. CONSIDERACIONES FINALES

El desarrollo de las mediciones en este trabajo ha permitido describir a laArgentina dentro de la región latinoamericana como un país cuya “oportuni-dad demográfica” ya fue capitalizada en el pasado; que ha perdido parte delimpulso educativo que lo caracterizaba y que sufre cambios socioeconómi-cos previsibles dadas sus características demográficas estructurales, y otros,menos previsibles y generalmente negativos, derivados de las crisis macroe-conómicas recurrentes.

En perspectiva, sus hogares se comportan tratando de mantener su consu-mo a lo largo del tiempo y ajustando su ahorro a las condiciones del cicloeconómico. La acumulación de ahorro en forma de capital humano y cuida-

SÍNTESIS 17

do de la salud tiende a reducirse a medida que se desciende en la escala deingresos.

Durante las crisis los hogares concentran su patrón de consumo en cubrirsus necesidades básicas y el impacto de la reducción de ingresos reales afec-ta más severamente a las familias más pobres.

Más allá de las medidas de emergencia utilizadas para paliar los efectosde las crisis macroeconómicas, cuya eficacia y transparencia puede ser ma-yor o menor según su diseño, es importante discutir cuáles son las políticasde largo plazo orientadas a solucionar problemas como los analizados de dis-torsión en el consumo, baja inversión en educación y capital humano, acce-so a la vivienda, insuficiencia del ahorro familiar.

El conjunto de políticas sociales dedicadas al alivio de la pobreza que seorganizaron en la región en los noventa requieren en el caso argentino, y lue-go de la crisis, solucionar los problemas que presentaban en términos de suinsuficiente focalización y baja eficacia. Pero más aún, en vista de la inci-dencia diferencial de la crisis por nivel de ingreso, de educación y por rangode edad, será necesario su ampliación hacia una mayor cantidad de opcionesflexibles que atiendan los problemas de consumo y ahorro de las familiasmás pobres bajo modalidades que respeten sus demandas.

18 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

Las familias deciden su consumo y su ahorro de acuerdo con sus expec-tativas sobre la situación corriente y las oportunidades futuras de sus miem-bros en cada contexto económico. Los patrones de decisiones del hogar a lolargo del tiempo han sido bien estudiados en economías en crecimiento yhan dado lugar a las teorías sobre el consumo y el ahorro a lo largo del “ci-clo de vida”. Los resultados sugieren que las familias prefieren “suavizar” elconsumo a lo largo del tiempo y no cambian sus patrones de conducta porcambios “transitorios” en el ingreso. Un aspecto muy estudiado dentro de es-te tema son los mecanismos que utilizan las familias (y las políticas públicasa su disposición) para “asegurarse” contra riesgos probables, pero inciertos,como el desempleo, una enfermedad prolongada o una catástrofe.

En los países en desarrollo también se han estudiado estos temas aunquecon menor frecuencia. En estos casos la preocupación se ha centrado en lainsuficiencia del ahorro; las dificultades para asegurar un hecho cierto comola vejez, o el desaliento por bajas expectativas en torno a la movilidad socialque llevan a subinvertir en capital humano.

En la década que se inició en el 2000, América latina ha asistido a unamanifestación de insatisfacción generalizada de sus familias respecto de losresultados de las reformas económicas, aun en países donde esas reformashan logrado su consolidación y muestran progresos en la evolución de los in-dicadores sociales, como en Chile. Uno de los casos más estudiados es el deMéxico, luego de la crisis de 1995. Frente a una crisis económica de grandesproporciones, las familias mexicanas no pudieron “asegurarse” contra susconsecuencias negativas y la caída del ingreso las afectó severamente.

En el caso argentino, como en el de México, a la insatisfacción mencio-nada para la región se sumaron las consecuencias negativas de la crisis 2001-2002, acompañada por un cambio dramático en los niveles del ingreso real.Las restricciones de acceso a la vivienda propia, el abandono de la educación

INTRODUCCIÓN

secundaria y universitaria de los hijos, y la menor atención de la salud fueronalgunos de los efectos más evidentes, aunque poco documentados. El análi-sis de la experiencia en otros países de la región sugiere que las consecuen-cias de crisis tan severas pueden alterar significativamente los patrones deconducta familiar y, por lo tanto, los resultados del conjunto social en térmi-nos de crecimiento y bienestar.

Este trabajo busca, precisamente, poner en perspectiva los problemas deconsumo, ahorro e inversión de las familias de nuestro país en el presente(luego de la crisis), tomando como base de comparación la historia reciente(de los últimos 25 años) y la experiencia regional. Para ello se han utilizadoherramientas del análisis cuantitativo que permiten hacer inferencias útiles,en un contexto de información limitada, para la comprensión de estos pro-blemas y para la elaboración de políticas públicas que tiendan a su alivio ysolución.

En el primer capítulo del trabajo se hace un análisis descriptivo de la es-tructura de las familias en la Argentina con respecto a las variables demográ-ficas y socioeconómicas, y su evolución reciente. En el capítulo 2 se descri-be la evolución del ahorro y los patrones de consumo de las familias, en losochenta y noventa, y se presentan las inferencias sobre la crisis 2001-2002.En el capítulo 3 se tratan temas seleccionados del impacto de la crisis recien-te referidos a los ajustes en el consumo de las familias. En el capítulo 4 sedesarrolla el problema de acceso a la vivienda propia. Por último, el capítu-lo 5 se reserva para las principales conclusiones.

20 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

1.1. EL DESARROLLO DEMOGRÁFICO MUNDIAL Y REGIONAL

Los hechos estilizados del desarrollo demográfico mundial, muy marca-dos a lo largo del siglo XX, han sido: el envejecimiento de la población; elincremento en la esperanza de vida; la reducción de la mortalidad infantil; lareducción en la tasa de fecundidad; los cambios en la estructura familiar; elincremento de la participación de las mujeres en la población laboralmenteactiva, y el crecimiento constante de los años de educación.

Todos estos cambios provienen de la interacción del contexto general ylas decisiones de los hogares, y tienen efectos importantes en la actividadeconómica. En primer lugar, el cambio en la composición de las familias pue-de alterar las decisiones de consumo e inversión. En segundo lugar, los cam-bios en el tamaño de las familias y la participación laboral femenina puedenmodificar la oferta laboral y poner en marcha procesos de crecimiento que sebasan en la “extensión de la frontera productiva” por mayor aprovechamientodel trabajo. En tercer lugar, desde un punto de vista de política económica, seplantea el desafío de cómo se va a financiar a los ancianos, que cada vez sonuna proporción mayor de la población, con patrones de gastos y necesidadesdistintos al segmento que se achica, los niños y los jóvenes.

Estos cambios han sido más notorios en los países desarrollados. Se sueleargüir cierta relación positiva entre el nivel de desarrollo económico y la si-tuación del país en esta tendencia de cambio demográfico. Cuál es el sentidode la causalidad entre cambio demográfico y crecimiento es un tema debati-ble. Por un lado, se podría pensar que los adelantos tecnológicos en materiade salud incrementan la esperanza de vida desde la concepción misma del ni-ño, lo que afecta la cantidad de hijos que los hogares tienen (se necesitanmenor cantidad de nacimientos por pareja para lograr la misma cantidad deadultos en edad laboral). Esto a su vez permite que los hogares cuenten con

1. CAMBIOS DEMOGRÁFICOS Y SU IMPACTO ECONÓMICO1

más recursos por niño, lo que facilita la acumulación de capital humano y,por ende, el desarrollo económico. Al mismo tiempo, permite que las muje-res destinen menor tiempo de su vida a la gestación y crianza de los niños,facilitando su inserción en el mercado laboral. Todo esto afecta los retornosa la educación, el ahorro y los patrones de consumo. En esta visión los cam-bios tecnológicos son los que actúan sobre la estructura demográfica y ésta,a su vez, afecta el desarrollo económico. Una explicación alternativa es queel mayor desarrollo económico causa los cambios demográficos, motiva a lamujer a buscar trabajo fuera del hogar y reduce las tasas de fertilidad.

Independientemente de la causalidad, lo cierto es que los cambios adver-tidos moldean los resultados sociales de crecimiento y bienestar.

En un trabajo reciente2 de la Red de Investigaciones Latinoamericanasdel Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se aborda precisamente elcambio demográfico en la región, teniendo en cuenta la estructura de los ho-gares, la tasa de participación del trabajo femenino, la acumulación de capi-tal humano y su tasa de retorno. Dada la complejidad y diversidad de los te-mas se optó por analizar un conjunto de casos de países, pero utilizando unametodología común que permitiese obtener enseñanzas para el conjunto.

Estos estudios se concentran en la decisión de consumo y ahorro de lasfamilias en países latinoamericanos seleccionados (Perú, México, Colombia,Uruguay y Brasil). La metodología similar de cada estudio aprovecha la dis-ponibilidad de encuestas permanentes de hogares para ilustrar sobre los cam-bios demográficos y la inversión en capital humano. Las diferencias entregrupos de ingreso, generaciones o grupos por nivel educativo permiten en-tender la dinámica de variables demográficas como la tasa de fertilidad, eltamaño de los hogares y la transición demográfica hacia una pirámide po-blacional con una mayor proporción de población económicamente activa.En este sentido, el trabajo toma como hilo conductor de todos los casos laidea de que esa transición tiene el potencial de generar una oportunidad pa-ra el desarrollo al aumentar la oferta laboral y el ahorro como consecuen-cia de la convergencia hacia un menor tamaño de los hogares.

También recientemente, en el caso de Chile, se estudiaron las decisionesde las familias en un marco teórico similar al anterior (teoría del ciclo de vi-da). Este análisis se centró en el ahorro, definiéndolo en un sentido amplioque incluyó el ahorro financiero, la inversión en capital humano y el consu-mo de bienes durables. Contrario a lo que ocurre en la teoría de ciclo de vi-da, el consumo chileno aumentaba a la par del crecimiento y se registrabaahorro positivo aun en la etapa de retiro de los individuos. Estos resultadoscontrastan con los que arrojaban estudios del ahorro chileno a nivel macroe-conómico y con el comportamiento que se registra para países avanzados,donde se da cuenta de una tasa de desahorro optimal de las familias en laetapa de retiro del jefe de hogar, que rondaría entre el 3 y el 6% anual.

22 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

Como ya se mencionó, otro caso muy estudiado es el de México. Ade-más de su inclusión en el trabajo mencionado del BID, este país provee uncaso aleccionador sobre el impacto de las crisis macroeconómicas en el pa-trón de consumo de las familias luego de su crisis de 1995. En la transiciónposcrisis, la caída del ingreso afectó diferencialmente a las familias, según elgrado de educación, su localización geográfica y su actividad económica.Una consecuencia inmediata de la crisis fue el cambio en la composición delconsumo hacia bienes no durables, especialmente alimentos (con indicios de“sobreconsumo” más allá de los pronósticos teóricos), combinado con unacaída en la inversión familiar en educación y salud.

Por su parte, en el caso argentino, la prolongada crisis que comenzó conla recesión de 1999 y que culminó con la salida de la convertibilidad de di-ciembre de 2001, determinó un nivel inédito de incidencia de la pobreza enel país (50% del total de la población en el pico de la crisis). La pérdida del25% del ingreso en dos años y los cambios en los precios y en el poder decompra de las familias obligaron a modificaciones severas en los patrones deconsumo y ahorro, cuyas consecuencias pueden afectar el desarrollo de lar-go plazo. Por ejemplo, el acceso a la vivienda propia, la inversión en la edu-cación secundaria y universitaria de los hijos y la atención de la salud se hanmodificado significativamente. Un cálculo estimativo indica que la clase conacceso a un conjunto apropiado de esos servicios se ha comprimido desde un60% de la población a tan solo un 20%.3

En un trabajo muy reciente sobre el impacto de la crisis 2001-2002, laOficina del Banco Mundial en Buenos Aires indica que: “Los hogares estánusando variadas estrategias para responder a una intensa crisis. Los limitadosdatos sobre consumo recopilados no permiten determinar en qué medida lasreducciones en los niveles de ingreso están produciendo formas de privaciónextremas (es decir, en qué medida las estrategias de supervivencia permitena las familias evitar las restricciones importantes). No obstante, la magnitudde los shocks y las limitaciones en la eficacia de los diferentes mecanismosde supervivencia que se han identificado sugieren que los efectos sobre elbienestar son efectivamente muy serios. La evidencia sugiere efectos másmarcados en el uso de los servicios de salud que en educación”.

En síntesis, para la región de América latina, la evolución de las estructu-ras demográficas podría crear una ventana de oportunidad para el desarrolloal permitir la expansión y mejoramiento del capital humano a la vez que sereconoce que los patrones del ciclo de vida de los hogares pueden resultarafectados por las crisis recurrentes. En la sección siguiente se relativiza el ar-gumento del impacto positivo del cambio demográfico para la Argentina yse presenta el escenario socioeconómico de la crisis 2001-2002.

CAMBIOS DEMOGRÁFICOS Y SU IMPACTO ECONÓMICO 23

1.2. BREVE ANÁLISIS DEMOGRÁFICO

El interés principal de nuestro trabajo es el de caracterizar el grado enque los patrones de decisiones de las familias han sido afectados por la crisismacroeconómica reciente y dirimir sus consecuencias futuras. Por lo tanto,no se explorará aquí en detalle el impacto potencial de los cambios de la es-tructura demográfica de nuestro país sobre su desarrollo de largo plazo. Sinembargo, resulta necesario para dar marco al análisis posterior, presentar al-gunos elementos básicos de esta estructura.

Según el Censo de Población y Vivienda del 2001, la Argentina contabacon 36,2 millones de habitantes, con una población esencialmente urbana(81% de la población vive en ciudades de más de 10.000 habitantes). Des-pués de la Segunda Guerra Mundial, y tempranamente entre los países lati-noamericanos, la tasa de natalidad de la Argentina cayó a menos del 2%anual. En la actualidad ronda el 1,01% anual. Este suave crecimiento demo-gráfico, junto con un amplio territorio determinan una muy baja densidadpoblacional que llega a los 13 habitantes por km2. Dentro del conjunto lati-noamericano, la Argentina es uno de los países con la pirámide poblacionalmás madura. Los habitantes mayores de 65 años pasaron de representar el3,9% de la población en 1947 al 9,9% en el 2001, mientras que los menoresde 14 años disminuyeron desde un 30,9% hasta un 28,3%, respectivamente.

24 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

GRÁFICO 1.1ARGENTINA: PIRÁMIDE DE POBLACIÓN

AÑO 2001

Fuente: Censo Nacional 2001, INDEC.

-2.000 -1.500 -1.000 -500 0 500 1.000 1.500 2.000

0-4 5-9

10-1415-1920-2425-2930-3435-3940-4445-4950-5455-5960-6465-6970-7475-79

80 y más

Grup

os d

e ed

ad

Miles de habitantes

Hombres

Mujeres

Miles de habitantes

CU

AD

RO

1.1

POB

LA

CIÓ

N A

MIT

AD

DE

O P

OR

ED

AD

Y S

EX

O. A

ÑO

200

1(P

ropo

rció

n de

l tot

al d

e ha

bita

ntes

)

Grup

os d

e ed

adAr

gent

ina

Méx

ico

Chile

Bras

il

Ambo

s Ho

mbr

esM

ujer

esAm

bos

Hom

bres

Muj

eres

Ambo

s Ho

mbr

esM

ujer

esAm

bos

Hom

bres

Muj

eres

sexo

sse

xos

sexo

sse

xos

Tota

l10

010

010

010

010

010

010

010

010

010

010

010

00-

48,

99,

28,

611

,111

,510

,78,

68,

98,

39,

29,

58,

95-

98,

99,

38,

611

,111

,510

,79,

39,

59,

09,

49,

79,

110

-14

99,

38,

710

,911

,310

,59,

49,

79,

19,

79,

99,

4

0 - 1

426

,827

,825

,933

,134

,331

,927

,328

,126

,428

,329

,127

,4

15-1

98,

78,

98,

510

,210

,410

8,6

8,8

8,4

9,9

10,1

9,6

20-2

48,

99,

28,

79,

49,

59,

48,

28,

48,

09,

79,

99,

525

-29

7,7

7,9

7,5

8,9

8,9

8,8

7,6

7,7

7,5

8,9

9,1

8,8

30-3

46,

76,

86,

67,

87,

67,

97,

57,

67,

48,

38,

48,

235

-39

6,2

6,3

6,1

6,7

6,4

6,9

7,7

7,8

7,7

7,5

7,5

7,5

40-4

46

6,1

5,9

5,7

5,5

5,9

7,2

7,2

7,1

6,4

6,3

6,4

45-4

95,

75,

75,

64,

44,

24,

65,

95,

95,

95,

35,

25,

450

-54

55,

15

3,5

3,4

3,7

54,

95,

14,

34,

24,

455

-59

4,3

4,2

4,3

2,9

2,8

3,1

4,3

4,2

4,4

3,3

3,2

3,5

60-6

43,

63,

53,

82,

42,

32,

53,

43,

23,

52,

72,

52,

9

15-6

462

,863

,762

61,9

6162

,865

,465

,765

66,3

66,4

66,2

CAMBIOS DEMOGRÁFICOS Y SU IMPACTO ECONÓMICO 25

26 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANASC

UA

DR

O 1

.1 (

cont

.)

Grup

os d

e ed

adAr

gent

ina

Méx

ico

Chile

Bras

il

Ambo

s Ho

mbr

esM

ujer

esAm

bos

Hom

bres

Muj

eres

Ambo

s Ho

mbr

esM

ujer

esAm

bos

Hom

bres

Muj

eres

sexo

sse

xos

sexo

sse

xos

65-6

93,

22,

93,

51,

81,

71,

92,

62,

42,

82,

11,

82,

370

-74

2,7

2,3

3,1

1,3

1,3

1,4

2,1

1,8

2,3

1,5

1,3

1,7

75-7

92,

11,

72,

50,

90,

80,

91,

41,

21,

71

0,8

1,2

80+

2,3

1,7

31

0,9

1,1

1,2

0,8

1,7

0,8

0,6

1,1

65+

10,3

8,6

12,1

54,

75,

37,

36,

28,

55,

44,

56,

3

Fuen

te: e

labo

raci

ón p

ropi

a so

bre

la b

ase

de d

atos

de

U.S

. Cen

sus

Bur

eau,

Int

erna

tion

al D

ata

Bas

e.

En Brasil los porcentajes respectivos son 28,3% y 5,4%; en México, 33,1%y 5%, y en Chile, más similar a nuestro caso, 27,3% y 5%. En la Argentina,cada 100 personas menores de 14 años hay 35 personas mayores de 65.

El hogar, como unidad económica, es una de las más importantes de lasociedad, dado que es la sede de decisiones sobre consumo, ahorro e inver-sión en capital humano y salud. En la Argentina hay 10,1 millones de hoga-res con un tamaño medio de 3,6 personas por hogar. Este tamaño presentamucha variabilidad por nivel de ingreso de las familias y también ha ido mo-dificando en el tiempo su modalidad de conformación con mayor incidenciade los hogares unipersonales (personas solteras o divorciadas) y mayor inci-dencia de las uniones consensuales en reemplazo de la unión matrimonial.En comparación con América latina, el tamaño del hogar en la Argentina hapermanecido más o menos estable en los últimos 25 años, mientras que enpaíses como Brasil o México ese tamaño ha ido convergiendo a un valor si-milar al argentino, pero desde indicadores de 5 personas por hogar (véasemás adelante tasa de fecundidad).

CAMBIOS DEMOGRÁFICOS Y SU IMPACTO ECONÓMICO 27

CUADRO 1.2HOGARES POR CANTIDAD DE PERSONAS EN EL HOGAR. TOTAL PAÍS

Censo Cantidad Cantidad de Cantidad de personas en el hogarde hogares personas

por hogar

Censo 1 2 3 4 5 6 y más

1980 7.104.016 3,93 746.221 1.345.933 1.340.833 1.450.391 975.784 1.244.85410,50% 18,95% 18,87% 20,42% 13,74% 17,52%

1991 8.927.289 3,65 1.179.033 1.818.337 1.640.306 1.707.342 1.195.534 1.386.73713,21% 20,37% 18,37% 19,12% 13,39% 15,53%

2001 10.075.814 3,60 1.499.940 2.046.549 1.859.419 1.881.247 1.263.327 1.525.33214,89% 20,31% 18,45% 18,67% 12,54% 15,14%

Fuente: censos nacionales del INDEC.

1.3. EDUCACIÓN, SALUD, VIVIENDA Y EMPLEO

La caracterización socioeconómica de los hogares es, desde el punto devista de su rol como unidad de decisiones económicas, muy importante. Al-gunas de las variables que resultan de interés para este trabajo se relacionancon la situación de ingreso de los hogares y la evolución de la pobreza; elstock de educación y las nuevas inversiones en capital humano; la participa-ción de la mujer en el mercado de trabajo y la atención de la salud.

28 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

GRÁFICO 1.2ARGENTINA

DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN DE 14 AÑOS Y MÁS SEGÚN SITUACIÓN CONYUGAL

Total del país. Censo 1991

DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN DE 14 AÑOS Y MÁS SEGÚN SITUACIÓN CONYUGAL

Total del país. Censo 2001

Fuente: censos 1991 y 2001. INDEC.

Unido14%

Divorciado -separado

5%

Viudo7%

Soltero34% Casado

40%

Divorciado -separado

4%

Viudo7%

Soltero31%

Casado48%

Unido10%

La incidencia de la pobreza en términos estructurales se mide en la Argen-tina utilizando el Indice de Necesidades Básicas Insatisfechas, que define losindicadores de privación teniendo en cuenta el hacinamiento (hogares de másde 3 personas por cuarto); la calidad de la vivienda y sus condiciones sanita-rias (sin retrete); la inasistencia a la escuela de algún niño en edad escolar en

CAMBIOS DEMOGRÁFICOS Y SU IMPACTO ECONÓMICO 29

CUADRO 1.3ARGENTINA: PORCENTAJE DE HOGARES Y PERSONAS

BAJO LAS LÍNEAS DE POBREZA E INDIGENCIA Aglomerado GBA

Bajo la línea de indigencia Bajo la línea de pobreza

Hogares Personas Hogares Personas

19881 5,5 8,6 22,5 29,8

1989 5,9 8,0 19,7 25,9

1990 8,7 12,5 33,6 42,5

1991 3,6 5,1 21,9 28,9

1992 2,3 3,3 15,1 19,3

1993 2,9 3,6 13,6 17,7

1994 2,6 3,3 11,9 16,1

1995 4,3 5,7 16,3 22,2

1996 5,1 6,9 19,6 26,7

1997 4,1 5,7 18,8 26,3

1998 4,0 5,3 17,7 24,3

1999 5,4 7,6 19,1 27,1

2000 5,3 7,5 21,1 29,7

2001 7,4 10,3 23,5 32,7

2002 16,0 22,7 37,7 49,7

I- 20032 19,5 26,5 41,2 52,3

II- 2003 20,2 27,1 34,9 46,2

I- 2004 10,8 15,2 31,6 42,7

II- 2004 10,1 14,0 27,7 37,7

I- 2005 8,7 12,6 27,4 37,7

Notas:1. Desde 1988 a 2002 los datos corresponden a la onda Mayo de la EPH Puntual.2. A partir de 2003 los datos son por semestres y corresponden a la EPH Continua. Fuente: INDEC.

el hogar y la capacidad de subsistencia medida por las personas a cargo de ca-da miembro ocupado de baja calificación laboral en el hogar (son pobres loshogares con más de 4 personas por miembro ocupado). Este índice, que refle-ja factores estructurales, ha mostrado una reducción entre 1980 y el 2001, pa-sando de 22,3% de los hogares (27,7% de la población) con necesidades bási-cas insatisfechas a 14,3% (17,7% de la población), respectivamente.

Alternativamente, se puede medir la pobreza en términos corrientes porla capacidad de compra del ingreso de las personas, a través de los Índicesde Pobreza e Indigencia. En el 2001, la pobreza afectaba al 35,9% de las per-sonas mientras que la indigencia (condición más extrema) afectaba al 11,6%de las personas. En el cuadro 1.3 se observa la dramática evolución que tu-vieron los Índices de Pobreza e Indigencia durante la crisis y su lenta mejo-ría desde el pico del 2002. El índice de pobreza, según la medición oficialpor ingresos, se elevó desde casi el 34% en el 2000 hasta un máximo del58% hacia fines del 2002, para luego iniciar una fase decreciente y ubicarseen un 44% a mediados del 2004. El número de personas que están por deba-jo de la línea de indigencia siguió un patrón similar, duplicándose en su picomáximo para ubicarse a mediados del 2004 en 17% (superior al 14% de fi-nes del 2001). La distribución del ingreso también ha empeorado significati-vamente. A pesar de la evolución positiva a la salida de la crisis, todavía es

30 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

GRÁFICO 1.3ARGENTINA: EVOLUCIÓN DEL SALARIO REAL POR SECTOR

2001-2005(IV 2001 = 100)

Fuente: Fiel en base a datos de EPH-INDEC.

60

65

70

75

80

85

90

95

100

105

O 01 I 02 II 02 III 02 IV 02 I 03 II 03 III 03 IV 03 I 04 II 04 III 04 IV 04 I 05 II 05

Salario Privado Formal Salario Privado Informal Salario Público TotalSalario privado formal Salario privado informal Salario público

difícil decir cuánto de este incremento en la pobreza es coyuntural y cuántoconstituye un cambio estructural y por ende persistente.

Este proceso de deterioro social estuvo acompañado por una fuerte caídadel salario real promedio de la economía y por un marcado aumento de la in-formalidad de las actividades económicas en general, y del empleo en parti-cular (véanse gráficos 1.3 y 1.4).

En términos de educación, salud y vivienda, los hogares argentinos ha-bían ido adquiriendo a lo largo del tiempo un “stock” privado y social quelos distinguía entre los países de la región.

Con respecto a la educación, desde 1980 la Argentina presenta una situa-ción de escolarización primaria universal igual a la de los países de la OC-DE. En el nivel secundario se observa un proceso de significativo aumentode la escolarización en la última década, con cierta tendencia a una amplia-ción de la brecha entre las tasas brutas (90,5% de la población con edad decursar estudios secundarios en 1997) y las tasas netas (69%), es decir, conalguna mayor incidencia de los abandonos del esfuerzo de educación en al-gún punto intermedio de la carrera. No obstante la importante mejora expe-rimentada en los últimos años, la Argentina aún se halla lejos del estándarexistente en los países más avanzados de la OCDE en términos del enrola-miento en el nivel secundario, con coberturas superiores al 95% neto.

CAMBIOS DEMOGRÁFICOS Y SU IMPACTO ECONÓMICO 31

GRÁFICO 1.4ARGENTINA: EVOLUCIÓN DE LA TASA DE DESEMPLEO E INFORMALIDAD

2001-2005 (En porcentajes)

Fuente: Fiel en base a datos del INDEC.

0

5

10

15

20

M 01 O 01 I 02 II 02 III 02 IV 02 I 03 II 03 III 03 IV 03 I 04 II 04 III 04 IV 04 I 05 II 0549

50

51

52

53

54

55

56

57

58

Informalidad Total (eje izquierdo) Tasa de Desempleo (eje derecho)Informalidad total (eje izquierdo) Tasa de desempleo (eje derecho)

El mismo fenómeno ocurre con las tasas de escolarización para el nivelsuperior. Al inicio del nivel universitario las tasas están positivamente influi-das por el proceso de ingreso masivo a la universidad pública (39% de tasabruta en1997), pero a medida que aumentan los años de escolarización, seobserva un fuerte grado de deserción y demora en la finalización de los estu-dios (27,6%, de tasa neta). Las tasas de los países de la OCDE son aproxi-madamente el doble de las locales.

Aunque en varios aspectos la Argentina sigue manteniendo un liderazgoregional en cuanto a la formación de capital humano, varios países de Amé-rica latina han mejorado su esfuerzo educativo, particularmente el caso chi-leno muestra una mejora continuada en los noventa (véanse cuadro 1.4. ygráfico 1.5).

En contraste con la inversión corriente en capital humano de la Argentina,la escolaridad alcanzada por la fuerza laboral de la Argentina (capital ya acu-mulado) se compara aún razonablemente con los países de la OCDE, sugirien-do que el ritmo de inversión era alto en el pasado y que lo que está ocurriendohoy es una aceleración en el proceso de inversión en capital humano de lospaíses más avanzados, que no es seguido por la Argentina, a pesar de las altas

32 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

CUADRO 1.4ASISTENCIA ESCOLAR POR QUINTIL DE INGRESO PER CÁPITA DEL HOGAR

13 a 19 años (escuela media/secundaria)

Quintil 1 Quintil 2 Quintil 3 Quintil 4 Quintil 5

Argentina 2004 73,9 77,8 81,5 84,0 88,8

Brasil 2003 74,5 76,1 77,9 81,7 90,5

Chile 2003 81,4 84,6 84,1 89,3 94,1

México 2004 62,2 58,6 69,0 78,2 86,2

20 a 24 años (educación superior y universitaria)

Quintil 1 Quintil 2 Quintil 3 Quintil 4 Quintil 5

Argentina 2004 22,9 32,8 41,3 44,4 60,7

Brasil 2003 19,5 20,0 23,2 30,9 55,3

Chile 2003 18,9 24,5 31,4 45,8 67,8

México 2004 12,3 20,4 26,3 35,7 50,2

Fuente: elaboración propia en base a datos de la CEPAL.

tasas de retorno a la educación secundaria (en torno del 20% de la inversión)y universitaria (en torno del 13% de la inversión) durante los noventa.

En términos sanitarios, la Argentina comparte la tendencia mundial a laextensión de la esperanza de vida, que pasó de los 68 años en la década de1970 a los actuales 74 años, superando en casi 3 años el promedio de Amé-rica latina. La misma tendencia de largo plazo exhibe la tasa de mortalidadinfantil, que cayó del 48‰ al 20‰, respectivamente. Fijando la atención enel desarrollo más reciente de estos indicadores demográficos, la tasa de mor-talidad se redujo hasta el 2000, cuando alcanzó un valor de 748 por cada100.000 habitantes al año, para luego aumentar hasta 767 por cada 100.000habitantes en el 2002. Como ya se mencionó, Fiszbein et al. (2002) sugierenque este aumento podría estar vinculado a la crisis y la menor atención quelas familias más pobres le dedican a la salud. En contraste, la tasa de mortali-dad infantil, en general más afectada por las crisis, dado que son mucho ma-yores en las poblaciones más vulnerables, se mantuvo estable en torno al16,5% entre 2000 y 2002.

Con respecto a la vivienda, nuestro país se caracteriza por tener un alto ni-vel de propiedad de la vivienda por los hogares que las habitan, aunque se ob-serva un persistente déficit habitacional que no ha podido ser resuelto a pesarde una larga historia de políticas sociales específicas aplicadas (como el FO-NAVI). La determinación del déficit habitacional presenta algunas dificulta-

CAMBIOS DEMOGRÁFICOS Y SU IMPACTO ECONÓMICO 33

GRÁFICO 1.5ASISTENCIA ESCOLAR. TOTAL DE AMBOS SEXOS EN ÁREAS URBANAS

7 A 24 AÑOS DE EDAD

Fuente: CEPAL.

58

60

62

64

66

68

70

72

74

76

78

1992 1994 1996 1998 2001 2004

Porc

enta

je d

e la

pob

laci

ón

Argentina Brasil Chile México

des objetivas en cualquier país. En general, su determinación está sujeta a es-tándares que se fijan como objetivo de política.4 En la Argentina, se trabajótradicionalmente desde la óptica de un cálculo generoso del déficit habitacio-nal, estableciendo estándares altos de cobertura. Según ese cálculo, en 1995existían 3.039.018 hogares en condiciones habitacionales deficitarias con di-ferente grado de precariedad. Más recientemente, la comparación entre elcenso de 1991 y el del 2001 muestra una tendencia a la reducción del déficit,aunque las autoridades del sector juzgaban que las viviendas deficitarias toda-vía sumaban 2,5 millones de unidades5 (véanse cuadros 1.5 y 1.6).

Por último, si bien no será tratado en este estudio, se hace a continuaciónuna breve referencia a la evolución del empleo. En primer lugar, la tasa deactividad, que mide la población que trabaja o quiere trabajar (es decir, losocupados más los desocupados) en relación con la población total se ha man-tenido en torno al 42,6%, con un descenso de un punto porcentual en el 2002(41,8%). En segundo lugar, la tasa de desocupación, calculada como porcen-taje entre el total de desocupados y la población económicamente activa pa-só del 14,5% en 1999 al 21,5% en el 2002 para ir descendiendo luego lenta-mente.

Dentro del empleo, uno de los datos más destacados por los estudios re-gionales es el de la participación de la mujer en el mercado de trabajo. Estaparticipación ha evolucionado recientemente en la Argentina, mostrando lamayor incorporación de las mujeres al empleo. En el 2003, por ejemplo, el65% de las mujeres de entre 25 y 50 años estaban activas, mientras que eseporcentaje era del 94% en los hombres.6 Otro dato importante es la menorcantidad de hijos por mujer y el aumento de la edad media de fecundidad.Comparado con el resto de América latina, hace ya bastante que la Argenti-na tiene un número de hijos por mujer bajo y con tendencia a la reducción.En efecto, después de la Segunda Guerra Mundial, el número de hijos en laArgentina era ya de 3,15, que se comparaba favorablemente con el 5,91 de

34 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

CUADRO 1.5ARGENTINA: STOCK DE VIVIENDAS

1991 2001

Viviendas ocupadas 8.515.441 9.712.661

Colectivas y c/moradores ausentes 377.394 609.443

Viviendas desocupadas 1.187.011 1.719.480

Total vivendas 10.079.846 12.041.584

Fuente: censos nacionales de población y vivienda, INDEC.

CAMBIOS DEMOGRÁFICOS Y SU IMPACTO ECONÓMICO 35C

UA

DR

O 1

.6A

RG

EN

TIN

A:

VIV

IEN

DA

S PA

RT

ICU

LA

RE

S PO

R T

IPO

DE

VIV

IEN

DA

Cens

oTo

tal d

e Ti

po d

e vi

vien

davi

vien

das1

Casa

Ranc

ho

Depa

rtam

ento

Casa

Hote

l oLo

cal n

o co

nst.

Vivi

enda

Desc

onoc

ido

o ca

silla

de in

quili

nato

pens

ión

p/ha

bita

rm

óvil

1991

8.51

5.44

16.

136.

704

591.

530

1.55

4.64

247

.533

4.66

624

.256

8.48

814

7.62

2

72,0

7%6,

95%

18,2

6%0,

56%

0,05

%0,

28%

0,10

%1,

73%

2001

9.71

2.66

17.

528.

573

483.

603

1.57

9.56

972

.291

24.2

7820

.492

3.85

5-

77,5

1%4,

98%

16,2

6%0,

74%

0,25

%0,

21%

0,04

%-

Not

a: 1

. Viv

iend

as o

cupa

das.

Fuen

te: c

enso

s na

cion

ales

de p

obla

ción

y v

ivie

nda,

IN

DE

C.

América latina. En la actualidad, este indicador tiende a converger en la re-gión, siendo 2,35 hijos en la Argentina y 2,57 en el promedio de Américalatina.

NOTAS

1. Este capítulo fue desarrollado por Marcela Cristini.2. “The Family in Flux. Household Decision-making in Latin America”, Was-

hington, Attanasio Orazio y M. Székely Editores, 2003.3. Los trabajos disponibles para la Argentina se refieren a algunos aspectos par-

ciales de los patrones de comportamientos de las familias, como la tasa de participa-ción femenina en el mercado de trabajo o las decisiones de educación. Al respecto,véase María Luisa Streb, “La decisión de Sophie: trabajo en el mercado o trabajo enel Hogar”, Ministerio de Economía, 1999; Mariana Marchionni y W. Sosa Escudero,“Los determinantes de la decisión de escolarización”, Universidad Nancional de laPlata (UNLP).

4. Sin embargo, raramente los estándares se explicitan y las autoridades de turnooperan de acuerdo con su interpretación del mandato público y sus intereses burocrá-ticos.

5. Presentación del arquitecto Luis A. Bontempo, subsecretario de Desarrollo Ur-bano y Vivienda, “Seminario sobre políticas de vivienda en Argentina”, CEF, juniode 2005.

6. En 1998 el porcentaje de mujeres activas era del 56%, y aunque iba en aumen-to durante los noventa, se aceleró significativamente durante los años de recesión ycrisis.

36 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

CUADRO 1.7

Período Tasa de fecundidad Edad media (por cada mil mujeres) de la fecundidad

Global1 General2 en años

1950-1955 3.154,0 97,6 28,3

1970-1975 3.145,5 94,5 28,0

1990-1995 2.828,0 85,7 27,6

2000-2005 2.444,0 76,2 27,4

Notas:1. Número de hijos que en un período dado habría nacido por cada mil mujeressometidas a las tasas de fecundidad observadas para ese período, bajo un supuesto demortalidad nula desde el nacimiento hasta el fin de la edad fértil.2. Nacimientos efectivos en un año por cada mil mujeres en edad de procrear.Fuente: INDEC. CELADE 1995, Serie Análisis Demográfico 5.

INTRODUCCIÓN

Las decisiones de consumo y ahorro de las familias dependen de sus ca-racterísticas socioeconómicas y del contexto económico en el cual se desen-vuelven. En el capítulo anterior se señaló que los cambios en la estructura fa-miliar y la fertilidad; los cambios asociados a la participación de la mujer enel mercado laboral, y el incremento en los niveles educativos, entre otrosefectos, tienen impacto sobre la generación de ingresos y riqueza, y conse-cuentemente en los patrones de consumo y ahorro de los individuos y de loshogares a los que pertenecen. Diversos trabajos han abordado recientementeel análisis de las características socioeconómicas de los hogares y su vínculocon los patrones de ahorro y consumo. Attanasio y Székely (2003) presentanuna serie de estudios para economías latinoamericanas y utilizan la técnicade cohorte; Butelman y Gallego (2001) realizan un análisis del comporta-miento estilizado del ahorro en los hogares de la economía de Chile. El mar-co teórico de estos estudios son el modelo de ciclo vital de Fisher (1930) yModigliani y Brumberg (1954), y el trabajo de Becker (1993).

Por otra parte, el ambiente económico en el cual las familias toman sus de-cisiones, condiciona los patrones bajo estudio al configurar el esquema de in-centivos que enfrentan los hogares; por ejemplo, la presencia de restriccionesde liquidez genera decisiones de ahorro y consumo que podrían resultar subóp-timas. En forma similar, contextos altamente inciertos en términos de expecta-tivas futuras de ingreso, cuando se toma en consideración la probabilidad dedesempleo, alteran las decisiones de ahorro y consumo de los hogares.

Este capítulo tiene por objeto estudiar cuáles han sido los patrones deconsumo y ahorro en las últimas dos décadas en la Argentina, caracterizadascada una de ellas por contextos macroeconómicos bien diferenciados. Mien-tras que los ochenta se corresponden con un régimen de alta inflación, con

2. DECISIONES DE AHORRO Y CONSUMO DE LAS FAMILIAS1

importantes restricciones y distorsiones en el funcionamiento de los merca-dos financieros, y la consecuente disrupción en el proceso de transferenciaintertemporal de recursos; los noventa se caracterizan por un sistema mone-tario y financiero más estable y ordenado.

La información primaria utilizada en este trabajo corresponde a las mi-croestadísticas relevadas por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos(INDEC) para sus Encuestas de Gastos de los Hogares (EGH) correspon-dientes a los períodos 1985-1986 y 1996-1997.

En la siguiente sección del documento se presenta una discusión sobre elmarco teórico de referencia y un detalle sobre la información utilizada. Lasección 2.2 presenta una descripción del contexto macroeconómico y su vin-culación con los resultados de las encuestas. La sección 2.3 desarrolla los re-sultados sobre el patrón de ingreso, gasto y ahorro de los hogares. La sección2.4, por último, sintetiza las conclusiones del análisis.

2.1. METODOLOGÍA PARA LA MEDICIÓN DE LAS DECISIONES DE AHORRO Y CONSUMO DE LOS HOGARES E INFORMACIÓN UTILIZADA

2.1.1. El marco teórico

Las decisiones de los individuos encuentran importantes condiciona-mientos en sus características sociodemográficas correspondientes a la gene-ración de pertenencia y a la etapa del ciclo de vida en que se encuentran. Laevidencia empírica requerida por la “teoría del ciclo de vida” se basa en mi-croestadísticas que reflejan el comportamiento de un hogar a lo largo de to-da su existencia. Internacionalmente y, particularmente en la Argentina, estehecho constituye un obstáculo en la investigación debido a la ausencia de da-tos con esa cobertura. En su lugar, y en la generalidad de los casos, se dispo-ne de información fragmentada presentada como datos de corte transversal,a partir de encuestas de gasto o de condiciones de vida.

El análisis de la información limitada disponible podría realizarse si-guiendo la metodología sugerida por Browning, Deaton e Irish (1985), cons-truyendo una serie temporal sobre un hogar constituido en una misma gene-ración, a partir de datos de corte transversal, de modo de confeccionarpaneles sintéticos de las variables bajo análisis. Aun cuando cada generaciónes observada sólo en un tramo de su ciclo de vida, la superposición de losdatos puede generar un perfil asociado al ciclo de la totalidad de la pobla-ción. Esta técnica es conocida como “técnica de cohorte” y se la utiliza fre-cuentemente en los estudios de ciclo vital. Esta técnica no se encuentra librede distorsiones potenciales, pues muchas de las variables sujetas a estudiopodrían tener un vínculo endógeno; por ejemplo, podría identificarse a una

38 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

generación como más rica cuando se avanza en rango etario sólo por el he-cho de que los más pobres (y jóvenes) han desaparecido de la muestra afec-tados por la tasa de mortalidad. Ésta es la metodología seguida por Attanasioy Székely (2003).

Alternativamente, desde un punto de vista estático, podría plantearse elanálisis a partir de asociar a una muestra de corte transversal el perfil etariocorrespondiente al ciclo de vida. Este método podría inducir a conclusioneserróneas según Shorrocks (1975), si la presencia de efectos generacionaleses de relevancia. Estos efectos están asociados a fuertes cambios en las ca-racterísticas sociodemográficas de los hogares formados en cada generación.Cabe notar que las distorsiones podrían ser de una magnitud significativa silas comparaciones se extendiesen sensiblemente en el tiempo.

Dado que nuestro objetivo es estudiar las conductas de ahorro y consumoen dos contextos macroeconómicos diferenciados, se seguirá la metodologíadescrita en el párrafo anterior, también empleada por Butelman y Gallego(2001). Estos autores orientan su investigación hacia el vínculo que existeentre el patrón de ahorro derivado de los microdatos y la tasa de ahorro de laeconomía en su conjunto. Parten de la evidencia recogida en la literatura in-ternacional sobre los patrones de ahorro y muestran que en varios casos, in-cluido el chileno, ésta resulta contradictoria con la predicción asociada a lahipótesis del ciclo vital que establece que las familias de mayor edad se ca-racterizan por poseer tasas de ahorro negativas.2

2.1.2. La información utilizada

La información básica sobre ingresos y consumo fue obtenida a partir dela EGH para el período 1985-1986 y la ENGH de 1996-1997. La EGH delperíodo 1985-1986 se realizó durante doce meses consecutivos entre julio de1985 y junio de 1986 y estuvo dirigida a hogares ubicados en la Capital Fe-deral y los diecinueve partidos del conurbano bonaerense, aglomerado urba-no conocido con la sigla GBA. Las variables consideradas en la encuestafueron el gasto y el ingreso, además de otras variables socioeconómicas. Ca-da hogar estuvo bajo estudio durante una semana, lo que requirió una con-versión de la información a un período estándar de referencia de un mes. Lamuestra se compone de 2.717 hogares.

La ENGH correspondiente al período 1996-1997 es la primera de cober-tura nacional y alcanzó el 96% de la población urbana, de modo que la en-cuesta permite obtener información, no sólo para el aglomerado del GBA si-no también para el agregado del país. El relevamiento de la información sellevó a cabo durante un año, entre los meses de marzo de 1996 y febrero de1997, y nuevamente cada hogar estuvo bajo estudio durante una semana, loque requirió la reexpresión de la información a un período estándar de un

DECISIONES DE AHORRO Y CONSUMO DE LAS FAMILIAS 39

mes. El tamaño de la muestra es de 27.260 hogares a nivel nacional, y unos4.907 correspondientes al aglomerado del GBA.

Para ambas encuestas los gastos corresponden a “de consumo” y “no deconsumo”, mientras que los ingresos incorporan los derivados de la ocupa-ción (en dinero y en especie); los ingresos por transferencias corrientes, porrentas de la propiedad y por transferencias de capital. Del mismo modo, setomaron en cuenta únicamente los hogares que proporcionaban informaciónsobre ingresos y consumo en forma simultánea.3 Por último, la muestra dehogares en nuestro caso se restringió a aquellos cuyo jefe tuviera una edadsuperior a los 21 años y menor a los 80 años. La medición del ahorro se rea-lizó por diferencia entre el ingreso neto total del hogar y el gasto total deconsumo. Teniendo en cuenta que el ahorro constituye un medio de transfe-rencia de recursos a lo largo del tiempo (intertemporal), se consideró unamedida alternativa de consumo que implica tomar en consideración los gas-tos de capital humano, sustrayéndolo del gasto corriente.4

2.2. EL CONTEXTO MACROECONÓMICO

Conocer las circunstancias en las que fueron llevados a cabo los releva-mientos de la información resulta crucial para juzgar los desempeños etariosen materia de consumo y ahorro que surgen del análisis. En particular, en es-te caso, el ambiente macroeconómico de las dos encuestas de gastos muestramarcadas diferencias.

En el caso de la EGH 1985-1986, el comportamiento de la macroecono-mía correspondía a un régimen de alta inflación. En el mes de junio de 1985,un mes antes de que diera comienzo el relevamiento, las autoridades econó-micas de la Argentina ponían en marcha un nuevo plan de estabilización, de-nominado Plan Austral. El plan implicó una reforma fiscal y monetariaapuntalada por medidas tomadas en los meses anteriores, tales como el ajus-te de tarifas públicas y el adelantamiento de vencimientos con el fisco, porun lado, y el congelamiento de salarios, tarifas públicas, precios y tipo decambio al momento del Plan, por otro lado. Las reformas implementadasbuscaban generar un ordenamiento fiscal y la consecuente disciplina mone-taria sustentadas en un realineamiento de los precios relativos, de modo dedesarticular el proceso inflacionario que tenía lugar en la economía.

De este modo, la característica distintiva del período 7/1985-6/1986, conrespecto al período 3/1996-2/1997, es el “clima” de alta inflación. La prime-ra EGH se desarrolló en un contexto en el que la inflación promedio anualresultó del 402,4%,5 mientras que la segunda encuesta se dio en un contextode plena estabilidad de precios, lo que se manifestó en una tasa de inflaciónpromedio anual del 0,17%. En línea con el resultado anterior, el comporta-

40 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

miento de la tasa de interés real promedio del período 1985-1986 resultófuertemente negativo, -20,9%, en comparación con el 3,29% correspondienteal promedio 1996-1997, marcando una fuerte diferencia en los incentivos alahorro entre ambas décadas. Por su parte, la evolución del salario real (en laindustria) en el período 7/1985-6/1986 mostró un marcado deterioro dado elcontexto inflacionario; la variación anual promedio fue del -16,07% con má-ximos de -24% en el mes de octubre de 1985, aunque el desempleo era bajo;en la encuesta desarrollada durante los noventa esa cifra alcanza el 0,09%,con una tasa de desempleo que duplica la anterior. Estos indicadores sugie-ren diferencias potenciales entre las conductas de ahorro de las familias enlos dos períodos al enfrentarlas a distintos incentivos para la administraciónde sus ingresos, ya sea que el ahorro se realice a través del sistema financie-ro o por medio del mantenimiento de saldos monetarios reales.6 Los princi-pales aspectos diferenciales relevantes entre el primer y segundo escenarioson: el régimen de alta inflación que altera el patrón de gasto; un sistema fi-nanciero de escaso desarrollo que modifica el patrón de ahorro; fuertes res-tricciones de liquidez que incentivan a los hogares a sostener parte de suconsumo en ahorros pasados a través de la liquidación de activos.

A continuación se presenta información sobre el tamaño de los depósitostotales y a plazo, expresados en porcentajes del PBI; ambos indicadores dancuenta de un escaso desarrollo de la intermediación financiera en los ochen-ta. Por su parte, la cantidad de billetes y monedas en poder del público indi-ca una baja monetización de la economía dado que el contexto inflacionarioincentivaba a los hogares a reducir sus tenencias de saldos reales al mínimopara evitar tributar el impuesto inflacionario7 (véase cuadro 2.1).

El cuadro 2.1 incluye una medida del ahorro privado per cápita y delconsumo privado per cápita. Para su interpretación debe recordarse que elahorro bruto interno8 resultó en promedio para el período 1985-1986 de16,7% del PBI, razón que creció al 20,2% en el período 1996-1997. La in-formación de Cuentas Nacionales no permite establecer una distribución delahorro entre familias, empresas y sector gobierno; en su lugar la informaciónse presenta distribuida entre sector privado y sector público;9 la tasa de aho-rro del sector privado se compone del ahorro de los hogares y de las empre-sas financieras y no financieras. El escenario de los ochenta muestra pocosincentivos al ahorro de los hogares, con tasas negativas de interés, deteriorodel salario real y alta inflación. En los noventa ocurre lo opuesto, reflejándo-se en un crecimiento de los depósitos a plazo. En la sección siguiente se ana-lizará el ahorro de las familias en detalle, sin embargo se puede adelantarque de acuerdo con los resultados anteriores, y teniendo en cuenta los datossobre “excedente” bruto de explotación de las empresas provenientes de loscensos económicos, en los ochenta habrían sido las empresas las que realiza-ron el mayor aporte al ahorro del sector privado, mientras que en los noven-

DECISIONES DE AHORRO Y CONSUMO DE LAS FAMILIAS 41

42 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

CUADRO 2.1INDICADORES MACROECONÓMICOS SELECCIONADOS

1985-1986 / 1996-1997 / 2002-2004

Promedio Promedio1985-1986 1996-1997 2002 2003 2004 2005

Inflación minorista (variación %)1, 5 402,4 0,17 25,94 14,86 4,41 9,70

Tasa de interés real2, 6 -20,96 3,29 -21,49 -2,41 -4,81 -9,61

Salarios reales (industria-% variación)1 -16,07 0,09 -10,97 10,36 1,98 13,77

Billetes y monedas (% del PBI) 2,2 3,84 4,12 5,36 6,23 6,52

Depósitos a plazo (privados-% del PBI) 6,4 10,9 9,3 9,9 7,8 8,1

Depósitos totales (privados-% del PBI) 14,1 17,0 20,8 19,2 17,7 18,1

Ahorro del sector privado ($ de 1993 per cápita)3 1.316,0 1.337,4 1.546,6 1.439,9 1.376,5 (s.d.)

Consumo privado ($ de 1993 per cápita)7 4.086,0 5.309,0 4.239,1 4.539,3 4.898,6 5.106,0

Relación ahorro/consumo (%) 32,2 25,2 36,5 31,7 28,1 (s.d.)

Crecimiento del ahorro privado (variación interanual-%) -8,1 2,1 10,0 -6,9 -4,4 (s.d.)

Crecimiento del consumo privado (variación interanual-%)8 -1,7 6,2 -15,2 7,1 7,9 8,0

Tasa de desempleo (% de la PEA)4 5,90 17,2/16,1 26,80 19,70 16,20 14,80

Pobreza (% individuos bajo línea de pobreza)9 11,80 26,90 54,30 46,20 37,70 37,70

Notas: (s.d.): sin datos. 1. Corresponde a la variación media anual del período. Para los meses de las encues-tas se consideró julio 85/junio 86 y marzo 96/febrero 97. 2. Corresponde a la tasa de interés real para depósitos en caja de ahorro. 3. Comprende al ahorro de los hogares y de las sociedades financieras y no financie-ras.4. 1985-1986, corresponde al promedio de las ondas de noviembre 85 y agosto 86;1996-1987, corresponde a las ondas de octubre 96 y mayo 97. 2002, 2003 y 2004 serepresentan con datos del IV trimestre. 2005 corresponde a III trimestre. GBA. 5. Para 2005 corresponde a datos acumulados a octubre. 6. Para 2005 corresponde a datos acumulados a septiembre. 7. 2005 corresponde a datos del I semestre. 8. 2005 corresponde a la variación interanual del 1º semestre. 9. 2003 y 2004 corresponden datos del 2º semestre. Fuente: FIEL en base a datos de BCRA, INDEC y CEPAL.

ta, la tasa de ahorro de las familias es muy similar a la que caracteriza al sec-tor privado en su conjunto.

El comportamiento cíclico de la economía y su comparación con elcomportamiento del ahorro privado permite observar cómo el ahorro actúaen el sentido de amortiguar los cambios en el consumo. La medición del ci-clo económico en bases trimestrales muestra que durante la década de 1980se vivieron tres fases recesivas y dos de expansión; las etapas de expansiónsumaron quince trimestres, los restantes trimestres la economía argentinalos atravesó en un proceso de contracción. Durante los noventa se registrandos recesiones; la primera asociada al efecto Tequila, que duró cuatro tri-mestres; la segunda crisis, desatada en el segundo trimestre de 1998, se ex-tendió durante diecisiete trimestres y significó una contracción global de laeconomía cercana al 26%, lo que la caracteriza como la crisis más impor-tante de la historia argentina reciente y una de las más graves que enfrentóun país emergente (véase en el anexo el gráfico de los procesos de expan-sión y contracción del PBI, donde se identifican los momentos de releva-miento de las EGH y la ENGH). En el gráfico 2.1 se muestra el “ciclo encrecimiento” del producto y del ahorro privado y se señalan los períodos derecesión en gris.

DECISIONES DE AHORRO Y CONSUMO DE LAS FAMILIAS 43

GRÁFICO 2.1ARGENTINA: CICLO EN CRECIMIENTO

PRODUCTO BRUTO Y AHORRO PRIVADO1980 - 2004

Fuente: Fiel en base a DNCN; Ministerio de Economía.

-20,0

-15,0

-10,0

-5,0

0,0

5,0

10,0

15,0

20,0

1980

1982

1984

1986

1988

1990

1992

1994

1996

1998

2000

2002

2004

Desv

ío %

de

la te

nden

cia

0,00E+00

1,00E-01

2,00E-01

3,00E-01

4,00E-01

5,00E-01

6,00E-01

7,00E-01

8,00E-01

9,00E-01

1,00E+00

Recesiones ciclo Y Ciclo SCiclo Y

Los indicadores estándar del ciclo indican que el ahorro es una serie pro-cíclica, rezagada y relativamente más volátil que el producto; lo anteriorimplica que las fluctuaciones del ahorro en torno de su tendencia son másamplias que las del producto, y que la aceleración/desaceleración de su cre-cimiento tiene el mismo sentido que la aceleración/desaceleración del creci-miento del producto, aunque ésta comienza con posterioridad. En conclu-sión, los privados ahorran a una tasa, por sobre su tendencia, cuyocrecimiento excede la del producto durante las expansiones; el comporta-miento inverso se verifica durante las recesiones. El hecho de que el ciclo re-sulte rezagado da cuenta de que los privados sólo se ajustan una vez que laexpansión/recesión se ha instalado en la economía, y lo hacen en el sentidode suavizar el consumo (o el gasto en el caso de las empresas). Adicional-mente, la volatilidad relativa se reduce en la década del noventa, lo que su-giere que los hogares y las empresas expanden o contraen su ahorro con me-nor intensidad de lo que lo hace el producto. Cuando se complementan estosresultados con los de la evolución de la volatilidad del consumo, el diagnós-tico resulta más sugerente, pues la volatilidad relativa del consumo privadose reduce un 6% entre ambas décadas. El cuadro A.2.1 del anexo contienelos indicadores que sustentan los argumentos anteriores.

Finalmente, podemos utilizar la información histórica para inferir el tipode comportamiento que es esperable en el contexto de crisis económica del2001-2002. El cuadro 2.1 incluye los datos para el año 2002 y subsiguientes.En primer lugar, puede observarse que la inflación anualizada resultó del26%,10 lo que generó una fuerte tasa de interés real negativa, del orden de21,5%. La crisis de actividad se reflejó en el crecimiento del desempleo, quealcanzó una tasa del 26,8% de la población económicamente activa;11 lascondiciones imperantes en el mercado laboral, junto con el crecimiento delos precios, determinaron una caída del salario real del orden del 11%. Lapobreza, por su parte, se disparó a niveles sin precedentes, afectando a unade cada dos personas. Este contexto macroeconómico combina las caracte-rísticas negativas de los dos escenarios asociados a las encuestas de gastosrelevadas durante las dos décadas anteriores, excepto por los aspectos vincu-lados a la inflación. El proceso inflacionario que acompañó a la devaluacióndel 300% que se registró durante el primer semestre de 2002, fue contenidoa partir de diversas regulaciones aplicadas por el sector público, como laprohibición de recomponer tarifas de servicios públicos o, más tarde, la apli-cación de impuestos a las exportaciones. No obstante, el referido comporta-miento de los precios y sus efectos sobre las decisiones de los hogares, de-ben juzgarse considerando que en la Argentina no se registraron tasas deinflación superiores al 1% mensual desde principios de 1995. En conclusión,el marco macroeconómico del año 2002 se caracterizó por inflación; deterio-ro del salario real; crecimiento del desempleo y aumento de la pobreza.

44 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

En el contexto anterior es posible que muchos hogares al interpretar elshock asociado a la devaluación como uno de carácter permanente, hayanprocedido al ajuste de su nivel de consumo, hacia uno compatible con sunuevo ingreso permanente. Esto explicaría en parte la evolución del ahorroprivado, que habría aumentado a pesar del escenario muy adverso.12 Encuanto al análisis de la dinámica del ahorro, derivada del estudio de su com-portamiento cíclico, puede inferirse que el ahorro de las familias tenderá arecuperarse en la medida que se sostenga el proceso de crecimiento econó-mico.13 Si bien no se cuenta con información microeconómica para verificaresta inferencia, vale la pena mencionar un fenómeno que la literatura inter-nacional ha vinculado a la conducta de desahorro, que es el de la limitaciónde renovación de los bienes durables, incluidos automóviles y vivienda. Enel cuadro 2.2 se puede observar el ciclo recesivo en las ventas de los princi-pales durables y la caída en los permisos de construcción.

DECISIONES DE AHORRO Y CONSUMO DE LAS FAMILIAS 45

CUADRO 2.2EVOLUCIÓN RECIENTE DEL CONSUMO DE BIENES DURABLES

1998-2004

Durables seleccionados 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004

Automóviles

Ventas al mercado Miles de unidades 455,36 379,84 306,83 176,70 82,35 155,64 311,96 interno

Consumo aparente línea blanca

Cocinas Miles de unidades (s.d.) 643 612 568 150 336 490

Heladeras Miles de unidades (s.d.) 726 721 645 212 512 741

Lavarropas Miles de unidades (s.d.) 695 778 664 192 485 701

Secarropas Miles de unidades (s.d.) 323 284 218 33 156 298

Vivienda. Ciudad de Buenos Aires

Permisos-Total nº 2.727 2.290 2.106 1.307 691 1.509 3.381

Permisos-Nueva construcción nº 1.770 1.486 1.329 779 419 1.063 2.218

Permisos-ampliación nº 957 804 777 528 272 446 1.163

Fuente: elaboración propia en base a ADEFA, INDEC e Informes Sectoriales FIEL2005.

2.3. LOS PATRONES DE INGRESO, AHORRO Y CONSUMO DE LAS FAMILIAS

2.3.1. El patrón de ingreso

La hipótesis del ciclo vital desarrollada por Modigliani y Brumberg(1954) sostiene que el consumo es una función de la riqueza y los flujos es-perados de ingreso, de modo que el ingreso corriente no es relevante para ladeterminación del consumo presente. En este marco, los hogares toman susdecisiones de consumo de modo de suavizar intertemporalmente su patrón.El objetivo de los hogares es mantener constante en el tiempo la “utilidadmarginal” que deriva de su consumo. De este modo, el comportamiento delconsumo será independiente del patrón de ingresos corrientes y tenderá a serconstante en el tiempo. En consecuencia, el ahorro tendrá la forma de “U in-vertida” a lo largo del perfil etario: los hogares jóvenes en su etapa de consti-tución se caracterizarán por bajas tasas de ahorro o tenderán a desahorrar pormedio del endeudamiento o recibirán transferencias realizadas por genera-ciones anteriores; los hogares de edad intermedia tenderán a recomponer elahorro como previsión para la vejez y, finalmente, durante la vejez se liqui-darán los ahorros acumulados. Las distorsiones que se observen sobre el pa-trón de ahorro y consumo estarán asociadas a la presencia de obstáculos enel proceso de transferencia intertemporal, tal el caso de restricciones de li-quidez o ausencia de canales para la acumulación del ahorro, así como por lapresencia de shocks sobre los ingresos que deberán ser interpretados por par-te de los hogares en términos de su persistencia (transitorios vs. permanen-tes). Teniendo presente estos conceptos, se presenta a continuación el análi-sis del perfil etario del ingreso.

En el gráfico 2.2 se presenta el perfil de ingreso total de los hogares deacuerdo con la edad del jefe del hogar. Cabe mencionar que, dado el cambiode régimen monetario existente entre ambas décadas, Plan Austral y Conver-tibilidad, la distancia vertical entre las curvas carece de valor informativo yel gráfico resulta de relevancia sólo en relación con el perfil de ingresos. Almismo tiempo, y como alternativa a los algoritmos implementados en otrostrabajos14 las series se presentan suavizadas por medio del filtro de tendenciade Hodrick y Prescott. Las tres curvas de perfil etario del ingreso representanel comportamiento mediano para el total país, en el caso de la ENGH 1996-1997, y del aglomerado GBA para ambas encuestas. Los perfiles se mues-tran consistentes con la predicción de la teoría del ciclo vital. Para la curvaque representa el total país el máximo ingreso de los hogares se alcanza a los43 años, mientras que ese máximo se alcanza a los 45 años y 44 años en elaglomerado GBA según las EGH 1985-1986 y ENGH 1996-1997, respecti-vamente.

46 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

2.3.2. El patrón de ahorro

El ahorro promedio de los hogares de acuerdo con la EGH del período1985-1986 fue negativo y del orden del 8,3%. Esa tasa de desahorro puedeencontrarse fuertemente influida por el comportamiento de las decisiones delos hogares que se encuentran hacia los extremos de la distribución. Shockstransitorios sobre el ingreso pueden inducir a los hogares a sostener sus pa-trones de consumo, de modo que la tasa registrada en la encuesta puede aso-ciarse a conductas excepcionales. Con el objeto de evitar las distorsiones quese producen sobre el promedio, hemos realizado mediciones de las tasa deahorro autoponderada por ingresos y mediana, las cuales resultaron (positi-vas) de 5,8% y 5,5%, respectivamente. Al mismo tiempo, la tasa de ahorromáxima resultó de 88% y la mínima de -2,793%. La ENGH del período1996-1997 arrojó una tasa de ahorro promedio de 6,1% para el total país; lastasas de ahorro autoponderada y mediana alcanzaron un 22,9% y 18,5%, encada caso. Por su parte, las tasas promedio, ponderada y mediana correspon-dientes al aglomerado GBA fueron de 9,2%, 18,2% y 18,6%, respectivamen-te. Para el total país la tasa de ahorro mínima observada es de 12,800%,mientras que la máxima resultó del 654%.15 Estas cifras indican un sensibleincremento del ahorro de los hogares en la década de 1990. A diferencia dela percepción generalizada, las familias ahorran una alta proporción de sus

DECISIONES DE AHORRO Y CONSUMO DE LAS FAMILIAS 47

GRÁFICO 2.2PERFIL ETARIO DEL INGRESO SUAVIZADO

TOTAL PAÍS Y GBA

Fuente: elaboración propia en base a EGH 1985-1986 y ENGH 1996-1997 del INDEC.

21 23 25 27 29 31 33 35 37 39 41 43 45 47 49 51 53 55 57 59 61 63 65 67 69 71 73 75 77 79

Edad del jefe del hoga

País 9697 GBA 9697 GBA8586País 1996-1997 GBA 1996-1997

Edad del jefe del hogar

GBA 1985-1986

ingresos y hacen una fuerte contribución al ahorro agregado de la economía.En el cuadro 2.3 se presentan los resultados anteriores.

En los gráficos 2.3 se presentan las distribuciones estilizadas de las tasasde ahorro derivadas de cada encuesta. El primer gráfico se refiere al ahorroen el aglomerado del GBA para 1985-1986, mientras que el segundo par degráficos se refieren a las distribuciones para el total país y el área de GBA,según la encuesta de 1996-1997. En todos los casos se ha optado por presen-tar la información truncando la distribución original y mostrando la aproxi-mación a la distribución normal asociada a los datos originales. Cabe desta-car el sesgo hacia tasas de ahorro positivas observada en los datos derivadosde la ENGH 1996-1997.

La gran amplitud en la distribución de la tasa de ahorro, con tasas míni-mas como las referidas, sugieren la presencia de hogares que han enfrentadofuertes shocks sobre sus ingresos. A continuación se analiza la tasa de aho-rro por cuartiles de ingreso, esta clasificación permite ilustrar el vínculo po-sitivo entre ahorro e ingreso. Debe tenerse en cuenta que la tasa de ahorroestá asociada endógenamente al perfil de ingreso de los hogares que se utili-za para realizar la caracterización, por lo que puede existir una relación posi-tiva inducida. Con el objeto de complementar el análisis anterior se midieronsimultáneamente las tasas de ahorro para la población clasificada segúncuartiles de gasto, ya que teóricamente, no se espera ningún tipo de vínculoentre tasas de ahorro y nivel de consumo (véase cuadro 2.4).

De acuerdo con el cuadro 2.4, las tasas medias de ahorro crecen entrecuartiles de ingreso y resultan negativas para el primer cuartil en todas lasmediciones realizadas. En particular, según la EGH 1985-1986, la tasa deahorro resulta negativa para el 50% de los hogares perceptores de ingresos, y

48 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

CUADRO 2.3ARGENTINA: TASA DE AHORRO DE LOS HOGARES

EGH 1985-1986 / ENGH 1996-1997(%)1

EGH 85-86 ENGH 96-97 ENGH 96-97 GBA

Promedio -8,3 6,1 9,2

Promedio (ponderado por ingreso) 5,8 22,9 18,2

Mediana 5,5 18,5 18,6

Nota:1. Corresponde a los hogares con jefes entre 21 y 80 años.Fuente: FIEL en base a datos del INDEC.

DECISIONES DE AHORRO Y CONSUMO DE LAS FAMILIAS 49

GRÁFICO 2.3DISTRIBUCIÓN DEL AHORRO DE LOS HOGARES

Distribución de la tasa de ahorro: GBA 1985-1986

-100 -50 0 50 100

-100 -50 0 50 100

0,01

0,005

0

Distribución de la tasa de ahorro: Total país1985-1986

-100 -50 0 50 100

-100 -50 0 50 100

0,01

0,005

0

Distribución de la tasa de ahorro: GBA 1996-1997-100 -50 0 50 100

-100 -50 0 50 100

0,01

0,005

0

Fuente: FIEL en base a ENGH 1996-1997.

Fuente: FIEL en base a ENGH 1996-1997.

Fuente: FIEL en base a EGH 1985-1986.

en el caso del primer cuartil alcanza un promedio de -43,6%. Estos resulta-dos se encuentran en línea con la evidencia recogida por la literatura interna-cional; Butelman y Gallego (2001), para el caso de Chile, encuentran tasasnegativas promedio hasta el cuarto quintil de ingresos, mientras que Székely(1998) observa tasas negativas de ahorro para los primeros cuatro deciles deingreso en el caso de México. Este resultado constituiría una regularidad em-pírica para los países en desarrollo de la región. Cabe destacar que en el ca-so de la ENGH 1996-1997, las tasas de ahorro resultan positivas a partir delsegundo cuartil de ingreso, alcanzando un 27,3% y 23,3% promedio en elcuartil para el total país y el aglomerado del GBA.

Los resultados de tasa de ahorro por cuartil de gasto muestran una fuerteasociación negativa. Para la EGH 1985-1986, la tasa de ahorro promedio setorna negativa a partir del segundo cuartil de gasto y alcanza un valor de-26,8% para el cuarto cuartil. En el caso de la ENGH muestra tasas negativasúnicamente para el último cuartil de gastos, tanto en la medición del totalpaís como en la correspondiente al aglomerado del GBA. Al evaluar la dis-persión de las tasas medias entre cuartiles se observa que la dispersión es

50 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

CUADRO 2.4ARGENTINA: TASA DE AHORRO MEDIA DE LOS HOGARES

POR CUARTIL DE INGRESO Y GASTO DE CONSUMOEGH 1985-1986 / ENGH 1996-1997

(%)1

EGH 85-86 ENGH 96-97 ENGH 96-97 GBA

Por cuartiles de ingreso

1º cuartil -43,6 -23,9 -10,8

2º cuartil -3,6 5,6 9,7

3º cuartil 2,2 15,6 14,7

4º cuartil 11,9 27,3 23,3

Por cuartiles de gasto

1º cuartil 4,8 21,2 22,6

2º cuartil -1,6 6,2 11,4

3º cuartil -9,4 3,3 4,8

4º cuartil -26,8 -6,2 -1,9

Nota:1. Corresponde a los hogares con jefes de entre 21 y 80 años. Los cuartiles se orde-nan de menor a mayor.Fuente: FIEL.

mayor según la clasificación del ingreso y en la correspondiente a la EGH1985-1986.

El gráfico 2.4 presenta el comportamiento de la tasa de ahorro según elperfil etario de los hogares, determinado por la edad del jefe. Del mismomodo que en el caso del perfil etario del ingreso de los hogares, presenta-mos el perfil mediano suavizado. A diferencia del caso del ingreso, y portratarse de tasas porcentuales, la distancia vertical entre las curvas posee va-lor informativo.

De la observación del gráfico 2.4 surge la importante diferencia entre ta-sas de ahorro de los hogares entre ambas décadas. Para todos los rangos deedad del hogar, éstos tienen una tasa de ahorro mayor en el período 1996-1997. En el caso del aglomerado GBA, esta diferencia es creciente con laedad. Las tres curvas poseen el comportamiento esperado, y con excepciónde la correspondiente a la EGH 1985-1986, las tasas resultan siempre positi-vas. En el caso de la mencionada encuesta, se observan tasas de desahorromediana para los hogares cuyo jefe supera los 76 años, que alcanzan el ordendel -1,3% para los hogares de 80 años. Este comportamiento constituye unadiferencia con la evidencia recogida para los países desarrollados, que sugie-re que los hogares de mayor edad tienden a desahorrar a una tasa media

DECISIONES DE AHORRO Y CONSUMO DE LAS FAMILIAS 51

GRÁFICO 2.4PERFIL ETARIO DE LA TASA DE AHORRO

TASA DE AHORRO SUAVIZADA% TOTAL PAÍS Y GBA

EGH 1985-1986 / ENGH 1996-1997

Fuente: FIEL en base a ENGH, INDEC.

-5

5

15

25

21 23 25 27 29 31 33 35 37 39 41 43 45 47 49 51 53 55 57 59 61 63 65 67 69 71 73 75 77 79

Edad del jefe del hoga

GBA 1996/1997 GBA 1985/1986 Total País 199/1997

Edad del jefe del hogar

GBA 1996-1997 GBA 1985-1986 Total país 1996-1997

anual del 6%. Otros trabajos realizados en base a información estadística depaíses en desarrollo, encuentran patrones de ahorro que no resultan negati-vos en la edad madura.16 Esta observación resulta más relevante cuando se lacompara con las tasas de ahorro para el aglomerado GBA y el total país co-rrespondiente a la ENGH 1996-1997; los hogares de mayor edad comprendi-dos en la muestra ahorran a una tasa del 16 y 19%, respectivamente. Con re-lación a los patrones vinculados a esta encuesta puede observarse que lastasas de ahorro son superiores en el aglomerado GBA, hasta los 56 años deedad del hogar. Finalmente, el crecimiento de la tasa de ahorro en el aglome-rado GBA se detiene a la edad de 44 años en los ochenta, mientras que esemáximo se alcanza en hogares una década más viejos en los noventa.17

Los incentivos al ahorro determinan que la economía como un todo pue-da contar con recursos para el financiamiento de la inversión y por ende delproceso (el crecimiento del stock de capital redunda en crecimiento del em-pleo genuino y conjuntamente en el crecimiento del producto y el aumentodel bienestar de los hogares). Las anteriores observaciones permiten inferirde qué modo el contexto macroeconómico diferenciado afecta la tasa de aho-rro de los hogares. Altas tasas de inflación, tasas reales negativas de rendi-

52 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

CUADRO 2.5ARGENTINA: TASA DE AHORRO MEDIANA DE LOS HOGARES

POR CONDICIÓN DE ACTIVIDAD Y NIVEL EDUCATIVO DEL JEFEEGH 1985-1986 / ENGH 1996-1997

(En porcentajes)1

EGH 85-86 ENGH 96-97 ENGH 96-97 GBA

Por condición de actividad

Ocupado 7,4 19,1 20,5

Desocupado 1,2 13,7 17,0

Inactivo -0,8 17,6 16,6

Por nivel de eduación del jefe

Sin instrucción 6,1 18,2 18,9

Primario 4,8 17,0 18,3

Secundario 7,4 17,0 18,7

Unviversitario o superior 7,0 26,5 23,5

Nota:1. Corresponde a los hogares con jefes de entre 21 y 80 años.Fuente: FIEL.

miento para el ahorro de los hogares y salario real en retroceso parecen tenerun efecto negativo sobre el ahorro. En un contexto de mayor orden fiscal ymayor previsibilidad los hogares aumentan su ahorro proveyendo una fuentegenuina de financiamiento de la inversión.

Un aspecto crítico del desempeño de la economía argentina durante la dé-cada del noventa fue el de su mercado laboral debido al crecimiento del de-

DECISIONES DE AHORRO Y CONSUMO DE LAS FAMILIAS 53

RECUADRO 1EL IMPACTO DE LA REFORMA PREVISIONAL SOBRE EL AHORRO INTERNO

La Argentina realizó a mediados del año 1994 una reforma previsional.La principal característica de esta reforma es haber pasado de un sistema pu-ro de reparto (pay-as-you-go system (PAYG)), donde las generaciones acti-vas contribuyen para financiar el retiro de la generación pasiva del momento,a un sistema mixto a partir de la incorporación de un sistema privado de ca-pitalización (fully-funded (FF)), donde los aportes están destinados a finan-ciar el propio retiro en el futuro (y por ende la retribución para cada indivi-duo es igual a la tasa de interés del mercado sobre sus aportes personales).

La literatura asociada se ha dirigido a estudiar el efecto sobre la tasa deahorro de una reforma previsional, como la mencionada. A priori podría su-gerirse que estas reformas contribuirían al aumento del ahorro doméstico, yaque los incentivos para la acumulación del capital aumentan en función derestaurarse el vínculo entre aportes y beneficios. No obstante, dado que unareforma de esta naturaleza tiene efectos visibles sobre la posición deficitariadel sector público, la atención se dirige no sólo al ahorro privado sino tam-bién al ahorro público, ya que la forma en que la reforma es financiada afectael ahorro público, e indirectamente, el ahorro privado. En línea con el ante-rior argumento, debe tenerse en cuenta que este tipo de reformas puede indu-cir a un efecto riqueza, dado que el nivel de ahorro requerido para financiarel retiro es menor, y por lo tanto otras formas de ahorro disminuyen (aunqueestos otros ahorros tienden a ser más líquidos y por lo tanto no debe esperar-se que sean totalmente desplazados). Del mismo modo, deben tenerse encuenta la variedad de instrumentos de ahorro disponibles en el sector privadoal momento de la reforma, si no existen instrumentos seguros y redituablesen los cuales los hogares puedan canalizar sus fondos, la tasa de ahorro pre-via a la reforma podría ser mayor que la tasa de ahorro posreforma.

De acuerdo con López Murphy et al. (1996), es de esperarse que la refor-ma del sistema previsional en la Argentina genere un aumento en la tasa deahorro doméstico, principalmente debido al aumento de los requerimientosde aportes para acceder a los beneficios jubilatorios, al tiempo que genereuna “profundización del sistema financiero”.

sempleo. A la vez se ha señalado que el salario real de los hogares se deterio-raba aceleradamente en el contexto inflacionario de los ochenta. En el cuadro2.5 se presenta el comportamiento de la tasa de ahorro según la condición departicipación del jefe del hogar en el mercado de trabajo. En el análisis de lacondición de ocupado-desocupado, se observa que mientras que la relaciónentre la tasa de ahorro de los hogares ocupados a desocupados era del ordende 1 a 6 en los ochenta, esta relación se reduce a poco más de 1 a 1,3, lo quemarca una sustancial mejora en la condición del ahorro de los hogares deso-cupados. Los hogares con jefes inactivos tenían una tasa de desahorro media-na de casi un 1% en los ochenta, y en la década siguiente muestran tasas deahorro del 17,6% para el total país y del 16,6% para el aglomerado GBA.

El cuadro 2.5 también muestra las tasas de ahorro por nivel educativo al-canzado por del jefe del hogar. En general, la literatura internacional presen-ta evidencia en el sentido de la existencia de un vínculo positivo entre tasade ahorro y nivel educativo. La mayor capacidad de generación de ingresosde los hogares asociada a un nivel educativo más alto implicaría mayores ta-sas de ahorro bajo el supuesto de que los hogares suavizan intertemporal-mente su patrón de consumo. Del mismo modo, es de esperarse que hogaresque han realizado fuertes inversiones en la formación de capital humano po-sean menores “tasas de impaciencia”. La observación más relevante que sur-ge de la tabla anterior es el hecho de que los hogares tienen una tasa de aho-rro casi constante y similar a la mediana poblacional, con excepción delúltimo grupo de hogares, el que se corresponde con el de mayor formaciónde capital humano; esto es más evidente en los datos correspondientes a laENGH 1996-1997.

2.3.3. El patrón de consumo

Como se mencionó en los párrafos precedentes, el patrón de consumo su-gerido por la hipótesis del ciclo de vida debería resultar aproximadamenteconstante, puesto que es independiente del ingreso corriente. En el gráfico2.5 se muestra el comportamiento del consumo de acuerdo con el perfil eta-rio de los hogares. Del mismo modo que en el caso del estudio del perfil deingreso, y dado que la variable consumo se presenta en niveles, debe tenerseen cuenta que la distancia vertical entre las curvas no tiene valor informati-vo, y el gráfico 2.5 sólo da cuenta del perfil de consumo. A simple vista seobserva un resultado opuesto al de la predicción de la hipótesis del ciclo devida a partir de la fuerte asociación entre consumo e ingreso corriente de loshogares, en lugar de observar la presencia de un patrón de consumo estableen el tiempo. La explicación convencional para una evidencia de este tipo sevincula al fenómeno de información asimétrica que impone restricciones deliquidez sobre los hogares, al tiempo que los hogares podrían exhibir una

54 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

“racionalidad acotada” que les impide tener una previsión perfecta sobre elingreso futuro, y en la toma de sus decisiones gravita con mayor importanciarelativa la información sobre el ingreso presente, antes que el permanente.18

En el cuadro 2.6 se muestra la composición del consumo, según rubrosde gasto y deciles de ingreso.

La comparación de la estructura de gasto de los hogares del aglomeradoGBA de la EGH 1985-1986 y la ENGH 1996-1997 muestra que se ha regis-trado un cambio sensible en los patrones de consumo, en el agregado y enparticular, en los hogares comprendidos en el 1º decil de ingreso. Los rubrosde alimentos y bebidas, indumentaria y calzado, y equipamiento y funciona-miento del hogar, han perdido importancia en la estructura de gastos. El ru-bro de vivienda, que comprende el valor locativo y los gastos de reparacióny mantenimiento, junto con los rubros de educación, atención médica y sa-lud, esparcimiento y cultura, y transporte y comunicaciones, han elevado suparticipación en el total de gastos. Este cambio está asociado a la modifica-ción de los precios relativos y al efecto del aumento del ingreso real entre lasdos fechas comparadas.

Un comportamiento interesante registra el rubro de educación y atenciónmédica y gastos de salud; invariablemente, para el agregado y los hogares

DECISIONES DE AHORRO Y CONSUMO DE LAS FAMILIAS 55

GRÁFICO 2.5PERFIL ETARIO DEL CONSUMO

SUAVIZADOTOTAL PAÍS Y GBA

EGH 1985-1986 / ENGH 1996-1997

Fuente: FIEL en base a EGH, ENGH e INDEC.

21 23 25 27 29 31 33 35 37 39 41 43 45 47 49 51 53 55 57 59 61 63 65 67 69 71 73 75 77 79

Edad del jefe del hoga

Total País 1996- 1997 GBA 1996-1997 GBA 1985-1986

Edad del jefe del hogar

Total país 1996-1997 GBA 1996-1997 GBA 1985-1986

comprendidos en cada decil, han elevado su participación en la canasta deconsumo.

2.3.4. El patrón de ahorro corregido por capital humano

La inversión en capital humano que realizan las familias, entendiéndosepor ésta a los gastos asociados al proceso educativo, son una forma de trans-ferencia intertemporal de recursos, en la medida en que la educación, comootras formas de inversión, poseen una tasa de retorno. En los trabajos inter-nacionales se suma además de los gastos en educación, los gastos de salud.En el cuadro 2.7 se presentan las tasas media, mediana y promedio de ahorro

56 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

CUADRO 2.6ESTRUCTURA DEL GASTO DE CONSUMO

POR RUBRO DE GASTO: TOTAL PAÍS Y DECILES DE INGRESO 1º Y 10ºEGH 1985-1986 / ENGH 1996-199

Porcentaje del Total de Gasto1

Finalidad del gasto EGH 1985-1986 ENGH 1996-1997

GBA 1º 10º G.B.A 1º 10º País 1º 10º Decil Decil Decil Decil Decil Decil

Alimentos y bebidas 38,28 51,17 26,84 33,43 47,62 23,89 34,49 51,94 24,92

Indumentaria y calzado 9,34 8,41 10,34 5,86 3,53 6,26 8,26 6,27 8,56

Vivienda 9,46 10,44 8,23 12,55 11,87 10,33 12,23 14,37 10,42

Equipamiento y funcionamiento del hogar 7,88 5,60 10,41 6,86 4,17 9,61 6,97 4,38 9,66

Atención médica y gastos de salud 7,60 9,57 7,79 9,65 13,02 9,78 7,43 7,08 7,65

Transporte y comunicaciones 11,56 5,69 15,79 13,82 10,17 15,90 14,50 6,58 18,52

Esparcimiento y cultura 7,27 3,03 10,93 8,44 3,51 12,86 7,72 3,86 10,41

Educación 2,64 1,20 3,90 4,46 1,14 6,95 3,42 1,12 5,19

Bienes y servicios diversos 5,96 4,89 5,77 4,92 4,96 4,42 4,97 4,41 4,66

Total 100 100 100 100 100 100 100 100 100

Nota:1. Corresponde a hogares con jefes mayores a 20 años y menores de 81 años, quedeclaran gastos e ingresos.Fuente: elaboración propia en base a EGH 1985-1986/ENGH 1996-1997.

de los hogares corregidos para incluir la inversión en capital humano, en elagregado y controladas por cuartil de gasto e ingreso, condición de actividady nivel educativo del jefe de hogar.

Cuando se consideran en el cálculo de la tasa de ahorro los gastos asocia-dos a la inversión en capital humano, para ambas encuestas las tasas de aho-rro resultan positivas. En el caso de la EGH del período 1985-1986, la tasa

DECISIONES DE AHORRO Y CONSUMO DE LAS FAMILIAS 57

CUADRO 2.7ARGENTINA: TASA DE AHORRO DE LOS HOGARES MODIFICADA

POR CAPITAL HUMANOEGH 1985-1986 / ENGH 1996-1997

(En porcentajes)1

EGH 85-86 ENGH 96-97 ENGH 96-97 GBA

Promedio 2,4 16,6 21,1Promedio (ponderada por ingreso) 15,4 31,6 29,9Mediana 14,2 26,4 28,3

Por cuartiles de ingreso

1º cuartil -30,0 -11,3 3,22º cuartil 5,7 15,1 20,03º cuartil 11,3 25,3 25,54º cuartil 22,4 37,5 35,4

Por cuartiles de gasto

1º cuartil 12,1 26,1 28,92º cuartil 7,3 15,2 21,93º cuartil 0,8 14,7 17,54º cuartil -10,8 10,6 16,0

Por condición de actividad (mediana)

Ocupado 15,7 26,7 28,3Desocupado 8,3 22,5 26,3Inactivo 8,8 28,2 29,1

Por nivel de eduación del jefe (mediana)

Sin instrucción 9,2 25,8 26,3 Primario 13,2 25,3 26,9 Secundario 14,7 27,3 30,1 Unviversitario o superior 18,1 36,6 35,1

Nota:1. Corresponde a los hogares con jefes de entre 21 y 80 años.Fuente: FIEL.

de ahorro promedio alcanza el 2,4%, revirtiendo su anterior promedio nega-tivo, mientras que las tasas promedio para el total país y el aglomerado GBAde 1996-1997 alcanzan, respectivamente, un 16,6% y un 21,1%.

La tasa media autoponderada de ahorro para el período 1985-1986 resul-tó de 15,4%, de modo que el gasto medio ponderado de los hogares en for-mación de capital humano, se ubicó en el 9,6%. Para el período 1996-1997,la tasa de ahorro autoponderada que corresponde al total país fue del 31,6%,mientras que la registrada para el aglomerado del GBA fue del 29,9%. Paracada caso, las anteriores tasas dan cuenta de un gasto medio ponderado eninversión en capital humano del 8,7% y 16,8%, respectivamente. De estemodo, la primera observación que surge es que los hogares elevaron entreambas décadas sus gastos en formación de capital humano en el aglomeradoGBA. El resultado se encuentra en línea con los trabajos que registran un im-portante crecimiento de la tasa de retorno para el capital humano durante losnoventa en la Argentina (FIEL, 2001).

Al tomar en consideración la diferencia existente entre la tasa media ymediana, se observa que la brecha se reduce al comparar ambas encuestas,indicando que las distorsiones del ahorro asociadas a la distribución del in-greso son menos relevantes hacia los noventa. Lo anterior se confirma al es-tudiar el comportamiento del ahorro entre grupos poblacionales divididospor cuartiles de ingreso. En este caso se observa una reducción entre encues-tas de la distancia existente entre las tasas que caracterizan al primer y cuartocuartil de la población. Así, mientras que la distancia según las encuestas de1985-1986 era del 52,4% del ingreso, esa brecha se reduce al 48,9% y 32,2%para el total país y aglomerado GBA.

A su vez, la brecha entre tasa de ahorro corregida y no corregida porcuartil de ingreso de los hogares muestra la mayor distancia para el 1° cuartilde ingreso y para el período correspondiente a 1996-1997. El aumento delingreso y el marco macroeconómico estable habría inducido al grupo de ho-gares que se ubican en el 1° cuartil de ingreso a aumentar su inversión en ca-pital humano. Como ya se mencionó, la clasificación de los hogares a partirdel ingreso puede inducir a conclusiones distorsionadas. Cuando la clasifica-ción se realiza por nivel de consumo, los resultados muestran que son los ho-gares de mayor nivel de consumo aquellos que realizan un mayor esfuerzoen términos de su ingreso para sostener la inversión en capital humano.

Cuando el análisis se focaliza en la condición de actividad del jefe, seobtienen resultados muy interesantes. De acuerdo con el cuadro 2.7 puedeobservarse una reducción en la brecha de tasa de ahorro mediana entre loshogares cuyo jefe está ocupado y aquellos con jefe desocupado. Mientrasque la EGH de 1985-1986 registra una distancia de 7,4 puntos del ingreso,la ENGH de 1996-1997 muestra para el aglomerado GBA una brecha del2%. La anterior evidencia puede ser interpretada como un esfuerzo realiza-

58 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

do por los hogares de modo de compensar la presión competitiva del merca-do de trabajo.

Finalmente los argumentos anteriores se complementan al tomar en con-sideración la tasa de ahorro mediana corregida por nivel de instrucción deljefe del hogar. Si bien es el grupo de hogares cuyo jefe posee un mayor gra-do de instrucción el que se caracteriza por una mayor tasa de gasto en capi-tal humano, todos los grupos registran un sensible incremento. Para el aglo-merado de GBA en el período 1996-1997, los hogares con jefe no instruido,con educación primaria y con educación secundaria, muestran un gasto en elentorno del 8% de su ingreso, mientras que para los hogares con jefe que haalcanzado educación secundaria o terciaria/universitaria, el gasto se ubica enel entorno del 12%.

A modo de conclusión, podemos sostener que la ENGH de 1996-1997registra un aumento en el gasto promedio ponderado de los hogares en for-mación de capital humano. Los hogares con jefe desocupado realizan un im-portante esfuerzo en la formación de capital humano, reduciendo la brechaexistente entre ocupados y desocupados registrada en la encuesta anterior.Los hogares del 1° cuartil de la población, medido por ingreso, hacen el ma-yor esfuerzo en términos de su ingreso al comparar las tasas corregida y nocorregida. Respecto a los gastos por hogar, según nivel educativo del jefe,todos los grupos de hogares muestran un sensible incremento de sus gastosen términos de su ingreso.

La inversión en capital humano, si bien guarda similitudes con la inver-sión en capital físico, no resulta tan volátil cíclicamente, los hogares suavi-zan más este tipo de gastos. Diversos estudios sostienen que los efectos delas crisis macroeconómicas sobre el proceso de escolarización son menoresen relación con otros componentes del gasto familiar. A este resultado lleganlos estudios de Binder (1999) para México; Schady (2002) para Perú, y Ca-meron (2002) para el caso de Indonesia. En el caso de la Argentina, Cossa(2000) sostiene que las crisis económicas coyunturales del período 1960-1992 no habrían impactado en el proceso de escolarización, el cual se asociaa factores estructurales de largo plazo. En un estudio reciente realizado porla Oficina Regional del Banco Mundial, Parandekar et al. (2003) sostienenque si bien las tasas de escolarización no se habrían modificado dramática-mente durante la crisis del 2002 los hogares recurrieron a diferentes estrate-gias para sostener el proceso de formación de capital humano, amenazadopor la importante caída de los ingresos, por ejemplo, por medio de la reduc-ción del gasto en útiles escolares y material didáctico, aunque sin aparentesconsecuencias sobre la calidad de la inversión.19 En materia de gastos de sa-lud, la evidencia disponible del Banco Mundial indica que el 61% de los in-dividuos encuestados sufrieron la pérdida de la cobertura de salud, mientrasque el 38,7% registró un cambio en el tipo de cobertura.

DECISIONES DE AHORRO Y CONSUMO DE LAS FAMILIAS 59

Nuestro análisis derivado de la EPH en base a datos disponibles al primersemestre del 2005 para el aglomerado GBA muestra que el comportamientode la tasa de escolarización es diferenciado según se tome en consideración laeducación primaria o la secundaria. La tasa de escolarización primaria mues-tra un ligero decrecimiento entre mayo de 2000 y octubre de 2001, al pasar de99,2% al 98,4%, para luego recuperarse y ubicarse hacia mayo de 2003 en99,9% de la población. Los datos correspondientes a la medición del primersemestre de 2005 indican una tasa de 98,7%, nivel cercano al registrado enoctubre de 2001. De modo que podemos concluir que la escolarización pri-maria no se habría visto afectada y que incluso los hogares podrían haber uti-lizado el establecimiento educativo público como marco de contención.20 Laconducta de la tasa de escolarización secundaria muestra un comportamientosimilar al de la tasa de escolarización primaria hasta mayo de 2003, fecha apartir de la cual las mediciones semestrales dan cuenta de una salida de estu-diantes del sistema, que coloca la tasa hacia el segundo semestre de 2004 enun 82,8% contra un 86% registrado en mayo de 2000. En el gráfico A.2.2 delanexo se presenta la evolución de los referidos indicadores; cabe tener encuenta el carácter estacional de la serie de escolarización secundaria, que re-gistra picos en las mediciones correspondientes al primer semestre.

2.3.5. El patrón de ahorro corregido por imputación del costo deservicios de la vivienda

Un ejercicio alternativo de medición de tasa de ahorro consistió en tomaren consideración la imputación del costo de los servicios de la vivienda pro-pia. Los datos consignados en las encuestas bajo análisis y utilizados hasta

60 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

CUADRO 2.8ARGENTINA: TASA DE AHORRO DE LOS HOGARES

CORREGIDA POR COSTO DE LA VIVIENDAEGH 1985-1986 / ENGH 1996-1997

(En porcentajes)1

EGH 85-86 ENGH 96-97 ENGH 96-97 GBA

Promedio -5,8 6,3 8,4

Promedio (ponderada por ingreso) 4,9 19,2 18,2

Mediana 4,7 14,5 19,3

Nota:1. Corresponde a los hogares con jefes de entre 21 y 80 años.Fuente: FIEL.

aquí computan los costos del alquiler para los hogares que declaran ser in-quilinos; sin embargo, para los hogares propietarios no se imputa el costo delos servicios de la vivienda (como gasto e ingreso en forma simultánea).21

El costo a imputar se estimó a partir del valor medio del alquiler declara-do por decil de ingreso de los hogares.22 El cuadro 2.8 presenta únicamentelas tasas de ahorro promedio, autoponderada y mediana, para las encuestasque se utilizan en este trabajo (las mediciones de tasa de ahorro, por cuarti-les de gasto e ingreso, condición de actividad y nivel educativo pueden en-contrarse en el anexo).

El cuadro anterior muestra una importante reducción de las tasas de aho-rro mediana respecto a nuestro ejercicio base para los resultados GBA 1985-1986 y total país 1996-1997. Véase que un resultado de estas característicases perfectamente esperable; el ejercicio aquí realizado no afecta el monto deahorros de los hogares, cualquiera sea su condición frente al ahorro, pero sítiene efectos sobre la tasa. De este modo, hogares propietarios “ahorradores”ven reducida su tasa de ahorro, mientas que hogares propietarios “desahorra-dores” ahorran a una tasa mayor, o lo que es lo mismo, desahorran a una tasamenor. Un comportamiento similar se observa respecto de la tasa promedio.

El aglomerado GBA para la medición 1996-1997 muestra un resultadoopuesto al descrito en el párrafo anterior. Una de las explicaciones a estefenómeno es la distribución territorial de los hogares según régimen de te-nencia. La ENGH 1996-1997 muestra que en términos relativos la tenenciaen carácter de propietario es relativamente menor en el mencionado aglo-merado.

En el gráfico 2.6 se presenta el comportamiento de la tasa de ahorro sua-vizada por perfil etario. La primera observación que surge es que para losdatos correspondientes al GBA de la ENGH 1996-1997, la tasa de ahorro esinferior para todos los años de edad en comparación con nuestro ejerciciobase, de acuerdo con los anteriores argumentos. En cambio, para el aglome-rado GBA según la EGH 1985-1986, la tasa de ahorro corregida es sólo in-ferior en algunos tramos de edad. Esta conducta admite dos posible explica-ciones. La primera sería la existencia de una modificación en los patronesde tenencia de la vivienda por rango etario, entre décadas; sin embargo, laevidencia estadística sugiere que el patrón es similar entre décadas. La se-gunda explicación se asociaría a la distribución por edad de los hogaresahorradores de los no ahorradores. Así mientras que en los noventa domina-rían en todos los rangos de edad los hogares con ahorros positivos, una con-ducta de ese tipo no se observaría en los ochenta, de modo que la distribu-ción al azar de los hogares por rango etario conduce a que ciertos tramosetarios estén dominados por ahorradores y otros por desahorradores. En par-ticular, téngase en cuenta que para este último tipo de hogares el ejercicioimplicó una reducción del desahorro, lo que podría inducir a modificar el

DECISIONES DE AHORRO Y CONSUMO DE LAS FAMILIAS 61

promedio del rango etario, mostrando una tasa mayor a la de nuestro ejerci-cio base.

Otro resultado sugerente se corresponde con el tramo cuasi lineal quemuestra el perfil de ahorro para el aglomerado GBA en la encuesta 1996-1997. Este tramo se encuentra aproximadamente entre las edades de 31 y 41años. La comparación con las tasas de ahorro del ejercicio inicial muestra unabrecha de tasa creciente en ese período de edad. Siguiendo nuestro razona-miento anterior, este resultado sería evidencia de que ese rango etario estaríadominado por hogares propietarios que tienen una tasa de ahorro positiva.

2.3.6. El patrón de ahorro corregido por consumo de durables

El último ejercicio corresponde a la medición de la tasa de ahorro corre-gida por el consumo de bienes durables. Es de esperar que en contextos ad-versos los hogares consuman este tipo de bienes sin recomponer su deprecia-ción, lo que se traduce en una menor importancia relativa en la estructura degasto de los hogares de este tipo de bienes. Inversamente, en contextos favo-rables, el ejercicio deberá dar cuenta de un aumento de la tasa de ahorro, en

62 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

GRÁFICO 2.6PERFIL ETARIO DE LA TASA DE AHORRO

TASA DE AHORRO SUAVIZADA CORREGIDA POR COSTO DE LA VIVIENDA(En porcentajes GBA)

EGH 1985-1986 / ENGH 1996-1997

Fuente: elaboración propia, en base a ENGH, INDEC.

-5

5

15

25

21 23 25 27 29 31 33 35 37 39 41 43 45 47 49 51 53 55 57 59 61 63 65 67 69 71 73 75 77 79

Edad del jefe del hoga

GBA 1996/1997 GBA 1985/1986

Edad del jefe del hogar

GBA 1996-1997 GBA 1885-1986

la medida que un mayor gasto en este tipo de bienes sea tratado como del ti-po no corriente.

Al mismo tiempo, debe tenerse en cuenta que el consumo de bienes dura-bles tiene una dinámica particular durante la etapa de la recuperación econó-mica. Diversas explicaciones se brindan en la literatura sobre las causas delauge de consumo de durables que sigue a un período de estancamiento e in-flación, a partir de la puesta en vigencia de un plan de estabilización que lle-va a una recuperación económica. Si los cambios estructurales inducen a quelos hogares se sientan más ricos, es de esperarse un auge en el consumo dedurables. Inversamente, si los cambios estructurales son tales que los hoga-res perciben un menor ingreso permanente, es de esperarse una dinámicamenos explosiva en el patrón de consumo de este tipo de bienes. Para una re-visión de los argumentos véase López Murphy et al. (1996).

En el cuadro 2.9 se presentan los resultados de la tasa de ahorro corregi-da por consumo de bienes durables. Las tasas de ahorro en sus distintas me-diciones muestran un incremento con respecto al cálculo base (cuadro 2.3).

Finalmente, cuando se comparan las tasas de ahorro de nuestra mediciónbase y las correspondientes a la corrección por gasto en durables, puede ob-servarse que los hogares del 2º y 3º cuartil elevaron su gasto en bienes dura-bles. En particular, el primer decil de ingresos del aglomerado GBA1996-1997 tiene un gasto promedio en bienes durables del 8% de su ingreso, encomparación al 2,3% que registraba en la EGH de 1985-1986.

DECISIONES DE AHORRO Y CONSUMO DE LAS FAMILIAS 63

CUADRO 2.9ARGENTINA: TASA DE AHORRO DE LOS HOGARESCORREGIDA POR CONSUMO DE BIENES DURABLES

EGH 1985-1986 / ENGH 1996-1997(En porcentajes)1

EGH 85-86 ENGH 96-97 ENGH 96-97 GBA

Promedio -6,6 7,6 10,6

Promedio (ponderada por ingreso) 7,2 24,6 19,6

Mediana 6,9 20,0 20,3

Nota:1. Corresponde a los hogares con jefes de entre 21 y 80 años.Fuente: FIEL.

2.4. CONCLUSIONES

El análisis de las encuestas de gastos e ingresos de las familias en losochenta y noventa, utilizando el paradigma de la teoría del ciclo de vida,permitió llegar a las caracterizaciones que se sintetizan brevemente a conti-nuación:

• La tasa de ahorro de los hogares muestra un sensible incremento entre laencuesta correspondiente al período 1985-1986 y 1996-1997. Para elaglomerado GBA, la tasa promedio de ahorro se eleva de -8,3% a 9,2%,mientras que la tasa autoponderada por ingresos crece de 5,8% a 18,2%.La ENGH de 1996-1997 mostró una tasa promedio para el total país del6,1% y autoponderada por ingresos del 22,9%.

• La tasa de ahorro promedio crece entre cuartiles de ingreso, siendo nega-tiva para el primero de ellos, resultado que constituye una regularidad pa-ra países en desarrollo según la literatura consultada.

• El análisis del perfil etario del ahorro, a partir de datos medianos, mues-tra que todos los hogares del aglomerado GBA registraron un importanteaumento en su tasa de ahorro. El aumento mencionado se encuentra en el12% en promedio.

• Tasas de ahorro positivas se registran hasta edades avanzadas; por caso,los hogares del GBA registran una tasa negativa del orden del 1,3% re-cién a partir de los 76 años de edad del jefe. La encuesta 1996-1997 no

64 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

CUADRO 2.10ARGENTINA: TASA DE AHORRO MEDIA DE LOS HOGARES

CORREGIDA POR CONSUMO DE BIENES DURABLESPOR CUARTIL DE INGRESO

EGH 1985-1986 / ENGH 1996-1997(En porcentajes)1

ENGH 85-86 ENGH 96-97 ENGH 96-97 GBA

Por cuartiles de ingreso

1º cuartil -41,3 -22,7 -9,8

2º cuartil -2,4 7,2 11,1

3º cuartil 3,3 17,2 16,5

4º cuartil 13,9 28,7 24,7

Nota:1. Corresponde a los hogares con jefes de entre 21 y 80 años.Fuente: FIEL.

registra tasas medianas de ahorro negativas. Ambas observaciones cons-tituyen evidencia contraria a lo que ocurre con los hogares de países de-sarrollados, que tienden a caracterizarse por tasas de ahorro negativas apartir de la edad madura.

• En el análisis de la condición de ocupación se revela que los hogares conjefe desocupado, registraron una sustancial mejora en su tasa de ahorro,acortando la distancia en relación con los hogares con jefe ocupado, de 1a 6 a 1 a 1,3 para el aglomerado GBA entre los dos años considerados.

• El análisis de las tasas de ahorro mediana por nivel educativo alcanzadopor parte del jefe del hogar muestra que la relación positiva entre tasa ynivel educativo no es tan clara como la evidencia que recoge la literaturainternacional, aunque para los hogares de mayor calificación (grado su-perior o universitario) los resultados no presentan ambigüedades.

• El patrón de consumo de los hogares contradice en apariencia la predic-ción derivada de la hipótesis del ciclo vital, a partir de que los hogares nosuavizan intertemporalmente su patrón de consumo, el que parece estarasociado al perfil del ingreso corriente. La presencia de restricciones deliquidez, incertidumbre económica, prudencia en el consumo en etapasde edad temprana y, eventualmente una racionalidad acotada que le im-pide a los hogares tener una fiel apreciación de su ingreso intertemporal,pueden dar cuenta de un fenómeno de estas características.

• La corrección de la tasa de ahorro por capital humano permite observarque los hogares elevaron entre décadas sus gastos en formación de capi-tal humano. Al mismo tiempo, la mayor distancia entre tasas corregidas yno corregidas se encuentra para los hogares ubicados en el primer cuartilde ingreso.

NOTAS

1. Guillermo Bermúdez es el autor de este capítulo.2. La información disponible para la Argentina permitiría hacer también una aná-

lisis por cohorte como el realizado por Attanasio y Sékely (2003). 3. En el caso de la ENGH 1996-1997, se excluyeron del análisis los hogares que

declaraban ingresos inferiores a $ 1 mensuales. Cabe mencionar que de acuerdo conla Encuesta Permanente de Hogares que realiza el INDEC, para la onda de mayo de1997 el ingreso total familiar de los hogares de la ciudad de Buenos Aires alcanzó unpromedio de $ 1.831 mensuales y para los partidos del conurbano bonaerense, esa ci-fra supero los $ 830 mensuales. Respecto al fenómeno de subdeclaración de ingresosen la ENGH se optó por asumir que la subdeclaración se distribuye en forma aleato-ria entre los centiles de ingreso.

4. La literatura sugiere una serie de gastos asociados a la formación y manteni-miento del capital humano, y los principales gastos son en educación y salud. VéaseButelman y Gallego (2001).

DECISIONES DE AHORRO Y CONSUMO DE LAS FAMILIAS 65

5. La inflación anual correspondiente al último mes fue del orden del 50% a par-tir de la desaceleración que produjo la puesta en vigencia del plan de estabilización.

6. Los hogares disponen de diversas alternativas para evitar el deterioro nominalde la riqueza en un contexto de alta inflación. La licuación del valor nominal de losactivos podría ser evitada a partir de nominarlos en monedas duras o haciendo colo-caciones en activos físicos. Dependiendo del grado de liquidez de los activos referi-dos, el rol fundamental del ahorro, de transferencia intertemporal de recursos, se ve-ría distorsionado, y potencialmente daría lugar a una falla en la coordinación entre lossectores típicamente ahorradores y los sectores demandantes de recursos.

7. Si bien la diferencia existente entre el indicador para el período 1985-1986 y1996-1997 no es tan dramática, cabe recordar que durante la última década se ha pro-ducido una importante proliferación de medios de pago, prácticamente inexistentesen la década anterior, tal el caso del uso generalizado de las tarjetas de crédito.

8. Que se corresponde con la Inversión Bruta Interna Fija, excepto por la presen-cia de discrepancias estadísticas de escasa significación.

9. El sector público argentino se ha caracterizado históricamente por sus impor-tantes desequilibrios fiscales; así, mientras que en el período correspondiente a la pri-mera encuesta de gasto, el desahorro promedio alcanzó 4,27 puntos del PBI, en 1996-1997 se produjo un ahorro del 0,4% del PBI.

10. La inflación interanual para el mes de diciembre fue de 41%.11. Tomando en consideración los subsidios a la pobreza otorgados a través de

planes asistenciales, la tasa de desempleo se ubicó en 20,5%.12. Nótese que la metodología de Cuentas Nacionales utiliza valores devengados

para algunos capítulos de las cuentas públicas, cuya influencia entre 2001 y 2002 po-dría distorsionar los resultados del ahorro privado. La Encuesta de Gastos e Ingresosde los Hogares 2004-2005 dará una mejor idea del proceso reciente de consumo yahorro.

13. Según Ahumada y Garegnani (2005), el patrón de consumo privado habría re-gistrado un quiebre estructural de la crisis de 2002. Este cambio estaría asociado a unaumento de la “tasa de impaciencia” de los hogares a la aparición de restricciones deliquidez que no resultaban operativas en las dos décadas previas, de acuerdo con losestudios anteriores de las mismas autoras.

14. Véase a este respecto el algoritmo utilizado por Deaton (1997) o Gourinchasy Parker (1999).

15. Las tasas mínimas observadas en ambas encuestas se encuentran en línea conla evidencia recogida por otros estudios basados en microdatos. Butelman y Gallego(2001) reportan unas tasas mínimas de 26,000% y 12,000% para las encuestas degastos de los hogares de los años 1988 y 1996-1997 sobre los hogares del área metro-politana de Santiago de Chile.

16. Butelman y Gallego (2001) encuentran un patrón similar en el caso de Chile,donde no se recoge evidencia de tasa de desahorro en la edad madura. A diferenciade nuestro trabajo, aquellos autores realizan sus estudios en base a los niveles de aho-rro, en lugar de tasas de ahorro. Véase también Attanasio y Székely (2000).

17. Cabe especular sobre el efecto que ha tenido sobre el ahorro la organizacióndel sistema de AFJP. Al respecto véase recuadro 1.

18. Este efecto se denomina paralleling effect y se verifica para los hogares, pero

66 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

no en los cálculos de ciclo de vida por “adulto equivalente” (véase Browning yCrossley, 2000).

19. En el trabajo se utilizan los resultados de una encuesta realizada por el BancoMundial para medir el impacto de la crisis sobre el bienestar de los hogares. En lamencionada encuesta, sólo un 2% de los hogares habría transferido a sus hijos de es-cuelas privadas a públicas o privadas menos costosas.

20. Deben tenerse en cuenta los servicios de comedores escolares que brindanmuchos establecimientos educativos de jornada completa, práctica que se habría ex-tendido a los establecimientos de jornada simple.

21. La literatura sugiere métodos alternativos al abordado en este trabajo, porejemplo, descontar directamente el valor del alquiler declarado por los hogares delmonto de gasto total en que éstos incurren.

22. Nótese que mientras el ingreso corresponde a la situación corriente del hogar,la vivienda forma parte de su riqueza, y que la clasificación del hogar por decil de in-greso o riqueza puede variar. De este modo la imputación de un alquiler asociado aldecil de ingreso podría introducir distorsiones.

DECISIONES DE AHORRO Y CONSUMO DE LAS FAMILIAS 67

68 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

ANEXO

GRÁFICO A.2.1ARGENTINA: CICLO ECONÓMICO

TENDENCIA CICLO DEL PBI 1980 - 2004

Fuente: Fiel en base a DNCN, Ministerio de Economía.

170.000.000

190.000.000

210.000.000

230.000.000

250.000.000

270.000.000

290.000.000

310.000.000

1980

1982

1984

1986

1988

1990

1992

1994

1996

1998

2000

2002

2004

Mile

s de

$ d

e 19

93

0,00E+0

1,00E-0

2,00E-0

3,00E-0

4,00E-0

5,00E-0

6,00E-0

7,00E-0

8,00E-0

9,00E-0

1,00E+0

DECISIONES DE AHORRO Y CONSUMO DE LAS FAMILIAS 69

CUADRO A.2.1COMPORTAMIENTO CÍCLICO DE LA ECONOMÍA

AMPLITUD; COMOVIMIENTO Y DESFASE TEMPORALPRODUCTO BRUTO Y AHORRO DE LOS PRIVADOS

1980 - 2002

Indicador y período PBI Ahorro privado Consumo privado

1980-2002

Amplitud Desvío 6,09 7,90 7,82 Volatilidad relativa 1 1,30 1,28

Comovimiento Correlación t=0 0,32 0,98 t= (-1) 0,18 0,56 t= (+1) 0,40 0,54

1980-1990

Amplitud Desvío 5,96 8,83 8,21 Volatilidad relativa 1 1,48 1,38

Comovimiento Correlación t=0 0,71 0,97 t= (-1) 0,23 0,67 t= (+1) 0,57 0,50

1991-2002

Amplitud Desvío 6,36 7,83 7,34 Volatilidad relativa 1 1,23 1,15

Comovimiento Correlación t=0 -0,05 0,99 t= (-1) 0,06 0,45 t= (+1) 0,09 0,55

Caracterización de desfase temporal Procíclica/ Procíclica/rezagada* coincidente

Nota:*. Las características de comovimiento y desfase son más débiles en el período 1991-2002.Fuente: FIEL.

70 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

GRÁFICO A.2.2TASAS DE ESCOLARIZACIÓN PRIMARIA Y SECUNDARIA

EPH 2000 - 2005

Fuente: FIEL.

0,8

0,85

0,9

0,95

1

1,05

May-00 Oct-00 May-01 Oct-01 May-02 Oct-02 May-03 II sem03

I sem04

II sem04

I sem05

% d

e la

pob

laci

ón e

n ed

ad e

scol

ar

primaria secundariaPrimaria Secundaria

INTRODUCCIÓN

La crisis económica argentina en los años 2001-2002 afectó el bienestarde los hogares en varias dimensiones. En primer lugar, la recesión de esosaños y el escaso crecimiento desde 1999 significó un aumento del desempleoy una caída de los ingresos nominales para muchos hogares. En segundo lu-gar, la devaluación, la pesificación asimétrica y el “corralito” afectaron ladistribución de la riqueza de los hogares. Por último, la devaluación desatóun cambio importante en precios relativos, seguido más recientemente porun proceso inflacionario y reclamos salariales, que se han ido incrementadoen el tiempo. El efecto agregado de la crisis ha sido un aumento de los nive-les de desempleo y pobreza, al igual que una caída en los salarios reales(véase gráfico 3.1), sin embargo, en el nivel de los hogares, los efectos ac-tuaron de forma muy heterogénea, hecho evidenciado en los cambios obser-vados en los niveles relativos de pobreza e indigencia entre las distintas re-giones del país (véase Auguste, 2005) y en el incremento en la desigualdaddel ingreso (véase gráfico 3.2).

En este sentido, la crisis argentina afectó no solamente los ingresos de loshogares (un shock de ingreso negativo) sino también los niveles de riquezaacumulados (pérdidas de capital). De acuerdo con la teoría del ingreso per-manente las decisiones de consumo e inversión de los hogares se encuentranmás relacionadas con el nivel de riqueza que con el nivel de ingreso corrien-te. Es decir, los hogares tratan de mantener un nivel de consumo acorde consus expectativas de ingresos futuros. Un pequeño shock de ingresos no debe-ría afectar mucho las decisiones de consumo corriente, y los hogares respon-derían adelantando ingresos futuros; pero, para ello, los hogares deben teneracceso a mercados de crédito o deben tener activos acumulados. En crisisgeneralizadas como la argentina, los mercados de crédito se contraen o co-

3. EL EFECTO DE LA CRISIS EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES MÁS POBRES1

lapsan, con lo cual una de las únicas formas de adelantar consumo suele serdesacumulando ahorros, pero esto es posible sólo para aquellos hogares quelos tienen acumulados. Además, al ser una crisis generalizada, una gran pro-porción de hogares venden activos deprimiendo sus precios mucho más quelo que ocurre ante shocks individuales (veáse Lustig, 2000, y Dercon,2002).2 Como consecuencia, el gasto en consumo tiende a caer en las crisisal igual que cae el ingreso, con modificaciones importantes en la composi-ción del consumo.3

En el gráfico 3.2 se ilustra la evolución del consumo privado según datosde Cuentas Nacionales, tanto en relación con la oferta de bienes como percápita en pesos constantes. En términos de la oferta, el consumo aún no harecuperado su participación; sin embargo, el consumo privado per cápita seencontraba, a mediados de 2005, en valores similares a los observados aprincipios de 2001.

La heterogeneidad del efecto de la crisis en los hogares tiene que ver convarios aspectos, que serán estudiados a lo largo de este capítulo. En primer lu-gar, la inflación observada en el índice general de precios contiene un fuertecambio de precios relativos entre los distintos bienes de consumo. Aquelloshogares con un gasto más sesgado hacia bienes que sufrieron mayores incre-mentos de precios tendrán una pérdida de bienestar mayor. Este efecto puedeser captado calculando índices de precios que contengan ponderadores a nivelde la familia, por ejemplo, que tengan en cuenta su estructura de gasto y no la

72 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

GRÁFICO 3.1POBREZA (% DE LA POBLACIÓN TOTAL) Y DESEMPLEO EN GRAN BUENOS AIRES

Fuente: FIEL.

15

20

25

30

35

40

45

50

55M

88

M89

M90

M91

M92

M93

M94

M95

M96

M97

M98

M99

M00

M01

M02

M03

2 Se

m 0

3

2 se

m 0

4

Porc

enta

je d

e la

pob

laci

ón p

or d

ebaj

ode

la lí

nea

de p

obre

za

5

7

9

11

13

15

17

19

21

Tasa de desempleoPobreza

Tasa dedesempleo

EL EFECTO DE LA CRISIS EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES 73

GRÁFICO 3.2DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO.

COEFICIENTE DE GINI PARA EL INGRESO PER CÁPITA FAMILIAR, GRAN BUENOS AIRES, OCTUBRE DE CADA AÑO

Fuente: FIEL.

GRÁFICO 3.3EVOLUCIÓN DEL CONSUMO PRIVADO

Fuente: elaboración propia en base a datos de Cuentas Nacionales.

3.000,00

3.500,00

4.000,00

4.500,00

5.000,00

5.500,00

6.000,00

I1993

I1994

I1995

I1996

I1997

I1998

I1999

I2000

I2001

I2002

I2003

I2004

I2005

0,3

0,35

0,4

0,45

0,5

0,55

0,6

0,65

0,7

Ratio Consumo/(PBI+Imp.) Consumo per cápita

0,370

0,390

0,410

0,430

0,450

0,470

0,490

0,510

0,530

1980

1982

1984

1986

1988

1990

1992

1994

1996

1998

2000

2002

2004

Ratio consumo privado sobre PBI + im

portacionesCo

nsum

o an

ual p

er c

ápita

(en

peso

s co

nsta

ntes

de

1993

)Co

efic

ient

e de

GIN

I

Ratio consumo/(PBI+imp.) Consumo per cápita

de un consumidor promedio, como refleja el IPC. En segundo lugar, ante elcambio en los precios relativos, los hogares típicamente modifican su com-portamiento, en general amortiguando el efecto de la crisis en su bienestar,pero esta capacidad de morigerar el efecto de los cambios de precios dependede la situación particular de cada hogar. Entre las respuestas típicas de los ho-gares ante crisis generalizadas de gran magnitud se encuentran:

1) Incremento de la participación laboral: esto se descompone en un deseode trabajar más horas para aquellos integrantes del hogar que ya trabajan,y en que integrantes que no trabajaban comiencen a buscar un empleo. Elincremento en la oferta laboral se da en un escenario de poca demanda,lo que explica el aumento en la tasa de desempleo en una mayor cuantíaque la debida a la pérdida de puestos de trabajo. Lo que está operando enla decisión de las familias es un efecto precio (su salario real es menor, loque desincentiva el trabajo) y un efecto riqueza (su riqueza es menor, loque fuerza a los hogares a trabajar más para mantener su nivel de consu-mo). Si bien es cierto que en teoría la decisión final de los hogares podríaser ofrecer menos trabajo, en general para crisis grandes predomina elefecto riqueza negativo.

2) Disminución en la acumulación de capital humano: esto se debe a una re-ducción en el gasto en educación de los hogares debido a su pérdida deriqueza y al incremento del trabajo infantil (especialmente relevante paralos hogares más pobres).

3) Reducción en el stock de activos: aquellos hogares con ahorros tratan deamortiguar el efecto de la crisis vendiendo parte de los activos acumula-dos en momentos donde los precios relativos de los activos cayeron.

4) Modificación en la estructura de consumo del hogar: sustituyendo porproductos de menor calidad, relegando compra de bienes durables y se-midurables, disminuyendo en mayor medida el consumo en bienes de lu-jo, sustituyendo gastos en productos finales por productos intermediosque luego son transformados en el hogar (más home production de ali-mentos), etc.

5) Uso del crédito, formal e informal, para evitar liquidar activos en malmomento y evitar pérdidas importantes en el consumo.

Los tres últimos instrumentos de morigeración están disponibles princi-palmente para los hogares que se encontraban, previo a la crisis, en una si-tuación económica relativamente buena, mientras que los hogares más po-bres suelen tener menor cantidad de ahorro y acceso al crédito, y su consumoya se encontraba altamente concentrado en bienes de primera necesidad, conlo cual tampoco pueden sustituir los bienes de lujo o alta calidad por otros.Por estas razones, la mayor preocupación acerca de los efectos de estos

74 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

shocks de ingresos es que los hogares más pobres son los que tienden a su-frir en mayor medida (Gaviria, 2001; Levinsohn et al., 2002) y que muchasde las respuestas de los hogares tienen efectos permanentes en el crecimientoeconómico (se deteriora la salud de generaciones mal nutridas, se pierde ca-pital humano, etc.).

Gaviria (2001), al estudiar shocks de ingresos para varios países latinoa-mericanos, encuentra que los hogares responden mayormente vendiendo ac-tivos y desinvirtiendo en capital humano, y son los hogares más pobres losmás afectados, no sólo porque el shock agregado suele ser más fuerte indivi-dualmente para estos hogares, sino porque son los que con mayor probabili-dad respondan desinvirtiendo en capital humano.

En cuanto a la flexibilidad de los hogares para modificar su oferta laboral(punto 2), los resultados no son del todo esclarecedores. Cunningham y Ma-loney (2000) y Neri y Thomas (2000), al estudiar la crisis mexicana de 1994-1995, encuentran que los hogares más pobres pueden afrontar mejor las cri-sis porque tienen mayor flexibilidad para aumentar la oferta laboral de lafamilia, mientras que Gaviria (2000), al analizar la crisis colombiana de1999, encuentra resultados opuestos.

Por último, una tercera dimensión de heterogeneidad es el cambio en losingresos. Así como el precio relativo de los bienes se alteró notoriamenteluego de la devaluación en la crisis argentina, algo similar ocurrió con los sa-larios, que reflejan en parte los cambios en la estructura productiva del país.Típicamente una fuerte devaluación mejora la situación relativa de los secto-res exportables y de los sectores de sustitución de importaciones, y empeorala situación del sector no transable, y esto se ve reflejado en los salarios re-lativos de los distintos sectores. Hogares con igual nivel socioeconómico afines del 2001, y una estructura demográfica y de consumo similar, puedensufrir la crisis en forma diferencial de acuerdo con el sector en el que se de-sempeñan. Por ejemplo, la información de salarios muestra un incremento enlos promedios para el sector formal mayor que el informal y mayor del sec-tor público. También en este período se modificaron otros ingresos, tales co-mo jubilaciones y pensiones, y la renta del capital (que en última instancia sedistribuye hacia los hogares de mayores ingresos).

Para el caso argentino, lamentablemente la disponibilidad de estadísticasdificulta un análisis longitudinal de la situación de los hogares, y el estudiose vuelve necesariamente más complejo. Si bien el Banco Mundial, para lle-nar este vacío, realizó una encuesta a los pocos meses luego de la devalua-ción que, principalmente con preguntas de carácter cualitativo, permite en-tender la dirección de los efectos de la crisis, la característica de la encuestano permite cuantificar el efecto de la crisis. En este trabajo se intenta cuanti-ficar tal efecto utilizando información del INDEC e información suministra-da por CCR.

EL EFECTO DE LA CRISIS EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES 75

El resto del capítulo se encuentra organizado de la siguiente forma: lasección 1 elabora sobre las decisiones de consumo de los hogares y la formaen que éstos responden ante cambios en los parámetros (precios e ingresos);en la sección 2 se analiza el impacto de la inflación en los hogares teniendoen cuenta sus estructuras de consumo. En tanto que esta medida no tiene encuenta los efectos de sustitución en el consumo de los hogares, tiende a so-breestimar el efecto real de los hogares. En la sección 3 se ilustra y analiza elefecto de sustitución en el consumo y se recalcula el efecto en el bienestar delos hogares. En la sección 4 se analizan cambios en ingresos y en la 5 secomputa el efecto final sobre el bienestar de los hogares.

3.1. UN MODELO SIMPLE DEL EFECTO DE LA CRISIS

Una forma de medir el impacto es analizar cómo cada uno de los efectosmencionados en la sección anterior influyó en el bienestar de los hogares,pero tal medición se vuelve muy compleja porque requiere tener informaciónde qué pasó con cada una de las variables. Alternativamente, en tanto que elconsumo de los hogares refleja el nivel de riqueza o el ingreso permanentecon que cuentan los hogares para gastar, uno puede analizar el efecto de lacrisis en el bienestar estudiando qué pasó con los niveles de consumo y laestructura de consumo entre los hogares. Con información de consumos sepuede medir en términos monetarios el efecto de la crisis calculando la va-riación compensatoria, que mide la cantidad de dinero necesaria que cadahogar debe percibir para compensar los cambios en ingreso y precios que de-jan al hogar indiferente entre la situación precrisis y poscrisis. La informa-ción ideal sería contar con datos de gasto de los hogares antes y después dela crisis, pero tal información no se encuentra disponible para paneles sufi-cientemente largos. En cuanto a información rica en términos de gastos, só-lo se cuenta con la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares 1996-1997.4

Un aspecto relevante para entender las decisiones de los hogares es eltemporal, ya que las decisiones de consumo, ahorro, inversión y empleo noson independientes en el tiempo. Por el contrario, los hogares tienden a teneren cuenta sus ingresos futuros para el consumo actual, así como también de-ciden temporalmente cuándo gastar (en particular en bienes durables) ycuánto trabajar en cada período. En el recuadro 1 se muestra en forma resu-mida un modelo de decisión intertemporal que permite entender todos loselementos que se encuentran detrás de las decisiones de los hogares. Entrelas variables relevantes para entender cómo reaccionan los hogares están: latasa de descuento intertemporal de los hogares; la trayectoria esperada deprecios y salarios; la tasa de interés o retorno de la inversión; el stock de ca-pital humano; la estructura demográfica del hogar, y las preferencias de las

76 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

personas. La crisis económica argentina afectó prácticamente todas estas va-riables, en particular los precios, la trayectoria de ingresos y el nivel de ri-queza inicial. El efecto en el bienestar de los hogares depende, por lo tanto,de cómo operó cada uno de estos cambios. El cambio en el nivel de riquezainicial o la trayectoria de ingresos, en tanto que no modifica los precios rela-tivos en el tiempo, tiende a tener un efecto uniforme en el cambio en el con-sumo, aunque puede afectar la composición de éste, dependiendo de las elas-ticidades ingreso de los distintos componentes. Cuando los hogares tienenacceso irrestricto al mercado de capitales, la caída en el nivel de consumo esun reflejo de la pérdida de riqueza del hogar, que se da no sólo por la caídadel ingreso corriente sino también por las expectativas futuras de ingresos.En los hechos, los hogares no tienen acceso irrestricto al mercado de capita-les, lo que afecta las decisiones intertemporales. En particular, dificulta in-crementar el consumo como contrapartida de ingresos futuros mayores, perono dificulta trasladar ingresos corrientes al futuro ya que los hogares puedenahorrar. En el caso que los hogares no puedan adelantar ingresos futuros, elgasto total corriente caerá en mayor medida que lo que haya caído su rique-za. En otras crisis grandes con características similares a la argentina, se ob-serva, de hecho, una caída del consumo muy pronunciada luego de la crisis,que se recupera al salir de ella (es el caso de Rusia e Indonesia). Por ende,analizar el gasto corriente puede sobreestimar el efecto negativo de la crisis,en particular para los hogares que no tienen acceso al crédito ya sea formal(por ejemplo, bancos) o informal (por ejemplo, préstamos familiares). En lapráctica, resulta muy difícil distinguir entre el efecto transitorio y permanen-te a poco tiempo de ocurrida la crisis, por esta razón en este estudio se anali-zarán dos puntos en el tiempo, a fines de 2003 y a la fecha (septiembre de2005).

Un último aspecto a tener en cuenta es que si los hogares prevén la crisis(aunque sea parcialmente), alterarán sus decisiones de consumo aun antes deque la crisis suceda. Esto es así porque la crisis cambia los precios relativos,y al hogar le puede convenir retrasar o adelantar la compra de algún bien du-rable, pero también se debe a que los mercados de créditos no son perfectos.Esto último hace que el hogar, al no poder adelantar ingresos futuros en losaños de crisis, contraiga el consumo precrisis para generar ahorros, que lue-go permitirán amortiguar la crisis. En rigor, no sólo el valor esperado delcosto de la crisis puede afectar la decisión del hogar, sino también el aumen-to en la incertidumbre. Hogares aversos al riesgo suelen responder a incre-mentos en la incertidumbre contrayendo su consumo (y alterando sus deci-siones de ahorro). Por eso es conveniente tener en cuenta cuál es el año decomparación para un análisis pre y poscrisis.

EL EFECTO DE LA CRISIS EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES 77

78 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

RECUADRO 1

Técnicamente cada hogar decide su trayectoria de consumo resolviendo:

sujeto a:

donde c es el nivel de consumo del hogar, v las características del hogar; A elnivel de riqueza inicial; H el nivel de riqueza final (herencias); y el nivel deingreso; δ el factor de descuento; t indica tiempo, y r el factor de descuento.Esta formulación del problema no está libre de supuestos. En particular asumeque la tasa de descuento es constante en el tiempo; que los hogares conocensu trayectoria de ingresos y sus preferencias en el tiempo al igual que elmomento final de sus vidas; que los hogares no alteran sus decisiones de tra-bajar, y que los hogares pueden trasladar ingresos de un período a otro (porejemplo, tienen acceso al mercado de capitales). Estos supuestos pueden serlevantados, con el costo de complejizar más el problema. Un cambio impor-tante se da cuando se levanta el supuesto de libre acceso al mercado de capi-tales, ya que los hogares se ven restringidos a trasladar consumo de un perío-do a otro (en un caso extremo, se ven forzados a limitar su consumo corrientea lo que su ingreso corriente y su nivel de riqueza permiten).

Una vez obtenida la trayectoria de consumo óptima, ésta puede ser reem-plazada en la función objetivo, lo que da el nivel de bienestar del hogar deci-diendo óptimamente su consumo.

Alternativamente, uno puede plantear el problema como la elección de latrayectoria de consumos que minimiza el gasto intertemporal del hogar, suje-to a que el hogar alcance el mismo nivel de utilidad (V0). Este problemaarroja la misma trayectoria de consumo óptima, que depende del nivel de uti-lidad del hogar, las características de los hogares, precios y nivel de riquezainicial. Reemplazando esta trayectoria en la función de gastos se obtiene unamedida del ingreso total (medido a valores presentes) que el hogar necesitapara alcanzar el nivel de utilidad V.

Si alguna de estas variables cambia (como por ejemplo los precios) unopuede calcular cuánto dinero necesita el hogar ahora para mantener el mismonivel de utilidad. La diferencia entre este nivel de ingreso y el original es loque se conoce como variación compensatoria, una medida monetaria decómo el hogar se vio afectado.

C V A H r⋅( , , , ,, , )p v0 0 0 δ

V A H r u cc c c

t

t tt

T

T

( , , , ,, ) argmax ( ; ){ , ,...,}

p y v0 000 1

1

1= ⋅

+

⎝⎜

⎠⎟ ⋅

⎢⎢

⎥⎥=

∑ δν

1

1

1

100 0+

⎝⎜

⎠⎟ + =

+

⎝⎜

⎠⎟ +

= =∑ ∑r

y Ar

pc H

t

tt

T t

t t Tt

T

max ( ; ){ , ,...,}c c c

t

t tt

T

T

u c0 1

1

10

⋅+

⎝⎜

⎠⎟ ⋅

⎢⎢

⎥⎥=

∑ δν

El efecto de la inflación

Cuando sólo los precios cambian, el efecto en el bienestar del hogar pue-de ser aproximado como:

[1]

donde q es un vector de cantidades consumidas de cada bien por el hogar yΔp un vector con el cambio en los precios. Esta expresión puede ser reescritaen términos de proporción de gasto de cada hogar en cada bien como:

donde i se refiere al bien i y h al hogar h.Este cálculo simple de la variación compensatoria tiende a sobreestimar el

efecto en el bienestar, ya que los precios no cambian en forma homogénea si-no que hay cambio relativo de precios, por lo que los hogares modifican suestructura de consumo para adaptarse a los nuevos precios, dependiendo de laelasticidad de cada bien. En otras palabras, si sólo el precio de un bien subióun determinado porcentaje, el hogar tiende a sustituir el consumo de ese bienpor otro, con lo cual la pérdida de bienestar es menor a la proporción que elhogar gasta en ese bien multiplicada por el incremento del precio.

Una aproximación más adecuada del efecto en el bienestar de los hogaresincluye los efectos de sustitución, y se puede aproximar como:

[2]

donde s es una matriz (de dimensión n×n) que contiene las derivadas de lasdemandas compensadas. Esta expresión puede ser reescrita como:

[2]

Nótese que para poder estimar esta ecuación se necesita conocer wi querepresenta la proporción que el hogar gasta en el bien i, eij la elasticidad pre-cio del bien i con respecto al cambio en el precio del bien j de la demandacompensada, y el cambio en el vector de precios. Esta formulación permiteestimar el efecto de la crisis sin necesidad de contar con información detalla-da del consumo de los hogares luego de ella. Sólo se necesitan conocer laselasticidades, que pueden ser calculadas con la información precrisis, la pro-porción del gasto en cada bien, calculadas con información precrisis y la va-

Δ Δ Δ Δln ln ln lnC w p w p pi ii

n

i ij i jj

n

i

n

≈ += ==∑ ∑∑1 11

ε

Δ Δ Δ ΔC q p p s pT≈ +1

2

Δ Δln lnC w ph

ih

i

n

i≈=∑1

Δ ΔC q p≈

EL EFECTO DE LA CRISIS EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES 79

riación de precios entre el período pre y poscrisis. Friedman y Levinsohn(2002) utilizan esta metodología, basada en estudios de Deaton (1988, 1990,1997), para estimar el impacto de la crisis de Indonesia en 1997.

3.2. UNA PRIMERA APROXIMACIÓN AL EFECTO DE LA CRISIS EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES. VARIACIÓN COMPENSATORIA

SIN EFECTO SUSTITUCIÓN

Siguiendo la metodología propuesta en la sección 2, como una primeraaproximación al efecto diferencial que la inflación tiene sobre el bienestar delos hogares, se calculará la tasa de inflación por decil de ingreso. Para ello esnecesario contar con información de gasto por producto y de variación deprecios por producto para computar la variación compensatoria como la in-flación promedio ponderada con las participaciones de cada ítem de gasto enel gasto total del hogar.

En cuanto a la variación de precios, el índice de precios al consumidor(IPC) que computa el INDEC corresponde al área GBA y por ende no repre-senta el cambio de precios del total del país. Para computar correctamente lavariación compensatoria habría que centrarse, por lo tanto, sólo en los hoga-res del GBA, lo que le resta generalidad al análisis con el beneficio de ganarprecisión, a menos que se esté dispuesto a asumir que la inflación fue homo-génea regionalmente. En períodos de alta inflación y cambios importantes enprecios relativos este último supuesto es muy fuerte. Si bien los precios demuchos bienes tienden a estar “arbitrados”, es probable que el cambio en loscostos de transporte haya afectado esta estructura relativa. Para los servicioseste arbitraje es menos obvio y los precios tienden a variar regionalmente enmayor medida.

En el gráfico 3.4 se muestra la evolución de la inflación acumulada (con-tra noviembre de 2001) para el índice elaborado por el INDEC y para índicesde precios elaborados por las Direcciones Provinciales de Estadísticas paraalgunas ciudades del país. Si bien estos índices no necesariamente son com-parables en tanto que las metodologías pueden diferir, es notoria la alta hete-rogeneidad regional observada.5 También es notorio que el índice de preciospara el GBA presenta una inflación acumulada menor que para el resto delas ciudades del país. Esto indicaría que utilizar la inflación acumulada delIPC subestimaría el efecto de la inflación en el interior del país.

Una aproximación al cambio en el nivel de precios del total país puedeser obtenida teniendo en cuenta la inflación acumulada luego de la crisis enlos precios implícitos del PBI, aunque este índice no refleja estrictamenteprecios al consumidor, sino que es un mix de precios mayoristas y minoris-tas, y la desagregación no es suficiente como para computar la inflación a ni-

80 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

vel hogar. La inflación acumulada para bienes y servicios, según los preciosimplícitos del PBI, entre el segundo trimestre de 2005 y el segundo trimestrede 2001 fue del 74,2%; los bienes se incrementaron en 130,7% y los servi-cios en 40,2% (otra muestra del gran cambio de precios relativos). Los pro-ductos del sector agropecuario, pesca y minería fueron los que más aumenta-ron (con incrementos acumulados entre 250 y 280%), mientras queelectricidad, gas y agua, servicios inmobiliarios y otros servicios fueron losque menos crecieron (con una inflación acumulada de 4,8%, 10,9% y 13,8%respectivamente.

Lo más apropiado entonces es centrar el análisis en GBA. Para computar laparticipación de cada producto en el gasto total del hogar se utiliza la base dedatos de la Encuesta Nacional de Gasto de los Hogares 1996-1997 para la Re-gión Metropolitana. Esta encuesta de gasto distribuye el gasto total del hogaren 9 categorías o capítulos: 1) alimentos y bebidas, 2) indumentaria, 3) vivien-da, 4) equipamiento y mantenimiento del hogar, 5) atención médica y gastospara la salud, 6) transporte y comunicaciones, 7) esparcimiento, 8) educación,y 9) bienes y servicios varios. Sólo cuenta con información detallada de canti-dades y precios unitarios a nivel de producto para alimentos y bebidas.

En vivienda se computan gastos del hogar y alquiler. Sin embargo, aque-llos hogares propietarios de su vivienda están en realidad haciendo un gasto

EL EFECTO DE LA CRISIS EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES 81

GRÁFICO 3.4INFLACIÓN ACUMULADA PARA ALGUNAS CIUDADES DEL PAÍS

(Variación acumulada contra noviembre de 2001)

Fuente: elaboración propia en base a datos de las Direcciones de Estadística Provin-ciales.

0%

20%

40%

60%

80%

100%

120%

ener

-02

mar

z-02

may

o-02

juli-

02

sept

-02

novi

-02

ener

-03

mar

z-03

may

o-03

juli-

03

sept

-03

novi

-03

ener

-04

mar

z-04

may

o-04

juli-

04

sept

-04

novi

-04

ener

-05

mar

z-05

may

o-05

juli-

05

sept

-05

Córdoba GBA Paraná Santa Rosa Gran Mendoza Rosario Santa Fe

implícito en vivienda, que puede ser computado como el costo de oportuni-dad de no alquilar su propia vivienda a un tercero. Si este alquiler no pagadofuese computado como un gasto implícito, debería también ser incluido co-mo un ingreso implícito en el ingreso total del hogar. Friedman y Levinsohn(2002) sugieren estimar un valor de alquiler a través de precios hedónicos eimputar este monto como un gasto negativo, en lugar de incluirlo en el gastoy en el ingreso. La justificación de este tratamiento es incluir en la medicióncompensatoria un aspecto positivo de la inflación para aquellos hogares quetienen vivienda, aunque es poco probable que el hogar decida alquilar supropiedad para mudarse a una propiedad alquilada más barata y así poderconsumir más de otros bienes. Alternativamente, se podría computar el valorimplícito del alquiler para aquellos hogares con propiedad como un ingreso,y no como un gasto negativo, e incluir en el gasto en vivienda el mismomonto como alquiler imputado. Dado que el objetivo de este trabajo es ver lavariación compensatoria, se optó por seguir la metodología propuesta porFriedman y Levinsohn que simplifica el análisis y evita tener que incluir enla variación de ingresos el incremento en el ingreso implícito por poseer unavivienda de uso propio.

En este trabajo se computó el precio implícito de la vivienda a través deuna regresión no lineal (que captura el hecho de que la variable por explicarestá censurada, ya que no se observa precio para aquellos con vivienda pro-pia), utilizando información de gasto en alquiler de aquellas personas quepagan un alquiler y las características de la vivienda y el hogar (ingreso totalfamiliar, cantidad de miembros, edad del jefe, nivel de instrucción, etc.).Luego se sustrajo este precio implícito del gasto en vivienda para los hoga-res propietarios para los que recibían la vivienda gratis (se excluyeron de laimputación los hogares en viviendas tomadas). También se computó el gastototal por hogar sustrayendo el precio implícito de la vivienda. El cuadro 3.1muestra la estructura de gasto de los hogares, promediando el gasto de cadahogar por capítulo de gasto. El ordenamiento de los hogares es por ingresofamiliar total per cápita, que es una medida del bienestar del hogar más ade-cuada que el ingreso familiar total, ya que tiene en cuenta las distintas com-posiciones demográficas.6 También se muestra en la primera columna la in-flación acumulada entre fines de 2001 y septiembre de 2005, que fueutilizada para computar la variación compensatoria de acuerdo a [1].

Como era de esperarse dada la estructura de cambio de precios relativosposcrisis en la Argentina (se incrementaron fuertemente el precio de los ali-mentos y bebidas), la pérdida de bienestar es mayor para los hogares más po-bres. La inflación acumulada para el decil más pobre es 10 puntos porcen-tuales mayor a la del decil más rico, y el efecto negativo decrece en formamonótona a medida que aumenta el ingreso (excepto para el segundo decil).

Debe tenerse en cuenta que el patrón de consumo entre 1996-1997 y

82 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

EL EFECTO DE LA CRISIS EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES 83C

UA

DR

O 3

.1IN

FLA

CIÓ

N P

OR

DE

CIL

DE

IN

GR

ESO

FA

MIL

IAR

PE

R C

ÁPI

TA

. GB

A

Capí

tulo

de

gast

oTa

sa d

e in

flaci

ón

Part

icip

ació

n en

el g

asto

tota

l, po

r dec

il de

ingr

eso

tota

l fam

iliar

per

cáp

itaac

umul

ada

sept

. 200

5/

D1D2

D3D4

D5D6

D7D8

D9D1

0Pr

omed

iose

pt. 2

001

1.

Alim

ento

s y

bebi

das

94,4

0%53

,654

,646

,844

,741

,738

,036

,532

,430

,324

,340

,3

2.

Indu

men

taria

101,

70%

4,0

5,0

5,4

4,6

5,7

5,3

5,4

5,4

5,9

5,8

5,2

3.

Vivi

enda

39,0

0%12

,712

,612

,014

,213

,813

,613

,915

,816

,015

,914

,1

4.

Equi

pam

ient

o y

man

teni

mie

nto

del

hoga

r73

,60%

4,3

4,5

4,5

5,2

4,9

4,7

5,9

6,5

7,4

9,4

5,7

5.

Aten

ción

méd

ica

y ga

stos

par

a la

sal

ud47

,8%

4,1

7,9

8,0

8,4

8,3

10,2

11,5

11,0

11,4

9,9

9,1

6.

Tran

spor

tes

y co

mun

icac

ione

s41

,9%

11,7

1,9

11,4

9,8

13,0

13,3

12,2

12,1

11,0

14,2

11,1

7.

Espa

rcim

ient

o77

,0%

2,6

5,3

4,6

5,5

5,3

6,5

7,0

8,2

9,1

11,7

6,6

8.

Educ

ació

n31

,9%

1,7

1,8

2,3

2,8

2,3

3,1

2,6

3,4

3,8

4,2

2,8

9.

Bien

es y

ser

vici

os v

ario

s77

,4%

5,4

5,8

4,5

55,

15,

45

5,2

54,

95,

1

10.I

nfla

ción

por

dec

il de

ingr

eso

76,4

78,6

74,0

73,4

72,3

70,6

70,4

68,8

68,4

66,8

72,0

Fuen

te: e

labo

raci

ón p

ropi

a en

bas

e a

dato

s de

l IN

DE

C.

2001 muy probablemente haya cambiado, ya que la recesión económica seremonta al año 1999. En particular se notaba una caída en el ahorro privadoy una reducción en el consumo privado de bienes durables; tal vez como sig-no de que los hogares preveían alguna crisis, o bien no tenían buenas pers-pectivas respecto de sus ingresos. En este sentido, si se tomase la estructurade gasto de los hogares exactamente antes de la devaluación, se estaría incu-rriendo en errores de medición ya que los hogares muy probablemente hayananticipado, al menos parcialmente, la crisis (aunque tal vez no con la severi-dad con que terminó ocurriendo). Tomar la estructura de gastos 1996-1997parece una buena opción en tanto que no está contaminada por los cambiosen consumo previo a la devaluación y como consecuencia del período rece-sivo precrisis.7

También se calculó la variación compensatoria teniendo en cuenta la es-tructura de gasto más desagregada posible (se consideraron 146 categoríasde productos). Se computa la variación compensatoria de cada hogar, comola participación en el gasto total de cada categoría multiplicada por la infla-ción en el período, y luego se agregó la variación compensatoria por decil deingreso (teniendo en cuenta dos ordenamientos alternativos para los hogares,uno de acuerdo al ingreso total familiar y otro de acuerdo al ingreso per cá-pita familiar, que tiene en cuenta diferencias demográficas entre los hoga-res). Se analizaron dos períodos poscrisis, fines de 2003 y a la fecha (sep-tiembre de 2005). En general entre estas dos fechas se encuentra un efectoapenas menor.

En el cuadro 3.2 se realiza el mismo análisis, pero considerando los ho-gares del total país (los deciles son construidos para toda la población delpaís). Como se mencionó, este cálculo es incorrecto en tanto que los precioshayan variado regionalmente en forma no homogénea, no obstante es ilustra-tivo. Fijando el incremento de precios, como los hogares del interior tienenuna estructura de gasto más sesgada hacia los productos que sufrieron un in-cremento de precios mayor (gastan proporcionalmente más en alimentos ybebidas y proporcionalmente menos en vivienda y algunos servicios), la va-riación compensatoria es mayor, lo que se refleja en una inflación acumula-da mayor, y esto es cierto para todos los deciles de ingresos.

En el cuadro 3.3 se muestra para el GBA el efecto acumulado a fines de2003 y a septiembre de 2005. En primer lugar, la heterogeneidad del efectode la crisis es mayor cuando se mide utilizando la información de gastos másdesagregada posible, pero son los hogares más ricos los que mejoran relati-vamente más. En segundo lugar, el coeficiente de variación (interdecil) semantiene relativamente estable entre ambos períodos, con una tendencia ha-cia el incremento. Otro aspecto que muestra el incremento en la desigualdaddel efecto de la crisis es la diferencia entre el primer y último decil, que seincrementa entre 2003 y 2005. Esto sugiere que el ajuste de precios en los

84 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

EL EFECTO DE LA CRISIS EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES 85C

UA

DR

O 3

.2IN

FLA

CIÓ

N P

OR

DE

CIL

DE

IN

GR

ESO

FA

MIL

IAR

PE

R C

ÁPI

TA

. TO

TA

L P

AÍS

Capí

tulo

de

gast

oTa

sa d

e in

flaci

ón

Part

icip

ació

n en

el g

asto

tota

l, po

r dec

il de

ingr

eso

tota

l fam

iliar

per

cáp

itaac

umul

ada

sept

. 200

5/

D1D2

D3D4

D5D6

D7D8

D9D1

0Pr

omed

iose

pt. 2

001

1.Al

imen

tos

y be

bida

s94

,4%

56,9

51,6

48,8

44,0

42,4

39,5

37,4

32,8

31,7

27,1

41,2

2.In

dum

enta

ria10

1,7%

6,4

7,3

7,1

7,1

6,9

7,6

7,5

6,8

7,3

6,9

7,1

3.Vi

vien

da39

,0%

11,3

12,0

12,5

12,1

12,7

12,2

13,0

13,1

13,2

13,4

12,6

4.Eq

uipa

mie

nto

y m

ante

nim

ient

o de

l ho

gar

73,6

%4,

64,

65,

14,

55,

55,

05,

56,

07,

59,

55,

8

5.At

enci

ón m

édic

a y

gast

os

para

la s

alud

47,8

%3,

35,

66,

37,

07,

47,

78,

39,

49,

19,

57,

4

6.

Tran

spor

tes

y co

mun

icac

ione

s41

,9%

7,3

6,5

6,1

12,2

10,9

13,4

12,2

16,6

14,0

13,5

11,3

7.

Espa

rcim

ient

o77

,0%

3,2

4,7

5,7

5,5

6,3

6,4

7,2

7,2

8,6

10,9

6,6

8.

Educ

ació

n31

,9%

1,4

1,9

2,4

2,5

2,6

3,0

3,2

3,0

3,6

4,2

2,8

9.

Bien

es y

ser

vici

os v

ario

s77

,4%

5,6

5,7

5,8

5,1

5,4

5,3

5,6

5,1

5,1

4,9

5,4

Infla

ción

por

dec

il de

ingr

eso

79,9

78,3

77,2

74,2

74,0

72,7

72,1

69,3

69,9

68,6

73,1

Fuen

te: e

labo

raci

ón p

ropi

a en

bas

e a

dato

s de

l IN

DE

C.

años 2004 y 2005 no tendió hacia los precios relativos existentes previo a lacrisis (si los precios se hubiesen incrementado todos en la misma proporciónel efecto de la crisis hubiese sido homogéneo entre los hogares).

86 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

CUADRO 3.3VARIACIÓN COMPENSATORIA SIN EFECTO SUSTITUCIÓN.

PROMEDIO POR DECILES DE INGRESO. GBA

Decil de ingreso Efecto a septiembre Efecto a fines (total país) de 2005* de 2003**

Hogares Hogares Hogares Hogaresordenados ordenados ordenados ordenados

por ITF por ITF per cápita por ITF por ITF per cápita

1 77,5 76,4 52,5 51,9

2 73,7 78,6 50,0 53,6

3 73,1 74,0 49,6 50,7

4 74,0 73,4 50,2 49,6

5 72,6 72,3 49,4 49,2

6 71,0 70,6 48,1 48,0

7 71,1 70,4 48,4 47,9

8 70,4 68,8 47,9 46,6

9 68,8 68,4 47,0 46,5

10 67,6 66,8 46,2 45,5

Promedio 72,0 72,0 48,9 48,9

Varianza 8,0 13,7 3,20 6,6

Coef. de variación 0,11 0,19 0,07 0,13

Diferencia entre decil 1 y 10l 9,87 9,57 6,25 6,43

Notas: *. Calculado con la inflación acumulada entre septiembre de 2005 y septiembre de2001. **. Calculado con la inflación acumulada entre diciembre de 2003 y diciembre de2001.Se computó la variación de precios por productos, luego se agregó a nivel hogar paraconocer la variación compensatoria por hogar, y finalmente se computó la media pordecil de ingreso.Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.

3.3. VARIACIÓN COMPENSATORIA Y EFECTO SUSTITUCIÓN

3.3.1. El efecto sustitución en la práctica

Si bien los hogares, cuando enfrentan shocks agregados, difícilmentepueden moderar la caída de su consumo agregado, sí pueden alterar su com-posición para evitar caídas en productos sensibles, como los gastos en ali-mentos.

Una categoría de productos que suele ser muy sensible a las crisis es lade bienes durables y semidurables. Los hogares tienden a retrasar la comprao reposición de estos bienes cuando los ingresos corrientes caen para amor-tiguar el efecto de la caída de ingresos en otros bienes más prioritarios.

Los hogares no sólo sustituyen entre categorías de productos, sino quecuentan con una variada gama de posibles sustituciones para amortiguar elefecto de la pérdida de ingresos corrientes. Sustituyen también, por ejemplo,entre calidades de productos dentro de la misma categoría, entre lugares decompra, entre la producción propia de productos y compras en el mercado,entre las horas dedicadas al ocio y las horas dedicadas a trabajar o realizarlas compras (por ejemplo, puede darse una búsqueda más intensiva de mejo-res precios).

En esta sección se ilustran estos distintos efectos sustitución, mientrasque en la sección siguiente se intenta medir el efecto de la inflación en elbienestar de los hogares computando estos efectos sustitución.

Inflación de bolsillo

El Grupo CCR elabora un índice de inflación de bolsillo, que mide la va-riación en el gasto unitario promedio total país para los productos que rele-va. En otras palabras, incluye la inflación de los precios al consumidor y loscambios en las decisiones de gasto (cantidades, tipos de productos, marcas,etc.). Este índice incluye el efecto de los cambios en el nivel de ingreso en elconsumo agregado (por ejemplo aquellos hogares que tuvieron incrementossignificativos en los ingresos pueden haber cambiado su estructura de gastohacia bienes de mayor calidad). Por otro lado no representa la variacióncompensatoria de los hogares, en tanto que incluye sólo productos alimenti-cios, artículos de cosmética y aseo personal, y artículos de limpieza (en total70 categorías).8

Entre agosto de 2005 y noviembre de 2001 el índice Grupo CCR de in-flación de bolsillo lleva una variación total acumulada del 113,9%. Debe te-nerse en cuenta que este índice capta efectos de sustitución y cambios de há-bitos de consumo al tener ponderadores variables, mientras que el IPCelaborado por el INDEC tiene ponderadores fijos y no capta estos efectos.

EL EFECTO DE LA CRISIS EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES 87

Gastos en alimentos y bebidas

A pesar de estos ajustes, el consumo en alimentos en la crisis argentinacayó significativamente, hecho también observado en crisis sufridas por losconsumidores de otros países (véanse, por ejemplo, Frankengerg, Smith yThomas [2003] para Indonesia y McKenzie [2003] para México). La caídaen el gasto en alimentos se explica por una sustitución hacia bienes de menorcalidad (más baratos) y hacia la producción hogareña de alimentos.

Según el CCR, hacia fines del año 2002 el mercado de alimentos empa-quetados del total del país se había contraído un 25% en volúmenes, compa-rado con el año 1998. Además, la variación relativa de los distintos productosque componen este mercado (95 en total) es muy variada. Algunos productosincrementaron su participación relativa, mientras que varios vieron reducidasu participación. Sólo unos pocos productos presentan incrementos absolutosen las ventas, resaltándose el desempeño de las harinas. Esto puede ser enparte explicado porque estos bienes en general son utilizados como insumosen la producción hogareña de alimentos, y con la crisis se observó una susti-tución desde comidas preparadas afuera del hogar hacia comidas preparadasen el hogar. Una explicación alternativa es que ante la mayor incertidumbrelos hogares acumulan stock de alimentos básicos (aunque este incremento encantidades no se observa en otros productos no perecederos como conservas).

88 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

GRÁFICO 3.5INFLACIÓN DE BOLSILLO EN ARGENTINA

Fuente: CCR.

100,0

179,0 180,4

197,4

213,9

Nov'01 Dic'02 Dic'03 Dic'04 Agosto 05Nov. 01 Dic. 02 Dic. 03 Dic. 05 Agosto 05

EL EFECTO DE LA CRISIS EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES 89

GRÁFICO 3.6EVOLUCIÓN DE LAS VENTAS (EN VOLÚMENES) DEL MERCADO

DE ALIMENTOS EMPAQUETADOS. TOTAL PAÍS(No incluye alimentos perecederos)

Fuente: CCR.

GRÁFICO 3.7EVOLUCIÓN RELATIVA DE HARINAS Y SAL

Fuente: CCR.

0

1

2

3

4

5

6

7

ener

-01

abri-

01

juli-

01

octu

-01

ener

-02

abri-

02

juli-

02

octu

-02

ener

-03

abri-

03

juli-

03

octu

-03

ener

-04

abri-

04

juli-

04

octu

-04

ener

-05

En 0

/00

del V

olum

en T

otal

Ven

dido

10098

96

91

82

75

80

84

88

91

95

98,5

70

75

80

85

90

95

100

105

1998 1999 2000 2001 1S2002

2S2002

1S2003

2S2003

1S2004

2S2004

1S2005

2S2005

Harinas

Sal

En p

orce

ntaj

e de

l vol

umen

tota

l ven

dido

Índi

ce b

ase

= 10

0 en

199

8

Cambios de calidad en el consumo Fly from quality

Una respuesta de los hogares a la crisis es sustituir productos de mayorcalidad por productos de menor calidad. El CCR, sobre la base de informa-ción de ventas por scaner, califica los productos que releva en (de acuerdocon calidad percibida decreciente): marcas premium, primeras marcas, nue-vas primeras marcas, marcas propias (aquellas que llevan el nombre de la ca-dena de distribución) y marcas de bajo precio. En el siguiente gráfico semuestra la participación de cada categoría en las ventas para el mercado dealimentos empaquetados del total del país (incluye hipermercados, supermer-cados y discounts). Las marcas premium y primeras marcas pasan de unaparticipación de mercado de 68,7% en 2001 a un piso de 53,7% en 2003, co-menzando luego un lento camino de recuperación, aunque a fines de 2005todavía se encuentran por debajo de los niveles de participación de 2001. Porotro lado, las marcas de bajo precio y marcas propias avanzaron en su parti-cipación desde un 29,3% en 2001 a un techo de 34,9% en 2003; a partir deese año se evidencia una caída continua de las marcas de bajo precio, perolas marcas propias se consolidan en niveles cercanos al 13%.

En cuanto a cómo se distribuye el consumo por calidad de producto entrelos hogares de distinta situación socioeconómica, el Grupo CCR califica las

90 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

GRÁFICO 3.8PRODUCCIÓN DE HARINA

(En kg)

Fuente: FIEL.

3.000.000

3.200.000

3.400.000

3.600.000

3.800.000

4.000.000

1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004

bocas de venta en cuatro categorías según el barrio donde se encuentra ubi-cado el local. Las categorías del Grupo CCR son: clase baja, clase mediaempobrecida, clase media y clase alta. En el gráfico 3.10 se muestra la es-tructura de consumo a fines de 2004. Como es de esperarse, a mayor nivelde ingreso se registra una mayor demanda por productos de alta calidad, re-flejado en una mayor participación de estos productos en el gasto total de laszonas más ricas.

Como esta información sobre participación de mercado por calidad sólocubre grandes cadenas (ya que no se cuenta con información de scaner paraalmacenes y otros puntos de venta menores), es probable que la sustituciónde compras desde las grandes cadenas hacia los almacenes observada en es-

EL EFECTO DE LA CRISIS EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES 91

GRÁFICO 3.9PARTICIPACIÓN DE MERCADO SEGÚN CATEGORÍA DE PRODUCTO.

TOTAL PAÍS(Hiper + super + discount a nivel nacional. Base: ochenta y cuatro categorías

del mercado de alimentos empaquetados)

2001 2002 2003 2004 2005

Marcas bajo precio 20,1 22,4 23,4 19,7 17,3Marcas propias 9,2 10,1 11,5 13,2 13,1Nuevas marcas 9,1 12,5 11,4 11,2 10,9Primeras marcas 52,1 47,1 46,5 48,2 50,1Marcas premium 9,6 7,9 7,2 7,7 8,5

Fuente: CCR.

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

2001 2002 2003 2004 2005

Marcas Premium Primeras Marcas Nuevas Marcas Marcas Propias Marcas Bajo PrecioMarcas premium Primeras marcas Nuevas marcas Marcas propias Marcas bajo precio

92 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

GRÁFICO 3.10COMPOSICIÓN DEL CONSUMO DE ALIMENTOS EMPAQUETADOS POR CALIDAD

DE PRODUCTO Y SITUACIÓN SOCIOECONÓMICA (FINES DE 2004) (En %)

Nota: corresponde a ochenta y cuatro categorías de alimentos empaquetados segúndatos de hipermercados, supermercados y discounts localizados en Capital Federal yGran Buenos Aires. Fuente: CCR.

GRÁFICO 3.11EVOLUCIÓN DE VENTAS POR CANAL DE DISTRIBUCIÓN (En %)

Fuente: CCR.

0 20 40 60 80 100 120

1980

1990

2000

2004

2005

Grandes Cadenas Autoservicios Tradicionales

0 20 40 60 80 100 120

Clase Alta

Clase Media

Clase Media Empobrecida

Clase Baja

Marcas Premium Primeras Marcas Nuevas Primeras Marcas Marcas Propias Marcas Bajo Precio

Clase baja

5,1 37,3 10,6 26,1 20,9

7,8 48,2 11 15,4 17,5

11 56,7 9,6 9,4 13,2

13,3 60,6 7,9

40,1 31,1 28,8

40 31,7 28,3

47,6 27,2 25,2

23 17 61

11 12 77

7,7 10,5

Clase media empobrecida

Clase media

Clase alta

Marcas premium Primeras marcas Nuevas primeras marcas

Grandes cadenas

Marcas propias Marcas bajo precio

tos últimos años sesgue el efecto real de la crisis; en particular porque esprobable que los hogares más pobres sean los que hayan cambiado el lugarde compra (véase McKenzie y Schargrodsky, 2005 para un análisis de la fre-cuencia de compra de los hogares durante la crisis). En tanto que los hogaresmás pobres son los que con mayor probabilidad cambian el lugar de compra,y dado que tienden a tener un gasto más concentrado en productos de menorcalidad, el efecto de sustitución hacia productos de menor calidad registradoen las grandes cadenas debería ser superior al cuantificado en el gráfico 3.9(ya que hay un cambio de composición).

El gráfico 3.11 ilustra esta sustitución de cadenas sobre la base de datos

EL EFECTO DE LA CRISIS EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES 93

GRÁFICO 3.12PARTICIPACIÓN DE MERCADO SEGÚN CATEGORÍA DE PRODUCTO

(Hiper + super + discount a nivel nacional. Base: ochenta y cuatro categorías mercado de alimentos empaquetados)

CAPITAL FEDERAL Y GBA

2001 2002 2003 2004 2005

Marcas bajo precio 15,7 18,6 19,8 16,0 13,7Marcas propias 9,3 12,1 13,4 15,3 15,8Nuevas marcas 7,7 11,1 10,2 9,7 9,3Primeras marcas 55,7 49,2 48,3 50,1 51,4Marcas premium 11,6 9,1 8,3 9,0 9,8

Fuente: CCR.

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

2001 2002 2003 2004 2005

Marcas Premium Primeras Marcas Nuevas Marcas Marcas Propias Marcas Bajo PrecioMarcas premium Primeras marcas Nuevas marcas Marcas propias Marcas bajo precio

suministrados por CCR. Las grandes cadenas (supermercados, hipermerca-dos y discounts) perdieron participación de mercado en las ventas, mientrasque las tradicionales (almacenes, farmacias, perfumerías y casas de limpieza)y autoservicios la ganaron, revirtiendo en parte la tendencia observada en losaños previos a la crisis. Es interesante que la recomposición de ingresos ob-servada en los dos últimos años no parece haber revertido la situación paralas grandes cadenas.

En cuanto a las diferencias regionales, la caída en la participación de lasmarcas premium y primeras marcas ha sido más marcada en Capital Federaly Gran Buenos Aires que en el resto del país. Esto puede deberse al efectodiferencial que la crisis y el cambio de precios relativo ha tenido en distintasregiones del país (véase Auguste, 2005).

94 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

GRÁFICO 3.12 (cont.)

INTERIOR

2001 2002 2003 2004 2005

Marcas bajo precio 23,9 26,0 26,3 23,3 20,5Marcas propias 9,0 8,2 10,1 11,3 10,9Nuevas marcas 10,2 13,9 12,7 12,4 12,4Primeras marcas 49,0 45,2 44,8 46,5 48,9Marcas premium 7,8 6,8 6,1 6,5 7,2

Fuente: CCR.

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

2001 2002 2003 2004 2005

Marcas Premium Primeras Marcas Nuevas Marcas Marcas Propias Marcas Bajo PrecioMarcas premium Primeras marcas Nuevas marcas Marcas propias Marcas bajo precio

3.3.2. Variación compensatoria con efecto sustitución

Para poder estimar el impacto del cambio de precio en los hogares incor-porando el efecto sustitución se deben estimar las elasticidades precio (pro-pias y cruzadas) para todos los productos que componen el gasto de los hoga-res. Levinsohn, Berry y Friedman (2004) estiman y analizan en detalle elimpacto de la crisis de Indonesia, encontrando que el efecto ha sido muy he-terogéneo entre los hogares (por sus características de consumo) y entre lasregiones (por la alta variación y composición regional de precios y consumo).

En esta sección se utiliza la metodología de Friedman y Levinsohn(2002) para estimar el efecto de la crisis. La Encuesta de Gasto de los Hoga-res presenta información detallada respecto a cantidades sólo para alimentosy bebidas (donde se registra el precio y la cantidad vendida para noventa yocho productos), mientras que para otros consumos sólo se registra el gastomensual. Esto limita el análisis, en tanto que para estimar las elasticidades,siguiendo la metodología propuesta por Deaton, se requiere contar con pre-cios unitarios. Esta metodología identifica la elasticidad precio utilizando lavariación en precios unitarios entre los hogares (debido a distintas composi-ciones de consumo en cada categoría) y la variación de precios regionales(se asume que los hogares dentro de una región dada enfrentan el mismoprecio para cada producto). Un problema similar enfrentan Friedman y Le-vinsohn, ya que usualmente las encuestas de gasto de los hogares no compu-tan cantidades para consumos no alimentarios. La solución es agregar losconsumos no alimentarios en una única categoría, y obtener las elasticidadesprecio (propia y cruzada) a través de la condición agregada de Cournot.9 Sinembargo, esta agregación tiene consecuencias en los efectos estimados de lacrisis, ya que las elasticidades para categorías agregadas tienden a ser meno-res que las desagregadas, no permitiendo que se explote la sustitución deproductos dentro de esta categoría (en cierta forma se fuerza a todos los ho-gares a utilizar un patrón de sustitución común dentro de la categoría de pro-ductos no alimentarios, implícito en los ponderadores que transforman laselasticidades precio de los productos en la categoría agregada). Para los ho-gares más pobres, dado que una gran proporción de su gasto se encuentraconcentrado en productos alimentarios, las distorsiones son menores. Paralos hogares más ricos, por otro lado, los sesgos de estimación pueden sermayores, en tanto que gastan una proporción mucho menor en alimentos.Dada la limitación de la información disponible, la agregación de productosno alimentarios es la única solución. De todos modos, este cálculo, al permi-tir computar los efectos de sustitución entre las categorías analizadas, resul-ta una mejor aproximación al efecto del incremento de precios en el bienes-tar de los hogares que el IPC o los índices de precios por decil de ingresocalculados anteriormente.

EL EFECTO DE LA CRISIS EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES 95

En términos formales, una vez estimada la matriz de elasticidades-preciopara todas las categorías, se computa la variación compensatoria como unaaproximación de Taylor de orden dos para el cambio en la variación com-pensatoria:

que es una expresión matemática alternativa a la ecuación [2] analizada an-teriormente, donde S es una matriz de dimensión nxn y que contiene las elas-ticidades precio de las n categorías analizadas, Δlnp un vector con la infla-ción acumulada de cada categoría y w un vector con la participación de cadacategoría en el gasto total del hogar.

Para reducir la dimensión del proceso de estimación se utilizaron veinti-séis categorías de productos de alimentos y bebidas (la clasificación por sub-grupos de la ENGH). El cuadro 3.4 describe la inflación acumulada entre di-ciembre de 2001 y septiembre de 2005, y la participación en el gasto totalde cada categoría para un hogar promedio de la región de GBA para estasveintiséis categorías y la residual de productos no alimentarios. La inflaciónacumulada surge del Índice de Precios al Consumidor para cada categoría.

Δ Δ Δ ΔlnC T T

= + ⊗( )w lnp w lnp S lnp1

2

96 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

CUADRO 3.4DESCRIPCIÓN DE LAS CATEGORÍAS ANALIZADAS

Código de Descripción del producto Inflación acumulada Composición delsubgrupo entre diciembre 2001 gasto para un hogar(según la ENGH) y septiembre 2005 promedio de GBA*

11100 Productos de panadería 56,1 2,1

11200 Harinas, arroz y cereales 100,7 0,9

11300 Pastas frescas o secas 62,1 1,5

12100 Achuras y menudencias 124,6 1,4

12200 Carne vacuna 137,5 2,4

12300 Carne porcina 114,7 2,9

12500 Aves 125,4 3,7

12600 Pescados frescos o congelados 131,8 1,8

12900 Carnes en conserva o congeladas, embutidos y fiambres 111,3 1,1

13100 Aceites 168,5 1,5

13200 Grasas 122,0 0,6

14100 Leche 99,6 2,2

En el gráfico 3.13 se muestra el cálculo de la variación compensatoria pordecil de ingreso per cápita familiar con efecto sustitución y sin él. Los hoga-res más pobres (ubicados en el primer decil), sustituyendo desde productosalimentarios con alta inflación acumulada hacia productos con baja inflaciónacumulada han sido capaces de amortiguar el efecto de la crisis notoriamente,entre un 15 y un 20% (según los distintos cálculos realizados). La capacidadpara amortiguar el efecto de la crisis disminuye a medida que incrementa el

EL EFECTO DE LA CRISIS EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES 97

CUADRO 3.4 (cont.)

Código de Descripción del producto Inflación acumulada Composición delsubgrupo entre diciembre 2001 gasto para un hogar(según la ENGH) y septiembre 2005 promedio de GBA*

14200 Productos lácteos 80,8 1,4

14300 Huevos 94,2 1,0

15100 Frutas frescas, secas, en conserva o congeladas 85,2 1,1

15200 Verduras y tubérculos frescos, secos, en conserva o congelados 104,0 0,8

15300 Legumbres frescas, secas, en conserva o congeladas 120,4 0,8

16100 Azúcar, dulces y miel 120,5 0,8

16200 Cacao y chocolates 142,0 0,9

16300 Caramelos y confituras 106,2 0,8

17100 Infusiones 94,2 1,2

17200 Especias, aderezos y condimentos 92,3 0,6

17300 Comidas listas para consumir 74,9 3,5

17400 Otros productos alimenticios 92,3 0,8

18100 Bebidas alcohólicas 88,2 2,2

18200 Bebidas no alcohólicas 74,7 2,1

Productos no alimentarios** 56,2 59,7

Notas: *. Promedio en la muestra analizada (es decir, no expandido de acuerdo con los pon-deradores de las familias). **. Para la categoría de gastos no alimentarios se calculó la inflación acumulada deacuerdo con los ponderadores del IPC, que difieren de los ponderadores individualesde las familias, por lo que los resultados no son estrictamente comparables con los dela sección anterior.Fuente: FIEL en base a datos del INDEC.

nivel de ingreso, en parte esto podría tener que ver con la subestimación delefecto sustitución mencionado anteriormente, pero también con que en el sec-tor de alimentos se han observado fuertes subas de precios y alta heterogenei-dad en la inflación acumulada. Para el promedio de los hogares, el efecto dela crisis, una vez computado el efecto sustitución, es entre un 9 y un 10% me-nor al computado, sin tener en cuenta que los hogares pueden sustituir consu-mo para aprovechar los fuertes cambios en precios relativos.

3.4. EL EFECTO INGRESO

Hasta ahora se ha analizado el efecto de la inflación y el cambio de losprecios relativos en el bienestar de los hogares; sin embargo, en estos últimosaños también se ha observado un incremento de los ingresos, que en parte re-componen el poder adquisitivo de los hogares y por ende su nivel de bienes-tar. En el gráfico 3.14 se ilustra la evolución poscrisis del salario nominalpromedio para los trabajadores del sector formal, informal y público, así co-mo la evolución de la inflación minorista y el salario mínimo. Desde media-dos de 2003 se observa un incremento del salario promedio del sector formal,en parte debido a los incrementos dispuestos en el salario mínimo, que a fi-nes de 2005 tenía un acumulado superior a la inflación minorista calculada

98 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

GRÁFICO 3.13VARIACIÓN COMPENSATORIA POR DECIL DE INGRESO PER CÁPITA FAMILIAR

Fuente: FIEL.

60%

65%

70%

75%

80%

85%

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Decil de Ingreso per cápita famili

Varia

ción

com

pens

ator

ia

Sin Efecto Sustitución Con Efecto Sustitución

Decil de ingreso per cápita familiar

Con efecto sustituciónSin efecto sustitución

EL EFECTO DE LA CRISIS EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES 99

GRÁFICO 3.14EVOLUCIÓN DEL SALARIO NOMINAL E INFLACIÓN

(octubre de 2001=100)

Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.

GRÁFICO 3.15EVOLUCIÓN DEL SALARIO REAL

(Coeficiente de variación salarial, diciembre de 2001=100)

Nota: general (30% informal) corresponde al índice general recalculando la pondera-ción del sector por una mayor de probabilidad de no respuesta en este sector. Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.

60

65

70

75

80

85

90

95

100

105

110

octu

-01

dici

-01

febr

-02

abri-

02

juni

-02

agos

-02

octu

-02

dici

-02

febr

-03

abri-

03

juni

-03

agos

-03

octu

-03

dici

-03

febr

-04

abri-

04

juni

-04

agos

-04

octu

-04

dici

-04

febr

-05

abri-

05

juni

-05

agos

-05

Formal Informal Público General

60

80

100

120

140

160

180

200

220

240

260

280

300

320

octu-01 marz-02 agos-02 ener-03 juni-03 novi-03 abri-04 sept-04 febr-05 juli-05

Formal Informal IPCI Mínimo Público

oct.-01 marz.-02 agos.-02 ener.-03 jun.-03 nov.-03 abr.-04 sept.-04 febr.-05 jul.-05

oct.-

01

dic.

-01

febr

.-02

abril

-02

jun.

-02

agos

t.-02

oct.-

02

dic.

-02

febr

.-03

abril

-03

jun.

-03

agos

t.-03

oct.-

03

dic.

-03

febr

.-04

abril

-04

jun.

-04

agos

t.-04

oct.-

04

dic.

-04

febr

.-05

abril

-05

jun.

-05

agos

t.-05

Índi

ce b

ase

oct.

2001

= 1

00

por el IPC, lo que significa que el salario real para estos trabajadores en reali-dad se incrementó en relación con el último observado en 2001. La situaciónes muy distinta cuando se tiene en cuenta lo sucedido con los trabajadores delsector público y los trabajadores del sector informal, que tienen incrementossalariales por debajo de la inflación acumulada, lo que representa salariosreales menores. El promedio general (incluyendo los tres sectores) indica queel salario real, si bien desde fines de 2003 se viene recomponiendo, se en-cuentra en un nivel aproximadamente 10% menor al que había antes de la de-valuación.

Este incremento en el salario nominal promedio esconde las heterogenei-dades y cambios relativos entre los retornos al trabajo. La devaluación cam-

100 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

CUADRO 3.5VARIACIÓN (PORCENTUAL) ACUMULADA EN LOS INGRESOS POR DECIL

DESDE OCTUBRE DE 2001GBA Y TOTAL PAÍS

Ingreso total familiar per cápita

Decil GBA Total país

IV IV I II I IV IV I II I trim. trim. trim. trim. sem. trim. trim. trim. trim. sem.2003 2004 2005 2005 2005 2003 2004 2005 2005 2005

1 14,2 33,2 53,4 43,7 68,2 26,5 60,7 77,3 75,5 77,1

2 7,4 34,1 42,5 40,8 59,6 17,3 51,4 64,8 64,1 64,6

3 9,8 33,9 38,4 38,9 55,8 18,5 50,0 61,4 59,9 60,5

4 6,8 32,9 41,4 38,6 58,3 17,6 50,6 62,4 60,1 61,2

5 4,9 30,6 41,9 38,9 51,4 16,4 48,5 61,8 58,2 59,8

6 3,4 24,3 39,3 31,3 48,1 14,2 41,9 59,9 51,5 55,8

7 5,7 22,9 35,3 27,9 47,1 16,5 40,8 56,8 48,5 52,3

8 2,9 20,3 34,6 24,4 45,1 15,9 39,6 56,8 46,6 51,6

9 0,8 15,6 28,7 21,2 41,6 12,8 35,1 52,4 43,3 47,8

10 8,7 21,3 36,1 26,1 46,1 17,8 43,5 62,0 50,6 56,4

Promedio 6,5 26,9 39,2 33,2 52,1 17,4 46,2 61,6 55,8 58,7

Varianza interdecil 14,9 46,3 42,6 62,7 67,3 13,2 55,4 43,5 92,8 67,6

Coeficiente de variación interdecil 0,6 0,3 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,1 0,2 0,1

bió los precios relativos, los sectores transables (exportadores y sectores quesustituyen importaciones) se vieron beneficiados en términos relativos mien-tras que los servicios se vieron perjudicados. Esto muy probablemente se re-fleje en los salarios de los distintos sectores. En el cuadro 3.5 se ilustra la va-riación en el ingreso familiar promedio por decil de ingresos para el total delpaís, encontrándose un mayor incremento en los ingresos de los deciles másbajos. Esto no quiere decir que los hogares más pobres se hayan beneficiadoen mayor medida, ya que existieron cambios en la situación relativa de loshogares (dentro de la misma región y entre regiones) y por ende hay cambiosde composición de los deciles. Lamentablemente, no se cuenta con paneleslargos de datos como para analizar la situación a nivel hogar.10

Esta falta de paneles largos limita sensiblemente el análisis y se deben

EL EFECTO DE LA CRISIS EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES 101

CUADRO 3.5 (cont.)

Ingreso total familiar

Decil GBA Total país

IV IV I II I IV IV I II I trim. trim. trim. trim. sem. trim. trim. trim. trim. sem.2003 2004 2005 2005 2005 2003 2004 2005 2005 2005

1 10,1 40,0 55,7 43,5 64,9 22,4 53,8 70,0 65,8 68,2

2 2,7 35,9 46,2 36,8 56,8 14,5 50,2 64,2 56,5 60,4

3 4,2 35,3 52,5 41,3 58,9 15,0 49,3 67,3 59,6 6,3

4 7,0 36,0 45,1 40,5 55,2 16,9 48,6 61,3 55,7 58,2

5 6,9 32,9 42,9 39,6 51,7 17,2 46,0 57,5 54,5 55,9

6 3,6 29,9 40,0 34,5 48,8 14,8 44,0 55,7 50,9 52,9

7 0,0 24,2 39,4 30,1 46,7 12,0 38,8 55,8 47,9 51,8

8 -1,2 21,7 35,9 28,4 42,6 10,9 35,5 52,1 45,5 49,1

9 -3,5 14,6 30,4 23,2 37,6 10,1 31,0 47,8 41,1 44,6

10 -4,2 11,8 28,2 24,0 36,7 9,0 26,0 42,2 38,9 42,1

Promedio 2,6 28,2 41,6 34,2 50,0 14,3 42,3 57,4 51,6 54,7

Varianza interdecil 22,4 94,2 77,4 54,5 85,9 15,9 83,8 74,7 71,1 67,6

Coeficiente de variación interdecil 1,8 0,3 0,2 0,2 0,2 0,3 0,2 0,2 0,2 0,2

Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.

utilizar metodologías más complejas para simular a nivel del hogar cómocambiaron los ingresos familiares. En el cuadro 3.6 se ilustra este cambio enla composición relativa para el período 2004-2005, analizando solamenteaquellos hogares que fueron encuestados en el primer trimestre de 2004 ynuevamente en el primer trimestre de 2005 para la onda del GBA. Se orde-nan los hogares por decil de ingreso total familiar en el año 2004 y se estu-dia en qué decil se encuentran de la distribución observada en 2005. En laprimera columna del cuadro 3.6 se indica el porcentaje del total de hogaresque empeoraron su situación relativa (cayeron de decil) entre ambas medi-ciones y por nivel de ingreso. En la segunda columna se indica cuántos ho-gares continúan en el mismo decil, en la tercera cuántos hogares mejoraron yen la última el porcentaje de hogares que habían declarado ingresos en el2004, pero no responden en 2005. Los hogares en los deciles más bajos y losque declararon no tener ingresos en 2004 fueron los que mayormente mejo-raron su situación relativa. Por otro lado, la mayor proporción de hogaresque empeoraron su situación relativa se encuentra en los deciles más altos.

102 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

CUADRO 3.6SITUACIÓN RELATIVA DE LOS HOGARES.

DECILES POR INGRESO TOTAL FAMILIAR, GBA

Decil Cambió su situación Cantidad de hogares relativa entre el primer trimestre 2005 y 2004 Hogares Población

- = + NR encuestados expandida

Sin ing. 5,2 80,9 13,9 8 84.758

1 1,8 20,4 59,2 18,6 22 106.573

2 7,8 13,6 56,1 22,5 26 124.276

3 22,4 10,6 49,2 17,7 31 126.577

4 25,5 19,8 27,3 27,3 32 94.964

5 17,4 18,8 38,2 25,5 25 114.126

6 21,0 8,0 38,9 32,0 31 133,112

7 37,0 11,1 23,7 28,2 24 146.886

8 26,4 14,3 34,5 24,8 39 135.420

9 61,7 0,0 0,0 38,3 33 27.471

10 33,5 38,9 – 27,6 37 143.440

Fuente: elaboración propia en base a datos de la EPH continua, primer trimestre 2005y primer trimestre 2004.

EL EFECTO DE LA CRISIS EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES 103

CUADRO 3.7INGRESO TOTAL FAMILIAR PROMEDIO POR NIVEL EDUCATIVO

DEL JEFE DEL HOGAR. GBA

Máximo nivel de Ingreso total familiar promedio Variacióneducación alcanzado por nivel educativo (excluye jubilados)por el jefe del hogar 1º sem. 2005 Mayo 2001 Octubre 2001 2005/M2001 2005/O2001

Sin instrucción 442,3 391,3 277,5 13,0 59,4

Primaria incompleta 571,4 479,0 428,8 19,3 33,3

Primaria completa 724,9 604,2 532,2 20,0 36,2

Secundaria incompleta 808,2 760,6 754,3 6,3 7,1

Secundaria completa 1.061,2 1.101,8 918,5 -3,7 15,5

Superior incompleta 1.176,5 1.333,7 1.336,7 -11,8 -12,0

Superior completa 1.795,0 2.131,8 2.045,4 -15,8 -12,2

Máximo nivel de Ingreso total familiar promedio Variacióneducación alcanzado por nivel educativo (sólo jubilados)por el jefe del hogar 1º sem. 2005 Mayo 2001 Octubre 2001 2005/M2001 2005/O2001

Sin instrucción 486,3 436,2 498,1 11,5 -2,4

Primaria incompleta 562,7 446,6 400,5 26,0 40,5

Primaria completa 685,0 544,4 469,4 25,8 45,9

Secundaria incompleta 816,1 724,3 711,7 12,7 14,7

Secundaria completa 959,6 992,1 813,7 -3,3 17,9

Superior incompleta 1.045,6 972,7 1.439,0 7,5 -27,3

Superior completa 1.168,8 1.194,1 1.160,6 -2,1 0,7

Máximo nivel de Ingreso total familiar promedio Variacióneducación alcanzado por nivel educativo (todos los hogares)por el jefe del hogar 1º sem. 2005 Mayo 2001 Octubre 2001 2005/M2001 2005/O2001

Sin instrucción 463,6 404,1 346,5 14,7 33,8

Primaria incompleta 568,3 468,6 418,6 21,3 35,7

Primaria completa 715,1 588,3 515,5 21,6 38,7

Secundaria incompleta 809,2 756,6 749,4 6,9 8,0

Secundaria completa 1.045,0 1.083,5 898,8 -3,6 16,3

Superior incompleta 1.168,1 1.314,4 1.341,6 -11,1 -12,9

Superior completa 1.720,7 2.049,3 1.948,8 -16,0 -11,7

Fuente: elaboración propia en base a datos de la EPH (mediciones 1º semestre 2005,mayo de 2001 y octubre de 2001).

En tanto que la muestra es probabilística, es probable que parte de esta altavariación se deba a los cambios en la distribución del ingreso entre un perío-do y otro; de todos modos, el cuadro ilustra los problemas que surgen cuan-do se analizan ingresos promedios por deciles.

La alta volatilidad de ingresos en la EPH en términos nominales tambiénse observa cuando se ordenan los hogares por nivel educativo del jefe de ho-gar. Así, por ejemplo, los hogares del GBA donde el jefe tenía en 2001 se-cundaria completa como máximo nivel de educación alcanzaban un ingresototal familiar, en promedio, de $ 918 en la medición de octubre de 2001, pe-ro llegaban a $ 1.101 según la medición de mayo de 2001. Esta volatilidadde ingresos a niveles desagregados de análisis, debido en parte a que la en-cuesta tiene cambios de composición importantes entre cada medición, difi-culta el cálculo de la variación de ingresos nominales entre 2001 y 2005, co-mo ilustra el cuadro 3.7.

3.5. EL EFECTO TOTAL EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES

Realizar un análisis microeconómico del impacto de la crisis teniendo encuenta todos los efectos resulta sumamente difícil, tal como las secciones an-teriores ilustran. Con todo, la información analizada permitió formular unejercicio de simulación para computar el efecto total en los hogares. En lacolumna I del cuadro 3.8 se indica a qué quintil pertenece cada observación.En la columna II se indica el incremento porcentual promedio, por quintil deingreso, en el ingreso nominal total del hogar, y se asigna este incremento alos hogares que estaban en ese quintil de ingreso al momento que se realizóla ENGH. Esto no es más que un supuesto, ya que es probable que los hoga-res se hayan movido de quintil de ingreso. En las columnas III a V se mues-tra la variación compensatoria (pérdida de bienestar de los hogares debido alincremento de los precios desde la salida de la convertibilidad). La columnaIII computa la variación compensatoria sin efecto sustitución como surge delcuadro 3.8. En la columna IV se muestra la variación compensatoria conefecto sustitución, teniendo en cuenta el efecto estimado en la sección 3. Co-mo se mencionó en esa sección, debido a que no se cuenta con datos desa-gregados para consumos no alimentarios, es probable que se subestime la re-ducción en el efecto negativo del incremento de los precios debido a lasustitución hacia bienes más baratos, y este efecto de subestimación puedeser mayor para los hogares más ricos. En la columna V se computa una re-ducción homogénea para todos los deciles de ingreso, con un efecto sustitu-ción del 22% (el máximo hallado para el decil 1 en los cálculos de la sección3). Finalmente, las columnas VI y VII agregan ambos efectos, el incrementoen ingresos nominales y la caída en bienestar, computada como la variación

104 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

EL EFECTO DE LA CRISIS EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES 105

CUADRO 3.8EL EFECTO DE LA CRISIS EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES

Quintiles Incremento Variación compensatoria Efecto total en(ordenados en el ingreso el bienestarpor ingreso total familiar Sin efecto Con efecto

total a mediados sustitución sustituciónfamiliar) de 2005

I II III IV V VI VII

1 51,0 75,6 64,4 59,0 -13,5 -8,1

2 48,8 73,6 62,5 57,4 -13,7 -8,6

3 41,5 71,8 64,8 56,0 -23,4 -14,6

4 37,7 70,8 65,5 55,2 -27,9 -17,6

5 29,3 68,2 67,0 53,2 -37,7 -23,9

Promedio 41,6 72,0 64,8 56,2 -23,2 -14,6

Fuente: elaboración propia.

GRÁFICO 3.16ÍNDICES DE BIENESTAR (SEN, 1985:100)

Y DE DESIGUALDAD (GINI)

Fuente: elaboración propia.

70

75

80

85

90

95

100

105

110

115

120

1985

1986

1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

IV T

rim 2

003

IV T

rim 2

004

SEN

0,38

0,40

0,42

0,44

0,46

0,48

0,50

0,52

0,54

GIN

I

SEN

GINI

IV tr

im.

IV tr

im.

GINI

compensatoria con efecto sustitución. La columna VI puede ser entendidacomo un límite máximo en la pérdida de bienestar de los hogares, lo que in-dica que en promedio los hogares no pueden haber tenido una pérdida debienestar mayor al 23% desde la salida de la crisis hasta mediados del 2005.Es interesante notar que en el quintil más pobre, donde la estimación presen-tada debería acercarse bastante al verdadero efecto de pérdida de bienestar,se encuentra un efecto final de entre el 8 y el 14%. Si bien los resultados su-gieren un efecto progresivo de la crisis, en el sentido de haber golpeado másfuerte a los hogares más ricos, esto no es correcto, en tanto que no se hacomputado el efecto sustitución intracategoría para los bienes no alimenti-cios, que tienen una alta participación en el gasto de los hogares. De todosmodos, aun computando este efecto es probable que estos hogares todavíatengan pérdidas de bienestar mayores al primer quintil.11

3.6. CONCLUSIONES

En este capítulo se intentó cuantificar el efecto de la crisis en el bienestarde los hogares. La tarea no es fácil dado que no se cuenta con la informaciónnecesaria para tal cálculo, en particular no se cuenta con información desa-gregada y longitudinal para los ingresos de los hogares.

El efecto total se puede separar en dos componentes. El efecto negativoque el incremento de los precios desde la salida de la convertibilidad ha teni-do en el bienestar de los hogares y la recomposición de ingresos desde finesde 2003.

El efecto precio de la crisis es captado en rasgos generales por el Índice dePrecios al Consumidor, nivel general, que calcula el INDEC. Este índice acu-mula un incremento a septiembre de 2005 de casi el 70%. Como el índice res-ponde a un consumo tipo, no necesariamente refleja los consumos de una fa-milia en particular. Como primer paso se computó un índice de precios a nivelfamiliar teniendo en cuenta su estructura de consumo según la última informa-ción disponible. Esto muestra que el efecto ha sido heterogéneo, con un impac-to mayor en los hogares más pobres, que tienen consumos más sesgados haciaalimentos, que han sufrido un incremento de precio por encima del IPC nivelgeneral. De esta forma, los hogares de los dos deciles más pobres sufrieronuna pérdida de bienestar 15% mayor a los dos deciles más ricos.

Un problema con los índices de precios es que no tienen en cuenta larespuesta de los hogares ante cambios en precios relativos. Los hogarespueden amortiguar el efecto sustituyendo consumo desde los productos quehan incrementado su precio relativo hacia aquellos que no lo han hecho. Elcambio de precios relativos desde la salida de la convertibilidad ha sidomuy grande, por ejemplo la adquisición de vehículos acumula un incremen-

106 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

to cercano al 160%, mientras que el transporte en ómnibus no ha registradoincremento alguno, y el transporte público de pasajeros en general registrótan sólo un incremento acumulado del 9% (esto representa un cambio en elprecio relativo de adquisición de vehículos respecto a transporte público delorden del 151%).

Los índices de precios, por lo tanto, sobreestiman el efecto de la crisis enel bienestar de los hogares, representando un límite máximo. Una mejoraproximación del efecto en el bienestar surge de incluir el efecto sustituciónde los hogares, teniendo en cuenta las elasticidades precio de los distintosproductos consumidos. El núcleo de este trabajo es precisamente construiruna mejor medida del efecto de los precios en el bienestar de los hogares.Para ello se procedió a la estimación de elasticidades precio (propias y cru-zadas) para varias categorías de producto y se recalculó la variación com-pensatoria incluyendo el efecto sustitución. Es verdad que este análisis des-cansa en las elasticidades computadas con información precrisis, y que laeconomía sufrió cambios tan grandes que se podrían haber registrado cam-bios estructurales en los sistemas de demandas, pero es lo que la informacióndisponible permite hacer. Los resultados muestran que efectivamente los ín-dices de precios sobreestiman los efectos en el bienestar de los hogares. Es-te efecto es importante. Para los hogares más pobres, donde la medición esmás exacta, los hogares lograron amortiguar el efecto de los incrementos delos precios en el orden del 15 al 20%, lo que representa casi 18 puntos de in-flación. Si bien 18 puntos de inflación sobre una inflación general del ordendel 70% parece un efecto menor, en realidad es un efecto muy grande cuan-do se tiene en cuenta que la categoría con menos inflación (de las veintisieteanalizadas) registró un cambio del 56%, lo que da un mínimo de pérdida debienestar. Los hogares más pobres lograron reducir en 18 puntos la pérdidade bienestar de un máximo posible de reducción de pérdida de bienestar de25 puntos, logrado si hubiesen sustituido todo su consumo hacia productosde panificación (el que menor incremento acumulado registró de todos losproductos analizados). Con la información disponible resulta más difícilcomputar el efecto sustitución para los hogares más ricos, ya que no se cuen-ta con información desagregada para la categoría de productos no alimenta-rios, que son los que estos hogares consumen mayormente. De todos modosen este trabajo se muestra el efecto sustitución para todos los deciles de in-gresos, aunque las conclusiones son más robustas en los resultados para losdeciles más pobres.

El efecto final en el bienestar de los hogares incluye, además del efectodel incremento de los precios, el incremento en los salarios nominales que, sibien no han acompañado a la inflación estrictamente, se han incrementadoen especial en los últimos meses, lo que ha llevado a que el efecto de bienes-tar no sea tan negativo. La restitución de ingresos nominales ha sido mayor

EL EFECTO DE LA CRISIS EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES 107

para los hogares más pobres, y en particular para los hogares localizados enel interior del país. En forma conjunta, a mediados de 2005 la inflación, elefecto amortiguamiento por la sustitución y la recomposición de ingresos tie-nen, en conjunto, un efecto negativo en los hogares, lo que indica que los ho-gares todavía no han logrado reponerse, en términos de bienestar, de la crisisocurrida hace ya casi cuatro años. Para los hogares más pobres, ubicados enel primer quintil de la distribución del ingreso, el efecto negativo de la crisisen el bienestar de los hogares se ubica entre el 8 y el 14%, sensiblementemás bajo que el incremento de precios para este grupo de hogares, que fuedel 75,6%. En definitiva, los hogares todavía se encuentran, a 2005, en nive-les de bienestar menores a los precrisis, resultado consistente con los altosniveles de pobreza. Sin embargo, la recomposición de ingresos ha sido másfuerte en los hogares más pobres, lo que permite cierta mejora en la distribu-ción del ingreso que, actualmente, se encuentra a niveles más equitativos quelos observados a fines de 2001. En otras palabras, los hogares son en prome-dio más pobres pero la distribución es más equitativa (hechos reflejados enlos mayores niveles de pobreza agregados, menor PBI per cápita en dólares,y menor coeficiente de Gini).

NOTAS

1. Este capítulo fue elaborado por Sebastián Auguste.2. Ante shocks individuales, los hogares suelen tener más opciones para adelan-

tar consumo, tales como créditos informales (Urdí, 1994) y el uso de bienes durables(Rosenzweig y Wolpin, 1993).

3. Algunas crisis recientes que han sido estudiadas son: Indonesia (Frankenberg,et al. (2003), Thomas et al. (1999) y Strauss et al. (2004); Rusia (Skoufias, 2003);México (McKenzie, 2003), Cunningham y Maloney (2000) y Neri y Thomas, 2000);Perú (Schady, 2002), Colombia (Gaviria, 2000).

4. Aún no está disponible la nueva encuesta que se está relevando este año; perode todos modos, en tanto que no se encuesta al mismo hogar, la inferencia del efectode la crisis se vuelve compleja y dependerá de los supuestos que se hagan para com-parar hogares con características similares entre una y otra encuesta.

5. A partir de noviembre de 2005, el INDEC inició la difusión mensual del ÍndiceNacional de Precios al Consumidor, que permitirá realizar un mejor cálculo del efec-to de la inflación con representatividad a nivel nacional. Las provincias que partici-pan hasta el momento en el relevamiento son: Buenos Aires, Catamarca, Córdoba,Mendoza, San Luis, Santa Fe y Tucumán. En conjunto representan el 83,1% del con-sumo total estimado a partir de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares de losaños 1996-1997.

6. Se siguió la metodología propuesta por Friedman y Levinsohn (2002) de tomarel costo imputado a la vivienda para aquellos hogares que poseen propiedad como ungasto negativo, así como el flujo o venta de bienes durables y semidurables.

108 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

7. De todos modos, como se analiza el impacto distributivo (por deciles de ingre-sos) lo importante es que la estructura relativa de consumo entre hogares ricos y po-bres no haya cambiado en gran medida.

8. El índice computa la media geométrica para cada categoría de bienes de acuerdocon información de ventas en hipermercados, supermercados, autoservicios y almace-nes a nivel nacional, y luego lo agrega con ponderadores fijos, que tienen en cuenta laimportancia relativa de cada categoría en el consumo de la población en un período.Los productos de alimentos y bebidas constituyen el grupo con mayor ponderación(78,11%) seguido por cosméticos (12,57%) y artículos de limpieza.

9. Las elasticidades precio para la categoría de bienes non-food pueden ser obte-nidas (a pesar de no contar con precios unitarios) utilizando la condición agregada deCournot para demandas compensadas:

10. Sin embargo, la EPH mantiene a los hogares encuestados por un período (unaño), y como cada hogar tiene un único código identificatorio, se pueden armar pane-les cortos para ver qué sucede en ese período. Lamentablemente no se contó para estetrabajo con información respecto al “empalme” de los códigos identificatorios de loshogares, ya que con el cambio de metodología de la EPH también se cambiaron loscódigos, con lo cual tampoco se pueden armar pseudopaneles largos (reemplazando alos hogares que dejan de encuestarse con nuevos hogares con características simila-res).

11. Un factor que puede haber contribuido al rezago en la recuperación cíclica deingresos de la población en general, y del último quintil en particular, es el aumentoobservado en la tasa de informalidad y la fuerte caída de los ingresos reales de los in-formales (25% a septiembre de 2005) desde la devaluación. La proporción de asala-riados informales creció durante la depresión desde poco más de 42% en 1997 a 45%en 2002 (50% si se incorpora la población ocupada en planes de empleo). La propor-ción de informales está negativamente asociada con los ingresos individuales o percápita familiares (véase FIEL, 2000, cuadro 5.2). Por otra parte, es probable que unaumento de la tasa de informalidad se asocie con una menor tasa promedio de creci-miento real de los ingresos (por menor productividad), y con fenómenos de histéresisde la pobreza.

EL EFECTO DE LA CRISIS EN EL BIENESTAR DE LOS HOGARES 109

4.1. INTRODUCCIÓN

El acceso a la vivienda propia ha sido un problema y una preocupaciónde las políticas públicas en los países en desarrollo a lo largo de su historia.Los problemas de distribución del ingreso, el insuficiente desarrollo del mer-cado de crédito y los costos de construcción limitan el acceso amplio de lapoblación a la vivienda propia. Este problema también atañe a la poblaciónde menores ingresos en los países más avanzados. Por ejemplo, en los no-venta, Estados Unidos puso en marcha un programa para expandir la propie-dad de la vivienda, lo que generó una discusión paralela sobre las razones dela aparente renuencia de las familias más pobres a ser propietarios y la formaen que se mide la capacidad de compra de la propiedad.2

En los últimos años de la década de 1990 se ha observado un auge inmo-biliario en las grandes ciudades del mundo, que comenzó por los países másavanzados y se extendió a los países en desarrollo, incluyendo a la ciudad deBuenos Aires. Entre 2001 y 2004 los precios de las viviendas crecieron 68%en España; 48% en Francia; 31% en Canadá; 29% en Estados Unidos; 50%en el Reino Unido y 56% en Australia. En China (Shanghai) subieron 68% yen Sudáfrica, 95%. Este auge se vincula a la caída global de la tasa de inte-rés y del rendimiento de los activos financieros; a la liquidez internacional, yal atractivo del negocio hipotecario para los bancos.3 Aunque las nuevasconstrucciones se destinan al tramo de población de altos ingresos y a los in-versores extranjeros, no está claro en qué medida estos aumentos se filtran alresto del mercado, por aumento de costos locales o cambios en las caracte-rísticas de las viviendas ofrecidas.4

A pesar de la crisis profunda de la Argentina entre 2001 y 2002, la ciu-dad de Buenos Aires y la de Rosario fueron parte del auge inmobiliario in-ternacional.5 En parte, este crecimiento se debió a factores locales, como el

4. EL ACCESO A LA VIVIENDA PROPIA EN LA DÉCADA DEL 20001

mayor crecimiento económico, la ausencia de un mercado financiero o decapitales disponible para inversiones y los mayores excedentes agrícolas y,en parte, a la llegada de inversores extranjeros.6

En contraste con esta realidad, los sectores de ingresos medios no propie-tarios vieron desvanecerse su capacidad de pago por la vivienda y enfrentancon dificultades el acceso al crédito. Los sectores con menores niveles de in-greso siguen dependiendo de las políticas públicas de vivienda como meca-nismo de acceso a la propiedad.

En este capítulo se analizan las características de acceso a la propiedadde las familias, se estudia la evolución de su capacidad de compra en la his-toria reciente y luego de la crisis 2001-2002, y se sintetizan algunas políticaspara la atención de los problemas detectados.

4.2. LA SITUACIÓN HABITACIONAL Y DE ACCESO A LA VIVIENDA

Propiedad versus alquiler

Tomando en cuenta las decisiones de las familias, la descripción econó-mica del mercado de la vivienda es la siguiente: las familias demandan “ser-vicios de la vivienda” y enfrentan una oferta de crecimiento lento (relativa-mente inelástica). El precio por estos servicios (medido generalmente por eluser cost (equivalente a los costos de mantenimiento y amortización de la vi-vienda) se traduce en el incentivo a producir nuevas unidades de stock de vi-vienda, cuyo precio por metro cuadrado es el precio de la vivienda como ac-tivo. La evolución de la oferta de vivienda nueva depende de los costosoperativos de la construcción y del costo de oportunidad de los fondos, in-cluyendo un premio al riesgo por la inversión específica. Desde el punto devista de la demanda, si los mercados de capital fueran perfectos y no existie-ran distorsiones impositivas, el user cost sería tal que las familias podríanelegir alquilar o ser propietarias indistintamente en el margen. Para conver-tirse en propietarias, en general, se requerirá un pago inicial significativo, loque implica que la compra de una vivienda dependa de decisiones previas deahorro de las familias, introduciendo la escala intertemporal y la asociaciónentre la decisión de comprar una vivienda y la disponibilidad de crédito hi-potecario. Tanto en lo que se refiere al precio del activo vivienda como alpatrón de ahorro, los períodos de inflación prolongada han mostrado efectossignificativos sobre el mercado.

En el caso de nuestro país, al igual que en la experiencia internacional,la demanda se caracteriza por una elasticidad-ingreso baja en el corto plazo.En el largo plazo, cuando desaparecen los obstáculos para la realización delos planes de las familias, la demanda se torna elástica al ingreso. La de-

112 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

manda por servicios de vivienda es también relativamente inelástica al pre-cio. 7

La Argentina se caracteriza por tener un muy alto porcentaje de familiaspropietarias de la vivienda. En efecto, la conformación del mercado por “ser-vicios de la vivienda” se ha centrado en la demanda por vivienda propia porencima del contrato de alquiler.

En el cuadro 4.1 se ve una evolución de la estructura de tenencia de la vi-vienda (no deficitaria) según los censos de población y vivienda de la Argen-tina entre 1960 y el 2001.

En 1980, el 75% de la población urbana que habitaba una vivienda encondiciones adecuadas era también su propietaria y sólo el 12% revestía lacondición de inquilino. En 1991 ese porcentaje había descendido al 72% pa-ra volver a escalar hasta el 77% en el 2001. Esta participación de propieta-rios es mayor en el caso de las casas que de los departamentos, que en las

EL ACCESO A LA VIVIENDA PROPIA EN LA DÉCADA DEL 2000 113

CUADRO 4.1EVOLUCIÓN INTERCENSAL DEL STOCK DE VIVIENDAS

POR TIPO DE TENENCIA2001-1960

PORCENTAJE DEL TOTAL Y CRECIMIENTO PROMEDIO ANUAL

Tipo de tenencia Departamentos y casas* Variación % media anual

1960 1980 1991 2001 1980/ 1991/ 2001/ 1960 1980 1991

Propietario 2.243.657 3.770.738 4.674.211 6.047.365 2,63 2,17 2,61

Inquilino 1.086.633 787.117 854.421 954.487 -1,60 0,82 1,11

Ocupante 166.275 459.341 638.602 649.316 5,21 3,35 0,17

Resto 230.823 37.828 345.012 216.408 -8,65 24,74 -4,56

Total 3.727.388 5.055.024 6.512.246 7.867.576 1,54 2,57 1,91

Propietario 60,19 74,59 71,78 76,86 2,63 2,17 2,61

Inquilino 29,15 15,57 13,12 12,13 -1,60 0,82 1,11

Ocupante 4,46 9,09 9,81 8,25 5,21 3,35 0,17

Resto 6,19 0,75 5,30 2,75 -8,65 24,74 -4,56

Total 100 100 100 100 1,54 2,57 1,91

Nota: *. Corresponde a casas tipo A. Según Censo Población y Vivienda. INDEC2001; 1991 y 1980.Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.

grandes ciudades de la Argentina han constituido un activo de diversifica-ción de cartera para inversores pequeños y, por lo tanto, constituyen mayor-mente el mercado de alquiler8 (véase cuadro A.4.1 en Anexo).

Debe hacerse notar que la modalidad de propiedad de la vivienda es muyvariable entre países y se vincula a un complejo conjunto de factores que ex-ceden los exclusivamente económicos. Así, en 1986 España era uno de lospaíses europeos que exhibía una proporción de vivienda propia semejante ala Argentina, mientras que en Francia e Italia la participación era en tornodel 50% y en Alemania, del 40%. En la actualidad, Francia elevó su porcen-taje al 56% (semejante a Holanda y Austria), y España subió al 84%. En lospaíses de tradición anglosajona, Gran Bretaña y Estados Unidos, el porcen-taje también es alto y ronda el 70%.9

En el caso de América latina, un estudio reciente del Banco Interamerica-no de Desarrollo10 señala que las tasas de propiedad han aumentado conside-rablemente con el paso del tiempo; que en la actualidad dos de cada tres fa-milias son propietarias de su vivienda, y que esta situación no difiere en elcaso de familias pobres o de mayores recursos, a pesar del desarrollo insufi-ciente de los mercados hipotecarios. En las grandes urbes de América latina(Ciudad de México, Santiago, Río de Janeiro, Medellín, Buenos Aires) lastasas de propiedad de la vivienda van de un 63 a un 72%, cuando a mediadosde siglo no excedían el 30%.

La modalidad de la demanda responde a aspectos económicos y socialesque han ido evolucionando lentamente, destacándose algunos elementos ins-titucionales que revisten importancia para nuestro análisis, como la impor-tancia de la propiedad de la vivienda como forma de ahorro de las familias,la seguridad de los derechos de propiedad y el acceso al financiamiento hi-potecario.

En primer lugar, la vivienda constituye tradicionalmente la forma de aho-rro más importante de los hogares argentinos, y su monto refleja las caracte-rísticas de preferencias e ingreso de las familias, pero también el uso de lapropiedad como reserva de valor, y por lo tanto, no es independiente de laevolución de los precios de otros activos que, en el corto o mediano plazo,compiten en la captación de ahorros familiares (moneda extranjera, depósi-tos bancarios, etc.). Este comportamiento se forjó a lo largo del tiempo en elmarco de una economía con alta inflación y grandes variaciones de preciosrelativos, y no exhibió reversiones importantes en los noventa, mientras elclima macroeconómico fue más ordenado.

En segundo lugar, la protección del derecho de propiedad sobre las vi-viendas es un valor tradicional de la organización social argentina. Este de-recho se vio alterado sólo en el mercado de viviendas para alquiler, dondehasta poco antes de los años setenta rigió una regulación de alquileres que li-mitó severamente el funcionamiento del mercado, estableciendo topes para

114 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

los precios y limitaciones para los desalojos. Esta regulación determinó unasubinversión en vivienda de alquiler (como ocurrió también en numerosasexperiencias internacionales) y un desarrollo limitado del mercado de alqui-leres. Controles de precios posteriores alcanzaron o amenazaron el mercadode locación hasta mediados de los ochenta. A pesar de la liberación del mer-cado, el crecimiento de la oferta de propiedades de alquiler continuó siendolento hasta muy recientemente.

Durante la crisis del 2001-2002, en el marco de la alta valoración socialde la vivienda, las soluciones de emergencia para los contratos de crédito hi-potecario dieron prioridad a resolver los problemas de corto plazo, aseguran-do la continuidad de las familias en la vivienda adquirida, más allá de lasconsideraciones de largo plazo sobre la preservación del contrato hipotecariocomo instrumento de acceso a la vivienda para el conjunto de la sociedad.

En tercer lugar, el acceso al financiamiento, si bien con una coberturaparcial, estuvo ligado a la estructura e importancia de los subsidios públicospara la vivienda y al desarrollo del mercado financiero, que fue muy disparentre los ochenta, los noventa y recientemente.

Durante la década del ochenta, el financiamiento de la vivienda fue prin-cipalmente a través de la banca pública, dada la casi inexistencia de présta-mos hipotecarios de entidades privadas. En cambio, durante la década delnoventa, el financiamiento de la vivienda fue uno de los principales negociosde la banca privada junto con el crédito a las familias (créditos personales),y su crecimiento generó sucesivas rondas de profundización y diversifica-ción del mercado. Este mercado fue uno de los últimos en entrar en crisis,exhibiendo la solidez de su organización. A diferencia de lo que había ocu-rrido durante la década pasada, esta vez fue la inestabilidad macroeconómi-ca la que prácticamente liquidó el mercado financiero especializado en vi-vienda. Durante el año 2002, la recuperación del financiamiento hipotecariose vio demorada por la grave situación de inestabilidad jurídica de esos con-tratos (suspensión de las ejecuciones hipotecarias) y por el cambio unilateralen la denominación monetaria de los contratos, “pesificación”.

Conformación del stock y proceso de filtración

El mercado de la vivienda se puede describir como una serie de submer-cados diferenciados por la calidad de las unidades. El alquiler o la renta im-putada en el caso del propietario depende de la calidad de la vivienda (bajacuando ésta baja). Cada propietario elije en qué submercado se ubicará cuan-do aplica a su propiedad un flujo de mantenimiento, renovación y repara-ción. El simple paso del tiempo impone una tendencia de filtración negativao “hacia abajo”. En períodos de rápido aumento del precio de la vivienda,suelen ocurrir filtraciones “hacia arriba” por recuperación de propiedades

EL ACCESO A LA VIVIENDA PROPIA EN LA DÉCADA DEL 2000 115

“viejas”. En esos períodos, el efecto de filtración de propiedades hacia unsubmercado de mayor renta, puede exacerbar el problema de capacidad decompra de las familias pobres.

Los datos recogidos de la información censal de vivienda indican queentre los años que mediaron entre los censos ocurrió una mejora en la cali-dad de la vivienda. Un indicador básico, tal como el porcentaje de casas demejor calidad (denominadas tipo A), ha mostrado un ascenso de casi 9 pun-tos porcentuales en la participación. En el 2001 este tipo de casas represen-taron el 62% de la viviendas, con un stock creciente, lo que muestra el fenó-meno de la filtración “hacia arriba”, especialmente desde 1991. Una

116 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

CUADRO 4.2CALIDAD DE LA VIVIENDA OCUPADA EN LA ARGENTINA

1980 1991 2001

Total de viviendas ocupadas 7.103.853 8.515.461 9.712.661

Calidad de la viviendaTipo de vivienda

Total de casas 69% 72% 78%Casas tipo A 53% 56% 62%Casas tipo B 16% 17% 15%

Rancho o casilla 12% 7% 5%Departamento 18% 18% 16%Otros 1% 3% 1%

Material predominante en la construcciónPisos

Mosaico o madera 68,6% 70,1% 73,3%Cemento o ladrillo 21,2% 21,2% 22,1%Tierra 8,8% 5,4% 4,1%Otros 1,4% 3,3% 0,6%

Conexión a la redDe agua 61% 70% 85%De electricidad 87% 93% 96%

Nota: Casa tipo A hace referencia a las de mejor calidad. Las casas tipo B hace refe-rencia a todas las que cumplen por lo menos con una de las siguientes condiciones:tienen piso de tierra o ladrillo suelto u otro material (no tienen piso de cerámica, bal-dosa, mosaico, mármol, madera o alfombrado, cemento o ladrillo fijo) o no tienenprovisión de agua por cañería dentro de la vivienda o no disponen de inodoro condescarga de agua. Fuente: Censos de Población y Vivienda de los años respectivos. INDEC.

situación similar presentaban los ranchos o casillas que sólo representaronen el último censo el 5% del acervo de viviendas frente a un porcentaje del12% en 1981. Los materiales predominantes del piso también evidencian es-ta mejora en la calidad de las viviendas al igual que las conexiones a la redde agua corriente y de gas.

4.3. EVIDENCIA SOBRE LAS CONDICIONES ACTUALES DE ACCESO A LA VIVIENDA

Cuando se hace referencia a la capacidad de compra de una vivienda porparte de las familias, por detrás de esta discusión está el problema de la po-breza y/o de la distribución del ingreso. Por razones sociales y económicas,el objetivo de la vivienda digna tiene un lugar destacado entre las políticassociales y se reconoce que la vivienda adecuada brinda un conjunto de servi-cios que exceden el del bienestar de la propia familia y se traducen en venta-jas sociales (externalidades positivas). Los menores gastos en salud, mejoresresultados educativos, menores costos de contención social y del delito, en-tre otros, son algunas de estas ventajas. La propiedad de una vivienda ade-cuada suma, además, nuevos incentivos al ahorro familiar y, por ende, al cre-cimiento económico.

Un enfoque más restrictivo, mejor adaptado para evaluar las distorsionesque pueden presentarse en la evolución de la capacidad de pago de las fami-lias, en cambio, es el que hace referencia solamente a la relación entre el pre-cio de la vivienda y su costo de producción. Desde ese punto de vista, unacrisis de capacidad de compra significa que el precio de la vivienda crecepor encima de su costo de producción, en forma más o menos persistente de-bido a otros factores (como las regulaciones de edificación zonales o la espe-culación inmobiliaria). Bajo este enfoque, si no existen estas distorsionespermanentes entre precio y costo, el problema de capacidad de pago de la vi-vienda es, en rigor, uno de capacidad de ahorro y acceso al crédito de lossectores de menores recursos. Por lo tanto, las políticas aplicables no se vin-culan a la ampliación de la oferta sino a la solución de la deficiencia de lademanda.11

Un índice muy difundido de la capacidad de compra de vivienda por lasfamilias se construye relacionando el ingreso de las familias que les permitecalificar para una hipoteca con el valor de una vivienda. Para establecer lacomparación en el tiempo se parte de asignar un valor igual a 100 a la “me-diana” del ingreso familiar poblacional que califica para comprar la “media-na” del valor de la vivienda del mercado.12 Debido a la variabilidad relativamayor de las tasas de interés con respecto al ingreso o al precio de la propie-dad, este índice está dominado por los cambios en esa tasa y ofrece informa-

EL ACCESO A LA VIVIENDA PROPIA EN LA DÉCADA DEL 2000 117

ción limitada.13 Varios aspectos han sido observados respecto de la construc-ción de este índice: 1) se calcula con ingresos de todas las familias, propieta-rias y no propietarias, por lo que no mide la capacidad de compra de un en-trante al mercado de la vivienda; 2) supone una familia de determinadotamaño, lo que sesga el indicador dado el cambio demográfico que ocurre enlas sociedades; 3) se estima en relación con un precio mediano de la vivien-da, reflejando un esfuerzo necesario elevado para acceder en los casos de en-trantes al mercado, dada la tendencia a comprar viviendas más económicas;4) se calcula para todas las regiones geográficas sin considerar diferencias enlos ingresos y en los costos de construcción, y 5) el índice no tiene en cuentala necesidad de ahorro previo para acceder a los préstamos hipotecarios.14

En la Argentina, por su parte, ha sido usual medir el salario medio de las fa-milias en términos del poder de compra en metros cuadrados de vivienda.15

A nuestro fines, cabe señalar que la mayor falencia de estos índices radi-ca en que no reconocen la importancia del pago del anticipo que deben hacerlas familias cuando acceden a una hipoteca. En nuestro país ese pago está entorno del 25-30% del valor de la propiedad, indicando la relevancia del aná-lisis de la capacidad de ahorro de las familias.

Para evaluar la situación de la capacidad de pago de la vivienda en la Ar-gentina se puede comenzar, precisamente, por el análisis del ahorro previo.

118 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

GRÁFICO 4.1METROS CUADRADOS QUE PUEDE AHORRAR UNA FAMILIA

POR DECIL DE INGRESOS

Fuente: elaboración propia en base a la ENGH, EPH e Inmobiliaria Toribio Achával.

-4

-2

0

2

4

6

8

10

12

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Promedio

Met

ros

cuad

rado

s

1985-1986 1996-1997 2003-2004

Para ello, se ha estimado en base a distintas fuentes la capacidad de ahorrode las familias por grupos de ingresos (deciles). Considerando distintos pre-cios del metro cuadrado, según la demanda del decil correspondiente, se ex-presa la capacidad de ahorro por decil en metros cuadrados para los años1985-1986, 1996-1997 y 2003-200416 (véase gráfico 4.1).

Este indicador muestra una mejora sustancial en los años noventa respec-to del período previo de la década del ochenta. Incluso esta mejora es másimportante en los deciles inferiores de ingreso que han visto aumentar su ca-pacidad de ahorro en términos de metros cuadrados de una vivienda duranteel período 1996-1997. Por ejemplo, para el tercer decil de ingresos ha signi-ficado quintuplicar su capacidad de ahorro en vivienda, mientras que para eldecil más alto ha implicado aumentar un 40% la medida de metros cuadra-dos de ahorro por año (estimado en 10,6 metros). El cambio en los primerosdeciles ha sido consecuencia de ingresos reales relativamente elevados y unamayor tasa de ahorro. En el ejercicio simulado para el período poscrisis, es-to es 2003-2004, se ha supuesto una tasa de ahorro similar a la de mediadosde los noventa pero aun así, la reducción de los ingresos reales y el manteni-miento de los precios de la vivienda han hecho declinar en forma abrupta lacapacidad de compra: una familia en el tercer decil necesita veintiún añospara cubrir el 30% que le requeriría un préstamo hipotecario, mientras que a

EL ACCESO A LA VIVIENDA PROPIA EN LA DÉCADA DEL 2000 119

CUADRO 4.3CANTIDAD DE HOGARES SEGÚN SU COMPOSICIÓN

1980 1991 2001

Hogares 7.103.853 8.927.289 10.073.625

Tamaño promedio del hogar (personas) 3,86 3,61 3,57

Unipersonales 10,4% 13,2% 14,9%

Dos personas 18,8% 20,4% 20,3%

Tres personas 18,8% 18,4% 18,5%

Cuatro personas 20,3% 19,1% 18,7%

Cinco personas 13,8% 13,4% 12,5%

Seis personas 8,0% 8,5% 7,0%

Siete personas 4,9% 3,1% 4,0%

Ocho personas 1,9% 1,8% 1,7%

Nueve personas 1,2% 1,0% 1,0%

Diez personas y más 2,0% 1,2% 1,3%

Fuente: Censos de Población y Vivienda de los años respectivos, INDEC.

mediados de la década pasada le requería un poco más de seis años. La situa-ción para las familias ubicadas en este decil es similar a la de los ochenta yhan visto empeorada su situación los hogares ubicados a partir del quinto de-cil comparado con veinte años atrás.

Otro aspecto relevante son los cambios demográficos y de estructura fa-miliar que indican diferencias entre los hogares unipersonales, los nuevoshogares que deben acceder por primera vez a la propiedad, el aumento de losdivorcios o los cambios en la pirámide de edad de la sociedad. Estas caracte-rísticas diferenciales modifican la demanda de acceso a la propiedad de la vi-vienda a lo largo del tiempo.

Por ejemplo, puede observarse una tendencia demográfica también regis-trada en otros países respecto del tipo y composición de los hogares. Enefecto, entre censos el tamaño promedio del hogar argentino se ha reducidoy ha ganado participación el número de hogares unipersonales, representan-do en el 2001 el 15% del total.

El aumento de los hogares unipersonales tiene un importante efecto sobrela demanda de vivienda, dado que, en promedio, la tasa de propiedad (hoga-res propietarios en relación con el total de hogares) es diez puntos inferior

120 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

GRÁFICO 4.2TASA DE PROPIEDAD SEGÚN TIPO DE HOGAR: AÑO 2004

Notas: 1. Incluye casados y en unión de hecho. 2. Incluye separados, viudos y solteros.3. Incluye solteros, separados y viudos sin hijos. Fuente: elaboración propia en base a la EPH del período correspondiente.

0,1

0,2

0,3

0,4

0,5

0,6

0,7

0,8

0,9

1

20-2

4

25-2

9

30-3

4

35-3

9

40-4

4

45-4

9

50-5

4

55-5

9

60-6

4

65-6

9

70-7

4

75-7

9

80+

Casado con hijos (1) Casado sin hijos (1) Separados con hijos (2) Solteros sin hijos (3Casado con hijos1 Casado sin hijos1 Separado con hijos2 Solteros sin hijos3

para las personas solteras (que incluye divorciadas y viudas) sin hijos. El ta-maño del hogar tiende también a determinar la demanda de propiedad de vi-vienda, dado que el advenimiento de los hijos aumenta la tasa de propieta-rios. Nótese también que la estructura etaria tiene un notable efecto sobre latasa de propiedad.

El impacto de la crisis

Como punto de partida del análisis en esta subsección, es convenientereseñar algunas características de mercado hasta la crisis. En el período1993-2000 la inversión en vivienda explicaba el 47% de la inversión enconstrucciones, constituyendo un mercado estimado de US$ 14.500 millo-nes anuales en promedio. Un cálculo aproximado indica que entre un 15 yun 17%17 de ese valor era financiado con crédito hipotecario. En ese perío-do el gasto social en vivienda se fue reduciendo del 0,5% del PBI (US$ 900millones) al inicio de los noventa hasta menos del 0,4% (US$ 1.100) a finesde la década.18

La estabilización macroeconómica había permitido el despegue del mer-cado de crédito para la vivienda, cuyo volumen creció al 12% real anual. Lossaldos de créditos treparon de un promedio de US$ 2.000 millones en losochenta a US$ 8.000 millones en los noventa y de representar el 1% del PBI,pasaron al 3%. Las tasas de interés bajaron hasta alinearse con el 11% anualen dólares, los contratos se denominaron mayormente en esa moneda; losLTV19 oscilaron entre el 70 y el 80%, y los plazos se extendieron a diez añoso más. El mercado de crédito hipotecario se amplió como consecuencia delaumento previo de los depósitos bancarios y fue afectado negativamente,aunque en forma modesta, por el riesgo macroeconómico, que fue creciendoa lo largo de la década. Como instrumento de aplicación dentro de la carterade los bancos, la hipoteca mostró un bajo riesgo financiero y una elevada ca-pacidad de diversificación del riesgo de portafolio, que compensaron su ren-dimiento promedio más bajo. De hecho, la hipoteca fue el único instrumentoque no sufrió el crowding-out de la competencia con los préstamos al sectorpúblico. La demanda por crédito hipotecario respondió con una baja elastici-dad (negativa) a la tasa de interés y resultó relativamente elástica al ingreso.El crecimiento de la tasa de desempleo y, sobre todo, el precio real de la pro-piedad operaron reduciendo la demanda en el período.20

Algunos operadores del mercado señalan una atención más pobre en losmercados de vivienda del interior del país, donde se mantuvo la importanciadel crédito “menos formal” de las escribanías que cubrían el financiamientode los LTV más bajos o del mantenimiento de la vivienda.

El desarrollo del mercado fue interrumpido por una severísima crisis ma-croeconómica en el 2001. La ruptura de los contratos hipotecarios que invo-

EL ACCESO A LA VIVIENDA PROPIA EN LA DÉCADA DEL 2000 121

lucró la pesificación al nivel previo a la devaluación, benefició a los deudo-res indiscriminadamente, produciendo una transferencia de ingresos desdelos acreedores, depositantes en los bancos, inversores de riesgo de los fidei-comisos, acreedores hipotecarios de diverso grado de formalidad en el mer-cado de las hipotecas de escribanía y el Estado. Como ya se mencionó, lasuspensión de las ejecuciones, a su vez, eliminó transitoriamente la posibili-dad de los bancos y acreedores privados de recupero del crédito.

Desde fines del 2002, la economía argentina ha transitado un sendero derecuperación económica que incluye una reactivación del mercado de vivien-da. Esta reactivación ha asumido formas particulares como resultado de larecomposición de los mercados de activos en el corto plazo, influidos por elefecto de la devaluación y por la forma en que se fueron restaurando las re-laciones contractuales en la economía.

Para las familias propietarias de ingresos medios y bajos, la vivienda re-presenta una parte sustancial o la única de sus ahorros. Por lo tanto, el dete-rioro de la vivienda propia refleja una forma oculta de consumo de su rique-za neta familiar que tiene implicancias en las consideraciones sobre elahorro.

Un efecto de la crisis es la dificultad para financiar el principal activo delos hogares, lo que debería haber afectado principalmente a los compradoresentrantes, es decir, a los más jóvenes. El ahorro a lo largo de la vida activa

122 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

GRÁFICO 4.3TASA DE PROPIEDAD POR RANGO DE EDADES:

TOTAL DE AGLOMERADOS URBANOS

Fuente: elaboración propia en base a la EPH del período correspondiente.

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-64 65-69 70-74 75-80 más de80

Rango de edades

1991 2001 2004

compensa, en parte, la falta de un sistema financiero de hipotecas por lo queeste efecto debería tender a desaparecer para edades maduras, es decir, afec-tar mayormente a las generaciones más jóvenes en el mercado laboral. Elmismo razonamiento puede aplicarse al período necesario para acumular elcapital inicial para financiar una hipoteca.

Si bien no existe evidencia concluyente acerca de cómo la crisis podríahaber demorado la adquisición de la vivienda de los hogares jóvenes, la in-formación estadística disponible permite hacer una primera aproximación altema.21 Una comparación entre los años 1991 y 2001 indica que para rangosde edades más bajos, especialmente entre los 25 y los 35 años, las tasas depropiedad resultan más bajas previo al surgimiento del mercado hipotecariode los noventa.

Resulta también dificultosa la comparación poscrisis, dado que entre am-bos períodos, 2001 y 2004, la metodología de la encuesta ha sido modifica-da. Sin embargo, aun cuando existe una diferencia sistemática en la tasa depropiedad para todos los rangos de edad, la tasa en el 2004 resulta inferior enmayor medida (entre 9 y 11 puntos porcentuales) en los rangos de edad men-cionados previamente frente al promedio de todos los rangos (que presentóuna tasa de propiedad inferior poscrisis de 6 puntos porcentuales).

4.4. EL ROL DEL AHORRO Y DEL CRÉDITO

A lo largo del tiempo el ahorro de las familias ha ido variando, respon-diendo a razones macroeconómicas, como la fase del ciclo de negocios, o arazones microeconómicas, como la amenaza de desempleo o los cambios enlas estructuras demográficas. En el cuadro 4.4 se muestran algunos indicado-res seleccionados que dan una idea de los incentivos financieros para el aho-rro de las familias y de los comportamientos de algunos agregados macroe-conómicos relacionados.

Como puede observarse en el cuadro 4.4, el período de la crisis estuvocaracterizado por una fuerte caída en los depósitos, fuga de capitales, shockinflacionario y tasas de interés reales negativas. La incertidumbre prevale-ciente en el 2002 se evidenció en la fuerte caída del consumo privado y delProducto (-14,4% y -10,9% respectivamente). En ese contexto, la demandapor vivienda se pulverizó, lo que se reflejó en una caída del 40% de los valo-res de metros cuadrados expresados en dólares (en parte atribuible al efectonegativo de la devaluación sobre el valor de los activos) y en una caída delas superficies comprometidas en permisos municipales.

A la salida de la crisis, en cambio, se vio un cambio sustantivo en la can-tidad de dinero en manos del público, como respuesta a la “desbancariza-ción” y al crecimiento de la economía informal. Los depósitos a plazo, que

EL ACCESO A LA VIVIENDA PROPIA EN LA DÉCADA DEL 2000 123

124 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANASC

UA

DR

O 4

.4A

GR

EG

AD

OS

MO

NE

TA

RIO

S E

IN

DIC

AD

OR

ES

FIN

AN

CIE

RO

S

Perío

dos

Sele

ccio

nado

s

Prom

edio

Pr

omed

ioPr

omed

ioPr

omed

io86

- 88

93 -

0093

- 98

99 -

0020

0120

0220

0320

04IT

.05

Bille

tes

y m

oned

as (%

del

PBI

) 2,

13

3,86

3,

77

4,14

3,

79

4,12

5,

36

6,23

7,

04

Depó

sito

s a

plaz

o (%

del

PBI

) 7,

72

12,8

3 11

,03

18,2

5 18

,28

10,2

3 10

,97

9,70

11

,02

Depó

sito

s to

tale

s (%

del

PBI

) 14

,83

21,7

7 19

,30

29,1

6 29

,43

22,9

6 22

,22

24,2

6 27

,12

Varia

ción

de

rese

rvas

inte

rnac

iona

les

(% d

el P

BI)

-0,0

7 0,

75

0,95

0,

13

-4,5

0 -4

,54

2,83

3,

51

3,45

Infla

ción

min

oris

ta (v

aria

ción

%)1

214,

81

1,42

2,

31

-1,2

7 -1

,54

40,6

9 2,

74

6,01

4,

03

Tasa

de

inte

rés

real

2-2

4,80

2,

13

1,41

4,

26

4,90

-2

1,33

-2

,08

-4,4

0 -1

1,52

Not

as:

1. C

orre

spon

de a

la v

aria

ción

dic

iem

bre/

dici

embr

e; I

T.0

5 co

rres

pond

e a

mar

zo 0

5/di

ciem

bre

04.

2. C

orre

spon

de a

la ta

sa d

e in

teré

s re

al p

ara

depó

sito

s en

caj

a de

aho

rro.

Fu

ente

: ela

bora

ción

pro

pia

en b

ase

a da

tos

BC

RA

e I

ND

EC

.

incluyen el ahorro de las familias, se mantienen muy bajos y hay un aumentode la inflación que mantiene negativa la tasa pasiva de interés real. Luego deuna recomposición de sus saldos en dólares (fuga de capitales), las familiascon capacidad de ahorro recompusieron sus carteras de activos y, parte delahorro se destinó a “propiedad”, aumentando los gastos de mantenimiento y,en los deciles más altos de ingresos, comprando nuevas propiedades. Un in-dicador del cambio de cartera hacia la vivienda se refleja en la fuerte cance-lación de créditos hipotecarios, que pasaron del 4% del PBI a menos del1,5% en el 2005, como resultado del incentivo creado por la licuación de pa-sivos. Si bien a las familias les hubiese convenido renegociar y mantener sushipotecas con los bancos, la gran mayoría prefirió cancelarlas bajo las nue-vas condiciones.

Pero, ¿quiénes y cómo accedían a la propiedad? En términos de lo que sevio en las secciones anteriores, la capacidad de compra de vivienda se vio al-terada, en primer lugar, por la evolución de los precios respecto de los cos-tos. En efecto, en el gráfico 4.4 se muestra la trayectoria de los precios dedepartamentos nuevos y usados (disponible hasta el 2000) y se ve que másallá de las fluctuaciones del ciclo, en promedio, los precios se han movido

EL ACCESO A LA VIVIENDA PROPIA EN LA DÉCADA DEL 2000 125

GRÁFICO 4.4CAPACIDAD DE COMPRA DE LA VIVIENDA

RELACIÓN PRECIO METROS CUADRADOS Y COSTO DE CONSTRUCCIÓNDEPARTAMENTOS NUEVOS Y USADOS ZONA NORTE Y SUR,

Y BARRIOS SELECCIONADOS

Nota: *. Datos a julio de 2005.Fuente: elaboración propia sobre información del mercado inmobiliario e INDEC.

40

60

80

100

120

140

160

180

200

1980

1982

1984

1986

1988

1990

1992

1994

1996

1998

2000

2002

2004

Índi

ce 2

000=

100

Dtos Nuevos (USD -m2) Dtos Usados (USD -m2) Caballito RecoletaDtos. nuevos (US$-m2) Dtos. usados (US$-m2) Caballito Recoleta

2005

*

muy cerca de los costos salvo en la oportunidad de la crisis 1980-1981 y dela situación actual. En estas oportunidades, la (escasa) información disponi-ble sugiere que los precios han crecido muy por encima de los costos (véaseen el gráfico 4.4 las series de departamentos en Caballito y Recoleta, que es-tá asociada a las dos disponibles hasta el 2000 y permite dar una idea de lasobrevaluación del metro cuadrado). Este efecto, aunque posiblemente tran-sitorio, acentúa el problema de la caída en la capacidad de compra de vivien-da por las familias. Pero este efecto también puede haber dado lugar a unafiltración hacia arriba de viviendas, en la medida que muchas familias trata-ron de revertir la falta de mantenimiento que se había producido durante lalarga fase recesiva de la economía iniciada en 1999. El aumento de los per-misos para ampliaciones como porcentaje de los permisos totales, sugiereque, en efecto, se estaba en presencia de este tipo de filtración.

En segundo lugar, con la estabilización y recuperación de la economía lademanda de vivienda se manifestó con características distintas de las de losnoventa, con caída del nivel de metraje promedio de los permisos de cons-trucción, aumento de la importancia de las ampliaciones, como ya se men-cionó, y concentración en centros urbanos, probablemente, por razones deseguridad. Ya se ha mostrado en la sección anterior que aun si el mercado decrédito hipotecario funcionara fluidamente, existirían importantes problemas

126 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

GRÁFICO 4.5PODER DE COMPRA DEL INGRESO TOTAL FAMILIAR

(En metros cuadrados. Mensual)

Fuente: elaboración propia sobre datos del mercado inmobiliario e INDEC.

0

0,2

0,4

0,6

0,8

1

1,2

1,4

1,6

1997 II. S 2003 I. T 2004 II. T 2004 III.T 2004 IV.T 2004 I.T 2005II.S 2003 I.T 2004 II.T 2004 III.T 2004 IV.T 2004 I.T 2005

de capacidad de pago de la vivienda debido al tiempo requerido por las fami-lias para ahorrar el pago inicial (30% del valor del inmueble).

Estas dificultades se encuadran en el análisis más clásico de la capacidadde pago de la vivienda por las familias que se concentra en el acceso a la vi-vienda por las familias de menores recursos. Una preocupación adicionalque se suma en los países en desarrollo, es el problema del acceso al créditohipotecario por parte de las familias, que pueden estar sujetas a diversos ti-pos de racionamiento.

Cristini y Moya (2004) mostraron que durante los noventa, el fluido de-sempeño de la hipoteca como un instrumento preferido de los bancos, habíagenerado una ampliación del mercado que se comparaba muy favorablemen-te con la historia reciente, ya que se encontraba en plena ampliación haciafamilias de recursos moderados que hasta entonces no habían sido atendidaspor el sistema bancario. La baja en la tasa de interés, la extensión de los pla-zos de repago y la disponibilidad de seguros de desempleo y pago estaban,efectivamente, ampliando el acceso.

Hacia el 2004 muchos bancos se encontraban en condiciones de ir recu-perando su oferta de hipotecas, sin embargo, a la dificultad del ahorro previonecesario se sumaba también el efecto de la devaluación sobre los salarioscorrientes que limitaba la posibilidad de repagar un crédito estándar. Enefecto, el pago de la cuota sólo puede afectar hasta un 25% del ingreso fami-liar. Según cálculos propios, en el 2005 sólo un 5% de los hogares (sobreuna muestra total del 50% de los hogares de la Argentina) estaban en condi-ciones de tomar un crédito a diez años al 10% de interés anual, por contarcon ingresos formales suficientes.

En ese escenario ha sido muy difícil recuperar el crédito hipotecario queprimero cayó significativamente como proporción del PBI y, luego de per-manecer estancado a un nivel muy bajo para una economía intermedia comola Argentina, comenzó una muy tímida recuperación.

4.5. CONSIDERACIONES FINALES

La importancia de la vivienda para el ahorro de las familias y de la vi-vienda adecuada como garantía del bienestar de la sociedad es reconocidainternacionalmente, y gran parte de los gobiernos en países avanzados y endesarrollo, por igual, utilizan programas que promueven la propiedad de lavivienda.

En el caso de los países avanzados como Austria, Alemania y Francia, elfinanciamiento de la vivienda incluye contratos de ahorro previo por los quelas familias se obligan a ahorrar durante un período de tiempo con el objeti-vo específico de acceder a un crédito hipotecario. Tanto el ahorro previo co-

EL ACCESO A LA VIVIENDA PROPIA EN LA DÉCADA DEL 2000 127

mo el propio crédito otorgado por los bancos es beneficiado por incentivosfinanciados con fondos públicos, en general muy moderados. Las ventajasdel ahorro previo son que el cumplimiento del contrato genera informaciónpara la calificación del deudor, facilita la acumulación del anticipo y ofreceprotección contra mercados financieros volátiles. Para que funcione correc-tamente se necesita que tasas de interés y precios de la vivienda sean esta-bles en el tiempo.

En contraste, en los países en desarrollo han sido más usuales los crédi-tos subsidiados otorgados directamente por una banca pública especializada(Corea, Tailandia, Brasil, Venezuela, India, Indonesia) que en el caso argen-tino, que era el Banco Hipotecario Nacional. La suerte de estos bancos fuediversa, pero bajo condiciones de inestabilidad macroeconómica muchos hanrequerido capitalizaciones importantes por parte de los gobiernos. En el casolocal, hasta el año 1988 en que fue suspendida su operatoria, el BHN fueperdiendo gran parte de su función específica en el mercado.22

Otro mecanismo en los países en desarrollo ha sido el de organizar pro-gramas que obligaban a la acumulación de fondos para la construcción de vi-vienda. En Brasil, por ejemplo, el pago de las empresas a un fondo personaldel empleado para cubrir su indemnización por despido sin causa se utiliza-ba a la vez para financiar la construcción de viviendas (FGTS) y cada traba-jador podía reclamar el saldo de su cuenta personal para la compra de unapropiedad bajo las condiciones de crédito fijadas por el gobierno. En Vene-zuela como en la Argentina, los fondos organizados para la construcción devivienda bajo gestión pública que se originaron en aportes compulsivos so-bre el salario, se diseñaron para focalizarse en la población de bajos ingresosy, en cambio, terminaron filtrando sus beneficios a las familias de ingresosmedios. Algo similar ocurrió en México y Perú. En el caso de Colombia y dealgunos países de Asia, los aportes compulsivos para cubrir la jubilaciónpueden también utilizarse durante la vida activa para la compra de una pro-piedad (también para gastos médicos).

El caso de Chile es el más reconocido en América latina por su larga ex-periencia en el diseño de subsidios a la vivienda por el lado de la demanda.El Estado ha subsidiado más del 60% de las viviendas construidas desde1990. Las familias reciben un subsidio directo por única vez siempre que ha-yan demostrado su capacidad de ahorro y que puedan asumir el repago delcrédito. Las viviendas elegibles son construidas por constructores privadosbajo supervisión pública. Los créditos pasaron de ser otorgados por el Esta-do, con un resultado pobre en términos de repago, a ser otorgados directa-mente por los bancos. Este programa, que no llega a cubrir las necesidadesde las familias más pobres, se complementa con otros como el de la vivien-da progresiva que permite el mejoramiento de la vivienda, habitualmenterealizado por sus propios dueños. A partir del 2002 se introdujeron sucesivos

128 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

cambios orientados a reducir las decisiones directas del gobierno y mejorarla focalización de los programas en las familias más pobres.

En la Argentina existe hoy un menú amplio de políticas de vivienda quemiran el mercado globalmente y tratan de asistir a los hogares en cada nivelde ingresos con distintos instrumentos. Si bien no se ha tratado en este capítu-lo el detalle de esas políticas públicas, hasta el momento la gran mayoría estáorientada por el lado de la oferta, no ha tenido continuidad suficiente y no halogrado, a pesar de su modernización en los noventa, reducir el persistente dé-ficit habitacional de la Argentina.23 A este panorama se suman ahora algunosefectos negativos sobre la capacidad de compra de vivienda por las familiasque hemos reseñado aquí y que son resultado de la crisis 2001-2002:

• Aumento del precio de la vivienda por encima de su costo de construc-ción, como efecto transitorio.

• Insuficiencia del ahorro de las familias para acceder a las condiciones deun crédito hipotecario estándar.24

• Informalidad laboral y bajo nivel salarial en términos del precio de la vi-vienda (activo dolarizado en la Argentina) que limitan el acceso al crédi-to hipotecario a una fracción muy pequeña de los hogares.

Estos “nuevos” problemas, o más bien, el agravamiento de problemasque se manifestaban antes transitoriamente en las fases negativas del ciclo,han sido encarados internacionalmente con políticas que se orientan al subsi-dio directo de las familias para mejorar su capacidad de compra. El menú deesas políticas incluye subsidios atados al ahorro previo familiar; posibilidadde disponer de fondos ahorrados compulsivamente en los fondos de pensióno despido; microcréditos para vivienda y para mejoramiento. Por el contra-rio, aumentar la oferta de viviendas construidas por cuenta y orden del Esta-do y otorgar créditos públicos para su compra, dependiendo de la magnitudde los programas, puede terminar encareciendo los costos de la vivienda ysubsidiando de hecho a los beneficiarios sin la seguridad de una adjudica-ción equitativa.

NOTAS

1. Este capítulo fue desarrollado por Marcela Cristini y Ramiro Moya.2. Véase Gyourko y Tracy (1999).3. En un estudio del FMI (2004) se muestra que una característica reciente de la

evolución de los precios de las viviendas entre distintas ciudades del mundo es la co-rrelación entre sí a lo largo del tiempo y la dependencia de las fluctuaciones de estosvalores a factores internacionales, en magnitud casi tan importante como a los facto-res domésticos.

EL ACCESO A LA VIVIENDA PROPIA EN LA DÉCADA DEL 2000 129

4. En algunas ciudades el auge parecía estar cediendo a principios del 2005, porlo que existía cierto temor a que una caída generalizada muy rápida diera paso a unacrisis que retrajera todo el consumo a través de un efecto riqueza negativo por caídaen el valor del principal activo de las familias.

5. En Buenos Aires los primeros barrios alcanzados fueron Puerto Madero, Bel-grano y Palermo, para luego extenderse a Barracas, Villa Pueryrredón y Agronomíadonde el negocio se concentró en el reciclado de viejos establecimientos industrialesen edificios de departamentos de lujo.

6. Fuentes privadas indicaban que 15% de las inversiones en Puerto Madero co-rresponden a compradores europeos.

7. Utilizando datos de la Encuesta de Gastos de los Hogares, una estimaciónaproximada para los noventa, indica elasticidades ingreso entre 0,06 y 0,20 entre elquintil más pobre y el más rico y de -0,06 para la elasticidad precio de la demandapor servicios de vivienda.

8. Las proporciones se mantienen cuando se considera el total de viviendas inclu-yendo las de condición precaria.

9. En algunos países europeos la oferta de vivienda se ha conformado en gradoimportante con propiedades públicas que se dan en alquiler, como en el caso de Ho-landa (35%), Suecia y Austria (22%) y Reino Unido y Francia (18%).

10. BID (2004).11. Véanse Glaeser y Gyourko (2003) y O´Flaherty (2003).12. Se utilizan las medianas en lugar de los promedios para evitar las distorsiones

de distribuciones del ingreso muy asimétricas.13. En Estados Unidos éste es un índice muy difundido producido por la Asocia-

ción Nacional de Agentes Inmobiliarios, conocido como índice NAR.14. Green (1995).15. Una carencia muy significativa que limita el análisis del mercado de la vi-

vienda en la Argentina es la falta de información sobre precios. Los precios difierenno sólo por la calidad de construcción o la ubicación con respecto al centro urbano,sino por la presencia de mercados laborales localmente dinámicos, infraestructuradisponible, escuelas, hospitales, centros comerciales, etc. Identificadas las caracterís-ticas propias de la vivienda, las características del entorno se “capitalizan” en el pre-cio de la tierra, lo que explica los valores diferenciales de los lotes de dimensiones si-milares y en localizaciones equidistantes del centro urbano.

16. La tasa de ahorro por decil ha sido estimada a partir de las Encuestas Nacio-nal de Gastos e Ingresos de los Hogares (ENGH, relevada por el INDEC) de los añosrespectivos, excepto para el período 2003-2004 cuando se han mantenido las estima-das para el período 1996-1997. El monto total de ingresos por familia es una estima-ción de la Encuesta Permanente de Hogares para los aglomerados urbanos, relevadostambién por el INDEC. Los precios de la propiedades por decil han sido estimados apartir del precio relevado para el barrio de Recoleta por la Inmobiliaria Toribio Achá-val y ajustado proporcionalmente por decil de acuerdo con el gasto en vivienda (usercost) calculados de la ENGH.

17. Entre 1996 y el año 2000, se estima un flujo de créditos nuevos en torno a losUS$ 2.000 millones anuales, provenientes del sistema bancario a los que deben su-marse los créditos entre privados, para el que no existen estimaciones confiables. Da-

130 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

tos del mercado indican que existían unas 5.000 escribanías que operaban un volu-men de crédito anual cercano al 10% del bancario, aunque a plazos más cortos y conLTV mucho más bajos.

18. En materia de vivienda social, el FONAVI ha sido el programa más impor-tante. Se caracteriza por “filtraciones” muy importantes hacia beneficiarios de ingre-sos medios, alto costo administrativo y de subsidio, y bajo recupero del crédito.

19. Loan to value ratio indica el porcentaje del valor de la vivienda cubierto porel monto del crédito.

20. Véase Cristini y Moya (2004).21. La fuente de información estadística es la Encuesta Permanente de Hogares

(EPH), que abarca los principales aglomerados urbanos del país. 22. El crecimiento de préstamos para la vivienda a través de la banca pública tu-

vo un efecto negativo sobre el déficit público, constituyéndose en uno de los factorescausantes de la inestabilidad macroeconómica. Véase Cristini y Moya (2004).

23. Para un análisis del FONAVI véase Cristini y Iariczower (1999).24. Al menos con esta relación salarios-precio de la vivienda.

EL ACCESO A LA VIVIENDA PROPIA EN LA DÉCADA DEL 2000 131

132 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANASA

NE

XO

CU

AD

RO

A.4

.1E

VO

LU

CIÓ

N I

NT

ER

CE

NSA

L D

EL

ST

OC

K D

E V

IVIE

ND

AS

POR

TIP

O D

E T

EN

EN

CIA

2001

- 1

980

POR

CE

NT

AJE

DE

L T

OT

AL

Y C

RE

CIM

IEN

TO

PR

OM

ED

IO A

NU

AL

Tipo

de

tene

ncia

Casa

s*Va

riaci

ón %

med

ia a

nual

Depa

rtam

ento

sVa

riaci

ón %

med

ia a

nual

1980

19

91

2001

19

91/1

980

2001

/199

119

80

1991

20

01

1991

/198

020

01/1

991

Prop

ieta

rio2.

977.

248

3.68

9.57

25.

028.

792

2,17

3,15

793.

490

984.

639

1.01

8.57

32,

180,

34

Inqu

ilino

421.

648

457.

971

541.

749

0,83

1,69

365.

469

396.

450

412.

738

0,82

0,40

Ocup

ante

359.

795

493.

782

519.

357

3,22

0,51

99.5

4614

4.82

012

9.95

93,

82-1

,08

Rest

o29

.982

279.

791

178.

330

25,0

3-4

,40

7.84

665

.221

38.0

7823

,59

-5,2

4

Tota

l3.

788.

673

4.92

1.11

66.

268.

228

2,65

2,45

1.26

6.35

11.

591.

130

1.59

9.34

82,

310,

05

Prop

ieta

rio78

,58

74,9

780

,23

2,17

3,15

62,6

661

,88

63,6

92,

180,

34

Inqu

ilino

11,1

39,

318,

640,

831,

6928

,86

24,9

225

,81

0,82

0,40

Ocup

ante

9,50

10,0

38,

293,

220,

517,

869,

108,

133,

82-1

,08

Rest

o0,

795,

692,

8425

,03

-4,4

00,

624,

102,

3823

,59

-5,2

4

Tota

l10

010

010

02,

652,

4510

0,00

100

100

2,31

0,05

Not

a: *

. Cor

resp

onde

a c

asas

tipo

A. S

egún

Cen

so d

e Po

blac

ión

y V

ivie

nda,

IN

DE

C 2

001,

199

1 y

1980

.

Esta investigación tuvo como objetivos principales:

1. Inferir los cambios en las últimas tres décadas en la estructura demográ-fica de las familias, sus decisiones de participación en el mercado labo-ral, inversión en educación y adquisición de habilidades en el mercado detrabajo.

2. Describir la evolución de los patrones de consumo y ahorro de las fami-lias teniendo en cuenta los diferentes ambientes macroeconómicos de1980, 1990 y 2000.

3. Evaluar las consecuencias de la crisis económica reciente en el consumode los hogares poniendo especial énfasis en los impactos diferencialespara las familias de menores ingresos.

4. Analizar los mecanismos que están disponibles en la Argentina y quepueden usar las familias para “asegurar” sus consumos.

5. Analizar las soluciones que se han utilizado en otros países y el rol delas políticas públicas en respuesta a los cambios impuestos sobre el pa-trón familiar (menor ahorro e insuficiente inversión en capital humano)con el objetivo de alcanzar patrones más asociados al crecimiento y laproductividad.

El desarrollo de nuestras mediciones ha permitido caracterizar a la Ar-gentina dentro de la región latinoamericana como un país cuya “oportunidaddemográfica” ya fue capitalizada en el pasado, que ha perdido parte del im-pulso educativo que lo caracterizaba y que sufre cambios socioeconómicosprevisibles dadas sus características demográficas estructurales y otros, ge-neralmente negativos, derivados de las crisis macroeconómicas recurrentes.

En perspectiva, sus hogares se comportan tratando de mantener su consu-mo a lo largo del tiempo y ajustando su ahorro a las condiciones del ciclo

5. CONSIDERACIONES FINALES

económico. La acumulación de ahorro en forma de capital humano y cuida-do de la salud tiende a reducirse a medida que se desciende en la escala deingresos.

Durante las crisis los hogares concentran su patrón de consumo en cubrirsus necesidades básicas, y el impacto de la reducción de ingresos reales afec-ta más severamente a las familias más pobres.

Más allá de las medidas de emergencia utilizadas para paliar los efectosde las crisis macroeconómicas, cuya eficacia y transparencia puede ser ma-yor o menor según su diseño, es importante discutir cuáles son las políticasde largo plazo orientadas a solucionar problemas como los analizados de dis-torsión en el consumo, baja inversión en educación y capital humano, acce-so a la vivienda, insuficiencia del ahorro familiar.

En varios trabajos recientes sobre las crisis recurrentes de América latina,pero también en el caso de la experiencia asiática de mediados de los noven-ta, se ha señalado que las crisis macroeconómicas no sólo afectan a los sec-tores más vulnerables de la sociedad en su desempeño corriente sino que loslimitan seriamente para poder llevar adelante planes familiares que los sa-quen de la pobreza.

Algunos autores como los sintetizados en Lustig (2000) entienden quelas propias políticas macroeconómicas y las formas de lograr los ajustes ha-cia un equilibrio con crecimiento pueden tener sesgos favorables o contrariosa la promoción de las familias pobres. Los organismos multilaterales sepreocuparon por incluir en sus programas de atención a las crisis algunascondicionalidades sobre cómo atender a esa franja poblacional, que se su-man a la necesidad de tener políticas que representen redes sociales de segu-ridad para aliviar el desempleo estructural, los problemas de infraestructura,educación y salud de los pobres.

Como se ha reseñado en este trabajo, la crisis argentina ha sido muy pro-longada, y a pesar de contarse con políticas sociales modernizadas de aten-ción a los problemas de la pobreza desde los noventa, ninguna de ellas seconsideraba lograda y existía una discusión abierta sobre su eficacia.

La evaluación que se hizo aquí, muestra que hacia fines del 2005, luegode cuatro años, las familias en su conjunto todavía no habían alcanzado la re-cuperación del consumo y que si bien las familias de menores ingresos sehan recuperado relativamente más, en todo el proceso se han perdido casisiete años en los que las familias estuvieron usando su margen de maniobrapara sustituir y reemplazar consumos de bienes y servicios, incluidos los dela vivienda, inversión en educación y salud, utilizando ahorros y demorandola reposición de sus activos de todo tipo.

Sin duda, un período prolongado de crecimiento económico es una con-dición necesaria para la recuperación de los patrones normales de los hoga-res, pero es muy probable que los impactos diferenciales de la crisis requie-

134 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

ran, como en otras experiencias, dotar de mucho mayor eficacia las políticassociales. En otros países de América latina se ha intentado con éxito la intro-ducción de programas de empleo que reemplazaron los subsidios directosque se utilizan para salir de la emergencia. Muchos de ellos se combinan conbeneficios escolares y de salud que aumentan el incentivo a participar porparte de los beneficiarios. Asociar las mejoras en la productividad laboralcon mejoras en las oportunidades de empleo y permitir el uso de los ahorrosacumulados en los sistemas previsionales para inversión en vivienda o capi-tal humano para los hogares que se inician o están en sus primeras etapas,significa mejorar la flexibilidad de las políticas y adecuarlas a una etapa, queno se anticipa como corta para nuestro país, en la que se deben superar toda-vía los efectos de la crisis y avanzar hacia los planes de un futuro más prós-pero.

CONSIDERACIONES FINALES 135

Ahumada, H. y Garegnani, L. (2005): Learning abaut consumer behavior in face of astructural break: Argentina after 2002, Anales de la Asociación Argentina deEconomía Política, La Plata, 2005.

Attanasio, O. y M. Székely (2000): Saving in Developing Countries: Inequality, De-mographics and all that, mimeo, University College London, marzo.

Attanasio, O. y M. Székely Editores (2003): The Family in Flux: Households Deci-sion-Making in Latin America, Research Department, Technical Series, BID.

Auguste, Sebastián (2005): “Pobreza Urbana”, en El Desorden Urbano, FIEL.Banco Interamericano de Desarrollo (2004): “Los cimientos del crédito para la vi-

vienda”, Capítulo 15 del Progreso Económico y Social en América Latina, Infor-me 2005.

Becker, G. S. (1993): A Treatise on the Family, Cambridge, Harvard University Press.Binder, M. et al. (1999): “Schooling Indicators during Mexico’s Lost Decade”, en Eco-

nomics of Education Review, volumen 18, Nº 2, abril de 1999, págs. 183-199 (17).Browning, M. y Crossley, Th. (2000): “The Life Cycle Model of Consumption and

Saving”, SEDAP Research Paper Nº 28.Browning, M.; Deaton, A. y Irish, M. (1985): “A Profitable Approach to Labor

Supply and Commodity Demand over the Life Cycle”, en Econometrica 53,págs. 503-44.

Butelman, A. y Gallego, F. (2001): “Household Saving in Chile (1988 y 1997): Tes-ting The Life Cycle Hypothesis”, en Cuadernos de Economía, año 38, Nº 113,págs. 3-48. Instituto de Economía, Pontificia Universidad Católica de Chile.

Cameron, L. (2002): “The Impact of the Indonesian Financial Crisis on Children: Da-ta from 100 Villages Survey”, Policy Research Working Paper Series 2799, Ban-co Mundial.

Cossa, R. (2000): Determinants of schooling attainment in Argentina: an empiricalCristini, M. y Iaryczower, M. (1997): “Un análisis económico de las políticas de vi-

vienda en la Argentina: el FO.NA.VI”, Anales de la Asociación Argentina deEconomía Política..

Cristini, M. y Moya, R. (2004): “Las instituciones del financiamiento de la viviendaen Argentina”, Documento de Trabajo 498, BID, Washington, enero de 2004.

BIBLIOGRAFÍA

Cunningham, W. y Maloney W. (2000): “Measuring Vulnerability: Who Suffered inthe 1995 Mexican Crisis?”, Washington, Banco Mundial.

Deaton, Angus y Paxson, Christina (1998): “Economies of Scale, Household Size,and the Demand for Food”, en Journal of Political Economy, 106(5): 897-930.

Deaton, Angus y Muellbauer, John (1980): Economics and Consumer Behavior,Cambridge, Cambridge University Press.

Deaton, Angus (1988): “Quality, Quantity, and Spatial Variation of Price”, en Ame-rican Economic Review, 78(3), págs. 418-431.

Deaton, Angus (1990): “Price Elasticities from Survey Data: Extensions and Indone-sian Results”, en Journal of Econometrics, 44(3), págs. 281-309.

Deaton, Angus (1997): The Analysis of Household Surveys, Baltimore, Johns Hop-kins University Press.

Dercon, Stefan (2002): “Income Risk, Coping Strategies and Safety Nets”, en TheWorld Bank Research Observer, 17(2), págs. 141-66.

FIEL (2001): Productividad, Competitividad y Empresas: Los Engranajes del Creci-miento, Buenos Aires.

Fisher, I. (1930): The Theory of Interest, Nueva York, Macmillan. Fiszbein, A.; Giovagnoli, P. I. y Adúriz, I. (2002): “La crisis argentina y su impacto

en el bienestar de los hogares”. Documento de Trabajo 1/02, Oficina del BancoMundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay, noviembre de 2002.

Fiszbein, Ariel; Giovagnoli, Paula Inés y Adúriz, Isidro (2002): “La crisis argentinay su impacto en el bienestar de los hogares”, Documento de trabajo 1/02, BancoMundial.

Fondo Monetario Internacional (2004): “The global house price boom”, en WorldEconomic Outlook, capítulo 3, septiembre.

Frankenberg, Elizabeth; Smith, James, P. y Thomas, Duncan (2003): “Economicshocks, wealth and welfare”, en Journal of Human Resources 38(2), págs. 280-321.

Frankengerg, E.; Thomas, D. y Beegle, K. (1999): “The real costs of Indonesia’s cri-sis: Preliminary findings from the Indonesia Family Life Surveys”, Labor and po-pulation program Working Paper Series 99-04, Rand Corp., Santa Monica, Cali-fornia.

Friedman, Jed y Levinsohn, James (2002): “The Distributional Impacts of Indone-sia’s Financial Crisis on Household Welfare: A ‘Rapid Response’ Methodology”,en The World Bank Economic Review 16 (3), págs. 397-423.

Gaviria, Alejandro (2000): “¿Sobre quién ha recaído el peso de la crisis?”, en Coyun-tura Social, 23, págs. 127-42.

Gaviria, Alejandro (2001): “Household Responses to Adverse Income Shocks in La-tin America”, Working Paper 455, Banco Interamericano de Desarrollo.

Glaeser, E. L. y Gyourko, J. (2003): “The Impact of Building Restrictions on Hou-sing Affordability”, Federal Reserve Bank of New York, junio de 2003.

Gourinchas, P. y Becker, G. (1999): Consumption over the life Cycle. NBER Wor-king Paper 7271.

Green, R. K. (1995): “Should the Stagnant Homeownership Rate Be a Source ofConcern?”, Working Paper N° 5176, NBER, 1995.

Gyourko, J. y Tracy, J. (1999): “A Look at real Housing Prices and Incomes: Some

138 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

Implications for Housing Affordability and Quality”, en FRBNY Economic Po-licy Review, setiembre.

INDEC (1988): Encuesta de Gasto de los Hogares 1985-1986, Instituto Nacional deEstadísticas y Censos, Ministerio de Economía.

INDEC (1999): Encuesta Nacional de Gasto de los Hogares 1996-1997, Instituto Na-cional de Estadísticas y Censos, Ministerio de Economía.

Japelli, Tullio (1999): “The Age Wealth Profile and The Life-Cycle Hypothesis: aCohort Analysis with a Time Series of Cross-Sections of Italian Households”,Centre for Studies in Economics and Finance, Working Paper Nº 14, enero.

Levinsohn, James; Berry, Steven y Friedman, Jed (1999): “Impacts of the IndonesianEconomic Crisis: Price Changes and the Poor”, NBER Working Paper No. 7194,Cambridge.

López Murphy, R.; Navajas, F.; Urbiztondo, S. y Moskovits, C. (1996): “Determinan-tes del ahorro interno: el caso argentino”, Documento de Trabajo N° 51, FIEL.

Loskin, M. y Yemtsov, R. (2001): “Household strategies for coping with poverty andsocial exclusion in post-crisis Russia”, Policy Research Working Paper, BancoMundial.

Lustig, N. (2000): “Crises and the poor: Socially responsible macroeconomics”, enJournal of the Latin American and Caribbean Economic Association, volumen 1,Nº 1, Brookings Institution Press.

Mckenzie, David (2001): “The Household Response to the Mexican Peso Crisis”,Standford University, noviembre de 2001.

McKenzie, David J. (2003): “The consumer response to the Mexican peso crisis”,mimeo, Stanford University.

McKenzie, David y Schargrodsky, Ernesto (2005): “Buying Less, But Shopping Mo-re: Changes In Consumption Patterns During A Crisis”, mimeo.

Modigliani, F. y Brumberg, R. (1954): Utility Analysis and the Consumption Func-tion: An Interpretation of the Cross-Section Data, Post-Keynesian Economics,New Jersey, K. Kurihara Ed. Rutgers University Press.

Neri, M. y Thomas, M. (2000): “Household Responses to Labor Market Shocks inBrazil: 1982-1999”, Washington, Banco Mundial.

O´Flaherty, B. (2003): Commentary on Affordable Housing and the Housing Market,Federal Reserve Bank of New York, junio.

Parandekar et al. (2003): The Impact of the Crisis in the Argentine Educational Pro-cess, Banco Mundial.

Pardo, C. A. (2000): “Housing Finance in Chile: The Experience in Primary and Se-condary Mortgage Financing”, BID, marzo.

Rosenzweig, Mark R. y Wolpin, Kenneth (1993): “Credit Market Constraints, Con-sumption Smoothing and the accumulation of durable production assets in lowincome countries: Investments in bullocks in India”, en Journal of Political Eco-nomy 101(2), págs. 223-44.

Schady, N. (2002): The (Positive) Effect of Macroeconomic Crises on the Schoolingand Employment Decisions of Children in a Middle-Income Country. Policy Re-search Working Paper Series 2762, Banco Mundial.

Shorrocks, A. F. (1975): “The Age-Wealth Relationship: A Cross-Section and CohortAnalysis”, en The Review of Economics and Statistics 57, págs. 155-63.

BIBLIOGRAFÍA 139

Skoufias, Emmanuel (2003): “Consumption Smoothing in Russia: Evidence from theRLMS”, en Economics of Transition 11(1), págs. 67-91.

Somerville, C. T. y Mayer, C. (2003): “Government Regulation and Changes in theAffordable Housing Stock”, Reserve Bank of New York, junio de 2003.

Strauss, John, Beegle, Kathleen, Herawati, Yulia, Dwiyanto, Agus, Pattinasarany,Daan, Satriawan, Elan, Sikoki, Bondan, Sukamdi, Witoelar, Firman (2004): Indo-nesian Living Standards Before and After the Financial Crisis: Evidence from theIndonesia Family Life Survey, RAND, Santa Monica.

Székely, M. (1998): Monto y Distribución del Ahorro de los Hogares en México, enEl Trimestre Económico, LXV (2).

Thomas, Duncan; Frankenberg, Elizabeth; Beegle, Kathleen y Teruel, Graciela(1999): “Household budgets, household composition and the crisis in Indonesia:Evidence from longitudinal household survey data”, mimeo, UCLA Departmentof Economics.

Udry, Christopher (1994): “Risk and insurance in a rural credit market: An empiricalinvestigation”, en Review of Economic Studies 61(3), págs. 495-526.

140 FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

FUNDACIÓN DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS LATINOAMERICANAS

Presidente Honorario: Arnaldo T. Musich

CONSEJO DIRECTIVOPresidente: Dr. Juan P. MunroVicepresidentes: Ing. Víctor L. Savanti

Ing. Juan C. Masjoan Sr. Luis Mario Castro

Secretario: Ing. Franco LiviniProsecretario: Sr. Marcelo LemaTesorero: Dr. Mario E. Vázquez Protesorero: Ing. Manuel Sacerdote

Vocales: Guillermo E. Alchourón, Alberto Alvarez Gaiani, Juan Aranguren, Juan Bru-chou, José M. Dagnino Pastore, Carlos de la Vega (Presidente de la Cámara Argentinade Comercio), Adelmo Gabbi (Presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires), Jo-sé M. Gogna, Alberto L. Grimoldi, Silvio Machiavello, Héctor Marsili, Francisco Mez-zadri, Luciano Miguens (Presidente de la Sociedad Rural Argentina), Raúl Padilla, AldoB. Roggio, Mariano Rossi, Santiago Soldati, Esteban Tackacs, Juan Pedro Thibaud,Amadeo Vázquez, Oscar Vicente, Federico Zorraquín.

CONSEJO CONSULTIVOCristian Beyer, Martín J. Blaquier, Eugenio Breard, Alejandro Bulgheroni, José GerardoCartellone, Enrique Cristofani, Horacio De Lorenzi, Martín Del Nido, Jorge Ferioli, Ro-dolfo Ferro, Martín Fornara, Amalia Lacroze de Fortabat, Juan Larrañaga, Pablo de La-zari, Eric Legros, Alejandro Macfarlane, Eduardo Mignaquy, Paolo Picchi, Pedro Sáenzde Santa María Elizalde, Rubén Teres, Horacio Turri, Bernardo J. Velar de Irigoyen,Gonzalo Verdomar Weiss.

CONSEJO ACADÉMICOMiguel Kiguel, Manuel Solanet, Mario Teijeiro.

CUERPO TÉCNICOEconomistas Jefe: Daniel Artana, Juan Luis Bour, Fernando Navajas (Director).Economistas Asociados: Sebastián Auguste, Walter Cont, Santiago Urbiztondo.Economistas Senior: Marcela Cristini, Mónica Panadeiros, Abel Viglione.Economistas: Cynthia Moskovits, Ramiro A. Moya, Nuria Susmel.Economistas Junior: Jorge Albanesi, Guillermo Bermúdez.Investigadores Visitantes: Enrique Bour, Marcelo Catena, María Echart, Alfonso Martínez.Asistentes de Estadísticas: I. Aldasoro, F. Ares, M. P. Cacault, M. Cotlar, V. Djmal, M.Finn, D. Focanti.

ACARA-Asoc. de Conces. de Autom. dela Rep. Arg.

Aga S.A.Amarilla Gas S.A.American Express Argentina S.A.Aseg. de Cauciones S.A. Cía. Seg.Aseg. de Créditos y GarantíasAsoc. Argentina de Cías. de SegurosAsoc. Bancos de la Argentina -ABA

Banca Nazionale del Lavoro S.A.Banco CMF S.A.Banco COMAFIBanco Galicia Banco del ChubutBanco Europeo para América LatinaBanco Patagonia-Sudameris S.A.Banco RíoBanco Sáenz S.A.BankBostonBanco Macro-Bansud S.A.Bayer S.A.BBV Banco FrancésBNP ParibasBodegas Chandon S.A.Bolsa de Cereales de Buenos AiresBolsa de Comercio de Bs.As.Booz Allen & Hamilton de Arg. S.A.Bunge Argentina S.A.

C&A Argentina SCSCablevisión S.A.Caja de Seguro S.A.Cámara Argentina de Comercio Cámara de Comercio e Industria Franco

Argentina

Cámara de Frigoríficos de ArgentinaCamuzzi ArgentinaCargill S.A.C.I.Carrefour Argentina S.A.Cencosud S.A.Central Puerto S.A.

Cepas Argentinas S.A.Cervecería y Maltería QuilmesCitibank, N.A.CMS Operating S.A.Coca Cola de Argentina S.A.Coca Cola FEMSA de Buenos AiresCOPALCorsiglia y Cía. Soc. de Bolsa S.A.CTI Compañía de Teléfonos del Interior

S.A.

Daimler ChryslerDirect TVDroguería Del SudDu Pont Argentina S.A.

EDENOR S.A.Editorial Atlántida S.A.Esso S.A. Petrolera ArgentinaEstudio Glibota Mac Loughlin y Asoc.

F.V.S.A.Falabella S.A.Farmanet S.A.Ford Argentina S.A.Fratelli Branca Dest. S.A.

Gas Natural Ban S.A.Grupo DanoneGrimoldi S.A.

Hewlett Packard Argentina S.A.

IBM Argentina S.A.Industrias Metalúrgicas PescarmonaInternet Securities Argentina SRL.IRSA

Javicho S.A.Johnson Diversey de Argenitna S.A.José Cartellone Const. Civiles S.A.JP Morgan Chase

ESTAS EMPRESAS CREEN EN LA IMPORTANCIA DE LA INVESTIGACIÓN ECONÓMICA PRIVADA EN LA ARGENTINA

La Holando SudamericanaLoma Negra C.I.A.S.A.Luncheon Tickets S.A.

Marby S.A.Massalin Particulares S.A.Mastellone Hnos. S..Medicus A. de Asistencia Médica y Cien-

tíficaMercado Abierto Electrónico S.A. Mercado de Valores de Bs. As.Merchant Bankers AsociadosMetrogas S.A.Metropolitan LifeMurchison S.A. Estib. y Cargas

Nike Argentina S.A:Nobleza Piccardo S.A.I.C.F.NovartisNuevo Banco Bisel S.A.

OCA S.A.Organización TechintOrígenes AFJP S.A.Orlando y Cía. Sociedad de Bolsa

Pan American Energy LLC PBBPolisur S.A.Petrobras Energía S.A.Philips Argentina S.A.

Pirelli Neumáticos SAIC.Prysmian Cables y Sistemas

Repsol-YPF S.A.Roggio S.A.

S.A.C.E.I.F. Louis Dreyfus y Cía. Ltda.San Jorge Emprendimientos S.A.SC Johnson & Son de Arg. S.A.SanCor Coop. Unidas Ltda.Sealed Air Argentina S.A.Sempra Energy International ArgentinaShell C.A.P.S.A.Siembra AFJPSiemens S.A.Sociedad Comercial del Plata S.A.Sociedad Rural ArgentinaSwift Armour S.A. Argentina

Telecom ArgentinaTelecom Italia S.P.A. Sucursal ArgentinaTelefónica de ArgentinaTotal AustralTransportadora de Gas del Norte SA

Unilever de Argentina S.A.Unión de Administradoras de Fondos, Ju-

bilaciones y Pensiones

Vidriería Argentina S.A.

Impresos 1000 ejemplares en marzo de 2006en Talleres Gráficos Leograf SRL,

Rucci 408, Valentín Alsina, Argentina